Broncano Fernando - Nuevas Meditaciones Sobre La Tecnica

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  • 7/30/2019 Broncano Fernando - Nuevas Meditaciones Sobre La Tecnica

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    Nuevas meditaciones sobre la tcnica

    Edicin deFernando Broncano

    E D T O R A L T R O T T A

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    Este l ib ro hu s ido rea li zado con uno ayudade lo D.G,C.Y,T. P.B. 8700336

    COLECCION ESTRUCTURAS y PROCESOSSerie Fi losofa

    cultura LibreFernando Bronconc, Manuel l .z , Jovier Aracil, Morqcritc Vzquez,.loselo Tenero Meteos. Jess Ezquerro, Mlkel Olozorn.Miguel ngel Oolntonillo, Alfonso Bravo Juego, 1995

    Editorial Trotto, S.I\. , 1995Altamirano, 34. 28008 ModridTelfono 549 14 43Fox. 549 16

    Diseo.looqvrn Colleqo

    CONTENIDO

    Introduccin. La filosofa y la tecnologa: una buena rel ac in:Fernando Broncano .

    MODEtOS TECNOLGICOS Y REALIDADConocer y actuar a travs de la tecnologa: Manuel Liz 23Notas sobre el significado de los modelos informticos desimulacin: Javier Aracil 53En torno a lo s conceptos de modelo , s is tema y simulacin:

    targarito vzqucz. 8 '1CONOCIMIENTO TECNOLGICOY TECNOLOGAS DEL CONOCIMIENTO

    1,;1 simulacin y la ( ~ ' M i d a d en los s is temas de funciones. El casode los s is temas cognitivos: remando Brcmcano ] 01Semntica de las r eg la s tecnolgicas: eficiencia y control en laorganizacin y planificacin de los sistemas tecnolgicos:Jusefa Toribio Maleas 121Acciones, planes y tecnologa: Jess Ezquerro 139

    SOCIOLOGA, POLTICAY ECONOMA DE LA TECNOLO(;AISBN, 848164-056-5Depsito Lequl- VA-686/95ImpresinSimoneas Ediciones, S.A

    Poi. lnd. Son Cus-bolCI Estao, parcelo i 5)

    4701? Valladolid

    Controversias y estructuracin social de las comunidadescientfico-tecnolgicas: un estudio de caso en inteligenciaartificial: lVlikel Cslazarn .La construccin del futuro: Miguel A. Quintanilla .Innovaciones tericas en la economa del cambio tecnolgico:Alfonso Bravo juega .

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    IntroduccinLA FILOSOFA Y LA TECNOLOGA:UNA BUENA RELACIN

    F er na nd o B ro nc an o

    Los ensayos que recoge este volumen resultan del trabajoque du-rante ms de tres aos hemos ido desarrollando en el marco delprograma Estructura, dinmica y evaluacin de sistemas tecnol-gicos)' , acogidos en el Instituto de filosofa del C'ilC y financiadospor el Programa de Desarrollo General del Conocimiento. A lo lar-go de varios aos nos hemos reunido sistemticamente y hemosdiscu ti do los t raba jos que se hab an ido gestando en el curso delproyecto. Algunos de los part icipantes, como Javier Aracil y MiguelAngel Quintanilla, haban escrito ya algunos trabajos filosficos so-hre la tecnologa, los dems estbamos comenzando a pensar filo-sficamente en todos o a lgunos de los aspec tos de las t cni cas o dela tecnologa. El programa sigui un rumbo propio, po r encima denuestras previsiones iniciales, al comps de nuestras discusiones,que iban poco a poco derivando las primeras perspectivas generaleshacia un conjunto de temas y problemas ms especficos y concre-tos, que se haban ido volviendo cada vez ms importantes, a medi-da que dbamos vueltas a las ideas, y que coinciden con Jos recogi-dos en este volumen. Sin embargo, han permanecido o sehan afianzadoalgunas de las preocupaciones primitivas que nos impulsaron a co-menzar el t rabajo, muchas de las cuales han aparecido ya en var iaspublicaciones individuales y colectivas de los miembros del grupo.

    UN PROYECTO DE FIl .OSOFA DE LA TECNOLOGALa tecnologa no ha merecido la misma atencin de los f ilsofosque otroscampos de lacultura. Una explicacin repetida entre quieneshan notado la falta achaca el defecto al sesgo teoricista de nuestracul tura . Se nos dice que el pensamiento occidental ha despreciado

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    I H

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    I L f, N ANUO H k . NCAN l)

    tecnologa . La frmula no sienta una cuest in de princ ip io , perorestaura una dimensin humana en los cri te rios de aceptabil idadtecnolgicos: el punto de vista del usuario, el punto de vista social,en el caso que nos ocupa . Si soc ia lmente se llega a considerar queuna tecnologa es mala desde el punto de vista de las consecuenciasque entraa , el juicio moral ind ic ar a una de fi ci enc ia ser ia en eljuici? tcnico que ha llevado a la decisin de aceptar esa tecnologa.La formula era , pues, una propuesta para considerar las cuestionesde tica de la tecnologa en trminos naturalistas.Hay dos formas de introducir la dimensin valorativa dentro dela tecnologa. La primera deriva de considerar el juicio moral comor e s u l t ~ d o de una in!u.icin y aplicacin de valores generales quetranscIenden.el dominio de las consecuencias de los hechos que juzgamos. El SUjeto moral, individuo o colectividad, debe estar dotado, se&nesta perspectiva, de alguna competencia, sentido moral o

    m e c a m ~ m o de acuerdo colectivo tal que, por su universalidad, ind e p ~ n d I . e ~ t e de las caractersticas particulares del objeto de juicio,su eJerCICIO, se resue lva en juicios cargados de legit imidad. El otropunto de VIsta es mucho ms cauteloso frente a la clarividencia den.uestras capacidades de juicio moral en tanto que sujetos empneos y normales. En lo que respecta a la tecnologa es consc ientede lo dif c il que es el clculo de las consecuencias de la tecnologasin usar conocimientos tcnicos. No son pocas las veces que nuestras intuiciones sesgan los juicios mucho ms de lo que es capaz desopo,rtar n ~ l e . s t ~ o orgullo, aunque bien es cierto que eso no es patri momo del JUlClO moral, pero es en dicho juicio en el que las cuestiones de legitimidad se suscitan con ms frecuencia y dramatismo."As, pues, pronto l legamos a la conv iccin de la neces idad sino suficiencia, de tener una buena teora y una mejor prctica paravalorar prematuramente las opciones tecnolgicas como condicinpara la mejora de nuestras capacidades de juicio moral.

    CRITERIOS PARA LA EVALUACIN DE TECNOLOGASSinuestras intuiciones morales no son infalibles para juzgar el desarrollo y la aplicacin de nuevas tecnologas, debemos acudir a otroscriterios que no sean los estrictamente morales, o quizs, como parece estar implci to en el dictum de Quintanilla, tal vez los valoresmorales sobrevengan o se determinen cuando se determinen los valores en otros campos, como lo son las consecuencias observablesde los proyectos tecnolgicos y, su aplicacin en la produccin. Losvalores bajo los que cabe discuti r un proyecto tecnolgico son internos o externos. Los internos dependen de criterios funcionalesque se fijan en el-contexto del conocimiento cientfico y tecnolgico y nos permiten juzgar la realizabilidad, fiabilidad y eficiencia de

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    IN 11{ (J IJUl.Cl lJN

    los sistemas que se inventan y desarrollan. Los valores externos dependen de criterios que tienen en cuenta los sujetos sociales y factores varios implicados en la tecnologa: econmicos, sociales, ecolgicos, morales y otros. El predominio de valores externos puede servisto por los ingenieros y cientficos como una interfe renc ia en eldesarrollo normal del proceso autnomo de la tecnologa. El predominio de valores externos, consecuencia del hecho de que la tecnologa sobrevive a causa de su utilidad econmica y social, t iendea ser visto por los agentes sociales implicados como resultado de undominio de tecncratas, quienes estaran generalizando injustificadamente criterios de eficiencia internos a campos en los que ya noson sujetos legtimos de decisin. En el marco de una empresa nadiepone en duda que las propuestas de los departamentos tcnicos deInvestigacin y Desarrollo se subordinan a otros departamentos enlos que las decisiones tienen en cuenta valores ms generales para elinters de la empresa , que , en ocasiones, no coinc iden o contradicen los intereses puramente tcnicos. En el marco general de la sociedad, sin embargo, no hay criterios tan claros como los econmicos para adoptar decisiones en los terrenos cientfico y tecnolgico.Las decisiones sobre cualquiera de estas materias son en s complicadas por la dimensin y el nmero de los cr it er ios en los que sebasa la decisin. De ah que hayan ido naciendo nuevos campos deinvestigacin y asesora a los agentes sobre los que recaen las responsabilidades de la decisin o el control social sobre la ciencia y latecnologa, sobre su investigacin, desarrollo y aplicacin social.Son los llamados programas de evaluacin de la ciencia y la tecnologa, evaluacin de polticas cientficas, estudios sociales sobre lac ienc ia y, en general , estudios que se agrupan bajo la t ri log a deciencia, tcnica y sociedad.La evaluacin de la tecnologa es uno de los campos en los quela perspectiva filosfica puede servi r de ayuda , sea en el anl is is ydilucidacin de los conceptos, sea en la propuesta positiva de criterios. De hecho ha s ido uno de los campos relacionados con la tecnologa en los que la aportacin de los f ilsofos ha sido ms notoria. Hemos discutido numerosas veces acerca de la evaluacin. Nohay, o no las hemos encontrado, recetas rpidas para aplicar ensituaciones de incertidumbre. S estamos convencidos, sin embargo, de cul es el camino que debemos perseguir: es urgente comenzar estudios que nos ayuden a conocer los valores implicados en lasdecisiones tecnolgicas ya desde los primeros momentos de formacin de las tecnologas.La evaluacin exige conocimiento del modo en el que se desarrollan y desenvuelven las innovaciones tcnicas desde los primerosmomentos de su concepcin intelec tual en el seno de los grupos deinvestigacin. La investigacin de las polticas de desarrollo cientfico y tecnolgico es un instrumento cada vez ms necesario para ir

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    ~ , N f ' . . N I ) U f l k UNCAhO

    La ciencia y la tecnologa forman ya un entramado nico en elque es difcil separar una prctica de la o tr a. La tecnologa es unconjunto sistemtico de acciones de transformacin, dirigidas porreglas y articuladas en planes que, cuando resultan exitosos, permi-ten la realizacin del objet ivo planificado en un cierto grado. Lasreglas involucran procesos naturales regulares o legales que puedenestar mejor o peor conocidos al tiempo de formular el plan o diseo. Un diseo es un modelo que representa las acciones que han del leva rse a cabo de una manera abstracta. No las representa en sutotalidad, a menos que el diseo se convierta en la propia realizacin del p lan. A los ingenieros los paga la sociedad principalmentepara que hagan diseos. Para l levarlos a cabo el ingeniero realiza unmodelo que s imula el s is tema sobre el que se ha de actuar. En este modelo emplea los materiales conceptuales que tiene a mano. Nosiempre dispone de teoras cientficas precisas sobre los procesosque ocurren en el sistema y, por el contrario, muy a menudo construye el modelo representando procesos de muy diversos niveles derealidad natural. Pongamos por caso los modelos que debe desarro-llar un urbanis ta : las propiedades que debe tener en cuenta involucran procesos que alcanzan desde los niveles de resistencia de mate-riales hasta los hbitos y patrones socia les de los futuros usuariosdel sistema. El ingeniero no siempre t iene a su disposicin teoras ,pero s conoce Jos criterios por 1

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    I ~ R N A N [ ) O Bf ,ONCANO

    pectivas muy diferentes del impacto que ha producido en la representacin de nuestros sistemas cognitivos la extensin de nuevastcnicas de tratamiento computacional derivados de las arquitectu-ras de procesamiento masivamente paralelo. Se trata de los mto-dos conexionistas, que tratan de simular computacionalmente laestructura de las neuronas. La filosof a conexionista ha permitidopensar, al menos como posib il idad , la simulac in de un sistemacerebral, y no simplemente de sus funciones. Ezquerro analiza unaparte del impacto que estos mtodos estn teniendo en el modo enel que los filsofos explican la conducta humana. Que una tecnologa computacional transforme de manera radical la visin filosficade la conducta humana es posiblemente algo que no se producadesde la emergencia en el siglo XVII de los modelos mecanicistas, enlos que el cuerpo, que no la mente, se representaba bajo el modelode los sistemas mecnicos. No es imposible que las tcnicas de computacin estn transformando de manera igualmente radical nuestra concepcin de nosotros mismos.El anlisis de Mikel Olazarn del conexionismo, al que ya aludimos anteriormente, nos introduce en esta visin conceptual de lasaplicaciones del procesamiento masivamente paralelo, pero, sobretodo, nos reintroduce de nuevo en los extraos caminos por los queel conocimiento se entrelaza con muy diversos factores sociales formando una red de interacciones que no son fcilmente reducibles afciles determinismos de un solo nivel sobre los dems.

    LA TECNOLOGA VISTA DESDE DENTRO:HACIA UNA NUEVA FILOSOFA DE LA TECNOLOGA

    Los problemas conceptuales ms abstractos de cualquier campo dela actividad humana involucran lo que los filsofos llaman epistemologa, o estudio de los problemas del conocimiento prctico enese dominio, y ontologa, o estudio de los objetos de los que tr ata ese dominio. Las reglas de accin conforman aquello especficodel lenguaje tecnolgico, aquello que distingne los resultados delingeniero de los de cualquier otro investigador. Sin embargo, po rel predominio del estudio de las proposiciones cientficas, o del lenguaje cotidiano, las reglas tecnolgicas no han recibido la atencinanaltica que merecen. El trabajo de ] osefa Toribio es un ejemplo decmo los precisos instrumentos de la filosofa analt ica actual pue-den ayudar a una nueva vi sin de la t ecnolog a . Lo mismo cabedecir del trabajo de Manuel Liz, Ambos son, en ciento sentido, ma-nifiestos programticos de nuestras intenciones al pensar la tecnologa: integrar las perspectivas, someterse al control del r igor , y,al t iempo, aceptar que la tecnologa es ya el principal determinantede nuestra relacin prctica y cognoscitiva con el mundo. La tecno-

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    1i; 1 I - :U 1 )1 ;1_ 1_1 () N

    loga moderna, que nace de la revolucin cientfica y de la revolucin industrial, determina nuevos mbitos de realidad en los que lasnociones de control, de reglas de acc in eficaz y de racionalidadadquieren nuevos sentidos en la medida en se aplican a grandessis temas en los que la cooperacin de los agentes , el control deresultados y la eficacia determinan una manera nueva y no slodistinta de relacionarse el hombre con su entorno. Necesitamos urgentemente nuevos instrumentos conceptuales para pensar la tecnologa. Los que hemos heredado solamente nos s irven has ta unpunto, mas all del cual la novedad del fenmeno ante el que nosencontramos los hace inaplicables. Tal vez estos dos ensayos, ascomo los restantes del volumen, hayan dado un paso en este cammo.En realidad el objet ivo que ha guiado todas nuestras reunionesha sido el de renovar los estudios sobre la tecnologa sacndolos dela visin externalista para plantearse un problemas filosficos quesurjan de una representacin ms real de lo que es la prctica de latecnologa, admitiendo sin duda que es una prctica insertada en unmundo de instituciones sociales polticas econmicas y de conocimiento, pero no renunciando a lo especfico que la tecnologa haaportado como nueva forma de prctica. Porque si alguna definic in cabe de tecnologa es la de organizacion social de la transfor-macin creativa de la naturaleza. Muchos aos nos separan de lasmeditaciones orteguianas sobre la tcnica, uno de los primeros y elms serio intento de una filosofa interna de la tecnologa. Con msaudacia que modestia queremos que estos ensayos continen estatradicin.

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    MODELOS TECNOLGICOSY REALIDAD

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    CONOCER YACTUAR A TRAVS DE LA TECNOLOGA IManu e l L iz

    Universidad de La Laguna

    "La tcnicas, CUYJ. misin es r e ~ ( ) l v c r l e al hombreproblemas, se ha convenido de pronto en un nuevo ygigantesco problema.f. ORTr:(;A y GASSET, Meditacin de la tcnica

    1. CONOCER y ACTUAR A TRAVS DE LA TECNOLOGALa gran misin tradicionalmente encomendada a la tcnica ha sidola de resolve rl e al hombre sus problemas prcticos y satisfacer susintereses actuando en la r ea li dad. El caso es que la tcnica , as en-tendida, se ha convertido de pronto en un nuevo y gigantesco problema. Buena parte de la tcnica se ha transformado actualmenteen tecnologia': Nuestro mundo y nuestras vidas han sido invadidaspo r la tecnologa. Por productos, procesos y lenguajes tecnolgi-cos. Casi cualquier relacin que intentemos mantener con la naturaleza, con los dems o inc luso con nosotros mismos se encuentraya mediada por la tecnologa. Y la propia reflexin sobre nuestroconocimiento y nuestra accin no puede seguir mantenindose al

    1. Quiero agradecer aqu [os numerosos comentar ios y c r t ic as que e st e trabajo harecibido; especialmente los debidos al resto de los miembros del Proyecto de Investigacinsobre Filosofa de la Tecnologa desarrollado estos ltimos aos en el Instituto de Filosofadel CSIC, as como los rtalizldos por algunos de mis compaeros de la facultad de Filosofa de [a Universidad de La Laguna. Tambin debo agradecer a mis alumnos del curso dedoctorado sobre filosofa de la tecnologa, llevado a cabo durante el curso 90-91, muchas timportantes sugerencias en todos estos temas.2. Las caractersticas generales de este camho sern analizadas en ti s iguiente apartado.23

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    margen de este desarrollo tecnolgico. No podemos perder el tren.Hubo un tiempo en el que conocamos, actubamos y reflexionba-mos sobre nuestro conocimiento y acc in a travs de la rel ig in, lamagia , la poesa, la t cnica , la f ilosof a o la c ienc ia . Hoy da debemos tambin aprender a conocer y a actuar a t rav sde la tecnologa.Quien acepte que la ciencia nos ofrece un buen ejemplo de loque es la racionalidad epistemica, de su estructura, valor y lmites,se sentir tambin tentado a considerar la tecnologa como un buenejemplo de la estructura, valor y l mites de la racionalidad prctica.A travs del an li si s de la c ienc ia podramos as hacernos una ideade lo que consti tuiran las virtudes epistrnicas y, a travs de lat ecnologa, una idea de lo que constituiran las virtudes prcticas.Este sera el planteamiento general en el que se desenvuelven algu-nas f ilosof as de la c ienc ia y de la tecnologa, a mi entender, msestimulantes\. Con ello, no se estar a afirmando que todo en la cienciay la tecnologa sea racional. Lo que se suscita aqu es otra cosa. Setrata de un giro radical de nuestra perspectiva filosfica. La cues-tin no es cmo justificar la racionalidad epistrnica de la ciencia yla racionalidad prctica de la tecnologa, sino adoptar la c ienc ia y latecnologa como ejemplos privilegiados de nuestra racionalidad, co-mo productos sumamente elaborados de nuestras capacidades ra-cionales (de las nuestras, para b ien o para mal, no de las de nadie nide nada ajeno a nosotros mismos), analizar crticamente su funcio-namiento y hacer explcitos los rasgos con los que mejor podamoscaracterizar y profundizar esa racionalidad.El anterior planteamiento puede segui r s iendo provechoso alpie de la letra all donde sea an posible distinguir con nitidez entreciencia y tecnologja.r'All donde, po r ejemplo, la ciencia permanez-ca desinteresada de sus posibles aplicaciones y donde la tecnologano sea ms que ciencia aplicada en funcin de intereses y objetivosextrados de un contexto social completamente extrao a la act ivi-dad cientfica; En esta situacin, todos los elementos epistmicosde la tecnologa sern aportados po r la c ienc ia y todos sus elemen-tos prcticos provendrn del exterior de la esfera cientfica. Sinembargo, donde no podamos seguir manteniendo esta descripcin,ser necesario introducir algunos pequeos cambios en nuestro es-quema. El caso es que esa manera de descr ib ir los papeles de lac ienc ia y de la tecnologa resulta cada vez ms inapropiada en nues-tro mundo contemporneo. La tecnologa apenas puede ser ya con-siderada slo como un ejemplo paradigmtico para analizar exclu-sivamente los mecanismos de la racionalidad prctica. Ni la cienciapara hacer 10mismo nicamente respecto de la racionalidad episr-mica. Muchas formas actuales de la tecnologa pueden ser vistascomo ofreciendo buenos ejemplos tanto de racionalidad epistemi-

    'l. Vase, por ejemplo, Quinr.milln, In 1.19R9a y 1n9h.

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    I ( I ~ I ( ) 11< 1 1\( I l J I \ I { 1\ I I , I \ V I -, IJ I 1\ 11 ( . NO I Or. , IA

    ca como prctica. Ejemplos distintos de los que 00 5 podan ofrecerla c ienc ia y sus aplicaciones tecnolgicas. La situacin ha cambia-do, La tecnologa actual, cada vez ms , no representa slo un pecu-liar modo de actuar sino tambin de conocer la r ea li dad. En est altima peculiaridad, y no slo en el conocimiento cientfico queincorpora, descansa gran par te del valor act ua l de la tecnologa,particularmente su valor para orientar nuestro conocimiento y nuestraaccin.2. TCNICA y TECNOLOCA

    Hemos dicho ms arr iba que buena parte de la tcnica se ha conver-tido actualmente en tecnologa. Es necesario aclarar esto. Los con-ceptos de tcnica, tecnologa y sus derivados son enormementeambiguos y en muchos contextos pueden ser considerados comosinnimos. Uno de los casos ms patentes donde esto es as se en-cuentra precisamente en las denominaciones escuela tcnica yestudios tcnicos. Sin embargo, tcnica y tecnologa pueden dis-tinguirse en un importante sentido. Las tcnicas seran actividadeso sistemas de acciones artesanales, artsticas, dirigidas hacia el pro-pio cuerpo y su entorno inmediato, etc., de carcter socialmenteestructurado pero no directamente integradas en los modernos pro-cesos productivos industriales, generalmente organizados en tornoa la institucin de la empresa (pblica o privada), ni vinculadas a laactividad cientfica. Las tcnicas son, pues, en primer lugar, siste-mas de acc iones articulados segn reglas de carcter soc ia l, no ac-ciones a is ladas y ocasionales. Son, adems, sistemas de accionesmuy independientes del desarrollo de la industria y de la ciencia.Las tecnologas, po r otro lado, seran tambin actividades o siste-mas de acciones socialmente estructuradas, pero esta vez sumamen-te integradas en los procesos productivos industriales y estrecha-mente vinculadas al conocimiento cientfico. As, hablamos de latcnica de la acuarela, de tcnicas de estudio, de tcnicas de escri tu-ra o de tcnicas de relajacin, y distinguimos este tipo de activida-des de, por ejemplo, la tecnologa informtica, la tecnologa nu-clear o la tecnologa aeronutica.Nuestra distincin admitira grados y aspectos. La integracinen los modernos procesos productivos industriales, en los macrosis-temas empresariales de produccin organizada de bienes, as comola vinculacin a la c ienc ia , pueden darse de muchas formas y conmayor o menor intensidad en todas ellas. Esto podra l legar a plan-tear prohlemas respecto a la identificacin de cierta actividad comoperteneciente a la tcnica o a la tecnologa. Pinsense, po r ejemplo,en las tcnicas/tecnologas de fabricacin de vinos o perfumes. Lamisma dif icul tad surge f rente a muchas de las actuales tcnicas/tecnologas agrcolas y ganaderas, o en algunas tcnicas/tecnologas

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    de materiales. Estos problemas, sin embargo, no hacen ms quereflejar una situacin real de indeterminacin y, de todas formas,las diferencias deben resultar claras en los casos ms extremos.Nuestra distincin permitira, tambin, una mutua incorporacin tcnico-tecnolgica. Permitira la existencia de ciertas activi

    dades tcnicas dentro de actividades de tipo tecnolgico y viceversa,lo cual es, por otra parte, la situacin habitual. La relacin entre estasactividades podra entenderse como una relacin de parte-a-todoen la que la identidad del sistema total debera resultar inalterada atravs de ciertos cambios que puedan sufri r algunas de sus partes.Exactamente la misma tecnologa admitira muy variados cambiosen algunas de las actividades tcnicas que pueda involucrar. Unatecnologa particular de produccin de energa nuclear, pongamospor caso, podra no cambiar sustancialmente aunque algunos de susejecutores realizaran con mucha mayor hab il idad su tarea gracias aun especial entrenamiento y a una ser ie de nuevas estrategias empleadas a la hora, po r ejemplo, de organizar y manipular los controles trmicos. Cosas muy semejantes podramos decir de algunas tcnicas capaces, de alguna forma, de incorporar tecnologas.

    Hemos dicho que las tcnicas y las tecnologas son actividadeso sistemas de acciones". Una actividad concreta ha de ser siemprerealizada por agentes concretos en un medio material concreto y atravs de instrumentos concretos. Y todos estos elementos han deser caracterizables respecto a propiedades fsicas o materiales dealgn tipo. Al menos en lo que concierne a la tcnica y la tecnologa, hemos de suponer que los ngel es o los espritus no realizanactividad alguna. Po r otra parte, las clases de tcnicas y tecnologasseran clases de actividades. Mientras que las actividades concretashan de estar siempre, po r decirlo as, encarnadas, las clases de actividades, no. La clases de actividades son, por definicin, entidadesabstractas. Al clasificar actividades tcnicas y tecnolgicas concretas, damos contenido a las expresiones ,

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    Pero volvamos a la dist incin que estbamos trazando entre tcnica y tecnologa. Lo que realmente constituye una novedad y ungigantesco problema en nuestra so ci ed ad no es la tc nic a s in o latecnologa. La tcnica es constitutiva del hombre. Su origen se confunde con el origen del hombre mismo". Las tcnicas siempre hanacompaado, y s iguen acompaando, a la humanidad) No as lastecnologas. Frente al carcter casi necesario de la t cni ca en r el ac in al desarrollo de nuestra especie, la tecnologa presenta unanaturaleza altamente contingente. Las actuales tecnologas hundensus r aces en la aparicin de la ciencia moderna y en la industriali-zacin. Nuestra tecnologa es hija de las revoluciones cientficas eindustriales. Con anterioridad a estos fenmenos histricos no cabehablar propiamente de tecnologa. Tal vez sean posibles organizac iones ins ti tucionales de la tecnologa que prescindan de uno deestos componentes, de la ciencia o de la industria. Formas instituc ionales en las que la tecnologa prescinda del conocimiento cientfico aunque est unida a la produccin industrial, o en las que prescinda de lo ltimo manteniendo su vinculacin a lo primero. Y talvez tambin sea pos ible a lgo s imilar , desde algn punto de v is ta , ala tecnologa sin ninguno de estos elementos. De cualquier forma,sa no es la tecnologa que actualmente tenemos. No hay tecnologa, tal como hoy en da la conocemos, sin ciencia y sin industr-ia".Gran parte de la tcnica se ha convertido actualmente en t ec nologa. Sin embargo, no la ha eliminado, ms bien la ha transfor-mado. En ms de un sentido, muchos problemas de la tcnica siguensiendo problemas tambin para la tecnologa. En toda tecnologa,por ejemplo, perviven elementos propios de la habilidad y de laactividad artesanal. Elementos que escapan al control cientf ico y ala planificacin industrial. Esto parece ineliminable. Sin embargo,en otros sentidos, la tecnologa ha camhiado el rostro mis mo de latcnica. Muchas tcnicas artsticas seran impensables sin la existencia de sofisticadas tecnologas. Poniendo al margen los computadores, pinsese simplemente en los casos de la fotografa, del c ineye n las infinitas posibilidades recientemente abiertas por los vdeos

    . Los primeros indicios de humanidad, o prcluuuanidad, rescnrudos de un olvido quese aprnxima a VC(CS al milln de anos, se encucnu-cn muy a menudo indisolublemente ligados a la interpretacion de c ie rro, objetos (01110 instrumentos rcnicos en hlgar de, por ejemplo, COIl lO rcxultado casual de ciertos procesos naturales. La sccuenci.icin habitual de nuest ra prchistori. r (paleolt ico, mesol tico, neol t ico, edad del bronce, del hierro, etc) recogeasimismo la importaucm y el car cter constitutivo que ha tenido esta dimensin tcnica ennuestra evolucin cuhurul.

    Las relaciones hisHricas entre recnologfa e industria, cspccialrnenre entre el desarrollo tecnolgico moderno y las sucesivas revoluciones indusuialcs Ljuc, ms () menos desde el siglo XVII, han ido conformnndo nucstr .i cultur-a occiden tal , no han s ido menos e studiadas que las relaciones histr-icas entre tcenologa y ciencia. Los clsicos y formidablestrabajos de Landcs (IY69) y de Singcr el al. (lY54-5K) bastaran, por s solos, para devmcnnr esta opinin.

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    I (Irll){ 11'. T Al I I I A I \ A 11{I \V( ' , IJI 1 A I1 ( "JOI OC iA

    domsticos. Otras tcnicas slo perviven actualmente como contrapunto a tecnologas altamente desarrolladas capaces de producirresultados similares. Pinsese, por ejemplo, en los cult ivos biolgicos, en las artesanas texti les o en la costosa manufactura de caasde pesca r de bamb refundido. En todos estos casos , la tcnica sedesmarcaactualmente de latecnologa acercndose alarte. Este hechoreforzara socialmente la distincin conceptual que hemos venidohaciendo entre tcnica y tecnologa.La t cni ca y la tecnologa comparten, no obstante, un ubjetivo.El obj et ivo de actuar en la realidad satisfaciendo los intereses deciertos sujetos. Cumplir intencionalmente tal objetivo requiere almenos los siguientes elementos: 1) conocer esos intereses, 2) conocer de alguna forma la realidad sobre la que se pretende actuar,3) saber cmo actuar, 4) actuar, 5) disponer de criterios evaluadores acerca de la satisfaccin de esos intereses mediante el resultadode la acc in, y 6) evaluar el resultado de la accin rea lizada comoun progreso en la s at is facc in de los i nt er es es que se han tomadocomo punto de referencia.Pero, aun desde este punto de vis ta , en cada uno de los anteriores elementos podemos encontrar diferencias importantes entre latcnica y la tecnologa. En la tcnica intervienen intereses generalmente individuales y fcilmente determinables. La realidad que semanipula y sobre la que se acta es manif iesta, super ficial y fcilmente accesible. El saber cmo actuar es transmitido personalmente y, en ltimo trmino, se hace responsable del m ismo a un conjunto de particulares destrezas. La actuacin es directa y sin apenasintermediarios. Finalmente, la eva luac in de los resultados de laaccin tcnica es tambin inmediata y muy cercana de los contextosde produccin y de liSO. En la tecnologa, por otro lado, los intereses que se sat isfacen suelen ser colectivos y mucho ms sofisticados.Se manipula y se acta sobre pretendidos niveles ms profundos dela r ea lid ad o, al menos, sobre niveles no fci lmente accesibles. Elsaber cmo actuar es transmitido institucionalmente y se hace responsable del m ismo a cierto costoso aprendizaje ms que a una serie de des trezas . La actuacin tiende a ser indirecta, compleja y altamente organizada. Esto incide inevitablemente en el proceso deevaluacin, que se aleja enormemente de los contextos de produccin y uso de los resultados de la tecnologa.Con la tecnologa entran en escena nuevos ingredientes y nue-vos problemas. Nuevos problemas epistemolgicos y nuevos problemas prcticos. Problemas que se derivan de su vinculacin conel conocimiento cientfico y con los procesos productivos industriales.El ncleo de los problemas epistemolgicos lo constituye la relacin que la tecnologa mantiene con la ciencia. Necesitamos precisar las relaciones que se establecen entre la tecnologa y la ciencia.

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    Necesitarnos aclarar tambin el tipo especial de conocimiento requerido por la tecnologa en la determinacin de los intereses quese han de s,atisfacer y de la realidad sobre la que se va a actuar, ascomo precisar cules son sus estrategias epistmicas a la hora desaber cmo actuar, cules son sus procedimientos de evaluacin ycmo se aplican.El ncleo de los problemas prcticos presentados por la tecno-loga viene dado po r la relacin que sta mantiene con la modernaindustria, con los actuales procesos industriales y empresariales de

    investigacin, decisin, organizacin, produccin, comercializaciny. e v a l u ~ c i ~ . Exigimos de la tecnologa que, al igual que la tcnica,siga satisfaciendo nuestros intereses actuando en la realidad. Perolos intereses de la industria y de la empresa fcilmente se desvinculan de nuestros propios i nt er eses y de los intereses de la soc ie dad. Normalmente, combatimos esa desvinculacin exigiendo a latecnologa mayor racionalidad. Sin embargo, esa racionalidad noslo puede referirse ya a una mayor intervencin de la c ienc ia ,no .slo p ~ e d e ser una raciona!idad epistmica. Tampoco puede ref ~ f l r s e u n ~ c a , m e n t e a la capacidad de la tecnologa para conseguirCiertos objetivos propuestos fuer a de su mbito, no slo puede seruna racionalidad instrumental. Tiene que llegar inevitablementea la consideracin de los f ines ltimos a los que debera servir latecnologa.. En 10 que sigue, nos ocuparemos de algunas cuestiones pertene-cientes a estos dos ncleos de problemas.

    3. TECNOLOGA y CIENCIAAn se sigue oyendo algunas veces el tpico de que la ciencia buscael conocimiento puro y desinteresado mientras que la tcnica y, enparticular, la tecnologa buscan desesperadamente la accin. La estrecha vinculacin actualmente existente entre la ciencia y la tecno-loga ha hecho que esta concepcin entre en cri si s. En una doblecrisis: institucional y conceptual.

    Su crisis institucional se manifiesta abiertamente en el hechode que resulte cada vez ms difcil distinguir las instituciones dondese desarrollan actividades cientficas de aquellas en las que se desarrollan actividades tecnolgicas. El conocer y el actuar se con-funden.Su crisis conceptual puede ser reconstruida ms o menos de lasiguiente forma. El objetivo de la ciencia es conocer la realidad. Deacuerdo, pero no cualquier realidad ni de cualquier manera. En laciencia intervienen criterios de relevancia y de aceptabilidad racional guiados por intereses en ltima instancia eminentemente prcti-cos. Por otra parte, el objetivo de la tecnologa es satisfacer unos

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    I ()NlIl 11, , A' I I JA I , A rn x v r s IJI 1 A 1I (N ( ) ' , t ) ( , IAintereses actuando sobre la realidad. Esta actuacin est orientadapo r el conocimiento cientfico. Y resulta que la tecnologa encuen-tr a lo que neces ita en el conocimiento cientfico porque los intere-ses que mueven el conocimiento se solapan en gran medida con losintereses que las acciones tecnolgicas quieren satisfacer. La armo-na no es casua l sino preestablecida. Esta armona conduce a la sospecha de que tal vez no sea ya posible, en nuestras sociedades avan-zadas, hacer ninguna demarcacin real entre los intereses generalesde la tecnologa y la ciencia. Ambas compartiran ms o menos losmismos i nt er eses . En la c ienc ia y en la tecnologa se busca tanto elconocimiento como la accin. Es ms, casi siempre la accin antesque el conocimiento.Negar la crisis inst i tucional que sufre actualmente la anteriordemarcacin entre la ciencia y la tecnologa es una locura. Los pro-pios planes de estudio y la autoidentificacin y perspectivas profe-sionales de los propios cientficos y tecnlogos se ven directamenteafectadas po r este movimiento de (con-)fusin. Sin embargo, haya lgo en los argumentos que pretenden su crisis conceptual que notermina de convencer. La ciencia no conoce ni acta como lo hacela tecnologa. Aunque tanto en la ciencia como en la tecnologa sebusque el conocimiento y la accin, o incluso antes la.accin que elconocimiento, hay una diferencia conceptual importante en la manera como ello se lleva a cabo. Aunque en la cien cia importe elactuar tanto como en la tecnologa y en la tecnologa tanto el cono-cer como en la ciencia, ese conocer y actuar adoptan distintasformas.Antes veamos que, para cumplir su objetivo comn, la satisfaccin de unos intereses actuando en la realidad, la tcnica y la tecno-loga tambin necesitan conocer no pocas cosas. No slo a la ciencia le preocupa el conocimiento. Y, en el caso de la tecnologa,muchas veces 10 aporrado por la ciencia y po r el conocimiento delos intereses que se han de sat is facer no lo es todo en materias epistmicas. Muchas veces, la tecnologa no es slo ciencia aplicada a lasatisfaccin de unos intereses dados. La tecnologa puede tener con-tenidos epistmicos muy diferentes de los de la c ienc ia que utiliza eincorpora. Por decirlo resumidamente, en la ciencia pura y aplicadael conocimiento y la accin se organizan a travs de teoras, mient ra s que en la tecnologa y en la tcnica se organizan a travs demodelos. Pero, entindase bien, la anterior afirmacin no implicaque dispongamos de un nuevo criterio para distinguir ciencia y tecnologa all donde institucionalmente no se encuentren ya dist inguidas. Slo significa que donde s lo estn, tenderemos a encontrarde una parte teoras y de la otra modelos; y que donde no 10 estn,podremos encontrar tanto modelos como teoras.La anterior diferencia conceptual es importante en relacin alpropsito de orientar mejor nuestro conocimiento y accin a travs

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    de la tecnologa. Con ella entran en juego los modelos. Aprender aorientar nuestro conocimiento y nuestra accin a travs de latecno-loga, en lugar de hace rlo slo a t ravs de la c ienci a, s ignif icar,entonces, hacer lo con la ayuda de modelos ms bien que con laayuda de teoras, o adems de con la ayuda de ellas".Aclaremos ms el concepto de modelo que estamos empleando.Nos referimos en primer lugar a objetos tales como maquetas, pla-nos, prototipos, diagramas, grficos, dibujos, imgenes, iconos, etc.Las teoras son entidades abstractas, conceptuales, los modelos sonobjetos concretos. Objetos de este tipo pueden ser realizaciones posi-bles de una teora. Es decir, podemos tener una teo r a de la cualestos modelos sean modelos en el sentido del trmino modelo habi-tualmente empleado en lgica y en filosofa de la ciencia". Nuestrosmodelos incorporarn entonces teoras. Y esas teoras podrn servira su vez como guas ti les en la construccin de los modelos. Lasteoras imponen orden conceptual en nuestras ideas y las dotan deun enorme potencial deductivo. Pero los modelos tienen algo queno tienen las teoras. Impactan enormemente nuestra sensibilidad yestimulan con gran intensidad nuestra imaginacin. Consiguen estoa t ravs de su carcter concreto y mediante la incorporacin, ms omenos explcita, de un diseo 10. Un diseo que se refiere directa-mente al conjunto de intereses que la acc in tecnolgica pretende sat is fa ce r y a la esca lada de objer ivos que para e llo se ban dealcanzar.Los modelos tpicamente empleados en tecnologa no necesitanser modelos de ninguna teora. Y, aunque puedan ser lo , lo ms im-portante de ellos no suele estar en las t eor as de las cuales s eanmodelos, s ino en los d iseos que es to s mismos modelos manifies-tan . Los modelos presentes en la c ienc ia son siempre modelos dealguna t eo r a. A veces no resul ta del todo clar a aqu la diferen-

    H. Creo que cs ro cs tar-in en b hase de lo que Broncano ( l ~ H 7 ) 1I,1Inab,1 las "posibilidade s tCCI1o]{)gicJs Segn l, este tipo peculiar de modalidades venlarin una importantediferencia conceptual cutre ciencia y tecnologJ.

    Una estructura E e s u n modelo deuna teora Te n relacin a cierta inrcrprctacin TdeT sohre F (en otras palabras . respecto a cierta manera de referirse T a E ) si y slo si T resultaser vcrdndcra sobre E bajo la inrerpret.icin /. Como lo que queremos resaltar aqu es ciertosenrido del trmino modelo en el que a lgo puede ser un modelo sin necevita r s er modelo den inguna teor a, s iempre que es temos hablando de modelos que s sean, en efecto, modelosde teoras, lo sealaremos ex pliritamente , Un importante anlisis de LIS mltiples discusiones en filosofa de la ciencia acerca del concepto de modelo, as como una ncfnrnciou conceptual de las caracter sticas de los modelos tpicamente tecnolgicos a la que d eb e muchoel presente trabajo, se cncucntrnn en Vzqnev, 1990. Vase tambin Lir- ,1992.

    10. No puedo evitar aqu referirme a la clsica obr-a de Simon (1969) . Urilixo Li pula-bra diseo- justarnente en el sentido en el que en ingls se empleo, como po r ejemplo haceel propio Sirnon, el trmino designo La palabra cas tel lana pr cscnta cierta cormoracin desuperficialidad y mera apariencia (diseo como bosquejo apresur;do, como los rasgos ma-nifiestos generales de un ob je to , etc.) que es d mucho ms ausen te en su anlogo ingl-,(diseo como proyecto, incluso como designio, ctc.) . DdHl a Javier Ar,lcil la aclaracin deeste punto.

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    ( ( lN ( ) ( 1 " Y 1\1 1 \II\R, A 1 R,AVI' S 1)1 lA 1 b C NO I O G iA

    era entre modelos y teoras. Pero lo importante son s iempre lasteoras, las pretensiones tericas de cualquier modelo dentro de laciencia.Tal vez no sea pos ib le la exi st enci a de t eo r as sin modelos 11,

    peto la tecnologa hace verdadera la a fi rmacin de que ses posib lela existencia de modelos sin teorias",Tanto los modelos tpicamente tecnolgicos como las teoras ysus modelos asociados orientan el conocimiento y la accin. Ello

    depende de las int enciones y expec tat ivas de los constructores yusuarios de estos modelos y teoras. Una teora orienta la accincuando se aplica. Un tpico modelo tecnolgico, que no sea modelode ninguna teora, orienta el conocimiento hacindonos conocerms cosas sobre el sistema que es objeto de modelacin. Puede,incluso, llegar a sugerir el camino que conduce a la construccin deteoras hasta entonces inexistentes acerca de ese sistema. No se tra-ta slo de que la tecnologa pueda ser algo ms que ciencia aplica-da. La tecnologa tambin l lega a generar ciencia. Hoy en d a, noresulta difcil encontrar importantes avances tericos en el seno detecnologas marcadamente orientadas a la acc in.Los modelos tpicamente tecnolgicos intentan representar algo.Son representaciones. Pero son representaciones no tericas; estoes, no abs tr actas o conceptuales ni expresables lingsticamente.

    11. Las filosofas cst rucrurulistas de la ciencia insisten especialmente en este punto.12. la filosofa de la ciencia casi siempre ha intentado dar preferencia al preciso con

    cepto lgico de modelo, intentando reconstruir a partir de l cualquier otra uncin de mode lo . Vase , po r ejemplo, Suppcs (19hl) y Mostc r n ( l9H4) . Podr amos r esum ir nues tr asobjeciones bsicas a este intento de la siguiente forma. En los ambientes tcnicos y tecnolgicos es t recuenre emplear el trmino modelo" all donde no existen, ni es de esperar queexis tan, reor ias disponibles. Pero an hJY ms. Cuando existen teoras disponibles , de lascuales los modelos presentes en la tecnologa son modelos en un sentido muy cercano alconcepto lgico de modelo, lo que tendran en comn esos modelos con otros modelos delas mismas teoras es demasiadas veces lo menos impor tante . Lo que orienta decisivamenteel conocimiento y la accin en la rec nologa es, 111IKhas veces, algo slo dependiente de losdetalles concretos y de la peculiar presentacin, del peculiar formato, de tales modelos (enotras palabras , de aquello que caera fuera del isomorfismo existente entre todos los modelos de una teora - - -suponiendo que uucstru tcorta sea categrica, da ro - ) . Y aqu no acabanlos prohlemas. S iendo suf icientemente ingeniosos en nuestras interpretaciones, casi cualquier es tructura, abs tracta o concreta , podra ser modelo de cualquier teora. Los productostecnolgicos pueden siempre interpretarse as como modelos de muchas teoras, como modelos, po r ejemplo, de todas las teoras (algunas de ellas, en ocasiones, mutuamente contradictor ias) que se han tenido en cuenta en su produccin. Entre ellas debe r n estar , porsupuesto, teor as acerca de los mrgenes de tolerancia del error y cosas parecidas . Pero estovaciara de contenido nuestra nocin de modelo tpicamente tecnolgico a costa de trivializar enormemente el uso epistemolgico del concepto lgico de mode lo. Con teor a s o sinellas nos enfrentamos, pues, al dilema de atrincherarnos en un ideal f i losfico reductivo otolerar que nuestros conceptos reflejen diferencias ms o rne rms supe rficiales. Efectivamente, se trata de un problema de mayor o menor profundidad o superficialidad filosfica. yc r eo que, en este C1SO, es preferible asumir filosficamente roda la profunda superficialidadco n la que los que hemos llamado modelos tpicamente tecnolgicos llegan muchas veces aor ientar nuestro conocimiento y accin.

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    Podramos caracterizar estos modelos diciendo que son representa-ciones concretas e icnicas de una realidad. Representan la realidadcomo el cuadro que pinta un pintor representa a lgo . En cuantoorientadores de la acc in, los modelos tpicamente tecnolgicos seasemejan mucho a ciertas herramientas. Nos ayudan a saber cmoactuar, de la misma forma como un marti llo nos incita a golpear yno a cortar. Los modelos tpicamente tecnolgicos son herramien-tas intelectuales en un sentido mucho ms directo que el sentido enel que podemos decir esto mismo de las t eo r as . De las teoras nosinteresa su potencia deductiva. Potencia deductiva gracias a la cualtrazamos las historias pasadas y futuras de los conjuntos de f enmenos a los que se refieran nuestras teoras. Con las teoras explicamos y predecimos. Con las teoras esperamos saber qu ocurre, queha ocurrido y qu ocurrir. De los modelos tecnolgicos nos intere-sa, en c ambi o, su capacidad para ayudarnos a satisfacer nuestrosintereses en situaciones especficas. Su diseo nos ayuda a disearnuestra accin. Con los modelos tpicamente tecnolgicos espera-mos saber cmo actuar. Por deci rlo an ms metafricamente: lasteoras expanden nuestra mente, los modelos la concentran. Esto sederivara principalmente, ya lo dij imos, del carcter abstracto de lasteoras f rente al carcter concreto, e incorporador de d is eos , delos modelos tecnolgicos.

    Todo lo anterior se aplicara igualmente a dos usos especialesdel concepto de modelo muy habitua les en algunas ramas de la tecnologa. Nos referimos, por un lado, a la nocin de modelo mentalpresente tanto en el contexto de la construccin de sistemas exper-tos como en el de la construccin de modelos de simulacin mediante est ra tegias del est ilo a la dinmica de sistemas!'; por otro, ala utilizacin del trmino modelo a la hora de designar ciertos objetos, por ejemplo ciertos algoritmos matemticos o ciertos progra-mas informticos, tiles para la resolucin de determinados proble-mas. Un modelo en este ltimo sentido sera tambin una especie deherramienta intelectual".Los modelos mentales estaran bsicamente constituidos por unt ipo peculiar de imgenes, por imgenes mentales. Estas imgenesmentales siguen siendo muy concretas, tienen un gran valor icnicodifcilmente reducible a sus expresiones l ingst icas y no son, engeneral, modelos de ninguna teora previa, pero incorporan diseos

    U. V.anse, respectivnmenrc, slo a ttulo de ejerup!o, Cucna et al. (19S6) y Aracil(1986a, 19S6h). En algunos desarrollos rcricos de la actual psico log a cognit iva, ciertanocin de modelo mcntal rumhin OCUpJ un lugar central . Las relaciones curre los an t crin-re s usos Tecnolgicos y este ltimo uso pr ccmincnrcmenre rerico no son, sin embargo.fciles de esclarecer. Me he ocupado de este problema en Liz, 1992.

    14. Minsky (196::;) intenta precisar este Sentido peculiar del trmino modelo" de laviguicnrc forma: "Para un observador B, un objeto A'< es un modelo de un objeto A en lamedida en que R puede usa r A" para responder cuestiones que le interesan sobre A".

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    (,.11 un sentido incuestionable. Asimismo, los conjuntos de algorit-mos matemticos ()de programas informticos con cuya ayuda sesolucionan problemas de carcter conceptual muchas veces inten-tan adoptar tambin formas icnicas, suelen referirse a si tuacionesmuy concretas en relacin a d is eos pr ev io s y no es sorprendenteque no sean modelos de ninguna teora conocida.

    Podramos decir tambin que si en la tecnologa la ciencia moderna pone las teoras y la moderna industria su modo especial deconcebir la organizacin del trabajo y las tomas de decis iones, latcnica pone los modelos, en el sentido que hemos dado aqu a estetrmino, guas concretas! ' para saber cmo actuar frente a situaciones especficas. La tcnica s iempre se ha servi do de modelos en unsentido bsico muy parecido a como ahora se sirve de e llo s la te cnologa.No hay tecnologa, tal como la conocernos, sin ciencia. Tampo-co hay apenas, actualmente, ciencia al margen del desarrollo tecno-lgico. Por mucho que intentemos distinguir conceptualmente entre ciencia y tecnologa, nuestras distinciones tendrn siempre queenfrentarse con el hecho pragmrico e inst i tucional del bien avenido matrimonio entre la ciencia y la tecnologa. La afirmacin de laexistencia de modelos tpicamente tecnolgicos no niega todo esto.No puede negarlo. Si la ciencia y la tecnologa estn tan unidas, enlos complejos cientfico-tecnolgicos habr, entonces, modelos tpicamente tecnolgicos y no slo conjuntos de teoras ms sus aplicacioncs. Los modelos tpicamente tecnolgicos no son, o no sonslo, teoras aplicadas.

    4. Qur. LF 1J\1PORTA LA RFAl lDAD i\ I,A TECI'\()[ocACmo representan la rea lidad los modelos tpicamente tecnolgicos? l-lasta qu punto le importa la rea lidad a la tecnologa?Un rasgo caracterstico de los modelos tecnolgicos f ren te alas teoras c ient f icas es la ausencia en aqul los de los fuertes com-promisos realistas que adoptan estas lt imas . En los modelos tecnolgicos no se intentan descubrir o sealar las posibles causas reales de los fenmenos, sino sugerir cules pueden ser los modos masadecuados de intervencin en relac in a nuestros intereses. Estassuger enci as se r ea li zan a t rav s de los pecul ia re s diseos que losmodelos tecnolgicos transmiten. La nocin de explicacin ape-

    15. LI carcter OJ I IU ( ' /O de los modelos tipicatnvntc tn:llol, ,gie"s es funcl.uucmal, Aun-qu e esros lIlOllclus scnn tambin l l"delus de cicrt.iv rcoria s , lo que en la rccnologa g11:1 elconocimiento y la accin no es, en genCT,j, lo que tengan esos modelos en comn con otrosmodclo-, de lols mismas rcoras, s ino, romo 1';1 hemos indicado, jusramente lo 'lile los difc-renc .i de ellos.

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    nas tiene cabida en la tecnologa a no ser cuando se refiere ala explicacin de un cierto [uncionamiento": Pero entonces yano importan las causas reales de los fenmenos, sino la manera comoesos fenmenos se articulan satisfaciendo nuestras descripcionesacerca de un buen o mal funcionamiento en relacin a ciertos intereses.sta es la razn de que en tecnologa los mrgenes de toleranciadel error tengan un sentido muy distinto al que pueden tener dentrode la c ienc ia . Los usuar ios rea les y potenciales de una tecnologaexigen la satisfaccin de sus propios criterios de tolerancia, criterios que no siempre coinciden con los criterios de los tecnlogos nicon los de los cientficos que puedan estar involucrados en el mismo proceso tecnolgico. Pensar que en la ciencia cualquier error esintolerable es demasiado idealista. El error es un inquilino inevitable de la ciencia. No obstante, en la ciencia, la mayor o menor tolerancia hacia el error no viene directamente determinada por intereses prcticos concretos, sino por intereses epistmicos o por interesesprcticos muy generales. Una de las virtudes que caracterizan a unbuen tecnlogo consiste justamente en su capacidad para mediar, at ravs de un gran nmero de limitaciones materiales de todo tipo,entre los errores permitidos por la c ienc ia y 10s errores admisiblespor los usuarios.El lenguaje de la recnologa es r p icamente funcional. Puedenser, en general, muy variados los objetos fsicos, descritos y taxono-mizados materialmente desde el punto de vista de la c ienc ia , capaces de satisfacer las descripciones tecnolgicas. Esos objetos no formaran clases naturales, sino clases muy abiertas desde ese punto devista cientfico. Clases artificiales. podramos decir tambin. Unmartillo, una central nuclear, un coche, una instalacin elctrica,un ordenador, pueden estar hechos de muy diferentes mater ia lesrespetando igualmente sus descripciones tecnolgicas, sus diseosrespectivos. Las especificaciones materiales actan nicamente comocondiciones restr ic tivas relat iv izadas a un uso o a unos intereses,pero no como condiciones ltimas incondicionadas'".A la tecnologa le interesan los comportamientos de la realidadslo en cuanto tales comportamientos se relacionen con nuestros

    16. Prescindimos aqu, obviamente, de la aplicacin tecnolgica de teoras cientficasexplicativas . Entonces es tar amos ante casos de ciencia aplicada, peto no es en e st os casosen donde deber amos fijar nuestra atencin. Muchas veces, por cierto, se aplican tecnolgi-carnenre cuerpos tericos cientficos omolgicamente incompatibles, o teoras inadecuadasdesde un estricto punto de vista cientfico. A la tecnologa no [e importa esto porque no leimporta la realidad ms que en cuanto a travs de el la se deben satis facer determinadosIntereses.17. Las especificaciones materiales, curiosamente, s actan de esta l tima forma incondicionada en ti caso de algunas tcnicas artesanales cuando, por ejemplo, se exigen escru-pulosamente mater ias pr imas naturales o el respeto, casi ritual, de ciertos tiempos de prepa-racin y factura.

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    intereses. No le importa la autntica const ituc in de la rea lidad nila genuina produccin causa l de esos comportamientos, Sabemosque, incluso aunque cada estructura determinara unvocamente uncomportamiento para unas condiciones iniciales dadas, un determi-nado comportamiento a partir de unas condiciones iniciales dadassiempre podra ser generado por mltiples estructuras. La relacinque vincula comportamientos y estructuras no es, en este sentido,una funcin Existen siempre , pues, muchas formas distintas deproducir un determinado comportamiento. Y, muy a menudo, nohabr nada en comn entre todas ellas que pueda ser descrito contando nicamente con la ayuda de la c iencia.A todo esto habra que aadir an otra importante cuestin. Elempleo, cada vez ms extendido, de modelos de simulacin en laactividad tecnolgica. Simular un sistema no es duplicarlo. Y simular el comportamiento de un sistema no supone tampoco repetirlo.Podemos simular un comportamiento sin hacer n in gn uso de loque puedan haber sido las causas reales productoras de ese compor-tamiento. Esto obl iga a replantearnos la simetra entre explicaciny prediccin. Aunque podamos tener predicciones y, con ellas posibilidad de control all donde dispongamos de explicaciones, pode-rnos asimismo tener predicciones y posibilidad de control sin tenerninguna explicacin. Esto ocurre siempre que basemos nuestras predicciones y estrategias de control slo en modelos de simulac in,en modelos que no hagan referencia direc ta a lo que puedan habersido las causas reales productoras de un comportamiento. La simulacin, por tanto, nos ofrece la posib il idad de tener prediccin ycontrol sin ningn tipo de explicacin.La importancia de la simulacin dentro de la tecnologa actualpuede an ser relevante en otro sentido. Puede tambin romper ladisyuntiva, establecida por algunos filsofos de la tecnologa'" , entre producir y sintetizar, entre tecnologas de produccin y tecno-logas de sntesis. El ob je tivo de las primeras sera la produccinintencionada de algo a t ravs del control interno de ciertos procesos, a travs de la manipulacin y gestin de las causas rea les actuantes en los procesos que de manera natural lo pueden l legar agenerar. Frente a esto, el objetivo de las segundas sera lasntesis decosas nuevas, la creacin artificial de algo a travs de procesos quetrastoquen el orden natural de las cosas. Pues bien, independiente-mente de los numerosos problemas que traera consigo el recurso auna distincin tajante entre lo natural y lo artificial", el fenmenode la simulacin pone seriamente en serio peligro la anterior clasifi-

    18. Sobre es te punto, vase Vzquez, Araci l y Liz ([990), Vzquez (1988h), as comoVdzquez y Liz (1989,1991).19. Vase, por ejemplo, Sanmnrrn (19R7 y I n9 ) .

    2 0. D is cu si on es de este problema se encuentr an en Vzquez (19R7) y, ms cxtens.amente, en Vzquez y Liz (1991).

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    cacin de tecnologas. El hecho decis ivo consiste en que la s imulacin no es ni produccin ni sntesis. Existen actualmente tecnologas que no son ni de produccin ni de s ntesi s. Se trata de las tecnologas basadas en la simulacin. Por ejemplo, cierta versin dbilde la inteligencia art if icial o las mltiples tecnologas de prospectiva v control basadas en modelos de simulacin.'Fijemos nuestra atencin en el primer ejemplo. La expresinversin dbil de la inteligencia art if icial denotara el macroproyecto actualmente existente en el campo de las ciencias cognit ivas

    que consi st e en la u ti li zacin de modelos computacionales comorepresentaciones tericas de ciertos estados y procesos catalogadoscomo inteligentes (estados y procesos mentales o psicolgicos).Lo que podramos llamar vers in fuerte de la intel igencia art if icia! pretendera mucho ms, pretendera en sentido literal crearinteligencia (estados y procesos mentales o psicolgicos) art if icialmente. Lo ltimo s dara lugar, claramente, a tecnologas desmtesis, lo primero, no. Pe ro tampoco lo primero tiene por quconducir necesariamente a tecnologas de produccin, a tecnologas que intenten producir algo a travs de la manipulacin y elcontrol de las causas reales que de manera natural condicionen suexistencia. Como ya hemos indicado, los modelos de simulacinson muy indiferentes, en gener al , a lo que puedan haber sido esascausas reales. En perfectamente posible tener tecnologas predictivas y de control asociadas a modelos de simulacin de este tipo sinque esas tecnologas puedan ser caracterizadas como tecnologas deproduccin ni como tecnologas de sntesis. El concepto de produccin al que esta dist incin alude parece ms apropiado a una concepcin de la tecnologa como ciencia aplicada, en donde lo mismoque ha servido para explicar sirve tambin ahora para predecir, controlar y producir, que a lo que pretenden ser muchas tecnologasactuales. Por otro lado, el concepto de sntesis presenta la mayorade 13s veces un trasfondo exageradamente dernirgico con el que noestaran de acuerdo muchos practicantes de tecnologas que se etiquetan como s int ticas. En esta s ituacin estar a , tpicamente, L1inteligencia artificial.

    Contestemos ahora a las preguntas que iniciaban este apartado.(cmo representan la realidad los modelos tpicamente tecnolgicos? y hasta qu punto le importa la realidad a la tecnologa? Puesbien, los modelos tpicamente tecnolgicos representan la realidadde una manera funcional en relacin a ciertos interescs-". Y lo consiguen gracias a los diseos que incorporan y transmiten. Esto haceque a la tecnologa le importe la realidad slo en cuanto a t ravs deella se puedan sarisracer esos determinados intereses . Slo en estesentido.

    21. Sohre esre- tema, recomu-ndo cl intcrrsnntc Llbel l ' ) tic Br " I lC l IH ' (1l)X'J).

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    .5. LA RACIONALIDAD PRCTICA DE LA TECNOLocAExigimos de la tecnologa que satisfaga nuestros intereses actuando en la realidad, y queremos que esto se haga de manera racional.Esto es, valoramos y exigimos la racionalidad prctica de la tecno10ga21 La racionalidad prctica de la tecnologa debe incluir , casi po rdefinicin, la racionalidad epistmica de la ciencia. La tecnologadebe hacer uso, si e llo es posible , de todo el conocimiento cientficodisponible. Debe tambin emplear las mismas tcticas y mtodosgenerales que uti liza la ciencia , esta vez en la adquisicin y el c on trol del conocimiento especficamente tecnolgico ofrecido po r susmodelos. No podemos ser tecnolgicamente racionales si no somosepistmicamente racionales al est ilo de como lo es la ciencia . Estoquiere decir que, aunque no se disponga de teoras y slo se cuentecon el apoyo de modelos especficamente tecnolgicos, la construccin y just if icacin de estos modelos debe seguir las mismas constricciones normativas generales que la ciencia pone en juego en relacin a las teoras . Los modelos han de ser discutidos crticamentey confrontados con la realidad de manera muy similar a como sondiscutidas crticamente y confrontadas con la realidad las teoras. Apesar de las diferencias que antes sealbamos entre teoras y modelos, la racionalidad epistmica debe ser en lneas generales 1J misma en ambos casos.La racionalidad prctica de la tecnologa incluye, pues, a la racionalidad epistmica de la ciencia . Esta racionalidad se aplica tanto al conocimiento cientfico que incorpora la tecnologa como a loque hemos venido llamando modelos tpicamente tecnolgicos. Pero la racionalidad prctica no es s lo una racionalidad episrmica.La racionalidad prctica de la tecnologa incluye tambin una racionalidad instrumental referida a laconsecucin de los fines propuestos en las acciones tecnolgicas. La racionalidad instrumental presenta mltiples aspectos. Se pueden conseguir esos fines de formams o menos costosa, rpida, con ms o menos consecuencias indeseadas, etc."Pero la racionalidad prctica de la tecnologa tampoco acaba enestos aspectos instrumentales. Contiene, tambin, cierta ractonali-

    22. Al t ruru r aqu el problema de la mcionnlidad de la ie cnologa, adoptaremos unacs tratcgta npicamcnrc poppcr-iana. )\"0 nos plantearemos directamente el signif ic1do delconcepto de racionalidad, sino que hahlnrcrnos sobre ella e intentaremos decir algo intcrcsante sobre la racionalidad de la tecnologfu. Esta estrategia sera la apropiada, neo, siempreque estemos haciendo [ilosctia al/icada; en este caso, filosofa aplicada al .mlisis de la tecnologa. Sobre esta concepcin de la filosofa de la tecnologa como filosofa aplicada, enlugar de como una r ama mis de la filosofa, me remito a Cicrc (1977).

    2 3. A lg un os de estos aspectos son precisados de maneta muy clara en el libro de Quinranilla (19S9). Son especialmentc sugestivos sus anlisi s de los conceptos de e[icacia y efiesencia,

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    dad de fines. Cuando exigimos racionalidad prctica a la tecnologa, queremos tambin que ordene y priorice adecuadamente unosdeterminados objetivos sobre otros y que se conec te , en lt imo trmino, con nuestros ideales acerca de 10que deba consistir una buena vida>'. Queremos que la tecnologa mejore nuest ra calidad devida hasta donde sea posible. Con todo e llo, la pregunta po r laracionalidad de la tecnologa alcanza a la consideracin de los finesltimos que deberan proponerse nuestras acciones tecnolgicas. Estavertiente de la racionalidad tecnolgica se conecta con otras formas de racionalidad prctica no estrictamente tecnolgicas. Conalgo que podramos tal vez llamar racionalidad social o racionalidadpoltica. Aqu ocurre algo parec ido a lo que ocurr a antes con laracionalidad epistmica de la tecnologa. En la racionalidad prctica de la tecnologa deben intervenir tambin estrategias y mtodosgenerales muy parec idos a los que intervienen en la racionalidadsocial y poltica.En la racionalidad prctica de la tecnologa hemos identificadohasta el momento tres componentes: una racionalidad epistmica,una racionalidad instrumental y una racionalidad de fines. Por otrolado, en todas las acc iones tecnolgicas podemos tambin distinguir la intervencin, en grado variable, de tres tipos de elementosnormativos. Los llamaremos elementos normativos cientfico-tecnolgicos, elementos normativos sociales y elementos normativosticos.

    Cada uno de los anteriores elementos normativos estara formado tanto por creencias como por reglas de accin. Todos ellos sedistinguen por su diverso origen y pueden funcionar como criteriosde evaluacin y correccin en todas las fases de una accin tecnolgica. Aclaremos ms a qu nos refer imos. La distinc in entre elementos normativos cientfico-tecnolgicos, por un lado, y elementos normativos sociales y ticos, po r otro, sera relativa al grado deaceptacin que tengan determinadas creencias y reglas de accinpor parte de la propia comunidad cientfico-tecnolgica. Lo que seaun elemento normativo cientfico-tecnolgico debe ser identificadoen relac in a 10 que creen los propios cientficos y tecnlogos comocientficos y tecnlogos. Por cierto, la distincin entre creencias yreglas de accin propiamente cientficas o tecnolgicas, por un lado, y creencias y reglas de accin ideolgicas, por otro, debe sertrazada por la propia ciencia. A su vez, la distincin entre elementos normativos sociales y ticos sera relativa a su grado de aceptacin social. Las creencias religiosas, por ejemplo, pueden ser elementas normativos ticos, individuales y privados, en cierto contexto24. Ortega (1982) aciert a plenamente cuando indica que con la tcnica y la recnologa

    no slo buscamos sobrevivir s ino, sobre todo, benoioir. Como veremos mas adelante, estameta ccnsriruira jus tamente el origen de los que llarnaremos te rce r t ipo de problemas deracionalidad de las acciones tecnolgi

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    MANUII 1 1 /

    de problemas de racionalidad de las acciones tecnolgicas. Estosproblemas se ref ieren a la jus ti fi cacin de la primaca de unos elementos normativos sobre otros. Son problemas, po r tanto, que exigen una correcta ordenacin de nuestros fines e intereses>. A estesegundo tipo de problemas pertenecera parte de lo que concierne auna racionalidad de fines. Parte, pero no todo.La otra parte v iene a continuacin. Podemos decidir qu elementos normativos deben primar sobre los otros, resolviendo asproblemas concretos de racionalidad del segundo tipo." y, no obst ante, sospechar que los elementos normativos predominantes enesos casos no son suficientemente rac ionales en s mismos. Ser a ,entonces, racional la primaca de algo cuya racionalidad no es tsuficientemente clara. Esta si tuacin paradjica nos conduci ra aun tercer tipo de problemas de racionalidad en las acciones tecno-lgicas. Este tercer t ipo de problemas de racionalidad surge de nuestro afn po r ser completamente racionales. Y la tecnologa slo sercompletamente racional en la medida en que persiga la consecucinde fines en s mismos racionales, de fines intrnsecamente valiosos.Una concepcin meramente instrumental de la tecnologa slose plantear problemas de racionalidad del primer tipo. Los problemas del segundo t ipo sern dejados a la discusin social y poltica.y los problemas del tercer t ipo slo podrn ser objeto de especulacin filosfica y utpica. Una concepcin menos instrumental de latecnologa llegar a plantearse tambin problemas del segundo tipo.Por ~ l t l m o , una concepcin de la tecnologa que aspire a poderpredicar de ella una racionalidad completa debe plantearse problemas de los tres tipos. Particularmente, los problemas del tercer tipono podrn ya ser sl o tema de libre especulacin.

    2 6. O rd cn uc i n q ue muchas veces s lo s e r parcial, lo cual tambin nos conducira,por o t ro cll1lino, a lo que a continuacin llamaremos tercer tipo de problemas de racionalidud de las accroncs tecnolgicas. Una ordenacin de fin es o intereses ser s(lo parcialcuando eXlstJn JI menos dos f in es o intereses respecto J los que no sepamos cul de ellosdebe pr imar sobr e el otro.

    27. Podemos, por e jemplo , decid ir que pr imen los elementos normativos sociales sob re los ticos, los cientifico-tccnolgico, sobre los sociales y los ticos, o viceversa, et c Yahemos suge r ido que ante una incompa t ib i lidad epi sr m ica, el conocimiento cientfico-tecnolgico, si existe, debe tener absoluta pr ioridad. Y, cuando no exist'l, los criterios general es de correccin episrmica que funcionnn en la ciencia deben ser aqu tambin priorizados.El problema es que los elementos normativos cientfico-tecnolgicos no slo estn compuestos por conocimientos sobre la realidad y po r estrategi'ls generales de descubrimientoy control epistmico sino, tambin, por lneas concretas de investigacin y por criterios derelevancia y de oportunidad acer-ca de por dnd e mer ec e la pena seguir avanzando. Toselementosnormativos de cualquier t ipo, COmo ya hemos indicado, no seran slo creencias,sino tambin reglas de accin. Dicho de otra forma, los elementos normativos cientficosno s on slo elementos normativos cpisrmicos. Y todo esto s puede resultar incompatihle ,y llegar a ser tal vez menos prioritario, que los elementos normativos sociales o ticos quepuedan surgir.

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    6 . SFAt\10S COMI'LETAME!'JTE RACIONALESComencemos con una afirmacin audaz. La completa racionalidadprctica de cualquier accin, de cualquier accin tecnolgica porejemplo, exige su capacidad ltima para procurar la obtencin defines intrnsecamente valiosos.

    Todo elmundo sahe que los fines intrnsecamente valiosos hande ser valorados po r s mismos; esto es, han de ser valorados aunque no podamos ya justificar mediante razones po r qu los valoramos. Pero, claro est, a lgo puede ser valorado po r s mismo, en elanterior sentido, y no ser un fin intrnsecamente valioso. No estamos ant e un bicoridicional. En este tema somos tan falibles comoen cualquier otro. Sin embargo, la determinacin de este tipo defines algo tiene qu e ver c on la uti lizacin de toda la informacinpertinente, con la discusin, la crt ica y al desarrollo histrico. Apesar de nuestro falibilismo, parece, pues, plausible la intuicin deque un fin propuesto t iene ms valor intrnseco que otro si poniendo a prueba su respectivo valor, esto es, agotando la cr ti ca y haciendo uso de toda la informacin disponible, seguimos valorandoms el primero que el segundo. Realmente, no conozco otra formade expresar 10que se quiere decir cuando se exige una racionalidadprctica que, respetando la racionalidad epistmica de la ciencia ,vaya ms all de la efect iva obtencin de unos fines propuestos y desu ordenacin de acuerdo a las prioridades generalmente aceptadasen los contextos soc ia le s en los que se desarrolle esa tecnologa. Siquerernos extender el concepto de racionalidad prctica ms allde estas cuestiones, ms all de una racionalidad instrumental y deuna racionalidad que ordena y prioriza unos fines sobre otros, debemos recurrir a alguna nocin de fines con un valor intrnseco. Elanterior anlisis tiene, en consecuencia, un carcter bsicamentedescriptivo. Cuando discutimos acerca del valor de nuestros fines,llegamos muchas veces a situaciones que podran ser descri tas de lasiguiente forma:Seguimos valorando a lgo a pesar de no tener ya razones paraello. La valoracin puede siempre ser irracional. Somos falibles. Nohay nada en nuestras valoraciones que garantice contra todo riesgoque sea racional valorar lo que valoramos. No obstanre, asumimosque la racionalidad ltima de un fin entraa su valor intrnseco. Siexisten fines racionales en este sentido, tendramos que valorarloscon independencia de las razones que podamos tener a su favor o ensu contra". Tambin asumimos que , una vez agotados todos los

    28. En otras palabras, la bondad" de un fin, su valor intrnseco, debe basta r par a hacer racional su eleccin. La eleccin puede haberse realizado a travs de proc exos 4ue nadatengan que ver con la racionalidad, pero ha de ser racional el haber elegido un f in intrnsecamente valioso. Debemos distinguir entrc lo acertada 'lile puede ser una eleccin y lo acert ados que pueden s er los procedimientos que hemos empleado para elegir. Una concepcin

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    MANU I I LI L ( ( IN I ) ( 11\ y A f I UAR A 1 RAV r '> 1)1 lA 11 ( N O I OC iA

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    recursos del conocimiento y la crtica, valorar algo es un buen indicio de su valor intrnseco. En otras palabras, admit imos que ha deser posible proponerse fines intrnsecamente valiosos sin necesidadde ser sabio, pero reconocemos al mismo tiempo que ser sabio es lamejor estrategia para descubrir lo intrnsecamente valioso.Sabemos que nuestra racionalidad tecnolgica, como toda racionalidad, es siempre, en algn sentido, una racionalidad limita-da. Y, sin embargo, estamos diciendo que queremos una racionalidad lo ms completa posible. Precisamente por ello nos formulamosproblemas de racionalidad del segundo y del tercer tipo. Cmoentender esto? Una racionalidad tecnolgica completa procurara,segn dijimos, la obtencin de fines intrnsecamente valiosos. Esposible una racionalidad limitada pero completa? Nuestra respuesta ser afirmativa.Aclaremos un punto previo: Los lmites de la racionalidad de latecnologa no son simplemente los lmites de la tecnologa. Nuestraracionalidad est limitada, pero sus lmites no dependen simplementedel hecho de que no podamos hacerlo todo o controlarlo todo.El no poder hacer todo lo que queramos no puede ser ningnlmite de la racionalidad de las acciones tecnolgicas. En todo caso,ser un l mi te de la propia tecnologa. Pongamos un ejemplo radical. La tcnica y la tecnologa no modifican los intereses para questos puedan resultar satisfechos por la realidad, sino que modifican la realidad para que sta consiga satisfacer esos intereses. Pordefinicin, la realidad que se pretende modificar no puede coincidircon los intereses que se intentan satisfacer", Otra forma ms resumida de decir 10 mismo sera sta: el objetivo de nuestra tcnica otecnologa no puede ser modificar nuestros intereses. Es induda-ble que muchos de los intereses del hombre, muchas de sus actitudes y expectativas, se ven continuamente modificados por la tcnica y la tecnologa. A veces esto satisface los intereses de alguien, ylo hace de manera planificada. Otras veces es un efecto secundarioinstrumentalista de la racionalidad no puede encontrar ningn sentido a la plausible intui-cin de que sea racional elegir lo bueno, a pesar de todo lo i r racionales que sean los proce-dimienros que puedan habernos conducido a t al eleccin. Y, paralelamente, irracional elegir 10 malo, a pesar de toda la racionalidad que se haya puesto en juego. Pero, entonces,desde esta concepcin instrumentalista de la racionalidad, nos veremos siempre enfrenta-dos a casos como el del nazi racional que presenta Purnam (1981) . Los fines que se propu-srera un nazi racional tendran qu e ser necesariamente buenos por ser perseguidos de unamanera escrupulosamente racional. Por cierto, en este trabajo de Putnam podemos encon-trar una de l as ms agudas discusionesactuales de este tipo de problemas. De todas formas,ins is to , nega r una concepcin slo ins trumentalis ta , bcnrhamiana, de la racionalidad nosignifica poder ofrecer ejemplos indiscutibles de f ines intrnsecamente valiosos. [Qu msquisiramos! Pues, en ese caso, y por definicin, inmediatamente seran valorados por cual-quiera.

    29. Si lo que se quiere modificar son ciertos intereses, el resultado tendr que satisfacer otros intereses dist intos . Esto permitira diferenciar las tcnicas y tecnologas psicolgi-cas y SOCIalesde otras cosas que no son ni tcnica n i tecnologa.

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    que tal vez, si nos lo propusiramos, podra ser evitado. Pero lamodificacin total y absoluta de nuestros intereses no puede serun producto tcnico o tecnolgico nuestro, Ni un simple efectocolateral o secundario. Ha de ser s iempre un subproducto'"; es decir, algo que no puede ser intencionalmente planeado y conseguido.Un proyecto imposible. Y, algo imposible no puede ser un l mite dela racionalidad. Hemos puesto un ejemplo extremo, pero la moraleja es clara. Nuestra incapacidad para ajustarnos a una norma racional no puede ser identificada con ninguna insalvable incapacidadfsica o metafsica. La racionalidad no puede quedar limitada poralgo imposible de conseguir. Debe haber una diferencia crucial entre ser irracionales y ser a-racionales. En los asuntos racionales, unlmite insalvable deja de ser ya un l mi te .Por las mismas razones, tampoco tiene por qu ser un l mite dela racionalidad tecnolgica el no ser capaces de controlar todas lasconsecuencias de nuestras acciones tecnolgicas", Esto tambinslo es un lmite determinante de nuestra tecnologa. Controlar msconsecuencias de nuestras acciones tecnolgicas slo implica directamente tener mejor tecnologa, no tener una tecnologa ms racio-nal. Aunque tuviramos un control total sobre todas las consecuencias de nuestras acciones, podramos realizar acciones absolutamenteirracionales. Una sociedad infinitamente perversa es perfectamentecompatible con una tecnologa ideal desde el punto de vista delcontrol. Pero, la perversin algo debe tener que ver con la irracionalidad. La incapacidad de control sera, en nuestro caso anterior,no un l m ite sino ms bien una virtud.Mayor control slo significa mayor racionalidad cuando nicamente surjan problemas de racionalidad del primer tipo o, si ade ms aparecen otros tipos de problemas de racionalidad, cuando efectivamente sea racional la obtencin de los objetivos que pretendemos.Pensar que el principal o el nico problema de la racionalidad tecnolgica es un problema de control, de maximizar el control sobrenuestras acciones tecnolgicas y sus consecuencias, es empearseen que sus objet ivos , sus fines, caen s iempre fuera de la evalua cin". Pero los fines no son dados, s ino ms b ien tomados. Y loscriterios de adopcin, ordenacin y valoracin de fines son esenciales en toda accin tecnolgica.Cules son, entonces, los lmites de la racionalidad de la tec-nologa? La causa decisiva que hace que nuestra racionalidad tecnolgica est limitada es, ms bien, nuestra incapacidad para determi-nar de forma decisiva e irrevisable la racionalidad o irracionalidad

    30. Justamente en el sentido en el que Elsrer (19X3) util iza es ta nocin.31 . De manera anloga, podramos decir que no conocerlo todo no supone tampoco.

    necesar iamente, ningn lmite de la racionalidad episrmica, s ino slo un lmite del propioconocimiento.

    32 . En otro lugar, L iz y Vzquez (1990) llambamos a esta actitud sndrome Nemo.

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    r1 A N 11 I I ( I ~ l l l ( II ( (A ( I I JAH A I I ( A V ( ~ 111 lA rr c re or o c.L

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    de la mayor parte de nuestras acciones tecnolgicas. Es ms, cuantomayores sean las expectativas que pongamos en ciertas accionestecnolgicas, mayor parece ser siempre esta indeterminacin!', Nuestraracionalidad tecnolgica es limitada, en est e sentido, porque tambin lo es la racionalidad epistrnica que incluye. Porque, adems,siempre podemos replantearnos la existencia de nuevos elementosnormativos cientficos, sociales o ticos o revisar crticamente aquelloscon los que ya contbamos. Siempre podemos, tambin, poner encuestin las relaciones de primaca establecidas entre esos elementos en base , por ejemplo, a la cr ti ca y devaluacin de la racionalidad de alguno de ellos . La ampliacin de consideraciones no conoce aqu lmite. El poner lmites a esta falta de l mi te s es lo quelimita nuestra racionalidad. Siempre es pos ible ser ms rac ionalesde lo que somos, y los lmites los ponemos nosotros al pararnos enun punto . La posibilidad de un cambio en nuestras asignacionesde racionalidad permanece siempre abierta. Toda determinacin dela racionalidad de una accin tecnolgica es hipottica, tentativa yrevisable. Aspirar a una racionalidad completa no puede significar,pues, anular estos rasgos. Tales rasgos son constitutivos de nuestraracionalidad. No son rasgos eliminables.Volvamos atrs . En qu sentido podemos aspirar, entonces,a una racionalidad tecnolgica limitada pero completa? La respuesta a esta pregunta debera ser, creo, ms o menos la siguiente:es plausible suponer que una racionalidad tecnolgica limitada sevuelve completa en la medida en que explotamos toda la informa-cin disponible y agotamos la crtica y la accin dent ro de suslmites.Al precisar la nocin de fines intrnsecamente valiosos decamosque, aunque pertenezca a esa nocin el que los fines intrmsccamcnte valiosos deban ser valorados a pesar de no tener razones paraello, no s lo el no tener esas razones nu nos pone en la mano finesintrnsecamente valiosos (no estbamos ante un bicondicional), sinoque el mejor, acaso el nico, indicio que tenemos para suponer elvalor intrnseco de un fin es el hecho de que sigamos valorndolouna vez agotados todos los recursos del conocimiento y de la cr ti cal'. Con la completud de la limitada racionalidad de la tecnologaocurre algo semejante. El paralelismo debe resultar obvio desde elmomento en que decimos que la racionalidad de la tecnologa sercompleta cuando, siendo epistmica e instrumentalmente racionaly ordenando y priorizando adecuadamente los fines dados en la

    3:L Pinsese sin ms en los CilSOS generales de la actual tecnologa nuclear, de la ingeniera gentica, de la inreligencia artificial o en el esplndido eje rnp!o de la conflictiva introduccion de la mquina de vapor eu la industrio textil a fina les del pasado siglo.

    34. R ep it mos lo : 1Mde ser posible proponerse fines intrnsecamente valiosos sin necesidad de ser sahi o, pero ser sabio es la mejor estr atcgj.i para descubr ir lo inrrfsecamenrevalioso.

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    comunidad donde se desarrolle esa tecnologa-U, procure la obtencin de fines intrnsecamente valiosos.Queremos ser completamente racionales. Nos paramos en unpunto. No es imposible seguir avanzando. Simplemente, no sabemos ya cmo seguir. Hemos de suponer que, entonces, nuestra limitada racionalidad se vuelve completa cuando nos agotamos en elquerer ser racionales. Podramos l legar a ser ms racionales, imaginamos contra fcticamente otras circunstancias en las que posiblemente nuestra racionalidad se hubiera ejercido mejor, pero hemoshecho todo lo que podiamos. Una racionalidad limitada puede seras una racionalidad completa.Un ltimo comentario. Los l mites de la racionalidad los ponemos nosotros al pararnos en un punto. De las circunstancias de esaparada depende el que consideremos que la raconaldad ejercidahaya podido ser o no ms completa. Hay un importante sentido enel que cabe hablar aqu de progreso de la racionalidad. Nuestroconocimiento aumenta y nuestras estrategias de c r ti ca y accin sehacen cada vez ms sofisticadas y poderosas. Aprendemos tambindel pasado, de nuestra historia y de los dems, conocemos otrasmanifestaciones culturales y otros valores con los que comparamosy contrastamos nuestra cultura y nuestros valores. Asimismo, inventamos e imaginamos nuevas formas de v ida que pretendemosvalorar intrnsecamente. Los lmites capaces de contener una racional idad l imitada pero capaz de ser completa se amplan sin cesar.Nada de est o es nuevo. Y todo ello puede ser dicho tambin de laracionalidad tecnolgica.

    7. IMAGINAR OTRA VIDA ANTES DE LA MUERTEImaginar otras formas de vida nos conduce, en ltima instancia, alterreno de la utopa. Pero, entre los campos de la racionalidad epistrnica, de la racionalidad instrumental y de la ordenacin adecuada de nuestros objetivos, po r un lado, y el terreno de la utopa, porotro, an queda mucho camino por recorrer. Un camino en el queel debate acerca de la calidad de vida es fundamental. Este debateacerca de la calidad de vida, acerca de una calidad de vida intrinse-camente valiosa, pertenecera a lo que hemos l lamado tercer tipode problemas de racionalidad de las acciones tecnolgicas.

    No sera adecuado desplazar todos los problemas relat ivos alvalor intrnseco de los fines al mbito de la imaginacin utpica,

    35. "Adecuadamente debe entenderse aqu como adecuadamente-segn-Ios-criteriosgcneraIme11te-ace prados-en-esa -c0111 uni dad -pafa -ordcn ar -y -priorizar -fines-. rile de trata rse decriterios ms o menos democrticos. autoritarios, etc. Una concepcin de la racionalidadque no permita hablar de algo as l 0n10 racionalidad intrnseca de fines slo podra llegarhasta aqu. Esto es lo irnporrante.

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    cargndola con todo el peso de la completud de la racionalidad dela t ecno loga. Una cal idad de v ida meramente ut pi ca no es, engeneral, un objetivo tecnolgicamente posible. No es, por tanto,algo que pueda hacer completa la racionalidad de la tecnologa. Y,cuando aqu intentamos descr ib ir y al canza r una cal idad de v idaintrnsecamente valiosa, un bienvivir de los que hablaba Ortega,no queremos salirnos del espacio de objetivos posibles de la tecnologa. No queremos simplemente elaborar utopas. Tampoco pensamas que describir una cal idad de vida se reduzca a una cuest inde ordenamiento y priorizacin de los fines aceptados por una comunidad en un momento dado. Lo que hacemos es plantear radicalmente la posib il idad de ser completamente racionales en nuestras acciones tecnolgicas.Si queremos ser completamente racionales en nuestras accionestecnolgicas, estamos obligados a promover mecanismos que favorezcan el desarrollo de una imaginacin no slo utpica , estamosobligados a desarrollar una imaginacin que se aplique a la innovacin tecnolgica orientada al mejoramiento global de la calidad devida.La tecnologa presenta cuatro importantes caractersticas queava lan la relevancia y el poder de la imaginacin en este punto. Algunas de ellas ya las hemos ana lizado, o tras aparecern aqupor vez primera. Todas ellas mereceran consideracin. Son las siguientes:1)El desarrollo tecnolgico esen gran medida imprevisto desdela perspectiva de los intereses y expectativas de los contextos cientficos y sociales en los que t iene lugar, la creatividad tecnolgicafcilmente escapa de los lmites impuestos por la ciencia, la indust ria y la empresa .2) La tecnologa esholista, enormemente interrelacionada y sensible, pequeos c ambi os en un lugar pueden originar tremendasmodificaciones en todo el conjunto de la tecnologa.3) La tecnologa es altamente funcional, emplea un lenguaje tpicamente funcional y enormemente plstico relacionando cosas muyheterogneas desde otros puntos de vista, cosas pertenecientes a losmbitos de la c ienc ia , la economa, la tica , el derecho, etc.4) La tecnologia es sumamente finalista, incluyendo de manerano e1iminable fines, objetivos, intereses, expectativas, etc., quepueden ser revisados, cambiados o ampliados a t ravs de su desarrollo".Al plantearnos, pues, el problema de la cal idad de v ida no es tamos simplemente plantendonos un problema utpico que caiga yafuera del marco de los problemas generados por la tecnologa. Esta-

    36 . Estos rasgos caracterizaran tambin a los modelos tpicamente tecnolgicos y a losdiseos que f orman pa rte d e los mismos.

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    mos planteando un problema que concierne al desarrollo internode la propia actividad tecnolgica".Una filosof a de la tecnologa basada en la invencin, en losincondicionados procesos creativos del inventor genial o afortunado, no podr nunca darse cuenta de e sto. Para ella, la c al idad devida ser un cap tulo ms de la utopa de turno. Una filosofa de latecnologa basada, en cambio, en el diseo, en ese componente imprescindible de los modelos tpicamente tecnolgicos lleno de referencias valorativas y siempre atento al punto de vista del usuar io ,debe considerar el debate sobre la calidad de vida como algo fundamental e inaplazable.La cal idad de vida es, adems, una de las pocas cosas que anpueden ser universalizables. Nuestra calidad de vida, de aqu y ahora,se ve afectada por lo que pueda ocurrir en otros tiempos y lugares.Los sujetos a los que se ref iere una cal idad de vida no pueden serslo los sujetos que pertenezcan actualmente a la comunidad socialen la que se plantea un problema de este t ipo. Un problema que caedentro de lo que hemos llamado tercer tipo de problemas de racionalidad de las acciones tecnolgicas. Una calidad de vida dehe referirsetambin a los sujetos pertenecientes a cualquier comunidad presentey futura. Y debe englobar asimismo los respectivos entornos en loscuales se vaya a desarrollar esa calidad de vida. Nuestra calidad devida no puede ser slo nuestra. A la cal idad de vida no le son indiferentes ni las otras cul turas, ni el futuro, ni el entorno. Por ello,ordenar y priorizar los fines que actualmente tenemos no basta paradisear una cal idad de vida. La cal idad de vida debe tener un valorintrnseco donde los haya. Al menos, as nos la imaginamos, que eslo importante. Pero debe se