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Protestantismo Ss

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Page 1: Protestantismo Ss

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--PROTESTANTISMO EN

UNA COMUNIDAD TOTONACA D E

PUEBLA, M EX.ICO

INSTITUTO NACIONAL INDJGENTSTA

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SECRET AR10 DE EDUCACION PUBLICA: MtCUEL GoNZALEZ A VELAR

DIRECTOR CEi'iERAL DEL INI : :\l1CUEL Lit.ION ROJAS

SECRETARIO TESORERO DEL INI : JAIME .Buco TALANCON

JEFE DI::L DEPARTAMENTO DE CONTROL y DISTRIBUCION DE PUBLICACIONES DEL INI : l ltAIS R OORICl,;l::Z ULOERON

© 1NS1'1TU1'0 NA<.:IONAL l NDIGUlllTA

Ave11iJa Hevoluclón 1279 C.P. 01010 México, O. F. lSllN-9<'8·82:.?·073·6 ·

luip rCIO y hecho en Mcxico fritú«l ond nlalk Í1& M•xico

PRESENTACJON

Con motivo del Décimo Aniver sario del fo.llecimiento Jel in­signe antropólogo Julio de la Fuente: el l usti tuto i\aciona I Indigenista instauró, cu 1980, un concurso perma11eJ1tc a tra· vés del cual cada lUÍO se asignará el "Premio Nucio11al Julio de la Fuente" pa.ru la mejor tesis proft.sio11ul de :\ntrÚpolo­gía Social.

El jurado integrado por los aulropólogo .. ~1ril¡uc Flores· cuno M., Arturo Wurman y Guillermo Uonfil Uutalla, dida· minó que por su cu.lidud ucudémicu lu tcsi11 gunudoru Jel cu11rto concurso es el trabajo de Curios Gurmu Nuvurro: Prut.es/.Juuis111" en una com1mfdud Totum.ca de />11-eblo, Méxicv, de lu Esc1wla Nacional de Antropologia e Historia y qui: en cstu ucu:iiú11 .. l Instituto se complace en presentar.

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10 corfos garma no\larro

tado tan bien a _un desconocido como lo hicieron las personas cuyos ~ombres siguen a continuación. Deseo agradecer al maes­tr~ _Miguel Cano y a su familia, por su hospitalidad al per· ~tu:me. estar en su cas8: de lxtepec y por compartir experien­r.rns valiosas durante m1 estadía. Al señor Antonio Cano, mi i~térprete y guía, sin el cual este trabajo hubiera sido impo­sible -~ompletar? a don Pascu~l Sán.chez y su familia, quienes tamb1en me brindaron su annstad desde mi primera visita a lxtepec. Al padre Colín, párroco de Zapotitlán, quien me re­cibió siempre con gentileza, así como también a Mariano Váz­quez, Antonio Lorenzo y familia, Gabriel Lorenzo y familia, a quienes considero excelentes.,amigos. De Nanacatlán deseo agradecer a don Eduardo Bravo y familia. a don Gustavo Ra· mos y familia. v a Aliber Jiménn_

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PREFACIO

El presente trabajo se realizó dentro del Taller de Investiga­ción ''Los Totonacas de la Sierra Norte de Puebla", coordi­nado por el lkenciado F.lio l\fasft"rrP.r en la Escuela Nacional de Antropología e Historia. La finalidad de dicho taller era lle­var a cabo un estudio integral de la región mencionada. Cada uno de los integrantes escogió una comunidad específica den· tro de la sierra, para de!'arrollar su propia investigación. Se realizaron reuniones periódicas entre los miembros <!el taller y el coordinador para evaluar los resultados y el progreso in· dividua! de cada proyecto.

Se eligió para estudio, la comunidad de Ixtcpe<', ubicada a cinco horas de Zacapoaxtla, Puebla; debido al interés que siempre ha existido por la problemática de la religión dentro de la antropología. E.l pueblo mencionado ofrecía la posibili­dad de analizar el desarrollo del protestantismo en un área con habitantes tanto indígenas como mestizos, y de compren­der los cambios que han surgido desde su aparición. También era nuestra intención comparar las variantes del protestnnti!<· mo y catolicismo dentro de ln comunidad, y vincular los pro­cesos religiosos con la~ ins.ti tuciones políticas y 1:1$ actividade!' económicas .

Se realizaron ocho prácticas de campo n lo largo de los aííos 1980-1982, dur11nte lo!' cuales !\C recopiló la informo· ción que aquí se presenta. De esta manera fue posible lograr una perspectiva temporal que permitió presenciar, en primer término, una serie de conflictos sociales desde sus inicios has·

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, 12 corloi gamw navarr.

ta su culminación, los que no hubieran podido ser analizado~ adecuadamente en una sola estancia en el campo.

Las técnicas empleadas en este estudio fueron las siguien· tes: uso de cuestionarios, entrevistas abiertas, historia& de vi· da, informantes claves y observación participanJ,e.

A continuación se describe brevemente el orden y conte­nido de las secciones del presente trabajo:

En la introducción se presenta una breve reseña de algu­nos planteamientos generales dentro del estudio antropológico de la religión, en particular sobre el protestantismo.

En el capítulo l se describe el medio geográfico de Ixte­pec, señalando elementos como el clima, tipo de suelo, flo­ra y fauna, población y servicios públicos de la comunidad.

El capítulo 11 resume la historia del pueblo desde el pe­riodo colonial hasta nuestros dias, así como el énfasis de la focha de los totonacas por mantener sus tierras y la aparición del estrato mestizo que logró con verti rse en el grupo dominan· te del área.

Los capítulos 111 y IV analizan la economía de ~xtepcc! m.~s­tranclo la evolución ele los sistemas agrícolas y la d1 fercnc1ac1on sor.;al dentro de la c·o:nuuidad estudiando la 1:~1ruclura política tradicional del pueblo, o sea 1011 sistemas de cargos civiles y religiosos. También son dcst?cado;; algunos aspectos de la orga· nización social de la comunidad.

Estos primeros capítulos tienen como finalidad el permitir al lector comprender las características ~eneralcs ~el pueblo, así como las relaciones sociales q~e mantienen. sus mtegrantes. Los capítulos subsecuentes se ded 1can al e~tud10 de los grup.os protestantes en Ja comunidad y los cambios que han ocasio-

nado. Se continúa con una reseña históri~u sobre el d~s~rrollo

del protestantismo en la región de estudio, para descr1b1r más adelante Ja conducta económica de ~os adeptos protestantes y su efecto sobre la estrat ificación social en Ixtepec; para luego analizar el impacto que han tenido estos grupos sobre las es-

· e11 una 0011u111idad U>lonuca prute:1la111ts11WJ

1 · d d en otra:> J>O· (ructuras políticas dentro de a comu1.u a , como . . bl · · as donde el prote::>tant1smo se ha d1fundJdo. sc1ones vecm

Por último, presento una comparacíó~ directa entre . la re: ligión católica y la protestante dentro del arca. Algunos r. ll!a.l~,, católicos y pentecostales son trata~os pa_ra "?ost.rur la v1s10~ del mundo que denotan estas m~nife5tac1on~"" las cuales _no: permitirán apreciar sus diferencrns y . srmep11zas. Se se11al.1 también cómo es que estos grupos religiosos se c11frer~t_<m a un problema básico de la existencia hurmrna. l:i rdac10n entre salud y enfermedad. Enfatizamos asimismo el papel de los especialistas ti(! la salud, quienes poseen e l podc_r . de sa11ar, en particular los brujos y curanderos entre los catnlicos, y los pa.store5 entre lo:i protestantes. Los capítulos VIIJ y IX <:011·

tienen esta in formación. Como conclusión, resumo los rr ,;ultados que con~idcru más

importantes de esta investigación. los que han sido expuesto.• a lo largo de este trabajo.

No es posible que en un estudio s,. pueda abarcar por .:om­pleto un fenómeno tan complejo como el del protestantismo indlgena, y se requiere de un mayor número dt: investigacio­nes en comunidades de esta y otras regiones de México y Amé­rica. Aun dentro del presente estudio quedaron cuestiones en las cuales no fue posible ahondar por limitaciones diversas (de tiempo y económicas), pero considero que sí podría mos­trar múltiples facetas de un problema hm controvertido y poco estudiado hasta ahora, y dar a futuros investigadores un punto de partida.

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INTRODUCCION

El presente estudio se centra en la forma de conducta social comúnmente llamada religión o religiosidad. En sí, ¿cómo es definido este fenómeno? Para comprender su C!lpeciíicidad, de­bemos comprender primero el sistema mayor del cual forma parte o sea la esfera ideológica.

De.finir este último término es en sí problemático. Conside­ramos que es Antonio Gramsci quien ha dado su conceptua· lización más rica. Para el teórico italiano, la ideología es la concepción del mundo que posee todo grupo social (Gramsci, 1975). Dicha visión se permea a través de todas l ns activide· des de los hombres, dándoles un sentido y un propósito. La ideología nunca puede ser neutral, siempre sirve a 1011 inte­reses del grupo, ya sea del sector dominante (detentadores del poder económico o polltico en una sociedad) o de los domi· nados (aquellos que c-0nforman los estratos inferiores o sub· ordinadoa). De allí la importancia que tiene la ideología pera mantener y reproducir le sociedad. mediante IR justificación del orden existente que se de entre los J!;rupos o clases que la componen. Sin embargo, también puede cuestionar el dominio de los poderosos apelando a la ruptura entre la sociedad y su visión idealizada de lo que deberín ser (regreslll'emos a estr. punto más adelante) .

La manifestación ideológica que nos ocupa es la religión. Esta es una forma de comprender al mundo mediante la per· eonificación de l as cosas naturales si¡niiendo como modelo el orden interno de 1n sociedad misma (Godelier. 1974). Más •

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16 carios garma navarro

que wia simple re:presentaciún es un medi~ ?e actuar s~brc el mundo mismo, que busca alcanzar el domm10 de los ob1etos mediante acciones que permitan el control sobre ellos. Es una práctica que existe conjuntamente con las formas ceremonia· les y rituales íntimamente ligados a ella.

Dentro de la antropología mexi cana, nuestra temática Ira sido abordada por el estudio de la religiosidad popular, de­!inida como una expresión propia de las clases y grupos sub­ordinados (campesinos, indígenas, etcétera), y que a su vez es independiente de las instituciones eclesiásticas oficiales (C. Giménez, 1978). Las investigaciones realizadas hasta ahora ~e han enfocado al catolicismo popular, resultado de la confluenc1a del catolicismo espaiiol y las religiones indígenas, qu~ es c~rac­teriza<lo por P. Carrasco com? los a:spectos de c~eenc1a y ritual organizados fuera de la Iglesia, y que son pecu_l~ares ~e la s~b­cultuu campesina regional. Su campo de acc1on esta relacio­nado con lu obtención de la salud del creyente y c~n el con~rol de la naturaleza (lograr lluvia para la cosecha. evitar sequias, granizo, etcétera). .

La religión no sólo actúa de manera i~aginana .~obre las fuerzas del mundo natural, sino en realidad tamb1en sobre sus creyentes, mediante la manipulación del símbolo. De l~s múltiples definiciones del término hemos tomado como. ~l mas , d d aquel que lo identifica como una representacion que a ecu a o . · l · · · t • opera por analogía y metáforas, y sin nmguna re ac1on m nn~ seca con lo que representa (Barthes, 1971; Lealh, 1~78). dE 1 así como una cruz de madera puede repre~nt~r o~ va ores e cristianismo, aunque el objeto no teng~ nmgun v1~~ulo mate­rial directo con éstos. El símbolo permite la expresion de nor-

as conceptos abstractos de tal manera que las personas mued:n comprenderlas y utilizarlas. A est_e respecto, e.s muy rmportante la participación en los actos ~)al«:; ¿ue.d1e¡p~i utilizan elementos simbólicos (Tumer, 19 . - o a 1 eo og1a ,

1•11·ca requieren del uso de dichos elementos~ y estructura po 1 . b · l c rear el consenso entre sus miem ros, quienes compar- t

paral . • bolos y se diferencian de aquellos que no ten os mismos s1m lo hacen.

De esta manera, Ja religión se vuelve un eficaz Ülstrumen· to de dominio y control social; pero cuando los grupos sub­ordinados reafirman sus propios símbolos, valores y normas, éste se convierte en un medio de impugnación. Los sectores que estún imposibilitados para mostrar su inconformidad contra situaciones socioeconórnicas concretas lo harán, creando movi­mientos rel igiosos que cuestionen la justicia del orden social existente, anhelando cambiarlo por otro . .El estudio pionero para ejemplificar esto sigue s iendo el de F. Engels sobre las "Gue· rras campesinas en alemania".

J.os movimientos religiosos de impugnación en su gran ma­yoríu comienzan como sectas, o sea grupos nequeños hetno­doxos que por sus creencias y prácticas se han ser.arado o Ji­ferenciado de una sociedad mayor (B. Wilson, 1980). Su per­tenencia es por adhesión voluntaria y casi siempre siguiendo a un lídn, al que se considera romo fundador.

Las sectas tienden a aparecer en grupos o clases inferiores. permitiendo a sus miembros alterar el orden social tradicio­nal mediante una inversión ideológica. Así, los "desposeído:;" se vuelven los "escogidos de Dios" y se destacan del resto de la sociedad, siendo superiores espiritualmente (E. Wilhe111, 1980) . Es así como la secta se convierte en una expresión dt:

inconformidad de los grupos oprimidos o en un estad<> de do­minación impuesto a ellas, como sería el caso de las socie­dades colonizadas (Laternari, V., 1974).

.. ~l protestantismo surg~ ~n una ép?ca marc~da por la apa­r~cion de numerosos movimientos religiosos de sectores mar­ginados (pastores, desempleados, campesinos sin tierras, etcé­tera) que se levantan contra los grupos feudales dominantes (clerecía y nobleza ) conformando sectas que predican el fin d~l m111_1do, que culminaría con el establecimiento del reino m1lenano donde habría justicia e igualdad para todos los hom­bres (Cohn, N., l~l). Los grupos protestantes también apa­recen como pequenas sectas, pero logran obtener sus adeptos entre la naciente burguesía urbana (M. Weber. 1979). Con el

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ascenso de esta clase, el protestantismo deja <le ser una secta minoritaria para convertirse en una religión denominacional institucionalizada, auspiciada por un aparato estatal regido por la burguesía {Troelt.scb, E., 1967).

Asemejando al catolicismo en sus orígenes, el protestantis­mo es una religión sumamente maleable, y puede ser retoma­da por diferentes estratos que lo pueden moldear según sus in­tereses. En Inglaterra, el Metodismo cobró fuerza como una secta obrera durante el periodo de la Revolución Industrial (B. Wilson, 1969; Hobsbawrn, 1974), debido a que da ori­gen a una comunidad para aquellos individuos de origen rural, quienes forzados a inmigrar a~las ciudades habían modificado su forma original de vida.

En L"ltinoamérica se han realizado relativamente pocos es· tudios de campo acerca del protestantismo. En uno de los me· jores trabajos sobre el tema, E. \Villems ( 1981) destaca que el protestantismo, tanto en Brasil como en Chile, ha tenido mayor arraigo entre las clases bajas. El autor subraya la si· militud que existe en los templos pentecostalcs del primer país, que resalta In unión de los fieles frente a las personas que no pertenecen n su fo. En estas sectas se "rechaza el sis· tema trndicional de clases por el conct"pto de un pueblo esco­gido" donde todM los creyentes están en posibilidad de re­cibir a Dios.

Christian Lnlivc d'Epinny enfatiza cúmo es que ,.) pentc· costnlismo en Chile ofrece nucvns oportunidades de renliznci1ín social para sus fíele~. quit"ncs provi«i>nen de las clases socinlc!I infer iores. mediante <'I asc<'nso a pnt'stos clave en rl templo: como pastor. ctct'tern: F.ste movimif'nto rf'li~ioso 1•11 ,.¡.no eren una mavor rom·il"nein politi1'n, sino CJll!' por el contrnno Opl'rn

como "~I r<'Íll~io dt• fn;o ma!lns ... "n dondf' lo!I crf!'<'lllf'!I si'

nl:>lnn dr lo;o ur ontt•cimirnto!l !lorinl l"~ q11<' lo~ nfrrlnn rn hu!l· rn de In rl"tl l"1wi1·111 e;opiritnnl.

l'or su pnrle, E. Millt•r co1111idrrn qnc• '.'I protf'sl:mti!lmo f'l~· tri' )11s tobn ha orip;i1111do 11111•vos rolf's !locll\les qne hnn Jl('rrnl· tido R ~ti" fl;rllJIO incllf1;C'lll\ nrp:rntino n l"Íl'lllil'r Sil Í(lf'ntidl\d mr·

protatanlúmo en una comunidad totonaca 19

<liante la reintegración de las comunidad~ en las actividade~ de los templos. También enfatiza el papel de los pastores toba como un nuevo tipo de líder indígena.

F.n México los estudios sobre el protestantismo en comu" nidades indíge~as o rurales son aún escasos, .si. _acaso algun~s investigaciones sobre la hi~toria d~ esta reh~10n en el p:us {ver Bastian, 1983; Cassanet~, 19;,?, y ~ac1.1;. J 978) · • .

Uno de ellos, quizá la primera mvesllg~c1on nntrop~logr· ca de campo, que incluyó dentro de su .ºbJ~!º de es.t~d.10 el impacto del protestantismo, fue la recop1lac1on y nnnli!ltS el.e relatos de la vida de inmigrantes mexicanos a los F.staclos Um· dos, hecho por don Manuel Gamio entre 1926 y 1927. El gran etnólogo y antropólogo latinoamericano encontró varios casos de inmigrantes que fueron convertidos del catolicismo al pro· testantismo, y considera que el cambio podría ser un elemento que favoreció su adaptación a la cultura norteamcricnna, aun cuando esto no implícaba la pérdida completa ele una identi­dad que reivindicaba su pertenencia a México.

Robert Redfield y Alfonso Villa Rojas cst11cliaron la aldea de Chan Kom, en Yucatán, de 1930 a 1933. En 1948, Rc·d· field rep:resn al pueblo mencionado y a p11rtir ele !111!1 nuevM observaciones escribe el libro A Village that Ch<>M! f>ro· p-c.ts, Chan. Kom Revi.sited (Redfield, 19!'l0) . Dcdicnnclo f'n él 1111 capitulo n la difusión del protestanti!lmo en In comuni· d11C\ y !IU~ C"Ícctos. La introducción de la 1111eva rf'l i~i6n crC'a una lud111 de facciones entre las dos fnmilin!I mÓ!I imp()rtantC's de Chnn Kom, 11na de lns cuales con!IC"rva el cntoliciamo. mi('n­trns 111 otra t'!I eonvertida ni protN!tnnti!lmo. Lo!I mi!lionC"rn~

prot<'Stnnt<'!I que llc~nn a la aldea prohíh<'n f'l culto a los Mn· tos y fomrntan la divi!litÍn far.cionnl. El capítulo tf'rmin:1 c-011

la derrotn pollticn tic los protcstantf's, quC" hul<rnbnn prohibir las fil' i1tn11 y bailes públicos tradicionalr!I. Pt>ro por <lt·~~rn1· in. Re<lfi<'l<l no mf'ncionn In d!'nominación clc-1 ~rnpo rrlir.iol'o flllP

ll<'p:n 1\ Chan Kom. V 11riM nntropólop;o!I mt:xicano!I han ioeiinlarlo 111 c-orr<"la­

<'ÍÓn !"ntre !"l dc!'arrollo capitali!lta "" lu ár<"ns rural"" y la

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apari??n de sectaa proteatantes, muchas veces por influencia d~ tn1111oneros extranjeros (ver Boege, 1977; Nolasco, 1980 y F.áhregas, 1981). Se ha reconocido la necesidad de investiga· c1one~. espec.ificas sobre este problema (Fábregas, op. cit.). Tamb1en ea importante la tesis de la etnolingüista otomí Láza· ra Mend~za,. sobre los pentecos~ales de lxmiquilpan, Hidalgo.

La fmahdad de este trabajo fue llevnr a cabo un estudio profundo acerca del protestantismo en una comunidad indíge· 1111 , en es~e caso totonaca. l lemos intentado aborda r las siguicn· tes cuestiones:

l . ;. Cuál es lu rc lació11 del pro1t~stu11tit11no con la base ceonó· mica? ¿De qué estratos sociales provienen los adeptos u esta religión, y cuál PS su rc l acié111 con el dcs urrnllo cu pi· tulistu?

:!. ;. Cuál es d r-fr1·to político d .. I protcst1111tismo; 1·cfu~r.1:u las 1istructurns tnulicionules de po1ler o las clebil itu? ¿Cómo se rclucioua con los ~rupos politiC'os fuera dn In comunidud v 1·uúll·s son los líd1·n:s de los k111plos?

3. ;. l..)uí• r1·b1,ili11 1·xi:<k 1•11trc el c11111lids1110 popular y 1·1 pro· tcstantigmo en una comunidad indígena? ;. Cuáles ~011 las Jiferencius que lo separ:m cntni si )" cuáles los u~pecto!I

~·n qut! tiC usemcj1m?

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DESCRIPClON DEL MEDIO GEOGRAFICO DE LA COMUNIDAD

La comunidad que hemos es tudiado, Ixlepec, se encuentra ubi· cada en la Sierra Norte de Puebla. f.sta región está limitada al c•stc por el estado de V1•rucrui; al norte por e l declive del Golfo, qu,. !le une a la ~ ¡>ln11ici1•,. costeras; al oeste por 1111 hu11stcca hidalgueni.e, y al sur ('Or un árcu de planicin frías· y secas, 1011 Llanoa de Snn Ju:111, que sP cxtientfon hHtn el <"Sl111lo .t., Tluxcalu (Fu"ntcs A¡:uilar. 1'>72).*

La orografía de la región t>stá compue,.ta por un conjunto de pequeñas sierras, unidas 1mtre s i por profundai< barrancas. Debido u lo cual encontrumos 11ltitudcs !lumamcntc variadas dC".ntro del úrea., qut> van de.ide mil hasta ;3 mil metros sobre el nivel del mar. L11 sierra t•s utruvcsadu por 11111 ríos !Paute· ~~1-. San M arcos y Nt>x<0 8)(11·C.cmpoul11, qut> posct•n n11nwrosu11 ramificaciones quo ha11 c·o111ribui1lo " 1r11v1~:< dd tic·mpo a nt"ar el n:_licwe su~mtml"ntc ucoeidl"ntado de' la 7.01111. por medio dC" la ero111611 fluv1ul. Todos C"Slos factor•~.- 11~ hun dudo 11 la sierra una vegela~ón ríe~ y divert1u. por lo cunl 1-s po!<ibll" hallar tanto especies tropicales como til" m<'dio" templado11.

La comu11id1td de lxtepec se 1•11c11enlra uhinula en lll c·ima ~ un monte, ele ahí au toponimia (Cerro Blanco de la Obai­d1ana, Careta Payón, 196..5) . F.l trazado d1·I pul"blo es sum1&-

• Ver nolu al final.

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mente in·-•nlar •ubº d . IL.-.

l d ---n- . • " •en o Y uaJando calles y yerecf l a eras supeno~. Sin emha 1 . as por ss dis._~ 1 . d 1 ~. e a..centam1ento no es de tipo

r - • a mayor1a e as casas ee encu tran alrededor de la l~lesia, coru.truida sob en ~centrad1:1;. poblad~. la!- pror · d 1 . l re e! punto mal' :tito dc-1 tura ocu tod '1"' . :u ~ .~ pal't'C .11$ <kd1cadas a la agricul-

pan a e a"' 3 CI rcu nVtt.ina. El dima de lxtepec puede 9er dC!!Crito ,.,,_,,. b. __ .i

Piado (r-- • · '"'""' Un~O tem-• '-'lKTIUmcaaones, 1978). Durante los meses d abnl )º ....... .i_ e marzi..l.

,.....e ae mayo, ae constituye la est.Cón seca d los dia son la . J - • cuan o di rgos ) ca Ul'O@OS. A fines de mayo ,. basta m~

&dos de octubre se pte9Cntf la temporada de ll_;ria..~ Fuer· tet _tormen~u ~ diariamente duranir QCe periodo. la ma· ' ona prunni<"n ,k .. n o rt"'!'- n·r;icruzano... que ll~an ~ la_ cmta del Golfo atravesando toda la Siena. ~onnalmmte co­m~ ~ llo,~r al atardttt-r o en lv. áhimu horas del dia "! c:oatmua ha..~ la ~añana &iguiente. ~ múltiples derrum­~ en los caminos dificultan el transporte. aislando aün más • loe pad>los en ~os ~- De.te r~ de octubre , . huta febttro tran9CUrre la N tación fria . t!na rwf>Hna ~ cubre loe montes y laderv. disipi~ f<)lo unas horas ;i) medio­día. Es aQ>mpaiiada por una brilla blÍl'ftf'da y comtante. que durante la ~ ~ tranllfonna ea Jlu,·iH fugaces ~· benkolas ni comparación <'On latt del ,..-rano.

w {recuentes llu,-las que caen durante el año sólo ab:t.Ste­cen de agua suficiente a la c-omwüdad dur:mtl" los me!!eS de ~u apogeo. Durante la estación !'«& el pueblo d<"pcnckrá de fucn. tes acuíferas, nu,·iales y de origen rubterdneo, estas úhimu son pocas y evi siempN' distant~ F.I rio más cercano es el Cempoala, a una hora y media de distancia y debajo del pue­blo ,·ecino de Tu."lttla. Para llegar a ~I es necesario d~nder por un c.'tmino \"ertical de ped~al. peli~.ro!'o r cansado para aquel que no l"iaja a caballo. El manantial más cercano se e'fl·

cuentra en el pueblo de Concepción. a poco más de una hora de distancia. El camino es aceptable, pero los habitantes de la comunidad no ven con buenos ojos que las personas de otro Jugar vengan a tomar el agua que es de sus t ierras.

~mo en MllG comuNtloa IO(()MOa 23

~ oomunidad de lxtepec se ve forzada a depender de los pequ~~ pozos ~~ a su pueblo, insuficientes para una poblacH>n grande e inuttles para 111 agrirultur:i. En 111 estación 9CCA se vuelven insalubres, por ser aguas estancadas. En las comunidades del área se comenta que las asuas de Ixtepec soc ~alas porque "saben a !lapo, por los renacuajos y ajolotes que tienen".

Los suelos del área son arcillosos, con una capa delgada de humus típico de una zona bo.,"COSA de coníferas y árboles deciduos. El hecho de que hayan toido dedicados al culti\"o de ¡i:ranos dur.mtt' aiios ha ocasionado problemas !Crios. La ero­sión es común debido. a las fue_rtt"S lluvias y tormentas que Jl·rn,;tan b r :ip:1 $Uper1or di.' la tierra. El uso constante de las parcelas ha ocasionado que los nutrientes naturales del suelo hayan disminuido y que se requiera del uso de fertilizantes. Sin embargo, éstos s~>n encarecidos por el costo del transporte. y. t•n grncral. ~ de$llna11 3 lo:' cafetalC5, tierrns m:ís rt"Cimtes v menos <k-tnior.1das que la,; milpa;<. Jlt'TO ~in duda mucho má·~ lucrativas.

El ant_iguo bosque primario de pinos. robles y liquidám­bar dN.Cnto l'n la:' l'ncue!'tru: rolonialt'S (Ma~ferrer, 1982) sobre la región. existe actualmente re<lucido a unas cuantas áreas aisladas o inútiles para el cultivo. La mayoría de los árboles se encuentran delimitando los linderos de los predio~ Y en su mayoría son frutales, en especial naranjos y aguacat~ . Las. zonas ~sas que se observan ahora son de tipo secun­dano, o sea transformados por l"I hombre. :\sí, por ejemplo. la especie silvestre más frecuente es el chnlahuite (f arnilia de las leguminosas, l gna.Chalahuitl), árbol que se l'iembra en lo• cafeta les para que dr sombra a las planta~ de caf~. las que no deben ser expuestas al sol. Ast, el pail'aje <'Stá compuesto por milpas, terrenos de cultivo y cafetales que se extiendl'n sobre las laderas y cimas formando cuadras reticuladas al ser vistas a distancia.

El sistema agrícola ~rá descrito más adelantl" en otra Sl"C·

dón. Al ir desapareciendo su habitante original la fauna ma-

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yor mencionada en relaciones coloniales (Maaferrer, 1982) se ha extinguido completamente. Pumas. venados (temazate) , ja­b a líes ( pécaris), martas y tejones; ahora sólo existen en los re­cuerd06 de los ancianos. quienes los cazaban en su juventud. Aún es posible encontrar algunos mamíferos menores tales como ardillas, conejos y armadillos, siendo muy apreciada la cama­da de este último.

Mejor suerte han corrido las aves de la región que se re­fugian en loa árboles de los huer tos y el mopte. Son conside­radas como una amenaza para los sembradíos, sin embargo, ni las especies mayores {garzas bl:incas, cl1achalacas, tucanes ) son cazadu o comidas.

La Sierra Norte de Puebla es probablemente l:i región in· dígena cuya densidad de población es más alta, con 150 y 300 habitantes por km' (B. García , 1976). lxtepec se encuentra en­tre los municipios con mayor número de habitantes, 4 mil según el censo de 1980. Fuentes históricas lo mencionan como uno de los asentamientos más populosos, ya desde la colonia. El Epistolado de la l\ueva España ( Tomo XIV) escri to a media­dos del siglo XVI, menciona a la comunidad con 200 tributa­rios, pero perteneciente al pueblo de Gueytlapan, único pue­blo dentro de la sierra con mayor número de habit:rntc-s. La alta concentración demográfica, que ha existido durante siglos. es una de las razones principales por la que muchos de los problemas ya mencionados: desaparició~ de b?5<1ues, agota­miento de los suelos, escasez de agua, etcetera, tienden a agra­varse.

lxtepec se comunica con otras ál·eas de la Sierra Norte de Puebla por medio de la cabecera regional, la ciudad mestiza de Zacapoaxtla, a seis horas de distancia. El camino parte de la comunidad hacia el sur, bajando basta el poblado vecino de Tuxtla, de donde se de.;ciende bru!'Clll11ente hast.i el fon­do de una barranca cortada por el río Cempoala. Después as­ciendl' y continúa basta llegar a Xochitlán de Rubio Romero, comunidad nahua, donde comienza rl camino de terraceria, a una hora de d istancia de Zacapoaxtla, hora y media a pie. E1

~ - : ,, _,, to40nDCO 2."> /Jl'Olt:JwnUJfTIO ef1 una co,..,.,_

mismo camino comunica con Zapotitlán, pueblo mixto ?e m es­tizos y totonacas favorecido por su posici~n ju~LO al no Ccm· poala, y a una hora de Nanacatlán. En ducCCJon al. monte se encuentran dos comunidades con troladas por mesuzo~, Hu.c­huetJa y Caxhuacán, a tres y dos ~ media horas de d1stanc.'~ respectivamente. Por últím_o, al onente y a una. hora de. d1 ::>· tancia se hallan tres comunadades cercanas ent re s1: San Miguel Atlequizayan, Concepción y San Martín.

Podemos caracterizar esta á rea como una reg1on multiét­nica donde confluyen dive rsos grupos indígenas y una pobla­ción mestiza. Este es el caso de la comunidad estudiada cuyos habitantes son en su mayoría totonacas. Los datos disponibles mejor cuantificados hasta ahora siguen siendo los del censo de 1970, analizados por Barbosa Cano (1978) . De una población total de 3 162 personas en el municipio de lxtepec ( incluy<' además de la cabecera 106 pueblos de San Martín y San Ra· fael, y dos rancherías: Skalachuechut y La Palm a) , el número de habitantes monolingües de totonaca en aquella fecha su­rnuba 2 209. La can:idad de personas que habhu1 español (que sin duda ha aumentado considerablemente a la fecha) llegaba a 953. Por desgracia, esta categoría incluye tanto a totonacas bilingües como a mestizos, distinción que no se hace en los datos. De los habitantes de otras lenguas indígenas menciona­dos en el censo sólo hemos podido constatar la presencia de un pequeño número de personas que hablan náhuatl.

.Según el censo de 1980, la Comunidad de lxtepec (sólo in­cluunos la. cahcccra municipal) tenía una población total di! 2 77!3 habitantes, l 427 hombres, l 3-ló mujeres. De esta po­blación el 78 J>C'.r ciento fue considerado como totonaca. . El pueblo solo po~ algunos de los servicios básicos de infra~ctur.a que requiere su población. Cuenta con una es· cuela prun~r:a, a la cual asisten (según el censo de 1980) un_o~ 687 nmos de ambos. sexos. Dicha in:-titución cut."nta c:on seis grados. En 1982 se mauguró w1a telcsccundar ia en la· a.fueras del pueblo. Está en servicio una clínica del IMSS "' d • • · ~ 1 d ' q1&c a serv1CJ0 tooos 06 (as, con un médico (que generalmente ..

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es~á cumplien.do su servicio social) y una enfermeu de la misma comunidad. Hay también luz eléctrica en el centro del pueblo, J?C.ro en muchas de las casas de la periferia no existe este serv1c10.

La d~fici~ncia mayo~ de la comunidad es la falt a de agua potable, mex1stente debido ni alto costo de la instalación de tubería debido a la localización del pueblo (encima de un ce· r ro ) y a la lejanía fle fuente~ acuíferas permanentes.

1

l

11

INTRODUC<.:lON HTSTOR TCA

Al investigar una comunidad cuya existencia se remonta a va­r ios siglos, como es nuestro caso, es indispensable conocer los procesos histór!cos qnc la han afectado, originando su con figu­ración actual. Sólo de esta manera es posible comprender la estructura socioeconómica tradicional y los cambios que Ja han afectado. Aspectos que en un principio podrían aparecer como la herencia de épocas remotas, podrían ser en realidad con­sccur.ncia de sucesos mur.110 más cercanos. 1 ,11 ¡wr~pcctiva tem­poral nos permite comprender hastn dónde 1111 sistema social puede absorlw r 1 ransformaciones y cuáles s1~r:í11 las c~fcrns que son más susceptibles a sufrir modificaciones. De esta manera. el análisis hi 11t6rico permite comparaciones vnliosns entre una sociedad en cliforcntes momento!' y otro~ gru pos contrmporá· neoi< y nn ti gu os.

lxtepec 8e encuentra en un úrea conocida en In época <le la C:>nqui:<ta rnmo el Totonncapan. Palcnn y Kc•lly mencionan q11 l' sus lími11•;1 eran el r ío Cnzon<'s ni n C1rk y t•l río de la An· li~ua al sur. Esto almrcnría toda In Sierra Norh: hnRtn la fron­tera de Puebla e Hidnlgo, quedando en dirección opue!'lta la costa veracruznnn. Los grupos vecinos fueron nnhuns y oto· mi""· quien~·" 1•x l C'ndi1~m11 ~11 control (dominio político) :~obn· In>' grupos lotonacn~ . $in emhargo. In :mua no f111· ~nn1<'li cla •' 11 su. lotulidad hnsta PI rcinndo de Moctt•:r.unrn 11 ( l !)02-1 !'l20) · FI npoyo dr 10;1 toln11ne:1s a los n 111q11ist:1tl11n' '" •"'¡>:1111,l t•>< ~"

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' 1111

11e d io como potlrla 11upo11cr~c \lcsput'•s tic que 10:1 ~rupo:1 tm:~· lisos lotuurnn tierras tlcnlro , \e In •:nmunidud d 11rn11hi 111 Hcvu· ludón. Los p111~slus óvilcs crun 01:u¡rndos l:mlu por indigcnu~ como por miembros de lus fomili11s met1l izus h11s1:1 hucc dos o 1n·s décadn~. ¡.:~ a par tir de t:nlonc-cs n1amlu el numl'ro 1lc uu­loritladt•s civiles (t·n parlicular prcsidcnles municipall's) "de rai.ón" aumcnlnn husla conwL·tirsc en una norma. F.1 p~cdo· minio de cslc scclor dcnlro de cslos puestos separu a dichos cargos políticos ,\e los religiosos, los cuales siguen sie.n~o de· sempeiiados por indígenas. El control del uparalo . c1v1l por parle de los mestizos aparece mucho _dc~pués de. que este sector se ha convertido en el grupo econom1co dominante por me· dio de los mecanismos ya descrilos (establecimientos d~ gran· de:; propiedades, formación del mcrc:ido del pueblo, clcctera) ·

Sin embargo, es importante desl~car ~ue muchas de la;; posiciones civiles inferiores han seguido s~endo ocupadas por indígenas en especial los puestos de regidores y 1ueces. El sector me~lizo nunca ha excluido por completo a los totona~as de los cargos políticos, sólo los ha restringid? a los grados tn·

fe riores, excluyéndolos de los puestos supenorcs. Al entrevistar a aquellos indígenas que desempeñaban un

carao civil• se descubrió que todos eran bilingües y ~ue la ma· yoria poseían una educación mínima y había? tra_ba1ado. fuera de Ja comunidad.' Todos eran pequeiios propietarios agncol.~s, Ja mayoría con cafetales (3 y 4) y la. m~t~d ~e ellos tamb1en eran comerciantes. (No deja de ser s1gmf1cat1vo que un.o _de ellos fuera catequista y otro pastor prot~st.ante, y_ que ~l umco presidente municipal indígena de los ult1mos anos aun ocu· paba una posición civi l, la de tesorero.) . •

Consideramos que este grupo representa un sector md1ge· na de campesinado medio en ascenso, que ha logrado llenar los puestos civiles inferiorP.S abiertos para los totonacas.

V

ORIGEN Y DESARROLLO DE L PROTESTANTISMO EN IXTEPEC

I NTllOL>UCCION DEL PHOT ESTA.YflSJ\10 EN M t::XICO

Los primeros protestantes que vinieron a México entraron clan­destinamente en pequeño número durante la Colonia. En l a actualidad, tenemos datos sobre su existencia gracias a l hecho de que va.rios fueron procesados por la Santa Inquisición. En su mayor ía fueron lulerunos (ver Bast ian, 1983). El protes·· tantismo reaparece más tarde por la influencia de denomina· ciones norteamericanas que sostenían a misioneros y templos dentro del país gracias al apoyo de los liberales y masones que luchaban en contra del conservadurismo, logrando de esta manera las sectas protestantes una alianza útil con e l estado m~xic~o. que en ocasiones sería interrumpida, pero nunca aniquilada. Durante los primeros w:ibiernos emanados de La Revolución Mexicana, los grupos protestantes fueron tomados como un instrumento adecuacl!o para impulsar la cducaciún de las mayorías y para combatí.- al fanatismo C•tlólico. Los tem­pl~s ' 'evangelistas" c:<tablccieron durante estos aiíos (1917-1?34) ~un:ierosas escuelas pa ra niños y jóvenes, aunque aten­dian prmc1palmente a sectores burgueses pe<¡ucños. Po.- otra parle, d_ura~te. l_os frecuentes _momentos en que los intereses de la lgle$:3 L.a tolica y del Gobierno Mexicano se encontraba

'l. d nen pugna, este u timo po ría encontrar un punlo de apoyo segu.

[81]

• • • • • •

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º•) .. _ carios gorma navurro

~o ¡ntre l~ protestantes, que en su mayoría estarían a favor e as medidas que l imitaran la acción de la jerarquía católica.

Es necesario destacar la importancia de funcionarios pro­testantes dentro de los gobiernos revolucionarios como fueron ' el doctor A~?rés .º~~una. <;ruien estaba al frentt" de la Dirección d~ ln~trucc1on Pública ba10 el gobierno carrancista, y de Moi· ses Saenz, subs~cretario de la Secretaría dt> Educación Pública dura.nte e l gobierno del general Alvaro Obregón desde 1924. 1:8: f igura de Sáenz fue_ muy interesante debido a su preocupa· c10~ porque la~ pohlac1ones indígenas se integraran a Ja vida nacional. Estos intereses le permitieron tener una relación amis· tosa con el predicador lingüista norteamericano William Carne· ron To~nsend, ~ien había desarr~llado una metodología parn el e~tud1<> y ensenam:a de lenguas mdip;enas, encaminada hacia la traducción de la Biblia en dichos idiomas. Town~end logró entrar al país en 1934, gracias a los esfuerzos de Sáenz, no obstante la orientación anticlerical del ~obierno de Plutarco E lías í.a lles durante su periodo.

Al año siguiente el predicador norteamericano estableció el Instituto Lingüístico de Verano para poder formar lingüis· tas misioneros dispuestos a llevar a cabo la evangelización den· tro de comunidades indígenas enseñando las lenguas nativas. Durante el gobierno de Lázaro Cárdenas el Instituto Lingüístico de Verano recibió apoyo especial por parte de la Secretaría de Educación Pública, y del a hora desaparecido Oepartamcn· to de Asuntos Indígenas. Hasta hace poco los miembros del Instituto Lingüístico de Verano operaban con el apoyo del ¡:o· biemo federa l, intrqduciendo la versión fundamentalista del protestantismo en muchas zonas indíg~nas y a~entánd~lo en aquellas áreas dond<' ya había aparecido por míluencia del proseliti5mo de templos e:<istentes.' Sin embargo, como vere­mos más adelante, al~1.mos de sus representantes encontrarían una feroz resistencia a nivel local, lo cual incluso llegó a oca­sionar actos de violencia.

No es nuestra intención aportar unn historia del protestan· ti!"mo dentro de México, siendo este tema muy poco estudiado.

pro~!tanli.snw l!n u na comuni"4d t.ownaca 1)3-

El trabajo más completo hasta la fecha es el ?~ J. P. BastiaB ' ( 1983), quien analiza la di.fusión de esta religión durante la ·Colonia Porfiriato Revolución Mexicana y gobiernos emana·

dos de ~lla. El ma~ejo de los datos que hace el autor es polé· mico. Una introducción útil es el artículo de R. Macin sobre "Protestantismo" en la Enciclopedia de M éxico. Algunos da­tos importantes se encuentran en la tesi~ ?e Cassarieto (1959}, que contiene el defecto de ser poco cnt1co con respecto a su material.'

Con respecto al Inst.ituto Lln~ístico d~ Verano, hemos ~~n· sultado en especial el hbro de Sh1rley Bnce Heath La polillC<l del lenguaje en México.'

DESARROLLO DEL PROTESTANTISMO EN lxTEPEC Y COMUNlnADES VECINAS

Los datos sobre los inicios del protestantismo indígena dentro del área de nuestro estudio son aún escasos y han sido obteni­dos en su mayoría por el autor a partir de entrevistas con los "creyentes" y católicos.

El primer pastor indígena del interior de la sierra fue Ri· cardo García, quien lle.gó de la Huasteca en 1949 y cuya de­nominación religiosa exacta desconocemos. Es descrito como un hombre indígena "de calzón" que había ingresado al ejér· cito donde fue convertido al protestantismo. Al salir de las fue~as armadas se dedicó a recorrer los caminos, predicando con la ayuda de una Biblia y un tocadiscos que llevaba en la espalda y sobre el cual tocaba grabaciones con canciones religio· sas. García llei:•í a ei<t:ihlecerse en t>l pueblo de Zongc7.ott~ .

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Dos :iiíos después llegó :i la :-e~\ón P<:'tt>r Aschmnnn, hn· giiistn misionero norteamericano apoyado por el lnslitulo Lin· güístico de Verano, quien realiza un recorrido por l:i ~i,..rr:1 repartiendo medicinas en lo!< pueblo!< a donde Jle~nb:i. Se <'.'·

tablecc en N:inacatlán y durante algunas tcmporadM en Zapo­titlán de Méndcz. Sus visitas incluyen todos los pueblos cen·:t· nos y se relaciona con el pnstor Garcia de Zongozotla. óJ.. cv--í',-,.

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l

Entre los templos que &e establecieron con su ayuda e:itán el templo Evangélic~ Metodista de lxte¡>ec, que fue el primero dentro de la comumdad. Las exper iencias de los primeros pro­ic:stantes del pueblo fueron muy a rduas durante estos años. El templo fue apedreado y sus fieles fueron llamados demo­nios y atacados por los católicos. lucluso el mismo Aschmaun Ct."t:ibió amenazas en ul¡.;unos pueblos· sucesos violentos cut re los distintos grupos religiosos ucoulc~ieron cu Zapolitlí111 de Méndez, ~n 1951, y en Zo11gozotl a, en 1953, los cuales upa· recen registrados en los Ard1ivos de Gobernación y son cilu<los también por Cassarrielo ( 1956). ~s grupos protestu11tes sobrevivieron vor los esfuerzos de

aue integrantes, no obstautc Ja dificultad a que se enfrentaron. 1;-os templos ?e l xtcpt"c, Zapotitlú11 y Nu11acatlán crecen paulu· trnumt"nlt·, 11~ 1<lrntrns 4~1: 1·11 Zougozotlu el número de creyentes t •s muyor. o os lo:: fu·lcs perteucccn u grupos fundamentalis· ta ,;, siendo los templos, mt·todistas o bautistas.

Uno de los problt•mus más graves que se ocasio11uro11 rn lns comunidades 111t•11ómuHlns fue el de In obligatoriedad de 111 faena. Los protesllmtes se nc gnbun a prestar su servici1; J•.arn lns ficst_as católicas y todo lo relacionado <·on la iglesia. Con frt,rucnc1a t•ran ar restados y urnoncstados por esta actitud. No fue sino hasta 196-1· cuando estos conflictos t<'nninan con 111 int<'rvenciún del gc1ll'ru l N11rciso Medina, quien ¡;ira úrdc· l le$ desde P uebla parn "lue se respete la decis!ún de los "cr~· ye11tcs" de no trabajar t·ontra la ,·olu11t:1d en oLras qut> bcnefi · ~it•n u la rdigiún catúlicu, )' uclaru por escrito que n •s1.iahlnrá .u los protestantes porque tic1wn de n·cho a la libertad cl1· aN'll·

<-ia, ~t·iialada <l<·ntro de la Constitución ~frxicana. En 1968 ocurre 1111:1 t•scis ión profunda entre lo~ fi~l·: i 1lcn·

t ro 1kl templo 1:1l'1odista de lxtcpcc, y y arios hombres dcci· <len crear un nut>vo grn po. De esta manera se establece el pri· mer templo pcntecostul d1• 111 localidud. Sin emburg\l, e;tr sector continúa si endo im:stuble y una nueva rupturu n~cntecc tres años después en ~u interior.

Se organiza un nuevo grupo pcntecostal, quedando Je esta

l) \o \'1-- <).->- ~ ' >l .-.. ~ ¡., 'j"-~ e:-~'° o i.: ..¡ t:.#;:> ~ l... s . /...) dJ,

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protuUJ~mo en una conwnü/;JJ wtcnaca

' forma dos templos de esta m isma denominación en la c~muni· dad, pero dirigida cada una por sus propios líderes. E:i impor­tante desiacar que ta mbién en varios de los pueblos 1lon1l:· existían templos fundamentali stas, como Jli¡macatlán y Lo11;.;u· zotla. aparecieron grupos pentecostales.

Las relaciones entre los protestantes y las autoridad es de lxtepec dejaron de ser antagónicas, si bien en ocasiones vol·

' vieron a ser tensas. Los miembros de los te111plos volvieron a participar en las faenas, construyendo caminos y ayudando en la instalación de la luz eléctrica en Ixtepec, pero se opusieron a l primer intento <le establecer una tienda Conasupo-Coplama r entre 1977 y 1978, al enterarse de que era posible que fun· cionara a base de pu.ses entregados por la p residencia muni· t'Ípal a cambio del trabajo obligatorio tradicional. Los p rotestan­tt's temían el volver a ser forzad os a dar su faena luborando­u bcr~c ficio .<le la igl~sia católica y sus fiestas, y olvidando• sus diferencias se umeron en contra del proyecto. La tienda no fue establecida sino hasta finales de 1981 cuando todas las familias fueron convencidas de que el siste~a de pases no ~ería implantado.

Los templos protestantes lograron establecerse y crecer dentro de la comunidad, pero de una manera des igual. E l grupo pentccostal , <le más reciente fundacio'n se co · t ' •

1 " ·¡ · .. . • nvir 10

en e grupo evangc 1co mayor, temendo entre 50 y 70 fieles en 1979. Los pente~ostales se mantuvieron al inicio con un nú­mero menor de fieles. q uedando con fluctuaciones de ent 15 y 20 adeptos. re

Los metodistas sufrieron una nueva divisiór1 en 1978 cuando un hombre que dirigía cantos en sus servicios dccºd': separa rse y fundar un templo vinculado ¡ f d

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talista (bautista) del pueblo de Zongozotra gerlupo ul. nb~meln-d · · · . • que ia 1a <>-

gr.~ un c~c1mcho1ento u:npres1onante y contaba con más de 200 ~1 ros. u s catohcos atribuian la fuerza d 1 usmo en esta comunidad al 1 b · d 1 . . e protestan-

d . ra ªJº e m1s1onero Aschmann

pero cuan o este se mudó de la sierra 1 d • estado de Veracruz, a mediados de la déca~orde 1 e Puebla al a e os sesenta, el

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curios garmn n111Y1rr1>

tcmp1o "S' · " d z . . d ihon lel ongozotla no se debi li tó, s'no que continu6

crec1cn o asta egar a te • d O . su · fl · ner mas e 5 O fieles, extendiendo t~ uenc1a a otros pueblos, como el cnso de h tcpec.

_mayor templo pentecostal de Ixtepec durante los últi­mos nnos se enfrentó a problemas graves que lo harían perder ª.muchos ~deptos. La sucesión del primer pastor (quien Etnbín sdido met?dista ant:s de ser pe-n tecostal), creó grandes desacuer-

os a solo tres ano!I de su fundación. pero los esfuerzos de un nuevo pastor E'nérgico mantuvo unido al grupo. Sin em­bargo, en 1_980 desacuerdos con un joven cantor del templo forzaron a este a separarse, fl,!ndando lo que sería en ese mo­mento el tercer templo pentecostal en el pueblo.

Los dirigentes dE'I grupo pentecostal mayor se dirigieron al Centro de Estudios Bíblicos, agrupación fundamentalista en Puebla, donde el primer pastor había estudiado un año cuan­d_o aún era miembro del original templo metodista, para soli­<'ttar la ayuda de algún clérigo para organizar mejor a los fie­les de su sector.

F.n 1981 llegó a Txtepec un misionero baut ista nortenme­ricano y su familia, comisionados para arudnr al gnipo pro­testante que lo había solicitado. Con sorpresa descubrió que c· ran pcntecostales y enseguida mostró su desagrado :mte los ri tuales extáticos que llevaban a cabo. Intentó convencer 11

los miembros del templo para que abandon!lrnn e~tas ceremonias y se comportaran como bautist:is, con los servicios religiosos t radicionales de esta den ominación. Si bien los di rigentes que lo h:ibían pedido siguieron sus instruccionE's, a varias fami-1 ias esta c::igcnci:i les ,pareció exccsh·:i y se unieron al grupo rentecostal más reciente. cuyo joven líder vio aumentar repen· t '. namente sus filas.

Un aíio después, el religioso norti>:imrrirano fue trMbcladn :1 un pueblo ele In Hunsteca. sunuestamente para remplazar a otro misionero que había fal lecido. Anunciando que no vendría otro clérigo a tomar ~u lugar E'n h tepec.

Un pentecostal que había permanecido fiel a su a~upa-1-ión relig'os:i. comf'ntó el hecho de la ~igu iente manera:

l'rnttMUtnti.•mo en una comruaiJa.tl IOIOncM:O 8 7

Eae hombre pensaba q ue podr ía cambia rnos. pero no dice en los Salmos cómo d ebemos recibir ni Señor, con el bat'ir ele la~ palmas y el júbilo en nuest rns a lmns. Pero ese g rin¡zo era un? de los falsos profetas anuncindos en la Sagrado Uiblia para el final de los tiempos. Nosotros no fu imos engaiiaclos.

El ministro norteam ericano no llegó a recibir amenazas vio­lentas de católicos o grupos opuestos al suyo, aunque muchos de los mestizos prominentes cuestionaban su presencia, a rgu· mentando que " nada m ás venía a dividir a la gente" y que era pagado por el gobierno de Jos Estados Unidos. En las palabras de uno, "los mexicanos v:in allá y nada más los mnlt ratan, él viene acá .y nadie le hace nada". Entre los católicos indígenas entrev~stados el religioso extranjero era visto con una me.zcla de indiferencia y desconfianza, afirmando también que no lo trataban. La posición más clara era manifestada por l ~s pente· costales, que expresaban !'U opos:ci6n f:rme a las actiddades del misionero._

Para finalizar este capítulo describiremos brevem ente. 1" situación actual de c.ada uno de los templos de la comunidad mencionada. Los que serán designados po.r . los nompr~s que no~ fueron dados por sus respectivos congregimtcs. . ·

Templo F.i·angélico Metodista. El grupo protest:mfo más antiguo de lxtepec ha mostrado una resisteneia considerable al haber sobrevivido a .las diversas divisiones que ha-sufrido. El nítmero <le sus adeptos es cerca .de 25, y ha pel"tnanecido constante. La activa di rección ·de uno de sus· fundadores, quien además actúa como portavoz del .grupo, es uno de l ~s factores que lo ha11 manten:do unido. S i bien no es e l pastor oficial del templo, mantiene activos los lazos de sus miembros con los "evangelista;; .. de otras comunidades, y su español flu ido I<' ha permitido ser reconocido también como dirigente por los mestizos.

Templo Penteoostal. " El Calvario" o "MTEPES". Los adep· tos de este grupo conforman el templo pentecostal más antiguo. Su ntimero ef'tá por debajo de- los 2Q y· podria des_aparecer .. l M

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corlo$· !oTma navarro

vigorosos esfuerzos de expansión de los otros dos templos pen· tecostales pare·cen ser la razón principal de su contracción. Ha permanecido bajo un mismo predicador desde su fund ación quien ha sido opacado por los líderes jóvenes pentecostale: que se han separado de esta agrupación.

Templo pentecostal "Agua Viva". Hasta hace un año este templo era el mayor de lxtepec, con m:ís de 60 miembros. Po· seía lazos muy fuertes con grupos de la misma denominación ·e?. Puebla y México, que enviaban pastores y predicadores a v1s1tar r ayudar a su congregación. La escisión de varios de sus ~embros y los intentos del misionero norteamericano por cambiar. sus formas rituales debilitó mucho a este grupo, que ha perdido adeptos, y cuyo número actual nos fue imposible obtent>r. Bajo la dirección ele un joven pastor los últimos ocho años, quien hu estado frente al templo antes, durante y después de la estadía del norteamericano. Durante el transcurso del tiempo en que este estudio se realizó, sus relaciones con Jo,. otros líderes protestantes de la comunidad se fueron volvirn· do cada vez más antagónicas.

Templo Pentecostal " El Salvador". Separado en 1980 del templo "Agua Viva", el grupo comenzó con cerc11 de 20 perso· nas. En 1982, se incrementó el número de adeptos con aque· Uas personas que habínn pertenecido hasta entonces u In ngru·

º6 "A v· " ah . f 1 pac1 n gua iva , pero que est un mcon ormes con a~

ckdencs del misionero norteamericano. y con conversos de pue· blos vecinos. Gracias a los esfuerzos de los fit'les el edificio del templo estaba siendo lerminado en el momento del estudio.

FJ Hder de esta congregación es el más joven de todos lo~ dirigenlt•s proteslnntes de la comunidad, y es considerado como 1111 excelente predicador. El templo tiene vínculos con grupos en la ciudad de Puebla y en la H uasteca.

Tcmpl.o Bautista "lo Uni.ón". F...ste grupo bautista ha con· tinua<lo con fuertes lazos con el templo má.s antiguo de Zon­gozotla, y no ha su frido escisiones desde su fundación. Ha evitado contaclos con los otros templos protestantes de la co­munidad, y M la actualidad conforma la organización no ca-

protestantismo en una comunidad totonaca 89

tólica más cerrada. Sin embargo, al mismo tiempo su pastor· ha ocupado puestos menores como auto~i~ad civil, s in mos~~r­nin<>una contradicción con su papel religioso. Esta agrupac10n. recÍbió en ocasiones la visita de un ministro norteamericano. conocido como "Juan Calvino".

En un artículo anterior designé a este grupo como " unita·. rios" basándome en la información recibida por parte de dos. de sus miembros. La denominación correcta fue aport.ada más tarde por el pastor del templo. Duranre el estudio un grupo de adventistas, también mencionado en dicho a rt ículo, se trasladó a otra comunidad y no fue posible recabar más 111~ formación sobre él.

• • •

Page 17: Protestantismo Ss

.. \" 1

ECONOMIA DE LOS GRUPOS PROTESTANTES

Una de las teorías más controvertidas en el estudio de l a rcli­gión ha sido la tesis de Max Weber sobre el protestantismo y el desarrollo del capitalismo. Para el sociólogo alemán exi~­te una íntima correlación entre el espíritu racional capi tali~ta , que pregona el ahorro. la reinversión y el trabajo constante en la empresa propia, y la ética protestante. que destaca la importancia de la misión individual del creyente en el mundo material. Ambos elementos confluyen en el género de vida de una burguesía que practica con rigor los valores menci onado~ y que se convierte en la elase ascendente en Europa durante el periodo de la Reforma.'

Los supuesto:; de Weber siguen sfondo debat:dos. El soció­logo oponía su~ cxplicaciones a las del materialismo histórico. en tanto que rechazaba la determinación de la in fraestructurn económica sobre b superestructura polítira e ideológ:c:J. Sin embargo, como observa S. Matthes ( 1971), Weber no intenta r.ncontrar cuál es el factor causal. sino que se limita a demos­trar la relación entre la ética protestantf' y "el espíritu del ca­pitalismo".

Christian Lalive de 'Epinay, en su excelt>nte trabajo sobre el pentecostalismo en Chile, EJ, re/ ugio de. lc.s ma.~a.~. rechaza la;; teorías wc·hl•rianas:

Nuest ra11 observaciones llevan a ponl'r seriamente en duda la

extrnpobcitin de estas tesis a la Amé-ri ·" L'ltinn (p. 194 ).

[91 ]

Page 18: Protestantismo Ss

92 cark,s garma navarro

EJ. autor considera que no existen pruebas de que el asccns<> social sea mayor entre los protestantes que entre otros grupos. Sin embargo, los hechos concretos sobre los cuales se basa son escasos si se comparan con la riqueza de los datos estadísticos que aporta el resto de la obra.

Nolasco ( 1980), sin citar directamente a Weber, retoma algunas de sus ideas en un artículo crítico sobre las actividades del Instituto Lin~üí~tico de Verano:

Los protestantes indígenas si¡,•\lcn algunos de los pnnc1pios bá·

sicos <lel capitalismo, wmo wn la crcacivn y acumulación de­excedentcs para reinversión ampliada.

La intención de este trabajo no es resolver esta controver­sia, ni pretende ser un estudio detallado sobre los efectos eco· nómicos del protestantismo, pero consideramos útil exponer aquellos elementos relacionados con los datos que hemos reco· gido en lxtepec.

Hem€>s utilizado además los datos expuestos por Zárate (1982), recogidos en una encuesta llevada a cabo en Ixtepec­en 1981. Dentro de la muestra de 61 unidades familiares, 15 eran protestantes, o sea el 24.59 por ciento. Si bien el número. de los grupos de esta afiliación rel igiosa es pequeño, creemos. que los datos son significativos si se consideran con respecto a la muestra total. Las familias protestantes son de diferentes denominaciones.

Dentro de la clasificación de grupos económicos mencio­nados en el capítulo 3, los protestantes se encuentran en su mayoría en los sectores medio y alto, o sea como agricultores con pequeñas propiedades y medios de producción, y con otras fuentes de ingresos (en este caso. comercio en pequeña escala). En el cuadro 6.1 se muestra la distribución de las familias pro­testantes muestreadas por Zárate (1982), según nuestra tipo· logía para los estratos sociale!.

Secwres

1 2 3 4 5 6

T otal

Cu.ulro 6,1

Númuo de u11iúuJes familiares

93

--·- ------ ----·------l 3 •)

!i" 5 4

15

El porcentaje ele los estratos inferiores (1, 2, 3) con res­pecto al grupo total es del 40 por ciento, mientras que el por­centaje de los estratos medios r superiores ( 1, 5, 6) es del 60 por ciento.

Si contrastamos estos datos con los resultados de la clasi· ficación de las unidades según sector económico en la muestra total (véase Cap. III), la diferencia es significativa.

C111ulro 6.2

Seclores sociales Mut>.•lr<t lula!.. f;rupo.• protestantes --- ---- ---- - ---- ----·----------

l al 3 4 al 6

ó~.9~

36.06 ·10.00 60.00

El cuadro 6.2 indica una mayor ¡iroporción de familias protesl :i 11t('~ dentro de lo!' ~('ctores medio y superior en con­traste con la población total.

Podemos comprender mejor la posición económica de los p rotestantes en la muestra si analizamos las actividades a que :Se dedican y la propiedad de me dios de producción.

Page 19: Protestantismo Ss

corloJ gcuma navarro

r;n e\ cuadro 6.3. (tomado de Zárale, 1982), !>C compara el numero Y porcenta JC de productores comercia le!! ( cafctic:u l­tores) Y de a11toconsumo entre unidades familia res catól ica~ y protestantes.

l 111ido4e.1 /nmiliarr.•

Í.fllÓ/ÍctM

AutO<'.on~umo'

l'to•l11l'tor,-,. comr rriaJ,.,.:•

ProteJtanka Autoconeumo' Prodnr!nrl'!' romercin l,-,.''

<:111ulm 6.J .. - -

Núnu!rn

26 11)

.is

7 ll

15

Porun111jr -

56.78 42.22

100.00

46.67 53.33

100.00 1 Incluye procl11ctor~ ele- nntocon,.umo y jornalt'ros, excluyendo cnl-

1 ivos com!'rcialt-$. • Incluye cafeticultorr~ <Ir tiempo completo y procl11ctores de 1111tn­

con~11 mo y c!IÍc;.

El cuadro 6.3 nos indica una proporción más alta de cafc­t icultores entre los ¡>rote!'lantes (53.33) que entre los cat6l icos (42.22).

Estos datos cobran mnyor importancia si analizamos la pro­piedad de los medios de producción entre protestantes y cntó-1 icos. lle:n~•~ utilizaclo como indicador principal la po!lcs;ón dr ganado (vacuno, porcino y equino). Este foctor fue usndo en vez de lu prrscncia de maquinaria agrícola, debido a que rn la muest ra súlo dos unicl:ide!' poseen hienl'!' de <'!'le tipo y en ambos casos se trataban de despulpadoras de café, una fa­milia era catiil icn, la otra prote!'lante. La presencia de anim:i­les mnyorP!' <'!' má!t frrcuente y. por ende, cu:intificable.

·--- ----------·----lJ11i<i11tle.< /runiliar~.• Número Porcrnltije

·--- --- --Í.titólU:o.<

11:2.2:l Si11 ¡:ana<!o 37

( :On j!llfl&<lo 8 li.17

"s 100 .00

l'm1e1Uinlt'.<

Sin g:rnodu 9 60.00

(;.011 f!llflUCln ,, .1').0(1

IS 100.()()

-· ~-- --··

De ncurrclo con el cuadro 6.4 mi<'nlrai'. que menos de l 11

quintu pnrt1! de los católicos tenían gnnadd,_ en~re lns farn il::~,. prntc11t11ntes el 40 por ciento lo posee. Los animales domésh ·· cos mayores ~on el medio de producción de cuantin más n~C· quible ·dentro de 111 comunidad, y pueden ser considernclo~ como unn forma sencilla de inversión. La presencia de l'!'lo' animales es una señal de acumulación, aunque en pequeirn <'!'· r.aln.

L-:" 1;; fnmilias prolestnntcs (33.:n por ciento) . se <1 ... c1¡. cah:Ut :il comercio a pequeña escala, mit·ntras que entre los católico!' sólo un grupo tenía miembros que <lcscmpciiaban esta actividad. Debemos scñalnr que en los cinco ca!'os los ingn·so~ que se obtienrn a part:r de este ren¡dón son complementado,. por la agricultura. Sin embargo, existc. un mayor númrro <l1· pequciíos comerciante:< entre los protest:intes que entrt' l o~ 1·0·

tól icos, pero debemos señalar que las tiendas m:Í:' p;r:ind1·~ d1· la comunidad. localizadas en el crntro clcl pueblo, son )'n •pÍ<'· dad de mestizos católicos.

El trabajo migrante es fr~cuente entre las familias prole>· tantC'!' ele 111 mu<'stra, donde 9 de la!< 15 unidades ( 60 por ciento) tenínn mirmbros que habían estado o c~tnban laboran-

Page 20: Protestantismo Ss

-do fuera de la comunidad. Los datos de Zárate ( 1982) no son . adecuados para contrastar este porcentaje con los grupos ca­•tólicos de la muestra, debido a que en algunos casos no fue .posible· recoger información en este sector respecto u dicha actividad. Sólo es posible concluir que es elevado el número de protestantes que han trabajado fuera de la comunidad di: lxtepec.

Podemos resumir los datos anteriores que hemos expuesto anotando que la a~ricultura de cultivos destinados al mercado ·(café), la propiedad de animales domésticos y los pequeños -coa1ercios son más frecuentes entre los grupos protestantes que -entre los católicos. Consideramos que frente a estos hechos es difícil negar que existe un mayor grado de acumulación de -excedentes entre las fam ilias protestantes. aunque éste no se da siempre, pero subsiste una estratificación t:eonómica entre las personas de me sector religioso. En otras palabras, exis· ten tanto campesinos pobres como acomodados, protestante3 y católicos, pero la propt rción de los ~tratos es mu~. ~i[eren· te en cada uno de estos grupos. El número de fllffi il1as que integran los sectores mc..lio y superior es mucho mayor entre los protestantes.

·Cómo logran las unidades protestantes esta acumulación " nf . que se ha visto evidenciada? Los mismos protestantes e all·

-zan que ellos no gastan como los católicos en fiestas y en al­cohol. Las festividades católicas eran costosas para los mayor· domos y fiscales que las patrocinaban, quienes debían dar de ~mer y beber a los miembros de la comunidad que partici· paba en las ceremonias y rituales propios de las fechas espe­ciales, como, por ejemplo, en la fiesta patronal de la Virgen de la _.\.sunción. Sin embargo, estas "costumbres" han dismi·

'. ,, " nu.ido en los últimos años, porque ·ya son muy caras y a los sacerdotes no les gusta tanta fiesta".

Hoy en día, muchas familias católicas ya no p_atrocinan festividades, por lo cual no creemos que la ausencia de los gastos en fiestas religiosas explique por sí sola el mayor grado

l

protestantismo en un.a comunidad Jotonoca 97

de acumulación que se da entre los protestantes, aunque puede influir .

Muchos h()mbres católicos (tanto indígenas como mestizos) acostumbran tomar Jos sábados en las tiendas del pueblo, y es común ver en estos días ebrios en la calle. Una botella de cerveza es una mercancía cara, en 1981 se vendía a 25 µesos, pero esta bebida es consumida principalmente por Jos m~:;IÍ· zos. Los indígenas prefieren tomar el aguardiente, que es mhS barato. Para los protestantes, el alcoholismo es un pecado gn1 · ve, y lo evitan con escrúpulo. Aquel hombre que toma, es c.ri­ticado severamente por los miembros de su congregación. A 1 evitar los gastos que otras personas consumen en alcohol, (c,s

protestantes pueden destinar una mayor parte de sus ingr.:~· ,.; al ahorro, comercio, compra de animales, etcétera.

En nuestra opinión. el factor determinante para la acumt:­lación en muchos de los grupos protestantes de los estratos medio y superior es la existencia de una auténtica .. ética del trabajo", que exalta ciertas forma~ de conducta. En sus sermo­nes, y aun en sus conversaciones diarias, los pastores no dej:t!J de enfatizar la importancia del trabajo.

Una persona religiosa afiliada al protestantismo debe dt"· dicarse a su trabajo diario con energía para evitar el ocio. El hombre productivo es Yalorado por los miembros de su tem­plo, y tomado como ejemplo a seguir.

A continuación describiremos una "semana típica de un Cl"

merciante bautista de lxtepec -para ilustrar esta "ética de •r·L· bajo". · .

Segunda 5"man.a de octubre de 1982

Se l~_vanta a l_:is cinco de l~ maiiana para ir a trabajar su hi10 de 8 anos a su predio para que el hijo vaya a la cuela. Sale a Zacapoaxtla (a cinco horas de distancia)

con ~

con

• , • • •

Page 21: Protestantismo Ss

98 rorlos garma navarro

su burro para comprar mercancías. Lleva su Biblia y l!eg3 en l a ~rde. Se hospeda en la casa de un "hermano", 0 creyen· te baubsta.

Martes

:\ fos seis de 111 maíiana inicia el regreso a Ixtepec lleaa al mediodía. Coloca en su casa las mercancías comprad~s ( c~­betas, frutas, utensilios, etcétera). Va a su milpa, donde tra­baja hasta la tarde.

M iérc.oi.cs ..

·\ la!' 1·inc-o va a su tierra con !'U hijo. Regresan a las nue­ve. A las diez coloca su puesto en el mercado, su esposa lo ayuda n vender. El hijo se queda en el puesto mientras él va n comer con su esposa al mediodía. En su puesto mientras es­cucha grabncion<'s de himnos relig i<>l!os cantados en totonaco, cuando puede lee su Biblia. Trabaja en el mercado hasta las !'<:is y media d~ la tarde.

]11et'es

Idéntico al miércoles, excepto que en la tarde va a un ser­vicio en el Templo Bautista de lxtepec a las siete de la tarde.

Ví.emRs

Idéntico a l miércoles ..

Es día de plaza en btepec, y desde las seis y media el comerciante está en su puesto en el mercado, con su esposa e h.¡ jo, grabadora y Biblia. Al mediodía se hlman para ir a comer a casa para que el puesto no quede desatendido. Dejan el pue!'to a las seis y media o siete de la tarde.

prot.estantisrrw en una comunidad totonaca 9'J

Domingo

Trabaja en su milpa y cafetal con su hijo desde las ~inco hasta las nueve, después sale a Xocbtlán de Romero H.ub1::> (a 4 horas de distancia) donde es día de plaza. Lleva su burr:o, la Biblia y algunas mercancías para vender. Llega al medio· día y acomoda sus cosas en el centro del pueblo, además hace algunas compras. Se va a las cuatro de la tarde para llega r en la noche a Ixtepec para el servicio en su templo.

De este ejemplo se pueden señalar algunos aspectos inte­resantes. En primer lugar, es notorio que las actividades la­borales, en este caso el comercio, están íntimamente ligadas con elementos religiosos: la lectura de la Biblia, escuchar him­nos sacros, visitar a los "hermanos" de la misma denomina­ción en otras comunidades, etcétera. El trabajo en sí aparece como una extensión del culto, y no como una esfera indepen­diente; esto es un incentivo poderoso para que sea desempe· ñado cuidadosamente. No interfiere con las actividades reli· giosas, sino que las complementa. Así, el comerciante labora hasta los domingos, pero nunca deja de asistir al servicio en su templo, por lo cual n adie le reprocha por trabajar ese día.

En esta ~ección hemos podido constatar que existe un mayor grado de acumulación eéónómica entre los grupos protestan­te~, en ¡.iart i..:ular en los sectores medio y alto, impulsados por una ética de trabajo. En el caso de lxtepec no es posibl<> negar que existe una correlación entre el protestantismo y el desarrollo capitalista, que se evidencia por la formación de los estratos de comerciantes y cafeticultores con medios de pro­ducción. Es importante destacar que el cultivo del café se implementó en la región durante los años (la década de lo:; sesenta) en que los grupos protestantes comenzaron a de-sarro­Uarse. La importancia de este hecho será ampliada en el ca­pítulo VIII.

Dentro de los aspectos eeonormcos del protestantismo es necesario mencionar el papel de los templos como unidades que requieren de su propio sostenimiento, si bien este tema rt'-

Page 22: Protestantismo Ss

100 carios gorma no11Urro

quiete de una investigación en sí. Los templos protestantes se mantien.en de dos formas: 1. con contribuciones por parte de los miembros del grupo, y 2. con aportaciones externas.

Analizaremos el ¡.irimcr renglón. Esle a su vez se puede di· vidir en los siguientes tipos de ingresos: a) diezmo, b) colee· tas y ofrendas, e) faena o trabajo gratuito por el templo.

El diezmo

Este es recogido una vez al aiío por los dirigentes del tem· plo, y debe constituir en la décima parte de los ingresos que una familia haya obtenido durante los últimos doce meses. En lxtepcc, el diezmo es entregado a los templos en la época de cosecha y suele ser pagado en especie, es decir, la décima par· te de la producción en bruto es entregada al templo. Allí es recibida por Jo;; dirigentes, quienes reúnen las aportaciones pa· ra luego venderlas, y (teóricamente) u tilizan lo que se obtie· ne para los gastos del templo. Al encargarse de la venta de lo que recibe, el líder religioso se convierte en un intermediario económico entre sus fieles, quienes le aportan su diezmo corres· pondientc, y otrns personas que compra.n la producción que se h:i recibido. No es de extrañar que varios de los pastores de lxkpec sean a su vez pequeños comerc iantes.

Colectas r ofrendas

En cada servicio se pasa una charola pura e11tregar las con· tribuciones para el templo. Lo recolectado de esta forma es poco, debido a que es voluntario y que la mayoría de los fíe· les no disponen más que de cantidades muy pequeñas de ex· cedente monetario.

Faena o trabajo gratuito por el templo

Cuando el templo está en construcción o requiere de mejo­r;is o rcp~raciones, los fieles se juntan para realizar estos tra­bajos, participando todas las personas que pertenecen al gru.

protestu11ús11w en una comunUlad totonaca 101

po. Este ti¡.io de labor es conocido c~mo .. faena" .Y' como .el trabajo civil gratuito para la com~mdad q~e recibe e.I mis· :mo nombre, se considera obligatorio pero solo se realiza en las ocasiones mencionadas, por lo cual no es muy frecuente.

Consideremos ahora las aportaciones c.>..tc mas que reciben los templos. Es difícil obtener información sobre este aspecto en el campo debido a que existe mucha desconfianza .hacia fa persona que interroga al respe cto. Muchos protestantes indí­genas toman una actitud defensiva para 'evitar ser acusados por d1•pendcr de .. gr:11gos".

Lo que hemos podido constatar es que c:;tc tipo <le ayuda consiste en:

a ) Sostenimiento de los dirigentes religiosos que visitan la 1,0-

munidad. Este puede consistir en la a<lqn :sición cid equi­po que utilizan dichas personas. Un caso fue el del pastor bautista norteamericano y su familia, quienes al llegar a la comunidad de Ixtepec, poseían bienes costosos como aparatos electrónicos y una camioneta, objetos que estaban fuera del alcance de los miembros del templo y que no h.abían sido o.btenidos por ellos. Tampoco pagaban (los f1.eles) el alquiler de las dos casas que ocupaban ni los sir­vientes que empleaban dura nte su estadía. Otro ejemplo procede de los pueblos de Zapotitlán y Zongozotla, que aún h.ace algunos aiíos recibían visitas de pastores norteame­ricanos que }le~aban a dichos. lugares en avionetas.

h) Ay~da econom1ca pa~a los dirigentes del templo cuando estan en otras comu~1dades. Aquellas personas de Ixtcpec que llegaro~ ~ estudiar en instituciones educativas proles· tantes en .Me~1.co y Puebla fueron sostenidas por medio de la dP~ommac1~n a que pertenedan mientras realizaba n Jos estud.1os mencionados. También fue conocido ¡ d un st d l · • e caso e l. ria or

1 e a reg1on que fue llevado a una clínica mé-

< ira en e estado norteamericano de Texas tado f d d para ser tra-

. ~or una en erme a crónica, y cuyos gastos fueron subs1d1ados por un grupo de su denom1ºn"c1·' s· b

Í . .. on. m em ar·

go, este suceso ue considerado como excepcional.

Page 23: Protestantismo Ss

102 cario$ ~""ª namrro

<) ~istribución .de propaganda religiosa. Muchos grupos ob­tienen ~ater~al impr~so en otras comunidades (por ejem· pl~: lnmnar~os, biblias, panfletos, etcétera ) para distri· butrlo gratuitamente o a bajo costo a sus miembros. Los templos metodistas y pentecostales son muy activos en este aspecto. en especial los prim<'ros, con trabajos rscrito~ en totonaco.

La ayuda exterior que reciben los templos varía de acuerdo con la denominación, siendo en sí más evidente dentro de los grupos fu ndamcnta lisla:<. Insistimos que se requiere de una investigación más profunda so'bre economía r protestantismo en las comunidades indígenas, pero con respecto a lxtepec. consideramos que con la probable excepción del grupo que re­cibió al pastor norteamericano, ninguno de los templos se sos­tiene a base de la ayuda externa. por lo cual su fuente más importante de ingresos es el pago del diezmo. Este hecho im· portante tiene consecuencias políticas para los templo!I que se­rán analizados en el apartado siguiente.

P ara concluir este capítulo, debemos señnlar que no obs­tante la influencia que han ejercido sobre la economía de la comunidad de btepec, los protestantes no han creado una es· tructura económica autónoma. Los distintos estratos sociales están compuestos tanto por católicos como por protestantes, ninguno de los grupos rPligiosos se encuentra sólo en uno de ellos. Por otra parte, las relaciones económicns ~r realizan con p ersonas que pueden pertem:ce~ º.no a la mis~a a fili nción religiosa. Ninguna pen:ona lim1taria en este sentido su trato llólo a los "hermnno!!<" df' su r<'ligión, evitando <'1 cont nrto con l os demás. (Vn ejemplo que ya ha sido mencionado son_ los <'quipos de "mano vueltn" que pucdrn incluir tcmtn cntóhcos como protestantci;). Los templos enf;lo.ban 11nn snie . de ~cti· vidades econ6micas, pero nunca la totahdacl di-1 comportnmtf'.n· to económico de !.'US íii-les, ni aun de Jos mi!:m0!1 pastort's, qmc· nf'S trabajan, intncambia~ .Y consumen fuera de ello_s. Los dirig<'ntes se d<'dican a acttv1dades tales como el comercio. que los entrdazan tanto con cntólícos como con protestantes.

VII

LIDERAZGO, FISION Y ALIANZAS ENTRE LOS GRUPOS PROTF'..STANTF.S

Hemos señalado en la secc1on anterior la inestabilidad qut> afecta a las congregaciones protestantes y las frecuentes rup· turas que sufren. La mayoría de los grupos se han formado K

partir de un proceso de fisión, fundándose dC"spués de haherse separado de uno de los templos más antiguos. F.n este capítulo intentaremos explicar las causas de las divisiones, destocando la importancia que tienen los dirigentes religiosos dentro di' las mismas. Trataremos de mostrar la relación que e:iti!'le f'n· tre las agrupaciones protestantes y el sistema político tradi· cional que ya hemos descrito, y entre lall ~ectas y grupo de poder fuera de la comunidad. La siguiente sección del capí· tulo la hemos dedicado al estudio de uno de los elémentos más importantes para mantener la cohesión d" los ~rupos pro!~· tantes. loi; "te!ttigos".

f.O\l PAORA7.r.O Y PROTF.SB~TIS!\10

H«-mos nnali7.ado "ª lns rehcione11 del compadra~o "1ttt 10!! gTUpos católicos, destacando cómo éstas !\e conforman como un sistema de relaciones verticales (de dominio) de 1~ <"Om·

padres mestizos e indigenas. donde «-1 <'Ontrol es mallf'_iado por los primeros. Esta forma de parentesco ficticio pttM·nta al~­na!I diferencia!! entre I~ prot~tantes..

[103]

Page 24: Protestantismo Ss

} ()l, c:arioJ gormo fl,fJVGTTO

Para personas pertenecientes a esta religión existen dos ri· tuales que son los más importantes en la vida de una persona ; el bautismo y el matrimonio. El primero es más elaborado porque implica un mayor número de fieles {los bautizos son colectivos) . Cuando un niiío nace no est.á listo para ser bau· tizado; al tener un aiío sólo es presentado en el templo ante el pastor, quien lo ofrece a Dios en una ceremonia simple ante los padres y parientes. Cuando una persona es adulta y desea aer buutizudu es porque " ha dejado las cosas del mun· do y va a i11p;res11r al templo, debe arrepentirse y entregarse al S<·iíor". Para el bautismo se reúnen va rios ai-pirantes y son llevados n un río y ungidos en sus a~uas por el pastor. Entre los mdodistus l'Sla ecremo11ia se renliza ulp;unus ocasioiws en el templo, pero con up;un <ld río. Des1n11~s se realiza un servi· cio cspecinl.

Con rcs¡wcto ul mntrimonio In pareja se pres<'nln 1·11 el templo· nntc d pastor. quit!ll loi1 ofrece u Dios. y dcsp111!s los n!dt~n c11s11d11s y sus invitados van 11 In rnsu del novio donde todos coml.'n, pt·ro sin tomnr bebidas ulcohólicns.

;.Tit•nen los prolt•stunll•s compndres para estas ocnsiones't Cuamlo hirimo!l 1•stn pn•p;1111111 a un joven dirigenlt> pC'ntecos· tal respondió: "no, aqur no hny compadres, porqu<' todos so· mol\ hl'rm11nos". Sin embargo, en estos sacramentos están pre· sentes "testigoi;". quienes van a ayu~ar n las pe.r~ona.s que se ofrecl.'n, y en t' l caso de los cnsam1entos tamb1en firman el acta dr matrimonio en In presidencia. Los "t<'stigos" siempre son protestantes.

El ministro metodista hizo el siguiente comentario que es de gran importancia: "los protestantes sí tenemos compadres, pero entre ellos se tratan como hermanos, no como co~pa· dres". La relación directa de compadrazgo crea relaciones de dominio entre las personas implicadas. En este sentido, di­cha institución no existe entre los protestantes, algunos de los cuales evitan por esta r azón el uso de la palabra "compa­dres". Sin embargo, sí existen siempre en los sacramentos los "testigos", a los cuales se les trata como "hermanos". Sus re-

I05 protesta mismo en una comunúiad townaca

laciones son recíprocas entre ellos; interactúan como miemb~os de la misma comunidad religiosa. De esta manera, las r elacw· nes internas del grupo religioso son reí orzadas, acentuando las di ferencias entre la conducta que tienen lo; yrotestant:s _entre ellos y la forma como se compoi:-~n los catolicos, que s1 tienen "compadres" en el sentido tradic10nal.

Este tipo de vínculos son necesarios ante . las constantes ten· sionf!s internas que se dan en las congregac10nes, a las cuales pasaremos ahora.

l .l l>E ltAZGO \' FISJO/'I;

l.u 1•scisi1ín de una conwcgación fue d f'scri ta de la si¡;uicn l t~ marn~ru por unn creyente pentccostal: "lo que pasa es q111: a v1 ~ces cu un templo hay p;ente a qu irn le {!;lista mucho como prnclicn ulg1'm hombre, entonces, si es te hombre se scpuru cl1·I templo la ~en te lo vn u seguir porque les ~usta como habla y lo q11in1m s1·~uir oyt~nclo". Esta c ita muestra un hecho im­porlnnt1•: que los .fisiones son causadas por prohlcmui:; de li· deruzgo que motivan n ciertos individuos a formar nuevas u~rupnciones. l .11 mnyorin de los adeptos u un templo recién fun<l udo se incorporan u él pura seguir a un dirigente qU<' hu logrado atrnerlos y no por la creencia e n la superioridad de una dcnominnción frente u otra.

Para f'om prc•ndcr la íisión de'tcmos e11te11<lc r algunos as· pecios del liderazgo en su interior. ;. Cuáles son los puestos bá­sicos de dirección dentro de un templo protestante? Todos los grupos estudiados tient>n tres, que podemos conside rar de vital i~portancia: p~sto~ ,º gu~'7 secretario y tesorero. E l primero h~ne como obligac1on of1c1ar en los servicios, guiar y acon­sejar. a su grupo, y tom_:ir todas las decisiones que incumben al trusm?, pero, ~n leon a, actuando siempre con el consenso de sus fie!e~. Sera ayudado por el secretario, quien se encar­ga de escribir las actas que se requieran, y por el tesorero quien se hace cargo de los asuntos financieros del grupo, supe~isan-

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106 carloJ ganna naoorro

<l.o sus ingresos y gastos. La delimitación de los puestos en rea· l :cbd no es muy clara, participando el pastor muchas veces en lns asuntos eronómiros donde su opinión es la que recibe más peso.

Para ocupar cualquiera de estos puestos es necesario saber l eer y escribir español. En primer lugar para poder hacer lec­turas b íblicas y. en segundo, para entender las actas, cuentas, etcétera. Debido a este requis ito las personas que ocupan estas posiciones son en ~eneral aquellas que han trabajado fuera de la comunid:id. Dentro de las congregaciones más recientes !'-<' bu!'f'!l que los pue!'tns de di,rección sean ocupados por hom­br!"s jóvenes que pO!'!"en estudios de primaria.

D!"brmos !'<'iia lar que la fluidez del español dr los diri­¡:lentr~ \'aria <-normementr según las p~rsonas. contra~tando t'l dominio totnl de nlgmw<: con la dificultad qu <' o'.~M tienen con esta lengua.

El hecho de que los puc;z Los de dirección sean sóln 1 res en todas las eon~regacion~ de Ixtepec. limita el númern dr per· sonas que puedan obtener una posición importante dentro de cada grupo. La nbedit>ncia a l pastor o predicador es una cua· lidad altamente valorada. Cuando surg:cn d~acuerdos entre los miembros del templo no siempre son planteados abiertamente, en espeeial cuando implican una crítica a la conducta del di­rigente. El pastor debe ocupar su puesto de por vida, a mt>nos que renuncie, lo cual puede suceder si todos sus seguidores se lo piden.

La división suele -ocurrir cuando algún miembro prominen· te del grupo llega a tener grandes diferencias con la cabeza del mismo. Como sus críticas no son aceptadas por el pastor o predicador, el disidente se aparta y forma su propia secta. Debe salir a predicar y a curar a los enfermos en busca de personas que se podrían convertir en adeptos fieles, muchos de ellos p rovienen del mism o tt>mplo dd cual el hombre in· conforme se acaba de separar. El apoyo de su familin ~ vital para el fundador de un nuevo grupo, porque suelen ser

los primeros en aprobar o rechazar el intento de su pariente por convertirse en líder religioso.

¿Qué tipo de hecho!' eran considerados~~ importancia p_ura justificar una división? Las fallas de los dirigentes se conside­raban como un elemento importante. En los casos que conoci­mos los pecado!! ca males eran muchns veces el tema centra l. Cuando un pastor tenía un "lío de fa ldas" los miembros de su templo se enteraban de inmediato, y más de uno se había visto forzado a renunciar por el ambiente creado por una con· duela considerada como vergonzosa. Es probable quf' un líder impopular sufra este tipo de acusaciones aun cuando no t>xis­tan pruebas. Es interesante notnr que un sacndote ciitólico que estuvo en la comunidad durante la Semana Santn en 1981 dio lugar a muchos comentarios de este tipo por su conducta. Fueron los ancianos católicos y los protestantrs quirnrs más comentaron las acciones del "hombre indiwio".

Sin embargo, las cue!!tiones morales no son la única causa a que se atribuyen l as escisiones. Otro factor cercano es el hecho de que al~unos dt> los fieles consideran que las ceremo­nias y/o rituales no se están llevando adecuadamente a cabo o incluso podrían desaparecer. Hechos de este tipo motivaron a muchos pentecostales a abandonar al grupo "Agua Viva" a la llegada del pastor norteamericano.

Todas las causas de las divisiones internas que fueron se· iíaladas por los p rotestantes de htepec !'On de tipo moral y religioso. Al analizar un proceso de escisión dentro de un templo pentecostal otomí de Jxmiquilpan, Hidalgo, la etnolin· güista Lázara Mendo:>.a menciona un factor importante. la lucha entre los distintos sectores por obtenl'r el control del diezmo.' Debemos señalar que la in~estigadora pertenecía al templo !'n cuestión, por lo que tuyo acceso a información que de otr:i mnnera hubiera pe~anecido oculta. F.n nurstro caso ninr.\in informantl' mencionó cau~as t>conómicas, lo c1wl no s:gnific:1 que éstos no exi!'tnn, sino sólo que los miembros de IM templos protestantes los consideran hechos qu<- no rlt>hl'n srr comrntn· 'dos fuera del propio grupo.

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~ J; a.

100 CGTlo.s !arma navarro

(ARACTERISTICAS DE LOS PASTORES

Es notable que casi todos los pastores nayan estado fuera de su comunidad durante cierto tiempo. La experiencia que ad­quirieron de esta manera es muy valorada por todos debido a que la consideraban necesaria para saber tratar con las per· sonas, en especial con los "hermanos" de otros pueblos y con los que vienen de ciudades o lugares lejanos. En otras pala­bras, para muchos dirigentes el periodo durante el cual estu­vieron fuera de Ixtepec fue útil, porque conocieron a protes­tantes <lt' su denominación.

Es durante el tiempo que permanecen lejos de su pueblo, como muchos de los dirigentes adquieren sus conocimientos de un espaiíol práctico y algunos incluso llegan a estudiar den­tro de escuelas b íblicas localizadas en las ciudades importan­tes. Muchos jóvenes se convirtieron al "evangelio", fuera de la comunidad cuando ibon en busca de trabajo o de una me­jor suerte.•

Dentro de este último sector, existen numerosos casos de personas que tuvieron su primer encuentro con el protestan· tismo dentro del ejército. Uno de los pastores pentecostales des­cribió su experiencia de la siguiente manera: "Estuve fuera de l xtepec al estar en el ejército en Puebla. Ahí se me abrieron los ojos, comprendí que era necesaria la disciplina en la vida, r que sólo la da Dios".

Como ya hemos señalado, el primer pastor indígena de la región, Ricardo García de Zongoz.otla, se convirtió también es­tando en el ej~rcito. Es evidente que han existido grupos pro­testantes dentro del ejército en el estado de Puebla, los que llevan a cabo un proselitismo activo entre los soldados por lo menos desde hace 30 años. Al estar lejos de su pueblo natal y entre personas desconocidas, los jóvenes indígenas acuarte-1 ados se encuentran en un ambiente donde el cambio de re­ligión no implica una ruptura tan severa como lo sería en su comunidad, donde la opinión de sus amistades y familia.res podrían criticarlos por esa decisión. En el ejército, por el

protesta11tismo en u11Q. romu"idad totonaca 109

contrario su conversión le ayuda a lograr una mayor acep ­tación p~r parte de otros militares protestantes ..

De los diez pastores cuya historia fue recop1~~d~ a lo lar· go de este estudio, tres estuvier?n den~ro , del e1erc1t~; hec~o que demuestra que con frecuencia los . md1genas que ingresan al ejército y se convierten al protestantismo logran ocu~ar des­pués puestos de dirección en los templos de su commudad.

LAs ALIAl'IZAS

Para sobrevivir en un medio hostil hacia ellos, todos los tem· plos han tenido que crear alianzas con otros secto~·es. Los l az~s más fuertes se mantienen con los grupos de la m1,¡ma denomi­nación que existen en comunidades vecinas, dentro de la sie­rra y en la Huasteca, y en ciudade!; como Puebla y México. Estos últimos revisten especial importancia debido a que con frecuencia envían predicadores a la~ comunidades y ayudan a los pastores a realizar estudios reli:ziosos fu<: ra de Ixtepec. De esta manera su influencia recae sobre los dirigentes. Los sectores fundamentalistas poseen vínculos sólidos con f!:rupos norteamericanos, los cuales sostienen a misioneros que llegan a las comunidades indígenas para "evanr,elizar". Es tas insti· luciones extranjeras distribuyen además propaganda religio­sa, escrita en español y en idiomas indígenas, e impresas en México o en Texas. Los sectores" pentecostales tienen visitas fre,cuentes de líderes de su propia denominación que proceden de la huasteca hidalguense. ·

Como se podría esperar por vínculos creados por los pro­testantes que han estado en el ejército mexicano, esta institu­ción ha apoyado a los "evangelistas" en varias ocasiones. Al parecer, la ayuda que se ha brindado 1>roviene de a lnunos ofi-ciales más que del conjunto del ejército.

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Dentro de la comunidad ya han habido intentos por unir a los grupos protestantes para logra r con ello acciones fa­vorables. La alianza que mejores resultados logró fue la coa-

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1 \O corloJ ganraa navarro

lici~nª de protestantes que se c reó para evitar la d la l1cnila CO:\ASUPO (1976-1977) a aperlura el

· d' · unquc en este caso e apoyo m irecto q_ue se obtuvo de los comerciante!' mestizos, t~merosos de sufrir f~ertes pérdidas por Ja compelcncia de la tienda, fue un factor importante para el triunfo de la coalición.

Nu~vos intentos posteriores de unir a las diferentes con­l?'eg_ac1ones para lograr objetivos comunes han mostrado ser mef1_caces. En ~n. caso trataron de influir en la elección de u11 presidente mumc1pal católico, y en otro de evitar la contri­b ución monetaria ~-e se pedía para la fiesta patronal. El pro­blema de la desumon prescnt~ do!I vntienles : el liderazgo v 1 a d iferencia de lo!I rituales. ·

1 O!' n<lcpto" rfr lo¡; <l istinto!I grn¡1os "" reronOCl'n entre sí "1 " 1 . como iermanos y norma mente sus relaciones son excelentes

en cuanto se reconocen como semejantes por ser protestantes ' por >-:1ber!lr !lr11a rados <lr lo.. católico!'. Los pa!'tores, en cam­bio, no acostumbran tratarse entre !IÍ. Por ejemplo. el pastor del mayor templo pentecostal, un hombre que había estado en el ejército y que participó en la roalición en contra de la tienda CONASUPO. mantenía relaciones particularmente frias hacia el joven que se había st"parado de- su ¡zrupo para fun ­dar otro, y muv distantes con los lídrrt"s de los otros grupos. T .os pastores mantienrn una actitud de sospecha entre c-llos mismo!! por miedo a que sus adeptos los abandonrn para pa­sarse al ~rupo de otro dirigente. F.n este ambiente todo intento por crear unl\ unión pt'TTnanente entre lo!' templos e!I imposible.

Otro factor que ma.ntiene srparado a los ~ntpo.s protestan­tes es la diferencia de los ritualt"s entre pentecostales y fun­dnmentnlistl\s. En este último sector lns personas no aceptan la11 ttrMnonias txtáticM que orurrí1111 en los templos pentecos­tales. porque lns considf"ran extrañas e inexplicables. F..sta opi· ni1'111 no e11 e~clu!livn de !mi p1111torf"!I. l ln jovr_n alb11ñil meto­di~ta n M dt'<'ln: "Y o no i-ntif'ndo f'SO qnr llamnn t"llos {lOll p1•111t•N>~t11 lt•!1) 111 il11mi11m·i1in. Di1·1•11 q111· ¡,, h11N' Dio..<1. Yo íui unn ~ " 1111 11e1rvicio. Primf"ro !lt' mo\"i1m ' ' bailnhnn como !li <'~tuvieran borrarho!I. l.llf"f'O• uno~ C'll \ ºÓ y

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vomitó : Vomitó tn

prott!3úJnlÍ.Smo en una oomunúlad totoll4CIJ 111

el templo! ¿ Us1ed cree q ue Dios ha ría eso ~ Y o no sé". Los fon · damentalistas des~onfían de los ritos pentccostalcs, y no pueden aceptarlos plenamente. Debemos recordar que muchos de los miembros del templo pentecostal mayor lo abandonaron i;uan· do el ministro norteamericano no aceptú su ritual e inten•ú forzarlos a cambiarlo. Así, la aceptación del ritual tiene una importancia decisiva en la adhesión a un grupo deter minado.

Debido a las dificultades que existen para unir a los gru· pos protestantes, los líderes del temp•o pentecostal "Agua Vi­va., trataron de crear a lianzas con otros sectores de la comu­nidad. Se reunieron con algunos campesinos catcí licos para fo r· mar una organización llamada Unidad v Progreso. que man­tiene otras agrupaciones en comunidades cercanas. El grupo es también conocido como el UNIPAC, y todos sus m icmbro3 poseen credenciales que los identifican como tal. Est~• organi­zación se encuentra ligada a una agrupación de la c iudad de Puebla llamada " Círculo Liberal Ignacio Zaragoza" , que es cli­ri¡?:ido por algunos legisladores del Estado. Si bien es cierto que se mencionaba la posib ilidad de que el UNIPAC tuviera co­nexiones con sectores masones, no fue posible verifi car este dato con sus miembros. El grupo fue creado. según w10 de sus integrante~, " parn denunciar lo que está incorrecto, frenando abusos de los poderosos y trayendo mejoras al pueblo". El UNIPAC intervino para evitar que en la clínica del IMSS­COPLAMAR de la comunidad se implantara un sistema de pases semejante al que se había planteado originalmente para la tienda CONASUPO. Después. dirigidos por el ps stor pen­tecostal del templo "Agua Viva". trataron de influenciar la!< elecciones para presidente municipal recogiendo finnas con­tra un candidato católico. Esta ves el intento frararo dc-.hido a que muchos protestantes no dt'searon pnrtiripar porque un pariente t'Cl"('nno del candidato para pN>sidentt" era un maestro protestante de rcoonocido prtstiE(io df"ntro del pueblo.

Los difen-ntc..<1 p;rnp<lS protf"Stantf"S tit"nt"n artitu~ muy di­\"t"nin~ h11cia la fom1al' ÍÓ11 de alianza!'. l .<'$ adeptO!I del ~pl~ "l l11ión" twit11n t"l rm1tarto ha!lta donde puedf'ft t'(\ft todos lCI-'

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otros sectores, tanto católicos como "evangelistas". Los me­todistas aceptan unirse con otras personas para algunos fines, mientras que todas las agrupaciones pentecostales intentan crear lazos firmes con sectores fuera de sus grupos.

Las alianzas temporales que se han formado entre los mis­mos grupos y entre éstos y otros, pueden ser adecuadamente descritos como facciones.• En primer lugar, debido a que se han formado con el único objetivo de resolver un problema común al que se enfrentan sus integrantes. Dentro de las fac­ciones nunca se dan intentos por implantar métodos de prose­litismo o de buscar formas de ganar adeptos. Cuando se ha lo~rado el objetivo común o cuando éste desaparece por di­ferencias entre los miembros, la coalición se desintegra. Es evidente que la competencia entre los líderes de los templos hace que el necesario predominio de unos dirigentes sobre otros <lentro de una facción sea sólo temporal. La ausencia de este factor ha hecho posible que la alianza entre católicos y pen­tecostales en el UNlPAC perdure.

La1' alianzas dt" mayor duración han sido las que involu­a an a. grupos fuera de la comunidad, templo.." extranjeros. grupos masones. etcétera. F.stas puooen ser cararteri~adas ro­mo relaciones de tipo n~rtical, donde los ~rupos de Ixtepec d\"¡~nd<'n d~ los ite<-tores extemos.

En <'l c-;\!lo d<' los lt"mplos t,)('aliiatlt\.• f'll d f'xlr:mj<"t"Q y ~" \35 dmladcs ~randN (tt'l p:\{s (Distrito FC'(ft"r:'l v Pud>la). ,,5 <'""'""'"' que la avud:t hrinltada ~ imthlrfatllf', ttirighla. en ~''.l<'\.'ial hada lt\.• lhkrl"it, 'l"<' de> e"sta m:mt"t'a p11C"tlt"n ~ah•.ar ''~httl\,"'• hlhl\t"'¡0.· ,l\¡t.l\'ih\l\'i,\t\ 1\C' l''"''l':\ftª"''ª· <'l\'t~lt"r:\ .

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prote3tmlli.Jmo en una comuniJad IOlonaco 113

pos fundamentalistas se separaran para convertirse en pente­costales, así como el misionero norteamericano bautista tam· poco pudo evitar que el templo donde él oficiaba perdiera a sus antiguos miembros, quienes estaban inconformes con el hecho que ocasionó su traslado.

La relación entre el UNIPAC y los grupos de poder en la ciu<lad de Puebla es mucho más compleja. Hasta donde pudi­mos observar los miembros de esta organ!zación no recibían ayuda económica externa, pero sí apoyo político para contra· tar líderes regionales, aunque no podemos sacar conclusiones definitivas en este momento sin conocer más a fondo es ta agru­pación.

Antes de finalizar este apartado, quisiéramos volver a en­fatizar el papel de los pastores. El rol que desempeñan como dirigentes dentro de las congregaciones los coloca coro.o inter­mediariosº entre los miembros de su agrupación y las personas fuera de Ixte_11c;e que en determinado momento los pueden ayu­dar. El presllg10 que goza en el templo un pastor lo convierle en _el hombre ~1ás adecuado para representar a sus adeptos y dekmkr sus 111terescs. Esta posición no deja de :>cr volátil Jcbi?o a que por el mismo papel que desempclian s iempre se: rán 1~11,gad.''IS 11.or sus seguidores, quienes los podrán abando­nar ~ i ;1,·t11an m ;1tl1>t:m1tlamt' llk. ( \ mio \'\'l'l.'ll\o:< m;.\s ,1,te¡,1111('

··~ p;1stor cs. rcp1-es,'11lm\t·c no sólo ante 108 hombres sino tam· h1t~11 :mm Dio~. ' '

l'.on\\\ ,\iri.~nlt" tlc un ftl'U¡>o no cgta.blc " clt)"OS miembl'\."" ''"~~ •llrac>r ~ mantet\ei· " \tu I''"'º· t>l pa¡t,h'r N; 1m }¡,fct· t'ar\g. m ;\11\'\.I, (t('l\lt"jal\k' " h~ '""" ·mir.at"\"'"':< ,\ .. l -. · · , · l ', 1 ' ""' , .. ,, "' \~ tt\\W ll\l\('t\t\.\..• lllt •

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.. 1 1 ~ carios gurma navarro

Allá. donde el liderazgo no está tan estrictamente centrado en la pe~na _de un ~rofeta excepcional, sino mucho más en el men· S&Je .n~ctdo de el, es muy probable realmente que un movimiento ~rofetico no genera una estructura de autoridad única, centra­lizando, sino una dispersión fisípara del liderazgo en las perso­n8:5 de numerosos líderes, en particular cuando el acceso es d mismo.'

Esta observación puede ser aplicable a.l <"aso de los lidt•rcs pr~~estanles de IxtC'pec .. ~l mensaje que aportan los "evangelis­tas es rl de la salvac1on del hombre por el simple hecho de pe~~necer a una r~ligión prot~tantc. De c!-la manera la sal­vac1on no es exclusiva de un pastor, sino que todos los fieles pueden aspira r a e ll a y seguir a aquel hombre que les atrae con más fucr7.a, tanto por sus r.ualid:irles morales como por !'11 habilidad para pred icar.

El contenid o de) mensaje del protestanti!'mo indígena de lxtepec será estudiado más adelante.

PuoTF.sTA!llT1s:110 Y EL s1STF.MA

PO LITIC:O TJIAlllCIONA l.

¿Qué relación existe entre la organización y fisión de los tem­plos y el sistema poHtico tradicional de la comunidad? Es ne­cesario priml!ro volver a re1mmir In si tuaci<ín actual d<' los ¡mesto!I civiles y rdi~iosos en l xtc¡w<". Por 1111 lado, en la ma­yor pnrtn de lns nuloridadl's municipales lray mestizos, ocupan­do los indígC'nns ~ú lo nlgunos escalones infcriore~. Lo;; pu!'stos religimms, relacionndos con el mantenimiento ele la iglcgia ca­tólica y sus fiestas, son desempeñados nor to tonacas.

Aunqul' !'I número de posicionrs abinlas a los indígenas drntro drl !listcmll tradicional no num!'nl:i, l'I núm<'ro de la pohlllci6n totRl de Ja comunictnd 11í lo hace. El resultado rs <pu · In proporcit'in dr homhr<'ll i11dí~<·1111 s <fllt' podrán orupnr unR posición como autoridad <"Ívil o dentro de la iglesia cntó­licn es cada vez menor. Para rl sector compu~lo por jóvenr::ii

protesf4nlÍ$mo en una comunidad totonaca 11 S

varones totonacas que han trabajado fu era de Ixtepec y po­seen ciertos recursos económicos, es poco atractivo esperar a ser ancianos para poder desempeñar cargos que les darían un alto prestigio políúco, como el de fi scal. Pueden jntentar or u­par puestos civiles, pero por ser indígenas están d iscriminndos de ellos.

No es coincidencia que casi todos los dirigentes de las con­gregaciones pertenezcan al grupo de hombres con experiencia migratoria. Los puestos de dirección dentro de los grupos pro­testantes permiten a los indígenas varones aspirar a una serie de posiciones donde el los podrán obtener un alto status como líderes en forma inmediata sin tener que pasar por el sistema tradicional ele cargos religiosos y civiles.8

Aun así, dentro de los mismos grupos el número cfo los puestos de di rección es limitado. Como hemos señalado, exis­ten sólo tres : pastor, secretario y tesorer o, y son ocupados in­definidamente. Bajo la presión de disidentes, que no put>dcn ocupar puestos alternos, los grup'Os nece!rnriamc nte tendrán que fragmentarse; c reándose así nuevas posibilinades de sa­tisfacer las expecta tivas de status y Jiflrra:r.go en los tr m­plos recién fundados. Mientras las aJ!:rupaciones protestantes no e~c~entrrn la manera de crear suficif'ntcs pos iciones para pernnhr una mayor expresión política !'11 "U inft' rior. cnnti­nn:ir:ín las fo <'l'iones entre sus :idl'ptos.

Pero ex iste otra posibilidud. ;, Q111! !'t1ccdería si los prot!'q­tantes ocupnrnn puestos políticos fuera de su ~rupo, por ejem­plo l'n I~ pre,:iclencia municipal ? En lx tf'p<'<". rstc proceso apP­nns comienza con f'l pastor cid templo "La Uni6n" fungil'ndo como regidor, pero es posible hncer una comp:i rnC"ión C"on la comunidad ele Zonp;o1.0tla donde los protrstantcs ya rontrolan In pre!'iclcnC"in. En eslC' pueblo los lemnios se han mantenido e~tab.les, con una sola escisión que ori~inó a un grupo mino­ritario pentecogtal. Ln cnnnli7.nci1)n de nspiracione~ políticas fuera de la congrcgnción ha pe rmitido que éstos logren unR mayor cohesión.

F.n Zongo7.otla el J!;rttpo mestizo católico que !había n<"apa-

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\ 16 carios Karma natiGTro

rado los puestos civiles fue subordinado por los tolona~as pro­testantes, quienes llegaron a colocar a ~o de_ s.u~ miembros como presidente municipal. Ent;re sus medidas. ~1c1ales estuvo el cobro por primera vez de impuestos mumcipales a todos los est.ablecimientos comerciales, que en su mayoría pertene­cían a los autodesignados "gente de razón". Para los mestizos Je Ixlepec la idea de que algo similar suceda allí es alar-mante.

Es evidenle que los protestantes totonacas poseen una ma­yor independencia con respecto a los mestizos que los indíge­nas católicos, ya que mantienen contactos externos fuera de l a comunidad por enciina de los mestizos. Los protestantea mantienen vínculos J:rcctos con d interior que les da acceso a personas con cierta influencia política a nivel regional (ge­nerales, legisladores, clérigos ~!ranjeros), ~i~ntras que los católicos totonacas (con excepc1on de los afiliados al UNI­P AC junto con los pentecostales) sólo s~ comunican c~n pe.r­sonas semejantes por medio de los mestizos de la presidencia municipal o el clero.

Dentro del área que hemos estudiado, el protestantismo está mostrando a largo plazo la capacidad de resquebrajar las es­tructuras políticas a nivel local, creando estructu.ras alternas que, por medio de inter mediarios, se encuentran mterconecta­das con sistemas regionales.

VIII

RITUAL y COSMOLOGIA EN LOS GRU_POS CATOLICOS y PROTESTANTES

En este capítulo nuestra intención es analizar dos cliíerentes formas de concebir al mundo que coexisten dentro de la co~ munidad de Ixtepec. Estudiaremos algunos aspectos de la C09'

mología del catolicismo popular totonaca r lo compararcmo~ con la cosmología del protestantismo indígena. Deseamos mos~ trar las diferencias que separan ambas concepciones y lo:f aspectos que los podrían vincular, así como la relación de cada uno de ellos con la base económica del pueblo.1 Algunos rituales y relatos serán utilizados para e jemplificar estas dos visiones del mun~o: Analizaremos por sepa rado la ideología de cada grupo rehg1oso, para luego pasar a la comparación de ambos entre sí.'

.. R rrUALJ::S CATOLICOS

Procesión de la Virgen de la Asunción, Santa Patrona de Ixtepec. 15 de agosto de 198 1

F..n la mañana sale la procesión de la casa del mayordomo con todas las per.sonas que pertenecen a la cuadrilla de dicho hom­bre. Las mu1eres van adelante con flores ( cempasúchil) y ve­las. El mayordomo va al frente de los hombres, detrás de )a ,.-.

[117]

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• • .. .. .. .. .. • • • •

118 corlo.t gcuma navarro

mujeres. Llegan a la iglesia, ubicada en la cima de un ce· rro, donde se reúnen con el cantor y l o~ fiscales, y salen jun· tas con la imagen de la Virgen, que es cargada por las muje­res. y a la cual se le cuel¡¡;a un jarrito vacío. Al pie del cerro se detienen junio a un pequeño pozo, donde bajan el jarrito y lo llenan de agua, para luego volver a colocarlo en la imaaen. La procesión avanza a la casa del mayordomo, de donde ~el­ven a la iglesia y son recibidos por el sacerdote. Llevan la Virgen hasta el frente del altar y colocan ceras elaboradas para la ocasión. Se celebra una misa pronunciada en español por el sacerdote y traducida al .. totonaca por el cantor. Durante ti neto la participación de los demás indígenas es nula, limi· tándose sólo a escuchar pasivamente la misa. Los mestizos no !'l!t>len ir. Ocs¡iu t~s de la misa sale la prot:t>!'ión a cai::1 del ma­yordomo, donde se hace una comida para todos los participan­tes. La imagen de la Virgen se queda en la Iglesia frente al altar, y es hasta el final del día de fiesta cuando se le quita el jarrito y se le vuelve a colocar en su sitio habitual. Estos últimos actos son realizados sin ninguna ceremonia especial.

En la actualidad, la procesión se realiza por bs diez sec­ciones del pueblo, tocando a una de ellas cada año. Antes cada grupo hacía su propia procesión, pero los sacerdotes de­cidieron que eso era excesivo. También prohibieron que la Vir· gen cargara el jnrrito porque era "supersticioso".

Domingo de R amM. t. de marzo de 1982

A las cinco de la tarde el cantor y los catequistas reparten li­rios y palmas a las mujeres. Sale la procesión de la iglesia con la imagen de Domingo de Ramos (Cristo sobre una mula) cargada por mnyordomos y catequistas, adelante van las mu­jeres con flores. Se canta el himno "Gloria al Señor". Bajando del cerro, donde se ('ncuentra la iglesia, caminan hacia el este hasta " el Calvario", pequeño monte donde previamente fue inst:ilado un arro ron palmai:. Se realiza nllí un acto litúrgico

prote3tanti.srrw en una comunidad tctonoco 119

1, 11 totonaco. celebrado por el cantor, después del cual son ben­cleC'idas las flores y palmas llevadas por las mujeres. En el mismo orden en que partió, la procesión regresa a la iglet> ia.

(Una descripción completa de la celebración de la Semana Santa en una comunidad vecina de Ixtepec, Nanacatlán, se en­cuentra en Ma!'ferrer, 1982).3

Análisis de los rituales católicos

Las dos ceremonias que estarnos considerando están íntima­mente integradas al sistema agrícola de la comunidad. Es im­portante el momento durante el cual se realizan; la procesión del Domingo de Ramos se lleva a cabo unas semanas antes del principio de la estación de lluvias (en marzo o abril) , habién­dose sembrado a fines de enero o principios de febrero. Las plantas de la mil pn (en especial el maíz) se encuentran aún jóvenes y tiernas. La fie$ta de la Asunción se realiza a me­diados de agosto, cuando las lluvia!'; son más intensas v fuer­tes; las plantas de la milpa ya. están maduras y si aún ~o han recibido agua podrían perecer. En los casos de sequia, una lluvia tardía podría salvar por lo menos parte de la cosecha.

Pasemos ahora a los protagonistas. La participación de los toton~cas es muy importante en las procesiones, pero pobre en la misa, a tal grado que no hay preocupación alguna por la ausencia completa de ésta el Domingo de Ramos. La procesión es el momento culminante de la ceremonia para los indígenas: la mis~ algo secundario .

En estas ceremonias las mujeres cantan, cargan la imagen d;, la Virgen y llevan flores y palmas, símbolos de la vegeta­c1on, hecho por el cual es posible que, a !';U vez, ellas mismas sean sllnbolo de la fertilidad. Los hombres llevan las imá1re­nes masculinac: ele los santos. Entre los varones destacan los ~nyordomos y . n~cales que van delante de los hombres, y ll:-~en p~ferenc1a para cargar las ceras y las imágenes. Tam· bien es importante el cantor, que predica en totonaco y es el

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J. ,, , 1r ,

1 :?O cario. prma naWTro

enlace con el sacerdote. Es considerado como una figura local destacada, y es quien más se preocupa por las misas.

La figura menos importante de todas es, sorprendentemen­te, el sacerdote. Es en sí un ser de otro mundo (el mestizo). que sólo viene algw10s días, y que es necesario sólo para una parte de las ceremonias (la misa). De ninguna forma es un ser sagrado; las faltas de los sacerdotes son ampliamente co­mentadas por el pueblo.

Los personajes centrales son las imágenes de los santos, que en este caso se comportan más como si fuenlll personas auténticas. Sin ) ¡~ imagen las ceremonias son imposibles, y es un gran honor poder cargarlas. Son vestidas por los mayor­domos y fiscales antes de los rituales, y por tradición se acos­tumbra colocar veladoras a su alrededor, para obtener ayuda de estas imágenes. En la actualidad el cantor elimina las ve­ladoras argumentando que "a los padres ya no les gusta eso".

La actitud que se mantiene con respecto a la Virgen es ~ignificativa. La imagen carga un jarrito de agua, siendo éste el acto más comentado de las festi\'idades de su día. Como muestra el siguiente relato es la Virgen, quien concederá la lluvia, 110 Dios. Es a ella a quien se lt> está pidiendo ayuda .. La imagen es la única que decidirá si lloverá o no.

La cita que sigue proviene de una conversación con un va­rón totonaca de 60 años de edad, que tuvo lugar afuera de la iglesia de lxtepec, cuando estábamos en compaiiía de un maes­tro Je religión protestante:

Hace tiempo llovía más que ahora, porque entonces toda la gente sacaba 3 la Virgen en su <lía, todos iban a su procesión, iban a misa y todos le rezaban. La Virgen lloraba al escuchar a la gente y entonces llovía. Ahora la gente no va a las procesiones. no sacan a la Virgen, no van a mi&& ni rezan. En otros pueblos la gente sí le reza a la Virgen, y allí hac.e lluvia. Cuando cae agua acá, es porque viene desde esas partes. Las lágrimas de la Virgen ya no caen aquí.

l El significado de la imagen del Cristo de Ramos es más

complejo, pero ha sido analizado por A. Ichon ( 1973) Y ~ Masferrer (1982) en otras comunidades totonacas de la sie­rra. Existe una relación entre Cristo y el Sol, antigua deidad de este grupo étnico según los cronistas españoles (Torque­mada, 1969). Ambos son considerados hijos Je un nacimien, to virgen.

En los rituales de Semana Santa, la muerte de Cristo se da al anochecer del Viernes Santo, cuando" aparece la Luna, siempre opuesta al Sol. En este momento una imagen de un Cristo doliente es acostada en un ataúd de cristal, que a su vez se coloca en un recinto hecho de hojas de árboles dentro de la iglesia, llamado el "sepulcro" . La imagen es sacada de este .lugar, curiosamente no el Domingo de Resurrección. sino prec1same~te el Sábado de Gloria, en la mañana, después de q~e ha s~hdo el ~ol. Estamos de acuerdo con E. 1.1as ferrer ( op. cú-), quien considera que todas las imágenes de Cristo tienen a~1b~tos solares. De esta manera, nos parece evidente que la fmahdad ~e. la ceremonia del Domingo de Ramos es pedir po~ la fertilidad de l as milpas, que son controladas po l Cristo-Sol.• r e

Funci-Ones de los seres sagrados

Es importan~e enía.tizar las caracte'rísticas <le estas im, de santos. Dichas figuras son donante agenes a los hombres, que ellos por sí solos s que otorgan ~lementos tomando a G. Giménez 0979) d no pu;ic:n. dommar. R~ entre las imágenes y los fieles ' po emos e~lD.lr la relación

rio, don.de .los seres sagrados 01:;: :e 1::S~:i::~slinata­mentos md1spensahles para su subsistencia . os de­entrega los h~~bres deben mostrar su rever~1:~i~~~o lde esta !os, porque si estos :>e sienten ofendidos ued ac;~ os san· mesperados y extrailos. Un caso que n p en rea izar actos

. de 1 v· os comentaron fue el d una unagcn a irgen que se encontraba en l ehl e e pu o de-

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.. Nana~atlán, la cual, al saber que iba a ser remplazada por una Í1gura nueva. hu?'ó y reapareció en el pueblo de Huey· tlalpnn. Con frecuencia se asegura que la negligencia de los hombres es la causa de represalias por parle de los santos como lo son las sequías o las tormentas.

La naturaleza de estos seres sagrados es, por ende, amhi­~ua. Son tan capaces de causar mal, como bien. Sólo el hom­bre puede determinar con sus actos el comportamiento de Jos santos .ª favor o en contra suya. Cada santo posee su campo det!"rmmado en el cual actúa, como la lluvia, el sol, etcétera y. por lo tanto, posee una fecha específica durante la cual se le puede solicitar ayuda para"proporcionar o controlar dicho elemento. El concepto de un dios que controle todos los ele· mentos no parece existir en este sentido.

En la cosmología totonaca de lxtepec existe una conccptua· lización del medio ambiente humano, tran~formado por el hom­bre (el pueblo y sus milpas ), que es controlado por seres ce­lestes (como la Virgen y el Cristo-Sol). E.'Ciste también un medio ambiente natura l, no afectado por el hombre y domi­na do por seres terrenales que en si son peligrosos.

El ejemplo más común es el de San Juan del Bosque, pa­trón del monte que cuida a los animales salvajes y a los ár· boles. Su presencia se reconoce por un sonido parecido al ta­llado de los árboles, cuya procedencia exacta no se puede encontrar. San J uan del Bosque se venga de aquellos que mal­tratan a sus protegidos. apareciéndose a los ofensores como un pa riente y amigo, e internándose con ellos en l a~ profun­didades dP.l bosque )lasta que, cansados y confundidos, los abandona desapareciéndose con fuertes .carcajadas. San Juan del Monte sólo tiene de santo el nombre, y parece ser el resul­tado de una identificación entre una deidad prehispánica que cuidaba a los bosques y el nombre del santo que según la tra­dición eclesiástica vivió en el .. desierto" (un medio no hu­mano) , alejado de los otros hombres.

E1 ser sagrado más extraño que se conoce en la comunidad es el luate'paloh., que se dice habita en una cueva inundada

proiestanlismo en. una. comunidad tof,()naca 123

debajo de la Iglesia, por lo cual e~ du~ño de todas las a~uas subterráneas. Se dice que su apan enc1a es aterradora, tiene siete cabezas, cuerpo negro, espinas y figura ~~ víbor~ '. sale sólo en las noches muy oscuras. En una ocas1on mur10 una iguana cerca del pozo debajo de la iglesia. Muchas personas afirmaron que era un hijo del lu,a'ta'palah y hubo !?ente que vino desde muy lejos a ver "ni demonio muerto" . Se dice que el f ~O• día que el lmi:ta"paloh muera todos los pozos de lxt:pec se secarán. Este ser es mencionado en un relato recogido por 1 Jchon (op. cit. ), quien lo comparn .con el d ragón de San Jorge, pero la naturaleza acuática del animal parec0 ser una carac_tc· rización indígena. El reptil represenla funzas no humanas, vive en un lugar donde r.o ha~itan 10 $ ~iom~res, una cueva. Cab(' destacar que habita deba10 de la 1gle!'1a. controla .las ~guas subterránea!': mientras que encima de ella, en la 1gles1n. !'e encuentra la imagen ele l a \'ir¡?:en. QU!' controla b s aguas ce· leftes.

En la actualidad no se conocen ri111alc;: relaci onado!" con San J uan del Monte o la serpiente. Algunas personas afirman que antes se realizaban ceremonias a San Juan al cazar ani· males. Del reptil se dice que hay una abertura hacia su cueva. pero que hac~ mucho fue bloqueada por órdenes de lo!' sacer­dotes, debido a que allí se hacían ofrendas.

Todos )os seres sagrados que hemos mencionado en este capítulo se encuentran vinculados con aspectos del medio am· biente. Tanto el Cristo-Sol como la Virgen dominan elemento<; indispensables para la agricultura (la fertilidad y la lluvia, r espectivamente), San Juan del Monte es dueño d~ la tierra donde esta actividad no se practica, y ele las criaturas vivas que lo habitan. La serpiente controla las fuentes subterráneas del agua, que son la única fuente acuífera de toda la comuni­dad durante la estación seca. v sin duda son uno de los foc­tores importantes que afectan a· l a población.

¿, Por qué son caracterizadas como ne~ativas esta.s dos úl­timas figuras? Las zon as de cultivo s:e han extenchdo hasta dc!'lruir cm:i toclns las antiguas árr:ns hosro~:is. por ,..Jlo el hom-

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12 i carios !armo naoorro

bre ha opuesto a San Juan del Monte, para defender los boi;. ques y los animales salvajes. Agréguese a esto el hecho de que ya no se le hacen ceremonias al santo, y es evidente la razón por la cual San Juan es considerado maligno. Por otra parte, la serpiente lua'tdpalah controla los pozos, de los cuales de­pende la gente cuando no llueve. Así, la serpiente no desea compartir sus aguas porque ya no recibe ofrendas, y se ha convertido en un ente temible.

En ambos casos las relaciones de reciprocidad que el hom­bre debía mantener con estos seres han sido rotas; no les ha otorgado ofrendas ni ceremonias, por lo cual se espera que <lañen a las personas. La tala de bosques, una ruptura del or­den cnlre sociedad y naturaleza, también es considerada com<> un acto que sólo puede tener consecuencias imprevisibles.

El ril.ual protestante (la ifaminación pentecostal)

A continuación analizaremos una ceremonia protestante indí­gena para comprender su propio significado y poder compa­rar la cosmología de este grupo con la versión del mundo ca­tólico.

Hemos escogido para este análisis un ritual pentecostal por t:onsidernrl o como la expresión religiosa protestante que may~r número de adeptos atrae. Las cere.monias fundamentalistas son diferentes en cuanto a que no incluyen actos de índole extá­t iro. sino que están conformadas básicamente por lecturas bí­blicas, cantos y sermones. Sin embargo, si bien los rituales en sí son dist intos entre estos do::: grupos protestantes indígenas. e incluso los mantiene separados, el papel de los pastores ( ana­lizado en el capítulo anterior) y las ideas expresadas en los sermones son muy parecidas. Creemos que desde el aspecto cosmológico, las semejanzas son m ayores que las diferencias, pero esperamos poder esclarecer este puntt> en llD estudio po&­

terior.

12.J

Domingo, octubre de 1981

El templo pentecostal "El Salvador" se ~~c~entra a la salida de Ixtepec, camino a Nanacatlán. El ed1f1c10 es de tablas de madera, pintado de blanco por. fue~a. ?en~o sólo .hay algunas bancas, también de madera, sm rungun Upo de unagen. .

Cuando llegamos ya había gente. El j~ven pastor :iouncia que es una ocasión especial porque un con1unto ha vemdo des: <le la Huasteca, viajando por la sierra. Con .ellos hay un predi cador indígena, que en e:;a ocasión aúu n~ es~ba presente. Los músicos son mestizos y su lider, el gu1Larnsta, es de la capital, también es predicador. Se inicia con una oración (en espafiol y totonaca).

Las mujeres se sientan en las bancas de atrás, los hombres al frente. Su primer himno es "Sólo Dios hace al hombre fe­liz". La gente se levanta, aplaude y, dirigida por e l pastor, canta. El pastor entra e n trance y comienza a temblar, luego a danzar con frenesí, otros hombres jóvenes le s iguen en las mismas acciones, pero separados; mientras la mayoría de Ju cou¡;regación sigue cantando, y el bate rista realiza un solo de batería, que interrumpe abruptamente. Los posesionados continúan moviéndose hasta que el guitarrista y otros hom. bres jóvenes de la congregación les ponen las manos sobre sus cabezas diciendo "Gloria, Gloria a Dios". Entonces, los que estaban danzando regresan a la normalidad. Continúan con una oración de gracias, en espafiol y l14ego en totonaca traducida ~r el pastor. F.I guitarrista da una plática, habl~ de cómo Dios controla al mundo, cómo todo depende de él, incluso l os hombres, y que sólo el espíritu puede cambia r al mundo. Lue­go ~aduce el pastor. Al terminar la plática entonan un himno a ntmo d~. redoble norteño, cantado por la congregación, 110 hay posesion. Luego habla el pastor sobre el fin del mundo. "Somos la última generación, los que esperan " Jesu<·risto en l~s último~ días", ~tro joven traduce al totonaca. Des pués un himno a ntmo tropical, y una vez más Ja posesión, idéntica a la ya descrita, seguido por una oración colecti,•a y de lf'ctu­ras bíblicas en totonaca y español por parte del pastor y el

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• .. 126 carios ganna navarro

guitarrista, con himnos lentos intercalados, acompañados por el conjunto .

_ .Las lecturas son come~tadas. por los visitantes, en espa-' nol, por el pastor, en espanol y totonaca, y por algunos miem· bros de la congr;gación, tocios hombres y la mayoría en to· tonaca. Con un himno concl~re la parte litúrgica, se sigue una · c?:ecta para ~l ten:i~I~. Casi todoi> dan algo. Después una ora· CIOll de graCI:\S d1rig1da po: los músicos (en espaíiol) y P,} pastor (en totonnca). El conjunto comienza tocando una pieza alegre7 la gente canta, aplaude y el pastor entra en trance, con los mismos hombres de la primera vez. Al terminar se hace otra oración de gracias. La gen~ snle poco a poco. El servicio dura cerca ele dos horas y media. A la salida encuentro un amigo catól iro, quien me dice "¿apoco usted sí cree eso de que les baja el espír itu !':mio y por f"SO h:1ilnn?"'

Análisis de la ceremonia del protestantismo totonaca

En las ceremonias protestantes no parece haber fechas y rí tos especiales que se relacionen con el ciclo agrícola. Inclusive las fiestas católicas son descri tas como " ral?anas" o "no cristia­nas" por varios protestantes entrevistndos. Las fechas especia­les para los "evangelistas" son sólo Navidad y Domingo de Resurrección; en ocasiones visitan en estas fechas pastores de fuera, pero no hay r itos especiales para ninirnna de las dos ocasiones.

Esto no significa que los protestantes totonacas no se preo- · cupen por la agricultura. En muchos sermones se hace refe­rencia a Dios como el que controla al mundo y, por ende. tam­bién a ]as fuerzas naturales. Esto es aún más evidente cuando en las acciones de gracias se mencionan con frecuencia las buenas cosechas, y cuando durante el servicio piden buen tiem­po en sus intervenciones. En resumen, es Dios quien domina · a la naturaleza y el hombre. a su vez, puede actuar sobre ella porque Dio~ se Jo concede.

prote.Jtanli$mo en uno comunidad totonaca 127

Los protagonistas

En el ritual pentecosta l aún encontramos una aguda separa· ción entre hombres y mujeres. Las mujeres siempre se sientan atrás· se limitan a cantar y aplaudir. Nunca están en trance ni piden la palabra para hablar. (En los templos bautistas sí observamos participación limitada de mujeres, quienes leían algunas lecturas, pero éstas siempre fueron rarientes del ras· tor o de algún principal.)

Entre los hombres hay varios grupos: Por una p :i rtr. cst:í el grueso de Ja congregación masculina, que canta v aplaude, y en ocasiones realiza alguna intervención : abarca desde j1)vt'· nes hasta ancianos. Después tenemos a los invitados, como lo<> músicos, que dirigen un a parte del servicio y tienen una µar­ticipación activa en la ceremonia, pero no entran en posesión.

Los elementos más importantes son las persona~ (<!entro de las cuales incluiremos al pastor) que entran en trance o "son iluminados por el Espíritu Santo". El primero es In fi· gura principal, puesto que dirige el servicio, habla a los de­más fieles en totonaca y es el primero que recibe la "ilumina· ción". No cualquiera puede recibir este don y aquellos que lo logran forman un grupo especial. Es evidente que las mu­jeres no pueden ser iluminadas. Los mú<cos $011 indisp:nsables para crear el estado especial propicio para la posesión. Cuan· do no hay algún conjunto visitante, existen varios miembros jóvenes de la congregación que tocan ¡?;uitarras. Sin embargo. en todos los casos que vimos los encargados de la música no fueron posesionados por el Espíritu Santo, por lo menos cuando tenían que tocar durante el servicio.

¿, Quiénes entonces pueden ser iluminndos? En los cnhos que presenciamos fueron siempre el pastor y ciertos hombres jóvenes que ayudaban a éste durante el culto. Esto era evi­dente para los mismos católicos : "Ahí siempre son los mis­mos los que bailan así".

¿Dentro del acceso a lo sagrado en la actual cosmología

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l.

128 carw$ «arma navarro

protestante qué significa el acto de la iluminación? Lo siguien­te foe dicho por miembros pentec.ostales, "Los católicos dicen <CJUe es porque estamos borrachos, pero no, es el Espíritu Santo el que Jo hace". Tanto católicos como protestantes reconocen que este trance no es un estado normal. La música frenética que acompaña a éste acentúa este hecho. El hombre ilumina­do no actúa como el hombre normal. Sus actos son completa­mente diferentes. Al decir que esto es por causa del Espí.--itu Santo, los pentecostales dan a entender que sólo él puede crear -estt: estado especial. En estos momentos, el hombre puede en­trar en contacto con Dios y esto lo transforma.

Un problema que enfrentamos al analizar el culto pente­'COstal totonaca es la aparente ausencia de objetos simbólicos. El acto del trance resultó ser la clave inesperada. El homb:·e que recibe el espíritu, "el hombre iluminado" como lo hemo~ designado, es el símbolo más importante de la ceremonia. Re­presenta la acción de Dios sobre el hombre, muestra cómo lo cambia para hacerlo diferente de todos los demás hombres, y lo convierte en un nuevo ser.

Sin embargo, el "hombre iluminado" no es sólo símhoio, además de ser objeto de comunicación, él a su vez se com;r­nica con su Dios en el momento de trance. El trato más direci > -que tiene con la deidad ayuda al pastor y sus auxiliares en la turea de guiar u la comunidad. En este sentido el hombre que recibe b iluminación del Espíritu Santo es un interme­<liario entre el grupo social que representa y Dios.

Es significativo que el danzar también sea una forma <le l'epresentación en la sociedad indígena, y en la toton:1C'l {Ichon, 1973) . Pero el "hombre iluminado" se comunica di­rectamente con un ser sagrado que le da atributos especiah'~ que van a transformar su papel entre los hombres. Esto :1'> sucede entre los danzantes ni entre los mayordomos, fiscales u otros participantes en los rituales, sino entre los bru jos y curanderos, cuya relación con los protestantes nos ocupará en el capítulo siguiente.

Creemos importante destacar la naturaleza del Dios haci11

prOl.est.anJismo en una comunidod totonaca J 29

el pastor y sus fieles. Como los santos católicos, la deidad de los protestantes totonacas es un ser ambiguo. Ayuda a los hom­bres; se preocupa por su suerte, pero también los castigará en caso de que lo desobedezcan o ignoren. Es por esto que hay un gran énfasis en el fin del mundo como el castigo que Uios prepara para un mundo pecaminoso que ya no lo escucha, y que sólo puede ser corregido destruyéndolo y creando en ~u lugar otro más justo. El fin del mundo no es un evento natural a.lejado, es un acto próximo, inevitable ya ¡)or la conducta mi\· l1gna de los habitantes de la tierra. La humanidad no será salvada, sólo aquellos que acogen a Dios,

La actitud de Dios hacia los hombres es semejante a la de los santos, pero es diferenciada de estos últimos por los pro­testantes, por ser único y no material. "Hay un solo Dios" se exclama con frecuencia durante los sermones en los difere~tes templos. Este Dios está en el cielo y los hombres no lo ven como a los _santos, cuyo carácter terrenal hace que los protes­tantes consideren a las procesiones donde se les reza como vergonzos~ Y " no cristianas". Al estar en la iglesia católica con un anugo prote~tante, nos detuvimos frente a una imagen ~~bada Y d~scuidada. "Mira, cómo se puede creer en Jos

o . dr~. qdue dicen que estos pedazos de madera cayéndose Y pu nen ose, son su Dios". '

d• Resumiendo, es posible ver que el protestantismo de los in-1genas totonacas se basa en la idea d .

controla los elementos naturales de l e ~n ~1os único, que bre, quien será castigado o be:iefici~~ cua ~ epende el hom­contramos que la relacio'n de d 1· do segund sus actos. En-

• es lila or y estin t · • esta presente. Es Dios quien le dará al h h 1 a ano a~ para vivir. Sin embargo existe un 1 om re o que necesua

1 . . • ' e emento adicion· l • tante en a reltg1on protestante. el 1 h a impor-d . ' iom re no puede entrar

en contacto 1recto con Dios, como lo h·ic. 1 •. sus santos, por la sencilla razón de • De~ º¡~ catohcos con mundo". que ios 110 es de t>ste

Se requiere de un intermediario el asto de los pentecostales, "el hombre ilu,min!:Jo,, r o, en el caso

• que representa

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.4 su congregación y recibe la gracia divina que lo transforma. Hemos visto cómo este rol sólo puede ser desempeñado por los miembros más destacados de la congregación: el pastor y sus auxiliares. En los términos de G. Giménez, son considera •. dos "aliados", en cuanto ayudan a llevar a cabo una acción; en este caso se comunican con Dio~ para que él ayude n su pueblo en sus .necesidades.

Análisis comparativo

Nos encontrnmos frente a dos formas de concebir al mundo, que c:reemos pueden ser ilustradas si comparamos cómo cada unn roncihc In relación entre sociedad y naturaleza (ver la figura 1 de In piígina siguiente). En el catolicismo popular to· tonaca la naturaleza es controlada por las imágenes de los san· los, con quícncs los hombres se deben relacionar intentando agradarles mediante actos tales como procesiones, rituales, et· célera, para que ellos favorezcan a las personas que los in· vocan. En el protestantismo totonaca la naturaleza es contro. lada por un solo Dios, que no pertenece al mundo, ·por lo cual los hombres no pueden tener un trato individual directo con él. Deben pertenecer a una congregación de donde saldrán aquellos que podrán pedirle a Dios su ayuda. La ideolo~ía prole!'lante privile~in los actos de los hombres, que~ puedrn llegar a ser intermediarios entre la sociedad y Dios, quien ri~e el mundo natural. El papel del hombre en el catolicismo popular indígena es menos importante ; los miembros de la comunidad interactúan · con los seres que controlan a la natu· raleza, pero todos ellos se ubican en la misma posición con respecto a lo sagrado: los hombres no son intermediarios, y los santos no los necesitan puesto que: actúan directamente f"n e-ste mundo.

Seres sagnulqs

Fertilidad, lluvia, etcétera ' f

Gracia divina

Ofrencl:is, procesiones, etcétera

Fieles

Dios

Pastor ,,

Oraciones, etcétera

Fieles

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132 auloJ ·gorma nawrro

Es evidente que en el aspecto cosmológico existe una pro· funda ruptura entre el catolicismo popular totonaco y su con· t ra¡iarte protestante. Como lo demuestran las actitudes ejempli· ficadas en el relato de las Lágrimas de la Virgen, los adeptos de las distintas religiones son conscientes de tal ruptura, y creen que afecta el orden social que existe en la comunidw. l .os católicos aseguran que la presencia de los protestantes disgusta a los santos, lo cual afecta a sus cosechas.

Para los protestantes estas creencias son sin duda supers· ticiones, pero a su vez están seguros de que el mundo termi· nará pronto debido a que la ~ente no se arrepiente de sus pe· l'ados, ni se vuelven auténticos "cristianos".

La diferencia entre las d os cosmologías nos flermite plan· te :.a r ciertas consideraciones sobre la relación entre religiosidad popular y el sistema económico de la sociedad donde ocurre. El catolicismo popular está integrado con los sistemas agríco­h s tradicionales de autoconsumo, donde los únicos factores determinantes son los elementos naturales que escapan del con· trol del hombre. Esta religión ofrece un cauce para los inten· tos del grupo social de dominar dichos elementos y, además, · ofrece una explicación para comprender las .. razones" de las desgracias naturale~. Den~r':l de esta situ~ción, el protestan· tismo encuentra grandes d1f1cultades para implantarse.

E l cambio a un sistema agrícola integrado al mercado ca· pitalista ocasiona cambios que el catol~<}smo popul_a~ !1º pued~ explicar, y que por ende rompen la uruon en_tre rehg1on y. agn· cultura. Los santo,; pueden controlar la llunn, el sol, etcctera, pero no el hecho de que algunas personas reciban fertilizan­tes de un organismo oficial y otros más los préstamos agríco­las otorgados de la misma manera, etcétera. Estos hechos son el resultado de las relaciones entre los hombres. El protestan· tismo, que favorece la aparición de intermediarios entre so­ciedad y Dios. también alienta a aquellos que ocupan este papel destacado en la congregación a desempeñar la misma función con grupos externos para conseguir los elementos men· .-ionados. Es habitual para los miembros de un templo reunirse

'

f pro~lanli..smo en una comunidad wlonaca 133

y escoger a una persona que los represente, quien muchas veces resulta ser el pastor. que puede abogar por el grupo.

Los protestantes están mejor adaptados a la agricultura del mercado capitalista y conforman un grupo en ascenso. Para los adeptos de esta religión esto es una prueba de que Dios en realidad sí los está ayudando y de que "los santos nunca han servido para nad a" .

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1'<

l.;\ OR AC:TON y l.A S.'\ 1.un

Si f'i prott"!ltant ismo hR a frrt ado profuncbmrnte rl s istema po­litico tradir.ional, también ha interactuado con un g rupo espe­cial que existe dentro de ]as comunidades indígenas y que está oompuesto por las personas que actúan sobre la salud del hombre, encargñndose de mantenerlo en un estado de bien­estar físico y mental. Los "evangelistas" han luchado contra los llrunaclM " bru jo11". conocedores del arte de hacer hechizos y maleficios. porque los consideran aliados del demonio. Sin embargo, los indígenas protestantes tampoco acuden a Jos es­peciali!'ltas dr la Mlud, los médicos, sino que han entregado t>I ruid:ulo 1l1• sus cur.rpos y mrntcs a nq uellM que auxilian a sus alma!< romo rrprcscnlantes dr Dio!', o st-a. su ,; pastorrs.

Lo!! F.SPF.CIALISTAS TRAOICIONALES DE l.A SALun

Cuando nos referimos a este grupo dent ro de la com11nidn1l. debemo11 enfnti7.nr que no conforman un !l!'Ctor 11111co sino que exi!lte una cliferrnc·iaciím r larn rnlrr rllos. st"¡?;Ún (') tipo dr trabajo que 1l1•srmpE'iían. ' En la rrgiím t"St11ilincln rxistrn trr« espcrialist as d i fr rrntes: curanderos, bru joi< y ¡111 rtrrns.

FJitns últimas son lns mujer~ qur 1111'C il i11n n lns rmbara· zadR!l en f'l mom1·nto rn que t>stñn a punto dr dar n luz ~· proporrionnn ruidados rsprrinks a l n mnclrr y 111 hijo durantr

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136 cario6 ~ _.,º

las siguientes semanas hasta que la salud de ambos esté ase· gurada. Para lograr esto aplican baños y plantas medicinales al tercer día y a l mes de haber nacido. A la madre le receta plantas medicinales para que tenga un parto rápido y sin pro· blemas, y para una :recuperación rápida.

La partera o comadrona nunca es considerada como un personaje maléfico, por el contrario suele ser uno de los roles más importantes que puede tener una mujer. Pueden ser mes· tizas ~ indí.~enas. La partera es una seitora de edad que ya ha t em~o h1JOS y que posee los conocimientos adecuados para saber como se debe llevar a cabo un parlo con éxito, y c:ómo actuar en los momentos críticos que lo siguen. Es muy pro­bable que su madre o abuela también haya sido partera.

E n la mayoría de los casos las comadronas no se encuentran ligadas al oficio de sus maridos; éstos pueden ser campesinos, comerciantes, rancheros, etcétera. Sólo algunas parteras son esposas de curanderos, y lo son sin que este hecho influya en una valoración. La reputación d1" u11u partera depende de su experiencia y no de lo que haga su esposo. Las mujeres de lxtepec prefieren a las comadronas que al médico de la uni­dad IMSS-COPLAMAR, a quien acuden sólo en los casos ex­tremos, como lo son los partos distósicos, que son ocasionados con frecuencia vor parteras inexpertas. En la actualidad la si­tuación ha mejorado gracias a los esfuerzos de la enfermera de la clínica, mestiza nacida en la comunidad, que auxilia a los partos normales bajo la supervisión del médico. La enfer· mera ha logrado la confianza entre muchas mujeres, no sólo por ser de su mismo sexo y medio, sino también porque su madre fue partera.

El curandero es un hombre que conoce el uso de las plan­tas medicinales para aliviar los males físicos y mentales. En las palabras de uno de ellos, es el que conoce la botánica. Sus conocimientos proceden de la medic ina tradicional indígena y a~uellos que se ocupan de este oficio no suelen ser mestizos, sm embargo, en ocasiones los mestizos también recurren a

prOlotanWITW en una cpmani.áad IOID&aCll 13 í

ellos. Esto se debe a que los curanderos " curan Jo que el mé­

dico no sabe". El curandero actúa sobre las enfermedades físicas como

por ejemplo empacho, insolación, dolores musculares, etcéte~a, no sólo de los hombres, sino también de los animales. " M!rr. usted, se les da las mismas hicrbitas que a un hombre, sólo qu<· mucho más fuertes, porque la bestia es más grande que un hombre". A los anima les les dan las mismas enfermedades fí. sicas que a un hombre, pero no les afectá e l alma. A una vaca no le da "susto'', mie ntras que a un niño sí.

Los malestares como el susto no vienen d el cuerpo, aun, que se manifiestan en él. Provienen del "alma " , y por eso e l médico no sabe cómo curarlas. El remedio que d a el c uran­dero estará compuesto, en gr an medida, d e plantas medicina· les, las que vroducirún una sensación de a livio en el enfermo. "La. l'.crsona no se si<·ntc bien. Va a ver al médico, Je; da ~ed1cmas, pero pues no SP siente bien. Yo le doy de la 'botá· mea' y entonces se siente bien". Los pacie ntes del curandero lo buscan porque sienten que los médicos no pueden aliviar t~dos los males. Con frecuencia lo visitan después de haber sido. tratados. P?r un doctor. y después de constatar que aún no se s1ent~n. aliviados, ~or. lo que consideran que requieren de los serv1c1os de] espec1al1sta tradicional.

Al recibir a un paciente el curandero trata de descubrir la causa de su malestar, sea físico o del ' " lm " E I de estos últimos tratará de conoce'r el mo~e ~ · n ~ c~so rante el cual la persona fue afectada Una ven o preebso ~l­es la enfermedad, el curandero diag~osti~a z que/ª e cua haciendo al paciente la aclaración qcue no va asusemtI: ical.m.entdo, · d' · h n r a 1v10 e mme iato, smo asta después de un tiempo se . l 1 tar. Los curanderos cobran por sus servicios segug·n el mares·

d d 1 . d d d un a e n er · me a y a sen e a e cada caso.

Con frecuencia, el curandero llega a adqui" ri·r r· . d • d hah d' S U O ICIO CS· pues e er apren ido las técnicns curativas d · cercano. Existen algunos casos donde fue otr e un p¡nente inició al curandero. E l caso más singular fueª p)ers?n~ a que

e s1gu1ente:

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.. ..

.. .. ..

Le wy • <X>ntar cómo fu~ que aprendí a curar. Yo era un hom-' hre casad~ Y oon hijos. cuando enícmió mi hija. Los mÑliCO<'I nada pod1an hacer y cada día &e ponía más y más débil. Yo ya no tenía dinero, pero fui oon mi bija a Xochitlán (de Romero Rubio 1. All í un e<>merciantc me dijo que había una ··nanita· · que podía curar . La fui 11 hu!.'Cnr, pero cuando la c'.wontré mi hija ~a habín muerto. l..a abracé y le dije a la an· c1ana que por favor me ayudara. Me dijo que sí lo haria pero sólo con una condición, que yo iba a aprender todo lo que ella sabía, me e~ñaría cómo curar. Me dio un libro donde decía cómo curaba y mr dijo l'jUC costaba 500 p~, pero yo no tenía dinero. Le dije que después ~e pagaría y ella me dijo que sí. Entonces se fue a Poza Rica y allí murió. Mi hija revivió, con 90plos le regresó la vida (los soplo~ fueron aplicado~ por el fJ. luro curand<-ro 1. Yo fui a Poza Hicn después, en cuanto pude, y puse un billete ne 500 p~s en la tumha de esa santa mujCT.

Al prinririo el aprrndiz se enfrenta a una sensación de ma· ]estar ( ~uya o cercana a él) que no puede controlar. Es des­pués de que ha superado esta situación rrític-a. con In ayuda del drpo!<itario d.-1 conocimirnto sobre la salud, que el curan­dero obtiene sus porleres sobrf' el malei;ta r. Este tema se tratad más adelante en otro e!C~n:irio .

El curandero no e~ C'On~iderado como un hombre negativo dentro de la comunidacl. !'ino sólo como una persona que cum­plf' con un oficio. $ 11!' relaciones con los protestantes son de mutua tolf'ranria. IH' ; icncfo r:'tO!' rn!' r J;f'ntc;: hahiti :alc!' por razo~ que !'<' e"fplic:irán dentro de este capítulo. Por des­gracia. r.rncho;: cu ranrtt' rO!' {en particul:ir los ele ingre!'o;: eco­nómicos modestos) han ~ido perse¡rnidos por :iutoridades mu­nici p:t lrs y N'giona les por rrrctar !'in una licencia m~dira. La fina lidnd primordi:tl es la de forzar a los especialistas tradi­cionales para que p:iguen multas elf',·adas a fin de evitar ser encarN'lados. Como rf'liultado los curanderos siempre muestran dt><>r<inf!:m:-:t :-antr los e"{lraiios. F.1 autor ha podido con~tatar oómo estas disposicion~ legales suelen !'f'r "aplicada!'" sólo contra b!I personas dr menos recursos.

µrotr.•l 1111ti.<t11<1 rn unn fY>ltUJnidM lnlnnnNI 1:\•l

No deja de ser ir1inir<1 c¡ue mientras cxistrn orf(nni!lmos oficiales dedicados a pr<'servnr Ja medicina trndicionnl, en al­gunos r.i:tados aqu1·lln:-: q1w b practin111 11on pr.r~rr.uidM.

Es importante señalar In distinción que cxistr entre lo~ curanderos y los brujos. Lo siguiente fue dicho J>Or un hombrr que pertenec[n ni primer ~rupo:

No, yo no soy brujo. Yo cuando curo lo hago con las plnntitas, eso lo hace Dios, sólo él, yo creo en Dios, yo no he hecho nin­gún pacto con el demonio. E6o lo hacen los brujos.

El brujo posf'c poderes ~obrcnaturales que no tiene e 1 curan­dero. El brujo también conoce el uso de las plnntas medici­nales, pero además sube cómo hacer hechizos y maleficios, poder que ha obtenido ele fuentes sobrenaturales.

El brujo posee la fuerza para causar mal a los h<>rnbres . Mientras que el curandero sólo puede lograr que un hombre recobre la salud, el brujo tiene la capacidad de hacer que una persona la pierda e inclusive de causarle la muerte. Esto lo logra mediante un "hechizo" o "maleficio" que consiste en la invocación de fuerzas sobrenaturales a fin de que perjudiquen a una persona. El curandero no puede quitar un maleficio oca­sionado por un brujo, debido a que éste sólo se podrá contra­rrestar por la fuerza <le otro brujo mií~ poderO$O que el que lo causó.

¿De dónde obtienen i:u poder los brujos? Se dice en la comunidad que estos hombres han hrrho un pac.-to ron el rlf'­monio. vendi<!ndo !'U!' alm as, para obtener las habilidades que J>?seen. Sin embargo. !'e~ún los mi$mos brujos ~u fuerza pro­viene de sus relacioncs con lM santos católicos. Es nec.-esario g_anar a ~stos sere$ !'agrados ron acto!' que drmucstren fid<'· lidad ~eta ellos. El brujo !'Ut"le ser un hombrr reli~ioso quc se considera a sí mi$mO católico, a!'i:<tf' a las misas .... fiestas que se celebran en el pueblo. Como la maYoría <le las ·-familias católicas, rlentro del hogar del brujo e·<i!'it' un :titar derorado con imágent>t- de santos y flores. Par:i mo!'trar su con!'tante de-

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140 carios F1lf4 llQl>CITTO

voción el brujo mantiene siempre veladoras prendidas debajo de las figuras religiosas (cosa que no sucede en los demás hogart's católicos). Cuando los seres sobrenaturales sienten que son desatendidos, dejarán de ayudar al brujo.

Los santo:< cn IJ religiosidad católica totonaca tieneu un lugar muy diferente al que ocupan en el catolicismo oficial. Esto será analizado en la siguiente sección.

Si l os brnios ~ comportan básicamente de la misma ma· nera ~ue los demás c:itólicos. ¿t'n qué se diferencian de ello;:? En primer lugar, su relación con lo sobrenatural es mucho más ~irttta dt>bido a que los _!'e res sa~rados actúan por medio de t•I. La fut•n.a quf' transmite f'l brujo no proviene de él, sino de los S:inlo:<. el Demonio. etcétera. La eficacia de los actos del bru~o. no de~nden de él mismo, sino de los Sf'r('S que lo están au..'tihando. Sm su ayuda, t'l brujo sería como cualquier hom· bre, ~.ero t•on ella se convif'rle en una pen;ona con fut>rza sobre la vida y la muerte.

'E.>tistt' adcmá~ otra diferencia entre el brujo y los demás católicos. El será un hombre con conocimientos especiales que los otros no tienen; en otras palabras, sabe cómo hechizar. Es por ello que resulta ser una figura tan temihlt>. Por la misma razón , un hombre común y corr iente no puede vencer un male­ficio, ni el curandero. sólo el brujo que conoce la técnica del hechizo.

F.I brujo aprende la hechicería de un pariente cercano suyo (dicha técnica incluye los métodos que se requieren para entrar en contacto con lo sobrenatural), quien le enseña los métoc!os especiales que implica. Es probable que existan ini­ciaciones a la brujería por personas sin lazos de parentesco ron el aspirante, pero no recogimos ningún ejemplo de este tipo.

En resumen, el poder del brujo tiene dos aspectos: su re­lución con seres sobrénaturales r su conocimiento de la técnica del hechizo. Ambos aspectos son necesarios y están interrela­cionados, pero el primero es el determinante. El brujo puede

. 1 ¡.'l • protauuuünw en u1w comunldad úJIOllQCO 141

saber cómo hacer maleficios pero ::;i no es aux.ili1tdo por las fuerzas no humanas sus hechizos serán inútiles e ineficaces.

El brujo es una figura ambivalente. Si bi~~ es considera· do negativo, por el hecho de ocasionar maleficios, puede lle­gar a obtener considerable prestigio dentro del pueblo. E.ste dependerá de la fuerza que posee o sea del éxito que obtienen los "trabajos" que emprende. Existe entre los brujos una escala de acuerdo con la eficacia de sus actos r de los resul-tados obtenidos. ·

Un brujo es considerado "bueno" cuando ha mostrado que su:; acciones culminan con el resultado deseado, la curac ión o el maleficio. Cuando tm brujo falla es evidente que es "malo", y que no tiene fuerza. El brujo cobra según su prestigio; los brujos "buenos" o efectivos siempre son los más caros.

Los clientes de los brujos son en su mayoría católicos, quienes se acercan a ellos con temor r rt>speto. El brujo puede ~odearse aun con los fiscales y ancianos, porque se considera igual. ,ue ellos; en algunos casos, como buen católico que es. tamb1en ha pasa~o por tales cargos. Pero su rango proviene no de su edad, smo de su rol y reputación como 11echicero. . Los brujos su~len ser indígena.s, pero su influencia se ex­

tiende a los mestizos, quienes con frecuenc ia los visitan y les teme?. :Esto es a lgo que "b gente de razón" nunca reconoce en µ~bhco, per.o muchos hombres de dine ro y comerciantt"s han acudido a br~J?S en ~i~r~os c_asos" por ejemplo, cuando sien­ten que el medico. es mulll. Sm embargo. al ser entrevistados, las personas me~llzas declaraban con orgullo que Ja brujería era costumbre solo ?e los indígenas. Las autoridades c ivi"les n~ llevan a cabo acciones en contra de los brujos más recono­cidos, aun cuando saben quiene.s son. Actitud semejante ado . t~n los sacerdotes lle~ando incl~so a celebrar misas que h:n sido pagadas por hru1os reconocidos. Es evidente que el b · . . . d rUJO ocupa una posic1on ~ pode~, que es paralela al sistema de caTgos y que le pemute realizar transacciones u l f cen ante las auto~idades civiles y religiosas. q e e avore.

Con frecuencia, el brujo además (>Osee · · • una posic1on eco-

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nómica favorable De t d ¡ . . la salud t d' d d o os os especialistas tradicionales· de b . ' es u 1ª os entro del área de la investi ación · el .rUJO su7l~ ser el mejor remunerado, debido a la co~plejidad

) lo pchg1 oso de sus actos. Según un informante 1 b . cob ran lo mis 1 .d. ' os ru1os

mo que oi: me 1cos particulares por una consulta. La partera pu~d(' ll<'g•1r a tenf'r uno de los statu:s más

altos para ~na mu1er, pero su prestigio es limitado a su cam­po di" traba10 Y no se expresa económicament<'. Con frecuencia se le .paga c~m regalos como gallinas. alimentos, etcétera. Exis· ten d1feren~1:~s económicas entre lo!! curandnos, pero ninguno ga:ri_a lo su hc1ente para dejar pf>r compl<'lo la agricultura deF mm.z. aun cuand~ ellos sí cobran dinero por sus servicios. Los. bn11os que ~onoc1mos conservaban sus milpas, tenían cafetales y, en el me1or de los c-asos, comrrrio!' dt"stinados n abarrotes. compra de café, etc~tern. . La. cantidad de dinero que recibe un hombre que sabe ali­

via r siempre dependerá de su reputación. Un " buen" curan· dero puede cobrar caro y qui;r.ás gane mucho más que un brujo "~~lo": Pero en todo. caso el brujo altamente valorado perci­hira ma~ por su trnbnJO que el mejor curandero.

LA PUGNA J-: NTRE t.OS PROTF.STANTF:S Y ORUJOS

Los rrote!'tantes tienen relaciones distintas con los diferentes especial istas de la salud. Existen tanto parteras protestantes como católicas y una mujer es lihr<' de ver a quien sea para su atención. todas usan. plantas medicinales, y el conocimiento de éstas no es considerado en sí como maléfico. Los protestan· tes no vh•itan a los curanderos. n i existen "hermanos" que se dediquen a este oficio. Para lo!< protestantei: los curanderos son tan supersticiosos como los demás católicos no por usar plantas, sino por la religión que profesan, y su relación con ellos no va más allá de esto.

El brujo es claramente otro asunto. F..s un hombre que ha hecho un pacto con el demonio, un pecador que ha vendido

su alma. La persona que es prolestante debe evitarlo y nunca. Ír a buscarlo. Acudir a un brujo es considerado como uno de los actos más graves que puede hacer un hombre. "Eso es peor que emborracharse, es uno de los pecados m{1s graves que se puede hacer". Esto no significa que se le debe temer al brujo. La persona que se ha convertido al protestantismo sabe que (') brujo no podrá daiiarlo porque Dios lo protege.

Las relnciones entre b rujos y protc-1"1 anlC'!' son antag1"ini· cas y los enfrentamientos no son raros. Un ejemplo muy ilu!!· trativo nos fue contado por el aclual pal'tor <le la iglesia b:rn· tista de ZongoT.Otln:

Cuando mi padre fue el p1111tor de este tr.mp.lo (hncc ccnoa ele 20 nfios) llegaron 11 verlo 10 hechiceros para clc~irll' que lo ih1111 n mntnr, a menos que se fue.rn. Pero mi padre fue un hombre fuerte por su fe en el Sciior y se quetló. No pudieron contra él y ellos se tuvieron que ir. Ln palnbrn de Dios ~ fucrt,., por ceo nosotros aún estamos aquí, ellos ya !<e han i<lo. F.n Zongmotla yn no hay hnijos.

L11 victoria del pastor bautista contra los ,Jim~ hcchicer<>s fue interpretada por los protestantes del pueblo como la victori11 de Dios sobre el Demonio, y ein duda ayudó n convt:rtir n mu· chos escépticos.

~ el pucbl.o e.le San Marti~, a una hora de Ixtepec y de­pendiente pollt1camente del nusmo, sucedió un enso similar mientrns realizábamos nuestro estudio. Nuestra descripción s<'· rá detallndn por la importancia que crct~mos tiene. La comu· nidad contiene una población de alrededor de 400 personaio. En elln se liabra establecido un templo hace 10 años. EJ hom· bre más poderoso de San Martín era un brujo joven que ten[a cerca de 30 años. Había sido aprendiz de su abuelo, un hom­bre de gran experiencia como brujo.

E no vestía como indí¡¡tena sino como mestizo, con panta· lonei; de me7.clilla, camisas de colores chillones y botas vaque· ras. Hablaba un excelente español, habiendo estudiado la pri·

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maria completa. Había ido a trabajar en diferentes oficios en varias ocasiones a Puebla. tenia tres esposas que vivían en la misma casa y que vestían indumentaria indígena. Como se po­dría esperar, E tenía muchos hijos (el autor nunca los conoció a todos), y uno de ellos estudiaba la secundaria en Zacapoaxtla.

La única lienda de la comunidad era propiedad de E, y allí 'endía de todo, desde maíz hasta cerveza. era el principal com· pra<lor particular de café. Su posición privilegiada lo acercó a los maestros mestizos de la escuela primaria del pueblo. l>c.;pués de la igl~ia y la presidencia, la tienda de E era el edificio más grande de San Martín. El poseía cafetales e in· cluso tenía caballos para transportar sus cosechas. También ha· b ía organizado su propio conjunto musical, dond~ tocaba el órgano musical, que habia comprado en Puebla y transportado :1 lomo de mula por la sierra.

En lxtcpec muchos mestizos enaalzaban a E como un hom· bre emprendedor, y lo consideraban como la persona más in· tcligente de San Martín. Recibió el apodo de "El Doctor Se­rrano" y era visitado con frecuencia por gente que lo iba a ver desde otras comunidades. Casi todos los mestizos de la región conocían a E. Las personas que se quedaban en San Martín Jurante la noche rentaban cuarlos a E, quien les pres· taha un espacio en el piso superior de su tienda. Allí se ha· bían hospedado los maestros de la escuela primaria cuando llegaron, e incluso estuvieron allí un grupo de enfermeras de la Secretaría de Salubridad y Asistencia que fueron a vacunar a los niiios de la comunidad. E no sólo les ayudó. sino que además les compró las medicinas que traían en su botiquín.

También conocía al sacerdote, que visitaba San Martín e lxtepec, y en ocasiones iba a pedirle que le celebrara misas. Según E, había cumplido con todos los cargos tradicionales de la iglesia. Controlaba el poder económico de la comunidad y poseía cxcele11tes contactos externos. Su futuro era excelente, excepto 11or un problema grave q ue lo afectaba, los evange­listas. Ellos no iban a comprarle cerveza, lo evitaban e ÍD· daso lo insultaban. E se consideraba como un buen católico

prol~ismo en uno comuniJod to1onoca 145

q ue rezaba a San Martín, el santo patrón de su pueblo, pero b ' ' "' los protestan tes lo llama an pagano . .

:\.lgw105 maestros de la escuela del . pueblo le. l.1ab1an di­cho que tenía la capacidad de ser presidente aUXJhar dentro de la comunidad. Al principio había declarado que eso no le interesaba porque sacaba más de su tienda en un día. ?e lo q ue ganaría en la presidencia en un mes. Pero lucg? ~uced10 qu~ ~no de los evangelistas llegó a ocupar un cargo c1v1l y se abno la posibilidad de que la ¡>residencia fuera octtpada µor los pro· testantcs, E decidió movilizarse.

Utilizando las influencias de sus amigos mestizos, presentó su candidatura a las oficinas de gobernación en Puebla, don­de fue aceptada. (Según los protestan tes de l xtepec, lo logró porque dio una "mordida fuerte". ¿Cómo fue pos ible que él haya quedado? "Ay, pues como todo en M:!xico, con d inero".)

Al quedar como presidente auxiliar de San Martín fue a ver a las person~s protestantes, a decirles que debían de obe­decerle porque s1 no los mataría, y que ya estaban hechizados. :\~armados los dirigentes del grupo fueron a consultar con los miembros. de un templo cercano de su denominación. Un hom­bre prommente de esa agrupación les dijo: "no teman, porque conocemos a persona~ de la oficina de la procuraduría en Puebla, y por cualquier cosa que ¿:l les h ¡¡ga será castiaado sevcrainentc". o

d E supob~e la respuesta que habí~n recibido los protestantes ~ su ruc d~fy no.pudo e~prender acciones violenl::as contra

e os. as 1 eren~1as continuaron creciendo, los protestantes se negaron a trabajar en las obras que él em . d . - 1 1 t · 1 . · p1en 1a, inc uyen-

c.o en re estas a pav1mentació.n de. la cancha de básquetbol del pueblo. Las amenazas de E continuaron 1iero , .d

l . f e ra ev1 ente que no sur ian e ecto los hechizos que ·1 h . ah casando. ' e acia est· an fra-

Los protestantes despufs de año V medi·o el I h · ¡ d ·d· h . · e uc ar contrá e

ec1 1eron que ab1an padecido suficiente . · 1 d 1 .d . . > que era n ecesario remover o e a pres1 enc1a. Encontraron a 0 ·o 1 los ancianos católicos " locales" que considpcra)'b cnla gundos de

an a con ucta

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clr. ¡.; 1·11m11 1•111·11111ln l 11~n. y tJwrn r~tnh1111 1·011\·1·11ricl1111 clr 1p11: au map:i" no p o1Hn ofoctnrlo11.

En t'!!lr. momrnto F. nún ten la reconocimiento dentro de ~l~not1 h 1p:ftr<'t1 furrn dr. Snn Mnrtln , y 1·011 frrcu<'ncin 11e nlr­JMR drl pueblo pnrn hace r su11 "trnbajos ... :\1 rrgre11ar n In comunidnd. cle11puí-11 clr. una nu11cnciR de nlgunos días, dt'!ICU· bri1í QU<' lott prote11tnnte11 y 11u11 n liado5 habfon levantado un arl R q ue lo l\CUl!Rba ele Rbandono dt' empl<'o, y que inclu11i\'e ya IR h ablnn llevnclo n lxtepcc.

f: S<' ronvenci1í ron elite neto humillnntc de q ue no pO<lia cont rolnr n !lll!I cni:mip;os. Fue él mismo u Ixtepec, pidiendo licencia pnrn nu11entarsc de In p residencia auxiliar por un pe­riodo no definido, clrjnndo r.n 11u lugar n su suplente, un en· ti'1l ico totonaca. S u pt'tici6n fue Rceptada de inmediato.

La cnfdn pollticu ele E fue muy comentnda en todn el {1r~n, nun entre 1011 mestizos. " H ny personas q ue creen que go­bernar es fádl, pero luego, cuando les toca, ven que no pu& den : él mi11mo se d io cuc'ntn d1: q ue no podía con la p;ente y tuvo que renunciar".

La r eputación de E tnmhién 11ufrió un de~censo. Un varón totonnc11 cntblico 11011 comentb de11puéii d!'I 11uce110: " él , é11e ett

b . 1 . ~ ,, un nlJO mn o, no s irve para nana .

F.!llt: cnt10 no11 r11 t'1ti l parn ill'mm<trnr varios p11nlo11 aceren d e In pu~n rntrc prote.st11nte11 y b rujos. Primero, qur d pro­testant i11mo r<'11t.a influt>ru:in n In h rujerín. sustrayéndole po11i­bl'•" clit'nlr.11 111 pom·r 1•n entn·clic:ho su dirncin. Sr tratn de mo11trnr que In mngin clr. lo~ grupo11 no es m ús que una !lupers­til'i{m y q ue no t•s nuir-n ticn. Al cnfrentnrs1: 11 1011 mnlefic!os y 11nlir vic torioso11, lo!I prote11tnntes dnn 1111a prueb a emp(r1r.a d e 11u11 arp;11mrnto11 y lop;rnn que muchas personas 1•scéptic1111 qut1dm convf'nci1l1111. ~¡ hi~1 no tod os ar. uclhienm ni prote11t11 11-ti111nn, muehot1 c:omir.111.1111 n cliulnr tu:cn:n cl r In fur.rzn clr In hru jrrl11 , mir11tn~11 q 111• otrn~ 11i1<1.11•11 1111s1t•nirndn ~11 1111tr11tiei-1111 cl ele r.11111 ti(1•n rn11 , prro rt'C'llll01:1f'nc lo qur rl liruJO el11rro1iulo po r 11111 p r11tr11t11111t•11 nn m 11 y 111'-hil ) no tt>nln furn:n.

En to<lo 1·11110, el protestantii<mo demue11t ru In ineficacia d e los métodos do la brujería en contm de 1011 que no creen en

clln. l .11 inm11niclnd de los 11rotcst11nt<'-" frente a los h<'c.hiceros

¡m.l<'1·dc: cl1· 1111 sentimiento de estar protegi~o11 contra el brujo por Dio11. Pnrn ellos, la lucha del protestant 1~mo contrn la br~­jcrla es u na d isputa entre las fuerzas del bien y del mol.. F.n San Martín, el b rujo e r a di ferenciado d e los demás católicos por ser el "pagano". Era considerado rcpre~e.ntante del De· mon io, de allí la severidad del pecado de v1s1tar a hombres como E. Pnrn los protestantes el apoyo divino que poseen es m ús fue rte que el Demonio, y no puede perder frente a él.

El ontagonismo entre l os polos opuesto11 (bien y mal) ~e da en un p lano simbólico, que es el campo d onde e l bruJO es derrotado ni ser vencidos sus hechizo!'.' Despué11 de mo!ltrar su superioridad dentro de este espacio ideológico los prote11-t 11nl('!I hnn fortolecid o su posición en el ¡luehlo.

En un sentido político, los protestantes vencen grncios ton­to a 1111 h abil id ad pum lograr alianzas temporales, como po r l os contnetos fuera de la comunidad que poseen. Analizaremos ahora e l primer factor. Es posible especular si los p rotesto ntes hubieran triunfado sin la ayudo de los a nciano!\ cat c>lko~, los homhn•i< mÍt!< rl'spctudos dentro de los que pertcneC'en a rsa rdii.:i1'1n: o !IÍ H hubiera con tinuado como autoridad civil, s i h u· b iern sido m ás discreto evitando In d e!laprobación de 1011 va· roiw:< i111llF;1•11 :1~ tlc má~ t•datl. E11 todo cuso, es neccimrio defl· tacar cómo los oncianos se unieron a los protestnntes h n11tct d arse cuentn ele In ineficacia de los hechizos de E, y q 11«1 ful'! hasta e11r momento cu ando tuvieron el valor pnrn ntncnr 11 110

homhr .. del ~ran pre:itigio como hechicero y ele un podt-r CCC'I·

nómico c•n e l pueblo. Anteriormente 1111 temor u In mni.:ia cle l b najo 1111 lt-s hahla permitido actunr.

F.I hecho dr. eoopcrnr con los protest antl'il no fue con!lielc­ruclo por 1011 v11ro11ci1 de edad C'omu un a i1ll'orpor11c ií1n n 11u rl'li~il111, 11i1111 ;11\ lo <·orno 11nn 11linn1.11 lt•m porul.3

l.111' i\Ul'Íllllll"

c• ntóliru~ lu1vnron rofor7.11r l'll pnpf'l tn11I icion11 I r.nrno cl i rip:t-ntt'll

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de la comunidad, pero lo lograron con la ayuda de los pro­testantes que están fuera del sistema de cargos religiosos. La independencia de ambos grupos continuó una vez terminado el conflicto; ni los protestantes fueron a ocupar puestos en la iglesia, ni los ancianos fueron al templo a rezar. Este caso demuestra que los protestantes pueden aliarse aun con los gru· pos más tradicionales de una comunid:id, si se encuentran frcn· te a un objetivo común.

El lector podrá preguntarse si este ejemplo no pone en <luda la capacidad de los protestantes para alterar las estruc· turas políticas a nivel local, debido a que en el desenlace los dirigentes tradicionales de la comunidad son fortalecidos. Pero es necesario señalar que si los ancianos fiscales retoman el li· dcraz:go, lo ba«en con los protestantes, con quier.es ahora com· parten el poder que antes les era exclusivo. El paso siguient~ de los protestantes será sin duda una mayor participación den· tro del sistema civil, en los puestos de la presidencia auxiliar. El hecho de que un dirigente de este grupo haya fungido co· mo una de las autoridades civiles, muestra que este proceso ya se ha iniciado.

Por otra parte los protestantes recibieron la promesa de un apoyo fuera de la comunidad. Los contactos de E que lo ayudaban estaban a nivel local, y quizás en la ciudad de Pue­bla. P ero ninguno de ellos lo podía defender ante la Procu· raduría del Estado, donde los protestantes estaban protegidos. El acceso a autoridades de nivel regional, que están por en· cima de las autoridades locales, permitió a los protestantes fortalecer su posición porque ejercían el derecho a la libertad de cultos.

LA CURACION POR L.\ n : Y LA CONVERSION

DEL HOMBRE SANTO

Los protestant<·s critican a los brujos porque los conside· ran representantes del Demonio, no por el hecho. de curar con

plantas medicinales. Además de las parteras de su mis~a re­ligión que usan hierbas curativas para atender a sus pacientes, los protestantes tienen sus propios especialistas de la salud a quienes acuden para aliviarse de los malestares corporales. No es sorprendente que éstos sean Jos mismos que auxilian a ]as almas, o sea Jos pastores.

Las oraciones de la comunidad religiosa dirigidas por d pastor del templo tienen más fuerza que .)as medicinas que recetan los doctores. Esta concepción es aceptada p<>r la ma· yoría de los adeptos protestantes.' Es importante resaltar las diferentes formas en que se arraiga dentro de las distintas agrupaciones religiosas.

La creencia en la superioridad de la oración y e] ritual sobre la medicina occidental para cur:i r el cuerpo resultó ser '?~Y difundida también entre los pentecostales. Los líderes re~ li_giosos de estos grupos mencionaron como uno de sus prin, c1I_>ales deberes el de rezar por los enfermos, hecho que im· P!I~a que fueran a la casa de aquel que sufría .con olros d1ngentes del templo o con miembros del mis ' él p Lo mo, a orar con . arahque s~ara. ~ pastores mismos aseguran que las ora-

ciones acen mnecesana la medicina.

. Las respuestas de los fieles pentecostales tintas: eran muy dis-

No todos se curan sólo con rezap Sól 1 tes y creen (en la Biblia) &;os . . o os que son muy fuer· __ , • s1 se curan Hay otros aucnnan y neccsita.n medie· p · que se para creer. Por eso unos sí inas. ero porque les falta mucho

se curan y otros no.

El hecho de que una persona se ha .. b medad por su fe se convierte ) a so repuesto a la enfcr-tual que posee, por lo cual n:ne':"sª señal de fuerza espir1-pentecostales digan que se han dorpdrendente que muchos

'd. cura o e esta m I ver a un me ico en este caso demue t anera. r a El t h . . , s ra una falta de fe

pas or autista llene la reputación de hahe . muchos enfermos, y según sus fami)" 1 • r curado a

iares a mayoria de sus se-

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150 carl.o1 pm.a Mt111rro

guidores inicinfei; fueron sanados por él. El poder de sus ora· cione11 se dice que <'i< mm· fucrt<' y !'lltt ndcµto!I lo buscan para sobreponerse a su11 m~lestnrett. El hecho de que un diri· gente fundnm1·ntnl ii<tn 11r cl<'clique n estns actividade~ puede ser sorprcnd1•11te si n1111 1111111cj11mo!! con ¡z:rupo~ urbano!<, pero con11id'ernmoi; prob11hl1: que ni 1•,.1111lia r1<1~ un mayor número dr. rn11011 <le proll•1<tnnti,.mo i111líf(1·1111. 1•11tr rol d1• 101< rliri¡z:1mte~ 11ea habitual.

I.011 mcto1li11tn11 mo~trnron 1mr el grupo mí1s abierto n la mr.dicinn or.r.idcnlnl. El p1111tor ora por lo~ enfermo11 como 1011

1l!"m(i~ diriKrntr11, prrn ni f·I ni 111111 11cfoptn11 <·rl'<'ll qur i;ólo In~ nrur.ionr.11 n1 r1111, 14Íno c¡ur. 11y11~nn n que In pcr~onn 11c alivie. l .a 01•i11ir.r1 w·n1·rnl ,." "'' <(111' ,.¡ liomhrr: nrnrr1• r.unnrlo Dios 'JllÍ1•n•, y 11111• 1·11 11q111•I 11111numto ni loK 1111•j11n•11 rn1·rlicnmcnto11 10irv1·11. l .ni< 11r:11:i11111•1< 111111 111í11< ir11p11rt1111 t1•1< p11r11111· pu1•dr1111yudar 11l lto111hn· n lrnv1'-11 de• In í11 1• r;-.11 1•1<pirit1111I. El fnrlnr 1lt:11·rrninan­te n11 1n ÍI' ilrl nlmn, no r•I pculc•r 1l1•I currpn. E11tn idt•a e11tá cl11rnmm1to 1•xpro11acl 11 1•11 1·1 siKui1•111<' liim1111 qui· r~ cnntndo r11 el trmplo nrnto1li11t11 clf! lxt1·1wc, y 11110 hn 11ido tmnndo del hirnrmrio totn1111r.n d1: Znpotitlíin 111• l\f1'-11cl1•;-.. l.11 vc-r11it111 ori­ginnl en totcmnro 11p11rc•c1• ni Indo 1•11 u1111 trncl11«cic'm hl'rll'll por "l 1r11w~tro Mi~111•l l'.111111. de Txtci¡wc.

Mi 1ltH"tor e.• Dio'

l. Lapi lnhua lipuhuama Cu cputzay quim Pu china· M11ht11m luhua cticlnh111111iy C'makcatxiy cqui')i,tocna Huampi tunean cpastac'palay Npi cxmacan quin'thati cuí Na chuna ac:rni ctñtatl:ty

Quin haniy ta'jatat <:hu' quima quiy lip3csni ~ampi riyatli1rna quit .

Si ""'º>' muy triste bu!'ro más a mi ~ñor. ~¡ Nltoy flébil lo ,;it-nto en mi almo pero lut-J?O vurl"o a ~nsar que en la mano d"l ~iior también cuando estoy l'nfenno si tengo enferm~a1I él me pone la salu1I porque humano y carne soy.

protesúmti • .,no en una cnmunid<id totollll,ro 15 l

2. Una clama ca'tuxahuat Luhua ntu quisokali y Huumpi ni tulakpicuama Camilhnchu masqui linio Sampi huo quim pucl1ina' Ca'kapun 11aquil11jan lluocha l11l111u clipaxhuay 1 :Omil ndm ntu namin ni 111 c111nr.1111lmeniy quil Cc11'tiiy t(lr it 1111c:l11kc h1111.

Así vivo en el mundo muchas coaas me moleetan pero ya nada me uuata que venga hasta la muerte porque mi Sefior, al cielo me llevará por eso ~loy p;ozosu que venga lo que venga hoy no tengo yo ningún temor ,;Ó q ur. llegnré a El.

Este him110 110 propone en s{ l n nutocu rncicín, presenlR In fot:l7.a espiritunl y In ír. en Dio~ como lof' <'lr.m<'nto~ más im­portantes pnrn mnntencr In 11nlttd, pu<'~lo qur. lodo provirnr 1ld Creador. El origen del himnario mismo no clrja ch•· ~t·r interesante. En Znpotitliín dr. M~nd1•z no r.xisl<' 11 ingun11 im­prcntn, por lo que el materia 1 tiene qur. habrr s ido ~ l nborndo en o~ro lugar, r.on In ayuda tfo n )~una pr.rsonn dr. dicha r.o­r1111111dnd q111· c·onn<'ic•rn rl dialc•t·to del totonaca qu<' se l111bla lll(ll i.

1 C~adndo In lctrn clt>l himno es utilizndn dc-ntro de loa tem-

p os m igenn11 resu ha ser d f d 1 .• c1· d 1 f • una e ensa <' 11 cttrnnon por mi'· 10 e ª <'. Los reprf'Sentnnt<' f d 1· <l · luto 1 · ·· • · d . · s un nmf"nl11 1stas <'l Jnsh-

4mgmst 1cn e \i ernno • I f arto de sanar . nrn lo • conocrnn n uf"rzn qui" pos<-t' f" I cordado por m~chas . grar conversos (P. Aschman es nún rt·· dicinM a los enfenn ~?onas de lxtepec porqut> "re~alaba mi"· pcrado el desarrollo ºde )ia pero ?º es probable que hayan es­dentro de al"uno~ te 1 s técnicas no ortodoxas que se usan fermos. "' · mp os protestantes para aliviar a los f'n·

El acto de sanar por ed' los templos que la _m 10 de la fe !"S muy semejant~ t'n

1 . prachcan. El p t · l • • Y vo untanos al h d as or va con os d1n~ntf'c. . ogar el enferm n · Junto al que sufre cant h. o Y a t, sentado o parad .> junto con el enfe~o. ~ imnos, lee partes de la Biblia y ora to. y es evidente qu . cura no suele aparecer de inmedi:i·

e s1 no suced e no es por culpa del pai<tor.

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sino porque la persona afectada no tuvo suficiente fo. Casi todos l os enfermos guves piden la ayuda de sus dirigentes reli­giosos para lograr un estado de fuerza espiritual, en algunos casos éste va al templo. La curación por la fe actúa creando un "clima social" particular para el enfermo, donde se le ase· gura que sanará al recibir el apoyo del grupo religioso a que pertenece y en especial de sus lideres. Si la cura tiene lugar, se debe exclusivamente al convencimiento del paciente que se basa en estos factores.

Dentro <le los templos donde se practican estas formas de cu­raciones, el pastor ha llegado a tomar el lugar de los curan­deros y brujos como especialista de la salud. Su rol es muy semejante al de los últimos, en cuanto a que su poder sobre la enfermedad proviene de fuentes sobrenaturales; pero a di­ferencia de ellos siempre es considerado un personaje benéfi ­co. No posee la capacidad de hacer hechizos y maleficios, sólo tiene fuerza para sanar. Por ende, es caracterizado por sus adeptos como un hombre positivo que ayuda a la gente por representar a Dios, en oposición al ser ambivalente que es d brujo.

El hecho de que los pastores hayan tomado e l papel dr: 1011 especialistas tradicionales tiene un inconveniente muy gra­ve, en cuanto a que, a diferencia de esto~ últimos, no pos~en un entrenamiento empírico que les permita concw.cr las d1 fo. rentes enfermedades y recetar diversos remedios para. ?ada uno. Pa ra los ucl1:pto11 protefllantes que creen en la curac:10n. I'ºr la fe todas las e11fermc.dadc11 se pueden !<anar por d la. Solo la11

1,;rteras y algunas mujeres conocen y aplican la medicina tra­ciiciona 1 rnl re 1011 crr:yr.nle!I dr. esta rP.ligicín, si hicn existen ,.a;os de personas q ue vuelven a acudir a curanderos cuando f'I enformo no snna por su fe, como se podría esperar, este ;wlo , .. , 1·011,; id1·rado corr.o indigno.

f.11 Jos ca!'OS muy graves. la creencia en la cur.1ción por I¡, f1• ('1t <·c lc: resultur pcligrMa. Este hecho preocupaba a u 11

maestro dc- la comunidad quf' había sido pentecostal:

fAO es una locura, cuando yo estabu con ellos conocí 1t un niiu• pequeiio que se enfermó mucho, le dio una (icLrc ahi11i111a. Yo les dije a los padres que lo llevaran al médico, pe~ no me haclan ca.so, porque decían que se iba a curar con orae1onea. Bueno, el niño siguió empeorándose; no fue huta que por poco IC lm mo· ría que me hicieron caso.

El acto en sí de la curación es considerado ele ~ran impor­tancia. Existen muchas personas dentro de. los grupos p roles· tantes (en especial entre los varones) que se han convertido a la nueva religión después de haber sanado de una enferme­dad grave. Es importante destacar que quienes se convir.rteo por una curación son casi siempre hombres, mientras que lai; mujeres e hijos menores suelen integrarse a los grupos pro· !estantes por la influencia de sus esposos y/o padn~s. La 110-

sición que mantiene el hombre, que es la cabeza dc la familia, con respecto a los protestantes será el factor que determinará la adhesión o rechazo a la nueva religión por p<1rtc de los demás miembros subordinados del grupo fami li ar.

Entre 1011 siete pastores cuyas historias de vicia ÍUC'ron re­c.ogidas, cuatro se convirtieron al protestantismo de11pués de s1:r sanados. De los tres restantes, dos se convirtieron porque pa· rientes cercanos los habían convencido para que s·c volvieran protestantes, y uno encontró la fe en el ejército. F.1 hecho dt~ que un número muy grande de pastore!' !'e: huya 1·1irtulo al convertirse, muestra que este aqo se toma con frecuencia como una señal de Dios. Obviamente, no todos los que son curados por la fe se convierten en d irigentes reli¡?;iosos, pero aquellos que Sf' alivian de esta manern consideran que han nlcnnzado cierto grado de espiritualidad.

l .os casos de conversión por curar ión clr lo!' pastores pre· !ICntan grandes semejanzas en su tf'mática. :\ continuación ci· taremos un ej<'mplo concreto, para lue¡!o ,;c·iialar cuál es el modelo J!Cneral que subyace a estt> tipo dr lwchos:

Antes yo era un hombre malo, me l'!mborTacha.ba y no era bueno. Hacía sufrir mucho a mi nrujer y a mis hijos. Un día eníe~

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de ~ pierna. debe~ de la rodilla, .e me hinchó y llenó de pus; CUl no po<lia caminar, y cuando lo hacía me dolía mucho la pienia.. Un di a encontré uu foOeto evangdist.a. de los que dejan lu avionetas. (Por la época en que sucedió este relato, los años -ta. es posible que la propaganda fuera dd ltsituto Lin­güi!tico de Verano.) Unos amigue míos que ya cTeian en la Sa­gr.da Biblia me dijeron que babia un predicador en Huitzilan (de Serrl.in 1 que rodia curar. C.On mucho9 trabajos Uegu¿ hasta allá, y fui a conocer a aquel hombre. lo eac:Qché en un eenicio, Y allí le dije de lo que pedecía. D me dijo que 11.n; era f,. y que orara a Jerucristo pera qt.1e me 11&11ara. Me dijo : "no te TA!!

a curar de un día pera otrc:, péfo le v&A a afüiar porque el mal ,.,. ha r nr1:11it1 ,¡,.,..¡,. 11u ra íz". Yo fleJ(leoé a htepec: y oré durante ocho día11, f!Dtonceii mi pienia Mnú. o-k entonoei me dediqué a 11t1lir y haJ,lar de la pelahra de Dio..

El ,;rupo prolf"1't1111tr. <¡ur. rxi11t ,. rn Jfo :tzilan y ul que per· lent>da rl prrtfiraclor mrnrionadn ,.,. l'l'lt'fotii•t11.

Dentro de e11t1111 rxprril"tlr i1111 tlr roD\·rriiión aparecen lll.~ 11i~uíentr.11 rarurtrrl11tiro!I:

1. F:1 hombrt! qui: vu 11 l!f!r 11anado inicialmrnh• era un hombre mal\'11du. 1¡1ir rnmf't la acto• lll"jliativo• ) hada dui1u

11 1011 dmnh. . , 1-:1 .. uj1·t11 1·• 1tlr1·t111l11 por una r-11lrr11wd1uJ ) •U 111lud va

1li•mÍ11t1)'1·111lo l111•tu llric1ir 11 un rataclo nlticú. :t. E11 1·•h· m11mrnt11 rl 1•11írrm11 1·oncH:r lit palulir1t clr l>ío•

por mr1líoa cli lrrrutr•, -r111(m r •lr C' UIH• ( prop1111aml11, 1·1111· 11rjn11 clr 11mlp:1111, l'fl'(.frrn).

'1 . Al 1thror.11r r l mr11a11j1· 1li ... in11 rl huml1rr 11 (r1"1 111l11 ..r •lllVH, vrrwr aci rnfrnnr1l1ul.

'i. t inn vrr. rM·1111rl'11cl11 rl 1111jrtu, )'11 •11nu llf' 1lrclin1 n l1ac·rr 11hr11• l1urn11•, 11 prrclin ir In p11l11hra )'. 1·on frf'1·11rrwi11 , tum· 111/.n 11 c11r11r utroa r11fr1n11 111.,

f•:.O flf11il1lr 1rprrllf't1l11r r•ln •11rr.lln1 r11 1111 r!llfUrmn.' """' '"'"'" ln11 pnrtr• ,.rv,(111 •11 1•11riit•trri1.11·ll111 1m•ltlv11 n lll'J(lltlv11 , mr1li1111tr 111• rlrnir11l11• •t1•tÍl11i1f11•.

f.~sdo de mal· .!11d = obras maléficas (-)

Con11t:r1icín

1 Etapa liminRI

1 Enfermedad r ~rdida de la

' salud(-) ! 1

Etapa liminnl

Recu¡>ernción de la salud ( +)

1 Obra5 lienéficas J y estado de ' b irnest:nr ( + )

Al principio el hombre es malvado y sus actos, co~o su alma, son nr:p;utivos. Entrn al est~do de enfermcd~d y pierde 11u salud. No mejora h asta convertirse al protestant1smo, .dei;de entonces comirnza a sanar. Su cstodo dP. m aldad es su11t1tu1do ahora por el bif"nestar corporal y d1•) alma. Ahora sr. dt>clirn a hucer sólo obras buenas.

La 1•n fennedad nctúa como un rito de pa!la je,' d"ntro ,¡,.1 C'llOI un homhr<' va o pallar de11de unrt vida de acto!! ru:p:ativu11 h11Mta convntir11r. en una p1:r1mnn recta. y puede 11er caracte ri · :t.ndo ader.ua<lnmcntc como 11n11 c~tnpn limitrnl 1\onde 1•1 hom· hrr 11e enc:111mtra en una t ronRic:ión. En t>.11to11 momt>utos, ''" po11il1le 'I''" oc·u rrnn nr.to11 Í11n11 ele lo nórmnl l Jllf! cumhínt 11.

1111 linml1rn. l>r11p111!11 1lr. p111111r por r.11111 P.l 11p11 una 1w r11111111 Jllll'·

,f., n·i11t1·j(rnr~1· 11 111 111wil'll11il 1·1111 1111 111wvo st11ll111, 1·11rno 1111 c r.,yr.11tr.. Jo:n 1·1 1~1•0 tlr 11<pwl111H 'I"'' 11d1p1Í1~rrn pntlr.rl'il tic• <"11 r11 t:il,11 r1110 r.11 mf111 n11t11hl ., p11r'I"" 1•11 11 pnrtir 1lr. 111 r1him n f'll11p11 1:1111ml11 ulitirrnr.n In f1wr'l.ll 11111·11 H1t1111r.

El 11nf1Ji,.j,. 1·11mpl1·tu cJ ,. 1c11 l11• l11h 1•11111111 111· 1·11 r11rl/;11 n1trl' lo• 11ci,,ptm1 prcitr.11t111l't111• •r. c•11111pl¡,.11 d1·hlcl11 11 1¡11r. . p11r 111111 ptt rtr, 111 prlrurru rf l•f'll m 1 p111 1·1·r. t 11 11 1tlt lcl 11 rritrn t111lu11 111.1 1mnu1r11111 1¡1111 111111 11 lcl11 11"1111il11• . . \lf 1111111~ f"'' ~'• lllll'i f1wmn bit •

1111111111 I"'' prl11wrn vn'.I. 1·1111wl11 1·11 1•11111111111 1•11 rl t"'111pl11, por 11111111, 1111 11111.frm 11111u11l11 11111 111 11ri11wr n rl11¡111 11,.itnllVIJ . i\un r11lr1• 111 11 1w1 •11t111 t1 q11t· 11r c:1111vlr1t1·11 if,.,.pul·• ,f,. •.1111111', 111 f11•,.

Page 50: Protestantismo Ss

156 _...,,... 9 ••

fln&l donde la persona afectada adquiere poderes de curación sUlo !le da entre .. hombres santos .. , esto ea, pastores, predi­cadoft:s.

u secuenci• de este e.¡queina puede ser aplie&Ja aJ ejem· ple> de la iniciación del curandero, >a mencionado en el e&·

pitulo anterior. En este l·L~~. el enfem10 era la bij1& del futuro curandero, pero los demás elem~ntoi> son muy semejantes. La hija fue perdiendo su salud hasta que su padre encuentra a una figura que puede curar ( In nanita), ésta le pasa al hom· brt' Id (ucnk dd co110<·imit'11tl) pura poder sanar (el libro) . ~pués la hija sana, y el padre obtiene los poderes para CU·

rar. Las mismas fases negativas y positivas aparecen l'll este caso, excepto en la primera etapa donde el hombre se dedica a actos malignos. Sin embargo, si inte rpretamos el estado ini· c ial como carencia de poder sobre la enfermedad el esquema aparece intacto.

Cnrr-ncia de l'"'lr-r del padr·e sobre ia enfermedad de su hija ( - }

/ nU:iaci-Ori

Etapa liminal

Agonía de la hija ( - )

Elupa liminal

Recuperación de la salud de parle de la hi¡a ( + )

El padre obtiene el poder para curar ( +)

, • 1 I ............ .

ptel 1 .,;, .... - ... ····- ~ • z, 157

En todo9 los catc» la penona que obtiene el poder de

1 L. de9pués de un& experiencia cerc1ana con la en· curar, o ... ce · · • d d no lo puak f .ca d 5e enfrenta a wi.a s11uae1on on e. d erm ªL; y f utema lo auxilia para dommsr el esta o

vencer. na uena . · 1 penona de de.equili.brio, y después Je esta eic¡~r~mc1a. a • ~ •

d-• d 1 fue~~ n..ara aanar. Es inte resante .en.iar aparett ..,.a a con a ·- ...- · · d' - L - 1 ..-nnanece tanto en el protestantismo 1n •· """'"º e esquema ,..... -· gena como en el catolici11110 populu totonaco.

El ca.!IO de un e&pecialisa de la 'alud que es inici•do es semejante al putor que es convertido. en cuanto que a~ ptiiU1 de un estado a otro. Lo. brujos y curander?s quf' . fft'l·

ben sus poderes desde jcí\•enes, por parte de :il~n pane11te, me.recen un estudio aparte.

Si consideramos los Ca.50S de COll\'ersión que estamoa 1U1a· lizando según las relacione!> que existen entre los pcrson~jes . aparecen otros aspee•~ interesantes. En la ma} oría de los e.iem· plos existen tres fi1~uras prin<:ipales : J. la persona que eufer· ma, o que es afectada por el malestar de alguien cercano a ella. Esta persona se encuentra en un estado de carencia has ta ser ayudado por una fuena externa; 2. 1-" fuerza exterior en estos casos es Dios, siendo ésta la fi,:ura que va a vencer la enfermedad, suplir la carencia y en su lugar ól otorga r de· mentos benéficos, y 3. la persoru& que transmite la fuerza Jivina para sanar, o sea, los intermediario,. entre Dios y el enfermo. Estos son los predicadottS, p3Slo~. etcéte ra, quit>nes pueden sanar.

Según los términos de Gn:imas,' los penonajes pueden ser denominados de la siguiente manera :

1 Destinat.ario •) :: l>e<t i nador

3 -AyuJante

-l 1

• •

Page 51: Protestantismo Ss

1 SR carios gorme nai.'<lrro

Dios o destinador

Predicad.or o ayudante

Curación

Enfermo o destinatario

El esquema que aparf'ce es el mismo que fue analizado en' el caso del ritual pentecostal. En ambos casos la relación en: tre Dios y el hombre ~ logró por medio df' un intermediario que representaba al primero. Además. la comunicación se lo.' gro en un el'tado no normal, dentrn del scn·icio pentecostal en el momento de la il uminación estática. en la curación dentro de la etapa liminal de la enfermedad.

El esquema también se repite en la historia de la inicia· c i<Jn del curandero. ery cuanto que la curación de su hija se logra por medio del libro que él recibe de la anciana. Dich<' objeto se convierte en un intermediario entre las personas im­plicadas.

Volvamos por un momento a la fi~ura ejemplificada en el capitulo anterior para los ritualf's católicos indígenas, la cual implica una relación directa entre el destinador y el destina­tario. ;. Existe dicho esquema en alguno de los casos de sa­nidad entre los protestantes?

j ¡ 1

j

Dios o destinador

Curación

Enfenr.o o destinatario

Curiosamente algunos de nuestros casos de la cotl\'C'rl'ilm por curación son semejantes a este ejemplo. F...ctas son la.s con· versiones que mencionan a las "revelacionrs'". l.n c:ta ~i~11i1·n­te proviene de un pastor pente-costal:

Había iJo yo a la ciudad de J\té."tioo cuanJo fui atropdl:ulo pnr un automó,;J. Me llevaron a un hospital, donde perdí el cnnoci· miento. Allí se me apareció nuestro ~eñor Jesucristo. me ilijo qu" había pasado toda mi vida en cosas malai< y que si querín vivir tenía que dejar esas cosas y dar toda mi vida a su obra. Yo le dije que sí, que así lo haría, si vivía. Cuando snné oomence; ll

estudiar la íliblia y me volví evan¡:elista. Ahora voy de pueblo en pueblo preAicando la palabra º"' Dios.

La persona que tiene una revelación es ~11n11<ln dir~tnmt'n· te por Jesucristo, quien se le aparece cuando el ~ujeto e!'otá inconsciente. La persona que hace este pacto lo hace din-eta-

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mente con Dios. Sólo hombres muy buenos han tenido esta experiencia. Aquellos que han recibido esta forma directa de <:<>municación con lo divino, suelen recibir después otras reve· laciones en sus sueños.

En el caso de Ja revelación el estado no cotidiano es acen­tuado. El rito de pasaje posee una etapa culminante de gran .importancia donde la persona enferma se encuentra frente a su Dios, y se entrega a su servicio. Este es el momento exacto .cfe la conversión. Incluso el estado de inconsciencia no es lla­mado sueño, sino revelación.

Los dirigentes protestantes no son los únicos que reciben revelaciones, otros casos semejantes aparecieron entre los ca­tólicos indígenas ancianos. Un ejemplo excelente aparece en el relato de las Lágrimas de la Virgen. En estos casos son las .imágenes de la iglesia las que se aparecen a las personas que las sueiian, les comunic:>11 sus sentimiento; i . les dk en a los hombres cómo deben ac1uar. Es importante señalar que entre los católicos el hecho de recibir revelaciones no se encuentra asociado con la sanidad a diferencia de lo que sucede con los protestantes. Un estt;dio donde los sueños y la curación aparecen claramente entrelazados es el de Vogt sobre hechiceros en Zinacantán.'

Para finalizar, podemos concluir señalando que los relatos de la curación µor conversión de los líderes protestantes de· muestran tener vínculos estrech~s co1_1 la lradic~?n cultu_ral t!; to.naca, como lo señalan la ex1stencrn <l~ las revelac10nes . En genc1«il, todo d campo de c~ncepc1ones soh:i: l~ salud evidencia formas de conducta seme¡anLes entre catohco~ y pro· testantes, que contrasta con las diferencias del culto, que ya hemos señalado.•

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1\uestra intención en esta última secc1on es resumir los r~su 1-tados que se han obtenido de esta investigación; caracterizan· do brevemente los aspectos principales de los tres p~oblemas planteados ::il final de la introducción de este trabajo. Estos

son:

a) La relación entre el protestantismo y la base económica en Ixtepec.

b) El efecto político del protestantismo sobre las estructuras políticas dentro y fuera de la com•.mi<lad.

e) La relación entre el catolicismo popular y el prolt'stan· tismo.

El protestantismo se desarrolla en Ixtepec durante un r,.-. riodo en el cual el cultivo comercial del café se en~•1entra en expansión en la Sierra Norte de Puebla, bajo lo!! <tll6picios del INMECAFE, hecho que favoreció la aparición de un sec· lor de cafeticultores con pequei1a propiedad (MasferreL 1981). Los miembros de los grupos protestantes en l xtepec tienden a presentarse entre los estratos económicos medios ., altos. como son agricultores con pequeiia propiedad, cafeti­cultores, poseedores de animales domésticos y, con mucha fre· cuencia, comerciantes. La importancia de esta última actividad para un gran ní1mero de fam ilias protestantes se ha seiialado, vinculada con la existencia de una auténtica ética de trahaj{I que fomenta el ahorro y la acumulación de excedentes e intf'· gra el trabajo cotidiano a prácticas reli~iO$a~ altamente· valo-

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rada s (por ejcm¡ilo: visitas n fieles en otra~ comunidu<les lec· turas de la Riblia, etcétera). '

. Los e~~mento~ que se han señalnd o permiten mostrar una in~e:rrelac 1?n _entre el protestnntismo y las relaciones econó· micas capllahstns, pero con un predominio de carncterística.s 11etamente mer~nn~les entre el sector protestante. E.~ aún pre· maturo pred_ec1r Sl este estrato se conv<>rt irá en una burguesía rurnl c?nsohdada, pero en la actualidad no muestra ras"OS de r?m•ert1rsc .e~ un ~rupo terrateniente, rnfnt izando a ~•~ inte· nor las ac1tv1dades comerciales.

~or otra parte, lo_s templ"5 protrslanle~ no pueden ser considerados como umdndcs económicas independientes, aun cuando la mayoría se sostienen primordialmente a base del diezmo recolectado entre sus adeptos, debido n quc- los mic-m­bros de los grupos protcstnntes m:mtic-nen rr.l:i cion.-~ econó· micas con personas tanto del inte rior como de fuera dt> su secta. Los protestantes no han creado un sector nnt>vo o autc>­nomo exclusivo a ellos, sino que se han in tegrado a estratM sociales (pequeños propietarios agrícolas, comercian tes) qnr existían con anterioridad al desarrollo del protestantismo en la regi6n.

El impacto del protcstnntismo sobre lns relaciones políti· cas ha sido aún más profundo que los cambios que ha ocasio· nado en la economía de Ixtepec, debido a que cada uno de los templos protestantes se ha desarrollado como un grupo político independiente constituido por sus miembros y sus di· rigentes. Estos últimos representan al grupo fuera del pueblo \' actúan como intermidiarios entre sus adeptos locales v per· ~onas di~t inguidas de su denominación. Los contactos estable· cidos de esta m anera permiten a los pastores de Ixtcpec (y por medio de ellos a sus ~~el~) interactuar con mil'ionerM f:xtranjeros. generales del e1erc1to, un procurador del estado. etcétera. f~rmando de esta manera una r~d que ahll~ tanto sectores locales como regionales. T radicionalmente solo !º" mestizos o algunos indígenas adinera?os del puebl~ podnan aspirar a mantener una 10eri~ de rl'lar1ones de ~ti' tlpo funn

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¡c>TOLe•ta111ümc en una comunidná LQIOnaca 16~

{le la comunidad. La formación de los templos protestantes como grupos políticos autónomos hn debilitado considera~lc­mente los parrones tradicionales de liderazgo, que favorecrnn a los mestizos, ni permitir a sus adeptos interrelacionarse con sectores externos por medio de sus pastores. evitnndo así 1 a necesidad de acudir a otro tipo d e intermediar ios.

Los grupos protestantr.s no han cre.ado una organización común que represente a todos los templos, debido en gran medida n la competencia que existe entre los líderes de toda~ las agrupaciones por mantener a sus propios adeptos y evirar hasta donde sea posible que éstos los abandonen para unirse a otro di rigente. La fragilidad de los templo~ es notorin en Ixtepec, cada uno de ellos ha sentido el efecto ele ! ali Pl'<'Í·

siones entre sus miembros, ocasionndo debido a la lucha por ocupar los puestos de líderazgo, limitados ele por !'Í en catl:ii grupo. Por estas razones. los diri¡i:enles de lo!' templos dc-!'ron· fían entre sí, se han unido sólo en casos excepciona les y por lapsos breves. Las alíam:as con grupos católicos para obtener ciertas metas u objetivos han sido más frecuentes entre alp;u· nas denominaciones (en especial por los pentecostale11).

El protestantismo ha logrado proporcionar un nuevo ca· mino para obtener un reconocim iento social a muchos varo­nes indí¡i:enas, ni crear nurvos roles de prestigio para !'US

integrantes que les permiten una mayor expresión polít ica. Aquellos que ocupan las po~iciones de dirección en el templo han destacado en su lideraz~o, lo cual debe ser evidencia<lo ante los demás mediante cualidades especiales. En los grupos t?t?na~~s actua le~ el prestigio se puede obtener por la par· 11c1pac1on en el ~1stema de cargos (el ca~o 1lc los fi ,cales, por e jemplo) o por la posesión de atributo!' qur f>ermiten contro· lar In enfermedad (brujo!' y curanderos). Si bien los grupo!' protestantes han rechazado a estos especi alistas de la 5alud por considerarlos nocivos, han retomado varias de las caracte­rísticas consideradas como típica~ de ello!' para enfatizar d poder dr sus dirigentes, relegando a un segundo plano la im· portancia del paso a través de 11tra<lo!' escalonado!'.

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16 ~ CUTloa ~ naarro

~ h_echo de q~e tanto los dirigentes protestantes como los ~~~ m~~dos mantengan una posición social me­diante atributos similares, desencadena enfrentamientos entte ambos por d control del poder al interior de las comunidades ..

Aquellos dementos que caracterizan tanto a los dirigentes protestantes como a los especialistas tradicionales de la salud: son rasgos de procedencia indígena relacionad0& con el mante­nimiento del bienestar corporal y mental. La habilidad par.l curar, en muchos casos. la ejercen los dirigentes más impor­tante.; de los templos. ·quienes han pasado por una serie de actos de iniciación aún no form~i.zados que muestran gran­des semejanzas con la iniciación no hereditaria de los curan­der_os. La importancia de la revelación es un elemento común ta11to para los "hombres santos" de los proter.tantcs. como para los Ancianos católicos reapetados por la comunidad.

El protestantismo sí preacnta ~andes diferencias frente al catolicismo popular con reepecto a la conceptualización de la n· lación entre sociedad y naturaleza. Para el catolicismo pO­

pular los elementos naturales aon controlada. por una multi­plicidad de seres sagrndM con los cu:tlc;; los hombres deben n•l :t l'io11ar~· c·n un plano dr reciprocidad. otorgándoles actos v sciíalcs de rever<'ncia, como son pr()('f'Sioon y ofrendas, a ~ambio de acciones benéficas por parte de los cntn sobrena­turales. quienes proporcionan los ~cmcnto~ . ntteSarios para la agric-uhurn tlt• autoconsumo: lluvia, foruladad de los sue-

los, etcétera. . . . El protestanti:.mo enfollz:a la exJstenc1a d_e una sola dei-

dad que 110 se en<'ucntra en el mundo material r que se c:o-•. r /•lo con los hombr~ que pcrtenec<'n a los tcmploa. muruca "" o· 1 • .

• Todos los e lt>.mentos son controlado: por ·~ e u~1~0, su , •r·ill 1 11 111• dch· ~t·r ndnr.ulo. Los ntu~k~ a¡,rracolas d1ng.doe • •11! • l l d 1 . d h 3 entes específiC'Os que viven en e mun o y o cu1 an. an de:;apare<-ido por C'ompleto en los ¡::rupos protestantes de b · •

tepee. . · d · d' · El protestantismo exi,:e la ex1sten<'la ~ anterme. 1ar1os es-·. 1· do" en Ju comunicación t>ntre los fieles y Dios; en 1°' ¡ ll' l'l3 l z.3 •

prOIGlanlÜlno en una COflUUúJod loeonaco 1 f1!>

grupos estudiados por nosotr os, estas personas son los diri­gentes de los templos. Gran prestigio es otorgado a aquella& que desempeñan estos. roles, enfatizando de esta manera la importancia de las relaciones de liderazgo entre los hombres que son considerados por los grupos vrotcstantes como una parte de la conducta que es aprobada por Dios. !liumerosos adeptos protestantes han logrado adaptarse \'entajosamente a la agricultura de mercado y al comercio,. que implican la aparición de nuevos intermediarios y formas de liderazgo, pre­cisamCJ1te debido a que tanto su religión como sus rituales en­fatizan la importancia de este tipo de roles sociales.

Es evide.nte que los ~rupos protestantes que hemos anali­zado en la Sierra Norte de Puebla no han rechazado por com· pleto todas las caracte rísticas de su cultura tradicional. sin'> que hnn retomado aquellos elementos que µuedcn ~<'r rcinll .. grados a las nue\'as formas de conducta soci:il que prescribe su rdi~ión. Así, mientras sus lídcrrs ocupan nuevas posicio­nes sociales fuera del sistema de ear¡?os, desempeñan para sus grupos el papel de esperialistas de l::i salud. La forma reli­giosa que hemos dt'scrito es un protestantismo indít?cna. r<"sul­tado c.lt> un proceso sincrético mediante el cual Ú>s adeptos totonacas de este culto han adoptado una denominación (o denominarioncs) extranjera ajena n ello~. u ~u propi.1 cultura. Este ci: un factor importante para compr<'nder por qué el pro­testantismo ha logrado nrraigar r ex tcndcr~c en c-sta v otras regiones indí¡?enns. '