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Cabildo Abierto n. 25

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Cabildo Abierto, no. 25

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  • 2 Julio 2007 CABILDO ABIERTO

    Editorial

    Cabildo Abierto N 25 / Julio 2007 / [email protected] publicacin de la Asociacin SER

    Comit Editorial: Javier Torres Seoane, Paulo Csar Vilca Arpasi, Moises Palomino Medina, Jorge Romero Ros, Zenn ChoquehuancaEditor Responsable: Christian Reynoso Torres

    Colaboradores: Nicanor Domnguez, Edgardo Rodrguez, Eduardo Toche, Diego Ayo, Juvenal Medina, Roger Maquera Reporteros: Aldo Santos, Rosalva Palao

    Fotografas: Archivo Cabildo Abierto, news.yahoo.comDiseo Grfico: Maye Len, Julio Humpire

    Impresin: Impresiones Arco Iris

    Asociacin SER Lima: Jr. Pezet y Monet 1870, (antes Tpac Amaru) Lima 14 Telfono: 01-472-7937 [email protected] / www.ser.org.peAsociacin SER Puno: Jr. Deustua N 227 - Interior Telfono: 051-364996 / [email protected]

    La Asociacin SER no necesariamente comparte las opiniones vertidas en esta publicacin.

    La convulsin social de las ltimas semanas ha sido el tema recurrente de analistas, polticos, empresarios ymedios de comunicacin en todo el pas. En Puno, las protestas han venido de parte de los afectados por lacontaminacin minera informal en la cuenca del ro Ramis, profesores agremiados al SUTEP, el Comit Unitariode Lucha por la carretera Interocenica Sur, los cocaleros de los valles de Sandia y Macusani, las vctimas del29 de mayo, entre muchos otros grupos que han expresado un mosaico de demandas por resolver. Entre stas,las que ms llaman la atencin son dos: la realizacin del Consejo de Ministros Descentralizado y el respeto alpresupuesto original asignado para el tramo V de la carretera Interocenica Sur. Sobre ambos pedidos, cabepreguntarse cul es la agenda de desarrollo regional que se pretende discutir con el presidente y los ministros, ysi es posible destinar un presupuesto antes de que se apruebe el estudio definitivo de una obra. Desde CabildoAbierto, hemos venido insistiendo en la necesidad e importancia de discutir y elaborar una agenda de desarrollopara Puno, en la cual se puedan circunscribir proyectos como los de la carretera Interocenica Sur, pero hastael momento esto no ha sido abordado por ninguna instancia de gobierno.

    Por otro lado, no podemos dejar de sealar la notoriedad obtenida por el Presidente Regional Hernn FuentesGuzmn, dada su abierta oposicin al gobierno central, as como su filiacin con discursos radicales. Sinembargo, hasta el momento poco o nada se ha sealado sobre los resultados de su gestin; y ms bien parecieraque las movilizaciones han operado cual cortinas de humo y como catalizadoras de un creciente descontentociudadano.

    Este escenario tambin ha demostrado el marasmo del gobierno y la impericia de los operadores polticosapristas, que se han limitado a observar los acontecimientos en el interior del pas; mientras que en el caso dePuno, resulta exagerada la satanizacin hecha por diferentes funcionarios y autoridades ante la instalacin de unaoficina de la Casa del ALBA, que por lo menos hasta el momento, tiene una presencia marginal en la regin.Sin duda alguna el sector ms afectado por las movilizaciones y paros ha sido el turstico. Julio y agosto son losmeses de temporada alta, y la cancelacin de paquetes tursticos y la disminucin en el flujo de visitantesprovocarn cuantiosas prdidas, aunque esto no es relevante para la gran mayora de la poblacin que no sebeneficia de los ingresos que dicha actividad genera.

    Frente a todo esto, resulta lamentable y preocupante que el gobierno haya emitido un paquete de normas con elobjetivo de sancionar y reprimir a quienes se movilizan en su contra, como si el descontento social pudieraatenuarse con la dacin de ciertas leyes. Esperamos que la revisin de tales disposiciones permita modificar y/oderogar aquellas que ponen en riesgo derechos fundamentales de la poblacin.

    Finalmente, en la Asociacin SER hemos comenzado el mes de julio con el lamentable deceso de nuestro com-paero de trabajo, Calixto Arpi Mamani, quien, a sus 29 aos, aport incansablemente al desarrollo de su distritonatal de Macar. Calixto, el militante partidario, el dirigente de la sociedad civil, el tcnico municipal, el hijo y elamigo, supo superar las adversidades y hacerse de un lugar en la regin. l ha sido declarado Hijo ilustre deldistrito de Macar y nosotros queremos brindarle ste nmero como homenaje y como recuerdo grato de lashoras y la vida que compartimos como amigos y compaeros de trabajo.

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    Vox Pop

    Braulio Quispe - TransportistaYo soy transportista y he visto los parosque est realizando la poblacin reclaman-do la suba del costo de vida, por eso hasalido a rechazar la gestin de este go-bierno que no est gobernando para elpueblo.

    Clber Flores- ProfesorEl gobierno actual es un desastre y losparos son justos. Alan Garca no estcumpliendo con sus promesas como lacarretera Interocenica y tambin conmejorar la calidad de vida de la poblacinms pobre.

    Juan Mamani - ComercianteEstamos cansados de Alan Garca, porque ya est comenzando con huelgas y paros tal y como sucedien su primer gobierno. Aquella vez sufrimos bastante, porque para todo tenamos que hacer cola. Encuanto a los paros, son un derecho de los ciudadanos porque estn protestando para el bien de la ciuda-dana en general, para que los productos de primera necesidad mantengan sus precios y no sigan subien-do como ya viene sucediendo.

    Roco Castillo - ProfesoraOpino que en este ao no ha realizado unbuen gobierno ni ha trabajado con un plande gobierno. Por otro lado, todas estasmovilizaciones son por reclamos justos.Tenemos que luchar para defender nues-tros derechos y de la poblacin en gene-ral.

    Irene Canaza - EstudianteLos paros que se vienen dando estn muymal. El gobierno ya debera dar una solu-cin a travs del dilogo y sin pelear paraque los nios sigan estudiando. Tambines lamentable que los mismos profesoresse estn peleando.

    Percy Canahuiri - Dirigente comunalCreo que el Dr. Alan Garca no est cumpliendo con sus promesas. Durante la campaa electoral dijo quehay que cambiar el pas, pero sin embargo no est cumpliendo lo prometido y sobre todo con la reginPuno, por eso el descontento de la poblacin y del magisterio. Creo que debe rectificar el manejo delpas, para que la poblacin peruana se sienta contenta y dejen de hacerse paros y movilizaciones.

    Erasmo Pineda Cesante - Administracin pblicaParece que el gobierno aprista sigue las misma huellas que el gobierno de Alberto Fujimori, y lo esthaciendo peor; el problema principal es que l ha puesto en su primer gobierno a miles de profesores sinttulo y ha inflado la cantidad de trabajadores en el sector pblico y ahora quiere solucionar este proble-ma. l ha nombrado a varios profesores slo con primaria; ante esta situacin lo nico que puede hacerel pueblo es protestar porque ms no se puede.

    Alvaro Huayta - ProfesorDefinitivamente creo que estamos en ungobierno de fachada democrtica porqueya sabemos que las actitudes de Alan Gar-ca son verticales y autoritarias. Frente aeso el pueblo tiene que tomar concienciaporque no podemos estar sumisos ante esasituacin.

    Jos Luis Vilca - EstudianteLos paros y huelgas estn muy mal por-que nos afectan a todos. El gobiernoaprista ha empezado mal y esperamos queretome nuevamente un camino para hacerlas cosas bien.

    Qu opina del primer ao de gestin del APRAy de los diversos paros y conflictos quevienen sucediendo en nuestra regin?

  • 4 Julio 2007 CABILDO ABIERTO

    PorCabildo Abierto

    Las ltimas semanas a nivel nacionalse han dado una serie de conflictossociales, frente a ello el Ejecutivo haemitido un conjunto de normas y de-cretos, cree que esta es una maneraacertada de solucionar los conflictossociales?Las normas penales son mecanismos queno resuelven los conflictos sociales, por-que stos expresan un problema de fon-do. Pensar que una norma penal resuelveun conflicto, es algo que no ha tenidoresultados a lo largo de la historia. Lo quehay que hacer, en materia de conflictossociales, es buscar sus causas para poderenfrentarlas en forma integral. Por ello,me parece muy importante que la Presi-dencia del Consejo de Ministros, fortale-cezca su Unidad de Prevencin de Con-flictos, para que monitoree y determinecon anticipacin las causas y propongaalternativas de solucin a los problemasque se presentan. Adems, se requiere di-sear e implementar una poltica integralde seguridad ciudadana que no se agoteen el incremento de penas.Respecto de la ley que prohbe a lasautoridades participar en movilizacio-nes, marchas, protestas, le parecevlida?Lo que establece este Decreto Legislativoes que una autoridad, local o regional, nopuede ejercer ni participar en una huelga;si lo hiciera sera sancionada penalmente.El decreto no prohibe explcitamente lasmarchas. Cabe recordar que la Constitu-cin seala que ciertos funcionarios nopueden ejercer el derecho de huelga, loque agrega este decreto es que si lo haceconstituye delito de extorsin. Con ellodesnaturaliza dicho delito y, adems, cons-tituye un exceso de las facultades que lefueron delegadas al Ejecutivo que estabanreferidas al crimen organizado y no a pe-

    Samuel Abad Yupanqui, abogado constitucionalista, ex Primer Adjunto de la Defensoradel Pueblo y actualmente profesor de la Pontificia Universidad Catlica del Per, en estaentrevista con Cabildo Abierto, ensaya diversos anlisis sobre el paquete de normas queen las ltimas semanas ha decretado el Gobierno Central. Afirma que muchas de las leyespenales en el Per por s mismas no son suficientes, porque el problema radica en su apli-cacin por parte de la polica, los jueces y fiscales. Considera que en muchos casos stasse limitan a incrementar penas, pero no brindan una respuesta integral al problema deinseguridad ciudadana que vive el pas.

    Las normas penalesson mecanismos queno resuelven losconflictos sociales

    nalizar la participacin en huelgas. Ade-ms, lo que ocurre es que la redaccin estan amplia que puede generar interpreta-ciones que podran denotar que lo que sequiere es sancionar penalmente a un al-calde o presidente regional cuando apo-yan una huelga convocada por otros.En este tema no existe una contra-diccin con la Constitucin Poltica,en el tema de las libertades, por ejem-plo?La huelga es un derecho, con las limita-ciones que seala el artculo 42 de la Cons-titucin, y no un crimen organizado. Laley fue clara al momento de dar una auto-rizacin al Ejecutivo para legislar en ma-teria de crimen organizado, delitos comoel terrorismo, narcotrfico, etctera. Ha-cer uso o no del derecho a huelga no esalgo que est vinculado con esos delitos.Por ello, me parece indispensable que elCongreso revise y modifique parte de es-tos decretos legislativos.Por otro lado, tambin se ha promul-gado una norma donde se declaracomo inimputables a los miembros delas Fuerzas Policiales y Fuerzas Arma-das, que hagan uso de sus armas enfunciones, qu opina de esto?La norma tcnicamente es incorrecta,

    porque inimputable es un menor de edad.Un polica o miembro de las Fuerzas Ar-madas no es un menor de edad. Lo que lanorma trata de regular es una causal deirresponsabilidad y eso slo lo puede de-terminar el Fiscal o el Juez, no un decre-to. Si se interpretara la norma en el senti-do que trata de evitar que un polica o unmiembro de las Fuerzas Armadas sea in-vestigado, eso est mal. Esa es una deci-sin que le corresponde al Fiscal y al Juez.Esa norma, tal y como est planteada,puede generar interpretaciones indebidas,pero creo que una interpretacin correctano puede impedir la investigacin y unaeventual sancin si el caso lo amerita.Se ha dicho que esta norma sera re-troactiva.Las normas penales que favorecen a unreo se aplican retroactivamente. Lo queocurre es que esta norma, en el fondo,quiere transmitir un mensaje, de que si unpolica o militar actu legalmente, cum-pliendo su deber y su reglamento, no de-bera ser sancionado. Sin embargo, la re-daccin de la norma puede generar otrasinterpretaciones, porque obviamente si unpolica interviene a una persona cuandoest asaltando a otra con un arma de fue-go, por supuesto que puede hacer uso de

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    Entrevista

    Reforma del Estado

    Qu opina de la reforma del Es-tado? Se est llevando a caboeste proceso? Se dice que la ciu-dadana no lo estara entendien-do.La reforma del Estado no ha avan-zado sustancialmente, porque impli-ca varios cambios, por ejemplo la re-forma del Poder Judicial a la cual nose le ha dado el apoyo necesario, enel aspecto econmico y en las nor-mas necesarias. Cabe recordar quehasta el momento no se aprueba lareforma constitucional en materia dejusticia. Adems, se ha postergadoel cronograma para la implementa-cin del Cdigo Procesal Penal. Tam-poco se ha aprobado la ley del PoderEjecutivo, pese a que es una normaque se viene anunciando desde hacemucho tiempo y es vital para el pro-ceso de descentralizacin.

    su arma para garantizar la vida del parti-cular o de l mismo. Ahora, si la personafallece o queda herida se supone que elpolica no debera ser sancionado, por-que ha actuado en defensa de un particu-lar o de su propia vida, ya que el delin-cuente tena un arma de fuego. Si la nor-ma hubiera tratado de decir eso, no eranecesaria porque esto ya est previsto le-galmente. Ms bien, si lo que trata de de-cir es que cualquier polica que utiliza unarma de fuego y genera algn dao nodebe ser investigado, es incorrecto.Y cmo interpretar esta norma en losprocesos que se siguen por violacina los derechos humanos, por ejemplode la poca de violencia poltica en elPer?Est claro que esta norma correctamenteinterpretada no puede impedir la investi-gacin de policas o miembros de las Fuer-zas Armadas. La Corte Interamericana deDerechos Humanos, en el caso BarriosAltos, por ejemplo, demostr claramenteque no puede haber ninguna causal queexcluya de responsabilidad cuando se tratade violaciones de derechos humanos, portanto esta norma no debe interpretarsecomo un impedimento para la investiga-cin de estos casos. Cuando se trata de

    una grave violacin a los derechos hu-manos, como el derecho a la vida, ningu-na norma, ninguna ley, pueden impedir lainvestigacin, juzgamiento y eventualmen-te la sancin de los responsables.Otra de las leyes promulgadas ltima-mente ha sido la de la Carrera Pbli-ca Magisterial. Qu opina de estaley? Ayudar realmente al sector edu-cacin?Creo que en general es indispensable unaley de carrera pblica para garantizar elacceso a la funcin pblica en base almrito y capacidad. Por eso, cualquiernorma como la referida, que garanticecontar con servidores y funcionarios quetengan las calidades profesionales y tc-nicas necesarias, me parece correcta. Loque pasa es que aqu slo se habla de lacarrera magisterial y no de la carrera p-blica en general, lo ideal es que esto ocu-rra con todos los funcionarios pblicos aefectos de que cumplan con los requisi-tos de mrito y capacidad que exige lafuncin de servicio a la ciudadana.Finalmente, tambin parecera que eltema de la descentralizacin se ha ol-vidado. Ya no se habla de este proce-so.El gobierno anunci veinte medidas de lascuales slo algunas se han cumplido yotras se encuentran en proceso. Comose sabe una de las decisiones del gobier-no fue desactivar el Consejo Nacional deDescentralizacin y creo que eso ha tra-do algunas consecuencias como que nohaya un liderazgo claro en el tema. A nues-tro juicio, lo ideal no hubiera sido desac-tivarlo sino fortalecerlo con mayor pre-sencia de los gobiernos regionales.

    La huelga es underecho, con laslimitaciones queseala el artculo 42de la Constitucin, yno un crimenorganizado.

  • 6 Julio 2007 CABILDO ABIERTO

    Escribe Eduardo TocheInvestigador del Centro de Estudiosy Promocin del Desarrollo desco

    Si algo ha caracterizado al primer aodel gobierno aprista es la ausencia de rum-bos claros. Pero, tambin habra que agre-gar el hecho de que los pesos y contrape-sos polticos, fundamentales para el fun-cionamiento de la democracia, no se hanformado debido a la inexistencia de unaoposicin articulada, coherente y vigilan-te.

    Esto ltimo se remarca aun mscuando nos remitimos a las ltimas elec-ciones presidenciales, en la que OllantaHumala fue un inesperado pero central pro-tagonista. Al cabo de unos meses, lo quese auguraba como una renovada expre-sin poltica termin reducida a su mni-ma expresin, de manera tal que en laselecciones locales y regionales de noviem-bre prcticamente sali del escenario. Enel mismo sentido, observemos lo que sig-nifica actualmente el anterior partido go-bernante Per Posible y el casi nulo pesoque tiene el ltimo Presidente de la Rep-blica en la formacin de opinin, para agre-gar ms consistencia a esta afirmacin.

    Bajo este contexto, era relativamenteprevisible que el gobierno entrante inten-tara resolver su dficit de legitimidad de-rivada del proceso electoral. Ante la inexis-tencia de contrapartes polticas, el apris-mo busc fortalecerse lanzando caboshacia mbitos no polticos, pero con evi-dente poder fctico, tratando de consoli-dar all una alianza tcita que le otorgaseestabilidad.

    Esto, al parecer, no fue muy difcilen tanto hubo al menos dos temas en elque las partes estaban en pleno acuerdo:

    primero, la necesidad de imponer un am-biente de generalizada impunidad, tantoen lo concerniente a violaciones de dere-chos humanos como a actos de corrup-cin; y, segundo, la continuidad del mo-delo econmico imperante. Todo lo cualfue facilitado al sobrevenir un escenariopoltico vaco en donde el gobiernoentrante no tena interlocutores que leexigieran negociar.

    De otro lado, todo este proceso haido formando una situacin de pugna alinterior del aprismo que con el transcur-so del tiempo est adquiriendo magnitu-des insospechadas. Indicios muy reve-ladores de esta situacin han sido las pe-ridicas y explosivas apariciones del exdirigente aprista Agustn Mantilla; loscuestionamientos entre los lderes apris-tas que surgieron en el contexto de laselecciones municipales y regionales, enlas que obtuvieron psimos resultadoselectorales y polticos; y, finalmente, los

    entrampes de su representacin parlamen-taria al no poder procesar adecuadamen-te situaciones muy delicadas, como lo su-cedido con los candidatos al TribunalConstitucional.

    En todo caso, estos factores han ve-nido facilitando la formacin de un am-biente que favorece el protagonismo pre-sidencial, as como la centralizacin yconcentracin de las decisiones. En esesentido, los peligros que de todo ello sederive una situacin que propenda al au-toritarismo son cada vez ms ciertos, es-pecialmente luego de conocerse los re-sultados de las elecciones regionales ylocales.

    En efecto, estas convocatorias elec-torales configuraron un nuevo mapa po-ltico, diferente al obtenido luego de laselecciones generales de abril-junio del2006. As, se subray la evidente derrotasufrida por el partido gobernante y, engeneral, por todas las organizaciones que

    Un ao decrecimientoy conflictividad

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    aducen tener una cobertura nacional.De las elecciones regionales ha emer-

    gido un grupo de dirigentes con posibili-dades de conducirse hacia posiciones ex-pectantes, como son los casos de Junn,Cajamarca, San Martn, Lambayeque yotros. De igual manera, estas nuevas au-toridades regionales estn en la capaci-dad de plantear una clara interpelacin alas lgicas redistributivas imperantes, entanto pueden formular una agenda propiaante el gobierno central, que les otorgaragran legitimidad.

    Sin embargo, tambin est el otro ladode la medalla. El fraccionamiento eviden-ciado en las elecciones del 2006 parecehaber sido alimentado por la vigencia de

    tensiones locales, que no han podido in-corporarse a una plataforma poltica dealcance nacional. Unido a esto, tenemosque la pugna social llevada a un plano po-ltico sin mayor institucionalidad facilitael uso de canales informales y violentospara imponer posiciones. En ese sentido,junto a nuevos y expectantes actores po-lticos regionales tambin estn otros queson tributarios, en gran medida, de esque-mas caudillistas, quienes centran su ac-cin poltica en la capacidad de obtenermayores recursos pblicos para conver-tirse en factores informales de redistribu-cin.

    Al lado de ello, tenemos a un gobier-no nacional que no ha encontrado una fr-mula adecuada para tratar la conflictivi-dad social y, por lo mismo, evidencia im-pericia para negociar en buenos trminoslas situaciones que terminan derivndosehacia la violencia y el descontrol. En tr-minos generales, las primeras acciones

    gubernamentales fueron evaluadas posi-tivamente, en tanto desactiv focos decreciente violencia como Majaz y CerroVerde e impuso criterios para iniciar o res-tablecer las negociaciones entre las par-tes.

    Sin embargo, se advirti entoncessobre la posibilidad de estar ante un es-pejismo que, al sobrevenir la fatiga gu-bernamental, las orientaciones derivaranhacia un ambiente ms propenso a la re-presin, sobre todo si las protestas em-pezaban a afectar decisivamente a la ac-tividad minera. De igual manera, se hizohincapi en la gran cantidad de conflic-tos que los reportes de la Defensora delPueblo denomina cuestionamientos a las

    autoridades locales.En efecto, es esto lo que parece es-

    tar ocurriendo actualmente. Luego de for-marse una Unidad de Prevencin de Con-flictos en la Presidencia del Consejo deMinistros de la cual, se desconoce sus atri-buciones y funciones, poco o nada se hahecho respecto al desarrollo de mecanis-mos institucionales para canalizar la con-flictividad social.

    Contra lo esperado, el gobierno hacentrado su respuesta en la accin perso-nal del Presidente y el Premier, cuando seesperaba que adecuara los diversos nive-les del Estado especialmente el local y re-gional otorgndoles capacidades y atribu-ciones para prevenir adecuadamente laconflictividad, en tanto la inmensa mayo-ra de los acontecimientos responden algicas circunscritas y difcilmente per-ceptibles desde una instancia central.

    Ms an, incidiendo en su error noha tenido mejor idea ante la actual mareja-

    da social que apelar al clsico y peligrosoargumento de la conspiracin maneja-da por agentes extranjeros, a lo que de-bemos sumar la decisin de hacer parti-cipar a las fuerzas armadas en el controlde la situacin, todo lo cual nos devuelvea situaciones ocurridas en las dcadas re-cientes y que terminaron, como sabemos,con un saldo enorme de vctimas que noscuesta an reconocer.

    Seguramente, cuando el gobiernotome nota que los instrumentos para lle-var a cabo una mejor redistribucin de labonanza econmica en curso deben afi-narse, mediante la prometida y hasta elmomento irrealizada reforma tributaria;que el desarrollo necesita un planeamien-

    to estratgico en tanto debe dirigirse aamenguar las enormes brechas de des-igualdad y desequilibrios existentes; y,cuando acepte la necesidad urgente dereformar el Estado porque la deslegitimi-dad de sus instituciones es profunda, po-dramos estar hablando de un cambio enla situacin.

    En suma, es cuestin de cmo seaprovecha en beneficio de todos una si-tuacin positiva que no ser eterna. Loque viene sucediendo en la economa, endonde el producto bruto interno (PBI)crece desde hace varios aos llegando al8% en el 2006, es bueno pero, y eso nose dice con claridad, tiene poca sosteni-bilidad, pues su base reside casi exclusi-vamente en un ciclo de buenos preciosinternacionales de las materias primas. Laidea es no repetir los crecimientos fala-ces que tuvimos en el pasado y las de-mandas de la poblacin, al parecer, vanen ese sentido.

    Realidad nacional

  • 8 Julio 2007 CABILDO ABIERTO

    PorChristian Reynoso

    Cmo empez su actividad poltica ymilitancia en el APRA?En el ao 78 cuando culmin la primariame integr a un centro cultural del Glo-rioso Ilave. All empezamos a analizar ydiscutir algunos temas sobre los nios yjvenes, y ah tambin nos interesamospor el tema poltico empezando a leer aMarategui y Haya de la Torre. Luego, enla secundaria en el colegio Jos CarlosMarategui de Ilave, tomamos opcin yformamos un grupo de compaeros queya tenamos identificacin con el APRA.Hicimos un grupo de estudio.Desarrollaron alguna accin polticaconcreta?En cuarto de secundaria a travs de unapequea paralizacin logramos que el pro-fesor del curso de Economa Poltica seams meticuloso en su materia porque nosatisfaca nuestras expectativas. En quin-to, tuvimos un esquema de movilizacinpara defender los intereses de los estu-diantes. Luego ya ingresamos a la Uni-versidad Nacional del Altiplano (UNA).Cmo fue la actividad en la UNA?Qu estudi?La primera carrera que estudi en la UNAfue Medicina. Fue un perodo muy difcilen la universidad porque en el 89 no seavanzaba nada por el problema del terro-rismo. Sin embargo, fue una etapa de mivida en la cual reafirm mis concepcio-nes polticas por el mismo debate que ha-ba. Tambin un hecho que nos marc fueel asesinato en el ao 87 del compaeroElas Coasaca que era decano de Agrono-ma. Eso hizo que consolidara mi presen-cia en el APRA. Luego, ya estudi Agro-noma.Integraban ya entonces una agrupa-cin aprista?Formbamos parte del Comando Univer-sitario Aprista y tuvimos presencia polti-ca en varias facultades como Economa,Minas, Veterinaria, a pesar de que sufra-mos persecuciones dentro de la universi-

    dad por parte de Sendero.En qu se centraba el debate?Era un debate no slo poltico sino acad-mico. Tambin organizbamos grupos deestudio que era lo ms importante porquenos permita estar unidos.Cree que se sigue viviendo esto enla UNA?Creo que desde el ao 92 la universidadha empezado a perder el espacio del de-bate serio.Por qu?Porque Fujimori flexibiliz el sistema degraduacin de la universidad. Entonces,ya nadie se ha dedicado al debate ni al es-tudio sino a aprobar el curso. Ah empie-za la degeneracin de todo el esquema delmanejo ideolgico, doctrinario y de pro-puesta. Por ejemplo, en esos aos vimoscmo empezaron a descomponerse losgrupos radicales o ms conservadorescomo Pukallajta, Bandera Roja y PatriaRoja, saliendo a relucir el oportunismocomo hasta ahora sucede.

    * * *

    Ud. fue candidato para la alcalda pro-vincial de El Collao en el 2002 y tam-bin en las elecciones complementa-rias del 2004, pero no result elegido.Por qu cree que no tuvo xito? ElAPRA no tena simpata en Ilave?

    As es, fui candidato por encargo del parti-do ya que soy una persona que se somete alas decisiones orgnicas del partido. Lo quesucedi en el ao 2002 fue que yo llegu aIlave en agosto y las elecciones eran ennoviembre, de modo que no se hizo un tra-bajo previo de todo el proceso de participa-cin en las elecciones. Para las eleccionescomplementarias del 2004 subimos consi-derablemente en los votos pero no alcanza-mos lo deseado. Ahora, estamos en un pro-ceso de crecimiento. No interesa la perso-na sino nuestra presencia como organiza-cin y como propuesta.Tambin estuvo de candidato para lavice presidencia regional en las lti-mas elecciones.S, creemos que hemos hecho un esfuer-zo que ha demostrado en el fuero internodel partido, un crecimiento sustancial encuanto a los votos que se lograron. En-tonces, ya podemos hablar de una partidoen Puno que tiene una organizacin bsi-ca que le va a permitir tener presencia enel futuro.Qu significa ser secretario generaldel partido en la zona sur?Es una gran responsabilidad que se asu-mi en el 2005, luego pasamos por el tra-bajo de campaa en el 2006. Nuestro tra-bajo se centra en el mensaje para Puno devigilar y hacer cumplir los compromisosque se asumieron para estos 5 aos de

    Leonidas Gmez, Secretario General del APRA en la zona sur de la regin Puno, se haconvertido en este tiempo en el vocero del partido oficialista adems de realizar una re-conocida labor como operador poltico. Militante aprista desde su juventud, ha sido tam-bin candidato a la alcalda de Ilave en los aos 2002 y 2004 y a la vice presidencia delGobierno Regional de Puno el 2006. en esta entrevista manifiesta: Tenemos la suerte eneste segundo gobierno de hacer una redistribucin equitativa de los recursos, de apli-car una poltica que d importancia a las provincias dejando de lado el centralismo.

    Nos hace falta presenciaen la discusin deldesarrollo de la regin

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    Entrevista

    gobierno. Y en eso estamos, por ejemplola carretera Interocenica es un hecho; enla Zona Franca ya se est revisando el re-glamento de funcionamiento; en el temade Sierra Exportadora, se est empezan-do a organizar las mesas de trabajo parapotenciar por lo menos cinco actividades;en el caso de los recursos hdricos, seest viendo el proyecto de integrar Lagu-nillas. Hasta ah ya tenemos avanzado elcumplimiento de la campaa electoral. Fal-tara implementar el funcionamiento delBanco Agrario. Por otro lado, el ProyectoPer, que contempla para Puno, la posibili-dad de construir como base 700 kilme-tros de carreteras de baja transitabilidad parala integracin vial regional.Qu autocrtica puede hacer de esteperodo del gobierno?No hemos podido organizar un aparato quecomunique todas estas acciones. De re-pente nos hemos enfrascado en ver quetodas las obras prometidas en el perodoelectoral se inicien pero sin tomar en cuen-ta lo que Ollanta Humala dijo: que Punosera muy conflictivo. En ese sentido,ahora tenemos psicosociales muy bien ela-borados que en algunas zonas generanpnicos, como por ejemplo en la fronteracon el tema de los precios de los produc-tos. Entonces, en trminos generales noshace falta presencia en la discusin deldesarrollo de la regin.

    * * *

    Cuntos militantes y simpatizantesapristas existen en Puno?Yo tengo la responsabilidad de cuatro pro-vincias de la zona sur de la regin: Puno,El Collao, Chucuito y Yunguyo. En los 35distritos de estas provincias hemos logra-do organizar comits y tambin en un70% de los centros poblados, de tal for-ma que las cifras que como padrn ofi-cial se manejan han quedado pequeas.Ahora, en Puno ciudad consideramos quedeben haber por lo menos 10 mil militan-tes. Estamos en un proceso de sincera-miento del padrn que va a permitirnossaber cul es la actual situacin orgnicadel partido. Tenemos tambin comits enSalcedo, Jallihuaya, Chanu Chanu, Hus-car, Bellavista, barrio Porteo y Alto Puno.Hemos logrado formalizar la organizacinde la juventud; por ejemplo, compaerosde Derecho han ganado en las ltimaselecciones de la Federacin Universitaria.Y en la zona norte de la regin?No tengo datos exactos porque el respon-sable es Javier Bernal. Sin embargo, comoen la zona norte se tiene 9 provincias elnmero de militantes es mayor.Cules son sus aspiraciones polti-cas para el futuro, no necesariamentepor encargo del partido?Yo ms me he dedicado al aspecto aca-dmico. Si hay la posibilidad de poderhacer algo en este esfuerzo de lograr eldesarrollo de Puno, ser bienvenido, y siuno de los componentes es entrar en lafuncin pblica no lo descarto. Soy sin-cero, cuando nos metimos en la polticavimos que nos faltaba innovar ideas; en-tonces si no hacemos eso, no vamos apoder a participar en el desarrollo de laregin. Ello implica una actividad acad-mica y poltica.

    En las ltimas semanas pareceque se le ha ido de las manos elorden social al gobierno aprista?Qu opina de esto?En algunas movilizaciones se ha no-tado un aprovechamiento poltico yun inters de resurgimiento y de so-brevivencia poltica de lderes que to-dava estn pensando con un esque-ma de violencia y enfrentamiento.Por otro lado, de parte del gobiernohay un esfuerzo por descentralizar re-cursos, funciones y competenciaspero parecera que la poblacin noest en sintona con eso; entonces algenerarse los conflictos no hay unarespuesta rpida porque lamentable-mente los reclamos ya no estn enfuncin de lo que est haciendo elgobierno sino de lo que debera ha-ber hecho, y esas responsabilidadesdeben ser de los gobiernos regiona-les y locales.Cmo ve la gestin del presiden-te regional de Puno?Necesita un cambio en funcin de de-sarrollar no solamente las obras sinode impulsar actividades econmicasen la regin. Si no lo hace, la pobla-cin misma va a sentir ms la desa-zn que ya viene manifestando.

    En Puno ciudad debenhaber por lo menos10 mil militantesapristas. Tenemoscomits en Salcedo,Jallihuaya, ChanuChanu, Huscar,Bellavista, barrioPorteo y Alto Puno.

  • Aldo SantosPeriodista

    Repo

    La injerencia chavistaLa maana del 24 de mayo una nota deprensa lleg a algunos medios de prensapuneos anunciando la instalacin de unaoficina denominada Casa del ALBA, lacual congregaba a personalidades del m-bito poltico y funcionarios del GobiernoRegional. Aunque la asociacin civil ya sehaba constituido el 22 de marzo pasadosegn la Escritura Pblica N 937 de laNotara Vilca Monteagudo de Puno, elobjetivo de la nota era hacer pblica unainiciativa a todas luces poltica, ya que en-tre los asistentes al acto estuvieron el Vi-cepresidente regional, Mauro Justo Vilca;el ex candidato al Congreso y a la Munici-palidad Provincial de Puno, Boris Espe-zua Salmn; el ex candidato al GobiernoRegional, Jos Gutirrez Alberoni; el exregidor de la Municipalidad Provincial deYunguyo, Marcial Maydana; y Juan JosAldazabal, dirigente de la CGTP- Puno,entre otros.

    Semanas despus de la oficializacinde la Casa del ALBA algunos persona-jes del gobierno ayudaron a popularizar ala institucin y a los personajes que la im-pulsaban. Sin mediar ningn motivo con-creto, el Primer Ministro, el Contralor dela Repblica, Congresistas de la Repbli-ca, la Defensora del Pueblo, entre otros,

    pidieron que se investigue a esta oficina,y denunciaron una supuesta injerencia delGobierno venezolano en territorio patrio.Hoy, luego de los comentarios y la crisisdiplomtica que ha generado la presen-cia de una oficina de la ALBA promovidapor los gobiernos de Cuba y Venezuela enPuno, Marcial Maydana, presidente de lainstitucin, rechaza todo tipo de interven-cin de ambos gobiernos en asuntos depoltica interna sealando que quien tie-ne mayor injerencia aqu es el gobiernode Estados Unidos con sus bases milita-res, con la accin humanitaria que desa-rrolla en el Alto Huallaga y con su finan-ciamiento a varias ONGs. Afirma, msbien, en su oficina y delante de un cuadrodel libertador Simn Bolvar, banderas cu-banas, venezolanas, bolivianas y peruanas,que lo que ellos hacen a travs del ALBA esuna accin solidaria sin daar a nadie.

    La misin y sus milagrosSiete de la maana.Un grupo de peruanosatraviesan los controles de la frontera pe-ruano-boliviana sin siquiera registrarse enmigraciones, basta decir que van a aten-derse a una clnica en Copacabana. DoaRosa integra el grupo. A sus 57 aos mu-chos de sus sentidos han perdido su vi-gor, entre ellos la vista: Voy a que mesaquen los puntos, me han dicho que vuel-

    10 Julio 2007 CABILDO ABIERTO

    va en ocho das, bien buenos son esosdoctores.

    A las once de la maana, los patiosdel Hospital Municipal de Copacabana es-tn colmados de peruanos y peruanas, perolstima, no hay atencin, ya que se anun-cia un paro en La Paz para el da siguien-te. As, los rostros de decepcin de quie-nes van llegando son evidentes. Aprove-chamos entonces para preguntar a donJulio, uno de los pacientes, si ha escucha-do hablar de Hugo Chvez. Nos respondecon una mirada de confusin como que-riendo ocultar su ignorancia. Su hija, sinembargo, nos dice que es el presidente deVenezuela; pero desconoce la injerenciavenezolana que han denunciado las auto-ridades peruanas. Pens que dependa deCuba?, nos dice.

    Y es que, en Puno muy pocos cono-cen de la supuesta injerencia chavista enlos asuntos de la poltica interna del pas.La gente slo busca curarse de la vista ymuchos de ellos viajan directamente aCopacabana, sin siquiera acercarse a la ofi-cina de la Casa del ALBA.

    El ALBA de ChvezUna delegacin de mdicos cubanos viene realizando operaciones oftalmolgicas gratuitas en Copacabana, pequea c

    Tres de la tarde de un da cualquiera y frente alTerminal Terrestre de Puno, un grupo de siete per-sonas desciende de un bus procedente de Yunguyo.Este hecho no sera extrao, ya que el flujo de pa-sajeros en esta ruta es constante; sin embargo estaspersonas llaman la atencin porque en uno de susojos exhiben un parche blanco de esparadrapo. Ellosson parte del xodo masivo de peruanos que van aCopacabana buscando la cura para sus males oftal-molgicos, motivados por una oferta gratuita de ser-vicios mdicos a partir de la implementacin de unhospital con profesionales cubanos. Es la denomi-nada Misin Milagro.

    La oficina de la Casa del ALBA est ubicada en el segn sus directivos, por jvenes que realizan un tra

  • ortaje

    Opina /

    CABILDO ABIERTO Julio 2007 11

    Alternativa Bolivariana para los pueblos de Amrica

    Yonhy LescanoCongresistade la Repblica

    Los directivos de la Casa delALBA, me han enviado unos do-cumentos y me han sealado que elpresidente regional, Hernn Fuen-tes, no tiene nada que ver con esto.Asimismo, van a hacerme conocerlas actividades que realizan. En esesentido, nosotros queremos saber siesta asociacin cuenta con fondos,donaciones u otros, ya que es unaasociacin inscrita en registros p-blicos y faltara que se aclare esetema para poder emitir una opinin.

    z y sus milagrosciudad ubicada muy cerca de la frontera peruano-boliviana como parte de la Misin Milagro promovida por la ALBA.

    El ALBA o Alternativa Bolivariana para los pueblos de Amrica, se instal elao 2004 a iniciativa de los gobiernos de Cuba y Venezuela, como un tratadode cooperacin e integracin econmica, social y poltica, parecida al MER-COSUR, la CAN y otros espacios de integracin, a la cual se han unido lospresidentes de Bolivia, Ecuador, Nicaragua y prximamente se unir Hait.

    Jos Gutirrez Alberoni, Secretario de Asuntos Sociales y Polticos de laCasa del ALBA seala que en los ltimos ocho meses se han operado dela vista poco ms de 4,300 pacientes, no slo puneos, sino arequipeos ycusqueos, con un xito del 98.5%.

    Tanto Gutirrez como Maydana recalcan que no reciben ningn tipo definanciamiento para promover la iniciativa: He pedido pblicamente que nosinvestiguen, yo he tenido que sacar dinero de mi bolsillo para pagar el alquilerde la oficina, dice Gutirrez. Sin embargo, Maydana seala que estamoshaciendo algunos proyectos que a futuro se van a implementar, proyectosproductivos y de alfabetizacin como el plan Yo s Puedo u otros.

    Por su parte el gobierno peruano ha implementado el Plan de LuchaContra la Ceguera por Catarata 2007 - 2010, que tiene como objetivo benefi-ciar a ms de 83 mil personas mayores de 50 aos que sufren este mal en elpas.

    Aunque Maydana y Gutirrez insisten en que la Casa del ALBA no esun proyecto poltico ni representa injerencia alguna, no se puede negar, comodicen ellos mismos que todo hecho humano es poltico, y quizs las crticasy el rechazo del gobierno a esta iniciativa, provenga de esa misma nocin.

    centro de la ciudad y est compuesta,abajo voluntario.

    El hospital Municipal de Copacabana, se ha convertido en el centro de referencia desdela llegada de mdicos cubanos que prestan sus servicios profesionales.

  • 12 Julio 2007 CABILDO ABIERTO

    Escribe Juvenal MedinaGelogo. Subdirector de PREDES.Centro de Estudios y Prevencin de Desastres

    Los desastres que afectan el pas y enparticular aquellos asociados a las bajastemperaturas o friaje que azota las zo-nas alto andinas del Per, son viejos ycomunes problemas en regiones comoPuno. Lo que hoy en da ocurre no es elprimero ni tampoco ser el ltimo eventode tal naturaleza, ya que su dinmica estasociada a los fenmenos climatolgicosque se presentan de manera recurrenteentre los meses de junio y agosto de to-dos los aos.

    La ocurrencia de dichos fenmenoses detectada con anticipacin y es comu-nicada a travs de los pronsticos y aler-tas meteorolgicas que emite el ServicioNacional de Meteorologa e Hidrologa(SENAMHI). No obstante, teniendo hoymayores facilidades de informacin yconociendo dichos referentes, estos fe-nmenos aun nos sorprenden cada ao,como si fueran algo nuevo o extrao,cuando lo cierto es que nos han afectadosinnmero de veces, y por ende ya est-bamos advertidos.

    Dnde estn las lecciones aprendi-das de los eventos del pasado que nosdeben ayudar a prevenir y/o reducir el ries-go de futuros desastres? Esta es una pre-gunta legtima que debe ser contestada porla poblacin afectada, pero tambin porlas autoridades locales, regionales y na-cionales, ya que todos somos testigos pre-senciales y a la vez co-responsables delo que ocurre, por no haber tomado nin-guna medida de prevencin, y menos ha-ber planificado y gestionado el desarrollo

    seguro y sostenible pensando en todoslos peruanos.

    De los estudios con que se cuentahoy en da se sabe que el clima, por supropia naturaleza, siempre est cambian-do, que nunca ha sido exactamente igualy que incluso cuando aparentemente ten-ga una recurrencia cclica en su dinmi-ca, nunca fue igual de un ao a otro. Aesto se suman los efectos de las accio-nes antrpicas como la deforestacin encuencas, la polucin ambiental de las ciu-dades e industrias y otras manifestacio-nes que aceleran los procesos de deterio-ro ambiental y en consecuencia contri-buyen a los cambios climticos extremos.

    Ante este escenario cambiante, ni lasinstituciones pblicas ni la poblacin engeneral muestran signos de conciencia einters para adoptar estrategias de adap-

    tacin, lo que trae como consecuencia quelos desastres sean cada vez mayores y msseveros, a pesar de que la magnitud e in-tensidad de estos fenmenos no sean tandiferentes o mayores a los ocurridos enaos anteriores.

    Los desastres afectan ms a los mspobres

    Los desastres no slo se producen por-que ocurren fenmenos peligrosos, sinoporque existen elementos vulnerables deser afectados. La vulnerabilidad es unacondicin que expresa un grado o nivelde exposicin, de fragilidad y debilidad oinsuficiencia, del elemento vulnerable. Hayvulnerabilidad porque hay pobreza no sloeconmica, sino tambin pobreza de es-pritu, pobreza de iniciativa y de autoesti-

    Friaje en el altiplanoperuano... crnica deun desastreanunciado

  • CABILDO ABIERTO Julio 2007 13

    ma que sumerge al poblador en una situa-cin que le vuelve presa fcil de un de-sastre.

    Como se sabe, Puno es una de lasregiones del Per cuyo territorio est do-minado por altitudes que superan los 3500m.s.n.m., por lo que registra anualmenteun gran numero de eventos climatolgi-cos y sus efectos y/o consecuencias sondamnificados y afectados, no slo encuestiones de salud, sino tambin en lossectores de la produccin agrcola y pe-cuaria. Las enfermedades neumolgicas,las IRAS, en los nios y ancianos en par-ticular, as como la prdida de animales ysembros son frecuentes en el sector ru-ral.

    Por otro lado, histricamente, Punoha soportado constantemente eventos defriajes, heladas, alternados con sequas einundaciones, los que sumados, van diez-

    mando la escasa capacidad de las pobla-ciones rurales. Pese a estos desastres re-currentes, persiste la ausencia de polti-cas claras por parte de las autoridadeslocales, regionales y nacionales, orienta-das a reducir el riesgo o a evitar tales de-sastres. Asimismo, es lamentable la au-sencia de una estrategia del sector Agri-cultura para superar esta creciente vul-nerabilidad.

    No obstante que se desarrollan es-fuerzos, las acciones estn concebidas ycentradas en los efectos o consecuenciasms que en las propias causas. No existetodava la aplicacin de propuestas alter-nativas tecnolgicas, polticas y cultura-les orientadas a reducir la vulnerabilidadde los sistemas de produccin. Tan slose ven acciones de asistencia humanita-ria que van orientadas a paliar las conse-

    cuencias o impactos del desastre, perose dejan de lado alternativas orientadas aatacar las causas visibles o los factoresde vulnerabilidad creciente, que son losque finalmente determinan el nivel de da-os e impactos que generan los peligrosanunciados.

    Los desastres afectan el desarrollo

    Los desastres que de manera recurrenteviven las comunidades, son indicadoresobjetivamente verificables del dficit dedesarrollo que se presenta. Queda demos-trado que una comunidad que sufre de-sastres no puede ni podr alcanzar el de-sarrollo deseado. Cada desastre quesufren los hunde ms en la pobreza osubdesarrollo. Los daos y prdidas quesufren, impactan en su endeble econo-ma dejndoles en peores condiciones de

    pobreza.Comprender esta adversa relacin

    entre los desastres y el desarrollo es clavepara sustentar la necesidad de contar conestrategias de prevencin y mitigacin. Siuna comunidad logra un mayor nivel dedesarrollo reducir su vulnerabilidad y enconsecuencia sufrir menos desastres;estar con mayor capacidad para afron-tar y manejar sus riesgos. Del mismomodo, si una comunidad involucra la ges-tin del riesgo de desastre como parte desu estrategia de desarrollo, estar crean-do mayor seguridad y sostenibilidad a supropio desarrollo.

    De all es que se plantea que la ges-tin del riesgo deba ser un tema que sedifunda e inserte en todos los niveles degestin del desarrollo. Hay muchas for-mas para hacerlo, ya sea desde la propia

    lectura de la realidad sobre la cual busca-mos intervenir para generar el diagnosti-co situacional integral, pasando luego a lainsercin de la gestin del riesgo en losplanes concertados de desarrollo, ascomo en el proceso y mecanismo del pre-supuesto participativo, mediante el cualse designan y asignan las partidas presu-puestales a los proyectos de inversinpblica.

    Las leyes y mandatos sobre la pre-vencin y atencin de desastres

    En el Per tanto la seguridad como la vidason parte de los derechos fundamentalesque estn amparados por un conjunto denormas y leyes que rigen el orden jurdi-co. La Constitucin Poltica del Per, elCdigo Civil, adems de la Ley de Defen-sa Civil 19338 y sus modificatorias, la

    Ley Orgnica de Gobiernos Regionales,la Ley Orgnica de Municipalidades, en-tre otras normas, establecen la responsa-bilidad de las instituciones pblicas y pri-vadas, as como de las organizacionessociales, gremios y de la sociedad civil,para que su actuacin est orientada aestablecer una sociedad segura y saluda-ble, con una vida digna de las personas,de los nios, adolescentes y especialmentede todos los segmentos vulnerables.

    Pero, ms all de las leyes indica-das, existen mandatos de la tica perso-nal y profesional, mandatos afectivos desolidaridad humanitaria, que nos toca asu-mir a todas las personas como un acto devida. Ejercer nuestros derechos y cum-plir responsabilidades relacionadas connuestra seguridad nos llevar a poder de-cir un da: Misin cumplida!

  • 14 Julio 2007 CABILDO ABIERTO

    bierno de Estados Unidos seguramen-te como el cooperante con mayor in-fluencia, sobretodo en la relacin conlos organismos multilaterales. En el ima-ginario actual, se percibe la victoriade estas elites como la causante de laderrota de sus pares dominados.

    En el cuadro N 1 resumimos esteescenario.

    Hoy, el gobierno de Evo Moralesparece optar por impulsar una revo-lucin en democracia, entendida pre-cisamente como lo que define al con-cepto de revolucin: sustitucin de al-gunas elites por otras. No se plantea,al parecer, una lgica reformista quepermita la convivencia de ambos po-los sociales; sino se impulsa un sutil peroefectivo opacamiento de las viejaselites en el poder. Elites blancas ymestizas, empujadas a sumarse al pro-yecto hegemnico indgena. Siemprebajo la idea poco conciliadora del aho-ra nos toca.

    Escribe Diego AyoAnalista polticoBolivia

    A dnde vaEvo Morales?

    Es crucial preguntarnos, a quino a quines benefici el modelo de de-mocracia neoliberal?, y, a quines pre-tende beneficiar este nuevo modelo queimpulsa Evo Morales? En una versinindudablemente simplificada de estarealidad, pero didctica a efectos deeste ensayo, podemos decir que en estepar de dcadas la estructura de poderestuvo conformada por la burguesa fi-nanciera (importadora y bancaria fun-damentalmente), aquella agroindustrialasentada en el oriente, los grupos pro-fesionales y empresariales vinculadosa las grandes transnacionales, aquellaligada a la minera denominada mineramediana (aunque en menor medida,dados los precios bajos de los minera-les bolivianos), la tecnocracia poltica(aquellos asesores principales en los go-biernos de turno), inmiscuida en los por-menores de la elaboracin y puesta enfuncionamiento de las polticas pblicasy la cooperacin internacional con el go-

  • CABILDO ABIERTO Julio 2007 15

    Desde Bolivia

    De ese modo, en ese espectro demaniquesmo absoluto, la nueva plata-forma institucional que se pretendecrear apunta a impregnar en todo rin-cn el sello de esta indianidad. Pordoquier, en las propuestas provenien-tes de la Asamblea Constituyente, enespecial aquellas planteadas por el de-nominado Pacto de Unidad, se deja tras-lucir este indigenismo en sus diferen-tes variantes, ya sea definiendo la po-sesin de los recursos naturales comopropiedad de los pueblos originarios,postulando una justicia comunitariacomo la forma predominante de hacerjusticia, distribuyendo tierras slo a uni-dades socioculturales colectivas (quesern ratificadas como naciones) y noas a individuos, promoviendo una edu-cacin ms multicultural que intercul-tural y de innegable predominio indge-na, adems de una descentralizacinque en nombre de las autonomas ind-genas procura desconocer el Refern-dum Autonmico de julio de 2006 en elque 4 departamentos votaron por el SIa las autonomas.

    Vale decir, se parte de una premi-sa sino errada slo parcialmente cier-ta: Bolivia es un pas indgena. Puess lo es, pero no slo es indgena: Esmulticultural y multiregional. El desa-fo, por tanto, no est en imponer crite-rios de indianidad por doquier, sino enestablecer mecanismos de dilogo en-tre partes. No es la solucin pasar dela mayora del rodillo parlamentario queprim de 1985 a 2005, al rodillo indge-na. An con piel ms morena, Evo Mo-rales est a puertas de consolidar lamisma democracia de imposicin de lamayora sobre la minora que tan dura-mente critic. Grueso error. La solu-cin de Bolivia pasa por establecer cri-terios de consociatividad. Palabritaciertamente pomposa que alude a la ne-cesidad de establecer acuerdos entrelos actores sociales e institucionales queliderizan esta coyuntura. Tres son losactores decisivos: la oposicin partida-ria, visualizada en el Senado; los acto-res regionales, parapetados en las cua-tro prefecturas de la Media Luna (Ta-rija, Santa Cruz, Beni y Pando), msCochabamba; y los movimientos socia-les. Esa es la democracia pactada querequerimos. Sin ella, ni los rditos eco-nmicos de la nacionalizacin servirn

    de algo en un estado de absoluta ano-mia que se ventila en un tiempo(in)mediato. La polarizacin regional,tnica y clasista se agudizar a ex-tremos imprevisibles, mientras el Go-bierno Central se empecine en des-conocer a los dos primeros actoresmencionados y se dedique a conten-tar al tercero acrecentando las ddi-

    *DQDGRUHV 3HUGHGRUHVSector financiero (urbano) Sector industrial

    (de enlace urbano-rural) o de cadenas productivas (complejos productivos a decir del Plan de Desarrollo del Gobierno)

    Sector agroindustrial Campesinos, indgenas Minera mediana Cooperativas mineras Capital transnacional o grandes capitales

    Capital nacional o micro capitales (microempresas de todo tipo)

    Tecnocracias polticas Movimientos sociales Cooperacin y Embajada de Estados Unidos (de subordinacin nacional)

    Movimiento cocalero (de recuperacin de la soberana)

    vas gubernamentales.De ese modo, en nombre de la jus-

    ta necesidad de incorporar a los acto-res otrora marginados de este pas, seest emprendiendo un peligroso expe-rimento de revancha, que podra que-brar el Estado de Derecho y consolidarun sistema patrimonial de beneficio in-digenista.

    Cuadro N 1

  • 16 Julio 2007 CABILDO ABIERTO

    NicanorDomnguezHistoriadorespecializado enlos Andescoloniales.Investigador visitante del Instituto Kellogg(Indiana, EE.UU.) [email protected]

    En su informe sobre la minera en lasinmediaciones de la Villa de Puno que pre-par en 1753 el corregidor Portillo Hae-do, as como en otras descripciones delsiglo XVIII sobre las provincias altiplni-cas, aparece claramente una imagen dedecadencia o recesin de este sector eco-nmico, siempre junto a la imagen de unpasado mejor referido a la bonanza deLaicacota en la decada de 1660 (ver Ca-bildo Abierto, Nm. 20). Cmo podemosintentar medir la veracidad de tales afir-maciones? Con qu estadsticas de pro-duccion minera de los siglos XVII y XVIIIcontamos, como para saber realmentecundo fue el Altiplano una zona minerams productiva?

    Las estadsticas histricas de las quedisponemos provienen de los registros ela-borados por el aparato fiscal colonial es-paol que, como todos los Estados e Im-perios pre-modernos, no tuvo un sistemade contabilidad confiable y coherente (ta-les logros en la contabilidad de la admi-nistracin pblica slo se desarrollan enlos principales pases europeos a partir delsiglo XIX, con el fortalecimiento del po-der central estatal y la aparicin de unaburocracia de carrera). Los encargadosde hacer cumplir las normas fiscales delEstado colonial, los llamados oficialesreales a cargo de las tesoreras regiona-les (las cajas reales), provenan del sec-tor privado de la economa colonial. Eran

    usualmente mercaderes que haban apren-dido su labor como comerciantes priva-dos y que accedan al servicio real me-diante influencias polticas en la cortemadrilea o tras la compra del cargo (si-tuacin desarrollada durante el siglo XVIIen Espaa y otras monarquas europeas,debido a la necesidad de la Corona de dis-poner de dinero en efectivo en el cortoplazo, a riesgo de disminuir los ingresosfiscales regulares, que eran as puestos bajoel control de funcionarios con mayorestendencias a salvaguardar sus interesesprivados de grupo que a velar por losintereses pblicos del Estado colonial).

    Los oficiales reales eran los encar-gados de cobrar los impuestos a la activi-dad minera, especialmente el llamadoquinto real, el 20% de la produccin demetales preciosos que los empresariosmineros particulares pudiesen extraer delsubsuelo (ya que legalmente tales rique-zas eran propiedad del monarca, quien leshaba concedido la explotacin de las mi-nas que descubrieran tan slo en usufruc-to). Un primer problema era el cobro efec-tivo de los quintos, debido a que las ca-

    jas reales se encontraban en centros ur-banos (Lima, Cuzco, Arequipa, Chucui-to, La Paz) y slo en los centros minerosms importantes (Potos, Huancavelica).Durante el siglo XVII las bonanzas mine-ras en el Sur Andino obligaron al estable-cimiento de nuevas cajas, en un intentode asegurar el cobro de los quintos(Oruro, 1605; Caylloma, 1631; Carangas,1651/52; traslado de la tesorera de Chu-cuito a San Antonio de Esquilache, 1652/53-1668).

    Sin embargo, la contabilidad de es-tas oficinas fiscales regionales presentavarios problemas para los historiadores dehoy (como los peruanos Carlos Lazo[1945-2005], Javier Tord, o Carlos Con-treras; los norteamericanos Peter Bakewe-ll, John TePaske, Herbet Klein, KennethAndrien o Kendall Brown; los argentinosEnrique Tndeter [1944-2004] o CarlosAssadourian), que han intentado calcularno slo los ingresos del Estado colonialsino la produccin minera real de la po-ca, por las siguientes razones:a) Acumulacin de deudas impagas por

    el azogue o mercurio adelantado alos mineros para refinar el mineral ar-gentfero extrado de las minas;

    b) Evasin tributaria de los mineros, queenviaban a otras ciudades la plata refi-nada (plata pia), antes de ser trans-formada en lingotes o barras y pagarimpuestos en la caja real respectiva(contrabando o extravo de pias);

    c) Corrupcin de los oficiales reales re-caudadores, en combinacin con losempresarios mineros, para pagar me-nos impuestos (falseando el peso delas barras de plata);

    d) Dificultades de conservacin de lasfuentes histricas (incendios de archi-vos: Chucuito en 1782, Prefectura de

    Minera colonial en el Altiplano Surandino(siglos XVII)

    En sus ltimas contribuciones para Cabildo Abierto nuestro colaborador Nicanor Domnguez ha cuestio-nado la veracidad de las diferentes versiones semi-legendarias desarrolladas por la tradicin oral pune-a, entre mediados del siglo XVIII e incios del XX, para explicar el descubrimiento de las fabulosas rique-zas de la mina de Laicacota en 1657. Si tales versiones no pueden confirmarse con documentacin delsiglo XVII y deberan ser consideradas ms bin tradiciones inventadas por las sucesivas lites locales,habr que dudar tambin de la fama de opulencia que Laicacota mantiene hasta la actualidad? En elpresente artculo Domnguez nos ofrece informacin cuantitativa sobre los niveles de produccin de laminera de plata a mediados del perodo colonial en el Altiplano Surandino.

    Los oficiales realeseran los encargados decobrar los impuestos ala actividad minera, es-pecialmente el llamadoquinto real, que era el20% de la produccinque los empresarios mi-neros pudiesen extraerdel subsuelo...

  • CABILDO ABIERTO Julio 2007 17

    Historia

    Estampas del Altiplano

    Puno en 29-VIII-1995).Pese a todas estas limitaciones, las

    cifras agregadas de la contabilidad colo-nial, registradas en Lima y enviadas porlos virreyes a Espaa (hoy conservadasen el Archivo General de Indias, en Sevi-lla), permiten una aproximacin cuantita-tiva a la produccin argentfera, siempreconsiderando que, en perodos normalesy como promedio, la evasin tributaria al-canzaba el 20% de la produccin minera(es decir, que el 80% de la produccin sera afectada por el cobro del quintoreal). El cuadro adjunto muestra los en-vos a Lima desde las cajas de La Paz(que cobraba quintos de la mina de Be-renguela) y de Chucuito-San Antonio (queregistraba la produccin de San Antoniode Esquilache y Laicacota) en las cuatrodcadas entre 1651-1690 (aunque faltandatos para 1662-1664). Cunto de lorecaudado provena de la minera, ya quelas cajas tambin cobraban otros im-puestos (como el tributo indgena o lasalcabalas al comercio)? Otros datos(para los siete aos de 1658, 1661, 1679y 1681-1684) indican que Chucuito-SanAntonio recababa 64 a 82 % de ingresospor quintos, y que 90 a 93 % de losingresos totales eran enviados a Lima.

    Continuar.

    Mitin deAlan Garcaen la plazade Armasdel Cusco1985.

    Produccin minera en la segunda mitad del siglo XVII (1651-1690)

    Cantidades de plata (en pesos de ocho reales) recibidas en la Caja Real de Lima en lasegunda mitad del siglo XVII, provenientes de las Cajas de La Paz y de San Antonio deEsquilache-Chucuito.

    (*) Faltan datos para los tres aos comprendidos entre 1662-1664.

    Fuente: Kenneth Andrien, Crisis and Decline: The Viceroyalty of Peru in the SeventeenthCentury (Albuquerque: Univ. of New Mexico Press, 1985), tabla 5, p. 62 (clculos deNDF).

    $xRV

    7RWDO

    Caja de La Paz

    935,415

    394,415

    1033,661

    604,796

    2968,287

    Porcentaje

    4.04 %

    2.87 %

    5.45 %

    4.43 %

    4.27 %

    Caja de San Antonio Chucuito

    978,958

    3543,292

    1605,215

    1774,419

    7901,885

    Porcentaje

    4.23 %

    25.74 %

    8.46 %

    12.99 %

    11.36 %

    Todas las Cajas

    23156,143

    13766,227

    18962,544

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    69543,832

    Promedio anual recibido

    2315,614

    1966,603

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    1365,891

    1879,563

  • 18 Julio 2007 CABILDO ABIERTO

    MUNDO ALTIPLANODesde Madrid

    Las recientes movilizacio-nes en el pas, y especialmen-te en Puno, vuelven a colocara la ciudadana en el escenariodel conflicto social que ha ca-racterizado los ltimos aos dela poltica peruana.

    Ante la inminente con-frontacin entre el Gobierno ylos sectores que asumen la lu-cha reivindicativa se suele ob-viar dos cuestiones importan-tes: por un lado, el trasfondode la controversia puede valo-rarse en trminos de vulnera-cin de derechos humanos, ypor otro lado, cabe dar nfasisa una estrategia puesta en prc-tica a favor de los pobres des-de hace siete aos: la concer-tacin.

    En ese sentido, intentar en-tender la problemtica de la afec-tacin a un derecho humano im-portante como es el derecho ala educacin requiere una breveaproximacin al contenido b-sico de tal derecho debiendosealarse la responsabilidad dequien debe procurarlo.

    As, los rasgos ms desta-cables del derecho a la educa-cin lo sitan como parte de losdenominados derechos socialesconsagrados en normas de de-rechos humanos de carcter in-ternacional como en los artcu-los 13 y 14 del Pacto Interna-cional de Derechos Econmi-cos, Sociales y Culturales y elartculo 13 del Protocolo Adicio-nal a la Convencin Americanasobre Derechos Humanos enmateria de Derechos Econmi-cos, Sociales y Culturales, Pro-tocolo de San Salvador.

    Si bien la Constitucin pe-ruana no hace mencin expre-sa de un derecho a la educa-cin, este derecho subjetivopor su trascendencia debe serdeducido del correlativo lgi-co opuesto al deber contenidoen el artculo 16 de la normafundamental donde se precisaque: Es deber del Estado ase-gurar que nadie se vea impedi-do de recibir educacin ade-cuada por razn de su situa-cin econmica o de limitacio-nes mentales o fsicas.

    En definitiva, se trata deun derecho cuya titularidad co-rresponde a las peruanas y losperuanos, siendo el Estado elresponsable de garantizarlo.

    Gran parte de esa mismalgica es la que subyace en eltrasfondo de la lucha contra lapobreza en el Per; as, los l-mites a la educacin se conju-gan con la situacin de miseriade ms de la mitad de la pobla-cin peruana cuando: Junto ala precariedad material, las di-versas discriminaciones, la ex-clusin y las barreras que im-piden participar como ciudada-nos y ciudadanas, la falta deoportunidades y de acceso aservicios de calidad hacen quela experiencia de vivir en po-breza signifique un recorte pro-fundo de libertades1.

    No obstante, la supera-cin de la pobreza, que exigeresolver situaciones de caren-cia traducidas en necesidadesbsicas que hagan posible eldesarrollo pleno de las perso-nas, demanda vas que se in-serten no slo en la exigencia

    jurdica sino en la prctica po-ltica.

    Por ello, no hay derechoseconmicos y sociales sin in-tervencin del Estado que re-quiere configurarse bajo unmodelo democrtico y social,puesto que la democracia sloes posible en un contexto dehomogeneidad que aspire acomplementar el inicial y limi-tado avance de la igualdad for-mal.

    As, si para la consagra-cin de dichos derechos enEuropa se enfatiz en el forta-lecimiento de un Estado socialde Derecho integrador del Es-tado liberal y la homogeneidadsocial mediante el recurso a lademocracia representativa par-lamentaria, la posibilidad deensayar un camino ms parti-cipativo desde quienes se venprivados del goce de esos de-rechos se concreta en una pro-puesta concertadora que vin-cula al poder poltico y a losactores de la sociedad civil.

    En conclusin, tanto paragarantizar el derecho a la edu-cacin como para asegurar de-rechos econmicos bsicospara peruanas y peruanos, el le-gado del dilogo manifiesto enla valiosa estrategia concertado-ra reciente, ayuda a vislumbrarescenarios de salida a las revuel-tas; por lo tanto, la concertacin-como mtodo de trabajo- nodebera ser dejada de lado.Escribe

    Edgardo RodrguezAbogado del CEDEH - PunoMaster en DerechosFundamentales por la UniversidadCarlos III de Madrid.

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    1GARATEA, Gastn, Presentacinen Futuro sin pobreza, Balance de lalucha contra la pobreza y propuestas.Mesa de Concertacin para la luchacontra la pobreza. Lima, 2007. p. 5.

  • CABILDO ABIERTO Julio 2007 19

    Libros

    La idea de representacindel tiempo para el Aymara, alcontrario de la concepcin oc-cidental, consiste en mirar supasado ante s y a considerarque el futuro se encuentraatrs. Esta cita de ThreseBouysse Cassagne, recogidaen el libro Paranoiaimara, delboliviano scar Olmedo Lla-nos, es una de las varias quesirve al autor en su bsquedapor develar la cosmovisin ay-mara, siempre con una posi-cin crtica que pretende des-mitificar los discursos puristasy fundamentalistas aymaristas.

    Su empeo se mantiene alo largo de las cinco partes dellibro donde trata diferentes te-mas, entre ellos: del indigenis-mo utpico a los novsimosindilogos; la especulacinalienada; Pacha: ms all deltiempo y el espacio; el Kutiaymara; el tiempo cero en losaymaras; los impactos de lacosmovisin aymara y su re-lacin con el otro; del ayllu ori-ginario-territorial al ayllu-ay-mara-autoritario; la mujer ay-mara; y la cosmovisin para-noica: totalitarismo.

    Para ello, Olmedo echamano constantemente a con-ceptos y referencias de Heide-gger, para quien cosmovisines nuestra visin del mundo,es la fuerza motriz bsica denuestra accin y de toda nues-tra existencia, an en los ca-sos y precisamente en los ca-sos en que no apelamos expre-samente a ella o no tomamosuna decisin recurriendo cons-

    ciente y expresamente a ella.Quin es quin en el mun-

    do indgena?, se pregunta Ol-medo, y a continuacin deta-lla una clasificacin donde sepueden encontrar Indios,Qaras, Taras, el movimientoindgena, el movimiento indio,los intelectuales indios, los po-lticos indianistas, la intelligent-sia indiana y los indilogos.

    Son las posiciones de es-tos dos ltimos las que el librocuestiona, por ser seguidoresfundamentalistas del logos in-diano, y pensar y actuar comosi su cosmovisin se consti-tuyese en la razn universal yprincipio nico para un orden,una justicia y un destino al quetodo est sometido.

    Lo mismo ocurre con re-lacin al problema del tiempo,que segn el autor, revela la pri-

    mitividad del pensamiento ay-mara para desarrollar y enten-der cuestiones abstractas. As,el recurrir a la palabra Pacha,para referirse al tiempo, el es-pacio y algo ms, no permitedilucidar qu es el tiempo, asu-mindose una creencia comouna simple idea.

    Por otro lado, al referirsea las caractersticas de la cultu-ra aymara, Olmedo enfatiza quealgunas de stas muestran unatendencia al totalitarismo y au-toritarismo, recordando para ellola conducta discriminadora ay-mara contra urus y puquinas,as como la presencia marginalde las mujeres, que evidencia elmachismo imperante en dichasociedad.

    Asimismo, frente a las pre-tensiones aymaras sobre partedel territorio boliviano, el autorlas deja sin sustento, al sealarque no existe una originidad ay-mara, puesto que tambin losaymaras fueron, en determina-do momento de la historia, in-vasores del altiplano, territorioque perteneca a culturas real-mente originarias como losurus, chipayas, puquinas y chi-ripas.

    Uno nace aymara y ayma-ra tiene que serlo, es una afir-macin comn entre quienespropugnan una reivindicacintnica aymarista; sin embar-go, se olvida que no existenculturas ni cosmovisiones pu-ras, y las identidades indivi-duales acaban diluyndosecomo misturas lanzadas alviento altiplnico.

    Comentario al libro Paranoiaimarade Oscar Olmedo Llanos

    EscribePaulo VilcaAbogado

    Quin esquin en elmundoindgena?, sepreguntaOlmedo, y acontinuacindetalla unaclasificacindonde sepuedenencontrarIndios, Qaras,Taras, elmovimientoindgena, elmovimientoindio, losintelectualesindios, lospolticosindianistas, laintelligentsiaindiana y losindilogos.

    Paranoia aimaraOscar Olmedo LlanosPlural Editores, 2006414 pp

    Desmitificando laparanoia aimara

  • Homenaje

    Escribe Roger MaqueraEquipo de Gobiernos Locales - Oficina Regional PunoAsociacin SER

    Existe en el imaginario de cualquiernio o nia de las zonas rurales de nuestraregin altiplnica, muchas veces olvidadasy excluidas, el sueo de querer ser algoen la vida o el anhelo de ser mejor quesus progenitores; sin embargo, las pre-carias condiciones econmicas en las quegeneralmente se desenvuelven los pobla-dores del campo, no son auspiciosas paramaterializar estos sueos de grandeza, porlo que resulta verdaderamente heroico sa-lir del pueblo, lograr ser profesional y te-ner reconocimiento.

    Calixto Felimn Arpi Mamani, fue unode aquellos miles de ciudadanos soado-res provenientes de un pueblo alejado dela regin que con entusiasmo y voluntadlleg a la capital de la regin para forjarseprofesionalmente y surcar el difcil cami-no de contribuir al desarrollo de nuestro

    Per) promovida por la Asociacin Ser-vicios Educativos Rurales - SER en alian-za con el Grupo Propuesta Ciudadana.

    Asimismo, la empata e identidadcon los sectores vulnerables de nuestraregin hizo que mir con mucha aten-cin y compromiso las labores de ase-sora para el fortalecimiento de la insti-tucionalidad democrtica en las Munici-palidades de Sandia y San Pedro de Puti-na Punco, labor que realiz en ambasmunicipalidades desde mediados del ao2006, teniendo como una gran fortalezasu juventud, que haca que los intermi-nables viajes de ocho y doce horas, seanmuchas veces de aventura y gozo. Deigual manera, en el desarrollo de las acti-vidades reluca su humildad y carisma,virtudes que hicieron de l, an en situa-ciones difciles y adversas una personatenaz con capacidad para enfrentar di-versas circunstancias.

    La experiencia adquirida en las la-bores desempeadas, le sirvi para in-gresar a una nueva faceta en su ejerci-cio profesional: la relacin estratgicay de asesora en gestin municipal avarias municipalidades de la zona nor-te de la regin Puno.

    Sin embargo, todos estos logrosobtenidos, fueron truncados el 10 dejulio pasado en un accidente vehicularen la va Juliaca Puno, cerca a la lo-calidad de Paucarcolla. Producto deeste accidente, nuestro amigo Calixtoqued gravemente herido dejando deexistir luego de una penosa agona.

    Las muestras de solidaridad y reco-nocimiento concedidas de manera ps-tuma por diferentes personas e institu-ciones dan testimonio de la calidad hu-mana y profesional que lo caracterizaba.Asimismo, como una muestra de reco-nocimiento a su vocacin de servicio ycompromiso con el desarrollo de su tie-rra natal, el Concejo Municipal de Ma-car, lo ha declarado Hijo Ilustre deldistrito.

    Su lamentable deceso ha produci-do en su familia, amigos y compae-ros, hondos pesares de dolor por sutemprana partida. Este ejemplo de lu-cha y perseverancia quedar marcadono slo en su entorno social, sino entodos aquellos jvenes que luchan con-tra la adversidad y el olvido del Esta-do, con el nico objetivo de buscar unavida digna de sus pueblos y un pasms justo.

    Descansa en Paz, Calixto.

    altiplano. Nacido el 14 de octubre de 1977en el distrito de Macar, provincia de Mel-gar, realiz estudios primarios en el Cen-tro Educativo Primario N 70494 TpacAmaru y los secundarios en el CES Agro-pecuario 151, ambos de su tierra natal.Luego, concluy estudios superiores enla Facultad de Ingeniera Econmica de laUniversidad Nacional del Altiplano, obte-niendo el titulo profesional de IngenieroEconomista. Desde las aulas universita-rias busc espacios de articulacin y so-cializacin con grupos juveniles, promo-viendo y fortaleciendo la Red Interquo-rum.

    La calidad profesional y humana quetuvo Calixto hizo que desde inicios del ao2006 se haya desempeado con bastanteesmero y xito en el Sistema de VigilanciaCiudadana de la Descentralizacin (Vigila

    A la memoria de Calixto Arpi