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CARMEN PUCHE LÓPEZ LA LEYENDA DE PILATOS EN LA «LEGENDA AUREA» DE IACOBUS DE VORAGINE: ESTRUCTURA NARRATIVA Y «EXEMPLUM A CONTRARIO»* I. PLANTEAMIENTO Y OBJETIVOS En este trabajo centramos nuestra atención en la leyenda de Pilatos que incluye Jacobo de Vorágine en el cap. LI (De passione Domini) de su Legenda aurea 1 . Como en otros casos, el dominico se permite introducir en su legen- dario esta historia sobre uno de los personajes “malditos” para el Cristianismo y lo justifica así 2 : §§ 183-185: Et quia Christum in mortem tradiderunt Iudas per auaritiam, Iudei per «Hagiographica» XXVI (2019), pp. 221-259. (ISSN 1124-1225 - ISBN 978-88-8450-929-1 © SISMEL - Edizioni del Galluzzo 2019) * Trabajo realizado en el marco del proyecto de investigación FFI2017-83950-P 1. Cfr., entre otros, A. Boureau, La Légende dorée. Le système narratif de Jacques de Voragine († 1298), Paris 1984; S. Reames, The Legenda Aurea: A Reexamination of Its Paradoxical History, Madison, WI and London, 1985; B. Dunn-Lardeau (dir), Legenda aurea. Sept siècles de diffusion. Texte latin et branches vernaculaires. Actes du Colloque, Montreal 1986; G. P. Maggioni, Ricerche sulla composizione e sulla trasmissione della «Legenda aurea», Spoleto 1995; A. Degl’Innocenti - F. Ferrari (eds.), Tra edificazione e piacere della lettura: le vite dei santi in età medievale, Trento 1998; B. Fleith - F. Morenzoni (eds.), De la sainteté à l’hagiographie: genèse et usage de la Légende dorée, Genève 2001; J. Le Goff, À la recherche du temps sacré. Jacques de Voragine et la Légende dorée, Paris 2011; G. P. Maggioni, Riletture e riscritture agiografiche del XIII secolo: i leggendari abbreviati, in M. Garcia Sempere - A. Llorca Tonda (eds.), Vides medievals de sants: difusió, tradició i llegenda, Ala- cant 2012, pp. 11-34; S. A. Epstein, The Talents of Jacopo Da Varagine: A Genoese Mind in Medie- val Europe, Ithaca-London 2016. 2. Para las citas del texto latino seguimos la edición de G. P. Maggioni, «Legenda aurea». Con le miniature del codice Ambrosiano C 240 inf., 2 vols, Firenze 2007. SISMEL - EDIZIONI DEL GALLUZZO

La leyenda de Pilatos en la «Legenda aurea» de Iacobus de

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CARMEN PUCHE LÓPEZ

LA LEYENDA DE PILATOS EN LA «LEGENDA AUREA» DE IACOBUS DE VORAGINE:

ESTRUCTURA NARRATIVA Y «EXEMPLUM A CONTRARIO»*

I. PLANTEAMIENTO Y OBJETIVOS

En este trabajo centramos nuestra atención en la leyenda de Pilatos queincluye Jacobo de Vorágine en el cap. LI (De passione Domini) de su Legendaaurea1. Como en otros casos, el dominico se permite introducir en su legen-dario esta historia sobre uno de los personajes “malditos” para el Cristianismoy lo justifica así2:

§§ 183-185: Et quia Christum in mortem tradiderunt Iudas per auaritiam, Iudei per

«Hagiographica» XXVI (2019), pp. 221-259. (ISSN 1124-1225 - ISBN 978-88-8450-929-1 © SISMEL - Edizioni del Galluzzo 2019)

* Trabajo realizado en el marco del proyecto de investigación FFI2017-83950-P1. Cfr., entre otros, A. Boureau, La Légende dorée. Le système narratif de Jacques de Voragine (†

1298), Paris 1984; S. Reames, The Legenda Aurea: A Reexamination of Its Paradoxical History,Madison, WI and London, 1985; B. Dunn-Lardeau (dir), Legenda aurea. Sept siècles de diffusion.Texte latin et branches vernaculaires. Actes du Colloque, Montreal 1986; G. P. Maggioni, Ricerchesulla composizione e sulla trasmissione della «Legenda aurea», Spoleto 1995; A. Degl’Innocenti - F.Ferrari (eds.), Tra edificazione e piacere della lettura: le vite dei santi in età medievale, Trento 1998;B. Fleith - F. Morenzoni (eds.), De la sainteté à l’hagiographie: genèse et usage de la Légende dorée,Genève 2001; J. Le Goff, À la recherche du temps sacré. Jacques de Voragine et la Légende dorée, Paris2011; G. P. Maggioni, Riletture e riscritture agiografiche del XIII secolo: i leggendari abbreviati, in M.Garcia Sempere - A. Llorca Tonda (eds.), Vides medievals de sants: difusió, tradició i llegenda, Ala-cant 2012, pp. 11-34; S. A. Epstein, The Talents of Jacopo Da Varagine: A Genoese Mind in Medie-val Europe, Ithaca-London 2016.2. Para las citas del texto latino seguimos la edición de G. P. Maggioni, «Legenda aurea». Con

le miniature del codice Ambrosiano C 240 inf., 2 vols, Firenze 2007.

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inuidiam, Pylatus per timorem, ideo uidendum esset de pena a deo hiis inflicta meritohuius peccati; sed de pena et origine Iude inuenies in legenda sancti Mathie, de penaet excidio Iudeorum in legenda sancti Iacobi minoris. De pena autem et origine Pylatiin quadam hystoria licet apocrypha sic legitur.

Hagamos, en primer lugar, un resumen de la leyenda:

Pilatos, fruto de la unión de un rey llamado Tiro y la hija de un molinero, esentregado al rey por su madre, Pila, cuando tenía tres años. Celoso ya en su infanciade su hermanastro, de su misma edad e hijo legítimo del matrimonio real, lo asesina,y el rey lo envía como rehén a Roma como parte del tributo. Allí, movido igual-mente por la envidia, asesina al hijo del rey de los francos, que había llegado tambiénen condición de rehén a Roma. En castigo, es enviado como iudex a una tierra par-ticularmente hostil y rebelde al poder romano, la isla de Pontos. Pilatos consiguesometer a esas gentes y recibe, en recuerdo de su éxito, el nombre de “Pontius”.Convertido en gobernador de Judea por amistad con Herodes, se enfrenta a éste porvarios motivos, si bien se reconcilia con él al entregar a Cristo. Precisamente porhaber entregado a Cristo, teme provocar la cólera de Tiberio y envía a Roma aalguien de su confianza que lo justifique ante el emperador. Pero éste, que ha caídoenfermo y aún desconoce que Cristo ha sido condenado a muerte, le envía a unemisario, Volusiano, para que lleve a Cristo a su presencia. Pilatos pide un plazo decatorce días y, entretanto, Volusiano se encuentra con Verónica, que le habla delpaño con el rostro de Cristo y se ofrece a acompañarlo a Roma llevando la sagradaimagen. Allí Tiberio es informado por ellos de la muerte de Cristo por orden dePilatos y resulta curado con la simple contemplación del rostro impreso en el paño.El emperador, furioso contra Pilatos, exige que sea llevado a su presencia, pero elpoder divino de la túnica de Cristo, que Pilatos lleva sobre su cuerpo, le inmunizay transforma en afabilidad la cólera del emperador. Lo mismo sucede una segundavez hasta que Tiberio comprende qué está ocurriendo y, tras despojarlo de la túnica,ordena el ingreso en prisión de Pilatos, para el que se decreta después la condena amuerte. Él, finalmente, se suicida, y su cuerpo, arrojado al Tïber, provoca todo tipode prodigios terroríficos, por lo que es llevado a Vienne y arrojado al Ródano, des-pués, a Losanne y, finalmente, a una sima entre montañas en la que, según se indicaen el relato, se ve aún infernal actividad.

Se trata, como puede apreciarse, de un relato heterogéneo que incluyediferentes episodios: su nacimiento y criminal pasado (§§ 186-205); su rela-ción con Herodes (§§ 206-211); su relación y encuentro con el emperadorTiberio, dentro del cual se incluye la historia de Verónica y la santa faz (§§212-245), y, finalmente, su muerte y los malignos efectos de su cadáver (§§246-255).

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Como hemos visto, el propio dominico nos desvela su fuente, la Hystoriaapocrypha3, la cual menciona tanto en el momento de iniciar la narración,como al final, con una interesante advertencia sobre la conveniencia o no desu posible utilización:

§§ 256-7: Hucusque in predicta hystoria apocrypha legitur. Que utrum recitandasit lectoris iudicio relinquatur.

Esta Hystoria apocrypha bebe, a su vez, del caudal de materiales apócrifos4

3. Sobre la Historia apocrypha, un texto del s. XII que Vorágine tomará como fuente en másocasiones a lo largo de su legendario, cfr. E. von Steinmeyer, Die «Historia Apocrypha» der«Legenda aurea», in «Münchener Museum für Philologie des Mittelalters und der Renaissance»,3 (1915-23), pp. 155-66; B. de Gaiffier, L’«Historia apocrypha» dans la Légende Dorée, in «AnalectaBollandiana», 91 (1973), pp. 263-72 y, especialmente, G. P. Maggioni, Appelli al lettore e defini-zioni di apocrifo nella «Legenda aurea». A margine della leggenda di Giuda Iscariota, in «Studi Medie-vali», 36 (1995), pp. 241-53; Id., Storie malvagie e vite di santi. Storie apocrife, cattivi e demoni neileggendari condensati del XIII secolo, in Degl’Innocenti-Ferrari, Tra edificazione e piacere cit., pp.131-44, particularmente pp. 132 sgg.; Id., La littérature apocryphe dans la Légende Dorée et dans sessources immédiates. L’interprétation d’une chaîne de transmission culturelle, in «Apocrypha», 19 (2008),pp. 146-81, particularmente pp. 173-4.4. En los Evangelios Apócrifos se recoge un «Ciclo de Pilatos» (Los Evangelios Apócrifos, ed.

de A. De Santos Otero, Madrid 1957, pp. 418-566), compuesto por los Acta (o Gesta) Pilati, queremontan al s. VI, el Descensus Christi ad inferos y una serie de escritos complementarios entrelos que destacan las cartas supuestamente cruzadas entre Pilatos y Tiberio y, particularmente, laMors Pilati, que coincide con la segunda parte de nuestro relato, desde la aparición en escena deTiberio (§ 212) hasta el final. La primera parte del relato (§§ 186-205), en cambio, remonta auna leyenda nacida en torno al siglo X que conoció muy numerosas reelaboraciones, una de lascuales es la que recoge la Hystoria Apocrypha. Sobre la tradición apócrifa en torno a Pilatos, ade-más de la bibliografía señalada en nota 3, cfr. J. Berlioz, Crochet de fer et puits à tempêtes. La légendede Ponce Pilate a Vienne (Isère) et au mont Pilat au XIIIe siècle, in «Le Monde alpin et rhodanien»,1-2 (1990), pp. 85-104; Z. S. Izydorczyk (ed.), The Medieval Gospel of Nicodemus. Texts, Intertextsand Contexts in Western Europe, Tempe (Arizona) 1997; B. Murdoch, The Mors Pilati in the Cor-nish «Resurrexio Domini», in «Celtica. Journal of the School of Celtic Studies», 23 (1999), pp. 211-26; A. Boureau, Introduction, in Jacques De Voragine, La Légende dorée, texte traduit, présenté etannoté par A. Boureau et alii, Paris 2004, pp. 1197-8; R. Gounelle, Les origines littéraires de lalégende de Véronique et de la Sainte Face: la «Cura sanitatis Tiberii» et la «Vindicta Saluatoris», in A.Monaci Castagno (ed.), Sacre impronte e oggetti «non fatti da mano d’uomo» nelle religioni. Atti delConvegno Internazionale (Torino, 18-20 maggio 2010), Torino 2011, pp. 231-51; G. P. Mag-gioni, Commento, in Iacopo da Varazze, Leggenda aurea, storie dal deserto, storie malvagie, storie stra-ne. Antologia e commento a cura di G. P. Maggioni. Traduzione italiana coordinata da F. Stella,Firenze 2016, p. 45.

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que se fueron generando en torno al personaje histórico de Pilatos5, en unproceso similar al que dio lugar a la rica y fecunda tradición en torno a Judas6.Como indican las propias palabras de Vorágine («de pena et origine Pylati»),

el relato se articula en dos bloques diferentes. El primero (§§ 186-205) es elque narra la historia de su vida, desde su nacimiento, hasta el momento en quese convierte en gobernador. Esta parte se inspira en el De ortu Pilati, esa leyen-da del s. X y que después recogerá la Hystoria apocrypha7. El segundo (§§ 212-255) está construido en torno a la relación entre Pilatos y Tiberio tras la muer-te de Cristo, y desarrolla los hechos hasta su suicidio y los nefastos efectos desu cadáver. Esta parte se inspira en la Mors Pilati y en ella hay una recreaciónde motivos característicos de las passiones, en un antitético paralelismo entre lafigura de Pilatos y la de cualquier santo o santa. El personaje de Tiberio es,como veremos, una pieza fundamental en esta parte del relato.

5. Sobre la figura histórica de Pilatos, el praefectus Iudaeae que testimonia la inscripción halladaen Cesarea en 1961 (cfr. A. Frova, L’iscrizione di Ponzio Pilato a Caesarea, in «Rendiconti IstitutoLombardo. Accademia di Scienze e Lettere», 95, 1961, pp. 419-34) y sobre los testimonios quede él nos ofrecen Filón de Alejandría, Flavio Josefo y Tácito, cfr. F. Morison, And Pilate Said:a New Study of the Roman Procurator, New York 1940 y P. L. Maier, The Fate of Pontius Pilate,in «Hermes», 99 (1971), pp. 362-71. Uno de los episodios que protagonizó durante el desem-peño de su cargo y por el que después fue relevado del mismo, la represión de una revuelta desamaritanos en el monte Gerizim (cfr. Maier, The Fate cit., pp. 364 y sgg.), es mencionado porVorágine en nuestra leyenda como posible causa de la enemistad entre Pilatos y Herodes (§§208-209), tomando como fuente la Historia Scholastica de Petrus Comestor. Después de su indi-cación de que ha terminado ya el relato de la Hystoria Apocrypha, Vorágine añade también otrosdetalles como causas de un posible destierro a Lyon, si bien luego afirma que ni Eusebio deCesarea ni Beda mencionan este destierro y hablan tan sólo de su suicidio (§§ 258-262).6. Como ya hemos señalado en otro lugar (cfr. La leyenda de Judas Iscariote en la tradición cata-

lana de la «Legenda aurea» y su modelo latino: algunas reflexiones, in «Cultura Neolatina», 78, 3-4,2018, pp. 211-38), se trata de un proceso acumulativo que, en virtud de lo que Enslin llama«Christian curiosity» (cfr. M. S. Enslin, Hagiographic Mistletoe, in «The Journal of Religion», 25,1, 1945, pp. 10-24, concretamente en p. 12) va sumando, ya desde los mismos evangelios, nue-vos detalles y elementos a la tradición anterior (cfr. Id., How the story grew: Judas in Fact and Fic-tion, in E.-H. Barth - R.-E. Cocroft (eds.), Festschrift to honor F. Wilbur Gingrich: lexicographer,scholar, teacher and committed Christian layman, Leiden 1972, pp. 123-42). Además, como veremos,ambas leyendas no sólo coinciden en la intención de poner de relieve la maldad de sus respec-tivos protagonistas, sino que también comparten diversos motivos narrativos, como el del ase-sinato del hermanastro movidos por la envidia.7. Cfr. supra, notas 3 y 4.

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Ambas partes, que se entreveran con información que Vorágine aporta deotras fuentes8, se articulan en torno al hecho que confiere significación y rele-vancia a nuestro personaje, haber sido el gobernador que ordena la muerte deCristo9, y son algo así como el “antes” y el “después” de ello. De hecho, sobresu actuación en relación con la condena y crucifixión de Cristo no se aportaningún detalle, porque ya se dan por suficientemente conocidos y la intencióndel relato es, de acuerdo con esa necesidad de ampliar información sobre Pila-tos que antes comentábamos, construir para él un pasado y un futuro, forjaruna leyenda sobre su vida anterior, y otra sobre su vida posterior hasta sumuerte, en ambos casos para confirmar su maldad supraterrenal que, comoveremos, queda por encima de cualquier autoridad humana.Ambas partes tienen como denominador común la intención de presentarlo

como un ser a la vez detestable y poderoso, cuya funesta actuación provoca entodo lugar un rechazo y condena unánimes, que aparecen de manera recu-rrente a lo largo de todo el relato y se prolongan incluso más allá de su muerte.Esta visión unifica de alguna manera la heterogénea procedencia del materialnarrativo que la compone. La afirmación de Vorágine «uidendum esset de pena a deo hiis inflicta meri-

to huius peccati» deja claro que la inserción de la leyenda se justifica como unexemplum a contrario: mientras que las figuras de santidad ofrecen ejemplos deexistencias piadosas por las que reciben justa recompensa, la finalidad de laleyenda que nos ocupa es destacar el temprano instinto criminal de su prota-gonista y el camino que recorre hacia su castigo eterno10. Es un ejemplo deesa magistral combinación tan característica de Vorágine de docere y delectare,

8. Cuando habla de las causas de su enemistad con Herodes (§§ 206-211). Cfr. supra, nota 5.9. Podemos recordar aquí la famosa afirmación de Tácito, Annales, XV 44: «[...] quos per

flagitia invisos vulgus Chrestianos appellabat. Auctor nominis eius Christus Tiberio imperitanteper procuratorem Pontium Pilatum supplicio adfectus erat». 10. De los tres tipos de santos que establece Boureau dentro de la Legenda aurea («témoins»,

«défenseurs» y «prêcheurs»), Pilatos sería la antítesis del primer tipo, que son los que «assurentleur salut par la perfection personnelle et proposent aux chrétiens leur exemple» (cfr. La Légendedorée. Le système narratif cit., p. 183). Sobre el exemplum, cfr. H. Lausberg, Elementos de retóricaliteraria, 3 vols., trad. por J. Pérez Riesco, Madrid 1976, vol I, §§ 410-426. Sobre el exemplum acontrario, especialmente § 420.

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mediante la cual el aleccionamiento moral se acompaña del deleite de una his-toria de malvados11.En este trabajo nos proponemos analizar cómo está caracterizado nuestro

protagonista, de qué forma está “construido” el personaje, identificando losingredientes narrativos que el anónimo redactor consideró apropiados paraforjar esta leyenda sobre su figura. Para ello, centraremos nuestra atención enel bloque narrativo que narra su origen y nacimiento (§§ 186-205) y, por otrolado, en el bloque que relata su relación y encuentro con Tiberio después dela crucifixión (§§ 212-248). Para llevar a cabo este análisis, parece obvio atender tanto a los elementos

que describan al personaje, sus pensamientos y sentimientos, como a los pasajesen estilo directo que recojan palabras puestas en sus labios. A este respecto,nuestro relato es bastante pobre y proporciona muy poca información sobrelos sentimientos o pensamientos de Pilatos y, además, es llamativo el hecho deque éste no toma la palabra en ningún momento de la narración, de modo quecasi todo lo que sabemos de él lo sabemos por sus acciones y por lo que otrospersonajes dicen o hacen en relación con él. Todo ello será analizado en elapartado II de nuestro trabajo.Por otro lado, la narración de los acontecimientos sigue un orden natural,

cronológico y, en ese sentido, no hay ningún tipo de deformación temporal.El ritmo narrativo, el «tiempo del discurso», siguiendo la terminología deTodorov12, es muy rápido, y no hay apenas dramatización13. La narración se

11. En el contexto del surgimiento en el s. XIII de las legendae nouae, un nuevo género delegendarios que ofrece modelos de santidad para el aleccionamiento doctrinal y moral en la pre-dicación de las órdenes mendicantes (cfr. Boureau, La Légende dorée. Le système narratif cit., p.12), Vorágine muestra un mayor interés por desarrollar el componente narrativo y maravilloso,así como una mayor conciencia de dirigirse también al público de las plazas. Al respecto, cfr.especialmente, entre otros trabajos de Maggioni, Storie malvagie e vite di santi cit., pp. 135 y sgg.;La littérature apocryphe cit., pp. 172 y sgg.; Riletture e riscritture agiografiche del XIII secolo cit., pp.12 y sgg.12. Cfr. T. Todorov, Las categorías del relato literario, in Análisis estructural del relato, Méjico

19886 [1982], pp. 159-95, concretamente en pp. 177 y sgg.13. Sobre los «modos» de la narración y la diferencia entre «showing» y «telling», cfr., entre

otros, G. Genette, Narrative discourse, transl. J. E. Lewin, Oxford 1980 [Discours du récit, 1972],pp. 161 y sgg.; J. A. García Landa, Acción, relato, discurso. Estructura de la ficción narrativa, Sala-manca 1998, pp. 173 y sgg.

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hace desde lo que llama Todorov «visión por detrás»: el narrador sabe más quesu personaje y es omnisciente, de modo que no tenemos contraste de puntosde vista en la narración de los acontecimientos14. Asimismo, los personajes tie-nen apariciones puntuales en el relato y no se vuelve a saber de ellos, de modoque no hay interés alguno por profundizar en sus sentimientos y, por supuesto,no podemos esperar que haya evolución psicológica de ningún personaje, nisiquiera de nuestro protagonista.Esta simplicidad y pobreza son propias de los relatos populares y, precisa-

mente por ello, en nuestro análisis queremos prestar especial atención tam-bién a la estructura narrativa del relato, con el objetivo de comprobar si éstaresponde al modelo de funciones básicas establecido por V. Propp para loscuentos maravillosos15. De hecho, el análisis morfológico de funciones prop-pianas se ha aplicado ya a los relatos hagiográficos y, como señala D. Bundy,no sólo ofrece una base científica para describir y comparar literatura hagio-gráfica y géneros relacionados, sino que también ilustra sobre la manera enque la hagiografía, que tiene leyes bien definidas, se enlaza con tradicionespopulares y orales16. Así pues, nuestro análisis de la estructura narrativa, queabordaremos en el apartado III, nos permitirá responder a la pregunta: ¿pode-mos decir que en este relato Pilatos actúa como un héroe de cuento, –en estecaso, campeón de maldad?

14. Cfr. T. Todorov, Las categorías cit., p. 181. Sobre esta cuestión, cfr., entre otros, M. Bal,Teoría de la narrativa. Una introducción a la narratología, Madrid 1987, pp. 125 y sgg.; García Landa,Acción, relato, discurso cit., pp. 279 y sgg.; P. Hühn - W. Schmid - J. Schönert (eds.), Point ofview, Perspective, and Focalization. Modeling Mediation in Narrative, Berlin-New York 2009.15. Cfr. V. Propp, Morfología del cuento, Madrid 19856 [1971].16. Cfr. D. Bundy, The Acts of Saint Gallicanus. A study of the structural relations, in «Byzan-

tion», 57 (1987), pp. 12-31, concretamente en p. 31. Muy interesantes son, en esta línea, losanálisis de. G. Guidorizzi, Motivi fiabeschi nell’agiografia bizantina, in P. L. Leone (ed.), Studibizantini e neogreci. Atti del IV Convegno Nazionale di Studi Bizantini (Lecce-Calimera aprile1980), Galatina 1983, pp. 457-67; Ch. Picard, .Il était une fois un évêque appelé Marcel, in M. Sot(coord.), Haut Moyen Âge. Études offertes à P. Riché, Paris 1990, pp. 79-91; J. A. Artés Hernán-dez, Estructura narrativa de los Acta Pauli et Petri Apocrypha, in «Estudios Bíblicos», 65 (2007),pp. 491-523 y C. Ruiz Montero, Los apócrifos «Hechos de Pablo y Tecla», in I. Muñoz Gallarte- J. Peláez (eds.), In mari via tua. Philological Studies in Honour of Antonio Piñero, Córdoba 2016,pp. 11-29.

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II. CARACTERIZACIÓN DEL PERSONAJE DE PILATOS

En este apartado vamos a detenernos en todos los elementos que, de una uotra manera, aportan información en relación con su figura. Vamos a diferen-ciar dos apartados: en el primero, comentaremos todas (ciertamente, escasas)las alusiones directas y explícitas a su origen y a sus sentimientos y pensamien-tos, los cuales dibujan en alguna medida su personalidad; en el segundo,comentaremos las menciones de lo que los demás personajes sienten, piensano hacen en relación con Pilatos, lo cual, de forma indirecta, nos aporta tam-bién información sobre él.

II.1. El personaje de Pilatos

II.1.1. Concepción y nacimiento

Pilatos es hijo de un rey llamado «Tyrus» y de una joven llamada «Pyla», hijade un molinero:

§ 186: Fuit quidam rex nomine Tyrus qui quandam puellam nomine Pylam, filiamcuiusdam molendinarii nomine Atus carnaliter cognouit et de ea filium generauit.

Aunque el nombre «Tyrus» evoca la lejana y exótica Asia Menor, no seespecifica de qué lugar era rey el padre de Pilatos, en esa indeterminacióncaracterística («fuit quidam rex...») de los relatos populares. El hecho de quesea rey facilitará más adelante que Pilatos pueda llegar a Roma y, además, leotorga una ascendencia importante y poderosa. Por otro lado, su madre, deorigen humilde, es la hija de un molinero y en el relato se pone un cierto énfa-sis en lo ilegítimo y pecaminoso de esa unión de la que Pilatos es fruto: «car-naliter cognouit». De alguna manera, hay ya una mancha de pecado en suconcepción misma, una semilla del mal que muy pronto germinará. La etimo-logía popular que explica su nombre, combinación de «Pyla», el nombre de lamadre, y «Atus», el nombre de su abuelo materno, nos parece significativa por-que recoge solamente la línea materna de su origen:

§ 187: Pyla autem ex nomine suo et nomine patris sui, qui dicebatur Atus, unumnomen composuit et nato puero imposuit nomen Pylatus.

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II.1.2. Su envidia criminal

La predestinación de Pilatos al mal se materializa en un sentimiento deenvidia que es el más marcado de su personalidad y le lleva a asesinar en dosocasiones. La primera de ellas, a su hermanastro, hijo legítimo del matrimonioreal, con quien Pilatos había crecido:

§§ 189-192: Habebat autem rex filium de regina coniuge sua qui fere Pylato coe-taneus uidebatur. Isti dum annos discretionis attigissent, sepius luctamine, pugno etfunda ad inuicem colludebant; sed regis legitimus filius, ut genere erat nobilior, sic inomni loco Pylato inueniebatur strenuior et in omni genere certaminis aptior. Ob hocPylatus inuidie liuore commotus et felleo dolore stimulatus fratrem suum latenteroccidit.

De este pasaje llama la atención, en primer lugar, que se justifique que elhijo legítimo del rey (cuyo nombre no se nos proporciona) es mejor en todoprecisamente por la condición de su nacimiento. Pilatos es hijo de una uniónbastarda y ello parece colocarlo en una generalizada («in omni loco», «in omnigenere certaminis») e irreversible posición de inferioridad que lo atormenta yle lleva a asesinar a su hermanastro, al que percibe como un rival.La descripción de sus sentimientos «inuidie liuore commotus et felleo dolo-

re stimulatus» lo caracteriza, de alguna manera, como un personaje trágico, entanto que no es capaz de aceptar ese «dolor», que es el que le lleva a tomar unadecisión nefanda17.

17. El motivo del asesinato del hermanastro, expresado, además, con los mismos términos(«latenter occidit»), aparece también en la leyenda de Judas que Vorágine incluye en su cap.XLV De sancto Mathia, y que está tomada también de la misma Hystoria Apocrypha: Judas es reco-gido y criado por una reina que no tenía hijos pero, tiempo después, el matrimonio tiene unhijo propio al que Judas asesina cuando se entera de que no es hijo de ellos (§§ 31-32: «Tandemres panditur et Iudas non uerus regine filius, sed inuentus fuisse aperitur; quod Iudas ubi com-perit, uehementer erubuit et fratrem suum putatiuum filium regis latenter occidit»). Por otrolado, los términos que describen el sentimiento de Pilatos nos recuerdan en alguna medida a laHistoria Apollonii regis Tyri, cuando se describe al rey Antíoco, incapaz de refrenar la pasiónincestuosa que siente hacia su hija: RA 1, 9-11: «Qui cum luctatur cum furore, pugnat cumdolore, uincitur amore; excidit illi pietas et oblitus est se esse patrem: induit coniugem». Sobreeste interesantísimo relato latino de época tardía, cfr., entre otros, G. A. A. Kortekaas, Commen-tary on the «Historia Apollonii regis Tyri», Leiden-Boston 2007 y S. Panayotakis, The «HistoriaApollonii regis Tyri». A Commentary, Berlin-Boston 2012.

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Y habrá una segunda ocasión en que Pilatos se deje arrastrar nuevamentepor la envidia con el mismo resultado. Cuando, después de ser juzgado y con-denado por el asesinato de su hermanastro, llega a Roma como rehén, entre-gado por su padre, coincide con un joven del que tampoco sabemos el nom-bre, «filius regis Francorum», con el que nuestro protagonista entra nuevamen-te en rivalidad:

§ 197: Huic Pylatus associatus, cum se ab eo moribus et industria precelli uideret,eum inuidie stimulis agitatus occidit.

Llevado por el mismo sentimiento («inuidie stimulis agitatus»), lo asesinatambién, y hay un cierto toque infernal en la forma de describir a un Pilatosya maldito, poseído por el mal. Este episodio viene a ser una especie de dupli-cación del anterior y nos confirma su instinto criminal, un instinto que lo llevaa responder siempre de la misma manera, sin espacio alguno para el remordi-miento o el arrepentimiento, a diferencia de lo que ocurre frecuentementecon los personajes de tragedia.También por envidia entregó Pilatos a Cristo, según se dice en dos ocasio-

nes en la leyenda de Verónica y la santa faz: una, en boca de Verónica (§ 218:«Heu, dominus meus et deus meus erat, quem Pylatus per inuidiam traditumcondempnauit et crucifigi precepit»), y, la otra; en boca de Volusiano (§ 239:«Ihesum a te diu desideratum Pylatus et Iudei iniuste morti tradiderunt et perinuidiam crucis patibulo affixerunt»). En ese sentido, podríamos considerarque estos dos asesinatos funcionan en el conjunto del relato como precedentesdel mayor de sus crímenes, que es entregar a Cristo.

II.1.3. Su fortaleza y astucia

Cuando los romanos deciden enviarlo a una misión particularmente peli-grosa y con muy escasas probabilidades de éxito, como es la de someter a loshabitantes de la isla de Pontos, Pilatos toma conciencia rápidamente de cuál essu situación y, consciente de que está jugándose la vida, decide emplearse afondo y desplegar todas sus habilidades. El resultado es que consigue someter-los por completo:

§ 203: Missus igitur Pylatus ad gentem ferocem et suorum iudicum peremptricem,non inscius ad quos missus sit et quam pendula uite sue sententia, tacite rem consid-

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erans uitam seruare uoluit et gentem nequam ipse minis et promissis, supplicio et pre-tio penitus subiugauit.

Los términos empleados, incluso en su parquedad, ponen de manifiesto suinteligencia y su actitud reflexiva, desconfiada y calculadora («non inscius»;«tacite rem considerans») que lo llevan a poner en juego todas sus destrezas,entre la astucia y la fuerza, el soborno y la violencia («minis et promissis, sup-plicio et pretio»), para conseguir su objetivo, que es salvar la vida («uitamseruare uoluit»).Así pues, Pilatos demuestra talento y fuerza suficientes para salir airoso del reto

y ello, además de otorgarle un nombre que recuerda su victoria, le granjeará lassimpatías de Herodes quien lo pone al frente de Judea en su representación:

§§ 204-205: Quia igitur tam dure gentis uictor extitit, a Pontos insula Pontius Pyla-tus nomen accepit. Herodes autem hominis illius industriam ut audiuit, eius uersutiiscongaudens ipse uersutus eum ad se muneribus et internuntiis inuitauit et super Iude-am et Iherusalem potestatem et uicem suam tradidit.

Es destacable que se utilice aquí nuevamente el término «industria», enreconocimiento de su éxito, en tanto que antes se había utilizado precisamentepara aludir a la inferioridad en la que Pilatos se sentía en comparación con elhijo del rey de los francos. De alguna manera, es como si el personaje se hubie-se superado a sí mismo y hubiera sido capaz de erigirse en vencedor único ysingular, capaz de una hazaña que nadie antes de él había podido llevar a cabo.Otro momento en que podríamos considerar que Pilatos hace gala de su

astucia con el fin de proteger su vida es en su encuentro con Tiberio, cuandose presenta ante él llevando la túnica de Cristo. Éste lo había mandado llamara Roma para castigarlo por haber ordenado la muerte de Cristo y, cuando lohace acudir a su presencia, la prenda, con su poder divino, transforma en afa-bilidad la cólera del emperador. Sin embargo, no es una interpretación seguraporque el relato no especifica claramente que Pilatos se la hubiera puesto deforma consciente con esa intención:

§§ 234-236: Audiens cesar Pylatum Romam aduenisse, nimio furore contra eumrepletus eum ad se adduci fecit. Pylatus autem tunicam domini inconsutilem secumdetulit quam indutam coram imperatore portauit. Mox ut imperator eum uidit,omnem iram deposuit et ei protinus assurrexit nec dure sibi in aliquo loqui preualuit.

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II.1.4. Su cobardía

Hay dos menciones de un sentimiento de miedo en Pilatos y ambas son enrelación con el emperador Tiberio, precisamente después de la crucifixión. Enla primera, se afirma que Pilatos teme la cólera de Tiberio por haber entregadoy condenado «sanguinem innocentem» y por esa razón envía a Roma alguiende su confianza para que lo excuse ante el emperador:

§ 212: Cum autem Pylatus dominum Iudeis crucifigendum tradidisset, timenstamen offensam Tyberii cesaris eo quod condempnasset sanguinem innocentem,quendam sibi familiarem pro sui excusatione ad cesarem destinauit.

Sobre el resultado de esta iniciativa para justificarse ante Tiberio no se nosda después ninguna información y la figura de ese «quendam sibi familiarem»desaparece por completo del relato.Pero entretanto, el emperador cae enfermo y será él mismo el que envíe un

emisario a Pilatos para que le envíe, precisamente, a Cristo, capaz de curartodas las enfermedades con tan solo su palabra. Es entonces cuando encontra-mos la segunda mención: Pilatos se aterroriza («territus») y pide un plazo decatorce días:

§§ 213-216: Interea cum Tyberius morbo graui teneretur, nuntiatur eidem quodIherosolimis quidam medicus esset qui omnes morbos solo uerbo curaret, nesciensquod eum Iudei et Pylatus occidissent. Dixit itaque Volusiano sibi priuato: «Vadecitius trans partes marinas dicesque Pylato ut hunc medicum mihi mittat qui me pris-tine sanitati restituat». Cum autem ille ad Pylatum uenisset et mandatum imperatorisexposuisset eidem, territus Pylatus XIV dierum inducias postulauit.

Este miedo (y, luego, terror) de Pilatos parece entrar en contradicción conla fortaleza y determinación que lo han caracterizado hasta el momento pero,en realidad, se explica fácilmente por el hecho de que ya no estamos en el“antes”, sino en el “después” de la crucifixión. Pilatos ya ha cometido sunefando crimen entregando a Cristo a los judíos y esta segunda parte del relatopone el acento en su cobarde reacción cuando ha de enfrentarse a una autori-dad superior, la del emperador, que le pedirá cuentas por ello18.

18. A este respecto es significativo que en el texto Mors Pilati, al que en último términoremonta la Hystoria apocrypha que sirve de fuente a Vorágine (cfr. supra, nota 4), no se menciona

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II.2. Los demás personajes

Todas las relaciones que los demás personajes mantienen con Pilatos con-tribuyen a poner de relieve la singularidad de éste, lo excepcional de su naturalmalvado y la dimensión sobrehumana de su perversidad y, en ese sentido, nohay en todo el relato ningún personaje que esté a su altura.De manera recurrente se da la situación de que una determinada colectivi-

dad que representa la autoridad del lugar lo juzga, delibera qué hacer con él ylo condena a muerte de forma unánime. Así actúa la asamblea que convoca elrey, su padre («concione conuocata»); así también la autoridad de Roma (enel texto sólo se menciona un indeterminado «Romani») y, posteriormente, losconsejeros de Tiberio («sapientum consilio»).Así pues, nuestro protagonista afronta condenas unánimes a muerte en varios

momentos sin que ninguna de ellas llegue a cumplirse porque, de alguna mane-ra, su maldad escapa a la justicia humana y sólo la justicia divina podrá impo-nerle un castigo adecuado después de que sea él mismo quien se quite la vida.Igualmente, una vez muerto, los habitantes de los diferentes lugares en los que

se deposita su cadáver (Roma, Vienne y Losanne) se esfuerzan por alejarlo de sídebido a la infernal actividad que genera a su alrededor hasta que, finalmente, esarrojado a una sima entre montañas, lejos de cualquier lugar habitado.Veamos ahora, de una manera más detallada, las actuaciones de los diferen-

tes personajes en relación con nuestro protagonista.

II.2.1. Su padre, el rey

Cuando Pilatos asesina a su hermanastro, el rey convoca un consejo parapedir opinión sobre qué decisión tomar acerca de su hijo («de scelerato ethomicida filio»). En realidad, podría haber actuado con plena soberanía, en sucondición de rey y, más aún, tratándose de un asunto familiar y personal pero,sin embargo, esta consulta es necesaria para el desarrollo de la intriga porquese traduce en la primera de las diversas condenas a muerte que, como acaba-

la petición de un plazo de catorce días y sí hay, en cambio, respuesta explícita por parte de Pila-tos a Volusiano justificando su acción:«Hic homo erat malefactor et homo qui trahebat ad setotum populum: sic habito consilio sapientum ciuitatis eum crucificari feci.» (cfr. Los EvangeliosApócrifos cit., p. 528).

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mos de decir, caerán sobre Pilatos a lo largo de todo el relato, y ratifica, ya porprimera vez, su condición de ser detestable y perverso, repudiado «unanimiter»por la comunidad.Pero el rey, después de que su consejo haya emitido su sentencia, decide

actuar en consenso solo consigo mismo («ad se reuersus») y toma la decisiónde entregarlo como parte del tributo de rehenes a los romanos. Sus razonesson que no quiere actuar con la misma maldad que su hijo («iniquitatem ini-quitate noluit duplicare») y ser responsable de su muerte19, a lo que se sumaun cierto sentido de utilitas, porque al entregarlo como rehén queda ya libredel tributo que debía a los romanos:

§§ 193-195: Quod rex audiens uehementer doluit et concione conuocata quid descelerato et homicida faciendum sit filio requisiuit; qui omnes reum esse mortis una-nimiter acclamauerunt. Rex autem ad se reuersus iniquitatem iniquitate noluit dupli-care, sed ipsum pro tributo quod annuatim debebat Romanis in obsidem misit, tumuolens innoxius esse ab occisione filii, tum a tributo Romanorum cupiens liberari.

Resulta, pues, evidente que, al igual que en el caso de Judas, la maldad dePilatos no tiene nada que ver con sus progenitores y no es, en absoluto, hera-dada, sino que es un estigma inherente a su persona, peculiar y, como antesdecíamos, de alguna manera sobrehumano.

II.2.2. Los romanos

La actuación de Pilatos a su llegada Roma viene a ser una especie de redu-plicación del episodio anterior. Su nuevo asesinato (esta vez, del hijo del reyde los francos), movido otra vez por la envidia, provoca una nueva delibera-ción sobre el castigo que merece y una nueva condena a muerte que no se lle-vará a efecto porque se impondrá otra vez el mismo sentido de la utilitas queantes comentábamos:

19. Los padres de Judas, en otro significativo paralelismo con esta historia, actúan de igualmodo: tras el sueño profético que tiene su madre en el momento de la concepción, y queanuncia que Judas traerá la ruina para su pueblo, cuando nace prefieren arrojarlo al mar dentrode una cesta y su acción se justifica en el relato también así (XLV § 20: Cumque filium abho-rrerent occidere nec uellent destructorem sui generis enutrire, ipsum in fiscella positum mariexponunt).

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§§ 198-202: Sed cum Romani quid de eo faciendum esset inquirerent, dixerunt:«Hic si superuixerit, qui fratrem necauit, obsidem iugulauit, reipublice plurimum utiliserit et colla ferocium hostium ferox ipse domabit». Dixerunt ergo: «Cum reus mortishabeatur, in Pontos insulam gentibus illis que nullum patiuntur iudicem iudex prefi-ciatur, si forte eius nequitia ipsorum contumacia edometur. Si non, quod meruitpatiatur».

En este pasaje hay varios detalles que nos parecen significativos. En primerlugar, en él aparecen las dos únicas intervenciones en estilo directo que hay entoda esta parte del relato20. Están puesta en boca de esa colectividad en la queno se especifican nombres ni individuos («Romani»), y recogen la sentenciaresultante de la deliberación sobre el castigo de Pilatos.La sentencia está formulada como una puesta a prueba de la fortaleza de

Pilatos, que ya ha descollado en el instinto asesino que le es consustancial. Lapropuesta es que sea nombrado «iudex» en la isla de Pontos: su éxito, de con-seguirlo, representará un beneficio directo para Roma; su fracaso, si se produ-ce, le acarreará la muerte que merece.Así pues, su propia maldad lo “cosifica” de alguna manera y lo convierte,

primero, en moneda de cambio cuando su padre lo entrega como parte deltributo a Roma y, después, en una especie de ariete para conseguir la sumisiónde la isla al poder romano.Los dos casos de políptoton «ferocium / ferox» y «iudicem / iudex» subra-

yan esta idea de que Pilatos va a medir sus fuerzas en un entorno tan malvadoy peligroso como él mismo. Por supuesto, resultará vencedor y, tal como antesindicábamos, la fuerza de su maldad quedará por encima de cualquier posibleadversario o rival. Significativa nos parece también la recapitulación que, aunque brevísima,

tiene la función de hacer hincapié en la trayectoria asesina de Pilatos: «Hic (...)qui fratrem necauit, obsidem iugulauit»21.

20. Aunque escasos, sí habrá diálogos entre Volusiano, el emisario de Tiberio, y Verónica(§§ 213-233). Este bloque narrativo es la única parte del relato en que aparecen personajes inte-ractuando entre sí sin que Pilatos intervenga de manera directa.21. Las recapitulaciones son también características de los relatos populares y orales. Cfr.

C. Ruiz Montero, La estructura de la «Historia Apollonii regis Tyri», in «Cuadernos de FilologíaClásica», 18 (1983-84), pp. 291-334, concretamente en pp. 321-2; Artés, La estructura narrativacit., p. 518.

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II.2.3. Herodes

El éxito de Pilatos llama la atención de Herodes y le granjea su amistad,hasta el punto de otorgarle poder sobre Judea y Jerusalén como representantesuyo. La razón que se aduce es que, siendo él también hábil y astuto, se sintióatraído por alguien como él22:

§ 205: Herodes autem hominis illius industriam ut audiuit, eius uersutiis congau-dens ipse uersutus eum eum ad se muneribus etinternuntiis inuitauit et super Iudeamet Iherusalem potestatem et uicem suam tradidit.

Pero incluso a él lo sobrepasará Pilatos en astucia y perfidia, cuando acudea Roma a ver a Tiberio y consigue con regalos que le dé a él todas las riquezasy poderes de Herodes:

§§ 206-207: Qui cum pecuniam innumerabilem congregasset, nesciente HerodeRomam adiit, infinitam pecuniam Tyberio imperatori obtulit et ab eo sibi dari quodab Herode tenebat muneribus impetrauit. Huiuscemodi causa facti sunt inimici Pyla-tus et Herodes, quoadusque tempore passionis domini eum sibi reconciliauit, eo quoddominum ad se misit.

Se confirma, pues, nuevamente, esa singularidad de Pilatos que el relatopretende poner de manifiesto23.

II.2.4. Tiberio

Aunque antes se le ha mencionado a propósito de la enemistad entre Pilatos

22. Este principio de “atracción de los iguales” se formula, de manera más explícita incluso,en la leyenda de Judas cuando se dice que Judas es acogido por Pilatos (§ 34: «Et, quoniam ressimiles sibi sunt habiles, Pylatus Iudam suis moribus inuenit congruere et ideo cepit ipsum ualdecarum habere»).23. A continuación, Vorágine añade otra posible causa de enemistad entre Pilatos y Herodes

aduciendo como fuente la Historia Scholastica de Pedro Comestor (cfr. supra, nota 5): que Pilatoshabía matado a un galileo que se presentaba como hijo de Dios y a todos sus seguidores, temien-do que la “locura” se contagiase a los judíos, y que Herodes se ofende por ese ataque, que inter-preta como un ultraje contra él y sus súbditos galileos. Quizá este hecho pueda verse como unprecedente que incrementa la tensión en torno a la crueldad de Pilatos hasta llegar al momentoculminante de la condena de Cristo. Y, finalmente, Vorágine añade que ambas versiones pudie-ron ser ciertas (§ 211: Et utraque causa potuit esse uera).

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y Herodes, la auténtica aparición en escena de Tiberio tiene lugar después dela crucifixión.El miedo que, según señalábamos, experimenta Pilatos cuando ha de rendir

cuentas ante él por haber entregado a Cristo a la cruz anuncia ya de algunamanera el enfrentamiento entre ambos personajes, un encuentro que resultaparticularmente interesante. Pero hagamos primero una reflexión sobre elpapel de Tiberio en el relato.Cuando se ve afectado por la enfermedad, las noticias que le llegan acerca

de las curaciones que hacía Cristo le llevan a reclamar los servicios de ese «qui-dam medicus», confiando en su poder sanador. Por eso envía a Volusianocomo emisario ante Pilatos con la orden de que le envíe «hunc medicum». Esaorden no puede, obviamente, ser cumplida, y la curación de su dolencia le lle-gará por la contemplación de la reliquia de la santa faz que Verónica, trasencontrarse con Volusiano y acompañarle en su viaje de regreso a Roma, pre-senta ante él. Informado por ellos de que Pilatos, junto con los judíos, es elresponsable de la muerte de Cristo, Tiberio ordena que Pilatos sea apresado yllevado a Roma ante su presencia.Naturalmente, lo que Tiberio buscaba en Cristo era la recuperación de su

salud física y la salvación de su cuerpo, no de su alma pero, en cualquier caso,aunque en el relato no haya alusión alguna a su conversión, lo cierto es queTiberio se conmueve por la muerte de Cristo y, al querer castigar a Pilatos porhaberlo condenado, se convierte, de alguna manera, en su valedor y defensor.De ese modo, Pilatos aparece como enemigo de la fe incluso por encima dela máxima institución de la autoridad pagana, representada por Tiberio. Aligual que en las otras ocasiones que hemos visto, su estigma de maldad lo colo-ca por encima de los demás personajes, e incluso el emperador, supuesto ene-migo natural de los cristianos, va a aparecer como un personaje más humanoy “bueno” que Pilatos24.Por otro lado, el “cara a cara” entre Tiberio y Pilatos guarda significativos

paralelismos con las habituales escenas de enfrentamiento entre el santo o lasanta y representantes de la autoridad, pero con un planteamiento inverso. La

24. En palabras de S. A. Epstein (The Talents of Jacopo Da Varagine: A Genoese Mind inMedieval Europe cit., p. 95), «Even Tiberius emerges more positively from this story!».

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figura de santidad suele oponerse dialécticamente hasta dejar en evidencia laimpotencia del poder terrenal, encarnado en jueces, emperadores etc. A con-tinuación, cuando su cuerpo es sometido a tormentos, no renuncia a su fe nise doblega ante el dolor y, finalmente, su martirio y muerte le preservan ygarantizan la salvación de su alma25. Pilatos, en cambio, se enfrenta a la auto-ridad del emperador no por su fe sino, por el contrario, por haber entregadoa Cristo a la cruz. Además, protegido por la túnica de Cristo que lleva sobresu cuerpo, no sufre dolor ni tormento alguno y es precisamente esa inmunidadque protege su cuerpo la que garantizará la inminente y segura condena de sualma. Igualmente, el desconcierto de Tiberio cuando se da cuenta de que suira hacia Pilatos se transforma incomprensiblemente en bondad y afecto cuan-do éste llega a su presencia es paralelo al asombro y desconcierto de los repre-sentantes de la autoridad cuando ven que los tormentos que ordenan aplicarno hacen mella en el cuerpo del santo o santa. En un caso y en otro ocurre lomismo: a mayor ira y saña de la figura de autoridad, mayor perplejidad e impo-tencia al comprobar lo inútil de sus esfuerzos.Esta contraposición queda especialmente subrayada en el relato con una

serie de antítesis («absentia» / «presentia»; «terribilis et ferus» / «mansuetus»;«dum abesset» / «dum presens esset») y con un tiempo narrativo particular-mente lento26 que recrea la escena en una especie de gradación ascendente.Después de su primer encuentro con Pilatos, Tiberio vuelve a llamarlo a supresencia, decidido a que no se repita su incomprensible transformación, pero,nuevamente, su exacerbada ferocidad contra Pilatos desaparece por completo.Y la perplejidad el emperador se hace ahora extensiva a todos los presentes(«mirantur omnes»):

25. Sobre los tópicos habituales en los Acta martyrum, cfr., entre otros, M. Simonetti, Qualcheosservazione sui luoghi comuni negli Atti del Martiri, in «Giornale Italiano di Filologia», 10 (1957),pp. 147-55 y M. L. Ricci, Topica pagana e topica cristiana negli «Acta Martyrum», in «Atti e Memo-rie dell’Accademia Toscana di Scienze e Lettere La Colombaria», 28, n. s. 14 (1963-1964), pp.37-122. En relación con los martirios en la Legenda aurea, Boureau (cfr. La Légende dorée. Lesystème narratif cit., pp. 113 sgg.) habla de «supplices préparatoires», «supplices principaux» y«supplices mortels» (p. 117), estableciendo una gradación. Una reflexión sobre la representacióndel poder terrenal en la Legenda aurea es la de Z. L. M. Cole, Representations of Rulership in the«Legenda aurea», Diss., University of Canterbury, 2017.26. Cfr. supra, notas 12 y 13.

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§§ 23-241: Mox ut imperator eum uidit, omnem iram deposuit et ei protinus assur-rexit nec dure sibi in aliquo loqui preualuit. Et qui in eius absentia uidebatur tam terri-bilis et ferus, nunc in eius presentia inuenitur quodammodo mansuetus. Cumque eumlicentiasset, mox contra eum terribiliter excandescit, se miserum clamitans quod eifurorem sui pectoris minime ostendisset. Statimque eum reuocari fecit, iurans et con-testans quod filius mortis est nec fas sit eum uiuere super terram. Qui ut eum uidit,continuo eum salutauit et omnem animi ferocitatem abiecit. Mirantur omnes,mirabatur et ipse quod sic contra Pylatum dum abesset excandesceret et dum presensesset nihil ei aspere loqui posset. Cumque eum licentiasset, mox contra eum terri-biliter excandescit, se miserum clamitans quod ei furorem sui pectoris minimeostendisset.

También los prodigios aterradores que provoca el cadáver de Pilatos27

entran en contraposición con los que provocan los cuerpos de las figuras desantidad, que muchas veces emiten un olor suave y agradable o tienen virtudesterapéuticas28. El traslado de su cuerpo desde Roma a Vienne, desde Viennea Losanne y, finalmente, a la sima entre montañas que será su destino defini-tivo y en la que, según el relato, aún es posible ver a los espíritus malignos29,es una especie de translatio inversa: en lugar de buscar la cercanía de las reli-quias para que el lugar quede bajo el amparo y la protección del santo o lasanta y sea destino de peregrinación, aquí se trata de una carrera buscando ale-jar lo más posible su maléfica influencia.Así pues, merced a este juego de antitéticas simetrías, podríamos decir que

esta parte de la leyenda de Pilatos en la que se narra su encuentro con Tiberio,

27. § 250: «Spiritus uero maligni et sordidi corpori maligno et sordido congaudentes et nuncin aquis nunc in aere raptantes mirabiles inundationes in aquis mouebant et fulgura, tempestates,tonitrua et grandines in aere terribiliter generabant, ita ut cuncti timore horribili tenerentur».Es destacable el doble políptoton «maligni et sordidi »/«maligno et sordido», que subraya susmaléficos efectos en el lugar, que no conoce la calma. 28. Cfr. Boureau, La Légende dorée. Le système narratif cit., p. 158.29. §§ 251-255: «Quapropter Romani ipsum a Tyberis fluuio extrahentes derisionis causa

ipsum Viennam deportauerunt et Rhodano fluuio immerserunt. (...) Sed ibi nequam spiritusnon defuerunt, ibidem eadem operantes. Homines ergo illi tantam infestationem demonumnon ferentes uas illud maledictionis a se remouerunt et illud sepeliendum Losanne ciuitatis ter-ritorio commiserunt. Qui cum nimis prefatis infestationibus grauarentur, ipsum a se remoueruntet in quodam puteo montibus circumsepto immerserunt, ubi adhuc relatione quorundamquedam dyabolice machinationes ebullire uidentur». Sobre estos lugares y detalles de la muertede Pilatos, cfr. especialmente Berlioz, Crochet de fer et puits à tempêtes cit.

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así como su final, viene a ser una “reescritura”30 de muchos de los elementoscaracterísticos de las passiones, lo que confirma la función de exemplum a con-trario que cumple la leyenda tal como señalábamos al principio.La relación entre Tiberio y Pilatos confirma definitivamente la singularidad

de Pilatos, ya tantas veces señalada, y que podríamos formular en términos deque sólo el propio Pilatos está a la altura de sí mismo: ni siquiera el emperadores capaz de reaccionar ante él y, cuando ya se le despoja de la túnica divina yse decreta para él una nueva (ahora ya, la última) condena a muerte, tampococonseguirá que el castigo se lleve a efecto, porque será el propio Pilatos el quese quite la vida. Y la noticia de su suicidio suscitará en Tiberio un comentarioque es casi un epílogo:

§ 248: Vere mortuus est morte turpissima, cui manus propria non pepercit.

Así pues, Pilatos vive su existencia desafiando con su maldad sin parangón lospoderes terrenales y en todas sus relaciones con los demás personajes hace valersu voluntad y su instinto criminal por encima de cualquier otra consideración.Está constantemente “midiendo fuerzas” con los poderes divinos y sólo la jus-ticia divina le hará pagar una pena que esté a la altura de su naturaleza malvada.

III. ESTRUCTURA NARRATIVA: PILATOS COMO HÉROE DE CUENTO

En este apartado retomamos la pregunta que antes nos planteábamos:¿podemos decir que en este relato Pilatos actúa como un héroe de cuento, –en este caso, campeón de maldad?Para responder a esta pregunta vamos a analizar la estructura del relato apli-

cando el modelo de análisis de Propp y, para ello, vamos en primer lugar ahacer una breve descripción del mismo.El método de Propp se articula en dos niveles. En un primer nivel, toma

como unidad básica y constitutiva del relato la «función», entendida como «la

30. Sobre el concepto de ‘reescritura’ en hagiografía, cfr. M. Goullet, Écriture et réécriturehagiographiques. Essai sur les réécritures de Vies de saints dans l’Occident latin médiéval (VIIIe-XIIIe s.),Turnhout 2005, pp. 9 y sgg. y, particularmente, p. 23.

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acción de un personaje definida desde el punto de vista de su significación enel desarrollo de la intriga»31 y establece treinta y una funciones básicas, queconstituyen las constantes de la narración. Partiendo de una situación inicial(a), las funciones son32:

alejamiento (b); prohibición (g); transgresión (d); interrogatorio (e); informa-ción (z); engaño (h); complicidad (q); fechoría (A)/carencia (a); mediación-momento de transición (B); principio de la acción contraria (C); partida (↑);primera función de donante (D); reacción del héroe (E); recepción del objetomágico (F); desplazamiento (G); combate (H); marca (I); victoria (J), reparación(K); vuelta (↓); persecución (Pr); socorro (Rs); llegada de incógnito (O); pre-tensiones engañosas (L); tarea difícil (M) tarea cumplida (N); reconocimiento(Q); descubrimiento (E); transfiguración (T); castigo (U); matrimonio (W).

Las funciones son estables, pero son muy diversas las formas y acciones enlas que se pueden materializar y, de hecho, Propp habla en algunos casos tam-bién de “debilitamiento de funciones”33. Por otro lado, cabe la posibilidad deque un cuento no las tenga todas y algunas funciones no aparezcan, sin queello afecte a la estructura del cuento34.En un segundo nivel, las funciones se agrupan formando secuencias narra-

tivas, que Propp define como:

desarrollo que partiendo de una fechoría (A) o de una carencia (a), y pasando por las fun-ciones intermedias, culmina en el matrimonio (W) o en otras funciones utilizadas comodesenlace. [...] Cada nueva fechoría o perjuicio, cada nueva carencia, origina una nuevasecuencia. Un cuento puede comprender varias secuencias, y cuando se analiza untexto hay que determinar en primer lugar de cuántas secuencias se compone35.

Las secuencias pueden ir inmediatamente una tras otra, pero también pue-den aparecer entrelazadas, dando lugar a esquemas más complejos: una

31. Propp, Morfología cit., p. 33.32. Ibid., pp. 37 y sgg.33. Ibid., p. 50.34. Ibid., p. 125: «Los cuentos dan una forma incompleta del esquema de base. En cada

cuento falta una u otra función. La ausencia de una función no modifica para nada la estructuradel cuento: las demás funciones conservan su lugar».35. Ibid., p 107.

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secuencia incrustada dentro de otra, dos secuencias que tienen un mismodesenlace etc.36.En cuanto a los personajes, los más importantes son el héroe o heroína (que

puede ser de dos tipos: héroe-buscador y héroe-víctima), el agresor, el donan-te y el auxiliar mágico37.Antes de comenzar nuestro análisis de funciones, consideramos necesarias

dos reflexiones preliminares. La primera tiene que ver con el personaje dePilatos. Teniendo en cuenta que el objetivo último del relato es poner derelieve su maldad, como hemos señalado repetidamente, lo esperable sería que,una vez aplicado el método de Propp, Pilatos resulte ser el personaje agresor.Sin embargo, lo que pretendemos demostrar es que, desde un punto de vistaestructural, Pilatos no es el agresor, sino el héroe de un relato que nos cuentala sucesión de acontecimientos que lo llevan a convertirse en gobernador deJudea y cómo, después de haber entregado a Cristo a la muerte, se enfrenta aTiberio por este mismo hecho. Aunque la interpretación de la leyenda es,naturalmente, en clave de condena (el exemplum a contrario» que decíamos), unavez que Vorágine entra en el juego de darle espacio a la leyenda dentro de sulegendario, Pilatos se convierte en un héroe y el público se deleita conociendoel camino que lo lleva a su terrible final.La segunda reflexión tiene que ver con la función de la fechoría o carencia.

Si hemos dicho anteriormente que cada secuencia de funciones, después de loque Propp denomina situación inicial, comienza con una fechoría (A) o una caren-cia (a) que, al final de la secuencia, es reparada o colmada (K), al iniciar el aná-lisis de funciones, nuestra primera tarea será identificar qué fechoría o carenciaabre la primera secuencia. En nuestro caso, consideramos que la carencia queabre la primera secuencia es la “necesidad” de que Pilatos se convierta engobernador de Judea.Las palabras mismas de Vorágine «de origine Pylati» recogen de manera

implícita esa necesidad, que es el motor de la intriga que se desarrolla a con-tinuación y le da sentido a la leyenda: construir un pasado para el hombre que

36. Ibid., pp. 107 y sgg.37. Ibid., pp. 47; 91 y sgg.

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condenó a Cristo a la cruz y demostrar que Pilatos estaba ya destinado a unaexistencia criminal que desembocará finalmente en una condena eterna38. Vamos ahora a desarrollar el análisis de manera pormenorizada. Repasare-

mos la sucesión de acontecimientos que ya hemos mencionado en el apartadoanterior, pero ahora haciendo una identificación de funciones de acuerdo conel método propuesto por Propp.

III.1. La estructura narrativa de la primera parte (antes de la crucifixión de Cristo)

– SITUACIÓN INICIAL a concepción y nacimiento de Pilatos.Como explica Propp39, la situación inicial no es propiamente una función,

pero es importante porque presenta e identifica al protagonista. En nuestrocaso, el relato tiene un comienzo característico de los cuentos40:

§§ 186-187: Fuit quidam rex nomine Tyrus qui quandam puellam nomine Pylam,filiam cuiusdam molendinarii nomine Atus carnaliter cognouit et de ea filium gene-rauit. Pyla autem ex nomine suo et nomine patris sui, qui dicebatur Atus, unumnomen composuit et nato puero imposuit nomen Pylatus.

Así pues, Pilatos es, como ya comentamos anteriormente41, fruto de la uniónde un rey y de la hija de un molinero. La etimología popular que explica su nom-bre «Pylatus» recoge solamente la línea materna, la parte humilde de su origen.

38. Cfr. Boureau, La Légende dorée. Le système narratif cit., p. 143: «Il faut noter la formulerépétée de poena et origine. En effet, la Providence prédestine Pilate, Judas ou Julien l’Apostat aucrime. (...) Pilate, tout enfant, tue successivament tous ses compagnons de jeux; sa férocité lefait désigner comme juge par les Romains. Une damnation rédhibitoire pousse ces criminels aupéché, aussi radicalement que le grâce sauvait les élus».39. Cfr. Morfología cit., p. 37: «Los cuentos empiezan habitualmente con la exposición de

una situación inicial. Se enumeran los miembros de la familia, entre los que el futuro protago-nista (por ejemplo un soldado) se presenta simplemente mediante la mención de su nombre ola descripción de su estado. Aunque esta situación no sea una función, no por ello deja de repre-sentar un elemento morfológico importante. (...) A este elemento lo definimos como situacióninicial».40. De una forma muy similar, si bien con especificación espacial, comienza la Historia Apo-

llonii regis Tyri que ya anteriormente (cfr. supra, nota 17) hemos mencionado: RA 1,1: «In ciui-tate Antiochia rex fuit quidam nomine Antiochus». Sobre el pasaje, cfr. Kortekaas, Commentaryon the Historia Apollonii cit., pp. 33-4 y S. Panayotakis, The Historia Apollonii cit., pp. 46-7.41. Cfr. supra, apartado II.1.1.

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– ALGO LE FALTA A UNO DE LOS MIEMBROS DE LA FAMILIA: carencia a5: Pila-tos debe convertirse en gobernador de Judea.En nuestro relato la función que abre la secuencia no es una fechoría, sino una

carencia42 y, por las razones que antes aducíamos, entendemos que esa carencia es lanecesidad de que Pilatos llegue a ocupar el puesto de gobernador de Judea.Correspondería al quinto tipo establecido por Propp dentro de esta función: «5.Formas racionalizadas: carencia de dinero, de medios de vida etc. (a5)»43.De acuerdo con nuestra interpretación, como antes decíamos, la formula-

ción de esa carencia está, en realidad, contenida en el título mismo «de originePylati», porque el propio nombre de Pilatos lo identifica ya en su condiciónde gobernador.

– EL HÉROE SE VA DE SU CASA: partida↑: la madre entrega a Pilatos al rey.Cuando Pilatos tiene tres años, y sin que se nos explique por qué, su madre

lo entrega al rey, su padre:

§ 188: Cum autem Pylatus tres annos haberet, ipsum Pyla ad regem transmisit.

Naturalmente, no es decisión de Pilatos ir junto al rey, sino que es su madrela que lo entrega, y eso quizá podría hacernos dudar al identificar la funcióno, en todo caso, nos podría hacer pensar que es una partida debilitada. Sinembargo, hay que tener en cuenta que esta función es distinta según si se tratade un héroe-buscador o de un héroe-víctima44 y, en nuestro caso, Pilatos

42. Cfr. Propp, Morfología cit., p. 45: «No todos los cuentos comienzan, forzosamente, porla realización de una fechoría. Existen otros principios, a menudo seguidos por el mismo desa-rrollo que los cuentos que empiezan por la función A, la de la fechoría. Si examinamos estefenómeno, veremos que estos cuentos parten de una situación de carencia o de penuria, lo queda lugar a una búsqueda análoga a la búsqueda que sigue a la fechoría».43. Cfr. ibid.., p. 46.44. Cfr. ibid., p. 49: «La partida del héroe-buscador es, además, diferente de la del héroe-

víctima. El primero tiene por finalidad una búsqueda, el segundo da sus primeros pasos por uncamino sin pretender búsqueda ninguna, pero le esperan toda clase de aventuras. (...) Si seexpulsa, por ejemplo, a una joven, y si nadie parte en su busca, el relato sigue la partida y lasaventuras del héroe-víctima. El signo ↑ indica la partida del héroe, se trate o no del héroe-bus-cador. En algunos cuentos, falta el desplazamiento en el espacio. Toda la acción se desarrolla enel mismo lugar».

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actúa como héroe-víctima. Es víctima porque ha sido predestinado, es un ele-gido para el mal, y las cosas ocurren de acuerdo a esa lógica interna del relato,aunque en un primer momento no intervenga su propia voluntad. Eso no sig-nifica, claro está, que sea un personaje pasivo porque, como veremos, en sucondición de héroe-víctima protagonizará sus propias aventuras y tomará enellas sus propias decisiones.Esta llegada a la corte de su padre es funcionalmente básica y necesaria, ya

que es la que va a permitir el desarrollo de la acción y la que lo llevará a iniciarsu peculiar cursus honorum de crímenes.

– EL HÉROE SUFRE UNA PRUEBA QUE LE PREPARA PARA LA RECEPCIÓN DE

UN OBJETO O DE UN AUXILIAR MÁGICO: primera función del donante D9:Pilatos entra en rivalidad con su hermanastro, hijo legítimo del rey, ante elque se siente inferior y siente envidia.

§§ 189-191: Habebat autem rex filium de regina coniuge sua qui fere Pylato coe-taneus uidebatur. Isti dum annos discretionis attigissent, sepius luctamine, pugno etfunda ad inuicem colludebant; sed regis legitimus filius, ut genere erat nobilior, sic inomni loco Pylato inueniebatur strenuior et in omni genere certaminis aptior.

Esta función hace intervenir a otro personaje, el donante, que somete alhéroe a algún tipo de prueba y concederá al héroe un objeto mágico que leayudará en sus posteriores aventuras. En nuestro relato, interpretamos que lafunción del personaje donante la desempeña el rey, el padre de Pilatos, que lohace convivir en el palacio con su hermanastro y lo obliga a enfrentarse a esasituación de inferioridad y a ese sentimiento de envidia al compartir, por tenerambos más o menos la misma edad, juegos y actividades con él. Ésa es la prue-ba a la que somete a nuestro héroe y ello se verá confirmado por las conse-cuencias que tendrá la situación.Dentro de los tipos que Propp establece para esta función, el caso de nues-

tro relato entra dentro del tipo «9. Un ser hostil lucha contra el héroe (D9)»45.Ese «ser hostil» es el hermanastro que, aunque no tenga intenciones hostilescontra Pilatos, sin embargo es percibido por éste como un rival. De ese modo,

45. Cfr. ibid., p. 52.

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funcionalmente forma parte de la prueba a la que nuestro héroe se ha deenfrentar.

– EL HÉROE REACCIONA ANTE LAS ACCIONES DEL FUTURO DONANTE:reacción del héroe E9: Pilatos asesina a su hermanastro.

§ 192: Ob hoc Pylatus inuidie liuore commotus et felleo dolore stimulatus fratremsuum latenter occidit.

En esta situación de rivalidad, se adueña de Pilatos un sentimiento de envi-dia que lo lleva a asesinar, de una manera fría y calculada («latenter»), a su her-manastro. En correspondencia con el tipo de prueba que hemos identificadoanteriormente, el tipo de reacción del héroe corresponde al tipo «9. El héroevence al ser hostil (E9)»46.

– EL OBJETO MÁGICO PASA A DISPOSICIÓN DEL HÉROE: recepción del objetomágico F9: el rey decide enviarlo a Roma.

§§ 193-195: Quod rex audiens uehementer doluit et concione conuocata quid descelerato et homicida faciendum sit filio requisiuit; qui omnes reum esse mortis una-nimiter acclamauerunt. Rex autem ad se reuersus iniquitatem iniquitate noluit dupli-care, sed ipsum pro tributo quod annuatim debebat Romanis in obsidem misit, tumuolens innoxius esse ab occisione filii, tum a tributo Romanorum cupiens liberari.

Dentro de esta función, Propp establece muchos tipos de objetos mágicosy de formas de transmisión de objetos47. En nuestro caso, interpretamos queel objeto mágico corresponde al tipo «9. Diferentes personajes se ponen a dis-posición del héroe (F9)» y es un viaje: el hecho de ser llevado a Roma, porqueallí es donde debe llegar Pilatos en el proceso que le llevará a colmar su caren-cia (la de convertirse en gobernador). Su padre es el que toma la decisión deenviarlo como rehén a Roma, a pesar de que el consejo que convoca sobre elparticular considera que Pilatos merecía la condena a muerte. De esta forma,actúa como personaje donante que somete al héroe a una prueba y después leconcede el objeto mágico que el héroe utilizará.

46. Cfr. Morfología cit., p. 53.47. Cfr. ibid., pp. 53-60.

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Es importante subrayar que, mientras que en el apartado anterior analizá-bamos el relato desde el punto de vista de los sentimientos de los personajes,sus juicios de valor y sus motivaciones (por ejemplo, las razones por las queel padre de Pilatos decide enviarlo a Roma en lugar de ordenar su muerte),en este apartado estamos haciendo un análisis funcional, en el que las accionesdel relato son consideradas solamente desde el punto de vista de sus conse-cuencias en el desarrollo de la intriga, desde el punto de vista de su significa-ción para la reparación de la fechoría o la subsanación de la carencia48. Y, ennuestro relato, es la carencia que hemos establecido como motor de la intrigala que explica que un asesinato premeditado y perverso puede funcionarcomo la «reacción del héroe» o que el viaje a Roma pueda ser interpretadocomo el «objeto mágico».

A continuación, este grupo de funciones se repite:– EL HÉROE SUFRE UNA PRUEBA QUE LE PREPARA PARA LA RECEPCIÓN DE

UN OBJETO O DE UN AUXILIAR MÁGICO: primera función del donante D9:Pilatos entra en rivalidad con el hijo del rey de los francos, que tambiénhabía llegado a Roma como rehén.

§§ 196-197: Tunc temporis erat Rome filius regis Francorum quem similiter rexRomam miserat pro tributis. Huic Pylatus associatus, cum se ab eo moribus et indus-tria precelli uideret...

Cuando Pilatos llega a Roma, coincide con el hijo del rey de los francos,enviado también por el asunto de los tributos, y se hace compañero de él(«huic Pylatus associatus»). Pero otra vez se ve aventajado en «moribus etindustria» por el joven, cuyo nombre, igual que el del hermanastro, ignora-mos. Esta función entra, como la anterior, dentro del tipo «9. Un ser hostillucha contra el héroe (D9)», y ahora el «ser hostil» es el hijo del rey de los fran-cos, al que Pilatos siente como un rival.

48. Cfr. Propp, Morfología cit, p. 93: «La voluntad de los personajes, sus intenciones, no pue-den considerarse signos con gran consistencia cuando se trata de definir a los personajes. Loimportante no es lo que ellos quieren hacer, ni tampoco los sentimientos que les animan, sinosus actos en tanto que tales, desde el punto de vista de su significación para el héroe y para eldesarrollo de la intriga».

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En este caso, la función de personaje donante corresponde, de una manerageneral, al Estado romano, al poder de Roma, que es quien ahora está toman-do las decisiones sobre Pilatos y también sobre el joven hijo del rey de los fran-cos, en tanto que ambos son sus rehenes, y los ha hecho coincidir.

– EL HÉROE REACCIONA ANTE LAS ACCIONES DEL FUTURO DONANTE:reacción del héroe E9: aguijado nuevamente por la envidia, Pilatos asesina aljoven.

§ 197: eum inuidie stimulis agitatus occidit.

El tipo de reacción del héroe corresponde nuevamente al tipo «9. El héroevence al ser hostil (E9)».

– EL OBJETO MÁGICO PASA A DISPOSICIÓN DEL HÉROE: recepción del objetomágico F9: los romanos deciden enviarlo a la isla de Pontos.

§§ 198-202: Sed cum Romani quid de eo faciendum esset inquirerent, dixerunt:«Hic si superuixerit, qui fratrem necauit, obsidem iugulauit, reipublice plurimumutilis erit et colla ferocium hostium ferox ipse domabit». Dixerunt ergo: «Cum reusmortis habeatur, in Pontos insulam gentibus illis que nullum patiuntur iudicemiudex preficiatur, si forte eius nequitia ipsorum contumacia edometur. Si non, quodmeruit patiatur».

Desde un punto de vista funcional, esta parte del relato se desarrolla enestricto paralelismo con la que hemos visto antes. Otra vez el objeto mágico(«9. Diferentes personajes se ponen a disposición del héroe (F9)») es un viajeque lleva a Pilatos a un lugar al que debe llegar. Si antes era el rey el que pedíaopinión a su consejo después del asesinato del hermanastro, ahora son losromanos los que deliberan sobre qué hacer con él después de cometer sunuevo asesinato. También ellos consideran que merece ser condenado a muer-te, y también ellos deciden, por propio interés, enviarlo a un determinadolugar en vez de ordenar su muerte. En este caso, deciden enviarlo como«iudex» a la isla de Pontos. De este modo, el Estado romano actúa (igual queel padre de Pilatos) como personaje donante que somete al héroe a una prueba(la de enfrentarse al hijo del rey de los francos) y después le concede el objeto

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mágico que el héroe utilizará. Este nuevo viaje es otra etapa necesaria en eldesarrollo de la intriga y en el camino que conduce a la subsanación de lacarencia inicial.

– SE PROPONE AL HÉROE UNA TAREA DIFÍCIL: tarea difícil M: Pilatos debedomeñar al feroz pueblo de la isla de Pontos.

§§ 200-201: Dixerunt ergo: «Cum reus mortis habeatur, in Pontos insulam genti-bus illis que nullum patiuntur iudicem iudex preficiatur, si forte eius nequitia ipsorumcontumacia edometur.

La misión para la que Pilatos es enviado a la isla es la de conseguir sometera un pueblo temible que no tolera ningún representante del poder de Roma.Se trata de una tarea de tan difícil cumplimiento que obligará al héroe a des-plegar todas sus habilidades. Esta función que, como indica Propp49, es uno delos elementos favoritos del cuento, genera suspense sobre la forma en que Pila-tos afrontará el reto de someter a un pueblo tan feroz y hostil, y este pulsoentre Pilatos y los habitantes de la isla, este duelo de ferocidad provoca un par-ticular deleite en el destinatario de la leyenda.

– LA TAREA ES REALIZADA: tarea cumplida N: Pilatos consigue someter a loshabitantes de la isla.

§§ 201-203: Missus igitur Pylatus ad gentem ferocem et suorum iudicumperemptricem, non inscius ad quos missus sit et quam pendula uite sue sententia, taciterem considerans uitam seruare uoluit et gentem nequam ipse minis et promissis, sup-plicio et pretio penitus subiugauit.

Pilatos, consciente del grave peligro que corre, pone en juego todas susestrategias, en una combinación de fuerza y astucia que le permite obtenerun rotundo éxito y someterlos completamente («penitus subiugauit»). Elcumplimiento de la tarea confirma, desde el punto de vista funcional, su con-dición de héroe y conducirá, ya de forma directa, a la subsanación de lacarencia inicial.

49. Ibid., p. 69.

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– EL HÉROE RECIBE UNA NUEVA APARIENCIA: transfiguración T: Pilatos reci-be el nombre de «Pontius».

§ 204: Quia igitur tam dure gentis uictor extitit, a Pontos insula Pontius Pylatusnomen accepit.

En recuerdo de su “hazaña” en la isla de Pontos, Pilatos recibe el nombre«Pontius» supuestamente derivado del nombre de la isla. Se trata, naturalmen-te, de una etimología ficticia, pero desde el punto de vista estructural conside-ramos que es importante y significativa en el relato porque completa su nom-bre y añade la seña de identidad que faltaba para identificarlo con el PoncioPilatos que después entregará a Cristo. Nos resulta complicado encajar esta adquisición de un nuevo nombre den-

tro de los tipos que establece Propp para esta función50, y sin coincidir plena-mente, consideramos que la que más se aproxima es el tipo «3. El héroe se vistecon nuevos vestidos».

– EL HÉROE SE CASA Y ASCIENDE AL TRONO: matrimonio: W3: Pilatos, porintervención de Herodes, se pone al frente de Judea y Jerusalén.A continuación, Herodes conoce el éxito de Pilatos y, celebrando su astucia

y habilidad, lo manda llamar, atrayéndolo con regalos, y lo pone al frente deJudea y Jerusalén en su representación. De este modo, Pilatos alcanza ya elpuesto de poder al que debía llegar, y Tiberio lo confirmará ya definitivamenteen el cargo cuando Pilatos consiga de él que le entregue todas las riquezas ypoderes de Herodes.De los tipos que establece Propp para esta función51, nuestro caso corres-

ponde al tipo «6. El héroe a veces recibe, en vez de la mano de la princesa,una recompensa en dinero o una compensación de otro tipo».

§§ 205-206: Herodes autem hominis illius industriam ut audiuit, eius uersutiis con-gaudens ipse uersutus eum ad se muneribus et internuntiis inuitauit et super Iudeamet Iherusalem potestatem et uicem suam tradidit. Qui cum pecuniam innumerabilemcongregasset, nesciente Herode Romam adiit, infinitam pecuniam Tyberio imperatoriobtulit et ab eo sibi dari quod ab Herode tenebat muneribus impetrauit.

50. Ibid., p. 71. 51. Ibid., p. 72.

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Pero, al mismo tiempo, el hecho de que Pilatos ya esté al frente de Judearepresenta también la subsanación de la carencia inicial con la que se abría lasecuencia. Así pues, hay aquí un solapamiento de funciones.

– LA FECHORÍA INICIAL ES REPARADA O LA CARENCIA ES COLMADA: repa-ración K4: Pilatos, por intervención de Herodes, se pone al frente de Judeay Jerusalén.La carencia inicial, que era la necesidad de que Pilatos llegase a ser gober-

nador de Judea, se ve colmada en el momento en que Pilatos es puesto porHerodes al frente de Judea, y coincide con la recompensa que obtiene el héroetras cumplir la tarea difícil. La variante que corresponde en este caso es el tipo«4. La obtención del objeto buscado es el resultado inmediato de las accionesprecedentes (K4)»52.Así pues, de acuerdo con el análisis que precede, la primera parte del relato

en la que se narra el origen de Pilatos hasta el momento en que se convierteen gobernador (§§ 186-206), presenta una estructura narrativa constituida poruna sola secuencia cuyo esquema de funciones es el siguiente:

a a ↑ D9 E9 F9 D9 E9 F9 M N T W3 K4

En ella, el personaje de Pilatos funciona como héroe-víctima y supera dospruebas en las que sendos donantes (su padre y el Estado romano) le propor-cionan ayudas necesarias en el camino que le conduce a la subsanación de sucarencia inicial, que es convertirse en gobernador de Judea. Tras cumplir conéxito una tarea difícil con la que adquiere un nuevo nombre (Poncio), obtienela recompensa final que es su designación para el cargo. De ese modo, lacarencia inicial queda colmada.

III.2. La estructura narrativa de la segunda parte (después de la crucifixión de Cristo)

Como ya dijimos, la parte del relato que narra los acontecimientos poste-riores a la crucifixión es más heterogénea e incluye la leyenda de Verónica y

52. Ibid., p. 63.

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la santa faz (§§ 213-232), el encuentro de Pilatos y Tiberio (§§ 233-245) y lamuerte de Pilatos con los maléficos efectos de su cadáver (§§ 246-255).En la leyenda de Verónica y de la santa faz se explica el origen de la sagrada

reliquia y se narra la curación de Tiberio gracias a ella. En esta parte, el tiemponarrativo es particularmente lento y destaca la abundancia de diálogos entreVerónica y Volusiano, el enviado de Tiberio, frente a la ausencia casi total deestilo directo que caracteriza la primera parte del relato. El foco de la narraciónestá puesto, obviamente, en el valor de la santa imagen y su poder milagroso,así como en la capacidad de persuasión de Verónica, que convence a Volusia-no del carácter sagrado de la reliquia y consigue, con la mediación de éste, pre-sentarla ante el propio emperador. Pilatos no participa en la acción y no tieneaquí protagonismo directo.La única parte en la que Pilatos interviene en la acción es la que narra su

encuentro con Tiberio y su muerte (§§ 233-248), ya que la sección final (§§249-255) está dedicada a describir los terribles prodigios que provoca en derre-dor su cadáver y el rechazo que éste despierta en los sucesivos lugares en quees depositado.Puesto que nuestro objetivo es comprobar en qué medida la estructura

narrativa como tal contribuye a la caracterización del personaje de Pilatos,vamos a tratar de aplicar el análisis de funciones de Propp también en esta parteque narra el encuentro de Tiberio y Pilatos.Antes del “cara a cara” entre ambos, de acuerdo con el relato ya había habi-

do dos contactos entre Pilatos y Tiberio. El primero, después de la crucifixión,cuando Pilatos se preocupa de enviar a Roma alguien que justifique ante elemperador su actuación, porque temía despertar la cólera de Tiberio por haberderramado «sanguinem innocentem»53. El segundo, cuando Tiberio, que hacaído enfermo, envía a Volusiano ante Pilatos solicitando que le entregue aCristo, cuyas milagrosas curaciones habían llegado a oídos del emperador, paraque pueda curarlo también a él. La respuesta de Pilatos, aterrado ante la

53. § 212: «Cum autem Pylatus dominum Iudeis crucifigendum tradidisset, timens tamenoffensam Tyberii cesaris eo quod condempnasset sanguinem innocentem, quendam sibi famil-iarem pro sui excusatione ad cesarem destinauit». Sin embargo, como ya dijimos (cfr. supra.,apartado II. 2. 4), el relato no añade nada más sobre esta embajada.

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demanda imperial, es solicitar un plazo de catorce días54. Este plazo de tiemposolicitado por Pilatos es el que da pie a la leyenda de Verónica y la santa faz55,y es la sagrada imagen la que, como antes explicábamos, sana al emperador.Informado por Volusiano y Verónica de que Pilatos es responsable de la muer-te de Cristo, Tiberio da la orden de que sea llevado a Roma ante su presenciay tendrá entonces lugar el encuentro de ambos.Al aplicar el análisis de funciones de Propp a este episodio, consideramos que

el personaje de Pilatos participa en la acción nuevamente como héroe-víctima.Es cierto que él ha ordenado la muerte de Cristo y eso puede hacernos pensarque debería ser el agresor (es la misma reflexión que hicimos en el análisis delotro bloque narrativo) pero, en nuestra opinión, el relato lo presenta como unhéroe que va a ser víctima de la cólera del emperador cuando se entere de queél es el que ha ordenado la crucifixión de Cristo. La narración de los aconteci-mientos nos hace ver cómo el cerco se va estrechando en torno a él, ya desdeaquella orden de Tiberio que Pilatos no puede cumplir y para la que pide unplazo de gracia. De alguna manera, el relato genera un cierto suspense: ¿qué lehará Tiberio a Pilatos al enterarse? o ¿cómo se librará de ésta Pilatos?Así pues, consideramos que en este caso el agresor es, en realidad, Tiberio,

y que la secuencia (muy breve, como veremos) se abre con una fechoría: ladetención de Pilatos por orden de Tiberio, ya conocedor de que ha condena-do a Cristo.

– EL AGRESOR DAÑA A UNO DE LOS MIEMBROS DE LA FAMILIA O LE CAUSA

PERJUICIOS: fechoría A15: por orden de Tiberio, Pilatos es detenido y lleva-do a Roma.

§ 233: Pontius igitur Pylatus imperio cesaris capitur et Romam perducitur.

54. §§ 213-216: «Interea cum Tyberius morbo graui teneretur, nuntiatur eidem quod Ihe-rosolimis quidam medicus esset qui omnes morbos solo uerbo curaret, nesciens quod eum Iudeiet Pylatus occidissent. Dixit itaque Volusiano sibi priuato: “Vade citius trans partes marinasdicesque Pylato ut hunc medicum mihi mittat qui me pristine sanitati restituat”. Cum autemille ad Pylatum uenisset et mandatum imperatoris exposuisset eidem, territus Pylatus XIVdierum inducias postulauit». 55. § 217: «Infra quod spatium dum Volusianus quandam matronam que fuerat familiaris

Ihesu, nomine Veronica, ubinam Christus Ihesus inueniri posset interrogasset, ait...».

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Entre los muy variados tipos que establece Propp para esta función56, nues-tro caso corresponde al tipo «15. Encierra a alguien, lo aprisiona (A15)». Entonces Tiberio, lleno de furia contra Pilatos («nimio furore contra eum

repletus)», pide que sea llevado ante él. Este encuentro, en el que el emperadorlo tiene a su merced, equivale, desde nuestro punto de vista, al combate entrehéroe y agresor.

– EL HÉROE Y SU AGRESOR SE ENFRENTAN EN UN COMBATE: combate H2:Tiberio ordena que Pilatos sea llevado a su presencia.

§ 234: Audiens cesar Pylatum Romam aduenisse, nimio furore contra eum repletuseum ad se adduci fecit.

Entre los tipos que establece Propp para esta función57, consideramos queel que más se aproxima en nuestro caso es el tipo «2. Entablan una competi-ción (H2)». Se trata de un enfrentamiento dialéctico, que se supone que aca-bará con una sentencia de castigo contra Pilatos.Pero, cuando va a ese encuentro, Pilatos lleva sobre su cuerpo la túnica de

Cristo, sin que el relato dé a entender claramente si la llevaba de forma casual,como parte de sus pertenencias, o si se la pone confiando en su protección,temeroso de la venganza de Tiberio. En cualquier caso, lo cierto es que latúnica, funcionalmente, actuará como un objeto mágico que le protegerá deuna manera efectiva de la cólera del emperador.

– EL OBJETO MÁGICO PASA A DISPOSICIÓN DEL HÉROE: recepción del objetomágico: F5: Pilatos se pone la túnica de Cristo cuando va a su encuentro conTiberio.

§ 235: Pylatus autem tunicam domini inconsutilem secum detulit quam indutamcoram imperatore portauit.

La identificación de esta función nos ha presentado dudas por dos razones.La primera es que el héroe suele recibir el objeto mágico de otro personaje,

56. Cfr. ibid., p. 45.57. Cfr. ibid., p. 61.

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que es el donante. En este caso, no hay ningún personaje que le haga entregaa Pilatos de la túnica. Ante esa situación, caben dos posibles soluciones: unaes considerar que, en nuestro caso, el donante es, en última instancia, Cristo(lo cual resulta forzado porque su figura no interviene en ningún momentoen la acción), o bien considerar la posibilidad, contemplada también porPropp58, de que el héroe actúe como su propio donante y, en ese caso, sería,claro está, el propio Pilatos. Entre las variantes que establece Propp para esta función, consideramos que

nuestro caso corresponde al tipo «5. El objeto cae por azar en las manos delhéroe (F5)».La segunda duda viene motivada por el hecho de que esta función aquí apa-

rece después de la función de combate H, cuando lo habitual es que la prece-da. Sin embargo, el propio Propp considera también esta posibilidad de queen ciertos casos haya una sucesión invertida de funciones (eso sería lo que ocu-rre en este caso) y algunas funciones cambien de lugar59.El efecto de la túnica no se hace esperar y, en cuanto Tiberio tiene ante sí

a Pilatos, su cólera se convierte en un sentimiento de afecto y benevolenciaque se desvanece en cuanto Pilatos desaparece de su presencia. Desconcertado,vuelve a hacerlo venir ante él, con idéntico resultado.

– EL AGRESOR ES VENCIDO: victoria J2: la cólera de Tiberio se convierte enafecto y benevolencia hacia Pilatos.

§§ 236-241: Mox ut imperator eum uidit, omnem iram deposuit et ei protinusassurrexit nec dure sibi in aliquo loqui preualuit. Et qui in eius absentia uidebatur tamterribilis et ferus, nunc in eius presentia inuenitur quodammodo mansuetus. Cumqueeum licentiasset, mox contra eum terribiliter excandescit, se miserum clamitans quod

58. Propp señala esta posibilidad a propósito de otro personaje, el auxiliar: «Hay que señalarel hecho de que a menudo el héroe prescinde de cualquier auxiliar. Es, por decirlo así, su propioauxiliar» (ibid., p. 95).59. Cfr. ibid., p. 124: «Un examen atento de los esquemas hace aparecer algunas excepcio-

nes. En particular puede observarse que los elementos D E F (la prueba, reacción del héroe yrecompensa) se encuentran en muchos casos antes de A (fechoría). ¿Es una infracción de laregla? Desde luego que no. No nos encontramos ante una sucesión nueva sino ante una situa-ción invertida de las funciones».

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ei furorem sui pectoris minime ostendisset. Statimque eum reuocari fecit, iurans etcontestans quod filius mortis est nec fas sit eum uiuere super terram. Qui ut eum uidit,continuo eum salutauit et omnem animi ferocitatem abiecit. Mirantur omnes,mirabatur et ipse quod sic contra Pylatum dum abesset excandesceret et dum presensesset nihil ei aspere loqui posset.

Merced al poder divino de la túnica, que actúa como objeto mágico, elagresor, que es Tiberio, resulta vencido, y Pilatos, el héroe, sale incólume delenfrentamiento.En correspondencia con el tipo que hemos establecido para la función de

combate, esta función pertenece también al tipo «2. Es vencido en una compe-tición (J2)». Esta victoria de Pilatos queda subrayada en el texto por medio de la dupli-

cación, ya que son dos veces las que Tiberio, el todopoderoso emperador,actúa con esa incomprensible docilidad ante Pilatos, provocando también laestupefacción en todos los presentes. La repetición, como ya vimos60, preten-de enfatizar lo asombroso e inesperado de la situación.Nuestro héroe-víctima ha conseguido, en principio, burlar el poder de su

agresor, que lo ha dejado marcharse sin daño, de modo que su victoria en elcombate equivale también a la reparación de la fechoría inicial de la secuen-cia. Tenemos, pues, otro solapamiento de funciones como en la secuenciaanterior.

– LA FECHORÍA INICIAL ES REPARADA O LA CARENCIA ES COLMADA: repa-ración K10: Pilatos sale incólume de su encuentro con Tiberio. La variante que correspondería en este caso a esta función es el tipo «10. El

prisionero es liberado (K10)».Sin embargo, la identificación de esta función también nos ha planteado

alguna duda porque, en realidad, Pilatos es liberado por Tiberio solo de mane-ra provisional. Cuando de alguna manera «diuino nutu uel forte alicuius chris-tiani suasu» acaba comprendiendo lo que está pasando y obliga a Pilatos a des-pojarse de la túnica, entonces experimenta nuevamente su ira contra él y loenvía a prisión mientras delibera qué hacer con él:

60. Cfr. supra, apartado II 2.4.

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§§ 242-244: Tandem diuino nutu uel forte alicuius christiani suasu ipsum illa tunicaexpoliari fecit et contra eum pristinam ferocitatem animi mox resumpsit. Cumque dehoc imperator plurimum admiraretur dictum est sibi quod illa tunica fuisset dominiIhesu. Tunc imperator ipsum in carcere recipi iussit donec sapientum consilio delibe-raret quid de eo fieri oporteret.

La decisión es, por tercera vez a lo largo de todo el relato, la condena amuerte y, por tercera vez, la condena como tal no se lleva a efecto porque, enesta ocasión, es el propio Pilatos el que se quita la vida:

§§ 245-246: Data est igitur in Pylatum sententia ut morte turpissima dampnaretur.Audiens hoc Pylatus cultello proprio se necauit et tali morte uitam finiuit.

Estas últimas acciones no corresponden, en nuestra opinión, a nuevas fun-ciones de una nueva secuencia. Creemos que son, más bien, una especie dedesarrollo último de la función que hemos identificado como victoria (J2), equi-valente a su vez a la reparación de la fechoría (K10). Pilatos “vence” a Tiberio pordos veces con la ayuda de la túnica de Cristo y lo “vence” una tercera vezescapando a su sentencia de muerte, en tanto que es él mismo, de formavoluntaria, el que se quita la vida. En ese sentido, Tiberio, con todo su omní-modo poder, no es capaz, finalmente, de doblegar a Pilatos a quien, natural-mente, le espera la condena eterna de su alma, pero esa es una condena quesolo la justicia divina puede imponer.Así pues, el esquema de funciones de esta secuencia es el siguiente:

A15 H2 F5 J2 K10

Es una secuencia muy breve, en la que el personaje de Pilatos funciona nue-vamente como héroe-víctima, y que se abre con una fechoría cometida por elagresor, que es el emperador Tiberio: Pilatos es hecho prisionero y llevadoante el emperador. Ayudado de un objeto mágico (la túnica de Cristo), el pro-tagonista se enfrenta a su agresor en un combate (el “cara a cara” de ambos) yresulta vencedor, ya que el agresor lo deja marchar sin infligirle daño. De esemodo, la fechoría inicial que abre la secuencia queda reparada.

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IV. RECAPITULACIÓN

Con el análisis que precede pretendíamos analizar la caracterización del per-sonaje de Pilatos en la leyenda recogida por Vorágine en su Legenda aurea.Repasamos ahora, a modo de recapitulación, las principales conclusiones a lasque hemos llegado a lo largo de nuestro estudio:

1. La leyenda, tomada de tradiciones apócrifas, se articula en dos grandes blo-ques narrativos que pivotan sobre la historicidad de Pilatos y su condiciónde gobernador de Judea. El primer bloque corresponde a su pasado, al“antes” de la crucifixión, mientras que el segundo relata los hechos poste-riores a la misma, hasta la muerte de Pilatos.

2. La inserción de la leyenda, claro ejemplo de la combinación docere y delectaretan característica de Vorágine, se justifica como un exemplum a contrario.Mientras que las figuras de santidad ofrecen ejemplos de existencias piadosaspor las que reciben justa recompensa, la finalidad, en este caso, es poner derelieve el temprano instinto criminal de Pilatos, que es un elegido para elmal, y el camino que recorre hasta su castigo eterno.

3. Esta contraposición queda subrayada por muchos paralelismos formales y,particularmente, la narración del encuentro entre Pilatos y Tiberio consti-tuye una “reescritura” de las escenas de enfrentamiento entre el santo o lasanta y la figura de autoridad.

4. El rasgo más señalado de su carácter es su envidia, a la vez que su fortaleza,y todas las relaciones que mantiene con los demás personajes contribuyen aponer de relieve su singularidad, lo excepcional de su natural malvado y ladimensión sobrehumana de su perversidad. En ese sentido, no hay en todoel relato ningún personaje que esté a la altura de su maldad.

5. Es presentado como una especie de monstruo, un ser detestable que todaslas comunidades se esfuerzan por alejar de sí. Afronta varias condenas uná-nimes a muerte, pero ninguna de ellas llega a cumplirse porque su maldadescapa a la justicia humana y sólo la justicia divina podrá imponerle un cas-tigo adecuado a su perversidad.

6. El análisis de la estructura narrativa aplicando el modelo de funciones bási-cas de V. Propp demuestra que, desde el punto de vista funcional, Pilatosaparece caracterizado como un héroe del folklore y su personaje no corres-

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ponde al rol del agresor (como quizá cabría esperar), sino al del héroe y,concretamente, al del héroe-víctima.

7. En nuestro análisis hemos identificado dos secuencias. La primera es la máslarga y, en ella, el protagonista, tras superar dos pruebas que le proporcionanayudas necesarias, cumple con éxito una tarea difícil y obtiene la recompen-sa final, de modo que la carencia inicial queda colmada. En la segunda(mucho más breve) el héroe sufre una fechoría y, ayudado de un objetomágico, se enfrenta a su agresor en un combate en el que resulta vencedor.De ese modo, la fechoría inicial que abre la secuencia queda reparada.

Así pues, ahora podemos responder afirmativamente a la pregunta que for-mulábamos al principio de nuestro análisis: sí, Pilatos es caracterizado en elrelato como un héroe de cuento, pero como un héroe de maldad.

ABSTRACT

THE LEGEND OF PILATE WITHIN THE «LEGENDA AUREA» BY IACOBUS DEVORAGINE: NAR-RATIVE STRUCTURE AND «EXEMPLUM A CONTRARIO»

This article presents a literary and narratological study of the legend of Pilate as itappears in Chapter LI (De passione Domini) of Voragine’s Legenda aurea, with the pur-pose of identifying and singling out his character traits. Our analysis focuses on threeaspects: Pilate’s thoughts and feelings, the image that the other characters offer of himthroughout the legend, and the narrative structure of the story itself. On one hand, ourstudy reveals how the legend works within the legendary as an exemplum a contrarioand, on the other hand, it shows how Pilate is depicted as a folk hero and proficientin evil who defies all human justice and whose terrible crimes can only be punishedby divine laws.

Mª Carmen Puche LópezÁrea de Filología latina

Facultad de Filosofía y LetrasUniversidad de [email protected]

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