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PAGINA CUATRO EL DÍA Viernes, 18 de Abrü de LA ISLA Y LOS BARCOS LOS DIAMANTES i! mm Por Luis ALVAREZ CRUZ Aunque todavía no se sa- be con absoluta certeza si hay diamantes en la Luna, ya se está hablando de ellos. Y tal vez los haya. O tal vez no. Pero como si los hu- biefa. ¿No sería conveniente ha- ecr una edición especial de los versos de Bartrina dedi- cados a un diamante? Lo que ocurre es que ya nadie le hace caso a los poe- tas y que todos creemos de buena fe en los diamantes, sin meternos en más averi- guaciones, Nos sentimos atraídos por todo lo que brilla, cuanto más inalcan- zable mejor, lo mismo se trate de las arcas de un ban- co que de la Luna. Por lo pronto será menes- ter aguardar a los primeros hombres que han de posarse sobre la arrugada superficie lunar. Ya dirán ellos si eso de los diamantes es verdad. Si es verdad, podría uno ima- ginarse la segunda versión de la conquista de El Dora- do, terriblemente espectacu- lar y en la que cada riesgo tendría un precio extra. Cabe adelantar de paso que el irónico y descreído Batrina buscaría la compa- ña de los románticos para formar entre todos un coro de plañideras, que bien se lo merecería la ocasión, au- ténticamente "la más alta que vieron los siglos", coa permiso de don Miguel de Cervantes, el cual, sin embar- go, no midió la batalla de Lepanto por su altura, sino por su dignidad histórica. En otros tiempos, un viaje a la Luna hubiera represen- tado un regusto previo por lo mágico. Selene, Diana, Endimión. ¿Y por qué no los peldaños de la escala de Ja- cob meciéndose en el espa- cio del sueño? Hoy importan más los mi- nerales. Con éstos se puede intentar muchas cosas y lle- var a cabo cada vez más trascendentales experiencias. Los rayos de luna no sirven para nada. Ni siquiera los más trasnochados poetas del anacronismo los utilizan, En cambio, los diamantes siguen siendo diamantes, cuaque la tierra, como aea- ba de suceder, los alumbre por toneladas. A mí me parece que los únicos diamantes luneros que valen la pena son los de ¥¡et©rsa tes de m dicho En 1831 rebautizados "Uruguay" y "Argentina" y, poco los "Cabos" de Ybarra jes sustituyeron por Juan Antonio bón" ? cuando navegaba el 20 de noviembre de 1926 por el canal de entrada a Buenos Ai- res í ? ue abordado por el cargue ro inglés "Barón Incheape", de la H Hogarth, de Ardrossan. que le causó serias averías. En el puerto de la capital argenti- na se repararon éstas provisio- nalmente y, una vez 'as obras finalizadas, zarpó en línea re- g-ula-r para, una vez en Barcelo na, hacerlo de manera lefini- uva. Al margen de esta colisión y posteriores consecuencias, hace pocos años que en una publi- cación naval británica se co- mentaba ampliamente ! a vejez de la flota mercante de Tur- quía. Y allí, en la misma pági- na, el "Baro-n Inchcape" se hermanaba, por la media luna otomana y la noticia, con el "G-uneys-u", que no era otro que aquel célebre "Graz" que, a finales de 1922, abordó al acorazado "Jaime I", estaciona- do entonces en aguas de Cons- tantino pía. Los últimos años de dos trasatlánticos El "Argentina" en sus últimos años de vida marinera, casi cuando era una realidad su amarre definitivo en Barcelona. Allá por 1881, cuando la Guión Line se enorgullecía con los bigotes de blanca es- puma que adornaban las proa^ de sus veloces "Arizona" y "Alaska", el término " grey- ñounds of the Atlantic" hizo su aparición para designar a los poseedores de cualquier récord trasatlántico. i£se grupo de navieras ceu leñarías—verdadera aristocra- cia de la mar—cuyas unidades aorieron nuevas rutas con sus agudas proas, se apresuraron a la adopción del término que, tan a las claras y comprensi- vamente, hacía alusión a la ra- pidez con que llevaban a cabo las travesías del océano. Cunará, National Line, Tras- atlántica Francesa, Hapag y L-loyd Norte Alemán, figura- ban en destacado lugar en la pugna que habría d-e darles supremacía .—y por ende pres- tigio y pingües beneficios—- en las rutas del Atlántico Norte. Allí privaban, aún lo hacen, los más rápidos "greyhounds" que raban los records en la línea de África del Sur. La expansión económica de los países sudamericanos hizo encender lucha frenética entre los armadores europeos interne sados en hacerse con el virtua, monopolio de las magníficas perspectivas que la línea Bra- sil-Plata ofrecía. Se había considerado esta ruta como coto privado de la Mala Real desde aquellos leja- nos días de enero de 1851 en que, desde nuestro puerto, el "Teviot" partió en viaje inau- gural. Tras los emprendedores na- vieros ingleses, Ip-s franceses, alemanes e italianos fueron atraídos y, ante tal rico vene- ro, cooperaron en el establecí miento de un verdadero puen* te de barcos entre América del Su-r y Europa, La rivalidad y competericis —verdaderos motores de la competencia marítima— hizo que, año tras año. cada arma- dor tratase de mejorar, en ve- En noviembre de 1918, el "Reina Victoria Eugenia" acu- dió en ayuda del crucero "Rei- na Regente" que, con averías en la máquina, estaba al gare- te al largo de Motril. Málaga, a ciudad siempre marinera, presenció la llegada del cruce, ro de tres largas, juntas chi- meneas —"con aspecto de ni- pón, feo pero con fachenda guerrera", le definió González E-ch-egaray— a remolque del fino y esbelto trasatlántico. En 1922 actúa el "Reina" en el salvamento del mercante ale- mán "Terese Horn" y, eos años más tarde —en ruta d-e? Monte- video a Buenos Aires— es abordado por el noruego "Te- rrier", de la Wilheknsen. de Oslo, El "Infanta Isabel de Bor- La crisis económica posterior a la primera guerra mundial. impidió fuesen reemplazados oportunamente estos dos "grey- hounds" españoles. Con sois viejas alternativas, y queman- do carbón, siguieron luchando con los nuevos de la Mala Real, los italianos de la Genérale di Navigazione y, ya restablecido el prestigio de la flota alema- na, con los de la Hamburg SudamerikaniS'Che. En 1931, ya casi vencidos, fueron rebautizados "Uruguay" y "Argentina" y, poco tiempo después, ambos fueron amarra- dos en Barcelona. Y fueron en- tonces los flamantes "Cabos" de Ibarra los que se nicieron cargo del servicio de correo a puertos sudamericanos. Vinieron posteriormente las vicisitudes d-e la guerra civ:l española y, víctimas de un ats- q-;r» aér-ro, resultaron hundido? en puerto. En 1942 se les puso a flote. El "Uruguay" fue desguazado en el puerto catalán, pero el "Argentina' 1 en el cual se apreciaron posibilidades de ser reconstruido— fue remolcado a Cádiz. Con él se pensaba hacer como con los "Habana" y "Ma- nuel Calvo" que, desprovistos de sus instalaciones para pasa- je, fueron convertidos en sim- 1 pies cargueros. Durante meses, el "Argenti- na" compartió los muelles de Matagorda con el viejo "Anto- nio López" que, cargado de años, esperaba el desguace. Una posterior y más detenida inspección de su casco puso de manifiesto que no sería renta- ble ni factible su reconstruc- ción y, a remolque de nuevo, marchó a Bilbao, donde, entre el chisporroteo alegre del oxia- cetileno, terminó sus días el antes orgulloso trasatlántico español. ARTE CLAUSURA DE LA EXPOSICIÓN DE m E ATENEO, CON UN RECITAL POÉTICO DE ALEYDA IGLESIAS Por José Morales Clavija La poetisa Aleyda Yglesias.—(Foto Zenón). Con versos de Aleyda Ygle- sias, tuvo lugar en la tarde de ayer en el Ateneo de La La- guna, la clausura de la expo- sición de la notable pintora tinerfeña Carmen González. Fue esta una nueva oportu- nidad, gracias a la cual pudi- mos participar de dos manifes- taciones artísticas debidas a la sensibilidad femenina. De una parte, la muestra pictórica que co-n gran éxito peraria-e- ció en la sala del Ateneo; de otra, el recital de un joven va- lor de la poesía canaria, que sirvió, como ya hemos dicho, de brillante epílogo a aquélla. Son ambas, expresiones del talante artístico v e&DÍTKllft¿ que se ha trazado. Estamos se- guros de que, de hacerlo así, alcanzará las ambiciosas me- tas que se ha propuesto. Por lo que respecta a la la- bor creadora d-e Aleyda Ygle- sias, manifestada a través ¿e una de las más trascendentes y difíciles facetas del arte, como lo es la poesía, quisiera hacer notar cuánto de sensibi- lidad, de profunda e intensa madurez, de afanosa preocu- pación social y humana, late en los versos de esta mujer. Así cuando dice: A gritos pide la idea salir a [a la luz, vaga la mente, v las horas escaDan ebrias

DOS FAMOSOS "LINERS" ESPAÑOLES DE LA LÍNEA BRASIL-PLATA

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Artículo de Juan Antonio Padrón Albornoz, periódico El Día, sección "La isla y los barcos", 1969/04/18

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Page 1: DOS FAMOSOS "LINERS" ESPAÑOLES DE LA LÍNEA BRASIL-PLATA

PAGINA CUATRO E L D Í A Viernes, 18 de Abrü de

LA ISLA Y LOS BARCOS

LOS DIAMANTES

i! mmPor LuisALVAREZ CRUZ

Aunque todavía no se sa-be con absoluta certeza sihay diamantes en la Luna,ya se está hablando de ellos.

Y tal vez los haya. O talvez no. Pero como si los hu-biefa.

¿No sería conveniente ha-ecr una edición especial delos versos de Bartrina dedi-cados a un diamante?

Lo que ocurre es que yanadie le hace caso a los poe-tas y que todos creemos debuena fe en los diamantes,sin meternos en más averi-guaciones, Nos sentimosatraídos por todo lo quebrilla, cuanto más inalcan-zable mejor, lo mismo setrate de las arcas de un ban-co que de la Luna.

Por lo pronto será menes-ter aguardar a los primeroshombres que han de posarsesobre la arrugada superficielunar. Ya dirán ellos si esode los diamantes es verdad.Si es verdad, podría uno ima-ginarse la segunda versiónde la conquista de El Dora-do, terriblemente espectacu-lar y en la que cada riesgotendría un precio extra.

Cabe adelantar de pasoque el irónico y descreídoBatrina buscaría la compa-ña de los románticos paraformar entre todos un corode plañideras, que bien selo merecería la ocasión, au-ténticamente "la más altaque vieron los siglos", coapermiso de don Miguel deCervantes, el cual, sin embar-go, no midió la batalla deLepanto por su altura, sinopor su dignidad histórica.

En otros tiempos, un viajea la Luna hubiera represen-tado un regusto previo porlo mágico. Selene, Diana,Endimión. ¿Y por qué no lospeldaños de la escala de Ja-cob meciéndose en el espa-cio del sueño?

Hoy importan más los mi-nerales. Con éstos se puedeintentar muchas cosas y lle-var a cabo cada vez mástrascendentales experiencias.Los rayos de luna no sirvenpara nada. Ni siquiera losmás trasnochados poetas delanacronismo los utilizan,

En cambio, los diamantessiguen siendo diamantes,cuaque la tierra, como aea-ba de suceder, los alumbrepor toneladas.

A mí me parece que losúnicos diamantes lunerosque valen la pena son los de

¥¡et©rsates rá

dem dicho

En 1831 rebautizados "Uruguay" y "Argentina" y, pocolos "Cabos" de Ybarra jes sustituyeron

por Juan Antonio

bón"? cuando navegaba el 20de noviembre de 1926 por elcanal de entrada a Buenos Ai-res í?ue abordado por el carguero inglés "Barón Incheape", dela H Hogarth, de Ardrossan.que le causó serias averías. Enel puerto de la capital argenti-na se repararon éstas provisio-nalmente y, una vez 'as obrasfinalizadas, zarpó en línea re-g-ula-r para, una vez en Barcelona, hacerlo de manera lefini-uva.

Al margen de esta colisión y

posteriores consecuencias, hacepocos años que en una publi-cación naval británica se co-mentaba ampliamente !a vejezde la flota mercante de Tur-quía. Y allí, en la misma pági-na, el "Baro-n Inchcape" sehermanaba, por la media lunaotomana y la noticia, con el"G-uneys-u", que no era otroque aquel célebre "Graz" que,a finales de 1922, abordó alacorazado "Jaime I", estaciona-do entonces en aguas de Cons-tantino pía.

Los últimos años de dos trasatlánticos

El "Argentina" en sus últimos años de vida marinera, casi cuando era una realidad suamarre definitivo en Barcelona.

Allá por 1881, cuando laGuión Line se enorgullecíacon los bigotes de blanca es-puma que adornaban las proa^de sus veloces "Arizona" y"Alaska", el término " grey-ñounds of the Atlantic" hizosu aparición para designar alos poseedores de cualquierrécord trasatlántico.

i£se grupo de navieras ceuleñarías—verdadera aristocra-cia de la mar—cuyas unidadesaorieron nuevas rutas con susagudas proas, se apresuraron ala adopción del término que,tan a las claras y comprensi-vamente, hacía alusión a la ra-pidez con que llevaban a cabolas travesías del océano.

Cunará, National Line, Tras-atlántica Francesa, Hapag yL-loyd Norte Alemán, figura-ban en destacado lugar en lapugna que habría d-e darlessupremacía .—y por ende pres-tigio y pingües beneficios—- enlas rutas del Atlántico Norte.Allí privaban, aún lo hacen, losmás rápidos "greyhounds" que

raban los records en la líneade África del Sur.

La expansión económica delos países sudamericanos hizoencender lucha frenética entrelos armadores europeos internesados en hacerse con el virtua,monopolio de las magníficasperspectivas que la línea Bra-sil-Plata ofrecía.

Se había considerado estaruta como coto privado de laMala Real desde aquellos leja-nos días de enero de 1851 enque, desde nuestro puerto, el"Teviot" partió en viaje inau-gural.

Tras los emprendedores na-vieros ingleses, Ip-s franceses,alemanes e italianos fueronatraídos y, ante tal rico vene-ro, cooperaron en el establecímiento de un verdadero puen*te de barcos entre América delSu-r y Europa,

La rivalidad y competericis—verdaderos motores de lacompetencia marítima— hizoque, año tras año. cada arma-dor tratase de mejorar, en ve-

En noviembre de 1918, el"Reina Victoria Eugenia" acu-dió en ayuda del crucero "Rei-na Regente" que, con averíasen la máquina, estaba al gare-te al largo de Motril. Málaga,• a ciudad siempre marinera,presenció la llegada del cruce,ro de tres largas, juntas chi-meneas —"con aspecto de ni-pón, feo pero con fachendaguerrera", le definió GonzálezE-ch-egaray— a remolque delfino y esbelto trasatlántico.

En 1922 actúa el "Reina" enel salvamento del mercante ale-mán "Terese Horn" y, eos añosmás tarde —en ruta d-e? Monte-video a Buenos Aires— esabordado por el noruego "Te-rrier", de la Wilheknsen. deOslo,

El "Infanta Isabel de Bor-

La crisis económica posteriora la primera guerra mundial.impidió fuesen reemplazadosoportunamente estos dos "grey-hounds" españoles. Con soisviejas alternativas, y queman-do carbón, siguieron luchandocon los nuevos de la Mala Real,los italianos de la Genérale diNavigazione y, ya restablecidoel prestigio de la flota alema-na, con los de la HamburgSudamerikaniS'Che.

En 1931, ya casi vencidos,fueron rebautizados "Uruguay"y "Argentina" y, poco tiempodespués, ambos fueron amarra-dos en Barcelona. Y fueron en-tonces los flamantes "Cabos"de Ibarra los que se nicieroncargo del servicio de correo apuertos sudamericanos.

Vinieron posteriormente lasvicisitudes d-e la guerra civ:lespañola y, víctimas de un ats-q-;r» aér-ro, resultaron hundido?en puerto.

En 1942 se les puso a flote.El "Uruguay" fue desguazadoen el puerto catalán, pero el"Argentina'1 en el cual seapreciaron posibilidades de serreconstruido— fue remolcado aCádiz. Con él se pensaba hacercomo con los "Habana" y "Ma-nuel Calvo" que, desprovistosde sus instalaciones para pasa-je, fueron convertidos en sim-

1 pies cargueros.Durante meses, el "Argenti-

na" compartió los muelles deMatagorda con el viejo "Anto-nio López" que, cargado deaños, esperaba el desguace.Una posterior y más detenidainspección de su casco puso demanifiesto que no sería renta-ble ni factible su reconstruc-ción y, a remolque de nuevo,marchó a Bilbao, donde, entreel chisporroteo alegre del oxia-cetileno, terminó sus días elantes orgulloso trasatlánticoespañol.

A R T E

CLAUSURA DE LA EXPOSICIÓN DEm E ATENEO,

CON UN RECITAL POÉTICO DEALEYDA IGLESIAS

Por José Morales Clavija

La poetisa Aleyda Yglesias.—(Foto Zenón).

Con versos de Aleyda Ygle-sias, tuvo lugar en la tarde deayer en el Ateneo de La La-guna, la clausura de la expo-sición de la notable pintoratinerfeña Carmen González.

Fue esta una nueva oportu-nidad, gracias a la cual pudi-mos participar de dos manifes-taciones artísticas debidas a lasensibilidad femenina. De unaparte, la muestra pictórica queco-n gran é x i t o peraria-e-ció en la sala del Ateneo; deotra, el recital de un joven va-lor de la poesía canaria, quesirvió, como ya hemos dicho,de brillante epílogo a aquélla.Son ambas, expresiones deltalante artístico v e&DÍTKllft¿

que se ha trazado. Estamos se-guros de que, de hacerlo así,alcanzará las ambiciosas me-tas que se ha propuesto.

Por lo que respecta a la la-bor creadora d-e Aleyda Ygle-sias, manifestada a través ¿euna de las más trascendentesy difíciles facetas del arte,como lo es la poesía, quisierahacer notar cuánto de sensibi-lidad, de profunda e intensamadurez, de afanosa preocu-pación social y humana, lateen los versos de esta mujer.

Así cuando dice:A gritos pide la idea salir a

[a la luz,vaga la mente,v las horas escaDan ebrias

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intentar muchas cosas y lle-var a cabo cada vez mástrascendentales experiencias.Los rayos de luna no sirvenpara nada. Ni siquiera losmás trasnochados poetas delanacronismo, los utilizan,

En cambio, los diamantessiguen siendo diamantes,airafirae la tierra, como aca-ba de suceder, los alumbrepor toneladas.

A mí me parece que losúnicos diamantes lunerosque valen la pena son los dela fama. Una de esas famasresistentes a los colmillosde todos los roedores del ol-vido. Una fama, en suma,compuesta de los más insóli-tos ingredientes humanos.

Sobre los diamantes haytiempo para hablar. Podríanser también ópalos o perlas.O simples pedruscos que, alser trasladados a la tierra,cobrarán un valor sensacio-nal y sensacionalista. Po-dría entonces hablarse conpropiedad de piedras vírge-nes. ¿Para qué diamantes?¿O es que ya pensamos en laLuna como una factoría eco-nómica, como una canteraSmexplotada y que convieneexplotar, aun a trueque deno hacer más que arruinar-nos abajo para enriquecer-nos arriba?

Los lunáticos actuales noson parecidos a los de antes»Son lunáticos a su manera yestilo y no en función de laLuna, sino de las posibilida-des que ésta les ofrece, si-quiera todavía sea un pocoteóricamente.

No puede calificarse estode romanticismo, aunque, dealgún modo, lo sea. Lo quepasa es que el romanticismoha cambiado.

Todo, en fin de cuentas,ha cambiado. Todo menos elhombre, el que supervive enla propia medida en que escapaz de adaptarse y plegar-se al oleaje de las épocas.En cuanto a la mitología lu-nera está en las páginas delas antologías poéticas chi-nas, que no es de creer sir-van para alimentar los sue-ños de Mao Tse Tung, deci-didamente vuelto de espal-das al pasado, si no poético,sí por lo pronto político.

Por escasa que sea la sen-sibilidad de nuestro tiempo,debiera habermos bastadocon la idea de la Luna bajolos pies del hombre»

Pero, al parecer, no es así.Sin que se sepa cómo, el sa-télite natural de la tierra es-tá empedrado de diamantes,!o que le hace más apeteci-ble pero parejamente más pe-ligroso.

De aquí en adelante, cuan-do a alguien se le ocurraproponernos un problema lí-rico a base de rayos de luna,si es que un tipo así existetodavía, será cosa de man-darlo con viento fresco. Alfin, los diamantes de la Lu-na' son hoy per hay laa ro-mánticos como la pálida luzdel astro de la noche.

la adopción del término que5tan a las claras y comprensi-vamente, hacía alusión a la ra-pidez con que llevaban a cabolas travesías deí océano,

Cunard, National Line? Tras-atlántica Francesa, Hapa.g yLloyd Norte Alemán, figura-ban en destacado lugar en lapugna que habría de darlessupremacía —y por ende pres-tigio y pingües beneficios— enlas rutas del Atlántico Norte.Allí privaban, aún lo hacen, losmás rápidos "greyhounds" quedejaban el resto de las líneasintercontinentales relegadas aun muy segundo término.

En el Pacífico Norte imponíasu hegemonía indiscutible laCanadian Pacific. La Peninsu-lar and Oriental lo hacía en lasrutas de la India y Australiaen tanto que las Unión y Cas-ile —aun separadas—, acapa-

"Teviot" partió en viaje inau-gural.

Tras los emprendedores na-vieros ingleses, los franceses,alemanes e italianos fueronatraídos y, ante tal rico vene-ro, cooperaron, en el establecímiento de un verdadero puen-te de barcos entre América delSur y Europa.

La rivalidad y competencia—verdaderos motores de lacompetencia marítima— hizoque, año tras año, cada arma-dor tratase de mejorar, en ve-locidad y tonelaje, a los "crackships" de sus respectivas flo-tas. Testigo fue el puerto iner-feño de aquel progresivo au-mento de los rápidos, esbeltos"paquetes", que mantenían elservicio regular con las jóve-nes naciones de habla españo-la.

Los "liners" de la TrasatlánticaPor lo que a las líneas que

España mantenía, se encargabala Trasatlántica Española depasear por los mares el prestígio de los "mail ships" que daban al viento el pabellón guai-da, franjeado de rojo, con lasC M en azul.

Mil novecientos trece marcóel comienzo de una nueva eta-pa en la historia de las comu-nicaciones marítimas españo-las. Se hizo entonces por vezprimera a la mar una parejade "greyhounds", airen ti eosgalgos de la mar —"infantaIsabel de Borbón" y "ReinaVictoria Eugenia"— -cuya famaaén perdura a pesar dei tiem-po transcurrido desde su óes.-rparición de las rutas regí?1 ares,

El 17 de marzo de 1918 4-re-ciente aún la impresión dejadaen Santa Cruz por los "Cap.Fi-•nisterre" y "Kaiser Frank Joseph I" en sus viajes inaugurales—- dobla Aliaga y se ofrecea la vista de la ciudad i a grataestampa marinera del "ReinaVictoria Eugenia",

Empenachada de humo, sunegra, única chimenea —encaída, al son de altos palos-—iem alalia una de las nías elegantes y sobrias siluetas quecruzaron la mar. Venía flaman-te en este su primer viaje queenorgullecía tanto a los arma-dores como a los constructores,Swan Hunter, de Newcastle, encuya historia ocupa, ocuparásiempre, un destacado lugar.

Tenía el "Reina Vitcoria Eu-genia" —el línier" que lucía elnombre de la reina que acabade fallecer— 10.137 toneladasde registro y 15.400 de despeazamiento. Con sus 11 000 H.P.

sobre cuatro hélices alcanzaba19 nudos correlativos y, almando del capitán Castellá,urvn de los .más prestigiosos dela naviera, iniciaba su vida ma-rinera

Al atardecer, listo para zar-par después de haber realiza-do las faenas de carboneo, *•!"Reina Victoria Eugenia" destacó su gallarda estampa mariñera entre un "paquete" de laEider Denipster, el "Akass-a",y el recién'lie gado "HenrietteWoermann". Ya e-n franquía,en "avante poca" aún, cruzócon el siempre presente Yoa-ward, el "Andorinha", el mis-mo que, con el nombre de"Champerico", marchó añosmás larde a las costas chilenas,donde, hace pocos años, emba-rrancó y se perdió totalmente.

Se repite la escena el 9 deabril con la escala del "Infan-ta Isabel de Borbón" al mandodel célebre Deschampa, el bur-lador del bloqueo yanqui enaguas de La Habana que aúnera española en 1898.

Externamente era casi geme-lo del "Victoria Eugenia" —.oconstruyó Den¡ny, en Dumbar-ton— con excepción de la chi-menea, más corta y ancha, valgunos detalles muy secunda-rios en la cubierta de botes ysuperestructura,

Técnicamente se diferencia-ban en el aparato mo-tor, yaque en el "Infanta" se adop-tó el sistema mixto de maqui-nas y turbinas, tan en boga en-tonces, pero sin que esto fueseen detrimento de la potencia yvelocidad, similares ambas alas de su gemelo.

Dos "galgos" en la marComenzaron entonces años

de ir y venir constante, suman,do singladuras y haciendo his-toria.

Ellos acercaron a SantaCruz, a la Isla toda, un sinnú-mero de personalidades proce-dentes de todos los campos delsaber humano: políticos, escri-tores y artistas eran siempreactualidad a cada 11 egada deestos ránidos trasatlánt i c o s

que; siempre con prisa, carbo-neaban y partían con su huma-no cargamento y bajo la rúbri-ca que el negro penacho poníaen el azul isleño,

De vez en cuando, como to-do barco, saltaban sus nombresal grito mudo de los titularesde la Prensa en relación consucesos y accidentes, lo normalen todo "linea1" que s«e preciede tal.

el salvamento del mercante ale-mán "Terese Horn" y, eos añosmás tarde —en ruta de Monte-video a Buenos Aires— esabordado por el noruego "Te-rrier", de la WilheknserL deOslo,

El "Infanta Isabel de Bor-

de Ibarra los que se nicieroncargo del servicio de correo apuertos su dameric anos.

Vinieron posteriormente lasvicisitudes de la guerra civ:lespañola y, víctimas de un aU-q-tr aée-ro, resultaron hundidosen puerto.

manifiesto que no seria renta-ble ni factible su reconstruc-ción y, a remolque de nuevo,marchó a Bilbao, donde, entreel chisporroteo alegre del oxia-cetileno, terminó sus días elantes orgulloso trasatlánticoespañol.

El "Cap Polonio", de la Hambiirg Sudainerikanisehe, uno de los competidores de los"liners" españoles en la década del 20.

tinerfeña Carmen González. ¡Fue esta una nueva oportu-

nidad, gracias a la cual pudi-mos participar de dos manifes-taciones artísticas debidas a lasensibilidad femenina. Da unaparte, la muestra pictórica quecon gran é x i t o permune-ció en la sala del Ateneo; deotra, el recital de un joven va-lor de la poesía canaria, quesirvió, como ya hemos dicho,de brillante epílogo a aquélla.Son ambas, expresiones deltalante artístico y espiruusíde dos mujeres poseídas poresa inquietud creadora quelas lleva a buscar, por caminosparalelos, el sustancial tras-fondo5 el significado y el men-saje contenidos en el mundoque a todos nos rodea.

Porque es ésta, y no otra,la condición fundamental delartista: la continua búsquedadel cómo y del por qué decuantas manifestaciones seofrecen a sus sentidos y a su; atendimiento.

Ya nos hemos ocupado delas características y de los va-lores implícitos en la obra deCarmen González. Hoy sólonos resta reiterar a la pintoranuestra felicitación y nuestroestímulo a seguir per la senda

oor creauora u-esias, manifestada a través deuna de las nías trascendentesy difíciles facetas del arte,como lo es la poesía, quisierahacer notar cuánto de sensibi-lidad, de profunda e intensamadurez, de afanosa preocu-pación social y humana, lateen los versos de esta mujer.

Así cuando dice:A gritos pide la idea salir a

[a la luz,vaga la mente,y las horas escapan ebrias

[de locura»Rama a rama,la brisa también se ha dor«

[mido.Podemos afirmar que Aley-

da Ygiesias es poetisa que sa-be hacernos pensar y sentirese estremecido misterio quees la auténtica poesía.

Sí; en los versos de AleydaYgiesias aletea la cristalina,sonora y sugerente cascada desu inspiración.

JULIO VIERA

UN MOSIHe de confesar que de Julio

Viera yo conocía solamente loque sobre él había leído en al-guna prensa madrileña y canaría. Y he de decir que la pren-sa no ha sido nada favorableal pintor graneanarío, aunqueen ocasiones no lo parezca así.

Comprendo perfectamentela necesidad periodística deponer de relieve y -explo-tai lamina que para el informadores Julio Viera "grand prix dePorigi-nalité" de París, dondetan , difícil es alcanzar un"Grand Prix" en esta materia,y no es éste el menor méritodel pintor.

Me había yo creado a travésde la imagen deformada por elpintoresquismo de la noticia,una falsa idea de Julio Viera,a quien llegaba a considerarcomo un artista "canillar",más preocupado por la facetade sus "salidas" que por suspreocupaciones artísticas.

Pero he aquí que, por puroazar, cae en mis manos un cu-rioso folleto con el título "LaMosca de la Paz", conteniendosegún su autor los zumbidosbiográficos de Julio Viera. Yen este folleto se reproducendibujos del artista que han sido para mí como el descubri-miento de una tierra ignoradae inesperada, porque tales di-bujos me han dejado con lasganas de conocer más a fondola obra pictórica de Viera, decontinuar el descubrimientode su atolón artístico, tan bienoculto tras las rompientes

OTEcreadas ¿adrede? por sus in-negables originalidades.

Y esto me lleva de mano aplantear el problema de la li-bertad del artista. No sólo dela libertad de su creación ar-tística, sino, más propiamente,de la propia libertad de su"ser". ¿Tiene derecho JulioViera a no conformarse a loscánones establecidos que ha-cen del artista un ser sometidoexclusivamente a las preocu-paciones de su arte, viviendopor y para ello, actuando enla vida como los personajesdel teatro de nuestro Siglo deOro, que hasta suspiraban enendecasílabos?

¿Hasta qué punto es el "ori-ginalismo" de Julio Viera uncomplemento de su personali-dad artística? De todas formas¿por qué tratar de negarle elderecho a "su" libertad de seroriginal y artista? No veo porqué motivo cualquiera de es-tas facetas de su personalidaddeba ocultar la otra.

En todo caso es bien ciertoque este gascón de Canariasque un día subió a París, sehizo allí mosquetero, hizo"mpuche" y mosqueó.

Como una provocación halanzado en las aguas de Cana-rias esta "Mosca de la Paz" ya fe que estoy picado por co-nocer más ampliamente laobra de Julio Viera, especial-mente su pintura.

No sé qué mosca me habrápicado.

JU AÑASGAR

f lili!

u !!SOLARES

CUALQUIER BARRIOCAPITAL

¡¡Pago a! contado!!

FÉLIX 10RALES RUIZVILLALBA HERVAS, 1,

ESQUINA A MARINA,

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