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QUERIDOS MONSTRUOS By mandy2307 | Studymode.com Queridos monstruos (10 cuentos para ponerte los pelos de punta) Elsa Bornemann

QUERIDOS_MONSTRUOS

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QUERIDOS MONSTRUOSBy mandy2307 | Studymode.comQueridos monstruos(10 cuentos para ponerte los pelos de punta)Elsa Bornemann

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A Harlem-pequea amiga que anda por mis sueoscon la esperanza del encuentroen los das que vendrn.

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INDICEQueridos monstruos ............................................................ 1Prlogo ................................................................................ 6Extrao amor ....................................................................... 9El malo de la pelcula ........................................................ 18Con la piel de gallina ......................................................... 25El loco de la patada ........................................................... 35La muerte se hospeda en El Blanqueado ....................... 42Queridos monstruos .......................................................... 49En el fondo del jardn ........................................................ 57Ellas tambin desean andar en bicicleta ........................... 62La Luisona ......................................................................... 69Dnde queda el futuro? .................................................. 79Eplogo .............................................................................. 86

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PrlogoLos espectros no estamos a salvo del aburrimiento y cada cual emplea sumtodo para combatirlo, igual que los seres vivos.El mo por ejemplo es mirar algn programa detelevisin. Para ello,suelo atravesar las paredes de una casa prxima al teatro en donde estoyinstalado. Entonces, veo lo que la familia que reside all haya seleccionadocomo entretenimiento.Ni cuenta que se dan de mi presencia ya que permanezco invisible avoluntad, como es obvio.Eleg esa casa porque sus habitantes disfrutan de esta era decomunicacin intersatelital antena parablica incluida y as les resultaposible sintonizar transmisiones de todo el mundo. Por eso, pude ser unespectador ms de aquel programa lanzado al aire desde la RepblicaArgentina.Qu conmocin interior se me produjo cuando de repente seproyect la imagen en colores de esa rubia, invitada a un ciclo periodstico!Era ella, sin dudas. La reconoc de inmediato a pesar de los aostranscurridos desde las lejanas oportunidades en que haba estado conmigo.Una nena entonces. Una mujer ahora. Una escritora "de notable xito,anunciaban que sonrea a las cmaras mientras era sometida a un reportajeen torno a su literatura de terror... y declaraba que Frankenstein haba sido sumonstruo favorito durante la infancia... Para colmo, comentaba con lujo dedetalles la amorosa ancdota de sus primeros encuentros y pregonaba que lmismo le haba escrito el prlogo de "Socorro!", su ltimo libro de cuentos demiedo publicado...Grrr. Arfff. Puaj. Babas verdes empezaron a deslizarse desde lascomisuras de mis labios. En el estmago... cido, beb. La envidia me corroa elalma.De modo que ella aseguraba que prefera a ese mamarracho creado consobras humanas, alguien que parece la ms extravagante propaganda de uncentro de transplantes? As que ni siquiera un breve recuerdo para m, elcampen de lo macabro?Traicionera! le grit entonces, como si pudiera escucharme.Acaso de chiquita no te quedabas como hipnotizada frente al aparato detev todos los sbados a la noche, cuando transmitan en Buenos Aires y encaptulos la tremebunda historia de mi vida? Acaso no devorabas reiteradamente la obra de Gastn Leroux, que la narra con pelos y seales?Quin era si no la ms entusiasta consumidora de cuanta pelcula se film,basndose en mi tragedia?Ah, la ingrata... De ese modo me pagaba el pnico que habaexperimentado gracias a m... Yo no poda soportar tamao olvido...Entonces, decid aparecerme frente a ella y exigirle una reparacin del6

dao que me estaba causando. De lo contrario...Esa vez sentcon inslita intensidad el placer de ser un fantasma, quesus ventajas tiene, claro: no me cuesta nada trasladarme a travs del tiempo ydel espacio...Ella se hallaba sola en un camarn del canal quitndose el exceso depintura con el que la haban maquillado para su presentacin en el programa,que acababa de concluir.De golpe, me plant a sus espaldas y me quit la mscara que oculta elespanto de mi rostro desfigurado.Me vio a travs del espejo. Ignoro si tuvo conciencia de que yo estabarealmente all o si crey que era un producto ms de su imaginacin. Porque locierto es que enseguida se volvi hacia m, abandon la butaca y meestrech en un abrazo, a la par que murmuraba: Erik... Oh, Erik... Hacetanto... sin sus noticias... Y qu extraa coincidencia! Venir justamente hoy...fecha en la que cont que pronto se va a publicar mi nuevo volumen decuentos de terror... y expres mi deseo de que fuera usted quien escribiese elprlogo...!Yo no haba visto el final del programa, ocupado como haba estadodurante esos segundos con mi vertiginosa mudanza desde Europa hasta losestudios de la teleemisora argentina. Por eso, su actitud y sus palabras metomaron totalmente por sorpresa. Se me antojaba or la ms hermosa de lasarias resonando en mis odos. Ella no me haba olvidado! Me distingua con sucariosa evocacin y esperaba que fuera su prologuista! El cido que mecarcoma las pesadillescas tripas se transform en almbar, beb.Y bien; sintetizo: como mi pasin es la msica, compuse la romanza cuyaletra leers ms abajo, a manera del prlogo que la rubia me pidi (la melodaes un secreto, de mi corazn al de ella..., como tambin lo es la del texto que seme ocurri ofrendarle regalo sorpresa para el eplogo).Ella. Considero que ni falta que har a esta altura de mi relato quete confirme que se trata de la encantadora y nunca bien ponderada ElsaBornemann, no?Buah. Me toca despedirme hasta el fugaz reencuentro de ltimapgina con el convencimiento de que este libro que est entre tus manos ybajo la incanjeable mirada de tus ojos ha de convertirse en un extraordinario"best-seller" de la literatura dedicada a los jovencitos.Palabra de fantasma, beb.

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ROMANZA DE APERTURA PARA "QUERIDOS MONSTRUOS"

Con los pelos de punta...Con la piel de gallina...ya la noche despuntay el horror se avecina.De amores embrujados,de hechos truculentoso bien afantasmadosse trata en estos cuentos...Historias inquietantes...Pavorosos enredos...Seres espeluznantes...te harn caer de miedo.A enfrentar el espantoque se abre la funcin.(Desde ya, te adelanto:te helar el corazn...)A ajustarse el cinturnque empieza el viaje...Ser fuerte la emocin:Junta coraje!

FIRMADO: EL FANTASMA DE LA OPERA

P.D.: Seguro que ahora el que deber de estar trinando de celos es ElJorobado de Notre Dame, ja!

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Extrao amorComenz su breve recital meldico con un carnavalito.Esa tarde, poda hacerlo tranquila porque estaba sola en casa. De locontrario, rezongos de su mam, protestas de la abuela y risueos comentariosdel padre. Rezongos y protestas solan resumirse en una misma censura que lerepetan hasta el hartazgo: Las nias no deben silbar, Mila; es asunto devarones.Los comentarios de su pap en tanto aludan a cuestiones ligadas conla msica: Djenla! Ella se quiere convertir en la gran silbadora nacional!Cree que la van a contratar en elTeatro Coln cuando vivamos en Buenos Aires,para que maraville a todos los auditorios con su arte exquisito...Lo cierto era que Mila silbaba porque s, cuando se senta contenta, feliz,como ese da por ejemplo en el que haba recibido carta de su madrina desdela Capital Federal, anuncindole su prxima visita a fin de estar presente en sucumpleaos nmero trece.Lstima; no haba nadie a quien contrselo... Seguro que su mam y suabuela no iban a regresar hasta la nochecita. Haban viajado muy tempranohasta la ciudad de San Salvador para efectuar varias compras y algunos trmites.Faltaban pocas semanas para la mudanza y era mucho lo que haba que preparary dejar resuelto antes de partir.El pap acostumbraba a volver cerca de la medianoche, tan sobrecargadode trabajo como andaba en esa poca en que todo pareca salirle mal, aunque seilusionaba al pensar que las cosas mejoraran una vez que se radicaran en la granciudad. Y tampoco haba encontrado al Chacho, su vecino y amigo del alma, alque llam por encima de la medianera para enterarse de que estara cazandoliebres, segn le informaron sus hermanitos.Y bueno se dijo Mila por lo menos puedo silbar en paz. E inicientonces las primeras notas de "El cndor pasa", una de sus melodas favoritas,esa que slo poda silbar a gusto en la soledad del monte cercano a su casa, sepor donde el Chacho acostumbraba a cazar y a donde a ella le encantaba pasartantos ratos.Desde que habannacido ambos vivan con sus familias en un pequeopueblo jujeo, por lo que el conocimiento que posean de aquel lugar casiselvtico poda compararse al que cualquier chico porteo tiene de la plaza de subarrio... La madrina cuya carta haba desatado la alegra de la nena tambinera oriunda de ese pueblito pero estaba radicada en Buenos Aires. Y era ella laque haba convencido a la familia de Mila para que tambin se trasladara a fin detentar suerte ms propicia. En la capital les deca hay ms oportunidades deconseguir un trabajo que rinda econmicamente...La joven era fotgrafa de revistas de turismo, muy cotizada en su medio,considerada excelente por sus pares, la mayora varones. Por eso, Mila escuchabacon mucha atencin sus opiniones y hasta a veces se atreva a rebatir las de9

su mam y abuela repitiendo como propias algunas de las de su queridsimamadrina. Sobre todo, las que se relacionaban con su aficin por el silbo...Silbar significa agitar el aire produciendo precisamente este sonidoagudo afirmaba, silbando con picarda. Resulta de hacer pasar con fuerza elaire por la boca con los labios fruncidos... as... como me gusta a m... o con losdedos colocados en ella convenientemente de este modo, ven?, pero no mesale... o soplando con fuerza en un cuerpo hueco... por ejemplo, el conocido pito,por nombrarles algn elemento que sirve para eso... Es un pecado? Me puedenexplicar por qu no deben silbar las mujeres?, eh?insista.Ante semejantes razonamientos, la mam y la abuela slo atinaban aresponderle porque no. Y porque no tambin le contestaba Chacho, a quienla personalidad de Mila le atraa intensamente. Salvo por ese hbito de silbar,todo en ella le pareca encantador.Y buah le deca Mila ests hipnotizado por una educacin de otrapoca, nene. Si te parece insoportable, no me oigas y listo. Con taponarte conalgodones...Diciembre llev a Jujuy las vacaciones escolares... el cumpleaos de Milay por fin tambin a su esperada madrina.Qu manera de malcriar a tu ahijada! Quin la conforma, despus? le dijeron la mam y la abuela de la nena, cuando vieron el regalo que la joven lehaba comprado en Buenos Aires. Nada menos que una mquina de fotos!Hace tiempo que se la haba prometido...Es totalmente automtica! Y tiene control remoto! exclamaba Milaal borde de la euforia. Puede sacar fotos por s sola; aqu en el folleto indicacmo! Es extraordinaria! Gracias, madrina; gracias!Y con un silbidito remarc su profunda alegra.Aparte de la cmara, la chica recibi tres rollos color de treinta tomas cadauno.El primero lo us casi por entero, para retratar a su familia y a todos losamiguitos que la acompaaron en el festejo de sus trece.En especial, a Chacho, porque andaba algo melanclico el pobre. Qu lepasara?Bajo la supervisin de la madrina, Mila pronto aprendi a manejar aquellamaquinita y cuando das despus lajoven viaj a Salta para realizar laproduccin fotogrfica que le haba encargado una de las revistas de la capital, elaparato ya no guardaba secretos para su ahijada.Vas a ver, madrina; cuando vuelvas dentro de dos semanas, ya habrfotografiado medio monte!Ah, pero para entonces tambin debers tener tu equipajepreparado para la mudanza, Mila y si no ayudas un poco con el embalaje de lascosas de la casa, tu mam me har responsable a m... Hay mucho para empacar...Y mucho para fotografiar, madrina!Cuando Chacho escuchaba estos comentarios casi no poda disimular latristeza. La partida de Mila rumbo a Buenos Aires estaba cada vez ms prxima.Ya no iba a verla a diario y quiz nunca de nuevo. Aunque ella le deca ques, que no dramatizara la separacin, que le iba a escribir, que hara visitas al10

pueblo de tanto en tanto...No voy a olvidarte, zonzo trataba de consolarlo, aunque sin xito. Soy tu mejor amiga o no?"Ahora tendra que confesarle que para m es muchsimo ms que mimejor amiga... pensaba l ... que la sueo como... como si fuera mi novia...Pero... y si se enoja? Si se ofende y no me habla ms? Mila es brava...Por ejemplo, como de puro turulato se me ocurre retarla porquesilba... ya no me deja acompaarla en sus paseos por el monte. .. Si ser estpidoyo... Capaz que si le digo que siento algo diferente a la amistad la pierdo...No. Ms vale que me calle..."Chacho sigui entonces de amorcito ocultoen el silencio y fingiendoser el mismo buen amigo que Mila supona que era. Por eso, le juraba respetar(aunque de dedos cruzados por detrs para invalidar el juramento...) el deseo dela chica de marcharse sola hacia el monte y le avisaba con anticipacin las horasdurante las cuales l ira de caza.No quiero que vengas conmigo, Chacho le haba advertido ella conmucha seriedad. Ahora no voy solamente a silbar sino tambin a sacarfotos. Necesito concentracin. Adems, te molestan mis silbidos tanto como a mel que andes matando animalitos...A pesar de asegurarle de que no la segua, lo cierto era que desde que sehaba enterado de la mudanza que le arrebatara a Mila de su lado Chacho nocumpla siempre con ese pedido.l saba que la nena haba elegido un rbol como su favorito y que a susombra acostumbraba a sentarse para silbar a sus anchas. Por eso, a veces lacontemplaba desde lejos, escondido entre unos matorrales y oa aquellos silbidosque cosa rara haban empezado a resonarle como emitidos por un ngel...A lo largo de la primera semana de la ausencia de la madrina, Mila fuetodas las tardecitas rumbo al monte.Apenas Chacho le comunicaba que ya haba regresado a su casa, sala ella,de silbo en el corazn y mquina fotogrfica colgada al hombro. Ni sospechabaque en algunas ocasiones su amigo la segua y se dedicaba a observarladesde una distancia prudencial, para que no lo descubriera.Pero justo aquella tarde de sbado, de laincreble sorpresa para Mila,Chacho no haba ido detrs de ella. Muy a regaadientes, el muchacho habaviajado con su familia hasta San Salvador para asistir al casamiento de la menorde sus tas. Qu fastidio para l! No por la boda, claro, pero era tan escaso eltiempo que restaba entre ese sbado y el siguiente en que Mila iba a mudarse...Para colmo, sus padres haban resuelto disfrutar de tres o cuatro das en SanSalvador despus de celebrado el matrimonio.En sntesis: recin podra reencontrarse con su amorcito secreto amediados de semana. Cuntas horas de su compaa deba perderse!Mientras Chacho se trasladaba en el micro que los conduca a SanSalvador, perturbado por estos pensamientos, Mila se hallaba silbando bajo lasombra protectora de "su" rbol. En ese momento desde las ramas del mismocomenz a descolgarse una enorme boa esmeralda.Aunque en apariencia es uno de los reptiles ms impresionantes, Mila11

no tuvo demasiado miedo. Saba perfectamente que esa corpulenta serpiente espacfica por naturaleza, que no ataca a los seres humanos a menos que stos laacosen y que no es venenosa. Saba tambin que slo se alimenta de avespor lo que continu vigilndola s mantenindose inmvil pero sin dejar desilbar durante los instantes en que la boa se desliz suavemente hacia el suelo,zigzagueando su bellsimo cuerpo verde, rayado en blanco y amarillo.Lo increble para Mila no era ver aquella especie de boa. En ciertasoportunidades ya haba visto ejemplares similares.Lo asombroso? Que la gigantesca serpiente no le demostrara la menoraprensin, que se arrastrara hacia ella no nicamente con absoluta calma sinocomo subyugada por sus silbidos.Pronto la tuvo muy cerca de sus pies.El gran reptil empez entonces a enroscarse sobre s mismo hastaquedar de medio cuerpo erguido hacia ella. Verdaderamente, era como si lamirara a los ojos y la estuviera escuchando, en estado de fascinacin debido a susilbo.Mila conservaba la quietud y silbaba. Segua silbando cuando la boa sedesenroll con lentitud, recuper su movimiento zig-zag y tan suavementecomo se le haba aproximado se escurri entre las hierbas y las piedras de losalrededores del rbol, con un leve sonido metlico.Enseguida, volvi sobre sus huellas y se iz enganchando su cola a unasramas hasta confundirse entre el tupido follaje del que se haba desprendido.Recin entonces Mila se levant y sin dejar de silbar se fue caminandodespacio hasta alcanzar unas rocas enanas, donde volvi a sentarse.Estaba ahora a unos diez metros de "su" rbol.Pensaba en la boa.Acaso la boa pensara en ella?Aguard un buen rato antes de decidirse a emprender la vuelta a su casa.Haba aprontado la cmara fotogrfica. Si la extraordinaria serpiente seasomaba nuevamente... clic! clic!, quedara cautiva al menos en su rollo.Y Mila consider que era muy suertuda porque antes de que el sol seapagara el animalretorn a girar en derredor de ella, como convocada por suininterrumpida meloda silbada.No podra decirse que posaba para las fotos pero Mila se convenci de ques, tal era la mansedumbre con que rotaba, se enrollaba, se desenroscaba oelevaba su cabeza ante ella. Estara bailando al comps de su silbatina? (Si bienese tipo de serpientes suelen poseer una voz aguda y penetrante que se asemejaperfectamente a un silbo, a Mila le resultaba casi inconcebible que el gigantescobicho bailara respondiendo al suyo de la manera afectuosa en que lo haca.)Fue entonces cuando deslumbrada por esa danza inslita Mila seanim a hablarle con la confianza con que se diriga a su perro.Ya oscurece. Maana vengo, entendiste?Por toda respuesta, la boa se desliz hacia el rbol como si hubiera sidouna manguera a la que alguien recoge de prisa.Antes de prenderse de unas ramas mediante su cola y de escabullirse entrela hojarasca de la copa, gir su cabezota y sostuvo la mirada de Mila unos12

segundos. Cmo era posible?Mila se apresur a gatillar su cmara aunque ignoraba si haba alcanzado acapturar esa ltima imagen que la haba deslumbrado.El domingo se present de lmpido cielo azul.Despus de almorzar, Mila se dirigi hacia el monte. No haba contado anadie de su fantstico encuentro con la boa. Para qu? Quin iba a tomar enserio su relato? Y de creerlo, seguro que no le permitiran volver all sola.Tena que ser paciente hasta que revelaran losnegativos. Entonces s,cuando todos vieran las fotos que haba tomado (y las que an quera sacar) nocabran dudas.Le causaba gracia sobre todo imaginar la cara de estupor que pondraChacho a su regreso de la boda ante cada fotografa del gigantesco reptil.Y si salan ntidas, acaso su madrina las llevase para publicar en alguna delas revistas para las que trabajaba... Ja! Eso s que sera grandioso!Capaz que me nombra su ayudante... o su socia... por qu no?fantaseaba Mila. Con la admiracin que le profesaba a su madrina, nada ansiabams que emularla, convertirse en fotgrafa profesional como ella...Entretenida con estos pensamientos, Mila lleg hasta "su" rbol.Tendi una manta junto al tronco y se reclin all, de cmara apoyada enel pecho y ojos hundidos en la frondosa copa de su compaero vegetal.Se ech a silbar su ms dulce tonada...Aparecera la boa esmeralda?Para decepcin de Mila, la boa no se hizo presente a pesar de que la nenasilb y silb casi sin parar, durante ms de una hora.Eh! Qu hermosa meloda! Quin te ense a silbar as?Sensacional!La voz de un muchachito que caminaba hacia ella la sobresalt de repente.Con un ademn instintivo se llev las manos al pecho, para resguardar lamquina de fotos.El chico se ri: Qu es eso?No converso con desconocidos le respondi Mila, incorporndose.Me llamo Silvestre. Vivo del otro lado de aquellos zarzales. Soy pastorde cabras.Ah, s? Y cmo nuncanos topamos por aqu si yo vengo casisiempre? Adems, de qu cabras me ests hablando? Nunca vi ninguna pastandoen este lugar...Que te haya dicho que vivo del otro lado de aquellos zarzales nosignifica que sea cerca.En cuanto a las cabras, pastan dentro de la dehesa de mi familia, no andansueltas por todo el monte... Es peligroso...La dehesa? Qu es eso?Aj. Tampoco oste hablar de una dehesa... Bueno, hagamos un pacto.Yo te cuento de qu se trata a cambio de que me digas qu es eso que te cuelgadel cuello... y tu nombre...Mila sinti que el pastorcito empezaba a conquistarla con su simpata.Adems, esos rasgos afilados... Pero qu ojos preciosos los suyos! Tan verdes y13

brillantes, tan en contraste con su piel ocre y como si eso no bastara paraconmoverla haba manifestado gran entusiasmo por su silbo!De acuerdo le dijo entonces con una sonrisa seductora pero doscontra dos... Tambin quiero saber qu ests mascando...Pedacitos de races de una planta que crece entre los zarzales...Puedo probar?Es muy, muy amarga... pero si te...No. Entonces no, no, gracias. Ah, me dicen Mila. Y esta mquina esuna cmara de fotos.Mmmhj... Estee... y para qu sirve?Te falta explicarme qu es una dehesa!Es una parcela de tierra que se destina al pastoreo. Est rodeada porpostes. En un terreno as andan mis cabras...A medida que charlaba con el muchacho, Mila experimentaba sensacionescontradictorias. Por una parte,notaba que Silvestre la iba atrayendo como unimn y por otra senta que acaso la boa no haba venido espantada porsu presencia. Entonces le confi todo lo sucedido la tarde anterior y el chico llega asombrarla con sus notables datos acerca de estos ofidios.Al rato, los dos charlaban animadamente y era como si toda la vidahubiesen sido amigos.Mila us los controles remoto y automtico de su cmara y se sac unmontn de fotografas junto a Silvestre.En la ltima pose que se tomaron antes de despedirse hasta el dasiguiente el pastorcito le rode los hombros con su brazo y la nena se ruboriz,aunque no rechaz esa demostracin de afecto.Maana te espero aqu mismo, debajo de "tu" rbol, alrededor de lastres... le dijo Silvestre no bien Mila le anunci que deba irse. No me falles,eh?A partir de ese domingo y durante el lunes, martes y mircoles que lesiguieron, Mila y Silvestre repitieron la cita apegndose uno al otro cada vezms.Gozaban tanto del tiempo compartido que aunque no se lo dijeran losdos saban que aquella necesidad de estar juntos denotaba a las claras que sehaban enamorado.Mi primer amor... pensaba Mila por las noches, en la intimidad de sucuarto ya casi totalmente desmantelado para la mudanza. Qu desgracia;enamorarme ahora, cuando debo partir hacia Buenos Aires! Ay!, cmo se locuento a Silvestre?, cundo?; se le va a quebrar el corazn... y entoncessollozaba apretando la cara contra la almohada,para que su familia no la oyera.Atareados como se hallaban sus padres y su abuela con mltiplespreparativos, no advertan la angustia de Mila. Y si en algn momento les parecaque la nena se mostraba callada, tristona, lo atribuan a que sentira pena porabandonar la casa natal del querido pueblito, sus compaeros de infancia... y lgicamente lo consideraban normal. Si ellos tambin estaban bastanteapenados. Ni pizca saban de la existencia de Silvestre...El jueves al medioda, Chacho se encaram sobre la medianera que divida14

su huerta de la de Mila y la llam: Ya volv! Te traje una bolsita tejida paraque pongas tu mquina y los rollos!Fue la abuela de la nena la que le comunic que ella se haba ido al montea sacar las fotos que an quedaban.Ansioso por verla como estaba, Chacho se apresur a marchar hacia all.Iba dispuesto a encontrarla y a confesarle finalmente su secreto amor.Maana viernes es el ltimo da y seguramente va a estar muy ocupada,ayudando a empacar... Se va el sbado bien tempranito... pensaba Chacho. Tengo que apurarme; las horas de su compaa se me vuelan... Y si se enojaconmigo me lo voy a aguantar... porque si no se lo digo, reviento como un sapo.Cuando lleg a los matorrales entre los que sola esconderse para espiar aMila y la vio all a lo lejos, sentada debajo de "su" rbol, Chacho crey que enese instante iba a estallar como un batracio y no ms tarde.Mila no estaba sola.Un muchacho de suedad, sentado a su lado, charlaba y rea con ella.Quin sera ese maldito que le robaba a la nia? Porque era muy evidente queella se mostraba arrobada frente a ese compaero...El sol lo encegueci tanto como sus celos y sorbindose las lgrimasdesanduvo a la carrera el camino de vuelta al hogar.Cuando casi al atardecer Mila lleg a su casa, ni cuenta que se dio deque Chacho estaba apostado en la puerta de la suya, conteniendo la furia que loembargaba desde que haba sido involuntario testigo del romancito montaraz.Distrada volva ella, volcada hacia adentro sobre sus sentimientos y supensar.El recuerdo de Silvestre, a quien an no se haba animado a contarle de suviaje, ocupaba su total atencin. De pronto, la voz de Chacho y su tormenta depalabras hirientes la desconcertaron al mximo.Pero qu comiste, loco, pasto envenenado? Qu te hice yo para queme acuses de traicionera, de mentirosa y de esa sarta de ridiculeces que nomerezco?Con que yo soy tu mejor amigo, eh? Y se con el que estabas hoy enel monte meta jirijij? As que me prohibiste que furamos juntos porque no megusta que silbes... por odio la caza...? Zonzo al creerte! Rezonzo! Lo quebuscabas era tapar tu noviazgo, falsa!Mila lloriqueaba. Dolorida por lo que Chacho le deca y tambinindignada, le grit entonces antes de entrar a su casa: Espa habasresultado! Quin te mand seguirme? Que te embromes, pavote! Adems, conqu derecho meests retando si nunca fuiste para m otra cosa que un amigo?Ojal que te lleve el diablo, estpido!Esa noche, Mila no logr dormirse, tristsima por la pelea con Chacho,tristsima, pero an ms, mucho ms (y qu sentido tena engaarse a smisma?) al recordar a Silvestre. El da de la verdad haba llegado. Ya no podaocultarle que se mudaba a Buenos Aires.Y la idea de la obligada separacin le aceleraba los latidos.Cuando esa tardecita se encontr con el pastor no pudo silbar ni siquierauna nota. Las lgrimas le velaban la carita. De golpe le cont entonces el15

asunto de la mudanza a la capital y esta revelacin repercuti como un golpe enel corazn de Silvestre. Nervioso, el chico mascaba sus races con inusitado vigorcuando reaccion a duras penas de la ingrata noticia y le dijo:Mila, nadie, no, ninguno, nunca, podra comprender cunto te quiero.No voy a soportar tu ausencia, ni vivir extraando tus bellos silbidos... Y no creoque regreses aqu... Por eso, no voy a permitir que te vayas... No... Yo te quiero...Te quiero...Desesperado, el muchacho la abraz a la par que escupa esa especie dechicle de races. Mila comprendi que iba a besarla y vergonzoza como eratrat de resistirse, aunque deseaba ese beso tanto como l.No pudo.El abrazo de Silvestre aumentaba en intensidad hasta el punto dedificultarle la respiracin y su boca se posaba sobre la suya, cuando horrorizada y al borde de la asfixia Mila vio que elpastorcito se ibatransformando velozmente en una boa esmeralda, en la misma boa que habaacudido fascinada por su silbo das atrs, en esa que ahora se le enroscabaalrededor del cuerpo y ante la cual no tena defensa alguna.Dos tiros de escopeta alteraron la siesta campesina.Mila y la boa cayeron estrechamente unidos sobre las hierbas y juntoal rbol de sus encuentros.La nia despert horas despus en una sala del hospital de la zona,rodeada de su familia. La madrina le acariciaba el pelo. Todos parecan habersecolocado mscaras de dolor.Mila trat de moverse. El yeso que cubra su torso se lo impidi. Un collarortopdico le sujetaba la parte del cuerpo que une la cabeza con el tronco.No entenda nada. Acaso la pesadilla que evocaba vagamente y muy enfragmentos debido a la medicacin no haba concluido an?Qu le ocurra?La mudanza se posterg hasta que Mila fuera recuperndose fsicamentepor completo.Las costillas quebradas se soldaron a la perfeccin.Los huesitos del cuello recobraron su habitual movilidad.Las lastimaduras de sus labios cicatrizaron sin dejar rastros.Slo su alma segua profundamente herida, con el espanto instalado entoda su dimensin.Y bien presenta ella que esa herida iba a permanecer abierta...La madrina fue la encargada de contarle con suma delicadeza lo quele haba sucedido.Gracias a Chacho estaba viva.Muerto de celos, la haba seguido al monte sin que ella se diera cuenta,aquella tardecita dela ltima cita con... digamos con Silvestre... Chacho cargabasu escopeta por las dudas de que Mila lo pescara por all. Era un pretexto. Ledira que andaba cazando y que por casualidad se haban cruzado.Escondido como acostumbraba a hacerlo cuando espiaba a su amigapresenci el episodio entero que la haba tenido a ella como protagonista.Abrumado por los celos primero y sobreponindose a su propio terror16

despus, haba visto entonces tambin cmo el supuesto pastorcito seconverta en una serpiente gigantesca que se arrollaba en torno a la chica. Nodud en dispararle dos veces.Slo cuando tuvo la certeza de que el reptil estaba muerto y Miladesvanecida entre el viscoso cuerpo que la aprisionaba, corri en busca de auxiliopara el rescate.Los mdicos del hospital solicitaron la colaboracin de algunos viejoscuranderos para recolectar y analizar races que "Silvestre mascabacontinuamente", de acuerdo con el estremecido testimonio de Mila.Aunque le cost convencerse, no tuvieron ms remedio que aceptar suversin de los hechos como la nica posible. Las pruebas eran irrebatibles.Los reptiles que recorren los campos pueden a veces tomar formashumanas... dijo uno.... con slo triturar en su boca la raz de esta planta que se usa parabrujeras... agreg otro.Su transformacin en personas dura mientras la mastiquen y mastiquensin cesar... afirm el tercero. Por eso, la boa mantuvo su apariencia demuchacho en tanto no sedesprendi de ella...Entonces, ese pastorcito que conoci la nia... fue slo una ilusinptica... concluyeron los mdicos.No! Silvestre era un chico de carne y huesos! exclam Mila cuandole informaron acerca del fenmeno. Tan real como yo! Por qu no revelanlas fotos que nos sacamos juntos?En las fotografas que la madrina demoraba en revelar debido a laaversin que le produca rememorar la espantosa experiencia vivida por suahijada pudieron ver todos sendas series de imgenes de absoluta nitidez.En la primera de ellas, un gigantesco ofidio captado en diferentes serpenteos ymirando fijamente a la cmara en ciertas tomas... En la segunda serie, la amorosaparejita que componan Mila... y ese "pastor" de rasgos afilados y ojos brillantesy verdes, verdes como la piel de la boa esmeralda que era y que haba vibradocon tan extrao amor.

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El malo de la pelculaLa recepcionista de Bulkino', la ms importante empresa de pelculas detodo el pas, vio que se le acercaba un fraile franciscano con el tpico hbito colorpardo, las sandalias y de capucha puesta cuando por lo comn esta pieza delvestido que remata en punta suelen llevarla echada a la espalda. Cargaba dosgruesos carpetones y portaba un maletn.Se sorprendi no slo por la juventud y apariencia del religioso sinotambin por el texto de la tarjeta de presentacin que l le extendi de inmediato.Deca as:WALI BERENSONAutor y actorespecializado en obras deterror

De modo que usted no es un fraile? Y por qu se viste como si lofuera? le pregunt, extraada y sonriente a la par.Siempre uso este hbito. Es parte de mi personaje. Mejor dicho, de mispersonajes, porque son dos los que llevan esta prenda.Bien. Usted dir en qu puedo servirle, seor... Berenson...A las diez tengo una entrevista con el presidente de "Bulkino" y suequipo de asesores.La recepcionista puls entonces las teclas de un telfono intercomunicadorpara corroborar la veracidad de lo dicho por el supuesto religioso.Enseguida, le indic: Tome el tercer ascensor del frente. Lo esperan enel piso quince, oficina 1505. Suerte.Minutos despus, Wali Berenson fue recibido por el presidente de laempresa y media docena de sus asistentes principales.Tras los saludos de rigor, les entreg las carpetas.En una van a encontrar la serie completa de fotos de mi personajeprincipal, con todos los detalles de la horrorosa caracterizacin de su rostro. Encuanto al coprotagonista, casi no aparece retratado porque aqu lo tienen; soy yo,ataviado as y siempre con la capucha puesta, tal cual me ven.El equipo de "Bulkino" recorri el lbum fotogrfico con creciente inters.El maquillaje se lo hizo usted? Es fantstico!S. Yo mismo me maquillo. Aprend a hacerlo con un maestroextraordinario. Nada menos que Tim Rogers, de Nueva York. Curs variosseminarios bajo su orientacin.De acuerdo con lo que me anticip telefnicamente ledijo uno de losasesores tambin es usted el autor de este guin para cine... y el seor hojela segunda y voluminosa carpeta.Correcto. Ah est el texto completo de "El malo de la pelcula", que yo18

considero modestia aparte una obra maestra del terror...Como supondr, tenemos que leerla antes de decidir si encaramos esteproyecto. Qu le parece si nos llama dentro de quince das para que le demosuna respuesta?Cmo no. Pero les aclaro que ya dej copias del guin en Cinecia y enArgie-Sono-Film... Quienes me ofrezcan el mejor contrato... sos harn lapelcula...Apurado el jovencito opin el presidente. Todava no le tomamoslas pruebas de filmacin... Usted puede ser un maquillador sensacional... un granautor... pero un actor mediocre... Disclpeme la franqueza...Estoy listo para las pruebas. Traje todo el material necesario paramaquillarme en esta maleta. Slo pretendo un camarn privado donde puedaprepararme sin ser interrumpido por nadie. Las tcnicas que aplico paratransformarme en un verdadero monstruo son un secreto profesional.As fue como Wali Berenson (que admiti llamarse de otro modo pero queusaba seudnimo artstico por estar convencido de que haba elegido el nombre yapellido justos, atractivos e imposibles de olvidar) pronto se hall en el interiorde un camarn, prximo al set de filmacin.

Se respet su pedido de privacidad y all lo dejaron, solo y de puertacerrada.Entretanto, en una sala contigua,el presidente de "Bulkino" y sus asesorescomentaban medio divertidos que "este muchacho es un caso", "tan buenmozo y casi oculta la cara en ese capuchn..."; "se dieron cuenta de que dijo quesiempre va vestido as? No estar un poco tocado?"Wali sali del camarn apenas un cuarto de hora despus de haberse19

enclaustrado all. Como previamente le haba sealado al director de lavideograbacin cul fragmento de su guin iba a interpretar a modo de prueba, elmuchacho se introdujo en el amplio piso jugando ya su rol como el malo de lapelcula, uno de los dos protagonistas del libreto.Todos los que presenciaron su actuacin camargrafos e iluminadoresincluidos experimentaron una de las sensaciones ms espeluznantes de susvidas, no bien lo vieron aparecer e iniciar su monlogo.Increble la fealdad de ese rostro que se asomaba por debajo de la capuchafranciscana. Cualquiera de los monstruos de ficcin que el equipo de "Bulkino"haba conocido hasta entonces, poda declararse hermoso comparado con lahorrorosa cara del personaje compuesto por Wali Berenson.La deformidad de sus rasgos era tan excesiva que a pesar de serpersonas acostumbradas a frecuentar a los maquilladores ms exticos, ningunode los espectadores pudo evitar cierta repentina y profunda repulsin.Y qu decir de las singulares modulaciones de su voz, de la inslitatransformacin de la misma en esos sonidos cavernosos e insoportables! Cmolograra hablar con esetono quien momentos antes haba demostrado contarcon una voz muy agradable, casi atribuible a un tenor?El presidente de la productora estaba asombrado. No era usual quesurgiera un actor tan talentoso y completo como Wali Berenson...Si su guin est al mismo nivel de su maquillaje y de su actuacin pensaba no voy a perderme a esta joya por nada del mundo; por nada...Podramos llenarnos de dlares con este adefesio...Y de inmediato orden a sus asesores literarios que leyeran la obra"El malo de la pelcula" esa misma tarde.Mientras la obra era cuidadosamente leda y analizada, Wali Benenson fuea almorzar con gente de la empresa. Lo invitaron con gran amabilidad, por lo queel muchacho presinti que aunque no se lo hubieran dicho haba causado unimpacto con su personaje del malo.Antes de partir rumbo al restaurante se intern de nuevo en elcamarn y sali por supuesto sin la horrorosa mscara creada para la prueba.Lo hizo con tanta rapidez que volvi a asombrar a todo el equipo. Y les causgracia que en vez de ponerse ropa ms cmoda y comn para su edadinsistiera en seguir vestido con el hbito franciscano, capucha puesta tambin,an ahora que ya haba rendido su examen.De una mano penda su inseparable maletn que no obstante mantenercerrado con un candadito se neg a dejar bajo ninguna custodia de la"Bulkino".Este flaco es un excntrico... Medio loco quizs... pero parece un buentipo, no? murmuraron los tcnicos delset, no bien Wali abandon lasinstalaciones. Y qu talentoso! Un maquillador y un actor de primer agua...!Ojal que su libreto le guste al presi... Su monstruo sera un "boom"...La obra El malo de la pelcula no slo le "gust" al responsable de laproductora... Lo deslumbr!Con su natural olfato para detectar artistas, sinti que estaba frente a unverdadero genio y as se lo comunic a su grupo de trabajo.20

Sin prdida de tiempo, al da siguiente cit a Wali Berenson para quefuera a sus oficinas con el objeto de firmar el correspondiente contrato defilmacin.El muchacho siempre ataviado como un fraile se mostrcontentsimo. Jams haba soado con que iba a ganar tanto dinero como el quele ofrecan por comprarle los derechos de autor del guin, por su actuacin en elfilm y obviamente por ocuparse de su propio maquillaje, ya que no acepthacerse cargo del de todo el elenco.Les agradezco la confianza se disculp entonces pero ya lesanticip que quiero mantener mis tcnicas en absoluto secreto. Con tantoscopiones como abundan en este ambiente...Tres meses despus, El malo de la pelcula se estrenaba con bombos yplatillos. Pronto, Wali Berenson en su doble papel de fraile bueno y seductor yde fray monstruo maldito se gan el afecto y la admiracin de todos lospblicos.Innumerables fueron los reportajes a los que lo sometieron los mediosgrficos y televisivos. Incontables tambin sus presentaciones en vivo, endiferentes zonas del pas y del mundo.Idolo de multitudes all donde se presentara, Wali se convirti en unpoderoso multimillonario de la noche a la maana.Su popularidad creca vertiginosamente. Los chicos lo adoraban. Pronto selanz a la venta una gran cantidad de juguetes inspirados en su figura. En lanormal y en la monstruosa claro, as como historietas, casetes con sus canciones,posters y toda la clase de artculos imaginable con que los empresarios sueleninundar el mercado, una vez que deciden explotar al mximo el xito de unartista.La fama de Wali casi no tena precedentes en el mundo del espectculo. Yaumentaba a medida que l persista en preservar su intimidad a toda costa. Anadie revelaba su procedencia por ejemplo ni daba indicios acerca de cmorealizaba su incomparable caracterizacin de monstruo y menos que menosaceptaba quitarse la capucha, ya fuese que se presentara ante el pblico como "elbueno" o como "el malo de la pelcula". Cuanto ms rodeaba de misterio suexistencia y los secretos de su arte, ms atraccin despertaba.Viva en una mansin a prueba de curiosos, rodeada de altos muros y bajovigilancia permanente. Su nutrido personal de servicio sola contar a la prensaque ciertamente su patrn era un muchacho muy clido y generoso, aunqueextrao en sus hbitos. Como se de vestirse invariablemente con la tnicafranciscana (de la que ya contaba con docenas de rplicas idnticas...) o ese otrode no quitarsenunca la capucha por ejemplo ... o su empecinamiento enaislarse en su habitacin, que cerraba con varias llaves y a la que slo permita elacceso cuando l lo solicitaba o no estaba all, a fin de que se hiciera la limpieza.Y bueno... decan Wali Berenson es un genio... y ya se sabe quelos genios suelen ser un poco extravagantes... De todos modos, a quin molestacon sus manas?La consagracin mxima (si an caba una mayor) le lleg a Wali cuando"Bulkino" emprendi la produccin de una serie para la tev basada en su guin21

original al que estiraron como a un chicle kilomtrico: deba de rendir todo unao de emisiones.Fue durante las reuniones previas al rodaje de esa serie cuando Waliconoci a quien sera la figurita femenina del elenco, una joven de notablebelleza fsica y condiciones artsticas excepcionales.La actriz (buena y tambin muy bonita, sin dudas) que lo habaacompaado durante la filmacin de la pelcula ya haba sido contratada por otroestudio por lo que hubo que buscar quien la reemplazara.Despus de entrevistar a cientos de postulantes, de fatigosas audiciones einnumerables pruebas, se eligi a una debutante: la preciosa Dinka Rod.La chica escasos aos menor que Wali pronto comenz a sentirsecautivada por ese ser al que haba imaginado como a un divo intolerable, unasuper estrella de esas que parecen de plstico, tan poco les afectan lo que sucedea su alrededor y que son capaces de no suspender un ensayo,aunque acaben deenterrar a su propia madre o se haya declarado otra guerra mundial. Tambin,Dinka se haba equivocado al suponerlo ensoberbecido a causa de su exitosacarrera y de su formidable trayectoria profesional.Wali era todo lo contrario de lo que ella haba prejuzgado: sensible,interesado hasta por el ltimo de los extras, comprensivo con las situacionesimprevistas que podan presentarse y atrasar un poco las grabaciones y sencillo,muy sencillo, si bien era conciente de sus dones como cualquier personainteligente. Lo amo sola decirse para s la joven.En tanto ella se ensoaba pensando en estas cosas, qu pasaba en elcorazn del muchacho?Una tempestad, una fuerte tempestad lo azotaba desde que haba conocidoa Dinka. Me enamor, Dios mo; qu desgracia! Me enamor de Dinka...Cmo voy a hacer para que no lo advierta?Raro, rarsimo el que alguien encare como una desgracia el enamorarse...Qu misteriosas razones lo impulsaran para pensar as?A partir de descubrirse enamorado, Wali empez a restringir susconversarciones con ella y se traz un plan para disminuir toda aproximacin a lajoven. Trat de eludirla fuera de las horas obligadas de grabacin. No se sumabatampoco a los grupos que compartan algn refrigerio durante los descansos,cuando vea que Dinka estaba entre sus integrantes. Inventaba cualquier excusapara rechazar sus invitaciones si ella le sugera acudir juntos a alguna fiesta. Enfin, que la relacin entre los dosera cada vez ms distanciada.Nadie hubiese podido adivinar las razones de este comportamiento deWali. Dinka tampoco. Y calladamente sufra mucho por esta causa. Tanto,que una noche no pudo contener su angustia y le escribi una carta. Se la entregal concluir una grabacin.Cuando momentos ms tarde Wali la ley en la impenetrable soledadde su camarn, se ech a llorar. Desolado; sintindose furioso consigo mismo,impotente.Con justificado enojo, Dinka le recriminaba su proceder.Qu te pasa, Wali?, qu dao te hice para que ya ni siquiera te detengasunos minutos para preguntarme cmo estoy? Por qu cambiaste de este modo?22

Necesito que me cuentes qu te sucede, no importa lo triste que pueda ser param. Yo te quiero, Wali; te amo y no tengo vergenza de confesrtelo. Por favor,espero que al menos me contestes esta carta si es que te disgusta la idea dehablarme personalmente.Un beso imaginario; dos, tres,Dinka.Wali se arm del coraje que necesitaba para enfrentar la difcil situacin.Porque acaso poda contarle que l...? No. Nunca. Sin embargo, era preciso quealgo convincente le explicara, como para apartarla definitivamente de sulado. Entonces, hondamente triste pero dispuesto a representar acaso sumejor papel, le propuso a Dinka que fuera a cenar a su casa. All hablaran.La muchacha acudi a la cita con suma ansiedad, aunque mnima enrelacin con la que destrozaba el nimo de Wali.La recibi l mismo, consu acostumbrado hbito franciscano y elcapuchn puesto.Despus durante la cena, casi como un autmata y fingiendoindiferencia le dijo aquellas mentiras mientras que cada palabra que se oapronunciar era otra astilla clavndosele en el alma.Por cierto que te tengo mucha simpata, Dinka, que me has cado muybien. Pero desde que empec a darme cuenta que esperabas de m otra respuestaque la de un amigo, cre que era oportuno no contribuir para que te ilusionarasconmigo, ms all de esa relacin amistosa. Por eso empec a alejarme. Yo no teamo, Dinka; ests en un total error al imaginar que siquiera por una vez dejde verte como a una simple compaera. A la que le tengo especial afecto spero de la que no estoy enamorado. Lo lamento. Yo no te amo.Las lgrimas y el rubor cubran la cara de la joven cuando sintiendoWali que su propia resistencia ante el dolor que le haba causado estaba a puntode quebrarse abandon de golpe la sala y se retir apresurado a sudormitorio.Una vez all, se lanz de bruces sobre la cama y llor de un modocompulsivo, maldicindose por el engao al que haba sometido a Dinka.Alterado como estaba y en su precipitacin por aislar tanta pena dentro desu cuarto privado, Wali olvid por primera y nica vez en su vida cerrar lapuerta con llave.Segua gimiendo desesperado cuando Dinka de puntillas se acerchasta el dormitorio del muchacho, con el propsito de despedirse.Le extra or desde afuera delcuarto sollozos y lamentos queparecan emitidos por dos personas.Con sigilo, entreabri la puerta y fue entonces que lo vio acostado sobre ellecho, con la capucha echada sobre la espalda...El espantoso grito de Dinka al contemplar a su amado alert a Wali, quiende un brinco, se levant y trat intilmente de cubrirse de nuevo la cabezamientras que como prisionero de un ataque de locura alcanz a arrancar unacortina y a taparse con ella.Sin embargo, Dinka haba contado con el tiempo suficiente como para23

verlo y corra hacia la salida de la casa, atemorizando al personal de servicio consus gritos:Dios! Wali es un monstruo! Socorro! Wali es un verdaderomonstruo! Tiene dos caras!Tres mayordomos la detuvieron e intentaron calmarla.Qu disparate dice esta mujer? se preguntaban.Ningn disparate la voz de Wali que se aproximaba a la sala desdeun corredor lateral los dej en suspenso. Menos a Dinka, que continuabagritando, tan aterrada como cuando haba sorprendido al muchacho.Y aterrados como ella se quedaron todos, paralizados, sin atinar a nada,cuando Wali se present en la sala con su capucha echada sobre la espalda.Fue entonces cuando comprobaron que Dinka no haba mentido y elmismo sentimiento de horror y repulsin se apoder del grupo.Se revel mi secreto. Mi terrible secreto les deca Wali a medida queiba girando su cuello como una lechuza y los colocaba frente a su otra cara,la del malo de lapelcula, esa repugnante y tan desfigurada que haban credoproducto de un extraordinario maquillaje.Cmo lamento que haya sido Dinka quien lo descubri y ahora eraotra la voz que hablaba, aquella de sonidos cavernosos e insoportables. Soy unmonstruo verdadero... Tengo una cabeza con dos cerebros y dos carasindependientes entre s...La rotacin de la cabeza de Wali se fue produciendo durante el brevelapso que dur su monlogo, as tambin como la alternancia en sus voces y laconfusin entre el "yo" y el "nosotros"."Recin nacido, fui abandonado ante el portal de una iglesia. Sussacerdotes franciscanos o capuchinos, como tambin se los denomina seapiadaron de m, de nuestra pavorosa deformidad fsica.Entre ellos crecimos, protegido de la temible incomprensin del mundo,de su falta de caridad.Me criaron y educaron piadosamente, como si furamos una criaturanormal.Pero bien saba yo que no lo ramos. Por eso, viv escondido hasta quealcanzamos la edad justa como para atreverme a cumplir con la vocacin quealentbamos desde nios: ser actor. Debamos de ingenirmelas como para quenadie descubriera el secreto.Aquellos inolvidables frailes mi nica familia nos bendijeron al partirde la iglesia. S que han comprendido y perdonado el que haya usado su hbitopara sobrevivir. Caba otra opcin para m, para nosotros?"De pronto, ambas bocas aullaron a la par y el pobre engendro se retir dellugar rumbo a su cuarto. En tanto se alejaba haciaall, Dinka escuch dos vocesque le repetan: Te amo, Dinka... Yo tambin te amo, Dinka...Cuando los sirvientes y la muchacha lograron reaccionar de su tremendaimpresin, se dirigieron de prisa hacia el dormitorio de Wali.Antes de llegar a empujar la puerta, que estaba entornada, oyeron dos tirosdisparados al unsono.

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Con la piel de gallinaAtardece en Santa Helena, la vieja y sofisticada villa ubicada sobre lascostas del Atlntico, lugar de veraneo preferido por las familias ms adineradas.Alan y Rolfi, los hijos mayores de los Dubois, vuelven a su casa devacaciones, despus de una prolongada jornada de playa.Sus padres estn en la sala, mirando un video film de los tantos quealquilaron durante esos das ventosos y destemplados, en los que ni piensan enacercarse a las orillas del mar.No s cmo pueden pasarse el da all, con este clima que parece deotoo... dice el padre, al ver entrar a los muchachos.Sacdanse y dchense en el bao de servicio, antes de subir!exclamala madre.No me llenen la escalera de arena, chiquitos!Para ella son siempre sus "chiquitos", a pesar de que Alan est por cumplirlos veinte y Rolfi ya tiene dieciocho.No se cruzaron con el beb? les pregunta. Sala justo en elmomento en que ustedes llegaban...El "beb" es Lucin, el menor de los tres hermanos, ya tan alto como ellosno obstante sus escasos catorce...El vozarrn de Alan surge desde abajo de la ducha: No! Tuvo suertetubeb... porque si lo pescaba otra vez con ropa ma, hubiera muertoestrangulado en el jardn...!Las protestas de Rolfi se desgranan desde su cuarto, ubicado en la plantaalta: A m me va a tocar estrangularlo! Se llev mi mejor par de jeans y encima la campera de cuero! Sabe que me pudre que use mis cosas! No tienelo suyo?A dnde fue, mami?Me dijo que se iba a encontrar con Franco en una discoteca... Creo queen "Galpagos"...Voy a ir a buscarlo y a desnudarlo delante de todos! As no le van aquedar ganas de ponerse mi ropa!Ser posible que nunca podamos ver una pelcula en paz, cuando estnustedes? grita el padre. Despus de que stos se vayan, seguimos vindola,eh, Magal? le dice a su esposa, antes de apagar la video casetera.La mujer le responde con un resignado suspiro y se dirige a la cocina.Le ordena a la mucama que ya puede ir poniendo la mesa para la cena.Entretando, Lucin y su amigo Franco estn bailando en "Galpagos", alcomps de una msica ensordecedora.Es durante un intervalo de la danza mientras en media docena depantallas se proyecta un videoclip del cantante Sting cuando Franco le muestraa Lucin ese volante de propaganda que recogi en la calle. Acercndose a la25

barra, nico lugar del recinto ms o menos bien iluminado, el chico lo lee: " RESUCITAMOS LOS CARNAVALES EN EL 'BAR-BAR-OOOH!' A PARTIRDE MAANA SBADO, LAS NOCHES DE SANTA HELENA VOLVERNA VIVIR LA DIVERSIN DE ANTAO! NO TEPIERDAS NUESTROSFABULOSOS BAILES DE DISFRAZ! TE SUGERIMOS QUE VAYASPREPARNDOTE EL TUYO. EN CADA VELADA, INTERESANTESPREMIOS PARA LOS MS ORIGINALES Y EN LA CUARTA Y LTIMANOCHE SORTEO DE DOS PASAJES A RO DE JANEIRO ENTRE LOS QUERESULTEN FINALISTAS!"Y? le pregunta Franco cuando Lucin regresa a su lado. Cmo tecae la idea de disfrazarnos e ir al "BAR-BAR-OOOH" para los bailes decarnaval? Mi abuelo dice que antes se festejaba como loco para estas fechas.Mmmh... opina Lucin. Antes... Antes... Lo de antes no resucita,pibe... Adems, yo slo me disfrac en el jardn de infantes... Me parece ridculohacerlo ahora...

Dale; qu te cuesta? Vamos maana, relojeamos el ambiente y si no26

nos copa, nos hacemos humo...Y de qu vamos a disfrazarnos?Estee... A ver... A ver... Ya est! De jeques rabes! Con unas sbanasy...Dnde viste un jeque con flequillo y melena de rulos como la tuya ypara colmo rubio y de ojos celestes?El pelo lo oculto debajo de esa especie de manto que usan sobre lacabeza, plomo. .. Ah, y lentes negros, necesito tambin...Finalmente, Franco convence a su amigo de participar siquiera en elprimer baile de carnaval.Con sbanas blancas hasta los pies entonces, con corbatas de suspadres, trenzadas para sostener el corto manto que les cubre las cabezas, conanteojos ahumados los dos, bastante bien caracterizados a la manera de loshabitantes del Sahara, ambos parten al da siguiente rumbo al"BAR-BAROOOH".Previamente, deben soportar las maliciosas bromas de Alan y Rolfi, lasrisas de la mucama de los Dubois y la paciente exposicin a la serie defotografas que les tom la madre de Lucin, tan divertida como su marido conlos dos improvisados jeques.A bordo de la poderosa moto japonesa de Franco se van los dos entonces,provocando la hilaridad de quienes los ven desplazarse con esos atuendos.Ni un alfiler cabe ya en la discoteca cuando ambos arriban. Parecera quetodos los ms jovencitos de Santa Helena se hubieran citado all.Si Lucin haba ofrecido resistencia para tomar parte de ese baile decarnaval, pronto cambia de opinin.Las chicas ms llamativas algunas decididamente infartantes se hanconcentrando en el BAR-BAR-OOOH. Y qu graciosas se las ve, contonendosesegn los distintos ritmos que el disc-jockey selecciona, disfrazadas como estntodas, haciendo gala de un despliegue de imaginacin y de buen humor.Las hay caracterizadas como Caperucita Roja, como ngeles de la guarda,como la brasilea Xuxa... Tambin, pueden verse conejitas, gitanas, novias deDrcula, bailarinas clsicas, Madonnas...Los muchachos no se han quedado atrs y tambin son un muestrario deingenio, si uno observa sus improvisados disfraces.En suma, que esa primera fiesta de carnaval pinta como una de las msdivertidas de la temporada.Cmo sern los bailes de maana, lunes y martes!, eh, Lucin? ledice Franco, tan entusiasmado como su amigo. Y noqueras venir...Lucin lo codea y le indica el hall de acceso al amplio local y pega unsilbidito de admiracin al tiempo que murmura: Qu par de diosas! Ah estnentrando... Una para cada uno, si no nos dejamos ganar de mano... Vamos arecibirlas!Franco mira en la direccin que le ha sealado su compaero y comol se queda extasiado en la contemplacin de esas dos preciosas chicas que indudablemente son mellizas.Se apura a seguir a Lucin, el que apresurado se abre paso entre los27

bulliciosos bailarines que ocupan la pista, yendo al encuentro de las recinllegadas.Ambas estn bajando la escalinata que conduce a la zona de mesas,cuando las sorprende el saludo de ese pretendido rabe.Hola, princesas, buenas noches... les dice Lucin. Mi amigoFranco y yo y se lo presenta con ademanes de graciosa cortesa. Estamosdeslumbrados por su belleza. Como somos jeques postmodernos no nos atraeformarnos un harn. Nos conformaramos y cmo! con contar solamentecon ustedes dos para compaeras de baile... Aceptan?Por toda respuesta, sonrisitas tmidas en los rostros de ambas chicas, quecuchichean mientras buscan ubicacin en alguna de las pocas mesas libres ymiran hacia la entrada, como esperando la aparicin de otras y otras personas.Franco lo advierte y por las dudas previene un probable disgusto.Si vienen acompaadas... bueno... disculpen. .. Creamos que estabansolas... Una de las chicas se sienta y agita un abanico porsobre su cabeza con laevidente intencin de que quienes han venido con ellas puedan ver el sitioelegido y se acerquen hasta all.Lucin trata de adivinar: Son esos dos flacos disfrazados de piratas alos que ests hacindoles seas?La otra chica se sienta tambin y rindose le habla por primera vez.No; nos trajo nuestra ta... Ah viene.Lucin y Franco ven entonces a una mujer de alrededor de treintaaos que se aproxima a la mesa y pronto ocupa una silla junto a las chicas. Losmuchachos estn asombrados: no es comn que en esta poca las jovencitasvayan a bailar acompaadas por una persona mayor piensan y menosan que esa persona se presente disfrazada del mismo modo que las jovencitas.Adems, esa es una discoteca en la que ya es considerada re-vieja la gente queapenas supera los veinte... y eso lo sabe todo el mundo en Santa Helena.Qu raro!, no, Franco? le susurra Lucin a su amigo. Si esta tacree que aqu va a encontrar un candidato para ella est frita...Shh... que pueden orte... Sigamos la corriente; despus de todo las quenos interesan son las mellizas, no? Y la momia no parece antiptica...Lucin es el que se decide a enfrentar la situacin de una vez por todas. Seora le dice entonces a la ta. Tiene algn inconveniente en quecompartamos la mesa con ustedes? Nos encantara invitarlas con algunagaseosa...La "momia" accede, tras consultarlo por lo bajo con sus sobrinas.S. Siempre que se comportencomo es debido les responde.Y as es como de inmediato los amigos se ubican junto a lashermanas y al rato todos conversan animadamente.Ellos les cuentan quines son, qu hacen y hablan de todos esos temas quesuelen ser evocados en un primer encuentro.Ponderan sus extraordinarios trajes de damitas antiguas y sus largas capasde raso con capuchones. Se admiran de los maquillajes que las hacen aparecerplidas y ojerosas como verdaderas seoritas de un siglo pasado y les llama laatencin el cuidado que han puesto en elegir peinados, abanicos, zapatos y otros28

accesorios que ellos slo han visto en grabados o museos.Es puro mrito de la ta les informa halagada una de lasmellizas. Ella fue quien prepar los disfraces para las tres... Es tan buena connosotras... Con decirles que se arriesg a darnos el gusto sin que nuestros padresse enteren. Ellos creen que estamos durmiento... La matan si saben que nos trajoa bailar... Nunca lo habamos hecho antes... y tenamos tantas ganas...Franco y Lucin se sienten cada vez ms sorprendidos por el relato de lasnias y ms an cuando las invitan a bailar un rock de onda y ellasmanifiestan que no saben danzar "ninguno de estos ritmos de ahora... pero siustedes nos ensean...''Bajo la atenta mirada de la ta, los cuatro se hallan instantes despusbalancendose sobre la pista.Y es cmico verlas a Leira y Valda Mujica de Hoz (que esos son losnombres y apellidos de las mellizas) intentandoimitar los pasos y otrosmovimientos corporales de Lucin y Franco, ataviadas como estn con esosropajes nada adecuados para acompaar la msica tecno e ignorantes comodemuestran ser en el rubro bailes... Ah, y con "jeques" como parejas!Sin embargo, el encanto de ambas y de sus disfraces dan la nota brillanteen esa reunin de carnaval y a escaso cuarto de hora de las once y media eljurado del concurso anuncia que ellas son las ganadores de la velada.Entre los aplausos de la concurrencia y los BRAVO! de Franco y Lucin,Leira y Valda ascienden entonces a un pequeo escenario donde lesentregan sendas casetes musicales y diplomas que las acreditan como las msbellas y originalmente disfrazadas de la primera noche y ya finalistas, siempreque vuelvan a "BAR-BAR-OOOH" durante los tres das siguientes para seguircompitiendo.Faltan apenas veinte minutos para las doce cuando la ta de las chicas semuestra repentinamente inquieta y les comunica que ya deben irse.Justo ahora, Leira, cuando empieza lo mejor? le protesta Franco a sucompaerita de baile.Lucin hace lo mismo con Valda: Por qu tan temprano? No medijiste que viven bastante cerca de aqu y que tu ta tiene auto?S... Pero a las doce en punto tenemos que estar de regreso... Mi mamtoma un medicamento a esa hora... y acostumbra a darse una vuelta por nuestrodormitorio... para taparnos... darnos otro beso y...Total, maana venimos otra vez... agrega Leira. No es cierto,ta?S. Y aprense, porque si no...Los muchachos con decepcin pero absolutamente enamorisqueadoscomo ya se sienten les proponen que, al menos, concerten una cita para elmedioda siguiente, en la playa, as pueden estar juntos ms tiempo.Imposible les dice Valda. Nuestros padres no nos permitenacercarnos al mar si no vamos con ellos...Y bueno... se resigna Franco. Pdanles que las acompaen...Ests loco? Tampoco tenemos permiso para hacer amistad convarones... Y cmo les explicaramos de dnde los conocemos a ustedes?Vamos, nenas! repite la ta. Ya se hizo muy tarde...29

Antes de despedirse, es intil que Lucin insista ante su amiga para questa le d siquiera el domicilio adonde viven.Maana podramos pasar con la moto por la calle de tu casa y as almenos verlas de lejos...No. Mis padres podran sospechar... Lo que s voy a darte y Leiratambin, no es cierto? son las casetes y los diplomas para que nos losguarden. Todava no se nos ocurre en qu lugar esconderlos para que mi familiano los pueda hallar...Ya voy a pensar cmo ocultarlos interviene la ta. Y ahora, vamosde una vez, nenas!Podemos acompaarlas hasta el estacionamiento? pregunta Franco.De ninguna manera. Ustedes se quedan aqu la voz de la ta hatomado un tono enrgico que no admite discusiones. Cualquier vecino podraverlos con nosotros y entonces.. . Maana traer a mis sobrinas de nuevo. Se losprometo. Y si de verdad hansimpatizado tanto con ellas, no las perjudiquen.Quiero decir que no nos sigan, entendido?Toda la tarde del domingo que sigue al primer encuentro con las preciosasmellizas, Franco y Lucin la dedican a disfrutar de la playa, a pesar de que la bajatemperatura y el viento no favorecen la estada junto al mar.Los hermanos de Lucin y sus amigos los invitan a pasear en lancha y esrecin entonces cuando Rolfi el mayor de los Dubois se da cuenta de quetanto Franco como el beb se mantienen distantes, callados ambos y con lospensamientos flotando vaya a saberse por dnde.Lo comenta con Alan.Eh, qu les pasa a ustedes? les pregunta entonces Alan. En qugalaxia se supone que estn? No nos contaron que el baile de ayer fue fabuloso,seores jeques? O es que no abundaban las odaliscas?Ni se te ocurra confiarle a este bocn el asunto de Leira y Valda ledice Lucin a su compaero de aventuras. No hara otra cosa que tomarnos elpelo..., "gastarnos" sin asco...Lo cierto es que ambos muchachitos han quedado prendados, comopegados sin remedio al recuerdo de las mellizas. No logran borrarlas de susmentes ni ven la hora de volverlas a encontrar, en el "BAR-BAR-OOOH".Qu yeta que tenemos, Lucin! Engancharnos con esas dos intrigantes,habiendo tantas chicas simples sueltas por ah... suspira Franco.Transcurren las noches de carnaval de sbado y domingo.Leira y Valda asisten a los bailes del "BAR-BAR-OOOH" escoltadas porsu ta y las tresdisfrazadas como en la primera ocasin. Tambin como elprimer da las tres se retiran de la discoteca antes de la medianoche, con larecomendacin de que no las sigan.Lo curioso para los muchachos es que an mantienen en el misterio ladireccin de su casa de vacaciones y tambin su domicilio de Buenos Aires. Tanogro ser el padre de las mellizas? Una bruja su mam?El entusiasmo que la compaa de las nias despierta en Franco y Lucinva en aumento. Ellos creen haberse enamorado, estar totalmente "del tomate" porellas, y les muerde la ansiedad por decrselo, aunque no logran dar con el30

momento oportuno. Si ni siquiera pueden acercarse con ellas hasta la calle,cuando se alejan del local tan de prisa. La ta no les concede al menos unosminutos de intimidad. En los intervalos alrededor de la mesa del bar, imposible:todo se reduce a conversar con las chicas de temas triviales ya que la "momia"vigila... E intil tratar de hablar durante los bailes en la pista, a tan alto volumense transmite la msica...Se aproxima la ltima noche de carnaval y los muchachos no saben quhacer para confiarles a Valda y Leira sus sentimientos, para obtener la promesade nuevos encuentros, para que ese vnculo que se ha establecido entre los cuatrocontine siquiera en Buenos Aires, despus del fin de verano. Les acongojaimaginar que exista la probabilidad de no volver a verlas. Pero por qu? Acasoellas con sus tiernas actitudes, con sus sonrisas, con susmiraditas, no han estadode algn modo demostrndoles que ya son casi "amigovios"?"Lucin y Valda''; "Leira y Franco", escriben los muchachos, a manera deconsuelo, sobre una de las puertas interiores del toilette de varones... Y escribentambin sendos mensajes para entregarles el martes de carnaval, por lasdudas llegue el odiado momento de la retirada y no hayan podido expresarlestodo eso que les sucede.Martes de carnaval. Con sus trajes de jeques que ya no conservan lacompostura de la primera noche (pero a quin de ellos le importa) Franco yLucin se dirigen al "BAR-BAR-OOOH ''. Dejan la moto en el estacionamientopara automviles situado a dos cuadras del local, sobre una de las callestransversales a ste de camino opuesto al mar. Alguno de estos coches ser elde ellas... piensan.Han tramado algo. No es cuestin de que sus adorables damitas antiguasdesaparezcan as como as al concluir la velada.Y esa noche la disfrutan como nunca; ms an porque las mellizasresultan elegidas finalistas del concurso de disfraces y finalmente ganadorasabsolutas del mismo.El animador alaba sus maravillosos atuendos de damas antiguas y lesentrega la orden de una empresa turstica para retirar los anunciados pasajes aRo de Janeiro.Cuando regresan a la mesa, con sus premios y en medio de un cerradoaplauso, un foco las ilumina a pleno y es entonces cuando la ta no puedereprimir su emocin y se echa a llorar.Franco aprovecha ese fugaz instantede blandura para felicitarla y rogarleque cuando deban irse les permitan acompaarlas hasta el auto mientras quepor debajo de la mesa la entrega su carta a Leira.Lucin ya ha hecho lo mismo durante el baile y Valda la recibi ensilencio. Pronto, la guard en su bolsito.Al escuchar el pedido de Franco, la ta se recompone de inmediato y tornaa su habitual rigidez de carcter: No. Ya les expliqu los motivos y no piensoreiterarlos. Les prohibo que nos sigan. Mis sobrinas volvern a encontrarse conustedes siempre que respeten esta advertencia. De lo contrario, nunca las vernotra vez.El temido momento de la despedida se presenta.31

Ah, si se pudiera atrasar los relojes!La ta como ha sido su costumbre en las jornadas anteriores, apura a susnias para que partan de regreso a casa.Sale ella al frente. Valda y Leira la siguen metros atrs. Es entoncescuando ya en el hall de entrada y sin interesarles los ocasionales testigosFranco y Lucin se atreven a llevar a cabo la primera parte de su secreto plan:sendos besos fugaces rozan las mejillas de cada una de las jovencitas que tomadas de improviso apenas si atinan a sonrojarse y apresurar la salida.Los muchachos simulan volver al interior del local.Enseguida y con mucha cautela lo abandonan, con el propsito deseguir a ta y sobrinas sin que stas lo noten.Ellas sin dudas irn hasta el estacionamiento a recoger su auto. Ellosvan a aguardar hasta que el mismo arranque ypoco despus tomarn sumotocicleta y motor preparado con silenciador mediante las piensan seguir aprudente distancia. Ja! Pronto sabrn a dnde viven... Si la "momia" supuso quelograra separarlas tan abruptamente, sin el mnimo indicio para localizar a laschicas, est muy equivocada...Franco y Lucin caminan detrs del tro de damas antiguas, escondindosede tanto en tanto por si a alguna se le ocurre controlar si las siguen.Pero no. Ta y sobrinas, de capuchones cubrindoles las cabezas y con lassedosas capas revolotendoles cerca de los pies, continan su marcha, bastanteligera por cierto.En la esquina en que deberan doblar rumbo al estacionamiento, no lohacen.Qu raro... dice Franco. Lucin, tan asombrado como su amigo y losdos perplejos cuando ven que el conjunto se desplaza hacia otra cuadra, esa queno conduce ni a la zona del centro, ni a la playa, ni a los chalets de vacaciones.Han elegido la cuadra que lleva al largusimo camino de tierra a cuyotrmino se levanta el aeroparque! Pero son cuatro kilmetros hasta all y siestn por viajar no van a recorrer a pie tamao trayecto! Y con esos disfraces!Adems, a esta hora ya no hay vuelo hacia Buenos Aires...Raro? Rarsimo!Decididos a averiguar la causa de tan extrao comportamiento, Lucin yFranco se lanzan detrs de ellas a lo largo de ese extendido, desierto ypolvoriento camino, malamente iluminado de trecho en trecho.Ta y sobrinas prosiguen su marcha, cada vez msrpido y sin aparentarsignos de cansancio.Los muchachos no saben ya qu pensar cuando repentinamenteaterrorizados observan que las tres mujeres se detienen frente al sendero que seabre ante los portones del cementerio local. De inmediato, lo atraviesan, as comoatraviesan los cerrados portales de rejas, inslitamente transformadas en unasuerte de seres de aire, transparentes. No obstante, ellos pueden verlas todava ylas ven an cuando continan su caminata a travs de la callecita principal delcementerio, con destino al sector de bvedas.Leira a un costado de la ta y Valda del otro, ambas con sus hombrosenlazados por aquella.32

Lucin y Franco, aferrados a los barrotes del portal y del lado de la villa,sienten un escalofro indescriptible ante la escena que les toca presenciar.Franco ha enmudecido, est tieso y el sudor lo empapa.Lucin tambin profundamente perturbado quiebra su voz en un gritoque resuena sobre aquel silencio mortal, en una cascada de ecos: Valda! Valda!Valda!Las tres mujeres se detienen sin darse vuelta.Valda! Valda! al llamado de Lucin se le suma ahora otro, tanto oms desesperado que el de su amigo.Es Franco el que arroja a la noche el nombre de su amorcito, antes de caerde rodillas casi al borde de un desmayo.Leeeiraaaaa!La ta permanece en su sitio, inmvil y de espaldas al portal. Entretanto,ambas jovencitas han comenzado a deslizarse hacia atrs, sin darse vuelta y comosi flotaran.Lentamente, los chicos ven que se desplazan en direccin al portal desdedonde ellos las acaban de llamar. Con la piel de gallina las ven.Y es recin cuando las dos se ubican rejas de por medio una deespaldas a Franco y la otra a Lucin.A do, de voces monocordes, con ostensible dificultad para articular laspalabras, Valda y Leira les anuncian entonces:Le les - di - di - di - ji - mo - mos - que no... no nos si - si - si guieran... Aho - ra no... no... nos po - podemos ver nunca maas... Qu... pee...na...Entonces, las mellizas giran hasta enfrentarlos, al tiempo que se descubrentotalmente la cabeza al dejar caer sus capuchones y estiran sus brazos a travs delos barrotes, en un vano intento de abrazar a Franco y Lucin.El intento es vano, porque el espanto de or aquellas voces y de ver bajola luz de los faroles que alumbran el acceso al cementerio las calaveras en quese han convertido las preciosas caritas de Leira y Valda y el observar el estado desus vestiduras (las mismas, sin dudas, pero que ahora presentan un aspectolamentable. Radas, con oscuras manchas por todas partes, con sus colores comodesvados a travs de los aos...), tal espanto repito produce el instantneodesvanecimiento de los dos amigos.Los brazos esquelticos tornan a colocarse las capuchas y los cadveres delas nias vacilan un segundo, antes de girar nuevamente y alejarse de losportones, caminando hacia la ta que las espera.Enseguida, las tres sepierden entre las sombras de un callejn lateral.Ya amanece cuando Franco y Lucin son rescatados del horror. Lospadres de ambos y sus hermanos han salido a la bsqueda de los chicos en susrespectivos automviles y jeeps, no bien empezaron a alarmarse por su demoraen regresar de la discoteca.Despus de recorrer Santa Helena de punta a punta, los encuentran a laspuertas del cementerio, llorando, de miradas perdidas, presa de temblores, comolos nicos sobrevivientes de una catstrofe.Tirados cerca de ellos y bailoteando de aqu para all al impulso del33

viento, tambin recogen los dos diplomas del concurso de disfraces y la ordenpor pasajes a Ro de Janeiro, emitidos por una empresa turstica local, todos lospapeles a nombre de Valda y Leira Mujica de la Hoz.Pasadas dos semanas del pavoroso suceso que los tuvo comoprotagonistas, Lucin y Franco dicen estar en condiciones de enterarse de laverdad de los hechos.1 - En el cementerio de la villa existe una imponente bveda quepertenece a la familia Mujica de la Hoz.2- En ella estn depositados los restos de buena parte de los integrantes dela misma. Entre ellos, los de Valda, Leira y su ta, las tres fallecidas a principiosde siglo debido a un penoso accidente: el sulky con el que daban un paseo sedesbarranc en los acantilados de la regin.3- De la estancia "Valdeira'' (bautizado con letras de los nombres de lashermanitas y a donde ellas solan pasar sus vacaciones) slo resta el casco,queostenta el mismo nombre de antao. Actualmente est rodeado por un parquecitoy all contina viviendo una descendiente de la familia de las chicas. Ella lavieja Seora Mxima ha sido quien provey todas las informaciones que se lesolicitaron, aunque visiblemente alterada por los episodios que le refirieron.4- Doa Mxima les mostr tambin, entre otros un gran leo queperpeta las imgenes de las desdichadas mellizas junto a esa ta que adoraban.El cuadro junto a la firma del artista consigna el ao en que fuerealizado, el mismo en el que las tres murieron. Por lo tanto, la descripcin quede ellas han hecho Franco y Lucin coincide exactamente con los rasgos de lasfiguras pintadas.Es ms, fueron ataviadas con sus mejores ropas antes de sellar los fretros,esas que usaron para posar ante el plstico, las mismas con que se les aparecierona Franco y Lucin durante las cuatro noches de los carnavales de 1990.

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El loco de la patadaEl muchachito entr agitado a la casilla que comparta con su abuelaAnselma. La encontr mateando con los recuerdos, como era su costumbre a esahora del atardecer.El viento del invierno se colaba por entre el chapero y las maderas rajadascon las que haban levantado esa miserable vivienda.Formaba parte del centenar de casuchas similares de la Villa La fin delmundo. Era un lugar de asentamiento de multitud de personas que como ellosdos haban llegado a la gran ciudad de Buenos Aires huyendo delhambre y lapobreza de su lejana provincia.Qu baja la temperatura de aquella tarde! Sin embargo, a pesar del fro elchico transpiraba, estaba acalorado.Qu te pasa, Siripo? le pregunt entonces la viejita, tras echarle unamirada de reojo.Va a ver lo que encontr en los basurales! Estn bien conservados yson de mi medida!Siripo revolvi dentro de una bolsa de arpillera colmada hasta el borde.Mientras arrodillado buscaba "eso" que quera mostrarle a la abuela,cayeron al suelo trozos de cartn, restos de pan y frutas y latas vacas...De repente, una sonrisa enorme en la cara del muchacho: haba agarradolo que enseguida describi como Un tesoro; un regalo de los ReyesMagos, abuela! Era un par de zapatos marrones, mocasines, bastante gastadospero no tanto como para que no pudieran seguir usndose sin inconvenientes.Si hasta tiene enteritas las medias suelas... deca Siripo,entusiasmado y los tacos apenas si estn un poco desparejos... Mire, abuela;me quedan bien, como si siempre hubieran sido mos!Siripo se quit las rotosas zapatillas que calzaba y se puso los zapatos.Contento, hasta hizo unos pasos de malambo que divirtieron a la anciana,aunque no resonaran sobre el piso de tierra de aquella nica y tan precariahabitacin.Bueno, bueno; ya es hora de preparar la cena dijo Anselma.Pudiste traer algo comestible?El muchacho coloc entonces sobre la mesa, los residuos dealimentos que haba logrado juntar en elvaciadero de basura al que iba casi todoslos das, como tantos otros vecinos.Hoy fue mi da de suerte exclam. Qu le parece esta porcin detorta? Y este hueso de chiquizuela, eh?La abuela inspeccion las sobras de comida que otros haban tirado y quepara ellos eran la nica posibilidad de alimentacin diaria. Lav algunas hojas deverdura dentro del balde de agua que les serva de pileta; desech parte de unatajada de zapallo que estaba medio podrida, desmigaj los puntos verdes demoho que atacaban unas rodajas de pan negro y dispuso en una olla lo que poda35

calentarse e ingerirse sin correr riesgos.El hueso lo dejamos para hacer una sopa maana a la noche dijo. La torta tambin, Siripo. Va a venir a visitarnos la Eulalia. Hoy me avis sumadre, mientras hacamos la cola para recoger el agua de la canilla de la esquina.Ja! Frita se va a quedar la Eulalia cuando me vea con estos zapatos!exclam el chico.Una hora y media ms tarde, abuela y nieto dorman. Cada uno en sucamastro, vestidos como estaban y acurrucados entre las mantas, sobre las quehaban agregado hojas de diario, a fin de sufrir un poco menos el rigor del fro.Siripo se haba dejado puestos los zapatos. Estaban tan calentitos!Al da siguiente, mientras doa Anselma y su nieto tomaban el matecocido su desayuno habitual una noticia emitida desde la radio los conmovicon toda su crudeza. Los locutores anunciaban que "se hallaron tres cuerpos sinvida en lasproximidades de la Villa "La fin del mundo". Se trata de tres hombres asesinados del mismo modo y aparentemente con escasos minutos dediferencia. An se desconocen sus datos de filiacin porque las vctimas noportaban documentos pero la polica ya se encuentra en plena investigacin delos extraos casos.

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Los tres asesinados lo han sido de acuerdo con los primeros informes delos mdicos forenses como consecuencia de una brutal patada que les fuepropinada en la zona de la mandbula inferior. Ms exactamente en el mentn obarbilla. Estaremos frente a un karateca enloquecido?"Durante el transcurso del da, los habitantes de la Villa "La fin del mundo"fueron interrogados por un nutrido grupo de guardianes del orden que recorrieronlas casillas. El despliegue policial era impresionante. Sin embargo, noencontraron nadie a quien poder atribuirle haberlos cometido o ser cmplice deaquellos horrendos crmenes. Ningn sospechoso. Lo que s conocieron deinmediato fue la identidad de las vctimas, pacficos vecinos sin ningunarelacin entre ellos, salvo esa de regresar a sus casas cerca de la madrugada. Lostres trabajaban cumpliendo horarios nocturnos y los tres parecan haber sidoeliminados porque s, sin ninguna razn que lo explicara.Cuidadito con los desconocidos, Siripo le aconsej la abuelaAnselma la misma noche de la investigacin policial y de vuelta a casa muchoantes de que anochezca, eh? No me voy a quedar tranquila mientrasestshaciendo la recoleccin en los basurales... Dicen que el asesino puede ser un locosuelto...No se preocupe, abuela. Ni pienso separarme del Negro Ordez y susamigos... Usted sabe lo forzudos que son esos muchachos.. . Y con ellos voy avolver para ac como hoy alrededor de las cinco, que es cuando terminancon su turno en el vaciadero... Ah, no le cont cmo se rieron esta maana alverme aparecer con los zapatos "nuevos"... "Compadrito el Siripo bromearon.Con calzado de lujo se viene a juntar basura... Si hay miseria, que no se note,no es cierto pibe?"Casi no podan creer que los encontr all, abuela, slo un chiflado seracapaz de tirar un par tan fino, me dijo el Negro.La semana que pas a partir de esta conversacin entre Doa Anselma ysu nieto fue un continuo espanto para todos los moradores de la Villa "La fin delmundo". Noche tras noche y a lo largo de las siete que se sucedieron desde quelos tres primeros crmenes haban sido descubiertos nuevos asesinatos fueroncometidos en el lugar y sus alrededores. Las pobres y numerosas vctimas deambos sexos y de cualquier edad aparecan muertas debido a un mismoviolento golpe en el mentn que indudable era dado por un mismo pie, porun mismo zapato."El loco de la patada'' como pronto se denomin al misteriosocriminal haca de las suyas burlando toda vigilancia y desorientando cadavez ms a vecinos y polica.Deba de ser un varn muy fuerte opinaban acaso unexperto en artesmarciales. Cmo era posible que nadie lo viera merodear a travs de la villa, queninguno por ms que se mantuvieran alertas pudiese sorprender a esedesconocido que se desplazaba lo ms campante; sembrando la muerte a su paso?La maana del octavo da a contar partiendo del momento en que sehaban hallado los primeros cadveres la tragedia sopl sobre la familia del37

Negro Ordez, arrebatndoles por culpa del "Loco de la patada" a uno desus integrantes.Fue entonces cuando el musculoso muchachn de temible trompada inconsolable en su dolor y lleno de furia se decidi a colaborar con la guardianocturna que un montn de vecinos haba comenzado a montar, como refuerzode la policial.Ahora s que va a caer ese maldito, abuela le comentaba Siripo a laasustadsima Anselma. Las pias del Negro lo van a convertir en pur... si esque se atreve a "mandarse" otro ataque, ja!Y s. "El loco de la patada" se atrevi y durante el helado amanecer dela novena jornada de espanto en la villa fueron cuatro las vctimas mortalesque aparecieron, hasta que (un milagro, tal vez?) se encontr a la nmero cinco,an con vida.Desmayado a raz del tremendo golpe en la barbilla, en estado de coma,era nada menos que al Negro Ordez al que ubicaron finalmente bocaarriba entre unos matorrales prximos a la quema de basura.A lo largo de las horas durante las que se prolong su recuperacin, en elhospital ms cercano a "La fin delmundo", toda la villa rezaba por l.Ojal que recobre pronto la conciencia decan los custodiospoliciales, apostados junto a la puerta de la sala de terapia intensiva donde elNegro estaba internado. Ojal que vuelva en s lo antes posible... Es el nicotestigo que tenemos...Entretanto, abrazado a su abuela en la destemplada casilla que ocupaban,Siripo se lamentaba por la mala suerte corrida por su estimado vecino.Si el Negrito se salva repeta voy a regalarle mis zapatos para suhijo Ramn... Le gustan tanto...Qu buen corazn tiene mi nieto... pensaba Anselma. Es capaz dedesprenderse de lo ms valioso que tiene... del "tesoro" de su par de mocasines...Mocasines... Un par de mocasines que vinieron hacia m a todavelocidad, a la carrera, fueron los que me atacaron de repente, seor comisario.Despegados de todo cuerpo, vea. Pero de una cosa estoy seguro: haba piesadentro de esos condenados zapatos, porque las patadas que me pegaron en la"pera" no eran las de un calzado vaco... Haba pies adentro de los mocasines...unos pies sonmbulos, qu se yo... No, seor comisario, no bebo alcohol;cualquiera de la villa puede asegurrselo... Tampoco pruebo ninguna cosa rara...No fue una alucinacin como usted supone era un par de pies solitarios,metidos en esos mocasines los que...La declaracin del Negro Ordez de la que en parte acabamos deenterarnos sumi a la polica en el desconcierto. Y poco despus, cuando elmuchachn estuvo encondiciones de seguir refiriendo el episodio la dejperpleja.Yo no soy un mal tipo; y nunca un delator, por ms pobre que las ratasque les parezca haba dicho pero yo vi esos pies asesinos, ese par democasines que me atac... que acabaron con las vidas de tantas personas de mibarrio... y s a quien pertenecen... aunque tambin a m me cueste creerlo...Seor comisario, me repugna tener que decirle lo que debo decirle...38

porque el chico tiene la edad de mi pibe, de mi Monchi, vea, y siempre fue tangauchito, con su abuela y con el vecindario que...Siripo, el de la casilla diecisiete es el dueo de ese par de zapatos... podrajurarlo por sta y el Negro Ordez se trag las lgrimas, a la par que sepersignaba.De inmediato y aunque desconfiaban de esa versin de losacontecimientos, una patrulla sali rumbo a la casilla diecisiete.La siesta, con su sol borroneado entre nubes grises, era casi tan fra comolo haba sido aquella maana de domingo.Doa Anselma estaba remendando una camisa.Echado sobre su camastro, Siripo escuchaba las noticias de la radio.Ninguna novedad acerca del Negro. Qu pasara?Pronto lo supo y tanto l como su abuela sintieron que toda la desgraciadel mundo se ensaaba con ellos.As que ni siquiera ocultaste los zapatos? le repeta el comisario.Vas a tener que acompaarnos a la seccional. Ordez dijo que...Increble. Como para perder la razn ante las semejantes acusaciones quese le hacan.Qutenan que ver sus mocasines con la serie de crmenes?Mi nieto es inocente! gritaba la abuela. Debe tratarse de unaequivocacin siniestra! Siripo duerme aqu, conmigo; no se mueve de estacasilla durante las noches! Con el fro que hace, ya est de vuelta del vaciaderoantes del atardecer! Y hasta duerme con los zapatos puestos para no congelarselos pies! Tampoco se los estuvo prestando a nadie! Creo que no se los sacdesde la tarde en que los encontr en los basurales! Por favor, no se lo lleven!Es inocente!Siripo tuvo que abandonar la casilla casi por la fuerza. Estabaaterrorizado. Una multitud de vecinos lo esperaba afuera. Todava no sabanexactamente qu haba sucedido.Las cmaras de la televisin transmitieron para todo el pas la siguienteescena: escoltado por dos agentes, de manos esposadas y cabeza cubierta por unacampera, un muchachito sala de su miserable casilla rumbo al auto policial queiba a trasladarlo al destacamento del barrio.Llorando desesperada, la abuela Anselma segua clamando por lainocencia de su nieto, ante los micrfonos de algunos insoportables periodistaspara los cuales el chico ya era sin dudas "el loco de la patada".Esa noche y tras ser sometido a interminables interrogatorios a Siripose lo condujo a una pequea celda en la que slo haba un catre.Maana vendr el juez de menores, pibe le dijeron. Ser mejor quetrates de descansar un poco, porque el "baile" recin empieza. No vas a sacarlabarata con tu silencio. Ya vas a ver que tenemos otros mtodos para hacerte"cantar"...Cantar? Cantar qu? pensaba el muchacho y la confusin que loatormentaba no le permita otra actitud que esa de la mudez, en la que se habarefugiado tras la separacin de su abuela.Seran cerca de las dos de la madrugada cuando por fin logr dormirse,39

enrollado sobre el catre como un gato, apenas cubierto con una manta y porsupuesto vestido y sin quitarse los zapatos.Por eso, cuando alrededor de la seis y media lleg uno de los patrullerosque realizaban la guardia nocturna a travs de la villa, las noticias que lecomunicaron al comisario fueron para ponerle los pelos de punta: Dos nuevasvctimas del "loco de la patada", muertas del mismo modo que todas lasanteriores, haban sido halladas un rato antes.Se apresuraron para ir a ver a Siripo.Bien dormido, el muchacho segua en la celda, tan enrollado sobre su catrecomo cuando lo haban dejado all, despus de apagarle la luz. Continuaba conlos zapatos puestos.Un oficial se le acerc y lo zamarre.Eh, vamos, arriba!Siripo se desperez y estir las piernas. Fue entonces cuando el vigilantevio aquellas manchas de sangre en el borde de un mocasn y algunas otras sobrela tela del colchn. Comprob que eran bastante recientes.Al rato, nadie en la seccional de polica poda explicarse lo sucedido. Porsupuesto, Siripo menos.Decidieron guardar un total secreto acerca del extrao caso, segnlasrecomendaciones del juez de menores y proceder esa noche tal como elmagistrado les haba instruido, por ms disparatadas que sus indicacionespudieran parecerles. As fue como, cerca de las doce menos cuarto, nueve o diezpolicas vestidos de civil se distribuyeron en distintos lugares de la villa,dispuestos a obrar como carnada de ese inslito sujeto al que llamaban el "locode la patada". Ms o menos cerca de ellos y estacionados discretamente entresombras y matorrales varios patrulleros protegan su vigilia. Dios quiera que"pique" y se lance al ataque de alguno de los nuestros... decan.Mientras tanto, Siripo dorma profundamente en su celda comoconsecuencia de un hipntico que le haban dado despus de comer.Esta vez, a la lamparita que penda del techo del pequeo calabozo ladejaron encendida y dos cabos observaban al chico sin perderse detalle.En su despacho, el comisario fumaba un cigarrillo detrs del otro yamenazaba con consumir toda la provisin de caf, tan nervioso estaba por esecaso misterioso que no acertaba a resolver.El viejo reloj de la seccional seal las tres del amanecer cuando los gritosde su personal subalterno lo alertaron de que algo fuera de lo comn,extraordinario, estaba ocurriendo en la celda de Siripo.Enseguida, corri hacia all y si no hubiera visto l mismo lo que juntocon los cabos le toc ver, seguramente le habra resultado dificilsimo creerlo.Paralizados permanecieron los tres hombresmientras que los pies deSiripo, calzados en los mocasines, se desprendan de las piernas del chico, seapoyaban sobre el suelo como si alguien los condujera y a la carreraatravesaban las rejas y ganaban la salida del destacamento a una velocidadsobrehumana.Casi ni tiempo para reaccionar tuvieron. Imposible detenerlos all.Fue entonces cuando el comisario avis a sus unidades mviles lo que40

acababa de pasar y ordenndole a uno de los cabos que no se moviera de sulugar junto a la celda sali a todo lo que daba hacia la calle, en compaa delotro guardia. Siripo sin sus pies continuaba completamente entregado alsueo y ajeno a todo.La encarnizada bsqueda y persecucin que del par de zapatos efectu lapolica aquella maana, rindi parte de sus frutos. Y decimos "parte" porque eldemonaco calzado pareci advertir que se intentaba atraparlo y a punto deserlo se arroj al pestilente riacho que constitua uno de los lmites de la villa.En el mismo momento, Siripo despert casi aullando y casi aullandosigui durante algn tiempo, al comprobar que le faltaban los pies.Sin embargo, no senta el mnimo dolor. Sus pantorrillas presentaban elaspecto de esas que carecen de las extremidades inferiores desde siempre, comosi hubiera nacido sin pies o como si los hubiese perdido en algn accidente de susprimeros meses de vida.Pronto, toda la comunidad se puso en campaa para hacer una colecta. Latragedia que haba sufrido el pobre muchacho,con su carga de horror y misterio,hizo que no hubiera quien permaneciese insensible.As fue como, un mes ms tarde de aquellos episodios, Siripo y su abuelitaviajaban al exterior para someterlo a un tratamiento a fin de incorporarle ciertasprtesis, que le permitiran desplazarse con ellas por sus propios medios.A su regreso, un poderoso empresario se ofreci para instalarle un kioskosobre una de las ventanas de la casilla. El local, atendido tambin por la abuela ysu amiga Eulalia y tan surtido como se lo haban donado se convirti en unabuena fuente de ingresos para todos ellos.En cuanto a los zapatos...Fue intil el rastrillaje que los bomberos hicieron en las aguas del riacho.Nunca se encontr el par de mocasines ni los pies que sin que eldesafortunado Siripo lo supiera se le haban convertido en verdaderos piesfantasmas, posedos por la satnica energa de ese calzado que vaya a saberse aquin haba pertenecido.En pies fantasm