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La cábala es una forma del misticismo judío cuyas raíces se han de buscar, por una parte, en esas antiguas especulaciones gramatológicas y numero lógicas que desembocaron en el Sefer Yetsirah o «Libro de la Creación» (¿siglo IV de nuestra era?) y, por otra parte, en la llamada literatura hekhalótica. Moshe Idel distingue en la cábala dos fórmulas: una «teosófico- teúrgica» y otra «extática». El Sefer Yetsirah elabora ya el esquema cosmológico que será característico de la cábala: las 10 sefirot correspondientes probablemente a los diez mandamientos, y las 22 vías que las comunican entre sí, corres- pondientes a las 22 letras del alefato hebreo. De esta manera, la creación se produce a partir de estos 32 elementos primordiales. El Sefer Yetsirah y la literatura hekhalótica estaban en el centro del pensamiento de los «judíos pietistas alemanes» (Jasidei Ashkenaz), entre los cuales ocuparon un lugar destacado los representantes de la familia de los Kalonymus: Samuel ben Kalonymus de Espira (siglo XII), su hijo Judas ben Samuel y el discípulo de este último Eleazar de Worms (1165-1230). De todos modos, la cábala no tuvo su origen entre los askenazíes, sino entre los sefarditas de Provenza, autores del Sefer ha-Bajir “Libro de la Claridad”, en el que las sefirot asumen por primera vez el aspecto de atributos divinos. El primer místico judío provenzal que conoció el Bahir fue Isaac el Ciego hijo del rabino Abraham ben David de Posquieres. De Provenza, la cábala se propagó hacia Cataluña, donde floreció en el llamado Círculo de Girona, cuyos representantes fueron los rabinos Ezra ben Salomon, Azriel y el más famoso de todos Moisés ben Nahmán (o Nahmánides, 1195-1270). En Castilla, los precursores inmediatos del autor del Zohar fueron los hermanos Jacob e Isaac Cohen. Los cabalistas de este período pusieron a punto las técnicas de permutación y combinación de las letras del alefato)" y de numerología mística (temurah, gematria y notarikon), a

Cabala y Cabalistas España Mircea Eliade 1

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Recuento y descripción de la cabala y los cabalistas memorables de la historia española

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La cábala es una forma del misticismo judío cuyas raíces se han de buscar, por una parte, en esas antiguas especulaciones gramatológicas y numero lógicas que desembocaron en el Sefer Yetsirah o «Libro de la Creación» (¿siglo IV de nuestra era?) y, por otra parte, en la llamada literatura hekhalótica. Moshe Idel distingue en la cábala dos fórmulas: una «teosófico-teúrgica» y otra «extática».

El Sefer Yetsirah elabora ya el esquema cosmológico que será característico de la cábala: las 10 sefirot correspondientes probablemente a los diez mandamientos, y las 22 vías que las comunican entre sí, correspondientes a las 22 letras del alefato hebreo. De esta manera, la creación se produce a partir de estos 32 elementos primordiales. El Sefer Yetsirah y la literatura hekhalótica estaban en el centro del pensamiento de los «judíos pietistas alemanes» (Jasidei Ashkenaz), entre los cuales ocuparon un lugar destacado los representantes de la familia de los Kalonymus: Samuel ben Kalonymus de Espira (siglo XII), su hijo Judas ben Samuel y el discípulo de este último Eleazar de Worms (1165-1230). De todos modos, la cábala no tuvo su origen entre los askenazíes, sino entre los sefarditas de Provenza, autores del Sefer ha-Bajir “Libro de la Claridad”, en el que las sefirot asumen por primera vez el aspecto de atributos divinos. El primer místico judío provenzal que conoció el Bahir fue Isaac el Ciego hijo del rabino Abraham ben David de Posquieres. De Provenza, la cábala se propagó hacia Cataluña, donde floreció en el llamado Círculo de Girona, cuyos representantes fueron los rabinos Ezra ben Salomon, Azriel y el más famoso de todos Moisés ben Nahmán (o Nahmánides, 1195-1270). En Castilla, los precursores inmediatos del autor del Zohar fueron los hermanos Jacob e Isaac Cohen. Los cabalistas de este período pusieron a punto las técnicas de permutación y combinación de las letras del alefato)" y de numerología mística (temurah, gematria y notarikon), a partir de modelos al parecer helenístico's. '

Abraham ben Samuel Abulafia, el gran místico sefardita del siglo XIII, fue el representante más destacado de la cábala extática, cuya meta es la devekut o Unif) mystica con Dios. Su generación contribuyó con otras dos figuras de priinera importancia dentro de la cábala clásica: Yosef ben Abraham Gikatilla (1248-1305) y Moisés de León (1250-1305), autor del escrito pseudoepigráfico Sefer ha-Zohar (<<Libro del esplendor»), atribuido al maestro tannaíta Simeón bar Y ojai (siglo 11).

~La cábala clásica integra la cosmología hekhalótica en uno de los cuatro universos espirituales que se suceden, como prolongación el uno del otro, de arriba abajo.. atsilut, beriyah, yetsirah y asiyah. El universo de la atsilut (emanación) comprende las diez sefirot (Keter, Jokhmah, Binah, Gedullah/Jesed, Geburah/Din, Tiferet/Rajamim, Netsaj, Hod, Yesod/Tsaddik, Malkhut/Shekhinah) que forman el Adam Kadmon, el hombre (anthropos) primordial. El universo de la beriyah (creación) comprende los siete hekhalot y la merkabah. El universo de la yetsirah (formación) comprende los ejércitos angélicos. El universo de la asiyah (fabricación) es el arquetipo del mundo visible, en el que la presencia de las diez sefirot se manifiesta en el arco iris, las olas del mar, la aurora, la hierba y los árboles. Pero el cabalista desarrolla otros muchos procedimientos místicos (por ejemplo, la visualización de colores, etc.) para alcanzar el mundo de la atsilut. El

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acceso a este último es difícil debido a la presencia del mal -llamado sitra ajra, el «otro lado»- en asiyah. Sin embargo, es sumamente importante comprender que la cábala no comparte sistemáticamente el dualismo platónico alma/cuerpo ni el desprecio por el mundo físico. Consiguientemente, la sexualidad es buena en la medida en que la misma representa un proceso de integración de entidades sepa-radas en el momento en que las almas descienden dentro de los cuerpos. Todas las acciones del cabalista remiten a uno de los tres objetivos que las mismas se proponen: tikkun o restauración de una armonía y unidad primordiales, en la persona del practicante y en el mundo; kavvanah o meditación contemplativa; finalmente, devekuto unión extática con las esencias.

Algunos sabios, como Moshe Idel, consideran que las doctrinas centrales de la cábala adquirieron un carácter constante e inamovible. Sin embargo, la síntesis de Isaac Luria, Ari ha-Kadosh, «el Santo León» de Safed (Ari, León, es el acrónimo de «Ashkenazi Rabbi Isjaq»), y de sus discípulos -el más importante de los cuales fue Jayyim Vital (1543-1620)- es revolucionaria, en el sentido de que contempla la crea