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Cerebro Triuno y Educación Paul Mac Lean (1913-2007) fue un físico norteamericano y neurocientífico quien hizo contribuciones significativas en los campos de la psicología y la psiquiatría: en su teoría del cerebro triuno interpreta el cerebro como un sistema formado por tres subsistemas: el reptiliano, el límbico y la neocorteza, los cuales interaccionan permanentemente para la producción de la conducta, estudio iniciado en el año de 1978. Esta conceptualización enfatiza una visión holística del comportamiento en términos de sus procesos determinantes; de allí que considere que no es apropiado un estudio de dicho comportamiento a partir de los procesos parciales cognitivos o motivacionales que lo producen, sino como una totalidad. En consecuencia, comprender esta conceptualización del funcionamiento del cerebro tiene importantes implicaciones para la educación, por cuanto le puede servir al docente como base teórica para una interpretación más adecuada del proceso interactivo que ocurre en el aula de clase y para desarrollar un sistema de instrucción integrado que tome en cuenta las diferentes áreas del cerebro. Por ejemplo, un estudiante que perciba el ambiente o clima de la clase como inseguro, hostil o amenazante, en lugar de estimulante, excitante o retador, experimentará una interferencia emocional en su intento por aprender. Por su parte, Lozanov (1978) ha señalado que existen barreras para aprender, las cuales actúan como filtros emocionales que determinan la aceptación o rechazo de la nueva información por parte del estudiante. Estas barreras actúan como alarmas que se activan automáticamente, con un propósito de autoprotección y están relacionadas con fuentes externas de estímulos o con los estímulos propiamente dichos. Lozanov piensa que la barrera surge cuando el estudiante percibe una falta de confianza en el docente: (a) como persona o como autoridad; (b) en cuanto a la habilidad intelectual y dominio del contenido de la lección; o (c) en relación con cual-quiera pregunta que pueda estar reñida con cuestiones religiosas o morales o con sistemas de creencias. El considera que estas barreras existen en forma permanente, tanto a nivel consciente como inconsciente, y cuando un estudiante las vivencia el foco de la atención se desplaza desde la lección y el profesor, hacia los sentimientos y fantasías internas. La enseñanza principal que los educadores deben derivar de esta teoría del cerebro triuno es la conveniencia de desarrollar estrategias institucionales integradas, basadas en una nueva conceptualización del proceso de enseñanza- aprendizaje, que tome en cuenta que el alumno puede vivenciar el aprendizaje a diferentes niveles al mismo tiempo, incluyendo el nivel inconsciente, y que estos procesos están en permanente actividad; es decir, los tres cerebros (reptiliano, límbico y neocorteza) influyen complementariamente en la efectividad del

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Cerebro Triuno y Educación Paul Mac Lean (1913-2007) fue un físico norteamericano y neurocientífico quien hizo contribuciones significativas en los campos de la psicología y la psiquiatría: en su teoría del cerebro triuno interpreta el cerebro como un sistema formado por tres subsistemas: el reptiliano, el límbico y la neocorteza, los cuales interaccionan permanentemente para la producción de la conducta, estudio iniciado en el año de 1978.

Esta conceptualización enfatiza una visión holística del comportamiento en términos de sus procesos determinantes; de allí que considere que no es apropiado un estudio de dicho comportamiento a partir de los procesos parciales cognitivos o motivacionales que lo producen, sino como una totalidad.

En consecuencia, comprender esta conceptualización del funcionamiento del cerebro tiene importantes implicaciones para la educación, por cuanto le puede servir al docente como base teórica para una interpretación más adecuada del proceso interactivo que ocurre en el aula de clase y para desarrollar un sistema de instrucción integrado que tome en cuenta las diferentes áreas del cerebro.

Por ejemplo, un estudiante que perciba el ambiente o clima de la clase como inseguro, hostil o amenazante, en lugar de estimulante, excitante o retador, experimentará una interferencia emocional en su intento por aprender.

Por su parte, Lozanov (1978) ha señalado que existen barreras para aprender, las cuales actúan como filtros emocionales que determinan la aceptación o rechazo de la nueva información por parte del estudiante. Estas barreras actúan como alarmas que se activan automáticamente, con un propósito de autoprotección y están relacionadas con fuentes externas de estímulos o con los estímulos propiamente dichos.

Lozanov piensa que la barrera surge cuando el estudiante percibe una falta de confianza en el docente: (a) como persona o como autoridad; (b) en cuanto a la habilidad intelectual y dominio del contenido de la lección; o (c) en relación con cual-quiera pregunta que pueda estar reñida con cuestiones religiosas o morales o con sistemas de creencias. El considera que estas barreras existen en forma permanente, tanto a nivel consciente como inconsciente, y cuando un estudiante las vivencia el foco de la atención se desplaza desde la lección y el profesor, hacia los sentimientos y fantasías internas.

La enseñanza principal que los educadores deben derivar de esta teoría del cerebro triuno es la conveniencia de desarrollar estrategias institucionales integradas, basadas en una nueva conceptualización del proceso de enseñanza-aprendizaje, que tome en cuenta que el alumno puede vivenciar el aprendizaje a diferentes niveles al mismo tiempo, incluyendo el nivel inconsciente, y que estos procesos están en permanente actividad; es decir, los tres cerebros (reptiliano, límbico y neocorteza) influyen complementariamente en la efectividad del

aprendizaje.

NeocortezaPor encima del reptil, y del límbico se encuentra la Corteza Cerebral o Neocortex (nueva o última corteza en formarse en la evolución cerebral), este es el cerebro que recubre las capas más viejas o primitivas, es el que nos hace seres racionales, y conscientes de todo lo que nos ocurre tanto en nuestro interior como fuera de el.Nos distingue de los reptiles y otros mamíferos porque nos permite la capacidad de razonar, imaginar y fantasear, posee dos hemisferios cerebrales, el derecho e izquierdo. Por debajo de ambos hemisferios cerebrales se encuentra el cuerpo calloso que hace de especie de puente entre ambos hemisferios y permite las interconexiones entre ellos.

Toda la corteza cerebral posee billones de células que conocemos como neuronas, las cuales al conectarse producen la sinapsis, que al efecto físico no es más que el pensamiento, cada vez que aprendemos algo aumentamos el número de conexiones neuronales, la inteligencia se desarrolla mientras más conexiones neuronales logremos.

Los hemisferios cerebrales se ven organizados en forma simétrica, nuestro hemisferio izquierdo controla la parte derecha del cuerpo y el derecho controla nuestro lado izquierdo, sin embargo, hay asimetría en lo que respecta a sus funciones.

Cada hemisferio cerebral cumple diferentes funciones.

El hemisferio izquierdo: procesa la información en forma lógica, por lo que es secuencial, todo es llevado en un estricto orden, utiliza la enumeración, linealidad, el paso a paso, las relaciones causa- efecto. Se caracteriza por utilizar el análisis, es decir fragmenta la realidad por partes para estudiarla al detalle, es un proceso inductivo (de lo particular a lo general) proceso muy importante para la toma de decisiones y la resolución de problemas. Además toma muy en cuenta el paso del tiempo, todo es planificado, cronometrado. El lenguaje oral y escrito son funciones de este hemisferio. De este hemisferio deriva la Inteligencia Racional.

El hemisferio derecho: Procesa todas las funciones que tienen que ver con lo espontáneo, creativo, la música, el arte; las imágenes: fantasear, visualizar, imaginar; posee la habilidad de la percepción espacial, dimensiones, Gestalt (totalidad), es decir que se caracteriza por utilizar la síntesis, une, integra, se sitúa en el todo, por lo que trabaja con deducciones (la totalidad, de lo general a lo particular). No necesita del tiempo, todo es eternamente presente. Trabaja con asociaciones libres, une, asocia un símbolo con otro o con palabras, sensaciones, olores, colores. De este hemisferio derivan: la inteligencia asociativa, visual, espacial, auditiva, y la inteligencia intuitiva.

Cerebro Límbico. Por encima de este cerebro reptil, y por debajo de la neocorteza ubicamos el Sistema o Cerebro Límbico. A este cerebro también se le conoce como Cerebro Emocional o como Cerebro Mamífero, porque los mamíferos poseen una estructura similar, y se corresponde muy bien con el comportamiento de los animales mamíferos, por ejemplo: el comportamiento maternal, proteger y cuidar a las crías hasta que ellas puedan valerse por sí mismas.Son comportamientos mamíferos: el amor, el odio, el deseo, los celos, la angustia, el temor, la culpa, etc.

En el se encuentran: el tálamo, que regula los comportamientos afectivos, la región septal, vinculada a la sexualidad, los bulbos olfatorios, que nos conectan a través del olfato y las manifestaciones respiratorias con las emociones, la amígdala que permite la expresión oral de las emociones, el hipotálamo, donde se generan los químicos como serotonina, endorfinas, y otra gran cantidad de ellos, es el centro del placer y del dolor, y el hipocampo, relacionado con la memoria a largo plazo y las emociones.

Cerebro reptil Esta parte del cerebro está formada por los ganglios basales, el tallo cerebral y el sistema reticular. Es el responsable de la conducta automática o programada, tales como las que se refieren a la preservación de la especie y a los cambios fisiológicos necesarios para la sobrevivencia. Algunas veces, es denominado complejo reptiliano

porque es típico de los reptiles y tiene un papel muy importante en el control de la vida instintiva.

Alojado en el tronco cerebral, es la parte más antigua del cerebro y se desarrolló hace unos 500 millones de años. Se encuentra presente primordialmente en los reptiles. Los reptiles son las especies animales con el menor desarrollo del cerebro. El suyo, está diseñado para manejar la supervivencia desde un sistema binario: huir o pelear. Se encarga de autorregular el organismo. En consecuencia, este cerebro no está en capacidad de pensar, ni de sentir; su función es la de actuar, cuando el estado del organismo así lo demanda. El complejo reptiliano, en los seres humanos, incluye conductas que se asemejan a los rituales animales como el anidarse o aparearse. La conducta animal está en gran medida controlada por esta área del cerebro. Se trata de un tipo de conducta programada y poderosa y, por lo tanto, es muy resistente al cambio. Es el impulso por la supervivencia: comer, beber, temperatura corporal, sexo, territorialidad, necesidad de cobijo, de protección... Es un cerebro funcional, territorial, responsable de conservar la vida. En el cerebro reptiliano se procesan las experiencias primarias, no verbales, de aceptación o rechazo. Aquí se organizan y procesan las funciones que tienen que ver con el hacer y el actuar, lo cual incluye: las rutinas, los hábitos, la territorialidad, el espacio vital, condicionamiento, adicciones, rituales, ritmos, imitaciones, inhibiciones y

seguridad. Es el responsable de la conducta automática o programada, tales como las que se refieren a la preservación de la especie y a los cambios fisiológicos necesarios para la sobrevivencia.El Sistema Básico o reptiliano controla la respiración, el ritmo cardíaco, la presión sanguínea e incluso colabora en la continua expansión-contracción de nuestros músculos. Este primer cerebro es sobre todo como un guardián de la vida, pues en él están los mayores sentidos de supervivencia y lucha y además por su interrelación con los poros de la piel, los cuales son como una especie de interfase que poseemos con el mundo externo, este primer cerebro es nuestro agente avisador de peligros para el cuerpo en general.

Trabajo presentado por el: Lic. Argimiro Tuyub Pech