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La reforma judicial ? ¿ m a t e culpa tiene el T Que No es Cualquier Verdura

La justicia ciega a kilomeros de aquí

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Analisis sobre la reforma judicial.

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Page 1: La justicia ciega a kilomeros de aquí

La reforma judicial

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No es Cualquier Verdura

Page 2: La justicia ciega a kilomeros de aquí

Por Pan Duro, Mayo 2013

La Justicia ciega y a kilómetros de aquí

Jueces y abogados compartieron un encuentro, convocados por el espa-cio Plataforma 2012, donde debatieron la aparente “democratización” de la jus-ticia en el salón Auditorio de la sede del Colegio de Abogados de la Capital Federal, el 2 de mayo 2013.

Un panel multicolor donde se pudo ver desde el juez de la Corte Suprema Eugenio Za�aroni al director del Centro de Políticas Públicas para el Socialismo, Alberto Binder, coordinado por un miembro de Plataforma 2012, la investigadora e intelectual Maristella Svampa. Entre ellos se encontraba Mario Garelik, abogado de movimien-tos sociales, y si se nos permite la arbi-trariedad, es con su palabra con la que nos queremos quedar, por el gran y único motivo que nos representa.

En su turno, Garelik, lo primero que se encargó de señalar es que este pro-yecto “es hijo de una feroz disputa entre sectores dominantes por conse-guir la hegemonía, característica que se observa cuando se toca la confor-mación de la justicia y los sistemas electorales, donde no hay un debate profundo y quienes dicen estar en contra del proyecto no se oponen para democratizar la justicia en serio donde por ejemplo haya una apertura de los archivos del Estado, para recoger prue-bas sobre los crímenes de la dictadura, o que se cumpla efectivamente el 82% móvil para nuestros jubilados”. No exis-ten vallas legales, que el Ejecutivo no logre sortear, si analizamos nuestra his-toria política. Las leyes se dictan, se cumplen, o no se cumplen, se derogan

o se modi�can, según la correlación de fuerzas que exista en un momento his-tórico dado. Un sector de la Justicia podrá tener contradicciones con el Eje-cutivo en un momento concreto, pero estas contradicciones se resuelven como parte de la lucha por la hegemo-nía dentro del Estado.

La aparición de una nueva hege-monía en la sociedad argentina, choca y tiene algunas contradicciones políti-cas con los sectores judiciales que res-ponden a otros sectores dominantes, y tratan de trabar o di�cultar la consoli-dación del nuevo sector hegemónico de las clases dominantes. La mal llama-da “democratización del poder judi-cial”, es la forma con la que el gobierno intenta correr a sus rivales políticos dentro del poder judicial.

Otro tema señalado por Garelik es el uso del “caso Clarín” de parte del gobierno para impulsar la modi�ca-ción de las medidas cautelares que ha usado esa corporación para resistir. El

condicionamiento que hace de las cau-telares y recursos de amparo, “al condi-cionarlas al interés público (entre muchos otros condicionamientos), liquida una conquista democrática del pueblo y le da al Estado un arma pode-rosa para restringir derechos popula-res”.

Si esta ley se aprueba, el gobierno podrá maniobrar para que, con suerte, los bisnietos de los jubilados cobren sus juicios, los damni�cados por el “co-rralito” no habrían cobrado nada por “la emergencia económica”, el derecho de huelga podrá ser negado por “el inte-rés público”, ni qué hablar de un corte de ruta.

Otros aspectos son las Cámaras de Casación, que harán más lento llegar a un fallo de�nitivo, y aumentarán el costo de los honorarios de juicios más prolongados aún más de lo que ya son.

Una reforma democrática, debe-ría, entre otras cosas, poner en prácti-ca los juicios por jurado que establece

la Constitución Nacional en su artículo 118. En el juicio por jurado, son simples ciudadanos, los jurados, los que deci-den si el acusado es culpable o inocen-te, recortando el poder de “la corpora-ción judicial”. Por ejemplo, un jurado así no habría puesto en libertad a los procesados en el juicio de Marita Verón. Ni qué hablar de los genocidas de la dictadura.

Y Garelik cierra de esta manera, “los restantes temas propuestos por el pro-yecto son secundarios, ¿qué nos puede cambiar que las sentencias estén o no en Internet, o la declaración jurada o el impuesto a las ganancias?, si lo anun-cia sin explicar porque no sube a Inter-net los archivos de la dictadura, que permanecen secretos por el pacto del ex ministro de Defensa de Alfonsín, Jaunarena, con la cúpula militar, y que este gobierno cumple en su totalidad. Hablemos de democratizar en serio, hablemos de cómo poner la justicia al servicio de las necesidades y la defensa de los derechos de nuestro pueblo”.

o se modi�can, según la correlación de

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Jueces y abogados compartieron un encuentro, convocados por el espa-cio Plataforma 2012, donde debatieron la aparente “democratización” de la jus-ticia en el salón Auditorio de la sede del Colegio de Abogados de la Capital Federal, el 2 de mayo 2013.

Un panel multicolor donde se pudo ver desde el juez de la Corte Suprema Eugenio Za�aroni al director del Centro de Políticas Públicas para el Socialismo, Alberto Binder, coordinado por un miembro de Plataforma 2012, la investigadora e intelectual Maristella Svampa. Entre ellos se encontraba Mario Garelik, abogado de movimien-tos sociales, y si se nos permite la arbi-trariedad, es con su palabra con la que nos queremos quedar, por el gran y único motivo que nos representa.

En su turno, Garelik, lo primero que se encargó de señalar es que este pro-yecto “es hijo de una feroz disputa entre sectores dominantes por conse-guir la hegemonía, característica que se observa cuando se toca la confor-mación de la justicia y los sistemas electorales, donde no hay un debate profundo y quienes dicen estar en contra del proyecto no se oponen para democratizar la justicia en serio donde por ejemplo haya una apertura de los archivos del Estado, para recoger prue-bas sobre los crímenes de la dictadura, o que se cumpla efectivamente el 82% móvil para nuestros jubilados”. No exis-ten vallas legales, que el Ejecutivo no logre sortear, si analizamos nuestra his-toria política. Las leyes se dictan, se cumplen, o no se cumplen, se derogan

o se modi�can, según la correlación de fuerzas que exista en un momento his-tórico dado. Un sector de la Justicia podrá tener contradicciones con el Eje-cutivo en un momento concreto, pero estas contradicciones se resuelven como parte de la lucha por la hegemo-nía dentro del Estado.

La aparición de una nueva hege-monía en la sociedad argentina, choca y tiene algunas contradicciones políti-cas con los sectores judiciales que res-ponden a otros sectores dominantes, y tratan de trabar o di�cultar la consoli-dación del nuevo sector hegemónico de las clases dominantes. La mal llama-da “democratización del poder judi-cial”, es la forma con la que el gobierno intenta correr a sus rivales políticos dentro del poder judicial.

Otro tema señalado por Garelik es el uso del “caso Clarín” de parte del gobierno para impulsar la modi�ca-ción de las medidas cautelares que ha usado esa corporación para resistir. El

condicionamiento que hace de las cau-telares y recursos de amparo, “al condi-cionarlas al interés público (entre muchos otros condicionamientos), liquida una conquista democrática del pueblo y le da al Estado un arma pode-rosa para restringir derechos popula-res”.

Si esta ley se aprueba, el gobierno podrá maniobrar para que, con suerte, los bisnietos de los jubilados cobren sus juicios, los damni�cados por el “co-rralito” no habrían cobrado nada por “la emergencia económica”, el derecho de huelga podrá ser negado por “el inte-rés público”, ni qué hablar de un corte de ruta.

Otros aspectos son las Cámaras de Casación, que harán más lento llegar a un fallo de�nitivo, y aumentarán el costo de los honorarios de juicios más prolongados aún más de lo que ya son.

Una reforma democrática, debe-ría, entre otras cosas, poner en prácti-ca los juicios por jurado que establece

la Constitución Nacional en su artículo 118. En el juicio por jurado, son simples ciudadanos, los jurados, los que deci-den si el acusado es culpable o inocen-te, recortando el poder de “la corpora-ción judicial”. Por ejemplo, un jurado así no habría puesto en libertad a los procesados en el juicio de Marita Verón. Ni qué hablar de los genocidas de la dictadura.

Y Garelik cierra de esta manera, “los restantes temas propuestos por el pro-yecto son secundarios, ¿qué nos puede cambiar que las sentencias estén o no en Internet, o la declaración jurada o el impuesto a las ganancias?, si lo anun-cia sin explicar porque no sube a Inter-net los archivos de la dictadura, que permanecen secretos por el pacto del ex ministro de Defensa de Alfonsín, Jaunarena, con la cúpula militar, y que este gobierno cumple en su totalidad. Hablemos de democratizar en serio, hablemos de cómo poner la justicia al servicio de las necesidades y la defensa de los derechos de nuestro pueblo”.

condicionamiento que hace de las cau