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ISSN en trámite ÓRGANO OFICIAL DE DIFUSIÓN Mayo - Agosto, 2017 Época 1, Vol. 1, No. 2 Revista de la Asociación Psiquiátrica Mexicana, A.C. La Neurocinemática: Una herramienta para explorar la conciencia Rafael J. Salin-Pascual DÍAS MUNDIALES E INTERNACIONALES RELATIVOS A LA SALUD Y A LAS ENFERMEDADES MENTALES Dra. Martha Patricia Ontiveros Uribe LA PSIQUIATRÍA Y EL PSIQUIATRA COMO ESPECIALISTA DE LA MEDICINA Y LA SALUD MENTAL Dr. Enrique Chávez- León LA NEUROCINEMATICA: UNA HERRAMIENTA PARA EXPLORAR LA CONCIENCIA Rafael J. Salin-Pascual E L SISTEMA LÍMBICO COMO VÍNCULO NEUROANATÓMICO ENTRE OBESIDAD Y DEPRESIÓN. HALLAZGOS EN NEUROIMAGEN Flores-Ocampo, Paola M., Jaramillo-García, MA., Vieyra Reyes, P. LOS PODERES CURATIVOS DEL HEAVY METAL Dra. Patricia Rodríguez Saravia

Revista de la Asociación Psiquiátrica · psiquiátrica de América Latina (APAL). El 7 de abril se celebró el Día Mundial de la Salud: Hablemos de Depresión. La Asociación Psi-quiátrica

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ISSN en trámite

ÓRGANO OFICIAL DE DIFUSIÓN

Mayo - Agosto, 2017 Época 1, Vol. 1, No. 2

Revista de la Asociación

PsiquiátricaMexicana, A.C.

La Neurocinemática: Una herramienta para explorar la concienciaRafael J. Salin-Pascual

DÍAS MUNDIALES E INTERNACIONALES RELATIVOS A LA SALUD Y A LAS ENFERMEDADES MENTALESDra. Martha Patricia Ontiveros Uribe

LA PSIQUIATRÍA Y EL PSIQUIATRA COMO ESPECIALISTA DE LA MEDICINA Y LA SALUD MENTAL

Dr. Enrique Chávez- León

LA NEUROCINEMATICA: UNA HERRAMIENTA PARA EXPLORAR LA CONCIENCIA

Rafael J. Salin-Pascual

EL SISTEMA LÍMBICO COMO VÍNCULO NEUROANATÓMICO ENTRE OBESIDAD Y DEPRESIÓN. HALLAZGOS EN NEUROIMAGEN

Flores-Ocampo, Paola M., Jaramillo-García, MA., Vieyra Reyes, P.

LOS PODERES CURATIVOS DEL HEAVY METALDra. Patricia Rodríguez Saravia

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Consejo NacionalExpresidentesDr. Ramón de la Fuente Muñiz (Fundador) (+), Dr. Guillermo Calderón Narváez (+), Dr. Dario Urdapilleta Bueno (+), Dr. Rafael Velasco Fernández (+), Dr. Héctor Hernán Tovar Acosta (+) Dr. Carlos Pucheu Regis (+), Dr. Raymundo Macías Avilés, Dr. Carlos Campillo Serrano, Dr. Antonio Ruíz Taviel de Andrade, Dr. Alejandro Díaz Martínez, Dr. Salvador González Gutiérrez, Dr. Lauro Augusto Castanedo de Alba, Dr. Armando Vázquez López-Guerra, Dr. Enrique González Ruelas, Dr. Luis Guillermo Ruiz Flores (+) , Dr. Enrique Camarena Robles, Dr. Marco Antonio López Butrón, Dr. Luis Enrique Rivero Almanzor, Dr. Jesús María del Bosque Garza, Dra. Martha Patricia Ontiveros Uribe, Dr. Fernando López Munguía, Dr. Eduardo Ángel Madrigal de León, Dr. Juan Luis Vázquez Hernández.

Capítulos Estatales Aguascalientes, Dr. Fernando Junior Félix Orta; Baja California, Dra. Mirna Araceli Trancoso Hernández; Baja California Sur, Dra. Rosa Isela Montelongo Soto; Campeche, Dra. Alba Nelly Sarmiento Buendía; Ciudad de México, Dr. Mario Alberto Olivares Herver; Coahuila, Dra. Helena Villarreal García; Colima, Dra. Patricia Lucila Ayala Guízar; Chiapas, Dr. Rolando Argüello Aguilar, Chihuahua, Dr. Luis Eduardo Juárez Nogueira; Durango, Dra. María Soledad Ruíz Canaán; Estado de México, Dr. Salvador Herrera Rosario; Guanajuato, Dr. Edmundo Hernández Rodríguez Malpica; Guerrero, Dra. Amelia de la Paz García Ríos; Hidalgo, Dra. Gabriela García Laguna; Jalisco, Dr. César Daniel Rosas de Alba; Michoacán, Dra. María Guadalupe Villicaña Palomares; Morelos, Dr. Alberto Cuauhtémoc Guerrero Ochoa; Nayarit, Dr. José Antonio Palacios Isaac; Nuevo León, Dr. Oscar Noé Casados Bazán; Oaxaca, Ana Luisa Gomez Morales; Puebla, Dr. Guillermo Bauza Meneses; Quintana Roo, Dr. Enrique Barrales Islas; San Luis Potosí, Dr. Pedro Noé Ubaldo Pérez; Sonora, Dr. Fernando Pérez Beltrán; Sinaloa, Dr. Jesús Noé Acosta Hernández; Tabasco, Dra. Marlene Ruiz Piñera; Tamaulipas, Dra. María Susana Arenas Vázquez; Veracruz, Dr. Julián Eduardo Bolaños Rodríguez; Yucatán, Dr. Rubén Darío Vargas Méndez (Vocal Dr. Freddy Coronado Alamilla); Zacatecas, Dr. Carlos Rafael Origel Reséndez.

Secciones AcadémicasCoordinador de Secciones Académicas, Dr. Dante Manuel Alvear Galindo; Enseñanza, Dra. María Soledad Rodríguez Verdugo; Esquizofrenia, Dr. Miguel Ángel Herrera Estrella; Farmacodependencia y alcoholismo, Dra. Irma Basurto García; Guerra, Trauma y Desastre, Dr. Víctor Octavio López Amaro; Diversidad Sexual, Dr. Jeremy Bernardo Cruz Islas; Mujer y Psiquiatría, Dra. Mónica Flores Ramos; Psicofarmacología, Dr. Alejandro Molina López; Psiquiatría Familiar, Dr. Fernando Junior Félix Orta; Trastorno Afectivo Bipolar, Dr. Felipe Vázquez Estupiñán; Psicogeriatría, Dra. Alexis Bogorje Estrada; Psicología y Psicopatología de la Expresión, Dr. Enrique Rafael Suárez; Psicoterapia, Dra. Regina Monroy Solís; Psiquiatría Clínica y de Enlace, Dr. Mario Alberto Olivares Herver; Psiquiatría del Sueño y sus Trastornos, Dr. Gerardo Méndez Alonso; Trastornos de la Conducta Alimentaria, Alejandro Caballero Romo; Psiquiatría Infantil y de la Adolescencia, Dra. Ana Bertha Meza Pérez; Psiquiatría Legal, Dr. Carlos Hugo Isaac Serna; Psiquiatría Social y Comunitaria, Dr. Valerio Villamil Salcedo; Psiquiatría y Espiritualidad, Dra. Araceli Granados Días; Filosofía de la Psiquiatría, Dra. Irma Patricia Espinoza Hernández; Psiquiatría y Medios de la Comunicación, Dr. Jaime Orozco Ibarra; Sexología Médica, Dra. Evelyn Rodríguez Estrada; Urgencias Psiquiátricas, Dra. María Cristina López Pedraza; Patología Dual, Dr. Mario Souza y Machorro; Trastornos de la Personalidad, Dra. Marcela Blum Ortiz.

Consejo EditorialPresidente del Consejo Editorial, Dr. Enrique Chávez- León; Revista de la Asociación Psiquiátrica Mexicana; Co-Editores, Dra. Martha Patricia Ontiveros Uribe, Dra. Jacqueline Cortés Morelos, Dr. Rodolfo Caballero Domínguez, Dr. Mario Souza y Machorro; Proyecto Editorial, Dr. Rafael Medina Dávalos; Publicaciones Especiales, Dr. Enrique Chávez León.

Página Web: www.psiquiatriasapm.org.mx

Certificación de Licitud de Título y de Contenido en trámite.

Dir. Gral. de Derechos del Autor: Depto. de Reservas. Reserva en trámite.

Revista de la Asociación Psiquiátrica Mexicana, es el órgano de la Asociación Psiquiátrica Mexicana, A.C. Los artículos y fotografías son responsabilidad exclusiva de los autores. La reproducción parcial o total para uso personal podrá hacerse siempre que se cite a la revista y su autor como fuente; para uso publicitario o promocional requiere la autorización del editor.

Toda correspondencia debe ser dirigida a: Dr. Enrique Chávez León, Periférico Sur 4194 1er. piso, Jardines del Pedregal, Delegación Álvaro Obregón, C.P. 01900, México D.F. Tels.: 5652 5576 y 5652 5586. [email protected]. La Revista de la Asociación Psiquiátrica Mexicana es diseñada por D3 Ediciones, S.A. de C.V., Av. Lomas Verdes 2560-306, C.P. 53120, Naucalpan, Estado de México, Tels.: 5343 8089, e-mail: [email protected]

PSIQUIATRÍAAsociAción PsiquiátricA MexicAnA

órgano oficial de difusión

Comité Ejecutivo 2016-2017PresidenteDr. Enrique Chávez- LeónPresidente ElectoDr. Aldo Antonio Suárez MendozaSecretaria GeneralDra. Claudia Becerra PalarsTesoreraDra. María Martha Palencia NúñezVicepresidencia CentroDra. Jacqueline Cortés Morelos Vicepresidencia OccidenteDr. Gerardo Francisco Villanueva Bueno Vicepresidencia NoresteDr. José Sergio Viera NiñoVicepresidencia NoroesteDra. Sherezada Pool García

Vicepresidencia SurDr. Bernardo NG Solís

Secretarías AuxiliaresSecretaría de Educación Médica ContinuaDra. Jacqueline Cortés MorelosSecretaría de Asuntos InternacionalesDr. Bernardo Ng SolisSecretaría de Asuntos InterinstitucionalesDr. Mario Alberto Olivares HerverSecretaría de Atención Médicos ResidentesDra. Martha Patricia Ontiveros Uribe Adjunto: Dra. Melissa Flores FrancoSecretaría de Trabajos Libres Dra. Ingrid Vargas Huicochea Secretaría de Informática y Comunicación Dr. Marco Sánchez Rentería

Secretaría de Atención a Psiquiatras Jóvenes Dr. Luis David Góngora EspejoPrograma EditorialDr. Rafael Medina Dávalos

Revista de la Asociación Psiquiátrica MexicanaEditorDr. Enrique Chávez León Comité EditorialDra. Martha Patricia Ontiveros UribeDr. Rodolfo Caballero DomínguezDra. Jacqueline Cortés MorelosDr. Mario Souza Machorro

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7 Psychiatry and the psychiatrist as specialist of medicine and mental health

Enrique Chávez-León

18 Neurocinematics: A tool for exploring consciousness

Rafael J. Salin-Pascual

28 The limbic system as a neuroanatomical link between obesity and depression. Neuroimaging findings

Flores-Ocampo, Paola M., Jaramillo-García, MA., Vieyra Reyes, P.

36 World and International Days Related to Health and Mental Illness

Dra. Martha Patricia Ontiveros Uribe

39 The healing powers of heavy metal

Dra. Patricia Rodríguez Saravia

APM titles

Contents

May-August, 2017 l 1st Epoch, Vol. 1, No. 2órgano oficial de difusión

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7 La psiquiatría y el psiquiatra como especialista de la medicina y la salud mental

Enrique Chávez-León

18 La Neurocinemática:

Una herramienta para explorar la conciencia

Rafael J. Salin-Pascual

28 El sistema límbico como vínculo neuroanatómico entre obesidad y depresión. Hallazgos en neuroimagen

Flores-Ocampo, Paola M., Jaramillo-García, MA., Vieyra Reyes, P.

36 Días mundiales e internacionales relativos a la salud y a las enfermedades mentales

Dra. Martha Patricia Ontiveros Uribe

39 Los poderes curativos del heavy metal

Dra. Patricia Rodríguez Saravia

es APM

Contenido

Mayo-Agosto, 2017 l Época 1, Vol. 1, No. 2órgano oficial de difusión

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LLa Asociación Psiquiátrica Mexicana AC nacida en 1966, cumplió el pasado marzo, 51 años.

Carta del presidente

¿Qué nos da la APM?La APM nos da la posibilidad de trabajar

por la Psiquiatría y la Salud Mental

Dr. Enrique Chávez- LeónPresidente 2016- 2017

El día 30 de marzo conmemoramos el XI Aniversario Luctuoso del Dr. Ramón de la Fuente Muñiz, Fundador de la Asocia-ción Psiquiátrica Mexicana AC y el LI Ani-versario de la Fundación de la APM AC.

A la vez celebramos el Primer En-cuentro de la Comunicación con la Psi-quiatría, en la que estuvieron presentes socios pertenecientes al Comité Ejecutivo, Dra. Martha Patricia Ontiveros Uribe, Dr. Aldo Suárez y Dr. Enrique Chávez- León, además de la Directora del INP RFM, Dra. María Elena Medina Mora Icaza, y profesionales de los distintos medios de comunicación, radio, televisión, prensa escrita y redes sociales: Irlanda Maya, re-portera especializada en Salud en Televi-sa, Jesús Martín Mendoza, Conductor de la emisión vespertina del noticiario de Ra-dio Red, Luis Ocampo, Dirección equipo de reporteros de ForoTV de Televisa, Ber-tha Sola, Editora y reportera en Bienestar de la Crónica online.

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Revista de la Asociación PsiquiÁtrica Mexicana 2017 VOL. 1, No. 2

La Dra. Rebeca Robles García del Instituto Na-cional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz, Coordinadora de los Estudios de Campo para la CIE 11 de la Organización Mundial de la Salud, habló sobre la impoirtancia de considerar a los trastornos mentales como enfermedades que de-ben recibir diagnóstico y tratamiento adecuados.

Quedan en la Agenda las Jornadas Bincaiona-les México- Estados Unidos en Tijuana y la Univer-sidad de California en San Diego, organizadas por la Vicepresidencia Noroeste a cargo del Dr. Ber-nardo Ng, la celebración del Día Internacional de la Prevención del suicidio, en colaboración con Servicios de Atención Psiquiátrica (SAP) y el XXV Congreso nacional de la APM en colaboración con la World Psychiatric association y la Asociación psiquiátrica de América Latina (APAL).

El 7 de abril se celebró el Día Mundial de la Salud: Hablemos de Depresión. La Asociación Psi-quiátrica Mexicana AC a través de la Dra. Martha Patricia Ontiveros Uribe, Ex Presidente 2008- 2009 de la APM y el Dr. Marío Alberto Olivares Herver describieron los distintos apectos clínicos y tera-péuticos de la depresión a lo largo del ciclo vital.

En mayo, se llevó a cabo el Simposio: Psicolo-gía y Psiquiatría: Caminos Convergentes en Salud Mental.

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Revista de la Asociación PsiquiÁtrica Mexicana 2017 VOL. 1, No. 2

La psiquiatría y el psiquiatracomo especialista de lamedicina y la salud mentalPsychiatry and the psychiatrist as specialist of medicine and mental health

Psiquiatría

La palabra Psiquiatría derivada del griego psiqué, alma (mente) e iatréia, curación. Psiquiatría, por sus raíces significa literalmente “curación del alma”.

En el Cármides, el diálogo de Platón sobre la Sabiduría, Sócrates le dice al joven Cármides de un encanto para los dolores de cabeza, aprendi-do de uno de los médicos del rey de Tracia: …si no debe emprenderse la cura de los ojos sin la cabeza, ni la cabeza sin el cuerpo, tampoco debe tratarse del cuerpo sin el alma… Del alma, par-ten todos los males y todos los bienes del cuerpo… El alma es la que debe ocupar nuestros primeros cuidados, y los más asiduos, si queremos que la cabeza y el cuerpo entero estén en buen estado.3

La Psiquiatría, da respuesta a tres preguntas: Establece cuáles son las enfermedades mentales, determina cuáles son las causas de estas afec-ciones y sobre todo establece qué tratamientos resultan los más útiles para ellas.

Antes y a lo largo de la existencia de la Psi-quiatría, han sido otras las “instancias”, no ne-cesariamente la Medicina, las que determinaron qué era la enfermedad mental. La religión, la fi-losofía, el psicoanálisis e inclusive la sociología y la cultura aportaron propuestas, que imperaron durante períodos variables de tiempo, y ahora coexisten en algún grado con los descubrimien-tos que la ciencia ha aportado para cimentar a la Psiquiatría. Para estas disciplinas la enfermedad mental puede no ser una enfermedad mental, o bien, tener su residencia en estructuras no físicas como el alma o la “mente” entidad, esta última, puesta por separado del cuerpo y del cerebro.

la enfermedad mental sin la Psiquiatría

La Psiquiatría ha atravesado distintas etapas a lo largo de su historia. En la más antigua, la era mí-tica de la enfermedad mental, se pretendió esta-

Dr. EnriquE ChávEz- LEón** Editor de la Revista Psiquiatría de la Asociación Psiquiátrica

Mexicana AC; Coordinador de Psicología Clínica, Facultad de Psicología, Universidad Anáhuac México Norte.

… una imagen del hombre que es parte de la biología, pero que trasciende a la biología y en la que cobran relieve su totalidad, su historicidad, su unicidad y su libertad… una imagen más compleja y también más ambigua y contradictoria, pero en último término más real, porque no excluye nada de lo que es propio de la condición del hombre en la salud y en la enfermedad

Dr. Ramón de la Fuente Muñiz Medicina, Humanismo y Ciencias Humanas (1972).

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blecer el origen de los trastornos mentales fuera del marco de la Medicina.

En esa, su primera Era, en la Psiquiatría, como ocurrió en la historia de la humanidad, las expli-caciones de los fenómenos tenían como base la expresión de poderes divinos o demoníacos.

Esta explicación convivió con la visión mé-dica hipocrática que conceptualizaba al hombre como parte del universo físico. Los cuatro elemen-tos agua, tierra, viento y fuego, tenían su corres-pondencia en los llamados humores: flema, bilis negra, sangre y bilis amarilla. Estos humores se encontraban en equilibrio en el organismo sano. En cambio su desequilibrio o predominancia aca-rreaba la enfermedad de los individuos. La melan-colía— melanos (negra) y colé (bilis)— se debía a un exceso de bilis negra; la hipocondría— hipo (debajo) y condros (costilla)— se debía a un exce-so de flema en ese sitio anatómico, el hipocondrio.

Ya en el siglo I, en el Nuevo Testamento, cuando Jesús exorciza a los endemoniados da a entender en forma tácita que el origen de la lo-cura residía en la presencia de seres malignos en el cuerpo del paciente.

En la Edad Media, la locura no era una enfer-medad, se consideraba como un éxtasis ilumina-do, un estado de santidad, o bien, el producto de la posesión demoníaca. En esa época y en la posterior, el Renacimiento, existía un humor apocalíptico, con el consecuente temor al fin del mundo, al demonio y a las brujas. Un hecho, muy conocido del siglo XVII fueron los esta-dos disociativos, considerados en ese momento como posesiones diabólicas. Dos de los casos más conocidos ocurrieron en Francia, en la or-den de las madres Ursulinas, en 1611 y 1634: Las posesiones de Aix-en-Provence y las de Loudun. En ellos, los “responsables”, el P. Louis Gaufridi y el P. Urbain Grandier fueron condenados a mo-rir en la hoguera, por brujería.

En Inglaterra, los casos más famosos de po-sesión, también ocurrieron en el siglo XVII. Los juicios por brujería Pendle Hill en Lancashire, en 1612, en donde 10 personas fueron condenadas a la horca.

En el siglo XVII, también coexistieron dos concepciones opuestas de “locura”, la demono-

lógica y la de la pérdida de la razón. En ese siglo, se fundaron los asilos, instituciones para el aislamiento de leprosos, indigentes, vagos, prostitutas y enfermos mentales, personas que transgredían las normas sociales.

Por la enfermedad mental, la persona perdía su condición de ser humano. Se convertía en una bestia insensible al dolor, al frío y al hambre, sin el derecho del trato caritativo y cuyo “tratamien-to” consistía en la domesticación por el miedo.

aParición de la Psiquiatría

El precedente más importante, basado en “con-ceptos médicos” fue el magnetismo animal, el “mesmerismo” doctrina propuesta por el médico vienés Franz Anton Mesmer, en el siglo XVIII. Él cuestionó la utilidad de los exorcismos, rea-lizados por el P. Johann Joseph Gassner como tratamiento de las personas víctimas de la pose-sión en la Academia de Ciencias de Munich. Fue el primer planteamiento médico laico acerca del tema, y por ende una confrontación formal con las creencias religiosas.

Aunque la palabra psiquiatría (tratamiento mé-dico del alma) fue acuñada por el médico alemán Johann Christian Reil hasta 1808, desde la última década del siglo XVIII y los primeros años del siglo XIX, surgió y se difundió el concepto de tratamien-to moral, el cuidado humanitario con componentes psiquiátricos, psicológicos, religiosos y morales, es-tablecido por Philippe Pinel, primero en el hospital Bicêtre y después en el de la Salpêtrière. También, por este alienista francés, la enfermedad mental recibió una denominación especial “alienación” y a quien la padecía “alienado”

Desde el siglo XIX se sabe que la mente reside en el cerebro, sin embargo, no podía concluirse en ese momento que también era la residencia de las enfermedades mentales. A diferencia de lo que ocurrió en otras áreas de la Medicina, nunca se encontraron, en las disecciones, anomalías ce-rebrales visibles en los pacientes con trastornos mentales que guardaran relación con sus sínto-mas o comportamientos anormales. Entonces se estableció que había dos tipos de enfermedades que causaban conductas anormales: las que se debían a un daño visible en el cerebro (afasia

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de Broca, enfermedades como el Parkinson, Alz-heimer, Pick o Huntington) y en las que el ce-rebro parecía normal (psicosis, manías, fobias, melancolía, obsesiones e histeria).

Fue entonces que en el siglo XIX, los médi-cos se tornaron neurólogos o psiquiatras. Los psiquiatras, alienistas entonces, nos encargamos del tratamiento de las enfermedades invisibles, aquellas sin causa física identificable.

La Psiquiatría ha confraternizado con la Neu-rología (Psiquiatría biológica) o se ha declarado totalmente ajena a la Neurología (psicoanálisis).

La Psiquiatría biológica surgió a mediados del siglo XIX, buscando restituir a la Psiquiatría como especialidad médica. Su representante principal, Wilhelm Griesinger, llevaba un registro cuidado-so de los síntomas de sus pacientes y llevaba a cabo disecciones de cerebro, buscando encontrar una correlación. Publicó los archivos de Psiquia-tría y de las enfermedades nerviosas. Este inten-to, contando sólo con un examen externo del cerebro y el uso del microscopio, fue un fracaso.

Sin evidencia de que existieran alteraciones cere brales, los trastornos conductuales, afectivos e ideatorios, recibieron la denominación de enferme-dades mentales. Producto de la mente del sujeto.

Sigmund Freud fue la respuesta a la mitolo-gía cerebral o anatomía especulativa. Su barba Eduardiana, lentes redondos y un cigarro, cons-tituyeron las características inconfundibles, no sólo del psicoanalista, también del psiquiatra en el mundo occidental.

Freud se entrenó con el neurólogo francés Martin Charcot, en el hospicio de la Salpetriere. La importancia que tuvo le llevó a interactuar con personajes de la época. Por ejemplo mantuvo co-rrespondencia con Einstein.

“Estimado señor Einstein: Cuando me enteré de que usted se proponía invitarme a cambiar ideas sobre un tema que ocupaba su interés… un problema ante el que cada uno de nosotros, el físico como el psicólogo, pudiera labrarse un ac-ceso especial,… En tal expectativa, me sorpren-dió su pregunta ¿Qué podría hacerse para evitar a los hombres el destino de la guerra?”

Freud trae a la luz la vida instintiva del hombre y propone que todas las enfermedades mentales

se deben a conflictos entre las distintas estructu-ras de la mente. Sus conceptos definieron a los trastornos mentales hasta el año de 1979, en que la Asociación Americana de Psiquiatría, deja fue-ra de uso el término “neurosis.”

Sigmund Freud jugo un papel paradójico: per-mitió la comprensión de la mente y a la vez dio a la Psiquiatría una teoría sin sustento científico.

Gustave Flaubert, alguna vez dijo: “Las cien-cias psicológicas se quedarán donde ahora yacen, es decir en las tinieblas y el desvarío, en tanto no tengan una nomenclatura exacta y mientras esté permitido usar la misma expresión para designar las ideas más diversas.”7

En la práctica de la Psiquiatría han existido otras prácticas sin bases científicas: las píldoras de bilis de Benjamin Rush, fundador de la Aso-ciación Americana de Psiquiatría; Julius Wagner-Jauregg y su terapia con paludismo (Premio Nobel de Fisiología, en 1927); NeilMacLeod y su terapia de sueño profundo usando bromuro para los episodios maníacos; Manfred Sakel y la te-rapia por shock insulínico; Melanie Klein y la terapia de conversión de la orientación sexual; el Instituto Orgone fundado por el psiquiatra aus-triaco Wilhelm Reich, discípulo de Freud y médi-co de Einstein, cuyos libros se promocionan aún ahora en Amazon, a pesar de que murió en la cárcel, debido a su actividad fraudulenta.

En el sentido opuesto las personas pueden preferir recurrir a las prácticas no científicas. Los trastornos mentales, han tenido más tratamien-tos inútiles o cuestionables que cualquier otra enfermedad médica.

la Psiquiatría actual

Tras haber sufrido durante mucho tiempo la críti-ca de ser una disciplina descriptiva, con modestos resultados terapéuticos, a partir de los años 50, la Psiquiatría empezó a tener un sitio nuevamente en la Medicina. La introducción de los primeros antip-sicóticos y antidepresivos, y un poco más tarde de los ansiolíticos y de los estabilizadores del ánimo, permitieron interrumpir de manera sorprendente los procesos patológicos que habían sido, a lo lar-go de la historia, no sólo incurables, también in-tratables. Los síndromes psiquiátricos pudieron ser

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tratados exitosamente, por primera vez en toda la historia de la humanidad.

El estudio de los psicofármacos, y sus meca-nismos de acción, permitió plantear esbozos del sustrato, si no cerebral, sí neuronal de las prin-cipales enfermedades. El exceso de actividad do-paminérgica de la esquizofrenia; la deficiencia de serotonina en la depresión; la participación del GABA (ácido gama aminobutírico) en la ansiedad.

Los avances tecnológicos posteriores, han per-mitido determinar el funcionamiento del cerebro de la persona sana y de la afectada por algún pa-decimiento mental, a través de estudios de imáge-nes (tomografía por emisión de positrones, PET y la resonancia magnética nuclear funcional, RMNf).

Los resultados de la investigación en neurocien-cias, además de ir descubriendo las vías y las áreas cerebrales, afectadas por las enfermedades menta-les, han resaltado tanto la importancia de la genéti-ca como la del ambiente, así como su interacción.

la misión de la Psiquiatría

La misión de la Psiquiatría de dar respuesta a las tres grandes preguntas ¿Qué son las enfermedades mentales? ¿Cuál es su origen? ¿Cuál debe ser la for-ma más apropiada de tratarlas? se ve obstaculizada cuando menos por los tres factores siguientes:

1. El desconocimiento acerca de la Psiquiatría como especialidad de la Medicina.

2. La falta de formación acerca de la salud y las enfermedades mentales durante la carrera de Medicina.

3. El número insuficiente de especialistas para la atención de la salud mental.

Estos tres factores se aúnan a otros que, inter-fieren directamente con la práctica clínica de la Psiquiatría:

a. La falta de presupuesto para la implementa-ción de los programas de salud mental.

Recordemos que frecuentemente las enferme-dades mentales aparecen durante la niñez y la adolescencia, cerca de la mitad de las enfer-medades mentales hacen su aparición, antes de los 14 años. El número de especialistas en paidopsiquiatría y hospitales con áreas de hos-pitalización para niños y adolescentes es bajo.

El suicidio a nivel mundial ocurre en 800,000 personas en promedio al año, principalmente durante la juventud y en la etapa de adulto jo-ven. En México se registraron 5,909 suicidios en el año 2013, lo que corresponde al 8.5% de muertes violentas (INEGI Estadísticas de Mortalidad). La mayoría se encontraban en-tre los 15 y 24 años (31 %), seguidos de los de 45 años o más (24.5%) y de 25 a 34 años (22.3%).9 Tres y medio por ciento de los in-tegrantes de los hogares en México de 12 o más años de edad experimentan diariamente sentimientos de depresión.10

Los trastornos mentales pueden ser crónicos (au-tismo, trastorno bipolar y esquizofrenia) y produ-cir limitaciones importantes en el funcionamiento psicosocial familiar, social y laboral (depresión, trastornos por uso de sustancias, obsesivo com-pulsivo, estrés postraumático, etcétera).

b. El estigma con el que vive la persona que pa-dece una enfermedad mental, y que comparte el especialista encargado de su tratamiento.

Los principales obstáculos para que las neuro-ciencias se integren a la Psiquiatría y den res-puesta a ellas son: la falsa creencia (prejuicio) de que la ciencia, en este caso las neurocien-cias, todavía no cuentan con las explicaciones apropiadas o suficientes acerca de las enferme-dades mentales, o bien, estos conocimientos son demasiado sofisticados, y por ende, impo-sibles de aplicar dada su complejidad, o por el contrario, que no tienen mayor trascendencia para el diagnóstico o el tratamiento de las per-sonas afectadas por la enfermedad mental.

el Psiquiatra

El psiquiatra es el (médico) especialista en la Psi-quiatría.6 Es el experto —como el cardiólogo lo es en las enfermedades cardiovasculares—, en la prevención, diagnóstico y tratamiento de los trastornos mentales. Posee amplio conocimiento acerca de la relación entre la anatomía y fisiolo-gía del sistema nervioso central y las enfermeda-des físicas, los estados emocionales normales y las enfermedades mentales. También es experto en la aplicación de tratamientos biológicos, psi-coterapéuticos y psicosociales.2

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Revista de la Asociación PsiquiÁtrica Mexicana 2017 VOL. 1, No. 2

Para ser psiquiatra, es necesario ser previa-mente médico. Ello requiere un período largo de tiempo, cuando menos 10 años. Los primeros seis años se estudia la carrera de Medicina y poste-riormente, durante cuatro años más, realiza un entrenamiento en el área. Este hecho, es necesa-rio subrayarlo, pues en una encuesta realizada en estudiantes y público en general de la South Lon-don Medical School, se encontró que el 54% de las personas consideraba que los psiquiatras, para poder llevar a cabo su actividad clínica, no necesi-taban ser médicos, y un 56% consideraba también, innecesario un entrenamiento de posgrado.11

La Psiquiatría apareció en la Medicina con dos personalidades médicas, uno de ellos poco co-nocido, Johann Christian Reil, médico fisiólogo y anatomista alemán quien propuso el término Psi-quiatría (Psique del griego psykhē “alma” y — del prefijo iatría “tratamiento médico” del griego iātrikos “médica” de iāsthai “sanar”) en 1808 y años antes, en 1783, Philipp Pinel estableció el tratamiento moral en el asilo para lunáticos, el Hospital Bicêtre en París.

A principio de la década de los años 1930, ocurrieron desarrollos que ampliaron significativa-mente el tratamiento de algunos trastornos menta-les severos. Por un lado, Sakel, en Viena, introdujo el uso de la insulina para producir estados coma-tosos en el tratamiento de las psicosis esquizofré-nicas; y por el otro, Von Meduna, en Budapest, desarrolló la inducción de crisis convulsivas con metrazol con propósitos similares. Cerletti y Bini, en Roma, desarrollaron el electrochoque y Moniz, en Lisboa, realizó la primera lobotomía prefrontal, lo cual abrió el camino a la psicocirugía.

En México, en 1566 Fray Bernardino Álva-rez fundó el hospital de San Hipólito, primero en su género dedicado al cuidado de enfermos mentales en las Américas. En 1910, unos meses antes de que estallara la Revolución mexicana, el presidente Porfirio Díaz inauguró en los te-rrenos de la hacienda La Castañeda, en el sur de la Ciudad de México, el manicomio general. Como consecuencia de la Guerra civil españo-la, algunos distinguidos neurólogos y psiquiatras en México continuaron su desarrollo profesional. Fue el caso de Gonzalo Lafora, Wenceslao López Alvo y Federico del Roncal. Un eminente neuro-patólogo español que llegó a México en 1940,

fue Dionisio Nieto, quien desarrolló sus trabajos en el hoy Instituto de Investigaciones Biomédicas de la Universidad Nacional Autónoma de México. Sobresalió en el campo de la Psiquiatría biológica y trabajó en el área clínica en el manicomio de La Castañeda. Algunos de sus principales alumnos y colaboradores fueron Agustín Caso y Augusto Fernández-Guardiola.

Entre 1933 y 1952, el escenario académico de la Psiquiatría en México estuvo representado por un selecto grupo de médicos que sobresalieron por sus aportaciones y dedicación a los enfer-mos con trastornos mentales y neurológicos. Ma-nuel Guevara Oropeza, Samuel Ramírez Moreno, Leopoldo Salazar Viniegra, Guillermo Dávila, Mar-tín Ramos Contreras, Raúl González Enríquez, Ed-mundo Buentello, Alfonso Millán y Mario Fuentes Delgado fueron quienes desarrollaron la asis-tencia médica de los enfermos mentales tanto a nivel privado como institucional. En 1946, se fun-dó la primera Unidad de Psiquiatría del Instituto Mexicano del Seguro Social. El primer Director de Salud Mental de la Secretaría de Salubridad y Asistencia, fue el doctor Samuel Ramírez Moreno.

Las primeras residencias hospitalarias en Psi-quiatría se iniciaron en el manicomio de La Cas-tañeda en 1948. Había también cursos formales en los sanatorios privados de los doctores Rafael Lavista y Samuel Ramírez Moreno. En la década de los años 1950 se desarrollaron cursos en el Hospital Central Militar, se fortalecieron los de la Facultad de Medicina de la UNAM y se iniciaron en la Universidad Autónoma de Nuevo León.

En 1951, la UNAM estableció un curso formal de Psiquiatría a iniciativa de Raúl González Henríquez y Guillermo Dávila con una duración de dos años.

En 1952, el doctor Raoul Fournier Villada, di-rector de la Facultad de Medicina de la Univer-sidad Nacional Autónoma de México, separó los programas de enseñanza de la neurología y la Psiquiatría. Ya en 1922 el doctor José Meza Gu-tiérrez había impartido un curso optativo de Psi-quiatría en el 6º año de la carrera de Medicina.

Entre 1960 y 1970, la Secretaría de Salubridad y Asistencia estableció una red de 11 hospitales, nueve de ellos hospitales-granjas y los hospitales Fray Bernardino Álvarez y el hospital Psiquiátrico Infantil Juan N. Navarro.

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En 1970, el doctor Ramón de la Fuente Muñiz, fundador de la Psiquiatría moderna en México, creó el primer servicio abierto de Psiquiatría en un hospital general (el Hospital Español de Mé-xico), en 1972, el Centro Universitario de Salud Mental, sede del Departamento de Psiquiatría y Salud Mental de la Facultad de Medicina de la UNAM. Fue el fundador, en 1966, la Asociación Psiquiátrica Mexicana, años después el Conse-jo Mexicano de Psiquiatría y en 1979, el Instituto Mexicano de Psiquiatría, el actual Instituto Nacio-nal de Psiquiatría que lleva su nombre.

La residencia, para la especialización como psi-quiatra, incluye un curso en donde se integra: a) El conocimiento y diagnóstico de las enferme-dades men tales, psicofarmacología y psicoterapia fundamentalmente, complementadas con materias relacionadas con genética, neuroquímica, anatomía y fisiología del sistema nervioso central y materias de corte humanista y psicológico, y b) Un entrena-miento clínico extenso supervisado en hospitales psiquiátricos y en áreas de consulta externa.

Después de haber completado la especialidad en Psiquiatría, el Consejo Mexicano de Psiquia-tría, evalúa los conocimientos teóricos y las des-trezas y habilidades prácticas del psiquiatra, para certificarlo como apto para llevar a cabo su activi-dad como profesional de la Medicina, especialista en Psiquiatría. Posteriormente, el mismo consejo lo reexaminará cada cinco años, certificando en cada ocasión su capacidad como especialista.

El Consejo Mexicano de Psiquiatría certifica desde 1972 a los médicos especialistas en Psi-quiatría y a los médicos especialistas en Psiquiatría Infantil y de la Adolescencia, desde 1996. La cer-tificación se lleva a cabo mediante un examen de conocimientos teóricos y clínico-prácticos y lleva a cabo la recertificación cada cinco años a los mé-dicos especialistas certificados en Psiquiatría Ge-neral y en Psiquiatría Infantil y de la Adolescencia que acrediten actividades de actualización, capaci-tación y educación médica continua en ese lapso (Consejo Mexicano de Psiquiatría).

El Consejo Mexicano de Psiquiatría pertene-ce al Comité Normativo Nacional de Consejos de Especialidades Médicas (CONACEM), organismo conformado por la Academia Nacional de Medi-

cina, la Academia Mexicana de Cirugía y los Con-sejos de Especialidades Médicas que han recibido y mantienen el Certificado de Idoneidad.

El American Board of Psychiatry and Neuro-logy (ABPN) es el equivalente norteamericano del Consejo Mexicano de Psiquiatría y certifica, además de la Psiquiatría Infantil y de la Adoles-cencia, otras subespecialidades de la Psiquiatría: Psiquiatría de las adicciones, Psiquiatría forense, Psicogeriatría, Psiquiatría de los trastornos del neurodesarrollo y Medicina del dolor (APA).

comPetencias fundamentales en la PrePa-ración y Práctica de la Psiquiatría

El entrenamiento médico incluye el desarrollar autonomía, la habilidad de tomar buenas decisio-nes bajo presión, experiencia acerca de la vida en situaciones extremas, y la capacidad de co-municarse con una amplia variedad de personas de todo tipo de nivel socioeconómico y cultural.

A pesar de la utilidad del tratamiento farmaco-lógico el especialista en Psiquiatría sabe que aun el efecto del mejor psicofármaco se verá limitado por la adversidad social.

El médico puede trabajar en un equipo multi-disciplinario pues no es difícil para él reconciliar distintas perspectivas, utilizando como punto de referencia la visión biomédica.

Las nuevas técnicas de investigación han ido aportando paulatinamente cada vez más infor-mación acerca de cómo el cerebro lleva a cabo las funciones mentales. Es lamentable cuando los profesionales de salud mental no son capa-ces o no están interesados en poner en práctica estos conocimientos.

El entrenamiento médico no consiste tan solo en un proceso de aprendizaje científico acerca de la salud y la enfermedad, también incluye la ex-periencia humana. Contribuye en la comprensión y el abordaje de la salud mental.14

Las competencias fundamentales que un mé-dico en entrenamiento para ser especialista de la Psiquiatría adquiere, son: destrezas para dar atención psiquiátrica apropiada, conocimientos acerca de la prevención, tratamiento y rehabili-tación, aprendizaje teórico complementado con

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la práctica, habilidades interpersonales y de co-municación, profesionalismo y una práctica con un marco teórico sólido.8

guías Para la formación de residentes

La formación del médico en entrenamiento para ser especialista en Psiquiatría incluye la supervi-sión de actividades que incorporan las compe-tencias fundamentales.

Los médicos, durante su residencia en Psiquia-tría viven las siguientes experiencias:

1. Cuentan con la supervisión y revisión de todos los casos vistos

2. Pasan visita diariamente con el psiquiatra a car-go del área y posteriormente se reúnen con él para complementar el aprendizaje

3. Reciben un modelamiento por parte del psi-quiatra-tutor, de la forma ideal de realizar la entrevista y consulta psiquiátrica, incluyendo la evaluación, formulación de los diagnósticos diferenciales, desarrollo de recomendaciones apropiadas y de la información proporcionada a los familiares del paciente.

4. Reciben recomendaciones del psiquiatra-tu-tor, respecto a las entrevistas y evaluaciones, así como su forma de interactuar con pacien-tes y familiares.

5. Sus historias clínicas, notas de ingreso y evo-lución son revisadas y editadas por el psiquia-tra-tutor.

6. Reciben retroalimentación respecto al desarro-llo de las competencias fundamentales de ma-nera formal y regular.

7. Reciben clases establecidas en planes de estu-dio y se evalúa de manera estructurada, a tra-vés de exámenes, los conocimientos básicos, clínicos y terapéuticos que deben adquirir a lo largo de su formación.

8. Presentan sesiones bibliográficas y casos clí-nicos respetando lineamientos éticos y parti-cipan en sesiones clínicas periódicas a lo largo de su formación como especialistas.

El psiquiatra cuenta con la ventaja de man-tenerse continuamente actualizado a través de

actividades científicas realizadas por la industria farmacéutica y por la asociación de especialistas en Psiquiatría en México: La Asociación Psiquiá-trica Mexicana (APM, AC).

La Asociación Psiquiátrica Mexicana es una sociedad médica nacional cuyos médicos aso-ciados están especializados en el diagnóstico, tratamiento, prevención e investigación de las enfermedades mentales.

La Asociación Psiquiátrica Mexicana AC., na-ció un 31 de marzo, en 1966, su ilustre fundador, el maestro Ramón de la Fuente Muñiz, cuan-do la APM cumplía 40 años, murió también un marzo 31 (2006). En la medicina mexicana vive siempre el recuerdo de los hombres que, con su talento y el poder de su voluntad, la impulsa-ron en nuevas direcciones. El último capítulo de la historia de la medicina en México (Fernando Ocaranza, 1934) llevaba por título “El momento actual. Fundadas esperanzas.” En él se menciona al primer director electo en la Facultad de Me-dicina de la Universidad Nacional Autónoma de México, el doctor Ignacio Chávez, fundador del Instituto Nacional de Cardiología.

Las cualidades de los fundadores de Institutos Nacionales de Salud de México, como el doctor Ignacio Chávez Sánchez (Instituto Nacional de Cardiología, 1935), el doctor Salvador Zubirán Anchondo (Instituto Nacional de Ciencias Médi-cas y Nutrición, 1946) y el doctor Ramón de la Fuente Muñiz, (Instituto Mexicano de Psiquiatría, hoy Instituto Nacional de Psiquiatría doctor Ra-món de la Fuente Muñiz, 1979) son comunes e innegables: espíritu de iniciativa, organización y actividad, unido a gran inteligencia y cultura.

La Asociación Psiquiátrica Mexicana fue funda-da por iniciativa del maestro Ramón de la Fuente Muñiz, el 31 de marzo de 1966, de la que fue el primer presidente. A su vez, en 1972, nuestra asociación propuso, con el aval de la Academia Nacional de Medicina, la formación del Consejo Mexicano de Psiquiatría, AC.

Las tres instituciones, la Asociación Psiquiá-trica Mexicana AC, el Consejo Mexicano de Psi-quiatría AC y el Instituto Nacional de Psiquiatría doctor Ramón de la Fuente Muñiz son tres pilares que sostienen y nutren a la Psiquiatría en México.

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fundación de la asociación Psiquiátrica mexicana, a.c.

El jueves 31 de marzo de 1966, a las 12:30 horas, en el aula del Pabellón Central del Manicomio Ge-neral, en la Ciudad de México, Distrito Federal, con la asistencia de 142 psiquiatras, se llevó a cabo la Asamblea Constitutiva de la Asociación Psiquiátrica Mexicana, AC. El presídium, histórico para nues-tra asociación, estuvo constituido por el doctor Ra-món de la Fuente Muñiz, en su carácter de secre-tario del Comité Organizador, el doctor Guillermo Calderón Narváez, miembro de dicho comité, y los doctores Mario Fuentes y Javier Garciadiego, direc-tor y subdirector del Manicomio General.

La Mesa Directiva, para el periodo de abril de 1966 al mes de abril de 1968, quedó constituida, tras elección abierta, por el doctor Ramón de la Fuente Muñiz, presidente, el doctor Carlos López Elizondo, Secretario, el doctor Raymundo Macías Avilés, tesorero, el doctor Carlos Tornero, vocal y el doctor Alejandro Córdova Córdova, como secretario auxiliar.

Los primeros representantes del Consejo Nacional electos, conforme a los estatutos fueron: tres repre-sentantes de los miembros de la asociación, enton-ces profesores de la Facultad de Medicina: doctor Alfonso Millán Maldonado (fundador de la Sociedad Mexicana de Neurología y Psiquiatría, 1937), doc-tor Guillermo Dávila y doctor Jorge Manuel Velas-co Alzaga (fundador del Instituto Nacional de Salud Mental, 1979). Cinco representantes de los miem-bros de la Asociación que prestaban servicios en instituciones psiquiátricas dependientes de la SSA: doctor Guillermo Calderón Narváez, doctor Mario Fuentes, doctor Javier Garciadiego, doctor Agustín Caso y doctor German Raphael. Tres representantes de las instituciones y servicios del IMSS: doctor José Luis Patiño, doctor Francisco Rojas Bustillos y doctor Mario Reyes. Tres representantes que trabajaban en

instituciones psiquiátricas privadas: doctor Manuel Falcón, Dr. José Santamaria y Rafael Follioux.

Así se inició la vida de una institución que durante 51 años ha cumplido sus objetivos con exactitud, eficiencia y perseverancia, siempre en plan ascendente hasta ser considerada la más im-portante en el país y prestigiada en el extranjero.

ProPuestas

Los avances extraordinarios en las distintas áreas de la Psiquiatría, principalmente en neurogenética, hacen necesario que el psiquiatra y el médico en formación como especialista en Psiquiatría, cuente con programas de enseñanza de vanguardia, que incluyan a las neurociencias de manera sistemática y comprensiva. Para ello es necesario integrar las bases neurocientíficas en cada uno de los campos de la Psiquiatría: la psicopatología, el diagnóstico, la psicofarmacología y las intervenciones psicoso-ciales, principalmente la psicoterapia.

Las intervenciones farmacológicas y psicoso-ciales necesariamente deben estar basadas en la evidencia, conocer a fondo tanto la farmacociné-tica y los mecanismos de acción, a nivel inclusive genético y molecular, como los cambios observa-dos por el efecto farmacológico y psicoterapéutico a nivel de circuitos cerebrales. Saber cuáles son los tratamientos indicados y comprobados cien-tíficamente, perseguir el conocimiento completo, integral y actualizado de nuestra especialidad para brindarlo a nuestros pacientes es el objetivo últi-mo de cada médico especializado en Psiquiatría.

El uso de intervenciones no basadas en la evi-dencia, nos deben hacer sentir suspicaces respecto a su efectividad y motivados a buscar la forma de comprobar científicamente su utilidad, o al menos utilizarlas de la manera más juiciosa posible.1, 4, 12, 13

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La Neurocinemática: Una herramienta para explorar la concienciaNeurocinematics: A Tool for Exploring Consciousness

rafaEL J. SaLin-PaSCuaL*

* Profesor Titular de Psiquiatría. Departamento de Psiquiatría y Salud Mental. Facultad de Medicina. Universidad Nacional Autónoma de México.

resumen

La posibilidad de utilizar segmentos de películas como un estímulo controlado y estereotipado, se ha estudiado para medir índices de correlación ce-rebral. Esto es, en un grupo de personas se activan las mismas regiones cerebrales al ver segmentos de películas comerciales, por un lapso de tiempo determinado. No ocurre lo mismo con películas sin trama narrativa, o con ediciones de cine mudo, diferente a la narrativa original de las pe lí cu las. Lo anterior nos indica que nuestro cerebro tiene una función receptora para la narrativa, ya sea verbal o en imágenes, y que esto ha sido utilizado an-cestralmente por los narradores, escritores y en épocas recientes por los directores de cine. Esto es, no nos gusta el cine por razones estéticas, sino porque nuestro cerebro funciona mejor con un tipo de narración estructurada espacio-temporal. Lo mismo ocurre cuando entablamos una conver-sación, quien platica y quien escucha, están en unas frecuencias de oscilación cerebral que les permiten la recepción y la emisión de lenguaje. La función narrativa del cerebro se puede observar

cada noche cuando soñamos (Revista Asociación Psiquiátrica Mexicana. 2017; 1 (2): )

Palabras clave: Neurocinema – Índice de Co-herencia Cerebral – Narrativa – Cinema

summary

The possibility of using movies as controlled and stereotyped stimulus, has been studied to measure rates of brain mapping using as a tool functional Magnetic Resonance Image (MRIf). Studying a group of people activate the same brain regions, when they saw segments of commercial films, for a period of time. Not so with films without nar-rative plot like a tourist film, or when editions of silent film, were different from the original narra-tive, movies are show when subjects were inside MRI machines. This indicates that our brain has a receptor function for narrative, either verbally or in images, and that this has been ancestrally used by storytellers, writers and recent by filmmakers. That is, we do not like the film for aesthetic rea-

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sons, but because our brain works better with a type of structured narrative spatiotemporal. The same applies when struck up a conversation, they talk and listening, are in cerebral oscillation fre-quencies that allow the reception and emission. The narrative functions of our brain is better ob-served each night when dreaming.

Keywords: Neurocinema - Cerebral Consisten-cy Index - Narrative - Cinema - Dreams

introducción

Las neurociencias contemporáneas han buscado dar sustento a los postulados de la filosofía clási-ca respecto a la realidad y otros problemas que eran parte de su campo teórico.

La ciencia al dar solución a los problemas, a su vez genera otras tantas preguntas.

La filosofía propone y racionaliza problemas, critica el cómo estos se insertan en el campo ge-neral del conocimiento, y desarrolla herramientas particulares como la Filosofía de la ciencia y más concretamente la Epistemología. Un ejemplo de la crítica a las neurociencias, es la llamada “Fala-cia Mereológica” (Ludwig Wittgenstein). Esto es, creer que una de las partes del sistema es mayor, mejor o más importantes, que otras partes indivi-duales. En efecto, el cerebro es importante para la cognición, conducta y otros aspectos de nuestra vida vegetativa y de la vida de relación, pero, un encéfalo en un organismo con mal funcionamien-to renal, cardiaco o hepático, por mencionar so-lamente algunos órganos, no saldría bien librado.

Ludwig Wittgenstein, fue un personaje, un fi-lósofo del Círculo de Viena. (Wiener Kreis), el or-ganismo científico y filosófico formado por Moritz Schlick (Alemania) en Viena, Austria, en el año 1929 y disuelto definitivamente en 1936. Este mo-vimiento, con el nombre original de Círculo de Viena para la concepción científica del mundo, se ocupó principalmente de la lógica de la cien-cia, considerando la filosofía como una disciplina encargada de distinguir entre lo que es ciencia y lo que no lo es (v. gr. el psicoanálisis, la diané-tica, la repostería, etcétera), y de la elaboración de un lenguaje común a todas las ciencias. Para el Círculo de Viena, la filosofía tiene la acepción

de una disciplina más bien ligada a la lógica y al empirismo inglés, que define lo relevante de los enunciados. La publicación en 1922 de Ludwig Wittgenstein de su Tractatus logico-philosophicus que influyó en los trabajos del Círculo, reafirmó posiciones previas en cuanto a considerar a la ciencia como un conjunto de proposiciones con sentido y relevante.

Uno de los problemas centrales en la Filoso-fía, es la relación entre el cerebro y el cuerpo. Al respecto el cuerpo es la mejor imagen del alma humana, según dijo Ludwig Wittgenstein, quien con esta afirmación proponía un monismo materialista. Si uno tiene dudas respecto a donde está el alma, basta asomarse al espejo o tomarse un “selfi” y eso que vemos, material y concreto, es ambas cosas cuerpo y alma (cualquiera que esto último quiera decir).

La interrelación entre la Filosofía y las neuro-ciencias, se ha consolidado en los últimos veinte años, poniéndose de manifiesto a través de algu-nas publicaciones como: Neurophylosophy, de Pa-tricia Smith Churchland, la obra filosófica de Daniel Dennet (“Sweet Dreams”, “Romper el hechizo”, “Las ideas peligrosas de Darwin”), “La construc-ción de la realidad social” y “El misterio de la con-ciencia” de John Searle y de Thomas Metzinger, “Conscious Experience”, entre otros; estos autores además incursionan en la ciencia, es decir son neurofilósofos que hacen experimentos.3

Respecto al funcionamiento cerebral, se ha hecho una serie de consideraciones a priori que pudieran no ser ciertas: por ejemplo, que todos los cerebros humanos, de cierta edad y género trabajan de la misma forma, es decir que tenemos una forma similar de procesar la información y de dar respuestas. Sin embargo, si tomamos en cuenta que somos un cerebro que está contenido bajo la representación de un cuerpo (y que son de la misma naturaleza), y si vemos a nuestro alrededor, y detectamos que como seres huma-nos, somos diferentes, cabe proponer como una hipótesis alternativa que quizás no procesamos la llamada realidad de una manera homogénea.20

Cuando se utilizan pruebas objetivas para eva-luar el estado funcional de nuestros sentidos, por ejemplo el panel de Snell, números y letras de

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diferentes tamaños, para determinar la agudeza visual, la respuesta puede ser que sí, hay una alta correlación entre la agudeza visual y este panel, en la mayoría de los seres humanos. Pero qué sucede cuando vemos algo más complejo, en un contexto natural, en donde existen movimiento, variaciones en el color, perspectiva, sombras, ilu-minación, dos y tres dimensiones y otros aspectos que pueden no estar controlados por el observa-dor e investigador, situación que es la condición de cómo estamos circulando en la vida diaria. Esta categoría se llama de observaciones complejas, en donde los estímulos visuales, y otro tipo de infor-mación sensorial, están en un contexto unificado, y ensamblados en formas, colores, sonidos, olores, y además los observadores tiene un movimiento de interacción con el medio ambiente observado y las personas con quien se interactúa, tienen una valencia emocional fluctuante que modifica la motivación con la que se perciben las escenas, lo mismo que el estado de alerta.4 Ante tal comple-jidad de información sensorial por analizar objeti-vamente, los científicos cognitivos han explorado la cinematografía como un tipo de estímulo re-petido, colectivo, que semeja la realidad con una serie de características inherentes al arte y que es accesible a casi todos los seres humanos.7, 14 Con ello nace la NEUROCINEMÁTICA.

el enfoque reduccionista

En las neurociencias y en otras ramas del conoci-miento se ha requerido utilizar el reduccionismo. Este enfoque ha permitido abordar problemas elementales que luego se pueden ir integrando a los fenómenos naturales. Así los experimentos “in vitro”, producto de disecciones de fenóme-nos complejos, que los científicos fragmentan y no explican del todo un sistema, al ensamblar-se nuevamente, crean propiedades emergentes. Por ejemplo el estudio de fragmentos de células nerviosas, esto es, los llamados sinaptosomas, fragmentos de los botones terminales de una si-napsis, sirven para poder entender fenómenos de liberación y recaptura de neurotransmisores, almacenamiento en las vesículas sinápticas, y los fármacos que modifican ese entorno, pero no nos informan sobre el comportamiento de una neurona, o de la interacción entre varias neuro-

nas y las neuroglias.15 Lo mismo se hace en el estudio de las proteínas transportadoras de neu-rotransmisores, en las plaquetas de la sangre, y sus polimorfismo,— se utilizan estas células, por-que estas son más fáciles de obtener que una biopsia cerebral— y por otra serie de sesgos en la selección de las muestras de estudios clínicos, como estudiar únicamente a sujetos del género mascu lino, o con un tipo exclusivo de diagnósti-co, puntualmente vinculado al problema que se estudia. Todo esto nos lleva a ser muy cuidado-sos con la extrapolación de nuestros resultados.15

En la actualidad se han tratado de generar herramientas y modelos holísticos, interactivos e integrativos, en donde se toman en cuenta varias áreas cerebrales y con esto generar una aproximación más pragmática y útil de funcio-nes y enfermedades. Una de estas herramien-tas es la resonancia magnética funcional que permite visualizar el cerebro en actividad ante determinados retos o tareas, con un desfasa-miento temporal de segundos (en un entorno temporal en el rango de los milisegundos), pero ciertamente, con un mapeo de zonas discretas cerebrales que se activan o inhiben, ante retos, tareas, y en procesos patológicos.5

Las personas cuentan con una serie de circui-tos cerebrales que permiten detectar a los demás y a nosotros mismos, en una relación bidireccio-nal. Estos circuitos, frontales y temporales, son re-levantes para la percepción y cognición sociales.

En Medicina utilizamos los modelos que nos proporciona la naturaleza, es decir las enferme-dades. En la epilepsia del lóbulo temporal se ha observado que existe una dificultad para la inte-racción con los demás. El encéfalo tiene un sis-tema especializado que permite tener interacción social, cuyos circuitos, en el caso de los enfermos con epilepsia del lóbulo temporal, están alterados.

Así en los estudios en los que se ponen a per-sonas sanas a interactuar con un personaje virtual (una persona ficticia de tres dimensiones), no tie-nen dificultad para diferenciar los atributos socia-les de ese personaje inexistente. En contraste, los pacientes con epilepsia del lóbulo temporal, lle-gaban a sentirse aceptados o involucrados con la figura virtual, desarrollando un vínculo de suspica-

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cia, es decir pensaban que el ser de realidad virtual pensaba algo en contra de ellos, o que realizaban conductas para afectarlos. Esta observación confir-ma que las lesiones de un circuito de interacción social, crean un sesgo en la forma de interpretar la vinculación creada por los otros con las personas con epilepsia del lóbulo temporal.5

tiPos de comunicación Humana Dentro de las interacciones humanas está por supuesto la comunicación verbal, la escritura y la lectura, realizadas a través de la emisión y re-cepción de palabras. El emisor y el receptor, sa-bemos hoy en día, se ponen en una condición especial de frecuencia cerebral que les permite estar en condiciones específicas (v.gr. el que ha-bla y el que escucha, de manera alternativa). Esta última forma de comunicación, nos permite estar en contacto con formas de pensamiento, fabu-laciones, poemas y obras de no-ficción de seres humanos que vivieron hace muchos años, es un tipo de memoria colectiva escrita. Otro tipo de comunicación es la comunicación no-verbal, es-tos son gestos, movimientos de brazos, piernas, posición de nuestro cuerpo, en relación al de los demás, y con respecto al nuestro y de manera re-levante, nuestras expresiones faciales. El estudiar a una persona aislada, dentro de las neurocien-cias cognitivas, no nos revela los aspectos de la interacción personal, que es como los seres hu-manos vivimos. Aun en los momentos en que es-tamos solos, si leemos, vemos cine, escuchamos la radio, el televisor, podemos estar interactuan-do en las redes sociales, explicación del éxito de las aplicaciones como Facebook, Twitter, Goo-gle, etcétera, y otras herramientas de Internet. Todo el tiempo estamos utilizando el hardware y los software sociales para tales fines.

Para comprender esto, se requiere que como investigadores de las neurociencias cognitivas, nos desplacemos a las neurociencia de dos per-sonas, después a la familia y el grupo social al cual pertenecemos.

La necesidad de pertenencia social, es un de-seo intenso. Tanto que, en muchas prisiones, el aislamiento por periodos prolongados, es una forma de castigo extremo, como nos narra José Revueltas en su novela El Apando.

Las zonas cerebrales para la comunicación so-cial son: el giro temporal superior, que detecta movimientos de tipo biológico, la corteza prefron-tal medial y otras estructuras de la línea media, relacionados con las perspectivas y los procesos de la auto percepción, es decir, yo percibo a los otros, desde mi posición de primera persona, y al inte-ractuar hay una modificación bidireccional real.

El contacto con otras personas, sobre todo con aquellas que nos atraen, genera una cascada de eventos cerebrales, en donde, por ejemplo, la hormona oxitocina se libera; si esta interacción es agradable, el sistema cerebral de reforzamiento de las conductas, activa a la dopamina, neuro-péptidos opioides, con el resultado final de “sen-tirme bien o como algo bonito dentro de mí”.1

El lóbulo temporal y la amígdala intervienen en los aspectos sociales, las emociones y tam-bién en los juicios sociales. La detección de las expresiones faciales, es su especialidad. Es en la unión temporoparietal, la corteza prefrontal me-dial, así como en los lóbulos frontales, donde se da la llamada reflexión o mentalización.

El concepto de mentalizar tiene que ver con la capacidad para comprender los propios esta-dos mentales y los de los otros, en un contexto determinado y en forma bidireccional. También puede ser visto como una capacidad interpre-tativa, ya que los seres humanos percibimos e interpretamos conscientemente los estados men-tales de los otros, en términos de la intención y la anticipación, todo el tiempo.

Puede sonar excesivo decir que los seres hu-manos tenemos un cerebro que está especializado en leer las actitudes y comportamientos de los demás, con fines de vinculación, y en ocasiones de protección. Para otros autores, mentalizar se puede conceptualizar también como pensar so-bre lo que se está pensando y lo que piensan los demás. Este sistema ocupa neuronas en espejo y es una forma común de empatía. La empatía del griego ἐμπαθής (emocionado) es la capacidad cognitiva de percibir, en un contexto común, lo que otro ser puede sentir. También es descrita como un sentimiento de participación afectiva de una persona en la realidad que afecta a otra.

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la exPresión facial como un estímulo de comunicación comPlejo

Los seres humanos, desde el nacimiento tene-mos la capacidad para detectar rostros. Al nacer, las vías visuales no están maduras. Sin embargo, pueden distinguir rostros, específicamente el de la madre, quien la mayoría de las veces habla, y el sonido de su voz, ha estado con el recién nacido, desde el momento que pudo escuchar.1 Para la detección de rostros tenemos un sistema cerebral que se localiza en el giro fusiformes y en la corteza temporal inferior. Esta área respon-de en 140 a 170 mseg ante el estímulo facial y es aún más rápido ante rostros conocidos. En un estudio con niños de menos de seis meses, estos fueron capaces de identificar el rostro de lémures diferentes; después de los nueve meses de edad, esta capacidad se pierde, porque ahora el bebé está especializado en detectar rostros de seres humanos. Esta especialización, lo acompa-ñará la mayor parte de la vida.

El niño es capaz de reconocer los rostros de frente, de lado, y agregar aspectos de otras áreas sensoriales como son: el sonido de la voz, el olor, el movimiento, y con toda este información, gene-rar la identidad de la persona y finalmente el nom-bre de esta cara, misma que podrá evocar, con solo escuchar el nombre asignado a ella: ¡Mamá!

Para todo lo anterior tenemos una concatena-ción de funciones cognitivas, como la atención, el percatarnos y el realizar con todo esto, un pro-ceso de ensamble, de todas las informaciones sensoriales, como los atributos de una persona, objetos, alimento, etcétera. Respecto a los ros-tros, se tiene información de que se reconocen con más facilidad los rostros bellos, simétricos, jóvenes, todo esto nos lleva a suponer, que la selección de actores o casting, se ajusta a esas características, con lo cual se asegura mayor éxi-to en la taquilla, cuando se ve una película. En efecto, hay toda una serie de cambios bioquími-cos y hormonales, sobre todo en los circuitos de placer y reforzamiento de conductas, ante actores con caras bellas. Además, cuando se está viendo una película en el cine, estamos rodeados de la

oscuridad y el confort de una butaca. Estamos rodeados de otros espectadores, de tal forma que aunque no los vemos, los intuimos, y las risas, llanto, repulsión, son en ese momento un tipo de festejo de la colectividad. No reímos igual ante una películas en casa, que en el cine. Esto es de lo que trata la neurocinemática. De un secuestro voluntarios de una serie de cerebros que están presenciando una serie de estímulos visuales y auditivos, muy similares a la actividad onírica.13, 14

Enactivar

Los neurofilósofos han llamado enactivar, a lo que en neurociencias se llama fenómeno de integra-ción de “arriba-abajo”, esto es, la serie de procesos cognitivos que realizamos antes de recibir un estí-mulo sensorial, mismo que predecimos aparecerá. Una de las evidencias de este proceso se encuen-tra localizada en la retina del ojo. Si nos asoma-mos al fondo del ojo podremos ver una serie de arterias y venas que surcan esta zona, además está la papila, que es la zona de salida o entrada, de nervios y vasos sanguíneos, y el punto ciego por estar desprovista de receptores fotosensibles (co-nos y bastones). Ninguna persona está viendo a través de las venas o arterias, de su retina ¿Cómo explicamos esto? El cerebro lo sustrae, no son ne-cesarios para construir las percepción visual. Esto es, no vemos con la retina, en ella solo ocurren una serie de cambios en la conformación de los foto pigmentos, que van a permitir que los ca-nales a sodio se cierren, y que al ocurrir esto, como resultado del fenómeno de hiperpolariza-ción, se libere el ácido glutámico, y que es timula las sinapsis de las células bipolares, y después a las ganglionares. Esto es el inicio de un largo camino de la información sensorial visual que va a cruzarse, en el quiasma óptico, luego ir al tála mo a los cuerpos geniculados laterales, para crear la radiación de fibras con información óptica que lle-ga a la cisura calcarina. Hasta este punto, seguimos sin ver. Es solo la contextualización con las áreas secundarias lo que nos permite percibir un objeto.

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Si la tenista Serena Williams se esperara hasta ver la bola de tenis enfrente de ella, de seguro no le podría pegar. Lo mismo se puede decir de un portero de futbol, quien se lanzará hasta que vea que la pelota es pateada por el tirador de un penalti. La experiencia de estos jugadores, les permite predecir, con cierto grado de confianza el trayecto de la bola. El visualizarla es solo para modular el movimiento que ya se lanzó con varios mili segundos de anticipación. La señal lumino-sa que sale de la retina, hace un recorrido, en términos neurales, largo; a eso hay que añadir el regreso de la respuesta. La sobrevivencia, se-ría muy improbable, si no hubiera evolucionado nuestra habilidad de predecir, de enactivar.6

La percepción visual se integra en las áreas corticales de asociación, V2, V3, V4, en donde se contextualiza la experiencia sensorial con las bi-bliotecas de lo que ya se ha visto previamente. A todo lo anterior se le agregan movimiento, colores, formas, profundidad, perspectiva, ausencia o pre-sencia de sombras, y todo se conjuga para generar una estructura semántica con la cual se describe lo que se observa. Y sin embargo, el cerebro nos en-gaña, “borra señales”, fabula la realidad. Una vez que encontramos las imágenes o las formas que no encontrábamos, ya nos es difícil no volverlas a ver, como en el caso del cubo de Rubik, o las ilusiones ópticas enmascaradas, o incluso cuando una persona mueve los labios diciendo una síla-ba, pero una grabación acoplada de la voz de esa persona emite otra sílaba semejante (por ejemplo, “ba, ba, ba” y se escucha “ga, ga, ga”).6

la resonancia magnética funcional

Las imágenes cerebrales proporcionadas por la resonancia magnética cerebral funcional (RMCf) a través de la medición del flujo sanguíneo y el consumo de glucosa, nos informan de la activa-ción de ciertas regiones cerebrales, ante una ta-rea o actividad determinada. Por ejemplo, cuan-do alguien lee en voz alta, se activan las regiones occipitales que decodifican las letras, forman síla-bas y palabras, para finalmente crear imágenes y también las zonas de Broca en el lóbulo frontal.

Si por el contrario se escucha una narración, hay una activación primaria de las zonas de Broca.

Una de las limitaciones de la resonancia mag-nética funcional, en el caso del cerebro está en la escala temporal, ya que las funciones que vemos en las imágenes, ocurrieron varios milisegundos antes. Es decir hay un retraso entre la generación de la imagen y la función atribuida, además de que el aumento de la actividad vinculada es del 5%, o menos, luego entonces la relación entre señal y ruido es de corto rango.

Una estrategia metodológica, para solucionar ese retraso, fue buscar un índice de correlación cerebral entre varias personas que estaban obser-vando el mismo segmento de una película.16, 17

Este tipo de métodos conjuntan las técnicas cinematográficas, que hacen que los espectado-res enfoquen su atención en lo que el director de la película desea, para lo cual existen una serie de técnicas como el close-up, fade-in, fade-out, narración en off, la iluminación, color de la pe-lícula, entre otras, todo lo cual lleva a que los espectadores sean “secuestrados” en su atención, percepción y en fijarse en puntos específicos.

Una de las primeras aproximaciones en este campo, la realizó Uri Hansson con su grupo, estu-diaron a cinco sujetos voluntarios sanos, mediante el sistema de índice de correlación ínter sujetos de la actividad cerebral, cuando observaron los 30 primeros minutos de la película El bueno, el malo y el feo de Sergio Leone (1966) (figura 1).14, 15

Los sujetos fueron colocados en el resona-dor, dentro del cual se proyectaba en una pan-talla enfrente de ellos la película. Aun cuando tenían una relativa libertad para su campo visual, las limitaciones de la inmovilidad del estudio, se valoraron con una maniobra control en donde observaron una película de tipo turista, que con-tenía diferentes escenas del parque Smithsonian, en Washington D.C. Se observó una correlación del 45% en los cinco sujetos y las regiones de la corteza cerebral que más se activaron, fueron las áreas auditivas y visuales específicas de corteza occipital y temporal; también se activaron zonas

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multisensoriales, como es la corteza de asocia-ción parieto-temporo-occipital derecha. Las áreas fusiformes, se activaron en planos que contenían caras, mientras que la cisura colateral se activó en secuencia de planos lejanos o paisajes. La combinación de caras y planos medios, activó la región posterior de la cisura central.8

Figura 1. coherencia intercerebral con un segmento de la película el bueno, el malo y el feo (sergio leone, 1966).10

Los movimientos oculares también constituyeron una actividad significativa. Aun cuando se les permitió a las personas poder dirigir su mirada a donde quisieran, los espectadores tuvieron una alta correlación del sitio a donde miraban. Esto estuvo en función directa a la intensidad de la vio-lencia (v. gr. escenas de persecuciones, de violen-cia, etcétera). La activación ocular fue diferente cuando los sujetos presenciaron la película de los parques de Washington D. C., pues ante una película estructurada, existe una reducción de movimientos oculares que se focalizan a ciertas zonas de la pantalla de la película. Por el con-trario, la película poco estructurada produjo una amplia gama de movimientos oculares.12

Figura 2. escenas con rostros y activación de giro fusiforme

Ante los rostros en cualquiera de sus formas, por ejemplo en una pintura al óleo, los movimien-tos oculares tienden a focalizarse en los rostros y manos, existiendo diferencias claras en el movi-miento ocular y el índice de correlación cerebral entre ambos estímulos (figura 2). También se ha estudiado cómo se comporta la interconectividad cerebral entre estímulos auditivos, por medio de un audiolibro y una película muda. Las áreas temporales y frontales se activan con el audioli-bro, mientras que con la película silente se acti-van la corteza occipital y la parietal.

En otro trabajo del mismo grupo, se propu-so estudiar la narrativa de una película muda. Se seleccionaron dos películas. El Aventurero y Luces de la Ciudad, de Charles Chaplin. Se hi-cieron cuatro manipulaciones temporales a las películas; la primera fue presentar la película en el orden temporal con que salió al público; la segunda consistió en 36 segundos de secuencia temporal, no lineal a la narrativa original; en la tercera, las secuencias fueron de 12 segundos y sin seguir un orden lógico; en la cuarta, el estí-mulo fue con escenas de cuatro segundos. Esto es se modificó en orden de edición, para ver si el índice de correlación cerebral se modificaba solo por la mera presentación de escenas sin una sin-taxis cinematográfica. En los resultados se pudo comprobar que la película original y las escenas de 36 segundos, fueron las que mostraron un elevado índice de concordancia cerebral entre los espectadores, mientras que las formas fracciona-

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das de escenas mostraron diferencias significativas contra las dos primeras maniobras.9, 12 Esto implica que sí es relevante la narración fílmica, para obte-ner un índice de correlación cerebral más elevado.

La cadena de eventos neurales cuando se ve una película es predicho de la activación de cier-tas zonas cerebrales, sin que esto involucre as-pectos estéticos o éticos. Sin embargo, las cuatro maniobras, fueron capaces de activar una res-puesta emocional, esto ocurre de manera similar en la actividad onírica.

Esto quiere decir que una sola imagen fija es capaz de activarnos emociones, pero el índice de correlación de varios cerebros que ven fragmen-tos de películas se sincronizan de manera signifi-cativa cuando hay una continuidad narrativa. Esto quiere decir que se crean algoritmos en los circui-tos cerebrales que permiten predecir qué ocurrirá con los personajes de determinada película. 6

Posibles aPlicaciones de la neurocinemática

La neurocinemática ya se está empleando en la cinematografía. Por ejemplo, en un evento antes de la entrega de los Oscares, se celebró un de-

bate con neurocientíficos que trabajan con esta herramienta y directores que se interesaron en el tema. Es interesante ver cómo los directores, intuían ya partes de la teoría de la neurocinemá-tica y cómo ahora están interesados de manera auténtica en la manera de correlacionar más ce-rebros cuando ven sus películas.2, 16-19

En la Psiquiatría clínica hay muchas aplicacio-nes para la neurocinemática, en enfermedades que se verían favorecidas, como son la fobia social, el estrés postraumático, el autismo,11 y el desarrollo de sueños lúcidos en pacientes con pesadillas.

Desde el punto de vista teórico puede brindar un explicación del porqué tenemos una serie de películas que nos han marcado personalmente y se han convertido en lo que se llama “películas de culto”. Estas, no son necesariamente cinema-tográficamente excelentes, pero las personas acu-den a verlas con regularidad y hasta visten con las indumentarias de los protagonistas e integran parlamentos a su comunicación cotidiana.

El cine modifica el cómo vemos, sentimos, nos expresamos, etcétera. Esto último en sí mismo vale la pena de ser estudiado.

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El sistema límbico como vínculo neuroanatómico entre obesidad y depresión. Hallazgos en neuroimagenThe limbic system as a neuroanatomical link between obesity and depression. Neuroimaging findings

fLorES-oCamPo, PaoLa m., JaramiLLo-GarCía, ma., viEyra rEyES, P.** Laboratorio de Neurofisiología de la Conducta. Facultad de

Medicina, Universidad Autónoma del Estado de México. Correspondencia: Correo electrónico: [email protected]

resumen

Se ha descrito una alta comorbilidad entre obe-sidad y depresión, por ello, resulta interesante explorar la actividad de estructuras cerebrales comunes en ambas condiciones a través de estu-dios de neuroimagen. Gracias a ello se encontró que en ambas patologías la activación de corteza prefrontal, putamen e ínsula está alterada; moti-vo por el cual se discuten las funciones de estas áreas en relación con las conductas características de obesidad y depresión; considerando la diver-sidad de tareas y de técnicas utilizadas en cada estudio. (Rev. Asoc. Psiquiatr. Mex. 2017; 1(2): )

Palabras clave: obesidad, depresión, neuroa-natomía funcional, sistema límbico, neuroimagen.

abstract

It has been described high comorbidity between obesity and depression, therefore, it becomes in-

teresting to explore the activity of brain structures common to both conditions through neuroimag-ing studies. As a result of this search it was found that in both pathologies the activation of pre-frontal cortex, putamen and insula is altered. The functions of these areas are discussed in terms of the behavioral characteristics of obesity and de-pression; considering the diversity of tasks and techniques used in each study.

Key words: obesity, depression, functional neuroanatomy, limbic system, neuroimaging.

neuroanatomía del sistema límbico

El término límbico proviene del latín limbus, que significa borde o frontera.1 Las mayores estructuras neuroanatómicas que lo conforman están divididas en básicamente dos regiones: la región cortical que incluye al giro cingulado y parahipocampal, corteza

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prefrontal y orbitofrontal; y las regiones subcortica-les que comprenden al hipocampo, núcleo amig-dalino, núcleo septal, núcleo accumbens, estriado, cuerpos mamilares, hipotálamo, tálamo, área teg-mental ventral, núcleos del rafé y locus coeruleus.2, 3

Por la cantidad de áreas que forman al siste-ma límbico, han sido denominados cuatro vías o tractos de acuerdo a sus proyecciones y efectos conjuntos:

a. Vía Nigroestriada: con proyecciones de la subs-tancia nigra pars compacta (SNc) al núcleo es-triado.4 Está relacionada con el control motor.5

En general, las regiones dorsolaterales del cuerpo estriado (caudado y putamen) son inervadas por regiones ventrolaterales de la substancia nigra; mientras que las regiones ventrolaterales del estriado (núcleo accum-bens), el globo pálido y la corteza cerebral son inervadas por las áreas dorsales del área teg-mental ventral.4 En sí, los ganglios basales es-tán integrados por: globo pálido (parte interna y externa), putamen, núcleo caudado, núcleo accumbens (centro y corteza), tubérculo olfa-torio y sustancia innominada. Estos núcleos y estructuras adoptan diferentes nombres según el modo en que se agrupen.

b. Vía Mesolímbica: comprende proyecciones del área tegmental ventral al núcleo accumbens, es-triado y amígdala. Este tracto está relacionado con emociones y procesos de recompensa.5, 6

c. Vía Mesocortical: con proyecciones del área tegmental ventral especialmente a la corteza prefrontal y giro cingulado. Esta vía está aso-ciada a procesos de recompensa.5-7

d. Vía Tubero-infundibular: con proyecciones que se originan en el núcleo arcuato y el núcleo paraventricular del hipotálamo hacia la emi-nencia media8 y glándula pituitaria; por lo que es asociado con funciones reguladoras neuroendócrinas.5, 6

resonancia magnética como Herramien-ta Para estudiar neuroanatomía

Las imágenes de resonancia magnética funcional se basan en la premisa de que al producirse al-gún proceso mental, las neuronas involucradas requieren de una mayor cantidad de energía que

se obtiene del oxígeno que circula en la sangre de los capilares cercanos.9 El cambio en la señal de-pendiente del nivel de oxígeno en sangre (BOLD) derivado de un cambio en la respuesta hemodiná-mica, sucede debido al proceso cerebral llevado a cabo en ese momento.10 De acuerdo con estos autores, la generación de imágenes a partir de es-tos procesos implica: a) el mayor flujo de sangre oxigenada hacia las neuronas mayormente impli-cadas en el proceso, b) las propiedades magné-ticas de la molécula que transporta el oxígeno (oxihemoglobina con oxígeno y desoxihemoglo-bina sin oxígeno) c) los cambios producidos en el cerebro en la condiciones anteriores tras la ex-posición a un campo magnético externo.9-11

Una de las tareas utilizadas para estudiar la actividad cerebral con esta técnica consiste en la visualización de imágenes, resonancia magnéti-ca funcional. Por ejemplo, para estudiar la obesi-dad se utilizan imágenes de comida de diferente contenido calórico, en el entendido de que dicha tarea facilitará la activación de áreas cerebrales asociadas con la motivación por la comida.12 Por otro lado, para determinar alteraciones en la acti-vidad cerebral en sujetos que padecen depresión se pueden utilizar imágenes de expresiones facia-les, como las seis emociones básicas: alegría, ira, miedo, tristeza, sorpresa y asco del test Pictures of Facial Affect (POFA).13

obesidad

La obesidad es una condición caracterizada por una alteración en el balance energético que deriva en una acumulación excesiva de grasa corporal.14

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la prevalencia de la obesidad, desde 1980, se ha duplicado en todo el mundo.15 México ocupa el primer lugar a nivel mundial de mujeres con sobrepeso y el cuarto lugar en muje-res con obesidad.15

Las causas de la obesidad pueden agruparse para su estudio en ambientales y fisiológicas. Den-tro de las primeras se engloban el tipo de dieta principalmente consumida, la conducta alimentaria familiar y la inactividad física entre otros. Dentro de las segundas están implicadas alteraciones de los factores que regulan el balance energético cor-poral, es decir, la ingesta y el gasto energético.16, 17

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comorbilidad PsicoPatológica

Se ha reportado ampliamente la relación entre obesidad, depresión y ansiedad en grupos de di-ferentes edades.18- 25

Sin embargo, con respecto a la relación entre el índice de masa corporal (IMC) y la gravedad de la depresión y ansiedad existen resultados discrepantes. Mientras que algunos autores re-portan una relación positiva entre el IMC y la gravedad de la depresión y ansiedad19- 25 o el IMC y la tendencia a presentar trastornos de persona-lidad;22 otros no reportan dicha asociación.20, 26 Otra constante en los estudios revisados es la mayor prevalencia de obesidad, ansiedad y de-presión en el sexo femenino,22, 25 aunque se debe tomar en cuenta que en algunos estudios más del 50% de la muestra fueron mujeres.18-20, 26 En-tre otros hallazgos psicopatológicos también se ha descrito la presencia de baja autoestima,21, 27 trastornos de alimentación19, 20, 26 y síntomas so-máticos en personas con obesidad.18

Incluso se ha reportado relación entre raza, obesidad, depresión y ansiedad.24 Además se ha referido que la fobia social, desorden de pánico y distimia durante la niñez y adolescencia, in-dependientemente del sexo estudiado, son fac-tores predictivos de un IMC incrementado en la etapa adulta.18

neuroanatomía funcional de la obesidad

A continuación se describirán hallazgos de neu-roimagen en sujetos con obesidad. Se ha obser-vado en mujeres obesas de entre 21 y 40 años de edad, que al visualizar imágenes de comida con alto contenido calórico, presentaban activa-ción de áreas asociadas a procesos de recom-pensa como: estriado dorsal (conjunto de áreas asociadas a la anticipación de la recompensa y el aprendizaje de hábitos), ínsula anterior y corteza orbitofrontal (áreas que participan en el proce-samiento de información gustativa), claustrum y cingulado anterior (procesamiento de estímulos emocionalmente relevantes y memoria.12 Dichos hallazgos han servido de apoyo para confirmar la hipótesis siguiente “la hiperfagia compensa el estado hipo-dopaminérgico de la obesidad”, ha-ciendo placentero el consumo de alimento.28 Esto es debido a que se ha demostrado que los sujetos

obesos presentan menor cantidad de receptores dopaminérgicos tipo 2 (D2) estriatales y menor respuesta estriatal al consumo de alimento.29

Otros hallazgos de neuroimagen que apoyan dicha hipótesis hipo-dopaminérgica de la obesi-dad son los siguientes:

a. Cuando al realizar una prueba para medir elec-ción impulsiva por alimentos de alto contenido calórico en mujeres obesas, se observó menor activación de áreas asociadas al control inhibi-torio (giro frontal superior, giro frontal medial, giro frontal inferior y lóbulo parietal inferior); lo cual además demostró ser un factor predictor de mayor ganancia de peso en 1.3-2.9 años.30 En congruencia con lo anterior, también ha sido fundamentado que las elecciones impul-sivas están asociadas con una menor actividad de giro frontal superior, giro frontal medial y lóbulo parietal inferior en mujeres obesas.31

b. Al mostrar que en sujetos de 25 y 40 años de edad propensos a la obesidad, la visualización de imágenes de comida tras el consumo de ali-mento generaba reducción en la actividad de ínsula y corteza prefrontal inferior; aunado a mayor actividad de corteza prefrontal medial.45

c. Al observar que niños obesos de entre 10 y 17 años de edad, manifestaban mayor activi-dad de corteza prefrontal (giro frontal supe-rior, giro frontal medial, giro frontal inferior) e ínsula durante el ayuno mientras visualizan imágenes de comida. Aunado a una mayor actividad de corteza orbitofrontal después del consumo de alimento.32

d. Al investigar la actividad cerebral de adolescen-tes (edad 15 + 2.9 años) con alto riesgo de obe-sidad al recibir como recompensa un alimento paladeado en condiciones de ayuno, y observar mayor actividad de caudado, opérculo parietal y opérculo frontal en respuesta a la comida.29

e. Cuando al visualizar imágenes de comida con alto contenido calórico, los sujetos con obesidad presentaron preprandialmente ma-yor activación de corteza prefrontal anterior; y post-prandialmente incremento en la acti-vidad de ínsula, corteza prefrontal dorsolate-

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ral, corteza orbitofrontal lateral, giro frontal superior y medial, cíngulo anterior y poste-rior, corteza entorrinal, caudado, giro frontal superior, lóbulo temporal, giro supramarginal temporal, giro temporal medial; áreas aso-ciadas con la corteza gustativa secundaria, la motivación y la recompensa.33

dePresión

La depresión es un trastorno del estado de ánimo caracterizado por la presencia de anhedonia (pér-dida de intereses y de capacidad para experimen-tar placer) y sentimientos de tristeza, desesperanza o irritabilidad; los cuales, pueden estar acompa-ñados de síntomas somáticos (molestias y dolores físicos) impidiendo funcionalmente a la persona.34

De acuerdo con la OMS (2015) la depresión afecta a 350 millones de personas. Cada año se suicidan más de 800,000 personas, y el suicidio es la segunda causa de muerte en el grupo eta-rio de 15 a 29 años; afectando principalmente al sexo femenino.

Entre las causas de la depresión se han pro-puesto varias hipótesis que implican: monoami-nas,35 neurotrofinas, citoquinas,36 y estrés.37

neuroanatomía funcional de la dePresión

A continuación describiremos hallazgos de neu-roimagen que nos permiten comprender la neu-roanatomía de la depresión.

Recientemente se mostró que ante una tarea de identificación emocional facial, sujetos con trastor-no depresivo mayor (TDM) de entre 33 y 56 años de edad presentaban menor actividad en varias re-giones del hemisferio derecho, incluyendo: ínsula, giro temporal (medial e inferior), giro hipocam-pal, putamen, giro occipital (área de Brodmann 18), giro fusiforme y cerebelo. Además, encontra-ron en sujetos con TDM y ansiedad, menor activi-dad en corteza orbitofrontal. Estos hallazgos nos permiten conocer que la menor actividad de las áreas mencionadas tiene un papel relevante en el procesamiento visual de emociones negativas.38

Sin embargo, también se ha reportado un resul-tado contradictorio al anterior cuando se empleó un test de relaciones interpersonales disfunciona-les (Operationalized Psychodynamic Diagnosis, OPD) en mujeres y hombres con TDM de en-tre 20 y 64 años de edad. Este estudio demostró mayor actividad de giro frontal inferior y medial, giro pre y postcentral, amígdala y ganglios basa-les; áreas asociadas al procesamiento emocional. Lo cual demuestra que el tipo de tarea utilizada puede propiciar una mayor o menor respuesta, en este caso, al emplear enunciados individuali-zados asociados a una situación en particular, se genera mayor implicación emocional.39

En mujeres y hombres de entre 14 y 17 años de edad y TDM, se ha demostrado menor flu-jo sanguíneo cerebral (hipoperfusión) en giro frontal y corteza prefrontal dorsolateral; áreas re-lacionadas con alteraciones psicomotoras y dé-ficit de las funciones ejecutivas presentes en la depresión. Además de hipoperfusión en corteza cingulada anterior, amígdala e ínsula, lo cual se explica como un reflejo de motivación reducida o anhedonia. También presentan hiperperfusión en cingulado subcalloso derecho e ínsula supe-rior derecha, la primera estructura se considera como una interfase entre el procesamiento cogni-tivo y emocional dadas su conexiones con estruc-turas frontales, límbicas y paralímbicas. Además, la actividad incrementada de ínsula se ha descrito como una experiencia de emociones negativas. La hiperactividad de ambas áreas en sujetos con depresión puede asociarse con hiperreactividad o regulación emocional inadecuada a los estímu-los negativos. Este es uno de los pocos estudios que reportaron hiperperfusión del putamen, y explican su asociación con la valoración de es-tímulos emocionales negativos.40

Otros estudios plasman que la conectividad funcional de amígdala con corteza prefrontal (re-sonancia magnética funcional “IRMf”) de hombres y mujeres con TDM de entre 19 y 46 años de edad durante el reconocimiento de expresiones emo-cionales faciales, disminuyó durante el procesa-miento de la emoción de miedo. Lo que proponen como un menor control inhibitorio de corteza pre-

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frontal sobre amígdala, dando como resultado el retraso de la extinción de la emoción negativa.41

Además, se ha reportado que mujeres y hom-bres de 42.2+12.7 años de edad con TMD, que no responden a la estimulación magnética transcra-neal en corteza prefrontal dorsomedial; presentan mayor nivel de anhedonia; menor conectividad funcional en área tegmental ventral y núcleo cau-dado con corteza prefrontal ventromedial izquier-da; y menor conectividad funcional de corteza prefrontal izquierda (corteza prefrontal ventrome-dial, corteza, dorsomedial, corteza dorsolateral) y lóbulo parietal inferior e ínsula anterior (IRMf); en comparación con aquellos que si responden. Por tanto, se ha considerado la posibilidad de dos subtipos de depresión: un tipo con hipo-actividad de la corteza prefrontal dorsomedial, caracteri-zada por una respuesta hedónica intacta; y otro tipo con hiper-actividad, caracterizado por una respuesta hedónica alterada.42

Vínculo neuroanatómico entre obesidad y dePresión

El principal sustrato neurobiológico común entre obesidad y depresión es el sistema límbico y su conexión con corteza insular. El sistema límbico es amplio en funciones y diverso en áreas, sin em-bargo, gracias a la resonancia magnética funcio-nal, técnica que nos permite estudiar en tiempo real cambios en la actividad cerebral con base en la necesidad de aporte sanguíneo, se han identi-ficado áreas activas comunes comprometidas tan-to en obesidad como depresión. Tales áreas es-tán integradas en básicamente tres circuitos, área frontal, ganglios basales e ínsula; siendo la mayor actividad del giro frontal, putamen e ínsula; y la menor actividad de corteza prefrontal, las carac-terísticas claras, independientemente del tipo de estudio empleado, en las que confluyen ambas patologías como se observa en el cuadro 1.

Cuadro 1. actividad común a obesidad y depresión

Estructura

neuroanatómica

Obesidad Depresión

Actividad

Mayor Menor Mayor Menor

Área frontal

Corteza prefrontal32, 33, 45

Giro frontal superior33

Opérculo frontal29

Giro frontal31

Corteza prefrontal30

Giro frontal39

Corteza prefrontal

–ínsula menor

conectividad42

Corteza prefrontal

–ATV/Caudado42

Ganglios

basales

Putamen29

Caudado29, 30, 33

Estriado ventral32

---

Putamen,

mayor flujo

sanguíneo cerebral40

Putamen mayor flujo sanguíneo cerebral39

Putamen,

menor flujo

sanguíneo cerebral38

Ínsula Ínsula12, 29, 32, 45 ---Ínsula superior

derecha40

Ínsula38

Insula bilateral

inferior40

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Al respecto, un problema que se encontró al analizar los reportes publicados, es que depen-diendo del tipo de técnica empleada en las in-vestigaciones, se ve mayor o menor actividad del área estudiada, de ahí que se hallaron reportes con resultados contradictorios. Por ejemplo, los autores que reportan en amígdala menor flujo sanguíneo y los que reportan mayor actividad en base al nivel de oxigenación de la sangre. Auna-do a ello, también interfiere con los resultados el tipo de tarea empleada en cada estudio y el género al cual se hace referencia.

Por tal motivo, se discutirán los resultados puntuales en los que confluyen ambas patologías.

discusión

Los estudios de neuroimagen nos permiten cono-cer y correlacionar la actividad cerebral en dife-rentes patologías y así identificar similitudes sin-tomatológicas y posible origen común de éstas; lo cual se constató al estudiar obesidad y depresión.

Ha sido documentado que en obesidad existe sensibilidad a la recompensa y en depresión lo contrario, anhedonia; sin embargo, en ambas pa-tologías se ha encontrado menor actividad en área frontal, lo que puede originar un menor control in-hibitorio en diversas áreas límbicas. En obesidad, la pérdida de control inhibitorio se ha asociado a la baja activación de giro frontal, dando como resultado la elección impulsiva del consumo de alimento con alto contenido calórico por la recom-pensa inmediata que representa.29 En depresión, la falta de control inhibitorio de corteza prefrontal sobre amígdala, favorece el retraso de la extinción de emociones negativas;41 además, la menor acti-vidad de área frontal puede estar relacionada con menor conectividad de corteza prefrontal con área tegmentaria ventral/caudado e ínsula.42

Sin embargo, también ha sido reportado ma-yor actividad de ciertas regiones del área frontal en obesidad y depresión; todo esto en relación con la hiper-reactividad del circuito mesolímbico en obesidad;29, 30, 32, 33 y al incremento de actividad hemodinámica en regiones límbicas y estructu-ras subcorticales incluyendo amígdala en depre-sión.39, 43 En obesidad, la corteza orbitofrontal participa activamente en el procesamiento de se-

ñales de recompensa a través de la asociación de reforzadores primarios (estímulos gustativos, olfa-tivos, somatosensoriales) gracias a aferencias de áreas gustativas, olfatorias, amígdala, estriado, hi-potálamo e ínsula.44 No obstante en depresión, ha sido reportado incremento en el metabolismo del área orbitofrontal y la presencia de mayor activi-dad de giro frontal aunado al aumento de actividad en putamen y amígdala; 43 lo cual está relacionado con sensibilidad emocional verbal ocasionada por la evocación de experiencias personales.39

Como se mencionó anteriormente, el putamen incrementa su actividad en sujetos que padecen depresión, situación que también coincide en su-jetos con obesidad. En obesidad, el aumento de su actividad está relacionado con la hiperreac-tividad del sistema dopaminérgico mesolím-bico;12, 29, 32, 33, 45 sin embargo, en depresión, el estudio de esta área perteneciente a ganglios ba-sales debe ser más estudiada, ya que se mencio-na que el incremento de la actividad del putamen está relacionado con la sensibilidad del paciente a situaciones afectivas negativas,46 lo cual es im-portante pero poco investigado.

Con respecto a ínsula, la tercera área donde se encontró correlación de actividad en las pato-logías estudiadas, se sabe que está implicada en la integración de funciones autonómicas, viscero-sensoriales, viscero-motrices y límbicas,47 ya que ahí confluyen vías sensoriales (gusto, olfato, tac-to) y se integran respuestas (interacción con otras redes neurales para atender o recordar, reacción autónoma al estímulo, respuesta motriz).48, 49 En obesidad, se ha reportado el incremento de ac-tividad general del área insular, lo cual también se ha atribuido a la hiper-reactividad del siste-ma mesolímbico. En depresión, se han realizado estudios más detallados en base a la citoarqui-tectura insular, donde se observó mayor aporte sanguíneo a ínsula superior derecha,40 área que se ha relacionado con procesamiento de informa-ción somatosensorial, control cognitivo y toma de decisiones;50 y menor aporte sanguíneo a ínsula bilateral inferior, área que está relacionada con el procesamiento emocional, interocepción auto-nómica y como parte de la red de saliencia (red cerebral que implica ínsula anterior, corteza del cíngulo anterior y estructuras subcorticales, cuya

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función radica en identificar estímulos relevantes tanto internos como externos para conducir la conducta;51 lo cual ha dado como resultado un déficit en el reconocimiento de emociones expe-rimentadas en sujetos con depresión.

Sin embargo, faltan más estudios al respecto que nos permitan identificar las causas comu-

nes que originan la mayor o menor actividad de estas áreas, puede ser hemodinámica o neuro-químicamente; además de determinar citoarqui-tectónicamente el área precisa activa en cada padecimiento, por ejemplo la parte activa del área frontal. Todo esto con la finalidad de pre-venir el desarrollo de la patología e identificar blancos para un tratamiento específico.

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Días mundiales e internacionales relativos a la salud y a las enfermedades mentalesWorld and International Days Related to Health and Mental Illness

Dra. martha PatriCia ontivEroS uribE*

* Presidente APM (2008- 2009)

Los días mundiales o internacionales conme-morativos de diferentes temas de salud tienen como finalidad el hacer presente para la pobla-ción y las instancias de salud correspondientes la importancia que tiene la problemática y el efecto negativo sobre la salud en general y so-bre la salud mental en particular.

El 13 de enero pasado, la Asociación Psiquiá-trica Mexicana AC, realizó una actividad conjunta con el Consejo Mexicano de Psiquiatría y el Insti-tuto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz celebrando el Día Mundial de la Lucha con-tra la Depresión.

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Revista de la Asociación PsiquiÁtrica Mexicana 2017 VOL. 1, No. 2

Los participantes fueron:

DR. ENRIQUE CHÁVEZ-LEÓN

Presidente de la Asociación Psiquiátrica Mexi-cana AC (2016- 2017).

DRA. MARÍA ELENA MEDINA MORA

Directora General del Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz

DRA. MARTHA PATRICIA ONTIVEROS URIBE

Presidenta de la Asociación Psiquiátrica Mexi-cana AC (Bienio 2008- 2009) y presidenta del Consejo Mexicano de Psiquiatría (2010 y 2011).

FRANCISCO RAFAEL DE LA PEÑA OLVERA

Jefe del Departamento de Fomento a la Inves-tigación del Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz

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Esta actividad tuvo difusión a través de los medios de comunicación, gracias al apoyo de La-boratorio Lilly México y además fue mencionada por la Asociación Psiquiátrica Brasileña.

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Los poderes curativosdel heavy metalThe healing powers of heavy metal

Dra. PatriCia roDríGuEz Saravia*

* Médica Psiquiatra y psicoterapeuta. Profesora de Salud Mental y de Medicina Psicosomática UNAM Ha sido publicada por varias editoriales mexicanas y traducida al

francés en Canadá y Francia. Aparece en el “Diccionario Universal de creadoras”, publicado en Francia por Editions des femmes Antoinette Fouque con patronazgo de la UNESCO, 2013.

La APM publicó su novela “Omega” en 2013 en su Colección Hemisferio derecho.

Los psiquiatras contamos con un nuevo recurso te-rapéutico. Un estudio realizado en la Universidad de Queensland, Australia demuestra que escuchar heavy metal ayuda a regular las emociones. Some-tieron a una muestra (no dicen de cuántas personas la constituían) de amantes de este género musical a varias sesiones de música heavy durante 10 mi-nutos y se comprobó que aumentaba las emocio-nes positivas de los participantes. Lo mismo ocurrió con los amantes del punk, el emo y el screamo. El artículo se publicó en Frontiers in Neuroscience.

Todo esto me hizo recordar aquel viejo chiste del paciente psicótico que se golpeaba la cabeza con un martillo y cuando alguien le preguntó por qué lo hacía, contestó que porque sentía un gran alivio cuando dejaba de hacerlo.

Entré a youtube para ver un video de cada uno de los géneros musicales mencionados y confirmé que no soy amante de ese tipo de músi-ca aunque digan que es curativa. Como soy des-confiada, también busqué la revista Frontiers in Neuroscience y descubrí información muy intere-sante. No encontré el artículo original y la nota del diario El País publicada el domingo 28 de junio de 2015 no daba los nombres de los investi-gadores, también se puede objetar que no cono-cemos el tamaño de la muestra ni el número de sesiones a las que fueron sometidos, pero tengo que admitir que es un tratamiento sin interacción aparente con otros medicamentos y sin efectos indeseables además de la caída de algunos cilios de las células cocleares.

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Instrucciones para los autoresLa Revista de la Asociación Psiquiátrica Mexicana, A. C. Órgano Oficial de Difusión, publica artículos previamente aceptados por su Comité Editorial, escritos por sus socios o profesionistas afines a la Psiquiatría y cuyo contenido esté en relación con la salud mental. La publicación se hará en sus diferentes secciones: contribuciones originales, revisiones, ensayos o casos clínicos. La revista cuenta con una sección de Cartas al Editor, en la que se publicará correspondencia que resulte de interés, además de otra en la que se publicarán los eventos relevantes de la vida de la Asociación.

Sobre los manuscritos: Las contribuciones deberán ser escritas en español, en un lenguaje sencillo, preciso y claro que esté de acuerdo con las normas de la Real Academia de la Lengua. Se acompañará de un resumen en español e inglés no mayor de 150 palabras y título en inglés.

Se enviarán al editor en versión electrónica, en fuente Courier New número 12 a doble espacio. Las páginas se numerarán en forma consecutiva empezando por la del título. La primera página contendrá los nombres de los autores y las instituciones de adscripción.

Los cuadros y las figuras irán en hojas separadas, se numerarán dentro del texto con número arábigos. El título de los cuadros y el pie de las figuras deben ser breves, claros y acompañarse siempre del número que les corresponda.

Las figuras que vayan fotografiadas deberán estar bien contrastadas, impresas en papel mate y no ser mayores de 20.3 x 25.4 cm. Las figuras en formato eletrónico se podrán enviar por e-mail o entregar en CD como archivos JPG o TIF.

Los manuscritos de las contribuciones originales deberán incluir, además de los resúmenes con título tanto en español como en inglés, las siguientes secciones: 1) Introducción, 2) Material y Métodos, 3) Resultados, 4) Discusión y Conclusiones y 5) referencias bibliográficas. Su longitud no debe ser mayor de 20 cuartillas. Los agradecimientos deben escribirse en hoja aparte.

Las referencias bibliográficas se anotarán en el texto con apellido del autor y año de publicación. Se ordenarán alfabéticamente

de acuerdo con el apellido del primer autor. El (los) autor(es) deberá(n) apegarse estrictamente al orden y puntuación de las referencias bibliográficas que a continuación se dan como ejemplo.

(a) Cita de revistas científicas:

ENDICOTT J, SPITZER R L: What, Another rating scale? The Psychiatry Evaluation Form. J Nerv Mental Disord 1972; 154: 88-104.

(b) Cita de Libros. Llevarán el nombre de los autores o de la corporación autora, del editor o recopilador y de la institución que la publica. Ejemplo:

EASTWOOD M R: Psychiatric Morbidity and Physical State in General Practice Population. En: Hare E H y Wing J K, (eds). Psychiatric Epidemiology, Londres y Nueva York, Oxford University Press, 1959, pp 253-261.

Toda correspondencia debe ser dirigida al Dr. Enrique Chávez León, Editor Responsable, a la siguiente dirección electrónica: [email protected]

Se dará acuse de recibo al autor y se le enviará, posteriormente, el informe del dictamen rendido por el Consejo Editorial. Todo material aceptado para su publicación quedará en propiedad de la revista, por lo que la reproducción del texto o sus partes y las ilustraciones, en otras publicaciones, requerirá de la autorización previa del editor.

Las instrucciones precedentes se sujetan a los “Nuevos requisitos para la publicación de manuscritos en las revistas bio-médicas” que aparecieron en Annals of Internal Medicine, 1988; 108: 258-273 y disponibles en la página electrónica: //www.icmje.org/.

Los ensayos clínicos controlados deberán presentarse de acuerdo a los estándares consolidados para el reporte de ensayos clínicos (JAMA. 1996; 276 (8):637-9,). Los estudios de pruebas diagnósticas deberán seguir los estándares para el reporte de estas pruebas (BMJ. 2003; 326 (7379):41-4).

Se sugiere a los autores cumplir satisfactoriamente con los requisitos de publicación.

CUOTAS ANUALES Y DE INSCRIPCIÓN A LA ASOCIACIÓN PSIQUIÁTRICA MEXICANA 2017

CATEGORÍA CUOTAS ANUALES CUOTAS DE INSCRIPCIÓN

Psiquiatras, socioactivo APM

$ 1,500.00 $ 2,200.00

Socio en Adiestramiento y afiliado

$ 1,100.00 $ 1,300.00

Regularización de cuotas anuales atrasadas hasta 4 años

$ 1,400.00 (por año)

Regularización de cuo-tas anuales atrasadas de 5 años o más

$ 6,000.00

CUOTA DE INSCRIPCIÓN A XXV CONGRESO NACIONAL EINTENACIONAL

MERIDA 2017 (MONEDA NACIONAL)

CATEGORÍACUOTA DE

INSCRIPCIÓN Al 31 de agosto, 2017

CUOTA DE INSCRIPCIÓN Al 16 de

noviembre, 2017

Psiquiatras y otros médicos $ 4,500.00 $ 5,000.00

Psiquiatras, socio activo APM $ 3,000.00 $ 3,500.00

En adiestramiento afiliado $ 2,000.00 $ 2,500.00

Medicos en adiestramiento

no socios$ 2,500.00 $ 3,000.00

Profesionales no médicos $ 3,500.00 $ 4,000.00

Estudiantes de pre-grado $ 1,250.00 $ 1,500.00

Acompañante $ 2,000.00

Curso precongreso $400.00

Mayo-Agosto, 2017 l Época 1, Vol. 1, No. 2

Nota: Para cualquier duda o aclaración sobre la regularización de cuotas anuales, favor de contactar a la Sra. Margarita Díaz Valdez al correo [email protected]

órgano oficial de difusión

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Revista de la Asociación Psiquiátrica Mexicana, A.C., Época 1, Volumen 1, No 2, mayo-agosto 2017, Publicación cuatrimestral, Editada por la Asociación Psiquiátrica Mexicana, A.C., Periférico Sur 4194 1er. piso, Jardines del Pedregal, Delegación Álvaro Obregón, C.P. 01900, Ciudad de México. Tels.: 5652 5576 y 5652 5586. [email protected], www.psiquiatriasapm.org.mx. Editor Res-ponsable: Dr. Enrique Chávez León. Reserva de Derechos al Uso Exclusivo No. 04-2016-110317585800-102. ISSN en trámite, ambos otorgados por el Instituto Nacional de Derechos de Autor. Responsable de la última actualización de este número, Dr. Enrique Chávez León, Periférico Sur 4194 1er. piso, Jardines del Pedregal, Delegación Álvaro Obregón, C.P. 01900, Ciudad de México. La opinión expresada en los artículos firmados es responsabilidad del autor. Se autoriza la reproducción total o parcial de los contenidos e imágenes, siempre y cuando se cite la fuente y no sea con fines de lucro. No nos hacemos responsables por textos no solicitados. Fecha de última actualización 25 de marzo de 2017.