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Ciencia de los Orígenes Una publicación del Geoscience Research Institute (I nstituto de investigación de Geociencia) Enero-Abril 1983 1983 N. 4 5000 DOLARES POR UNA EVIDENCIA Una Extraña y Singular Oferta Apareció en "Liberty" en su Edición de Noviembre-Diciembre, 1982. Y ... También una Respuesta. LA OFERTA $5.000 (dólares) por Evidencias en el Terreno del Diluvio Universal. LA RESPUESTA Reclama el ofrecimiento el Dr. Ariel Roth, Científico Creacionista. En la carta del Señor Zuidema hay varios aspectos de considerable in- terés, yeso, sin despreciar en forma alguna el ofrecimiento de $5.000 dólares por las evidencias. Entiendo que cuando el Sr. Zuidema habla de diluvio universal se refiere a un diluvio de extensión mundial. Para quienes no han tenido la oportunidad de investigar direc- tamente en el terreno geológico, el requerimiento del Sr. Zuidema puede coincidir plenamente con su propio deseo e inquietud. Una de las preguntas que más se formula a los hombres de ciencia, ya por uniformistas o por creacionistas es ¿qué evidencias reales de diluvismo en el pasado geológico han quedado registradas en la corteza terrestre? ---\!I--- Presumo también que supone un evento que abarca la mayor parte de la columna geológica, y no simplemente un evento pequeño que afecta un trozo reducido de esa columna. Mi respuesta abarca dos partes: la tendencia actual hacia el catastrofismo en el pensamiento geológico, y segundo, la evidencia en el campo de un diluvio de exten- sión mundial. LA TENDENCIA HACIA EL CATASTROFISMO. El pensamiento del Sr. Zuidema refleja el concepto tradicional de in- terpretar los eventos del pasado en términos de los procesos del presente. En forma resumida este principio se enuncia así: "el presente es la clave del pasado." En su defi- nición histórica más estricta asevera que la velocidad de los procesos geológicos presentes bastan para explicar los cambios del pasado. Esta doctrina se opone al catas- trofismo que sostiene que la escala del pasado es generalmente superior al presente. El ejemplo más sobre- saliente ha sido el diluvio descrito en el libro de Génesis. Hasta re- Cienci a de los Origenes 1

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Ciencia de los Orígenes

Una publicación del Geoscience Research Institute (Instituto de investigación de Geociencia)

Enero-Abril 1983 1983 N. 4

5000 DOLARES POR UNA EVIDENCIA Una Extraña y Singular Oferta Apareció en "Liberty" en su Edición de Noviembre-Diciembre, 1982. Y ... También una Respuesta.

LA OFERTA $5.000 (dólares) por Evidencias

en el Terreno del Diluvio Universal.

LA RESPUESTA

Reclama el ofrecimiento el Dr. Ariel Roth, Científico Creacionista.

En la carta del Señor Zuidema hay varios aspectos de considerable in­terés, yeso, sin despreciar en forma alguna el ofrecimiento de $5.000

dólares por las evidencias. Entiendo que cuando el Sr. Zuidema habla de diluvio universal se refiere a un diluvio de extensión mundial.

Para quienes no han tenido la oportunidad de investigar direc­tamente en el terreno geológico, el requerimiento del Sr. Zuidema puede coincidir plenamente con su propio deseo e inquietud. Una de las preguntas que más se formula a los hombres de ciencia, ya por uniformistas o por creacionistas es ¿qué evidencias reales de diluvismo en el pasado geológico han quedado registradas en la corteza terrestre?

---\!I---

Presumo también que supone un evento que abarca la mayor parte de la columna geológica, y no simplemente un evento pequeño que afecta un trozo reducido de esa columna. Mi respuesta abarca dos partes: la tendencia actual hacia el catastrofismo en el pensamiento geológico, y segundo, la evidencia en el campo de un diluvio de exten­sión mundial.

LA TENDENCIA HACIA EL CATASTROFISMO.

El pensamiento del Sr. Zuidema refleja el concepto tradicional de in­terpretar los eventos del pasado en términos de los procesos del presente. En forma resumida este principio se enuncia así: "el presente es la clave del pasado." En su defi­nición histórica más estricta asevera que la velocidad de los procesos geológicos presentes bastan para explicar los cambios del pasado. Esta doctrina se opone al catas­trofismo que sostiene que la escala del pasado es generalmente superior al presente. El ejemplo más sobre­saliente ha sido el diluvio descrito en el libro de Génesis. Hasta re-

Ciencia de los Origenes 1

· cientemente el catastrofismo ha sido rechazado por la mayoría de los geólogos; sin embargo en las últimas tres décadas se ha visto una rede­fición y una declinación en el con­cepto uniformista. Este cambio no es una evidencia del diluvio mundial, pero sí indica que nueva evidencia en el campo está obligando a una revisión del uniformismo estricto. Los geólogos ya no evitan totalmente la interpretación catastrófica, a la vez que el uniformismo se redefine para permitir un pasado diferente al presente. La idea de uniformidad se está aplicando más a las leyes de la ciencia y no tan específicamente a los procesos geológicos (Gould 1965); luego está perdiendo su im­portancia geológica. Tales artículos como "El Uniformismo es una Doc­trina Peligrosa" (Krynine 1956) y "El Presente es la Clave del Presente" (Valentine 1966) fueron publicados al comienzo de esta nueva tenden­cia. Se está haciendo preguntas básicas a los uniformistas como: ¿Por qué deben los procesos del pasado tener la misma medida o velocidad que los del presente?, ¿No pueden haber cambios?, ¿No pueden los cambios alterar la taza de estos cambios? o, ¿acaso el pasado no era diferente del presente?

Acompañando el decaimiento del clásico uniformismo ha habido un resurgimiento de los conceptos rela­cionados con tormentas y catástrofes. Por ejemplo Brenner y Davies (1973) aseveran: "El análisis de los sedimentos de ambientes an­tiguos rechaza la opinión tan generalizada de que los orígenes de los sedimentos y su dispersión se deben a los procesos normales ... Estamos convencidos que una vez que el Holoceno (Reciente) y an­tiguos sedimentos de la plataforma continental puedan ser estudiados con propiedad para descubrir depósitos de tormentas, serán reconocidos extensamente en muchos yacimientos geológicos."

Agger (1973, p. 49) refleja la misma tendencia: "El huracán, el diluvio o el tsunami pueden hacer más en una hora o en un día que los procesos ordinarios de la naturaleza en mil años."

Dag Nummendal, un geólogo de la Universidad de Luisana, publicó recientemente en la revista "Geotimes,", un resumen de los adelantos del año en sedimen-

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tología. Concluye su articulo con esta expresión: "La importancia del papel de grandes tormentas en la historia geológica va reconociéndose más y más."

Parece que hemos cambiado mucho desde la época del unifor­mismo estricto de algunas décadas atrás, y estamos aceptando inter­pretaciones que están más de acuer­do con lo que uno podría esperar como resultado de un diluvio mun­dial. Las autoridades citadas muy posíblemente negarían una catástrofe de dimensiones tales, y sin embargo la tendencia se orienta en dirección al catastrofismo. Brown (1974) dice: "Ultimamente ha habido un rejuvenecimiento del catastro­fismo dentro del pensamiento geológico."

La revolución más significativa en el area de la sedimentología en el último siglo es el concepto de tur­biditas. Este concepto también refle­ja la tendencia hacia el catastro­fismo. Las turbiditas son de especial interés para el estudio de un diluvio, porque algunas son inmensas, ocu­rren bajo el agua, y avanzan con gran rapidez. Sirva de ilustración este ejemplo moderno: En noviembre de 1929 un terremoto sacudió las costas de Nueva Inglaterra y las pro­vincias marítimas del Canadá. Se lo conoce como el terremoto de los Grandes Bancos y causó el desliza­miento de una enorme masa de sedimento en el océano sobre el borde del talud continental. Otros sedimentos también se soltaron en forma de lodo acuoso que siguieron el talud hasta las partes más profun­das del océano Atlántico del Norte. Terminó dispersándose sobre la llanura abisal al pie del talud habien­do avanzado unos 700 km. Se supondría que el barro suelto, fluyen­do en el océano, pronto se diluiría en el agua y perdería su integridad como una unidad separada; pero ese no fue el caso. El barro líquido tiene mayor densidad que el agua marina pura por ser una combinación de agua con abundancia de rocas, arenas, limos y arcillas. Siendo más pesada esta masa que el agua marina, fluye bajo ésta como el agua en la tierra fluye bajo el aire. Se produce muy poca mezcla entre el lodo y el agua que lo cubre. Un aluvión barroso tal se denomina co­rriente túrbida, y el depósito que deja al cesar el movimiento es llamado turbidita.

Desafortunadamente para la telegrafía comercial, pero afor­tunadamente para la ciencia, 12 cables trasatlánticos fueron rotos en esta catástrofe, algunos en más de un lugar. La primera rotura en cada cable fue registrada por la interrup­ción de las transmisiones, dando así el tiempo exacto. La localización se obtuvo por pruebas de resistencia y capacidad. Los cables que estaban cerca del epicentro se cortaron casi instantáneamente, probablemente por el deslizamiento de los sedimen­tos, mientras que los cables que se encontraban a más distancia se cor­taron sucesivamente a la llegada del alud. La velocidad se calculó así con exactitud y se notó que en algunos tramos sobrepasaba los 100 km por hora. El último cable que se hallaba a más de 650 km. de distancia de la costa se cortó un poco más de 13 horas después del terremoto (Heezen y Ewing 1952). Se estimó que la turbidita que resultó de este alud cubrió más de 100.000 km2 , y su espesor medio era un poco menos de un metro. Su volumen es suficiente para cargar un número tal de barcos tanques que si los ponemos en línea tocándose, darían 20 vueltas alrededor del ecuador terrestre (Kuenen 1966). Aunque parezca poco usual un depósito tan extenso en tan poco tiempo, sin em­bargo hoy se considera bastante común este fenómeno. En el piso del Atlántico Sur una turbidita con varias capas de material vegetal de varios centímetros de espesor se encontró a más de 1450 km. de su fuente de origen, el río Amazonas, lo que in­dica la existencia de un transporte tipo turbidita por una distancia muy considerable. (Bader et al. 1970). Heezen y Ewing (1952) suponen un transporte de turbidita de 1600 km. en el Atlántico Norte.

Muchas veces las turbiditas ex­hiben ciertas características tales como un gradiente normal (el cam­bio gradual en tamaño de partículas de grueso a más fino desde abajo hacia arriba en el depósito), orienta­ción de granos, y rasgos especiales internos y de contacto. Esto los hace identificables a menudo en antiguos sedimentos de la corteza terrestre. Es posible que una catástrofe tal como un diluvio de extensión mun­dial produjera un número significante de turbiditas. La abundancia y exten­sión de los sedimentos que se en­cuentran muy por sobre el nivel del

mar cubriendo grandes áreas con­tinentales, apoya la idea de un modelo diluvial. Según Ager 1973, p. 35, hay turbiditas que de un solo alud han dejado un grosor de 20 metros y el volúmen del material deslizado de algunas de las más grandes ha sido estimado en 100 km.3 (Walker 1973).

Desde que el concepto de turbidita hizo su aparición hace unos 30 años, hay decenas de miles de depósitos con gradación superpuestos unos a otros que antes se interpretaba como depósitos lentos en aguas poco pro­fundas, que hoy se interpretan como corrientes rápidas túrbidas (Walker 1973). Aun lo que se ha llamado "capa inter-turbidita," y que consiste de sedimentos que se encuentran entre turbiditas, se explica ahora como el resultado de una rápida deposición turbidita (Rupke 1969; SEPM 1973).

Evidencias en el campo indican que ciertos eventos de la historia de la tierra pueden haber tenido un pro­ceso mucho más rápido de lo que antes se creía. Esto sería lo que uno podría esperar de una catástrofe tal como el diluvio del Génesis. Sin em­bargo, no se espera que el concep­to uniformista sea descartado muy de prisa. Aunque ha sido puesto en tela de ju icio vigorosamente en los últimos años (Valentini 1973), aún muchos lo consideran uno de los dogmas fundamentales de la geología.

El señor Zuidema parece creer que los depósitos masivos corres­ponderían a un diluvio de extensión mundial y sin embargo, ese diluvio no necesariamente era instantáneo. El diluvio descrito en Génesis abar­ca los cambios que tomaron la ex­tensión de por lo menos un año, y posiblemente los eventos catas­tróficos fueron aminorando durante por lo menos el siglo siguiente. Sin embargo, van apareciendo descrip­ciones más a menudo en la literatura geológica de depósitos instantáneos a medida que el modelo de catastrofismo llega a compenetrar más y más el pensamiento geológico.

El señor Zuidema le sugiere al señor Steubing que vaya a observar cerca de su casa en Columbus, Ohío, la ausencia de "depósitos diluviales masivos como ocasionaría un diluvio universaL" Trabajos cien­tíficos recientes que se presentaron en la reunión anual de la Sociedad

Parte de la sección media (Triásico) de la columna geológica expuesta por la erosión cerca dé Sto George, Utah. La roca resistente en la linea del horizonte que tiene unos 15 m. de espesor, es el Conglomerado Shinarump al que se refiere el texto. Cubre unos 256.000km.2 Depósitos terrestres tan delgados, singulares y extendidos, sugieren una actividad de escala desconocida hoy en los con­tinentes, pero que se podría esperar en un diluvio global. Entre este depósito superior y las capas inferiores más blandas (la Formación Moenkopi debajo de la flecha) hay supuestamente 14 millones de años de brecha de tiempo. La punta de la flecha indica donde falta el Triásico Medio. La carencia de rasgos de erosión irregular en el plano superior de la Formación Moenkopi daría cabida a pensar que no hubo tiempo para la erosión. Esta formación es muy friable y se erosiona fácilmente aún en poco tiempo. El diluvismo explica el depósito de capas casi sin solución de continuidad.

Geológica Benemérita de América (noviembre 2-5, 1981), en Cincinnati , Ohío podrían sugerir que el señor Steubing observaría exactamente lo opuesto. Por ejemplo, el geológo Kriesa (1981), al describir el Cincina­tiano Ordovísico presenta evidencias de que las tormentas tuvieron mucho que ver en la formación de esta unidad geológica. El dice "que el proceso físico principal puede ligarse a tormentas mayores" ya que "la mayoría de los depósitos presentan la influencia de tormentas." Más aún, generaliza que la "estratifica­ción dudosamente pudo haber sobrevivido la turbacion biológica sin eventos deposicionales de elevada energía." En la misma reunión los geológos Hannibal y Feldmann (1981) al describir las madrigueras de escape de los crustáceos en la formación Chagrin Devoniano de Ohio, sugirieron que las rocas que contenían a éstas "fueron depositadas rápidamente, pro­bablemente por el resultado de la ac-

tividad cercana de una tormenta." En sus presentaciones orales describieron las turbiditas que se hallaban entre las capas del limo en­durecido, estos son datos que sugieren una actividad rápida subacuosa. Aunque personalmente dudo de que Hannibal o Feldmann creen en un diluvio de extensión mundial , su descripción de la deposi­ción rápida y de las madrigueras de escape difícilmente convencería al señor Steubing de que no eran evidencias de un diluvio general. Esta evidencia en el campo es lo que se podría esperar de un evento como el diluvio.

EVIDENCIA DE UN DILUVIO DE EXTENSION MUNDIAL.

La evidencia de naturaleza más general en el terreno geológico apoya el concepto de un diluvio de características mundiales. Esta evidencia es más importante que los rasgos locales que se han presentado en los párrafos anteriores. A continua-

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ción 'se considerarán cuatro con­ceptos.

1 . Distribucion de Sedimentos Marinos

El espesor de los sedimentos en los continentes que tiene un promedio de 1,5 km., representa 5 veces el espesor de los sedimentos en el piso del fon­do marino. Lo que sorprende grande­mente es que de los sedimentos en los continentes por lo menos el 50% son de origen oceánico. Contienen fósiles marinos y a menudo de sedimentos marinos como las calizas, esquistos limosos y otros. Aquí sería propio preguntar qué hace aquí sobre el continente tanto material de orígen oceánico. Nuestros continentes se componen en su mayor parte, de un grueso fundamento granítico que literalmente flota sobre una base pro­funda de rocas más pesadas. Esto es muy afortunado, pues de otra manera podríamos resultar con un mundo todo cubierto de agua, inundado per­manentemente. El piso del océano no posee una base de granito, sino que se compone de rocas más densas que se hunden debajo del nivel de los continentes y mantienen a éstos sobre el nivel del mar.

Considerando estos hechos nos parece que la existencia de un diluvio general en la historia de la Tierra ex­plicaría mejor la abundancia de material marino en los continentes que la ausencia total de un diluvio. Naturalmente que muchos geólogos explican esta abundancia de depósitos mediante la teoría de que los continentes en el pasado estuvieron a un nivel más bajo que ahora y que esto permitió la invasión marina del continente. Esto justamente explica la base de un diluvio de extensión mundial.

Los modelos para el diluvio no exi­gen que el agua haya cubierto las montañas más altas de hoy, porque se supone que las cordilleras más altas se elevaron en gran medida después del diluvio. El espacio no nos permite presentar varios de los modelos que hoy están estudiando los geólogos diluvistas. Basta llamar la atención al hecho de que la invasión de los continentes de rocas livianas por el agua de océanos de base más densa es de cualquier manera una anomalía para nuestro mundo presente, pero sería lo que uno esperaría en el caso de un diluvio general.

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2. La Nuraleza Extensa de los Depósitos Terrestres Sobre los Continentes

Hay una gran extensión de depósitos terrestres singulares con fósiles de origen continental que in­dican una actividad catastrófica en los continentes que no tienen analogías en los procesos actuales. Un ejemplo sobresaliente es el conglomerado Shinarump del Triásico que exhibe madera petrificada y pertenece a la Formación Chinle del Suroeste de los Estados Unidos. Ocasionalmente este conglomerado se presenta como una arenisca de grano grueso, pero aun­que su espesor no sobrepasa los 30m, su extensión como una unidad continua se extiende sobre una super­ficie de casi 250.000 km2 (Gregory 1950). Esto sugiere que fuerzas mucho mayores de las que ahora en­contramos actuando en la Tierra fueron necesarias para extender este depósito sobre un área tan extensa. Es difícil imaginar qué actividades sedimentarias locales pudieran pro­ducir un depósito de tales dimen­siones en extensión. Cualquier valle o cañon hubiera quebrado esta con­tinuidad al ser depositado. Los con­glomerados basales y otras unidades que se encuentran en muchas forma­ciones presentan la misma evidencia. Es dificil concebir fuerzas de trans­porte tan enormes sin que tuvieran im­plicaciones de extensión mundial.

La extensión, la naturaleza singular y la continuidad de formaciones enteras indican también una deposi­ción en una escala tal que sugiere un diluvio de extensión global. Por ejemplo, la formación portadora de fósiles de dinosaurios, de colores varios, llamada Formación Morrison del Oeste de Estados Unidos, se ex­tiende desde Kansas a Utah, y de Canadá a Nuevo México, tiene un espesor o potencia de sólo 150 m (Hintze 1973). Estas extensas for­maciones, de las que se podría indicar una larga lista, reflejan un patrón de deposición cuya escala es desconocida en el mundo actual. Muchos geólogos pretenden explicar esto con suponer que los depósitos locales han sumado sus sedimenta­ciones. De nuevo resulta muy difícil imaginar un fenómeno sedimentario que produzca una extensión tan singular si es de escala local. Además cuesta imaginar cómo una actividad local puede ser tan uniforme si se supone que la deposición ha con-

tinuado sin detenerse a través de millones de años. Estos datos también parecen corresponder mejor con la idea de una catástrofe (no instan­tánea) diluvial de extensión global. Por cierto que en la actualidad no encon­tramos nada tan extenso ni tan singular en proceso de formación.

3. Turbiditas El nuevo concepto de las turbídítas,

rápida sedimentación debajo del agua, que arriba hemos expuesto, calza muy bien con una catástrofe como el diluvio registrado en Génesis. Tendremos que esperar que el futuro nos indique qué proporción de los sedimentos eventualmente serán identificados como turbiditas. A menudo las turbiditas son complejas, sin gradación, y a veces no iden­tificables. Dott (1963) menciona "algo menos del 50%" de turbiditas para sedimentos en la cuenca de Ventura en California. En una sección del Devoniano hasta el Eoceno en el Noroeste de los Estados Unidos estimó el 30% de sedimentos con gradación (turbiditas), 15% de calizas, 15% volcánicos, y 40% de origen no determinado. A medida que este con­cepto de la formación turbidita avan­za, más y más depósitos se están reinterpretando.

Una turbidita solitaria no apoya de por sí el concepto diluvial, pero su gran número lo apoya claramente. Se puede formular la hipótesis de que han habido turbiditas en los lagos grandes y en las partes sumergidas de los continentes, y entonces pensar en largos períodos entre una y otra sedimentación. Pero el incremento en el número de turbiditas que se están identificando ahora en los continentes indica una actividad debajo del agua en una escala que no coinciden con los patrones actuales de sedimenta­ción, pero que calzan cómodamente con lo que se esperaría en un diluvio global. Quizás sin quererlo, la sedimentología está apoyando el con­cepto diluvial.

4. Escasez de Rasgos Erosionales a Niveles de las Brechas Temporales Supuestas

Frecuentemente dentro de las capas sedimentarias de la tierra hay partes de la columna geológica que están faltando. Estas porciones faltantes suelen representar millones y hasta centenares de millones de años de acuerdo con la escala de

· tiempo g~ológico en boga. En lo que se, refiere a su extensión geográfica, estas porciones faltantes pueden abarcar superficies continentales mayores. Estas brechas o huecos deberían mostrar los efectos del tiem­po, si es que pasó tanto, de otra manera estarían dando evidencia de que las capas fueron depositadas en rápida sucesión como se esperaría en un diluvio global. Si estas brechas de tiempo son reales, entonces se debe esperar una extensa erosión durante este espacio de tiempo, y el hecho se conservaría debajo de la siguiente capa depositada.

La ausencia casi completa de estos rasgos de erosión, como las que ahora tenemos en la Tierra, su topografía irregular, sugieren muy poco tiempo entre los períodos de sedimentación. En un diluvio global esto mismo sería lo que se notaría. Existen algunos cañones y cañadones fósiles (Cohen 1976), pero su ausen­cia casi universal en los antiguos sedimentos en comparación con la ac­tual abundancia sobre la superficie de la Tierra dá apoyo al concepto de una rápida deposición en el pasado y con poco tiempo intermedio para erosión. Debemos aclarar que un cañon fósil no niega actividad diluvial, pero la constante ausencia de este aspecto en los lugares clásicos de las brechas temporales no apoya el concepto de millones de años en esos vacíos. Estas brechas o espacios vacíos de sedimentos son comunes y el tiempo que representan es tan extenso, que la mayor parte del tiempo de la por­ción que corresponde al Fanerozoico (mayormente la porción con fósiles) de la columna geológica podría ser eliminada en base de este sólo argumento. De nuevo esto es lo que se esperaría en un diluvio global.

En nuestra Tierra inquieta, en cons­tante actividad, no hay parte alguna que no esté afectada por el in­temperismo. Por esto, sobre una escala larga de tiempo, o tenemos deposición de sedimentos o tenemos erosión. No podemos tener un largo período vacío sin que nada suceda.

El concepto de la peneplanicie ha sido propuesto por algunos geólogos en su esfuerzo por explicar estas brechas de tiempo sin indicios de rasgos de erosión. Se consideran a las peneplanicies como extensas superficies de erosión pero con muy bajo relieve. Sin embargo se ha puesto en tela de juicio este concep­to por las secuencias singulares de

eventos requeridos para producir la peneplanación (Thornbury 1969, pp. 185-188; Holmes 1965, p. 575; Foster 1971, p. 65; Butzer 1976, p. 10). Ya que las peneplanicies son un rasgo común en el registro fósil, debieran haber ejemplos modernos; sin em­bargo Bloom (1969, p. 98) pone en tela de juicio la existencia de peneplanicies modernos. La erosión normal no produce estos relieves ba­jos, encontrados en las brechas tratadas.

Parece claro que la aparente ausencia de erosión irregular a nivel de las fechas de tiempo en el registro geológico apoyo a la idea de deposi­ción continua como se podría esperar en un diluvio global.

RESUMEN Es visible que hay mucha eviden­

cia en el terreno mismo que apoya el concepto de un diluvio general. La abundancia de sedimentos marinos, las turbiditas en los continentes, la gran extensión de la distribución de singulares depósitos sedimentarios terrestres más abundantes en los con­tinentes en el pasado que en el presente, y la carencia de rasgos de erosión en los espacios donde la geología clásica asigna largos períodos de quietismo depositario, producen un cuadro congruente a favor del diluvio. Estoy consciente de que algunos datos presentan pro­blemas para un modelo geológico de un diluvio, pero lo que se ha presen­tado aquí no puede ser desatendido en la interpretación del pasado geológico. Los hechos no dejan de existir por el hecho de que los ignoremos.

CONCLUSION Me encuentro algo sorprendido por

la oferta de $5000 dolares para evidencia en el terreno mismo de un diluvio universal. En base a lo ex­puesto, pienso que puedo reclamarlo. No obstante, no estoy del todo seguro de que esto es lo que tenía en mente el Sr. Zuidema. Puede no ser del todo justo reclamar una recompensa por una oferta tan abierta o poco concisa que técnicamente podría ser reclamada por casi cualquiera. Sin duda el Sr. Zuidema no está muy al tanto de las complejidades de explica­ciones científicas, de otra manera no hubiera hecho el ofrecimiento. Todo concepto amplio como el uniformismo o díluvismo geológico puede apoyarse en alguna evidencia. Casi todos

podrían encontrar alguna evidencia hasta para casi todas las ideas com­plejas. La pregunta clave es: ¿para cual idea es más fuerte la evidencia? Tal evidencia debe ser evaluada en el contexto de la penetración de los conceptos contemporáneos en la generación de ideas y conclusiones. Esta pregunta es muy fundamental cuando se busca llegar a la verdad, yo sugeriría aquí seguir a Thomas Kuhn (1970) en su clásico análisis titulado La Estructura de Revoluciones Científicas.

Creo que sería justo permitir al señor Zuidema reestructurar esta ofer­ta franca para que tuviera mayor significado y refleje con mayor exac­titud lo que él tenía en mente.

cont. pág. 8

LA EVOLUCION y EL AUMENTO EN TAMAÑO FISICO

Uno de los principios básicos de la evolución es que el progreso evolutivo también incluye un desar­rollo del tamaño del cuerpo físico. El destacado autor de "El Sentido de la Evolución," George Gaylor Simp­son (1961, p. 132), refiriéndose a las leyes de la evolución dice: "Entre éstas, una de las que mejor se ha establecido, es la tendencia de aumentar en tamaño." También E.C. Olson en "The Evolution of Life" (la evolución de la vida) (1965, p.240) asegura que "El aumento en tamaño es el curso normal seguido en la evolución de líneas de filogenia y radiación adaptadora."

En muchos puntos de la columna geológica encontramos cierta confir­mación de estos principios: por ejemplo los trilobites que crecen al ir del Cámbrico al Ordovísico, o los dinosaurios que aumentan su tamaño del Triásico al Cretásico. Sin embargo, cuando comparamos los fósiles encontrados en los depósitos de nuestra Tierra con las mismas especies vivas, vez tras vez hallamos que los ejemplos gigantescos pertenecen al pasado. Uno de estos casos es descrito por el Dr. Hunicken en el artículo que sigue, y en números futuros añadiremos nuevos ejemplos que pueden invitar a una reinterpretación de los hechos que han dado el fundamento de la inter­pretación clásica a la que se alude.

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LA ARAÑA MAS GRANDE DEL MUNDO. MEGARACHNE SERVINEI

Por el Dr. Mario A. Hunicken, Jefe de la Catedra de Paleontología, Universidad Nac. de Córdoba, Argentina

Recientemente fue propuesta la nueva familia MEGARACHNIDAE, orden ARAN El DA, el nuevo género Megarachne y la nueva especie Megarachne servinei. El espécimen holotipo fue hallado por el Sr. E. Ser­vine, en la Formación Bajo de Véliz, San Luis, Argentina.

Las características de la nueva familia son: un escudo dorsal or­namentado sobre el abdomen no segmentado, las suturas metapelti­diales y metaesternos, y la adapta­ción del borde de los quelíceros en un aparato para cavar (pala).

Este fÓsil fue hallado' en Bajo de Véliz, Sa~ Luis, Argentina.

Su tamaño real es el doble de esta fotog~áfía . Largo del cuerpo, 34 cm. · ~t , . ..... ,\

Entre pata y pata, 50 cm.

La enorme araña fósil holotipo se descrubrió en una laja gris obscura de exquisito pizarroso y muestra la superficie dorsal completa, con líneas claramente visibles de la región esterno-coxal. Las partes basales de los quelíceros, los pedipalpos y las patas están bien conservadas. El largo total de la línea media del fósil es de 339 mm. y al caminar, el espacio entre pata y pata sería de unos 50 cm.

En la parte central posterior hay una depresión, la fovea; desde este punto hay ranuras que se extienden hasta la margen, indicando los elementos coxa-ventral es. El tubér­culo ocular es redondeado y su superficie se destruyó en parte, sin embargo son visibles elementos de tres pares de ojos, y el cuarto

El fósil fue estudiado por el Dr. Mario A. Hunicken, quien lo describe en la página siguiente, fijándole una nueva especie: Megarachne servinei. Un molde del mismo fue donado por en Dr. Hunicken al Geo­science Research Institute, donde actualmente se expone.

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aparece posible. Los ojos laterales anteriores reniformes son los mayores del grupo.

Los quelíceros son gruesos y de la forma de un cono invertido; con sus bordes internos paralelos. Muestran las anchas márgenes modificadas como una pala de cavar.

El abdomen es ovalado y no segmentado con un escudo leve­mente convexo y delgado, su or­namentación consiste de 10 molduras o filetes longitudinales rec­tos que parten del borde anterior del escudo y continúan hasta el borde externo, llevan un diseño radial pro­gresivo del medio hacia afuera. Hay un surco marginal cerca del borde exterior.

Los pedipalpos coxales y los coxa 1,11 , 111, son bien visibles y dispuestos en torno del esternón en contacto uno con el otro, pero los coxa IV no están muy impresos. Aunque los pedipalpos no están preservados, sin embargo si se observa bien, se ven ciertas impresiones de articulaciones.

Las patas, gruesas y con espínulas, están parcialmente con­servadas. La primera pata y la segunda de la derecha y las dos terceras se conservaron, no así las otras aunque con la ayuda de las radiografías se han podido trazar.

La superficie del cuerpo y todos los miembros están cubiertos de tubérculos pilíferos de variado tamaño y también por gránulos.

Este descubrimento es de sumo interés porque prueba la existencia en el Carbonífero del suborden TERAPHOSINA, que antes sólo había sido trazado hasta la Epoca Oligocena; además, Megarachne serveneí junto con Gondwanarachne argentinensis Pinto y Hunicken, son los primeros fósiles paleozoicos de arácnidos descritos del Continente Gondwana. Un rasgo importante es el tamaño colosal del ejemplar, sien­do la araña mayor existente o fósil jamás hallada.

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Una publicación del Geoscience Research Institute (Instituto de Investigación de Geociencia)

AL'GUNOS DATOS RECIENTES DE JUPITER (Continuación del artículo iniciado en el número anterior. Por el Dr. G.T. Javor)

Las fotografías que se tomaron del hemisferio obscuro (noche) de Júpiter mostraron un gran arco luciente ornando el planeta. Por sobre las nubes se registraron rayos y relámpagos cuya energía eléctrica se estimó en 10 mil millones de Joules. Se asemejan a los "super­rayos" observados ocasionalmente sobre las regiones tropicales de la Tierra. Otro hallazgo fue el delgado y chato anillo ecuatorial de partículas que rodea el planeta. Tiene unos 30 km de grosor y 6000 km de ancho. Parece como si se iniciara en la parte más alta de la nubes.19 Está com­puesto de partículas de diámetros entre 10 y 100 m., quizás mayormente de trozos de hielo.

Júpiter es el planeta del sistema solar con la rotación más veloz, su período es algo menos de 10 horas. Por esto se espera que tenga un campo magnético muy intenso, yes en verdad. De acuerdo con teorías actuales esto requiere que el interior del planeta este en rotación con fluido conductor eléctrico. Postulan los científicos que debajo de una capa de 25.000 km. de hidrógeno fluido molecular hay otra capa de igual grosor de hidrógeno en estado atómico, líquido metálico. Esta capa envuelve el núcleo central. Este estado especial metálico del hidrógeno se produce bajo una pre­sión calculada de tres millones de veces la presión de la atmósfera terrestre y una temperatura de aproximadamente 11.000 grados Kelvin.2o

En Júpiter se distinguen dos cam­pos magnéticos, un campo interno dirige las partículas en el plano del ecuador magnético, y otro exterior se extiende hacia el espacio sobre el plano del ecuador de rotación. El in­terno extiende su magnetósfera 1.400.000 km. mientras el externo e interno se extiende 6.500.000 km. al espacio. Ambos campos están in­clinados 10° con respecto al eje de rotación del planeta. En la superficie de las nubes la intensidad magnética llega hasta 30 veces la de la Tierra, y acelera electrones y protones a una energía miles de veces más que en la Tierra. Las intensidades de radia-

ción se comparan a las que resultan en la atmósfera alta después de una explosión atómica. Voyager I descubrió que entre el planeta y su luna Lo hay un tubo de flujo que lleva partículas cargadas de oxígenp y sulfuro a la velocidad de 1010cm2 por seg. y genera una corriente de 5x106 amp.22

Más de una docena de lunas siguen sus órbitas alrededor de Júpiter. Las cuatro mayores se asemejan de tamaño a los planetas solares más pequeños y se los conoce como "satélites galileos."

Tabla 3. Satélites de Júpiter mostrando su distancia de Júpiter, densidad, y masa (con respecto a la luna).

Satélite Distancia Densidad Masa (km de Júpiter)

(Luna = 1)

Lo 350.200 3,53 1,21 Europa 559.500 3,55 0,66 Ganimedes 998.600 1,93 2,03 Calisto 1.808.600 1,79 1,45

El satélite Lo es el más cercano a Júpiter de los cuatro. Su superficie parece manchada de rojo, anaran­jado, amarillo y blanco. Fue una sor­presa no encontrar cráteres en Lo como en los cuerpos planetarios sin atmósfera, en cambio se encon-

traron 8 volcanes activos que arro­jaban material hasta 300 km. de altura. Se postula que el volcanismo es originado por las fuerzas de atrac­ción de Júpiter a un lado, y Europa más Ganimedes del otro. Al seguir una órbita excéntrica las mareas in­ternas producidas por Júpiter en sus máximas y mínimas producen temperaturas explosivas.

Se cree que la corteza de Europa es de hielo, pues su color casi blan­co refleja unas diez veces la luz de la Luna y su superficie está cruzada por rayas y franjas de decenas de km. de ancho y miles de km. de longitud. Esta capa de hielo borra casi por completo otros razgos topográficos.

Ganimedes y Calisto se asemejan mucho entre sí. Ambos tienen zonas obscuras y claras, y ambos están acribillados con cráteres, aunque Calisto tiene más. Uno de los hemisferios de Calisto expone un sistema de anillos concéntricos en surcos. Ganimedes también tiene estrías pero corren en todas direc­ciones. Se cree que estos surcos son resultado de fuerzas tectónicas.23

La enorme cantidad de infor­macíon nueva muestra un sistema solar mucho más complejo y heterogéneo de planetas, lunas y fuerzas de interacción de lo que se suponía antes. Venus es un cuerpo enormemente diferente de la Tierra o de Marte. Júpiter con sus satélites es todo un sistema singular y complejo.

Se percibe fácilmente que la hipótesis "presolar o nebulosa solar" no prevee ni explica muchos de los hallazgos que se condensan de una nube gaseosa. Resulta dificil ver como planetas tan diversos como la Tierra y Venus podrían haberse con­densado de la misma nube en zonas comparativamente cercanas. El pro­blema se agrava cuando vemos que Europa y Ganimedes tienen den­sidades y composiciones tan distin­tas si se formaron de la misma materia primordial vecina.

Desde 1644, cuando Descartes publicó en Principia Phílosophie su teoría del vórtice, han habido más de 20 hipótesis mayores propuestas

CienCIa de los Origenes 7

En una tormenta un rayo no sigue una velocidad constante al suelo. En cada zigzag o cambio de dirección, se detiene 50 millonésimas de segundo.

JUPITER viene de la pág. 7

para explicar el complejo sistema solar. Un autor los tilda de "un registro de la versatilidad de la mente humana".2 Otro lo expuso así: "Cada nuevo dato parecía agregar a la com­plejidad del problema. Es claro que el sistema solar no tuvo un origen sencillo, a pesar de que muchas de las teorias tienen una estructura sen­cilla. Para que una teoría del origen del sistema solar sea completa, debe explicar todos los hechos. Esto es extremadamente dificil, no sólo porque los datos suman ya una cantidad desconcertante, sino también porque muchos datos vitales todavía se desconocen."23

Asistimos a la frustración de los teóricos que intentan formular teorías coherentes de los orígenes en tér­minos puramente de fuerzas naturales y sin invocar la mano de un Creador. Continúan formulando, convencidos que, a la larga todos los datos cabrán con comodidad y lógica.

Los Creacionistas observan la marcha ordenada de los planetas alrededor del sol, la extraña mezcla de diversidades y similitudes entre los componentes del sistema solar y encuentran armonía entre éstos y el Creador descrito en la Biblia. Aun­que ellos también desconocen los aspectos que no han sido descubier­tos del sistema solar, si deben elegir entre el uniformismo y la falta de uniformismo, ellos tenderían a predecir que los demás planetas: Saturno, Urano, Neptuno y Plutón, también tendrán grandes diferencias con lo que se registró en el sistema de Júpiter. Saben que el Creador no usa la "producción en serie," sino que más bien es un artista que realiza variaciones en cada tema.

REFERENCIAS 19 A.L. Broadfoot et al. 1979. Science 204:979-982. 20 Las realizaciones del Voyager I fueron sorprendentes en

cuanto a sus logros técnicos. Para recibir señales tan débiles de 700 millones de km. de distancia necesitaron una sensibilidad de recepción 85 millones de veces más que un aparato de televisión común. Véase R.E. Edelson et al. 1979. Science 204: 913·921.

21 R.O. Fimmel. W. Swindell y E. Burgess. 1974. Pioneer Odyssey. National Aeronautics & S. Ad. SP 349.

22 LA Soderblom. 1980. Scientific American 242: 88-100. 23 P.w. Hodge. 1979. McGraw Hill, N.York, PP. 11 , 12.

8 C¡encía de los Origen es

5000 DOLARES POR UNA EVIDENCIA

¿Necesita él una "prueba" absoluta? Eso no sería posible para ninguna de las teorías sobre el pasado geológico. El pasado no es observable en el presente. Además el término "prueba" pertenece más al campo de la lógica que a la ciencia. ¿Se refiere él a cualquier evidencia que se aplica a un diluvio global? ¿O quiere decir una evidencia que apoye mejor el concepto del diluvio que los otros conceptos? Si es así, creo que cual­quiera de los cuatro puntos men­cionados en la segunda sección arriba califican para ello.

Sin tomar en cuenta lo que el señor Zuidema tenía en mente, hay muy buena evidencia en el terreno mismo que apoya el concepto de un diluvio dentro del registro geológico. Con mucho gusto yo lo llevaría a algunas localidades donde podría ver con sus propios ojos algunas de estas evidencias.

REFERENCIAS Ager. o.v. 1973. The Nature 01 the Stratigraphical Record.

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FE DE ERRATAS EN EL N°3. SEPTIEMBRE­DICIEMBRE, 1982.

En el artículo del Dr. Robert H. Brown, "Relojes de Cemenerio." ba­jo el subtítulo, Una Tesis Dudosa, in­ciso 3. debería leerse: Otro ejemplo, el piso del Mar de Ross en el Antár­tico. La edad rubidio-estroncio de este sedimento fresco es de 250 millones de años. Refleja la combina­ción de las dos fuentes de origen de los sedimentos. Parte procede de las montañas Trasantárticas con una edad indicada de 450 a 475 millones de años, y la otra parte proviene de la Antártica Occidental de 75 a 175 millones de años.3 Nuevamente aquí, ni el transporte muy distante ni

CIENCIA de los Orígenes

viene de la pág. 5

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el depósito en ambiente nuevo afec­taron los relojes radiométricos. Por cierto no los retrasó a "cero."

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Cuando la luna está en el meri­diano medio de un continente su atracción puede elevar el suelo hasta 15cm_

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