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LA REGULACIÓN FRENTE A LAS CRISIS FINANCIERAS INTERNACIONALES: EL CASO DEL PERÚ ANTE LAS CRISIS DE 1997-1998 Y 2007-2008
Renzo A. Jiménez Sotelo*
Resumen Este trabajo evalúa el desempeño ex ante y ex post que tuvo la regulación peruana, tanto
bancaria como monetaria, frente a los choques externos generados por las dos últimas crisis
financieras internacionales. Sólo el primer choque externo desencadenó una crisis bancaria,
pese a que el segundo choque externo fue más fuerte. En el documento se evidencian ciertas
mejoras relativas en la regulación, pero manteniendo muchas de las mayores vulnerabilida-
des estructurales que precisamente originaron la crisis bancaria de 1998-1999. Por ello, con-
trariamente a lo que se suele decir sobre las reformas implementadas en el ínterin, no se puede asegurar que la respuesta a por qué no se produjo una crisis bancaria en 2008-2009
haya estado sólo en el desempeño de la regulación.
Clasificación JEL: E51, E52, F32, G01, G28, N26
Palabras clave: crédito bancario, crisis bancarias, dolarización financiera, flujo de capitales,
política monetaria, supervisión bancaria, regulación financiera
Summary This paper assesses the ex-ante and ex-post performance of Peruvian regulation, both bank-
ing and monetary, in the face of external shocks generated by the last two international finan-
cial crises. Only the first external shock triggered a banking crisis, although the second exter-
nal shock was stronger. The document evidences some relative improvements in regulation,
but maintaining many of the major structural vulnerabilities that precisely originated the bank-
ing crisis of 1998-1999. Therefore, contrary to what is often said about the reforms implement-
ed in the meantime, it cannot be assured that the answer to why there was not a banking crisis
in 2008-2009 has been only in the performance of regulation.
JEL Classification: E51, E52, F32, G01, G28, N26 Key words: bank lending, banking crises, financial dollarization, capital flows, monetary policy,
banking supervision, financial regulation.
* Máster en Gestión Global del Riesgo por la Universidad Francisco de Vitoria (España) y Magíster en Finan-
zas y Licenciado en Economía por la Universidad del Pacífico (Perú).
La regulación frente a las crisis financieras internacionales
Renzo A. Jiménez Sotelo 2/53
1. Introducción A medida que los países se desarrollan, y se sumergen más en la llamada globalización,
el papel que juegan las finanzas en cada uno de ellos se vuelve más importante y deter-
minante frente al papel de los sectores reales de la economía. Por ello, gracias a la cre-
ciente integración de los mercados, los efectos de los grandes eventos negativos que
ocurren en el exterior, conocidos como choques externos, son cada vez más fácilmente
contagiados a diversos países través del sector financiero, incluso cuando inicialmente
sólo se trata de cambios en los sectores reales. Esto implica que en cada país la regula-
ción monetaria tradicional por sí sola, armada de instrumentos de política para preservar
la estabilidad de precios, ya no es suficiente para tratar de moderar el impacto de los
choques externos que amenazan la estabilidad financiera. Por ello, la regulación financie-
ra en general y la regulación bancaria en particular tienen un papel cada vez más impor-
tante para el desempeño en cada país de toda la economía en su conjunto. Un ejemplo de la creciente importancia de la regulación financiera ha sido puesto en evi-
dencia nuevamente en la más reciente crisis financiera internacional: los diferentes ban-
cos centrales han tenido que implementar unas medidas que nadie antes hubiera podido
plantearse, no sólo frente a las entidades bancarias que sostienen el sistema de pagos,
sino inclusive frente a otro tipo de entidades financieras que no realizan actividades ban-
carias tradicionales. Así, en los países más afectados se tuvo que alterar drásticamente
el alcance de la red de seguridad típicamente establecida sólo para las entidades finan-
cieras que proveen funciones esenciales1. Sin embargo, buena parte de esta situación de
vulnerabilidad también habría podido ser evitada o mejor controlada con una supervisión
consolidada, conservadora e independiente, y no con una supervisión sectorizada, liberal
y con solapamientos y lagunas de valoración del riesgo2. ¿Por qué el choque externo de la crisis financiera iniciada en Tailandia en 1997 y agrava-
da por el impago de Rusia en 1998 desencadenó finalmente una crisis bancaria en el Pe-
rú entre 1998-1999 y por qué la crisis financiera iniciada en el mercado hipotecario de
EEUU en 2007 y agravada con la quiebra del banco de inversión Lehman Brothers en
2008 no lo hizo, pese a haber generado un choque externo mayor? ¿Tuvieron algo que
1 Las redes de seguridad financiera tienen como objetivo mantener la confianza del público en el sistema fi- nanciero, reducir su probabilidad de ocurrencia de crisis sistémicas, reducir los costos fiscales de las inter- venciones cuando ocurran y asegurar la estabilidad del sistema de pagos en la economía. Por ello, se esta- blece el acceso de las entidades de crédito a un prestamista de última instancia, se crea un seguro para los depósitos del público, etc. (BPI y AIAD 2009). 2 Ver Gil y Segura (2007: 14-18).
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ver los cambios que se implementaron en la regulación bancaria y monetaria local? Esa
es la inquietud de fondo que se pretende explorar en este documento. Para esbozar una
respuesta a esta inquietud, pero sin la menor pretensión de hacer un estudio exhaustivo
del impacto de la regulación en general3, se requiere revisar los principales factores regu-
latorios que pudieran haber afectado la capacidad y disposición de la banca local para
ofrecer créditos y determinar la moneda y demás condiciones en las que se concedieron,
la rigurosidad de las reglas aprobadas para preservar la suficiente liquidez y solvencia de
dichas entidades y la flexibilidad establecida para que diversos agentes económicos cali-
fiquen en mayor o menor medida como parte del universo de sujetos de crédito. Este documento tiene ocho secciones, incluyendo ésta. En la segunda sección se esbo-
zan los principales conceptos y relaciones a analizar y contrastar en las secciones si-
guientes. En la tercera se resumen los principales hechos estilizados de las dos crisis fi-
nancieras internacionales. En la cuarta y quinta secciones examina el desempeño ex ante
y ex post de la regulación frente a la crisis de 1997-1998. En la sexta y sétima secciones
se examina el desempeño ex ante y ex post de la regulación frente a la crisis de 2007-
2008. En la octava sección se presentan las conclusiones. 2. Marco conceptual
Para facilitar el entendimiento de la forma cómo se analiza el impacto de los cambios re-
gulatorios en las secciones siguientes, resulta conveniente repasar algunos conceptos
básicos que intervienen directamente en la preservación, o no, de la estabilidad financie-
ra, una situación en la que, según resume el BCE4, se previene la acumulación excesiva
de cualquier riesgo sistémico que haga que el desempeño del sistema financiero afecte
significativamente el crecimiento y el bienestar de un país. Los conceptos y sus meca-
nismos básicos a repasar5 son el capital, las provisiones, el fondeo, las reservas de enca-
je, las expectativas, la diversificación y la supervisión. En primer lugar conviene recordar que las entidades de crédito forman parte de un mer-
cado regulado que, en todos los países del mundo, exige límites mínimos de capital que
se deben mantener en todo momento, en función a la cantidad (volumen) y calidad (ries-
go) de las operaciones activas que deseen efectuar y retener en sus balances, lo que im-
plica una capacidad de apalancamiento máxima respecto de su capital6. Los bancos no
3 Un marco teórico detallado para este tema puede ser revisado en el trabajo de García Santos (2007). 4 Por ejemplo, ver https://www.ecb.europa.eu/ecb/tasks/stability/html/index.es.html. 5 El lector familiarizado con el negocio de las finanzas bancarias puede obviar esta sección. 6 La primera vez que hubo un esfuerzo internacional por homogenizar el cálculo de los activos ponderados por riesgo y el límite mínimo de capital (límite máximo de apalancamiento) de los bancos se concretó con la
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son las únicas entidades de crédito que realizan actividades bancarias; por ejemplo, en el
Perú también lo hacen las cajas municipales, las cajas rurales, las edpymes, las financie-
ras, las arrendadoras, entre otras. A grandes rasgos, el capital regulatorio que deben
mantener estas entidades de crédito (denominado patrimonio efectivo o similar) sólo de-
bería estar conformado por el capital aportado por los accionistas más los beneficios o
utilidades acumuladas que no hayan sido repartidos, más la deuda subordinada a terce-
ros que cumpla determinas características, menos las inversiones no minoritarias efec-
tuadas en empresas relacionadas, más una porción máxima de las provisiones genéricas
acumuladas. Por consiguiente, a menos que haya un cambio regulatorio que altere las
reglas de cálculo de dichos requerimientos, si las entidades de crédito desearan incre-
mentar su capacidad para conceder y retener un mayor volumen de créditos, también re-
querirían necesariamente incrementar su capital regulatorio, ya sea con aportes de capi-
tal patrimonial, o con la mayor generación de beneficios no repartidos como dividendos,
o, sólo parcialmente, con la emisión de deuda subordinada aceptable. En segundo lugar, no es sorprendente decir que el principal riesgo del negocio de conce-
der créditos es precisamente el riesgo de crédito, es decir, la posibilidad de que los crédi-
tos otorgados sean pagados de acuerdo a las condiciones aprobadas. De hecho, como
existe cierta regularidad empírica en las tasas de impago que se puede prever a lo largo
de los ciclos de expansión y contracción del crédito (pérdida esperada), y que sólo en cir-
cunstancias imprevisibles de crisis se incrementan de modo significativo (pérdida inespe-
rada), la contabilidad permite reconocer como provisión (gasto usualmente también de-
ducible de impuestos) una aproximación de ese primer componente, de modo que, al
menos teóricamente, sólo el segundo componente debiera estar sostenido por el capital
regulatorio. En el caso del Perú, la regulación ha solido reconocer dos tipos de provisio-
nes acumuladas: las provisiones genéricas y las provisiones específicas. En estricto, se
supone que sólo las primeras deberían corresponder a las pérdidas esperadas atribuibles
a los créditos cuyos deudores se encuentran en capacidad de seguir cumpliendo con el
pago normal aprobado. No obstante, como los impagos incobrables no aparecen de la
noche a la mañana, las segundas se van constituyendo por los créditos específicos cuya
calidad se ha empezado a deteriorar antes de volverse incobrables. En cualquier caso,
ambos tipos de provisión son gastos que reducen los beneficios, pero evidentemente no
implican salidas de efectivo. Así, para determinar las provisiones requeridas, genéricas y
aprobación del (Antiguo) Acuerdo de Capital de 1988, hoy conocido como Basilea I, el cual estableció el capi- tal mínimo en 8% del total de activos ponderados por riesgo (apalancamiento máximo 12.5 veces) y sólo se tornó obligatorio para los bancos con actividades internacionales (BPI 1988). No obstante, debe notarse que la composición de dicho capital para todos los demás bancos no siempre ha sido la misma ni ha tenido la misma evolución en todos los países.
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específicas, la regulación establece la obligación de clasificar los créditos en categorías
de menor a mayor riesgo y cuyas tasas de provisión varían también de menor a mayor
magnitud. Dichas tasas pueden reducirse en función a las garantías elegibles constituidas
porque, teóricamente, reducirían la severidad de la pérdida del crédito incobrable asocia-
do, en caso se materialice. Por consiguiente, un cambio regulatorio que establezca un
mayor requerimiento de provisiones hará que las entidades tengan una menor capacidad
para conceder créditos adicionales, pero a mayor saldo de provisiones acumuladas, ma-
yor capacidad para absorber futuras pérdidas por incobrables sin afectar el capital regula-
torio constituido. Caso contrario, una insuficiencia de provisiones podría requerir de re-
ducciones de capital que podrían llevar a incumplir el mínimo regulatorio, lo que constitui-
ría una causal para que la entidad sea intervenida o, incluso, disuelta7. En tercer lugar, si bien teóricamente una entidad de crédito puede aumentar su capaci-
dad para conceder créditos incrementando sólo capital regulatorio, por la fracción de
ponderación correspondiente en función al tipo de crédito que desee conceder, en la
práctica sí requiere fondear la totalidad de dichos desembolsos adicionales. La más im-
portante fuente tradicional de fondeo del negocio bancario en el Perú ha solido estar con-
formada por los depósitos del público, mientras que el fondeo vía el mercado de valores
ha solido ser mínima y dirigida sólo a calzar parcialmente algunos tipos de crédito. Esto
implica que la capacidad de todas las entidades para conceder créditos, en conjunto, está
en cierta medida limitada por el crecimiento vegetativo del ahorro interno que permanece
dentro del país y no sólo por el nivel de capital regulatorio de dichas entidades, ya que,
en el Perú, el banco central se suele limitar a conceder de créditos internos a través del
redescuento de créditos para casos muy puntuales de liquidez. Empero, otra forma de al-
terar estructuralmente la capacidad de concesión de créditos es por medio de la regula-
ción de los capitales del exterior (deuda externa). Una política monetaria o financiera local
más flexible reduce las barreras para el mayor ingreso de capitales y ello, a su vez, per-
mite a las entidades locales aumentar su liquidez para poder conceder créditos por enci-
ma de su tasa natural en función al crecimiento del ahorro interno. Sin embargo, en caso
de alta dependencia de estos capitales, un cambio en la política monetaria o financiera en
los países de donde provienen dichos capitales, o un simple cambio generalizado en la
disposición de dichos capitales para permanecer en el país (o en países percibidos como
similares), puede imprevisiblemente producir, además de una eventual crisis cambiaria,
una crisis de liquidez sistémica que originará un proceso de desapalancamiento crediticio
7 Nótese que todo saldo de crédito impago para poder ser retirado del balance, por ser declarado incobrable, debe antes haber acumulado provisiones por el 100%, lo que a su vez implica haber ido reconociendo su pérdida reduciendo los beneficios o utilidades de la entidad.
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tan doloroso y recesivo como el de una tradicional corrida de depósitos que, en el extre-
mo, podría incluso llevar a la quiebra a entidades sin problemas de solvencia. En cuarto lugar es importante recordar que la forma tradicional como los bancos centrales
solían instrumentar la política monetaria, hasta antes de la implementación de las tasas
de interés de referencia como principal instrumento operativo que se consolidó y genera-
lizó con la adopción de metas de inflación, era a través de las variaciones de las tasas de
reservas de encaje y de la alteración de los tipos de obligaciones sujetas a dichas reser-
vas de encaje. Estos dos instrumentos les permitían a los bancos centrales alterar direc-
tamente sus metas de agregados monetarios para toda la economía. Esto implicaba que,
aun cuando las entidades tuvieran un incremento en su captación de fondos, este mayor
fondeo podía ser neutralizado si el banco central incrementaba las tasas de reservas de
encaje mínimo, obligando a las entidades a constituir mayores reservas de encaje. Del
mismo modo, el banco central podía reducir o incrementar en forma diferenciada los dife-
rentes tipos de obligaciones sujetas a encaje (depósitos del público, créditos adeudados
a otras entidades, valores emitidos en el mercado, entre otros), lo cual también alteraba
la disponibilidad total del fondeo estructural de las entidades para ser colocado en crédi-
tos8. No obstante, un banco central también podía alterar el costo total de la obligación de
constitución de reservas de encaje. Una forma de reducir dicho costo era pagando una
remuneración por la parte de las reservas de encaje que fueran depositadas en el banco
central, o permitiendo que una parte importante de dichas reservas no fuera depositada
en el banco central. En el Perú estos instrumentos se han seguido utilizando, pese al
abandono de la meta de agregados monetarios: si bien las reservas de encaje legal mí-
nimas obligatorias no están remuneradas, como en la mayoría de países, se permite que
la mayor parte de ellas las mantengan las entidades en sus propias bóvedas. Las otras
reservas de encaje, los llamados encajes adicionales, que son la mayor parte del total de
encaje obligatorio en dólares, sí son remunerados y depositados en el banco central. Las
tasas de encaje adicional no siempre son fijas sino que pueden incrementarse una vez
que alguna clase de las obligaciones sujetas a encaje excede determinado nivel objetivo
fijado por la regulación monetaria. Es decir, aun cuando el banco central peruano no emi-
te dólares y no puede establecer explícitamente una tasa de referencia en dólares, éste sí
ejecuta una política monetaria en dólares cuya postura no sólo depende de la variación
de las tasas de encaje o del establecimiento de límites de exoneración de constitución de
reservas de encaje, sino que su efecto total también depende de la remuneración relativa
8 No obstante, según la experiencia internacional, este tipo de medidas introducían inestabilidad de las tasas de interés y afectaban a la competencia en igualdad de condiciones porque impactaban de modo muy dife- rente a cada entidad de crédito, en función a su estructura particular y temporal de fondeo (Mishkin 2000).
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brindada a dichas reservas de encaje. Esto es clave en un país donde la mayor parte del
crédito y la liquidez nacional tradicionalmente ha estado en dólares. En quinto lugar, aun cuando las entidades de crédito cuenten con el capital y el fondeo
suficientes para que incrementen su oferta de créditos, también requieren de voluntad
propia para hacerlo. Dicha voluntad depende de sus expectativas sobre la evolución futu-
ra de las condiciones macroeconómicas y de su percepción de sostenibilidad del nivel de
endeudamiento y capacidad de pago de los demandantes de créditos. Si bien individual-
mente cada entidad decide cómo determinar la capacidad de pago de sus clientes y, en
función de ello, decide cuánto es lo máximo que les puede prestar, estos clientes también
pueden tratar de obtener créditos adicionales en otra entidad con resultados diferentes,
ya sea porque puedan tener unas políticas de crédito más agresivas o porque pueda
ofrecerles mejores condiciones. De este modo, la voluntad de las entidades para conce-
der más créditos no sólo depende de la postura de política monetaria y de la regulación
bancaria, sino que incluso depende de la capacidad de las entidades para determinar el
sobreendeudamiento relativo de sus clientes, de su percepción sobre su futura participa-
ción de mercado, así como del eventual riesgo moral implícito en los diferentes progra-
mas de crédito que el gobierno pueda haber apoyado o proponga implementar a través
de las actividades de banca de desarrollo de las entidades financieras públicas. Así,
mientras la percepción colectiva se mantenga optimista, el flujo de crédito se mantendrá,
a pesar de que pueda, o no, haber situaciones objetivas de sobreendeudamiento, poster-
gando cualquier materialización de deterioro crediticio si todas las demás condiciones no
cambian, y más aún si se disminuyen los requerimientos de provisiones o capital. No obs-
tante, si el proceso de expansión crediticia ocurre a tasas muy altas, la evidencia histórica
sugiere que es altamente probable que muchos de los créditos no estén siendo concedi-
dos de manera lo suficientemente conservadora ni sana y, por el contrario, estén gene-
rando mayores requerimientos futuros de provisiones por impagos incobrables. En sexto lugar, es importante recordar que la supervisión existe porque hay regulación y
no viceversa (Gil y Segura 2007). La regulación comprende el establecimiento de políti-
cas, principios, reglas y estándares, mientras que la supervisión abarca el juicio y aplica-
ción crítica de estas políticas y normas a entidades particulares (Volcker et al. 2009). De
ahí que, los Principios Básicos del Comité de Basilea suponen que la misma entidad su-
pervisora no tiene el papel de regulador, excepto para algunas normas prudenciales, para
evitar el natural conflicto de interés entre ambas funciones. Por tanto, es el supervisor
quien debe dar cuenta del cumplimiento de la legislación, de la regulación y de las pro-
pias políticas internas de los supervisados, lo cual incluye dejar constancia imparcial de
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que las entidades de crédito mantienen registros adecuados a las políticas y prácticas
contables ampliamente aceptadas internacionalmente y que, por tanto, publican informa-
ción periódica cualitativa y cuantitativa que refleja razonablemente su situación financiera
(BPI 2009). En el Perú, en cambio, debido a un vacío en el diseño legal de la estructura
financiera nacional, la regulación bancaria es establecida fundamentalmente por el mismo
supervisor bancario y sus efectos se notan en varios niveles. Por ejemplo, desde hace
varios años existe un claro consenso internacional para aplicar una serie de criterios bá-
sicos estándares para la presentación de los estados financieros9, de los cuales el más
elemental establece que, para propósitos de información general, los estados financieros
deben ser comparables, tanto con los de periodos anteriores de la misma entidad como
con los de las otras entidades. Esto tiene como consecuencia que, cuando hay cambios
contables importantes, los estados financieros de los periodos anteriores requieren ser
revisados para homologarlos y asegurar su adecuada comparabilidad, lo que suele ha-
cerse sólo con el periodo inmediatamente anterior. Evidentemente esto también se aplica
para los indicadores financieros que se construyen partir de los anexos y reportes que
complementan esos estados financieros. Por consiguiente, frecuentes cambios regulato-
rios en la contabilidad, dispuestos por el mismo supervisor que luego publica los indicado-
res estadísticos sin homologar, en realidad evidencian el conflicto de interés entre estos
dos papeles: (a) el del que establece las reglas que se deben cumplir y se encuentra en
una natural presión constante de demostrar que dichas reglas son razonables y viables
de aplicar, y (b) el del que independiente supervisa y da cuenta de que efectivamente las
reglas establecidas se cumplen, o no, y de lo cual depende inclusive su propia interven-
ción en las entidades, para su reorganización o su liquidación, un papel que no siempre
es poco controversial. Es decir, resulta imposible asegurar una total independencia en el
ejercicio de sus funciones si la misma entidad es juez y parte. En sétimo lugar, resulta bastante claro que el tradicional negocio bancario se sostiene en
la diversificación, de tal modo que no sólo no todas sus obligaciones le pueden ser exigi-
das a la entidad al mismo tiempo (como cuando ocurren corridas de depósitos), sino que
no todos sus prestatarios deben incumplir sus créditos simultáneamente. Así, la probabi-
lidad de quiebra de cualquier entidad, ocasionada por el impago simultáneo de un conjun-
to importante de sus contrapartes, es más baja cuanto más adecuadamente diversifica-
dos estén. Sin embargo, la diversificación tiene un límite: por su propia naturaleza, los
únicos factores de factores de riesgo no diversificables son los riesgos sistémicos. Esto
origina que el ciclo crediticio se vea favorecido procíclicamente por un ciclo económico
9 Estándares conocidos como Normas Internacionales de Contabilidad (NIC) y Norma Internacionales de In- formación Financiera (NIIF). Ver www.ifrs.org.
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favorable, y viceversa (González Mota 2005). Y en ese contexto la política monetaria
busca influir en dicha evolución tratando de aumentar las tasas de interés reales cuando
el crecimiento del crédito amenaza con recalentar en exceso la economía, y viceversa.
No obstante, cuando una parte importante de los créditos están concedidos en moneda
extranjera a deudores cuyas fuentes de ingreso están en moneda nacional (alta dolariza-
ción crediticia), la variación del tipo de cambio pasa a formar un nuevo factor de riesgo no
diversificable que no siempre puede ser controlado por la política monetaria. Así, en el
extremo, puede haber entidades de crédito con volúmenes de carteras y cantidad de con-
trapartes mucho más grandes que, debido a su más alta dolarización crediticia, en reali-
dad estén menos diversificadas y sean menos sólidas que varias entidades de crédito
mucho más pequeñas que teóricamente se las consideraría más concentradas y vulnera-
bles, precisamente por su menor dolarización (Jiménez Sotelo 2010). Y en octavo lugar, también se puede constatar que la intensa transformación del sector
financiero en las últimas décadas ha ido desvaneciendo las fronteras entre los sectores
financieros tradicionales (banca, seguros y valores). Como se indica en Gil y Segura
(2007), esto ha hecho que trabajar con la supervisión sectorial tradicional ya no sea efi-
ciente para completar algunas lagunas de posible arbitraje que se han ido generando
inevitablemente y en torno a las cuales no siempre se pueden establecer eficaces acuer-
dos de cooperación entre supervisores o, aunque lo hubieran, puede que se dificulte la
valoración adecuada de todos los riesgos. Después de todo, uno de los objetivos básicos
de toda regulación financiera sectorial, o no, es la propia estabilidad financiera del siste-
ma en su conjunto. Este cambio de paradigma ha llevado a plantear una creciente centra-
lización de todas las supervisiones financieras sectoriales existentes, ya sea de forma vo-
luntaria o como consecuencia de una crisis10. Sin embargo, también se ha empezado a
hacer cada vez más evidente que la supervisión prudencial tradicional, de la solvencia y
liquidez de cada una de las entidades consideradas individualmente, no asegura siempre
la solidez y estabilidad de todo el sistema financiero en su conjunto. De hecho, la regula-
ción individual podría llegar a tener objetivos contrarios a los de la regulación sistémica
en determinadas circunstancias11. Para enfrentar esta debilidad estructural, se ha venido
planteando la necesidad de contar con un supervisor prudencial macro, sistémico o colec-
tivo, cuyo papel podría ser asignado al banco central (BPI 2009). Y es que uno de los
10 Según Gil y Segura (2007), existen al menos 3 ejemplos de países que han tenido que adoptar un esque- ma de supervisión consolidada a raíz de una crisis sistémica: Suecia a inicios de los años 80, México a fines de 1994 y Corea del Sur a fines de 1997. 11 Por ejemplo, piénsese en la norma que impedía a los bancos comerciales en EEUU retener créditos hipo- tecaros de baja calidad en sus balances, pero que no les impedía su producción y venta a gran escala que terminó contaminando todo el sistema financiero (Roldán 2008).
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propósitos clave de la regulación bancaria para prevenir crisis debiera ser la internaliza-
ción del costo social de sus comportamientos (Brunnermeier et al. 2009), especialmente
cuando los costos privados y sus oportunidades de lucro generan incentivos perversos,
como en el caso de la alta dolarización financiera (Jiménez Sotelo 2004). En cualquier
caso, tanto la regulación como la supervisión deben ser lo suficientemente buenas como
para restringir la excesiva toma de riesgos, tanto desde el punto de vista micro como del
punto de vista macro, más aún cuando se produce un rápido crecimiento de los créditos
que puede superar la capacidad operativa de las entidades y de los propios supervisores,
quienes además deben divulgar creciente y suficiente información de calidad que facilite
la vigilancia de las entidades por parte del mercado y las demás autoridades (BPI 2006). 3. Choques de las crisis financieras internacionales de 1997-1998 y 2007-2008
Según Velarde y Rodríguez (2001), la crisis financiera internacional de 1997-1998 empe-
zó con la crisis cambiaria de Tailandia en 1997, cuando su gobierno tuvo que dejar flotar
su moneda luego de no poder hacer frente a un ataque especulativo, en un contexto en el
cual se tenía una crisis de deuda soberana y se había generado en los últimos años una
insostenible burbuja de activos, especialmente acciones e inmuebles, que habían sido fi-
nanciados ávidamente con capitales del exterior a través de un sistema bancario con se-
rias deficiencias en su estructura de regulación y supervisión12. El 2 de julio de 1997, el
bath de Tailandia, que había mantenido un tipo de cambio fijo respecto del dólar durante
más de tres años, en un solo día se devaluó 18%. Esto desencadenó crisis cambiarias en
los países vecinos donde se percibió que sus políticas habían desarrollados debilidades
similares y sus monedas fueron cayendo una a una: el 11 de julio cayó el peso de Filipi-
nas; el 26 de julio, el ringgit de Malasia; el 12 de agosto, el dólar de Singapur, el 26 de se-
tiembre, la rupia de Indonesia; el 14 de octubre, el dong de Vietnam; y el 17 de ese mis-
mo mes, el dólar de Taiwán. Y después de las crisis cambiarias vinieron las subsecuen-
tes crisis económicas contagiadas a otros países de Asia. No obstante, esta crisis también se expandió después a otros países en desarrollo, espe-
cialmente a raíz del estallido de la crisis de Rusia en 1998, cuando sutilmente cambiaron
las reglas de juego previas y la garantía implícita de rescate internacional desapareció,
evidenciando el riesgo moral acumulado: en la crisis de México en 1995 y en la crisis de
12 Como se recuerda, entre julio de 1990 y setiembre de 1992 la Reserva Federal de los EEUU había reduci- do progresivamente su tasa de referencia desde 8% hasta 3%, en donde la mantuvo hasta febrero de 1994, para subirla progresivamente hasta 6% en febrero de 1995, pero a fines de diciembre de 1994 el banco cen- tral de México perdió reservas y decidió devaluar fuertemente su moneda, que fluctuaba en una banda desde finales de 1991 como parte del proceso de liberalización financiera, produciendo una crisis bancaria, en me- dio de un sistema de regulación y supervisión débil, y una fuga de capitales hacia el sudeste asiático (Olivié 2002, p. 239-251).
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Tailandia y los demás países de Asia en 1997, los países del G7 y el FMI habían interve-
nido masivamente para impedir el repudio explícito de sus deudas; no obstante, en la cri-
sis de Rusia, el repudio de la deuda pública interna, el anuncio de una moratoria de 90
días en el servicio de deuda externa y la devaluación del tipo de cambio fijo se produjeron
apenas dos semanas después de haber llegado a un acuerdo con el FMI (CERES 1998).
Por consiguiente, no sólo los inversionistas internacionales se volvieron reacios a prestar
dinero, sino que, por el contrario, el agravamiento del choque externo produjo rápidamen-
te salidas de capitales al exterior en diversos países en los que también se percibió que
pudieran hallarse en un contexto similar, lo que revirtió el contexto previo a la crisis. En cambio, la crisis financiera internacional de 2007-2008 se inició con la crisis hipoteca-
ria de EEUU en 2007, cuando súbitamente se empezó a disparar la tasa de impagos de
los créditos hipotecarios de alto riesgo concedidos masivamente durante el relajamiento
de la política monetaria implementado por la Reserva Federal entre 2001 y 2004, también
en un contexto de serias deficiencias de regulación y supervisión de todo el sistema fi-
nanciero. Según González Cid (2008: 41), el 2 de abril de 2007 la New Century Financial
Corporation, la mayor hipotecaria especializada en créditos subprime, oprimida por el in-
cumplimiento creciente de sus clientes, presentó oficialmente su solicitud para reorgani-
zarse bajo la protección del capítulo 11 de la Ley de Quiebras de los EEUU. El deterioro
sufrido en los meses precedentes a esta solicitud ya se había puesto de manifiesto en el
desmoronamiento de su valor bursátil: el 1 de enero de 2007 ascendía a 1750 millones
de dólares y el 14 de marzo, un día después de que la Bolsa de Nueva York decidiera
excluir su cotización (por insolvencia y presunto delito contable), su volumen de capitali-
zación no superaba los 55 millones de dólares, es, decir, una reducción de 97%. Los impagos se dispararon cuando se acabaron los plazos de gracia promocionales y las
tasas de interés de esos créditos hipotecarios se actualizaron a un nivel entre 4 y 5 veces
mayor del nivel en el que estaban cuando fueron concedidos13. Según Roldán (2008), esa
concesión masiva de créditos de alto riesgo, basados fundamentalmente en el creciente
valor de las garantías inmobiliarias y muy poco en la capacidad de pago del deudor, ha-
bía sido posible gracias a los incentivos de riesgo moral que se desprendieron del modelo
de negocio “originar para distribuir” que la banca comercial de EEUU había adoptado
frente a los estrechos límites regulatorios que le impuso la Reserva Federal para no rete-
ner en sus balances esta clase de créditos y a la inexistencia de límites regulatorios para
ser retirados o dados de baja del balance sin responsabilidad ni recurso alguno sobre sus
13 La tasa de interés de referencia de la Reserva Federal pasó de 1.0% a 5.25% entre 2004 y 2006.
La regulación frente a las crisis financieras internacionales
Renzo A. Jiménez Sotelo 12/53
bancos originadores. Así, el principal canal de contagio, nacional e internacional, se con-
solidó gracias a que estos créditos fueron vendidos masivamente a través de valores de
re-titulización estructurados a partir de diversos tramos sobrecolateralizados obtenidos a
su vez de valores de titulización estructurados a partir de créditos hipotecarios de alto
riesgo. De este modo, los inversionistas finales no podían reconocer ni seguir el riesgo
subyacente verdaderamente involucrado. Primero se produjo la crisis de las entidades hi-
potecarias originadoras dentro de EEUU, luego se perjudicaron secuencialmente los fon-
dos de cobertura, los fondos de inversión y los fondos de pensiones, lo cual arrastró a to-
da la banca de inversión que estructuró estos instrumentos y, no mucho después, se
arrastró a la mayor parte de la banca comercial que invirtió sus reservas secundarias de
liquidez en dichos valores, tanto en EEUU como en los demás países desarrollados. No obstante, esta última crisis también se contagió y expandió luego que la garantía im-
plícita de rescate del gobierno de EEUU desapareció: la Reserva Federal, después de
rescatar insólitamente a otras enormes entidades financieras no bancarias, dejó quebrar
al banco de inversión Lehman Brothers. A partir de entonces la crisis bancaria arreció y
se produjo una profunda crisis de liquidez, la cual se tornó más grave fuera de los EEUU
porque muchas entidades bancarias no estadounidenses dependían del fondeo interban-
cario en dólares para seguir manteniendo las posiciones que en dicha moneda habían
asumido al adquirir estos valores estadounidenses. La iliquidez ocasionada por la incerti-
dumbre sobre la solvencia de las entidades bancarias no estadunidenses que invirtieron
en dichos valores terminó obligando a los gobiernos de varios otros países desarrollados
al rescate público de sus bancos, materializando el riesgo moral acumulado. Gracias a su
increíblemente elevada calificación de riesgo, los valores de re-titulización generados so-
bre hipotecas de alto riesgo casi no consumían capital regulatorio ni requerían de mayo-
res provisiones para los bancos que invertían en ellos. Sin embargo, con su impago origi-
naron imprevisibles y cuantiosas de pérdidas directas de capital patrimonial que los inver-
sionistas no estuvieron dispuestos a financiar, ocasionando “corridas financieras” en los
mercados de valores (en lugar de las típicas “corridas bancarias” de depósitos bancarios)
que se reflejaron en salidas de capitales al exterior, empeorando el proceso de desapa-
lancamiento que luego derivó en sendas crisis económicas. ¿Cuál de las dos crisis internacionales produjo el mayor choque externo para la econo-
mía peruana? Por el lado del sector real, a través del máximo deterioro interanual de la
balanza comercial, se puede verificar que el impacto de la crisis de 1997-1998 fue apro-
ximadamente de 3.9% del PIB anualizado, en el segundo trimestre de 1998, mientras que
el impacto de la crisis de 2007-2008 fue equivalente a 9.5% del PIB anualizado, en el
La regulación frente a las crisis financieras internacionales
Renzo A. Jiménez Sotelo 13/53
cuarto trimestre de 2008. Y por el lado del sector financiero, a través de la máxima con-
tracción interanual de los pasivos internacionales (salida de capitales extranjeros), se
puede observar que el impacto de la crisis de 1997-1998 fue aproximadamente de 8.7%
del PIB anualizado en el primer trimestre de 1997, mientras que el impacto de la crisis de
2007-2008 fue de 10.7% del PIB anualizado en el segundo trimestre de 2008 (Gráfico 1).
Por consiguiente, si el choque externo proveniente de la crisis de 2007-2008 fue mayor
que el de la crisis de 1997-1998, este efecto no podría poder explicar por sí solo la no
ocurrencia de una crisis bancaria en el Perú: ¿lo hizo entonces la regulación peruana?
Gráfico 1: Balanza comercial y cambio en pasivos internacionales 1990-2010
Fuente: BCRP Elaboración: Propia 4. Desempeño ex ante de la regulación financiera frente a la crisis de 1997-1998
A principios de los 90, el objetivo central de la regulación que se empezó a implementar
en el Perú era acabar con el proceso hiperinflacionario generado a fines de los 80. La po-
lítica de liberalización cambiaria y financiera implementada como parte una serie de re-
formas estructurales y programas de estabilización, inspirados en el denominado Con-
senso de Washington14, permitieron el libre flujo de capitales extranjeros hacia el Perú,
como en otros países de la región, en medio de una caída de las tasas de interés interna-
cionales, principalmente de EEUU15. Como resultado, todo el entorno macroeconómico
se alteró, produciéndose grandes cambios en la estructura de precios relativos y en la
rentabilidad de los negocios. Estos cambios también afectaron la deteriorada capacidad
de pago de los deudores que sobrevivieron al proceso hiperinflacionario e incrementaron
la ya elevada cartera de créditos en problemas, desencadenando la crisis bancaria de
14 Un listado de políticas económicas consideradas por los organismos financieros internacionales y centros económicos con sede en la capital de EEUU que se consideraron como el mejor programa económico que los países de América Latina debían aplicar para impulsar el crecimiento y que se originan en el documento de trabajo de Williamson (1990). 15 Las tasas de interés interbancarias en EEUU cayeron de niveles que bordeaban el 9% en 1989 a niveles en torno al 3% entre fines de 1992 y 1993.
La regulación frente a las crisis financieras internacionales
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1991-1992, donde 8 bancos16, 9 mutuales17, 1 caja18, 1 financiera19 y 1 entidad de inver-
siones20 fueron intervenidas y disueltas o absorbidas, sin contar cooperativas. Entre las
principales causas de esta crisis, que incluso se extendió hasta principios de 1993, se
pueden señalar: (i) las elevadas tasas de interés activas reales, ante la fuerte caída de la
inflación21, (ii) la incapacidad para detectar el sobreendeudamiento, por la existencia de la
reserva bancaria sobre las operaciones activas y la inexistencia de centrales de riesgo,
(iii) la exagerada capacidad de apalancamiento de las entidades, que podía llegar a 15
veces el patrimonio efectivo, es decir, éste podía ser sólo el 6.67% del total de activos
ponderados por riesgo, (iv) la baja calidad del patrimonio neto de las entidades banca-
rias22, (v) la baja calidad del capital humano para el manejo de créditos, que descansaba
en gran medida en personal sin estudios universitarios, (v) la débil supervisión bancaria,
que permitió una guerra de altas tasas de interés, aumentando el problema de selección
adversa, (vi) la alta dolarización crediticia23, que indexó el valor de las deudas en moneda
extranjera al tipo de cambio24, y (vii) la sostenida contracción del crédito en la economía25.
Gráfico 2: Créditos en problemas y provisiones de la banca 1990-2000
Fuente: SBS Elaboración: Propia
16 Banco Central Hipotecario, Banco Central de Crédito Cooperativo del Perú, Banco Regional Sur Medio y Callao, Banco Popular del Perú y la denominada banca estatal de fomento (Banco Agrario del Perú, Banco Industrial del Perú, Banco Minero del Perú y Banco de la Vivienda del Perú): 17 Mutual Asincoop, Mutual Ica, Mutual Puerto Pueblo, Mutual Chiclayo, Mutual Perú, Mutual Santa Rosa, Mu- tual Metropolitana, Mutual del Centro y Mutual Arequipa. En 1993 también se intervino Mutual Panamericana y se disolvieron Mutual Loreto y Mutual Tacna. 18 Caja de Ahorros de Lima. 19 Financiera del Sur (en 1993 le levantaron la intervención). 20 Peruinvest. 21 Según las estadísticas del BCRP, la inflación anual promedio de 1988, 1989, 1990, 1991 y 1992 fue 667%, 3398%, 7482%, 410% y 74% respectivamente. 22 Entre 1988 y 1991, casi la mitad del patrimonio neto de todos los bancos comerciales estaba constituido por excedente de revaluación, es decir, revalorizaciones de partidas no monetarias que no constituían capital de calidad suficiente para hacer frente a los riesgos tradicionales de la actividad bancaria. 23 Según Dancourt y Jiménez Sotelo (2017), la dolarización del crédito del total de entidades públicas y priva- das en 1988, 1989, 1990, 1991 y 1992 fue 72%, 71%, 69%, 72% y 83% respectivamente. 24 Según las estadísticas del BCRP, la depreciación anual promedio de 1988, 1989, 1990, 1991, 1992 y 1993 fue de 834%, 1388%, 4545%, 279% y 61% respectivamente. 25 Según Dancourt y Jiménez Sotelo (2017), el crédito del total de entidades públicas y privadas sobre PIB en 1988, 1989, 1990, 1991 y 1992 fue 23%, 17%, 13%, 10% y 11% respectivamente.
La regulación frente a las crisis financieras internacionales
Renzo A. Jiménez Sotelo 15/53
Como respuesta a dicha crisis bancaria, la regulación bancaria buscó ser más estricta,
pero la calidad de la información exigida para reducir las asimetrías de información conti-
nuó siendo pobre, sin el uso de normas internacionales como ya se les empezaba a exigir
a las empresas que cotizaban en bolsa, y no se atacó los problemas de insuficiencia de
provisiones ni de alta dolarización financiera. En 1993 empezó a regir una nueva ley or-
gánica para la supervisión bancaria26 y una nueva ley de banca27 que redujeron parte de
las vulnerabilidades que originaron la crisis: (i) se levantó la reserva bancaria sobre las
operaciones activas y se permitió la creación de centrales de riesgo privadas, y (ii) se
disminuyó el apalancamiento máximo de las entidades de 15.0 a 12.5 veces, con lo cual
el patrimonio efectivo mínimo requerido se incrementó en casi 20% (del 6.67% al 8.00%)
respecto del total de activos ponderados por riesgo. Además de ratificar el principio de
banca múltiple aprobado en 1991 en la anterior ley de banca, lo que hacía más compleja
la labor de supervisión bancaria, se aprobó el principio de igualdad de trato a la inversión
extranjera respecto de la local y se promovió un proceso de consolidación de entidades
financieras ante los mayores requerimientos de capital y el ingreso de capitales extranje-
ros. En paralelo, se inició un programa de reestructuración financiera con un fideicomiso
de COFIDE a través de la transferencia de cartera de créditos de los bancos a cambio de
bonos de deuda pública por 65 millones de dólares más la refinanciación de deudas por
27 millones a 5 años a tasas inferiores de las de mercado. A pesar de ello, en 1993 la
proporción de créditos no recuperados sólo bajó de 20.1% a 18.5%. Al 31/12/1993 los
créditos vencidos y en cobranza judicial equivalieron a 9.3%, los créditos refinanciados y
reestructurados a 6.8% y las cuentas por cobrar a 3.2%, mientras que el saldo de provi-
siones acumuladas fue 7.1%, es decir, el déficit de provisiones equivalía a más del 100%
del patrimonio de las entidades de crédito (Gráfico 2)28. Luego, en 199429 se estableció
que, en adelante, con la excepción de las líneas de crédito revolventes que se aprobaran
en forma colegiada en cada entidad de crédito, una modalidad que recién se empezaba a
implementar, debía considerarse “operación refinanciada” a toda aquella operación de
crédito en la que se produjeran una o más de las siguientes acciones: (a) modificación de
monto, plazo o intereses respecto de los originalmente pactados, (b) cualquier novación
de deuda al mismo deudor por dificultades de pago, (c) cualquier cambio de modalidad
no acordado previamente, y (d) cualquier sustitución de deudor por otro vinculado directa
26 Decreto Ley Nº 25987. 27 Decreto Legislativo Nº 770. 28 Si sólo se considerara la cartera atrasada (créditos vencidos y créditos en cobranza judicial), el patrimonio comprometido por déficit de provisiones pasó de 16.3% en 1991 a 20.7% en 1992 y a 11.4% en 1993. La su- pervisión bancaria no publica estadísticas detalladas anteriores a 1993 para los créditos refinanciados ni para las cuentas por cobrar. 29 Circular SBS Nº B-1961-94.
La regulación frente a las crisis financieras internacionales
Renzo A. Jiménez Sotelo 16/53
o indirectamente. Según la misma regulación, las deudas incorporadas a la Ley de Rees-
tructuración Empresarial30 pasaron a ser registradas como créditos refinanciados “espe-
ciales”, dentro de la cartera vigente, pero sus provisiones acumuladas debían mantenerse
como específicas, sin poder ser reducidas por al menos 6 meses (los nuevos financia-
mientos a esos deudores se tratarían de modo independiente, aunque su comportamiento
podía influir en la calificación de las deudas reestructuradas y viceversa).
Gráfico 3: Composición de las reservas internacionales netas 1990-1995
Fuente: BCRP Elaboración: Propia
Por otro lado, en 199331 también empezó a regir la nueva ley orgánica del banco central,
aún vigente, que señaló como única finalidad para la regulación monetaria la preserva-
ción del valor de la moneda nacional, a pesar de que las herramientas de política moneta-
ria eran adictas a una dolarización financiera local, incluso a costa de generarle pérdidas
al Estado: el 90% de la creación de los medios de pago en el Perú por parte del banco
central se sustentaba en sus operaciones de compra de divisas, algunas de las cuales
eran esterilizadas en función a los objetivos para el tipo de cambio relativo32. Debido al
elevado nivel de dolarización financiera y al régimen de tasas de encajes que se estable-
ció, las reservas de encaje en moneda extranjera (constituidas por los depósitos de los
bancos locales en el banco central) formaban el componente más importante de las re-
servas internacionales netas, en tanto que la posición de cambio del banco central (la
parte de las reservas que no eran de terceros) recién desde fines de 1992 se tornó positi-
va (Gráfico 3). Así, el nuevo sistema monetario implementado para acabar con la hiperin-
flación había sido diseñado con una alta adicción a la dolarización financiera local: a ma-
yor dolarización de los depósitos del público, mayores reservas internacionales se refle-
jaban en la contabilidad nacional. El hecho no fue fortuito, puesto que en la ley de banca
30 Decreto Ley Nº 26116. 31 Decreto Ley Nº 26123. 32 La diferencia eran eventuales operaciones de redescuento temporales. Recién en 1994 se inició la coloca- ción de certificados de depósito del propio banco central.
La regulación frente a las crisis financieras internacionales
Renzo A. Jiménez Sotelo 17/53
de 199133 ya se había establecido un sistema de incentivos que alentaba a las entidades
a mantener esa situación: los encajes adicionales respecto del encaje mínimo legal te-
nían que ser remunerados a una tasa que no podía ser menor que la tasa de interés pa-
siva promedio local en moneda extranjera (Gráfico 4), que es la tasa de interés promedio
pagada a todos los depósitos en dólares del público, a pesar de que el banco central los
reinvertía en el exterior a una tasa de interés menor34. Este arbitraje desfavorable contri-
buyó a generar un déficit cuasifiscal que terminó obligando al Tesoro Público a que, emi-
tiendo nueva deuda pública, incremente el capital social del banco central en S/ 50.0 mi-
llones para compensar parcialmente las pérdidas que ascendieron a S/ 126.6 millones en
1993. En la nueva ley de banca también se estableció que el banco central determinaría
la tasa de remuneración de los encajes adicionales y se cambió el régimen de encaje mí-
nimo legal diferenciado por uno unificado35.
Gráfico 4: Tasas de interés en dólares 1990-1995
Fuente: Reserva Federal, INEI Elaboración: Propia
La regulación bancaria también buscó ser más estricta con la determinación del valor de
algunas garantías y su formalización en respaldo de créditos que presentaban problemas,
pero laxamente continuó evitando mayores exigencias para la constitución de provisio-
nes. En 199436 se ampliaron las pautas para determinar el grado de realización de las ga-
rantías que se constituyeran en respaldos de los créditos, lo que tuvo un impacto directo
sobre la posición neta afecta al requerimiento de provisiones acumuladas (Tabla 1). Al
31/12/1994, el 9.9% de los créditos directos de la banca comercial contaba con garantías
auto liquidables y el 36.4% contaba con garantías de lenta realización (23.1% y 28.4%
respectivamente en el caso de los créditos indirectos), es decir, casi un 50% de los crédi-
33 Decreto Legislativo Nº 637. 34 El nivel de las tasas pasivas locales entre 1992 y 1993 más que duplicó el de las tasas de interés interna- cionales (LIBOR). 35 Se estableció una tasa de reservas de encaje mínimo legal de 9% en reemplazo a las tasas de encaje de 6% para los depósitos de ahorros y a plazo y de 15% para los depósitos a la vista. 36 Circular SBS Nº B-1964-94.
La regulación frente a las crisis financieras internacionales
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tos no estaba afecto al requerimiento de provisiones. Además dicha regulación exigió la
actualización del valor de las garantías si tenían una antigüedad mayor a 12 meses, pero
sólo en casos de refinanciación y de deudores clasificados en Problemas Potenciales que
fueran reclasificados en Deficiente o peor. Del mismo modo, se resaltó que la nueva ta-
sación o valorización debía estar a cargo de un perito tasador inscrito en los registros de
la supervisión bancaria, pero sólo si el caso lo ameritaba. Más aún, si bien la norma re-
quería que las garantías hipotecarias estuvieran inscriptas en los Registros Públicos, se
contempló que de no ser así debía hacerse mención de las razones y el estado en que se
encontraba, así como de la existencia, o no, de seguro. Es decir, había laxitud para no
mantener actualizados los valores de las garantías y para determinar qué garantías per-
feccionadas, o no, eran reconocidas para reducir los requerimientos de provisiones.
Además, se aceptaba como garantías elegibles a los documentos comerciales por cobrar
sin ninguna valorización independiente.
Tabla 1: Valorización de las garantías elegibles de 1994 a 1997
Tipo de garantía elegible Valorización
Auto
liquidable
Depósitos 100% Valores cotizados en bolsa 100% Fianzas o avales bancarios 100% Cartas de crédito stand by Hasta 100%
Seguro de crédito de exportación Hasta 100%
Lenta realización
Mercadería en prenda con endoso de warrant Hasta 70% Avales convenios internacionales Hasta 70%
Conocimiento de embarque o carta porte Hasta 70% Inmueble urbano o rústico en hipoteca Hasta 50%
Nave o aeronave en hipoteca Hasta 50% Maquinaria y equipo en prenda Hasta 50% Medios de transporte en prenda Hasta 40%
Prenda agrícola, pecuaria o minera Hasta 30% Mercadería en prenda Hasta 30%
Documentos en cobranza hasta 360 días % recuperación 6 meses Documentos en descuento hasta 360 días
Fuente: SBS Elaboración: Propia En 1995 la regulación bancaria modificó37 las disposiciones que estaban vigentes desde
fines de 199238 sobre evaluación y calificación de créditos, los que debían estar tipifica-
dos en créditos comerciales, de consumo o hipotecarios para vivienda (los créditos a la
microempresa y los con garantía hipotecaria estaban considerados como créditos comer-
ciales). Asimismo, se tenía establecido que la evaluación y clasificación de la cartera de
créditos debía comprender al 100% de los tres tipos de créditos (lo que limitaba la fre-
cuencia de supervisión), los cuáles debían ser clasificados en una de 5 categorías de
37 Circular SBS Nº B-1972-95. 38 Circular SBS Nº B-1930-92.
La regulación frente a las crisis financieras internacionales
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riesgo (Tabla 2). La clasificación de los créditos de consumo y de los créditos hipoteca-
rios de vivienda se hacía en función directa a los días de atraso o morosidad, mientras
que la clasificación de los créditos comerciales estaba basada en un análisis de criterios
cualitativos generales establecidos por la regulación, con la subsiguiente discrecionalidad
de interpretación de cada unidad de negocio en cada entidad de crédito, la misma que se
supone era inspeccionada por el supervisor bancario en sus visitas periódicas.
Tabla 2: Clasificación de los créditos de 1995 a 1997
Clasificación del crédito
Factores cualitativos
Factores cuantitativos (días de atraso)
Créditos comerciales
Créditos de consumo
Créditos para vi- vienda
Normal Criterios generales Hasta 8 días Hasta 0 días Problemas potenciales Criterios generales Hasta 30 días Hasta 30 días Deficiente Criterios generales Hasta 60 días Hasta 120 días Dudoso Criterios generales Hasta 120 días Hasta 365 días Pérdida Criterios generales Más de 120 días Más de 365 días
Fuente: SBS Elaboración: Propia Por otro lado, las tasas de provisión asociadas a cada categoría de clasificación no eran
sustancialmente diferentes para cada tipo de crédito involucrado (Tabla 3), aunque sólo
los créditos con clasificación diferente de Normal estaban afectos a provisiones: los clasi-
ficados en Problemas Potenciales estaban afectos a provisiones genéricas y los clasifica-
dos en Deficiente, Dudoso y Pérdida estaban afectos a provisiones específicas. Esto teó-
ricamente era incorrecto porque asumía que los clasificados en Normal nunca se deterio-
rarían a futuro, cuando ésta era la situación inicial por la que tenían pasar todos los crédi-
tos antes de deteriorarse, por eso ameritara la constitución de provisiones genéricas, y
porque a los clasificados en Problemas Potenciales sí les correspondía provisiones espe-
cíficas porque ya habían deteriorado su calidad al detectárseles algunas dificultades es-
pecíficas39. Sin perjuicio de lo indicado, los créditos refinanciados podían ser clasificados
en una categoría de menor riesgo que Deficiente excepcionalmente, previa sustentación
y verificación que apruebe el supervisor bancario (silencio positivo si en 20 días no había
respuesta). Los créditos sujetos a la Ley de Reestructuración Empresarial podían ser re-
clasificados en categorías de mayor riesgo si, vencido el plazo considerado razonable, se
determinaba que no se había alcanzado una recuperación económica sostenida40.
39 En la regulación existía una discrecionalidad para que las entidades constituyeran provisiones genéricas (voluntarias) sustentadas en monto y permanencia, siempre que figuraran en actas del Directorio y fueran comunicadas a la supervisión antes de los siguientes 10 días útiles. 40 Además se estableció que el Directorio podía castigar créditos clasificados en Pérdida cuando haya agota- do toda posibilidad de cobro y haya evidencia real y comprobable de su incobrabilidad o cuando el monto no justifique iniciar acción judicial y haya transcurrido 12 meses sin amortización alguna de principal o intereses (6 meses en caso de consumo).
La regulación frente a las crisis financieras internacionales
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Tabla 3: Provisiones mínimas por tipo de crédito de 1995 a 1997
Clasificación del crédito
% Provisión por incobrabilidad (sin/con garantía)
Créditos Comercial
Crédito de consumo
Créditos para vi- vienda
Normal 0% 0% 0% n.d. 0% 0% Problemas potenciales 1% 1% 3% n.d. 1% 1% Deficiente 25% 1% 30% n.d. 25% 1% Dudoso 50% 1% 60% n.d. 50% 1% Pérdida 100% 1% 100% n.d. 100% 1%
Fuente: SBS Elaboración: Propia Por su parte, la regulación monetaria continuó alentando el mayor endeudamiento ex-
terno con el uso de capitales del exterior, en un contexto en el cual el crecimiento de la
demanda interna superaba al de la producción interna y el crecimiento del crédito también
superaba al de la liquidez, con un mayor nivel de dolarización de ambos. Hasta mediados
de 1995, las reservas de encaje totales en dólares estaba determinadas por la tasa de
encaje implícita existente a octubre de 1993 aplicada sobre el saldo base sujeto a encaje
en cada periodo41, lo que aseguraba un saldo mínimo para este componente en la conta-
bilidad de las reservas internacionales, más una tasa de encaje marginal de 45% sobre el
saldo en exceso. Sin embargo, el encaje adicional, conformado por el encaje implícito
más el encaje marginal menos el encaje mínimo legal, era remunerado a la tasa de inte-
rés Libor a 3 meses, una tasa mayor que la tasa de interés Libor nocturna a la que se le
remuneraban los depósitos del banco central en el exterior. Esto a su vez implicaba que
también seguía siendo rentable para las entidades de crédito mantener una alta dolariza-
ción en sus captaciones y colocaciones, cuyos niveles fluctuaban entre 75% y 80% desde
1991. Hasta entonces las obligaciones sujetas a encaje sólo incluían los depósitos (a la
vista, de ahorros y a plazo) y los valores en circulación (incluidos los certificados banca-
rios), excepto los depósitos captados del exterior y los bonos de arrendamiento y letras
emitidos a plazos de más de 1.5 años.
41 La tasa de encaje implícita es aquella que resulta de dividir el encaje exigible alcanzado en ese período en- tre el total de obligaciones sujetas a encaje durante ese mismo período.
La regulación frente a las crisis financieras internacionales
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Gráfico 5: Crecimiento del PBI y de la demanda interna 1990-2000
Fuente: BCRP Elaboración: Propia No obstante, en agosto de 1995, a pocos meses de desencadenada la crisis de México, y
teniendo la necesidad de desacelerar el desbocado crecimiento de la demanda interna
(Gráfico 5) con una política monetaria menos expansiva, la regulación monetaria dispu-
so42: (i) incluir dentro de las obligaciones sujetas a encaje a los depósitos y cualquier otra
obligación diferente de créditos (adeudados) provenientes de bancos y financieras del ex-
terior y de organismos financieros internacionales, (ii) reducir el límite de exoneración de
encaje para la emisión de bonos subordinados en moneda extranjera de 100% del patri-
monio efectivo al 30% del capital y reservas, y (iii) reducir el límite de exoneración de en-
caje adicional a las emisiones de bonos no subordinados colocados en el exterior a un
plazo promedio mayor a 1 año desde el 40% del patrimonio efectivo al 30% del capital y
reservas. Estas medidas se mantuvieron en 1996 y 1997, sin cambios significativos en la
regulación de adeudados del exterior43 y en un contexto de mayor crecimiento del crédito
que el de la liquidez (Gráfico 6) y de una creciente dolarización relativa de ambas (Gráfico
7). Sólo hubo un par de disposiciones que progresivamente afectaron la remuneración
que recibían los encajes en moneda extranjera, con la tibia finalidad de intentar desincen-
tivar la dolarización de los depósitos: se redujo la remuneración a los encajes adicionales
a una tasa de interés equivalente a libor 3m -1.00% desde el 06/09/96, a libor 3m -
1.125% desde el 01/01/97 y a libor 3m - 1.375% desde el 26/03/97. Sin embargo, también
se dispuso44 reducir el encaje mínimo legal de 9% a 7% desde el mismo 26/03/97, lo cual
compensó en forma parcial la menor remuneración recibida. Entre tanto, el mayor creci-
miento de los créditos en moneda extranjera fue financiado con el mayor uso de adeuda-
42 Circular BCRP Nº 030-95-EF/90. 43 Mediante la Circular BCRP Nº 011-96-EF/90 se precisó que no eran sujetos a reservas de encaje los adeu- dados del exterior, es decir, los créditos recibidos de bancos centrales, gobiernos y organismos gubernamen- tales del exterior, ni de organismos financieros internacionales y entidades financieras del exterior. 44 Circular BCRP Nº 013-97-EF/90.
La regulación frente a las crisis financieras internacionales
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dos del exterior, lo cual fue observado complacientemente por el banco central45.
Gráfico 6: Tasa anual de crecimiento de la liquidez y el crédito 1995-2000
Fuente: BCRP Elaboración: Propia Por tanto, el desempeño mostrado por la regulación desde 1990 fue básicamente reactivo
y procíclico. Ante la ocurrencia de choques exógenos negativos, internos o externos, la
regulación respondió de manera contractiva, exigiendo mejoras en la liquidez y solvencia
de las entidades de crédito que laxamente no se les había exigido en la parte expansiva
del ciclo. Asimismo, se mantuvieron los incentivos de endeudamiento externo y dolariza-
ción financiera de la economía, sin límites para la especulación cambiaria.
Gráfico 7: Dolarización de la liquidez y el crédito de la banca 1990-2000
Fuente: BCRP Elaboración: Propia 5. Desempeño ex post de la regulación financiera frente a la crisis de 1997-1998
Apenas estallada la crisis de Tailandia, la laxitud regulatoria en el requerimiento de provi-
siones dio un giro enorme. Si bien el déficit de provisiones era insostenible, en perspecti-
45 Según su memoria de 1997: “La evolución del crédito durante 1997 (especialmente de moneda extranjera) se vio favorecida por un mayor acceso del sistema financiero nacional a líneas del crédito del exterior en me- jores condiciones, evolución que estaría reflejando una reducción del riesgo país luego de la firma del acuer- do Brady. Como reflejo de esto último, los adeudados con el exterior… mostraron un importante crecimiento, tanto de corto plazo (102%), como de la largo plazo (85%).”
La regulación frente a las crisis financieras internacionales
Renzo A. Jiménez Sotelo 23/53
va el requerimiento fue sumamente tardío: casi tres años después de iniciada la parte ex-
pansiva del ciclo crediticio entre 1994 y 1995. Así, en 199746 el nuevo reglamento de cla-
sificación de créditos (ver Tabla 4) y exigencia de provisiones (ver Tabla 5), emitido como
consecuencia de la aprobación de la nueva ley de banca de 199647 (la tercera en cinco
años) que enfatizaba el carácter subsidiario de las garantías y eliminaba su deducción
para el cálculo de provisiones, estableció que las entidades de crédito debían adecuarse
entre 1998 y 2000.
Tabla 4: Clasificación de los créditos por mora de 1997 a 2002
Clasificación del crédito
Factores cualitativos
Factores cuantitativos (días de atraso)
Créditos comerciales
Créditos de consumo
Créditos a Microempresa
Créditos para Vivienda
Normal Criterios generales Hasta 8 días Hasta 8 días Hasta 30 días Problemas potenciales Criterios generales Hasta 30 días Hasta 30 días Hasta 90 días Deficiente Criterios generales Hasta 60 días Hasta 60 días Hasta 120 días Dudoso Criterios generales Hasta 120 días Hasta 120 días Hasta 365 días Pérdida Criterios generales Más de 120 días Más de 120 días Más de 365 días
Fuente: SBS Elaboración: Propia En concreto, el cambio regulatorio requirió: (i) la constitución de provisiones genéricas por
los créditos clasificados en Normal, que antes no estaban afectas a la constitución de
provisiones, (ii) la diferenciación de los créditos a micro empresas del resto de créditos
comerciales, (iii) la consideración de las garantías preferidas dentro del proceso de eva-
luación y clasificación en lugar de su deducción directa de la posición sujeta a provisio-
nes, (iv) la limitación de la posibilidad de discrepancia a una sola subcategoría respecto
de la clasificación de mayor riesgo que representara más del 20% de la posición de cada
deudor en el sistema, (v) la retasación de las garantías concedidas con anterioridad con
los nuevos criterios establecidos, (vi) la reconstitución de provisiones como si no se tuvie-
ran garantías en el caso de deudores clasificados en Deficiente o peor por más de 24
meses, y (vii) el mantenimiento por al menos 2 años de la clasificación de los refinancia-
dos y reestructurados en Deficiente. Además, la nueva regulación estableció que las hi-
potecas y prendas con entrega jurídica, incluyendo la prenda global y flotante, debían es-
tar inscritas en los registros públicos correspondiente, a menos que existiera bloqueo re-
gistral válido por un plazo máximo de 60 días, caso contrario se las tendrían por no cons-
tituidas. Del mismo modo, para mantener permanentemente actualizado el valor de las
garantías preferidas, se permitió el uso sistemas de actualización sobre la base de indi-
cadores de realización de mercado, construidos a partir de información confiable de refe-
46 Resolución SBS Nº 572-97. 47 Ley Nº 26702.
La regulación frente a las crisis financieras internacionales
Renzo A. Jiménez Sotelo 24/53
rencia comercial, económica y estadística por peritos registrados en la supervisión banca-
ria (REPEV). A su vez, estos valores actualizados debían re-actualizarse cada vez que
existiera algún cambio que pudiera tener un impacto significativo en la valuación del bien.
Otro de los cambios importantes introducidos fue el de la lista de garantías elegibles (Ta-
bla 6) que se volvió mucho más estricta y eliminó a los documentos comerciales en des-
cuento y en cobranza como garantías elegibles: a inicios de 1998 sólo los descuentos
superaban el 15% del total de colocaciones netas, pero durante la crisis se evidenció que
una buena parte de dichos documentos en realidad correspondían a letras de cambio
emitidas de favor y no en respaldo de genuinas operaciones comerciales.
Tabla 5: Provisiones mínimas por tipo de crédito de 1997 a 2002
Clasificación del crédito
% Provisión por incobrabilidad (sin/con garantía)
Crédito comercial / micro
Crédito de consumo
Créditos para vivienda
Normal 1% 1% 1% n.d. 1% 1% Problemas potenciales 5% 2.5% 5% n.d. 5% 2.5% Deficiente 25% 12.5% 30% n.d. 25% 12.5% Dudoso 60% 30% 60% n.d. 60% 30% Pérdida 100% 60% 100% n.d. 100% 60%
Fuente: SBS Elaboración: Propia En resumen, las tasas de provisiones para los créditos clasificados en Normal pasaron de
0% a 1% y las de Problemas Potenciales de 1% y 3% a 5%, las garantías preferidas deja-
ron de reducir a 0% la base para aprovisionar la parte cubierta en créditos, se incremen-
taron las provisiones requeridas al obligarse a alinear la clasificación de deudores con la
peor clasificación que tenga como mínimo 20% de la posición en el sistema, se volvió
más estricta la lista de garantías elegibles, las cuales también se debían retasar con crite-
rios más conservadores, con mayor frecuencia y sus requisitos para considerarlas consti-
tuidas se endurecieron. Para hacerse una idea del impacto regulatorio debe recordarse
que entre 1995 y 1997 casi el 90% de la cartera de créditos estaba clasificada como cré-
ditos comerciales (Tabla 7), la que era objeto de una calificación cualitativa y sus provi-
siones requeridas dependían fuertemente del peso de las garantías elegibles involucra-
das. Al cierre de 1996 casi el 50% de todos los créditos directos e indirectos continuaban
respaldados por algún tipo de garantía específica elegible para la deducción de la base
para el cálculo de provisiones (80% si se añadieran otro tipo de garantías). En perspecti-
va, si supusiéramos que en 1997 ninguna de las entidades tenía déficit de provisiones
constituidas, equivalentes a 4.6% del saldo de créditos, el mero cambio regulatorio equi-
valía a un incremento en el saldo de provisiones acumuladas equivalente a un 3.3% del
saldo de créditos en caso todos los créditos tuvieran garantías y a un 1.6% en caso nin-
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guno tuviera garantía. Es decir, las provisiones constituidas debían ser incrementadas en-
tre 72% y 35% respecto del nivel que ya tenían, lo que equivalía a un incremento de entre
24% y 11% del patrimonio neto de las entidades de crédito, lo que evidentemente reducía
la capacidad para cualquier incremento de capital adicional que permitiera a su vez man-
tener el ritmo de crecimiento del saldo de créditos concedidos.
Tabla 6: Valorización de las garantías elegibles de 1997 a 2000
Tipo de garantía elegible Valorización
Preferidas
Depósitos 100% Deuda externa del gobierno o de obligaciones del BCRP
Valuación considerando
solidez y cotización de
mercado
Deuda emitida por gobiernos o bancos centrales de países OCDE Deuda no subordinada de bancos y seguros, locales o de primera
categoría del exterior, y multilaterales Valores líquidos cotizados en bolsa en el extranjero
Valores representativos de capital o deuda calificados en I o II por CONASEV o equivalentes del exterior
Joyas o metales preciosos con entrega Valor de
realización obtenido a partir
de tasación comercial de perito inscrito
Productos de fácil realización en prenda con endoso de warrant Conocimiento de embarque o carta porte
Inmuebles en hipoteca Maquinaria y equipo en prenda Medios de transporte en prenda
Prenda agrícola o minera Prenda global y flotante sobre mercadería
Fiducia en garantía de anteriores, excepto agrícola o minera
Valores de operación de reporte con transferencia de propiedad Según corresponda
Fuente: SBS Elaboración: Propia No obstante, las mejoras de clasificación de cartera que se observaron hasta 1997 no só-
lo no se mantuvieron y sino que se revirtieron en 1998 y 1999 (Tabla 8). Así, por el dete-
rioro en la estructura de clasificación de créditos, el incremento de provisiones obligato-
rias estimado en realidad equivalía a que el saldo de provisiones de fines de 1997 tuviera
que ser incrementado entre 104% y 39% para fines de 1999, según contara todo o no con
garantías, lo que equivalía a un requerimiento de capital de entre 35% y 13% (4.8% y
1.8% del saldo total de créditos). Es decir, en la medida que la mayoría de créditos tuvie-
ra garantías, y las garantías siguieran siendo reconocidas como tales y con unos valores
no muy diferentes, los requerimientos de provisiones reales en 1999 podrían haber llega-
do a ser casi 50% mayores a los previstos. Pero en el caso de los créditos cuyas garan-
tías dejaron de ser reconocidas como elegibles (por haber sido descatalogadas o por ya
no cumplir los nuevos requisitos) o cuyo precio fue ajustado a la baja (por cambio de va-
lor en el mercado o por cambio en la calidad de la tasación), el impacto de mayores pro-
visiones podría llegar a equivaler a una tasa promedio adicional de 8.9% del saldo total
de créditos, es decir, un incremento de 193% en el saldo de provisiones constituidas
La regulación frente a las crisis financieras internacionales
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(equivalente al 65% del patrimonio que a 1997 mantenían las entidades). A ello había que
añadir que los refinanciados y reestructurados debían mantener, al menos 2 años, la cla-
sificación en Deficiente y que todo deudor que se mantuviera en Deficiente o peor por
más de 2 años debería pasar a aprovisionar como si no tuviera garantías (casi duplicando
las provisiones requeridas).
Tabla 7: Estructura por tipo de los créditos de la banca 1995-2000
Año 1997 1998
Fuente: SBS Elaboración: Propia Por tanto, la implementación de la nueva regulación bancaria terminó siendo fuertemente
contractiva para la expansión del crédito, considerado el hipotético negado escenario en
el que todas las entidades lograran de algún modo continuar incrementando su capitali-
zación sin perturbación después de constituir las mayores provisiones acumuladas reque-
ridas, en un periodo de incertidumbre y fuerte deterioro de expectativas. Las provisiones
acumuladas que en realidad históricamente se tuvieron que constituir, y aun así no fueron
suficientes, superaron el 8% y el 10% del saldo total de créditos en 1999 y en 2000.
Tabla 8: Estructura por clasificación de los créditos de la banca 1995-2000
Año 1997 1998
Fuente: SBS Elaboración: Propia Por su parte, recién desde inicios de 1998, la regulación monetaria aumentó la frecuencia
de requerimiento de información estadística del sistema de pagos de bajo valor48, de tri-
mestral a mensual, y, desde mayo de 1998, solicitó información sobre las líneas aproba-
das de crédito del exterior recibidas49, ya que hasta entonces sólo requería el saldo de
créditos adeudados por operaciones vigentes del exterior. Con esta información, desde
48 Mediante la Circular BCRP Nº 003-98-EF/90 se pide que cada entidad que acceda al módulo tres reportes: a) número de cajeros automáticos, número de transacciones y su valor total, en soles y dólares, b) tarjetas para operaciones en efectivo, tarjetas de débito, tarjetas de crédito y otras tarjetas. 49 Mediante la Circular BCRP Nº 010-98-EF/90 se dispone que las entidades sujetas a encaje remitan el Re- porte 15 – Líneas de Crédito provenientes del Exterior, el cual fuera establecido por la supervisión bancaria mediante el Oficio Circular SBS Nº 1720-98 del 06/03//1998.
Tipo de crédito
1995 1996 1999 2000 Comercial 91.8% 89.7% 87.4% 85.5% 84.9% 85.1% Consumo 6.6% 7.7% 8.9% 7.7% 6.9% 6.5% Hipotecario 1.6% 2.6% 3.9% 5.7% 7.1% 7.5% Micro empresa - - - 1.2% 1.0% 0.9% Total 100% 100% 100% 100% 100% 100%
Clasificación de riesgo
1995 1996 1999 2000 Normal 74.4% 76.0% 78.5% 75.9% 66.0% 67.3% Problemas potenciales 16.1% 13.9% 11.4% 10.7% 16.7% 13.0% Deficiente 5.1% 5.6% 5.6% 7.6% 10.2% 10.2% Dudoso 2.9% 3.0% 3.3% 4.3% 4.8% 5.7% Pérdida 1.5% 1.5% 1.2% 1.5% 2.3% 3.8% Total 100% 100% 100% 100% 100% 100%
La regulación frente a las crisis financieras internacionales
Renzo A. Jiménez Sotelo 27/53
junio se redujo el encaje marginal de 45% a 35% y se incrementó la remuneración al en-
caje adicional de Libor - 1.375% a Libor 3m - 1%50, según el banco central para atenuar el
impacto de la desaceleración del influjo de capitales del exterior (Gráfico 8) e incentivar la
captación de nuevos depósitos bancarios, los cuales sí estaban afectos a encaje y, por
tanto, afectaban las reservas internacionales (Gráfico 9). No obstante, con el cambio de
riesgo moral percibido en los mercados ante el estallido de la crisis de Rusia en agosto
de 1998, se produjo una contracción temporal de los adeudados del exterior y una salida
de capitales al exterior. Esto a su vez generó expectativas de mayores depreciaciones
cambiarias que contribuyeron a deteriorar mucho más la calidad de los créditos locales
otorgados en dólares (Jiménez 2010). De hecho, como en agosto de 1998 los adeudos
del exterior habían pasado a representar casi el 90% del disponible en dólares, la sus-
pensión temporal en la renovación de adeudos del exterior a raíz de la crisis en realidad
puso en evidencia el fuerte impacto en la liquidez que representaría toda su remesa.
Gráfico 8: Disponible y adeudados del exterior de la banca 1995-2000
Fuente: SBS Elaboración: Propia
Gráfico 9: Composición de las reservas internacionales netas 1995-2000
Fuente: BCRP Elaboración: Propia
50 Circular BCRP Nº 014-98-EF/90.
La regulación frente a las crisis financieras internacionales
Renzo A. Jiménez Sotelo 28/53
En consecuencia, la regulación monetaria se vio obligada a continuar reduciendo sus exi-
gencias de liquidez: en octubre51 redujo la tasa media de encaje a la tasa implícita de en-
caje de junio menos 1.5%, en noviembre52 redujo la tasa media a la tasa implícita de se-
tiembre menos 3.0% y en diciembre53 redujo la tasa media a la tasa implícita de noviem-
bre menos 1.5%. En conjunto una disponibilidad de liquidez en dólares aproximada de
6% del total de obligaciones sujetas a encaje a junio de 1998. Y a partir de diciembre re-
dujo la tasa de encaje marginal de 35% a 20%, buscando favorecer la recuperación del
crecimiento del crédito en dólares a través de mayor fondeo con depósitos del público.
Gráfico 10: Tasa anual de crecimiento del crédito total 1995-2000
Fuente: BCRP Elaboración: Propia No obstante, desde octubre de 199854, y con penalidades a partir de diciembre, había en-
trado en vigencia una regulación bancaria que establecía un requerimiento de liquidez de
8% y 20% de activos líquidos sobre las obligaciones de corto plazo en soles y dólares.
Esto, aparentemente no deberían haber implicado mayores efectos, pero para algunas
entidades sí terminó resultando crítico para su supervivencia55, mientras que para las
otras fue el gatillo que disparó la reconstitución, partir de 1999, de la liquidez estructural
de balance que habían mantenido hasta 1996, contribuyendo a la desaceleración del cre-
cimiento del crédito (Gráfico 10), a pesar de que la mayor parte de adeudos externos no
se cancelaron56. Dichos adeudos representaban casi la tercera parte de los créditos otor-
51 Circular BCRP Nº 020-98-EF/90. 52 Circular BCRP Nº 024-98-EF/90. 53 Circular BCRP Nº 028-98-EF/90. 54 Mediante la Circular BCRP Nº 021-98-EF/90 se dispuso que las entidades sujetas a encaje remitan el Re- porte de Tesorería y Posición Diaria de Liquidez (Anexo Nº 15-A) y la Posición Mensual de Liquidez (Anexo Nº 15-B), los cuales fueron establecidos por la supervisión bancaria mediante Resolución SBS Nº 622-98. 55 En noviembre de 2008 entró en régimen de vigilancia el Banco República (significativa exposición con tres grupos económicos, uno vinculado, y excesivo financiamiento de corto plazo) y en diciembre de 2008 ocurrió lo mismo con el Banco Latino (proceso de venta fallido y necesidad constante de financiamiento). 56 Si bien el saldo de adeudados del exterior a diciembre de 1999 representa el 80% del saldo de diciembre de 1998, entre agosto y diciembre de 1998 el saldo ya se había reducido en un 20%. No obstante, entre di- ciembre de 1998 y febrero de 1999 el saldo de adeudados del exterior se incrementó en 14% lo cual eviden- cia el restablecimiento de la disponibilidad de líneas.
La regulación frente a las crisis financieras internacionales
Renzo A. Jiménez Sotelo 29/53
gados en dólares y el 90% del disponible en dólares, lo que evidenció cómo la regulación
monetaria había alentado la dolarización financiera con endeudamiento externo y recién,
cuando se interrumpieron temporalmente, recurrió a la dolarización de los depósitos loca-
les que, por alguna extraña razón, se asumía que estaba desbancarizada. En paralelo, en diciembre de 1998 entraron en vigencia los límites de la regulación ban-
caria a la posición global de cambio: -2.5% y +100% del patrimonio efectivo de cada enti-
dad. No obstante, éstos resultaron ser irrelevantes, considerando su desempeño históri-
co, que entre 1997 y 1998 fluctuaron entre +30% y +55%. Es decir, las entidades de cré-
dito no sólo compraban dólares para repagar los adeudos del exterior que no pudieran
renovar o para hacer frente a la demanda de sus clientes, sino que también tomaban po-
siciones especulativas a favor del dólar para tratar de lucrar por cuenta propia. De hecho,
luego de una depreciación de 15.4% en 1998 (Gráfico 11), llegó a alcanzarse una depre-
ciación interanual de 20.4% en marzo de 1999. Por consiguiente, la fuerte subida del cos-
to real de los créditos (80% pactados en dólares a fines de 1998), reflejada en la depre-
ciación ajustada por inflación (Jiménez Sotelo 2004), y la fuerte desaceleración del creci-
miento del crédito evidenciaron el sobreendeudamiento alcanzado por las familias y em-
presas en la parte más alta del ciclo crediticio, lo que se reflejó en los indicadores de car-
tera de créditos en problemas y el mayor requerimiento de provisiones (Gráfico 2)57.
Gráfico 11: Depreciación del tipo de cambio e inflación 1995-2000
Fuente: BCRP, INEI Elaboración: Propia Ante la creciente incapacidad de las entidades financieras para cumplir la nueva regula-
ción bancaria de 1997, sea por la falta de capacidad o por la falta de voluntad para obte-
ner nuevos aportes de sus accionistas, a mediados de 1999 se iniciaron las gestiones pa-
57 A partir de setiembre de 1999 el indicador de créditos atrasados se encuentra subestimado por el efecto del canje temporal de cartera crediticia por bonos del tesoro en el marco de los programas establecidos me- diante los Decretos Supremos Nº 114-98-EF y Nº 099-99-EF. A fines del año 2000 el efecto era de una re- ducción de unos 250 pb en el indicador de morosidad.
La regulación frente a las crisis financieras internacionales
Renzo A. Jiménez Sotelo 30/53
ra que se flexibilicen los requerimientos de provisiones. Y es que el patrimonio de los
bancos, que había venido creciendo a tasas nominales superiores al 35% anual hasta
mediados de 1997, por encima de la rentabilidad patrimonial anual, entró en una fuerte
desaceleración, casi unísona a la del crecimiento del crédito: 20% en 1998, 9% en 1999 y
-1% en 2000. La primera flexibilización se produjo cuando se modificó58 el reglamento de
clasificación y exigencia de provisiones para adecuar el tratamiento de las operaciones
refinanciadas y reestructuradas a la nueva ley de reestructuración patrimonial aprobada
por el gobierno para “aliviar” el impacto de la crisis59. Según dicha modificación: (i) excep-
cionalmente los deudores clasificados en Normal o Problemas Potenciales que refinan-
cien podían ser clasificados como mínimo en Problemas Potenciales en lugar de Defi-
ciente, pero también deberían permanecer en dicha categoría al menos 2 años, (ii) toda
reprogramación de pagos aprobada dentro de las leyes de reestructuración60 debía ser
considerada operación reestructurada, y (iii) los deudores reestructurados se clasifican en
función a los criterios generales establecidos sin que les aplique una categoría de clasifi-
cación mínima ni un tiempo de permanencia mínimo en la misma. La segunda flexibiliza-
ción se produjo en octubre de 199961 cuando se permitió a las entidades de crédito cum-
plir con los requerimientos de provisiones adicionales sin efectuar ningún aporte, permi-
tiendo su constitución con la aplicación de resultados acumulados, reservas facultativas y
cualquier otra reserva de libre disposición, incluso con las reservas por inversiones y bie-
nes adjudicados enajenados. Es decir, estas disposiciones en realidad también tuvieron
como objetivo un efecto cosmético importante sobre la calidad de los créditos reportada. Si bien desde fines de 1998 el banco central había resuelto efectuar subastas a un día de
fondos del Banco de la Nación con fines de regulación monetaria62, para mejorar las con-
diciones de liquidez sólo de bancos y financieras63, en abril de 1999, luego del estallido
de la crisis en Brasil a principios de año, la regulación monetaria resolvió establecer con-
diciones más estrictas para obtener liquidez de última instancia para cubrir saldos negati-
vos en cuenta corriente o deficiencias de encaje 64. Así, aun cuando los créditos del ban-
co central para cubrir deficiencias de encaje no requerían de garantías adicionales a la
prenda de la propia reserva de encaje constituida, para el caso de créditos para cubrir
saldos negativos en cuenta se empezaron a requerir garantías de inversiones en valores
58 Resolución SBS Nº 641-99. 59 Ley Nº 27146 aprobada en 1999 que reemplaza al Decreto Legislativo Nº 845 aprobado en 1996. 60 Los procesos de reestructuración podían ser de concurso preventivo o proceso simplificado conforme a las leyes de reestructuración aprobadas mediante el Decreto Ley Nº 26116 y el Decreto Legislativo Nº 845, modi- ficado mediante la Ley Nº 27146. 61 Circular SBS Nº B-2061-99. 62 Circular BCRP Nº 029-98-EF/90. 63 Ver Jiménez Sotelo (2009). 64 Circular BCRP Nº 013-99-EF/90.
La regulación frente a las crisis financieras internacionales
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líquidos (clasificación no menor de AA y CP1) o cartas fianza (al menos B+) en lugar de
los tradicionales redescuentos de créditos que se usaban desde 1991 (Tabla 9). Para
ello, se estableció un cronograma de adecuación entre julio de 1999 y abril de 2000. Evi-
dentemente este cambio en la regulación monetaria también implicó que las entidades de
crédito redujeran el uso de fondeo utilizado para conceder créditos y lo usen para adquirir
valores elegibles como garantías, lo cual se evidenció en el incremento de sus inversio-
nes: sólo entre abril de 1999 y abril de 2000 el total de inversiones netas de la banca au-
mentó 140%. Ese cambio produjo un mayor racionamiento de los créditos a la pequeña y
mediana empresa, que súbitamente se empezaron a percibir como de mayor riesgo, en
tanto que la gran empresa podía emitir valores que además eran elegibles para la banca.
Tabla 9: Garantías de créditos para cubrir saldos negativos en cuenta
Garantía elegible
Porcentaje de valorización
Desde 20/04/99
Desde 30/12/99
CD-BCRP (u.c.=última cotización) 100% 100% / u.c. Bonos del tesoro (v.d.=valor descontado) 100% u.c. / v.d.
Depósitos en dólares 95% 95% Certificados de depósito CP1
80% / u.c.
80% / u.c. Bonos de arrendamiento financiero AAA o AA Letras hipotecarias AAA o AA
Bonos corporativos de no financieras AAA o AA Cartas fianza de entidad B+ 95% 95%
Pagarés calificados 100% Normal sin protestos n.d. 65%
Fuente: BCRP Elaboración: Propia Por si no fuera poco, en 1998 y 1999 el discurso del banco central apuntaló la ejecución
de una política monetaria contractiva en soles para seguir reduciendo la inflación, apli-
cando incluso topes decrecientes al incremento de la emisión primaria, según se lee en
sus propias memorias, pese al proceso recesivo de desapalancamiento en marcha. Por
ello, la regulación monetaria en 1999 se limitó a revertir los efectos temporales de la res-
tricción de liquidez internacional de fines de 1998 con la reducción de las tasas de interés
interbancarias a los niveles previos a la crisis en Rusia, a través de una política más ex-
pansiva en dólares65. Así, en 1999 el banco central se limitó a observar el cambio en la
disposición de la banca para otorgar créditos sólo a las deudores percibidos como de ba-
jo riesgo y simultáneamente a amortizar los pasivos externos, pese a las señales de nor-
malización del acceso a líneas del exterior (Velarde y Rodríguez 2001), lo que empeoró el
65 Según Circular BCRP Nº 028-99-EF/90 se estableció a agosto de 1999 como nuevo periodo base para el encaje a partir de octubre, lo que en promedio equivalía a una tasa media 6% menor y una tasa marginal 25% menor que las prevalecientes hasta junio de 1998. Además, mediante Circular BCRP Nº 021-99-EF/90, el banco había exonerado del requerimiento de encaje a los bonos, letras hipotecarias y deuda subordinada de plazo igual o mayor a 2 años hasta por un máximo de 75% del capital y reservas.
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proceso de contracción crediticia. Más aún, el banco central elevó66 la remuneración al
encaje adicional en dólares de Libor 3m -1% a Libor 3m - 0.125% para generarle a la
banca menores costos (mayores ingresos) por los depósitos captados en dólares.
Tabla 10: Valorización de las garantías elegibles de 2000 a 2003
Tipo de garantía elegible Valorización
Preferidas de muy rápida
realización
Depósitos 100% Deuda externa del gobierno o de obligaciones del BCR
Cotización de
mercado
Deuda emitidos por gobiernos o bancos centrales de países al menos BBB- y coticen en mecanismo centralizado
Valores representativos de capital que formen parte del índice selectivo de la bolsa de Lima
Productos transados frecuentemente en mecanismos centralizados en prenda con endoso de warrant
Fideicomiso en garantía de bienes anteriores Según corresponda
Carta de crédito irrevocable sin discrepancias de entidad del exterior de primer nivel 100%
Preferidas
Deuda no subordinada de bancos y seguros, locales o de primera categoría del exterior, y multilaterales Valuación
considerando solidez y
cotización de mercado
Valores representativos de capital o deuda calificados al menos en 2, CP2 o A por equivalencia SBS
Participaciones en fondos mutuos o fondos de inversión calificados al menos en A
Valores representativos de capital que formen parte de un índice de bolsa en el exterior
Cotización de
mercado Valores representativos de deuda clasificados al menos en BBB+ o A2 que cotice en algún mecanismo centralizado
Inmueble en hipoteca Valor de
realización obtenido a partir
de tasación comercial de perito inscrito
Productos de fácil realización en prenda con endoso de warrant Conocimiento de embarque o carta porte Joyas o metales preciosos con entrega
Maquinaria y equipo en prenda Medios de transporte en prenda
Prenda agrícola o minera Prenda global y flotante sobre mercadería
Fiducia en garantía de anteriores, excepto agrícola o minera Seguro de crédito de exportación 100%
Seguro de crédito para PYMES DL 879 100% Cartas fianza y avales emitidos por bancos y seguros del país y de
primera categoría del exterior 100%
Valores de operación de reporte con transferencia de propiedad Según corresponda
Fuente: SBS Elaboración: Propia Por otro lado, ante la insuficiencia de las medidas extraordinarias para cumplir los reque-
rimientos de la regulación bancaria, en mayo de 200067, un mes antes de que se cumplie-
ra el plazo máximo establecido en agosto de 1997, se redujo a la mitad el requerimiento
de provisiones de la cartera cubierta con garantías preferidas de muy rápida realización,
66 Circular BCRP Nº 025-99-EF/90. 67 Resolución SBS Nº 357-2000.
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se eliminó la obligación de elevar la clasificación a CPP o a Deficiente a todo refinanciado
y se eliminó la obligación de aprovisionar, como si no tuvieran garantías, a los Deficiente
clasificados así por más de 2 años y ello sólo aplicó a los clasificados en Dudoso o Pérdi-
da luego de 3 años. Como tampoco resultaron suficientes dichas medidas, en agosto de
200068 se redujeron aún más los requerimientos de provisiones: en -25% a los clasifica-
dos en Normal (de 1.0% a 0.75%) y en -40%, -50% y -25% a los clasificados en Proble-
mas Potenciales (de 1.25% a 0.75%, de 2.5% a 1.25% y de 5.0% a 3.75%), según tuvie-
ran garantías preferidas, otras o ninguna. La posibilidad de acogerse a este esquema, y
reutilizar las provisiones acumuladas que se liberaban, se extendió hasta junio de 2001
sólo para las entidades clasificadas en A o B. Las respectivas reducciones se convirtieron
en un componente variable que luego debía ser repuesto, a un ritmo trimestral de 0.1%
de los créditos en Normal, cuando el margen financiero neto de provisiones promedio de
los últimos 12 meses empezara a superar su promedio más el 75% de su desviación es-
tándar calculado con los últimos 60 meses. Y en setiembre de 2000 se flexibilizó aún más
la clasificación de créditos a refinanciados y reestructurados. Por tanto, el desempeño mostrado por la regulación frente al choque de la crisis de 1997-
1998 continuó siendo reactivo y procíclico, lo que agravó los efectos del desempeño de
las entidades de crédito sobre la estabilidad financiera en general. Además, la incapaci-
dad del supervisor para hacer cumplir los requerimientos de provisiones de su propia re-
gulación, pusieron en evidencia el conflicto de interés entre regulación y supervisión, lo
que cosméticamente tuvo que ser disimulado para no empeorar más la crisis bancaria
que se generó en 1998-1999 y cuyos efectos recesivos duraron hasta 2002. 6. Desempeño ex ante de la regulación financiera frente a la crisis de 2007-2008
Después de haber acabado definitivamente con el proceso inflacionario en el Perú (Gráfi-
co 12), en buena medida gracias a la fuerte y larga recesión producida a raíz de la crisis
bancaria de 1998-1999, desde 2002 la regulación monetaria pasó a un esquema de me-
tas explícitas de inflación en lugar de las metas de agregados monetarios que siguió has-
ta 2001. De hecho, desde fines de 2001 la postura de política monetaria tuvo que empe-
zarse a flexibilizar más agresivamente para reducir las persistentes presiones deflaciona-
rias de mediados de 2001 (inflación negativa) originadas por el crecimiento negativo de la
demanda real interna (Gráfico 13).
68 Resolución SBS Nº 537-2000 y Resolución SBS Nº 563-2000.
La regulación frente a las crisis financieras internacionales
Renzo A. Jiménez Sotelo 34/53
Gráfico 12: Depreciación del tipo de cambio e inflación 2000-2005
Fuente: BCRP, INEI Elaboración: Propia
Gráfico 13: Crecimiento del PBI y de la demanda interna 2000-2010
Fuente: BCRP Elaboración: Propia A pesar de este cambio de esquema monetario, el banco central continuó interviniendo
en el mercado cambiario, donde también mantuvo metas implícitas intermitentes bajo el
discurso de evitar una excesiva volatilidad69. Para ello, además de las operaciones de
ventanilla activas (repos directas y créditos de regulación monetaria) y pasivas (depósitos
nocturnos), que determinan el corredor de referencia para la tasa interbancaria, entre los
instrumentos monetarios de las operaciones de mercado se hallaban las compraventas
de dólares, junto a la emisión de certificados de depósito (CD) y los recientemente crea-
dos certificados de depósito reajustables al tipo de cambio (CDR) con sus respectivos re-
pos70. De esta forma, en 2002 el crédito en todo el sistema financiero creció tímidamente
en casi +2%, explicado en más del 70% por las instituciones microfinancieras, en tanto
que el crédito en todo el sistema bancario decreció por cuarto año consecutivo. Si bien
69 De hecho, en la Memoria 2003 el propio banco central así lo reconoció señalando: “Cabe precisar que el Banco Central mantiene la posibilidad de desvíos temporales en la meta de tasa de interés interbancaria para enfrentar coyunturas de presiones al alza significativas en el tipo de cambio nominal (como en setiembre de 2002). Esta „cláusula de escape‟ en el manejo monetario se efectúa para prevenir potenciales efectos adver- sos sobre los balances de las empresas y familias (denominado „efecto hoja de balance‟) en una economía con dolarización financiera”. 70 En 2002 recién se empezaron a emitir en el mercado doméstico Bonos del Tesoro en soles a 2 y 3 años.
La regulación frente a las crisis financieras internacionales
Renzo A. Jiménez Sotelo 35/53
los bancos habían incrementado sus colocaciones de consumo (más del 30% por Banco
de la Nación) y sus colocaciones hipotecarias crecieron en casi 13%, esto no era suficien-
te para revertir la persistente caída de los créditos comerciales que se agudizaría en 2003
y 2004 (Gráfico 14) debido a su menor participación en el total de créditos (ver Tabla 11).
Gráfico 14: Tasa anual de crecimiento del crédito total 2000-2005
Fuente: BCRP Elaboración: Propia En ese contexto de fuerte contracción crediticia, en 2003 la regulación bancaria aprobó
un nuevo reglamento de clasificación de deudores y exigencia de provisiones71, que en el
fondo no sólo revalidó sino que amplió varias de las múltiples flexibilizaciones aprobadas
por el supervisor bancario desde el año 2000. En particular, sutilmente relajó algunos de
los criterios cualitativos conservadores establecidos en 1997 para la calificación de crédi-
tos comerciales y que, por consiguiente, tenían impacto directo o indirecto en la constitu-
ción de provisiones por incobrabilidad. Por ejemplo, en los créditos clasificados en Nor-
mal se dejó de hacer referencia a que el análisis de flujo de fondos demuestre que el
deudor era capaz de atender holgadamente todos sus compromisos financieros y que el
pago puntual sucedía cuando el cliente las cancelaba sin recurrir a nueva financiación di-
recta o indirecta de la misma empresa. En el caso de Problemas Potenciales se dejó de
hacer referencia a que el análisis del flujo de fondos del deudor debía demostrar que po-
día atender la totalidad de sus compromisos financieros, aunque existieran situaciones
que, de no ser controladas o corregidas oportunamente, podrían comprometer su capaci-
dad futura de pago. Y tanto en el caso de Problemas Potenciales como de Deficiente,
Dudoso y Pérdida se retiraron los criterios adicionales de clasificación referidos a los sis-
temas de información económico financiera y su utilización, a la calidad de dirección téc-
nica y sistemas de control interno, a la competitividad y al desempeño del sector en el
que esté el deudor.
71 Resolución SBS Nº 808-2003.
La regulación frente a las crisis financieras internacionales
Renzo A. Jiménez Sotelo 36/53
Tabla 11: Estructura por tipo de los créditos de la banca 2000-2005
Año 2002 2003
Fuente: SBS Elaboración: Propia Los otros cambios adicionales introducidos con el nuevo reglamento pueden resumirse
de la siguiente manera: (i) se incrementó en 50% el monto máximo equivalente en dóla-
res nominales para reconsiderar un crédito comercial como un crédito a microempresa y
se dejó de hacer referencia a su total de activos, (ii) se eximió del alineamiento de clasifi-
cación a las deudas con montos menores de S/. 20, (iii) se incluyó como criterio general
de evaluación adicional al descalce de monedas y de tasas de interés, sin fijar referencias
prudenciales específicas, (iv) se redujo en un 50% adicional las provisiones de los crédi-
tos respaldados por garantías preferidas que fueran calificadas como autoliquidables res-
pecto de la ya era calificadas como de muy rápida realización, (v) se igualó las tasas de
provisiones requeridas a los créditos de Consumo clasificados en Deficiente con el de los
demás tipos de crédito (pasó de 30% a 25%), (vi) se introdujo la posibilidad de sustitución
de un mejor riesgo de contraparte en caso de fianzas, avales y seguros de crédito emiti-
dos por otra entidad del sistema, lo cual también permitió reducir el requerimiento de pro-
visiones, (vii) se introdujo la posibilidad de usar calificaciones basadas en modelos inter-
nos para deudores corporativos clasificados en Normal y que sean emisores del mercado
de valores72, lo que les permitiría reducir la tasa de provisiones hasta la mitad, (viii) se
permitió el aprovisionamiento como Normal de las operaciones de comercio exterior, en
adición al de las operaciones de campaña agrícola y de capital de trabajo de corto plazo,
asociadas a deudores refinanciados o reestructurados aprobados desde el 2000, y (ix) se
introdujo la posibilidad de registrar como vigentes a las refinanciaciones y reestructura-
ciones que cumplan determinadas condiciones. Este último cambio, sutilmente introduci-
do, a la larga fue sumamente perjudicial para efectos de comparación de la información
financiera de los años siguientes con la de años anteriores, mejorando cosméticamente la
calidad de cartera y retrocediendo a la situación que existía hasta 1992 (Gráfico 2).
72 Para ello deberían (a) mantener una clasificación Normal durante los últimos treinta y seis (36) meses de manera permanente; y, (b) haber emitido instrumentos de deuda corporativa que sean calificados por alguna empresa clasificadora de riesgo en categoría AAA, AA o A para instrumentos de largo plazo o en categoría CP-1 o CP-2 para instrumentos de corto plazo y haber mantenido dicha clasificación durante los últimos doce (12) meses de manera consecutiva.
Tipo de crédito
2000 2001 2004 2005 Comercial 85.1% 79.2% 77.6% 72.6% 68.1% 65.8% Consumo 6.5% 8.6% 9.4% 11.6% 13.4% 14.4% Hipotecario 7.5% 9.6% 10.7% 12.8% 14.2% 14.8% Micro empresa 0.9% 2.5% 2.3% 2.9% 4.3% 5.0% Total 100% 100% 100% 100% 100% 100%
La regulación frente a las crisis financieras internacionales
Renzo A. Jiménez Sotelo 37/53
Tabla 12: Estructura por clasificación de los créditos de la banca 2000-2005
Año 2002 2003
Fuente: SBS Elaboración: Propia Como se mostró antes, la estructura de créditos por riesgo relativo sufrió de fuertes alte-
raciones (Tablas 8 y 12) por los cambios de regulación bancaria, haciendo que estas se-
ries de datos no sean realmente comparables consigo mismas73. Por ejemplo, los crédi-
tos con clasificación Normal o Problemas Potenciales registrados después de 1999 en
promedio ya eran de peor calidad que los tenían esas mismas clasificaciones hasta antes
de 1998, ya que entre estos últimos no habían créditos que provinieran de la cancelación
de créditos impagos. Del mismo modo resultó fácil intuir que después de 1998 no hubo
un mayor deterioro de estos indicadores oficiales por clasificación de riesgo gracias a los
progresivos cambios en la regulación y no a una menor velocidad de deterioro real en la
calidad de los créditos. Por ello, desde 1993, cuando se diferencian los créditos refinan-
ciados de los créditos vigentes, y aún hasta 2004, la situación contable de los créditos
(Gráficos 2 y 15) es un mejor indicador para observar la real evolución de los créditos en
problemas de las entidades respecto de utilizar la clasificación de crédito (Deficiente, Du-
doso y Pérdida) para estimar el impacto de diferentes variables en la calidad crediticia74. En ese sentido, en 2003 se establecieron ciertas condiciones para que los créditos refi-
nanciados y reestructurados luego de cierto tiempo puedan ser registrados como vigen-
tes, de modo que no puedan ser identificados por el mercado75. Las cinco condiciones es-
tablecidas eran: (i) que los deudores de los créditos estén clasificados como Normal o
Problemas Potenciales, como consecuencia de la evaluación por capacidad de pago; (ii)
que el crédito original no hubiera sufrido cambios en las condiciones contractuales, que
obedezcan a dificultades en la capacidad de pago por más de una vez; (iii) que el deudor
hubiera pagado por lo menos el veinte por ciento (20 %) del capital de la deuda refinan-
73 Según el FMI (2001), los datos estadísticos de buena calidad deben de tener necesariamente 5 caracterís- ticas: (a) Exhaustivas, tanto en términos de instituciones como de flujos y saldos incluidos; (b) Sólidas, que se basen en conceptos y clasificaciones bien definidas; (c) Útiles, calculando agregados pertinentes desde el punto de vista analítico; (d) Coherentes, a lo largo del tiempo; y (e) Comparables, a escala internacional. 74 En particular, se sobreestima el efecto de la recuperación (se subestima el efecto de la deterioro), tanto en magnitud como en velocidad. Por ello, en Jiménez (2005a) se utilizó la situación de los créditos, en vez de su clasificación, para estimar el impacto de los choques cambiarios sobre la calidad crediticia de la cartera. 75 A este proceso de reclasificación contable permitido por la regulación de 2003 entre las áreas encargadas de su ejecución se le conoció informalmente con el nombre de “vigenteo” de cuentas.
Clasificación de riesgo
2000 2001 2004 2005 Normal 67.3% 69.1% 72.1% 77.2% 82.6% 86.7% Problemas potenciales 13.0% 11.8% 11.5% 9.9% 7.7% 6.9% Deficiente 10.2% 8.3% 5.9% 5.1% 3.9% 2.6% Dudoso 5.7% 5.5% 6.1% 4.7% 3.4% 2.3% Pérdida 3.8% 5.2% 4.5% 3.2% 2.4% 1.6% Total 100% 100% 100% 100% 100% 100%
La regulación frente a las crisis financieras internacionales
Renzo A. Jiménez Sotelo 38/53
ciada o reestructurada; (iv) que el deudor hubiera demostrado capacidad de pago con
respecto al nuevo cronograma del crédito mediante el pago puntual de las cuotas durante
los dos (2) últimos trimestres (para este efecto se consideraría como pago puntual el
cumplimiento de la obligación en la fecha establecida en el contrato); y, (v) que las enti-
dades mantuvieran un registro permanente en cuentas de control de las operaciones refi-
nanciadas y reestructuradas que hayan sido reclasificadas en la categoría de vigentes.
Gráfico 15: Créditos en problemas y provisiones de la banca 2000-2010
Fuente: SBS Elaboración: Propia Asimismo, a partir de ese año se estableció que los arrendamientos financieros debían
recibir el mismo tratamiento contable que el de los créditos, computándose por dichas
operaciones únicamente el saldo de principal de dichos contratos, y no el principal más
los intereses por devengar como se venía haciendo. Al respecto también es importante
mencionar que en 200376 se hicieron modificaciones al manual de contabilidad aprobado
cinco años antes77. Estas modificaciones no serían tan importantes si no fuera por la
aprobación de algunas precisiones que no habían venido siendo capturadas por la conta-
bilidad y, por tanto, reflejados en los indicadores de las entidades hasta entonces. Por
ejemplo, recién se obliga a separar los créditos refinanciados y reestructurados hechos
bajo la modalidad de retroarrendamiento financiero, que antes sólo eran registrables co-
mo arrendamiento financiero dentro de los créditos vigentes, como si fueran créditos nue-
vos. Asimismo, recién se actualizaron los reportes de créditos por saldo y tipo de garan-
tía, por flujo y tipo de crédito, por clasificación de deudores y provisiones, entre otros, los
que se mantenían sin cambios desde su aprobación en 199278. Entre dichas modificacio-
nes también se precisó que a los créditos objeto de sustitución de contraparte, garantías
autoliquidables, transferencia o fideicomiso no le eran aplicables las reducciones de pro-
76 Resolución SBS Nº 1343-2003. 77 Resolución SBS Nº 895-98. 78 Carta Circular SBS Nº B-021-92 del 27/03/1992 y Nº Carta Circular SBS B-105-92 del 31/12/1992 (citadas en la Resolución SBS Nº 1343-2003).
La regulación frente a las crisis financieras internacionales
Renzo A. Jiménez Sotelo 39/53
visiones por régimen cíclico ni por modelos internos, lo que no tuvo mayor impacto ya que
casi ninguna entidad empleó este régimen. Por otra parte, en 200479 la regulación monetaria estableció que, en adelante, el incre-
mento de los créditos del exterior se incluirían dentro de las obligaciones sujetas a enca-
je, de tal modo que se homogenizó el trato de las obligaciones domésticas y externas en
moneda extranjera, pues, ambas dolarizaciones representaban similares riesgos para la
economía. Luego, a partir de noviembre80, se estableció el cambio de base al mes de se-
tiembre para la tasa de encaje implícita y el incremento en el encaje marginal de 20% a
30% con la finalidad de reforzar la capacidad de respuesta en futuras situaciones transito-
rias de iliquidez en dólares. Asimismo, se redujo81 la remuneración al encaje adicional de
Libor-0.25% a Libor-0.125%, medida que formó parte de las iniciativas tomadas para que
los agentes económicos interioricen los riesgos asociados, las que generaron no pocas
protestas mediáticas por parte de las entidades bancarias. A principios de 200582, el primer año en el que el crédito total de la banca se expande
(Gráfico 14), y el cuarto año en el que los requerimientos de provisión obligatoria acumu-
lada se redujeron significativamente (Gráfico 15)83, la supervisión bancaria aprobó por
primera vez un reglamento para la administración del riesgo crediticio derivado del riesgo
cambiario. Dicha norma obligó a que cada entidad, a su mejor entender y por su propia
cuenta y riesgo: (i) adopte un sistema de control para los créditos en moneda extranjera
que identifique, mida, controle y reporte adecuadamente sus niveles de exposición, (ii)
establezca procedimientos internos explícitos para calificar, conceder y vigilar los créditos
en moneda extranjera, y (iii) se apliquen unas mínimas provisiones específicas por este
concepto sólo a las posiciones cuyo riesgo cada entidad declare no haber identificado y
no cumplan determinadas características que las exoneren de dicho requerimiento. Así,
para cumplir con tales requerimientos, cada una de las entidades debía establecer, en
forma totalmente discrecional, sus propios criterios para: (i) calificar y conceder un crédito
en moneda extranjera, (ii) efectuar un choque cambiario de 20% sobre su capacidad de
pago, y (iii) tomar las acciones correctivas que consideraran pertinentes sobre la califica-
ción crediticia y las condiciones de concesión para los deudores que se afecten de modo
sustancial, a criterio de cada entidad. Peor aún, la provisión adicional obligatoria que se
79 Circular BCRP Nº 005-2004-EF/90. 80 Circular BCRP Nº 019-2004-EF/90. 81 Circular BCRP Nº 017-2004-EF/90. 82 Resolución SBS Nº 041-2005. 83 Entre diciembre de 2002 y diciembre de 2005 la proporción que representaba el saldo de provisiones acu- muladas respecto del total de colocaciones se redujo de 10.1% a 5.0%. Esto equivalió a reducir en un 43% el saldo total relativo de las provisiones acumuladas y constituidas en 2002.
La regulación frente a las crisis financieras internacionales
Renzo A. Jiménez Sotelo 40/53
creó por este concepto sólo aplicaba a las operaciones cuyo riesgo cambiario la entidad
declare no haber identificado y cuya clasificación fuera Normal. Asimismo, la pequeña ta-
sa de provisión era más reducida o incluso eliminada en función a las garantías involu-
cradas (0.0% por posiciones con garantías autoliquidables o Mivivienda, 0.25% si tenía
garantías de muy rápida realización, 0.50% si tenía garantías preferidas y 1.00% para el
resto) aplicables a partir de julio de 2006. Adicionalmente, la regulación bancaria pidió84 aprobar un Plan de Adecuación y precisó
que: (a) la reclasificación por exposición a riesgo cambiario sólo era aplicable a los crédi-
tos comerciales, pero no a los créditos hipotecarios, de consumo o a microempresas, y
(b) la reclasificación procedía cuando la capacidad de pago se afectara de modo sustan-
cial definido como aquel en el cual un estrés cambiario hiciera que el deudor no supera
los estándares de admisión para cada categoría de cliente que cada entidad hubiera defi-
nido en sus políticas. Es decir, esto relajaba fuertemente la definición conservadora de
exposición de un deudor a riesgo cambiario: sólo si con un choque cambiario dejara de
ser sujeto de crédito para cada banco, según sus políticas internas respectivas. Para ha-
cerse una idea de cuál fue la magnitud del efecto de esta regulación, sin contar con in-
formación publicada por la supervisión bancaria, debe tomarse en cuenta que a fines de
2005, en buena parte gracias a las flexibilizaciones introducidas por el supervisor, el sal-
do de las provisiones constituidas representaban el 5.0% del total de los créditos conce-
didos (después de haber alcanzado un pico de 11% en 2001) y la dolarización crediticia
había retrocedido al 70% (después de estar en más de 80% antes de 2001). Por tanto, si
se toma en cuenta la tasa de provisión promedio ponderada por los créditos en función al
tipo de garantía constituida y la proporción de créditos clasificados en Normal, se podrá
estimar que el requerimiento adicional de provisiones no llegaba ni al 0.29% del total de
créditos, en el caso que las entidades que no identificaran la exposición al riesgo cambia-
rio de sus deudores85. El incentivo entonces era muy claro: a muchas entidades de crédi-
to les salía menos costoso constituir las provisiones previstas por defecto en vez de pro-
84 Circular Nº B-2145-2005. 85 Sin embargo, de acuerdo con la estimaciones efectuadas en Jiménez (2005a), para mantener intacta la solvencia de las entidades de crédito frente un choque cambiario de 20% neto de inflación, el saldo de provi- siones para el saldo total de créditos en moneda extranjera debió equivaler a un 8.4% en el periodo 1994- 2004 y a un 11.1% para el periodo d estrés 1997-2001. En cambio si, para ser más consistentes con los nue- vos estándares internacionales de contabilidad e información financiera (NIC/NIIF), se optara sólo por un ma- yor requerimiento de capital, esto implicaría que si un crédito en moneda nacional tuviera una ponderación de 100% para efectos de cálculo de los activos ponderados por riesgo, un crédito en moneda extranjera que no fuera identificado como no expuesto debería tener un ponderación de 202%. Según Cayazzo et al. (2006), Uruguay había aprobado a mediados de 2005 una ponderación de 125% para los créditos en moneda extran- jera que entraba en vigencia a mediados de 2006.
La regulación frente a las crisis financieras internacionales
Renzo A. Jiménez Sotelo 41/53
ceder a identificar la exposición a riesgo cambiario de todos y cada uno de sus clientes86,
en tanto que otras entidades directamente podían evitar su constitución si establecían
cualquier criterio simplista en sus políticas que permita declarar identificados a sus deu-
dores, ya que la simple declaración de haberlo hecho, ya sea como expuestos o no ex-
puesto, les permitía evitar el cumplimiento de las provisiones. En tal sentido conviene te-
ner en cuenta que esta norma no alteró de modo alguno la tendencia a la reducción de la
dolarización de la liquidez y de los créditos que se venía observando desde 2001 (Gráfico
16), básicamente porque el dólar, en forma cada vez más sostenida, perdía valor en tér-
minos nominales y reales, lo que se evidencia con mayor facilidad en la más rápida des-
dolarización de la liquidez. En cambio, la desdolarización de los créditos es más lenta
porque las entidades de crédito son más renuentes a perder el negocio que representa el
cobro del peaje cambiario que implica prestar en dólares y lograr que los deudores prime-
ro vendan los dólares que obtienen como préstamo, para utilizar los fondos obtenidos, y
luego compren los dólares cuando deben repagarlos87.
Gráfico 16: Dolarización de la liquidez y el crédito de la banca 2000-2010
Fuente: BCRP Elaboración: Propia Mientras tanto, la regulación monetaria en 2005, por segunda vez, redujo la tasa de re-
muneración a los fondos de reservas de encaje adicionales en dólares: desde enero se
estableció88 que sería de Libor 3m – 0.75% y desde mayo se fija89 en 2.25%, la misma
que luego sería modificada mensualmente en el programa monetario mensual. Asimismo,
debido a la detección de elusiones por parte de algunas entidades, en 2006 se precisó90
que los recursos provenientes de sucursales del exterior, para efectos de encaje, tenían
86 Al cierre de 2005 las entidades bancarias tenían un total de más de 2.2 millones de deudores y sólo son susceptibles de cambio de clasificación por exposición a riesgo cambiario los deudores comerciales que as- cendían a 52,125. 87 Conservadoramente, se estimó que los ingresos por “peaje cambiario” representaron aproximadamente el 37.5% de las utilidades de los bancos peruanos (Jiménez, 2005). 88 Circular BCRP Nº 002-2005-EF/90. 89 Circular BCRP Nº 008-2005-EF/90. 90 Circular Nº 012-2006-BCRP.
La regulación frente a las crisis financieras internacionales
Renzo A. Jiménez Sotelo 42/53
el mismo tratamiento que el de las entidades del exterior y que cualquier recurso diferente
de depósito debería ser considerado como crédito. En noviembre de 2006 la regulación bancaria introdujo91 una serie de modificaciones al
reglamento de evaluación, clasificación y exigencia de provisiones que en el caso de los
créditos minoristas redujeron aún más la exigencia relativa de provisiones acumuladas
(Gráfico 15): (i) la clasificación de un deudor no podría ser más de una categoría mejor
que la peor asignada por cualquier entidad que tenga 20% o más de sus acreencias sin
considerar los créditos con un saldo menor de S/. 100 en lugar de los S/. 20 anteriores,
(ii) se precisó que la clasificación debía tener en cuenta a los créditos castigados, los que
fueran mantenidos en entidades en liquidación y las que hubieran sido transferidas me-
diante fideicomiso con recurso o similar, (iii) el alineamiento en créditos micro empresa,
consumo e hipotecario sólo se produciría cuando la clasificación de mayor riesgo con
más del 20% en el sistema fuera Dudoso o Perdida y siempre que la información no tu-
viera más de 5 años de antigüedad desde el primer día de atraso, y (iv) los créditos de
consumo que contaran con convenio de descuento por planilla podrían efectuar provisio-
nes como si tuvieran garantías autoliquidables si cumplían determinadas condiciones92.
Adicionalmente, se precisó que el plazo para considerar la totalidad del crédito como
vencido era después de transcurrido quince (15) días calendarios de la fecha de venci-
miento de pago pactado para créditos comerciales y de treinta (30) días calendarios para
créditos a microempresas. En los casos de créditos de consumo, hipotecarios para vi-
vienda y operaciones de arrendamiento financiero se siguió un tratamiento escalonado
para la consideración de crédito vencido: después de los treinta (30) días calendario de
no haber pagado a la fecha pactada, se considerará vencida sólo la porción no pagada;
mientras que después de los noventa (90) días calendario de vencido, se considerará la
totalidad de la deuda insoluta. Finalmente, en mayo de 200793, recién el banco central solicitó mejorar la calidad de la
información cambiaria reportada que recibía desde 2001: (a) Reporte 1: Operaciones
cambiarias negociadas o pactadas en el día, (b) Reporte 2: Operaciones cambiarias ven-
cidas y ejercidas en el día, (c) Reporte 3: Operaciones cambiarias modificadas, anuladas
o canceladas anticipadamente y omitidas, debiendo incluirse el número de la operación
involucrada, así como la información relevante para cada caso, (d) Reporte 4: Posición de
91 Resolución SBS Nº 1494-2006. 92 Básicamente que se realice el pago puntual, el empleador esté clasificado como Normal los últimos 3 me- ses, se tenga preferencia de pago frente a otros acreedores o tenga garantía del empleador, el crédito no re- presente más del 30% del ingreso mensual. 93 Circular Nº 010-2007-BCRP.
La regulación frente a las crisis financieras internacionales
Renzo A. Jiménez Sotelo 43/53
cambio contable y global, (e) Reporte 5: Diferenciales de tasas para las operaciones for-
ward de monedas, y (f) Reporte 6: Opciones de divisas vigentes, incluyendo la informa-
ción actualizada de los deltas y de los montos de cobertura de las opciones. Por tanto, el desempeño mostrado por la regulación bancaria desde 2000 buscó consoli-
dar la laxitud para cumplir con los requerimientos de provisiones establecidos a raíz de la
crisis bancaria de 1998-1999, inclusive invisibilizando desde 2003 el registro contable de
los créditos refinanciados, lo que deterioró la capacidad del público para determinar la
verdadera solvencia de las entidades de crédito en donde quisiera ahorrar y permitió que
se reduzcan las provisiones acumuladas respecto del total de crédito en 1.9% en 2003,
en 1.7% en 2004 y en 1.5% en 2005. Con el registro de los créditos en moneda extranje-
ra más vulnerables al riesgo cambiario ocurrió algo similar: hasta 2005 no se evaluaban y
luego su revelación contable se convirtió en discrecional y evitable, sin un estándar de re-
ferencia ni capacidad para resistir un estrés cambiario como el de la crisis de 1998-1999.
En 2006 y los años siguientes se siguieron introduciendo modificaciones para reducir la
constitución de provisiones, evitar la obligación de empeorar la clasificación de deudores
e incrementar el divorcio entre la situación de los créditos y su registro contable. Asimis-
mo se empezó a masificar los traslados de créditos deteriorados a cuentas por cobrar, lo
que permitió seguir reduciendo cosméticamente los ratios de cartera refinanciada y rees-
tructurada que no lograban ser recategorizados como Vigentes o los de cartera atrasada
que no reunía las condiciones para poder ser castigada. Esto permitió reducir los ratios
de cartera clasificada en Deficiente o peor y aumentar los ratios de cobertura de provisio-
nes, pese a que las provisiones empezaban a crecer a un menor ritmo que los créditos. 7. Desempeño ex post de la regulación financiera frente a la crisis de 2007-2008
Durante 2007 el discurso del banco central estuvo centrado en controlar las presiones in-
flacionarias derivadas del fuerte crecimiento de la demanda y de los choques de oferta;
sin embargo, a los pocos meses de estallada la crisis hipotecaria en EEUU, empezó a
implementar una política monetaria sombra expansiva en dólares. Por ejemplo, a partir de
fines de setiembre de 200794 la regulación monetaria dispuso eliminar el límite de exone-
ración de encaje aplicable a los valores y deuda subordinada sujetos a régimen especial
hasta por el 75% del capital y reservas si tenían plazo promedio igual o mayor de 2 años
(sin opción de rescate) y dispuso incluir entre las obligaciones no sujetas a encaje a los
créditos de plazo promedio igual o mayor a 2 años recibidos de entidades financieras del
exterior distintas a bancos centrales, gobiernos, organismos financieros internacionales,
94 Circular Nº 020-2007-BCRP.
La regulación frente a las crisis financieras internacionales
Renzo A. Jiménez Sotelo 44/53
entidades financieras internacionales y entidades gubernamentales del exterior (multa de
0.5% anual si se prepagaba).
Gráfico 17: Tasa anual de crecimiento del crédito por moneda 2005-2010
Fuente: BCRP Elaboración: Propia Asimismo se modificó el alcance de las normas de encaje, con referencia a las institucio-
nes sujetas al régimen de encaje (si se transferían los derechos sobre obligaciones no
sujetas a encaje) y se estableció precisiones respecto a la definición de entidades del ex-
terior cuyos recursos prestados a las entidades locales están exonerados de encaje: or-
ganismo financiero internacional (multilateral creado por 2 o más estados), entidad finan-
ciera internacional (cuando participa el estado o el banco central con más del 50%), enti-
dad gubernamental (financiamiento del desarrollo y comercio exterior). Esto ocasionó un
explosivo crecimiento del crédito en dólares, el que desde 2005 había venido creciendo a
un ritmo anual mucho menor al equivalente a los S/. 300 millones. Sin embargo, a raíz de
dichas medidas el crédito en dólares pasa a más que duplicar su ritmo de crecimiento
anual. Entre 2007 y 2008 creció a ritmos que rondaban el equivalente a los S/. 600 millo-
nes y luego entre fines de 2008 y principios de 2009 incluso alcanzan un ritmo equivalen-
te a S/. 900 millones anuales, aunque se frena por completo hacia fines de 2009 (Gráfico
17). Y es que en 200895, a raíz de la profundización del ataque especulativo internacional
contra el dólar y el influjo local de capitales de corto plazo que presionaba la revaloriza-
ción del sol, el banco central dispuso incluir entre las obligaciones sujetas a encaje a los
créditos del exterior de corto plazo recibidos de bancos centrales, gobiernos, organismos
financieros internacionales, entidades financieras internacionales y entidades guberna-
mentales del exterior. Asimismo, modificó las bases (y sus tasas implícitas de encaje) a
partir de las cuales se calculará el encaje marginal (se cambió a diciembre de 2007) y el
exceso siguió con una tasa del 30%. En el caso de créditos del exterior, para determinar
el encaje marginal exigible, además se añadió el monto promedio de operaciones de me-
95 Circular Nº 004-2008-BCRP.
La regulación frente a las crisis financieras internacionales
Renzo A. Jiménez Sotelo 45/53
nos de 365 días exoneradas a diciembre. Adicionalmente, se modificó los diversos
anexos correspondientes al envío de la información electrónica, así como el anexo co-
rrespondiente al detalle de las nuevas emisiones o créditos sujetos a régimen especial.
Gráfico 18: Composición de las reservas internacionales netas 2005-2010
Fuente: BCRP Elaboración: Propia Después, ante la insuficiencia de dichas medidas, el banco central progresivamente va
cambiando fuertemente su política monetaria. En febrero96 dispone incrementar la tasa de
encaje mínimo legal a 7% (ex 6%), incrementar la tasa de encaje marginal a 40% (ex
30%), incrementa el requerimiento mínimo de encaje en cuenta corriente a 2% (ex 1%),
incluir a las operaciones de reporte, pactos de recompra y a todas las operaciones con
sucursales del exterior entre las obligaciones sujetas a encaje, y establecer la remunera-
ción del encaje adicional en Libor 1m – 0.875%. Además, en forma excepcional, señala
que se evaluarían las solicitudes que por escrito podrán presentar las Entidades Sujetas
a Encaje, a fin de determinar si procede exonerar del encaje a las obligaciones u opera-
ciones con sucursales del exterior que, por su naturaleza, no correspondan estar sujetas
a encaje (Gráfico 18). En marzo97 dispone incrementar la tasa de encaje mínimo legal de
7% a 8%, manteniéndose la tasa de encaje marginal en 40%, y modifica la base para las
obligaciones por créditos del exterior al mes de diciembre. Luego en abril98 vuelve a in-
crementar la tasa de encaje mínimo legal de 8% a 8.5%, aumenta la tasa de encaje mar-
ginal de 40% a 45% y modifica las bases al mes de abril de 2008 para el cálculo del en-
caje marginal, incluyendo la correspondiente a obligaciones por créditos del exterior y
cambia el plazo de presentación de la información sobre la situación de encaje de 15 a 10
días hábiles. Y en julio99 vuelve a incrementar la tasa de encaje mínimo legal de 8.5% a
9%, establece una tasa de encaje de 9% para los créditos procedentes de fuentes del ex-
96 Circular Nº 010-2008-BCRP. 97 Circular Nº 015-2008-BCRP. 98 Circular Nº 021-2008-BCRP. 99 Circular Nº 031-2008-BCRP.
La regulación frente a las crisis financieras internacionales
Renzo A. Jiménez Sotelo 46/53
terior con plazo igual o mayor a 2 años hasta un límite de una vez el patrimonio efectivo e
incrementa el encaje marginal de 45% a 49%. Finalmente, a raíz de la profundización de
la crisis en setiembre de 2008100, se empezó nuevamente a flexibilizar la entrada de capi-
tales del exterior: se exoneró de encaje a las obligaciones del exterior con plazos prome-
dio de entre 2 y 7 años hasta por un límite de 2 veces el patrimonio efectivo, entre mone-
da nacional o extranjera. En octubre101, y sólo para los adeudados en moneda extranjera,
se vuelve a flexibilizar el ingreso de capitales del exterior exonerándolos del encaje, se
reduce la tasa de encaje marginal de 49% a 35% y se actualiza el periodo base para el
cálculo del encaje a setiembre. En noviembre102 se reduce a un máximo de 35% el total
de encaje de adeudados del exterior. Y en diciembre103 se reduce la tasa de encaje mí-
nimo legal a 7.5% y se reduce la tasa de encaje marginal a 30%. El efecto de todos estos
cambios no afectan de modo muy significativo la tendencia en la dolarización de la liqui-
dez y el crédito bancarios (Gráfico 16). Por otro lado, en setiembre de 2006104 se había aprobado un reglamento para la adminis-
tración del riesgo de sobreendeudamiento de deudores minoristas, el cual establecía el
requerimiento de provisiones por líneas de crédito revolventes no utilizadas de tipo micro
empresa y consumo que deberían ser constituidas a partir del 30 de junio de 2007105, vi-
gencia que luego postergó su aplicación hasta enero del 2008. Sin embargo, en agosto
de 2008106 se aprobó un nuevo reglamento con una serie de redefiniciones y flexibiliza-
ciones discrecionales, el mismo que entró en vigencia el 31 de diciembre de 2008. En
particular, se delegó en el directorio de cada entidad toda la responsabilidad de adoptar
un sistema de administración del riesgo de sobreendeudamiento que incluya la delimita-
ción clara de funciones entre las áreas de riesgos y negocios, la implantación de un sis-
tema de incentivos que no generen conflictos de interés y, en caso de modificación de po-
líticas de crédito internas o incursión en nuevas actividades, se haga una evaluación pre-
via del riesgo de crédito involucrado. Adicionalmente se precisaron una serie de criterios
generales que debieran ser tomados en cuenta, pero sin establecer ningún parámetro
específico en particular. Es decir, la aplicación de toda la normativa quedó a discreciona-
lidad y entendimiento de cada entidad. De hecho, se estableció que las entidades que no
cumplan con dicho reglamento deberán constituir una provisión de 1% sobre el saldo uti-
lizado y calcular una exposición equivalente a riesgo crediticio por las líneas no utilizadas
100 Circular Nº 038-2008-BCRP. 101 Circular Nº 043-2008-BCRP. 102 Circular Nº 051-2008-BCRP. 103 Circular Nº 055-2008- BCRP. 104 Resolución SBS N° 1237-2006. 105 Resolución SBS Nº 930-2007. 106 Resolución SBS Nº 6941-2008.
La regulación frente a las crisis financieras internacionales
Renzo A. Jiménez Sotelo 47/53
(20% del saldo) sobre las que se calcularían las provisiones de crédito regulares adicio-
nales. Sin embargo, todas estas provisiones eran exigibles si, como producto de la su-
pervisión efectuada, in situ o extra situ, así lo considera pertinente el supervisor. El año 2008 también fue un año de transición para la adecuación del marco normativo lo-
cal a los requerimientos establecidos por Basilea II. No obstante, todos esos progresivos
cambios no significaron ningún incremento cuantitativo de importancia para los requeri-
mientos de capital ni de provisiones por concepto de riesgo de crédito, aunque por riesgo
de mercado y por riesgo de operación se empezó a requerir de un incremento de capital
menor, casi 16% respecto del requerido por riesgo de crédito. Se aprobó107 el reglamento
de la gestión integral de riesgos cuyos lineamientos tomaron extractos parciales del Mar-
co Integrado para la Gestión del Riesgo Corporativo publicado por COSO108, y se modifi-
có la ley de bancos de tal forma que la regulación de los requerimientos de capital se es-
tablecerían a discrecionalidad de la supervisión bancaria entre 2009 y 2010, luego de la
consulta pública de los reglamentos respectivos. Asimismo, se aprobó109 un nuevo regla-
mento de clasificación de créditos y constitución de provisiones que entraría en vigencia
en 2010, pero que apenas introdujo modificaciones al que estaba vigente desde 2003,
pese a que una implementación conservadora de Basilea II requería de mayores cambios
sustanciales. De hecho, la modificación más importante en realidad estuvo referida a la
introducción de una nueva regla procíclica de acumulación de provisiones en función a la
evolución del PBI y no de la evolución del ciclo crediticio (Tabla 13). No obstante, en lugar
de incrementar y afinar los niveles de clasificación de riesgo en función a pérdidas espe-
radas y a su sensibilidad al riesgo (mayor granularidad), lo que hizo el supervisor banca-
rio fue simplemente desdoblar las mismas categorías de riesgo en función al tamaño de
las empresas (corporativo, grande, mediano, pequeño y micro) y de la modalidad de los
créditos de consumo (revolvente o no revolvente).
Tabla 13: Tasas de provisión desde 2008
Tipos de crédito
Tasa de provisión sin componente
cíclico
Tasa de provisión con componente
cíclico
Tasa de provisión con componente cíclico y autoliq.
Comerciales 0.70% 1.15% 1.00% Microempresa 1.00% 1.50% 1.00% Consumo 1.00% 2.00% 1.00% Hipotecarios para vivienda 0.70% 1.10% 1.00%
Fuente: SBS Elaboración: Propia
107 Resolución SBS Nº 037-2008. 108 El Committee of Sponsoring Organizations of the Treadway Commission (COSO) es una fundación priva- da patrocinada por asociaciones de contadores, auditores y financistas de EEUU. 109 Resolución SBS Nº 11356-2008.
La regulación frente a las crisis financieras internacionales
Renzo A. Jiménez Sotelo 48/53
En 2009, el banco central continuó flexibilizando su política monetaria. Primero dispuso110
una nueva reducción de sus tasas de encaje mínimo legal de 7.5% a 6.5% y redujo el re-
querimiento en cuenta corriente de 2.0% a 1.5%. Luego dispuso111 otra reducción de sus
tasas de encaje mínimo legal de 6.5% a 6.0% y redujo el requerimiento en cuenta corrien-
te de 1.5% a 1.0%. Pero en el caso de las entidades de crédito no bancarias, cuyo acce-
so a los instrumentos monetarios del banco central seguía restringido, no fue sino hasta
agosto de 2009, a dos años de iniciada la crisis en EEUU y a un año de agravada la crisis
de liquidez internacional en dólares, cuando el banco central exoneró112 de encaje a los
recursos con plazo promedio de 2 años o más recibidos de fondos del exterior especiali-
zados en microfinanzas y sólo hasta una vez su patrimonio efectivo. De este modo, en
promedio y en forma contraria a la actuación mostrada en la crisis anterior, entre setiem-
bre de 2008 y marzo de 2009, el banco central implementó una política monetaria agresi-
va que buscó impedir el deterioro de las condiciones en los mercados de crédito. Las he-
rramientas usadas se mantuvieron dirigidas sólo a las entidades bancarias que son las
únicas que tienen acceso a las operaciones de reporte y con certificados del banco cen-
tral (86% del total de facilidades concedidas equivalentes a 9.6% del PBI), mientras que
la menor parte se implementó con instrumentos que sí afectaban a todas las entidades de
crédito (el 12% restante de las facilidades de liquidez provino de la reducción de encajes
y un 2% de las permutas temporales de dólares), según se detalla en Jiménez Sotelo
(2009). Por otro lado, además de entrar en vigencia el reglamento de requerimiento de capital por
riesgo de operación113 y por riesgo de mercado114, se postergó la entrada en vigencia del
nuevo reglamento de clasificación de créditos y constitución de provisiones para el 1 de
julio de 2010 y se le añadieron precisiones diferentes115, entre ellas que las refinanciacio-
nes o reestructuraciones que se aprueben mantendrán su clasificación de riesgo original,
excepto en el caso de créditos en Normal que empeorarán a Problemas Potenciales. Esa
misma fecha se aprobó116 el reglamento de requerimiento de capital por riesgo de crédito,
aunque con un plazo de adecuación hasta el 20 de junio de 2010. Asimismo, en setiem-
bre de 2009 la supervisión bancaria desactivó117 la regla procíclica de acumulación de
provisiones (Tabla 13) debido a la caída en la variación interanual promedio del PBI a ju-
110 Circular Nº 003-2009-BCRP. 111 Circular Nº 007-2009-BCRP. 112 Circular Nº 020-2009-BCRP. 113 Resolución SBS Nº 2115-2009. 114 Resolución SBS Nº 6328-2009. 115 Resolución SBS Nº 14353-2009. 116 Resolución SBS Nº 14354-2009. 117 Circular SBS Nº B-2181-2009.
La regulación frente a las crisis financieras internacionales
Renzo A. Jiménez Sotelo 49/53
nio de 2009 con respecto de junio de 2008 en más de 4%, lo cual implicó que, en adelan-
te, la constitución de provisiones sobre los créditos en Normal se haría a una tasa bastan-
te menor que cuando la regla fue activada118 a fines de 2008 y, además, con la posibili-
dad de reciclar el exceso de provisiones constituido mediante la reasignación de provisio-
nes obligatorias. La activación de esta regla permitió que se reacumulara parte del saldo
de provisiones que se había venido liberando desde 2008, pero no se llegó a acumular
unas provisiones similares a las que se tenían en 2006, cuando las provisiones acumula-
das llegaron a representar el 4% del total de colocaciones. En consecuencia la crisis internacional iniciada en 2007 fue enfrentada por las entidades
de crédito en un escenario en el cual sus indicadores sistemáticamente habían venido
subestimando la magnitud de la cartera de créditos en problemas y, por consiguiente, so-
brestimando sus provisiones constituidas relativas, sin que la regulación bancaria cambie
significativamente. Sin embargo, la regulación bancaria se volvió súper expansiva en dó-
lares e hizo retroceder el proceso de desdolarización que se venía observando, en un en-
torno en el cual, luego de una temporal depreciación de la moneda local, el dólar se de-
preció sostenidamente frente a casi todas las monedas de economías emergentes (lo que
en el Perú terminó mejorando la capacidad de pago de todos los deudores que mantuvie-
ron créditos en dólares del sistema -efecto del acelerador cambiario sobre el ciclo crediti-
cio) y los precios relativos externos de las materias primas y productos básicos mantuvie-
ron un desempeño favorable, ajeno a cualquier regulación o acción de política guberna-
mental. 8. Conclusiones
Para evitar la producción de normas innecesarias, toda nueva regulación debería tener
un análisis de su impacto, estudiando las fallas de mercado que se pretenden resolver o
la regulación que se debe de cambiar porque no cumplen su propósito (García Santos,
2007). Si no, se corre el riesgo de caer en la arbitrariedad o en la discrecionalidad alenta-
da por el cabildeo de los diferentes grupos de interés, lo que en última instancia agravará
las fallas de mercado. Una óptima política de regulación debe buscar estimular los acier-
tos o impactos “buenos” y corregir las fallas o impactos “malos” del funcionamiento de los
mercados (Cuevas 2004). Las fallas de mercado frente al dinero y frente a los tipos de
cambio son las que originan crisis financieras, por la desconfianza generalizada en el “di-
nero” y otras obligaciones emitidas por las entidades financieras, y crisis cambiarias, por
la incertidumbre en el precio de las diferentes monedas extranjeras.
118 Resolución SBS Nº 11356-2008.
La regulación frente a las crisis financieras internacionales
Renzo A. Jiménez Sotelo 50/53
¿Por qué el choque externo de la crisis financiera internacional iniciada en Tailandia en
1997 y agravada por Rusia en 1998 desencadenó finalmente una crisis bancaria en el
Perú entre 1998-1999 y por qué la crisis financiera internacional iniciada en el mercado
hipotecario de EEUU en 2007 y agravada con la quiebra de Lehman Brother en 2008 no
lo hizo? La explicación localmente más socorrida ha solido sido ser que el Perú redujo
muchas de las vulnerabilidades que tenía hasta entonces gracias a sus reformas y exce-
lentes políticas económicas implementadas. No obstante, además de omitir pronunciarse
sobre ciertos cambios exógenos fundamentales que se produjeron en la estructura de
precios relativos externos, sobre los cuales las políticas económicas internas no tienen
control alguno, esta explicación asumía implícitamente que la regulación monetaria y la
regulación y supervisión bancarias en el Perú no sólo también habrían reducido drástica-
mente sus vulnerabilidades, sino que ya habrían tenido inclusive un desempeño superior
al de los países desarrollados donde se propagó la crisis. En el extremo, con un razona-
miento análogo, tendríamos que deducir que no sólo el Perú sino absolutamente todos
los países de América Latina estarían en circunstancia similares, pues, después de todo,
esta última crisis financiera internacional no generó en ninguno de estos países ni un solo
episodio sistémico de crisis bancaria. Por ello, en este documento resultó relevante concentrarse principalmente en el análisis
de las normas que regularon la evaluación y calificación de créditos en general, incluyen-
do el papel que jugaron las normas que regularon la elegibilidad y valorización de garan-
tías. Después de todo, en función a la calificación de los créditos se hicieron los requeri-
mientos de provisiones para enfrentar la eventual incobrabilidad, lo cual restringió o ex-
pandió la capacidad de la banca para conceder créditos, y en función a la valorización de
las garantías también se expandió o contrajo el universo discrecional de sujetos de crédi-
to que no son atendidos sin garantías. Por otro lado, también convino concentrarse en la
flexibilidad y variación de las normas que, regulando la disponibilidad y moneda de acce-
so a capitales del exterior, afectaron la capacidad sistémica de las entidades bancarias
para conceder créditos que no podían ser financiados con la evolución vegetativa del
ahorro interno y terminaron afectando la moneda y demás condiciones en las que se los
otorgó. No obstante, dada la propia naturaleza de la política monetaria, de la cual depen-
den las condiciones de acceso a los créditos del exterior, se requirió también revisar la
situación de la coyuntura que se pretendía promover o controlar con las políticas imple-
mentas. En este sentido, no debe olvidarse que el efecto de la regulación sobre los capi-
tales del exterior, uno de los principales vehículos de transmisión de los choques exter-
nos, es casi siempre asimétrico: cuando la política monetaria decide permitir su acceso,
La regulación frente a las crisis financieras internacionales
Renzo A. Jiménez Sotelo 51/53
sólo puede tratar de incentivar su entrada, pero casi nunca puede evitar su salida. Por
ello sólo si se desincentiva su entrada, se evita con certeza su salida (Mishkin 2004). En consecuencia, la respuesta a por qué no se generó una crisis bancaria en el Perú en
2008-2009 no se halla en el desempeño de la regulación bancaria y monetaria, al menos
no completamente, ya que en la crisis anterior el Perú (al igual que muchos otros países
en desarrollo a los que se les contagió la crisis) también fue víctima de la indisposición
generalizada de los inversionistas, que prefirieron repatriar sus capitales a los países
desarrollados, mientras que en la crisis más reciente en el Perú (como en otros países en
desarrollo donde tampoco se contagió la crisis) ocurrió precisamente lo inverso. Ese dife-
rente comportamiento agregado, se sustentaría en que, en ambos casos, los capitales
buscaron huir de los epicentros de las crisis: países donde abruptamente se acabaron al-
gunas de las condiciones clave de riesgo moral que sostenían la percepción de quién se-
ría el responsable de la situación en caso que las inversiones de estos capitales produje-
ran un sobreendeudamiento insostenible. De ahí que en la última crisis financiera interna-
cional los capitales se refugiaron en las regiones cuyas perspectivas se mantenían relati-
vamente iguales o menos peores, ya que venían enfrentando un choque externo positivo,
como consecuencia del súper ciclo de las materias primas, a su vez financiada por la sú-
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