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Alumnos: Sabrina Rinaldi/Nicolás Toscani Sociología
El experimento de Milgram.
Al ver el video sobre el experimento de Milgram se comienza con la primera
fase de una instigación que es la de identificar el problema; el eje central de la
investigación es saber la capacidad de obediencia del señor Despaul (el
maestro) y su sumisión a la autoridad, en este caso la universidad y sus
representantes uniformados, por lo cual se le impone administrar descargas
eléctricas al alumno cada vez que éste respondiera de forma incorrecta a una
pregunta. Descargas cuya intensidad aumentaría progresivamente con cada
nuevo error, y aquí e pueden plantear las siguientes preguntas:
¿Hasta qué límite estaba dispuesto a llegar, suministrando descargas?
¿Obedecería ciegamente las órdenes del experimentador cuando este le
instara a seguir suministrando descargas al alumno, independientemente del
daño que ello provocara en la otra persona?
¿Será sacudido este por un conflicto interno para salir de esa situación?
¿Desobedecerá las órdenes? O simplemente ¿Estaría dispuesto a llegar al
límite de provocar la muerte?
Esa es la ruptura que se está estudiando, entre seguir infligiendo las descargas
eléctricas o detenerse por el horror de estar haciéndole daño a una persona,
por lo cual la hipótesis espera que este se detenga, pero sucede lo contrario ya
que si este se detiene, reconocería que no debía haber empezado, en cambio
si este sigue con el castigo se estaría justificando, ya que quien sería
responsable si algo le pasaba al alumno era el experimentador.
Se puede observar una variable cuando hay órdenes contradictorias. En donde
dos experimentadores daban entre sí órdenes contradictorias al maestro, lo
que provocaba una disminución en la obediencia de los sujetos.
Conclusión: Los resultados de Milgram concluyeron que el porcentaje de
participantes que estaban dispuestos a administrar voltajes letales a un
individuo que no les había hecho nada era del 63% Este resultado demuestra
que casi dos terceras partes de la población obedecerían órdenes de una figura
de autoridad para infringir daños a un tercero, aun cuando esa figura de
autoridad percibida no tuviera un poder real sobre ellos, como sucedía en el
caso del experimentador.