10
Seguir, avanzar para evolucionar, retroceder para rectificar, regresar a un momento anterior para enmendar lo que no queremos forme parte de nuestro universo individual. Acciones contenidas en un mismo instante, en una misma reacción. Desde este lugar queremos agradecer a todos los asistentes a la presentación del primer número pu- blicado con apoyo estatal, a Enrique que nos pres- to el lugar (Buena Vista), agradecemos también a quienes han tomado una postura critica, aportan- do una visión diferente de los aciertos y errores, ahora nos toca a nosotros pulir, ajustar cada uno de los detalles que conforman la publicación para lograr una evolución número a número. En esta segunda entrega se suman nuevos cola- boradores a las hordas literarias de esta publica- ción, todos ellos con distintas formas de abstraer la realidad para convertirla en letras, enrique- ciendo este espacio con la diversidad aportada. En el ejemplar que tienes en tus manos se ha depositado un gran esfuerzo, por ello esperamos que todos los que tengan la oportunidad de leer, disfruten y en el mejor de los casos, se decidan a mostrar lo que esconden en sus libretas arrum- badas en algún cajón secreto. No permitas que las ideas vueltas tinta queden atrapadas en papel, déjalas salir, que se reproduzcan en la mente de los demás, de todos nosotros. (xero) 01 En la cima del rincón más alto, el cielo juega con un anaranjado, con tonalidades rojizas y amarillentas. Esperando a la luna, el sol y las estre- llas, con cigarros y alcohol. Sentado en una roca, invadido por los colores, por las historias. El ambiente lleno de notas claras y alegres, deslizándose entre la punta de los dedos, entre el parpadear de los ojos que miran escondidos detrás de las nubes. Todos danzamos alrededor de las nubes, mientras, las estrellas cuentan his- torias, sirven el elixir natural, el humo del cigarro cubre con una suave capa acolchonada; danzar con el sol, con las estrellas que brillan embriagadas por el alcohol. Esperando la alineación del tiempo, embriagados todos, descansamos uno sobre otro, sobre la suave capa del cigarro; las estrellas adormecidas, extasiadas por los placeres de la vida, caen lentamente de aquella cima, forman la noche, dan luz a las pesadillas, un sendero al vagabundo aventurado. Descansando en los brazos de la luna, conocí los sueños, conocí……; caí lentamente con ella, a los brazos de la almohada, mientras, el sol seguía ador- mecido entre las nubes, esperando el cantar del gallo. Las historias, la danza, el alcohol, el cigarro, la vida, la muerte, los sueños, las pesadillas surgidas de la fiesta en aquella cima, del sol, la luna y las estrellas; en aquel rincón…. Sinfonola Digital 20 H u a z z t e c o H u a z z t e c o Agrupación Potosina integrada por: Joel Monroy – Violinista Samuel Martínez Herrera – Pianista Carlos Zambrano Morales – Bajista Rodolfo González Martínez – Jaranero Efrén Capiz – Baterista Jesús Castro Adriano – Guitarrero Ramón Sánchez Aviña – Flautista Oscar Ramírez

HIJO BASTARDO V.1.2

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Page 1: HIJO BASTARDO V.1.2

Seguir, avanzar para evolucionar, retroceder

para rectificar, regresar a un momento anterior

para enmendar lo que no queremos forme parte

de nuestro universo individual.

Acciones contenidas en un mismo instante, en una

misma reacción. Desde este lugar queremos agradecer a todos los

asistentes a la presentación del primer número pu-

blicado con apoyo estatal, a Enrique que nos pres-

to el lugar (Buena Vista), agradecemos también a

quienes han tomado una postura critica, aportan-

do una visión diferente de los aciertos y errores,

ahora nos toca a nosotros pulir, ajustar cada uno

de los detalles que conforman la publicación para

lograr una evolución número a número.

En esta segunda entrega se suman nuevos cola-

boradores a las hordas literarias de esta publica-

ción, todos ellos con distintas formas de abstraer

la realidad para convertirla en letras, enrique-

ciendo este espacio con la diversidad aportada.

En el ejemplar que tienes en tus manos se ha

depositado un gran esfuerzo, por ello esperamos

que todos los que tengan la oportunidad de leer,

disfruten y en el mejor de los casos, se decidan a

mostrar lo que esconden en sus libretas arrum-

badas en algún cajón secreto. No permitas que

las ideas vueltas tinta queden atrapadas en

papel, déjalas salir, que se reproduzcan en la

mente de los demás, de todos nosotros.

(xero)

01

En la cima del rincón más alto, el cielo juega con un anaranjado, con tonalidades rojizas y amarillentas. Esperando a la luna, el sol y las estre-llas, con cigarros y alcohol. Sentado

en una roca, invadido por los colores, por las historias.El ambiente lleno de notas claras y alegres, deslizándose entre la punta de

los dedos, entre el parpadear de los ojos que miran escondidos detrás de las nubes.

Todos danzamos alrededor de las nubes, mientras, las estrellas cuentan his-torias, sirven el elixir natural, el humo del cigarro cubre con una suave capa acolchonada; danzar con el sol, con las estrellas que brillan embriagadas por el alcohol.

Esperando la alineación del tiempo, embriagados todos, descansamos uno sobre otro, sobre la suave capa del cigarro; las estrellas adormecidas, extasiadas por los placeres de la vida, caen lentamente de aquella cima, forman la noche, dan luz a las pesadillas, un sendero al vagabundo aventurado.

Descansando en los brazos de la luna, conocí los sueños, conocí……; caí lentamente con ella, a los brazos de la almohada, mientras, el sol seguía ador-mecido entre las nubes, esperando el cantar del gallo.

Las historias, la danza, el alcohol, el cigarro, la vida, la muerte, los sueños, las pesadillas surgidas de la fi esta en aquella cima, del sol, la luna y las estrellas; en aquel rincón….

Sinfonola Digital

20

H u a z z t e c oH u a z z t e c o

Agrupación Potosina integrada por:

Joel Monroy – ViolinistaSamuel Martínez Herrera – PianistaCarlos Zambrano Morales – Bajista

Rodolfo González Martínez – JaraneroEfrén Capiz – Baterista

Jesús Castro Adriano – GuitarreroRamón Sánchez Aviña – Flautista

Oscar Ramírez

Page 2: HIJO BASTARDO V.1.2

Cuando se gana una guerra, generalmente quien escribe la versión oficial de lo ocurrido es quien ganó la batalla; por ende la otra historia pasa al ol-vido o queda esparcida entre los derrotados espe- rando ser descubierta.

Tal es el caso de gran parte de la historia univer-sal, claro, hoy en día no sucede lo mismo gracias a ese mundo magnánimo que es la Internet y su gran aliada la tecnología, que facilitan la divulga-ción de información sobre sucesos mundiales de manera masiva. Ahora bien, haciendo un recuento del material histórico enseñado en México sobre la Primera y Segunda Guerra Mundial, es obvia la presencia de

un discurso glorificante de las Fuerzas Aliadas, por lo tanto, es obligación de cualquier hombre crítico, enterarse de la “otra” visión de la guerra para for-marse un punto de vista más certero y posiblemente objetivo de dicho suceso internacional.

Para tal caso, un escritor mexicano no conforme con la versión histórica oficial, como otros, se dio a la tarea de investigar y documentar ese discurso enmude-cido por los maestros mexicanos: la voz de los simpatizantes del nazismo. Salvador Borrego en su obra titulada “Derrota Mundial” presenta la versión no oficial de la historia, la cual ofrece un ángulo muy diferente de que fue Adolf Hitler, los nazis, los judíos y el mundo en general.

Una lectura obligada, que en palabras de José Vasconcelos “es una de las más importantes que se hayan publicado en América. Causa satisfacción que un mexicano de la nueva generación, haya sido capaz de juzgar con tanto acierto los sucesos que conocemos bajo el nombre de la Segunda Guerra Mundial”.

Derrota MundialDerrota Mundial

Libro: Derrota Mundial / Autor: Salvador Borrego E. / 1ra Edición: Diciembre, 1953

Bosque de Letras

19

Lucifer

Mercedes se aleja tarareando un tango. Sabe que él odia el tango, así que canta cuando está sola y va camino a casa. A Mercedes le gustan las canciones de amores contrariados. Le gusta dolerse con la tragedia ajena, imaginarse los corazones destrozados y llorar a escondidas por el sufrimiento que no posee.

Rodolfo atraviesa la calle brincando charcos. Rostros mojados, paraguas. El ruido sordo de algún claxon. La noche se precipita y la lluvia no cede. Pasos, risas, gritos. Rodolfo se instala en el parabús, espera no llegar tarde a la fi esta. Aborda la ruta 54. Canastas, mochilas, olor a humedad. Rodolfo se pierde en la marea de gabardinas e impermeables de hule. Se detiene al fondo, entre la ven-tisca y la señora del vestido fl oreado. Saca de su mochila el discman y selecciona la canción número cuatro. White Stripes mascullando en sus oídos. Cold cold night.

Rodolfo recuerda la sonrisa de Mercedes. Sus gestos al despedirse.Las ganas mutuas de besarse siempre interrumpidas por el pudor. Ella y sus piernas delgadas, largas. Ella y sus sueños, sus promesas. Rodolfo y su infi nita realidad llena de ilusiones muertas, con su libro de poesía en la mochila, recitándole a Mercedes siempre los más tristes versos.

Mercedes y su pudor malicioso, con su mano en la entrepierna de Rodolfo y el rubor en sus mejillas aniñadas. Ella, sin secretos, sin verdades. Ambos en un mundo de juguete, donde no caben los besos pecaminosos.

Los padres de Mercedes y sus sermones interminables. Seis años de dife-rencia, miedo. Planes a futuro.

El vacío se expande, la noche se traga los autos, caras bajo sombrillas. Rodolfo murmura. Cold cold night. El microbús frena. El codo de Rodolfo se estrella contra un asiento. Algunas manzanas ruedan por el pasillo. La mujer del vestido fl oreado grita. Los pasajeros se miran buscando explicaciones.

Un niño lloriquea. Todos permanecen en sus lugares, inquietos.

Rodolfo

02

Page 3: HIJO BASTARDO V.1.2

El ambiente se transforma en un lúgubre silencio. Una marea de interro-gantes sacude la perplejidad de los pasajeros. Algunos se asoman por las venta-nillas. La gente se agolpa en torno al microbús. Rodolfo no puede ver nada. La señora del vestido fl oreado se pega a la puerta. El chofer respira con difi cultad. El cielo gira, la calle se mece. La noche es cada vez más fría. El tiempo vuelve a correr de pronto, de golpe. Sangre vertida en el pavimento, diluyéndose en el agua del drenaje.

La puerta del microbús se abre entre rechinidos. La señora del vesti-do fl oreado baja y desaparece en la oscuridad. Rodolfo se quita los audífonos y se abre paso entre la multitud morbosa. Se acerca con cautela al bulto que yace bajo la defensa. Mira detenidamente unos ojos fi jos en el cielo que par-padean con lentitud. Rodolfo acerca su mano a los ojos. El rostro del sujeto amorata- do, ennegrecido. Un policía toma a Rodolfo por el brazo. Rodolfo se aparta sin perder de vista el rostro contraído del ser tumba- do a media avenida.Rodolfo observa de lejos. Sirenas. A m - bulancias. Policías. Movimiento, palabras entrecortadas. L o s paramédicos intentan colocar al sujeto en una camilla. Ro-

dolfo cierra los ojos y se imagina las gotas sanguinolentas escurriendo por la nariz rota del hombre. El sujeto se resiste, se sacude y empieza a caminar hacia su auto. Lentamente la calle se vacía. Sólo Rodolfo permanece. Ya no piensa en Mercedes. Se concentra en la imagen del hombre ensangrentado manoteando y alejando a los policías ante el rostro perplejo de los paramédicos. Ojos verdosos con expresión indiferente. Rodolfo camina sobre las manchas plasmadas en el piso.

Una cartera. Rodolfo la levanta y mira en su interior: un billete de veinte pesos, la foto de una mujer morena y regordeta, una credencial. Rodolfo lee instintivamente los datos: Rogelio Peregrina Santos. Edad: 48 años. Ocupación: Taxista.

03

L e t i c i a Z w i t t a g

Detengo mi marcha para observar la suya. Ellos no se detienen, no pueden pensar en mi, solo pueden seguir el ins-tinto de la vida. Son un poema escrito en una hoja helada y eternamente blanca, su muerte es igual que la de nosotros: in-signifi cante y sin embargo hiriente. Entre el asombro nace la frustración, cien años (en el mejor de los casos) son muy pocos para poder ver todas las cosas, escuchar toda la música y sentir todos los placeres. A ellos no les preocupa, su vida es tan simple sin por eso ser fá-cil, se enfocan a cuidar de las plumas grises que nace bajo sus plumas. Podrían ser una metáfora de nosotros mismos, el penoso y peligroso andar de la humanidad. Podrían ser solamente un hueco que todos padecemos, el misterio que nadie ha resuelto.

El fi nal no es feliz ni es triste, solo es. El espacio queda invadido por la música, por el eco de un idioma extranjero, por el descubri-miento de una tribu tenaz. Me siento dentro de un huevo a punto de romperse, no sé si sobreviviré, pues solo me tengo a mi para alimentarme de imágenes, música, alimentos, sensaciones; vida..

Película documental francesa dirigida por Luc Jacquet con guión suyo y de Michel Fessier; Fotografía: Laurent Chalet y Jeróme Maison; Música: Emile Simon; Edición: Sabine Emilliani (2005)

B e a u t i f u l F r e a k

La Marche de l’empereurLa Marche de l’empereur

Celuloide Tremens

18

Page 4: HIJO BASTARDO V.1.2

Po

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entrar.

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sé si más allá co

ntin

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Me

desp

ido

, la últim

a frase qu

e pu

edo

razon

ar

Si pu

edes lee

r esto estás d

emasiad

o cerca

17

Caminas en el extraño contorno de mis cadáveres,

cantas en voz baja la canción para acunar mi sueño.

Vigilas, silencioso, todas las mentiras que escondo.

Desvistes las mesas que yacían para rendirte culto,

la noche llora por la abuela que murió de una sobredosis.

No sé si de soledad o medicina.

Inventemos un cuento;inventemos la noche;

seamos unos mortales jugando a ser dioses,

hagamos del polvo estelarcastillos para reyes y reinas

de sueños narcóticos.

Hagamos la lluvia en esta tierra árida,démosle de beber a los peces,

que se mueren de histeria.Invoquemos.

Creamos en un nuevo sistema de vida.

By .: Niña Armada :.

Sin

titul

o #2

04

Page 5: HIJO BASTARDO V.1.2

Abro las manos muy lentamente, dejo que se asomen tímidas entre las líneas de mi destino las líneas de mi no-destino. Desdoblo la sonrisa sobre la cara, arrugada por tanta falta de uso, c o l o c o el brillo en las pupi las y aliso el cabello artificial que he adquirido a bajo precio.

El cielo esta nublado, las gotas se desprenden tré-mulas buscando ser charcos, escucho murmuros de la gente que pasa a mi lado, dicen que el día es triste. Busco entre los sentimientos que se apoltronan en mi cerebro, pero triste no se encuentra. La calle se ve eterna, sin triste a la vista, entonces, miedo me toma por sorpresa, triste no esta a la vista, repito para mis adentros ¿y si lo perdí? ¿Y si perdí mi tristeza en un día de lluvia? ¿Y si ya no regresa?, Por más miedo que sienta de ser triste jamás en la vida, triste no regresa.

Hoy con el vientre lleno de espermas que no darán ningún fruto en mi sequía artificial, con la boca llena de sonrisas y los ojos brillosos de tanto raspar tu imagen, hoy que tengo la nariz inmersa en el aroma de tierra mojada con cabello negro, entendiendo que triste no va a volver, que te tiene miedo, se escapa a esconderse bajo la cama como el perro que no tenemos, no puedo, aunque lo intente con todas mis fuerzas, estar triste en este día per fecto de lluvia, de hijos no engendrados, de camiones que nos mojan a su paso, de risas espontá-neas y destinos mortales. No puedo ser triste al mismo tiempo que soy tú.

B e a u t i f u l f r e a k05

Hace rato que el sol fue tragado por las montañas del horizonte,

po

sado

sob

re la orilla d

el tejado,

con

mi ro

stro azu

l salud

o a la n

och

e,m

e acaricia el aire. D

e luces u

rban

as y ruid

o d

e grillo

s estoy coro

nad

o.En

bu

sca del vacío

vuelvo

mi cara

que ahora está petrificada por estelas que brillan por doquier,g

ranito

s de sal q

ue flo

tan p

or aq

y po

r allá.Su fulgor m

e subyuga, me atrapa y la física se queda sin sentido.

Imp

un

e emp

rend

o la h

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a, las leyes d

e la realidad

pierd

en el sig

nificad

o.R

ío a carcajad

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ravedad

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me atrap

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is pies.

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paso

lista a los p

lanetas

Marte, Jú

piter, Satu

rno, U

rano, N

eptu

no, P

lutó

n

Page 6: HIJO BASTARDO V.1.2

¡ ¡ ¡ Y a A t e r r i z ó O t r o p o r A c á ! ! ! Grita un niñito mientras me mira y señala, sus ojos grandes, tan puros, ilumina-dos de inocencia; Mientras me encuentro sentado en el parque empezando a escribir esto, mirando infi nito con los ojos rojos, invadidos de refractada tangibilidad… al instante le responde su madre —Es un pajarito— y apunta detrás mío.

De repente recuerdo en donde estoy y que cagada de risa me doy. Luego, un im-pulso refl ejo de: “sorprendido con las manos en el pastel”… ¿Qué es la imagen en-golosinada que mi cara refl eja?, Se escucha una voz en mi interior de entre toda esa orquesta de sensaciones, interpretadas en el gran escenario de las calles; después… la potencia del viento, místico bailarín, invita esta pieza para la afortunada concu-rrencia, es como ver la TV todo el tiempo, un encuadre, mi visión… “Apocalipsis Now”, ¿es que existe?, que locura, que preciosura, cuanta fatalidad, es la vida urba-na, luces artifi ciales, vehículos en movimiento.

Fluye la energía como una red en todas direcciones a la vez, por miles, por mon-tones; atraviesan mi cuerpo como aguijones, delgadas laceraciones, ¿Es que sufro desintegraciones?... en la estela de los sentidos percibo mi vibración, ondulante fi -jación… punto de encaje en órbita, primitivo el concepto..., sólo es un pretexto para la unión de mis células seguir comprendiendo, me pixeleo, me deconstruyo en des-niveles.

Ya de color el cielo cambio. Muchas palabras soy hoy, estimuladas por tentaciones de ilimitada sensualidad, entrando y saliendo de mi esfera espacial, chocando co-ordenadas para ir dibujando el mapa arquitectónico de mi intelecto…

Que tonterías, pero así es como me miento, para darle contenido a mi aliento seco como el momento… “hiperrealidad”, ahora es lo que siento. S r . C h i e s I

A veces me dan ganas de traicionar, para sentirme traicionada y elevar mi sentido de desgracia.Nada es como debiera ser, es un caos, un epicentro.

Estás como si no quisieras morir, así, sola, sin un amigo al lado. Los recuerdos se olvidan, pero no olvides que NO EXISTO,

es tu mente queriendo tenerme presente.

Estoy y no estoy, contigo a cada paso que doy. Es dolor, es felicidad, ansiedad, fatalidad, desesperación.

Ganas de saltar de una vez y para siempre, gritando “soy libre y siempre lo seré”, libre de todos, de ti, aun así encerrada en mi propio infierno, delicioso cementerio, lleno de miedos y risas cínicas, deseando la realidad.

No tengo miedo de ti, no me importa perderte, no me importa perderme de nuevo, siento esta angustia que me impide estar frente al amor que no es ni fue para mi.

Llegó, se instaló sin ser para mí, Santa Claus confundió direcciones,

el regalo era para una niña buena.

No tolero la calma y la feliz estabilidad, armonía angelical que me hace vomitar, soltar golpes y gritos al aire, con rencor.

Al destino que trajo el regalo prometido, no es para mí, no lo deseo pero me hace feliz. Me hace llorar, me hace recordar que necesito amar y ser amada, no perduro en el amar, me hastía, me sofoca su calidad de presa, de no querer elegir esa cadena,no es para mí.

Correspondencia Equivocada

06

Page 7: HIJO BASTARDO V.1.2

¿Miedo? Maldita palabra, adquiere sentido

sólo cuando ya tengo la piel chinita y temblorosa la boca,

como una hoja seca, trémula a los deseos insaciables del caprichoso viento.

El cartero se equivocó, soy la que no debería ser,

te uso para sentir que nada ha pasado, pero el instinto, mi naturaleza grita que no puedo,

que sólo tengo un corazón y un cerebro, que no puedo usurpar otra memoria, otro corazón…

El mío está dolido, lastimado, ha sido herido de muerte; mi alma enferma.

Hace tiempo que la esperanza se marcho, sólo me queda ser fuerte,

sobrevivir e intentar no derrumbarme.

Pero mi amor… mi amor, me encanta llamarte por lo que eres para mí.

no te merezco, llevo demasiado equipaje cargando,

tú no debes llevar ese peso, no es justo, no puedo arrebatarte la esperanza,

salir corriendo y olvidar que también necesitas esperanza a cambio,

saber que no soy yo la que podría darte esperanza, mucho menos felicidad.

Amor mío,conmigo sufrirás lo indecible,

volara la sonrisa de tu rostro,a mi lado perderás la fe y las ganas de ser bueno.

No debo permitirlo.

A tu lado engaño a las penas, bloqueadas por tú anestesia,

pero apenas acaba la dosis y la amargura vuelve a ser mi realidad.

07 Vanesa Méndez (2001)

Fundadores tiembla con un secreto a voces: de poco en poco atrae con esa cadencia, con ese ritmo propio a una variedad de generaciones, donde la estirpe norteña presenta (bajo la inminente amenaza de lluvia) al Colectivo NORTEC.Las gradas instaladas para el concierto empezaban a llenarse poco a poco, pero la parte más atractiva a los fans fue siempre la explanada, mientras tratan de acercarse al grupo lo más posible. Lentamente, los potosinos buscan asemejar la respuesta de la gente de Colombia y de Barcelona para hacerles saber a los Tijuanenses que San Luís también reconoce el buen talento.La adoración es tanta que nunca se olvidan de seguirlos hasta donde les es posible: aun sin MTV o TeleHit promocionando a NORTEC, los siguen hasta el Cervantino… y en esta noche húmeda sabor a yerbabuena, compuesta de hielo seco y láser, de videos y bolsas de plástico protegiendo las computadoras de una desgracia acuática; los acompañan bajo la llovizna al éxtasis del remix.

El público letrado distingue a los que se han lanzado como solistas (Roberto Mendoza con Panóptica, por ejemplo), otros admiran al nuevo ensamble de músicos de banda que les acompañan y todos se unen al disfrute; al mezclado de esfuerzos, la recopilación de trabajos individuales en UNO.La explanada ha dejado de temblar. Ahora late, ahora siente. Sabe que sobre ella han descendido los dioses del norte.

Cronica NORTEC

14

T a o s

Page 8: HIJO BASTARDO V.1.2

(xero)

Cae despiadada la gota de tu ausencia

Arrebatando la vivez en tus ojos

Te siento tan cercana a mi pecho

Inalcanzable al tacto, volátil efímera

Apareces, te instalas cercana y permanente

En cada mordisco me adormezco sobre ti

Mientras sacas mi corazón por la puerta posterior

Y proclamas mi vacío como tu hogar y reino

Aquí riges cada percusión, cada moción cíclica

El eco de tu voz retumba en mi caja toráxica

Sube por las vértebras de mi columna y al fi nal

Se aloja en mi cabeza acuñando tu imagen

Imagíname perdido, acabado y ansioso

En tus ojos, alabando en cada rincón tu símbolo

Sin presión, rendido a la necesidad, seguir arrebatado

Presente, delante, el sol, las nubes acariciándonos lentas

Silencio permanente hendiendo la ilusión

Resquebrajando con sus hilos la quimera

Arrancando los matices de la pasión onírica

Hongo nuclear en mi pecho naciendo mil veces

Un segundo antes de caer en total oscuridad

Tus ojos brillan en el cenit del holocausto

El dolor de mí presencia se desprende de ti

Acorazando el vacío contenido en tu cuerpo

Adiós se pierde en junio, cayendo vuelto añicos

Cada fragmento de mi fugaz esperanza en la humanidad

Ariadna no es mas, ella se fugo hace mucho

Cansada de esperar la vuelta de Teseo.

13

El inconfundible olor azucarado, del sexo sucio, barato y espontáneo,bañaba cada parte de la habitación.Los aspirantes, a ser parte de tu juego, sufragaban en tu piel, temerosos y preco-ces, sus inenarrables fantasías, Imbuidos por la cotidiana insatisfacción, Cautiva-dos por la sensualidad que destilabas en la oscuridad.Esperaba paciente mi turno, con el corazón destrozado, los ojos cristalinos y unpar de billetes en la mano, apartaba lo más lejos posible la decencia,en este lugar no habría de servirme para nada.Desdeñaba la remota posibilidad de que aún me recordaras, de que mi tarjeta decliente frecuente no hubiese expirado todavía, que al menos esta noche fuera el único que lograra hacerte llorar (de verdad).Minutos después te paraste bajo el arco de la puerta, la luz roja (tenue) prove-niente del interior, me seducía, no tanto como tus negros ojos, o tus endurecidos pezones.Por momentos vi como el vestido que llevabas puesto, se volvió parte de tu piel, azorado, vi tus labios en cámara lenta, llamándome silenciosamente.Esperaste tal vez por horas, no supe como pero jamás di un paso hacia ti, algún tiempo después quedé parado frente a un cuarto vacío, comprendí que te habías marchado, cuando dos tipos me arrojaron en medio de la calle, y mis intenciones claudicaron a la luz del sol.

Cuny

Ú L T I M A PA R A D A

08

Page 9: HIJO BASTARDO V.1.2

I M A G E NTomo tu foto. La veo. La guardo en el cajón. La saco. La veo. La guardo. Me resisto. La saco. La veo. No puedo dejarte, pero tampoco debo tenerte así. Cada vez que caminas veo como te retuerces hacia todos lados como una fl or a punto de arrojar sus pétalos. Te veo brotar de entre mis oscuras calles de algodón te siento tan cerca.

Te siento aquí. Veo tu foto. La veo. La respiro. Te siento eterna, hermosa, impalpa-ble, entusiasmada con lo que vibra en el estrado. Es como una película saborizada de ti,

que corre todos los días y dura 24 horas con sus noches. Esta película tiene una fotografía sabor vainilla,

de la cual tus gestos cubren el resto de los mensajes enormes, enormes, tanto que no los puedo ver. Sobre los duros asbestos de esta azotea descansan tus útiles brazos llenos de sal y licor de arroz. Ahí, entre tanto gris te ves brillante, pura, resplandeciente, convertida en una gran abertura en la superfi cie.La película no habla de ti ni de ninguna cosa. No actúa nadie, ni fi ngen todos los demás. En ella tus pies

arrastran sus raíces por todo el patio, mientras que tu vestido azul enmarca tu corazón de amarato. En ella no hay cinta, pues tus cabellos guardan todo. Nadie dirige a nadie, pues la naturaleza sola te sigue.Se producen cambios constantes, tus labios se abreny tus ojos brillan, tus ojos tiemblan y lo dicen todo. Es una sola toma, y esta encerrada en esta foto, dondetus labios, mi cuchillo y tus cabellos rompen cualquier pretexto. La veo. La guardo.

Chak Silva

09

Un goteo inquietante estrem

ece la noche, la sangre sobre la sangre, mis lágrim

as sobre la cuchilla que manchada,

descansa en la punta de la lengua que antes inmutaba pasiones.

Mi sangre, m

is lágrimas, oxidan la navaja que lentam

ente desgarró mi piel, un sonido agudo y excitante. U

n aire tierno acaricia las heridas que arden con el pasar del viento, tendido en este cuarto frío sin nada m

ás que pensar, sin nada más que

sentir, sólo el eco de las gotas caer en un éxtasis eterno. Los recuerdos desvanecen al igual que la m

irada, un lento palpitar de un corazón moribundo, agonizante en tierra de nadie,

delirios e ilusiones entre la sangre, tan ajenos a todo, tan cerca del umbral…

-yo ya no recuerdo quién soy….-

“LA SO

LEDA

D N

O ES M

AS Q

UE U

NA

ILUSIO

N VA

GA

DEL C

OR

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ON

…”

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DR

IA

Page 10: HIJO BASTARDO V.1.2

En especial la mesera que siempre daba canapés en los preestrenos, que así le lla-maban cuando miraban una película para ver el producto terminado de su trabajo. Na-

die como ella, además no podía decir que no. Tenía todo con Pedro y es que ¿cómo podría negarse si ya era actor? Había trabajado como

extra en cuatro películas. Cuando Pedro Infante alcanzó la fama

y hubo olvidado a la mesera tan bonita que ofrecía canapés, Andrea y Maritza Iturbide, que eran sus admiradoras, intentaron ir a verlo ig-norando que estuvo un día tan cerca de ellas.

Ese día se realizaba el casting de una película que para muchos es trascenden-

te: “Los tres huastecos” donde, por pura casualidad, había caballos rentados del establo del ahora dueño de la compañía,

n a d a más y nada menos que David Alvarado, q u i e n años antes las hubo invitado a dar un pa-

seo a caballo.Ahora David estaba ahí, obstruía la entra-

da. Vio que las hermanas Iturbide iban hacia el casting. A n - drea Iturbide, desde luego, hubiera sido la estrella pero no pudo

entrar. Se quedó en la puerta junto a su hermana.Ver a Pedro Infante era el sueño de muchas mujeres mexicanas y algunas extranjeras, especialmente de Andrea y Maritza Iturbide, quienes juraron no casarse si no era con Pedro Infante. Si alguna lograba tenerlo, Pedro tendría que casarse con ambas, aunque no fuese ni siquiera legal, pero el posible sueño de muchos hombres.

Años después a las 5:46 cuando “Teresa”, el avión privado de Pedro Infante (llamado así por aquella mesera tan guapa), se hubo estrellado matando a tan aclamado actor y cantante, los medios crearon revuelo jamás visto con anteriori-dad.

A la misma hora se daba el programa radiofónico “La hora de Pedro Infante” en la XEW, y por supuesto, en el departamento de las hermanas Iturbide siempre estaba sintonizada. La noticia llegó a oídos de Andrea y Maritza justo dos can-ciones antes de terminarse el programa. Cuando escucharon el trágico anuncio, corrieron al televisor lo más pronto que pudieron, pensaban que podía tratarse de una broma. Una muy mala, por cierto.

Lamentablemente era verdad. Maritza lo tomó muy bien: lloró amargamente abrazando a uno de los nueve gatos que cohabitaban la casa mientras tejía más carpetitas para los vasos y las tazas de café. Andrea por su parte, no se le veía afectada en absoluto, parecía que nadie había muerto.

Al día siguiente se reportó que en el interior 120 del edifi cio cuatro del frac-cionamiento “Villas de San Juan”, hubieron dos suicidios: los de Maritza y Andrea Iturbide. Se habían matado una independiente de la otra, dejándose cartas de adiós, sólo que ninguna iba a poder leer la carta de la otra. No tenía caso seguir viviendo, no si nunca tendrían al hombre de sus sueños. Pedro Infante quien es-tuvo siempre, pero ellas eran alérgicas al pelo de caballo.

A l e s h a11

“ A l e r g i a ”

El UNIVERSO PARALELO de Pedro Infante.

El diecisiete de julio, hace ya algunos años, nacieron dos personas en el mismo país, en la misma ciudad y casi por la misma calle. Primero un niño y luego una niña: Andrea Iturbide, nacida en el hospital de “La Divina Providencia”, en la sección B de cuneros donde estaba la incubadora; antes que ella, nada más y nada menos que Pedro Infante, quien se convertiría luego en uno de los más famosos artistas de la farándula de aquel tiempo; nacido en su casa y a cuatro cuadras del hospital de La Divina Providencia.Andrea nunca salió a la calle Fausto Nieto, donde era su casa y enfrente del hospital que le vio nacer. Siempre estaba ocupada al cuidado de su enfermiza hermana menor, Maritza. Habían crecido juntas y nunca hacían nada la una sin la otra, de tal modo que a Andrea Iturbide no le quedaba tiempo mas que para su familia.

Las hermanas Iturbide siempre tuvieron muchos pretendientes, en especial Andrea, quien era envidiada en toda la cuadra por tener tanta “suerte” con los hombres. Hubo incluso rumores esparcidos en la cuadra, para aquel que quisiera escuchar las mayores atrocida-des, que ponían en duda incluso la feminidad y el buen nombre de Andrea Iturbide.

Hubo una vez, cuando ella tenía dieciocho años, en que David Alvarado (que era nieto del dueño de un establo muy prestigiado que rentaba caballos purasangre a los estudios Churubusco para sus películas) la invitó a dar una vuelta con la particularidad de que iban a desfi lar por la avenida Paseo de la Reforma montados en preciosos caballos blancos.

Andrea, por supuesto, se rehusó a tal presunción —Esque no hay un caballo para Ma-ritza— dijo como excusa. Cuando David fue por otro caballo para el caprichoso objeto de su amor, Andrea se negó nuevamente a la propuesta alegando ser alérgica al pelo de caballo. Por supuesto no existe tal cosa, nadie puede ser alérgico al pelaje de un caballo. El nuevo pretendiente comprendió la indirecta y se fue a su casa muy ofendido.

Por esos años a David Alvarado le entraron muchas ganas de fi gurar en la familia Itur-bide, de esas que parecen hasta sospechosas. El individuo intentó no solo enamorar a Andrea, sino que también a Maritza, que era siete años menor. Ésta también quería ir con la hermana y lamentablemente y por conclusión, la alergia al pelo de caballo era congénita.

Para cuando Andrea tenía veintidós años, todos los muchachos de la cuadra y los alre-dedores estaban ya rendidos de intentos para conquistarla. De cualquier forma, ella nunca iba a considerar a uno solo. No había caso. Al mismo tiempo Pedro Infante, quien ya estaba comenzando a trabajar, se enteró de la belleza casi legendaria de Andrea Iturbide, ahora lo recordaba. Sí la había visto antes porque vivía por su casa.

Hubo una vez que la quiso invitar a salir, pero la quería pasear en calandria como era su técnica y no fuera a ser que le diera aunque sea un poco de aire al caballo, le fuera a llegar el pelo a Andrea Iturbide y se llenara de granos o lo que fuera que pasara con una alergia. Por eso ni se molestó, después de todo ni estaba tan bonita.

Las que de verdad estaban bonitas, estaban en los estudios Churubusco en la cafetería. Allí hasta la peinadora era bonita. Había salido ya con la mitad de las muchachas de los sets de fi lmación de cuanta película era extra y todas ocupaban un lugar en su corazón.

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