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El diálogo Julio Awad Yépez 2010

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El dialogo en la narrativa

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El diálogo

Julio Awad Yépez2010

DIÁLOGOSEl diálogo bien construido es una de las formas narrativas más creíbles para el lector, porque su apariencia no presenta intermediarios y es una de las más sugestivas porque provoca curiosidad.Esta técnica, al permitir escuchar las voces de los personajes, añade credibilidad y muestra los caracteres de estos mediante la acción, como se mueven, como hablan y no mediante la

descripción.Es una de las estrategias más eficaces y más difíciles de lograr.En sentido estricto, el dialogo, es el enfrentamiento (en el que pueden que coincidan o no) entre dos visiones (o dos interlocutores).Las ventajas son las siguientes:- El narrador desaparece y deja a los personajes que hablen por el cuento.- Los propios personajes informan sobre la situación del conflicto.- El lector conoce directamente por los personajes, a través de sus palabras, la historia.- Es la forma narrativa más cercana al lector.Se construyen mediante parlamentos (palabras directas de los personajes) e incisos (aclaraciones del narrador)

EL DIÁLOGO NO ES UNA CONVERSACIÓNSi escuchamos a escondidas cualquier conversación mantenida en una cafetería nunca mostraríamos semejante sensiblería en una narración.Las conversaciones reales están llenas de pausas incómodas, de malas elecciones de palabras y expresiones, de frases sin acabar, de repeticiones sin sentido; rara vez se plasma una idea o se consigue cerrar una frase. Pero eso no importa porque las conversaciones no pretenden plasmar ideas ni cerrar frases. Es lo que los psicólogos denominan “mantener abierto el canal”. Hablar es nuestra manera de desarrollar y cambiar las relaciones.Cuando dos amigos se encuentran por la calle y hablan del tiempo, todos sabemos que su conversación no trata realmente del tiempo. ¿Qué se están diciendo? “Soy tu amigo. Robemos un minuto o dos a nuestros ocupados días y estemos aquí de pie, en presencia del otro reafirmando que de hecho somos amigos”. Tal vez hablen de deportes, del tiempo, o de ir de compras... de cualquier cosa. Pero el texto no es lo mismo que el subtexto. Lo que se está diciendo y haciendo no tiene que ver con lo que se está

pensando y sintiendo. La escena no trata de lo que parece tratar. Por consiguiente, el diálogo debe tener el aroma del habla cotidiana, pero un contenido superior al normal.En primer lugar, el diálogo ideal debe ser rápido y sencillo, debe decir lo máximo con el menor número de palabras posible. En segundo lugar, debe ser un diálogo que siga una dirección. En tercer lugar, debería tener un objetivo. Cada línea o intercambio en la conversación ejecuta un paso en el diseño que hace crecer y cambiar la escena alrededor de su punto de inflexión. Toda esta precisión, no obstante debe sonar a charla normal, utilizando vocabulario informal y natural, que se complemente con expresiones habituales o incluso jergas y, si fuera necesario, profanaciones.Aristóteles nos aconsejó: “Hablar como hablan las personas normales pero pensando como lo hacen los sabios”.Los diálogos no exigen frases completas. No siempre nos molestamos en pronunciar un nombre o un verbo. Típicamente omitimos algún artículo o pronombre y hablamos con frases hechas y expresiones, o incluso exclamaciones.

Las condiciones del dialogoHay una serie de condiciones ineludibles para el dialogo:- Intencionalidad, es la motivación que conduce una frase. Todo lo que discuten nuestros personajes proviene de una intención determinada. Hablar para decir algo más de lo que dicen y al hacerlo apuntan un matiz a la historia, un dato al momento conflictivo que atraviesan. Sus palabras van ligadas a la personalidad, al contexto y a la situación vivida y pretende provocar una variante al curso de los acontecimientos.- Precisión, esta noción se basa en la exactitud, la palabra empleada debe tener un significado exacto, no debemos agregar palabras innecesarias.- Naturalidad, debe ser natural a los oídos del lector, que más que leer escucha mentalmente la conversación- Fluidez, el dialogo debe ser fluido, ha de tener un ritmo narrativo propio, como lo tiene la poesía.- Coherencia, los personajes se caracterizan por sus palabras. Influye su personalidad, para que el dialogo sea coherente con ellos.- Poder de sugerencia, el dialogo debe abrir una incógnita, los personajes siempre han de decir más de lo que dicen (subtexto).- Interacción. Es tan importante lo que dice el locutor como el interlocutor, el uno depende del otro.

Funciones del dialogo- Configura escenas, presenta una escena del conflicto o de la situación de un modo vivo. - Aporta información, si transcribimos un dialogo es porque algo que nos cuenta usando esta conversación, en forma más ágil y directa que mediante el fragmento narrativo.- Forma parte de la trama del cuento o del capítulo de una novela.- Define un personaje, es el recurso más efectivo puesto que muestra al personaje

como una entidad completa.- Actúa como hilo conductor el acontecimiento principal, los personajes cambian en el transcurso del dialogo y lo demuestran mediante una serie de parlamentos.- Indica los nudos arguméntales, condensa ciertas nudos cuando la información principal esta esparcida.- Puede reemplazar a la acción o representarla.- Impulsa el relato, donde la narración se hace lenta, densa, debido a la voz narrativa empleada, recurrir al dialogo es un modo de superar este obstáculo.- Libera al ojo de una narración demasiado llena, juega entre la página llena y los espacios en blanco.- Complementa una acción, marca el ritmo acelerando o desacelerando y establece un nivel dramático.

Clases de dialogo- Discurso directo, reproduce literalmente las palabras del personaje (utiliza guiones).- Discurso indirecto, el narrador reproduce con palabras lo que los personajes dicen o han dicho. Depende de los verbos “me dijeron que” o “dije que”. Los tiempos verbales, pronombres y adverbios pasan al estilo indirecto y no admite raya de diálogo. - Discurso libre, consiste en incorporar al diálogo la narración eliminando los verbos “dicendi” y en consecuencia la raya de diálogo. La distinción se advierte por el contexto y por los cambios verbales.Ejemplo:Estilo directo:

“No pude evitar una sonrisa. Corso hizo un gesto de asentimiento, invitándome a pronunciar veredicto.-Sin la menor duda –dije- esto es de Alejandro Dumas, padre “El vino de Anjou”: capítulo cuarenta y tantos creo recordar, de Los tres mosqueteros.”Estilo indirecto:“Ella le contó sus tristezas. Rodolfo la interrumpía con sus besos y ella, contemplándole con los ojos entornados, le rogaba que la llamase una vez más por su nombre y que le repitiese que la amaba”.Estilo libre:“¿Qué me dice usted de las víctimas de la huelga de Fournies? ¿Y más recientemente aún? ¿Tuvo contemplaciones el gran Clemenceau con los huelguistas de Draveil?...”

EL MONÓLOGO Y SUS VARIANTESSe caracteriza porque transmite el pensamiento del personaje como si este hablara consigo mismo, el escritor nos introduce directamente en la vida íntima del personaje sin intervenir con comentarios y explicaciones. Es como si el protagonista hiciera un discurso no pronunciado.

El flujo de pensamientoSu diferencia más notable es que el narrador se interna dentro de la psicología del personaje e imita, con el desorden típico, sus pensamientos.

El soliloquioEs hablar en solitario, una especia de diálogo del personaje consigo mismo. El personaje habla a solas frente a un interlocutor imaginario.Lo más importante de sus características es la coherencia.Ejemplo: “Dirigiéndose imaginariamente a su marido muerto, la viuda le reprocha que nunca le hiciera una declaración de amor”

FORMAS DE REPRESENTACIÓN- En español, los diálogos se abren con una raya o guión medio.- Los anglosajones utilizan comillas en vez de guiones- Las comillas suelen utilizarse (en español) para indicar los siguientes aspectos:a) Para indicar pensamientos

b) Cuando conviene marcar las palabras de uno o varios personajes en situaciones que no son propias del diálogo (entonación de ironía, por ejemplo).c) Cuando en un diálogo un personaje cita las palabras de otro diálogo.

RIESGOS DEL DIÁLOGOSin duda, el diálogo es una magnífica herramienta para narrar, definir, situar, dramatizar. Como hemos visto, cumple funciones específicas, nos permite interesantes operaciones, pero debemos tener presente que puede crearnos complicaciones e inconvenientes si se utiliza arbitrariamente.Todo diálogo que se puede eliminar sin que cambie el sentido ni flaquee el ritmo del relato hay que eliminarlo.

Tipos de diálogo deficientes:- Diálogo estrictamente literario, es el que pone énfasis en el texto para ser leído, depende de las reglas gramaticales.- Diálogo ampuloso, consiste en emplear una forma de hablar afectada, solemne o propia del lenguaje administrativo- Diálogo incompleto, diálogo construido con frases muy cortas que expresan poco- Diálogo reiterativo, reiterar lo mismo de maneras diferentes- Diálogo demasiado extenso, consiste en alargar demasiado los parlamentos, Un dialogo excesivo fatiga al lector- Diálogo indiferenciado, según el cual todos los personajes hablan igual- Diálogo inútil, cuando el dialogo no aporta nada a los hechos- Diálogo imposible, al que le parece que le faltara algo.

Escuchando los diálogosHay que tener en cuenta el tono, la manera de hablar de los personajes. Creo que es utilísimo, porque da vida a los personajes y facilita la lectura.La imitación del diálogo impide que el autor se asome a cada rato a la narración. Es un buen signo que no se oiga la voz del autor. Todo suena espontáneo.Para poder captar como hablaría un personaje recurrimos a la ficha de personaje.Un buen diálogo depende del ajuste perfecto entre lo que dice el hablante y por qué usa esas palabras, para la cual el buen dialoguista debe plantearse la transición que impulsa el personaje a decir lo que dice.Cuando se escucha a un personaje en un diálogo, el lector debe tener la posibilidad de intensificarlo de inmediato acudiendo únicamente a su voz y con el soporte de la acotación que pueda proporcionarle el narrador.Una forma de facilitar el tema es realizar un cuadro de intenciones, una cosa así:

- Intenciones- Lenguaje apropiado- Mentir, simular- Meloso, almibarado, con numerosos adjetivos, preciso, si sabe o no

sabe, etc.O se cuenta directamente como narrador o se pone en boca de los personajes, más fácil pero más complicado no puede ser.Si el tratamiento elegido es el diálogo, el narrador que se esconde detrás no debe hacer comentarios u opinar. El narrador hace sombra al diálogo.Varias advertencias- Decidir si la ambientación prepara al diálogo o el diálogo surge de la ambientación.- Dosificar la información, no acumular una serie de informaciones importantes en el mismo parlamento- No recurrir a nuestra experiencia personal sino a la personalidad del personaje.- No hacer dialogar en vano- No abusar del verbo “decir”- Escucharlo. El mejor modo de comprobación para un diálogo es escucharlo, leerlo en voz alta, grabarlo e incluso escenificarlo. Así sabremos si hay algo que sobre o que falte a nuestro diálogo o si debemos añadir o restar indicadores a las palabras de nuestro protagonista.