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El Grito Zine #7

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Muerte y erotísmo plástico de Erick Leggs. Novísimas letras Sudcalifornianas.

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• El Grito Directorio •

Bernardo Valadez Medellín presidente

Cecilia Rojas García SecretariaNelson Hage Tesorero

Karla Rochín GonzálezRolando Placier CastroVíctor M. Higuera Ruiz

Vocales

Jorge Cobos Paz Miguel Hernández Cristina Ortuño Marybel Ramírez

Asociados

El Grito Zine

Nelson Hage Director EditorialJorge Cobos Paz Jefe de redacción Cecilia Rojas Asistente EditorialVíctor Higuera Diseño Editorial

Irving Armenta, Alan Flores, Rocío Cárdenas, Diego Félix,

Vicente RomeroColaboradores

Portada/ portafolio: Erick LeggsNúmero 7 , enero de 2015,

La Paz B.C.S. Mx

http://www.elgritocolectivo.orghttp://elgrito-colectivo.blogspot.com

facebook: El Grito Colectivo ACtwitter: @GritoColectivo

E-mail:[email protected] Esta publicación cuenta con asistencia

financiera del PACMyC 2014 CONACULTA

EditorialDespués de una pausa de respiro, regresa a la circulación el Grito Zine, gracias al apoyo del PACMyC, con el que pu-blicaremos 4 números más, en el intento de difundir el tra-bajo de artistas y promotores de nuestro estado y de otras latitudes.

Hasta hace poco más de una década, la literatura local se caracterizaba por los temas regionales, la evocación del paisaje desértico y el mar. Ahora, en este tiempo globali-zado, y con un país en caos, en donde la tragedia supera cualquier ficción, surgen voces y plumas con visiones de una ciudad distinta: de una ciudad otrora alejada de todo y que finalmente se convirtió en parte de este país. En este número hacemos una compilación de novísimas letras sud-californianas: Marisabel Macías, Carlos Ibarra, Arturo Na-varro, José Manuel Araiza, Andrés Avilés y Jorge Peredo, quienes, a través de su poesía y sus minificciones son una muestra de que la literatura local está viva, sana, y en cons-tante renovación. También joven, pero con una trayectoria sólida, Keith Ross nos comparte en un ensayo un episodio poco conocido de José Vasconcelos, niño.

Como hilo conductor y engalanando el esperado regreso de la revista, el portafolio visual de Érick Leggs: pintor, diseña-dor, ilustrador y formador de nuevos creadores, presentado por el escritor Modesto Peralta.

Además, en la sección #VeLeeEscucha, muchas recomen-daciones de música y libros, que se han acumulado para formar un pequeño catálogo de cosas que se hacen en el estado con calidad de exportación.

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Fotos ganadoras del concurso “El Grito” de Mónica Martínez

Serie “Somos lo que hay” ésta y siguiente página

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La antesala debe ser peor que la tumba: fría, falsa; ni el cloro ni el amonio logran disimular la presencia de la muerte. Aquí no hay sutilezas, únicamente mofa… En la soledad de la jaula, rodeado por chillidos y temblores, duda de su vida: su cuerpo due-le cada que respira, su esqueleto se marca bajo la piel; sufre, tose sangre; pasa los días entre pesadillas y voces quebradas y nadie lo salva… Las horas pasan, más y más ho-ras, más noches pasan…

Fue traicionado: ser guardián del cubil de la manada no vale nada. No importa que cazara atrocidades vomitadas por las som-bras, no les importó haber reído o llorado con él en la oscuridad; olvidaron los se-cretos susurrados en su oído: secretos que jamás revelaría; soportó desfogues violen-tos que culminaban en alaridos y hasta en patadas, sin enseñar los dientes porque eran familia… Eso decían, decían “Kaiyu… Kaiyu, muchachote, eres de la familia…”, “Qué bonito, qué bonito nuestro Kaiyu”.

Era. Ahora, echado sobre su propio mias-ma, es un perro enfermo que espera… Ha esperado horas eternas por esas voces que provocan que su cola se cimbre… No es un meneo, es un vibrar torpe y convulso: el te-nue golpe de la adrenalina disparada por su hipotálamo. Si pudiéramos indagar en la maraña de imágenes, sueños y recuerdos que en este instante hierven en su cerebro, percibiríamos el aroma de un bisté crudo y sanguinolento en un platón de plástico; sentiríamos la mano suave que se desliza por el pelaje, extrañaríamos al puerquito que se deshilachó entre las mandíbulas; oler, sentir, vivir un latido más. Sin duda los ha oído: están cerca, el hom-bre que una vez le contó que odiaba a su esposa; la esposa que se acostaba con otro y el cachorro que a veces ama y a veces odia. “Vienen por mí, me llevan a casa”, articula en sus pensamientos; sin embargo, él no entiende el significado de “por favor, duérmalo, doctor”, “duérmalo, por favor”.

Kaiyu

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El profesor ordenó a sus alumnos que se quitaran de la ventana. Cuando se asomó, el viento invernal golpeó su cara y la corba-ta onduló como si quisiera escaparse de su cuello; sintió que una miríada de arañas in-visibles corrían por debajo de su camisa; el suelo estaba lejos, los árboles se doblaban y las figuras que señalaban en su dirección aparecían diminutas, al borde de la inexis-tencia. Se le revolvió el estómago sólo de pensar en la caída, pero, afortunadamente no había ningún cuerpo aplastado contra los adoquines; el escuincle seguía en la cor-nisa con las piernas en el aire. De buenas a primeras pensó en ofrecerle su mano pero al verle el rostro, todo colorado y brillante de lágrimas, supo que sería inútil; jamás lo-graría que el mocoso devolviera el trasero

Malos maestrosal aula. El muchacho sólo tuvo ojos para la corbata que fue como un ave que apun-taba hacia las nubes; tal vez por eso, sus dedos, sin chistar, se extendieron hacia ella y la hicieron presa. El profesor, ni cuenta se dio de lo que pasó entre los dos, tampoco supo a dónde se fue el piso, ni de que bocas venían los gritos; apenas sintió el tirón en el pescuezo, cuando sus pies ya estaban en el aire y su cabeza se clavaba en el vacío. Pa-saron tres segundos —uno por cada piso del edificio— antes de que la materia ence-fálica del profesor salpicara los zapatitos de charol de las colegialas que presenciaban todo desde el patio de recreo.

Jorge Peredo nació, vivió y no se reprodujo (segu-ramente morirá). A Jorge le gusta [email protected]

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Regula la temperatura de la habitación. Se quita la tanga–esa que sólo se usa como arma de seducción y, por lo tanto, como aliada para darle una cara erguida a las nalguitas, pero que en los momentos ho-gareños no hace más que amagar al culo. Responde algunos men-sajes, busca la mota en-vuelta en papel aluminio y decide forjarse el último cigarro, sale y lo fuma en la azotea, une las mejillas con los hombros y arruga la cara por el frío. Voltea y se observa rodeada por la ropa de los vecinos, des-de playeras de Los Pumas y trusas de la frutita hasta uniformes de enfermera; calzones desgastados y grandotes de la vecina de arriba, brillosos y diminu-tos de la teibolera de aba-jo. Sólo le da tres jalones al gallo y regresa al depar-tamento. Una vez adentro, camina hasta el grifo, en-juaga una taza, comienza a preparar café, la concen-tración se postra en las cucharadas sobre el filtro.

Se sienta frente a la computadora, justo abre el documento en blanco cuando nota que necesita una almohada para recargar-se. Se retira la mesa, sale del sillón y va por la almohada, la acomoda, se sienta y abre el documento, el olor del café la interrumpe de nuevo. Se prepara el café, aprieta el bro-che para sellarles la entrada de la bolsa de azúcar a las hormigas. Se acomoda por fin

de nuevo en el sillón, jala la mesa, prueba el café; se da cuenta que le falta música, tarda diez minutos decidiendo qué debe escuchar para cautivar a las musas –voy a omitir cuál es la elegida.

Vuelve a abrir el documen-to en blanco, siente la ve-jiga llena y le vibra el celu-lar, lo cual es una perfecta combinación de sorpresas porque puede responder el mensaje mientras mea. Empuja la mesa, se le-vanta. Disfruta escuchar el chorro de orina y se despi-de de todos en whatsapp, desactiva el wi-fi. Regresa al sillón, acomoda la almo-hada rayada –yo no quería dar más detalles, pero sé que la mujer los exigiría si supiera que escribo sobre esta escena. Jala la mesa nuevamente, le da un sor-bo al café y aunque cree que está tibio, lo oculta. Y finalmente, cara a cara con la hoja en blanco…

Marisabel Macías Guerrero, nació en los Mochis, Sinaloa en el año de 1986. Desde hace siete años radica en la ciudad de La Paz. Estudió la licenciatura en Filosofía en la Universidad Autónoma de Baja Ca-lifornia Sur (UABCS). Actualmente, enseña algunas materias relacionadas con la filosofía en la Univer-sidad de Tijuana campus La Paz, escribe cuentos y colecciona historias. [email protected]

Dispersión

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las plegarias a dios resonaban. Querían que se detuviera el alcoholizado sujeto. Claro,

no paró. En su lugar, co-menzó una sesión de em-bestidas a la garganta de Guadalupe como sí los rezos le alentarán a con-tinuar con tal jugarreta de la vida. Los espasmos de la atrofiada próstata vencieron las rodillas a su padre, se le voltearon los ojos y un denso y amari-llento chorro daban final a la jornada. ¿La amaría en ese momento? Liberó el enredado cabello de la quinceañera. Se guardó el pito. Soltó su machete que sonó al caer, muy cerca de la otra víctima: un recién nacido de cuatro meses.

Carlos G. Ibarra nació en Guerrero Negro el 13 de enero de 1984, y desde entonces ha estado per-dido. Estudió Comunicación y Publicidad en alguna escuela patito del sistema educativo mexicano en Ensenada, Baja California. Actualmente es periodista de la fuente medioambiental, científica y cultural de BCS Noticias. A veces por desgracia, también cubre política.

El glande se paseaba con afecto entre sus labios; un hilillo transparente escurría de su morena y no tan inocente boca. Ahí de cuclillas, en medio de la sala, empa-pada en sudor, inerte del miedo: Guadalupe tenía que obedecer porque él aún sostenía, con su mano derecha, un machete en-sangrentado y,con la otra manaza puerca, su cabe-za. De vez en cuando el viejo soltaba uno que otro resoplido de toro en bra-ma. Su erección era tan grande que sentía desga-rros en su piel. Le encan-taba el traslucido camisón blanco que resaltaba los pezones de Guadalupe. Ella era virgen: hace unos dos años cuando tenía 13. Esa fue su época feliz. Re-corría descalza los campos de tomate y fre-sa, mimada por el cálido aire que le motiva-ban imaginar las planicies lejos de las vallas de seguridad del rancho “El Piloto”. Hasta que, en una rara actitud, su padre comenzó a prestarle más atención a ella que a María, su hermana mayor, tras un sorpresivo em-barazo.

En penumbras, en uno de los cuartos, a es-paldas de Guadalupe, frente a una velado-ra, la madre y hermana sollozaban mientras

Guadalupe ya no es virgen

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Quiero despertar al asqueroso sonido de las guitarras eléctricas, desayunar el rocío de los pétalos de una mujer, correr descal-zo y lanzarme al horizonte, sucumbir ante la gravedad y estallar en la bahía. Quiero secarme en la arena al calor de tu cuerpo, dibujarte entre letras y canciones.

Quiero recibir a Luna con aullidos metáli-cos y alaridos esquizofrénicos, intoxicarme con los tambores de la noche hasta conver-tir este frágil cuerpo de maíz en aquel de una bestia salvaje, sudor y deseo escurrien-do desde el pecho, ladrando a las estrellas mis pecados, tus nombres y tus pechos.

Quiero despertar y saber que estoy muerto.

Quiero.

Quiero usar hoy mi camisa más sucia y mi pantalón más cansado. Quiero pisar hoy la tierra húmeda de un lugar al que no iría nunca una criatura diurna, quiero caminar entre las nubes y los alientos cálidos que emanan desde el interior de cada uno de los desconocidos que formarán mi familia, sólo esta noche.

Quiero escuchar un buen rock mal tocado por chicos que crean en lo que están ha-ciendo. Quiero asirme con fe a un vaso des-echable cargado de alcohol, embriagarme y perderme entre la multitud, esperando que un par de ojos azules me encuentren y, así, perdernos juntos en la complicidad del rui-do y de la oscuridad.

Quiero reír y saltar y gritar y sudar, quiero no poder recordar qué era aquello que bus-co olvidar, quiero sentir que no hay nada pendiente esperándome al amanecer, que no hay explicaciones que dar ni a quien darlas.

Quiero que me besen, que me golpeen, que me griten y que me susurren, que me hagan sentir tan vivo como nunca y que me hagan desear estar muerto.

Quiero la paz, quiero una revolución y la quiero ahora, que dejen de darse de palos y que aprendan todos a ser hermanos. Quie-ro despertar con un beso en la mejilla y ha-cer la guerra en la cama, dejar mil cabellos en la almohada.

Quiero ser tres personas, que todos lo vean pero nadie lo entienda. Quiero vivir desde hoy en mi cabeza, lejos de sus celdas.

Quiero morir como aprendí a vivir: Sin arrepentimientos.

..¿Y tú qué quieres?

Arturo Navarro a.k.a Balta a.k.a. SimioCósmico: personaje paceño sin edad ni intenciones muy claras; se le asocia con actividades culturales, populares y nocturnas diversas, principalmente la música. Actual-mente funge como guitarrista de la banda junkpop Nepo, y escribe de cuando en cuando como terapia para no matar.

Ladrar un sueño

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I

Viniste galaxia de viento y agua amargaa destejer tu poderío de sierra tifónica,y en esas horas que soñó la nochedestejiéronse años de sudor y hambre.

Casas en un viaje a la semilla;tiendas de economía desmantelada;rostros tantos como las ventanas y los cristales rotos, de máscaras llenos como de amor diluido sólo en agua,y sus luces de ojo de esperanza vueltas vela titilante en la tormenta.

Tropos caídos, verbo retórico de ciudad cimiente, desdoblada de su centro a los confines horizontales de sus cerros; tropos caídos también en la naturaleza misma.

Este mapa es mi ciudad herida, herida de verde sin tierra, de cielo sin sol,de personas que fortifican a la familia yque los demás se arreglen solos, pero en general nos amamos.

Calles heridas con madera muerta, muerta por el viento o por las hachas; qué importa: todo se hará una cicatriz gigante, cuadra por cuadra por persona,nacerán las maderas nuevas, los pájaros harán más pájaros,la memoria enterrada por el tiempo:todo una cicatriz gigante sobre nuestros corazones.

ODILE

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II

Tiendas de economía desmantelada, donde “muéstrame tu rostro humano bajo tu rostro humano”pues no te creo y veo la avaricia reptando en tus entrañas,a veces avaricia por sobrevivir, pero más el “deseo aquello que no tengo y no necesito”.Muéstrame tu rostro humano bajo tu rostro humano,poco a lento, un huracán de agua para encender la pólvora,el fuego años atrapado, vidas, siglos, desde el primero paso pos-tedénicoy hasta el fin del mundo.¿Será así? Puede: un montón de niños que al fin logran quitarse las corbatas y los trajes para jugar al soldadito consigo mismos.

III

“Robamos porque ellos nos roban” “Robamos porque nunca pode-mos llenar este vacío humano” “Robamos porque la conspiración” “Robamos porque la envidia como animal nos brama” “Robamos porque estoy sordo de horizontes y el aire articula repitiendo ahí viene danzándonos la muerte”

IV

Dignatarios de cúpula oronda, noárboles pero personas entronadas como raíces. Préndanles fuego y verán cómo corren. Préndanles viento y agua y verán sus caras deshacerse o rígidas de entrenamiento. Yo escribo en una casa herida, pero casa. Otros escriben con sus ojos sobre el pasado donde ya no hay nada. Alarguen, grandes señores, sus manos que todo lo pueden—es el cuento continuo en las campañas—hacia la casa muerta, a la familia agonizante,y que no la alquimia transmute los metales en palabras.

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V

Yo escribo en una casa herida, en un país herido que se desangra(quinientos años de sangre silenciosa).Y ahora que te has ido, la pregunta: ¿fuiste, Odile, grito de advertencia, o gemido doloroso de un planeta que

[casiterminamos?

17/septiembre/2014

Andrés Avilés Hirales. La Paz, B.C.S., 1992. Ha ganado el Concurso Univer-sitario de Cuento (2012) y el de Poesía (2013) de la UABCS, así como el estatal de Poesía Joven (2014) en el XV Festival Tradicional de Día de Muertos (B.C.S). Forma parte del Comité Editorial de la revista Fatum, el andar de las letras, desde 2013.

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Concurso de foto “El Grito” mención honorífica “Para la diversión no hay edad” de Marybel Ramírez.

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Canibalismo.La divinidad de su sacra piel,Su blanca y tersa superficieMe hace desenmarañar el canibalismo.

Cuando miro sus enormes ojos, deseoHacerlos cerrar y provocar Un chillido agudo desde sus labios.

¿Será divino el masticar su tez?Tal vez Dionisio sea mi mano derecha,Quiero oír un estruendo iluminado.

ÜbermenschEl ego mueve al übermensch¿Por qué ser bondadoso?Porque se te ha dicho que lo debes ser;Porque la soledad no es para cualquiera.

¿Estás listo para existir?“Ser bueno” es una forma de esclavitud.Dejas de ser humano, y te conviertes en un perro;Fiel, bondadoso.

Hay que dejar las manadas, Estas se crearon para vivir más.¿Para qué vivir tanto?¿Es “bueno” estar a merced de otros?

Estas y otras preguntas las respondeSólo un hombre libre.

José Manuel Araiza Sánchez

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Los buenos profesores de historia, a veces, no son más útiles que los médicos que nos dicen que comer vegetales es primordial, ni menos bienintencionados que instructores de yoga que hablan de la importancia del ejercicio y la meditación. La diferencia es que el profesor nos repite (y son incansables) que la historia nos ayuda a comprender el presente y proyectarlo hacia el futuro. La verdad es que, tal como nos pasa con los bieninten-cionados, uno siente simpatía por ellos: es una ternura que nos demuestren cómo les importa la humanidad y nuestros problemas. Aunque en realidad, sentimos que el presente es irrepetible y que las condiciones actuales siempre serán distintas a las de cualquier época.

Vasconcelos, el pandilleroKeith Ross

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Cuando hablan de la violencia en las es-cuelas (y me niego a escribir la palabra inglesa con la que nombran al acoso), los expertos aseguran que, aunque ha existido durante años, en la época actual se agudiza por los medios electró-nicos, las redes sociales y todos los avances tec-nológicos que el hombre se ha inventado para estar en constante comunicación con los otros. Esta idea casi me convence con el argumento de que la realidad actual supera cualquier epi-sodio histórico y que, por lo tanto, la historia es tan fértil como el campo de Cartago cuando los romanos lo regaron con sal para impedir el cultivo (uno de los grandes chismes de la historia que me ha enseñado otra fun-ción de la sal).

Lo cierto es que uno de mis episodios favoritos cuando se habla de violencia en las escuelas o acoso es-colar (bullyng pues, no puedo evi-tarlo más) es el que narra José Vasconcelos en su ameno, di-dáctico y reflexivo primer tomo de su autobiografía titulado Uli-ses criollo de 1935, en donde se comprueba que la violencia en las escuelas puede ser tan añeja como la escuela en sí misma (es una lástima que no nos haya llegado la biografía de Aquiles, pero aposta-ría que su epíteto “El de los pies ligeros” se lo ha de haber ganado en algún recreo de la escuela primaria de entonces).

El problema es que Vasconcelos tenía que cruzar la frontera entre México y Estados Unidos todos los días para asistir a su escuela en Eagle Pass. La narración en primera persona de Vasconcelos es muy entretenida, escribe breves capítulos sobre episodios que con-sidera importantes en su vida y como tal narra sus aventuras en esas primeras escuelas que le enseñaron que por el sólo hecho de ser mexicano, se sentía distinto a sus compañeros norteamerica-nos. Aunque lo parezca, no hablo de La casa en mango street de Sandra Cisneros o cualquier otro texto de algún autor chicano. Como era de esperarse, en aquella escuela de la frontera con Méxi-co había dos bandos, los mexicanos y sus vecinos.

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Una ventana di ferenteVidrio y Aluminio

E. Zapata 2626 y Encinas, Los Olivos, 23040Tel. (612) 125 2288

Cels. (612) 140 6700(612) 152 9000

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Vasconcelos escribe: “la pugna fue creciendo y llegó a per-sonalizarse. Un rubio sanguíneo, agresivo, gringo acabado, la tomó directamente conmigo. La consabida discusión sobre el valor de los mexicanos concluyó con un: Eso lo veremos a la salida”. En-tonces resulta que la frase “nos vemos a la salida” tal vez puede ser tan añeja como el bullyng o como la escuela misma. Estoy seguro que en la biografía de la infancia Aquiles debió de existir una frase similar.

Vasconcelos se pelea con el gringo (uso la misma palabra que escribió Vasconcelos), y le va muy mal: “Pero la ira me hacía olvidar las heridas; no sentía el dolor, aunque me desangraba; por fin vino el maestro a separarnos. Y como no hubo shake hands, quedó pendiente el encuentro. Pero mi estado era lamentable. Es-coraciones, hinchazón, rasguños; de todo había en mi rostro”.

Por supuesto, cuando Vasconcelos llegó a casa, dijo que se había caído en un barranco (¿qué tan añeja puede ser la excusa de esconder unos golpes con el pretexto de la caída?). Su madre fin-gió creerle y su padre lo descubrió considerando que su adversario pudo haber sido un niño mayor y, por lo tanto, un abuso.

Al día siguiente, Vasconcelos decidió no quedarse en casa y tomó el rumbo hacia su escuela norteamericana en “El Paso del Águila”. A la hora del recreo, Vasconcelos narra: “Y mientras co-mía rumiando con el pan la amargura de mi derrota de la víspera, se me acercó un condiscípulo mexicano, de los nacidos y criados a orillas del río: Toma —me dijo, enseñándome una potente nava-ja—; te la presto. Estos gringos le tienen miedo al « fierro». Guár-dala para la tarde". ¡El fierro! A estas alturas ya no sé si se trata de un texto de Luis Humberto Crosthwaite o de Vasconcelos, el ex candidato a la presidencia de México, el integrante del Ateneo de la Juventud y un largo etcétera como el curriculum del autor de La raza cósmica.

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Vasconcelos continúa la narración: "Volvimos al aula. La maestra eludió gentilmente toda referencia al tema de la discusión enojosa. La clase volvió a sentirse alegre, distraída en sus asuntos. Yo acariciaba dentro de la bolsa del pantalón aquel instrumento que en ocasiones me había servido para cortar madera".

El niño Vasconcelos sale de clase. Se planta frente al nor-teamericano y, como pandillero chicano en una película del siglo XX, le saca el "fierro". Ante el arma, el "gringo" decide declinar. El triunfo era del lado mexicano y lo culmina un diálogo memo-rable: "Ya ves, ya ves —me dijo mi aliado acercándose a recoger su instrumento—; cómprate una que sepan que siempre la traes contigo, y no te volverán a molestar estos gringos".

¿Será posible pensar que el presente que vivimos es único y que, por lo tanto, cualquier texto de corte histórico representa sólo un divertimento, un pasatiempo de esa gente rara que sabe lo que es un epíteto o que lee textos más viejos que cualquier edifi-cio a nuestro alrededor o más antiguos que nuestras ciudades. No lo sé, pero sería bueno aprovechar la inercia y leer El Periquillo Sarniento a ver si andan nuestras costumbres por algunas de sus páginas y nos ayuda a reflejar el presentar y a proyectar el futuro, como dicen los bienintencionados.

Keith Manuel Ross Guillins. Originario de San José del Cabo. Egresado de la UABCS. Ganador de diver-sos concursos y becas en los géneros de cuento y novela.

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Artista plástico por M. Peralta Delgado

Así como el joven enamorado intenta escribir un poema sobre una servilleta, o el iniciado en danza da pasos de baile con una escoba, Erick Leggs utilizó hojas de cuadernos y bolígrafos simples en sus primeros trazos que ya marcaban, por encima de sus líneas, una auténtica afición por las artes plásticas. En sus dibujos y bocetos de preparatoria ya se asomaban, por allá: un ojo de Dalí, por acá: los senos o el sexo de una mujer; y textos como simples pretextos para jugar con la tipografía —que no se leen: se miran—.

Aunque algunos temas recurrentes en su obra —dibujos, ilustra-ciones, pinturas, y otros géneros mezclados a favor del diseño grá-fico— son el erotismo y la muerte, tanto en el placer como en el dolor, también podemos encontrar diversidad de imágenes. Hay bodegones y naturaleza muerta, un bebé en el regazo materno, lo mismo un retrato familiar que íconos del pop. Es curioso encontrar en un mismo portafolio, lo que parece ser publicidad para el mar junto con calaveras y objetos de culto en el México popular y cholo.

También los materiales son variados en su búsqueda por comu-nicarse a los ojos: de la tinta china al prismacolor, del carbón al acrílico, lo mismo en cartón que en libretas universitarias —que pesan más por el valor colorido de adentro que por el solo peso de sus hojas.

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Erick Marcelo Leggs Avilés es paceño por nacimiento, di-señador por ocupa-ción y soñador con-tracultura por voca-ción. Vio la luz por vez primera el 16 de enero de 1977 en La Paz, Baja Cali-fornia Sur. Aunque bebió el gusto por la plástica y el arte en general, de la calle y los libros, de amigos y vecinos, profesio-nalmente hablado, concluyó sus estu-dios en la Univer-sidad Internacional de La Paz (UNIPAZ) como Licenciado en Diseño Gráfico. Ahí regresó más tarde, como Docente de las asignaturas de Tipografía y Diseño de Envases y Empa-ques. Actualmente, imparte el Taller de Dibujo al Natural y Pintura Experimen-tal en la Escuela Normal Superior, y de forma independiente. Hace diseño edi-torial, gráfico y lettering, además de seguir con entusiasmo en el mundo de la pintura, el dibujo y la ilustración en general. En los últimos años, participó en las exposiciones colectivas: “Placeres Caníbales” (2011 y 2012) y “Contracultura” (2011 y 2012).

*Todas las imágenes que ilustran esta edición, excep-to páginas 2, 3, 11, 20, 21. 22 y 23 son autoría de Erick Leggs.

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#VeLeeEscucha

El color que no puedes verOlga Freda Cota Gándara

Este libro ganador del Pre-mio Estatal de Novela Ciu-dad de La Paz 2010, nos narra la historia de Don José María, un español re-sidente en cuba y su hijo Fernando. Con el transcu-rrir de las páginas el lector es transportado de Cuba a Veracruz, de Veracruz a Ensenada, de Ensenada a Cabo San Lucas, hasta lle-gar finalmente a la ciudad de La Paz, culminando con la historia de su última des-cendiente, Emilia, quien hereda las manías de sus ancestros.

Cinco dias circulares[la visita]Estela Davis

Se anuncia la posible visita del Presidente de la Repú-blica a la Ciudad de Lore-to y deben decidir en qué casa se alojara, provocando un caos social y político; al mismo tiempo los funciona-rios buscan aprovechar la circunstancia a su favor, los pescadores y rancheros ex-ponen sus quejas, la planta termoeléctrica presenta un problema, y para rematar, un tiroteo entre narcotrafi-cantes. Unidas todas estas circunstancias provocan una avalancha de aconte-cimientos importantes que se desarrollan en sólo cinco días. Como dice Estela Da-vis en esta farsa, la trama, las situaciones y los perso-najes son imaginarios, cual-quier parecido con hechos de la vida real es mera co-incidencia ¿no?

ClaroscuroEdith Villavicencio

Ganadora del Premio Es-tatal de Novela ciudad de La Paz 2009, la novela nos cuenta la historia de Sia-mak, un hombre que sale del desierto iraní para llegar al desierto de las californias, y por azares del destino, una parada en Todos San-tos se convierte en un cruce de caminos, por un lado tie-ne su misión de guerrero y por otro los brazos de Laura y la amistad de Juanjo. El amor cobrará sus cuotas de sacrificio y renunciación.

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#VeLeeEscuchaGio RC – Evolución

Gio RC nos trae este buen set de 4 rolas ins-trumentales, que con un total de 16 minu-tos de reproducción nos deja con un buen sabor de lo que trae en mente este moder-no compositor; desde primera instancia sa-bemos a lo que se enfoca, sus influencias, el Heavy Metal y Thrash que se sienten en cada segundo que transcurre, pero claro, con diferentes toques que lo hacen despren-derse de lo old school como algunos dirían; esto no significa en ningún momento que carezca de buena calidad, pero tal vez no sea del total agrado de oídos “exigentes”; con influencias desde Metallica hasta Pan-tera, Gio RC nos introduce en una atmos-fera de simple y claro Metal, una distorsión envolvente y una producción de excelente calidad para el estado, con una evidente ba-tería electrónica pero decentemente ecuali-zada y la tarea de propia producción que se le debe aplaudir; “5.0 L” Sabe a lo que va, y no tiene miedo a enseñar de que se trata, a seguir después con un directo gol-pe de “Adrenalina” que irremediablemente acelera todo, con rápidos solos y dinámicos riffs, demostrando su notable habilidad con la guitarra, para después pasar a una más solemne melodía, que no deja el Metal por un lado, si no que le añade un estilo más melódico y melancólico con la inserción de teclados y para finalizar “Prototipo” que,

debo decir, me recuerda completamente al tipo de composición realizado en el proyec-to de banda donde participa (Fuera). Sin más que añadir, les recomiendo a todos aquellos “metalheads” que disfruten de lo instrumental, que consigan este demo, y que ojalá pronto Gio RC nos traiga más de su material.(Irving Armenta)www.giorc.com

Starship Monkeys – No Te Animas

Starship Monkey nos trae un demo titulado No Te Animas, donde nos muestran can-ciones con fuerza y bien elaboradas, con un toque que demuestra las ganas por sacar el proyecto adelante; canciones como “Ful of Lov”, “Reloj de Lodo” y “In Lak’ech” nos muestran la evolución de sonido de este grupo recordándome a Meat Puppets, sin mencionar las diferentes influencias y esti-los de composición en las canciones, con un buen manejo de la guitarra y bajo; sobre todo cabe resaltar la batería a tiempo y bue-na calidad de cambios y sonido que perdu-ra en el demo. Sin duda un buen material para apreciar y escuchar con buena música, un sonido alternativo y fácil de digerir don-de las canciones demuestran la maduración del grupo en cuanto a estilo y género.(Vicente Romero)facebook.com/starshipmonkeys

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#VeLeeEscuchaFUERA – “Despierta, Imbécil”

Banda con una trayectoria algo considera-ble, aunque relativamente nueva para mí, Fuera basa su estilo en el Thrash Metal, pre-sentando 6 rolas en su nuevo material “Des-pierta, Imbécil”. Considero que algunas de ellas tienen un intro bastante extenso (otro punto menos a mi parecer) y les hace falta esa técnica de guitarra tan característica del género, el tan amado “galopeo”. Pues bien, no serán negativas todas mis opiniones; me gustó bastante el sonido y la edición de los temas, alcanzándose a distinguir con clari-dad cada uno de los instrumentos. La voz secundaria me pareció impresionante, ras-gada y violenta como deberían de ser to-das, hasta me atrevo a decir que opaca a la voz principal. En general me gustó; me sorprendieron, algo que rara vez logran en mí las nuevas bandas de metal; Fuera es una banda que se merece que pongamos nuestros oídos y vista en ellos, lo merecen en verdad. (Diego Félix)

facebook.com/FueraOFICIAL

Mexican Weirdoh’s Surf Band

El trío de rock surf Los MexicanWeirdoh’s presenta este material, homónimo de la banda, con un sonido reverberante, cons-tante y potente; las guitarras se distinguen brillantes y naturales, llevando la batuta de la línea melódica del ensamble. Las bate-rías son muy características, agregando ese toque rock punk, una actitud muy intensa, llamativa y con muchos recursos técnicos. El bajo enlaza las baterías y las guitarras con líneas interesantes, destacando por su brillo y técnica de púa, sin perder la pro-fundidad que debe tener para conseguir conexión con las percusiones. La canción que abre el disco es una invitación a bai-lar, con una base rítmica muy sólida y una guitarra atrevida pero precisa con remates muy roqueros. El tema “Guinchy” es de un sonido nostálgico, sesentero y vintage. “El Bueno, el Malo y el Weirdoh”, es una de esas canciones propuesta, con un cam-bio de energías bastante intenso. “Gorila Twist” presenta mucho juego de tambores como introducción, antes de llegar al tema principal, sobre el cual los arreglos surferos no se hacen esperar. Se incluyen algunos covers más: “Suavecito”, a modo instru-

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#VeLeeEscuchamental, que sin perder la esencia del géne-ro logra combinarse a la perfección con el sonido surf. El segundo homenaje es “Mr. Moto”, y el último “Si No Supiste Amar”, en donde la guitarra se convierte en la voz del éxito de Luis Miguel, habiendo algu-nos pasajes donde bajo y batería toman el control y hacen que la cabeza comience a moverse. Para finalizar, “Marea Roja”, que comienza con mucha energía, intercalando desde ideas muy rítmicas a gran velocidad, hasta líneas muy relajadas, recobrando después la intensidad para volver a bailar. El disco te deja una sensación de playa, arena, muchas olas y un excelente sabor de boca de esta producción local con calidad y con mucha propuesta de composición e interpretación. (Alan Flores)

facebook.com/MEXICANWEIRDOHS

Mechanical Hydra– Rotten Flesh Supremacy

Mechanical Hydra, después de un tiempo de emocionante espera, por fin nos presen-ta su nuevo demo “Rotten Flesh Suprema-cy”, que no desilusiona. Se trata de cinco tracks llenos de energía, los cuales evocan

la época old school del death metal; los riffs son limpios y versátiles, cada elemento se distingue y la voz es poderosa y cruda. El demo abre con “Cult of Impurity” una pie-za original dónde la batería sobresale con un asombroso doble pedal, y la guitarra lo-gra envolvernos en una atmosfera mística. “Rotten Flesh Supremacy” es el segundo en línea, que muy merecidamente le da nom-bre al demo, y es seguido por el tercer track, “Perishing Choir”, que en mi opinión es el más sobresaliente: batería intensa, apoya-da por un buen bajeo, vocales potentes, y un solo de guitarra impresionante. “At the Altar of Sacrifice” comparte estos mismos elementos sin dejar de ser distinguible y di-námica. Cierra “Conquered Through Car-nage”, un fuerte desenlace que logra con-vencer que es un demo completo y favo-rablemente producido. Mechanical Hydra definitivamente es una banda que quiero seguir oyendo y espero que sigan produ-ciendo increíble música cómo han probado hasta ahora. (Rocío Cárdenas)

facebook.com/MechanicalHydra

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