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Reforma Siglo 21 Boletín Teológico de la Confraternidad Latinoamericana de Iglesias Reformadas Reforma Siglo 21 Vol.3/N 1 Abril, 2001 o CLIR Managua - 2001

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  • Reforma Siglo 21

    Boletn Teolgico de laConfraternidad Latinoamericana de

    Iglesias Reformadas

    Reforma Siglo 21

    Vol.3/N 1 Abril, 2001o

    CLIR

    Managua

    - 2001

  • Reforma Siglo 21

    BOLETN TEOLGICO DE LA CONFRATERNIDAD LATINOAMERICANA DE IGLESIAS

    REFORMADAS (CLIR)

    Compromiso Cristiano

    Conviccin Teolgico

    Visin Misionera

    Publicado en San Jos, Costa Rica

    CLIR

  • Este boletn es publicado por

    LA CONFRATERNIDAD LATINOAMERICANA DE IGLESIAS REFORMADAS

    en cooperacin con

    THE WORLD REFORMED FELLOWSHIP

    Abril, 2001

    El propsito de este boletn es servir la edificacin de la Iglesia de Cristo en promover la reflexin bblica, teolgica y prctica para Latinoamrica. Opiniones expresadas son del autor y no necesariamente reflejan la posicin de la CLIR. Artculos para publicacin, comentarios o solicitudes deben ser dirigidos a:

    Reforma Siglo 21 - CLIR Apdo 2070-2100

    Guadalupe, Costa Rica Tel/Fax: (506) 245-1227

    Donaciones para ayudar a sufragar los costos de este boletn pueden ser enviados a:

    CLIR - Tesorero P.O. Box 830544

    Stone Mountain, GA 30083

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    CONTENIDO Noticias ................................................................................. 4 Las Misiones segn Jesucristo Peter Jones .............................................................................. 6 La Confesionalidad: Permisiva o estricta? Nicodemus Augustus .............................................................. 11 La Influencia de Juan Knox Alonzo Ramrez ....................................................................... 19 Del Escritorio al Plpito: Importa la pasin en la predicacin? Guillermo Green ....................................................................... 36 La Convocacin Pactal: Cuando Dios rene a su Pueblo Michael Horton ........................................................................ 43 Historia: Juan Wycliff .......................................................... 53 Dnde busca el Cristiano la gracia? La marginacin de la predicacin. Roberto Spinney ......................................................................... 57 La Compasin debe ser sabia: Un enfoque en el trabajo diaconal John Sittema ............................................................................... 64

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    Noticas Conferencia en Managua, Nicaragua La primera conferencia del ao result Excelente segn las evaluaciones. 35 lderes de Honduras, Nicaragua y Costa Rica llegaron a un centro de retiros en Managua, donde se realiz la conferencia durante tres das. Los tres conferencistas fueron Carlos Cruz (Puerto Rico), Edmundo Pratt (Texas), Guillermo Green (Costa Rica). Los temas fueron respectivamente: El Mormonismo, Un ministerio efectivo para la juventud, y La interpretacin y predicacin responsable de la Biblia. Adems de disfrutar del estudio bblico y la comunin cristiana, el tiempo sirvi para que los lderes de diferentes pases se conocieran. En una reunin

    general se habl sobre cmo las iglesias reformadas en Centroamrica podran apoyarse mejor. El hermano Isaac Vargas qued nombrado como secretario para esta regin, y se comprometi a coordinar noticias y comunicaciones. Gloria a Dios por todos los frutos de esta conferencia!

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    Pgina web ahora disponible - www.clir.net Est en operacin nuestra pgina web para que todos puedan ver noticias, informacin para futuras conferencias en su regin, y obtener materiales de la CLIR. El sitio se obtiene en: www.clir.net Tambin se encuentra nuestra base doctrinal, y lugares dnde obtener nuestro boletn teolgico - Reforma Siglo 21. Comparta con otros esta herramienta! Nuevos contactos y Nuevos miembros Hemos recibido solitudes de informacin de las iglesias relacionadas con el hermano Cherubn Obelto de Hait, que expresaron inters en unirse a la CLIR. Asimismo el hermano Ozeas Fernndes y su presbiterio en Bolivia ha solicitado informacin de la CLIR. Y se uni a la CLIR la iglesia del hermano Johnny Ortz (Iglesia Presbiteriana Hevenuh Shalom, Puerto Rico) y con l toda una red de misiones en la Republica Dominicana y Hait. Adems, el seminario Presbiteriano en Tapachula ha expresado su deseo de colaborar con nuestros proyectos, y los hermanos de la iglesia Brbara Ann Rossler en Puerto Rico tambin. A todos les decimos: Bienvenidos! Y que Dios nos ayude a todos a servirle con valor, con esfuerzo, y con sabidura.

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    Misiones Cristianas segn Jesucristo Mateo 4:18-20

    Dr. Peter Jones

    (Esta conferencia se dio en el Seminario Westminster para un da de nfasis en las misiones. Fue dirigida a estudiantes del seminario en Octubre, 1999.) Introduccin: Dos visiones Dios le dio a Ezequiel dos visiones: una en que vio el Templo infestada de prcticas paganas (captulo 8), que obviamente le caus gran preocupacin al profeta. La otra visin fue del Templo renovado y limpiado (captulos 40-48), que le dio a Ezequiel gran esperanza. Necesitamos las dos cosas. La Iglesia militante necesita tanto una comprensin de las maquinaciones del diablo para que tengamos un aprecio prctico de la lucha presente, como una visin optimista del triunfo final de Dios para que mantengamos nuestros ojos fijados en la meta. Hoy en da los desafos para la tarea misionera son diferentes por el resurgimiento del paganismo. Este paganismo se presenta hoy en la celebracin teolgica de la espiritualidad de todas las religiones del mundo, y busca unificar las religiones del mundo. Tambin se presenta en la infiltracin deliberada de religiones orientales en las sociedades occidentales. El conocimiento de estos movimientos es crucial si los cristianos queremos tener una comprensin de la situacin presente. Pero necesitamos ms que slo conocimiento del enemigo y sus maquinaciones. A la luz de un creciente paganismo global y la correspondiente marginacin del Cristianismo, debemos preguntarnos: Qu hara Jess? Pues, qu hizo Jess? La situacin en que Jess se encontr era humanamente catastrfica. El pueblo de Dios se encontraba en una maraa

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    teolgica - los Saduceos quienes controlaban el destino poltico de Israel eran destas; los Fariseos, que tenan ms influencia sobre el pueblo, eran legalistas que convertan las Buenas Nuevas del Antiguo Testamento en un sistema de auto-justificacin; los paganos imperialistas controlaban todo el mundo conocido, y la nica persona que traa una luz de esperanza - Juan el Bautista - estaba por ser apagado por un ttere que deca ser el Rey de los judos. A la luz de esta situacin deprimente, pareciera que Jess se retira a la calma de la regin de Galilea para un poco de descanso. Aparentamente la misin veterotestamentario de Dios se haba parado repentinamente. Pero, como el original unus contra mundum, en un mundo oscuro, Jess responde a la situacin con una declaracin misionera de once palabras sencillas: Venid en pos de m, y os har pescadores de hombres (Mat. 4:19) Veremos los siguientes puntos: El llamado - Venid ... La conversin - ...en pos de m La comisin - ... y os har pescadores de hombres. 1. El llamado - imperioso y urgente Cuando Juan estaba en la isla de Patmos, oy detrs de l una voz como trompeta y de muchas aguas, una voz de uno como el Hijo del Hombre, y Juan cay a sus pies como muerto. Despus dice Juan, l puso su diestra sobre m, dicindome: No temas; yo soy el primero y el ltimo; y el que vivo por los siglos de los siglos, amn. Y tengo las llaves de la muerte y del Hades (Apoc. 1:17,18). El que llama tiene el poder para realizar la tarea. La misin de Jess comenz tambin con una voz de su

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    Padre, resonando desde el cielo: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia. En ese momento el Espritu Santo cay sobre l y fue enviado a su misin. Con un poco menos drama, Jess hace lo mismo con los primeros discpulos. Con voz imperiosa, sin titubeo alguno, Jess dice: Ven! Es el mismo llamado que se hace hoy en da. Tal como hizo el llamado a dos pescadores Galileos - Pedro y Andrs - lo hace a ti. Puedes or su voz como trompeta, como muchas aguas, mientras Dios mismo te llama? Esto es un encuentro crucial para ti, porque el llamado de Jess es a la vez una vocacin y un ministerio. Puedes or el llamado al ministerio y a tu misin? Su llamado es urgente. 2. La conversin - radical El llamado de Jess fue venid en pos de m. La conversin verdadera es un cambio de direccin. Los discpulos ya no son los que manejan la barca. Con humildad deben tomar su lugar detrs de Jess. Siguieron al instante (Mat. 4:22) - en el griego el trmino es euthews, que se encuentra 14 veces en Mateo. Los discpulos dejaron las redes, la barca, a su padre, y sin duda un buen negocio - y le siguieron a Jess. A veces hablamos de conversin, como por ejemplo en un negocio que sostendr algn cambio o reenfoque. Pero la conversin de que habla Jess es algo radical. Tal vez tu eras un carpintero, o pescador, o ingeniero, o abogado, y ahora ests haciendo algo muy diferente. Tal vez te preguntas si podrs

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    terminar tus estudios. Tal vez te preguntas, por qu me estoy quedando en Hebreo? Se equivoc Dios en llamarme a m? Tienes dudas ante la decisin de entrar al ministerio tiempo completo? Sepa, pues, que no eres el primero de sostener una conversin radical. Cuando Jess llama, capacitar en todas las reas necesarias - l es el Maestro por excelencia. Ahora los nuevos ejecutivos humildemente se sientan detrs de este joven con autoridad - autoridad no slo sobre sus barcas y redes, sino autoridad sobre el mismo mar. Esto en verdad fue un cambio grande para los discpulos, una metanoia (conversin), un cambio de mentalidad y de direccin de vida. Abandonaron la ocupacin vlida de proveer comida para la comunidad por una vida de discipulado, de sumisin a otro Maestro, de aprender otra vocacin por completo. Eres convertido de verdad? Quiero decir, en cuanto a la forma en que vive como seguidor de Cristo. Por supuesto eres convertido en el sentido que te has dado cuento del peso de tu pecado, y lo ha cambiado por la justicia de Jess. Cualquiera sera necio al no recibir tan grande salvacin. Pero han sido convertidos tus afectos y tu mente para que asumas el discipulado detrs de Jess, para que ests dispuesto a abandonar todos tus planes (por nobles que sean), todos tus sueos y proyectos para la iglesia, para seguirle a Cristo a cualquier parte? Es fcil caer en la trampa de profesionalismo dentro de la iglesia. En Francia tienen un sindicato de pastores, aunque no he odo de ningn paro el domingo por la maana! Es el pastorado para ti solamente una carrera profesional, un lugar de confort y afirmacin? Te ves a ti mismo en una iglesia cmoda, muy ortodoxa, con buen presupuesto, los hijos en una escuela cristiana y reformada, una casa con tres garajes (antes eran dos!)? En este ambiente acadmico, te imaginas con toga de Ph.D como las que se ponen tus profesores para ocasiones especiales? Sueas con ensear a mortales inferiores los puntos finos de la teologa, recibiendo el reconocimiento pblico algn da? Si

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    secretamente sueas con planes semejantes, si sueas con un nivel de comodidad, si sueas con ciertas metas tuyas - sern estos sueos el resultado de una conversin verdadera? Ests delante de Jess, promovindote a ti mismo, o detrs de l, elevndolo a l no importa el costo para ti? Jess aprendi obediencia por lo que sufri, y aprendi a someterse a la voluntad de Dios al someterse a su Palabra. En la tentacin, su llamado fue probado, y su victoria sobre el diablo demuestra qu tan profunda era su conversin a la voluntad de su Padre. En el ro Jordn, el carpintero es convertido en pescador de hombres, y comienza la tarea especfica de un ministerio pblico que lo llevara indudablemente a la cruz. Mi voluntad es hacer la voluntad del que me envi. Esta es la actitud de un discpulo. Tienes tu la actitud de un discpulo, eres convertido profundamente al Maestro, o es tu meta secreta ser un lder respetado? El programa de Jess debe ser el nuestro, como individuos y como iglesias. (Para ser continuado) Dr. Peter Jones es profesor en el Seminario Westminster de California. Ha sido conferencista para la CLIR.

    Iglesa hija de la Iglesia Reformada en Costa Rica - situada en un barrio marginado: Los Cuadros

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    Confesionalidad: Permisiva o estricta?

    Por Nicodemus Augustus Lopes

    Como iglesia reformada, la Igreja Presbiteriana do Brasil (IPB) debe procurar entender lo que significa tener una Confesin de Fe a la cual sus oficiales hacen un juramento de lealtad en la ocasin de ordenacin, y por la cual expresan lo que creen y viven. Alguien podra preguntar: Cul es la necesidad de tener una confesin de fe escrita y oficial? No es la antigua confesin bblica Jess es Seor, debidamente calificada y entendida, suficiente para expresar las cosas fundamentales que creemos? Las cosas no son tan sencillas. Aunque la confesin cristiana ms amplia y antigua fue simplemente Jess es Seor, rpidamente y por pasos, an en el perodo apostlico, fue siendo ampliada y explicada a medida que la Iglesia apostlica se enfrentaba con movimientos como los espirituales de Corinto, o el protognosticismo, el legalismo judaico, y la hereja en Coloso. Hay claras evidencias en los escritos neotestamentarios de confesiones ms elaboradas sobre la persona de Cristo, como por ejemplo Filipenses 2:5-11, Colosenses 1:13-20 y 1Timoteo 3:16. Despus del perodo apostlico, la Iglesia sinti la necesidad de explicar an ms la fe que profesaba a medida que nuevos desafos de doctrina y prctica surgan. As surgi el Credo Apostlico, uno de los primeros intentos de sistematizar y explicar lo que los cristianos crean. As que, decir Jess es Seor no era suficiente. Los Arrianos, Nestorianos, Pelagianos, Maniqueos, y otros podan hacer la misma afirmacin. La Iglesia necesitaba ms y ms dejar claro cul Jess confesaba como su Seor. De esta manera surgieron los grandes credos ecumnico, la mayor parte de ellos antes del siglo V. Por esto, la frase Cristo es Seor no basta para expresar

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    adecuadamente en nuestros das cual es lo esencial para el cristianismo y el presbiterianismo. Los Catlicos, Espritas, Testigos de Jehov, Mormones, liberales, neo-ortodoxos, neo-pentecostales y otros ms no tendra dificultad en adoptarla. El lema adoptado por la Iglesia Universal del Reino de Dios, y que se encuentra en la fachada de todos sus templos, es exactamente Jesucristo es Seor. Por estos motivos se nos hace necesario expresar nuestra fe en Cristo de forma ms calificada y ms detallada. Es aqu donde entran los credos y confesiones.

    Es necesario expresar nuestra fe en Cristo de forma ms detallada

    La tradicin calvinista ha producido y adoptado confesiones que, aunque elaboradas en diferentes lugares y tiempos, son unnimes en sus puntos centrales. Los calvinistas Puritanos de Inglaterra que escribieron la Confesin de Fe Westminster, la que la IPB ha adoptado, aprendieron de los calvinistas continentales. Juan Knox y otros pastores fueron al continente para estudiar con Calvino. Las confesiones producidas por los Puritanos y las del continente tiene diferencias meramente de nfasis, liturgia, y sobre asuntos de la relacin con el estado. Los calvinistas Puritanos escribieron la Confesin de Fe Westminster, y los continentales otras confesiones, tales como los Cnones de Dort, el Catecismo de Heidelber y la Segunda Confesin Helvtica. Sin embargo, no hay diferencia sustancial entre ellas. Ningn arminiano, arriano, pelagiano, nestoriano, unitario, libero o neopentecostal podra suscribirse a ellas de consciencia. Para saber lo que los calvinistas continentales y los puritanos confesaban en comn - y aqu tendramos la definicin de lo que es el calvinismo - se debe tomar las confesiones que hicieron y sintetizar sus doctrinas. Se percibir que lo que las une es inmensamente mayor de las diferencias en cuanto a asuntos

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    secundarios. A pesar de que la tradicin calvinista ha continuado a crecer y madurar, las iglesias reformadas hoy continan adoptando las mismas confesiones elaboradas por los calvinistas puritanos y continentales. No ha surgido ninguna confesin de fe reformada en los siglos recientes. Lo que ha pasado es que algunas iglesias reformadas sencillamente han abandonado las confesiones como expresin de la fe que profesan, como la Iglesia Evanglica de Suiza, que en el siglo pasado abandon la Segunda Confesin Helvtica, y en seguida el mismo Credo Apostlico. Infelizmente, la tendencia ha sido de alejarse ms y ms de la fe profesada por los primeros calvinistas, fe que se encuentra sintetizada en las grandes confesiones reformadas.

    Algunos rechazan la confesionalidad pensando que una confesin adoptada puede

    venir a sustituir la Biblia Algunos rechazan la confesionalidad pensando que una confesin adoptada puede venir a sustituir la Biblia, y llegar a ser tomada como inerrante. Aunque algunas personas podran caer en este error, hasta donde sabemos, esta nunca ha sido la posicin de ninguna iglesia reformada seria. El hecho que la IPB adopta como sistema expositivo de doctrina y prctica la Confesin de Fe y los Catecismos Mayor y Menor (Orden Eclesial, Artculo 1) no significa que considere a los mismos como inerrantes. Por otro lado, solamente la Asamblea General, rgano que tom la Confesin como expresin de fe de la IPB, puede reexaminar y cuestionar la Confesin a la luz de la Biblia y proponer cambios o enmiendas. Le toca a los oficiales presbiterianos, por motivo de su juramento y lealtad a su consciencia, mantener y defender pblicamente la doctrina declarada en la Confesin, hasta que la Asamblea General decida alterarla, o por lo menos no hablar pblicamente en contra sino someterse a los cuerpos y procesos competentes.

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    Adoptar una confesin de fe, como la IPB ha hecho, significa admitir implcitamente que la Biblia tiene un sistema de doctrinas que puede ser organizado y declarado, as como credo y practicado. Esto no implica un racionalismo o cartesianismo. Aunque debemos rechazar los aspectos del racionalismo que van en contra de la verdad bblica, debemos reconocer que existen aspectos con los cuales podemos concordar, como el concepto de que existen principios y verdades absolutas, en contraste con el relativismo o pluralismo del pos-modernidad. Recordemos que histricamente ha habido dos posiciones generales dentro de las iglesias reformadas en cuanto a la actitud confesional de sus oficiales. Algunas han adoptado una actitud ms permisiva, en que la confesin de fe es vista a penas como una referencia histrica a la cual no precisa que los oficiales rindan compromiso ni fidelidad. Otras iglesias prefieren una actitud confesional ms estricta, en que la confesin adoptada funciona realmente como expresin doctrinal y norma prctica para la denominacin, a la cual sus oficiales prometen lealtad en el momento de su ordenacin. La primera permite una diversidad mayor de teologas, prcticas pastorales y comportamiento tico debajo de la cobertura de la denominacin, que a primera vista parece garantizar la unidad organizacional de la misma. Pero a fin de cuentas, deja la denominacin sin controles administrativos e institucionales para impedir la entrada del liberalismo teolgico, el neo-pentecostalismo, y movimientos de tica cuestionable (por ejemplo el matrimonio entre homosexuales, y la ordenacin de homosexuales). Estas cosas ya han acontecido en denominaciones presbiterianas y reformadas alrededor del mundo - producto de adoptar una confesionalidad permisiva. Con una confesionalidad ms estricta, aunque al principio pareciera ser ms divisionista, permite que la denominacin tenga al menos una referencia de interpretacin para tratar sus problemas internos referentes a cuestiones doctrinales y de

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    prctica. Entiendo que la IPB, en sus documentos oficiales, adopta la posicin de confesionalidad estricta. La IPB adopta como sistema expositivo de doctrina y prctica la Confesin de Fe y los Catecismos Mayor y Menor. Parece que no hay duda si la Confesin o los catecismos son la mejor o nica forma de interpretar las Escrituras, sino cul es el sistema de doctrina y prctica adoptado por la IPB. Esta posicin ha sido seguido con coherencia por la IPB durante muchos aos. La Asamblea General y su Comisin Ejecutiva, cuando ha respondido a consultas, o tomado decisiones sobre puntos controversiales o decidido sobre cuestiones ticas, invariablemente ha seguido la linea de confesionalidad estricta. En 1958, respondiendo a una consulta sobre administrar la bendicin matrimonial a los no-creyentes, la Asamblea General us, entre otros, el argumento del silencio de la Confesin de Fe con respecto al asunto (SC-58-102). La misma Asamblea, consultada sobre la penas eternas, respondi as: Segn nos ensea la Palabra de Dios y apoyado en la Confesin de Fe, cap. 32, seccin 1, slo hay dos lugares adonde irn las almas despus de la muerte (SC-58-103). En 1962 la Asamblea respondi a las inquietudes de seguir como parte del Concilio Internacional de Misiones, y la relacin de este Concilio con el Concilio Mundial de Iglesias. Su decisin fue no suscribirse a ningn pronunciamiento que resulte en conflicto con la Confesin de Fe, los Catecismos, y la Constitucin vigente de la IPB (SC-62-126). Segn esta misma linea de confesionalidad estricta, la Comisin Ejecutiva de 1968 insisti para con los presbiterios que todo seminarista, al ser admitido y ordenado al Ministerio de la IPB, debe reafirmar su creencia en las Sagradas Escrituras como Palabra de Dios, junto con su lealtad a la Confesin de Fe, los Catecismos y la constitucin de la Igreja Presbiteriana do Brasil (CE-68--039). La Asamblea de 1969 caracteriz como cismtica, entre otras cosas, Cuando un concilio o cualquier otra comunidad presbiteriana, totalmente o en parte, adopta doctrinas

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    o prcticas contrarias a la Confesin de Fe de la Iglesia, separndose de su cuerpo y de su comunin (SC-69E1-002). La Asamblea pudiera haber mencionado las Escrituras, pero sabe que la iglesia adopta la Confesin como sistema expositiva de la misma, y sirve, por tanto, como referencia para las decisiones de la Asamblea. Esta actitud de confesionalidad estricta han continuado a travs de los aos. En 1990 la Asamblea resolvi Reafirmar nuestra fidelidad a las Sagradas Escrituras, la Confesin de Fe y los Catecismos Mayor y Menor, dando la impresin que la iglesia estaba perdiendo su identidad reformada (SC-90-143). En 1992, cuando el asunto del divorcio y el nuevo casamiento fue trado nuevamente al plenario, la Comisin Ejecutiva apel ms de una vez a la Confesin de Fe en busca de una solucin (CE-92-069). En 1994 la Asamblea recomend a todos los presbiterios bajo su autoridad que motivaran a las iglesias al estudio sistemtico de los smbolos de fe de la IPB, sobre todo la Confesin de Fe y los Catecismos (SC-94-234-Doc.CVII). Los Consejos Pastorales sobre Liturgia para las iglesias y pastores, aprobada por la Comisin Ejecutiva de 1995 (CE-95-124), trat el asunto de cantos para culto diciendo Los cantos usados, sean para culto o no, deben estar en armona con una teologa bblica, con nuestros Smbolos de Fe, y con el momento del culto en que sern cantados. Los parmetros deben ser estudiados y comparados con lo que ensea la Biblia, y con la interpretacin de nuestros Smbolos de Fe (especialmente el Captulo XXI de nuestra Confesin de Fe). En 1998, cuando lleg una consulta sobre la condicin de miembros no-casados civilmente pero viviendo bajo un contrato civil, la Comisin Ejecutiva una vez ms apel a la Confesin (CE-IPB/98 160): La Igreja Presbiteriana do Brasil acepta el matrimonio civil como vnculo legal del matrimonio, conforme a la Confesin de Fe de Westminster captulo XXIV. La Asamblea General de ese mismo ao, respondiendo a una consulta sobre usar las palmas y

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    la fuerte expresin corporal en los cultos, consider entre otras cosas la enseanza de la Confesin, que ...El modo aceptable de adorar al verdadero Dios es instituido por l mismo y est tan limitado por su propia voluntad revelada, y que no se debe adorar a Dios conforme a las imaginaciones e invenciones de los hombres o a las sugerencias de Satans, ni bajo ninguna manera no prescrita en la Santas Escrituras (Confesin de Westminster, 21.1). Pienso que estos pocos ejemplos (y hay muchos ms) muestran que la IPB siempre ha entendido la Confesin de Fe no como una mera referencia histrica, sino como el sistema expositivo de doctrina y prctica que ella ha adoptado, valindose de ella en sus decisiones, respuestas y planeamiento. Augustus Nicodemus Lopes es director del Centro Presbiteriano de pos-graduado Andrew Jumper en Sao Paulo, Brasil.

    Tres jvenes de la iglesia Reformada en Tepeyac, Costa Rica

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    PEREGRINO

    Peregrino cie tu lomo y sigue tu camino No te detengas en el placer No te detengas en el vino

    No te olvides que peregrinar es tu deber

    Peregrino vas abriendo brecha Vas transitando sendero

    Aprtate de la tentacin que asecha Que lo eterno es lo primero

    Fija tu mirada mas all del sol

    Mas all de las colinas Donde las aguas son dulce y sus ros cristalinos

    Con matices y colores de arrebol

    No te canses antes de llegar a tu destino Aunque arrastres los pies Y aunque aguantes sed

    Sigue tu camino

    Recuerda que estas en tierra ajena Y tendrs dolores y penas All en la distante letana

    Te espera dulce compaa

    Nuestra estada aqu es breve Abstengmonos del deseo carnal

    Tu lucha terrenal es leve Pero tu recompensa es celestial

    Por Isaac Vargas Rivera

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    LA INFLUENCIA DE JUAN KNOX EN LA

    DOCTRINA Y CARACTER DE LA NACIENTE IGLESIA DE ESCOCIA

    Por: Alonzo Ramrez., Ph.D.

    CONTENIDO

    0. Introduccin. 1. Knox y el Carcter de la Naciente Iglesia de Escocia. 2. La Naciente Iglesia de Escocia y la Doctrina de Knox sobre La La Escritura. 3. La Naciente Iglesia de Escocia y La Doctrina de Knox Sobre Iglesia y Estado. 4. Conclusin. 0. Introduccin. La influencia de Juan Knox sobre el carcter y doctrina de la naciente Iglesia de Escocia puede verse inmediatamente en: la Confesin de Fe Escocesa de 1560, en el Primer Libro de Disciplina y en sus escritos antes y despus de la Reforma en Escocia. Sus escritos nos hacen saborear y aprehender la distintividad de aquellos de sus pensamientos que tuvieron una influencia ms duradera. Evidentemente, la influencia de Knox, como lo dice el Profesor Reid, "no fue meramente en unos pocos temas desligados, tampoco en unas pocas instancias separadas, fue mas bien una influencia que uno podra llamar 'orgnica' pues afect toda la Reforma en Escocia, tanto en su formulacin como en su

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    continuidad desde entonces."1 Pero para el propsito de este ensayo, aparte de dar un vistazo al carcter de Knox y el de la naciente Iglesia de Escocia, examinaremos dos de sus enseanzas, que a nuestro juicio, tuvieron una influencia poderosa y duradera. Primero veremos su enseanza sobre la Doctrina de las Escrituras, y luego nos ocuparemos de sus enseanzas sobre la Doctrina de la relacin entre Iglesia y Estado. 1. El Carcter de Juan Knox y la Naciente Iglesia de Escocia. El carcter de una Iglesia es marcado por lo que ella cree, en otras palabras, lo que una Iglesia cree determina su carcter. Esto es particularmente cierto cuando hablamos de la influencia de Knox sobre lo que la naciente Iglesia de Escocia crea y cmo se comportaba. Knox fue un hombre de una mente sincera y de un comportamiento honesto. Un ejemplo de su actitud incorruptible y valerosa fue aquella ocasin cuando fue acusado de "amotinamiento y sedicin" debido a sus fuertes expresiones contra Mara la reina de los escoceses. Frente a esta acusacin Knox dijo:

    "Que yo la haya llamado una obstinada idlatra, y que consinti en el asesinato de su propio esposo, y que ha cometido prostitucin y villano adulterio, lo concedo con gusto, y no quiero negarlo; pero amotinamiento y sedicin nunca podrn probar en mi persona, hasta que primero puedan exigir a Isaas, Jeremas, a Ezequiel y a otros a retractarse, de quienes yo he aprendido, a llamar con claridad y denuedo la perversidad por su nombre propio, a un higo, y a una pala."2

    1 W. Stanford, Reid. The Trumpeter of God: A Biography of John Knox, Charles Scribner's Sons, New York, 1974, p. 288.

    2 David Laing, The Works of John Knox, James Thin, Edinburgh, 1895, vol. VI, p. 590.

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    Si hubo un hombre de carcter firme que pudo ponerse de pie junto con su Iglesia y predicar el Evangelio con palabras claras a una pas cuyo liderazgo poltico y religioso se haban convertido en prisioneros de sus propios vicios, ese hombre fue ciertamente Juan Knox. Fue un hombre capaz de dar a la Iglesia la organizacin que necesitaba para erigirse firmemente como lmpara de la nacin escocesa. Esta organizacin fue Presbiteriana en carcter, aunque desde el punto de vista estrictamente presbiteriano (cuando uno lee la Confesin de Fe y el Primer Libro de Disciplina) bien podra sostenerse que la naciente Iglesia de Escocia no fue completamente Presbiteriana sino ms bien una Iglesia provisional que tena caractersticas concordantes con el Presbiterianismo.3 No se puede negar, sin embargo, que los principios del carcter de la Doctrina y Fe Reformada, y, las bases para un gobierno eclesistico Presbiteriano fueron establecidas en los dos mencionados documentos. Estos documentos, a su vez, deben su fuerza principalmente al claro pensamiento y activo ministerio de Juan Knox. La Confesin de Fe escocesa de 1560, en general, concuerda con las verdades de los credos Reformados de la poca. El Dr. Lindsay lo expresa de esta manera: "La Confesin misma contiene las verdades comunes a los credos Reformados de la poca de la Reforma."4 As pues, la Naciente Iglesia de Escocia se sinti a s misma unida a la Cristiandad Catlica y particularmente a la Iglesia Reformada. El Primer Libro de Disciplina "ms que un cuadro exacto de lo que realmente existi por muchos aos despus de 1560, fue 3 Por ejemplo, W. Stephen dice que: "El Presbiterianismo como poltica eclesistica de gobierno vino de Ginebra a Escocia por primnera vez en 1592 ... La Iglesia Protestante de 1560 a 1572 era ... una instituticn provisional que tena alguas caractersticas con el Pesbiterianismo, a saber:, el llamado de los pastores, la ordenacin de Presbteros y Diconos..." Ver, W. Stephen, History of the Scottish Church, David Douglas, Edinburgh, vol. II, 1896.

    4 Thomas M. Lindsay. A History of the Reformation, International Theological Library, T. & T. Clark, Edinburgh, second edition, 1908, p. 303.

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    ms bien una sinopsis que requera ser desarrollada."5 Sin embargo, fue sobre esta base que Andrew Melville6 edific en su cabalidad el gobierno eclesistico Presbiteriano de la Iglesia Escocesa.7 Por lo tanto, el hecho que el carcter Presbiteriano de la naciente Iglesia Escocesa fue un reflejo del carcter y convicciones de Juan Knox, puede percibirse en estos documentos iniciales. Uno podra estar en desacuerdo con el lenguaje y tacto diplomtico de Knox, pero nadie puede negar que l fue un instrumento de Dios que logr iniciar la Reforma en Escocia. La sinceridad de sus palabras y su inquebrantable carcter, fueron los medios que alentaron a la naciente Iglesia de Escocia para poder enfrentar, la tenaz oposicin de los gobernantes eclesisticos y civiles. Estos estaban determinados a defender el viejo sistema Catlico-romano tanto como la absoluta monarqua.

    5 Thomas M. Lindsay, op. cit., vol. II., p. 309.

    6 El Profesor Reid, es cinfirma esta opinin cuando dice que: "La influencia de Knox no termin con la muerte de l o de sus contemporneos. Por su propia mano l allan el terreno para el establecimineto de una verdadera Iglesia Presbitriana en Escocia por Andrs Melville." Ver, S. Stanford Reid, op. cit., p.290.

    7 No es correcto poner Melville contra Knox, o el Segundo Libro de disciplina contra el Primero, ms bien estos documentos deben verse como parte de un mismo proceso en la Reforma de la Iglesia en escocia. El Profesor Stalker seala esto claramente cuando en su anlisis del Primer Libro de Disciplina afirma: "Una omisin que choca a cada lector es la casi total ausencia del sistema Presbitertiano de Gocierno Eclesistico. Pero para esto las condiciones todava no haban madurado, sin embargo esto fue apmliamente provisto en el Segundo Libro de Disciplina--un monumento del genio de Melville, de fecha de 1578-- el cual en algunos aspectos insignificantes rechaz las provisiones del Primer Libro de Disciplina, pero en general se intentaba nada ms que ampliar y confirmar sus pirncipios." See, James, Stalker, John Knox: His Ideas and Ideals, Hodder and Stoughton, London, 1904. p.277.

  • 23

    Nadie puede negar que Knox fue un instrumento de Dios que logr

    iniciar la Reforma en Escocia Ciertamente, como sucede siempre, haban tambin en el tiempo de Knox aquellos que lo acusaron de sedicioso, cismtico y de falso Doctor. Muchos de ellos no pudieron reconocer en l a un hombre de Dios, alguien que deseaba lo mejor para su pas y particularmente para la Iglesia de Cristo. El mismo estaba consciente de este hecho. Se dio cuenta de la enorme ingratitud de su propia generacin hacia el bien que l estaba haciendo al pas, y lo expres en estas palabras: "Aunque esta generacin malagradecida no reconozca lo que he hecho por mi patria las generaciones venideras, sin embargo, estarn obligadas a dar testimonio de la verdad."8 Knox estaba en lo correcto, fue precisamente ms tarde cuando su labor en influencia fueron altamente reconocidas, especialmente entre la hermandad Reformada. As pues, en las siguientes pginas, nos aunamos a este reconocimiento analizando su influencia positiva sobre la Doctrina y carcter en la Iglesia de su tiempo. Lo haremos, como dijimos al principio, en dos reas especficas, a saber: Su influencia sobre la Doctrina de las Escrituras y su influencia sobre la Doctrina de la relacin Iglesia-Estado. Pues, en estas dos reas, la fuerza y duracin de su influencia fueron mayormente sentidas. 2. Doctrina de las Escrituras Segn Knox y la Naciente Iglesia de Escocia. Por encima de todo Knox enfatiz que las Sagradas escrituras podan ser entendidas por el comn de la gente. Afirm con vigor que la Biblia es inteligible para la mente pa. Que la Escritura debe ser interpretada a la luz de la propia Escritura,

    8 The Works of John Knox, Op. cit., vol. VI, p. 596.

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    porque es el Espritu Santo quien la explica. De esta manera Knox estableci el principio hermenutico de la unidad en la Revelacin divina en la Escritura. En una entrevista que sostuviera con Mara Tudor, reina de los escoceses, en Agosto ao 1560, Knox defini claramente este principio en los siguientes trminos: "Usted creer en Dios que palmariamente habla en su Palabra: y por mas que la Palabra le ensee usted nunca creer ni en lo uno ni en lo otro. La Palabra de Dios es clara en s misma, y si en algn lugar parece oscura, El Espritu Santo, que nunca se contradice asimismo, explica lo mismo ms claramente en otras partes de la Escritura: de tal manera de que no queda duda a no ser a los obstinados que permanecen ignorantes."9 En segundo lugar, Knox afirm la claridad y unidad de las escrituras no slo como meros dogmas para ser confesados y credos slo con el intelecto, sino que tambin enfatiz la espiritualidad y la utilidad prctica de la Palabra de Dios en la vida cristiana. Es decir, Juan Knox ense que la Escritura debe ser meditada y practicada. En una de sus cartas dirigida a los "amados hermanos de Escocia" en Julio de 1556 Knox deca: "As como la comida y bebida son necesarias para la preservacin de la vida corporal; y as como el calor y la luminosidad del sol son necesarias para la vida de las plantas y para eliminar la obscuridad; as tambin la perpetua meditacin, el ejercicio y uso de la Palabra de Dios son necesarias para la vida eterna, para la iluminacin y luz del alma."10 Esta Doctrina de la claridad y la prctica de las Escrituras molde la Doctrina y carcter de la 9 John Knox, History of the Reformation in Scotland, Edited by William Croft Dickson, Thomas Nelson and Sons Ltd, Great Britain, first published 1949, vol. 2, p. 18. Este principio

    hermenutico es mantenido tambin la Confesin de Fe de Westminster, Cap. I.7.

    10 David Laing, The Works of John Knox, Edinburgh, 1895, vol. IV., p. 136. La obra referida es: "A Most Wholesome Counsell How to Behave Ourselves in the Midst of this Wicked Generation, Touching the Daily Exercise of God's Most Holy and Sacred Word."

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    naciente Iglesia de Escocia. Ms tarde, esta Doctrina formara parte de la Confesin de Fe de Westminster, lo cual, de alguna manera es un legado ms del pensamiento de Knox. En tercer lugar, Knox afirm la indispensabilidad de las Escrituras para la vida cristiana. El afirmaba que:

    "Siendo la Palabra de Dios el principio de la vida espiritual, y la lmpara de nuestro destino, sin la luminosidad de ella toda la posteridad de Abraham caminara en obscuridad. La Palabra de Dios es el fundamento de la Fe, sin la cual ningn hombre entendera la buena voluntad de Dios, igualmente es el nico rgano e instrumento que Dios usa para fortalecer al dbil, para confortar al afligido, para traer a misericordia por arrepentimiento a los desviados. Y finalmente para preservar y conservar la misma vida del alma en todos los asaltos y tentaciones. Y por conseguiste uno desea incrementar el conocimiento, o la confirmacin de su fe, o confortar y tranquilizar la consciencia, o, finalmente para preservar el alma con vida: que vuestro ejercicio en la Ley de vuestro Seor Dios sea frecuente!"11

    Fue, pues, debido a las enseanzas de Knox que la naciente Iglesia de Escocia, desde el principio, recurri a las Sagradas Escrituras como fuente de Doctrina y prctica. Finalmente Knox afirm la Suficiencia y la autoridad reguladora de las Escrituras, en cada acto de la Iglesia, en la vida personal y nacional. Esta afirmacin doctrinal fue claramente expresada por Knox en su carta a Mara la Reina regente en 1556. En esta carta, Knox manifiesta que la corrupcin del estilo de vida en Escocia se deba a que "la religin no estaba ni medida ni juzgada por la prstina Palabra de Dios, sino ms bien por las costumbres, la tradicin, la voluntad propia, el consentimiento y determinacin de los hombres."12 Consecuentemente Knox afirm con firmeza que Dios ha "testificado desde el principio que

    11 A Most Wholesome Counsell, The Works of John Knox, op., cit., vol. IV, pp. 133-34.

    12 The Works of John Knox, op. cit., vol. IV, p. 80.

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    ninguna religin le place, excepto aquella que El por su propia Palabra ha encomendado y establecido."13 De estas dos afirmaciones anteriores queda claro que Knox, estaba urgiendo a la reina regente a promover la causa de la Reforma en concordancia con la Palabra de Dios.14 Luego en 1558, Knox vuelve a escribir a la misma Reina para reiterarle que ni la antigedad ni la opinin de la multitud de la religin papista tienen la autoridad para determinar la religin, sino que la verdadera religin tiene que ser establecida bajo la autoridad de la Palabra de Dios.15 Hablando del tema de La Suprema autoridad de la Palabra de Dios, la influencia de Knox queda claramente estampada en la Confesin de "Fe Escocesa de 1560". Dicha Confesin, desde el principio, clam para s autoridad Escritural. Su prefacio afirma con certeza que:

    "si alguien notara en nuestra Confesin algn Artculo u oracin repugnante a la Palabra de Dios, que plazca su gentileza por caridad cristiana de amonestrnoslo por escrito; y nosotros de nuestro honor y fidelidad ciertamente le prometemos satisfaccin de los labios de Dios, (lo cual es de las sagradas Escrituras) o de otro modo le

    13 The Works of John Knox, op. cit., vol. IV, p. 80.

    14

    En efecto, Knox insta a la Reina regente a obrar en concordancia con la Palabra de Dios de otra manera tendr que recibir castigo de Dios. He aqu sus palabras: "Si vuestra gracia considerase que o usted sirva a Dios para vida eterna o de otro modo sirva al mundo para condenacin y muerte... Y adems, usted debe considerar que la misma vida consiste en el conocimiento del nico Dios veradadero, y a su Hijo Cristo Jess; y que el veradero conocimineto est conectado con la Adoracin y el Honorar a Dios, lo cual requiere testimonio de su propia voluntad expresado por su Palabra, tal es el Honor que a El le place." Ver, The Works of John Knox, op. cit., vol.IV, pp. 82-83.

    15 Knox afirma: "Esta es, pues, nuestra proposicin fundamental, que en la religion de Dios solamente su Palabra debe ser tenida en cuenta; que ninguna autoridad humana o anglica debe ser respetada en esta materia. En cuanto a Consejos cuando esta materia llegara a ser discutida, fcilmente se ver a favor de quien hablarn los santsimos y antiqusimos Consejos. Yo probar por un consejo, que es de mayor autoridad la expresin de un hombre fundado en la simple Palabra de Dios que la determinacin de todo consejo sin el respaldo de la Palabra de Dios." Ver, The Works of John Knox, op. cit., vol. IV, pp. 446-47.

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    prometemos reformar aquello que fuere probado errneo."16 Asimismo dicha Confesin en su Artculo XIX establece la entera suficiencia y autoridad de la Escritura cuya base es la misma autoridad de Dios. As, pues, dicha Confesin dice: "As como creemos y confesamos que las Escrituras de Dios son suficientes para instruir y perfeccionar al hombre piadoso, de la misma manera afirmamos y reconocemos que su autoridad proviene de Dios, y que no depende de los hombres ni de los ngeles."17 Esta breve revisin de las afirmaciones de Knox acerca de la doctrina de las Escrituras nos indica que l hizo de la naciente Iglesia escocesa, una Iglesia del Libro, una Iglesia cuya doctrina y prctica se fundaba en la sola Palabra de Dios. Como R.G. Kyle dice: "Definitivamente, en defensa de la autoridad de la Escritura, Juan Knox fue uno de los ms fieros exponentes de la Reforma."18 3. La Naciente Iglesia Escocesa y La Doctrina de Knox sobre la Relacin Entre Iglesia y Estado. En primer lugar, Knox desaprob la conquista de Inglaterra, por lo que l llam, aquella "odiosa nacin de los espaoles." Asimismo desaprob la conquista de Escocia por el Rey de Francia con "sus prelados pestilentes." Su oposicin se fundamentaba en un hecho de que estas conquistas fueron injustas e ilegales, pues, pues Knox calificaba al Estado espaol y al Estado francs como "tiranas crueles."19 16 The Works of John Knox, op. cit., vol. II, p. 96.

    17 The Works of John Knox, op. cit., vol. II, p. 112.

    18 Richard, G. Kyle. The Mind of John Knox, Coronado Press, Kansas, U.S.A., 1984, p. 38.

    19 The Works of John Knox, op. cit., vol.IV, pp. 411-12. La obra de Knox a la que nos referimos aqu es: "The First Blast of the Trumpet Against The Monstrous Regiment of Women" escrito probablemente en Dieppe en 1557. Este escrito tiene como contexto los reinados de Mara Reina de Inglaterra y la Reina Regente de Escocia.

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    En el fondo Knox crea que, los Estados y las demarcaciones territoriales de las naciones, eran establecidos por ordenanza de Dios. Sin embargo, con el mismo vigor, Knox argumentaba que Dios no ha "creado la tierra para satisfacer la ambicin de dos o tres tiranas, sino para la descendencia universal de Adn..."20 Es claro, pues, que para Knox, el Estado y sus gobernantes eran Ordenanza Divina y por lo tanto deban someterse a la Ley establecida por Dios."21 Basado en la Escritura, Knox tena que enfrentar y responder dos preguntas bsicas concernientes al Estado. Knox se preguntaba, "primero de dnde fluye todo dominio y autoridad, y segundo con qu fin Dios ha establecido los poderes."22 La respuesta a la primera pregunta la dio en palabras de San Pablo (Rom.13) "no hay autoridad sino de Dios" . Pero a esto aade que la autoridad:

    "no es por nacimiento, influencia de estrellas, eleccin popular, fuerza de las armas y finalmente tampoco todo aquello que pueda ser comprendido bajo el poder de la naturaleza. Lo que hace la distincin entre el poder superior y el inferior, o, lo que establece el trono real de los reyes es solamente por la perfecta ordenanza de Dios quien desea que en parte su poder, terror y majestad brille en los tronos de los reyes, y en los rostros de los jueces, y esto para beneficio y bienestar del hombre..."23

    Ahora bien, si el Estado es una Ordenanza Divina, luego se sigue 20 The Works of John Knox, op. cit., vol.IV, p. 412.

    21 Es muy interesante notar que las afirmacioones de Knox en el "First Blast" (The Works of John Knox , op. cit.,vol.IV, p. 412) se basan en una Exgesis de Deuteronomio captulos 2 y 32, los cuales l cita directamente.

    22 The Works of John Knox, op. cit., vol. VI, p. 235. La obra de Knox referida aqu es: "A sermon on Isaiah XXVI. 13.-21, Preached in St. Giles's Church, Edinburgh, on 19th August, 1565." Los dos puntos que mencionamos tienen relacin directa con su interpretacin del versculo 13 del referido pasaje.

    23 The Works of John Knox, op. cit., vol.VI, pp.235-36.

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    que su poder est limitado por Dios mismo. "Los reyes," dice Knox, "no tienen poder absoluto en sus reinos para hacer lo que les plazca; sino que su poder est limitado por la Palabra de Dios: De manera que si ellos golpean donde Dios no se lo encomienda ellos son asesinos; y si ellos dejan de hacerlo donde Dios les manda golpear, ellos y su trono son criminales y culpables de perversidad la cual abunda sobre la faz de la tierra, for falta de correccin."24 De modo que la naciente Iglesia escocesa estaba dispuesta a reconocer al Estado como Ordenanza Divina y a respetarlo como tal, pero al mismo tiempo, estaba dispuesta a ponerse firme por la defensa de su derecho a la independencia y en contra de la usurpacin venga de donde venga; ya sea del Estado como entidad, o de parte de los monarcas absolutistas. En segundo lugar, siendo el Estado una Ordenanza Divina, la siguiente pregunta es obvia, Cules son las funciones fundamentales de los magistrados civiles?. Para Knox "el Oficio de magistrado debe tener el primer y fundamental respeto para la Gloria de Dios, mandado y contenido en la Primera Tabla..."25 Esta afirmacin se basa en Josu 1:6-7 y Deuteronomio 17:17-20., de los cuales Knox concluye que a los magistrados se les ha dado la espada para castigar aquellos vicios que disturban la tranquilidad y la quietud de la comunidad, as como tambin aquellos vicios que se erigen abiertamente contra la Gloria de Dios tales como la idolatra, blasfemia y hereja manifiesta."26 Kyle nos dice que "de acuerdo al Primer Trompetazo el

    24 The Works of John Knox, op. cit., vol. VI, p. 238. Es meritorio notar que Knox aplicando la menseanza de este y otros pasajes de la escritura, identific que la causa de la miserias por las que atravezaba Escocia en ese entonces, era el reinado de hombres perversos que opriman a los hombres pos y buenos. (Ver, p. 242 en la obra citada).

    25 The Works of John Knox, op. cit., vol. IV, p. 397.

    26 The Works of John Knox, op. cit., vol. IV, p. 398.

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    gobernante temporal debe gobernar en conformidad con la 'Ley Moral,' la inmutable voluntad de Dios."27 Pero esta interpretacin no hace justicia a todo el concepto que Knox tena acerca de las limitaciones y funciones de los magistrados. Lo cierto es que Knox afirm claramente que "el Oficio del Rey o del Magistrado Supremo tendr respeto ante la Ley Moral y por la preservacin de ambas Tablas."28 Y esto es as por que para Knox "la eleccin del Rey y el nombramiento de jueces no tena que ver con la Ley ceremonial. Sin embargo, tampoco fue meramente Judicial, pero fluy de la Ley Moral como una Ordenanza, teniendo respeto por la conservacin de ambas Tablas."29 Si el magistrado civil debe gobernar en concordancia con la Palabra de Dios, significa esto que la Escritura tiene autoridad sobre el Estado y sus gobernantes? Esta es, a nuestro parecer, la pregunta central en materia de la relacin Iglesia-Estado. Esta fue, a su vez, la pregunta ms difcil de resolver en tiempos de Knox. Por un lado, Knox claramente crea que "ningn poder en la tierra est por encima del poder del gobernante civil; que toda alma sea la del Papa o Cardenal, tiene que someterse a los altos poderes. Que sus mandatos, no repugnantes al Honor y Gloria de Dios tienen que ser obedecidos, aunque sea con gran prdida de cosas temporales."30 Adems Knox deca que "el Emperador y cada Prncipe dentro de sus dominios tiene toda la autoridad de Dios y

    27 Richard, G. Kyle, op. cit., p. 38.

    28 The Works of John Knox, op. cit., vol. IV, p. 399.

    29 The Works of John Knox, op. cit., vol. IV, p. 397.

    30 The Works of John Knox, op. cit., vol. IV, p. 324. Aqu nos referimos a la obra de Knox cuyo ttulo es: "An Apology for the Protestants who are Holden in Prison at Paris: Translated from the French; With Additions," escrito en Dieppe el 7 de Diciembre de 1557.

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    no es inferior a nadie sino slo a Dios."31 Pero por otro lado, Knox no dud de declarar "que principalmente corresponde al Rey o al alto Magistrado el conocer la Voluntad de Dios, ser instruido en Su Ley y Estatutos, y la promocin de Su Gloria con todo su corazn y estudio, los cuales son los puntos fundamentales de la primera Tabla."32 Y adems "que o los Prncipes se Reforman y sean obligados a Reformar sus leyes malvadas o de otra manera que todos los hombres buenos se aparten de su servicio y compaa."33 As que la naciente Iglesia de Escocia, comprendi que tena el deber de sealarale al Estado y sus gobernantes, que tanto ellos como sus acciones estaban limitados por la Palabra de Dios. Esto lo reiter Knox fielmente una y otra vez, y, en general la Iglesia le dio su apoyo. De esta manera, la Iglesia confirm su lealtad a la Escritura y demostr su carcter proftico. Esta postura doctrinal tomada por la Iglesia la ayud ms tarde a resistir firmemente los intentos usurpadores por parte del Estado, especialmente en los aos de persecucin sanguinaria contra ella. En tercer lugar, la Confesin de Fe de la naciente Iglesia Escocesa, abogaba por una coexistencia y cooperacin armnica entre la Iglesia y el Estado. Esto puede deducirse de lo que la Confesin dice oficialmente acerca del Magistrado Civil, los cuales reflejan claramente los pensamientos fundamentales de Knox, aunque la nocin de resistencia a los gobernantes impos no aparece en la Confesin.34 Este hecho se debe a la situacin

    31 The Works of John Knox, op. cit., vol. IV, p. 325. Esta afirmacin de Knox en su "Apology" debe ser vista el en contexto de una situacin en la que la teora del papado sotena que, el Papa y la Iglesia tenan la suprema autoridad sobre los poderes temporales.

    32 The Works of John Knox, op. cit., Vol. IV, p. 398.

    33 The Works of John Knox, op. cit., vol. IV, p. 327.

    34 Por ejemplo en "A faythfull Admonition to the Professors of God's Truth in England'" escrito en Mayo de 1554, el lenguaje de Knox contra los perseguidores de la Fe Protestante en Inglaterra es bastante fuerte.

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    poltica predominante en la Escocia de ese entonces, puesto que al tiempo de la formulacin de la Confesin Escocesa, el Parlamento Escocs tena simpata por la causa Protestante, por lo tanto, las clusulas acerca del Magistrado Civil tenan que ser muy bien balanceadas. En lo que concierne a los Magistrado Civiles la Confesin de fe Escocesa establece: que stos son nombrados no solamente para ejercer poltica civil pero tambin para el mantenimiento de la Religin verdadera, y que obediencia a ellos y cooperacin con ellos es un deber cristiano.35 Este es el sentido fundamental del Principio del Establecimiento (Establishment Principle), el cual fue de importancia vital para la definicin de la relacin Iglesia-Estado en la vida de la Iglesia escocesa. Este hecho es resumido adecuadamente por el Dr. MacLeod cuando comenta que el captulo acerca Magistrado Civil en la Confesin escocesa "puso el fundamento para la enseanza posterior de la Iglesia de Escocia con respecto al Oficio del Supremo Poder en el Estado y sus deberes circa sacra como custos utriusque tabulae."36 El Segundo Libro de Disciplina tambin indica que el Magistrado Civil debe castigar aquellos que mantienen doctrinas contrarias a la Palabra de Dios tales como todas las prcticas inventadas por la Iglesia Romanista.37 Aunque este Libro no fue aceptado por el Parlamento escocs, hay aquellos que critican a El les advierte que estaban siendo guiados por el diablo, lo cual por supuesto inclua a la misma Reina Mara Tudor como cabeza del Reino tanto como a los sacerdotes papistas que participaban en las persecuciones. En un pasaje de esta obra, Knox oraba en estas palabras: "Dios, por causa de vuestra gran misericordia, levanta alguien como Fins, como Elas o como Jeh, que la sangre de los abominables idlatras pueda pacificar la ira de Dios, pero que no consuma toda la multitud. Amn." (Ver, The Works of John Knox, op. cit., vol. III, p. 309.)

    35 Vase el captulo sobre el Magistrado Civil en, "The Works of Knox". Op. cit., vol. I, pp. 118-19.

    36 John MacLeod, Scottish Theology in Relation to Church History Since the Reformation, reprinted jointly by the Knox Press (Edinburgh) and the Banner of Truth Trust, 1974., pp. 21-22.

    37 Para mayores detalles sobre este tema, vase especialmente la explicacin del primer ttulo en el Primer Libro de Disciplina, en "The Works of John Knox". Op. cit., vol. II, p. 185.

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    Knox por permitir al Magistrado Civil intervenir en asuntos religiosos. Otros alegan que Knox y sus colegas Reformadores no delinearon correctamente la diferencia entre asuntos civiles y asuntos religiosos. Estas objeciones no son nuevas. As, en los aos 1570(71) Knox fue acusado de la misma manera, y su respuesta fue:

    "cuando ellos me enseen por la meridiana Palabra de Dios escrita que reprobar el vicio es un asunto civil y profano, y que es un asunto que no pertenece al ministerio, Yo har como Dios me mande: Pero hasta aquel momento (que no ser sino hasta la maana despus del da del juicio, y no luego) Yo sostengo aquella frase y poder pronunciado y dado por Dios a sus profetas, mediante Jeremas y Ezequiel, de defender la Ley y Regla perpetua para todos los verdaderos ministros, lo cual, con la ayuda de Dios, me propongo a seguir hasta el fin de mi vida."38

    Incluso en la actualidad, no es fcil demostrar exegticamente, que la respuesta de Knox era errnea. Un cristiano, no podra responder honestamente a la primera pregunta del Catecismo menor, y, al mismo tiempo, negar que la Palabra de Dios tiene un rol definitivo en moldear la sociedad.39 Con toda razn, el Profesor Mitchell seala que:

    "Para los hombres que vivieron en el Siglo XVI y apenas emergiendo de la ignorancia y licencia que la vieja Iglesia haba tolerado, y anhelando de ser moldeados en una comunidad realmente santa y de auto-negacin y motivada hacia una vida mejor-- entusiasmada con el anhelo de alcanzar las ms grandes alturas en ella--la disciplina de hierro de Calvino y Knox fue bienvenida, pues sta solamente

    38 The Works of John Knox, op. cit., vol. VI, p. 592.

    39 La referida respuesta a la primera pregunta del Catecismo menor a la que nos referimos aqu dice: "La finalidad fundamental del hombre es Glorificar a Dios y gozar de El para siempre." Ver, p. 115 of the Confession of Faith and Subordinate Satndards, published by the Authoriy of the General Assembly of the Free Church of Scotalnd, and reprinted by William Blackwood & Sons LTD, Edinburgh, 1973.

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    requera lo que ellos sintieron fue su deber y su verdadero inters."40 Despus de todo, el Primer Libro de disciplina constituy un ingenioso trabajo teolgico y poltico diseado para llevar a cabo el programa de Reforma en Escocia. Fue tambin una gua para la Iglesia en el establecimiento de su posicin prominente en la sociedad. Por supuesto, esto significaba una gran batalla que no fue completamente ganada por Knox. Sin embargo siguiendo en los caminos trazados por Knox esta batalla fue lograda en la Segunda Reforma. Como lo confirma el Dr. MacLeod: "La batalla que Knox pele, sin embargo, no termin con su muerte, pues cuando lleg el tiempo de Melville, l lider la lucha que result en el definitivo establecimiento de la Fe Reformada y de la Iglesia en Escocia. El tema de este conflicto dej constancia en todo la historia futura del pas. En particular, asegur que la Doctrina de la Iglesia y el Estado llegue a ser reconocida como lo que se podra llamar la distintivamente Doctrina Escocesa sobre este tema.41 Tanto fue as que, sin la soberana ayuda de Dios que us la predicacin prctica y magistral de Knox, esta etapa en el desarrollo de la Iglesia no poda haberse logrado. Juan Knox, como lo dijera el Profesor Stalker, "tena la profunda conviccin que, si la verdad acerca de Dios y el hombre se plantasen en el intelecto, ello producira frutos en Religin y Moralidad; su propsito era el de moldear una nacin que fuese a la vez fiel a Dios y recta delante a los hombres."42 40 Alexander F. Mitchell, The Scottish reformation: Its Epochs, Episodes, Leaders, and Distinctive Characteristics; edited by Hay Fleming; William Blackwood And Sons, Edinburgh and London, 1900, p. 168.

    41 John MacLeod, Scottish Theoology in Relation to Church History Since the Reformation. The Banner of Truth Trust, Edinburgh, second edition, 1946., p. 45.

    42 James, Stalker. John Knox: His Ideas and Ideals, Hodder and Stoughton, London, 1904, p. 215.

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    4. Conclusin. En trminos generales, podra decirse que el coraje de la naciente Iglesia de Escocia para ponerse firme por la defensa de la Verdad y de su carcter Presbiteriano, reflejan el carcter y sinceridad de Juan Knox a travs de todo su ministerio. En trminos especficos, se podra afirmar en la naciente Iglesia de Escocia, la fidelidad a la Escritura como su sola autoridad regulativa en Doctrina y conducta, y la firmeza para resistir a la intromisin de monarcas absolutistas, son el resultado de la enseanza y predicacin de Knox. Adems, su disposicin de coexistir y cooperar armnicamente con el Estado de tal manera que ambos estn bajo la autoridad de la Palabra de Dios, con la finalidad de que el hombre y la sociedad lleguen a ser rectos y gozar de las bendiciones de Dios, fue otra marca distintiva de la naciente Iglesia Escocesa bajo la visin e influencia de Knox.

    BIBLIOGRAFIA CONSULTADA. Knox, John. History of the Reformation in Scotland, Edited by William Croft Dickson, Thomas Nelson and Sons Ltd, Great Britain, first published 1949, vol. 2. Kyle, Richard, G. The Mind of John Knox, Coronado Press, Lawrence Kansas, U.S.A., 1984. Laing, David. The Works of John Knox, James Thin, Edinburgh, 1895, vols. I,II,III, IV, V, and VI. Lindsay, Thomas M. A History of The Reformation, International Theological Library, T. & T. Clark, Edinburgh, 1908, vol. II.

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    MacLeod, John. Scottish Theology in Relation to Church History Since the Reformation, reprinted jointly by the Knox Press (Edinburgh) and the Banner of Truth Trust, 1974. Mitchell, Alexander F. The Scottish Reformation: Its Epochs, Episodes, Leaders, and Distinctive Characteristics; edited by Hay Fleming; William Blackwood And Sons, Edinburgh and London, 1900. Reid, W. Stanford. The Trumpeter of God, a Biography of John Knox, Charles Scribner's Sons, U.S.A., 1974. Stalker, James. John Knox: His Ideas and Ideals, Hodder and Stoughton, London, 1904. Stephen, W. History of the Scottish Church, David Douglas, Edinburgh, 1896, Vol. II. Dr. Alonzo Ramrez trabaja en Cajamarca, Peru en la plantacin de iglesias.

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    Del Escritorio al Plpito:

    Importa la pasin en la predicacin?

    Por Guillermo Green (Esta serie est diseada para apoyar a pastores y predicadores. Esperamos que estimule la reflexin y dilogo de temas bblicos.) Los que predican la Palabra de Dios no son exentos del cansancio y el desnimo. Cuando un predicador no est experimentando circunstancias ptimas en su pastorado, podra menguar su fervor, su pasin. Es ms, cada sermn podra llegar a ser una tarea tediosa, desagradable. En tales circunstancias, el pastor reformado estara tentado a pensar: De todos modos la Palabra de Dios no depende de m. Si predico con o sin pasin, Dios cumplir sus propsitos. Si bien este pensamiento tiene un grado de verdad, sin embargo sera una lstima que un pastor cediera la pasin por tales excusas. En este artculo vamos a meditar sobre la pasin en la predicacin. Debe quedar clara la enseanza bblica sobre la Palabra de Dios. No depende ni est amarrada a la condicin del hombre.

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    An Balaam profetiz correctamente, aunque por motivos malos y con intenciones contrarias a la gloria de Dios. Dice Salmo 119:89: Para siempre, oh Jehov permanece tu palabra en los cielos. Jess dijo, El cielo y la tierra pasarn, pero mis palabras no pasarn (Mateo 24:35). La Palabra de Dios no slo permanecer ms all que este mundo, sino que es efectiva. El autor a los Hebreos la asemeja a una espada cortante de dos filos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazn (Hebreos 4:12). Por medio del profeta Isaas Dios declara que su Palabra es tan efectiva como la lluvia que hace crecer las hierbas, as su Palabra cumple los propsitos con los cuales es enviada (Isaas 55:10,11). Muchos otros pasajes de la Biblia testifican que la Palabra de Dios no es limitada a las debilidades de los hombres. Ms an, ya que la Palabra de Dios es una manifestacin de la soberana de Dios, Pablo puede decirle a Timoteo que predique la palabra a tiempo y fuera de tiempo (2 Timoteo 4:1-3). La predicacin no depende de circunstancias favorables que invitan a la pasin y favorecen el buen nimo. En el contexto de 2 Timoteo 4 Pablo menciona que muchas personas no querrn or la verdad, sino que irn tras otros mensajes ms atractivos. Pero Timoteo deba proclamar la Verdad divina como los profetas de antao - sea que muchos crean o no. Todos estos puntos pareceran llevarnos a la conclusin que la pasin y el fervor en la predicacin no son necesarios. An podramos mencionar a Pablo, que dice que lleg a Corinto en debilidad, con temor y temblor, no con elocuencia ni sabidura humana. Es necesaria la pasin en la predicacin? Definamos primero qu es la pasin. En el diccionario encontramos diferentes matices en cuanto a la definicin de pasin. La raz viene de padecer. Hoy todava hablamos de la pasin de Jess, cuando ms sufri por los pecadores. Aristteles usaba el trmino para describir toda afeccin del hombre, contrapuesta a la accin. Y se ha

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    usado en la filosofa desde ese entonces para esa parte del hombre que llamamos afecto, y mucho se us para describir afectos o deseos malos - pasiones de la carne. Hoy se usa comnmente para describir la forma en que una persona habla o acta - predic con pasin. Esto significa que el predicador habl con cierta vehemencia, se not urgencia y sinceridad en su mensaje. Para efectos de este artculo, definiremos la pasin segn una de las definiciones del diccionario Ocano: Deseo o aficin vehemente a una cosa. No vamos a hablar en primer lugar de la forma externa de un sermn - aunque creo que la pasin se desborda en la presentacin tambin. Pero estamos definiendo la pasin como ese deseo profundo de que el oyente crea y obedezca lo que se predica. Sera opuesta a la serenidad, la frialdad, la apata, y la tranquilidad (Ocano, Sinnimos y Antnimos). Dios revel su gloria a Moiss en el monte de Sina. Estuvo en su presencia por 40 das. Luego de dar los 10 mandamientos, Dios invit a Moiss con los ancianos a comer en su presencia - seal de comunin en el pacto. Despus del pecado de Israel con el becerro de oro, Moiss pide ver la gloria de Jehov, y Dios anuncia su gloria y su Nombre con las palabras: Jehov! Jehov! fuerte, misericordioso y piadoso; tardo para la ira, y grande en misericordia y verdad, que guarda misericordia a millares, que perdona la iniquidad, la rebelin y el pecado, y que de ningn modo tendr por inocente al malvado (Exodo 34:6,7). El relato dice que al or el Nombre de Dios proclamado, se apresur, baj la cabeza hacia el suelo y ador. Esta revelacin de Dios a Moiss fue, sin duda, un paso muy importante en su ministerio. Comprendi a Dios mejor, fue trado ms cerca al corazn de su Seor, en ese monte fue moldeado ms a la imagen de Dios. Y le confiri las cualidades necesarias para el resto de su ministerio. La presencia ntima de Dios tuvo un impacto sobre Moiss que dur toda su vida. Moiss pidi ser borrado del libro de la

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    vida antes que las promesas de Dios fallaran. Su ser entero estaba absorbido con la gloria del Nombre de Dios. No quera que las naciones se burlaran de Dios y su pacto, no quera que los incrdulos tuvieran motivo de blasfemar. La gloria resplandeciente en el rostro de Moiss no era algo slo en la superficie de su piel - profundizaba a la parte ms ntima de su alma, y consuma todo su ser. Y a pesar de las fallas humanas de Moiss, el libro de Hebreos nos recuerda que Moiss fue fiel en toda la casa de Dios (Hebreos 3:2). Una pasin por Dios y su gloria consuma a Moiss, y lo llev hasta la muerte en el servicio de sus propsitos. No slo en Moiss, sino en muchos de los santos del Antiguo Testamento encontramos esta misma pasin, este mismo celo. Recordamos la reaccin de Isaas ante la visin del Dios tres veces santo - era de adoracin, de arrepentimiento, y de consagracin. Y la tradicin juda nos dice que Isaas fue fiel hasta la muerte, muerte por ser aserrado por la mitad bajo Manass. El captulo 11 de Hebreos, el captulo de los hroes de la fe, nos relata muchos ejemplos de personas tan apasionadas por Dios y su gloria, que estuvieron dispuestas a llevar vituperios, azotes, prisiones y crceles (Hebreos 11:36). La pasin bblica es la pasin por Dios y su Nombre. La pasin bblica - el deseo o aficin vehemente por la gloria de Dios - ha sido una cualidad de todos los santos. Y vemos esta pasin en su forma ms pura y clara en nuestro salvador, Jesucristo.

    El celo por su Padre consumi a Jess El celo por su Padre consumi a Jess. La pasin por la gloria de Dios que compartan los profetas era slo una sombra de la pasin que tuvo el Hijo. Desde los 12 aos encontramos a Jess apasionado por la obra que su Padre le haba encomendado. Jesucristo realiz todo su trabajo de todo corazn - nada fue hecho a medias. Amonest fuertemente a los que profanaban el

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    templo, y reciba con ternura a los pecadores arrepentidos. Ni siquiera poda ver masas de gente y quedarse aptico ante ello; nos relata el Evangelio que Jess vio las multitudes, y tuvo compasin de ellas, porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor (Mateo 9:36). Nada que hizo el Seor careca de pasin, de intensidad, de identificarse con la misin de su Padre. En el huerto de Getseman, por supuesto, tenemos la lucha

    ms clara y apasionada de Jess por la Iglesia. Sus gemidos nunca sern igualados ni comprendidos por los mortales. Lo nico que podemos hacer es quedarnos a la orilla de la escena y maravillarnos de la gracia de Dios, y del infinito amor

    de nuestro Seor por nosotros. Acaso contemplar a Jess en el huerto nos deja sin efecto alguno? No conmueve el alma y el corazn? Ciertamente impact profundamente a los apstoles. Leemos en Hechos 2 que Pedro le deca con profunda sinceridad a los judos que se arrepintieran de sus pecados, porque el Jess que haban crucificado ahora vive y vendr como juez. Leemos que los apstoles proclamaban el evangelio con denuedo, a pesar de amenazas de muerte. Los mismos judos tomaban nota de su valor (Hechos 4:13), y les reconocan que haban estado con Jess. Escuchemos las palabras de Pablo: ...prefiero morir, antes que nadie desvanezca esta mi gloria. Pues si anuncio el

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    evangelio, no tengo por qu gloriarme; porque me es impuesta necesidad; y ay de mi si no anunciare el evangelio!... a todos me he hecho de todo, para que de todos modos salve a algunos (1 Cor. 9:15,22). Jess realiz su ministerio consumido por la gloria de su Padre, apasionado en su labor. Y este mismo Espritu de Jess es transmitido a sus siervos, para que sientan una misma pasin, y mismo celo por el Nombre de Dios. Un anhelo por la salvacin de los perdidos, un deseo ardiente por ver la Iglesia de Cristo edificada, un celo por la justicia de Dios - estas cosas ahora arden en el alma del Cristiano, y especialmente en el que es llamado a proclamar su Palabra. Mi querido amigo que lee estas palabras - si no sientes esta pasin, tu la necesitas! No porque tu pasin vaya a salvar a las personas. Ya vimos que esto no es el caso. Necesitamos una pasin por Dios y por nuestro trabajo porque nuestro llamado debe consumirnos cuerpo y alma. En primer lugar, tu necesitas pasin para ti mismo. Si tu eres predicador, tal vez crees que basta que prediques la Biblia de manera responsable y pastorees a tu rebao. Pero mi hermano, habr ocasiones cuando se requerir valor ms que exgesis cuidadosa. Habr ocasiones cuando se necesita la compasin antes que exposiciones lcidas de la Biblia. La esencia del Cristianismo incluye ms que la comunicacin intelectual de verdades - se trata tambin de la conviccin, la confianza, el denuedo - en otras palabras, la pasin. Primero tu y yo necesitamos de una pasin por Dios, su gloria, y por nuestra misin. En segundo lugar, tu iglesia necesita a un pastor de pasin - y recordemos que no estamos definiendo el trmino pasin por algn estilo de predicacin. Cuando un pastor labora en el rebao con pasin, penetrar en la vida de su congregacin - sus alegras y pruebas, sus tentaciones y triunfos. No hay cosa ms triste que un sermn ortodoxo que carece por completo de todo sentido de la lucha humana. Una de las razones que Dios ha

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    dado el evangelio en vasos de barro es para que juntos - pastor y congregacin - podamos maravillarnos del poder de Dios perfeccionado en debilidad. La pasin llevar al pastor a una intensidad mayor de amor y compasin por las ovejas. Tu iglesia necesita a un pastor de pasin tambin porque sers un mejor predicador - no porque cambiar tu estilo por algn fervor fingido. Una verdadera pasin por predicar la Palabra de Dios resultar en el deseo de pensar ms claramente acerca de las necesidades espirituales, emocionales y fsicas de la congregacin. Y cuando subas al plpito, ser manifiesta la compasin de Cristo, se manifestar el poder del Espritu, y Dios superar tus debilidades naturales. Valor de lo alto ser tuyo, y hablars cuando otros callaran. Irs adonde otros no iran. Bendecirs a los que otros han desechado. Cumplirs la misin que Dios te ha encomendado. Dijo el apstol Pablo, olvidando ciertamente lo que queda atrs, y extendindome a lo que est delante, prosigo a la meta... (Filipenses 3:13). Oracin: Padre, otorga a tu Iglesia pastores apasionados - de pasin no nacida de deseo humano, sino la que est encendida por tu gloria, nutrida por tu misericordia y compasin por los pecadores, y revelada en la proclamacin sincera y valiente de tu Palabra. Amen.

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    Aqu se imprime este boletn! Guillermo Green y la imprenta A.B. Dick

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    POR UN HOMBRE EL PECADO; POR UN HOMBRE LA JUSTIFICACIN

    La Convocacin Pactal:

    Cuando Dios Rene a Su Pueblo en Adoracin

    por Michael Horton

    Qu estamos haciendo en el da del Seor, especialmente cuando nos congregamos como el pueblo de Dios en la iglesia? Cmo entendemos el crecimiento y el discipulado cristiano -- como corporativo o individual, nutrido por la palabra predicada y por los sacramentos divinamente instituidos, o por medios de gracia auto aprobados? Si un extrao nos visita en nuestros cultos de adoracin se quedara inmediatamente impresionado con la centralidad de la predicacin, el bautismo y la Santa Cena; o tal vez l o ella notara la importancia que se le otorga a la actuacin? Todas estas preguntas yacan en el corazn del debate de la Reforma para la recuperacin del Evangelio. Pero siguen siendo igual de intensas en nuestro da cuando hemos buscado toda una coleccin de medios de gracia. Este artculo se enfocar en la naturaleza de la adoracin como un servicio para la renovacin del pacto.

    La Historia Bblica de la Redencin Nuestros lectores no reformados no se van a sorprender en lo ms mnimo al conocer que comenzara un breve boceto bblico sobre la adoracin con el pacto. Pero nadie puede negar que este tema es central a la historia bblica de la redencin. Incluso despus de la cada Dios le prometi a Eva un hijo que herira a la serpiente en la cabeza; y aunque Can asesin a Abel, Dios

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    provey otro hijo, Set. Mientras los descendientes de Can edificaban su soberbia ciudad de rebelin (Gen. 4:15-24), a Set tambin le naci un hijo, y llam su nombre Ens. Entonces los hombres comenzaron a invocar el nombre de Jehov. (v. 26) De este modo, las dos ciudades -- culto (entindase adoracin) y cultura, enteramente integrados en la creacin, se dividieron y persiguieron dos fines diferentes por medios distintos. La advertencia de Jess de que el mundo odiara a sus discpulos y el contraste de Pablo entre la sabidura de este mundo (justificacin por obras) y la sabidura de Dios (la justificacin por fe) no nacen de ninguna hostilidad hacia el mundo en si. Mas bien es el mundo en su rebelin pecaminosa lo que los escritores bblicos tienen en mente.

    Debemos comenzar por el pacto

    Despus de llamar a Abram de Ur de los Caldeos, Dios orden que se realizara un sacrificio ritual para ratificar el pacto. (De hecho la palabra hebrea para pacto, berith, se deriva del verbo cortar.) En la poltica y las leyes del antiguo medio oriente, un seor (o rey o emperador) haca un tratado con un vasallo (rey o gobernante de un territorio ms pequeo) cortando por la mitad a varios animales. Entonces caminaban juntos entre las dos partes acordando cumplir con las condiciones del tratado con la siguiente sancin: Si soy infiel en cumplir mi parte, que mi fin sea el mismo que el de estos animales. En Gnesis 15, cuando Dios hace su pacto con Abraham y sus descendientes, este tratado del antiguo medio oriente es el modelo:

    Y l respondi: Seor Jehov, en qu conocer que la he de heredar? Y le dijo: Treme una becerra de tres aos, y una cabra de tres aos, y un carnero de tres aos, una trtola tambin, y un palomino. Y tom todo esto, y los parti por la mitad, y puso cada mitad una entrente de la otra....

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    Mas a la cada del sol sobrecogi el sueo a Abram, y he aqu que el temor de una grande oscuridad cay sobre l. Entonces Jehov dijo a Abram: Ten por cierto que tu descendencia morar en tierra ajena, y ser esclava all, y ser oprimida cuatrocientos aos. Mas tambin a la nacin a la cual servirn, juzgar yo; y despus de esto saldrn con gran riqueza.... Y sucedi que puesto el sol, y ya oscurecido, se vea un horno humeando, y una antorcha de fuego que pasaba por entre los animales divididos. En aquel da hizo Jehov un pacto con Abram.... (v. 8-18)

    Dios promete dos cosas diferentes en este pacto: una tierra santa (Canan) y vida eterna. Lo que es especialmente distintivo de este tratado es el hecho que aunque Dios y Abram son los asociados del pacto, Dios (quien aparece como un horno humeando con una antorcha de fuego) camina solo entre los animales divididos as colocando sobre su propia cabeza todas las sanciones y tomando sobre sus propios hombros las maldiciones que l mismo ha impuesto ya sea que el tratado quede violentado por cualquiera de las dos partes. Ms adelante en el captulo 17 se realiza otra ceremonia donde algo se corta:

    Entonces Abram se postr sobre su rostro, y Dios habl con l, diciendo: He aqu mi pacto es contigo.... Y establecer mi pacto entre m y ti, y tu descendencia despus de ti en sus generaciones, por pacto perpetuo, para ser tu Dios, y el de tu descendencia despus de ti.... Este es mi pacto, que guardaris entre m y vosotros y tu descendencia despus de ti: Ser circuncidado todo varn de entre vosotros. Circuncidaris, pues, la carne de vuestro prepucio, y ser por seal del pacto entre m y vosotros. (v. 3-12)

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    El significado de esta ceremonia era la extirpacin de todo lo impuro, especialmente del pecado original heredado de Adn y transmitido por cada padre. Sin embargo el cuchillo, en vez de ser clavado en el cuerpo para hacer caer las maldiciones de los transgresores (y s, hasta los recin nacidos estn bajo esta categora), es usado en cambio para cortar el pecado para as preservar con vida al recipiente. Eventualmente la promesa de Dios fue cumplida. Israel en efecto hered la tierra. Como mencionamos anteriormente, Dios prometi una tierra santa y vida eterna. A medida que el plan de la redencin se va aclarando, nos damos cuenta que la tierra (as como el disfrute de Adn en el Edn) dependa de las obras -- la obediencia de los Israelitas. El pacto mosico, con sus leyes ceremoniales y civiles como tambin las morales, prometa bendicin por obediencia y juicio por desobediencia. Una vez ms, Dios peleara por su pueblo y les dara un nuevo Edn, una tierra que flua leche y miel. Dios estara presente entre su pueblo en el templo slo mientras eran justos.

    Israel, al igual que Adn, fracas, violando el pacto

    Pero Israel, al igual que Adn, fracas y en su rebelin viol el tratado con el gran rey, provocando que Dios desatara las sanciones de este pacto de obras. El lozano jardn de Dios se convirti en un desierto de cardos y espinas mientras Dios remova su reino nuevamente al cielo y los hijos de Israel eran llevados cautivos al exilio babilnico. Despus de este exilio un remanente regres a reedificar a Jerusaln. Esdras y Nehemas registran este asombroso evento al igual que la trgica infidelidad y las rias que lo acompaaron. A pesar de la pecaminosidad humana, el remanente edifica nuevamente los muros de Jerusaln y el magnfico templo que con la desocupacin de Dios haba sido desolado y saqueado por invasores. Los pobres fueron satisfechos. Pero el clmax de todo este evento es el redescubrimiento del

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    Torah para una generacin de Israelitas que nunca haba ledo ni escuchado de las escrituras exceptuando quizs lo memorizado por sus abuelos:

    Venido el mes sptimo, los hijos de Israel estaban en sus ciudades; y se junt todo el pueblo como un solo hombre en la plaza que est delante de la puerta de las Aguas, y dijeron a Esdras el escriba que trajese el libro de la ley de Moiss, la cual Jehov haba dado a Israel. Y el sacerdote Esdras trajo la ley delante de la congregacin, as de hombres como de mujeres y de todos los que podan entender, el primer da del mes sptimo. Y ley en el libro delante de la plaza que est delante de la puerta de las Aguas, desde el alba hasta el medioda, en presencia de hombres y mujeres y de todos los que podan entender; y los odos de todo el pueblo estaban atentos al libro de la ley. Y el escriba Esdras estaba sobre un plpito de madera que haban hecho para ello.... Abri, pues, Esdras el libro a ojos de todo el pueblo, porque estaba ms alto que todo el pueblo; y cuando lo abri, todo el pueblo estuvo atento. Bendijo entonces Esdras a Jehov, Dios grande. Y todo el pueblo respondi: Amn! Amn! alzando sus manos; y se humillaron y adoraron a Jehov inclinados a tierra.

    Aun durante su exilio, las profecas de Jeremas recordaban a los Israelitas de la promesa divina -- no de restaurar un Israel tnico al territorio geopoltico de Palestina como el reino de Dios en la tierra, sino mas bien de salvar un remanente tanto de Israel como de las naciones del mundo. Aunque el pacto mosico haba sido completamente violado, se acordarn que Dios aun sostena en su totalidad la carga del pacto de gracia Abrahmico.

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    Y as, una y otra vez, leemos en los profetas, No por vuestra causa, sino por causa de la promesa hecha a Abraham, Isaac y Jacob.... Y as Dios declara a travs de Jeremas,

    He aqu vienen das, dice Jehov, en los cuales har nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Jud. No como el pacto que hice con sus padres el da que tom su mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido para ellos, dice Jehov. Pero este es el pacto que har con la casa de Israel despus de aquellos das, dice Jehov: Dar mi ley en su mente, y la escribir en su corazn; y yo ser a ellos por Dios, y ellos me sern por pueblo.... porque perdonar la maldad de ellos, y no me acordar ms de su pecado. (Jeremas 31:31-34)

    Este pacto nuevo no ser un pacto como el que hice con sus padres bajo Moiss, dice el Seor, sino que ser un pacto eterno e inquebrantable. Su base no ser la eleccin nacional de Israel, sino que ser la eleccin eterna de individuos a quienes el Hijo ha redimido: y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nacin; y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra. (Apo. 5:9-10) El reposo sabtico que Israel perdi por desobediencia en la tierra santa ahora es entregado gratuitamente a pecadores -- judos y gentiles. Hasta el mismo Josu, el lugarteniente de Moiss que gui a los Israelitas a la tierra, buscaba una tierra mejor, un reino ms excelente, con un fundamento slido y firme: Porque si Josu les hubiera dado el reposo, no hablara despus de otro da. Por tanto, queda un reposo para el pueblo de Dios. Porque el que ha entrado en su reposo, tambin ha reposado de sus obras, como Dios de las suyas. (Heb. 4:8) Por lo tanto, el Evangelio del nuevo testamento

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    es idntico a aquel credo por Abraham cuando fue acreditado con la justicia perfecta de Cristo por fe solamente, sin las obras. (Gen. 15:6, Rom. 9:8 y Gal. 3:6-14) Esto no es el pacto Mosico que fue una administracin basada en nuestra fidelidad, sino que es el pacto Abrahmico, la administracin de la fidelidad y la gracia de Dios.

    La ceremonia del renuevo pactal Es entonces en este contexto que hablamos de la ceremonia del renuevo pactal, que es como la gente Reformada a menudo hablan del servicio de adoracin. Siempre que nos reunimos para la Palabra y los Sacramentos es porque hemos sido convocados. Esto es lo que significa la palabra iglesia, ekklesia, o llamados. No es una sociedad voluntaria de algunas personas que se renen con el propsito de compartir, de hacer obras comunitarias, de disfrutar del compaerismo, etc.; mas bien es una sociedad de aquellos que han sido escogidos, redimidos, llamados, justificados y que estn siendo santificados hasta que un da finalmente sern glorificados en el cielo. Nos reunimos cada da del Seor no meramente de costumbre social o por hbito, sino porque Dios ha escogido este da como un anticipo del eterno Sbado que gozaremos en la cena de la boda del cordero. Dios nos ha llamado fuera del mundo: es por esto que nos reunimos. Tambin nos reunimos para recibir los dones de Dios. Y aqu es donde cae -- o debe caer el nfasis. A travs de las escrituras el servicio es visto mayormente como la accin de Dios. Aquel que nos sac de la tierra de Egipto y que nos hizo su pueblo toma la iniciativa en la salvacin y a lo largo de la vida cristiana. Las sombras de Cristo en el pacto mosico, especialmente la legislacin detallada de los sacrificios, son cumplidas en el advenimiento del mesas. Por lo tanto no adoramos en un santuario terrenal, sino que adoramos en un

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    santuario celestial donde estamos sentados con Cristo en los lugares celestiales. De aqu, la declaracin de Jess a la mujer samaritana en Juan 4:23-24. As como un horno humeando con una antorcha de fuego, Dios camina por el medio del pasillo tomando en si mismo el castigo que su propia justicia demanda y que su propia misericordia satisface. l circuncida nuestros corazones con la pila bautismal prominentemente centrada. l crea fe en nuestros corazones a travs de la predicacin, y nos afirma en dicha fe a travs de los sacramentos. Al igual que en todos los pactos, el pacto de gracia tiene dos partes. Dios habla y libera; nosotros respondemos con fe y arrepentimiento. Sin embargo esta fe y este arrepentimiento no son de nuestra parte en este pacto en el sentido de proveer alguna base para nuestra participacin en dicho pacto. Dios nos concede hasta la fe y el arrepentimiento. Y sin embargo, Dios nos llama a responder, a crecer en gracia y a perseverar hasta el final. El indicativo triunfante respecto a la accin de Dios en Cristo establece un fundamento seguro en el cual estar firme mientras nos enfrentamos con los imperativos divinos. Es por esta razn que la adoracin es un dilogo: Dios habla y nosotros respondemos. Ese es el modelo que encontramos en los Salmos: las grandes obras de Dios en la creacin, en la preservacin, en juicio y en la redencin son exaltadas; y slo entonces tiene sentido nuestra respuesta, ya sea en confesin, en alabanza, en agradecimiento, en lamento o cualquier otra cosa que est a tono con la actividad divina anunciada. A diferencia de los Salmos, muchos de los himnos y coritos del ltimo siglo y medio se han centrado ms y ms en el ser humano. Aun con los coritos que parafrasean un Salmo, la respuesta en el texto a menudo es arrancada de la seccin indicativa que proclama quin es Dios y qu es lo que ha hecho. De este modo, el enfoque de la adoracin parece estar en lo que nosotros estamos haciendo, cmo nos sentimos y cmo vamos a responder: Slo quiero adorarte, Te exaltaremos, Alabemos al Seor, Estoy gozoso, etc. Sin

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    embargo esto es separar la ley del Evangelio, lo imperativo de lo indicativo y de convertir por lo menos la parte cantada del servicio mayormente en lo primero en vez de lo segundo. Si la adoracin es una ceremonia del renuevo pactal, el servicio debe reflejar la iniciativa divina en el pacto en si. Una respuesta es necesaria -- y habr una respuesta, si es que hay algo al cual responder. Dios se encuentra con su pueblo en Cristo a medida que el Espritu Santo obra a travs de la liturgia, la predicacin y los sacramentos. La que debe sobresalir es la obra y la persona de este Dios Triuno, mientras este Dios nos confronta igual que lo hizo con el pueblo de Israel cuando Esdras ley la palabra de Dios. Es la palabra que tiene la centralidad en este relato, no la respuesta de Israel a la palabra; empero el relato no falla en informarnos que los odos de todo el pueblo estaban atentos. (Neh. 8:3) y luego que todo el pueblo respondi: Amn! Amn! alzando sus manos y se humillaron y adoraron a Jehov inclinados a tierra. (v. 5-6,9) Y lloraban en la conciencia de su propia pecaminosidad y la maravillosa gracia de Dios. No es de sorprenderse entonces que en pentecosts un evento similar ocurre. Pedro se dirige a la multitud en Jerusaln anunciando el cumplimiento de Joel 2:28-32 y que a pesar de la culpabilidad de aquella gente en la crucifixin de Jess, Dios desde el principio haba planeado salvarlos a travs de la muerte y la resurreccin del Salvador. Tambin hizo referencia a los Salmos para puntualizar que Jess es la simiente de la mujer, el Hijo de David, es que fue prometido a Abraham en el cual todas las naciones seran benditas. Fue con motivo de esta prdica que la iglesia del nuevo pacto se estableci. Y cul fue el modelo de esta ceremonia de renuevo pactal semanal? Y perseveraban en la doctrina de los apstoles, en la comunin unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones. (Hechos 2:42) Este es un pacto nuevo y mejorado contando con Cristo mismo como su mediador en vez de Moiss. La Santa Cena no es ni un mero recordatorio