EL ESCULTOR ANICETO MARINA S

Dignísimas autoridades; señoras ; señores; queridos pai-sanos.

Con sumo gusto voy a corresponder a la amable invitació nque me ha hecho la Universidad Popular Segovíana, para torna rparte en esta velada necrológica que dedica al insigne escultor ,recientemente fallecido, Excmo . Sr. D. Aniceto Marinas y Gar-cía, al cual tuve por profesor y maestro en los albores de m icarrera .

Y, así como le oí muchas veces alabar las virtudes de Io sque fueron sus maestros, sobre todo de don Joaquín Suño ly don Juan Samsó, que acaso marcaron profunda huella en e ltemperamento de Marinas, quiero y me es sumamente honros oexaltar las cualidades que a él le adornaron, pues la vida d edon Aniceto constituye un relevante ejemplo que puede servirde acicate o estímulo a todos los que nacen desheredados de l afortuna.

La vida de Marinas demuestra que la inteligencia esclare-cida nace en cualquier cuna, pobre o rica ; en un ambiente d ecultura o en un ambiente de ignorancia . Nada de eso influye, a lnacer, en el cerebro humano. Podrá influir, luego, en la comodi-dad y hasta en la rapidez para adquirir la ilustración . Así, pues ,sólo hay la diferencia de que unos pueden resolver y desarro-llar su ideal con holgura económica, mientras que otros tiene nque procurarse y labrarse todo con esfuerzo y sacrificio, qu e

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Cuartillas leídas en la sesión necro-

lógica del 10 de Octubre de 1953

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en muchos casos suele ser el mejor acicate para triunfar en lo sgrandes ideales .

Hay siempre, por todas las naciones del orbe, pastorcíllo so muchachos que sienten palpitar en su cerebro la intuició nartística y se pasan la vida tallando cayados, vasos de cuerno ,adornos de hueso y figurillas, sín encontrar una persona qu esepa descubrir y encauzar sus dotes .

Y a otros artistas, ya encauzados, se les trunca el ideal po rmuerte prematura o por otras adversidades imprevisibles, pue sen la vida no basta con nacer con inspiración ní capacitars eprofundamente para desarrollar sus ideas con la mayor eleva-ción técnica . El artista necesita, además, encontrar o desperta run eco de simpatía que le encargue obras en las que pued adesarrollar su numen y su capacitación . Y, salvo contados ca-sos dé artistas que nacen de familia adinerada, los demás tiene nque vivir y desarrollarse con arreglo a los encargos y vicisitu-des que vayan encontrando en su camino .

¡Queda en el campo de la vida tanta flor pisoteada . . . !Pero de Marinas puede decirse que desde que, siendo infante

de coro, fueron descubiertas y encauzadas sus dotes artística spor el escultor don Fernando Tarragó, que se hallaba restau-rando los salones de nuestro síngularísímo Alcázar, quedó sal-vada para el arte la flor de su ingenio, que luego tuvo un camin orectilíneo de triunfo, pues un éxito síguíó a otro éxito, un en -cargo siguió a otro encargo, y hasta su naturaleza física, qu eparecía débil o quebrantada, resistió una vida octogenaria quele permitió saborear la cima de los honores .

La intuición artística de Marinas, surgida en los alrededore sde la iglesia de San Millón (tal vez por el estremecimiento qu ele produjese, en su niñez, la contemplación de Ios maravillososcapiteles y canecíllos de ese templo), fué consecuente y agrade-cida, pues cuando en la madurez de su vida se lo permitió suholgura económica, ofrendó a su parroquia nativa las dos es -culturas eLIltima Palabra de Jesús en la Cruz) y la «Dolorosa ,que se veneran en sus capillas laterales para perpetuar su re -cuerdo y gratitud .

Fué también consecuente con su familia . Nunca trató deocultar su ascendencia ; al contrario, la evocaba con fruición .

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h. Y esa constante de fidelidad la he observado en la tenacida do fervor inquebrantable con que laboró siempre dentro del pos-tulado estético de su época formativa, que abrazó sin reserva sy que no abandonó jamás .= Esto es de suma importancia en su arte, que hay artista sque se forman en un ambiente y, luego, al aspirar el aroma d eun nuevo concepto, derivan y trabajan con arreglo a sus distin-tas normas . Pero don Aníceto Marinas, que víó desfilar en sudilatada existencia una varíadísima serie de modalidades, ex-presivas de las Artes, tuvo la valentía de verlas pasar sín dejars einfluir por ninguna de ellas .

Y como resultado de su firme postura, podemos observa ren la totalidad de su obra una homogeneidad técnica puesta a lservicio exclusivo de su concepto, con entrega absoluta de toda ssus facultades, sin limitarse a una faceta del arte, pues su afáncreador discurrió y trató una gran variedad de temas en los qu ereflejó siempre el mismo espíritu artístico .

Aparte de las obras que le encargaban o de los concurso sa que se presentó, tenía verdadero placer en representar tema smitológicos, como Ulises ; personajes de la Historia Sagrada ,como Samsón, Judít y Holofernes ; protagonistas del teatro ,como Mígnón, y otros.

Se inspiró también en composiciones poéticas . Interpretan-do una de Gabriel y Galán le ví ejecutar «Hermanítos de leche» ,grupo que fué galardonado• en 1926 con la máxima recompens aoficial de España, la Medalla de Honor .

Basándose en la novela de Sínkíewicz, Quo Vadis?, le vímodelar el grupo «Urso y Ligía» .

Tenía mucha afición a tratar asuntos graciosos . Fruto deella son su obra «Pescadores Pescados' (muchacho atrapad opor un pulpo), y «Sangre Torera» (niño toreando a un cabrito) .

De asunto decorativo pueda citar un lavabo (tema de opo-sición), con el que obtuvo la cátedra de Modelado en la Escuel ade Artes y Oficios, de Madrid .

Trató muchos asuntos simbólicos . De lo más important eque hizo en ese género son : el grupo «La Libertad», que está e nel monumento de Alfonso XII, en el Retiro, y el frontón de lMinisterio de la Guerra, en Madrid .

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Igualmente interpretó muchos personajes históricos. Citarélas estatuas de Eloy Gonzalo y de Velázquez, en Madrid ; lade Moreno Nieto, en Badajoz; Guzmán el Bueno, en León ; e lP. Flórez, en Vílladíego; Legazpí, en Zumárraga ; ConcepciónArenal ; y en fin, la del héroe segoviano, el comunero Juan Bra-vo, que destaca en la típica plaza de las Sirenas .

Y no se conformó con tratar en escultura tan diversos te -mas, sino que toda su producción la salpicó con escarceos po rel campo pictórico realizando estudios de cabezas, tipos, cos-tumbres y paisajes, pues poseía un excelente espírítu de pintor ,que irradió a sus esculturas . Conoció y dominó los secretos delóleo, pero donde se hizo malabarista fué en la técnica del pas-tel, con la cual realizó muchas obras. Y además nunca perdi ósu afición a la música, que aprendió de niño, y la interpretabacon elevado fervor en ratos de intimidad . Así que su vida trans-currió en un incesante laboreo del arte, al que dedicó su ínfatí-gable actividad ccn la mayor honradez profesional sin abando-narse en ninguna obra con objeto de salir del paso .

Yo le ví siempre con el mismo deseo de perfección y, conmotivo de mí aprendizaje, pude apreciar todas sus dotes, s uapego al estudio, su ingenio de giro rápido, su destreza, su sen-cillez y su afabilidad . Como le traté en su estudio y en sucátedra de Modelado y Composición Decorativa que ganó en l aEscuela de Artes y Oficios de Madrid, quiero poner de reliev ela asiduidad ccn que asistía a las clases, que no le gustab adejar en manos de auxiliares . Todos los días explicaba y corre-gía a los alumnos . Y, luego, .en vez de irse, permanecía en e laula. Eso sí ; aprovechaba sus ratos de ocio pergeñando allíbocetos . La mayor parte de las composiciones de sus obras la simaginó en el silencio de esa cátedra .

La primera obra en que le ví trabajar fué en las escultura sdel monumento a Daoíz y Velarde y en las que realizaba po rcuenta del legado de don Ezequíel González .

Recién llegado yo a Madrid, acudía a la clase de Dibujo d eFigura, que don Aníceto daba en la Academia Martí-Ríbes ,preparatoria para ingreso en Arquitectura. En esa clase m eenseñó a dibujar del yeso . Y los domingos iba a su estudio y m epasaba la mañana viéndole trabajar. Recuerdo la emoción con

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que trabajaba para dar vivacidad y morbidez a las figuras d elos relieves y las estatuas . Luego, después de haber acabad omis estudios en la Escuela Especial de Pintura, Escultura yGrabado, de Madrid, pensionado por la Diputación de Segovia ,le ayudé en varias obras, sobre todo en la magna labor simbólico -patriótica del monumento a las Cortes de Cádiz .

En esta obra empleó muy cuantiosas energías . Ya en laejecución de la maqueta hubo de hacer grandes esfuerzos par allegar a ponerse de acuerdo con los arquitectos . Luego, en l aejecución de las esculturas, como tenía una constante fiebre d esuperación y no se conformaba con todo lo que hacía, reforma-ba al día siguiente lo que no fuese de su agrado . Por eso meparece muy digna de destacar la voluntad férrea que tenía par ael trabajo. Creo que nunca pensó en limitación de horas par ael desarrollo de sus actividades . La medida del tiempo no cabí aen su fervor y depuraba sus obras con verdadera delectación .Como dominaba el Dibujo (madre de las Artes plásticas), su sobras están dibujadas ; en sus composiciones palpita el senti-miento de la línea ; en sus figuras (estatuas o relieves), ha yestudio anatómico que revela veneración por la Naturaleza ;-y en las cabezas de sus personajes procuró aprisionar ta expre-sión que a cada uno le correspondiese . Así, llevado por su afá nde estudiar las formas, no reparaba en molestias o ínconve-níentes . Como ejemplo de ello citaré sólo un caso : Cuandomodelaba el grupo que simboliza a la Agricultura, para el citad omonumento a las Cortes de Cádiz, en el cual figura una yunt ade labranza, me encargó que le buscase unos modelos apropia -dos . Le expliqué lo que había encontrado . Y consiguió que lellevasen al estudio una pareja' de bueyes rojos, murcianos, d e_los más potentes que en aquella época tiraban de las carreta smadrileñas. Para ello, previamente, mandó cubrir el entarimad odel estudio con una espesa capa de víruta y así aguantó estoí-camente las molestias que representa tal compañía, hasta mo-delar a su gusto los bueyes que figuran en dicha escultura .Gracias a su aguante en aquel momento, podemos observar e nese grupo una plena morbidez de formas naturalistas .

Sentía fuerte atracción por el estudio del natural y tení aespecial gusto por el retrato, en cuyo género dejó muchas obras -

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De ellas le ví ejecutar el medallón del insigne Cronista Sego-víano don Carlos de Lecea, y del ínolvídable poeta tambié npaisano nuestro don José Rodao .

Sería prolijo citar la enorme cantidad de obras que realizó ,entre las que descuella el monumento al Sagrado Corazón d eJesús, en el Cerro de los Angeles, cuya restauración no pudover terminada. Y como no me compete, ní es mí propósito hacersu biografía, quiero círcunscríbírme a constatar la veneració ny gratitud que le guardo por las lecciones y consejos que de élrecibí, y por lo que pude practicar en su estudio para adquiri rel dominio del arte .

En estos últimos años, desde que le operaron de cataratas ,era doloroso verle con el deseo de trabajar, pues a pesar de qu ela vísta se lo dificultaba, él no podía sustraerse a sentír en susdedos la plasticidad del barro, pues su cerebro seguía funcio-nando con normalídad, flaqueaba poco su memoria, y su pun-donor le impulsaba a seguir modelando sus ideas, por lo cua lse le encontraba siempre con las manos manchadas de arcilla .

Al no serle ya posíble seguir entregado a la ejecución artís-tica, encontró su compensación o consuelo dedicando más tiem -po a las prácticas religíosas . Y así, hasta los días que prece-dieron a la hemíplegía que le privó de vida, se le veía acudi ra misa y por las tardes a orar a la iglesia de los Misioneros de lSagrado Corazón de María (contigua a su hotel-estudio), e ncuyo templo y bajo su díreccíón estricta fué colocado a la ve-neración el grupo «Piedad', que modeló y regaló en memori ade su difunta esposa doña Valentina (q . s. g. h .) .

Siempre se colocaba en el banco más inmediato a dich aescultura, a la cual dírígía a cada momento su ya débil mirad allena de unción, como si lo hiciese en testimonio de su plen aconformidad por el logro de su obra que tal vez reputaba com ola mejor salida de sus manos .

Con el profundo dolor de haber visto la desaparición de lgran maestro, al cual considero digno de los más elevados ho-menajes que puedan rendirse a una inteligencia eaclarecída ,pido una oración para su alma.