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Centro de Investigación para la Acción Femenina CIPAF Santo Domingo República Dominicana AÑO XXV NÚMERO 1 NOVIEMBRE 2005 Que haceres DOMINANTE MASCULINIDAD = VIOLENCIA Y DOLOR

Masculinidad dominante = Violencia y dolor - Nov 2005

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Page 1: Masculinidad dominante = Violencia y dolor - Nov 2005

Centrode Investigaciónpara la AcciónFemeninaCIPAFSanto DomingoRepública DominicanaAÑO XXV NÚMERO 1NOVIEMBRE 2005

Quehaceres

DOMINANTEMASCULINIDAD= VIOLENCIA Y DOLOR

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Quehaceres2

EditorialSi miráramos hacia atrás,

digamos 25 años, e hiciéra-mos una comparación entrela forma en que se aborda-ba entonces el tema de laviolencia contra las mujeresy la actitud presente haciael mismo problema, encon-traríamos diferencias delcielo a la tierra.

Ciertamente, de ser invi-sible como problema social,o estigmatizado como unasunto de “dentro de lacasa, que además se bus-can las mujeres”, la violen-cia ha pasado a ser temade análisis que preocupa alabanico social en toda sudiversidad: grupos comuni-tarios, personal de la saludpública y privada, mediosde comunicación, burocra-cia estatal, y autoridades.

Esta actitud social quereconoce el problema, sinembargo, es sólo una par-te entre la acciones necesa-rias para reducir los altosíndices de violencia que enla República Dominicanacausan cada año mas deun centenar de víctimasmortales, superando lascifras de muertes por enfer-medades graves como elcáncer, por ejemplo, o poraccidentes de tránsito.

La cultura de la violen-cia machista está profun-damente arraigada ennuestra sociedad. Lasmujeres hemos logradoleyes, hemos sensibilizadoa la mayoría de los actorespolíticos que inciden en laagenda pública, pero los

mecanismos fallan pordiversas razones. Una deellas, falta de presupuesto.

Apoyar los planes yprogramas que diseñanpolíticas públicas parareducir los índices de vio-lencia contra las mujeresya es algo común para laclase dirigente. No es polí-ticamente correcto oponer-se a planes como estos, alcontrario; está bien vistomostrar apoyo a tan justacausa.

Pero ocurre que la ver-dadera voluntad política,la que se revela mas alláde las palabras, es aquellaque se demuestra con laasignación de presupuesto.

Hoy que tenemos fiscalí-as abrumadas por loscasos de violencia intrafa-miliar (uno de cada tres,según los registros de las10 recién creadas fiscalíasbarriales del Distrito

Nacional) que cuentan conun personal mayormentedispuesto a profesionalizarel manejo de casos de estetipo, hace falta presupues-to para echar a andar elproyecto.

Este año pre-electoral,en que mas del 75% de laspersonas que ocupan curu-les en el Congreso intentanrepostularse, es propiciolevantar la demanda demayores presupuestos paraenfrentar desde el Estadola violencia contra lasmujeres.

Dentro de ese marco,este Quehaceres está dedi-cado a una de las áreasmas eficaces de la preven-ción en países desarrolla-dos: los programas dirigi-dos a reeducar agresores.

En la RepúblicaDominicana, la Fiscalía delDistrito Nacional ha inicia-do un programa en ese

sentido que según los pri-meros reportes, está arro-jando resultados optimistas.

La experiencia, iniciadael pasado mes de junio, hasido satisfactoria. Pero esaexperiencia debe ser multi-plicada en todo el territo-rio, a fin de que se convier-ta en una verdadera políti-ca de Estado que garanticea las mujeres y a la familiael derecho a una vida librede violencia.

Este año, CIPAF cumplesu 25 aniversario.Situándonos en aquellosinicios, recordamos la cam-paña que inicióQuehaceres publicandocada noviembre las cifrasde feminicidios como unaforma de sensibilizar yalertar a esta sociedadsobre la gravedad de laviolencia contra las mujeresen este país.

Hoy día, la publicaciónde las cifras como herra-mienta de alarma esampliamente utilizada por

todos los medios de comu-nicación, en cumplimientode su rol social. El propiofiscal del Distrito Nacional,José Manuel HernándezPeguero, ha llamado laatención revelando la inci-dencia de querellas de estetipo que se manejan en losrecintos del MinisterioPúblico.

Nuestro llamado estádirigido hacia la necesidadde mas recursos paraenfrentar de una formaidónea la complejidad deeste problema.

En nuestras páginascentrales, dedicamos unareflexión al papel históri-co de Minerva Mirabalen la lucha política contrala dictadura, al cumplirseel 45 aniversario de suasesinato junto a sus her-manas Patria y MaríaTeresa.

Este número explora eltema de la masculinidad,la experiencia en otrospaíses como España, queestán dedicando recursos eideas novedosas para con-trarrestar los índices deviolencia, y la incipienteexperiencia dominicana enla terapia de grupo paraagresores.

Que sirva esta ediciónde estímulo para una eva-luación de los resultadosque nos traiga un compro-miso real desde elCongreso para asignarmas fondos (la verdaderaprueba de la llevada y tra-ída “voluntad política”) alos planes para cambiar lacultura de violencia contrala mujeres.

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afectivas no están cubier-tas, la persona arrastradurante toda su vida unagran carencia afectiva. Elterror interno al abuso leslleva a desplegar unaserie de herramientasbásicas de supervivencia,que se traducen en la hos-tilidad hacia el mundoexterior y la asunción delrol de golpeador paraescapar de los golpesinteriores.

Los niños maltratadospueden compensar lainmadurez que sufren consentimientos de omnipo-tencia, que chocan con larealidad, en la que

nadie es omnipoten-te. Estos choques

serán conti-nuas

frus-

tra-cionespara la per-sona y contri-buirán al senti-miento de fracasointerno. Esas pulsio-nes inconscientes defrustración y fraca-so serán las quedesencade-nen la vio-lencia.

Quehaceres3Los

agresores La mayoría de maltrata-

dores presentan una ideo-logía patriarcal muy con-servadora y fuertes valo-res tradicionales. Laherencia cultural, quesitúa a la mujer en unpapel sumiso con respectoal hombre le servirá paralegitimar el maltrato.Otro rasgo quedefine al maltra-tador es superfil psicoló-gico: se sientefracasado comopersona y la vio-lencia le servirá paraautoafirmarse. Ante uninterior descontrola-do, la fuerza

físi-ca le

ayuda amanejar su entorno

o compensar el poder queno tiene fuera del hogar.En su afán de controlar, elagresor es profundamenteceloso y, por ello, granparte de sus actos violen-tos se iniciarán ante lasospecha de una infideli-dad o la amenaza de per-der el afecto de su pareja.

Los maltratadores concelos obsesivos y una pro-funda codependencia sonproclives al homicidiocuando la pareja decide

separarse e iniciar unanueva vida. El descontrolde su entorno rompe elespejismo del control inte-rior y, literalmente, "esta-lla". Una vez que hancometido la agresión,tienden a minimizar susactos o racionalizar la

conducta. "Ella meprovocó",

"Apenas larocé".

Y

cuan-to más repi-

ten la mentira,más se la creen.

Maltratados en su infancia

Aunque no todos losniños que han sufridomaltrato terminan convir-tiéndose en agresores, síque se ha comprobadoque una gran mayoría delos abusadores han sufri-do maltrato infantil. Labaja autoestima e insegu-ridad del agresor se debeal enorme terror ante elpadre abusivo. La falta deamor en los primerosaños de vida impideque se forme el senti-do de la seguridaden sí mismos y enlos demás. Cuandolas necesidades

Los psicólogos norteamericanos John Gottman y NeilJacobson describen en su libro "Hombres que agre-den a sus mujeres" (Ed. Paidós), que los maltratadorespueden diferenciarse en dos categorías: pitbull ycobra.

PITBULL: los agresores que se incluyen en este aparta-do sólo son violentos con las personas a las que ama.Es el grupo más común dentro del maltrato domésticoy protagonizan hechos violentos que sorprenden afamiliares, vecinos, amigos y compañeros de trabajo.Sus características son:

• Gran inseguridad e incapacidad para controlar lafrustración.

• Son muy celosos y codependientes: tienen miedo aque su pareja les abandone.

• El miedo al abandono les hace vigilar a la pareja yprivarla de su independencia.

• Ante las frustraciones, reacciona con violencia yasea contra los objetos o su propia pareja.

• Puede rehabilitarse mediante una terapia psicológica.

COBRA: los maltratadores incluidos en este gruposon violentos con todo el mundo y reaccionan

con brutalidad contra desconocidos o com-pañeros.

Además, presentan estas características:

• Propenso al uso de armas paraacompañar a las agresiones, porejemplo, cuchillos.

• Abusa del alcohol y las drogas.

• Su rabia interna se calma mediante lasagresiones externas.

• Es frío y calculador, pero puede ser cálido paraengañar a la víctima después de un episodio violento.

• Es difícil que pueda rehabilitarse mediante una ter-apia psicológica.

TIPOS DE AGRESORES

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Quehaceres4

Las formas en que loshombres hemos construidonuestro poder social e indi-vidual son, paradójicamen-te, fuente de un enormetemor, aislamiento y dolorpara nosotros mismos. Si elpoder se construye como lacapacidad para dominar ycontrolar, si la capacidadde actuar de maneras"poderosas" requiere de laconstrucción de una arma-dura personal y deuna dis-tancia

teme-rosa delos otros, si el propio mun-do del poder y privilegionos aparta del mundo dela crianza y la educacióninfantil, estamos creandohombres cuya experienciade poder está plagada de

problemas paralizantes.Esto se debe a que las

expectativas interiorizadasde la masculinidad sonimposibles de obtener osatisfacer. Esto puede serun problema inhe-rente al patriar-cado, peroparece par-ticular-mente

ciertoen tiempos

y culturas dondelas rígidas fronteras degénero han sido desecha-das. Ya sea por logrosfísicos o financieros, o porla supresión de una gamade necesidades y emocio-nes humanas, los impera-tivos de la masculinidad,

parecen requerir de untrabajo y una vigilanciaconstantes, especialmentepara los jóvenes.

Las inseguridades perso-nales conferidas por laincapacidad de pasar laprueba de hombría, o sim-plemente por la amenazadel fracaso, son suficientespara llevar a muchos hom-bres, a un torbellino demiedo, aislamiento, ira,autocastigo, autorrepudio yagresión.

En dicho estado emocio-nal, la violencia se con-vierte en un mecanismo

com-pensatorio.

Es la manerade restablecer el

equilibrio masculi-no, de afirmarse a

sí mismo y a losdemás las propias cre-

denciales masculinas. Estaexpresión de violencia sue-le incluir la selección de unobjetivo físicamente másdébil o vulnerable, comoun niño o una niña, unamujer o bien grupos socia-les, como los homosexua-les o los inmigrantes, quie-nes son blanco fácil de lainseguridad y la ira deciertos varones, especial-mente porque esos grupos

a menudo no cuentan conprotección legal adecua-da. (Este mecanismo com-pensatorio está indicadoclaramente, por ejem-plo, en la mayoría delos ataques a homo-sexuales, cometidospor grupos de jóve-nes, en el periodo desus vidas en que expe-rimentan mayor inse-guridad respecto a su gra-do de hombría.)

Lo que permite a la vio-lencia funcionar comomecanismo compensatorioindividual ha sido suamplia aceptación comomedio para solucionardiferencias y afirmar elpoder y el control. Lo que

hace esto posible esel poder y los

privilegiosque loshombreshan goza-

do codifica-dos en creen-

cias, prácticas,estructuras socia-

les y en la ley.La violencia de los

hombres en sus múlti-ples variantes es entonces

resultado de su poder, dela percepción de su dere-cho a los privilegios, delpermiso para ejercerla ydel temor (o certeza) decarecer de poder.

La armadura psíquicade la masculinidad

La violencia de los hom-bres también es el resultadode una estructura de carác-ter basada típicamente enla distancia emocional res-pecto de los otros. Lasestructuras psíquicas de lamasculinidad son creadasen ambientes tempranos decrianza, a menudo tipifica-dos por la ausencia delpadre y de varones adultos,

o al

menos, por la distanciaemocional de los hombres.En este caso la masculini-dad se codifica por ausen-cia y se construye a nivelde la fantasía. Pero inclusoen culturas patriarcalesdonde los padres están máspresentes, la masculinidadse codifica como un recha-zo a la madre y a la femi-nidad, o sea un rechazo alas cualidades asociadascon la crianza y el apoyoemocional. Como hanhecho notar varias psicoa-nalistas feministas, esto crearígidas barreras al ego o,metafóricamente, unaarmadura.

El resultado de este com-plejo y particular procesode desarrollo psicológico,es una habilidad disminui-da para la empatía (expe-rimentar lo que otros sien-ten) y una incapacidadpara experimentar lasnecesidades y sentimientosde los demás como rela-cionados necesariamentecon los propios. Así seposibilitan los actos de vio-lencia contra los otros.

¿Qué tan seguido escu-chamos a un hombre decirque "en realidad no lasti-mó" a la mujer a quiengolpeó? Efectivamente, seestá justificando, pero par-te del problema es que enverdad no está experimen-tando el dolor que causa.¿Cuántas veces escucha-

Masculinidaddominante,armaduraque paraliza

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mos a un hombre afirmarque "ella quería tener rela-ciones sexuales"? Tambiénpuede ser una excusa,pero a la vez un reflejo dela capacidad disminuidapara leer o entender lossentimientos de los demás.

La masculinidad como olla psíquica

de presiónMuchas de nues-tras formas domi-

nantes de mas-culinidad

dependende la

interio-riza-

ción deuna gama deemociones y su transforma-ción en ira. No sólo seenmudece el lenguaje emo-cional, también nuestrasantenas emocionales ycapacidad de empatía sebloquean. Una gama deemociones naturales sedeclaran inválidas y fuerade nuestros límites. Y aun-que esto tiene una especifi-cidad cultural, es típico quelos niños aprendan desdepequeños a reprimir eldolor y el miedo. Pormedio de los deportesenseñamos a los mucha-chos a ignorar el dolor. Encasa les decimos que nolloren y que actúen comohombres. Algunas culturascelebran una masculinidadestoica. (Hay que enfatizarque los niños aprendenesto para sobrevivir, de ahíla importancia de no cul-

par al niño o al hombreindividual, aún cuando loshagamos responsables desus actos.)

Por supuesto, seguimos,como humanos, experi-mentando eventos queprovocan una respuestaemocional, pero los meca-nismos más comunes deésta, desde la vivenciareal de la emoción hastala expresión de los senti-mientos, sufren diversosgrados de ruptura enmuchos hombres. Paraellos la única emociónválida es la ira. De esemodo, una gama de emo-ciones se canaliza haciala ira. Aunque esto no esexclusivo de los hombres(ni válido para todos),para algunos no es raroresponder violentamenteante el temor, el sufrimien-to, la inseguridad, eldolor, el rechazo o elmenosprecio..

Esto sucede particular-mente cuando se siente laausencia de poder. Estesentimiento sólo exacerbalas inseguridades masculi-nas: si la masculinidad escuestión de poder y con-trol, no ser poderoso signi-fica no ser hombre. Así, laviolencia se vuelve elmedio para probar lo con-trario ante uno mismo y losdemás.

La violencia aprendidaPara algunos hombres

todo esto se combina conexperiencias más patentes.Demasiados hombres hancrecido en hogares dondela madre era golpeada porel padre. Crecieron pre-senciando conductas vio-lentas hacia las mujerescomo la norma, como lamanera de vivir la vida.Para algunos esto produceaversión a la violencia,

mientras que en otros seconvierte en una respuestaaprendida. En muchoscasos suceden ambos fenó-menos: hombres que utili-zan la violencia contra susmujeres a menudo experi-mentan un profundo repu-dio de sí mismos y de susconductas.

Sin embargo la frase"respuesta aprendida"puede resultar demasiadosimple. Algunos estudioshan mostrado que quienescrecen presenciando vio-lencia tienen mayores pro-babilidades de actuar vio-lentamente. La violenciapuede ser una forma dellamar la atención, unmecanismo para sobrelle-var la situación, una formade exteriorizar sentimien-tos imposibles de manejar.Estos patrones de conductacontinúan más allá de laniñez: muchos de los indi-viduos que acaban en pro-gramas de atención ahombres que utilizan laviolencia, fueron testigosde abuso contra su madreo lo sufrieron en carnepropia.

Está por último el ámbitode la violencia trivial entreniños, que no parece enabsoluto insignificante. Enmuchas culturas los niñoscrecen entre peleas, hosti-gamiento y brutalización.La mera sobrevivenciarequiere, para algunos,aceptar e interiorizar laviolencia como norma deconducta.

MICHAEL KAUFMAN

DIRECTOR INTERNACIONAL,CAMPAÑA DEL LAZO BLANCO. TRADUCCIÓN: MANUEL ZOZAYA.

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Una experiencianueva de la Fiscalía del D.N.

A pocos minutos de laseis de a tarde, la Fiscalíade la avenida RómuloBetancourt, donde funcionala Unidad de Atención yPrevención de la Violencia

parece tranquila. A esahora las tareas de recep-ción de querellas y aten-ción a querellantes mermaconsiderablemente; sinembargo es jueves, y debuenas a primeras empie-zan a llegar los convoca-dos a una charla que seofrece cada semana.

Son los hombres queasisten a la terapia de gru-

po, y no están ahí porquequieren, sino por un man-dato del Ministerio Públicoluego de haber procesadoalgún tipo de querella porviolencia contra las mujeres.

En un intervalo de mediahora llegan alrededor desetenta. El desfile es vario-pinto, así como la actitudde sus rostros.

A la entrada del aula,cómoda y bien climatizadapero pequeña para la can-tidad de convocados, loshombres hacen una peque-ña fila para entregar susrespectivas cédulas de

identidad a una trabajado-ra social que se encuentraen un escritorio frente a lapuerta.

El requisito es indispen-sable; al final cada unotendrá un papel que certifi-ca su asistencia, a fin deprobar ante el fiscal elcumplimiento de una dispo-sición que busca, no sóloprevenir al agresor sobreel derecho que tiene supareja de vivir libre de vio-lencia, sino ayudarle acambiar la inclinación ano respetar ese derecho.

“A cada persona letocan tres charlas consecu-tivas, pero esta es mi quin-ta”, dice un señor conaspecto amable. Ha segui-do asistiendo porque segúnexplica, encuentra intere-santísimo el contenido ysiente deseos de explorarmas en las razones y posi-bles soluciones de una rela-ción conflictiva con supareja.

Pero no todos parecentener ese ánimo. De hecho,entre los que van llegandose ven caras de enojo,rebeldía o hastío. “Esos sonlos que vienen hoy por pri-

mera vez”, explica el psicó-logo Puro Blanco, encarga-do de impartir la charla.“Creen que aquí les van asermonear y a dar conse-jos, y se resisten a eso.Cuando descubren de quése trata en realidad, esascaras empiezan a cambiar.Los brazos se descruzan ytodo lo anterior se torna encuriosidad”, explica confia-damente el profesional dela conducta a la reporterade Quehaceres, que seencuentra de incógnita enel aula.

Ofrecer ayuda a la tra-bajadora social que estárecibiendo las cédulas parahacer las certificaciones esun buen pretexto paraechar una ojeada a algu-nos datos de los asistentes.Las edades, por ejemplo.La gran mayoría está entrelos 30 y 50 años, pero hayjóvenes de 22 y 23, variossobre 60 y uno incluso quellega a los 70 años.También se observan algu-nos papeles entregadosjunto con las cédulas; sonreferimientos de fiscalíasbarriales que no ofreceneste tipo de charlas. Hayquienes vienen deCapotillo, y de otras zonasde la ciudad bastante ale-jadas del sector de Bella

Vista, donde está laFiscalía de la RómuloBetancourt.

Todos están aquí a raízde un sometimiento a lajusticia por abuso, y cum-plen con la medida caute-lar de asistir a tres sesio-nes consecutivas de doshoras como terapia. Eldetalle de los hechos esalgo que no se ventila en lacharla, de hecho, nadiedice su nombre ni es inte-rrogado delante de losdemás. La participación esespontánea mediantemanos levantadas si así lopide el facilitador.

La charla se inicia y supertinencia queda mas queevidente. Puro Blancoconecta inmediatamentecon el auditorio y cadapalabra goza de totalatención.

Siguen llegando algunosrezagados, y deberánescuchar la charla de pieporque ya no hay sillas dis-ponibles.

“Amigo, entregó sucédula?” pregunta uno delos que ya están sentados.“Entréguela para que luegode le den suconstancia….sin eso nohay nada…jeje” dice consimpatía y con carade no haber roto

TERAPIA PARA HOMBRES

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nunca un plato. Con esamisma cara presentará suscertificados de asistencia ala autoridad competentecuando haya cumplido conlas tres charlas impuestas yle toque presentarse.

Y es que aún si la que-rellante retira la acusación,la fiscalía obliga a la asis-tencia como garantía deque el prevenido no reinci-da, un detalle fundamentalpara expresar que la vio-lencia doméstica ya no esmás un asunto privado yque como problema social,concierne a las autorida-des mas allá de lo queocurra dentro de la pareja.

Puro Blanco se presenta:“Soy psicólogo, no soy fis-cal. No vengo a pregun-tarles por qué están aquí;simplemente vengo ahablarles de por qué nopodemos manejar algunassituaciones dentro de lacasa y cómo se puedencambiar ciertas actitudesque nos hacen infelices.Así que no vengo a poner-les en contra de sus muje-

res, sino a darles herra-mientas para enten-

derse con ellas”.Chistes, alu-

sión a letrasde famosasbachatas

“que pueden ser muy diver-tidas pero que no son letrassanas”, subraya Blanco,son recursos que lograncaptar toda la atención einterés de los asistentes, ycumplen el objetivo.

El público es diverso encuanto a clase social y nivelacadémico; hay de todo. Elpsicólogo usa metáforasligadas a la cotidianidaddel mundo masculino,habla en el lenguaje de loshombres, y se mete en elmundo de sus congéneres,para terminar convenciendoal auditorio de que la agre-sividad no es una cosa dehombres, sino de personasinmaduras con heridasemocionales que necesitanser sanadas.

Todo eso es explicadoentre metáforas inteligentesdonde abundan las llavesde ruedas, los traguitos defin de semana, tornillos ydestornilladores. Por medioa esos anzuelos, que sonen verdad parte de unametodología bien estudia-da, Puro Blanco llega pocoa poco hasta el punto mássensible donde se abre laconciencia.

Los rostros se crispancuando el charlista exponesobre el impacto de la vio-lencia en los hijos e hijas,

porque es la forma de lle-varles a las experienciastraumáticas de la propianiñez, donde según el psi-cólogo, se encuentra laraíz de toda conducta vio-lenta.

Blanco explica cómo lasagresiones a los seres quese supone gozan de nues-tros afectos parten de heri-das emocionales vividasdurante la niñez.“Abandono, menosprecio,comparación y brutalidad;cuatro experiencias quemas adelante se traduciránen celos, abuso y maltrato,y que son los resultados deheridas que debemossanar, y que podemossanar” enfatiza Blanco.

El impacto de sus pala-bras hace diana. En unaronda de turnos las manosse levantan para hacertodo tipo de preguntas oincluso comentarios comoel del señor que con voca-bulario limitado expresaque “todo eso que usteddice es una enciclopediaque, el que la abre, no laquiere cerrar”.

“¿Usted no da citaspara terapia individual,

doctor?” pregunta un señorvisiblemente afectado poralgo que le ha tocado demanera íntima.

Otro, que por la vesti-menta parece muy rico(corbata de seda, camisabordada, traje a la mediday un reloj muy caro) pre-gunta: “¿Por qué estacharlas no se la dan anuestras mujeres? Ellastambién deberían escuchartodo esto y trabajar en supropio rollo personal”.Pero ya Puro Blanco haexplicado que uno de lossíntomas de resistencia aaceptar la propia respon-sabilidad ante un problemaes culpar a otra persona oa los demás.

En realidad, la Fiscalíade la Rómulo Betancourttambién imparte charlaspara las mujeres. La quenos interesa para estereportaje, sin embargo, esla de los hombres, unaexperiencia novedosa queaborda el problema desdelos agresores y donde seobserva el interesante pro-ceso de la toma de con-ciencia.

El hecho de que sea laFiscalía la que convoque aestas charlas obligatorias ahombres que han sidosometidos por violencia

contra las mujeres tiene unvalor fundamental parafines de prevención. Es laautoridad la que convoca,con lo cual se establece unnivel de compromiso con elagresor mas allá del círcu-lo íntimo de la pareja,pues ya no sólo se trata deprometer a la mujer queno lo volverá a hacer; aho-ra también se lo ha prome-tido a la Fiscalía, institu-ción que le ofrece lasherramientas para que lopueda cumplir.

Aunque los hombres nolo digan, la terapia de lafiscalía es la mejor garan-tía para las mujeres deque el ambiente en casapuede mejorar. Uno de losasistentes nos da la pistaal terminar la sesión dedos horas: “Esta fue miúltima charla, la tercera,pero volveré. Creo que asíme aseguro de seguir fir-me en esta nueva formade relación que llevo. Selo he prometido a ella, y sivengo todas las semanas,cumplo mejor”.

* LA UNIDAD DE ATENCIÓN Y PREVENCIÓN DE LA VIOLENCIA DE LA FISCALÍADEL DISTRITO NACIONAL SEENCUENTRA EN LA RÓMULOBETANCOURT 302, DEL SECTOR DE BELLA VISTA, Y SU TELÉFONO ES EL 809-533-6668.

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Quehaceres8Minerva

Mirabal: la mujer que hizotemblar a un dictador.

Este noviembre se cum-plen 45 años del crimenpolítico mas horrendo delsiglo XX en la RepúblicaDominicana: el asesinatode las hermanas Mirabal.

Su muerte en 1960 fuepresentada por la dictadu-ra como un accidente, perotodo el mundo sabía, por-que Trujillo lo había dicho,que el activismo de las her-manas representaba unproblema para la dictadu-ra, porque eran valientes ycontestatarias, algo pococomún en aquel régimende terror.

A raíz de un episodio enuna fiesta donde Trujillo bai-ló con Minerva Mirabal, setejió una especie de mito

sobre un posible interésdel tirano en conquis-

tar a la heroína.Nada mas falso. Elproblema deTrujillo conMinerva Mirabalera la dimen-sión políticaque empezó atomar su acti-vismo contra ladictadura. Era

una mujer inteli-gente, muy culta,

estratega política por ins-tinto y con un potencialenorme, cosa que Trujillo

supo reconocer al vuelo.Decir que la raíz

del asesinato estábasada en una fra-casada conquistaamorosa es una for-

ma sexista de ver lahistoria, porque no

reconoce la hazañapolítica de Minerva y

pretende simplificar loshechos como la desgracia

de una mujer bonita.

Lamentablemente, hoydía se escuchan niños yniñas en edad escolar querepiten este mito, que no esmas que una distorsión dela realidad y un desconoci-miento de la verdaderadimensión del hecho políti-co que representó la forma-ción de una red clandestinaintegrada por jóvenes anivel nacional, para derro-car el régimen dictatorial.

Se trataba de una juven-tud pequeño burguesa convínculos cercanos con ladictadura, pues muchoseran hijos e hijas de funcio-narios trujillistas o de genteprestante de la sociedad.

Para Trujillo esto fue unarevelación; la envergaduradel movimiento se confirmóal encarcelar cientos dedirigentes que incluso bajolas mas brutales torturasmantuvieron en mayor omenor medida, la firmezade sus ideales.

Es el caso de MinervaMirabal, dos veces encar-celada y sometida a vejá-menes de tipo psicológicoque, lejos de disuadirla, laengrandecieron como líderde una osada resistencia alrégimen.

En la cárcel de laVictoria, donde fue maltra-tada junto a otras compa-ñeras y su hermana MaríaTeresa, Minerva cantabade voz en cuello cuando sesuponía que debía llorar.Según ella misma, era unaestrategia para desmorali-zar a sus gendarmes ydemostrar la solidez de susideas de libertad. Minervapensaba que esta actitudno sólo daba fortaleza alos presos políticos; tam-bién servía para demostrara sus carceleros que sibien eran dueños de lafuerza para vejarles, susideas eran intocables.

Estas trascenderían inclusosus vidas, porque eran ide-as justas.

Así, mientras mas lamaltrataban en la cárcel,mas desafiante se compor-taba, cosa que demostrabacantando en voz alta elHimno Nacional, cuyasestrofas, como se sabe,exaltan los ideales de liber-tad sobre todo en su últimafrase, cuando dice que sinuestra patria fuere milveces esclava, otras tantasser libre sabrá.

El miedo a Trujillo eratan grande, que cuandoMinerva hacía estas cosasen la cárcel hasta los guar-dias se asustaban; elambiente se caldeaba yeran ellos los que veníanrápidamente hasta la celdaa rogarle que se callara.

En la cárcel, Minerva secreció. Fue su estaturacomo lideresa lo que desa-tó la furia de Trujillo y pro-bablemente mucho miedo.De otro modo, no se hubie-se atrevido a tanto comoordenar su asesinato; perose atrevió, porque Minervallevó a cabo la osadíainconcebible de desafiarlo,y Trujillo se dio cuenta deque ella tenía la capacidadpolítica de arrastra a milespor el mismo sendero ydesatar un vigoroso movi-miento de resistencia.

Por eso es un error decirque el dictador tenía pre-tensiones de tipo amorosohacia la heroína. Lo verda-deramente justo es recono-cer el aporte histórico deMinerva Mirabal desde elpunto de vista de su luchapolítica. Mirarlo de otromodo, sería una formasexista de restarle méritos alo que esta mujer significóen el combate a la tiranía.

PATRICIA SOLANO

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Quehaceres10

A las siete de la nocheAracelis Peralta llega suoficina de la AvenidaRómulo Betancourt enBella Vista.

Ha sido un lago día derecorrido por las diez

Fiscalías Barriales, dondehay representantes delDepartamento de Violenciade Género que ella coordina.

Ha venido acompañadadel Fiscal del Distrito

nacional, José ManuelHernández Peguero, ycomo es jueves, se encuen-tran con el grupo de hom-bres referido alas terapiassemanales.

El fiscal aprovecha,entra al aula y se dirige alos hombres. Quehaceresaprovecha y toma algu-nas fotos, algo prohibidopor razones obvias, peroque hacemos de todasmaneras cuidando quelos asistentes aparezcande espaldas al lente yconcentrándonos entomar los momentos enque el funcionario se diri-ge al grupo.

Hernández Peguerocomenta las mas recientescifras de la delincuenciaen la ciudad capital. “Estasemana hemos roto récorden muertes callejeras, a

resultas de líos de pandi-llas, atracos y demás deli-tos”. El auditorio se estre-mece con los datos y el fis-cal aprovecha para haceruna conexión entre el nivelde violencia en las calles yel ambiente violento dentrode la familia.

“Le hemos pedido quevengan aquí para revisaresos comportamientos quenos están trayendo proble-mas”. Un hombre levantala mano y casi le cuenta sucaso al fiscal. Parecen que-jarse entre hombres y enrelativa confianza, demujeres peleonas que lossacan de control.

“Bueno, pues por eso esque tenemos que juntarnosasir esta charlas, amigomío, porque si usted pierdeel control tiene problemascon la autoridad, desde elmismo momento ñequeusted viola los derechos deotra persona con ese alega-

do descontrol”, explica elfiscal con expresión no muyamistosa al locuaz quejoso.

Luego de la breve visitadel funcionario, en el des-pacho de Aracelis Peraltavarias fiscales ayudantesdirimen un caso que al díasiguiente culminará con elarresto de un coronel delEjército Nacional. El agre-sor ha puesto su arma dereglamento sobre la cabe-za de su pareja en actitudamenazante, delito por elcual se manda prisiónsegún el Código Penal. Lamagistrada Peralta da ins-trucciones con respecto alarma, que deberá ser con-fiscada al momento delarresto y reportada a sucompañía en el Ejército yal Jefe de Estado Mayor deese cuerpo castrense.

Mientras tanto, un pre-candidato a diputado entraal despacho de la magistra-da. “La charla ya terminó“, le dice (¡él era uno de losasistentes!). “Gusto de ver-la, magistrada. Las cosasvan mucho mejor”, y sedespide dejando una tarje-ta de propaganda electoral.Vote por Fulano, dice deba-jo de la foto impecable.

“¿Por qué está aquí eseseñor?”, pregunta estareportera. Aracelis Peraltasonríe……su profesionali-dad vence su picardía ynos explica que no puededecirnos nada.

Con la debida resigna-ción, empieza la entrevista.

Quehaceres: ¿Cuál ha sido la experiencia a partirde la puesta en marcha de la terapiade grupo aagresores?

Entrevista a laMagistradaAracelisPeraltaPROCURADORA FISCAL ADJUNTA, COORDINADORA DELDEPARTAMENTO DE VIOLENCIA DE GÉNERO DE LAUNIDAD DE PREVENCIÓN Y ATENCIÓN DE LA VIOLENCIADE LA FISCALÍA DEL DISTRITO NACIONAL.

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Quehaceres11

Aracelis Peralta: Iniciamosestas sesiones semanales en elmes de junio, tanto parahombres como para mujeres,por separado. Con el grupode las mujeres ha habidocierta irregularidad y aún nohemos podido sistematizar lascharlas, pero con los hombresha sido todo un éxito.

Al principio convocába-mos con temor, pensandoque no iban a venir, pero lamedida ha dado resultados.

Q: ¿A quiénes mandan ustedes a las terapias?

A. P. : Depende. Haycasos que van a concilia-ción y remitimos a los hom-bres a las terapias comoparte del proceso. Otrosvan a litigio judicial y tam-bién se incluyen a los hom-bres en este programa, adiscreción de las fiscalesque manejan esos casos.

El criterio para remitirlosse basa en el tipo de agre-sión. Los que vienen aestas charlas son agresorescuyas acciones no hancausado daños considera-bles a la pareja; de ser así,nosotras solicitamos prisiónpreventiva y los mandamospara Najayo.

Q: ¿Son siempremujeres, esas fiscales?

A. P.: Sí, en elDepartamento de Violenciade Género el MinisterioPúblico está representadopor mujeres. Hay diez fis-calías barriales, y en cadauna hay una representantedel Departamento. Una decada tres querellas regis-tradas en las FiscalíasBarriales son de tipo intra-familiar. Las fiscalesactuantes remiten a losagresores a estas charlas

semanales y luego danseguimiento a los casos.

Q: ¿Qué tipo deretroalimentacióntienen ustedes de losagresores que asistena las terapias degrupo?

A. P.: Nosotras damosseguimiento, y lo quehemos visto hasta ahora esuna respuesta bastantepositiva. Uno de los indi-cadores es el hecho de quelos hombres piden referi-mientos para asistir a tera-pia individual, lo cualdemuestra que han enten-dido que su conducta noha sido correcta.

Q: Pero lamentable-mente no existe talservicio, al menos nodesde la Fiscalía.

A. P. : Así es. Pero elhecho de que se ofrezca unespacio de grupo es ya unpaso positivo con buenasperspectivas.

Nosotras hemos dadoseguimiento y hemos elegi-do cien casos en los cua-les el cambio ha sido visi-blemente positivo, porlocuaz hemos decididohacer un acto en el queestamos otorgando certifi-cados a esos hombres queasistieron. Con eso no esta-mos diciendo que ellos nova a volver a cometer abu-sos, pero sí creemos que esuna forma de comprome-terlos ante la Fiscalía y de

reconocerles la disposicióna someterse a este progra-ma que ha dado buenosresultados.

Q: Qué tipo deacciones han emprendido ustedespara institucionalizareste programa deforma tal que nodependa de la voluntad de un grupode personas sino quese institucionalice?

A. P. : Estamos dando lospasos para incluir estosprogramas en el sistema deJusticia, como existe enotros países, de maneraque podamos solicitar aljuez de la Instrucción unasuspensión condicional deun procedimiento a fin deque la persona se someta aeste programa, siempre ycuando el caso cumpla conlas características paratomar esta decisión. Peropara eso tenemos primeroque crear la estructura, ypara eso estamos trabajan-do con la Unidad deAtención a la Víctima de laProcuraduría General de laRepública con la idea decontratar instituciones y pro-fesionales de la psicologíaque nos den esa asistencia.

Q : ¿Qué implica eso en materia de presupuesto?

A. P. : Yo no creo queeso se lleve una gran canti-dad de dinero, sobre todosi se toma en cuenta lo quecuesta mantener una perso-na en la cárcel, que quizásva a salir algún dia sinhaber hecho conciencia deldelito cometido.

HABLA UN ASISTENTEA LA TERAPIA DE GRUPO

Rodolfo es un nombre ficticio. El no quiere por

nada del mundo que su nombre aparezca en este

reportaje, ni siquiera nos da una pista sobre el

motivo que lo trajo a estas sesiones semanales en la

Fiscalía. Pero no es eso lo que queremos saber de

Rodolfo, sino indagar sobre el efecto que estas tera-

pias de grupo han causado en su conducta.

“Tengo 51 años, y vine a parar aquí por un error

provocado por la que era mi esposa, con quien tuve

una relación de mas de 15 años y tres hijas. Me

mandaron a venir a tres charlas consecutivas pero

ya voy por la número seis. Y es que si yo no hubie-

se encontrado esta terapia me hubiera vuelto loco

ante la impotencia. Mi caso fue provocado pero el

problema ya venía creciendo desde hace tiempo.

Entonces después que ella vino a poner su denuncia

(sic) llaman a uno para que uno exponga, pero no

te oyen, es como si uno no hubiera dicho nada. El

problema es que uno viene donde una fiscal que no

estaba presente cuando pasaron los hechos, enton-

ces ella no sabe porque no vio, ni tiene los detalles

de cómo se produjo el problema. Yo estoy hablando

de hechos anteriores que van progresando paulati-

namente y te llevan a un punto en que tu tienes que

reaccionar de la forma en que primero se te ocurra.

Entonces yo vengo aquí por una violencia que no fui

yo que la produje, sino que me hicieron producirla,

porque toda acción tiene reacción. Ella me trajo, y

lo que hizo fue que me enganchó, pero para mi

propio beneficio. Yo he conseguido en estas terapias

la ayuda y los mecanismos para yo ver las cosas

desde otro punto de vista. Si yo hubiera tenido estas

terapias hace 19 años hubiera mandado para el

carajo esa relación mucho antes.”

Evidentemente, Rodolfo no está conforme con su

sometimiento ni acepta su culpa, pero admite sacar

provecho de las terapias y aunque no lo dice, parece

que lo pensará mejor la próxima vez que se sienta pro-

vocado. “Toda acción trae reacción”, ha dicho Rodolfo,

una afirmación que también se aplica a su propia con-

ducta. Ahora fue la Fiscalía quien reaccionó.

“Las personas que vienen a esta terapia por pri-

mera vez piensan que lo han mandado al hoyo del

infierno….. pero no es así”, concluye Rodolfo.

Page 12: Masculinidad dominante = Violencia y dolor - Nov 2005

Hernández Peguero, peroalguien le habló de mi y ledijo el tipo de trabajo queyo hago con grupos diver-sos en todo el territorionacional. Entonces él mellamó y me habló de loque se proponía hacer.Al principio yo dudé, puesconsideré que había quecrear todo un materialpara tratar a estos gruposcon la mayor delicadeza afin de lograr el resultadoesperado.

Hay que tener en cuentaque esto representa la otracara del problema; encontraposición a la parterepresiva del papel quejuega la Fiscalía, esta otraparte se refiere a ofreceruna oportunidad de cam-biar la conducta que haoriginado el sometimiento.

El fiscal me dijo quequería ofrecerle a estagente herramientas paraadquirir otra visión de lavida, y confió en mi paraidear un programa con eseobjetivo. Hablamos de lanecesidad de que tambiénlas esposas asistieran aterapia psicológica peroyo quedé encargado delprograma dirigido a loshombres.

Entonces puse manos ala obra, y poco a poco fuielaborando el material decontenido, teniendo encuenta que el público esta-ba compuesto por hombresde todas las edades ytodas las clases sociales.

Q: Y dentro de esadiversidad, ¿qué tipode personas encuentrausted en estos grupos,atendiendo a los moti-vos que los traen arecibir una charla enla Fiscalía?

P. B.: Aquí se encuen-tran tres tipos de seres

Quehaceres12

humanos. En primer lugarlos que no quieren sanar,que son los que tienen unaactitud cerrada al cambio,se resisten a revisar ciertotipo de comportamientos yse quedan centrados en sumanera de ser, a pesar deque les hace daño a ellosmismos y a las personasque le rodean.

Luego están los quequieren sanar, pero se leshace muy difícil. El cambioen el ser humano necesitade cierto trabajo, sobretodo de interiorización yde perdón, procesos quesuelen ser retadores.

Y por último están losque quieren sanar, ysanan.

En el caso de estascharlas, que son obligato-rias cuando así lo conside-ra la Fiscalía en determi-nados casos, puede haberresistencia, porque al serhumano no le gusta que leimpongan obligaciones.Pero la experiencia quehemos tenido desde juniode este año con estos gru-pos es que mucha genteque viene resistente, cam-bia de actitud a partir dela primera sesión, algoque notamos y que ade-más ellos mismos dicen.

Por eso hay gente queha venido a mas de lastres sesiones reglamenta-rias, porque están abiertosal cambio y por tanto suinterés se manifiesta, aveces trayendo a amigos oparientes que nada tienenque ver con el programa,pero que vienen a escu-char los temas que trata-mos aquí.

Q: Hay hombres quepara cambiar su acti-tud violenta debenenfrentarse a unpasado, donde quizáshaya que evaluar a

Psicólogo de profesión,especialista en terapia degrupos, Puro Blanco es elprotagonista de las charlassemanales de la Fiscalíadel Distrito Nacional a

hombres que han llegadoallí a raíz de una denun-cia por agresión.

Con un estilo que hacequímica de inmediato consu auditorio, el éxito de su

manejo radica en transmi-tir los participantes quetodo cambio es posible,siempre y cuando la per-sona esté dispuesta.

Para ello, Puro Blancose cuida de no utilizar nin-guna palabra o gesto queimplique juzgar o culpara los hombres que tienedelante. De hecho, en laentrevista fuera del aulano usa en ningún momentotérminos que nos recuer-den por qué estos caballe-ros se encuentran aquí.

Quehaceres: ¿De qué se tratanestas charlas?

Puro Blanco.: De ofre-cerl herramientas y orien-taciones para que la gentevaya poco a poco interna-lizando formas de sanar.

El ser humano necesitaherramientas para manejarsu vida, para vivir consigomismo, para vivir en pare-ja, educar a los hijos ehijas. Hay herramientaspara repara objetos que serompen, para arreglar uncarro, una licuadora queno funciona; pero paraenfrentar conflictos emocio-nales no existe un manual,quiere decir que haymomentos en que se nece-sita de la ayuda terapéuti-ca para entenderse uno yentender a los demás.

Q: Esto es nuevo en elámbito de las autori-dades, aunque seencuentra desde 1997consignado en elCódigo Penal. ¿Cómo comenzó esteproyecto?

PB: Yo no conocía alFiscal, José Manuel

“Creo en el serhumano, y por tantocreo que el cambio es posible”

ENTREVISTA CON EL PSICÓLOGOPURO BLANCO

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su propio padre, o afiguras de autoridadque en vez de protección y afectohan prodigado abu-sos, situaciones quepodrían ser la raíz deun comportamientoagresivo. Son proce-sos desgarradores,quizás. ¿Cómo llevar-los hasta ese punto?

P:B:: Es doloroso.Muchas personas tienenque trabajar el duelo deldaño que le hicieron o deldaño que han ocasionado.A veces las dos cosas jun-tas, entonces hay que tra-bajar el perdón; perdonara quienes nos han hechodaño y pedir perdón a laspersonas que han sidonuestras víctimas.

Hay gente que ha creci-do con un daño provocadopor la descalificación queha destruido su autoesti-ma, y parte de este trabajoes ayudar a la gente asanar y trascender eso.

Yo utilizo mucho en lascharlas lo que significa lapalabra crisis para los chi-nos: peligro y oportuni-dad. Es decir, cómo elmotivo que les ha traído aellos a estas terapias degrupo puede ser la oportu-nidad para sanar y elimi-nar esas conductas quetraen malestar, tanto a sí

mismos como a quienes lesrodean.

La psicoterapia ofrecemaneras de trabajar eldolor no resuelto, como espor ejemplo escribir unacarta a la persona que nosha hecho daño y luegoromperla, o una conversa-ción simbólica que ayudaa cerrar procesos doloro-sos de perdón, tanto aotros como a sí mismos.

Q: A esas experien-cias de la niñez hayque sumarle la culturamachista, la socializa-ción que constante-mente refuerza la conducta agresiva y el abuso,los anuncios, lasbachatas……¿quéhacer para desmontartodo eso?

PB: De alguna maneratodo eso se toca en eldesarrollo de las charlas.La presión de los compa-ñeros, por ejemplo, muytípico en el mundo mascu-lino, que se burla de unasupuesta “debilidad” delquien intenta mejorar lavida conyugal, es unaamenaza que hay queaprender a sortear.

Q: Quizás el hecho deque esos temas sehablen “entre hom-

bres” facilite la tomade conciencia alespecto, en el desa-rrollo de las charlas.

PB: Indudablemente.

Q: ¿Cómo se desarro-llan las terapias?

Yo he diseñado cuatrofolletos que representancada uno una charla dedos horas. Aunque laFiscalía exige la asistenciaa tres, realmente el conte-nido completo se abarcaen cuatro temas.

Con el primero trabaja-mos la toma de concien-cia. La mayoría de la gen-te no quiere admitir su res-ponsabilidad en una situa-ción difícil, y tiende a cul-par a otra persona: “fueella quien me provocó”.

Por supuesto, no se des-carta que en una pareja,donde hay dos, haya tam-bién una provocaciónagresiva del otro lado,pero lo importante es quedel lado del hombre poda-mos identificar que esa noes la forma satisfactoria deresolver las cosas, y asu-mir la propia responsabili-dad de su conducta.

Luego pasamos a cómoaprender a resolver con-

flictos. Hay gente queaprendió que las cosas seresuelven a correazos, apedradas, y es la únicaforma que conoce, enton-ces tenemos que enseñarleque existen alternativas.

Luego trabajamos lasocho áreas básicas de lavida, que son las quedebemos trabajar en larelación con la pareja, ypor último, la comunica-ción en la vida familiar.

Q: ¿Cuál es la perspectiva de esteprograma para hombres? ¿Podrá esto llegar a otras provincias y abarcar más personas?

PB: Eso depende de laFiscalía y de su presupuesto.Lo ideal es que cuando exis-te una situación de violenciaen la familia todos sus inte-grantes puedan tener accesoa estos programas: la espo-sa, los hijos y las hijas.

Ahora, yo pienso que elhecho de haber comenzadode esta manera es una bue-na señal que reciben quie-nes se están beneficiando delas charlas. Hacerlo en unaula digna, con aire acondi-cionado, butacas cómodas,café, es una forma de darlela importancia que esto tieney que sea percibido así porlos participantes.

Por supuesto, sería idealformar multiplicadorespara que puedan impartirterapia de grupo en otrospuntos del país, pero hayque tener en cuenta que esun trabajo delicado. No sepuede venir a abochornara esta gente, ni a juzgar larazón por la que seencuentran aquí. Hay queceñirse en todo momento alrol del psicólogo única yexclusivamente, y tener encuenta algo muy importan-te: todo agresor está gol-peado emocionalmentedebido a la fragilidad desu persona.

El agresor es lábil emo-cionalmente, una personaque no tiene manejo de suira ni de sus impulsos, yeso, a menos que no seauna personalidad psicopáti-ca, produce dolor y culpa.

Por eso uno de losmomentos críticos detoma de concienciadurante las charlas escuando hablamos de losefectos de la violencia enlos hijos y las hijas, loque quiere decir que hayuna sensibilidad en lamayoría de ellos. Es poreso que nunca utilizamosla palabra violencia enlas sesiones; prefiero refe-rirme a hombres en situa-ciones de vulnerabilidad.

Tampoco esto debe con-vertirse en un espacio desermón; es importante quelos asistentes se convenzande que pueden trabajar supersonalidad y cambiar.Para eso debemos llevarlespoco a poco a la intros-pección para identificar lasrespuestas personales a losestímulos y reconocer lascadenas conductuales y susantecedentes. Eso es lo queles lleva a la toma de con-ciencia, que es el primerpaso para el cambio.

Quehaceres13

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Quehaceres14

Durante décadas, elmovimiento de mujeres hatrabajado para visibilizarla situación de violenciadentro de los hogaresdominicanos, hecho que yaestá suficientemente demos-trado con las cifras, aun-que parciales, que tenemosa mano.

También se han trazadolas líneas a seguir para eldiseño de políticas públicasque enfrenten la situación,tanto de manera preventivacomo punitiva, compromi-sos que han quedado con-signados por nuestro paísen acuerdos internaciona-les al respecto.

Por otro lado, es notoriala creciente sensibilizaciónde los medios de comuni-

cación, hasta elpunto de que

este mismoaño

2005, cuando apenashabían transcurrido los pri-meros 4 días del mes deenero y se produjo unfeminicidio, el periódicoDiario Libre tituló el hechocomo “Primer caso de vio-lencia machista del 2005.Catalogar el crimen conese nombre y adjetivo poruno de los periódicos demayor circulación en elpaís es uno de los cambiosmas importantes desde losmedios de comunicacióndominicanos hacia unacomprensión diferente delproblema, aunque cierta-mente, mucho tiene quever el hecho de que masmujeres ocupen puestos dedirección en las salas deredacción. Inés Aizpúnes la subdirecto-ra del

Diario Libre, y seguramen-te responsable de esos titu-lares que desnudan unarealidad que ha estadodeliberadamente ocultadurante muchos siglos.

Lo que necesitamos aho-ra para poner en marchael plan impostergable deprevención y eficiente san-ción de la violencia contralas mujeres es un mayorpresupuesto.

“Dígannos el montodel presupuesto quese le asigna a lasacciones para frenarla violencia contralas mujeres y sabre-mos de qué tamañoes la voluntad políti-ca para ocuparsedel problema.

“En el Distrito Nacional,por ejemplo, el ritmo delas denuncias y querellaspor casos de violencia con-tra las mujeres desborda lacapacidad de respuesta deun servicio que sólo seimparte en 11 puntosespecíficos de la ciudad.

Hace falta un mayorpresupuesto para desarro-llar ese modelo a mayorescala; para entrenar faci-

litadores quemultipliquenlos conoci-mientos eneste aspec-

to, con una vigilancia queasegure la calidad del con-tenido.

Hemos sido testigos decómo la misma Fiscalía delDN, muy de buena fe, haaceptado el ofrecimientode personas voluntariasque desean hacer trabajosocial con las mujeresagredidas cuyos casosameritan que la Fiscalíaprovea un seguimiento detipo terapéutico, y que sinembargo no cuentan con elentrenamiento necesariopara manejar sobrevivien-tes de violencia doméstica.

Esto ocurre, lamentable-mente, porque no existe elpresupuesto para designarpersonal especializadoque a su vez entrene ycapacite a mas personasmultiplicadoras.

Hay que exigir unmayor presupuesto paralos planes contra la violen-cia de género. No sólopara ofrecer terapia fami-liar sino también para con-tar con mecanismos quefaciliten el cumplimiento delas órdenes de protección,una figura jurídica vigentedesde el año 1997 y quenunca ha podido funcionarporque ni las Fiscalías nilos DestacamentosPoliciales cuentan con siste-mas de comunicación rápi-da capaces de reaccionarde inmediato a unadenuncia, ni con vehícu-los para ir por un agresorque debe ser apresado, ni

con equipos para recibiruna denuncia o querellaque requiera de una eva-luación médicas y la expe-dición de certificaciones.

Lo que ha pasado en laRepública Dominicana esque las mujeres cuentancon un excelente marcojurídico para la preven-ción y penalización de laviolencia intrafamiliar delque nunca han podidobeneficiarse por falta derecursos.

Mas aún; la RepúblicaDominicana se ha compro-metido con los Objetivosdel Milenio, instrumento através del cual se hancuantificado los montosnecesariospara su cumpli-miento.

Estamos en noviembre,época en que se preparael proyecto de ley dePresupuesto Nacional quedeberá regir a partir delpróximo 1 de enero parael año 2006. Buenasfechas para designar laspartidas presupuestariasque se otorgará a la aten-ción de un problema que,según el fiscal del DN, ori-gina la tercera parte detodas las denuncias quemaneja el MinisterioPúblico en la capital domi-nicana.

Más presupuestopara frenarla violenciacontra lasmujeres

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Quehaceres15

A. PREVENCIÓNPROGRAMAS DE CONCIENTIZACIÓN/SENSIBILIZACIÓN

Desarrollar programa de sensibilización sobre la masculinidad 10,000Formar facilitadores para impartir programas de sensibilización sobre temas de masculinidad y violencia de género 27,000Programa de concientización para implementar el programa de sensibilización sobre masculinidad 384,000Programas de concientización sobre prevención y sanción de la violencia de género 384,000Subtotal programa de concientización/ sensibilización 1,189,000

CAMPAÑAS PÚBLICASCampaña en radio 40,000 Campaña en televisión 100,000 Campaña en prensa nacional 200,000 Campaña pública (afiches, folletos tarjetas) 100,000 Subtotal campañas públicas 440,000

LÍNEA SOSEstablecer línea SOS en todas las Unidades de Atención Integral 100,000 Subtotal línea SOS 550,000

GRUPOS DE APOYO COMUNITARIOJornada de concientización sobre tema de la violencia 4,000 Contratación de coordinadores de las redes comunitarias 35,000Subtotal Grupos de Apoyo Comunitario 39,000 Subtotal Prevención 2,218,000

B. PROTECCIÓNSERVICIOS DE ATENCIÓN LEGAL, MÉDICA, PSICOLÓGICA Y SOCIAL

Adecuar y amueblar las 36 unidades de atención integral 80,555 Contratación de 4 profesionales y un chofer para cada una de las 36 unidades de atención integral 2,400,000 Cobertura de los gastos recurrentes de las unidades 1,175,000 Comprar un vehículo por cada unidad de atención integral 160,000 Subtotal servicios de atención legal, médica, psicológica y social 3,855,555

CASAS DE ACOGIDAContratación 5 profesionales y 3 personal de apoyo para cada una de las 5 casas de acogida modelo 340,500 Funcionamiento de las casas de emergencia 87,500Cobertura de los gastos recurrentes de las casas de acogida modelo 138,000Subtotal Casas de Acogida 566,000 Subtotal Protección 4,421,555

C. SANCIÓNSENSIBILIZACIÓN Y CAPACITACIÓN SISTEMA JURÍDICO Y POLICIAL

Talleres de concientización sobre tema de la violencia 24,000Diplomado anual de seis semanas de duración sobre el tema de derechos humanos y el género 40,000 Talleres de concientización sobre tema de la violencia 62,000Programa de capacitación sobre violencia dirigido a estudiantes de las Academias de la Policía 62,000 Programa de capacitación sobre violencia dirigido a estudiantes de las Academias Militares 62,000Programa de sensibilización con los militares 62,000Seminarios de concientización sobre tema de la violencia 30,000Subtotal Sensibilización y Capacitación 342,000 Subtotal Sanción 342,000 Subtotal eliminar la violencia contra la mujer 6,981,555

Elaborado por el Grupo de trabajo de la SEM con elapoyo de las ongs de mujeres dentro del Proyecto pilotode Evaluación de Necesidades” diseñado por el Proyectodel Milenio de las Naciones Unidas y bajo la coordina-ción de la Comisión Presidencial sobre los Objetivos delMilenio y el Desarrollo Sostenible(COPDES)

El cálculo de lo que costaría poner en marcha unplan integral para prevenir y sancionar eficazmente laviolencia contra la mujer durante el año 2006 asciendea casi 7 millones de dólares, que a la tasa vigenterepresenta 231 millones de pesos, mas o menos lo quecuesta un acueducto, una pequeña carretera, un hospitalo un elevado en la intersección de dos grandes aveni-das. La violencia mata mas de 100 dominicanas alaño, y causa complejos efectos negativos en lafamilia y en la sociedad.

(*)HTTP://WWW.COPDES.GOV.DO/DOCUMENTOS/INFOR-

ME_NACIONAL_ESPANOL.PDF

¿Cuántocuesta eliminar laviolenciacontra lamujer en laRepúblicaDominicana?PRESUPUESTO PARA ENFRENTAR LA VIOLENCIA CONTRALAS MUJERES CORRESPONDIENTE AL AÑO 2006 COMOPARTE DE LAS ACCIONES PARA ALCANZAR LOS OBJETIVOSDE DESARROLLO DEL MILENIO.

EN DÓLARES NORTEAMERICANOS (US$)

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Publicación delCentro de Investigación para la Acción FemeninaCIPAF

DIRECTORA EJECUTIVAMagaly Pineda

Calle Hernán Suárez, Bloque III N°5, Cacique II

Teléfono (809) 535-2696Fax (809) 535-2599Correo eléctronico:[email protected]

AÑO XXV NÚMERO 1NOVIEMBRE 2005

QuehaceresEDITORAPatricia Solano

DIAGRAMACION EILUSTRACIONIvelisse Alvarez

ILUSTRACIONES DE LASHERMANAS MIRABALFernely Lebrón, afiche conmemorativo de la Sec. de Estado de La Mujer.

IMPRESIÓNEditora Búho

Porque están afectados y reforzados por imágenes

masculinas dominantesreforzadas por la sociedad

y los medios de comunicación.

Porque viven en unasociedad donde el abusode mujeres tiene pocas oninguna consecuencia.

¿POR QUÉ ABUSAN LOS HOMBRES?

POR ESO ES IMPORTANTE:

* Reforzar la educación no sexista en las escuelas.

* Promover la enseñanza de herramientas para el manejo de los conflictos emocionales en los centros educativos.

* Penalizar el abuso de manera firme y efectiva.

* Establecer una política de Estado dirigida a la prevención, que brinde protección oportuna y adecuada a las víctimas.

* Promover la eliminación de los estereotipos que fomentan una cultura de subordinación y de discriminación de género.

TOMADO DE LA GUÍA DIDÁCTICA PARA LA PREVENCIÓN DELA VIOLENCIA DE GÉNERO DEL GOBIERNO DE ANDALUCÍA

Porque quieren que supareja dependa de ellos

para controlarla.

Porque tienen la creenciade que estos

comportamientos son una expresión adecuada

de su poder y control.

Porque han aprendido este comportamiento en

su familia de origen. (75% de agresores hansido testigos del abuso de su madre a manos

de su padre)