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PROYECTO - Delegación de Catequesis de Navarra · sobre la catequesis de primera infancia, entre los seis y los nueve años, a partir de un ... No es un examen para aprobar o suspender,

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INTRODUCCIÓN

Durante los años 2008 al 2012, hemos reflexionado en todos los talleres de pastoral sobre la catequesis de primera infancia, entre los seis y los nueve años, a partir de un

documento en el que se planteaban algunas propuestas de acción pastoral, de cara a mejorar este campo catequético.

En este documento queremos recoger todas las cuestiones teóricas y prácticas que han ido surgiendo y que enriquecen este campo pastoral.

EL PROCESO CATEQUÉTICO RETO 1: PLANTEAR LA INICIACIÓN CRISTIANA COMO UN PROCESO QUE HA

DE VIVIR CADA NIÑO. ETAPAS DE MADURACIÓN EN LA FE.

Nuestro Directorio Pastoral de la Iniciación Cristiana recoge en la pág. 13 esta

definición de la Iniciación cristiana: Es el proceso evangelizador-catequizador, por el que un nuevo creyente se incorpora a Cristo y a la nueva vida de la salvación en el seno de la Iglesia. Esta tarea no se realiza en un momento. Como todo itinerario, la iniciación cristiana supone un principio, un desarrollo y un final. A través de varias etapas, el creyente se incorpora a la comunidad eclesial, en su culto "en espíritu y verdad" (Jn 4,23) y en su vida testimonial y apostólica. Este proceso requiere además de una formación doctrinal, una progresiva introducción en experiencias de oración y en el ejercicio real de las virtudes y actividades cristianas. La pastoral de los sacramentos del bautismo, confirmación y eucaristía debe entenderse formando parte del conjunto unitario que llamamos iniciación cristiana.

También nos recuerda en la pág. 20: Para que la iniciación cristiana sea auténtica no basta con un proceso catequético que acumula conocimientos y un proceso sacramental que enseña a practicar unos ritos. Se trata de un proceso existencial de conversión, un penetrar poco a poco en los "misterios del reino de Dios" (Lc 8,10), junto a unas celebraciones de la fe vivida que son fuente de gracia y estímulo para el seguimiento de Jesús. La iniciación cristiana ha de introducir al neófito en el espíritu de Jesús y en la vida de la Iglesia.

PROPUESTAS DE ACCIÓN PASTORAL

1.1. Concienciación de todos los agentes de pastoral, sacerdotes, catequistas, padres, de la auténtica realidad del proceso de iniciación cristiana.

Consejos Prácticos:

1.1.1. Sería interesante convocar a un proceso de iniciación cristiana y no sólo

a sacramentos.

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1.2. Establecer una división del proceso de iniciación cristiana del niño de esta

edad en tres etapas sucesivas:

Etapa 1. DESPERTAR RELIGIOSO

Relación con Dios y con Jesús Apertura inicial a Dios y a Jesús. Quiero conocerles. Mi vida cristiana Dios nos quiere a todos y quiere que seamos buenos como Él. Inserción en la Iglesia Los cristianos nos juntamos para estar con Dios y con Jesús.

Etapa 2. AMISTAD CON JESÚS

Relación con Dios y con Jesús Conoce a Jesús y a Dios. Tiene relación cercana, de amistad con ellos. Hay una oración habitual, muchas veces con oraciones memorizadas. Mi vida cristiana Jesús quiere que ame a todas las personas y lo intento. Inserción en la Iglesia Los cristianos formamos una familia en la que queremos a Jesús y a todas las personas de este mundo.

Etapa 3. FE EN JESÚS.

Relación con Dios y con Jesús Jesús es Dios, con el Padre y con el Espíritu Santo. Me quiere y yo le quiero, y le quiero seguir. Mi vida cristiana Jesús me enseña muchas cosas buenas para que viva feliz. Quiero aprender lo que me enseña y seguirle. Inserción en la Iglesia Los cristianos nos reunimos el domingo en la eucaristía para celebrar nuestra amistad con Jesús y el cariño que nos tiene. También nosotros le decimos cuánto le queremos. Se hace presente con su Palabra y en el pan y el vino.

RETO 2. ESTABLECER COMO MÍNIMO DOS MOMENTOS DE

DISCERNIMIENTO: EN EL COMIENZO DEL PROCESO Y OTRO ANTE LA PREPARACIÓN INMEDIATA AL SACRAMENTO DE LA

EUCARISTÍA. ELABORAR CRITERIOS. En el antiguo rito litúrgico los escrutinios tenían este significado: “acción de mirar con

atención e interés”. Era un acto previo a la recepción de los sacramentos de la Iniciación cristiana.

El objetivo fundamental del discernimiento es muy claro: supone la mirada atenta y sanadora de la Iglesia sobre la vida de una persona para ayudarle a avanzar en la iniciación cristiana. No es un examen para aprobar o suspender, sino una

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herramienta pedagógico-espiritual para saber en qué etapa de fe está el

niño con el fin de ayudarle a avanzar. Es importante distinguir esas distintas etapas, porque en cada una hay que trabajar cosas diferentes.

Junto al rito de los escrutinios se encuentra también el de "las entregas" o "traditio"

(RICA, 25, 53, 153), en los que la Iglesia entrega o confía a los catecúmenos antiquísimos documentos de la fe y de la oración, a saber: el símbolo de la fe y la

oración del Padre nuestro, como una síntesis de la fe cristiana. Este rito, después de un tiempo, dentro del proceso catecumenal de preparación al bautismo, venía completado con el de la "reditio" o "devolución" que consistía no sólo en la recitación

memorística de ambos elementos, sino en una asimilación personal y existencial de su contenido integral en cada uno de sus enunciados.

También nos recuerda nuestro Directorio Pastoral que “La Iglesia debe tener la garantía de que quienes se acercan a pedir o a recibir los sacramentos desean adherirse por la fe al Dios que salva, optando por una vida apoyada en el seguimiento de Cristo” (pág. 28).

PROPUESTAS DE ACCIÓN PASTORAL

2.1. PRIMER DISCERNIMIENTO: ANTES DE INICIAR LA CATEQUESIS

Mediante una sencilla entrevista personal con el niño, hecha por el catequista o por el sacerdote, comprobar si ha realizado ya su despertar religioso en el marco familiar: Conocimiento de Dios y de Jesús, cierto hábito de oración…

Consecuencias de este primer discernimiento: ● Evaluar el momento de apertura a lo religioso del niño.

● Si el número de niños lo permite, organizar distintos grupos según la etapa en la que se encuentren los niños. En caso contrario, el

catequista habrá de estar atento a las distintas situaciones personales dentro del grupo.

● Ser conscientes de que los casos de niños sin ningún tipo de despertar religioso requerirán, normalmente, más trabajo y dedicación.

Consejos prácticos

2.1.1. Para realizar este primer discernimiento pueden ser suficientes

estas preguntas:

¿Conoces a Dios? ¿y a Jesús? ¿y la Virgen?

¿Sueles rezar? ¿Cómo lo haces? ¿Rezas solo o con

alguien?

¿Qué cosas nos dice Dios? ¿Qué quiere Dios para todos

nosotros?

¿Sueles venir a Misa?

¿Por qué quieres venir a la catequesis?

¿Te gustaría aprender más cosas sobre Dios?

2.1.2. En las parroquias donde no se imparte el año primero

(Despertar), los niños que no han recibido el Despertar religioso

en sus familias se pueden poner en grupos separados, y que lo

trabajen hasta Navidad. Luego pueden comenzar a trabajar el

segundo año.

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2.2. SEGUNDO DISCERNIMIENTO: ANTES DE INICIAR LA PREPARACIÓN

INMEDIATA AL SACRAMENTO DE LA EUCARISTÍA. Al comienzo del curso, mediante una sencilla entrevista personal con el niño,

hecha por el catequista o por el sacerdote, discernir su nivel de fe.

Consecuencias de este segundo discernimiento: ● Saber si el niño se encuentra en la etapa conveniente del proceso de

iniciación cristiana para recibir la primera comunión: situado o entrando en la etapa 3, “fe en Jesús”.

● Decidir si el niño realiza la preparación inmediata para el sacramento

de la eucaristía o si se aplaza esta preparación . ● Dar a conocer esta decisión a los padres de manera individualizada y

con un mínimo de cuatro meses de antelación a la celebración del sacramento.

Consejos Prácticos:

2.2.1. En la Iglesia primitiva, siempre que se hacía un discernimiento solía ir

acompañado de un rito de paso. Después de este segundo discernimiento

podría hacerse un pequeño rito en la eucaristía dominical que ayudara a

visualizar el proceso de integración de los niños en la comunidad cristiana.

Una sugerencia: se podría plantear otro discernimiento al finalizar el primer año de catequesis, para saber si el niño ha avanzado en su proceso de fe y averiguar en qué

etapa se encuentra. Así los catequistas podrían programar mejor el trabajo del año siguiente. Suponemos que la gran mayoría de los niños alcanzarán normalmente esta tercera

etapa, necesaria para la preparación inmediata al sacramento de la eucaristía. Con estas medidas no se pretende crear conflictos con los padres, sino implicarles en el

proceso de iniciación cristiana de su hijo, y hacerles caer en la cuenta de que es un proceso vivencial, de maduración, no algo automático a lo que tienen derecho por haber asistido a un número determinado de catequesis.

LA CATEQUESIS Y LOS NIÑOS

RETO 3. IDENTIDAD DE LA CATEQUESIS Y ESTRUCTURA DEL PROCESO CATEQUÉTICO: GARANTIZAR UNOS MÍNIMOS DE SERIEDAD Y

ASISTENCIA. PROCESO DE, AL MENOS, DOS AÑOS.

El Concilio Vaticano II insiste en la necesidad de recuperar la praxis de la iniciación cristiana tal como se hacía en la Iglesia primitiva, y nos ofrece las líneas generales de lo que debe ser el espíritu del catecumenado:

No es mera exposición de dogmas y preceptos, sino formación y noviciado convenientemente prolongado de toda la vida cristiana, con el que los discípulos se unen a Cristo, su Maestro... y como la vida de la Iglesia es apostólica, los catecúmenos han de aprender también a cooperar activamente en la evangelización y edificación de la Iglesia con el testimonio de la vida y la profesión de la fe (AG 14). Nuestra Iglesia diocesana apuntaba a este reto cuando, reunida en el Sínodo, pidió que

se elaboraran unas orientaciones que, adaptadas a la realidad, ayudaran a crear y unificar criterios sobre la catequesis previa a la celebración de los sacramentos: Cuidar

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seriamente la catequesis preparatoria de los sacramentos dándole carácter obligatorio para el que quiera recibirlos por primera vez y, si se trata de niños, también para sus padres (SPDi 58). PROPUESTAS DE ACCIÓN PASTORAL

3.1. Establecer la duración del proceso de catequesis de primera infancia en, al

menos, dos años. Insistir en la necesidad de establecer un tercer año (el año del despertar religioso), teniendo en cuenta el progresivo ambiente de descristianización

de nuestra sociedad, lo cual hace que dicho despertar no se realice en la familia en muchos casos.

3.2. La inscripción del niño en la catequesis parroquial se realizará a través de

una solicitud escrita y una entrevista con los padres. En dicha entrevista se dará a conocer a los padres el proceso de iniciación cristiana que se pretende trabajar con los niños, así como los mínimos (asistencia, proceso…)

que se van a pedir para que pueda acceder a la preparación inmediata para el sacramento de la eucaristía.

Consejos prácticos

3.2.1. Si hay que realizar muchas entrevistas, se pueden hacer uno o varios

meses antes del comienzo de la catequesis. Otra posibilidad es hacer esas

entrevistas en las primeras semanas del curso, una vez empezada la

catequesis.

3.2.2. Es el momento adecuado para hacer un pequeño diagnóstico: ver dónde

están, más o menos, a nivel de fe, si rezan, si van a misa... A partir de ahí

tienes una primera visión de conjunto. Se trata de animar a los padres a

acompañar a sus hijos en el proceso de iniciación. Son ocasiones especiales

para mostrarles nuestra caridad cristiana.

3.2.3. Se puede hablar de la necesidad de que el niño rece todas las noches, de

la misa del domingo, de la asistencia a la catequesis… Luego revisarlo

a los dos o tres meses, sobre todo con los que se ven más alejados. Ahí

disponemos de argumentos que no tendríamos si no se les hubiera

pedido nada, y se les sigue animando. Al final, si tienen un mínimo de

interés, algunos irán respondiendo. Siempre con cariño y anunciando el

amor de Dios con nuestra actitud de pastores.

3.3. Organizar, en la medida de lo posible, las catequesis de los distintos grupos en días y horarios similares para que los niños y los padres vivan con más intensidad la realidad de la catequesis parroquial. Unificar horarios ayuda a

hacer ambiente parroquial: Padres e hijos tienen contacto con el cura y los catequistas, los padres se ven entre ellos…

3.4. Abrir la catequesis a otros ámbitos, de modo que el niño pueda vivir

experiencias de vida cristiana y eclesial: celebración dominical, tiempo libre, acontecimientos parroquiales, visita guiada a la parroquia o a la catedral…

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RETO 4. INICIAR EN LA ORACIÓN.

Cuando la catequesis está penetrada por un clima de oración, el aprendizaje de la vida cristiana cobra toda su profundidad. (DGC 85)

La oración es la tarea de la catequesis que más directamente permite la comunión y la intimidad con Jesucristo. Es el eje principal de todo proceso de conversión. Por lo tanto es una tarea de la catequesis que hay que cuidar especialmente.

A Karl Rahner Le preguntaron hacia el final de su vida cuál sería la síntesis de su

mensaje teológico: “lo más importante de mi vida es que aprendí a rezar en el regazo de mi madre”

PROPUESTAS DE ACCIÓN PASTORAL

4.1. Educar en las actitudes personales necesarias para la oración: silencio,

apertura a la presencia de Dios, escucha de la Palabra…

Consejos prácticos

4.1.1. La catequesis comienza y termina con una oración. También, en la

medida de lo posible, debe hacerse en clima de oración.

4.1.2. Una posibilidad: llevar a los niños a la capilla al inicio o al final de la

catequesis, y hacer allí un momento de oración con el canto correspondiente a

la sesión.

4.1.3. Entregar al niño algún material para que haga oración diaria en casa.

Incluimos al final de este proyecto una lista de libros de oraciones para

niños (anexo I – pág 28).

4.2. Conocimiento progresivo y vivencial de las oraciones principales del

cristiano...

Consejos prácticos

4.2.1. Es fundamental que la oración no se quede en la repetición memorística

de unas fórmulas.

4.3. Enseñar y practicar, al menos, dos métodos distintos de oración personal y grupal.

Consejos prácticos

4.3.1. Incluimos, al final de este proyecto, un anexo con distintas formas de

oración (anexo II – pág 29).

4.3.2. Es importante ayudar a los niños, por ejemplo invitándoles a repetir

alguna formula.

4.3.3. Dedicar alguna vez la sesión a hacer oración, en la capilla o en una sala

ambientada de forma adecuada.

4.3.4. La música es importante para relacionarse afectivamente con Dios, con

Jesús, con María… Quien reza cantando reza dos veces.

4.3.5. Enseñarles a rezar un momento después de la comunión.

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4.3.6. Por turnos, un niño puede traer una oración hecha por él mismo. Con

esa oración se comienza la catequesis y se termina.

4.3.7. Pueden escribir la oración y luego expresarla en el momento oracional.

Una forma muy simple: invitar a repetir las peticiones o la acción de gracias

del catequista. Los niños aprenden por imitación.

4.4. Animar a los padres a que recen en casa con los hijos, dándoles algunos consejos básicos.

Consejos prácticos

4.4.1. Ofrecer a los padres una catequesis sobre cómo mejorar su oración y

cómo ayudar a los niños en la oración.

4.4.2. Se puede comprar un pequeño librito o preparar un material con

oraciones para cada día.

4.4.3. Insistir que en la habitación tengan alguna imagen religiosa.

4.4.4. Entregarles algunas canciones religiosas que puedan cantar con los

niños en la oración de la noche o en cualquier otro momento.

4.5. Incidir en la importancia de la Palabra de Dios como materia de la oración.

Consejos prácticos

4.5.1. Comenzar las catequesis con el evangelio del domingo siguiente y, si

procede, una brevísima explicación.

4.5.2. Animarles a que compren una Biblia infantil y que lean cada noche un

poco, de forma que vayan conociendo a Jesús a través de las historias y

personajes. Esta lectura sería bueno realizarla con los padres.

4.5.3. Poner una Biblia en medio de la mesa de catequesis y hacer uso de ella

cuando haya que leer algún pasaje. Tratarla y enseñarles a tratarla con

veneración.

RETO 5. CUIDAR LA PREPARACIÓN AL SACRAMENTO DE LA PENITENCIA

El Directorio, en la pág. 85, nos dice: Aunque no forme parte de los sacramentos propios de la iniciación cristiana, la praxis actual del bautismo de niños ha introducido la costumbre de que la penitencia preceda a la primera eucaristía, y el Magisterio de la Iglesia se muestra unánime al respecto en el sentido de mantener vigente en la Iglesia esa costumbre.

PROPUESTAS DE ACCIÓN PASTORAL

5.1. Habituar a los niños al sacramento de la penitencia. Animar a los padres a que

continúen acompañándoles después.

5.2. Distanciamiento temporal de la primera eucaristía

Para ayudar a tomar conciencia del valor del sacramento de la reconciliación, se debería distanciar en el tiempo de la primera eucaristía, de modo que el niño

capte la singularidad y la importancia específica de este sacramento, al tiempo que aprende a no unir automáticamente ambos sacramentos.

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Consejos prácticos

5.2.1. Realizar la primera confesión sacramental junto con los padres unos

meses antes: en Adviento, otra vez en Cuaresma y otra vez en mayo.

5.2.2. Motivar a los padres con algunas charlas sobre este sacramento.

5.2.3. Cuidar la acogida personal de los niños. A veces los niños suelen venir

preocupados y es importante que se lleven una buena impresión

5.2.4. Consejos para la celebración:

Cuidar la liturgia de la Palabra y darles pistas para el examen de

conciencia.

Un monitor va introduciendo algún canto y alguna oración.

Poner música de fondo.

Que los catequistas estén entre los niños para controlar un poco el

ambiente.

No interrumpir la celebración comunitaria mientras los niños se

confiesan.

Proyectar power points.

5.2.5. Dar un tono festivo a la celebración con una merienda final, recordando

la parábola del hijo pródigo.

5.3. Celebraciones no sacramentales

La forma más propia de iniciar al niño en el sacramento de la reconciliación son las celebraciones penitenciales no sacramentales, adaptadas a su edad y

situación. A través de ellas el niño va descubriendo la dimensión personal y comunitaria del pecado así como, sobre todo, el amor de Dios que nos ofrece su perdón por medio de la Iglesia.

Estas celebraciones deberían comenzar uno o dos años antes de la primera

celebración sacramental de la penitencia, según la edad en la que ésta se sitúe.

Consejos prácticos

5.3.1. Puede ser interesante introducir algún gesto en el que los padres pidan

perdón a los hijos y los hijos a los padres, como por ejemplo un abrazo.

RETO 6. QUE LOS NIÑOS CONTINÚEN EL PROCESO DE INICIACIÓN

CRISTIANA

Como dice el Directorio en la pág. 105: Habida cuenta de que la primera comunión no es una meta, sino un momento importante dentro del proceso catequético del cristiano, hay que procurar que este proceso no se interrumpa, sino que el niño lo continúe activamente en la catequesis de la comunidad, debiendo cuidarse igualmente el trabajo con las familias.

PROPUESTAS DE ACCIÓN PASTORAL

6.1. Ofertar a los padres y a los niños la continuación del proceso de iniciación cristiana, resaltando la importancia del trabajo que se va a realizar en los años siguientes. Los pilares en los que se sustenta dicho proceso son la eucaristía, la

catequesis, la oración y la confesión.

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El marco adecuado para esta oferta podría ser una fiesta de fin de curso o una

excursión familiar, etc., de modo que el futuro de la catequesis se vislumbre de una manera atractiva. En estas actividades, la participación de los niños que ya

están en la catequesis continuada sería muy conveniente.

Consejos prácticos

6.1.1. Si los padres tienen claro que se está educando en la fe y eso lo viven

como algo válido, si ven que a nivel ético hay valores que se trabajan…

ahí tendremos continuidad.

6.1.2. Se pueden realizar diversas ofertas para promover la continuidad: grupos

de catequesis, monaguillos, coro, actividades de tiempo libre, deportivas…

6.1.3. Hay parroquias que utilizan el estilo del oratorio salesiano, con actividades

diversas. Hay unos materiales de Salesianos de poscomunión que se llama

“Navegantes”.

RETO 7. INTEGRAR EN EL PROCESO A LOS NIÑOS QUE PIDEN TAMBIÉN EL BAUTISMO

Extraemos aquí varios párrafos del documento “Orientaciones pastorales para la iniciación cristiana de niños no bautizados en su infancia”, de la Conferencia Episcopal

Española, principal documento de referencia para esta cuestión: 47. Para llevar a cabo este itinerario será conveniente la constitución de grupos catecumenales... La Iniciación cristiana de estos niños avanzará progresivamente en el seno de dichos grupos catecumenales. 51. Cuando el número de niños sin bautizar no sea suficiente para formar un grupo catecumenal homogéneo… la formación catequética se llevará a cabo en el grupo catequético con sus compañeros ya bautizados. 54. No deberá conferirse el sacramento del bautismo de manera rápida u oculta con el fin de seguir con el proceso normal de los bautizados, sino que debe hacerse en la misma celebración en la que participa por primera vez en la eucaristía. 56. En la situación de niños de edades diversas a las habituales en la catequesis parroquial, el sentido pastoral del párroco o del correspondiente responsable parroquial, de acuerdo con el Servicio Diocesano para el Catecumenado, establecerá los itinerarios catequéticos más adecuados. PROPUESTAS DE ACCIÓN PASTORAL

7.1. Si hay un número suficiente de niños que solicitan el bautismo, lo más

conveniente sería crear un grupo específico. Si no, se les integrará en grupos

de sus edades, atendiendo a su momento de fe concreto, según la etapa en que se encuentren. Sea un caso u otro, es conveniente que realicen los

diversos ritos de paso indicados en el RICA.

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7.2. La preparación específica para la recepción del sacramento del bautismo

debe tener las características de un verdadero catecumenado, que incluye una formación específica y una serie de ritos. El periodo propio para la

realización de esta preparación es la cuaresma inmediatamente anterior a la celebración sacramental. El primer domingo de cuaresma puede realizarse el

rito de entrada en el catecumenado. Avanzada la cuaresma, se celebrarán los ritos penitenciales que incluyen la oración de exorcismo y la unción con el óleo de los catecúmenos. Este segundo paso puede ser aprovechado para

realizar una primera celebración penitencial con los niños ya bautizados que van a recibir la primera comunión.

7.3. Preparar una celebración especial integrando, si es posible, el bautismo en

la misma celebración de la primera eucaristía, tal como lo indica el RICA.

EN RELACIÓN A LOS PADRES

RETO 8. LOS PADRES, PRIMEROS EDUCADORES EN LA FE DE LOS HIJOS: INVITACIÓN A UNA IMPLICACIÓN REAL EN EL PROCESO DEL NIÑO

CON LA PARTICIPACIÓN EN UNAS DETERMINADAS REUNIONES

Por ello es preciso que la comunidad cristiana preste una atención especialísima a los padres. Mediante contactos personales, encuentros, cursos e, incluso, mediante una catequesis de adultos dirigida a los padres, ha de ayudarles a asumir la tarea, hoy especialmente delicada, de educar en la fe a sus hijos. (DGC 227)

Nuestro Directorio Pastoral de la iniciación cristiana recoge este apartado en relación a los padres: La estrecha vinculación del niño con su entorno familiar es una buena ocasión para invitar a los padres a acercarse más a Dios, a la comunidad, a actualizar su vida cristiana, rehacer su proceso de conversión y volver al catecumenado. Hay que procurar que los padres se sientan implicados en el proceso catequético al mismo tiempo que el hijo y descubran o retomen su papel de primeros educadores de la fe de sus hijos, estando cercanos a la catequesis que reciben y sintiéndose animados a participar activamente en su proceso, mediante contactos, visitas, reuniones, charlas y celebraciones que tengan lugar con ocasión de la catequesis infantil. Es muy con-veniente que los mismos padres intervengan en grupos, procurando la continuidad de estas reuniones en años posteriores (pág. 99).

José Montero Vives, en su libro “Psicología evolutiva y educación en la fe” expresa que:

entre los factores imprescindibles de formación religiosa en este momento se ha de resaltar el familiar. Los padres representan la fuente primordial de ideas y sentimientos morales y espirituales. Deben ser conscientes de su responsabilidad educativa, al mismo tiempo que prepararse para desarrollarla en los cauces de una labor constructiva. La religiosidad familiar posee características singulares de suma influencia, que en ningún caso pueden ser ignoradas ni olvidadas. Se puede afirmar que cualquier catequesis carece de sentido si no parte del presupuesto de la realidad religiosa familiar (pág. 129).

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PROPUESTAS DE ACCIÓN PASTORAL

8.1. Invitación a la implicación concreta de los padres en el proceso de iniciación

cristiana del hijo. En la entrevista inicial que hagamos con los padres plantear que esa implicación conlleva estos mínimos:

a. Oración diaria con los niños. b. Asistencia a las reuniones de padres. c. Asistencia a la eucaristía dominical. Esta asistencia podría ser optativa a

los 6 años, muy necesaria a los 7 años e imprescindible a los 8 años.

Consejos Prácticos:

8.1.1. Desde la primera reunión o entrevista personal se puede ir invitando a

los padres a los distintos grupos de adultos que ya existen en la parroquia.

8.1.2. En muchas parroquias se realizan estas reuniones mientras los niños

están en la catequesis.

8.1.3. Para aumentar la motivación, es interesante que la temática de las

reuniones de los padres vaya paralela a las temáticas de las reuniones de los

niños y que sirva a la vez para actualizar su vida cristiana.

8.1.4. Es bueno dar a estas reuniones un carácter kerigmático, anunciándoles

la grandeza de nuestra fe y el amor gratuito en Cristo Jesús, porque si este

anuncio prende en ellos todo lo demás será sencillo.

8.1.5. Es importante, cuando se pueda, apoyarse en matrimonios catequistas

que lleven o acompañen al cura en estas reuniones con los padres. Esa

presencia puede contribuir a aumentar el diálogo y la confianza.

8.1.6. Se pueden hacer reuniones generales en un momento y luego por

grupos de catequesis. Así los padres se van conociendo y animando entre ellos

8.1.7. En algunas parroquias dan dos opciones de hora para cada reunión. Así

se dan más facilidades para que todos puedan acudir .

8.2. Promover la implicación de los padrinos en el proceso catequético del ahijado, especialmente en los casos en que los padres no se quieren

responsabilizar de esta tarea.

RETO 9. APOYO PARROQUIAL A LA IMPLICACIÓN DE LOS PADRES EN LA

CATEQUESIS DE INFANCIA

Nosotros nacimos a la fe en el seno de una familia creyente. Al abrir los ojos a la vida, fuimos descubriendo en el amor y la ternura que recibimos de nuestros padres una imagen del amor de Dios Padre del que ellos mismos fueron los primeros en hablarnos. También en el hogar escuchamos por primera vez el nombre de Jesús, el Hijo de Dios, y nos ayudaron a dialogar con él en la oración. Nuestra familia nos acompañó a la Iglesia no sólo para pedir nuestro Bautismo, sino también para introducirnos en la vida de la comunidad cristiana. Ese servicio familiar de nuestros mayores puso los cimientos para el posterior desarrollo de nuestra personalidad de creyentes. Vuestros hijos llegarán pronto a descubrir la presencia de Dios en su vida, si acertáis a expresar con naturalidad en vuestras vivencias familiares cotidianas su dimensión religiosa. Los pequeños irán haciendo suyas, poco a poco, las expresiones, los sentimientos y, en cuanto sean capaces, las ideas religiosas que perciben en los adultos que más les quieren.

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Compartiendo en familia experiencias profundamente humanas como el sentirse queridos, aceptados, protegidos,... los niños y niñas pueden llegar, con vuestra ayuda, a la experiencia de Dios y a una relación íntima y profunda con Él. Esta experiencia se hará aún más real y concreta para vuestros hijos si a la oración por ellos añadís la oración junto a ellos. El amor es la forma de creer y esperar porque Dios es Amor. Cuanto más se ama, más se cree y más se espera. (Obispos de las diócesis de Pamplona y Tudela, Bilbao, San Sebastián y Vitoria en la presentación del libro “En familia”)

PROPUESTAS DE ACCIÓN PASTORAL

9.1. Entregar a los padres los materiales de catequesis familiar para facilitar el diálogo con el hijo sobre los diversos temas trabajados.

9.2. Fomentar y cuidar la eucaristía dominical familiar en la parroquia.

9.3. Realizar alguna celebración conjunta de padres y niños en el marco de la catequesis.

9.4. Organizar actividades familiares (excursiones, meriendas, etc)

RETO 10. RENOVAR LOS MATERIALES DE TRABAJO CON LOS PADRES,

PLANTEANDO UN PROCESO EN CLAVE EVANGELIZADORA

Las Iglesias locales, en la tarea de adaptar, contextualizar e inculturar el mensaje evangélico a las diferentes edades, situaciones y culturas, por medio de los Catecismos, necesitan una certera y madura creatividad. Del depositum fidei, confiado a la Iglesia, las Iglesias locales han de seleccionar, estructurar y expresar, bajo la guía del Espíritu Santo, Maestro interior, todos aquellos elementos con los que transmitir, en una situación determinada, el Evangelio en toda su autenticidad. (DGC 134)

Los padres y madres deseáis, naturalmente, llegar a compartir con vuestros hijos lo mejor y más valioso que poseéis. Os llena de satisfacción el poder ofrecérselo para que lleguen a ser plenamente felices. Como cristianos, sin duda, dentro de ese tesoro a transmitir a vuestros hijos, está también vuestra experiencia de Dios; aunque tal vez os preguntáis cuál es hoy el mejor modo de compartirla con ellos. Estos materiales preparados por las Delegaciones de Catequesis de nuestras diócesis acuden en vuestra ayuda, para orientaros y acompañaros en el despertar religioso de vuestros hijos o hijas pequeños. (Obispos de las diócesis de Pamplona y Tudela,

Bilbao, San Sebastián y Vitoria en la presentación del libro “En familia”)

PROPUESTAS DE ACCIÓN PASTORAL

10.1. Proponer a los padres un itinerario catecumenal para los dos o tres años que dura la preparación de los niños. Ver Anexo III en la pág 33.

10.2. Aplicar los numerosos materiales que se han elaborado recientemente para el trabajo con adultos.

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Se han elaborado en los últimos años diversos proyectos de pastoral familiar y de adultos que todavía no se han implantado en muchas parroquias y que se

pueden utilizar perfectamente con los padres de niños de estas edades. En estos materiales podemos encontrar hasta 45 charlas posibles con padres.

Pensando que en este proceso parroquial se pueden convocar entre 12 y 18 reuniones, creemos que hay material más que suficiente para ello. Ver anexo IV en la pág 34.

EN RELACIÓN A LOS CATEQUISTAS

RETO 11. VALORAR Y CUIDAR EL MINISTERIO DEL CATEQUISTA

Nuestro Directorio Pastoral de la Iniciación Cristiana recoge en la pág. 41: La función del catequista es de gran trascendencia y por lo tanto debe ser considerada con la seriedad y exigencia de un verdadero ministerio de la comunidad dentro de la Iglesia local, ejercido con preparación, ejemplaridad y estabilidad. Parafraseando a San León Magno, podríamos decir: "Reconoce, catequista, tu gran dignidad".

Vocación y misión: el catequista es llamado por el Señor y enviado por la comunidad eclesial para comunicar la Buena Noticia (Cf El catequista y su formación 48 y 60).

El catequista es, sobre todo, un educador de la persona o personas que se abren a la vida del Reino. Es un compañero de camino. El catequista es sólo un mediador del encuentro de fe con Jesucristo. No es él quien directamente da la fe, sino el que facilita con su servicio catequético el acceso al don de Dios y la respuesta del hombre. Tener presente esta realidad animará la tarea y ayudará a superar las tentaciones del cansancio o de la aparente ineficacia (Cf CF 63 y 65).

Es de desear que el ministerio de catequista se vaya haciendo realidad en nuestras diócesis y que los responsables de la catequesis de nuestras parroquias reciban el reconocimiento público de la Iglesia diocesana para ejercer este ministerio (p. ej., en una celebración con el Obispo en la Catedral o ante la propia comunidad parroquial, poniéndose así de manifiesto la importancia de su servicio a la fe). (ver de dónde viene)

El Directorio general para la catequesis destaca como tarea del párroco: suscitar en la comunidad cristiana el sentido de la común responsabilidad hacia la catequesis, como tarea que a todos atañe, así como el reconocimiento y aprecio hacia los catequistas y su misión (DGC 225) PROPUESTAS DE ACCIÓN PASTORAL

11.1. Establecer ritos y signos que visibilicen la importancia del ministerio que ejercen los catequistas y de su envío por parte de la comunidad.

Consejos Prácticos:

11.1.1 Tener en cuenta habitualmente este ministerio en la oración de los fieles.

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RETO 12. CREAR UNA ESTRUCTURA CATEQUÉTICA Y UN AMBIENTE DONDE

LOS CATEQUISTAS SE SIENTAN APOYADOS Y QUERIDOS

Destacan como tareas propias del presbítero en la catequesis, y particularmente del párroco, las siguientes:

– cuidar la orientación de fondo de la catequesis y su adecuada programación, contando con la participación activa de los propios catequistas, y tratando de que esté «bien estructurada y bien orientada»;

– integrar la acción catequética en el proyecto evangelizador de la comunidad y cuidar, en particular, el vínculo entre catequesis, sacramentos y liturgia;

– garantizar la vinculación de la catequesis de su comunidad con los planes pastorales diocesanos, ayudando a los catequistas a ser cooperadores activos de un proyecto diocesano común. (DGC 225)

El tipo o figura del catequista en la Iglesia presenta modalidades diversas, ya que las necesidades de la catequesis son variadas.

– «Los catequistas de tierras de misión»… – En algunas Iglesias de antigua cristiandad, con gran escasez de clero, se deja

sentir la necesidad de una figura en cierto modo análoga a la del catequista de tierras de misión. Se trata, en efecto, de hacer frente a necesidades imperiosas: la animación comunitaria de pequeñas poblaciones rurales, carentes de la presencia asidua del sacerdote; la conveniencia de una presencia y penetración misioneras «en las barriadas de las grandes metrópolis».

– En aquellas situaciones de países de tradición cristiana que reclaman una «nueva evangelización», la figura del catequista de jóvenes y la del catequista de adultos se hacen imprescindibles para animar procesos de catequesis de iniciación. Estos catequistas deben atender también a la catequesis permanente. En estos menesteres el papel del sacerdote será, igualmente, fundamental.

– Sigue siendo básica la figura del catequista de niños y adolescentes, con la delicada misión de inculcar «las primeras nociones de catequesis y preparar para los sacramentos de la Reconciliación, primera Comunión y Confirmación». Esta tarea se hace hoy aún más imperiosa cuando esos niños y adolescentes «no reciben en sus hogares una formación religiosa conveniente».

– Un tipo de catequista que conviene promover es el del catequista para encuentros presacramentales, destinado al mundo de los adultos, con ocasión del Bautismo o de la primera Comunión de los hijos, o con motivo del sacramento del Matrimonio. Es una tarea con una originalidad propia en la que con frecuencia pueden confluir la acogida, el primer anuncio y la posibilidad de un primer acompañamiento en la búsqueda de la fe.

– Sectores humanos de especial sensibilidad necesitan urgentemente de otros tipos de catequista. Dichos sectores son: las denominadas personas de la tercera edad, que necesitan una presentación del Evangelio adaptada a sus condiciones; las personas desadaptadas y discapacitadas, que necesitan una pedagogía catequética especial, junto a su plena integración en la comunidad; los emigrantes y las personas marginadas por la evolución moderna. (DGC 232)

PROPUESTAS DE ACCIÓN PASTORAL

12.1. Establecer en cada etapa, si es necesario, un catequista responsable que ayude al párroco en la tarea de coordinar a quienes trabajan en ella entre sí y con

el sacerdote, así como de servir y ayudar a los demás catequistas.

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12.2. Crear en la parroquia dinámicas de trabajo en grupo, para la preparación y

evaluación de las sesiones de catequesis.

12.3. Procurar ámbitos (cenas, excursiones…) para el conocimiento mutuo y la buena convivencia de los catequistas.

Consejos Prácticos:

12.3.1 Hay parroquias donde hacen una jornada de excursión con los catequistas

y sus familias para disfrutar, convivir y rezar con ellos.

12.4. Donde sea posible y conveniente, crear estas estructuras a nivel arciprestal.

RETO 13. LLAMADA Y DISCERNIMIENTO DE LOS CATEQUISTAS

Además de la vocación común al apostolado, algunos laicos se sienten llamados interiormente por Dios para asumir la tarea de ser catequistas. La Iglesia suscita y discierne esta llamada divina y les confiere la misión de catequizar. El Señor Jesús invita así, de una forma especial, a hombres y mujeres, a seguirle precisamente en cuanto maestro y formador de discípulos. Esta llamada personal de Jesucristo, y la relación con El, son el verdadero motor de la acción del catequista. «De este conocimiento amoroso de Cristo es de donde brota el deseo de anunciarlo, de evangelizar, y de llevar a otros al "sí" de la fe en Jesucristo». (DGC 231)

Entre las condiciones requeridas a un catequista, destacan:

a) Madurez humana y cristiana El catequista es un testigo y tiene que ser una persona enamorada del mensaje que lleva, avalándolo con la coherencia de su propia vida… El catequista tiene que ser un creyente convertido y convencido; este convencimiento sólo puede ser fruto de una opción personal y decidida por Jesucristo y su Evangelio, vivida con claridad en el seno de una comunidad cristiana, y en comunión integral con la Iglesia.

El hombre contemporáneo escucha más a gusto a los que dan testimonio que a los que enseñan... o si escucha a los que enseñan es porque dan testimonio (EN 41).

b) Estar confirmado Es lógico que aquel a quien se le confía el servicio de la catequesis haya completado el ciclo sacramental de la iniciación cristiana. Si el catequista es, ante todo, un testigo, como se acaba de decir en el apartado anterior, el sacramento de la confirmación habrá sido para él un momento privilegiado también en el despertar de su vocación como catequista. La experiencia dice que es así en muchos casos. (Directorio Pastoral de la Iniciación Cristiana pág. 43).

c) Ser miembro activo de una comunidad cristiana donde se anuncia, se celebra y se vive la fe. El catequista comparte el anuncio y la acogida de la Palabra y participa en la celebración litúrgica en una comunidad cristiana concreta, en la que fortalece su fe y profundiza sus opciones de vida. No es posible catequizar sin referencia a una comunidad concreta unida a la Iglesia local. Los catequistas deben ser miembros vivos y activos de la comunidad cristiana, ya que sólo desde la experiencia comunitaria es posible educar en la fe.

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Para ello el catequista debe conocer los contenidos fundamentales de la predicación de la Iglesia, que se encuentran recogidos en los principales documentos, especialmente en el Catecismo de la Iglesia Católica. (Directorio Pastoral de la Iniciación Cristiana pág. 44).

PROPUESTAS DE ACCIÓN PASTORAL

13.1. Establecer parroquialmente unos mecanismos personalizados de propuesta

del ministerio de la catequesis a las personas que se consideren adecuadas para esta misión. Es desaconsejable hacer llamamientos públicos a la espera de una

respuesta inmediata y pública, pues pueden responder personas que no reúnen los requisitos mínimos antes señalados y con las que entraríamos en conflicto al rechazarlas, pues dicho rechazo sería también público. Sin embargo, es aconsejable

hacer una motivación pública sobre la importancia del ministerio del catequista y la posibilidad de que el Señor esté llamando a alguien a ese servicio.

Consejos Prácticos:

13.1.1 Contactar con profesores de religión para ofrecerles que sean catequistas.

13.1.2 En algunas parroquias se invita a los adolescentes que terminan el proceso

de confirmación a que se integren como catequistas de apoyo en grupos ya

existentes y llevados por catequistas veteranos.

13.2. Promover dinámicas de iniciación al ministerio de la catequesis que faciliten el comienzo de este camino a personas que sienten un lógico miedo inicial.

Consejos Prácticos:

13.2.1. Muchas personas que tienen miedo de llevar un grupo de catequesis,

ven mucho más factible empezar como catequista de apoyo de otro catequista

con experiencia.

13.3. Promover, donde sea posible, un cierto número de “catequistas a tiempo

pleno” que puedan dedicarse a la catequesis de manera más intensa y estable, junto a la promoción de “catequistas a tiempo parcial”, que ordinariamente serán

los más numerosos. (DGC 233)

13.4. Invitar a los catequistas de la parroquia a colaborar con otras parroquias más

necesitadas cuando esto sea posible.

RETO 14. FORMACIÓN: PREPARAR A LOS CATEQUISTAS PARA TRABAJAR PROCESOS DE INICIACIÓN CRISTIANA

Nuestro Directorio Pastoral de la Iniciación Cristiana recoge en la pág. 44: La formación de catequistas es una tarea de capital importancia. Cualquier actividad pastoral que no cuente con personas bien formadas y preparadas, difícilmente alcanzará su objetivo.

La misión que el catequista ha de realizar es compleja. Necesita buena voluntad, entusiasmo y ganas de trabajar. Pero esto solo no basta. Ha de conocer con profundidad el mensaje de salvación, a los hombres y mujeres que ha de catequizar, así como el modo adecuado de ofrecérselo.

Junto a las reuniones de preparación inmediata de la catequesis, que se den en las parroquias, es preciso participar en otras de formación específica a poder ser como escuela de catequistas.

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Esta formación orgánica y sistemática debe desarrollar las siguientes dimensiones: doctrinal, moral, espiritual, antropológica, social y pedagógica.

La formación de los catequistas debe ser atendida con el mayor interés y ha de ser una de las primeras dedicaciones de los pastores, que deberán animar y apoyar a los catequistas para que participen en los diferentes grados de formación, incluso en los superiores, como exigencia de su ministerio catequético.

El Directorio general para la catequesis indica los criterios inspiradores de la formación

de los catequistas: Para concebir de manera adecuada la formación de los catequistas hay que tener en cuenta, previamente, una serie de criterios inspiradores que configuran con diferentes acentos dicha formación: – Se trata, ante todo, de formar catequistas para las necesidades evangelizadoras de este momento histórico con sus valores, sus desafíos y sus sombras. Para responder a él se necesitan catequistas dotados de una fe profunda, de una clara identidad cristiana y eclesial y de una honda sensibilidad social. – La formación tendrá presente, también, el concepto de catequesis que hoy propugna la Iglesia. Se trata de formar a los catequistas para que puedan impartir no sólo una enseñanza sino una formación cristiana integral. – El momento catequético que vive la Iglesia invita, también, a preparar catequistas integradores, que sepan superar «tendencias unilaterales divergentes» y ofrecer una catequesis plena y completa. Han de saber conjugar la dimensión veritativa y significativa de la fe, la ortodoxia y la ortopraxis, el sentido social y eclesial. La formación ha de ayudar a que los polos de estas tensiones se fecunden mutuamente. – La formación de los catequistas laicos no puede ignorar el carácter propio del laico en la Iglesia y no debe ser concebida como mera síntesis de la formación propia de los sacerdotes o de los religiosos. Al contrario, se tendrá muy en cuenta que «su formación recibe una característica especial por su misma índole secular, propia del laicado, y por el carácter propio de su espiritualidad». – Finalmente, la pedagogía utilizada en esta formación tiene una importancia fundamental. Como criterio general hay que decir que debe existir una coherencia entre la pedagogía global de la formación del catequista y la pedagogía propia de un proceso catequético. (DGC 237) PROPUESTAS DE ACCIÓN PASTORAL

14.1. Animar a los catequistas a que se incorporen a cursos de formación a nivel parroquial, arciprestal o diocesano: cursos del ISCR, de la Escuela Diocesana de

Teología y Pastoral Santa Ana de Tudela, u otros organizados por la Delegación de catequesis.

Consejos Prácticos:

14.1.1. En muchas parroquias se suelen aprovechar las reuniones de catequistas para

dar temas de formación.

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14.2. Insistir especialmente a los nuevos catequistas a que realicen el cursillo

básico para catequistas.

Consejos Prácticos:

14.2.1. Existe un folleto con todas las charlas del cursillo básico que se puede

trabajar de una forma sencilla y gradual a nivel parroquial. Está disponible tanto

en la librería diocesana como en la página Web de la Delegación de catequesis.

(www.catequesisnavarra.org)

RETO 15. POTENCIAR LA ATENCIÓN ESPIRITUAL DE LOS CATEQUISTAS

La formación de los catequistas comprende varias dimensiones. La más profunda hace referencia al ser del catequista, a su dimensión humana y cristiana. La formación, en efecto, le ha de ayudar a madurar, ante todo, como persona, como creyente y como apóstol. Apoyado en una madurez humana inicial, el ejercicio de la catequesis, constantemente discernido y evaluado, permitirá al catequista crecer en equilibrio afectivo, en sentido crítico, en unidad interior, en capacidad de relación y de diálogo, en espíritu constructivo y en trabajo de equipo. Se procurará, sobre todo, hacerle crecer en el respeto y amor hacia los catecúmenos y catequizandos: «¿De qué amor se trata? Mucho más que el de un pedagogo; es el amor de un padre: más aún, el de una madre. Tal es el amor que el Señor espera de cada anunciador del Evangelio, de cada constructor de la Iglesia». La formación cuidará, al mismo tiempo, que el ejercicio de la catequesis alimente y nutra la fe del catequista, haciéndole crecer como creyente. Por eso, la verdadera formación alimenta, ante todo, la espiritualidad del propio catequista, de modo que su acción brote, en verdad, del testimonio de su vida. Cada tema catequético que se imparte debe nutrir, en primer lugar, la fe del propio catequista. En verdad, uno catequiza a los demás catequizándose antes a sí mismo. La formación, también, alimentará constantemente la conciencia apostólica del catequista, su sentido evangelizador. Para ello ha de conocer y vivir el proyecto de evangelización concreto de su Iglesia diocesana y el de su parroquia, a fin de sintonizar con la conciencia que la Iglesia particular tiene de su propia misión. La mejor forma de alimentar esta conciencia apostólica es identificarse con la figura de Jesucristo, maestro y formador de discípulos, tratando de hacer suyo el celo por el Reino que Jesús manifestó. A partir del ejercicio de la catequesis, la vocación apostólica del catequista, alimentada con una formación permanente, irá constantemente madurando. (DGC 238-239)

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PROPUESTAS DE ACCIÓN PASTORAL

15.1. Realizar periódicamente retiros parroquiales o arciprestales para el alimento

espiritual de los catequistas.

15.2. Procurar que la Delegación de Catequesis pueda prestar este servicio para

los catequistas de aquellas parroquias y arciprestazgos que no puedan organizarlos.

15.3. Que el párroco ofrezca un acompañamiento espiritual a los catequistas que lo requieran.

15.4. Mantener y potenciar en el día del catequista su carácter de alimento de la conciencia apostólica y de sentido evangelizador de nuestros catequistas.

RETO 16. AUMENTAR LOS RECURSOS PEDAGÓGICOS DE NUESTROS

CATEQUISTAS

Junto a las dimensiones que conciernen al ser y al saber, la formación de los catequistas, ha de cultivar también la del saber hacer. El catequista es un educador que facilita la maduración de la fe que el catecúmeno o el catequizando realiza con la ayuda del Espíritu Santo.

Lo primero que hay que tener en cuenta en este decisivo aspecto de la formación es respetar la pedagogía original de la fe. En efecto, el catequista se prepara para facilitar el crecimiento de una experiencia de fe de la que él no es dueño. Ha sido depositada por Dios en el corazón del hombre y de la mujer. La tarea del catequista es solo cultivar ese don, ofrecerlo, alimentarlo y ayudarlo a crecer. La formación tratará de que madure en el catequista la capacidad educativa, que implica: la facultad de atención a las personas, la habilidad para interpretar y responder a la demanda educativa, la iniciativa de activar procesos de aprendizaje y el arte de conducir a un grupo humano hacia la madurez. Como en todo arte, lo más importante es que el catequista adquiera su estilo propio de dar catequesis, acomodando a su propia personalidad los principios generales de la pedagogía catequética. Más en concreto: el catequista habrá de capacitarse para saber programar la acción educativa elaborando un plan realista y, después de realizarlo, evaluándolo críticamente. También ha de ser capaz de animar un grupo, sabiendo utilizar con discernimiento las técnicas de animación grupal que ofrece la psicología. Esta capacidad educativa y este saber hacer, con los conocimientos, actitudes y técnicas que lleva consigo, « pueden adquirirse mejor, si se imparten al mismo tiempo que se realizan, por ejemplo durante las reuniones tenidas para preparar y revisar las sesiones de catequesis ». El fin y la meta ideal es procurar que los catequistas se conviertan en protagonistas de su propio aprendizaje, situando la formación bajo el signo de la creatividad y no de una mera asimilación de pautas externas. Por eso debe ser una formación muy cercana a la práctica: hay que partir de ella para volver a ella. (DGC 244-245)

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PROPUESTAS DE ACCIÓN PASTORAL

16.1. Enseñar a utilizar a nuestros catequistas herramientas pedagógicas de

programación y evaluación de las sesiones de catequesis.

16.2. Enriquecer los recursos pedagógicos que se pueden utilizar en las sesiones de catequesis.

Consejos Prácticos:

16.2.1. Promover la elaboración de un fondo común con charlas y materiales para

ir enriqueciendo nuestras experiencias y para ayudarnos unos a otros.

16.3. Promover especialmente los recursos audiovisuales.

Consejos Prácticos:

16.3.1. Se han elaborado recientemente unos materiales interdiocesanos para la

catequesis familiar en el que se incluyen CDs con muchos recursos

audiovisuales que pueden enriquecer en gran manera nuestro proyecto

diocesano de catequesis de infancia.

EN RELACIÓN CON LA EUCARISTÍA

RETO 17. MARCAR UN PROCESO DE INTRODUCCIÓN EN LA EUCARISTÍA DE

LA COMUNIDAD Nuestro Directorio Pastoral de la Iniciación Cristiana recoge en el apartado “La eucaristía, consumación de la iniciación cristiana” estos párrafos (página 94): Los sacramentos de la iniciación cristiana de un adulto terminan con la eucaristía: Finalmente se tiene la celebración de la eucaristía, en la que por primera vez este día y con pleno derecho los neófitos toman parte, y en la cual encuentran la consumación de su iniciación cristiana (RICA 36). Los textos más antiguos de la tradición cristiana hablan de la eucaristía como la expresión y realización sacramental suprema de la iniciación cristiana:

Dispersos por las colinas se han convertido en una sola cosa ...Que nadie coma ni beba en vuestra eucaristía sino los bautizados en el nombre del Señor (Didajé, IX, 5).

Según expresión de San Agustín: vosotros sois el cuerpo de Cristo y sus miembros. Si, pues, vosotros sois el cuerpo y los miembros de Cristo, lo que está sobre la santa mesa es un símbolo de vosotros mismos ... sed lo que veis y recibid lo que sois.

Para el concilio Vaticano II, la eucaristía es acción de toda la Iglesia y es "fuente y cumbre de toda la vida cristiana" (LG 11). A ella conduce la iniciación cristiana comenzada en el bautismo.

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Dentro del itinerario seguido actualmente entre nosotros para la iniciación cristiana, la primera eucaristía constituye un primer momento especialmente importante y significativo de participación sacramental, si bien ese proceso catecumenal debe continuar hasta que tenga lugar una participación plena en la eucaristía dentro de la comunidad adulta. Por eso, la tradición de la Iglesia, especialmente en Oriente, no tiene dificultad en admitir a los niños a la eucaristía, consciente de que es un "inicio" y que debe crecer gradualmente en la comprensión y vivencia del misterio. Tanto la familia como la Iglesia han de mostrarse solícitas en esta tarea educadora de la fe del niño. El objetivo no es sólo iniciar al niño en los sacramentos sino en la adhesión personal al misterio de Cristo y de su Iglesia y en el conjunto de la vida cristiana. Conviene que los niños se percaten de que es el domingo cuando comienzan a participar en la eucaristía, y que adultos y niños tomen conciencia de que la eucaristía debe ser práctica habitual de todo cristiano. Una manera de lograrlo es que, sobre todo en el tiempo de la catequesis preparatoria, los niños participen en la eucaristía dominical acompañados de sus padres y catequistas como parte importante del mismo proceso de preparación. PROPUESTAS DE ACCIÓN PASTORAL

17.1. En la presentación a los padres de todo el proceso de catequesis de primera

infancia, recordar que la eucaristía es parte integrante del proceso de

iniciación cristiana y la necesidad de que los niños la celebren con los padres.

17.2. Celebrar en el curso de la preparación algunos ritos de paso dentro de la

eucaristía de la comunidad parroquial: entregas de la Palabra de Dios, Credo y Padrenuestro, renovación del bautismo…

17.3. Promover en la parroquia una eucaristía con especial participación de las

familias que favorezca la participación de los niños y sus padres en la misa

dominical.

Insistir a lo padres en su responsabilidad, tal como dice nuestro Directorio en la pág 105: Celebrada la primera comunión, los padres y catequistas acompañen a los niños en la participación de la eucaristía durante el tiempo que estimen conveniente, hasta que ellos lo hagan por sí solos de forma responsable.

Consejos prácticos

17.3.1. Hay que procurar con ilusión que sea la misa del encuentro familiar,

que los niños participen, etc.

17.3.2. Buscar nuevas formas de que los niños participen en la eucaristía,

como una homilía con algo de diálogo con ellos, etc. Les suele

ayudar a los niños el que sepan que les vas a preguntar algo sobre lo

que se ha leído, para que estén más atentos.

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17.3.3. Puede ser importante hacer eucaristías de iniciación, para enseñarles

a participar viviendo la eucaristía, entendiendo la palabra y la

comunión, con piedad, en el mejor sentido de la palabra.

17.3.4. El uso del lenguaje narrativo en la homilía centra mucho la atención

de los niños.

17.3.5. Existen muchos cantos nuevos que pueden ayudar a reforzar la

celebración.

17.3.6. Hay que propiciar una pedagogía del silencio orante. Estar callado

para poder escucharle e Él.

17.3.7. En la librería diocesana hay trípticos con las oraciones de la misa.

RETO 18. EVITAR LOS EXCESOS DE LA PRIMERA COMUNIÓN. NUEVOS

PLANTEAMIENTOS Nuestro Directorio Pastoral de la Iniciación Cristiana recoge en la página 100 los

siguientes párrafos:

Ministro

Siendo la primera comunión un momento importante dentro del proceso de la iniciación cristiana, parece lógico que sea el párroco el encargado de celebrarla, o bien que lo haga el sacerdote que se ha responsabilizado del proceso de la catequesis. Lugar

El lugar propio de la celebración, así como de la preparación, es la parroquia en que vive el niño y seguirá, mientras resida allí, celebrando la fe de modo habitual… De este modo, el niño puede iniciarse de manera práctica en el sentido de pertenencia a la Iglesia diocesana en su realidad más cercana, que es la parroquia. Los colegios de la Iglesia animen a sus alumnos y a los padres de los mismos a que hagan en sus respectivas parroquias la catequesis de infancia y la celebración de los primeros sacramentos... Si conviene realizar la catequesis en el colegio, se hará siempre en coordinación con la parroquia y en relación con el párroco o sacerdote responsable de la catequesis parroquial. La celebración será normalmente en el templo parroquial como signo de comunión eclesial. Tiempo

La época más adecuada para celebrar la primera comunión es el tiempo de Pascua. Pero puede ser también cualquier domingo. Sentido comunitario

La primera comunión es una ocasión para que la familia y el niño se incorporen más plenamente a la comunidad parroquial o para que afirmen su participación en ella. A fin de que los niños perciban este sentido comunitario de su primera comunión lo normal es hacerla en grupo. Sólo cuando haya alguna razón especial, que lo justifique, se celebrará la primera comunión individualmente.

Conviene evitar también las comuniones masivas, por los inconvenientes lógicos que presentan.

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Liturgia

Hay que cuidar con esmero el marco litúrgico de la primera comunión para que ésta tenga su máxima significación.

El Misal y la plegaria eucarística para "misas de niños" así como el "Directorio de misas con niños" nos brinda ricas sugerencias para estas celebraciones. El día de la primera comunión, día de amor fraterno

El día de la primera comunión, por la participación eucarística, debe ser un día de júbilo y de auténtico amor fraterno. El niño debe entender que comulgar con Cristo exige amar al prójimo. Un modo de poner esto de relieve puede ser organizar una colecta en este día entre los niños de la primera comunión, disponiéndoles para la ofrenda de sus propios recursos en favor de los pobres e invitando a los padres a un gesto de sobriedad con este mismo fin. Fiesta familiar

La celebración de la primera comunión lleva consigo una entrañable fiesta familiar y una cordial participación de los amigos. Todo ello debe tener un tono evangélico de sencillez, sobriedad y alegría.

La fiesta, los regalos, el traje, no deben polarizar ni ocupar el primer lugar en la atención, tanto del niño como de la familia. Que nada distraiga ni les esconda lo que están celebrando. Hay que actuar contra ese peligro mediante una insistente catequesis, especialmente en los meses que preceden a la fecha de la primera comunión. Se deben comentar estos puntos con los padres de los niños, insistiendo en actitudes más evangélicas y más coherentes con la vida cristiana y en el respeto a la experiencia religiosa del niño.

Conviene ir avanzando en experiencias que rompan esta dinámica de consumismo y ostentación e iniciar otras maneras más comunitarias y educativas de celebrar familiar o socialmente la primera comunión de los niños. Circunstancias ambientales

La celebración de la primera comunión debe hacerse de forma que todo esté al servicio del niño para ayudarle a que, en la medida de su capacidad, comprenda y viva el misterio de la eucaristía, evitando todo lo que pueda distraer o dificultar su participación. En función de esto, debe plantearse la actuación de fotógrafos o vídeos durante la celebración de acuerdo con la normativa de la Comisión Episcopal de Liturgia asumida por la diócesis (Cf BOD noviembre 1983), de modo que, salvado el derecho a tener un recuerdo de la celebración, esto se realice de manera discreta que no interrumpa el buen desarrollo de la misma.

PROPUESTAS DE ACCIÓN PASTORAL

18.1. Recordar que el día propio de la celebración de la primera comunión es el

domingo. Nuestro Obispo ha escrito recientemente una carta pastoral en este sentido (ver anexo V – pag 36).

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18.2 Establecer en la parroquia unos criterios más evangélicos y más coherentes

con la vida cristiana para estas celebraciones. Dichos criterios han de ser expuestos a los padres en el comienzo de la preparación del niño. Sería

bueno contar para ello con alguna carta pastoral elaborada por el Obispo.

Consejos prácticos

18.2.1. En algunas parroquias se realiza la primera comunión con túnicas, de

manera que todos van vestidos iguales. En otras parroquias se ha hecho

optativo, celebrando en un día separado los que querían hacerlo con

túnica.

18.2.2. Antes de empezar la celebración de la eucaristía conviene hacer una

monición invitando al silencio y a una participación respetuosa con la

vivencia de los niños.

18.3 Animar a los padres a que la fiesta familiar sea más austera.

Consejos prácticos

18.3.1. En algunas parroquias se realiza en este día una colecta especial por algún

proyecto de ayuda a niños necesitados.

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ANEXO I

Libros de oraciones para niños

Los libros con asterisco incluyen las oraciones principales del cristiano

De 0 a 5 años

EN FAMILIA. Despertar religioso de 0 a 6 años. Carpeta con 7 libritos Delegaciones de catequesis de Pamplona y Tudela, Bilbao, San Sebastián y Vitoria.

MI PEQUEÑA BIBLIA. Stephenson, Kristina; Toulmin, Sarah. Ed. Edelvives.

NIRE BIBLIA TXIKIA. Stephenson, Kristina; Toulmin, Sarah. Ibaizabal

HABLO CON DIOS CADA DÍA. Mari Patxi Ayerra. Ed. PPC

REZAMOS A MAMÁ MARÍA. El libro de los ositos. Ed. Lumen – Edibesa.

DELEGACIÓN DE CATEQUESIS DE MADRID, Despertar religioso (folleto para el catequista y folleto para la familia), Ed. PPC

De 5 a 10 años

Tu primera Biblia, Ed Edebé, Barcelona, 1997

DISFRUTA CON LAS PARÁBOLAS. Ed. Edebé

MANUALES DE ORACIÓN PARA NIÑOS – Carpeta con 6 libritos, Ed PPC, 2004

PARA MI PRIMERA COMUNIÓN. El libro de los ositos. Ed. Lumen – Edibesa.

WINTER, REBECA – Libro de ORACIONES para niños, Ed Mensajero, Bilbao, 2005

ESCOBÉS, ROSARIO - ¡Ya sé rezar!, Ed PPC, Madrid, 2004

CONESA, MIGUEL ÁNGEL – ORACIONES para casa y para el cole, Ed Mensajero,

De 10 a 12 años

JESUS DE NAZARET, Albert Hari, Ed. Edibesa

*GARCÍA DE DIOS, JOAQUÍN Mª, Dios y yo nos hablamos cada día, Manual de oraciones para niños, Ed. PPC, Madrid, 2002

GARCÍA DE DIOS, JOAQUÍN Mª, Rezo con el evangelio de cada día, Manual de oraciones para niños, Ed. PPC, Madrid, 2002

PUIGDOLLERS, RODOLF, Rezar con Jesús, Ed. Centre de Pastoral Litúrgica, Barcelona, 2001

Páginas web con oraciones para niños

http://www.buenasnuevas.com/espiritualidad/oraciones-ni.htm

BUENOS LIBROS EDUCATIVOS PARA LOS PADRES

González C., Bésame mucho. Cómo criar a tus hijos con amor. Ed. Temas de hoy. Madrid 2004.

Jové Rosa, La crianza feliz. Ed. La esfera de los libros. Madrid 2009.

Faber A. y Mazlish E., Cómo hablar para que sus hijos le escuchen y cómo escuchar para que sus hijos le hablen. Ediciones Médici. Barcelona 2004.

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ANEXO II FORMAS DE ORACIÓN

FORMAS DE ORACIÓN BREVE

1. Un sencillo momento de silencio para ponernos en presencia de Jesús, recordando que está en medio de nosotros y pedirle su ayuda y su Espíritu. Gloria al Padre…

2. Una lectura breve del evangelio o de un salmo que tenga que ver con el tema del día. Al final ponernos en su presencia y pedirle su ayuda y su Espíritu.

3. Una canción que sirva para ponernos en presencia de Jesús.

FORMAS DE ORACIÓN PROLONGADA 1º ORAR CON UN RELATO BÍBLICO

Introducción - ¿Canción inicial? - Composición de lugar del relato (pintar la escena).

Momento de escuchar - Lectura pausada del texto.

- Momento de silencio (con jóvenes y adultos) - El catequista explica el relato de forma catequética.

Momento de hablar - Personaje con el que nos identificamos más de hecho. - Qué sentimos al contemplar este relato.

- Agradecer a Jesús por tantos dones y bienes que nos regala.. - Pedir a Jesús y a los hermanos aquello que más necesitemos para que cambie

el corazón. - Conclusión con el Padre nuestro

- ¿Canción final? 2º ORAR CON SÍMBOLOS

Introducción - Seleccionar el símbolo según edad, tiempo litúrgico, situación del grupo,

acontecimiento vivido, etc. - Introducir el símbolo en el contexto oracional o celebrativo en que se va a

usar. - Centrar el símbolo sin excesivas explicaciones e interpretaciones.

Momento de escuchar - Hacer alguna acción con el símbolo que exprese el dinamismo interno que se

quiere provocar.

Momento de hablar - Expresar oracionalmente cómo se está viviendo el significado del símbolo.

Peticiones a Jesús, acciones de gracias…

- Terminar con algún gesto que una al grupo en el símbolo compartido.

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3º ORAR CON LOS ACONTECIMIENTOS Introducción

- Tener delante noticias actuales extraídas de los periódicos, revistas y otros

medios de comunicación, tanto locales como nacionales o internacionales. - Aportar otros hechos o acontecimientos personales y comunitarios que nos

preocupen. Momento de escuchar

- Tratar de ver cuál es el fondo (causas) de los “hechos noticiables”.

- Contrastar las noticias con el “Proyecto Salvador de Dios”. Momento de hablar

- Poner todo lo que nos preocupa y sobrepasa en manos de Dios. - Pedir luz y fuerza a Cristo Resucitado para mantener la esperanza y encontrar

soluciones.

4º ORAR CON LA CATEQUESIS VIVIDA Introducción

- Recordar brevemente cómo ha sido la catequesis vivida, el tema que hemos

trabajado. Momento de escuchar

- El catequista poner el trabajo del grupo en manos de Jesús e invita al grupo a

expresar sus sentimientos. Momento de hablar

- Agradecer a Jesús por tantos dones y bienes que nos regala.. - Pedir a Jesús y a los hermanos aquello que más necesitemos para que cambie

el corazón.

- Conclusión con el Padre nuestro

5º ORAR CON LA NATURALEZA

Introducción - Situarse en un contexto adecuado: paisaje de naturaleza, plantas, pósters de

paisajes, etc. Momento de escuchar - Ver, escuchar, sentir todo lo que nos rodea en actitud contemplativa. - Orar con el Salmo 8: lo que existe es reflejo de la belleza y la bondad de Dios.

Momento de hablar - Describir aspectos que nos llaman la atención. - Dar gracias por toda la riqueza que nos rodea y que se nos ha dado.

- Peticiones de carácter ecológico.

6º ORAR CON LA MÚSICA

Introducción - Seleccionar una canción según edad, tiempo litúrgico, situación del grupo,

acontecimiento vivido, etc. - Introducirla en el contexto oracional o celebrativo en que se va a usar.

Momento de escuchar - Entregar una hoja con la letra de la canción.

- Escuchar en actitud contemplativa. Momento de hablar - Expresar oracionalmente frases o aspectos que nos llaman la atención.

- Peticiones a Jesús, acciones de gracias… - Terminar escuchando nuevamente la canción o cantándola entre todos.

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7º ORAR CON CANCIONES MEDITATIVAS Y TEXTOS BÍBLICOS (TAIZÉ) 8º ORAR EN EL SILENCIO 9º ORAR CON LA ALABANZA MUSICAL Y GESTUAL (CARISMÁTICOS) ORIENTACIONES GENERALES Las oraciones con niños han de ser muy breves y muy dirigidas. Aunque con el tiempo puedan llegar a hacer pequeños momentos de silencio, es algo que tienen que ir aprendiendo Se puede dirigir muy bien el momento de hablar dirigiendo sus peticiones y acciones de gracias, y dejando dos o tres segundos. Les gusta mucho cantar. Es algo que ayuda a la expresión emocional. Podemos aprender canciones con gestos, bailes… Con adolescentes, jóvenes y adultos hay que conseguir antes un clima de confianza Respetar mucho a los más alejados

MÉTODOS DE ORACIÓN PARA LA ORACIÓN PERSONAL EN CASA

Es fundamental que trabajemos el que nuestros catecúmenos vayan haciendo oración personal diaria. Pero les tenemos que dar un método, sencillo y claro. MÉTODO DE ORACIÓN PARA NIÑOS (a partir de los 6 ó 7 años) El ideal es que lo hagan con su padre o madre. Si no es posible, que lo hagan solos

1. Busca un lugar adecuado, tranquilo. Puede ser muy adecuado justo antes de cenar o de dormir.

2. ¡ESCUCHA A JESÚS, LAS COSAS QUE TE QUIERE DECIR! Lee un capítulo de tu Biblia o una oración de un libro de oraciones

3. Dale gracias a Jesús por tantas cosas buenas, pídele también alguna cosa. Dile siempre

que le quieres mucho y que sabes que él te quiere mucho. 4. Termina con las oraciones del Padre nuestro, Ave María y Gloria.

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MÉTODO DE ORACIÓN PARA JÓVENES

1. Busca un lugar adecuado, tranquilo, con silencio, que no te vaya a molestar nadie. Y busca también un tiempo adecuado para rezar, que sea un momento donde estés tranquilo, el menos tenso.... 1ª hora de la mañana, tarde, noche??....Tú tienes que ver.

Se trata de ponernos en serio, no un rato cualquiera al final de la noche y tumbados en la cama hasta que me duerma.

2. Cuando estamos con alguien hablamos, contamos nuestras cosas, pero también hay que escuchar. ¡ESCUCHA A JESÚS, LAS COSAS QUE TE QUIERE DECIR!.

Hay un sitio privilegiado para escuchar su palabra, en la Biblia, en el Nuevo Testamento. Es una carta que nos ha escrito a cada uno de nosotros, que me ha escrito a mí. Léela. Puedes leer el evangelio de cada día o ir leyendo un evangelio completo (por

ejemplo Lucas).

3. Reflexiona unos breves momentos sobre lo que te ha dicho la lectura. Puede que te haya resonado algo de una forma especial, una idea global, una frase, una palabra. Deja que resuene unos instantes.

4. Exprésale a Jesús tus sentimientos, de gratitud, de petición de algo concreto…

5. Termina con las oraciones del Padre nuestro, Ave María y Gloria.

Pensad si este método os vendría bien a vosotros…

MÉTODO DE ORACIÓN PARA ADULTOS – PROCESO DE ORACIÓN

Se trata de seguir un itinerario de textos que me ayuden a profundizar en la Palabra de Dios.

1. Escoge durante el día 15 ó 20 minutos que sean aptos para el recogimiento.

2. Antes de ponerte a leer, hazte consciente de qué Palabra se trata: viene de Dios, es

para ti.

3. Haz el acto de fe, poniéndote en presencia del Señor.

4. Lee despacio, con el corazón abierto. No pretendas sentir ni sacar conclusiones. No racionalices.

Deja que resuene. La resonancia se da en el corazón, porque te afecta, porque te despierta sentimientos, porque te pone en relación, porque te da luz y te hace

percibir a Dios de un modo nuevo También puede ser que tengas una resonancia que te produzca malestar,

desconcierto o rebeldía…

5. Haz de la resonancia motivo de oración, tal como te salga de dentro.

Hay un itinerario de textos bíblicos en el libro Camino de transformación personal, Javier Garrido, ed. S. Pablo.

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ANEXO III Itinerarios catecumenales

Itinerario catecumenal para dos años Primer año – 5 reuniones

1. La participación de los padres en la formación cristiana del niño 2. Somos experiencia 3. Sentirse a gusto con Dios 4. CELEBRACIÓN FAMILIAR EN PASCUA: El Crucificado ha resucitado 5. Creer en Dios

Segundo año – 6 reuniones

1. Jesús, la buena noticia de Dios 2. La eucaristía, memorial y alimento de vida. 3. Enseñar a orar 4. Compartir nuestra fe en familia 5. CELEBRACIÓN FAMILIAR EN PASCUA: Jesús es el Señor 6. Los bautizados, hombres y mujeres nuevos

Itinerario catecumenal para tres años Primer año – 4 reuniones

1. La participación de los padres en la formación cristiana del niño 2. Somos experiencia 3. CELEBRACIÓN FAMILIAR EN PASCUA: El Crucificado ha resucitado 4. Sentirse a gusto con Dios

Segundo año – 5 reuniones

1. Creer en Dios 2. Jesús, la buena noticia de Dios 3. Enseñar a orar 4. CELEBRACIÓN FAMILIAR EN PASCUA: Jesús es el Señor 5. Compartir nuestra fe en familia

Tercer año – 6 reuniones

1. Dios nos acompaña siempre 2. La eucaristía, memorial y alimento de vida. 3. Los bautizados, hombres y mujeres nuevos 4. La Iglesia de Jesús, el Señor 5. CELEBRACIÓN FAMILIAR EN PASCUA: Jesús de Nazaret, Cristo

Salvador 6. El Espíritu, el eterno acompañante

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ANEXO IV Charlas para adultos

de los diversos materiales diocesanos

Proyecto de bautismo:

Contiene 3 catequesis para los padres con los siguientes títulos: 1. Vida humana y vida divina. Nuestro hijo se bautiza 2. La participación de los padres en la formación cristiana del niño 3. Vamos a celebrar el bautismo de nuestro hijo

Estas 3 catequesis también están disponibles en un formato más sencillo y editadas como cuadernillos individuales en la librería diocesana

Proyecto diocesano de despertar religioso:

Además de 6 celebraciones para padres y niños, contiene 12 reuniones con padres con los siguientes títulos:

4. La confianza básica: experiencia de amor 5. Bases para una crianza feliz 6. El período del tiempo respetado 7. El clima familiar 8. El período de la comprensión 9. Educación moral: educar en valores 10. La importancia del juego en la educación 11. La socialización 12. Enseñar a orar 13. La educación de la afectividad 14. Educar la autonomía 15. Bases para una buena convivencia familiar

Proyecto interdiocesano de despertar religioso, “En familia”

Contiene diversos temas pensados para trabajar con lo padres el despertar religioso, y que podrían servir para reuniones de formación con ellos. Los títulos

de esos materiales son:

En el libro “En familia”, además de oraciones, relatos bíblicos, cuentos y juegos, hay 3 temas ampliamente desarrollados:

16. El despertar religioso en familia 17. Primeros pasos en la educación moral 18. Iniciar en la oración

En el libro “En brazos” están estos dos temas:

19. El bautismo de nuestro hijo 20. Sentirse a gusto con Dios

En el libro “De la mano” está el tema: 21. Creer en Dios

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En el libro “Primeras palabras” está el tema: 22. Jesús, la buena noticia de Dios

En el libro “Aquí estoy” está el tema:

23. Para qué sirve rezar En el libro “Con otros” está el tema:

24. Vivir en el Espíritu

En el libro “Ya soy mayor” está el tema: 25. Compartir nuestra fe en familia

Proyecto interdiocesano de catequesis familiar

En el libro del primer curso, “Despierta”, además de materiales para el trabajo en familia –padres con hijos- de diversos temas, están desarrolladas las

siguientes reuniones con padres:

26. La creación 27. Dios creó al hombre y a la mujer 28. La Navidad 29. La alegría de crecer en familia 30. Nuestro cuerpo 31. Dios nos acompaña siempre 32. Vivir es una fiesta

Proyecto interdiocesano de catequesis de adultos En los 6 libros que componen el proyecto existen muchos temas desarrollados

para 5 años de proceso catecumenal para adultos. Cualquiera de estos temas puede servir perfectamente para preparar reuniones con padres. Destacamos

una síntesis de 13 temas, que algunas parroquias utilizan para preparar a adultos para la Confirmación. Estos 13 temas podrían servir también para unas reuniones con padres en clave de pequeño proceso catecumenal. Los títulos

son: 33. Somos experiencia 34. El ser humano, un misterio 35. El Crucificado ha resucitado 36. Jesús de Nazaret, Cristo Salvador 37. En Jesús encontramos y descubrimos a Dios 38. En Jesús encontramos y descubrimos al ser humano 39. Cristiano, eres un seguidor de Jesús 40. Jesús es el Señor 41. La Iglesia de Jesús, el Señor 42. Los bautizados, hombres y mujeres nuevos 43. La reconciliación, segundo bautismo 44. El Espíritu, el eterno acompañante 45. La eucaristía, memorial y alimento de vida.

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ANEXO V Las primeras comuniones

Carta pastoral de D. Francisco Pérez

Durante el mes de mayo se suele celebrar, en todas las Parroquias, las primeras Comuniones

a Jesús Sacramentado; es un tiempo de gracia y de amor que Dios derrama en tantos niños

que con ilusión viven este acontecimiento. Me uno a todos en estos días y deseo que se viva

en familia, con la mayor disposición, acompañando al niño o la niña que se va a acercar al

Sacramento. Conviene tener presente que el domingo es el día más indicado para celebrar

este momento tan importante. Si se celebra este día es porque la fiesta de los cristianos es el

domingo, día que nos hace recordar y vivir la Resurrección de Cristo y nos une a la familia

que es la Iglesia; además, hace posible que el sentido comunitario crezca entre todos los

que, como hermanos, celebramos este día de fiesta que es el domingo. Se ha de tener

presente que el domingo nos muestra la razón fundamental de nuestra experiencia cristiana:

la de ser miembros vivos del Señor que ha resucitado. Ningún día tiene tanta significación

para hacer la primera Comunión como este día. Por ello ruego que se procure vivir el

acontecimiento de la Comunión en el domingo y así demos la oportunidad a los niños que lo

vivan con ilusión y se comprometan a participar en la Misa de los domingos en lo sucesivo.

Por otra parte conviene tener presente que al ser un momento profundamente religioso y

espiritual se ha de procurar en todo lo posible que los niños no se distraigan y desorienten.

Muchas veces hay mayor preocupación por el banquete o por la atención a los invitados que

por el gran don de la primera Comunión donde Jesucristo se hace presente en el

Sacramento; si se deja muy en segundo lugar este gran acontecimiento, se caería en un

grave error y olvido pues todo quedaría en una superficial ceremonia que no produciría los

frutos propios de la celebración bien vivida. Lo normal debe ser que todos se asocien, junto

con el que va a comulgar la primera vez, y que la preparación espiritual sea intensa y

profunda: participando previamente en el Sacramento de la Confesión para recibir en la

Eucaristía al Señor, que nos llena de su amor y de sus gracias.

Con gran alegría recuerdo el día que comulgué por primera vez a Jesucristo presente

realmente en el Sacramento de la Eucaristía. Tanto los días previos como el mismo día de la

Comunión me sentía tan contento y tan feliz que no pude por menos que ofrecerme a

Jesucristo en cuerpo y alma, con todo mi ser. Tal vez fue la primera llamada que sentí de él

para elegir posteriormente la vocación sacerdotal. Recuerdo que mis padres y mi familia

participaron en todo y me sentí muy arropado por ellos. Siempre recordaré la amistad que

nació aquel día con el gran Amigo Jesucristo. Nunca me ha fallado y siempre lo he tenido a

mi lado: en los momentos fáciles y en los momentos difíciles. Siempre me ha ayudado

alegrando mi vida y nunca me ha abandonado. Es el mejor Amigo y nunca me siento solo o

abrumado. Felicito a todos los niños y niñas junto con sus familias por estos días tan

hermosos que son los del las Primeras Comuniones.

+Mons. Francisco Pérez González

Arzobispo de Pamplona y Obispo de Tudela

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ANEXO VI

DECÁLOGO EUCARÍSTICO TALLERES DE PASTORAL – junio de 2005

1. La eucaristía es “fuente y cima de la vida cristiana” (LG 11)

La eucaristía contiene todo el bien espiritual de la Iglesia, es decir, Cristo mismo,

nuestra Pascua (cf PO 5).

En la eucaristía Dios santifica al mundo y las personas damos culto en el Espíritu Santo a Cristo y

por él al Padre (Cf CCE 1325)

”Habiendo amado a los suyos, los amó hasta el extremo” (Jn 13,1)

2. La eucaristía, presencia de Cristo. Dios con nosotros

En la eucaristía Cristo se hace presente de manera verdadera, real y substancial (cf Cc. De Trento: DS 1651, en CCE 1374).

En su presencia eucarística Cristo permanece misteriosamente presente entre nosotros como quien

nos amó y se entregó por nosotros, y se queda bajo los signos que expresan y comunican este amor. (cf CCE 1380)

“Esto es mi cuerpo que se entrega por vosotros” (Lc 22, 19)

3. La eucaristía, sacrificio de acción de gracias y de alabanza a Dios En la eucaristía los cristianos damos gracias al Padre por la vida, por la fe, por tantos

dones (cf Conferencia Episcopal alemana, “Catecismo católico para adultos. La fe de la Iglesia”, Madrid 1992, 380); pero, sobre todo, porque nos hizo renacer a la esperanza viva por la resurrección de Jesucristo.

La eucaristía es también un sacrificio de alabanza en acción de gracias por todo lo que Dios ha

hecho de bueno, de bello y de justo en la creación y en la humanidad. (Cf CCE 1357).

“Ofrezcamos Dios, por medio de Jesucristo, un sacrificio de alabanza (Hb 13, 15)

4. La eucaristía, memorial del sacrificio de Cristo

La eucaristía es memorial de la pasión muerte y resurrección del Señor, porque representa (hace presente hoy y para nosotros) el sacrificio de la cruz.

• Cumplimos este mandato del Señor celebrando el memorial de su sacrificio (Cf CCE 1357)

“Haced esto en memoria mía” (1 Co 11, 24-25)

5. La eucaristía, banquete de comunión en el Cuerpo y la Sangre del Señor

La eucaristía acrecienta nuestra unión con Cristo. Lo que el alimento material produce en nuestra vida corporal, la comunión eucarística lo realiza de manera admirable en nuestra vida espiritual. (CCE, 1392).

La eucaristía es banquete de comunión en el Cuerpo y la Sangre del Señor. En la eucaristía

participamos del “pan de la Palabra y del Pan de la eucaristía, que es el cuerpo y la Sangre del Señor resucitado” (cf DV 21 y CCE 1347)

Yo soy el pan vivo, bajado del cielo. El que come mi Carne y bebe mi Sangre, tiene vida eterna… permanece en mí y yo en él (Jn 6, 51. 56)

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6. La eucaristía, sacramento de la unidad

La eucaristía crea la comunidad y la comunidad celebra la eucaristía

La eucaristía hace a la Iglesia. Cristo, en la eucaristía, une a todos los fieles en un solo cuerpo: la

Iglesia. (Cf CCE 1396). La eucaristía es el alma de todo apostolado (cf AA 3, 1). No en vano, termina con el envío de los

participantes (misio) a anunciar la Buena Noticia con obras y palabras (cf CCE 1332)

“Porque aún siendo muchos, somos un solo cuerpo, porque todos participamos de un solo pan” (1 Cor 10, 16-17)

7. La eucaristía, sacramento de la caridad

Fracción del pan, comunicación de bienes, momento de solidaridad con los pobres, cercanos o lejanos. La eucaristía nos lleva al compromiso.

La eucaristía entraña un compromiso a favor de los pobres. Debemos reconocer a Cristo en los más

pobres, sus hermanos: “Has gustado de la sangre del Señor y no reconoces a tu hermano….” (S. Juan Crisóstomo, hom. In 1 Co 27,4: cf CCE 1397).

“Os he dado ejemplo para que también vosotros hagáis como yo” (Jn 13, 14)

8. Los cristianos no podemos vivir sin el domingo (Actas de los mártires…)

El domingo es El día del Señor, el día de la Resurrección, el día de los cristianos, es nuestro día (S. Jerónimo, pasch.: cf CCE 1166). Es en este día cuando el Señor subió

victorioso junto al Padre.

“La Iglesia, desde la tradición apostólica que tiene su origen en el mismo día de la resurrección de

Cristo, celebra el misterio pascual cada ocho días, en el día que se llama con razón “Día del Señor” o “Domingo” (SC 106).

“Aquel mismo día (el día primero de la semana), dos de los discípulos se dirigían a una aldea llamada Emaús… Cuando estaba sentado a la mesa con ellos, tomó pan…” (Lc 24, 13. 30)

9. El domingo, fiesta de los cristianos

El domingo es la fiesta de los cristianos, momento para dar gracias y vivir la presencia del Señor en la alegría del encuentro con Él y con los hermanos en la eucaristia.

El banquete del Señor (la eucaristía) es su centro, porque es aquí donde toda la comunidad de los fieles encuentra al Señor resucitado. (cf CCE 1166)1

El domingo estaban reunidos los discípulos. Jesús se presentó en medio de ellos y les dijo: la paz esté con vosotros (Jn 20, 19)

10. Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección, ¡VEN SEÑOR

JESÚS!

Garantía de nuestra resurrección, anticipo del banquete de la vida eterna. Viático para el camino hacia la vida eterna.

“Partimos un mismo pan que es remedio de inmortalidad, antídoto para no morir, sino para vivir en

Jesucristo para siempre” (S. Ignacio de Antioquia, Eph 20,2: cf CCE 1405).

“Siempre que coméis de este pan y bebéis de este cáliz, anunciáis la muerte del Señor hasta que él venga” (1 Cor 11,16)

1 CCE – Catecismo de la Iglesia Católica

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