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Cubo, Liliana, E. Castro, O. Duo, D. Ejarque, N. Lacon, G. Müller, C. Prestinoni, H. Puatti, C. Sacerdote, M. Salvo, D. Tamola y A. Vega (2000) Leo, pero no comprendo. Estrategias de comprensión lectora. Mendoza: Editorial de la Facultad de Filosofía y Letras. UNCuyo. INTRODUCCIÓN Alumnos que leen pero no comprenden. ¿Cómo ayudarlos? Los docentes enfrentamos en nuestra tarea diaria un serio problema: muchos de nuestros alumnos leen pero no comprenden. Es decir, no alcanzan grados de comprensión lectora suficientes para el nivel educacional en el que se encuentran. Si bien los maestros y profesores siempre hemos tenido un conocimiento intuitivo del problema, la verdadera dimensión de esta realidad surgió claramente cuando algunas provincias y la nación iniciaron el control de la calidad educativa. El diagnóstico reveló severas insuficiencias en el desarrollo de estrategias lectoras en un alto porcentaje de alumnos, lo que sin lugar a dudas impide su acceso a los códigos de modernidad y su inserción en la sociedad actual. El problema es complejo porque el fenómeno de la comprensión lingüístico es complejo. La solución, por lo tanto, no es sencilla ni fácil. ¿Cómo ayudarlos? Para responder a esta pregunta necesitamos saber qué es lo que los alumnos no comprenden y por qué. Pero estos interrogantes nos llevan a problemas más generales que deben resolverse en un primer paso: 1) ¿Qué es comprender un texto escrito? ¿Qué procesos y subprocesos realizamos? ¿Qué estrategias utilizamos? En definitiva, cómo hacemos para que un texto que se encuentra impreso en un libro se integre a conocimientos previos de nuestra mente y quede representado allí y que las intenciones y pensamientos que estaban en la mente del escritor al producir ese texto sean reconocidos e incorporados en una representación mental.

leo pero no comprendo

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Page 1: leo pero no comprendo

Cubo, Liliana, E. Castro, O. Duo, D. Ejarque, N. Lacon, G. Müller, C. Prestinoni,

H. Puatti, C. Sacerdote, M. Salvo, D. Tamola y A. Vega (2000) Leo, pero no

comprendo. Estrategias de comprensión lectora. Mendoza: Editorial de la Facultad de

Filosofía y Letras. UNCuyo.

INTRODUCCIÓN

Alumnos que leen pero no comprenden.

¿Cómo ayudarlos?

Los docentes enfrentamos en nuestra tarea diaria un serio problema: muchos de

nuestros alumnos leen pero no comprenden. Es decir, no alcanzan grados de comprensión

lectora suficientes para el nivel educacional en el que se encuentran.

Si bien los maestros y profesores siempre hemos tenido un conocimiento intuitivo

del problema, la verdadera dimensión de esta realidad surgió claramente cuando algunas

provincias y la nación iniciaron el control de la calidad educativa. El diagnóstico reveló

severas insuficiencias en el desarrollo de estrategias lectoras en un alto porcentaje de

alumnos, lo que sin lugar a dudas impide su acceso a los códigos de modernidad y su

inserción en la sociedad actual.

El problema es complejo porque el fenómeno de la comprensión lingüístico es

complejo. La solución, por lo tanto, no es sencilla ni fácil. ¿Cómo ayudarlos? Para responder a

esta pregunta necesitamos saber qué es lo que los alumnos no comprenden y por qué. Pero

estos interrogantes nos llevan a problemas más generales que deben resolverse en un

primer paso:

1) ¿Qué es comprender un texto escrito? ¿Qué procesos y subprocesos realizamos? ¿Qué estrategias

utilizamos? En definitiva, cómo hacemos para que un texto que se encuentra impreso en un

libro se integre a conocimientos previos de nuestra mente y quede representado allí y que

las intenciones y pensamientos que estaban en la mente del escritor al producir ese texto

sean reconocidos e incorporados en una representación mental.

Page 2: leo pero no comprendo

Si logramos responder estas cuestiones, deberíamos abordar otra serie de

problemas: 2) ¿cómo podemos saber si nuestro alumno-lector realizó adecuadamente el proceso íntegro, si

completó los subprocesos necesarios, si aplicó las estrategias adecuadas? Es decir, cómo evaluamos el

proceso y no sólo los resultados.

Aunque saliéramos victoriosos de este segundo desafío y consiguiéramos saber en

qué subprocesos o estrategias es deficitario nuestro alumno: 3) ¿cómo hacemos para desarrollar y

optimizar esa o esas estrategias de manera eficiente, gradual y selectiva?

Y aún entonces, una vez propuesto un plan de trabajo, tendríamos que

preguntarnos: 4) ¿cómo sabemos que nuestra propuesta sirve? Esta cadena de problemas y

soluciones es lo que intentamos presentar en este libro. Nuestra hipótesis es que dado el

estado de la ciencia cognitiva y la psicolingüística actual podemos emprender esta tarea e

intentar aplicar modelos teóricos a la práctica docente.

Tratar de demostrar esta hipótesis, nos llevó a un equipo de profesores a investigar

el problema de la comprensión lectora desde 1994 a 1997 y a plantear algunas soluciones

que ofrecemos en esta publicación.

Los principales destinatarios del libro, por lo tanto, son aquellos docentes que

tienen alumnos que leen pero no comprenden, aunque también puede interesar a estudiantes

universitarios y lectores adultos en general, que deseen mejorar su capacidad de

comprensión lingüística y se atrevan a responder al desafío que aquí presentamos.

Dado que el libro no está dirigido a especialistas en lingüística hemos tratado de

presentar los temas de manera sencilla y gradual, aclarando el significado de la terminología

específica. Para aquel lector interesado en profundizar determinados aspectos, citamos en

todos los, casos la bibliografía pertinente.

En el primer capítulo hemos querido responder a los dos primeros y al cuarto

grupo de interrogantes: qué es comprender un texto, cómo evaluamos el proceso y por qué

creemos que nuestra propuesta sirve; en los capítulos posteriores ofrecemos un programa

para desarrollar las distintas estrategias lectoras.

Los diferentes capítulos tienen cierta independencia porque han sido elaborados

como propuestas personales de sus autores. Sin embargo, como todos son investigadores

que parten de una experiencia de investigación conjunta, se mantienen los mismos

presupuestos teóricos y esto le da unidad y coherencia al libro.

Page 3: leo pero no comprendo

Queremos agradecer la colaboración desinteresada de los profesores que leyeron los

sucesivos borradores del libro y nos hicieron sugerencias; de los que asistieron a nuestros

cursos y nos permitieron mejorar la propuesta; agradecer a los alumnos que colaboraron en

los estudios piloto y a las autoridades de los colegios que nos permitieron realizar las

pruebas experimentales; a la Secretaría de Ciencia y Técnica de la Universidad Nacional de

Cuyo que otorgó el subsidio para realizar la investigación primaria, y muy especialmente a

la profesora Marianne Peronard que siguió el proyecto desde sus inicios, nos alentó en

distintas etapas del proceso y leyó cuidadosamente la versión preliminar. A todos ellos

debemos los méritos que pueda tener la obra; los posibles errores son de nuestra absoluta

responsabilidad.

Nota a la segunda edición: Sólo se han realizado correcciones ortográficas y tipográficas.

Liliana Cubo de Severino

CAPÍTULO 1

¿Cómo comprendemos un texto escrito?

Liliana Cubo de Severino

1. Un modelo cognitivo de comprensión lingüística

Existen actualmente diversas maneras de analizar el proceso de comprensión

lingüística. Las distintas teorías científicas sobre la comunicación intentan explicar el

complejo fenómeno desde el modelo del código, el inferencial o modelos mixtos.1

Algunos autores consideran que comprender un texto involucra procesos o

subprocesos modulares o globales (Fodor, 1983; Anderson, 1983), autónomos o

interactivos (Forster, 1979; Marslen-Wilson, 1975), seriales o en paralelo, conscientes o

inconscientes, .automáticos o estratégicos. 1 Entre otros, se han ocupado del problema, Sperber y Wilson, 1989; Belinchon, Igoa, Riviere, 1992; Johnson Laird, 1983; van Dijk y Kintsch, 1983; Graubard, 1993; Kintsch, 1988; Schank y Abelson, 1977; Vega, 1990; Ruiz Vargas, 1995.

Page 4: leo pero no comprendo

Frente a estos debates que ocupan a los lingüistas y más allá de los problemas

teóricos -sobre los que sin duda debemos mantenernos informados- los docentes

necesitamos un modelo que nos permita hoy conducir el proceso y ayudar a nuestros

alumnos a desarrollar su capacidad de lectura comprensiva.

Luego de analizar el estado actual de las investigaciones, nos pareció conveniente

seleccionar un modelo actual, que resultara coherente y lo suficientemente descriptivo y

explicativo del fenómeno de comprensión como para utilizado de marco en una aplicación

didáctica. De acuerdo con el resultado de nuestras investigaciones de lingüística aplicada,

consideramos muy productivo el modelo de Van Dijk Y Kintsch de 19832, pues permite

abordar el fenómeno de la comprensión lectora y explicar cómo algo que vemos o

escuchamos llega a formar parte de nuestras estructuras mentales.

Estos autores describen desde un punto de vista semántico y pragmático el proceso

de comprensión lingüística en el adulto. Presentan el funcionamiento de los diferentes

subprocesos a través de una compleja interacción de estrategias cognitivas o mentales, que

actúan de manera simultánea, procesando información de distintos niveles de estructuración

del texto.

Según este modelo, el lector establece permanentemente una retroalimentación

entre unidades menos complejas como las palabras y unidades más complejas como el

texto completo. En su proceso de comprensión, por otra parte, no sólo utiliza el texto

como forma de información, sino que también la recibe del contexto y de esquemas

previos de conocimiento del mundo que guarda en su memoria. Dado que este modelo

describe el proceso tal como se produce en un adulto y no en un lector joven en

formación, que es el sujeto de aprendizaje que a nosotros nos preocupa, reformulamos

parcialmente el modelo de comprensión lingüística tomando como base otras teorías

compatibles3.

2. El texto y su representación mental.

¿Qué procesos y subprocesos cognitivos realizamos al leer?

2 van Dijk,T. and Kintsch,W. Strategies of discourse comprehension, New York, Academic Press, 1983. 3 Sperber y Wilson,1986 op. cit.; Nicholas, D. y Trabasso,T. (1980). Hacia una taxonomía de las inferencias para la comprensión de una historia. En F. Wilking, Becker y T.Trabasso (eds.). Information, integration by children. NY. , Hillsdal, Givon 1990,1995).

Page 5: leo pero no comprendo

Nuestro propósito es seguir paso a paso el proceso que realizamos como lectores

desde que la vista reconoce los trazos de las letras en un papel, los identifica como señales

del lenguaje verbal, procesa los signos lingüísticamente para asignarles significado, completa

esa información con datos que infiere del contexto y de su conocimiento del mundo, hasta

que interpreta el sentido del texto y almacena esa representación mental en la memoria, de

manera que pueda ser recuperada cuando sea necesario.

Nuestro propósito es explicar cómo después de leer una noticia policial en el diario

de la mañana, si alguien nos pregunta ¿Leíste el caso del farmacéutico que fue asaltado trece veces? o

¿Leíste sobre los robos reiterados en una farmacia de Guaymallén? o ¿Leíste que a Juan Gómez, el

farmacéutico que fue robado la semana pasada, le volvieron a robar ayer? podemos recuperar de

nuestra memoria la misma representación textual.

Para entender los principios básicos que explican este proceso desde el modelo

estratégico interactivo del procesamiento cognitivo del texto o discurso, reformulado, es conveniente

considerar previamente cómo está estructurado nuestro sistema cognitivo. Si hemos

afirmado que la comprensión del lenguaje es un proceso complejo es porque constituye un

conjunto de actividades integradas, de procesos y representaciones que operan en diversos

niveles. Estos niveles se desarrollan en distintos subsistemas y cumplen diferentes fases de

procesamiento que interactúan en el sistema cognitivo y que permiten que estímulos

verbales percibidos por la vista (o el oído) sean comprendidos. Podemos imaginar un

sistema cognitivo modular como el que aparece en la figura 1, en el que funcione:

1) un procesador perceptual;

2) un procesador lingüístico

3) un sistema de memoria

4) un sistema de control

Page 6: leo pero no comprendo

Figura 1 SISTEMA COGNITIVO

1) El procesador perceptual

El proceso comienza cuando el procesador perceptual, que, reconoce y procesa los input

o señales que envían los sentidos, recibe estímulos físicos compuestos por trazos

percibidos visualmente o sonidos percibidos auditivamente y procesa la información. Este

proceso se realiza casi sin esfuerzo consciente por parte del perceptor. Si el estímulo o input

es una señal lingüística, entra a funcionar automáticamente el procesador lingüístico.

2) El procesador lingüístico

Es el módulo del sistema cognitivo que decodifica los signos lingüísticos según

parámetros gramaticales y les asigna un significado. Su función final es construir una

representación semántica que pueda ser procesada por el sistema de memoria y el sistema

de control, tratando de lograr la mayor eficiencia.

Memoria a largo plazo Conceptual / Procedimental / Episódica

SISTEMA DE CONTROL

Memoria a corto plazo

Procesador lingüístico Fonológico / Morfológico / Sintáctico / Semántico / Pragmático

PROCESADOR PERCEPTUAL

Page 7: leo pero no comprendo

El procesador lingüístico, tal como aparece en la figura 1, está formado por varios

submódulos que interactúan simultáneamente: componente fonológico, morfológico,

sintáctico, semántico y pragmático.

Este procesador, encargado de la decodificación, realiza los siguiente subprocesos:

-activa el conocimiento lingüístico del lector que funciona de acuerdo con los principios

universales y parámetros de su lengua;

-compara las señales recibidas desde el texto con ese conocimiento sistemático;

-aplica estrategias de procesamiento lingüístico: a través de las letras identifica grafemas y

fonemas (componente fonológico); analiza morfemas y estructuras de las palabras (componente

morfológico), identifica relaciones y funciones oracionales (componente sintáctico), reconoce

significados (componente semántico) y descubre el sentido del enunciado por su uso en

contexto (componente pragmático).

Este complejo proceso se realiza en todos los niveles de estructuración desde el

acceso al léxico hasta el texto total.

El lector, paralelamente a esta decodificación, comienza el proceso inferencial de

comprensión, es decir, desde lo conocido trata de descubrir lo desconocido. Porque todo

proceso de comprensión es inferencial. Tanto el proceso de decodificación como el de

inferencia se realizan de manera estratégica. Por ejemplo, una estrategia sintáctica es hacer

la predicción de que el primer sustantivo o la primera construcción nominal que aparece en

una oración es el sujeto. Si después no se confirma, la hipótesis cambia, pero dado el alto

grado de probabilidad de que esta situación aparezca, es una estrategia eficiente “arriesgar”

la hipótesis del sujeto para poder entender rápidamente la oración que se está procesando.

Esto quiere decir que el lector no espera a terminar de procesar toda la información antes

de darle un significado, comienza a “comprender” en cuanto entran las primeras señales.

Por lo tanto, el lector comenzará a “traducir a información semántica”, a “asignar

significado”, a “comprender” en cuanto pueda, utilizando al mismo tiempo distinto tipo de

información y arriesgando hipótesis.

El partir de los estímulos físicos hacia los esquemas mentales se llama proceso de abajo

a arriba, y el inverso, hacer predicciones desde el conocimiento del mundo hacia las señales

físicas del texto, proceso de arriba a abajo. Ambos procesos están representados en la figura 1

con flechas.

Page 8: leo pero no comprendo

3) El sistema de memoria

Es un subsistema cognitivo que procesa y almacena información que ingresó a

través de los sentidos, una vez que ha si procesada lingüísticamente y convertida en un

lenguaje mental que ella “entiende”.

Se distingue entre una MEMORIA A CORTO PLAZO (MCP) y una MEMORIA

A LARGO PLAZO (MLP).

3.1. La memoria a corto plazo (MCP) o memoria de trabajo es un procesador que

cumple dos funciones:

- procesar la información de manera estratégica

- almacenarla transitoriamente

Su capacidad es limitada y es de rápido acceso, por lo que almacena por un breve

lapso las señales lingüísticas, tal como fueron enunciadas, es decir, respetando su estructura

superficial. Retiene desde unas pocas palabras hasta una o dos proposiciones u oraciones;

las procesa como fragmento del texto general en contexto y, en el menor tiempo posible,

transfiere la información a la memoria a largo plazo (MLP) para su almacenaje definitivo.

Por su capacidad limitada necesita vaciarse parcialmente cuando está llena a fin de

seguir recibiendo información. Para reducirla o resumirla, necesita asignarle un significado

global, respetando la estructura u organización que tiene la información. La MCP, por esta

razón, necesita utilizar información general de conocimiento del mundo que está archivada

en la MLP.

Una vez recuperada la información relevante, el conocimiento general del mundo

que tiene el lector en su memoria relacionado con el texto, realiza el proceso de inferencia

necesario para asignarle coherencia al fragmento en el marco de esa situación comunicativa

MLP

MCP

Page 9: leo pero no comprendo

concreta. El lector, por lo tanto, hace inferencias o saca conclusiones a partir de las señales

del texto.

Cuando el fragmento tiene coherencia o sentido, la MCP comprime o reduce esa

información como si fuera una compactadora.

La memoria de trabajo, cuando trabaja con eficiencia, sólo compacta lo que

comprende. Por lo tanto, para procesar esa información y “comprender”, intenta

organizarla de acuerdo con el sentido local y global del discurso. Esto lo podemos

comprobar: si intentamos recordar una lista arbitraria de palabras, notaremos que es difícil

almacenar más de siete unidades, pero si estas palabras tienen cierta relación, organización

o estructura, resulta mucho más fácil reproducirla. Por ejemplo, es más fácil recordar una

lista formada por: cocina, comedor, baño, patio, que son palabras de una casa; que cielo,

computadora, madre, Brasil que no tienen relación entre sí; es más fácil recordar La niña es

buena que es una oración, que Perro la de azul.

Esta asignación de significado y organización, que es opcional en la memoria de

trabajo, resulta obligatoria en la memoria a largo plazo. Para poder ser procesada y

almacenada en la MLP, y luego recuperada, la información debe tener el formato adecuado,

es decir, la forma que tiene toda la información que ya tenemos guardada en este tipo de

memoria, que es semántica y pragmática. Por eso la memoria a corto plazo además de un

significado gramatical y una forma semántica, debe asignar una interpretación pragmática

acorde con la intención informativa y comunicativa del texto.

Para realizar estos subprocesos de decodificación e inferencia y asignar un

significado o representación semántica a las señales, la memoria a corto plazo (MCP) utiliza

estrategias para cumplir su objetivo en el menor tiempo posible, con el menor esfuerzo

y el resultado más eficaz.

Interactúan en el proceso estrategias de tipo cognitivo gramatical que son

inconscientes y estrategias cognitivo-pragmáticas que son intencionales, conscientes, y

completan la información para comprender los pensamientos que el escritor tenía intención

de comunicar y el lector de conocer.

3.2. La memoria a largo plazo (MLP) no tiene límites estrechos. Es un procesador en el

que se distinguen tres estadios que almacenan información de diferente manera: una parte

semántica o conceptual, una parte procedimental y una parte episódica.

Page 10: leo pero no comprendo

En la memoria semántica o conceptual archivamos en esquemas jerárquicos nuestra

representación o conocimiento del mundo, elaborado a partir de distintos tipos de

información. En la memoria episódica archivamos la información de situaciones concretas

vividas o conocidas a través de otros medios (conversaciones, televisión, cine, lecturas,

etcétera), organizadas en esquemas situacionales, guiones o escenarios con precisión de

espacio, tiempo y personajes, asociados a planes, objetivos, valores y finalmente a un

sistema de creencias4. Esta organización nos permite asignar una intención comunicativa al

texto o discurso.

En la memoria episódica guardamos esquemas situacionales más generales,

estandarizados, como “ir a comer a un restaurant”, “ir a una fiesta de cumpleaños” y otros

más particulares correspondientes a experiencias concretas como “el 6 de agosto fui a la

fiesta de cumpleaños de María en Luján y estaban Juan, Pedro ... comimos torta, etcétera”.

Estos esquemas, por lo tanto, son generales y particulares, sociales y personales y archivan

información tanto semántica como pragmática.

Y finalmente la memoria procedimental, archivamos los esquemas de acción

aprendidos y mecanizados, de manera que no tengamos que volver a pensar cómo se anda

en bicicleta, o se escribe a máquina, o se sube la escalera, cada vez que necesitamos hacerlo.

Estos esquemas de acción son representaciones cognitivas globales que nos instruyen sobre

cómo conseguir un resultado.

Tal como se desprende de lo expuesto, en la memoria no sólo guardamos

conocimientos sino también información caliente: sentimientos, creencias, deseos, objetivos,

metas, miedos, preferencias, que tiñen y organizan tanto la memoria conceptual como la

episódica e influyen en el procesamiento estratégico del procesador central.

4) El sistema de control

Es el encargado de dirigir y gerenciar la acción de todo este complejo proceso

estratégico de manera eficaz e interactiva. Para que el procesador central pueda realizar su

tarea, cumple las siguientes funciones:

- conecta la información pertinente de tipo lingüístico textual que envía el procesador

lingüístico con la información contextual relevante, con los esquemas de conocimiento

general del mundo y guiones, planes o metas y conceptos de la memoria a largo plazo;

- controla la reducción de la información en la MCP; 4 Shank, R. y Abelson, R. Guiones, metas y entendimientos, Buenos Aires, Paidós, 1987.

Page 11: leo pero no comprendo

- dirige el proceso inferencial a fin de reconstruir el sentido del texto y las intenciones

comunicativas: no sólo lo que el escritor puso en el texto, sus intenciones informativas y el

contexto, sino también el sentido que es más relevante para el interés, objetivos, o

conocimiento del mundo del lector;

- controla que la representación del texto incluya el texto base y el modelo de situación

(estos constructos son explicados más adelante).

3. ¿Qué son las estrategias discursivas?

Una vez esbozado de manera general el subsistema cognitivo que actúa en la

comprensión de textos, presentaremos sintéticamente el proceso que se implementa en

dicho subsistema: las estrategias cognitivas que aplica el lector para decodificar e inferir

información y como consecuencia, comprender el texto5.

Las estrategias son procesos flexibles y orientados a una meta, que operan

en varios niveles al mismo tiempo y que interactúan entre sí en distintos momentos

del procesamiento.

La noción de estrategia, por lo tanto, se asocia con el logro de un objetivo en forma

rápida, eficiente y con mínimo esfuerzo. Es una representación cognitiva global de los

medios para alcanzar la meta6. Las estrategias discursivas, por lo tanto, son atajos o formas

eficientes de procesar un discurso que, por el uso frecuente, han sido esquematizadas y

almacenadas en nuestra memoria procedimental como la mejor manera de leer (escuchar,

hablar, escribir). Son parte de nuestro conocimiento. Representan el conocimiento

procedimental y actitudinal que tenemos acerca de cómo entender textos o discursos. Estos

caminos estratégicos necesitan ser aprendidos y ejercitados antes de mecanizarse. Algunas

estrategias se adquieren a edad temprana (las de comprensión de palabras y oraciones, las

narrativas) pero otras, por ejemplo las superestructurales referidas a la comprensión de un

texto expositivo científico, requieren un entrenamiento especial.

5 A lo largo de los capítulos del libro desarrollaremos este tema con más detalles, caracterizando cada tipo de estrategia. 6 van Dijk y Kintsch, 1983, op. cit. p. 65.

Page 12: leo pero no comprendo

Estas estrategias discursivas son acciones humanas realizadas en una situación de

comunicación y orientadas por un propósito consciente y controlado: leer para

entretenerme, para conocer la posición de un autor sobre un tema, para enriquecer mis

esquemas con conocimientos, etcétera; pero son necesariamente conscientes en sí mismas.

Son interactivas o bidireccionales y por eso permiten:

• combinar procedimientos;

• procesar información de arriba a abajo y de abajo a arriba;

• inferir conclusiones a partir de premisas, hipótesis o predicciones.

4. Texto Base y Modelo de Situación

Con las estrategias discursivas, el propósito que persigue el lector al leer y

comprender un texto es asignarle un significado comunicacionalmente relevante para

poder guardarlo en la memoria. De esa manera, la representación de los pensamientos del

autor puede representarse en la mente del lector. Por lo tanto, cuando leemos, al igual que

cuando escuchamos una conversación, necesitamos saber:

- qué y cómo fue dicho;

- quién lo dijo y por qué, cuándo, dónde y de qué manera fue dicho y acerca de qué trata lo enunciado,

escuchado o leído en el texto oral y escrito.

A partir del texto original (T), el lector debe dar un formato a la información que se

llama representación mental T’ sin el cual no puede ser almacenado en la memoria. Por eso las

estrategias de procesamiento discursivo tienen un doble objetivo:

construir el texto base

construir el modelo de situación

[Figura: texto original (T) y representación mental de T en la memoria del lector T’)

]

Page 13: leo pero no comprendo

Con el texto base, el lector responde a las preguntas qué y cómo fue dicho y con el

modelo de situación responde a las restantes preguntas.

Sólo cuando el sistema de control confirma que estos objetivos se han cumplido

podemos hablar de comprensión del texto, porque sólo la información con esa forma puede ser

interpretada, almacenada y recuperada por nuestro sistema cognitivo. Si bien a los fines del

análisis se separan ambos constructos, el texto base y el modelo de situación, interactúan

permanentemente y no pueden construirse de manera aislada.

Veremos a continuación qué rol juega una representación del texto base diferente del

modelo de situación en la comprensión.

4.1. Estrategias para la construcción del texto base

Según dijimos, los lectores, a fin de construir el significado de un texto elaboran

gradualmente una representación fonológica, sintáctica, semántica y pragmática de ese

texto. Es el texto base que almacenan, con sus rasgos relevantes, en la memoria episódica.

Esta representación textual es multinivel, es decir, contiene información sobre todos los

niveles de estructuración del texto original que se ha leído.

Algunos investigadores han clasificado cada uno de estos niveles jerárquicos de la

estructura del texto de la siguiente manera: nivel léxico (de la palabra), proposicional (de las

oraciones), microestructural (de la relación o coherencia local entre oraciones vecinas),

macroestructural (de la relación o coherencia global en cada párrafo y en el texto completo) y

superestructural (de la relación esquemática global entre las partes o secciones en que se

organiza el texto, por ejemplo: introducción, desarrollo y conclusión). El lector, entonces,

necesita usar estrategias que le permitan elaborar cada uno de estos niveles de estructura del

texto.

superestructura

superestructura

Page 14: leo pero no comprendo

macroestructura

microestructura

estructura proposicional

estructura léxica

T (texto original)

estrategias

macroestructura microestructura

estructura proposicional estructura

léxica

texto base de T’

El lector parte de elementos lingüísticos que funcionan pistas o instrucciones

textuales que le indican qué y cómo procesar. A partir de esas pistas hace inferencias para

completar esas pistas explícitas con información implícita que él debe aportar (ver capítulo

2 sobre inferencias). Sólo incorpora en el texto base aquellas inferencias necesarias para

establecer la coherencia o sentido, a nivel local y global. Así por ejemplo, si una persona

escribe: “Tengo calor. Me voy playa” debo entender que el escritor puso el primer enunciado

como causa del segundo. Cuando descubro la relación causal, puedo asignar sentido o

coherencia local a este fragmento del texto y construir el nivel microestructural del texto

base.

Pero para poder descubrir la relación causal, necesito reponer una premisa que

infiero: Cuando hace calor la gente disfruta mojándose. Esta “oración o proposición” está

implícita, está en nuestro conocimiento del mundo y en la situación contextual. El escritor

sabe que el lector la va a reponer, y por eso no la escribe. Una vez que relaciono la

sensación de calor de una persona con su intención de ir a la playa, puedo representar el

sentido de esas dos proposiciones y, como ya dijimos, estructurar el nivel micro estructural

en el texto base.

Otras inferencias, como las consecuencias que saca el lector acerca de la situación

de comunicación del texto y el fragmento de representación del mundo denotado por el

texto, junto con premisas inferidas, se representan en el modelo de situación, según veremos

más adelante.

Por lo tanto, una de las funciones del texto base es incluir la representación de la

estructura superficial relevante, que es un componente necesario para el proceso de

comprensión. Por estructura superficial entendemos fenómenos lingüísticos como el

hecho de que el segundo enunciado siga al primero; que no está (o está) el conector

“porque” para representar la relación causal; que el pronombre “yo” no esté explícito y que

sea el sujeto de los dos enunciados, etcétera. De estos fenómenos, sólo almacenará los que

son relevantes para la comunicación.

Page 15: leo pero no comprendo

Esto quiere decir que los textos no sólo expresan significados o se refieren a

hechos, elementos y relaciones en el mundo, sino que han sido construidos

lingüísticamente con una forma específica. El escritor ha elegido las palabras y la manera de

estructurarlas y ordenarlas en oraciones para que correspondan a una determinada

representación semántica o proposicional que el lector debe construir.

El lector, por lo tanto, debe usar estrategias léxicas, estrategias

proposicionales, estrategias microestructurales, estrategias macroestructurales,

estrategias superestructurales para construir la representación multinivel T’ que

archivará como texto base. Cada una de estas estrategias será desarrollada en los diferentes

capítulos del presente libro. A modo de representación sintética y provisoria, podríamos

adelantar que:

• las estrategias léxicas permiten al lector identificar y representar el significado de

cada palabra;

• las estrategias proposicionales sirven para asignar una función a cada palabra y

descubrir sus relaciones en una oración.

Como ya dijimos es necesario que esta información esté almacenada en la memoria

para que puedan realizarse operaciones gramaticales que van más allá del límite de

la oración y requieren información relevante de la estructura de superficie de

oraciones previas.

• las estrategias microestructurales son usadas por el lector para relacionar el

significado de cada oración (proposición) con la anterior y posterior.

Estas relaciones entre proposiciones permiten establecer la coherencia local,

es decir, conectar referentes idénticos, establecer relaciones de tiempo, espacio,

causales o condicionales, etcétera. Por ejemplo:

a) Pedro está enfermo. Faltó a clase toda la semana pasada. No pudo asistir tampoco a las clases

de gimnasia que tanto le gustan.

En el texto a el lector debe saber que en la primera oración se habla de

Pedro y en la segunda se sigue hablando del mismo individuo Pedro (referentes

idénticos); que la primera oración es causa de la segunda y tercera (relaciones causa-

consecuencia), que las clases de gimnasia tienen la misma indicación de tiempo, la

semana pasada, que la oración anterior (relaciones temporales), etcétera.

Page 16: leo pero no comprendo

Razones de estilo u operaciones retóricas permiten una interpretación más

rica, llaman nuestra atención sobre ciertos hechos de determinada manera, hacen

más o menos manifiestas las intenciones del autor y su evaluación de los hechos.

Así, el hecho de que Pedro aparezca en primer lugar es una señal de que ese es el

tema del que quiere hablar el autor. Estas y otras son señales comunicativas que

brindan información que el lector debe mantener en su recuerdo. Esta información

puede ser cognitiva, pragmática, estilística, retórica, interaccional, etcétera.

• las estrategias macroestructurales reducen o resumen información y permiten

distinguir la idea principal o macroest:. semántica y el acto de habla global o

macroestructura pragmática, se explicará en capítulos posteriores. Dado que la

comprensión inv conocer el sentido de todo el texto, para poder almacenado

memoria, tal como explicamos al hablar del sistema cognitivo, 01 debe realizar

procesos conceptuales globales basados en represent proposicionales y descubrir

qué es información importante y rel para guardarla y qué no es relevante y puede

omitirse en este niv,

Si retornamos el ejemplo a podríamos expresar lamacroes semántica de ese texto de la

siguiente manera: Pedro no actividades porque está enfermo.

Si a fuera la respuesta a la pregunta b de Juan:

b)¿ Por qué no vino Pedro a mi cumpleaños? podríamos resumir la macroestructura

pragmática diciendo que a disculpa o justificación de la inasistencia de Pedro ante Juan.

• las estrategias superestructurales son usadas por el lector para reconocer la

organización global del texto, descubriendo categorías textuales y reglas de combinación.

Aplicándolas puede reconocer los distintos tipos de superestructuras que organizan los

diferentes tipos de textos. El autor presenta la información combinando categorías en un

cierto orden: introducción - desarrollo - conclusión en un texto expositivo; encabezamiento – cuerpo -

despedida en una carta, y si el lector lo sabe, aprovechará estratégicamente este conocimiento

para procesar con más eficacia el texto. Estos esquemas organizativos de la información o

superestructuras, por otra parte, se relacionan con las macroestructuras y son independientes

de los hechos denotados. Por ejemplo:

c) Saludos a tu mamá y cariños a los chicos

d) Espero su pronta respuesta y me despido de Ud. atte.

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Los enunciados c y d pertenecen a la categoría despedida en una carta, más allá del

significado semántico y se relacionan con una ordenación global de información

macrosemántica y macropragmática. Todas estas estrategias de estructuración en los

distintos niveles nos permiten reconocer como distintos enunciados como los que

citábamos al comienzo del capítulo: ¿Leíste el caso del farmacéutico que fue asaltado trece veces? o

¿Leíste sobre los robos reiterados en una farmacia de Guaymallén? o ¿Leíste que a Juan Gómez, el

farmacéutico que fue robado la semana pasada, le volvieron a robar ayer? Es decir que, a pesar de que

los hechos denotados son los mismos, la construcción del texto base permite conservar el

punto de vista o perspectiva de descripción de cada texto concreto. Es, por lo tanto, un

estadio necesario para construir el modelo de situación y debe tener una existencia diferente

de él.

De acuerdo con lo expuesto, consideraremos como estrategias para construir el

texto base las siguientes:

estrategias superestructurales

estrategias macroestructurales

estrategias microestructurales

estrategias proposicionales

estrategias léxicas

Estas estrategias permiten responder a la pregunta ¿qué dice el texto?

Tal como afirman van Dijk y Kintsch: “... la representación del texto base es como el

“contenido semántica” del acto comunicativo del que el modelo de situación es base referencial”. (1983, p.

338)

4.2. Estrategias para la construcción del modelo de situación

El modelo de situación, también llamado “referente del discurso, mundo posible, hecho,

modelo mental”7 lo construye el lector al ir imaginando, creando una imagen mental de un

mundo posible en el que ocurren las cosas que se dicen en el texto. Es como ir haciéndose la

película mentalmente mientras se lee una novela. Este modelo, por lo tanto, organiza y

funcionaliza la información a partir de la intención comunicativa e informativa que

7 van Dijk y Kintsch, 1983, op.cit. ; Johnson Laird, The mental representation of the meaning of words, 1987.

Page 18: leo pero no comprendo

descubre en el contexto. Este contexto permite hacer las inferencias necesarias y reponer la

información está explícita en el texto, según ya dijimos.

En el modelo de situación, el lector forma e incluye tres modelos contextuales:

• un esquema situacional o modelo de la interacción comunicativa en sí y las intenciones

comunicativas de los interlocutores (quién lee, para qué, dónde, cuándo, qué texto,

cómo se siente al leer, qué actitud tiene frente a lo que lee, sobre qué tema, quién lo

escribe, para qué);

• un modelo enciclopédico que responde a la pregunta acerca de qué es el texto, qué fragmento de

representaciones del mundo denota, cómo se relacionan en el mundo real los

referentes extralinguísticos de los hechos que se mencionan en el texto;

• un modelo discursivo que responde a la pregunta cómo es el texto desde un punto de vista

retórico, qué intención persigue, a qué género pertenece, qué registro usa, qué

recursos estilísticos, cómo se relaciona con otros textos que he leído

Por ejemplo, si estamos leyendo el cuento de la Caperucita Roja, por un lado

debemos formar un modelo de la situación comunicativa: leo el cuento para entretenerme, en la

noche, en mi dormitorio ... Pero también tengo que ir imaginando el modelo enciclopédico, la

situación acerca de la cual es el cuento: imaginar el bosque, la encrucijada, los caminos que

llevan a la casa de la abuelita... de esa manera comprenderé que si el astuto lobo tomó por

el camino de la derecha que es más corto, llegará primero. También deberé construir el

modelo discursivo retórico: es un cuento de niños, escrito con palabras que comprende un chico

de 6 años, usa muchos diminutivos, frases cortas y de estructura muy sencilla, dice cosas

que son obvias para un adulto, empieza como otros cuentos de niños que he leído Había

una vez..., deja una enseñanza.

¿Qué rol juega entonces el modelo de situación? Si no podemos imaginar la

situación en que ciertos individuos tienen ciertas propiedades o relaciones indicadas en el

texto, no podremos comprenderlos. Si no entendemos las relaciones entre hechos locales y

globales a los que el texto se refiere, tampoco comprenderlos. Para lograrlo debemos

relacionar el discurso con nuestro conocimiento del mundo, con experiencias personales,

objetos, lugares, momentos vividos o conocidos por otros medios. También relacionar el

texto con guiones, planes y metas que estandarizan esas experiencias y son compartidas por

los miembros de la comunidad. De esta manera se forman entornos cognitivos mutuos (ver

capítulo de inferencia) en la situación de lectura.

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En el modelo de situación interactúa también la información referida a los sistemas

de creencias, deseos, actitudes, valores y conceptualizaciones descontextualizadas que

pueden ser modificadas o confirmadas. Sobre esta base se forma el nuevo modelo de

situación que corresponde al texto y permite su comprensión.

El modelo de situación, por lo tanto, hace de puente para la representación del

texto en la memoria, ya que podemos archivarlo en la memoria episódica como una

situación concreta experimentada anoche en nuestro acto de lectura del cuento de la

Caperucita; como una situación conocida a través del relato: una niña fue mandada por su

madre a la casa de la abuelita y por desobediente corrió un grave peligro; y como uno de los

cuentos para niños que fácilmente comprenden y disfrutan los chicos de menos de 6 años.

En algunos textos el modelo de situación comunicativa incluye dos o más modelos de

situación discursiva, con distintos niveles de inclusión. Por ejemplo en El nombre de la rosa,

Umberto Eco narra que Adso cuenta, ya viejo, que cuando él era joven ...., allí se

superponen modelos de situación: el mío como lector, el de Eco como escritor, el de Adso

que cuenta y el de Adso en el convento.

Por otra parte, el modelo de situación permite incorporar experiencias previas e

incluso textos base previos sobre el mismo tema (intertextualidad), es decir, lo que yo ya sé

porque lo he leído.

En síntesis, este modelo de situación o modelo contextual8 permite que se aísle la

información del texto base y no se confunda lo que dice el texto con nuestra elaboración de

lo que dice el texto.

Teniendo en cuenta a qué elemento del esquema contextual (o sus modelos

incluidos) corresponde la información inferencial procesada, podemos clasificar las

estrategias para formar el modelo de situación de la siguiente manera:

- estrategias intencionales de autor

- estrategias intencionales de lector

- estrategias espaciales

- estrategias temporales

- estrategias de causa-efecto, condicionales, consecutivas (extrapolativas)

- estrategias enciclopédicas o referenciales

- estrategias modales o retóricas

- estrategias evaluativas

8 van Dijk, T. Contextual models. En Horowitz, R. and Samuels,S, Comprehending oral and written Language. Academic Press, inc, 1987.

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5. ¿Cómo evaluamos el proceso de comprensión textual?

5.1. Un modelo de evaluación de la lectura

Una vez esbozada la complejidad del fenómeno de la comprensión de discursos

escritos, la pregunta es cómo evaluamos el proceso. Si uno (o varios) de nuestros alumnos

leen pero no comprenden, cómo sabemos qué es lo que no hacen bien, qué estrategias

verbales de lectura no tiene un grado de desarrollo suficiente.

De acuerdo con el modelo de comprensión de tipo cognitivo, interactivo y

estratégico que acabamos de presentar, decidimos formular un modelo hipotético de

evaluación de la lectura considerando como criterio básico el proceso cognitivo que el lector

debe realizar y como parámetros9 la clase de estrategia que debe implementar.

La naturaleza específica de la representación textual justifica que clasifiquemos las

estrategias en las dos clases presentadas: estrategias para formar el texto base y

estrategias para forma el modelo de situación.

Con esta división no estamos sugiriendo que las estrategias actúen de modo

independiente, según hemos expuesto antes. Nuestra propuesta se refiere a la aplicación de

este modelo a la educación y permite planificar acciones para optimizar el proceso de

comprensión lectora de manera selectiva.

Según dijimos, en todo este complejo fenómeno de comprender las estrategias

interactúan de manera simultánea e interactiva. Sin embargo, diferenciar las distintas

estrategias que deben implementarse permitirá descubrir qué es lo que no hacen bien los

alumnos, en qué nivel de procesamiento no aplican las estrategias adecuadas. Este enfoque

analítico ayudará a desarrollar esas estrategias en las que su desenvolvimiento es deficitario.

Por otra parte, dado que nos pareció importante saber si el lector realiza las

inferencias a partir de información explícita o implícita en el texto, clasificamos el tipo de

mecanismo inferencial en explicaturas e implicaturas. Las primeras son aquellas

inferencias que hace el lector apoyado por señales lingüísticas que están explícitas y las

segundas las que infiere por información implícita10.

9 Llamamos criterio básico al punto de vista desde el cual evaluamos, que en este caso es el enfoque cognitivo¸ con el término parámetros, hacemos referencia a los elementos que nos permiten discriminar y medir, como pasos previos a la tarea de evaluar el grado de comprensión lectora. 10 Estos dos mecanismos inferenciales serán explicados detalladamente en el próximo capítulo.

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5.2. Propuesta de un instrumento de evaluación

Dado que la evaluación de la comprensión lectora consiste en “... interpretar la

actuación de un individuo en una prueba basada en un texto y en un contexto determinados” (Johnston,

1989), decidimos diseñar un instrumento de evaluación diagnóstica tomando como base los

criterios y parámetros mencionados, que nos permita detectar de manera válida, confiable y

selectiva el grado de desarrollo lector alcanzado por los alumnos en el uso de las distintas

estrategias.

El instrumento de evaluación parte de un sistema de doble clasificación de las

preguntas de una prueba para obtener información diferenciada con respecto al proceso

que realiza el lector.

En la prueba, se pide al lector que lea el texto estímulo y haga un resumen de lo

leído, lo que le exige formar el texto base y el modelo de situación.

Mediante actividades o tareas de lectura comprensiva con variables controladas se

logra que el lector realice nuevamente subprocesos parciales que exigen la implementación

de una estrategia para formar el texto base, una estrategia para formar el modelo de

situación y un tipo de mecanismo inferencial. Tomemos como ejemplo el texto e:

e) El 25 de mayo Luis fue a comer un asado. Al día siguiente salió de viaje.

Si una pregunta de la prueba dice: ¿qué hizo Luis el 26 de mayo? Para responder el

alumno debe utilizar una estrategia microestructural (texto base) para relacionar las dos

oraciones, una estrategia temporal (modelo de situación) para entender el cuándo y debe

aplicar un mecanismo inferencial de tipo explicatura para asignar el referente ’26 de mayo’ a

la expresión ‘al día siguiente’.

De esta manera se simula la tarea realizada normalmente por el sistema de control

que actúa durante todo el proceso de lectura. Por supuesto existe una gran diferencia entre

esta reconstrucción del monitoreo a través de la re-lectura y tareas a realizar, y la realidad

del primer procesamiento, pero cumple su objetivo a los efectos de la evaluación.

Los datos obtenidos en la prueba e interpretados aplicando el instrumento de

evaluación admiten un análisis del comportamiento verbal individual y grupal y hacen

posible diagnosticar el nivel de desarrollo de los alumnos en relación con el grupo,

estratificando en lectores expertos, medios e inexpertos.

Page 22: leo pero no comprendo

Por otra parte, el instrumento resulta de fácil aplicación en el aula. Para establecer

rangos de dificultad11, se deben considerar variables pertinentes como lecturabilidad del

texto y de la consigna, tipo de lector según la edad, nivel educacional y etapa en la

adquisición de la lectoescritura. El instrumento, por lo tanto, debe ser adaptado a los

lectores principiantes, intermedios o experimentados en la adquisición de las estrategias

lectoras.

La grilla de doble entrada del instrumento de evaluación aparece en la Figura 2. En

ella hemos marcado la pregunta del ejemplo antes citado (pregunta 7) para que se

comprenda la dinámica de llenado.

Figura 2 Grilla de evaluación del proceso de comprensión lectora

Estrategia Mecanismo

intencio-

nal

espacial temporal extrapo-

lativa

temática modal evaluati-

va

explica-

tura

implica-

tura.

Superes-

tructural

Macroes-

tructural

Microes-

Tructural

7 7

Proposi-

Cional

Léxica

¿Cómo sabemos que la propuesta sirve?

A fin de probar la validez de esta propuesta de evaluación construimos una

prueba acorde con el instrumento de evaluación propuesto y la aplicamos a

una muestra de 300 alumnos de primer año del nivel secundario,

pertenecientes a cursos de más de 20 alumnos, de 10 escuelas del Gran

Mendoza seleccionadas en forma aleatoria entre las que obtuvieron un

puntaje medio en la medición provincial de la calidad educativa (censo del

SIPECE [Sistema Provincial de Evaluación de Calidad de la Educación,

11 Llamamos rangos de dificultad a los grados con los que medimos si un texto es más o menos difícil para un tipo de lector determinado. Para hacer esta medición existen varios procedimientos que se llaman fórmulas de lecturabilidad o comprensibilidad o legibilidad.

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organismo del gobierno de Mendoza] 1993, entre 61% y 46%; 53% de

media). La composición de la muestra fue la siguiente: 120 varones y 180

mujeres; 275 alumnos de entre 13 y 14 años de edad y 25 de entre 15 y 16

años. De acuerdo con el nivel sociocultural: 40 alumnos de nivel A alto, 122

de nivel B, 120 de nivel C y 18 de nivel D bajo.

Los resultados cuantitativos fueron procesados con método estadístico

(Informe Ciunc [Consejo de Investigación de la Universidad Nacional de

Cuyo], 95, inédito) y se estableció una categorización de tres niveles de

lectores: lector experto con puntaje superior a 74%; lector medio con puntaje

superior a 49% y lector inexperto con puntaje inferior a 49%. Tomando como

base esta categorización y la clasificación de las preguntas por estrategia y

mecanismo, se pudo determinar el perfil tipo de cada nivel de lector y hacer

un diagnóstico analítico de la muestra de alumnos.

6. ¿Cómo optimizamos el desarrollo de estrategias de comprensión

textual?

Una vez obtenida la información diagnóstica diferenciada, que nos ha permitido

saber qué estrategias no están suficientemente desarrolladas en cada alumno, en cada nivel

de lector y en cada grupo o curso, es importante preguntarse ¿cómo ayudarlos?

Nuestra propuesta es un programa de desarrollo de estrategias de comprensión

textual, que presentamos en los siguientes capítulos.

Cada capítulo enfoca el proceso desde un nivel de procesamiento: superestructural,

macroestructural, microestructural, proposicional y léxico, y ejemplifica abundantemente de

qué manera se deben cruzar las variables del texto base con las del modelo de situación.

Los capítulos tienen cierta autonomía y pueden leerse por separado porque cada

uno abarca la ejercitación y el planteo teórico para cada clase de estrategia y de mecanismo

inferencial.

Todas las propuestas parten de un mismo marco teórico, modelo de evaluación e

instrumento de aplicación y dan prioridad a la metodología metacognitiva12. La efectividad

12 La metodología metacognitiva optimiza la capacidad de comprensión lectora, desarrollando estrategias para hacer autoanálisis, es decir, reflexionar sobre los procesos cognitivos que estamos realizando durante el acto de lectura.

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y validez de la ejercitación sugerida en el libro fue comprobada en una investigación

conjunta y experiencia piloto13.

A fin de comprobar la efectividad del programa de desarrollo de estrategias, se

tomó un pretest y un postest y los datos fueron analizados comparativamente y mostraron

un nivel de optimización aceptable de acuerdo con las pautas de trabajo.

Durante todo el año 1996 los profesores de esa escuela y el gabinete

psicopedagógico trabajaron en la optimización a partir de los datos del diagnóstico y

confirmaron la utilidad de este enfoque analítico que permite un seguimiento individual y

selectivo de cada alumno.

13 Para la realización de la experiencia piloto se·seleccionó una muestra de 165 alumnos, de ambos sexos, de 12 a 14 años de edad, ingresantes a primer año de enseñanza secundaria de la escuela Martínez Leanez de Maipú, Mendoza, con puntaje medio de 66.685 según el censo del SIPECE 1993 y se dividió la muestra en forma aleatoria en cinco grupos experimentales y un grupo de control de aproximadamente 27 alumnos cada uno. Se trabajó en el mes de febrero de 1996, en tres jornadas de cuatro horas cátedra y cada curso estuvo a cargo de un equipo de investigadores.