Pukara-117 Mayo 2016

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      La Paz, mayo de 2016  Página

    Periódico mensual

    Mayo 2016

    Qollasuyu

    Bolivia

    Año 10

    Número 117

    Ediciónelectrónica

    NUEVA APROXIMACIÓN A LADESCOLONIZACIÓN. ¿En un últimolibro de H. C. F. Mansilla se encuentran pistas -así seanindeliberadas para el autor- para asentar una nuevadefinición de la tarea pendiente descolonizadora?

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    Depósito legal 4-3-116-05

    e-mail:[email protected]

    www.periodicopukara.com

    Teléfonos: 7151904871280141

    Calle México Nº 1554, Of. 5La Paz, Bolivia

    Director :Pedro Portugal Mollinedo

    Comité de redacción:Nora Ramos SalazarDaniel Sirpa Tambo

    Carlos Guillén

    Colaboran en este número:

    Nigel Abraham Caspa PachecoOctavio Marino PedoniFranco LimberPedro Hinojosa PérezDavid Ali Condori

    Losartículosfirmados

    norepresentannecesa-

    riamentelaopióndePukara.

    TodoartículodePukarapuedeserreproducido

    citandosufuente.

    Ilustración tapa: Alegoría de América, siglo XVII: https://www.lva.virginia.gov/exhibits/voorhees/world/13-montanus.htm

    La marcha de laspersonas

    discapacitadasA fines del mes de abril llegó aLa Paz la marcha de personasdiscapacitadas que 35 días anteshabía partido de la ciudad deCochabamba.

    Los discapacitados exigen algobierno un bono mensual de 500bolivianos (aproximadamente 70dólares americanos). La res-puesta del gobierno hasta ahoraes tajante: no atenderá lademanda de los marchistas.

    Esa actitud radical del gobiernoes criticada por la mayoría de la

    población, que la califica de in-sensible y contradictoria con sulineamiento social, proclamado enespecial en tribunas internacio-nales. El gobierno arguye que acceder a la demanda de las personascon discapacidad pondría en riesgo el equilibrio económico del país.

    La actitud del gobierno es difícilmente comprensible, por variasrazones. Hasta ahora la política de la actual administración ha sido«bonista». Recurriendo al fácil expediente de redistribuir recursos,el gobierno ha instaurado varios bonos y fortalecido alguno que yaexistía antes. Entre otros están el bono Juancito Pinto de 200bolivianos para niños, la Renta Dignidad de 3.000 bolivianos paralas personas de la tercera edad, el bono Juana Azurduy de 1.825bolivianos para mujeres madres y el bono a la Excelencia de 1.000bolivianos, para los mejores estudiantes de secundaria.

    En esa plétora bonífera, la población no entiende cómo no puede

    haber lugar para un bono destinado a personas que realmente lonecesitan, como ser aquellos que por deficiencias físicas ypsicológicas no pueden desarollarse en una sociedad que todavíaes discriminadora. El desconcierto es mayor si tenemos en cuentalas reiteradas declaraciones oficiales sobre lo «blindada» y exitosaque estaría la economía boliviana.

    Aún más, en momentos en que el gobierno niega el bono a losdiscapacitados, los medios de comunicación reiteran que lasempresas petroleras demandan más de 5.600 millones de dólaresen "costos recuperables" al gobierno boliviano, y que este pagará 4millones de dólares por la franquicia del Rally Dakar 2017.

    Mantener la intransigencia respecto a las demandas de losdiscapacitados, empañará definitivamente la reputación de estegobierno. Lo desprestigiará quizás aún más que la represión contralos indígenas del TIPNIS, pues parecerá un ensañamiento contraquienes son más débiles y disminuidos en la sociedad.

    Es indudable que la solicitud de las personas con discapacidad nopueda ser enteramente asumida por el gobierno, pero para ellosestán las políticas de diálogo y concertación... y las medidas deausteridad para los gastos de gobierno que son consideradosdispendiosos por la población.

    El gobierno niega el bono a los

    discapacitados,mientras las petroleras

    demandan 5.600millones y el 

    gobierno pagará lafranquicia de 4

    millones de dólaresdel Dakar 2017 

    Algo para compartir y leer:

    Sobre el Indianismo KataristaNigel Abraham Caspa Pacheco

    La presentación del libro El Indianismo Katarista. Una Mirada Crítica ,ha motivado comentarios, algunos en la red, otros en la prensa escrita,todos muy interesantes y de contenido enriquecedor. Trascribimos acontinuación uno de ellos, difundido por el autor en su página facebook,

     porque adherimos particularmente a la interpretación que hace el autor de

    los objetivos y motivaciones profundas de este libro.

    Comparto un libro que puede interesar a algunos de miscontactos: «El indianismo katarista: Una mirada crítica». Unanovedad bibliográfica recomendable.

    Debo admitir que las redes sociales generalmente me aterranpor su complejidad y sus significados, pero hoy me han traídoalgo interesante y reafirman mi defensa de las redes comoinstrumentos a los que no podemos ser ajenos hoy en día. Es quehay publicaciones y materiales visuales que te pueden llevar desdeel asco, pasar por la furia o hasta brindarte un momento de graciae interés.

    Por la tarde del domingo me alegré al toparme con la versióndigital de una obra bibliográfica muy importante a primera vista ysobre la cual tenía mucha curiosidad. Comprendo que será unbuen marcador o testigo documental del desarrollo intelectual deun movimiento sociopolítico verdadero, de los pocos que quedanen Bolivia ya sea porque han desaparecido, andan desarticuladoso llevan aquel título sin serlo. No es un folleto o propagandapretenciosa, he percibido mucha unidad en el planteamiento. Lainvestigación y esfuerzo de años es clara y le otorga seriedad ycredibilidad inmediata.

    La historia política en Bolivia fue «oficialmente» abandonada haceya muchos años por el historiador e investigador social, eso fueresultado de una errada interpretación de un disimulado llamado ala «objetividad» o profesionalidad. Asimismo, la desvinculaciónpolítica a nivel de pensamiento y ejercicio intelectual trajo consigo

    una pasividad escalofriante en los que escriben en Bolivia.Evidentemente, no todos se acogieron a esa tranquilidad y silencio.Aquel confort ha sido sacrificado por otros y aquello les ha dotadode una importante capacidad de análisis a algunos de ellos.

    «El indianismo katarista: una mirada crítica» de Portugal yMacusaya es un producto de la experiencia, de una crítica fortalecida.Es una frustración que se niega a quedarse de brazos cruzados oque se limita a apuntar a un culpable ajeno o netamente externo.Su recorrido parte y transita en lo interno, la autocrítica es dura y-creo- aún tiene capacidad de volverse más sólida. Aquello, no essinónimo de derrota anticipada sino interés de ampliar conscienciaa partir de lo que conoces sin ocultar tu propia historia o manipulartu memoria, lo que es responsabilidad y respeto con quien te lee.

    Al llegar la noche, he quedado satisfecho con la lectura yenriquecido por su contenido. Tengo preguntas y muchas ideasque verteré de alguna forma, desde mi formación como historiador.Espero que, en su momento, logre dialogar más y con otros parahallar respuestas desde mi punto de interés. No estoy alineadocon sus autores, ni los conozco en persona, pero que gusto esleerlos. Escritura inteligente que honestamente agradezco.

    El libro El Indianismo Katarista. Una mirada

    Crítica lo distribuye la Fundación Friedrich-Ebert

    en Bolivia, Av. Hernando Siles # 5998 esq. calle

    14, Obrajes, La Paz – Bolivia. E-mail: info@fes-

     bol.org

    Entrando a cualquiera de estos enlaces puede

    descargar la versión pdf de este libro:

    http://library.fes.de/pdf-files/bueros/bolivien/12424.pdf 

    http://grupo-minka.blogspot.com/2016/03/el-indianismo-katarista-una-

    mirada.html

    http://www.periodicopukara.com/archivos/el-indianismo-katarista.pdf 

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    Comentando a Carlos Macusaya:

    Desde el sujeto racializado: El

    indio como sujeto políticoOctavio Marino Pedoni *

    El libro que aquí nos convoca,Desde el sujeto racializado. Con-sideraciones sobre el pensamientoindianista de Fausto Reinaga(2014)1 de Carlos Macusaya Cruz2,se nutre de la obra del pensadorindio Fausto Reinaga (1906-1994)

    y se escribe a la luz de los diversosacontecimientos que se vienendando en Bolivia, desde el 2003hasta nuestros días3. El autor nosavisa que no es un texto acabado,sino que al versar sobre cuestionesvivas, con vida, es algo que per-manece en movimiento y con posi-bilidades de desarrollos ulteriores.

    El libro de Macusaya Cruz noscuenta que el gran aporte de Faus-to Reinaga fue la reconstrucciónde los sentimientos de los indiosen Bolivia. Sentimientos que eranla expresión de siglos de pade-cimientos de estos sujetos bajo

    la dominación y explotación deminorías blancas, y de los q’aras4.La reconstrucción de las vicisitu-des de esta historia, brindaría alos indios, como sujetos políticos,elementos y recursos para criticary poner en cuestión a la historiacontada por los q’aras. Además dela posibilidad y el sustento para laformación, en este ejercicio, deuna serie de organizaciones indiasque tendrían vital importancia enlos tiempos venideros de Bolivia.Entre éstas encontramos al PartidoIndio de Bolivia. Estas organiza-ciones marcarían el inicio del india-nismo, ante el fracaso del nacio-nalismo de mediados del siglo XXen Bolivia. Reinaga tendría un papeldestacado en el primer período –formativo– del indianismo, entre1960 y 1971, según MacusayaCruz. Período al cual coronará conLa revolución india en 19705 y conla participación en el VI CongresoNacional de la Confederación Na-cional de Trabajadores Campesinosde Bolivia (CNTCB) en 1971. Dosaños después, según el autor deDesde el sujeto racializado, conel Manifiesto de Tiahuanaco  eldiscurso indianista sería domes-ticado –controlado en su crítica–

    y la figura del indio como sujetopolítico sería desplazada por la delcampesino. Macusaya Cruz nosdice, siguiendo a Esteban Ticona6,que la producción de FaustoReinaga estuvo acompasada porlos movimientos sociales que sedieron en el siglo pasado en Bolivia.

    Reinaga escribió teniendo encuenta al indio como tema de sureflexión y como destinatario desu obra. Para Macusaya Cruz estareflexión fue y es política, y buscainterpelar al indio en su condiciónde sujeto incluido –mal o bien– enla sociedad boliviana como cam-pesino. Inclusión que tenía (¿ytiene?) como objetivo invisibilizary ocultar la historicidad de lacondición del indio. Para estoFausto Reinaga, en ocasiones, usaun lenguaje que puede resultarchocante y violento. Pero la ideaes con esas palabras romper las

    imágenes idealizadas del indio.Macusaya Cruz cita nuevamentea Ticona para explicar esta posi-ción de Reinaga: “Es la apuestade la violencia verbal para desco-lonizar al indio” 7. Macusaya Cruzdescribe que la intención de Faus-to Reinaga era inspirar a los indios,que se encontraban negados enlas sociedades forjadas por losq’aras, y compelerlos a que seconstituyan “en sujeto político” 8.Antes de cuestionar el lenguajede Reinaga hay que pensar queescribe desde las experiencias deopresión y explotación de los pue-

    blos y naciones indias por partede los q’aras. La violencia de laspalabras que utiliza él es relativa-mente pequeña al lado de la ejer-cida en más de 500 años por losq’aras. La escritura de Reinaga,nos advierte Macusaya Cruz, nopuede ser considerada indigenista,porque no es resultado de la imagi-nación. Por el contrario, Reinagase encuentra comprendido dentrodel indianismo, él no se imaginónada, porque él lo vivió y conocíalas posibilidades políticas del indio.

    Para Macusaya Cruz en el india-nismo de Fausto Reinaga hay cinco

    ideas centrales: “a) Sociedadesyuxtapuestas (dos Bolivias), b)sujeto racializado (indio), c)imperativo histórico (organizaciónpolítica) d) Revolución del TercerMundo (Revolución India) y e)

     “contra-historia” (La epopeyaindia)” 9. Sociedades yuxtapues-

    tas, una mestiza y laotra india. Las cuales seencuentran diferencia-das histórica y política-mente. Diferencias sur-gidas y consolidadas através de institucionesen los tiempos de la

    Conquista y la Colonia.Un orden naturalizadode correlación de fuer-zas reproducido por elEstado –moderno– enun orden simbólico decolonización. “[Una]distinción ’racial’, entérminos de relacionesde poder, entre quienesmandan y quienes no” 10.Dos sociedades que secontradicen en sus con-tenidos, pero de lascuales una termina porimponer sus intereses.

    El que sufre la imposiciónes el indio, el sujeto racializado,nos explica Macusaya Cruz, quees la expresión de una condiciónhistórica. El indio tiene una iden-tidad impuesta, la cual es repre-sentada por los q’aras como expre-sión de otra raza –inferior–. Lo queles permite ubicar a los indios den-tro de una jerarquía social y explo-tarlos. Luego con la RevoluciónNacional en Bolivia, a mediados delsiglo pasado, esta justificaciónsería actualizada con la identidadde campesino y la constitución declases sociales. “Reinaga entiende

    que: ‘Somos raza antes queclase’” 11. Es por estas circunstan-cias y condiciones que Reinagaconsidera que los indios deben or-ganizarse políticamente en un par-tido indio, para así poder expresar

     “la conciencia y la organización deuna lucha” 12. Lucha que ponga encuestión y desestabilice la jerar-quía racial impuesta. La críticahistórica es ineludible para mostraren toda su extensión el pasadoindio y ponerlo en relación alpresente, es allí una posibilidad derevolución. “Por eso dice Reinagaque ‘El indio para ser sujeto de lahistoria tiene que saber por sobretodo su propia historia’” 13.

    Macusaya Cruz advierte que unode los límites en el pensamientode Fausto Reinaga es el uso deltérmino raza en sentido biologi-cista. El cual es utilizado para dife-renciar a los indios de los q’aras,

    de los mestizos y blancos. Tambiénpara criticar las pérdidas de dife-rencias propias del indio con elmestizaje. Pero que al momentode pensar un proyecto político he-gemónico desde el indio se cons-tituye en un obstáculo, que impe-diría incluir o la participación eneste de otro que no fuera indio.Reinaga con la utilización de razallega a esencializar al indio, o a loindio, y a idealizar cierto pasadode este. Esta apuesta, en su tiem-po, se presentaba como necesariapara revalorizar, levantar la auto-estima y movilizar a los sujetosracializados que eran minorizadospor los q’aras. Las limitaciones dela obra de Reinaga no le quitanpoder crítico a su escritura, conel uso político del término raza. Ellector tiene que asumir crítica-mente a Fausto Reinaga, contex-tualizando su obra a su momentode producción y de reproducción.Resulta significativo trabajar el te-ma de raza y racialización, sugiereel autor de Desde el sujeto racia-lizado, porque en estos términosresiden prácticas de poder que semantienen hasta nuestros días.Aunque ya se haya desestimadola existencia de razas, en sentidobiológico, en la humanidad14. Elindianismo, para Macusaya Cruz,es experiencia del trabajo sobrela crítica a la racialización de losindios. Experiencia a la cual el au-

    * El presente artículo fue publicado

    originalmente en la Revista Intersticios, nº 8,

    disponible en: http://revistas.unc.edu.ar/

    index.php/intersticios/index

    El autor es licenciado en Filosofía

    (Universidad Católica de Córdoba) y su mail:

    [email protected] Continúa en la página 15

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    Política y sexualidad:

    El amor áspero de los

    indianistas. Primera parteFranco Limber 

    Sobre la vida de los indígenas ha prevalecido hasta ahora una visión romántica, pero perniciosa, mostrándola comocosmovisión ejemplar e idílica. Respecto a su sexualidad es común, por ejemplo, que algunos la equiparan con la actualcorriente neo pagana y new age de las sociedades industrializadas, mostrándol a como la relación terrena de la que seda en plano «espiritual» entre «una Diosa Madre (personificación del principio femenino y sagrado de la naturaleza), unDios Astado (arquetipo del principio masculino) y una organización social pacífica basada en la fraternidad, la igualdad yel apoyo mutuo». Esa visión no corresponde a la que presentan los restos arqueológicos disponibles (que muestranefectivamente las actitudes, comportamientos y funciones del hombre y la mujer en ese tema y los roles sociales quedesmpeñaban), y menos a la realidad sociológica contemporánea de los pueblos indígenas. Descolonizarnos implicaliberarnos de esos clichés que solo son benéficos para quienes tienen interés en alejar al indígena del control de supropia y verdadera vida social y política.   Fuentes ilustración: http://www.domingoeluniversal.mx/multimedia/f/2014/08/16311-gde.jpg?p=1668430811 https://reader015.{domain}/reader015/html5/0714/5b49fc1eadeda/5b49fc2389a46.jpg

    ¿Y si la mitología pachamamista hubiesedistorsionado lacomprensión de uno

    de los componentesmás íntimos del indio:su vida sexual y surelación de pareja? 

     Análisis controvertibley sin complacencia deFranco Limber, peroque puede ayudar aentender por qué el reciente escándalo delas relaciones de

     pareja de Evo Moralesson diferentementevaloradas según provenga de losmedios indígenas ocriollos.

    1. Los comportamientos delser humano están determinadaspor las relaciones sociales delvivir cotidiano, el caso de losindianistas forma parte de un

    cúmulo de experiencias que sontanto importantes para el cono-cimiento y el saber que expresala vivencia que yace dentro dela ideología indianista. El amorhasta donde se sabe es el senti-miento que busca el bien ver-dadero, y en este caso particularla pasión que se siente al sexoopuesto. Estas líneas solo hande mencionar casos que unica-mente se conocen en el mundode la transmisión oral, comotambién referencias escritassobre el asunto; aquí las men-cionaremos a riesgo de la moles-tia de quienes comulgan con talo cual personaje. A la vez des-mitificaremos imaginarios con-temporáneos que hacen refe-rencia a la fidelidad conyugal,patrones sentimentales yperturbaciones sexuales.

    2. El soldado sueña con lavictoria que abrasa su cabezaporque lleva en su corazón laimagen de una mujer a quienquiere deslumbrar. Si no ama,¿con quién comparte su gloria?:

    el hombre pretende ser grandepara que la mujer lo admire1.Pero no solo a una sino a todaslas que pueda, la monogamia esuna gran mentira social y psi-cológica, la poligamia es en sí laexpresión de las pretensionesmás verdaderas y reales que leson prohibidas al indio por losprincipios del mundo occidentalcristiano. El kolla siempre fue unhombre de muchas mujeres. Enlas relaciones sexuales de loskollas dominaba la poligamia, conla sola limitación de que losactores debían ser del mismoayllu2. Así, también el mito de lavirginidad de la mujer fue traídadesde el moralismo cristiano, alos Kollas; antes del matrimoniose permitía libre trato carnal conlas muchachas3. La posicióncarnal de la mujer no tenía im-

    portancia pues, podía ésta tenercon varios hombres los con-tactos que quisiese4. La ins-titución monogámica es parte delas normas coloniales de occi-dente traídas junto la conquista,

    el supuesto contemporáneo del “chacha-warmi” “hombre-mujer” es una construcción circuns-tancial entre la simbiosis religiosaen lo andino. Un ejemplo con-creto del presente sugiere el realcomportamiento del hombreandino, a) primero el rural,cuando este se reúne enfestividades el hombre juegafútbol en la cancha y tomamucha cerveza, mientras lasmujeres en otro sector sededican a cocinar, y ya llegada lanoche a esta le espera un tristecoito en el mayor de casoscarente de pasión y amor, b) enel área urbana, la presencia dela poligamia tiene mayoresexpresiones, el hombre siemprey cuando no le falte oportunidadno dudara en dejarse llevar porpasiones amorosas con otra

    mujer que no sea su esposa onovia, y si no le llegara laoportunidad por diversas con-diciones acude sin resentimientoa un prostíbulo a saciar susimpulsos naturales; tanto en

    igual en el caso de la mujer,aunque esta sigue sometida ala estructura patriarcal, siempreque surja la oportunidad no du-dara en satisfacer sus necesida-des que por lo general sonsentimentales. Algo que llama enmucho la atención es un episo-dio dentro del cerco de TupajKatari a la ciudad de La Paz elaño 1781, cuando Katari hacíasus rondas regulares para pasarrevista y animar a sus tropas,solía raptar mujeres indígenasde sus familias, sin importarle elescándalo, para tener relacionessexuales con ellas, pero el miedoa Katari y las amenazas de cas-tigo eran mas fuertes. Este tipode depredación sexual, queocurría cuando Katari estabaebrio, seguía las pautas esta-blecidas, aunque ambivalentes,

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    de la cultura campesina andina.Nuevamente, la conducta deKatari en estos casos evoca elaspecto terrible y salvaje delcóndor carnívoro, que capturaindefensas ovejas en susrebaños5. Sin duda, dentro de

    nuestro ser natural existen lasaspiraciones de las prácticaspoligámicas reprimidas por elmedio social pues están fuerade lo correcto, pero sin dudatambién en lo real el deseo deposeer sexualmente a la mayorcantidad de mujeres está pre-sente en el consciente individual.Esto entra en conflicto cuandose mezclan las aspiracionesnaturales con la idealización del

     “amor verdadero”, este es elpunto importante de este tema;el mezclar la idealización del amor

    con la ideología, el amor, el india-nismo y la política son unamezcla que en muchos casos allevado a muchos militantesindianistas a crisis existencialesdelas que les es imposible salir,la sobre idealización de senti-mientos ha perjudicado el avan-ce de la ideología. En otros casosel indianismo ha funcionadocomo agente paliativo de estascrisis emocionales, estas lascomentaremos a continuación:

    3. Fausto Reinaga fue sin du-da un conquistador insaciable deféminas, para este hombre noexistió hacia una mujer el “amoreterno”. Primero veremos susapreciaciones hacia la mujer, a)para Fausto Reinaga la mujerindia es una herida abierta queparte el alma. Haría sollozar aun dios impasible. Enterneceríay haría llorar al mismo diablo…Es la encarnación de la diosa deldolor6. Ya aquí se evidencia quesus imágenes más profundasrelacionan a la mujer con elllanto, con el dolor. Para Faustoesta mujer le hace llorar, le hacesufrir. Fausto llora, reniega y

    blasfema contra su segundamujer: «Pueda que este mes oel otro se presente y camine porahí una mujer de nombre DelfinaBurgoa Peñaloza o Delfina viudade Veintenillas; esa fue mi espo-sa hace 30 años, y es la madrede mi hijo a quien lo conocisteen México, y cuyo libro te remitióahora. Este elemento es dañinopara nuestra causa. Es unamujer irresponsable. Habla has-ta por los codos. Por la maldadde ella, mi sobrina Hilda ha sidodestrozada en un campo de

    concentración; y por una intrigade esta señora yo he sufrido elsaqueo de mi biblioteca. Mi hijoRamiro, la hizo llevar a México,y ha ido a destrozarle su hogar.Le ha separado de su mujer yde su hijita que no tiene ni unaño de edad; y a él le ha enfer-

    mado de los nervios hasta elpunto de arrojarle a las faucesde la muerte»7.

    Reinaga nunca tuvo una rela-ción amorosa estable, enmuchos aspectos mostró sucarácter posesivo, su matri-monio fue una celda que tuvo lanaturaleza de aprovecharse delos atractivos primaverales de sumujer. Su descalificación eravenenosa a quienes no seguíansu voluntad; así fue a los india-nistas de su tiempo, pero tam-bién lo fue con las mujeres; paraFausto Reinaga su matrimoniofue entupido8, pero Fausto noamo a la india, su amor fuehipócrita; concepción del amorsegún Reinaga: «para mi, porejemplo, la belleza en la mujer,era la rubia de ojos azules, nariz

    griega y cabellos de sol»9

    , «miconsorte como maestra deescuela y como hija de gamonalde Ambana»10.

    Para Reinaga el amor de lacarne por la carne no existe. LaIndia cuando ama crea. Procrea.El acto carnal es un acto reli-gioso; por eso para su ejecuciónel momento adecuado es elsilencio de la noche. Este es elamor santo; amor digno deveneración11. Pero esta parteque voy a citar ha de mostrar alotro Fausto, el lujurioso: Según

    las malas lenguas no perdonóni hermanas ni sobrinas12.Además de los hijos que se leconocen, habría algunos hijosbastardos: «Me dijeron, tienesuna hermana en México. No supesi era o no verdad, pero mi her-mano mayor me dijo haber vistouna fotografía de ella en suprimera comunión13. «Tuvoamoríos con una viuda: Me llevóa verla a la viuda Koegel. Suesposo fue el dueño de la zonaHock’o Hock’o»14. Así como tam-bién con una alemana llamadaLindeman. Ignoro el tipo de rela-

    ción con ellas, dudo platóni-cas»15. Así también tenía ciertogusto por las mujeres jóvenes:«Su vecino en Aranjuez, campe-sino, tenía una hija, joven ybonita. Una noche mi padre lohizo llamar y le dijo: ‘Mándamea tu hija. Te regalaré esta casa,te firmaré los papeles’. La hija,llamada ¿Catalina? o Ph’uti fuedespertada, peinada, enviada.Unos papeles, posiblementefotocopias inservibles fueronfirmados. Él ha debido hacersesoportar, incluso querer con la

     joven. Pues paseaban juntospor los cerros de Aranjuez.Fruto de esta unión nació unaniña. Nunca conocí a esta mediahermanita»16. Tales fueron deconflictivas sus relaciones quesus hijos tenían que pagar laspensiones. (Muchos episodios

    ocultos de la vida de FaustoReinaga están descritos en unlibro inédito de Wankar Rei-naga). Cuando pude visitar labiblioteca de Fausto Reinagapude encontrar varias fotogra-fías de mujeres en una cajita.

    Cuando pregunté por ellas, seme respondió que eran susenamoradas. Me llamó la aten-ción que la totalidad de ellas noeran indias, y se trataba devarias mujeres. Y es muy cono-cida, por malas y buenas len-guas, su muy posible prácticaincestuosa. Ya muy mayor,cuando su miembro viril ya notenia funcionalidad, empezóescribir La Revolución India, asus 61 años, los ancianos ya nopueden tener placeres… ”Nin-guna plaga mas funesta ha dado

    la naturaleza al hombre que elplacer sensual. Las pasiones,ávidas de él, son incitadas a go-zarlo temerariamente sin fre-no” 17. Esto mismo nos da aentender que el placer muchasveces frena nuestra capacidadde razón e innovación. Al final,todo le llevó a decir: «Por tanto,en el amor no pude alcanzar latotal plenitud ni con la gringa,ni con la mestiza, que me des-preciaban por indio; ni con laindia, a quien yo repudiaba porindia»18.

    4. Las nuevas generacionesde indianistas después de FaustoReinaga han tenido vidas con-flictivas en relación con el amor.Voy a mencionar algunos casos:muchos de los indios que hantenido la posibilidad de viajar alextranjero iniciaron relacionescon mujeres blancas, pienso quesus ideas anti-blancas no hansido puestas en practica, puesse enfrentaban a la colonizacióny al desprecio por su raza, peroal final su cama era compartidacon la gringa; bueno, esto noestá mal, pero en torno a casos

    de los jóvenes cierta españolaconquistó a un indio, este leentrego el corazón, ella la vagina,cuando ella tuvo que irse denuevo a su país se llevó sucorazón y también su vagina,hasta ahora ese hermano india-nista está sumergido en unacrisis existencial critica. Otro,como el fallecido Ayar Quispe,fue inducido a la política a causade un desamorío cuando estecomulgaba en el Ejército Gue-rrillero Tupaj Katari, pues suenamorada despreció su mili-

    tancia en este grupo antisis-témico19. Al parecer, este fuedespreciado por sus ideasindianistas, lo que le llevó a prac-ticar la escritura.

    Entre los nuevos jóvenesindianistas, entre los cuales meincluyo yo, empezamos a escri-

    bir sobre el indianismo pordesamores, el dolor crudo de lapasión nos llevó a pensar en elsuicidio: el indianismo se con-virtió en un pensar salvador. Lasrelaciones ásperas entorno alamor han marcado ciertas

    condiciones de vida con relacióna la política y a la ideología, peroestá marcada por el tema racialpara aquellos a quienes su con-dición de indios los han puestoen situaciones de desprecio, yal mismo tiempo ser perpetra-dores de racismo y desprecio asu propia raza, mostrando pre-ferencia por la mujer blanca-mestiza, la lujuria y la lubricidadson temas preferidos. El indio:no concibe la simple amistad enlas relaciones de los dos sexos.Para él, la mujer no tiene más

    que un único y exclusivo fin: ser-vir de hembra… Por eso, cuandose casa, en su esposa no ve sinola hembra al alcance de su manoy fácil de poseer20. La raza de-termina las interrelacionesamorosas, el indianista busca lablanca, si la consigue la tratamejor; cuando este está con unaindia, el cariño va desapare-ciendo, el amor se determina entorno a la mirada aborrecible delo propio. Varios indios cambiande comportamiento de acuerdocon el tipo de mujer que se leponga al frente… (Continuará).

    1 Antonio de Armenteras, Antologíade pensamientos, p, 154.

    2 Rigoberto Paredes, El Kollasuyo,p, 74.

    3 Ibid, p, 75.4 Ibid, p, 765 Sinclair Thomson, Cuando solo

    Reinasen los indios, p, 238.6 Fausto Reinaga, La Revolución

    India, p, 129.7 Fabiola Escarzaga, Correspon-

    dencia Reinaga-Carnero-Bonfil , p,193.

    8 Fausto Reinaga, Mi Vida, p, 110.9 Ibid, p, 46.10

    Ibid, p, 116.11 Ibid, p, 47.12 Wankar Reinaga, Fausto Reinaga,

    Carne, Hueso, roca, p, 97. (obrainédita)

    13 Ibid, p, 97.14 Ibid, p, 97.15 Ibid, p, 98.16 Ibid, p, 98.17 Marco Tulio Ciceron, La Ancianidad ,

    p, 59.18 Fausto Reinaga, Mi Vida, p, 47.19 Entrevista a Ivan Apaza, 28 de

    febrero 201620 Alcides Arguedas, Pueblo Enfermo,

    p, 154.

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    un periódico señala: Dos analistascoinciden en que el crecimiento ycreación de negocios que prestenservicios de limpieza, cuidadopersonal, entretenimiento, ali-mentación y otros se profundizarápor el aumento del consumo, el

    ascenso de los ingresos y lacultura. “Van a ir surgiendo más de este

    tipo de negocios porque cultural-mente las personas han ido asu-miendo gustos y costumbres queson más urbanos, donde se cuidala imagen personal y existen facili-dades”, afirmó el expresidente delColegio de Economistas de Bolivia,Waldo López.

    El analista financiero ArmandoÁlvarez ratificó que continuarán laexpansión y el nacimiento de nue-vos emprendimientos y que lamedida depende de la demanda de

    la población boliviana y de la gene-ración de ingresos para pagar esosservicios.

    Álvarez explicó que la mejora delos ingresos de los bolivianos hagenerado que puedan acceder anuevos bienes y servicios. “El pro-ceso de urbanización en el paísha ido generando nuevas nece-sidades y por ello han emergidoservicios”, dijo López.

    El reporte del Banco Mundial dacuenta que en los últimos diezaños (2000 y 2010) la clase mediase incrementó en al menos 40%.Además, agrega que América

    Latina ha emprendido el caminopara convertirse en “una regiónde clase media”, aunque se reco-noce que aún queda mucho porhacer.2.- Importancia de la clasemedia

    Con toda razón y preocupaciónEnrique García, presidente ejecu-tivo del Banco de Desarrollo deAmérica Latina (CAF) manifestóque: América Latina debe volvera crecer al 5 % en promedio de ladécada pasada si no quiere abocarparte de la nueva clase media ala pobreza, “Si no se vuelve al

    patrón de 4-5 %, muchos de losque están en la clase media vol-verán a la pobreza, y esto tieneconnotaciones políticas y socialesmuy importantes” 

     La clase media es la que llevaadelante un país. Es aquella queha recibido educación, aquella quetrabaja para vivir. La clase mediaes la clase que hace que un paístenga actividad económica. Si no,¿de dónde proviene la demandainterna? La mayor parte de la de-manda viene de los gastos de losconsumidores de la clase media.¿Y de dónde proviene el dinero que

    gastan los consumidores de laclase media? De los ingresos ob-tenidos en el trabajo que desem-peñan.

    El espíritu empresarial y la in-vención también tienen sus raícesen la clase media (se denominatambién ñeke). Una vida sin priva-

    ciones permite que la clase mediatenga el tiempo y la flexibilidad pa-ra educarse; para pensar, meditar,y explorar, para innovar e inventar.Aquellos en la clase media puedenpermitirse un cierto grado de ries-go: dejar el trabajo seguro para

    fundar una nueva empresa des-pués de acumular los activos deinicio.

    Las fortunas en la lista de losestadounidenses más ricos de For-bes 400 comienzan con los riesgosde la clase media, la invención dela clase media, o una inversión dela clase media. Bill Gates, ThomasEdison, y los hermanos Wrightvinieron de familias de la clasemedia de acuerdo a una revistade prestigio.

    La clase media provoca efectosmultiplicadores como ser: provocala creación de nuevos mercados,

    mejora las oportunidades para losemprendedores, y promueve, asi-mismo, una mayor movilidad sociala través de la acumulación decapital humano. Estos factoresfundamentalmente hacen que seaun sector importante.

    La clase media emergente privile-gia el mercado interno, es decir,existe un cordón umbilical entreambos. Si se comprende la impor-tancia de la clase media se com-prenderá fácilmente el mercado.El mercado interno constituye co-mo el principal motor del creci-miento nacional. Es importante,

    entonces, conocer algunas defi-niciones básicas y algunos princi-pios esenciales entorno de estaevidencia económica.

    En la economía, se conoce comomercado interno a un mercado queopera dentro de límites acotados,y que a su vez está rodeada porun mercado más grande. El casomás habitual lo constituye un mer-cado nacional puesto en contrastecon el comercio internacional.

    El nivel de importancia que se leasigna a satisfacer las necesidadesdel mercado interno suele ser unfactor determinante en la defi-

    nición de las diversas doctrinaseconómicas.Así, por ejemplo, el proteccio-

    nismo se basa en un privilegioexcesivo o incluso monopólico delmercado interno para ubicar susproductos en la región, mientrasque el librecambismo propone quelos bienes producidos por un mer-cado interno compitan en igualdadde condiciones con aquellos pro-ducidos fuera de él.

    En términos más sencillos, elmercado interno constituye lo quese vende y compra a nivel nacionalpor sus habitantes.

    Para Bolivia y otros países, suverdadero mercado natural esactualmente el mercado interno yla principal causa de crecimientoha sido y seguirá siendo la deman-da interna de los productores yconsumidores. En otras palabras,el mercado interno se constituye

    como el principal motor del creci-miento nacional y su soporte laclase media.

    Para fortalecer el mercado inter-no, se requieren recursos econó-micos: circulante en manos de lapoblación; cuantiosa inversión pri-

    vada y recursos fiscales o estata-les cada vez más crecientes. Eldinero en manos de la poblaciónno debe ser consecuencia de unmero acto de generosidad, sinoretribución al trabajo productivo,realizada con justicia. Sin dinero,a los compradores, de poco lessirven los bienes y servicios quese ofertan.

    La vigorización y adelanto delmercado interno eleva el bienestarde la población. En efecto, los he-chos han demostrado que todaeconomía altamente desarrolladacuenta con un fortalecido mercado

    interno y su población disfruta demejor calidad de vida. Así, mer-cado interno fuerte y mejor calidadde vida son dos caras de la mismamoneda.

    Hace décadas y años atrás eracomún ser negativo respecto aAmérica Latina, una región plagadade crisis financieras, golpes de Es-tado y desigualdades abismales.Incluso se llegó a hablar de fracasomanía, una tendencia común enla región, según Albert Hirschman.

    De acuerdo al IBCE: Para Bolivia,la importancia del mercado internoy los consumidores domésticos

    para el crecimiento se basa en unasimple constatación aritmética: lademanda interna representa el 77por ciento del PIB, mientras quelas exportaciones el 23 por ciento,y de éstas, los mayores índicescorresponden al sector hidrocar-buros, con poco impacto en empleoy consumo.

    La importancia del mercado inter-no radica en convertir a la mayoríade la población en consumidoresestratégicos, para lo cual, debeaumentarse la capacidad adquisiti-va de los bolivianos. La categoríadel mercado interno implica la

    organización de toda la actividadproductiva en el país, bajo unproceso productivo integrado quesatisfaga la necesidad de losdiferentes sectores nacionales.

    De acuerdo a una publicación deldiario de Santa Cruz, El Deber, Labonanza económica y el aumentode la población económicamenteactiva (jóvenes entre 18 y 24años) han transformado loshábitos de consumo de los ciu-dadanos bolivianos.

    Entre los nuevos patrones queahora surgen emerge con fuerzaun perfil al que los empresarios,

    sicólogos y publicistas han colgadola etiqueta de ‘más exigente’.Pablo Sánchez, director de In-

    sights e Innovación en CapturaConsulting, asegura que en en-cuestas realizadas para clientesprivados se evidencia que el pesode las marcas y la calidad percibida

    en los productos tendió a aumen-tar disminuyendo la influencia delprecio en los procesos de compra.

    Cuando se estudia a la poblaciónde Bolivia, según el máster enComportamiento del Consumidorpor la Universidad Adolfo Ibáñez,

    resulta evidente que hay múltiplesperfiles de consumidores queconforman el mosaico multiculturaldel país.

    El mercado interno se basa endicha demanda, para lo que requie-re además, de trabajadores justay adecuadamente remunerados,pues ellos constituyen el núcleode la demanda interna. En térmi-nos resumidos podemos manifes-tar que el motorcito de la economíanacional, es su población. Esa po-blación que de una parte a estase volvió en factor determinante.

    Hoy, con un mayor poder adqui-

    sitivo, la clase media emergente,exige más a la hora de comprar,pero opta por los canales tradi-cionales. El 71% de la poblaciónprefiere los mercados populares,de acuerdo con el estudio encar-gado por Kimberly-Clark Bolivia. (Lamedición es comparativa en losmeses de julio, agosto y septiem-bre de 2012, 2013 y 2014).

    Por lo que, a esa clase mediaque puede levantar o hundir laeconomía se la debe mimar. Es unsegmento de la población que debeser adulada con fervor al momentode realizar el consumo. Porque con

    ese acto está efectuando efectosmultiplicadores en la economía. Esdecir, se los debe tratar bien. Estose traduce en la idea que debentener ingresos aceptables que lepermitan gastar o consumir. Porotro lado, el productor nacionalestá obligado a producir cada díacon más calidad y cantidad. Esaclase media que ahora está encondiciones de colocar o sacargobiernos no solo en el país sinoen toda Latinoamérica, mereceuna consideración especial.

    Entonces, ahora podemos estaren condiciones de entender la

    importancia de esta clase sobretodo que ahora estamos ingresan-do en la época de vacas flacas.Esto quiere decir que debemosestimularlo como ser reduciendolos trámites burocráticos, si esposible sin costo alguno; asimismose debe realizar una reducción dela tasa impositiva como meca-nismos de defensa ante la invasiónde productos de los países vecinosque nos están inundando losmercados con precios bajos. Nodebemos matar la gallina de loshuevos de oro. Esta clase merecepor méritos propios una atención

    especial.Datos capturados fundamentalmentede:

    * La Razón ,24 de octubre de 2013* www.caf.com/es/.../2015/.../la-

    clase-media-emergente-en-america-latina

    * La crisis enmascarada . PedroHinojosa Pérez.

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    Análisis:

     Nueva pistas para una teoría de

    la descolonizaciónPedro Portugal Mollinedo

    El libro “Las Raíces Conserva-doras bajo las apariencias radicalesen América Latina” 1 es una obravalerosa que trata desentrañar porqué en Bolivia bajo tendencias re-volucionarias se agazapa una frus-trante inercia conservadora. Paraesclarecer ello el autor, asumiendola premisa de Theodor W. Adorno:el impulso crítico-filosófico tienela “obligación de no ceder ante laingenuidad”, arremete contra ideasy conceptos anclados en la men-talidad de nuestros intelectuales.Y, ¡vaya que hasta ahora la inge-nuidad ha sido regla en este país,particularmente en lo que respectala caracterización del indígena y,en general, sobre los derechoscolectivos y la conformación denuestra sociedad! En Bolivia, lacaracterística predominante enesto ha sido la formulación derecetas candorosas y luego elimpase político cuando se las hanquerido aplicar en la banalidad dela administración cotidiana.

    ¿Cuál es ese carácter conserva-dor que en Bolivia y en AméricaLatina degenera e inhabilita todointento de transformación? El autorse detiene más en las manifesta-ciones que en las causas de esefenómeno: el rechazo al espíritucrítico y a las manifestaciones dela democracia moderna: pluralismode ideas, debate abierto de postu-ras ideológicas. Ello en un ambien-te de anti occidentalismo vergon-

    zoso e inconsecuente, pues al mis-mo tiempo que se niega y combateel espacio conceptual e institucio-nal occidental, acrítica y mecá-nicamente se asimilan e imitan suspautas en la técnica, la economíay el vivir cotidiano. Así, todo cam-bio es aparente y no sustancial yexplicaría porque siempre recae-mos en el estancamiento. Y cuan-to más estancados nos sentimos,más surge la premura de transfor-marnos, pero encadenados siem-pre a esas formas aviesas deentender nuestra realidad.

    Esa insensatez ha adquirido re-ciente nobleza en los ámbitos dela academia con el advenimientodel posmodernismo. El autor seña-la: “…hoy, las distintas escuelasdel posmodernismo, como la de-construcción, el multiculturalismoy el relativismo axiológico, repre-

    sentan los dogmas insoslayablesde la época”. Lo pavoroso es que,respecto a la interpretación del

     “problema indígena”, ese desatinoha desbordado los ámbitos de laacademia, impregnando la apli-cación de políticas públicas haciaesas poblaciones. También, losproyectos, programas de investi-gación y toda aplicación prácticahacia los pueblos indígenas porparte de ONGs e instituciones in-ternacionales, están encuadradasen esa visión. La parálisis que elloprovoca en los pueblos indígenaso los aspectos chuscos que origina

    en su entorno (como la recientedestrucción del patrimonio arqui-tectónico colonial en La Paz, porun proyecto sobre el “Vivir Bien” impulsado por la cooperación ale-mana en Bolivia), parecen no in-mutar a esos diligentes promoto-res del pachamamismo en Bolivia.

    El posmodernismo como “saber” rechaza las bases del conocimien-to racional científico: objetividad,sistematicidad, metodicidad y ve-rificabilidad son reemplazadas coninterpretaciones fantásticas, giroslingüísticos y el privilegio de lo sub-

     jetivo. Ello, para quienes tienen el

    fuero de gozar de las bases mate-riales e institucionales que su in-serción en el mundo occidental lesproporciona, es lúdico y exaltante.Para los pueblos indígenas y susintelectuales, es pernicioso ydeprimente, pues la vocación deestas poblaciones y personas es,

     justamente, administrar las basesmateriales e institucionales que lacolonización les ha escamoteadoy no distraerse en cualquiera desus manifestaciones ideológicas.

    En nuestra realidad el posmoder-nismo ha tenido como objeto privi-legiado de sus relajaciones intelec-

    tuales a la población indígena. An-tes, el indígena era un obstáculopara el progreso; Bolivia no logra-ba niveles de adelanto por culpadel indio; era considerado despec-tivamente como la rémora de lasociedad. En esa generalidad sur-gían corrientes románticas de va-

    loración de lo indígena. Esas po-ses, nobles pero muy idealizadas,recientemente han logrado con elposmodernismo posición hegemó-nica en la interpretación de lo indí-gena en este país. Han impregnadolas políticas públicas hacia lo indí-gena en el actual gobierno, mar-cando con sus ideas documentosfundamentales, como la Constitu-ción Política del Estado: Todo escosmovisión, suma qamaña y ser

     “reserva moral de la humanidad”.Sin embargo, la aplicación de

    esos principios en actos de gobier-no, reveló pronto sus límites y fal-

    sedades. La Justicia Comunitariafue edulcorada y finalmente sos-layada. El TIPNIS mostró la distan-cia entre la administración literariade los territorios indígenas y la con-creta que reclaman sus habitan-tes. Y el Fondo Indígena develó lafaceta perversa de la reserva mo-

    ral de la humanidad  y del poderque propició, amparó y legitimó elrobo y malversación de impor-tantes cantidades de dinero.

    Existe, en consecuencia y comoseñala H. C. F. Mansilla, una frus-trante inercia conservadora aga-zapada tras tendencias revolucio-narias. Volvemos así al punto ceroy debemos preguntarnos: ¿Porqué Bolivia está estancada? ¿Porqué no solamente el actual procesosino otros anteriores encuentranun muro contra el cual chocan yse frustran? ¿En qué consiste esemuro? Para motivar una reflexión

    al respecto el libro que comen-tamos es importante, porque re-mueve certezas que, justamente,se creían ciertas, permanentes yseguras. Ese es el aspecto quecomparto plenamente con el libro.Sin embargo, hay elementos queno comparto, entre ellos la percep-

    * H. C. F.Mansilla, Las raícesconservadoras bajo las aparienciasradicales en América Latina , RincónEdiciones, La Paz, 2016

    El presente artículo es la trascripción,corregida y aumentada por el autor, deltexto de su comentario en lapresentación pública de dicho libro el 7de abril en la UMSA, La Paz.

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    ción que tiene sobre lo indígena.Para el autor, la insurgencia indí-

    gena es un elemento más del com-ponente conservador bajo apa-riencia revolucionaria: “Las intui-ciones y las corazonadas configu-ran ahora el fundamento teórico

    de posiciones indianistas en la re-gión andina. La evocación emotivadel memorial de agravios conducea postular un paradigma de vida,un modelo de ‘verdadera patria’,que sólo puede ocurrir mediantela ‘destrucción de los estados ocu-pantes vigentes en la actualidad”,lo que significaría ‘volver a la edaddorada de los antepasados’...” 

    En realidad, la descolonizacióna nivel mundial no ha sido “intuicio-nes y corazonadas”, sino cambiosobjetivos y concretos. Lo quepodría reprocharse a quien inspiraesa reflexión en H. C. F. Mansilla

    (Iván Apaza Calle, en su libroColonialismo y contribución en el indianismo), es no contextualizarel complejo caso boliviano yextrapolarlo en el ambiente generalde la descolonización.

    H. C. F. Mansilla se asienta enreflexiones de algunos escritoresindianistas, en especial FaustoReinaga, para generalizar sobre untema complejo y delicado. De esamanera, para él el indianismo esuna concepción y una prácticamarcada por formas que no sola-mente impiden la trasformación,sino que además la anulan.

    Pero, refiriéndonos a Fausto Rei-naga, ¿hasta qué punto puede serválido equiparar la opinión de unautor con la de una corriente depensamiento político? En el librohay una disquisición muy intere-sante sobre Nietzsche, el conocidofilósofo alemán. Mansilla señalaque para él las concepcionesnietzscheanas “representan unintento de crítica general e impla-cable, pero, paradójicamente, noestán exentas de aspectos fuer-temente dogmáticos e irracionalesy de notables incongruencias.” Seguramente podemos indicar lo

    mismo de Fausto Reinaga. Elparalelismo entre Nietzsche yReinaga podría, incluso, abarcar lanoción de las “virtudes socráticas” en aquel, con el rechazó total deSócrates en este.

    Tomando en cuenta incluso lainfluencia de Nietzsche en la con-formación del posmodernismo o ensu supuesto aporte al nacionalsocialismo, sería errado colocarlocomo ideólogo del uno o del otro.Lo mismo respecto a Reinaga: noes correcto presentar su produc-ción como sola ideología del in-dianismo. Máxime cuando el mismo

    Reinaga intentó, en los finales desu pensamiento, estructurar supropia concepción desvinculándoladel indianismo y bautizándola comoamautismo y reinaguismo.

    Otro aspecto que no compartocon el autor es la indistinción quehace entre derecha e izquierda

    respecto al protagonismo del po-pulismo y su deriva conservadora,aunque en realidad, sus críticasapuntan más a la izquierda que ala derecha. Al haber adoptado laizquierda el populismo y tener estesu asiento ideológico en el pos-

    modernismo, el progresismo deizquierda es vulnerable a esacrítica. La izquierda era antes te-rriblemente racionalista; el marxis-mo se consideraba la ciencia porexcelencia, la verdadera aproxima-ción a lo real, no solo como actode transformación social, sino decomprensión del universo, en elplano mismo del conocimiento.Estos vaivenes han dejado en unaposición vergonzosa al marxismo.

    Por otro lado, se equipara unacoalición del indianismo con elmarxismo en el plano nada defen-dible de las utopías inmoviliza-

    doras, dando la idea que toda laproducción indianista y marxistaha sido hecha en esa perspectiva,pero no es así. Liborio Justo,Quebracho, en La Revolución De-rrotada, crítica el romanticismo depresentar a los incas como socie-dad ideal y perfecta (utopía de-fendida por Fausto Reinaga desdesu período marxista-nacionalista),crítica que no le impidió —por elcontrario— colocar al indio comoactor de primera importancia enel cambio social.

    Esa postura de H. C. F. Mansillapodría servir para que, apresura-

    damente, se lo califique de reac-cionario. Sin embargo, si el autorcritica las “raíces conservadoras” de los “cambios radicales” en Amé-rica Latina, es porque, aunque seaindeliberadamente, admite y asu-me el antónimo de lo conservador,es decir, lo progresista.

    ¿De qué manera esto de conser-vador y progresista puede inter-pretarse en el tema del libro? Esimportante constatar que la luchacontra las “raíces conservadoras” se ha dado en otras latitudes,siendo dirigida unas por la llamadaderecha y otras por la izquierda.

    En algunos países, la lucha contraesos aspectos retardatarios fuebandera de los liberales. En otrosde la izquierda marxista. Si bienes cierto que se puede constatar—como lo hace H. C. F. Mansilla—que en China ya en el siglo XIX elpoder lamentaba “las influenciasdeplorables” de los “bárbaros oc-cidentales”, es innegable que elpoder actual de ese país derivade la revolución marxista que sig-nificó una modernización en lasestructuras y pensamientos enese país. Particularmente la

     “Revolución Cultural” significó undesarraigo de esas raíces tradi-cionales y conservadoras.

    Lo que podemos constatar esque el progresismo en cualquiersituación sólo puede ser la soluciónde asuntos internos en un marcode ideas y concepciones globales.Por ello, en Bolivia es difícil

    enfrentar adecuadamente esasituación, pues todavía estánpendientes soluciones de otrotipo, previas a esa tarea. No estáresuelta la relación entre indígenasy no indígenas y todavía esinexistente un Estado Nación.

    Indicamos al inicio de estecomentario que el autor se detienemás en las manifestaciones queen las causas del fenómeno quetrata. Ello es parcialmente cierto.Toca un aspecto muy importante,que es el de la estructura colonialde Bolivia como razón de la exis-tencia y fortaleza de esas raícesconservadoras. En ese aspectoeste libro posee razonamientosque pueden ayudar a caracterizarlo que realmente puede ser unadescolonización.

    H. C. F. Mansilla señala que per-manece en Bolivia “un cimiento

    cultural de vieja raigambre cató-lica, jerárquica y antiliberal bajolos sistemas políticos más distin-tos”. “En Bolivia —señala, citandoa Erika J. Rivera— durante el perio-do colonial existía una atmósfera

    general signada por el autoritaris-mo y el dogmatismo, en la cual nopudo surgir una amplia corrientefavorable al libre albedrío individualy a las decisiones racionales de laconciencia”. Ese estado de ideasse materializó en instituciones

    educativas, jurídicas y políticasque se mantienen hasta ahora.Si nuestros problemas provienen

    de una situación colonial nosuperada, luego la descolonizaciónllega a ser la tarea política impe-rativa. La permanencia de las tarascoloniales nos demuestra que elintento criollo para superarlas hasido un fiasco. Es ineludible el retode construir un orden social ynacional libre de esas perniciosasraíces; no una recuperación devalores ancestrales, supuesta-mente mágicos y milagrosos, sinoel empoderamiento de saberes e

    iniciativas contemporáneas. Y enesa transformación quizás elelemento indígena, modernizado ymodernizante, pueda ser quienpolíticamente deba reclamar laconducción de ese proceso.

    APELLIDO ZAPATA...

    SE CONVERTIO EN APODOMauricio Mamani Pocoaca

      Cuando el Estado Plurinacional al cumplir la década de su gestióntenía enceguecido al pueblo boliviano y a punto de lanzar sus festejos,se derrumbó la proyección, todo por la acción de un periodista de apellidoValverde que, milagrosamente, cambió de profesión convirtiéndose deperiodista en oftalmólogo. Éste individuo, procedió con sus operacionesmilagrosas y dejó al pueblo más preocupados que nunca, porque ahora

    están en busca de un Título “Honoris Causa”, porque abrió los ojos atodo un pueblo.Lo que nunca en la historia boliviana había ocurrido, un hecho tan es-

    pectacular en donde el apellido “Zapata” se convierte sorpresivamenteen una epidemia contagiosa; los primeros afectados han sido toda losde la cúpula del Estado Plurinacional con verdades y mentiras que causóal pueblo risas y tristezas. Lo vergonzoso es: desde el Vicepresidentea los ministros del Estado cayeron como mentirosos frente a lasdiscusiones polémicas sobre el caso Zapata; lo peor es que los hombresaparecen en público atacando a una sola víctima; sin embargo, antesde las denuncias ellos mismos comprendieron y hasta favorecieron.Primero, discutieron sobre la existencia o no del niño y luego se presentóante el Juez del menor y ahora el pueblo espera que la niña hija deQuintan, también sea presentada ante el Juez. Si estas cosas inmoralesocurren, con razón a Quintana no le alcanzan el dinero y se queja de supobreza. Continuando con las diversiones espectaculares aparecenapodos “Zapata legal” y “Zapata ilegal”.

    Las críticas nacen del pueblo y consideran que en el Estado segura-

    mente en su entorno existen varias Zapatas ilegales y, ¿qué otras cosasmás se descubrirán en el futuro? Aun no sabemos, en la vida no existensecretos. Se dice contagiosa porque nuevas noticias llegaron al pueblosobre el caso de la Gobernación del Departamento de La Paz, dondese inicia una cierta polémica sobre el accionar de su “Zapata” legal.

    El Vicepresidente, por no quedar atrás también realiza viajes al campoa entregar viviendas sociales a los pobres en compañía de su “Zapata” legal. ¿Esa actitud es usurpación de funciones o solamente esacumulación de dinero por concepto de viáticos? Una comunidad con200 familias, los 50 reciben viviendas sociales estarán felices yagradecidos, los 150 restantes odiarán a los beneficiarios y al Estadodiscriminador. Tenemos una historia de vida comunitaria, tiene que sera todos o a nadies. Esa diferenciación a unos cuantos sí y a otros no, essembrar el odio interno en las comunidades, finalmente es la destrucciónde la unidad comunal. En todas las concentraciones siempre resaltanen los discursos, “indígenas- originarios –campesino”, eso es un granengaño. Ellos han matado lo Originario por intermedio del INRA, ahoratodos son adjudicatarios.

    Esta enfermedad de las “Zapatas”, está resultando una epidemia,ojalá que no avance desde la ciudad de La Paz a los ocho departamentosdel país, últimamente el honorable Alcalde Municipal de La Paz, haceturismo internacional con los dineros del pueblo, viajando con su “Zapata” legal. Lástima, una vergüenza nacional e internacional, deserios que eran nuestros gobernantes de pronto se convirtieron enchacoteros y se olvidaron de sus obligaciones específicas demostrandoel gran engaño al pueblo que depositó su voto de confianza.

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    Debate:

    Crisis de la moralidad indígena

    en el poder  David Ali Condori* 

    Muchos honestos combatientes de los derechos indígenas y no indígenas siguieron como ovejas a Evo Morales. Laactual crisis de moralidad del actual gobierno lleva a muchos de ellos a cuestionar las razones profundas de esta crisis;sin embargo, sus cuestionamientos son apabullados por el llunk’erío de los dirigentes que ven más conveniente -porsupuesto, para ellos mismos- apagar cualquier inicio de crítica interna, llevando así a todos sus militantes hacia unverdadero matadero político.  Fuente ilustración: Adaptación de una caricatura publicada en  http://club.ados.fr/letyns/relativisme-mondial-culturel-178829/photo/doute-mene-raison-3715161.html

    La gestión gubernamental deEvo Morales empezó privile-giando el discurso de la mora-lidad1. Así, por ejemplo, el 22de enero del año 2006, cuando

     juraba como primer presidenteindígena de Bolivia, sostenía quelos pueblos indígenas “son lareserva moral de la humanidad”.Por ese entonces el acceso deun indio en el poder se constituíacomo una esperanza frente a losactores políticos tradicionales

    blanco-mestizos, quienes histó-ricamente se habían corrompidoen el poder. Con esta razón EvoMorales tuvo la osadía de in-terpelar públicamente al expresidente Jaime Paz Zamora,indicándole: “No es posible quenuestros gobiernos nos hayanllevado al subcampeón de lacorrupción. ¿Cómo es eso,cómo Don Jaime (Paz Zamora)?,no puede ser eso…”.

    En ese contexto: ¿quién hu-biese pensado entonces queEvo Morales algún día terminaríadudando de la reserva moral delos indígenas?, ¿o que algunosde los principales dirigentes delas organizaciones sociales

    ligados a los pueblos indígenasterminarían empañados con lacorrupción y desviando los dine-ros del ex Fondo Indígena? Yfinalmente ¿alguien se habríaimaginado que los amores de

    Evo Morales con Gabriela Zapataacabarían en una novela dedesamor? Estas preguntas sepueden resumir en otra incóg-nita mayor: ¿Por qué la mora-lidad indígena entró en crisis enel denominado “proceso decambio”?

    En la política comunal, lamoralidad tiene mucha sig-nificación porque ser autoridadimplica mostrar una actitud deejemplo, practicando las normasy valores presentes en la con-ciencia colectiva. En el contexto

    comunal el líder construye sustatus y prestigio social, talcomo se puede observar en losestudios de Esteban Ticona(1995). En otras palabras,ocupar cargo en la políticacomunal es la construcción de

    una especie de capital simbólico.Por eso las ex autoridadesgeneralmente se constituyen enconsejeros de los líderes emer-gentes.

    Sin embargo, en la política li-

    beral moderna, no importa lamoralidad, el objetivo es man-tenerse en el poder a costa decualquiera estrategia, tal comoNicolás Maquiavelo lo sostuvo aprincipios del siglo XV, cuandoindicaba que “el hombre era pornaturaleza perverso y egoísta,sólo se preocupaba por suseguridad y por aumentar supoder sobre los demás” (Maquiavelo, 2010: 11). Por esoMax Weber, en 1919, en unaconferencia en la Universidad deMunich, pronunciaba que:

     “Quien actúa en la política seesfuerza por obtener el poder,bien como medio para servir aotros fines, ideales o egoístas…” (Weber, 2003: 38). Aquí no tienecasi ninguna relevancia el temade la moralidad como sucede en

    la política comunal, aunque laiglesia católica actuara como unente legitimador de las relacionesdel poder profesando la mora-lidad.

    La política boliviana desde sus

    inicios fue caracterizada por seramoral. Esto se puede mostrar,por ejemplo, en la obra deCharles Arnade, donde los doc-tores de Charcas entre conjurase intrigas promovían la inde-pendencia de Bolivia (Arnade,1982). En consecuencia, lacuestión de la moralidad y de laética fueron menos conside-radas en la política boliviana. Portanto, durante la República sepodía observar escándalos amo-rosos, como los protagonizadospor Mariano Melgarejo con Juana

    Sánchez, o actos de corrupciónvinculados al narcotráfico, comofue el caso del ex presidenteJaime Paz Zamora y de suscolaboradores.

    Ppr el contrario, Evo Morales,en el año 2006, cuando llegaba

    De esta manera, lamoralidad de EvoMorales se fueesfumando. Hoy es

     poco aceptable laética del primer Presidente indígenade Bolivia, pues si bien la moralidad noes un factor determinante en la

     política liberal, sí incide en laconciencia colectiva.

    * David Ali Condori es sociólogo alteñoy miembro de la Comunidad Académicade Estudios Sociales (CAES).Email: [email protected]

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    al gobierno puso mucho énfasisen la moralidad, como hemosvisto en la introducción. Pues eldiscurso representaba la otraforma de hacer política, dondela moralidad y la ética son facto-res importante del poder comu-

    nal. No obstante, las buenasintenciones sólo se quedaron enel discurso, la praxis política lellevó a la crisis de la moralidad alPrimer Presidente indígena. Así por ejemplo, en el mes de juliode 2015, cuando Evo Moralesinauguraba el V Congreso In-ternacional de YPFB en SantaCruz manifestó que: “Tal vez porculpa de alguno hermanos indí-genas, quién sabe, el movi-miento indígena ya no es unareserva moral…”. De esta manerase dudaba de la moralidad india,

    cuando los pueblos del orienteboliviano le habían exigido lacompensación por los dañosambientales y sociales ocasiona-dos por los proyectos petro-líferos en sus territorios. Quizáestas expresiones no tuvieronmucha repercusión en la opiniónpública, sino hasta después,cuando se develó la corrupciónen el ex Fondo Indígena, recur-sos que inicialmente fuerondestinados para financiar pro-yectos de desarrollo productivoen las comunidades indígenas detierras altas y tierras bajas. Sinembargo, en la administraciónde esos fondos se presentaronuna serie irregularidades. Segúnel informe de la Contraloríasobre más de 153 proyectos noconcluidos se detectaron unapérdida de 71 millones deBolivianos (Cancio Rojas enMorales, 2015: 13). En estosactos de corrupción fueron in-volucrados los principales diri-gentes de las organizacionessociales ligadas a los pueblosindígenas, tales como MelvaHurtado de la CIDOB, Hilarión

    Mamani del CONAMAQ, DamiánCondori de la CSUTCB, FelipaHuanca de las Bartolinas y otros(Morales, 2015).

    Estos hechos mostraron queel indio es como cualquier serhumano: corruptible, y quecuando llega al poder políticoliberal se corrompe y no es comodecía Evo Morales, que era “lareserva moral de la humanidad”.El sistema político liberal moder-no está diseñado para la perse-cución de fines , ya sean estosideales o egoístas (Max Weber,

    2003), y los indios, en este caso,han priorizado los fines egoístasde enriquecimiento ilícito ennombre de los pueblos indíge-nas, ahí la razón de la debaclede la moralidad india. En elcntexto de la política actual, los

    indígenas se olvidaron de lasformas de hacer política comunaly adquirieron los habitus de lospolíticos tradicionales; es decir:vivir de la política y no para lapolítica, y si para este efecto esnecesario recurrir a los actos

    irregulares, lo hacen.Hasta aquí el capital étnico de

    Evo Morales estaba intacto.Como primer Presidente indíge-na, honesto y trabajador, nadiecuestionaba la moralidad delprimer mandatario; ello hastaque Carlos Valverde denunció lasrelaciones amorosas que tuvocon Gabriela Zapata y el tráficode influencias que de ello parecenhaberse desprendido. El peorerror quizá fue cuando el presi-dente sostuvo: “Yo vi a unamujer que no recordaba bien,

    cara conocida que se me acercóy era Gabriela (Zapata)”. Así EvoMorales intentaba negar larelación que tuvo con su expareja, además sostuvo que suhijo había fallecido. Pero estasdeclaraciones rápidamentefueron desmentidas por la tía deGabriela Zapata, Pilar Guzmán,quien salió a la palestra y dijo:

     “Señor, el niño vive, yo lo hetenido en mis brazos”. Ahí, lamoralidad del Presidente se fuedesmoronando. Muchos se pre-guntaron ¿quién miente?, ¿dón-de queda el principio de AmaLlulla (no mentirás) inscrito enla Constitución Política delEstado?

    Las denuncias de tráfico deinfluencias entre el Primer man-datario y Gabriela Zapata res-pecto al caso de la EmpresaChina CAMC se quedó en elsegundo plano, pues la noticade todos los días fue si hubo ysi está vivo o no el hijo delPresidente con Zapata. Real-mente, el amor y desamor en elpoder se ha convertido en unanovela que cada día presentaba

    un nuevo capítulo. De esta ma-nera, la moralidad de EvoMorales se fue esfumando, hoyes poco aceptable la ética delprimer Presidente indígena deBolivia, pues si bien la moralidadno es un factor determinante enla política liberal, pero sí incideen la conciencia colectiva.

    Para terminar queremos seña-lar que la moralidad indígena enel poder entró en crisis por tresrazones fundamentales. La pri-mera, el indio es como cualquierser humano susceptible a la

    corrupción, y no como decía EvoMorales que era “la reservamoral de la humanidad”. Se-gunda, en el sistema liberal dela política, hay mayores posi-bilidades de corrupción porqueel poder está concentrado enuna minoría que dice ser repre-

    sentante del pueblo, por tantono hay mayor control socialcomo pasa en la política comu-nal, donde el ejercicio de au-toridad es de servicio. Tercera,la política tal como se la practicaactualmente también a veces se

    convierte en la degeneración dela personalidad de quienesdetentan el poder, pues creenque pueden hacer un disfrutepasional de la vida terrenal; porejemplo eso fue el caso de Mó-nica Medina, quien fue esposade Carlos Palenque y que vivióentre traiciones y desamores. YEvo Morales no es permeable aesa tentación del poder y amor,que después termina en desa-mor y en crisis de la moralidadindia.

    Bibliografía citada:ARNADE, Charles (1982). La

    dramática insurgencia de Bolivia. LaPaz: Editorial Juventud.

    MAQUIAVELO, Nicolás (2010). Elpríncipe. Buenos Aires: Libertad.

    MORALES, Manuel (comp.)(2015).Fondo indígena. La gran estafa. LaPaz: Viejo Topo.

    TICONA, Esteban y otros (1995).Votos y Wiphalas. Campesinos ypueblos originarios en democracia.La Paz: CIPCA.

    WEBER, Max (2003). El político yel científico. Buenos Aires: Prometeolibros.

    1  La moralidad está relacionada conciertas normas de conducta socialmenteaceptadas, ya que en la concienciacolectiva hay un sistema de valores queles permite diferenciar el bien y el mal,o lo justo y lo injusto.

    El jueves 05 de mayo 2016, a partir de las 18:30, serealizará la presentación pública del libro «Genealogía delas demandas barriales: de los imaginarios urbanos de laejecución de obras en El Alto», del Lic. David Ali Condori,

    en el Salón Audiovisual de la Carera de Sociología de laUniversidad Pública de El Alto.

    «La investigación del sociólogo David Ali Condori contiene un seguimientode la gestación, el nacimiento, la vida y el ocaso de las demandas vecinalesdel barrio Complemento Yunguyo II en la ciudad de El Alto.

    La vida de cada una de las demandas está registrada y detallada de maneraque permite, al final de la exposición, un análisis sociológico de los actores,las relaciones de poder frente a las autoridades estatales, en este casomunicipales, y las dinámicas sociales en torno a estos procesos.

    El libro Genealogía de las demandas barriales: de los imaginarios urbanos a laejecución de obras permite mirar dentro de un barrio para conocer la relaciónentre la dirigencia y las bases vecinales, los mecanismos formales e informalesde la contratación de obras, la trampa de los procedimientos burocráticos,la dificultad de los dirigentes para comprender las lógicas legales, lacirculación de prebendas para ganar favores, el interés individual de los

    dirigentes vecinales y la rebelión de los vecinos cuando no ven mejoras ensus condiciones de vida en la ciudad, entre otros factores.

    La idea de modernidad y la asociación de la modernidad con la vida en laciudad son otras dos ideas que prevalecen entre los habitantes de un barrio joven, muchos recién llegados del campo, y estos aspectos también formanpartedel marco analítico de esta investigación».

    Malkia Tudela

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     Nuestra historia:

    El «Wilasaku» y la dictadura del

    campesinado aymaraYawar Copana

    Hace algunos años la Presidencia del Senado publicó, de manera casiconfidencial, una biografía de Paulino Quispe. En esa obra, escasamentedifundida, el Wilasaku da una versión propia de su accidentado protagonismoen uno de los más importantes capítulos de la historia en este país: el de lallamada «Revolución Nacional». Fuente foto: Pukara

    Antecedentes históricosHasta principios del siglo XVII

    persistieron las autoridades tra-dicionales originarias en toda laregion del altiplano, pero ya a mi-tades del mismo siglo aparecieronnumerosas haciendas en Omasu-yus (antes que en otras partesdel altiplano), las cuales se fueronimponiendo de forma creciente eininterrumpida hasta las vísperasde la Reforma Agraria de 1953.

    A finales del siglo XIX en Omasu-yus ya no se habla de ayllus, perosí de seis “comunidades originarias” de las que solo una, Warisata,podía llamarse ayllu. Para los añosde 1950 Warisata tambien fuefraccionada, sobre todo por laspérdidas territoriales e incrusta-ciones de hacendados. Este pro-ceso de expoliacion de tierras co-

    munales motivó, sobre todo a finesdel siglo XIX, varias revueltas indí-genas en el antiguo territorio dela nacion aymara (Waychu, Tiqui-na y otros) que fueron reprimidoscon saña y crueldad, dejandovarios miles de indigenas muertos.

    Hacia mitades del siglo XIX, lapoblacion de Achacachi tomaráparte activa en los faccionalismospoliticos nacionales (conservado-res liberales y nacionalistas). Hayconflictos entre ellos por lo menosen 1853, 1885, 1870, 1902 y sobretodo en el periodo de 1921-1926;esta última época representa la

    caída nacional de los liberes en elpoder, frente a los republicanos,liderizados por el masacrador deJesús de Machaca, Bautista Saa-vedra, que por entonces eralatifundista en la hoy comunidadde Avichaca, en Achacachi.

    Las peculiaridades más sobres-alientes de estos conflictos son:1) apelan a una motivación ances-tral de beligerancia entre gruposde indigenas, 2) los patrones ma-nipulan este faccionalismo indigenapara sus fines privados de expan-sión de sus propiedades, enemis-tades entre familias y comunida-

    des, y ocasionalmente por intere-ses politicos; violencia entre indiosque en vísperas de la ReformaAgraria se volcará contra el mismosistema de haciendas.

    ElMNR  y la Reforma AgrariaEl estallido de la Revolucion

    Nacional del 9 de abril de 1952 yla posterior subida de Victor PazEstenssoro y su partido MNR alpoder, cambió radicalmente lasituacion de la politica nacional.

    La participacion de Achacachi co-mo movimiento indigena con pro-yectos propios no fue tan notoria;aunque no cabe duda que losaymaras Omasuyeños, que habiansido destinados a los trabajos enminas y obrajes, engrosaron lasfilas de los movimientos obreros,campesinos y fabriles, que fueronlos principales actores del 52.

    La participacion del movimientocomunal de Achacachi en la políti-ca nacional se remonta por lo me-nos a tiempos del presidente Ma-nuel Isidoro Belzu; esta actitud debeligerancia, hizo que en un perio-

    do llevara el titulo de “Villa Leal-tad”, por su fuerte influencia enlos conflictos entre liberales y con-servadores. Pero, el advenimientode las nueva políticas que el MNRimplanta a partir de 1953 que con-duciría al pais en la llamada Refor-ma Agraria, tuvo poco eco inicialen Achacachi y menos en las ha-ciendas, donde el poder hacendalhabía limitado toda forma de rebe-lión de los indios omasuyenses.

    La sindicalizacion en el Altiplanoes una respuesta gubernamentala la iniciativa campesina enCochabamba (Ucureña y Clisa), en

    un afan de controlar la situacionmediante la organización de mili-cias armadas de indios, principal-mente de indios achacacheños,que por su carácter guerrero casisiempre habían sostenido a losblancos en el poder; esto cierta-mente tratando de evitar que losindigenas altiplánicos saquen delas proyectadas reformas delnacionalismo u de las contradic-ciones existentes entre blancos eindios, reivindicaciones de pro-yectos politicos propios de poder.Es decir, de milicias armadas indiasposteriormente se los convirtió enmovimientos campesinos servilesal partido del MNR y a proyectoscriollo mestizos de turno.

    Es en esta época que se formanen la región de Achacachi losprimeros sindicatos campesinos,exactamente en la región deUmacha, fundado según el libro de

    Actas en noviembre de 1952, yregistrado en el Ministerio deAsuntos Campesinos con el numero3 del departamento de La Paz. Al

    mes siguiente, el 11 de diciembrede 1952, se funda el de Belen, exhacienda de la familia Escobari;estos dos primeros sindicatoscampesinos abarcan unas 15haciendas; pero, a su vez se formaotro foco sindical en la antiguacomunidad de Warisata, surgiendopronto un cierto antagonismobélico Belen/Warisata.

    Mientras tanto, una organizaciónestatal se había apoderado deunas 3000 hestáreas en Belen,con miras a formar una estacionagricola experimental , finalidadque el campesinado sediento de

    tierras no llegaba a comprender.El surgimiento delsindicalismo campesino enOmasuyos

    Desde 1943 Belén, habia tenidotambién una escuela privada, apesar de la oposicion de los pa-

    trones; precisamente uno de susprofesores, Luciano Quispe (apo-dado el jamp’at kapiri , el castradorde ranas), se convirtió en el primer

    dirigente del sindicalismo campe-sino en la zona: era un obrero(artesano) de Achacachi. Quispe,emergió inmediatamente despuésde la subida del MNR al poder, en1952, siendo ya el principal diri-gente del campesinado en Acha-cachi y jefe del comando local delNacionalismo Revolucionario; en-tonces se convirtió pronto en eldirigente principal de toda la regiondel altiplano, aunque para tal finrecibió la disciplinada colaboraciondesde los primeros años de variosotros dirigentes, entre ellos:

    - Paulino Quispe Huallpa (conoci-

    do como el Temible Wila Saku ymás por la castellanización de suapodo, el wilasaco), indio campe-sino de la exhacienda de WarkuBelén, quien de joven había emi-grado al valle de Cochabamba, dedonde regresó casado con Carme-la Ruiz y ya como “obrero” estable-

    Este artículo fue publicado originalmente en la

    revista «El Tirofijo» de la ciudad de El Alto.

    Es publicado con permiso del autor.

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    cido en el pueblo, pero mantenien-do vínculos con su lugar de origendonde seguian sus parientes.

    - Toribio Salas, tambien “obrero”,zapatero. Hijo de un mestizo poto-sino que se había establecido enla region desde antes, como corre-

    gidor de Tiquina, y después enSantiago de Huata, donde nació justamente Toribio.

    -  Samuel Marcos Mamani,comunario de Warisata.

    Los principios de la organizaciónsindical son durísimos. LucianoQuispe tiene que ir de haciendaen hacienda convenciendo a loscolonos para que se organizen, deque “nunca más se debe trabajar gratuitamente para el patron”  yde que una reforma agraria eraposible (lo que ya era logro legaldesde los decretos del primer con-greso indigenal de 1945, instituido

    por el presidente Villarroel). Peroestos tienen miedo de perder,aunque estan convencidos de queen algun momento se debía darfin a los abusos de los patrones ysobre todo de sus administradoresy mayordomos.

    Los campesinos necesitaban unfuerte apoyo de los funcionariosdel flamante Ministerio de AsuntosCampesinos para convencerse. Porotra parte, los patrones localesapoyados por las autoridades deAchacachi tampoco se dejan, yaque jueces, curas y corregidoresson de esencia y presencia blanco-

    mestiza. Algunos campesinos queempezaron a negarse a cumplir lasobligaciones gratuitas tradicionalesfueron muertos y muchos de ellosconfinados en la carcel politica dela Isla Coati (o Isla de la Luna) enel Lago Titicaca. Pero, progre-sivamente el campesinado se fueenvalentonando.La era de Luciano Quispe(1952-55)

    En los primeros meses de 1953se formaron los primeros “regimien-tos campesinos”, uno de ellos enBelén, que era propiedad de unade las familias mas influyentes en-

    tre los blancos, los Escobari. Esesindicato, presidido de 1952 al 55por el educador aymara LucianoQuispe, se llamó “Gualberto Villa-roel”. Sin duda alguna, el objetode esta organización de indios,armada por el gobierno, es darconfianza al campesinado, ame-drentar a los hacendados y porsobre todo dar su respaldarazo almovimientismo.

    En esas mismas fechas surge enAchacachi otro de los principalesdirigentes del campesinado como

     jefe del comando local del MNR,Pauino Quispe, más conocido como

     “El Temible Wila Saku” (o SacoRojo, esto por llevar encima unachaqueta de cuero gastado, medioamarillo rojizo, que siempre usa-ba); él posteriormente se convirtióen un miliciano popular no solo enAchacachi, sino en todo el depar-tamento de La Paz y en el pais.

    Serán estos dirigentes quienesorganizarán y obligarán a sus co-terráneos comprar armas: fusilesa unos 300 pesos, y ametra-lladoras a 500 o mas, según suestado. Sin embargo, la tarea demovilizacion campesina no fue

    nada fácil al principio. Para elprimer aniversario de la Revolucion,habían ya cuatro regimientos entodo el altiplano. El ComandoVillarroel  estaba comandado porLuciano Quispe y Toribio Salas. Lascronicas periodísticas de enton-ces afirman que este regimientocampesinos contaba con unos10.000 indios milicianos, «armadoshasta los dientes».

    En este escenario ya desde el53 se habla de éxodos de los veci-nos gamonales de Achacachi antela inseguridad en que vivían. Eldespertar del indio armado destro-

    zaba completamente el inquebran-table complejo de superioridad delos blanco-mestizos. Desde enton-ces Luciano Quispe, jefe del regi-miento y sus gentes principalmentede Belen, Ch’ijiphina y Taramaya,empezaron a asediar todas lasnoches a la poblacion de los resi-dentes “misti q’aras” de Achaca-chi. Estos, por las noches y portemor, apagaban las luces de suscasas, y cerraban los postigos desus ventanas y desconectabansus radios, como si se tratase deun bombardeo o asalto nocturno.Tras ello, en las siguientes sema-nas, hubo numerosos disturbios yasaltos campesinos a haciendasen varias partes del pais; por su-puesto, también en Achacachi,aunque para ello tuvieron queintervenir las milicias del “WilaSaku”, aún juez agrario favorablea los patrones, obligandole a losasaltantes retirarse del area. Loque cabe destacar de esta época,es la hazaña de los Quispes, queeran más ofensivos que legalistas;ante la resistencia legal de loscolonos en los juzgados lanzaronsu primer veredicto de lucha comu-nal, un ultimatum irresistible: enmenos de 24 horas, los patrones

    y vecinos debian empezar a aban-donar la region y replegarse a susresidenciales zonas de La Paz, por-que de lo contrario serían pasadospor la paciencia del cuchillo.

    Al dia siguiente, los blanco-mestizos de Achacachi tomaroncamino, como si fuese la odiseade la salidad de los judios de Egiptohacia la Tierra Escogida. Los indiosenardecidos arrojaron a los blan-cos bueyes desnutridos y animalesde toda clase para que no que-dara nada de ellos en estas tierrasde los indomitos aymaras.

    A partir de este hecho historico,

    el principal dirigente campesinosiguió siendo Luciano Quispedurante dos años mas, hasta1955. Pero despues surgieron pug-nas de poder entre los dirigentes,y los faccionalismos entre campe-sinos por el liderazgo local. Elprimero que fue desbancado fue

    Samuel Marcos Mamani, que hastaentonces era el único dirigentecampesino genuinamente del aylluy que vivió siempre en su comu-nidad, muy cerca de la Escuela

     Ayllu  de Warisata. Él tuvo queconformarse con jugar un papel

    local secundario y se fue orien-tando cada vez mas hacia acti-vidades de los “campesinosoficialistas” en la ciudad de La Paz.

    A Luciano Quispe, también lodesplazan de los regimientos cam-pesinos y del poder local en 1955,después de un conflicto que sehizo abierto y que se resolvió encombate abierto, es decir se aga-rraron a tiros en la zona del cerroSurucachi, cada uno apoyado porciertos grupos de comunidades: ElWilasaku y Salas por las del Nortey Luciano Quispe por las del Sur;a partir ello Toribio Salas será el

    lider politico local y Paulino Quispeel lider indiscutible de las miliciasarmadas hasta 1963, cuando seproducirá la caida de esta nuevahegemonia local campesina.

    Los incidentes se repitieron du-rante varias semanas. Finalmenteautoridades del Ministerio de Asun-tos Campesinos visitaron Achaca-chi para pacificar a las masas enpugna; por esos dias los mediosregistraron concentraciones cam-pesinas de hasta 15.000 hombresarmados, y establecieron ciertatranquilidad, consolidadando elliderazgo de Belen-Achacachi, al

    menos por el momento. El en-tonces oficial del Ministerio, Vicen-te Alvarez Plata —de quien prontohablaremos mas profusamente—comentó que en el fondo se trata-ba de un viejo conflicto de linderosentre comunidades rivales.

    En abril del año siguiente (1954)un grupo de campesinos, liderizadopor Quispe, se apoderó de la cárcelpara liberar a sus dirigentes dete-nidos, al parecer por el grupo cam-pesino rival que detentaba el poder(El Diario 5-6 de abril de 1954).

    A partir de estas acciones me-morables el “Wilasaku”, se encargó

    tambien del control del RegistroCivil y de la direccion plena de losregimientos campesinos. De estaforma se llega, sin mayores inci-dentes, a 1956, año en que con-cluye el primer gobierno de VictorPaz Estenssoro y el periodo dereformas estructurales del MNR.

    Si algo podemos resaltar de esteperiodo, es que si bien Achacachi,era el emporio de patrones bienconsolidados en la sede de gobier-no, y que la revolucion y la refor-ma agraria habian llegado sorpre-sivamente tarde, cuando esareforma llega a consolidarse en los

    territorios aymaras emerge unanotable configuracion en el poderlocal, que pasa totalmente a manosde los dirigentes campesinos, enuna forma que no es igualada enotras regiones del pais. Por otraparte, el poder de los dirigentesen el lugar les lleva a adquirir tam-

    bien un poder fuera del lugar. Enlos congresos campesinos losindios omasuyenses harán sonarcon amplitud su voz, y las decisio-nes que tomados por ellos tienenmucha influencia. Estos dirigentesempiezan a aparecer tambien en

    la escena departamental, que asu vez por ser La Paz la capitaldel pais,tiene impacto también anivel del gobierno nacional.

    Tal demostracion de fuerza ypoder indigena solo puede sercomparada con el inigualableintento de gobierno indigena enPuerto Acosta, que se encuentraen la frontera con Perú, donde enla misma época surgieron gruposde campesinos organizados yarmados. Es cierto que entre losprimeros, los campesinos, emergeel liderazgo de un joven Brigadieraymara: Laureano Machaca, que

    después de su paso por el ColegioMilitar del Ejército se convirtio enel campesino de Qutapata, quienllegó a adquirir un poder incom-parable de hegemonia indigena, almando de tres regimientos cam-pesinos (llamados Victor Paz,Hernán Siles y Juan Lechín).

    Algunos han llegado a sostenerque entonces emergió la PrimeraRepublica Aymara  en Waycho;claro, teniendo como presidenteal mismisimo comandante Macha-ca. Este, en un intento de amplia-cion de su poder hacia el sur, esdecir hasta la “sede de gobierno”,

    para establecer allí un gobierno decampesinos e indígenas, fue dete-nido en 1956 por una emboscadapreparada conjuntamente por lospatrones y campesinos pongosdeEscoma, en un puente, antes dellegar a dicho lugar.

    En esta gesta otro de los gran-des hombres aymaras, como esMachaca, encontró la muerte. Sufin fue tragico y macabro; se dice,que después colgaron su cabezaen picota en el cerro que dominael pueblo, como hacía la justiciaespañola durante los tiempos dela colonia.

    Retornando al escenario deAchacachi, hasta 1956 la granmayoria de las haciendas aun nohan conseguido sus títulos de laReforma. Por esos mismos años sedenuncia que en el panóptico deLa Paz habría 22 campesinos (quela denuncia califica de dirigentes)que seguían detenidos allí por

     juicios civi les instaurados por “gamonales” achacacheños, comolos Imaña, Mendoza, Quisbert,Monterrey y otros.La dictadura de losdirigentes Wilasaku yToribio Salas, 1955-1963

    Al año de la subida del Wilasakuy Toribio Salas en Achacachi, hubotambién cambio de guardia en elPalacio Quemado. Cumplidos suscuatro años, Paz Estenssoro dioal pueblo la posibilidad de ir aelecciones. Por primera vez en lahistoria podían votar todos los

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    adultos, hombres y mujeres,alfabetos y analfabetos, blancose indios; pero eran unas eleccio-nes muy especiales y de resultadosprevisibles, ya que evidentementeiban a ejercer tal derecho a favorde quien se lo habia dado, el MNR,

    y su nuevo candidato presidencialHernán Siles Suazo. Se impusieronabrumadoramente. Además, seeligieron al mismo tiempo losdiputados y senadores, entre losque figuraban Toribio Salas y otrosdirigentes campesinos.

    En este contexto se consolidaen Achacachi el “Super Estado” campesino; o más exactamente,del Temible Wilasaku y de ToribioSalas, quien adquirió la categoríade parlamentario. Salas, comoparlamentario y Paulino Quispe,como jefe de los comandos milita-res, eran quienes mandaban y dis-

    ponian, por encima de cargostradicionales como subprefecto oalcalde, nombrando más bien aesos cargos a sus partidarios.También funciones como el juzga-do y la notaria pasaron en lapráctica a sus manos; se dice queincluso determinan las sentenciasde divorcio y se encargan delcobro de los impuestos, etc.

    El Wilasaku, principalmente, teníauna simpatia que lo acercaba a lagente. Salas no tenía esa cuali-dad, sus paisanos lo describencomo “con cara de malo”, perotambien reconocen que les conse-

    guía, gracias a su posicion,calaminas y otros materiales paralas nuevas escuelas que empeza-ban a proliferar por el campo. Hayconcentraciones de campesinosen Achacachi casi cada semana,sobre todo los dias domingo y

     jueves, que son los dias de feria.Los campesinos participan en laRevolucion con su apoyo, susmovimientos de masas y sus mili-cias armadas; pero no en el ejerci-cio de poder propiamente dicho,que permanece en forma relativa-mente autárquica en manos de losdirigentes caudillos del MNR.

    El caso del asesinato delex ministro VicenteAlvarez Plata

    La peculiaridad de Achacachi esque cada vez se radicaliza más lalucha comunal, no solo en el am-bito de su territorialidad, sino tam-bién en la escena polit