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1 LAS SANTAS JUSTA Y RUFINA, De Francisco de Goya y Lucientes Las Santas Justa y Rufina, este cuadro responde a un encargo que recibió Goya (Fuendetodos, España, 1746 – Burdeos, Francia, 1828) del Cabildo de la Catedral de Sevilla gracias a la mediación de su amigo el historiador de arte, Agustín Ceán Bermúdez, en el año 1817: (1) Sólo en ocasiones se ha citado una interesantísima carta que el erudito gijonés dirigió el 27 de septiembre de 1817 a su amigo y entusiasta coleccionista de pintura ya retirado en Mallorca desde 1816, Tomás de Verí: "Yo estoy ahora muy ocupado en inspirar a Goya el decoro, modestia, devoción, respetable acción, digna y sencilla composición con actitudes religiosas para un lienzo grande que me encargó el Cabildo de la Catedral de Sevilla para su Santa Iglesia. Como Goya vio conmigo todas las grandes pinturas que hay en el hermoso templo, trabaja con mucho respeto la obra, que se ha de colocar a la par de ellas, y que ha de decidir su mérito y opinión. El asunto es dos santas mártires: Justa y Rufina. El Cabildo quería (aunque todo lo dejó a mi arbitrio), representase el martirio de las Santas u otro pasaje de su vida. Pero yo, considerando que el lienzo es para un altar de más de tres varas de alto y dos de ancho, en cuya proporción no se puede extender un pasaje histórico, y que por las muchas figuras que debe contener puede ser motivo de distracción al sacerdote que celebre el santo

LAS SANTAS JUSTA Y RUFINA · no les parecía nada duro ni molesto aquel camino, sino que como si hubiese sido todo perfectamente llano, creían caminar sobre blando polvo. Finalmente,

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LAS SANTAS JUSTA Y RUFINA ,

De Francisco de Goya y Lucientes

Las Santas Justa y Rufina, este cuadro responde a un encargo que recibió Goya(Fuendetodos, España, 1746 – Burdeos, Francia, 1828) del Cabildo de la Catedral deSevilla gracias a la mediación de su amigo el historiador de arte, Agustín CeánBermúdez, en el año 1817:

(1) Sólo en ocasiones se ha citado una interesantísima carta que el erudito gijonés dirigió el27 de septiembre de 1817 a su amigo y entusiasta coleccionista de pintura ya retirado en Mallorca

desde 1816, Tomás de Verí: "Yo estoy ahora muy ocupado en inspirar a Goya el decoro, modestia,

devoción, respetable acción, digna y sencilla composición con actitudes religiosas para un lienzo

grande que me encargó el Cabildo de la Catedral de Sevilla para su Santa Iglesia. Como Goya vio

conmigo todas las grandes pinturas que hay en el hermoso templo, trabaja con mucho respeto la obra,

que se ha de colocar a la par de ellas, y que ha de decidir su mérito y opinión. El asunto es dos santas

mártires: Justa y Rufina.

El Cabildo quería (aunque todo lo dejó a mi arbitrio), representase el martirio de las Santas u

otro pasaje de su vida. Pero yo, considerando que el lienzo es para un altar de más de tres varas de

alto y dos de ancho, en cuya proporción no se puede extender un pasaje histórico, y que por las

muchas figuras que debe contener puede ser motivo de distracción al sacerdote que celebre el santo

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sacrificio (por que no ha de estar muy alto) y a los fieles que concurran a él, elegí que solo

representase a las dos Santas del tamaño natural, las que con sus tiernas y devotas actitudes y

afectos de las virtudes que tuvieron, muevan a devoción y deseo de rezarles, que es el objeto a que se

deben dirigir estas pinturas. Ya conocerá Vm. a Goya y conocerá cuanto trabajo me costó inspirarle

tales ideas, tan opuestas a su carácter. Le dí por escrito una instrucción para que pintase el cuadro,

le hice hacer tres o cuatro bocetos, y, por fin, ya está bosquejando el cuadro, que espero que salga a

mi gusto. Si lo logro, será tal que se podrá poner al lado de los de aquella Catedral"

Rapidez

Hay que destacar que en el breve tiempo que media entre la fecha de esta carta en la que DAgustín precisaba que Goya "está ya bosquejando el cuadro" (27 de septiembre de 1817) y la de

colocación del cuadro en la Catedral, que estaba in situ el 14 de enero de 1818, parece indicar una

asombrosa rapidez de ejecución, que nos muestra la facilidad del "Joven" Goya de 71 años, y que en

poco más o menos tres meses, con los medios de la época, hizo al menos un viaje a Sevilla, como relata

Ceán, y pintó el cuadro de más de cinco metros cuadrados, con el resultado que éste trasmite en

nueva misiva a Verí: "Salió perfectísimamente y es la mejor obra que pintó y pintará Goya en su vida.

Está ya colocado en su sitio, y el Cabildo y toda la ciudad están locos de contentos…" y añade la

coletilla: "Su autor está contento; pues le pagó el Cabildo 28.000 reales.

Destinado a la decoración de la Sacristía de los Cálices, y es donde seencuentra hoy en día, adornado con un magnífico marco plateresco.

Uno de los bocetos, a que se refiere Cean un óleo sobre tabla de 47 por 29 cm. Seencuentra en la actualidad en el museo del Prado.

ANALISIS FORMAL E ICONOLOGICO

Es un cuadro muy considerable, pues son sus medidas de 309 x 177 cm.Y está pintado al óleo sobre lienzo. En él se representan a las Santas Mártires de laciudad, Justa y Rufina, que aparecen de cuerpo entero, con vestidos en forma de túnicassencillas, de color oscuro y nada ostentoso. Con el fin de diferenciarlas, los vestidos sonde colores distintos y peinados y actitudes diferentes. Ambas miran hacia el cielo, queles envía un rayo luminoso de gracia divina iluminándoles las caras y parte del cuerpo.La luz divina, resalta las figuras centrales del resto del cuadro. Muestran ambas, unasencilla y calmada belleza, y todo el cuadro responde a esa tranquilidad, pues incluso elleón que está a los pies de Rufina, esta representado como si no fuera un animal salvaje.

Las Santas Mártires, llevan en las manos, cada una de ellas, la palma delmartirio y también unos platos de cerámica. Como dice Moreno de las Heras, 1Goyapinta unas alcazarras, cantarillas de barro blanco muy fino, donde se pone el agua paramantenerla fresca. El pintor con cierto pragmatismo, convierte el atributo convencional

1 En: MORENO DE LAS HERAS, Margarita, Goya: 250 aniversario. Catalogo de la exposicióncelebrada en el Museo del Prado, Madrid, 1996.

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de las santas en recipientes útiles, con los que podría recoger el agua de la lluviatorrencial que, según la leyenda, se inició después del terremoto

En el suelo, a los pies de las hermanas, se encuentra una figura rota en variospedazos y junto a Santa Rufina un león, al cual ya me he referido, y que se encuentralamiendo los pies de la santa con gesto de sumisión.

Tras las figuras y como fondo del cuadro, figura un paisaje difuminado, dondese percibe la silueta de la Catedral y la Giralda.

No coloca Goya a la Giralda como un atributo de las santas, como si haceMurillo en cuadro sobre el mismo tema (Sevilla, Museo de Bellas Artes) para restar elcarácter popular y ser esta interpretación más acorde con las ideas de la ilustración

El resultado final es una composición equilibrada y una ejecución esplendida.Goya da más importancia a las Santas Mártires, como se comprueba con lacomunicación directa con el cielo y dejando en el fondo, las leyendas populares quesobre la giralda y la intervención de las santas para que no se cayera la torre, en undiscreto segundo plano. No deja al margen a la Catedral, que también en el cuadro,aparece muy desdibujada, pero presente, pues no debemos olvidar quien encarga y pagael cuadro.

Si nos adentramos en el significado, esta obra no se podría entender sin conocerla leyenda que eleva a los altares a las Santas Mártires Justa y Rufina.

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El martirio de Santa Justa y Rufina es recogido por el Martirologio Gerominiano(19 de julio), por el Martirologio Romano (18 de julio) y por los libros litúrgicosmozárabes (17 de julio). Su culto queda testimoniado desde el siglo VII. La críticatextual reconoce en el relato del martirio rasgos de sobriedad y de gran precisión en ladescripción de los ritos sirios en honor de Salambó (el mito de Venus y Adonis), talesque hace suponer que la narración haya sido compuesta por un testigo ocular o recogidade una tradición no deformada

El texto de las Actas, publicado por el P. Enrique Flórez, en el tomo IX deEspaña Sagrada, es como sigue:

«ACTAS DE SANTA JUSTA Y RUFINA»

«En la ciudad de Sevilla, situada en España, el martirio de las Santas VírgenesJusta y Rufina. De condición humilde por su modesta pobreza, se dedicaban al comerciode loza, con cuyo producto socorrían la miseria de los necesitados, y se reservaban parasí, tan sólo aquello que era necesario para el sustento de sus vidas y decencia de susvestidos. Perseveraban diariamente en oración, viviendo casta y religiosamente,sufriendo con resignación, y atentas al cuidado de su casa. Ocupadas en la venta de laloza, se presentó no se qué monstruo execrable, o impuro simulacro, a quien losdepravados gentiles llamaban Salambona, exigiéndoles que le diesen alguno de aquellosutensilios. Pero como se resistiesen y se negasen a darlo, diciendo que ellas creían yadoraban únicamente a nuestro Señor Jesucristo, y no a aquel ídolo que ni vivía nisentía, las mujeres nobles que lo llevaban sobre sus hombros, lo arrojaron con granímpetu y confusión, de tal manera que rompió y trituró enteramente todas lasmercancías de las Santas Vírgenes.

«Mas ellas conmovidas, no por el detrimento sufrido en su pobreza, sino de celopor destruir aquel objeto de tanta ignominia, rechazaron el ídolo, que, al punto que tocóen tierra, se deshizo en diminutos pedazos. Entonces, como si hubiesen cometido algúngran sacrilegio, clamaron los gentiles, que eran dignas de muerte. Por lo tanto,apresadas por Diogeniano, fueron primeramente atormentadas en el potro, y desgarradascon escarpias de hierro; y después afligidas con la cárcel, el hambre y los dolores.Pasados ya algunos días, y disponiendo el tirano ir a los Montes Marianos, mandó quefuesen a pie siguiendo su camino por lugares ásperos y llenos de malezas. Pero a ellasno les parecía nada duro ni molesto aquel camino, sino que como si hubiese sido todoperfectamente llano, creían caminar sobre blando polvo. Finalmente, Justa exhaló suespíritu en la cárcel: cuyo cuerpo mandó el tirano que fuese precipitado en un pozo;pero sacado de él por el piadoso Obispo Sabino I, fue honrosamente sepultado. YRufina, que había quedado aún en la cárcel, y decapitada por orden del tirano, envió suespíritu devoto al Señor: cuyo cuerpo después de quemado, fue sepultado con dignohonor. Su martirio se celebra el día XVII de Julio.»

Según el breviario gótico-mozárabe, «la santa hermana Rufina fue arrojada a unleón para que la despedazase en el anfiteatro; pero deponiendo su ferocidad y nohaciéndole daño alguno, le quitaron la vida los verdugos, asentándole un terrible golpe ala cabeza, quemando luego su cuerpo en el mismo Anfiteatro».

Los cultos sirios a Salambó o Salambona, equivalente de Venus, conmemorabanla muerte de Adonis, que se celebraba con procesión, danzas y llantos del 17 al 19 dejulio. Fueron propagados por occidente, y especialmente en Sevilla, por los mercaderesgriegos y egipcios, que venían a comerciar a la Bética. Las señoras principales de laciudad hacían una procesión con el ídolo y andaban danzando de casa en casa para pedir

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un donativo. A las jóvenes Justa y Rufina les pidieron sus vasijas para utilizarlas en losjardines de Adonis. Al negarse, reaccionaron violentamente y les destrozaron lamercancía, a lo que ellas respondieron destruyendo el ídolo.

La tradición continúa afirmando que el piadoso obispo Sabino procuró que serecogiesen los benditos restos, dándoles sepultura en el mismo sitio que ocupó luegouna pequeña capilla, inmediata al Convento de PP. Capuchinos. Ocurrió el martirio enel año 287, a principios del Imperio de Diocleciano, poco antes de que publicase eledicto de persecución general

También existe la leyenda referida al terremoto que ocurrió en Sevilla en el año1504. Un milagro atribuido a las Santas Patronas ocurrió en 1504, cuando un terremotoasoló la ciudad de Sevilla, mientras que la torre-alminar de la catedral, estremecida porlas violentas sacudidas, quedó indemne merced a la intervención de las santas, que laabrazaron y evitaron que se desplomara. La protección de las santas sobre la catedral yla torre fue representada en varias obras, no obstante la obra más famosa fue la quepintó Murillo en 1675.

Las palmas que llevan ambas santas hacen referencia al martirio, y en generalsimbolizan la victoria por su elasticidad y resistencia, sentido éste que perdura en elcristianismo: que evoca el tiempo del mártir sobre la muerte

El león, también tiene un significado claro, representa la fuerza, en este casohumillada ante la santidad de las mártires. Los otros símbolos, como la majestad, lavigilancia, o como símbolo evangelista, no tienen a mi entender cabida

Después de conocer las leyendas la significación es muy clara, sólo cabe añadirel contexto histórico de la obra, donde la presencia en el trono de Fernando VII es muyfuerte, y por tanto la ideología conservadora es activa, pretendiendo ocultar la influenciade las ideas liberales con lo que justificaría la exaltación por los aliados del trono detodos aquellos símbolos populares a fin de perpetuarse en el disfrute del poder, sinmenoscabo del fervor religioso del pueblo

Son claros los aspectos sociales de la obra como se desprenden del contextohistórico antes mencionado, pero no sería completo si no dijese que el culto a las santas,no empieza ni termina con el cuadro analizado. Son muchas las representaciones detodo tipo, anteriores, alguna de las cuales ya me he referido anteriormente y posterioresa la realizada por Goya.

Quisiera poner de manifiesto el culto a las santas que hoy en día tiene lugar en elpueblo de Manises, donde son las patronas del pueblo y del Gremio de Ceramistas.

Este gremio, en el año 1746 es cuando decide nombrar como patronas a lasSantas Justa y Rufina, constando en acta de 31 de mayo, (1) Archivo del Reino deValencia, protocolo nº 6670. Este hecho supone la relegación del anterior patrono SanHipólito, y el reconocimiento de la importancia económica y social de la ciudad deSevilla, que como puerto de América canalizaba las exportaciones de cerámica al estarde moda el estilo sevillano, siendo por el contrario un momento de crisis en lacerámica de Manises, por haberse quedado anticuada su industria y estilo. Se necesitabaprotección ante los cambios innovadores, y las Santas eran alfareras de profesión ysevillanas de nacimiento. Idea que también cundió por otros pueblos alfareros deEspaña, extendiéndose su culto.

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Pretende este cambio de patronazco una puesta al día y una renovación de laindustria de Manises, que hoy en día pervive después de una transformación constantedesde sus inicios, y distinta a la que le dio fama en la edad media. Pero que mantiene suimportancia, reflejándose en la presencia de los industriales de dicha industria en lasfiestas, donde figuran como cofrades y organizadores de la fiesta anual.

Y fruto de la influencia de los ceramistas, presentes en el ayuntamiento, y poriniciativa de éste, se consiguió que fueran nombradas por el Papa patronas canónicas,Que en edicto de 12 de agosto de 1925 fueron las santas elevadas a patronas del pueblo.No es difícil entender que si el pueblo aun siendo agrícola, ante la preponderancia de laindustria cerámica, la fiesta de este gremio donde figurarían los hombres más dinámicosde la sociedad, acabase por imponer a su patrona al resto del pueblo, imponiendo con elpaso del tiempo una única fiesta de exaltación de las Santas Mártires.

Son abundantes las representaciones de las santas en el pueblo, dejandoconstancia en la iglesia principal y en sus calles con paneles de cerámica de diversosestilos y tamaños.

La imagen de las Santas en su altar lateral de la Parroquia de San Juan Bautista,obra del imaginero valenciano Pio Mollar, fechada en 1940, y que sustituyen a lasanteriores que fueron quemadas en la guerra civil. Destacar la Torre de la Giralda alcentro de la composición, así como la presencia del león a los pies de las santas.

1 Santas Justa y Rufina. En su altar de la parroquia de San Juan Bautista de Manises. (Foto de CarlosSanchis)

En este plafón que se encuentra en una de las calles del pueblo, se puedefechar hacia mitad de los años sesenta Vemos una adaptación singular, pues en lugar dela torre de la giralda, se ha colocado la fachada de la Parroquia de San Juan Bautista, lacerámica que aparece son jarrones, y no hay referencia al león ni a la Venus rota,recordándonos la composición de Murillo

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Plafón 2.- “Santas Justa y Rufina” Manises hacia 1965, 6x8 taulells de 20.20 cm. Calle de MaestroGuillem, nº 13 Foto de Luis Mestre

Hay otro plafón en la calle, que le dedica la población de Manises a lasSantas, que data de los años 1780-1790, en esta calle se encontraba el conjunto de lasfábricas de cerámica. Estos plafones servían como protección de los daños de lafabricación, que eran frecuentes durante la incierta cocción. Las santas eran invocadascon la siguiente jaculatoria, por los operarios delante del horno de cocción cuando setapaba la boca del horno: “que les santes li lleven el que li sobre i li posen el que lifalte”2

2 Pérez Camps, Joseph, Plafons devocionals de les Santes a Agost, Manises i Valencia, Libro de fiestaspatronales de 1995. Manises.

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Plafón 3. “Santas Justa y Rufina” Valencia, 1780-1790, 6x5 taulells de 20.5 x 20.5 cm. Manises, Calle deSanta Justa y Rufina. Foto Luis Mestre

Tampoco este plafón, recoge la figura del león, pero sí incorpora unos angelesque sostienen una corona de laurel sobre la cabeza de las santas. La torre no se parece ala giralda, y si que tiene un aire al Miguelete.

Los siguientes plafones, se encuentran en el museo Nacional de Cerámica, y enel Museo de Cerámica de Manises, son de la misma época, último tercio del sigloXVIII, y no figura en ellos el león, ni el ídolo mutilado, y si coinciden los vestidos delas santas, la palma y la torre campanario. También son presentes los recipientes decerámica, que reproducen las piezas que se hacían en Manises en segunda mitad delsiglo XVIII, como señala Pérez Camps en el artículo citado al pie de página

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Como conclusión, cabe añadir que el culto a las santas ha continuado en eltiempo, y las imágenes, con pequeñas variaciones mantienen la simbología originariade las mártires, si bien y según el lugar, adaptándose a las circunstancias y al paso deltiempo, pues en Manises, la Giralda ha sido sustituida por la iglesia donde se les veneracomo patronas de la ciudad, habiendo desaparecido el león, y transformándose loscacharos cerámicos que aparecen representados, por unos modelos que reflejan laépoca en que se realizaron los plafones.

Valencia, a 5 de Febrero de 2007

LUIS MESTRE BADOSA

BIBLIOGRAFIA

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FUENTES

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