10
Problemática de la región a la luz de los nuevos y los viejos aportes Historia Regional 02/07/2013 PABLO DANIEL FRANCO

Coloquio Historia Regional

Embed Size (px)

Citation preview

Problemática de la región a la luz de los nuevos y los viejos aportes

Historia Regional

02/07/2013

PABLO DANIEL FRANCO

1 Historia Regional 2013Pablo Daniel Franco

Problemática de la región a la luz de los nuevos y los viejos aportes

“… el concepto región, adoptado tanto por los geógrafos como por los historiadores, ha sido objeto de permanentes discusiones que giraron en torno a la operatividad del mismo para los análisis de ambas disciplinas. Los enfoques para abordar la región por parte de los historiadores parten de distintos presupuestos. Así, en términos generales, la región puede considerarse como el resultado de un proceso histórico que le da ciertas características homogéneas (región histórica); como un constructo ideológico que afirma los rasgos identitarios de una sociedad particular localizada geográficamente (región asociada a regionalismo); como el resultado de una planificación política-económica (región planificada desde las teorías del desarrollo de los ’60 a partir de las regiones históricas o de particulares intereses económicos o políticos); o bien como categoría de análisis que sirve para hacer inteligible la localización de procesos históricos en el espacio (región como hipótesis de trabajo)”

Retomado de [http://www.historiaregional.ecaths.com/contenidos/].

A lo largo del cursado una de las preguntas que atravesó esta experiencia fue ¿Existe la Región? y tal vez es un interrogando muy difícil de contestar. Fueron diversos argumentos muy fuertes, pero que no empeoran la definición sino que la problematizan y enriquecen nuestros criterios.

Aproximadamente a partir del 60 al 70, un enfoque y una interpretación distinta en el quehacer histórico, tal vez no en forma contestaría pero si problematizando las interpretaciones que pretendían dar "la respuesta" única a los problemas que estudiaban, pero que se basaban en generalizaciones, tal punto pareciera coincidir no solo en el campo académico de la historia sino que se extiende a lo largo de todas las disciplinas humanistas llegando a trastocar también al resto. En la historia se pudo asistir a la difusión de estudios microhistoricos. “La aproximación microhistórica ha llegado a ser en estos últimos años uno de los lugares más importantes del debate epistemológico entre los historiadores” (Revel, 1996). Por otro lado la interpretación y las implicaciones de la opción microhistórica no fueron concebidas por sus practicantes en los mismos términos, es así que esta opción no posee “ni es un cuerpo de proposiciones unificadas, ni una escuela, menos aún una disciplina autónoma” (Revel, 1996). La variación de la escala de análisis es considerada con la pretensión de que la elección de cierta escala de observación produce efectos de conocimiento y puede llegar a ser el instrumento de una particular estrategia de conocimiento. También la originalidad del término contexto que parece consistir en el rechazo del presupuesto que subtiende todos los usos habituales: es decir, que exista un contexto unificado, homogéneo, en el interior del cual y en función del cual los actores definirían sus elecciones.

No debemos dejar de lado la vuelta del relato como forma de escritura, pero no el relato tan guionado sino aquel que permite una cercanía con lo conflictivo, con lo complejo, que logre hacer partícipe al lector de la tarea de investiacion. Otras características a tener en cuenta en la microhistoria según Campagne son: el papel de los individuos como actores sociales; la recuperación de los discursos de los sectores, grupos y clases sociales marginados en su tiempo y en la historia; el estudio de casos excepcionales como forma de reforzar modelos explicativos o para cuestionarlos y demoler estereotipos; la detección de anomalías como forma de adentrarse en el núcleo de tensiones sociales y conflictos; la posibilidad de acceder a una serie de objetos de estudio que hasta entonces habían permanecido invisibles.

2 Historia Regional 2013Pablo Daniel Franco

De alguna forma se asistió a una renovación metodológica y epistemológica de la historiografía, lo cual también fue enriquecido por una renovación conceptual (punto muy confluente), términos como espacio, tiempo, lugar y región fueron reconsiderados desde una perspectiva más integradora y que permitiera un análisis profundo de lo social.

Los aportes de Dolores Juliano en cuanto a espacio como construcciones propias de cada sociedad, y no entes a priori de estas. En este sentido lo interesante es poder rescatar que no existe un espacio previo, sino un espacio construido socialmente, y que las formas de concebir al tiempo también son varias por lo cual responden a tiempos rituales de la vida cotidiana y tiempo de tipo lineal inherentes a cada sociedad, a lo cual cabria agregar que son reproducidos por los individuos en la interacción con sus pares. También el concepto “lugar” de Pierre Bourdieu, retomado por Gabriela Caretta e Isabel Zacca, en el que hay cierta correspondencia (no lineal) entre el espacio social y el físico, en el sentido de que “las divisiones y distinciones del espacio social del espacio social se expresen real o simbólicamente en el espacio físico apropiado como espacio social codificado” (Bourdieu, 1998); ante lo cual la propuesta de “lugar antropológico” es mucho más rica, en tanto que permite identificar “el principio de sentido para quienes lo habitan y de inteligibilidad para quienes lo observan” (Caretta y Zacca, 2007).

En cuanto al término región es algo muy difícil de definir, pues en materia de conceptualización existen variadas formas de concebirlo. García Álvarez en su trabajo sobre “La geografía regional” realiza un seguimiento de los que es la geografía regional “(…) la geografía clásica privilegiara la identificación, delimitación y el estudio de las regiones concebidas en buena medida como unidades verdaderas, esto es entidades físicas, tangibles u objetivas con caracteres propios cuya singularidad, debía desentrañar el geógrafo”. En este contexto dominara también la identificación de la región geográfica con la región natural, la cual es concebida como el resultado de la interrelación secular entre la naturaleza y la sociedad. Para algunos la región llegaría entonces a entenderse como el área de extensión de un paisaje. Es por esto que se entiende entonces que las regiones atendidas por los geógrafos de esta etapa pero que siempre tendieron a ignorar los paisajes urbanos e industriales y a a privilegiar las investigación a ámbitos rurales y unidades de escalas media y grande, concretadas estas en la elaboración de monografías. En este sentido generalizaron también un “(…) modelo expositivo relativamente rígido, basados en el análisis de los diferentes componentes físicos y humanos de la región estudiada, así como la identificación de sus diversas unidades espaciales para culminar en la síntesis explicativa de la singularidad regional”. A diferencia de la geografía regional clásica, las nuevas geografías regionales (en sentido plural) dan cuenta de un repertorio largo y diverso en tendencias. Por esta razón resulta difícil delimitar unas señas compartidas por las tendencias de la geografía regional. Más allá de los rasgos generales de esta, el panorama de estudios regionales asume el cuño indiscutible de pluralidad. Los elementos comunes a estas son considerar a la disciplina como ciencia social; el uso de concepciones prioritariamente sociales de los hechos regionales; que tales regiones se construyen socialmente; una voluntad de informarse teóricamente y formular explícitamente esos supuestos teóricos; una atención prestada a las relaciones entre procesos de diferente escala; y la asunción de un compromiso declarado con la transformación social.

En nuestra disciplina es mucha más impreciso poder demarcarla, ya que en su profundidad podemos ver la heterogeneidad de sentido. Sara Mata en el Panel Balance y Perspectivas en Historia Regional de las Primeras Jornadas Internacionales de Historiografía Regional en 2006

3 Historia Regional 2013Pablo Daniel Franco

dice que “El lugar y la región serían así los espacios donde el investigador con carácter hipotético propone materializar su investigación (prosiguiendo), en historia económica (es) donde el espacio regional, construido como hipótesis de trabajo, validó a la región como unidad analítica inteligible que permitía asimismo observar, a través de la circulación y los mercados, su articulación con otras regiones en un proceso económico general”, citando a Van Young es “la espacialización de una relación económica”, retomando estas concepto la región en historia estaría demarcada por las relaciones de tipo económicas, consideradas estas como lo que es susceptible de análisis, pero en otras palabras la región es un concepto sistémico, el cual implica una estructura entendiendo por tal un sistema de relaciones, que caracterizan su funcionamiento, este concepto tienen al dinamismo con mucha presencia en los estudios de historia económica, un ejemplo de ellos es Carlos Sempat Assadourian.

Adriana Kindgard considera (por otro lado), que la operatividad del concepto de región consistiría en permitir la demarcación de ese horizonte surcado por las múltiples relaciones que definen la experiencia social, manifestadas con caracteres propios. La región marcaría, así, el límite superior del contexto al que remiten las prácticas, en una primera instancia capaz de proporcionar claves interpretativas integradoras en términos de la dualidad acción/estructura. Este nivel de aprehensión de la realidad histórica proporcionaría la base para movimientos más amplios de contextualización como así también para definir las hipótesis o plantear las preguntas a través de las cuales proyectar el análisis. Es interesante que la concepción de Kindgard pareciera rozar un poco lo que dice Sara Mata, pues dadas las practicas podrían ser consideradas practicas económicas, de forma de obtener medios para la subsistencia. Sin embargo, creo que el sentido de practicas esta mucho mas ampliado, y mas aun la dualidad acción/estructura hace pensar en un universos de practicas sociales posibles de analizadas. Nidia Areces considera que pensar la región obliga a desbrozar el tejido de relaciones sociales presentes en un tiempo y espacio determinados, la región no es el resultado de la longevidad del edificio, sino la coherencia funcional, organiza que distingue de las otras entidades, puntualmente la región histórica se configura y se distingue de otras por la especificidad de su estructura social. En este sentido la región es mucho mas amplia, mas compleja y mas conflictiva.

Toda esta renovación en cuanto a lo conceptual en Argentina, también vino acompañada por una criticas a las viejas formas de concebir la historia. En este sentido no escapo a supervisión la Historia Regional Tradicional. Aunque la región para uno de presentes exponentes consta de una idea muy diferente. En Raúl A. Bazán la palabra región tiene distintas connotaciones que se sustentan en la geografía, la economía, la lengua, la cultura y también en el marco político-institucional. Pero sin perjuicio de estas acepciones particulares con que la palabra es usada corrientemente, es propio hablar de región histórica cuyo significado no se agota en aquellos contenidos particulares sino que los comprende a todos cuando adopta como universo de análisis a un ámbito territorial específico para conocer el comportamiento histórico de las comunidades que tienen su hábitat en ese espacio determinado. Para ubicar la cuestión en la jurisdicción de la Argentina, parece propio referirse a las regiones históricas que integran su territorio y participaron en la formación de la historia nacional. Queda sobreentendido que esa tardía configuración no se refiere a su realidad geográfica sino a su realidad histórica donde la presencia y la acción del hombre son decisivas. Seria muy interesante poder ver que este planteo posea un desarrollo coherente, sin embargo en su escritura esta realidad histórica se vera opacada por la explicación

4 Historia Regional 2013Pablo Daniel Franco

centrada solamente en los grandes hitos de las viejas historias tradicionales, que en algunos casos no hace mas que recuperar a los viejos escritores provinciales.

La critica es evidente desde el momento en que se consideran las variables físicas de la región como constitutivo del desarrollo histórico, pero el punto es poder saber hasta qué punto se pueden realizarle críticas a una posición muy diferente a la cual se concibe en los ámbitos académicos. Creo que una de las respuestas es poder entrar en la problemática Región/Objeto y Región/Concepto, una cosa es trabajar la región desde una perspectiva objetiva, en la cual se considere a la región objeto ya dado, que es posible de localizar y estudiar sin ningún problema para su estudio histórico. En este sentido se sitúan los trabajos de Bazán, considerando que la región ya esta dada, el rol del investigador seria solo explicar los procesos históricos inherentes a ella, una región homogénea cultural e históricamente, que se condice con la “Historia Nacional”. Eh aquí un punto a contrastar con el trabajo académico ¿No es acaso que la región que propone Bazán se ha construido históricamente y ha necesitado poder demostrar esa construcción apoyándose en las historias provinciales y nacionales tradicionales?, ¿Acaso las regiones trabajadas desde una perspectiva cuantitativa que dieron luz a regiones como la de “espacio peruano” no fueron respetadas y dadas por hecho en el contexto de surgimiento de tal concepto? La solución no es mirar el trabajo sino el objetivo. Puntualmente como se ha estudiado las historias tradicionales de la cual forma parte Bazán formaron y que forman parte de los discursos de las clases dominantes, que legitiman los proyectos y también los lugares en la sociedad, el trabajo académico (aunque existan casos) esta vinculado al ámbito de la producción de conocimiento y problematización del mismo, es por eso que los trabajos en historia cuantitativa recientes proponen también un estudio de los casos específicos para ver el grado de correspondencia con el modelo de Assadourian.

La región como Región/Concepto, pertenece a esta renovación conceptual de la que veníamos hablando, pero es posible complejizar mucho mas, pues no solo quedamos ante una región como “metáfora”, la región como hipótesis demuestra ser una herramienta analítica muy extensa, no limitada solo a los aspectos constitutivos de una región (puntualmente en Historia Regional) sino en el poder ofrecer “… la escala adecuada para observar…” (Fradkin, 2001). Los trabajos de Fradkin referentes al mundo rural son un buen ejemplo: “… el análisis de la conflictividad social rural no solo gana riqueza y precisión cuando se inscribe en un ámbito regional preciso sino que permite identificar mejor las unidades que organizan la acción colectiva (…) en un arco mas amplio y diverso de conflictividad …”.

Creo (desde mi punto de vista) que en Fradkin el concepto Region/Concepto es mucho mas concreto y a la vez mucho mas amplio, entendido este como “producto histórico (no en el sentido de Bazan), un resultado inestable de un proceso de estructuración social que articula y condensa diferentes procesos sociales que se producen en distinta escala espacial y que implican diferentes dimensiones analíticas”. Con esto daríamos por terminado tal discusión pero existen todavía cuestiones a resolver, porque dar cuenta de un concepto no implica muchas veces su aprensión en las practicas; tampoco con esto estoy diciendo que deba seguirse a Fradkin al pide de la letra, sino que en su concepto podemos ver una serie de advertencias a las cuales Areces también considera.

5 Historia Regional 2013Pablo Daniel Franco

Con esta concepción no se pretende reducir todo a un culto al localismo, considerando estáticos los conceptos de contexto, o caer en la redacción de una crónica intrascendente que olvida los problemas a discutir (Areces, 1999). Es necesario “acudir a la reflexión teórica que ayude a repensar las situaciones por las que pasan las sociedades contemporáneas que hacen al sentido de la Historia” (Areces, 1999). Otro punto es no subestimar y dejar de lado la mención al cambio social (Areces se refiere a los procesos de largo alcance), “los cambios se estructuran y por ellos las estructuras cambian”, es decir poner de manifiesto la relación entre los acontecimientos y las estructuras.

Con estas palabras (retomadas de Fradkin y Areces) se puede entender a las regiones como la envoltura que da sentido a las relaciones sociales, o aquel espacio que tiene sentido y es construido a través de las relaciones sociales. La materialidad de la región estaría asentada en las relaciones sociales y como estas se reproducen, cambian, tienen sentido, se diferencian unas de otras, se construyen y son históricas, y en este sentido también situacionales).

En palabras de Fradkin “desde esta perspectiva, es cierto que la región (en modo atravesando a Areces) ya no puede ser delimitada en base a un único criterio ni pensada menos como una entidad fija, cerrada y homogénea. Pero no por ello se trata de una construcción arbitraria del historiador: sino que deberíamos tratar de dar cuenta de un fenómenos social real que al tiempo de formar parte de la subjetividad de los actores tiene existencia material” (Fradkin, 2001).

Considerado por los dos, este es un movimiento mas vasto que recorre el conjunto de la historiografía y que ha hecho dudar a muchos supuestos: “así, la gran propiedad ha pasado de ser el núcleo receptor de las claves secretas de la historia colonial a ser una variable dependiente, mas como efecto multidimensional que como causa” (Fradkin 2001).

Un punto central en este movimiento es escoger un nivel de análisis adecuado a las formas de desarrollo y expresión del poder y el conflicto social; y ello “implica reconocer las formas especificas de espacializacion de las relaciones de poder e identificar la escala efectiva de despliegue del conflicto social” (Fradkin, 2001).

Región entonces tiene una punto central que es el de promover la búsqueda de lo social, pero no en sentido colectivos homogéneos, sino de la construcción de esto, es posible regionalizar las relaciones sociales, las practicas, porque al considerarlas tan amplias no solo posibilitan mejor conocimiento sino su enseñanza.

Transmitir lo complejo es tan difícil de enseñar a los adolescentes, sin embargo depende “del objeto de estudio elegido pero también de la perspectiva interpretativa en la que se sostenga”. Y este es un punto mas en el que convergen la visión tradicional y la renovada, su enseñanza, por mas que lleguemos a ampliar su concepto y diferenciarlo mas del tradicional, si este persiste en los ámbitos institucionales y no hay un punto de contacto con la renovación, será un avance restringido a nuestro ámbito, es por eso que creo que mas allá de los condicionantes (no solo en la esfera educativa sino también científica) nuestra labor tiene que ser problematizar y mostrar, contrastar y complejizar todo tipo de contenido, provocando eso que veíamos tan lejos de realizar: “los efectos de conocimiento”; que es posible si, pero solo con la labor investigativa y el compromiso de los docentes para con este trabajo también.

6 Historia Regional 2013Pablo Daniel Franco

Bibliografía

JULIANO; Dolores: “Los usos simbólicos del espacio” en: García Jordán, P.; Gussinyer, J.; Izard, M.; Laviá, J.: Piqueras, R.; Tous, M.; Zubiri, M. (coord.): Lo que duele es el olvido. Recuperando la memoria de América Latina. Universitad de Barcelona, Barcelona, 1998.

CARETTA, Gabriela y SACCA, Isabel: Lugares para la muerte en el espacio meridional andino. Salta en el Siglo XVIII. En: Memoria Americana 15. Año 2007. Pp 135 – 156.

BAZAN, Armando Raúl: “Visión regional de la Historia Argentina”. En: Investigaciones y Ensayos Nº 49. Academia Nacional de la Historia, Bs. As., 1999.

- La historiografía regional Argentina. RHA. N° 96. Julio – Diciembre 1983

GARCÍA ÁLVAREZ, Jacobo: “Geografía Regional”, en: D. Hiernaux y A. Lindon (Directores): Tratado de Geografía Humana. Anthropos, UAM, México, 2006.

QUIÑONEZ, Gabriela: Hacia una historia de la Historiografía regional en la Argentina. Prólogo. En: SUAREZ, Teresa y TEDESCHI, Sonia (Comp): Historiografía y sociedad. Discursos, Instituciones, Identidades. Universidad Nacional del Litoral, Santa Fe, 2009.

CAMPAGNE, Fabián: “Las búsquedas de la historia. Reflexiones sobre las aproximaciones macro y micro en la historiografía reciente”, en Entrepasados. Año VI, Nº 13, fines de 1997. Pp. 79-100.

REVEL, Jacques: “Microanálisis y construcción de lo social”. En: Anuario del IEHS, N° 10, Tandil, 1995. Pp. 125-143.

KINDGARD, Adriana: “La Historia Regional argentina y las proyecciones de su objeto a la luz de las propuestas de la microhistoria”. En: Cuadernos del sur– Historia. Nº 32 Bahía Blanca 2004.

MATA, Sara: “Historia Local, historia regional e historia nacional. ¿Una historia posible?, en Revista digital de la escuela de Historia., Universidad Nacional de Salta2003, Nº2.

VAN YOUNG, Erick: “Haciendo historia regional: Consideraciones metodológicas y teóricas”. En: Anuario IHES, N° 2, Tandil, 1987. Pp. 255-281.

FRADKIN, Raúl: “Poder y conflicto social en el mundo rural: notas sobre las posibilidades de la historia regional”. En: FERNANDEZ Sandra y DALLA CORTE Gabriela (Comp.): Lugares para la Historia. Espacio, Historia regional e historia local en los estudios contemporáneos. Rosario, UNR. Editora, 2001Pp. 119-136.

GRIMSON, Alejandro: “Introducción. ¿Fronteras políticas versus fronteras culturales?”, en GRIMSON, Alejandro (comp.): Fronteras, naciones e identidades. La periferia como centro, La Crujía, Buenos Aires, 2000. pp. 9-40.ARECES, Nidia: “Regiones y fronteras. Apuntes desde la historia”. En: Andes, N° 10, CEPIHA, Universidad Nacional de Salta, Salta, 1999, pp. 19-31.