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Pape Lucho

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1974, MARCELA PAZInscripcin N" 43.371. Santiago de Chile Derechos deedicin reservados para todos los pases por Editorial Universitaria, S.A.Mara Luisa Santander 0447. Fax: 56-2-2099455Santiago de ChileNinguna parte de este libro, incluido el diseo de laportada, puede ser reproducida, transmitida oalmacenada, sea por procedimientos mecnicos, pticos,qumicos o electrnicos, incluidas las fotocopias, sinpermiso escrito del editor.ISBN956-11-0354-K Cdigo interno: 006201-3Texto compuesto con matrices Photon Perpetua 12/14Se termin de imprimir esta EDICIN en los talleres deEditorial Universitaria

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IY ahora si que casi no escribo nunca ms mi Diario. Porque por culpa del Casimiro casi muero.Yo estaba en la Clnica acompaando a mi mam y a mi hermana de un da, y mientras ellas dorman estaba obligado a pasearme por el famoso pasillo. Eran puras puertas iguales, todas cerradas, todas blancas y con nmeros.Tantas puertas iguales dan sueo y aburrimiento o si no una curiosidad tremenda. Entonces invent un juego para no quedarme dormido. Cerraba los ojos y caminaba ciego hasta una puerta. La abra y al abrirla abra tambin los ojos. El juego era adivinar si el enfermo era hombre o mujer y si era quebrado o no. Los enfermos eran casi todos viejos o seoras con guagua y yo les deca disculpe y cerraba otra vez la puerta.Resulta que en el nmero 15 haba un nio como yo y estaba solo y me convid a entrar. Y era el Casimiro.Qu te pasa? le pregunt.Estoy en Observacin me dijo.Es grave?No me quieren decir nada hasta que llegue mi pap que viene deOsorno.As que t no tienes a nadie aqu?No. Estaba en el colegio y me enferm y el mdico y el Rector me trajeron a la clnica a hacer exmenes mientras viene mi pap...La cuestin es que no te mueras hasta que l llegue... le dije.Y as conversando y conversando nos pusimos a jugar y l invent que hiciramos las cambiaditas Y el cambio era que yo me metiera en la cama de l y l se vistiera con mi ropa. Y justo cuando yo me haba metido en su cama con su pijama, abren la puerta y nos pillan jugando.Era una enfermera con cara de no me haga perder tiempo y sin decir palabra, tac me clav una inyeccin en el brazo que ni sent el pinchazo.Casi y yo nos miramos un poco asustados, pero despus nos dio risa, sobre todo cuando la enfermera me levant la ropa y me unt todo el cuerpo con una cosa color caf y me tap con una tremenda gas y algodones como si fuera un herido. Y antes de poder preguntarle nada, ya se haba ido.Casi y yo nos reamos por haber engaado a esa enfermera tan creda y Casi se vea re cmico con mi ropa y estbamos de lo mejor rindonos, cuando de nuevo se abri la puerta y entr otra enfermera con la dem de la inyeccin y sin decir palabra pescaron el catre mo (el de Casi) y lo sacaroncomo si fuera un carretn.Yo me iba muriendo de risa y el Casi se qued con la boca abierta, pero a medida que pasbamos por los pasillos a todo escape y me metieron con catre y todo en un ascensor, me comenz a dar un susto de no s qu. Y mientras bajbamos, me enderec en el catre y quise explicar, pero la enfermera me sujet, me ech atrs y me dijo: Quietecito y calladito y no me dej ni hablar.Dice el Casi l corri detrs para explicar, pero le dieron un empujn y lo dejaron fuera del ascensor y ni supo ms de m.Cuando yo vi que entrbamos en el otro piso a un lugar lleno de puertas anchas y un letrero que deca Prohibida Estrictamente la Entrada, y otroPabelln de Operaciones, me dio un tilimbre en el estmago y pens gritar. Pero justo en ese momento me vino una borrachera y un sueo raro con msica de fondo y todas las caras se borraban y flotaban y era como la muerte.Y dice el Casi l subi todos los pisos por la escalera y preguntaba por m y por su catre y al fin supo que me estaban operando. Y entonces se acord de que l tena Apendicitis y se dio cuenta que me estaran operando a m de su apndice.Y era una confusin tremenda para l, porque ni siquiera saba quin era yo y si me mora, a quin le iba a avisar? Y tampoco se atreva a decir lo del cambio, porque le daba una cosa terrible pensar que le hicieran a l lo que me estaban haciendo a m, y sin permiso de su pap que no llegaba todava de Osorno. As que por fin decidi irse de la Clnica antes que lo pescaran y se volvi al colegio. Y cuando lo vieron entrar el portero le pregunt:Y ya no se opera, joven?No le dijo l.Y el Rector le dijo:Te dieron de alta, Silva?S, seor y entr no ms a clase.Pero dice que todo el tiempo estaba pensando en su operacin y en su Apndice que me haban sacado a m, y ni siquiera se atreva a comer de miedo al otro ataque ni tampoco se atreva a contarle a nadie las cosas.Por fin en la noche decidi contarle todo a su pap cuando llegara y tambin se jur regalarme su bicicleta y as se pudo dormir.Resulta que mientras tanto en la Clnica mi mam se despert y me mand llamar con la enfermera y nadie me pudo encontrar.Cuando lleg el pap ella le cont que me haba ido a Concn, a casa, pero cuando l se volvi en la noche y no me encontr all empez la pesquisa. Y se fue a la Polica, y a la Parroquia, y a la Caleta de pescadores y, por fin, a los autos patrullas.Parece que la pesquisa dur toda la noche y pienso que los faros buscaban en el mar y las Radios decan: Atencin, atencin seores auditores. Se ha perdido un nio de pantaln caf y camiseta, etc.Resulta que el pap estaba amargado al otro da con la cabeza

grande de ideas y sin ninguna noticia.Entretanto, yo despert en la cama del 15 sin saber de dnde vena y era de una parte muy lejos y tambin de ese lejos se vena acercando un dolor de estmago.Haba una enfermera al lado que me deca todo el tiempo:QuietecitoPor fin, poco a poco, me empec a acordar del Casi, de la inyeccin, del paseo en catre, del letrero: Pabelln, etc. Y trat deexplicarle:Es una equivocacin le dije. Yo no soy el que van a operar.

Soy solamente el amigo.Pobrecito dijo la enfermera, delira todava con la anestesia.No estoy delirando nada le contest. Es otro el enfermo yentonces no ms me acord que ni saba su nombre.Ella se puso a discutirme y yo me iba a levantar para demostrarle su equivocacin, cuando tac! otro jeringazo y me dorm de nuevo hasta el otro da.As pas un da ms y la pesquisa de mi yo perdido se iba poniendo color de hormiga. Y mi mam en la luna porque no le decan ni palabra.En fin, que en la noche despert con un seor raro, muy gordo, que me miraba mucho.Quin es usted? le pregunt Si es el doctor voy a explicarleuna cuestin que nadie me cree.Quin eres t? me dijo con cara de domador de leonesDnde est Casimiro?Yo soy Papelucho y no s dnde est ese seor que usted busca le dije con rabia.Lo has suplantado me insult. Aqu en la Clnica figuras t con su nombre, operado de apendicitis como si fueras mi hijo. Qu significa todo esto?Yo qu s!Pero apenas haba dicho esto, entend todo y trat de explicarle. El seor era muy duro de entender, pero al fin pudo. Y entonces llam al Colegio y habl con el rector y lleg de nuevo a verme, pero con otra cara.Casimiro est muy bien, en el colegio dijo como si se hubierasacado el gordo en la lotera.Me alegro! le dije, picado. Entonces l se fue a buscar a mi pap que segua rotundamente despistado. Pero cuando me encontr se le ri la cara.Y parece que el pap del Casimiro pag la Clnica y la operacin y todo con tal que su hijo no fuera acuchillado, porque l odia a los mdicos desde que le sacaron las amgdalas.Y mientras tanto yo qued en la Clnica sin apndice, para siempre jams.Y ahora dicen que es muy bueno estar operado de apendicitis porque as uno ya no puede tener ms apendicitis.

IIHan venido treinta y siete personas a verme, y ninguna era conocida, pero ahora soy amigo de todas. Parece que soy como campen de algo y las enfermeras, los practicantes y hasta los mdicos entran al 15 y dicen:Hola, amigo! y me traen revistas y hasta flores. Se ve que a todos los remuerde algo de mi dolor de estmago injusto.A m no me gusta que me compadezcan y me quedo mudo cuando me dicen cosas. Y muchos me preguntan si me operaron de la lengua. Y yo quiero estar solo para poder pensar y saber qu voy a hacer sin mi apndice y justo cuando empiezo a pensar, entra alguien.Por fin decid cerrar los ojos y hacerme el dormido y parece que me dorm de verdad y todo el sueo mo era con un atornillador en el hoyo que me hicieron.Cuando despert, estaba oscuro, pero haba una lucecita roja encima de mi cama. Yo tena un calor salvaje y un hambre y una sed dem. Mir a todos lados y no vi a nadie y me empez a dar la furia de que estaban abusando conmigo ah solo y a lo mejor me crean muerto y se haban ido todos.Igual que me operaron, si me volva a dormir, a lo mejor me enterraban y listo!Entonces me baj de la cama y sal afuera al famoso pasillo.Todo estaba en perpetuo silencio, y las puertas con sus nmeros yunas lucecitas rojas haciendo misterio y nadie a la vista. Pens si sera la otra vida, o el limbo o qu s yo. Me dolan la cabeza y el hoyo de mi apndice, pero tena un hambre de esas que uno se muere de verdad si no come. As que segu caminando por el pasillo rojo y llegu a una puerta ms misteriosa porque no tena ni nmero. Y la abr. Y haba un REFRIGERADOR. Era la maravilla. Adentro medio pollo y miles de cajitas y tubos de inyecciones y jaleas y frutas.Me com el pollo y arm los huesitos otra vez y los dej ah. Estaba rico aunque sin sal. Tambin me com dos peras y un pedazo de sanda que encontr. Ahora no me creeran muerto y nadie me enterrara, porque enfermo que come no muereResulta que apenas me dije esto, se me agrand tremendamente la cuestin del atornillador de mi no apndice y aunque trataba y trataba de pensar en otra cosa, intil!Andando por el pasillo, bailaban las luces rojas y eso debe ser lo que llaman ver estrellas. Las vea y me mareaban. Los nmeros de las puertas tambin bailaban. Dnde habra un cuarto de bao? No estaba seguro si quera vomitar, pero es el colmo que en las clnicas se olviden hacer cuartos de bao.Tuve que entrar en ese cuarto porque se dio vuelta la perilla y me fui para adentro. Haba en la cama un fantasma seco y amarillo (a pesar de la luz roja), y daba miedo. Pero el fantasma sonri y me alarg su mano de races:Angelito, vienes del cielo a verme dijo.Quiero ir al bao le expliqu apurado y l sonriendo con pocosdientes me dijo:Ah, bienvenido! y me mostr una puerta. Entr y era un bao.La suerte ma de abrir esa puerta!Cuando sal aliviado, ya sin ver estrellas, el fantasma amarillo me llam a su lado. Ven ac, Bienvenido!Disculpe, seor, pero soy Papelucho.Papelucho Bienvenido repiti. Eres un ngel enviado a hacerme compaa en mi soledad. Yo no duermo, y se me olvid el pasado, as que no tengo en qu pensar.Eso se llama magnesia le dije. De repente alguien va a descubrir quin es usted. Est operado?No. En realidad, no s... Acrcate.Me acerqu y lo vi tan amarillo al caballero, con su pellejito tan pegado a la calavera, que me di cuenta de que tena miles de aos. As que entonces lo reconoc, y no era raro que se le hubiera olvidado su nombre siendo tan requet viejo. Le gustara saber quin es usted? le pregunt. Porque yo creo que puedo ayudarlo.Me gustara dijo y tambin me gustara ser nio y sano como t.Yo no soy sano le contest. Soy OPERADO y me duele bastante mi herida.A ver si me dices quin soy dijo cerrando sus ojos de fantasma.Yo creo que usted es Elas. El Profeta Elas le dije. El que se fue en el carro de fuego. Se acuerda?Claro que me acuerdo. De modo que soy Elas? Ya pensaba yo que no era un cualquiera. Pero, por qu estoy aqu?Tal vez se ha cado del carro... o bien ya le lleg la hora de que vuelva a la tierra. Y como hace tanto tiempo que se fue, ya no conoce a nadie. Hay pura gente nueva.El deca que s con la cabeza como tratando de aprender una leccin. Y no me daba miedo de que fuera un fantasma, porque el Profeta Elas es alguien bien conocido en la Historia Sagrada.Papelucho Bienvenido, me vas a jurar que no me dejars nunca solo.Eso de jurar no me gusta. Por qu?Porque el que jura tiene que cumplir su juramento. Le prometo, mejor.Eso quiere decir que no vas a cumplir tu promesa. No; me vas a jurar y diciendo esto su mano de races se me enrosc en el puo como un garfio de fierro. A m me volvi el dolor, el mareo, las nuseas y me sent grave.Djeme ir, don Elas. Me siento mal supliqu.Cuando me hayas jurado.Es que tengo que ir al bao. Estoy muy enfermo le expliqu.Tanto mejor, as tendrs que jurarme. No me gusta jurar! grit haciendo fuerzas por librarme.Aunque no te guste. Jura que no me dejars nunca.Y jur. Y apenitas tuve tiempo de llegar al bao. Y me corra una traspiracin por la cabeza y era como la muerte. Cuando sal de ah me daba lo mismo haber jurado o no, quedarme toda la vida con Elas o que me volvieran a operar. Era terrible.Te si entes mal, Bienvenido me dijo Elas . Bbete esa agita que hay en mi mesa de noche y te sentirs mejor.Me la beb y me tend a sus pies. El cuarto daba vueltas con su luz roja. Elas y su catre. Era atroz.Pobrecito deca la voz del viejo cada vez ms lejos.Senta como si yo estuviera dado vuelta al revs, es decir las tripas afuera y la cabeza adentro.IIIParece que lo peor fue comer la sanda recin operado. Dice la enfermera que cuando me encontraron en el 13 estaba mal de gravedad y el Profeta Elas me haba tomado tanto cario que no dejaba sacarme de su cuarto. Y yo estaba entre que me mora y lo contrario.Parece que llegaron todos los doctores a examinarme y discutan qu hacer. Y despus de cada discusin me llevaban alPabelln y me hacan alguna cosa y a pap no lo tomaban ni en cuenta. Pero al Profeta s. Y dice la enfermera que dos doctores decan que me dejaran morir tranquilo, y dos que haba que luchar y otros dos que hay que salvarlo a toda costaYo no le tena miedo a la muerte, ni al Juicio Final. Todo me daba igual y hasta los doctores, mirndome todo el tiempo con caras raras, ponindose mscaras y guantes y llenos de aparatos atmicos. Yo me senta as como la mona del satlite. Hablaban de m como si ya me hubiera muerto. Y eso era lo que me preocupaba, porque yo no me haba muerto nunca, y no poda saber si ya estaba dem o no, si esto era antes o despus, si segua en este mundo o entraba al otro.Dice la enfermera que cost millones volverme a la vida, pero haba que hacerlo porque el Profeta Elas prometi darle al Hospital dos salas nuevas si me salvaban. Y como el seor Rubilar es de lo ms millonario que hay en Chile, haba que darle gusto. Porque el Profeta Elas no era ms que el seor Rubilar, un millonario viejo y solitario y tullido y avaro que vive en esta Clnica hace aos. Y dice la enfermera que a ella la llama a cada rato y le pregunta cmo estoy yo, y le dice cudamelo como a un rey y le cierra un ojo, lo que quiere decir que le va a pagar muy bien.Pero a m todo me daba igual, por eso de no estar bien seguro si uno est vivo o muerto. Y mi pap dale con mirarme con esa cara que tena cuando estaba cesante; y Javier que ni buscaba pelea y estaba muy patero conmigo y mi mam besndome a cada rato. A uno le cuesta convencerse de que est vivo, y tambin cuando ve lo mucho que lo quieren de muerto, no sabe si le conviene resucitar. En fin, que para saber de una vez, decid que si me ponan coronas estaba y si no, no estaba.Pero cuando me dieron agua y la tragu, me di cuenta que iba a sanar.Y tambin pens en la gente que vive en el desierto sin agua y en los que no saben hablar y no pueden pedirla y apenas se me despeg la lengua y le dije a mi mam:Dale agua a la guagua. Es terrible la sed.Y cuando yo sea grande voy a dar orden que en los hospitales haya una llave de agua en cada cama, y tambin en cada esquina de las calles.El seor Rubilar me manda flores todos los das, como si yo fuera artista y cada vez que me llevan al Pabelln a hurguetearme, hace que le abran la puerta para verme pasar.La enfermera dice que lo que yo pida l lo hace, as que le mand decir con ella que le diera diez mil pesos y se los dio al tiro. Cmo puede ser avaro, digo yo? Ahora que estoy mejorando me dan tentaciones de pedirle un rifle alemn, con mira y todo, pero me vienen el dolor y la sed y lo nico que pido es agua. Y me acuerdo de Pecos Bill y de todos los operados del mundo tambin.La enfermera se llama Berenice y es enfermera slo cuando est cesante del Bim-Bam-Bum y dice que si ella consiguiera que se levantara el seor Rubilar, lo llevara a la representacin y se mejorara hasta de su vejez. Y quiere que yo me mejore para que lo convide y vayamos los tres juntos. Lo malo de Berenice es que aunque yo no le hable, ella sigue y sigue hablando, y a ratos le da con que yo soy un pobrecito mrtir de los mdicos que siempre se equivocan de enfermo y de remedios, y despus le da con que ellos me llevan abriendo y cerrando para sacarle ms plata al seor Rubilar. Se ve que ella tiene el complejo del dinero. Porque me cuenta tantas cosas tremenda que hace la gente por dinero y dale y dale. Y yo me quedo dormido y entonces sueo con el Juicio Final y Dios Padre contando dinero y es gente conocida y yo soy una moneda de oro.Pero moneda y todo me abren y me hurguetean y me sueldan con un soplete y despierto gritando.Pero ayer tuve un sueo proftico, algo as como el de Jos en laHistoria Sagrada. Y todo est pasando igual que en el sueo .Yo era un cerro de la cordillera, un cerro grande y pesado completamente inmvil, de esos que esconden el sol y todo. Y llegaron unos mineros y descubrieron que yo tena Uranio y Oro y empezaron a sacrmelo de m. Era doloroso, tremendamente doloroso y cuando uno es cerro ni puede defenderse.Y senta un calor de volcn, y una rabia con los intrusos... Pero de repente uno de ellos se convirti en ngel y tena alas de plstico y ojos de mar con olitas, y mirndome, deca:Si quieres recobrar tu apndice, debes ser Santo (hablaba con voz de trompeta celestial) y subir al cielo en el carro de fuego del Profeta Elas.Y junto con decir esto apareci el seor Rubilar ardiendo en llamas y con ruedas y una huasca de fuego. Yo me sub a su carro y en ese mismo instante despert baado en traspiracin.La Berenice me pona el termmetro y dos doctores me miraban con cara de premiados.Te hemos salvado dijo el ms credo. Te ha bajado la fiebre y ya estamos del otro lado. De cul lado? pregunt.Maana estars mejor y en una semana ms, levantado y en el colegio. Eso quiere decir que me han devuelto mi apndice?Y mejor que eso: la vida.No pregunt ms. Ellos no podan saber de mi sueo que era puramente mo. No podan saber lo que me dijo el ngel ni iba yo a decirles que yo era un Santo tampoco. Ahora la cuestin era guardar mi secreto y tratar de hacer milagros sin que los dems se dieran cuenta.Porque me daba horror de que me sacaran reliquias, me hicieran promesas o me fueran a poner en la Iglesia para que me besaran.Tena que disimular. Tena que parecer el mismo de siempre.Cuando entr mi mam se me ocurri hacer un milagro, pero me domin, y le dije que me senta mejor y nada ms.Al poco rato llegaron todos los dems mdicos y se vea en sus caras que les iban a dar las dos salas nuevas del Hospital.La Berenice me cont que se volva al Bim-Bam-Bum porque el seor Rubilar le haba dado una propina que le serva para no trabajar y me cont tambin que ojal no me fuera demasiado luego a casa porque al irme, la mina del 13 iba a cerrarse para siempre.Cerr los ojos y me dorm como un ngel guardando mi secreto y mis milagros.IVCuando uno est grave ni sabe si es da o noche, ni si es una semana cada dem o un ao entero. Pero mi mam estaba muy poco ms vieja as que no haba pasado mucho tiempo.El operado grave no cambia ni el pellejo, ni el pelo ni las uas, pero cambia el carcter. Porque cuando se mira tanto el techo de un solo cuarto, y en ese techo no hay ms que una araa, y esa araa est muerta no hay caso! Y todo lo que pas fue raro y tremendo.Mi mam se haba vuelto a casa con la guagua y yo estaba ya fuera de peligro y me llevaran en dos das ms en la ambulancia nueva que regal el seor Rubilar y que tiene hasta Televisin. La Berenice segua cuidndome, pero me tena hasta la coronilla porque es de esa gente que se cree trineo con cascabeles, y dale con cantar o rerse, as que le dije que iba a dormir para que se fuera un rato.Apenas se haba ido, se abri la puerta y apareci en mi cuarto el propio Profeta Elas en un carro de plata. Tena cara de dibujo animado y pareca muy feliz. Cerr cuidadosamente la puerta y se acerc a mi cama con carro y todo.Papelucho Bienvenido, has hecho el milagro de mejorarme dijo y yo tena que verte.Sus manos de races pescaron la ma y yo lo salud con mucho gusto porque era mi mejor amigo, ya que yo lo haba sanado.

Yo viva tullido desde hace muchos aos me dijo y no tengo parientes que me cuiden, por eso estoy aqu. Algunas veces me sientan en esta silla de ruedas y me llevan al sol. Pero esta maana, he sido yo solo quien se ha bajado de la cama, yo el que he tomado mi silla y la he trado hasta aqu. Ese es un milagro tuyo!Yo me sent raro. Nunca haba hecho un milagro antes. Est seguro que puede andar? le pregunt.Totalmente seguro dijo y para probrtelo, ahora mismo me vers caminar.Al decir esto, el seor Rubilar puso las manos en los brazos de su carro de plata, baj los pies al suelo y se puso de pie. Era ms alto y huesudo que un mstil de velero y su cabeza de calavera casi topaba al techo. Quiso empujar el carro, pero se enred en la manta y el pobre se vino al suelo como un florero y creo que se quebr tambin. Yo salt de la cama para recogerlo, pero no haba caso! era una cosa inmvil. Lo tap con su manta y me met a la cama otra vez. La herida me dola rabiosa y yo con esos dos sustos -el del Profeta quebrado o muerto y mi peritonitis otra vez- me puse a rezar con furia.Y rezando y rezando, se me pas el dolor, pero el seor Rubilar ni se mova. Qu clase de milagro haba hecho yo si el pobre viejo iba a morir por mi culpa? Entonces me acord del timbre que nunca tocaba de miedo a que llegara la Berenice con sus cantos, y le enterr el dedo. Nadie vino, y yo segua tocando. Por fin me di cuenta que su famoso alambre colgaba de mi catre sin meterse en ninguna parte. Haba que hacer otra cosa para tocar Alarma. Cualquier cosa que no fuera levantarme de nuevo por mi famosa herida. No poda gritar, por eso mismo. Si hubiera pedido el rifle alemn con mira, habra disparado. Eso me dio la idea de reventar la ampolleta estrepitosamente. La desatornill de mi lmpara y la tir contra la puerta. Son como el ruido seco de un disparo. Y al momento se oyeron voces y carreras en los pasillos. Decan: Fue un balazo! Por aqu... y pasaban de largo.Hay que llamar a la polica deca una voz. Debe ser el 9, el que se suicid antes. Yo no entro a verlo! deca otra No quiero meterme en los. Descubrieron dnde fue el disparo? dijo la voz de un mdico. Y nadie contest. A revisar todos los cuartos, uno por uno! orden l y empezaron a zumbar los portazos. Yo contaba cada puerta que cerraban,y cuando senta acercarse los pasos a la ma me lata el corazn de la esperanza que abrieran... pero... nada. Se pasaban de largo. Se oy una voz de trueno. Debe haber sido el Dr. Soto, el jefe: Han revisado todos los cuartos? pregunt. S, profesor! dijeron las muy mentirosas en coro. Est todo en orden? Los enfermos sin novedad? S, profesor! otra vez las muy farsantes.En ese caso habr sido en otro piso... y los pasos se alejaron.Entonces o en mi puerta dos voces de mujer. Una deca: Oye! Fjate que el 13 no estaba en su cama. Y cmo no le dijiste al jefe? Ests loca? Si sabe que el viejo avaro ha desaparecido se va a armar la grande en el hospital. Hay que encontrarlo primero.Pero ese viejo es tullido. Cmo pudo escaparse?Ah est el misterio. Quin se lo ha podido robar? Dnde lo han escondido?Yo dara cuenta al jefe. Despus de todo es enfermo tuyo y eres responsable. Yo responsable? Yo fui la nica que acept de cuidarlo con la condicin de que no era responsable. Es un viejo brujo.A lo mejor l ha dado el disparo. Buscaste bien en su pieza?Hasta debajo del catre, hasta por la ventana. Ni luces!Yo voy a dar cuenta al jefe. No quiero meterme en un lo.Si le dices algo, te vas a arrepentir toda tu vida.Yo llamaba con pocas fuerzas diciendo: Aqu! Vengan aqu! Socorro que hay un muertooo! pero nadie me oa. La voz habl de nuevo.Si no me dejas hablar a m, lo tienes que hacer t. Para qu me llamen la atencin? Jams! A m me hace mal cuando me reconvienen.Pero, entonces? Entonces qu? Tendr que aparecer ms tarde.Otra voz se oy entonces. Han revisado todos los enfermos del piso?S, seorita ngela. Menos el 15, el niito se que ni se mueve.Menos mal que alguien deca la verdad. Pero a la seorita ngela tampoco le interes mi cuarto y se fue.VMe puse a rezar con furia y cada vez con menos y menos hasta que me dorm, y cuando despert ya haba oscurecido, no tena luz ni me acordaba de Elas y su carro de plata. Era tremendo estar operado y no tener ni luz siquiera. Me daba congoja pensar que todo lo que me estaba pasando era pura equivocacin y la pena me iba subiendo por el cogote a la garganta cuando... o a mi lado un extrao ronquido. Era una voz de hipoptamo tartamudo que se quejaba y se quejaba. Me puse bien despierto y mientras ms despierto estaba ms me daba miedo de saberme solo, a oscuras y con un monstruo. Y ni me acordaba del Profeta, del milagro ni de la ampolleta que revent. El miedo es as; todo se olvida, y slo queda un alboroto en el pecho.Entretanto los quejidos se volvan como un rezongo, como una voz enojada, y tambin haba un crujir de huesos. Se me pararon los pelos que haca tanto tiempo me caan en los ojos y se me puso spero el pellejo.En ese momento se oy una voz: Qu horrible pesadilla! deca So que me iba al cielo en un carro de fuego y desde mucha altura caa a tierra ardiendo. Qu tonteras se suean!Ah me acord de todo. Era el seor Rubilar que resucitaba (otro milagro mo, a lo mejor) y lo ms estupendo era que se levantaba como si nada fuera, sin quejarse de estar quebrado ni nada. Usted est bien seguro que fue una pesadilla? le pregunt Nada le duele?Nada. Por qu no enciendes luz, Bienvenido? Est oscureciendo.Quebr la ampolleta de mi velador y no puedo levantarme a encender la otra.Apenas dije esto, se ilumin la pieza, y mi amigo el Profeta me mir desde su altura con cara muy sonriente.Tambin t has dormido dijo y no te vendra mal un paseo en mi silla de ruedas. A ver si me dejas regalonearte un poco. All en mi cuarto hay algunas sorpresas para ti, de este amigo agradecido.Dej que me tomara en sus brazos y me sentara en el carro de plata.Pisaba firme en el suelo y me instalaba suavemente entre chales. Como si fuera una niera gorda, empujaba despacio el carro hacia afuera.Era la hora del silencio, y no encontramos a nadie en el pasillo. Las lucecitas rojas de las puertas hacan ver todo rosado como de amanecer y yo ni saba si era noche o maana. Entramos al 13 y cerramos la puerta sin hacer ruido. El seor Rubilar con su bata peluda como un oso abri el ropero blanco de su cuarto y sac de l un paquete cuadrado. Yo me haba alcanzado a imaginar que me tena un rifle, alguna Hecha, unos patines, en fin... Esa cajita cuadrada a lo peor eran galletas (no quera comer) o alguna tontera, gusto de grandes. Me sent mal y dbil.Desenvulvelo t me dijo entregndome el paquete, y yo lo desat sin ninguna esperanza.Pero es lo bueno cuando uno no espera nada: resulta siempre algo regio y al abrir el papel, me encontr con una radio a pila, de esas de onda corta y larga. Casi me mor de gusto. Es para m?le pregunt.Para ti. Te servir de entretenimiento mientras ests en cama. Usted es contrabandista?Ahora no... dijo riendo No soy ms que un viejo reumtico.La hicimos funcionar y omos de todo el mundo: China, Polo Sur,Mendoza, Quillota y Rusia. Era maravilloso. En su estuchito de cuero, como una mquina fotogrfica cualquiera, uno viajaba por todo el mundo con ella. Del puro gusto le di un beso al Profeta. Podremos comunicarnos con algn satlite? le pregunt. Y entonces se puso amarillo y se sent en su cama.No me hables de esas cosas dijo. Me hace dao. Yo trabaj muchos aos en un laboratorio y no quiero acordarme de todo eso.Cre que era contrabandista.Y sabio tambin. He sido muchas cosas. Pero ahora no recuerdo

quin soy.Es el seor Rubilar le expliqu. Antes crea yo que usted era elProfeta Elas. Pero, al fin, da lo mismo.No da lo mismo, quin te ha dicho que soy Rubilar?Creo que la enfermera...Miente. Esa mujer miente. O es que t eres tambin Rubilar?Le dije No con la cabeza. Se me haba secado un poco la lengua al verlo tan enojado con la Berenice. Por qu no querra ser el que era? Por qu me preguntaba si yo era Rubilar?Soy tu abuelo dijo con voz de guila. Ahora lo recuerdo todo. Lo estoy viendo suceder, como en una pelcula. Espera un poco; voy a contarte un cuento; mi cuento. Yo no saba quin soy, me crea un personaje sin historia. Cada persona tiene su cuento, yo tengo el mo. Uno es el que es en el cuento me entiendes? Mi historia me hizo a m y yo hice mi historia. Vers ahora cmo y por qu soy tu abuelo? ... el seor Rubilar, como me llaman. Escucha... Hace muchos aos, yo era tan chico como t y dorma en una bodega entre un montn de botellas vacas que rodaban por el suelo cada vez que yo en sueos cambiaba de postura. No tena hogar, ni padres ni parientes. Me las arreglaba slito y no me faltaba ni dnde dormir ni qu comer. En mi bodega haba frutas, en algn huerto verduras, y cuando quera trabajar me pagaban con panes o comida caliente. Cuando me crecieron las piernas, me dio por caminar y me emple en una mina. Los mineros me llamaban su mascota porque decan que yo traa suerte. Se peleaban porque trabajara con ellos. Poco a poco me di cuenta que yo mismo era esa mina: los dejaba disputarme como en un remate y trabajaba para el mejor postor.Una noche me despert ahogado. Alguien me haba envuelto en una manta y me llevaba maniatado y amordazado entre sacos. Trat de librarme hasta que, por fin, los brazos fuertes que me apretaban, cedieron, y ca al suelo. Sent entonces sobre m el peso de aquel cuerpo.Sentado sobre mi pecho y aplastando mis brazos con su enorme volumen, el Chuzo me desat la vista y la mordaza.Vas a trabajar conmigo, Alcornoque me dijo. Ya sabes que soy ms fuerte que t... Nos haremos ricos y apenas seas capaz de aturdirme, te dejar ir.El Chuzo era un hombrazo de dos metros y espaldas gigantescas.Sus brazos de acero lo hacan temer de todos los mineros. Haba llegado a la mina pocos das antes y se marchaba conmigo. Qu diran los otros cuando supieran que el Chuzo se haba robado a la mascota, a Alcornoque?Caminamos toda la noche, yo a su lado, escuchando sus novelas de una pertenencia que era suya por ley, de un rincn all, quebrada adentro, en el cual nos esperaba una gran fortuna. Haba una cueva natural donde nos alojbamos, haba una cocinilla de piedra y un buen rifle para cazar animales. El Chuzo era un hombre duro y trabajbamos desde el aclarar. Contaba historias y a ratos cantaba. Tena un ojo de lince para la caza. Yo result un buen discpulo y l saba preparar muy sabrosas las carnes al paloCuando su pertenencia dio oro, yo me alegr por l, pero me dio pena dejarlo. Dnde podra estar mejor que con el Chuzo? Durante ese tiempo, con la picota al hombro, mis piernas se haban alargado tanto que ramos los dos del mismo alto y mis brazos se haban hecho tan fuertes como los suyos. Un da me dijo:Alcornoque, ha llegado la hora de separarnos. Ya he reunido todo eloro que necesito para ser rico y vender mi pertenencia. A no ser que teatrevas a aturdirme se ri y en ese caso sers t el rico.Pareca muy seguro de su fuerza superior, pareca no haberse dadocuenta que yo haba crecido y que ya era un hombre.A ver si te atreves me dijo al ver que yo no le responda, y juntocon decirlo me dio una bofetada. Yo estaba desprevenido y ca al suelo. Perome puse de pie de un salto y tambin sin aviso, le mand un golpe en plenacara. Tambale, rod en las piedras y se qued aturdido. Cuando volvi ens, sobndose la mandbula, me dijo:Te haba dicho que trabajaras conmigo hasta que fueras capaz deaturdirme. Ahora ests en libertad y puedes marcharte.No quiero irme le contest.Sobras me dijo entiendes? Quiero que te largues y no vertejams. Me dio un puado de pepitas de oro: Ahora vete dijo y sialgn da me encuentras en la vida, haz como si nunca me conociste.Part triste y desorientado. En el pueblo, haba que pagar la comida ysaqu una pepita de oro en el cafetn. Me vi rodeado de extraos. En lanoche me asaltaron y qued inconsciente y sin un peso.Cuando me repuse, tena que decidir si continuaba el camino hacia laciudad machucado y pobre o si volva donde el Chuzo y su tesoro. Medecid por lo ltimo y cuando sali la luna me encamin hacia los cerros.Encontr al Chuzo en la cueva de siempre.Es bueno que hayas vuelto me dijo. No me he atrevido a saliry dejar esto solo. Ahora me ir llevando los papeles y las muestras y tquedars cuidando hasta mi regreso.Cuando lo vi partir, corr tras l y le cont que haba sido asaltado.Que acaso los que me robaron el oro, andaran a la bsqueda de la mina. Tienes miedo a quedar solo? me pregunt.Miedo? sonre empuando el rifle que l me haba entregadoEres t el que no lleva armas para defenderse era la primera vez que lotuteaba. La nica.Soy el Chuzo me respondi con orgullo. Nadie se ha atrevidohasta ahora a tocarme... salvo t. Volver, y seremos socios t y yo.Esa fue su despedida.No volvi nunca ms.Baj al pueblo despus de mucho tiempo. Haba arreglado el terreno