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c 0 o 6 .E 0 E o E L 0 erego$ls hlbllq y teolog NOBBEBT LOIIT'INI'

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.E0EoEL0

erego$ls hlbllqay teologla,

NOBBEBT LOIIT'INI'

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EXEGESIS BIBLICA Y TEOLOGIALa exigesis biblica en evoluci6n

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VERDAD E IMAGEN

15

IIIiIIiII

EXEGESIS giNLICA

Y TEolocfnLa ex6gesis biblica en evoluci6n

NORBERT LOHFINK

EDICIONES SIGUEME

Apartado 332,SALAMANCA

1969

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Trsduio Jor6 L. Sicre, sj. sobre el original alemln Bibelaaslegung in

llandel, pablicado cn 1967 por ]osef Knecht de Frankfurt/M' - Censor:

Gcraln M6rtil; Imfttrnose: Mauro Rubio, obispo de Salamanca, 3r demayo de 1969

1. Biblia y ciencia biblica despu6s del concilio 13

2. Comienzo y progreso del conocimiento en la teologia 3l

3. Sobre el mdtodo hist6rico-critico '' 53

4. Los primeros capitulos de la Biblia ilescle la interven-

ci6n ile las ciencias naturales 79

5. La religi6n de los patriarcas y las consecuencias para

una teo=logia cle las religiones no cristianas ' 109

CO NTEN I DO

Pr6loSo

6. Los diez mandamientos sin el monte Sinal

g. Problemas metodol6gicos para un tratad.o cristiano so-

bre los juclios

7. Escatologia en el Antiguo Testamento 161

8. Interpretaci6n hist6rica e interpretaci6n cristiana del

Antiguo Testamento . 189

. 131

217

@ t. Knecht Verlng 1967

@ Ediciones Sigueme t969

N. rEdici6n: ES. eqS

Er proplc<lad Printed in SPain

Drp6rlto Lcgal B. 25987'1969 'Imp. Alr6s, S.L', Caballero 87, Barcelona

Page 5: Lohfink, Norbert - Exegesis y Teología.pdf

II

tl

PROIOGO

La naoegaci6n maritima, ad:rea o espacial necesita

orientarse y situarse continuamente. Para ello dis'pone de un instrumental muy desarrollado. Tambiin

Iateologia, cada oez mds diferenciada y en acelerada

evoluci1n, debe contro'lar su curso. De Io contrario

no sabriabacia d6nde marcba. Pero, tQud instrumen-

tos tiene para orimtarse?Las interuenciones oficiales del magisterio ecle-

sidstico -anatemas, probibiciones de ensefiar, im-

primir o leer - no pueden ser, por su misma natura'

leza, und briiula siempre funcionando. Se parecen

vnds bien al paracaidas Que puede saloar al piloto

cuando su aparato estd a punto de estrellarse. Pero

eI paracaidas s6lo se usa en casos de emergencia.

No siroe Para orientarse.El instrumento normal de control Que posee Ia

teologia es la d.iscusi6n cientifica piblica. En una

ciencia dindmica es el medio mds seluro de auto-

control. Presupone Ia libertad de las afirmaciones

cientificas.Existen tambidn otros medios de orientaci'6n.

Ante todo, ttay Que citar dos, la reflexi6n de todo

Page 6: Lohfink, Norbert - Exegesis y Teología.pdf

PR6LOGO

cientifico sobre los rndtodos Que utiliza y la comuni'

cacion dc lodo cientifico con un amplio prtblico' En

los capitulos siguientes utilizaremos estas dos tdc-

nicas de orientaci6n.Quizds se extrafie alguno de Que considetemos

la comunicacion del cientifico con un amplio piblico

como una ticnica de orimtaci6n' De becbo, no todas

las ciencias emplean esta tdcnica. En mucbas seria

perniciosa. Pero pertenece a la teoloqia' PorQue la

teologia es ciertamente interpretaci6n de Ia Biblia

Pero, al mismo tiempo, interpretaci6n de la fe de la

lglesia, es decir la de todos los fieles' Su misi6n es

ieflexionar de tal forma en Ia fe de ayer y de boy

Que encuentre un lenguaie para la fe de maiiana'

Y de nueuo ' para la fe de la Iglesia, la de todos los

fieles. Tener conferencias ante los Que no son te6lo-

gos, hablarles del trabaio de la teologia en un len-'guaie

comprensible, deiar Que ellos planteen proble'

mas y preguntas relacionadas con lo Que estd en

boga dentro de la actiuidad cientifica, todo esto no

es s61o "oulqarizaci6u". Al tnenos puede conoertirse

en un fragmento del impulso teoloqico, si es uerdad

Que el autocontrol y Ia autocorrecci1n se realizan en

el encuentro conla lqlesia concrett, cuya fe hay Que

interpretar y plantearse de nuevo'

Esto es, al rnenos, lo Que pienso, y por eso be

acaltlado frecuentemente la inuitaci|n a dar confe-

rencias. Asi entiendo tambi1n esta publicaci6n de

mis conferencias de bs rtftimos afios en forma de

pn6r-oco 1l

libro. Seria contra mi intencion considerarlo como

una enseftanza apodictica, dirigida alos conseroado-

tes, o cotno el programa conscientemente oanguar-

dista de LtnA <nueou> teoloqia tal como ba dicbo un

recensor de uno de rnis libros anteriores (Siegeslied

am Schilfmeer). No nos pteocupala nooedad sino Ia

oerdad. Este libro debe leerse como un coniunto de

prequntas, de propuestas y autoexdmenes, expres6'

dos por una necesidad obietioa ante personas no es-

pecializadas en teologia. Al menos, esto es lo Que

pienso de d\.

En este libro casi siempre tiene la preeminencia

el problema metodol6qico. Trata, sob.re todo, de las

consecuencias de la implantacion del rndtodo bist6-

rico-critico en la ciencia biblica y en la teoloqia' Este

problema se me ha planteado con rnds f recuencia Que'ningin

otro. En realidad, nuncd be intentado pres-

cinldir de dl, pero siempre lte procurado no tratarlo

de forma abstracta, sino introducirlo en Ia narraciin

d.e la inoestigacion misma'

La exdgisis biblica cat\lica se lcalla en eooluci6rt'

Sin embargo, cuando se pronuncia esta palabra' como

en el subtitulo de este libro, estti uno obligado d Der

con claridad Qud es 1o Que cambia realmente y a ilu'

minar de f orma nueoa y mds poderosa lo Que perm6'

nece en todo cambio'

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Biblia y ciencia biblicadespu6sdel concilio

Page 8: Lohfink, Norbert - Exegesis y Teología.pdf

Conferencia tenida por Radio Hessen el 17 de junio de 1966.In€dita.

A I .o*i.nzo del concilio, efl otofro de 1962, tuvo

.n lugar en San Pedro una controversia' La pren-

sa le dio ei nombre de obatalla por la Biblia"' En una

dura votaci6n, una mayoria de padres conciliares re-

.tturO .t texto que haLia sido preparado en los tra-

bajos preconciliares por una comisi6n formada con

o"..i"iidud. Se tratiba de un proyecto sobre las

*fuentes de la revelaci6no. El papa Juan encarg6 un

i".r" t"*t"-robre el tema "Bibfia". Debia llevar el

titulo .<sobre la divina revelaci6n"' El papa Juan no

vivia ya cuando estuvo terminado. Los padres conci-

liares"podian tomar post-ura ante 6l mediante inter-

venciones escritas y-orales. Fue reelaborado una -y

"t.r t"". SOlo po.o antes del ffnal del concilio, en la

sesi6n priblica del 18 de noviembre de 7965, estuvo

t..*inudo. El texto deftnitivo fue votado como

oConstituci6n dogmdtica Dei Verbum>', -la <'consti-

tuci6n sobre la divina revelaci6n'>' Pocos documentos

Jel Concilio Vaticano II tuvieron una historia tan

larg-V movida. Pero el texto fue ganando poco a

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t6 BTBLTA Y crENcrA BiBLrcA

poco y ahora es, sin duda, uno de los resultados m6simportantes de todo el concilio. En este texto la lgle-sia dice, de forma nueva, lo que signiftca la Bibliapara ella.

tl contenido de la<Dei Terbum>

Un primer capitulo expone el dmbito en que semueve nuestra reflexi6n sobre la Biblia. Desarrollael concepto de revelacidn divina. En oposici6n alconcepto intelectual de revelaci6n del Concilio Va-ticano I, se indica que en el acontecimiento de larevelaci6n Dios se comunica a si mismo personalmen-te. Se acentfa de forma especial el cariicter hist6ricode la revelaci6n. Esta culmina en la venida de Jesfs deNazaret. La respuesta del hombre a la revelaci6n esla fe.

El capitulo segundo trata de la transmisi6n de ladivina revelaci6n en su camino hasta nosotros. Lomds importante es Ia duplicidad de Escritura y Tradi-ci6n. Pero la exposici6n comienza con lo que precedea Ia formaci6n del Nuevo Testamento. Los ap6stolesy Ia lglesia primitiva son los primeros transmisoresde la revelaci6n. En Ia Iglesia posterior su mensajecontinfia a trav€s de la Escritura y de la Tradici6n.Escritura y Tradici6n estiin intimamente rclaciona-das. La seguridad tltima sobre nuestra fe no Ia con-seguimos s6lo por la Escritura. Pero el concilio evitaen este momento dar una deftnici6n m6s exacta delas relaciones mutuas entre Escritura v Tradici6n.En cuanto sea posible, deben seguir existiendo las

EL CONTENIDO DE LA <(DEI VERBUM> T7

diversas opiniones teol6gicas que hay sobre este pro-blema y tampoco debe intemrmpirse el diiilogo conla teologia evangdlica sobre 61. Es importante la aftr-maci6n de que el Espiritu Santo sigue actuando en laIglesia, con lo que se hace cada vez mds profunda enlos fteles y en el magisterio eclesiiistico la compren-si6n de Ia tradicidn apost6lica.

De este modo, los dos primeros capitulos de laconstituci6n dejan claro el contexto en el que la sa-grada Escritura encuentra su posici6n ftrme. El ter-cero habla de la esencia de la Escritura v de su inter-pretaci6n. La Biblia es la palabra de Dios. Ha surgi-do del trabajo de un autor humano y, al mismo tiem-po, de la inspiraci6n divina. Nos instruye sin erroren todas las verdades que Dios le ha conftado paranuestra salvaci6n (obsdrvese la formulaci6n tan pru-dente de esta frase sobre la verdad de la Biblia). Estaformulaci6n implica que la Biblia ha sido escrita par-tiendo de una imagen cientiftca del mundo que ya nopodemos defender, o que contiene effores hist6ricos,en caso de que no se trate de verdades que han sidoconsignadas en la Biblia con vistas a nuestra salva-cidn. La Biblia es, pues, palabra de Dios y, al mismotiempo, palabra humana. De aqui se deducen las re-glas y principios para su interpretaci6n cientiftca.La Biblia debe ser considerada como autdntica litera-tura de su 6poca. Por eso deben ser utilizados los m6-todos generales de critica literaria, como por ejemploel mdtodo de los gdneros literarios. Hay que pregun-tarse de forma hist6rico-critica por las circunstan-cias del origen de cada libro. Hay que esforzarse porcomprender el pensamiento y el lenguaje de la 6poca.Al mismo tiempo, hay que considerar a toda la Bi-

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18 BIBLIA Y cIENcIA BiBLrcA

blia. compuesta de muciros libros, como una autdn-

;;;'t;id;i y .rforz"tt. por leerla a partir de la fe

alimentada por la tradici6n eclesidstica viva'

El capitulo cuarto de la constituci5n Dei Verbum

trata mds de cerca problemas concretos del Antiguo

i.rltrn.tto; el quinto, problemas particulares del

Nuevo Testamento' Aqui son especialmente imp-or-

il;. los apartado, ,obt" los wangelios' En ellos

;;ttte;;ai" Lrevemente la constituci6n lo que dijo

la Pontiftcia Comisi6n Biblica en forma m6s extensa

sobre su origen, en la instrucci6n sobre -la "verdad

hist6rica de-los evangelios". Describe brevemente

c6mo ,surgieron 6stos: no de una vez, sino en nume-

.ot"r f"t"i, partiendo de las vivencias de los discipu-

i;;;; ;" iiuto.on Jesris de Nazaret,.pasaq{o por la

li"Ji.ior otuf d" laiglesia primitiva, hasta llegar a la

redacci6n escrita de las numerosas tradiciones ora-

les sobre Jesfs en nuestros cuatro grandes.evangelios

ree'6n M"t"o, Marcos, Lucas y Juan' Se habla tam-

biEn de la historicidad de los evangelios/ que no

;;;" ;o"i"ndirse con la forma de describir la histo-

iia a la que estamos acostumbrados por la historio-

grafia moderna.

Con esto llegamos al capitulo sexto de la Dei

vrrbii. Lleva ei titulo: "La sagrada Escritura en la

vida de la lglesiao' Quiz6 es, de toda la. constituci6n'

el capitulo "*at

i*p-ottante v trascendental para el

futurb. Comienza iomparando la sagrada Escritura

con la sagrada eucaristia:

La lglesia ha venerado siempre las sagradas Escritu-

,o, aornoil cuerpo mismo de Cristo; pues, sefraladamente

." f" ,"gt"a" tilirgia, no deja nunca de tomar y distribuir

EL coNTENrDo DE LA <<DEr'vERBuM)> L9

a los ffeles el pan de vida, 1o mismo de la mesa de la pala'

bra de Dios que de la del cuerpo de Cristo'

De aqui se deduce una primera consecuencia:

Es menester que toda la predicaci6n eclesidstica, asi

como la religi6n cristiana miima, se nutra y riia por la

sagrada Escritura.

En este contexto se hace referencia a la fuerzaque nos transmite la Escritura. Quiz6 -se

hubiese de-bido decir esto en el capitulo tercero/ algo intelectual,en conexi6n con la doctrina sobre la esencia de la

sagrada Escritura. Porque cuando preguntamos qu6

r."rigu. realmente del hecho de la inspiraci6n para laes"nii" de la sagrada Escritura, s61o pensamos inte-lectualmente en la llamada ..inerrancia de la BiHia"'Pero es mucho mds importante lo que se indica en el

capitulo sexto. Esta pJlabra humana, por ser al mis-rno ti"rnpo palabra de Dios, lleva en si la fuena nece-saria paia viviftcar nuestra fe, esperanza;r caridad,siempfe que la leemos y encontramos a Dios en sulectura.

En el apartado siguiente del capitulo sexto de laDei Verbum, el texto estil totalmente orientado a

la priictica. Si la Biblia ha de influir en la vida de la

Islesia deben existir buenas traducciones. En la anti-g-ttedad, la Iglesia acept6 y cuid-6 las- versiones grie-

[a, latina y otr"t. Asi, pues, tambien hoy deben exis-ii. bu.n", traducciones en todas las lenguas y/ a serposible, a partir del texto original. Sin duda alguna,iobre todo en los paises de misi6n, los cristianosevangdlicos .'an muy por delante de nosotros en el

terreio de las traduiciones bibiicas. Pero es de espe-

rar que estas frases del concilio promuevan una nue-

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EL CONTENIDO DE LA <DEI VERBUM)>BIBLIA Y CIENCIA BiBLICA

va actividad traductora. Por lo demds, el concilio nooiensa agui en competencia sino en colaboraci6n' Veln el terreno de lai traducciones biblicas una posi-bilidad de acercamiento de las iglesias. El apartadosobre las traducciones biblicas se cierra con la frasesiguiente:

Estas versiones, si, dada la oportunidad y con apro-

bacidn de la lglesia, se llevaren a cabo en esfuerzo comrin

con los hermanos separados, podriin ser usadas por todos

los cristianos'

Vemos el interds del concilio por el trabaio ecu-

m6nico. En otros paises se ha comenzado a colaboraren las traducciones, esforziindose por conseguir un

texto de la Biblia comfn para todas las iglesias'

. Entre nosotros, en Alemania/ se oye hablar miis

bien de prohibiciones eclesidsticas, de negativas y

propuestis que provocan miedo y timidez. Quizdsnecesitemos un Poco de Paciencia.

El apartado siguiente habla de la ciencia biblicacat6lica; no us un ftn en si misma, sino que debe

orientarse a la utilizaci6n de la Biblia en la lglesia'Al ffnal del apartado se alienta a los cientiftcos' Estaspalabras s6lo son comprensibles en el trasfondo de

ios riltimos decenios, en los que los exegetas cat6licosfueron atacados continuamente y condenados al si-

lencio.Otro apartado habla de la importancia de la Bi-

blia para la ciencia teol6gica-. La frase central aftrma '

,rEl estudio de la Escritura debe constituir el alma de

la teologiarr. Con esto se proclama su validez para la

predicaci6n y la enseffanza religiosa.

Viene ahora un largo apartado sobre la lecturade la Escritura. Los cat6licos la leemos demasiadopoco. Aqui s6lo se dice expresamente que tanto lossacerdotes y profesores de religidn, como todos losffeles, deben leer la Escritura. Tambidn se mencionaexpresamente a los religiosos. Todos los fteles

...lldguense gustosamente al mismo texto sagrador ya porla sagracla liturgia, ya por la lectura espiritual, ya porinstrucciones aptas para ello, y por otros medios... que sedifunden ahora laudablemente por todas partes.

Se hace, pues, referencia a las obras y asociacio'nes biblicas, a la abundante literatura biblica quepuede ayudarnos a leer mejor la Biblia, a las emisio-nes biblicas, a los discos, etc. cPor qu6 todo esto?El concilio cita a san Jer6nimo:

El desconocimiento de la Escritura es desconocimien-to de Cristo.

Es decir:

La oraci6n debe acompafrar a la lectura de la sagradaEscritura para que se entable didlogo entre Dios y elbombre; porque a il hablamos cuando oramos, y a dloimos cuando leemos las palabras divinas'

La riltima frase cita unas palabras de san Am-brosio.

Siguen algunas indicaciones para los obispos.Estdn obligados a cuidar de las ediciones de la Biblia.Adem6s, deben hacerse ediciones con las notas e in-troducciones convenientes/ que puedan ser usadaspor los no cristianos. Asi la Biblia podrd convertirseen un camino de misi6n.

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22

No revoluci6n, sino oueltad la tradici6n

Resulta claro que aqui se da a la Biblia un papelen la vida de la Iglesia y de todo cristiano que notlene normalmente entre los cat6licos y {ue, sin duda,no ha tenido desde hace siglos. Nunca, al menos enlos frltimos siglos, habl6 la lglesia de la Biblia tan en-fdticamente en sus textos oftciales, ni nunca la habiasituado en un punto tan c6ntrico de la existenciacristiana.

Naturalmente, esto no sorprende demasiado alque ha vivido los riltimos decenios de la Iglesia. Ya acomienzos de siglo comenz6 en el dmbito cat6licouna evoluci6n en la actitud ante la BiHia. Desde en-tonces se puede hablar de un movimiento biblico ca-t6lico,lo mismo que hay que hablar de un movimien-to litfrgico. Ambos movimientos van de la mano.El crecimiento del movimiento biblico puede seguirsea trav6s de la fundaci6n de asociaciones y obras biblicas en los diversos paises. Comenz6 Italia en 1902,sigui6 Espafra en 7922; casi al mismo tiempo fundabaPius Parsch en Klosterneuburg, junto a Viena, su..apostolado litrirgico popularr', con una orientaci6nplenamente biblica. En los afros treinta surgieron mo-vimientos biblicos en Alemania - 5s f13f3 de la ..Ka-tholische Bibelwerk" de Stuttgart -, Suiza, EstadosUnidos, Argentina, Canad6, Inglaterra. Despuds dela guerra siguen Francia, B6lgica y Holanda; bastan-te m6s tarde, como se ve, pero con un gran impulsoque las sitria en la cumbre de todo el movimiento.Luego Brasil, Polonia, Portugal. Naturalmente, estosmovimientos biblicos estdn dirigidos al princiPio, y

VUELTA A LA TRADICION

todavia hoy, por una 6lite de seglares cat6licos, quefomentan la lectura de la Biblia y la meditaci6n sobreella en una medida desconocida para nosotros desdela Contrarreforma. Si se pregunta uno c6mo empez6el movimiento biblico, hay que conceder que los co-mienzos son bastante oscuros. Nadie los conoce afondo. Sin duda, el Espiritu Santo actuaba en todo.Y fue preparando 1o que rnds tarde aceptaria toda laIglesia por medio del concilio. En este contexto qui-zishabria que mencionar el nombre de santa Teresadel NiRo Jesfs, enormemente venerada en la primeramitad de nuestro siglo, y cuya existencia se aliment6originariamente del contacto directo con la palabrade la Escritura. Es posible que su devoci6n encon-trase obstiiculos y la influencia viniese por el movi-miento litfrgico. No lo sabemos. En todo caso, pode-mos decir que el concilio ha recogido lo que fue cre.ciendo carismiiticamente, desde abajo y desde el in-terior, en la Iglesia viva, y que hizo oftcial lo que yaatdia y vivia en muchos corazones.

Aqui podria objetarse escuetamente: ic6mo esposible que la lglesia, instituci6n secular, suscriba unmovimiento que s6lo cuenta con algunos decenios deedad? iNo deberfa atender con mds cuidado a suantigua tradici6n? Segrin 6sta, ino desempeffa laBiblia en la teologia y en la devoci6n personal unpapel puramente subordinado?

La investigacidn hist6rica muestra que esta obie-ci6n es falsa. Confunde posturas y actitudes defen-sivas condicionadas por la 6poca, transitorias, con laverdadera tradici6n que parte desde los comienzos dela lglesia. No cabe duda de que en los riltimos siglosse ha dado una actitud antirreformadora. Incluso sepuede pensar que el aleiamiento transitorio de la Bi-

EIBLIA Y CIENCIA BIBLICA

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AIBLIA Y CIENCIA BiBLICA EL HOMBRE MODERNO ANTE LA BIBLIA

Forque en el iimbito de Europa que habia peffnane-cido catdlico se dio hasta el siglo xvu un incrementobiblico, sobre todo en Espafra. 56lo a partir de estafecha qued6 la Biblia realmente escondida entre lassombras. Asi, pues, lo que dice la constitucidn DeiVerbwm a la Iglesia de hoy sobre el papel de la Bibliaen la vida cristiana no es una innovaci6n inaudita.Es solamente la vuelta ftnal a la antigua y plena tra-dicidn cat6lica.

Podemos estar seguros de que las palabras delconcilio tendrdn influencia. El movimiento biblicoseguirii creciendo. La vuelta de los cat6licos a la Bibliaserd mds general e intensa. Ya podemos percibir suscomienzos. Si Ia producci6n bibliogr6ftca de las edi-toriales es un bar6metro de los intereses de una6poca, el aluvi6n biblico que inunda los mercadoscat6licos indica el interds creciente por la Biblia.Se hacen nuevas traducciones/ se preparan edicionesnuevas y mejores, bajan los precios, aparecen con-tinuamente nuevos libros sobre la Biblia, no s6lobuenos sino tambidn malos, e incluso 6stos se com-pran de forma asombrosa. Si, nos acercamos a una6poca biblica; quizis por esto conviene reflexionar.No para poner obstiiculos o freno, sino para pre-caver de ilusiones que/ a lalarga,llevarian a la des-ilusi6n.

€l bombre moderno antela Biblia

El impulso cat6lico hacia la Biblia tiene lugar enun momento en el que muchas comunidades evan-

blia, experimentado por el catolicismo moderno, hasido inivitable hist6ricamente, porque la Iglesia sevio obligada a delimitar sus fronteras contra movi-mientos

-y comunidades que invocaban especialmen-

te a la fiblia. Pero la aut€ntica tradici6n antigua de-ffende siempre la cercania a la Biblia, renovada ahorapor el concilio. Las antiguas liturgias de- la Iglesiaiurgieron de una vida de fe plenamente biblica.

En los primeros siglos del cristianismo, la comu-nidad de los padres de la Iglesia vivia de la Biblia.Tambi6n los primeros monjes, esos ascetas tan vitu-perados del desierto tebano, no tenian otro ftn queuiuir, lo miis radicalmente posible, de la palabra deDios, que leian cada dia y aprendian de memoria.Lo mismo ocurri6 con los benedictinos, que dieron suimpronta a la cultura cristiana de la edad media.La primera regla de san Francisco de Asis no es mdsque un" cadena de citas biblicas. Pero no s61o elmonaquismo; toda la vida de fe de la edad media es-taba marcada, en medida asombrosa, por la Biblia, talcomo 1o han mostrado'investigaciones recientes conuna claridad cada vez mayor. La hermen6utica delcuiidruple sentido de la Escritura/ que nos resulta tanextrafri, no era miis que un intento genial, practicadodurante muchos siglos, de entender cada texto con-creto de la Biblia a partir del conjunto y en relaci6ncon €1, sin dejarlo aislado, hasta que se volvia tan claroctue esclarecii su signiftcado para la propia fe. El ale-

iimiento de la Biblia s61o aparece en la alta y bajaLdad media. Pero sdlo se daba en la formaci6n teol6-gica. Paralelamente corria una intensa piedad biblica

[ue pretendia imponerse de nuevo. Por tanto, pode-mos-pensar que los reformadores saltaron a un ca-ballo-que no habian sido ellos los rinicos en ensillar.

Page 14: Lohfink, Norbert - Exegesis y Teología.pdf

EL HOMBRE MODERNO ANTE LA BIBLIA

BIBLIA Y CIENCIA BiBLICA

sdlicas van teniendo diftcultades con ella' Si en el

ffi;il; ."""giri." h" surgido un movimiento confe-;il;;iq:;JEft.na. h ftdelidad a la antigua fe bibli-.r, pod.rnos pensar sobre este movimiento lo que

oir.iu*or, indica, en cualquier caso/.una- crisis en

lJttiot .bt la Bi6lia. Como causa de la crisis se cita

; h;;d"*a ciencia biblica evang6lica' No queremos

iiof*air". en la justiftcaci6n de esta queia' Quiziis

[;; ;;;;;di."' qu" en la ciencia biblica evang6lica

se dan de hecho algunas evoluciones que no encon-

trarian sin m6s su correspondencia en la ciencia bi-

illica cat6lica. Pero se filsean las cosas cuando se

ii.nr" que la causa riltima de todas las diftcultades

iadica en los cientificos concretos' Sus tes.is extremas

s6lo son una sintonia de una dificultad profunda'

observable en todas partes y siempre creciente/ d-el

hombre moderno ant! la p"l"bt" biblica' Y esta difi-

cultad no se limita a los cristianos evang6licos; tam-

il;;;d. darse en el 6mbito cat6lico por el gusto

de revisionismo y por la consiguiente vivencia nueva

Je ia giblia. Lo obiervaremos dentro de poco tiernpo'

;;;;;; no debemos avergonzarnos de hablar so-

f.i;"; .obt" l"t diftcultides de un contacto dia-

rio del hombre moderno con ella'

Vivimos en una 6poca rabiosamente progresista'

Al menos, tenemos la sensaci6n de que nuestro tnun-

l;';; Gotende sada vez mds r6pidamente de su

;;i";A; t.t, fo.'n"t antiguas' Con esto' el mundo

de la Biblia se nos vuelve eitrafro e incomprensible,

;;;;e; de pastores, campesinos y reyes/ de pro-

fetas extiiticos y sabios qu-e pronuncian sus prover-

bios, de personajes apocalipticos que esperan una

catestrof" mundial, de pensadores teol6gicos con

p.*l*i*,"s gn6siicos. bn t"t escritos percibimos

la palabra de Dios s61o a travds de miles de velos'

No se trata s6lo de que el mundo biblico no fuese un

mundo t6cnico ni poseyese una unidad 'de destino

universal. Tambidn nuestros conceptos, nuestrospensamientos, sentimientos y lenguaje se han rees-

iructurado profundamente. iEs entonces la antigua

Biblia la melor forma de captar la palabra de Dios?

La constituci6n DeiVerbum no da una respuesta,al menos directa, a esta pregunta. Parte del hecho

de que Dios nos ha hablado de una vez para siem-pre en Jesris de Nazaret y de que, por tanto, nuncaoodrernos prescindir de eite teslimonio escrito sobre

io o.r. Dios nos dice. Y en esto lleva raz6n. Por lo

demds, dice simplemente: toma y lee. Queremosaceptarlo; deseamos coger la Biblia y leerla, leerla

aorriittu"rnente. Pero asi como nuestro mundo es

distinto, mds racional, organizado y amp-lio qrre el

antiguo mundo de la Biblia y. d9 la edad media, e

incliso de comienzos de la edad moderna, tambi6nnuestro contacto con la Biblia deberd ser mfs racio-nal, diferenciado y profundo que la piedad biblicade las generaciones pasadas. Y si nos preguntamosqu6 pu"ede ayudarnos a entrar en contacto con la

tiitti a" forma actual, s6lo encontramos un plan-

teamiento positivo: la ciencia biblica. Aunque sus

reDresentantes extremos pueden provocar grandes

orotestas en nombre de Ia Biblia, nos referimos a la

moderna ciencia biblica en conlunto, que ha colabo-

rado a comprender la existencia moderna con una fe

autdntica en la Biblia. Es posible que continrie inquie-t6ndonos, siempre que queramos evitar o diferir una

confrontaci6n ie la-Biblia con el sentimiento moder-

no. En la ciencia biblica la Biblia es leida por hombres,

dominan los m6todos tipicos del conocimiento mo-

Page 15: Lohfink, Norbert - Exegesis y Teología.pdf

28 BIBLIA Y cIENcrA siBLIcA

derno del mundo, sobre todo los procedimientos de

los omdtodos hisi6ricoso/ y esto se hace sin miedo,para aplicar sus consecuencias a la Biblia' De esta

iorma iaptamos sus verdades de modo nuevo, impo-

sible hasta ahora.Esto tiene naturalmente un car6cter cientiftco que

no todos pueden comprender. Es -imposible que to-

dos sean lscrituristas. Pero, ino habria que conse-guir a partir de la ciencia biblica que las ediciones de

ia Biblia, su ensefranza en las escuelas, la t€cnica de la

oredicaci6n, la selecci6n de textos para el culto divi-ho, evolucionasen de tal forma que no fuese necesariou.itit

" un traje medieval antes de escuchar la pala-

bra de Dios? "En

el ambito cat6lico se dan tambi€nbu.nor planteamientos. Al menos en Alemania, el

movimiento blHico se ha unido estrechamente conla ciencia biblica desde hace afros, y ha intentadollevar al pueblo sus resultados por medio de un am-plio trabiio de formaci6n biblica. Las animosas pa-

iabras del concilio a los exegetas cat6licos y a sus m6-

todos son al menos una aportaci6n indirecta. Pero

s6lo son comienzos y planteamientos. En los pr6xi-

mos afros, la oleada anticientiftca del movimientoevangdlico confesional llegati9 sin duda, hasta nues-

tras orillas cat6licas. Pero esto no debe desconcer-

tarnos.Nuestro impulso bibllco no debe atroftarse en

un programa que cierre -los ojos- ante la realidad -y

huva de la situici6n moderna del mundo. Hemos de

intintar, m6s bien, que brote de 6l un contacto nue-

vo v m6s sobrio con la Biblia. Para esto es imprescin-dibie una ciencia biblica conscientemente responsa-ble. Precisamente porque los cat6licos comenzamos

a relacionamos de nuevo con la Biblia, tenemos tam-

EL HOMBRE MODERNO ANTE LA BIBLIA 29

bi6n una oportunidad especial de conseguir unanueva sintesis.

Si la tarea nos parece demasiado dificil, puedeconsolarnos el pensar que/ en deftnitiva, todo estono depende de nuestro esfuerzo, sino de Dios mismo,que hlbla al hombre cuando lee la Escritura y, desdeluego, cuando quiere, como quiere y donde quiere,hundiendo en 61 la semilla de su palabra para quedespu6s eche raices vivas. Sin embargo, esto no nosdispensa de ella.

l llii1t ll ir ll

Page 16: Lohfink, Norbert - Exegesis y Teología.pdf

2

Comienzo y progresodel conocimiento

en la teol ogia

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Ponencia en el primer grupo de trabajo de la Rabanus-Mautus-

Akademie. Frankfurt, 19 de febrero det966. Inddita.

T-fn la teologia los representantes de la ex6gesis y.l-r del dogma s6lo tienen una pequeffa posibilidadde entenderse. Ambas disciplinas son muy distintas ensus proposiciones y en su estilo cientiftco de trabaio.Se estiin realizando intentos de aproximaci5n mutua.Pero deber6n suceder muchas cosas antes de quetengan pleno 6xito. La situaci6n no es especialmentealarmante. En otras ciencias se da una tensi6n pare-cida. Posiblemente/ tales manifestaciones dentro deuna ciencia no son mds que un signo de que se hallanen camino hacia nuevos planteamientos y conoci-mientos. Concedo que las exposiciones siguientess6lo tienen un valor relativo y {ue, probablemente,no encontrariin el acuerdo de todos los te6logos.Proceden del punto de vista especial del exegeta.Digamos expresamente que simpliffcan ciertas cosasy que prescinden por completo de los dmbitos tanimportantes de la teologia pastoral y de la historia dela lglesia.

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34 EL CONOCIMIENTO EN TEOLOGIA

Sobre el cardcter cientificode la teologia

Posiblemente, la mejor forma de describir el ca-

rdcter cientiftco de la teologia consiste en compararla

con la ciencia del derecho' Es a la que m6s se acerca

estructuralmente.Mientras que las ciencias naturales parten, por

regla general, ie hechos y observaciones no-lingiiis-

ti*t, L psicologia constituye un caso e-special, y-el

lenguale tOlo ItJg" en ellas un papel enel proceso del

coriocimiento'y .tt la transmisi6n de los resultados

- y aqui sobre todo en lenguaje matemdtico -; Portr', iu.i" las ciencias del eipiritu,

-prescindiendo de

,r,r&o de casos especiales, parten de hechos que son

de cardcter lingtiistico: son textos. Las ciencias que

viven de textos tienen como tarea esencial la interpre-

taci6n. Los textos que proceden del pasado deben ser

explorados superando al tiemPo.Ademiis, el ffn del trabajo de interpretaci6n pue-

rle ser diverso. Puede pretender el estudio de los

mismos textos. Asi ocurre con las ciencias literarias'

Tambi6n puede buscar el estudio de una realidad

transmitida por ellos. Asi ocurre con las ciencias his-

t6ricas, en lis que se investigan antiguas informacio-nes y cr6nicas para reconstruir con su ayuda por

elemplo el curso de una guerra. Este -es

el caso tam-

bi6n "n

la ciencia'del derecho. El aniilisis de los tex-

tos, cle las fuentes del derecho, sirve para el estudio

clel ordenamiento juridico y para su utilizaci6n en el

dmbito del derecho. El ordenamiento iuridico no se

identiftca con las fuentes del derecho; pero s6lo es

cen,icrBn crrntirrco or r.a rBorocfe, 35

captable a travds de ellas, y las fuentes del derechoson formas lingiiisticas.

Lo mismo ocuffe con la teologia. Su misi6n es elestudio de Ia revelaci6n divina. Pero no puede cap-tarla en si misma, sino a travds de textos, fundamen-talmente, aunque no de forma exclusiva, a travds deIa sagrada Escritura. Por eso es una ciencia esencial-mente interpretativa. Ademiis, no es interpretativas6lo por interds en los textos/ en este caso seria puraliteratura biblica, sino interpretativa con vistas al es-tudio del obleto transmitido oralmente por la sagra-da Escriturar la divina revelaci6n.

Podemos continuar la comparaci6n entre la teo-logia y el derecho si prescindimos de la participaci6nnatural que tienen los juristas en la creaci6n y for-mulaci6n de nuevos principios juridicos. La cienciadel derecho no estd en situaci6n de discutir sus fuen-tes/ por ejemplo las leyes. Las acepta axiomiitica-mente. Si el legislador cambia una ley,la ciencia delderecho saca sus consecuencias. Pero no le incum-ben la existencia y el valor de la ley. Algo parecido leocurre a la teologia. Ella no determina el volumen ycontenido de sus textos fundamentales, sino que losrecoge inmediatamente de la conciencia de la fe dela Iglesia, y mediatamente de Dios, cuya revelaci6ncontiene la Biblia. Ademiis, la teologia est6 en situa-ci6n, al menos en la concepci6n cat6lica, de desarro-Ilar una ciencia propia que fundamente por qu6 tienesentido el contar con la revelaci6n de Dios a trav€sde Jesris de Nazaret, de la Iglesia y de la sagrada Es-critura que pervive en ella. Se trata de una disciplinateoldgica previa que llamamos ,.teologia fundamen-tal',. Esta puede dar sentido al acto de fe. Por tanto,la teologia, igual que el derecho, interpreta unos tex-

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t - 't6 EL coNocIMIENto PN tsotocil

tos que no poseen de antemano una evidencia plena'

Su ciriicter cient(fico radica s6lo en la interpretaci6nmet6clica cle sus fuentes, que debe justiftcar reflejl-

mentc cn toclos sus pasos con el fin de estudiar la di-

vina revclaci6n. De otra forma, no seria una ciencia

clc la fe. Por tanto, s61o puede reivindicar su valor

antc el que cree, igual que-la ciencia del derecho s6lopuecle dirigir al'q.te se introduce en el ordenamiento

iLrri.lico esiudiadb por ella. Sin embargo, todo obser-

vaclor inteligente debe poder reconocer en su cursola ob;etividad de la interpretaci6n.

tQu6 fen6menos concretos abarca el trabajo teo-

l6gico-de interpretaci6n? Podemos distinguir dos fa-

ses/ aunque en su realizaci6n concreta no,pueden se-

pararse ilenamente, la constataci6n de lo que dice

"1 t"*to,^y la comprensi6n de lo que fue constatado

.orno u.riud. El tixto dice, por ejemplo: ..Al princi-pio cre6 Dios el cielo y la tierrao. El tedlogo puede

constatar, ante todo, que aqu( tcielo y tierra)) era

una expresi6n que se referia a "la totalidad del mun-

do empitico'. El texto dice, pues, "Al principio cre6

Dios iodo el mundo empirico". Pero despuds debe

intentar comprender esta frase, cosa que no conse-guirii si no rehexiona sobre Dios, sobre Ia- esencia del

irundo empirico y sobre el concepto de creaci6n'

Esto es imposible sin ftlosofar' Y en este momento se

exige la ffiosofia como parte integrante del proceso

teoi6gico de interpretaci6n. En el trabajo de la pri-

*..u-fut., es decii en el caso concreto de la consta-

taci6n de que ..cielo y tierra'> signiftcan "la totalidad

clcl mundo empiricorr, se hizo, por el contrario, una

afirmaci6n filol6gica, mds exactamente, l6xica, que

prcsupone de nuevo una ciencia del le-nguaje y un

c-icrto conocimiento hist6rico-espiritual' Con esto,

cenicrsn crrrvtirrco nB te tpolocft 37

diversas conffrmaciones de las ciencias del espiritu- como la ciencia del lenguaje, de la historia o de 1aliteratura - aparecen como elementos integrantesdel proceso teol6gico de interpretaci6n.

Resumiendo, podemos decir que el m6todo teo-16gico representa la uni6n de los mdtodos de las cien-cias del espiritu y del ftlos6ftco, que son combinadospara estudiar las verdades de la Biblia (y las de otrostextos que tambidn son fuentes teol6gicas de menorintensidad, como declaraciones conciliares o afirma-ciones de los padres de la lglesia).

Mientras la parte filos6ftca del mdtodo siemprefue desarrollada bastante reflejamente, la acentua-ci6n y el desarrollo reflejo de los mdtodos de las cien-cias del espiritu constituyen la intencidn especial dela moderna ciencia biblica. Ella ha sido 1a primera enproclamar que la Biblia no es un texto pertenecientea un rinico g6nero literario, como por ejemplo unlibro de fisica o el c6digo de derecho civil, sino todauna biblioteca que contiene los miis diversos escritos:colecciones de leyendas, libros hist6ricos, tratadosfflos6ffcos, cartas, libros de cdnticos, novelas cortas,por citar s6lo algunos ejemplos que se pueden carac-terizar fiicilmente con conceptos modernos. Tam-bi6n ha mostrado que la Biblia tiene m6s autores delo que antes se creia, que sus autores vivieron a me-nudo en una 6poca distinta a la que se pensaba, yque algunos libros concretos, igual que todo el con-junto de ellos, son e1 resultado de largos y complica-dos procesos de tradici6n/ que a su vez se hallaban in-mersos en la larga y complicada historia espiritual deIsrael y de la lglesia primitiva. Ha aprendido a utili-zar esta historia y nuestro conocimiento siempre cre-ciente sobre arqueologia, ciencias orientales y anti-

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MfToDos CONCRETOS DEL CONOCIMIENITO

38 EL CONOCIMIENTO EN TEOLOGIA

giiedad cliisica para iluminar sistemiiticamente los

iextos biblicos. La interpretaci6n cada vez m6s exac-

t" d. .llot, posibilitadjcon esto/,exige naturalmen-

t. "n

..fu.no de comprensi6n filos6ftca cada vez

mayor, y aqui el exegeta debe trabajar,-como siem-

Dre, mano a mano con el te6logo dogmdtico' La ex-'oosici6n sisuiente de los mdtodos concretos de cono-

cimiento ei teologia parte del trabajo 'de los escri-

t*irt"r. Sin embJrgo, algo aniilogo es v6lido para

la elaboraci6n de las otras fuentes teoldgicas que te-

nemos iunto a la sagrada Escritura'

fos m€todos concretos del

conocimiento

Ante todo, hay que mencionar algunas ciencias

auxiliares que'el escriturista no puede ejercer ya p9r

si mismo. A 1o .u*t podrii especializarse en una de

Jf"t, .t .u"ttto a las ttras s6lb recogerii los resulta-

Jot.'1" primera seria toda la ciencia oriental' Pala-

a;;; ;;" egiptologia, asiriologia, escritura cuneifor-

me, hacen referencia a mundos cientificos que a me-

nudo se hallan tan distantes del exegeta que 6ste

apenas puede leer y entender las publicaciones espe-

cializadas.Miis or6xima a 61 se encuentra la arqueologia pa-

\rLlt - lestinense, que tambidn es jnuy diferenciada en s(' - misma. La aut6ntica arqueologia de campo ha pasa-

do en el 6mbito palestinense durante los afros veinte

de un, estadio dela bfsqueda de tesoros a un aut6n-

tico m6todo, especialmente gracias a un- primer sis-

tema de determinaci6n del tiempo/ con la ayuda de

las cerdmicas encontradas por \f' F' Albright'

Tan pronto como aparecen inscripciones o ma-nuscritos en unas excavaciones comienza la tarea de

hihrti..la epigrafia. Esta ha adquirido tal solera con el ha--\-7-" ilazgo de los manuscritoa del mar Muerto-, poco des-

puei de la segunda guerra mundial, que ahora, cuan-io todavia ett,i

"mpi"ando, trabaja ya con seguridad

en los manuscritos encontrados.

(irr,.i.,orimlA

El mismo descubrimiento del mar Muerto, Y so-bre todo las tablillas cuneiformes de Ras Samra, enel norte de Siria, del siglo l1 antes de Cristo, han lle-vado a un nuevo estadio a la ciencia lingiiistica he-brea y a toda la semitica. Hoy, por vez primera, seve la-posibilidad de distinguir los diversos dialectosdel hebreo antiguo, no ya especulativamente, sinobasdndose en numerosos testimonios.

Mds importantes afn para la critica biblica tex-tual fueron- los descubrimientos de manuscritos delos riltimos afios, que exigen tambi6n una gran espe-cializaci6n cuando se quiere trabajar con ellos. Parael texto hebreo del Antiguo Testamento tenemosahora numerosos textos de los riltimos siglos antesde Cristo, mientras que antes nuestros manuscritosmiis antiguos databan de ftnales del siglo t despu6sde Cristo. Para el'Nuevo Testamento, nuevos papi-ros descubiertos en Egipto nos llevan aproximada-mente hasta el afio 725 despuds de Cristo.

En el triinsito a los dmbitos en los que el escritu-

r I rista puede investigar competentemente se encuentraq

1" hirio.ia del periodo biblico, sobre todo la historia

; del antiguo Israel. Met6dicamente, se halla en elterreno de toda ciencia hist6rica moderna. Los pro-

blemas especiales de la historia del periodo biblicoradican ett que, a partir de las noticias biblicas, enmuchos periodos s6lo dificilmente podemos coordi-

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40 EL coNocIMIENTo EN TEoLoGiA

nar los datos temporales y otros rasgos con la histo-

ria antigua y oriental que conocemos por otras fuen-

tes. Adim6i, muchos grupos de textos biblicos na-

rrativos, a causa de su ftnilidad y de su g€nero lite-

rario, presentan muy poco inter6s -para

el curso de

los hechos reales o-resulta imposible reconstruirlo'

Esto se aplica tanto a las partes.del Antiguo Testa-

mento que proceden del iegundo milenio antes de

Cristo - es-decir leyendas de los patriarcas, historia

cle Mois€s, conquista de la tierra prometidar- narra-

ciones de ios lueces - como a una parte del mate-

uf,ronos coNcRETos DEL coNocrMrENTo 4l

y sutiles para el aniilisis interno de los libros bibhcos.A pesar de todo, los resultados eran muy hipot6ticos,y s6lo se conseguia un amplio acuerdo de la investi-gaci6n en los principios fundamentales.

Hoy existe gran unanimidad en que los cincolibros de Mois€s, en su forma actual, no procedende Moisds, sino que tuvieron su redacci6n deffnitivaunos setecientos afros m6s tarde, despuds del exiliobabil6nico. En ellos se reunieron, sobre todo, cuatrofuentes escritas, procedentes de los siglos d6cimo,octavo/ s6ptimo y sexto antes de Cristo. Pueden se-pararse entre si por la estadistica de las palabras, elaniilisis del estilo y del pensamiento. Son coleccionesque compendian las tradiciones orales narrativas deIsrael.

En ciertas circunstancias, Ias constataciones de:esta clase son naturalmente de la mayor importan-cia para la interpretacidn de un texto biblico. Si eItexto de Ia creaci6n al comienzo de la Biblia proce-diese realmente de la pluma de Mois6s, quizds 1o hu-biese compuesto para presentar el curso de la forma-ci6n del mundo. Pero como procede de los instruidos.te6logos del templo de Jerusal6n durante la monar-quia tardia, hemos de considerarlo e interpretarlo,como un texto doctrinal bastante exacto y conscien-temente sistematizador. Si el segundo texto de lacreaci6n procede de otra obra, y si el redactor riltimodel Pentateuco las ha unido sin diffcultad, podemosdeducir que no consider6 muy importante la imagendel mundo de ambos textos, ya que tienen una vi-si6n muy diversa de la construcci6n y evoluci6n delcosmos/ y si le hubiese interesado este aspecto, eIredactor habria armonizado seguramente ambos tex-tos. No lo hizo; y con esto, nosotros que tenemos

I li A*\lrS^ Los iimbitos de trabalo mencionados, y otros

, b(btic., muchos, como la geografia biblica, son hoy dia cien-cias auxiliares de la exdgesis relativamente indepen-

11 1 - .l dientes. Por el contrario, el trabajo en los llamadosi l l f.Srfqrq problemas introductorios pertenece a la tarea dell Ull*lc iodo escriturista. Se trata de explicar el problema

I lt-' sobre cuiindo, d6nde, por qui6n, y para qu6, circulo

li i de lectores fue compuesto cada libro biblico, qudiii L fuentes y trabajos previos se utilizaron en su redac-

i .idn, qud reediciones y elaboraciones experiment6I Dosteri;rmente hasta conseguir su forma actual'

A menudo, la respuesta no es f:icil, porque las tradi-

ciones sinagogales y de la Iglesia primitiva- se mues-tran inseguiai cuando las examinamos a fondo,- los

clatos de los hbros son a veces muy escasos, o faltanpor completo; s61o en casos muy raros poseemos

btros testimonios externos, y asi nos vemos obliga-dos a analizar el libro que nos interesa segfn su con-

teniclo v su forma, y i compararlo con otros librosblblicos. En el curso de unos doscientos afios, la cien-cia biblica ha desarrollado mdtodos bastante exactos

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42 ['L coNocIMIENTo EN TEoLoGiA

una imagcn clcl mundo completamente distinta a

p""i. 4"'l".; ;i;;t;t naturaleq sabemos que el pro-

irl"to tlc la imagen del mundo carece de interds teo-

l<'rgicamcnte. E'6 "t

s6lo un ejemplo.de 1l lltLfi::

cia qtrc pueden tenef para la ex6gesis Ios resultaoos

clc li cicncia biblica introductoria'r t. ! (.om" ;; ;i P;;;;tetrco, tambien en otros muchost\fi

:i rtr',.-' i,i[ri."''r"' *t..tiaies aisladot f:o:::nj:r! ^ ;lcncraclon en generaci6n transmitidndOSe Oralmente{l'r*'a: :il;;"su red"uccion escrita que a menudo es rela-

tivamente;ttdl;' S; trataba de pequefras unidades'

rroclelasobrastotalesposter iores.Peroestaspgqu-e-nas unidail; ft;;;; dnsmitidas con relativa fideli-

.lud, porq'ii;J;; enmarcadas en formas de tradi-

ci6n oral tn"v a"'"ttinadas y bien conocidas' Las

formas rittttiltt ni"s, como lis que usamo^s.a diario

en nuestras cartas ("Estimado sefror"' Atectuosa-

mente>>) J""" tut "tquelas

mottuorias' jugaban un

g.un p"p"i t" otl""t" y en la antigiitd",1P.,1:'.r"::

i",i""d"i situaciones habia que emplear determtnaoas

formas. A la inversa, partiendo de Ia torma de qn

texto antiguo poclemos reconstruir etr ambiente y la

situaci6n ?; qtt surgi6 originariamente' Podemos'

como se di;" ; el lenguaje especializado'- determinar.'-i\ri*r,.n.* ru ..Sio i- L.t."" lsltuiciOn vital)' Todas estas re-

laciones f"t "ttttai"

una especialidad -que hoy'3. de-

r,o*inud" ton 1u pul"bta 'Formgeschichte" (Histo-

ria de las formas)'Los comienzos de este mdtodo los encontramos

"n cl priffil'a"-nu"ttr:o siglo' En primer l.ltil lT

clal'"' iado para el Antiguo Testamento; mas tarde/

hacir tviOigul'*unn y"Dibtliut 1o aplicaron a la in-

vcstigatitin de Ia prehistoria de los evangeliot: 1p9-rcciti ctrtonc"s qu" el material evang6lico' antes de

u6rooos coNcRETos DEL coNocllllrE|{ro 4)

ser compendiado en nuestros ..grandes evangeliosr',se habia transmitido de forma oral fija en las comu-nidades de la Iglesia primitiva. Fue utilizado con di-versos ffnes, para la predicaci6n, la catequesis o lasdiscusiones de fe, y su formulaci6n depende con fre-cuencia de estos ffnes. Tales consideraciones son na-turalmente importantes para el problema del valorde las fuentes de cada texto evangdlico a la hora dereconstruir la vida de Jesris, y tambidn para deter-minar la orientaci6n de las verdades de estos textosen su contexto actual.

Llegamos ahora a la aut6ntica interpretaci6n dela Biblia, es decir a la determinaci6n exacta de susentido en un an6lisis que procede frase a frase y pa-labra a palabra. Nos encontramos en el trabajo deci-sivo de la exdgesis, porque es menos un m6todo quela utilizaci6n concentrada de todos los m6todos dis-ponibles en un (tnico punto. Junto al punto de vistade la forma aparece ahora el andlisis exacto de laconffguraci6n estilistica, sigue el estudio de las pala-bras, la investigaci6n de los motivos, la historia delas tradiciones que estudia la pre y poshistoria de lasverdades particulares, aclariindolas atln mds con talesayudas.

Los resultados del andlisis particular son expues-tos en los comentarios cientificos de Ia Biblia. Pre-tenden comunicar el sentido literal, es clecir el sentidoque el autor quiso comunicar a sus lectores cuandoredact6 el texto. Cuando un texto ha atravesadodiversas fases de desarrollo o ha sido introducidosucesivamente en contextos cada vez mds amplios ynuevos/ es posible que las mismas palabras expresenverdades distintas, aunque no opuestas. Todo estodebe ser constatado con exactitud.

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44 [L coNoclMIENTo EN TEoLoGiA

En cl aniilisis particular del texto deben inter-

venir fortrras de ttibalo que den visiones amplias o

proporci<incn silrtesis. Lo que mds ayuda en esto es,,n..*"'*., ia invcstigaeion ver-bal' Persigue la evoluci6n del sig-

;lt ' 'n-'l ' nificatkr.1" palabras importantes a trav6s de los di-{{r t "' ' ' '

vcrsos cstaclios y libros de la Biblia. Precisamente las

palahras teol6gicamente importantes del Nuevo Tes-

tarlcnto s6lo risultan claras, a veces/ cuando se sigue

a travis clel Antiguo Testamento la historia de las

fninbr", hebreas f,ue equivalen a las griegas- Asi lo

i',n." t"1" fotrna ejemplar il -onu*tntal

TlteologjscheWorterbttcb zuin Nerren Testament, cuya elabora-

ci6n comenz6 en los afros treinta'Una vez investigadas las palabras, la teologia bi-

blica busca una visi6n de conjunto de las verdades

cle todos los estadios y libros biblicos sobre temas y

problemas concretos. Pero esto encuentra a menudo

cliffcultades no pequefras/ porque hay que sacar las

verclades particulaies de su contexto originario' Por

eso, al *.ttot en este instante, se preftere otro tipo

cle teologia biblica. Se intenta abarcar unitariamente,

en su acento especial, e1 mensaje de un estrato, de un

s61o libro o de un pequefro grupo de libros relacio-

rraclos entre si, y diitlnguirlo Io mds posible del men-

saje de otros libros. Asi se habla en la exdgesis neo-

tcstamentaria de una teologia paulina, de una teo-

logia lucana, de una teologia joanea' En conjunto. -se

lcvanta un coro de muchas voces de teologias bibli-

cas, que no es posible reducir sin rnds a un tnico de-

,ronrinaclor. En el iirnbito de toda la teologia aumen-

ta cl nirmero de voces, porque en ella aparecen-lasvct"tlntlcs cle otras fuentes teol6gicas, aunque su tun-

ciritt cs nlcnos fundamental que la de la Escritura'i l )ot lcnros l lcgar todavia a la unidad?

t "

uf,tooos coNcRETos DEL coNocIMIENTo 45

Es preciso. No s6lo porque debemos escucharuna fnica revelaci6n divina dada en muchas frasesy verdades humanas, esforzdndonos en ello teol6gi-camente, sino tambidn porque observamos continua-mente que la Biblia, a pesar de la larga historia de suformaci6n, de su pluralidad asistem6tica, de su insu-primible multiplicidad de voces, fue querida y conce-bida como una unidad por sus redactores definitivosy por los creadores del canon vetero y neotestamen-tario, y porque todas las fuentes teol6gicas poste-riores no pretenclen ser mfs que un desarrollo delrlnico mensaje de la Biblia. Ademds, al buscar aquiuna rlltima visi6n de conjunto del mensaje biblico, seha alcanzado clefinitivamente el espacio en el quee1 te6logo sistemdtico dispone cle un aparato meto-clol6gico mejor que el del exegeta y el del historia-dor de los dogmas, desprovistos frecuentemente detodos los m6toclos indicados hasta ahora. Aqui re-sultan imprescindibles los caminos filos6ficos del co-nocimiento. Los gdneros literarios, los mundos lin-griisticos, el aparato conceptual, son tan piuriformesen la Biblia que s61o se puede conseguir la unidadsi se reflexiona c1e forma originalmente nueva sobreel objeto del que la Biblia habla en todas partes. Todotro diverso debe ser relacionaclo con problemas/ pa-labras y conceptos que no sean biblicos, ni de unafase pretdrita de la teologia cristiana, sino de hoy.561o cuando nos apropiamos y comprendemos ple-namente lo que procecle del pasado se conviefte lapluralidad en unidad.

Con esto no decimos que s6lo aqui deba utilizarsela fflosofia como parte del m6todo teol6gico. Tampo-co la teologia biblica, en el sentido particular esbo-zado anteriormente, ni la interpretaci6n concreta de

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EL CONOCIMIENTO EN TEOLOGIA FACTORES DEL PROGRESO DEL CONOCIMIENTO46

II

I

tiI

textos bibhcos serian posibles si no se reflexionasecontinuarnente sobre il obl"to del que hablan los

textosi y esto es imposible - en cuanto se trata de

uerdades como Dios, hornbre o salvaci6n - sin "fi-losofarn. Pero, dado que el exegeta concentra su

atenci6n refleja en los m6todos ftlol6gicos, la tramaftlos6ftca de su actividad puede ser mds intuitivay de tr6mite. Sin embargo, debg ser e-lla.la que dirijacuando se intente suprimir la pluralidad'hist6rica dela Escritura para construir una rlnica teologia total'

f"os factores mds imPortantes delprogreso del conocimiento

El progreso del conocimiento en teologia es cau-sado principalmente por los dos mdtodos extremosde la serie. Po..tn" pirte, los nuevos textos, hechos,observaciones, sobre todo los que aporta la arqueo-logia a la exdgesis, obligan a reexaminar las concep'ciones que hemos tenido hasta ahora. 561o por mediode los tixtos de Ras Samra hemos podido compren-der cientos de textos biblicos, hasta ahora oscuros;ya los entendemos mejor lingtiisticamente..I-a publi-caci6n de los contratos de vasallaje hititas del archivoestatal de Hattusna, en Asia Menor, ha aclarado elmodelo juridico originario que subyace en el pensa-miento ientral del Antiguo Testamento sobre una.,alianza' entre el pueblo de Israel y su Dios Yav6.Sin duda alguna, la arqueologia y las ciencias orien-tales son las que hoy impulsan mds el conocimientoexegdti'co. El material nuevo brota con tal abundan-cia que tenemos la impresi6n de que apenas serd po-

sible ponerlo al dia y elaborarlo plenamente. Porejemplo, la relaci6n entre los contratos de vasallajehititis y la idea veterotestamentaria de la alianza s61ose ha revelado unos cincuenta afios despuds de sudescubrimiento, cuarenta afros despuds de su publi-caci6n en copias cuneiformes, veinte afros despuds dela elaboraci6n fflol6gica e hist6rico-juridica de loscontratos estatales por los orientalistas, cuando unexegeta consigui6 ocuparse de ellos a fondo.

Junto a este motor del progreso del conocimiento,aparece uno distinto desde el otro tdrmino de la seriede m6todos. Quiziis pudidramos llamarlo ..desplaza-miento de los problemas'r. Toda interpretaci6n de q;ar,[o.textos antiguos se realiza en el llamado ..circulo her- Snmcirlirr,

men6uticor>. Los textos antiguos se manifiestan conmds exactitud cuando acertamos a plantearles losproblemas justos. Lo gue no se pregunta, no es res-pondido; esto es viilido, al menos, como plantea-miento. En el proceso de la exdgesis el texto puedeobligar a retirar los problemas planteados y cambiar-Ios por otros. A pesar de todo, lo decisivo dependede los problemas, preguntas e intenciones que_pre-- r ,ocupan al te6logo. Asi, la aparici6n de la teologia iilflr'dial6ctica en los-afros veinte traio consigo una orien-{i\rcdrr"btaci6n totalmente nueva para la ex6gesis veterotesta-mentaria. Mientras antes el interds se centraba sobretodo en 1o hist6rico-religioso, ahora, animados porlos nuevos planteamientos de la teologia dialdctica,podiamos descubrir de repente cosas completamentenuevas en el Antiguo Testamento/ como las grandesconcepciones hist6rico-teol6gicas de las compilacio-nes mds completas del mismo. Se hubiesen podidoencontrar si se las hubiera buscado. Pero s6lo ahoracomienzan a ser buscadas.

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EL CONOCIMIENTO EN TEOLOGiA

S obre concePtos metodol6 gicos

ci6n personal de un fen6meno determinado' Cuando

se pensaba, por ejemplo, que la formaci6n del hom-

bre a partir del polvo de la tierra es expuesta en la

Biblia;omo .rn pto."so real, debieron surgir muchas

dudas al ver que en las imdgenes egipcias, aunque el

clios Chnum iot*" a los hombres en un torno de

alfarero, se dice de 61 que crea a los seres con su

palabra; un texto egipcio incluso-llega a afirmar am-

t"..ori. del dios piah en una sola frase' "A 61, cuya

boca te engendr6, cuyas manos te crearon>>. Con esto

se asegura'el caricter metaf6rico de la narraci6n del

alfareio en el contexto cultural del antiguo oriente'

Tales operaciones comparativas prezuponen la

unidad del iontexto hist6rico y cultural. Este presu-

puesto no siempre es viilido-; debe ser examinado cri-

iicamente, puesto que Israel y el Nuevo Testamento,clentro de li tradici6n israelitica, siguieron a menudo

caminos propios. De todos modos, es vdlido que en

el m6todo comparativo se da un aut6ntico analogado

con el experiminto de las ciencias naturales'

I . r! Un segundo concepto/ muy importante en esteHidDftl contexto,

-es el de la ..hip6tesis,r. En los problemas

-- I bfulicos introductorios especialmente/ pero tambi6n

4948 CONCEPTOS METODOLOGICOS

en Ia ex6gesis concreta, hay que trabajar muchasveces con hipdtesis. La veriftcaci6n de una hip6tesisse realiza haciendo entrar en juego todos los 6mbitosrelacionados con el problema. Hoy dia, esto no pue-de hacerlo un solo investigador/ porque dentro dela exdgesis es necesaria una especializaci6n demasia-do amplia. La ciencia biblica de estilo moderno que-dard estrangulada si no se le concede la posibilidadde publicaciones cientiftcas libres. Porque las hip6-tesis prevalecen o sucumben s6lo en el proceso deinvestigaci6n. A menudo siguen abiertas, y hay queesperar que/ un dia, un hallazgo arqueol6gico pro-porcione material nuevo que la conftrme o rechace.

La formaci6n de ..escuelasr> dentro de la cienciabiblica no signiftca a menudo miis que el que los in-vestigadores se agrupan segrin partan o no en sutrabajo de determinadas hip6tesis. Asi, en el trata-miento de la historia primitiva de Israel, existen porel mombnto dos escuelas claramente opuestas/ entrelas que se sitdan una serie de posiciones inteffnedias.Parten de diversas hip6tesis sobre el valor hist6ricode las narraciones sobre los patriarcas. El material decomparaci6n es afn tan pequefro que ninguna de am-bas hip6tesis puede ser veriftcada convincentemente.

Un tercer concepto importante es el de ..modelo".l'trd.lpPor una parte, el conocimiento del exegeta se realizacon frecuencia mediante el uso de modelos. Por otraparte, y esto es miis importante, el progreso del cono-cimiento se alcanza con frecuencia cuando se consi-gue descubrir y relativizar los modelos lingi.iisticos yconceptuales que subyacen en los textos biblicos.Un ejemplo todavia hoy refridisimo es importantepara la discusi6n sobre monogenismo y poligenismo.

c.*.rd,*,:H,lX,ly:liffi #1#:"5i::x.tl;"r:ffi ::raci6no.

'Fn la intei?retaci6n. dq textos antiquos la.

^o-paraci6-t- tie''e casila misml furu:i6n gue el'expet

ri*il* tas ciencias naturale-s. Cuando se tienen

Page 26: Lohfink, Norbert - Exegesis y Teología.pdf

tll

I

IIiII

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Rrosttr.lbSttrt ,an.o aUf"tcencias naturales, s61o se da al comienzoAd ::'i'- I""i" i"-r"c mctodos teol6gicos' En el dmbito

-j*,"t"*ll*i*:,*li',f :"ffi[:T3[?'fr i'ffi:i';il i; ;;wJoG ia, de ra,qi:tori? del period.o biHi'1l

50 EL coNocIMrENro sN tsolocie

Seedn el estrato yavista del Pentateuco' la humani-

;;f;;;;;-de .,''a pareia 6nica (monogenismo)'

Ahl[ bien, no existe'duda de qu-e las culturas n6-

;;;; "."ti"-u*tan

a present"i lot ptocetos hist6-

;;;;;i;ielo de la genealogia' En la raiz deun

i*"f gil."t6gico se encrienta necesariamente el an-

t.orru?o. iSerd, pues, la exposici6n'de los comien-

;;t d" 1;i;;;"ia'"a "'p"ttir

de un-rinico antepasado'

un puro modelo conceptual, condicionado culturat-

rn.rrt", que nosotro. pbdttnot cambiar sin m6s- por

el modelo, m6s sugerentg hoy para nosotros' de la

mutaci6n en un amplio frente (poligenismo)?

t Qut significa<<pr o gr eso del conociYniento >> ?

En las reflexiones previas se ha presupuesto el

concepto <<progreso del'conocimiento>> como algo co-

;;;i$ v n'"tur".L.Jt uanao' Sin embargo'1a teolo-

-i"- J*i ii.."utto en cierta medida' Cuando se re-

l"*l i" ,i."ri-a. u. m€todos de la teologia' desde

la arqueologia en urextremo hasta la uniftcaci6n ftlo-

;;ft;;-;; "i

otro, h^v que ir carnbiando continua-

mente su sentido."'-"i;osr;; del conocimiento, er "t t:"111"::ry1:

L.ii?" a" h"ciencia biblica introductoria' es p-osi-

ff. "

a.t."Ule una ampliaci6n, correcci6n y puriftca-

firi;;i"*s del conocimiento' Aqui puede com-

J*,liorr" brevemente un largo trabaio.de investi-

;;lti6"; y la investigaci6n posterior puede construir

leuf srcwrrrce <<pRocREso osr. coNocrMrENTo>? 5l

sobre esta sintesis, sin deber recolTer todo el caminode conocimiento que ha llevado hasta ella.

Esto ya es distinto en la interpretaci6n de textos,cambia arin miis en la teologia biblica y resulta iluso-rio en la apropiacidn ..ftlos6ftca" de la revelaci6n.Cuanto m6s avanzamos en esta escala, tanto mdsadquieren los conocimientos necesarios un carfctertotal, imposible de alcanzar si el te6logo no se apropiatodo personalmente desde los principios. Pero comola conciencia humana es limitada, al surgir nuevosaspectos y problemas habrdn de apartarse y, ftna7-mente desaparecer a lo lejos, otros problemas queantes ocupaban el centro de atenci6n.

Hoy existe gente que constata con temor c6mola teologia parece perder el sentido de lo santo, delmiis allii y de otras muchas cosas. iPero puede serde otra forma, cuando todos los te6logos se concen-tran tanto en conseguir nuevos conocimientos sobrela lglesia, sobre la salvaci6n de los paganos, sobre larelaci6n del cristiano con el mundo? En el 6mbitode la ex6gesis y de la dogmiitica Ia teologia va avan-zando, y mientras progresa se abren ante ella hori-zontes siempre nuevos. Pero sucede lo que acostum-bra a ocurrirle al caminante que avanza: mira alre-dedor y advierte que el horizonte ha caminado con61, mientras han desaparecido cosas junto a las quehabia pasado poco antes. De esto no deduce que yano existen. Pero ya no puede verlas.

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Sobre el m6todohist6rico-critico

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ara un cat6lico, el tema de la investigaci6n hist6.rico-critica en la ciencia biblica es casi inevita-

Confetencia tenida en una reuni6n de fin de semana de la comu-

nidad de universiarios evang6licos y cat6licos de Hamburgo'-"i-i

a, mayo de 1965' Publicada antetiotmente con el titulo:

Katbolische Bibeluissenschalt und' histotiscb-kritisc,be Metbode:

Stimmen detZeir 177 (L966) 330''44' Reelaborada'

ble y tambidn un tema hist6rico. La relaci6n de suIgleiia con la investigaci6n hist6rico-critica de la Bi-bli" fue tan movida en los tltimos siglos que se im-pone una mirada retrosPectiva.

JJistoria de Ia actitud <ramor-odio>>entre la lglesia catolica Y lainoestilaci6n hist6rica de la Biblia

El contacto critico con testigos del pasado no es

una adquisici6n de la edad moderna. Ya desde Aris-t6teles se desarrollaron reglas hermenduticas para la

interpretaci6n de textos antiguos- En el iimbito cris-tiano, Origenes organiz6 e impuls6 a gran escala la

critica bibiica de los textos' Tambi6n la edad mediapodia reconocer la inautenticidad de ciertos textos.bin embargo,la gran 6poca de la investigaci6n hist6-

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i iduVieuxT nos

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rico-critica vino con la edad modern-a, cuando a las

tt*i..t heredadas de contacto con el pasado se afla-

di6 un nuevo inter6s por el mismo' Naturalmente'

elo xvl v se llev6 a cabo'a gran escala hacia media-

e; ;;l'*utt, .n el dmbito franco-holandds' I=q.ftgura

este mavor interds condujo a conocimientos nuevos

;;;;il visiones de conlunto' El trabajo de inves-

ii*.ior mds vivo llev6 timbidn a un.perfecciona-

.i.ra"'a. ios *6todos. A esto se afradi6 el estudio

.ia *.u"t fuentes que ayudan a conocer el pasado'

;;;; ;"; la elabotuci6n sistemiitica de los teso-

;;; d;lt. bibliotecas, despuds con la arqueologia''-- ii movimiento de la investigaci6n hist6rico-cri-

ti.", il;;;a;sarrolla continuaminte desde el huma-

r#J,' a.ur" alcanzar necesariamente a la Biblia'

i.io iu."di6, tras unas pruebas iniciales, en el.si-

uf,rooo rnsr6nrco-cnitrco

mds prominente es Rich en

ffiffi"l, of,t.*"rnot claramente que se trataba de

rNvssrrcecr6ll rrrsl6nrcl DE LA BTBLTA

Digo esto porque muestra c6mo al principio deIa moderna ciencia biblica se daba una cercania es-pecial de este movimiento a 1o cat6lico. Pero la situa-ci6n cambi6 pronto. Lo demuestra el mismo destinode Richard Simon. Se le opuso un gran adversariocatdlico, Bossuet, obispo de Meaux, que era enton-ces en Francia el todopoderoso predicador de la cortede Luis XIV. Elimin6 a Sim6n. La Histoire critiQuefue machacada; Simon, que era oratoriano, fue ex-pulsado de su orden.

Con esto, el tren cambi6 de vias durante doscien-tos afros. Es verdad que en el siglo xvrn hubo doscat6licos que ejercieron un influjo decisivo en el ori-gen y desarrollo posterior de la critica del Penta-teuco. El mddico francds Jean Astruc, con un libropublicado en 7753, fue el fundador de la llamada..hip6tesis de los documentos antiguos>>; el sacerdoteinglds Alexander Geddes/ con su traducci6n comen-tada del Hexateuco, aparecida en 7792 y 1800, fueel fundador de la llamada ..hip6tesis de los fragmen-tos>>. Pero ambos eran intrusos. Jean Astruc era hijode un convertido, seglar y m€dico de palacio deAugusto el Fuerte; Alexander Geddes estaba suspen-dido a divinis, y despuds de su muerte incluso seprohibiO que se ofreciesen misas por 61.

En esta 6poca comenzl el gran impulso del tra-balo hist6rico-critico aplicado a la Biblia, y precisa-mente en el 6mbito donde todos habian callado du-rante el siglo xvu: en la cultura luterana de Alemania,que estaba muy influida entonces por la llustraci6n.La teologia y la Iglesia cat6licas se mantuvieron os-tentosamente lejos de 1o que se discuti6 e investig6ahora apasionadamente durante un siglo. Si nos pre-guntamos por los motivos de esta abstenci6n y, sobre

j;;;;; cultural comrin formado por cat6licos'

lalvinistas y judios, mientras que los.luteranos se

*"rl"tiu" totil..tti. al margen, aferrados a la teoria

cle la inspiraci6n verbal. En Richard Simon y otros

cat6licos se encuentra una aftrmaci6n consciente de

ft ."i"iica"d de sus esfuerzos de investigaci6n: ellos

;;;; qu" "l

sumergirse en el rio histSrico por el

oue nos ira venido la tradici6n biblica desde sus co-

tianror, en su evoluci6n y en su transmisi6n poste-

rior, se introducen felizmente en la tradici6n acentua-

t'i;;;; iu iel"tiu iat6lica, v que esto puede ser utili-

zacl'o como arma teol6gica en la controversia contra

el principio protestante de la "sola scriptura>>, qne a

ellos les parece antihist6rico.I

Page 30: Lohfink, Norbert - Exegesis y Teología.pdf

Mf,ToDo HIsr6RIco-cRfTIcoINVESTIGACION HISTORICA DE LA BIBLIA

..inspiraci6n verbal" de la ..ortodoxia> protestante.Cuando se ponian en duda con la critica hist6rica lasideas tradicionales sobre el autor de los libros bibli-cos/ se creia que al ponerse de parte de los escrituris-tas criticos se rechazaba la doctrina teol6gica de lainspiraci6n. Y 1o mismo temian los te6logos cat6licosque/ por defender la doctrina de la inspiraci6n, creianque debian oponerse a la explicaci6n hist6rico-criticade las circunstancias originarias de los libros biblicos.Esto dur6 hasta nuestro siglo, hasta que se impusoen la teologia cat6lica la idea de que se habian mez'clado, sin legitimaci6n interna, dos sistemas diversos

las consecuencias (supuestamente) inaceptables parael dogma sobre el cardcter humano-divino de laBiblia.

Nos asusta ver que fuesen necesarios siglos paracaer en la cuenta de estos erroresi pero hay que sercomprensivos. Porque los representantes de la cienciabiblica hist6rica la defendieron precisamente asi, yademiis con los resultados de su investigaci5n facili-taron a la Iglesia el que declarase su actividad comofalsa ciencia y obra de Sataniis. Hoy ya nos damoscuenta de los extrafros frutos proporcionados por laciencia biblica de los siglos pasados. Ella misma seha corregido entretanto en medida admirable. Enton-ces/ no s6lo se presentaba una imagen contraria a laantigua idea del origen de Ia Biblia, sino que se duda-

5958

todo, si tenemos ante la vista e1 siglo pasado' hay

que mencionar una t"ut" pti*"'" qu"tto tiene nada

;;;;;;;la doctrina ecl'esiiistica' la falta de fuerza

::il;;il;i; ;;,6k; J"-e"to"'"'' I-a supresi6n de

i"rl..tiltt y la secularizaci6n aniquilaron una parte

;ffi;"bla a. f" otg*irzaci6n iientiftca cat6lica;

ilJ;;;;t.i"t j" titot h"thos fueron duraderas'

A esto se afiadi6 h il;; terrible que ofrecia la

ciencia biblica qu" ." attutiollaba fuera de la Iglesia'

ii;b;; io*"do pronto un cardcter com'loativamente

anticristiano. gr, "o'iti"

at U critica hist6rica lu-

:il;;E;;todo, tont'o las ideas-hasta ahora vigen-

t.. ."ft" el origen de los libro-s biblicos concretos'

Contra las opiniones tradicionales sobre autor' tiem-

;;'J; .";posici6n,.situaci6n originaria de los libros

biblicos, que para er Antiguo Testamento apenas ha-

il""';h;o'aoa" "fjui"lttto antiguo Y q{e.re}a;

cionaban la mayoria dJ los libros con personalidades

ffi;;' il -i"'ftitt"ti" -t"luiqtu'

como. Mois6s' los

;;f*;, ei rly David, el rey Salom6n' los dos prin-

:il E ios ipostol"t, Peiro y Pablo' se esboz6

;ii;; J-p"iioao de la critica literaria una ima-

il'ffi aif!r.".i"a" dti ptot"to de formaci6n de

la Biblia, que hoy mismo procuramos perfeccionar

' ari"t"ti.i"r, ,oUi"ioao to" lot nuevos m6todos de

i' ht;#il; i;;i;;" v de la historia de las tra-

diciones.*^*t-i" edad media, con su. complejo de tradici6n

..l.liarti.",la antigua idea del origin de la Biblia ha-

bia crecido intimainente *id" ton la odoctrina de

la inspiraci6no, t. Jtti' con las verdades teol6gicas

."it"'.i""gen divino de la sagrada Escritura' Dentro

a. f" at"Aior, t"otOlit" cat6lica esto. se asemejaba-a

ilqi,J;ffi;; he;rina' a(tn m6s cerrada' de la

de verdades. Lentamente se ue la doctrina de

En el siglo pasado esto no se veia afn, y se re-la investigaci6n hist6rico'critica a causa de

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MfToDo Hlsr6Rrco-cRiTIco INVESTIGACION HISTORICA DE LA BIBLIA

de las dos fuentes sin6pticas - y/ generalrnente, ensentido de rechazarlas. Asi era imposible una dis-cusi6n prlblica de estos problemas dentro de la teo-logia cat6lica. Las publicaciones que lo intentaronquedaron incluidas, la mayoria de las veces, en elIndice.

Quiz6 la situaci6n nunca fue tan desagradablecomo en los primeros decenios de nuestro siglo; por-que durante el siglo pasado,lamayoria de los escritu-ristas cat6licos podian estar de buena fe al rechazarla investigaci6n hist6rico-critica. Pero ahora no ocu-rria lo mismo. El quq no queria violentar su coq4enclAdebia acudir al subsuelo cientiftco. Surgieron doc-trinas secretas que no llegaron al priblico catdlico, nisiquiera a los estudiantes de teologia. En esta 6pocaquizils sea mds clara que nunca la actifud ambiva-lente de amor-odio de la Iglesia cat6lica ante la in-vestigaci6n hist6rico-critica. Porque el mismo papaPio X, implantador de este duro sistema vigente du-rante decenios, es simultiineamente el fundador delPontiftcio Instituto Biblico de Roma, que tuvo comoprograma desde el principio el trabajar con mdtodosestrictamente cientiftcos. Se dispuso que s6lo podrianenseffar ex6gesis biblica en las ciitedras de teologiacat6lica los que obtuviesen la licenciatura del Ponti-ftcio Instituto Biblico o de la Pontiftcia Comisi6n Bi-blica, atn miis dificil de conseguir. Asi, en el cursode unos decenios, se formd un grupo de escrituristas,que adopt6 una actitud completamente nueva antela investigaci6n hist6rico-critica, y que cada vez es-tuvo m6s capacitado para manejar por si mismo losmdtodos criticos.

De este modo, en los affos treinta, bajo un silen-cio e inmutabilidad superffciales , habia surgido una

6L

ba tambidn a gran escala de las historias de Israel'-de

ffil,f ;; ta "Gt..iu primitiva. narradas en- la Biblia'Tumbign aqui si present6 una imagen contraria; pen-;;; .; una de'las obras m6s impo-rtan19-9 del siglo .;;;;A;'i'" c'iiiirttt, Israels de iulius \wellhausen ftiis78,'..lia"nes posteriorcst Proleqotnena zur Ge'

Iltt'iririltiiittl, y en todo lo que fue llevado al ex-

it"t"o ." los decenios siguientes, partiendo de estos

pf"tr,."*i""tos' Entretattto nos hemos apartado mu-

cho d. este sistema tan dogm6tico y.que se presen-

taba como perfecto. Por eso, quiziis debemos conce-

J.. .r, parte a los circulos cat6licos que se le oponian

; ;i;ti" sentido sano para lo hist6ricamente posi-

Ui" u p.ob"ble. Pero ",[o

no disculpa, en deftnitiva'

;;.iitti negativa fundamental: al negarse "

p1rti-

cipir en la investigaci6n, se privaban de los medios

.iioa"fogi.o, y tifl.1o. que a-yqd{an a una mejor

investigaci6n hist6rico-critica de la Biblia'

La ciencia biblica cat6lica 1o vio p-oco a poco a

ftn"l.i J.i tiglo pasado' En 1903 Pulligaba Marie-

;"'d i;;;"G:ilndador de la oEcole Bibligue" f1 4J"*i"len,"su escrito La mdtbode bistoriQ.ue; €fl '"

igo+ Frun Hummelauer la obra Exegetiscbes. =.u' *-tiii;itio"t'Jrage' Ambos se alejaron de la poldmica t

; rffi;Jon-la colaboraci6n positiva en la investi-

;ft; hist6rico-critica de la Biblia' Estos plantea-

mientos nuevos q,red",on incluidos al punto en las

controversias intraeclesi6sticas acerca del "moder-;i;;";. Se fund6 entonces la Pontiffcia Comisi6n

ililil;;;q;; promulg6 en los afros siguientes toda una

tari. .i"'"aecretosi en los que :e tomaba p-ostura

sobre las tesis capitaies corrientes de la ciencia biblica:;; critica bel Pentateuco, Deuteroisa(as' teoria

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MfToDo HIST6RIco-cRiTrcorxvnstlcact6N r:rst6nrce DE LA BTBLTA 6)

Comisi6n Biblica del21-4-1964 sobre la verdad his-t6rica de los evangelios, que valora expresamente losm€todos de la historia de las formas.

Fue necesario/ porque hasta hoy se dan de hechodentro de la Iglesia cat6lica grandes fuerzas que exi-gen una revisi6n de la actitud positiva ante el m6todohist6rico, sobre todo en ltalia, en los circulos inte-gristas del catolicismo francds y en los Estados Uni-dos. En la fase preparatoria del Concilio Vaticano IIestas fuerzas volvieron a manifestarse/ pero su es-quema sobre las ..fuentes de la revelaci6nt', que hu-biese sido destructor para la ciencia biblica cat6licaactual, fue rechazado en el primer periodo del conci-Iio, en noviembre de 1962, por la mayoria de losobispos. Se traba;6 durante varios afios en un textomejor que por ftn, poco antes de la claustrra del con-cilio, e[ 18 de noviembre de 7965, fue aprobado so-lemnemente casi por unanimidad como la constitu-

g ci6n dogmiitica Dbi Verbum. Esta se halla en la linea''-

de la Diuino afflante Spiritu. Repite los principiosde esta enciclica con la autoridad de un texto con-ciliar.

Con esto quiziis haya llegado el ffn de esta historiatan cambiante, tan triste y lastimosa, aunque hist6ri-camente comprensible, del odio-amor de la Iglesiacat6lica a la ciencia biblica hist6rico-critica. Con estono decimos que ya no existan problemas' La oposi-ci6n intraeclesidstica perdurarii seguramente' Hemosde esforzarnos en persuadirla y ganarla, si no quere-mos vernos siempre envueltos en nuevas crisis yen pequefias luchas inritiles.-Peio

esto es 1o de menos' -Sobt.

toaq n"v-rc.relacionarse. con mucha mds i?r-lEfriidiffiue antes,

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IIj , ,

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situaci6n completamente nueva' Al mismo tiempo' la

;ieili; ;iHi." ttirtoti.o-critica habia pas-ado fuera

de la Iglesla cat6lica por numerosas evoluciones y

itt*, i.tpuds de una iierta relativizaci6n de la pro-

;i;;Ai.;'.titicoliteraria que todo lo -dominaba an-

t.t,'a.*"et del influjo de la arqueologia y de las

;;;;.1;;;.t;ntales sobre el cuadro hist6rico, tras los

nuevos intereses suscitados por la teologia dialdctica

;;;;i;.i;" con la problem6tica teol6gica, ofrecia una

irr*.n por la que-podia tenerse la impresi6n de que

ri ti.not era pbsibie comenzar un didlogo sin tener

;;';;t;tt.'" .t..."tos esenciales de la propia fe

cat6lica.--'El ft*po estaba maduro para-una nueva actitud

d"l m"si.tirio eclesiiistico que diese priblicamente

;i;"; A-.;..ho y plena libertad a la ciencia biblica

hist6rico-critica que ya existia de facto' La ocasi6n la

oi.eciO un fan6tiio movimiento pneumiitico-anticien-

;ft;; ef cle.o italiano, dirigido pol y" sacerdote

o".1"-o."ttaba bajo el seud6nimo Cohen-El-y que

iir;;;G toio .ottt." el Pontiftcio Instituto Biblico

deRoma. En 7941,Pio XII redact6 contra ellos una

;;h. a los obispos italianos' Miis tarde-,la elabor6

convirti6ndola en un pequefro tratado sobre los m€-

todos de la ciencia b?Ulica cat6lica, que public6 en.

1943 como la enciclica Dioino afflante Spiritu' tt'- -e

p".tit de este momento, el magisterio eclesi6s-

ti.t"tla f""damentalmente de parte de la ciencia bi-

blica histOrico-critica, como se manifest6 en nume-

ioro, do.u.entos poiteriores, sobre todo en la carta

.1. iu Cotniti6n Bfolica al cardenal Suhard del 16-1-

iga8, o..t.a de la divisi6n de fuentes en el Penta-

*.J v t"tre la historicidad de la historia biblica

ptirnitiuo, luego, en la instrucci6n de la Pontiftciarelacionarse, con mucha mds itltensidad que antqs,con eI m4odthist6ri co- crillqq. La nueva generaci6n

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EL PASADO ES OSCURO

este pasado tiene valor para el contacto con la Biblia.En mi opini6n, no es necesario decir nada m6s parajustiftcar el m6todo hist6rico-critico en la exdgesis.Yo veo encarnado este ethos de la luz en uno de misprofesores, que se habia especializado en los textosdel segundo milenio antes de Cristo encontrados enUgarit. Sus lecciones acostumbraban seguir un es-quema ftjo' iHagan el favor de abrir la Biblia! Leaneste texto; este otro. iQu6 dicen a este o al otro pro-blema? Voy a decirles lo que aftrma la investigaci6nanterior. El Sefror A dice esto; el sefror B esto. San Je-r6nimo pensaba lo siguiente. cEstiin satisfechos conalgunas de estas respuestas? No, deian oscuros taly tal puntos. Pero, entonces llegaba el punto culmi-nante/ tenemos desde hace poco un texto nuevo deUgarit que lo ilumina todo. Y seguia la soluci6n delproblema con la ayuda de uno de los textos ugariticosque se acababan de publicar. Vemos el pathos queaqui resuena: el pathos de la luz en la tiniebla del pa-sado. Resulta especialmente fdcil cuando la arqueolo-gia proporciona nuevas fuentes y restos con los queavanzamos realmente; y el sentimiento del progresode la ciencia tambidn se extiende con facilidad a unamplio priblico mediante escritos de vulgarizaci6n.La ciencia en sentido moderno es dominio. Las cien-cias naturales desembocan en la tdcnica. Las cienciashist6ricas no pueden convertirse tan inmediatamenteen potencias. Sin embargo, el pasado ya iluminadoes un fragmento de una realidad miis dominada.

Pero he expuesto todo esto para decir ahora locontrario. Desde luego, no pretendo retirar lo que hedicho sobre la fuerza esclarecedora de la investiga-ci6n hist6rica/ pero esta investigaci6n ilumina al pa-sado de tal forma que sus tinieblas se hacen simultii-

5

65lrEtopo rrrsr6nrco-cnfrrco

de exegetas cat6licos no debe seguir combatiendo por

el derJcho de este mdtodo. Le parece algo natural'

Le aburre hablar sobre su sentido y necesidad. iPeroestamos seguros de que pertenece realmente a los

animales dJmesticadoi: tEt realmente un caballo de

labor con el que pueden abrirse tranquilamente los

surcos, para ver crecef miis tarde la cosecha del co-

nocimiento? cO se mostrar6 talvez un dia vengativoe impasible como un tigre sefrorial, pero aniquiladorZ

Quizris dependa de nosotros 1o que suceda de ello'

[ho." s6lo intentaremos reunir y aclarar algunas ex-periencias tenidas en el contacto con el m6todo hist6-rico-critico en la ciencia biblica.

tl pasado es oscuro

La investigaci6n hist6rico-critica trabaja bajo el

signo de laluz. Sabe que dispone de medios para pro-yJctar luz sobre el pasado- Preguntamos, hasta las

,iltirnu. consecuenciit, pot lo que realmente fue- y

sucedi6. Rompemos las im6genes aparentes dibujadas

oor el pasado e iluminamos el verdadero paisaje invi-

ribl. hutt" ahora. El que no experimenta, al menos de

vez en cuando/ la embriaguez de iluminar el pasado

oscuro y de abrirse paso hasta la realidad, no puede

trabajai hist6rico-criticamente. Es un valor en si mis-

mo conocer lo que sucedi6. Buscar esto met6dica-mente es lo que da su sentido a la investigaci6n his-

t6rico-critica.Lo dicho tambi6n es viilido en el dmbito de la

ciencia biblica. I-a Biblia viene del pasado y a menu-

clo 1o descubre. Todo 1o que ilumina con mds claridad

Page 34: Lohfink, Norbert - Exegesis y Teología.pdf

rrlf,rono rrrst6nrco - cnitrco

neamente mds densas. Creo, al menos, que deboex- Museo Britdnico y en el Louvre. Sabemos con mdsexactitud lo que vio Ezequiel; pero todo se ha weltomds incomprensible. Porque no comprendemos aesos animales alados; nos resultan demasiado durosy silenciosos. Por ello advertimos lo lejano que resul-ta el mundo de vivencias de Ezequiel y Io oscuras queson sus aftrmaciones simb6licas.

Demos un nuevo paso hacia las tinieblas. Cadavez conocemos con mds exactitud los g6neros de lostextos biblicos. Sabemos, por ejemplo, que determi-nados textos sobre Abrahdn son leyendas. Antes losconsiderilbamos nalraciones inmediatas de hechoshist6ricos. Nos imagin6bamos la 7uz de los textoscomo la luz del acontecimiento hist6rico. Ahora eltexto es s61o un ffltro. Es verdad que habla de unacontecimiento. Pero, al conocer con mds exactitudsu gdnero literario, el acontecimiento se vuelve mdsconfuso. El texto no tiene los ,misnlos intereses quenosotros: ver exacta@

@eq 16;hist6rico; pero este conocimiento perrnanece en vilo.56lo podemos admitir las tinieblas y saber que conesto nos hallamos mds cerca de la luz y de la verdadque Ia interpretaci6n anterior, que se creia acertadacuando de hecho se estaba engafrando sobre el 96-nero literario. Pero todavia seguimos sumergidos enuna gran oscuridad.

Y ahora demos un nuevo paso hacia las tinieblas.Debemos crear hip6tesis, debemos construir sobre6stas otras nuevas; de 1o contrario, nunca tendremosuna visi6n de conjunto. Pero toda hip6tesis indicaque tambidn podria haber sido de otra forma. Estaposibilidad de error hay que recogerla en el resultado

EL PASADO ES OSCURO 67

*

todo se nos haya vuelto afn miis oscuro''--lpn qu6 se funda esta sensaci6n de que al aumen-

tar la luz aumenta la oscuridad? -Cuando se estudia una nueva tuente o un nuevo

resto, se advierte con frecuencia cudntas otras infor-

;;;t;t nos faltan todavia' Antes de que se descu-

bri.r.n los manuscritos del Mar Muerto, no se sabia

oraJ."."nte nada acerca de la comunidad de Qum-;;;.

-Ah; sabemos mucho, rnuchisimo sobre ella'

Pero tambien sabemos la cantidad de manuscritos

timonios ciertamente p.ididot' Puede ser tambi6n un

i..t" trUti." que, al entenderlo mejor, -se vuelve m6s

"t.ti". A"t.si cuando leiamos la visi6n de la voca-

;i6"^;; i"equi.l, deidbamos que nuestra fantasia

,it.".ti"t. libremente sobre los vivientes misteriosos

o.l. "n

ella aparecen. Ahora hemos de compararlos

;;; b;;;i;t de piedra que se encuentran en el

-:A:*'.u.ede casi siempre. No ha de tratarse de tes-

verumos

Page 35: Lohfink, Norbert - Exegesis y Teología.pdf

ul

68 M6ToDo HIsr6RIco-cRiTIco

del proceso del conocimiento' Lo cual indica que el

verdadero conocimiento no puede expresarse me-

diante una frase. l-a frase que describe el resultado es

clara y univoca. Pero s6lo se la entiende exactamente

.,,"ndo se conoce toda la argumentaci6n que lleva

hasta dicha frase; de lo contrario, no se sabe nada

cle las ideas oscuras que contiene. A menudo no se

consigue una formulaciOn y hay que dejar abiertas

clos o tres posibilidades. Entonces no conocemos en

forma de un luicio concluyente sino en forma de pon-

cleraciones. El movimientb circular de esta forma de

conocimiento/ que no consigue el descanso del saber

deftnitivo, ".'.o*o

la luz de un faro que atraviesa la

noche recordando la osctrridad del cielo'Cuando uno ha trabajado hist6ricamente duran-

te afros y vuelve despuds de mucho tiempo a un ob-

;"to, p"6a. suceder qu. u." las cosas de forma total-

i".titi, diversa. Esta vivencia puede revelar a alguno

1o mucho que esti influido el conocimiento del -pa-

r"ao pot los problemas que nos intere-san y.que plan-

teamos a nuestros textoi y testimoniot..!gl9-:" itg

EL PASADO ES OSCURO

*i"l""o".ir" o". r" ot. ti*g"*t*":' Siato eer-manece oscuro, porque no sospechamos la-plruIa

Una riltima diffcultad. El mdtodo hist6rico es tancomplicado, el material a considerar tan abundante,q.re la investigacidn histdrica no puede ser obra deun individuo particular. El m€todo hist6rico es unainstituclon .*i"t. l-" sqm

tremen-

@ reflexiones de mi colegacuyos resultados leo en su libro y trasladarlas a mireflexi6n propia como punto de partida. No conoz-co tan a fondo como 6l la demostraci6n a base de hi-pStesis que le han llevado al resultado ftnal. De estaTorma introduzco en mi investigaci6n hip6tesis in-controladas que no conozco en cuanto tales. 561o sdalgo general sobre este hecho. Y esto no s6lo mesucede a mi, sino a todos los que contemplan el pasa-do basiindose en otros. Quizds alguno no ha traba-jado a fondo y yo, sin embargo, utilizo sus tesis' O al-guien se ha equivocado y ahora forman corro las con-secuencias de su error, irreconocibles ya en su pro-cedencia, aunque quizds se haya descubierto hacemucho la falta originaria. Todo estii revuelto, y laslineas que antes se separaban se entremezclan ahoraen cualquier sitio. El teiido se gasta. La investigaci6nse corrige en el proceso de la investigaci6n misma.Se eliminan errores/ nuevos conocimientos son lle-vados a travds de venas misteriosas hasta los lugaresmds remotos del proceso, y asi no es necesario dudar.Fero una cosa es clara, nadie se encuentra por encimade este proceso. Cada uno es sdlo un hilillo, y nadiesabe con exactitud en qud parte del coniunto se en-cuentra. El resultado total de la investigaci6n hist6-rico-criti6ffi' toanece a nadie. (iO pertenece a uno que lo posee total-

frinailoJ]ito se confirma siempre en

pues los mismos. Fero tenemos preguntas nuevas'

V asi los resultados de los trabajos antiguos resultan

insioidos e insuftcientes. Y a uno que venga detriis

il" *i, cno le resultari tambi6n insipido lo que yo

veo afrora? De nuevo surge la sospecha cle que la

luz clel conocimiento se mueve sobre ttn abismo de

tinieblas.

"ffiua literatura cientifica' Es po-

sible que entretanto no hayan aparecido nuevas fuen-tes. Los fundarnentos de li investigaci6n hist6rica son

Page 36: Lohfink, Norbert - Exegesis y Teología.pdf

,&s

&r$

;&ihl r

r7Q MfToDo HIsr6Rrco-cR(TIco

mente? La enciclica Divino afflante Spiritu dice alhablar de la ciencia hist6ricar ..Todo conocimientohumano... tiene una dignidad y elevaciSn innatas,porque es una participaci6n ftnita del conocer infi-nito de Dioso.)

Con esto cerramos la comunicaci6n sobre la ex-periencia de que el pasado es oscuro. Quiziis se hahecho claro cu6n fuerte, inevitable y sin embargoprofundamente positiva es esta oscuridad del saberhist6rico-critico. Acaso el miedo de muchos hombresante la consideraci6n hist6rico-critica de la Biblia sebasa en que advierten que perderdn esa luz superftciala la que istdn acostumbrados, y que con la nueva luzvendrd tambi6n esa extraffa tiniebla que no son ca-paces de comprender y a la que temen.

llistoriogralia e interpretaci6n

diferenciarlos. El m6todot'U|'l" ;iJffi 'Jo,npr.r,d" una cantid-ail;-Ai;;;;4;t[itl&i"o. medio-s y reglis 4. ju:e.o que sirven para. responder

ientiftcamente al problema hist6rico. El problemaclent lncamenfe ar Pluurt l l ra l l lsLur lLU. Ll PrvurLrr t4

A,.L\.*^"hist6rico se pregunta por lo que realmente sucedi6.

rrrstonrocnerf.r r rNlrBnpnEtacr6N 7I

problema hist6rico. Diria: ctuvo lugar realmente el

diiiloeo narrado? Quiziis se constate que no tuvo

lusarl Entonces podria uno preguntarse hist6rica-mInte, aunque el diiilogo haya sido inventado, ires-ponde con ftdelidad al cariicter de S6crates y a su

i6*i." de discusi6n? Esto seguiria siendo un pro-

blema hist6rico. Por el contrario, ya no seria proble-

ma hist6rico en sentido estricto si uno se preguntalo que el texto quiere decir realmente, y si comienzaa discutir el teml tratado por el texto, es decir si co-

r i ,

ifl

III

I

ci6n se unen

esto es un caso

texto conocemos sus circunstancias o

De todos modos, historia e interpretaci5n estiin

relacionadas. 56lo entendemos las aftrmaciones de

Ui*;i.i.., puede referiit. i utt hecho pblitico-, -espiritual,

reli-gioso, o de cualquier otra clase, del pasado; peroiiempre quiere saber lo que sucedi6. Cuando unotiene que v6rselas con testimonios del pasado, sobretodo Con textos antiguos, tambidn puede, y esto eslo que nos interesa ahora, plantear problemas distin-tos del hist6rico. Por ejemplo: cuando uno lee undidlogo de Plat6n, puede plantear naturalmente el

sus aftrmaciones (y para esto hay que interpretarlo

orimero, independientemente del problema especift-

co). Ambas actitudes espirituales de la historia y 4ela interpretaciSn se hallan pues en una relaci6n de

ica en el planteamien-ima a los textos an

i6n hist6rica

ahora entre el mdtodo hrs-t6nqo-J-glilGt6rico Hasta ihora hemos hablado de ffi6rica, ento4cgs se trata d9-

un acontecimiento o de un coft9ntd!-pl9lerlto/ y el-

texto es s6lo un medio para el fin que pr€tend€lnos:

Jgri"r_A Ia inversa, uno s6lo puede valorar un. texto comofuente hist6rica cuando ha entendido de antemano

Page 37: Lohfink, Norbert - Exegesis y Teología.pdf

72 MfToDo Hrsr6Rrco-cRfTlco

condicionamientos mutuos. Por eso el mdtodo hist6-rico es imprescindible, no s6lo para la problemdticahist6rica, sino tambi€n para la interpretaci6n de untexto antiguo. Su utilidad supera el circulo estrictodel problema hist6rico.

Pero esto es secundario. El problema decisivoconsiste en saber en qud consiste la ciencia biblica.cEs historia o interpretaci6n? Plantear Ia preguntasigniffca responderla; al menos para el te6logo cris-tiano. El practica la ciencia biblica no por un interdsgeneral en el pasado/ como podrian practicarse laexdgesis del Coriin o los estudios sobre Plat6n, sinoporque determinados textos antiguos, los libros bi-blicos, tienen para 6l un valor especial. Los considera,iunto con otros hombres que se llaman cristianos, pa-labra de Dios. Por tanto, 1o que le interesa primaria-mente son las verdades de estos libros. El interds his-t6rico por el origen de estos libros y por el contornoreal de los acontecimientos en ellos narrados es se-cundario; se da en cuanto que sirve para interpretarestos textos. En la prilctica aplicarii el problema his-tdrico al iimbito temporal y cultural de la Biblia enla medida en que le sea posible, ya que nunca sabed6nde podrii surgir algo que exija ser interpretado.Sin embargo, su interds autdntico se centra en el textoy en sus affrmaciones. Es posible dialogar con el texto.Es posible aceptar y entender el tema del que habla.La aceptaci6n del contenido del texto en una aftrma-ci6n propia es 1o que llamamos fe. El hombre se sitfraen el mundo y en la visi6n de un texto, es decir deotro hombre. El horizonte del hombre de aquelladpoca y el horizonte propio quedan entremezclados.Si sucecle esto, o si el intdrprete consigue comunicar

grstonrocneril, n rNtBnpnstect6N 7,

este resultado a sus oyentes, se ha cumplido Ia misi6nde la ciencia biblica. La ciencia btblica es interpreta-ci6n.

Habria que decir rnuchas mds cosas sobre esto.Todo lo que hoy se investiga bajo el tdrmino <<pro-blema hermen6utico)) aparece aqui. Al menos/ consta-ternos una cosa: el cardcter secundario del problemahist6rico en el iimbito de la ciencia biblica hace f6cil-mente soportable el aspecto siempre fragmentario ytenebroso de la investigaci6n hist6rica. Con tal queesta oscuridad no afecte esencialmente al texto pode-mos estar tranquilos, porque lo importante en el did-logo interpretativo no son/ en deftnitiva, los hechoshist6ricos, sino el sentido expresado,la toma de con-tacto personal con 1o que constituye en el texto unaverdad; en el fondo, con el hombre o grupos de hom-bres de los que procede el texto, en deffnitiva conDios, cuya palabra aparece para la ciencia biblicaexpresada en el texto. Asi, la oscuridad que brotadentro de la interpretacidn hist6rica resulta de pocaimportancia, ya que s6lo se da en el iimbito de losmedios complementarios.

Este hecho no puede fundamentarse hist6rico-criticamente. Presenta el espacio previo dentro delcual Ia ciencia biblica choca con el problema hist6ricoy se ve forzada a utilizar los mdtodos hist6ricos. Unapregunta distinta es naturalmente si Ia ciencia biblicacomo interpretacidn, y como interpretaci6n de estostextos/ es fundamentable. En esto se dividen las argu-rnentaciones cat6lica y evang6lica. Por el contrario,existe unanimidad en gran parte de escrituristas evan-g6licos al juzgar la ciencia biblica como interpreta-ci6n y, por tanto/ al relativizar la consideraciSn his-t6rica.

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74 MEroDo Hlsr6Rlco-cRfTrco

f,a comprensi6n de la realidad

El problema hist6rico no se puede plantear s6lodentro de la ex6gesis biblica. Tambi6n podemos plan-

tearlo, para el mismo ambiente cultural y temporal/independientemente de este tipo, como puro proble-ma hist6rico. Esto sucede raras veces/ s6lo por mo-tivos pragm6ticos, porque en el i{mbito de la Bibliahay ya irabajando un gran nfmero de te6logos.cSucedera lo mismo en ambos casos/ o surgirdn dife-rencias? Para captar el problema en su dureza/ pre-

suDongamos que el historiador no es cristiano; mejorafn, q-ue es atio. cOfrecer6 en 6l el m6todo hist6ricoel mismo aspecto que presenta en un exegeta cris-tiano?

Quisidramos decir: si. Porque el mdtodo es elm6todo. Pero, examinando mds a fondo, observamosque las cosas se complican. El m6todo hist6rico no sefunda a si mismo, sino que presupone una ampliavisi6n de la realidad. Esta visi6n de la realidad quele sirve por ejemplo como medidapata iuzgat la com-petencia de las noticias, no puede creada por^ sirnir*o. En el peor de los casos, es una visi6n no refle-ja y acientiftcl d" la realidad que el historiador pone

de-su parte; en el mejor, es una visi6n de la realidadque es tomada conscientemente de otras ciencias queconstituyen un presupuesto l6gico' r

Traigamos, ante todo, un ejemplo inofensivo: alconstatar la autenticidad de testimonios antiguos jue-

gan un gran papel las reflexiones sobre la probabi-

lidad psicol6gica. El Lebrbuclt der bistoriscben Me-tbode', de Bernheim, habla repetidamente de ello.

r,l coupnenst6N DE LA REALIDAD

La seguridad del juicio hist6rico depende esencial-mente de la comprensi6n e intuici6n psicol6gicas delhistoriador. Pero no s6lo la psicologia es un presu-puesto. Lo mismo puede decirse de la sociologia, delas ciencias naturales y, en deftnitiva, de la ftlosofiaque fundamenta a todas las ciencias. Cuando un

bien, si un historiador opera con una vi-si6n de la realidad en la que no toman parte ni Diosni el milagro/ se comportarii de forma distinta antetextos en los que aparecen Dios y el milagro, que elhistoriador para el que Dios y milagro son conceptosrealizables. Se situar:ln de forma totalmente diversaante el valor hist6rico de las verdades enunciadas porlos textos en cuesti6n. Con esto no decimos que unhistoriador que cuenta con Dios y el milagro debaaceptar automdticamente como histdrica toda narra-ci6n milagrosa. En principio, s6lo se trata de que nola considere a priori como hist6ricamente inserviblepor el simple hecho de que nalre un milagro. Par:aexaminar el valor hist6rico de un texto hay que utili-zar otros criterios. S51o que este empleo tiene sentidopara un historiador creyente/ mientras que el ateo no1o necesita.

historiador de tales

Estos hechos hav aue cnnsi'1""'"lns incondiaia-lmente en el trabaio hist6rico. Como va se ha di-ffisoEllfiffilifri6-

de ot@jar6 de tener en cuenta lavisi6n de la realidad que le dirige en su trabajo, y de

otro in

poner mayor o menor confianza en sus resultados.

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76

No todos los exegetas estiin de acuerdo con estaexigencia. Hay quienes piensan que en el trabajo- his-t6rico hay qui situa.se en la visi6n de la realidad que

resulta espontiinea a todos los contempor6neos yque puede ser realizada por todos. La "honradez in-tllectud" asi lo exige. Peio, cpuede signiftcar la ..hon-radez intelectual,, que por la capacidad de diiilogo sesilencie rdpidamente el problema de la verdad? Natu-ralmente,

-puede tener sentido en una situaci6n de

didlogo el colocarse en el punto de partida del inter-locutor. Pero, en caso de que uno crea ver la verdad,habrd de intentar honrada y comunitariamente rom-per y ampliar la estrecha visi6n inicial sobre el tema.tr .l .,rrio de la investigaci6n hist6rica. Esta seriauna empresa que coffesponderia en la teologia siste-miitica ;at6lid a la teologia fundamental, a diferenciade la teologia aut6ntica,llamada dogmiitica. Pero estono puede ser todo. Tambidn hay que poder partir delproblema que plantea de paso la autdntica conciencia'de

la verdid. Una constataci6n fundamental del in-vestigador hist6rico sobre una visi6n de la realidadque siguiese la opini6n de la mayoria de los contem-poriineos no seria cientiftca, porque la verdad no ra-iica en que los hombres se pongan de acuerdo. Si esverdad que la investigaci6n hist6rico-critica n-o puqdepracticaise sin que entre en iuego toda una ftlosofia,habrii que soportar la existencia de diversos mdtodoshist6ricbs, de acuerdo con la pluralistica situaci6nfflos6ftca y teol6gica de nuestro mundo.

Esto no signiftca que se rompa la comunicaci6n;porque la inveitigaci6n hist6rica no queda absorbidain li visi6n previa de la realidad. La comunidad entretodos los investigadores hist6ricos va leios, muy lejos.Tambidn seria totalmente falso y absurdo acusar de

r-e couPneNsr6N DE LA REALIDAD 77

acientiftco a un historiador que no participe de nues-tra visi6n de la realidad. Puede trabajar sin erroren el iimbito de la historia. Porque aqui el aspectocientiftco s61o puede ser medido por el empleo de lasreglas del m6todo. Otro problema, sin embargo, es sino puede pensarse que el investigador en cuesti6nhaya conseguido acientiftcamente la visi6n de la rea-lidad que aporta. Entonces se trataria de un acienti-ftcismo ftlos6ftco, no hist6rico.

La situaci6n se complica por el hecho de quenunca podemos reflexionar plenamente sobre la vi-si6n de la realidad que impulsa a un investigador.La recogemos por medio del lenguaje y en el mundo,y n.rnci podemos captarla de forma que sea posibleun juicio y un distanciamiento.-Preciiamente

en el dmbito no sistematizado de lavisi6n de la realidad se dan tambidn profundos pun-tos de contacto entre las situaciones, aparentementetan irreconciliables, de nuestro mundo pluralistico..Tanto los investigadores no creyentes como los cre-yentes est6n sometidos a cambios transitorios de lavisi6n de la realidad de la que es posible una varianteatea y otra teista. Un ejemplo lo constituye hoy laproximidad antropol6gica de ftlosofia y teologia, quemuestra muchas correspondencias con la visi6n ateade la realidad. Apenas puede determinarse en qudsitios y en qud forma se aplicar6 esta convergenciaantropol6gici al trabajo hist6rico-critico sobre la Bi-blia. Sin embargo, puede deducirse claramente porel resultado que se sucede de una profundidad ape-nas iluminable reflejamente. Asi, en el dmbito de laex6gesis veterotestamentaria, la historia salviftca de1os libros biblicos, objetivamente descrita, es intro-ducida cada vez mds en una historia de tradici6n de

rraEropo rusr6nrco - cnftrco

Page 40: Lohfink, Norbert - Exegesis y Teología.pdf

tl

78 MfToDo Hrsr6Rrco-cRiTlco

gran estilo, que no es mds que su correspondenciaantropol6gica. Pero tal interpretaci6n antropol6gicade la Biblia no es de ningrin modo atea. El que muchoscontempordneos se sientan tentados por e1la en su fey la consideren atea, s6lo nos indica que arin no noshemos esforzado de forma suffcientemente refleja porhacerla comprensible como una posibilidad de la feen su contacto con la Biblia.

Precisamente esta riltima reflexi6n era s61o detanteo y fragmentaria. Pero quizii sea lo m6s impor-tante. Es posible que 1o decisivo sea aqui - aludien-clo de nuevo a la imagen ya antigua que empleamosal principio - saber si en la ciencia biblica la inves-tigaci6n hist6rica se convertir6 en un caballo de mon-tar o en un tigre.

4

Los primeros capitulos de Ia Bibliadesde la intervenci6n de

Ias ciencias naturales

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Conferencia en una sesi6n de la Academia Cat6lica de

el 28 de matzo de L965. In€dtta.

asta no hace mucho, los te6logos y todos loscristianos pensaban que Dios habia forma-

do al primer hombre de barro, infundi€ndole despu6sun alma. Su ,opini6n era 6sta porque asi lo leian en suBiblia. Hoy dia 7a mayorta de los te6logos y de loscristianos cultos tienen otras ideas sobre los comien-zos de la humanidad, aunque leen la misma Biblia.cC6mo es posible esto? Hemos aprendido a distin-euir. Al leer Ia Biblia hav sue aceptar la verdad indi-cada, pero no la forma cultural y transitoria en guese expresa olcna vefoao. trn el caso oe los comlenzosffitica verdad dela Biblia se-ria: el hombre es criatura de Dios. Con respecto a laforma de expresi6n,habia que tener en cuenta la ideade Dios como un artista que modela su obra.

Ahora bienr seria contra toda modestia cristianay contra todo amor a la verdad aftrmar que los te6lo-gos han llegado a esta importante distinci6n sin lasuave ayuda e incluso la presi6n masiva de las cien-cias naturales.

6

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t8 JAI4IfTCOC OICUJOVII ESJAfUTAI4 ?AICI4SIO Y AIJAIA

-ils zslstnsiro asicnsir asl 1 ,sfuolosuprs sl suprogerqmeia Isirelsm nu nsnoirroqorq.slle roq zebslnsmsveurl slrelorq eup sJn:i'ro ougilns Ie erdoz oveunnor sisdsrT .aorildid aoJxsj aoisiv aol srdoa sulstn:rl rsnoqaib 1or[eb aizsgbxa 6l;(<aovsun> zoboJbm-glib abm aobolSm sb .,aobsasq eolgia eb ziasgbxs sl s-slil .oeirblzid aongnel aol ng aobsheq 1 aobsicnsreel sb ndi:sicngrglib sl sb sqbifisg .origdloel r1 ohsrgdsb sibsn ,iaA .lsrsneg ne 1od sbivomorq .asirnsicaotf,eq?s aoveun sul sl e rr6f,sersq6 eup sb garerirnbss[ sb ritrsq s scildid erdslaq sl gb zsnoianemib rgndirnstni nia ,oqm:il omaim Is sup r1 .sildi8 emaimasmsldorq zol s aslasuqaer ns[rua ,ebsasq eb omoc 'r1on eup Is old? .zglsrutsn asicnsb asl roq aobselnslq.bebilset n3 ..<sbsriler' sb iups rsldsrl sbsuq otae evsb nbicsrelcs snu gb agcgv asl eb s}ro1sm s[ slsrl gaI: roq eldiaoq sd:sd ,sionodmu:ni sb zotidmb eol-oet y eglsruJsn esicneic .aslrsq asdms eb oasqo:qTqrnglg_lie_rl?g1sqseeb asnoi:rllsrlnor asJ. . sfol

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-orq Ieb ns:gels sa aonsiiairr v aosolbst aodruMelzs sb

-obiug3enoo sildifl sl sb otneimironoo oviaerg

-edsc sl ns eds: ael on aorlo A .zobot on orgg .oborisl.nt .srgul sbasb o[uflni nu sarsrrg[s sbsuq eup ,6sorildid otxst lgb ndirslergrelni sugilns sl s sicnunsreb siroei sl 1 .scfublosl s]orjsb 6nu fev nsbsuq olba-xs gb srrnol 1 bsbrsv grlns eirsas:gn ndicnidib s[otneimirducne nu omor nsrsbianoc sl olba ndiesrqaogoldst aol,aolls srag .elorrgb sl gb o:itaibnsgsqotqrols.m.se.oc bup slnemshsio ngdsa ol,4 .obsluriqsc nsrirsldsrl eb rs[eb 1up aogoldsr aol odced rsdsd nshboq-sqas ,ensil sl gb srdmod r:mirq lgb nbicsnnol sl ebael .ogrsdmg ni? .zocflitnei: noa obnsur elnsmlsicsrl-eizslgl sl i? .ensilair: <<sbsrijgr> sl ssiliupnsrlni.aolls nemei .obneiosrl i-riugea ol ,ssr nmn obiluriqse

Ssiq ns i;rsbsup bup5 .zecnolne 1.obibnelxg

-r1um qod ilae obsim stzs iup'soereg

aogoldst aol eup bsbrsv zg oV7.obsbnul itzg on orsgsbsftno: zolls s nbirslgvgr sl n: obsluqinsm nslsd-aixg srl ndiasrq slae supnus \sfiretxe ndi-erq roq oidasl s. olnu[ .r6aei3o]q srsq sirsascen yum sis 11 obiteb Isi:sqae ne .a:lsrulsn esicneic asl eb nbirsrorrorq-nsqsbni einemsviteido l.nbbulovg sl sb snirtrob si-ildid siensir sl ns nbidmsl norsluflni .slle sb aglnsibo:Jngb sbzeb sldiaoq norsirirl sup astobsl aorlo sl-nslq asmsldorq aol 6 sreeuqaer 6veun 6nu rs.rlno3neeslnugsrq nsrg oldz ,svilinffsb nll .sreul gbasb aobsgJ.obom sae gb asbilimbs noreul sup zsvilsi:ini ens szsd ea aslgarbb sbsuq .'1od sup slzeuqasr eJ-ire[do o-req \eoveun aobotbm ne V ?oveun'aodtsrlsmaim s[ eb onrelni oridmb Isb nebg:orq eup \?ovs i._r6liaom 6 aom6v sup ol ag oJall .s:ildid sicngic

.noicsunilnor.scildid sirngir s[ e norebu.r4s ..aorllerl,, eovsuvT

n6

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84 BIBLTA Y CIENcIAS NATURALES

["a doble exPosici|nde la creaci6n

Desde luego, no podiamos esperar que al co-

mienzo de la Biblia se expusiese dos veces, y de dosformas totalmente diverias, el origen del hombre'Por tanto, el fen6meno es digno de toda conside-raci6n.

La creaci6n del hombre se narra por primera vezen G6n 1,26-37. Precede una palabra de Dios.

Dijo Dios: Hagamos al hombre a imagen nuestra,

segrin nuestra semejanza, y domine en los p-eces del mar'

.rr"lu. uu., del cielo, en loi ganados y en todas las alima-

fras, y en toda sierpe que serpea sobre la tiera'

Luego se constata la creaci6n del hombre de

acuerdo con esta decisi6n,

Y cre6 Dios al hombre a imagen suyat a imagen de

Dios le cre6; rnacho y hembra los cre6.

Sigue la bendici6n de Dios al hombre. En ellase les"promete expresamente el dominio sobre todala creaci6n. Obsdruese, por lo demds, que aqui no sehabla de un primer hombre, sino siempre de "elhombre' en sentido colectivo de "humanidad" o detros hombres con el verbo en plural' Una tercera pala-bra clivina indica a hombres y animales cuiil es su aii-n'rcnto. Luego se dice, poniendo ptmto ffnal:

Y asi fue. Vio Dios todo cuanto habia hecho, y he

aqui que estaba muy bien. Y atardeci6 y amanecid el dia

sexto.

rA DoBLE nxposrcr6N nB r.a cnBecr6N 8.5

Las fdrmulas ffnales nos indican el gran contextoque enmarca este texto sobre la creaci6n del hombre.Se trata de la obra de los seis dias, tal como apareceexpuesta Ia creaci6n en el primer capitulo de la Biblia.El dia primero cre6 Dios la 7uz; el segundo, elftrmamento; el tercero, dividlO el rnar de la tierraffrme, e hizo que la tierra produjese plantas - cuar-ta obra de la creaci6n, que se halla tambi€n en eltercer dia -. Con esto han surgido los espaciosc6smicos. Ahora se los llena con sel€s movibles. Elcl(a cuarto se da a los cielos el sol, la luna y las es-trellas; el quinto, se da peces a ias aguas y piijarosal aire entre cielo y tierra; el sexto dia, se dan ani-males a la tierra, es la sdptima obra de la creaci6n, y,por riltimo, como obra octava y defrnitiva, duranteel mismo dia,7a creaci6n del hombre. En el dia s6p-timo, Dios descansa de su obra y santifica el dia.

Es claro que en el dmbito de las ocho obras y deIos seis dias, toda la accidn creadora de Dios tiendehacia el hombre y culmina en 61. En la segunda narra-ci6n de Ia creaci6n del hombre tras cosas suceden deotro modo. Falta el sistema estrictamente realizado,y si s61o se considera la sucesi6n de las obras de Iacreaci6n, mrichas cosas del primer texto aparecenrevueltas. El segundo texto determina expresamenteque el hombre es la primera obra de Dios, al que s6loprecede la tierra desierta. Se dice, como encuadretemporal:

El dia en que hizo Yavd Dios la tierra y los cielos,no habia arin en la tierra arbusto alguno del campo/ yninguna hierba del campo habia gerrninado todavia, puesYavd Dios no habia hecho llover sobre la tierra, ni habiahombre que labrara el suelo. Pero un manantial brotabade Ia tierra, y regaba toda la superffcie del suelo.

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86 BIBLTA Y cIENcrAs NATURALES

Se dibula, pues/ concretamente la mafrana de la

creaci6n. iQu6 fue lo primero en suceder? El textodice en C&r 2,7 :

Entonces Yavd Dios form6 al hombre con polvo del

suelo, e insufl6 en sus narices aliento de vida, y result6

el hombre un ser viviente.

La continuaci6n del relato es conocida' Diosplanta un jardin, traslada a 6l al hombre y le da un

orecepto. Luego viene el tema de .'1a ayuda adecuadap"r"

"l hombie". Este no debe vivir solo, y por eso

se le busca una <ayudarr. Se crean los animales y sele presentan. Pero no le sirven d9 ..-ayydal Entoncescrea Dios a la mujer de la costilla del hombre y se la

muestra. Ella si es una verdadera <<?Yuda>>. Con estotenemos todos los presupuestos y puede comenzarla acci6n. Asi, en el capitulo tercero leemos la tenta-ci6n del primer hombre, su pecado, el interrogatoriode Dios, la condena y, ftnalmente, la expulsi6n del

iardin. La creaci6n del hombre, del iardin, de los

animales y de la mujer s61o representa la introduc-ci6n a lo que sigue en el capitulo tercero. Por el con-texto tam6i6n resulta claro que Gdn 2 habla de unaprimera pareia humana, mientras G6n t habia ha-

tlado simplemente de la creaci6n de la humanidad.Arin podemos encontrar otras muchas diferen-

cias entre ambas narraciones de la creacidn' Algunasde ellas surgiriin a 1o largo de nuestras reflexiones'A esto se ahade que la autdntica duplicidad a co-mienzos del g6nesii continfa en los capitulos poste-riores e incluso en todo el Pentateuco. A travds detodos los libros podemos seguir dos hilos expositi-vos que corren juntos, aunque en el fond-o son total-menti independientes. Esto conduio, en los comien-

LA DoBLE rxposrcr6n oE r-l cnrlcr6x

haber sido com

observada en la exposici6n de la creaci6n y de- su

tes del Pentateuco; algunas cosas saldr6n a la luz en

las reflexiones siguientes. Aqui debemos sacar, m6s

bien, las consecuincias teol6gica-s de esta duplicidad

ci6n de la creaci6n. Luego, en otro tiempo y ambien-te, el escrito sacerdotal con la suya. Finalmente' am-

bas fueron reunidas en nuestro actual libro del G6-

nesis. En realidad, los hechos fueron miis complica-

dos. La exposici6n sacerdotal no fue creada libremen-

te; es s61o el producto ftnal de una historia que se

zos de la moderna ciencia biil;ilica, en el siglo xvlll/ a

la tesis de que nuestro actual Pentateuco es una

unidad redaclional formada por numerosas exposi-

ciones hist6ricas paralelas, originariamente distintas'En los primeros

-capitulos del G6nesis son dos; -a

p".tit a. las narraciones sobre los patriarcas se afiade

un tercer hilo narrativo.El actual Pentxeuco pudo

ado

trasfondo hist6rico-literario. La Biblia es laDios. Pero lo es de tal fornia

en los iimbitosuna vez, sino en un

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88 BIBLIA Y CIENCIAS NATURALES LA DOBLE EXPOSICI6N DE TA CREACI6N

hombre en perfecci6n. Una tercera coincidencia: Diosha creado buena a su creaci6n; el sufrimiento y la ti-niebla brotan de la libertad humana. Esta verdad res-plandece plenamente en la continuaci6n de ambasfuentes. En la yavista, la existencia humana comienzaen un magniffco jardin; s61o despu6s aparece el pri-mer pecado, la expulsi6n del jardin y, mds tarde, apartir de Cain, se acumula pecado sobre pecado y cas-tigo sobre castigo. En el escrito sacerdotal, en la ex-posici6n de la creaci6n, se repite continuamente alftnal de cada obrar <<Y vio Dios que era buenarr. En eldia sexto se aftrma, sintetizando: .<Y vio Dios todolo que habia hecho y he aqui que era muy bueno".En clara oposici6n con esta frase dice miis tarde elescrito sacerdotal, poco despu6s del diluvio'

Dios mir6 la tierra, y he aqui que estaba viciada,porque toda carne tenia una conducta viciosa sobre latierra. (Gtn o, tz)

De nuevo, por tanto, una profunda coincidenciade ambas exposiciones de la creaci6n. En estas aftr-maciones coincidentes se apoyan mutuamente y seunen para construir la verdad deftnitiva de la Bibliasobre la creaci6n.

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{,lil r tl ' . ii il

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extiende a travds de los siglos. iEn qu6 momento deeste proceso evolutivo se convierte la palabra humanasobre la creaci6n en palabra de Dios? Quizris la pre-gunta est6 asi falsamente planteada. iPor qud n-opuede encontrarse Dios detriis de todo el proceso deivoluci6n de sus affrmaciones y sentido, como detrdsde un proceso literario querido por 61 mismo? P-aranosotros/ que tenemos la sagrada Escritura en su fasedeftnitiva,

-es toda la Escritura como unA palabra de

Dios comunicada a nosotros, y 1o que en ella se con-serv6 en los estadios previos, quizds uni6ndose uoponidndose, se completa, pero tambi6n se relativizaal mismo tiempo mutuamente, para constituir la ex-presi6n deftnitiva.

Si aplicamos ahora este principio a ambas narra-ciones de la creaci6n del comienzo de la Biblia, sededuce lo siguiente. Primero se obseryan coinciden-cias impresionantes entre ambas. No pienso s6lo enque en ellas se presenta/ aunque de distinta manera/

" Dior como creador de todos los seres. Podemos lle-

gar a datos miis particulares. Asi, en ambas apareceel hombre como el miembro m6s elevado de la crea-ci6n de Dios. El escrito sacerdotal 1o aftrma al hacerque toda la actividad creadora de Dios tienda haciael hombre y al mostrarlo, al ftnal de todo el proceso,como duefro. La exposici6n yavista expresa esta ver.dad de otra formJ. Se busca una ..ayuda,t para elhombre. Se le muestran los animales uno a uno. Peroentre ellos no encuentra uno que se le acomode. En-tonces crea Dios al segundo hombre, a la mujer. Ellaes la ..ayuda> apropiada. Por tanto, aunque todo seha convertido en un drama, no existe diferencia decontenido con respecto a la aftrmacidn del escritosacerdotal. Tampoco aqui nada es comparable al

parte de las aguas primigenias), en el escrito sacer-dotal, y en el yavista de una cosmogonia terrestre(que parte de la tierra). En G6n 1,la rinica realidadexistente al comienzo es el agua ca6tica e inmensa.

Por el contrario, hay otras cosas

. bl examrnamos affi a-cosmogonia acudtica (que

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I1litIilli

90 BIBLTA Y crENcrAs NATURaLES

La tierra eta tobuwabohu' es decir' vacio y nada' y

tiniebl"s cubrian la superftcie del abismo'.mientras el

.ipltrit a. bi.s al*eabi sobre la superffcie de las aguas;

asi se dice en Gdn 1,2. Despu6s de la creaci6n de la

luz este agua es separada lentamente y mantenida al

;;; d! h tierri' Primero se erige el ftrmamento'

;';;;; ."o*" .L oc6ano celeste dil terrestre' sobre

io, C.tot y t.io los cielos' Lu-ego se refnen las aguas

b"io .t ftimamento en una sola masa, es decir en los

;;e;";.. v entre ellos es visible la tierra ftrme' Asi se

rt"J"r"1r,6ff"do el edificio del mundo a partir del agua'

;;-ca ;; ;;; el contrario, se halla al comienzo la

*p.tn.i" desierta y seca de la tierra' Se advierte ex-

ptl-".."t. que afn no habia lluvia' Luegg vienen las

orimeras aguas' como una fuente que brota de la

;;;;;; ;"; ftn se colocan sobre la tierra hombres'

olantis, animales. La realidad viva apare"e como un

i*i, .it el desierto. Por tanto. d9s modelos cosr-no-

Bxposrct6n YAvIsrA on r.e cnnncr6N 91

,mq4os stn los que resuha#autenuca.-*ffi-Tesis se encontraba ya al comienzo de nues-tras reflexiones. Pero alli aparecia como una conce-si6n, impuesta desde fuera, de la-teologia a la ciencia*od.rni. Ahora, con el aniilisis literario de la Biblia,hemos llegado a la misma tesis con el valor de la

verdad biblica. Estudiemos ahora las exposicionesconcretas del origen del hombre. Comenzaremos conla yavista.

f"a exposici6n yaoistade la creaci6n

La obra yavista comienza en la creaci6n y pe-

cado original y muestra mds tarde, mediante narra-ciones moddlicas sobre la historia primitiva, c6molleg6 a dominar el pecado en la historia. Pero la vo-luntad salviffca de Dios se enfrenta al pecado. Eligea Abrahdn para encender - por medio de 6l y de susdescendienies, los israelitasf cuya historia sigue elvavista - una nueva luz en este mundo en tinieblas.-El

yavista sabe que, en la plenitud de.la historia,.labendiciOn de A6rahdn redundar6 sobre todos lospueblos. Este es el gran esquema universal e hist6rico-ieol6gico que nos propone la obra yavista. Con 6lexplica al pueblo de Israel el sentido de su existencia.En un mundo maldito, Israel es el punto germinal denuevas bendiciones que se extenderdn a todos lospueblos. El autor de la obra,llamado hipot6ticamenteoyavista,' por la ciencia biblica, debi6 vivir en tiemp-od! David o Salom6n, es decir unos mil afros antes deCristo. Fue uno de los pensadores teol6gicos miis

Naturalmente, para aftrmai que- Dios es -el

creador'

"". "fft"t"Ur" et l" corona de la creaci6n y que al

il;i" i;ao .t" bueno, hay que trabajar con algu-

,,or t*d.lo.. Pero 6stos son cambiables' iSe preocu-

piti" *"f.ente un autor biblico.si impusi6sem.ol -el

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92 BIBLIA Y cIENcIAS NATURALES

importantes del Antiguo Testamento y, al mismotiempo, un escritor de gran talla, que no expresabasu teologia hist6rica en frases abstractas, sino me-

mente los hechos que habia descubierto sobre el co-mienzo.

Esta exposici6n de la forma de trabajo del ya-vista en nuestro capitulo es de la mayor importancia'Por desgracia, no podemos fundamentar aqui deta-lladamente por qu6la ciencia biblica se ha visto obli-gada a definir de este modo la forma de trabaio delyavista. Explicaremos, sin embargo, el contenido enalgunos aspectos de la narraci6n sobre la creaci6n,el paraiso y el pecado original.-

Comencemos por el hecho de que el yavista hablade una sola pareja. iPor qu6 no presenta la creaci6nde muchos hombres, como el escrito sacerdotal o eIpoema babil6nico cosmog6nico Enuma Elis? Unableada a la obra total del yavista nos muestra el-m9livo. casi toda Ia historia universal es reducida

la

diante narraciones.

ia hacer una cosa: re

narrativa para exPoner

son unidos entre siIdgicamente. En nuestro mundo/ eLlntefes por lo 8e-tffitco s. ha convertido en un hobby de la no-bleza. En oriente, y sobre todo en el antiguo oriente,el pensamiento geneal6gico era la forma tipica que

nxposrcr6ll YAvrsrA oe r-l cnBact6x 9l

tenian los n6madas de ponerse en contacto con el fe-n6meno ..historiarr. En los tiempos del yavista, los is-raelitas se encontraban arin cerca de su pasado n6-

pensamientomienzo de un clan se encuentra el padre de la tribu.Este lleva el nombre de1 grupo que procede de 61. Asi,el padre de la tribu de Jud6 es <Judii'>; el padre delpuiblo de Israel, llarnado Jacob en realidad, recibe debios como segundo nombre, en el yavista, el nombrede ..lsraelrr. En el dmbito de este modelo n6mada deconsiderar la historia, cc6mo podria expresar mejorel yavista su deseo de hablar de toda la humanidad,

-,ir q.t" introduciendo un padre del linaje humano

que Consig,uientemente recibiese el nombre de ..elhombrer'? Porque la palabra hebrea ..adam" signi-ftca, ..el hombre'r. Con esto, todo lector israelita veiaal punto con claridad que el libro del yavista se si-tuaba totalmente al comienzo de la historia humana.

A nosotros, lectores posteriores de la Biblia, queno somos n6madas y nos sentimos distanciados delos modelos conceptuales tipicos de la concepci6nn6mada de la historia/ se nos suscita naturalmente lapregunta de si en la pareia del yavista tenemos unaiut6ntica verdad o s6lo un modelo expositivo, cultu-ralmente condicionado. El problema es especialmen-te asudo, porque las cieffi

mada y pensaban todavia en sus antiguas categoriasn6madai. Por eso el yavista construygaelq los holn-bres de su

amilias, con s.

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BIBLIA Y CIENCIAS NATURALES EXPOSICI6N YAYISTA DE LA CREACI6N 95

un pecado. Quizds nos choque la constataci6n de que

el vavista consigui6 su verdad esencial sobre el primerpe"cado mediante una conclusi6n. Pero, ide qu6 otra

ior-" habria podido alcanzatla2 En cualquier caso

se elimina el que poseyese noticias sobre-los comien-zos de la humanidad- Resulta improbable que reco-

eiese mitos paganos porque aparentemente no se daba

in "1

a*bitb Je Israel un mito de tal clase. No pode-

mos postular una visi6n del yavista si no tenemos mo-

tivos para ello. Una conclusi6n teol6gica, tal como

la hemos descrito, es 1o miis probable - para el cris-

tiano creyente es natural que este pensamiento teo-

l6gico de ,tn autor biblicb estaba movido por la

texto sobre el problema del grado de seguridad que

ii.n. ttoy la teoria poligenista. No esti capacitadapara ello. Pero, con rispecto al yavista, hay que-decir

qu. .u modelo de un padre del linaje no puede ser

Jontid.t"d" como unzr. verdad realmente pretendida

v que, por tanto, su aftrmaci6n fundamental sobre'un'p.."do fatal al comienzo de la historia humana

t.*iUiJ" puede ser expuesta con ayuda de1 modelo

de la rnuiaci6n en un lmplio frente' Porque los mo-

delos puros son intercambiables. Por otra parte, qui-

siera notar expresamente que con esta apertura de

G6n 2 a la interpretaci6n poligenista no se dice nada

sobre otros moiivos teolSgicos que podrian hablar

contra el poligenismo, pienso en Rom 5, en el Tri-

dentino v en li enciclici al menos titubeante Humanijiiir:lt.'M", pur" la exposici6n yavista.en Gdn 2

[r.*o, de conitatar que iqui el padre del linaje hu;

mano pertenece al dmbito de la t6cnica narrativa mq;

nejada libremente por el yavista' Lo que quiere decir

.on el es s6lo esto, ..a1 comienzo de la historia de la

humanidad".lQ"e sucedi6, segrin el yavista, al comienzo de la

histori-a humana? La respuesta dicet,un pecado, que

inttoJ"io la maldici6n en la historia' Esta es la verdad

realmente pretendida por el yavista en G6n 2 y ?'tCdmo llega a su tesisi Simpliftcando mucho, yo di-

ria: oor una conclusi6n. El sabe, por una parte, que

la maldiciOn y Ia condenacidn pesan sobre los hom-

bres en todo-el mundo. Por ofra parte, sabe po{ Jarevelaci6n concedida a su pueblo Israel, que la maldi-

.iOn u la condenaci6n soniiempre la consecuencia de

h trJntgt.ti6n del precepto de Dios. De este modo,

concluy"e para toda la humanidad que tambidn a sus

comienzoi se rechaz6 libremente a Dios, se cometi6

con la visi6n de

Canadn y le ha dado sus preceptos para esta tierra'

Si Israel guarda estos mandamientos, vivir6- feliz ypaciftcamlnte en dicho pais; si los transgrede, ven-

irdn sobre Israel la maldlci6n y condenaci6n, y ser6

expulsado del pais. Del mismo modo corre la historia

de la creaci6n, paraiso y pecado original' El p-rimer

hombre es .re"do en e[ desierto, trasladado al her-

moso jardin, recibe un mandamiento, -no lo guarda,

v es expulsado del jardin. Este paralelo puede veri-

fr."rt. hasta en sus poffnenores. Lo que muestra

to de partida de la conclusi64

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EXPOSICI6N YAVISTA DE LA CREACI6N 9796 BIBLIA Y crENcIAs NATURALES

que el yavista expuso a los israelitas de su tiempo suverdad, al principio hubo un pecado, de forma naffa-tiva, haciendo desftlar anal6gicamente todos los con-textos en los que Israel vio el pecado contra Dios.

derna pueden ser hoy de gran importancia. Aftrmanque la mayoria de las particularidades de la narra-ci6n del paraiso son s61o modelos expositivos y noaut6nticai verdades. La aut6ntica verdad es s61o elhecho nuclear, al principio hubo un pecado. Todo 1orestante es transformaci6n en la exposici6n concreta.Ahora bien, en una concepci6n evolutiva/ que pre-supone una evoluci6n general, la aftrmaci6n tradi-cional sobre un estado primitivo paradisiaco y sindolor de la humanidad presenta ciertas diftcultades'Podemos preguntarnos si la teologia, con motivo delas observaciones exeg6ticas aqui esbozadas, proce-dentes de los fltimos affos, no deberia examinar algosu doctrina tradicional sobre el estado primitivo delhombre. Quiz6s en esta doctrina muchas cosas seanuna aceptaci6n no-traducida del modelo biblico, y node la verdad biblica. Pero antes hay que realizar elexamen; el exegeta s61o puede animar y nosotros te-nemos que esperar lo que resulte de las reflexionesde los te6logos dogmii.ticos. En todo caso, la ex6gesismoderna ofrece aqui una apertura nueva a la visi6nevolutiva de las cosas, que procede del objeto mismoy no es impuesta desde fuera.-

Todavii podemos preguntarnos por qu6 el yavis-ta, si en el fondo s6lo le interesaba el pecado inicialde la historia de la humanidad, introdujo una narra-

ci6n de la creaci6n. El problema tiene numerosos as-pectos y s61o me ffjard en uno de ellos. Con su aftrma-tion de un pecado humano al comienzo de la.historia,el yavista se opone conscientemente a otra doctrinasobre el origen del mal y de las tinieblas en la huma-nidad. Esta otra doctrina es la concepcidn normal enel dmbito cultural mesopotiimico. Segin ella,la mal-dad se encuentra en el ser humano desde el principio,desde la creaci6n. El hombre es malo y est6 encade-nado al dolor no por su libertad, sino por su natura-leza. Poseemos un diiilogo filos6ftco de Babiloniasobre el problema del mal,la llamada..Teodicea ba-bil6nica'i. En dl, dos amigos discuten sobre el proble-ma del mal en el mundo, especialmente sobre la in-justicia social. El dldlogo corre hacia la siguiente vi-si6n ftnal (estrofa 26) '

Narru, el rey de los dioses, que cre6 a la humanidad,el sefiorial Zulummar, que excav6 su barro,la sefrora Mami, la reina, que la modeldla equiparon para siempre de mentira, no de verdad.

La maldad del hombre es pues una realidad in-mediata de la creaci6n. Esto se expresa con la imagende la formacidn del hombre a partir del barro, mo-mento en el que las divinidades creadoras le formanuna boca mentirosa. Un texto mitol6gico puede ex-presar con la misma imagen la misma doctrina deforma mitol6gica. Pienso en el poema cosmog6nicode Babilonia, Numa Elis, tabla 6. Alli,la culpa quedaentre los dioses. Kingu y sus compafreros divinos hanasesinado a los primeros dioses. Y tiene lugar unareuni6n de los dioses para saber qu6 debe hacersecon esta parte culpable del mundo divino. Se deter-mina matar a Kingu y formar nuevos seres de su

narrativo total de G6n

es de la exdgesis mo-

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sangre, mezcl6ndola con polvo de la tierra, es decir

a lJs hombres. Asi sucede. Los hombres son pues

Dor su misma esencia una prolongaci6n del dmbito'diuino.

Pero son la prolongaci6n del mal, de las ti-

nieblas y de la muerte de este reino. Con la existen-cia de l-os hombres consiguen los dioses vivir en la

luz y la pureza. Aqudllos, por el contrario,.son esen-

cialmente tenebrosos y estdn condenados a la muerte'No debemos aceptar incondicionalmente que el

yavista conociese los dos textos citados. Pero prob-a-

tlemente conocia toda la idea de la formaci6n delprimer hombre a partir del polvo, junto con el con-

iexto mitol6gico y teol6gico que solia-rodear a esta

concepci6n. Aunque estaba influenciado-por un mo-tivo semejante sobre el pecado origrnal, al modift-carlo cuando narra la cieaci6n del primer hombreexpres6 conscientemente una verdad exacta. iEnqud consiste la modiftcaci6n? En que

-el barro no es

mezclado con la sangre de un Dios culpable; para elyavista, la boca del-hombre no es mentirosa desdeel principio. Se toma simplemente tierra del suelo y

".,i" boia del hombre s6lb se insufla el hdlito divino'

Nada mds. Cdmo entr6 el mal en el mundo lo expli-

ca el segundo acto de la exposici6n, el relato sobreel paraiso y el pecado original.

'Habiamos preguntado por qu6 el yavista, si le

interesa especiilminte el origen de la maldici6n de

la humanidad, coloc6 al principio un relato sobre la

creaci6n. Ahora tenemos la respuesta. Su relato sobreIa creaci6n es una parte de la verdad acerca del ori-gen del pecado y del dolor. Esto s61o 1o compren-i.rno. .i .otto..-os la antigua literatura oriental y

su lenguaje cifrado mitol6gico-teol6gico; cosa que

s6lo ha sido posible muy recientemente. Pero en

rxposrcr6x yAvrsra pe r.e cnrecr6x 99

caso de conocerlos percibimos aqui la antitesis de laantigua concepci6n oriental sobre la naturaleza hu-mana, como algo fundamentalmente corrompidodesde su creaci6n.

Tampoco estas consideraciones carecen paranosotros de importancia. A trav€s de ellas conoce-mos que la formacidn del primer hombre a partirdel birro no queria describir, en la mentalidad delautor biblicq c6mo empez6 de hecho la humani-dad, sino que servia a otra intenci6n, profundamen-te teoldgica, y totalmente diversa. Por tanto, noexiste ningrin motivo para mostrarse vacilante conrespecto a la teoria evolucionista a causa de esta ex-posici6n.

Al mismo tiempo, resulta cada vez m6s claro qu6le interesaba de hecho al yavista. En toda su obra, yespecialmente en estas primeras escenas/ se ocupacon los problemas decisivos de Ia concepci6n funda-mental sobre el hombre. El problema de si el hombrey lo divino no son quizils iddnticos, aunque es posi-ble que bajo el aspecto negativo, de forma que enel hombre se personiftque la tiniebla del fundamentooriginario del mundo, o a la inversa, si Dios es real-mente el creador plenamente soberano y el hombrecriatura; el problema de si el hombre fue creado bue-no y la tiniebla s6lo imrmpiS en el mundo por lalibertad y el pecado del hombre, son problemas quedeben ocuparnos mds a fondo, igual que al antiguooriente y al yavista. La idea concreta del origen delhombre, sea evolutiva o no/ es secundaria ante estosproblemas. Si observamos mds detenidamente, elverdadero problema del yavista se plantea del mismomodo para un defensor de la teoria evolucionista. iEsla evoluci6n misma 1o riltimo de la realidad, tiene ca-

BIBLIA Y CIENCIAS NATURALES

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100 BIBLTA Y crENcrAs NATURALES

rdcter fundamental y es/ con esto, divina?, co existeun Dios trascendente que al crear hace posible laevoluci6n y al hacer evolucionar al mundo lo crea?Miis arin: ies el hornbre el producto malo ftnal deuna evoluci6n absurda, predestinado por su natu-deza a destruir deftnitivamente al cosmos/ o es eltdrmino bueno de toda evoluci6n, que culmina enla posibilidad de una libertad personal? Entoncestodb el mal es algo afradido al sentido de la evoluci6ny, en cuanto tal, s6lo depende del hombre, queabus6de su grandeza. Estos son los aut6nticos problemas,y a ellos nos lleva el relato yavista de la creaci6n, tanpronto como hemos aprendido a examinar el car:ic-ter cifrado y mod6lico de su exposici6n.

Con esto cerramos nuestras consideraciones so-bre el yavista y nos aplicamos a la exposici6n sacer-dotal en Gdn 1.

f.a exposici6n sacerdotalde la creaci6n

Ofrece menos diftcultades que Ia anterior al pen-samiento evolutivo, porque sistematiza y pretendehablar de forma abstracta. Asi, observamos que losdiversos dias de la creacidn son simple principio dedistribuci6n, sin intenci6n cronoldgica' La mismacreaci6n del hombre es expresada de modo total-mente abstracto. Se habla desde el principio enplural y en sentido colectivo, de forma que el pro-Llem" del monogenismo no puede plantearse. El pro-ceso de 1a creaci6n no se describe y permanece enel misterio. Sigue al punto la interpretaci6n de la

nxposrcr6N sAcERDoTAL on r,e cnEecr6N 101

esencia del hombrer es <.imagen de Diostt y dominasobre todas las otras criaturas.

Este cardcter abstracto, doctrinal, nos explica elorigen y tipo literario de este texto. G6n 1 es untexio di clise. Concib6moslo, para tener una ideaconcreta, como una especie de texto de memoria delas escuelas ligadas teol6gicamente con el templo de

Jerusaldn para los nuevos sacerdotes' Sus estudiantesde teologii tenian que aprender este texto de memo-ria y 1o recibian despu6s de sus profesores con uncontentario detallado. Es posible que la tradici6n doc-trinal de la escuela del templo jerosolimitano se sal-vase de la crisis en el exilio babil6nico por haber sidocompendiada por escrito en una obra hist6ricar-el yamencionado c6digo sacerdotal, que despu6s del exi-Iio habia de convertirse en un elemento fundamentaldel Pentateuco, junto a la obra hist6rica yavista. Peroesta redaccidn escrita posterior de la obra sacerdo-tal no debe engafrarnoi sobre la antigtiedad muchomayor de algunos fragmentos concretos, y precisa-*"tte de nuestro relato de la creaci6n. A travds desiglos, este texto habia sido un texto doctrinal trans-rnitido oralmente. Fue continuamente elaborado, per-feccionado, poetizado. Las huellas de estas continuaselaboraciones se pueden seguir arin hoy en el textomediante un exacto an6lisis de la historia de las tra-diciones, y conocemos por ellas el peso de reflexidnde muchas generaciones de te6logos de Israel. Cadapalabra v .id" ensamble ha sido pensado y pe'sado.it.ro .onto esta teologia del templo, a pesar de su vi-veza, era extraordinariamente conservadora, no fue-ron plenamente eliminadas en el texto muchas huellasde estratos miis antiguos, sino que s6lo se las en-marc6 o se las transform6 con otras aftrmaciones que

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EXPOSICI6N SACERDOTAL DE LA CREACI6N 10,BIBLIA Y CIENCIAS NATURALES

las interpretaban. Por tanto, no podemos creerque este texto, que parece tan racional y claro ala primera lectura, se entienda y agote con rapidez.Como hemos dicho, cada una de sus palabras estiisopesada.

Por eso, nunca tomafemos con bastante seriedadlas palabras con las que se deftne la esencia del hom-bre:

Hagamos al hombre a imagen nuestraf segdn nuestrasemejanza. Y cre6 Dios al hombre a imagen suya. A ima-gen de Dios le cre6.

Segrin una investigaci6n reciente, estas frases per-tenecen a uno de los estratos mds antiguos del texto.La triple repetici6n le da un peso incalculable. Asi loha visto siempre la teologia. Los padres de la Iglesiay los te6logos medievales reflexionaron mucho sobreen qu6 consiste la semejanza divina del hombre. Asise dieron y transmitieron profundas especulacionessobre la imagen de la Santisima Trinidad en la es-tructura del alma humana. Nuestro mejor conoci-miento de la antigua literatura oriental nos ha ayu-dado tambidn aqui. Nos duele decir que las ideastradicionales de la teologia sobre la semejanza divinadel hombre son falsas; aunque conservan un valorinterno, independientemente de este texto biblico,la interpretaci6n justa de la verdad del hombrecomo imagen de Dios puede decirnos a{go a loshombres de hoy, especialmente a los cientiffcos ytdcnicos.

<.La imagen de Dios viviente en la tierra> era enEgipto el fara6n. Continuamente encontramos estaexpresi6n como titulo del rey de Egipto. El es ,.ima-gen de los diosesr', <<imagen grandiosatt, <<imagen

santa de Rer>, <<imagen resplandeciente del seffor del

universo>. Lo mismo se aplica al iimbito mesopotd-mico, aunque en 6l los daios son menos abundantesqo" .n Egipto. En una carta a un rey se dicet "El pa-

dre del rJy, mi sefror, era la imagen de Bel, y tambi6nel rey, mi-seffor, es imagen de B9l1 La semeianza di-

vina es Dues una peculiaridad de los reyes terrenos'

Si buscamos ahori 1o que esto signiftca, hay que de-

cir: los reyes/ como imdgenes de un dios, son los re-presentanies'de un dioJ sobre la tierra. En ellos, la

iivinidad se hace en cierto modo visible a los srib-

ditos. De aqui se deduce lo que q-uie-re decir la aftrma-ci6n de la imagen de Dios en el relato sacerdotal de

la creaci6n. LJ que entre los hombres s6lo se aplica

al rey, lo extiende ahora a todos los hombres en su

,.h.i6r con el cosmos de todo 1o creado. El hombre

en cuanto tal es representante de Dios en la tierra'

En 61, Dios se hacgvisiHe a todas las criaturas. Poreso, a las palabras sobre la imageq de Dios siguen-in-mediatamente las que hablan del dominio del hombre

sobre los animales.

Dominen en los peces del mar, en las aves del cielo,

en los ganados y en todas las alimaffas, y en toda sierpe

que serpea sobre la tierra.

Esto se repite con palabras afn mds fuertes en la

bendici6n so6re el hombre, en Gdn 1,28. Los dos

verbos que alli se emplean no dejan nada que desearen claridad. Signiftcan literalmente <(someter>> y..oorimin>. En otros sitios del Antiguo Testamentose aplican alos duefros de esclavos. iPuede expresarsem6s fuertemente, con los medios lingiiisticos de

aquella 6poca, la misi6n del hombre de dominar el

cosmos? ef*iite una legitimaci6n mds grande de las

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LA4 BIBLrA Y crENcrAS NATURALES

ciencias naturales, de la tdcnica y de la organizaci6nhumana de todo el cosmos que estas frases del textode la creaci6n de la antigua escuela teol6gica deltemplo de Jerusaidn?

Como ya se ha dicho, estas frases pertenecen auno de los estratos miis antiguos del texto, pero fue-ron conservadas posteriormente, con toda su impor-tancia, cuando se compendi6 el escrito sacerdotal.Forque 6ste vuelve a recoger la idea en G6n 5,1, enla genealogia de Adiin, y tambidn en9,6, para asegu-rar que/ incluso despu6s del diluvio, no ha cambiadonada en la semejanza divina del hombre, es decir ensu poder vicario y su dominio sobre el cosmos. La afrr-rnaci6n ha permanecido id6ntica a travds de todas 1asfases de evoluci6n del texto.

Pero tambidn es interesante estudiar las verdadesque se han ido afradiendo en el curso evolutivo deltexto. Aqui s61o puedo traer un ejemplo, sin fundar-lo detenidamente, porque esto supondria investiga,ciones demasiado complicadas. Es probable que enun antiguo estadio del texto, las obras de la creaci6nno estuviesen introducidas por las palabras: ..Y dijoDios: hiigase...', Como indica la investigaci6n, origi-nariamente se trataba de un puro ..relato de accio-nes>'. Segrin una reciente investigaci6n de \f. H.Schrnidt, decia del modo siguiente:

La tierra era algo ca6tico y vacio,tinieblas cubrian la superffcie del abismo,el espiritu de Dios aleteaba sobre las aguas.Entonces separ6 Dios la luz de las tinieblas.Despuds hizo Dios el firmamento.Separ6 las aguas debajo del ffrmamento de las aguas que

hay encima del ffrmamento.Y las aguas bajo los cielos se reunieron en un solo lugar,

nxposrcr6ry sAcERDoTAL nn le cnpacr6N 105

y apareci6 la tierra lirme,Y la tierra produjo hierbas y iirboles frutales.Dios hizo dos lumbreras grandes, el sol, para dominar el

clia, y la luna para dominar la noche (adem6s Ias es-trellas).

Y Dios las coloc6 en el ffrmamento del cielo. Despuds hizoDios los grandes monstruos marinos, los peces del mary toilas las aves aladas,

Despuds hizo Dios las alimafras de la tierra y los ganadosy toda sierpe del suelo.

Despu6s dijo Dios, Hagamos al hombre a imagen nuestra,segtin nuestra semejanza, y domine en los peces delmar, en las aves del cielo, en los ganados y en todaalimafra y en toda sierpe que serpea sobre la tierra'

Y cre6 Dios al hombre a imagen suya, a imagen de Dioslo cre6.

Entonces descans6 Dios.

El relato narra simplemente una acci6n de Diosdetrds de otra. Se asemeja arin rniis a otras cosmo-gonias del antiguo oriente, aunque con una diferen-cia fundamental: le falta todo cardcter mitol6gico, iacosmogonia no es concebida al mismo tiempo comouna teogonia, s6lo existe un Dios creador/ trascen-dente. Este Dios es presentado como un artista queconstruye lentamente, paso a paso/ el mundo a partirde las aguas originarias.

Este <.relato de acciones" ftle ampliado sistem6-ticamente mds tarde, rnediante un <<relato de pala-brasrr. Ante cada acci6n creadora se coloc6 un man-dato de Dios. Ahora se repite continuamente: <DijoDios... y asi fue". Cuando sigue a continuaciSn elantiguo relato de acciones/ suena como Ia descripci6nde la plenitud de la palabra divina. Resulta claro 1oque esta elaboraci6n quiere expresar. Dios no creacon las manos. Dios es espiritu. Lo causa todo, perocon una simple orden, con un acto de su voluntad.

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Asir la causalidad creativa, el proceso creador, se ex-presa de forma mucho miis profunda que en el anti-guo relato.

Pero esto no basta todavia. En el antiguo relatode acciones Dios hace casi todas las cosas por simismo. 56lo en un lugar surgen numerosas cosas den-tro de la creaci6n sin que 6l intervenga personalmen-te. A saber, despu6s de separarse las aguas de enci-ma del cielo, 6stas se retnen por si mismas en losmares/ aparece la tierra ffrme y comienzan a brotaren ella hierbas y drboles. En el caso de los peces vuel-ve a hablarse de una aut6ntica acci6n divina.

Aqui, el relato de palabras affadido s6lo tiene otraconcepci6n. Segfn 61, no es s61o la tierra la que pro-duce plantas, sino el agua los peces, y luego la tierravuelve a producir los animales del c'ampo. Por eiem-plot

Diio Dios: Produzca la tierra seres vivientes: gana'dos, sierpes y alimafras, segrin su especie. Y asl fue.

Esto es de suma importancia. Aunque el relato depalabras subraya con toda radicalidad la omnicausa-lidad trascendente del Dios creador, da simultdnea-mente miis espacio que el antiguo relato de accionesa 1as causas intramundanas en la aparici6n de nuevasrealidades de la creaci6n. La tierra produce las plan-tas, el agua los peces/ la tierca, de nuevo, los anima-les del campo.

Nosotros podemos decir hoy que la evoluci6n noocurri6 asi.En general no podemos usar aqui la pa-labra ..evoluci6nrr. Adem6s,la elaboraci6n del relatode acciones con el relato de pailabras ha sido incon-secuente al no aplicar al hombre este principio de lasimultaneidad de la causalidad trascendente e intra-

mundana en el origen de las cosas. Parece que pasa-ron a primer plano otras intenciones, o que el textoestabJya muy ffjo. Pero, a pesar de todo, una cosaes vdlidar cuando se cre6 el relato de palabras se ha-bia reflexionado ya muy seriamente sobre la relaci6nentre la causalidad creadora plena de Dios y la causa-lidad intracreatural. Se habia reconocido que no seexcluian mutuamente, sino que la una exigia la otra.

@6 miis queremospara una fun-damentaci6n teol6gica de la teoria evolucionista? EA

Bxpostcr6x sacERDorAL os' r,e cnnect6tt

faltaba toda base cientiftca una

esta riltima mirada al trabajo exegdtico

renunciar a posiciones que antes se consideraban

mente nueva;

BIBLIA Y CIENCIAS NATURALES

deje ilaro, por una parte, la gran posibilidad quetiene la ciencia b6lica de conseguir posiciones queprocedan del an6lisis de la Biblia misma y, por otra,c6mo es posible conectar inmediatamente estas posi-ciones con problemas y postulados procedentes delas ciencias naturales y de la imagen moderna delmundo. Nuestras reflexiones partieron del problema,planteado hoy con mucha frecuencia y silenciadoquizds con mds frecuencia todavia, sobre si la inter-pretaci6n de la Biblia en los fltimos decenios no sevio obligada por una presi6n externa a retirarse y

Dios quiere el mundo y lo crea. Pero lo

a si mismo. Esto se ha visto, al menos, en

como irrenunciables..Hemos v!q!q

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108 BIBr,tA Y cIENcIAS NATURALES

Si las ciencias naturales no hubiesen ejercido ningunapresi6n, quizds no hubidsemos sabido plantearnostan bien muchos problemas y hubidsemos sido miisperezosos en utilizar las nuevas posibilidades exeg6-ticas...Pero no defendemos nada que no suria deltexto mismo.

5

La religi6n de los patriarcas

y las consecuencias para una

teologia de las religionesno cristianas

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Conferencia ante la Academia Teol6gica en Sank Petet, Colonia,

15 de octubre de L964. Publicada anteriormente con el tftulo:

1A qut Dios ofreci| Abrabin sus sacrif.cios? El comienzo de Ia

religidn revelada alaluz de la historia de las religiones, en KARL

Rarrxrn - Orro Spmmr.RorH (Editores) Academia Teol6gica, t.

Sigueme, Salamanca t967, L3-37.

T'rl-t I intercambio de noticias y la comunicaci6n es-

l.-r piritual entre los pueblos ha aumentado de talforma que la pantalla sociol6gica de los grupos cris-tianos se ha vuelto tan delgada que hoy nos encon-tramos de nuevo frente al fen6meno de los no-cris-tianos. Lo no cristiano se nos presenta como ateismoo,lo que tal vez nos asusta mds/ como religi6n. tQu6podemos decir a los que nos preguntan, qu€ podemosdecir sobre todo a nuestro propio coraz6n, que tam-bi6n nos pregunta, acerca de las otras religiones?

iQu6 dice la investigaci6n hist6rica, que no acep-ta de antemano la Biblia como palabra de Dios, sinosimplemente como un testimonio hist6rico de Ia anti-giiedad junto a otros muchos, sobre el punto (o ptl-[os) de-sutura entre las religiones del mundo y lareligi6n revelada? tQu6 dice hoy Ia invesfigaci6n so-bre-la religi6n de Abrah6n, pues en 6l pone la Bibliala sutura? &Hay aut6ntica continuidad entre la reli-gi6n de Abrah6n y la religi6n de su medio ambiente?,Zo irrumpe con Abrahdn algo absolutamente nuevo

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Lt2 LA RELrcr6N DE Los PATRTARcAS

y completamente distinto en la historia de las reli-giones?

Simpliftcamos la cuesti6n al limitarla a Abrahiin.En efecto, pudiera ser que 1o completamente distintode la religi6n revelada s6lo aparezca en Mois€s o noaparezca incluso hasta Jestis de Nazaret; pero la mis-ma Biblia parece que conffrma esta simpliftcaci6n.Aftrma que todo 1o posterior estaba ya germinalmenteen Abrahdn. Asi, Abrahiin es realmente la ftgura clavede nuestra cuesti6n. Es llamado y sacado de su pue-blo y con 61 empieza 1o nuevo, en que estamos arinnosotros. iC6rno se relaciona/ pues/ su fe con la fede su ambiente?

La respuesta podemos darla hacienclo un recorri-do a travds de la investigaci6n llevada a cabo en nues-tro siglo. Por lo demds, esta ojeada sdlo podrii expo-ner los momentos principales de dicha investigaci6n;en este iimbito no podemos ser perfectos.

La existencia de los patriarcas

A comienzos de siglor la investigaci6n critica du-daba de la existencia misma de Abrahiin, Isaac y

Jacob. Los textos biblicos que de ellos tratan eranclasiftcados entre las ,.leyendas,'. Por "leyendas> seentendian creaciones libres de la fantasia popular sinfondo alguno de hechos hist6ricos. Por eso, paraC. Holscher en su Gesclricbte der israelitiscben undjiidisctten Reliqion (1922), el problema de la religidnde Abrahiin carecia de obleto.

Pero luego, los hechos forzarcn a la mayoria deIos investigadores a abandonar semejante escepti-cismo. Las excavaciones ofrecieron miles de tablillas

LA ExIsrENcrA DE Los PATRTARcAs Ll,

de escritura cuneiforme. Esta fue descifrada, y pocoa poco se aprendi6 a manejar dichos textos. Cada vezse fue haciendo miis detallada Ia visi6n del mundo eneI remoto segundo milenio antes de Cristo. Result6que los nombre tipicos de persona de las narracionespatriarcales estaban entonces muy difundidos en elEufrates superior. H. Gressmann hizo referencia aesto por primera vez en un articulo publicado en1910. Habia alli usos e instituciones juridicas, quehallamos tambidn en las narraciones biblicas sobrelos patriarcas y, en cambio, no se hallan ya en el Is-rael posterior. De ahi se dedujo que esas narracionesse remontan realmente al tiempo al que se refteren;son aut6nticas fuentes hist6ricas.

Tambi6n hoy dia se sigue hablando en Ia inves-tigaci6n de leyendas de los patriarcas. Pero esta pa-labra tiene otro sentido. Quiere decir que antes deque las narraciones de la Biblia fueran puestas porescrito, habian sido transmitidas, durante siglos, oral-mente de generaci6n en generaci6n. Asi hubieron desufrir muchos cambios, como es normal en la tradi-ci6n oral; mas no por eso pertenecen en modo algunoa los productos de la pura fantasia. Su nfcleo constade noticias hist6ricas, aunque a menudo resulte su-mamente dificil, y a veces imposible, distinguir esenricleo hist6rico.

Pero dudar, por ejemplo, de la existencia de lospatriarcas, hoy no duda nadie. Muy dificil sigue sien-do afrn hoy dia la cuesti6n de la fecha. tEn qu6 siglovivi6 Abrahiin? Las opiniones de los investigadoresoscilan entre el siglo xxr y el xv antes de Cristo. Peroes interesante que en la cuesti6n sobre la religi6n delos patriarcas vemos m6s claro que en lo tocante alsiglo en que vivieron. Esto depende de que las leyen-

8

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114 LA RELIGION DE Los PATRTARcAS

das de los patriarcas se transmitieron en Israel pre-

cisamente por razSn de las noticias sobre la reli-gi6n de loi primeros padres del pueblo; porque laieligiOn de los patriarcas tuvo importancia para la re-ligi6n de Israel se cultiv6 y guard6 la tradici6n pa-

triarcal.

fa teoria sobre los Patriarcascomo adoradores de €lln

La primera teoria critica sobre la religi6n de lospatriarias, a partir de las leyendas patriarcales, la ex-

ouso Hueo dr.ttrn"nn en 1913 en su libro Mose und'seine

Zeit, especialmente en el capitulo: ..la religi6nde los hebreos antes de Moisdsrr. Intentemos Presen-tar las observaciones de que parti6 Gressmann.

En G€n 14, por ejemplo, se naffa el encuentro deAbrahiin con Melquisedec, rey de Sa16n. Alli leemos

Ia indicaci6n de que oMelquisedec era sacerdote del

Dios excelsorr. De hecho, Melquisedec bendice luegoa Abrahdn en nombre del "Dios excelso, creador delcielo y Ia tierrarr. Asi lo leemos,. al menos, en las ver-sionei ordinarias de nuestras Biblias. Pero si miramosel original hebreo, se ve que puede traducirse demodoiotalmente distinto' En lugar de Dios excelso,pudiera decirse: ..el Dios " altisimo" , creador del cielo

i I" ti"rru"' En tal caso, "altisimo" seria nombre pro-pio diuino. Designaria un Dios totalmente determi-nado dentro de un nrimero mucho mayor de divini-dades y, en concreto, al Dios creador. Abrahdn ha-

bria sido un adorador del Dios creador ..altisimo".

cHabria adorado tambidn a otros dioses?

Los pATRrARcAs, ADoRADoREs nr nr,iN IL,

En Gdn 77,1 leemos: <<Cuando Abrahdn tenia99 afros, se le apareci6 el Seffor y le dijo: Yo soy eldios omnipotente, camina delante de mi y s6 perfec-to,'. Tambi€n aqui nos permite el texto hebreo tradu-cir de modo totalmente distinto: <<Yo soy el Dios(que se llama) omnipotente'r. En tal caso, <<omnipo-tente>> seria el nombre propio de un Dios determina-do de entre muchos dioses y podria ser un dios com-pletamente distinto del Dios ..altisimor', cuyo sacer-dote era el rey Melquisedec. Abrahan tambidn habriaadorado a este dios.

En Gdn 21. se cuenta c6mo Abrah6n concluy6 unpacto con el rey fflisteo Abimelec en Beer-Sebd. Al ff-nal se da esta breve noticia: ..Abrahiin plant6 un ta-marisco en Beer-Sebd y alli invoc6 el nombre delSefror Dios eterno)>. El tamarisco que plant6 Abra-hiin es un drbol sagrado. Abrah6n establece pues unnuevo culto en Beer-Sebii. Este culto se tributa al.<dios eterno)>/ como se dice en nuestras traduccio-nes. Pero la expresi6n hebrea tambien pudiera tradu-cirse por ..dios eternidado. Con esto se presentariael nombre de un tercer dios de este olimpo patriarcal.

De este modo arin pueden sacarse del texto ori-ginal hebreo un dios ..beteln, un dios <<visi6n>> y undios ..alianzarr. Mas, tal vez, no debieran traducirseesos nombres hebreos a las lenguas modernas, sinodejarlos simplemente como nombres propios. En talcaso/ los patriarcas habrian adorado a los dioses si-guiente: al dios Elyon, al dios Saddai, al dios Olam,al dios Betel, al dios Roi y al dios Berit. Quiziis tam-bi€n a otros dioses de la misma especie, cuyos nom-bres no se nos han conservado.

Estas divinidades de las narraciones sobre lospatriarcas, tal como las leemos hoy en la Biblia, no

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ii,JllliiI'ilrrii

116 re ner.rcrow DE Los PATRTARcAS

son consideradas como divinidades distintas. Susnombres son tenidos por nombres diversos del tinicoDios de Israel. Pero, ino prueba precisamente estavariedad de nombres, pregunta Gressmann, que hayaqui huellas de un estrato tradicional m6s antiguo,segrin el cual los patriarcas adoraron a diversos dio-ses con distintos nombres propios? Cada uno de elloses un ..dios> o/ como se dice en hebreo, un ..El,t. Poreso puede hablarse en los patriarcas de una adoraci6no culto de dioses o, con la forma plural hebrea, de un..culto de Elinr'.

Gressmann constata despuds que la mayor partede los nombres ..El' s6lo ocurren en conexi6n condeterminados lugares. Asi, los patriarcas adoraron al..El Olam' s61o en Beer-Sebii, al "El Betel" s6lo enBetel, al ..El Roi" s6lo en el desierto sur, al ..El Elyonos61o junto a Jerusal6n. El .El Saddai,' (omnipotente)parece pertenecer a Hebr6n. De ahi deduce Gress-mann que las divinidades ..Elt eran nfmenes loca-les. Al llegar los patriarcas a Beer-Seb6 sacriftcaronalli al dios <<eternidadr', pues este dios pertenecia aaquel lugar; alli poseia un 6rbol y un pozo sagrado.Al llegar a Betel ofrecieron sacriftcios al dios local..Betelr>, en cuyo santuario se veneraba una piedrasagrada. En conclusi6n, la religi6n de los patriarcashabria sido politeista, un culto de divinidades loca-les, de la naturaleza, todas las cuales podemos desig-nar como Elin.

Digamos al punto que esta teoria sobre la reli-gi6n de los patriarcas se ha mostrado como inexactaen el curso de la investigaci6n posterior. Pero, aun enuna teoria falsa, hay que distinguir siempre entre lasobservaciones que llevaron al investigador a estable-cer su teoria y las conclusiones que sac6 de sus ob-

ADoRADoREs DE Los DIosEs DE Los PADREs ll7

sewaciones. A menudo s6lo son falsas las conclu-siones, mientras las observaciones mantienen su va-lor. Es 1o que ocurre aqui. Los distintos nombres dedios, compuestos con la palabra El (El Olam, ElElyon, El Saddai, El Roi, El Betel, El Berit) represen-tan evidentemente en las narraciones biblicas sobrelos patriarcas un antiquisimo estrato tradicionalr_queproiede del tiempo mismo de los patriarcas. Tambidnla vinculaci6n local de los nombres particulares dedioses pudiera ser hist6rica. Estas observaciones con-servan su valor permanente para la reconstrucci6nhist6rica de la religidn de los patriarcas.

f,a teoria sobre los Patriarcascomo adoradores delos dioses de ios Padres

Esta teoria estd ligada al nombre de AlbrechtAlt, profesor de Antiguo Testamento en Leipzig, yel miis importante historiador de Israel en la prime-ra mitad de nuestro siglo. En 1929 public6 un es-tudio con el titulo' Der Gott der Vdter. La concep-ci6n en 6l expuesta fue admitida riipidamente casipor todos.

Alt no rechaza simplemente la teoria de Gress-mann sobre el culto de Elin de los patriarcas. Perodice: 6sa es la religi6n de los habitantes de Canaiin,pues se trata de divinidades locales. Por tanto, hemosde contar con que los patriarcas no conocieron la re-ligiOn-Elin hasta su emigraci6n a Palestina. Pero 6stano pudo ser su religi6n originaria, la que trajeron

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118 LA RELTcI6N DE Los PATRTARcAS

consigo. Por eso, Alt busca en las leyendas sobre lospatriarcas del G6nesis las huellas de una religi6n queseria mds antigua que la adoraci6n de EIin.

En Ex 3 se aparece Dios a Moisds enla zarza apdiendo y le revela su nombre de Yav6. Pero, antes dela revelaci6n del nombre, se le presenta a Mois6s deotro modo. Dios le grita: ..Yo soy el Dios de tu pa-dre, el Dios de Abrah6n, el Dios de Isaac y el Dios deJacobr'. Nosotros prescindiriamos normalmente deesta frase, y s61o veriarnos en ella una alusi6n retros-pectiva a la cercania de Dios de que gozaron los pa-triarcas. Pero Alt nos pone en guardia. Porque aquipodria presentarse un nombre divino de determina-do tipo. De hecho, ino podrian haber denominadolos patriarcas al ser divino cuya revelaci6n vivencia-ron como Dios de Abrahiin, de Isaac y de Jacob?Tendriamos asi el nombre divino del tipo, ..Dios detal o cualr', en el que el nombre humano hace referen-cia al padre de la tribu que tuvo una revelaci6n delDios correspondiente. De hecho, este tipo de deno-minaciones divinas puede comprobarse fdcilmenteen las narraciones patriarcales.

En Gdn 26,24 s/ se narra una aparici6n que tuvoel patriarca Isaac una noche en Beer-Sebri. El Diosque se le aparece se le presenta diciendo: ..Yo soy elDios de Abrahdn, tu padre. No temas>>.

En Gdn 28, 11 s leemos la visi6n de la escala, te-nida por el patriarca Jacob durante una noche enBetel. En ella se le aparece Dios y se le presenta di-ciendo: ..Yo soy el Sefror, el Dios de Abrahdn, tupadre, y el Dios de Isaac".

El capitulo 31 del Gdnesis cuenta c6mo se separ6

-lacob de su suegro Lab6n. En los did.logos de estecapitulo dice en una ocasi6n Jacob '

..El Dios de mi

ADoRADoREs DE Los DrosEs DE Los PADRES ll9

padre ha estado conmigo>' (31, 5). Poco despu6s dice

Lab6n a Jacob'

Yo hubiera, sin duila, poilido hacerte malt pero €l

Dios de tu padri me ha habLdo esta noche: gudrdate cle

decir a Jacob palabra que le moleste (tt,zs)'

En las ulteriores negociaciones, le dice Jacob a

Labdn:Si el Dios de mi padre, el Dios de Abrahdn y 9l !t'

mido de Isaac no hubiera estado conmigo, tri me habrias

ahon ttetp"dldo con las manos vacias (zt, qz)'

Aqui se halla una expresi6n muy arcaica: el <<te-

mido ie Isaacrr. Estudios recientes sugieren, sin em-

U"tno, ou" ,ro debe traducirse ttel temido'>,.sino el

ooaiiente", ..el gue pertenece al mismo clano de Isaac'

En todo caso,la divinidad es nombrada aqui por su

referencia a un antepasado. Al ftnal del capitulo se

nos transmite el texto del pacto de Jacob con Labiin'

Su riltima frase reza, ..El Dios de Abrahiin y el Dios

de Nacor (antepasado de Labiin) sea iuez entre nos-

otros>> (31,53). Por tanto, cada una de- las partes

contrayentes ha dado culto a una divinidad, que es

denominada por el antepasado respectivo'

Albrecht Alt estudia afn otros ocho pasajes del

Gdnesis. El resultado es siempre el mismo' Resulta

interesante, sobre todo, Gdn 49,24, ey que no se

ii"li" ti*ritemente del oDios de Jacob", sino del

..fuerte deJacob". Otra f6rmula/ pues/ muy arcaica,

qu. ..Lu..ia al otro nombre divino de <pariente de

Isaacrr.--- Si t. re(tnen todos estos pasajes, pueden sacarse

alg.rnas conclusiones. Hay que decir, en primer lu-

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I20 LA RELIGION DE LOS PATRIARCAS

garl que una parte de los pasajes no pertenece a losestratos mds antiguos de la tradici6n patriarcal, sinoa los de elaboracidn posterior. Pero algunos, por lomeflos/ son roca viva de esa tradici6n y reflejan lascircunstancias hist6ricas mismas. Con ellos se enla-zaron luego los estratos posteriores, al denominar ala divinidad como ..Dios del padre tal o cual".

Esta denominaci6n de Dios nos muestra que lospatriarcas no identiffcaban a su Dios con un nombrepropio, sino con Ia referencia retrospectiva a un an-tepasado. Se trata, sin duda, siempre del antepasa-do a quien el dios se apareci6 por vez primera o seapareci6 sin mds. No se trata, pues, de un dios ligadoIocalmente, sino de un tipo de dios ligado a unaestirpe (tribu o clan). Alt habla, siguiendo una anti-gua denominacidn griega, de odivinidades del pa-drer'. .El contraste o alianza entre Jacob y Labinmuestra que podia haber muchas divinidades de estetipo; cada una de las partes jur6 por su Dios paterno.Alt sospecha que tambidn el Dios de Abrahiin, el pa-riente de Isaac y el poderoso de Jacob fueron origi-nariamente divinidades distintas. 561o los te6logosde Israel las habrian unido posteriormente entre si,identiftciindolas luego con Yav€, Dios de Israel.

Cabe preguntarse si es posible en absoluto seme-jante tipo de religi6n. Alt responde que si; es unareligi6n tipica de n6madas. Estos no tienen residen-cia ffja y no pueden, por tanto, dar culto a dioseslocales; sus dioses est6n ligados al grupo humano porla ftgura del antepasado. De ahi la tipica forma denombres de dioses: "Dios de nuestros padres tal ocualrr.

En este contexto, Alt hace referencia a paralelosdel antiguo oriente. Aproximadamente en tiempos

ADORADORES DE I.OS DIOSES DE LOS PADRES

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de Jesris, diversas tribus drabes/ como los nabateosy palmirenos, se asentaron en la zona este del Jorddny al este de Siria. Conocemos muchas inscripcionesde ellas, y estas inscripciones nos revelan tambidndivinidades que son denominadas como "dios de talo cual". Estas parecen ser las divinidades que saca-ron a las tribus de su mundo de n6madas y las tra-jeron a tierras fdrtiles. La situaci6n no hubo de sermuy diferente respecto a los antepasados de Israel,milenio y medio antes, cuando inmigraron a tierrasfecundas. Tambidn ellos daban culto a dioses pa-ternos. Estos dioses de los padres, asi creian ellos,se habian mostrado a sus antepasados, Abrahiin,Isaac y Jacob, y les habian mandado que emigrarana la tierra de Canaiin. Esta es la verdadera religi6n delos patriarcas. 56lo posteriormente, y en la Jordaniaoccideirtal, se affadi6 el culto de las divinidades El deCanadn, y en alguna parte se llev6 a cabo el procesode fusi6n que condujo a Israel a adorar a un s6loDios, que asumid todos los nombres propios y fueademiis el Dios de Abrahiin, de Isaac y Jacob y,sobre todo, Yav6, Dios de Israel, el que se reve16 aMoisds y pact6 alianza con el pueblo.

Para terminar, hay que decir sobre la teoria deAlbrecht Alt 1o mismo que sobre la de Hugo Gress-mann. Tambi€n el progreso de la investigaci6n hademostrado que es inexacta; pero tambidn Alt, alelaborar su teoria, ha hecho observaciones quetienen valor permanente/ independiente de las con-clusiones que sac6 de ellas. De hecho, antes de Altnadie habia reconocido que en los relatos biblicossobre los patriarcas habia huellas de un antiquisimotipo de denominaciones divinas por el estilo de:oDios de tal o cual, nuestro padren. Estas observa-

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122 LA RELrcrON DE Los PATRIARcAS

ciones deberdn ser tenidas en cuenta en toda nuevateoria sobre la religi6n de los patriarcas' Asi habla-ban los antepasados de Israel.

f,a teoria sobre los Patriarcascorno adoradores de <<€lr>

Cuando Albrecht Alt public6 en 1929 su obraDer Gott der Vdter, comenzaban las excavacionesen la localidad del norte de Siria, Ras Samra, quepronto se vio era el antiguo puerto cananeo de Uga-rit. Estas excavaciones se contintan afn hoy dia ypertenecen a las m6s fecundas empresas arqueol6gi-ias de todo el oriente. En efecto, son particularrnen-te abundantes en tablillas de escritura cuneiforme.Los textos ugariticos nos han proporcionado unaimagen completamente nueva de Ia religi6n sirio-cananea del segundo milenio antes de Cristo. La ima-gen que s61o indirectamente obtenemos por la Bibliaqueda asi completada y revisada. A los textos uga-riticos se afiaden en cantidad creciente otras exca-vaciones y hallazgos de inscripciones que perftlanatn m6s la imagen.

Con respecto a nuestro tema, ayudan a demos-trar que ni la teoria de,Gressmann ni la de AIt sonexactas; pero tambidn ofrecen la posibilidad de in-terpretar de forma nueva las observaciones de ambosinvestigadores y enmarcadas en un cuadro total.Diversos investigadores han trabajado durante losriltimos afros en esta tarea. El primer esbozo, quiziisdemasiado claro y transparente, de una nueva teoriasobre la religi6n de los patriarcas procede del sabio

LOS PATRIARCAS, ADORADORES DE <(ELD t23

norteamericano Frank Moore Cross. Lo propuso en7962 en un articulo de la Harvard Theological Re-view, al que titul6: Yabwelt and tbe God of tbe Pa'triarchs. La investigaci6n continfa y sospechamosque dentro de poco las cosas estardn m6s claras de1o que aparecen en Cross. Sin embargo, su esbozopuede ser considerado como el mejor de la actuali-dad y merece la pena exponerlo.

Por de pronto/ se ve, contra Gressmann, que lospatriarcas no adoraban a muchos Elin, sino a un soloDios que llevaba el nombre principal de ..Dios", esdecir en lengua cananea: "El>'. Antes de las excava-ciones de Ugarit se tenia una idea falsa sobre el ca-r6cter de la religi6n cananea. Se pensaba en una mu-chedumbre de cultos locales a las miis diversas divi-nidades, cuya importancia no habria sobrepasado elestricto marco de su santuario correspondiente. Lostextos ugariticos han revelado que/ en medio de lapluralidad de cultos locales, habia sin embargo unaunidad en el mundo de los dioses que marcaba con susello a todo el dmbito sirio-cananeo. A pesar de todaslas variantes locales se adoraba en todas partes casia los mismos dioses. Los miis importantes eran ti-picos dioses mayores que formaban juntos un pan-te6n, una junta de dioses. Las ideas eran, pues, simi-lares a las de Grecia, donde Zeus estaba ala cabezade la jrmta olimpica. En Canadn, a la cabeza de lajunta estaba el Dios creador que habia hecho el cieloy la tierra, y tambidn a los otros dioses. Reinaba so-bre 6stos como su rey. Su nombre era ..E1", es decirsimplemente <.Diosrr.

Mas con ello se hace posible una nueva interpre-taci6n de los nombres de Dios, que Gressmann hall6en las narraciones patriarcales. Aclar6moslo con un

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724 rA RELrcr6N DE r,os pATRTARcAs

ejemplo: tomd el "El Olam,' de Beer-Sebii. En nues-tras traducciones corrientes leemos: ..el Dios eterno>>.Gressmann propuso: "El Dios eternidad". Ahora seve que la rinica traducci6n gue coffesponde al espa-cio cultural cananeo es: <<E1, el eternor>. Y no se trata,por tanto, de un numen local de Beer-Seb6, sino deldios creador cananeo, conocido en todas partes, delque se dice en un texto de Ugarit: ..Verdaderamentenuestro creador es eterno; verdaderamente, de eter-nidad a eternidad es aquel que nos plasmararr. Por lagramiitica hebrea, son aqui posibles las tres traduc-ciones de "El Olam" que he enumerado; pero elcontexto cultural sugiere hoy la tercera.

Esta decisidn ha sido conftrmada por Cross me-diante una inscripci6n que contiene el nombre deDios: "El, el eterno>>, y procede de un estadio lin-gilistico tan antiguo que permite captar la referencial6gica entre las dos palabras mds claramente atin queen el pulido hebreo del primer milenio, en que estdescrita la Biblia. Dicha inscripci6n se halla en el ma-cizo del Sinai, en un lugar en que, durante el siglo xv,trabajaban en las minas esclavos egipcios de Siria.Todavia no se ha conseguido descifrar con seguri-dad plena esta inscripci6n. Pero la lectura mds pro-bable es: 'il dt '6lami, y esto s6lo puede signiftcar El,el eterno. ,.El eterno> no es consiguientemente unnombre particular de un dios especial, sino un epitetodel dios cananeo. El, creador y rey de los dioses; esteepiteto se le daba precisamente en el culto de Beer-Sebd, mientras que en otros lugares donde tambi6nse Ie adoraba recibia epitetos distintos.

Esto podria explicar los otros nombres El de lasnarraciones sobre los patriarcas. En Jerusaldn pareceque se ador6 a El con el epiteto Elyon, es decir como

Los pATRraRcAs, ADoRADoREs op <<6t,> L25

a ..E1, el altisimo". El nombre El Sadday, de He-br6n, podemos traducirlo: <<El, el omnipotente/ oquizds mejor, segfn Cross: ..E1, el de la montafra delmundorr.

Con ello, el culto de los El(n, supuesto por Gress-mann en los patriarcas, pasa al singular del culto a El.La Biblia no atestigua un culto de muchas divinida-des, sino siempre del finico y mismo Dios, aunque endiversos santuarios y con diferentes epitetos. Porotra parte, no se puede concluir sin miis ni miis quelos patriarcas hubiesen conocido el culto de El Olam,de El Elyon, de El Sadday, etc., s61o al llegar a laregi6n occidental del Jorddn. Quiz6s les resultasennuevos los epitetos concretos y las formas localesdel culto; pero como El era muy conocido en elnorte, la ftgura del dios creador El no debi6 resultar-les necesariamente nueva y extrafia. E incluso aun-que en su patria mesopofiimica no hablasen cananeo/quizris conocian bajo otro nombre a un dios creadory rey de los dioses, al que podian identiftcar fdcil-mente y con pleno derecho con el dios El del mundocultural y lingiiistico de Canaiin. Estas reflexiones noprueban nada, pero rnuestran posibilidades nuevas.Y 6stas prohiben que sigamos Ia teoria de AIt de noconsiderar originaria ninguna forma de culto a El.

Pero hay que afradir algo sobre Ia teoria de 6ste.Se ha demostrado que la designaci6n de una divi-nidad por la referencia a un antepasado no es forzo-samente signo de religi6n n6mada, aparte de queahora sabemos que/ antes de la domesticaci6n delcamello hacia 1200 antes de Cristo, no existi6 aunen el antiguo oriente verdadero nomadismo del de-sierto. Divinidades de los padres aparecen tambidnen el iimbito de las grandes religiones polite(stas de

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t26 I,A REI.IGIdN DE LOS PATRIARCAS

paises cultos, como lo indic6 ya en 1934 J. Lewycontra Alt. En estas religiones se creia en la existen-cia de muchos dioses; pero/ por otra parte, el hom-bre busca siempre una relaci6n personal y peculiarcon lo divino. Asi acaeci6 que/ en las familias, unade las divinidades conocidas del pante6n, y hastauna divinidad inferior, fue a menudo especialmenteadorada como Dios protector de la familia. Luego,al nombre propio de este dios se afiadi6 en la familiaun epiteto que expresaba la relaci6n con ella. Y estose hizo naturalmente por la referencia al antepasado.

En las tablas capadocias (del segundo milenio)encontramos/ por ejernplo, el nombre del dios lla-brat, al que se afrade: "el dios de tu padreo. tln nue-vo examen de las inscripciones nabateas y palmi-renas que Albrecht Alt habia utilizado para conftr-mar su teoria, realizado por F. M. Cross, ha demos-trado que tambi6n aqui eran conocidas las divinida-des de los padres bajo su propio nombre. Por tanto,no se trata de dioses de los padres sin nombre pro-pio, deftnidos solamente por su relaci6n con el clan,sino de conocidos dioses del politeismo que al mismotiempo eran especialmente venerados en determina-das familias y, por eso, adquirian una referencia alantepasado.

Si ahora, bajo estos nuevos presupuestos, nos vol-vemos a la Biblia, descubriremos que tampoco en ellatiene que ser el Dios de los padres forzosamente in-nominado. El que en muchos pasajes reciba el nombrede Yav6 no se debe a tradici6n del tiempo de los pa-triarcas, sino a la posterior interpretaci6n teol6gicade Israel. Pero en G€n 33r 20leemos en una tradici6nciertamente antigua sobre la estancia de Jacob en Si-qudn: "Alli erigi6 un altar, al que llam6 El, Dios de

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los ?ATRIARcAST ADoRADoREs oE' <fL> t27

Israelrr. Israel es el otro nombre del patriarca Jacob'Pod.*ot pues decir exactamente igualt "61, Dios de

Jacobrr. Se trata, por tanto, de un altar-al dios crea-

ior El, que era al mismo tiempo 9l {ios familiar espe-

cialmenti adorado por el clan de Jacob' Lo mismo

nos muestra G€n 46,3. La divinidad que se le apa-

rece en str viaje a Egipto, en Beer-Seb6, se le presenta

diciendo: .rYo soy El, dios de tu padre"'- Co"oi.ne aba-ndonar la teoria del Alt sobre los

patriarcas como adoradores de los dioses delos pa-

ir.r, y aceptar una especial religi6n {el digs familiar

q,r", 8etd. luego, se referia a una divinidad cono-

.idr .n Canadnl A esto se afiade que ya no podemos

distinguir esta religi6n de la religrln El que cono-

;;d por las inve.-stigaciones de Gressmann;-basta.on indi.". que s61o pon".tt acento especial al culto

a.i aiot H. Los patriarcas y sus descendientes ado-

raron al dios creador El, conocido en todo Canadn,

yloionsideraron como el dios entre todos los dioses(no tenemos motivos para creer que ellos dudasen de

la existencia de los otros dioses), con el que, como

Aot iu-itiut, tenia todo el clan una relaci6n especial'

Lo consideraron asi porque estaban.persuadidos de

q"" .. h"tiu revelado a los antepasados de la familia'

Segfn las antiguas tradiciones patriarcales, el-conte-

niio de la revJlaci6n consistia en el mandato de emi-

grar hacia el sur de Canaiin y la prornesa de la des-

!.nd.n.i" y de la conquista del pais' Por eso resulta

diii.il u..ptar, con Alt, diversas fases en la religi6n

n"tti"..ut, antes y despu6s de la marcha hacia la re-

lion o..ii.ntal iel loidan. Podemos suponer que la

idoraci6n de El y su invocaci6n con los epitetos con-

cretos que posei" en el occidente del Jord6n s6lo se

dieron despu6s de llegar los patriarcas a aquella zona'

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128 LA RELrcr6N DE Los pATRTARcAs

Pero todo esto pudo desarrollarse porque los clanesposeian ya de antemano una relaci6n especial conel dios creador.

Esta imagen coincide con maravillosa exactitudcon la que presenta la Biblia. Es verdad que intercalaanticipadamente en las narraciones sobre los patriar-cas el nombre de Yav6 que, segfrn la misma Biblia,s6lo fue revelado a Moisds. Pero, por lo demiis, se-gfn el sentir de la Escritura, los patriarcas dieronculto a un solo y mismo Dios, y este Dios era ya co-nocido por los habitantes de Canadn; en otro caso,no nos hubiera podido presentar a Melquisedec/ reycananeo/ como sacerdote <(de El, altisimo, creador delcielo y de la tierra".

La religi6n reoelada y lasreligiones del mundo

Ahora podemos volver a la pregunta de Ia quepartieron nuestras reflexiones: thay aut6ntica con-tinuidad entre la religi6n de Abrahdn y la del medioambiente, o irrumpe con Abrahiin en la historia de Iareligi6n algo absolutamente nuevo y completamente,distinto? Ahora tenemos la respuesta.

El mundo ambiente de Abrahdn se desenvuelveen el politeismo cananeoi oimos hablar de reunionesde dioses y vemos que se adora al principal de entreellos, al dios creador El; tambi6n se adora a otrasdivinidades y cabe la posibilidad de que una tribudeterminada venere especialmente a una divinidadcomo al ..dios de su padre'r. El clan de Abrahiin ve-nera de esta forma al dios creador El como a su es-

lA nnlrcr6x REvELADA y LAs REr.rcroNES I29

pecial dios familiar; pero 1o hace de modo tan intensoy exclusivo que, al menos a la larga, no se tributaningfin culto a los restantes dioses del pante6n. Nopodemos dudar pues de que exista una autdnticacontinuidad entre las religiones del mundo ambientey la religi6n de los patriarcas.

Esta respuesta no signiftca que los patriarcas nogozaran de revelaci6n alguna. El nricleo precisamentede lo que aftrman las tradiciones biblicas sobre lospatriarcas es que 6stos experimentaron de formanueva Ia presencia del Dios creador. 56lo a causa deesta noticia se transmitieron durante siglos muchasde estas tradiciones, y seria un m6todo bastante malodudar de esto. Los patriarcas tuvieron pues lo quehoy llamamos <.experiencias mfsticas". Mas en estasexperiencias vieron claramente que el dios que ahorase les revelaba era un dios que ya conocian. En sulaz, que ahora irradiaba para ellos con nueva clari-dad, reconocieron la faz de aquella divinidad quesiempre habian adorado bajo el nombre de El, comorey de todos los dioses y criaturas, como creador delcielo y de la tierra. De ahi que fuera para ellos la cosamds natural del mundo que, cuando en sus peregri-naciones el camino les hacia pasar junto a un santua-rio del dios creador, se detuvieran alli y le ofrecieranun sacriftcio. Su dios era el dios antiguo, al que siem-pre habian conocido como el Dios altisimoi peroahora estaban unidos a 6l de forma nueva/ pues sehabia welto a ellos, se les habia revelado y lel habiaabierto el futuro con sus promesas.

iQud hemos de pensar los cristianos sobre lasotras religiones de la tierra? tHemos de ver una sima

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130 LA RELIGI6N DE LOS PATRIARCAS

entre nosotros y ellas? iO hemos de considerar a susffeles como hermanos nuestros, que s6lo se engafiancuando ven un abismo entre ellos y nosotros? El mo-delo biblico de Abrahiin nos muestra que, cuandooran a sus dioses, cuando ejecutan sus ritos, que tanextrafros nos resultan frecuentemente, hay en todoello una relacidn aut€ntica, mds o menos clara, con elverdadero Dios. No est6n extraviados; se encuentranen buen camino, si bien, segrin la voluntad de Dios,han de seguir en 61 hasta que brille para ellos la luzde la revelaci5n, como brilld para Abrahin.

6

Los diez mandamientossin el monte Sinai

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Conferencia tenida en una sesi6n de ttabajo de las colaboradores

parroquiales del obispado de Limbutg, el 9 de febrero de 1966,

en Limburg an der Lahn. Inddita.

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1-r n los diez mandamientos se puede estudiar/ al-: modo de ejemplo, c6mo la moderna ciencia bi-blica produce sensaciones de vdrtigo y suscita la im-presi6n, quizds m6s entre los catequistas que entrelos simples fteles, de que uno se encuentra abandona-do en medio de un alud de piedras que se precipitacon velocidad creciente hacia el abismo. La compa-raci6n del mundo montafroso es aqui especialmenteoportuna porque hoy, de hecho, no podemos unir losdiez mandamientos a un monte con la misma faci-lidad con que antes se hacia. Antes se ponian losojos, sin reflexionar, en Ia esceniffcaci6n grandiosadel Sinai, que recuerda Mois€s a los hijos de Israel enDt 4, 10-13 con las siguientes palabras:

El dia que estabas en el Horeb en presencia de Yavd' tu Dios, cuando Yavd me dijo: <Rerine al pueblo para que

yo les haga oir mis palabras a ffn de que aprendan a te-merme mientras vivan en el suelo y se las ensefren asus hijos>, entonces vosotros os acercasteis y permane-cisteis al pie de la montafrar rnientras la montafra ardia en

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L34 r,os DrEz MANDAMTENTos srN EL sINAf

llamas hasta el mismo cielo, entre tinieblas de nube yniebla densa. Yavd os habl6 entonces de en medio delfuego; vosotros oiais el rumor de las palabras, pero nopercibiais figura alguna, sino s61o una voz. El os revel6sualianza, que os mandd poner en pr:ictica, las diez pala-bras que escribi6 en dos tablas cle piedra.

Esta presentaci6n ret6ricamente estilizada deaquella revelaci6n se tomaba literalmente, cosa queya no es posible hoy. No porque la ciencia biblicahaya dicho que aqui algo es simplemente falso. Perovan cayendo un velo tras otro ante los acontecimien-tos y nos permiten una visi6n exacta. El texto citados6lo se formul6 setecientos affos despuds de los acon-tecimientos; y si se examinan sus estadios previos,llegaremos sin duda a un fragmento pr6ximo a loshechos, pero tambidn resulta claro que hemos devdrnosla con textos podticos que se servian de la es-ceniftcaci6n comrin a las teofanias occidentales. Ade-mifs, tambidn hemos de tener en cuenta que las noti-cias de los acontecimientos originarios eran retocadascon colores procedentes de la repetici6n cultual deestos hechos en el iimbito litrirgico de Israel. La nie-bla se extiende sobre los hechos reales. Y suprime traantigua seguridad sobre el origen de los diez manda,mientos en el pacto de alianza del Sinai. iQu6 exe-geta se atreveria a considerar con certeza como his-t6rico que en el macizo del Sinai se dio una granvivencia mistica colectiva, en la que los jefes reunidosdel pueblo de Israel oyeron lavoz de Dios, y ademiispronunciando las palabras exactas que hoy conser-vamos en los diez mandamientos? Existen hov mu-chos exegetas que deftenden el ..origen mosaico> delos diez mandamientos, tanto entre los cat6licos co-mo entre los gue no lo son. Pero su formulaci6n es

DocuMENTo oRTcINARIo v Exfcpsrs MoDERNA 135

mucho miis prudente que la concepci6n-antigua. Enmuchos invesfigadores signiftca que se dio un pacto

de alianza en el Sinai, cuyos hechos concretos ya.nopodemos determinar con exactitud, y que los diezmandamientos eran/ en una forma miis antigua que

no conservamos/ el documento originario de estaalianza. Otros no creen seguro que esta alianza trt'viese lugar precisamente en el Sinai, pero piensanque tuvJ lugar y que los diez mandamientos eran eldocumento de la misma. Otros no est6n tan segurosdel hecho de la alianza/ pero consideran a Mois€scomo autor de los diez mandamientos. Finalmente,el ..origen mosaico>) puede signiftcar sencillamenteque el dec6logo procede del tiempo de Mois6s, sinque se puedan determinar m6s ampliamente sus cir-cunstancias originarias.

Sin embargo, junto a los defensores del <origenmosaico>> de los diez mandamientos, existe tambi6ntoda una serie de escrituristas que rechazan este t6r-mino. Puede ser que mantengan a grandes rasgos laalianza del Sinai, transmitida por Moisds. 56lo dudande que les ..diez mandamientos> tuviesen aqui_ suorigen hist6rico y de que precisamente Moisds des-empeffase un papel en la historia de este importantetexto. Una concipci6n de este tipo me parece ser lamds probable, y por eso las explicaciones siguientesse mintendr6n en el iimbito de este punto de vistaque naturalmente en muchas cosas es s6lo probablee incluso puramente hiPot6tico.

Ya Goethe constat6 en un escrito juvenil ("Dos

importantes problemas biblicos, no investigados has-ta lhora, y respondidos a fondo por vez primera porrln sacetdbte rural de Schwaben,>) que los diez man-damientos, en la pericopa del Sinai del libro del

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136 LOS DIEZ MANDAMIENTOS SIN ET SINAi

Exodo, no representan probablemente las antiguastablas de Ia ley, sino qtre para esto conviene recurrirmiis bien al texto de la renovaci6n de la alianza enEx 34. La insolidaridad originaria de la tradicidn delSinai y de los diez mandamientos se puede defenderhoy con motivos mds exactos de los que disponia elno especialista Goethe en la 6poca inicial de la mo-derna ciencia biblica. Luego diremos algo mils sobreesto. Ahora s6lo nos interesa aclarar que el hechocentral de la revelaci6n de la tradici6n veterotesta-mentaria s6lo podemos captarlo hist6ricamente condiftcultad y que por tanto no aparece segura la co-nexi6n de los diez mandamientos con esta revelaci6n.Es comprensible, casi necesario, que surjan sensa-ciones de vdrtigo cuando uno oye estas cosas por pri-mera vez.

No dejaremos de reflexionar y volver a ordenarlas cosas. Podemos hacerlo. Una cosa es cierta: quelos diez mandamientos se encuentran en la sagradaEscritura. Nosotros la confesamos como ..inspiradarr,y por eso sus palabras son para nosotros/ en un sen-tido plenamente determinado, palabra de Dios. Deeste modo, los diez mandamientos conservan Iaautoridad de la palabra de Dios, ya fuesen escucha-dos por la reuni6n de Israel en una vivencia misticacolectiva, o tengan un origen de tipo diverso. Si nonos tranquiliza esta respuesta/ hemos de preguntarsi nos tomamos con bastante seriedad la fe en la ins-piracidn de la Escritura. Algo parecido ocurre conlos evangelios cuando se trata de las palabras deJesfs. iPor qud hemos de estar siempre investigandolos evangelios y querer asegurarnos de que una pala-bra determinada es tambi€n realmente una <<ipsissimavox>/ una palabra originaria de Jesrls? iAcaso tiene

DocuMENTo oRrcrNARIo v Bxfessrs MoDERNA L37

para el oyente una mayor autoridad que otra palab-rade Jesris en la que ya ha influido el espiritu de Ia Igle-sia, de forma que ahora se presenta mds ampliada-ysi se quiere cambiada? Como vemos,la ciencia bibli-ca tiene una relaci6n doble con la "tradici6n". Poneen duda las tradiciones humanas, como las del ca-rdcter puramente hist6rico de los textos del Sinai ydel evangelio, pero con eso le obliga a tomar en seriouna tradici6n de fe antigua, aunque quizils muy des-cuidada hasta ahora, la doctrina de la acci6n del Es-piritu Santo en el origen de la Escritura.

Esta es una observaci6n importante. No debemosacostumbrarnos a considerar la exdgesis modernacomo eminentemente destructiva. Mds bien hemos deintentar caer en la cuenta de que esta <<critica biblicattnos conduce, a menudo, a tradiciones antiguas, casiolvidadas, devolvi€ndoles su importancia. Esto es 1oque mostraremos a continuaci6n con el ejemplo delos diez mandamientos.

iCuiiles son las respuestas tradicionales que sesuelen dar a la pregunta: qu6 es el odeciilogo"? Almenos en el iimbito cat6lico son tres/ no relacionadasentre si. Se dice, en primer lugar, que el dec6logocontiene los principios esenciales del "derecho na-tural>> o de la "ley moral naturalrr. Tambi6n apareceel deciilogo como un resrlmen ideal de toda la doc-trina moral cristiana, por lo que fundamenta general-mente una gran parte de Ia catequesis y sirve comoprincipio estructural para la confesi6n. Por riltimo,su dignidad procede de que constituye el texto nu-clear

-de todo el Antiguo Testamento. En realidad,

estas tres determinaciones no estiin de acuerdo entresi. iNo podemos tener la impresi6n de que s61o latercera se funda en la Biblia, mientras que la segunda

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t38 Los DIEZ MANDAMTENTos srN EL srNAi

no es m6s que una teorizaci6n de Ia priictica catequ€-tica, que prescinde bastante del sentido exacto deltexto, y la primera es totalmente ajena a la Biblia, yaque seria absurdo revelar en el Sinai el texto de losdiez mandamientos si habia sido escrito inmediata-mente en el corazdn de todos los hombres como <(de-recho natural"? En conjuntor la valoraci6n tradicio-nal de los diez mandamientos influye pues confusa,irrefl exiva y contradictoriamente.

Pero las cosas cambian si las consideramos a laluz de una teoria biblica moderna del deciilogo. En-tonces se muestra que las tres determinaciones se co-rresponden realmente. Las tres estiin fundadas en laBiblia. Y adem6s, de la historia concreta del decillogo,que se extiende a trav6s de todo el Antiguo Testa-mento hasta el Nuevo, se deduce Ia relacidn real delos tres aspectos tan diversos, y c6mo todos son nece-sarios para comprender el deciilogo.

f,os diez mandamientos comoley moral natural

No es 6ste el lugar para tratar sobre el conceptode ley moral natural. Es tan dificil como indispensa-ble. A causa del comienzo de Ia carta a los romanos,una teologia de orientaci6n biblica nunca podrii pres-cindir de 61. Un segundo problema, miis dificil afn, espor qu6 criterios reconocemos si un texto determi-nado no es testigo de la revelaci6n, sino de la leymoral natural. La teologia cristiana tradicional consi-dera al dec6logo como testigo de la ley moral natural,en cuanto que compara sus exigencias con el conte-

coMo LEY MoRAI- NATURAT- I39

nido de esta ley moral, que no duda conocer con exac-titud. Asi pudo decir que el deciilogo se identiftca ensu contenido con la ley moral natural, aunque no seaun conocimiento moral natural acomodado a dichaley, sino que proceda de una revelaci6n divina.

Si prescindimos del primer mandamiento - ado-rar a s61o Dios, es decir de un mandamiento s61o for-mulable en el contexto de la revelaci6n veterotesta-mentaria - no se puede decir mucho contra estaforma de considerar las cosas. Lo fnico que podria-mos objetarle es que no tiene en cuenta el tiempo.Si el dec6logo fuese realmente testigo de un conoci-miento moral natural del hombre anterior a la reve-1aci6n, deberia habernos llegado por otro camino an-terior y exterior a la revelaci6n, y no haber descen-dido del cielo, de forma completamente inesperada,a ffnes del segundo milenio antes de Cristo. Esto loconstata precisamente la exdgesis moderna r el dec6-logo surgi6 en la 6poca primitiva de Israel a partirde tradiciones morales y juridicas que estos clanesn6madas ya poseian y se transmitian.

La reciente especulaci6n teol6gica podria objetaraqui que deberiamos contar con que la moralidad delhombre nunca fue puramente natural antes de laautdntica revelaci6n, y la libertad siempre supone unexistencial sobrenatural, del que reciben el conoci-miento y la conducta moral su cualidad sobrenatural.La objeci6n es justa, pero se dirige m6s bien contrala concepci6n teol6gica vigente hasta ahora que con-tra nuestro planteamiento. Basta con decir en lugarde ..moralidad natural": <<conocimiento moral hu-mano precedente a toda revelaci6n especialr'. Por lodem6s, los representantes de Ia teologia especulativapodrian explicar si un conocimiento de este tipo su-

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COMO LEY MORAL NATURAL L4rL40 Los DrEz MANDAMIENToS srN EL sINAr

pera alguna vezr en 1o que capta reflejamente y puede€xpresar y formular, lo que 7a raz6n humana conocecomo naiuralmente bueno; 6sta seria la deftnici6n,vigente hasta ahora, de la ..ley moral naturaltt. Conesto, la tesis tradicional de que el decdlogo contienelos elementos esenciales de la ley moral natural, ad'quiere en todo caso una fundamentaci6n y aclaraci6ntotalmente nueva, si se muestra que de hecho repre-senta hist6ricamente un miembro de uni6n entre elconocimiento moral fuera del dmbito de la revelaci6nespecial y Ia moralidad en el iimbito de la revelaci6n.

Y asi ocurre. Precisamente el mdtodo del andlisisde la historia de las formas, que al principio pareciaindicar 1o contrario, lo ha demostrado.

En 7934, Albrecht Alt, en su disertaci6n DieIJrspriinge des israelitiscben Recbts (Los origenes delderecho israelita), habia distinguido dos formas fun-damentales de principios juridicos en el Pentateuco.Los principios <(casuisticos> (si... entonces...) perte-necen a una tradici6n completamente distinta de lade los principios <apodicticos" (debes...). Los nue-vos c6digos y colecciones juridicas que conocemosdel oriente antiguo, con el c6digo de Hammurabi enla cumbre, estdn formulados casuisticamente. Altcree/ por el contrario, que las formulaciones apodic-ticas, entre las que se encuentran los diez manda-mientos, son/ en el iimbito cultural del antiguo orien-te, algo tipico de Israel. Por eso acept6 que habiansurgido en Israel, indicando que su ..Sitz im Leben"fue el culto de Ia alianza.

Pero, aunque la investigaci6n posterior ha acep-tado con gratitud la divisi6n de Alt entre formulacio-nes juridicas casuisticas y apodicticas, mejor6ndolas61o en ciertos pormenores, recientemente se ha apar-

tado con decisi6n de la tesis de que los principios apo-dicticos no se dan fuera de Israel. Si en casos concre-tos aparecen en c6digos juridicos y contratos estata-les principios apodicticos/ esto no signiftca muchocontra Alt, ya que se trata de excepciones que noindican una tradici6n ftja. Pero Elliger consigui6mostrar que el estrato miis antiguo y claramente apo-dictico delas prescripciones reunidas en Lev 18 sobrelas relaciones-sexuales no permitidas deben procederdel periodo n6mada de los antepasados de Israel yreflelan el ethos tradicional del clan, formulado enfrases sucintas. E. Gerstenberger/ en su libto Wesenund Herkunft des .Apodiktisclten Recbts" (Esenciay origen del "derecho apodictico") aclar6 deftnitiva-mente este problema. El derecho casuistico corres-ponde a las grandes culturas del antiguo oriente,sobre todo de Mesopotamia, que tendian a convertirlas ciudades en imperios. Mas por la misma 6poca,en el dmbito de estas culturas, y por tanto entre losantepasados de Israel, hemos de contar todavia conestructuras sociales m6s antiguas, en las que el clanera el aut€ntico medio vital. Este tiene un orden santode vida cuyos principios, formulados oralmente enpreceptos apodicticos de los ancianos del clan o dela familia, eran aprendidos por los j6venes y se trans-mitian de una generaci6n a otra. Generalmente setrat6 de series dobles o triples de mandamientos acer-ca de un objeto determinado. El..h1" de estos manda-mientos ..tri debes" ("Du-sollst"-Gebote) se referiaal miembro particular del clan, no a Ia comunidad ensentido coleitivo. En Israel, en el curso de la evolu-ci6n posterior, relacionado con la conversi6n en pue-blo sidentario en Canaiin, este ethos de clan se divi-di6 claramente en dos corrientes de tradiciones. Por

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L4)t42 LOS DIEZ MANDAMIENTOS SIN EL SINAi

una parte, se convirti6 lentamente en "formulaci6njuridica', y despu6s se cambi6 en el derecho comrinde Israel, aplicado a Ia comunidad que surgia miisalld de las fronteras estrictas del clan. Por otra parte,se convirtid en elemento de formaci6n y en materialpara los proverbios de la oSabiduriarr, conftguriindoseasf al dmbito de las escuelas en las que los j6venes, almenos los j6venes de las clases privilegiadas, eran for-mados.

El decdlogo, por ser relativamente largo, contieneuna serie de preceptos de diez miembros particulares(si no mds); no pudo existir en el dmbito del ethosdel clan, pero fue construido a partir de mandamien-tos y grupos menores de preceptos que procedian dela antigua tradici6n del clan. Esto se aplica especial-rnente a sus elementos integrantes/ a excepci6n delos que se encuentran en el primer mandamiento. Asise comprende por qud el dec6logo no sigue una formaunitaria, ni siquiera despuds de rechazar las amplia-ciones posteriores de muchos mandamientos. La for-ma predominante es la prohibici6n: <No matards.No cometeriis adulterio. No robar6s. No diris falsotestimonio contra tu pr6jimo. No codiciards la casade tu pr6jimo". Incluso dentro de estas frases impre-siona la longitud tan diferente del primer grupo detres y del siguiente grupo de dos. Pero mucho mdslargo es el mandamiento sobre los padres, formuladopositivamente, y no como prohibici6n: <<Honra a tupadre y a tu madre..." Miis extensa arin es la formu-lacidn del precepto sab6tico; pero existe la posibili-dad de que no perteneciese desde el principio a laserie de los diez mandamientos.

Durante mucho tiempo estuvo de moda entre losexegetas reconstruir el "dec6logo primitivo>>, en el

que no existian estas variantes de formas, porque separtia del postulado de que al comienzo de Ia historiadel decdlogo se daba una .'forma primitiva pura>,que miis tarde perdi6 transparencia a causa de losclmbios y affadiduras. Pero este postulado es inde-mostrable y la observaci6n sobre las leyes de forma-ci6n del ethos del clan hablan contra su aplicaci6nen el caso del decdlogo.

Con esto, podria ponerse el origen de casi todoslos elementos principales del decdlogo en el ethos delclan que se eitiende hasta el periodo preisraelitico.Nos encontramos asi en el dmbito anterior a la reve-laci6n dirigida a Israel; y esto es 1o que pretendiamos,ya que nos preguntiibamos si la investigaci6n moder-na sbbre el decdlogo tiene algo que decir a la tesis deque el decdlogo reproduce la ..ley moral naturalr''

Tambi6n habria que buscar los motivos decisivosque, incluso fuera de la aut€ntica tradici6n de la alian-za de Israel, impulsaron a reunir los principios juri-dicos particulares del clan en una serie de diez man-damientos. 561o se pueden hacer suposiciones sobreestos hechos tan importantes, y todo descubrimientonuevo puede conducir a un cambio de imagen. Sinembargo, es importante desarrollar tales hip6tesis.tC6mo y cudndo se lleg6 a formar la serie de diez?

El exegeta franc& Jean L'Hour descubri6 en1963, elaborada y en cierto modo inmersa en el cor-pus juridico deuteron6mico, que s61o procede de la€poca tardia de los reyes, una colecci6n de derechocisuistico, que 6l identiftc6 con una especie de legis-laci6n paralela al deciilogo. Las leyes concretas deesta colecci6n se reconocen en que terminan o termi-naban con la f6rmular "Asi hariis desaparecer el malde en medio de ti',. Una ojeada puede mostrar qu6

COMO LEY MORAL NATURAL

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144 Los DrEz MANDAMTENTos sIN EL srNAf

textos corresponden a los diez mandamientos con-cretos del deciilogo t

Dt 73,2-6: Si un profeta predica el apostatar deYav6 - corresponde al primer mandamiento -.

Dt 13,7-12, Si un familiar o amigo trata de sedu-cir en secreto la apostasia de Yav€ - correspondeal primer mandamiento -.

Dt 13, 13-19: Si una ciudad se deja seducir paraadorar a otros dioses - corresponde al primermandamiento -.

Dt 17,2-7: Si alguno adora al ejdrcito celestial- corresponde a una de las f6rmulas del primermandamiento en el dec6logo -.

Dt 19, 11-13: Asesinato - corresponde a la prohi-bici6n de matar -.

Dt 19, 76-19 Falso testimonio - corresponde a laprohibici6n de dar falso testimonio -.

Dt 21,1-9t Asesinato realizado por un desconoci-do - corresponde a la prohibici6n de matar -.

Dt 21, 78-21: Hijo rebelde y discolo - coffespon-de al mandamiento de honrar a los padres -.

Dt 2\ 73-21 El caso de una mujer que llega al ma-trimonio sin ser virgen - corresponde al iimbitode la prohibici6n del adulterio -.

Dt 22,22 Adulterio -corresponde a la prohibi-ci6n del adulterio -.

Dt 22,2?-27: Relaciones stxuales de una jovenprometida - corresponde al iimbito de la prohi-bici6n del adulterio -.

Dt 24, 7: Rapto de un hombre -corresponde alsentido primitivo de la prohibicidn de robar -.

coMo LEY MoRAL NATURAT L45

La f6rmula ..hacer desaparecer el mal de en me-dio de Israel" se encuentra tambidn en otro texto(Dt 17,8-13 : sobre la forma de llevar a cabo un liti-gio), pero ahi se trata claramente de una imitaci6nposterior de este tipo de leyes. Si se comparan lasleyes con el deciilogo, ninguna de ellas se sale deldmbito tratado en dste. ,Pero en esta colecci6n deleyes no se tratan tres temas del dec6logor la prohi-bici6n de pronunciar en vano el nombre de Dios, elprecepto sabdtico y la prohibici6n de codiciar, quemiis tarde se explan6 en un precepto doble. Estoshuecos podrian deberse, en parte, a que no se hayaconservado toda la antigua colecci6n de estas leyesy, en parte, a que el decdlogo no contuviese primiti-vamente un precepto determinado: el sabdtico. Vistocon exactitud, el deciilogo contiene hoy mds de ..diezprincipios>>; podemos contar/ pues/ con preceptosaffadidos posteriormente.

Sea como sea/ tenemos aqui una legislaci6n para-Iela al dec6logo. iSon estas leyes un comentario ca-suistico a la m6s antigua serie de los diez mandamien-tos, o son los diez mandamientos un resumen/ paraaprenderlo de memoria, del contenido esencial de estaanterior colecci6n de leyes, o ambas, Ia serie breve,apodictica, y la colecciSn larga, casuistica, surgieronsimultiineamente y con una relaci6n intima? No po-demos excluir ninguna de las tres posibilidades/ perotambidn podemos dejar abierto el problema. Paranosotros, la importancia de esta legislaci5n paralelas6lo radica en que nos permite, en primer lugar, sacaruna conclusi6n sobre la edad del decdlogo y, des-puds, deducir su probable misi6n originaria.

Esta colecci6n de leyes descrita se halla hoy enla colecci6n deuteron6mica m6s amplia de leyes, y

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LOS DIEZ MANDAMIENTOS SIN ET SINAi coMo sfNTEsrs cATEQUf,TrcA L47

de Egipto, de la casa de esclavitudn perteneciesen aldeciilogo desde el comienzo. Pero todo el contexto,con las leyes de ..exclusi6nrr, habla mds bien en favorde que el deciilogo no surgi6 originariamente en lacomunidad cultual, sino en la comunidad juridica;y que servia, ante todo, para aprender 1o que erajusto en Israel, siendo citado en la puerta de la ciudadcuando se culpaba a un ciudadano de haber hechoalgo que ponia en peligro a la comunidad, y quepodia ser castigado con el destierro o la lapidaci6n.

El primer y mayor delito era la apostasia de Yavd,rinico Dios verdadero de Israel. En este aspecto, eldeciilogo presupone ya la alianza. Pero 6ste no erael problema, sino saber si el deciilogo surgi6 de laalianza y fue compuesto para su proclamaci6n enel culto de la misma. Y aunque esto no parece quese pueda excluir, tampoco parece lo mds probable.Seguimos, pues, en el iimbito de las estructuras delderecho natural. La comunidad tiene que asegu-rarse/ por la naturaleza de las cosas, contra el influlodel mal; y con este ffn crea un derecho, al que sirvetambidn el dec6logo.

Bastante pronto/ todo esto fue incluido en elconjunto de la alianza, que constituy6 y plasm6 cadavez mds la existencia de Israel. De esto hablaremosmiis tarde.

Los diez mnndamientos comosintesis cateQudtica

Quien encuentra el decSlogo en un examen deconciencia para la confesi6n, se pregunta a menudo

ha sido ampliada y comentada en el estilo de todaesta colecci6n. Si reducimos los textos a su probableforma primitiva podemos decir algo sobre su origen.561o conocen como instituciones la familia,la ciudady los ancianos. La organizaci6n social tiene cardcterdemocriitico; la aut6ntica soberania s6lo se le reco-noce a Yav6, el Dios de Israel. Las comunidades 1o-cales concretas son responsables unas de otras anteYav6. La comunidad, ante los crimenes graves y quela ponen en peligro, tratados por la ley, reaccionageneralmente con la exclusi6n, qu-e la mayoria de lasveces signiftca la muerte. El ffn de la ley es, sin duda,mantener pura a la comunidad y protegerla. Los pro-cesos juridicos tienen lugar en la puerta de cada ciu-dad. Todo esto hace clara referencia al primer periodocle la historia de Israel: sigue inmediatamente a laconquista de Canaiin y 1o llamamos, generalmente,..periodo de los jueces'r. En 6l existi6, pues, el decd-logo y podemos suponer que fue entonces cuandoapareci6.

Vemos, al mismo tiempo, 1o que pretende. Lomuestra la f6rmula r ..hacer desaparecer el mal de enmedio de Israel". El deciilogo enumera los crimenesque son tan graves que ponen en peligro y compro-meten a la comunidad. En la concepci6n de entonces,6sta s6lo puede puriffcarse alejando al miembro en-fermo, eliminiindolo. Por tanto, en el sentido estrictode la palabra, el decdlogo surgi6 como enumeraci6nde ..pecados mortales>>.

No se puede excluir, desde luego, que fuese com-puesto directamente para el culto de la alianza y queluese proclamado solemnemente en 6ste desde elprincipio. Esto incluso es probable en caso de que laspalabias: ..Yo soy Yav6, tu Dios, que te ha sacado

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LOS DIEZ MANDAMIENTOS SIN EL SINAi

si no se ha usado y abusado de este texto con un f-inque no tenia primitivamente. Tambidn la ex6gesis haindicado con frecuencia que esto constituye un usoinapropiado e inobjetivo de un texto biblico. Pero lainvestigaci6n reciente justiftca en el fondo el empleocatequdtico del decrilogo.

El contexto antiguo, con las leyes de ..exclusi6n",muestran inmediatamente que los mandamientosconcretos no se refferen s61o a 1o que se acomoda altexto, sino tambi6n a todo un iimbito que miis tardehabia de ser descrito m6s exactamente con leyescasuisticas. Asi, en Dt 13 se regulan con mds preci'si6n una serie de casos especiales del primer manda-miento, en los que no resultaba muy claro si caiano ino bajo 61. En Dt 22 se consideran los pecadossexuales m6s detalladamente que en la formulaci6n:<<no cometeriis adulterio>>. Ademiis, se tienen encuenta las posibilidades en las que no se aplica lapena de expulsi5n. Pero el decdlogo compendiabadesde el principio todo esto en preceptos breves yorientadores. DebiO ser desde el comienzo una espe-cie de <(mecanismo de contenci6n))/ como lo es hoyen nuestros catecismos v ex6menes de concienciapara la confesidn.

Entonces no se aplicaria a todo lo que hoy deft-nimos como <<pecado", sino s6lo a los delitos queponian en peligro a la comunidad y que por tantoeran dignos de muerte. Pero, dentro del AntiguoTestamento, el decdlogo parece haber sido represen-tativo para todo el dmbito de la conducta moral.

Esto puede observarse en pequefias modiftcacio-nes del texto de los diez mandamientos que se fueronrealizando al correr del tiempo. Un ejemplo de lariltima parte del decdlogo puede mostrarlo.

El decrilogo se nos ha conservado en dos redac-ciones. La mds antigua en general se halla en Ex 20;la miis reciente en Dt 5. En la redacci6n del Exodo, elriltimo mandamiento dice,

No desear6s la casa de tu pr6jimo, ni deseariis la mu-jer de tu pr6jimo, ni su siervo, ni su sierva, ni su buey,ni su asno, ni nada que sea de tu prdjimo'

La larga enumeraci6n de la segunda mitad de lafrase, que comienza con <<mujen>, es s6lo un comen-tario al autdntico mandamiento del principio; por-que la palabra <(casa>) no se refiere aqui a una casade piedra sino a todos los dominios y posesiones del..pr6jimo>, de un israelita libre, padre de su <(casa>).Incluso la mujer estii incluida en la palabra ..ca-sao. Nada de esto debe ..desearser'. Generalmente seutiliza en las traducciones la palabra <<codiciar)>ipero es preferible ..desearrr, porque el tdrmino hebreoque aqui se encuentra no siempre se reftere al actoanimico interno de codicia, sino que uniftca ..codi-cian> y <(apropiarse>. Esto es muy importante porqueasi queda claro que aqui se prohibe una acci6n, unaut6ntico delito. Contra esta interpretaci6n del textopodria objetarse que el robo ya se ha prohibido antesen el mandamiento: ..No robar6s>r. Pero esta obje-ci6n s61o lleva a una nueva aclaraci6n del sentidoprimitivo del fragmento ftnal del dec6logo. Comosugieren la legislaci6n casuistica paralela y algunosotros motivos/ este mandamiento no trataba origina-riamente de toda clase de robo, sino del rapto de unhombre. Asi resulta un orden claro y objetivo parael deciilogo primitivo:

Prohibici6n de matar(derecho del pr6jimo a su vida)

cono siwresrs catrQufnce

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LOS DIEZ MANDAMIENTOS SIN EL SINAi

Prohibici6n de adulterio(derecho del pr6jimo a su mujer)

Prohibici6n de raptar a un hombre(derecho del pr6jimo a su libertad)

Prohibicidn de acusaci6n y testimonios falsos enun juicio

(derecho del pr6jimo a su honra)Prohibici6n de apropiarse de la propiedad ajena

(derecho de propiedad del pr6jimo)Lo primero que observamos es que aqui se prohi-

ben acciones, delitos.Las cosas cambian en la redacci6n posterior del

texto que se nos ha conservado en el libro del Deute-ronomio. Alli el ftnal del dec6logo dice'

No deseariis la muier de tu prdjimo, no codiciariis sucasa/ su campo, su siervo o su sierva, su buey o su asno:nada que sea de tu pr6jimo.

Advertimos, ante todo, que aqui hay dos man,damientos, uno junto a otro. La mujer del pr6jimoes tratada en un precepto propio; la palabra <<casa>no tiene ya el sentido total, sino que se encuentrajunto a campo y se reftere realmente a la casa depiedra. La importancia adquirida por la mujer hacereferencia a un tiempo posterior, de miis progreso.Pero miis importante adn es que cambia el verbo.Junto a la antigua palabra que traduciamos por..desearr', y que incluia en Ia redacci6n antigua el<(apropiarse>/ se encuentra ahora otro verbo que s6lopuede expresar Ia codicia interna y que naturalmentepresta a la palabra paralela a ..desear> un sentido miisprofundo. Asi tenemos aqui una doble prohibici6nde la codicia. Podemos presuponer que/ en esta re-daccidn del dec5logo, la prohibici6n de robar se

coAao sixtssrs cersQuf'rrce llL

entendia no s6lo del rapto de una persona/ sino de

toda apropiaci6n de la propiedad ajgnat J con esto

u..o.^qu" en esta fase-de-la historia del decilogo,

los diez mandamientos se entendian de forma nueva'

i.fo ." *h.ten s61o a los hechos externos, a los delitos

sraves gue amenazaban a la comunidad, sino tam-

6ien u la actitud interna, a la codicia, que quizds

rig* ".ttt"

en el hombre/ aunque no se manifteste

en obras.-^' -O"..to no puede deducirse que s61o ahora haya

conocido Israel la prohibici6n de que se d6 un peca-

do en el coraz6n del hombre. Seriamos injustos con

las 6pocas miis antiguas. Se trata s61o de que los diez

maniamientos han-cambiado de misi6n' Al comien-

zo eranpreceptos representativos de todos los iimbi-

l;r a; defitos'que dinaban a la comunidad, para los

que se preveia ia expulsiSn de la misma' Entretanto'

Jit.*i" a*i6 ser apiicado a otro contexto, en el que

sus principios concretos se convirtieron en preceptos

representitivos para todos los iimbitos de la mora-

lidad en general.- ---;; lsto nos hemos acercado al empleo del decd-

logo que todavia es frecuente en- la pr6ctica catequ6-

ti;. Al mismo tiempo, la evoluci6n del concepto

..."r"o y la primacii de la mujer en la redacci6n

reciente nos iran mostrado que el decdlogo no era

letra rfgida, sino que se acomodaba a las situaciones

esoiritu"ales y "

i"s estructuras sociol6gicas cam-

til"t.t. Esto lustifica nuestra priictica de afiadir a

los preceptos concretos ciertas cosas en las que un

i;;Jit" n rn.. hubiese pensado, porque no se daban

en su tiempo' Incluso deberiamos decir: s61o un con'

tacto de.it" tipo con el deciilogo-lo toma en serio y

;-i;tl; con 61. Quien cree que debe convertirlo en

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It

t52 Los DrEz MANDAMTENTos srN EL srNAi

una pieza muerta de museo, porque su sentido origi-nario no se acomoda a nuestro mundo, no ha enten-dido nada de la vivacidad de este texto que ha podidomostrar la exdgesis moderna.

f,os diez mandamientos comoley lundamentalde la alianza cor Dios

Hemos tenido que separar los diez mandamientosdel monte Sinai. Sin embargo, lo decisivo no es elmonte, ni lo que en 6l sucede, sino la alianza entreYav6, el Dios de Israel, e Israel, su pueblo. La alianzaes Ia forma concreta de la revelaci6n veterotestamen-taria. Todo 1o que pertenece a la alianza lo ha rela-cionado Israel, mediante su tdcnica narrativa, con elpacto realizado en el monte Sinai. Los diez manda-mientos han recibido el puesto central en las narra-ciones del Sinai. Por tanto, atr menos posteriormente,han pertenecido al nrlcleo de la alianza, se han con-vertido en un testimonio central de la experiencia deIa revelaci6n veterotestamentaria. Hay que profun-dizar en esto.

La situaci6n critico-literaria de la pericopa delSinai en el libro del Exodo es tan complicada quepuede constatarse que el deciilogo no pudo perrene-cer al estrato mds antiguoi pero apenas podemosdecir con seguridad si fue introducidi en el contextopor el autor de la obra elohistica o por un redactorposterior. En la 6poca de los reyes parece haberseterminado el proceso, porque al Deuteronomio leresulta ya natural que el decdlogo constituya el texto

f

l l

coMo LEy FUNDAIIENTAT, DE ALTANZA 1"5,

aut€ntico de la revelacidn del Sinai. Pero no es mulrimportante cudndo fue incluido el decdlogo en lasnarraciones de los acontecimientos del Sinai. Sinduda, no se hubiera incluido si no se hubiese con-vertido antes en el texto central del culto de laalianza.

La alianza con Dios era una realidad viva enIsrael porque se realizaba continuamente en el cultodivino. En una de las grandes peregrinaciones se larenovaba. No sabemos exactamente c6mo sucediaesto, sobre todo en los primeros tiempos. Sin em-bargo, podemos aceptar con gran probabilidad que\a alianza era jurada de nuevo en una ceremoniasolemne, en Ia que la comunidad congregada invo-caba sobre si una bendici6n y una maldici6n: bendi-ci6n en caso de que fuese ftel al contrato, maldici6nen caso de que lo quebrantase. Porque ..alianza',signiftca <(contrato>. Siempre habrii que recordar lascondiciones del mismo. Habr6 que anunciar 1o queYav6, Dios de Israel, ha realizado por su pueblo antesde que €ste haga nada; sobre todo c6mo lo liber6de Ia esclavitud de los egipcios y lo condujo a lafdrtil tierra de Canaiin. Luego se proclamariin lasexigencias que Yav6 hace a su pueblo. En el antiguooriente, los grandes contratos se consignan siemprepor escrito. Asi, la noticia de las tablas dela alianza,de un documento de la misma, pudo reflejar la cos-tumbre de Ia 6poca primitiva de leer solemnementeen el culto de la alianza un documento del pacto deDios con Israel. En 6l debian consignarse los bene-ftcios de Yav6 y las obligaciones de Israel.

Como expusimos mds arriba, muchas cosas ha-blan contra el que los diez mandamientos consti-tuyesen desde el principio este <<documento de la

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154 LOS DIEZ MANDAMIENTOS SIN EL SINAI

alianzarr. Pero todo habla en favor de que lenta-mente ocupase en el culto el lugar de un documentomds antiguo de la alianza. Esto puede comprendersecon faciftdad si, por ejemplo, el documento de laalianza procedente del tiempo anterior a la con-quista de Canadn debiese relacionarse con el textode la alianza en Ex 34. Las prescripciones cultualesque alli ocupan el primer plano no eran ya actualesCuando se erigi6 y funcionaba el culto de Israel enla tierra prometida, mientras que el ordenamientojuridico y moral exigia mayor atenci6n. Entonces sepusieron los oios en el dec6lagot ya conocido yestimado, e incluso es posible que 1o redactasen coneste ftn.

En todo caso, s61o mils tarde recibi6 su formadeffnitiva, que es muy importante y a la que, pordesgracia, se le ha suprimido un miembro decisivoen Ia redacci6n abreviada del decdlogo de nuestroscatecismos y biblias escolares. Dice: <.Yo soy Yav6,tu Dios. Yo te he sacado de Egipto, de la casa deesclavitud". Esto estii formulado para el contratoen el culto. Dios mismo se hace presente/ 6l es quienhabla. Pero al principio no habla como quien exige,sino como el que siempre ha actuado con benigni-dad. Antes de exigir nada a Israel le ha ayudado sa-cii.ndolo de Egipto. Es fatal que la catequesis cristianacrea poder prescindir de esta referencia a la graciaque precede a toda exigencia de Dios.-

El "tr.i', de la formutraci6n no es el israelita con-creto, sino todo el ptreblo. Esta perspectiva atraviesanaturalmente todo el texto de los diez mandamientos.El antiguo ethos del clan se dirigia al particular;ahora la exigencia es comunitaria en cuanto quetodos forman una comunidad creada por Dios.

COMO LEY FUNDAMENTAL DE ALIANZA I,,

Que el texto se entendia de este modo lo muestrapor ejemplo una ampliaci6n posterior de1 nlanda-miento de honrar a los padres. Al precepto primitivo(r.Honra a tu padre y a tu madre") se aftadi6 unamotivaci6n: <<para que se prolonguen tus dias sobrela tierra que Yav6, tu Dios, te da" (Ex 20, 12). En ellenguaje biblico, ..1a tierra que Yav6, tu Dios, te da"es la tierra de Canaiin que Yav6 da a su pueblo,pero de la que amenaza con expulsarlo si no es fiela \a alianzi. Asi queda claro que tambidn aqui el<<tri>> se dirige a todo el pueblo y no al israelita par-ticular.

No podemos aclarar si los diez mandamientosfueron alguna vez el tinico texto fundamental de laalianza en el culto. Quizds, desde su introducci6nen el contexto cultual, fueron s6lo uno de los mu-chos textos que se leian. Pero al menos se convir-tieron pronto en el m6s importante y estimado.Y dentio del mismo deciilogo, el primer manda-miento adquiri6 un peso cada vez mayor/ porqueformulaba la exigencia fundamental, que abarcabaen cierto modo a todas, de la alianza divina conIsrael: "No tendriis otros dioses junto a mi". Estemandamiento capital de la alianza existia en Israeldesde el comienzo, incluso independientemente deidecdlogo. Pero ahora encontr6 aqui su autdnticopuesto. Y asf, al correr del tiempo, esta parte deldeciilogo se trat6 con especial cuidado y fue amplia-da de muchas formas.

En el texto actual de los mandamientos leemosuna ampliaci6n, temporalmente no debi6 ser la pri-mera/ que prohibe adorar a los otros dioses conrepresentacignes sulas :

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rOS DIEZ MANDAMIETITOS SIN EL SINAi

No te hards escultura ni imagen alguna de lo que hayarriba en los cielos, ni de lo que hay abajo en la tierra,ni de lo que hay en las aguas debajo de la tierra'

Sigue Ia prohibici6n de determinados ritos queestaban claramente ligados con cultos paganos:<.No te postrar6s ante ellas ni les dariis cultor'. Final-mente/ una motivaci6n solemne que probablementese ha afradido en numerosas frases:

Porque yo Yavi, tu Dios, soy un Dios celoso que cas-tigo la iniquidad <le los padres en los hijos hasta la ter-cera y cuarta generacidn de los que me odian, y tengomisericordia por mil generaciones con los que aman yguardan mis mandamientos.

Pero con esto no basta. Pronto se introdujeron enel culto de la alianza nuevos textos que desarrollabanatn miis el tema del principal mandamiento. Se noshan conservado, al menos en parte, en los capitulos1-11 del libro del Deuteronomio. En parte son sim-ples comentarios del texto del decdlogo sobre el pri-mer mandamiento, sobre todo en Dt 4 y Dt 6.

Finalmente, en el periodo exilico, un nuevo pre-cepto se convirti6 en criterio decisivo de Ia ftdelidadde Israel a la alianza: el precepto sabiitico. Porquecuando no habia culto en el templo y se vivia enmedio de extrafros, todo se decidia por la guarda deldia de descanso. Entonces debi6 introducirse el pre-cepto sabdtico en el deciilogo o/ en caso de que yaestuviese en 61, debi6 ser completado. Estilistica-mente/ se lo convirti6 en centro de todo el texto y,en el Dt 5, se le estructur6 de tal forma que adqui-ri6 al menos en la redacci6n que se nos ha conser-vado todas las caracteristicas de un mandamientoprincipal. Se lo relacion6 inmediatamgnte con el

COMO LEY FUNDAMENTAL DE ALIANZA

hecho salviftco fundamental, con la liberaci6nEgipto:

Guardards el dia del siibado para santificarlo, comote lo ha mandado Yavd, tu Dios' Seis dias trabajariis yhards todos tus trabajos, pero el dia sdptimo es dia de des-canso para Yav6, tu Dios. No hards ningrin trabajo, nitri, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu sierva, ni tu buey, ni tuasno, ni ninguna de tus bestias, ni el forastero que habitaen tu ciudad; de modo que puedan descansarr como tdr tusiervo y tu sierva. Acudrdate de que fuiste esclavo en elpais de Egipto y de que Yav6, tu Dios, te sac6 de alli conmano fuerte y tenso brazo; por eso Yav6, tu Dios, te hamandado guardar el dia de s6bado.

Quiziis no est6 permitido aqui continuar esta evo-luci6n continua de la redacci6n del mandamientocapital de la alianza, y tambidn del primero deldeciilogo, hasta el Nuevo Testamento. Porque,cuando Jesris dialog6 con el joven rico, iqu6 otracosa hizo sino formularle de nuevo el primer man-damiento? En primer lugar le enumera Jestis unaserie de preceptos del decdlogot

Conoces los mandamientos: no matariisf no comete-riis adulterio, no robariis, no dar6s falso testimonio, nomentirds, honra a tu padre y a tu madre (Mc to, ls).

Cuando se conoce la importancia que el primermandamiento tiene sobre los otros en el deciilogo,debe impresionar su ausencia. Pero el diiilogo conti-nfa. El joven ha guardado todos estos mandamien-tos desde su infancia. Entonces Jesris le mira conamor. Es lo mismo que hace Dios con Israel antes desalvarlo de Egipto y convertirlo en un pueblo. Luegole dice que debe abandonar todo lo que tiene/ veniry seguiile. En los comentarios del primer manda-

t57

de

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158 Los DrEz MANDAMIENTos srN EL srNAf

miento en el Deuteronomio juega un gran papel lapalabra (seguir>.

Cuiila de no olvidarte de Yav6 que te sac6 de fuipto,de la casa de servidumbre, A Yavd, tu Dios, temeriis, a dlservirds, por su nombre jurards. No vayiiis en pos deotros dioses, de los dioses de los pueblos que os rodean;

asi se dice en el comentario del texto en Dt 6,12-74.La exigencia de seguir s61o y exclusivamente a Yav6se la aplica Jesris a si mismo; una interpretaci6nnueva del principal mandamiento, realmente inau-dita y s61o posible al Hijo de Dios y mesias. Igualque en el Antiguo Testamento el comienzo del dec6logo era la expresi6n m6s concisa y solemne de larnisteriosa revelaci6n de esta fase de la historia salvi-ftca - Yave, Dios de Israel, el salvador de Egipto,que exige la entrega plena de su pueblo - del mis-mo modo muestra aqui su apertura a la revelaci6narin mayor del Nuevo Testamento.

El nnonte Sinai ,se ha cubierto de niebla ante lamirada del historiador; 6ste no distingue ya conclaridad 1o que alli sucedid y 1o que se affadi6 mdstarde como interpretaci6n y explicaci6n de lo acon-tecido. La historia del deciilogo le parece m6s com-plicada, larga y rica que a las generaciones pretd-ritas y s61o en un momento determinado de dichahistoria se convierte eI deciilogo en interpretaci6nfundamental de la alianza sellada en el Sinai. Perocreci6 realmente en este contexto, y seria absurdorestarle algo de la autoridad que antes se le concediacuando se pensaba que fuese escuchado por las docetribus en el Sinai durante una vivencia mistica co-lectiva.

f ,

I r

coMo LEY FUNDAMENTAL DE AUANZA L59

Sintetizando: advertimos que la concepcidn tra-dicional del decdlogo en la teologia y catequesiscat6licas contuvo diversos elementos que estabanm6s o menos desligados entre si. Una visi6n de lahistoria del decdlogo/ como la que sugiere la inves-tigaci6n moderna, nos obliga a no rechazar en elfuturo ninguno de estos elementos. Conftrma, miisbien, los diversos aspectos de la visi6n tradicional,los enriquece con una fundamentaci6n hist6rica ymuestra por primera vez, precisamente a trav6s dela historia del decdlogo, la conexidn interna de estoselementos.

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Escatologia en elAntiguo Testamento

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Confetencia tenida en una sesi6n de la Rabanus-Maurus-Akade-rnie en Kijnigstein, el 7 de enero de 1965. Inddita

l^l

\i r. parte del concepto cristiano corriente de es-t-/ catologia, debemos dudar seriamente de queel Antiguo Testamento contenga una escatologia otenga algo que ver con ella.

Escatologia es lo que confesamos al decir: ..creoen la resurrecci6n de los muertos y en la vida delmundo futurorr. Mas para el Antiguo Testamento,prescindiendo de sus riltimos testimonios, no existeninguna esperanza en la resurrecci6n de los muertos.Despu6s de la muerte el hornbre no espera nada;s61o le aguarda la existencia de sombras en el seol,a la que teme aunque sea un justo. La fe del hombres61o se reffere a este mundo; y esta misma formu-laci6n es equivoca, porque el concepto <<este mundo>>s61o surgi6 cuando se form6 el concepto opuesto de<<mundo futuron. Ninguno de los dos aparece en elAntiguo Testamento; se encuentran solamente enIa literatura judia y cristiana posterior.

Por eso apenas encontraremos al Antiguo Testa-rnento en los tratados tradicionales De novissimis de

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L64 Escaror,ociA EN EL ANTrcuo TESTAMENTo

nuestros manuales dogmiiticos; quiziis se citen algu-nos textos de Daniel, de los libros de los Macabeosy de la Sabiduria de Salom6n para la prueba escritu-ristica de la doctrina de la resurrecci6n o de lainmortalidad del alma. Pero, seguro que nada mils.{si, el concepto de lo escatol6gico seria casi super-fluo en el iimbito de la teologia veterotestamentaria.

Pero la imagen cambia cuando nos volvemos a losdatos neotestamentarios.

€l ?lueoo Iestamento ylo escatol6gicodel Antiguo Jestamento

A partir del Nuevo Testamento , ffiyt escatologiapropia hay que presuponer naturalmente y no pode-mos desarrollar, es un postulado gue el Antiguo Tes-tamento tiene una orientacidn escatol6gica.

El Nuevo Testamento se considera el ftnal delos tiempos como algo externo al futuro. Miis bienha comenzado en Jesfs de Nazaret. Cristo y suIglesia son ya realidades escatol6gicas. Simultiinea-mente es verdad que/ para nosotros, el ftnal de lostiempos sigue estando fuera y hemos de esperar lavenida de Jesfs; pero se mantiene la verdad funda-mental de que el ftn ya ha llegado. Y en cuanto ftnalllegado presupone un antes que esperaba este ftn yvivia de 6l capt.{ndolo de antemano. Por eso el NuevoTestamento, en todos sus estratos y libros, opinaque la realidad escatol6gica de Jesfs fue anunciaday esperada antes. Y el testimonio de esta espera- escatoldgica - es el Antiguo Testamento.

NUEvo TEsTAMENTo Y Lo escltor.6erco DEL ANTIGUo 165

Asi, el Nuevo Testarnento postula que el Anti-guo contiene-escatologia, o incluso que lo es. Esca-tologia, en el sentido del Nuevo Testamento' no sereftere, de ningrin modo, s61o a un mundo futuro,distinto, sino sobre todo a estos hombres y a estahistoria. Aqui acontece ya <(lo tiltimo>, se inicia, sevive pensando en 61. Si aceptamos este presupuesto,tiene sentido usar tambi6n en la teologia veterotes-tamentaria el concepto de lo escatol6gico.

Por lo demds, con esto s61o aseguramos el prin-cibio b6sico. El problema se complica al punto cuan-do preguntamos qud dmbito de verdades del AntiguoTestamento podriamos deftnir concretamente como(escatologia>>. Entre los estudiosos del Antiguo Tes-tamento reina en este punto una confusi6n de lenguasrealmente babil6nica.- Cada uno utiliza la palabra asu modo y asi llega a otras verdades del AntiguoTestamento que despuds llama escatol6gicas. El in-vestigador sueco Johannes Lindblom escribia en7952

Qgien trabaja en el terreno de la investigaci6n sobrelos profetas veterotestamentarios, deberd asombrarse antela Confusi6n que surge en cuanto aparece la palabra esca'tologia, Paul Volz dijo una vez, <Todos los profetas delAntiguo Testamento son escatologistas. Sigmund Mowin-ckel affrma en su libro Han som kommer que ninguno delos profetas preexilicos preilic6 una escatologia....>

Lindblom trae toda una serie de ideas que se con-traponen crasamente sobre la escatologia en el Anti-guo Testamento y, ftnalmente, resume de este modot

No cabe duda de que esta confusi6n en el enjuicia-miento de los vaticinios profiticos est6 estrechamente rela'cionada con una oscuridad fatal del concepto de escato-logia.

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766 EscAToLocfA EN EL ANTrcuo rEsrAMENro

. Nos extrafra que Lindblom s61o busque lo esca-toldgico en el dmbito prof6tico. Partiendo del NuevoTestamento esto no es seguro sin miis.

Por eso hemos de presentar a continuaci6n, pororden, qu6 iimbitos de verdades del Antiguo Testa-mento son o serdn deftnidos como escatol6gicos porIos investigadores de hoy. 56lo despuds de estaojeada podremos plantear, a partir del Nuevo Tes-tamento, el problema de d6nde puede usarse recta-mente este concqto en el terreno de la teologiac_risti_ana, que debe partir del Nuevo Testamento, yd6nde no.

.e tscatololia antesdel Antiguo J estamento?

Ante todo, digamos brevemente que podemospreguntarnos: ino se dio en el antiguo oriente unaescatologia fuera del Antiguo Testamento?; tnoparticip6 Israel con su escatologia en un fen6menohist6rico*religioso miis extenso? Asi, Hugo Gress-mann/ en su infuyente libro Der Ilrsprung derisraelitiscb-jildiscben Escltatologie, pubiicado en1905, defendi6 la opini6n de que en todo orientese dio una espera primitiva, de tipo naturalmentemitol6gico, de Ia restauraci6n deftnitiva del parafsode los primeros tiempos. Exegetas escandinivos yanglosajones creian recientemente haber descubiertorma ideologia cultual del rito del affo nuevo, quehabia estado extendida por todo el antiguo oriente.Esta, en conexi6n con laldea del aniquilJmiento y larecreaci6n del cosmos, que se producen al camLiar

4nsclror.oei.r ru rr, prniolo patnrmcer'? 167

de afio, fomentarian la espera de -un juicio y de una

salvaciin para el futuro. Pero ambas teorias descan-

san sobre^extrapolaciones demasiado exageradas de

textos particulares.Con seriedad puede plantearse, a lo sumo, el pr9-

blema del plagio de alguhos motivos escatol6gicos de

la mitologia ni israelitica. Pero estos motivos e ideas

fueron oidenados en Israel en un nuevo contexto de

verdades. El influjo iranio es probable para las riltimas

fases de la escatologia veterotestamentaria. Pero

tambi6n aqui deberemos preguntlryog hasta qu6

punto s61o iportaron nuevas posibilidades de expre-

si6n y de redacci6n.

tOrigen de la escatololia enel periodo Patriarcalt

El periodo mis antiguo, que po{9ryos denominarde los patriarcas, tiene una visi6n del futuro p-or me-

dio sobre todo de las promesas que les fueron hechasa estos personajes. Pero,

"n conjunto, nos resulta

demasiado otcuio para que merezca la pena discutirsobre si se puede aplicar sensatamente- el tdrminode..escatol6gi.o" t la espera que sin duda resulta deagtitgr pfOtll9SaS.

Ei verdad que continuamente se ha propuesto l-a

tesis de q,te aq.ti comienza toda escatologia de Israel'

Pero, o,." r"ti de autores que arin no s€ preo-cupaban

ampiiamente con los resultados aceptados de la critica

def Pentateuco, es decir que atribuian al mundoideol6gico de ios patriarcai 1o que pertenecia a la

teoloeia de la obri hist6rica del yavista, o de una

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168 EscAToLocfA EN EL ANTTGUo TEsTAMENTo

dpoca en la-que arln no se habian elaborado cuida-dosamente los mdtodos de critica literaria y dehistoria de las formasl mientras _que, sin emb".jo, ..aceptaba la teoria de Ahrecht ed soUrela ,elieiZ; Jelos oatriarca_s/ que debia ser ,.uirua" * muchosl^1nlor,y fu lu qu,. ya hablamos en uno d.lo, ."fiiu_Ios precedentes de este libro. Segrin esta teoria, lapromesa de una descendencia y Ia fromesa de la tierrahabian sido las fuezas motrices _ miis antigua ymds reciente, respectivamente _ en la actitud ie lolctanes patriarcales y ambas, en todo caso, las mdsseguras que conocemos de esta 6poca. pero hoy nopuede mantenerse la teoria construida de esta formay,

Tt .l

"tjgen, la figura y funci6n primera d.1", p.o_

mesas nechas a los padres vuelven a resultar m6soscuros que antes.

.C,a teologia de la alianzay el fu,turo

. Tras la conquista de palesfina por Israel las rela_ciones con Dios_ y el culto adquirieron su formapermanente' la forma de una aiian

^ entre yav6,

Dios de Israel, e Israel, su pueblo. fn nu"rt.o contextono necesitamos investigar el problema hist6rico y latradici6n de la alianzJ *

"f Sinai. pero hemos depreguntarnos: ise daban esperas escatol6gicas en el

culto y en la idea de Ia aliania ) -_'----o

Al principio parece_ que no ocurre asi. El puebloque se encuentra en alianza con Dios no mira conesperanza al. futuro, del qre espera un" ,ulu".iOn,sino que se halla en la salvaciln, y vuelve la vistJ

rrolooia DE LA ALTANZA y EL FUTUno 169

hacia el pasado, en el que la consigui6. Contemplael comienzo de su historia, en el que yav6 realiz6sus grandes hazafias en Israil: la liberaci6n de Iaesclavitud de Egipto y la introducci6n en la fdrtiltierra de Canaiin. Estos hechos de Dios los confiesaen la fe. Ahora vive en Ia tierra y goza el bien sal-viftco del ..descansor'. Basta con guirdar los manda-mientos de Yav6 para poder gozar continuamentede estos dones. Asi, la alianza centra la atenci6n deIsrael en el pasado y el presente. No hace que eIpueblo mire hacia el futuro en la espera y la-espe-ranza. Porque, ihay que desear el futuro cuando elpresente 1o ofrece todo?

Sin embargo, segfn G. Von Rad, en medio de laidea de la alianza aparece una actitud escatol6gica.Von Rad quisiera encontrarla en el documento querefleja quizds de la forma mds pura Ia teologia de laalianza, en el libro del Deuteronomio. Este presentalos discursos tenidos por Moisds ante Israll en Iatierra de Moab, es decir antes de que Israel entraseen la tierra y consiguiese el don del ..descanso>>. perosabemos que/ en realidad, este libro no procede deMoisds, sino de un tiempo posterior, cuando, IsraelIlevaba bastantes afros en Canaiin. Por tanto, en una6poca en la que Israel ya tenia el ..descanso> se cre6la ficci6n y se Ia actualizd cada vez mds en el usolitrirgico de los textos deuteron6micos, como si Israeltodavia no poseyese este descanso; y, partiendo deesta ficci6n, volvieron a predicarse los mindamientos.Segrin Von Rad, esto es importante para el problemade una escatologia en el Deuteronomio. Eicribe:

Puesto que es seguro, literalmente, que el Deutero-nomio procede del tiempo posterior a la conquista, cuan-

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170 EscAToLociA EN EL ANTrGuo rEsraMENTo

do sitria al pueblo en el Horeb, no pasa de ser una granffccidn, ya que Cste llevaba muchos afros viviendo en latierra; pero de esto resulta rm rasgo claramente escato-l6gico que atraviesa el conjunto. Todos los bienes salvi-ffcos de los que habla, incluso la vida en el <descanso>,vuelven a ser propuestos a la comunidad, que es llamadaahora a deciilirse por Yavd. Nos encontramos ante unode los problemas miis interesantes de la teologla vetero-testamentaria: las promesas que se han realizado ya enla historia no son desactualizadas, sino que siguen siendopromesasf en un nuevo contexto y con una forma algovariada. Precisamente la promesa de la tiera fue vuelta apredicar sin interrupci6n como rm bien futuro, inclusodespuds de haberse realizado.

Por tanto, en la teologia israelita de la alianza seencontraba ya la singular interrelaci6n del <ahora-ya>> y del ..todavia-nonr gu€ es tipica para el conceptoneotestamentario de <<esjaton>>. Es verdad que elDeuteronomio, en su forma actual/ s6lo refleja lateologia de la alianza ilel periodo ffnal de los reyes,pero en su estructura interna/ y a 6sta pertenece laftcci6n de los discursos de Mois6s, refleja la estruc-tura antigua/ nunca cambiada/ del culto de la alianza.

De hecho se dio en Israel, al menos desde elinstante en que la idea dela alianza estuvo ligada conel g6nero literario del ..formulario de la alianzarr,una visi6n continua del futuro en conexi6n con laalianza. Porque en la lectura/ renovacidn y confir-maci6n cultuales de la alianza, la comunidad deIsrael debia situarse siempre solemnemente bajo labendici6n y la maldici6n. Invoca la bendici6n encaso de que pennanezca fiel; la maldici6n/ en casocontrario. Con esto orienta su existencia hacia laacci6n futura de Yav6, que conservatS. o retftardsus dones segrin la conducta de Israel. Esto s6lo re'

LA EspERA DE uN FUTURo ser,virrco I7l

sulta objetivo si Israel se identiftca en este contextocon el pueblo atin no introducido en la tierra porYav6, sise hace repetir en el culto que atn no sele haconcedido el ..descanso> con seguridad, sino que s6loest6 a Ia vista.

Esta visi6n que Israel tiene de si mismo coffes-ponde al importante fen6meno religioso de la epocade tros reyes, al profetismo. Porque los profetas vienena su pueblo de parte de Yav6 para precaverlo de laapostasia con vistas al futuro, con vistas a un po-sible peligro de la salvaci6n futura. Asi, pues, Is-rael, en su religi6n de la alianza, mira al futuro es-periindolo.

Pero hay que preguntarse si es sensato llamarescatol6gico a este tipo de esperanza. Aqui no sehabla de un tiempo ftnal. Nunca se piensa en el futu-ro como algo esencialmente mayor que el presente.El futuro est6 simplemente abierto. Israel 1o tiene yatodo y vuelve a esperarlo todo. El que 1o consigadepende de si mismo y de su Dios. Por eso G. VonRad ha creido deber hablar ya aqui de escatologia.

La espera de un luturoh i st 6 r i c o - s alo ifi c o - unio e r s al

Hacia el afro 1000 antes de Cristo, en tiempos deDavid o Salom6n, surge una obra literaria en la queencontramos un nuevo tipo de espera del futuro.La salvaci6n futura no se espera s61o para Israel, si-no para toda la humanidad. Ademiis, la salvaci6n fu-turi se concibe aqui como mayor a la del presente.Se trata del esbozo hist6rico del yavista.

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172 EscAToLociA EN EL ANTIGUo rEsrAldENTo

Nosotros no podemos captar ya intacta Ia obradel yavista. Es una de las fuentes que han sido ela-boradas en el Pentateuco para formar una narraci6nfnica sobre los origenes del mundo y del pueblo deIsrael. Pero, mediante un andlisis critico-literario,podemos aislar con bastante seguridad las distintasfuentes. Esto es viilido, al menos, para el yavistay para el c6digo sacerdotal; no tanto quiziis parael llamado elohista. No s61o podemos determinar elvolumen de la obra yavista, sino tambidn podemospreguntarnos por su fin especial y por su visi6n de lahistoria. Ademds, hay que considerar que el yavistaes sobre todo coleccionista, transmisor de las tradi-ciones antiguas de su pueblo, que al principio setransmitian s6lo oralmente; pero, al mismo tiempo,reflexiona de forma totalmente nueva sobre la his-toria. Mientras el antiguo Israel comenzaba en susconfesiones de fe con 1o hecho por Dios a tros patriar-cas, y luego s61o abarcaba la historia del propiopueblo hasta que fue introducido en la tierra deCanailn - un horizonte hist6rico que tampocoabandona la obra elohista, posterior a la yavista -,el yavista sitria la historia de Israel en el horizontetotal de todos los pueblos del mundo. Por eso nocomienza su historia con Abrahdn, sino que cons-truye antes de los patriarcas la historia primitiva quecomienza con los principios de la humanidad: crea-ci6n, paraiso y pecado original. En la forma que lees posible habla tambidn de la historia de toda la hu-manidad, hasta que, al ftnal del capitulo once delG6nesis, llega a Abrahiin. Luego s6lo habla de losascendientes de 6ste, pero ni entonces pierde de vistaa toda la humanidadr de ella es el futuro. El verda-dero texto clave de su obra, formulado por 6l mismo,

LA EspEne DE uN FUTURo sar.vfrrco L7)

promete a Abrahdn (y a su descendencia): <En tipueden alcanzar bendici6n todas las tribus de la tie-rra,' (Gdn 12,3;traducci5n: H. \(r. \folff). Sin em-bargo, aqui se hace visible, incluso al lector de laobra hist6rica yavista, un futuro afn no comenzado,en el que se penetrard mediante la bendici6n univer-sal de la tribu de Abrahiin.

Al principio, la historia de la humanidad es parael yavista la historia de una maldici6n creciente. Yaal comienzo surge el pecado y le sucede la maldici6n.Pecado y maldici6n se extienden con la misma hu-manidad. Entonces, Dios elige a Abrah6n y pone en€l la semilla de la bendici6n en la historia. Esta ben-dici6n habrii de crecer en el pueblo de Israel, pero enel futuro dard frutos para todos los pueblos. El ya'vista hace resonar este tema principal de su obra yaen la primera escena de su recorrido hist6rico/ cuan-do presenta a Dios anunciando el ftn de la maldici6nal mismo tiempo que la pronuncia por vez primera.Porque ya en el paraiso dice Dios a la serpiente t

Pondrd enemistad entre ti y la muier, entre tu linajey su linaje. El te pisarii la cabeza, porque tri acechas sua16n (Gdn 3, ts t trad.: Haspecku - N. Lobfink).

Como referencia a la bendici6n universal del fu-turo, el yavista quiere dar a conocer el antiguo oniculode la tribu que incluye en su obra especialmente elverso arcaico sobre la tribu de Jud6, muy dificil detraducir:

No se ir6 de Jud:i el b6culo, el bast6n de mando desus pies, hasta que venga el dominador, al que obedece-r6n todos los pueblos (Gdn tg, tottrad.: Ziicberbibel).

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174 EscATolocia EN EL ANTrcuo TEsTAMENTo

Es verdad que el yavista pensaria que estas pa-labras se habian cumplido ya en David. Pero, i laluz de su promesa de una bendici6n universal, de-bemos admitir simultiineamente que 6l tambidn aplicaestas palabras una vez mds al futur,o.

Despuds del yavista encontramos a menudo enlos miis diversos estratos del Antiguo Testamentoeste tipo de visi6n hist6rico-salviftca-universal delfuturo, y precisamente de forma que Jerusal6n o ladinastia davidica sea concebida como punto c6ntricode la salvaci6n futura.

Asi, en etr culto del templo jerosolimitano, con unareferencia consciente a la ftgura de Abrah6n, se cantaal ffnal del himno a Yav6 rey del salmo 47:

Reina Dios sobre las naciones, Dios, sentado en susagrado trono, Los principes de los pueblos se unen alpueblo del Dios de Abrahiin. Pues de Dios son los escudosde la tierra. i Muy celoso es !

Segrln Josef Schreiner, Ia prioridad de la historiade las tradiciones radica en Ia teologia del templo deJerusal6n. El yavista habia recibido de ella el estimulopara su concepci6n de Ia historia.

A este contexto pertenecen tambidn las palabrasdel futuro, transmitidas por Isaias y Miqueas, s,obrela peregrinaci6n de los pueblos hacia Jerusal6n:

Sucederii al ffn de los dias que el monte de la casa deYav6 serii asentado en la cima de los montes y se alzat6,por encima de las colinas. Confluirdn a dl todas las nacio-nes, y acudiriin pueblos numerosos. Diriin: Venid, suba-mos al monte Yav6, a la casa del Dios de Jacob, paraque 6l nos ensefre sus caminos y nosotros sigamos sussenderos. Pues de Si6n saldrii la ley, y de Jerusaldn Iapalabra de Yavd. luzgafit entre las gentes, serd drbitro depueblos numerosos. Forjariln de sus espadas azadones,

LA EspERA DE uN FUTURo ser,vfrrco 175

y de sus lanzas podaderas. No levantard espada nacidncontra naci6n, ni se ejercitariin miis en la guerra (Is 2,z-n, cf , Mi4 n, t-s)

Tambi6n pertenece a este contexto la visidn delfuturo, atribuible con seguridad a Isaias, en la que sesubrayan especialmente los motivos de David y Jeru-sal6n. A continuaci6n del ordculo del Emmanuel(ls 7), que se reffere en principio a una situaci6n his-t6rica concreta, pero que despuds es interpretadoescatol6gicamente por e1 mismo Isaias, hay que citaraquf los dos cantos de Is 8,23-9,6 (oNos ha nacidoun nifro, se nos ha dado un hilo, el sefrorio reposar6sobre su hombro...") y de Is 17,7-76 ("Saldr6 unviistago del tronco de Jes6..."). Especialmente entrs 11 se refinen los motivos miis diversos s6lo paraexponer un cuadro del futuro. Encontramos la ideo-logia real del antiguo oriealte/ el motivo paradisiacode la paz entre los animales, motivos de la guerrasanta y ftnalmente temas de la historia pasada de sal-vaci6n y condenaci6n de Israel (rescate de Egipto,paso del mar, dualidad entre los reinos del norte ydel sur). Ademiis, en este texto surgen elementos quesuperan la forma de espera hist6rico-salviftca-uni-versal del fufuro, que aparece por primera vez en elyavista: impresiona la palabra del ..reston de Israel,y es, importante el que se piensa en una especie de re-petici6n futura de las antiguas sefiales salviftcas delpasado. Esto hace referencia a un nuevo tipo de es-catologia de Israel, del que hemos de hablar en se-guida. Pero, por 1o demiis, existe siempre el 6mbitoque ya co,nocia el yavista. Se habla de un plan totalde Dios para la historia. A1 ftnal de la historia - tam-bi6n dentro de la misma, pero al ftn de todo el pro-

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176 EscAToLociA EN EL ANTrcuo TEsTAMENTo

ceso que se ha desencadenado y activado por la culpahumana y la respuesta divina a esta culpa - habniun espacio de pura bendici6n. Esta viene de Dios,pero se transmite en la historia a los pueblos por me-dio de Israel; mds exactamente/ por medio de la dinastia de David que gobierna a Israel en Jerusaldn.Al iimbito de esta espera tambidn pertenece un do-minador dav(dico, un ..ungidoo (en hebreo masiah,..mesiasn). Isaias, sobre todo, desarrolla su escato-logia a partir de la ffgura del mesias.

Este tipo de visi6n del futuro es considerado porla mayoria de los investigadores como escatologia.Pero ,otros dudan, porque hay en Israel desarrollosposteriores que afraden rasgos nuevos/ desconocidoshasta ahora, a la espera del futuro.

La periodizoci6n de iuicioy saloaci6n

Para el desarrollo posterior de la inragen del fu-turo son decisivos los profetas que van desde los co-mienzos de las profecias escritas hasta Jeremias yEzequiel. Mils exactamente podemos decir: los pro-fetas que aparecieron poco despuds de la caida delos reinos norte y sur y en el periodo inicial del exiliobabil6nico.

Siempre fue la misi6n de estos hombres descubrirel peligro que corria la alianza por los pecados deIsrael, y volver al pueblo a la ftdelidad amenazindolecon un juicio; por eso/ ante el endurecimiento de Is-rael, se convirtieron en puros mensajeros del luiciofuturo. Surgi6 la profecia del iuicio en sentido estric-to, que comienza ya con Am6s y Oseas. El futuro de

pnnrooucr6N DE Jurcro y ser,vecr6u L77

Israel es visto como una tiniebla que todo lo inunda.Asi, dice Am6s, recogiendo un motivo biisico de laantigua espera de la salvaci6n, el motivo del dia deYav€:

iAy de los que ansian el dia de Yavd! i,Qud credisque es ese dia de Yavd? iEs tinieblas, no luz! Como si unhombre huye de un ledn y se topa con un oso, o si alentrar en casar apoya una mano en la pared y le muerdeuna culebra. El dia de Yavd ser:i tinieblas, y no luz, l6bre-go y sin brillo (Am s, ts-zo).

Pero la acentuaci6n de la amenaza del iuicio eras61o trn aspecto. Junto a 6l brota una nueva visi6nde la salvaci6n que espera detriis del iuicio total.En Isaias, Ia idea del ..resto>r sirve para unir ambasrealidades. LIn <<resto de Israel" se salvard del;uicioporque ha mantenido su fe en Yav6. Para 6l brotarddel tronco de la dinastia davidica, como un retofro,el nuevo rey del periodo de salvaci6n.

La mejor manera de aclarar el proceso de re-construcci6n de la espera de salvaci6n es a partir delantiguo pensamiento de la alianza. En el culto de laaTianza Israel invocaba sobre si maldici6n y bendi-ci6n. Invocaba ambas cosas. Ambas se hallaban ante6l como posibilidades iguales del futuro. Una u otrahabia de descender. La venida de la maldici6n era yacierta. Pero, al mismo tiempo, resultaba claro a losprofetas, quizds contribuyese a €sto 1a visi6n hist6-rico-salviftca-universal de la historia del vavista vde la tradici6n del templo jerosolimitano, iue, parael amor y libertad de Yav6, lo filtimo y definitivo erala bendici6n. Asi,la maldici6n y bendici6n que antesestaban juntas pasan ahora a estar una detriis deotra. Tras el tiempo del juicio, que se espera prontoy en cualquier circunstancia, en el que se realiza la

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178 EscAToLociA EN EL ANTIcuo TESTAMENTo

rnaldici6n, aparece el tiempo de nueva bendici6n quea pesar de todo hemos de esperar.

En un texto posterior del Deuteronomio, escritoen el exilio babil6nico, se ha introducido en el mismotexto de la alianza este nu€vo esquema de la coordi-naci6n de bendicidn y maldicidn,la historizaci6n delas posibilidades futuras que antes se hallaban unajunto a otra. Se dice en 6l:

Cuando haydis engendrado hijos y nietos y hayiiisenvejecido en el pais, si prevanc6is y hacdis alguna es-cultura de cualquier representaci6n, si hacdis lo que des-agrada a Yavd, vuestro Dios, hasta irritarle, aquel dia,pongo por testigos contra vosotros al cielo y a la tierra, des-aparecerdis r6pidamente de esta tierra en cuya posesi6nvais a entrar al pasar el Jordiin. No seguir€is en ella mu-chos dias, porque serdis completamente destruidos. Yavd osdispersarii entre los pueblos y no quedar6is mds que unospocos, en medio de las naciones doncle Yavd os lleve...besde alli buscaris a Yavd tu Dios; y le encontrards si lebuscas con todo tu coraz6n y con toda tu alma. Cuandoestis angustiado y te alcancen todas estas palabras, al ftnde los tiempos, te volver6s a Yavd tu Dios y escuchar:is suvozi porque Yavd tu Dios es un Dios misericordioso: note abandonard ni te destruird, y no se olvidard de laalianza que con juramento concluyd con tus padres (Dt

t, zs-st).

En los prdfetas preexilicos y de principios deldestierro tenemos/ pues/ en Israel la espera de unasucesi6n de juicios y salvaci6n futuros. Aparece, ade-mds, otro cambio sumamente importante' Puesto quela salvaci6n concedida por Dios en el pasado, en lasalida de Egipto y la introducci6n en la tierra deCana6n, termina con un juicio que todo lo aniquilay Dios debe otorgar una nueva salvaci6n, las anti-guas sefiales se van debilitando y todos los intereses

psntoorecr6lr DE rurcro y ser.vecr6t L79

de la fe se orientan hacia las nuevas seffales que ten-driin lugar despuds del iuicio. Estas seriin nuevas/potentes y deftnitivas. Tipoldgicamente, podemos re-lacionarlas con las antiguas: al antiguo 6xodo corres-ponde un nuevo 6xodo, a la antigua tierra de Israeluna nueva tiera, como describen los tltimos capitu-los del libro de Ezequiel, a la antigua alianza, unanueva/ como anuncia ler 37, y aparecer6 un nuevoDavid (cf . Ez 34). Pero entre la antigua salvaci6ny la nuevano se da s61o correspondencia sino supera-ci6n. La antigua se ha mostrado transitoria y pasa-jera. La nueva ser6 mayor, incluso deftnitiva e insu-perable.

Pero esto motiv6 un cambio en la actitud funda-mental. Aunque Israel reflexionaba hasta ahora en elfuturo, su existencia se enraizaba, no obstante/ enel pasado. Se vivia del pasado y a partir de 61 se esbo-zaban el presente y el futuro. Ahora cambian las co-sas. Se Tanza al futuro el ancla de la fe. La verdaderasalvaci6n afn no ha llegado. La esperanza se con-vierte en actitud decisiva. La mirada normal del hom-bre gira 180 grados.

De esta nueva actitud, que no s6lo conoce elfuturo sino que vive de 61, ha dicho G. von Rad, enel segundo volumen de suTheologie des ,NtenTesta-rnents, que muestra el concepto de 1o escatol6gico ensentido estricto. De lo escatol6gico deberiamos ha-blar en el momento que se espera Ia supresi6n detodo 1o,anterior y surge a la vista, tras ello, lo nuevo,deftnitivo, obrado por Yav6, de lo que ya se vive,siendo indiferente que uno se lo imagine cerca o lejos,intrahist6rico o hist6rico. Sin embargo, tampoco aquicoinciden todos los especialistas del Antiguo Testa-mento. Algunos, para poder hablar de escatologia,

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180 EscAToLocfA EN EL ANTrcuo TESTAMENTo

exigen un nuevo elemento que s6lo se observa en losprofetas de ftnal del cautiverio y postexilicos: el mo-mento de la esperanza cercana.

f,a espera cercana de finalesdel exilio y postexilica

Representantes tipicos de esta forma de visi6ndel futuro son el Deutero-lsaias, Ageo y Zacartas.Estos profetas viven con la conciencia de que el tiem-po del juicio ha pasado ya casi por completo y ahorahay que esperar la aparici6n inmediata del prodigio,el comienzo del nuevo tiempo de salvaci6n.

Asi dice Yavd, que traz6 camino en el mar, y veredaen aguas impetuosas. El que hizo salir carros y caballos auna con poderoso ejdrcito; a una se echaron para nolevantarse, se apagaronr como mecha se extinguieron.€No os acord6is de lo pasado, ni caiis en la cuenta de loantiguo? Pues bien, he aqui que yo lo renuevo: ya est:ien marcha, ino lo reconocdis? Si, pongo en el desierto uncamino, senderos en el p6ramo. Las bestias del campo medaritn gloria, los chacales y las avestruces, pues pondrdagua en el desierto, y rios en la soledad, para dar de bebera mi pueblo elegido, al pueblo que yo me he formado(Is ts, to-zo).

El Deutero-Isaias, del que proceden estas pala-bras, se siente en los mismos umbrales de una nuevadpoca. Especialmente los capitulos 51 y 52 hay queleerlos con este sentido. Ha pasado la 6poca en queDios hizo beber a Israel el ci,liz de amargura. Por losmontes vienen los mensajeros de la alegria que anun-cian la paz,labuena nueva/ la salvaci6n.

nscerolocfe TRAscENDENTE y rpocalfptrce 181

Veinte afros mds tarde viven Ageo y Zacarias elmismo entusiasmo de la cercania del futuro, y tam-bidn despu6s vuelve a surgir continuamente esta es-pera cercana en el Israel postexilico, por ejemplo encltiempo de las luchas de los macabeos; luego, unoscien afros antes de Cristo, cuando se form6 la comu-nidad de Qumrdn, y en tiempos del mismo Jesris.

Si este momento existencial de disponibilidad in-rnediata pone de actualidad la espera de un tiemposalviffco en conexi6n con el tiempo del juicio, tene-mos entonces, por vez primera, Io que podemos lla-mar <<escatologiar'; asi escribia Georg Fohrer, en196f, en un articulo sobre la <<Estructura de la esca-tologia veterotestamentaria>>. Pero antes de adoptaruna postura sobre esto hay que indicar todavia unfiltimo tipo de espera del futuro, para el que algunosinvestigadores quieren reservar exclusivamente lapalabra ..escatolo gia>>.

tscat olo gia tr asce ndent ey apocalipticd

Para encontrarla hemos de introducirnos a fondoen la historia de Israel. Entretanto, la espera del fu-turo sigue corriendo con fuerza, incluso se hace muyproductiva literariamente. Los tipos consideradoshasta ahora se encuentran profusamente, se mezclany combinan a menudo de formas muy peculiares.Mientras, resulta dificil decir con seguridad a qu6tipo de espera pertenece un texto determinado/ comoel libro de Joel. iTenemos aqui una espera cercana/o precisamente un distanciamiento de ella? La res-

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I82 EScAToLociA EN EL ANTrcuo rEsrArvrENTo

puesta es tanto mds dificil cuanto que las antiguasimiigenes y motivos se han convertido en patrimoniocomfn, reaparecen como cifras y referencias a ante-riores textos profdticos y a menudo s6lo se revela alos iniciados su verdadero sentido. Sin embargo, talesdesarrollos literarios tampoco signiftcan sin mds unnuevo tipo objetivo de actitud ante el futuro.

Algo de esto aparece a ffnales del Antiguo Testa-mento, en el libro de Daniel. Aqui encontramos/ porvez primera, el gdnero literario de la apocaliptica,que predica una salvaci6n que supera este mundo yesta historia.

Muchos de los elementos que distinguen a laapocaliptica de las antiguas profecias pudieron seral principio puramente literarios. Encontramos aquiformas de expresi6n y de exposici6n completamentenuevas, que recogen los antiguos motivos profdticos,pero los consideran de modo nuevo. Se dan viajespor los cielos, los hdroes del apocalipsis tienen sue-fros simb6licos o visiones que les son interpretadaspor un iingel, las verdades hist6ricas quedan ence-rradas en simbolos de animales y nfmeros, se incluyegran cantidad de imiigenes y conocimientos, una ale-goria sucede a otrat todo se reproduce como una re-velaci6n secreta que fue comunicada a un hombrefamoso del pasado, incluyendo la forma literaria quea veces nos resulta tan extrafia. Con ella se transfor-ma de nuevo la antigua espera del futuro y se la ac-tualiza en una espera cercana.

Ademds, se produce tambi6n con frecuencia uncambio ob;etivo. La salvaci6n deffnitiva no se esperaya intrahist6ricamente, sino en un 6mbito que tras-ciende a nuestra historia. Esto lo hallamos esbozadoen los capitulos 2,7 y 12 de Daniel. A este respecto

sscaroroeia TRAscENDENTE v epocer.fpuce 183

es bastante clara la literatura apocaliptica de los siglosantes y despu6s de Cristo, aunque no pertenecen alcanon de la sagrada Escritura del Antiguo Testamen-to ni fueron incluidos en el Nuevo, a excepci6n delApocalipsis de san Juan. Esta literatura apocaliptica,trascendente-escatol6gica, jalona el contexto espiri-tual e hist6rico-religioso de Jesris y del Nuevo Tes-tamento. En el libro s61o se indica el cardcter tras-cendente de los acontecimientos ftnales. En el capitu-lo s6ptimo aparece la ftgura del ftnal de los tiemposdel "hijo del hombre" preexistente, que viene de loscielos y domina al nuet'o mundo,

A dl se le dio imperio, honor y reino, y todos los pue-blos, naciones y lenguas le sirvieron. Su imperio es unimperio eterno que nunca acabarii, y su reino nuncapasard (2, rq).

En Ia apocaliptica posterior este mismo cosmosserii destruido en un gran juicio mundial. Y apareceun nuevo mundo en el que se realizar;i la salvaci6n.

En el ambiente espiritual en que se mueve la apo-caliptica se desarrolla ahora tambi6n la esperanza enuna resuffecci6n de los muertos, para que todos par-ticipen en la vida del mundo futuro. Los rinicos testi-monios que encontramos sobre esto en los escritoscan6nicos del Antiguo Testamento son en Dan 12,en los libros de los Macabeos y en la Sabiduria deSalom6n. No es preciso profundizar m6s en esto;nos encontramos en los limites del canon veterotes-tamentario.

Pero hay investigadores/ como Holscher y Mo-winckel, tambidn Fohrer en sus fltimas publicacio-nes/ que s61o deftnirfan a dsta como escatologia. Por-que, dicen, s6lo son ((escatologias' las esperas que se

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184 EscAToLoGfA EN EL ANTrcuo rEsrAtlENTo

refteren a acontecimientos mils all6 de este tiempo yde esta historia.

La escatololia enel Antiguo Iestamento

Nuestra ojeada sobre los diversos tipos de esperadel futuro en el Antiguo Testamento fue simult6nea-mente una explicaci6n del desarrollo recorrido porla idea del futuro en Israel. Esta palabra ..desarrollo,>s6lo debidramos usarla con prudencia. Porque lasactitudes antiguas siguen en pie incluso cuando sur-gen nuevot puntos de vista. Sobre todo en el perio-do postexilico la imagen resulta extraordinariamentecomplicada. Miis peligroso seria afin hablar de undesarrollo progresivo o caracterizar esta ..evoluci6nprogresiva>> como una ..lenta espiritualizaci6n y des-materializaci6n>r. i,No utilizariamos asi como medi-da un concepto espiritual del siglo pasado, o inclusode la 6poca de la llustraci6n? Y en el sentido de esteconcepto espiritual, ces la apocaliptica m6s espiritualque la sobria teologia yavista de la bendici6n? Haytambi6n un hecho de la teologia de la inspiraci6n quedebe hacernos pensar y que pone en compromiso alos defensores de la teoria evolucionista: si la revela-ci6n escatol6gica recorri6 realmente una evoluci6ncontinua en el Antiguo Testamento, y si esta evolu-ci6n culmina en la apocaliptica, Lpor qu6 ha permi-tido Dios que todas las grandes apocalipsis judiasquedasen fuera del canon de la sagrada Escritura?Basta, pues, con constatar que las esperas de Israelen el Antiguo Testamento se manifestaron en diver-

sscltor,ocilrRAscENDENTEyitpocar,iptrca 185

sas ffguras fundamentales que se reunieron lenta-mente, se separaron en parte, y tambidn en parte sesituaron una junto a otra o se €ntrelazaron.

Ahora, a partir de la teologia cristiana del NuevoTestamento/ que se entiende a si misma como testi-monio del dsjaton que apar€ce y busca en el AntiguoTestamento la promesa y la espera de si misma, qui-sidramos determinar qud tipos de espera merecen elnombre de ..escatologia>. iCuiiles de los diversostipos presentados de espera del futuro del AntiguoTestamento se incluyen en este espacio determinadopor el Nuevo Testamento?

Sin duda, ante todo, la espera, que encontramospor primera vez en el yavista, de una bendici6n uni-versal que serii transmitida por la tribu de Abrah6nal ffnal de una historia marcada con el pecado y lamaldici6n. En cuanto que en este tipo de espera delfuturo juega un papel central la ftgura de un-descen-diente de David podemos hablar, no s6lo de escato-logia, sino tambidn de mesianismo. De igual modo,se inserta aqui Ia espera/ creada por los profetas pre-exilicos y de bomienzos del cautiverio, de un tiempode salvaci6n intrahist6rico despu6s del juicio que hade sobrevenir a Israel. A 6sta pertenece el tdrmino(nueva aljanza',r, que Jesfis reivindica para si y suobra en la riltima cena. Tambi6n agui tenemos esca-tologia en el sentido del Nuevo Testamento.

cC6mo es esto posible si dicha espera apareciaen el Antiguo Testamento como una espera cercana?Al no haberse realizado, parece haber equivocado, almismo tiempo, lo que realmente habia que esperar/el acontecimiento de Cristo que s6lo debia venir miistarde. A esto habria mucho que decir, pero quiziisbaste con una breve indicacidn. Probablemente, la

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186 EscATolocfa EN EL ANTrcuo TESTAMENTo

<<espera cercana> se daba en realidad en sitios queno podemos analizar claramente por los testimo-nios literarios. No podria darse, en general, ningunaaut6ntica espera orientada al futuro de Dios que nose manifieste a la conciencia humana de forma miiso menos insistente y con esto, tan pronto como esobjetivada, mis o menos claramente como <<esperan-za cercana>. Por eso no necesitamos titubear - nisiquiera cuando la visi6n profdtica del futuro se ma-nifestd como una espera cercana que objetivamentecapt5 los acontecimientos de antemano y por tantoera ..falsa" - en considerarla una espera que llev6objetivamente a la realidad del Nuevo Testamento ypor consiguiente debe ser llamada, en este sentido,aut6ntica escatologia.

Por el contrario, la espera trascendente de la apo-caliptica que surge al margen del Antiguo Testamen-to nro puede ser llamada sin m6s escatol6gica en nues-tro sentido. A ella hay que aplicarle la critica que elNuevo Testamento aplic" a toda apocaliptica. La sal-vaci6n no es plenamente trascendente. El mundo nodebe destruirse antes de que aparezca uno nuevo.El hijo del hombre no aparece s61o en la gloria delcielo, sino ante todo en la debilidad de nuestra carne.Primero debe sufrir y morir; s6lo despu6s resucitar6al tercer dia. En la medida en que el Nuevo Testa-mento vuelve a recoger la apocaliptica y reconoce enella verdades de aut6ntico valor/ podemos llamar es-catol6gicos, en nuestro sentido, a los planteamientosveterotestamentarios que confluyen en la apocalip-tica.

561o queda el problema de la espera del futuro,que se habia planteado con el culto de la alianza, el

Bscetor,ocferRAscENDENTEyepocer,fpttce, 187

hallarse en los dones salviftcos/ que era al mismotiempo un saber que arin no se poseian esos dones,pero de forma que el futuro no debia concebirse comoalgo que supera fundamentalmente al presente. Aquino deberiamos ver una escatologia en el sentido deIa determinaci6n neotestamentaria. Falta la concien-cia de que lo autdntico estii afin por venir. Pero todose halla abierto a una escatologia que se va desarro-llando. Se trata de una forma previa de espera esca-tol6gica. Y, sin duda, ha dado lugar a aut€nticas for-maq de escatologia. En tanto que los hombres querianperrnanecer en su sinceridad y no deseaban oir lallamada que les invitaba a venderse a un futuromayor/ se podia hacer de ella una contraftgura de laescatologia.

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8

Interpretaci6n hist6ricae interpretaci6n cristianadel Antiguo Testamento

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Conferencia en una sesi6n de la Academia Teol6gica de Baviera el

20 de noviembre de L965, en Niirenberg. Publicada con el mis-

mo titulo en Stimmen der Zeit t78 (1966) 98-112. Reelaborada.

A I comienzo del evangelio de Mateo/ un iingel.fa. del Sefror se aparece a Jos6 en suefios y ledice:

No tengas mieilo de aceptar a Maria por tu mujer;pues lo concebido en ella viene del Espiritu Santo. Dar6 aluz un hijo a quien pondrds por nombre Jesris, porque Clsalvar6 a su pueblo de sus pecados.

El evangelista afrade una reflexi6n a las palabrasdel iingel,

Todo esto suceclid para que se cumpliese el ordculodel Seffor por medio del profeta: Vecl que la virgen conce-bird y dari a luz rm hijo, a quien pondrii por nombreEmmanuel, que traducido signiffca: Dios con nosotros(Mt t ,2o-x).

No cabe duda de que Mateo cita aqui a ls 7,74"Estas palabras de Isaias hay que situarlas, me basoen la cronologia de Claus Schedl/ en los primerosmeses del afro734 antes de Cristo, junto a Jerusaldn,en el camino de los lavaderos/ no lejos del acueducto

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t92 TNTERpRETAcT6N Hrsr6RrcA y cRrsrrANA DEL A. T.

superior/ y en el encuentro entre el profeta y el reyAjaz, de veinte afros, que acababa de ocupar el tronode Judd.

Si preguntamos a la moderna ciencia biblica qudquiso decir Isaias con esta frase, s6lo pocos escritu-ristas responderian que tenia ante los ojos a la virgenMarfa y a'l nacimiento de Jesfs de Nazaret. La ma-yofia daria;otra interpretaci6n. Prescindiendo de pe-quefros detalles, estar6n de acuerdo en que el sentidode la frase hay que determinarlo por la situaci6n po-litica de entonces/ por el contexto de la conversaci6nentre el profeta y el rey y, sobre todo, por el resto dela frase. Porque toda ella dice:

He aqui que la doncella ha concebido y va a dar aluz un hijo, y le ponilrii por nombre Emmanuel... porqueantes que sepa el nifro rehusar lo malo y elegir lo mejor,serii abandonado el territorio cuvos dos reves te danmiedo (Is z, tn.rc).

El texto completo nos sitfa en la dramiitica situa-ci6n de los primeros meses del afio734. Los reyes deDamasco y de Siria pretenden coaligarse contra elrey de Asiria, Teglatfalasar III, que amenaza occi-dente. El reino de Jud6 se abstiene. Entonces se deci-den a obligarle. Por Jerusaldn corre el rumor de quelos ejdrcitos de ambos reyes van a caer sobre el pafspara conquistarlo, destronar a la dinastia de Davidy poner en su lugar a otro rey. Jud6 estii s6lo. Su si-tuaci6n es casi desesperada. El joven rey Ajaz ins-pecciona el acueducto y las defensas de Jerusaldn enprevisi6n de un pr6ximo asedio. Entonces le sale alencuentro Isaias y le dice que confie en el nombrede su Dios. Podemos prescindir aqui del curso exactode la conversaci6n. La autdntica controversia entre

DOS CASOS TIPO

el profeta y el rev radica en si el rey estd dispuesto aconftar en la ayuda de su Dios, o si va a procurarseayuda humana enviando mensajeros a Teglatfala-sar II de Asiria. En este contexto, nuestra frase es laformulaci6n profdtica de la promesa de que Dios,en cualquier caso, aniquilarii muy pronto a los ene-migos de Ia dinastia de David. iCdmo se dice esto?Bas€monos en una determinada interpretaci6n deltexto - naturalmente, se podria proponer otra que,en principio, fuese semejante-. Isaias quiere decir:<<dentro de poco". Lo affrma indicando en el estilodel oriiculo del heredero del trono que la reina - lapalabra hebrea alma no signiftca (<virgen>) sino ..don-6slll;-, €spera su primer hijo. Serii un nifro; ycuando venga al mundo, dentro de pocos meses/ sever6 ya que/ en breve tiempo/ antes de que el nifroaprenda a distinguir entre el bien y el mal, ser6naniquilados los dos reinos enemigos. Por eso, yadesde el nacimiento del heredero podrii ponerle elrey el nombre simb6lico de Emmanuel, es decir..Dioscon nosotros>>, porque se manifestar6 que Dios haestado con Judii, con Jerusaldn, con la dinastia deDavid. Por tanto, esta frase del profeta no presuponeuna anticipacidn de setecientos afros, sino - cree-mos - de siete meses. En su contexto literario e his-t6rico la frase es un ordculo de salvaci6n. Convienenotar de pasada que dicha prediccidn se realiz6.

Miremos atrds. Sin duda, existe cierta tensi6nentre la interpretaci6n que dan los modernos exe-getas a ls7, 74 y la que se da al mismo en el evangeliode Mateo. Llamemos a la interpretaci6n de la actualciencia biblica <<interpretaci6n hist6rica", y a la delevangelio de Mateo <<interpretaci6n cristianao. Ele-

r3

L9t

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gimos el tdrmino <<interpretaci6n hist6rica>, no por-que puedan ser aclarados los pormenores del affo734, esto queda fuera de nuestro alcance en otrostextos, sino simplemente porgue la interpretaci6npretende remontarse al momento hist6rico- del pro-feta Isaias y quiere captar el sentido que dese6-darhist6ricamente a su frase. En este contexto se habla

194 rNtrnpnpucr6x nrsr6nrca y cRrsrrANA DEL A. T. Dos cAsos rrPo I95

pezando una y otra vez con sus limitaciones, sobretodo con la muerte. El hombre nunca debe olvidaren su breve existencia que se dirige hacia la muerte:

Dulce es la luz y bueno para los ojos ver el sol.Si uno vive muchos afros, que se alegre en todos ellos ytenga en cuenta que los dias de tiniebla muchos seriin(Ecl r r, z).

Los versos siguientes hablan de la muerte en pri-mavera, cuando rejuvenece la naturaleza, mientrasun hombre debe morir:

Florece el almendro, estii griivida la langosta, y re-vienta la alcaparra; y el hombre se va a su eterna morada,y circulan por la calle los del duelo; mientras no se quie-bre la hebra de plata, se rompa la bolita de oro, se hagaafricos el ciintaro contra la fuente, se caiga la polea den-tro del pozo, vuelva el polvo a la tierra, a lo que era, y elespiritu vuelva a Dios que es quien lo dio (Ecl t2, s-z),

iY no pensemos que ese espiritu de Qohelet seasemeja a un alma inmortal!

Porque el hombre y la bestia tienen un mismo des-tino: muere el uno como el otro; y ambos tienen el mismoaliento de vida. En nada aventaja el hombre a la bestia,pues todo es vanidad. Todos caminan hacia una mismametar todos han salido del polvo y todos vuelven al pol-vo (t, tg s.).

Asi surge la miixima que se encuentra al principioy al ftnal del libro y que se repite numerosas veces en6l: ..ivanidad de vanidades y todo vanidad!> (1,2).Con ella se valora toda la existencia humana,

Esto es lo peor de todo lo que sucede bajo el sol, elque haya un destino comfn para todos. Y asi el corazdnde los humanos estii lleno de maldad v hav locura en sus

con frecuencia de <<sentido literal,'. Por su parte, ele- ,gimos el tdrmino <<interpretaci6n cristiana" no s6loporque la cristiandad aceptase desde antiguo hastahoy la visi6n de Mateo, sino mds bien porque el textoveterotestamentario se ve desde Cristo. Puesto gueen el niffo Emmanuel de Isaias se ve a Cristo,la inter-pretaci6n es <cristiana>>. La tensi6n entre ambasinterpretaciones es patente y nos exige reflexionary decidirnos sobre el contenido.

_ Pero traigamos antes un segundo ejemplo. El casodel Emmanuel podria parecer a alguno que trata deun problema especial de las profecias mesi6nicas delAntiguo Testamento. Pero, en realidad, ocurre 1omismo con todo el Antiguo Testamento. Vamos averlo con un ejemplo completamente distinto dellibro del Eclesiastds (Qohelet).

- Este libro,lleno de melancolia y de profunda re-flexi6n, se encuentra en el iimbito de la literaturasapiencial y estd redactado como instrucci6n de unanciano y experimentado maestro/ que se llama Qo-helet,. a un joven. Lutero tradujo este nombre por

"predicadon)i podriamos hacerlo tambidn por (<maes-tro>> o "jefe de reuni6n>. En algunos cipitulos seoculta tras la mdscara del rey Salom6n, prototipo detoda sabiduria; pero luego se la quita y habla ennombre propio. Habla sobre nuestra existencia, tro-

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t96 TNTERpRETAcT6N Hrsr6RrcA y cRrsrrANA DEL A. T.

corazones mientras viven y, despu6s, icon los muertos!Pues mientras uno sigue unido a todos los vivientes hayalgo seguro... Porque los vivos saben que han de morir,pero los muertos no saben nada, y no hay ya paga paraellos, pues se perdi6 su memoria, Tanto su amorr como suodio, como sus celos, ha tiempo que pereci6, y no tomar:inparte nunca jam6s en todo lo que pasa bajo el sol (Ecle, 3-6).

Siendo esto asi/ Qohelet anima a los que vivena alegrarse con la vida presente:

Anda, come tu pan con alegria y bebe de buen gradotu vino, que Dios estii contento de tus obras. En todasaz6n sean tus ropas blancas y no falte ungriento sobre tucabeza. Vive la vida con la mujer que amas, todo el espa-cio de tu vana existencia que se te ha dado baio el sol.Cualquier cosa que estd a tu alcance el haceda, hazlasegdn tus fuerzas, porque no existirii obra, ni razones,ni ciencia, ni sabiduria, en el seol donde te encaminas(Ecl g,z-to).

La doctrina de Qohelet no es incredulidadr setrata para €l del recto caminar del hombre ante Dios.Pero su fe es terrena. El hombre vive aqui, sobre latierra, y s6lo aqui/ <bajo el sol'r. Si existe una salva-ci6n es aqui/ en la feliCdad que se Ie concede durantelos dias de su vana existencia. La ciencia biblica noestd en situaci6n de interpretar el libro de Qoheletde otra forma, supuesto que desee captar exactamen-te su sentido originario.

Y afn debemos ir miis lejos. Lo que aqui se nospresenta como fflosofia y obra literaria de primerrango corresponde a la concepci6n miis honda y alsentido miis radical de todo el Antiguo Testamento,si prescindimos er sus fltimos libros y de las riltimasetapas de su redacci6n. Israel no conocia una salva-

tsNsr6N ENTRE LAs TNTERpRETAcIoNEs 197

ci6n despu6s de la muerte. Su fe era terrena. La sal-vaci6n que Israel suplicaba a su Dios era la paz enla tierra prometida, la abundancia de hijos, el panpara comer y el vino para beber, las alegres celebra-ciones y el esplendor del culto en el ternplo de Jeru-sal6n. En el libro de los salmos/ si exceptuamos unospocos versos postreros/ se pide finicamente esta sal-vaci6n terrena.

EI mensaje del Nuevo Testamento suena disfinto.Su centro lo constituye Ia predicaci6n de la resurrec-ci6n de Jesris de entre los muertos. Y Cristo ha resu-citado como (<primogdnito>>. Segrin Rom 8, la crea-ci6n estii sometida a la vanidad - no se excluye aquiuna alusidn a la tesis de que todo sea vanidad (latraducci6n griega del libro de Qohelet decia comoPablo, <<mataiotes-vanidad") - pero con la esperan-za de ser liberada de la servidumbre de la corrupci6npara participar en la gloriosa libertad de los hijos deDios (Rom 8,20 s). Si no hay resurrecci6n de losmue'rtos, nuestra fe es vana, palabra relacionada conQohelet, estamos todavia en nuestros pecados y losque han muerto en Cristo perecieron.

Si solamente para esta vida tenemos puesta nuestraesperanza en Cristo, somos los miis desgraciados de entretodos los hombres (t Cor ts, I7-tg). iPero no! Cristoresucitd de entre los muertos como primicias de los quedurmieron y asi tambidn todos vivirdn en Cristo (l Cor15,23). Entonces, este ser corruptible se revestir6 de in-corruptibilidad, y este ser mortal de inmortalidad (t Cor15, f i ) .

Esta visi6n del Nuevo Testamento cno demues-tra la falsedad de un presupuesto biisico del mensajeveterotestamentario? A la luz del Nuevo Testamen-

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198 TNTERpRETACT6N Hrsr6RrcA y cRrsrrANA DEL A. T.

to/ cno resulta el Antiguo como imposible y terrible-mente acristiano?

Sin embargo, la Iglesia ha reconocido el AntiguoTestamento como su Escritura sagrada, 1o cual soloes posible superando su limitaci6n al miis acii. pregun-t6monos si al rezar los salmos caemos en la cuintacon frecuencia del cardcter terreno de su esperanza.Es verdad que a veces se impone y chocamos contra61. Pero en general estamos acostumbrados desdeniffos a atribuir un sentido cristiano a las palabras delos salmos. La cristianizaci6n de la terrenalidad delAntiguo Testamento lleg6 tan lejos que el sentido dellibro de Qohelet, cantar de la existencia terrena, es-tuvo oculto durante miis de un milenio v s6lo fueredescubierto en la edad moderna: el primlro en ha-cerlo fue Martin Lutero. Durante todJ la edad mediafue leido como una invitaci6n a huir del mundo,como una llamada al claustro. La Imitaci1n de Cristo,de Tomds de Kempis, comienza, como con un trom-petazo,t con el estribillo de Qohelet sobre la vanidadque/ en Ia redacci6n latina, es formulado asi: <<vani-dad de vanidades y todo vanidad, sino amar a Diosy servirle a 61 solor'. Frase que despuds se interpretaasi: ..Esta es la suma sabiduria, tender al reino celestedespreciando al mundo". Esta frase podria inter-pretarse err6neamente; pero pronto se aclara todo.Llegamos al punto culminante del clima retdrico:

...vanidad es preocuparse s6lo de la vida presente y nopensar en las cosas futuras. Vanidad es amar Io que tanpresto pasa y no anhelar aquello que mantiene la alegriaimperecedera.

EI proceso es muy interesante. Kempis sefrala conQohelet la vanidad de todo lo terreno, pero concluye

tsNsr6N ENTRE LAs TNTERpRETAcToNEs L99

en la realidad de 1o que se espera despuds de la muer-te. Qohelet desde la radical vanidad experimentadaen este mundo, sin proyecci6n a un miis allii, reco-mienda disfrutar de la alegrfa ofrecida en el momentopresente. Kempis, en cambio, nos dice que las ale-grias terrenas son para ser despreciadas y anhelar lascelestiales. Por tantoo del libro de Qohelet s6lo seIeen determinadas frases; otras no.

Esto era posible porque las otras frases habiandejado de ser hirientes ya a comienzos de la edadmedia, gracias a la t6cnica interpretativa de Grego-rio Magno. En el libro cuarto de sus Didlogos,los in-terlocutores chocan con el problema de la terrena-lidad de Qohelet. Lo resuelven con un mdtodo quehoy deftniriamos como <<investigaci6n de los g€nerosliterarios'r. Se explica que este libro contiene un dis-curso al pueblo en el que el orador presenta las oble-ciones de sus adversarios como si fuese su opinidnpropia. Pero, como un autdntico orador, apaga todoslos murmullos con un gesto de su mano y maniftestasu verdadera opini6n al ffnal del libro, cuando dice

'..Basta de palabras, teme a Dios y guarda sus manda-mientos)> (4, 4).Asi, aplicando los g6neros litera-rios, se atribuyen a los adversarios de Qohelet todaslas aftrmaciones que nos cuesta admitir cristiana-mente.

La ciencia biblica moderna tiene mejores m6to-dos para determinar los gdneros literarios que Cre-gorio Magno. Se ve obligada a decir que 6ste se enga-fr6. 56lo pocos exegetas deftenden todavia hoy laopini6n de Gregorio. Qohelet era un ftl6sofo de laterrenalidad, y en esto un representante de casi todoel Antiguo Testamento. Igual que en la profecia delEmmanuel, nos encontramos de nuevo ante la ten-

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200 TNTERpRETAcT6N Hrsr6RrcA y cRrsrrANA DEL A. T,

si6n entre las interpretaciones hist6rica y cristianadel Antiguo Testamento.

Por eso constatamos: existe dicha tensi6n. Es pro-bablemente el problema hermen6utico m6s fuerte delAntiguo Testamento. Porque los otros problqmasexeg6ticos, condicionados por la gran distancia tem-poral, no son tipicos para la interpretaci6n del Anti-guo Testamento. Surgen al interpretar cualquier lite-ratura antigua. Los problemas de la imagen delmundo y de la inexactitud del Antiguo Testamentose resuelven en cuanto observamos las posibilidadesculturales e hist6ricas de entonces, y sobre todo losgdneros literarios en que se transmitian los conoci-mientos sobre el pasado. Este aspecto borroso de laimagen del mundo y de Ia historia no perjudica a lomds genuino de las verdades del Antiguo Testamento.Y en nuestros ejemplos lo que nos interesa son dichasverdades. Lo que pretende Isaias es prometer a surey un orilculo salvifico para los pr6ximos mesesi yQohelet, presentar la muerte como ftn de nuestraexistencia y la felicidad momentilnea co(no su pleni-tud. La interpretacidn cristiana de estos textos modi-ftca su sentido originario. Nos hallamos/ pues/ anreuna decisi6n. tC6mo hemos de interpretar el Anti-guo Testamento: hist6rica o cristianamente? iQu6motivos hablan en favor de una y cuiiles en favor dela otra?

DOS CLASES DE INTERPRETACION

Dos clases de interpretaci6ny sus motioos

Como hombres del siglo xx diremos: el AntiguoTestamento ha de ser interpretado <.hist6ricamente>>.cNo habla todo, de hecho, en favor del sentido lite-ral? Una interpretaci6n <<cristiana>>, ino falsiffcarialos textos? iNo seria injusta con ellos? Basta conhacer referencia al falso gdnero literario aplicado porGregorio Magno al libro de Qohelet. iNo ocurre lomismo con el tratamiento que hace el evangelistaMateo de las palabras sobre Emmanuel? Al traducirel hebreo al griego, la "doncella' se ha convertido,en una <<virgentr, y el nombre de..f663nueln,..Dioscon nosotros>>, que s6lo signiftca la ayuda de Diosal rey davidico, se ha transformado en una referenciaa Ia divinidad de Cristo, si no en Mateo, al menos ensus lectores cristianos. En conjunto, la frase, arran-cada de su contexto, queda mutilada. La interpreta-ci6n cristiana ino ha cubierto y ocultado el sentidoprimitivo? Nuestro legitimo afiin de conocer 1o autdn-tico y puro nos obliga a repicar la pintura para des-cubrir los antiguos frescos con todo su poder y sinfalsiftcaciones.

Aunque quisidsemos, no podriamos hacer otracosa. El problema hist6rico se ha impuesto. Hemosaprendido a preguntarnos qu6 sucedi6 realmente, quddijeron entonces, qud pensaban, opinaban y querian.Ahora tenemos que preguntar asi. A la edad media leresultaba naturalisimo el verse reflejada en el'Anti-guo Testamento. Esto representaria para nosotros unpecado y/ como lo sabemos, no nos dejaria descansar.

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Hemos de interpretar el Antiguo Testamento hist6ri-camente. La evoluci6n que condujo a la modernaciencia biblica, cuya pasi6n es el sentido literal, esirreversible.

Pero con esto desembocamos en una situaci6nteol6gica dificil. Teol6gicamente, habria que exigiruna interpretacidn <<cristiana>> del Antiguo Testa-mento. El interds que ponemos en su lectura no vienede que sea un testimonio del pasado; en este casodeberiamos leer con la misma reverencia la literaturagnega, mesopotiimica, india y china. Si 1o leemos esporque/ como cristianos, partimos del hecho de quees sagrada Escritura, o sea/ en un sentido que ahorano podemos explicar, opalabra de Dios". Pero si elAntiguo y el Nuevo Testamento son palabras deDios de igual forma, resulta complicado y desconcer-tante que ambos libros nos hablen de modo tanopuesto sobre los aspectos decisivos de nuestra exis-tencia, como la orientaci6n hacia la tierra o hacia elmiis allii. Si partimos de que Jesucristo es la dltimay deftnitiva palabra de Dios que las abarca todas, ypor tanto de que el mensaje del Nuevo Testamentoque habla sobre dl €s nuestra riltima norrna/ entoncesel Antiguo Testamento s6lo puede ser para nosotrospalabra de Dios si rse entiende e interpreta en anno-nia con el mensaje del Nuevo Testamento. La inter-pretaci6n <<cristiana>> del Antiguo Testamento es,pues, indispensable si ha de dirigirse a nosotros comopalabra de Dios, y no solamente como testimoniode lo que, en cierta ocasi6n, un escritor cualguiera,que en el fondo nos resulta indiferente, pens6 sobreDios,la vida y el mundo.

De aqui no se sigue, digdmoslo tambi6n en defen-sa de la interpretaci6n ..cristiana" del Antiguo Tes-

tamento/ que debamos aceptar todos los intentosconcretos de ella que se han practicado en el correrde los siglos. Lo que nos interesa es el principio, nola t6cnica concreta de interpretaci6n. Se puede de-fender la interpretaci6n cristiana del Antiguo Testa-mento y rehusar las alegorias/ y tener por falsos losg6neros literarios aplicados por Gregorio Magno allibro de Qohelet, e incluso opinar que las (pruebasescrituristicaso del Nuevo Testamento no son legi-timas. Sin ,embargo, puede preocupar a algunos elproblema de c6mo puede ser el Antiguo Testamentopalabra de Diop para nosotros aunque contradiga ensus aut6nticas verdades al Nuevo. Si no nos pafeceposible aceptar hoy los mdtodos concretos de inter-pretaci6n del Nuevo Testamento, debemos admitiral menos el intento de introducir al Antiguo Testa-mento en el nuevo mensaje cristiano,; incluso pode-mos aceptar que estos m6todos eran los mds exactospara la situaci6n de entonces.

Seguimos situados ante el problema de c6mo he-mos de interpretar el Antiguo Testamento, hist6ricao cristianamente. Debemos hacerlo histdricamenteporque nuestra honradez intelectual nos obliga a pre-guntarnos por el sentido originario. Debemos hacerlocristianamente porque se trata de la Biblia en cuantopalabra de Dios y no podemos admitir que Dios con-tradiga en una parte de la Biblia su palabra pronun-ciada plenamente en Cristo.

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Jlistoria como historiade la tradici6n

Hasta hace poco tiempo la oposici6n entre ambasposturas se presentaba irreconciliable. La alternativaera clarar o se decidia uno por Ia moderna ciencia bi-blica, con Io cual dejaba de ser te6logo, aunque si-guiese perteneciendo a una facultad teol6gica y noadvirtiese su dimisidn, o se decidia por la interpre-taci6n cristiana, 1o que signiftcaba renunciar a la ex6-gesis moderna. Naturalmente, se podia hacer ambascosas y vivir de acuerdo con el principio de la dobleverdad.

Estas posturas son vividas tambi€n hoy por pro-fesores, por pastores y por laicos.

Pero, en el fondo, la alternativa es de ayer. Hoyse construye una sintesis que posibilita ambas clasesde interpretacidn. Todavia no hemos conseguido,estasintesis. Quiziis debamos recorrer un largo caminohasta llegar a ella. Pero sospechamos c6mo se desa-rrolla este camino y a d6nde conduce. No ser6 nece-sario suprimir ninguno de ambos programas, ni lainterpretaci6n hist6rica ni la cristiana. Progresamossi llevamos radicalmente los dos caminos hasta elftnal. Entonces convergerdn. El primer paso ha de serIa interpretaci6n hist6ricai pero 6sta, si no se quedaen meras palabras, ha de llevar por l6gica interna auna forma de interpretaci6n que abarque la inter-pretaci6n cristiana. La palabra clave es: historia dela tradici6n. La historia de la tradici6n hace de lainterpretaci6n cristiana el objeto de la interpretaci6nhist6rica.

HrsroRrA coMo HrsroRrA or r.e tnenrcr6tt 20J

iC6mo se pasa hoy, en la ciencia biblica, de lainterpretaci6n hist6rica a la historia de la tradici6n?Tomemos uno de los ejemplos iniciales. Hemos vistocuiil era el sentido exacto del oriiculo del Emmanuelen la primavera del 734 antes de Cristo, cuando seencontraron Isaias y Ajaz. Se cumpli6 pronto y podiainterpretarse por los hechos. Pero nadie lo hizo, nisiquiera el mismo Isaias, como reconoce la investiga-ci6n hist6rica al examinar el problema. Isaias seexpres6 primero oralmente y su palabra qued6 con-signada en unas (<memorias>, que ocupan los capitu-los 6-9 del actual libro de Isaias. Esto sucedi6 muypronto, todavia durante la guerra en que se pronun-ciaron estas palabras. Pero las <memorias))/ en con-junto, muestran gue Isaias reflexion6 entretanto sobrelas palabras de salvaci6n y que les dio una nueva am-pliaci6n de sentido que superan su alcance primitivo.Ante la negativa de Ajaz a conftar s5lo en la ayudade Dios, Isaias le prometi5, en su encuentro junto alacueducto, la salvaci6n de la dinastia, ayudiindoseoriiculo del Emmanuel, pero anunci6 al mismo tiempodias sombrfos para Judii. Ahora ve que estos diasoscuros se aproximan. E introduce en sus <(memo-rias>> los ordculos de perdici6n que los anuncian.Al ftnal de una serie de ellos estalla en el grito dedolor:..Oh, Emmanuel', (ls 8,8). El nifro Emmanuelse ha convertido ya aqui en simbolo de toda la dinas-tia davidica. Esta seguirii existiendo pero habrri dedescender a las tinieblas: <<Oh Emmanuelr'. Sin em-bargo, la sefral del Emmanuel es, al mismo tiempo,garantia de que las tinieblas cesar6n. Y conftrma alprofeta en la ftdelidad de Dios para con su dinastiadurante un largo futuro, convirtidndose en promesade un nuevo tiempo de salvaci6n. Es anunciada por

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206 TNTERpRETAcT6N Hrsr6RrcA y cRrsrrANl DEL A. T.

primera vez en Is 8, 9-10, de nuevo con la referenciaa la palabra ..Emmanuel-Dios con nosotros)>. Al ftnalde sus <memorias>> presenta Isaias su gran cuadro deluz y de paz del futuro. Y si en 6l ocupa un puestoc€ntrico la alegoria del nacimiento

Un nifro nos ha nacidor se nos ha dado un hijo, elseiiorio reposard en su hombro... Grande es su sefrorio yla paz no tendrii ffn sobre el trono de David y sobre sureino (Is 9, 5 s.),

hemos de admitir que Isaias aplica aqui su or6culodel Emmanuel al ffnal de los tiempos. Une la salva-ci6n grandiosa y deffnitiva del futuro con 1a dinastiade David, amada y protegida por Dios. Y si no pu-didsemos deducir esto plenariamente de Is 9, corres-ponde sin embargo a la intenci6n de los discipulosde Isaias, que redactaron mds tarde el actual libro deIsaias, utilizando las memorias y los otros textos de sumaestro, afradiendo poco despu6s de las primerasun poema escatol6gico que cornienza con las pala-bras: "Saldrd un v6stago del tronco de Jes6, y unretofro de sus raices brotarii> (ls 11,1).

Volvamos ahora a nuestro problema. El segundosignificado que dio Isaias a la palabra Emmanuel estambi6n un sentido ..hist6rico>r. El signiftcado que losdiscipulos de Isaias unieron con el ordculo de Emma-nuel, al redactar el libro de Isaias, es asimismo unsentido ..hist6rico'r. Nos encontramos frente al pri-mer sentido de la palabra Emmanuel, que correspon,de al del libro que hoy tenemos a mano. Lo que quedapor delante es s6lo prehistoria del libro que hay queinterpretar. ZD6nde quedan, por tanto, el sentidoy la interpretaci6n hist6rica? Lo que conseguimoscon un andlisis hist6rico exacto y completo es toda

HrsronrA coMo HrsroRrA os ra rneotcl6r.r

una serie de sentidos diferentes del mismo ordculoen el intervalo de pocos afros. El oriiculo del Emma-nuel se ha convertido en una ..tradici6n'>, incluso enel mismo Isaias. Esta tradici6n tiene su historia. Notenemos un sentido hist6rico determinado, sino Iahistoria de la tradici6n del oriiculo del Emmanuel.

Pero 1o que hasta ahora hemos considerado eras61o un pequefro fragmento de toda la historia de latradici6n de esta profecia. Podemos seguir adelantey observar el proceso de la misma a travds de la his-toria de Israel hasta llegar al evangelio de Mateo, eincluso quiz6s mds lejos. Pero esto no seria todo.Isaias habria pronunciado su or6culo por inspiraci6ndivina. Pero la inspiraci6n del profeta no excluye laligaz6n del oriiculo con la tradici6n. De hecho, elordculo del Emmanuel es s61o una formulacidn delas antiguas promesas hechas a David y a su dinastia,que comenzaron con el or6culo del profeta Natiln(2 Sam 7). Por tanto, deberiamos considerar la tra-dici6n del Emmanuel como un elemento particularde la historia total de la tradici6n de las promesas deDavid y/ con esto, de la tradici6n mesidnica. De nue-vo nos enfrentamos con algo que no podemos expli-citar en este contexto. Es interesante ver c6mo la in-vestigacidn, a medida que va profundizando en snmateria, ensambla cosas distintas y les imprime unmismo movimiento. La historia de la tradici6n des-borda, por tanto, el tiempo de origen de los libros ve-terotestamentarios. Va miis lejos, y ni siquiera lanueva interpretaci6n cristiana del Nuevo Testamentoconstituye su ffnr llega hasta nuestros dias.

Lo que vale para el ordculo del Emmanuel se po-dria mostrar tambidn en el libro de Qohelet. 56lo queaqui se ve menos un proceso de nuevas interpretacio-

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nes superpuestas del mismo texto y si en cambio unprogreso en la discusi6n a trav6s de nuevos libros bi-blicos. Ante todo, habria que mencionar aqui la lite-ratura sapiencial, el libro de los Proverbios en suspartes antiguas, su pr6logo que ocupa los capitulos1-9, Qohelet, Jestis ben Sirac (Eclesi6stico), la Sabi-duria de Salom6n. Entre estos libros brota un diiilogoque recoffe los siglos y que no podemos exponer aquiporque nos llevaria muy lejos. Por otra parte, pode-mos decir que la tem:itica de las promesas davidicasy Ia temiitica de la terrenalidad de la salvaci6n en elAntiguo Testamento estiin intimamente relacionadas.El enlace de la salvaci6n al reino davidico fue tal vezla seffal mds clara de la terrenalidad veterotestamen-taria. A travds de Ia dinastia de David Israel debia serregido en este mundo como un reino de paz y de feli-cidad: en esto consiste la salvaci6n. Ahora conven-dria observar c6mo paso a paso va trasponidndose elmotivo de la elecci6n y del reino de David. El grantiempo de la salvaci6n pasa del ahora al futuro y seconvierte en un tiempo de salvaci6n para todos lospueblos. Finalmente, emerge cada vez con mds cla-ridad el cardcter trascendente del futuro escatoldgico.Cuando el Nuevo Testamento muestra a Jesds deNazaret y dicer aqui esti el prometido, el que ha devolver de 1o alto, el que nos llevarii a la vida eterna,nos encontramos simplemente en una fase ulterior deIa historia de la tradici6n.

Con esto habrii quedado claro que Ia historia dela tradici6n brota de Ia historia. En cuanto que lainterpretaci6n hist6rica, ftjada primitivamente enpuntog concretos, desemboca en el modo de pensarde la historia de la tradici6n, miis amplio y m6s mo-vido, tambi6n la intelpretaci6n (cristiana; del Anti-

LA TNTERpRETAcT6N cnrsrreNe 209

guo Testamento cae dentro del iimbito del problemahist6rico. Es, por tanto, una tdrea legitima estableceren qui sentido sobrepasa el Nuevo Testamento lastradiciones del Antiguo, del mismo modo que lo esbuscar el sentido que tenian las tradiciones veterotes-tarnentarias en tiempos del rey Salom6n, del profetaIsaias o del reformador Esdras.

Con esto hemos situado la interpretaci6n cristia-na en relaci6n inmediata con la interpretaci6n hist6-rica del Antiguo Testamento; pero parece que conello miis que mejorarla la hemos perjudicado. Ahorano es mds que un elemento en el acontecer de la tra-dici6n, una sola onda en la corriente de tradicionesque atraviesa los siglos. Cierto que no tiene menosderecho a ser considerada que lo que quiso decir elmismo Isaias al formular su ordculo; pero tampocolo tiene mayor. Ha quedado integrada en el procesode las tradiciones, de cuyo momentdneo punto ftnalquiere sacar el exegeta actual la interpretaci6n paranuestro tiempo.

La interpretaci6n cristiana comocanonizaci6n internade la historia de Ia tradici6n

Con la menci6n de los ..exegetas actualest' hemostocado un punto desde el que podemos seguir nues-tra marcha. No se trata de la interpretaci6n cristianade los primeros siglos despu6s de Cristo, sino del pro-blema sobre c6mo hemos de interpretar hoy el Anti-guo Testamento: hist6rica o cristianamente. Una vezque poseemos un concepto de la historia de la tradi-

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210 TNTERpRETAcT6N Hrsr6RrcA y cRrsrrANA DEL A. T.

ci6n, hemos de determinar qu6 es hoy para nosotrosla interpretaci6n cristiana del Antiguo Testamento.ZC6mo se relaciona con la visi6n de coniunto de lahistoria de la tradici6n?

Independientemente del problema concreto deinterpretaci6n del Antiguo Testamento, podemos de-cir en general que el intdrprete de la historia que/ ase-diado por el movimiento de la historia de la tradici6n,contempla el conjunto del pasado, normalmente nose mantendrii neutral frente a sus diversas fases. En elcontacto con el pasado se adopta autom6ticamenteuna valoraci6n. Determinadas fases de la historia deIa tradici6n adquieren especial importancia para elexegeta. Todo cuanto cae por delante de la fase pre-ferida parece que ha de desembocar en ella, mienlrastodo 1o que'sigue ha de estar determinado por ella.La fase <<cldsica> o ..can6nica> se estructura comocentro o punto culminante del proceso total de latradici6n.

Algunos ejemplos pueden aclarar esto. Se da porejemplo el contacto <<rom6ntico>> con el pasado; en 61se resalta por ello todo origen, todo comienzo. Es loque le interesa a la interpretaci6n. Todo 1o que vengadespuds se convierte en historia de la decadencia, delerror, del anquilosamiento, de la conservaci6n muer-ta de unas leyes que al principio eran creadoras. En elpolo opuesto se encuentra el contacto evolucionistacon el pasado en el sentido de un evolucionismo his-t6rico espiritual. Atribuye a Ia propia 6poca, o quiziisa una futura, el valor supremo. Todo lo anterior essubida, progreso paulatino hacia la cumbre. Natural-mente, tambidn puede convertirse en cldsica una faseintermedia. Asi ocurre en muchas formas de huma-nismo. Antes de los cldsicos antiguos s61o se daba

LA TNTERpRETAcT6N cnrsrrlNA Zll

barbarie o a 1o sumo la preparaci6n de una grandezafutura; despuds de ellos 161o existen cambios-perl6di.cos de decadencia y renacimiento.

iPuede darse una interpretaci6n del pasado com-pletamente libre de prejuicios, que no ist6 conffgu-rada segrin el modelo de monte y valle? probable-mente no. Quien aftrma que la hace, deberia exami-nar si no se interpreta mal a si mismo y a su actividad.Es posible que debamos canonizarla tomo una nece-sidad psicol6gica y probablemente asi es incluso ob-jetivamente.

El problema es: ic6mo se llega a la decisi6n ade-cuada en la estructuraci6n de la historia? iDesde lahistoria misma? iDesde motivos que no proceden dela historia? Subjetivamente, tenemos de ordinario laimpresi6n de que hemos conseguido por nosotrosmismos la valoraci6n estructural del pasado. pero,ces cierto esto? cNo llevamos con nosotros proyec-tos previos que hemos recibido de la tradici6n de laque venimos? iDe d6nde los tiene dsta? por otrolado, se da tambidn el fen6meno de que nuestrosprejuicios y predisposiciones valorativas pueden cam-biar al ponernos en contacto con el pasado. Este esel problema hermendutico tan debatidb hov. Muestraque el pasado no es algo inactivo

"n nu.riru valora-

ci6n, pero al mismo tiempo conffrma la intervencidnde otros componentes no hist6ricos. En todo caso, esuna consecuencia del hecho de que, al ponernos encontacto con el pasado, siempre hemos de canonizar.

Constatemos, por riltimo/ que el hecho necesariode canonizar un determinado momento de la historiano debe impedirnos captar el proceso total de las tra-diciones de forma "hist6ricamente exacta>>. pero en-tonces la histonia ser6..verdad para nosotros> desde

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21,2 TNTERpRETAcT6N Hrsr6RrcA y cRrsrrANA DEL A. T.

el punto de vista de su fase can6nica, y s61o desde6sta. Precisamente desde el pasado estructurado yvalorado bosquejamos el futuro.

Hasta aqui los aniilisis fundamentales; ahora de-bemos aplicarlos al caso particular de la interpreta-ci6n cristiana del Antiguo Testamento. No perteneceal dmbito de la comprobaci6n exacta del total de Iahistoria de la tradici6n de las verdades veterotesta-mentarias, sino que es una forma determinada de es-tructuraci6n canonizante de las mismas. Otra formadistinta seria la decisi6n de los judios ortodoxos deconsiderar como medida can6nica a un determinadogrupo de libros del Antiguo Testamento: el Penta-teuco (la ..Torii"). Aquellos escrituristas cristianosque se preguntan fnicamente por el sentido origina-rio de un texto veterotestamentario, por ejemplo, porel sentido de Is 7, 14 en el momento de encontrarseel profeta y el rey, y no se preocupan de la historiaposterior de la tradici6n del or6culo, han tomado unadecisi6n valorativa, a menudo sin caer ellos mismosen la cuenta de que no es judia ni cristiana, sino - de-cimos nosotros - rom6ntica. Lo peor para ellos esque no son conscientes de esto, e incluso piensan quetrabajan de forma <.hist6ricamente objetiva". Peroseria mucho mds objetivo convertir en objeto de losesfuerzos cientiftcos lo hist6rico en toda su amplitud,y por tanto, como historia de la tradici6n, y rcalizaral mismo tiempo el proceso inevitablemente necesa-rio de la estructuraci6n hist6rica de modo reflejo ycontrolado a partir de una decisi6n cristiana previa.

A esta decisi6n previa s6lo podria renunciarseabandonando Ia fe cristiana. Porque para la fe Jesrisde Nazaret es la revelaci6n escatol6gica de Dios.Por eso, s6lo Jesris de Nazaret puede ser para los

LA rNTERpRETAcr6u cnrstreu,r 21,

creyentes el punto de la historia de las tradicionesdesde el que brota la luz para todos los otros, y desdeel cual el cristiano se dirige hacia su futuro. La histo-ria de la tradici6n, en su conjunto, es verdadera. Peros6lo si estd orientada y valorada desde Jesfs de Na-zaret se convierte en una verdad que condiciona laposici6n cristiana en la historia.

La interpretaci6n <<cristiana" del Antiguo Testa-mento presupone pues una decisi6n cristiana previa.Hay que reconocerlo con sinceridad y no pretendersituarla en el mismo plano de una interpretaci6n his-t6rica. 56lo es posible para el que cree en Cristo.Con esto sigue abierto el problema de c6mo se llegaa Ia fe en Cristo. Este problema es interesante ennuestro contexto, sobre todo desde un punto de vistaretrospectivo: cse llega a la fe en Cristo por motivosindependientes de la historia, o brota la fe, quizds nos6lo, pero si tambi€n, en contacto con la historiamisma? Nos inclinamos m6s bien por 1o segundo.Aqui se encuentra el planteamiento de €sa di,sci-plina teol6gica gue se ha desarrollado y construidoen el iimbito cat6lico durante los riltimos siglos bajoel nombre de..Teologia fundamental>>. En la teologiaevang6lica no hay una disciplina semejante, e inclusose la rechaza con frecuencia, aunque en otros con-textos se practica el objeto de esta especialidad.

Pero volvamos a la interpretaci6n <cristiana>r delAntiguo Testamento/ que/ en nuestro punto de vista,no estd en oposici6n a la interpretaci6n ..hist6rica>,sino en relaci6n necesaria y ritil con la interpretacidnhist6rica, realizada en primer lugar como historia dela tradici6n. Si se quiere tender un puente hacia laterminologia de Ia hermendutica tradicional y de lateologia de la inspiraci6n, diremos que el Antiguo

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214 TNTERpRETAcI6N Frrsr6RIcA y cRrsrrANA DEL A. T.

Testamento s6lo es ..palabra de Dios' en la medida_el que lleva hacia Cristo, autdntica y deftnitiva ..pa-labra de Dios',, es aceptada por dl y ante €l subsiite.EI problema de la Escritura como ..palabra de Diosono hay que colocarlo en el mismo plano que la his-toria de Ia tradici6n, sino en el de la historia de lastradiciones estructuradas a partir del canon <<Cristor>.Con esto no se excluye, sino que se exige la investi-gaci6n de la historia de la tradici6n. Pero la decisi6nsobre Ia ..verdad" e <<inerrancia" de la Escritura, enel sentido teo'l6gico de la inspiraci6n, no cae bajo eldominio de la historia de la tradici6n, sino prima-riamente en el proceso de interpretaci6n que arrancade Cristo.

C6mo realizar esto es una cuesti6n dificil y hoyraras veces formulada. Lo que sabemos de toda taamplia historia de la tradici6n, con sus variados sen-tidos y cambios, nos impide pasar por alto el sentidooriginal de las palabras del Antiguo Testamento yatribuirles tiicitamente un sentido nuevo desde Cristbo desde nosotros. Esto lo hizo Mateo con Is Z,14yIa tradici6n cristiana con Qohelet, como nos lbmostraron los ejemplos de Gregorio Magno y Tomiisde Kempis. En el fondo, Io que sucedi6era_legitimoe incluso necesario. Porque s6lo se aplic6 el principiode ..Cristo>' como canon. Pero el estilo en que estosucedi6r no puede ser ya el nuestro.

No podremos prescindir, por ejemplo, al inter-pretar Is 7, de proponer el sentido verdadero deloriiculo en el afro 734 antes de Cristo; luego, obser-var su desarrollo posterior hasta su aclaraci6n en elNuevo Testamento y/ ftnalmente, mostrando la legi-timidad del desarrollo, adualizarlo de forma que seaverdad para nosotros, es decir verdad que nos posi-

LA TNTERpRETAcT6N cnrsrreur 2L,

bilite afrontar el futuro. No podremos hacer nada dcesto si no introducimos este ord.culo del Emmanuclen las promesas de Dios a la dinastia davidica y en laffdelidad de Dios a estas promesas que ffnalminte seconvierte en ffdelidad de Dios a Jesris de Nazarety se prolonga a su Iglesia, a la que pertenecemos. 56loasi adquiere esta profecia todas sus dimensiones yalcanza su aftrmaci6n el dmbito de verdad que puedeviviftcar al hombre y hacer de nuevo histdrica a lahistoria.

De modo semejante, al entrar en contacto con ellibro de Qohelet, no hemos de ocultar la melancoliay la brillante terrenalidad que enmarcan su fe. Luegohabrd que seguir el desarrollo de la discusi6n en lahistoria de la tradici6n sobre la fe terrena; asi, el men-saje neotestamentario de la resurrecci6n del Seffor yde todos los que creen en 6l aparecerii como el poloopuesto de Qohelet. Pero la interpretaci6n hi decontinuar hasta nosotros, y si el lector actual de Qo-helet no se plantea, en deftnitiva, la decisi6n propiaante la resurrecci6nr ilo s€ ha alcanzado arin el autdn-tico iimbito de la verdad <<cristiana>> de Qohelet. La fede Qohelet no quedarii al margen, como quiziis pien-se alguno, como un estadio previo, como un error,sino como una dimensi6n permanente en la fe en laresurrecci6n, si la interpretaci6n ha sido bien hecha.Miis afn: si la escamoteamos/ es probable que noconsigamos entender bien el mensaje de la resurrec-ci6n.

Por riltimo, habrii que plantearse una vez miis elproblema del adecuado proceso interpretativo ensus aspectos prdcticos, tal como hay que llevarlo acabo en la predicaci6n,la ensefrania, las reunionesbiblicas, la literatura religiosa y la lectura privada de

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216 TNTERpRETAcT6N Hrsr6RrcA y cRrsrrANA DEL A. T.

Ia Escritura. Quiz6s conseryen aqui un derecho rela-tivo los mdtodos antiguos, resumidos; pero s6lo contal de que existan dmbitos de interpretaci6n en losque se pueda trabajar con la historia de la tradici6n.Pero es dificil decir algo mds concreto/ ya que estascuestiones apenas se han planteado todavia. La pe-dagogia religiosa cat6lica se ha abierto poco a losverdaderos problemas que plantea la ciencia biblicamoderna. Sin duda, se trata de algo miis que de co-rrecciones oportunas de Ia interpretaci6n de tal oc_ual t_exto. Por 1o pronto/ se ha lanzado el problemade si la interpretaci6n <<cristiana)) es comp;tible conIa interpretaci6n <hist6rica>>, practicada hoy tan apa-sionadamente.

Esperamos haber mostrado que son compatibles.Fero s61o al precio de que se conviertan en 1o quehan de ser: la historia debe volverse historia de latradici6n, interpretaci6n cristiana de cada nuevo en-cuentro de la fe con la integra historia de la tradici6n.

9

Problemas metodol6gicospara un tratado cristiano

sobre los judios

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Confetencia en el simposion sobre la <<Situaci6n del judalsmo en

la catequesis ctistiana> (Klosterneubutg,2224 de enero de 1965),

el 22 de enero de L965 en Viena, Publicada antetiormente con el

tltalo: Methoden der Scbriltauslegung anter besonderer Berii-

cksichtigung der das Judentum betreffenden Scbrittstellen, en

Klemens Thomas (Editor), ludentara and christlicher Glaube.

Zun Dialog swiscben Christen anil Jaden. Ifien 1944. Reela-

botada.

T-l-t 1 tema a tratar es de cariicter cientiftco-tedrico.l-r Todo depende de que examinemos el problemaa fondo.

€l problema

Quisiera partir de dos textos que, despu6s de lasegunda gueffa mundial, tuvieron gran importan-cia para renovar la conciencia cristiana en lo qucrespecta a las relaciones de la Iglesia con los judios:un texto del historiador judio Jules Isaac y las lla.madas tesis de Seelisberg.

Las diez tesis de Seelisberg fueron formuladas en1947 por los sesenta participantes, judios, protestan-tes y cat6licos, que se reunieron en una conferenciatenida en esta localidad de Suiza. Fueron concebldascomo indicaciones para la doctrina y la predicaci6ncristiana sobre los judios, y tuvieron a continuacl6nun gran influjo en los mds diversos paises. Tambl{n

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220 uN TRATADo cRrsrrANo soBRE Los JUDfos

Ia "Declaratio de ecclesiae habitudine ad religionesnon christianasr' (Declaraci6n sobre las relacionesde Ia Iglesia con las religiones no cristianas) del Con-cilio Vaticano II depende de estas tesis. Las tesis deSeelisberg surgieron de la controversia con las 18tesis propuestas por Jules Isaac al ffnal de su libroJdsus et lsrael, como sugerencias para una doctrinacristiana sobre los judios. La sexta tesis de JulesIsaac dice:

(La enseffanza cristiana que es digna de este nombredeberia) 6. Precaver a los ffeles de ciertas tendencias re-daccionales de los evangelistas, especialmente en el cuartoevangelio, que con frecuencia deffnen colectivamente a losjudios en un sentido limitado y peyorativo, como enemigosde Jesris... Esta actitucl no s6lo falsea las perspectivas his-tdricas, sino que provoca un desprecio y un aborrecimientopor la totalidad del pueblo judio que 6ste, en realidad, noha motivado.

Naturalmente, la observaci6n psicol6gica al ftnalde esta tesis es de suma importancia. Sin embargo,seria conveniente prescindir por el momento de esteaspecto. Antes de toda reflexi6n priictica hay queaclarar las cuestiones del obleto y de Ia verdad.La sexta tesis de Jules Isaac puede sintetizarse asi:las tendencias redaccionales de los evangelistas fal-sean las perspectivas hist6ricas al presentar a los ju-dios como enemigos de Cristo; por eso hay que pre-caver de ello a los fteles.

A esta tesis de Jules Isaac corresponde la sextatesis de Seelisberg. Pero en su formulaci6n se advier-te la presencia de te6logos cristianos. No se mencio-na ya a los evangelistas y sus tendencias. Lo rinicoque se hace es recoger el deseo de Jules Isaac. Ahorase dice:

EL pRoBLEMT l?1

Hay que evitar usar la palabra <judlosr cn cl rntldoexclusivo de <enemigos de Jesris>...

Qulen conoce el evangelio de Juan sabe que Ceteasi lo hace. Por tanto, implicitamente se diie algosobre los evangelios. Pero no se formula. Se guardaun cristiano respeto a Ia sagrada Escritura del Nue.vo Testamento. No se habla del evangelio de Juan,Se calla tambi€n sobre Mateo y lo que dl piensa de<todo el pueblo"; igualmente, se silencian otras mu-chas affrmaciones del Nuevo Testamento.

Este silencio no s6lo abarca a las tesis de Seelis-berg, sino que es conveniente siempre que un cris-tiano de buena voluntad intenta hablar y reflexionar,a partir de su fe, sobre el pueblo judio. iNos aver-gonzamos del Nuevo Testamento? Tambi€n la ,.De-claratio>> del concilio es selectiva en su valoraci6nde la Escritura. Elige los textos. Pero esto no consti-tuye un reproche. Es un documento con un ftn deter-minado y no un tratado teol6gico. En general, serlademasiado precipitado emitir un juicio valorativo eneste momento de nuestras reflexiones. No hay quejuzgar a Jules Isaac ni a los autores de las tesis deSeelisberg, ni a los que piensan de modo semejante.56lo se trata de constatar el fen6meno. Con relaci6na 6ste resulta secundario el que Jules Isaac fuesejudio y llegase a sus tesis a travds de un trdgico des.tino. Queremos ftiarnos en 6l como historiador.Entonces, el fen6meno consiste en que un historia-dor nos previene sobre los evangelios porque falseanIas perspectivas hist6ricas/ con 1o que los cristianoscomienzan a implantar un lenguaje que no corr€e.ponde a los evangelios, mientras tienden un mantode silencio sobre otras aftrmaciones de los mismog,

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222 uN TRATADo cRrsrrANo soBRE Los JUDfos

Asi, Ia sexta tesis de Seelisberg se pone de parte delhistoriador, aunque conservando un respeto cristia-no ante el Nuevo Testamento.

Con esto hemos captado el problema que nos in-teresa. Es el problema de la consideracidn hist6ricadentro de la teologia. iPuede ser normativa para6sta un juicio hist6rico? Asi ha ocurrido en la sextatesis de Seelisberg.

Explanemos el problema.Ante todo, se da unanimidad en que la catequesis

cristiana ha de predicar la fe cristiana. Si debe fun-darse en la reflexi6n cientiffca, ha de brotar de lateologia cristiana. Por consiguiente, estd justiftcadoconsiderar el problema de la sexta tesis de Seelisbergcomo un problema metodol6gico de la teologia cris-tiana, en cuanto que dicha tesis, adem6s de su ver-dad teol6gica, implica una indicaci6n actual y nopuede ser medicla s61o por la teologia.

Ahora bien, iqud es la teologia cristiana? Simpli-ftcando un poco/ prescindiendo de todas las pecu,liaridades posteriores, que son imprescindibles a lahora de desarrollar la teologia como ciencia, y fti6n-donos s6lo en su esencia interna, podemos decir: lateologia cristiana es interpretaci6n de la sagradaEscritura del Antiguo y Nuevo Testamento. Porquela fe es la aceptacidn de la palabra de Dios. Y Ia pa-Iabra de Dios nos habla esencialmente en la sagr"adaEscritura, Esta no es pura obra humanai tiene aDios por autor, aunque al mismo tiempo es obra delautor humano. Es el testimonio aut6ntico, insupera-ble e inspirado por el Espiritu Santo, de la revelici6ndivina hecha de mriltiples formas a los padres y eue,al ffnal de los tiempos, aTcanzd su culmen en Jesu-

PRoBLEMA ZZt

,cristo, el Hijo; asi 1o conffesa Ia fe cristiana. por erola sagrada Escritura del Antiguo y del Nuevo Tet,tamento es constiftrtiva para ella. La teolog{a crh.tiana, en cuanto reflexi6n de esta fe, no puede sermds que interpretaci6n refleja de la Escritura. La edadmedia llamaba a toda la teologia ..Sacra pagina>.

Pero volvamos a los hechos. para que lo dichopor el historiador Jules Isaac hubiese podido fundarla.cateqgesis en cuanto teologia crisiiana, deberlahaber sido interpretaci6n del liJuevo Testamenro y,en especial, de los evangelios. pero lo que dl dijo rioe_rainterpretaci6n de los evangelios, sino una criticade las fuentes, cosa tipica del hisioriador, que nos6lo estii justiftcada para su ftn, sino que es necesaria.Con esto, nuestro problema se ha ieducido a unaf6rmula general. Porque la diferencia entre el trata-miento de las fuentes por un historiador y lo quellamamos interpretaci6n es de cardcter fundamenial.No surge sdlo en la teologia, sino en cualquier sitiodonde hay que leer textos antiguos. Timbi6n aPlat6n se le puede interpretar o v"lor", como fuentehist6rica sobre S6crates, no admitiendo sus affrma-ciones en ciertas circunstancias. La actitud coffes-pondiente ha de ser fundamentalmente diversa. Inves-tiguemos mds a fondo la diferencia entre el empleode las fuentes y su interpretaci6n.

.. El historiador pregunta Io que sucedi6. para ha-llar la respuesta estudia, entre otras cosas, los textosantiguos. Fstos son sus fuentes. Las critica teniendoen cuenta su valor. Constata, por ejemplo, sus ten-dencias. Debe conocerlas para aplicarlaj. y entoncesdeduce 1o que realmente sucediO. para el historiadorlas fuentes son s61o un medio de conseguir el cono.

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224 UN TRATADO CRISTIANO SOBRE LOS JUDfOS EL PROBLEMA 22'

cimiento de la historia que pretende. Le interesan enIa medida en que pueden proporcionarle informa,ci6n hist6rica. Al margen de esto no le interesan.En ciertas circunstancias le ayudan m6s con 1o quesilencian o falsean que con lo que dicen. El histo-riador puede abandonarse a los textos antiguos cuan-do tiene que an'ancarles algo contra su voluntad.

El intdrprete de un texto antiguo no puede tenerpreguntas ftjas. Al menos, no puede tener ningunaen la que quiera insistir. Se acerca al texto para co-nocer lo que dste quiere decirle. Quiziis, incluso,para hacerse interrogar por el texto. En cualquiercaso, es el texto quien determina el tema de los es-fuerzos cientiftcos. La materia que mueve al texto esla misma que mueve al pensamiento del int6rprete.EI texto no es mds que un simple medio para conoceralgo_. Su objeto conffgura el principio, el medio y elffnal. 56lo se interpreta un texto cuando no se debi-litan sus pretensiones, sino que se acepta la materiaque aftrma. Para interpretarlo no se lo desftgura nicoge por sorpresa. No 1o tomamos como un cruci-grama; le prestamos atenci6n. Profundiza cada vezm6s exactamente en sus intenciones. Puede ocurrirque un texto tenga intenci6n de hablarnos sobre undato hist6rico. Entonces, el contacto del historiadorcon el texto serd muy parecido al del int6rprete.Sin embargo, brotan dos actitudes diversas. El histo-riador utiliza el texto; el intdrprete Io toma comomedida.

Cuando Jules Isaac previene contra determina-das tendencias de los evangelios, porque falsean lasverdaderas perspectivas hist6ricas, habla como his-toriador. Pero ahora quisidramos formular con ex-trema crudeza, ml"s tarde aclararemos ciertos aspec-

tos: iqud le importa a la teologia un falseamiento delas perspectivas hist6ricas en los evangelios? tperte.nece Ia teologia al tipo de las ciencias hist6ricas, o alde las ciencias interpretativas? cEs para ella el iextobiblico s6lo una fuente intermedia, a la que quizdshay qu9 vencer con astucia, a trav6s de la cual, y encasos de necesidad, contra la cual hay que llegir alverdadero ob;eto, o sea la verdad hist6rica sobie losacontecimientos de Ia vida de un hombre llamadoJesrls de Nazaret? iO es el texto biblico la medidade la teologia, al que siempre se somete y que le en-sefra cudl es su objeto y su tema? Si las reflexionesanteriores son exactas, s6lo puede ser verdadero else_gundo rniembro de la alternativa. y entonces, laadvertencia del historiador con respecto a las ien-dencias de los evangelios que falsean la historia nopuede ser normativa para la teologia. El historiador,en cuanto tal, no tiene posibilidad de quitar a la teo-logia una parte del texto que ella ha de interpretar.Esto s6lo seria justo si ella dejase de ser interpreta-ci6n y, procediendo contra sus leyes fundamentales,comenzase a convertirse en investigaci6n de la his-toria. Pero entonces no seria ya teologia. Un juiciohist6rico no puede ser normitiuo p"iu la teoiogia.

Con esto, no s6lo hemos expuesto nuestro pro-blema sino que hemos dado ya la soluci6n. La teo-logia cristiana/ y por tanto la catequesis cristiana, nopuede dejar_que la investigaci6n hist6rica le indiquequ6 partes de la Escritura ha de interpretar y cudlesha de abandonar al margen. TampoCo h catequesissobre los iudios puede callar acerca de lo que dicenlos evangelios.

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226 UN TRATADO CRISTIANO SOBRE I.OS JUDiOS

Notas intermedias

La tarea de la segunda parte de estas reflexionesserd exponer, siguiendo el sentido de la soluci6n fun_damental a la qu_e hemos llegado, c6mo una interpre-tacidn cristiana de la Escritura, met6dicamente exac-ta, habria de apuntar en concreto a una affrmaci6ncristiana sobre el judaismo; cuiiles son sus pasosconcretos; a qud resultados intermedios y conclusio_nes deftnitivas ha de llegar, y qu6 cons6cuencias sededucen para la actitud que dibe adoptar la cate-quesis cristiana ante el iudaismo.

Sin embargo/ . antes de comenzar esta segundaparte quisiera incluir unas notas intermedias.

1. Habrd quedado claro que me he esforzadopor presentar s61o el problema en cuestidn, prescin-diendo de todos los olros aspectos. por eso quisieradecir expresamente, al menos trnavezt qtle esi*por-tante tener en cuenta la influencia psicol6gica de de_terminadas locuciones. De ningun modo pretendodisminuir la diftcultad que surge, por ejemplo, deltrsg generalizador del concepto "los-judios' en juun.Tale-s locuciones pueden tener p.or., repercusionesque las mayores_ teorias. Porque-fdcilmente se cargancon un contenido afectivo negativo y, a causa dJsuc-ardcter generalizador, est6n dispuestas a saltar enel subconsciente en cualquier oiasi6n, provocandouna catdstrofe. La decisidn obletiva que se ocultatras la , sexta tesis de Seelisberg cae piobablementebajo este punto de vista. En eite asbecto no se lepuede criticar nada. Al final habrd de volver de nuevoal problema total, ya que/ por desgracia, la repercu-

rAs TNTERMEDTAS 227

si6n psicol6gica de las locuciones biblicas sobre losjudios es un problema latente que no podemos ol.vidar.

2. Podriamos preguntarnos por qu6 nos esfor.zamos en una elaboraci6n teol6gico-ciistiana de lasrelaciones del cristiano con los fudios. cNo son lascosas mucho m6s sencillas? cNo se trata simple-mente de que tengamos con los judios Ia tolerantia,consideraci6n _y amor al pr6jimo que debemos atodos los hombres? iNo se normalizan al mdximolas relaciones hablando lo menos posible de ellos enla catequesis, o mencioniindolos rSlo .o-o un ejem_plo entre otros al hablar de la actitud debida a todoslos hombres y gnrpos? iPor qu6 construir

"hora un

Traclatus de ludaeis, un tratado teol6gico sobre losjudios? cNo es esto una alemanadaz " --

, , Y..p"l.ce qu-e no. Hay que conceder que sehabria hecho mucho si resultase algo natural'^^ur,lyyd.T toferar y hacer el bien a tolos los hombresiincluidos los judios._ pero esto no deberia implicaiuna equiparacidn plena de los judios a los otrospueblos y religiones. Deberia subrayarse gue existenmuchos judios que viven con fe y siriedad del Anti_guo Testamento como de la palabra de Dios. puestoque normalmente no se han encontrado subietiva_mente

-con el mensaje de Cristo, podemos defrnirlos

como hombres que, en cierto rnodo, siguen en elAntiguo Testamento. Asi, tienen miis coias en co-mfn con nosotros que todos los miembros de otrasreligiones, incluso del Isliin. La especial cercaniaexige un amor especial. Exponer esto es una de lastareas fundamentales de Ia catequesis cristiana, queapenas se ha iniciado. Pero no bista; incluso porlriu

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228 UN TRATADO CRISTIANO SOBRE LOS ruDfOS coNtETuR^s 229

relacidn con el judaismo. Pero habr6 de ser muy im.perfecto porque s6lo hemos de hablar sobre los md.todos, y no nos corresponde realizat personalmentelas investigaciones necesarias. Sin embargo, las cosasno marchariin sin que al menos conjeturemos sobrelos resultados de los pasos exigidos ,en la investiga"ci6n. Tampoco podremos fundamentarlos. Todo re-sultarii fragmentario.

Conjeturas para un<<J ractatus de Judaeis>

Tesis tQ (preparatoria,para aclarar el terreno):Si hemos de partir del hecho de que la teologia cris-tiana no es valoraci6n hist6rica, sino interpretacidnde la Biblia, esto no debe entenderse como si se de-biese impugnar en la teologia Ia justiftcaci6n del..mdtodo hist6rico-critico>>.

El empleo de las fuentes por el historiador y lainterpretaci6n de los textos por el intdrprete son/ enprimer lugar, actitudes diversas ante el texto. De es-tas diferentes actitudes surge una relaci6n distintacon €1. Por el contrario, el <<mdtodo hist6rico-critico>>signiffca una serie de t6cnicas concretas para ponerseen contacto cientiftcamente con los textos antiguos.Existen.estrechos puntos de contacto entre la proble-m6tica hist6rica y el ..m6todo hist6rico critico>. Perohoy, toda interpretaci6n que se realice con la refle-xi6n necesaria habrii de utilizar las t6cnicas que sesintetizan bajo el nombre de este m6todo. A la in-versa, podemos enfrentarnos a la historia sin conocero dominar dichas tdcnicas. Uno de los mayores pro-blemas de la predicaci6n cristiana es hoy en Centro-

ser- peligroso limitarse a ello. porque, al menos enla forma de un preconceptual, todo te6logo cristianotiene Ia impresi6n, por el Nuevo Testamento, de quenosotros, los cristianos, tenemos una relaci6n con losjudios en la_ fe; y no s6lo con los judios piadosos,sino con todo el pueblo, incluso en cuanto fen6menoposcristiano. Si esta impresi6n es exacta, no bastaequiparar a los judios con los otros pueblos y religio-nes/ o destacar el valor subyetivo de la posesiOn deuna parte de nuestros libros sagrados. Limitarse aesto equivaldria a reprimir en el subconsciente unfragmento de nuestra fe, lo que acarrearia trastornosincontrolables en nuestras relaciones normales conIos judios. Por eso es mejor elevar a Ia conciencia,con_ la mayor claridad posible, todo lo que nuestrafe dice sobre ellos.

No temo que esto conduzca a una nueva ame-naza para nuestro contacto con los judios. Quiziisalgunas cosas resulten mds dificiles y complicadasque si nos mantuvi6semos en el plano puramente hu-mano de la tolerancia/ o en el plano crisfiano-subje-tivo de benevolencia para con unos hombres queposeen/ en comfn con nosotros/ una parte de la Es-critura. Pero Ia dnica respuesta duradera que se pue-de dar a las relaciones entre cristianos y ludios is laque brota de la fe cristiana, en cuanto que 6sta haceaftrmaciones objetivas sobre ellos. Debemos preocu-parnos por practicar la caridad en la verdad. Todootro amor es ilusorio. Por eso no podemos prescindir,de hecho, de elaborar un Tractitus de ludaeis.

3. En la segunda parte hemos de dar una visi6n,que nos_oriente metodol6gicamente, sobre un posibledesarrollo del trabajo de interpretaci6n teol6gica en

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230 uN TRATADo cRrsrrANo soBRE Los JUDios

europa Ia ftjaci6n del cristiano medio, poco instruido,en la problemiitica hist6rica. pero eita ftiaci6n notiene nada que ver con el <mdtodo hist6rico-criticorr.En la teologia, por el contrario, este mdtodo es hovimprescindible, aunque ella deba concebirse a JiTt:ry como interpretacidn, y no como investiga_ci6n histdrica.

Tesis zQ (igualmente, en un terreno previo): Laconstatacidn de que los resultados del historiador nodeben ser noffna de la teologia (priviindole, por ejem-plo, de una parte del texto que'debe interpretar) noc_ontiene ningrin juicio sobre la posible exactitud dedichos resultados.

El historiador puede conseguir su verdad en suterreno. Y, Rqeslg que la verdad es una/ la teologianunca podrii hallarse en oposicidn a los resultadlosexactos del historiador. Por tanto, si se debe decir,por ejemplo, que los evangelistas presentan a loijudios bajo una luz hist6ricamente insuftciente, nohay que esperar que la teologia, en el curso de suinterpretaci6n, Ilegue a una aftrmaci6n que contra_diga a la historia. Hay que esperar/ miis bien, que elteTto a interpretar nos fuerce a alejar la problemiiticactel historiadori o sea/ que el obyeto del texto, y tam_bi6n su verdad, no son hist6ricos/ o purameni. hi.tO_ricos. EI conocimiento elaborado pbr el historiadoracerca del contenido hist6rico, el <Jesds hist6rico'y los "judios hist6rico_s de tiempos dl Jesris,r, puedeser ocasi6n para oir Io que realmente nos dice eltexto, actuando como aguij6n.

Por tanto, historiador e intdrprete se exigen mu-tuamente. El problema hist6rico de 1as circunstanciasoriginarias del texto a interpretar, de su autor, ten_

CONTETURAS 2rl

dencias, ayudariin inmediatamente a la interpreta-ci6n. El problema de la Iglesia en Mateo y de su re.laci6n con el judaismo de aquella dpoca es hist6rlco,y no puede ser deftnido como interpretacidn delevangelio de Mateo. Pero prepara inmediatamentela interpretaci6n. De este modo el te6logo unir6 es-trechamente en su investigaci6n concreta el proble-ma hist6rico y la interpretaci6n teol6gica.

Tampoco la catequesis cristiana necesita des-preciar nunca los resultados de la critica hist6rica.Por eso no hay nada que objetar contra las consta-taciones hist6ricas sobre los judios en las tesis deSeelisberg o en la ..Declaratio>> del concilio. Contri-buyen a aclarar Ia obra. Si son exactas, no puedenhallarse nrrnca en oposici6n a la verdad cristiana.Pero no constituyen la verdad cristiana. En todofructifero cambio de relaciones sigue siendo vdlidoque Ia verdad cristiana s61o brota de la Escritura in-terpretada.

Tesis EQ (entramos, por ffn, en materia): Paraconseguir una verdad cristiana sobre los judios he-mos de interpretar cada libro de la Escritura. Conesto se pretende captar las aftrmaciones de cada unode ellos. En el caso de los evangelios es necesaria unacierta explicaci6n y toma de postura.

l.os evangelios tienen una historia complicada.Podemos acogernos al esquema de las tres fases, san-cionado en la Iglesia cat6lica por Ia <<Ins,tructio dehistorica evangeliorum veritatei de la Pontiftcia Co-misi6n Biblica del 21 de abril de 1964. La tradicidnevangdlica brot6 durante la misma vida de Jesds dcNazaret; tuvo un desarrollo o,ral y, m6s tarde, en laIglesia post-pascual, escrito, hasta que, por fltimo,

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232 rJN TRATADO CRTSTTANO SOBRE LOS ruDiOS ONJETURAS 2' '

evangelista es Ia fnica que puede ser interpretada enuna teologia cristiana.

Esta reflexi6n metodol6gica es trascendental paraIa- doctrina cristiana _sobre los judios. porque, como1ft:.1 con raz6n Jules l1aac,

"las aftrmaciones que

diftcultan a menudo las relaciones entre cristianoi yjudios se encuentran,precisamente en la etapa redaocional de los evangelios. Esto_ es viilido, sotre todo,para Mateo y Juan. Los trabajos sobre la historiide la redacci6n realizados en los riltimos affos hanpuesto de relieve los hechos con mucha m6s claridaclque antes. Para Mateo menciono, especialmente, a[.olfs-ane Trilling, Das wabre Israel, Jbachin Gnifta,Die Verstockung lsraels, y Reinhart Hummel, DieAus einan der s etzun ! zw iscb en Kircb e un d J u dintuuim Ma.tlbduseoangelium. para Lucas es importanteun articulo de Ernst Haenchen del afio tg63. paraJuan pueden utilizarse el resumen de Bultmann en suc-omentario y la secci6n correspondiente en el librode Leonhard Goppelt, Cbristentum und Judentumim ersten und zweiten labrltundert Las investiga-ciones d9 estg tipo tienen para la teologia cristiana

-un

sentido fundamentalmenti distinto al de la investi-gaci6n hist6rica de los hechos reales durante la vidade Jesris. Iluminan Io que hay que interpretar.

A su luz, incluso un_ libro tan circunipecto/ suges-tivo y meritorio como el de Gregory Baum, Die luien1n!.dy Eoangelium se muestra como inseguro meto_dol6gicamente en partes enteras. Observimos con.tinuamente c6mo el autor elude el problema histdricosiempre que los evangelios hablan con dureza. Asi,ve,que para Mateo el grito de "todo el pueblo" (rd6).adq)_, .61iga su sangre sobre nosotros y sobre nuer-tros hijosr, (Mt 27,25), se encuentra en el contexto

cada evangelista redact6 su_ evangelio desde su pro-qio punto de vista, utilizando el material narrativo ydiscursivo que Ie habia sido transmitido. Esto es vii_lido, en.primer lugar, para los sin6pticos; pero espe_ctalmente para Juan, aunque en su evangelio la ter_cera tase tiene una importancia mucho mayor.

Cuando Dibelius yBultmann implantaron la his_toria de las formas despuds de la'primera guerramundiaf el trabajo exeg6tico se centr6 en l" iiv"rii_gaci6n de Ia fase intermedia de la historia de los evan_geli_os. Al interpretar, tambidn

"l"boramo, el sentido

de las verdades ligado en esta fase con el materialevangdlico. SSlo recientemente ha vuelto a crecer elinter6s-por la fase primera y por la deftnitiva de losevangelios. El "Jesfis hist6rico> 1l las <<ip5issima voxr>son tdrminos que corresponden a la primera fase.Co-n respecto a la fase ftnal se habla dei ..m6todo dela historia de la redaccidnr, (las mismas palabras re_velan un desplazamiento del (m6todo d[l" hirto.t"de las formas>.que era el rinico que dominaba antes).Jl nuestra tesis exige que toda interpretaci6n delNuevo Testamento que quiera ser teologia cristianadebe atenerse a las verdades pretendidis por cadalibro, se sigue de esto que al iealizar Ia ex6gesis delos ev_an_gelios hemos di situarnos en ei punto devista de la historia de la redacci6n.

No podemos llevar a cabo la investigaci6n de lahistoria de la redacci6n sin plantearnoi al mismotiempo los problemas de la ..ipsissima uo*, y de laprehistoria del material ev"ng6li.o en l" lgleii" pJmitiva. Ademiis, la intenci6n-de los evangel-istas cap_tada por la historia de la redacci6n, intJgra natural_mente las.antiguas intenciones del'mateiial .u"nje_lico recogido. Pero, en deftnitiva, la aftrmacidn lel

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sistemiitico de una serie de aftrmaciones que impri-men su sello al evangelio, y segrin el cual Ia actiiuddel pueblo con Jesris no es m6s que Ia culminaci6nffnal de la actitud anterior para con los profetas.La observaci6n es exacta y de gran importancia parala interpretaci6n del evangelio de Mateo. pero enGregory Baum resulta ffcticia. Es mencion ada tam-bidn para no omitir la opini6n del evangelista Mateo,mientras que antes se le ha restado valor hist6ricoe incluso se ha incapacitado a Mateo para la obser-vaci6n hist6rica.

_ _ No quiero decir con todo esto que el andlisis deIa historia de la redacci6n nos fuerie a mantener laopini6n de Ia ex6gesis popular de que en Mt 27,25se fundamente una maldici6n duridera del oueblojudio que abarca hasta su destino actual. EstL seriasimplemente falso. Pero Ia historia de la redacci6nno permite que desacreditemos el rango de estas citasy de otras semejantes en el sistema de verdades delevangelio de Mateo. Una funcidn clave, guiz6s ma-yor/_en el sistema de verdades Ia tiene el concepto de<judioso en Juan. Puesto que los resultados- de lahistoria de la redacci6n tienen la riltima palabra enuna interpretaci6n cristiana de los ,evangelios, la si-tuaci6n no pa_rece muy favo_rable a una teologia paci-ffca y reconciliadora iobre los iudios.

Pero esto es s6lo la mitad de Ia cuesti6n. No po-demos olvidar que la interpretaci6n no puede deier-minar e-l tema a su_ capricho. Es el texto I interpretarel que determina el tema de la interpretaci6n. pbr esono es constatable de antemano el que los ..iudios> delevangelio de Juan tengan algo que ver con el pueblojudio, del que deberiamos hablar en un Tractitus de[udaeis. La coincidencia de las palabras no prueba

uN TRATADo cRrsrrANo sonns Los ruufos )NIETURAS B,

1ad.a. !a simpliftcaci6n y tipiftcacidn del complicaclohecho hist6rico que podembs constatar en los evan-gelios nos hace ir en otra direcci6n. En realidad, lainvestigaci6n exacta de las intenciones del evange,lista mu_estra que,los <judios> del evangelio de Ju-anson en deffnitiva los ..representantes del mundo ene-migo de Dios,, (Haenchen). Ademiis, tambi6n havque tener en cuenta la situaci6n en la que se movi6originariamente el evangelio, ..El evangelio luchacontra Ia mundanizaci6n del cristianismo q.r. upare-ci6 a ftnales del siglo r,' (Goppelt). De aqui .e iigueque s61o se entienden las aftrmaciones del eua.reiliode Juan sobre los judios cuando el intdmrete ai ai-chas aftrmaciones no las relaciona con los judios dehoy, sino con los cristianos actuales. El evangelio deJuan expresa con el tdrmino ..judioso ciertas posibi-lidades_ de Ia propia existencia. Lo que decimos delevangelio de Juan podria aplicarse, mutatis mutandis,a los evangelios miis antiguos.

iPero d6nde hemos caido2 iDesaparecen las du-ras aftrmaciones de los evangelios sobre los judios enun Tradatus de ludaeis cristiano? Entonces todoserfa simplemente falso. La condensaci6n de la in-credulidad ante las pretensiones de Jesris, la concre-ci6n del ..mundor', en sentido joaneo, en la ftgura delos "judios", se enraizan en loi acontecimientos con-cretos de la historia cle Jesris y de la lglesia primitiva.Asi, pues, las aftrmaciones de los evangelios-sobre losjudios tienen un doble estrato. No hablan s6lo deIos judios, sino tambidn de nosotros, porque hablande hornbres. Y, sin embargo/ se refteren tambidn a losjudios de entonces e incluso, en la rnedida de la con-tinuidad consciente de una reserva ante Jes6s cleNazaret, a los judios de hoy. La relaci6n de ambos

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estratos varia de evangelio a evangelio. Aqui radicauna de las diffcultades para fundamentar teol6gica ybiblicamente un Tractatus de ludaeis.

Tesis 44' Puesto que la Escritura se nos hadado como testimonio de la finica revelaci5n de Dios,no podemos decir todavia que est6 interpretada cons6lo haber formulado las aftrmaciones de sus librosconcretos. Las diversas teologias del Nuevo Testa-mento deben ser iluminadas de forma tan intensa vfundamental que se vea en el fondo la rinica teologiadel Nuevo Testamento.

Esta exigencia es totalmente necesaria. Si el exe-geta y el te6logo biblico se muestran incompetentes,habria que estar de acuerdo con que la riltima fasede Ia interpretaci6n se separase de la Escritura y sedesarrollase como 1o que hoy llamamos ..Dogmii-ticarr, donde se sintetizaria la pluralidad de aftrma-ci,ones de cada libro. 561o llegaremos a uniftcar lasverdades biblicas de cada parte de la Escritura, for-muladas en las categorias y sistemas conceptualesmds diversos, reduci6ndolas todas a un sistema con-ceptual comrin que se abra al pensamiento de hoy.

En cualquier caso/ la brisqueda del sentido unita-rio de la Escritura es indispensable para un Tractatusde Iudaeis. Porque s61o asi pueden intervenir las aftr-maciones de Rom 11, que se refteren sin duda a losjudios despuds de Cristo y a los. de hoy, evitando lasconsecuencias ilegitimas de la teologia paulina de laley y sirviendo de norma para todas las otras affrma-ciones del Nuevo Testamento sobre los iudios. Estaprofecia sobre el amor perrnanente de Dios hacia supueblo elegido, que sin embargo no cree en Cristo.puede alojar en si misrna las afirmaciones de los evan-

coNJEruRAs ) , l l

gelios y de otros escritos neotestamentarios como elementos importantes, pero relativizados; a la irrvcr.s,r,dichas aftrmaciones necesitan ser completaclrs eorrRom 11 (y quizis tambi6n con Mt 23,29). A partilde Rom 11 queda decisivamente aclarado que la teologia tiene el derecho y la obligaci6n de desarrollarun Tractatus de ludaeis.

Por desgracia, no es posible seguir hablando rleesta cuarta tesis. No s6 lo que pasaria si intentdramosdar este paso total de la interpretaci6n de la Escrituraen relaci6n con los judios. Si 1o hici6senr,os, poclria-mos tener Ia ftgura fundamental de un tratado teol6-gico sobre los judios. Miis tarde, deberia ser traclu-cido a fdrmulas catequ€ticas. De esto se ocupa lirriltima tesis.

Tesis sQ' El trabajo material-kerigmiitico dclte6logo pastoralista no puede contentarse con invcs-tigar la forma de traducir las verdades abstractas clcun Tractatus de Iudaeis, que no contendr6n cierta-mente ningrin material capaz de inflamar los espiri-tus, en un lenguaje catequdtico mds concreto; ademdsde esto tiene la dificil misi6n de volver a relacionarlos resultados del Tractatus cle Iudaeis con el textooriginario de la Escritura.

Porque la predicaci6n y la ensefranza cristianano se realizan a partir de lo abstracto, de la dogmd-tica. Es verdad que cuando queremos fundamentar-las refleja y cientiftcamente hemos de realizar teolo,gia. Pero su plenitud no viene de la teologia sistemzi-tica, sino inmediatamente de la fe. Por eso la Escri-tura es, ante todo, medida de la predicaci6n. No puc-de quedar al margen. Tambidn Ia catequesis clcbcestar ligada a la Escritura. Es 1o que hoy pretcnelc el

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movimiento biblico, y con raz6n. Pero cuanto mdsleen los cristianos el evangelio, con tanta m6s fre-cuencia se encuentran, sin comentarios, con los "fa-riseosrr, ..todo el pueblo", los "judiosrr, como enemi-gos de Cristo e hijos del demonio; es decir con todasesas generalizaciones que/ por su repercusi6n psico-l6gica, pueden suscitar tan peligrosas y falsas ictitu-des ante los judios. El peligro que co..en los niffoses especialmente grande.

Esto nos muestra que es muy urgente y necesarioque, a partir de las ideas del Tractatus de ludaeis, to-davia por hacer, se elaboren las tdcnicas y procedi-mientos catequdticos para la ensefranza popular deIa Es_critura, que, iluminando las citas miis-peiigrosas,ayudariin a que no se malinterprete la palabra deDios ni engendre actitudes anticristianas.

Incluso me pregunto si basta con sefralar las citasy f6rmulas peligrosas. Y con esto me dirilo al AntiguoTestamento. Quien 1o ha leido mucho ver6 con otrosojos_ 1o que los evangelistas dicen sobre los judios.Todo esto le resultarii conocido. Se encuentra- en losprofetas y en la Torii con toda crudeza. Este puebloha sido siempre un pueblo recalcitrante, inciddulo,de dura cerviz. Dios no 1o escogi6 y am6 por supropia justicia. Pero lo escogi6 y am6. Incluso cuan-do apartaba sui rostro de 61, su coraz6nno le olvidabay le abria un nuevo futuro. Por eso me parece quelo miis apropiado catequdticamente/ par; colaborara una .comprensi6n exacta de las aftrmaciones neo-testamentarias sobre los judios, es adelantar la maldi-ci6n y que todos los cristianos lean el Antisuo Tes-tamento. 56lo entonces quedarai todo dentio de sucontexto.

coNJETURAS 239

Hemos terminado. Y podemos defender con ale-grfa que Ia ensefranza cristiana sobre los iudios notiene derecho a informarse solamente de li historia,por importantes y saludables que puedan ser sus in-formaciones. Ella ha de hablar sobre los judios a par-tir de la fe cristiana. Y, ala larga, esto no ser6 posi-ble sin un Tractatus de ludaeis, todavia por crear.He presentado aqui sus problemas metodol6gicos.La fe cristiana nos mueve a reflexionar sobre losjudios, y esto complica las cosas algo mds que cuandose los situaba entre los otros pueblos y hombres y seexigfa para ellos tolerancia y amor al pr6jimo.Tampoco carecen de peligro ciertas locuciones pecu-liares que se encuentran en muchos escritos del Nue-vo Testamento. Pero, como cristianos, no podemosrenunciar a nuestra tarea. Por Io demds, este esfuer-zo, si tiene 6xito, puede llevarnos a un contacto reli-gioso con los judios: con tal que comencemos a con-siderarlos como miembros de un pueblo que estd endeuda con Dios (igual que nosotros),. que estd prote-gido por su misericordia (como nosotros), y es bus-cado y amado por 6l en el futuro (como tambi€n nos-otros lo somos y anhelamos).

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norheil lohfinkiesui to, profesor dc cr lgrr l r dr lAnl iguo Testomcnlo cn lo focul"tod de teologfo dc St. Grorgrn(Fronkfurt /M.) y en cl Ponf l f lc loInst i tuto Bfbl ico dc Romo. l lo dr.dicodo preferenfcmcnlr ru otan-ci6n o lo problemdf lco quo rurr l .to el Deuteronomio. Coloboro onIqs revistos Sl imman dcr Zr l t yBibl ische Zei tschr i f t . Su obrq pr ln-

cipol: Dar Houptgobol.