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Poesía : Clyo Mendoza - Mahra Ramos - Mayra Jiménez - Amancia Ramírez Braulio Aguilar - Héctor Jardines - Iván Fuentes - Yahir Alonso Nasario García Narrava : Víctor A. Cruz - Juan Beat—Carlos Sorroza - Agusn Chávez Ensayo: Enrique Marroquín - Gerardo Escalante narrava y poesía como saetas. visuales para el insomnio Poesía : Clyo Mendoza - Mahra Ramos - Mayra Jiménez - Amancia Ramírez Braulio Aguilar - Héctor Jardines - Iván Fuentes - Yahir Alonso Nasario García Narrava : Víctor A. Cruz - Juan Beat—Carlos Sorroza - Agusn Chávez Ensayo: Enrique Marroquín - Gerardo Escalante narrava y poesía como saetas. visuales para el insomnio

Historias de madrugada ejemplar 5

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narrativa y poesía como saetas. visuales para el insomnio, desde Oaxaca

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Page 1: Historias de madrugada ejemplar 5

Poesía : Clyo Mendoza - Mahra Ramos - Mayra Jiménez - Amancia Ramírez

Braulio Aguilar - Héctor Jardines - Iván Fuentes - Yahir Alonso

Nasario García

Narrativa : Víctor A. Cruz - Juan Beat—Carlos Sorroza - Agustín Chávez

Ensayo: Enrique Marroquín - Gerardo Escalante

narrativa y poesía como saetas. visuales para el insomnio

Poesía : Clyo Mendoza - Mahra Ramos - Mayra Jiménez - Amancia Ramírez

Braulio Aguilar - Héctor Jardines - Iván Fuentes - Yahir Alonso

Nasario García

Narrativa : Víctor A. Cruz - Juan Beat—Carlos Sorroza - Agustín Chávez

Ensayo: Enrique Marroquín - Gerardo Escalante

narrativa y poesía como saetas. visuales para el insomnio

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lista de remitidos y detenidos en la madrugada 5

imágenes de portada y 4ª: Aristeo Robles Moreno

editor / manager invitado: Jesús Malverde, alias “Dr. Farabeuf”

Nombres de sombra ……………………...……….………….…. clyO MenDoza heRRera

Confidencias de un sacrílego .……………………….………. vÍctor armaNdo Cruz cháveZ

Bajo la tierra ………………………………………………………………………………….…. maHra raMos

El México bíblico de Burroughs y Kerouac …………….. GeraRdo escaLantE menDozA

Venado …………………………………………………………………………… maYra Jiménez sanTiago

Diálogos con el espejo …………………………………………….….. braUlio M. aguiLar Orihuela

Metamorfosis de un gallo ………………………………………………..…………. hécTor JarDines

¿Qué haremos con la “mota”? ……………………….………..… enriqUe marroquíN Y zaleTa

Último piso ………………………………………………………………………..…………….ivÁn fuenTes

Si te vi, si te vi llorando …………………………………………….…...………….. cArlos soRRoza

Sombras ……………………………………………………………………………………. amaNcia RamÍrez

El rey del surf ……………………..…………………………………………………………………. juAn beaT

La lluvia ..…………………………….…….…………………………………… NaSario garCía ramíRez

Cambio de clima ……………………………………….………………… aguStín cháVez (Varguitas)

Eterno es tu vacío retorno ………………………………………………………. yaHir aloNso oRtiz

colaboraciones, máximo:

[email protected]

titiche de textos : Yahir Alonso Ortiz

FANZINE NuM. 4, EJEMPLAR 5 / JULIO-SEPTIEMBRE 2015

Oaxaca, Mexico. AP. 1336, CP. 68000

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Clyo Mendoza Herrera

Nombres de sombra

I Después de que se fue los árboles decrecieron en la penumbra. En mi sombra vi una niña mojada que se abrazaba a sí misma, me desconocí. Esa tarde no había caído ni una gota de agua y en mi bolso sonaban las llaves como dientes adosados. Cerré los ojos y al fin vi su nombre. Su nombre. Un auto iba a atrope-llarme, crucé de prisa la calle. –Su nombre, como una sombra o un felino transparente. Desde que se fue sólo sé descender, volvió la ceguera y mis sueños de mujeres apiladas y heridas. Ya no hay llanuras blancas ni veneros. Entonces pronuncio su nombre. Comulgo con su nombre. Lo obligué a irse Por qué. Tenía amor, tenía miedo.

(Fragmento)

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Page 4: Historias de madrugada ejemplar 5

3 historias de madrugada

II Habíamos caminado otra vez nuestra montaña blanca. Hincó el dedo en la cal y entró como una espina. El aleteo de los tordos elevó un polvo que parecía leche. Me agaché a ver cómo salía agua del hoyo que estaba abriendo usando su dedo como una broca. Bebimos y volvimos a caminar. Otro sueño se empalmó a ese sueño: un hombre pintado todo de negro (olía a petróleo) estaba sentado en una esquina contando chistes. Entró una señora en la carnicería y dijo: -Quiero la cabeza de cerdo de allí. Y contestó el carnicero: -Perdone señora, pero eso es un espejo. Un hombre acercó un cerillo al payaso negro y éste se prendió en menos de un minuto hasta quedar hecho un muñón oscuro que apenas y se alcanzaba a ver en la noche. Se escucharon sa-pos o risas. Alguien señaló una estrella remotísima. Miré. Al volver la vista él me ofrecía agua con el cuenco de su mano. Debemos encontrar agua, amor, o arderemos por el sol del de-sierto, dijo.

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Confidencias de un sacrílego

Víctor Armando Cruz Chávez

Las palabras son las sombras de los hechos.

Baltasar Gracián

Voluptuosa, lasciva, lúbrica: palabras pobres que no representan ca-

balmente a su objeto. Palabras que arrojan una luz mortecina, apenas

suficiente para alumbrar con rotundez a lo que quieren nombrar. Las

formas de esa mujer sin nombre, su vestido de tela frágil, sus zapati-

llas de tacones altos, su espalda desnuda en donde había un discreto

grano, rojo y diminuto, a la altura del omóplato. Los minúsculos ve-

llos de su piel, su morenez, su rostro armónico, ensombrecido por la

magnificencia de su cuerpo quizá un tanto pequeño, pero ondulante,

firme, atrozmente deseable.

* * *

Crecí en un medio católico. En mi adolescencia aprendí a tocar

la guitarra en un coro de iglesia. Conocí los pormenores y rigores de

la liturgia. Sabía perfectamente en qué momento había que sentarse y

pararse durante el culto; en qué momento persignarse. Sabía de me-

moria los responsos y la secuencia de cantos. No niego que llegué a

amar el ambiente pulcro y beatífico de los templos: el olor gratifican-

te de la parafina, de las flores y el incienso. Incluso esa hueca acústi-

ca que caracteriza a esos espacios representaba para mí una forma de

la belleza.

En mi adultez, aunque mis concepciones sobre la religión se

han trastocado profundamente, no dejo de sentir nostalgia por la at-

mósfera de los templos. Es una manía recurrente irme a refugiar a

esos sitios de culto. Sólo por serenarme, por reflexionar, por estar

conmigo; sólo “por hundirme en agujeros de soledad, en charcos de

pensamientos”, como diría mi maestro Eusebio Ruvalcaba. Eso si la

congoja apremia, si la tristeza devasta, si el dolor duele, si la econo-

mía corroe, si la alegría no es suficiente.

* * *

historias de madrugada 4

Page 6: Historias de madrugada ejemplar 5

5 historias de madrugada

Yo tomaba una nieve y la vi pasar lejanamente. Iba con su pequeño

hijo disfrazado de indito. Aún a esa distancia percibí su atribulada

belleza. Se le veía triste. O yo estaba triste y todo lo veía triste. La

supuse empleada doméstica. Su porte nativo se congraciaba con

una serena altivez. La creí madre soltera: madre que se permitía

llevar a su hijo al ritual guadalupano. La vi pasar y esa sola visión

me crispó hasta las uñas. Ella desapareció entre la multitud y la ol-

vidé por momentos. Me distrajeron las borrascas que me asolaban

adentro.

Entonces sentí necesidad de entrar a ese templo. Hubiese pre-

ferido que no estuvieran dando misa. Me quedé cerca de la puerta,

viendo las espaldas de una multitud solemne y unísona, esmerada

en repetir los esquemas litúrgicos de siempre. Cuánto abandono en

cada uno de esos seres, cuánta necesidad de Dios, cuánta soledad

corroyéndoles. Consuelo: sinónimo de Dios.

Cerré los ojos para volver a mi infancia, para paladear el olor

de la parafina y las flores, para ser remolcado por el eco de esas

voces cansinas. Las represas a punto de romperse. Cuando volví a

abrir los ojos, aquella mujer de hacía unos instantes estaba en cucli-

llas justo delante de mí: le ungía agua bendita en la frente a su hijo,

lo persignaba, le hablaba al oído para instruirlo en esos menesteres

católicos.

Cabello derramándose sobre los hombros, piel, espalda, un

diminuto grano a la altura del omóplato, estrechez de la cintura,

redondez absoluta y lúbrica de las nalgas: la tela frágil del vestido

adhiriéndose virtuosamente a la epidermis. Aun en las fronteras de

lo sagrado la mecánica hormonal echa a andar sus engranajes.

Respiro y me agito. Cuánto la belleza de una mujer puede

fulminar. Cuánto puede ser telúrica y aplastante. La miro ponerse

de pie. Va nuevamente hacia la pileta de agua bendita. Unge con

ella el cuello de su hijo, el suyo propio. Queda otra vez de espal-

(Pase a la pág. 26)

Page 7: Historias de madrugada ejemplar 5

Mahra Ramos

Bajo la tierra

En mi país

florecen los muertos:

en el desierto los cuerpos putrefactos esperan ser descubiertos.

En el mar flotan cadáveres hinchados de olvido.

En mi país

los niños se alimentan

de odio.

Los infotaiment´s alcanzan raitings inimaginables

con noticias relevantes como:

el sacrificio de un perro por ébola.

Y en la calle

las fotografías de los desaparecidos

llenan las paredes.

En mi país se respira fetidez:

el olor emana de las zonas militares,

las oficinas de gobierno,

las residencias oficiales,

los cuarteles policíacos,

los juzgados.

En mi país,

los muertos florecen.

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Page 8: Historias de madrugada ejemplar 5

7 historias de madrugada

El México bíblico de Burroughs y Kerouac

Gerardo Escalante Mendoza

El hombre es un río cuya fuente está oculta.

R. W Emerson

Se ha cebado en ellos la desdicha, ya en la locura, ya en la muerte

temprana o en la fuga de la civilización. Son los poetas malditos.

O. Paz

Intro

En la historia de la literatura, diversos escritores han hecho referencia

a la marihuana, la han consumido o han escrito de sus efectos en su

trabajo literario y, en el “peor” de los casos, han ido más allá respon-

diendo al llamado sin retorno. En sus exquisitas bipolaridades, algunos

de los integrantes de la generación beat realmente tocaron fango en las

oscuras aguas sociales de la naciente y entrópica ciudad de México de

la segunda mitad del siglo XX.

En 1968, Neal Cassady, uno de los mejores amigos de Kerouac,

fue hallado muerto a un lado de las vías del tren en San Miguel Allen-

de, después de haber consumido una mezcla de alcohol, pastillas y ma-

rihuana. Tenía 42 años.

Tierra fértil

La llegada de Burroughs y Kerouac a las subesferas sociales urbanas

de la capital mexicana representó el brinco de un inframundo a otro.

Tan solo siete años antes de su arribo, Burroughs estuvo internado en

un psiquiátrico y enfrentaba cargos en su país por tráfico de drogas.

Pero su disturbio interior se vertería como solvente en las engañosa-

mente calmadas y benévolas aguas de la región cada vez menos traspa-

rente del mundo, donde yacía un turbio lago jurídico en torno al con-

trol, infructuoso ante el desenfrenado y creciente consumo y distribu-

ción de sustancias como la morfina –algunas emparentadas con la co-

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Page 9: Historias de madrugada ejemplar 5

caína— derivados opiáceos, etcétera.

El escritor de Albany, Nueva York, atestiguó que el uso de la ma-

rihuana había ido más allá del de la herbolaria medicinal, es decir, su

práctica estaba relacionada con el esparcimiento o la evasión. Diversas

sustancias (láudano, belladona, morfina, marihuana, etc.) figuraban en

el registro de medicinas que se expendían en las farmacias del valle de

México desde 1886. La Secretaría de Salubridad expedía recetas de

morfina a los adictos que lo necesitaran: Burroughs adquiría la misma

cantidad de esta, que conseguía por 300 dólares en EUA, a solo 30 en

México.

La interacción de los fármacos influyó de manera primordial en

la visión y alteración del mundo de este escritor beat. La fase más álgi-

da de su lucha interna comenzaría con la muerte de Joan, su esposa, en

la entonces privilegiada colonia Roma. En su novela Queer, escribió al

respecto: “La muerte de Joan me puso en contacto con el invasor… no

he tenido otra alternativa que escribir mi propio escape.” En su novela

Junky, el neoyorquino habla de su experiencia con las sustancias y de-

bió narrarla bajo el efecto de estas. Cuando el libro aparece en librerías,

William Seward Burroughs ya estaba lejos de nuestro país.

Búsqueda o escape…

Mientras él había iniciado su conflicto interior en estas latitudes, Jack

Kerouac intentaba salvarse de la justicia norteamericana, acusado en

1942 por su posible complicidad en el asesinato de D. Kamerer a ma-

nos de un viejo amigo, Lucien Carr. La dualidad dionisiaca y apolínea

de Kerouac le permitiría en su estancia aquí descubrir, entre otras co-

sas, su estilo literario, como el de su prosa espontánea presente en El

camino. Los metabolismos mentales en divergencia de ambos escrito-

res no les permitían discernir al mundo. Kerouac realizaría esa parte del

México híbrido, su carácter único que lo diferencia de otras culturas

occidentales, libre de la decadencia material del orden imperante.

La exploración de la mente, la liberación de las ataduras de las

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9 historias de madrugada

Mayra Jiménez

Venado

1

A venado le gusta la hierva húmeda,

romper la yema ardiente del verano,

pisar la cáscara vencida de la lluvia

y devorar a gajos el silencio.

En su cornamenta habita un árbol

en cuyas ramas desnudas viene a colgarse

el deseo verdiotoño de las hembras,

su soledad es virgen y silvestre,

es la fruta ácida de la rama tibia

que madura gentil bajo su vientre.

A venado le gusta marcar árboles,

besa el tronco con su piel olorosa,

baña la raíz insinuante del mezquite

con el caudal lascivo de su cuerpo.

Ella leerá con la nariz gozosa

cada mensaje escrito por venado.

Page 11: Historias de madrugada ejemplar 5

historias de madrugada 10

Braulio Aguilar Orihuela

de: Diálogos con el espejo

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11 historias de madrugada

Héctor Jardines

Metamorfosis de un gallo

I Quemándole las patas al diablo pa´ que permanezca su incendio

pa´ que no me alcance pa´ que su testimonio perdure

pa´ que me calle pa´ que me grabe sus pasos

pa´ consentirlo pa´ que me cure del hombre pa´ que me cure del mundo.

II

Bajo el influjo secreto de un espectro de humo de silueta difusa y cuerpo etéreo, escribo.

Le veo dar pequeños golpes dentro de mi cráneo intentando deducir el mejor lugar para su canto.

¡Qué bella música! Indefinible delicia que abriga sensaciones…

III

Blended voices, does it feel good?

A smooth river sparkling in your sunny brain,

a holy sky hanging your cloudy bones,

a Harsh ground holding your muddy skin,

a Sacred fire smashing your tricky thoughts.

Page 13: Historias de madrugada ejemplar 5

IV De repente el mundo se suspende, y deja colgado un susurro de ave. De repente el mundo se suspende, y cosecha un cielo de follaje rosa. De repente el mundo se suspende,

y deja al hombre en el olvido. Entonces, a escondidas, asoma un ojo…

V

¡Tortuga milenaria! Imperial…

Soberana lentitud desafiando el tiempo.

Sin prisa… Natural.

VI

¡Fumemos nuevamente! Que no hay más placer que expandir el humo de vida.

Mira las rosas. Mira las nubes. Mira. Sonríe. El humo se eleva, la vida es transitar.

000 ¡¿Quemándole las patas al diablo?!

¡No, es el diablo el que me anda quemando los labios!

historias de madrugada 12

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13 historias de madrugada

¿Qué haremos con la “mota”?

Algunas drogas son legales -incluso se publicitan, como los somnífe-

ros, los cigarros y el alcohol- y otras son ilegales. La diferencia entre

ambas no corresponde siempre a su toxicidad, sino que obedece a in-

tereses del mercado.

La marihuana (cannabis indica o cannabis sativa) cuenta con

una larga historia. Parece ser originaria del Himalaya. Hay indicios

que fue conocida por los arios, escitios y tracios, así como por los mu-

sulmanes sufies. De hecho, del hashish (resina producida por la planta

de marihuana) derivó la palabra hashishins (asesinos), pues un merce-

nario (“El Viejo de la Montaña”) la daba a fumar a sus sicarios. Desde

antiguo fue conocida en Europa (en un cementerio de Rumania se en-

contró un bracero ritual con semillas de esta planta). A México llegó

durante la época Colonial proveniente de Filipinas, es sabido que de la

cannabis sativa hacían fibras para usos diversos (hilo de cáñamo, ropa

y hasta papel). Como el comercio oriental pasaba de Acapulco a Vera-

cruz, en Acapulco comenzó a sembrarse aquella planta (la “Acapulco

Golden”). En la Revolución, fue usada por los soldados -los “juanes”-.

Los revolucionarios la difundieron por todo el país, y hace poco toda-

vía podía conseguirse “para las reumas” con las curanderas. Fue droga

de albañiles, del subproletariado y de los presos…, antes de la revolu-

ción psicodélica entre los jóvenes clasemedieros.

¿Por qué se prohíbe?

En el el XVI Congreso de Investigación en Salud Pública Ricar-

do Tapia Ibargüengoitia, investigador del Instituto de Fisiología Celu-

lar de la UNAM, se hacía esta pregunta. El psicólogo y siquiatra Carl

Hart, de la Universidad de Columbia (Nueva York), uno de los mayo-

res sobre el control de drogas. La ciencia también paga un precio alto

por

Enrique Marroquín y Zaleta

Page 15: Historias de madrugada ejemplar 5

historias de madrugada 14

neurólogos especialistas sobre el uso de drogas, en entrevista a La

Jornada, declaró: “La sociedad paga un alto precio por el enfoque

político sobre el control de drogas. La ciencia también paga un precio

alto porque pierde credibilidad como consecuencia de acciones políti-

cas que parten de interpretaciones sesgadas de la realidad”.

El aspecto penal de la “yerba”, así como su aspecto ético, de-

penderán ante todo del daño que ocasione. Se requiere, empero, de

conclusiones realmente científicas, hay aún muchos mitos en torno

suyo. Pedro Miguel escribió hace algún tiempo en su “Navegaciones”

de La Jornada, que el primero a quien se le ocurrió prohibir la ma-

rihuana fue al Papa Inocencio VII, en 1484. Recordemos que el con-

texto histórico era la lucha entre Oriente y Occidente, y el legado

pontificio estaba preocupado por desprestigiar a la otra cultura.

Se trataba del ancestral antagonismo entre el vino de Occidente

y el hashish musulmán, y ambos se demonizaban uno al otro. La si-

tuación legal reciente de esta planta se originó en 1937 en Estados

Unidos: Harry J. Anslinger –primer comisario de la Oficina Federal

de Narcóticos y doctor en bioquímica- la gravó con impuestos para

disuadir su consumo. En 1961 fue prohibida oficialmente, siendo co-

locada en el rubro de “drogas peligrosas”, basándose en el informe

del mismo Anslinger. Para él, una sólo inhalación de mariguana bas-

taba para volver al fumador en violador, asesino y ninfómano (no ol-

vidar que frente a él tenía a los discriminados negros y mexicanos).

Una primera desmitificación se debió a la concienzuda investigación

de Fiorello La Guardia, alcalde de Nueva York, realizada durante un

semestre en 1947. Concluyó que los daños del consumo de dicha

planta no eran tanto como se pensaba; pero la fuerte campaña conser-

Page 16: Historias de madrugada ejemplar 5

15 historias de madrugada

vadora antialcohólica y antinarcóticos, ignoró dicha investigación.

Otro mito es el de que el consumo de la “mota” abre el ca-

mino hacia otras drogas más fuertes. No parece confirmarse esto. En

cuanto a los efectos inmediatos que se producen al fumarla -que pue-

den durar algunas horas- es afectar la memoria inmediata, la coordi-

nación motora y el juicio. Por otro lado, la “mota” es un euforizante:

el cuerpo mismo produce sus propios THC; pero la mariguana los

amplifica hasta en un 100% esa euforia y bienestar.

Por supuesto que toda droga es tóxica y perjudica al cuerpo.

Esto no se puede desdeñar. Sin embargo, los daños de la mariguana

no parecen ser peores que los de otras drogas legales, con tal que no

se comience a consumir en la adolescencia, cuando el cerebro aún no

se ha desarrollado bien. Se ha observado que cuando hay cierta pre-

disposición a trastornos psiquiátricos (la esquizofrenia o paranoia),

esta droga los incrementa. La comunidad científica en general coinci-

de que un consumo moderado entre personas sanas y bien alimenta-

das no produce daños mayores, y en todo caso, éstos son reversibles

si se suspende su consumo durante un tiempo. Incluso, como en otras

drogas, se han encontrado algunos efectos positivos, tales como ayu-

da en casos de ansiedad, para la artritis y para menguar los dolores en

casos terminales, como el cáncer.

En cambio, lo que ciertamente daña a la sociedad es su persecu-

ción penal. En Estados Unidos, el 80% de los encarcelados lo es-

tán por casos relacionados con la droga. En México, las prisiones son

uno de los lugares donde el narco realiza mayores ganancias. La ma-

yoría de los consumidores no se acercarían a los “narcos” si no fuese

por buscar la droga, lo cual los hace cómplices y encubridores del

tráfico y los vincula a los criminales. Allá por los años sesenta, cuan-

do yo tuve la oportunidad de acompañar a algunos grupos

“xipitecas”, conocí a algunos muchachos que fueron llevados al Pala-

cio Negro de Lecumberri, que me platicaron su dramática experien-

cia.

Page 17: Historias de madrugada ejemplar 5

Iván Fuentes

Último piso

Pienso en ti

desesperadamente

Me siento frente a la tv

para pensarte

entre comerciales de jabón

Te pienso

entre idas al baño

Pienso en las mañanas

en las que dejará sus piernas dormidas

en tu cuerpo

Pienso en tu gemido atroz

que me persigue

como asesino de película de terror

Pienso y me convenzo

de que eres

tan o mas

desdichada que yo

Que la sonrisa que tienes todo el día

es una máscara que oculta mi recuerdo

Que su 1.80 es demasiado para ti

que te es imposible besarlo

que la firme geografía de su cuerpo

es una ciencia grotesca en tu pensamiento

Que aquel bulto bajo su bragueta

es un tumor

un tumor que acabará por destruirte

que te orillará a la locura

a lanzarte del último piso

en el que dejamos

un recuerdo.

Page 18: Historias de madrugada ejemplar 5

si te vi, si te vi llorando...

Carlos Ramírez Sorroza

La fiesta de clausura del festival de cine alternativo fashion:

“Ambulante”, empezó a las diez de la noche. Los invitados y los

anexos, como yo, fuimos llegando cual expedición de arrieras al

MACO. Empezamos a reunirnos en la calle de Alcalá. Un tipo que

en la entrada recibía las invitaciones (flyers muy pinches, pero eran

las invitaciones y pases dobles), se ponía medio mamila para dejar

entrar al súper evento, pero todos entramos al final. Ya pasando la

puerta de madera, el pasillo de recepción del MACO se transformó

en el túnel que te conducía a la felicidad, al reconocimiento. En un

evento como “Ambulante” ya perteneces a la élite intelectual, sensi-

ble y además cosmopolita. El ambiente era inmejorable, todos nos

saludábamos.

Se había anunciado la presencia de Gaél García para engalanar

la clausura de “Ambulante”, y eso fue lo mejor, porque las doncellas

fashion alternativas y reventadas estaban dispuestas, no sé a qué y ni

ellas sabían para qué, pero estaban dispuestas. Gaél sin haber llega-

do, había hecho presencia en ellas como una humedad feromonal en

el ambiente. Había alcohol, había música, todos estaban felices de

estar ahí; el central por un día había cambiado de lugar, los mismo

clientes, claro, ahora invitados por un grupo de mujeres prototipo de

la nueva belleza intelectual.

La fiesta continuaba pero Gaél aún no llegaba.

No había pasado una hora cuando un rumor se oyó debajo de

la música étnica de un país asiático (en la compra del disco ayudas,

con un kilo de arroz, a darle de comer a las ratas sagradas de una

religión exótica). Ya no había chelas y Gaél aun no llegaba, pero su

llegada era inminente.

Las mujeres sudaban. Nosotros babeábamos con una perversa

17 historias de madrugada

Page 19: Historias de madrugada ejemplar 5

mezcla de vodka y feromonas que abundaban en el ambiente.

Empezaban las primeras bajas de la noche. Envinadas muchachitas

salían arrastradas por sus amigas, poco menos pedas que ellas, y otras

arrastradas por un amigo héroe que las sujetaba fuerte por su cintura. Las

señoritas, antes de irse, volteaban preguntando con cara de angustia:

-señññor, ¿no ha lleggggado Gaél?

El guardia, imperturbable, les cerraba la puerta. Y Gaél no llegaba. Ar-

gentinas salidas de quién sabe dónde , checas sin acento deambulando en

medio de la fiesta; mujeres ambulantes repartiendo desdén y claro rom-

piendo el corazón a más de cuatro ingenuos, que soñaban con ellas, con

un caballito de tequila en la mano, ya que el vodka se había terminado.

Y Gaél aun no legaba.

Lindas y lindos alternativos bailaban en un rito invocando al dios

de la fama, o por lo menos a un productor ejecutivo de telenovelas de

Televisa o Telemundo, cuando un rumor llenó el ambiente:

-GAEL YA LLEGO!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Y arrancan… yeguas pura sangre se lanzaron en pos del derby de televi-

sa, algunas ya lista la cámara del celular, otras con unas tijeras dispues-

tas a cortarle un mechón para un embrujo según receta de madame Sazú.

De pronto, en medio de la nada, surgió el príncipe feliz de la pelí-

cula de Sherk; sólo se oía el bufar de las yeguas: desmayos, alguno que

otro ohhhhhhhhhhhhhhh que proponía un orgasmo express. El ambiente

se incendió, sólo se veía un rastro de brasieres, tangas y bóxers.

Gaél imperturbable siguió su camino, y el tequila empezaba a es-

casear.

Así como llegó, Gaél se fue.

Ya con varios tragos de vodka, de cerveza y una imposible

mezcla de tequila y jugo de tomate, la duda irrumpió en cada uno de los

que quedamos en esa fiesta.

¿Gaél realmente vino?, ¿Gaél existe?

Y poco a poco, como un árbol de navidad que se enciende, una

certeza nos iluminó: Gaél somos todos. Todos somos Gaél.

historias de madrugada 18

Page 20: Historias de madrugada ejemplar 5

19 historias de madrugada

Amancia Ramírez Ramírez

Sombras

Fue una tarde álgida.

Al final de una mirada

sus ojos se cerraron justo

cuando caía el crepúsculo.

La quietud en sus labios

ahogaba los gritos

de un corazón vacío

y un espíritu

enfermo.

Un inquieto susurro del viento

jugaba con sus cabellos,

las lágrimas rodaron

azotando el polvo.

Inmóvil bajo la luna,

la sombra abrazaba el suelo

con su negra vestidura

sumergida en el silencio.

Page 21: Historias de madrugada ejemplar 5

El rey del surf

Juan Beat

Dedicado a Astroman X

Juan Beat comenzó a beber tarde, pero de los 20 años a los 25, ya

había cultivado una hermosa úlcera gástrica. Solía andar por las ca-

lles enfundado en una brillante máscara de Huracán Ramírez. Las

pocas y buenas mujeres que lo habían conocido, no le soportaban su

histrionismo y mucho menos su ego aferrado por creerse un escritor,

y no era más que un mediocre en busca de mala fama. Gran parte de

su tiempo lo mal gastaba en teclear malos poemas en una Apple II y

visitar a amigos. Uno de ellos era al “Rey del Surf”, en su buenos

años había sido un gran luchador y siempre la antítesis del Santo.

Ahora, bajo la máscara de Blue Demon “se escondía” un escritor que

conmocionaba a toda una generación de jóvenes perdedores, desen-

cantados con la sociedad y que intentaban ser incendiarios.

En la calle de Isabel la Católica, tras una enorme puerta de ma-

dera vieja, el Rey del Surf se agazapaba de la fama, Juan Beat llegó

un viernes por la tarde, sin problemas entró en aquel edificio y reco-

rrió piso por piso observando las placas, los reportes periodísticos,

las fotos, las máscaras que el Rey del Surf había ganado durante su

basta carrera como luchador; ese gran edificio era un museo de toda

una vida en los encordados, incluso, resaltaban las cartas totalmente

literarias que aquel hombre enmascarado había intercambiado con

Mil mascaras, Dos caras, Chris Bennoit, Eddie Guerrero, entre otros.

Al empujar la puerta, Juan Beat encontró al Rey del Surf tirado

en un catre, llevaba un jersey de los N.Y. Rangers y sus calzones

raídos. Se saludaron, derramando un poco de tinto sobre el piso.

“Pásame esa tasa”, le dijo el Rey del Surf a JB. Él tomó la tasa

con el logo de los tigres de la UANL, sopló dentro, esparciendo bas-

tante polvo. El Rey del Surf le sirvió a JB una gran dosis. “A qué

vienes, qué haces por acá… si necesitas dinero no tengo, tuve que

historias de madrugada 20

Page 22: Historias de madrugada ejemplar 5

21 historias de madrugada

mandar un guión para una de esas novelas semanales que lee toda la

gente, pero no me ha llegado el dinero, por cierto, ¿no viste una chica

de tetas pequeñas pero firmes, parada en la entrada del edificio?, me

debe algunos pesos y no me los ha pagado, cree que con venir a ti-

rarse unos pedos y levantarse la falda para que le chupe su coño ya

me doy por satisfecho. Cuando te vayas, si la vez dile que es una pu-

ta”.

Juan beat sólo esbozó una sonrisa, sacó unas cuántas hojas y se

las mostró al Rey del Surf. “Son mis nuevos poemas”. El Rey del

Surf los tomó, se limpió el vino que le escurría por la barbilla y co-

menzó a leer en voz alta uno de ellos:

La gente que gasta servilletas blancas es más confiable.

Por Juan Beat

Quién demonios puede confiar en un poeta

que se sienta frente a una apple II a escribir,

abre una lata de cerveza,

se rasca el culo,

y ocasionalmente se masturba;

al final ,

se limpia el semen con servilletas blancas,

¿Alguna "dama" podría confiar en gente así?

por cierto,

creo que terminaré este poema

para ir por una servilleta blanca.

“Qué mal poema, es lo peor que he leído últimamente y eso que

diario me llegan cartas y cartas de "poetas y escritores" que intentan

que les ayude a publicar. Lo que no se imaginan, es que cada carta

que llega la pongo en una bolsa de plástico y hago un combustible

para el viejo boiler de leña. ¿Recuerdas los combustibles? Eran unas

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bolsas amarillas que estaban llenas de aserrín. Eso hago con las

cartas, incluso con el recibo de luz. Dejemos de hablar y vamos al

"pájaro". ¿Lo conoces?”. “Si, es un "bar" de tabla roca que esta en

República de Perú, frente a la coliseo”.

Caminaron sobre Isabel la católica y llegando a la esquina

de Perú dieron vuelta hacia la derecha. “¿Recuerdas la última vez

que estuvimos en la coliseo?” dijo JB. “Si, fue el día que te enfer-

maste de sarna”, contestó el Rey del Surf.

Juan Beat y El Rey del Surf entraron al pequeño bar. Todos

admirados murmuraban acerca de aquel tipo con máscara de Blue

Demon; en el escenario un soldado raso le hacía una felación a un

transexual mientras sonaba surf raider interpretado por “The Mag-

nifics”.

Juan beat vomitó, aún enmascarado pasó la manga de la suda-

dera quitándose el excedente del vómito, el Rey del surf solo hizo un

gesto de desaprobación pero pidió un par más de a litro. Mujeres se

acercaba al Rey del Surf, las bandas le solicitaban en el escenario

para que les hiciera el honor de acompañarlos con un poema, no

obstante, él se desentendía, daba tragos a la caguama alternados con

vodka tonic de oso negro. JB y el Rey del Surf bebieron hasta que la

mayoría de los asistentes en el pájaro se recostaban en el piso y

follaban.

Muy temprano, aún con un poco de resaca “curada” con unas

líneas de coca, Astroman X, enmascarado y mejor conocido como el

Rey del Surf, viajaba a N.Y para encontrase con su amigo Bret Eas-

ton Ellis quien lo alojaría en su penthouse y esperarían a Los Bombo-

ras para su show en el Madison Square Garden.

Juan Beat caminó hacía el 115 de Perú, a él nadie lo co-

nocía, incluso Idalia lo había echado de su vida; no obstante, como

cada mañana, esperó frente al edificio para solo verla salir.

historias de madrugada 22

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23 historias de madrugada

Nasario García Ramírez

La lluvia

Va cayendo en mi cabeza

mojando de nostalgia mi pasión.

Resbalando llega hasta mi oído,

llevándose en su cristalino andar

las frases burdas que ahí guardaba.

Mis ojos son inundados

por sus gotas que los libran de impurezas,

y al llegar a los labios,

en tremendo frenesí los acaricia.

Al caminar su pertinaz caída me acompaña,

ha enterrado en mis pasos la maldad

que en el aire impuro divagaba.

Lluvia que has nacido con e tiempo,

libertad de los batracios,

amanecer del cocodrilo en lodo,

mi ciclo verás fallecer

y tu seguirás siempre

fecundando primaveras.

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La mayoría de las personas esperan la muerte para conocer

a un Dios; ellos, en su inocencia, creen en lo que otros, no

muchos, les prometen: un paraíso.

Con el recurso del miedo, los pocos, dominan a los

muchos.

Y mientras los muchos y los pocos esperan el día en

que el Señor los llame a su casa, ellos a su casa matan.

No se necesita morir para conocer a Dios: Él aquí

está, es la tierra, ¿acaso no la logran ver?

Cambio de clima

Agustín Chávez, “Varguitas”

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Yahir Alonso Ortiz

eterno es tu vacío retorno

Se anunció a media tarde tu llegada

toda la casa

se dispuso para ti

Con agua caliente está la tina

en su punto la comida tibia

ahí sobre la estufa

todos aguardan listos el camión de las 10

Esas horas que anteceden empujan

lentamente las sinuosas manecillas del tiempo

que traviesas todo lo han llenado de polvo

Sábanas

almohada y cama

se tiñen de amarillo

después de no sé cuantos carros de las 10

El refrigerador grita hedores indigesto

por los platos fríos

que llenos de nostalgia

desperraman sus recuerdos

Mas la seguridad de que alguna vez llegaste tarde

de que alguna vez viniste a tiempo

les porfía una noche más

una noche menos

Y los perros

¡ay los perros

como ladran en la calle oscura!

A eso de la media noche

buscamos

Rebuscamos a través de las ventanas

todos pensamos que estás muerto

y que ellos atisbando tu alma errante

ladran tu llegada vendaval

Page 27: Historias de madrugada ejemplar 5

Víctor Armando Cruz Chávez. (Viene de la pág. 4)

das a mí, atenta a las palabras lejanas del sacerdote. Y el tiempo se detiene.

No hay más letanías retumbantes. No hay más multitud. Sólo su imagen

clavándose en mi costado.

Camina hacia la salida. Oigo el golpeteo de sus tacones. La veo mi-

rarme un instante. Abandona el templo. Siento el impulso de salir también.

Cuando estoy afuera, ella, en el atrio, le toma una fotografía a su hijo. Se

me ocurre ofrecerme a tomarles una foto. Pero otro hombre que ronda las

cercanías se me ha adelantado. Me resigno a alejarme. Volteo y la miro

nuevamente en cuclillas, abrazando a su pequeño. Imagino que el hombre

que sujeta la cámara se toma unos instantes para codiciarla mientras enfoca.

Yo regreso al hábito de ser yo.

Me retuerzo por ese abrumador encuentro con los territorios paradóji-

cos de Dios: el templo, ella.

Gerardo Escalante Mendoza (viene de a pág. 7)

nuevas ideologías –llámese fuga o evasión— son las dos características fundamentales de quienes se han entregado al ramaje de la marihuana o a la incorporación de otros psicotrópicos, no siempre moderada, para romper, como proyecto de búsqueda, los lazos civilizatorios sin control. El consumo aún es desacralizado en lo social y en lo privado, se asocia a lo marginal, sin embargo el escritor sabe que hay un camino no recorrido, por tanto un nuevo sendero que debe ser andado por un nuevo ser, y sólo a través de la experimentación podrá llegar más lejos hasta deconstruir su modelo social interno para destruir el externo.

_________________________________

1. Me refiero a la asociación que le da a este término Jorge García-Robles

(Burroughs y Kerouac: dos forasteros perdidos en México, Edit. Contemporánea,

2007) refiriéndose al México distópico de la primera mitad del siglo XX como un

lugar idílico para el escritor norteamericano.

2. Las palabras y los días. Una antología introductoria. Octavio Paz, México,

FCE, 2008, pág. 105, selección y prólogo de Ricardo Cayuela G.

3. Enzo Maqueira en “Marihuana y literatura”, Lea. Revista virtual de libros y cul-

tura, nov. 2007.

4. García Robles, Op. Cit., págs. 47-137.

5. Pérez Monfort, Ricardo,Hábitos, normas y escándalo. Prensa, criminalidad y

drogas durante el porfiriato tardío, Plaza y Valdéz, 1997, pág. 150.

6. García Robles, Jorge, Ibídem.

7. García Robles, Jorge, Ibídem.

Ω

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