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Edificio Ramón y Cajal. Infodumus nº 21

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Edificio de oficinas e integración urbana deuna estación de servicio

Arquitectura urbana

Arquitecto: Juan Manuel Rojas Fernández y Laura Domínguez Hernández(Arquitectos Hombre de Piedra)

A través de este proyecto, que se levantará en la avenidaRamón y Cajal, de Sevilla, se persigue la creación de un edifi-cio que exprese valores contemporáneos de empresa: calidad,creatividad, sostenibilidad y adaptabilidad, y que sea capaz deintegrar una estación de servicio completamente en un entor-no urbano, tal y como requiere el planeamiento.

El edificio también integra en su arquitectura, de forma reflexi-va y positiva, estrategias sostenibles. Por tanto, es también unametáfora optimista de la evolución en la relación del hombrecon los recursos.

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S e diferencia de las imágenes hieráticasconvencionales de muchos edificios deoficinas que se esfuerzan en trasmitir

una idea de solvencia a través de su aspectorígido, geométrico y seriado. Frente a ésto, unedificio ligero, flexible, orgánico consigue dife-renciarse y reconocerse. Esto es un valorcompetitivo. En las fachadas este-oeste, unaenvolvente metálica continúa, sin aristas quediferencien planos y con líneas de junta verti-cal que dibujan los volúmenes redondeados.Es la estrategia formal que da vida a esteobjeto orgánico. Como célula macrófaga, escapaz de integrar la gasolinera lanzando unpseudópodo y fagocitándola.

Los espacios deben ser flexibles para permi-tir la instalación de distintas empresas consus distintas necesidades e incluso su evolu-ción en el tiempo. Flexibilidad espacial nosiempre es seriación e isotropía. La gran lon-gitud del edificio que propiciaría inacabablespasillos y espacios monótonos, es interpreta-da como una oportunidad para crear recorri-dos con interés. Como en el exterior, se evi-tan interiores repetitivos. Las envolventes condistintas ventanas, acontecimientos en lasplantas como las profundas bocas-terrazas,los núcleos que como orgánulos interioresflotan libres, pero colocados estratégicamen-te sugiriendo lugares distintos, circulacioneso estancias…

Todo esto persigue la creación de un paisajeinterior que pide ser recorrido, habitado ycompletado de distintas formas por lasempresas. Por tanto, espacios flexibles (lospilares circulares ni siquiera sugieren unaorganización cartesiana, aunque tampoco laimpiden), pero que parten de una personali-dad ya dada.

La flexibilidad de los espacios aumenta con laposibilidad de usar y tocar la fachada con cor-tinas o amueblamiento. La “estética conven-cional” de los muros cortina impedía que secolocaran elementos necesarios para el fun-cionamiento de las oficinas junto al vidrio. Alverse desde el exterior, perturban el “elegan-te aspecto homogéneo”, pero a veces super-ficial, de estas fachadas. El ritmo no seriadodel muro cortina del edificio, que incluye dis-tintas ventanas y zonas opacas, permite quese transparente cualquier añadido reveladorde la vida interior sin pérdida de coherencia.Queda integrado en esta piel viva.

El valor más sólido de las empresas está ensu capital humano. De la productividad y lacreatividad de sus empleados depende, engran medida, el futuro de la empresa.Lugares confortables, con amplias vistas,bien iluminados de forma natural pero prote-gidos del sol, que permitan el contacto conel exterior, evitando la común sensación deencierro, mejoran el bienestar del empleadoy su productividad. Espacios que estimulen

en vez de que aburran, espacios que animenen vez de que alienen, fomentan capacida-des creativas que hacen a una empresa real-mente competitiva.

Al ser la iluminación en gran medida natural,el usuario es consciente de la hora del día porla variación de su intensidad y espectro.También es consciente de la época del añopor el cambio estacional en la vegetaciónintegrada en la arquitectura. Todo esto cola-bora para evitar, según está demostrado, ago-tamiento y estrés.

En vez de las fachadas estancas que propi-cian los espacios viciados típicos de las ofici-nas, aquí simplemente se da al usuario laposibilidad de abrir una ventana. Éstas no semimetizan de forma vergonzante en el murocortina, sino que llaman la atención desde elexterior y desde el interior para estimular suuso. Las aperturas a distinta cotas favorecenla ventilación. Pero sabemos que esto nosiempre es posible en espacios donde traba-jan distintas personas, por lo que se puedenabrir ventanas en la galería sur, zona comúnde comunicación y estancia. En esta zigza-gueante fachada de vidrio hay espacios parasentarse y contemplar la vegetación de ladoble piel. Y también se puede salir a lasprofundas terrazas que hay en cada plantapara tomar un café y charlar con los compa-ñeros o clientes.

Puede que favorecer la apertura de ventanassea considerado no sostenible o antieconó-mico por las pérdidas que en condicionesextremas de temperatura podría conllevardejarse la ventana abierta. Sin embargo,devolver el control de los espacios a los usua-rios, dentro de unos límites razonables (unos

simples contactores permiten al edificio saberque la ventana está abierta y actuar en con-secuencia) es, a la larga, más sensato.

La sensación de comodidad es mayor y lainteracción ayuda a la toma de conciencia y ala responsabilidad. Asumiendo la incertidum-bre que supone en el cálculo introducir facto-res de “libre albedrío”, los arquitectos opinanque cualquier espacio controlado exclusiva-mente por medios artificiales “tiende a fallar”como se ha evidenciado en ocasiones. Notodo lo que es fácil de calcular es mejor. Enedificios con vocación de herméticos, favore-cer la interacción y el contacto con el exteriores una medida saludable de seguridad. Eincluso sostenible, porque en más ocasionesde las que se piensa, estos espacios tenden-tes al sobrecalentamiento quedan bien clima-tizados ventilándolos.

En el caso de que el usuario no interactúe,el sistema de aire acondicionado y ventila-ción lo hará por él, siempre de forma subsi-diaria, tomando aire por estas profundasterrazas. A modo de bocas, templan el airey permiten ahorro energético. En un edificiocuya implantación no facilitaba la introduc-ción de los beneficios bioclimáticos delpatio, esta solución de fachada penetradapor “patios horizontales” es una alternativacon algunas características de funciona-miento parecido. Permite, por ejemplo, elaprovechamiento de la inercia térmica deledificio como lo hacen los patios para pre-climatizar este aire.

En las fachadas este-oeste, la piel de zinc espenetrada por huecos verticales que respe-tan la modulación de la junta alzada. La pro-porción de estos huecos y su profundidad

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permite a las jambas dar una protecciónsolar adecuada a estas orientaciones. Lomejor en orientación este-oeste son lamasverticales.

Las torres altas, de escasa superficie por plan-ta, se justifican por cuestiones de suelo eimagen. Las oficinas funcionan mejor en edi-ficios de amplias y pocas plantas. Largos reco-rridos verticales que rompan la superficie delas oficinas de una empresa y obliguen al usodel ascensor son una traba a su funciona-miento.

Y este edificio, siendo bajo y de amplias plan-tas, funcionará aún mejor si se reflexionasobre la importancia de los recorridos vertica-les. En especial si se tiene en cuenta que pre-cisamente, al ser un edificio de pocas plantas,se puede favorecer el uso de la escaleracomo solución económica (tiempo, energía),ecológica (energía) y saludable.

Por ello, no todas las escaleras se escondenen “zonas de servicio”, como se suele hacer,cada vez más empujados por una interpreta-ción perezosa de las normativas contra-incen-dios. Puede haber escaleras abiertas en plan-ta perfectamente seguras, que no son de eva-cuación, sectorizadas para evitar ser conductovertical de humos. También una aplicaciónabsurda de la necesaria normativa de minus-válidos colabora a ello.

Es obligado pensar los edificios desde el prin-cipio sin barreras arquitectónicas. Y tambiénes conveniente pensarlos de forma que parasalvar pocas plantas, se favorezca el uso de laescalera a quien pueda y quiera hacerlo. Noes algo banal. La espacialidad de las escalerasestá desapareciendo de los edificios y se notamás en aquellos en los que solía representarun elemento importante (hoteles, edificiospúblicos…).

El marketing nos enseña que uno suele utili-zar lo que tiene presente, lo que ve. Unaamplia escalera apoyada en un gran para-mento vegetal, protagoniza el espacio delvestíbulo de los ascensores para que no pasedesapercibida. Su uso está garantizado y serámuy agradecido al representar una alternativaa las tediosas esperas de los ascensores enhoras punta.

El vuelo de 17 metros que alberga la gasoli-nera se resuelve más con geometría que contecnología. Una sección que alberga unascerchas que en el empotramiento con elresto del edificio tienen 4 metros de canto,permite que la estructura de este vuelopueda ser una metálica de secciones y solu-ciones razonables. La transmisión de la trac-ción del cordón superior se hará a un forjadoque la irá repartiendo entre los numerosospórticos. Su valor máximo de 30 T/m en elempotramiento no supone más que un

suplemento en el armado de nervios. Losnúcleos colocados con la inercia correctaabsorberán, al ser más rígidos, una mayorparte de este esfuerzo.

Más sobre energía

La orientación norte y sur de sus dos facha-das principales sugiere estrategias distintas.Hacia el sur, una doble piel ventilada, enparte orgánica en parte tecnológica, evita elsobrecalentamiento en verano por efectoinvernadero. La fachada norte no necesitaprotección solar. Es un muro cortina con unvidrio doble bajo emisivo, una fachadaestupenda para apoyar las oficinas sin des-lumbramientos. Las pérdidas de calor quede todas formas se van a producir por losacristalamientos de la fachada norte que-dan compensadas, según cálculos realiza-dos, por el aporte de calor representadopor maquinas, luminarias y personal de laszonas interiores de trabajo. En el diseño de

las instalaciones de climatización y ventila-ción se favorece el transporte de calordesde el interior profundo y aislado de losespacios de oficinas y desde la soleada (eninvierno) fachada sur hasta la fachadanorte.

La doble piel orgánica de la fachada sur es unparasol de malla estirada metálica (que ya dacierta protección) en la que trepa una enre-dadera de hoja caduca. En verano, el diseñode la malla junto a las hojas de la planta som-brea la fachada, evitando el sobrecalenta-miento. En invierno, ni las hojas ni la mallaimpiden que la radiación solar caliente gratui-tamente el edificio.

Otra doble piel más tecnológica se encuentraen el rectángulo superior izquierdo de lamisma fachada sur. Estará constituida por unainstalación de paneles fotovoltaicos conecta-dos a red. La disposición células y paneles secalcula para conseguir el grado de sombra yradiación deseado.

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Esta instalación fotovoltaica es obligatoria encumplimiento del Código Técnico. Pero envez de ocultarla en cubierta, como se suelehacer, los autores del proyecto la sitúan enfachada, a modo de parasol.

El edificio se siente orgulloso de esta instala-ción sostenible, poniéndola en valor. Por otrolado, al utilizarla como elemento pasivo parasombrear, se rentabiliza aún más.

La visibilidad de la instalación fotovoltaicatiene, además, una vocación didáctica: todoconsumo implica una producción. La solu-ción a la contaminación no es ocultar estaproducción a la vista o llevarla lejos, sinohacerla realmente respetuosa con el medio.La estación de servicio bajo esta instalaciónsostenible subraya la situación actual de tran-sición de modelos energéticos en que nosencontramos.

Entre la piel fotovoltaica y el cerramiento devidrio de la fachada hay un espacio de 90 cm,transitable para mantenimiento, por dondecircula el aire y en el que se colocarán plan-tas. Igualmente, existe este espacio entre elcerramiento vegetal y la fachada del rectángu-lo superior derecho. En la parte inferior deledificio, en contacto con el terreno, la doblepiel vegetal está a 10 cm del cerramiento.

El resto de las fachadas es una envolventecontinua de bandejas de zinc engatilladas conjunta alzada. Es un cerramiento ventilado dedos hojas y arquitectura seca (sin ladrillos, sinyeso in-situ, sin albañiles, sólo montadores),como el resto de la edificación. Como unagran bufanda, el sistema envuelve el edificio,plegándose para ofrecer la protección delespesor en los huecos.

El 90 por 100 del metal de este sistema esreciclado. El zinc es un metal de bajo puntode fusión y por tanto, baja utilización de ener-gía en su fabricación, cuyo aspecto evolucio-na bien en el tiempo. Es uno de los metalesque mejor envejecen (puesto que cambia) yde menor coste de mantenimiento.

Un edificio con dos orientaciones tan extre-mas como norte y sur exigirá frecuentemen-te, a la vez, refrigeración en la sur y calefac-ción en la norte, lo que convencionalmentese ha venido resolviendo con un funciona-miento simultáneo de caldera y enfriadora enuna instalación de cuatro tubos y agua comofluido caloportador.

Juan M. Rojas va a evitar esto en su edificio,pues energéticamente es una barbaridad ysupone un absurdo consumo energético ygasto económico. ¿Cómo? Gestionando lademanda mediante adecuados aislamientos,sombreados de fachadas muy soleadas yventilación de los espacios, tanto al nortecomo al sur, pues en este tipo de circunstan-

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cias (estaciones intermedias), el aire exteriorsuele estar a una temperatura cercana a la deconfort. De forma subsidiaria a todo lo ante-riormente mencionado, se utilizarán los siste-mas de climatización más eficientes energéti-camente.

El estudio Hombre de Piedra apoya mecáni-camente las estrategias pasivas, pero con tec-nologías de consumos razonables, es decir,sostenibles. Por ello, lo lógico es que en situa-ciones de estaciones intermedias, la parte deledificio con exceso de calor lo ceda a la quetiene necesidad del mismo.

Un buen sistema es la instalación de máqui-nas de tres tubos VRV que gestionarían esteproceso y el de free-cooling (el aire exteriortomado por las terrazas-bocas) si se le da lainfraestructura de control adecuado.

Las unidades interiores de una fachada pue-den ser condensadoras, a la vez que las de laotra evaporadoras, por lo que en estas cir-cunstancias y dependiendo del balance ener-gético entre las necesidades de las dos facha-das y el profundo interior (que sorprendente-mente, según cálculos de la ingeniería nece-sitará refrigeración incluso en invierno), lasunidades exteriores podrían estar paradas ocon un funcionamiento sólo atento a cubrir eldéficit en este balance. Se trataría de algomás racional que calentar y enfriar a la vez,gastando energía en los dos procesos.

Además, el VRV es un sistema que consu-me poco falso techo y permite unir o com-partimentar espacios modulando plantas deforma flexible, lo que es necesario para lacomercialización de estas oficinas. Aún sedesconoce si las plantas se modularán o se

alquilaran por unidades completas. Lo másprobable es una combinación de amboscasos.

El edificio posee tres sótanos de garaje, unode ellos bajo el nivel freático. Es lógico apro-vechar la inercia térmica del terreno. A 10 mde profundidad, la temperatura es constantedurante todo el año y equivale a la mediaanual, por lo que en Sevilla, esa temperaturaes de 18,1 ºC todo el año.

Si se utilizara agua del nivel freático paraceder o tomar calor en máquinas refrigera-das por agua, se podría entonces utilizar unatecnología más racional que no ceda calor alaire recalentado a 40º de un agosto sevilla-no, sino a un sumidero a 18,1 ºC y que eninvierno, en vez de tomar calor del ambientea 10 ºC, lo tome mejor del agua más cálidaa 18,1 ºC.

Esto supone menor consumo, pues lasmáquinas son más eficientes energéticamen-te, y menor utilización de espacio al ser máspequeñas, menor contaminación térmica delaire y menor contaminación acústica en lascubiertas.

La fachada de zinc. Fachada como cubierta

Uno de los argumentos principales del pro-yecto habla de una “piel continua” capaz deintegrar la marquesina de la gasolinera. Paraello fachada y cubierta debían mantener con-tinuidad y similar apariencia.

Convertir una fachada en cubierta es posible,es corriente en cierta arquitectura, pero no

significa que siempre sea sensato. Al ser doselementos con requerimientos distintos escoherente que se resuelvan constructivamen-te de distinta forma y se muestren por tantode forma diferente.

Pero no es lo mismo convertir fachada encubierta que cubierta en fachada. Lo primeroes lo difícil, falso y caro que intentamos evitar.Lo segundo forma parte del uso constructivoen muchos lugares.

Son las medianeras de pizarra, chapa o fibro-cemento que protegen de la lluvia y el vientoparamentos ciegos que no tienen la posibili-dad ni la “categoría de ser fachadas”.

Puesto que los requisitos de una cubiertason mucho mayores que los de una fachada,es más coherente y sencillo, constructiva-mente, buscar la continuidad haciendo quela cubierta baje y se convierta en fachadaque lo contrario.

Por tanto, la solución de las fachada este uoeste de nuestro edificio responde más aesta idea, constructivamente más sensata ajuicio de sus autores, de medianera pluvialque a un “contradios hight-tech”. Y su imagenasí lo revela de forma natural, como unafachada construida con la tecnología tradicio-nal de la cubierta de zinc de junta alzadaengatillada y ventilada.

Además, las marcadas juntas verticales deesta solución apoyan las estrategias de pro-yecto de una forma definitiva remarcando lacontinuidad de la envolvente.

Sin embargo, no se trata de una fachada ven-tilada convencional. Detrás de la chapa de

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zinc tenemos una cámara de aire de 10 cmque está ventilada por su perímetro de formaque se garantiza, como en la cubierta, la pro-tección ante cualquier condensación opequeña filtración puntual. Pero lo que pre-domina en comparación con otras ventiladases la estanqueidad de esta piel con vocaciónde cubierta.

Son conocidas las bondades de la fachadaventilada. Paradójicamente, su estupendofuncionamiento es tan dinámico en adecuadarespuesta a las distintas condiciones exterio-res (con sus corrientes de aire circulando porla cámara según temperatura exterior) quecalcular de forma exacta y cuantitativa sucomportamiento es muy difícil.

El propio Código Técnico, por ejemplo, muyconservador, no valora las evidentes venta-jas desde el punto de vista térmico de lasfachadas ventiladas, lo que es un freno a suutilización.

Debido a la incertidumbre de cálculo deestas fachadas y a la particularidad de la bajaventilación de la de este proyecto, los arqui-tectos han preferido calcular el comporta-miento térmico de esta fachada consideran-do la cámara como no ventilada. En estecaso, esta actitud es más responsable queconservadora, pues sus autores sí valoran lasvirtudes “cualitativas” de esta fachada, razónpor la cual la utilizan.

Pero han preferido, con su ingeniería, ser cau-tos en sus prestaciones, pues un error en elcálculo de las cargas del edificio que conlleveun error en el conocimiento del comporta-miento térmico y la climatización necesaria,sería algo que los clientes no perdonarían (ono deberían perdonar). Saben que el funcio-namiento térmico real de la fachada será algomejor que el de cálculo, por lo que se consu-mirá algo menos de energía.

La fachada fotovoltaica. Mejor parasol que fachada

En la doble piel fotovoltaica se ha estudiado,como Hombre de Piedra lleva haciendo enproyectos anteriores, las posibilidades arqui-tectónicas de este nuevo material de cons-trucción que es el panel de células fotovoltai-cas. Se ha observado la tendencia de laindustria a ofrecer unos paneles cada vezmás integrados en carpinterías y con vocaciónde constituir el cerramiento del edificio. Seestán integrando en carpinterías estancas consus gomas o siliconas como simples vidriosque, orientados al sur, producen electricidad.

Pero no son simples vidrios y montarlos enventanas como único límite exterior/interiordel edificio no es bueno ni para el edificio, nipara los paneles.

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Las células fotovoltaicas tienen una tempera-tura de funcionamiento de 20º por encimade la temperatura ambiente y éso sonmuchos grados. Si los tuviéramos en unaventana con 35º de temperatura exterior,radiará al interior con una de 55º.

Puede que en Finlandia, ésto tenga sentido,pero no en España y menos en Sevilla. Habríaque calcular el aire acondicionado para con-trarrestar ésto y a lo mejor, la energía que segasta en refrigerar los espacios por culpa delos paneles es mayor que la que producenéstos como generadores limpios de energía.

Y si encontramos la forma de aislarnos deeste calor, hay que saber que las célulasfotovoltaicas pierden gran rendimiento alsobrecalentarse. A parte de ser interesantescomo parte de la imagen del edificio, si sequiere que funcionen, hay que refrigerarlaslo mejor posible y es absurdo hacerlo deforma artificial.

Buscar un uso coherente de un materialnuevo, que no sustituya o intente imitar aotro, es lo más sensato, económico y auténti-co. Es lo que nos ha enseñado la arquitectu-ra moderna.

Todo esto nos lleva otra vez a la fachadaventilada, que es una forma más razonablede integrar arquitectónicamente estos pane-les al evitar que transmita al interior su tem-peratura.

Pero entonces deja de tener tanto sentido sumontaje con gomas y siliconas en superficiesestancas que además de caras, dificultan lacirculación del aire necesario para la refrigera-ción de los paneles, sobre todo si van coloca-dos delante de las auténticas fachadas per-fectamente estancas. Todo esto sí tendríasentido si fueran paneles solares térmicospara generación de agua caliente, que alsobrecalentarse mejoran su rendimiento.

Hombre de Piedra prefiere integrar los pane-les sueltos, con marcos sencillos, separadosunos de otros, con aire circulando alrededor,tomados con estructuras auxiliares, livianas yvistas, diseñadas junto al fachadista.

Eso es lo que se va a hacer en este caso. Peroademás, los paneles estarán muy separadosy veces habrá huecos que permitan visiones.Habrá una cámara de alrededor de 1 metroque permita no sólo el adecuado manteni-miento, sino el crecimiento de un jardín deplantas protegidas del sol entre las dos pieles.Este jardín estará también tras la malla estira-da de soporte de la “fachada vegetal” y exis-tirá para ser contemplado y disfrutado desdeel interior.

Aquí nos encontramos con el caso simétrica-mente opuesto al de la fachada de zinc. Es tal

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la ventilación que se pretende y el tamaño dela cámara, que será bueno no considerarlacomo fachada ventilada, sino como un para-sol, capaz de retirar un porcentaje elevado deradiación de esta fachada sur, que ya es bas-tante. Es decir, no se consideran los efectosbeneficiosos de las corrientes convectivas(que existirán) y la temperatura en la cámarase considerará igual que la exterior, aunqueen esa cámara, la temperatura será inferior ala exterior, sobre todo si se tuviera en cuentael efecto de la vegetación en su interior (laevaporación del agua aportada por las plantasbaja la temperatura).

Pero otra vez, las incertidumbres de cálculoobligan a la prudencia. Y no se trata sólo deun problema de herramienta de cálculo.

Si se quiere un cálculo fiel a la realidad pro-yectada ¿cómo modelizar, por ejemplo, elefecto beneficioso de un jardín entre pielessi se trata de un elemento vivo que evolu-ciona con los meses, los años y tan frágil ydependiente que puede que ni exista alcabo de un tiempo? Lejos del conservadu-rismo y del pesimismo, hay que ponerse enlo peor a la hora del cálculo para garantizarel funcionamiento del edificio en todas lascondiciones.

Es interesante este debate entre lo buenocuantificable y lo mejor razonado, cualitativopero no cuantificable. Obliga a un sincero diá-logo a veces divertido, otras veces dramático,entre ingenieros y arquitectos.

La fachada vegetal que no es un tupé

Se pueden hacer ahora gruesas capas devegetación que simulan la auténtica materiaque constituye la fachada.

En el edificio objeto del reportaje, no se pre-tende una fachada vegetal tan tupida, artificialy difícil de mantener como el tupé de Elvis.Un material tan frágil no puede constituir laúnica base del funcionamiento e imagen dela fachada. Un hongo o un error informáticodel sistema de riego podrían poner en peligrotoda la “idea” de fachada.

Es preferible pensar en el edificio con unavegetación que va colonizándolo poco apoco, de hoja caduca para permitir el solea-miento en invierno y con especies bien adap-tadas (como la parthenocirus chinquifolia),para que su mantenimiento sea más sencilloy sostenible (en el consumo de agua, porejemplo).

Por tanto, hay que pensar el edificio con y sinvegetación y debe funcionar bien de las dosformas.

Es, en definitiva, una utilización más tradicio-nal y mediterránea de la vegetación.

Con una presencia rala al principio y conaspecto más tupido con los años, hasta unaapoteosis final que aconseje (o no) volver alprincipio.

La base de esta doble piel la constituye unamalla estirada de aluminio de diseño tal, quees capaz de ofrecer por sí sola una excelenteprotección solar. En la parte baja del edificio,esta piel se encuentra a unos centímetros delas ventanas.

Entre éstas, unos rehundidos en la fachadapermiten albergar cómodamente la vegeta-ción, que recibe agua y nutrientes mediantesistemas automáticos que ahorran agua yatención.

En la parte alta, este espacio se convierte enuna galería de mantenimiento que, como enel caso de la fachada fotovoltaica, permite unsombreado jardín entre las pieles. Desde laescalera y pasillo, su disfrute está asegurado ysu funcionamiento como regulador térmico,también.

La gran transparencia al aire de la malla elegi-da remite al caso del cálculo en la fachadafotovoltaica. Sólo se considera su capacidadde sombreamiento. Ni las corrientes de aireni el efecto beneficioso de la vegetación, quepuede estar o no estar, se consideran en elcálculo térmico.

Conclusión

Los tres tipos de fachadas comparten unaintención. Mediante el plegado y separaciónde hojas, la superposición de filtros semi-transparentes o la interposición de elementos

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intermedios como la vegetación, se explora lacapacidad de la arquitectura contemporáneade crear espesor en las fachadas a partir delas finas pieles que ofrece la construcciónactual, pues así se crean espacios que se per-ciben como más habitables, a juicio de losautores.

Y además, realmente lo son. Térmicamente,por ejemplo, los huecos consiguen la protec-ción de las jambas (fachada este-oeste), las

dobles pieles consiguen el necesario sombre-ado, y los entrantes y salientes del cerramien-to de vidrio en la fachada sur permitenmediante huecos abiertos a él, habitar y dis-frutar del aire del jardín entre pieles.

Seguros del buen funcionamiento de estassoluciones, los arquitectos de Hombre dePiedra son más cautos en el cálculo, puesmuchas de sus virtudes son de muy difícilcuantificación.

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Arquitectos: Juan Manuel RojasFernández y Laura DomínguezHernández (Arquitectos Hombre de Piedra)

Arquitecto colaborador:Antonio Ortiz Morilla

Cálculo de Instalaciones:Aster Consultores, S.L.

Diagnóstico de Sostenibilidad:ADS, SustainableDevelopment Consulting, S.L.

Análisis Estructural:TZ Ingeniería, S.L.

Cálculo de Estructura: Ashford, S.L.

Redacción del texto: Juan Manuel Rojas

Industriales

Carpinterías de aluminio y muros cortina:Technal

Paneles solares: Isofotón

Cubierta y fachada de zinc: VM-Zinc

Fachadista muros cortina y zinc: Cartesur

Fachada vegetal y jardinería: Emsa,Medioambiente y construcción

Malla estirada: Fils, Longhi Group.

Iluminación: Iguzzini Illuminazione España

Ascensores: Schindler

Material eléctrico y de control: SchneiderElectric

Ficha técnica