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D esde que deje nuestra natal Guatema- la hace ya casi 30 años , me interese mucho por el sio prehispánico que data del 800 al 1300 DC : el Monumento Nacional Guayabo, que se encuentra ubicado en las faldas del Volcán Turrialba,; desde la prime- ra visita que allí efectúe me quede impactado por el valor patrimonial que el representaba y de la necesidad que este sio tenía de que se pusiera en valor su legado. De ello fue responsable mi formación como arquitecto res- taurador y al hecho de haber crecido desde niño en Angua Guatemala, en donde tuve el honor de parcipar en los primeros años del Consejo Nacional para la Protección de la Angua Guatemala, y formarme con los maestros Ogarrio (primer conservador de la ciudad), Hib- bits, Aycinena, Luján y otros grandes conservadores de nuestra querida Angua. Volviendo a Guayabo, esta ciudadela estuvo gobernada por grupos chamánicos y encuentra ubicada ya fuera de la zona de Mesoamérica, pertenece más bien a las culturas caribeñas que exiseron en el sur de Centroamérica , en las costas y hacia las montañas de las zonas Caribe de Costa Rica, Panamá y Colombia. Sus constructores pertenecieron a una cultura muy sofis- cada que allí floreció en las selvas altas y húmedas de esta región, ya que construyeron caminos (calzadas) de 20 y más kilómetros que la comunicaban hacia las erras bajas del Caribe y hacia otros valles de la región de Turrialba. El sio se conoce desde finales del siglo XIX cuando don Anastasio Alfaro, director del Museo Nacional, lo excavó para obtener algunas de las piezas más importantes con que cuenta la colección de esa instución, que fueron uli- zadas en una gran exposición que hubo en Madrid para celebrar el Cuarto centenario del Descubrimiento de América. En la segunda mitad del siglo XX el estado costarricense adquirió una gran finca de alrededor de 400 Has y la decla- ro Parque Nacional para preservar este legado arqueológi- co-arquitectónico. Se encuentra excavado solamente en su parte central, aun- que el sio arqueológico es de más de 20 has ; reciente- mente ha sido declarado Patrimonio mundial de la Ingenie- ría, debido entre otras razones, a sus sistemas de acueduc- tos, tanques de captación y de conducción de aguas para el consumo humano con que aún cuenta el sio. Tuve la oportunidad desde finales del siglo XX, desde 1985 para ser más específicos, de efectuar aquí Obras de restaura- ción , con pequeños financiamientos del Ministerio de Cul- tura de Costa Rica. Se intervino bajo mi dirección , la Plaza Elipsoidal, las Escalinatas del Monculo Principal, una Plaza Cuadrada, un puente y otros sectores del sio. En el periodo de abril de 2013 a abril de 2014 , el Sistema Nacional de Áreas de Conservación –SINAC- de Costa Rica, me confió las obras más importantes de restauración que allí se ha realizado hasta el momento: Se concluyo la res- tauración de la Calzada Caragra, se restauraron los dos Monculos en forma de 8 (estructuras # 31, 32, 33 y 34) , así como la Plaza Mayor (estructura 30) y sus dos Cal- zadas Elevadas. Estas obras tuvieron un costo de alrede- dor de 180 millones de colones ( alrededor de $ 334,000) . Mucho me gustaría poder comparr estas experiencias en Guatemala y me encantaría de ser facble presentarlo en mi país, dado que es una experiencia interesansima para todo arquitecto, arqueólogo e historiador, pero sobre todo, para el público en general. Voy a estar en Guatemala entre el 14 y el 19 de mayo de este año y quisiera saber si es facble que esta charla sea ofrecida al público interesado. Me encantaría poder invitar a la Embajada costarricense en Guatemala, para estrechar los lazos de amistad centroame- ricanos entre nuestros dos países , aprovechando mi doble nacionalidad: guatemalteco y costarricense, de las cuales me siento sumamente orgulloso. En la siguiente página comparto, algunas las imágenes de este proyecto. Enrique Barascout [email protected]

Enrique Barascout, restauración arqueológica de Guayabo

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resumen de la última intervención para restaurar el sitio arqueológico de Guayabo, Joaristi & Barascout, Costa Rica.

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Page 1: Enrique Barascout, restauración arqueológica de Guayabo

D esde que deje nuestra natal Guatema-

la hace ya casi 30 años , me interese

mucho por el sitio prehispánico que data del 800 al 1300

DC : el Monumento Nacional Guayabo, que se encuentra

ubicado en las faldas del Volcán Turrialba,; desde la prime-

ra visita que allí efectúe me quede impactado por el valor

patrimonial que el representaba y de la necesidad que este

sitio tenía de que se pusiera en valor su legado.

De ello fue responsable mi formación como arquitecto res-

taurador y al hecho de haber crecido desde niño en Antigua

Guatemala, en donde tuve el honor de participar en los

primeros años del Consejo Nacional para la Protección de

la Antigua Guatemala, y formarme con los maestros

Ogarrio (primer conservador de la ciudad), Hib-

bits, Aycinena, Luján y otros grandes conservadores de

nuestra querida Antigua.

Volviendo a Guayabo, esta ciudadela estuvo gobernada

por grupos chamánicos y encuentra ubicada ya fuera de la

zona de Mesoamérica, pertenece más bien a las culturas

caribeñas que existieron en el sur de Centroamérica , en las

costas y hacia las montañas de las zonas Caribe de Costa

Rica, Panamá y Colombia.

Sus constructores pertenecieron a una cultura muy sofisti-

cada que allí floreció en las selvas altas y húmedas de esta

región, ya que construyeron caminos (calzadas) de 20 y

más kilómetros que la comunicaban hacia las tierras bajas

del Caribe y hacia otros valles de la región de Turrialba.

El sitio se conoce desde finales del siglo XIX cuando don

Anastasio Alfaro, director del Museo Nacional, lo excavó

para obtener algunas de las piezas más importantes con

que cuenta la colección de esa institución, que fueron utili-

zadas en una gran exposición que hubo en Madrid

para celebrar el Cuarto centenario del Descubrimiento de

América.

En la segunda mitad del siglo XX el estado costarricense

adquirió una gran finca de alrededor de 400 Has y la decla-

ro Parque Nacional para preservar este legado arqueológi-

co-arquitectónico.

Se encuentra excavado solamente en su parte central, aun-

que el sitio arqueológico es de más de 20 has ; reciente-

mente ha sido declarado Patrimonio mundial de la Ingenie-

ría, debido entre otras razones, a sus sistemas de acueduc-

tos, tanques de captación y de conducción de aguas para el

consumo humano con que aún cuenta el sitio. Tuve la

oportunidad desde finales del siglo XX, desde 1985 para ser

más específicos, de efectuar aquí Obras de restaura-

ción , con pequeños financiamientos del Ministerio de Cul-

tura de Costa Rica. Se intervino bajo mi dirección , la Plaza

Elipsoidal, las Escalinatas del Montículo Principal, una Plaza

Cuadrada, un puente y otros sectores del sitio.

En el periodo de abril de 2013 a abril de 2014 , el Sistema

Nacional de Áreas de Conservación –SINAC- de Costa Rica,

me confió las obras más importantes de restauración que

allí se ha realizado hasta el momento: Se concluyo la res-

tauración de la Calzada Caragra, se restauraron los dos

Montículos en forma de 8 (estructuras # 31, 32, 33 y

34) , así como la Plaza Mayor (estructura 30) y sus dos Cal-

zadas Elevadas. Estas obras tuvieron un costo de alrede-

dor de 180 millones de colones ( alrededor de $ 334,000) .

Mucho me gustaría poder compartir estas experiencias en

Guatemala y me encantaría de ser factible presentarlo en

mi país, dado que es una experiencia interesantísima para

todo arquitecto, arqueólogo e historiador, pero sobre todo,

para el público en general.

Voy a estar en Guatemala entre el 14 y el 19 de mayo de

este año y quisiera saber si es factible que esta charla sea

ofrecida al público interesado.

Me encantaría poder invitar a la Embajada costarricense en

Guatemala, para estrechar los lazos de amistad centroame-

ricanos entre nuestros dos países , aprovechando mi doble

nacionalidad: guatemalteco y costarricense, de las cuales

me siento sumamente orgulloso.

En la siguiente página comparto, algunas las imágenes de

este proyecto.

Enrique Barascout

[email protected]

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