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“El viajero” (Francisco Sánchez) -¡Buenos días, es hora de levantarse! ¡Buenos días, es hora de levantarse! ¡Buenos días, es hora de levantarse!...- La dulce voz de Sharon Stone volvió a repetir su mensaje con una insistencia irritante. Al momento, Jimmy alzó la mano casi como un sonámbulo y le dio un golpe seco al sombrero de Sharon, y esta entonces se mantuvo en silencio, pero solo por cinco escasos minutos, tiempo necesario para que el mecanismo del viejo despertador volviera a conectarse, y la sensual pero mecánica voz de Sharon volviera a irrumpir en su agradable sueño como un auténtico trueno. De nuevo, como un sonámbulo, intentó apagar el despertador pero, en vez de eso, lo que hizo fue darle un manotazo a este y tirarlo al suelo, fruto más de un acto reflejo y espontáneo que de un deseo homicida hacia su atractivo despertador que tantas veces le había salvado la vida. Jimmy siguió adormilado en su calentita cama por un buen rato, hasta que algo feroz y cruel le hizo abrir los ojos con inquietud; era la imagen del señor Farrell llamándolo por su nombre en ese tono insidioso y áspero que tanto le caracterizaba. Jimmy entonces se desperezó con inquietud, cuando de repente cayó en la cuenta de la situación: el despertador con la cabeza de la pobre Sharon tirada en el suelo, un molesto dolor de cabeza producto de la resaca y el examen que tenía a primera hora. Entonces se sobresaltó. Encendió la luz apresuradamente y echó manos de su reloj de muñeca. “¡Maldita sea!”, pensó. Se había dejado dormir, otra vez. -No debí irme ayer con Scott... No debí irme...- Farfulló entre dientes mientras se levantaba de un salto y se vestía a toda prisa.- “¡Solo una cerveza!” “¡Solo una cerveza!”- dijo, intentando imitar la melindrosa voz de este.- ¡Que dolor de cabeza...!- Se lamentó, pero ni siquiera tenía tiempo para ello. Se vistió con dificultad, orinó, se lavó las manos, la cara y los dientes, y salió de allí como alma que lleva el diablo. Llegó a las inmediaciones de la universidad justo a tiempo para oír el pitido inicial del comienzo de la jornada. Se apresuró, ya apenas había actividad en los pasillos. Vio a lo lejos al director. Era todo un cascarrabias. Intentó evitarlo, pero tropezó con el mismo escalón que siempre solía tropezar, y esto lo delató. -¡Señor Blark!.- Su voz lo detuvo en seco, como un semáforo en rojo. -Sí, señor Meymos... -¿Otra vez corriendo por los pasillos? ¿No le he dicho en más de una ocasión que no quiero ver a ningún estudiante correr en los pasillos, y menos en horas de clase? -Verá señor Meymos... se me ha hecho un poco tarde, porque verá... -¿Y qué hace que no está apresurándose hacia su clase? ¡Vamos! ¡Vamos!- Comentó con tono irritado mientras giraba sobre sus talones para proseguir su camino hacia la Biblioteca. Jimmy dio media vuelta y cruzó el pasillo a toda prisa, pero al doblar la esquina se encontró de frente con la voluptuosa Lisa Anderson. Chocó con ella y le desparramó todos los cuadernos y libros que portaba sobre su pecho con su habitual coquetería. -¡Maldita sea Jimmy! ¿Estás tonto o qué? ¡A ver si miras por donde vas... joder!- Su reproche fue sentido y fastidioso. -Lo... lo siento Lisa. Es que yo...- El pobre Jimmy intentaba disculparse mientras procuraba recoger sus libros. Ambos intentaban hacerlo, pero el efecto era el contrario; a él también se le cayeron los suyos y todos se mezclaron en una fastidiosa y malintencionada sopa académica. El intentaba recogerlos, ella quería impedirlo, y por un momento aquello fue un auténtico cúmulo de despropósitos. -¡Estate quieto de una vez!- Gritó Lisa casi histérica.- ¡Estate quieto! Yo recogeré mis libros... Eso mismo hizo ella de forma azarosa, mientras Jimmy permanecía en cuclillas intentando disculparse, pero hasta su propia voz parecía molestarle como el zumbido impenitente de un mosquito. Lisa se levantó con gesto regañado y se colocó de nuevo los libros a la altura de sus espigados pechos, y dándose media vuelta con un furor infantil, le dedicó un último reproche: -¡Estúpido!

El Viajero

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Derrick se ve involucrado, de forma accidental, en un complot para derrocar una poderosa institución oligarca y tecnócrata, que es la que rige el destino de una sociedad futura y muy avanzada. La única forma posible de huir de ellos es viajar en el tiempo, hasta el primitivo siglo 21.

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  • El viajero (Francisco Snchez)

    -Buenos das, es hora de levantarse! Buenos das, es hora de levantarse! Buenos das, es hora de levantarse!...- La dulce voz de Sharon Stone volvi a repetir su mensaje con una insistencia irritante. Al momento, Jimmy alz la mano casi como un sonmbulo y le dio un golpe seco al sombrero de Sharon, y esta entonces se mantuvo en silencio, pero solo por cinco escasos minutos, tiempo necesario para que el mecanismo del viejo despertador volviera a conectarse, y la sensual pero mecnica voz de Sharon volviera a irrumpir en su agradable sueo como un autntico trueno. De nuevo, como un sonmbulo, intent apagar el despertador pero, en vez de eso, lo que hizo fue darle un manotazo a este y tirarlo al suelo, fruto ms de un acto reflejo y espontneo que de un deseo homicida hacia su atractivo despertador que tantas veces le haba salvado la vida. Jimmy sigui adormilado en su calentita cama por un buen rato, hasta que algo feroz y cruel le hizo abrir los ojos con inquietud; era la imagen del seor Farrell llamndolo por su nombre en ese tono insidioso y spero que tanto le caracterizaba. Jimmy entonces se desperez con inquietud, cuando de repente cay en la cuenta de la situacin: el despertador con la cabeza de la pobre Sharon tirada en el suelo, un molesto dolor de cabeza producto de la resaca y el examen que tena a primera hora. Entonces se sobresalt. Encendi la luz apresuradamente y ech manos de su reloj de mueca. Maldita sea!, pens. Se haba dejado dormir, otra vez. -No deb irme ayer con Scott... No deb irme...- Farfull entre dientes mientras se levantaba de un salto y se vesta a toda prisa.- Solo una cerveza! Solo una cerveza!- dijo, intentando imitar la melindrosa voz de este.- Que dolor de cabeza...!- Se lament, pero ni siquiera tena tiempo para ello. Se visti con dificultad, orin, se lav las manos, la cara y los dientes, y sali de all como alma que lleva el diablo. Lleg a las inmediaciones de la universidad justo a tiempo para or el pitido inicial del comienzo de la jornada. Se apresur, ya apenas haba actividad en los pasillos. Vio a lo lejos al director. Era todo un cascarrabias. Intent evitarlo, pero tropez con el mismo escaln que siempre sola tropezar, y esto lo delat. -Seor Blark!.- Su voz lo detuvo en seco, como un semforo en rojo. -S, seor Meymos... -Otra vez corriendo por los pasillos? No le he dicho en ms de una ocasin que no quiero ver a ningn estudiante correr en los pasillos, y menos en horas de clase? -Ver seor Meymos... se me ha hecho un poco tarde, porque ver... -Y qu hace que no est apresurndose hacia su clase? Vamos! Vamos!- Coment con tono irritado mientras giraba sobre sus talones para proseguir su camino hacia la Biblioteca. Jimmy dio media vuelta y cruz el pasillo a toda prisa, pero al doblar la esquina se encontr de frente con la voluptuosa Lisa Anderson. Choc con ella y le desparram todos los cuadernos y libros que portaba sobre su pecho con su habitual coquetera. -Maldita sea Jimmy! Ests tonto o qu? A ver si miras por donde vas... joder!- Su reproche fue sentido y fastidioso. -Lo... lo siento Lisa. Es que yo...- El pobre Jimmy intentaba disculparse mientras procuraba recoger sus libros. Ambos intentaban hacerlo, pero el efecto era el contrario; a l tambin se le cayeron los suyos y todos se mezclaron en una fastidiosa y malintencionada sopa acadmica. El

    intentaba recogerlos, ella quera impedirlo, y por un momento aquello fue un autntico cmulo de despropsitos. -Estate quieto de una vez!- Grit Lisa casi histrica.- Estate quieto! Yo recoger mis libros... Eso mismo hizo ella de forma azarosa, mientras Jimmy permaneca en cuclillas intentando disculparse, pero hasta su propia voz pareca molestarle como el zumbido impenitente de un mosquito. Lisa se levant con gesto regaado y se coloc de nuevo los libros a la altura de sus espigados

    pechos, y dndose media vuelta con un furor infantil, le dedic un ltimo reproche: -Estpido!

  • Jimmy agarr entonces los suyos, musitando entre labios una ltima disculpa y se dirigi a su aula. Antes de penetrar en ella cogi un soplo de aire, a modo de quin intenta coger un poco de valor. Se asom a la ventana y despus, haciendo acopio de fuerzas, entr intentando hacer el menor ruido posible. La gente permaneca en sus asientos con cierto aire circunspecto, concentrados en sus exmenes, evaluando sus posibilidades y calculando alguna valencia de

    algn elemento. Todos permanecan en silencio, y el viejo profesor Farrell caminaba en la planta baja del aula, pues esta era como un anfiteatro romano cortado a la mitad, con sus gradas en forma elptica, y en la parte central, en vez de gladiadores, estaba ese hombre de pelo cano y cejas marchitas que tanto pareca disfrutar martirizando a sus alumnos. Pero no logr pasar desapercibido... - Llega tarde! Unos minutos tarde, seor Blark! -El despertador...- Jimmy se par en seco, como si una mano invisible le impidiera continuar.-

    No s lo que pas... Se ve que no son a tiempo y... -El despertador?- Pregunt el catedrtico con aire insolente.- Nunca haba odo una excusa tan estpida.- Est bien, seor Blark, vamos, tome asiento y deje de molestar al resto de sus compaeros... -S, seor Farrell.- Jimmy dio tres largos pasos y se sent en su pupitre antes de que el viejo grun se arrepintiera de ello.- Seor Farrell, mi examen... -Vamos, venga a buscarlo. No querr que yo suba a drselo? -S, s, claro, perdone.- Jimmy se levant y baj a por su examen. Despus lo coloc sobre el brazo de madera de su asiento y oje por encima las preguntas; la tabla peridica de elementos, caractersticas de los elementos de la primera columna, enlace inico, enlace covalente, qumica orgnica...- Jimmy resopl pesadamente sabiendo lo que se le vena encima. El profesor Farrell mostr una lacnica sonrisa al notar su reaccin. Entonces puso manos a la obra. -Eh Jimmy, cmo sali eso?- Su amigo Dustin estaba alterado; eso era seal de que haba hecho un buen examen. No en vano, era un autntico empolln, sobre todo para cuestiones relacionadas con nmeros, como por ejemplo las distintas valencias de los elementos. Sin embargo Jimmy era la cara contraria de la moneda. Estaba totalmente planchado, se senta agotado y desanimado. -T qu crees?- Le contest a regaadientes. El flacucho Dustin comenz a rerse de forma exasperante. -Y t de qu te res?- Jimmy le increp irritado. Esa tpica risita que Dustin sola esgrimir con tanta irona le haba sentado como una patada en el estmago. No es que se lo tomara a mal, Dustin era un buen tipo, algo pijo y muy fastidioso en ocasiones, y tampoco era que lo hiciera por maldad, pero a veces, esas risas solapadas hacan estragos en su interior; sobre todo cuando no estaba de humor. -No... de nada, perdona, es que, si hubieras visto la cara que pusiste cuando... Olvdalo. No creo que sea para tanto, hombre... el examen no estaba tan difcil. Ya vers como... -Olvdame Dustin.

    De pronto pas por all la hermosa ngela Trefill, una chica delgada de hermoso pelo rubio y penetrantes ojos azules, con la sonrisa ms bonita y sensual que l jams haba visto y el trasero ms respingn que l jams haba contemplado. A su lado caminaba Matt, uno de esos tipos que lo suele tener todo para encandilar a una chica, incluso la pedantera de crerselo y la arrogancia de no esconderlo. -Hola ngela...- Su voz son dbil y huidiza como el arrullo de la brisa en la playa.- Cmo te sali el...?- Pero apenas pudo terminar la frase; ngela y ese engredo haban pasado de largo

    sin apenas percatarse de su presencia. -Est buena, eh?- El exasperante Dustin volvi a sonrer de forma ridcula. l no pudo hacer ms que dedicarle una ltima mirada a ngela, que se contoneaba a lo largo del pasillo con verdadero garbo, y desear ser como Matt, o al menos parecido, pero sin ser tan capullo, claro.- Vamos, hombre, esa ta es pura fachada, olvdala. No est a tu alcance. Te invito a un caf o a lo que te apetezca. Si quieres podemos repasar las preguntas del examen. -Vamos...- Contest con resignacin. -Venga, vamos.- Dustin le pas la mano por encima de su hombro y, suspirando, coment en voz baja: pero que fachada, madre...!- Y volvi a sonrer con su incisiva naturalidad.

  • Estuvo un buen rato con l en la cafetera de la universidad. Este le fue desgranando poco a poco el examen como si se tratara de una pelcula de accin; tan afanoso se senta, mientras que el pobre Jimmy solo asenta ante el abatimiento y la desesperanza que le haca sentir el estpido perfeccionismo de aquel empolln enterado y fastuoso. Bueno, al menos, se estaba tomando un caf y un bollo medio duro, que no era mucho pero que tampoco estaba mal.

    Menos daba una piedra. Despus de todo, ltimamente no estaba muy bien de fondos. Por una parte, los trabajos de encuadernacin haban mermado considerablemente, y, por otra, no haba conseguido nuevas formas de ingresos, aparte de sus ya tpicos trabajos de mecanografiado e impresin de tesis, trabajos, etc, a los que no sola sacarle demasiado, excepto un intenso dolor de espaldas. Y los gastos parecan multiplicarse cada vez ms, el alquiler de la casa, la comida, la ropa... ltimamente haba pensado en plantearle a Flicker el meter a otro estudiante ms en la casa, para que les ayudara con los gastos. Lo nico que tena

    que hacer era desconectarse y asentir a todo lo que Dustin le fuera diciendo, aunque no era fcil, su voz, despus de un buen rato, pareca un fastidioso sonido que iba introducindose ms y ms en cada rincn de su mente, como un eco que lo mortificaba sin misericordia. -Oh Jerry! Cmo fue eso?- Jimmy consigui romper la maldicin que supona esa delirante voz, cuando el divertido Jerry se acerc a la cafetera. Junto a l vena Katy, con su rostro suave y su cuello delgado. -Bueno, ya sabes, ni bien ni mal, ni s ni no... pero no s, creo que sobrevivir... -Me alegro por ti, to. Por lo que veo, lo mo es ms serio. -Venga ya, hombre.- Coment Jerry con su voz saltarina.- Tienes que ser fuerte, s que podrs salir adelante...- Como siempre, estaba intentando hacer una de sus estpidas comedias. -Hola Jimmy.- La voz de Katy se delat. Era como el reclamo de la flor a la abeja. -Ah, hola Katy. No me digas que t tambin pasaste la prueba final... -Bueno, eso espero. -Entonces yo debo ser el nico "pringao" de por aqu.- Jimmy estaba visiblemente contrariado. -Tampoco es para tanto, hombre. No te desanimes. De todas formas, si suspendes, todava tienes el verano para... -El verano...?- Jimmy casi ardi de clera.- Pero si eso mismo es lo que quiero evitar...- De repente ngela entr en la cafetera acompaada de ese tipo. Se le vea tan hermosa, tan sublime, que l no pudo hacer ms que suspirar con su mirada. Matt la dej en una de esas mesas estrechas y altas, sentada en uno de esos taburetes igualmente elevados y espigados, mientras l iba a la barra a pedir algo para tomar. El examen tambin haba secado sus gargantas. -Nada, to...- Coment Jerry de forma casi cmica, dndole una amistosa palmadita en su espalda.- Hay que salir al trapo, porque... -Ahora mismo vuelvo.- Jimmy lo dej con la palabra en la boca y se fue con pasos titubeantes hacia donde estaba ella. -Est en celo, ya sabis, es la poca...- Dijo Jerry bajando la voz, mientras que a Katy se le quedaba una mueca de fastidio. Jimmy intent hacerse el interesante, caminando por all como hacindose el despistado. Pas por su lado intentando hacerle creer que no la haba visto. Despus se esforz por

    mostrarse sorprendido ante su presencia repentina. Ni que decir tiene que ngela no pic ni un solo instante. -Oh ngela! Perdona, no te haba visto. Qu haces, tomando algo? -S, ya sabes.- Ella sonri torpemente, mostrando su blanca dentadura. Aquel chico enjuto y simple era para ella un autntico fastidio, pero, en su fuero ms interno, le encantaba que cualquiera le demostrara que estaba loco por ella, aunque fuera con tanta torpeza. -Ah, me alegro. Cmo fue eso?

    -El qu?- Pregunt ella mirando por encima de su hombro al fondo de la cafetera, buscando al apuesto y opulento Matt. -Ya sabes, el examen. -Ah si, el examen. Bueno, no me puedo quejar, contando con todo lo que me ha ayudado Matt... creo que el aprobado est a mi alcance. -Matt?- Pregunt Jimmy sin saber qu decir. Estaba furioso.- Oh, s, Matt! No saba que a l se le diera bien la qumica. Pens que lo suyo era el basket. -Hay muchas cosas que a Matt se le dan bien...- Coment ella en tono sugerente, mientras que no dejaba de mirar por encima de su hombro.

  • -Muchas cosas...?- Jimmy se qued ahora perplejo. - Los cordones... -Los cordones?- Repiti l con un tono exagerado, casi exultante. -S, a Matt se le han soltado los cordones de uno de los zapatos. Jimmy se dio la vuelta ante el ademn de ngela, cuando, de repente, Matt pis sus propios

    cordones, y, no pudiendo asirse a nada, dio un ligero traspis hacia adelante, lanzndole encima los dos batidos de chocolate. Jimmy qued empapado; la cara, el pecho, el estmago... No pudo hacer otra cosa que resoplar como un bfalo, ante la insidiosa mirada de aquel odioso musculitos y los ocurrentes ojos de ngela. De repente, ambos comenzaron a rer, de forma escandalosa y exagerada, casi desvergonzada. -Lo siento, to, es que... vers, te pusiste delante y...- Matt segua riendo. Dio un par de pasos y ngela reclin su brazo por encima de su hombro.- Mira, parece... parece un mueco de

    chocolate.- Ambos continuaron con el festival de risas. Jimmy dio media vuelta y se fue de all sin hacer ni decir nada. Se sinti estpido, muy estpido, y a la vez aniquilado, acabado, como un autntico pardillo. Sali del bar sin decir ni siquiera adis a sus amigos, y Katy hizo intencin de salir tras l, pero Jerry la detuvo. -No es el momento. Hazme caso- Le coment en tono confidencial, a lo cual ella no replic. Dustin, esta vez no sonri, aunque se sinti tentado a hacerlo. Despus de eso Jimmy tuvo que ir a la casa a cambiarse de ropa. Una vez estuvo all, se sinti tan abatido que no tuvo nimos para volver al campus. Con tal de pedirle los apuntes a Dustin o a Jerry tena bastante. Se senta tan desalentado que nada ni nadie podran haberlo empujado a salir de all. Se tendi en el sof y encendi la tele. Pas de una canal a otro repetidas veces sin mirar siquiera lo que estaban dando, tal era su abstraccin. Se maldijo por ser tan memo, por ser tan indeciso y por no ser como Matt; tan popular, tan seguro de si mismo... y, de paso con un padre con pasta, por qu no? Se sinti pusilnime, dbil. En su fuero interno, una vocecita le dijo que se arreglara y volviera al campus y se enfrentara sin dudas ni titubeos a todo aquello a lo que deba enfrentarse: ngela, Matt, el seor Farrell... Pero era una vocecita tan dbil y lastimera que no le fue difcil ignorarla. Despus de todo, l no deba enfrentarse a nadie sino a s mismo, y hasta eso la resultaba difcil. Era cosa de familia, pens, qu se le iba a hacer. A media tarde se prepar un poco de comida precocinada, y la engull en la ms absoluta soledad. Un poco de tiempo despus estuvo repasando algunas facetas del examen y estudiando otras materias importantes para el siguiente da. Despus se peg una reconfortante ducha. Qu bueno era no tener que jugarse a suertes con su compaero Flicker quin iba a ser el primero en aduearse del bao, sobre todo porque siempre perda. Y, ms tarde, se dedic a terminar algunos trabajos de plastificacin, encuadernacin y presentacin, con su ordenador, que lo tena colocado en el stano, donde estaba su pequeo taller particular, hasta que a eso de las seis, recibi la visita de Jerry. Como siempre, l era el nico que nunca le fallaba. -Oye to, la verdad es que no te comprendo.- Dijo mientras se coma una de las galletitas de avena que tanto le gustaban a Jimmy.- Ests loquito por esa ngela, que aunque est muy

    buena, no te hace ni puetero caso. No s por qu te arrastras tanto. Ninguna mujer merece que uno pierda la dignidad, no crees? No dejes que una gatita as te vuelva loco...- cogi otra galletita.- Porque si no... -Venga, djate de rollos, to. Qu sabrs tu? No me ests comiendo el coco y djame los apuntes de hoy, que pasado maana te los devolver a ms tardar. -Aunque en el fondo, te entiendo.- Le dio un nuevo bocado a la crujiente galleta.- Por una chica as uno pierde la cabeza y lo que haga falta, no?

    -Venga, no digas tonteras... A m ngela me gusta, no te lo voy a negar, pero nada ms. De ah a que me deje pisotear por ella... -S, claro...-Jerry alargo la mano y cogi otra galleta como quien no quiere las cosa. Jimmy alarg tambin su mano y cogi el paquete de galletas con vehemencia. -To, te las vas a comer todas.- Refunfu este ante la voracidad de su amigo. -Vale, vale, mensaje recibido. Por unas galletas de nada! -Venga, vamos al stano, a ver si termino lo que estoy haciendo y maana puedo entregarlo. Necesito algo de pasta. -Pues yo estoy limpio, a m no me mires...

  • -S, yo se que a ti, en cuestin de dinero...- Jimmy sonri ante la desgarbada estampa de aquel tipo; su pantaln oscuro de una o dos tallas ms grande, su camisa a cuadros por fuera, su pelo largo y engominado, sus ojos saltones y su aspecto jocoso y cmico. -Y el loco de tu compaero?- Pregunt este. -Yo que s, con la novia estar. El to se fue y no me dijo cuando volva.

    -Oye, abajo tienes el aparato ese, no?- Jimmy asinti, mientras bajaban las escaleras de madera. Pasaron al pequeo stano, una habitacin hmeda y triste donde Jimmy sola pasar muchas horas trabajando y a veces escapando de la realidad. Encendi la luz. La lmpara colgante produca una claridad ocre que apenas iluminaba el techo, y, sin embargo, concentraba su luz en una especie de alargado crculo que resplandeca como el foco de un teatro o algo as, creando zonas muertas como el techo y los rincones, y zonas ms iluminadas como el centro

    del cono. Jerry se acerc al viejo tocadiscos y puso la aguja sobre el disco que estaba colocado sobre el plato. Este comenz a girar produciendo ese peculiar sonido de "huevo frindose". Al instante comenz a retumbar en sus gastados altavoces una msica sinttica y repetitiva, de acordes circundantes y sonidos electrnicos, acompaados de ritmos acompasados y dinmicos. -Eh, to! baja eso. Venga, baja eso un poco. No s cmo te gusta esa msica! -Esto es lo que mola ahora mismo, to. Vamos, no me digas que no te gustan, son Chemical Mothers. -No, no me gustan. Es una msica si alma, no s, no tiene sentido, orientacin, profundidad... -Venga to, djate de rollos, ya ests hablando como el psicoloco ese.- Por supuesto, Jerry se refera a Flicker. El resto de la tarde la pasaron all, charlando, oyendo msica, y Jimmy afanndose para terminar sus ltimos trabajos, mientras que Jerry no haca ms que decir tonteras, hacer preguntas estpidas o dar consejos y ms consejos, como si fuera su hermano mayor. A eso de las diez de la noche Jerry sali de all con su habitual desparpajo. Jimmy se tumb entonces en el sof y escuch un golpe seco en el stano. Al memento cay en la cuenta de Pinky, su tmido gato. Casi sin ganas, se levant del sof, con un leve dolor de cabeza, y baj de nuevo las escaleras en busca de su felino que, quizs por estar tantas horas solo en la casa, siempre se esconda cuando alguien llegaba, aunque fueran amigos suyos o de Flicker. El despertador volvi a sonar como cada maana. Al momento, Jimmy alz la mano casi como un sonmbulo y le dio un golpe seco al sombrero de Sharon, y esta entonces se mantuvo en silencio, pero solo por cinco escasos minutos, tiempo para que el mecanismo volviera a conectarse, y la tersa pero mecnica voz de Sharon volviera a irrumpir en su agradable sueo como un autntico trueno. Alarg de nuevo la mano, intentando apagarlo por segunda vez, pero lo que hizo fue darle un manotazo que estuvo a punto de lanzarlo al suelo, pero en ltima instancia, fruto de un acto reflejo, consigui evitar que este cayera sobre el piso y se desarmara por completo. Jimmy sigui adormilado en su calentita cama por un buen rato, hasta que algo feroz y cruel

    le hizo abrir los ojos con inquietud; era la imagen del seor Farrell llamndolo por su nombre en ese tono insidioso y spero que tanto le caracterizaba. De pronto se sobresalt. Encendi la luz apresuradamente y mir la hora que marcaba el despertador. Maldita sea! Se haba dejado dormir otra vez. Fue al bao a toda prisa, ponindose los pantalones y tropezando varias veces con todo lo que encontraba a su paso. -Maldita sea!- Refunfu como un estpido.- Otra vez me he dejado dormir. Qu dolor de

    cabeza, que resaca...- Dijo intentando saber de qu le vena ese malestar. Se encogi de hombros sin ms.- Y este sigue sin aparecer, por lo visto...- Se dijo a s mismo, refirindose a su compaero de casa.- Hizo pis, se lav las manos, la cara, la boca y de repente... cay en la cuenta de que el despertador estaba intacto. Con el cepillo en la boca sali del bao y se dirigi a su dormitorio intentando recordar lo que le haba pasado ayer, cuando tir el despertador de un manotazo y el golpe hizo que se rompieran el precioso sombrero y parte de la cara de la sublime Sharon, destrozndole todo su encanto. Como quin teme encontrar algn monstruo oculto, abri la puerta con sigilosa precaucin y fij sus ojos en su mesita de noche. All se encontraba Sharon sin un solo rasguo y con cada pieza en su sitio. El minutero estaba erguido

  • y el secundero continuaba su particular singladura por el resto de la esfera sin desfallecer. Y sobre todo, esa preciosa pamela negra que se mantena sobre su cabeza casi con total naturalidad. -Pero si...- Jimmy dud un instante de su memoria. Despus hizo un gesto de contradiccin, como pensando no entiendo nada, y despus dej el asunto para ms tarde, pues la hora ya se le echaba encima. Lleg a las inmediaciones del Campus justo a tiempo para or el pitido inicial del comienzo de la jornada. Se apresur, ya apenas haba actividad en sus pasillos. Vio a lo lejos al director. Era todo un cascarrabias. Intent evitarlo, pero tropez con el mismo escaln que siempre sola tropezar, y esto lo delat. -Seor Blark!.- Su voz lo detuvo en seco como un semforo en rojo. -S, seor Meymos...

    -Otra vez corriendo por los pasillos? No le he dicho en ms de una ocasin que no quiero ver a ningn estudiante en los pasillos en horas de clase? -Ver seor Meymos... se me ha hecho un poco tarde, porque ver... -Y qu hace que no se dirige a toda prisa hacia su clase? Vamos! Vamos!- Coment en tono casi jocoso mientras giraba sobre sus talones para proseguir su camino hacia la biblioteca. -Esto me recuerda a algo!- Susurr para s, pensando en el responso que ayer le haba echado el mismo seor Meymos.- Lo nico que me hara falta ahora es que tropezara con Lisa al doblar la esqui... -Maldita sea Jimmy! Ests tonto o qu? A ver si miras por donde vas...- Reproch de forma airosa la enojada Lisa cuando vio todos sus libros desparramados por el suelo fruto del inesperado impacto. -Lo... lo siento Lisa, es que yo...- Jimmy se agach por puro instinto, pero entonces cay en la cuenta de que aquello sobrepasaba la ms absoluta de las casualidades. Simplemente no era posible.- Lisa, Lisa, Qu da es hoy? Qu da es hoy?- Jimmy ahora estaba nervioso, excitado. La obtusa Lisa no comprenda nada, solo saba que aquel tipo simpln y enjuto le haba tirado los libros al suelo y que estaba muy enfadada por ello. -Que te den por saco, estpido!- Pronunci con ofuscacin. Jimmy se levant negndose a creer que aquello pudiera ser posible. Se dirigi a clase a toda prisa, pensando que all aclarara su mente; despus de todo, lo del examen no podra ser cuestin de casualidad... Se acerc a la puerta del aula y tom un soplo de aire fresco como quin intenta tomar un poco de valor. lntent poner sus ideas en orden antes de sobrepasar aquella puerta, pero fue incapaz de hacerlo. Con paso firme entr en el aula. Todo estaba muy silencioso. En la parte baja de esta permaneca el seor Farrell con sus ojos avizores y su expresin conspicua de siempre. -Seor Blark!- rugi el profesor Farrell con su voz estridente, como si tuviera ojos en la nuca. Jimmy se encogi como un ratn de dibujos animados sorprendido por el gato de la casa.- Llega tarde, seor Blark!- El viejo Farrell gir sobre sus talones casi como un militar.- Llega cinco minutos tarde. Hoy tenamos examen, recuerda? -S, disculpe, seor Farrell, es que ver... hoy... es un da... extrao...- Jimmy se qued perplejo

    ante lo que estaba pensando, mientras que el resto de la clase no dejaba de rer ante su enigmtica y estpida respuesta. -Extrao? Yo no veo nada extrao... como siempre llega usted tarde a un examen... A no ser que este usted... indispuesto... -No, no, slo es que... no, nada, son cosas mas- Jimmy se dirigi a su pupitre, pero no quiso decir nada ms. -Aqu tiene su examen, as que venga a recogerlo. No esperar que yo suba a drselo?

    -Claro, claro... -Jimmy se levant con lentitud, intentando digerir aquella situacin, pero aquello pareca demasiado complicado para su mente. Intent imaginar que todo era un sueo, e intent despertar de l, pero continuaba siendo una realidad absoluta y desconcertante... Tom su examen y volvi a su sitio sin apenas mirarlo. Cuando se sent en l comprob con asombro que... -Son las mismas preguntas... Es el mismo examen...- Musit sin crerselo.- Estoy... estoy repitiendo el da de ayer...- Su voz son temblorosa. -Le ocurre algo, seor Black?- El profesor Farrell volvi a hacer gala de su habitual perspicacia.

  • -No, no... es que... -Ya; hoy es un da un poco extrao...- La clase volvi a rer, aunque con menor intensidad. Su voz quizs no sonase tan cmica como la de Jimmy, o tal vez la gente ya estaba tan enfrascada en el examen que algunos no tenan nimo para rer, al comprobar lo que se les vena encima. Jimmy, por su parte, tuvo que volver a leer las preguntas. -Esto ya lo s, ya lo s...- Pens en su mente.- Me lo dijo ayer Dustin, en el bar. El seor Farrell mir a Jimmy con aire pretencioso y l solo pudo devolverle una mirada fugaz e incierta. El profesor mostr entonces una lacnica sonrisa al ver su reaccin, y l se puso manos a la obra. Fue uno de los diez primeros en terminar el examen, ante su evidente sorpresa. -Eh Jimmy, cmo sali eso?- Su amigo Dustin estaba alterado; eso era seal de que haba

    hecho un buen examen. -Pues... t que crees?- Jimmy esgrimi una sonrisa enigmtica, ante lo cual Dustin no supo cmo reaccionar, encogindose de hombros.- De maravilla, hombre! De maravilla! -Bueno, pues...- Dustin se qued sin palabras. Ya haba preconcebido en su mente que la salida tan rpida y sorpresiva de Jimmy en el examen era seal de su aparente agobio, . y de su personalidad un tanto quebradiza e irregular. Por decirlo de otra forma, como huir de su propia ineptitud, y aquel Jimmy tan pletrico era ciertamente desconcertante. -Qu? Me vas a invitar a algo en la cafetera? -S, claro... pero...- Ahora fue el propio Dustin el que se sinti sorprendido.- Cmo ...? Estaba a punto de decrtelo. -Bah... no es nada, pura casualidad. Supongo que se te vea en la cara.- Jimmy se mostraba demasiado jocoso, enigmtico. De pronto pas por all la hermosa ngela. A su lado caminaba Matt.- Hola ngela...- su voz son dbil y huidiza como el arrullo de la brisa en la playa.- Cmo te sali el...?- Pero apenas pudo terminar la frase, ngela y ese engredo haban pasado de largo sin apenas percatarse de su presencia. -Est buena, eh!- El exasperante de Dustin sonri tmidamente ante su estupor. l no pudo hacer ms que dedicarle una ltima mirada a ngela, que se contoneaba a lo largo del pasillo con verdadero garbo, y desear ser como Matt, o al menos parecido, pero sin llegar a alcanzar ese grado de estupidez, claro.- Vamos, hombre, esa ta es pura fachada, olvdala. No est a tu alcance. Venga, te invito a una caf o a lo que te apetezca. -Anda, vamos.- Y Jimmy se larg de all con una sensacin agridulce en su corazn. -Venga.- Dustin le pas la mano por encima de su hombro y, suspirando, coment en voz baja: pero que fachada, madre...!- Y volvi a sonrer con su incisiva naturalidad. Estuvo un buen rato con Dustin, en la cafetera de la universidad. Este intent desgranarle el examen con el mismo entusiasmo que si le estuviera contando una pelcula de Indiana Jones, pero Jimmy no se lo permiti; estaba cansado de tanta qumica. Dustin a veces llegaba a ser realmente irritante. Bueno, al menos, se estaba tomando un caf y un bollo medio duro, que no era mucho pero que tampoco estaba mal. Menos daba una piedra. ltimamente haba pensado en plantearle a Flicker que metieran un nuevo inquilino en la casa... qu diablos... se dijo, si todo esto lo pens ayer!. No quiso comerse demasiado el coco con el asunto o estaba seguro de que se volvera loco de verdad, si es que ya no lo estaba. An tena la sensacin de que estaba viviendo un mal sueo del que tarde o temprano despertara. -Jerry! Cmo fue eso?- Jimmy consigui romper la maldicin que supona su irrisoria voz, cuando el divertido Jerry se acerc a la cafetera. Junto a l vena Katy, con su rostro suave y su cuello delgado. -Bueno, ya sabes, ni bien ni mal, ni s ni no... pero no s, creo que sobrevivir...

    -Me alegro por ti... Por lo que veo, lo mo es ms serio. -Venga ya, hombre.- Coment Jerry con su voz saltarina.- Tienes que ser fuerte, s que podrs salir adelante...- Como siempre, estaba intentando hacer una de sus estpidas comedias. -Hola Jimmy.- La voz de Katy le delat. Era como el reclamo de la flor a la abeja. -Ah, hola Katy. No me digas que t tambin pasaste la prueba final... -Bueno, eso espero. - Espero no ser el nico torpe de aqu.- Dijo Jimmy con cierto aire jocoso. . -Tampoco es para tanto, hombre. No te desanimes. De todas formas, si suspendes, todava tienes la recuperacin...

  • -La recuperacin? Eso no es para m... Prefiero pasar el verano cogiendo olas y tomando "mojitos". -Quieres decir que... lo has sacado, to? No te ests quedando con nosotros? -Creo que no. -Qu fuerte! Eres la pera!- Jerry hizo uno de sus procaces gestos populares que tanto

    utilizaba, ms propio de los tpicos "fantasmillas" de la Calle Cuatro que de un futuro licenciado.- Pero... pero si t mismo me dijiste que lo llevabas crudo... -Bueno, tampoco es cuestin de ir presumiendo por ah no crees?- de repente ngela entr en la cafetera acompaada del "musculitos". Matt la dej en uno de esos taburetes altos, junto al pequeo mostrador de madera, mientras l fue a la barra a pedir algo para tomar. Al parecer, el examen tambin haba secado sus gargantas.- Ahora mismo vuelvo.- Jimmy los dej con la palabra en la boca y se fue con pasos titubeantes hacia donde estaba ngela.

    -Est en celo, ya sabis, es la poca...- Dijo Jerry bajando la voz, mientras que a Katy se le quedaba una mueca de fastidio. Jimmy intent hacerse el interesante, caminando por all como hacindose el despistado. Qu diablos, ya s lo que pasa si utilizo esta versin de m!- pens- Ir hacia ella con decisin, con naturalidad. Eso es lo que ms les gusta a las chicas. -Oh ngela! Qu? Tomando algo? -S, ya sabes.- Ella sonri torpemente, mostrando su simtrica dentadura. -Cmo fue eso? -El qu?- Pregunt ella mirando por encima de su hombro al fondo de la cafetera, buscando al apuesto y opulento Matt. -Ya sabes, el examen. -Ah s, el examen. Bueno, no me puedo quejar, contando con todo lo que me ha ayudado Matt... creo que el notable est a mi alcance. -Matt?- Pregunt l imprimindole cierto tono irnico a su pregunta.- Oh s, Matt! No saba que a l se le diera bien la qumica. Pens que lo suyo era el basket. -Hay muchas cosas que a Matt se le dan bien...- Coment ella con tono sugerente, mientras que no dejaba de mirar por encima de su hombro. -S, claro, me lo imagino.- Contest l condescendientemente, haciendo un gesto de burla hacia esa ltima afirmacin. -El qu...?- Pregunt torpemente la sensual ngela sin saber qu haba querido insinuar aquel estpido y fastidioso chico e intentando al mismo tiempo seguir con la vista a su amiguito. -No, nada, nada, tengo que irme.- Jimmy se quit de en medio como si hubiera visto un fantasma, y ella, sorprendida, volte su cabeza para seguirlo con la mirada. Pero un instante despus, cuando quiso mirar de nuevo a su apuesto acompaante, este se le vino encima como un gran rbol talado, balanceando sus vasos de espeso batido en el aire, para terminar derramndolos sobre su hermoso vestido de flores. Aquel cordn que llevaba desatado le haba jugado una mala pasada. Jimmy no pudo hacer otra cosa que sonrer complacido, mientras contemplaba el espectculo, como casi el resto de la cafetera, mientras que la dulce ngela se haba convertido de repente

    en una muchacha agresiva y malhumorada que no dejaba de reprochar de forma recalcitrante la estpida torpeza de su amiguito al mancharle de aquella forma su precioso modelito, sin contar que haba sido el hazmerer de todos; algo demasiado duro para su ego. "Despus de todo", pens Jimmy para sus adentros, "eso de repetir un da no est tan mal". La afrentada ngela sali de all con pasos rpidos y giles, como alma que lleva el diablo, indignada y manchada, y aquel tipo la segua como un corderito. Jimmy se sorprendi de verla as; en realidad casi todos se sorprendieron; pareca una chica tan dulce y agradable... Fue

    como si un autntico volcn entrara en erupcin. Jimmy camin hacia el fondo del bar, donde estaban colocados sus amigos. Dustin lo vio venir como un guerrero que hubiese vencido en una dura batalla, Jerry lo admir como si hubiese sido el mismo Eddie Murphy el que hubiese pasado por all, y Katy se sinti tremendamente satisfecha; sinti que no solo le atraa aquel desgarbado chico, comenzaba a admirarlo. Pero Jimmy no se detuvo junto a ellos. Sigui de largo, limitndose a guiarles un ojo, y sali al exterior. -Djame estpido! Mira como me has puesto!- Los reproches de ngela se podan escuchar desde lejos an.

  • -Lo siento, no te pongas as. Lo siento, no me di cuenta... ha sido un accidente, joder! de veras... Espera, adnde vas? Te llevar a casa, espera un momento...- Las splicas de Matt eran ignoradas por completo. -Si quieres puedo llevarte yo...- La voz de Jimmy son como la de un tpico galn de cine que va a salvar a su amada.

    ngela y Matt se quedaron parados ante su proposicin, el uno dudando si ella no la aceptara y la otra pensando que si aceptaba dara una buena leccin a aquel estpido y patoso tipo que no miraba por donde pisaba. -No.- Dijo l a la vez que ngela deca que s. -Vamos ngela, no es para tanto, yo te llevar... -He dicho que me dejes... Tienes coche? -No, pero tengo una moto que...

    -Est bien. Es lo mismo. A lo mejor hasta me gusta. Venga, vmonos! Despus de eso, ngela se fue con l, mientras comprobaba como su compaero resoplaba para sus adentros, y Katy, que les haba seguido disimuladamente, miraba a Jimmy con ojos de rabia y de celos, aunque la mirada de Matt era ms nociva, irradiaba rencor despiadado... Jimmy estaba tendido en su cmodo sof. Se le vea cansado, derrotado, casi absorto en algn punto incierto de la habitacin. Era como si su mente estuviera vagando por otro lugar. Intentaba desgranar de forma lgica y coherente todo lo que le haba ocurrido durante ese da que tan extraamente haba transcurrido. Cmo era posible que hubiera ocurrido? Qu extraa fuerza haba logrado aquello que "era" imposible, o, cuanto menos, inexplicable? A quin podra contrselo? Es que acaso alguien le creera? O es que tal vez todo aquello era fruto de una mente delirante y desquiciada? Se sonri ante aquella reflexin. Cuanto ms vueltas le daba, ms senta esa extraa sensacin de miedo y de impotencia que casi, casi, iba transformndose en una obsesin delirante. Su mente no estaba preparada para eso, sus ms profundas convicciones y creencias no soportaban aquella criba; por tanto era mejor no darle ms vueltas al asunto. Ocurrira maana lo mismo? Y si se vea atrapado por una especie de bucle espacio-temporal o lo que sea que fuera aquello? Se estremeci tan solo de pensarlo. Se levant del sof y cogi de la cocina su paquete de galletitas que tanto le gustaban. Se acord entonces de Jerry. El paquete estaba casi lleno, y ayer... o cuando fuera, tuvo que quitrselo de sus manos para que no acabara con l. Volvi a estremecerse de pensar que haba cambiado el futuro; porque supuestamente, Jerry haba venido a su casa y haba pasado toda la tarde con l. Pero ahora... seguramente le habra tocado y al ver que no estaba... O tal vez ni siquiera se haba molestado en ir, despus de creerle con ngela... ngela...! Se sonri de nuevo, pero esta vez con un pice de amargura. Despus de que Matt le tirara el batido encima, l se haba sentido muy seguro de su victoria, para descubrir luego que solo haba sido un mero instrumento en manos de aquella hermosa pero prfida chica. Despus de que la llevara hasta su casa ella no mostr el ms mnimo inters en l, ni siquiera el ms mnimo agradecimiento, lo cual supuso una especie de bofetada sin manos. Despus de eso estuvo vagando toda la tarde por ah, yendo de un lugar a otro y sentndose a reflexionar un poco, para acabar dndose cuenta de que segua siendo el mismo tipo insignificante y pusilnime de

    siempre. Tal vez Jerry tuviera razn cuando dijo que ninguna mujer merece que uno pierda su dignidad. Se haba quedado serio, ceudo, despus de pensar eso, pero un instante despus no pudo evitar el sonrer tenuemente despus de darse cuenta de lo melodramtico que se haba puesto. De repente volvi a la realidad ms absoluta y cotidiana; record todos aquellos trabajos que haba hecho el da anterior? y que ahora no saba si permaneceran completos o no. La idea de tener que hacerlos de nuevo no le sedujo en absoluto; estaba cansado, y ya era algo tarde.

    Como un resorte se levant de su cmodo sof y fue al stano. Encendi la luz y baj por la empinada escalera, mientras estas se quejaban de forma exagerada. Dio un vistazo alrededor y enseguida comprob lo que se tema... Ni trabajos encuadernados, ni tesis impresas, ni nada de nada... -Maldita sea!- Resopl como un toro enfurecido- Maldita sea!- Aspir un poco de aquel aire hmedo y se sent en el borde de la silla, intentando recargar sus bateras para comenzar por segunda vez aquellos encargos que no le daran otra cosa que algunos pavos y un buen dolor de espalda.- Bueno...- se dijo con resignacin,- esto de repetir el da tiene sus cosas buenas y sus cosas malas.- Y se puso manos a la obra.

  • Despus de un par de horas de arduo trabajo en el ordenador, y ya casi cuando haba acabado todo lo que le quedaba, se desperez con tanta fuerza que estuvo a punto de caerse de su silla. Estir su espalda y se qued medio colgando en el asiento por un buen rato, intentando despejarse un poco. De sbito un ruido como de latas cayndose lo sobresalt. Enseguida se dio cuenta que haba sido Pinky que, al entrar en el stano por una especie de

    trampilla que daba a su vez al aparcamiento subterrneo de un edificio contiguo, haba tirado unas latas de disolvente y pintura medio vacas que estaban sobre la estantera metlica de la pared. Eso le record el extrao ruido que el da anterior? haba odo poco despus que Jerry se largara. Antes no haba cado en la cuenta, quizs por lo rpido y extrao de los acontecimientos, pero no recordaba nada de lo que haba ocurrido despus de que bajara al stano a buscar al gato. Estaba ah, tal vez, todo el quid de la cuestin? Era posible, porque por ms que se esforz, no pudo reconstruir a plenitud lo ocurrido... Oy el ruido, encendi la luz, baj los ruidosos peldaos, vio el gato al fondo del recinto, lo cogi en sus brazos... y despus? Supuso que se lo haba llevado hacia arriba, le haba dado de comer y se haba acostado, pero realmente no lo recordaba. Todo estaba muy confuso a partir de ah, como cuando uno tiene un recuerdo lejano de algo y no est seguro de cmo pas. No era como tener la mente en blanco, era algo ms desconcertante an. Los ojos del felino brillaron preciosamente en el fondo penumbroso del stano, como dos diamantes luminosos, y acto seguido, este cay en sus brazos fruto de un salto gil y certero. -Hombre Pinky! Todo el da por ah no?- Jimmy acarici el suave pelaje grisceo de su gato y este maull con agradecimiento. Pero acto seguido el gato pareci estremecerse, sobresaltarse. De nuevo maull, pero esta vez de forma distinta; pareca querer advertir algo, como si sintiera o presintiera algo que no le gustaba. El felino se encresp por completo y quiso huir de sus manos. Jimmy sinti que tambin se le erizaban todos los poros de su piel, y por un acto espontneo hizo lo mismo que el gato, colocarse sobre el fondo de la habitacin, aunque Pinky ya haba conseguido subir las escaleras, y l tuvo que conformarse con esconderse bajo el hueco de esta. De pronto la habitacin pareci contraerse por un instante; no es que se estremeciera como cuando hay un fuerte terremoto, o que se sacudiera; simplemente fue como si se distorsionara levemente, para, a continuacin, "encenderse" como por arte de magia, con una luz blancuzca y cegadora que lo inund la estancia, traspasndolo todo como si de una radiografa se tratara. Unos segundos despus, la luz desapareci en una especie de fogonazo y todo qued envuelto en un misterioso halo de bruma espesa. Jimmy se qued petrificado y ciego, debajo de la escalera, sin poder hacer nada y con los ojos cerrados, producto de la alucinante experiencia. Temblaba como un nio pequeo y tuvo que hacer m esfuerzo para no ponerse a gritar como un nio pequeo, del miedo que le produjo el suceso. Abri los ojos y por un instante se sinti desconcertado, perturbado. La vista fue, poco a poco, regresando y ajustndose a su entorno, un entorno brumoso y difuso. De pronto se estremeci de pnico cuando contempl una extraa figura que apareci de forma espectral desde el centro de la bruma. La figura intent moverse de forma lenta y forzada hacia l; dio un un par de pasos pero antes de llegar a su lado, cay al suelo como desvanecida...

    Qued atnito por unos instantes, pero pronto comprob que aquella figura pareca una especie de astronauta, solo que su traje no era tan voluminoso, ms bien pareca una especie de traje de buzo o algo as, y el casco era pequeo y ceido. No haba duda que aquello era un hombre. Por la ranura del cristal asomaba un incierto rostro que pareca no solo sin conocimiento, si no, adems, exhausto, fatigado. Un nebuloso humo emanaba de aquella especie de traje protector, como si hubiese estado sometido a altas temperaturas. A la vez que la niebla existente iba disipndose, Jimmy senta que le volvan las fuerzas, hasta que tuvo la

    suficiente entereza como para dar un paso al frente. Se acerc a la figura con mucha precaucin, producto de la agitacin que an senta, y se dio cuenta de que su corazn an palpitaba aceleradamente. Se inclin sobre esta un poco asustado y toc el traje con cuidado, comprobando que estaba muy fro. Espero un instante y le dio la vuelta al hombre. Este yaca semi-inconsciente, y pareca balbucear algo dentro de su pequea escafandra. Intent desprenderla pero no fue capaz. Por lo visto, esta pareca formar parte del traje, como si estuviera pegada a l, pero Jimmy saba que eso era imposible, de alguna forma tena que habrsela puesto sobre la cabeza. Intent alzarlo un poco y se dio entonces cuenta de que en la parte trasera, justo por encima del cuello, haba algo as como un trozo de pegatina de

  • textura consistente, en contraste con el tacto sinttico y flexible del traje. Lo toc con su dedo anular y de sbito la parte delantera del casco desapareci y qued toda la cara al descubierto. El casco entonces disminuy ligeramente de tamao y cay hacia atrs y, despus de dar un par de botes por el suelo, qued a unos metros de l. Jimmy observ ese rostro detenidamente. No haba nada de raro en l, aunque s era muy peculiar. Aunque poda pasar por el del agente

    de seguros de la esquina, o por el de un polica cualquiera, no poda decirse que fuera vulgar, ni mucho menos. Era una cara espigada y plida, donde todas sus partes se dibujaban en perfecta sintona con las dems, y en la cual sobresala su rgido mentn afilado. Se le adivinaba una dentadura perfectamente alineada y muy blanca, con unas piezas que parecan colocadas a conciencia por un cuidadoso estilista, por su simtrica apariencia. Una nariz perfectamente adecuada al entorno, ni grande ni pequea, as como sus orejas, y un corte de pelo algo vanguardista, a los ojos de Jimmy, muy rapado por los lados, y ms poblado en la parte

    superior, de un suave color castao. Por lo dems, pareca medir algo as como un metro ochenta aproximadamente, y, aunque era difcil de percibir con aquel mono protector, pareca ser de complexin delgada pero muy fibrosa. El tipo volvi a balbucear algo sin apenas abrir los ojos, como si tuviera fiebre. Jimmy intent adivinar qu era, pero no le entendi, as que decidi traer un poco de agua de arriba. Cuando lleg al stano, el tipo pareca estar despertndose. Haca esfuerzos por incorporarse, pero estaba mareado, desorientado, como si acabara de salir de un trance profundo y agotador. -Espera, espera...- Jimmy se acerc a l y le ayud a incorporarse, arrodillndose y cogindolo con sus brazos. Despus de eso le acerc la botella de agua, y el paladar de este agradeci el ofrecimiento. Dio un pequeo trago, y despus la agarr casi con vehemencia, tomndose del tirn todo el resto de la pequea botella. -Vaya, s, que tenas sed...!- Coment Jimmy. Cuando el individuo se tom todo el agua, pareci recuperar la nocin de la realidad y con un espontneo gesto se sorprendi al verle. Ponindose de rodillas, lo mir con unos ojos azules y agitados y se mostr muy nervioso. -Cundo es? Cundo?- Su voz son exaltada, casi agresiva. -Tranquilo, hombre, tranquilo...- Jimmy sinti un poco de miedo ante su repentino cambio de actitud. -!No te acerques a m... no te acerques! Dime, cundo estamos?- Pero Jimmy no comprenda a lo que l se refera.- La fecha... la fecha... Qu poca es, qu ao... -La fecha?- Repiti como un eco.- Ah, s, la fecha... Pues hoy es quince de Marzo... creo. -Quince de marzo?- Aquello pareci desconcertar ms al extrao.- Quince de Marzo? De qu ao? En qu ao estamos? -Pu...pu... pues...- Jimmy tartamude sin comprender nada, (si es que deba o poda entender algo)- del dos mil quince.... - Dos mil quince...!- El tipo repiti aquello como si se tratara de algo extraordinario.- Supongo que te refieres a la antigua era... -Mira to, no s quin eres ni lo que te ocurre pero...- Jimmy intent acercarse pero el tipo an pareca algo nervioso, desconfiaba de l, como si estuviera en guardia.- Tranquilo hombre, tranquilo... Slo quiero ayudarte...- El tipo alzo la vista al techo y aspir un poco de aire.

    -Este aire es... muy bueno, muy puro... -S, bueno... -Hace calor...- De pronto fue como si hubiese cado en la cuenta de que no haba nada que temer. Comenz a quitarse el traje. -S, vers... este stano es un poco hmedo y el calor... adems, no me extraa, con ese traje...- A l no se le ocurra nada ms que decir, tambin se senta muy perplejo por todo aquello.

    El extrao se quit el mono poco a poco, y se qued ante l con la ropa que debajo llevaba; una vestimenta de una sola pieza elstica y amoldable al cuerpo, que haca recordar ms a un Mono al estilo "Star Trek" que a otra cosa, de un color gris ceniza, y una especie de botines negros que parecan unas botas militares. El tipo se toc en algn lugar del hombro y las mangas se ajustaron hasta la zona de los biceps como si de un truco de magia se tratara. -To, que ropa ms rara llevas... -Ropa rara?- El tipo enarc las cejas y se dej caer en la silla que estaba junto la mesita donde estaba el monitor del ordenador. Estaba extenuado- Supongo que eres inofensivo... De todas formas no tengo fuerzas para nada. Esto es peor de lo que imaginaba.

  • -No, por mi puedes estar tranquilo. Como dices, soy inofensivo. Solo trataba de ayudarte. Veo que has hecho un largo viaje y que ests muy cansado... Si quieres puedo traerte algo de comer. No tardo nada. -Algo de comer? S, creo que no me vendra mal... -Espera un momento, traer un poco ms de agua. Puedes estar tranquilo... No hay nada que

    temer. Jimmy subi al piso de arriba de nuevo y a toda prisa abri un par de latas y le prepar un plato de comida. Despus llen la botellita de agua y se dispuso a bajar, intrigado por saber toda la explicacin de aquello. Durante un momento tuvo la tentacin de llamar a la polica, pero algo le indic que no haba nada que temer. Adems, pens, quin iba a creerme? A lo sumo me tomaran por un bromista malintencionado. -Toma, aqu te traigo unas salchichas, un poco de bacon y una manzana...- Jimmy alarg su

    mano y el extrao hombre cogi el pequeo plato analizando todo lo que en l haba. Palp todas las cosas, intentando adivinar su textura y despus cogi la fruta, sopesndola varias veces. -Fruta? Fruta de verdad?.- Jimmy asinti con la cabeza. Despus de eso, el tipo mir de nuevo la manzana, como intentando crerselo, y la mordi sin masticarla mucho, solo evaluando su sabor. Acto seguido, la mordi un par de veces con satisfaccin.- Es la primera vez que como una fruta pura, sin tratar...- Coment an con trozos de esta en la boca. -Sin tratar?- Jimmy se mostr algo desorientado. -S, sin tratar... sin haber sido sintetizada, ya sabes. Y eso?- Seal al plato.- Qu es? -Bueno, esto es carne... - Carne?- Pregunt sorprendido y prob tanto la salchicha como el bacon, comentando que aquello pareca tener demasiada grasa, aunque tuvo que reconocer que le haba gustado. -Pero lo que ms me gusta es el agua... Esta agua...! Qu buena! Qu pura!- Dijo casi de forma solemne, tragndosela esta vez parsimoniosamente, como si de un ritual se tratara, intentando disfrutar de su suave tacto y de su fresco paladar, aunque Jimmy dud al verle bebiendo de esa forma, si realmente le haba servido agua o un trago de whisky aejo o algo as.- Espero que esto no suponga una disminucin demasiado grande en tu reserva de agua. -Oh, no, no... puedes beber toda la que te apetezca. El extrao ser se acomod en la silla y se relaj por primera vez desde que haba llegado hasta all. Jimmy cogi una banqueta que tena al fondo del cuarto y se acomod junto a l. Entonces se percat de que el ordenador estaba apagado. -Oh, no!...- Exclam temindose lo peor. Se levant y se acerc a l. Para su pesar comprob que pareca estar estropeado.- Vaya! Con toda la descarga o lo que sea, este maldito aparato se ha averiado... Espero que solo haya sido la fuente de alimentacin o algo as . -Qu es eso? -Eso? Mi ordenador. Lo utiliz para... -Eso es un ordenador?- Pregunt casi escandalizado. Despus lo mir incrdulamente.- Estis ms atrasados de lo que yo crea... -Ya, me lo imagino. Todava no s quin eres, ni por qu ests aqu... No entiendo nada de nada... Cmo pudiste hacer eso?

    El tipo se qued taciturno por un instante. Fue como si se evadiera por un segundo de all. Luego volvi a la realidad tomando una bocanada de aire de forma intensa y, a continuacin, se qued mirndolo muy fijamente, sin decir nada. -Que aire tan puro!- Susurr casi para s. -Est bien! Est bien!... Solo me gustara que me contaras algo. La curiosidad es humana, sabes? Es la misma que supongo tu sientes por todo esto... -De acuerdo... Solo que todo es tan reciente que... an me parece que de un momento a otro

    puedo despertar de esta pesadilla y encontrarme de nuevo en... Est bien... Es un larga historia... Todo comenz dentro de mucho tiempo, en el futuro, en el ao ciento veinte de la Tercera Era... "Como cualquier da, lo primero que hice al levantarme fue colocarme por un periodo de diez sigmas mis preciadas gafas estroboscpicas y hacer un viaje por mi propio interior, ya sabes... armona de las actividades de los dos hemisferios cerebrales y todo eso. Una vez terminada la sesin, mi domo-robot, "Suck", me prepar el bao de gas caliente y me puso algo de comer... Nada especial, un tazn de cacao sinttico, cereales manipulados genticamente y un par de

  • compuestos vitamnicos. Despus de eso sal en mi vehculo a mi lugar de trabajo, la I.C.A.P. , la misma responsable de crear esas malditas torres regenerativas medioambientales..." -Oye! para...! para...! para...!- Jimmy lo cort bruscamente.- Qu es eso de las torres...? -De acuerdo...

    "Vers... dentro de algn tiempo desaparecern casi todos los bosques del planeta. Simplemente se acabarn. Las grandes multinacionales no obedecern los preceptos internacionales, y cuando intenten cambiar su poltica de explotacin, ya ser demasiado tarde. Los pocos lugares protegidos morirn debido a la escasez de agua, el aumento de las temperaturas, la desertizacin y la abundancia de dixido de carbono en la atmsfera. El Amazonas, ltimo gran pulmn terrestre, menguar tanto que ser insuficiente para liberar a la atmsfera de los gases contaminantes producidos por la industria petrolfera, reticente a comercializar nuevos prototipos de motores ecolgicos y, en general, a dejar de utilizar energas fsiles y contaminantes. Eso sigui a la desestabilizacin del planeta. Fue como si todo se tambaleara, como si el ser humano perdiera la razn. Las masas se agitaron, afloraron los viejos fantasmas del nacionalismo... hasta que lleg lo inevitable... el Gran Conflicto... El ser humano al borde de la auto-aniquilacin. El invierno nuclear fue muy duro... Miles de millones de muertos, vestigio de una civilizacin que se apagaba poco a poco... Nacieron entonces nuevas fronteras, nuevas ideas, el ser humano intent sobrevivir... Una nueva mente, un nuevo propsito... Los cientficos indagaron, investigaron... Demasiadas muertes, demasiada desolacin, demasiada destruccin... Algo cambi dentro del espritu de los hombres. Sobrevivieron al caos, pero ahora quedaba la contaminacin. los supervivientes vivieron por un periodo de tiempo debajo de la superficie... virus, enfermedades, hambre, escasez de medios... Los supervivientes lo fueron superando poco a poco... El hombre dese volver a la superficie, reconstruir su pasado, ser libre de nuevo... aprendi la leccin. As mismo hizo, pero los efectos eran irreversibles, no haba forma de eliminarlos, al menos a medio plazo... Bas su nuevo mundo en la ciencia y en un nuevo concepto de las cosas, fomentando as la esperanza de supervivencia. Fabric entonces grandes torres colocadas primero en algunos lugares estratgicos y privilegiados del planeta, y ms tarde por todas partes; torres inmensas alimentadas por fusin nuclear que reconvertan el dixido de carbono y la contaminacin generalizada existente en oxgeno puro. Fue un nuevo comienzo... El ser humano logr mejorar los mecanismos de purificacin, consiguiendo reconstruir su vida en el exterior con mucho esfuerzo y mucha dedicacin. De ah surgi un mundo nuevo, una era nueva, La Tercera Era. Con el paso del tiempo nada hizo pensar que hubiera ocurrido algo tan terrible; el hombre se super a s mismo, y todo fue cosa del pasado. Pero el egosmo es algo que, desgraciadamente, est dentro de los hombres, en lo ms profundo, en lo ms recndito. Empresas privadas que formaban parte, en algunos casos, de sealados estamentos oficiales, se hicieron con el control de todas las torres por todo el mundo, formando una especie de Corporacin Mundial, propiedad, sobre todo, de las naciones ms poderosas, cada una con una sede en su territorio... Ah naci la I.C.A.P. Ni que decir tiene que esta, con el tiempo, se hizo con un monopolio de poder y de riqueza inconmensurable, impensable, casi ilimitada. Y no era para menos... Te sitas verdad? Pues bien, una de esas maanas me diriga a la Sede Central que se hallaba en Deckver, que era mi lugar de trabajo. Una vez que dej mi vehculo en el aparcamiento inteligente, un sinttico comprob mi I.C.I. y..." -Espera! Espera! Qu quieres decir con que un sinttico comprob tu ICI o no s qu? -Un sinttico... un robot con forma humana, ya sabes, un androide pero que est formado de tejido orgnico, biosensores, inteligencia artificial... Controlando el paso de la gente que entra all... El I.C.I. es el cdigo de identificacin interno; el ADN y todo eso... ah estn todos nuestros datos, entiendes ahora?- Jimmy asinti. Estaba estupefacto con todo lo que aquel

    hombre le estaba contando.- Pues bien... "baj en el ascensor hasta el piso sesenta y dos, donde suelo trabajar y, una vez all, permanec ocupado con mis tareas diarias; reposicin de expedientes, reprogramacin de tareas, mantenimiento del sistema y ese tipo de cosas. Hasta el momento todo transcurra con normalidad. Llegada la hora del almuerzo, todos los humanos fuimos a los comedores, como siempre, despus de pasar nuestras pertinentes medidas de seguridad de nuevo. All solamos reunirnos todo el personal humano del edificio. Imagnate, cuarenta y cinco personas en un sitio donde haban doscientos trabajadores... cuarenta y cinco humanos, ciento cinco sintticos y cincuenta robots... Me refiero a robots de clase tres, lo tpico, realizan sus funciones, eso s,

  • de forma perfectamente eficaz, pero nada ms. Los sintticos entraban media hora ms tarde que nosotros. Ellos solo necesitan engullir ya sea de forma oral o intraepidrmica, una especie de plasma para reconstituir de forma peridica sus tejidos orgnicos. All nos reunamos todos los trabajadores... cada uno, por supuesto, con los suyos, ms por costumbre que por otra cosa... Los que posean la autorizacin A2, juntos, los de la B2 y C2 tambin... Excepto los de la D2, esos eran un grupo aparte... Eran demasiado buenos para mezclarse con nosotros... Son los que manejan toda la central, el departamento supervisor, los peces gordos, unos cinco o seis exclusivamente. Malditos cabrones! Ellos eran los nicos que podan acceder al Nivel D, donde se encontraban los colisionadores de fusin y donde estaban los laboratorios de la I.C.A.P. Todo el mundo saba que all adentro ocurran cosas que escapaban a la imaginacin de cualquiera; que se llevaban a cabo experimentos de altsimo secreto, pero nadie comentaba nunca nada porque era mejor no meterse en los. -Hombre Derrick... que sorpresa...- Los etreos ojos verdes de Mina centellearon con un brillo casi hipntico al mirarme.- Te importa que me siente? -Qu haces t aqu? Quiero decir que... -S, ya lo s... nosotros los sintticos no entramos hasta las tres... Bueno, ya sabes lo que pasa ... A veces mis tareas me exigen unirme a vosotros... cuestin de profesionalidad. -Ya...- Mi voz son apagada. De repente se sent junto a ella una atractiva mujer de ojos verdes y pelo corto, anaranjado y engominado. Yo no la conoca muy bien. Saba que se llamaba Yeima y que tena autorizacin de clase C2. De vez en cuando me la haba tropezado por alguno de los corredores del complejo y haba intercambiado un par de palabras con ella, pero nada ms. Mina, la sinttica, apoy su plato hondo con su plasma verdoso en la mesa, y sumergi la pajita dentro de la pastosa papilla. Despus comenz a succionar con delicadeza. -Espero que no te importe...- trat de excusarse despus de comprobar su falta de educacin, (los sintticos suelen ser muy educados, a veces, exasperantemente educados). En realidad, aunque eran asimilados por la Comunidad, en general, haba gente que no los aceptaba. Mina quiso entablar conversacin conmigo, pero yo me mostr algo reacio, aduciendo que quera or las noticias que estaban pasando en las pantallas colgantes. ... Uno de los integrantes del grupo terrorista Aire Puro fue apresado por la polica ayer por la noche en una espectacular redada practicada en el barrio cincuenta, en la parte oeste de la ciudad.- (Las espectaculares imgenes tridimensionales acompaaban la figura del locutor, que permaneca en un pequeo cuadro en una de las esquinas de la superficie y que a veces tanto aumentaba como disminua, a exigencias del guin.)- Por lo visto, solo pudieron apresar a este joven de veintisiete aos llamado Patrick Warner- (su foto centelle en la pantalla)- aunque se cree que dos miembros ms escaparon del cerco policial. Los cuerpos de inteligencia de la polica piensan que est organizacin estaba preparndose para desarrollar alguna operacin contra alguna de las Torres o tal vez, en la misma Central de Fusin... (algunos de los que oyeron la noticia se escandalizaron). -Estn locos, esto est muy...- Protest alguien. -Cllate. quiero orlo!.- Pidi Yeima, con decisin. -...Aunque se sabe que han sido incautadas tanto armas como informacin referente al funcionamiento y a las medidas de seguridad de la Central, la polica no ha querido corroborarlo, seguramente para no alarmar a la poblacin. Segn nos comunic el capitn Shubber, se estn haciendo las averiguaciones pertinentes para desactivar este comando. Les tendremos informados al respecto. En cuanto a poltica internacional... -Esos tipos estn locos...- Protest Mina.- Qu es lo que pretenden...? Si destruyen las torres, morirn asfixiados... moriris asfixiados... -Puede que estn locos, pero... tal vez estn luchando por algo que creen que deben luchar.- Susurr en voz baja. -Vamos Derrick, no digas que... -No digo nada... solo que no creo que quieran destruir la Central porque s. Puede que tengan sus razones, aunque sean equivocadas. Cabe la posibilidad, no?- En realidad, no estaba muy convencido de lo que estaba diciendo. Lo nico que intentaba era desorientar un poco la lgica de aquella sinttica... por curiosidad nada ms. Saba que no estaba all por casualidad, me refiero a estar sentada en aquella mesa y en aquel preciso instante. No me gustaban las mquinas, porque, al fin de al cabo, eso es lo que era; al menos no para relacionarme socialmente. Aunque decan por ah que no se notaba demasiado la diferencia con una mujer

  • de carne y hueso, y que, en algunos casos, incluso eran capaces de proporcionar ms placer que una humana, yo no pretenda comprobarlo. -Puede ser pero...-sopl de su caita de nuevo,- estaba pensando que a lo mejor... podamos vernos esta noche... conozco un sitio que abrieron estupendo... Ya sabes, fin de semana y todo eso. Podramos pasarlo bien y, de camino, podras explicrmelo un poco mejor, qu te parece? Creo que mir a la sinttica con cierta dosis de incredulidad y sorpresa ante aquella inesperada propuesta. -Pues vers... es que ya tengo planes... Si, ya tengo planes... -Me ests mintiendo...- La sinttica se puso a la defensiva.- Tu tono de voz y tu ritmo cardaco te delatan... -No, de verdad que no... Tena planes con... Yeima... S, con ella... Yeima entonces hizo un ademn de ofuscacin y de sorpresa a la vez. No es que yo no fuera atractivo, pero creo que a ella le iban otro tipo de hombres. Antes de que pudiera decir nada la mir con insistencia, suplicndole con mis ojos que me sacara de aquel lo. -S, es cierto, ya habamos quedado para esta noche.- Creo que mi sorpresa fue mayor que la de Mina. -Bueno, otra vez ser.- En los ojos de la sinttica hubo un leve reflejo de humana resignacin. Termin de sorber su sopa vitamnica, y se fue con toda naturalidad, despidindose educadamente. -Lo que ms me fastidia de estos sintticos son sus malditos buenos modales. Oye, gracias por salvarme el pellejo. -Nada, hombre. A m tampoco me hacen demasiada gracia. Son fastidiosos de verdad. No s, quizs no estemos preparados para la vida moderna... -No es que tenga nada contra ellos, es que... -No tienes que justificarte conmigo. Si te entiendo perfectamente.- Yeima me lanz una sonrisa desconcertante. De pronto son el titilante sonido de la sirena de reentrada.- Vaya... cada da se me hace ms corto. -S, es cierto... -Bueno... entonces, a qu hora nos vemos? -Qu? Qu? Ah... mujer, no quiero que te sientas obligada, ya me has hecho bastante favor... no... -Cuando ayudo a alguien, me gusta hacerlo completamente. Seguro que nos divertiremos no crees?- Yo asent ciertamente encantado. Aquello me atrap por sorpresa, pero, en esta ocasin, fue una grata sorpresa- lo pasaremos bien... Bueno, te espero a eso de las ocho en mi casa. Toma mi tarjeta.- Extend mi brazo y recog la tarjeta plstica sin rechistar y sintindome contento. Esa misma noche me prepar para mi inesperada cita, e insert su tarjeta en el ordenador de navegacin de mi vehculo. Despus este se encarg de escoger la ruta ms apropiada para llegar a su casa. Estaba algo preocupado por ello. La verdad es que no saba que clase de mujer era Yeima, as que no haba trazado ningn plan especfico, no haba pensado en ningn lugar que a ella le apeteciera visitar o le gustara conocer, ni saba cules eran sus preferencias en cuanto a pasar una noche ideal; si le gustaba una buena cena romntica en algn restaurante oriental, o si por el contrario era de las que le gustaba mover el esqueleto en una de esas discotecas estereoscpicas, o tal vez le fascinaba ms algn tipo de aventura virtual en algn lejano rincn del planeta... Entonces me di cuenta que era una persona totalmente ajena a m, desconocida, y eso fue lo que me asust un poco. Llegu al portal de su casa. Viva en uno de los edificios piramidales de la avenida Tommer, en el piso ciento cuarenta y dos. Aparqu el vehculo en la cornisa de entrada, y me dispuse a entrar en su apartamento. Este se revel como un sitio encantador, pero muy enigmtico. Todo estaba envuelto de un halo penumbroso y fantasmagrico que lo haca muy extico, con suaves reflejos rojizos y azulados que acompaaban los brillos fluorescentes de los hologramas y una hipntica msica ambiental que lo inundaba todo como si se tratara de una suave y arrulladora nana. Al fondo del largo saln haba una extraordinaria panormica del planeta Tierra visto desde el espacio; se trataba de una grandiosa fotografa tridimensional que brillaba con un fulgor embriagador y absorbente. Un domo-robot dorado sali a mi encuentro y me invit a sentarme. Despus me ofreci algo de beber y yo acced gustosamente. Me relaj en aquel ambiente tan distendido, mientras

  • esperaba que mi anfitriona hiciera acto de presencia. Qu casa ms extraa? Pens. Esto no se parece en nada a mi cubculo... Ser el toque femenino... Yeima, por fin, apareci al fondo del saln. Pareca una musa salida del infinito, con su ajustado vestido de polialeacin, sus estiradas y resplandecientes piernas y su pelo brillante y anaranjado, engominado hacia atrs. -Hola Derrick...- su voz son ms tersa de lo habitual.- Ests cmodo? -Oh, s gracias! Tu domo ya se ha encargado acomodarme. Oye, ests... muy guapa. - Vaya... gracias. T tambin ests muy atractivo... -S...?- Sonre algo incmodo, dndome cuenta de mi torpeza al haberme vestido tan formal, con mi traje gris de seda sinttica, en contraste con su vestimenta ms informal y desenfadada. Ambos nos miramos la ropa.- Bueno, tena ganas de estrenarlo, pero si quieres, puedo ir a cambiarme... -No, hombre. No es necesario... Ests muy guapo... Bueno, adnde me vas a llevar? -Pues... si te soy sincero... no estoy muy seguro an. Depende de lo que te apetezca. -No s...- coment ella, creo que guardndose un as en la manga- Si me sorprendes con algo, despus prometo sorprenderte yo tambin a ti... de acuerdo? Despus de eso, decid llevarla a un restaurante francs que haba en la Sptima Avenida; bueno, ms bien, en lo alto de la Sptima Avenida, porque se trataba de un elegante restaurante que se hallaba suspendido a unos novecientos metros del suelo, casi como si se tratara de una nave discoidal que flotara con la suavidad de una pluma en la suave brisa, y desde donde uno poda sentirse el rey de la ciudad..." -Oye, espera un momento...! Creo que me he vuelto a perder... Qu quieres decir con un "restaurante flotante"? A ver si lo he entendido bien... Una estructura discoidal grande, muy grande, que se sostiene por s sola, en el aire?- Jimmy estaba perplejo. -S, se puede decir as... -Pero... Cmo? Cmo es posible eso? -Bueno, tiene que ver con escudos gravitatorios de intensidad regulable... Vers, la gravedad es la fuerza ms evidente de todas, ms que la nuclear o la electromagntica... pero por mucho tiempo fue la ms desconocida... entiendes? Tiene que ver con la quinta fuerza, los gravitones y todo eso. Jimmy estaba fascinado. -"Bueno, pues pasamos all gran parte de la noche. Comida de calidad, y muy cara, un poco de vino aejo, viejas canciones... Fue una velada inolvidable. Yo, te lo confieso, pens que despus de eso ella iba a querer que la llevara a casa. No saba por qu, pero pensaba que haba aceptado mi invitacin por hacer algo diferente o para rerse de m o algo as aunque despus me dara cuenta de mi error. Despus de eso, ella cumpli, como haba prometido, al asegurarme que tambin me sorprendera a m, y me llev a una de esas partes de la ciudad que uno intenta evitar, y, sobre todo de noche. Al principio me sent algo nervioso. Lo primero que pens era si no pensaba llevarme a uno de esos centros de placer o algo parecido; no es que yo sea muy clsico ni muy puritano en mis preferencias, solo que tampoco me iban esas movidas tan raras que a veces la gente se montaba en crculos virtuales y ese tipo de cosas. Despus de todo, haban tantas tendencias que uno nunca saba lo que iba a encontrarse. Pero no, no se trataba de nada de eso. Me llev a Fobos... No, no es que me llevara a una de las lunas de Marte. Me llev a uno de los centros recreativos ms grandes de la ciudad; un magno complejo piramidal en donde pululaban los tipos ms extraos y pintorescos de la ciudad, y en donde estaba lo ltimo del momento; desde mquinas interactivas, pasando por mundos virtuales, realidad artificial, e incluso un apartado para viejas glorias como deportes fsicos o mquinas analgicas. Por lo visto, Yeima era aficionada a todo eso. La verdad, me sent un poco ridculo con mi corbata de plstico reciclado y mis zapatos de piel de polmeros monoclonales". Pero no puedo quejarme, lo pas mejor de lo que en principio yo hubiera imaginado. Primero hicimos un recorrido por el mundo submarino, despus atravesamos en blidos espaciales el Cinturn de Asteroides, y por ltimo participamos en uno de esos juegos Virtuales de Rol. La experiencia fue apasionante. Nos sumergimos en uno de los mundos virtuales llamado Ectaryon; en donde sus millares de participante de todo el Sistema Solar podan ir creando parte de ese universo a medida que iban jugando; eso s, si se consegua una Mquina Origen y nadie te la arrebataba, cosa muy complicada, segn me coment Yeima despus. Era un mundo gigantesco y misterioso, lleno de pasadizos secretos y de niveles tridimensionales. Bueno, en realidad no entend bien de qu se trataba, era algo as como ir buscando pistas y

  • elementos que poco a poco te iban llevando hasta el centro de Ectaryon, y, una vez all, escapar por el Ojo de Huracn, hasta tu mundo origen... Bueno, o algo parecido. El caso es que Yeima, que en el juego se haca llamar Cyberac, me hizo memorizar un mensaje que era este: el felican ha atrapado a la rata, pero sus roedores han escapado a otro nido, donde el queso es abundante.. Junto a la tercera estacin el agua sabe mejor y el viento no sopla tan fuerte. Primero corre el agua y despus viene la tormenta. Qu estupidez! pens, pero ella me asegur que era una de las claves del juego que deba utilizar cuando me encontrara con el Hombre rbol. Yo, por supuesto, le segu la corriente y me integr con prontitud a todo aquel embriagante mundo de colores y sensaciones. No s cmo, pero ella se las ingeni para desaparecer en uno de esos pasadizos tridimensionales que la llevaran a algn lugar de Ectaryon, a cientos de kilmetros de m. As que me v solo ante el peligro. Tal como ella me dijo, me sumerg en una de las burbujas mgicas y cuando esta se rompi, aparec en un lugar prpura y siniestro, lleno de extraos tallos que nacan del suelo con formas tortuosas y que parecan tentculos nudosos y entrelazados de alguna gigantesca criatura diablica. Despus de vagar un rato por all, una especie de enorme hombre de madera cuyos cabellos parecan ser trozos de vegetales podridos y alargados y que estaba cubierto por una tnica andrajosa, se acerc a m sin yo advertirlo y, dicho sea de paso, me dio un susto de muerte. Yo me limit a decirle lo que ella me haba hecho memorizar y l me contest con una lgubre voz que retumbaba como un eco lejano:El felicanino est cansado. Sin que el sol resplandezca, no pueden disiparse las nubes. El da se acerca, la muerte viene de visita, y el cielo sabe la verdad. Pronto se reunirn los roedores y tendrn que robar el queso antes de que este se pudra. Por supuesto, segua sin entender nada, pero tambin lo memoric, como ella me haba enfatizado. No dur mucho en el juego. Un poco despus me introduje en tierras pantanosas y me ahogu en una de sus cinagas. Despus de la interesante experiencia, me sent un poco mareado, fatigado. Pareca como si me hubiese montado en una de esas mquinas locas que no paran de dar vueltas y ms vueltas. Segn me dijo Yeima, era la falta de costumbre, el primer sntoma de la adaptacin a los mundos virtuales. Pareca muy interesada en lo que el Hombre rbol ese me haba contestado, as que se lo repet palabra por palabra. Ella se sorprendi extraamente. -Qu significa?- Le pregunt ante su disimulado gesto de contrariedad. -No... nada. Significa que tendr que volver un par de fases atrs...-No pareca muy convencida de lo que deca.- Pensars que estoy loca o algo as no? -No, por qu? Es una forma de evadirse como otra cualquiera. Hay mucha gente que la utiliza. -No disimules... S lo que ests pensando y tengo que decirte que... es cierto...- Yeima sonri con mucha efusividad, en un alarde de sinceridad. Lo primero que pens era que haba tomado algo. Muchos cibernautas suelen tomar algo antes de empezar la inmersin, para sensibilizarse o algo as. Creo que adivin lo que yo estaba pensando y me mir con sus ojos etreos y luminosos. Despus ambos sonremos hacindonos cmplices del mismo sentimiento. Despus de eso, volvimos en mi vehculo, aunque an quedaban muchas sorpresas. Una de ellas fue cuando Yeima sac de su pequeo bolso negro una caja blanca con una tableta con varias pastillas redondas, pequeas y celestes, y me las ense como quien ofrece algo prohibido pero muy deseable. Era un poco de Aurora, una especie de desinhibidor qumico. -Vamos hombre, no me digas que nunca te has tomado uno...!- Supongo que mi gesto de contrariedad me delat- Totalmente ilegal, por supuesto.- Agreg antes de que lo hiciera yo. -Bueno- me mostr dubitativo- no suelo tomarlas, no te voy a engaar. -Venga, Derrick, son totalmente inocuas. No creo que vayan a afectar demasiado tu armona interna.- Intent hacer un mal chiste al cual respond con una tenue sonrisa, pero me dej cautivar por esos ojos tan exageradamente brillantes y transparentes.- "El departamento de diversin" lo recomienda para regular algunos compuestos qumicos del cerebro y todo eso... Vamos! Su invitacin era seductora, muy apetecible. Cuando me di cuenta, ya haba alargado la mano de forma que tena la tableta casi en la punta de mi boca. La introduje en mi paladar y la relam con incredulidad. Me di cuenta que apenas tena un gusto definido, al contrario de lo que yo pensaba. -Qu pasa? No te gusta? -No, no es eso... Pens que iba a estar un poco dulce o algo as.

  • -Vamos Derrick, no es una golosina. Absrbelo lentamente, degstalo...Te sentirs bien, nada ms... Sers capaz de hacer cosas que de otra forma no te atreveras... te lo digo yo. No ser nada malo, nada de alucinaciones raras ni malos rollos... Por un instante, ambos nos miramos con una intensidad inusual en dos personas que hasta el momento se haban ignorado por completo la una a la otra. De pronto sent que me ahogaba el deseo y que sus ojos me estaban seduciendo en silencio. Ella lo adivin. -Por qu no te acercas un poco ms?- Pero antes de que yo pudiera hacer o decir nada, ya me estaba besando con sus labios embelesadoramente ardientes. Despus de eso, hice que las lunetas del vehculo se oscurecieran, y dej que el Navegador nos llevara a mi casa, mientras que Yeima y yo dbamos rienda suelta a nuestra desenfrenada pasin. Del silln del coche fuimos al sof del saln. Fueron un par de horas intensas, muy intensas. -Oye, creo que deberamos haber ido a tu casa...- le coment una vez que comenz a darnos el "bajn".- Esto es una autntica porquera... Tu casa s que es bonita... Tiene un toque enigmtico, personal... me gusta. -A m tambin me gusta esto...- A ambos nos duraba el efecto de la Aurora, aunque ya haca mella en nosotros el cansancio.- Es muy funcional, abstracto, dira yo... S seor. Oye, son las cuatro y algo... -An queda un par de horas para que amanezca.- le dije yo visiblemente agotado. -No te quedes dormido... An no he terminado contigo!- Ella se ech a rer en una explosin de dinamismo. Yo, por mi parte, me senta bien, aunque era cierto que comenzaba a notar el agotamiento, pero no entenda como ella poda estar en ese "perpetuo" estado de euforia, lucidez y de excitacin a la vez. -Eres insaciable! Lo sabas? -A que no adivinas el secreto?- Intent concentrarme pero a esas alturas no acertaba a hacerlo.- Es por...- ech un vistazo a la habitacin hasta que encontr su bolso encima de una de las sillas. Se dirigi a l y cogi una bolsita, esta vez eran pastillas pequeitas y oscuras. En mi sano juicio nunca hubiera tomada nada de eso; pero en el estado de embriaguez fsica y mental que me encontraba, no pude negarme. -No te preocupes... confa en m.- Coment con voz artera.- Es alucinante, y tampoco te har dao alguno. Con la otra no te lo has pasado tan mal no? Es nueva. S lo que digo. Aunque tendrs que traer agua o algo de beber, porque esta no se chupa, esta se traga, a la vieja usanza.... -Si todava me queda agua en la reserva... Suck!- Llam a mi domo-robot y este se conect obedientemente. Despus le ped dos vasos de agua, y le volv a ordenar que se colocara al final del pasillo y que se desconectara nuevamente. Como si fuera un mueble, se coloc en un rincn de la habitacin y se apag por completo, quedando casi ms como una pieza decorativa que como una eficiente mquina domstica. -Qu notas?- Yeima pareca excitada ante el logro que supona haberme atiborrado de estupefacientes.- Vamos, qu notas? -No s, espera un momento... Un extenso arcoris de colores, abrindose dentro de m cerebro y transportndome a un lugar lejano!- Dije jocosamente. An era demasiado pronto para experimentar nada, as que intent jugar un poco ms con ella- De pronto me transformo en aire y puedo flotar y flotar, como si... como si... - No s lo que me pas, pero de repente no pude continuar. Fue como si algo frenara mi lengua, como si alguna parte de mi conciencia me recriminara por lo que estaba diciendo. Sent entonces un estado de placidez y sosiego casi total. -Ya te est haciendo efecto.- Yeima pareca esperar esa reaccin.- Ves, ahora te sientes bien, tienes una especie de calma en el cuerpo que no sabes explicar. Es como si la realidad se deformara, pero muy poco a poco... poco a poco... Ahora no puedes mentirme. Saba que te estabas burlando de m, pero a este compuesto tambin suelen llamarla la pastilla de la verdad... As que jugaremos a un juego... qu te parece? -Me da un poco de miedo.- Era cierto, haba algo en mi interior que me impeda mentir, incluso ocultar algo. Estaba consciente, pero supongo que era inevitable. Aunque intentara no ser sincero del todo; era como si dentro de m hubiera otra persona e intentara luchar con ella para imponer mi voluntad, pero sin conseguirlo. Y ese estado de serenidad, era cautivador. -Qu piensas de mi?- Ella sonri excitada.

  • -Creo que ests muy buena y que eres un autntico volcn, y me ests haciendo pasar la mejor noche de toda mi vida... Pero me gustara conocer ms aspectos sobre ti. Yeima rio como si le hubieran contado lo ms gracioso del mundo. Creo que esperaba una respuesta como esa. Imagino que no era el primero en decirle algo as. Ni siquiera me sent incmodo o ridculo, me encontraba demasiado a gusto como para caer en ese tipo de concesiones. -Dime, Derrick, qu es lo que ms te gustara hacer en este mundo? -No s... A veces he tenido ganas de formar una familia, tener hijos y todo eso... Yeima rio ahora pero de forma distinta; era una risa socarrona, desvergonzada, como quin escucha algo muy ridculo. -Qu retrogrado eres...! Nunca me lo hubiera imaginado. -Aunque a veces tambin he tenido ganas de dejarlo todo y escaparme en una nave a Marte o alguna de las colonias exteriores... Que el mundo fuera diferente de lo que es. E incluso a veces, lo que ms he deseado es darle una patada en el culo a Malmoe. Ambos sonremos como posesos. Todo lo que decamos nos pareca cmico, o cuanto menos jocoso. -Y dime... ahora te toca a ti.- Qu es lo que ms te gustara a t?- Fue un cambio de estrategia tan repentino que yo mismo me sent sorprendido. Yeima tambin pareci sorprenderse al recibir la pregunta. Y lo ms curioso era que pareca dispuesta a responderla con total sinceridad, a pesar de no haber tomado esa maldita droga. -Lo que ms me gustara es... eliminar esas malditas torres de regeneracin y hacer desaparecer del mapa al I.C.A.P. y a todos sus malditos chupa-sangres... -Pero... pero Yeima... qu ests diciendo?- Intent alarmarme pero no pude conseguirlo. Lo nico que hice fue rerme como si de un chiste malo se tratara. Ella, por su parte, volvi a hacer gala de su estrambtica carcajada.- Entonces moriramos asfixiados en nuestra propia mierda... -Eso es lo que t crees... Todos lo creen. No es gracioso...?- Volvi a rer como una loca, mientras intentaba continuar con su comentario, pero la risa se lo impeda. Al parecer, estaba ansiosa por hablar.- Esas torres no son ms que el precio del poder... El precio del poder... -A qu te refieres?- Pregunt pero sin estar consciente de lo que estaba haciendo, aunque saba lo que aquello significaba. En otras circunstancias, seguramente me hubiera escandalizado o me hubiera ido corriendo o algo as, pero nada me pareca importante, ni siquiera eso. -Pues que la Sede Mundial de la I.C.A.P. est ocultando informacin. Esas torres estn colocadas por todo el mundo. Ello tiene un alto coste que deben soportar los gobiernos y, sobre todo, los contribuyentes como t y como yo. Pero es que, adems de eso, les estamos eternamente agradecidos...- enfatiz esa palabra intentando darle conviccin a aquella absurda pero espeluznante idea.- Lo entiendes ahora? -Creo que no...- ahora ramos ambos los que reamos de un modo un tanto grotesco. -Qu torpe eres!. Nos tienen bien cogidos, to... no te das cuenta? En el nivel D existe un prototipo de escaso coste que imita el proceso qumico de la fotosntesis... Aparatos que se instalaran en las casas particulares o en lugares pblicos y que regeneraran la atmsfera... Una reconversin completa. Te imaginas? Sera el final del monopolio... Seramos libres... Te das cuenta de lo que eso significara? -Creo que no...- Coment en voz baja. Comenzaba a tener mucho sueo.- Eso es muy fuerte... Te imaginas que fuera verdad? -Maldita sea, Derrick, es verdad...! Por eso yo estoy luchando por liberar a la raza humana de estos malditos corruptos... librarlos de la esclavitud ms socavada y sutil que pueda existir... -Ahora ests hablando como uno de esos locos de Aire Puro.- Le cort con firmeza. -Se nota mucho?- Yeima volvi a rer. -T... t... eres... de... de...- balbuce sin dejar de rer. -S, s, s...- Su voz ahora sonaba como un eco profundo y lejano en mi embotada cabeza. Haban sido muchas sensaciones en una sola noche.- Formo parte del grupo... parte pasiva, pero parte, al fin de al cabo.. -Esto si que es gracioso!- coment en tono jocoso.- Sobre todo porque trabajas en la misma Central. -Claro, all puedo encontrar mucha informacin. Aunque tengo que andarme con mucho cuidado, creo que me estn vigilando. Ellos saben como hacerlo sin que te des cuenta. -Si? Entonces podran haber escuchado nuestra conversacin.

  • -S, claro, y podran matarnos en menos de cinco minutos...- Ambos nos miramos por un instante con una sensacin de confusin dentro de nuestras inefables mentes, pero lo nico que supimos hacer fue volver a rer de nuevo.- No, ellos son ms sofisticados que todo eso... Adems, siempre llevo un par de nano-rastreadores encima... Creo que tienen controlada mi entrada a la red. Es la mejor forma de espiar a una persona... no crees? -Claro! Ya entiendo... Por eso todo el rollo del Hombre rbol y el mensaje secreto... Era un mensaje en clave no? Me utilizaste para ponerte en contacto con tus amigos y para recibir las rdenes pertinentes. Me equivoco? -Veo que te ests espabilando, amigo. -Por eso accediste a salir conmigo esta noche. Me utilizaste como tapadera... Ca en tu trampa como un tonto. Conseguiste inmiscuirme en tus turbios asuntos sin darme ni cuenta, no? -Casi, casi... La verdad es que cuando te escuch comentarle a la sinttica eso sobre el grupo pens que quizs eras quin yo necesitaba para que me sacara del apuro. Pero la verdad es que lo he pasado estupendamente contigo. He disfrutado mucho...- Coment utilizando un tono seductor y sagaz.- No temas, no creo que eso te haya expuesto a nada. Aunque esto s... si no te matan los del grupo te matarn ellos... a que es gracioso? -No, no lo es...- Coment dejndome llevar por su persuasiva risa. -La culpa es tuya!- Afirm ella con rotundidad.- No pensaba inmiscuirte en esto ms de lo necesario, pero me has preguntado... -S, eso, ahora chame la culpa... Si no fuera porque me has hecho tomar la mierda esa, te matara yo mismo. Adems, quin te dice que no soy un agente secreto que trato de infiltrarme en tu organizacin o algo as.- Otra vez me re de forma estpida y compulsiva. Pero a ella eso no le hizo gracia. Se qued seria y tens el rostro como pensando que eso podra ser cierto. Pero al comprobar que yo me tronchaba de risa, relaj el gesto. -Todo est en los archivos... T, a veces, andas con los archivos no? A veces tienes que hacer visitas virtuales a otras instalaciones para subsanar averas o ajustar los niveles. Pues un da date la vuelta por los profundos patios de la I.C.A.P. y del nivel D. Te vas a llevar una sorpresa...- Yeima carraspe un poco y luego volvi a mirarme con sus fascinantes ojos. Saba lo que quera y pareca estar muy segura de s misma.- Anda, por qu no dejamos de hablar de esto y probamos tu cama? Este sof es un poco pequeo... No te parece? -Claro...- Y ambos volvimos a navegar entre desenfrenadas caricias en un universo abstracto y espumoso que pareca el lugar perfecto para olvidarse de todo, incluso de lo ms terrorfico, aunque solo fuera por un instante. Cuando despert, al da siguiente, me sent totalmente confuso, desorientado. Intent buscar a Yeima al otro lado de mi cama, pero ella ya no estaba. Supongo que era de esperar. Seguramente se habra despertado antes que yo y se haba largado sin hacer ruido. Me cost un buen rato de concentracin el recordar algunas de las cosas que esa noche haban pasado; no estaba demasiado acostumbrado a tomar mierda de esa. Me levant de la cama y me qued por un buen rato intentndolo, y, cuando lo hice, no me gust en absoluto lo que record, o, al menos, algunas de esas cosas. Dese entonces olvidarlas pero, cmo poda olvidar que todo eso de que las torres de regeneracin se haba convertido en una especie de negocio mafioso que chantajeaba al resto de la humanidad? Cmo olvidar lo de los nuevos prototipos? Cmo olvidar que, si eso era cierto, poda correr un peligro real? An as, me negu a pensar en ello. Es fruto de toda la mierda que me tome", me deca, o " estoy delirando, todava, pero, en el fondo, saba que solo eran excusas para intentar aliviar el shock que aquello haba producido en m; una forma tan estpida como cualquier otra para hacerme creer a m mismo que todo eso eran estupideces y que eso no iba conmigo. Pero, entonces qu?... Con esa idea martilleando mi mente, le ped a Suck que me prepara mi bao especial de gas lquido y algo de comer. El pobre Suck volvi a conectarse una vez que escuch mi imperiosa voz requirindole con exigencia. Una vez que me ase y que com algo, decid que lo mejor era ponerme de nuevo en contacto con ella, y hablar del asunto con total seriedad. Estaba seguro de que mi vida, (y la suya), podan correr un serio peligro. Aquello, si resultaba ser tan cierto como yo imaginaba, nos colocaba en un lugar muy comprometido. Y si ella tan solo haba intentado asustarme, divertirse a mi costa, o tan solo se trataba de una reaccin paranoica que le haba llevado a inventarse toda esa historia? Caba la posibilidad, despus de todo, se le vea familiarizada con los estupefacientes y adems, el

  • hecho de haber mezclado distintos compuestos pudo haberle afectado negativamente. Fuese como fuese, tena que hablar con ella y aclararlo, tanto para bien como para mal. Pero no estaba en la casa, o, al menos, no coga la llamada. Era extrao, a no ser que an estuviera durmiendo, o que estuviera ocupada y que le hubiera dado a su ordenador la premisa de que no le pasara ninguna llamada. Bueno, en tal caso, esperara un par de horas y ms tarde la llamara. Por un instante estuve tentado de contactar con la polica y contarles todo. Saba que haba una direccin abierta para todo aquel que quisiera aportar datos sobre el grupo ecologista-terrorista Aire Puro, sin que ello supusiera ningn compromiso, (al menos tericamente), pero algo me deca que no deba hacerlo. Presenta que no deba inmiscuirme en este turbio asunto, que deba andarme con mucha discrecin. Pero por otra parte, si no lo haca, podra convertirme en cmplice de algo que afectaba a toda la humanidad... Por un lado, si aquello era ciert