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REVISTA DIEZ, NÚMERO 79

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Actualidad de la ciudad de Comitán de Domínguez, Chiapas.

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DIEZ - REVISTA DIGITAL– La revista que habla de vos.

Revista catorcenal, hecha en la tierra de los cositías con la bendición de Tata Lampo.

Editor responsable: Alejandro Benito Molinari Torres

Contacto: [email protected]

Contenido

6.- EDITORIAL:

Un acto inédito.

7.– ZAGUÁN:

ARENILLA: A los comitecos nos gustan los tutisitos.

11– PATIO:

Exposición de Antonio Ruiz, El Corcito, en Comitán.

18.– Chica de DIEZ: FRIDA

19.– BALCONES:

Fabiola

Autor: Gabriel Laló Jacinto.

25.– CORREDORES:

Casa de Citas

Cuestión de comas.

Autor: Héctor Cortés Mandujano.

32.– SITIO:

Piedra de toque.

Regreso de Rosario Castellanos (IV de VII).

Autor: Ricardo Cuéllar Valencia.

40.– ACTUALIDADES.

43– MOJOL. Galería.

Obra de Arbey Rivera y de Ángel Gabriel Penagos

Gordillo.

48.– Chica de DIEZ: FRIDA

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DIEZ - REVISTA DIGITAL– La revista que habla de vos.

Comitán, ciudad que habla de vos

Frida

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DIEZ - REVISTA DIGITAL– La revista que habla de vos.

EL LUGAR IDEAL PARA DISFRUTAR LO MEJOR

DE LA VIDA

CENTRO TURÍSTICO

LOS ROBLES CHUCUMALTIC

Alberca y chapoteadero.

Tina de masajes.

Restaurant—bar.

Paseos a caballo.

Senderismo.

Área de camping.

Espeleoturismo.

Ingreso para nadar en la Laguna

Chuculmatic (buceo y snorkel).

Kilómetro 3.5

Carretera que conduce al Balneario

San Francisco Uninajab.

Informes:

TELS: 01 963 63 2 28 74 Y 9635963006

Comitán, ciudad que habla de vos

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Visitanos

¡No te arrepentirás!

Comitán, ciudad que habla de vos

DIEZ - REVISTA DIGITAL– La revista que habla de vos.

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EDITORIAL Un acto inédito

DIEZ - REVISTA DIGITAL– La revista que habla de vos.

Comitán, ciudad que habla de vos

Comitán está acostumbrado

a las presentaciones de libros,

pero no está acostumbrado a

las Firmas de Autógrafos. El

pasado viernes 17, en el Res-

taurante Café, canela y can-

dela, se llevó a cabo una fir-

ma de autógrafos a cargo del

autor del libro Conjuros.

Amigos del autor y lecto-

res de su obra se presentaron

al lugar y dieron una nota de

aliento para este tipo de acti-

vidades. El autor atendió en

dos horarios: de once de la

mañana a una de la tarde, y

de cinco de la tarde a siete de

la noche. Por la mañana úni-

camente acudieron cuatro

lectores; pero en la tarde mu-

chas personas acudieron, por

lo que el horario tuvo que

ampliarse hasta las ocho y media de la noche.

¿Cuál fue la diferencia? Una muy sencilla, los lectores no tuvieron que

escuchar palabras de alabanza al autor por parte de los presentadores. Acá

no hubo más que el contacto entre el lector y la obra.

El juicio crítico está en la percepción de cada lector.

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DIEZ - REVISTA DIGITAL– La revista que habla de vos.

Comitán, ciudad que habla de vos

ZAGUÁN

ARENILLA

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Comitán, ciudad que habla de vos

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Comitán, ciudad que habla de vos

En Comitán, en lugar de la palabra culo,

empleamos una palabra maravillosa:

tutís. Así pues, cuando un extraño llega,

y está comenzando la temporada de llu-

vias le recomendamos ir al Mercado Pri-

mero de Mayo y comprar una su medida

de tzizim (algunos escriben tsisim y pro-

nuncian sisim). Una vez que ya tiene listo

el limón y la tortilla, hacemos una última

recomendación: ¡que coma sólo los tutisi-

tos! ¡Son los más sabrosos!

El otro día, Amín Guillén Flores su-

bió al facebook la foto de un tzizim y

provocó un alud de comentarios. Quienes

radican en otros lugares hablan del tzi-

zim y de la temporada con gran nostal-

gia. Juan Carlos Gómez Aranda pre-

guntó si recordaban las “peleas” que or-

ganizaban los niños en las escuelas. Bue-

no, he de decir que esta tradición ¡sigue

incólume! El patio central del Colegio

donde laboro amaneció lleno de tzizimes,

la mañana posterior al aguacero. Los

alumnos de secundaria los levantaron y

organizaron peleas de hormigas sobre los

escritorios.

Debo confesar que nunca he asistido

a levantar hormigas. Mis amigos de la

primaria platicaban con gran emoción la

“pepena” de los tzizimes; contaban que

metían los animales en una cubeta llena

de agua (un amigo mostraba sus piernas

llenas de piquetes). ¿Cuál es el proceso

del dorado? No lo sé, bien a bien. Parece

que los colocan en un comal y ahí le

están mueve y mueve.

Francisco, quien nació en San

Cristóbal de las Casas, me cuenta que

allá no sale tzizim. Le pregunto por qué

pero no sabe decirme. Tal vez es por el

clima, dice. Y debe ser por esto. Debe ser

que el tzizim es sandunguero y se apare-

ce sólo en lugares de climas templados y

cálidos. ¡Deben ser más arrechos los de

La Costa! ¡Sus culitos deben ser más sa-

brosos!

La medida es pequeña y cuesta

¡veinte pesos! El comprador reclama fu-

ribundo, se le hace muy caro. La mujer,

con el hijo envuelto en su espalda, no di-

ce algo, pero en su mirada está la frase:

“Si le gusta, si no puede‟sté seguir su ca-

mino”. Al final, el comprador cede y saca

un billete de veinte. La mujer sigue seria,

pero yo sé que en su interior esboza una

sonrisa que dice: “¿No que no, cabrón?”.

Y es que este alimento ¡vale lo que pesa!

No pesa algo pero cuesta mucho, porque

es como nuestro caviar, cuando menos el

color es muy parecido.

El otro día saludé a la poeta Ma-

rirrós Bonifaz, tenía en la mano una bol-

sa de plástico; de tanto en tanto, metía la

mano en la bolsa y se la llevaba a la boca.

Yo oía un ligero crujido y miraba la cara

de Marirrós que tenía una línea como de

orquídea trepada en enredadera. ¿Qué

comés?, le pregunté. Hmm, mmm, tzizim,

dijo y sonrió.

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Las cajitas de Molinari

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PATIO

Exposición de Antonio Ruiz,

El Corcito, en Comitán.

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Comitán, ciudad que habla de vos

¡Se me hace que sos pura boca, vos

Pancho! ¿‟Onde está que sos muy

lechudo, si las botellas siguen

vacías?

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DIEZ - REVISTA DIGITAL– La revista que habla de vos.

Comitán, ciudad que habla de vos

¡Con esto demuestro que soy muy

buen gallo, porque el que es buen

gallo canta hasta en la garganta de

las sopranos gordas!

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DIEZ - REVISTA DIGITAL– La revista que habla de vos.

Comitán, ciudad que habla de vos

¿Salazar? No, no y no.

Yo al único que conozco, siempre,

es al que está en turno.

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Comitán, ciudad que habla de vos

¡Chin, ya vienen otra vez éstos con

sus mañanitas!

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Comitán, ciudad que habla de vos

¡Otra vez tengo ganas de ir a

Cancún este verano!

¡Hmm, vos, si nunca hemos ido a

Cancún!

¡No, dije que otra vez tengo ganas!

Chiste viejo

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Comitán, ciudad que habla de vos

Teléfono: 01-963-6326661

e-mail: [email protected]

www.universidadmnr.com.mx

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Comitán, ciudad que habla de vos

Frida

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Comitán, ciudad que habla de vos

BALCONES

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Comitán, ciudad que habla de vos

Gabriel Laló Jacinto

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Comitán, ciudad que habla de vos

Hace un par de semanas tuvimos la

oportunidad de visitar una comunidad

de habla tzeltal en los límites del muni-

cipio de Comitán con el de Amatenango

del Valle, muy cerca de la Floresta. El

caserío se ubica en una pequeña caña-

da, algunos dicen que es un poblado za-

patista aunque esto no lo puedo asegu-

rar.

De no llevar vehículo deberíamos de

caminar alrededor de una hora y media

para llegar a él, sin embargo nuestra

camioneta facilitó el ingreso, aunque

un torrencial en estos terrenos arcillos

y rojizos hubiese impedido nuestra lle-

gada.

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Comitán, ciudad que habla de vos

El poblado no tiene agua, así que los

habitantes, para lavar la ropa o bañarse

tienen que recorrer un largo camino para lle-

gar al lugar donde se acumula el agua; cuando la

llevan en cántaros a la comunidad suele hacerlo toda

la familia.

Es viernes a media mañana. Después de cruzar la cerca de madera ingresamos

al patio donde lo primero que encontramos es a una niña morena y delgada con

apenas 10 años de edad. Estaba sentada, al mirarnos entrar se paró y fue en di-

rección hacia donde estaba su madre. Interrumpimos su actividad de esa maña-

na. Hoy no tuvo clases porque su maestro fue a Tuxtla en busca de apoyo para

la construcción de un aula escolar. Por eso se encontraba en el patio lavando con

agua y jabón unos caracoles que recolecta en la montaña, una vez secos los pinta

con crayones de diferentes colores. Estos caracoles pintados son vendidos (a 10

pesos cada uno) en San Cristóbal de las Casas y es el papá quien se encarga de

comercializarlos y así ayudarse con los gastos de la familia.

Por la tarde, al llegar a casa, coloqué el caracol que había comprado sobre uno

de los estantes de mi librero, en ese momento me acordé de una canción que in-

terpreta Susana Harp de Gustavo Lhópez y del cual comparto un fragmento:

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DIEZ - REVISTA DIGITAL– La revista que habla de vos.

Comitán, ciudad que habla de vos

Hoy tropecé

en el camino un caracol;

lo vi vacío y me atreví

a hundir mi vista y mis oídos

por sus formas de espiral.

Y lo que vi,

un caracol es un milagro de colores,

es un depósito de océanos y de sol,

un remolino detenido

es un tornado encasquillado,

un caracol.

Un caracol

es sortilegio de silencio revelados,

es la fantástica y genial habitación

de los secretos extraviados;

es un asomo en el pasado

un caracol.

Me puse a pensar que un caracol

debe existir dentro de todos,

y ha de ir guardando el álbum del amor

en su memoria de espiral.

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DIEZ - REVISTA DIGITAL– La revista que habla de vos.

Comitán, ciudad que habla de vos

Si algún día te encuentras con estos objetos no dudes en adqui-

rirlos, quizás detrás de estos caracoles estará la mano, el tiempo y

el sentimiento de algún pequeño.

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Comitán, ciudad que habla de vos

CORREDORES

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Comitán, ciudad que habla de vos

Héctor Cortés Mandujano

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Comitán, ciudad que habla de vos

En Vida de Eduardo II de Inglaterra, de

Bertold Brecht —no sé en realidad lo

que de historia real tenga—, se cuenta

la desgracia de este rey y este país que

entra en guerra intestina porque su so-

berano, el Eduardo del título, casado y

con hijo, se enamora de otro hombre,

Gaveston, a quien entrega no sólo su

amor, sino la potestad de hacer y des-

hacer a su antojo.

Que cada cual haga de su vida un

papalote. Lo que aquí vengo a contar-

les es de cómo el tristemente célebre ex

presidente Fox sin haber leído nunca,

como presumía (dijo algo así: “yo no

leo y por eso soy feliz”), citó al Brecht

de esta obra (Teatro completo, Edicio-

nes Cátedra, 2006:232): “Saber dema-

siado disminuye el apetito. Desde que

dejé libros y saberes duermo más sana-

mente y digiero bien”.

Ah, también Fox entregó nalgas y

reino a otra analfabeta, de cuyo nom-

bre no quiero ni acordarme. Pero ese es

otro cantar.

Mortimer, que odia a Eduardo, usa co-

mo estrategia para que lo maten una

orden que no lo comprometa: no pone

una coma. Sé que para muchos, en este

reino del analfabetismo, las comas son

nada más pulgas molestosas, pero en la

obra determinan la vida o la muerte (p.

240): “Y prescindo de la coma. Podrán

leerlo: „Matar a Eduardo no temer,

conviene‟. O según las condiciones de

su inocencia y si ha comido o ayunado:

„Matar a Eduardo no, temer conviene‟.

„Matar a Eduardo no temer conviene‟.

Sin coma, tal como es, podrá valer”.

Esto me hizo recordar el título de

uno de los libros que uso con regulari-

dad en mis cursos de redacción: Perdón

imposible, guía para una puntuación

más rica y consciente (Océano, 2005),

de José Antonio Millán, cuyo asunto es

el mismo. El título alude, lo explica

Millán en el prólogo, a (p. 11) “una

anécdota atribuida a Carlos V (luego la

he encontrado referida a otros reyes,

pero nos dará lo mismo…). Al empera-

dor se le pasó a la firma una sentencia

que decía así: Perdón imposible, que

cumpla su condena. Al monarca le ganó

la magnanimidad y antes de firmarla

movió la coma de sitio: Perdón, imposi-

ble que cumpla su condena. Y de ese

modo, una coma cambió la suerte de

algún desgraciado…”

***

Brecht, por cierto, en La ópera de cua-

tro cuartos dice de sí mismo (libro cita-

do, p. 377): “Habéis oído hablar de

Brecht./ ¡Con él todos cantáis!/ Y cuán-

do él ha preguntado/ todo eso, ¿cómo lo

sacáis?/ De este país lo habéis echado”.

En Lenguaje y silencio (Gedisa,

1982), George Steiner dice que en el na-

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Comitán, ciudad que habla de vos

zismo los mejores escritores alemanes

fueron al exilio: Brecht, Thomas Mann,

Stefan Zweig, Hermann Broch…

Zweig, dice (p. 123), “llegado sano

y salvo a Latinoamérica, hizo lo posible

por reanudar su obra. Pero se vio sumi-

do en la desesperación. Estaba conven-

cido de que los nazis convertirían el

alemán en una algarabía inhumana. No

vio ningún futuro para un hombre de-

dicado a la integridad de las letras ale-

manas y acabó suicidándose. Otros de-

jaron de escribir. Sólo los muy tenaces

o los mejor dotados fueron capaces de

transformar su cruel situación en ar-

te”.

Disfruté hace tiempo con la novela

de Zweig, 24 horas en la vida de una

mujer, pero me encontré hace poco un

ensayo suyo que me llamó mucho la

atención: Montaigne (Editorial de la

Universidad Juárez del Estado de Du-

rango, 2008). Un ensayo sobre un ensa-

yista, sobre el inventor del ensayo

(Montaigne fue el primero en llamarlos

así y en escribirlos como tales, en

1580). El libro es magnífico, porque

Zweig deja de leer los ensayos como li-

teratura, como textos; los lee como la

vida de alguien muy cercano (p. 26):

“Si tomo los Ensayos, el papel impreso

desaparece en la penumbra de la habi-

tación. Alguien respira, alguien vive

conmigo, un extraño ha entrado en mi

casa, y ya no es un extraño, sino al-

guien a quien siento como amigo. Cua-

trocientos años se han disipado como

humo”.

Los célebres Ensayos de Montaigne

tocaron profundamente a Zweig (p.

97): “No se puede aleccionar a los hom-

bres, sólo guiarlos para que se busquen

a sí mismos, para que vean con sus pro-

pios ojos. Ni gafas ni píldoras”.

Lo cita constantemente (p. 108):

“Se dice a sí mismo lo que todos nos de-

cimos en parecidas épocas de desvarío:

no te preocupes por el mundo. Tú no lo

puedes cambiar ni mejorar. Ocúpate de

ti mismo, salvar en ti lo que haya que

salvar. Mientras los otros destruyen, tú

construye, trata de ser sensato contigo

mismo en medio de la locura. Enciérra-

te. Construye tu propio mundo”.

Sin duda, una de las frases de

Montaigne le ayudó a suicidarse (p.

102): “La vida depende de la voluntad

ajena; la muerte de la nuestra. La

muerte más voluntaria es la más her-

mosa”

***

Thomas Mann fue de los escritores te-

naces y dotados de fuerza y talento pa-

ra no sucumbir ante lo que perpetraba

el nazismo. Steiner cita sus palabras (p.

122): “¿Debe guardar silencio un escri-

tor alemán, que es responsable del idio-

ma porque lo usa cotidianamente,

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DIEZ - REVISTA DIGITAL– La revista que habla de vos.

Comitán, ciudad que habla de vos

guardar absoluto silencio ante todos los

males irreparables que se han cometido

y se cometen día tras día, especialmen-

te si ello tiene lugar en el propio país,

contra el cuerpo físico, el alma y el

espíritu, contra la justicia y la verdad,

contra la humanidad y el individuo?”

No se calló, claro. En La montaña

mágica (Plaza y Janés, 1993), volumi-

nosa y proteica, aborda una infinidad

de temas de la mano de su personaje

emblemático Hans Castorp. Fuera de

lo que ya se ha dicho tanto de este libro

épico y totalizador, hay varias cosas

que cito. La primera tiene que ver con

cómo el lenguaje popular, el que se

habla, está en constante tensión con la

erudición escrita. Hans creía que Caro-

lina era un ser espantoso entre otras

razones por sus lapsus continuos (p.

409): “Decía ‘agomía’ en lugar de

„agonía‟, „inóslito‟ en vez de „insólito‟ ”.

Hace muy poco fui a una comida

donde me hablaron de una señora de

Villaflores (el asunto es muy fino, me

anticiparon) que en lugar de

“tergiversado” dice “tersivergado”.

Dice Mann en la página 481: “El

tiempo es activo, produce. ¿Qué produ-

ce? Produce cambios”.

Una amiga me contó la historia de

unos judiciales que fueron retenidos en

una comunidad donde los golpearon y

nos les dieron agua por no sé cuánto

tiempo. Al rescatarlos, lloraban, “fue

horrible, fue horrible”, repetían, como

si ellos estuvieran muy lejos de hacer lo

que probaron. El asunto ya lo conocía

Mann. Hans Castorp (p. 629) “había

leído además que en las casas de reclu-

sión los más terribles bandidos y asesi-

nos más robustos lloriqueaban como

niños cuando se les administraba una

paliza”.

Sobre la muerte dice (p. 735):

“Nuestra muerte es más asunto de los

que nos sobreviven que de nosotros

mismos. Tanto si recordamos eso o no

por el momento, esas palabras de un

sabio malicioso son, en todo caso, vale-

deras para el alma: „Mientras existi-

mos, la muerte no existe, y, cuando la

muerte existe, no existimos nosotros‟ ”.

Maribel Carrasco, dramaturga, y yo

conversamos sobre las dificultades que

se nos presentan cuando empezamos a

escribir una obra de teatro. Luis

Martín Solís, director de escena, nos

oía hasta que nos interrumpió con ges-

to y voz molesta:

—Me choca que para montar bien

una obra se necesite tanto conocimien-

to técnico e inteligencia. En cambio a

ustedes les basta con el talento. Para

ser dramaturgo no se necesita inteli-

gencia.

Los dos clavamos los ojos en él y

creo que fui yo quien preguntó lo que a

los dos nos sugirió su comentario.

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Comitán, ciudad que habla de vos

—¿Es un halago o un insulto?

Mann no estaba evidentemente con

nosotros, pero opina del tema en La

montaña mágica (p. 811): “El talento es

superior a la inteligencia y a la estupi-

dez, y también es un valor de la vida”.

***

Madre e hija discuten en Secretos y

mentiras (Secrets & Lies, 1996, dirigida

por Mike Leigh); la una dice a la otra

que dejó de vivir para ocuparse de ella.

La hija grita:

—¡Yo no te pedí nacer!

La madre responde:

—¡Yo tampoco pedí que nacieras!

La hija concluye:

—¡Eso lo hubieras pensando antes

de bajarte los calzones!

***

En Antojo de trampa, segunda antología

personal (Fondo de Cultura Económi-

ca, 1999), de Francisco Hernández, hay

poemas memorables, pues es él un

hombre que ha pulido sus versos y mu-

chos de ellos, además, se notan que han

sido antes experiencias, emociones ge-

nuinas. Más que fragmentos te regalo

lector, lectora, estas líneas:

De “acotaciones y deudas” (p. 18):

“Mi casa, mi renaciente fábrica de an-

gustias/ parece un largo cuerpo sin ven-

tanas”.

De “Domingo” (p. 35): “Estoy tan

solo, que cualquiera diría que estás

conmigo”.

De “Antojo de trampa” (p. 199):

“Desnúdate. Blanquea la oscuridad”.

***

En Storytelling (en español le agregaron

Historias de ironía y perversión; 2001,

dirigida por Todd Solondz) un niño

pregunta a su sirvienta salvadoreña

por qué llora y ésta le cuenta que a su

nieto le van aplicar la pena de muerte

por homicidio y violación.

—¿Qué es violación?, dice el pe-

queño.

La sirvienta se sale por la tangente:

—Es cuando amas a alguien que no

te ama y haces algo al respecto.

Contactos:

[email protected]

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Comitán, ciudad que habla de vos

SITIO

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Comitán, ciudad que habla de vos

PIEDRA DE TOQUE

Regreso

de

Rosario

Castellanos ( IV de VII)

Ricardo Cuéllar Valencia

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DIEZ - REVISTA DIGITAL– La revista que habla de vos.

Comitán, ciudad que habla de vos

En otro apartado de la conferencia de

Andrea Reyes leemos:

En el año 1971, dos meses antes

de asumir su posición como embaja-

dora de México en Israel, la autora

escribió unos ensayos especialmente

significativos. Parecía que estuviera

tratando de aclarar pendientes antes

de emprender su nuevo oficio. Uno de

esos ensayos, “La abnegación: una

virtud loca”, fue el discurso que pre-

sentó frente al presidente Echeverría

y un público numeroso en la celebra-

ción del Día Internacional de la Mu-

jer. Curiosamente, el ensayo nunca

fue recopilado en ninguna de sus an-

tologías, aunque sus amigos y colegas

reconocieron su gran aportación, y

fue la única obra completa de la auto-

ra que incluyeron en una colección de

apreciaciones de ella por sus amigos

en un homenaje en 1975 Helena Po-

niatowska lo destacó:

El día 15 de febrero de 1971 es un

día clave en la causa de la mujer. Ro-

sario pronuncia su discurso en el Mu-

seo Nacional de Antropología e Histo-

ria. Habla del trato indigno entre hom-

bre y mujer en México y sus palabras

la convierten en cierta forma en pre-

cursora intelectual de la liberación de

las mujeres mexicanas. Por primera

vez, a nivel nacional (puesto que Rosa-

rio habla en una tribuna pública), Ro-

sario denuncia la injusticia en contra

de la mujer y declara que no es equita-

tivo ni legítimo que uno pueda educar-

se y el otro no; [. . .] Este grito de Rosa-

rio ― porque grito fue ― tuvo una

amplia resonancia. Nadie hasta enton-

ces, ninguna señora diputada, ninguna

senadora se había ocupado realmente

de la condición femenina, y si lo pre-

tendió levantó la mano con tantas pre-

cauciones, lo hizo tan tímidamente que

nadie la vio.

Castellanos denunció la injusticia

en contra de la mujer como nadie lo

había hecho antes en México, pero su

“grito” fue mucho, mucho más. En el

discurso, ella insistió en que una in-

vestigación detallada de las cualida-

des que definían a la mujer “va a con-

ducirnos a un descubrimiento muy

importante: el de que no existe la

esencia de lo femenino. Porque lo que

en una cultura se considera como tal

en otra o no se toma en cuenta o for-

ma parte de las características de la

masculinidad.” Entonces, “lo femeni-

no” era una construcción cultural que

se podía cambiar, y el valor de que

una mujer debía ser abnegada era

uno de los muchos que necesitaban

revaloración. Ella mantenía que, afor-

tunadamente, la ley en México esta-

blecía en principio la equidad entre el

hombre y la mujer, aunque las cos-

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DIEZ - REVISTA DIGITAL– La revista que habla de vos.

Comitán, ciudad que habla de vos

tumbres lo burlaban. Por eso la auto-

ra denunció una serie de inequidades

que existían, a pesar de no ser legíti-

mas bajo la ley, en la relación matri-

monial, en la educación, en el acceso a

un trabajo productivo para la comu-

nidad y en la libertad de movimiento.

Ella concluyó la denuncia con un pun-

to fundamental en el que recordó las

palabras de Simone de Beauvoir que

la independencia de la mujer tenía su

principio en el vientre:

No es equitativo ― luego no es le-

gal ― que uno sea dueño de su cuerpo

y disponga de él como se le dé la real

gana mientras que el otro reserva ese

cuerpo, no para sus propios fines, sino

para que en él se cumplan procesos

ajenos a su voluntad.

No es equitativo el trato entre hom-

bre y mujer en México. Pero nos da-

mos el lujo de violar la ley para seguir

girando, como las mulas de noria, en

torno de la costumbre. Aunque la ley

se haya hecho, y lo sepamos, para co-

rregir lo que la costumbre tiene de ob-

soleto, de viciado y de injusto.

Elena Urrutia citó una buena

parte de esta diatriba contra las in-

equidades para concluir su presenta-

ción en 1984 sobre la preocupación

por la mujer en el ensayo de Castella-

nos. Enfatizó el entusiasmo con que el

público recibió “la memorable catili-

naria que Rosario Castellanos pro-

nunció ante el jefe del ejecutivo, cati-

linaria que la ovación sostenida de las

mujeres ahí congregadas suscribía

con pasión.” Valía mucho para ese

público principalmente femenino que

alguien expusiera tan claramente lo

injusto de la situación.

Sin embargo, el reto del discurso

venía en seguida. Sin detenerse, Cas-

tellanos fue al grano, al estilo de -

Woolf y Beauvoir, ya que no quería

oír excusas de las mujeres pues se

debía exigir una mejor situación:

Si la injusticia recae aún sobre las mu-

jeres mexicanas no tienen derecho a

quejarse. Ellas lo han escogido así.

Ellas han despreciado las defensas

jurídicas que tienen a la mano. Ellas se

niegan a asumir lo que los Códigos les

garantizan y la Constitución les conce-

de: la categoría de persona.

El “grito” de Castellanos en el

museo tan digno en el bosque de Cha-

pultepec, en 1971, tuvo el objetivo de

despertar en las mujeres mismas su

responsabilidad de tomar la situación

en sus manos. El punto principal fue

que ninguna otra persona lo podía

hacer por ellas.

Castellanos exigió más de sus

compatriotas femeninas que nadie les

había insistido anteriormente. En los

Estados Unidos yo recibí la influencia

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Comitán, ciudad que habla de vos

de Virginia Woolf y de Simone de -

Beauvoir antes de conocer la literatu-

ra mexicana, pero fue Castellanos

quien me enseñó la importancia de es-

tudiar cuidadosamente la aportación

de esas intelectuales feministas. Hay

una obra de Woolf que tiene muchos

paralelos con el “grito” de Castella-

nos, desafiando a una nueva genera-

ción de mujeres: A Room of One’s

Own (1929) (Un cuarto propio) , basa-

da en unas pláticas que Woolf había

dado a las estudiantes en dos universi-

dades de mujeres en cuanto a la im-

portancia de escribir y de aportar a la

sociedad. Aunque era evidente la in-

fluencia colonialista que venía con el

hecho de ser inglesa a principios del

siglo XX, aún así su mensaje fue pun-

zante:

¿Cómo alentarlas de otro modo a

encarar el riesgo de la vida? Señoritas,

les diría yo, y escúchenme bien, pues la

peroración ya empieza, en mi entender

todas ustedes son vergonzosamente ig-

norantes. Jamás han descubierto nada

que valga. Jamás han sacudido un im-

perio o capitaneado un ejército. Los

dramas de Shakespeare no los escribie-

ron ustedes, y nunca han introducido

en un pueblo bárbaro los beneficios de

la civilización. ¿Qué disculpa tienen?

La severidad de la crítica de -

Woolf fue precisamente para desper-

tarlas de su conformismo, además de

que era bien merecida. En aquel en-

tonces el mundo estaba, y hoy mismo

todavía está, repleto de situaciones

difíciles que requieren la actuación de

personas más concienzudas que las

que están en el poder. Como las muje-

res constituimos la mitad de la pobla-

ción humana, nos toca la mitad de la

responsabilidad. Es la obligación que

Castellanos exigía que sus compatrio-

tas asumieran: la categoría de perso-

na completa, dueña de su propia vida.

…………………….

Rosario Castellanos rehusó que-

darse en el vacío que los filósofos de

antigüedad le habían designado a la

mujer. En sus ensayos, ella estableció

una presencia femenina honesta y ri-

gurosa dentro de las letras mexicanas.

Planteó la cuestión del “feminismo”

en las páginas editoriales de la capital

de México en 1963, cuando en muchas

partes del mundo aún no se había oí-

do el término. Llamó la atención a las

costumbres retrógradas sobre asuntos

sociales tan básicos como el matrimo-

nio, la maternidad y el control de la

natalidad. Expuso los estereotipos cul-

turales del hombre machista y la mu-

jer abnegada al examen del público

lector. Defendió la integridad y la in-

dependencia del cuerpo de cada mu-

jer, para usar “como se le dé la real

gana” a ella misma, únicamente. Co-

mo dijo José Emilio Pacheco en 1974

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en su introducción a El uso de la pala-

bra: “Gracias a Rosario Castellanos,

las mexicanas rencontraron su

voz” (7). Los ejemplos que he presen-

tado sólo ofrecen un vistazo rápido de

la originalidad de esta gran pensado-

ra mexicana; es preciso leerla en todo

detalle. Los ensayos y el periodismo

narran la formación que como

“contrabandista” tuvo Rosario Caste-

llanos, una de las más dignas concien-

cias de México en el siglo veinte.

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Estamos llenos de cultura.

¿Cuándo venís a

Comitán a

llenarte de luz?

Consejo Ciudadano de Cultura Municipal

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Honorable Ayuntamiento

de Comitán

y

Universidad

Mariano N. Ruiz

¿Te gusta escribir? El Centro Comiteco de Creación Literaria es

¡para vos! Ser parte del Centro no tiene algún costo económico. Lo

auspicia el Honorable Ayuntamiento de Comitán 2011-2012.

Sesionamos los miércoles en la sede del Centro, frente al Santuario del

Niñito Fundador.

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“Hechos en Comitán” es el órgano de difusión del Honorable Ayuntamiento de

Comitán 2011-2012.

Esta semana circuló el número 2.

Con un concepto que privilegia la imagen, en selección de color, la gaceta da a

conocer las actividades que realiza el Ayuntamiento a favor de la comunidad.

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Comitán, ciudad que habla de vos

CRÓNICAS DE ADOBE

En el programa radiofónico del martes 14 de junio, “Crónicas de Adobe” se llenó de

luz con la presencia de Estefanía Campos Flores (reina de la feria de agosto 2009) y

de Francisco Javier López Hernández (conductor de la radio Brisas de Montebello).

El tema fue: “La romería, un camino de luz y flores”.

En la fotografía: Genaro, Fanny, Francisco, Alejandra y su hijo.

Todos los martes, de tres a cuatro de la tarde: www.imer.gob.mx

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El Consejo de Redacción de DIEZ, la Revista Digital de

Comitán felicita a Anahí Mariela Espinal Moreno, por

obtener el grado de Licenciada en Ciencias de la Educación,

con terminal en psicología educativa.

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“El paso de la luz a través de la espiral de

un sueño”.

Mixta de hilos sobre madera encerada

(2010).

Autor: Arbey Rivera.

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Comitán, ciudad que habla de vos

“El camino de la luz en la poesía

del vértigo” (detalle).

Mixta de hilo sobre madera

encerada

(2010).

Autor: Arbey Rivera.

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Comitán, ciudad que habla de vos

“Pasionaria 1”

Autor: Ángel Gabriel

Penagos Gordillo.

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“Pasionaria 2”

Autor: Ángel Gabriel

Penagos Gordillo.

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Comitán, ciudad que habla de vos

En tiempos de

confusión

¡tenemos el

hilo de la

armonía!

Nos vemos en el

80 Frida