JURIDICA_284

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    Pinocho, las mentiras

    del Derecho

    Martes 5 de enero de 2010 Ao 6

    N

    284

    SUPLEMENTO DE ANLISIS LEGAL DEEL PERUANO

    Biblioiuris: Levantamiento delvelo y responsabilidad de lassociedades annimas de J.Mara Elena Guerra Cerrn / pg. 8

    JAIME FRANCISCO COAGUILA VALDIVIA / pgs. 4/5

    Erasmo y Grocio,olvidados

    JORGE GONZLEZBOLAOS / pg. 3

    Obra del jurista inglsHerbert Lionel Hart

    JOS VILA HERRERA/ pgs. 6/7

    La actividadinterpretativa

    EDWIN FIGUEROAGUTARRA / pg. 2

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    2 jurdica Suplemento deanlisis legal DOCTRINA

    Las opiniones vertidas son de exclusiva responsabilidad de los autores. Sugerencias y comentarios: [email protected]

    Directora (e): Delfina Becerra Gonzlez | Subdirector: Jorge Sandoval Crdova | Editor: Francisco Jos del Solar |Coeditora:Mara valos Cisneros | Editor de diseo: Julio Rivadeneyra Usurn | Diagramacin: Roco Revilla Chihunjurdica

    Jurdica es una publicacin de

    2008 Todos los derechos reservados

    MARTES 5 DEENERODE 2010

    la compleja labor interpretativa que nos vaa significar, fundamentalmente, determinarel nivel de implicancia de la norma concu-rrente al caso con el fin de determinar siocurre, de modo real, evidente y palpable,que esa norma es la que corresponde comomecanismo de solucin al problema que noscompete resolver. Si la norma es aplicable,por consiguiente el esquema de subsuncinnos resultar sumamente beneficioso, enatencin a que los hechos expresados en lapremisa factual podrn ser subsumidos, valedecir insertados, en la norma, si recurrimosa una expresin grfica de la norma que sepone a nuestra consideracin.

    Y si no fuera posible la tarea de sub-suncin? En tal caso, ser necesario recurrira los mtodos de autointegracin o hetero-integracin del derecho, en la medida quehabr que recurrir a la aplicacin de los prin-cipios generales de derecho o a la doctrinanacional o extranjera. La labor interpretativaresulta sumamente importante dado quenos remite tambin a la confrontacin de laquaestio juris y la quaestio facti.

    Respecto a la primera cuestin o cues-tin de derecho tendremos como formu-lada la misma, cuando el juzgador debeanalizar la extensin de la concurrencia dela norma aplicable al caso. Usualmente losfallos judiciales han optado por conferir im-portancia al tema de la quaestio juris, dada

    la naturaleza de trascendencia de la normaaplicable al caso en aras de resolver un con-flicto. Sin embargo, el examen de la quaes-tio facti o la cuestin de los hechos hacobrado una relevancia extraordinaria apartir de las investigaciones de Marina Gas-cn en la medida que se deduce, a partirde lo expresado en este mismo estudio, lanecesidad inevitable, a efectos de una deci-sin cabalmente ntegra de la cuestin legaly fctica, de analizar la dimensin de los he-

    chos concurrentes en el problema.Gascn nos recuerda que el juzgador, al

    destacar solo la interpretacin de la norma,ha abandonado el examen de la quaestiofacti, y que ha contribuido a abrir una zonade discrecionalidad en cuanto a los hechos,o soberana virtualmente incontrolada e in-controlable que ha sido pasada por alto porla mayora de los juristas. "Esta cita resultasumamente precisa, entonces, en el examenque abordamos, en atencin a que hace ex-plcito que el examen de los juristas ha sidousualmente insuficiente respecto del anli-sis de la cuestin fctica o quaestio facti.

    En ese orden de ideas, solo a partir de unainterpretacin integral, es decir, de la norma

    jurdica aplicable y de los hechos probados,vale decir de las pruebas contextualmenterelevantes, podremos decir que el fallo reney goza de las caractersticas mismas que im-plican una correcta motivacin.

    CONCLUSIN

    Con base en lo sustentado basta inter-pretar o ello tambin es una tarea de suyocompleja? La interpretacin, objetivamente,se ve enfrentada a una serie de problemasaplicativos: indeterminacin, vaguedad, am-bigedad, etc., es decir, variantes del anlisisque nos pueden conducir a significados pro-fusos, muy vagos y hasta confusos. ngelesRodenas seala, en relacin a los riesgos

    que amenazan la interpretacin, que no esposible llegar a una comprensin completade la indeterminacin del derecho sin unacomprensin adecuada del problema, dela derrotabilidad de las normas jurdicas.A esto debemos sumar que no solo el pro-blema de derrotabilidad asalta la debidacoherencia de una buena interpretacin,sino tambin problemas de ambigedad se-mntica, sintctica y pragmtica, conformeseala Guastini.

    La actividadinterpretativa

    Los destacados tratadistas Luis Mart-nez Roldn y Jess Fernndez Surezalegan que existe una necesidad de lainterpretacin por las siguientes razones:

    1) Muchos conceptos jurdicos no es-tn definidos en la ley;

    2) Las leyes solo contienen principios ylneas generales de regulacin;

    3) El lenguaje de las normas no puedeser sometido a una lgica matematizanteque conduzca a resultados indiscutibles;

    4) El principio in claris non fit interpre-tatio hoy es rechazado tanto en el mbitodoctrinal como en el judicial;

    5) Si el texto contradice la finalidad dela institucin, ser preciso interpretarlo.

    Con estas pautas los autores menciona-dos pretenden significar una problemticade la interpretacin por dos razones sustan-ciales. De un lado, nunca existe una inter-pretacin correcta, definitiva y vlida paratodos los casos y en cualquier momento; ybajo otra perspectiva, ese carcter proble-mtico justifica la existencia de la figura del

    juez.

    TAREA DE INTERPRETACIN

    Tiene lugar una vez que hemos recurri-do a un examen de la lgica concurrente alcaso, y tan pronto como hemos desarrolladolas premisas bsicas de una debida argu-mentacin.

    A travs de sta, hemos seleccionado lasideas base para la solucin del problema.Una vez que se produce esta acumulacinde insumos necesarios, corresponde asumir

    EDWIN FIGUEROAGUTARRA

    Doctor en Derecho. Juez Superior SalaConstitucional Lambayeque. ProfesorAsociado Academia de la Magistratura

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    3jurdicaSuplemento deanlisis legalMARTES 5 DEENERODE 2010RECUERDO

    Erasmo y Grocio, olvidados

    El 2009 fue efemrides de dos gran-des obras neerlandesas que no obs-tante de ser verdaderos best-sellersde antao y hogao, pasaron desaperci-bidos por muchos intelectuales y estudio-sos del Derecho y de la Ciencia Poltica.De ah que, antes de que pase ms tiem-po, nos permitimos recordar estos valio-sos libros, en las pginas de Jurdicaque

    todos los abogados y politlogos leemoscon avidez.

    LAS DOS OBRAS

    El Elogio de la locura, cuyo ttulo enlatn es Encomion moriae seu laus stul-titiae del humanista holands Gerrit Ge-rritszoon, quien cambi su patronmicopor Erasmo Desiderio de Rtterdam, (1)fue terminada en 1509, en casa del au-tor de Utopa, Sir Thomas More, en Buc-kleberry, cerca de Londres. Esto es, hace500 aos. Ambos escritores fueron muyamigos.

    Cien aos despus, en 1609, en for-ma annima se public en msterdam(Holanda), la obra Mare liberum seu deiure quod Batavis competit ad Indica

    commercia o De la libertad de los ma-res y del derecho de los holandeses aparticipar en el comercio con las Indiasorientales, del filsofo y jurista holandsHuig van der Groot, ms conocido comoHugo Grotius o Grocio, (2) abogado de laCompaa Holandesa de las Indias Orien-tales, fervoroso protestante y defensor dela libertad de navegacin, de pesca y decomercio en los mares.

    Es posible relacionar estas obras,ms all de la connacionalidad de sus au-tores y de la diferencia secular de ellas?

    ELOGIO DE LA LOCURA

    Es una stira de las clases sociales deentonces, anatematizadas en forma des-piadada por la locura, que narra el rela-to en primera persona. La burla mordaz

    de Erasmo no perdona monarcas, papas,campesinos, nobles, mujeres ni monjes,que padecen de locura, de stultitia, i.e.,de estupidez.

    La crtica erasmiana se acenta con laIglesia, con sus instituciones, y con el an-ticuado mtodo escolstico, regidos porel gobierno de la locura al apartarse elclero del cristianismo primitivo, verdade-ra razn y fuente de religin. Erasmo nospreviene del mundo de las apariencias,de lo no autntico, y nos pide rescatar laespiritualidad primigenia con una sinceravivencia individual.

    El pasado es motor de renovacin paravolver desde nuestros pasos hacia esepunto de la historia en el que se pervir-ti el verdadero sentido del cristianismo,perversin culpable, segn Erasmo, de ladecadencia de la cultura. l ejerci ctedraen las universidades de Oxford y Cambrid-ge, y continu en los albores de la impren-ta, su fecunda actividad humanstica enBasilea con el impresor Johan Frobenius,quien, a su vez, le pide al artista Hans Hol-bein El Joven, que ilustre con sus inquie-tantes grabados el Elogio de la locuraensu edicin ms renombrada.

    Erasmo fue, sin duda, una de las fi-guras centrales del Renacimiento, y, sinaceptarlo, promotor intelectual de la re-forma protestante iniciada por MartnLutero. Aos despus, los Pases Bajos,posesin dinstica de Espaa bajo la re-gente Margarita de Parma, hija natural deCarlos V y hermana de Felipe II, enarbolanla bandera protestante y se rebelan con-tra el Oficialismo Catlico Hispano. Es elcomienzo de la guerra de 80 aos contraEspaa. En la Unin de Utrecht (1579), lassiete provincias calvinistas del Norte (Ho-landa, Zelanda, Frisia, Geldres, Utrecht,Overijsel y Groninga) se confederaron,oponindose a la soberana espaola ydeclarndose independientes en 1581.

    DE MARE LIBERUM

    Son los albores del siglo de oro neer-lands, materializado por los interesestalasocrticos que defendan el principio

    del "Mare liberum", magistralmente sos-tenido por Hugo Grocio, a favor del libretrnsito y del comercio neerlands en to-dos los mares, cuya contraparte inglesafue el Mare clausum de Selden y el Act

    of Navigation de Cromwell.La Compaa Holandesa de las Indias

    Orientales, quiz la primera trasnacionalde la historia, le encomend a su jovenabogado Hugo Grocio la redaccin deun alegato jurdico para persuadir a susaccionistas acepten un navo portugusde nombre Santa Catarina, capturado en1603 en el estrecho de Malaca por el au-daz Almirante Heemskerk.

    Es decir, Grocio deba justificar la pro-

    piedad de la compaa holandesa sobreuna nave extranjera obtenida por iurepraede o por el derecho de botn marti-mo o de presa. De ah que, el joven abo-gado en De mare liberum, y desde eliusnaturalismo, cuestiona la competenciadel Sumo Pontfice (Alejandro VI) paradistribuir los mares entre las talasocra-cias hispana y lusitana, en referencia a lasdos Inter Caetera y otras bulas pontificiasantecedentes del Tratado de Tordecillasde1493.

    Los portugueses para Grocio usurpa-ban el mar, res communis, y por tal acc ineran hostis del gnero humano y pasiblesdel iure praede. El argumento grocianobasado en el Derecho romano, ademsde racional, es jurdico y con l enerva la

    jurisdiccin espiritual romana en cuestio-nes de Ius Publicum Europaeum. Sin dudaalguna, esta posicin racional y radicalno habra sido posible sin el movimientoprotestante alimentado 100 aos antespor las traducciones de Erasmo.

    En el Tratado de Westfalia de 1648,pocos aos despus de la muerte de Gro-cio, las potencias europeas pactarn demanera definitiva el reconocimiento desu soberana y la proscripcin de la reli-gin como casus belli, sentando las basesdel moderno Derecho internacional.

    [1] DE ROTTERDAM, Erasmo. Elogio de la locura. Traduccin del latn y prlogo de A. RodrguezBachiller, con 82 dibujos de Holbein, procedentes de la edicin de Johannes Froben, impresa enBasilea. 1515. / HUIZINGA, Johan. ERASMO. 2 Tomos. Salvat, 1987.[2] GELLINEK, Christian. Hugo Grotius. Twayne Publishers, Boston. 1983. / SCHMITT, Carl. ElNomos de la Tierra en el Derecho de Gentes del Ius Publicum Europaeum. Editorial Comares. 2002.

    JORGE GONZLEZBOLAOS

    Abogado. Director de EstudiosInternacionales de la UTP.

    El Elogio de la locura, cuyo ttulo en latn

    es Encomion moriae seu laus stultitiae delhumanista holands Gerrit Gerritszoon, quiencambi su patronmico por Erasmo Desiderio deRtterdam, (1) fue terminada en 1509, en casadel autor de Utopa, Sir Thomas More, enBuckleberry, cerca de Londres. Esto es, hace 500aos. Ambos escritores fueron muy amigos.

    Erasmo de Rotterdam Hugo Grocio.

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    4-5 jurdica Suplemento deanlisis legal MARTES 5 DEENERODE 2010

    La historia de Pinocho del escritor Car-los Collodi apareci por primera vez enFlorencia bajo el ttulo de Storia de unburattino(1881) en el Giornale per i bambini,para luego ser publicada con el ttulo defini-tivo de Las aventuras de Pinochoen 1883. Laobra narra la historia de un mueco de ma-dera llamado Pinocho que debe atravesar unsinfin de pruebas con la finalidad de alcan-zar la madurez necesaria para convertirse enun nio de verdad; el camino adoptado porPinocho, en realidad, simboliza la renunciadel placer y la autosatisfaccin por el descu-brimiento de la responsabilidad inherente alcumplimiento de la ley.

    EL DERECHO Y SUS MENTIRAS

    Para Manuel Gonzlez Pieiro, las nor-mas jurdicas son tales no porque gocen deninguna cualidad intrnseca y especial queles otorgue ese carcter, sino simplementeporque son ficciones respaldadas en su cum-plimiento por el poder coercitivo del Estado,y esto se debe a que las ficciones, a su vez,representan los conceptos de lo bueno y lomalo, y que al vincularlos con los conceptosdel placer y del dolor, respectivamente, ad-quieren significados asequibles al pueblo([i]). En este contexto, la tendencia mega-lmana de Pinocho de inventarse mentiraspara justificar las reiteradas desobedienciasa su padre, en puridad, constituyen un ciertotipo de ficciones inverosmiles que carecende todo respaldo de autoridad y que tienencomo nico objetivo eludir el dolor.

    El carcter dual de los personajes de Pi-nocho permiten a su protagonista adentrarse

    en la paradoja de la naturaleza humana quepermite comprender el porqu los hombrespueden ser buenos y malos al mismo tiempo([ii]), y asumir cmo el placer y el dolor mu-chas veces pueden llegar a entrelazarse de

    Pinocho, las me ntirasde l De re cho

    para que el discurso humano pueda llevarsea cabo ([iii]), de otra manera ocurrira lo quele sucede a Pinocho, que enredado en suspropias mentiras debe afrontar las gravesconsecuencias de sus actos, como si el mun-do real pudiera articularse con obligacionessin fuerza y derechos sin necesidad de valor

    ([iv]), un universo de mentiras que elimina elplacer y el dolor entre la terrible sensacin dela inocuidad. La ficcin puede alimentar a la

    justicia, pero la mentira est en condicionesde nutrir al Derecho?

    PINOCHO ANTE LA LEY

    En opinin de Alfonso Serrano, las teorasde control social estn convencidas de quelos controles internos y externos son los queimpiden que las personas recaigan en el de-lito; en el caso de los menores, resulta vital elpapel de la escuela, por su gran capacidad de

    observacin del comportamiento desviadode sus alumnos y el rol complementario delmaestro en mantener la disciplina ([v]). Paralos criminalistas de esta teora, la existenciadel delito se explica por la concurrencia de

    JAIME FRANCISCOCOAGUILA VALDIVIA

    Juez Primer JuzgadoPenal Liquidador de Arequipa.

    una manera muy extraa. Lamentablemen-te, la mente infantil de Pinocho intentar sinfortuna aislar el placer del deber, la diversinde la escuela, la vida del vagabundo en rela-cin con la del trabajo, bajo la tierna ilusinde creer en la existencia del pas mgico delos juguetes, donde los nios solamente es-

    tn obligados a divertirse todos los das dela semana.Las ficciones del Derecho no deben ser

    valoradas negativamente e incluso la palabraderecho es una entidad ficticia indispensable

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    LITERATURA Y DERECHO

    dos elementos, en principio, un sujeto conautocontrol bajo y, despus, la concurrenciadel factor oportunidad ([vi]); en el caso con-creto de Pinocho se renen exactamente unaeducacin inefectiva, porque el mueco demadera elude reiteradas veces ir a la escue-la, y la oportunidad surge a propsito de lasmalas compaas que por mero desatino lollevarn hasta la crcel.

    Si bien es factible reescribir la historiade Pinocho como la fbula del violenta-

    mente represivo proceso de socializacinde los nios de la edad moderna, donde elGrillo-Parlante tiene la misin de demarcarlas reglas de juego sociales y las posiblesreacciones en caso de desobediencia ([vii]),tambin se puede leer esta historia con un perfil antiautoritario que contrasta la riquezacon la pobreza y devela la hipocresa del sis-tema judicial ([viii]); sobre este tema resultaaleccionadora la historia del engao de quefuera objeto Pinocho por parte de la zorra y

    el gato, cuando entierra cuatro monedas deoro en el Campo de los Milagros con la espe-ranza de ver germinar y florecer a la maanasiguiente un bellsimo rbol cargado de mo-nedas de oro.

    Lo particular de esta situacin reside enque una vez consciente del fraude, Pinochoacude ante el juez del Pas de los Zoquetesproporcionando los nombres de los bandi-dos y pidiendo justicia; sin embargo, muy asu pesar, en ese acto el magistrado dispuso:

    A este pobre diablo le han robado cuatromonedas de oro, agrrenlo y mtanlo presoenseguida! ([ix]), con lo que el mueco demadera debi permanecer cuatro meses re-cluido en prisin hasta que el joven empera-dor, a manera de gracia, resolvi dar libertada todos los malandrines.

    Algunos han interpretado que el episo-dio del juicio a Pinocho denuncia la retricaproteccionista de los sistemas tutelares demenores en el siglo XIX, cuando se casti-gaba la independencia prematura infantil yse restringa la autonoma juvenil ([x]); noobstante, adicionalmente el pasaje admiteotra interpretacin, en el sentido de que Pi-nocho es apresado por ser reo de sus propiasmentiras en un mundo donde se condena laingenuidad, una suerte de metfora jurdicafarsesca de la justicia al revs, o lo que esmejor, del no-pas, no-ley y no-justicia.

    La imagen de Pinocho recurriendo a lajusticia puede servir de irnica ilustracina la crnica de un sistema judicial acos-tumbrado a moverse, cual mueco de ma-dera, al vaivn de los hilos invisibles delpoder, pero con la esperanza de convertir-

    se alguna vez en una justicia humana deverdad.

    EL CORAZON JURDICO DE UN NIO

    Para el filsofo Benedetto Croce, la ma-dera de la cual ha sido labrado Pinocho esla humanidad, por cuanto su historia es lafbula de la vida humana, del bien y del mal,

    de los errores y de la enmienda, del cedera la tentacin para finalmente entrar en lavida como el hombre que emprende el no-viciado ([xi]). La vida de Pinocho describe ellargo camino de la constitucin tica de lapersona; por ello, al principio, actuando bajoel influjo del placer, cede a las tentaciones alabandonar la escuela y dedicarse a la vidadel vagabundo; por lo que el Grillo-Parlan-

    te, vaticinando su futuro, le recrimina: Ayde aquellos muchachos que desobedecen asus padres y abandonan por capricho la casapaterna! No sern felices en este mundo ytarde o temprano tendrn que arrepentirseamargamente" ([xii]).

    El aprendizaje tico de Pinocho comien-za con su preocupacin por el bienestar de

    los dems y su vocacin creciente a la so-lidaridad; para Paul Ricoeur, la autntica re-lacin del s mismo con su otro no es sinola constante bsqueda de igualdad morala travs de todos los posibles caminos dereconocimiento ([xiii]), en otras palabras, te-ner al otro en consideracin es hacerlo salirdel anonimato y distinguirlo como un quiencuya fragilidad es tan original como la de

    uno ([xiv]). La preocupacin de Pinocho porsu padre Gepeto permitir el desarrollo deeste sentimiento de solidaridad en su jovencorazn de madera, y el deseo de lograr larecuperacin de su alicada salud har quePinocho comprenda la necesidad de llevaruna vida buena y honesta en medio de insti-tuciones justas; as lo demuestra cuando tra-baja para Hortelano por cinco meses dandovueltas a la noria, tejiendo canastas y cestasde mimbre, y administrando juiciosamente

    los gastos diarios ([xv]).La vida buena depende del conjunto de

    elementos imaginados o vividos que nues-tra percepcin recibe y alimenta como losque colaboran con una felicidad verdadera([xvi]); por este motivo, las buenas accionesde Pinocho para lograr la rehabilitacin desu padre le permitirn acceder a la vidabuena y lograr, gracias al hada madrina,su ansiada conversin de un mueco demadera en un nio de verdad; las palabras

    de Gepeto as lo descubren: El cambio re-pentino que ha habido en nuestra casa sedebe a ti (...) porque cuando los nios malosse transforman en buenos, tienen la virtudde hacer aparecer todo con aspecto nuevoy sonriente, aun a las viejas casas de susfamilias! ([xvii]).

    La felicidad verdadera de Pinocho yGepeto ratifica que lo justo atiende el ladode lo bueno cuando esta cualidad extiendedesde las relaciones interpersonales a todo

    orden de instituciones, y el lado de lo legalcuando confiere a la ley su coherencia y de-recho de obligacin dentro del sistema jur-dico ([xviii]); por eso, la transformacin delmueco de madera en un ser humano ad-quiere un cierto halo de justicia equiparableprobablemente con el tierno anhelo de unnio de contar por siempre con un coraznde verdad.

    (1)GONZLEZ PIEIRO, Manuel. En La Ficcin de la Justicia de Teora de las Ficciones de Jeremy Bentham. Traduc. Helena Goicochea. Madrid-Barcelona, Marcial Pons Ediciones Jurdicas y Sociales S.A., 2005, p. 29.

    (ii) VASCO, Irene. Las Aventuras de Pinocho. Historia de la mentira ms larga del mundo. Vid.www.cuatrogatos.org/9vasco.html.(iii[1]) BENTHAM, Jeremy. Teora de las Ficciones. Traduccin de Helena Goicochea. Madrid-Barcelona, Marcial Pons Ediciones Jurdicas y SocialesS.A., 2005, p. 163.(iv) BENTHAM, J. Op. Cit. p. 184.(v) SERRANO MALLO. Alfonso. Introduccin a la Criminologa. Lima, ARA Editores, 2004, p. 354-363.(vi) SERRANO M. A. Op. Cit. p. 365.(vii) CORTS, Julio M. Pinocchio y el Control Social. Las Aventuras de Pinocchio (o la fbula de la victoria de la socializacin represiva sobre laresistencia infantil). Vid. www. Lecturas de infancia.blogspot.com/2008/01/pinocchio-y-el-control-social.htm.(viii[1]) Vid. www.kirjasto.sci.fi/collodi.htm(ix) COLLODI, Carlo. Pinocho. Traduccin Antonio Jos Restrepo. Panamericana Editorial Ltda., Cuarta Reimpresin, Bogot, 2001, p. 124(x) CORTS, J. Ibid.(xi) Ibidem.(xii) COLLODI, C. Op. Cit. p. 36.(xiii) BEGU, Marie-France. La Potica del S Mismo. Buenos Aires, Editorial Biblios, 2002, p. 292.

    (xiv) BEGU, M. Op. Cit. p. 289.(xv) COLLODI, C. Op. Cit. p. 278.(xvi) BEGU, M. Op. Cit. p. 288.(xvii) COLLODI, C. Op. Cit. p. 283.(xviii) BEGU, M. Op. Cit. p. 296.

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    6 jurdica Suplemento deanlisis legal RESEA

    Hace 17 aos que falleci el ilustre jurista yprofesor Herbert Hart, el 19 de diciembrede1992. l fue autor de algunas propues-tas como El concepto de Derecho (1963), queen libro se convirti en una de sus ms importan-tes obras. Este filsofo del Derecho representa ala mejor tradicin de la cultura jurdica anglo-sajona.

    SU VIDA

    El profesor Herbert Lionel Adolphus Hart na-ci el 18 de julio de 1907 en Harrogate, Yorkshire.Hijo de Simeon Hart y Rose Hart. Fue educado enel Cheltenham College y en la Bradford GrammarSchool. Entre 1926 y 1930 estudi clsicos enOxford, en cuyo New College se gradu con losmximos honores. Posteriormente, quiso ejercerla profesin de abogado. En aquella poca, diceHart "era frecuente en Inglaterra (...) estudiar enla universidad alguna materia distinta de la deciencias naturales", (1) y habilitarse "despus deabandonar la universidad como abogados ejer-cientes mediante un periodo de estudio personalrelativamente breve, para superar el, por enton-ces, no demasiado riguroso examen exigido paraejercer la profesin". (2) La mayora de los pres-tigiosos abogados y j ueces ingleses hacan eso, y,como consecuencia, al igual que Hart, no habanobtenido el grado de licenciatura en Derecho oeducacin jurdica universitaria.

    Mientras ejerca como abogado, Hart pen-saba que esa sera su ocupacin durante todavida. No se imaginaba ser profesor universitario.No obstante, continuaba interesndose de ma-nera no profesional en la filosofa, que le habafascinado desde estudiante. De modo especialestudi la Filosofa del lenguaje. En 1940 aban-don el ejercicio de la abogaca para convertirseen funcionario civil del Servicio de InteligenciaBritnico. Ah empez a darse cuenta de que susverdaderos intereses no estaban en la prcticadel Derecho, sino en la Filosofa. En 1941 con-

    trajo matrimonio con Jenifer Margaret Williams.

    Tuvo cuatro hijos. Cuando A. L. Goodhart dej lactedra de jurisprudencia, el profesor Hart fueelegido para sucederle. El 30de mayo de 1953pronunci su conferencia inaugural en Oxford,publicada bajo el ttulo: Definition and theory injurisprudente.

    PROFESOR DE DERECHO

    Fue profesor visitante en la Universidad deHarvard, donde dict en abril de 1957 la OliverWendel Holmes Lecture, publicada como: Posi-tivism and the separation of law and Morals, unade las ms influyentes defensas del positivismojurdico. Este trabajo provocar una respuestadel profesor Lon L. Fuller, generando una polmi-ca con gran repercusin en el mundo anglosajny tambin en el continente europeo. (3)

    Sobre su paso por Harvard, comentaba consu buen humor: los filsofos pensaban que yoera un jurista maravilloso y los juristas pensabanque yo era un maravilloso fi lsofo. (4) Posterior-mente, visit la Universidad de California dondesostuvo un famoso debate con Hans Kelsen, aquien consideraba, junto a Jeremy Bentham, unode los mejores juristas de la era moderna.

    A la edad de 54 aos, y luego de un proce-so de maduracin intelectual y como sntesis detoda su reflexin publica The Concept of Law.(5) Luego abord temas de moral, poltica jur-dica y fundamentos de derecho penal. Sus prin-cipales publicaciones fueron: Law, Liberty andMorality, Punishment and Responsibility yThe Morality of the Criminal Law. El punto devista ideolgico desde el que Hart se sita es eldel socialismo liberal o de la social democracia,en la tradicin del utilitarismo y de la Filosofadel lenguaje, es decir, de la teora analtica delDerecho. (6)

    Renunci a su ctedra en 1968 y fue susti-tuido por Ronald Dworkin, uno de sus ms se-rios crticos. El mismo ao ocup un cargo comoinvestigador en University College. Entre 1973 y1978 fue principal de Brasenose College, Oxford.Se jubil en 1978. Desde entonces sigui escri-biendo e investigando. Sin olvidar la histricapolmica que sostuvo con Ronald Dworkin y lapublicacin de dos libros que recopilan sus prin-cipales artculos sobre Bentham y sobre diversos

    Ob ra de l jurista ing l sHerb e rt Lione l Hart

    MARTES 5 DEENERODE 2010

    JOS AVILA HERRERA

    Profesor de Teora y Filosofadel Derecho.

    temas de Filosofa y Teora del Derecho. HerbertHart fue Doctor Honoris Causa por las universi-dades de Estocolmo, Glasgow, Edimburgo, Kent,Hull, Cambridge, Chicago, Georgetown, Mxico,Tel Aviv, Harvard y Jerusaln. El profesor HerbertHart falleci a los 85 aos de edad, el 19 de di-ciembre de1992.

    SU OBRA

    La publicacin de El concepto de Derecho(7) como fruto del trabajo que desarroll en lactedra de jurisprudencia en la Universidad deOxford y Harvard dio inicio a una fecunda re-flexin en la Teora general del Derecho, caracte-rizada por el nfasis en la aplicacin judicial delDerecho, y por la utilizacin de los instrumentosde la Filosofa contempornea, particularmen-te la Filosofa Analtica impulsada por LudwigWittgenstein, Gilbert Ryle, John L. Austin y lahermenutica.

    Al circular las ideas y planteamientos delprofesor Hart produjeron de inmediato en elmundo de habla inglesa principalmente, respal-dos y crticas que han dejado huella en la filoso-fa jurdica. Hart tena 54 aos cuando publicla obra. El ttulo del libro podra inducir a pen-sar que el problema de la Filosofa del Derechoconsiste en dar una definicin de su objeto. Porel contrario, el profesor Hart piensa que tras lapregunta persistente "qu es el Derecho?" seesconden tres cuestiones fundamentales que

    debemos destacar:

    a) El anlisis de la teora de la Ley comoun mandato respaldado por la amenaza de lafuerza de Austin, a la que califica como unateora muy simple, ya que el Derecho no se li-mita simplemente al mandato respaldado por laamenaza de fuerza.

    b) El anlisis de la norma kelseniana comouna relacin hipottica de antecedente y con-secuente; presupuesto y sancin. Segn Hart,Kelsen est en un error, pues en el Derecho seencuentran distintas formas de reglas y no to-dos ellas obedecen a la relacin hipottica en laformulacin kelseniana.

    c) En lo referente a la pretensin de Kelsende negar todo juicio de valor respecto de la nor-ma (el nico juicio de valor que se puede haceren Derecho, segn Kelsen, es el de la validez dela norma), el profesor Hart admite que s exis-te cierta clase de conexin entre la Moral y elDerecho, como tambin admite ciertos aspectosdel mente el influjo de la teora hartiana a tra-vs de la impecable traduccin al espaol de Elconcepto de Derecho, elaborada por Genaro Ca-rri (8), en 1963 (9). Desde entonces, la versindel positivismo propuesta por Hart fue ganandoinfluencia frente a la versin kelseniana, predo-minante en Espaa y Latinoamrica.

    Como seala Csar Rodrguez en el estudiopreliminar sobre La decisin judicial. El debateHart - Dworkin, (10) las ideas y planteamientosde Hart y Dworkin se conocieron gracias a losacontecimientos constitucionales que surgieronen aquella poca. As, por ejemplo, el estableci-miento del Tribunal Constitucional en Espaa, en1978, y en Colombia, en 1991, comenz a deba-tir los temas sensibles de la vida social, como laproteccin de los derechos fundamentales, losdebates sobre la interpretacin constitucionaly los poderes de los jueces constitucionales. Enese contexto, la viva discusin Hart y Dworkinproporcion las primeras herramientas para lacomprensin de los cambios de la interpreta-cin, la prctica del Derecho, la creacin de laTeora Jurdica y el Derecho Constitucional enlengua espaola.

    PLANTEOS DE HART

    Lo veremos de manera sucinta siguiendo

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    7jurdicaSuplemento deanlisis legalMARTES 5 DEENERODE 2010RESEA

    el enfoque que hace Manuel Atienza (11). Elprofesor de Oxford propone elaborar una teo-ra del Derecho que l define como "sociologadescriptiva". Pues lo que trata de describir es lamanera cmo los juristas utilizan el lenguaje delDerecho. Para ello recurre a los instrumentos dela Filosofa Analtica que lo entiende como un

    mtodo que no slo permite analizar el significa-do de las expresiones, sino tambin comprendermejor el funcionamiento de las instituciones so-ciales del Derecho.

    El Derecho no puede verse simplementecomo un conjunto de rdenes respaldadas poramenazas. A tal fin, introduce el concepto denorma social que distingue de los hbitos. Enlas normas se daran dos elementos: un com-portamiento regular, y la aceptacin de dichocomportamiento (aspecto interno); la aceptacinsupone la existencia de una cierta actitud (deaprobacin o rechazo) que se traduce en el usode cierto lenguaje ("es obligatorio", X tienederecho a", etc.)

    Los sistemas jurdicos se caracterizan porqueen ellos hay dos tipos fundamentales de normas:I) primarias y II) secundarias. Este tipo de nor-mativismo le permite mantener una concepcinflexible respecto a la relacin entre el Derechoy la fuerza fsica, pues existen tipos de normaslas secundarias que no llevan aparejada una

    sancin; la nica consecuencia de no cumplir conlos requisitos ah establecidos sera la nulidad.Igualmente, le permite mostrar que las normascumplen diversas funciones: guiar la conducta,introducir cambios sociales, resolver conflictos.(12)

    Sostiene la tesis de la separacin entre el de-recho y la moral, pero no piensa que las normaspuedan tener cualquier contenido. Se pueden es-tablecer unos mnimos contenidos de justicia, esdecir, se pueden justificar racionalmente ciertasreglas de conducta que toda organizacin socialdebe contener para ser viable (contenido m-nimo de Derecho Natural") y que derivan de unaserie de rasgos caractersticos del mundo y de

    las personas. Su teora del contenido mnimo delDerecho Natural permite explicar que exista unazona ms o menos amplia de confluencia entre elderecho y la moral pero, para Hart, una norma tie-ne carcter jurdico, no por razones morales, sinoporque el propio ordenamiento jurdico [la reglade reconocimiento] le otorga validez jurdica.

    Finalmente, en relacin al problema de lainterpretacin seala que el Derecho no tiene uncarcter cerrado, pues las normas se expresanen un lenguaje natural, cuya caracterstica esla vaguedad o textura abierta; los conceptosjurdicos no pueden definirse en forma precisa,pues adems de zonas claras de aplicacin (o deno aplicacin) de las expresiones existe siempreuna zona de penumbra. De ah los casos fciles(los que caen en la zona de claridad), en los queel juez no ejerce ninguna discrecionalidad, sinoque se limita a descubrir un significado, y loscasos difciles [que caen en la zona de la penum-bra] en los que el juez necesariamente tiene quedecidir.

    Mientras ejercacomo abogado, Hartpensaba que esasera su ocupacindurante toda la vida.No se imaginabaser profesoruniversitario. Noobstante, continuaba

    interesndosede manera noprofesional en lafilosofa, que le habafascinado desdeestudiante. De modoespecial estudi laFilosofa del lenguaje.

    (1) PRAMO, Juan R. de. "Entrevista aH. L. A. Hart". Revista de Filosofadel Derecho Doxa. Nm. 5. 1988.p. 339.

    (2) Idem, p. 339.(3) PECES BARBA, Gregorio. Prlogo

    al libro H.L.A. Hart y la TeoraAnaltica del Derechode PARAMOARGUELLES, Juan Ramn. Centrode Estudios Constitucionales. Ma-drid. 1984.

    (4) ORREGO, Cristbal. HERBERT LIO-NEL ADOLPHUS HART. En: JuristasUniversales. Rafael Domingo (edi-tor). N 4. Juristas del siglo XX. Edi-torial Marcial Pons. Madrid. 2004.p. 497.

    (5) HART, H. L. A., The Concept of Law.Oxford, Clarendon, 1961. Traduc-cin al castellano de Genaro Carri,El concepto de Derecho, Buenos Ai-res, Abeledo-Perrot, 1963.

    (6) Op cit., Peces Barba, Gregorio. Prlo-go, p. xx.

    (7) Esta obra ha sido reimpresa ennumerosas ocasiones y editado en

    castellano, italiano, alemn, francsy portugus.(8) En Amrica Latina, los profesores

    argentinos Genaro R. Carri y Car-los Santiago Nino, La validez delDerecho, iniciaron los debates ydiscusiones de las tesis de HerbertHarty de Ronald Dworkin

    (9) HART, H. L. A. El concepto de Dere-cho. Traduccin de Genaro R. Carri,Abeledo-Perrot, Buenos Aires, se-gunda edicin (reimpresin), 1963.

    (10) RODRIGUEZ, Csar. La decisin judi-cial. El debate Hart - Dworkin. Uni-versidad de los Andes. Facultad deDerecho. Siglo del hombre editores.1997. p. 17.

    (11) ATIENZA, Manuel. El sentido delDerecho, Editorial Ariel, Primeraedicin, Barcelona, 2001.

    (12) Ibidem, p. 292.

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    8 jurdica Suplemento deanlisis legal BIBLIOIURISMARTES 5 DEENERODE 2010

    En la doctrina jurdica, el levanta-miento del velo societario es co-nocido como desistimiento, allana-miento, penetracin e inoponibilidad dela personalidad jurdica. Por ello, JessMara Elena Guerra Cerrn, con el prop-sito de hacer un valioso aporte acadmico

    y de dilucidar las grandes interrogantesque de seguro todava hay en este tema,acaba de publicar el libro titulado Levan-tamiento del velo y responsabilidad de las

    sociedades annimas.Se trata de un texto de obligada con-

    sulta por todos quienes estamos vincula-dos directa o indirectamente al mbito

    jurdico-acadmico. La autora nos acercade manera gil y fluida a una concepcinmoderna de la teora del levantamientodel velo societario, sin dejar de tener encuenta que es un tema vinculado direc-tamente con la responsabilidad limitadade las sociedades annimas, as como conlos otros subtipos de personas jurdicasreconocidas por la ley peruana.

    El libro est dedicado con profundoamor filial a su hija Rosamara, a quien ledice gracias por tu compresin, habidacuenta que ella ha contribuido con crecesa que Jess Mara Elena no solo se reali-ce como abnegada madre, sino tambincomo apasionada abogada, doctora enderecho con eficiente y eficaz desempeocomo fiscal superior titular, defendiendoel principio de legalidad y coadyuvando ala realizacin de una debida imparticinde justicia.

    LA OBRA

    En este sentido, hace bien Guerra Ce-rrn en iniciar su investigacin con losprincipales aspectos filosficos de la per-sona jurdica, desarrollando y analizandoampliamente los fundamentales y ne-cesarios conceptos de persona, persona

    jurdica y personalidad jurdica. Vale decirque en este tema la autora no deja de serobjetiva y, por ello, revisa tambin comotoda investigacin seria las teoras quese oponen al reconocimiento de la per-sona jurdica o, en el peor de los casos,las que niegan su existencia. La evidente

    finalidad de ese primer captulo, a manerade prembulo, es, pues, arribar a un pri-mer acercamiento de lo que le incumbepropiamente a los tipos de sociedades.

    En cuanto a la invocacin del levan-tamiento del velo societario y su oportu-nidad de aplicacin, esta procede cuandopor medio del rgimen de responsabilida-des limitada y formalidad de una persona

    jurdica se intentan eludir prohibicioneslegales o contractuales, perjudicar o de-fraudar, de alguna manera, a acreedoreso a terceros o evadir disposiciones del r-gimen familiar o sucesorio.

    De ah que es de resaltar la oportu-na y acertada observacin que anota eldestacado maestro del derecho OswaldoHundskopf Exebio en la presentacin deesta obra. Este afirma que existe ciertaconfusin en la doctrina nacional cuan-do se habla de asumir los supuestos deaplicacin del levantamiento del velo oallanamiento de la personalidad, con lafinalidad de atribuir responsabilidad adeterminados rganos integrantes de laadministracin de una persona jurdica,es decir, a los miembros del directorio ode la gerencia, en el caso de una sociedadannima, que hubieran actuado en abusodel derecho o de forma defraudatoria alos intereses y derechos de terceros y/o delos propios socios.

    Sobre el particular, Hundskopf diceque tales situaciones no responden a lossupuestos ni al mbito de aplicacin dela figura jurdica bajo anlisis, dado quela responsabilidad derivada de dichos ac-

    tos se encuentra enmarcada en el incum-plimiento de los deberes propios de susfunciones.

    La obra cuenta con un extraordinarioprlogo de Ricardo Beaumont Callirgos,magistrado del Tribunal Constitucionaly destacado profesor de derecho comer-cial. As tambin con una segunda pre-sentacin a cargo del menos reconocidomaestro universitario Hernando MontoyaAlberti.

    DISCREPANCIAS

    Es importante indicar que hay diferen-tes posiciones respecto a si es necesariao conveniente su regulacin. Empero, nosinclinamos a pensar, coincidiendo conGuerra Cerrn, que sera muy peligrosae imperfecta una normatividad espec-fica, ya que no es posible encasillar ensupuestos determinados los diferentesactos que entraran bajo esta regulacin.Vale decir que en el tema societario hay

    Levantamiento del veloy responsabilidad de las

    sociedades annimas

    J. MARA ELENA GUERRA CERRN. Editorial Grijley, Lima 2009, pp. 559

    algunas tendencias que propugnan unaregulacin en el derecho positivo, con lafinalidad de precisar en qu casos es po-sible correr el velo de la sociedad, con lafinalidad de hacer caer el peso de la ley alos responsables.

    Es indudable que esta obra prontose convertir en un libro referente deimprescindible consulta, no solo por suversatilidad y amplitud de anlisis, sino,adems, por el ilustrativo y fructferoestudio de las diversas materias que seentrelazan en el levantamiento del velosocietario.

    Por todo lo sealado anteriormente,resulta ms que oportuna la aparicinde este material que, justamente, toca yanaliza el meollo del asunto. En suma, sepuede decir que Levantamiento del velo yresponsabilidad de las sociedades anni-

    masrefleja un esfuerzo analtico, interpre-tativo y compilatorio y, adems, adecua-damente estructurado. (F. del S.)