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EL OLVIDO SOCIAL

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Olvido social y memoria colectiva

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EL OLVIDO SOCIAL

EL OLVIDO SOCIALLa memoria como el olvido, lejos del individualismo que ha caracterizado su concepcin durante el siglo XX, se inscriben en la arena social y que son polos opuestos de un mismo proceso; esto es, que son producciones colectivas, es decir, sociales. El olvido tambin es SocialLa memoria colectiva cuenta con sus propios recursos. Los marcos socialesTiempo, Espacio, LenguajeEl SilencioLa imposicin y la censuraProducen vacos y novedades, con los cuales caracterizan a la sociedad. Durante el siglo XX la memoria ha sido tratada desde dos perspectivas: La Individualista, que insiste en que la memoria se encuentra al interior de la cabeza, como facultad individual, y La Colectiva, que indica que la memoria se edifica sobre la base de los grupos.

La memoria, incluso la individual, tiene una base colectiva, pues es en ella donde se sostiene desde los griegos los presupuestos eran dos: lugar e imagen.

En el siglo XX se habla de marcos sociales: tiempo y espacio. La memoria se construye con ciertos artefactos, como los edificios y placas conmemorativas.

El lenguaje es el elemento central con el que se edifica la memoria; y para que la memoria establezca la continuidad entre pasado y presente se requiere que sta se comunique.La memoria colectiva tiene su contraparte, el olvido; olvido que para estudiosos de la psicologa ha sido una facultad tambin individual, pero que para la psicologa social es un proceso psicosocial.La otra punta, o extremo, del proceso en el que se inscribe la memoria colectiva, es el olvido social, que tambin se despliega por grupos y tiene sus elementos constitutivos. Es necesario olvidarSilencio como sustentoImposicin y CensuraVacoSe ejerce desde el poderMientras la multiplicidad de la memoria se sustenta y edifica en el lenguaje y los artefactos, el olvido lo hace sobre el silencio y mediante prcticas como la imposicin de una sola versin sobre el pasado; y mientras que la memoria posibilita la continuidad, en el olvido hay ruptura, por eso se presenta la novedad.Aproximacin al Olvido SocialEl olvido social ha sido una prctica recurrente en diversas culturas, como la mesoamericana y la griega, los grupos hegemnicos han echado mano de l para mantenerse y legitimarse al momento de asumir un cierto poder.

MEMORIA VS OLVIDO SOCIALEl olvido puede fincarse sobre dos tiemposEl olvido social tiene diferentes posibilidades de avanzar en la sociedad y arrinconar a la memoria, Nietzsche escribira que el olvido era necesario en virtud de que diagnostica una enfermedad en la sociedad: la cultura histrica, el exceso de pasado.

Toda accin requiere olvido: como la vida de todo ser orgnico requiere no slo luz sino tambin oscuridad (dem.). No obstante, desde esta perspectiva, se vuelve necesario el olvido, lo que a otros contemporneos, como el filsofo e historiador Tzvetan Todorov (1995), les parece adecuado. Es sano relegar, omitir, por un lado, eventos que no dicen nada en la actualidad, y por el otro, tragedias por las que ha atravesado la humanidad y que resultan dolorosas.

Lo paradjico es que ambos, tanto Nietzsche como Todorov, lo han dicho para que se recuerde que hay que olvidar. Dibujando al olvido: sus procesosLos grupos de poder suelen imponer una versin del pasado de una sociedad, suelen mostrarse como herederos de ese tiempo. Y cuando se les cuestiona al respecto, suelen argir que no hay que mirar al pasado, sino al futuro, porque ah est el porvenir, el progreso. El pasado, o las mltiples interpretaciones del pasado de una nacin suelen ser incmodas para los grupos que se encuentran en una posicin de poder. Cierto: El progreso que se basa en el poder no tiene memoria

Los procesos con los que opera el olvido, trabajan en sentido contrario de aquellos con los que se construye la memoria. Se puede afirmar que hay una especie de anttesis de la memoria cuando anida el olvido. El recuerdo se erige con lenguaje, el olvido se apoya en el silencio.

El despliegue del silencioSi en la memoria colectiva opera como marco mayor y como instrumento de construccin el lenguaje, en el olvido social se despliega el silencio, no se pone en juego el lenguaje. El presupuesto parece ser: si algo se quiere mandar al olvido de ello no hay que hablar, no hay que nombrarlo, no se emite razn ni argumento para con los acontecimientos del pasado que se quieren olvidar. Guerra Sucia en Mxico

Hay tambin quienes hablan de recuerdo en silencio (Middleton y Edwards, 1990), es decir, el recuerdo personalizado que no se expresa de manera abierta, en pblico. Ese sera el caso de las tragedias, como las matanzas.Tales eventos, para otros autores, al no narrarse de manera abierta llevan al olvido social, porque, al no comunicarse, no continan en los relatos posteriores. No obstante, en ocasiones, las narraciones no son suficientes si no hay quin escuche. Guardar silencio sobre determinados acontecimientos lleva, de alguna manera, a los senderos del olvido social. El silencio se opone al lenguaje edificante de la memoria.El sinsentido de la informacinCuando el silencio no resulta suficiente para borrar sucesos ocurridos tiempo atrs, se echa mano de la informacin. As, cuando se habla de lo ocurrido, de personajes, agrupaciones, acciones o situaciones que se queran mandar al olvido, se alude a estos en trminos de objetos, como dirigindose a cosas.

Al referirse a lo sucedido como cosas, lo que queda es slo lo hecho, el dato, aquello que no puede tener varias interpretaciones, sino slo una, la brindada por aquellos que tienen los instrumentos para verter informacin, por ejemplo, en los medios masivos como la televisin que cosifica aquello de lo que habla.

Efectivamente, la televisin y sus informaciones difcilmente contribuyen a la memoria, ms bien le apuestan al olvido, pues atomizan y saturan: lo que narran de lo sucedido no genera sentido y es fugaz

La versin nicaEl olvido social se erige sobre la base de una sola versin, la nica vlida, que segn el ritmo de los acontecimientos es supuestamente inevitable. No haba de otra, segn la informacin del pasado que se presenta y a la que todo mundo tiene acceso.Si en la memoria el pasado contribuye a la forja del presente, en el olvido, desde la versin nica, el presente estructura y da forma al pasado, el nico que ocurri. Si no es el nico, es el mejor.Un claro ejemplo de ello se muestra con los partidos nicos que se mantuvieron en el gobierno durante dcadas, como el Partido Revolucionario Institucional (PRI) en Mxico o el Comunistas crearon una memoria o historia, segn se vea, y ese pasado facult que ellos, y no otros, asumieran el rol dirigente, revolucionario e institucional que ejercieron: desde el presente conformaron su pasado.

En el siglo XX el olvido social se muestra como frmula que presenta lo cultural como natural, lo social como individual, lo ilegtimo como legtimo, la imposicin como la opcin, la represin como necesidad, y los gobiernos totalitarios y dictatoriales como inevitables y nica opcin.Psicosocialmente hablando, el olvido ha sido el arma favorita de los grupos que se enquistan en el poder y que desde ah dictaminan prcticas, pasado, presente y un posible futuro. Le apuestan a laamnesia colectiva para erigirse como los hroes, los salvadores de la patria, aquellos sin los cuales el caos reinara y la nacin se hubiera debatido en prcticas sangrientas. Y cuando se cuestiona ese pasado que montaron y enaltecen, esgrimen el lema: Borrn y cuenta nueva.

A la imposicin y el terror se agregan otras prcticas, como la expertez, consistente en otorgarle slo credibilidad a los discursos de los expertos, en este caso, los autorizados para hablar sobre el pasado seran los historiadores; su voz es la que cuenta.

La censura, prctica predilecta de los gobiernos totalitarios: la censura hoy en da significa, ante todo y por doquier, la tirana de lo nico; ciertamente, se atenta contra la multiplicidad, porque lo que se persigue y se castiga es lo que se anda indagando, lo informulado, lo inaudito, lo heterogneo y lo diverso: todo lo que nace (Salmon, 1999: 14).

A estas prcticas hay que sumarle el fuego, con la quema de textos, prctica desplegada desde, al menos, el siglo III a. C. en la China antigua. A la escritura que mantiene la memoria se le contrapone la quema de maderas, pieles, papiros, hojas, libros en donde se han tallado, marcado, pintado, impreso o escrito, las memorias de distintos grupos, pueblos y sociedades.

Las resistencias de la memoriaEn Bloque Socialista en Europa y la cada de las dictaduras militares en el Cono Sur, distintas narrativas de las memorias desplazadas o apagadas, comenzaron a expresarse, intentando, a contrapelo, reconstruir esos pasajes de su historia que haban sido silenciados, omitidos o prohibidos.

La memoria de los grupos, de las colectividades, de las sociedades, de las naciones, se niega a esfumarse, Porque de irse se corre el riesgo de no saber de dnde se proviene, quin se es y, por tanto, hacia dnde dirigirse.Si no hay pasado, ni memoria, no hay identidad, y sin identidad las sociedades se ven en aprietos, por la sencilla razn de que requieren un pasado, un origen. La memoria busca y encuentra la manera de manifestarse, y en ocasiones lo hace con sumo cuidado, la memoria se expresaba en atmsferas paralelas como las charlas de camaradas y de familia, en conversaciones nocturnas de stanos, en conmemoraciones alternativas con la complicidad de la gente civil, en tapetes bordados con la intencin de comunicar, en el peridico clandestino ledo a tenue luz, en pintas subversivas realizadas durante las madrugadas, en plticas situadas no en la intimidad del telfono pero s de la cama, porque al primero llegan los tentculos del poder y al segundo difcilmente o de plano no. La memoria se expresaba ah donde no corra el riesgo de ser aniquilada.