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1 AMANECER RUSO Preludio a la Paz mundial prometida A continuación transcribimos una alocución ofrecida por el Dr. Bruce Walters en la conferencia ¡“FÁTIMA: el camino hacia la Paz”! que tuvo lugar en Niagara Falls, Ontario, Canadá el 8 de septiembre de 2013. por Bruce W. Walters, M.D. Excelencias, Reverendos Padres y Religiosos, ilustres oficiales, distinguidos conferenciantes, y hermanos y hermanas en Cristo: Hemos venido a esta conferencia internacional porque vemos que el mundo contemporáneo no se mueve en una trayectoria que conduzca hacia la paz. Durante esta semana, escucharemos varios análisis de lo que no está bien en el mundo sobre aquello que debe corregirse. El erudito e ilustre escritor católico ya fallecido G.K. Chesterton, cuando se le preguntó sobre este tema en el The Times de Londres, ¿“Qué es lo que no está bien en el mundo”?, nos ha dado una respuesta muy breve: Yo, estimados señores”. Cada uno de nosotros, por nuestra tendencia a pecar, contribuye al desorden en el mundo. No importa con cuanto cuidado los gobernantes del mundo tracen planes según la sabiduría humana, jamás llegaran a una solución que logre la consecución de la paz mundial. El plan actual de establecer un Nuevo Orden Mundial, sin Cristo como Rey, apenas puede ayudar a preparar el camino para la aparición eventual del último tirano, el anticristo. Sólo el Inmaculado Corazón puede ofrecer una solución verdadera a los problemas del mundo. Y aquella verdadera solución para la paz mundial ha sido dada a conocer a la humanidad por Nuestra Señora de Fátima, empezando en 1917. El 13 de julio de 1917, Nuestra Señora dijo a Sor Lucía que iba a regresar algún día para pedir la consagración de Rusia. Prometió que cuando su petición fuese obedecida, Rusia se convertiría, y al mundo se le concedería un tiempo de paz. El 13 de junio de 1929, como había prometido, Nuestra Señora se apareció otra vez a Sor Lucía, en Tuy, España, anunciando que había llegado el momento en que el Papa, en unión con http://fatima.org/span/crusader/cr111/cr111p60.pdf

Preludio a la Paz mundial prometida · apenas puede ayudar a preparar el camino para la aparición eventual del último tirano, el anticristo. Sólo el Inmaculado Corazón puede ofrecer

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AMANECER RUSO Preludio a la Paz mundial prometida

A continuación transcribimos una alocución ofrecida por el Dr. Bruce Walters

en la conferencia ¡“FÁTIMA: el camino hacia la Paz”! que tuvo lugar en Niagara

Falls, Ontario, Canadá el 8 de septiembre de 2013.

por Bruce W. Walters, M.D.

Excelencias, Reverendos Padres y Religiosos, ilustres oficiales, distinguidos

conferenciantes, y hermanos y hermanas en Cristo:

Hemos venido a esta conferencia internacional porque vemos que el mundo

contemporáneo no se mueve en una trayectoria que conduzca hacia la paz.

Durante esta semana, escucharemos varios análisis de lo que no está bien en el

mundo – sobre aquello que debe corregirse. El erudito e ilustre escritor católico ya fallecido

G.K. Chesterton, cuando se le preguntó sobre este tema en el The Times de Londres, ¿“Qué

es lo que no está bien en el mundo”?, nos ha dado una respuesta muy breve:

“Yo, estimados señores”.

Cada uno de nosotros, por nuestra tendencia a pecar, contribuye al desorden en el

mundo. No importa con cuanto cuidado los gobernantes del mundo tracen planes según la

sabiduría humana, jamás llegaran a una solución que logre la consecución de la paz

mundial. El plan actual de establecer un Nuevo Orden Mundial, sin Cristo como Rey,

apenas puede ayudar a preparar el camino para la aparición eventual del último tirano, el

anticristo.

Sólo el Inmaculado Corazón puede ofrecer una solución verdadera a los

problemas del mundo.

Y aquella verdadera solución para la paz mundial ha sido dada a conocer a la

humanidad por Nuestra Señora de Fátima, empezando en 1917.

El 13 de julio de 1917, Nuestra Señora dijo a Sor Lucía que iba a regresar algún día

para pedir la consagración de Rusia. Prometió que cuando su petición fuese obedecida,

Rusia se convertiría, y al mundo se le concedería un tiempo de paz.

El 13 de junio de 1929, como había prometido, Nuestra Señora se apareció otra vez

a Sor Lucía, en Tuy, España, anunciando que había llegado el momento en que el Papa, en

unión con

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Jesús mismo, por medio de Su Santísima Madre en Fátima, manda al Papa que junto

con los obispos católicos del mundo consagre Rusia al Inmaculado Corazón de María para

que la devoción a Su Inmaculado Corazón se ponga al lado de la devoción a Su Divino

Corazón. Es sólo “por este medio” que alcanzaremos la verdadera paz en todo el mundo.

todos los obispos católicos del mundo, en cierto día, al mismo tiempo, consagren

formalmente Rusia a su Inmaculado Corazón. Pero no se hizo.

En agosto de 1931, en Rianxo, España, Nuestro Señor mismo se apareció a Sor

Lucía y le confió: ¡“No han querido atender Mi petición!... Al igual que el Rey de Francia

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se arrepentirán, y la harán, pero ya será tarde. Rusia habrá esparcido ya sus errores por el

mundo…”

¿Qué significa la conversión de Rusia?

Sabemos por fuentes impecables – Nuestra Señora de Fátima, y Nuestro Señor

Jesucristo – que, algún día en el futuro, Rusia será debidamente consagrada, y que se

“convertirá”. Sin embargo ¿qué puede significar esta conversión de modo específico? ¿Qué

podríamos esperar que sucediese en una Rusia convertida? ¿Y cómo podría ser

reorganizada la sociedad rusa después de tal conversión verdadera?

Para esbozar las respuestas, hace años empecé a escribir una novela de ficción

futurista titulada Amanecer ruso, publicada en 2011 por Good Counsel Publications.

Fundamentada en la enseñanza social católica, la novela es una tentativa de imaginar cómo

una nación convertida, en el mundo contemporáneo, se reorganizaría a sí misma. En las

palabras de Nuestra Señora, la “conversión” sólo podría significar la vuelta hacia la verdad

abrazándola – hacia la única religión que es verdadera, la Fe católica romana, que nos ha

sido trasmitida por los bienaventurados Apóstoles y los Padres y Doctores de la Iglesia.

En nuestro mundo post revolucionario y modernista, la gente está programada para

asumir que la religión es un asunto privado, y que los gobiernos no pueden experimentar

conversiones religiosas del mismo modo a como los individuos pueden experimentarlas.

Pero la historia muestra que sociedades han prosperado, tanto material como

espiritualmente, precisamente cuando los gobiernos oficialmente confesaron la única

religión verdadera, la Fe Católica Romana. James Bemis, un editorialista para Latin Mass

Magazine, ha escrito una serie de encantadores artículos históricos titulados “Mejor cuando

es católica”. Cada artículo describe una nación específica, detallando como era la vida

cuando la nación era un Estado Católico Confesional. Si ustedes dudan de que en tiempos

pasados las naciones se hubiesen convertido, lean estos artículos. Estudien también lo que

sucedió después de que Nuestra Señora de Guadalupe, Patrona de las Américas, se

apareciese a Juan Diego en México. Nueve millones de conversiones sucedieron dentro de

un breve período de 10 años. La gente renegó de su religión pagana que practicaba el

sacrificio humano en una escala masiva. En lugar de eso, abrazaron la única Religión

verdadera – en que los hombres eran exhortados bajo mandato divino a amar a Dios de

todo corazón, y a amar a sus próximos como a sí mismos. Eventualmente los Estados

Católicos Confesionales nacieron por toda América latina edificando una civilización de fe

y de dignidad que ha ayudado a cambiar el mundo.

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Nuestra Señora presente en el Parlamento europeo – Estrasburgo

Ora et labora, “Ora y trabaja”. En esta foto de Associated Press (que apareció en los

principales medios de comunicación de la prensa y en Internet la mañana de la visita del Papa

y del Padre Gruner a la sede del Parlamento de la Unión Europea en Estrasburgo), vemos un

ejemplo vigente de la admonición de San Benedicto. Nuestra Señora ha obrado prodigios por

medio de esta imagen de la Virgen Peregrina de este apostolado en respuesta a las oraciones

de los miembros de nuestro equipo misionero (incluyendo a nuestro voluntario, el Hermano

Bernardo, fotografiado aquí). Fue durante la espera fría y larga fuera el edificio del

Parlamento después de la procesión de Rosario del lunes, que Nuestra Señora respondió a

nuestras oraciones de que, a la mañana siguiente, se abriesen las puertas del Parlamento a su

imagen.

¿Puede convertirse una nación moderna?

Ciertamente los individuos se pueden convertir. Pero ¿se puede convertir una

nación moderna? Sabemos que sí puede, sí, porque Nuestra Señora nos ha dicho que

sucedería – a Rusia. El Padre Joaquín Alonso, que había conducido muchas entrevistas

con Sor Lucía, escribió en 1976 lo siguiente:

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“… Podríamos decir que Lucía ha pensado siempre que la

‘conversión’ de Rusia no se entiende sólo de un retorno de los pueblos de

Rusia a la religión cristiano-ortodoxa, rechazando el ateísmo marxista y ateo

de los soviets, sino que se refiere pura y llanamente a la conversión total e

integral de un retorno a la única y verdadera Iglesia, la católica romana”.1

En la novela Amanecer ruso, la vasta mayoría de almas individuales en Rusia

experimentaban una milagrosa conversión de corazón poco tiempo después de que su

nación era debidamente consagrada al Inmaculado Corazón. Incontables individuos

convertidos se centran primero en cómo reordenar sus propias vidas para conformarse a las

enseñanzas de Cristo el legislador – tal y como son enseñadas por la Iglesia Única, Santa,

Católica y Apostólica quien Él edificó sobre la roca de Pedro. Pero poco después, tales

individuos convertidos caen en la cuenta de que las instituciones colectivas de las que

forman parte – como los gobiernos locales, estatales y nacionales – también necesitan ser

obedientes y guiados por la misma ley de Cristo.

Un estado católico confesional

Se establece un Ministerio de Reorganización Social Católico utilizando la

sabiduría colectiva de obispos, gobernadores políticos, y peritos académicos. El Ministerio

declara una serie de recomendaciones políticas, haciendo una primera tentativa de fundar

un Estado Católico Confesional contemporáneo. Como se señala en el folleto anunciando

esta conferencia: “El propósito del gobierno es el bien de aquellos que son gobernados”. ¿Y

qué bien hay más elevado, que la salvación de las almas?

‘Por tanto, buscad primero el reino de Dios y su justicia; que todo lo

demás se os dará por añadidura’. [Lucas 12:31]”

¿Qué es la afinidad apropiada entre el Estado y la Iglesia? Encontramos la respuesta

en Immortale Dei, de la encíclica del Papa León XIII de 1885, Sobre la constitución

cristiana del estado.2 En esta encíclica somos instruidos:

“La Iglesia… [que] tiene como fin la salvación y la felicidad eterna de

las almas, procura, sin embargo, tantos y tan señalados bienes, aun en la

misma esfera de las cosas temporales, que ni en número ni en calidad podría

procurarlos mayores si el primero y principal objeto de su institución fuese

asegurar la felicidad de la vida presente. Los pueblos que recibieron esta

civilización superaron a los demás por su equilibrio, por su equidad y por las

glorias de su historia.

“No es difícil determinar el carácter y la forma que tendría la sociedad

política…Sólo Dios es el verdadero y supremo Señor de las cosas. Todo lo

existente ha de someterse y obedecer necesariamente a Dios. Hasta tal punto,

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que todos los que tienen el derecho de mandar, de ningún otro reciben este

derecho si no es de Dios, Príncipe supremo de todos.

“[Con respecto a la] forma de gobierno… La elección de una u otra

forma política es posible y lícita, con tal de que esta forma garantice

eficazmente el bien común y la utilidad de todos. Pero… los jefes del Estado

deben poner totalmente la mirada en Dios, supremo gobernador del universo,

y tomarlo como modelo y norma en el gobierno del Estado.

“Por tanto, el poder debe ser justo, no despótico, sino paterno, porque

el poder justísimo que Dios tiene sobre los hombres está unido a su bondad

de Padre. …No se puede permitir en modo alguno que la autoridad civil

sirva al interés de uno o de unos pocos, porque está constituida para el bien

común de la totalidad de la sociedad.

“… el Estado tiene el deber de realizar…[el] culto público. Los

hombres no están menos sujetos al poder de Dios cuando viven unidos en

sociedad que cuando viven aislados. …de la misma manera los Estados no

pueden obrar, sin incurrir en pecado, como si Dios no existiese, ni rechazar la

religión como cosa extraña o inútil, ni pueden, por último, elegir

indiferentemente una religión entre tantas. Todo lo contrario. El Estado tiene

la estricta obligación de admitir el culto divino en la forma en que el mismo

Dios ha querido que se le venere.

“Es, por tanto, obligación grave de las autoridades honrar el santo

nombre de Dios. Entre sus principales obligaciones deben de tener la

obligación de favorecer la religión, defenderla con eficacia, ponerla bajo el

amparo de las leyes, no legislar nada que sea contrario a la incolumidad de

aquella.

“Obligación debida por los gobernantes también a sus ciudadanos.

Porque todos los hombres hemos nacido y hemos sido creados para alcanzar

un fin último y supremo, al que debemos referir todos nuestros propósitos, y

que está situado en el cielo, más allá de la frágil brevedad de esta vida…. Por

tanto, es necesario que el Estado…asegure…[que] se den todas las

facilidades posibles a los ciudadanos para el logro de aquel bien sumo e

inconmutable que naturalmente desean. La primera y principal de todas ellas

consiste en procurar una inviolable y santa observancia de la religión, cuyos

deberes unen al hombre con Dios”.

En Amanecer ruso, el Estado ruso nuevamente convertido se reorganiza según los

principios anteriormente detallados en Immortale Dei. Vamos a resumir ahora cómo se

prevé la futura estructura de Rusia como un Estado Católico Confesional:

1. La conversión de la Iglesia ortodoxa rusa

¿Después de la conversión de Rusia, qué sucederá con la Iglesia ortodoxa rusa que

comprende 95% de los cristianos ortodoxos del mundo? La novela señala que,

teológicamente, los ortodoxos están muy próximos a la Iglesia católica, y que fácilmente

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podrían volver a la grey católica, además de que han conservado su liturgia antigua, de

modo semejante a como han hecho los católicos del uso anglicano.

En cierta época, el Papa San Pío X había aprobado el uso de la liturgia ortodoxa

rusa por sacerdotes católicos en Rusia. La Iglesia ortodoxa rusa simplemente se convierte

en un Rito ortodoxo dentro de la Iglesia católica romana, con sus obispos sumisos al

Pontífice romano, y algunos pocos errores teológicos corregidos como la omisión en el

Credo de la fórmula filioque.

2. La forma de gobierno

Los rusos nuevamente católicos se daban cuenta de que el Cielo mismo es una

monarquía, y que en la Iglesia el Papa es también un monarca y los Cardenales son como

príncipes que rigen una jerarquía de oficiales subordinados. Rusia, una república moderna

durante el siglo pasado, tiene una historia previa de haber sido una monarquía cristiana que

había existido desde hacía mil años. Por eso, después de la conversión de Rusia, un

referendo público tiene lugar para determinar si la mayoría del Pueblo ruso quiere

reestablecer su monarquía cristiana. Se ofrecen a los votantes tres opciones:

1. un autócrata católico limitado sólo por la ley de Cristo y su Iglesia;

2. un monarca limitado por una Constitución imperfecta elaborada por las mentes de los

hombres; o

3. una legislatura que hace las leyes con un monarca ceremonial que no tiene el poder

verdadero.

Pues bien, por haber sido milagrosamente convertida, una mayoría de votantes

eligen al autócrata católico.

Además de eso los rusos deciden el restablecimiento de la dinastía cristiana

ortodoxa que había gobernado Rusia durante los 350 años antes de la revolución anti-

cristiana de 1917.

Reyes sucesivos, llamados Zares, son escogidos por Dios por medio de una

primogenitura masculina, y así son colocados por encima de la política y de la influencia

grande de dinero.

El nuevo Zar restaura San Petersburgo como la capital futura, y la gobierna desde el

palacio de Alejandro donde el último Zar había residido hasta 1917.

Los 83 principados de la nación – comparables a estados o provincias – son para ser

gobernados por príncipes llamados Duques, nombrados por el Zar.

Regiones locales denominadas “condados” son gobernados por príncipes locales

llamados “Condes”, nombrados por los Duques.

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Las ciudades, municipios, y aldeas – los gobiernos más locales – operan bajo un

sistema de oficiales elegidos democráticamente.

La democracia verdadera sólo

puede funcionar a nivel local

Esto refleja la realidad obvia de que la democracia verdadera sólo puede funcionar a

nivel local. Un parlamento nacional se establece para proporcionar consejo al Zar que es

verdaderamente representativo de los intereses culturales locales y de pequeñas empresas.

El parlamento se reunirá dos veces por año en la capital por un máximo de un mes por

sesión. Sus miembros tienen que pasar los otros 10 meses cada año ganándose la vida en

sus pueblos locales.

Las calificaciones para los Miembros del Parlamento incluyen el que sean

acreditados por el obispo local de que son católicos del Rito romano u ortodoxo de buena

reputación; y que cada uno es propietario-jefe de una empresa local en su distrito que

emplea entre 20 y 100 personas. De este modo, el Zar no recibirá consejo de grandes

empresas o cabilderos pagos, sino de empresarios locales que tienen que vivir y trabajar

bajo las leyes que han recomendado.

Pero fíjense: el parlamento es un cuerpo consultivo, y no legislativo. El autócrata

por sí sólo hace y cambia las leyes, para que la política no predisponga contra su sabiduría

ni contra su mandato de rendir cuentas en primer lugar a Cristo y a su Iglesia. “Acuerdos”

políticos o la compra de votos por medio de transigencias no tienen lugar en un sistema

católico de gobierno tal. Un examen religioso de cada uno, antes de asumir el cargo

público, es tanto más apropiado como necesario en un Estado Católico. Esto no constituye

una discriminación injusta ya que todas las personas son igualmente libres e idóneos para

abrazar la única fe verdadera, que es el deber de todos ante Dios.

3.La restauración de la nobleza

En un Estado Católico Confesional, la nobleza comprende una clase de hombres y

mujeres, en su mayoría elegidos por la concepción y el nacimiento, que llevan el mandato

de servir el Pueblo como líderes. Se espera de ellos que públicamente modelen las virtudes

católicas tanto en sus vidas personales como en lo que emprenden públicamente.

Destacados ciudadanos comunes merecedores del estatus noble pueden ser elevados

a la nobleza por el Zar, y aquellos nobles cuyo comportamiento les hace indignos pueden

ser degradados por el Zar al estatus de gente ordinaria. En un Estado Católico, la nobleza

no es un vehículo para vivir disipados financiados por la riqueza heredada. Es, antes, un

reconocimiento público de que varias jerarquías forman parte de la hermosura de la

creación – y que la radical “igualdad” forzada típica de las llamadas democracias modernas

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es un aspecto de la revolución modernista contra Dios. El sistema tradicionalista de

seleccionar los monarcas y la nobleza gobernante por la concepción y el nacimiento

constituye una confesión pública de que tanto la anticoncepción como el aborto suplantan

la prerrogativa de Dios de seleccionar el liderazgo para la próxima generación.

4. Dinero honesto

Un Estado católico es obediente al mandato bíblico de tener pesos y medidas

honestas. El dinero propiamente sirve a dos propósitos: tanto como un patrón de valor,

como un modo conveniente de intercambio. El dinero honesto facilita el intercambio justo y

transparente de los bienes. La Sagrada Escritura supone que el oro y la plata son las formas

usuales de dinero; y la historia milenaria proporciona pruebas verdaderas de esto desde el

los principios de la historia registrada hasta 1971, cuando el Presidente estadounidense

Nixon finalmente cortó toda conexión entre las monedas modernas de “fiat” y los metales

preciosos.

En Amanecer ruso, el gobierno católico inmediatamente reintegra las monedas de

metales preciosos como el efectivo que circula. Notas de papel, representando oro

depositado en la tesorería federal, sirven como una alternativa conveniente para manejar

sumas más grandes. No habría necesidad de un banco central en un sistema tal, sino apenas

una tesorería para el depósito de las reservas de metales preciosos, que estaría públicamente

sujeto a una revisión de cuentas anual.

5. La subsidiaridad

Un Estado católico estaría coordinado según el principio de la subsidiaridad, que

nos enseña que la centralización y burocracia inclinan hacía la maldad, y que la toma de

decisiones debe ser hecha al nivel más local posible.

Los pueblos, municipios y ciudades pueden operar sobre una base democrática y la

mayoría de las reglas deben ser implementadas a ese nivel para que fácilmente puedan

modificarse según las necesidades y circunstancias locales. Poca regulación es necesaria a

nivel estatal o nacional, y por eso el Duque que gobierne estados y el Zar gobernando toda

la nación normalmente en raros casos intervendrían en asuntos locales. Tal subsidiaridad

era típica de las monarquías católicas que edificaron la civilización occidental, y hasta era

típico del gobierno estadounidense seglar como originalmente se había concebido.

6. La fraternidad suplanta el tribalismo

El concepto de la fraternidad entre los hombres es únicamente cristiano. Antes de la

venida de Cristo a este mundo, los hombres creían en la virtud de defender y favorecer su

propia tribu o nación aún a riesgo de perder la propia vida y hasta a expensas (si fuese

necesario) de la vida de otros hombres y naciones.

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Ha sido Nuestro Señor Jesucristo quien ha cambiado esto. San Juan nos dice, “Vino

a su propia casa, y los suyos no le recibieron”. Primero envió discípulos de dos en dos a

través de la nación de Israel para anunciar la llegada de su Mesías-Rey. Sin embargo apenas

unos pocos aceptaron Su mensaje. Al final, sus líderes indujeron a los romanos a crucificar

a su Rey, demostrando así, como nación, su indignidad de ya no ser considerada especial.

A San Pedro, el primer Papa, le fue concedida una visión en la que se le mostraba

que el Evangelio también iba a ser para los gentiles – es decir, para todas las naciones tanto

judías como gentiles. Era así como la Iglesia fundada por Cristo vencía el tribalismo y

establecía la verdadera fraternidad universal entre los hombres. Todos hemos sido llamados

a ser “guardianes de nuestro hermano” – y todas las naciones han sido llamadas a ayudar a

elevar a su prójimo a las bendiciones de la civilización cristiana.

Pero la práctica de tal fraternidad empieza en casa. En el Reinado ruso, la jerarquía

eclesiástica se vuelve al modelo de la monarquía y de la fraternidad que caracterizaba a la

Iglesia hasta 1960. Los obispos han de ser como padres para sus queridos sacerdotes, y

deben relacionarse con ellos como miembros de la misma familia y no como empleados de

una corporación.

Ningún departamento diocesano de recursos humanos ni la dirección de liderazgo

laico debe de intervenir entre un obispo y sus hermanos sacerdotes. Los sacerdotes deben

de aspirar, de nuevo, en la mayoría de los casos, a ser padres en una sola parroquia durante

toda su carrera, para que puedan una vez más florecer en la Iglesia la paternidad y

fraternidad verdaderas.3 En modo semejante, el Zar ha de comportarse como un padre

cariñoso hacia su nación. Debe descubrir modos de cómo reunirse regularmente con

personas corrientes y escucharlas. Como un buen padre, debe ser modelo de

comportamiento justo y de creyente ortodoxo que toda su familia – la nación –seguramente

puede emular.

7. La enseñanza

“La educación en un Estado católico es primero responsabilidad de los padres de

familia que rendirán cuentas a Dios por la formación de sus hijos. La Iglesia es responsable

para guiar e instruir a los padres, y asistirles en todos los modos posibles”. Aunque los

padres de familia tienen el derecho absoluto a educar en casa, hay escuelas cooperativas

localmente financiadas, limitadas a un barrio o pueblo, y controladas por los padres de

familia del lugar, que pueden ser superiores. Las recomendaciones del currículum podrían

ser promulgadas por la Iglesia, pero no por el gobierno, que no tiene competencia para

regular la educación. En un Estado católico las minorías religiosas serían toleradas pero no

alentadas, y tendrían que formar y financiar sus propias escuelas locales si es que no desean

que sus niños reciban la enseñanza católica acostumbrada.

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La Catedral de Estrasburgo

8. Las universidades

“Una universidad es un conjunto de escuelas que reúne grupos de eruditos

especializados en cada disciplina importante para el propósito de promover el avance en el

conocimiento y consecución humanos en las distintas artes y ciencias. En un Estado

católico, las universidades reciben ayuda económica por medio del sistema de impuestos.

A cambio, las universidades tienen que trabajar para mejorar la felicidad y prosperidad de

la sociedad cristiana en las esferas artísticas, morales, y pragmáticas”. El rey y los príncipes

locales, “bajo la dirección de la Iglesia, supervisan la calidad de aquellos que detentan

El Papa Francisco en

Estrasburgo – el martes el 25 de

noviembre de 2014, el Papa

Francisco se dirigió a la sesión

plenaria del Parlamento de la

Unión Europea en Estrasburgo

Francia sobre una variedad de

temas – la ecología, el desempleo,

la inmigración… El Padre

Gruner también se dirigió al

Parlamento de la Unión Europea

el mismo día, pero con un

mensaje distinto y mucho más

importante. Si el Papa no se

mueve dentro de poco a

consagrar Rusia al Inmaculado

Corazón de María de la manera

especificada por Nuestra Señora

de Fátima, el mundo (que

incluye todas las naciones de la

Unión Europea) sufrirá las

consecuencias terribles

predichas por Nuestra Señora.

El Padre Gruner señaló que ¡si

miembros suficientes del

Parlamento de la Unión Europea

firmarán la petición formal

iniciada en 2012 por The Fatima

Center y ya formalmente

aceptada por el Comité para

Peticiones Parlamentarias, un

gesto público tal quizás pueda

mover al Papa Francisco a

obedecer finalmente a la petición

de Nuestra Señora de Fátima de

la consagración de Rusia y

salvar Europa de la

aniquilación!

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cargos en las universidades. Un anual juramento público de lealtad al Magisterio de la

Iglesia católica es requerido a todos los profesores…Por definición, aquellos que rehúsen

jurar están en oposición a la Verdad (y por tanto en coalición con el error) y por eso no

pueden ser de confianza para ayudar a formar la mente y corazón de la juventud

[cristiana]…”

“Ya que la Verdad definitiva se ha revelado a los hombres por Dios, y ha sido

confiada a Su Iglesia como el Depósito de la Fe, la teología católica es Reina de las Artes y

Ciencias, y la filosofía tomista el método más plenamente desarrollado de analizar la

verdad con precisión de pensamiento. Por lo tanto, las artes y ciencias naturales deben ser

edificadas sobre la fundación segura de la Verdad católica para verdaderamente avanzar y

no naufragar”. Un caso a punto sería el asunto Galileo.

El Apologista católico y erudito científico, Dr. Robert Sungenis, ha mostrado

definitivamente en su libro de 2013, Galileo Was Wrong: The Church was Right (Galileo

estaba equivocado y la Iglesia tenía razón) que la ciencia moderna en efecto ha naufragado

por promover la errónea teoría heliocéntrica durante los pasados 500 años. Me gustaría

referirles a la película documental The Principle (El Principio) para los detalles

introductores sobre este tema fascinante. Un ejemplo más ampliamente comprendido sobre

el naufragio de la ciencia en un estado laical es la teoría de la evolución de las especies, que

permanece sin prueba alguna hasta hoy, porque ni una sola creíble especie transicional se

ha descubierto aún después de 150 años de búsqueda.

9. Los cuidados de la salud

“El tratamiento y prevención de las enfermedades es una Obra Corporal de

Misericordia y por tanto inseparable de la religión católica…[Casi] todos los cuidados de

salud se hacen necesarios cuando caemos en el infortunio de los males y de las

enfermedades. Pagar el precio justo por los productos que se proporcionan, y un salario

justo por el trabajo que se emprende en cuidar a los otros es de justicia y correcto; pero es

inmoral lucrarse a causa del infortunio de los otros”.

En un Estado católico, los cuidados sanitarios se gestionarían como un negocio

privado y local con grandes facilidades para los hospitales u hogares de ancianos, sin ánimo

de lucro, pertenecientes y gestionados por la Iglesia o los municipios. La regulación de las

instituciones para los cuidados de la salud se haría al nivel comarcal, y las cadenas de

empresas dedicadas a los cuidados sanitarios en varias comarcas no se permitirían porque

su gestión llega a estar demasiado apartada de la gente local. Las empresas que desarrollan

productos para la medicina, incluyendo los farmacéuticos, conseguirían sus certificaciones

de seguridad no por medio del gobierno sino a través de laboratorios de ensayo

independientes, o por medio de contratos privados con universidades dedicadas a la

investigación.

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Cada infraestructura local de los cuidados de la salud determinaría qué patrones de

seguridad serían necesarios, juzgando los gastos contra riesgos contra beneficios a la luz de

la situación local. No sería necesaria la prerrogativa del gobierno de intervenir en la

profesión experimentada de la medicina. La certificación de los profesionales de los

cuidados de la salud podría ser autorizada por consejos de administración compuestos de

profesionales con experiencia al nivel estatal. Todas las prácticas de los cuidados de salud

estarían reguladas por la ley moral tal y como es elaborada por la Iglesia.

10. La Banca

En un Estado católico, con oro y plata como dinero, la banca de reserva fraccional

no estaría permitida, y la usura sería ilegal. Aunque toda la economía del mundo moderno

funciona en base a la usura, todavía está condenada por la Iglesia. La inversión a riesgo, en

la que el prestamista prospera o fracasa junto con el prestatario está permitida por la Iglesia.

Pero la usura es el lucro por medio de los intereses de los préstamos, donde se exige el

reembolso de la cantidad original además de una suma adicional sin hacer caso de si el

prestatario prospera o fracasa.

La usura implica un aumento ilimitado del suministro de dinero, porque siempre

tiene que ser reembolsado más dinero de lo que originalmente se había prestado. Esta

inflación ilimitada del suministro de dinero es causa de un aumento continuo en los precios

– de tal modo que la prudencia de vivir según nuestros medios y ahorros es castigada; en

cambio, debido al incentivo perverso de la inflación, es premiado el vivir por encima de

nuestros propios medios incurriendo en deudas. En un Estado católico, los bancos estarían

limitados a nivel local para servir a un área de mercado sin mayor extensión que la comarca

en la que están fundados.

Tales bancos así limitados, sólo prosperarían conforme la prosperidad de la

economía local. Podrían obtener beneficios solamente por medio de inversiones hechas

localmente y promoviendo así el éxito de empresas locales. Sus bienes habrían sido

honestamente adquiridos por el hecho de contribuir a aumentar en general la prosperidad

local – nunca obtenidos a costa de los intereses de los prestatarios convertidos en sus

víctimas, o por la manipulación de apuestas de juegos de vastos mercados manipulados

basados en contratos futuros o los llamados derivativos. La costumbre anticatólica de la

usura es la causa fundamental de la crisis deudora que hoy en día está dando vueltas en

espiral fuera de control a lo largo y ancho de las naciones occidentales. La usura está

condenada por la Iglesia católica, y no se puede permitir en un Estado católico.

11. El comercio

En un Estado católico, a los trabajadores productivos y de confianza se les pagaría

un justo salario, para que un hombre casado empleado a tiempo completo pueda sustentar

adecuada (y no extravagantemente) a su mujer y a tantos niños como Dios les quiera dar.

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Esto necesariamente implica algunos límites en los beneficios empresariales, porque la

riqueza tendría que ser ampliamente distribuida y no concentrada excesivamente en las

manos de unos pocos.

Las corporaciones estarían prohibidas o estrictamente limitadas en tamaño. La gran

corporación, una enorme “persona” ficticia que nunca muere, y a la que le falta un alma

inmortal que tenga que rendir cuentas a Dios, es una abominación moral. Las iniciativas

empresariales deben pertenecer personalmente a alguien y ser gestionadas a nivel local, y

en la mayoría de casos no se les debería de permitir crecer más allá de las fronteras de la

comarca en la que están fundados. La gente en general debe invertir sólo a nivel local

donde los gestores y su reputación personal y sus iniciativas empresariales pueden ser

conocidas y observadas.

12. La agricultura

La política social católica debe estimular el volver a la tierra, donde ambos el

fabricante y/o artesano y la agricultura deben emprenderse a escala de empresas locales. El

“Agro-negocio”, en forma de corporaciones, priva a un gran porcentaje de la población de

la oportunidad de vivir cerca de la tierra en comunidades interdependientes de un tamaño

humano.

13. El manejo de riesgo

El seguro lucrativo es inmoral y no estaría permitido en un Estado católico. Sino

que, cooperativas localmente gestionadas podrían mancomunar los riesgos, y determinar

anualmente el costo justo de cubrir los daños aprobados. En general, mancomunidades de

riesgos no operarían más allá de una región mayor que una comarca, para que el liderato y

los participantes puedan tener una familiaridad personal con las costumbres locales,

riesgos, y demandas. Los gobiernos al nivel estatal y nacional podrían conservar sumas de

ingresos para compensar pérdidas a causa de los desastres. Los trabajadores que

administran mancomunidades de riesgos tendrían salarios justos, pero las mancomunidades

de riesgos serían sin ánimo de lucro y tendrían las cuentas completamente transparentes que

sustentasen las variaciones anuales de tasas.

14. El financiamiento de los Consumidores

En un Estado católico con dinero adquirido honestamente, sin usura, y una

economía distributiva en la que los salarios justos son la norma, los ciudadanos son

alentados a evitar la deuda y a practicar la austeridad y el ahorro. La moderna alquimia en

la que la deuda de los consumidores es un vehículo para el aumento de la riqueza

económica es contraria a la Verdad. Adelantando la gratificación hasta que hayamos

trabajado y ahorrado, para poder comprar los bienes deseados, tiende hacia la riqueza y la

prosperidad verdaderas durante tiempo. Sin el azote modernista de la usura y la

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consecuente inflación, la virtud de la austeridad es capaz de producir fácilmente sus frutos

ineludibles.

15. Los impuestos

Los impuestos, un mal necesario, deben ser uniformes, transparentes, y

estrictamente limitados en un Estado católico. La ingeniería social por medio de códigos

complejos de impuestos es contraria a la justicia social, excepción hecha de ciertos

descargos para ayudar y alentar a las familias más numerosas. A la luz de la antigua y

excelente costumbre de dar el diezmo de nuestros ingresos a la Iglesia o para la caridad

cristiana, cualquier gobierno que osase pedir tanto como el diezmo en impuestos trataría de

imponerse por encima de la Iglesia.

The Fatima Center nunca deja pasar la ocasión de recordar a los Ministros de Nuestro Señor

sobre el urgente Mensaje de Fátima – dondequiera que pueda, ¡hasta en el umbral del

Vaticano! Nuestra imagen de la Virgen Peregrina (véase fotografía superior) fue llevada en

procesión diariamente a través de la Plaza de San Pedro a plena vista del Papa y de los cientos

de Obispos reunidos para el Sínodo sobre la Familia del pasado mes de octubre. Ha sido la

intervención de Nuestra Señora de Fátima, gracias en parte a nuestras diarias procesiones del

Rosario, quien ha desviado el rumbo desastroso anunciado en el informe provisional del

Sínodo. La imagen de Nuestra Señora es, por sí sola, un emblema poderoso de Gracia y

Pureza, desterrando la influencia vergonzosa de los demonios.

La familia es la unidad básica de la economía, y se le debe dar libertad para retener

la mayor parte de sus ingresos, y de tomar sus propias decisiones sobre cómo usar lo que

ingresan según las circunstancias personales y locales. En Amanecer Ruso, el Zar

recomienda un impuesto uniforme del 4 por cien para el condado, del 3 por cien para el

estado, y del 2 por cien para el gobierno federal, sumando un total de 9 por cien. Pero que

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sería reducido por el valor de un 1 por ciento por cada niño dependiente menor de la edad

de 18, o por parientes adultos dependientes viviendo en casa. Por eso, una familia con

nueve hijos menores de la edad de 18 no tendría que pagar impuesto alguno.

16. La asistencia social y los derechos

En un Estado católico, cuidar a los pobres, a las viudas, y a los huérfanos es una

Obra de Misericordia Corporal mejor supervisada por familias individuales; o si fuese

necesario, con la asistencia de la Iglesia. El papel apropiado del gobierno es el de proteger a

las familias y crear un ambiente social y económico en el que las familias y los individuos

puedan florecer mediante un comportamiento responsable y moral.

Aquellos que se hallan en la indigencia sin culpa propia deben de poder contar con

la caridad de la Iglesia. La Iglesia, al nivel local, es la mejor institución capaz de

administrar medios como orfanatos; albergues para indigentes, víctimas de malos tratos, y a

aquellos sin casa ni hogar; las comunidades para jubilados; hogares de ancianos y recursos

para la vida asistida. Políticas sociales que alientan a los matrimonios a ser generosos en la

procreación darían como resultado que un número mayor de jóvenes respondan a su

vocación a la vida religiosa. El espíritu misionero de la Iglesia Militante en la tierra abarca

una tradición de numerosos Hermanos y Hermanas religiosos que sirven como profesores

en escuelas y como enfermeras en instituciones dedicadas al cuidado de los necesitados.

Por eso, en un Estado católico vivo, los gastos para realizar servicios sociales

adecuados llegan a ser significativamente reducidos, mientras que se mejora la calidad del

servicio.

17. La ley

En el Estado católico confesional ruso, la Corona oficialmente declara que hay una

sola Religión verdadera, la Fe católica romana, que incluye entre sus varios ritos, el Rito

romano y el Rito ortodoxo. Todas las otras religiones contienen por lo menos algún error, y

serán toleradas pero no sustentadas por el Reino ruso.

La Ley de Cristo, tal y como es enseñada y explicada por el Magisterio de la Iglesia

católica, es la ley del Reino ruso... el Zar es un autócrata con respecto a todos los hombres,

pero es un siervo obediente con respecto a Dios Todopoderoso. El mandato del Zar es hacer

cumplir, alentar, y ejemplarizar la obediencia a la Ley de Cristo dentro de las fronteras del

Reino ruso; y hasta el punto en que le sea posible, hacia todos los hombres de todas partes.

El Zar no tiene poder para hacer ley alguna contraria a la Ley de Cristo o a las reglas de la

Iglesia de Cristo, ni posee el Zar poder alguno de dispensar de la obediencia a la Ley o

reglas anteriormente mencionadas.

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Los derechos de Dios toman primacía sobre los derechos de los hombres. Los

hombres tienen un derecho a la vida desde la concepción hasta la muerte natural y Dios

tiene el derecho de determinar cuando los hombres deben ser concebidos y cuando deben

morir… Los hombres tienen el derecho de esa libertad verdadera que es hacer la voluntad

de Dios, pero no tienen la libertad de romper con impunidad la Ley de Dios.

Por eso, los hombres tienen el derecho de decir la verdad con libertad, pero no

tienen un derecho igual de proclamar el error. Los hombres tienen un derecho y un deber de

creer y obedecer a la única religión que es verdadera, la Religión católica romana, pero no

pueden ser forzados a hacerlo por el Estado o por la Iglesia. Entonces el Estado promoverá

la religión verdadera, pero apenas tolerará las religiones falsas.

Dios llama a todos los hombres en toda la faz de la tierra a ser una sola familia en el

Cuerpo de Cristo, que es la Iglesia católica. Por lo tanto, la discriminación basada en la

religión no es sólo legal, sino un requisito de la caridad; porque nunca puede ser caritativo

dejar a un hermano en las tinieblas del error antes que amorosamente invitarlo a venir a la

luz de la Verdad. Un Estado católico puede – y en la mayoría de los casos debe – imponer

un examen religioso para los altos cargos, porque aquellos que no son capaces de ratificar

la Verdad públicamente no son de confianza fidedigna para la administración del bien

público.

Un trabajador tiene que ser retribuido con un salario justo que le haga capaz de

sustentar a su mujer y una familia numerosa de un modo adecuado pero no con lujos. La

justicia social, entonces, puede necesitar que a los hombres con familia numerosa se les

pague un salario más alto por el mismo trabajo que a un hombre soltero o con una familia

pequeña… Como regla general, los trabajadores más altamente retribuidos en una empresa

o en una sociedad no deben de recibir salarios alrededor de diez veces más que los

trabajadores con los salarios más bajos. Esto proporciona el incentivo adecuado para

trabajar bien, sin enriquecer indebidamente a pocos a expensas de los muchos.

Los Días Santos de Precepto deben de ser días festivos legales. La mayoría de las

empresas, excepto las que sean necesarias para la preservación de vida, deben de estar

cerradas los Días Santos y los domingos.

CONCLUSIÓN

Hemos expuesto unos pocos puntos notables sobre la naturaleza verosímil de un

futuro Estado católico confesional, una nación que por su brillante ejemplo de justicia y

santidad seria el catalizador para el período de paz mundial prometido por el Cielo.

La historia en Amanecer Ruso vaticina que después de que un poderoso Estado

católico confesional aparece ante los ojos del mundo moderno, la gente de muchas otras

naciones se dará cuenta de la paz, verdadera libertad y prosperidad características del

Estado católico ruso y clamarán para emular las virtudes católicas rusas dentro de sus

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propias fronteras. Es también de esperar que un Estado católico confesional produzca una

abundancia de vocaciones religiosas, que esparcirían a lo largo y ancho del mundo una

nueva y fervorosa fuerza misionera para reedificar la Cristiandad católica.

Por este medio, la paz mundial se manifestará: unas tras otras, las naciones dejarán

de servir al príncipe de este mundo y a su reino de mammón. En cambio, las naciones

adoptarán el ejemplo de Rusia en implementar el Reinado Social de Nuestro Señor

Jesucristo.

La solución para la paz mundial es la conversión de la mayoría de los hombres y

naciones a la única religión verdadera – y la consecuente sumisión de los gobiernos a la

Ley de Cristo y bajo la dirección benevolente de Su Iglesia. Nuestra Señora de Fátima nos

ha dicho que la paz mundial ciertamente seguirá a la Consagración de Rusia realizada por

el Papa y por todos los obispos católicos del mundo, en el mismo día y al mismo momento,

a Su Inmaculado Corazón. Cierto día, una simple oración de cinco minutos llevará la paz al

mundo. Jesús dijo a Sor Lucía que el Santo Padre lo hará, pero lo hará tarde.

Para el Corpus Cristi del 2013, el Santo Padre pidió que todas las catedrales del

mundo sincronizasen con el Papa en Roma, para que todos pudiesen adorar al Santísimo

Sacramento durante la misma hora. Aún más recientemente, el Papa Francisco anunció un

plan para llevar la imagen de Nuestra Señora de Fátima desde el santuario de Portugal a

Roma para el 13 de octubre de 2013 – cuando el Papa planea hacer aún otra consagración

del mundo a Nuestra Señora de Fátima.

Hermanos y hermanas recemos, empecemos hoy, para que nuestro querido Santo

Padre obtenga la gracia de comprender cuan cerca él está de la obediencia completa a

Nuestra Señora de Fátima: necesita apenas ordenar (no pedir) a todos los obispos

sincronizar con él una vez más, para consagrar no el mundo, sino Rusia por nombre, al

Inmaculado Corazón de María – y entonces el Cielo cumplirá la promesa hecha hace 96

años de conceder al mundo un milagroso período de paz.

Hermanos y hermanas, ya es tarde – muy tarde. Hace 96 años que Nuestra Señora

apareció a Sor Lucía en Fátima. Quiera alentar esta conferencia por todo el mundo un

entusiasta movimiento de oraciones fervorosas por el Santo Padre, para que alcance la

gracia necesitada de obedecer a Nuestra Señora de Fátima finalmente en cada detalle – y

llevar a nuestro mundo, atormentado por las guerras, el período prometido de paz.

¡“Orad! ¡Orad mucho”! por el Santo Padre. Gracias.

Véase la página 80 para pedir su ejemplar de Amanecer Ruso.

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NOTAS:

1. Citado de Rvdo. Dr. Joaquín María Alonso, La verdad sobre el secreto de Fátima, Fátima

sin mitos, 2ª edición, Ediciones Sol de Fátima, Madrid, 1988, pág. 78; Cf. The Devil’s

Final Battle, 2ª edición, Editado y compilado por el Padre Paul Kramer, 2010, pag. 271.

2. Citado de The Angelus, Nº enero-febrero de 2013, págs, 41-42.

3. Orsi, Rev. Michael P., Ed.D., “The Real Reason for the Vocations Crisis,” publicado en la

página internet Opus Bono Sacerdotii, agosto de 2013 (opusbonosacerdotii.org).

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