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Piedecuesta, la Piedecuestaneidad y los Piedecuestanos

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Ensayos cortos sobre Piedecuesta, la Piedecuestaneidad y los piedecuestanos. El primer texto contiene las reflexiones para el conversatorio sobre la Piedecuestaneidad (1774 – 2005) que se llevó a cabo en el Centro Cultural de Piedecuesta el 25 de julio de 2005. El autor de la propuesta sobre Piedecuestaneidad hacía parte del equipo que diseñó y divulgó el Proyecto Educativo de la Santandereanidad (PES). El segundo texto contiene el ensayo presentado en octubre de 2008 en respuesta a la convocatoria que hizo la Alcaldía Municipal sobre la educación anhelada para Piedecuesta, cuyos resultados no fueron divulgados ni se publicaron los ensayos participantes.

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FUNDAMENTOS HISTÓRICOS SOBRE PIEDECUESTA, EL SER PIEDECUESTANO Y LA

"PIEDECUESTANEIDAD"

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1. REFLEXIONES PARA UN CONVERSATORIO FALLIDO SOBRE

LA PIEDECUESTANEIDAD

Piedecuesta, julio 25 de 2005

Por: Mg. Luis Rubén Pérez Pinzón

Historiador UIS 1.1 LA PIEDECUESTANEIDAD ES... ... Una expresión ideológica micronacionalista, un sentimiento colectivo, y ante todo una representación histórica de lo que fueron, son y llegaran a ser los piedecuestanos y las piedecuestanas a partir de su personalidad cultural. Es decir, es un imaginario colectivo creado desde los valores sociales, los atributos comunales y los principios existenciales de quienes habitan y comparten una realidad común a través del tiempo en el espacio denominado y reconocido globalmente como Piedecuesta. La "Piedecuestaneidad" - a semejanza de la "Santandereanidad" - es lo que son hoy y lo que serán mañana la totalidad de los Piedecuestanos a partir de propósitos y compromisos comunes. Por tal razón, no puede ser solamente los elementos particulares del patrimonio tangible (iglesias, casas, monumentos) o intangible (fechas, héroes, creencias e ideas, etc.) que ya han dejado de ser o que ya no tienen un significado útil para las actuales ni para las futuras generaciones.

1.2 LA PIEDECUESTANEIDAD SE CONSTRUYE...

... por todos los piedecuestanos con el rescate, reconocimiento, divulgación y proyección de los principios, ideales, proyectos y realizaciones que se han concebido en el espacio que actualmente ocupa Piedecuesta como consecuencia de las transformaciones y avances que han realizado cada una de las generaciones que la han habitado y convivido a partir de sus propias experiencias y expectativas. Los actuales piedecuestanos son herederos de todo aquello que se anheló y realizó en el pasado pero no por ello deben permanecer inermes contemplando lo acontecido ni magnificando las glorias de los que fueron porque su principal reto, fiel al espíritu mismo de la Piedecuestaneidad, es el poder definir y concretar el "Destino Manifiesto" por el cual será preservada en la memoria de las generaciones futuras los resultados de las generaciones del presente. Construir la Piedecuestaneidad requiere además deconstruir y reconstruir el imaginario cultural sobre lo que tradicionalmente se ha creído que es la historia de cada una de las generaciones de piedecuestanos a través de las relaciones de

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convivencia entre sus descendientes, sus construcciones materiales, sus imaginarios culturales y sus ideologías sociopolíticas. 1.3 LA PIEDECUESTANEIDAD SE CONSTRUYE PARA...

.... Comprender y acordar que la historia de Piedecuesta ni la piedecuestaneidad inician con una única fecha, un acontecimiento común o un legendario héroe fundador como se ha pretendido cada 26 de julio con la conmemoración de su supuesta "fundación" en 1776. La historia de Piedecuesta inicia desde el momento en que fue ocupada y aprovechada culturalmente por sus primeros habitantes hasta lo que queremos que sea después de nuestra muerte. La Piedecuestaneidad tiene su origen con la ocupación material y cultural que se hizo del actual municipio por parte de las comunidades indígenas prehispánicas seguida por la transformación sociocultural que sufrió a manos de las generaciones que conformaron la sociedad novohispánica de Vélez, Pamplona y Girón, por la reorientación socio-económica y político-administrativa que de Piedecuesta hicieron las generaciones republicanas liberales, así como por las innovaciones que durante el último siglo han realizado las actuales generaciones de piedecuestanos y piedecuestanas. Construir piedecuestaneidad implica indagar y dar a conocer a las actuales y futuras generaciones cuáles fueron las generaciones que dieron origen material al actual espacio urbano y rural de Piedecuesta, comprender que la erección de su primera parroquia es el resultado de un proceso virreinal y arzobispal que se inició en septiembre de 1772 y que concluyó en noviembre de 1774, de lo cual son evidencias los libros parroquiales de los cuales se extrajo el más antiguo y mejor conservado de sus documentos: el Acta de Constitución de Congrua y Cofradías de la Parroquia de San Francisco Javier del 26 de julio de 1776. Acta que necia y reiterativamente se ha considerado durante más de treinta años el documento fundacional de Piedecuesta ante el desconocimiento que aún existe entre nuestros académicos sobre la organización político - administrativa y eclesiástica de los virreinatos españoles durante el siglo XVIII. ¿Cómo se puede explicar con argumentos lógicos a nuestros estudiantes que la primera parroquia católica de Piedecuesta se fundó en 1776 cuando ya había cura párroco y parroquianos?, ¿No se requería que alguna autoridad nombrara a ese presbítero oriundo del Socorro antes de su llegada a Piedecuesta?, ¿Cómo, de dónde y por qué llegaron esos primeros parroquianos a construir sus casas alrededor de un templo y una plaza ubicados en un terreno montaraz, sin agua potable y amenazado por hormigueros?. Son muchas las preguntas y muy pocos los deseos de nuestras autoridades académicas por dar respuestas diferentes a su habitual buena fe en los archivos y los papeles más antiguos de las parroquias de Piedecuesta. A la par de la acción colonizadora en el sitio del Pie de la cuesta por parte de los gironeses desde 1638 y la fundación en el llano de San Francisco Javier de la primera parroquia en 1774 es muy importante resaltar que la FUNDACIÓN LEGAL

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DE PIEDECUESTA COMO MUNICIPIO con una jurisdicción político - administrativa y judicial, con un Cabildo y con unas rentas propias para los gastos locales se remonta al ascenso de la parroquia como Villa (la "Villa de San Carlos") por medio de la Cédula Real del 16 de agosto de 1810, cuya condición sería reconocida, respetada y ampliada por la legislación republicana de 1824, por la "Constitución Política de Piedecuesta" de 1858 como parte de las atribuciones conferidas por la Constitución del Estado de Santander, y por la Constitución centralista y regeneradora de 1886 al ser reconocida como parte de la Provincia de Soto y el Departamento de Santander. 1.4 LA PIEDECUESTANEIDAD SE VIVENCIARÍA MEJOR SI.... ... Cada una de las instituciones y organizaciones políticas, religiosas, educativas y culturales del Municipio divulgaran y reflexionaran con los ciudadanos, con los feligreses, con los estudiantes, con los espectadores, etc. acerca de los valores y los acontecimientos que permitieron orientar el destino y la razón de ser entre las generaciones de piedecuestanos que nos precedieron. Un modelo posible para orientar la realización de esas reflexiones podría ser el siguiente:

FUNDAMENTOS HISTÓRICOS DEL SER PIEDECUESTANO Y LA "PIEDECUESTANEIDAD"

ATRIBUTOS DE LA PIEDECUESTANEIDAD

ACONTECIMIENTOS FUNDACIONALES

FECHAS SIMBÓLICAS DE LA PIEDECUESTANEIDAD

JUSTICIA

Fundación y traslados de la Ciudad de San Juan de Girón. Repartimiento de los ejidos de la ciudad en el Pie de la Cuesta, Quebrada Grande y Mesa de Géridas entre su hueste

30 de diciembre de 1638

Traslado de Girón junto al río de Oro por Francisco (Fernández) Mantilla de los Ríos y distribución de ejidos

RESPONSABILIDAD

Fundación de la Parroquia de San Francisco Javier del Pie de la Cuesta para cumplir con los obstáculos cristianos de los feligreses de ese sitio, segregándose de la parroquia de San Juan Bautista de Girón pero continuando bajo la autoridad político - administrativa del Cabildo de Girón.

17 de octubre y 3 de noviembre de 1774

Decretos reales de erección, desmembración parroquial y nombramiento de cura por el Virrey y Vicepatrono eclesiástico de la Nueva Granada Manuel de Guirior1. Enero 1 de 1776: Inicia labores como cura párroco de San Francisco Javier el Pbro. Joseph Ignacio Zavala.

AUTONOMÍA

Fundación de la Villa de San Carlos mediante la cual se segrega a Piedecuesta de Girón y se le asigna jurisdicción, Cabildo (regidores y Alcaldes) y rentas propias como Municipio

16 de agosto de 1810

Real Cédula del rey Fernando VII

RESPETO

Reestablecimiento de la condición de Piedecuesta como Villa de San Carlos y posteriormente organización como distrito parroquial provincial

25 de junio de 1824

Ley nacional

1 ARCHIVO ARZOBISPAL DE PAMPLONA. Erección de parroquias: Piedecuesta, Rollo No. 28, Ítem 3.

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TOLERANCIA

Creación de la Provincia de (Francisco) SOTO y designación de Piedecuesta como su ciudad capital y de reunión de los diputados de Girón, Floridablanca y Bucaramanga

17 de abril de 1850

Ley Nacional

LIBERTAD

Creación del Municipio de Piedecuesta y expedición de su Constitución Política de acuerdo a las disposiciones constitucionales y legislativas de Santander y la Confederación Granadina

25 de febrero de 1858

Constitución del Municipio de Piedecuesta

LEGALIDAD

Creación del Municipio de Piedecuesta como parte de la Provincia de Soto, el Departamento de Santander y la República (centralista) de Colombia

4 de agosto de 1886

Constitución Política de Colombia

SOLIDARIDAD

Creación del Área Metropolitana de Bucaramanga. (1979). Aceptación e integración político - administrativa de Piedecuesta al Área Metropolitana formada por Bucaramanga, Girón y Floridablanca

Marzo de 1984

Aceptación de Piedecuesta como parte del Área Metropolitana de Bucaramanga

INNOVACIÓN

Creación de "Piedecuesta: Ciudad Educadora" con el apoyo de la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI). Redefinición de la vocación productiva y la visión interinstitucional del Municipio

15 de diciembre de 1991 Divulgación del proyecto

"Piedecuesta: Ciudad Educadora"

La divulgación y preservación de esos atributos requiere además de un proyecto educativo y social municipal mediante el cual las instituciones educativas en asocio con las organizaciones cívicas logren crear materiales didácticos, espacios creativos, encuentros interinstitucionales y acciones consecutivas a partir de las cuales se delimiten las condiciones de la Piedecuestaneidad, así como se proyecten los atributos y las perspectivas que se esperan alcanzar de los futuros piedecuestanos y piedecuestanas. Ejemplo a destacar de ese tipo de alianzas estratégicas es la definición y ejecución del Proyecto Educativo de la Santandereanidad que la Gobernación de Santander ha emprendido en asocio con la Escuela de Historia de la Universidad Industrial de Santander (UIS).

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2. UNA EDUCACIÓN BICENTENARIA, PARA TODA LA VIDA

Por: Mg. Luis Rubén Pérez Pinzón

Historiador UIS

¿Es posible conocer e imitar la aldea global sin antes haber comprendido y comparado la aldea local?. Quienes asumimos la honrosa y ardua labor de educar las generaciones de líderes, pensadores, empresarios, científicos y productores de bienes que asumirán las riendas de la sociedad futura hemos aprendido en el ejercicio académico de las últimas décadas que para poder experimentar las verdades y discursos externos es necesario observar las creencias y costumbres de nuestros contemporáneos. Pensar la educación en entidades municipales como Piedecuesta no puede seguir siendo la adopción y adaptación de soluciones teóricas formales ya que es necesario el redescubrimiento de los propósitos e imaginarios de las prácticas que se emplean en los procesos de enseñanza y aprendizaje, así como los valores con los que son guiadas y reguladas las comunidades educativas que son encomendadas a los educadores. 2.1 Principios reguladores. Pensar la calidad de la educación en el Municipio de Piedecuesta como parte de un proceso público, abierto y permanente no sólo contribuye a orientar los procesos administrativos que pretenden reestablecer la autonomía y la capacidad jurisdiccional para la toma de decisiones educativas ya que legitima los procesos de "certificación de la educación" y “la gratuidad de la educación” emprendidos por la actual administración, así como contribuye a delimitar cuáles deben ser los planes, programas y resultados que deben proponerse alcanzar las autoridades municipales durante los próximos años. Sin embargo, es necesario contar con principios específicos que permitan comprender por qué y para qué la educación municipal debe ser retomada, y a su vez, retomar su razón de ser para los piedecuestanos. Entre esas consideraciones resultan de gran relevancia pensar que:

- La educación debe ser pertinente. La instrucción y formación de los piedecuestanos debe contribuir a la reconstrucción de la identidad y el imaginario de pertenencia entre las personas que en ella nacen, residen, la ocupan o la visitan temporalmente.

- La educación debe propender por la tolerancia. El respeto y la aceptación de los habitantes del Municipio como conciudadanos cohabitantes de un mismo territorio requiere identificar, reconocer y valorar las diferencias de origen, procedencia, color, condición, convicción, etc. de todos, y al mismo, propender por acciones educativas que permitan articular como un todo creativo y progresista esas particularidades

- La educación debe fomentar la justicia social. Las instituciones que representan y garantizan el orden estatal y nacional que rige a todos deben premiar y castigar a los conciudadanos de acuerdo a sus actos, así como deben garantizar a todas las instituciones y comunidades educativas

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igualdad en los recursos, inversiones, atenciones y dedicaciones por parte de los gobernantes municipales.

- La educación debe propiciar la solidaridad. Todos las personas que hacen parte del Municipio por razones de nacimiento, residencia, propiedad, ocupación laboral, etc., tienen la obligación de garantizar la inclusión y articulación de todos los sectores de la sociedad a los procesos de inversión cuantitativa y mejoramiento cualitativo de los procesos de aprendizaje si distinciones, exclusiones ni preferencias de ninguna clase.

2.2 Una educación que nos aproxime a lo que hemos sido y lo que pretendemos ser. Hace doscientos años, específicamente en los primeros días de septiembre de 1810, los habitantes de la parroquia de San Francisco Javier del Pie de la Cuesta, adscrita y dependiente de la jurisdicción municipal y gubernamental de la provincia de Girón, recibieron la noticia más grata y esperada de todas. Según Real Cédula del 16 de agosto de 1810, expedida en Cádiz por la Regencia española en nombre de Carlos IV, a los feligreses de la Parroquia de San Francisco Javier se les había adjudicado el título de Villa de San Carlos. Título que por más de dos años habían gestionado ante las autoridades virreinales, siendo confirmado el mismo por Juan Salvador Anselmo Daza, gobernador de Girón durante la reconquista española (Octubre de 1816), así como por los Presidentes - Generales de la naciente Republica de Colombia al reorganizarse su territorio (1821 – 1824). Ser ascendida la Parroquia eclesiástica a Villa municipal representaba la mayor de las alegrías para los vecinos piedecuestanos quienes habían anhelado ser independientes de las decisiones políticas, administrativas, judiciales y socioculturales tomadas por los excluyentes linajes gironeses. Para entonces, y a pesar que el Virrey y Vicepatrono eclesiástico Manuel Guirior había decretado la erección de Parroquia de San Francisco Javier el 3 de noviembre de 17742, la organización social y política de los piedecuestanos congregados desde 1763 en las estancias del valle del Río de Oro había continuado dependiendo de las decisiones del Cabildo de Girón al ser la condición y título de parroquia sólo una reorganización de las jurisdicciones eclesiásticas de los feligreses al tener la obligación legal de cumplir con sus deberes sacramentales. Obtenida la condición y jurisdicción como Villa los parroquianos de Piedecuesta podían entonces elegir y ser elegidos como regidores para conformar su propio Cabildo. Esos regidores garantizaban a su vez contar con sus propios alcaldes y justicias locales, quienes a su vez tenían la tarea de captar tributos y rentas entre los vecinos para invertirlos directamente en obras y gastos públicos. Todo lo cual contribuía a que el destino manifiesto concebido y proyectado por los linajes que residían en la próspera villa tabacalera podía finalmente materializarse al ser posible que los nativos y residentes en su territorio concibieran por sí mismos las acciones y tareas sociales, políticas, económicas y culturales que les deparaban. 2 PIEDECUESTA. En: Revista Credencial Historia. Bogotá – Colombia. Edición 141: Fundación de Ciudades y poblaciones. (Sept, 2001). Disponible en: http://www.lablaa.org/blaavirtual/revistas/credencial/sept2001/ciudades.htm

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Una de las primeras decisiones e inversiones aprobadas por los vecinos elegidos como autoridades municipales durante los primeros años de existencia de la Villa de San Carlos fue acordar crear, constituir y financiar una ESCUELA DE PRIMERA LETRAS para niños varones, y tardíamente para niñas, ya que hasta entonces no se contaba con un instrucción educativa diferente a la ofrecida por letrados particulares formados en Santafé o por los curas párrocos durante las escuelas dominicales, fiel reflejo de la indiferencia con la que los linajes criollos y peninsulares asumían la formación ilustrada de las castas neogranadinas habidas de justicia social e igualdad política. A la par de esas decisiones los piedecuestanos decidieron ser protagonistas del proceso de emancipación e independencia política que se daba por todo el virreinato al dividirse las provincias en soberanas y realistas, al acordar emanciparse de la realista Girón y pasar a ser parte de las insurrectas provincias de Pamplona y Socorro. La primera Escuela de Primeras Letras con la que contó el actual Municipio de Piedecuesta fue símbolo del deseo de cambio, liberación y renovación y progreso que embargaba a la generación de piedecuestanos que fue artífice del proyecto republicano que aún nos rige. Su creación fue el punto de partida para la creación en las siguientes décadas de más y mejores instituciones educativas como fueron escuelas públicas para varones y niñas, colegios privados, un colegio provincial, e incluso, la aprobación y puesta en funcionamiento de la primera “Universidad de Santander”. Esas instituciones como sus institutores tenían el propósito de recordar a las siguientes generaciones quienes habían sido sus fundadores y mecenas, que habían hecho las generaciones que les habían antecedido, así como se asumía que a través de ellas se formaban y preparaban las generaciones que en el futuro asumirían las riendas del Municipio como parte de un proyecto común en el cual la pertenencia y el compromiso de porvenir para con el lugar de origen se constituían en razones suficientes para invertir en la instrucción pública. Sin embargo, los cambios generacionales, la renovación sociocultural de los piedecuestanos y el desconocimiento del ser y el hacer piedecuestano por parte de las nuevas generaciones de directivos, docentes, padres de familia y estudiantes que han sido nombrados para trabajar en el Municipio o que han escogido el Municipio como suburbio metropolitano de residencia hacen necesario que las autoridades municipales asuman como un reto prioritario el diseño educativo, la aprobación legislativa, la financiación municipal y el seguimiento ciudadano de un Proyecto Educativo de la Piedecuestaneidad. Un proyecto que articulado a los Lineamientos curriculares, los estándares nacionales de calidad, el Proyecto Educativo de la Santandereanidad, el Plan de Ordenamiento Territorial y los Proyectos Educativos Institucionales de los centros educativos del Municipio logre consolidarse en el próximo lustro en el proyecto pedagógico integral y prioritario que requieren los piedecuestanos de todas las edades, sectores y condiciones. Así mismo, debe constituirse en el instrumento de organización y regulación del sinnúmero de proyectos pedagógicos que se exige a las instituciones educativas (ambiental, constitucional, recreativo, sexualidad, etc.)

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como parte de los temas transversales de enseñanza obligatoria, para lo cual deberá asumirse como núcleo común e integrador el saber quiénes han sido, son y pretenden ser los piedecuestanos como parte del inacabado e inagotable proyecto de progreso y autonomía municipal que fue concebido e implementado desde hace más de doscientos años por los hacendados y comerciantes que solicitaron, financiaron y reclamaron la existencia de Piedecuesta como viceparroquia, parroquia, villa, y finalmente, municipio republicano. 2.3 Una educación que nos permita reconocer en las nuevas generaciones de ciudadanos quienes hemos sido, quienes somos y que necesitamos aprender a ser. A mediados del siglo XIX, a la par del nacimiento del Estado de Santander, Victoriano de Diego y Paredes Peramato, uno de los hijos más ilustres, prestigiosos y poderosos de la villa de San Carlos, descendiente de un español y una mexicana que habían servido a las autoridades españolas y finalmente habían decidido arraigarse en la parroquia tabacalera de entonces, decidió crear, constituir, dotar y poner en servicio el primer y más prometedor de los colegios laicos, liberales y progresistas que existieron en los nacientes Estados Unidos de Colombia: el Colegio Paredes e Hijos (1858). Un colegio de varones, con una perspectiva técnica, funcional, productiva y moderna, propia de los colegios universitarios de la época, que copiando y evocando las prácticas educativas de los países anglosajones asumió como responsabilidad propia del fundador y sus hijos la formación de la generación de ciudadanos liberales que reclamaban los Estados federales y soberanos que se habían creado en el país. De allí que se considerara esa institución modelo del nuevo tipo de educación que requería el país, así como sus estudiantes provenientes de todas las regiones político-culturales del país, con diferentes credos e ideologías, como reflejo del nuevo tipo de ciudadano que reclamaban las instituciones republicanas. Un hombre dispuesto a comprobar las invenciones y teorías universales con ayuda de los talleres, laboratorios, recursos y materias primas existentes en los espacios locales. A pesar de ser el proyecto educativo concebido por Paredes y sus hijos como necesario para el progreso del país, llegando incluso a equipararse con el modelo de educación técnica y utilitarista que se anhela implementar en la primera década del siglo XXI, la promulgación de ideas y prácticas liberales contrarias a las prácticas y convicciones del catolicismo dominante e intolerante que permeaba las instituciones estatales, aunado a las relaciones ideológicas de los Paredes y su círculo de amigos con las logias masónicas que habían fraguado la insurrección patriótica y el proyecto republicano (centralista y federalista) conllevaron a la persecución de los institutores y a la destrucción material e ideológica de la institución que habían concebido y consolidado (1860). Mientras las cenizas del templo del saber municipal que habían erigido los Paredes terminaban por apagarse, en otro lugar de Piedecuesta, en esos mismos años se consagraba y daba al servicio de los feligreses católicos el Templo parroquial de San Francisco Javier cuya sólida mole de calicantos desafiaba a toda generación que pretendiese alterar el orden social, moral y cultural constituido y aceptado durante más de un siglo.

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No fue la primera ni la última vez en que los proyectos de renovación educativa y cultural del Municipio habían sido perseguidos, prohibidos o desterrados del Municipio al no corresponder con el ideario e imaginario de los representantes y jerarcas de las instituciones eclesiásticas que apelando a su influencia sociopolítica y al poder de la excomunión condenatoria habían exigido a sus feligreses enfrentar y acabar con todo aquello que se consideraba la causa o medio por medio del cual se manifestaban los males y pecados futuros del villorio. El primer recuerdo de los Piedecuestanos que habían participado en la erección de la Parroquia de San Francisco Javier era el de conflicto social y político entre los vecinos que estaban a favor o en contra de las decisiones e imposiciones del cura párroco. Las luchas fundacionales llegaron a tal nivel de agravio y enfrentamiento que en julio de 1778 se hizo necesario la intervención directa del visitador y fiscal de la Real Audiencia, Dr. Fernando Moreno y Escandón, con el fin de reestablecer el orden y hacer cumplir lo dispuesto por las autoridades virreinales y arzobispales desde Santafé a pesar que su presencia en la provincia tenía el fin de reorganizar los resguardos y pueblos de indios existentes3. Al visitar Moreno y Escandón la jurisdicción del Municipio de Girón que se había concedido como territorio eclesiástico se encontró que el bando que había estado en contra del nombramiento del presbítero Joseph Ignacio Zavala como primer cura párroco había construido sus casas y templo en el lugar que les había designado el visitador eclesiástico desde 1772 mientras que el bando que había pedido el nombramiento de Zavala, muy a pesar de no ser la persona elegida y pedida a las autoridades de Santafé por la mayoría de vecinos congregados en Piedecuesta. Quien hoy es considerado tradicional y oficialmente como el supuesto “fundador” de Piedecuesta había decidido desde finales de 1775 que los feligreses que se le habían encomendado debían construir sus casas y el templo parroquial cuatro cuadras al norte del sitio dispuesto originalmente (hoy parque de las hermanas u Olaya Herrera) por las autoridades arzobispales al argumentar que era un terreno sin hormigas, con mejor aprovisionamiento de agua, e incluso, porque los mejores solares debían ser repartidos entre las familias de los vecinos que habían pedido su nombramiento (1774), habían votado y defendido repetidamente su elección (1775), y finalmente, para aquellos que se habían comprometido a garantizar su subsistencia, rentas y emolumentos al firmar la primera constitución parroquial (26 de julio de 1776), seis meses después de su llegada. Sólo con la muerte del primer cura párroco, el nombramiento de un piedecuestano imparcial como su sucesor y la reorganización funcional y pacífica de los feligreses por medio de una nueva constitución se logró superar el conflicto secesionista que había enfrentado a las primeras generaciones de piedecuestanos, especialmente a las familias privilegiadas aliadas con los patriarcas (los “tíos”) que se oponían al nombramiento y presencia del presbítero Zavala como primer cura párroco del Pie de la Cuesta, así como a las familias arribistas asociadas con los señoritos (los

3 MORENO y ESCANDON, Francisco Antonio. Indios y mestizos de la Nueva Granada a finales del siglo XVIII. Banco Popular, Bogotá, 1985.

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“sobrinos”) de la misma familia Mantilla que habían promovido la división y las pugnas parroquiales al desconocer la voluntad popular e imponer su deseo por nombrar a Zavala como su cura párroco. Proceso de pacificación y unificación que tuvo una breve duración al dividirse nuevamente los vecinos al decidir un sector de los mismos emanciparse y segregarse de Girón al solicitar el título y la condición político-administrativa de Villa (marzo de 1809), sumándose a esas acciones el deseo de otro sector de esos mismos vecinos por declararse soberanos e independientes de las decisiones de las Juntas españolas, del ilegitimo gobierno virreinal de Santafé, de toda inherencia del cabildo gironés, y finalmente, declararse una jurisdicción municipal separada de la provincia de Girón y protegida por la Junta Supremas de Pamplona, que al igual que las del Socorro y Santafé, había sido el resultado de ejecutar un golpe de estado a las autoridades virreinales españolas para imponer un sistema de gobierno autónomo legitimado por una junta soberana compuesta por los regidores criollos. En el trasfondo de los dos ejemplos fue evidente la ausencia y desinterés de los gobiernos jurisdiccionales por dar solución a los problemas planteados. En el primer caso, el gobierno provincial y municipal fue impotente para hacer seguimiento a las disposiciones virreinales siendo tan sólo con la presencia de un alto representante del gobierno y las institucionales reales, y después de un lustro de conflicto, que se asumió la tarea de sancionar, multar y encarcelar a todos aquellos vecinos, encabezados por el cura párroco Zavala, que incumplían lo dispuesto en cuanto al lugar donde debía quedar ubicado el templo parroquial y las casas de los feligreses de acuerdo a su linaje y jerarquía. En el segundo caso, el secuestro y expulsión de Victoriano Paredes, sus hijos y demás estudiantes del colegio universitario de Piedecuesta por parte del ejército de católicos insurrectos que lideraba el obispo de Pamplona aunado a la invasión, hurto y destrucción de la infraestructura y bienes que existían dentro de esa institución fue resultado de la impotencia e incapacidad del naciente gobierno federal del Estado de Santander para enfrentar políticamente y contener bélicamente a sus opositores. Considerando esos antecedentes, se hace necesario que el gobierno municipal representado por el Alcalde y sus funcionarios administrativos asuman sus funciones para con el sector de la educación con un compromiso e interés permanente descentralizando la toma de decisiones e integrándose directamente con las comunidades educativas sin depender de la intermediación de los Rectores o las Juntas de Acción Comunal. Se requiere una administración municipal dispuesta a visitar y hacer presencia de forma regular en las instituciones educativas, atenta a escuchar y dar respuesta a las necesidades y reclamos de los estamentos que conforman cada comunidad educativa, y ante todo, comprometida con la difusión y defensa de los derechos universales y los principios constitucionales que nos rigen al estar dispuesta con sus funcionarios a identificar, denunciar y buscar soluciones pacífica a toda forma de exclusión o discriminación, especialmente en aquellos casos en que las

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ideologías, creencias, convicciones, costumbres o capacidades sicofísicas de las minorías no concuerdan con las prácticas e imaginarios de las mayorías. Regidos por una constitución que reconoce la pluralidad política, religiosa, cultural, socioeconómica, etc. no se justifica aún las tendencias de algunos directivos, docentes y padres de familias que pretenden que las instituciones educativas sean lugares de catequesis y evangelización, de retrograda defensa del statuo quo, de promoción de la discriminación y persecución racial, sexual, social, e incluso, de concentración e inmovibilidad carcelaria al deber permanecer los estudiantes en absoluto silencio dentro de las aulas escolares, entre otras arbitrariedades. Por el contrario, los miembros del Gobierno Escolar deben propender porque las opiniones y tendencias políticas de las familias de los estudiantes sirvan para buscar argumentos de consenso y adopción de acciones comunes a través de los PEI, y por ende en los Pactos de Convivencia (reglamentos), la asistencia de las minorías a los ritos religiosos de las mayorías debe ser un acto voluntario y responsable en horarios diferentes a las jornadas escolares más no una imposición sancionatoria para los estudiantes de cultos o convicciones contrarias, así como todo acto de discriminación, abuso, criminalidad o exclusión por parte de los estudiantes debe ser divulgado, discutido y corregido con ayuda de todos los miembros de cada comunidad educativa como parte de procesos integrales de formación y no como actos represivos delegados a docentes, directivos o representantes estamentales. De tal manera, se necesita que las autoridades educativas municipales promuevan en adelante acciones que empoderen, den mayor importancia y hagan seguimientos eficaces a la tarea que deben cumplir los Consejos Directivos, los personeros y representantes que lideran los Consejos Estudiantiles en cada institución, los representantes de los padres de familia y acudientes agremiados en las Asociaciones de Padres de Familia, así como a los docentes organizados a través de los Consejos Académicos. Para tal fin, es necesario que mensualmente se promueva, autorice y exija en cada institución por lo menos una reunión del Consejo Estudiantil, de la Asociación de Padres de Familia, y especialmente, de cada Consejo Académico con el fin de presentar, estudiar, tomar decisiones y hacer seguimientos interinstitucionales sobre los temas y problemas que les corresponden de acuerdo a las funciones delegadas por la legislación educativa vigente. El Alcalde Municipal y los demás miembros de la Administración Municipal deben reunirse al menos una vez cada trimestre con los miembros y representantes de los Consejos Directivos, en cada una de las sedes principales de las instituciones educativas del Municipio, con el fin de hacer seguimiento y evaluación a los PEI existentes, asumir responsabilidades y tareas mutuas para la solución de los problemas y necesidades de cada institución, articular las peticiones de cada instituciones a los planes y tareas de la JUME, así como proyectar y evaluar el impacto de la educación que reciben los estudiantes de cada institución de acuerdo al enfoque, énfasis o modalidad que articula su currículo.

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2.4 Conversar, discutir, argumentar y acordar. Para articular e integrar todas esas acciones, las autoridades municipales deberán promover semestralmente un Foro Educativo municipal mediante el cual se presenten durante toda una semana experiencias significativas de los PEI a los representantes de los estamentos institucionales presentes, se divulguen y expongan los avances obtenidos con el Proyecto Educativo de la Piedecuestaneidad, se capaciten de forma certificada a los docentes en temas y problemas propios de sus disciplinas profesionales, así como se realicen mesas temáticas en las cuales cada uno de los estamentos presentes manifiesten ante los representantes de la Administración Municipal sus inquietudes, problemas y acciones frente a los casos y situaciones que les atañe con el fin de contribuir a la socialización de las prácticas institucionales, la solidaridad entre estamentos para afrontar situaciones comunes, Finalmente, quienes enviamos nuestros hijos a las instituciones educativas municipales anhelamos y pretendemos que allí se les forme como ciudadanos éticos con conocimientos universales que estén dispuestos a comprender, tolerar y convivir con personas diferentes a ellos, que comprendan quiénes fueron e hicieron sus ascendientes para asumir compromisos con lo que son y se espera de ellos. No estamos dispuestos a aceptar que al final de cada año lectivo se nos entreguen personas confundidas, amargadas, resentidas o atormentadas por las instituciones, los institutores, los directivos o los estudiantes con los que tienen que convivir gran parte de su vida al sometérsele a inhumanos tratos de exclusión, persecución, maltrato, injusticia, castigo vergonzante e indiferencia menospreciante. Desafortunadamente muchos de los “violentos”, “terroristas” y “criminales” que tanto tememos no son el producto de las familias disfuncionales, las injusticias político-económicas ni los conflictos bélicos y sociopolíticos en los que crecieron al ser evidente que una gran parte de ellos son el abominable producto social e intelectual que han generado las aulas de instrucción y deformación escolar por las que pasaron sin modelos de vida que imitar ni retrospectivas sociales o culturales para rememorar y repensar.