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Publicación Peronista Digital - Año 3 - Nº 28 - Río Cuarto (Córdoba) La ciudad elige su próximo intendente Son 9 las fuerzas electorales que se enfrentarán el próxi- mo domingo. El Peruca hace un análisis del escenario electoral.

Peruca nº 28

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Publicación Peronista Digital - Año 3 - Nº 28 - Río Cuarto (Córdoba)

La ciudad elige su próximo intendenteSon 9 las fuerzas electorales que se enfrentarán el próxi-mo domingo. El Peruca hace un análisis del escenario electoral.

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Con casi 200 mil habitantes, Río Cuarto es la segunda ciudad de Córdoba. Desde el año 2000 luce el rótu-lo de “Capital alterna” de la provincia, un dato signi-fi cati vo sólo para los riocuartenses. Aquí ti ene fi jado su domicilio legal el ex gobernador José Manuel de la Sota. Desde que dejó el poder, se lo ve muy poco por la casa que comparte con su actual pareja, la diputada nacional Adriana Nazario.Los riocuartenses suelen jactarse del apodo de la ciu-dad: “Imperio”. Se lo atribuyen al espíritu autonomis-ta de los habitantes del lugar, quienes durante más de dos siglos han sufrido el unitarismo de “La Docta”. Los vaivenes electorales de los riocuartenses son di-fí ciles de explicar si no se conoce la idiosincrasia del lugareño. Tras varios fracasos, De la Sota lo perci-bió en el 99: el gobernador Ramón Mestre había le-vantado todas las ofi cinas provinciales de la ciudad, cerrado decenas de escuelas rurales y apenas había visitado en contadas ocasiones el sur provincial. Hasta para acceder a un plan de pagos del impuesto inmo-biliario provincia había que viajar a Córdoba, distante 220 kilómetros. Los riocuartenses no le perdonaron nunca al radicalismo esa afrenta: desde ese momento hasta la actualidad nunca un candidato a gobernador

de boina blanca pudo ganar en la ciudad.¿Se hicieron peronistas?. Imposible: la ciudad es sede de una de las Sociedades Rurales más retrógradas del país, pilar del movimiento gauchócrata del 2008. Además, está rodeada de bases militares (en las lo-calidades satélites de Holmberg y Las Higueras), a los que parti ciparon en el bombardeo a la Plaza de Mayo del 55 se los disti ngue públicamente y Julio Argenti -no Roca es venerado por el poder, que aún en vida le asignó su nombre a la plaza central.El kirchnerismo siempre fue mala palabra para las 30 familias que desde los clubes de rugby o de “servicios” deciden quien debe ser “el candidato” del poder real a la intendencia. Salvo el peronista Alberto Cantero –quien llegó a la intendencia tras un rectorado mode-lo en la Universidad Nacional, en plena época mene-mista- ningún hombre del PJ pudo llegar a la jefatura municipal desde 1983.En el 2012 (la ciudad vota sus autoridades desde la sanción de la Carta Orgánica seis meses después de los comicios provinciales y nacionales), De la Sota tra-tó de reverti r la historia asociando su imagen de go-bernador triunfante con la del candidato peronista Miguel Minardi. Parecía la fórmula para romper el ma-

Entre la alegría y la arritmia

UNIÓN POR CÓRDOBA: Juan Llamosas cuenta con el apoyo de José Manuel De la Sota.amosas.

ELECCIONES EN RÍO CUARTO

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leficio. Pero De la Sota se “pasó de rosca” y terminó exhortando a los riocuartenses a votar su candidato si querían recibir ayuda provincial. Lo que pocos días antes del comicio apuntaba a ser una elección reñida, terminó con el radical Juan Jure como intendente ree-lecto por una distancia de 3 puntos. La segunda gestión de Jure fue desastrosa. La red vial de la ciudad está destrozada (muchos atribuyen risueñamente esta situación a que el Raid Dakar 2017 cerrará la competencia en las afueras de Río Cuarto), un ambicioso plan de 2000 viviendas impulsado por la Comuna termina con apenas 250 casas construídas (algunas con significativas fallas) y rodeado de sospe-chas de connivencia con las empresas que las debían construir, la colocación de deuda pública en el merca-do financiero (traducida en una ganancia de más de 50 millones de pesos para los “inversores”), el parque automotor municipal vacío, los edificios públicos en mal estado y la relación del jefe comunal entre ima-gen positiva e imagen negativa de menos 60 puntos (20 % contra 80 %).Jure, sin embargo, es uno de los políticos más perspi-caces de la escena provincial. Esa cualidad le permitió

observar a fines del 2014 que la figura de Mauricio Macri podía ser un salvadidas (no importa si era de plomo) para su futuro político.Comenzó entonces a operar a favor del por enton-ces jefe comunal de Buenos Aires. Demás está decir que tuvo éxito. Contra la opinión de la mayoiría de los radicales cordobeses, la alianza con el PRO terminó concretándose tal como había soñado el lord mayor riocuarntense. Macri interpretó que algo le debía a su operador cordobés. Y comenzó a ayudarlo.“Cambiemos” no hizo un gran papel ni en las PASO de agosto ni en la primera vuelta nacional en Río Cuar-to. Pero, cuando De la Sota primero y su aliado Sergio Massa después quedaron en el camino, los riocuar-tenses se volcaron masivamente hacia Macri, quien obtuvo más del 70% de los sufragios en la ciudad.Jure interpretó esa victoria como propia. Y comenzó a soñar con dejar un heredero propio. El candidato fue consensuado con el PRO. Se eligió a Eduardo Yuni, quien venía de presidir el bloque radical en la Legisla-tura cordobesa. Como sucede ahora a nivel nacional, el primer argu-mento de campaña fue echarle la culpa de todos los

CAMBIEMOS: Eduardo Yuni no pudo obtener su foto con el presidente Macri, pero si con el Jeffe de Gabinete Marcos Peña y gran parte del resto de los ministros nacionales.,

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males a “la década kirchnerista”. Ese discurso había tenido éxito en otras elecciones. “Mientras a Villa Ma-ría le dieron 1300 millones de pesos en estos 12 años, en Río Cuarto sólo invirtieron 40” fue, casi, el lema de campaña.Pero los riocuartenses no parecieron hasta el momen-to dispuestos a legitimar un discurso que se atraganta con la realidad. Si se cuenta lo invertido en obras públicas en la Uni-versidad Nacional, ubicada a mil metros del ejido de la ciudad, la diferencia entre lo invertido por la Na-ción en Villa María y en Río Cuarto es mínima. Pero, además, es imposible relacionar al gobierno nacional anterior con la falta de arreglo de las calles de tierra, menos cuando se cuenta con un presupuesto que se compone mayoritariamente del aporte directo del contribuyente local.

ASÍ LAS COSASEn ese contexto, Yuni trató de nacionalizar la campa-ña. Las encuestas señalan que no tuvo suerte, a pesar de que Macri mantiene un 60 % de imagen positiva en la ciudad.

Pero si comprometió a las principales espadas del go-bierno nacional con su propia campaña. Marcos Peña, Frigerio, el ministro de Transporte, espectáculos gra-tuitos con Mora Godoy o Jean Carlos (el rey del mam-bo, para los cordobeses) ; pasaron por la ciudad para que el candidato se proyectara.Además, aunque es un secreto a gritos que Macri y el actual gobernador Juan Schiaretti acordaron no “na-cionalizar” la campaña, es imposible imaginar que un test electoral del cual pueden participar 130 mil per-sonas no se tome como tal. ¿Cómo no nacionalizar los resultados de esa elección si Macri obtuvo más del 70% de los votos en el último comicio? ¿Será posible que sólo circunstancias locales puedan movilizar el voto de una ciudad conservadora, por no decir “gorila”? En el pejotismo, se frotan las manos. El candidato Juan Manuel Llamosas es un delasotista moderado que ha ido sumando adhesiones, basadas en la convicción, en la conveniencia personal o en el espanto que significa para los sectores progresistas un eventual triunfo de quien como Yuni se considera “el hombre de Macri”. Encima, la llegada de las recargadas facturas de gas a los hogares justo en la semana previa al comicio legiti-

CAPITAL ALTERNA: Río Cuarto es la segunda ciudad más importante de la provincia de Córdoba.

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mó el voto “antiMau”.

¿Y los demás?El kirchnerismo riocuartense obtuvo en las sucesivas elecciones del año anterior entre el 12 y el 17%. El dato posibilitó que algunos de sus integrantes soña-ron con conformar una tercera fuerza que pudiera terciar entre los dos candidatos más votados.Pero agrupaciones como La Jauretche (que a nivel pro-vincial lidera el ex secretario de Derechos Humanos de la Nación, Martín Fresneda), Kolina y el Movimiento Evita /que rompió el bloque kirchnerista en la Legisla-tura y terminó sumándose al schiaretismo) corrieron detrás de la seguridad que supuestamente brinda el candidato de De la Sota Otros segmentos K, en especial, La Cámpora, prefi-rieron apostar al sueño individual, en especial luego de que el propio Llamosas no se mostrara muy có-modo con tenerlos de aliados. Al final de cuentas, generaron que tres candidatos a intendente que el año pasado apoyaron la fórmula Scioli-Zannini es-tén entre los nueve inscriptos en la línea de largada. La Cámpora, un desprendimiento de Nuevo Encuen-tro y el Partido Solidario prueban en Río Cuarto que

el papelón de los K que terminaron séptimos en la elección municipal de Córdoba no dejó enseñanzas en el interior. Por otra parte, “el proyecto nacional y popular” en Córdoba ha desaparecido como tal. Sólo en Villa Ma-ría hay una representatividad territorial importan-te. En el resto de la provincia, la construcción de las “orgas” de arriba hacia abajo y mirándose el pupo no podía terminar sino de esta manera: atomizada elec-toralmente.Entre los postulantes hay también tres agrupaciones trokistas (aunque parezca increíble, el PST y el PO no pudieron acordar una candidatura única. La tercera está disimulada bajo el paraguas de una organización no gubernamental dedicada al trabajo comunitario y contraria a las “viejas prácticas políticas”), mientras que un candidato de la CTA (de quien el propio Pablo Micceli puso en duda sus fuentes de financiamiento) completa la larga nómina.En síntesis, los riocuartenses decidirán este domingo si la ciudad capital del macrismo a nivel nacional le da una alegría al presidente (como propuso Yuni) o lo obliga a tomar precauciones para evitar una nueva arritmia.

DEBATE: El único al que asistieron los 9 candidatos se realizó en la UNRC.

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Dos eventos: ¿Solo el tiempo no ayudó?

El tiempo, es cierto, conspiró contra ambas mo-vilizaciones. En los dos casos, separados por apenas 24 horas, la lluvia se presentaba como una amenaza permanente. En ninguno de los dos eventos, alcanzó para que se decretara la suspensión.Pero sí para que mermara considerablemente el número de participantes. ¿Sólo el mal tiempo aguó las fiestas? Difícil aseverarlo.

La marcha “Ni una menos” contó con la misma organización formal que en su primera edición. Pero algunos sectores de izquierda pretendieron ser los únicos dueños de la convocatoria. El resultado estuvo a la vista. Algunos de los can-

didatos varones a la intendente de Río Cuarto bri-llaron por su ausencia. Otros interpretaron que el llamado que se hacía a un rol activo del Estado en la lucha contra el femicidio obligaba a decir presente.No faltó, según cuentan, quienes desde la propia organización manifestaran en algún momento de la tarde del viernes que el evento se suspendía. Problemas de comunicación que deberán ser sal-dados si alguien imagina un tercer capítulo. En el medio, los secctores más populares hicie-ron propia una frase lanzada desde Buenos Aires: “Puta como Eva, Yegua como Cristina, Loca como las Madres y Negra como Milagro Sala”. Tal vez esa consigna alejó a los flamantes dirigentes del radicalismo local devenidos en devotos de San

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Mauricio. Hoy no es para “gente como uno” movilizarse por estos temas tan, tan, de clase media baja. Pocos, por no decir poquísimos, dirigentes del “Cambiemos” lugareño presentes. Una acotada delegación del PJ, encabezada por Juan Manuel Llamosas,. Y los ya citados dirigentes de izquier-da. El resto, mujeres comprometidas con la idea. Se habló de 400 personas. Tal vez hubo un poco más. Igual, dió la sensación de poco. Tal vez en el segundo semestre la cuestión mejore.

La carrera de Miguel

El año pasado la competencia contó con la pre-sencia de miembros de la Secretaría de Deportes de la Nación, de funcionarios locales ávidos por la foto, de la propia hermana de Miguel. Aunque se quedaron cortos con la remesa, una camiseta de la carrera -con auspiciantes locales- fue entregada a cada competidor.La cifra de participantes rozo los 500. Era récord.Está claro que ya nada es lo que era. La casaca y las autoridades nacionales brillaron por su au-

sencia. Marcar las diferencias políticas, éticas, de lucha, de origen de clase, de militancia, y de inte-gridad entre Claudio Morresi y colorado Mc Allis-ter sería una tarea tan larga como innecesaria. Y eso se tradujo en el evento, que sólo se relacio-nó con el motivo excluyente de la convocatoria en dos aspectos: los lugares por donde atravesó la prueba (los mismos del año anterior) y que un miembro de la Casa de la Memoria fue invitado a entregar los últimos premios a los competidores.Por lo demás, una carrera cualquiera, como las que cada vez más habitualmente se corren en la ciudad. Con pocos participantes sueltos. La ma-yoría, representantes de escuelas de atletismo que coparon la organización, los micrófonos y los premios. Todo bien con los muchachos, pero..... Desde el punto de vista simbólico está claro que se retro-cedió. Y que la “onda” Mc Allister se hizo sentir, simplemente no proponiéndoselo.

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El municipio está obligado a promover políticas de desarrollo inmobiliario. Lo establece su propia Carta Orgánica. En varias oportunidades, la Comuna fue vi-tal para el desarrollo de importantes emprendimien-tos. La relocalización de las precarias viviendas que estaban emplazadas en las proximidades del río fue no sólo la última política activa sino la más importan-te. Cerca de 1000 hogares fueron reubicados.Pero lo que no debió hacer nunca el municipio fue pretender sustituir el aporte de otros niveles esta-duales en un proceso tan complejo como oneroso, tal como representa la construcción de cientos de vi-viendas, ni hablar cuando se prometen 2000.Hoy el “modelo Río Cuarto” con el que el actual in-tendente ganó las elecciones en 2012 se cierra con un tridente de conclusiones verrgonzosas: 1) la re-lación entre lo prometido y lo ejecutado es delezna-ble: de las 2000 viviendas “aseguradas” siguiendo el “ejemplo de San Luis” sólo se entregaron 259 y hay

unas 300 más en “proceso de construcción”, entre las que figuran decenas a las que sólo se cuentan porque se ha demarcado el terreno dónde supues-tamente se ejecutarán. Por último, las prometidas “1000 de clase media” se transformaron en menos de 650 solo porque “la gente pidió casas con 2 o 3 dormitorios” en vez del dormitorio único prometido. Aclaración obligada: el número de dormitorios inci-día directamente en la cuota, por lo que la excusa suena más a eso2) Como mínimo, la administracion del proceso de adjudicación y control de la ejecución del plan de Vi-viendas Clase Media fue bochornosa. Para permitir el ingreso de IVECOR se autorizó la aplicación de un sistema de premoldeado no prevista en los pliegos, se eliminaron todos los controles de calidad previs-tos, se adelantó dinero en concepto de “acopio” a la empresa, cuando ésta necesitó “adelantos” para hacer frente

Viviendas: presos de una promesa electoral

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a varias demandas por incumplimiento contractual y, de yapa, se aceptó que INCISA -una empresa que no había podido parti cipar del proceso licitatorio- completara el contrato. Poco se habló en este ti em-po que el sistema aplicado no contó en Río Cuarto con el personal capacitado para llevarlo adelante, que fue el propio Secretario de Vivienda el que avaló la primera parte de la obra ante la negati va expuesa por los propios inspectores municipales, que nunca se pudo conocer dónde estaba el supuesto acopio de IVECOR y que tanto esta empresa como INCISA y el propio Municipio contarían con un fi nancista común.3) La trilogia se completa con la consecuencia natural de tanta hipocresía: las primeras cien casas entrega-das presentaron numerosos problemas de construc-ción. Los vecinos debieron entonces perder ti empo golpeando puertas ante las empresas y el propio municipio para que se efectuaran los arreglos corres-pondientes (muchos se efectuaron muy defi ciente-mente) y se los eximiera de algunas cuotas como in-demnización. El municipio, una vez más, uti lizó una estrategia proempresa: no presentó una sola demanda judicial contra IVECOR por incumplimiento de contrato, no cargó a INCISA por la eximición de las cuotas con la que benefi ció a algunos adjudicatarios y mucho me-nos remiti ó al Concejo Deliberante para su aproba-ción los “acuerdos” fi rmados”.Dos “yapas” completaron el entramado: ante el si-lencio estadísti co del gobierno de “Mau” las cuotas fueron ajustadas siguiendo el único dato ofi cial que se consiguió: el Indice de la Construcción de la pro-vincia de Córdoba, mucho más oneroso en los últi -mos ti empos que los otros previstos por Ordenanza.

EL FUTUROCualquier intendente que se precie de respetar los compromisos asumidos deberá honrar (con el con-trol y la rigurosidad exigidos) con el contrato vigente

y completar en un plazo de un año y medio la entre-ga de las 650 casas comprometi das. Pero, a parti r de ello, el objeti vo municipal ti ene que ser reformular el banco de ti erras para que la indus-tria de la construcción encuentre en el Estado un aliado y no un obstáculo. En tal senti do, es cierto que resultó elogiable la venta de terrenos subsidiados por parte del Estado. Pero cuando el gobierno nacional lanzó el PROCREAR, Río Cuarto fue uno de los pocos municipios en el país que no pudo arti cular con el gobierno nacional un plan ofi cial. Simplemente, no tenía donde emplazar emprendimientos barriales.Además, el Estado municipal incumplió con una se-rie de compromisos asuumidos con los adquirentes (desde la escrituración en plazos razonables hasta la provisión de los servicios esenciales). Ello llevó a que, con la asunción del nuevo gobierno, aquellos benefi ciarios del PROCREAR que poseían terrenos vendidos por el municipio se las vieran en fi gurillas para mantener el crédito otorgado. Está claro que el Estado nacional no puede otorgar créditos inmobilia-rrios a quien no tenga escriturado el terreno y menos aún favorecer la construcción de viviendas familiares en lugares a los cuales no han llegado los servicios públicos.Entonces, ¿nada ti ene que hacer el municipio res-pecto de la construcción propiamente dicha de las vi-viendas? No decimos eso. Por el contrario, los planes de autoconstrucción e, incluso, aquellos que puedan ser coordinados con empresas del medio dispuestas a fi nanciar proyectos a largo plazo no sólo pueden sino que deben ser impulsados por la Comuna. Pero sin susti tuir el rol primordial de los otros niveles del Estado. De lo contrario, lo más probable es que su-ceda lo que sucedió en estos años: no tuvimos ni un plan de viviendas exitoso ni vimos en el cuidado de la red vial o en el desarrollo armónico de los servicios al municipio que pretendemos.

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Los fusilamientos de José León Suárez

efemérides 9 de junio de 1956

EL CHISTE DE LA SEMANA

Ruiz y Paz / Página 12 (7 de junio)

La historia de la masacre se remonta al año 1955. En septiembre de ese año, un grupo de militares encabezado por Aramburu y Rojas, derrocó al gobierno de Juan Domingo Perón e instauró un régimen dictatorial que llamaron “revolución libertadora”. El 9 de junio de 1956, un grupo de militares y civiles al mando de los Generales Valle y Tanco, intentó rebelarse para recobrar la democracia perdida. Pero la rebelión fracasó y el gobierno de facto tomó duras represalias: fusiló a los cabecillas militares y decretó la ley marcial para toda la ciudadanía. La noche del 9 de junio de 1956, doce civiles que estaban pre-suntamente involucrados en la sublevación, fueron arrestados cuando se encontraban reunidos en una casa de Florida. Los subieron a un camión, los llevaron a un basural en la localidad de José León Suárez y allí, en medio de la noche, comenzaron a dispararles a mansalva. Los fusilamientos fueron brutales e ilegales - se produjeron antes de que la ley marcial entrara en vigencia - y sin juicio previo.Cinco de esos civiles murieron en el basural, otros lograron es-capar. Años más tarde, Rodolfo Walsh se encontró con Carlos Livraga, uno de los que había sobrevivido esa noche. Walsh realizó una magistral investigación sobre el caso que plasmó en su libro “Operación Masacre”.