Kazinski a J - El Ultimo Hombre Bueno

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  • 7/23/2019 Kazinski a J - El Ultimo Hombre Bueno

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    J. Kazinski El ltimo hombre bueno

    A. J. KAZINSKI

    EL LTIMO

    HOMBRE BUENO

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    ARGUMENTOSegn la leyenda, siempre habr 36 hombres buenos en el planeta para protege

    todo lo dems falla. Sin ellos, la humanidad se extinguira de la Tierra. En este nriller, alguien est asesinando a esos 36 hombres buenos con una rabia casi divismesurada. El detective Niels Bentzon es el hombre destinado a evitar el siguesinato, para lo cual deber encontrar y proteger a un hombre bueno en concreto.

    ro qu es un hombre bueno? Por suerte, tras veinte aos como policvestigador sabe ver el Mal en cada buena persona con la que se cruza.

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    Dos notas informativas para el lector

    La tradicin de los hombres justos de Dios mencionada en la novela se derivlmud judo, una coleccin de escritos religiosos que fueron redactados en Isra

    bilonia y que, segn la fe, constituyen una narracin directa de lo que Dios le doiss. Dios do, entre otras cosas, que siempre existiran 36 hombres justos eerra. Los 36 nos protegen a todos. Sin ellos, la humanidad perecer.

    Los 36 no saben que son los elegidos.

    * * *

    El 11 de septiembre de 2008 tuvo lugar la mayor conferencia cientfica del mubre experiencias cercanas a la muerte, en la sede de la ONU en Nueva York, bareccin del doctor Sam Parnia. El tema de discusin era el nmero creciente de periencias y cmo son recogidas cada ao en todo el mundo. Se trata de informersonas que han vuelto a la vida y han descrito los fenmenos ms asombrosos, ce la ciencia no puede explicar.

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    PRIMERA PARTE

    EL LIBRO DE LOS MUERTOS

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    Oh tierra, no cubras mi sa

    y que nada detenga mi lam

    LIBRO DE JO

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    La gente muere todo el tiempo, muy a menudo en los hospitales. Por eso el proya ingenioso, simple, casi banal. Comprobaran todas las experiencias cercanasuerte cuyo relato los mdicos solan escuchar. Dnde? En los servicios de urgenr supuesto. Era habitual que las personas lo contasen. La gente declarada clnicam

    uerta, las personas cuya respiracin se haba detenido o su corazn haba dejadir, flotaban hacia arriba. Colgadas all, contra el techo, se vean a s mismas. cuencia, eran capaces de describir los detalles de su muerte con una precisin q

    rebro le habra resultado imposible imaginar en el ltimo momento: cmo un mba volcado un vaso, lo que l o ella haban gritado a los enfermeros, cundo y qtraba o sala de la sala. Algunas personas incluso podan describir lo que pasaba

    bitacin contigua.Sin embargo, nadie poda certificar que estas experiencias fueran algo cientfico. Bora podramos remediarlo. Las salas de urgencias, las unidades de cuidados intenos centros de traumatologa, donde a menudo se revive a la gente, se utilizaran crte de una investigacin a escala mundial. Se colocaran pequeos soportes a mura que la de cualquier persona, sujetados desde el techo. En los soportes se pondgenes, ilustraciones que se mostraran hacia arriba, imposibles de ver desde alo se podran ver si uno se colgaba del techo. Agnes Davidsen era parte del eq

    ns. Los mdicos haban sonredo con cierto escepticismo ante el proyecto, pero nban opuesto ya que los propios cientficos partcipes se costearan los gastos. Aaba all el da que colocaron el soporte en una habitacin del Hospital Generapenhague. Incluso ella misma sujet la escalera mientras el celador se encaramabasobre sellado en sus manos. Y ella fue la que apag las luces antes de que el selmpiera y la imagen fuera colocada en el soporte. Slo en la sede central saban loba en ese dibujo. Nadie ms tena la menor idea. La televisin estaba encendidndo. Estaban emitiendo los preparativos para la Cumbre sobre el Cambio climti

    ebrarse en Copenhague. El presidente francs, Nicolas Sarkozy, declaraba que Euaceptara que la temperatura de la Tierra aumentara en ms del dos por ciento. Ag con la cabeza y ayud a plegar la escalerilla. Para decir algo as haba que stante loco, pens. No aceptara. Como si nosotros los humanos pudisemos regriba o abajo la temperatura de la Tierra con una especie de termostato. Dio las grcelador mirando el soporte bajo el techo. Ahora slo le quedaba esperar a quspital la llamara para comunicarle que se haba producido algn fallecimiento enbitacin.

    Entonces ella acudira.

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    mplo Yonghegong, Pekn, China

    No era la tierra temblando lo que le haba despertado. Ya estaba acostumbrado ametro pasaba justo por debajo del templo Yonghegong, circulando constantemenmenazando aquel edificio sagrado de 350 aos de antigedad en plena capital chin

    ba despertado porque alguien o algo se haba inclinado sobre l mientras dorra observarlo. Estaba seguro.

    El monje Ling se sent en la cama y mir alrededor. El sol se estaba poniendo; el dhaba obligado a retirarse a la cama temprano.

    Hay alguien ah? El dolor empez a extenderse tanto que no pudo determina en la espalda, en el estmago o el pecho donde algo no iba bien. Oa a los jvonjes hablando en el patio del templo, y a los ltimos turistas occidentales saliendo

    Ling desafi el dolor y se levant. Tena la fuerte impresin de que haba alguien bitacin. Pero aparentemente no era as. No logr encontrar sus sandalias y avanz pies descalzos por el suelo de piedra. Haca fro. Tal vez sea una trombosis, peresultaba difcil respirar. Su lengua se haba hinchado y comenzaba a tambalearserto momento estuvo a punto de perder el equilibrio, pero saba que deba manten

    pie. Si se caa ahora, ya no se levantara. Respir hondo, con lo que envi nsacin de ardor a la garganta y los pulmones.

    Ayuda trat de gritar, pero su voz era muy dbil y nadie lo escuch. Ayuda.

    Sali a un pasillo estrecho y hmedo y fue a otra habitacin. La luz del sol anaranrpadeaba delicadamente a travs de la claraboya. Ling se examin el cuerpo. No da. Nada en los brazos, el estmago o el pecho. Un fuerte estremecimiento lo mrr los ojos un momento. Renunci a resistirse y se sumi en una oscurida

    frimiento. Y as encontr por fin un momento de paz. El dolor se produca en pequnzadas, cada una ms aguda que la anterior. De pronto le dieron un respiro.

    Abri una caja con manos temblorosas y la tante con torpes movimientos. Acontr lo que buscaba: un pequeo espejo rayado. Se mir en l: un rostro llen

    mor. Ling se baj un poco su bata y movi el espejo para verse la zona lumbar. Luntuvo la respiracin.

    Mi buen Dios susurr y dej caer el espejo. Qu me est pasando?

    La nica respuesta fue el sonido del espejo hacindose aicos contra el suelo.

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    En la pared haba un antiguo telfono de monedas que no tena aspecto de ngel arda, pero era su nica opcin. Empez a arrastrarse hacia all. Una nueva oleadlor lo hizo detenerse. Era interminable. Abri los ojos y mir el telfono; l siempba opuesto a tenerlo en la pared. Haba sido una exigencia de las autoridades parristas, por si alguno resultaba herido y haba que solicitar ayuda. Por esa raz

    mero de urgencias estaba escrito en nmeros grandes en la pared, y al lado habte de monedas para llamar. Ling alarg la mano tratando de alcanzar el bote arr bruscamente al borde del estante, pero perdi el equilibrio y tuvo que apoyntra la pared. El bote se tambale por la vibracin y cay al suelo, desparramandonedas. Ling esper. La idea de agacharse se le haca insoportable. Y ms an que

    sus ltimos actos en este mundo fuera inclinarse en busca de monedas, a lasba renunciado toda su vida. Pero no quera morir todava, as que cogi una mon mano temblorosa, consigui insertarla en el telfono y marc los tres nm

    critos en la pared. Luego esper.Vamos, vamos susurr con ansiedad. Por fin oy una voz femenina.

    Urgencias.

    Necesito ayuda!

    Desde dnde llama? La voz hablaba con tranquilidad. Sonaba casi mecnica.

    Yo me quemo. Yo... Ling se volvi de golpe. Haba alguien all, estaba seg

    guien lo estaba observando. Se frot los ojos, pero no, no vio a nadie. Quipiaba?

    Para poder ayudarlo he de saber dnde se encuentra insisti la mujer.

    Aydeme... Con cada palabra que deca una punzada de dolor le recorrpalda, a travs de la garganta, hacia la boca y la lengua hinchada.

    Ella le interrumpi educadamente pero con firmeza:

    Dgame su nombre.

    Ling. Ling Cedong. Yo... Aydeme! Mi piel... se quema!

    Seor Cedong... La mujer pareci impacientarse. Dnde est ahora?

    l se qued paralizado. De repente era como si algo en su interior se derrumbmo si el mundo alrededor de l diera un paso atrs y le dejase en un estadealidad. Los sonidos haban desaparecido. Las risas se haban dispersado por el p

    ambin la voz en el auricular. El tiempo se detuvo. Estaba en un mundo nuevo. O mbral del otro mundo. La sangre flua por su nariz.

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    Qu est pasando? susurr. Todo est muy silencioso.

    En ese momento se le cay el auricular, que qued colgando.

    Oiga, sigue ah? se oy la voz de la mujer en el auricular. Seor Cedong?

    Ling no la escuchaba. Se tambale unos pasos hacia la ventana. Observ los tres vel alfizar. Haba agua en uno, tal vez le sera til. Alarg el brazo y lo toc, perdo cogerlo. El vaso cay por la ventana abierta y se estrell contra el suelo de pi

    l patio.

    Los monjes que estaban fuera miraron hacia la ventana. Ling trat de hacerles seo cmo movan los labios, pero no oa nada.

    Ling, al mismo tiempo, poda sentir el sabor de su sangre y cmo flua por su nariz

    Mi buen Dios se lament. Qu me est pasando?

    Sinti que estaba a punto de desvanecerse, como si slo fuera una parte del suera persona, una persona que estaba despertando. Y no poda luchar contra esonidos de alrededor empezaron a desaparecer. Se derrumb. Cay de espaldrando hacia arriba. Todo estaba en silencio. Luego sonri y elev una mano hnde el techo estaba haca un momento. Ya poda ver claramente las primeras estrel oscuro cielo nocturno.

    Est tan silencioso... murmur. Venus. Y la Va Lctea.

    Los otros monjes corrieron a su habitacin y se inclinaron sobre l. Pero Ling no. Su mano extendida cay flccida. Tena una sonrisa en el rostro.

    Trat de llamar. Uno de los monjes cogi el auricular. A Urgencias.

    Ling! Un monje joven, un muchacho alto, trat de reanimarlo. Ling, pume?

    No hubo respuesta. El joven mir a los dems. Ha muerto.

    Todos se callaron e inclinaron la cabeza. Muchos tenan lgrimas en los ojos. Un mciano rompi el silencio:

    Trae a Lopon. No nos queda mucho tiempo.

    Uno de los monjes quiso enviar al muchacho, pero el anciano lo detuvo. No; vnio nunca lo ha visto antes. No debe experimentarlo.

    El monje sali corriendo y el muchacho mir al monje ms anciano.

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    Qu pasar? pregunt con ansiedad.

    Phowa. Redirigiremos el alma. En unos momentos Lopon vendr.

    Phowa?

    Phowa ayuda al alma a reconducirse a travs del cuerpo y a salir por la camonos prisa, slo disponemos de unos minutos.

    Qu pasar si no lo logramos?Lo lograremos. Lopon es rpido. Por favor, aydame. El cuerpo no puede s

    ndido aqu.

    Nadie se movi.

    Agrrale.

    El muchacho y los otros dos monjes sujetaron las piernas de Ling.

    Lo levantaron y lo colocaron en la cama, un poco de lado. Cuando el monjenciano lo volvi sobre su espalda, se dio cuenta de algo.

    Qu es eso? pregunt.

    Los otros se acercaron y miraron.

    Mirad. Aqu, en la espalda.

    Todos se inclinaron sobre el cadver.Qu es? pregunt el muchacho.

    Nadie respondi. Slo permanecieron en silencio mirando fijamente la extraa mue haba aparecido en la espalda del monje Ling. Se extenda desde el hombro haitad de la espalda, como un tatuaje o una cicatriz. O como si la espalda hubiera

    uemada.

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    spital Suvarna, Bombay, India

    Giuseppe Locatelli haba recibido el e-mail haca tres das. Se le peda que localizeconomista recientemente fallecido en la India. A Giuseppe el encargo ntusiasmaba, pero deseaba marcharse de la India y esperaba que esforzndosmplir con el pedido lograra dar un gran paso hacia un puesto mejor en otra embaItalia. Tal vez en Estados Unidos. Soaba con esto. Washington o el consulad

    ueva York que maneja los asuntos relacionados con las Naciones Unidas. Algo ferente de las ftidas calles indias. Por lo tanto, rpidamente contest que lo intenr todos los medios.

    El viaje fue largo y difcil. Aunque era temprano por la maana, el taxi se mntamente por los barrios marginales. Giuseppe ya haba aprendido la primera sem

    la India que uno no debe mirar a los pobres. No se les mira a los ojos. Es precisamr eso que los que visitan el pas por primera vez tienen una cola de nios mendigatrs. En cambio, si uno mira al frente con expresin indiferente, le dejan en paz. Edia hay que ignorar la pobreza cuando vas por la calle y llorar cuando llegas a cates no te han desplumado.

    El taxi se detuvo.

    Hospital Suvarna, seor.

    Giuseppe pag al conductor y baj. Haba una cola delante del hospital. Ese painfierno de colas en todas partes. Cola para la playa, cola en la comisara, cola en

    quea clnica, incluso para comprar una diminuta gasa o un esparadrapo. Giusep

    elant en la cola sin mirar a los ojos a nadie, al menos a los que tena cerca.Habl en ingls con la recepcionista.

    Giuseppe Locatelli. De la embajada de Italia. Me espera el doctor Kahey.

    El doctor Kahey no se dejaba afectar por el estrs laboral. Pareca tranquilo y se

    entras hablaba de Italia, de Cerdea, donde nunca haba estado Giuseppe, mien

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    aban por las escaleras hacia el depsito de cadveres. Giuseppe no poda dejantir admiracin por un mdico que trabajaba tan duro.

    Pero, y todas esas personas ah fuera... Cmo tiene tiempo para ellas?

    No han venido a recibir tratamiento sonri Kahey con indulgencia. Neocupe.

    Cmo?

    Han venido para mostrarle sus respetos a l.

    l?

    El doctor mir asombrado a Giuseppe Locatelli.

    El hombre que ha visto hace un momento. Raj Bairoliya. No se ha dado cuentallevaba flores?

    Giuseppe se ruboriz. No haba visto a nadie. l haba estado mirando al frentemor a encontrarse con los ojos de algn mendigo. Kahey continu en ingls coico y melodioso acento indio:

    Bairoliya fue uno de los asesores ms cercanos al seor Muhamad Yunus, el invelos microcrditos. Conoce al seor Yunus?

    Giuseppe neg con la cabeza. Pero s haba odo hablar de los microcrditos,ban hecho posible la creacin de pequeas empresas innovadoras por parte de mi

    les de personas.Yunus recibi el Premio Nobel en 2006 do el doctor Kahey y sac la caja codver del economista. Pero bien podran habrselo dado a Bairoliya.

    Giuseppe asinti con la cabeza. El doctor quit la sbana. El cadver tena presin apacible. Piel gris cenicienta. Giuseppe conoca muy bien ese tono deslatorio de su abuela. Entonces, le do a Kahey que llamara a la polica italiana,an los que le haban enviado all.

    Claro, adelante.Llam y obtuvo respuesta inmediata.

    Tommaso di Barbara?

    S.

    Giuseppe Locatelli. Llamo de la embajada en Bombay dijo en italiano.

    S. S!

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    Como me ha pedido usted, he localizado el cadver de Raj Bairoliya.

    Su interlocutor pareca constipado y emocionado:

    Su espalda. Puede verle la espalda?

    Giuseppe se volvi hacia el mdico, que se haba apartado para fumar.

    Las autoridades italianas preguntan por su espalda le dijo.

    Ah! Quieren ver la marca. Kahey enderez los hombros y coloc el cigarrilloarco de la ventana con la brasa fuera del quicio. Tal vez usted pueda decirme quMir esperanzado a Giuseppe. Acrquese.

    Giuseppe se qued con el auricular en la mano sin saber qu hacer.

    Tengo que volver junto al cadver dijo a su interlocutor.

    Llmeme de nuevo fue la orden en italiano, y colgaron.

    Vamos lo anim el doctor. No tenga miedo. l no va a hacerle dao. A la dePreparado? aadi en ingls. El doctor Kahey sonri cuando Guiseppe agaruerpo. Uno, dos, tres!

    Pusieron el cadver de lado con un sonido chapoteante, un brazo entumecido cayborde de la litera. Giuseppe Locatelli mir con asombro la espalda del muerto. T

    na marca que iba de hombro a hombro.

    Qu es?

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    lizia di Stato, Venecia

    Tommaso di Barbara haba estado esperando la llamada todo el da. Se haba quedrando el telfono mientras senta los sntomas de una gripe incipiente. Y entoncodujo la llamada en el peor momento. Tommaso mir el telfono, mientras su jeservaba con aire acusatorio.

    No lo sabes? pregunt el jefe, inquisitivo. Un paquete enviado por vplomtica a esta comisara, enviado desde China?

    Tommaso no respondi. Se preguntaba qu tena que hacer su jefe, el comi

    orante, en la comisara a esas horas. El jefe normalmente slo apareca cuando hsitas importantes. Tommaso tena una sensacin de inquietud en el cuerpo. nsacin de que sus das en la polica estaban contados.

    El jefe continu:

    Ests seguro? Alguien ha utilizado los canales oficiales para que las autoridinas enven un paquete con una cinta. A travs de la Interpol. Sin mi conocimientaliento ola a ajo y Chianti.

    Mi turno acaba de empezar dijo Tommaso, elusivo.Se levant y sali de la comisara, bajo la lluvia.

    El puente que conectaba la comisara con la motora de la polica era lo primerodo ilustre invitado de la ciudad vea de Venecia. Se les llevaba hasta all desde t

    me. El comisario Morante los reciba personalmente y les conduca a travs del edlicial, un antiguo convento de monjes, hacia el Gran Canal a lo largo del puenteche no haba visitantes distinguidos. Slo la lluvia. Tommaso salt a la motoefone de nuevo.

    S?

    Soy Tommaso. Sigue ah?

    S, sigo aqu. Giuseppe Locatelli pareca angustiado.

    Tommaso maldo su suerte. La dichosa lluvia. Era imposible or nada. Se tap el

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    do con la mano libre. Escuch.

    Todava estoy en el depsito de cadveres.

    Le ha visto la espalda?

    S. Es que...

    Hable ms alto! grit Tommaso. No le escucho con claridad!

    Tiene una marca. Esto es de locos, la verdad. Como...

    Tommaso lo anim:

    Como un tatuaje?

    S.

    Flavio y el novato de la Puglia llegaron corriendo bajo la lluvia. Compartan el turn

    che con Tommaso.Se pueden tomar fotografas con su telfono? pregunt Tommaso.

    S. Pero tambin tengo una cmara. Como usted me pidi en el e-mail auseppe.

    Tommaso estaba pensando rpidamente. Si l haba interpretado correctamenado de nimo de su jefe, no dispona de mucho tiempo. Apenas para esperar agasen por correo esas fotografas de la India.

    Tome fotos de su espalda con el telfono. Me oye? La situacin es urgente. Tos de toda la espalda e imgenes de cerca. Tan cerca como sea posible, pero recue sin nitidez no nos sern tiles.

    Flavio y el nuevo entraron en la cabina de la motora. Saludaron a Tommaso,nti con la cabeza y pregunt:

    Me ha entendido?

    S, perfectamente dijo Giuseppe.Y me las enva de inmediato a travs de MMS.

    Tommaso colg. Sac un tubo de pastillas del bolsillo y se trag dos sin otro lqe su propia saliva, mientras pensaba quin demonios lo haba contagiado. Tal

    guien del hospicio. Las enfermeras y monjas que cuidaban de su madre estabantacto con toda clase de enfermedades. El recuerdo de su madre moribunda le proa punzada de remordimiento.

    nta Luca, estacin de ferrocarril , Venecia

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    Su pasaporte demostraba que era de Guatemala. El pasaporte ms pequeommaso haba visto nunca: slo un papel doblado por la mitad. No haba sitio los o visados. Simplemente una sucia fotografa del titular, que se pareca a un ind

    gunos dudosos sellos de una autoridad igualmente dudosa del otro lado del Atlnt

    Poco, poco respondi el dueo del pasaporte cuando Tommaso le pregunblaba italiano.

    Francs?Tampoco.

    El hombre slo chapurreaba un poco el ingls, pero se no era el fuerte de Tommano era el nico en Italia. Ni siquiera su profesora de ingls en el instituto saba hgls. En su lugar, haban machacado el francs en su cabeza. Tommaso hubeferido aprender ingls, pero ahora pensaba que era demasiado tarde. El padrmmaso, que nunca haba abandonado Cannaregio en Venecia, muri porque se nescar ayuda de los mdicos cuando tena problemas de pulmn. Tommaso lo sabdre no debera haber fumado tanto. Pero tambin saba que l era en muchos aspea mala copia de su padre.

    Se enderez y vio su propio reflejo en la ventanilla del tren estacionado. Por lo genhabra enfrentado a un rostro anguloso, afeitado, con mirada firme, de pelo cano

    andbula afilada. Pero esa noche se pareca ms a una pobre criatura que debera ecasa, arrebujado en su cama. Tommaso era el primero en admitir que su atractiv

    ba impedido mantener una relacin estable. Slo se haba traducido en demasi

    ntaciones. Pero no en los ltimos aos, despus de haber superado los cuarentapecto no haba cambiado significativamente, pero la gente de su entorno s. Se hasado y disfrutaban de las alegras de la vida conyugal. Tommaso se convenca, cario, de que deba encontrar una esposa. Pero no sera esa noche, se do, y una vezr la imagen pensativa de s mismo.

    Grazie. Tommaso asinti con la cabeza al guatemalteco y abandon el andn.

    Comprob su telfono. No haba mensajes nuevos. Ni archivos de imagen. Mioj de la estacin: Martes 15/12/2009 1.18 h. Saba que podan pasar unos minutces horas, antes de que un mensaje llegara al mvil cuando era enviado desde Asiarvicios de inteligencia retrasaban la seal para controlar lo que se reciba y se envera. Tenan un estricto control sobre las conversaciones de la gente.

    Flavio. Tommaso llam a su colega. Flavio!

    No eran ms de tres agentes del turno de noche los que haban comenzado, bavia, haca diecisiete minutos. La comisara estaba al lado de la estacin de ferrocban que el tren de Trieste llegaba a la una y media y que traa a menudo inmigra

    gales de Europa del Este. Buscaban su suerte en el Oeste trabajando por un peq

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    lario en cualquier cocina de mala muerte.

    Flavio corri bajo la lluvia y descendi al andn cubierto por un techo de metal. ue gritar a Tommaso para sobreponerse al ruido:

    Los dejamos pasar?

    Por qu?

    Debemos ocuparnos de un suicidio en Murano.Suicidio?

    O asesinato. En esas islas nunca se sabe. Flavio se son tres veces con fueeti el pauelo en el bolsillo.

    Tommaso mir una vez ms el telfono. Todava nada de la India. Temspuesta?, se pregunt de camino a la motora policial. El resto de las ocasiones no llado. Haca unos meses haban encontrado uno en Hanoi, muerto de la misma foa misma marca. Adems, tambin era un benefactor.

    Antes de que Flavio diera la vuelta con la embarcacin en el Canal, Tomescubri que an haba luz en el despacho del jefe. Saba muy bien lo que significaomisario Morante estaba removiendo cielo y tierra para averiguar quin haba peds autoridades chinas el paquete con la cinta. Pronto iba a saber quin lo haba hech

    omisario era un hombre meticuloso. Tambin descubrira que Tommaso haba utilila Interpol para enviar advertencias a muchas policas europeas. Entre otras la dan

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    penhague, martes 15 de diciembre de 2009

    Horas de fro en Nordvest.La lluvia golpeteaba el techo del coche policial con un ritmo tranquilo, montonotas se hacan cada vez ms gruesas. Pronto la lluvia sobre la ciudad se cristalizarrma de aguanieve, pens Niels Bentzon mientras, con dedos temblorosos, tratabspegar el penltimo cigarrillo del paquete.

    A travs de los cristales empaados, el mundo de alrededor era un impenetrableagua. El trfico haca que la luz y la oscuridad fuesen intermitentes. Se reclin co

    respaldo, mirando al vaco. Tena dolor de cabeza y agradeci al Todopoderoso qordinador de operaciones le hubiera pedido que se quedase en el coche y esperarels no le gustaba la calle Dorthea, tal vez por su don especial para atraer desgra

    o le sorprendera que esa noche no estuviera lloviendo en el resto de Copenhague.

    Trat de recordar qu hubo all primero: la Comunidad de la Fe Islmica o la CasJuventud. Dos organizaciones que funcionaban como una invitacin para

    borotadores. Todos los policas lo saban: una notificacin por radio para prstencia en la calle Dorthea en Nordvest significaba amenaza de bo

    anifestaciones, incendios o agresiones.Niels haba participado en el desalojo de la Casa de la Juventud; casi todos los pol pas haban sido convocados. Fue un asunto turbio, muy desagradable. Niels esla calle, donde trat de desarmar a dos chicos que esgriman bates. Lo golpearon

    azo izquierdo y en las costillas. Aquellos jvenes irradiaban odio, una supernovustraciones dirigida contra Niels. Cuando finalmente logr derribar a uno y espos

    oven se le encar gritndole algo muy feo. No caba duda del dialecto: Nordsjlungsted. La progenie de la clase alta.

    Pero la noche anterior no haban sido jvenes iracundos o islamistas los que hasparado la alarma, sino un soldado repatriado que estaba utilizando las balas qubraban con su familia.

    Niels!

    Niels oy los golpes en la ventanilla. Todava le quedaban tres cuartos de pitillo.

    Niels. Vamos, ste es el momento.

    Dio dos profundas caladas antes de salir bajo la lluvia.

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    El polica, un chico muy joven, lo mir y coment:

    Qu tiempo tan malo.

    Qu sabemos? Niels tir la colilla y traspuso la valla policial.

    Ha disparado tres o cuatro veces y ha cogido rehenes.

    Qu sabemos acerca de los rehenes?

    Nada.

    Hay nios?

    No sabemos nada, Niels. Leon est en la escalera. Seal con el dedo.

    Vete a la mierda!, haba pintado un espritu honesto en la pared, por encima dtulos con los nombres. El vestbulo era tanto una ruina como un testimonio dcisiones polticas de los ltimos aos. Salvad Christiania!, A la mierda Israe

    Muerte a los maderos!, pudo leer Niels antes de que el portal oxidado se cerraraSe haba empapado en un instante.

    Llueve?

    Niels no pudo determinar cul de los tres policas en la escalera era el gracioso.

    Es en el segundo piso?

    S, seor.

    Tal vez estaran sonriendo a sus espaldas mientras l suba por la escalera. Pomino se cruz con un par de jvenes policas con chalecos antibalas y artomticas. El mundo no haba mejorado desde que Niels fuera aceptado eademia de Polica, haca ms de veinte veranos. Al contrario. Se poda ver en loslos policas jvenes: duros, fros, distantes.

    Tranquilos, muchachos, todos volveremos a casa vivos susurr mientraselantaba.

    Leon? grit uno de los policas. El negociador est subiendo.

    Niels saba exactamente lo que representaba Leon. Si l se viera obligado a elegima, sera: la operacin fue un xito pero el paciente muri.

    Es mi amigo Damsbo? grit Leon desde el descansillo, antes de que Niels dieelta al recodo.

    No saba que tuvieras amigos, Leon.

    Leon, con ambas manos alrededor de la pequea metralleta Heckler & Koch, baj

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    calones y mir sorprendido a Niels.

    Bentzon? De dnde demonios te han desenterrado?

    Niels lo mir a los ojos: los tena muertos, grises. Un reflejo del clima de noviembr

    Haca mucho tiempo que Niels no vea a Leon. Niels haba estado de bajafermedad seis meses. La barba de dos das de Leon haba encanecido, y el nacimisu pelo se haba retirado, dejando tras de s un aparcamiento para las arrugas.

    Pens que enviaran a Damsbo.

    Damsbo est enfermo. Y Munkholm de vacaciones do Niels y apart el cametralleta.

    Podrs hacerlo, Bentzon? Hace mucho tiempo desde la ltima vez, verdad? Sin la medicacin? Una sonrisa condescendiente se form en los labios de Leon aaadir: Qu haces aqu? Crea que ahora te dedicabas a poner multas de trfico

    ceso de velocidad y cosas as.

    Niels neg con la cabeza y trat de disimular que estaba sin aliento. As que sima inhalacin profunda con una expresin de seriedad.

    Es grave? pregunt.

    Peter Jansson, veintisiete aos. Armado. Veterano de Irak. Al parecer ha recia medalla. Ahora amenaza con matar a toda su familia. Un colega de las fuemadas est de camino. Tal vez pueda llegar para liberar a los nios antes de quate a s mismo.

    A lo mejor incluso podemos convencerlo de que no se mate. Niels lo amente. Qu dices, Leon?

    Mierda, cundo vas a entenderlo, Bentzon? Hay tipos a los que no les impor

    nero, las penas de prisin o la jubilacin por enfermedad. No les importa nada.Niels se neg a unirse al cinismo de Leon, as que escuch el resto de su andanada

    Les va a costar a los contribuyentes una fortuna considerable.

    Algo ms, Leon? Qu sabemos sobre el apartamento?

    Dos habitaciones. Entras directamente en la primera, no hay recibidor. Creemos en la habitacin de la izquierda o en el dormitorio, al fondo. Omos dispar

    bemos que hay dos chicas y una esposa, o ex esposa. Tal vez slo una ha y una macogida.

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    Niels mir inquisitivamente a Leon.

    S, la historia vara un poco dependiendo de quin vengan las respuestas.

    Entras?

    Niels asinti con la cabeza.

    Por desgracia no es del todo estpido.

    Qu quieres decir?

    l sabe que slo hay una manera de asegurarse de que el negociador no ocultma y un transmisor.

    Quieres decir que l pretende que me quite la ropa? Suspir profundamente.

    Leon lo mir con compasin y asinti con la cabeza.

    Lo entendera si te niegas. En ese caso podramos irrumpir por la fuerza evienda.

    No, no te preocupes. Lo he hecho antes. Niels se desabroch el cinturn.

    Niels Bentzon cumplira quince aos en el Departamento de Homicidios el prxrano. Los ltimos diez aos como negociador. Lo enviaban a solucionar secuestros

    henes, o cuando la gente amenazaba con suicidarse. Siempre eran hombres. Cuacciones se desplomaron y los economistas se dieron cuenta de la crisis financ

    arecieron las armas. A Niels siempre le ha sorprendido cuntas armas hay por ahcasas. Armas ligeras de la Segunda Guerra Mundial, escopetas de caza y rifle

    encia.

    Niels Bentzon, soy oficial de polica. No llevo ropa encima, como has pedidongo armas ni transmisor. Empuj suavemente la puerta entreabierta. Pume? Mi nombre es Niels. Soy polica y estoy desarmado. S que eres soldado, Pete

    e es difcil quitar la vida a alguien. Slo quiero hablar contigo.

    Niels se detuvo ante la puerta, escuchando. Ninguna respuesta, slo el hedor deda decadente. Poco a poco sus ojos se acostumbraron a la penumbra.

    A lo lejos ladraba un perro callejero de Nordvest. En unos segundos se activximo su sentido del olfato y rpidamente pudo detectar el olor a plvora. Sucontr cartuchos. Recogi uno, todava caliente. Niels ley el grabado en la base: 9 te calibre lo conoca muy bien. Haba tenido el honor de recibir un proyectil alem

    muslo, de casi el mismo calibre, haca tres aos. En algn lugar, en el cajn superio

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    cmoda de Kathrine, l haba guardado la bala que el cirujano haba extrado. Um Parabellum, el calibre ms popular del mundo. El nombre Parabellum descendn. Niels lo haba encontrado en Google: Si vis pacem, para bellum; Si quieres eprate para la guerra. Era el lema de la fbrica alemana de esas armas. Deutaffen und Munitionsfabriken. Haban suministrado las municiones para el ejmn en las dos guerras. Qu paz les haba dado.

    Niels dej el cartucho en el suelo, donde lo haba encontrado. Se detuvo un mom

    e tranquiliz a s mismo. Las sensaciones desagradables tenan que desaparecer acontinuar. Si no, la angustia vencera. La ms leve vibracin de su voz pondrcuestrador nervioso. Kathrine. Pens en Kathrine. No debera hacer eso, de lo contpodra continuar.

    Ests bien, Bentzon? susurr Leon detrs de l.

    Cierra la puerta orden Niels.

    Leon obedeci. Los destellos del trfico de la calle arrojaban luz a travs dentanas, y Niels se vio en un cristal. Plido, asustado, desnudo e indefenso. Tena fr

    Estoy en tu sala de estar, Peter. Mi nombre es Niels. Estoy esperando que hanmigo.

    Niels estaba sereno, ya totalmente tranquilo. Podra pasar casi toda la ngociando, l lo saba. Pero a menudo no tena mucho tiempo. Lo ms importanta situacin con rehenes era que aprenda mucho sobre secuestradores en muy mpo. Lo que uno llega a saber sobre la persona que est detrs de una amenaza!

    ando lograba conectar con la persona haba esperanza. Leon era un idiota. l sloamenaza, y por tanto siempre terminaba disparando.

    Niels buscaba huellas de un hombre llamado Peter en el apartamento. Los detuciales. Mir las fotografas pegadas a la puerta del refrigerador: Peter con su espos dos has. Bajo las imgenes de las nias se lea Clara y Sofie. Al lado, Pete

    Alexandra. Clara, la mayor, era una nia grande, tal vez una adolescente. Aparato dientes y espinillas. Haba diferencia de edad entre las dos nias. Sofie no aparen

    s de seis. Bastante dulce y agradable. Se pareca a su padre. Clara no se pareca nadre ni al padre. Tal vez fuera de un matrimonio anterior. Niels respir hondo y voa sala de estar.

    Peter? Estn Clara y Sofie contigo? Y Alexandra?

    Largo, cabrn! se oy un grito enrgico desde el fondo de la vivienda.

    El fro ya empezaba a hacerle mella y comenz a temblar. Peter no estaba desesperno determinado. Con la desesperacin uno puede negociar, la determinacin es p

    ro suspiro profundo. La batalla no se haba perdido todava. Descubra lo que qusecuestrador. sa era la mxima para un negociador. Si no quiere nada, ayd

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    contrar un deseo, slo uno, u otra cosa. Se trata de hacer que el cerebrocuestrador sienta expectacin por algo. Justo ahora el cerebro de Peter se encontlas antpodas, Niels lo haba notado en su voz.

    Has dicho algo? pregunt para darse tiempo.

    No hubo respuesta.

    Niels mir alrededor. Todava no tena la clave para resolver la situacin. La habita

    aba empapelada de girasoles, girasoles grandes del suelo al techo. Algo interfera or a pis de perro y humedad. Sangre fresca. La mirada de Niels encontr la fuentor en una esquina, acurrucada de una manera que nunca se lo habra imaginado.

    Alexandra haba recibido dos balas directamente en el corazn. Era en las pelnde se tomaba el pulso, en la realidad slo se vea un enorme agujero en el peca vida definitivamente perdida. Ella lo miraba con los ojos bien abiertos. Fue entoando Niels oy el suave llanto de una nia.

    Peter? Todava estoy aqu. Mi nombre es Niels...Una voz le interrumpi:

    Tu nombre es Niels y eres polica. Ya lo has dicho! Y yo te he dicho que te largbronazo.

    Una voz sombra, firme. De dnde vena? Del cuarto de bao? Por qu demoon no le haba conseguido un plano?

    Quieres que me vaya?Diablos, por fin lo entiendes, capullo.

    Pero no puedo, por desgracia. Mi trabajo es estar aqu hasta que se acabe. Pase lose. S que puedes entenderlo. T y yo, Peter, los dos tenemos trabajos que nos obl

    permanecer en nuestro puesto, aunque sea difcil.

    Niels escuch. Se acerc al cadver de Alexandra. En su mano tena unos papelessculos no estaban rgidos an y no fue difcil quitarle el papel. Niels se puso dento a la ventana, para servirse del alumbrado pblico de la calle Dorthea. La cartl Ministerio de Defensa. Un despido. Demasiadas palabras, tres pginas. Niels hpidamente. Problemas personales... Inestable... Circunstancias desafortunaformes de asistencia y reciclaje profesional. Entonces se sinti atrapado enpecie de tnel del tiempo, contemplando la ltima foto familiar. Era como si estuvndo lo ocurrido.

    Alexandra encuentra la carta. Peter ha sido licenciado. El nico ingreso de la fam

    cenciado al mismo tiempo que luchaba para digerir toda la mierda que haba viotagonizado sirviendo a su patria. Niels saba que nunca hablaban de ello.

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    ldados que volvan de Irak y Afganistn no respondan a las preguntas ms obHas disparado? Mataste a alguien? Sus respuestas eran evasivas. Quiz porquemasiado frecuente que las armas que disparaban y que destrozaban al enextremidades y rganos que saltaban en pedazos, hicieran casi tanto dao al almerdugo como al cuerpo de la vctima.

    Peter haba sido licenciado, el ejrcito le haba dado la patada. l se haba marchasa como un hombre real y volva hecho una piltrafa. Y Alexandra no lograba asimi

    la pensaba en primer lugar en las nias, es lo que hace una madre. Un soldado diuna madre piensa en sus hos. Tal vez ella le grit que era un incompetente, qaba fallado a la familia. Y entonces Peter hizo lo que haba aprendido: cuandonflictos no pueden resolverse por medios pacficos, se dispara al enemigo. Y Alexa

    haba convertido en el enemigo.

    Finalmente Niels tena una clave: le hablara a Peter como un soldado. Le hablaru honor, con su hombra.

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    urano, Venecia

    Inicio del invierno, temporada alta de suicidios en la Europa continental. Pero esta un suicidio. Era venganza. Si no, no habra utilizado alambre para ahorcarse

    alidad no era tan difcil encontrar una cuerda en esa isla, con todos sus astilleros.Flavio estaba fuera vomitando en el canal. La viuda del soplador de vidrio muba buscado el consuelo de sus vecinos. Tommaso poda or sus gritos de veando. Fuera de la casa se haba congregado una representacin de la poblacin a. El supervisor de la fbrica de cristal, un monje del monasterio de San Lzarocino y un comerciante. Qu querra el comerciante?, se pregunt Tommaso. Talbrar la ltima factura impagada antes de que fuera demasiado tarde?

    Increble lo que la crisis financiera haca a los hombres y a su percepcin de s misera an ms arriesgado siendo habitante de las islas, el aislamiento en una socirrada, la falta de progreso vital. No era de extraar que Venecia hubiera ascenadvertidamente en las estadsticas de suicidio de Italia.

    La casa: hmeda, techos bajos y mal iluminada. Tommaso mir por una ventana yrostro de una mujer. Estaba comiendo un bocadillo. Lo mir con aire de culpabilinri y se encogi de hombros. Poda tener hambre, por supuesto, aunque el sopl

    vidrio estuviese muerto. Tommaso oa voces fuera. En particular, del superv

    ablaba de las imitaciones baratas de cristal procedentes de Asia, vendidas a los turiaban arruinado el trabajo local, el que se haba producido y desarrollado comorma de arte a travs de los siglos. Era un escndalo!

    Tommaso mir de nuevo el telfono. Dnde demonios estaban las fotos de la Insoplador de vidrio se balanceaba. A Tommaso empezaba a preocuparle cunto tiesostendra el alambre. Si las vrtebras del cuello estaban rotas, el alambre avanzavs de la carne y lesionara el cuerpo.

    Flavio! llam Tommaso.

    Flavio apareci en la puerta.

    Escribe el informe.

    No puedo.

    Cllate. Escribe lo que te digo. Puedes sentarte de espaldas a la habitacin.

    Flavio tom una silla, se volvi hacia la pared hmeda y se sent. Ola a holln. C

    alguien hubiera apagado el fuego de la estufa con un cubo de agua.

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    Listo?

    Flavio estaba sentado con su cuaderno, mirando a la pared.

    Tommaso comenz con la parte oficial:

    Llegamos justo antes de las dos. Llamada de emergencia de la viuda del sopladodrio Antonella Bucati. Escribes?

    S.La sirena. Por fin. Tommaso la oa. La ambulancia apag la sirena cuando encontmino de la laguna hacia ese deteriorado canal. El motor ruga. Los intentos de las

    romper los pilotes medio podridos anunciaron la llegada de la ambulancia, gundos antes de que los sanitarios desembarcaran. La luz azul parpadeante ilumihabitacin a destellos y Tommaso record lo oscura que era Venecia en inviernomo si la humedad robara los restos dispersos de luz de las pocas casas donde an guna persona. El resto de Venecia estaba sumido en la oscuridad. La mayor parte

    udad era propiedad de estadounidenses y saudes, que se encontraban all un mxdos semanas al ao.

    Entonces Tommaso vio los tacones y en ese momento el telfono empez a tintinahorcado tena los tacones de sus zapatos negros manchados de blanco. Tomm

    sp un tacn y la suciedad blanca se desprendi.

    Podemos bajarlo? Fue Lorenzo, conductor de la ambulancia, el que lo pmmaso haba ido a la escuela con l. Slo haban discutido una vez. Lorenzo gan.

    Todava no.

    Ests tratando de decirme que es un asesinato? Lorenzo se preparaba para calambre del soplador de vidrio.

    Flavio! llam Tommaso. Si toca el cadver, que le esposen.

    Lorenzo puso un pie en el suelo con rabia.

    Linterna. Tommaso tendi la mano.

    Flavio se llev la mano a la boca y baj los ojos cuando le dio la linterna. No hellas en el suelo. La cocina tambin estaba convenientemente limpia, dondplador de cristal colgaba de la viga del techo. En contraste con la sala, donde el saba sucio. El telfono son de nuevo. Tommaso abri la puerta de atrs. La huaba cubierta. Haba un pequeo emparrado. Haca mucho tiempo, alguien hentado guiar la parra alrededor de la terraza, pero haba desistido y el sol la lleora a su antojo. La parra cubra todo el techo libremente. Una luz brillaba en el ta

    mmaso camin unos pasos por el jardn de la cocina y abri la puerta. A diferencisto de la casa, el taller estaba ordenado. Meticulosamente ordenado.

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    Otro mensaje se anunciaba en la pantalla. Llegaban en emocionantes oleadas. Nrevi a abrirlos en ese momento.

    El suelo del taller era de hormign blanco. Tommaso se puso a raspar, la superficorosa, casi como tiza. Lo mismo que apareca en los tacones del ahorcado. Se senna silla. Flavio grit, pero Tommaso fingi no orlo. Su primera suposicin era coro era un suicidio. Era una venganza.

    La venganza de la esposa. El soplador de vidrio haba muerto ah y habarastrado por el taller, as se haban manchado de blanco los tacones de los zapatos

    Qu ests haciendo aqu? Tommaso mir a Flavio, que estaba en la pueEsts bien? Joder, tienes mal aspecto.

    Tommaso ignor el diagnstico:

    Debemos llamar al mdico forense. Y a los tcnicos de la Vneto.

    Por qu?Tommaso desliz su dedo por el suelo y lo levant hacia arriba para que Flavio

    u blanco estaba.

    Lo mismo que tiene en los tacones. Si miras, puedes ver que es lo mismo.

    Flavio cay en la cuenta.

    Vamos a detener a la viuda?

    Probablemente sera un buen comienzo.

    Flavio mene la cabeza, pareca triste. Tommaso saba exactamente lo que le pasae momento: el desnimo ante la historia que escuchara de la viuda en las prx

    oras sobre la pobreza, la embriaguez y la prdida de puestos de trabajo, los malte esposa y el aislamiento de un isleo. Era la historia de Venecia ahora. En algn aba seguramente un seguro de vida, o quiz la viuda del soplador de vmplemente ya haba tenido suficiente? Flavio llam por telfono a la comisara ym con calma para hacer las detenciones necesarias. Tommaso respir hondo.

    oche ser el fin del mundo para todos ellos, pens. Tena dificultades para leeensajes en el telfono. Giuseppe Locatelli le haba enviado cuatro fotos desde la

    ommaso sac las gafas de leer y estudi la primera imagen: la marca de la espaldombre muerto. Lo mismo que las dems. Y entonces vio los primeros planos arca de atrs.

    Treinta y cuatro se dijo. Nos quedan dos.

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    lle Dorthea, Copenhague

    Manaco-depresivo, susurraba Leon a los otros policas al otro lado de la puerta.

    Niels saba muy bien que sa era la palabra que usaban cuando hablaban de mbin saba lo que significaba ese apelativo en su diccionario: loco de atar. Pero N

    era manaco-depresivo. Slo que a veces estaba un poco excitado y otras vmpletamente hundido. El ltimo viaje a las profundidades haba durado un paeses.

    Niels mir sus piernas desnudas mientras avanzaba por el suelo. Le temblaban tompo y el fro haca difcil lograr el deseado autocontrol. En un segundo tendracidir si escapaba y dejaba a Leon resolver la situacin sin miramientos. Niels nba disparado un arma. Y nunca lo hara. Eso lo saba. No podra. Tal vez por esonegociador, el nico trabajo de la polica en el que nunca se llevaban armas.

    Niels se aclar la garganta y grit:

    Peter! Crees que soy idiota? Se acerc dos pasos ms a la habitacin. Ce no s lo que se siente al tener un trabajo como el tuyo o el mo.

    l saba que Peter escuchaba. Poda or su respiracin. Ahora se trataba de gananfianza para que pudiera persuadirle de liberar a las nias.

    La gente no sabe lo que se siente cuando se le quita la vida a alguien. La sensacimo si te quitaras la tuya propia. Niels hizo una pausa de unos segundblame, Peter! grit imperiosamente. El tono spero le sorprendi incluso smo. Pero Peter era un soldado, tena que recibir una orden. He dicho queble, soldado raso!

    Qu quieres? grit Peter desde el dormitorio. Qu demonios quieres?

    No! Qu quieres t, Peter? Qu quieres? Quieres salir fuera de aqu? Lo pu

    tender, maldita sea. Es un mundo cruel.

    No hubo respuesta.

    Estoy contigo ahora mismo. Estoy desarmado y desnudo, tal como habas pebrir lentamente la puerta para que puedas verme.

    Niels dio tres pasos hasta la puerta.

    Abro la puerta ahora.

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    Esper unos segundos. Era fundamental dominar su respiracin. No poda mongn atisbo de nerviosismo. Cerr los ojos un segundo. Luego los abri y empuerta. Se detuvo en el quicio. Una nia yaca en la cama. De unos quince aos. Clar

    ayor. Yaca sin vida. Sangre en las sbanas. Peter estaba sentado en la esquina dbitacin y miraba sorprendido al hombre desnudo de la puerta. El soldado lleesto su uniforme y parpadeaba. Era un animal herido. Tena un rifle de caza e

    ano y apuntaba a Niels, y una botella vaca de alcohol entre las piernas.

    No puedes decidir nada sobre m susurr Peter, que ya no pareca tan confiadmismo.

    Dnde est Sofie?

    Peter no respondi, pero oy un leve ruido debajo de la cama. Baj el rifle caonar a Sofie, la pequea, que estaba acurrucada debajo de la cama.

    Vamos a irnos de aqu dijo el soldado, y mir a Niels a los ojos por primera vez

    Niels le sostuvo la mirada. Se neg a mostrar debilidad.S, nos vamos de aqu. Pero no Sofie.

    Bueno, toda mi familia.

    Ahora me voy a sentar anunci Niels, y lo hizo.

    La sangre de la chica muerta que goteaba del somier al suelo le llegaba a los snudos. Se perciba un intenso olor a colchones viejos y alcohol. Niels de

    cuestrador a su aire durante un rato. Peter no estaba listo para disparar a su ha quea, Niels ya lo haba notado. Hay muchas maneras de negociar concuestrador, muchas tcnicas. Tantas, que Niels se haba quedado atrs cuando suslegas haban estado en un curso del FBI en Estados Unidos. Niels tambin habraro su fobia a viajar le oblig a quedarse en casa. Slo la idea de subirse aructura de hierro de muchas toneladas y flotar sobre el Atlntico a unos metros de altura le result algo imposible. El resultado fue bastante predeciblees nunca ms le llamaron. Slo si haba una enfermedad o una ausencia, como

    de.El manual deca que el siguiente paso era iniciar las negociaciones con Peter. nseguir que l estableciera las peticiones o demandas, lo que fuera, pero slo une hara que pasase el tiempo y que su cerebro se relajase. Podra ser algo muy tr

    s whisky o tabaco. Pero Niels haba tirado el manual haca mucho tiempo.

    Sofie llam Niels. Sofie!

    S. La nia sali de debajo de la cama.

    Ahora tu padre y yo hablaremos un poco. Es una charla de adultos y preferimos

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    os. Niels habl en tono duro, muy duro, y no dej de mirar a Peter ni un seguels ya era el oficial, el superior, el aliado de Peter. Ahora hars lo que tu padre y cimos. Sal ahora. Y ve a la escalera!

    Finalmente Niels escuch cmo se mova debajo de la cama.

    No debes mirarnos! Vete fuera, ahora orden.

    Oy los pequeos pasos por la sala y luego cmo la nia abra y luego cerraba la pu

    l piso. Ahora slo quedaban Niels, Peter y el cadver de una adolescente.

    El negociador examin al soldado. Peter Jansson, veintisiete aos. Licenciado forl ejrcito. Un hroe dans de pura cepa. Peter movi el rifle y se puso el can barbilla. El soldado cerr los ojos. Niels casi poda escuchar el susurro de Leon descalera: Que lo haga, Niels! Deja que ese loco se vuele el cerebro.

    Dnde prefieres ser enterrado? Niels estaba totalmente tranquilo y habl comeran amigos ntimos.

    Peter abri mucho los ojos, pero sin mirar a Niels. Mir hacia arriba, tal vezigioso. Niels saba que muchos soldados buscaban al capelln con ms frecuencque querran admitir.

    Quieres ser incinerado?

    El soldado agarr con ms fuerza el rifle.

    Hay algo que quieras decir a alguien? Yo soy la ltima persona que te va a ver

    da.No hubo reaccin en Peter. Respiraba lentamente. Este ltimo acto, quitarse la vga ms coraje que matar a su esposa o a sus hijas.

    Peter, hay alguien con quien pueda contactar de tu parte? Una persona a lasees dejar un mensaje final? Niels le habl como si Peter tuviera un pie eraso, como si estuviera en la puerta de entrada al otro mundo. Lo perimentaste en Irak no lo debera experimentar nadie.

    No.

    Y ahora deseas seguir adelante.

    S.

    Entiendo, est muy bien. Hay algo por lo que quieras ser recordado? Algo bueno

    Peter hizo memoria y Niels vio que haba ganado algo. Por primera vezcuestrador pensaba en otra cosa diferente a pegarse un tiro, pegrselo a su familie maldito mundo. As que Niels continu:

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    Peter! Respndeme! Has hecho algo bueno? Qu fue?

    Era una familia... Un pueblo a las afueras de Basora sometido a un fuego intenmenz titubeante.

    Era una familia iraqu? lo anim Niels. T la salvaste?

    S.

    O sea que has salvado vidas. No slo las has quitado. Eso se recordar.Peter inclin el rifle y por un momento baj la guardia como un boxeador derrotad

    Niels reaccion con rapidez. Se acerc rpidamente y agarr el can del arma. Pmir sorprendido, pero no solt el rifle. Decidido, Niels le golpe en la cabeza colma de la mano.

    Suelta! le orden.

    Niels esperaba que Peter se volviera y gimotease, pero l se qued sentado all,sto derrotado. Niels le quit el rifle con cuidado y se dio la vuelta. La chica en la cmovi.

    Leon! llam Niels.

    Los policas irrumpieron en el piso. Leon entr primero, siempre era el primeralanzaron sobre el soldado, aunque ste no se resisti. Los auxiliares se apresuridosamente por las escaleras.

    La nia vive! exclam Niels y sali de la habitacin.

    Un agente estaba preparado con una manta y se la arroj para que se cubriese. Niezo en el pasillo y mir hacia atrs. Peter estaba llorando, destrozado. Llorar era buels lo saba bien. Cuando haba lgrimas, haba esperanza. Ya haban puesto a la una camilla y se la llevaban.

    Niels fue a la cocina, cubierto por la gruesa manta que ola a perros polica, y dej ms haciendo lo necesario. La familia haba comido albndigas para cenar. S

    arnesa de sobre.Fuera llova an. O era la primera nevada del ao? La ventana estaba cubiertndensacin.

    Bentzon.

    Leon se acerc a l.

    Hay una cosa que me gustara preguntarte.

    El negociador esper. Leon tena mal aliento.

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    Qu demonios piensas realmente?

    Ests seguro de querer saberlo?

    S.

    Niels respir hondo y reflexion. Leon aprovech su indecisin para zampartima albndiga de la familia. La reboz en la salsa y se la meti en la boca.

    Pienso en algo que escuch en la radio sobre Abraham e Isaac.Me tema que ibas a decir algo as.

    T me has preguntado.

    Sin dejar de masticar, Leon pregunt:

    Qu pasa con ellos? No estoy muy familiarizado con esas cosas.

    Haba un sacerdote en la radio que deca que no deberan difundir esta historiauerdas de eso? Dios le dice a Abraham que debe sacrificar a su hijo para probar su

    Estoy de acuerdo con el sacerdote. Suena como una historia demencial. Mejor qrohba esa basura.

    No es lo mismo que hacemos nosotros? Enviar a un joven a un desierto lejedirle que se sacrifique por una creencia.

    Leon lo mir durante unos segundos. Una pequea sonrisa, una sacudida teatral c

    beza, y ya se haba ido.

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    ropuerto de Charleroi, Bruselas, Blgica

    Mi venganza ser redentora.

    La idea son brillante en la mente de Abdul Hadi mientras miraba con desprecio ardias de seguridad. Si quisiera de verdad secuestrar un avin, vuestra ridguridad no podra detenerme.

    Sin embargo, no era tan simple. No iba a secuestrar un avin y volar a la sede dnin Europea. No habra imgenes en la televisin de los parientes de los pasatando y llorando cuando la compaa area diera a conocer las listas con los nomlas vctimas. Esta venganza sera diferente, sera una venganza justa.

    El guardia de seguridad lo mir irritado. Abdul Hadi haba comprendido,

    puesto, su primera pregunta, pero mientras le obligaba a repetir sus injugencias, encontr las fuerzas para seguir.

    Puede quitarse los zapatos, seor? El guardia levant la voz.

    Abdul Hadi mir a los occidentales que acababan de pasar por el puesto de controropuerto sin tener que quitarse los zapatos. Sacudi la cabeza y volvi a pasar a traquel extrao marco de puerta que emita un pitido si tenas monedas en el bolquit los zapatos con calma y confianza y los puso en una bolsa de plstico. Ta

    ensen que escondo un cuchillo en el zapato, como hizo Mohamed Atta, pens antsar de nuevo. Un segundo guardia de seguridad lo llam. Esta vez era su equipaano, que deba ser tratado de manera diferente al del resto de pasajeros. Con msconfianza. Abdul Hadi mir alrededor en el aeropuerto mientras husmeaban eceser. Tintn y chocolates rellenos. No saba mucho acerca de Blgica, pero hrendido que era famosa por dos cosas. Record que dos mujeres belgas de medad haban sido asesinadas en Wadi Dawan el ao anterior. Algunos guerreros deban atacado un convoy de occidentales y las dos mujeres haban muerto. Abdul Hovi la cabeza. Nunca volvera a conducir a travs del desierto de Wadi Dawanoteccin.

    Por encima de la tienda duty-free colgaba un mapa del mundo. Lo mir mientras ran los bolsillos de su bolsa y sacaban las pilas de la mquina de afeitar. El teba rehecho el mapamundi, pens. Nueva York era la capital. Bombay tambi

    nido un significado completamente nuevo, as como el metro de Madrid y de Lonarm el Sheik, Tel Aviv y Jerusaln. Su gente haba sacado un pincel gigante y hmenzado a pintar el mundo de rojo. Estaban creando un nuevo mapa del munde la gente ya no pensaba en castauelas cuando hablaban sobre Madrid, o eatua de la Libertad cuando la charla fuera sobre Nueva York. En su lugar, pensaba

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    horror.

    Un nuevo guardia de seguridad se uni a los dos que ya estaban inclinados sobrlsa. Tal vez una especie de superior. Sin levantar la vista del contenido de la bolsegunt en ingls:

    Ha hecho usted mismo su equipaje, seor?

    S, por supuesto. Es mi bolsa.

    Adnde viaja?

    A Estocolmo.

    Trabaja all?

    No. Voy a visitar a mi familia. Tengo un visado. Hay algn problema?

    De dnde es, seor?

    De Yemen. Hay algn problema?

    El guardia le devolvi la bolsa sin un atisbo de disculpa.

    Abdul Hadi se coloc en el centro de la zona de salida: tiendas, publicidad de peluna promocin de estilos de vida rimbombantes. Senta desprecio. Occidente

    traa relacin de los occidentales con la seguridad. Es pura ficcin pens, al e la fantasa sobre todo lo que pueden hacer sus productos por ellos. Ahorasajeros piensan que todo est bien, que estn a salvo. Pero ustedes no tierdadera seguridad! Abdul Hadi ni siquiera podra soar en llevar un armropuerto. Para qu buscarse complicaciones? En cambio, todo estaba preparado cuando llegara a su destino. Saba adnde ir. Saba que iba a morir, y cmo lo hara

    tocolmo, Retrasado

    Mir la pantalla con los horarios de salida. No se preocup, tena tiempo de serrizara en la capital sueca a su debido momento. Alguien le esperara eropuerto, le conducira a la estacin de ferrocarril y le ayudara a embarcar en elrecto a Copenhague.

    Mir a los pasajeros a su alrededor y pens de nuevo: No, ustedes no estn segu

    idea le gust. Pueden revolver mi equipaje, pueden exigirme que me quite

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    patos, incluso que me quite la ropa, como hicieron en la primera escala. Sin embao no les salvar.

    Pens en la humillacin del aeropuerto de Bombay, cmo le haban llevado a un lnico pasajero que haban apartado de la cola. Haba obedecido mansamente.ardias de seguridad del aeropuerto caminaban delante y dos oficiales de la po

    dia detrs de l. La habitacin no tena ventanas. No haba sillas ni mesa. Seligado a dejar la ropa en el suelo. Haba pedido una silla, pues el suelo estaba s

    os respondieron preguntando si quera llegar a tiempo a su vuelo o deseaba caoblemas. Y ciertamente baraj la posibilidad de causar problemas. Nunca tratab occidentales de esa manera, incluso aunque fueran sospechosos. Sin emba

    ncentr sus pensamientos en la meta. En la venganza.

    Sigui pensando: Nunca seremos aceptados en su mundo. Tolerados tal vez, pereptados. No en las mismas condiciones. Haba hablado con su hermano pequeo tes de su viaje. Si l no regresaba, ste pasara a ser el cabeza de familia. Por tantrmano volvi a casa desde Arabia Saud, donde trabajaba con un contrato temp

    s saudes eran casi peores que los occidentales. Decadentes. Patticos. Mentirodo el mundo saba que lo de sus mujeres cubiertas era una fantochada. El viernesnoche se suban a sus jets privados y volaban a Beirut, se cambiaban de ropa elo, las mujeres se desprendan de los burkas y los hombres pasaban a Hugo B

    bdul Hadi haba estudiado en la Universidad Americana de Beirut unos aos anteGuerra Civil. Y vea cmo los saudes venan cada fin de semana, completamnsformados a su llegada. Las mujeres se tumbaban en la playa en bikini y los homsaban el tiempo bebiendo y jugando al blackjack en un lujoso casino. No saba a q

    ba odiar ms: a los rabes saudes, que jugaban a ser occidentales durante el fimana en la nica ciudad del mundo que los reciba con los brazos abiertos, o cidentales que les atraan hacia ellos con promesas de libertad. Libertad para tratanseguir lo mismo que ellos tenan, pero no podran. Abdul Hadi lo saba por prperiencia. A pesar de que era un hombre guapo, sobre todo antes de que se volvnoso, siempre supo que no tena ninguna posibilidad con las chicas estadounidela universidad.

    Slo una haba dicho s a su invitacin. Caroline, una muchacha de Chicago. Qu

    r cineasta cuando volviera a su pas. Fueron juntos al cine y vieron Lasfaucesuerte. Sin embargo, ella perdi el inters cuando se enter de que l no era del Lbroline buscaba slo un poco de color local, alguien que pudiera llevarla a una tiduina, mostrarle el verdadero Lbano antes de que se fuera a casa.

    tocolmo, Retrasado

    Desde el da en que Caroline quiso hacerle creer que no le haba reconocido e

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    mpus, se jur a s mismo que nunca volvera a probar suerte con una americana. on su hermano de alquiler en un edificio anexo, detrs del hotel Commodore. Lana tantas plantas que dispona de una piscina arriba, donde nunca haba dems compartan el patio con una clnica privada, y cada tarde vean cmo se llevs desechos humanos de las operaciones de ciruga en grandes sacos. Las muudes se hacan liposucciones y enderezaban sus torcidas narices porque dese

    arecerse a Caroline y a las de su calaa, aunque nunca seran como ellas. Y hasta qoblacin rabe no se d cuenta de esto, nunca podr encontrar la verdadera liberstar encerrado en un sueo del que nunca sers parte es una prisin. Por tantoueno que alguien hubiera empezado a rehacer el mapa mundial.

    Tarjeta de embarque, por favor.

    Abdul tendi la suya a la azafata sueca, que le sonri. Haba pasado mucho tiesde la ltima vez que alguien haba sido amable con l.

    El aeropuerto de Estocolmo est todava cerrado por la nieve, seor aadi, y

    omo si dera seor con respeto. No como los guardias de seguridad que deor como si fuera una autorizacin para aplicar uno de sus tratamientos denigraAbra su bolso, seor. Qutese la ropa, seor.

    Embarcaremos tan pronto abran de nuevo.

    La azafata le sonrea todo el tiempo y l sinti un poco de calor. No, no imporens Abdul Hadi. Es muy poco y demasiado tarde.

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    silo de Carlsberg, Copenhague

    La puerta del ascensor se cerr con un quejido suave y esper a ver lo que Niels hhizo lo de siempre: puso la llave, la gir y puls la planta 20. Sinti una leve vibra

    el diafragma cuando el ascensor inici su dilogo con la gravedad. La sensacin lensar en sexo. Haca mucho tiempo que no lo practicaba.

    Unos segundos despus, la puerta se abri, y Niels entr en su casa. O bien hanido visitas inesperadas, o haba olvidado apagar la luz. Probablemente era imo, as que avanz hacia la amplia sala. Estaba tan vaca como cuando se h

    archado, pero aun as... Alguien haba estado all. Un ligero olor a... Por la maaneguntar a Natasja. Era la vecina del apartamento de abajo. Tena las llaves y desar a los tcnicos. Dado que el edificio haba sido renovado haca unos aos,

    oblemas con ventiladores, cables y tuberas.

    Carlsberg haba construido originalmente un silo de 85 metros de altura pamacenamiento de malta. Pero cuando Kongens Bryghus se fusion con otras grarveceras, las reservas de malta fueron innecesarias. A Niels ya no le gustaba la cerv

    igual que tantos otros de su edad y su nivel salarial, haba comenzado a b

    bernet-Sauvignon. Y por qu no media botella esa noche? O una entera? Iebrar o a consolarse? Celebrar que alguien haba sobrevivido, o lamentar que algba sido asesinado? Menudo dilema de mierda. Abri la botella, an sin saber demor estaba.

    Eran casi las dos de la madrugada, pero Niels no se senta cansado. La llmborileaba sobre los grandes ventanales. Puso un CD de los Beatles y subi el son alto que poda or el Blackbird desde el bao. Se lav las salpicaduras de sangre des antes de, como de costumbre, sentarse al ordenador. Como siempre haca cua

    gaba a su casa. O cuando despertaba. Tardaba en encender la luz. Le faltaba Kathhaba de menos la presencia de alguien en el apartamento. Se senta incmodo cua no estaba.

    Kathrine era socia de la firma de arquitectos responsable de la conversin del silartamentos de lujo. Haba sido ella la que quiso comprar el ms elegante. Es

    almente enamorada de l, deca. Niels tambin se sinti fascinado. La gran alturrlsberg lo entusiasmaba. La mejor vista de la ciudad de Copenhague. En aquellos

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    da la zona ola todo el tiempo por culpa de las cubas de la fbrica de cerveza. Despproduccin se traslad a otro lugar. Niels no saba adnde. A Asia, tal vez, como taras cosas. Se alegr de que el hedor de los granos fermentados ya no le anegarsas nasales todas las maanas. Era como si un viejo alcohlico le echara el aliento ra cada da.

    Niels mir alrededor: los dos sofs de diseo a cada lado. La slida mesa cuadradf. Un hueco de granito rojo en la mesa, donde se poda encender un pequeo fu

    n bioetanol, un producto completamente inodoro que se evapora por completo, hplicado Kathrine a un escptico Niels. Pero fue bonito cuando se sentaron mirandguera en la mesa. l nunca haba invitado a nadie de la comisara all. Sin embathrine no dejaba de animarle a que lo hiciera.

    Invita a tus colegas, deca a menudo. Pero Niels no poda, y tampoco pplicarle a Kathrine que era porque se senta avergonzado. No porque fuera Kathrie haba pagado las vistas panormicas de la torre de la cerveza, a esa idea se hostumbrado, sino porque sus colegas nunca podran comprarse un apartamento c

    e. Una vista panormica de 360 grados. Por la noche, mientras estaba en la baelo haba velas encendidas, vea brillar pequeas manchas blancas en el mliano, reflejo de las luces de la ciudad y el cielo estrellado.

    Encendi el ordenador. A saber si Kathrine estara despierta a esas horas. Cul erario en Ciudad del Cabo? Una hora ms tarde... las tres de la maana. En la list

    amigos online estaba Kathrine, pero casi nunca apagaba su Mac-Book. Esplicaba que ella estuviera despierta.

    Adnde vamos esta noche?, se pregunt Niels y mir la lista de amigos onmanda de Buenos Aires estaba all. Y Ronaldo de Mxico. Era muy tarde en Europae no haba casi ningn europeo. Slo Luis de Mlaga. Maldita sea, siempre tenaar ah. Slo Dios saba si tena una vida fuera de la pantalla del ordenador. Nie

    nta menos enfermizo, menos bicho raro, ya que haba encontrado esa comunidamigos. Una red mundial para personas que no podan viajar. Personas

    sicamente, nunca haban salido de su propio pas. La fobia, al parecer, existuchas formas, Niels haba hablado incluso con gente que ni siquiera era capaz desu ciudad. Y de esa manera, de repente comenz a sentirse completamente norma

    ba estado en Hamburgo y Malm. Y en Lbeck en su luna de miel. Su malrporal slo comenzaba a manifestarse en serio en las cercanas de Berln. Kathrinba obligado a viajar con ella slo una vez, pero enferm y estuvo temblando tode semana.

    Tranquilo, ya se te pasar, le repeta ella una y otra vez cuando salan de la aventer den Linden. Pero no se le pasaba. Nadie lo entenda. Nadie, aparte de aqu

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    ntenares de personas que participaban en aquella red social, o quiz la mayora filamente que no lo entenda porque no era una fobia inusual. Fobia a viajar y iones. Niels haba ledo bastante al respecto. Algunos estudios mostraban que unda diez personas la sufra de alguna manera. l tambin haba tratado de explicrsthrine: que si se alejaba unos cientos de kilmetros de casa, simplement

    ecanismo se pona en marcha.

    En primer lugar la digestin. Empezaba a padecer estreimiento. Por eso, n

    ajaba durante ms de un fin de semana. Cuando se acercaba a Berln los mscmenzaban a entumecrsele. Y luego estaban esos detalles que intercambiabanembros de aquella red. Niels saba que era por eso, que tena esa tendencia apresivo y a sentirse paralizado por completo. As que no poda viajar; si lo hacces se senta como si llevara media tonelada de cemento alrededor de su cinturaras ocasiones poda ocurrir lo contrario: el entusiasmo se apoderaba de l. Vesitivo de la vida y la energa le produca hiperactividad, y por eso la gente pensaba

    a un manaco.

    Hola, Niels!! Cmo estn las cosas por Copenhague?Era Amanda, de Argentina. Tena veintids aos. Estudiaba en la Academia de Btes y no haba salido de Buenos Aires en los ltimos quince aos. Su madre h

    uerto en un accidente areo cuando Amanda tena siete aos; eso para ellaobablemente una explicacin psicolgica a su fobia a viajar. Los dems no la tenando caso, Niels ignoraba la suya propia, y eso que haba probado de todo: psiclopnosis, etc. Pero nadie encontraba la anhelada explicacin. l simplemente no pajar.

    Hola, preciosa, aqu hace ms fro que donde t ests, le respondi en ingls.

    Lament haber escrito preciosa. Estaba pasado de moda. Pero Amanda era rmosa. Mir su foto de perfil. Ojos almendrados, cabello negro y espeso, larnosos. Y no haba olvidado la barra de labios de color rojo cuando se tom la foto.

    La respuesta de Amanda en ingls apareci debajo en la pantalla: Deseara par ah para darte calor.

    Niels sonri. Ambos haban coqueteado mucho en el foro. Oh, Dios mo! Cientorsonas con las que jams podra encontrarse. Y todas estaban all, con un intenso descapar. Se enviaban fotos de su lugar de procedencia, historias personales, rec

    els haba puesto una receta danesa tradicional de pat de hgado que cualquiera plizar, y se haba convertido en un xito. l mismo haba cocinado la receta de la pla madre de Luis, mientras escuchaba una guitarra de doce cuerdas espaola, tam

    cilitada por Luis. Era casi como estar con ellos. Eso era lo bueno del foro. No se trao de todo lo que no podan hacer: viajar, conducir, volar. No eran conversaciones s

    enfermedad, se trataba de lo que podan hacer: hablar de s mismos, de su pas, dltura. A travs del foro, unos con otros, experimentaban el mundo.

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    Niels y Amanda hablaron de trivialidades y luego ella tuvo que irse a la academiometi enviarle una fotografa de la escuela y otra de la escultura que estaba hacien

    Chau, Nielsm, Guapo, escribi en ingls, y antes de que l pudiera responderle ba ido.

    Acababa de cerrar cuando Kathrine apareci en la pantalla.

    Niels? La pantalla parpade un poco. Era como si necesitara tomarse

    gundos para sincronizarse con su congnere en frica. No duermes? Su vozave.

    Acabo de llegar a casa.

    Ella encendi un cigarrillo y le sonri. El tabaquismo era algo que haban comparte seguan haciendo, visto que no podan tener hos. Niels se dio cuenta de que espoco borracha.

    Se nota que he bebido?No. Creo que no. Has estado fuera?

    Puedes quitar a los Beatles? Apenas puedo escuchar lo que me dices.

    l lo apag y, ajustando la pantalla, la mir.

    Ha pasado algo? pregunt ella.

    No. Nada en absoluto.

    Ella sonri. Niels no iba a hablarle de su misin de esa noche. No haba ninguna rra compartir sus miserias con ella, nunca lo haba hecho. Odiaba cuando la gntaba historias de horror acerca de nios enfermos o muertos. Ahogamiecidentes de coche, calamidades... Por qu forzar a otros a escuchar todo eso?

    Kathrine ajust su webcam. Estaba sentada en la habitacin del hotel de costumbrndo Niels poda ver algo que parpadeaba un poco. Era la ciudad detrs de ella? L

    la luna que tocaba en la montaa Mesa? O tal vez el cabo de Buena Espera

    uiz los pequeos puntos brillantes fueran los barcos que dejaban atrs el ocdico?

    Te he hablado de Chris y Mary Lou, la pareja de arquitectos americanos quenido aqu? Asquerosamente competentes. Uno de ellos ha trabajado con Dbeskind. Bueno, dan una pequea fiesta de bienvenida dentro de unos das. Podnocerles personalmente. Nos han invitado a su casa el sbado. Y lo mir, expecta

    Me encantara.

    Tienes las pastillas?

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    S. Por supuesto.

    Puedo verlas?

    Niels se levant y fue al cuarto de bao. Cuando regres, Kathrine se haba quitadmisa blanca y estaba en sujetador. l saba exactamente lo que pretenda.

    Hace calor all? pregunt provocador.

    Es agradable, Niels. El mejor clima del mundo. Y te encantar el vino tustrame las pastillas.

    l levant el pequeo bote delante de la cmara.

    Un poco ms cerca.

    l lo hizo. Kathrine ley en voz alta:

    Apozepam. Cinco miligramos. Relajante en caso de miedo a volar.

    Allan tiene un amigo que las utiliza con excelente resultado.

    Allan? pregunt ella.

    Del equipo de desplazamiento rpido.

    Pens que eras el nico en la polica que no poda volar.

    Puedo volar. Slo tengo dificultades para viajar.

    Cul es la diferencia? Tmate las pastillas ahora. Tmate dos al mismo tieentras te veo.

    Niels se ech a rer y sacudi la cabeza. Coloc dos pequeos comprimidos sobngua.

    Salud!

    Trgalas, cario!

    Cuando las pldoras desaparecieron, junto con medio vaso de vino tinto, cambado de nimo de Kathrine, tal como l esperaba.

    Quieres jugar?

    Lo haras?

    Sabes que yo lo quiero. No debes burlarte de m. Qutate la ropa.

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    sexo y la muerte... el deseo y el miedo.

    Djame ver, cario susurr Kathrine desde Ciudad del Cabo.

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    pacio areo europeo

    Ella otra vez. La azafata. Ahora caminaba por el estrecho pasillo sirviendo caf mo y cacahuetes. Abdul Hadi sonri ante la idea. Frutos secos, caf y t. E

    mercio de bienes ms importante en los bazares rabes. Por su causa los comerciaropeos haban peregrinado a Arabia a lo largo de los siglos para comprar alimenvarlos hasta su norte estril. Ahora esas delicias rabes se daban a los pasajerotutos embalajes de plstico servidos por jvenes rubias. Era un tema que

    mericanos o europeos no entendan, lo que haba detrs de la comercializacin agrproductos fagocitados a Oriente. Occidente primero vendi la idea de s mismblicidad se haba inventado para vender a los occidentales el mundo occidental.

    Caf o t?

    Abdul Hadi levant la vista. Quin era aquella chica. Una vez ms la sonrisntacto con unos ojos de profunda mirada. A pesar de las muchas horas de espera ropuerto, ella pareca recin despertada y duchada.

    Zumo de naranja.

    Cacahuetes?

    Por favor.

    Ella le roz la mano cuando coloc el zumo de naranja en la mesa abatible. nsacin de calor lo recorri. Haca mucho tiempo que no senta algo as. La azafataba puesto una bolsita de cacahuetes en la pequea mesa. Pero justo antes de irse una bolsa adicional. No con prisa, sino dulce y tranquilamente. Y agreg:

    Disfrute del vuelo, seor.

    Abdul Hadi mir alrededor de la cabina. l era el nico al que ella haba dadolsas? Esto significaba algo sobre sus avances? La mir. l nunca lo habra hecho

    e momento ella se dio la vuelta y mir hacia atrs. l not el calor. La sangrescenda por su cuerpo para rellenar una parte concreta. Se imagin a la azafata ysmo en una habitacin de hotel. Ella se sentaba en la cama. l quera tocarle el p

    unca haba tocado un pelo rubio, lo ms cerca que haba estado fue con Caromo sera? Suave? El cabello de un ngel. Quera pasar la mano suavemente polo mientras ella le desabrochaba el cinturn. En su imaginacin, l estaba deentras ella, sentada en la cama y poco a poco, se apoderaba de su sexo. Tena esmuas rojo discreto. Eran imaginaciones suyas, o haba visto ese esmalte de ua

    o la vuelta y trat de comprobarlo pero ella ya estaba ms adelante del estrecho paun beb haba comenzado a llorar. Trat de quitrsela de la cabeza. Trat de pensa

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    ra cosa. En el mundo occidental y el falaz concepto de s mismos que tenanbitantes. La plvora ya no haba sido inventada por los chinos, sino poradounidenses para celebrar el Cuatro de Julio. El sistema numrico ya no tengen en Arabia, sino en Europa. Cuntas personas en todo el mundo saban qunnsula Arbiga fue la cuna de la cultura? La historia, las matemticas, las ciencdo aquello en que se basa Occidente y lo considera suyo. Todo proviene de nosotrocord Abdul Hadi. De nosotros.

    Se comi las dos bolsitas de cacahuetes y oy que el estmago comenzaba a quejaca muchas horas que no coma en condiciones. Cuando aterrizara comera cente, se do. Tambin era por eso que a su mente le costaba tanto concentrarse. ora estaba mejor, volva a pensar con claridad otra vez, sin la ensoacin sobafata. Primero nos robasteis todo, hicisteis como si fuera vuestro, y luego gasteis al resto del mundo. Occidente se ha construido con robos y opresin hacims. Tarde o temprano, la gente se vengar. Es slo justicia.

    El nio grit detrs de l. El eterno problema de los inocentes. Si entro en la ca

    ora, obligando al avin a precipitarse al ocano o a incrustarse en un edificio, toundo hablar de asesinato de inocentes, pens. Pero el argumento no vala. estros impuestos, vuestro dinero el que financia la opresin de mis hermanos. o inocente slo porque se contentaba con dar dinero a los opresores? Os escontrs de vuestros hos. Siempre los usis como escudo, pero en realidad los halocado en la primera lnea de fuego vosotros mismos.

    Bebi el pequeo vaso de zumo de un trago y pens en su hermana. Ella habra tesi la misma edad que aquella azafata, sera elegante y de cabello claro, si hubvido. Haca muchos aos que no pensaba en su asesinato, pero ltimamente helto a su memoria. Como si ella hubiese tratado de rescatarle, ayudarle a entend

    ecanismo interno de la venganza y la justicia final. Abdul Hadi cerr los ojos y revrecuerdo ms intenso. Se vio en el asiento trasero con sus dos hermanos cuand

    che pas por encima del muchacho. Abdul no haba odo ni visto nada, o quizmino en el desierto era tan irregular que todo el tiempo se escuchaban fuqueteos, al golpear la carrocera una piedra o al arrastrar el tubo de escape a lo lla carretera. Pero sus padres haban gritado. Estaban muy lejos de la ciudad, e

    sierto de Wadi Dawan, donde aos ms tarde unas mujeres belgas tambin seesinadas.

    Qu pasa, qu pasa? haba gritado el hermano de Abdul Hadi cuando su pn de golpe y se ape del coche, desesperado.

    El padre de Abdul haba tenido la desgracia de atropellar a un nio, que haba muinstante. Los gritos desgarrados atrajeron al resto del pueblo que en ese momavesaban y de pronto el coche se qued rodeado. El padre de Abdul trat de explic

    No lo vi, cruz corriendo por delante del coche.

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    El ambiente era tan seco y polvoriento, casi como conducir con niebla.

    Los lamentos iban aumentando, y otras madres se unan. Era terrible: un coro de de se elevaba hacia el cielo. Abdul Hadi no recordaba si el anciano de la aldea y el pl muchacho asesinado haban estado all todo el tiempo. Slo se acordaba de que umbres adultos abrieron la puerta del coche y le sacaron fuera. l iba sentado jusasiento trasero detrs del conductor, as que tena que ser a l al que sacaranoximidad. Su padre se defendi, pero le sujetaron. Uno de los dos iba a m

    nganza. Justicia. Mir a sus hermanos en el coche.Juro que no lo vi llor su padre.

    Un hombre le quit los papeles a su padre del bolsillo. Leyeron su nombre en voz

    Hadi. Hadi deron una y otra vez como si el nombre de su padre fuerplicacin de cmo le poda haber ido tan mal. Su padre les grit:

    Soltad a mi hijo! l no tiene nada que ver en esto.

    Las mujeres gritaron de dolor, levantando al nio muerto, y su padre tratlandarles con sus oraciones. Como no le sirvi, trat de amenazarles. Nombr anocidos en la polica de la capital, pero la gente de la ciudad no significaba nada sierto. Le haban obligado a agacharse. Gritaba todo el tiempo, pero uno se le scima oprimindole la boca contra la arena. Vmitos, gritos y muerte. Se coloc al uerto de nuevo en el suelo, en el centro de un crculo de personas.

    Su ho por mi ho! grit el hombre que haba cogido a Abdul Hadi por el cue

    mpezaba a estrangularlo. Escupiendo arena y sangre, el padre de Abdul vio resignarror delante de l.

    Abdul Hadi recordaba que el padre del nio muerto haba soltado el cuello ddre. Lo haba cogido del brazo y con la otra mano agarr a su hermana.

    Debes elegir! exclam el padre del nio muerto al padre de Abdul. Nia?

    Entonces Abdul record que su madre haba comenzado a gritar. Ella llora

    taba cuando era l quien estaba amenazado de muerte? Tal vez, simplementeda escucharlo, intent convencerse Abdul una y otra vez. Haba mucha gtando.

    Nio o nia?

    Ha sido un accidente... Te lo suplico.

    Tu ho o tu ha. Y sac a relucir un cuchillo. Haba sangre seca en la hoja. P

    rzar una decisin coloc la punta justo bajo la laringe de su padre. A quin elige

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    El padre de Abdul mir nicamente a su hijo cuando respondi:

    La chica. Tome a la chica.

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    10

    rcoles, 16 de diciembre

    Niels Bentzon despert tarde. Se senta todo menos descansado. En realidad, podir la baja sin problema, tendra que haberse tomado el da libre despus de seme

    che. Sin embargo, quince minutos ms tarde estaba sentado en su coche con el ojado, una taza de caf en la mano y luciendo una corbata que un nio de primunin podra haber anudado mejor.

    misara de Polica, Copenhague

    Niels casi no vea la comisara detrs de la pared de autobuses verdes de la policacas horas, elAirForceOne aterrizara en suelo dans. La madre de Niels ya le hmado para preguntarle si se reunira con l. Protgele. Niels deba de hcepcionado a su anciana madre. Obama tiene su propio ejrcito de guardaespaam le explic. Su propia limusina, su propio men, un peluquero y una peqaleta con los cdigos del arsenal atmico norteamericano. No estaba seguro de sba credo lo de las armas atmicas, pero tena la sensacin de que la hubcepcionado si le contaba la simple verdad: que Niels slo se enfrentaranifestantes enfadados fuera de Bella Center.

    Se abri paso entre la multitud de agentes de la polica provincial que haban vencapital. Aquello pareca una excursin escolar. Rindose, al parecer se regocaba

    ner un poco de variedad en sus jornadas cotidianas. Ese da no pondran multas erechas carreteras comarcales del norte de Jutlandia, ni evitaran que los pescadorlearan en la casa parroquial de Thyborn. Pronto estaran cara a cara coovimiento Aack, diversas asociaciones ecologistas y medioambientales, sagradable mezcla de activistas de izquierdas de gran talento y los nios abandone se llamaban a s mismos independientes y estaban llenos de ira.

    Buenos das, Bentzon!

    Antes de que Niels pudiera darse la vuelta, recibi un varonil manotazo en la espa

    Leon. Has dormido?

    Como un tronco. Mir con curiosidad a Niels. T al contrario pareces hlvo.

    Se necesitan al menos un par de horas para relajarse.

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    No para m. Leon sonri.

    Y yo no te aguanto. La idea se le qued grabada y no le abandonara. Pero asels no soportaba a Leon, le provocaba urticaria. Ya fue malditamente desagrad

    ner que volver a casa despus de una noche como la anterior, con el recuerdo frescdveres y nios muertos asesinados, para ahora escuchar a Leon. Era pedir demase no pudiera dormir como un beb?

    Afortunadamente Anni les interrumpi:Sommersted ha preguntado por ti.

    Sommersted? repiti Niels y la mir. La secretaria asinti con la cabeza. Talba un poco de compasin en sus ojos.

    Una entrevista personal en el despacho del subjefe de polica W. H. Sommerstedgo que pocos agentes haban tenido que experimentar. Segn los rumores, se concemo mucho tres reuniones personales en la oficina de Sommersted en el tiempo

    o trabajara all. Cuando se reciba la primera advertencia, cuando se reciba la segucuando te daban veinte minutos para recoger tus cosas e irte. Niels haba estados veces antes. Dos advertencias.

    Tan pronto como sea posible agreg Anni y sonri insinuante a Leon.

    Niels la llev hasta la cafetera.

    Me quiere slo a m? Qu pidi?

    Fue su secretaria la que telefone. Me pidi que te avisara en cuanto te viera. ? Ha pasado algo?

    W. H. Sommersted, se lea en letras negras en el cristal de la puerta del despaadie saba lo que significaba la H. Es posible que simplemente le gustara utilizmmersted estaba al telfono. Su gruesa barbilla no se mova cuando hablaba. N

    ns que podra haber sido un buen ventrlocuo.Envamelo por fax inmediatamente. Sommersted se levant y se acerc a la venrando hacia fuera. De camino le ech un vistazo a Niels sin dar signo

    conocimiento.

    Niels trat de relajarse. Era difcil. Que lo jodan si me despide, pens. Trataginar todo lo que podra hacer con su tiempo libre. Estara completamente vac

    o a s mismo flotando en un sof, ataviado slo con una bata, dejando pasa

    presin sobre l. Disfrutndola. Adentrndose en las profundidades.

  • 7/23/2019 Kazinski a J - El Ultimo Hombre Bueno

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    Bentzon!

    Sommersted haba colgado y con un ademn de la mano le hizo ver que estaben humor.

    Sintate. Cmo va todo?

    Bien, gracias.

    Esto es un infierno.Lo puedo entender.

    E lAir Force One aterrizar muy pronto. Copenhague est rebosante de principuras internacionales e Inteligencia ve terroristas por todas partes. Personalmente e nos hemos puesto demasiado nerviosos y casi perdimos el control, las cosasado a punto de superarnos. Pero ahora todo est en orden. Sommersted resospir hondo tratando de recordar por qu aquel negociador estaba sentado frente

    Me alegro de que hayas vuelto, Bentzon. Puso las gafas sobre la mesa. Mecho que has tenido que quedarte en cueros, con la nochecita que haca. Llegan da vez ms listos, eh?

    Ella est bien?

    La chica? S, est bien. Asinti, sereno, con la cabeza. Sus espesas cejantaron ms con aire preocupado.

    Bastante creble, pero no le engaaba. Sommersted era un buen comunicador. H

    stido al curso de comunicacin que Niels haba rechazado cinco aos antes. Un mla polica de hoy en da era una combinacin de presentador, poltico y jef

    rsonal.

    Eres muy bueno hablando con la gente, Niels.

    S? Niels respondi cauteloso, consciente de que Sommersted le tendamboscada.

    Lo digo en serio.

    Bueno, gracias. Pero la trampa de inmediato le golpe: Tal vez demasiado buSu mirada era penetrante.

    Es una pregunta?

    Miroslav Stanic, nuestro amigo serbio. Te acuerdas de l?

    Niels se revolvi inquieto en su silla. Y se arrepinti de inmediato, porque advirtimmersted lo perciba.

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    He odo que le has visitado en prisin. Fue slo una vez?

    Por eso me llamas aqu?

    Ese hombre es un psicpata.

    Niels suspir y mir por la ventana. No le importaba que se creara un silembarazoso. Mientras Sommersted esperaba algn comentario, los pensamiento

    els se dirigieron a Miroslav Stanic.

    Haca siete u ocho aos, haban extraditado al serbio a La Haya. Era sospechosber cometido crmenes de guerra en Bosnia. No obstante, por alguna extraa razhaba concedido un permiso de residencia en Dinamarca por razones humanitaro pronto su error fue claro como el agua para las autoridades danesas. Stanic n

    serbio pobre y vctima de las circunstancias, sino un guardia del campamentisioneros de Osmarskar, de los peores que existan. Y ahora, en la crcel, tenamidas saludables al da gracias al restaurante llamado Dinamarca. Cuando iba jeto de extradicin se haba puesto como loco y tomado a otros dos refugiados chenes en el campamento Sandholm. Cuando Niels lleg, Miroslav Stanic exigiida segura fuera del pas, o rajara la garganta de uno de los rehenes. Pareca i

    rio porque casi consigui matar a una joven albanesa. Slo un milagro de los docel Hospital General le salv la vida a la desdichada. Despus de eso, el amb

    aba lleno de reproches contra Niels. Leon fue a por l especialmente. Por qu diaels no le haba volado la cabeza simplemente?, pregunt. Al final, tras medio dgociaciones con el serbio, ste no se arrepenta en absoluto de ninguno demenes de guerra. Sommersted tena razn: era un psicpata puro y dur

    cantador. En realidad haba hecho rer a Niels, al menos una vez. Miroslav Stanic tcrcel. La soledad. Pero saba que el juego haba terminado y que le esperaban vos entre rejas. Niels slo le ayudara si se entregaba.

    Sommersted esperaba todava.

    Se lo promet, Sommersted. Y ahora que est cumpliendo su condena en Dinamngo que mantener mi promesa.

    Lo prometiste? Te comprometiste a visitarlo en la crcel?

    Fue el precio por liberar a los rehenes.

    No cumplas tu promesa, Bentzon. Los rehenes fueron liberados y Stanicndenado. Sabes lo que se comenta sobre ti?

    Niels esperaba que fuera