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Colombia Internacional No. 44

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Universidad de los Andes, Colombia Facultad de Ciencias Sociales Departamento de Ciencia Política Revista de libre acceso Consúltela y descárguela http://colombiainternacional.uniandes.edu.co/

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PRESENTACIÓN

Tenemos el gusto de presentar a nuestros lectores esta edición especial de Colombia Internacional, dedicada exclusivamente al tema de las relaciones entre la Comunidad Andina de Naciones (CAN) y la Unión Europea (UE). Esta publicación es el resultado del seminario-taller sobre el mismo tema llevado a cabo el 31 de julio de 1998 en la ciudad de Quito, Ecuador, dentro del marco del proyecto sobre las relaciones exter-nas de la CAN, que actualmente adelanta la Secretaría General de ese organismo. Este proyecto se ha desarrollado como resultado del Protocolo de Sucre de 1997, en el cual se estableció la necesidad de definir una política externa común de los países andinos que incluya una estrategia orientada a la profundización de la integración andina con otros esquemas de integración, a nivel intra y extrahemisférico.

El taller fue dirigido por el doctor Edgar Moncayo Jiménez, coordinador del pro-yecto en mención, con la participación de un grupo escogido de personas repre-sentantes de cada uno de los países andinos. El esquema de discusión del seminario partió de la presentación oral de la visión europea de la integración andina expuesta por el doctor Jaime Cavanillas, Embajador y Jefe de la Delegación de la Comisión Europea para Colombia y Ecuador, así como de la presentación de un documento preparado por el economista Fernando Mena, quien también tuvo la labor de reali-zar el informe final del seminario. A partir de estas exposiciones se desarrolló una rueda de debate y discusión, cuya transcripción no incluimos en la presente edición, pero cuyos puntos fundamentales se resumen en el informe del seminario. Como insumo al debate sobre las relaciones entre la UE y la CAN, publicamos también un artículo de la investigadora del CEI, Diana Pardo, quien sitúa las relaciones entre la UE y la CAN dentro del contexto de la evolución histórica de las relaciones de Europa y América Latina, y nos ofrece una reflexión sobre los principales temas de la agenda entre estos dos bloques.

El Centro de Estudios Internacionales de la Universidad de los Andes ha querido difundir el contenido del seminario organizado por la Secretaría General de la Co-munidad Andina, por considerar de suma importancia el tema de las relaciones entre la Unión Europea y la Comunidad Andina.

Esperamos que esta edición especial de Colombia Internacional sea del agrado de nuestros lectores.

Centro de Estudios Internacionales

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LA VISIÓN EUROPEA DEL PROCESO DE INTEGRACIÓN ANDINO

Jaime Cavanillas'

En primer lugar quisiera agradecerle al doctor Edgar Moncayo por su invita-ción a participar en este taller. Quisiera hablarles de las relaciones de la Unión Europea y la Comunidad Andina, pero como pienso que ya realmente se han vertido auténticos torrentes de tinta so-bre todo el pasado, la evolución históri-ca y la similitud entre estos dos bloques, creo que es mejor que me concentre, en una breve introducción, sobre la visión de futuro que tenemos de la coopera-ción en términos de productos y de las áreas prioritarias que han sido identifi-cadas por la Unión Europea y en las cua-les se concentrará normalmente el apo-yo europeo al proceso de integración andina.

Esta introducción es, a la vez, un re-sumen de lo que voy a desarrollar más adelante. Lo que voy a decirles refleja la visión europea, que puede no siempre ser la correcta, y que está sujeta a correc-ciones. En Europa se piensa, en primer lugar, que con una población de unos 107 millones de habitantes y un PIB de US$ 266.000 millones -son cifras de 1997- que la Comunidad Andina consti-tuye el segundo bloque económico del continente americano, después del Mer-cosur. Los cinco países que constituyen

esta entidad geopolítica, comparten una serie de elementos comunes, entre ellos la práctica estrechamente consolidada del juego democrático, lo cual para no-sotros en la Unión Europea, como uste-des saben, es un elemento fundamental. Este tema se introduce en todos los con-venios, tratados y acuerdos que se vie-nen celebrando de segunda, tercera y cuarta generación.

En efecto, todos los convenios em-pienzan con una cláusula democrática que es esencial, y que realmente tiene que encontrarse en todas nuestras rela-ciones con los países. Es entonces un elemento que resaltamos como de gran importancia y lo consideramos como consolidado en la Comunidad Andina. Aparte de este juego democrático, ve-mos un potencial de recursos naturales y biogenéticos inexplotados, aunque también se presenta una serie de ele-mentos diferenciadores, tanto inter como intranacionales. La región es un mosaico de pueblos y de culturas, entre los cuales un denominador común está representado por grandes disparidades en la distribución de la riqueza, y esto desgraciadamente es un denominador común que encontramos prácticamente

* Embajador de la Delegación Europea para Colombia y Ecuador hasta noviembre de 1998.

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en todos los países de la Comunidad Andina.

Los países andinos han venido desa-rrollando desde hace ya tiempo un in-tenso diálogo intrarregional sobre te-mas de interés común, tales como cuestiones de seguridad, droga, energía y medio ambiente. El elemento tal vez más avanzado de la integración andina es el de los intercambios comerciales de-bido en gran medida a la introducción en 1969 del Pacto Andino, modelo de in-tegración inspirado en el ejemplo euro-peo. En los últimos cinco años las cifras de los intercambios comerciales interre-gionales han aumentado en más de un 500%, lo cual refleja un dinamismo po-cas veces visto en cualquier región del mundo.

Consideramos que Europa también es un socio económico de gran impor-tancia para la región andina, ya que ocu-pa globalmente un segundo lugar, des-pués de Estados Unidos, en términos de intercambios comerciales, así como de inversiones. Ambas regiones han desa-rrollado a través de los años un instru-mento de diálogo en áreas de comercio, desarrollo, diálogo político y narcotráfi-co. Es evidente, por lo tanto, que la Co-munidad Andina se ha constituido en uno de los interlocutores esenciales de la Unión Europea, sobre el cual se basan en gran medida el conjunto y su estrate-gia política y económica con respecto al subcontinente latinoamericano. En vis-ta de lo antes dicho, la Unión Europea se propondría concentrar su futura coo-peración regional en una serie de ele-mentos o áreas prioritarias que estima-mos pueden aportar un elevado valor agregado en materia de apoyo a la in-

tegración y a la óptima utilización de los recursos y estas áreas serían las si-guientes:

La primera es el apoyo a la construc-ción de la Comunidad Andina, tanto en lo que se refiere a su aspecto institucio-nal como al de la definición y ejecución de políticas sectoriales de integración. La segunda es el apoyo al desarrollo económico de la región. Una mejor uti-lización de los acuerdos y concesiones comerciales, reforzamiento o consolida-ción de las infraestructuras de transpor-te y comunicaciones y, si nos lo permi-ten, tratar de aportar soluciones a los focos de tensión fronteriza.

La tercera área prioritaria sería la del apoyo a una óptima gestión de los re-cursos naturales, mediante transferen-cia de know-how de tecnología, aproxi-mación de legislaciones nacionales y ejecución de planes de acción concretos. Son orientaciones que están siendo aho-ra, precisamente, aprobadas por el Con-sejo Europeo, y que normalmente se-rían aplicables a partir de 1999. Sin embargo, veremos a lo largo de estos minutos que tenemos ya una serie de acciones que se están ejecutando en la actualidad, como es el caso por ejemplo de la explotación racional de los recur-sos naturales, un programa que está ya implementándose en Ecuador, bajo el nombre de Petramax, el cual consiste en la protección y óptima explotación de los recursos petroleros en la cuenca amazónica, con una especial atención a la protección del entorno y del medio ambiente. Éste es un programa muy im-portante y que puede considerarse como un programa piloto para ser apli-cado en otros países. Todos sabemos que

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la cuenca amazónica representa prácti-camente un 30% de la superficie de la Comunidad Andina y que hay recursos naturales inexplotados; por lo tanto, este tipo de programas como el Petra-max deberían empezar a adelantarse en otros países de la región.

En cuarto lugar, o cuarta prioridad y no por ser la cuarta es la última, está la problemática de la droga. La coopera-ción en esta área se concentrará en la ejecución de las recomendaciones deri-vadas del diálogo especializado que se está realizando actualmente. Tenía aquí algunos datos geográficos, humanos y económicos, que ustedes de sobra cono-cen pero quisiera mencionar algunos de ellos, porque a nosotros como europeos nos llama profundamente la atención y los cito, un poco sin orden ni concierto, porque están en la base de nuestras con-sideraciones para llegar a las áreas prio-ritarias de cooperación para los años 1999 en adelante.

Existe una serie de características co-munes a los países andinos, como son la cordillera Andina y la cuenca amazóni-ca, pero también con diferencias entre los países atlánticos, países pacíficos; ve-mos desde el exterior que la población andina consta de una gran diversidad de pueblos y de culturas, pero esto no es negativo, sino positivo; nosotros pensa-mos que una de las fuerzas de la unidad europea está precisamente en su diver-sidad, y en ningún momento se ha in-tentado acabar con eso. Se ha buscado un mayor acercamiento entre la gente, en cuanto a los niveles de vida entre los ciudadanos de los siete países que com-ponen la Unidad Europea, pero hay en todo lo demás un estricto respeto. Yo di-

ría que hay un apoyo a las políticas y presupuestos de la Unión Europea que están dirigidos y concentrados en pre-servar y fomentar las diversidades cul-turales de los pueblos que componen la Unión Europea. Creo que sería impor-tante señalarlo porque en ningún caso debe tratarse de homogeneizar un con-junto de naciones que tienen una rique-za de cultura y de tradiciones propias. La Comunidad Andina tiene un creci-miento demográfico de aproximada-mente un promedio del 2% anual. Ob-servamos también un fenómeno de urbanización importante: prácticamen-te un 70% de la población de la Comu-nidad Andina vive en ciudades, y obser-vamos con una gran preocupación por ejemplo el fenómeno del abandono del campo, en un país como Colombia que es de una gran riqueza agrícola, yo diría casi única por la diversidad climatológi-ca que permite esa variedad de produc-ción. Y ahora estamos observando con gran asombro, cómo Colombia está en ciertos momentos importando arroz, azúcar y bananos. Son cosas que preo-cupan y alarman, y que son atribuibles, en cierta medida, al fenómeno de la vio-lencia, aunque hay otros factores estruc-turales, que van mucho más allá del fe-nómeno conyuntural. Este fenómeno de la aglomeración de la población en las ciudades es común para todos los países andinos. Europa, en cambio, tie-ne una muy baja densidad de pobla-ción: 52 habitantes/km2, lo cual es una cifra muy baja.

La Comunidad Andina cuenta con un gran potencial de biodiversidad. Un 40% de los recursos hídricos de todo el continente o de todo el subcontinente, y

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todos los recursos oceánicos, inexplota-dos e inexplorados. Posee igualmente unos recursos del subsuelo muy impor-tantes; en efecto, la Comunidad Andina cuenta con el 50% de los recursos del subcontinente de América Latina en las áreas de petróleo, gas y carbón, y un 10% de los recursos de cobre.

Desde el punto de vista económico, vemos que la Comunidad Andina re-presenta el segundo bloque económico después de Mercosur y representa 1/3 de su población total y 1/3 de su PIB. Ob-viamente Estados Unidos sigue siendo el principal socio de la Comunidad An-dina, con un volumen de intercambios comerciales que es más o menos el triple de lo que es el volumen con la Unión Europea. Además, en los últimos años, los intercambios comerciales de la Co-munidad Andina con la Unión Europea arrojan un excedente favorable a Euro-pa, debido fundamentalmente a las ne-cesidades recientes de reestructuración y modernización de las economías de la región andina.

Un problema que es común en todo el continente y se ve en forma muy agu-da en la Comunidad Andina, es esto de la asimetría dentro de estos intercam-bios comerciales, pues un 90% o más de los productos de exportación europeos son terminados con un altísimo valor agregado, mientras que en el caso de la Comunidad Andina oscila entre un 21 a un 23%, nada más y el resto todo es ma-teria prima con muy poco valor agrega-do. Observamos con cierto asombro este crecimiento del comercio interandino de más de 300% en los últimos 5 años, y en términos de inversión, aun cuando las inversiones norteamericanas siguen

estando por delante de las inversiones europeas.

Hay un dato que he encontrado inte-resante y hoy quiero señalar y es que la acumulación de inversiones europeas en los últimos 4 años, hablo del 93-97, se ha multiplicado por 30, y creo que esto es importante, porque hablamos ahora de tendencias, de curvas y de fechas de crecimiento. Eso es lo que me permitiría señalar en cuanto a los datos que mane-jamos, y sobre los cuales basamos un poco nuestras conclusiones y nuestras recomendaciones de acciones futuras, en la dinámica andina, encontramos una serie de elementos de convergencia y también algunas fuerzas centrífugas, y me voy a referir a ellas, rápidamente si me lo permiten.

En las áreas de convergencia, las principales que vemos son las siguien-tes: en primer lugar la integración regio-nal, quiero decir la Comunidad Andina, y observamos que desde 1969, con la creación del Pacto Andino, los países an-dinos persiguen un mismo proyecto o modelo de integración. Todos sabemos que a través de un sinnúmero de ajustes iniciales en los objetivos como en la composición del grupo, Venezuela for-malizó su ingreso en el año 73, Chile, que era inicialmente parte del Pacto An-dino, salió de él en el año 77 y observa-mos que los principales resultados de la integración andina se han concretado en los años 90, en los temas de carácter económico comercial, con la constitu-ción de una zona de libre comercio an-dina, en 1992 y la aprobación de un arancel externo común. Hemos hablado ya del notable crecimiento del comercio intrasubregional, de más de 500% en 5

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años, lo cual confirma claramente el po-tencial que podríamos llamar, si me per-miten, mercado común andino.

Al mismo tiempo, cabe destacar la creación de un conjunto de instituciones y organismos inspirados en el modelo europeo, el Parlamento Andino, el Tri-bunal de Justicia, Secretaría General, cuyo papel es cada vez más valorado por los países miembros, en cuanto a las ten-dencias de los últimos años, los países andinos se han comprometido a refor-zar gradualmente sus lazos económicos y a dinamizar el proceso de integración político-institucional, la creación de la CAN, relativamente reciente, reforma al sistema andino de integración, etc.; así mismo, un nuevo rediseño estratégico relanza los objetivos de acción del Gru-po Andino hacia nuevos desafíos, tales como el perfeccionamiento del mercado interno, el fortalecimiento de la dimen-sión externa, acercamiento al Mercosur, y a la Unión Europea que son evidentes y el fortalecimiento de la dimensión so-cial y la armonización de criterios sobre el medio ambiente.

La segunda área o criterio de conver-gencia se refiere al manejo de los recur-sos naturales y protección del medio ambiente; en otras palabras, la proble-mática del desarrollo sostenido. A este respecto puede decirse que la explota-ción y gestión de los recursos naturales, así como el manejo de las cuencas flu-viales o del bosque amazónico y tam-bién las problemáticas relativas a la pro-tección y conservación del medio ambiente, son una de las problemáticas claves para el futuro de la relación andi-na, a pesar de que no existan todavía las bases para una política común en estos

ámbitos. Existen unos mecanismos a través de los cuales los 5 países andinos, pueden buscar coordinar sus esfuerzos. En particular, cabe señalar los mecanis-mos operativos ya establecidos por la Co-munidad Andina, directrices presiden-ciales y comunitarias, iniciativas para el estudio de armonización legislativa pro-movidas por el Parlamento Andino y la posible rehabilitación del Convenio Celestino Mutis así como el Tratado de Cooperación Amazónico del año 68 y el Parlamento Amazónico generado en el 85; estas últimas cubrieron también paí-ses extraandinos como son Brasil, Suri-nam y Guayanas.

Las cuestiones energéticas son vistas por nosotros como otros factores de convergencia y pensamos, al respecto, que la respuesta a la creciente demanda de energía implica, con los niveles tari-farios y esquemas de gestión vigentes, un déficit financiero inmanejable para la mayor parte de los países de la región. Por otro lado, en los países andinos simi-larmente al resto de América Latina, la tendencia del sector energético es hacia una progresiva desregulación y privati-zación de todas o parte de las áreas de negocios. Esta perspectiva supone asu-mir estrategias combinadas que inclu-yan el incremento de la eficiencia ener-gética, sustitución de combustibles primarios, recuperación y repotencia-ción de la capacidad de generación, e in-terconexión eléctricas. La obtención de nuevos recursos mediante la participa-ción del sector privado y un mayor apo-yo de la banca internacional y la redefl-nición del papel del Estado en el área energética.

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Seguidamente observamos otro ele-mento que es el de la problemática de la producción, tráfico y consumo de dro-gas. A pesar de que la producción, tráfi-co y consumo ilícito están presentes en los países andinos con un diferente gra-do de intensidad, la progresiva intensi-ficación y difusión que estos fenómenos han registrado a nivel internacional, im-plica cada vez más la búsqueda de ini-ciativas comunes. De la misma manera, debe existir una percepción común frente a los temas de seguridad, tanto a nivel bilateral como multilateral. En el marco del Grupo de Río o también en el de la OEA, se revela indispensable para los países andinos, no solamente en cuanto a los problemas más clásicos, cuales son los eventuales conflictos fronterizos, sino también en relación con otras formas de conflicto, como la guerrilla y el narcotráfico, así como la prevención de las causas de posibles fu-turos enfrentamientos, como son pobre-za, justicia, gobernabilidad democráti-ca, y exclusión social, entre otros.

En materia de integración y tras 30 años de evolución, el modelo definido en 1969 ha enseñado sus límites en ma-teria de equilibrios geoestratégicos y li-beración de intercambios comerciales. A ese respecto sigue existiendo una discre-pancia de actitud entre los países andi-nos que en términos concretos consi-deran oportuno mantener ritmos de integración regional diferentes en va-rios aspectos. De los tres pilares que con-forman la unión económica, objetivo originario del Pacto Andino, tales como la liberalización del comercio, la progra-mación de la industria y la armoniza-ción de las políticas, solamente uno ha

sido medianamente realizado y éste es la liberación del comercio con dos resul-tados principales, la zona de libre co-mercio y el arancel externo común.

Observamos que el equilibrio políti-co de la integración andina está debilita-do por la existencia de una serie de fuer-zas centrífugas opuestas que amenazan la unidad del bloque, como el Grupo de los Tres, NAFTA, APEC; paralelamente los diferentes miembros de la Comunidad Andina miran con interés e inquietud en dirección al Mercosur: un diálogo en-tre dos regiones ha sido establecido con el afán de constituir una zona de libre comercio en el plazo de 10 años. Sin em-bargo existen estrategias diferentes en cuanto a la aproximación al Mercosur, como pueden ser los casos de Bolivia o de Venezuela, que en algunos momen-tos han contemplado la posibilidad de negociar de manera individual.

Los problemas fronterizos aún sin solución son otra de las fuerzas eviden-temente centrífugas que inciden en la integración andina. No voy a enumerar-los, pero en fin todos somos conscientes de que hay problemas de distinta inten-sidad, entre Perú y Ecuador, entre Vene-zuela y Colombia, Bolivia y Chile, Co-lombia y Nicaragua, y éstos son factores que consideramos como potencialmen-te más desestabilizadores, y que consti-tuyen la mayor barrera para la buena marcha de la integración andina.

A continuación quisiera referirme brevemente a los instrumentos del diá-logo entre la Comunidad Andina y Eu-ropa, y en primer lugar al enfoque gene-ral, y a los instrumentos de este diálogo, diciendo que reconociendo la heteroge-

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neidad del subcontinente, Europa ha identificado desde hace ya tiempo el en-foque subregional como el medio más eficaz de encuadrar sus relaciones con América Latina. En esta línea de pensa-miento y de acción, el Grupo Andino constituye una de las grandes entidades asociadas con el Unión Europea, con la cual se han ido instalando gradualmen-te los diferentes elementos de un diálo-go cada vez más eficaz y pragmático.

La Comunidad Andina dispone des-de 1996 de una amplia por no decir com-pleta gama de instrumentos de diálogo con la Unidad Europea. Además de la particularidad de ser el único socio lati-noamericano con el cual se ha desarro-llado un mecanismo especial de coope-ración en materia de droga, habida cuenta de las características de la región andina que se sitúa en el contexto de América Latina y en términos de desa-rrollo en una posición intermedia, entre regiones más pobres o menos desarro-lladas como son América Central y las más ricas como son Mercosur. Los as-pectos específicos de las relaciones con la región andina reflejan un peso relati-vamente importante del elemento de ayuda al desarrollo, así como un régi-men de intercambios basados sobre la concesión unilateral, de aperturas co-merciales, como son el SPG andino que es lo que parece responder mejor a la necesidad de un cierto o alto, depende como se vea, grado de protección de las industrias que no parecen todavía estar preparadas para abordar un régimen de libre comercio con Europa.

Actualmente nuestro diálogo se de-sarrolla siguiendo cuatro ejes o direccio-nes principales: primero, el diálogo po-

lítico institucionalizado, tal como fue definido en la Declaración de Roma de junio de 1996. Segundo, el régimen del sistema de preferencias arancelarias, comúnmente conocido como el régi-men de droga, en sus dos dimensiones o vertientes, la agrícola y la industrial, el cual aparte de otras concesiones ya exis-tentes permite el ingreso al mercado europeo, de más de un 90% de las ex-portaciones andinas, con un arancel 0. Tercero, el Acuerdo de Cooperación de 1993, que establece el marco de los obje-tivos de la ayuda europea a los países de la región. Los países andinos se sitúan en el segundo lugar de América Latina después de América Central en cuanto a aportes de la UE; es decir, es la subregión que más dinero recibe en términos de fondos de cooperación, después de América Central, y claro lo recibe en for-ma distinta puesto que los de América Central son programas más dirigidos hacia el desarrollo, mientras que en la Comunidad Andina se trabaja bastante en temas de cooperación económica y, finalmente, el diálogo especializado en materia de droga iniciado a partir de 1995, además de los acuerdos sobre pre-cursores químicos suscritos con cada uno de los países andinos.

En lo que se refiere a cooperación re-gional, ésta ha sido significativa desde 1982, y ha venido desarrollándose si-guiendo dos líneas de trabajo funda-mentales: en primer lugar, el apoyo al proceso de integración andina. Gran parte de los recursos disponibles han sido destinados a actividades o proyec-tos de transferencia de know-how y de apoyo institucional a las diferentes ins-tituciones andinas, como la JUNAC re-

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cientemente reemplazada por la Secre-taría General, que recibió el apoyo más importante, pero también otras institu-ciones, tales como el Tribunal de Justicia, el Convenio Andrés Bello, entre otros, han sido gestores de aportes europeos. En términos generales, se ha tratado de facilitar los medios para permitir a las instituciones andinas operar eficazmen-te en lo que se refiere a la definición y puesta en práctica de las bases jurídicas y de la capacitación de personal necesa-rias para el funcionamiento de un mer-cado único regional inspirado en gran medida en el modelo europeo.

La segunda línea a que antes hemos hecho referencia es la del apoyo a ciertas políticas sectoriales y muy particular-mente en lo que respecta a la gestión de los recursos amazónicos. Hay que men-cionar en ese sentido el Tratado de Coo-peración Amazónica que está en vigor y la gestión de los recursos energéticos con OLAD. En el mismo orden de ideas, ciertas iniciativas binacionales han sido apoyadas, como por ejemplo el progra-ma del lago Titicaca, entre Bolivia y Perú.

El objetivo general de todas esas ini-ciativas ha sido doble: en primer lugar, asegurar el know-how europeo y, en se-gundo lugar, favorecer una dinámica de cooperación, con frecuencia de escasa inexistencia, entre países de la región con el fin de fomentar indirectamente su acercamiento. Actualmente está en curso un ejercicio de evaluación de la ayuda de la Unión Europea a la integra-ción regional en América Latina, cuyos resultados habrían de estar disponibles a fines de 1998. Este análisis esperamos permitirá sin duda establecer un juicio

sobre la eficacia y eventualmente sobre la base de esos análisis, reorientar o reen-focar algunas áreas.

Veamos ahora como punto final las orientaciones de la Cooperación Europea, que normalmente serán aplicadas y se-guidas a partir de 1999. La cooperación de carácter regional deberá responder a los siguientes criterios. Primero, lo que llamamos -a lo mejor mal llamado-principio de subsidiaridad, según el cual, sólo las acciones que representen un cla-ro valor agregado regional, serán inclui-dos en esta categoría, lo subregional vie-ne subrayado. Segundo, permitir que se consiga un auténtico impacto sobre la integración, evitando el fraccionamiento de proyectos regionales en varios pro-yectos. Tercero, deberá inscribirse den-tro de las prioridades de acción definidas por los países beneficiarios una cláusula de lo que llamamos de obligación de re-sultados, que tomará una forma de com-promiso, de parte de los países interesa-dos, de poner efectivamente en práctica a nivel nacional las experiencias adqui-ridas a nivel regional. Éste es el fenó-meno que hemos vivido en la Unión Eu-ropea, de traslación al régimen legal nacional de las disposiciones y las legis-laciones comunitarias adoptadas con carácter general para la Unión Europea. Entonces sobre la base de los principios o criterios antes enunciados, la Unión Europea se propone concentrar la coo-peración europea, sobre las siguientes cuatro áreas:

La primera es el apoyo decidido y fir-me a la consolidación institucional de la Comunidad Andina. La reforma institu-cional introducida por la Declaración de Trujillo, recientemente finalizada, supo-

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ne un notable avance en el acercamiento tanto de estructuras como de conductas entre la Comunidad Andina y la Unión Europea, habida cuenta de la voluntad política claramente reiterada por los 5 países de avanzar en el camino de la in-tegración y de establecer en su carácter de agrupación regional negociaciones con el Mercosur.

La segunda área prioritaria, a nivel regional, será la de dinamizar los inter-cambios comerciales y el desarrollo eco-nómico de la región y esta área de traba-jo tendrá dos vertientes: la primera de ellas la que llamamos el mercado inte-rior andino y la inversión regional. Se tratará aquí de seguir perfeccionando las políticas andinas dirigidas a la cons-trucción de la integración económica re-gional, así como la ejecución de esas po-líticas. Por ejemplo, los más recientes proyectos de cooperación en ésta área han abordado la definición de progra-mas de acción, en temas tales como sis-temas aduaneros, normas y medidas, estableciéndose como contrapartida de los países andinos al aporte de la Uni-. dad Europea la puesta en marcha de un cierto número de prácticas en esas áreas.

Se prevé proseguir esta experiencia, extendiéndola a otros instrumentos de la política comercial. Otra área de trabajo será la de las infraestructuras subregio-nales de transportes y comunicaciones con miras a favorecer la interdependen-cia económica. El apoyo europeo podría tomar la forma tanto de financiación di-recta de ciertas actividades, como de apoyo a la realización de estudios de base o de factibilidad para ser presenta-dos a grandes entidades financieras in-ternacionales como el BEI -Banco Euro-

peo de Inversiones-, el BID, Banco Mun-dial, etc.

Un tercer tema de atención preferen-te dentro de esta misma área será el de la energía. Los países andinos parecen seguir actualmente las tendencias gene-ralizadas en el continente, de regulación y privatización del sector energético, de nuevas inversiones y de desarrollo de energía limpia y renovable. En esta perspectiva, parecería que el interés co-mún de estos países estaría en optar por estrategias convergentes, por ejemplo, en lo que se refiere al aumento de la efi-cacia energética, reducción de pérdidas, recuperación y refuerzo de la capacidad de producción y de interconexiones eléctricas, todo ello en paralelo a la cana-lización de inversiones adicionales y de la definición de un marco legal o regla-mentario más adaptado a la realidad.

En todos estos dominios esperamos poder aportar una capacidad intelectual y una experiencia valiosas. Finalmente, sería posible promover y establecer una serie de medidas de confianza, ancladas en programas de desarrollo económico especialmente adaptados a ciertas zo-nas de fricción fronterizas.

La segunda vertiente de esta misma área prioritaria de producción se refiere a las exportaciones hacia la Unión Euro-pea y se tratará aquí de permitir a los países andinos tener el mayor partido posible del sistema de preferencias ge-neralizadas. Hemos venido diciendo, sobre todo en Colombia, que el sistema de preferencias es imperfectamente uti-lizado sobre todo en su dimensión in-dustrial. Entonces habrá una serie de iniciativas que tendrán como objetivo

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fomentar la buena utilización de este instrumento. Se empezaron tímidamen-te hace algo más de un año en Colombia y ahora tenemos programas concretos, dotados financieramente que nos van a permitir aumentar por así decirlo la pre-sión de comunicaciones en esas áreas para hacer llegar realmente no a las grandes multinacionales, sino al peque-ño productor, a las pequeñas y media-nas empresas más conocimientos sobre posibilidades de acceder y utilizar esos sistemas.

Estas divulgaciones estarán dirigidas a los operadores comerciales a produc-tores en general y exportadores. Tam-bién se puede hacer mediante un siste-ma como el que estamos finalizando ahora en Colombia que es un sistema al-tamente sofisticado donde se reunirá toda la información referente tanto a pro-ducción del país, como de mercados po-tenciales en Europa, junto con todas las tramitaciones, todos los formularios con todos los requisitos fitosanitarios de cualquier orden que puedan existir. La finalidad de todo es que prácticamente un productor, un exportador pueda des-de su ordenador procesar una exporta-ción a cualquier país o mercado europeo.

Paralelamente se desarrolló una se-rie de programas a nivel nacional que tendrán como principal objetivo la iden-tificación de los obstáculos que están impidiendo la mejor utilización del sis-tema. También se intentará promover el desarrollo y comercialización de ciertos productos específicos o productos estra-tégicos en cada país, siempre en forma coherente al enfoque dado a la coopera-ción económica en cada uno de ellos.

Como tercera área prioritaria de coo-peración se han identificado la gestión y la conservación de los recursos natura-les. Las acciones en ese terreno se dirigi-rán esencialmente a la optimización de los recursos forestales e hídricos de la cuenca amazónica, que, ya he dicho an-tes, en fin y todos saben, representa prác-ticamente un 30% de la superficie total de la Comunidad Andina. Esas acciones podrán adoptar la forma de transferen-cias de tecnología y know-how dirigidas a la aproximación de legislaciones, pre-paración de estudios y de planes de de-sarrollo. Puede preverse también la eje-cución de programas piloto, como el que mencioné anteriormente en el Ecuador, que serían adaptables y exportables a otros países. Y finalmente, la cuarta y úl-tima área prioritaria de cooperación es la lucha contra la producción y el tráfico de droga; en un plano bilateral los temas de desarrollo alternativo, no forzosa-mente cultivos alternativos, sino desa-rrollo alternativo y de disminución de la demanda constituirán las prioridades de trabajo. Desde un punto de vista re-gional, el apoyo europeo se concentrará en la aproximación de legislaciones, en combatir el lavado de dinero ilícito, y en asegurar un mejor control de los precur-sores químicos.

Una primera acción dirigida a esta-blecer un inventario de los problemas y necesidades existentes en esta área se ha llevado a cabo el año pasado. Se estable-cerán de programas plurianuales de apoyo para cada uno de los sectores an-tes enunciados que son: aproximación de legislaciones, precursores y el lavado de dinero.

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Quisiera ya terminar entonces el re- desafíos y nuestras oportunidades, que sumen de todo esto, que espero que debemos realmente afrontar y aprove- haya quedado claro. Ésas son, señoras y char juntos, tanto la Comunidad Andi- señores, nuestras prioridades vistas des- na y la Unión Europea, para entrar jun- de el balcón de la Unión Europea, y qui- tos como estamos ahora de la mano en siera añadir también que son nuestros el próximo siglo.

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LAS ÁREAS PRIORITARIAS DE LA AGENDA BIRREGIONAL DE LA UNIÓN EUROPEA Y LA COMUNIDAD ANDINA DE NACIONES*

Diana Pardo**

INTRODUCCIÓN

Una de las repercusiones del fenómeno de la interdependencia y la aceleración de la globalización, después de la Gue-rra Fría, ha sido, sin duda, la prolifera-ción de regímenes o instituciones inter-nacionales que han surgido con el fin de regular las relaciones de los actores que conforman el sistema internacional. Ro-bert Keohane define las instituciones como "conjuntos de reglas (formales e informales) persistentes y conectadas, que prescriben papeles de conducta, restringen la actividad y configuran las expectativas"1. En el mundo de la pos-guerra fría cada día son más frecuentes las transacciones de carácter cooperati-vo entre los diferentes actores, para lo cual se hace necesaria la creación de ins-tituciones y regímenes internacionales. Las instituciones facilitan la coopera-ción porque proveen unos parámetros que permiten a los Estados llegar más fácilmente a un acuerdo. De esta mane-ra, las instituciones surgen como conse-cuencia de las transformaciones produ-cidas a nivel mundial y a la necesidad de

los Estados de insertarse de manera po-sitiva en la economía internacional. Es-tas instituciones se traducen en la for-mación de bloques comerciales regionales o en procesos de integración, así como en la creación de canales insti-tucionales de comunicación a nivel bila-teral, multilateral o birregional.

Dentro de este contexto, se ubica el esquema de relacionamiento entre la Comunidad Andina y la Unión Euro-pea. Los países andinos se han visto en la imperante necesidad de revitalizar la cooperación regional, estableciendo es-quemas más efectivos que los del pasa-do en materia de integración política y comercial. El deseo de estrechar los vín-culos entre los países andinos ha coinci-dido igualmente con nuevas iniciativas adoptadas al interior de cada uno de los Estados miembros de la CAN, dirigidas a buscar una reforma estructural y de apertura al comercio internacional. La UE por su parte, también se ha visto en-vuelta en grandes reformas -contenidas en el Tratado de Maastricht- que han fortalecido a la región política y econó-micamente, y le han dado un impulso al

* Documento preparado como insumo al Seminario sobre este tema, llevado a cabo en Quito, el 31 de julio de 1998, en el marco del proyecto sobre las relaciones externas conjuntas de la Comunidad Andina, que adelanta actualmente la Secretaría General de ese organismo.

** Investigadora, Centro de Estudios Internacionales, Universidad de los Andes. 1 Robert Keohane, Instituciones internacionales y poder estatal, Buenos Aires: GEL, 1993, p. 16.

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fortalecimiento de lazos entre la UE y otros países y regiones del mundo. El objetivo de crear una política externa común de la Comunidad Andina (CAN), no se había mencionado en la larga his-toria del Grupo Andino sino hasta junio de 1997 con la firma del Protocolo de Su-cre. Este documento recoge el deseo de los países miembros de la CAN de formu-lar una estrategia externa comunitaria orientada no solamente a profundizar los vínculos económicos de los países andinos con procesos de integración ya existentes en la región, sino a identificar aquellos temas que deben ser aborda-dos a nivel de la Comunidad, tales como el narcotráfico, los derechos humanos, el medio ambiente, el tráfico de armas, y el comercio, entre otros. Sin embargo, hablar de una política exterior común de la Comunidad Andina es todavía un poco prematuro e ilusorio. Lo que es claro es la voluntad y la certeza de los países miembros de que unidos podrán tener un mayor poder negociador e inter-locutor frente a terceros. En ese sentido, la CAN ha venido actuando de manera unificada en el caso de las negociaciones del ALCA (Acuerdo de Libre Comercio de las Américas), frente a la OMC, y ante la Unión Europea.

Si bien hasta el momento ha sido muy difícil definir una estrategia externa co-mún, sí se han dado pasos en el sentido de establecer cuáles son las prioridades, tanto temáticas como geográficas, para los países de la CAN. Aun cuando es claro que cada uno de los miembros tiene vi-

siones e intereses a veces diferentes frente a los temas que conforman sus necesidades internas, existen algunos elementos comunes que permiten iden-tificar una agenda multilateral de la Co-munidad Andina.

En cuanto a la agenda temática, es claro que los temas económicos consti-tuyen la prioridad para la CAN. Dentro de este contexto, es importante anotar el acercamiento que se ha dado en los últi-mos meses entre la CAN y Mercosur2. A nivel geográfico, el mayor vínculo externo se ha dado a nivel regional. Sin embargo, a partir de la revitalización del GRAN y el surgimiento de la Comunidad Andina, los países andinos se han visto muy interesados en estrechar los lazos políticos y económicos con la Unión Europea, la cual se ha convertido en una de las prioridades geográficas de la CAN. De la misma manera, la UE, dentro de su objetivo general de fortalecer los lazos con América Latina, ha visto con muy buenos ojos el refortalecimiento de la CAN.

El deseo de la Unión Europea de es-trechar los vínculos, tanto económicos como políticos con la CAN se inscribe dentro de la estrategia general de la Co-misión Europea de fortalecer los lazos con América Latina. Dentro de este con-texto, la UE y la CAN han estrechado y consolidado sus relaciones que se basan en una amplia agenda temática que abarca temas como el narcotráfico, el co-mercio y la inversión extranjera, y el diá-logo institucional, entre otros.

2 El 16 de abril de 1998, los países de la CAN y Mercosur suscribieron un acuerdo en el que se compro-meten a crear una zona de libre comercio entre los dos bloques a partir del 1 de enero del año 2000.

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Dentro de este contexto, el presente ensayo intenta hacer una aproximación a las relaciones entre la Comunidad An-dina y la Unión Europea, con el objetivo de que sirva como guía de discusión para analizar las oportunidades y posi-blidades que ofrece la última para los países andinos. El trabajo se divide en tres partes: la primera hace un breve re-cuento histórico de la evolución del diá-logo UE-América Latina, con el fin de ubicar el marco general en el cual se ubi-can las relaciones entre la UE y la CAN. En la segunda sección se analizarán los principales temas de la agenda birre-gional, así como los mecanismos de coo-peración existentes. Finalmente, y a ma-nera de conclusión, se realizará una reflexión sobre las perspectivas futuras de las relaciones.

EVOLUCIÓN DE LAS RELACIONES EUROPEO-LATINOAMERICANAS

Las relaciones birregionales Europa-América Latina han sido tradicional-mente buenas, aunque sólo hasta hace unos pocos años éstas comenzaron a profundizarse. El primer contacto entre la Comunidad Económica Europea (CEE) y América Latina se realizó duran-te los primeros años de la década de los ochenta, cuando los países que confor-maban el Grupo de Contadora se acer-caron a la CEE, solicitando su apoyo en su objetivo de buscar una salida pacífica

y negociada a la crisis por la que en ese momento estaba atravesando Centroa-mérica3. En una situación como ésa, en la que la región se había convertido en escenario del conflicto Este-Oeste, la CEE decidió mediar entre las partes para negociar una resolución pacífica al con-flicto. El compromiso de los países miem-bros de la Comunidad fue el origen de un acercamiento con la región. En efec-to, a partir de ese momento, y con el Grupo de Contadora ampliado en el Grupo de los Ocho -más tarde Grupo de Río- se inició un diálogo institucional periódico entre las dos regiones, que aún se mantiene. Desde entonces, la UE ha demostrado un claro interés en Amé-rica Latina, aunque los vínculos que se han logrado no se han dado de manera homogénea, sino a nivel subregional o bilateral, desarrollando políticas dife-rentes según el caso4. De esta forma, ac-tualmente existen canales de diálogo entre la UE y el Grupo de Río, la UE y Mercosur, la UE y la CAN, la UE y Centroa-mérica, y a nivel bilateral, entre la UE y México y la UE y Chile. Esta tendencia de heterogeneidad en las relaciones obede-ce a "la diferenciación de los propios in-tereses de la UE en América Latina, y a las crecientes divergencias entre los mis-mos países latinoamericanos"5.

A nivel general, el foro de diálogo político entre la UE y América Latina lo ha constituido el Grupo de Río, que re-

3 En ese sentido, ver: Teresa Ivars, "El Grupo de Río y la Unión Europea", en (varios autores) El Diálogo entre la Unión Europea-América Latina. Bogotá: Fescol, Ministerio de Relaciones Exteriores, 1995.

4 Wolf Grabendorf, "América Latina y la Unión Europea: Hacia un birregionalismo selectivo", en Al berto Van Klaveren...

5 Ibid., p. 73.

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presenta a la mayoría de los países de la región. Este diálogo, sin embargo, se ha mantenido en un nivel puramente retó-rico y declarativo, en el que se discuten los temas globales de la agenda birregio-nal, sin acordar iniciativas más concre-tas. Los acuerdos políticos y comerciales existentes en la actualidad se dan a nivel subregional, como ya se señaló. Es im-portante anotar las repercusiones que han tenido los cambios que se dieron a finales de la década de los ochenta en las relaciones entre estos dos bloques. Den-tro del contexto de la Guerra Fría, las re-laciones estuvieron caracterizadas por un componente ideológico. A partir de los noventa, esa característica cambió, abriendo la gama de temas de la agenda birregional e incluyendo aspectos como el comercio, el narcotráfico, los derechos humanos, la democracia, y el medio am-biente, entre otros.

Entre de las prioridades de la UE ha-cia América Latina se encuentran, en primer lugar, Mercosur, seguido de Mé-xico y Chile -a nivel bilateral- y en un tercer plano la Comunidad Andina. Con el Grupo Andino hubo un primer acer-camiento con la UE a finales de la década de los setenta, con predominio de un diálogo político sobre temas tradiciona-les como la lucha contra la pobreza y el desarrollo social. Durante la década de los ochenta, se mantuvieron estos cana-les de comunicación, más que todo den-tro del esquema del Grupo de Río.

A partir de 1990, y con el propósito de promover la cooperación económica entre las dos regiones, se buscó la crea-ción de nuevos instrumentos que abar-caran una agenda más amplia. Dentro de este contexto, en 1993 se firmó un acuerdo de tercera generación entre los países del Grupo Andino -hoy Comu-nidad Andina- y la UE, que incluye asuntos como el intercambio comercial, la inversión extranjera, el intercambio científico y tecnológico, entre otros6. En 1996, en la ciudad de Roma, se creó un marco institucional, con el fin de forma-lizar el mecanismo que permitiera un diálogo político birregional más eficien-te y ágil. El objetivo primordial de la De-claración de Roma fue el fortalecimiento de las relaciones, y el reconocimento, por parte de la UE, de las reformas de la integración andina. En esta ocasión, la UE y la CAN acordaron la celebración de reuniones entre el Presidente del Con-sejo Presidencial Andino, la Presidencia de la UE, y el Presidente de la Comisión Europea, cuando fuese necesario, con el fin de dialogar sobre aquellos temas de interés común7.

LOS PRINCIPALES TEMAS DE LA AGENDA UE-CAN

Narcotráfico

El tráfico de drogas ilícitas es uno de los temas que permite un mayor consenso entre los países andinos, a pesar de que el problema afecta a cada uno de mane-

6 Ibíd., p. 87.

7 La nueva realidad andina y la Unión Europea: las relaciones birregionales hacia el año 2000. Madrid: Irela, mayo 1998, p. 29.

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ra diferente. Pero es claro que todos ellos padecen -unos con mayor intensidad que otros- de este flagelo.

La cooperación de la Unión Europea con los países productores de drogas an-dinos obedece a la percepción que tiene dicha institución frente al tema del nar-cotráfico. La política exterior de la UE ha-cia el tema de las drogas ilícitas, se basa en la idea de que la solución a este pro-blema debe ser multilateral, ya que exis-te una corresponsabilidad tanto por parte de los países productores, como de los consumidores. En esa medida, existen unas políticas orientadas a com-batir la demanda de narcóticos, y otras di-rigidas concretamente a cooperar con los países oferentes, con el objetivo de combatir la oferta. Esta concepción del problema, coincide con la de los países andinos, en el sentido de que ambas re-giones consideran que el narcotráfico es un fenómeno transnacional y multidi-mensional, para el que se requiere una estrategia integral como la que propone la UE. Esta filosofía difiere radicalmente de la política antidrogas de Estados Uni-dos, que ha mantenido una estrategia basada en el prohibicionismo y la repre-sión, en la que los países productores de droga se han convertido en las víctimas de esa guerra. Gran parte de la ayuda de la UE a otros países está encaminada, como se verá más adelante, a mitigar la pobreza y el subdesarrollo, considera-dos como una de las causas de la dedi-

cación al negocio ilícito de las drogas en todas sus dimensiones: cultivo, procesa-miento y tráfico8.

La cooperación de la UE con los paí-ses andinos en materia de narcotráfico se inició en 1987 con programas de ayu-da financiera destinados a la lucha con-tra las drogas. En 1990, se estableció el Sistema de Preferencias Arancelarias Generalizadas (SPG), por medio del cual se concede una reducción de aranceles a algunos productos andinos que entran a Europa. Este tratamiento especial se otorgó en una primera fase desde 1991 hasta 1994 y fue posteriormente pro-rrogado hasta 1999. En un comienzo, Colombia, Bolivia, Ecuador y Perú se be-neficiaron de este sistema. En 1993, Ve-nezuela entró a formar también parte.

Además del SPG, el 12 de febrero de 1998, ambas regiones suscribieron un convenio de cooperación y asistencia técnica para la lucha contra las drogas, que establece el desarrollo de proyectos en tres áreas específicas: armonización legislativa en materia de drogas, control del comercio de precursores químicos, y lavado de dinero9.

La tercera reunión de diálogo espe-cializado de alto nivel sobre droga se lle-vó a cabo en noviembre 26 de 1998 en la ciudad de Cartagena. En este encuentro la Unión Europea reafirmó su voluntad de cooperar con los países andinos en la lucha contra la droga. Dentro de los te-

8 Para una revisión de la política antidrogas de la UE, ver. Muriel Laurent, "La cooperación externa de la Unión Europea en materia de lucha contra la droga", en Colombia Internacional, No. 37, enero-marzo 1997.

9 Irela, op. cit., p. 31.

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mas discutidos en esta reunión, el más importante fue el anuncio de la confor-mación de un Observatorio Nacional de las Drogas, en Venezuela, con el apoyo financiero de la UE, que abarcará poste-riormente a toda la región andina.

Comercio e inversión extranjera

Los cambios políticos y económicos ex-perimentados por los países andinos, a comienzos de la década de los noventa, crearon un clima más propicio para es-trechar los vínculos con otras regiones y países del mundo. Sin lugar a dudas, las políticas de apertura económica adopta-das por los países miembros de la CAN, sentaron las bases para que la Unión Eu-ropea mostrara un mayor interés hacia la región.

Para los países andinos, la UE es un socio económico de gran importancia. A nivel internacional, ocupa el segundo lugar después de Estados Unidos, con un intercambio comercial global del 17%, frente al 41% que detenta Estados Unidos. A pesar del atractivo que ofrece el mercado europeo para la Comunidad Andina, la balanza es más favorable para los primeros. En efecto, el inter-cambio comercial ha sido siempre dese-quilibrado, y deficitario para la CAN.

Como se mencionó en párrafos ante-riores, la UE no le da un tratamiento ho-mogéneo a los países de América Latina. En cuanto a las políticas comerciales su-cede lo mismo. Existe una especie de je-rarquía de acuerdos comerciales, en los

cuales las preferencias varían de un país, o de una región a otra. Dentro de este contexto, Chile y México, a partir de 1996 y 1997 respectivamente, iniciaron las negociaciones con la UE para la firma de un acuerdo de libre comercio. Así mis-mo, con el Mercosur existe un Acuerdo Marco Intrarregional de Cooperación Económica y Comercial, firmado en 1995 con miras a alcanzar un acuerdo de libre comercio para el año 2010.

Para los países andinos, además del Acuerdo Marco de Cooperación existe el SPG, así como un programa temporal de ayuda al desarrollo. El mecanismo de cooperación existente más importante en la actualidad es el SPG, descrito breve-mente en párrafos anteriores. El SPG an-dino es un mecanismo preferencial aran-celario aplicado unilateralmente por la UE, mediante el cual aproximadamente el 80% de las exportaciones agrícolas e industriales de los países andinos ingre-sa a la Unión Europea con un arancel O10. Entre los productos agrícolas se en-cuentran café, cacao, grasa y aceite de cacao, algunas flores como claveles, cri-santemos y rosas, pitahayas, maracuyás, palmitos, entre otros.

A pesar de las posibilidades que ofre-ce este sistema, los países andinos no han aprovechado suficientemente las prefe-rencias arancelarias. La incertidumbre que ha conllevado el hecho de no saber con exactitud si el esquema se va a pro-rrogar o no, ha contribuido a que los países andinos no puedan trazar una es-trategia coherente y de largo plazo. Adi-

10 Juan Manuel Lesmes, "El punto de vista empresarial", en El diálogo Unión Europea-América Latina, op. cit., p. 95.

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cionalmente, el SPG cuenta con algunos problemas. Por un lado, la UE ha demos-trado el interés de condicionar estas prorrogativas al buen desempeño de los países beneficiados en materia de dere-chos humanos y medio ambiente. Por otro lado, la UE va a sentir la necesidad de fijar unas concesiones recíprocas en materia comercial. En este sentido, en el largo plazo sería más viable definir las relaciones económicas entre la UE y la CAN dentro de un acuerdo de cuarta ge-neración, como el suscrito entre la UE y Chile y México respectivamente, en donde existe una reciprocidad comer-cial como resultado de un acuerdo de li-bre comercio.

Sin lugar a dudas, en materia comer-cial la Comunidad Andina no repre-senta la prioridad para la Unión Euro-pea. Como se afirmó en la introducción, sólo después de Mercosur y de Chile y México, se encuentran los países andi-nos. En esa medida, es fundamental que la Comunidad Andina fortalezca sus vínculos comerciales con la UE. En ese sentido, pensar en un acercamiento real entre la CAN y Mercosur, sería de gran beneficio para el primero frente a los países europeos, ya que abriría las puer-tas a la extensión de una zona de libre comercio entre la UE y el bloque CAN-Mercosur. En la actualidad, la conforma-ción de una área de libre comercio entre

estos dos bloques subregionales es uno de los principales objetivos de la CAN11.

La inversión extranjera de la UE a la Comunidad Andina es otro de los temas prioritarios para la CAN. La UE es el se-gundo inversionista extranjero de la CAN, después de Estados Unidos. Los ni-veles de inversión extranjera directa se han incrementado en forma significati-va en los últimos años. De 173 millones de dólares invertidos en 1991, se ha pa-sado a una cifra de 1.695 millones de dó-lares en 199612.

En 1994, se creó el programa para la promoción de las inversiones Al-Invest. Este esquema de cooperación tiene como objetivo establecer contactos entre los empresarios europeos y los latinoameri-canos, con el fin último de fomentar el comercio y las inversiones entre ambos bloques13. Bajo este programa se han creado alrededor de 30 centros de em-presarios europeos en América Latina, los Eurocentros, los cuales tienen como función principal desarrollar las dife-rentes actividades de Al-Invest. En el mismo sentido, en el foro Euro-Andino realizado en mayo de 1998 se creó el Consejo Empresarial Euro-Andino, inte-grado por empresarios y líderes indus-triales de ambas regiones. El objetivo de este Consejo es crear una estructura es-table de discusión sobre las relaciones económicas de los dos bloques. Esto es importante en el sentido de que se está

11 Para un análisis de las relaciones entre la Comunidad Andina y Mercosur, ver: Comunidad Andina y Mercosur. Desafíos pendientes de la integración en América Latina. Bogotá: CAF, Ministerio de Relaciones Exteriores, 1998.

12 Juan Manuel Lesmes, "El punto de vista empresarial", en Diálogo Unión Europea..., op. cit., p. 95.

13 Irela, op. cit., p. 35.

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involucrando a la sociedad civil, en este caso el sector empresarial, en el debate de las políticas comerciales.

Además de los canales de coopera-ción mencionados, los países andinos han firmado en los últimos años acuer-dos marco de cooperación con el Banco Europeo de Inversiones (BEI). La fun-ción del BEI es financiar proyectos de in-versión en América Latina y están diri-gidos más que todo a proyectos públicos de infraestructura, aunque también es-tán previstos créditos para los empresa-rios del sector privado14. Finalmente, es importante resaltar que los países andi-nos han llevado a cabo algunas refor-mas legislativas con el fin de crear un cli-ma más favorable para el fomento de la inversión extranjera directa.

Andino de Justicia han sido los más be-neficiados. Por otra parte, la UE se ha mostrado igualmente interesada y dis-puesta a cooperar con los países andinos en materia de medio ambiente. En este campo, el apoyo se ha encaminado a la optimización de los recursos forestales e hídricos de la cuenca amazónica, a tra-vés de la transferencia de know-how, y del estudio de un proyecto de armoni-zación legislativa y a la preparación de planes de desarrollo15.

Otros campos de cooperación abar-can asuntos como la cooperación cientí-fica y tecnológica, dentro de los cuales se busca promocionar el intercambio de científicos entre las dos regiones y apo-yar la transferencia de nuevas tecnolo-gías16.

OTRAS ÁREAS DE COOPERACIÓN

Además de los temas mencionados an-teriormente, existen otros elementos en los cuales la UE ha concentrado la coope-ración regional con la CAN. Por ejemplo, la UE ha demostrado un alto grado de apoyo en la construcción y revitalización institucional de la Comunidad Andina, así como en la definición y aplicación de las diversas políticas de integración. En ese sentido, la mayoría de recursos se ha dirigido a la transferencia de conoci-mientos técnicos y el apoyo institucio-nal a las diferentes instituciones andi-nas. La Secretaría General y el Tribunal

PERSPECTIVAS FUTURAS

En el presente ensayo se esbozan los puntos más importantes que confor-man en la actualidad la agenda de las relaciones UE-CAN. Sin embargo, existen otros asuntos sobre los que no existe un compromiso de cooperación por parte de la UE, y que la Comunidad Andina debería incluir en su lista de prioridades frente a su relación con Europa. Entre otros temas, los de mayor importancia en esta lista son la democracia y los as-pectos sociales como la educación, la cultura, y la migración. Respecto al pri-mer tema, es claro que la UE tiene un

14 ftíí¿.,p.36. 15 "Comunidad Andina: orientaciones plurianuales indicativas", Comisión Europea, Bruselas, marzo

1998. 16 Irela, op. cit., p. 28.

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gran interés en los procesos de consoli-dación democrática de los países andi-nos. En todos los acuerdos de coopera-ción suscritos con estos países se incluye sin falta una cláusula democrática. No obstante, este asunto no ha sido una prioridad en la agenda birregional. Con-sideramos que es fundamental que este tema surja como una prioridad, ya que la democracia está lejos de estar consoli-dada en la región andina. Existen mu-chas amenazas que atenían contra las instituciones democráticas, tales como la corrupción, la insurgencia armada, las violaciones a los derechos humanos y el narcotráfico, para nombrar algunas. Estos fenómenos muchas veces repre-sentan un obstáculo para la integración regional. Se hace imperativo buscar ca-nales apropiados, orientados a la mo-dernización de los sistemas judiciales y penitenciarios, sistema electoral y pro-cesos de financiación de campañas. En la actualidad existen convenios bilatera-les entre la UE y algunos países andinos. Pero el tema no es tratado aún dentro del diálogo institucional birregional.

En el mismo sentido, los temas de la agenda social de la Comunidad Andina no figuran dentro del marco de coope-ración de la UE hacia los países andinos. El aspecto social y cultural es funda-mental para fortalecer la integración re-gional andina en toda su dimensión. Frente a estos temas, en la VII Reunión Presidencial de los Países Andinos cele-brada en Quito en 1995 se definió como uno de los objetivos generales de la

Agenda de integración andina desarro-llar una Agenda Social de la integración. Posteriormente, en el Protocolo de Su-cre de 1997 se incorporaron tres nuevos capítulos al Acuerdo de Cartagena: rela-ciones externas, comercio de servicios y miembros asociados, y asuntos sociales y culturales. Estos tres temas conforman los pilares de la nueva etapa de integra-ción de la CAN. Como desarrollo de este objetivo, en la actualidad la CAN está es-tudiando la conformación de una Agen-da Social con el fin de involucrar más efectiva y directamente a la sociedad ci-vil en los procesos de integración de la Comunidad Andina. Esa agenda abarca los siguientes tópicos: i) la educación y formación de una cultura y ciudadanía de la integración, ii) el fortalecimiento de los temas sociolaborales, iii) la defini-ción de políticas migratorias, y iv) el de-sarrollo fronterizo como espacio vivo de la integración17.

Para concluir, es indudable que la dé-cada de los noventa coincidió con un es-trechamiento de los lazos entre la UE y la CAN, resultado de muchos factores a los que nos hemos referido a lo largo del pre-sente ensayo. Sin embargo, es impor-tante resaltar que para la UE, la CAN no representa una prioridad. En esa medi-da, depende de los países andinos forta-lecer los vínculos comerciales y políticos con esa región. Como primera medida, la tarea más urgente es lograr un mayor acercamiento a Mercosur. La constitu-ción de una zona de libre comercio entre estos dos grupos debe ir acompañada

17 Ministerio de Relaciones Exteriores, Comunidad Andina, Propuesta de Agenda Social para la integración, Bogotá, marzo de 1998.

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de una estrategia política que permita a estos países proyectarse a nivel intra y extrahemisférico. En ese sentido, la con-solidación de un bloque subregional le dará a los países suramericanos un ma-yor poder interlocutor frente a las ne-gociaciones de la creación del ALCA, así como frente a la Unión Europea. A pesar de los avances que se han logrado en las negociaciones entre la CAN y Mercosur, hace falta voluntad política por parte de los países miembros de la CAN para con-vencerse de las ventajas de una alianza estratégica de este tipo. El mundo glo-balizado actual exige esta clase de medi-das. De lo contrario, no será posible in-sertarse de una manera eficaz y positiva en el escenario internacional de finales del siglo xx.

BIBLIOGRAFÍA

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INFORME FINAL DEL SEMINARIO: LAS RELACIONES ENTRE LA COMUNIDAD ANDINA

Y LA UNIÓN EUROPEA"

Fernando Mena'

OBJETIVO

La Secretaría de la Comunidad Andina y la Misión Siglo XXI organizaron la Con-ferencia "Las Relaciones entre la Comu-nidad Andina y la Unión Europea" cele-brada el 31 de julio de 1998 en Quito, con el objetivo de analizar las bases de la política exterior de la Comunidad Andi-na y de promover el intercambio de ideas a favor de un conocimiento más preciso de las diferentes iniciativas de coopera-ción con la Unión Europea, y de evaluar la posibilidad de suscribir un acuerdo de cuarta generación.

A esta reunión se convocó a expertos y funcionarios andinos y a un repre-sentante europeo de alto nivel, encarga-dos de las actividades de las relaciones exteriores, e institucionales como el Tri-bunal Andino de Justicia, universidades, cámaras de comercio, y representantes del sector privado de cada uno de los países andinos implicados en el proceso de toma de decisiones de política inter-nacional, y también a personas de la co-munidad académica expertos en el pro-ceso de integración de la Comunidad Andina, con el fin de plantear la nueva

agenda de la política exterior de la CAN frente a la Unión Europea.

METODOLOGÍA

El presente informe de conferencia pre-senta dos secciones: la primera se rela-ciona con la visión europea manifestada por el doctor Jaime Cavanillas, Jefe de la Delegación de la Unión Europea para el Ecuador y Colombia, y la segunda ubica las reflexiones de los representantes de los países de la Comunidad Andina en los distintos temas planteados de la nue-va agenda.

LA VISIÓN EUROPEA SOBRE LAS RELACIONES CON LA COMUNIDAD ANDINA

La Unión Europea está interesada en la evolución de la integración andina y está dispuesta a contribuir, en cierta me-dida al proceso irreversible de la inte-gración.

La Comunidad Andina constituye el segundo bloque económico del conti-nente americano, después del Mercosur. Los 5 países que constituyen una enti-dad geopolítica, comparten una serie de

* Economista, coordinador de servidos comerdales World Trade Center, Ecuador.

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elementos comunes, entre ellos la prác-tica estrechamente consolidada del jue-go democrático, lo cual es un elemento fundamental para la Unión Europea, para la realización de convenios y trata-dos y que están expresados en los acuer-dos que se han celebrado de segunda, tercera y cuarta generación. En conse-cuencia, la cláusula democrática es esen-cial.

Otro de los elementos que la Unión Europea resalta es el potencial de recur-sos naturales y bioenergéticos inexplo-tados. La región presenta un mosaico de pueblos y de culturas, entre los cuales las grandes disparidades en la distribu-ción de la riqueza son un denominador común.

Los países andinos han venido desa-rrollando un intenso diálogo con la Unión Europea sobre temas de interés común, tales como cuestiones de seguri-dad, droga, energía y medio ambiente. El elemento más avanzado de la inte-gración andina es el relacionado a los in-tercambios comerciales, debido en gran medida a la introducción en 1969 del Pacto Andino, modelo de integración inspirado en el ejemplo europeo.

Ambas regiones han desarrollado un amplio diálogo tanto en áreas de comer-cio como de la cooperación al desarro-llo, diálogo político y del diálogo espe-cializado en materia de droga. En este sentido, la Unión Europea propone con-certar su futura cooperación regional en una serie de elementos o áreas priorita-rias que pueden aportar un elevado va-lor agregado en materia de apoyo a la integración y a la óptima utilización de los recursos.

Para el doctor Cavanillas las áreas consideradas para el análisis de las rela-ciones con la CAN son varias: La primera es el apoyo a la construcción de la Co-munidad Andina, tanto en lo que se re-fiere a su aspecto institucional como al de la definición y ejecución de políticas sectoriales de integración. La segunda se refiere al apoyo al desarrollo econó-mico de la región. Una mejor utilización de los acuerdos y concesiones comercia-les, reforzar o consolidar las infraestruc-turas de transporte y comunicaciones, aportar soluciones a los focos de tensión fronteriza. La tercera área prioritaria se relaciona con el apoyo para una óptima gestión de los recursos naturales, me-diante transferencia de tecnología o know-how, aproximación de legislacio-nes nacionales y ejecución de planes de acción concretos. Éstas son orientacio-nes que están siendo debatidas por el Consejo Europeo y que serían aplicables a partir de 1999.

En cuanto a la explotación racional de los recursos naturales, existe un pro-grama que se está ejecutando actual-mente en el Ecuador llamado Petramax, referido a la protección y la óptima ex-plotación de los recursos petroleros en la cuenca amazónica con una especial atención a la protección del entorno y del medio ambiente. Este programa se puede considerar como una iniciativa o programa piloto para ser aplicado en otros países andinos, la cuenca amazó-nica representa prácticamente un 30% de la superficie de la Comunidad Andina.

La cuarta prioridad se relaciona con la problemática de la droga. La coopera-ción en esta área se concentrará en la ejecución de las recomendaciones deri-

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vadas del diálogo especializado que se está realizando en este tema.

Existen varias consideraciones de las áreas que tienen prioridad para el desa-rrollo de la agenda de cooperación de la Unión Europea hacia la Comunidad Andina a partir de 1999. Desde la visión de la Unión Europea se concibe a la po-blación andina como una gran diver-sidad de pueblos, de naciones y de cul-turas. Este hecho se relaciona de una manera similar a la Unión Europea. En-tre los 15 Estados miembros que compo-nen la unidad europea existe un estricto respeto hacia el fomento de políticas y presupuestos significativos de la Unión Europea, que están dirigidos y concen-trados en preservar y fomentar las di-versidades culturales de los pueblos que componen la UE. En este sentido, la Unión Europea no considera la homo-geneización de unas naciones que tie-nen una riqueza propia de cultura y de tradiciones.

La Comunidad Andina tiene un cre-cimiento demográfico controlado, con un promedio aproximado del 2% anual; sin embargo, se observa un fenómeno de urbanización que concentra a un 70% de la población que habita en las ciudades. Así, en Colombia existe el fe-nómeno del abandono del campo, con-siderando que Colombia posee una ri-queza agrícola importante que está directamente relacionada con la diversi-dad climatológica. A pesar de esto, exis-te un hecho concreto que se relaciona con la inusual importación de ciertos productos como arroz, azúcar y bana-nos. Este hecho se relaciona y es atribui-ble en cierta medida al fenómeno de la violencia, que es coyuntural. La Unión

Europea tiene una muy baja densidad de población que alcanza a 52 habitan-tes por km2; sin embargo, en la Comuni-dad Andina se observa que el fenómeno de la aglomeración de la población en las ciudades es común en todas las ciu-dades andinas.

En el campo medioambiental, la CAN posee grandes recursos como la biodi-versidad, los recursos hídricos, los re-cursos oceánicos, inexplotados e inex-plorados, y productos del subsuelo en donde la Comunidad Andina cuenta con el 50% de los recursos de América Latina en el área de petróleo, gas y car-bón y un 10% de cobre.

En cuanto al área económica, la Co-munidad Andina es el segundo bloque comercial después del Mercado Común del Sur (Mercosur) y representa un 1/3 de su población total y 1/3 de su PIB. Los Estados Unidos continúan como el prin-cipal socio comercial de la Comunidad Andina, con un volumen de intercam-bios comerciales que supera a la Unión Europea en una proporción de 3 veces, mientras que los intercambios comer-ciales de la CAN con la Unión Europea arrojan un saldo favorable para Europa, debido fundamentalmente a las necesi-dades recientes de reestructuración y modernización de las economías de la región andina.

La asimetría de los intercambios co-merciales entre América Latina y el viejo continente es un factor vigente. El 90% de los productos de exportación euro-peos es terminado con un altísimo valor agregado, mientras que en el caso de la Comunidad Andina el volumen expor-tado hacia Europa oscila apenas entre 21

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y 23%. En consecuencia, las materias primas exportadas por la Comunidad Andina poseen un bajo nivel de valor agregado.

Sin embargo, el crecimiento del co-mercio intraandino alcanzó una tasa de 300%, en los últimos 5 años. En cuanto a la inversión extranjera directa, la presen-cia de los Estados Unidos en la Comu-nidad Andina es superior a la europea, aunque la acumulación de inversiones europeas dirigidas hacia la Comunidad Andina, en el período 1993-1997, se ha multiplicado en 30 veces.

ÁREAS DE CONVERGENCIA Y FUERZAS CENTRÍFUGAS DE LAS RELACIONES ENTRE LA UNIÓN EUROPEA Y LA COMUNIDAD ANDINA

La Unión Europea ha realizado un aná-lisis de las acciones futuras respecto de la dinámica de la Comunidad Andina y ha encontrado una serie de elementos de convergencia y algunas fuerzas cen-trífugas en el marco de las relaciones en-tre ambas regiones. En cuanto a las áreas de convergencia, la integración regional es un proyecto que se ha impulsado a través de las Cumbres Presidenciales a partir de 1989.

En este sentido, los principales resul-tados de la integración andina se han concretado en los años noventa, así como la constitución de una zona de li-bre comercio andina en 1992, con la aprobación de un arancel externo co-mún, en donde existe un notable creci-miento del comercio intrasubregional que supera el 500% en los últimos cinco años, confirmándose el potencial del mercado común andino.

Otro de los elementos básicos de la integración se relaciona con la creación de un conjunto de instituciones y orga-nismos inspirados en el modelo euro-peo, tales como el Parlamento Andino, el Tribunal de Justicia, la Secretaría Ge-neral, bajo la óptica y compromiso de los Estados andinos miembros de refor-zar gradualmente sus lazos económicos y dinamizar el proceso de integración político-institucional.

La creación reciente de la Comuni-dad Andina ha permitido la reforma al sistema andino de integración y, en con-secuencia, existe un nuevo rediseño es-tratégico de objetivos tales como el per-feccionamiento del mercado interno, el fortalecimiento de la dimensión exter-na, el acercamiento al Mercosur, y a la Unión Europea. Asimismo, se viene in-sistiendo en el fortalecimiento de la di-mensión social y la armonización de cri-terios sobre el medio ambiente.

La segunda área de convergencia se refiere al manejo de los recursos natura-les y protección del medio ambiente, e introduce la problemática del desarrollo sostenido, así como el manejo de las cuencas fluviales o del bosque amazóni-co y los problemas relativos a la protec-ción y conservación del medio ambiente que en conjunto son claves para el futu-ro de la relación andina y de la construc-ción de una política común. En este sen-tido, existen mecanismos a través de los cuales los 5 países andinos pueden coor-dinar esfuerzos, como la preparación de un estudio que integre las iniciativas y directrices presidenciales y comunita-rias a través de la armonización legislativa promovida por el Parlamento Andino y la posible rehabilitación del Convenio

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Celestino Mutis. Además, se incluirían las acciones desarrolladas en el Tratado de Cooperación Amazónico y del Parla-mento Amazónico.

La tercera área de convergencia se relaciona con el campo energético. Exis-te una creciente demanda de energía al interior de los países andinos, y los nive-les tarifarios y de gestión del sector arro-jan un déficit financiero inmanejable para la mayor parte de estas naciones. Por otro lado, en los países andinos y en forma similar al resto de países de Amé-rica Latina, la tendencia del sector ener-gético es hacia una progresiva desregu-lación y privatización de todas o parte de las áreas de este sector.

Esta perspectiva supone asumir es-trategias combinadas que incluyan el in-cremento de la eficiencia energética, sustitución de combustibles primarios, recuperación y repotenciación de la ca-pacidad de generación e interconexión eléctricas. La redefinición del papel del Estado en el área energética permitirá la obtención de nuevos recursos financie-ros, mediante la participación del sector privado y de un mayor apoyo de la ban-ca internacional.

La cuarta área de convergencia tiene que ver con el fenómeno de la produc-ción, tráfico y consumo de drogas y está presente en los países andinos con un diferente grado de intensidad. En este sentido, la búsqueda de iniciativas comu-nes a nivel internacional entre Europa y los países andinos es importante desde la óptica de la cooperación birregional.

La quinta área de confluencia se rela-ciona con las cuestiones de seguridad desde el punto de vista de política re-

gional, bilateral y multilateral que están enmarcadas en el Grupo de Río, y de la Organización de Estados Americanos (OEA). Estas acciones resultan indispen-sables para los países andinos, no sola-mente en cuanto se relaciona con los problemas más clásicos referidos a los eventuales conflictos fronterizos, sino también en relación con otras formas de conflicto como son la guerrilla y el nar-cotráfico. Además, se incluye otro tema como es la prevención de las causas de futuros o posibles enfrentamientos vin-culados con la pobreza, justicia, gober-nabilidad democrática y exclusión so-cial.

FUERZAS CENTRÍFUGAS EN LAS RELACIONES BIRREGIONALES

En materia de integración y tras 30 años de evolución del modelo de integración andino definido en 1969, éste ha mostra-do sus limitaciones en relación a los equi-librios geoestratégicos y de liberación de intercambios comerciales. Se observa una actitud de discrepancia entre los países miembros que consideran opor-tuno mantener ritmos de integración re-gional diferentes en varios aspectos.

En este sentido, de los tres pilares que conforman la unión económica, ob-jetivo originario del Pacto Andino relati-vos a la liberalización del comercio, la programación de la industria y la armo-nización de las políticas, solamente la li-beralización del comercio ha logrado en términos medios realizarse obteniendo dos resultados principales: la zona de li-bre comercio y el arancel externo común.

Un segundo elemento que preocupa a la Unión Europea se relaciona con el

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equilibrio político de la integración an-dina que está debilitado por la existen-cia de una serie de fuerzas centrífugas opuestas y que amenazan la unidad del bloque. Dentro de este contexto se en-cuentra la creación de procesos de inte-gración y/o concertación de los cuales algunos países andinos son miembros, tales como: el Grupo de los Tres, Foro de Asociación de países del Sudeste Asiáti-co, entre otros.

Además, algunos miembros de la Comunidad Andina muestran al mismo tiempo su interés e inquietud en partici-par en el Mercosur; sin embargo, el diá-logo entre las dos regiones ha sido esta-blecido con el afán de constituir una zona de libre comercio en el plazo de 10 años. Existen estrategias diferentes en cuanto a la aproximación con este blo-que, como son los casos de Bolivia o de Venezuela.

En cuanto a la integración física en-tre los países de la región existen algu-nas deficiencias, debido a la conforma-ción intrínseca del territorio, la distancia existente entre los países, la dificultad de acceso entre las regiones de un mis-mo país. En consecuencia, existen ca-rencias de infraestructuras de transpor-tes y de comunicación. A la integración física se agregan los problemas fronteri-zos aún sin solución y que representan las fuerzas centrífugas que inciden en la cohesión andina. En este sentido, exis-ten problemas fronterizos de distinta in-tensidad, entre Perú y Ecuador, entre Venezuela y Colombia, entre Bolivia y Chile y entre Colombia y Nicaragua.

En consecuencia, éstos son factores que la Unión Europea considera como

potencialmente desestabilizadores y que constituyen la mayor barrera a la buena marcha de la integración andina.

LAS ORIENTACIONES DE LA COOPERACIÓN EUROPEA Y LOS INSTRUMENTOS DE DIÁLOGO BIRREGIONAL

Debido a la heterogeneidad existente en-tre los países andinos, Europa ha identi-ficado que el enfoque subregional es el medio más eficaz de marcar sus relacio-nes con América Latina. En consecuen-cia, el Grupo Andino constituye una de las grandes entidades asociadas con la Unión Europea, con la cual se han ido instalando gradualmente los diferentes elementos tendientes hacia una profun-dización de un diálogo eficaz y pragmá-tico.

A partir de 1996, la CAN ha dispuesto una amplia gama de instrumentos de diálogo con la Unión Europea. Así, la Comunidad Andina es el único socio la-tinoamericano para Europa que ha de-sarrollado un mecanismo especial de cooperación en materia de droga, dadas las características de la región andina.

En este contexto, Europa ha realiza-do esfuerzos importantes y ha desarro-llado una posición intermedia entre las regiones más pobres o menos desarro-lladas, como es el caso de América Cen-tral y respecto de las naciones ricas, como es el Mercosur.

Entre los instrumentos para el mejo-ramiento del diálogo regional está la cooperación para el desarrollo y los re-gímenes de intercambios basados en la concesión unilateral de las preferencias

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comerciales, a través del Sistema de Pre-ferencias Generalizadas.

En la actualidad existen 4 ejes princi-pales que permiten el desarrollo del diá-logo birregional. El primero se relaciona con el diálogo político institucionaliza-do y que fue definido en la Declaración de Roma en junio de 1996. El segundo tiene que ver con el régimen del Sistema de Preferencias Generalizadas Andinas co-nocido como el Régimen de Droga, que permite en la actualidad el acceso de los productos agrícolas e industriales y que concentra el 90% del total exportado por las naciones hacia el mercado europeo con un arancel 0.

El tercer eje se relaciona con el Acuer-do de Cooperación vigente suscrito por ambas subregiones en 1993, que estable-ce el marco de objetivos respecto de la ayuda europea a los países de la región. En este sentido, el conjunto de países andinos recibe entre 150 y 175 millones de dólares por concepto de cooperación al desarrollo y ocupa el segundo lugar en América Latina después de América Central, siendo la cooperación econó-mica el área de mayor importancia. Ade-más, se ha desarrollado el diálogo espe-cializado en materia de droga iniciado a partir de 1995, y se han firmado acuer-dos con cada uno de los países andinos sobre la producción y comercio de los precursores químicos.

El cuarto eje se refiere a la coopera-ción regional iniciada a partir de 1982 y que viene desarrollándose bajo dos lí-neas de trabajo fundamentales: en pri-mer lugar, el apoyo al proceso de inte-gración andina en donde gran parte de los recursos disponibles han estado

orientados hacia las actividades o pro-yectos de transferencia de know-how y de apoyo institucional a las diferentes instituciones andinas. En este sentido, la Junta del Acuerdo de Cartagena (JU-NAC), reemplazada por la Secretaría Ge-neral, recibió la mayor parte de recursos y por ende otras instituciones, tales como el Tribunal de Justicia, el Conve-nio Andrés Bello entre otras, han sido gestoras de aportes europeos.

En consecuencia, la Unión Europea ha tratado de facilitar los medios finan-cieros necesarios para permitir a las ins-tituciones andinas operar eficazmente en lo que se refiere a la definición y puesta en práctica de las bases jurídicas y de la capacitación de personal, necesarios para el funcionamiento de un mercado único regional inspirado en gran medi-da en el modelo europeo. Una segunda línea de trabajo se ha dirigido al apoyo de ciertas políticas sectoriales, como la gestión de los recursos amazónicos a través del Tratado de Cooperación Ama-zónica y de los recursos energéticos vía la Organización Latinoamericana de Energía (OLADE). Además, existen otras iniciativas binacionales que han sido apoyadas por la Unión Europea, como es el caso del programa del lago Titicaca entre Bolivia y Perú.

El objetivo general de todas esas ini-ciativas ha sido doble: en primer lugar, asegurar el know-how europeo y, en se-gundo lugar, favorecer una dinámica de la cooperación que aún es de escasa existencia entre países de la región con el fin de fomentar un acercamiento. Ac-tualmente se está realizando un ejer-cicio de evaluación de la ayuda de la Unión Europea a la integración regional

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en América Latina, cuyos resultados ha-brían de estar disponibles a fines de 1998.

LAS NUEVAS ORIENTACIONES DE LA COOPERACIÓN EUROPEA

La Unión Europea ha establecido cuatro vertientes o consideraciones en el marco de las nuevas orientaciones de la coope-ración Europea. La primera vertiente permitirá que el carácter regional de la cooperación responderá a los siguientes criterios. El principio de subsidiaridad permite establecer acciones que repre-senten un incremento del valor agregado de la subregión. El segundo principio esta orientado a conseguir un auténtico impacto sobre la integración respecto del manejo global de acciones y evitar el fraccionamiento de los proyectos regio-nales en varios proyectos.

El tercer principio obligará a que los países andinos beneficiarios de la coo-peración incluyan en los convenios de cooperación una cláusula de compromi-so llamada Obligación de Resultados y que los países interesados pondrán en práctica a nivel nacional las experiencias adquiridas en el ámbito regional. Este hecho se relaciona con la experiencia que se ha tenido en la Unión Europea en cuanto a la traslación al régimen legal nacional de las disposiciones y las legis-laciones comunitarias adoptadas con carácter general.

En este sentido, la Unión Europea sobre la base de los principios antes enun-ciados, muestra interés en concentrar la cooperación en cuatro áreas fundamen-tales. La primera área se relaciona con la consolidación institucional de la Comu-nidad Andina, reformas que fueron in-

troducidas en la Declaración de Trujillo. En este sentido, permite un notable acercamiento de las estructuras y con-ductas entre la Comunidad Andina y la Unión Europea, expresado en la volun-tad política reiterada por las naciones andinas para avanzar en el camino de la integración y de establecer un carácter de agrupación regional que permita el desarrollo de negociaciones con otros bloques económicos, como el Mercosur.

La segunda área fundamental se orienta a dinamizar los intercambios co-merciales y el desarrollo económico de la región. Esta labor tendrá dos vertien-tes de actividades: la primera se relacio-na con el mercado interior andino y la inversión regional, para lo cual se trata-rá de continuar con el perfeccionamien-to de las políticas andinas dirigidas a la construcción de la integración económi-ca regional y a la ejecución misma. En este sentido, los más recientes proyectos de cooperación incluyen temas tales como los sistemas aduaneros, normas y medidas de procedimiento. Se tiene previsto proseguir esta experiencia y ex-tenderla a otros instrumentos de la polí-tica comercial.

El mejoramiento de las infraestruc-turas subregionales de transportes y co-municaciones, a efectos de fortalecer la interdependencia económica de las na-ciones andinas, estará relacionado con el financiamiento internacional. En este aspecto, la Unión Europea podría tomar la forma de financiación directa de cier-tas actividades, como son el apoyo para la realización de estudios de base o fac-tibilidad que podrían ser presentados a grandes entidades financieras interna-cionales, como es el Banco Europeo de

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Inversiones, el Banco Interamericano de Desarrollo y el Banco Mundial entre otros.

La tercera área fundamental que tie-ne una consideración necesaria se rela-ciona con la energía. En la actualidad, los países andinos están siguiendo las tendencias generalizadas de la privati-zación del sector energético, como tam-bién de las nuevas inversiones y de de-sarrollo de energía limpia y renovable.

En esta perspectiva, una cuarta área fundamental es el interés común para fortalecer estrategias convergentes entre ambas regiones y se refiere al aumento de la eficacia energética, reducción de pérdidas, recuperación y refuerzo de la capacidad de producción y de interco-nexiones eléctricas. En este apartado, se incluyen áreas colaterales o paralelas como son la canalización de inversiones adicionales y de la definición de un mar-co legal o reglamentario más adaptado a la realidad. Además, la Unión Europea considera importante promover y esta-blecer una serie de medidas de confianza que han sido establecidas en programas de desarrollo económico, especialmente adaptadas a ciertas zonas de fricción fronterizas.

La segunda vertiente de las nuevas orientaciones de la cooperación euro-pea se refieren al comercio birregional en el campo del mejor aprovechamiento y uso del Sistema de Preferencias Gene-ralizadas (SPG). La Unión Europea cono-ce que el SPG vigente es imperfectamen-te utilizado sobre todo en su dimensión industrial. En este sentido, se están pro-gramando tareas concretas con dota-ción financiera para permitir beneficiar

al pequeño productor e integrar a las pequeñas y medianas empresas y no fa-vorecer a las empresas multinacionales.

Los programas de divulgación del uso del SPG estarán dirigidos a los ope-radores comerciales y, en general, a los exportadores. En Colombia se ha esta-blecido un sistema informático sofistica-do llamado Simpce. Este sistema de base de datos dispondrá de la información sobre la producción de un país andino frente a los potenciales mercados en Eu-ropa. Además, esta base de datos dis-pondrá de los requerimientos y formali-dades de exportación como son los requisitos fitosanitarios.

Paralelamente, se están desarrollan-do una serie de programas a nivel nacio-nal en Colombia que tendrán como principal objetivo la identificación de los obstáculos que están impidiendo la mejor utilización del SPG. Además, se in-tentará promover el desarrollo y comer-cialización de ciertos productos específi-cos o productos estratégicos en cada país andino, siempre en forma coheren-te y que esté acorde con el enfoque de la cooperación económica.

La tercera vertiente de las nuevas orientaciones de la cooperación euro-pea tiene que ver con la gestión y la con-servación de los recursos naturales. Las acciones se dirigirán esencialmente a la optimización de los recursos forestales e hídricos de la cuenca amazónica que representa prácticamente un 30% de la superficie total de la comunidad andi-na. En este sentido, se establecerán ac-ciones que podrán adoptar la forma de transferencias de tecnología y de know -how que estarán dirigidas a la aproxi-

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mación de legislaciones, preparación de estudios y de planes de desarrollo.

La cuarta vertiente de las nuevas orientaciones de la cooperación euro-pea se relaciona con la lucha contra la producción y tráfico de droga. En el pla-no bilateral y regional los temas de de-sarrollo alternativo constituirán las prio-ridades de trabajo. Adicionalmente, el apoyo europeo se concentrará en la aproximación de legislaciones a nivel regional para combatir el lavado de di-nero ilícito y asegurar un mejor control de los precursores químicos. Las cuatro vertientes sobre las nuevas orientacio-nes de la Unión Europea dispondrán de programas plurianuales para cada uno de los sectores y áreas comentados ante-riormente.

RUEDA DE PREGUNTAS Y RESPUESTAS

Uno de los participantes preguntó al de-legado europeo sobre la posición de la Unión Europea para el avance de los acuerdos conocido como de Cuarta Ge-neración, que Europa viene implemen-tado en América Latina. El delegado manifestó que los Acuerdos de Cuarta Generación representan el modelo más avanzado de acuerdos económicos, co-merciales y presupone, en primer lugar, el cumplimiento de la cláusula demo-crática que significa la consolidación to-tal y definitiva del aparato democrático en cada uno de los países con los que la Unión Europea ha establecido éstos acuerdos.

En segundo lugar, este tipo de acuer-dos supone un grado de desarrollo y de estabilidad económica; así, por ejemplo, algunos de los países del Mercosur han

alcanzado este elemento. Además, exis-ten otras naciones como Chile y México que reúnen las condiciones para abor-dar un régimen de cuarta generación.

En tercer lugar, un Acuerdo de Cuar-ta Generación supone un acuerdo de li-bre comercio. En este sentido, presupo-ne en términos económicos que el sector de la industria o agricultura del país o países con los cuales se establece un acuerdo de cuarta generación, tanto los productos como los bienes producidos por las partes puedan circular libremen-te sin ningún tipo de restricciones, tales como aranceles y, en consecuencia, los productos europeos puedan competir con los producidos por esas naciones.

Otro de los participantes indagó so-bre cuáles serían las vías más adecuadas para profundizar en los esquemas de cooperación para el fortalecimiento de la democracia, de los sistemas judiciales, de programas específicos en la lucha contra la corrupción y el cumplimiento del respeto a los derechos humanos. En este contexto, existen algunas conside-raciones que están presentes a nivel na-cional en cada uno de los países andinos y son obstáculos que impiden un desa-rrollo óptimo de la integración comer-cial y política de la Comunidad Andina, tales como la insurgencia armada, el narcotráfico, las violaciones a los dere-chos humanos, y los problemas de co-rrupción.

El representante europeo comentó que la Unión Europea observa que la democracia en los países andinos se está consolidando y expresó su postura de confianza en los procesos democráticos de la subregión. Además, subrayó que la

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forma de fortalecer y de consolidar la democracia se relaciona con la partici-pación, cooperación y asociación con-junta de ambos sistemas de integración. El representante europeo recordó los re-celos seculares y las tradiciones existen-tes entre Francia y Alemania que fueron resueltas posteriormente a la Segunda Guerra Mundial y no por razones de alianzas políticas pero sí por razones de intereses económicos. También señaló que la primera prioridad de la coopera-ción europea a nivel nacional es el forta-lecimiento del estado de derecho.

Uno de los participantes consultó si en el marco de la cooperación económi-ca de la Unión Europea está implícita una cooperación directa para las activi-dades privadas productivas, dado que la ampliación de los mercados y liberali-zación de los mercados con programas relacionados con el aumento de la efi-ciencia, la productividad de los sectores privados, frente al abatimiento de todas las barreras comerciales que en una si-tuación hipotética signifique que para la segunda década del próximo siglo, exis-ta una competencia abierta.

El representante europeo comentó que la Unión Europea posee la línea de Cooperación Económica que está dirigi-da hacia la empresa privada y existen varios programas, como los programas de cooperación económica que integra a los gremios relacionados con toda la es-tructura productiva y exportadora. En este sentido, existe en Colombia un sis-tema de información de comercio exte-rior llamado Cimpce. Entre otros progra-mas disponibles por la Unión Europea, está el programa de mejoramiento de los empaques orientados a la agroindus-

tria, programas para los fabricantes del cuero, del sector textil y de la moda. La Unión Europea desarrolla estos progra-mas directamente con las entidades o industrias privadas.

Asimismo, al representante europeo se le interrogó si la UE posee en el marco geopolítico de la cooperación un pro-grama de cooperación de carácter bi-lateral, con el propósito de activar las zonas desamparadas como son las zo-nas de frontera. En este sentido, existe un proyecto de recuperación de la zona fronteriza ecuatoriano-peruana, que al-canza un valor aproximando de 3.000 millones de dólares. El proyecto requie-re de la cooperación financiera reembol-sable y no reembolsable de los organis-mos de cooperación internacional, en los próximos 10 años.

La Unión Europea ha desarrollado una gran experiencia en las llamadas re-laciones transfronterizas y, en este as-pecto, Europa podría aportar soluciones a los conflictos limítrofes. En Colombia, en ciertas áreas geográficas como Cúcu-ta y San Cristóbal de Táchira, existe una sola ciudad, en donde no hay fronteras. La Unión Europea ha desarrollado unos instrumentos para estimular las buenas relaciones entre las naciones. En el cam-po de los conflictos fronterizos, la Unión Europea y la Comisión Europea estarán dispuestas a contribuir financieramente a los programas propuestos por los paí-ses andinos. Se citó el caso de la Comi-sión de la Paz en Guatemala, en donde se aportan actualmente cerca de 500 mi-llones de dólares al proceso de paz de Guatemala.

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Uno de los participantes se refirió a los focos de tensión fronteriza existentes entre Colombia y Venezuela y comentó que el contencioso se desarrolla en un marco bilateral desde hace muchos años atrás, y que se trata de un mecanismo perfectamente aceptado por ambos go-biernos. Asimismo, el participante seña-ló que aquellos fenómenos de tensión en la frontera son derivados de la inse-guridad; sin embargo, esta inseguridad fronteriza no ha impedido que se desa-rrolle un volumen de comercio cercano a los 3.000 millones de dólares entre am-bas naciones.

Estos problemas de frontera e inse-guridad derivados de Colombia, que afectan en alguna medida a Venezuela, arrojan resultados dramáticamente im-portantes; así, el número de secuestros realizado por las acciones de la guerrilla colombiana en Venezuela reflejan una disminución en los últimos meses de 1998. Este hecho es producto de las ac-ciones emprendidas por ambos gobier-nos que han establecido mecanismos bi-laterales de cooperación militar. Por otra parte, en la Cumbre Presidencial de la Comunidad Andina celebrada en Gua-yaquil en mayo de 1998, se estableció la necesidad de fortalecer la construcción y desarrollo de los mecanismos de fo-mento de confianza para atenuar los fo-cos de tensión fronteriza; en este punto, se ha sugerido establecer grupos de tra-bajo.

Las acciones directas de coopera-ción, que pueden orientar la coopera-ción entre la Unión Europea y la Comu-nidad Andina, se relacionan con la modernización de los sistemas judicia-

les, sistemas penitenciarios y que están enmarcados en el Estado de Derecho. En la actualidad, existen varios proyectos que tratan sobre la modernización judi-cial en Venezuela, que se vienen desa-rrollando conjuntamente con la Unión Europea. El representante venezolano manifestó que la modernización se po-dría ampliar a otros campos, como son los sistemas electorales en los temas re-lativos al financiamiento y control de las campañas electorales, formación y adiestramiento de los mecanismos de fiscalización. Además, se comentó que podrían incluirse temas como la educa-ción para la democracia, con el fin de concientizar a la ciudadanía.

Uno de los participantes manifestó que en el área de las drogas se hace mu-cha referencia al desarrollo alternativo, pero en Bolivia los productores de coca y las personas que realizan la macera-ción continúan viviendo en la época de la colonia. En este sentido, se han utili-zado ingentes recursos de cooperación, que aún no se refleja en el desarrollo al-ternativo. En la actualidad, Bolivia vive un período de incursión militar en estas áreas, que son las más deprimidas.

El representante europeo aclaró que la concepción que tiene la Unión Euro-pea sobre el desarrollo alternativo se re-fiere fundamentalmente a proporcionar los medios necesarios, como es la infraes-tructura al campesino para ubicar sus productos en el mercado de consumo. Además, el sector de la agroindustria es un sector inexplorado e inexplotado en la mayoría de países de la Comunidad Andina. Consecuentemente, esta dimen-sión social y productiva puede incre-

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mentar los niveles de actividad laboral de comunidades enteras de campesinos.

El representante boliviano preguntó si la cooperación europea contempla ciertos programas de ayuda para los gremios de trabajadores y universida-des, dado que éstos están vinculados a las actividades empresariales directa e indirectamente. Sobre este punto, el representante europeo comentó que al establecer programas y proyectos de cooperación económica siempre se vin-cula a los gremios laborales que repre-sentan los intereses del capital y del tra-bajo que ellos mismos representan. Además, en cualquier incremento de la producción de un determinado bien siempre se tendrán en cuenta los intere-ses de los trabajadores.

LA AGENDA DE LA POLÍTICA EXTERIOR DE LA COMUNIDAD ANDINA

Este capítulo ubicará los temas más im-portantes que fueron analizados en el seminario-taller como los cinco grandes campos en el marco de las relaciones entre la Comunidad Andina y la Unión Europea. Se han identificado los si-guientes temas para el diseño de la polí-tica exterior, así: las relaciones políticas; los temas económicos; la agenda social; el grupo misceláneo, que abarca los te-mas de integración física, medio am-biente, recursos naturales, energía y la política agrícola común. El quinto tema hace relación a la naturaleza del vínculo asociativo entre las dos regiones, es de-cir, la relación de los acuerdos de tercera generación y cuarta generación, basa-dos en las concesiones unilaterales eu-ropeas que proponen condiciones de

igualdad y el tema del cronograma, es decir, el timing, o cuáles son los tiempos que se confrontan estas prioridades que propone la Comunidad Andina y que han sido definidas por la Unión Europa. Otro tema se refiere a la ubicación de esta relación andino-europea en el con-texto de los procesos más generales de la globalización que se están generando a nivel mundial.

LAS RELACIONES POLÍTICAS DE LA COMUNIDAD ANDINA

El diálogo político carece de una doble condición: por un lado, no posee unas posiciones vinculantes que permitan emprender unas acciones externas con-juntas y, por otro lado, se necesita un sustento interno, es decir, una base in-terna en donde se puedan concretar ac-ciones externas. Por el contrario, estos li-neamientos de consenso existen en el campo económico, en donde la Comu-nidad Andina ha conformado una Unión Aduanera aunque imperfecta; sin em-bargo, se trata de una estructura común sobre la cual se pueden adelantar nego-ciaciones con otros bloques.

En consecuencia, en el campo políti-co no existe un proceso de integración que permita un proceso de cooperación hacia adentro. En este aspecto, la agen-da política externa debería partir de una agenda política interna, es decir, de una cooperación política entre los países miembros.

Uno de los participantes comentó que el diálogo político que se ha ido ins-titucionalizando entre la Comunidad Andina y la Unión Europea, que tuvo como expresión máxima la declaración

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de 1996, brinda un adecuado marco para construir andamiaje de coopera-ción y de diálogo en temas de interés co-mún. Este diálogo institucionalizado va a permitir, por una parte, consolidar las acciones sobre la lucha contra la droga y, por otro lado, el grado de madurez que ha alcanzado en el desarrollo institucio-nal la Comunidad Andina.

En el marco de la democracia, el for-talecimiento de ésta representa uno de los ejes centrales de esta nueva arquitec-tura del diálogo entre ambas regiones. En consecuencia, la cláusula democrá-tica permite establecer una estrecha vinculación entre la democracia y la promoción de la defensa de los dere-chos humanos, vinculado este concepto al derecho a la paz como condiciones esenciales para el desarrollo social y eco-nómico de la región andina. Además, el fortalecimiento de la democracia se orienta a la práctica sistemática de órga-nos judiciales encargados de combatir la delincuencia y, en este sentido, la nece-sidad del mejoramiento del sistema de la administración de justicia, dentro de un concepto de reforma del Estado que integra la modernización del sistema ju-dicial y la modernización de los entes electorales. En este contexto, se pueden establecer las acciones necesarias para combatir la corrupción.

En la actualidad existe un instru-mento contra este fenómeno, a nivel in-teramericano, en el marco de la Conven-ción de la Lucha contra la Corrupción. En este sentido, la Unión Europea esta-bleció unos instrumentos jurídicos pare-cidos y a través de los cuales se podrían concretar el intercambio de experiencias

y el fortalecimiento de los mecanismos de cooperación en este campo.

En cuanto al área de seguridad, se mencionó el fomento de las medidas de confianza como elemento conciliador de ciertas tensiones que pudieran existir en la región andina. Además, resulta importante el tema relacionado con la modernización del Sistema Judicial, tanto en el sistema penitenciario como en el sistema de los tribunales. Asimis-mo, el tema referente a la educación para la democracia y la promoción de los derechos humanos es muy impor-tante en términos de formación y adies-tramiento en varios ámbitos como a ni-vel de los funcionarios penitenciarios y judiciales. En consecuencia, existen ele-mentos para consolidar una sólida rela-ción de cooperación institucional en el marco del diálogo político de la CAN con la Unión Europea.

En la última Cumbre Presidencial del Mercosur, se adoptó una declaración sobre la democracia, en donde sólo se reconocerá como nuevos miembros del bloque a aquellos países que dispongan de procesos democráticos. En este senti-do, uno de los participantes cuestionó esta declaración, en razón de que resul-ta complicado pedir que a nivel de un proceso de integración se pueda incluir o excluir a un país, considerando que la democracia puede ser sólo representa-tiva y no participativa del proceso. En consecuencia, la Comunidad Andina deberá incluir la llamada cláusula de-mocrática, siendo su espíritu y filosofía que si un país ha interrumpido su pro-ceso democrático, la primera medida pertinente que toman los países de una organización se refiere a no invitar a los

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órganos del país en donde se ha cometi-do la infracción a la democracia1.

Uno de participantes recomendó in-cluir en la agenda política los aspectos de soberanía y los valores del naciona-lismo existentes en las naciones andinas, dado que éstas existen desde los tiem-pos de la independencia y que son pro-pias de un sistema de socialización y de educación. En este sentido, Europa ha logrado concretar mayores logros cuan-do ha superado los nacionalismos, sien-do aún el mayor escollo el tema de la so-beranía, tal es el caso de la vigencia de una moneda común. En consecuencia, en los países andinos la política en cuan-to a la soberanía exige un trabajo de educación, en el sentido amplio de las nuevas generaciones y renovación de la propuesta cívica en torno a los valores de nacionalidad; además, el concepto de soberanía podría entrar en conflicto con la voluntad de los proyectos inte-gracionistas de la región. En este senti-do, al Convenio Andrés Bello le corres-pondería desarrollar algunas tareas con el objeto de plantear una renovada pro-puesta, mientras a los niños se les edu-que desde la infancia, con valores es-trechos de nacionalidad y referentes excluyentes a los temas de la integra-ción.

Se comentó la necesidad de buscar apoyo internacional en el sector de la función judicial vigente en los países andinos frente a los avances que han realizado los países europeos. En este sentido, el Banco Interamericano de De-

sarrollo (BID) está impulsando progra-mas con financiamiento específico, que en el campo comercial podrían generar un incremento de las exportaciones an-dinas hacia Europa.

Uno de los participantes mencionó que una de las áreas prioritarias en la Comunidad Andina es la reforma del Estado que conlleve una mayor eficien-cia, e independencia de poderes con el propósito de aumentar la gobernabili-dad democrática en la región. Por otro lado, Europa ha superado los problemas que implica la descentralización de los Estados y ha establecido estrategias ade-cuadas para resolver los problemas de multinacionalidad. En consecuencia, los países andinos podrían solicitar a Euro-pa el traslado de esas experiencias en el campo de la administración pública, formación de recursos humanos que permita la capacitación con el afán de lograr la reforma del Estado, como la descentralización y sistemas de manejo de múltiples nacionalidades.

Otro de los participantes sugirió la necesidad de revisar los convenios cons-titutivos de los órganos de la Comuni-dad Andina con el propósito de fortale-cer el proceso de integración, dado que estos órganos en la práctica se han con-vertido en autónomos. Las reformas de los convenios permitirían a los gober-nantes andinos delegar a nombre de sus países, y formular las políticas de inte-gración, y consecuentemente ceder algo de capacidad de decisión en temas defi-nidos por los órganos de la Comunidad

1 Nota del CEI: El 7 de agosto de 1998, en Santafé de Bogotá, los países andinos firmaron el compromiso de incluir una cláusula democrática.

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Andina. Por otro lado, uno de los par-ticipantes señaló que ha ido evolucionan-do el tema de la personalidad, personería jurídica, de la capacidad de contratación que tiene la Comunidad Andina, con-tratación internacional para lograr la su-pranacionalidad de las decisiones.

Se señaló que en el marco de la inte-gración andina la doctrina liberal señala la necesidad de que todos los factores de la producción circulen libremente, es decir, no sólo el capital y los bienes, sino también el trabajo. En este sentido, la li-bertad de migración resulta un impera-tivo. Por otra parte, la Agenda Política de la Comunidad Andina en relación con la Unión Europea deberá incluir los aspectos de cooperación en el ámbito de la seguridad al interior de los países de la subregión, así como aspectos relativos a la delincuencia, aspectos que la Unión Europea tiene experiencias de coopera-ción. A nivel internacional los países miembros de la Organización del Tra-tado del Atlántico Norte (OTAN) han adoptado un nuevo sistema de seguri-dad selectiva, abandonando la idea de la seguridad colectiva.

LA AGENDA SOCIAL DE LA COMUNIDAD ANDINA

La Política Externa Común de la Comu-nidad Andina contempla el estableci-miento de una Agenda Social que iden-tifica una serie de temas que poseen una etiqueta social. El primero se relaciona con la sociedad civil en cuanto al esfuer-zo de reforma programática y de refor-ma institucional andina para involucrar más a la sociedad civil en los procesos de la Comunidad Andina, en áreas como la formulación e implementación de polí-

ticas. En este sentido, se aspira a que la integración andina incluya, además de las decisiones presidenciales, la inte-gración de sus habitantes de las distin-tas regiones, ciudades capitales, ciuda-des intermedias y de la gente de la zona de fronteras.

Se consideró que la Agenda Social de la integración andina involucra varios aspectos, como son las políticas migra-torias, el tema sociolaboral, el desarrollo fronterizo y la dimensión educativa y cultural de los procesos de integración. Respecto a las políticas migratorias como es la libre circulación de personas, se ha establecido la liberalización de los servi-cios como condición previa para la libre circulación de los ciudadanos. Para la li-bre circulación de personas se ha esta-blecido un proceso por etapas. En este sentido, la Unión Europea posee una bas-ta experiencia en cuanto a programas, estudios y políticas.

El segundo tema de la Agenda Social de la integración andina se refiere al área sociolaboral, que tiene el propósito de involucrar a los actores de los procesos productivos de la Comunidad Andina, como los empresarios y los trabajadores, quienes también deben participar en los procesos de toma de decisiones. En este sentido, la Comunidad Andina tiene un consejo laboral y empresarial, en donde se ha trabajado mucho más en la dimen-sión empresarial.

El tercer tema de la Agenda Social tiene que ver con el desarrollo fronteri-zo. La frontera se entiende como el es-pacio vivo de la integración y que a más de constituirse en un espacio económico es generador de recursos. En conse-

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cuencia, la frontera tiene su propia eco-nomía y dinámica social. Así, la zona fronteriza entre Colombia y Venezuela es un "tercer país" en tanto y cuanto la población piensa en forma distinta de la gente del centro de los países.

El cuarto tema de la Agenda Social se relaciona con la dimensión educativa y cultural de los procesos de integra-ción. En este sentido, la CAN tiene su propia diversidad y una étnica cultural, en donde un instrumento de política ex-terna común de la Comunidad Andina tendría que implicar una política común de divulgación cultural dado que la re-gión tiene una identidad, es decir, se tendrían varios proyectos con una di-mensión cultural de integración. Por otra parte, en el campo de la educación se está desarrollando todo un esquema de homologación de políticas educativas y, además, se deberán iniciar procesos educativos que permitan que la gente de la Comunidad Andina y las nuevas generaciones evolucionen con una con-ciencia de pertenencia a la comunidad.

En el marco de la cláusula social de-bería existir la vinculación de la política social respecto de la política comercial y si es válido la injerencia de organismos supranacionales o de otros Estados en las condiciones sociales vigentes en la subregión, que guarde una equivalencia entre salarios y productividad bajo la óptica de que los niveles de bienestar de la región andina difiere de la europea. En este sentido, se comentó que las con-diciones sociales de los países andinos se caracterizan por la existencia de po-breza, bastante generalizada y en un grado extremo. Los niveles de desigual-dad social son sumamente grandes y en

consecuencia existe una exclusión so-cial. De esta forma, la seguridad ciuda-dana está altamente correlacionada con la existencia de pobreza y desigualdad. Así, en Estados Unidos y en Europa se ha reducido la delincuencia urbana en la medida en que ha desaparecido la po-breza. Por tanto, la Agenda Social andi-na deberá contemplar un proyecto diri-gido a erradicar la pobreza en el largo plazo y de esta manera reducir la desi-gualdad a través de la participación de cada una de las sociedades andinas, dado que en estas naciones existe un alta eva-sión tributaria.

Otro punto que merece la atención de la Agenda Social andina se refiere a los aspectos de la urbanización y migra-ciones en la subregión. Un participante recordó que en Europa se inició la indus-trialización para luego dar paso a las mi-graciones rurales a las ciudades, mientras que en América Latina surgió el urbanis-mo y se ha fracasado en la industrializa-ción. En consecuencia, las ciudades an-dinas han crecido en desproporción, sin guardar los planteamientos necesarios en donde no existe la capacidad de ab-sorción de la migración sobre todo rural.

Otro de los temas que resulta de gran importancia en la Agenda Social de Comunidad Andina se refiere al papel que los medios de comunicación juegan en la integración andina. En este senti-do, la formación de una cultura y ciuda-danía de integración andina a través de los medios de comunicación permite la participación de la sociedad civil y, por ende, la vigencia de la democracia. En este sentido, se debe propiciar el inter-cambio y fortalecimientos entre los co-municadores y los creadores de la cultu-

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ra. Así, Ecuador y Perú vienen propi-ciando el intercambio de periodistas y directores de periódicos, con el propósi-to de avanzar en el proceso de pacifica-ción de la zona fronteriza.

En el campo de la integración, Ecua-dor y Colombia lograron constituir una integración fronteriza. En las zonas de integración fronteriza entre estas dos na-ciones los ciudadanos circulan sólo con la cédula de identidad y no pagan nin-gún tipo de arancel, porque se entiende que la zona de integración fronteriza es una prolongación del otro país. Así, las personas que viajan por avión desde Buenaventura pagan tarifas nacionales e impuestos y, en consecuencia, los pa-sajes de avión entre Cali y una ciudad en la zona de integración fronteriza tie-nen un precio nacional. Estos avances fronterizos se lograron en un canje de notas entre ambas naciones.

Existe un gran reto social de los go-biernos andinos de cómo hacerle llegar la integración a la gente común. En el seminario se expusieron varias opciones como la organización de programas universitarios que permitan que los es-tudiantes de la Comunidad Andina puedan pasar un mes en una universi-dad de un país y otro mes en una uni-versidad de otro país. Esa medida pue-de ser facilitada por los gobiernos para permitir una mejor integración social andina en donde las personas sientan que la integración andina es una reali-dad que les beneficia. Por otro lado, para involucrar a la población más sencilla de nuestros países al concepto de integra-ción, es necesario educar para integrar y promover la integración. En este sentí-do, se deberán financiar programas de

comunicación social dirigidos a las ca-pas poco ilustradas, capas marginadas. Además, a nivel educativo, tanto escolar como secundario, se deberá crear una materia de integración y se deberá di-fundir el concepto de integración vía programas a los sindicatos, al indigena-do y a las poblaciones marginadas. En concordancia con este tema existe un proyecto de pasantías para los funcio-narios de todos los países andinos.

En el área de la formación de la cul-tura y ciudadanía de la integración exis-te un proyecto que está dirigido por el señor Andrés Caldera, hijo del presi-dente Caldera a nivel andino y que tiene el respaldo de la Secretaría Andina. Este programa tiene dos ámbitos, uno referi-do a la presentación de y significado de la cultura andina en Europa con el afán de levantar el interés de muchos turistas europeos que vienen en busca de un ambiente absolutamente diferente al europeo y se realza la naturaleza abier-ta, el turismo ecológico. En los últimos años, ha habido un incremento impor-tante de estudiantes universitarios que muestran su interés en las poblaciones primitivas de la zona amazónica. El se-gundo ámbito se refiere a mantener los valores culturales que los países andinos poseen, y un tercer aspecto tiene que ver con la promoción de oportunidades de inversión que tienen las áreas turísticas.

Para efectos de establecer un política cultural de la subregión andina, resulta necesario abrir una línea de cooperación que permita propiciar la divulgación de programas culturales en los medios de comunicación de ambas regiones. En esta línea de trabajo es importante con-siderar que la presentación de proyectos

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valorados entre doscientos y un millón de dólares o más implica que los servi-cios de la cooperación realicen el mismo esfuerzo. Entre las formas de medición de los avances sobre un determinado tema relativo a la integración existe en la Unión Europea un mecanismo llamado eurobarómetro que permite medir los niveles de satisfacción de los ciudada-nos y los sentimientos de lealtad hacia los distintos temas de la integración.

LA AGENDA DE LA POLÍTICA EXTERIOR DE LA COMUNIDAD ANDINA. GRUPO DE MISCELÁNEOS

Uno de los oradores identificó un grupo de temas llamado de misceláneos que integra varios aspectos, como la integra-ción física, el medio ambiente, los recur-sos naturales y la energía. El campo del medio ambiente tiene varias connota-ciones: la preservación del medio am-biente, la relación con el aspecto comer-cial, las normativas medioambientales que afectan al comercio, el turismo en-tendido desde la óptica ecológica que es un ámbito de gran importancia poten-cial en los países andinos. En esta línea de temas, se añaden los aspectos referi-dos a los recursos biogenéticos aún no explotados. Se comentó que del total de la cooperación que la Comisión Europea otorga a los países de la Comunidad An-dina, apenas el 5% corresponde a la par-tida del medio ambiente, por lo que se podrían precisar varias propuestas y ac-ciones en este campo. En consecuencia, los aspectos del medio ambiente, la bio-diversidad existente en la región andina y el desarrollo de la biotecnología ofre-cen oportunidades importantes en el

campo de la cooperación para el medio ambiente.

El segundo tema se relaciona con la energía y que en el marco del Acuerdo de Tercera Generación firmado entre la Comunidad Andina y la Unión Europea se refiere con especificidad a realizar es-tudios prospectivos y de balance y de la ejecución de programas y proyectos concretos. En este sentido, la Región Andina tiene un potencial importante que ofrecer para el desarrollo y ejecu-ción de programas y proyectos conjun-tos en el ámbito de la cooperación y del fomento de inversión en el área ener-gética. Por el contrario, los Acuerdos firmados por Europa con México en la materia de la energía, se refieren a la promoción de transferencias de tecno-logía, intercambios de información so-bre legislaciones, proyectos conjuntos. Asimismo, en el Acuerdo establecido por Europa con el Mercosur y Chile, se manifiesta fomentar el acercamiento, in-tercambios de información, mantener diálogos sobre políticas energéticas. Por otra parte, resulta importante señalar que la cooperación que entrega la Comi-sión Europea a la Comunidad Andina representa apenas el 0,1 del total recibi-do y que está asignado en la partida po-lítica energética para el período com-prendido entre 1990-1996.

Un tercer aspecto que se destacó se refiere a la integración física y se comen-tó que la integración económica no pue-de existir sin la previa integración física. Se explicó que el 88% de los recursos fi-nancieros recibidos por la Comunidad Andina por concepto de cooperación bi-lateral proviene de los países miembros de la Organización para la Cooperación

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Económica y el Desarrollo (OCDE), mien-tras la Comisión Europea destina el 12% de sus recursos a proyectos orientados a la cooperación para el desarrollo. En este contexto, se sugirió que los proyec-tos de infraestructura que plantee la Co-munidad Andina podrían tener una vi-sión de conjunto de la Unión Europea y sus Estados miembros, e incluso se po-drían explorar las formas de financia-miento a través del Banco Europeo de Inversiones o propidar operadones trian-gulares en donde participen el Banco Mundial y el BID. Asimismo, se comentó que la necesidad del desarrollo de vías rápidas de conexiones en puertos y ae-ropuertos resultan una extraordinaria ocasión para llegar a realizar acuerdos con empresas de la Unión Europea que pudieran financiar y participar en joint-ventures para el desarrollo de la infraes-tructura andina. En el marco general de la cooperación, la Unión Europea ha es-tablecido líneas de acción y áreas de tra-bajo que se reflejan en el documento elaborado por la Comisión Europea lla-mado "Actualidad y Perspectivas del Fortalecimiento de la Asociación Unión Europea y América Latina 1996-2000".

En cuanto se relaciona a los recursos naturales, el Acuerdo de Tercera Gene-ración vigente entre la Comunidad An-dina y la EU se refiere a programas espe-cíficos en materia de pesca, es decir, no posee un marco o sectorial de coopera-ción. Sin embargo, en los acuerdos fir-mados entre la Unión Europea y Méxi-co, Chile y Mercosur se han establecido acuerdos sectoriales como, la pesca. En este sentido, la Comunidad Andina po-dría argumentar este tipo de acuerdos

sectoriales en el marco de los Nuevos Acuerdos de Cuarta Generación.

En el aspecto agrícola y rural, el Acuer-do de Tercera Generación vigente entre ambas regiones tiene un mayor énfasis en la cooperación dirigida a los recursos fore-stales y del medio ambiente. Por el contra-rio, los acuerdos de Cuarta Generación que ha firmado la Unión Europea con México, Chile y el Mercosur están enca-minados a las políticas de calidad, medi-das medioambientales y sanitarias o a la armonización de normas.

LOS TEMAS ECONÓMICOS DE LA AGENDA POLÍTICA EXTERIOR DE LA COMUNIDAD ANDINA

Uno de los participantes comentó la ne-cesidad de diferenciar la dualidad exis-tente entre el Sistema Generalizado de Preferencias (SPG) y los compromisos re-cíprocos que supone un Acuerdo de Cuarta Generación. En este sentido, el SPG constituye un acuerdo de preferen-cias comerciales en forma unilateral que ha sido renovado durante la década de los noventa y se aspira que el esquema tenga una última extensión hasta el año 2005. En la actualidad, el SPG permite que el 90% de los productos agrícolas e industriales ingresen a Europa con un arancel 0. Sin embargo, la ausencia de certeza para lograr una extensión de este sistema o de la exclusión de algunos productos obliga a preparar un escena-rio frente al cual la Unión Europea nos solicite en algún momento definir unas concesiones recíprocas en materia co-mercial. En este sentido, los Acuerdos de Cuarta Generación implican condi-ciones de reciprocidad que son otorgadas

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por los países que suscriben esos acuer-dos con la Unión Europea.

Otro participante comentó que es el momento oportuno para que la Comu-nidad Andina prepare una estrategia an-dina de negociaciones comerciales con la Unión Europea que permita una flui-da y permanente relación comercial. En este sentido, el empresario andino no puede realizar proyectos y generar acti-vidades productivas bajo la considera-ción de que el actual SPG pueda o no ser extendido hasta el año 2005. Sin lugar a dudas, la agenda comercial tiene una alta prioridad en el marco de las relacio-nes con la Unión Europea; sin embargo, las cuotas establecidas por la Unión Eu-ropea a los países andinos productores del banano han sido un serio problema para las relaciones comerciales entre am-bas regiones.

Resulta necesario que en el marco de la cooperación exista una definición más dirigida al apoyo de cambios en el sector privado que además de incluir a las pequeñas y medianas empresas, se involucre al sector productivo de los países andinos a través de programas concretos de productividad a efectos de elevar la eficiencia, calidad, reconver-sión productiva industrial y general. En consecuencia, resulta beneficioso e im-portante tipificar este tipo de programas a la luz del abatimiento de las barreras comerciales.

Uno de los participantes sugirió que en la agenda económica de la CAN con la Unión Europea se incluyan programas de formación e información en el ámbi-to del medio ambiente y que permitan el conocimiento del uso de las normas téc-

nicas, especificaciones y regulaciones medioambientales como el sello verde. En tal virtud, estas iniciativas estimula-rán el mejor posicionamiento de produc-tos tanto agrícolas como industriales en el mercado europeo. Por ejemplo, Ale-mania es un mercado importante para el destino de las exportaciones andinas y en consecuencia es uno de los países más exigentes en los temas ambientales. En tal virtud, convendría establecer pro-gramas de apoyo con la Unión Europea y generar opciones de joint-venture a efectos de desarrollar actividades con-juntas para cumplir con el respeto al ecosistema. Además, resulta importante considerar la actualización de acuerdos científicos y tecnológicos referidos a las investigaciones básicas y aplicadas en razón de la biodiversidad existente en los países andinos.

En el ámbito de la cooperación an-dino-europea, existe la necesidad del fortalecimiento institucional. En este sentido, el Tribunal de Justicia de la Co-munidad Andina ha valorado los avan-ces que se han efectuado en el Tribunal de Justicia de la Unión Europa y que dis-pone de la experiencia, tecnologías y co-nocimientos, por lo que resulta importan-te orientar y fortalecer la cooperación entre ambas regiones en esta área. El Tri-bunal de Justicia europeo mantiene vi-gente la difusión y divulgación de la fi-losofía y conceptos de la integración económica contemplada en la mayoría de programas universitarios del dere-cho económico comunitario.

En algunos países miembros de la subregión andina se han realizado im-portantes avances en la aplicación del derecho comunitario relativo a las con-

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sultas prejudiciales. Durante los últimos cinco años, el Tribunal de Justicia Andi-no viene desarrollando acciones dirigi-das a unificar la aproximación de legis-laciones y de sistemas de regulación jurídica común. En este sentido, el nú-mero de casos que está atendiendo el Tribunal se ha duplicado respecto de los años precedentes y por primera vez los países andinos iniciaron las consultas pertinentes sobre el sistema jurídico de integración. Sin embargo, Bolivia y Perú aún no han integrado en sus respectivas legislaciones el derecho comunitario an-dino, debido, por un lado, a sus propias estructuras jurídicas internas que aún son poco proclives a la integración eco-nómica y, por otro lado, a la falta de re-ceptividad del concepto de supranacio-nalidad de las instituciones andinas que emiten regulaciones que tengan aplica-ción inmediata y permanente sobre el derecho interno. Este último hecho se re-laciona con la ausencia de conocimiento a nivel de magistrados y jueces de dis-tinto orden, dado que los jueces de pri-mera instancia no poseen el conocimien-to adecuado sobre el manejo y acceso a los instrumentos jurídicos de integración. En tal virtud, se recomendó la identifi-cación de programas que contemplen la divulgación de las decisiones jurídicas dictaminadas por el Tribunal de Justicia Andino.

ACUERDOS DE CUARTA GENERACIÓN

La naturaleza de la relación entre la Co-munidad Andina y la Unión Europea gira en torno al Acuerdo de Tercera Genera-ción que tiene implícito un tratamiento preferencial para estimular e impulsar las exportaciones andinas en virtud del

SPG de la Droga. Este actual tratamiento preferencial tendrá una validez de un breve plazo y está sujeto a revisión de la Comisión Europea y del Consejo de mi-nistros de la Unión Europea y se limita-rá a determinados productos agrícolas e industriales. En consecuencia, las auto-ridades de la Comunidad Andina debe-rán plantear una relación con un mayor grado de igualdad caracterizado en los nuevos Acuerdos de Cuarta Generación.

Las preferencias arancelarias exis-tentes con un arancel 0 no se han apro-vechado adecuadamente y el sistema está subutilizado, por lo que existiría un margen para incrementar el nivel de ex-portaciones de los productos andinos. Sin embargo, en la actualidad tanto la Comunidad Andina como América La-tina sufren un proceso de marginaliza-ción creciente en calidad de socios de la Unión Europea, tanto en términos de mercado como en términos de compra-dores. América Latina ocupa el último lugar en la pirámide de preferencias eu-ropeas. En consecuencia, existe la ne-cesidad de establecer la vía y manera adecuada para fortalecer el vínculo co-mercial a efectos de aprovechar las pre-ferencias arancelarias o comenzar a plantear la necesidad de elevar el nivel de relacionamiento a través de un Acuerdo de Cuarta Generación. Además, uno de los oradores señaló que existe un factor de tiempo o timing, es decir, el momento más oportuno para plantear un Acuerdo de Cuarta Generación.

Uno de los oradores planteó la necesi-dad de definir una nueva política comer-cial, es decir, establecer una estrategia de negociación común frente a Europa que incluya un proceso de comercialización,

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promoción de inversiones, promoción de apertura de mercados, enmarcado con una vinculación a la ciencia y tecno-logía con el propósito de incrementar la productividad y competitividad de los productos andinos en Europa. Por otra parte, se sugirió diseñar y establecer una política para el desarrollo del relaciona-miento entre bloques en el contexto de los procesos de globalización. En este sentido, Europa tiene definidos sus po-líticas y mecanismos para fomentar el re-lacionamiento con la subregión; empero la Comunidad Andina deberá reflexio-nar en los grados de libertad de que dis-pone y plantear la lógica del relaciona-miento entre bloques en el contexto de los procesos de globalización que están teniendo lugar a nivel mundial. Los te-mas que integrarían una política exterior en esta área tienen tres niveles definidos, así: la naturaleza del relacionamiento, los mecanismos y las acciones concretas de promoción del comercio y las inver-siones; en consecuencia, estos puntos conceptuales de sintonía establecerían la estrategia a seguir en el marco del tema bloque económico y globalización.

Uno de los participantes sugirió fijar una estrategia de política exterior co-mún frente a los bloques económicos, dado que la Comunidad Andina aún no dispone de posiciones conjuntas sobre temas específicos; tal es el caso del bana-no, en donde las posiciones de Colom-bia y Venezuela son contradictorias con las del Ecuador y, en consecuencia, re-sulta prioritario tener una estrategia con-junta para negociar con la Unión Euro-pea. Por otra parte, el surgimiento de otros bloques económicos o zonas de li-bre comercio como el Foro de Coopera-

ción Económica Asia-Pacífico. En este ám-bito, uno de los oradores comentó que en el caso ecuatoriano se están diseñan-do ciertas políticas comerciales a través de la Corporación de Promoción de Ex-portaciones e Inversiones (Corpei) y que junto a Colombia, Perú y Chile se coor-dinarán programas para un mejor rela-cionamiento con los países miembros del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico.

En el marco de una política exterior de la Comunidad Andina, el papel del Estado resulta fundamental para definir una estrategia de integración en relación a la globalización mundial de las econo-mías. Sin embargo, existen intereses en-tre los Estados nacionales y las transna-cionales que representan a los grandes conglomerados productivos y financie-ros que están borrando las fronteras del mundo. Un hecho importante que ex-plica este fenómeno se relaciona con el tema del banano. Así, el panel del bana-no que se planteó ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) estuvo promovido por la empresa United Fruit International Company de los Estados Unidos, en razón de las condiciones dis-criminatorias de la Unión Europa que perjudicaban las utilidades de las em-presas comercializadoras estadouni-denses en Europa. La empresa United Fruit incorporó a los países como Ecua-dor, Honduras, Panamá y México que fueron afectados por las cuotas de mer-cado discriminatorias planteadas por Europa y se enfrentaron con la Unión Eu-ropea, mientras que el grupo de países conformado por Colombia, Costa Rica y Venezuela aceptaron las cuotas comuni-tarias. Sin embargo, otro panelista ar-

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gumentó que la Política Externa de la Comunidad Andina debe proyectar la integración de las naciones a través de la concordancia de programas y proyectos establecidos por los países miembros me-diante políticas del corto, mediano y lar-go plazo. Entre varias de las actividades prioritarias que debe realizar, el Estado tiene que ver con la corrección de los de-sequilibrios generados por el mercado; defender la equidad social y justicia so-cial; fomentar alianzas estratégicas entre las empresas locales y transnacionales a través de un entorno económico facilita-dor en materia de comercio e inversiones directas; estimular la privatización y ca-pitalización de las empresas del Estado como son las áreas de los servicios: ener-gía, telecomunicaciones, salud y vías de comunicación; apoyar y fortalecer a las empresas multinacionales andinas para posicionarlas a nivel internacional.

LA POLÍTICA AGRÍCOLA ANDINA

La Agenda de la Política Exterior de la Co-munidad Andina se relaciona con la polí-tica agrícola común andina en donde los países andinos presentan una serie de actividades agrícolas asimétricas, y en este sentido resulta estratégicamente ne-cesario el establecimiento de una políti-ca común con el propósito de negociar y celebrar acuerdos internacionales entre bloques de integración económica.

EVALUACIÓN

El seminario de reflexión se celebró en un ambiente distendido y constructivo, lo cual permitió un libre examen de los diversos temas presentados y llegar a un razonable nivel de consenso entre los

participantes andinos y europeo. A raíz de este pragmatismo se presentaron nu-merosas iniciativas y propuestas para ajustar la Agenda de la Política Exterior de la Comunidad Andina. El realismo en los debates permitió llegar a una coincidencia mayoritaria en una serie de puntos. Sin embargo, la transición del Acuerdo de Tercera Generación ha-cia uno de Cuarta implica ciertos niveles de reciprocidad en distintas áreas esta-blecidas entre ambas regiones.

Bajo esta premisa, se pueden resu-mir los principales resultados del semi-nario:

• Se afirmó en el tema político la nece- sidad de distinguir una democracia representativa de una democracia participativa, significando esta últi- ma la participación ciudadana. En este sentido, se sugirió introducir como cláusula fundamental y evolu- tiva la parte democrática dentro de la Comunidad Andina y establecer me didas que tengan una acción con el fin de integrar a nivel institucional los órganos andinos a efectos de que exista al interior de los países miem- bros un movimiento funcional per- manente y que permita una coordi- nación de países y, por ende, una posición externa común.

• Se comentó la necesidad de estable- cer la condicionalidad democrática, que permite un respeto de los dere- chos humanos y el cumplimiento de las normas democráticas en la subre- gión. Además, se hizo referencia a la ausencia de leyes al interior de los países que hace que se mantenga la impunidad.

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Un posible Acuerdo de Cuarta Gene-ración implica a la Comunidad Andi-na establecer una Agenda Social que involucre temas como son las políti-cas migratorias, el desarrollo social fronterizo. En este sentido, la Unión Europea tiene una gran experiencia y podría coordinar ciertos progra-mas en el ámbito de la cooperación al desarrollo. Además, la Agenda Social debe incorporar y modelar elemen-tos como son el manejo de políticas migratorias; desarrollo social de las fronteras; dimensión educativa, ét-nica cultural y social, áreas en las que Europa tiene experiencia. Existen otros aspectos que no han sido integrados en las discusiones y que deberán analizarse con atención, como la Cláusula Social que es interactiva que actúa directamente en el ámbito comercial y sobre todo en el área de los servicios. En este sentido, si no existe un reconoci-miento de los servicios en los aspec-tos sociales difícilmente se pueden llevar a cabo operaciones comercia-les. Por otra parte, la pobreza y la ex-istencia de desigualdades en el tema social son prioritarias y tienen refe-rencia hacia el fortalecimiento de la cláusula social. Se comentó el papel que juegan los medios de comunicación, es decir, en la comunicación global que es otro nicho importante para ser tomado en cuenta en el ámbito de la coopera-

ción y que debe tener una proyec-ción social.

• De la misma manera, se comentó so bre los temas de intercambios educa tivos a nivel subregional e interna- cional.

• En cuanto se refiere al papel del Es- tado respecto a los temas económicos, se afirmó que los acuerdos regiona- les que la Comunidad Andina suscri- ba deben tener una orientación clara del Estado. Éste deberá definir po- siciones tanto comerciales, como de inversión y de relaciones externas, es decir, el Estado podrá manejar unos grados de libertad muy amplios ante los bloques internacionales como son la Unión Europea, Mercosur y otros.

• Finalmente, se identificaron áreas comunes de cooperación entre la Co- munidad Andina y la Unión Euro- pea en el sector de la generación energética. En este sentido, resulta fundamental aprovechar los recur- sos hidráulicos como una área para fomentar la inversión y conversión de las infraestructuras andinas, las actividades fronterizas, de comuni- cación, de apertura de nuevos mer- cados, como también de servicios. En consecuencia y para el desarrollo del comercio interandino y externo, se debe disponer de una infraestruc- tura adecuada y, por ende, de servi- cios que conjuntamente permitan establecer una Agenda Social.

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