REVISTA DIEZ, NÚMERO 111

En este número:

CASA DE CITAS - Autor: Héctor Cortés Mandujano

LA ESTELA DE LUZ - Autor: Enrique Robles Solís

DIEZ - REVISTA DIGITAL– La revista que habla de vos.


Editor responsable: Alejandro Molinari

Contacto: [email protected]

Contenido

5- EDITORIAL:

Pueblo Mágico.

6.– ZAGUÁN:

ARENILLA: Los otros.

8.– PATIO:

Galería: Jean Antoine Watteau, en Comitán.

15.– BALCONES:

Casa de Citas

Seremos lo que somos.

Autor: Héctor Cortés Mandujano.

23.– CORREDORES:

La estela de luz.

Autor: Enrique Robles Solís.

29.– SITIO:

Entrevista con Roberto Monjarás.

Entrevistadora: Dora Patricia

Espinosa Vázquez.

38.– ACTUALIDADES.

43– MOJOL:

Cartel.



EL LUGAR IDEAL PARA DISFRUTAR LO MEJOR

DE LA VIDA

CENTRO TURÍSTICO

LOS ROBLES CHUCUMALTIC

Kilómetro 3.5

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San Francisco Uninajab.

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Comitán, ciudad que habla de vos



El licenciado Segundo

Guillén, Presidente de

COPARMEX-Comitán,

retoma el proyecto para

que Comitán sea recono-

cido en el Programa de

Pueblos Mágicos.

La ciudad de San

Cristóbal de Las Casas

está considerada dentro

de este programa federal

y recibe los beneficios

múltiples, que van desde

la promoción a nivel

mundial hasta la recep-

ción de recursos econó-

micos para mantenimien-

to y restauración de mo-

numentos históricos.

Comitán sólo está en

espera del reconocimien-

to de una esencia que ha

ostentado desde siempre:

¡la magia!

Con el aval del IMPLAN (Instituto Municipal de Planeación de Comitán), un grupo multi-

disciplinario se avoca a conjuntar todos los argumentos que sustenten la propuesta. La riqueza

cultural de Comitán es innegable y está a la vista de todo mundo. Falta solamente que nosotros,

sus habitantes, reconozcamos lo que nuestros visitantes privilegian. Quienes llegan a este pueblo

mágico alaban nuestro modo de hablar (con su maravilloso voseo, su cantadito y sus variedades

dialectales; asimismo elogian (y disfrutan) su rica gastronomía que, de igual manera, contiene

palabras propias que incrementan el valor cultural: nombres como chinculguajes, jocoatol, tzi-

sim, huesos, turuletes y maíz de guineo dan un rasgo de identidad a este pueblo que lo hace úni-

co y especial en todo el mundo).

Los comitecos sentimos amor y orgullo por esta tierra. Ojalá que estos esfuerzos fructifi-

quen y nuestro pueblo tenga la proyección que se merece.



¿Qué es lo otro? Siempre hablamos de lo otro como algo que está fuera de nosotros.

Lo otro puede ser la ciudad vecina, el hombre que vive en la orilla de enfrente, el cielo

que no nos cubre. Pero lo otro también es aquello que queremos encubrir, lo que nega-

mos, el lado Jekyll del señor Hyde.

Este pueblo, que es nuestro, también tiene su otredad. El otro lado del comiteco

subyace latente y es algo que queremos enterrar debajo de un ladrillo. Lo otro de Co-

mitán es el complejo. A conveniencia hablamos de identidad y de tradición, siempre y

cuando esto no afecte nuestro deseo vehemente de ser como los otros. Nos seduce lo

otro, lo que huele a gran ciudad. Muchas de nuestras mujeres sueñan con ser chicas

“Totalmente Palacio”; muchos de nuestros jóvenes rechazan el modo de hablar y

adoptan formas lingüísticas que usan las clases sociales altas del Centro de México.

Hoy nos sentimos más importantes que “los otros”, los que viven en lugares aleda-

ños a éste (Chicomuselo, La Trinitaria, Las Margaritas, Comalapa…), porque conta-

mos con una plaza donde existe Wal-mart, Cinépolis, Domino’s Pizza… Pero no esta-

mos conformes, anhelamos los Vip’s, los Samborn’s, los Liverpool…

Lo otro, después de todo, es lo que extrañamos y nos frustra por no poseerlo.

Siempre queremos poseer lo que no tenemos e ignoramos la riqueza de lo que es nues-

tro, lo que nos identifica.

Mientras la idea del otro exterior nos sublima cancelamos el otro interno. ¿Por

qué en estos lares flota ese anhelo de ser como los otros? ¿Cuándo, a qué hora, los nor-

teamericanos, por ejemplo, desean ser como nosotros? ¡Nunca! Entonces, ¿por qué a

nosotros nos seduce tanto el modo de ser de ellos?

¿Qué es lo otro? Lo otro es lo que está lejos de nuestra idiosincrasia, lejos de nues-

tra identidad. Lo otro es, a final de cuentas, lo que no nos corresponde. El complejo

(que es parte de nuestro ―otro‖ interior) no deberíamos cobijarlo, deberíamos enfren-

tarlo y eliminarlo. Con esto lograríamos ser más nosotros.







¡Ay, este del PRI Comitán

apenas anda queriendo

dar su primer paso

cuando el VERDE ya va

por la esquina!



¿Les gusta el trajecito?

Es un trajecito hecho a la

medida de la hija de Elba

Esther Gordillo.



¡Ay, Marcelo Ebrard, por

qué te fuiste, por qué te

fuiste! Nos dejaste en la

orfandad del que no

tiene , del que no tiene…

¡Madre, dónde está

Marcelo, dónde está!



¡No lo sé, puede ser,

puede ser!



¿Y vos, por quién vas a

votar?

Por quien me garantice que no

habrá más mujeres vistiendo luto

porque perdieron a sus hijos o a sus

maridos en esta “guerra” absurda.





La culpa de la cara no la tiene el espejo

“Si por el vicio”, de Liliana Felipe

Murió mi querida amiga Lidia, vencida

finalmente por el cáncer. El día que la

enterraron estaba yo casi terminando

de leer Prólogos con un prólogo de

prólogos (Emecé, 1999), de Jorge Luis

Borges, y mis ojos pasaron por estas

líneas que la evocaron (p. 251): “A na-

die le está vedado el Paraíso, a nadie le

está impuesto el Infierno. Las puertas,

por decirlo así, están abiertas. Quienes

mueren no saben que están muertos;

durante un tiempo indefinido proyec-

tan una imagen ilusoria de su ámbito

habitual y de las personas que los ro-

deaban”. Agrega, para aclarar, en el pie

de página: “En Inglaterra, una supers-

tición popular declara que no sabremos

que hemos muerto, hasta que comprobemos que el espejo no nos refleja”.

En la siguiente página (252) dice: “Cada día, cada instante de cada día; el hombre labra

su perdición eterna o su salvación. Seremos lo que somos”. Mi amiga fue una buena mujer, se-

guro estará bien donde está. Que así sea.

Prólogos… es una selección de 40 de ellos, escritos por Borges entre 1923 y 1974. No sólo habla

del libro que prologa, sino de los temas que toca. Por ejemplo, en el que hizo sobre Crónicas

marcianas, de Ray Bradbury, dice (p. 36) ―Ludovico Ariosto imaginó que un paladín descubre

en la Luna todo lo que se pierde en la Tierra, las lágrimas y suspiros de los amantes, el tiempo

malgastado en el juego, los proyectos inútiles y los no saciados anhelos”. Yo recuerdo aún que

cuando leí a Bradbury estuve a punto de llorar con uno de los relatos que, se supone, ocurre en

Marte. A Borges le pasó algo así (p. 38): “¿Qué ha hecho este hombre de Illinois, me pregunto,

al cerrar las páginas de su libro, para que episodios de la conquista de otro planeta me pueblen

de terror y de soledad? ¿Cómo pueden tocarme estas fantasías, y de manera tan íntima?”

Cuando habla de Carlyle lo cita (p. 54): “La democracia es la desesperación de no encontrar

héroes que nos dirijan”.

Macedonio Fernández, argentino, fue autor de páginas de extraña literatura y muy admi-

rado por Borges (p. 80): “En el decurso de una vida ya larga he conversado con personas fa-

mosas; ninguna me impresionó como él o siquiera de un modo análogo”.



Escribe mucho de este compatriota suyo (p.

84): ―Macedonio poseía en grado eminente las ar-

tes de la inacción y de la soledad. […] Era capaz

de estar solo, sin hacer nada, durante muchas

horas”. P. 85: “Había acostumbrado a sus senti-

dos a no percibir lo desagradable y a demorarse

en un agrado cualquiera: el olor del tabaco inglés,

de un mate curado o de un volumen —El mundo

como voluntad y representación, recuerdo— en-

cuadernado en pasta española”.

Sigue (p. 86): “Escribir no era una tarea para

Macedonio Fernández. Vivía (más que ninguna

otra persona que he conocido) para pensar”. P.

87: ―No le daba el menor valor a su palabra escri-

ta; al mudarse de alojamiento, no se llevaba los

manuscritos de índole metafísica o literaria que se

habían acumulado sobre la mesa y que llenaban

los cajones y armarios. Mucho se perdió así; acaso

irrevocablemente. […] Otra razón de su facilidad

era su incorregible menosprecio de las sonorida-

des verbales y aun de la eufonía. „No soy lector de

soniditos‟, declaró alguna vez, y las ansiedades

prosódicas de Lugones o Darío le parecían del to-

do vanas”.

En fin, que (p. 92) “a Macedonio la literatura le importaba menos que el pensamiento y

la publicación menos que la literatura”.

Cita, en el prólogo a una traducción de Kafka, una breve fantasía de éste (p. 168): “El animal

arranca la fusta de manos de su dueño y se castiga hasta convertirse en el dueño y no com-

prende que no es más que una ilusión producida por un nuevo nudo en la fusta”.

A Borges le encantaban las historias y los versos populares (hizo antologías de ambos);

los que incluye en El matrero, que también prologa, dicen (p. 180):

¡Qué bonito era Macario

en su caballo retinto,



con la pistola en la mano,

peleando con treinta y cinco!

El inicio del primero y el tercer verso

completo son iguales a la cuarteta final

de un corrido que compuso y cantaba

Piporro (“Arnulfo González”) y que

José Agustín incluye en su popular no-

vela Ciudades desiertas (Alfaguara,

1995: 69):

¡Qué bonitos son los hombres

que se matan pecho a pecho,

con la pistola en la mano

defendiendo su derecho!

***

Presenté el libro Cantando el triunfo de

las cosas terrestres, de Efraín Barto-

lomé. Frente al pódium para leer mi

texto, posé mi vista en las hojas y, te-

rrible sorpresa, vi una línea borrosa

donde apenas podía distinguir alguna

que otra letra. Acerqué más el rostro

(tengo muy buena vista y en la maña-

na, como siempre, estuve leyendo e in-

cluso releí el que ahora veía como un

galimatías frente a mí) y la cosa no

cambió mucho. Soy un actor, me dije,

y trataré de que nadie note esto, que

seguramente pasará en un segundo.



No pasó, pese a que leía con seguridad, casi inventando,

tratando de adivinar las palabras que eran una bruma

de líneas ágatas.

Pensé que era la luz (Voltaire dice en sus Cartas fi-

losóficas que (p. 111) “el papel refleja la luz cuando está

seco, la trasmite cuando está aceitado”), que el aire acon-

dicionado algún lío provocaba en mis pupilas, que me

estaba dando un ataque de ceguera momentánea, que ya

era tiempo de usar lentes, que ya tengo 50 años, que las

hilachas…

En la cena posterior, en la que estaba el poeta Juan

Domingo Argüelles (quien también fue presentador, y

cuyo texto informado, inteligente y divertido fue inte-

rrumpido con aplausos del público), conté mi experien-

cia. Todos se llamaron a sorpresa, porque, me dijeron,

nada notaron; Juan Domingo, en cambio, me dijo que

algo así le había pasado en algún momento. Descubrió

que era producto de las hojas blancas que recibían la luz

y la proyectaban con fuerza hacia los ojos. Desde enton-

ces, dijo, uso hojas amarillas, de una tonalidad opaca.

Eso haré en lo sucesivo, evidentemente, en mis lec-

turas públicas, porque ahora mismo, antes de escribir

esto, avancé en tres libros de los cinco que leo al mismo tiempo (Los hermanos Karamazov, de

Dostoyevski; La cultura, todo lo que hay que saber, de Dietrich Schawanitz, y Cartas filosófi-

cas, de Voltaire) sin ningún problema.

Me llamó la atención, y lo cuento de paso, que aunque ninguno de los tres habla estricta-

mente de cuestiones religiosas, todo lo que leí en los tres el día de hoy tiene a Dios y a la reli-

gión como tema central. A veces pienso que esas casualidades algo quieren decirme y no lo en-

tiendo, lo que me hace recordar el fragmento que de mi novela Piedras, polvo: la película com-

partí con el público hace no mucho en el V Festival Internacional de Letras Jaime Sabines.

El personaje, Humberto, es un alcohólico que monologa consigo mismo en una reunión

de AA: “A veces creo ver en el aire trasparente la presencia de Dios e intento decirle algo que

pueda servir como inicio de conversación. Pero he perdido la capacidad de hablar y aunque sé

que debiera hacer una pregunta a ese ente invisible, de cuya respuesta tal vez depende mi feli-

cidad, no se me ocurre ninguna. Y el aire permanece mudo, atenazándome, cercándome. Una



palabra tuya bastará para salvarme.

“[…] He estado fuera del mundo real y he sido mi verdugo, mi

torturador; no ha sido necesario hallarme con los canallas que

han marcado estos corazones que ahora me acompañan. Salir

de este pozo de egoísmo tal vez no me resulte tan difícil. Se

pueden ver estrellas desde el lodo.”

***

En la extravagante y lúdica cinta Guía para el viajero inter-

galáctico (The Hitchhiker´s Guide to the Galaxi, 2004, dirigida

por Garth Jennings), basada en una no menos anticonvencio-

nal “trilogía” de cinco libros de Douglas Adams, el presidente

de la galaxia se hizo poner una cabeza más, que tiene que de-

jar en prenda (se la cortan) para obligarle a cumplir una pro-

mesa. Una de los dos únicos terrestres sobrevivientes de la des-

trucción de la Tierra, creo recordar, le pregunta para qué se

puso otra testa, y él le contesta sin dudarlo: “Para sentir más

placer”.

Mi amiga Yolanda Gómez Fuentes me regaló su nuevo libro de poemas Cerca del fuego

(Coneculta Chiapas, 2011) en el que un par de versos la hacen coincidir con este presidente de

ficción. Dice Yoli (p. 21): “El deseo nace en el cerebro/ y, por obviedad, carece de ojos”.

En un poema anterior (p. 17) declara: “Aquí, la desgarrada y anónima hembra que soy, in-

siste —con una necedad de piedra— en perpetuar la historia de aquella que no se encuentra en

el espejo”.

Contactos: [email protected]



4a. calle norte oriente No. 10

Comitán de Domínguez, Chiapas







Es el proyecto ganador de la convocatoria abierta por el Gobierno Federal, para la creación de un

monumento conmemorativo como parte de los festejos del Bicentenario de la Independencia Mexi-

cana. Considerada como un hito urbano-arquitectónico, fue inaugurado el 7 de enero del año en

curso, acompañado de un show de luz y sonido. Emblemático del México moderno y un espacio de

conmemoración, en el Paseo de La Reforma, como remate del trazo final de la avenida.

De acuerdo con el presidente Calderón: “por su importancia simbólica y belleza arquitectóni-

ca este monumento se sumará a la majestuosidad de obras tan emblemáticas y admiradas por to-

dos los mexicanos, tales como: El Ángel de la Independencia, El Hemiciclo a Juárez o el Monu-

mento de la Revolución”.

El costo de la obra lo cubrió CONACULTA que ascendió a la cantidad de mil 36 millones de

pesos, además de 3.8 millones de la inauguración, obra que se entregó con 16 meses de retraso. La

Estela de Luz, es un majestuoso monumento en cuyo interior habrá un cine para noctámbulos, un

foro para las artes escénicas, un espacio para las artes electrónicas y un espacio de usos múltiples

para conferencias, presentaciones de libros y exposiciones. La Estela de Luz, desde su concepción,

generó contradicciones, protestas y reclamos. El activista Daniel Gershenshon, convocó a través de

las redes sociales, una manifestación para evidenciar su repudio “hacia ese bodrio”. Mantener en-

cendida la Estela de Luz, en su máxima intensidad, equivale a tener prendidos mil 704 focos de

100 wats, la misma energía que se requiere para conectar los refrigeradores de siete mil 641 casas

o encender cincuenta y nueve mil 600 televisores entre 27 y 29 pulgadas, y si bien, con su tecnolo-

gía led ahorra energía, la electricidad que se requiere costará entre 1.6 y 3.2 millones de pesos al

año.

En Comitán por allá de los sesentas había frente a lo que era el parque central, una inolvida-

ble manzana, que por cierto era la manzana comercial de nuestro pueblo, misma que posterior-

mente fue derrumbada, para hacer el inmenso parque central que hoy en día disfrutan las nuevas

generaciones. En esa manzana estaba la Proveedora Cultural de Tío Ramiro Ruiz; El súper merca-

do de Doña Angelina de don Límbano; La sastrería del Maestro Santiago; La tienda de Telas de

las Ancheyta y de don Hernán León y familia; la dulcería La Italiana; La tienda de estambres de

tío Tito Molinari; La Nevelandia; El Centro Ciclista de doña Tere de Domínguez; La dulcería de

don Arturo Rivera Alfaro; El Rincón Brujo; El Café Intermezzo y abajo la cafetería “la Pantera

Rosa”; la casa de mis papás, con un local al exterior que albergaba la “Pastelería Diana”; la casa

de mis abuelitos, con un local al exterior donde se ubicaba “Selecciones”, la tienda de mi tía Mer-

ce, que vendía la ropa del momento; la Agencia de autos de don Rodolfo Nápoles; la casa de don

Tavito, que manejaba un Caprice que era taxi; el consultorio del Doctor Chavarría, del negro Can-



cino; el taller de joyería que atendía Ausencio; la ca-

sa de Don Pantaleón Domínguez; el consultorio del

Doctor Armando Domínguez; la mueblería de don

Fernando Tovar; La casa de la Sarita Gómez y la

tienda de doña Estela.

En esos gloriosos tiempos, la tienda de doña Es-

tela vendía muchas cosas, pero para algunos de no-

sotros dos muy importantes: unas extraordinarias

horquetas de madera tallada, hechas con madera de

guayabillo, y unos hules magníficos, que solo ella

vendía y que traían de Guatemala. Esos dos elemen-

tos, unidos a una chapeta de gamuza y un par de

“cueritos”, que nos regalaba don “Mishna”, para

unir cada hule con la chapeta y la horqueta, traían

como consecuencia una efectiva honda, hoy llamada

resortera, que de vez en vez era la responsable de

que, entre otros muchos usos, un atrevido foco pren-

dido a deshoras del día, cayera hecho añicos. Doña

Estela para nosotros, por todo lo que significaba era

una Estela de Luz.

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Tel.: 108-90-44





Roberto Monjarás es un hombre alegre. Muy trabajador desde pequeño. Se dedica a la artesanía,

a los telares. El talento que corre por sus venas ha sido marcado desde su nacimiento en el barrio

de La Lana. Actualmente reside en el barrio del Cerrito Concepción, y es aquí donde acuden sus

clientes en búsqueda de servilletas, manteles y, por supuesto, los hermosos rebozos. Es músico.

Don Roberto ama la música. Sus dedos privilegian el sonido y los colores de las cuerdas del telar

y la guitarra. Con gran alegría responde las siguientes preguntas:

¿Desde cuándo y dónde aprendió a trabajar el telar?

Era pequeño. Yo tenía como trece años cuando comencé a trabajar. Somos ocho hermanos,

yo soy el mayor de todos y soy el único que lo ejerce. Aprendí éste oficio con mi papá, lo

apoyé durante casi todo el tiempo que crecieron mis hermanos. Eran dos telares que tenía-

mos en la casa donde vivíamos. Pero desafortunadamente la vida se nos tiene que acabar y

se fue mi viejo, hace como diez años. Mi papá compartió partes con todos los hijos y fue que

pasé mi telar para acá a la casa. El telar grande lo llevó otro muchacho.

¿Cuántos años tiene su telar?

Cuando a mi papá le preguntaban eso siempre respondía „ya tiene bastantes años. Ya está

bastante amolado mi telar y también yo ya estoy bastante amolado‟. Cuando yo tenía trece

años ya estaba este telar. Ya tengo 68 años y ¡ahí está!

¿Dónde vende los rebozos?

Aquí vienen a comprarlos, ya conocen la casa. Hace tiempo, casi un año, vinieron los del

Canal Diez a hacer un reportaje de mis artesanías. Me dijeron que me iban a dar un casete,

pero pues lo sigo esperando. Acomodamos todo como una tiendita para que se vieran los re-

bozos, las servilletas y los manteles que hago de mi mismo telarcito. Este reportaje lo estu-

vieron pasando por televisión. Gracias a eso mucha gente ya conoce la casa.

¿Es complicada la elaboración de los rebozos?

Es bastante laborioso. Hago un rebozo por día, me lleva como seis horas. Primero hay que

preparar la materia prima: el hilo y la seda. Se tiene que atolar el hilo, cuando éste se entie-

sa, se hacen cañones grandes. Es puro enrollar y desenrollar. Después ya se urde. Además

debo pensar en el diseño de los manteles y rebozos, darle otras figuras. En las noches se me

ocurren algunos diseños y me digo „voy a probar éste‟ y lo hago, algunos me salen como los





imagino y otros que no me gustan mucho. Lo chistoso está en que el que no me gusta es el que

se va primero.

¿Qué función cumplen los pies en el telar?

Es muy importante. En los pies van los dibujos, en los pies es todo. Aquí ¡qué calcetines ni

que ocho cuartos! Aquí, si es posible, hasta en short anda uno. Con las manos lanzo la lanza-

dera. Es muy importante la coordinación. Aquí me entretengo solo, no tengo patrón. El

patrón es sólo el que viene a encargar su trabajo, y el día que quedamos ¡ese día lo entrego!

Entregué más de 65 rebozos hace tiempo, para un hotel en Cintalapa de Figueroa que iba a

inaugurar el Gobernador. Imagínese, hago uno al día, tenía que echarle ganas, que sábado ni

qué domingo, ¡a trabajar!

Y el gusto por la guitarra ¿de dónde nace?

Como todo el tiempo estuve con mi papá y a un lado el radio, aprendía mis canciones cantan-

do en el telar. Mi papá siempre tocaba una guitarra que tenía. Me gustaba mucho la música y

ahora también ejercemos algo del arte musical. Yo tenía un cuarteto llamado “Los Románti-

cos”; es decir, lo tengo todavía, pero con otros elementos. Yo era el requinto del cuarteto; es-

taba nuestro amigo Julio Montero, Fidel Gordillo, Emilio Monjarás y su servidor. Tuvimos la

oportunidad de ejercerlo como unos ocho años, luego tuvimos el percance de Emilio, que le

evitaron los desvelos porque lo operaron del corazón. Fue decayendo el grupo, ya cada quien

agarró por su rumbo. Yo me quedé con el cuarteto pero ya con otros elementos: mi herma-

no, mi primo y otro muchacho que es el vocalista. Nos vienen a contratar para alguna serena-

ta, fiesta o convivio. Me dedico a esto también, ya que lo de la música es eventual.

Además del cuarteto ¿ha participado en algún otro grupo musical?

En el grupo “Sexto Poder” cuando estaban de moda los Ángeles de Fuego. Ahí solo tocaba la

guitarra. Cuando se desintegró el grupo hicimos un trío: “Los príncipes”, con Roberto Solís y

Emilio Monjarás. Siempre hemos estado metidos en esto.

¿Qué significa para usted una guitarra en sus manos?

Mucho, porque la trova es muy bonita. Siempre sale uno por donde quiera. Acá me entreten-

go, en las noches saco mi guitarra para estar ensayando y han venido unos que otros alumnos

a aprender. Con el maestro Jorge Gordillo Mandujano estuve una temporadita dando clases

de guitarra.





¿Qué es lo primero que les dice a sus alumnos?

Lo primero, evitarse de los vicios, porque es peligroso. La música es peligrosa por lo

de las parrandas. Hay muchos aficionados a eso. De muy chicos empiezan los mucha-

chos que ya sintieron saborcito y que se inspiran, porque muchas veces no tenemos el

valor civil si no hay unas cucharadas de eso, así es la realidad; pero a veces muchos

ya nos pasamos de listos y ya no son cucharaditas. Hay que saber manejar todo.

Don Roberto concluyó agradeciendo a todos aquellos que adquieren artículos elaborados

por comitecos y en especial a todos aquellos turistas que a través de los rebozos se llevan

un pedacito de Comitán a casa: “Se siente uno muy satisfecho de que compren los artí-

culos. Tampoco va uno a abusar, aquí he dado precio justo, el que merece el cliente.

Mientras Dios nos dé vida vamos a seguir con esto”.


Estamos llenos de cultura.

¿Cuándo venís a Comitán a llenarte de luz?



Honorable Ayuntamiento

de Comitán

y

Universidad

Mariano N. Ruiz

¿Te gusta escribir? El Centro Comiteco de Creación Literaria es

¡para vos! Ser parte del Centro no tiene algún costo económico. Lo

auspicia el Honorable Ayuntamiento de Comitán 2011-2012.

Sesionamos los miércoles, a las 5 de la tarde, en la sede del Centro,

frente al Santuario del Niñito Fundador.



Programa del martes 24 de enero de 2012.

Comentarios acerca de la programación del FORO INTERCULTURAL

MESOAMERICANO a celebrarse el jueves 26, viernes 27 y sábado 28 de enero, en

la ciudad de Comitán.

Dicho FESTIVAL-COMITÁN SOLIDARIO CON LAS Y LOS MIGRANTES tuvo

como patrocinadores a la Presidencia Municipal de Comitán; Centro Cultural

Rosario Castellanos; Consejo Ciudadano de Cultura; Agencia Consular de El

Salvador, en Comitán; Consulado de Guatemala, en Comitán; Pastoral de

Migrantes Diócesis SCLC y Puente Cultural del Sur Sureste.

En la fotografía: Genaro y Paty.

Crónicas de Adobe también se escucha por Internet:

www.imer.gob.mx

Los martes, de 3 a 4 de la tarde, hora del Centro de México.



El Honorable Ayuntamiento de Comitán, IMPLAN y COPARMEX-Comitán

convocaron a una reunión donde analizaron tres aspectos que contribuirán al

desarrollo armónico de la ciudad: COMITÁN, PUEBLO MÁGICO; ANDADOR

EN EL CENTRO HISTÓRICO y CIUDAD ROSARIO.

Coincidieron en la importancia de que Comitán presente la propuesta para que

sea considerada dentro del Programa de Pueblos Mágicos; asimismo dieron a

conocer el proyecto para convertir en Andadores tres de las calles del Centro

Histórico para mejorar la imagen urbana e incentivar el comercio y turismo; y

por último expusieron el proyecto que contempla la inclusión de elementos

artísticos en nueve parques de Comitán, donde propios y extraños encuentren

referencias a la obra literaria de Rosario Castellanos.



Rubén Morales Serrano, Ismael Delfín, Francisco Tovar Armendáriz, Antonio Guillén y Paco To-

rres Vera fueron los encargados de dinamitar la obra del andador turístico de Comitán, una obra

que prometía mayor desarrollo para nuestro municipio pero que por unos cuantos intereses se fue

por el caño de la basura, la mayoría de empresarios y comerciantes establecidos en la zona lamen-

tan el “capricho” de quienes no quieren permitir la competencia hotelera y restaurantera, y tam-

bién la actitud del pulpo transportista que se opone a contribuir con el mejoramiento del centro

histórico, pero sobre todo a ceder esta área a los peatones quienes al final de cuentas son lo que

menos se toman en cuenta para este tipo de definiciones, cada uno de los “indignos” deberían po-

ner sus barbas a remojar ante la ventaja que nos lleva el municipio vecino de San Cristóbal de Las

Casas, pero que se puede esperar de ellos si nada más velan por sus muy particulares intereses y

no del colectivo en particular, Rubén Morales Serrano tiene su hotel y restaurant en esta zona que

se pretende remodelar, al igual que Ismael Delfín ex funcionario estatal que anduvo quebrando pa-

litos por algunas órdenes de aprehensión derivado de las malas cuentas que se detectaron cuando

estuvo despachando en ese nivel, Francisco Tovar Armendáriz es otro que nunca esta conforme

con nada, se opone a todo lo que sea institucional y viceversa, don Tono Guillén ni se diga, consi-

derado el “capo” del pulpo transportista no quiere que sus enormes unidades abandonen las privi-

legiadas rutas del centro histórico, amén de que Paco Torres busca bandera para promover preten-

siones políticas, de ese tamaño es la contaminación que enterró los 13 millones de inversión que

tendrán que regresarse a la federación al no poder ejercerlos a su debido tiempo, esto sin contar

otras pérdidas no contabilizadas pues si de ganar se trata, con la obra del andador, los locales es-

tarían más cotizados, pero además los propietarios o arrendatarios tendrán la oportunidad de esta-

blecer otros giros o negocios que ampliarán su ingreso familiar, como cafeterías, restaurantes y

otros lugares de diversión que dicho sea de paso favorecerán también al sector hotelero y restau-

rantero de todos los puntos de la geografía Comiteca; también el cambio de imagen promovería

mayor atractivo turístico y se detonaría mayor actividad en este céntrico punto que bastante falta le

anda haciendo, pero en fin, hay será para la otra, mientras tanto los comitecos deberíamos protes-

tar pues no es posible que cinco o seis personas decidan el destino económico de nuestro pueblo…

El periodista Carlos Rojas publicó este texto en su columna Identidad Política, el

26 de enero de 2011.



En Comitán: viernes 3 de febrero, 6 de la tarde.

Auditorio del Centro Cultural Rosario Castellanos.



Exposición de fotógrafos comitecos.



Cartel que promocionó la Corrida de Toros de la Feria de San Sebastián 2012.





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