ALBERT BERTR/~N

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FUNCIONARIOS DEL SEPE (ANTIGUO INEM)RECIBEN A DIARIO PRESIONES, INSULTOS Y HASTAAGRESIONES DE DESEMPLEADOS DESESPERADOS

Son trabajadores del Estado y son los encargados de aplicar recortes, suspendersubsidios y denegar prestaciones. Estfin al frente de oficinas del ServicioP~blico de Empleo Estatal (SEPE) y pot sus mesas pasan cada dfa las personasque ponen rostro a las cifras del paro, con situaciones limite que, a menudo,desembocan en amenazas, insultos e induso ataques fisicos. ~.1 Gobierno hacreado una p61iza para cubrir a sus empleados. Con la crisis estos episodiosviolentos ban aumentado en un 80 pot ciento. En 2013, hubo 124.

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¯ Inma Muro

o es f~tcil desempe~ar adiario una tarea cara alpfiblico, y m~s si se tratacon ]a desesperaci6n de

personas que no encuentran tra-bajo, yen como sus prestaciones seagotan y la esperanza no encuen-tra horizonte. Los funcionarios delServicio Pfiblico de Empleo Esta-tal (SEPE. que sigue conoci6ndosepopularmente por su antigua de-nominaci6n, Inem) conviven diaa dia con circunstancias dificilesqueen ocasiones desatan ataquesverbales y fisicos. Frente a ellos sesientan, a raz6n de un parado cada13 minutos, durante siete horas ymedia de jomada laboral, personasque acuden a prorrogar sus sub-sidios o hacer otros tr~mites paraarafiar, en muchos casos, el flnicoingreso que entre en sus casas, 426euros con fecha de caducidad.

Muchos empleados no se atre-yen a dar la cara para contar c6moreciben presiones, les levantan lamano o les graban en videos conel m6vil que luego cuelgan en lared. Menos son los que dan el pasode denunciaflos. E1 Gobierno hacreado un tel6fono de atenci6n alos afectados para "sacar del ar-mario esta situaci6n como antesse hizo con la violencia machista’;cuenta un afiliado del CSI-]~ Estesindicato, mayoritario en la fun-ci6n pfiblica, ha abanderado la re-damaci6n para que se hiciese unap61iza que cubra legalmente a losempleados del SEPE; comenz6 afuncionar el 1 de abrfl.

"La cobertura juridica es un pri-mer paso para que la gente no sequede callada, pero que me asistancuando ya me hart agredido no mevale -explica Francisco del Amo,empleado del SEPE en CiudadReal-. Lo que quiero es que no lle-gue a haber nin~n ataque. Deberiahaber guardias de se~uridad en to-das las oficinas y detectores de me-tal, porque ahora nada impide que

mi no me hart pegado, ni empujado,porque, con mi tamafio, me levanto

Francisco del Amo desarmlla su labor en unaoficina del pare en Ciudad Real. Habla de latensi6n que riven y de la dificultad de verbalizary denunciar los altercados, ya cotidianos.

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LOS EXAMINADORES DE TRAFICO, TAMBI~N

VfCTIMAS DE ATAQUES, PEROSIN COBERTURA JURfDICA

¯ "ESTO Ote gusto otienes que dejarlo "~ Asihabla Juan Carlos Aedo(on la foto inferior),examinador de tr~fico,de su profesi6n. Comosus compaSerosfuncionarios del SEPE,la suya es una laboringrata. "Agresionesverbales hay todoslos tiros, tambi#n losha habido f[sicas. Enseptiembre de 2013, unprofesor de autoescuelaintent6 estrangular a uncompafiero durante unexamen. Cfistales rotos,portazo5._, eso no5es familiar. NosotrosIo que tenemos queevitar es entrar en laprovocacidn’; a~ade.Como miembro de lajunta de la Asociaci6nde Examinadores deTr~fico (Asextra), queengloba a casi el 90por ciento del coledivoen toda Espa5a, recalcaque la nueva p61iza

creada por el Gobiernono lestiene en cuenta.A pesar de queenlos dllimos seis a5oslas agresiones se hanincrementado en un 30por ciento.

"Con la crisis la genrese juega rods, tiene queaprobar a toda costa;y si fiene que renovarlos papeles despu~s deun suspenso, le causaun gran trastomo. Peronuestra labor es valorarobjetivamente, serimparciales sobre si elconductor es apto o no.No debemos fijamos ensi tiene problemas, estdparado, es hombre omujer, joven o mayo~..’;recalca Aedo.

Reconoce que sulabor no es f~cil yque es un trabajo"solo para un tiempoporque quema esode ser el malo de lapelfcula. En 25 minutostenemos que valorar

¯ ’ Insultos, cristalesrotos, portazos..., esonos es familiar", dice unexaminador

la trayectoria de unalumno, y los nerviossiempre juegan malaspasadas’, explica.

Aedo asegura que,desde la implantaci6ndel Protocolo deCalidad que marcal a U E, "~e rebaja elndmero de exdmenesal d[a por profesor;de 16 pruebas quepod[amos hater, hemospasado a 13. Tambi#nnos obliga a dar unaminima explicacidn delresultado del examen,y eso hate que elalumno se quede mdsconforme porque sabeel motivo por el que hasuspendido "~

Adem~s de serrespaldados porel Estado en eldesempeffo de sulabor, con p61izas deasisLencia juridica comolos empleados delSEPE, los examinadorestambi~n tienen ottofrente abierto: evitarque se privaticela gesti6n de losex~menes. "Serfa unatraso que se dejaseen manos privadas’~asegura Aedo.

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~NGELNAVARRETE

--)e impongo, pero tengo compafterasalas que sL Somos los propios tra-bajadores los Que nos tenemosdefender entre nosotros.A diario veoinsultos, gritos, amenazas...’.

DelAmo reconoce que hay miedoa la hora de denunciar: "Miedo aQ~e ese usuario luego se vengue, al,final, sobre todo en silos pequehos,acabas por volver a encontrarte conesa persona. Todos nos conocemos,saben qui#n es t~ familia... En mu-chos casos es gente que lo tiene todoperdido y eso les da un arrojo dificil

de controla~ Nos ponemos en el lu-gar de genre desesperada y eso hacedificil dar el paso de denunciarlo".

DENUNCIAR PARA NADAJuan Francisco L6pez si se atrevi6a llegar a los tribunales. E1 proce-so, ~trido, qued6 en nada. "Era en2003, trabajalga en una oficina deCarabanchel [barrio de Madrid[ yun desempleado que no tenia dere-cho a prestaci6n porque no traia ladocumentaci6n requerida se pusomuy violento, ~ritaba y me dijo:vas a enterar. Te va a pasar algo,~.Fui a comisaria y lo denunci#. Sali6el juicio de faltas y yo me present#sin abogado, el acusado ni compa-reci6, y asi que se qued6 la cosa. Nome puse a investigar si le sanciona-

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ton de alguna manera, pero yo metuve que aguanta~ No bahia nin-gf~n protocolo que nos amparase, nise designaba un abogado, estabasvendido y muchos no denunciabanpor eso. Ahora, cuando la p61izaya funcione de manera real, algocambiard. Empieza a baber conciencia, antes nadie se planteabadenunciar, por miedo y pot el lioque te buscabas, igual para nadacomo en mi caso’L

L6pez, que fue director de oficinadel paro 15 afios y ahora trabaja enlos servicios centrales del SEPE,reconoce que hay situaciones queasustan mucho y que es m~s ha-bitual de lo qtte debiera qtte al-guien a/ce la mano: "En ocasioneshart lanzado sillas o hart tirado elordenador al suelo, y con la crisis lasituaci6n ha empeorado. La mayorparte de las veces, el conflicto surgecuando piensan que tienen derecboa alguna prestaci6n y se les niega.Entonces explotan. El 70 pot cientoson "clientes habituales" que cono-cen algunos aspectos de la mecc~-nica de prestaciones y creen saber

recortes la situaci6n es diferente, yde abi la frustraci6n’L

Vicente Nacher ha vivido la situa-ci6n como empleado pfiblico que

ANGEL NAVARRETE

atiende a desempleados y comoparado que agot6 su prestaci6n, yeso le da una perspectiva que mu-chos de sus compafieros, funcio-nafios con plaza, no tienen. "Soyun empleado de la funci6n pf~blicaatipico porque he estado a los doslados de la mesa cuent~.Dej~ mipuesto en la Administraci6n parapasarme a la empresa privada, erainformdtico en una multinacionalde "software~ Me echaron, agot~ elparo y volvf a mi plaza sacada potoposici6n. Me reincorpor~ al SEPE.Claramente, no sabia d6nde me me-tia". Trabaja en la oficina del parode Tomelloso (Ciudad Real), don-de un desempleado se encaden6 auna barandilla como protesta por-que perdia su prestaci6n.

Este funcionario narra c6mocada jornada se enfrentan a gen-te agobiada, cabreada, que se en-cara con quien le tramita el pape-leo como si fuese responsable de

Juan Francisco 1.6pez (izquierda) denunci6 una amenaza, perono Iogr6 nada. Espera que con la nueva p61iza los tr~mitessean m~s ~giles. Vicente Nacher (abajo), empleado del SEPEen Tomelloso, dice que un sistema injusto propicia conflictos.

¯ En Mieres, tm paradoentr6 con un hacha; enMadrid, otto prendi6tuego a una oficina

la situaci6n. "No podemos siquie-ra admitir a una persona que llegasin cita. Nos controlan si accedemosa un expediente... No dejamos deatender porque no queramos, sinoporque no nos dejan, y eso no loentiende el usuario", dice Fran-cisco del Amo. "Como usuario quefui, me cloy cuenta de que muchos

conflictos se resolverian si hubie-se alguien que informara antes deesperar turno para que te atiendanen la mesa. Tambi~n si las esperasse acortan, con la cita previa ya seha suavizado la cosa’; apunta Vi-cente Nacher.

USUARIOS CONF’LICTIVOS

]~n la oficina de Tomelloso, cuentaeste empleado pflblico, a menudoles alzan la voz y "la sensaci6n deinseguridad es plato del dia’~ Comoflnica sede del SEPE en una loca-lidad de 40.000 habitantes, y qtteda cobertura a otras poblacionesde la comarca, la relaci6n con losdesempleados es estrecha y va n~sallft de la jornada laboral. "Sabe- ..~

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~NGELNAVARRETE

Manuel Galdeanorecalca que lasagresiones y latensi6n que vivenlos trabajadoresdelSEPEcomporta dafiospsicol6gicos,ansiedad, estr4s...que nunca hansido valorados.

mos qui~n es qui~n y si son conflictiros, si alguien ha pasado por lacdrcel.. . He visto c6mo a un compaf~ero le hacian un gesto amenazador:

el usuario se pasaba el pulgar potel cuello dando a entender que le ibaa degollar Si sabes que esa perso-na ya lo ha hecho antes, impresionarods’; explica.

En una oficina de Mieres (Astu-rias), un parado se present6 conun hacha; en Madrid, otto desem-pleado prendi6 fuego a un localdel antiguo INEM. Son dos casos,de hate unos afios, que invocanmiembros del sindicato CSI-Fpara argumentar sus reclamacio-nes de que se dote de mayor segu-ridad a los flmcionarios. Esta cen-tral sindical rue la que solicit6 alMAnisterio de Empleo la creaci6nde una p61iza que cubra a funcio-narios agredidos. "Se ha creadouna cobertura colectiva para aten-der los ataques, se hace cargo de Iadefensa juridica de quien presentauna denuncia, pero es solo un pri-mer paso. Deberia ser la fiscaliala que atienda a los trabajadoresdel Estado que son agredidos en elcumplimiento de su funci6n", expli-ca Mafia.Angeles Mur, delegada dePrevenci6n de CSI-EE1 colecfivo de trabajadores aspira

a que ]as agresiones a funcionarlosde oficinas del paro se contemplencomo la violencia ejercida contram6dicos, maestros o policias, queest~ considerada ataque a la au-toridad. "Hasta ahora eran los tra

JESI3S MONROY

bajadores quienes denunciaban porsu cuenta y pagaban las costas, queluego debian reclamar y que les de-volvfa el Estado basra 3.000 euros’;recalca Maria Angeles Mun

En opini6n de esta sindicalis-ta, que recorre oficinas del SEPEy escucha de primera mano lasquejas de sus compafieros, la si-tuaci6n esta agravada por la malalama que rodea al funcionariado.

Maria ~,ngelesMur, delegadade Prevenci6nde CSI-F, haparticipado en lanegociaciOn dela nueva pdliza."No es suficientecon la asistencialegal, peru es unprimer paso",asume.

¯ "Se puso muy violento, gritaba y medijo: ere vas a enterar. Te va a pasar algol>,cuenta un afectado que lo denunci6

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%0 que estd pasando tiene que vetcon el desprestigio del empleado p6-blico. Antes 4ramos los rods pobres,con sueldos congelados... Ahora,con la crisis, se nos ve como privi-legiados con trabajo seguro.., peronadie se para a pensar en los afiosde preparaci6n de la oposici6n, lossacrificios. Esa imagen injusta deque somos vagos, que pasamos lamanana tomando caf6 o que hacemos la compra en horatio laboral esla clave de pot qu# se nos agrede’;afiade Mur.

SIN PROTECCIONManuel Galdeano, trabajador enlos Servicios Centrales del SEPE,en Madrid, incide en la necesidadde estar amparados y protegidospor la Administraci6n. "De las 708ofidnas que hay en Espaf~a, rods del60 pot ciento no tienen ninguna pro-tecci6n. Deberia haber agentes delas Fuerzas de Seguridad del Estadopara controlan Nosotros somos losque damos la cara de la Adminis-traci6n y contra quienes dirigen suira, y luego tenemos que buscarnosla vida, encontrar la defensa a t~tulopersonal. La Abogacia del Estadosolo act~a si hay perjuicio econ6mico, pero si a ti te dan un guantazo ote sacan una pistola.., nada. Es rodsimportante el mobiliario que el tra-bajador’; denuncia. "Si el agresorsupiese que se expone a un juiciopenal en lugar de a uno civil, tal vezse lo pensaria rods’; sefiala MariaAngeles Mur.

Entre los efectos colaterales de lasimaci6n que riven todos los dias,los funcionarios del SEPE sufrendafios psicol6gicos, ansiedad, de-presi6n... "Hemos solicitado en laMesa de Prevenci6n de Riesgos La-borales que se analicen las conse-cuencias psicosociales, porque aho-ra mismo no hay datos sobre estosefectos", apunta Galdeano

Vicente Nacher aseg~ra que cadadia sale del trabajo con un nudo enel est6mago. "~Ver delante alguienque no tiene para viviry que le tienesque decir que no va a cobrar rods elsubsidio y que ademds ha contrai-do una deuda con la Administraci6npot no cumplir con un requisito quedesconocia..., eso es desolado~ Conla crisis aumenta el n~mero de parados y nuestra planfilla disminuye. Seban triplicado los expedientes paracada funcionario, de 1,2 hemos pa-sado a casi cuatro’L ¯

(~ inmamu ro.interviu@grupozeta.es

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