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Revista TRIANA 1 Verano de 2017 CULTURA - PATRIMONIO - HISTORIA - PERSONAJES - ACTUALIDAD - RELATOS

Revista TRIANA - P - r

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Revista TRIANA 1

Verano de 2017

Cultura - Patrimonio - Historia - Personajes - aCtualidad - relatos

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Revista TRIANA 3

sumario

PortadaLa portada de este número es una obra de José Cerezal

EditaDistrito Triana, Ayuntamiento de Sevilla

coordinaAntonio Silva

rEdacciónAgustín Pérez, María de los Reyes Robledo, José Manuel Piñero, José Luis Jiménez, Paco Soler, Mari Paz Hidalgo, Pepe Bravo, Rosa Díaz, Joaquín Arbide, José Javier Ruiz, Antonio Silva, Miguel Rivas Rasero, Manuel Bravo Amuedo, Manuel Pablo Rodríguez Rodríguez, Manuel de Sancha Blanco

fotografíaArchivo

disEño, maquEtación y ProducciónPáginas del Sur S.L

imPrEsiónImprenta Municipal de Sevilla

dEPósito LEgaLSE 371-2013

issn 1130-7188 2ª éPoca

La Revista Triana no se hace responsable de las diferentes opiniones vertidas en esta publicación

REVISTA TRIANA desde julio de 1980

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Velá 2017 José Cerezal, cartelista José Antonio Rodríguez Benítez, pregonero La fiesta de la buena voluntad Galardonados actualidad Paseo del Arte La comisaría de la calle Betis Fundación Cristina Heeren Peatonalización de la calle Betis

Personajes Carmela Martínez Vodevil Vargas Adrián Riquelme Paco Arcas Lucena Juan de Triana José Antonio Rodríguez Benítez Pedro Evangelina

narración Las dos orillas

turismo

3638

64

20

53

80

20

4

11 5053

7881

202122242832

10

11

1814

12

Patrimonio Retablo cerámico de la Iglesia de la O

Historia El azulejo del león de los Reales Alcázares Retazos de Triana La Quica y San Onofre El agua de los ingleses y Triana Cuando casi perdemos el puente De los orígenes de la Velá Los comienzos del Instituto Bécquer La Triana oculta María Niño (II)

relatos Relatos de Triana Candados del puente Poesía Puente de Triana

50

53

545660626668

72

7880

81

34

36

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Dedicado a la pintura desde 1999 ha expuesto su trabajo en más de una trein-tena de exposiciones individuales y colecti-vas, tanto en la provincia de Sevilla como en otras provincias, con una profusa producción como cartelista: Fiesta del Rosario (2008), fe-licitación de Navidad para la hermandad de la Macarena (2011), aniversario fundacional de la hermandad del Gran Poder de Castille-ja de la Cuesta, Romería de Torrijos (2000, 2001, 2013 y 2014), Corpus de Valencina de la Concepción. Hermandad del Rocío de Tria-na y Valencina (2014), hermandad de Rocío de Gines (2015 ), Corpus de Salteras (2015), Navidad de Sevilla (2016), fiestas patronales de Salteras (2017), y cartel de la Semana de Sevilla (2017).

José Cerezal

VELÁ

José María Jiménez Pérez Cerezal ha sido designado para realizar el cartel de la Velá de Triana 2017Por Mª de los Reyes Robledo Castizo

el

la

ColorVeláde

uestro cartelista es un pintor que cree que a través de los colores puede expresar sentimientos y

este pensamiento condiciona la forma de pin-tar. No busca la representación naturalista, sino realzar el valor del color en sí mismo. Emplea una pincelada directa y vigorosa, con toques gruesos, sin mezclas, evitando ma-tizar los colores. Sus creaciones responden a un ejercicio de sintetización, buscando la máxima intensidad emocional combinada con la máxima simplificación de elementos.

José Cerezal, como es más popularmen-te conocido, es Licenciado en Bellas Artes por la Universidad de Sevilla en la especiali-dad de pintura desde 1998. Su estilo está ca-racterizado por las escuelas impresionistas- posimpresionistas (fauvismo y puntillismo), a lo que suele añadir un toque personal que va de lo figurativo a lo abstracto.

Dedicado a la pintura desde 1999 ha expuesto su trabajo en más de una treintena de exposiciones individuales y colectivas

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Cuando uno observa sus carteles sale con la sensa-ción de habitar en un mun-do que podría ser más bri-llante, más colorido y vital.El color es el armazón y el alma de su creación, en con-traposición de las líneas y los volúmenes que articulan cualquier obra pictórica. Este pintor rompe con la tradición haciendo del color el centro y el motivo principal de sus

cuadros y carteles. Viendo sus obras uno percibe que el color se basta y sobra para dar forma a la reali-dad, que no necesita de más apoyos para representar el mundo y sus imágenes.

¿Qué supone para usted a nivel personal y profesio-nal haber sido designado cartelista de la Velá?Supone una satisfacción muy grande por confiarme este proyecto y más aún cuando la designación ha sido unánime. Es un peldaño más en mi ca-

rrera profesional y una unión con un barrio tan entrañable como Triana.

¿Cuál es la técnica que ha utilizado en la realiza-ción del cartel?Pintura acrílica sobre ta-blas con una dimensión mayor de lo habitual con la cual me siento más cómo-do para realizar una obra de esta envergadura.

¿Qué imágenes o mo-tivos trianeros incor-pora en su obra?He incorporado elemen-tos relacionados con la parroquia de Santa Ana y el puente de unión del barrio con la ciudad.

Cartelista

“El haber sido designado cartelista de la Velá supone una satisfacción muy grande”

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l próximo día 21 de Julio, José An-tonio Rodríguez Benítez será el en-cargado de exaltar en su pregón las

fiestas del Barrio de Triana.

Este periodista vinculado al barrio por el tronco materno y siendo una de las vo-ces más conocidas de la Semana Santa en las televisiones locales, se colocará ante el atril del barrio para mostrar su arte de hablar con elocuencia.

Su trayectoria profesional le avala como un orador que ha demostrado la ele-gancia de crear belleza mediante el lenguaje, siempre utilizando el corpus léxico preciso y la entonación adecuada. Alguien que se ha ex-presado con claridad y facilidad en los medios como colaborador en el programa de Canal Sur Radio 'El Llamador' y redactor de las re-vistas 'Pasión en Sevilla' (ABC) y 'Escaparate'.

Domina el arte de motivar, influir, persuadir y entretener como muestra en las páginas de su primer libro 'La Wasa cofrade' (2016).

Ha trabajado para el programa Andalu-cía Directo y en la actualidad lo hace en la pro-ductora Medina Media, realizando trabajos de cine y documentales para Canal Sur TV.

Hablar de la Velá, es hablar de la fies-ta en una Triana con solera, un barrio vivo, presente en el desarrollo de Sevilla y que ha sabido defender un estilo de vida vinculado al río y su vega. Un barrio con proporción, luz e historia con sabor de calles estrechas y gen-tes que han sabido aprovechar sus raíces para seguir creciendo dentro de esta ciudad.

Usted domina el espacio donde pronun-ciará su pregón, ¿Qué sentimiento dejará plasmado para que el barrio de Triana se identifique con el verdadero significado de la fiesta?La fiesta tiene una base religiosa. Hunde sus raíces en ella, pero es una raíz viva. No es una feria ni una verbena sin más. Se trata de una celebración dirigida a Señá Santa Ana que luego ha ido creciendo e integrando elemen-tos lúdicos. Quiero dejar en el pregón un sen-timiento de cariño a la abuela del barrio que, está presente en su día a día y es el reflejo de las personas mayores que aquí habitan.

Las emociones tienen más fuerza que la razón a la hora de llamarnos a la acción. La

“La fiesta tiene una base religiosa. Hunde sus raíces en ella, pero es una raíz viva. No es una feria ni una verbena sin más”

El joven periodista sevillano quiere dejar en el pregón un sentimiento de cariño a la ‘abuela’ del barrio, Seña Santa Ana, que, está presente en su día a día y es el reflejo de las personas mayores que aquí habitan. Ofrecerá una pieza integradora en la que tendrán cabida todos sus colectivos, sus gentes, los pellizcos... y sus artistasPor Mª de los Reyes Robledo Castizo

José antonio rodríguez BenítezPregonero de la Velá 2017

E

VELÁ

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emoción puede representarse como la am-plia gama de colores de la paleta de un pin-tor que dibuja los colores de nuestra vida, estos pueden ser fuertes o suaves, pero siempre significativos. El vivir en Triana, ser heredero de una familia de artistas e hijo de una trianera ¿Le condicionará a la hora de realizar el pregón?Naturalmente. Triana está en la historia de mi vida. Mi bisabuelo era gitano y, para más colmo, guardia civil en el cuartel de la cava. Desde ahí, todos los miembros de mi familia materna han ido alimentando el sentimiento de pertenencia al barrio. Mi abuela Concep-ción es la sabiduría de la calle y ha sido la responsable de legarme la tradición oral del barrio, las cosas de la posguerra, el hambre. Eso, que, al principio, yo no concebía hasta que me di cuenta con el tiempo de las cala-midades que aquí se pasaron. Y, por otra par-te, mi tío José Manuel, otro pilar fundamen-tal en mi afecto a Triana. Él me llevaba a ver cada año los pregones de la Velá y supo trans-mitirme como nadie los valores que atesora este lado del río. Aunque ha realizado varios pregones en Triana, ¿El ser elegido pregonero de la Velá le supone un compromiso con el ba-rrio o un reconocimiento más en su im-portante trayectoria profesional?Es un regalo. El que vive en Triana tiene la sensación de estar permanentemente reci-biendo el regalo de vivir aquí. No es sensible-ría barata. Es la pura verdad. Y esto que me han encomendado, además de la responsabi-lidad que va implícita en el encargo, lo con-sidero un regalo que me llega en un momen-to precioso y voy a poder disfrutarlo con los miembros de mi familia. ¿Le dará voz a los artistas que a diario nos encontramos en el barrio, aquellos que no aspiran a ser grandes, sino que entienden su compromiso con la sociedad?Quiero que el pregón sea como una de esas riadas que desbordaban al barrio. Y, desde la intensidad, quiero integrar en él a todos sus colectivos, sus gentes, los pellizcos... Y, por supuesto, a los que han desarrollado una ma-nifestación artística. Pero es que en Triana hay arte hasta para vender sandías.

¿Qué le desea a los trianeros en estas fies-tas de raigambre tan popular?Para vivir la Velá no hace falta un itinerario. Cada uno se deja llevar por las cosas que más le atraen. Pero lo que deseo es que vivamos unos días llenos de intensidad, que el calor nos permita disfrutar de ella y que la parro-quia de Santa Ana se vuelva a llenar casi tan-to o más que la calle Betis.

Pregonero

José antonio rodríguez BenítezPregonero de la Velá 2017

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“El que vive en Triana tiene la sensación de estar permanentemente recibiendo el regalo de vivir aquí. No es sensiblería barata. Es la pura verdad”

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a Velá es la fiesta popular más anti-gua de cuantas conservamos y surgi-da junto al río grande Guadalquivir

ha servido durante siglos para ir cohesionando un barrio cargado de muchas dificultades, de ninguna opulencia y de mucha alegría. Triana no ha sido un barrio residencial al modo que hoy se definen. Ha sido y es un barrio de las per-sonas, de la convivencia y de la buena vecindad. Y ese barrio se refleja en los calores de julio mi-rándose al rio que da nombre a la calle Betis.

Los trianeros tuvieron que emigrar des-de las dos cavas a otros muchos barrios de la pe-riferia. Así creció el Polígono de San Pablo, Pino Montano o el Cerro del Águila por citar tres pun-tos cardinales donde se sigue reflejando Triana. No se imaginan cuanta Triana profunda hay en esos barrios. Y cuando los trianeros se iban tam-bién exportaban en cierta medida su fiesta de la convivencia. Y así crecieron las velás de estos barrios. Fiestas ciudadanas de convivencia sur-gidas de la emigración de Triana y de sus gentes.

Estamos en un mundo globalizado don-de Triana sigue siendo un referente para los que nos visitan. Extraño es que alguien que vi-site Sevilla no entre en el barrio por la puerta grande de su corazón que es el Altozano.

La Velá es una fiesta viva que necesi-ta cariño y mimo de los que la organizan y por supuesto de los que participan en ella. De nada serviría una excelente organización mezcla de público y privado si después los visitantes no aportan su grano de arena y no desvirtualizan la celebración. La Velá no es una discoteca ni un macrobotellón. Lo reitero, es una fiesta re-frescante de la convivencia y la buena vecin-

“La Velá es una fiesta viva que necesita cariño y mimo de los que la organizan y por supuesto de los que participan en ella”

El calendario de la ciudad tiene meses y tiene estaciones que se califican en el imaginario colectivo por sus fiestas. Así primavera es sinónimo de Pasión y de Feria. Agosto es el mes de la Virgen de los Reyes. Mayo Rocío y Junio Corpus, caiga cuando caiga la fiesta. Y Julio en el calendario de la ciudad es Velá de TrianaPor Antonio Silva

VELÁ

la fiesta Buena Voluntaddela

L

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dad. No es una fiesta solo de Triana, sino de toda una ciudad y sus visitantes y por tanto es una fiesta abierta, viva y no anclada en estereo-tipos de cartón piedra.

Triana y los trianeros son en esos días en torno a fiesta de Señá Santa Ana el epicentro de una alegría. Un ejemplo donde mirarse a la hora de autogestionar una celebración donde de forma tradicional organiza el Ayuntamiento pero deciden de forma muy ejemplar los veci-nos del barrio a través de una Comisión de la Velá que simboliza la perfecta armonía entre la Administración municipal y los ciudadanos.

Pero la Velá como la Feria de Abril ne-cesita también evolucionar. Partiendo de que cambiar las cosas no significa perderlas es ne-cesario que se integre toda la orilla trianera del rio y asi poder incluir de forma más precisa el Paseo Virgen de la O en el recinto de casetas y de actividades. Todos los años hay buenas in-tenciones para esta integración pero no se aca-ba de conseguir.

Y también hay que poner en valor esta Fiesta Mayor de Triana en el marco de la cap-tación de turismo. El Ayuntamiento trabaja en

un plan específico para Triana donde la Velá puede ser un elemento más abierto para atraer visitantes. Al igual que las grandes ferias temá-ticas de Centroeuropa durante el verano son un motivo de visita, la Velá también debe estar en ese circuito.

Este año nos pregona la Velá un exce-lente periodista como es José Antonio Rodri-guez. Estoy seguro que sabrá transmitir toda esa sensibilidad que atesora para que la Velá como otras tantas señas de identidad de Triana continúen la senda del sueño de los despiertos.

Un año más la fiesta de la buena vecin-dad se dispone a llenar las calles de Triana.Vi-vánla y disfruten.

“Extraño es que alguien que visite Sevilla no entre en el barrio por la puerta grande de su corazón que es el Altozano”

Triana

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VELÁ Galardonados

galardonados de la VeláLa Comisión Organizadora de la Velá de Santiago y Santa Ana del Distrito Triana ha elegido al trianero del año, trianeros de honor y trianeros adoptivos del año 2017, además de las instituciones que recibirán menciones honoríficas por la contribución al barrio

n concreto, las personas e instituciones elegidas para la Velá de Triana 2017 -cuyo pregón se pronunciará en la tarde

noche del 21 de julio, coincidiendo también con los nombramientos, y tendrá su comienzo oficial con el Alumbrado a las 24.00 horas del día 21 y su final el 26- son las siguientes:

TRIANERO DEL AÑOC.D. Balonmano Triana, con motivo de su as-censo de categoría a Primera Nacional.

INSTITUCIÓN HONORÍFICA Escuela Autorizada de Danza Matilde Coral, por toda su trayectoria. Matilde Coral es hoy por hoy reconocida por todos como una de las gran-des maestras del baile flamenco. Su magisterio ha dado como resultado la creación de una verdade-ra estirpe de bailaores y bailaoras. Hermandad San Gonzalo, por la Coronación de la Virgen de la Salud y los 75 años de fundación

TRIANEROS ADOPTIVOSEsther Vaya Ballabriga, empresaria de larga trayectoria de la Pastelería Lidia.Pedro Vangelina, inmigrante nigeriano.

Francisco Agar García, Paco 'Bulería', personaje entrañable del barrio, muy conocido por su nego-cio de tapicería y por su afición al flamenco. TRIANEROS DE HONORManuel Bejarano Bohórquez, propietario del establecimiento de restauración La Blanca Palo-ma. Ernesto Díaz Infante, director de la Unidad de Arritmias y Electrofisiología del Hospital Virgen Macarena.Manuel Rodríguez de Quesada, profesional de peluquería desde hace 40 años y propietario de la Academia Quesada. Ricardo Miño Álvarez, músico, guitarrista y compositor. José Mora Garrido, propietario y cabeza de la saga familiar de Frutas Mora del Mercado de Triana, del que fue presidente durante muchos años. Francisco Vega Niño,, bailaor trianero, de reco-nocido prestigio en el barrio. Luis Baras Japón, periodista, miembro de la Asociación de la Prensa de Sevilla y del Colegio Profesional de Periodistas de Andalucía. Es un re-conocido cofrade y compositor musical.

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TrianaACTUALIDAD

nclavado en el Paseo de Nuestra Se-ñora de la O, junto al Castillo de San Jorge, allí se dan cita múltiples disci-

plinas artísticas, que abarcan tanto las Bellas Ar-tes como las Artes Plásticas.

Cada disciplina artística tiene su rincón a lo largo y ancho de esta exposición al aire libre que todos los fines de semana (sábado y domingo) tiene lugar sobre los adoquines que contemplan el puente.

María Gavilán, con sus bolsos monederos y demás accesorios, Francisco Barón, con sus piro-grabados y Felicitas Fernández, con la orfebrería y la cerámica, conforman el área de artesanía en el mercado.

La cerámica, cómo no, tenía que estar presente en el mercadillo de Triana. Juan Rome-ro, Manuela Jurado y Luis Carbonell, en sus dife-rentes estilos, son alguno de los representantes de esta materia en el Paseo la O.

Por su parte, los curtidos y marroquine-ría corren a cargo de José Asencio, Roberto Bau-tista y Javier Salgado.

En el terreno escultórico existe repre-sentación de José Manuel Cabeza, Bartolomé Sáez y José F. Cortázar, mientras que Eva Villal-ba, Paco Ordóñez y Manuel Serrano, son algu-nos de los representantes de los óleos y acuare-las del mercado.

Además, de la venta de obras, el merca-do realiza talleres en sus distintas áreas para los interesados. Retrato del natural, pintura, cerámi-ca, Escultura y Modelado y artesanía son las áreas en las que se imparten los cursos.

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Cada disciplina artística tiene su rincón a lo largo y ancho de esta exposición

un Paseo de arteEste proyecto cultural nace en 2008, un pequeño Montmartre sevillano en el Paseo de Nuestra Señora de la O, en la margen ribereña de Triana, al que llamamos ‘Paseo de Arte’Por Emilio Gil

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ntonio es un as de las redes sociales. Está presente en Lindekin, en Twit-ter, en Instagram, en Youtube, y en

yo qué se cuántos otros foros y páginas, además, por supuesto, de en Facebook, donde ya tiene más de 50.000 amigos; lástima que para los de siem-pre, los de carne y hueso, para los que le acompa-

ñaron durante su infancia y su juventud, nunca tenga tiempo.

Conmigo, por ejemplo, hace más de 6 meses que no queda, cuando antes, nuestra ter-tulia semanal cara a cara (face to face diría él en su nueva jerga internauta) fuera en otro tiempo la sal y la pimienta de una vida no siempre son-riente para todos los que compartíamos proble-mas, copas y sentimientos. Además, la última vez que quedé con él, se me quitaron las ganas de repetir, pues, hasta sentado a mi lado seguía en su mundo virtual, pues dedicaba más aten-ción a su Smartphone que a mí. Y, para colmo, cualquier cosa de la que quisiera hablarme, pa-saba por enseñarme algo que tenía registrado en sus 4 pulgadas de pantalla táctil. Nuestros últi-mos encuentros fueron aburridísimos para los dos: para mí porque me gusta mirar a los ojos y no a las pantallas, y para él porque no seguía su onda y trataba de despegarlo de su alma elec-trónica; así es que los encuentros se fueron es-paciando cada vez más, hasta casi desaparecer. Aunque, eso sí: sigo siendo uno de sus habituales contactos virtuales a los que manda cientos de comunicaciones, muchas de las cuales, los que nos dedicamos a vivir en directo, echamos di-rectamente a la papelera porque no nos llega el tiempo para atenderlas todas.

Hace poco murió su madre y, como es natural, me personé en el tanatorio, donde es-taba prácticamente solo. Lástima que casi no pudo atenderme, porque tenía que responder los cientos de condolencias virtuales recibidos. Al día siguiente volví para el sepelio. Había una veintena de personas, incluida la familia, y me pregunté que dónde estaban los innumerables amigos con los que habla a diario, y más de una vez, a través de su cristal mágico. No, no esta-ban, pero lo peor es que tampoco estaban algu-nos de sus íntimos de antaño, pues desde hace mucho, sus relaciones directas dejan mucho que desear, con lo que, poco a poco, se ha ido quedando solo con su pantalla.

¿Porqué nadie se mueve por la comisaría de la calle Betis? incluso ahora que la peatonalización de la citada calle sea la piedra de toque de la actualidad trianera

la Comisaría de Calle Betis

ACTUALIDAD

PasiVidad, aPatía, indolenCia y

Mi amigo Antonio es un fiera en esto de los mundos virtuales. Da gloria verlo funcionar en internet, o, mejor dicho, intentarlo. Porque yo, al menos, por más que quiero

enterarme de qué tecla ha pulsado o en qué pestaña ha picado para lograr su

objetivo, siempre llego tardePor Agustín Pérez González

A

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Mi amigo Antonio, además, se cree so-cialmente comprometido y muy reivindicativo de sus derechos y de los demás, porque cada día envía decenas de cadenas para ayudar a alguien con una enfermedad rara, a algún hospital que precisa de un tipo determinado de sangre, a al-gún paciente necesitado de una operación en el extranjero, o te invita a apoyar alguna concen-tración a que firmes algún manifiesto.

Sin embargo, que yo sepa, que yo sepa, nunca ha colaborado económicamente con nin-guna de las causas, ni ha trabajado como volun-tario en ninguno de los proyectos que difunde, y ni tan siquiera ha asistido a ninguna de las con-centraciones y manifestaciones a las que me ha invitado. Y ahí es donde quería llegar: a la pasi-vidad, al pasotismo, a la indolencia de nuestra sociedad, a pesar de su supuesta implicación a través de las redes.

No hace mucho he acudido a algunas de las concentraciones que me han llegado in-sistentemente por este conducto -no solo de mi amigo Antonio, sino de una infinidad de con-tactos- y me he encontrado con un grupo de personas que no correspondía para nada a la expectación levantada en las redes. En una de ellas, incluso (creo que era en la que protesta-ba contra la ley de sucesiones) llevaba una pe-queña pancarta con la que, al terminar el acto, y ante la imposibilidad de plegarla, me paseé por el centro mientras hacía unas gestiones. Me pa-raron muchas personas a las que les había lle-gado la noticia, que tenían interés en el tema y hasta lo habían difundido, pero que no habían acudido, a pesar de estar en la zona a la hora indicada. Seguramente si hubiera sido algo re-lativo al fútbol, no hubieran faltado, pues últi-mamente sólo este tipo de eventos, auspiciado y potenciado por todos los medios, sea cual sea su filiación política, tienen el éxito asegurado.

Por eso, por la parte trasera de mi peque-ña pancarta figuraba: Ciudadano, movilí-zate, no salgas a la calle sólo por el fút-bol.

Y ahora, cen-trándonos en Triana, esta indolen-cia a la que me refie-ro, esta apatía, esta pasividad, me lleva a pensar en porqué na-die se mueve por la comisaría de la calle Betis, incluso ahora que la peatonaliza-ción de la citada calle es la piedra de toque de la actualidad trianera, cuando se venían escu-chando rumores, desde hacía varios años, de que estaba en serio peligro de extinción. Sin embargo, y a pesar de todo lo que se habla aho-ra de la antigua 'Calle Río' no había visto nin-gún movimiento ciudadano -ni oficial, ni ve-cinal y ni tan siquiera virtual- que reclamase, como hicieron los vecinos del Polígono Sur, su mantenimiento en los límites del barrio.

Por ello, me preguntaba: ¿tendremos que ir pronto a la Alameda, gracias a nuestra dejadez, para poder denunciar un robo en las casas o en las calles de esta puebla marinera, como ya ocurre en verano? ¿Esperábamos a que se la llevasen para protestar cuando ya no tuviera remedio?

Menos mal que, al final, la necesidad de dar-le contenido a esa horrible Torre Pelli a la que, para quitarle su mala prensa hasta le han cambia-do el nombre, ha hecho que la dejen en esta orilla. Lejos, pero en esta orilla.

Triana

¿Tendríamos que ir pronto a la Alameda, para poder denunciar un robo en las casas o en las calles de esta puebla marinera, como ya ocurre en verano?

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esde muy temprano comienza un discurrir de gente joven por la calle Pureza con destino al número 76,

antiguo obrador de Barquitos Loly. Muchos vienen acompañados de su guitarra y la gran mayoría muestran mucha ilusión y una enor-me sonrisa. Los que vengan desde el Altozano habrán pasado por delante de la casa donde habitó Demófilo, seguramente sin saber que se trataba del primer flamencólogo de la histo-ria. Los que vengan desde Troya encontrarán a Fernando el de Triana y su recuerdo a los Pelao y los Cagancho. La mañana es muy luminosa y el sol hermosea a las señoriales fachadas de la calle. La Casa de las Columnas, La Casa Quemá, La Capi-lla de los Marineros y, sobre todo, Santa Ana for-man un conjunto monumental envidiable pese a lo poco aireado por quienes tienen que poner en valor semejante patrimonio.

ACTUALIDAD

Sin romper la armonía del caserío colin-dante se integra esta novedosa finca que, a priori, no da ninguna pista de que estamos ante la ma-yor escuela flamenca del mundo. El hall de en-trada nos recibe con grandes paños de cerámica trianera rescatados de la antigua casa-obrador, un poco más adentro se encuentra el patio cen-tral de la casa que hace las funciones de atrium, convertido en lugar hospitalario del complejo donde unos acogedores veladores son el comple-mento ideal para que los alumnos puedan rela-cionarse y mantener una relajada tertulia. Entre los arcos y columnas de mármol, un retablo de azulejos enseña el ruedo de La Maestranza, la cerámica mantiene un gran protagonismo en la decoración del patio.

De la mano de Silvia Calado, responsa-ble de comunicación, conocemos el resto de las estancias de la casa; un total de 1.500 m2 construi-dos repartidos en zona de administración, vestua-

No sabemos si en el bautizo hubo barbos en adobo, vino y alegría pero seguro que en la sede trianera de la Fundación Cristina Heeren serán muchas generaciones las que aprenderán a cantar, tocar y bailar por bulería

DPor José Luis Jiménez

lafundaCiónCristina Heeren ya enseña flamenCo entriana

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Revista TRIANA 15

rios, almacenes, 10 grandes aulas y un espectacu-lar salón de actos para 100 personas con forma y decoración de teatro a la italiana.

En un pequeño y encantador patio interior nos atiende Pepa Sánchez, directora académica de la Fundación, doctora en Fla-menco por la Universidad de Sevilla, autora de un libro fundamental para la Triana Flamen-ca: Cantes y Cantaores de Triana, hija y alum-na privilegiada del gran maestro trianero José Sánchez Bernal, Naranjito de Triana y sobre todo: trianera de corazón.

Se cumplen veinte años de la Fundación Cris-tina Heeren. Resulta curioso y sorprendente que sea una norteamericana la que financie íntegramente una institución que es la mayor escuela flamenca del mundo ¿Cuáles fueron los motivos que convirtieron al Flamenco en el ritmo vital de Cristina Heeren?Es la escuela más grande y la única que tiene to-das las especialidades unidas con un programa de estudio que conjugue e interrelacione todos los conocimientos necesarios para subirse a un tablao.

Su padre, siendo una niña, la llevo a ver un es-pectáculo de Antonio El Bailarín. Este fue su pri-mer contacto con el Flamenco y más tarde, estan-do ya afincada en Granada, comenzó a conocer los tablaos y los festivales veraniegos andaluces y de ahí se ha convertido en una apasionada y en-tendida de lo jondo. Comienza a conocer y rela-cionarse con artistas como José Luis Postigo, Ca-lixto Sánchez o José de La Tomasa quienes llegan

a formularle la idea de crear una escuela de estas características.

La historia del Flamenco no puede desvincu-larse de Triana ¿Es una casualidad que se elija a nuestro arrabal como sede la Fundación?Cristina siempre ha residido en Triana el tiempo que ha estado en Sevilla, concretamente en Betis y Pureza. El peregrinaje de la Fundación ha sido muy complicado desde los inicios en la calle Fa-biola en la casa de Pérez Comendador donde se realizó una inversión considerable para restaurar el espacio. No ha sido fácil encontrar un lugar que resulte idóneo para que las condiciones ideales de una academia no supongan una molestia para los vecinos. Cristina ha estado años y años intentan-do buscar el lugar ideal y ha sido el destino quien finalmente ha traído esta Fundación a Triana. El respeto y amor con las tradiciones del barrio ha sido absoluto; desde la conservación y reubica-ción de toda la cerámica trianera que disponía el anterior edificio de Barquitos Loly hasta la gran nómina de profesores trianeros que tenemos. In-cluso una de las ideas que tengo en mente es tra-tar de aumentar la nómina de artistas trianeros. En la actualidad contamos con Juan José Amador como maestro de cante, Milagros Menjíbar como

Esta novedosa finca no da ninguna pista de que estamos ante la mayor escuela flamenca del mundo

Fundación Cristina Heeren

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Revista TRIANA 16

maestra de baile y con carácter inmediato se va a incorporar Carmelilla Montoya. También hemos contado entre los profesores con figuras triane-ras como Paco Taranto, Rafael Riqueni o Manolo Soler que aunque no fuera trianero de nacimiento ejercía como tal. Inicialmente y durante muchos años también estuvo mi padre, Naranjito de Tria-na. Mi idea es que Triana reviva, despierte lo que pueda estar dormido y brille más si cabe y a la postre convertir esto, como dice uno de nuestros maestros, en un templo del Flamenco.

¿Cómo es la vida en este centro? ¿A qué hora comienzan las clases y a qué hora se echa el cierre? A las 8.30 de la mañana ya están con los zapatos puestos bailando y el alumno del curso anual ter-mina a las 15.00 de la tarde. Se trata de un pro-grama de cerca de 1.000 horas anuales, desde octubre a junio. Lo que nos diferencia de otras escuelas y conservatorios es la cantidad de horas prácticas que se imparten. Todos los alumnos, sean de la especialidad que sean, tienen clases de técnica y luego se van avanzando en clases de acompañamiento al cante, al baile y también en clases teóricas. Nuestro objetivo final es que los alumnos sean profesionales; que salgan de aquí con una profesión y que nos reconozcan el título oficialmente porque realmente después de cuatro años en la Fundación esto es una formación pro-fesional como cualquier otra.

Por las tardes hemos comenzado a introdu-cir programas extraacadémicos; son cursillos o talleres diversos relacionados con el flamenco. Así, para el año que viene, vamos a tener clases de guitarra, de baile para personas mayores o para niños, de cante para aficionados, etc. Una cosa novedosa y muy interesante serán los cursos de flamenco inclusivo, según el método del bailaor José Galán, para personas con discapacidad físi-ca y orgánica. En definitiva, por la tarde seremos una escuela abierta a todo el mundo y en la maña-na el curso anual académico.

He visto programado un curso intensivo de verano ¿en qué consiste?Tiene la misma dinámica que el curso anual. Sue-len venir alumnos muy aficionados donde se les da la misma calidad y contenidos que en el curso anual pero mucho más concentrado. Este año va-mos a implantar una serie de cursillos específicos impartidos por artistas que no están dentro de la nómina de profesores y se da la posibilidad a los alumnos de apuntarse sólo a ese curso. Ya tene-mos cerrado cursos con Pastora Galván, Rafael Campallo, Nani Paños, Carmelilla Montoya, Die-go del Morao, Salvador Gutiérrez o Paco Cortés, entre otros.

El principal proyecto de la Fundación es la Es-cuela Internacional de Flamenco con un pro-grama académico de tres cursos teóricos y uno práctico orientado a formar a sus alumnos en los tres pilares fundamentales del Flamenco: el cante, el baile y la guitarra. Pero a la com-plejidad de este arte en cuanto a sus estilos, palos y variantes hay que unirle la continua evolución del mismo. La bandera de la pureza frente a la innovación permanente, lo gitano frente a lo gaché. Hasta ahora, desde el punto de vista académico, siempre hemos hablado de diversas escuelas, cada una marcada con sus rasgos propios ¿qué cante, qué baile y que toque se enseña en esta escuela de Flamenco?En la fundación siempre se ha defendido en la es-pecialidad del baile, como punto central, a la es-cuela sevillana; para ello contamos con Milagros Menjíbar. Sin embargo, tratamos de que el pro-grama sea lo más amplio posible y también con-tamos con Javier Barón o con El Choro. La idea es tratar de ir relacionando lo más armónicamente posible la escuela sevillana con otras escuelas más modernas o más raciales. Por ahora, seguimos las directrices de Cristina Heeren que lo tiene clarí-simo, y con la que estamos totalmente de acuerdo, y es que en todas las especialidades primero ense-ñamos lo tradicional, gitano o no, y las propuestas más modernas que cada uno las aprenda donde quiera.

Otra de las grandes contradicciones de nuestro arrabal es la carencia de espacios escénicos que permitan, con unas mínimas condiciones de confort, hacer la presen-tación de un disco, un libro o una simple mesa redonda. Apenas tenemos mecenaz-

“Nuestro objetivo final es que los alumnos sean profesionales; que salgan de aquí con una profesión”

ACTUALIDAD

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gos privados que sean capaces de apostar por el Flamenco ¿Está en el objetivo de la Fundación abrirse al barrio y ejercer de agitador cultural del mismo y poner a dis-posición su salón de actos?Sin lugar a dudas; la Fundación dispone de un salón de actos que tiene una capacidad para 100 personas y que queremos convertir en un teatro que sea la tabla donde se tienen que su-bir los alumnos para mostrar su arte y, final-mente, lo que han aprendido. Sería un espacio que estaría a disposición del Distrito para otro tipo de actos y en definitiva un espacio abierto a Triana. Pero antes que nada hay que legali-zarlo y disponer de los correspondientes per-misos para poder abrirlo al público.

La Velá es un buen escaparate para mostrar esa Triana cultural donde el Flamenco debe-ría ser uno de sus pilares fundamentales pero que por diversos motivos no termina nunca de aflorar. Nadie pone en duda que Triana es la cuna del Flamenco pero sin embargo no hay ni tan siquiera un festival como en muchos pueblos de las comarcas cantaora. Echamos de menos algún concurso de saetas en Sema-na Santa o algún concurso de soleá como hubo antaño ¿Qué le falta al programa de la Velá de los últimos años para que el Flamenco ocupe un lugar destacado? ¿Qué podría aportar esta Fundación? Si percibo que en la actualidad hay menos pre-sencia del Flamenco en la Velá. Recuerdo que prácticamente todos los años cantaba mi padre y otras veces estaba El Arenero o incluso mu-chos artistas de primera fila como Manuela Carrasco y en el Altozano no cabía un alfiler. No sé si es un problema de presupuesto pero lo que está claro que lo último que se debe hacer es arrinconar al Flamenco y no hay que dejarlo ni siquiera a la misma altura que otras activi-

dades ya que el Flamenco en este barrio debe estar por encima. Cualquier pueblo defiende a capa y espada, hace brillar y enarbola una bandera aunque sea de un cante. El ejemplo lo tenemos con la soleá de Alcalá que mira hasta donde ha llegado. Con la riqueza que tenemos aquí, no sólo de soleá, también los tangos y las bulerías o la escuela bailaora y qué decir de los gitanos de Triana Pura, es inconcebible que se abandone el Flamenco en Triana.

Desde la Fundación vamos a estar colaboran-do en lo que podamos. Este año hemos cerrado una actuación de alumnos de la escuela con co-reografía de Milagros Menjíbar. Hace unos años tuve la experiencia de organizar con el Distri-to el concurso de la soleá de Triana que lleva el nombre de mi padre pero ya me di cuenta que tal y como se organizó no iba a tener continuidad. Dicho concurso lo hemos retomado desde la Fun-dación donde es obligatorio cantar por soleá de Triana. Nosotros estamos aquí en el mes de julio y estamos dispuesto a participar en lo que nos pi-dan pero claro siempre hace falta un presupuesto y unos medios mínimos.

Agradecemos a la Fundación Cris-tina Heeren que nos haya abierto las puertas a todos los trianeros y le aseguramos que será bienvenida en Triana a la vez que pasará a formar parte de la historia del barrio más Fla-menco del mundo.

“La fundación siempre ha defendido en la especialidad del baile a la escuela sevillana; para ello contamos con Milagros Menjíbar”

Fundación Cristina Heeren

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Betis PeatonalPaseando por la orilla sevillana del río, se puede ver y admirar toda la cara exterior

del barrio de Triana. En cambio, no podemos decir lo mismo en el caso inverso. En nuestra orilla no existe un paseo uniforme. Sobran elementos que obstaculizan la visión. Solo podemos conseguir esa amplia mirada de la zona más espectacular y monumental de Sevilla, desde la calle Betis

Por Joaquin Arbide

corren aires de peatonalización. Pa-labra maldita para algunos sevilla-nos. Recordemos: Antiguamente por

la calle Tetuán pasaban tranvías, coches, carros, motos, autobuses y para los peatones nos queda-ban dos mínimas aceras. La calle era incómoda, cargada de humos, llena de peligros y los vehícu-los tenían que pasar de largo porque no se podía parar. Llegaron los rumores de peatonalización y todos los comerciantes se rasgaron las vestiduras. Que si iban a perder en ventas, que si el tiempo que iban a durar las obras, que si dejaban de pasar coches aquello iba a ser una ruina...

Pues se peatonalizó. Subieron las ventas. La calle está más limpia. Es más cómodo transi-tar por ella. Se han abierto nuevos y mejores es-tablecimientos y la calle ha llegado a ser la milla de oro del centro de Sevilla. Tres cuartos de lo mismo habría de ocurrir con su hermana la calle O´Donnell.

Si nos venimos a esta parte del río, tenemos otros dos ejemplos cortados por el mismo patrón. La calle Asunción, en la que viví durante algunos años, era ruidosa, cargada de humos que me llenaban la casa cada vez que abría el balcón. Pasaban autobuses, microbu-ses, camiones de reparto, se embotellaba con frecuencia, como Tetuán. El grito en el cielo por parte de los comerciantes, en términos si-milares, cuando se habló de peatonalizar. Aho-ra, Asunción, es una calle amable. Se montan mercadillos, festivales de música, los niños jue-gan, los abuelos pasean tranquilos, te puedes

Y

ACTUALIDAD

Corren aires de peatonalización. Palabra maldita para algunos sevillanos... “que si obras, ruina, etc”...

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tomar un cafetito -como dijo la otra- y, sobre todo, han abierto nuevos establecimientos y se vende más, mucho más. Y ya tiene, por ejem-plo, hasta tres librerías.

Recordemos nuestra entrañable calle San Jacinto. Los comerciantes en contra. Carteles, pintadas, manifestaciones. "Si dejan de pasar por aquí los coches esto será una rui-na", frase oída por quien esto escribe.

Ahora cantan los campanilleros, hay recitales flamencos, se dan clases de toreo, los niños juegan, los abuelos pasean tranqui-lamente, hay más comercios, más bares, más terrazas, más vida ¿Qué me dicen ahora los co-merciantes del "no es no, porque no puede ser y además es imposible"?

Y tantas históricas en Sevilla: San Eloy, Sierpes, Puente y Pellón, José Gestoso, Regina, San Fernando. De la Avenida no voy a hablar porque ese tema es más peliagudo y se sale del contexto.

Y yo me pregunto siempre: ¿Quién iba en su coche a comprar a la calle Tetuán, a la ca-lle Asunción o a la calle San Jacinto? Pues nadie, porque en ninguna de ellas se podía aparcar para luego mirar escaparatitos y hacer las compritas...

Y respecto a los vehículos de repar-to para los bares y restaurantes, pongo como

ejemplo cualquiera de las calles anteriormente citadas. Calles cargadas de negocios hosteleros en los que jamás ha faltado ni una gota de cer-veza, ni unos caracoles que llevarse a la boca.

Así las cosas, me imagino a nues-tra querida calle Betis como un lugar de lar-gos y distendidos paseos, tanto para visitan-tes como para lugareños, sin tener que estar atentos a la molesta y estúpida moto de tur-no. El Puente a nuestra izquierda, el Paseo de Colón al frente, la Plaza de Toros, el Tea-tro Maestranza, la Giralda, la Torre del Oro, Cristina, el Palacio y Puente de San Telmo, la mancha verde y las torres de la Plaza de Es-paña.

Y mesas y sillas sin sobresaturar. ¿Los vecinos con garaje? Que pasen despacito. Serán los primeros en alegrarse con este cambio. San Jacinto también tiene una servidumbre en el enlace de las calles Alfarería y Rodrigo de Tria-na. Y no pasa nada. Para llevar o recoger los niños del colegio Cristo Rey, se debe ir andan-dito. Y sobre la Comisaría de Policía, que ade-más de vieja, siempre fue feísima, bueno sería ir pensando en quitarla de en medio para facilitar la bella panorámica que nos tapa de forma ma-motrética...

Desde Triana tenemos derecho a con-templar a nuestra hermana Sevilla, sin ruidos, sin agobios, con elegancia, con sentido de ba-rrio y sentirnos orgullosos de disfrutar en el tiempo que sea necesario, envueltos en una buena charla, de una cervecita bien fresqui-ta -esto me suena de algo- basándonos en una cosa tan sencilla que se llama elegancia, nivel cultural y educación.

¡Señoras y señores! ¡Aquí está Triana para ser admirada y para admirar a los demás!

Triana

Imagino a nuestra querida calle Betis como un lugar de largos y distendidos paseos, sin tener que estar atentos a la molesta y estupida moto de turno

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PERSONAJE

ecrear la vista ante un puente triane-ro engalanado, un olfato agudizado por la historia marinera del lugar, un

oído atento para oír hablar a sus gentes que vuel-ven a su barrio en estas fechas sólo para estar en la Velá, hace del lugar la instantánea deseada para llevar a la memoria y recordar.

Y en este ambiente castizo y po-pular queremos en estas fiestas recordar la me-moria de una trianera de pro: Carmen Martínez Moreno, Carmela como la solían llamar, vende-dora en el Altozano de avellanas verdes, exquisito

manjar, que nos ha dejado grabado en la memoria como un placer para el sentido y el paladar.

Carmela nació en 1929 en la cava de los gitanos, donde vivió durante su infancia con sus padres y sus cinco hermanos.

Siempre decía con simpatía y buen humor que de no haber sido vendedora le hubiese gustado ser artista pero el destino quiso que fuera la mejor vendedora derrochando arte como si hu-biese sido la mejor actriz española.

Era trianera de pura cepa, llevando su barrio por bandera y quiso que sus hijos y nie-tas siguieran la tradición de vender en el barrio las avellanas verdes, el manjar que ella siempre vendió junto a su marido Joaquín Carmona El Canijo, al que conoció en las calles del barrio y juntos iniciaron la andadura año tras año de esta tradición.

Este año ya no estará Carmela ob-servando desde la rampa como suben los jóvenes a la viga de cebo para alcanzar la Cucaña, pero sí estarán sus hijos Joaquín, Lourdes y Francisco en su lugar para seguir enseñando a los trianeros la costumbre y tradición de un barrio de seguir el ritual de probar avellanas verdes en el Altozano como antesala de la fiesta de la Velá.

Carmela martínez, el saBor de las aVellanas Verdes de la Velá

R

Pasear por la calle Betis, oler a sardinas asadas, y comprar una bolsita de avellanas verdes en el Altozano es todo un ritual para los trianeros que acuden a la VeláPor Mª de los Reyes Robledo Castizo

Trianera de pura cepa, llevaba su barrio por bandera y quiso que sus hijos y nietas siguieran la tradición de vender en el barrio las avellanas verdes

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Triana

odevil Vargas sigue cosechando éxi-tos en el mundo de la música. El EP 'Betis, 41' (título que hace referencia

a la dirección en la que nacieron y vivieron los abuelos y el padre del artista) cosechó diversos reconocimientos internacionales. Pero ha sido su canción 'Santa Cruz' (composición inspirada en el propio barrio sevillano) la que más impacto ha tenido fuera de fronteras españolas. De hecho, en la Gala 2017 de los Akademia Awards, (Pasadena, California) fue elegida Mejor Canción de Rock Instrumental.

Recientemente, y con motivo del XXV Aniversario de EXPO'92, Ricardo Moreno ha compuesto la Canción Oficial Conme-morativa de la efeméride, 'Curro, 25', ins-pirada en la personalidad de la mascota creada por Heinz Edelmann. Próxima-mente 'Curro, 25' iniciará un nuevo pe-riplo internacional con Vodevil Vargas, teniendo presencia en certámenes musi-cales y audiovisuales.

Alter ego del guitarrista y com-positor Ricardo Moreno (Madrid, 1975), Vodevil Vargas es una apuesta musical

en la que desaparecen las barreras de etiquetas y prejuicios artísticos, dándole una importancia absoluta a la Música por encima de modas y ra-diofórmulas convencionales, fusionando sonidos rockeros, mediterráneos, flamencos, étnicos, ja-

zzísticos, sinfónicos, elec-trónicos y progresivos. En-marcado conceptualmente en la Sevilla de los setenta, Vodevil Vargas musicaliza zonas y personajes de la ca-pital hispalense, a través de canciones instrumentales en las que sólo la trama en la que se basa su música con-diciona la estructura de las composiciones.

músiCa de triana que triunfa en el mundo

V Su canción 'Santa Cruz' fue elegida Mejor Canción de Rock Instrumental en la Gala 2017 de los Akademia Awards en Pasadena (California)

VodeVil Vargas,

Captura este código con tu móvil y podrás ver el vídeo de la Canción Oficial de la efeméride, 'Curro, 25'.

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PERSONAJE

ñas (del 2015 al 2017), además de la portada del programa de mano Gólgota 2016, en pro-piedad de la hermandad del Gran Poder.

Sus obras han sido expuestas en el Ayuntamiento de Sevilla, Fundación Cajasol y en Abades Triana.

n su obra se hilvana al detalle una pintura hecha con sentimiento, por un joven cargado de entusiasmo,

por plasmar la religiosidad y serenidad del Corpus chico del barrio.

Su obra es un arte amable, apacible, es un camino hacia la profundidad de uno mismo.

Adrián nace en 1989 en el popular ba-rrio del Cerro del Águila. Es licenciado en Bellas Artes por la Universidad de Sevilla con la especialidad en escultura. Actualmente compagina la ejecución de encargos pictóri-cos y escultóricos en su estudio con la docen-cia en clases de pintura y modelado en barro.

En su faceta cofrade ha realizado multitud de obras de temática cofrade tanto en Sevilla como fuera de Andalucía: portada del Boletín de Cuaresma (2011), cartel del XXV Aniversario de la hermandad del Cerro del Águila (2012) y el cartel Cíngulo y Espar-to, de Onda Cero. Anuarios y boletines para diversas hermandades como los Gitanos, la Sed, Jesús Despojado, los Panaderos o San Benito. Carteles de la madrugá de Valdepe-

Adrián Riquelme Plaza ha sido el autor del cartel del Corpus de Triana 2017. Un pintor que ha recuperado en su obra la importancia del dibujo y la preocupación por captar no sólo la luz sino también la expresividad de las cosasPor Mª de los Reyes Robledo Castizo

adrián riquelme, Cartelista del CorPus CHiCo de triana

E

Su obra es un arte amable, apacible, es un camino hacia la profundidad de uno mismo

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Adrián Riquelme Plaza

Aunque en su formación se denota un criterio figurativo, Adrián aporta un tono de libertad que ha encontrado con la pintu-ra definida como la composición, que no se inventa; el color, que tampoco, pero, sobre todo, la sensibilidad que nos intenta mostrar.

En su pintura quita lo superficial, sinte-tiza, encuentra el esqueleto para llegar y ha-llar vida, porque su pintura tiene vida y, so-bre todo, frescor...

Pretende mediante texturas, ro-ces, caricias, valorar cada color, darle una especie de tonalidades para conseguir que tengan vida propia, fuera de la realidad que formen, independientemente del cuadro en cuestión.

Y quién mejor que el propio autor para que describa lo que ha querido repre-sentar en el cartel del Corpus chico de nues-tro barrio y las técnicas pictóricas que tan magistralmente ha utilizado:

"Mi cartel intenta representar la esencia de la festividad del Corpus: la Eucaristía. La celebración y la consagra-ción del pan y el vino. Dos elementos for-males que versan sobre un tema que me interesa tratar en muchas de mis pinturas: la humildad".

"El bodegón responde a una pre-gunta imposible: "¿Cómo sería la mesa de la última cena de Jesús si hubiera vivido en Triana hace cien años?" La jarra de cerámica trianera es la clave de la icono-grafía. Como también es muy importan-

te la aparición de la parroquia de Santa Ana -con líneas más propias de un esbozo arqui-tectónico- y con el detalle de que la Cruz que corona la torre es la T de Triana.

"La obra está resuelta con técnica acrílica y grafito. Tiene trazos sueltos que identifican mi personalidad con una expresi-vidad que necesito explicar en mi obra. Tam-bién tiene una gama de colores en la que me siento muy cómodo -como el fondo gris-; co-lor que forma parte de muchas de mis obras y que utilizo como nexo de unión entre ellas en esta etapa de mi vida."

Adrián transmite sus sentimien-tos a través de la pintura, utilizada como medio para conocerse a sí mismo y para co-municarse con los demás. Es en su obra don-de se encuentra su verdadera personalidad, su esencia, sus inquietudes, su mundo...

Es un autor que se sienta a solas con su obra, en un diálogo intimista que le permi-te dejarse llevar por el sentimiento y la emo-ción.

adrián riquelme, Cartelista del CorPus CHiCo de triana

En su pintura quita lo superficial, sintetiza, encuentra el esqueleto para llegar y hallar vida, porque su pintura tiene vida y, sobre todo, frescor...

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PERSONAJE

tedioso lunes estival me golpeó la cara, mien-tras, preparaba los aparejos para sacar el pe-rro a pasear.

Me encontré con mi amigo Paco Ar-cas, persona sensata, jovial y vivida, que se ha ganado por indiscutibles méritos propios, el respeto y el cariño de casi todos los trianeros. En todas las conversaciones con él, siempre salta una sonrisa.

Durante su mandato como Alcalde de Triana, plantó la semilla que ha crecido, hasta convertirse en el barrio que hoy dis-frutamos. Como él mismo dice, no ha sido el único, pero sí para mi, uno de los más impor-tantes de la historia reciente de este arrabal, una placa en el Altozano nos recuerda a todos su labor.

ara mí las realmente importantes son aquellas personas que cuando hablas con ellas, te conceden re-cuerdos. En este grupo tengo clasi-

ficado a Don Francisco Arcas Lucena.

Me levanté y aparté la cortina de la ventana, para ponerme en concordancia con la potente luz del día. El aire untuoso de este

En mi mente, suelo clasificar a las personas de manera inconsciente en tres grupos: las amables que suelen obsequiarte con gratos momentos, cuando nos encontramos con ellos, y te regalan gotas de felicidad. Las menos amables y las desagradables: éstos últimos te dan lecciones para aplicarlas en el futuro, y mejor no prestarles

demasiada atención, es una pérdida de tiempo, que conduce a ninguna parte. Por José Manuel Piñero Velasco

PaCo arCas luCena un trianero neCesario

P

Paco Arcas, persona sensata, jovial y vivida, se ha ganado por indiscutibles méritos propios, el respeto y el cariño de casi todos los trianeros

De izquierda a derecha......

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Paco Arcas Lucena

Le expresé mi deseo de escribir un artículo sobre él, en la próxima revista Tria-na. Con la afabilidad y educación que le ca-racteriza, le pareció bien. Quedamos em-plazados para tener algunas charlas, y que me contase cosas vividas durante su exitoso mandato. Así lo hicimos.

Empezó recordando a dos personas incon-dicionales de Triana, y un poco apesadumbrado, me hizo llegar lo injusto, que a veces, la pequeña historia de este barrio, paga con recuerdos difu-minados, a personas que tanto la amaron.

Se refería a D. Manuel Macías Miguez, que escribía sobre las calles del arrabal, colaboró con él durante su mandato, poseyendo un amor profundo a este barrio. Cuando había, muchas, demasiadas cosas por hacer en Triana, presa de un tradicional olvi-do de siglos. También recordó con añoranza a D. Rafael Marchena Punta. Ambos y otros muchos le demostraron una preocupación grande por todo lo que supusiese una mejora para el arrabal.

Rafael Marchena era un policía libe-rado, que ejercía como tal, pero estaba dis-

pensado de llevar el uniforme, debido a su grandiosa humanidad, no había talla que se pudiese acomodar a su cuerpo. Eso no impe-día su actividad en el barrio, sino al contrario, la aumentaba. Vaya un agradecido recuerdo, para estos hombres, y por extensión, a otros que también pusieron su ladrillo para cons-truir este inmenso edificio de sentimientos que es Triana. Que su memoria no quede des-vaída por el paso del tiempo. No lo merecen.

Se sentía a gusto, recordando a todos aquellos trianeros que le prestaron su cola-boración de manara desinteresada, durante su mandato. A todos les unían un lema: Tria-na lo primero.

Me hizo llegar, como de obligado cum-plimiento, que sería digno de recordar, el

PaCo arCas luCena un trianero neCesario

Se sentía a gusto, recordando a todos aquellos trianeros que le prestaron su colaboración de manara desinteresada, durante su mandato

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ro Mayor de Triana. Merecido agradecimien-to a su imprescindible trabajo, para resucitar el corazón dormido de un emblema de nues-tro barrio. Devolviéndole con mano firme y precisa de cirujano, los latidos de la vida. No hay mejor homenaje, que el ofrecido por tus vecinos, porque no solo existe en su interior reconocimiento, sino que se debe aumentar el valor añadido del afecto.

Hoy en día, los sones de la guitarra del Maestro Ricardo Miño, lanza al viento, una preciosa melodía, dando la bienvenida a to-dos los visitantes, que desembocan en el Al-tozano, por el símbolo por antonomasia del barrio, es decir, su Puente.

La revista en la que escribo, según me ha sido comentado, empezó con cuatro números. Los primeros, que el concejal del Ayuntamiento D. José Luis Ortiz Nuevo, de-dicó a la Velá, siendo monográficos. Pero el auge de la misma, llegó con el mandato como Alcalde de Triana, de D. Francisco Arcas Lu-cena, dándole cobertura a los que escribían en ella, llegando a convertirse en bimensual, con algunas monográficas. Una de ella, fue la motivada por la coronación canónica de la Esperanza de Pureza, y como sentencian mu-chos trianeros: la Esperanza nunca se pierde en Triana.

Apoyó a un entusiasta grupo de es-critores, que indagaron en la historia, recor-dándoles a todos, que esa historia existe, y el barrio tiene una deuda sentimental con ellos. Le dieron a la revista los más importante: su contenido, su historia. Pero el tiempo pasa, y la historia sigue.

Fue Ortiz Nuevo, quién compró el Ho-tel Triana, y Paco Arcas quién aportó el re-mozamiento de la plaza donde está ubicado. Adquirió para los trianeros, la Casa de Men-saque, magnifico edificio histórico, lleno de joyas ceramistas, para disfrute de todos los habitantes del barrio. Engrosó el patrimonio con otro edificio, también muy importante, como es la Casa de las Columnas, antigua Universidad de Mareantes, de tanta trascen-dencia para Sevilla. Hoy los trianeros disfru-tan sus habitáculos. Son necesarios en un ba-

trabajo que D. Antonio Jiménez Ligero, due-ño de la gran joyería Santa Ana, realizó para buscar las piezas que necesitaba el reloj del Altozano, fue quien lo puso de nuevo en mar-cha.

Paco tenía el deseo, hasta entonces oculto, de que el reloj, volviese a dar las cam-panadas, congregando a los trianeros por el Año Nuevo en la plaza del Altozano. Gracias a estos dos grandes hombres, se consiguió. Llegando a congregar alguna ocasión, según comentaron importantes diarios de la ciudad, más gentes que la misma Plaza Nueva.

Don Antonio Jiménez fue nombrado en un acto, presidido por Paco Arcas: Reloje-

Se sentía a gusto, recordando a todos aquellos trianeros que le prestaron su colaboración de manara desinteresada, durante su mandato

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Paco Arcas Lucena

rrio, hombres como Paco, para avanzar en la historia.

Como decía, en la reunión filosofamos un poco sobre la vida, coincidíamos que poseemos más que nunca pero disfrutamos menos. Tene-mos casas más acomodadas, alejadas del cuchi-tril de una habitación en un corral de vecinos, pero las familias se han vuelto más pequeñas. En resumen, hay más expertos en todo, pero

mucho más problemas. En este punto, nos reí-mos. Todos reímos poco, una lástima.

Sin este hombre sabio, poco preocupa-do por su forma de vestir, con su gorra encas-quetada para protegerse, Triana sería menos Triana. Don Francisco Arcas encarna como nadie el espíritu de este arrabal y guarda.

Los ruidos de la calle San Jacinto me traen de nuevo la vida a este lunes. Todo sigue como debe. Paco merece más artículos, y posi-blemente una editorial que posicione su vida en Triana, con toda su dimensión. Un abrazo a un buen amigo, a un egregio trianero.

Casa de las Columnas, antigua Universidad de Mareantes.

Zajuan de la Casa Mensaque.

Casa Mensaque. En la actualidad sede de la Tenencia de Alcaldía de Triana..

Apoyó grupo de escritores, que indagaron en la historia, recordándoles a todos, que esa historia existe, y el barrio tiene una deuda sentimental con ellos

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ecachiendié, Juan! Te dejé para el final porque tu persona era punto y aparte, no puente y aparte como es-

tos eslóganes horterastípicostópicos que tanto coraje me dan. No te preocupes, no haré propa-ganda de lo que te aprecié llevando una pegatina en el cristal trasero de mi coche con tu nombre y el eslogan.

Una asignatura pendiente que tenía contigo, Juan, con un torero de los pies a la cabe-za como tú y un llorado por tres veces amigo de siempre, hermano de juegos y correrías. Ambos nacidos en el mismo corral San Joaquín, triane-rísimo, en pleno Altozano, frente por frente a la puerta de la Plaza de Abastos, San Jorge nº 7; y a escasos diez metros del Bar de los Toreros para más señas y conocimiento y además de lo más to-rero y flamenco, con cuatro banderilleros entre sus paredes a saber: tú y tu padre Currito, Manolo El Aguardientero y su hijo Manuel Luque. Tam-bién había cantaores, cantaoras, guitarristas y gente que bailaban. Por eso el ir y venir de la gen-te del toro y del flamenco de todas las categorías era continuo. Un espectáculo.

No quiero hacer un resumen de tu biografía, para eso solo tendría que fusilar Inter-net o las hemerotecas que es el sistema empleado por los que no saben por donde se encienden los cohetes y en sus escritos cuadriculados e higiéni-

cos, les sobra frialdad y les falta torería y flamen-cura, esa torería que yo pretendo no falte en éste que te dedico.

Y hablando de tu nombre artísti-co, Juan de Triana en los carteles, quiero que sepas, a lo mejor lo sabías, que este mismo nom-bre artístico estaba ligado al arte en la voz, el pensamiento, las manos pintoras y en las firmas de sus poemas de otro trianero, polifacético, que lo paseó por todos los teatros de España a partir de la década de tu nacencia y que colaboró en la antigua revista Triana, sin embargo ni siquiera se llamaba Juan como tú. Seguro que lo encontra-rás dónde estés y hablaréis como torero tú y él como rapsoda.

Qué lejos Juan, quedan los toros imaginarios que toreábamos de salón en el patio del corral, pura fantasía torera de niños, ni nos dábamos cuenta que llegaba la noche y hasta que tu madre, Carmela, desde la baranda, y la mía desde la puerta que daba al patio, se destrozaban la campanilla dando chillíos: ¡¡Juan!! ¡¡Antonio!! ¡¡dejá ya la corría, coño, que hay que comé!!... Era el primer aviso y antes que nos echaran el toro al corral entrábamos a matá y nos íbamos cada uno andando con la varita de ayuda en una mano y la muleta o el capote en la otra, con garbo, en plan torero, con más arte que el Lobito cuando po-nía un par de banderillas y se sabía a salvo entre la raya de los picaores y la barrera. El hablar de capote y muleta era demasiado para los nueve o diez años que teníamos, habría que hablar de ma-ternas faldas y camisas coloradas, algunas hasta con lunares.

Que lejos también quedan los ten-taderos y las tapias -se ven las piernas de los

Qué lejos Juan, quedan los toros imaginarios que toreábamos de salón en el patio del corral

M

PERSONAJE

galería de arteJuan de triana

Por Antonio del Puente

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que esperan para poder torear- de las placitas de tientas, aunque niños pero todavía escapan-do con nocturnidad y alevosía y a la vuelta llenos de polvo, doloridos de las volteretas, con cara de desesperados y con agujeros hasta en las suelas. ¡Veníamos de torear de verdad! ¡Qué broncas! ¡Qué ilusión! ¡Ese veneno en la boca seca y sen-tir el temblor de las vacas bravas cuando pasaban rozándote la barriga y el aroma de las boñigas en los sentidos y el de las fritangas pueblerinas en el lubricán de la tarde! ¡Qué hambre! No se tú, pero yo, con todo, no cambiaría esa forma de vivir la infancia y la adolescencia por las infancias y ado-lescencias de hoy.

Que lejos las capeas y las plazas pueble-rinas de talanqueras con la caló del membrillo y muchas moscas, bastones y alpargatas, gorras y boinas, polvo y asfixia, toros del aguardiente pregonaos y los clarines del miedo metidos en el cuerpo. Ahí estás tú con ese pase de pecho tria-nero echándote todo el maromo por delante, la barbilla metida en las chorreras y los pies como si los tuviera pegados al suelo con superglú. En esa

edad nuestros caminos que iban paralelos diver-gieron. Afortunadamente tú pudiste ejercer como torero pero yo me quedé como El Gazuza en la película Currito de la Cruz, para tocar las palmas. Tuve que coger otras vereas que no estaban veda-das por la impotencia, entre ellas la becada, por suerte, universitaria y siempre procurando estar cerca de las reses bravas aunque ya de otras ma-neras.

Que lejos, Juan, aquellos viejos tra-jes de luces alquilados en el Manfredi de la calle Jimios, los carteles modestos en plazas modes-tas, portátiles o fijas, novilladas, festivales y no le hiciste tampoco ascos a estar acartelado como

Juan de Triana

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sobresaliente en los manos a manos de noville-ros con cierto nombre, curtiéndote con sudor y lágrimas, poco a poco en este tan difícil arte del toreo hasta llegar a plazas más importantes como Zaragoza, Almagro, Segovia, Valladolid... para po-der verte en esa añorada puerta de cuadrillas de la Real Maestranza y hacer el paseíllo, por fin, en Sevilla y repetir al mes siguiente por el triunfo de la novillada del debú.

Novilladas sin caballos de las de enton-ces en Sevilla, novillo lucero y serio por delante como un toro de cuatro yerbas y tú otra vez tan trianero en ese estatuario de torero caro y sabor antiguo con las zapatillas como si la hubieran clavado en el albero. Eran tiempos de muchos y grandísimos toreros y había que estar, a lo peor, arruinándote la vida al pasarse el arroz de la ju-ventud, esperando un año y otro año la oportu-nidad soñada y el triunfo soñado, comiéndote la impaciencia, queriendo vivir del toro y a la vez con el veneno de la torería que llevabas dentro sa-liéndosete por la boca.

Lo pensaste y cambiaste el oro por la plata y mira por donde te salió fenome-nal, desde el principio, porque sacaste a relu-cir ese sentido tuyo de saber estar cerca de los que podían ser figu-rones del toreo e inte-grarte en sus cuadrillas. Ahí, en un principio, acompañando junto a Manuel Segura a un chinorri e incipiente torerazo Emilio Mu-ñoz. Vendrían después otras muchas figuras y

hasta...¡Curro Romero! Finalmente formaste par-te durante varias temporadas de la cuadrilla de Ruiz Miguel, gran torero al que especializaron en corridas duras y llegaste a torear 110 corridas de Miura y entre una y otra miurada, para no perder comba, corridas de Victorino Martín, su hermano Adolfo, de Pablo Romero y otras ganaderías de las llamadas toristas.

Pasaron los años con sus correspondien-tes temporadas taurinas y el día que clavaste en Sevilla tu último par de banderillas estaban ente-rados casi todos los espectadores, cuando te ale-jaste del toro de Torrealta la plaza en pie estalló en una gran ovación dedicada a tu honrada y larga

Cambiaste el oro por la plata y sacaste a relucir ese sentido tuyo de saber estar cerca de los que podían ser figurones del toreo

PERSONAJE

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vida de torero, por cierto que fue la única grande y larga ovación que se le tributó a un torero esa tarde aciaga y petardosa en la que Joselito, el de Madrí, se encerró con seis toros. Lo dijiste: "Me puse como un flan cuando la plaza se vino abajo".

No fue la de Sevilla tu última corrida, aún pisarías las arenas de otros ruedos. El último fes-tejo en que te pusiste el vestío de toreá fue en la Feria del Pilar de Zaragoza casi un mes después, un "3C" de octubre del mismo año 98, y como no podía de ser de otra manera clavándole los palos a un Miura en la misma cruz. Paco Ruiz Miguel, compañero de viajes en tardes llenas de incerti-dumbres, se desplazó ex profeso para cortarte la coleta y en ese acto no pudiste aguantar el llanto como si fueras un niño chico, lo que eras de ver-dad en el fondo, pedazo de torero.

Escribí al principio que me hiciste llorar tres veces de verdad, de sentimiento negro, de pena grande, la primera vez cuando decidiste de-jar la novillería y cambiar el oro por la plata, otra vez, la segunda, cuando en la plazatoro de Sevilla presencié tu último par de banderillas y la tercera cuando me enteré que te habías ido para siempre, con tu modestia de siempre, por lo bajini, como los güenos, sin enterarse casi naide que lo que te-nías era peor que una corná de pronóstico graví-simo.

También dije antes que eras mi asig-natura pendiente. Te dejé el último para cerrar como estrella mi Galeria de Arte en la antigua revista Triana, pero... joé, inconforme desde siempre y a compás de un macandé cualquiera, políticamente incorrecto, sabía que me auto-exiliaba de la revista cuando defendí en un blog, con el mismo nombre de la revista dentro de una red, que los recuerdos triunfantes de JB y

los de otros toreros de Triana eran los que se debían de celebrar y homenajear y no las muer-tes, cornadas, suicidios y petardos. De inmedia-to -no era la primera vez- llegaron esas puñalaí-tas traperas, puñalaítas sin sangre, que dan, a la remanguillé, agradaores y jesuseros sin respetar la libertad de expresión que tanto pregonan los que siempre procuran estar en el sitio del man-goneo, pero no quiero instalarme en el rencor y mirar para atrás con ira, sin clase y sin estilo, quiero mirar para atrás igual que tú miraste siempre Juan de Triana.

El último festejo en que te pusiste el vestío de toreá fue en la Feria del Pilar de Zaragoza, clavándole los palos a un Miura en la misma cruz

Juan de Triana

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PERSONAJE

gusta llamarle cariñosamente -aunque el Ji-ménez ya se le pierda en su genealogía-, es el que ha seguido la trayectoria literaria que inició mi padre, su tío Ramón Jiménez Te-nor, y yo continué con mejor o peor fortuna.

Sabe de toros como el que más. El toreo lo ha mamado y sufrido en su casa. Su padre, Rafael Rodríguez, más conocido como Rafael Torres, al que le cogió como peón de brega la muerte de Paquirri en Pozoblanco, quizás le aplacara los ánimos de asirse a un capote y de tentar su suerte en el pañuelo de una muleta. Se afilió a los pliegues de su manto de la Esperanza de Triana, a la mirada alabastrina de su Estrella, al cariño inmenso de su Pastora de Santa Ana. Se hizo experto en estos temas y es diccionario vivo para con-sultar en cada momento cofrade. Siento que en estos temas no haya coincidido con él por-que, aunque admiro la Semana Santa como el mejor sevillano, no comparto otros temas de

enía yo 31 años, una mochila de ilu-siones, una Triana muy viva en mi corazón y un verbo encendido para

cantar lo que amaba: mi terruño, mi corral de nacencia, los hombres y mujeres de mi arra-bal, sus esquinas, sus calles, sus aceras, sus espacios lúdicos, mis amigos, el recuerdo de mis primeros besos robados, la imagen, desde el balcón de la calle Betis -tan pueblerina en-tonces- de la plaza maestrante y de esa espiga erguida, mujer, que no piedra, rosa enhiesta llamada Giralda.

Digo Triana y se me derrite el tri-sílabo en mis labios, como si fuera aún aquel niño que se agarraba en la calle Torrijos al pezón de la madre. Digo Triana, desde la le-janía de la Córdoba que habito desde 1995, y se me empañan los ojos de emociones, de re-cuerdos perdidos, de nostalgias y ausencias. Pero sigo llevando agua de su zapata y hollín de sus fogones, arcilla tatuada sobre mi piel sensible, memoria de arriadas, hambre de sus corrales y estrellas de azoteas.

Hoy le toca al hijo de mi prima Conchi-ta -belleza morena de cuadros de Romero de Torres-, levantar su palabra para izar más y más a Triana al mástil de su historia. He te-nido tres hijos, pero a los tres les dio por la Ciencia. Sólo él, José Antonio Rodríguez Benítez, mi primo, o mi sobrino, como me

Tuve el inmenso honor de ser designado como el primer trianero para dar el pregón de la Velá. Fue la noche, ciertamente inolvidable para mí, del 23 de julio de 1980, continuando esa bendita costumbre, que se ha convertido en tradición, tras el inicio, en 1979, del que pronunció el por entonces concejal de Cultura del Ayuntamiento de nuestra ciudad, José Luis Ortiz NuevoPor Emilio Jiménez Díaz

un gran Pregonero Para la Velá

T

Él se ha hecho a sí mismo, pasito a paso, poco a poco, en una Sevilla a la que es muy difícil conquistar

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José Antonio Rodríguez Benitez

la misma. Mi querido padre ya suplió mi falta con creces.

No quiero dar de él sus datos bio-gráficos. Abran internet y san Google les lle-vará al día de sus hermosas correrías por ca-minos de pregones, conferencias, programas de radio y televisión, libros, notas, consejos...

Él se ha hecho a sí mismo, pasito a paso, poco a poco, en una Sevilla a la que es muy difícil conquistar. No sólo se va ganando una porción de nuestra ciudad tan sólo con palabras: sino con gestos, con talante, con en-trega... y mi primo jamás se ha ahogado en el intento. Su fidelidad al barrio que lo vio cre-cer le hizo tomar confianza, hacerse fuerte, crecerse ante los grandes vendavales de la se-villanía oscura, mediática, traicionera y oscu-rantista en tantas ocasiones. Machado -don Antonio-, en su pesimismo, la definió, muy torpemente, o con muy acertada reflexión filosófica, cuando dijo aquello de 'Sevilla sin sevillanos'.

¿Y qué haría Sevilla sin hombres como mi primo José Antonio, sin el propio Macha-do, sin Cernuda, sin Juan Belmonte y Jose-lito, sin Bécquer, sin tantos y tantos como dejaron sus vidas para defender el aire de Se-villa, su vida, su arte, sus tradiciones carga-das y selladas por los siglos?

Triana tiene hoy la oportunidad de escuchar una voz fresca y joven, sabia de verbos y de amores. Es el pregonero ideal para este año que debe ser inolvidable. Por supuesto, para él y para mí. Él es un relevo que me llena de total satisfacción y de legíti-mo orgullo.

José Antonio Rodríguez Benítez estoy seguro que va a sacar de él toda la Tria-na que aprendió de su madre, de su abuela -mi eterna tita Concha-, del recuerdo de su abuelo José, de su tío José Manuel, de sus hermanos y del aire trianero que siempre se le ha metido en las venas.

Su palabra es sincera y cabal, sen-cilla, amplia de horizontes, libre de compro-misos, creíble cien por cien. Su amor al viejo

arrabal está palpable en sus escritos y en la honda llamarada de su profundo y más que demostrado amor por Triana. Sé que este ba-rrio universal, tan lleno de sensibilidad, va a recoger su pregonar con sumo mimo y degus-tará su palabra bendita como prólogo a unos días de fiesta en torno a Señá Santa Ana.

Decía Ángel Vela, en el prólogo del li-bro recopilatorio 'Los pregones en el Hotel Triana' (1979-1986), que la noche del pregón es la gran reflexión de Triana, el momento supremo del reencuentro del trianero con los propios espíritus, un espejo retrospectivo que el pregonero matiza y dimensiona. Es un juego de amor que no puede nacer más que del alma, que es la fuente de verdad de los sentimientos.

Y del alma, de lo más profundo de su ser, irá creciendo su pregón para dejar una joya en Triana el próximo 21. Sé con rotundi-dad que el toro de su pregonar se va a ir sin las dos orejas y el rabo al desolladero.

un gran Pregonero Para la Velá Triana tendrá la oportunidad de escuchar una voz fresca y joven, sabia de verbos y de amores. Un orador ideal

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PERSONAJE

En esta amplia charla callejera en-tre el ruido de las cuatro ruedas, encontramos como fondo a vecinas que paran o se saludan en sus ir y venir de sus quehaceres domésti-cos, vecinos de la Barriada Santo Ángel de la Guarda, a quienes corresponden a sus salu-dos.

Le hacemos referencia a que dife-rencias paisajísticas tiene Triana con Nige-ria; por ejemplo el Guadalquivir con aquel Níger que él conoció y que junto a su afluente

os comenta que hace años dejó aquellas ciudades de su Repúbli-ca Federal de Nigeria regida por

la Constitución democrática de 1999, como: Benin City, Kaduna, Port Harcourt, Ibadan, Kano o Lagos donde el residió. Obviamen-te él domina el inglés de su primera nación e incluso le son familiares algunos dialectos como Pidgin English, yoruba, igbo, o hausa. Indica que dentro de las dos religiones que existen como la cristiana y musulmana, con-fiesa ser de la primera.

Circulamos con el coche por la calle Juan Díaz de Solís y llegamos al semáforo con el color de peligro o prohibido pasar a la intersección con Rubén Darío, Pedro Ángel Vangelina se acerca despacio y nos saluda con sonrisa abierta. Hacemos acopio de pañuelos ya que nuestra gripe se resiste a abandonar nuestro precario estado de salud; y quedamos para otro día en aparcar nuestro

‘Ferrari’ y tomarle unas notas y fotos Por Paco Soler

adoPtando Honradez

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Pedro Vangelina

el Benúe recorre el país, convergiendo en la ciudad de Lokoja. Pedro nos mira y quizás contando con tener el corazón partido, como respuesta nos ofrece una prolongada sonrisa.

Percibimos según vamos conociendo a Pedro, que en Sevilla y de manera concreta en Triana se siente muy libre; lejos totalmente de la criminalidad elevada, especialmente en las grandes ciudades y de manera concreta en carreteras: donde actualmente el terrorismo yihadista de Boko Haram es un hecho diario.

Pedro Ángel Vangelina, un ejemplo de ciudadanía y honradez para toda Triana y, por extensión, para toda Sevilla. Pedro, muy conocido en el barrio; además de ejercer en este precario puesto de trabajo; cuando puede estudia 4º curso en su carrera de Medicina.

Un día en su habitual lugar en que presta sus funciones, descubrió 3.150 euros en metálico más una cantidad cercana a los 13.000 euros en cheques, así como variada documentación empresarial. Sin dudarlo, lo facilitó todo a la policía.

Llegado a este punto, podríamos pen-sar como se escribe la honradez, (exactamen-te con H) pero esta letra, significa que Pedro en esa ocasión y como hombre de bien, no procedió en secreto y por lo cual obsérvanos que aún hoy no se avergüenza de lo que hizo.

Creemos que Triana, siempre generosa debiera reconocer, coincidiendo con su fiesta más señalada, la honestidad y la talla humana de Pe-dro y nombrar a este como Trianero Adoptivo u otra distinción que premie el negocio de este in-dustrial, que aparte de ofrecer unos trozos de pa-peles pequeños-absorbentes, como buen samari-tano en la ciudad o barrio, para limpiarse la nariz, el sudor o para otras cosas; por el mismo precio, él regala Honradez.

adoPtando Honradez

Triana, siempre generosa, debiera reconocer, coincidiendo con su fiesta más señalada, la honestidad y la talla humana de Pedro

“La charla se desarrolla, entre el ruido de las cuatro ruedas, teniendo como fondo a vecinas que se saludan en sus ir y venir de sus quehaceres domésticos”

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NARRACIóN

Necesito compartir una cosecha de interro-gantes, sintonizar con alguien que me alum-bre y encuentro un interlocutor desconcer-tante: al romancero y poético "quien conmigo va...", ¡a mi "otro yo"! Admitirlo me resulta absurdo. Mi racionalidad me dice que pue-do reflexionar, sí, pero que hablar consigo mismo es propio de alienados o un artificio de poetas, que cada persona es única, que el hombre no tiene duplicado, que no existe "otro yo". Nadie ve el mundo con mis ojos, ni acaricia con mis manos, ni puede besar con mis labios...hasta que me siento atrapado por una insólita aparición: a mi derecha, asoma-do también al pretil, la presencia enigmática de un desconocido. Parece estar contento.

-¿Me llamabas? dice sonriente dirigiéndose a mí. Tomo parte en un diálogo singular:-¿Quién eres?-Tu "otro yo".-¿Quién?-No te sorprendas. Me has reclamado cuando

evanto los ojos y mi espíritu se recon-forta con ese paisaje único que funde al mismo tiempo Sevilla y Triana.

¿Por qué no irradia la belleza y sere-nidad de esta imagen, traspasa horizontes e impregna cada rincón donde haya un ser hu-mano que sufre?

Me sorprendo dialogando conmigo mismo: ¿Por qué el mundo todo no es un es-pacio de paz y felicidad como proyección de esta estampa embriagadora?

Inclinado sobre la baranda de hierro forjado del Puente de Triana, ante la contemplación del río, me dejo seducir por los destellos del agua y la vida que rebosa sobre su cauce

Por Pepe Bravo

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orillaslas dos

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Triana

cavilabas hace unos minutos.-Han sido imaginaciones sin mucho funda-mento. Yo no creo en eso.-¡Y qué importa! Es evidente que estoy aquí.-¿De dónde vienes?-Del fondo de tu mente.-¡Ah!-No seas sarcástico.-Si vienes del fondo de mi mente no eres real, entonces.-No tangible, pero para ti sí soy real. Cualquier sentimiento, cualquier reflexión que una per-sona se haga forma parte de su realidad.-En eso tienes razón. -He percibido que buscas a alguien a quien preguntar por qué no hay... paz entre los hom-bres... Te puedo ayudar. -Espera que me aclare... Así que tú eres... ¿mi "otro yo"? -Sí. ¿Por qué me miras con tanta desconfian-za? Te invito a una confidencia... dime... - (Mi mente, empujada por la brisa que desde Sanlúcar sube, boga absorta en un confuso solilo-quio).- ¿Qué ves mirando a la orilla? -Una hermosa vía paralela al cauce.-Sí, el Paseo de Colón. -No, la calle Betis. ¿Qué ves tú? -Un monumento.-¿Al Flamenco? -No, a la Tolerancia.-¡Vaya! ¿Y qué más?-Una capilla.-¡La del Carmen! -No, la de Mañara.-¿Distingues...? -Una plaza.-Sí, la del Altozano.-No, la Maestranza.-¿Reconoces alguna torre?

-Dos.-¡La O y Santa Ana!-No, la del Oro y la Giralda.

¿Qué nos confundía si, desde el mismo punto, mirábamos las mismas aguas?¿De quién era la verdad entonces? ¡Ya me lo había enseñado!No era ni suya ni mía. Los dos teníamos ra-zón. Él contemplaba Sevilla, yo miraba a Triana. ¡Ya me lo había enseñado! La fraternidad universal no será alcanzable mientras cada uno veamos al mundo sólo desde nuestra perspectiva, la concordia triunfará si nos po-nemos en lugar del otro.¡Lo había descubierto!

Y buscando, tozudo, algún punto de encuen-tro, lo intento, por última vez:-¿Y ahora qué más ves?-Un muelle.(Y casi se me escapa un grito de triunfo. Sólo hay un muelle... luego... ¡hemos mirado en la misma dirección...!)-Sí, respondo exultante, un muelle de sal, de sal blanca. (se ríe de mí obstinación, porque me hace un guiño cómplice y...)-No, una zapata con sabor a Cucaña.- . . . . . . . . . . . . . .

“Mi racionalidad me dice que puedo reflexionar, sí, pero que hablar consigo mismo es propio de alienados o un artificio de poetas”

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TOURISm

tres. Here stands the monument to one of the best-known bullfighters in the history of tauromachy: Juan Belmonte.

Another symbolic feature of the Distric of Triana is its food market, Mercado de Triana. Full of life, we can find a variety of fresh produ-ces, national and international gastronomy, a mi-cro-theatre of theatre plays and flamenco shows, a small craft market and a cooking show of local gastronomy.

Next to Triana food market you can visit the Castillo de San Jorge , seat of the Holy Inquisition in Spain from 1481 to 1785. San Jorge is a place for reflection in which the visitor is the key protagonist. This Centre aims to offer com-prehensive information about both the process of the Inquisition and the Castle of San Jorge itself. The exhibition also tries to offer an insight into universal concepts such as repression, fanaticism and intolerance from a thoroughly contemporary perspective.

Ceramic Center Triana. Leaving the Castle of San Jorge, can be found the Ceramic Center Triana, closely linked to the secular his-tory of the pottery tradition of Triana. The center has two floors: the ground floor, which displays a permanent exhibition and a visit of the remains to

e enter Triana Quarter crossing the Guadalquivir by the much-admired bridge, Puente de Triana , also known as Puente de Isabel

II, one of the few examples of iron construction to be found in the city, not far from the building, Edificio del Barranco, situated on the riverbank, nowadays a modern gastronomic space originally designed by the Eiffel school. The bridge was built in 1845 on the site formerly occupied by the pon-toon bridge.

As we reach the end of the bridge, we catch sight of the chapel, Capilla del Carmen, commonly known as The Lighter on account of its peculiar structure. One of the symbolic features of the Dis-trict of Triana, it was designed in pure brick bet-ween 1924 and 1928 by architect Aníbal González, who endowed it with a delicate, historicist aura. Plaza del Altozano is one of Triana's nerve cen-

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a walk on triana

Plaza del Altozano is one of Triana´s nerve centres. Here stands the monument to Juan Belmonte: the bestknown bullfighters

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Beautiful places

the interpretation of the Seville's pottery , and the upper floor, home to temporary exhibitions, spe-cialized documentation center, as well as space for interpretation and guide of tourist itineraries around Triana.

As we walk down Calle de la Pureza, we come to the chapel, Capilla de los Marineros , where Esperanza de Triana is worshipped. Every day, hundreds of local people lie prostrate before her image.

Further along, we arrive at Casa de las Columnas , a prime example of academic civil ar-chitecture. The building is currently occupied by municipal offices. Another few steps and we see the parish church, Real Parroquia de Santa Ana, the first new church to be built after the recon-quest of Seville by Fernando III el Santo in 1248. In actual fact, it was founded by his son, Alfonso X the Wise, who dedicated it to Christ's Grandmo-ther for having cured him of a disease in his eyes.Leaving Calle Pureza, we make for Calle Castilla, where we are overawed by two of the images that are closest to the hearts of the people of Triana: Nazareno de la O (Pedro Roldán, 1685), worshi-pped at the parish church, Parroquia de Nuestra Señora de la O ; and the ineffable Cristo de la Ex-piración (El Cachorro), worshipped at the chapel, Capilla del Patrocinio.

A stone's throw away from Nuestra Se-ñora de la O, it is the culminating work of Seville's imagery. It was carved in 1682 by Francisco An-tonio Ruiz Gijón, who drew his inspiration from a gypsy who was about to breathe his last after a fight.

One of the image's many curious fea-tures is the gaping mouth, through which it is pos-sible to see down into the throat and thus appre-ciate the workmanship involved. Now it is time to cross to Isla de la Cartuja and visit the contempo-rary art centre, Centro Andaluz del Arte Contem-poráneo , where we can view over 500 works to gain an insight into the artistic trends evolving in Spain since the start of the last century: paintings, sculptures, tapestries and ceramics by artists. The museum also displays works by young artists, es-pecially from Andalusia, and holds periodic ex-hibitions of avant-garde painting, conferences, events and other activities reflecting the city's vi-tality and progress.

TOURIST INFORMATION OFFICES SEVILLE. COSTURERO DE LA REINA. Paseo Delicias, 9. 41010. Sevilla. +34 954 234 [email protected]

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e abrían ante mí secretos desconocidos, y me quedaba meditando un momento. Todo en vano; tratando de conseguir

nuevas fuerzas en mi búsqueda del pasado, a pe-sar de cerrar los ojos, de no pensar ya en nada, de abrirlos luego de repente, para tratar de volver a ver esos pequeños cuadrados pintados como la primera vez; pero no lograba saber nada nuevo en cada día que pasaba por delante de los mismos.

Reconocía su forma, su disposición, las líneas que trazaban parecían calcadas de algún misterioso dibujo amado, que se agitaba en mi corazón. Pero no podía añadir más, incluso ellos, con su actitud bondadosa o dolorida, parecían ex-presar su pena por no poderme contar los secre-tos que sabían, y que yo no podía desvelarlos.

Son fantasmas vivos de un pasado queri-do, tan querido que hace latir los corazones de sus fieles como si fueran a estallar, y me tendían brazos impotentes, tratando de explicarme los

sucesos acaecidos ante ellos en el transcurso de los años, en el transcurir de los siglos.

Ubicados, la mayor de las veces en las fachadas de las iglesias, en mis paseos por las calles de Triana, parecían reclamar mi atención. Asomando sus miradas curiosas apresadas en sus ventanas de piedra.

Mi mente se hallaba sola buscan-do secretos de cómo era este barrio hace siglos.¿Quién paseaba por las calles por las

nazareno de la o(retaBlo de la faCHada)

Cuántas veces, durante un paseo, me han visto así algunos amigos, detenerme ante un retablo cerámico de una preciosa Virgen trianera, o un Crucificado

en cuyo rostro el artista refleja el padecimiento y el dolor que Jesús, el Nazareno, tuvo que soportar para mantener firme su mensaje. Me quedaba solo frente a esos bellos azulejos, tratando de interpretarlos, deseando saber que fue lo que movió al autor o autora, a plasmar esos sentimientos

en aquellas pequeñas losetas unidas entre sí, como un rompecabeza resuelto

PATRImONIO

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En el rostro sereno del Nazareno apenas se adivina dolor. Su mirada resignada y complaciente la dirije al pedregal

Por José Manuel Piñero Velasco

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que paseo? ¿Qué costurones dejaron en el alma de estos grandes artistas la lucha por el reconocimiento o el anhelo del amor?. Tenía ansias de sentir sus sentimientos. Nunca lo sabré.

Pero en mi corazón, permanecía la an-gustia de volver la espalda para siempre a un pasado que no volvería a ser. Renegando de los autores ceramistas muertos, que me lanzaban sus manos implorantes, y parecían decirme: "Resucítanos".

Junto a ese pasado, esencia íntima de nosotros mismos, las verdades de la inteli-gencia se me antojan bien poco reales. Por eso cuando el día siguiente, me planté ante la imagen del Nazareno cargando con una Cruz, en la fachada lisa de la parroquia de la O, el re-tablo exterior de mayor antigüedad de Sevilla, me llegaron nuevas sensaciones y renovados deseos de escribir algo sobre esta imagen con siglos de existencia.

Rompe este retablo la norma no es-crita, pero seguida por la mayoría de los ar-tistas ceramistas de su época; sus animados colores, me hacían elucubrar una mano fer-vorosa en sus trazos, la mente de su autora o autor, se negaban a sí mismo, el sufrimiento y la angustia de aquel Via Crucis. Pero me dí de bruces con un nuevo secreto, no oculto, pero poco revelado. La saliente cornisa que servía de marco al mural, debido a su altura, me im-pedía leer el segundo renglón de la leyenda escrita en él.

No, no quería que este impedimento se convirtiese en un secreto irresoluble, en-tonces recurrí a un amigo: D. Manuel Ojeda, el abuelo. Persona práctica de mente clara, y sabio conocedor del barrio, que me indicó, que la mejor ayuda para conseguir una fotografía adecuada, que me revelase la leyenda comple-ta, podría llegarme de la mano de D. Francisco Solís. Gran artista aficionado, yo diría más que aficionado apasionado, por plasmar momentos inolvidables del arrabal trianero, creando imá-genes de su historia cotidiana, porque a fin de cuenta, la historia es acontecimiento, y carece de importancia la bondad o maldad de los su-cesos. Una vez más acertó el abuelo.

Ahora bien, disponiendo ya de las he-rramientas adecuadas, pasé a observar analitica-mente todo el retablos, paso a paso, cuadro a cua-dro, color a color, buscando las motivaciones que el o la joven artista anónima, tuvo para realizar este mural.

No sería aventurado decir, que no bus-caba la perfección en el dibujo, su obra no está concebida para el beneficio propio, sino que la expone para el disfrute de sus convecinos, y la puedan juzgar. No importa la verdad, la mentira o si es solo un milagro, creer que el autor o la auto-ra tratase de concebir una obra perfecta pero sin sentimiento, no lo creo, son sentimientos lo que desprende este mural desde hace siglos.

En el rostro sereno del Nazareno ape-nas se adivina dolor. Su mirada resignada y

Nazareno de la O

Rompe este retablo la norma no escrita, pero seguida por la mayoría de los artistas ceramistas de su época

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complaciente la dirije al pedregal sobre el que anda; su cuerpo, no denota la delgadez a la que le llevó su forma de vida y los castigos re-cibidos. La túnica nazarena con la que cubre su cuerpo, no está raída debido a los latigazos, y es de extraordinaria semejanza con la her-mandad, titular de la parroquia. Una cuerda acordona su ancho torso a modo de cíngulo, y se alarga hasta el cuello rodeándolo. La pe-sada y perfectamente cortada madera de la Cruz apenas sostenida con sus finas manos, aparece como un peso liviano, casi suspendi-da levitando, entre la espalda del Cristo y el claro cielo. En lontananza no aparecen ame-nazantes nubarrones oscuros, en su frente no gotea sangre de la corona de espina, su cabeza desprende un difuminado halo de luz, como desprenden los resucitados, y los montes pin-tados con colores claros, alegres, apenas dan sensación de lejanía.

Quería, deseaba, anhelaba un pa-seo triunfal. En su cabeza las ideas tropeza-ban unas con otras y le negaban representar dolor, porque el amor a la imagen que nacía de sus manos se lo impedía. Este amor unido a su fe, le ha concedido una vida de siglos a su Nazareno, porque también lo divino ne-cesita de un pecho humano ardiente que lo sienta, para su mayor gloria, magnificiencia y tradición.

Su acicalada barba se opone frontal-mente, con las descuidadas y desgreñadas barbas simbolizadas en las obras de sus coetáneos. Re-matando el mural en su parte baja, figura una le-yenda, con algunas palabras escritas en modo de acrónimos, pues su espacio estuvo poco ensayado con el apresuramiento que da la juventud. Expo-niendo apretadamente lo siguiente: "Hijas de Jerusalén: No lloréis por mí. Si no llo-ra por vosotras mismas, y vuestros hijos" Año de Cristo 1760. (traducidas las palabras acróni-mas).

No necesitaba ser comprendida por esas personas inteligentes, que ignoran que los artistas viven solos; que el valor absoluto de las cosas que ven no les importan. Pensando que la escala de valores que utiliza, no pueden re-sidir más que en sí mismo. La valentía del jo-ven cree tímidamente en la reacción artística, enfrentándose a la realidad, y no se mece en la ilusión de lo perfecto, cree como todo joven en cambios fundamentales, aunque no en cam-bios totales.

La escena que representa, en sí mis-ma dolorosa, es un Nazareno cargado con la Cruz camino de la muerte. Sobre uno de los montes, dos cruces esperan la llegada de la ter-cera. Esta circunstancia es la que me permite afirmar, que su obra es sabia, y su labor impor-tante. Pese a que su paleta juegue con colores llenos de vida, de resurrección, hay en ella ji-rones de la realidad circundante de los que no pudo desprenderse.

Lo universal es siempre parroquia-no, de barrio, y eso lo entienden y lo entendieron los grandes maestros, casi siempre anónimos, que exponen sus obras mirando a la calle, mirando al pueblo. Gran parte del mismo les devuelven la mirada, creando una complicidad de siglos entre los ceramistas y su barrio. Hay grandes estudio-sos y sesudos profesores de arte, que consideran la cerámica como una disciplina menor. Pero pienso, y creo que pienso bien, que encontramos más alma y humanidad en este retablo posible-mente imperfecto, que el que nunca encontrare-mos en las grandes obras maestras, expuestas en prestigiosos museos.

Si hay un color representativo de la vida es el azul. Azul como el agua del mar, y sin agua no hay vida. Eso lo entiende muy bien la memoria colectiva de este arrabal marinero lleno de alfares. La mirada vigilante de ilustres trianeros, que ven sus rostros plasmados en unos azulejos, repartidos a lo largo y ancho de las calles de Triana: así lo atestiguan. Quedan-do convertidos para siempre en centinelas sin relevo, guardianes incansables, depositarios de una forma de vivir y de un espíritu propio. Por-que querido lector: Triana, nunca ha deseado ser otra cosa que Triana, esa es su esencia, esa es su sencillez, esa es su grandeza.

Lo universal es siempre parroquiano, de barrio, y eso lo entienden y lo entendieron los grandes maestros

Nazareno de la OPATRImONIO

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Cerámica trianeraHISTORIA

estoso, en la segunda mitad del siglo XIX se propuso la recuperación de la cerámica de Triana que por esos mo-

mentos no pasaba por su mejor etapa. Es por ello que se dedicó a estudiar la enorme herencia ce-rámica que se conserva en nuestros edificios mo-numentales y además, no conformándose con eso, se propuso trabajar como pintor, recuperando las técnicas tradicionales de nuestra cerámica. Por lo tanto, ejecutará azulejos por su propia mano y realizará diseños de otros tantos para que fue-sen pintados por otros ceramistas. Así, por ejem-plo, lo vemos relacionado con pintores y fábricas como Ramos Rejano, Mensaque y Soto, Manuel Rodríguez Pérez de Tudela, Manuel Arellano o José Macías.

La obra que presentamos aquí se ubica en la Puerta del León del Real Alcázar sevillano y precisamente acoge la representación de este animal dándole nombre a la propia puerta. Es una pieza ejecutada y diseñada por el propio Gestoso y responde sin duda a esa política que llevó a cabo

de colocar y regalar azulejos a las princi-pales familias sevi-llanas y como no, a la propia familia Real y su palacio en nuestra ciudad.

El azulejo sus-tituye a una pin-tura similar que se estaba perdiendo y se ubicaba en el mismo lugar. Aparece perfecta-mente documen-

tado el azulejo en la inscripción que contiene en la parte inferior que dice así: "Sien-do Alcalde de estos Reales Alcázares, el Exmo. Sr. Marqués de Irún - José Gestoso y Pérez fecit 1894 - Fábrica de Mensaque Hno. y Cía. Sevilla." Observamos pues que lo realiza en una de sus fá-bricas de referencia para el renacimiento de la ce-rámica como fue la de Mensaque, Hermano y Cía. (Mensaque y Soto) y en 1894. Está realizada en técnica mixta de azulejo plano pintado y cuerda seca y tiene unas medidas de 2,20 m. de ancho por 1,60 m. de alto.

La obra contiene sobre fondo blanco la representación de un gran león coronado, al es-tilo de la heráldica medieval, que pisa una lanza y sostiene una cruz. De su boca abierta sale una filacteria con las palabras en latín 'Ad Utrumque' que se podrían traducir como 'Dispuesto a todo', siendo su lectura general una alegoría del poder y la fuerza. Se completa la composición con un grueso cordón con varios nudos a modo de orla.

Joyas de la CerámiCa trianerael azuleJo del león de los reales alCázares

G

Recuperamos para esta revista la sección de cerámica de los talleres trianeros con una obra muy conocida por todos, principalmente por su ubicación y además sirviendo de homenaje a una de las personalidades más ilustres de nuestra ciudad en el centenario de su fallecimiento. Nos referimos al ilustre ceramófilo D. José Gestoso Pérez (Sevilla, 1852-1917)Por Manuel Pablo Rodríguez Rodríguez. Asociación Amigos de la Cerámica Niculoso Pisano

© Antonio Entrena Aznarte y Manuel Pablo Rodríguez Rodríguez

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HisTORiA

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Retazos de tRIaNaEn esta sección de nuestra revista, que pretendemos sea fija, tratamos de recuperar

y coleccionar citas, referencias, comentarios o noticias que, sobre nuestro barrio, han ido publicando autores locales, historiadores, cronistas, ya sean españoles o extranjeros, a lo largo de la HistoriaPor Joaquín Arbide.

Luis Montoto fue uno de los pilares de la vida cul-tural de finales del XIX y principios del XX. Fue

conocido como el patriarca de las letras sevillanas. Siempre le llamó la atención la vida de las clases populares y, sobre todo, las que se desarrollaban en los corrales de vecinos. Se detiene a describir temas y asuntos como los alquileres, las figuras del casero y la casera, la ditera, los trabajadores, los juegos de niños, las tabernas, las fiestas, las bodas, las muer-tes, las supersticiones, las coplas, las duras jornadas diarias, en las que la alegría soterrada del pueblo andaluz, sevillano y trianero, lucha por abrirse ca-mino ante las dificultades, aferrándose a cualquier motivo para soslayar unas adversas condiciones existenciales.

Refiriéndose a la vida cotidiana nos describe cómo la vida en el corral empieza con la primera luz del alba. Al cantar los gallos, encerrados en jau-las de cañas, los vecinos se ponen en movimiento, porque todos, salvo raras excepciones, son traba-jadores: albañiles, herreros, carpinteros, tejedores, zapateros, blanqueadores, carreros o lavanderas, planchadoras, costureras, de las que cosen de hom-bre y de mujer, es decir, que lo mismo pespuntean unos calzones o ponen faralaes a una enagua, amén de otras trabajadoras que prestan sus servicios en casas particulares, cocineras, niñeras…

El trabajador de la ciudad, lo mismo el albañil que el herrero o el carpintero, suele tener un vestido para el trabajo y otro para la calle. Cuando salen del corral, llevan el almuerzo, en una fiambrera, que consiste en un bollo de pan, también llamado boba. O un cuarterón, que es la cuarta parte de una ho-gaza. Bacalao, sardinas en arenques, uvas, brevas, ciruelas o una raja de queso…

El trabajador puede encontrar en su propio co-rral lo que necesite para su almuerzo. No faltan ve-cinos que se dedican a la venta al por menor de acei-

te, carbón, frutas verdes y secas, y es seguro que no se echará de menos ningún día al vendedor ambu-lante de aguardiente a dos cuartos la copa, merced al cual ‘toman la mañana’ los más madrugadores.

Tomar la mañana, según la gráfica expresión de nuestro pueblo, es beber en las primeras horas del día algunas copas de aguardiente, como tomar las once significa tanto como empinar algún que otro vaso al mediar la mañana, cosa que, dicho sea en obsequio a la verdad, no suelen hacer

Los CoRRaLes de VeCINos

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Relatos

nuestros trabajadores, porque las urgencias de los trabajos no lo permiten.

El vendedor de aguardiente es uno de los tipos que sobresalen entre los muchos que por el corral pululan. Lleva su mercancía en una botija de barro vidriado, de color verde, y vacía el líquido al parro-quiano en copa de cristal de tan exigua cabida, que el consumidor queda siempre con ganas de beber otra copa, porque una no hace más que un buche o trago y, sabido es, que un trago no pasa de la gar-ganta.

Y hay mujeres que venden calentitos. Y el que por la mañana vendía el aguardiente, vende por la tarde chochitos, altramuces, arropías, suspiros de cane-la…

Con el chochero del barrio, que así es llamado popularmente, compite el vendedor de barquillos, otra golosina para los niños, el cual sale también del corral y suele serlo un mozalbete que podría dar tres y raya a Rinconete y Cortadillo, los de Cervantes…

Y no podemos olvidar a los “pejerreyes” y cama-rones, pescados a la orillita del río. Y los pregones:

“¡Qué salaítos!”; “¡Qué vivitos los peje-reyes!”

Y el barquillero: “¡Barquillo de canela! ¡Niños, el barquillero!”

Barquiyitos ´e canela…Yo no quiero los barquillos.Que quiero la barquiyera.

Volviendo al corral, se aplican al trabajo no po-cos vecinos. Las mujeres se emplean, con raras ex-cepciones, en el lavado y el planchado de las ropas

de uso interior, que ob-tienen de las casas de los parroquianos. El la-vado lo ejecutan en las pilas o lavaderos. Y si no, en lebrillos o barre-ños.

Y un día, llegó por un corral de Triana un curioso investigador, un sencillo periodista, que muy bien pudo ser quien esto escribe… Y, miren ustedes, voy y se me ocurre preguntar:

-¿Cómo viven uste-des aquí?

Y me responden, unos y otros, atrope-

llándose:-¿Qué quiere usted? Vivimos aquí como Dios nos

da a entender. No todos podemos pagar una casa. ¡Si es viviendo así y no nos alcanza el jornal…!

-¿Qué cómo vivimos? Pues… ¡¡Viviendo!!-Mire usted. Vivimos en un mundo en el que

quien gana más dinero es el que menos vergüenza tiene. Y a mí me queda una pizca de vergüencilla. Yo debería ser un sinvergüenza total. Pero, ¿cómo se lo iba a explicar a mis chiquillos? Se me caería la cara de vergüenza. Mire usted. Somos las víctimas. Estamos metidos en un follón en el que están unos para ganar y otros para perder. Pero a mí me dicen que tengo las mismas oportunidades que otros para trabajar e incluso hacerme rico, que así es el sistema en el que vivimos. Y yo quiero que me lo expliquen. ¿Cómo salimos mi gente y yo del corral? ¿A dónde vamos a ir? ¿A un polígono? ¿Una emigración obli-gada…?

Y no olvido al zapatero remendón. Amigo de to-dos. El que lée las cartas a las mozas que tienen un novio en Melilla. El que arregla aquella media sue-la. El que se entera de la última noticia del barrio. El que ayuda a redactar cartas de quejas a la pa-rroquia o al alcalde… Se ha pasado media vida en las puertas de las fábricas, de las cárceles, cuarteles, mercados… Calor en verano, frío en invierno, siem-pre sufrido en sus carnes.

A la puesta del sol, vuelve nuestro hombre al co-rral, llevándose, con los pocos cuartos que ha gana-do, un costal de noticias con que entretener la ve-lada y embaucar a sus vecinos, distrayéndolos un rato de la suerte inexorable que les aplasta… Y les aplastará.

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HISTORIA

asi noventa años convivió en el mismo corral de vecinos, el Corral de la Parra, en la calle San Jacin-

to. Cocina y aseo compartidos en el patio co-mún y una humilde habitación para ella sola.

Francisca, (Francisquita para las amigas o Quica la abuela de todos), la vecina alegre y servicial, querida de mayores y pe-queños, allá en sus años mozos sufría mal de

amores y para ponerle remedio hizo al santo la promesa de vestir su hábito treinta días al año. "Túnica morada y cíngulo amarillo si tú, ¡oh san Onofre!, me concedes que Paquito, el hijo de la Paquí, se fije en mí".

El muchacho que no se decidía. Los dos, ella y él, veinteañeros. Francisca no deja-ba un día sin catapultarle plegarias al de arri-ba: "Si estamos hechos el uno para el otro... si hasta tenemos el mismo nombre... anda, Onofre, no seas malage". No se lo dijo abier-tamente pero le amenazó con cambiarse a san Valentín si su asunto no se resolvía.

Al fin, después de una novena, el Santo le dijo "Sí" y Paquito, el hijo de Paquita, también. Fue una mañana de primavera cuando regaba los jazmines del patio. Él se le arrimó y le dijo que quería "ver esos ojazos negros que tú tie-

Morado era el vestido que Francisca lució cada noviembre durante setenta años. Morado porque, eso le dijeron, es el hábito de San Onofre, el muy milagroso San Onofre como ella misma comprobóPor Pepe Bravo

la quiCa y san onofreuna Historia de amor eterno

C

Francisca, (Francisquita para las amigas o Quica la abuela de todos), era una vecina alegre y servicial, querida de mayores y pequeños

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Triana

nes mucho más cerquita" Ella, con una medida displicencia, le dijo que "bueno" y poco tiempo después, él que "así de cerca pero todos los días de mi vida, vamos si tú quieres" y ella dijo que si venía con buenas intenciones, que "claro que sí"; pero esta vez muy complaciente y sin poder con-trolar su emoción porque se le escapó "mi rey". "Claro que sí, mi rey" fue lo que le dijo abriendo mucho los ojos (que ella sabía que eso de abrirle mucho los ojos, era lo que a él más le gustaba).

Enamoraiscos anduvieron casi dos años con sus dos Ferias, sus dos Rocíos y sus dos Cruces de Mayo. ¡Ah! y también un día que se había co-rrido la voz de que ya había aviadores españo-les y él la llevó al cerro de San Juan para desde allí ver aterrizar en la Dehesa de Tablada un aeroplano que venía desde Tetuán, que ese día ella nunca lo olvidó.

¡Cuántas ilusiones vivía y cuántos pro-yectos para el futuro imaginó Francisca con Paquito (ahora su Curro), que "es muy guapo, además de que un hombre da siempre mucha sombra", decía. Tenían la intención de casar-se cuando él terminara su servicio militar.

Pero... al volver de la mili, de Lara-che, el mozo murió de unas calenturas y ella, como tributo a ese amor tan corto, lo enco-

mendó a san Onofre, que le habían dicho que era además el pastor y protector de las ánimas benditas. Se puso en sus manos para que lo sacara pronto del purgatorio, ("por si acaso", decía) y alcanza-ra cuanto antes la gloria donde él

la esperaría, a la verita de la Blanca Paloma. Estaba convencida de que un día lejano allí se iban a ver. Desde entonces cada mañana de noviembre ceñía su túnica con un cíngulo de seda amarillo (tan intenso el color que pare-cía dorado) y rezaba a san Onofre por el alma del amor que aún conservaba en su pecho.

La modesta habitación de Francisqui-ta estaba presidida, desde lo alto de la alace-na donde guardaba la vajilla, por un enorme cuadro de la Virgen del Rocío al que nunca faltaba un ramillete de flores que ella misma recolectaba por los barbechos del Turruñue-lo. Por todo mobiliario un aparador, dos sillas, un taburete, una mesa camilla con brasero de picón y el armario para la ropa, un arma-

Cuántas ilusiones vivía y cuántos proyectos para el futuro imaginó Francisca con Paquito

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esquiva a los requiebros, (que la Quica estuvo siempre de muy buen ver, si no que se lo pre-gunten a aquel arriero de la calle Alfarería, sí el que vivía cerca de la cerca de los tejares, que tantos vientos bebió por ella).

Un día Francisca pensó que ya estaba bien, que Curro habría cruzado del purgato-rio a la gloria y que ya no era necesaria la in-tercesión del santo. "Por si acaso" le hizo una última novena y se lo volvió a encomendar. Dejó de vestir la túnica, la envolvió con mimo en un fular de seda, la introdujo en una caja de cartón y la depositó con reverencia en los altillos del armario.

Años después un 1 de febrero se puso malita y como no quiso ser una carga para sus amigas, apenas si estuvo una quincena en la cama. Las vecinas, solícitas, la atendían de modo permanente. A la que veía compun-gida, para animarla, le hacía una petición: "Cántame una sevillanita, anda". Y todas ala-baban su humor tan envidiable. Cuando vio que se iba acercando el momento de irse para arriba, fue diciendo a cada una de sus cuida-doras "el día que llegue mi hora, a mí que me amortajen y entierren con el vestido que hay en una caja ahí arriba" y señalaba la parte alta del armario.

rio cojo y desvencijado que cumplía años con ella; se sentía muy identificada con él pues "a este le chirrían de las bisagras y a mí me crujen los huesos". Suplía la falta de espacio en la habitación apilando cajas en lo alto del armario. Sobre el varal del respaldo de una cama muy grande se balanceaba un farolillo de la última feria. "Sin un farolillo a la vista, no soy persona. Me da vida todo el año" decía a sus amigas. Y la comprendían pues sabían con qué intensidad vivía sus únicos días de diversión en el año, los ya dichos, Rocío, Fe-ria y la Cruz de Mayo en el corral. Bien que los aprovechaba, acicalándose, vistiéndose a propósito y bailando hasta caer rendida.

Tenía dos trajes, uno precioso de falda rociera y otro de flamenca con lunares. ¡Con qué garbo los lucía!

Pasaron los años acompañada de su voluntaria soltería, sorda a otras promesas y

Tenía dos trajes, uno precioso de falda rociera y otro de flamenca con lunares. ¡Con qué garbo los lucía!

HISTORIA

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Serena y sonriente Francisquita se marchó el día catorce. Sus vecinas se apresu-raron a cumplir su voluntad. Fueron abrien-do una por una las cajas y en ninguna había ropa... al fin, en la última, encontraron ¡sus trajes de gitana!

"¡Con su humor de siempre!, ¡Pues claro que sí!" dijeron, y, diligentes ellas, la vistieron con el traje de flamenca, con el de lunares, perfectamente maquillada, con co-loretes y polvos que escondían la palidez de su rostro, con peineta, una flor preciosa y con los labios rabiosamente pintados de rojo. ("Como a ella le gustaría", coincidían satisfe-chas las vecinas; alguna, muy sinceramente, no pudo reprimirse: "¡Pero qué guapa la Qui-ca!", "Genio y figura hasta..." apostilló otra más original.

Dicen que se desbordó la alegría en la gloria y que entonaron mil aleluyas cuan-do la vieron llegar. Tan flamenca ella. Allí le esperaba la corte celestial y su Curro de su alma, nerviosito y anhelante por lo requete-linda que encontraba a su novia; todos con-tentos, menos Onofre. Bueno, también se alegraba, pero no pudo evitar recriminarla con un "¡pero qué facha traes, hija!", (ella se imaginaba por qué y se excusó con un gesto

de impotencia y una mueca graciosa como di-ciéndole "yo qué culpa tengo" pero el monje le puso una cara así de larga).

Como era 14 de Febrero, san Valentín se ofreció hacer unas fotos no para inmorta-lizar el momento porque allí todo era inmor-tal sino porque se lo pidió la Quica "que la eternidad es muy larga y luego to se olvida". Tomó una cámara y ante él posó la parejita, ella con su traje de lunares y Curro con unas alas blancas muy muy grandes. También invi-taron a Onofre a que se retratara con ellos y, como ya había recibido explicaciones, lo hizo muy gustoso y sonriente. Así quedó grabada a perpetuidad la historia de un amor eterno. Luego cogidos del brazo, pasearon cielo arri-ba, cielo abajo, como dos jovencitos enamo-rados, muy contentos porque sabían que te-nían mucho tiempo por delante.

Júbilo hubo en el cielo. El mismo al-borozo que pocos días más tarde inundó el Corral de la Parra cuando las vecinas, dis-puestas a encalar la habitación de la abuela, haciendo limpieza encontraron una caja que se había caído detrás del armario y en la que, al abrirla, descubrieron perfectamente plega-do el vestido con el que quiso ser enterrada: el cíngulo y hábito de san Onofre.

Triana

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HISTORIA

o jugaba con agua en verano y me metía en los charcos en invierno, para jugar. Y con los fantasmas de

las humedades me entretuve muchísimo, so-bre todo convirtiendo en caliche el agua de cal de sus protuberancias.

Ni faltaba moda de agua en gabar-dinas, paraguas, impermeables y botas ka-tiuskas; ni oficios de agua, deportes de agua,

alimentos de agua, ingeniería de agua; ni acrobacia de agua de búcaro, para beber. También había agua de lágrimas para la tristeza y agua de sudor para el can-sancio. Enfermedad de agua como la hidro-pesía y miedo de agua para riadas, ahogados y playa de María Trifulca. Supe del agua previsora en el aljibe y suspendida en la nube. Oculta en el acuífero, profunda en el pozo y esculpida y hecha te-rraplén en los glaciares. Hasta supe del seten-ta por ciento de ella que poseía mi cuerpo.

Y surgieron palabras engarzadas al agua como perla, alberca, cisterna, azuda, tubería... Personajes del agua como Moisés o Leviatán, Caronte o Venus, Medusa o Nep-tuno...

Así me fui haciendo de agua escri-ta: dulce en Tom Sawyer, salada en Movi Dic, nevada en Heidi, y pura en el costado de Cristo como cenagosa en Macondo, asesina en el perfume de Grenouille, eximida en la palangana de Pilatos y pasional y a copos en los guantes de Ana Karenina.

El agua y la tecnología de Ámsterdam y el agua y la hermosura de Venecia. El agua de los ríos poderosos y el menudeo de agua en los enseres del desierto. El agua fétida y el agua de colonia. El agua sociable del café y el agua reñida, negada, subastada, infectada y cortada. Agua de ocio, o agua de siembra en los campos de arroz. Y desesperada y terrible agua de cayuco.

Corrieron ríos de tinta y aclaré mis ideas. Y como la palabra fluye, intenté hablar más claro que el agua porque algo tendrá el agua cuando la bendicen. ¡Ya decía mi madre que yo venía para pato!

Quizás mi culto al agua se deba a la yedra, porque qué puede ser la yedra si no agua trepando a las paredes; o tal vez me

el agua de los ingleses y triana, una trianera y un muCHaCHo inglés…

Y

Yo nadando en el líquido amniótico estaba bien, pero mi madre rompió aguas, y vine a nacer en una capital de provincia donde el frío era una manera de mojar y la calle una

premonición por lo de Cantarranas1 Por Rosa Díaz

1 La Antigua calle de Cantarranas, hoy Gravina, nombrada por Tir-so de Molina en el Burlador de Sevilla.

era algo de amor entre

Mi tía Andrea y mi madre en el patio de Casacripta.

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El agua de los ingleses y Triana

lo implantara la casa que tenía un patio tan particular que, cuando llovía, se ponía pin-gueando. Un monumento al agua diría yo que fue. Con su atarjea y su porción de río yéndose a la mar y sus dos acometidas de agua: la de Sevilla y la de los ingleses2. Pues bien, haré un inciso en lo del agua de los ingleses, aquella 'Seville Water Work Company', por la vinculación con Triana de ciertos nombres de esa Sociedad Limitada.

En su 'cuaderno de anotar la vida', la tía Andrea guardó en la calle Gravina la calle San Jacinto y toda esa Triana que vivió; mientras yo sin saberlo, era una peripatética deambulando alrededor de un patio deba-tiendo que el Agua de los Ingleses y Triana, era algo de amor entre una trianera y un mu-chacho inglés...

Y me llega a la memoria don Carlos Elliott Bernal: Sr. Bernal en los comercios de tejidos de la calle Francos y la calle Tetuán: Ellima y Macarro y, Chale, para su mujer y sus íntimos. También escucho la voz de una monja de clausura del convento de la calle San José y, sobre todo, recuerdo nítidamen-te la delicada figura de Fanny o Fany, como se le llamaba coloquialmente en el sevillano o trianero argot. No sé si vestía de medio luto o porque su edad así lo requería, me llega de su imagen una falda negra, plisada, y una blu-sa de mangas de farol con lunaritos blancos. Creo que usaba gafas pero no podría asegu-rarlo, me viene más a la cabeza el movimien-to de sus manos y poco más. Así la conservo sentada en el gabinete de la calle Gravina y en amistosa conversación con la tía Andrea.

Igual de nítido y de pie ante una mesa de camilla, parece que estoy viendo a su hijo Chale hirviendo jeringuilla y aguja, en una

hermosa y rectangular candela de llama azul. El borbotar del agua, el pequeño recipiente de níquel, la tijera rara, la ampolla y el utensilio decapitando el gollete. Yo iba de niña horro-rizada corriendo por las escaleras, escapán-dome, para sucumbir entre brazos fraternos a pinchazo en la nalga y frialdad de torunda de algodón empapada en alcohol. No diré de mis lágrimas..., tampoco de mi defensa hacia mis enemigos...

Chale era practicante, eso que vino a llamarse ATS. Y nos visitaba cuando la inape-tencia se hacía demasiado evidente y don Luis Bolaño pronunciaba calcio y vitamina. Luego se quedaba en el casinillo de mi padre y yo los escucha hablar. Era el tiempo en que empecé a nadar en las palabras.

No sé por qué me viene la trifulca de Sidi Ifni junto a su chamarreta cruda con cuello de piel. No sé. O quizás sí, y tenga que ver con los agujeros negros donde cae la memoria: donde una sensación inefable salva el resplandor que le queda al recuerdo.

“Yo jugaba con agua en verano y me metía en los charcos en invierno, para jugar”

2 A finales del siglo XIX, la compañía inglesa 'The Seville Water Work Company Limited' gestionará el suministro de agua potable y con fines domésticos a la ciudad de Sevilla, dado que el agua de gestión municipal aun no era compatible por razones de higiene y salubridad. Así será cómo convivirían en nuestra ciudad una doble canalización y gestión de este recurso. Para diferenciarlas se uti-lizaban los nombres de 'Agua de los ingleses' y 'Agua de Sevilla', respectivamente. Aún hoy podemos observar en algunas viviendas los contadores de estas dobles canalizaciones que estuvieron en uso hasta final de los años 50 del pasado siglo, una vez que la em-presa de gestión municipal había extendido la red de instalaciones y técnicas de filtraje.

Andrea Carriedo de los Reyes.Pared de la yedra de Casacripta.

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el Puente de triana!¡Cuando Casi Perdimos

es que desde que se inaugurara el día 23 de febrero del año 1852, el Puen-te de Isabel II no había dado más que

problemas. Y así en 1873 y 1907 tuvieron que re-forzarse los cimientos de los pilares y los estribos. E incluso en 1918 sustituirse el tablero, dándosele más anchura para poder construir dos andenes para los peatones, que de esa forma dejaban libre la calzada central para los carruajes, tranvías y los primeros coches a motor que ya se dejaban ver.

Pero el tráfico seguía aumentando, hacien-do sufrir cada vez más al viejo puente. Por eso en el año 1958, con poco más de cien años cumplidos, el departamento de Puentes y Estructuras del Mi-nisterio de Obras Públicas prohibió la circulación por el puente de Triana a los camiones y autobu-ses, algo que se pudo hacer gracias al tapón de Chapina, por donde se desviaría el tráfico pesado.Hasta que llegó la Semana Santa de ese movido año 1974.

Y

HISTORIA

“El actual Puente de Triana ha terminado su periodo de vida”. Esta sentencia firme y aterradora abría la sección de “Sevilla al día” del periódico ABC del 11 de septiembre de 1974. Y continuaba: “El ayuntamiento habrá de pronunciarse sobre las diversas posibilidades de uno nuevo”

Por José Javier Ruiz

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La Esperanza de Triana regresaba a su barrio tras una deslucida Madrugada de lluvia que la había obligado a guarecerse en la iglesia de la Magdalena cuando, al cruzar el puente, una fuerte vibración en su estructura hizo cundir el pánico entre los fieles y devotos que la contemplaban.

Las consecuencias, aunque tardaron en lle-gar, lo sentenciaron, porque en el mes de agosto siguiente el Ayuntamiento cortó el puente a todo tránsito, incluidas las personas.

Lo que no podían imaginar los sevilla-nos de entonces era que la solución que el Minis-terio de Obras Públicas había decidido no era otra que ¡derribarlo completamente para erigir otro nuevo!

Un capitular del Ayuntamiento entre-vistado por el mismo periódico ABC llegó a decir: El puente actual ha terminado su periodo de vida, por ser de hierro fundido, que ha cumplido su existencia. Está bien en general, pero no ofrece garantías, ya que, como técnicamente se dice, tie-ne 'fatiga', y en esas condiciones no se puede se-guir manteniendo. Sabido es que de estos puentes se hicieron varios en el mundo, y poco a poco van desapareciendo por agotamiento. El de París, por ejemplo, desapareció hace ya bastantes años (...)

Como os podéis imaginar la noticia co-rrió por toda Sevilla, convulsionando Triana, donde se alzaron numerosas voces en contra del derribo del símbolo del barrio.

Tras el anuncio por parte del Ayunta-miento de que las obras comenzarían en el primer trimestre de 1975, el Colegio de Arquitectos de Sevilla terció en la polémica a favor de la conser-vación del puente:

El Colegio Oficial de Arquitectos de Andalucía Occidental y Badajoz, preocupado por

Triana

las informaciones publicadas en la Prensa local en los días pasados acerca del incierto destino del puente de Isabel II y los proyectos de construc-ción de un nuevo puente que lo sustituya, cons-ciente de la gravedad que el tema tiene, y en su calidad de institución responsable del patrimonio de la ciudad, publica la siguiente nota: El puente de Triana constituye uno de los casos más claros de elemento urbano singular, cuyas ca-racterísticas principales son: a) Es una obra de ingeniería civil de alta cualifica-ción (...) b) Constituye uno de los pocos ejemplos europeos del diseño y la tecnología del siglo XIX (...) c) Forma parte de uno de los más cualificados pai-sajes urbanos de Sevilla (...) Desde esta perspectiva, es evidente que no se puede sacrificar una ciudad, y menos aún una de sus pie-zas más cualificadas, a las exigencias 'funcionalis-tas' del tráfico urbano (...)

El principal defensor de la construcción del nuevo puente fue Carlos Fernández Casado, ingeniero de caminos y profesor de la Escuela de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de Ma-drid. Ya desde el año 1958 este profesor venía de-fendiendo que la única solución para el problema de su deterioro era la construcción de un puente moderno en su lugar, como el actualmente llama-do de Los Remedios, que él mismo había diseña-do y que se había inaugurado en 1968 aguas abajo.

Lo que no podían imaginar los sevillanos era que la solución que el Ministerio de Obras Públicas había decidido no era otra que ¡derribarlo!

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parte más esencial de Sevilla con todo su esplendor y magnificencia, si ello es posible (...) A nadie due-le tanto como a nosotros- si es necesario- tirar el puente de Triana. Si se puede salvar, se salvará.

Además anunció que se había encargado un nuevo informe al director de la Escuela de In-genieros de Caminos, Canales y Puertos de Ma-drid, el catedrático don Juan Batanero, hecho que sería decisivo a la postre.

Así y después de muchos días de incer-tidumbres, el ABC del día 18 de octubre daba la noticia:El puente de Triana es conservable en su aspecto actual, respetando todos los elementos primitivos del mismo que se conservan, procediendo simple-mente a la sustitución del tablero actual, apoyado en los arcos, por otro autorresistente en estructura metálica con acero de alta resistencia y capa de ro-dadura, muy ligera de mortero de resina.

El Ayuntamiento votó en pleno aceptar el informe Batanero el día 21 de octubre. ¡El puente de Triana se había salvado!Las obras se adjudicaron en febrero de 1976 bajo la dirección del ingeniero Manuel Ríos Pérez. A los pocos meses fue declarado Monumento His-tórico Artístico de carácter nacional. Durante los dos años siguientes al viejo puente se le consoli-daron los pilares, los estribos y la cimentación, colocándose vigas de cajón que sujetaran el nue-vo tablero liberándose de esa forma a los viejos arcos de hierro construidos en el siglo XIX de su función de sostén, quedando como ornato.

El nuevo Puente de Triana fue reinau-gurado el 13 de junio de 1977, abriéndose al trán-sito de personas y vehículos sin restricciones.

Por todo esto, cuando volváis a pasar por este puente, recordar que estuvimos a punto de perderlo hace 43 años, de perder la identidad de todo un barrio, de perder el primer puente que unió definitivamente a Sevilla con Triana.

El 1 de octubre de ese mismo y polémi-co otoño del año 1974 publicó sus teorías en el pe-riódico ABC:Resumimos su idea con este párrafo:Los trastornos que se han producido última-mente en la ciudad evidencian que se precisa un nuevo puente para servir a la circulación y además este puente ha de ajustarse al eje del actual, que al quedar establecido desde el puente de barcas primitivo, ha predetermina-do la organización de la red vial desde las dos cabezas de puente correspondientes, siendo además interesante desde el punto de vista his-tórico que dicho eje continúe.Por consiguiente, no resulta viable la conserva-ción de la totalidad o una parte del puente actual dedicado, claro está, al servicio exclusivo de pea-tones, con la construcción de un nuevo puente, pero la incompatibilidad entre ambos puede sal-varse trasladando una parte de la actual, aguas abajo (...)

Es decir, daba por hecho que el puen-te de Isabel II quedaría para uso peatonal, como venía sirviendo desde el mes de agosto anterior y que solamente habría que trasladarlo de sitio para dejar libre la ubicación del eje de la calzada tradi-cional para la construcción del nuevo.

Ante estas noticias la Real Academia de Bellas Artes Santa Isabel de Hungría y la Comi-sión Provincial de Monumentos pidieron que el puente fuera declarado monumento de interés histórico-artístico con la pretensión de paralizar el inminente derribo.

El alcalde, don Juan Fernández Ro-dríguez-García del Busto, terció en la polémica y aclaró que se estaban recabando todos los infor-mes y datos necesarios:Entonces, y solo entonces decidirá la Corporación Municipal, siempre de acuerdo con lo que a Sevilla interesa. Al Ayuntamiento le interesa conservar la

En el año 1976 fue declarado Monumento Histórico Artístico de carácter nacional

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o frondoso de su copa, hace apenas visible su bonita y esbelta portada barroca con dos retablos cerámicos

exteriores: uno dedicado a la Virgen de Fá-tima, en su aparición a los pastorcitos que le miran con asombrosa veneración, y en el lado derecho de la fachada, el dedicado a la siem-pre presente en su calle San Jacinto: Virgen de la Estrella.

Posiblemente este árbol fue plantado hace cien años, algunos dicen que más. Pese a su longeva vida, hunde sus profundas raíces ocultas, penetrando vigorosas en la tierra y levantando las losas del suelo convirtiéndolo en un enlosado desigual. Sin embargo, no es impedimento para que los devotos creyentes, asistan a los oficios re-ligiosos que allí celebran la orden de los Domini-cos que la regenta.

Junto a este coloso de la naturaleza, aparece una Cruz de Piedra, alzada sobre un pedestal, también de galgas, que normalmen-te podríamos decir que es alta, pero queda empequeñecida por la majestuosa presencia del árbol.

Está muy próxima a una de las esqui-nas que conforma la cerca de ladrillos y forja, que refugian y protegen junto con el patio, el frontis-picio de la parroquia.

Entre los ladrillos que sirven de pie a la reja clavada en ellos, aparecen en el exterior, azulejos salpicados con escenas de lugares de Triana y Sevilla. Estos azulejos pintados en azul, de ahí le viene la denominación, se adivina, que fueron realizados con rápida maestría; donde se muestra más la habilidad que la minuciosidad, del artista ceramista que los realizó.

Se tiene la sospecha cierta, que bajo esta Cruz, se produjeron muchos enterramientos de personas víctimas de las epidemias. ¿Será por eso, que se ha elevado tanto al cielo reclamando presencia? No lo sé. Si sé que la vida se transmite de un ser a otro en nuestro planeta. Cuando algo muere, algo nace.

Por eso en Triana, el pasado nunca se aleja del todo, por años o inclusive siglos que ha-yan transcurrido. En la andadura de cualquier paseo intrascendente te encuentras trozos de his-torias, que en Triana, están escritas con hazañas y tramos de humanidad de personas, personajes y personalidades que la habitaron. Un barrio con una identidad, que reivindica una forma de vivir y un estilo propio.

A veces se comenta, que siempre remi-te su imagen al puente, la iglesia de Santa Ana, el Cachorro, la Esperanza, la Estrella, la cerámica, el flamenco etc... Cierto es que la rutina nos repite, pero debo decir que también nos confirma en lo que somos. Porque el rodar de los tiempos no bo-rra jamás, aquellos recuerdos que llegan a nuestra esencia íntima.

Triana es una sustancia, un pensamiento poé-tico.

el árBol y la CruzPaseando con mi perro Bubu por las calles de Triana, y respirando el olor a oportunidad que ofrece cada mañana; miré el grandioso árbol que en la Iglesia de San Jacinto hay plantado en el compás delantero, cuyas raíces exteriores se hacen visible y se retuercen desde el tronco hacia abajo

LPor José Manuel Piñero Velasco

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in lugar a dudas por el río vino la rique-za a la ciudad y a su collación trianera. Expansión demográfica, por una parte,

y el conocimiento universal del nombre de am-bas, que siempre hubo su cierta rivalidad. Con las arriadas vinieron los barros jugosos y maleables que se acumulaban en Tablada y en la Vega, mate-ria prima para una actividad que daría porte a una industria singular y característica.

De estas circunstancias -riadas y epide-mias- aprendieron los trianeros a convivir en una comunidad de bienes, que endurecieron a los ve-

cinos llegando a diferenciarlos de los del resto de Sevilla. Por eso dicen y cuentan que cuando llega-ron los gitanos a Triana, nunca se sintieron des-plazados, ya que muy pronto se dieron cuenta de que la gente de Triana sentían, como ellos, eso de la afinidad entre los miembros de una familia y lo de la vecindad.

En aquellos lejanos tiempos, al cele-brarse en alguna iglesia la festividad de su san-to patrón, se solía tener muy en cuenta aquello de las vísperas que, lógicamente, se celebraban la noche anterior. Y de hecho así ocurría en la fiesta de Santa Ana.

Cuentan que la noche anterior, después de que el pueblo había cantado ante su altar las denominadas vísperas, con la misma letra y música, por cierto, con que se cantan hoy día, las puertas de la parroquia permanecían abiertas hasta bien entrada la noche, ayudado todo con adornos e ilumi-nación para atraer la atención de los vecinos

de los orígenes de la Velá

S

La calle Larga y los alrededores de Santa Ana, eran los lugares preferidos por el vecindario para pasear en la jornada de vísperas

Cuanta información hemos recibido a través de la Historia de todo lo que Triana sufrió a consecuencia de las riadas provocadas por su río. Incluso epidemias. Pero el pueblo, siempre sabio, supo sacar enseñanza de aquellos sucesos y de aquellas calamidades

Por Joaquín Arbide

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Los orígenes de la Velá

que paseaban por el entorno del templo invi-tándoles de este modo a entrar y ver a su Pa-trona.

La que se denominaba calle Larga y los alrededores de Santa Ana, eran los lugares pre-feridos por el vecindario para pasear en esta jornada de vísperas y era costumbre que se sa-liese a las puertas de sus casas, aprovechando la caída de la tarde en días de sofocante calor, para disfrutar del paseo de las gentes, dedicán-dose muchos de los vecinos a sacar viandas a la calle y comer en las puertas de las casas, apro-vechando la ocasión para charlar con otros ve-cinos. Naturalmente se afanaban en sacar a la calle de lo mejor que tenían en casa, para así quedar bien ante la mirada atenta del vecino y de los paseantes.

La costumbre de celebrar la víspera de la Santa se fue consolidando y fue engar-zándose con el mismo día de la celebración, lo que supuso un alargue de la fiesta y que, con el paso del tiempo, daría lugar a lo que siem-pre se conoció como la Velá de Santa Ana, para muchos, la más familiar de todas las que se ce-lebran en Sevilla.

La fama de la Velá llegó a la ciudad y pronto comenzaron a venir gentes con varias intenciones: cruzar el puente de barcas, feste-jarse en la Velá o recrearse con los cantes que, de vez en cuando, se escapaban por las puertas abiertas de algunas casas.

Como suele ocurrir con muchas cosas en la vida, lo que comenzó como fiesta fami-liar, con el paso de los años, la consolidación de su popularidad y las cada vez más abun-dantes visitas de foráneos al barrio, trajo como consecuencia los abusos y las reyertas. De otra parte, la proximidad del río y la oscuridad de sus orillas, hacían de aquella zona un lugar propicio para los devaneos y lo que entonces llamaban inmoralidades, lo que hizo que un administrador de la Diócesis llegase a prohibir la Velá, prohibición que fue confirmada por el Asistente de la Ciudad, según un edicto fecha-do el 24 de julio de 1742.

La Velá estuvo prohibida cincuen-ta y nueve años. Volvió a celebrarse en 1801,

tardando años en recuperar su esplendor. La primera novedad sería la iluminación de la en-trada al puente de barcas por el Altozano, con vasos de colores y candelas. También se ilumi-naron algunas calles y animó el ambiente una Banda del Regimiento de Artillería.

El 25 de julio de 1803, primer día de Velá, se dejó notar un temblor de tierra que dio al traste con la fiesta. La gente huyó y las calles quedaron desiertas. Al día siguiente los vecinos, ávidos de diversión, se lanzaron a la calle y el temblor de tierra volvió a manifes-tarse como si de un invitado más se tratase. Aquellas familias, asistidas por los efluvios etílicos, rieron, cantaron y bailaron, no que-riendo repetir la espantada del día anterior. Y continuó la fiesta hasta la madrugada.

La Velá se ganó la fama popular por toda Sevilla, llegando a considerarse, por aquel entonces, la de más categoría de la ciudad, apa-reciendo su nombre en muchas letrillas de can-tares. De fiesta familiar llegó a ser una feria, con casetas de lona, sus puestos de avellanitas verdes y sandías y las fogatas de las buñoleras. Y los espectáculos y diversiones. Cruzar el río a nado, los saltos desde barcos o la Cucaña, eran fórmulas para pasarlo bien sin tener que tocarse el bolsillo. Tan en aumento fue la popularidad de la fiesta que pasados algunos años, en 1821, hubo una fuerte reyerta con varios muertos por heridas de navaja. Y nueva prohibición. En 1822 no se celebró y tales fueron las presiones, que en 1823 volvió a celebrarse.

Fiesta difícil por su popularidad. Tengan presente los trianeros y visitantes de hoy, que asisten y disfrutan de una fiesta que nació a mediados del siglo XVIII y que mante-nemos en la actualidad con casi tres siglos de historia a las espaldas.

La fama de la 'Velá' llegó a la ciudad y pronto comenzaron a venir gentes para festejarse en la 'Velá' y recrearse con los cantes

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l mismo tiempo, permítasenos la ex-presión, es un microcosmos, donde profesores y alumnos, además de

participar directamente en los procesos de ense-ñanza-aprendizaje, manifiestan inquietudes de toda índole. Con las líneas que siguen queremos contribuir a conocer los comienzos de nuestro Instituto Bécquer y, como no, a rendir un peque-ño homenaje a los profesores que lo pusieron en marcha y también a los que a lo largo de sus cin-cuenta años de existencia han contribuido a la formación de una parte importante de la juventud trianera y de las cercanas localidades del Aljarafe, muchos de los cuales son buenos profesionales de la abogacía, de la enseñanza, de la medicina, del periodismo y , también, alguna que otra destacada figura de la política andaluza..

La implantación de la Enseñanza Se-cundaria en TrianaEn los años sesenta del siglo pasado se produje-ron cambios importantes en la España de Franco: el país salía de la larga y difícil etapa de la autar-quía y, dirigido por tecnócratas, se adentraba en la de los Planes de Desarrollo. Al llegar Lora Ta-mayo al Ministerio de Educación en 1962 se en-contró con las nuevas directrices económicas, en las que contribuyeron de manera destacada las inversiones extranjeras, los ingresos del turismo y las remesas de los emigrantes; una población que estaba pasando de rural a urbana, donde el sector joven, nacido después de la fratricida contien-da, mostraba inquietudes culturales y políticas nada conformistas, y las empresas comenzaban a demandar trabajadores cualificados en vez de

los Comienzos del instituto BéCquerde eduCaCión seCundaria en triana

A

Un Instituto de Enseñanza Secundaria se crea, obviamente, en un momento determinado. Es, pues, producto de la política educativa llevada a cabo por aquel entonces y, en gran medida, reflejo de su posterior puesta en práctica. Por otra parte, está enclavado en una localidad o en determinada zona de una ciudad, con unas características sociales y económicas específicas, que también le dan su impronta

50

Por Manuel de Sancha Blanco

año

s

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instituto Becquer

obreros casi analfabetos. España caminaba, pues, hacia una sociedad industrial con una clase media bien definida y donde el consiguiente crecimiento del nivel de vida exigía mayor nivel educacional. Son años en los que, por fin, nuestros políticos consideran que es altamente positivo apostar por la educación; en particular la Primaria, y en este contexto se puso en marcha en 1963 la Campaña Nacional de Alfabetización y un año después que-daba ampliado el período obligatorio de escolari-dad hasta los 14 años. En cuanto a la Enseñanza Secundaria -empleamos la denominación actual-, sus logros fueron la extensión de los estudios de Bachillerato a capas más populares de la sociedad mediante la creación de Secciones Delegadas y Filiales en áreas suburbiales de las ciudades, los Estudios Nocturnos para los trabajadores y los Colegios Libres Adoptados en pequeñas localida-des, que si bien ya existían desde hacía unos años, fue por aquel entonces cuando recibieron un im-pulso muy considerable. En efecto, las Secciones Filiales pasaron de 68 en el curso 1962-63 a 204 en el de 1967-68; los Colegios Libres Adoptados, de 96 a 300 en el mismo período y, además, se crearon 144 Secciones Delegadas (cfr. Arribas, J., 1990: 58). Todo ello hizo posible que los alumnos matriculados pasaran de 564.11 en el curso 1961-62 a 1.207.006 cuatro años después: un auténtico boom en las aulas de Bachillerato, que en España se daba una década más tarde que en los países europeos de nuestro entorno (cfr. Puelles Bení-tez, 1986: 404).

Expuestas unas breves notas sobre el pa-norama educativo de la España de los sesenta del siglo pasado, centrémonos en la implantación de la Enseñanza Secundaria en Triana y más con-cretamente en los orígenes del Instituto 'G.A. Bécquer'. Durante los años de la postguerra, la población de Sevilla aumenta a un ritmo bastan-te considerable, pues de 228.729 habitantes en 1930 pasa a 312.123 en 1940, a 376.627 en 1950 y a 442.300 en 1960 (cfr. García Hernández, 1985: 155). Sus causas, más que en las elevadas tasas de natalidad de la época, hay que buscarlas en los flu-jos de inmigrantes, procedentes, principalmente, de otras áreas de Andalucía Occidental y de la Baja Extremadura. Esto provoca una gran esca-sez de viviendas, máxime cuando buena parte del caserío hispalense se encuentra muy deteriorado, por no decir inhabitable y, en consecuencia, es ne-cesaria la construcción de nuevas barriadas para

poder acoger a esos miles de sevillanos que care-cen de una vivienda digna. Si en épocas no muy lejanas, cuando la ciudad había salido ya de su re-cinto amurallado, raramente se había extendido por su sector occidental ante el secular peligro de inundación, ahora, efectuada la corta de Chapina en el Guadalquivir, que alejaba dicho peligro, el espacio urbanizable aumenta notablemente por el oeste y ello posibilita la construcción de nume-rosos bloques de pisos, tanto por iniciativa oficial como privada. Así pues, a partir de los años cin-cuenta y aledañas al barrio León, van surgiendo las barriadas de San Gonzalo, del Carmen, del Tardón, etc. donde otrora había huertas, olivares, cortijos, algún que otro horno de alfarero y asen-tamientos chabolísticos levantados con toda cele-ridad para evadir la vigilancia policial, que impi-diera su construcción, y de ahí la denominación popular de 'barrio máquina'. De esta manera nace la nueva Triana, alejada de la cava de los gitanos y de la cava de los civiles, a la que hay que dotar, ob-viamente de los servicios más perentorios, entre ellos los educativos. Se construyen los Colegios Públicos San José de Calasanz y Elena Canel, ac-tualmente Alfares, además de la Escuelas Parro-quiales del Tejar del Mellizo. Poco después, por decreto del Ministerio de Educción y Ciencia de 29 de diciembre de 1966, se crean las Secciones

A partir de los años cincuenta y aledañas al barrio León, van surgiendo las barriadas de San Gonzalo, del Carmen, del Tardón, etc.

Imagen tomada desde la calle Juan Díaz de

Solís, alrededor de 1965,

cuando se estaba construyendo

el Instituto, que se ve desde la

trasera y aún no estaba construido

el Colegio Elena Canel, sólo las

casas de los maestros.

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Delegadas, masculina y femenina, de Enseñan-za Media 'El Tardón' en la avenida de López de Gómara, adscritas a los Institutos 'San Isidoro' y 'Murillo', respectivamente. Casi al mismo tiempo también se crean las Secciones Filiales de los Sa-lesianos y 'Ntra. Sra. del Rosario'. De esta manera en el famoso arrabal trianero pronto comienzan a impartirse los estudios de Bachillerato, pues las nuevas Secciones Delegadas del Tardón inician sus actividades administrativas el 1 de septiembre de 1967 y las académicas, el uno de octubre.

La Sección Delegada masculina co-menzó a funcionar bajo la dirección de don Rai-mundo Burgos Rey, su primer Jefe de Estudios, y de los restantes profesores sólo hay constancia documental del que impartía Educación Física. Don José Torres Tirado. Merece ser resaltado que desde un principio contó con una coral, pues en los actos celebrados con motivo de la clausura del curso 1967-68 en el Instituto 'San Isidoro' des-tacó la 'actuación de la coral de la Sección Mas-culina del Tardón', y. posteriormente tendría más actuaciones, pues en el festival artístico del 14 de diciembre de 1968, organizado para la proclama-ción de la madrina de la tuna-rondalla, también participó, en esta ocasión bajo la dirección de don José Mª Vázquez Soto, profesor de Religión.

En el curso siguiente -1968-69- se incor-poraron los primeros profesores numerarios: doña Carmen Romero Rossi, catedrática de Física y Química, y don José Rodríguez Sánchez, profe-sor agregado de Dibujo, por resolución de sus res-pectivos concursos de traslados, y doña Matilde Sagaró Faci, catedrática de Lengua y Literatura Españolas, y don Alfonso García del Paso, pro-fesor agregado de Latín, que habían obtenido la plaza por oposición. En calidad de interinos figu-raban doña Ana Pascual Rodríguez y don Manuel Olmedo Sánchez, además del ya mencionado don Raimundo Burgos Rey.

La Sección Delegada femenina inició sus pasos dirigida por don Julio Rey de la Escosu-ra, Jefe de Estudios y profesor interino de Física y Química, recientemente fallecido, que permane-ció en el centro casi cuarenta años, ya como ca-tedrático. Debido a la escasísima documentación existente, muy poco hemos podido averiguar so-bre sus comienzos, si bien no podemos dejar de destacar el agradecimiento manifestado en la se-

sión del Claustro del Instituto 'Murillo' de 10 de noviembre de 1967 'a todos los profesores [por] su trabajo y constancia, careciendo de todos los me-dios'. Del resto del profesorado sólo conocemos a la Srta. Gallardo, profesora interina de Dibujo, a la que se le 'da la bienvenida' el 6 de diciembre de 1967, y al encargado de la enseñanza religiosa, don Francisco Javier Pérez Mantero, que tomó posesión el 12 de febrero siguiente. Cabe señalar que, pese a ser una Sección Delegada, el centro poseía servicio médico, cuyo primer jefe fue don Miguel Vázquez Durán y, posteriormente, don Antonio Idígoras Irizo.En el curso siguiente el centro comenzará a funcionar con profesores numerarios; concreta-mente, con doña Julia Serrano Rueda, agregada de Geografía e Historia; doña Carmen Báncora Cañero, agregada de Lengua y Literatura Espa-ñolas; don Tomás Salvador Gutiérrez, catedrático de Lengua y Literatura Españolas, y don Salvador Francisco Cutillas, catedrático de Matemáticas, en virtud de los respectivos concursos de trasla-dos; don Clemente Herrero Fábregas, catedrático de Geografía e Historia, y doña Ernestina Alicia de Fez Moreno, agregada de Francés, al haber aprobado las oposiciones, y don Enrique Ramos Guerra, agregado de Dibujo, en comisión de ser-vicio, que cesará unos meses después al ganar la cátedra del Instituto de Alcalá de Guadaira.

La creación del Instituto 'Gustavo Adolfo Bécquer'.Cuando el curso 1968-69 estaba a punto de

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finalizar y el Libro Blanco para la reforma del Sistema Educativo era sometido a deba-te, por Decreto del Ministerio de Educación y Ciencia de 12 de junio de 1969, se crea el Ins-tituto Nacional de Enseñanza mixto, barrio 'El Tardón', siendo suprimidas las dos Sec-ciones Delegadas. En un principio el nombre del Instituto sería el del barrio, si bien el de-finitivo llegaría pronto, pues por Orden mi-nisterial de 25 de octubre del mismo año se dispuso que se denominara 'Gustavo Adolfo Bécquer', en memoria del insigne poeta se-villano, de cuya temprana muerte pronto se cumpliría un siglo. Publicada la disposición ministerial, ésta se dio a conocer al Claustro en la sesión que celebró el 24 de noviembre siguiente.

De la creación del Instituto sólo se hizo eco, según constancia documental, el Claustro del Instituto 'Murillo'. En efecto, al referirse a ella 'dedica un afectuoso saludo' a los catedráticos don Tomás Labrador y don Salvador Francisco, a las profesoras agregadas doña Carmen Báncora y doña Julia Serrano, y a los profesores adjuntos in-terinos don Julio Rey, doña Francisca Albi y doña María Dolores de Ory, que, como sabemos, perte-necían a la Sección Delegada femenina, y de ello es fácil deducir que existían buenas relaciones entre ambos profesorados.

Don Tomás Labrador Gutiérrez, Jefe de Estudios de la extinguida Sección De-

legada femenina, fue nombrado Director del nuevo Instituto, quien en la primera sesión del Claustro, celebrada el 4 de octubre, dio a conocer el equipo directivo. Que estaba for-mado por doña Matilde Sagaró Faci, Vicedi-rectora; don Salvador Francisco Cutillas, Jefe de Estudios; don Clemente Herrero Fabregat, Interventor; doña Carmen Romero Rossi, Se-cretaria, y don Alfonso García del Paso, Vice-secretario. En la misma sesión se acordó que las clases comenzaran el día quince, después de la celebración de la misa del Espíritu Santo.

Una vez creado el Instituto y confor-mes a las disposiciones vigentes de entonces, se le adscribió el Colegio Libre Adoptado de Los Palacios y un año después lo hará el Colegio 'Al-berto Durero' (Colegio Alemán) de Sevilla. El primero permaneció adscrito hasta el curso 1975-76 y segundo, hasta el de 1973-74. En este último curso quedaron también adscritos el Colegio Li-bre Adoptado de Pilas, que estará hasta el 78-79; el Colegio 'Aljarafe', que permanecerá hasta un año después, y la Universidad Laboral, para COU, hasta 1976-77. En el curso 1975-76, cuando co-menzó a implantare el BUP, se incorporaron va-rios centros: los Colegios 'San Pedro' (Salesianos de Triana), 'San Fernando' (HH. Maristas), 'Santa Ana', 'San José' (PP. Blancos), que en 1979 pasará al Instituto 'Carlos Haya'; 'Santa Teresa', de San Juan de Aznalfarache, que sólo estuvo dos cursos, y el Seminario Menor de Pilas, cuya adscripción finalizó en 1979.

FUENTESBibliográficas-ARRIBAS, J. (1990) Los últimos cincuenta años del ba-chillerato (1940-1990), Escuela Española, 3000, 58-59. Madrid.-Boletines Oficiales del Estado correspondientes a 24-I-1967, 8-VIII-1967, 24-VI-1969 y 24-XI-1969.-GARCÍA HERNÁNDEZ, P. (1985) Población de los ac-tuales términos municipales. 1900-1981. Poblaciones de hecho según los censos. Madrid: INE.-PUELLES BENÍTEZ, M. de (1986) Educación e ideolo-gía en la España contemporánea (1767-1975). Barcelona: Labor.

Documentales-Libro de Actas de las Sesiones de Claustro del Instituto 'G.A. Bécquer' (1969-1977).-Libro de Actas de las Sesiones de Claustro del Instituto 'Murillo' (1956-1970).-Libro de Tomas de Posesión del Instituto 'Murillo' (1965-1985).-Libro de Actas de las Sesiones de Claustro del Instituto 'San Isidoro' (1955-1969).

instituto Becquer

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e lo leído en la nota a la que he he-cho alusión se deduce que tenía una posición más que desahogada

pero eso no quita el pensar que se encontra-ba desprotegida en lo social, y que el matri-monio era una solución de urgencia para una joven huérfana. Tuvo suerte ya que tampoco eran frecuentes los matrimonios de españo-les con mestizas a no ser que fueran adinera-das y educadas, que era su caso.

La edad que tenía en ese momento, su-poniendo, es lo más lógico, que hubiera na-cido allí, serían entre doce y dieciséis años ya que hasta 1522 no conquista Cortés Teno-chtitlan.

Resultan significativos los nombres de los testigos que aparecen en el documento (repito, fechado en 1534).

Si por parte de ella declara García Terrazas conquistador mayordomo personal de Cortés, por parte de él uno de los miem-bros de la familia de los Farfanes famosos marineros soldados en la conquista de Teno-chtitlan procedentes de Triana. Y el tutor de María parece se trata del Francisco de Ávila recompensado por Cortés por ser uno de los primeros pobladores con la encomienda de Tulancingo (una de las más grande y fértiles) a medias con el conquistador citado García de Terraza.

la triana oCulta:maría niño (ii)

Tras este breve texto de entrada, continúa el relato de María Niño que iniciamos en el número pasado de la revista Triana y como dice su autora: “mi intención es conmoverlos al dibujar la silueta de la protagonista que nos ocupa, María Niño”Por Mari Paz Hidalgo

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María Niño

Los encomenderos eran conquistado-res a los que al no poder pagar con oro se les recompensaba con indígenas. Toda una his-toria negra hay sobre las encomiendas que al parecer eran más bien explotaciones hu-manas (en 1542 Leyes Nuevas van contra sus abusos y sobre su carácter hereditario).

Me ha parecido curioso y significa-tivo en los personajes citados, por último en la nota, no el que le debieran dinero, que deduce el desahogo económico de Domingo Niño, sino que en concreto esté entre ellos Nuño de Guzmán (según Las Casas el gran tirano por su crueldad con los nativos) man-dado por Carlos V como presidente de la Au-diencia para controlar a Cortés y que le salió rana. Cortés a su lado, un angelito.

Pienso que más que una deuda era el peaje, en esta ocasión del padre de Maria para poder vivir sin ser molestado y tenerlo como valedor ante los problemas diarios. La vida nada idílica de aquellos colonos aunque tuvieran una huerta en Tacubaya, zona de descanso de la élite colonial, no debía ser fá-cil y, si era necesario, se aliaban con el diablo para sobrevivir en medio de intereses y am-biciones por doquier.

No he podido, sin embargo, encontrar referencias de Domingo Niño ni en el libro de embarque de la Casa de Contratación, (desde 1503), ni en el Archivo Parroquial de Santa Ana (bautizos desde 1502), ni entre los acompañantes de Cortés por el libro de Ber-nal Díaz del Castillo La verdadera historia de la conquista de Nueva España, atribuida, actualmente, al propio Cortés por un histo-riador francés llamado Duverger para inten-tar de forma encubierta rehabilitar su fama.Lo primero que se viene a la cabeza es que estuviera relacionado de alguna forma con la extensa familia de marineros conquistadores de Moguer de los que la estudiosa A. GOULD dice que "respecto al parentesco entre ellos todo está liado".

A ciegas me decanto por que fuera hijo de Francisco Niño, de Moguer, grumete ya en 1492, y por eso de que muere en Puerto Caballos, la actual Honduras, como alcalde

puesto por Cortés en 1526 después de vencer éste a Gil Dávila entre otros aspirantes a la zona. En ese caso Domingo habría nacido, como su hija, en las Indias.

Pero el que hable de Triana como lugar de procedencia me lleva a relacionar-lo, supuestamente y de forma extramatrimo-nial, con el famoso piloto Andrés Niño ave-cindado en nuestro barrio mientras recorría en distintas expediciones aquellas tierras (en 1504 ya hay constancia documental de este hombre en las Indias). Era normal el ir y venir del mismo personaje varias veces. Los viajes de negocios ya estaban de moda aun-que hubiera que cruzar el océano en barco de vela. Y lo de un amor en cada puerto tam-bién. Pero éste parece que no fue muy amigo del gran Cortés. Por tanto todo un dilema

La verdad es que sólo cuento para ha-cer un retrato de Domingo con sus amistades documentadas por eso de Dime con quien an-das... Lo que es evidente, por las anteriores nombradas, que el padre de nuestra María y Alonso Daza, ganadero y mercader respec-tivamente, estaban bien relacionados con la clase mas poderosa de aquella sociedad de Nueva España donde Cortés y los suyos te-nían el poder en medio de crueldades e in-trigas.

Ahora, los traslado a 1545, que es cuando los frailes Mínimos le conceden a María la licencia para llevar a cabo el deseo de su difunto esposo de hacer realidad la fundación establecida en testamento para levantar la capilla funeraria. Documentado está que ese año se encuentra María, ya, en Triana y viuda (supongo, por los datos cono-cidos, que su marido pudo, por edad, ser su padre). Es lógico pensar que estaba, ya, an-

Los encomenderos eran conquistadores a los que al no poder pagar con oro se les recompensaba con indígenas. Toda una historia negra

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tes, por el tiempo necesitado para los trámi-tes.

No se si lo intentó en otro lugar sagra-do pero en aquel momento después de la catedral el citado convento gozaba de gran prestigio. El difunto había embarcado hacia el nuevo mundo pocos días antes de la expe-dición de Magallanes y sabemos que ya en-tonces estaba de moda entre la gente del mar este cenobio.

Los Mínimos habían llegado a Sevilla en 1512 y según cuenta Alonso Morgado en la Historia de Sevilla de 1587 fueron muy bien recibidos y regalados por el arzobispo Diego de Deza. Rechazan vivir en Sevilla y se tras-ladan extramuros por ir mas en línea con su regla de ora et labora. Aceptan una capilla llamada de san Sebastián en Triana, que fue un antiguo hospital cuyos cofrades estaban en decadencia y que les piden seguir con su culto al santo y poco más (no confundir con la de los Mártires en la actual Paraíso del gremio de calafates con la Hermandad del Ecce Homo y la Virgen del Camino de media-dos del XVI).

El abad Gordillo en 1632, fecha del per-dido pero copiado documento Religiosas es-taciones que frecuenta la religiosidad sevilla-na relata una procesión que se llevaba a cabo desde la catedral a dicha ermita de san Se-bastián porque según cuenta la tradición fue aquí donde estuvo por primera vez la imagen de la Virgen de los Reyes, ya que fue éste el lugar del campamento de las tropas cristia-nas en la conquista de la ciudad por el rey san Fernando.

El terreno del convento de la Victo-ria desde Salado se adentraba ocupando gran

extensión de 'Tierras de cultivos, naranjal y un albercal".

Morgado comenta el desencuentro de éstos con el atípico y estrafalario fray Pe-dro y su barraca a orillas del río (germen del Convento de los Remedios) precisamen-te por que por la vecindad y proximidad les quitara protagonismo económico en la zona, como así ocurrió con los años. Pero el tozudo ermitaño llegó a recurrir a Roma para que no lo echaran del sitio escogido.

"Pero queriendo Nuestro Señor que permaneciese", dice el citado Morgado. Es decir que no pudieron con él y sus devo-tos.

Sin embargo, es curioso, no se opusie-ron al establecimiento de otras instituciones religiosas al otro lado del convento. Deduzco sería porque obtenían beneficios económi-cos de ellas: la hermandad de la Estrella, la capilla de los Mártires del gremio de calafa-tes, las posesiones de María Niño, la ermita de la Encarnación...

De la importancia del convento de la Victoria, sobre todo para las gentes del mar, nos puede dar idea la pompa y fiesta que hubo en Triana por la bendición en su iglesia de las banderas y pendones que llevaron Magalla-nes y Elcano en su vuelta al mundo antes de zarpar el 1o de Agosto de 1519. Precisamente sería sólo la nave Nª. Sª de la Victoria la única que volvería después de tan memorable viaje.

Pero, además, la iglesia que levanta-ron en 1524 bajo el patronazgo de D. Francis-co Duarte y Mendicoa para el enterramien-to de él y su mujer Catalina Alcocer resultó grandiosa. Está bastante aceptado que el ac-tual retablo de la iglesia de S. Jacinto perte-neció a ésta y nos da idea de sus proporcio-nes, aunque no sería el original porque éste es de finales del XVII (artículo de la historia-dora Matilde Fernández Rojas). Fue famosa su escalera de mármol roja con artesonado de madera en su techumbre.

Nuestra María Niño estaría segura de que su esposo se sentiría orgulloso y satisfe-

Los Mínimos habían llegado a Sevilla en 1512 y según cuenta fueron muy bien recibidos y regalados por el arzobispo Diego de Deza

CHISTORIA

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cho de que su capilla funeraria compartiera espacio nada menos que con tan ilustre se-ñor, factor de la casa de Contratación, pro-veedor de la Armada y los Ejércitos, conta-dor del Emperador en Italia y fundador del Mayorazgo de Benazuza, muerto en 1554 y enterrado allí, en el altar mayor (hoy sus es-culturas yacentes están en el panteón de se-villanos ilustres). Todo un lujo de vecino.

Por otra parte, iglesia muy viva y visi-tada por sus famosas reliquias como leche de la Virgen, un diente del Bautista, y pelos de la barba de san Pedro entre otras.

En esta ocasión me remito a la monjita jerónima del convento de Santa Paula, quien con mucha gracia, cuando enseña los relica-rios de su museo, por si acaso, añade "que yo sepa nunca fueron un dogma". Y así acalla bromas y risitas.

De su grandeza nos da también idea las hermandades que aquí surgieron, de sus pro-cesiones desaparecidas, y de las que hasta hoy han perdurado.

Además de la nombrada del Cristo de la Sangre y de la Encarnación citada más arriba hay que señalar la Entrada triunfante en Jerusalén, Nuestra Señora del Desamparo y san Sebastián Mártir fundada aquí en 1668. También la hermandad de la Estrella ante-rior a ésta (1560-66), que primero ocupó una capilla dentro del convento, pero que luego

levantan una propia en un solar contiguo cedido por los frailes por la ren-ta de dos ducados anua-les en 1570. La fusión de la Estrella con la del Se-ñor de las Penas nacida en la ermita de la Cande-laria es ya del s.XVII.

Sabemos que Ma-ría Niño está en Tria-na y que interviene ac-tivamente en ejecutar su plan, pero que lo va a hacer (la mujer además de sola hay que pensar

como se sentiría en ambiente desconocido) a la sombra de un hombre que es su apode-rado, y que en su nombre contrata a Juan de Gante para que fabrique el retablo en madera de castaño con columnas de cedro, a Pedro de Campaña para que pinte las tablas y en-tre ellas la de la figura al natural del difunto. Incluso para que contrate a los albañiles que van adecuar la estancia en una capilla lateral del mismo con artesonado de madera, reves-timiento de azulejos trianeros y ventana al exterior.

El hombre en cuestión es Hernando de Ballesteros y me he roto la cabeza pensan-do que tipo de relación podía unirlos. Pero he llegado a la conclusión de que el nexo que los unía era tan prosaico que deja fuera de toda duda algo más allá del negocio, ya que este hombre era un platero reputado en la Sevilla de entonces.

En definitiva, supongo, le ayudó pu-liendo (lo digo en su doble sentido) la plata traída, sus posesiones convertidas en el no-

Era una mujer desarraigada e insegura a la que le costó adaptarse al nuevo ambiente que no era el suyo, aunque Triana fuera su tierra prometida

María Niño

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ble metal. Ballesteros el Viejo poco después en 1551 es nombrado platero de la catedral. Y María Niño se instala en un montículo de la cava nueva, con una enorme huerta que llegaba hasta la actual calle de Esperanza de Triana.

La imagino extrañándolo todo menos las famosa riadas que le serían familiares por su vida en la ciudad lacustre de Tenochtit-lán y mirando cada día la ventana del cerca-no convento que la esperaba en un descan-so eterno que, por lo que podemos deducir , quería tener presente.

El que escogiera Triana para vivir en principio no tiene que extrañar pues está do-cumentado que dos personajes aquí citados de alcurnia y posibles poseían huertas de re-creo en ella aquellos años.

Así dentro del Mayorazgo de Bena-zuza se describe la huerta llamada Quitape-sares donde a buen seguro irían a disfrutar de su arboleda y de la vista animada de la To-rre del Oro desplazándose de la colación de san Nicolás donde vivían D. Francisco Duar-te y Dª. Catalina con sus hijos.

¿Estarán debajo de nuestros pies, hoy Casa de las Columnas y debajo del Hospital y Capilla de los Mareantes, las huellas de esta familia? (en 1554 muere D. F. Duarte y en 1561 ya hay constancia de los esfuerzos económicos por comprar el lugar donde le-vantarían su sede, luego Escuela, los citados Mareantes).

También en un paisaje a plumilla de Triana de 1567 del flamenco Antón Van de Wyngarde encargado por Felipe II (entre otros de distintas ciudades españolas) se le da nombre por escrito a la hermosa heredad con las casas del nombrado Mariscal D. Die-

go Caballero situadas en esta orilla del río.

Triana era hermosa y valorada, pero lo que no se entiende mucho es que a pocos me-tros de la que iba a ser su tumba esta mujer ubicara su casa por muy apetecible que fuese el monte. Supongo se libró, de momento, del fuego por la terrible explosión de la fábrica de pólvora que en 1579 se encontraba cerca-na a la actual plaza de Cuba en la que murie-ron cientos de personas muchos trozos de las cuales (Morgado habla de brazos y piernas), aparecieron en la otra orilla del río.

¿Era esta mujer una persona triste y lúgubre? Puede, pero me inclino más por una mujer desarraigada e insegura a la que le costó adaptarse al nuevo ambiente que no era el suyo por mucho que se llamara María Niño y fuera dueña de una porción grande de esta Triana, su tierra prometida, por la que cruzó un océano y convirtió sus pertenen-cias, o vivencias (eso le resultaría más dolo-roso), en plata.

Presupongo que no volvió a casarse porque si hubiera sido así (además de perder la herencia como viuda) el segundo marido no hubiera consentido el protagonismo del nombre de María en Triana, lo hubiera eclipsado. Es posible que viniera con algún hijo (capilla funeraria para él y su familia), y por-que en un documento de 1602 sobre un plei-to de los frailes Mínimos de la Consolación de Utrera contra los Terceros de Sevilla un tal Alonso Daza actúa como jurado a favor de aquellos. Y, después de lo conocido, es lógico pensar que fuera algún descendiente todavía en estrecha relación con los mismos.

Pero después de todo lo que más me sorprende es que después de casi 500 años su nombre, aunque desfigurado, haya segui-do pronunciándose para identificar el lugar en el que vivió.

Mucho debió impactar su presencia, aun-que Morgado no aluda a ella y Justino Matute no la considere trianera ilustre. De esto deduz-co que era considerada corriente en su tiempo, no que pasara desapercibida. Precisamente esto, además del lugar de Triana donde vivo, su mon-

Además de su riqueza y exotismo algún halo de misterio debía envolverla que ella no se preocupó en disipar”

HISTORIA

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te, es lo que me ha llevado a presentarla en socie-dad (ha sido un placer), y a escudriñar a través de ella la historia.

Y no creo que fuera sólo por su rique-za y exotismo sino que algún halo de misterio debía envolverla que ella no se preocupó en disipar y al que contribuyó, a buen seguro, la enorme extensión de terreno que habitó a extramuros, o extra cava que era lo mis-mo, ya que ésta era realmente una defensa del río y de malhechores. Lugar, por cierto, que después de ella las Mínimas habitaron y abandonaron por peligroso por inundaciones y hombres malos que saltaban las tapias del convento.

Por su físico debió estar acomplejada porque lo normal, como en el caso de la ca-pilla del Mariscal en la que tienen protago-nismo no sólo su mujer y su hijo sino hasta la cuñada y sobrinas, es que hubiera sentido la tentación lógica de quedar inmortalizada en su retablo junto a su marido y no fue así. Y en sus tablas, con escenas de la pasión (Jesús atado a la columna y el lavatorio de pies) lo adornan además de san Joaquín y santa Ana, san Francisco de Paula, y hasta santa Catali-na de Siena, pero de ella ni rastro.

María Niño

Por Manuel Bravo Amuedo

Preso deamorTu pelo aterciopelado interrumpe el aire

tus ojos verdes azabache son durospero llenos de ternura a la vez.

Tu viniste al mundo para consolarla mirada de los hombres;

pues nunca tuvieron un ángel tan cerca.A veces tu mirada se vuelve triste

como la de las imágenes de la Virgen.¿Por qué lloras si todo pasará?

Por voluntad divinatú tienes ganado el mundo,

solo con esa mirada triste que a veces me diriges.¡Alégrate que hoy nos veremos!

A ti, que ni el pasado ni el futuro te importa.A veces te escucho por las noches

en mi celda y me dices que luche igual que tú;¿Qué lo haces por salir de la tristeza intrínseca?

¡Cuánto daría por salir de esta celda!La gente me dice que te olvide que tú no me convienes,

y yo deseando vertea pesar de lo que diga la gente.

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RELATOS

l pasado domingo y bajo un sol de justicia, me encontraba pasean-do por Triana y al pasar por la calle Callao, sentí en mi interior una sensa-ción de nostalgia que me

invadió por completo. No tuve más remedio que pararme delante del nº 6, que hoy es un restaurante, y con los ojos humedecidos re-cordé a la Peña Trianera que tuvo su sede allí mismo, desde el año 1932 hasta 2015. Por mi cabeza pasaron a gran velocidad los años vividos en aquel local lleno de historia y con una gran riqueza patrimonial en sus pare-des, cubiertas de azulejos con motivos qui-jotescos realizadas en la fábrica Mensaque,

Rodríguez y Cia. y que en la actualidad tie-nen una antigüedad de 97 años. Pero aque-llos recuerdos que afloraban a mi mente de tantos años de convivencia en mi Peña, me dejaron por unos momentos disfrutando de la riqueza sentimental que llevo en mi co-razón, esa que no cambia de domicilio y se queda siempre dentro de las personas. Esa institución a la cuál pertenezco con mucho orgullo, está considerada como el Ateneo de Triana, siendo su finalidad la difusión y fomento de la cultura en todos sus aspectos, con especial atención a las expresiones pro-pias de nuestro barrio, trabajo altruista que todos sus miembros se esfuerzan en realizar cada día desde su nueva casa en la calle Cas-tilla 43, con la finalidad de que la idiosincra-sia y las tradiciones de Triana no se pierdan.

Una vez repuesto de ese momento, atra-vesé la calle hasta el Callejón de la Inquisi-ción y me vinieron recuerdos de la casa nº 12 que había a la izquierda de la entrada al mencionado callejón. Era una casa de ve-cinos muy grande, que al fondo daba a una especie de patio donde estaban los lavade-ros y todo ello con vistas al río, lo que hacía de este espacio un excelente mirador desde donde apreciar la belleza de las dos orillas. Allí tenía varios amigos, entre ellos Rafael León Tuero, que falleció antes de que fuera publicado su libro Diccionario de las calles y plazas de Triana en el año 2008 y Anto-nio Romero, emprendedor de los de antes y

Por Miguel Rivas Rasero

Relatos de tRiana

E

Interior de la antigua sede de la Peña Trianera.

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semblanzas

que por desgracia ya no está entre nosotros. En dicha casa también vivía una muchacha llamada Leonor, muy guapa, con una gran trenza y que se casó con uno de los herma-nos Arispón, que tenían puesto en la Plaza de Abastos.

Ya eran cerca de las dos de la tarde y el sol continuaba su trabajo para subir los termó-metros, me adentré en el callejón y salí al Paseo de la O, orilla del río, donde los arte-sanos exponen sus trabajos en la zona que llaman Paseo de Arte, que discurre desde el puente hasta la iglesia de la O y claro está, allí me encontré a mi amigo Juan Romero Rodríguez, pintor trianero, nacido en el Co-rral de los Fideos de la calle Castilla, artista, buena persona y hombre muy cabal, que me enseñó todos sus trabajos y estuvimos char-lando un rato sobre sus dos pasiones, la pin-tura y la pesca fluvial. Hacía tanto calor, que los dos nos miramos y sin decir una sola pa-labra nos fuimos a paso ligero hasta la calle San Jorge y en el Bar Casa Manolo, al fres-quito del aire acondicionado, disfrutamos de una cerveza bien fría.

Ya relajados, y hablando de arte, nos acordamos de nuestro amigo el pintor An-tonio Milla Jiménez. Aunque nacido en la calle Feria, desde los tres años Antonio Milla creció y vivió en el nº 52 de la calle Castilla, donde su padre tenía una drogue-ría, fue alumno del colegio Reina Victoria y de la Escuela de Artes y Oficios de la ca-lle Antillano Campos. Ya como profesor de Dibujo ejerció la docencia durante 30 años

y fue designado presidente de la sección de Bellas Artes del Ateneo hispalense, que le concedió la medalla de oro de la Corpo-ración. Viajero infatigable y enamorado del paisaje, fue un pintor excepcional, hombre de palabra agradable, lleno de humanidad y siempre sonriente. Su obra es reconocida en medio mundo y recibió muchos premios y galardones. Su barrio de Triana, al que tan-to quería, lo designa Trianero de Honor en el 2005 y en 2009 la Peña Trianera lo nombra Socio de Honor.

Los dos teníamos la opinión de que nues-tra amistad con Antonio había sido un privi-legio y los ratos que pasamos juntos disfru-tamos de su palabra, espontaneidad, gracia y alegría. Murió en Sevilla en 2015 a los 91 años de edad.

Dejamos los recuerdos porque ya era hora de irse, no sin antes comentar el sentido que tienen los trianeros de la amistad y la tole-rancia, y cómo estas virtudes, esenciales en un modelo de convivencia, han echado aquí raíces, también entre las nuevas gene-raciones, aceptando y respetando todas las opiniones y creencias. Y despidiéndome de Juan me voy por el Altozano, cruzando el puente hasta el Barranco, donde el autobús de la línea 21 de Tussam me llevará hasta el barrio de la Calzá donde vivo, junto a la Vir-gen de la Encarnación, la Palomita de Tria-na. Un barrio con numerosas, y curiosas, conexiones en historia y sentimientos con el de Triana. Pero eso es materia para un próximo relato.

En la imagen el pintor Antonio Milla y Miguel Rivas. En la imagen .Juan Romero, Antonio Milla y Miguel Rivas.

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RELATOS Candados del puente

Puente triana de

del Candados

oy en el puente se oyen lamen-tos metálicos. Arrancan los can-dados. A cada golpe de martillo

enfurecido, tiemblan los barrotes del pretil. Hiere el frío cortafrío y el disco de esmeril obcecado en su girar mordiente, hiere. Hie-ren porque separan. Chirrían los candados acostumbrados a otros requiebros y cruje y gime el puente todo.

¡Cuántas historias de amor siega el cincel impío.

Obreros laboriosos arrojan indo-lentes los despojos sobre un carrillo de mano. Despojos de cortejos galantes, afectos, ternu-ra, pasión y amores encendidos.

Ruido disonante de sueños, hoy rotos, que ayer querían ser inmarcesibles.

"Hay que quitarlos porque afean", di-cen unos que son los que mandan.

¿Podrá algún día el amor a la estética?

El chatarrero, displicente, compró mil historias de amor. Al peso.

H

Cuántas historias de amor siega el cincel impío

Por Pepe Bravo

Hay un puente, solaz del paseante y mirador de enamorados, que se apoya en Sevilla pero es de Triana. En su baranda, como eslabones silenciosos, mil heraldos prisioneros símbolos del palpitar de unos corazones que latieron al unísono. Son los candados, las promesas de eternidad que un día colgaron amantes como sortilegio para que su amor fuese perenne

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TrianaPOESíA

Puente de trianaPor Agustín Pérez González

Q

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uiero crecer a tus plantas,navegar tu dulce sombra cuando el espejo del agua me acerque las suaves ondasque llevan en su bajel la imagen de la pared que es zapata de Triana, que es malecón sobre el río, que es cimiento de Santana y calle con señorío.

Quiero ponerte collares de luces y farolillos para aliviar sus pesares a la corriente y al río.A las farolas que yacen como estrellas que han caído en las barandas de arte del puente con más tronío, quiero ofrecerles la luna para que sueñen contigo.

Quiero recorrer tu tablacuando el sol besa las aguasy contarte los anillos que son grises alianzas entre orillas que han sabidodepurar sus sentimientosbajo el cielo matutinoque pinta de azul el lienzoque la aurora le ha ofrecidopara que Sevilla pinteMaestranzas sobre el ríoy Triana labre un puentepara abrazar con cariñoa la niña que está enfrente,

tendiendo sus brazos finos hechos de acacias, palmeras jazmineros y glicinios

Quiero sentir sus pilaresbajo mis pies doloridos un viernes de madrugadamientras alumbra mi cirio;ser cucaña, y en la noche,con la luna por testigo,ofrecerle como broche filigranas de equilibriossobre un mástil que repose sobre barcazas de lirios.Quiero, Puente de Triana vivir y soñar contigocuando la tarde te bese con sus labios amarillos,cuando el lubricán te acerque sus carbones encendidos, cuando la alborada tiende su blanco manto de armiño, y cuando en la noche vierte negra oscuridad y fríosobre tu esqueleto inerte para congelar tu sino

Quiero besar en silenciouno a uno tus anillos y morir entre tus hierros para beberme tu olvido

Quisiera, Puente Triana,Fundirme en uno contigo.

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