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UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID FACULTAD DE GEOGRAFÍA E HISTORIA Departamento de Prehistoria TESIS DOCTORAL Estructura social y paisaje simbólico: las comunidades astures y el Imperio Romano (siglos II a.C.-II d.C.) MEMORIA PARA OPTAR AL GRADO DE DOCTOR PRESENTADA POR Fernando Alonso Burgos Directores Mª Luisa Ruiz-Gálvez Priego Madrid, 2015 © Fernando Alonso Burgos, 2014

las comunidades astures y el Imperio romano (siglos II aC- II

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  • UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID

    FACULTAD DE GEOGRAFA E HISTORIA Departamento de Prehistoria

    TESIS DOCTORAL

    Estructura social y paisaje simblico: las comunidades astures y el Imperio Romano (siglos II a.C.-II d.C.)

    MEMORIA PARA OPTAR AL GRADO DE DOCTOR

    PRESENTADA POR

    Fernando Alonso Burgos

    Directores

    M Luisa Ruiz-Glvez Priego

    Madrid, 2015

    Fernando Alonso Burgos, 2014

  • Estructura social y paisaje simbolico

    Las comunidades astures y el Imperio romano (siglos II a.C.-II d.C.)

    Departamento de Prehistoria

    Facultad de Geografa e Historia

    Universidad Complutense de Madrid

    Doctorando: Fernando Alonso BurgosDirectora: M Luisa Ruiz-Glvez Priego

    Madrid 2014

  • Qu hars t, oh Dios, cuando yo muera? Yo soy tu cntaro (y si me quiebro?) Yo soy tu bebida (y si me corrompo?)

    Soy tu ornato y tu oficio. T pierdes conmigo tu sentido.

    Despus de m no tendrs casa en donde palabras cercanas y clidas te saluden.

    De tus pies cansados se caer la sandalia de seda que yo soy.

    Tu gran manto se soltar de ti. Tu mirada, que yo acojo caliente

    en mis mejillas, como en una almohada, andar buscndome largo tiempo -

    y a la hora del ocaso se echar en el regazo de unas piedras desconocidas.

    Y t, oh Dios, qu hars? Yo tengo miedo.

    Rainer Mara Rilke, 26 de septiembre de 1899. 1905. Libro de las Horas. Libro de la Vida monstica, poema 36.

    A vosotras:

    M., V. y N.

  • Estructura social y paisaje simblico: las comunidades astures y el Imperio romano (siglos II a.C- II d. C)

    7

    Estructura social y paisaje simblico: las comunidades astures y el Imperio romano (II a. C.-II d. C.)

    BLOQUE 0. Introduccin

    1. Antecedentes del tema de estudio ................................................................................... 16

    2. Planteamiento terico-metodolgico .............................................................................. 20

    3. Escalas, marcos y fuentes de anlisis .............................................................................. 29

    BLOQUE I. El mundo simblico castreo en la Asturia prerromana (siglos II-I a. C)

    4. El debate en torno a la sociedad castrea prerromana: el modelo segmentario ............ 41

    5. Smbolos domsticos y colectivos: el poblado castreo segmentario ............................ 55

    5.1. La vida domstica en mbito castreo: hogar y autoabastecimiento .................... 58

    5.2. Entre lo domstico y lo colectivo: solidaridad y segmentacin interna ................ 66

    5.3. El espacio metalrgico castreo como lugar de encuentro .................................... 75

    6. Smbolos comunitarios y religiosos: la comunidad castrea segmentari ........................ 93

    6.1. La comunidad monumentalizada o el poder de la comunidad ............................... 95

    6.2.Delsacrificiofundacionalyladiseminacinfuneraria..........................................110

    6.3.Msalldelateismoyelsacrificioguerrero:losagradoocultado........................130

    BLOQUE II. Dinmicas simblicas en el Noroeste ibrico en la coyuntura

    histrica del siglo I a. C

    7. Smbolos prerromanos entre la resistencia y el cambio .................................................. 143

    8. Smbolos convivales: el fenmeno de las stulas y el banquete en el mundo castreo ... 157

    8.1. Las stulas castreas: entre la tradicin atlntica y la innovacin mediterrnea .... 163

    8.2. Banquetes divergentes en el mundo castreo del s. I a. C. ..................................... 171

  • NDICE

    8

    9. Smbolos preciosos: contextos sociales y simblicos de la orfebrera castrea .............. 178

    9.1. Iconografa, rito y cosmogona en transicin: el caso de las diademas de Moes ... 193

    9.1.1. El contexto perdido: el valle del Piloa ..................................................... 197

    9.1.2. Propuesta de anlisis de Moes I: caracterizacin general y fases ............ 202

    9.1.3.Lecturaiconogrfica:delviajeacuticoclticoalespaciodelmitodelcambio

    social...................................................................................................................... 211

    BLOQUE III. La religin romana y los cultos indgenas en mbito astur

    (siglos I-II d. C.)

    10. La potencialidad simblica de la conquista del Noroeste en el contexto de la ideologa de

    Augusto:confines consagrados y la gnesis del culto imperial ................................................ 240

    11. El mbito simblico religioso: religio romana y emulatio peregrina .................................. 253

    12. Smbolos a los muertos: las stelae en la Asturia meridional ............................................... 267

    12. 1. Epigrafa y arqueologa funeraria romana: el caso del Noroeste hispano en el contexto

    imperial ............................................................................................................................... 267

    12. 2. La epigrafa funeraria de la Asturia meridional (ss. I-II d. C.) ..................... 282

    12.2.1.Criteriosparaladatacinepigrficafuneraria................................290

    12.2.2. La emulacin funeraria peregrina y el desarrollo del modelo de estela

    en la Asturia meridional (ss. I-II d. C.) ....................................................... 298

    12.2.2.1.Elpatrnepigrficomilitarylaemulacinperegrina(1

    mitad s. I d. C.) .............................................................................. 298

    12.2.2.2. El modelo completo de estelas en granito (mediados del s.

    I-II d. C.) .......................................................................................... 313

    12.2.2.3.LagnesisdelasestelasenmrmoldeSantoAdrio(finales

    del s. I d. C.-II d. C.) ........................................................................ 318

    12.2.3. Conclusiones: las stelae como smbolos a los muertos en Asturia

    meridional (ss. I-II d. C.) ............................................................................. 341

    13. Smbolos a los dioses: las arae en la Asturia Augustana (ss. I-II d. C.) .............................. 345

    13.1. Epigrafa y arqueologa votiva romana: el caso del Noroeste hispano en el contexto

  • Estructura social y paisaje simblico: las comunidades astures y el Imperio romano (siglos II a.C- II d. C)

    9

    imperial ......................................................................................................................................................... 345

    13.2. La epigrafa votiva de la Asturia Augustana (ss. I-II d. C.) ..................................... 364

    13.2.1.Criteriosparaladatacinepigrficavotiva...............................................365

    13.2.2. La conformacin de los lugares de culto y la gnesis de los panteones y las

    divinidades indgenas en mbito astur augustano (ss. I-II d. C.) ........................... 372

    13.2.2.1. Las dedicaciones colectivas a Jpiter y a las divinidades patronas

    indgenas (1 mitad del s. I d. C.) ............................................................... 372

    13.2.2.2. La difusin del modelo de panten sagrado: el caso del Pouls de

    San Miguel, San Esteban del Toral, Bembibre (mediados del s. I-II d. C.) .... 391

    13.2.2.3. Propuesta de gnesis del dios indgena Cosus (ss. I-II d. C.) ....... 406

    13.2.3. Conclusiones: las arae como smbolos a los dioses en la Asturia Augustana.. 423

    Conclusiones

    14. Smbolosenelpaisajedelmundoprerromanoalromano............................................427

    Abstract ....................................................................................................................................... 439

    Anexos

    Anexo 1 .............................................................................................................................. 453

    Anexo 2 .............................................................................................................................. 463

    Bibliografa ................................................................................................................................ 479

  • Agradecimientos

    11

    Agradecimientos:

    Son muchas las personas que a lo largo de todo este periodo de elaboracin han hecho posible esta

    tesis doctoral: familiares ms cercanos, amigos y colegas, a todos vosotros mi gratitud en primer lugar

    porsiolvidoalgnnombreenlaslneasquesiguen.Cualquiererrorquecontengaestetrabajoes,sin

    embargo, de mi exclusiva responsabilidad.

    En primer lugar, a mi directora de tesis, la Profesora Marisa Ruiz-Glvez, quiero agradecerla su

    confianzahastaelfinalenmiproyecto,sumotivacin,apoyoydedicacin.

    A mi tutora durante mi formacin predoctoral dentro del grupo de investigacin Estructura

    SocialyTerritorio:ArqueologadelPaisaje(EST-AP)delCCHS-CSIC,AlmudenaOrejas,alaque

    agradezcosuorientacin,pacienciayconsejos.

    A los miembros de EST-AP, empezando por un recuerdo a la desparecida Pachula (IPCE-MEC).

    Tras ella, mi gratitud a Javier Snchez-Palencia, del que he aprendido una parte muy pequea de todo

    suconocimientoyexperiencia,tantoeneltrabajodecampocomoeneldelaboratorioyoficina.Ala

    actual directora del grupo, Ins Sastre, le debo agradecer su cercana y su generosidad por compartir

    eltrabajo.HetenidoademslaposibilidaddeaprovecharpartedelasabiduradelProfesorDomingo

    Plcido, lo que me ha enriquecido como investigador y persona. De los dems miembros compaeros,

    colegas y amigos: Esteban, Mara, Pecha, Guille, Alex, Brais, Damin, Ana Delia, Elena, Laura y

    Antonio;slomecabealabarelbrain-stromingcotidianoyeltrabajomanoamanoenlaparticipacin

    de proyectos nacionales e internacionales. Cada uno de ellos sabe el lugar que han ocupado en mi

    formacin y la gratitud que les debo.

    DelaLneadeInvestigacinArqueologayProcesosSocialesdelCCHS-CSIC,deborecordar

    misencuentrosibricosprimeroconRicardoOlmosyposteriormenteconSusanaGonzlezReyero,

    a la que agradezco su disposicin, cercana y cario. Un agradecimiento a los muchos miembros

    que conforman los distintos grupos de investigacin, en especial a los componentes de los distintos

    Laboratorios:Materiales,TeledeteccinyPaisaje,Arqueometalurgia,ArqueobiologayArqueofauna.

    Por ltimo, que no menos importante, a los que un da fueron doctorandos de distintas especialidades

    con los que me cruc en el camino y de los que guardo un buen recuerdo y amistad: Leticia Lpez,

    Lourdes Lpez Merino, Fernando Arias, Martina Renzi y Susana Marcos.

  • Agradecimientos

    12

    De mi etapa formativa en la Universidad tengo que agradecer los muchos encuentros cotidianos

    tanto dentro como fuera de la clase, a los Profesores Alfredo Jimeno, Gonzalo Ruiz Zapatero, Jess

    lvarez Sanchs, Almudena Hernando, Julio Mangas, Estela Garca, Rosa Sanz y M Cruz Cardete,

    entreotros,juntocontodosloscolegasycompaerosdelaLicenciatura,Excavaciones,Prospecciones,

    Laboratorios, Cursos de doctorado, Encuentros de Jvenes Investigadores (JIA y EJIHA), como Jorge

    de Torres, Paloma de la Pea o Fernando Colino, que ahora vienen a mi memoria y entre quienes

    quiero destacar a los que un buen da conformamos la Unin Cultural Arqueolgica (UCA, 2002-

    2005): Azu, Leti, Mora, Ramn, Yael y Cheto.

    Demisestanciasenelextranjeroslotengopalabrasdeagradecimientoalosquelashicieron

    posiblesyaquienescompartieronconmigosusrutinasuniversitariasycientficas,siempredispuestos

    a mis preguntas e intereses. Un especial recuerdo para Francisco Sande Lemos, Manuela Martins

    (Unidade de Arqueologia, Universidade do Minho, Portugal), Jane Webster, Chris Fowler, Sam

    Turner (University of Newcastle, Reino Unido), Chris Gosden (School of Archaeology, University

    of Oxford, Reino Unido) y Rita Compatangelo-Soussignan (Centre dtude des Socits Antiques et

    Mdivales, Universit du Main, Francia). Un especial apartado merecen los compaeros y colegas

    conlosquehecompartidolaexperienciadeinvestigarenelextranjeroendichasestancias:Lucio

    Benedetti, Silvia Espelt, Helena Jimnez Vials, Javier Salido, Chlo Bouneau, Veronica Cicolani, y

    otrosquemedejarseguroeneltintero.

    Delperiodomscrticodefinalizacindeestetrabajotengoqueagradecerlaslecturas,revisiones,

    mapas y discusiones de todos los colegas y amigos que he tenido cerca y me han apoyado siempre: en

    especialaAlex,epigrafistamximo,Pecha,SIGeromticoyGuille,proyectorinternacional.Graciasa

    Bea y Luis que me han hecho volver a poner los pies en la tierra ofrecindome una oportunidad laboral.

    AEstheryJavitodamigratitudporsutrabajoprofesionalenlamaquetacinyltimosretoquespara

    lapresentacindeestatesis.ALuca,porcolorearmetanbonitounodelosjinetesdeMoes.

    Tras tantosavatares,esta tesis llegaasufingraciasalapoyoincondicionaldemifamiliams

    cercana, tanto la que sigue aqu como la que falta pero sigue estando conmigo. El soporte tcnico y

    emocionaldemimujer,Myriam,sincuyapacienciayconfianzaenmitrabajohabrasidoincapazde

    superarestetrance.Porltimo,ymsimportante,recordaraquamisdoshijas,VerayNaya,acuyas

    sonrisascotidianasyalosbrillosdesusojoslesdeboelltimoimpulsoparaacabarestatesis.

  • BLOQUE 0

    INTRODUCCIN

  • Introduccin

    15

    Introduccin

    Estainvestigacintienecomoobjetivodetectarlosaspectossimblicosmsrelevantesdelregistro

    arqueolgicoconelfindeplantearsuimbricacinenelsenodelaestructurasocialcastreaastur

    prerromana y a partir de ella analizar aquellos relacionados con el mbito religioso en su evolucin

    en el contexto imperial romano. Para ello me apoyar en los estudios clave que han sistematizado el

    registromaterialdelmundoastur,msalldelostpicosdelaromanizacindbiloresistencia

    indgena1 y propondr una propuesta de anlisis simblico diversa a la caracterizacin de la

    superestructura cltica predominante2.Lafinalidadltimaes lade sistematizarquestrategias en

    elpaisajeconformanladecisioneslocacionalesdecadaaspectosimblicoseleccionadodelregistro

    material,enelmarcodelconflictoentreelmundoprerromanoyelromanoimperial.paraellome

    apoyarenelbagajetericoymetodolgicodeanlisisdelaspectosimblicoenelpaisajeatravs

    de la metfora visual, recurriendo a la valoracin sincrnica del sentido de la presencia y la ausencia

    de los diferentes elementos y mecanismos en el espacio: monumentalizacin, exhibicin, inhibicin

    y ocultamiento (Criado, 1993a y b; 2012).

    La cultura material con valor simblico a la que me referir procede de diversos sectores de

    la circunscripcin administrativa romana del conventus Asturum, aunque se prestar atencin a las

    dinmicas sociales de todo el Noroeste ibrico y el lugar que ocupa en relacin a otros mbitos

    geogrficos,dependiendode losdiferentesfenmenoshistricos tratados.Elespectrocronolgico

    centralseextiendedesdelaculturacastreaenelfinaldelaSegundaEdaddelHierro(BLOQUE

    I: ss. III-I a. C.), pasando por la ltima centuria a. C. y la conquista romana del Noroeste ibrico

    (BLOQUEII:s.Ia.C.)hastasuinclusincomopartedelImperioromano(BLOQUEIII:ss.I-IId.

    C.). Desde el punto de vista Instrumental la aplicacin del planteamiento terico-metodolgico que

    aquseproponerequiereunmanejoflexibledelasescalasespacialesytemporales,ascomodeluso

    de distintos aspectos de las fuentes que convergen en el anlisis desde la perspectiva del estudio de la

    complejidadenlaconstruccinsimblicadelospaisajes.

    1 Snchez-PalenciayFernndez-Posse,1985;Fernndez-PosseySnchez-Palencia,1988;Orejas,1996;Snchez-Palencia, 2000; Sastre, 2001 y 2002; Villa, 2002; 2007a y b; 2009; Camino, 2003, entre otros.

    2 GarcaQuintela,1999y2013;GarcaQuintelayotros,2003;2004;2006;SantosEstvezyGarcaQuintela,2003;GarcaQuintelayGonzlezGarca,2009;GarcaQuintelaySantosEstvez,2004;2008ayb,GonzlezGarca,2011; entre otros

  • Bloque 0

    16

    1. Antecedentes del tema de estudio

    El primer problema a la hora de plantear un estado de la cuestin reside en seleccionar las distintas

    corrientes y argumentaciones que de forma directa o tangencial han tratado el tema del mundo

    simblico, tradicionalmente restringido a lo religioso, en el Noroeste ibrico desde la Protohistoria

    almundo romano.Eneste sentido,desdemipuntodevista, la clavehistoriogrficademspeso

    est en la creencia de poder acceder a la religin prerromana a travs de su supervivencia en poca

    romana.Sobresaleparaelloelanlisisdelasfuentesliterariasgrecorromanasydelregistroepigrfico

    teonmico, especialmentede aquellosdioses clasificados comoindgenas, desde la laborde los

    estudiosos de principios del s. XX hasta nuestros das3. Lo que subyace a esta tradicin y que tiene

    todavaunpesoimportanteenlaaproximacinaloreligiosoenelpasadoeselcriteriofilolgico

    juntoaungustoporlasposibilidadesdelmtododeanlisiscomparado4, que en ltima Instancia

    remiten a la obra decimonnica de Mller5.Elpesodelcarcterfilolgicoclaramentereflejadoen

    3 El origen debe situarse en la aproximacin del portugus Leite de Vasconcelos en su obra magna de Religies da Lusitania (1989 [I: 1897; II: 1905 y III: 1913]). Los datos de la parte prerromana se funden con los de la romana conscientemente, asumiendo que Roma habra permitido expresar la esencia religiosa precedente, fortalecindola y hacindola sobrevivir en algunas de las tradiciones del folklore hasta el presente (Vasconcelos, 1989 [1905]: 99, 371-72 y 1989 [1913]: 194). En Espaa la primera sistematizacin teonmica, en esta misma lnea aunque menos interpretativa, la encontramos en Tovar y Navascus (1950), contando con una labor recopilatoria precedente en torno a la Real Academia de la Historia y la contribucin al CIL II (Fita, Fernndez-Guerra, Gmez Moreno, etc.), sobresaliendo alguna interpretacin delareliginprotohistricapatriacomoladeCosta(1917)olainterpretacindeCaroBaroja(1943).Siguiendoestamismatendenciadedesentraarelsignificadodelostenimosromanoscomoreflejodelareliginprerromana,estnlostrabajosesencialmentelingsticos,filolgicosyepigrficosdelallamadaCeltica hispana, en Blzquez (desde 1962), Untermann (1965 y 1985), Rivas (1973), Albertos (1974; 1975; 1977a; 1981; 1983; 1985), Encarnao (1975), Vzquez Hoys (1977), Marco (1993a, b y c; 1994a; 1999a y b) Alarco (1990), Olivares (2002a), entre otros.

    4 Encontramos referencias a teoras antropolgicas y del folklore local para ilustrar el mundo religioso protohistrico tambin desde Vasconcelos (II-1905: 99-107), Costa (1917: 32-33, 79, 103-110) y aplicado al registro castreo del Noroeste ibrico en Lpez Cuevillas y Bouza Brey (1929) o Lpez Cuevillas y de Serpa Pinto (1933-1934: 348-364). La primera sistematizacin de mtodo de una religin comparada a partir de la literatura clsica y el registro romano-indgena,queretomaelelementoculturalindoeuropeoclticoesladeBermejo(1986y1994[1982]),posteriormentedesarrolladaenGarcaQuintela(1991;1999;2002y2009)yBraas(2000;2004y2007),entreotros.Respectoa larevitalizacin del anlisis comparado el mundo prerromano con el componente cltico en el folklore reciente (desde las tradicionespopularesy suculturamaterialhasta la literaturapica),vase laetno-historiayetno-arqueologadeautores como Almagro (2006; 2007; 2009 y 2010) y para lo que atae al Norte-Noroeste ibrico autores como Olivares (1997), Torres Martnez (2003; 2005; 2007 y 2010), Moya (2008 y 2010), Balbn, Torres y Moya (2007), Tenreiro (2002; 2004 y 2007a y b), lvarez Pea (2002 y 2007), entre otros.

    5 Mller consideraba la lingstica como la principal herramienta de anlisis del fenmeno religioso y consideraba la derivacin de los tenimos de nombres comunes la evidencia de la idolatra y la poca evolucin de las religiones superiores.TodoellodiocomofrutolallamadafilologacomparadayelestudiocomparadodelasreligionesSobreunanlisis de dicha base en Vasconcelos: Garca Fernndez-Albalat, 1985 y Garca, 1988: 18. En relacin con su utilizacin anacrnicaentrabajoseminentementelingsticoscomoeldeProsper,2002:GonzlezGarcayGarcaQuintela,2005:40.

  • Introduccin

    17

    las lecturas de los textos clsicos y de los tenimos que transmitan los epgrafes romano-indgenas

    hasidounaconstanteenlalabordeepigrafistas,lingistas,fillogos,arquelogosehistoriadoresde

    laantigedad,reflejndoseprincipalmenteenlascostumbresliterariasconunapretendidafiabilidad

    etnogrficayunaautnticare-actualizacindecatlogosdedioses6.

    Estatradicindebasedecimonnicaqueotorgaunaimportanciaprcticamentesupremaallenguaje

    yalosrecursosdelasreligionescomparadas,conelfindedesentraarelsignificadodelasfuentes

    literarias y los epgrafes romanos como una ventana abierta a las cosmologas precedentes, supuso

    unestancamientoqueimpidieldesarrollodeunmtodoespecficoygenerunaautnticatupida

    telaraadetpicos(GarcayFernndez-Albalt,1985:276).Laasuncindeunaromanizacin

    dbilydelfenmenoderesistenciaindgenahanservidodejustificacinparaelcarcterruraly

    pobre de la epigrafa romano-indgena, especialmente en mbitos como el Norte y Noroeste ibrico,

    permitiendoaalgunosautoresdefenderquecuentancondatosdegranpurezaenlaextraccinde

    unaestructuradelpantenprerromano(Olivares,2002a:15-16).Enestatendenciatanarraigadaen

    lo que concierne a la religin, concebida como el mbito social ms conservador, se echan de menos

    replanteamientos importantes tanto tericos como metodolgicos. El nico caso ha sido la renovacin

    dentrodeestamismalneadeanlisislingstico,filolgicoydereligincomparada,apartirdela

    labordeBermejo,especialmenteenlosaos80(Bermejo,1986;1994[1982]).Laprincipalfuente

    deanlisisfueparaBermejolostextosliterariosquemencionanelOccidentehispano,enconcreto

    la GeografkadeEstrabn.Elanlisisdeestos textosdejabade serunfiel reflejode lospueblos

    prerromanos para mostrar una ideologa romana imperialista que denigraba las costumbres brbaras

    encontraposicinde losbeneficiosde lacivilizacin.Endichaargumentacinse revelabaqueel

    autor antiguo tomaba sus referencias de una koin cultural conocida y compartida, aunque fuese en

    tiempos remotos, para describir las tradiciones y costumbres que caracterizaban el modo de vida

    brbaroyjustificabansunecesariacivilizacindemanosdelpoderreinante,enestecasoRoma.

    Ahorabien,trastodoellosedejabavislumbrarunaestructuraounafuncinquepodaremitir

    a la realidad de poca prerromana, a la cual se propona acceder, al asumir la existencia de una misma

    base simblica e Institucional indoeuropea compartida. Metodolgicamente se acudi al anlisis

    6 La labor en este sentido ms evidente es la de Blzquez (1962; 1975; 1983; 1991a; 1991b; 1999; 2001; 2003 y 2008) pero est en la base de las construcciones interpretativas de otros muchos autores que tradicionalmente recurran a los catlogos de Blzquez como si de corpora especializados sobre el tema religioso se trataran.

  • Bloque 0

    18

    trifuncionalista (I: sacerdotal; II: guerrera y III: productora) tal y como lo concibi Dumezil7. La

    documentacinqueseutilizfuelimitadayreprodujoengranmedida,aunqueconunaimpecable

    definicinyseguimientodemtodo, lasmismascaractersticasquevenanasocindosealmundo

    prerromano del Norte-Noroeste a partir de un registro bien conocido de los textos literarios y los

    epgrafesespecialmenteconteonmia;insistiendoenlabelicosidadmasculina,elpesodelamujer,de

    lasrelacionesparentescoylasorganizacionessuprafamiliares,lajerarquapoltica,militaryreligiosa,

    etc.8. Esta primera propuesta revitalizadora de los estudios de religiones comparadas aplicados al

    mundo del Norte-Noroeste ibrico protohistrico no se llev hasta sus ltimas consecuencias, llegando

    aconclusionesquenoresultaroninequvocas(GarcaQuintela,1999:71)yquesereprodujeron

    enreedicionesampliadas(sintetizadasenBermejo,2008)quesehancriticadocomoobsoletasy

    desconectadas de la investigacin actual (GarcaQuintela, 2009: 104-105). Sin embargo se debe

    reconocer la deuda con dicha propuesta de las investigaciones que orientan los estudios celtistas a

    partir del anlisis dumeziliano y la inclusin de teoras y modelos antropolgicos, como parte de un

    programa de estudios comparados con una clara inspiracin lingstica de base9, aplicado al estudio

    de la Edad del Hierro castrea y su continuidad en poca romana10.

    Por otro lado, contamos con visiones centradas en el impacto romano sobre las comunidades

    localesysusconsecuenciasvistascomoresultadodelmestizajeprovincial(Plcido,1988:240,302

    nota 48) o del sincretismo de doble direccin (Marco, 1996: 219 y 232). A su vez, se denunciaron

    7 Sobre su anlisis religioso del mundo romano: Dumezil, 2000 [1974]. Sobre un anlisis de su rica Historiografa desdeunpuntodevistacrtico:GarcaQuintela,1999:73-109.Parauncompendiodeestudiosdumezilianosaplicadosadiversoscasosdeestudio:DelpechyGarcaQuintela,2009.

    8 PrincipalmenteenlostrabajosreunidosenlosdosprimerosvolmenesdeMitologa y Mitos de la Hispania prerromana(Bermejo,1986y1994[1982])seguidosdedistintosestudiosentornoaunplanteamientosocial,polticoyreligiosodebaseclticoquedesarrollaronespecialmenteGarcaFernndez-Albalat(1990),GarcaQuintela(1991y1997)yBraas(1995).LalaboriniciadaporBermejoesseguidaporelenfoquepropiodeGarcaQuintela(1999),elcual reelabora una metodologa que ser secundada por otros discpulos como Braas (2000). Otras propuestas desde unaperspectivamsfilolgicadelanlisisdelostextosylaepigrafaconunamismainterpretacinsocial:Ciprs,1999;GonzlezRodrguezySantosYanguas,1994oGonzlezRodrguez,1997.Paraunacrticasobreelpesodelamujerenla sociedad castrea: Fernndez-Posse, 2000b. Sobre una crtica a las sociedades basadas en el parentesco en relacin con el mundo castreo: Sastre, Sastre, Alonso, Curras, 2010.

    9 A partir del concepto de isoglosa recurren a lo que denominan isoeto. La finalidad es la de plantear unaestrategia de anlisis comparado en el que la acumulacin de isoetos proporcione diversos mapas de distribucin que permitansuutilizacincomobasede lasdiscusionessociales,polticay religiosas (GarcaQuintela,2002;GonzlezGarcayGarcaQuintela,2005:61).

    10 Sobreelmodelopolticoyreligiosoresultantedesdeestaperspectiva:VzquezVarelayGarcaQuintela,1998;GarcaQuintela,1999;2002y2007;Braas,2000;2004y2007.

  • Introduccin

    19

    abusos del anlisis trifuncionalista en su aplicacin a casos castreos, como en el rea astur, que

    arqueolgicamentenomostrabaelsistemadejefaturasniladivisindeltrabajo,entreotrascosas,

    que se desprenda de las descripciones de las fuentes literarias (Sanz Villa, 1996: 17-18). En algunos

    mbitoscomoelceltibrico,conhomlogasrevisionesdelosdatosenrelacinconladefinicinde

    aspectos polticos, ticos y religiosos (desde Sopea, 1987; Marco, 1993a y b), la tendencia ha sido

    hacia el reconocimiento crtico de la reinvencin de la tradicin local por parte de las aristocracias

    o grupos de poder en poca romana, sin rechazar las analogas de base cltica, pero mucho ms

    mesuradasyligadasalalecturacontextualizadaycrticadelregistroepigrfico11 y arqueolgico (en

    general sintetizadas en Alfay, 200912).

    Desde la perspectiva propiamente arqueolgica en mbito noroccidental ibrico se ha tendido a

    ignorar el mbito de la religin, puesto que se asuma que no poda tener otro acceso que el que se

    debataentreepigrafistasyfillogos,rehuyendocualquierreflexinsobreelusodeunainformacin

    anacrnica de poca romana. La relaciones entre Arqueologa y epigrafa-Filologa-Lingstica fue

    siempre malavenida, pues slo busc la corroboracin de una en la otra sin realizarse nunca verdaderos

    estudios integradores o multidisciplinares. Para el caso del Noroeste, algunos arquelogos desde un

    punto de partida anti-celtista13entraronenelmbitodelareliginatravsdelainvestigacinde

    lo que se ha venido denominando Arte castrexa (Calo, 1993 y 1994), entendido como resultado de

    una produccin ya de poca romana. Sin embargo, otras tendencias propiamente posprocesualistas,

    empezaronareflexionarsobreelaspectosimblicoenelpaisajeenelcasodelmegalitismogallego

    (desdeCriado,1986).Lavisindiacrnicaqueotorgabalaperspectivadelpaisajepermitiabordar

    anlisis de larga duracin desde la Prehistoria hasta el mundo romano y el rural tradicional (Santos,

    Parcero y Criado, 1997; Parcero, Criado y Santos, 1998). Se demostr entonces que exista una va

    11 Tanto funeraria (Absolo y Marco, 1995) como votiva (Marco, 2007; 2009a; Gonzlez Rodrguez y Marco, 2009).

    12 paraelanlisisiconogrfico(Marco,1994;2009b;Alfay,2003;2004y2008;AlfayySopea,2010),ritualesfunerarios(Sopea,2005y2010),depsitossacrificialesysusritosasociados(Alfay,2003-2005;2007;2010;Santos,2006; 2007) y lugares sagrados, en especial santuarios rupestres tanto de mbito celtibrico (Alfay y otros, 2001-2002; Alfay y Marco, 2008; Alfay, 2005; 2009) como del Occidente ibrico (Santos 2010a, b y c).

    13 Los estudios de Calo son un claro exponente del contexto arqueolgico funcionalista de los 80 que ignoraron el tema del celtismo o se postularon como anti-celtistas, prestando atencin a la conformacin de un mundo prerromano castreo exclusivamente arqueolgico, dndole importancia al fenmeno del impacto y la conquista de Roma sobre las poblacionesindgenas.Sobresuanlisishistoriogrfico:DazSantana,2002:102-103yGonzlezGarca,2007:69-70y81-82. Sobre el debate actual en torno a la celticidad: Ruiz Zapatero, 2005.

  • Bloque 0

    20

    para acercarse al imaginario simblico de la Edad del Hierro a travs de la asociacin de lugares

    sagradosvinculadosaestacionesrupestresfrecuentadasdiacrnicamente.Esestalneadetrabajo

    en la que se ha fusionado el anlisis poltico y religioso comparado de base dumeziliano predominante

    en el estudio simblico del Noroerste, permitiendo importantes y novedosas aproximaciones como la

    definicindesantuariosdelaEdaddelHierroenmbitocastreoyestudiosespecficosapartirde

    la Arqueoastronoma14.

    2. Planteamiento terico-metodolgico

    En esta tesis se propone un planteamiento distinto al acercamiento dominante que estudia lo

    simblico en la Protohistoria y la implantacin de Roma en mbito astur. Dicha propuesta se apoya

    en la lnea de destacar el impacto romano sobre el orden simblico de las comunidades castreas

    prerromanas y en la base conceptual de los principios de laArqueologa del paisaje. Frente a la

    tradicin de utilizar el registro eminentemente religioso romano como una ventana del mundo

    prerromano, se plantea la contextualizacin de la cultura material en relacin con su estructura social

    especfica,aceptandosuestadofragmentario,suslmitesyantetodosusposibilidadescomosmbolos

    sistematizados.Asuvez,encontraposicinconlalneadeinvestigacinmsprolficaenelmundo

    religiosodelNoroeste ibricocomoregincltica, recientementeredefinida15, aqu se parte de un

    planteamiento que no asume el apriorismo de una superestructura mental de base indoeuropea desde

    elBroncefinalhastapocaromana-ymuchomenoshastapocaactualenlastradicionalespopulares

    rurales-. Se han desarrollado planteamientos no celtistas del mundo castreo como el modelo social

    segmentario, en plena consonancia con las revisiones de los contextos arqueolgicos europeos, pero

    conimportantescarenciasenloquealmbitosimblicoserefiere(Sastre,AlonsoyCurrs,2010).Esta

    14 Desde el anlisis de los podormorfos rupestres y su interpretacin como lugares de la Edad del Hierro en donde sehabranllevadoacaboinvestidurasrealesdetipocltico(GarcaQuintelaySantosEstvez,2000y2010;SantosEstvezyGarcaQuintela,2000)hastalasistematizacindeunArteAtlntico(SantosEstvez,2005)yladeteccindesantuarioscastreosysuimportanciadesdeunpuntodevistaarqueoastronmico(GarcaQuintelayotros,2003;2004;2006;SantosEstvezyGarcaQuintela,2003;GarcaQuintela,2013;GarcaQuintelayGonzlezGarca,2009;GarcaQuintelaySantosEstvez,2004;2008ayb;GarcaQuintelaySeoaneVeiga,2011;SantosEstvez,2005;2008ayb;2010; 2012; Gonzlez Garca y otros, 2008; Belmonte y otros, 2013). La idea esta presente en la interpretacin simblica del modelo de poblamiento para la Edad del Hierro gallega: Parcero, 2002: cap. 4; y en la asociacin entre etnicidad y territorialidad para el caso galaico: Gonzlez Garca, 2011. Sobre el estado de la cuestin de la Arquoastronoma en Espaa: Cerdeo y otros, 2006.

  • Introduccin

    21

    tesis se imbrica en un esfuerzo por ahondar en lo simblico desde una alternativa al cuerpo analtico

    cltico, sin caer en el rechazo irracional anticeltista ni en el extremo opuesto de la imposicin de un

    provincianismoromano.paraelloseplanteaexperimentarunavisinalternativaquedejeaunlado

    la validez o no del componente cltico para prestar atencin a la modelizacin del cambio simblico

    enelpaisajeapartirdelregistromaterialasturprerromanoysuintegracinenelmundoromano.

    Conesteobjetivo,acontinuacinabordaralgunosconceptosclavescomosonlautilizacindelos

    smbolos,surelacinenreliginyestructurasocial,sureflejoenlaculturamaterialysucomprensin

    a travs de la interpretacin de las estrategias locacionales que permiten plantear sistemas simblicos

    enfrentadosenelpaisajecomoresultadoespacialdelprocesohistricoenestudio.

    Empezar por la definicin de los smbolos, recurriendo al estado del conocimiento en la

    aproximacin antropolgica tanto funcionalista como estructuralista. As, de forma genrica se puede

    afirmarquecualquiersignificacinmentaldeunobjeto,hecho,cualidadorelacinsealmacenaa

    travs de los smbolos. Como tales condensan muchas cosas y acciones en una sola forma, uniendo

    significadosdisparesconotros interconectados,biena travsde laanalogaoporasociacincon

    un hechoo pensamiento (Turner, 1999 [1967]: 28-3116). El aspecto ideolgico, como la dimensin

    social y pblica de los smbolos es el que prima en el concepto de cultura, entendiendo a la misma

    comounsistemaorganizadodesmbolossignificativossobreunamismabasefisiolgicahumana.

    Lacodificacinculturaldelossmbolosa travsdesuintegracinensistemassimblicossecrea

    en el seno de una estructura social. El orden y sentido de cada sistema simblico que fundamenta la

    cultura se integra a travs de la experiencia y orientacin de la accin social como contribucin que

    hacefuncionarcadacultura/sociedad(Geertz,2005[1973]:52-56y133).Yesquelasignificacin

    simblicacomoconstruccinmentaleslosuficientementecoherenteyslidacomoparaelaborarla

    conducta social a travs del habitus17 que, en ltima Instancia, hace percibir y aprehender la realidad

    en la que vivimos.

    16 Lossmboloscontienenensmismosloquesedenominaunapolarizacindelsentido,esdecirqueexisteenelsmbolouncomponenteideolgicoyotrosensorial.Elprimeroloconformanlasrelacionesestructuralesqueordenan, guan y controlan a la sociedad a travs de costumbres, normas y valores -smbolo como hecho social-; y el otro hacealusinalosprocesospuramentenaturalesqueprovocandeseosysentimientos-smbolocomohechogroseroofisiolgico-(Turner,1999[1967]:28-31yss).

    17 Esdecirsistemascomodisposicionesduraderasinmanentesalasprcticas,surgidosdelaprendizajeimitativoyde la interiorizacin de las conductas y las tcnicas corporales del entorno, producto de la adquisicin histrica (Bourdieu, 1997).

  • Bloque 0

    22

    La relevancia de lo simblico en la conducta ritual y religiosa ha sido especialmente tratada

    puesto que el smbolo es su unidad ltima (Turner, 1999 [1967]: 21; Geertz, 2005 [1973]: 88-89;

    107-108). Tanto ha sido as que para algunos la mxima expresin simblica se fundamenta en el

    aspectoreligiosodelassociedades.Sinembargoloreligioso,comounmbitoespecficobasadoenla

    aceptacinofedelasrealidadessobrenaturales,noesmsqueunodelosaspectosenlacodificacin

    simblica de una comunidad dada. De hecho, la diferenciacin de lo profano, cotidiano y funcional

    frente a lo sagrado, extraordinario y ritual, es el resultado de una concepcin moderna como producto

    deunprocesodeindividualizacindelsujetoysusmbitosdeaccinrecientesenlaHistoriadela

    Humanidad18.

    En esta tesis se desarrolla un enfoque del anlisis arqueolgico desde la interpretacin simblica

    de la cultura material de las comunidades astures en la transicin del mundo prerromano al romano.

    Etimolgicamente hablando, la Arqueologa puede ser entendida no tanto como la ciencia o el estudio

    racionaldeloantiguo,comopropiamentelaracionalidadolalgicadeloantiguo,comohaapuntado

    recientemente Criado (2012: 18). En el caso de estudio que se propone en esta tesis, por tratar con

    un mundo a caballo entre la Prehistoria y la Historia Antigua, contamos con la cultura material y

    con elementos como la imagen, la escritura y las fuentes textuales, indirectas y directas. Si bien

    toda la cultura material debe ser estudiada desde el anlisis formal, tras su elaboracin, disposicin

    y difusin existe una intencionalidad que nos hace preguntarnos por el sentido, la construccin del

    elemento simblico que contienen. Y es que toda la cultura material tiene una dimensin simblica

    puestoqueestcodificadaporelpatrnderacionalidaddelacomunidadquelacre.Enestepunto

    sehacennecesariasdosreflexiones;culessonlossmbolosalosquepodemosaccederatravsdela

    forma que conservan en el registro material y cmo podemos recuperar el sentido que tuvieron para

    las comunidades humanas desaparecidas.

    Laprimeranopretenderesponderalastcnicasespecficasquerequierecadaunadelasfuentes

    que se emplean en el anlisis formal de la cultura material, sino insistir en la reflexin de una

    18 Sobrelacontraposicindelosagradoyloprofano,enEliade(1967[1957])ysuutilizacinentrabajossobreel pasado enGarwood y otros, 1991, entre otros. Sobre las relaciones entre religin y ritual y su reflejomaterial eincardinacin en el mundo cotidiano en diferentes estudios prehistricos e histricos: InsoLL, 2001; Boivin, 2009; Bradley, 2005 y BeLL, 2007. Una discusin sobre lo simblico que invade todos los aspectos de la vida, incluyendo el comportamientoreligioso(DeVries,2008).Sobrelaconstruccindelsujetoindividualizado:Hernando,2012.

  • Introduccin

    23

    Arqueologa en la que la materialidad en s misma sea una fuente simblica construida socialmente19.

    Se trata de abordar desde la Arqueologa el anlisis que le es propio de la expresin formal, en este

    caso de los elementos simblicos del registro material como resultado de la estructura social que

    loscreenuncontextohistricoespecfico.Labasedeesteplanteamientometodolgicoyaqued

    recogidaenlareflexintericadeBermejoenrelacinaloqueldenominArqueologadelas

    formassimblicas, encontradeunaimprecisaArqueologadelareligin(Bermejo,1992).En

    este estudio se apostaba por rastrear los elementos simblicos aislados que puedan llegar a nosotros

    mediantelosobjetosconservadosenelregistroyanalizarlasrepresentacionesfiguradasqueestna

    nuestra disposicin. El salto interpretativo para poder localizar y valorar entre los elementos materiales

    aquellos con funciones simblico-religiosas slo podra hacerse a travs de la analoga o recurriendo

    a losmodelos antropolgicos cercanos por similitud estructural del complejo socio-cultural.Con

    elloaccederamosalaidentificacindelmaterialpropiamentesimblico-religiosoyunapropuesta

    de comprensin social por analoga, renunciando a desvelar las representaciones mentales ltimas,

    loqueparaBermejoyLlinaresseradescubrirmetafricamenteunsarcfagovaco(Bermejoy

    Llinares,2004)omsrecientementetratarconlenguajesdelsilencio(Llinares,2012).Elproblema

    en estos planteamientos est en la separacin entre unos objetos simblicos-religiosos y otros

    tecnolgicos-funcionales. Y es que el punto de partida de un anlisis como ste no debe restringirse a

    la deteccin de lo simblico-religioso puesto que slo conforma una parte dentro del sistema de una

    estructura social dada, lo cual adems no puede asumirse de forma ingenua desde nuestra percepcin,

    tal y como han venido mostrando las sistematizaciones ms recientes en Antropologa respecto a la

    construccin racional de lo natural y lo cultural (p.e. en Descola, 2005). El problema adems reside

    en si renunciar al sentido ltimo de lo simblico ms all de detectarse e ilustrarse a travs de la

    analogaantropolgica,comodefiendenBermejoyLlinares,osisepuedeapostarporotrosanlisis

    convergentesquepermitanlasistematizacindelosdatosenmodelosestructuralesdesignificado.

    La clave del primer paso del anlisis formal de lo material con valor simblico, ms all de la

    diferenciacininoperanteentreobjetosreligiososfrenteaotrosestrictamentefuncionales,deberesidir

    en una diferenciacin Instrumental de los mbitos de lo social, que permitan la seleccin de aquellos

    19 Gosden,2004;Olsen,2010;Olsenyotros,2012.UnadiscusinsobreArqueologasimtrica:GonzlezRuibal,2007.

  • Bloque 0

    24

    elementos del registro que contengan una carga simblica relevante en cada cultura/sociedad. De esta

    forma observo de forma Instrumental cuatro mbitos relevantes:

    mbito domstico: aquel en el que se desarrollan las actividades pertenecientes a la produccin y

    reproduccin de la unidad social bsica o ncleo familiar20.

    mbito colectivo: en el que interrelacionan y se organizan los distintos ncleos familiares, ms

    all de lo domstico.

    mbito comunitario: como aquel conformado por las relaciones de produccin de los mbitos

    domstico y colectivo en el seno de una organizacin del poder o unidad poltica21.

    mbito religioso:elquesevinculademaneratransversalenlosanterioresmbitosyserefiere

    exclusivamente al aparato simblico vinculado a las relaciones con lo sobrehumano, tanto en lo que

    serefierealmundofunerariocomoalvotivo.

    En el CUADRO I, se recogen algunos de los elementos ms destacados del registro material

    conocido en los diferentes periodos, asumiendo su carcter fragmentario y limitado en el actual estado

    desuconocimiento.Dichaseleccinsehafundamentadoenlaidentificacindelpotencialsimblico

    como resultado de su anlisis formal y contextual, el cual se vincula a cada uno de los respectivos

    mbitossocialesquehedefinidoarriba:domstico,colectivo,comunitarioyreligioso.Deestaforma

    sesuperaporunladolaoposicinartificialylimitadadelosimblicocomounacontraposicinentre

    lo religioso y lo funcional. Por otro lado, este planteamiento metodolgico pone las bases de

    20 En este sentido, ms all del parentesco, la familia como unidad del mbito domstico es el lugar donde se producen las disposiciones primarias de los agentes individuales y se conforma el habitus, principio de accin y estrategia de las prcticas sociales (Bourdieau, 1997)

    21 Entiendo la poltica aqu en el sentido de Clastres (2010 [1974]), es decir como un problema del poder que est presente universalmente en todas las sociedades, pero semanifiesta de formas distintas (bsicamente coercitivoonocoercitivoopoderimpotente).Esporelloquecuandomerefieroalacomunidadcomounaunidadpolticameestoyrefiriendoaunconceptodeidentidadcomounaformadeasumirelpoderenunlugarreconocidocomopropio(un territorio), que emana del grupo social (sea este consensuado por convencimiento, impuesto a travs de la coercin, resultado de un hecho exgeno de conquista militar, etc.).

  • Introduccin

    25

    lainterpretacinarqueolgicadelasestrategiaslocacionalesenelpaisajeysuestructuracincomo

    sistemassimblicosespecficos.Unrpidovistazoadichastablaspermitedetectarlaestructuraque

    tieneestatesisyenlaquepartiendodeunaconfiguracinsegmentariadelmundocastreoenlaEdad

    delHierroenelCuadro1.1(BLOQUEI),alolargodels.Ia.C.seanalizarnadiferentesritmos

    algunos cambios que afectan especialmente a la redimensin comunitaria de ciertos elementos del

    registroenlosmbitossocialesidentificadosyqueserepresentanenelCuadro1.2(BLOQUEII).El

    resultado de dichos anlisis pondr las base sobre la que se evaluarn los cambios experimentados

    en el mbito de lo religioso a partir de la nueva reorganizacin post-conquista de las comunidades

    astures y su andadura durante los primeros siglos del Imperio romano, tal y como queda expresado en

    larepresentacindelaCuadro1.3(BLOQUEIII).

    Un anlisis interpretativo en este contexto de estudio simblico del registro material requiere

    una contextualizacin del estado de las principales corrientes tericas en arqueologa, en un

    momentodebloqueo entre los excesos acumulados apartir de la llamada falsaobjetividaddel

    procesualismoylahiper-subjetividaddelpostprocesualismo22. Se tratara en resumen de asumir

    con el postprocesualismo que la va es la interpretacin, pero controlada y producida mediante la

    objetivacin, lacontextualizaciny lacontrastacindehiptesis,datosyfenmenos,extradodel

    bagajeprocesual(Criado,2006y2012:204-205).Loimportanteparasalirdeestasituacin-esasumir

    que,aunquelospostuladosinterpretativosslosonvlidosenrelacinconelcontextosubjetivoenel

    queseenuncian,esonoquieredecirqueotrossujetosexternosaesecontextonopuedancomprender

    yparticipardesusignificacin(vaserespectoalanlisisdesdelaHistoriaantiguaenPlcido,2005).

    LaconcepcindelpaisajeenArqueologapermiteunencuadretericoymetodolgicoenesta

    tesis.Elpaisajecomoelresultadodelapercepcindelassociedadesquehanmodificadoelmedio

    en el que han vivido23, ha tenido distintos acercamientos entre procesualistas y postprocesualistas,

    22 En el anlisis de los aspectos simblicos se trata de las llamadas Arqueologas cognitivas procesuales ypostprocesuales.Losprimerosequiparanlasideasalosobjetosynopuedensaberenqupensabalagenteporquesecaeraenunaespeciadepaleo-psicologa:p.e.Renfrew,1993;RenfrewyZubrow,1994.ParalaArqueologapostprocesual,encambio,losobjetossoncomolaspalabrasdeunlenguaje,smbolosdeunaculturaenaccin(Hodder,1982y1986),los cuales pueden ser ledos a travs de la experimentacin e intuicin subjetiva del investigador, resultando lascaractersticas embodied experiences reflejadasenetnografasonarrativasdelpasado:p.e.Tilley,1994y1996oEDMonDS, 1999.

    23 TalycomolodefinelaConvencinEuropeadelPaisaje(Florencia,2000).ParasuaplicacinenejemplosdeestudiodelNoroesteibrico:Criado,1993ayb;1999;Orejas,1991;1995;1995-1996;1998y2001;Snchez-Palenciayotros, 1996; 2000; 2003; 2008; Snchez-Palencia y Fernndez-Posse, 2000 y 2001.

  • Bloque 0

    26

    desde la importancia del espacio como un marco medioambiental estudiado desde parmetros adaptativos

    y funcionales de la Arqueologa Espacial como teln de fondo de las religiones24, hasta la visin simblica

    centraldelanlisisfenomenolgicodelpaisaje25.Elpaisajedebeserobservadomsalldeunespacio

    percibido,comounconceptoenelqueseinterrelacionandistintosregistrosdeanlisis,endondeel

    apartadoespecficodeanlisissimblicodebeincorporarsealosestudiospropiamentedepoblamiento

    y espacios productivos por un lado y en ltima Instancia a los territorios como la concepcin social y

    poltica de una comunidad dada(Orejas,RuizdelrbolyLpez2002).Enestesentidoestatesispropone

    un primer paso analtico hacia una sntesis que incorpore el componente simblico de forma plena en la

    dimensinproductivayterritorialdelpaisaje.Peroestalimitacinnoexcluyeelobjetivodesistematizar

    elanlisisdeloselementospotencialmentesimblicoscomoresultadodeestrategiaslocacionalesreflejo

    del comportamiento de cada estructura social desde un punto de vista histrico. Aqu por tanto se reclama

    el carcter histrico del espacio como resultado del proceso de cambios y continuidades desde una

    perspectiva de larga duracin. Dicha comprensin del registro material es el resultado de procesos fsicos

    yculturalesobservadoshistricamenteenelpaisajecomounarealidadenconstruccin.Estaideapermite

    ponerenentredicho las tendenciasaobservarelpaisajecomouna fotofijaquepermiteexperimentar

    el pasado como la gente de entonces y a su vez obliga a tener siempre presente el cambio continuo

    frente a fenmenos culturales concebidos desde una inmutabilidad ahistrica, desde el recurso al anlisis

    comparado celtista al que ya me he referido, como a las pretendidas dialcticas de pasado (inmemorial)-

    presente(rural)ydelcampesino-cientficoresultadodelareflexinarqueolgicadelfolklore26.

    24 Esloquesellamaunavisinnaturalsticadelpaisajeparalaqueloimportantesonlasexigenciasprcticasquepermitenvivir,reflejadoenlosproblemasdelapoblacinyelaccesoalosrecursos,etc.,mientrasqueelpensamientoreligioso, ritual y simblico se aborda desde el acercamiento cognitivo a las sociedades del pasado y al determinismo ecolgico:p.e.Watsuji,2006.

    25 Como crtica a los abusos del procesualismo, la fenomenologa como know how postprocesualista entiende el mundocomolarealidadsimblicaquesepercibeyelsujetoqueactaenl,comounagentequepercibe,enunaconstanteinterrelacin uno con el otro a travs del cuerpo (Tilley, 1994: 13-14). A la hora de vincularlo con el espacio lo ms adecuado es hablar de habitar en el sentido de morar (concepcin de locales,paisajesoregionesdeexistenciahumanaa partir de la dwelling perspectiva: Ingold,, 1992; 1993 y 2000: part II, 153-288; Thomas, 1993 y Bender, 1999. Crticas recientes a los excesos de dicha visin: Brck, 2005; Fleming, 2006; Barret y Ko, 2009.

    26 para una visin general de las relaciones entre Arqueologa y folklore: Gazin-Schwartz y Holtorf, 1999. Sobre el desarrollo de la llamada Public Archaeology/ArqueologaPblicacomoplataformadereflexinsobrelacolaboracinconlascomunidadeslocalesdesdediferentespuntosdevista:Almansa,2008y2011).Sobrelasrelacionesentrepaisajey memoria, en Criado, 1999. Para casos de estudio del Noroeste ibrico: Ayn, 2005; Arizaga y otros, 2006; Arizaga y Ayn,2007,entreotros.VaseunaposturacrticaenSnchez-PalenciayFernndez-Posse,2001;OrejasyRuizdelrbol,2006b y ms recientemente en Alonso, Currs y Romero, 2009.

  • Introduccin

    27

  • Bloque 0

    28

    Por otro lado, algunos autores han venido reclamando una base terica para comprender los

    objetosmateriales,noyacomoreflejosdelasociedadqueloscresinocomoresultadodeestrategias

    locacionalesenelpaisaje,cuyosprocesosyresultadosespecficostambinpermitenlacaracterizacin

    delaestructurasocialdelpasado,apartirdeejemplosdeGalicia(Criado,1993ayb;2012)ydeotras

    tradicionescomolaanglosajona(Gosden,2004;GosdenyLock,2007).Paraelloseestablecenunos

    parmetros de presencia y/o ausencia del registro material o parte de l, como el resultado de una

    voluntad consciente o inconsciente, de las comunidades del pasado para que los procesos sociales y/o

    sus resultados sean ms o menos visibles. As para Criado, la gradacin que va desde la visibilidad

    proyectada temporalmente (monumentalizacin) hasta la invisibilidad (inhibicin), pasando por las

    proyecciones conscientes en negativo (ocultacin) y en positivo (exhibicin), se conforman todas

    ellas como estrategias de visibilizacin/invisibilizacin reflejo de la accin social en el espacio.

    La aplicacin de dicho mtodo ha caracterizado distintos paisajes como resultado de distintas

    racionalidades/voluntades de la accin social expresadas a travs de estrategias de visibilizacin,

    principalmente en lo que se observa desde un punto de vista diacrnico respecto al Megalitismo

    (visibilizacin funeraria-ritual/invisibilizacin cotidiana) frente al mundo castreo (visibilizacin

    cotidiana/invisibilizacinfunerariaritual).Deestaformasesucedeelpaisajeausente(racionalidad

    cazadora), salvaje o primitivo (racionalidad recolectora), monumental (racionalidad domstica-

    domesticada) y campesinodividido (racionalidad jerarquizadaymaximizadora) (CUADRO II, a

    partir de Criado, 2012: 321, Fig. 53).

    Aqu no se va a discutir el patrn de racionalidad ltimo, del que contamos con otras sistematizaciones

    deinspiracinantropolgicacomolospatronesdeidentidaddeHernando(2002)27 o provenientes

    deantropologacomoloscolectivosontolgicosdeDescola(2005)28 (vase CUADRO II), puesto

    27 LabasetantodeCriadocomodeHernandoestenlareflexindelasclasificacionesdeldebateantropolgico,entre las que sobresale la clsica divisin entre los dos rdenes de pensamiento de Lvi-Strauss: el salvaje y eldomesticado (Lvi-Strauss, 1990 [1973]). En el caso deHernando se plantean dos grandes patrones de identidadestructurales en torno al pensamiento relacional (expresado a travs de la metonimia) y el pensamiento individualizado (a travs de la utilizacin de metforas). Los tipos de sociedad se distribuiran en relacin a la predisposicin positiva o negativa respecto a la reciprocidad social (Hernando, 2002).

    28 EltrabajoantropolgicodeDescoladebeentendersecomounsucesordirectodelalabordeLvi-Strauss,juntoal de otros contemporneos como Viveiros de Castro, los cuales han profundizado en la concepcin animista (Descola, 2004;Viveiros de Castro, 2004). Sin embargoDescola ha idomuchoms lejos proponiendo un autntico anlisiscombinatoriodelosmodosderelacinentre losexistentesa travsdeesquemasqueseclasificanenontologasomodosdeidentificacinqueprefiguranunmodelodecolectivodeexistentes(humanoynohumano);asaber,animismo, totemismo, analogismo y naturalismo (vase Descola, 2012 [2005]: 190, Fig. 1; 345, Fig. 2; 353, Fig. 5; 404-405, Fig. 8).

  • Introduccin

    29

    queconsideroqueconllevarauntrabajoreflexivodesntesisqueexcedeloslmitesdeestatesis.Sin

    embargo,paraelcasoespecficodelNoroesteyenconcretoelreaastur,creoquesepuedereplantear

    la lectura del mundo prerromano y el romano desde las estrategias de visibilizacin/invisibilizacin

    deloselementosmaterialesconpotencialsimblicoquesirvendejustificacinalainterpretacin

    de las estrategias racionales o mentales de la comunidad. As, para Criado existe una visibilizacin

    espacial estructural desde el Calcoltico hasta la Primera Edad del Hierro en lo que l denomina el

    paisajemonumental,comoresultadodeunaracionalidaddomsticayposteriormentedomesticada,

    laSegundaEdaddelHierrosuponeuncambiohaciaelpaisajecampesinodividido,propiodeuna

    racionalidadjerarquizadaquerespectoalmundoromanoslocambiaraexponencialmente(Criado,

    1993b; Santos, Criado y Parcero, 1997; Parcero, Criado y Santos, 1998). Sin embargo, no parece

    que la realidad extrada del anlisis de un registro regional gallego (principalmente la fachada

    suroccidental atlntica), puedaacomodarse al conjuntodelNoroeste.Elmundocastreopresenta

    dinmicasdistintaseimpidelageneralizacindeunanicagnesisdelpaisajecampesinodivididoy

    jerarquizadoqueslovieneamaximizarsetraslaconquistadeRoma,utilizadocomopretextodeuna

    continuidadestructural.Conelobjetivodedarcabidaalacomplejidadsocialehistricaquemuestra

    el registro, en esta tesis planteo una reinterpretacin a partir de las mismas estrategias locacionales de

    visibilizacin/invisibilizacinperoobservadasdemanerasincrnica,comopartedelaconfiguracin

    arqueolgicadelpaisajeensistemassimblicosespecficos.Deestaformapodrargumentardistintas

    estrategiaslocacionalessimultneasenelpaisajecomoresultadodeunsistemaenelqueimbricande

    una forma particular la interpretacin de los elementos materiales con potencial simblico en relacin

    a cada de sus mbitos sociales. A travs de dicha percepcin del registro en relacin con cada una

    delasestructurassocialesdefinidasenelprocesohistrico,podrvalorarelgrado,loslmitesylas

    escalas del cambio simblico en la transicin del mundo prerromano al romano en mbito astur.

    3. Escalas, marcos y fuentes de anlisis

    Conelobjetivodeestablecerunoslmitesespacialesmarcoapartirdeloscualespodersubdividir

    las distintas regiones de estudio he decidido utilizar aquellos que se conocen para la unidad

    administrativa romana del conventus Asturum (NH, 3, 6 y 4, 111; Ptol, 2, 6, 28). En el MAPA 1

    quedan dichos lmites representados de forma aproximada a partir de las lecturas de las fuentes y la

  • Bloque 0

    30

  • Introduccin

    31

    discusin de ubicacin de los diversos populi29. En el MAPA 1a se muestran las reas de estudio

    quecitarenlosbloquesdeanlisisdelapocaprerromana(BLOQUEIyBLOQUEII):1)rea

    Asturiana centro-occidental, 2) Asturiana oriental, 3) leonesa occidental, 4) zamorana-Transmontana,

    5)lucenseinteriorylasotrasreascircundantes(RasAltas,Fachadaatlntica,RasBajas-Medio/

    BajoMio,NortedePortugalyCuencaNoroccidentaldelDuero/Meseta).EnelMAPA 1b quedan

    localizados los principales populi/civitates astures y se sealan las dos regiones de anlisis del registro

    funerarioyvotiodelbloqueromano(BLOQUEIII).Setratadedossectoresdelosastures augustani:

    el sector meridional portugus-zamorano para el estudio del registro funerario y la regin central del

    actual Bierzo para el estudio del registro votivo.

    29 para una discusin sobre los lmites de Asturia, vase adems de la TIR,Hoja-K29;VVAA,1995;DiegoSantos,2009: 129-140 y Lm. 22.1; Esparza, 2010.

    MAPA 1

  • Bloque 0

    32

    MAPA 1a

  • Introduccin

    33

    MAPA 1b

  • Bloque 0

    34

    Elmarcocronolgicodeestatesiseselfinaldelmundoasturprerromanoylasdiversasfasesde

    contacto hasta su integracin con Roma. Este periodo arrastra una tradicin esttica de inspiracin

    historicistaculturalqueidentificabaunpaquetearqueolgicocaractersticodelgrupoculturalcastreo,

    bsicamente en torno al castro como poblado recintado, a lo largo de toda la Prehistoria Reciente

    hasta bien entrada la poca romana (Fernndez-Posse, 1998: 198-210 y 233-234; 2002: 81-82).

    Desde las diferentes reas de estudio se han interpretado procesos muy distintos que arrastran

    la concepcin de fondo historicista y la conformacin del proceso dependiendo del modelo social

    extradooaplicado.LospuntosclaveestnenlagnesisdelmundocastreoenelBroncefinal,la

    definicindelaEdaddelHierro(consubdivisinonodelaPrimeraaunaSegundaEdaddelHierro)

    y la valoracin del alcance de la presencia romana. As se puede observar las principales propuestas

    cronolgicas en la Tabla 1, desde aquellasmsmorfo-tipolgicas que enlazan con la definicin

    histrico-cultural castrea, hasta aquellas regionalistas y las ms recientes que pretenden encuadrar

    las dataciones radiocarbnicas en un modelo con periodos compartidos comunes a la Pennsula

    Ibrica. En este sentido, los anlisis C14, especialmente sistematizados en los ltimos 20 aos, han

    ocupado un lugar importante en los debates ms recientes sobre el proceso histrico del Noroeste

    protohistrico30. En esta tesis se tendrn en cuenta de forma crtica algunas de estas dataciones a

    travs de una re-calibracin con el programa Oxcal v4. 1. 7.31 (Anexo 1: Lminas C14)

    El punto de partida de esta tesis doctoral es la Edad del Hierro reciente, aunque inevitablemente me

    refieraaldebateentornoalagnesisdelmundocastreoenelBroncefinal,principalmenteenaquellos

    elementosqueseutilizanparajustificarunmodelosocialuotroysucontinuidad,rupturaoreformulacin.

    ApartirdelmodelosocialsegmentariodelmundodelHierroavanzado(BLOQUEI:siglosIIalIa.C.)

    abordar los cambios que se detectan con la llegada de Roma. Para ello diferenciar por un lado el momento

    inmediatamente anterior a la conquista, el s. I a.C. como una fase con entidad propia, que permite atender a

    distintosfenmenosyrespuestassocialesalapresenciadeRoma(BLOQUEII:sigloIa.C.).Porotrolado

    tratar las dos primeras centurias tras la conquista militar para observar el alcance y la consolidacin de

    loscambiosestructuralesenelmbitoreligiosodelasreasseleccionadas(BLOQUEIII:siglosI-IId.C.).

    30 Sobre las justificaciones de las principales sistematizaciones a partir de las fechas radiocarbnicas para elNoroeste: Cuesta y otros, 1996; Alonso, 2002; Picn Platas, 2008; Jord y otros, 1996; 2002 y 2009.

    31 R.5 Armospheric data en http://c14.arch.ox.ac.uk/embed.php?File=oxcal.html.

  • Introduccin

    35

    Tabl

    a 1

  • Bloque 0

    36

    Enuntrabajocomoelqueaqusepresenta,endondeconvergendatosdedistintanaturaleza,es

    necesarioatenderadistintasformasdeanlisisdefuenteshistricas.Lostextos,literariosoepigrficos

    y las imgenes en composiciones iconogrficas son el resultadodeuna construccinhistrica en

    diferentesmbitosdeanlisisespecfico.Enprimerlugaryamereferidoarribaalanlisisobjetual

    propiodelaArqueologa,especficamenteaquelloselementosdelregistroconpotencialsimblicotal

    y como se desprende de su interpretacin contextual y que es la base documental de esta tesis. Muy

    de cerca le sigue la valoracin de los textos literarios, importantes para comprender la informacin

    indirecta sobre los pueblos prerromanos y el discurso sobre la conquista y la implantacin administrativa

    del aparato estatal romano en sus distintos aspectos, en especial la obra Estrabn (Geographika, libro

    III)32.Lostextosnoreflejanunarealidadens,sinoelresultadodeunaideologaespecfica.Setrata

    porellodeunreflejoparcialdelasociedadqueenelmundopre-industrialeminentementeoral,se

    vincula con el control por parte de las clases cultas33.Portodoello,lainformacinetnogrficaquese

    extrae de las descripciones sobre los pueblos prerromanos, debe ser usada de forma crtica, con cautela

    y como resultado de un discurso propagandstico imperial romano, en el caso de Estrabn la poltica

    de Augusto. An as, siguen siendo comunes las trasposiciones de datos de dichas fuentes como

    informacinfiablesobrelassociedadesprerromanas,hastainterpretacionesmuchomselaboradas

    a partir de una misma superestructura simblica compartida de base indoeuropea34, tal y como he

    recogido en el estado de la cuestin.

    Elanlisisdelasfuentesepigrficas,principalmenteensoportesptreoscomosonlasestelasylas

    aras, pero tambin en soporte metlico, como en los casos de los edictos y los pactos de hospitalidad,

    se encuentra entre el acercamiento a la escritura antigua y su condicin material como parte del registro

    arqueolgico. Los textos se caracterizan por ser mucho ms estereotipados, como las frmulas de los

    textos religiosos (funerarios y votivos) o jurdicos, pero igualmente como reflejo de la ideologa

    dominantequeexpresasulenguajedepoder.Enestatesisnosepretendehacerunestudioepigrfico

    32 Traduccin y notas del libro III: Jones, 1949; Schulten, 1952; Lasserre, 1966; Trotta, 1996; Gmez Espelosn, 2008[1982]yrecientementeGarcaQuintela,CruzAndreottiyGmezEspelosn,2007.SobreestudiosespecficossobreelNoroeste:Bermejo,1986;1994[1982]y1996;Plcido,1987-1988;2004y2008a;GarcaQuintela,1999,entreotros.

    33 Vanseestudiossobreoralidadenelpasado,especialmenteparaelmundoromano:Harris,1989yCascajero,1993; 1997 y 1999.

    34 VanseespecialmenteGarcaQuintela,1999yenlapartededicadaalospueblosprerromanosseptentrionalesenlatraduccindeGarcaQuintela,CruzAndreottiyGmezEspelosn,2007.

  • Introduccin

    37

    tcnico, sino que se atender principalmente a los elementos externos de los epgrafes sin abordar en

    profundidadlosanlisisfilolgicos,onomsticosopaleogrficos,paralosquecuentoconimportantes

    trabajosprecedentes35 y en lo que me detendr en especial para tratar algunos aspectos relevantes en

    esta tesis como la gnesis teonmica. La morfologa, decoracin e iconografa sin embargo han sido

    nicamente tratadasdesde supapel comosoportede la inscripcin, enelmejorde los casos con

    uncarcterdecorativo.Enestetrabajoseentiendequelamorfologaepigrficaesantetodoparte

    de una estructura iconogrfica con unmensaje simblico.De hecho en un contexto de tradicin

    profundamente oral36, como es el caso del Noroeste peninsular, donde no se desarroll escritura

    alguna en poca prerromana, se debe entender el epgrafe ms que como un texto hecho para ser

    ledo, como un icono o imagen de la propaganda del poder reestructurado tras la conquista: los grupos

    de poder romano-indgenas en sus distintas facetas, su lugar y funcin en el aparato administrativo

    que se deduce de los edictos y pactos o los nuevos cauces de expresin religiosa, tanto en mbito

    funerario como votivo (Sastre, 2001 y 2002).

    Tendr ocasin tambin de tratar el anlisis de la imagen en el caso de los fragmentos de las

    diademasdeMoescomoejemploespecficodeuncasonicodeorfebreracastreaasturfigurada.

    Apoyndome en la informacin sobre la procedencia y los avatares de las piezas as como en el

    conocimiento tecnolgico bien estudiado37,seproponeunanlisisiconogrficoqueponetodoelpeso

    en la imagen, como recurso detransmisindeunmensajesimblicoeideolgico.Losmtodosque

    seusanenlosestudiosdelasimgenesenobjetosarqueolgicosseinspiranenlateoraelemental

    delaSemitica,basadaenlacomparacinsistemticadelosconjuntoscoherentesdedatosatravs

    de la deteccin de una articulacin narrativa en escenas38. De esta forma, se extrae a partir de la

    formaicnicadeunobjeto(significante),unfenmenoy/ounaestructuraideolgica,mticaoritual

    35 Absolo, 1974; Absolo, Albertos y Elorza, 1975; Albertos, 1975; 1977b; 1981; Iglesias, 1976; Gonzlez Rodrguez y Santos Yanguas, 1994; Gonzlez Rodrguez, 1997; Gallego, 1998; Sastre, 2002a; Navarro Caballero y otros, 2003; Redentor, 2006; Garca Fernndez, 2009, entre otros. Sntesis de referencia sobre la epigrafa hispana: Alfldy 1975;BeltrnLloris1980;Echevarra1989;Knapp1992;Stylow,1995y1998;LpezBarja,1993,entreotros.

    36 Sobrelasdinmicasdelaescrituraencontextosdeanalfabetismodondeprevaleceunaalertaoral:Goody,1968; Ong, 1982; Olson, 1994, entre otros.

    37 Garca Vuelta y Perea, 2001: 13-14; Perea y otros, 2004 y 2010; Garca Vuelta, 2007.38 ApartirprincipalmentedeEco(1968:356yss).Esteeseltipodeanlisisiconogrficodesdeunpuntodevista

    semnticoygestualhasidoespecialmentedesarrolladoendocumentosarqueolgicoscomolosvascularesfiguradosdecontextos griegos, p.e. en Darmon y Schnapp-Gourbeillon, 1981; o para nuestro mbito en la iconografa ibrica respecto alasimbolizacindelespacioyelpaisajeatravsdelaimagen:Olmos,2007;GonzlezReyero,2010y2012.Paraelmbito celtibrico: Alfay, 2003 y 2005.

  • Bloque 0

    38

    (significado).Lostemasquesedetectanenlasescenassedebencompararconotrossimilaresdel

    marco o marcos culturales de referencia y las relaciones entre dichos temas deben establecerse a

    partir de unidades estructuradas de informacin (como la iconografa celtibrica o la imagen funeraria

    romana) y no se deben tratar como elementos aislados. Es cierto tambin en este punto que a veces

    no es posible averiguar la relevancia de ciertas imgenes hasta que no se observan dentro del proceso

    interpretativo. Lo cual anima al anlisis de casos descontextualizados y sin parangn como el caso de Moes,

    donde la informacin ms segura y cierta es la que se puede deducir a travs la tecnologa del oro y la imagen.

    Finalmentehedepuntualizarqueenloqueserefierealanlisisepistemolgicoenestetrabajo,se

    harn referencias al uso del anlisis comparativo en diferentes niveles: como recurso analgico en la

    interpretacin del anlisis formal y como elemento indispensable a la hora de reconstruir los rdenes

    racionalesreflejadosenestrategiasmaterialesenelpaisaje(GonzlezRubial,2003).Unodeloscampos

    ms activos en el desarrollo de modelos de interpretacin social a partir de modelos antropolgicos

    ha sido en las ltimas dcadas el mbito castreo (modelos sociales campesino segmentario, heroico,

    socit maison, deep rural communities). Ya he sealado el lugar que ocupa el anlisis comparado

    en la principal lnea de investigacin del mundo castreo en clave cltica. De forma general, todas las

    analogas con el pasado pre-industrial de respuestas a conquistas coloniales de Imperios modernos y

    contemporneos sobre comunidades indgenas, deben ser usadas con precaucin (Gosden, 2004). Por

    todo ello, y aunque la analoga se haga necesaria a la hora de valorar las estrategias detectadas en la

    lecturasimblicadelospaisajes,enestatesissehadecididootorgarmspesoaladeteccinyanlisis

    de los componentes claves en una lectura simblica del registro material, sobre la que construir

    posteriormente cualquier tipo de estudio comparado. Sin embargo, la analoga antropolgica est

    presenteenlareflexineilustracindealgunosimportantesproblemashistricos,comolaexistencia

    demecanismosigualitariosencomunidadessocio-econmicamentecomplejasenelcasodelregistro

    castreo y las respuestas sociales ante fenmenos de conquistas imperiales, como la resistencia, el

    hibridismo, el sincretismo y la emulacin religiosa, sobre las que volver en los diferentes apartados

    de anlisis.

  • BLOQUE I

    El mundo simblico castreo en la Asturia prerromana (siglos II-I a. C)

  • El mundo simblico castreo en la Asturia prerromana (siglos II-I a. C)

    41

    4. El debate en torno a la sociedad castrea prerromana: el modelo segmentario

    En las ltimas dcadas hemos asistido a un intenso y fructfero debate sobre la interpretacin

    social del registro arqueolgico castreo. La caracterstica principal ha sido la recurrencia a modelos

    yejemplostomadosdeldebateenantropologa,queaunquehabaestadopresenteenlasdiscusiones

    de las primeras sistematizaciones arqueolgicas sobre el Noroeste no haba alcanzado una verdadero

    estatus de modelo interpretativo social. Frente a ello pesaba la tradicin historicista cultural del

    Grupoculturalcastreo,alquesegeneralizabaunpaquetematerial,principalmentebasadoenel

    castrocomopobladorecintadovinculadoconjefaturasyotroselementosllamativoscomolacasa

    circular,laorfebreraenoro,etc.,asociadoaundesarrollohistricosimplificado,desdeunterritorio

    nuclear gallego-portugus con sus periferias, desde el Bronce Atlntico hasta la bien entrada la poca

    romana (criticado en Fernndez-Posse, 1998 y 2002a). El registro arqueolgico castreo no ha hecho

    sino aumentar cuantitativa y cualitativamente, por lo que, a pesar de quedar algunos vacos espaciales

    ytemporalesporprofundizarenelfuturo,contamosconunainformacinmuycompletaycompleja

    quehapermitidoimportantesvisionesdeconjunto39.

    Algunas sntesis han recogido este debate social del mundo castreo ilustrndolo a travs de un

    mapadelNoroeste,enelquesehanintentadoajustarloslmitesdeaplicacindedichosmodelos

    interpretativos asociadas con regiones geo-histricas con mayor o menor entidad: 1) fachada atlntica

    portuguesayRasBajas-BajoMio;2)RasAltasycostaAsturianay3)interioresmontaososde

    Galicia, Asturias, occidentes de Len y Zamora, Trs-os-Montes (Fig. 1) (Gonzlez Ruibal 2011:

    255,Figs.17.2y17.3;Marn,2012:559).Porsuparte,lasreasmsdinmicasdelasRasBajas/

    BajoMioy la fachada atlnticaportuguesa al norte delDuero sehanvenido etiquetando como

    reas de grandes oppida caracterizadas a travs de la lectura deLvi-Strauss sobre la llamada

    socit maison (Gonzlez Ruibal, 2006a; 2006-2007: II, 401-18; 2011). Si bien es cierto que los

    grandes castros de esta rea presentan diferencias sustanciales con los asentamientos castreos del

    39 Desde el anlisis principalmente del registro del noroeste portugus: Silva, 2006 [1986]; Martins, 1988b y 1990; Martins y Jorge, 1992. Para diversos casos desde el mbito gallego: Parcero, 2002 y 2003; Gonzlez Ruibal, 2006a; 2006-2007; 2011. Para Asturias: Marn, 2012. Para el Occidente leons: Snchez-Palencia, 2000. Para Zamora occidental y Trs-os-Montes portugus no se ha superado an la visin regionalista; para el primero: Esparza, 1986 y 2011; para el segundo: Lemos, 1993. Actualmente estn en curso tesis de anlisis globales en reas como la cuenca media-alta Mio/RasBajas (B.X.Currs; dirs:A.Orejas yP.LpezBarja) y reginTransmontana-zamorana (D. Romero; dir: F-J. Snchez-Palencia).

  • Bloque I

    42

    norte y del interior del Noroeste40, no se puede asumir su concepcin como oppida, puesto que dicho

    concepto es una categora romana41, por lo que aqu me referir con la ms genrica denominacin

    dereadegrandescastros.Asuvez, susparticularidadesnodebendeserobservadassin tener

    encuentalasdinmicasdelcontactoconRoma,puestoque,comoesbiensabido,desdefinalesdel

    s. II a. C. conocemos someramente, por las fuentes literarias grecorromanas, las expediciones que

    tuvieron lugar desde el rea lusitana al norte del Duero y, en concreto, en relacin con los Bracari

    y los gallaeci42.Sobreellojuntoconelconceptodesociedadesdecasayelpesodelparentesco

    enlaconformacindeunospretendidoslinajesquesobreviviranenpocaromanatemprana,tendr

    ocasindereferirmemsabajo.

    40 Como es el carcter proto-urbano, las agrupaciones domsticas en torno a patios recintados (casas-patio) conformandobarrios,elementosarquitectnicosprofusamentedecorados,estructurasdepedra formosa y esculturas de guerrerosentreotras(BLOQUEII:cap.7.).

    41 Aunque se refiera a asentamientos de tradicin prerromanos como los oppida galos, caracterizados por ser capitales de territorios centralizados polticamente y jerarquizados con granjas y pequeas aldeas dependientes(caracterizacinclsicaenWells,1988),algoquesenosescapaparaelcasodelosgrandescastrosdelnoroeste,almenos hasta bien entrado el s. I a. C. (Silva, 2006 [1986]; Martins, 1988b y 1990; Martins y Jorge, 1992)

    42 Liv., Epit. 55, 56; App., Iber. 71-73; Flor., Epit., 17, 12; Oros., Hist., 5, 5.

    Fig. 1: Distribucin de modelos sociales en mbito castreo. A partir de Gonzlez Ruibal 2011: 255, Figs. 17.2 y 17.3; Marn, 2011: 559.

  • El mundo simblico castreo en la Asturia prerromana (siglos II-I a. C)

    43

    En el otro extremo del Noroeste, el rea ms occidental de la Meseta presenta algunas similitudes

    encuantoaunamorfologadegrandesasentamientosalfinaldelaSegundaEdaddelHierro,taly

    comosehadetectadoentrabajoscomoparalaCuencaNoroccidentaldelDuero(CND)enelejedel

    rbigo-Esla(Orejas,1996:94-95).Perodelamismamaneraqueparaelrealuso-galaica,nopodemos

    agruparlo como parte de una misma realidad de grandes oppida,quesirvadefronteraconelrea

    castreaporloinexactoyanacrnicodeltrmino,nitampococonunasgenricasjefaturascomplejas

    o kinship-based chiefdoms,encontraposicincon las sociedadesdecasadelrea suroccidental

    castreo como algunos han pretendido (Gonzlez Ruibal, 2011: 258; Marn, 2012: 566). El problema

    esmuchomsprofundoyrequiereenfocartrabajosdeinvestigacinenlasreasanporestudiar

    desdeunaperspectivadeanlisisterritorial(interfluviodelascuencasdelrbigo-Esla-Cea),delo

    que han sido precedentes los estudios en La Cabrera, la Valderia o en la CND (Fernndez-Posse y

    Snchez-Palencia,1988yOrejas,1996),paradespusprofundizarenlalecturasocialdesuregistro

    material. De la misma forma que en el noroeste portugus y por la diferente entidad ms vinculada en

    momentos avanzados de la Edad del Hierro con las dinmicas meseteas de la regin vaccea43, todo

    ello contrapuesto con el registro castreo de las reas ms interiores, me referir a esta zona como otra

    genricareadegrandescastros,anpordefinirensucomplejidadyvinculacinhistrica,social

    y tnica entre lo castreo astur y lo vacceo.

    Una de las tendencias demayor peso en el norte-noroeste galaico-astur se ha ajustado al

    modelodenominadodesociedadheroica/clancnicobasadoenlareinterpretacindelmodo

    deproduccingermnico.Suparticularidadresideenlaexacerbacindelconflictohaciaotros

    grupos en forma de sociedades guerreras fuertemente territoriales, que marcan espacios naturales

    sagrados y generan un capital simblico especfico, lo cual se reflejara en el registro de los

    recintos monumentalizados y la orfebrera de grandes torques y diademas (Parcero, 2002: 182-

    184 y 2003: 269-272). Dicho modelo hunde sus races en las lecturas del registro a travs de la

    ptica estructuralista de inspiracin dumeziliana y base celtista44, cuya visin ms arqueolgica ha

    venido desarrollndose recientemente con interesantes aportaciones desde el estudio arqueolgico

    43 Sobre el mundo vacceo: Sanz y otros, 1993; Delibes y otros, 1995; Sanz y Velasco, 2003; Romero Carnicero y Sanz Mnguez, 2010.

    44 Antropologa comparada de la Universidad de Santiago de Compostela y el Instituto de Estudos Galegos Padre Sarmiento(IEGPS,Incipit,CSIC),enGarcaFernndez-Albalat,1990;Braas,1995y2000;GarcaQuintela,1999y2002.

  • Bloque I

    44

    delpoblamientoylasestructurassocialesapartirdediversasreflexionesdesdelaAntropologa45.

    Frenteaellos, lasreasmsinterioresdelNoroestereflejaranunarealidadmuydistinta, taly

    como se desprende de su registro material, en donde la orfebrera est tmidamente representada

    oesnula,y en laque, aunque inevitablementeexistan losconflictos, nadapareceapuntar auna

    sociedadaristocrticabasadaen laguerra (Sastre,2008).La reflexin terica sobreelmodelode

    sociedadqueseajustaaestarealidadmaterialcastreaseiniciatravsdelasexcavacionesdelrea

    occidental leonesa, hasta entonces marginada desde la perspectiva galaico-lusa cntrica (Snchez-

    Palencia y Fernndez-Posse, 1985; Fernndez-Posse y Snchez-Palencia, 1988). La clave reside en

    una propuesta inspirada en los estudios antropolgicos sobre el campesinado, el modo de produccin

    domstico y el concepto de segmentariedad, la cual se denominara primero de forma genrica

    sociedadcampesina(Fernndez-PosseySnchez-Palencia,1998),paraserfinalmenteredefinida

    comosociedadsegmentariaagraria(Sastre,2009:161y2012;SastreySnchez-Palencia,2013).

    Dicha construccin social a partir del registro material de los yacimientos de La Cabrera y El Bierzo

    resultinnovadoraenrelacinconlosmodelosclnicosdejefaturasguerreras,siendorechazadao

    considerada como resultado de procesos perifricos en el mbito castreo (Gonzlez Ruibal, 2006-

    2007: II, 402-403; Gonzlez Garca, 2007: 84).

    Recientemente, sin embargo, la realidad material de esas reas se ha ido imponiendo y ha contado

    con algunas propuestas a travs de paralelos antropolgicos. Estos autores han tratado de construir una

    opcin distinta al modelo (campesino) segmentario agrario recurriendo a las comunidades llamadas

    rural profonde o deep rurals,inspiradasenlainvestigacindeorientacinpostcolonialdeejemplos

    africanos (Gonzlez Ruibal, 2011; Marn, 2012). Se considera una propuesta adecuada en tanto

    culturasderesistenciaenzonaslmitesyfronterizas.Paraelcasocastreosepiensaenelmodelo

    coetneo y sincrnico de las mencionadas sociedades de grandes oppidaodecasaylassociedades

    heroicas.A su vez se las caracteriza con una territorialidad particular y una gerontocracia no

    jerrquicaperotampocoigualitaria.Paralelaaestadefinicinsemencionaelconceptodeeconoma

    45 Anlisis arqueolgico del registro y el poblamiento en rea occidental-atlntica galaica: Parcero, 1999; 2000 y 2002;Parceroyotros,2007;ParceroyAyn,2009;Ayn,2002y2012a.Interpretacinsocialcomoclancnico:GarcaQuintela,2002.IncorporacinapartirdelareflexindesdelaAntropologadelconflicto:GonzlezGarca,2006;2009y2011.SntesisdelmodelosocialdesdelaAntropologapolticadeClastres:GonzlezGarca,ParceroyAyn,2012;Parcero y Criado, 2013.Reinterpretacin del Arte rupestre atlntico y asociacin con santuarios de la Edad del Hierro: GarcaQuintelaySantosEstvez,2000y2008ayb,entreotros.

  • El mundo simblico castreo en la Asturia prerromana (siglos II-I a. C)

    45

    moral que canalizara el potencial social a travs delmito y el ritual, y que sera la clave para

    entender la identidad tnica en donde las posibilidades de intercambio se ven como amenazas que

    favorecen elmodode produccindomstico.Estas economasmorales se reproducen entre las

    comunidades deep rural conllevando distintas estrategias (militares, econmicas, rituales, etc.) en

    diferentessistemasdecomplejidadsocialvariable-desdebandasytribushastabig men yjefaturas-

    que slo comparten un mismo ethos igualitario en sociedades no capitalistas (Gonzlez Ruibal, 2011:

    260-262; Marn, 2012: 564).

    Dicho modelo de comunidades deep rural proviene comodeca de la reflexin antropolgica

    postcolonial de ciertos lugares africanos (Sudn, Camern o Sierra Leona), en donde ante la

    conformacin de los estados para-coloniales46, se parapetaron en las montaas distintas comunidades

    que tendieron hacia distintas estrategias anti-estatales y un mismo estigma como comunidades paganas

    y marginadas47.Aunqueseconsolidancomosociedadessinjerarquasentantoquegerontocracias,

    endondeprimalaedadyelgneroantesqueelparentesco,sereflejaunaimportantedesigualdad

    en la comprensin del territorio en donde se llevan a cabo importantes caceras comunes y rituales

    colectivos en torno a santuarios diferenciados. La bsqueda de estos patrones en el registro castreo

    prerromanoresultaaltamentecontrovertida,puestoqueaunquedichasexpresionesreligiosasdejaran

    unmnimoreflejomaterial,sudisposicindiferenciadayjerarquizadaenelpaisajesquedebera

    ser posible detectarla. Sobre la ocultacin funeraria y votiva castrea tendr ocasin de referirme

    msabajo.Aqumeinteresadestacarqueloscasosantropolgicosafricanosdecomunidadesdeep

    ruralsecaracterizanporserelresultadodecomplejasreconstruccionestnicas,productodirectode

    la administracin colonial desde el s. XVIII, por lo que debemos ser cautos a la hora de trasladarlos

    como modelos sociales en bloque a casos de comunidades antiguas slo conocidas por su registro

    material. Sobre ello ya he sealado me remito a los peligros del uso de la analoga antropolgica

    (Gosden, 2004: 104-113).

    Labsqueda de paralelos antropolgicos que puedan ajustarse a la interpretacin del registro

    material es siempre un camino muy peligroso, principalmente si se hace en esa direccin. La propuesta

    46 Como el sultanato Funj y el reino turco/egipcio en Sudn (Jedrej, 1995), el estado islmico de Camern(Maceachern, 1993) o el de Sierra Leona (Fanthorpe, 1998).

    47 El concepto de dEEp-rural se toma del caso concreto de la reaccin de las comunidades replegadas en la montaa sudanesadeIngessana(Jedrej,1995:3-4).

  • Bloque I

    46

    de comunidades deep rural supone una orientacin distinta a la propuesta heroica o la segmentaria

    porestaranpocodefinidaydespegadadelarealidadmaterialdelregistro,talycomoloconocemos.

    Cualquier aportacin del debate antropolgico deber ser aplicada desde y para la Arqueologa y no

    sustituirastacomounaespeciedeAntropologaaplicadaalpasado.Deestaformasonlosejemplos

    de los distintos estudios etnolgicos los que deben ser pensados desde el anlisis del registro material

    conelquecontamos.Nipuedenservirparaexplicarlotodoniserlanicafuentedeinspiracin

    parapreguntarnosoargumentarlasdudas,nosolosocialesysimblicas,queseinfierendelosdatos

    arqueolgicos. As, tras estudiar atentamente las alternativas de interpretacin social y observar que

    incurrira en un error simedejara llevar por la aplicacin en bloque de modelos antropolgicos

    sugerentes,propongoexplorarelmodelosegmentarioporsuafinidadconlainterpretacinquehe

    extrado de la lectura crtica del registro material de la mayor parte del territorio interior noroccidental

    yenconcretoasturprerromano,juntoconlacontraposicininterpretativadelconceptodesociedades

    heroicasmsacordeconlasdinmicasdelmbitomsseptentrionalyoccidental.

    La base emprica de estos modelos contrapuestos para la Segunda Edad del Hierro en mbito

    castreo, el de la sociedad heroica y el segmentario, est en la interpretacin de unos registros

    arqueolgicos especficos que han servido para posteriormente aplicarse a un nivel macro o

    regional a travs de la reproduccin de la estructura social abstrada. Es por ello, como veremos,

    quelamodelizacindeunaestructurasocialdebeserlosuficientementeflexibleparaseraplicada

    adiferentesregionesoeinclusopoderconvivirenmomentosespecficosdeespecialrelevanciay

    aceleracinhistrica,comoeselcasodelperiodopre-conquistaentornofinalesdels.II-Ia.C.Esto

    sehaceespecialmentecomplejocuandocontamosparaelcasodelmodelosegmentariodeunregistro

    especficamentedelaltimafasedelaSegundaEdaddelHierro,conunafechaante quem en las

    guerras de conquista, y por tanto desconocemos hasta la fecha de la adecuacin de dicho modelo

    para las fases anteriores y especialmente en lo que concierne a la propia gnesis del mundo castreo

    desde un punto de vista segmentario. El modelo de sociedad heroica, sin embargo, s cuenta con una

    interpretacindelregistrodesdeelBroncefinalhastalallegadadeRoma,perotambinesciertoque

    algunosdesusobjetosclaves (orfebrera,armas,etc.) impiden lageneralizacina lamayorparte

    del Noroeste prerromano. Recientemente algunos registros de yacimientos de larga duracin como

    el Asturiano del Chao Samartn han permitido interpretaciones sociales diacrnicas ms cercanas al

  • El mundo simblico castreo en la Asturia prerromana (siglos II-I a. C)

    47

    modelo heroico que al segmentario (Villa, 2007a y b; 2009, entre otros). En realidad el debate social

    est en si considerar que el mundo castreo, caracterizado por la monumentalizacin de los poblados

    recintados,tendihaciaunajerarquizacinalaaltaosiseresistiaellagenerandounfenmeno

    anti-jerrquicodiluidoenelpodersimblicodelacomunidadensuconjunto.Nohayqueperderde

    vista que en esta discusin acadmica, el componente cltico ha tenido un peso muy importante, tanto

    en la asuncin de dicha tradicin que refuerza la base de la interpretacin de la sociedad heroica (lo

    clticoesloheroicoporantonomasia),comoenlaausenciadelmismo,aunqueconscientedesu

    pesohistoriogrfico48, en el modelo segmentario. No es raro por tanto que lo segmentario sea el modelo

    socialcastreomsajenoconeldiscurso acadmicoceltistaofilo-celtista,principalmentegallego-

    luso aunque tambin del gusto Asturiano (Daz Santana, 2002; Marn, 2005; Gonzlez Garca, 2007).

    Elmodelo de sociedad heroica del final de la Edad del Hierro fundamentado en un registro

    arqueolgico de larga duracin que hunde sus races en el Bronce Atlntico se interpreta como un

    procesodeexacerbacindelaconfrontacinylabatallareflejadoenlaimagendelguerreroindividual

    (Gonzlez Ruibal, 2006-2007 y 2011; Gonzlez Garca, 2006; 2008 y 2009). Este modelo social se ha

    generalizadoatravsdeestudiosdediversosterritoriosdebuenapartedelafranjaatlnticagallega

    ydelaAsturianaoccidental,aunquepordefinicintiendeaserunateorageneralistaparatodala

    Edad del Hierro castrea. La diferencia entre la aplicacin del modelo en los casos gallegos atlnticos

    delosAsturianosoccidentalesresideenlainterpretacindelagnesisenelBroncefinal:paralos

    primeros significara el nacimientode laprimera sociedad conguerrerosmientrasquepara los

    segundos sincrnicamente slo se detecta una sociedad mvil de fuerte base igualitaria, en la que slo

    enunmomentoavanzado,enlatransicinconlaPrimeraEdaddelHierro,sereflejaradichaeclosin

    delaparafernaliaentornoalconflicto.Setratadeestemomentodeunasociedadenlaquelaguerra

    est ms relacionada con el mbito simblico y ritual, tal y como muestra registros como la acrpolis

    ysugrancabaaritualenelChaoSamartn;endondeseconjuganelementosclavecomoeldepsito

    funerario de una cabeza humana en la rampa de acceso, una gran cabaa con un hogar centralizado,

    unajuaratpicoconformadoporpanopliaguerreradeltipoungranescudoyotrosobjetosclaves,todo

    48 Aunque la interpretacin segmentara tiene su origen en un momento de tendencia anti-celtista, lo cual iba acompaadode lanegacindel carcterbelicosoy jerrquicocastreo (vase enCalo,1993;177;Fernndez-Posse,2000a:Pea,2003:118),elmodelosegmentarionodebeserobservadocomoanti-celtista`puestodeloquesetrataesde que simplemente no se considera el referente interpretativo adecuado, insistiendo en que los celtas estn muy bien, peroensucontextohistrico(Sastre,AlonsoyCurrs,2010:229)

  • Bloque I

    48

    ello en una plataforma recintada sealada por un importante hito de piedra sobre un acantilado (Villa

    y Cabo, 2003; Villa, 2009).

    En la Primera Edad del Hierro en mbito gallego se detecta una ruptura con la parafernalia de los

    guerrerosritualizadosdelBroncefinal,lacualtienesubaseenlainterpretacindelaaparicindelos

    primeros recintos castreos en clave defensiva pero como resultado del control del esfuerzo de toda

    la comunidad (Parcero, 2002 y 2003; Parcero y otros, 2007: 176-182). La construccin ideolgica en