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Sasha, el hermano de Lenin

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historia, nihilismo,

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  • Alexandr Ilich Ulinov,El hermano de Lenin

    Alexandr Ilich Ulinov,El hermano de Lenin

  • 94

    entrevistarse con su hija. Un estudiante que ocupaba un lugar a su lado, lea una octavilla o anuncio y estrujndolo murmur: "Asesinos!" Los rapaces que vendan los peridicos metan a todos en las manos hojas como aqulla y a ella tambin. Ech una mirada: "La sentencia dictada por la sesin extraordinaria del Senado Directivo a los condenados Guenerlov, Andryushkin, Osipnov, Shevyrev y Ulinov, por medio de la horca, se ha cumplido". Cmo pudo entrar en la crcel, de dnde sac fuerzas para decir a las vigilantes que se apartaban con respeto a su paso: "No se lo comuniquen a ella" ...? Y cmo exclam: -Cudate, Ana! Cudate! Te rescatare-mos pronto. Te hace falta algo...? -Qu es de Sasha? -Reza por l -y se apresur a salir.

    ( . . . )

    Alexandr Ilich Ulinov(1866 - 1887)

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    entrevistarse con su hija. Un estudiante que ocupaba un lugar a su lado, lea una octavilla o anuncio y estrujndolo murmur: "Asesinos!" Los rapaces que vendan los peridicos metan a todos en las manos hojas como aqulla y a ella tambin. Ech una mirada: "La sentencia dictada por la sesin extraordinaria del Senado Directivo a los condenados Guenerlov, Andryushkin, Osipnov, Shevyrev y Ulinov, por medio de la horca, se ha cumplido". Cmo pudo entrar en la crcel, de dnde sac fuerzas para decir a las vigilantes que se apartaban con respeto a su paso: "No se lo comuniquen a ella" ...? Y cmo exclam: -Cudate, Ana! Cudate! Te rescatare-mos pronto. Te hace falta algo...? -Qu es de Sasha? -Reza por l -y se apresur a salir.

    ( . . . )

    Alexandr Ilich Ulinov(1866 - 1887)

  • No es bueno que todo el mundo lea las

    pginas que van a seguir; slo algunos

    podrn saborear este fruto amargo sin peligro

    Lautramont

    Ningn derecho reservado,

    alentamos el robo incluso el intelectual.

    Piratea, copia y difunde.

    Impreso en algn lugar del mundo ancho y ajeno.

    El mes IX del ao XX de la era Orwell.

    93

    se deca que no cumpliran la sentencia. Alentada por esa esperanza, Mara Alexndrovna fue a la entrevista con el hijo a la Fortaleza de Pedro y Pablo. Pero conversar era imposible... Un estrecho corredor entre dos alambradas, por el cual iba y vena un gendarme. Los parientes que haban negado para entrevistarse gritaban cada cual lo suyo nada se entenda... Ella hubiera querido comunicarIe de esa esperanza que en ella alentaba... - Ten valor! -grit ella-. Ten valor! -repiti y en sus ojos apareci una llama, y sus mejillas se cubrieron de iebre-. Ten valor!... El hijo le sonri... Peskovski gestionaba tambin para que Ana fuera puesta en libertad. El da 6 de mayo, Mara Alexndrovna escribi otra peticin al ministro de Justicia con el mismo contenido. El da 8 tom el mnibus para ir a

    No es bueno que todo el mundo lea las

    pginas que van a seguir; slo algunos

    podrn saborear este fruto amargo sin peligro

    Lautramont

    Ningn derecho reservado,

    alentamos el robo incluso el intelectual.

    Piratea, copia y difunde.

    Impreso en algn lugar del mundo ancho y ajeno.

    El mes IX del ao XX de la era Orwell.

    93

    se deca que no cumpliran la sentencia. Alentada por esa esperanza, Mara Alexndrovna fue a la entrevista con el hijo a la Fortaleza de Pedro y Pablo. Pero conversar era imposible... Un estrecho corredor entre dos alambradas, por el cual iba y vena un gendarme. Los parientes que haban negado para entrevistarse gritaban cada cual lo suyo nada se entenda... Ella hubiera querido comunicarIe de esa esperanza que en ella alentaba... - Ten valor! -grit ella-. Ten valor! -repiti y en sus ojos apareci una llama, y sus mejillas se cubrieron de iebre-. Ten valor!... El hijo le sonri... Peskovski gestionaba tambin para que Ana fuera puesta en libertad. El da 6 de mayo, Mara Alexndrovna escribi otra peticin al ministro de Justicia con el mismo contenido. El da 8 tom el mnibus para ir a

  • 92

    peticin formal de indulto, que no expresaba los sentimientos de un sbdito iel, y por lo tanto no se aceptara. As fue. Aquello era una carta de igual a igual, de un Alexandr a otro, y el Comisario de Polica opt no mostrrsela siquiera al, zar, Alejandro lll. El profesor de derecho A. Grodovski tambin interceda por el indulto, rogando le permitieran bajo su tutela hacer de Ulinov un cient ico serio y lejano de la poltica. Tambin prob interceder en su ayuda el clebre gegrafo Seminov-Tian-Shanski. Ivn Ykovliev envi una carta al profesor de Kazn, Ilminski, por medio de Volodia. Ilminski era gran amigo y preceptor de Ykovliev, que conoca perfectamente a los Ulinov, y lleno de compasin recibi a Volodia, ponindose a gestionar inmediatamente por eI sentenciado. Pero sin obtener resultado alguno. La gente no quera pensar en lo peor; y entre el pueblo, cada vez con ms obstinacin

    5

    LOS NIOS CRECEN1

    Kalshnikov entr en la casa del inspector de las escuelas de instruccin pblica, su maestro querido, con un andar que sin querer imitaba el de Ili Nikolievich2. Joven y robusto, tema mostrar la turbacin que le produca el que hubiesen puesto en l su con ianza. Pero no en vano era discpulo de Ulinov: la atencin, la bondad, la discrecin, y sobre todo la idelidad a su vocacin, de inan su vida y sus obras. Al entrar, le asombr el silencio que reinaba en la casa, pues saba que eran muchos los nios en la familia. Mara Alexndrovna3, a la cual apenas haba visto antes en alguna recepcin

    1 Este y los siguientes captulos son parte del libro

    de E. Vechtmova, La madre de Lenin.

    2 Padre de Alexandr Ulinov.

    3 Madre de Alexandr.

    92

    peticin formal de indulto, que no expresaba los sentimientos de un sbdito iel, y por lo tanto no se aceptara. As fue. Aquello era una carta de igual a igual, de un Alexandr a otro, y el Comisario de Polica opt no mostrrsela siquiera al, zar, Alejandro lll. El profesor de derecho A. Grodovski tambin interceda por el indulto, rogando le permitieran bajo su tutela hacer de Ulinov un cient ico serio y lejano de la poltica. Tambin prob interceder en su ayuda el clebre gegrafo Seminov-Tian-Shanski. Ivn Ykovliev envi una carta al profesor de Kazn, Ilminski, por medio de Volodia. Ilminski era gran amigo y preceptor de Ykovliev, que conoca perfectamente a los Ulinov, y lleno de compasin recibi a Volodia, ponindose a gestionar inmediatamente por eI sentenciado. Pero sin obtener resultado alguno. La gente no quera pensar en lo peor; y entre el pueblo, cada vez con ms obstinacin

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    LOS NIOS CRECEN1

    Kalshnikov entr en la casa del inspector de las escuelas de instruccin pblica, su maestro querido, con un andar que sin querer imitaba el de Ili Nikolievich2. Joven y robusto, tema mostrar la turbacin que le produca el que hubiesen puesto en l su con ianza. Pero no en vano era discpulo de Ulinov: la atencin, la bondad, la discrecin, y sobre todo la idelidad a su vocacin, de inan su vida y sus obras. Al entrar, le asombr el silencio que reinaba en la casa, pues saba que eran muchos los nios en la familia. Mara Alexndrovna3, a la cual apenas haba visto antes en alguna recepcin

    1 Este y los siguientes captulos son parte del libro

    de E. Vechtmova, La madre de Lenin.

    2 Padre de Alexandr Ulinov.

    3 Madre de Alexandr.

  • 6

    o icial, sali a recibirle, Bella, esbelta, vestida

    con un traje oscuro de cuello blanco, dejando

    de paso un libro sobre la mesa lo salud

    e inmediatamente llam a la puerta del

    despacho de Ili Nikolievich.

    El primer maestro de sus hijos...

    Kalshnikov haba odo decir que la

    esposa del inspector era una mujer culta, que

    saba msica y que adems era una magn ica

    educadora; comprenda lo que ella deba

    sentir mirndole. "Qu plida -pens-, no

    debe encontrarse bien... "

    A su vez, Mara Alexndrovna, ya tran-

    quilizndose, volvi a mirar el rostro turbado

    y bondadoso del joven. "Es bueno -pens- y

    comprensivo. Su severidad es buena. Los ni-

    os estarn bien con l. No ser licencioso con

    ellos, pero tampoco los tendr oprimidos..."

    Sin palabras, se haban comprendido

    mutuamente.

    Kalshnikov atraves el umbral

    del despacho. Ili Nikolievich se levant

    91

    sult que l no escribi en su peticin lo que esperaban, no poda ser de otra manera: "...Comprend absolutamente que el carcter y la naturaleza de mi actitud, mi opinin al respecto no me dan ni derecho ni base moral para dirigirme a su Majestad, pidiendo el indulto. Pero tengo madre y ltimamente su salud ha empeorado mucho; al cumplirse la pena capital que me ha sido dictada sera fulminada. Por mi madre y hermanos menores, que no teniendo padre ven en ella su nico apoyo, me decido pidiendo a su Majestad la substitucin de la pena capital por cualquier otro castigo. Tal indulgencia hara que mi pobre madre recobrara la vida, inapreciable para la familia. A m, me librara del peso terrible de ser culpable de su muerte y de la desgracia de todos. Alexandr Ulinov".

    El saba que tal solicitud no era una

    6

    o icial, sali a recibirle, Bella, esbelta, vestida

    con un traje oscuro de cuello blanco, dejando

    de paso un libro sobre la mesa lo salud

    e inmediatamente llam a la puerta del

    despacho de Ili Nikolievich.

    El primer maestro de sus hijos...

    Kalshnikov haba odo decir que la

    esposa del inspector era una mujer culta, que

    saba msica y que adems era una magn ica

    educadora; comprenda lo que ella deba

    sentir mirndole. "Qu plida -pens-, no

    debe encontrarse bien... "

    A su vez, Mara Alexndrovna, ya tran-

    quilizndose, volvi a mirar el rostro turbado

    y bondadoso del joven. "Es bueno -pens- y

    comprensivo. Su severidad es buena. Los ni-

    os estarn bien con l. No ser licencioso con

    ellos, pero tampoco los tendr oprimidos..."

    Sin palabras, se haban comprendido

    mutuamente.

    Kalshnikov atraves el umbral

    del despacho. Ili Nikolievich se levant

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    sult que l no escribi en su peticin lo que esperaban, no poda ser de otra manera: "...Comprend absolutamente que el carcter y la naturaleza de mi actitud, mi opinin al respecto no me dan ni derecho ni base moral para dirigirme a su Majestad, pidiendo el indulto. Pero tengo madre y ltimamente su salud ha empeorado mucho; al cumplirse la pena capital que me ha sido dictada sera fulminada. Por mi madre y hermanos menores, que no teniendo padre ven en ella su nico apoyo, me decido pidiendo a su Majestad la substitucin de la pena capital por cualquier otro castigo. Tal indulgencia hara que mi pobre madre recobrara la vida, inapreciable para la familia. A m, me librara del peso terrible de ser culpable de su muerte y de la desgracia de todos. Alexandr Ulinov".

    El saba que tal solicitud no era una

  • 90

    prometiendo el libro. Y lo consigui. Hubo ms entrevistas. La madre le traa libros nuevos de economa poltica, de parte de los amigos. Sasha se interesaba por todo, como si le quedara toda la vida. . . A ella eso la alentaba y al mismo tiempo la asustaba... Peskovski, enloquecido por la inquietud, convenci a Mara Alexndrovna para que le permitiese in luir en Sasha ... - Acaso no desea que se salve su hijo? -E insista- : Cdame su entrevista. Viendo jugada la vida de su hijo, Mara Alexndrovna cedi. Y l "in luy", crea, contento ... - Once personas haban pedido el in-dulto; por lo tanto el zar tendr que aminorar el castigo. Ella tambin escribi a la emperatriz, pero no tuvo respuesta. Le pareca imposible a la madre que Peskovski hubiera convencido a su hijo. Y re-

    7

    tendindole la mano para saludado y le ofreci asiento en el silln de cuero negro. -Lo nico que yo quisiera son buenos conocimientos para el ingreso en la preparatoria del colegio. Creo que sobra hablar de todo lo dems, ya que la educacin es nuestro trabajo comn... Los nios son sensatos. No los tenemos sujetos. Venga usted, Se los voy a presentar. Sin embargo, le daba la impresin de que no todo era as: Sasha, de grandes ojos negros e inteligentes, de rasgos inos, como la madre, y gruesos labios, como el padre, era un nio muy razonable, reservado y discreto; Ana, la mayor, le pareci una nia guapa, nerviosa, imaginativa y pensadora, de aspecto enfermizo. En la casa la vida segua su rumbo. Cada cual tena sus ocupaciones, y todos pasaban juntos las horas de ocio en sus a i-ciones y juegos predilectos, en los cuales los mayores tambin tomaban parte. En las ies-

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    prometiendo el libro. Y lo consigui. Hubo ms entrevistas. La madre le traa libros nuevos de economa poltica, de parte de los amigos. Sasha se interesaba por todo, como si le quedara toda la vida. . . A ella eso la alentaba y al mismo tiempo la asustaba... Peskovski, enloquecido por la inquietud, convenci a Mara Alexndrovna para que le permitiese in luir en Sasha ... - Acaso no desea que se salve su hijo? -E insista- : Cdame su entrevista. Viendo jugada la vida de su hijo, Mara Alexndrovna cedi. Y l "in luy", crea, contento ... - Once personas haban pedido el in-dulto; por lo tanto el zar tendr que aminorar el castigo. Ella tambin escribi a la emperatriz, pero no tuvo respuesta. Le pareca imposible a la madre que Peskovski hubiera convencido a su hijo. Y re-

    7

    tendindole la mano para saludado y le ofreci asiento en el silln de cuero negro. -Lo nico que yo quisiera son buenos conocimientos para el ingreso en la preparatoria del colegio. Creo que sobra hablar de todo lo dems, ya que la educacin es nuestro trabajo comn... Los nios son sensatos. No los tenemos sujetos. Venga usted, Se los voy a presentar. Sin embargo, le daba la impresin de que no todo era as: Sasha, de grandes ojos negros e inteligentes, de rasgos inos, como la madre, y gruesos labios, como el padre, era un nio muy razonable, reservado y discreto; Ana, la mayor, le pareci una nia guapa, nerviosa, imaginativa y pensadora, de aspecto enfermizo. En la casa la vida segua su rumbo. Cada cual tena sus ocupaciones, y todos pasaban juntos las horas de ocio en sus a i-ciones y juegos predilectos, en los cuales los mayores tambin tomaban parte. En las ies-

  • 8

    tas, Kalshnikov visitaba a los Ulinov. Haba observado que jams se daba importancia al brillo arti icioso, al deseo de pasmar con algo. Todos eran diferentes, cada uno a su manera, incluso los pequeos, Volodia4 y Ol-ga5, vivarachos, de ojos traviesos, que no pa-raban un solo instante, ruidosos, era la edad... Pero hacan ruido en el jardn, obedeciendo a una conducta a la que estaban acostumbra-dos en la casa, comprendiendo que no deban molestar a los que trabajaban. Entrando en el patio, Kalshnikov oa como gritaban los chicos en el jardn, corriendo en su expan-sin, con sus fantsticos trajes de indios que ellos mismos se confeccionaban, blandiendo a la par sus arcos y lechas. "Los nios de-ben gritar..." -explicaba Mara Alexndrovna, acercndose le cautelosamente. En el jardn los nios gozaban a sus anchas. Tenan el jue-go del croquet y otro que se llamaba "pasos gigantes" (para gimnasia). En los pocos das 4 Diminutivo de Vladimir Ilich Ulinov (Lenin).

    5 Olga Ulinov, hermana.

    89

    deseas eso? - Tienes toda la vida por delante, Sasha, hijo mo... Todo puede ocurrir... pdelo... - No, mam, hablemos de otra cosa, tenemos tan poco tiempo. . . -y esboz una forzada sonrisa con sus labios exanges-. Escchame: hazme el favor de desempear mi medalla de oro, que empe por cien rubIos, y luego la vendes por su precio, que son ciento treinta, y treinta devulveselos a un tal Tulnov, compaero mo, que me los prest. Lo hars mam? - S, s -deca sin comprender casi-. Lo har todo. Te hace falta algo ms?, dmelo... - S! Heine. Cmo quisiera. . . -Sasha se pas la mano por el cabello, echndoselo atrs, aquel gesto era tan conocido y entraable desde su infancia... - Cmo no, cmo no -repiti ella- pero en dnde... Agobiado por lo doloroso de la entre-vista, Knizev intervino en la conversacin

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    tas, Kalshnikov visitaba a los Ulinov. Haba observado que jams se daba importancia al brillo arti icioso, al deseo de pasmar con algo. Todos eran diferentes, cada uno a su manera, incluso los pequeos, Volodia4 y Ol-ga5, vivarachos, de ojos traviesos, que no pa-raban un solo instante, ruidosos, era la edad... Pero hacan ruido en el jardn, obedeciendo a una conducta a la que estaban acostumbra-dos en la casa, comprendiendo que no deban molestar a los que trabajaban. Entrando en el patio, Kalshnikov oa como gritaban los chicos en el jardn, corriendo en su expan-sin, con sus fantsticos trajes de indios que ellos mismos se confeccionaban, blandiendo a la par sus arcos y lechas. "Los nios de-ben gritar..." -explicaba Mara Alexndrovna, acercndose le cautelosamente. En el jardn los nios gozaban a sus anchas. Tenan el jue-go del croquet y otro que se llamaba "pasos gigantes" (para gimnasia). En los pocos das 4 Diminutivo de Vladimir Ilich Ulinov (Lenin).

    5 Olga Ulinov, hermana.

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    deseas eso? - Tienes toda la vida por delante, Sasha, hijo mo... Todo puede ocurrir... pdelo... - No, mam, hablemos de otra cosa, tenemos tan poco tiempo. . . -y esboz una forzada sonrisa con sus labios exanges-. Escchame: hazme el favor de desempear mi medalla de oro, que empe por cien rubIos, y luego la vendes por su precio, que son ciento treinta, y treinta devulveselos a un tal Tulnov, compaero mo, que me los prest. Lo hars mam? - S, s -deca sin comprender casi-. Lo har todo. Te hace falta algo ms?, dmelo... - S! Heine. Cmo quisiera. . . -Sasha se pas la mano por el cabello, echndoselo atrs, aquel gesto era tan conocido y entraable desde su infancia... - Cmo no, cmo no -repiti ella- pero en dnde... Agobiado por lo doloroso de la entre-vista, Knizev intervino en la conversacin

  • 88

    Le permitieron entrar en el edi icio de la prisin preventiva. Ya saba la sentencia. Cmo haba cambiado el rostro de su hijo en una noche, pareca que la sangre toda hubiera huido de l. . . tena hundidos los ojos. Estaba all, pero ya no estaba con ella. El joven substituto de iscal Knizev le abri las puertas de la cmara y con delicadeza se qued en el corredor. - Sasha, debes pedir el indulto, piensa en nosotros. . . -Despus de todo lo que he reconocido en el proceso? Eso no puedo hacerlo. Comprndeme, sera falso, -con cario estrech entre sus manos la cara de su madre cubierta de lgrimas. -Tiene razn, tiene razn -dijo sin contenerse ms Knizev. Oyes, mam, lo que dicen?... La nica substitucin sera Shlisselburgo con cadena perpetua. Solamente libros religiosos; acabara volvindome idiota. Acaso me

    9

    que Ili Nikolievich se quedaba en casa, le sorprenda Kalshnikov en el campo del cro-quet y observaba con qu afn discuta l, hombre tan serio, por una jugada mal hecha y la atencin que pona en el juego. Kalshnikov conoca mejor que nadie las regiones de inspeccin de Ili Nikolievich. A veces, ni para las iestas llegaba al hogar. Pero l nunca not enojo en la voz o en el rostro de Mara Alexndrovna. "Cmo veneran el trabajo..." -pensaba. Los nios estudiaban bien. Se notaba que lean mucho. Sasha y Ana se a icionaron a Walter Scott, "Ivanhoe". El padre estaba subscrito a todas las revistas infantiles. A Kalshnikov, que conoca bien el rgimen de los colegios, le preocupaba el cmo estos nios educados sin sujecin, libres, se resignaran al adiestramiento, a la brutalidad e incluso a la injusticia, cosa frecuente en las escuelas. Nunca vio llorar a los nios. Pero un da encontr a Sasha llorando. Aquel da

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    Le permitieron entrar en el edi icio de la prisin preventiva. Ya saba la sentencia. Cmo haba cambiado el rostro de su hijo en una noche, pareca que la sangre toda hubiera huido de l. . . tena hundidos los ojos. Estaba all, pero ya no estaba con ella. El joven substituto de iscal Knizev le abri las puertas de la cmara y con delicadeza se qued en el corredor. - Sasha, debes pedir el indulto, piensa en nosotros. . . -Despus de todo lo que he reconocido en el proceso? Eso no puedo hacerlo. Comprndeme, sera falso, -con cario estrech entre sus manos la cara de su madre cubierta de lgrimas. -Tiene razn, tiene razn -dijo sin contenerse ms Knizev. Oyes, mam, lo que dicen?... La nica substitucin sera Shlisselburgo con cadena perpetua. Solamente libros religiosos; acabara volvindome idiota. Acaso me

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    que Ili Nikolievich se quedaba en casa, le sorprenda Kalshnikov en el campo del cro-quet y observaba con qu afn discuta l, hombre tan serio, por una jugada mal hecha y la atencin que pona en el juego. Kalshnikov conoca mejor que nadie las regiones de inspeccin de Ili Nikolievich. A veces, ni para las iestas llegaba al hogar. Pero l nunca not enojo en la voz o en el rostro de Mara Alexndrovna. "Cmo veneran el trabajo..." -pensaba. Los nios estudiaban bien. Se notaba que lean mucho. Sasha y Ana se a icionaron a Walter Scott, "Ivanhoe". El padre estaba subscrito a todas las revistas infantiles. A Kalshnikov, que conoca bien el rgimen de los colegios, le preocupaba el cmo estos nios educados sin sujecin, libres, se resignaran al adiestramiento, a la brutalidad e incluso a la injusticia, cosa frecuente en las escuelas. Nunca vio llorar a los nios. Pero un da encontr a Sasha llorando. Aquel da

  • 10

    todo era inslito en la casa. Inslita la manera de hablar de la niera Brbara con Nastia, la cocinera. En el comedor haba una, prenda blanca, tirada con precipitacin sobre una silla. Sasha lloraba junto a la puerta cerrada de la habitacin de su madre. Haca poco que Sasha con el profesor haban preparado, para el cumpleaos de Mara Alexndrovna, los versos de "Ivn Susanin" de Ryliev6, copiados caligr icamente y que tanto le gustaban. Pero todo se olvid, pues se' enferm Mara Alexndrovna. Su estado era grave. El mdico, Ivn Pokrovski, amigo de la casa, un hombre alto, grueso, de ojos saltones siempre alegres, un bromista empedernido y magn ico terapeuta, aquel da tena pintada la preocupacin en el rostro. Tambin estaba el mdico Lev Persininov, que generalmente no practicaba y no sala de su inca donde haba organizado una escuela para los nios 6 Kondrati Fidorovich Ryliev: poeta ruso,

    decembrista.

    87

    En su mirada pareci brotar la compasin. - Cmo no, cmo no. . . -musit confuso, acercando un silln a la visitante. Le cost mucho empezar la conversacin. - Hoy han juzgado a mi hijo por haber atentado contra el soberano. El senador baj la mirada. - Un joven tan simptico -dijo a ligido- y iel a sus ideales . . . - Por amor de Dios, aydeme; me han dicho que est a su alcance; deseo verme con mi desdichado hijo. . . -y se llev el pauelo a los ojos, hinchados de tanto llorar. "Todava no lo sabe" -tent Tagntsev. Intent disuadirla, pero al instante comprendi que nada conseguira. Entonces, escribi una carta para el iscal de la cmara del juzgado, Eduard Fuks, del cual dependa el permiso...

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    todo era inslito en la casa. Inslita la manera de hablar de la niera Brbara con Nastia, la cocinera. En el comedor haba una, prenda blanca, tirada con precipitacin sobre una silla. Sasha lloraba junto a la puerta cerrada de la habitacin de su madre. Haca poco que Sasha con el profesor haban preparado, para el cumpleaos de Mara Alexndrovna, los versos de "Ivn Susanin" de Ryliev6, copiados caligr icamente y que tanto le gustaban. Pero todo se olvid, pues se' enferm Mara Alexndrovna. Su estado era grave. El mdico, Ivn Pokrovski, amigo de la casa, un hombre alto, grueso, de ojos saltones siempre alegres, un bromista empedernido y magn ico terapeuta, aquel da tena pintada la preocupacin en el rostro. Tambin estaba el mdico Lev Persininov, que generalmente no practicaba y no sala de su inca donde haba organizado una escuela para los nios 6 Kondrati Fidorovich Ryliev: poeta ruso,

    decembrista.

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    En su mirada pareci brotar la compasin. - Cmo no, cmo no. . . -musit confuso, acercando un silln a la visitante. Le cost mucho empezar la conversacin. - Hoy han juzgado a mi hijo por haber atentado contra el soberano. El senador baj la mirada. - Un joven tan simptico -dijo a ligido- y iel a sus ideales . . . - Por amor de Dios, aydeme; me han dicho que est a su alcance; deseo verme con mi desdichado hijo. . . -y se llev el pauelo a los ojos, hinchados de tanto llorar. "Todava no lo sabe" -tent Tagntsev. Intent disuadirla, pero al instante comprendi que nada conseguira. Entonces, escribi una carta para el iscal de la cmara del juzgado, Eduard Fuks, del cual dependa el permiso...

  • 86

    No haba odo la sentencia. - La intervencin de Sasha la comparan con la de Zhelibov -le dijo Mark. Acaso ahora eso tena importancia? Se enter de las seas de Tagntsev y se encamin a la calle de Krochnaia N 3. El lacayo Ie dijo que Tagntsev acababa de llegar de la sesin del juicio. - Avsele. Su esbelta igura llena de dignidad, su porte, su oscuro atuendo, el sombrero negro cubriendo sus blancos cabellos, a irmaban que era una seora de "su crculo". El criado volvi enseguida. - Pase usted. Ella entr en el despacho. Tagntsev levantndose de la mesa sali a su encuentro, sin reconocerla, pero poniendo cara amable por si acaso. Estaba cansado, se notaba. - Nikoli Stepnovich, no me reconoce usted? Soy Ulinova, en Penza usted sola visitarnos...

    11

    de los campesinos. Durante varios das todos en la casa estaban abatidos, pero Mara Alexndrovna venci la enfermedad. Cuando sali por primera vez al comedor, an dbil, esmerndose en proceder como de costumbre, Kalshnikov experiment una sacudida al verla y, aun sabiendo que cometa una indiscrecin, no poda apartar la mirada de sus cabellos que Se haban vuelto completamente blancos. Mara Alexndrovna hizo un gesto de desagrado y, llevndose las manos hacia la nuca, donde caa su pesado moo, se alis el cabello. Las manos le temblaba... -Mentira! Los chanclos tambin pueden volar... -deca Volodia preso de risa, mientras se desprenda con destreza de uno de sus chanclos que fue a parar a la sala. -El mo ms lejos! -dijo Olia, contagindose de aquel juego imprevisto, arrojando de la misma manera el suyo.

    86

    No haba odo la sentencia. - La intervencin de Sasha la comparan con la de Zhelibov -le dijo Mark. Acaso ahora eso tena importancia? Se enter de las seas de Tagntsev y se encamin a la calle de Krochnaia N 3. El lacayo Ie dijo que Tagntsev acababa de llegar de la sesin del juicio. - Avsele. Su esbelta igura llena de dignidad, su porte, su oscuro atuendo, el sombrero negro cubriendo sus blancos cabellos, a irmaban que era una seora de "su crculo". El criado volvi enseguida. - Pase usted. Ella entr en el despacho. Tagntsev levantndose de la mesa sali a su encuentro, sin reconocerla, pero poniendo cara amable por si acaso. Estaba cansado, se notaba. - Nikoli Stepnovich, no me reconoce usted? Soy Ulinova, en Penza usted sola visitarnos...

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    de los campesinos. Durante varios das todos en la casa estaban abatidos, pero Mara Alexndrovna venci la enfermedad. Cuando sali por primera vez al comedor, an dbil, esmerndose en proceder como de costumbre, Kalshnikov experiment una sacudida al verla y, aun sabiendo que cometa una indiscrecin, no poda apartar la mirada de sus cabellos que Se haban vuelto completamente blancos. Mara Alexndrovna hizo un gesto de desagrado y, llevndose las manos hacia la nuca, donde caa su pesado moo, se alis el cabello. Las manos le temblaba... -Mentira! Los chanclos tambin pueden volar... -deca Volodia preso de risa, mientras se desprenda con destreza de uno de sus chanclos que fue a parar a la sala. -El mo ms lejos! -dijo Olia, contagindose de aquel juego imprevisto, arrojando de la misma manera el suyo.

  • 12

    - Mam y pap los reprendern cuando vengan -dijo Sasha bajando de su cuarto e intentando tranquilizar a los pequeos-. Brbara acaba de fregar el suelo. Pero ya era imposible contenerlos... Al comedor volaron los chanclos, las botas, las vlenki (botas rusas), rozando en su vertiginosa trayectoria el divn recin tapizado, manchando el suelo encerado. Los nios no se dieron cuenta cuando entr la madre. Mara Alexndrovna levant las cejas. Como si nada, se quit los guantes, colg el abrigo en la percha y, sin levantar la voz, slo con lstima de que sus hijos fuesen tan poco razonables, dijo: - De qu tonteras se ocupan... Recojan todo de prisa -les dijo con desagrado en el rostro. Se disip el entusiasmo de la travesura. Estaban avergonzados...

    Era por la tarde y todos estaban ocupados en sus tareas. Haban hecho los

    85

    ruido. Sasha contina su intervencin. El presidente o lo interrumpe o le pregunta... El iscal Nekldov: su lcido rostro no conservaba las facciones de aquel discpulo... Qu diferencia haba entre Karakzov, que dispar contra el zar, y Nekldov, que exige la muerte del hijo de su maestro!) ... en todas partes donde la vida es consciente, esas reivindicaciones inspiran simpatas . . . (Hay mucho ruido, se oye mal.) ... y slo de manera terrorista puede uno defender el derecho a sus conceptos y a la participacin intelectual en la vida social . . . (No poda ms, debera irse para que no se dieran cuenta de su laqueza. Sera peor para l? Y si perdiese el conocimiento en su presencia?... Conseguira entrevistarse con l, se dirigira a Tagntsev... El haba presenciado el juicio y no era como Nekldov.) Se levant y abrindose paso, con di i-cultad a travs de la multitud sali a la calle.

    12

    - Mam y pap los reprendern cuando vengan -dijo Sasha bajando de su cuarto e intentando tranquilizar a los pequeos-. Brbara acaba de fregar el suelo. Pero ya era imposible contenerlos... Al comedor volaron los chanclos, las botas, las vlenki (botas rusas), rozando en su vertiginosa trayectoria el divn recin tapizado, manchando el suelo encerado. Los nios no se dieron cuenta cuando entr la madre. Mara Alexndrovna levant las cejas. Como si nada, se quit los guantes, colg el abrigo en la percha y, sin levantar la voz, slo con lstima de que sus hijos fuesen tan poco razonables, dijo: - De qu tonteras se ocupan... Recojan todo de prisa -les dijo con desagrado en el rostro. Se disip el entusiasmo de la travesura. Estaban avergonzados...

    Era por la tarde y todos estaban ocupados en sus tareas. Haban hecho los

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    ruido. Sasha contina su intervencin. El presidente o lo interrumpe o le pregunta... El iscal Nekldov: su lcido rostro no conservaba las facciones de aquel discpulo... Qu diferencia haba entre Karakzov, que dispar contra el zar, y Nekldov, que exige la muerte del hijo de su maestro!) ... en todas partes donde la vida es consciente, esas reivindicaciones inspiran simpatas . . . (Hay mucho ruido, se oye mal.) ... y slo de manera terrorista puede uno defender el derecho a sus conceptos y a la participacin intelectual en la vida social . . . (No poda ms, debera irse para que no se dieran cuenta de su laqueza. Sera peor para l? Y si perdiese el conocimiento en su presencia?... Conseguira entrevistarse con l, se dirigira a Tagntsev... El haba presenciado el juicio y no era como Nekldov.) Se levant y abrindose paso, con di i-cultad a travs de la multitud sali a la calle.

  • 84

    llevndome a la conviccin que me gui a obrar de esa manera... Slo existe un camino de verdadero desarrollo: la palabra y la prensa, la pblica propaganda cient ica, pues el cambio del rgimen social es el resultado del cambio de conciencia en la sociedad. (Qu silencio reinaba en la sala, nadie cuchicheaba ni se mova.) Esa tesis est formulada claramente en el programa de la fraccin terrorista de la "Voluntad del Pueblo". (Cunto tiempo lleva hablando, y qu convincente, tranquilo... Nunca hubiera credo que pudiese hablar as.) ... La actitud del gobierno hacia nuestra vida mental no solamente hace imposible la propaganda socialista, ms an, ni siquiera la cultural; incluso la investigacin cient ica en su diversidad, est di icultada en grado sumo... (El presidente Deier interrumpe a Sasha... Qu le contest? No se oye. Hacen

    13

    deberes y pronto sera la hora de cenar. Esperaban la llegada del padre. Sasha, en el suelo del recibidor, expuso su coleccin de carteles, de la cual estaba orgulloso. Tras la puerta, le observaba Volodia. De repente, irrumpi veloz, corriendo sobre la abigarrada alfombra de papel, diseminando su orden... Haba en ello algo de protesta e indocilidad que l mismo no hubiera sabido explicar. Sasha, indignado, mir con reproche al hermano, en el rostro del cual se re lejaba la tenacidad y la atencin, y sin decir nada, se puso a recoger sus tesoros. .. Ya no quera mostrrselos al padre, se le quitaron las ganas. Alisaba las arrugadas hojas, rotas algunas. Nada dijo. Pero Volodia se senta culpable y sin decir palabra observaba cada movimiento de Sasha. Lo quera tanto, estaba orgulloso del hermano, lo imitaba y de repente... Por qu eso? Ninguno de los dos hubiera podido explicado. Despus, Sasha perdi el inters por su adorada coleccin.

    84

    llevndome a la conviccin que me gui a obrar de esa manera... Slo existe un camino de verdadero desarrollo: la palabra y la prensa, la pblica propaganda cient ica, pues el cambio del rgimen social es el resultado del cambio de conciencia en la sociedad. (Qu silencio reinaba en la sala, nadie cuchicheaba ni se mova.) Esa tesis est formulada claramente en el programa de la fraccin terrorista de la "Voluntad del Pueblo". (Cunto tiempo lleva hablando, y qu convincente, tranquilo... Nunca hubiera credo que pudiese hablar as.) ... La actitud del gobierno hacia nuestra vida mental no solamente hace imposible la propaganda socialista, ms an, ni siquiera la cultural; incluso la investigacin cient ica en su diversidad, est di icultada en grado sumo... (El presidente Deier interrumpe a Sasha... Qu le contest? No se oye. Hacen

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    deberes y pronto sera la hora de cenar. Esperaban la llegada del padre. Sasha, en el suelo del recibidor, expuso su coleccin de carteles, de la cual estaba orgulloso. Tras la puerta, le observaba Volodia. De repente, irrumpi veloz, corriendo sobre la abigarrada alfombra de papel, diseminando su orden... Haba en ello algo de protesta e indocilidad que l mismo no hubiera sabido explicar. Sasha, indignado, mir con reproche al hermano, en el rostro del cual se re lejaba la tenacidad y la atencin, y sin decir nada, se puso a recoger sus tesoros. .. Ya no quera mostrrselos al padre, se le quitaron las ganas. Alisaba las arrugadas hojas, rotas algunas. Nada dijo. Pero Volodia se senta culpable y sin decir palabra observaba cada movimiento de Sasha. Lo quera tanto, estaba orgulloso del hermano, lo imitaba y de repente... Por qu eso? Ninguno de los dos hubiera podido explicado. Despus, Sasha perdi el inters por su adorada coleccin.

  • 14

    Volodia, ms que jugar, lo que haca era romper sus juguetes, para ver lo que tenan dentro. A l le gustaba hacerIos: resultaban rudos y toscos, pero los padres nunca se los botaban. Se haba hecho unos zancos y andaba con ellos por el patio. A la vez, aprenda a manejar el hacha, la sierra, hizo unos dados y unos barquitos para los ms pequeos. En general, todos los juguetes le cansaban pronto. Tena preferencia por los soldaditos. Los recortaba de papel de barba pintndolos luego. Cada regimiento tena su color. A los soldaditos jugaban todos los nios, mayores y pequeos. A los de Sasha los capitaneaba Garibaldi, a los de Volodia, Abraham Lincoln, Grant y Sherman. A los de Ana y Olia, los tiradores espaoles, que luchaban contra Bonaparte. Los nios eran muy diferentes. Mara Alexndrovna no los meda por el mismo rasero, dndoles de su parte lo principal: el amor al trabajo y al estudio. No soportaba que alguno de ellos

    83

    comprender ni escuchar poda... el corazn le palpitaba tanto, aturdindola con el latir de la sangre, nublndole los ojos. Slo consigui concentrar su atencin por completo al or: "Acusado Ulinov!", y luego la voz clara de Sasha, un poco sorda: - Respecto a mi defensa, me encuentro en la misma situacin que Guenerlov y Andryushkin. La comprobacin de los hechos es justa y no ha sido negada por m. Por lo tanto, los derechos de la defensa se reducen exclusivamente a . . . mi derecho de explicar sobre el proceso mental que me condujo a cometer este delito . . . (Eso era lo que l tena en cuenta entonces, cuando se neg al abogado -pens ella-. Lo contar, lo explicar todo y puede ser que... ) ... Puedo atribuir a mi temprana juventud aquel confuso descontento con el rgimen en general, que iba penetrando cada vez con ms profundidad en mi conciencia,

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    Volodia, ms que jugar, lo que haca era romper sus juguetes, para ver lo que tenan dentro. A l le gustaba hacerIos: resultaban rudos y toscos, pero los padres nunca se los botaban. Se haba hecho unos zancos y andaba con ellos por el patio. A la vez, aprenda a manejar el hacha, la sierra, hizo unos dados y unos barquitos para los ms pequeos. En general, todos los juguetes le cansaban pronto. Tena preferencia por los soldaditos. Los recortaba de papel de barba pintndolos luego. Cada regimiento tena su color. A los soldaditos jugaban todos los nios, mayores y pequeos. A los de Sasha los capitaneaba Garibaldi, a los de Volodia, Abraham Lincoln, Grant y Sherman. A los de Ana y Olia, los tiradores espaoles, que luchaban contra Bonaparte. Los nios eran muy diferentes. Mara Alexndrovna no los meda por el mismo rasero, dndoles de su parte lo principal: el amor al trabajo y al estudio. No soportaba que alguno de ellos

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    comprender ni escuchar poda... el corazn le palpitaba tanto, aturdindola con el latir de la sangre, nublndole los ojos. Slo consigui concentrar su atencin por completo al or: "Acusado Ulinov!", y luego la voz clara de Sasha, un poco sorda: - Respecto a mi defensa, me encuentro en la misma situacin que Guenerlov y Andryushkin. La comprobacin de los hechos es justa y no ha sido negada por m. Por lo tanto, los derechos de la defensa se reducen exclusivamente a . . . mi derecho de explicar sobre el proceso mental que me condujo a cometer este delito . . . (Eso era lo que l tena en cuenta entonces, cuando se neg al abogado -pens ella-. Lo contar, lo explicar todo y puede ser que... ) ... Puedo atribuir a mi temprana juventud aquel confuso descontento con el rgimen en general, que iba penetrando cada vez con ms profundidad en mi conciencia,

  • 82

    Pareca convincente, pero no convenci a nadie.

    EL JUICIO

    En la inestable atmsfera primaveral de Petersburgo se senta el pujante frescor de la brisa martima, pero en el ambiente impregnado de humo de las audiencias Mara Alexndrovna se ahogaba. All se enter que los parientes podan asistir a una de las sesiones del juzgado. Al entrar en la sala repleta, vio de golpe a todos los acusados y enseguida a Sasha. El tambin la vio, y alzndose de su sitio se inclin saludndola. No pudo abrirse paso a las primeras ilas y tom asiento ms atrs, pero sin que perdiera de vista, ni un solo instante, al hijo. En un principio, ni

    15

    holgazaneara. Ella era el verdadero director de aquella orquesta, de ello estaba convencido Kalshnikov. Viera Vaslievna Kashkadmova haba sido destinada como profesora en el colegio de nias de primera enseanza. Se esmeraba para tener un aspecto respetable. Pero se sonrojaba por nada y, entonces, sus ojos redondos an brillaban ms. Con frecuencia, tiraba del cordn negro donde penda un relojito escondido en el ancho cinturn de hebilla. Tena que ir donde Ili Nikolievich para consultar con l sobre planes del ao escolar. Se encontr con Mara Alexndrovna en el patio y le pareci una mujer de edad, aunque hermosa, con esa belleza que haba visto en los lienzos de los grandes pintores. De ella, las ociosas comadres le haban hablado, repulgando los labios: - Es muy ahorrativa. Y de toda la familia decan:

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    Pareca convincente, pero no convenci a nadie.

    EL JUICIO

    En la inestable atmsfera primaveral de Petersburgo se senta el pujante frescor de la brisa martima, pero en el ambiente impregnado de humo de las audiencias Mara Alexndrovna se ahogaba. All se enter que los parientes podan asistir a una de las sesiones del juzgado. Al entrar en la sala repleta, vio de golpe a todos los acusados y enseguida a Sasha. El tambin la vio, y alzndose de su sitio se inclin saludndola. No pudo abrirse paso a las primeras ilas y tom asiento ms atrs, pero sin que perdiera de vista, ni un solo instante, al hijo. En un principio, ni

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    holgazaneara. Ella era el verdadero director de aquella orquesta, de ello estaba convencido Kalshnikov. Viera Vaslievna Kashkadmova haba sido destinada como profesora en el colegio de nias de primera enseanza. Se esmeraba para tener un aspecto respetable. Pero se sonrojaba por nada y, entonces, sus ojos redondos an brillaban ms. Con frecuencia, tiraba del cordn negro donde penda un relojito escondido en el ancho cinturn de hebilla. Tena que ir donde Ili Nikolievich para consultar con l sobre planes del ao escolar. Se encontr con Mara Alexndrovna en el patio y le pareci una mujer de edad, aunque hermosa, con esa belleza que haba visto en los lienzos de los grandes pintores. De ella, las ociosas comadres le haban hablado, repulgando los labios: - Es muy ahorrativa. Y de toda la familia decan:

  • 16

    -Han sacado la moda de excusarse ante los hijos por cualquier cosa, como si fueran mayores... Viera Vaslievna, que senta un profundo afecto por Ili Nikolievich, no vea nada censurable en lo que ataa a l y a la familia Ulinov. Viendo a aquella mujer de pelo completamente blanco, comprendi que Mara Alexndrovna era joven. Y cunta benevolencia descubri en sus ojos! Como mujer, Kashkadmova observa-ba todas las insigni icancias cotidianas en la casa de su maestro; Mara Alexndrovna dia-riamente daba clases a sus hijos, se ocupaba de las faenas caseras, trabajaba en el jardn (entonces los nios acudan en su ayuda). Se dio cuenta de que la habitacin de la ni-era estaba aislada, mientras que la de ella era una habitacin de paso. "Para estar de guardia, siempre alerta, lista para saltar de la cama, abrir la puerta o ir en ayuda cuando la llamaran" -pensaba Viera. S, en el recibidor,

    81

    mentir. T misma me has educado as, mam. Yo he querido matar a un hombre y por eso pueden matarme a m. Matarle? Eso no poda concebirlo an. No insista, no le persuada. Para l hubiera sido horrible. No quera atormentado ante esa alternativa. Conversaron de los pequeos, de Volodia, que acabara sus estudios con medalla de oro. Peskovski estaba enojadsimo. Com-prenda que era noble y abnegado eso, pero ... Como periodista conoca perfectamente el proceso de Zhelibov y Pervskaia. Pero no era Zhelibov, era Sasha, el muchachito con uniforme de estudiante, como se lo iguraba l. Los dos haban perdido el juicio, ella y l... Haba que demostrarlo, aunque no fuera as. Y Peskovski escribi de su parte al Comisariado de Polica: " ...es indudable que Ulinov no est: en su sano juicio, tan brusca resulta la incongruencia entre aquel Ulinov y ste, despus del 1 de marzo ... "

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    -Han sacado la moda de excusarse ante los hijos por cualquier cosa, como si fueran mayores... Viera Vaslievna, que senta un profundo afecto por Ili Nikolievich, no vea nada censurable en lo que ataa a l y a la familia Ulinov. Viendo a aquella mujer de pelo completamente blanco, comprendi que Mara Alexndrovna era joven. Y cunta benevolencia descubri en sus ojos! Como mujer, Kashkadmova observa-ba todas las insigni icancias cotidianas en la casa de su maestro; Mara Alexndrovna dia-riamente daba clases a sus hijos, se ocupaba de las faenas caseras, trabajaba en el jardn (entonces los nios acudan en su ayuda). Se dio cuenta de que la habitacin de la ni-era estaba aislada, mientras que la de ella era una habitacin de paso. "Para estar de guardia, siempre alerta, lista para saltar de la cama, abrir la puerta o ir en ayuda cuando la llamaran" -pensaba Viera. S, en el recibidor,

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    mentir. T misma me has educado as, mam. Yo he querido matar a un hombre y por eso pueden matarme a m. Matarle? Eso no poda concebirlo an. No insista, no le persuada. Para l hubiera sido horrible. No quera atormentado ante esa alternativa. Conversaron de los pequeos, de Volodia, que acabara sus estudios con medalla de oro. Peskovski estaba enojadsimo. Com-prenda que era noble y abnegado eso, pero ... Como periodista conoca perfectamente el proceso de Zhelibov y Pervskaia. Pero no era Zhelibov, era Sasha, el muchachito con uniforme de estudiante, como se lo iguraba l. Los dos haban perdido el juicio, ella y l... Haba que demostrarlo, aunque no fuera as. Y Peskovski escribi de su parte al Comisariado de Polica: " ...es indudable que Ulinov no est: en su sano juicio, tan brusca resulta la incongruencia entre aquel Ulinov y ste, despus del 1 de marzo ... "

  • 80

    abrazndose a sus rodillas. - Ssheka11, seguro que no es verdad lo que te culpan. Buscaremos un abogado y po-dr demostrar todo -deca ella sin creer lo que estaba diciendo, se haba convencido que todo era en vano, pues Sasha haba hecho aquello. - No hace falta ningn abogado. Yo mismo hablar en mi defensa. Quin mejor que yo conoce todas las circunstancias del suceso? Yo he tomado parte en un atentado. Slo me pesa tu pena, mam, perdname! -y besaba las manos de la madre, acercndoselas al rostro-. Y te ruego, perdname por Ana, pero ella no sabe absolutamente nada. Ante ella soy culpable, pero no poda obrar de otra manera. Adems de mi deber ante vosotros, tengo mi deber ante la Patria. - Pero esos medios son horribles. . . - Qu hacer si no tenemos otros. . . - No sera posible el arrepentimiento, una peticin? - Eso no sera franco. Yo no puedo 11 Diminutivo carioso de Alexandr.

    17

    junto a la puerta; en el comedor, junto al pan; en el despacho, junto al esposo y los hijos... Una cama de hierro, una colcha adornada con un volante. En la cmoda un espejo. La vela en la palmatoria, un cofre de caoba y libros, libros... Pequeos tomos de Heine, Goethe, Daudet, Schiller, Turguniev. La novela de Len Tolsti "La guerra y la paz". Revistas... Padres e hijos, todos tenan libros. Toda la fa-milia estaba abonada a la Biblioteca urbana Karamzn. Cuando Mara Alexndrovna se asomaba al despacho diciendo "Ya es hora de tomar el t, dejen de estudiar", el rostro de Ili Nikolievich se llenaba de satisfaccin y contento. En el comedor reinaba un ambiente jubiloso: se bromeaba y se contaban sus novedades. En aquella familia reinaba la igualdad. Haba respeto de verdad por los mayores, y stos tambin respetaban a los pequeos, teniendo consideracin con sus ocupaciones,

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    abrazndose a sus rodillas. - Ssheka11, seguro que no es verdad lo que te culpan. Buscaremos un abogado y po-dr demostrar todo -deca ella sin creer lo que estaba diciendo, se haba convencido que todo era en vano, pues Sasha haba hecho aquello. - No hace falta ningn abogado. Yo mismo hablar en mi defensa. Quin mejor que yo conoce todas las circunstancias del suceso? Yo he tomado parte en un atentado. Slo me pesa tu pena, mam, perdname! -y besaba las manos de la madre, acercndoselas al rostro-. Y te ruego, perdname por Ana, pero ella no sabe absolutamente nada. Ante ella soy culpable, pero no poda obrar de otra manera. Adems de mi deber ante vosotros, tengo mi deber ante la Patria. - Pero esos medios son horribles. . . - Qu hacer si no tenemos otros. . . - No sera posible el arrepentimiento, una peticin? - Eso no sera franco. Yo no puedo 11 Diminutivo carioso de Alexandr.

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    junto a la puerta; en el comedor, junto al pan; en el despacho, junto al esposo y los hijos... Una cama de hierro, una colcha adornada con un volante. En la cmoda un espejo. La vela en la palmatoria, un cofre de caoba y libros, libros... Pequeos tomos de Heine, Goethe, Daudet, Schiller, Turguniev. La novela de Len Tolsti "La guerra y la paz". Revistas... Padres e hijos, todos tenan libros. Toda la fa-milia estaba abonada a la Biblioteca urbana Karamzn. Cuando Mara Alexndrovna se asomaba al despacho diciendo "Ya es hora de tomar el t, dejen de estudiar", el rostro de Ili Nikolievich se llenaba de satisfaccin y contento. En el comedor reinaba un ambiente jubiloso: se bromeaba y se contaban sus novedades. En aquella familia reinaba la igualdad. Haba respeto de verdad por los mayores, y stos tambin respetaban a los pequeos, teniendo consideracin con sus ocupaciones,

  • 18

    sus juegos e intereses. Un sbado Viera Vaslievna fue testigo de cmo Ana y Sasha reprochaban a la pequea Olia: - Lo prometiste y no lo has cumplido, no te da vergenza no cumplir la palabra dada? -Y Ana tendindole un cuaderno de la tienda de Yurguens le dijo: - Toma, so mona! La pequea se sonroj y rpido, bajando la cabeza, subi la escalera que daba a la habitacin de los nios, empinando el brazo para alcanzar la barandilla. Pareca que todos se haban olvidado del incidente, cuando casi rodando por la escalera baj Olia agitando una hoja de papel en la mano. Como siempre los sbados, a la hora del t, tena lugar la lectura de la revista "Sbados", redactor jefe y dibujante de la cual era Sasha, que tena ya preparada consigo la carpeta donde, bien escrito, se lea el ttulo. Sus nmeros no se encuadernaban,

    79

    En su carta, Durnov puso: "Conduzcan a la seora de Ulinov a mi despacho para las 12 h". Y fue corts: - La confesin y contricin francas aminoraran su destino. . . Le dieron el pase. No saba nada de lo que se tramaba a sus espaldas, pero senta como si un aro candente le oprimiera sin cesar el corazn. La madre no notaba nada de lo que pasaba a su alrededor yendo al encuentro de su hijo. El 1 de abril la condujeron por un corredor hmedo y lbrego en la Fortaleza de Pedro y Pablo. Cunta piedra y cunto hierro! Qu fro, Seor. . .! Sasha entr. No, lo conducan a donde estaba ella. Llevaba una vestimenta sucia gris. Tena crecida la barba y laco el rostro... Aqul era su hijo? Era l! El carcelero, ruidosamente, toc un muelle, baj una litera. La madre se sent. Sasha se ech a su encuentro: "Mam, perdname!" -dijo

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    sus juegos e intereses. Un sbado Viera Vaslievna fue testigo de cmo Ana y Sasha reprochaban a la pequea Olia: - Lo prometiste y no lo has cumplido, no te da vergenza no cumplir la palabra dada? -Y Ana tendindole un cuaderno de la tienda de Yurguens le dijo: - Toma, so mona! La pequea se sonroj y rpido, bajando la cabeza, subi la escalera que daba a la habitacin de los nios, empinando el brazo para alcanzar la barandilla. Pareca que todos se haban olvidado del incidente, cuando casi rodando por la escalera baj Olia agitando una hoja de papel en la mano. Como siempre los sbados, a la hora del t, tena lugar la lectura de la revista "Sbados", redactor jefe y dibujante de la cual era Sasha, que tena ya preparada consigo la carpeta donde, bien escrito, se lea el ttulo. Sus nmeros no se encuadernaban,

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    En su carta, Durnov puso: "Conduzcan a la seora de Ulinov a mi despacho para las 12 h". Y fue corts: - La confesin y contricin francas aminoraran su destino. . . Le dieron el pase. No saba nada de lo que se tramaba a sus espaldas, pero senta como si un aro candente le oprimiera sin cesar el corazn. La madre no notaba nada de lo que pasaba a su alrededor yendo al encuentro de su hijo. El 1 de abril la condujeron por un corredor hmedo y lbrego en la Fortaleza de Pedro y Pablo. Cunta piedra y cunto hierro! Qu fro, Seor. . .! Sasha entr. No, lo conducan a donde estaba ella. Llevaba una vestimenta sucia gris. Tena crecida la barba y laco el rostro... Aqul era su hijo? Era l! El carcelero, ruidosamente, toc un muelle, baj una litera. La madre se sent. Sasha se ech a su encuentro: "Mam, perdname!" -dijo

  • 78

    Vaslievski Ostrov, Sredni Prospekt, N 32, piso 5".

    Ella escribi lo que senta y pensaba. Una persona con alma comprendera y creera... Pero Alejandro III no era ese hombre. Ley la carta: "Curioso, cunta elocuencia... " Y nunca supo la madre que junto a las lneas "yo har que renazcan de nuevo los buenos sentimientos... " el monarca de toda Rusia, con letra grande y sin miramientos escribi: "Y en qu pensaba antes ... " Y puso la siguiente resolucin: "Creo que se le debe permitir entrevistarse con el hijo para que se cerciore del tipo que es su idolatrado hijito, mostrndole sus testimonios, y vea qu convicciones tiene". El monarca no pecaba de corts... Tampoco era depurado su estilo. El ministro del Interior quiso aprovechar la entrevista para que la madre instara al hijo a traicionar a sus compaeros.

    19

    se dejaban sueltos dentro de las pastas. Sasha, sin incentivo alguno, cogi la hoja de papel que le tenda su hermanita, que estallaba de contenta: slo Viera Vaslievna vio en su mirada una chispa de satisfaccin. Rpidamente ley la hoja metindola en la carpeta. Ella, que estaba sentada junto a Sasha, pudo leer la irma que en letra de molde pona: "SOMONA". Empezaron la lectura: versos, un cuento... Sasha mostraba caricaturas. Bajo el dibujo de una nia llorando pona: "Olia a la hora de acostarse". "El primer da de Volodia en el colegio" pintaba al pequeo colegial con cara de asombro y un cucurucho vaco en la mano, mientras sus amigos corran llevndose sus pastelitos ... Cuando Sasha inici la sardnica lectura del relato de "Kubyshkin", Volodia se volvi todo odos. Por vez primera asista al anlisis de una obra, que adems era la suya. Dej de masticar el pan con mantequilla,

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    Vaslievski Ostrov, Sredni Prospekt, N 32, piso 5".

    Ella escribi lo que senta y pensaba. Una persona con alma comprendera y creera... Pero Alejandro III no era ese hombre. Ley la carta: "Curioso, cunta elocuencia... " Y nunca supo la madre que junto a las lneas "yo har que renazcan de nuevo los buenos sentimientos... " el monarca de toda Rusia, con letra grande y sin miramientos escribi: "Y en qu pensaba antes ... " Y puso la siguiente resolucin: "Creo que se le debe permitir entrevistarse con el hijo para que se cerciore del tipo que es su idolatrado hijito, mostrndole sus testimonios, y vea qu convicciones tiene". El monarca no pecaba de corts... Tampoco era depurado su estilo. El ministro del Interior quiso aprovechar la entrevista para que la madre instara al hijo a traicionar a sus compaeros.

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    se dejaban sueltos dentro de las pastas. Sasha, sin incentivo alguno, cogi la hoja de papel que le tenda su hermanita, que estallaba de contenta: slo Viera Vaslievna vio en su mirada una chispa de satisfaccin. Rpidamente ley la hoja metindola en la carpeta. Ella, que estaba sentada junto a Sasha, pudo leer la irma que en letra de molde pona: "SOMONA". Empezaron la lectura: versos, un cuento... Sasha mostraba caricaturas. Bajo el dibujo de una nia llorando pona: "Olia a la hora de acostarse". "El primer da de Volodia en el colegio" pintaba al pequeo colegial con cara de asombro y un cucurucho vaco en la mano, mientras sus amigos corran llevndose sus pastelitos ... Cuando Sasha inici la sardnica lectura del relato de "Kubyshkin", Volodia se volvi todo odos. Por vez primera asista al anlisis de una obra, que adems era la suya. Dej de masticar el pan con mantequilla,

  • 20

    y apoyando la cabeza sobre las manos, disgustado, escuchaba cada palabra. Mara Alexndrovna, preocupada, vea el cambio que se produca en su rostro. El crtico no se andaba con remilgos poniendo a todos en burla, preguntando: "Y por qu se calla nuestro respetable "Embustero"? Se ha limitado a bromas y adivinanzas?" A Viera Vaslievna le chocaba que un muchacho tan franco como Sasha hubiera aceptado el seudnimo de "Embustero", quizs para el contraste ... Cuando ya haban cerrado la carpeta y se inici la conversacin general, Mara Alexndrovna dijo: - Con tal brusquedad espantarn a todos los colaboradores de los "Sbados" ... Adems, para qu tantos versos? Volodia, confuso, se puso triste, pero enseguida se le pas el mal humor. Ana sin decir nada sonrea escondiendo su azoramiento. Sasha, siempre discreto result

    77

    para poder cuanto antes ser til a la familia. Oh, Majestad! Le suplico clemencia para mis hijos! Fuerzas me faltan para soportar esta desgracia y no hay en el mundo tan inhumano y terrible dolor como el mo... Compadzcase de mi desgraciada vejez! Devulvame a mis hijos! . . . Alteza! Si a mi hijo se le han nublado el juicio y el sentimiento y en su alma hubieran penetrado criminales propsitos, Alteza, yo har que renazcan de nuevo los buenos sentimientos, con los cuales hace tan poco an viva. . . Tengo fe sagrada en la fuerza de mi amor maternal y en la idelidad ilial, ni un solo instante he vacilado en poder conseguir que mi hijo, que no ha alcanzado la mayora de edad, sea un miembro digno de la familia rusa. . . Clemencia, Alteza, clemencia imploro. . .

    Mara Ulinova 28 de marzo de 1887. San Petersburgo.

    20

    y apoyando la cabeza sobre las manos, disgustado, escuchaba cada palabra. Mara Alexndrovna, preocupada, vea el cambio que se produca en su rostro. El crtico no se andaba con remilgos poniendo a todos en burla, preguntando: "Y por qu se calla nuestro respetable "Embustero"? Se ha limitado a bromas y adivinanzas?" A Viera Vaslievna le chocaba que un muchacho tan franco como Sasha hubiera aceptado el seudnimo de "Embustero", quizs para el contraste ... Cuando ya haban cerrado la carpeta y se inici la conversacin general, Mara Alexndrovna dijo: - Con tal brusquedad espantarn a todos los colaboradores de los "Sbados" ... Adems, para qu tantos versos? Volodia, confuso, se puso triste, pero enseguida se le pas el mal humor. Ana sin decir nada sonrea escondiendo su azoramiento. Sasha, siempre discreto result

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    para poder cuanto antes ser til a la familia. Oh, Majestad! Le suplico clemencia para mis hijos! Fuerzas me faltan para soportar esta desgracia y no hay en el mundo tan inhumano y terrible dolor como el mo... Compadzcase de mi desgraciada vejez! Devulvame a mis hijos! . . . Alteza! Si a mi hijo se le han nublado el juicio y el sentimiento y en su alma hubieran penetrado criminales propsitos, Alteza, yo har que renazcan de nuevo los buenos sentimientos, con los cuales hace tan poco an viva. . . Tengo fe sagrada en la fuerza de mi amor maternal y en la idelidad ilial, ni un solo instante he vacilado en poder conseguir que mi hijo, que no ha alcanzado la mayora de edad, sea un miembro digno de la familia rusa. . . Clemencia, Alteza, clemencia imploro. . .

    Mara Ulinova 28 de marzo de 1887. San Petersburgo.

  • 76

    me a irm el 16 de marzo que ella no est comprometida en nada. . . Respecto a mi hijo, dir que siempre. . . fueron para l lo primero los intereses de la familia, manteniendo conmigo una correspondencia regular. Hace un ao muri mi esposo, ex director de las escuelas de instruccin pblica en la provincia de Simbirsk. Me he quedado sola con seis hijos, entre ellos cuatro an pequeos. Esta desgracia que se blandi sobre mi cabeza, ya blanca, me hubiera derribado a no ser por el apoyo moral que encontr en mi hijo mayor, que prometi su ayuda, comprendiendo lo crtico del trance en que se encontraba la familia. La ciencia era su verdadera a icin, abandonando toda clase de diversiones por el trabajo en el laboratorio. En la Universidad fue muy bien admitido. La medalla de oro le abra el camino al profesorado y el ao en curso trabaj mucho en los laboratorios de zoologa, preparando su tesis universitaria,

    21

    un redactor intransigente que defenda la posicin de su revista y el derecho del crtico de marras a expresar su opinin. Maiasha tendra cinco aos cuando su madre empez a ensearle a hacer punto. La nia no quera aprender. Y con sus negros ojos apesadumbrados miraba a la madre de reojo. Mara Alexndrovna sonrea dndose cuenta de ello. - T no sabes lo interesen te que es, Maa. Prueba t misma, vers ... - El ovillo de lana de angora rojo que estaba en la canastilla de costura de la madre pareca pesado y el ganchillo se le escapaba de sus deditos poco obedientes, Pero Mara Alexndrovna como si no viera el tormento de Maiasha, segua ensendole: primeramente, sosteniendo ella misma la labor y guindole los dedos echando la hebra; despus la dej sola y le iba diciendo cmo tena que hacer. Cuando se vea que aquello sera una bufanda, del ovillo que se termin a medias sali una muequita

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    me a irm el 16 de marzo que ella no est comprometida en nada. . . Respecto a mi hijo, dir que siempre. . . fueron para l lo primero los intereses de la familia, manteniendo conmigo una correspondencia regular. Hace un ao muri mi esposo, ex director de las escuelas de instruccin pblica en la provincia de Simbirsk. Me he quedado sola con seis hijos, entre ellos cuatro an pequeos. Esta desgracia que se blandi sobre mi cabeza, ya blanca, me hubiera derribado a no ser por el apoyo moral que encontr en mi hijo mayor, que prometi su ayuda, comprendiendo lo crtico del trance en que se encontraba la familia. La ciencia era su verdadera a icin, abandonando toda clase de diversiones por el trabajo en el laboratorio. En la Universidad fue muy bien admitido. La medalla de oro le abra el camino al profesorado y el ao en curso trabaj mucho en los laboratorios de zoologa, preparando su tesis universitaria,

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    un redactor intransigente que defenda la posicin de su revista y el derecho del crtico de marras a expresar su opinin. Maiasha tendra cinco aos cuando su madre empez a ensearle a hacer punto. La nia no quera aprender. Y con sus negros ojos apesadumbrados miraba a la madre de reojo. Mara Alexndrovna sonrea dndose cuenta de ello. - T no sabes lo interesen te que es, Maa. Prueba t misma, vers ... - El ovillo de lana de angora rojo que estaba en la canastilla de costura de la madre pareca pesado y el ganchillo se le escapaba de sus deditos poco obedientes, Pero Mara Alexndrovna como si no viera el tormento de Maiasha, segua ensendole: primeramente, sosteniendo ella misma la labor y guindole los dedos echando la hebra; despus la dej sola y le iba diciendo cmo tena que hacer. Cuando se vea que aquello sera una bufanda, del ovillo que se termin a medias sali una muequita

  • 22

    diminuta de porcelana, vestida con un gorro y un precioso trajecito de lana roja. Maa, de asombro, se qued con la boca abierta. Las dos, pasmadas, se pusieron a examinar a la inesperada visitante ... Despus de esto, Maa haca ms atenta su labor. Otra vez, del ovillo sali un lpiz para su librito de notas, colgado de un cordoncito con una borla. Luego, fue una onza de chocolate... Cuando esto ocurra, las dos se rean contentas. As todo fue marchando de maravillas. Cuando al cabo de unos das Masha termin la bufanda, ni siquiera se dio cuenta que al acabarse el hilo no haba ninguna sorpresa, tal era la satisfaccin que le produjo su trabajo concludo, el regalo para el pequeo Mitia. Mara Alexndrovna se haca tiempo para dar clases de costura en el colegio de nias. Una vez, lli Nikolievich le dijo a Viera Vaslievna :

    75

    fue ella la que hizo todo para educarlo as? Escribira al monarca: l se haba salvado y deba ser indulgente. . . " . . .El dolor y la desesperacin materna me dan valor para recurrir a su Alteza Real como nico amparo. Majestad! Gracia y clemencia para mis hijos. . . El hijo mayor, Alexandr, que termin el colegio con medalla de oro, tambin la gan despus en la Universidad, y mi hija, Ana, que estudiaba notablemente en los Cursillos Superiores femeninos, ahora, cuando ya quedan tan slo unos meses para que ambos terminen la carrera, de repente, debo perderlos a los dos... No tengo lgrimas para llorar mi pena ni palabras para expresar mi desesperacin. . . He visto a mi hija, he hablado con ella. Yo conozco a mis hijos, y de las entrevistas con mi hija he podido comprender que no tiene culpa ninguna; incluso el comisario

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    diminuta de porcelana, vestida con un gorro y un precioso trajecito de lana roja. Maa, de asombro, se qued con la boca abierta. Las dos, pasmadas, se pusieron a examinar a la inesperada visitante ... Despus de esto, Maa haca ms atenta su labor. Otra vez, del ovillo sali un lpiz para su librito de notas, colgado de un cordoncito con una borla. Luego, fue una onza de chocolate... Cuando esto ocurra, las dos se rean contentas. As todo fue marchando de maravillas. Cuando al cabo de unos das Masha termin la bufanda, ni siquiera se dio cuenta que al acabarse el hilo no haba ninguna sorpresa, tal era la satisfaccin que le produjo su trabajo concludo, el regalo para el pequeo Mitia. Mara Alexndrovna se haca tiempo para dar clases de costura en el colegio de nias. Una vez, lli Nikolievich le dijo a Viera Vaslievna :

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    fue ella la que hizo todo para educarlo as? Escribira al monarca: l se haba salvado y deba ser indulgente. . . " . . .El dolor y la desesperacin materna me dan valor para recurrir a su Alteza Real como nico amparo. Majestad! Gracia y clemencia para mis hijos. . . El hijo mayor, Alexandr, que termin el colegio con medalla de oro, tambin la gan despus en la Universidad, y mi hija, Ana, que estudiaba notablemente en los Cursillos Superiores femeninos, ahora, cuando ya quedan tan slo unos meses para que ambos terminen la carrera, de repente, debo perderlos a los dos... No tengo lgrimas para llorar mi pena ni palabras para expresar mi desesperacin. . . He visto a mi hija, he hablado con ella. Yo conozco a mis hijos, y de las entrevistas con mi hija he podido comprender que no tiene culpa ninguna; incluso el comisario

  • 74

    Ana . . . Slo al verlos lo comprendera todo. Mark le haba dicho que a Sasha lo haban elegido secretario de la Sociedad Cient ico-Literaria Estudiantil, pero dos o tres meses antes del 1 de marzo haba denegado de su cargo, y eso lo alarmaba: estaba nervioso y obr as, queriendo resguardar la organizacin, sin mancillarla. Permitieron que se viera con Ana. Para la madre fue un doloroso impacto su aspecto, el terroso color de su rostro. Pero not que sus ojos brillaban febriles. . . Senta admiracin por su hermano. La madre se hizo cargo de lo grave de la causa de Sasha. Pero no poda concebir que fuese tanto como decan los gendarmes, ya que el atentado no haba tenido lugar. Y Sasha no pudo ni hubiera podido levantar el arma contra el zar. El, tan serio tan enfrascado en su ciencia, da y noche metido en el laboratorio, tan honrado y tan franco, (demasiado!), no aceptaba compromiso alguno. Y acaso no

    23

    -A nuestros hijos podramos seleccionarlos as: Ana y Sasha, los ms serios; los ms traviesos, Volodia y Olia; los ms tranquilos, los pequeos: Mitia y Maiasha. Quin sabe lo que sern cuando sean mayores, pero creo que personas de provecho.

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    Ana . . . Slo al verlos lo comprendera todo. Mark le haba dicho que a Sasha lo haban elegido secretario de la Sociedad Cient ico-Literaria Estudiantil, pero dos o tres meses antes del 1 de marzo haba denegado de su cargo, y eso lo alarmaba: estaba nervioso y obr as, queriendo resguardar la organizacin, sin mancillarla. Permitieron que se viera con Ana. Para la madre fue un doloroso impacto su aspecto, el terroso color de su rostro. Pero not que sus ojos brillaban febriles. . . Senta admiracin por su hermano. La madre se hizo cargo de lo grave de la causa de Sasha. Pero no poda concebir que fuese tanto como decan los gendarmes, ya que el atentado no haba tenido lugar. Y Sasha no pudo ni hubiera podido levantar el arma contra el zar. El, tan serio tan enfrascado en su ciencia, da y noche metido en el laboratorio, tan honrado y tan franco, (demasiado!), no aceptaba compromiso alguno. Y acaso no

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    -A nuestros hijos podramos seleccionarlos as: Ana y Sasha, los ms serios; los ms traviesos, Volodia y Olia; los ms tranquilos, los pequeos: Mitia y Maiasha. Quin sabe lo que sern cuando sean mayores, pero creo que personas de provecho.

  • 24

    QUE VAMOS A HACER CON EL?"

    La casa y el jardn, llenos con la presencia palpitante de los hijos, todo aquel ambiente creado y cuidado con las manos incansables de Masha, le daban a Ili Nikolievich fuerzas para trabajar. Se afanaba mucho procurando estar al tanto de la vida, de la sociedad contempornea: reciba valioso material didctico de exposiciones, aparatos de sica, que antes de llevarlos al colegio se los

    mostraba a sus hijos en casa, exponiendo y explicando. Con el entusiasmo de un chiquillo, les peda repitieran lo que haban visto y les haba explicado. Sasha era su mejor ayudante. Se revelaron sus capacidades para la sica y

    73

    que costase. El petri icante dolor de la madre los abata a los Peskovski. En Petersburgo se hablaba mucho del "asunto". En los crculos estudiantiles se supo que los haban traicionado: Kncher, Gorkn, Vlojov, Merklov. - Matvi tiene que inventar algo para arreglar esto. . . -deca Ekaterina Peskvskaia -, l siempre encuentra una salida. Era la segunda esposa del viudo Peskovski, padre de una numerosa familia. Ella trabajaba en el colegio de nias, era una entusiasta social. Peskovski trabajaba en varios peridicos y revistas de la capital, era un hombre de grandes relaciones. Le record a Mara Alexndrovna que el senador Tagntsev y el Fiscal General Nekldov haban sido alumnos de Ili Nikolievich, en el Instituto de la Nobleza de Penza, y eso podra ayudar quizs... Ella, antes que nada quera ver a Sasha, hablar con l. . . Sera posible que fuese culpable?. . . Y menos an

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    QUE VAMOS A HACER CON EL?"

    La casa y el jardn, llenos con la presencia palpitante de los hijos, todo aquel ambiente creado y cuidado con las manos incansables de Masha, le daban a Ili Nikolievich fuerzas para trabajar. Se afanaba mucho procurando estar al tanto de la vida, de la sociedad contempornea: reciba valioso material didctico de exposiciones, aparatos de sica, que antes de llevarlos al colegio se los

    mostraba a sus hijos en casa, exponiendo y explicando. Con el entusiasmo de un chiquillo, les peda repitieran lo que haban visto y les haba explicado. Sasha era su mejor ayudante. Se revelaron sus capacidades para la sica y

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    que costase. El petri icante dolor de la madre los abata a los Peskovski. En Petersburgo se hablaba mucho del "asunto". En los crculos estudiantiles se supo que los haban traicionado: Kncher, Gorkn, Vlojov, Merklov. - Matvi tiene que inventar algo para arreglar esto. . . -deca Ekaterina Peskvskaia -, l siempre encuentra una salida. Era la segunda esposa del viudo Peskovski, padre de una numerosa familia. Ella trabajaba en el colegio de nias, era una entusiasta social. Peskovski trabajaba en varios peridicos y revistas de la capital, era un hombre de grandes relaciones. Le record a Mara Alexndrovna que el senador Tagntsev y el Fiscal General Nekldov haban sido alumnos de Ili Nikolievich, en el Instituto de la Nobleza de Penza, y eso podra ayudar quizs... Ella, antes que nada quera ver a Sasha, hablar con l. . . Sera posible que fuese culpable?. . . Y menos an

  • 72

    estudiante de los Cursillos Femeninos, Ana Ulinova. La madre de los Ulinov es ta carnal de mi esposa. Siendo, pues, el pariente ms cercano de ellos, me tomo el atrevimiento de rogar en su defensa. . . Ulinov es una persona muy trabajadora y sensata. . . Se ha ganado fama con su brillante xito cient ico, posee dos medallas de oro: una en el colegio y otra en la Universidad. En lo tocante a la seorita Ulinova es una doncella en el mejor sentido de la palabra. . . Los Ulinov son una digna familia, donde las relaciones entre padres e hijos son ejemplares y slidas. . . " Pero esta carta en nada ayud. Peskovski tena afecto por Mara Alexndrovna y admiraba altamente su digna conducta. Por eso en tal caso pensaba que vala la pena hacer todo para salir del trance. Un buen abogado, quizs?. . . Apelar al monarca . . . Pero Sasha se neg rotundamente a ello. Peskovski ya no poda aprobar tal tenacidad. Ante todo haba que salvar a Sasha, costase lo

    25

    las ciencias naturales. A pesar de todo, los nios le preocupaban a Ili Nikolievich. Por qu Sasha es tan pensativo? Ser cient ico?... Hace experimentos con las ranas. Escribe. Y Ana?.. Es demasiado susceptible... Olia en todo imita a su hermano Volodia y si pudiera sera un chico como l. Mitia, es callado y obediente y cuando se emociona habla tan de prisa, que tartamudea... La ms pequea, Masha, es todava un osito. Y Volodia?... Es un apasionado por la discusin. De quin le viene? En qu se funda? Es muy capaz, lo capta todo al vuelo. Muy inteligente, demasiado... Las lecciones las aprende al instante, despus baja al comedor y arma la de San Quintn, molestando a los mayores. Ha roto la regla de Ana y hubo que castigarlo, aunque ambos han tomado por norma de conducta in luir en los hijos moralmente, sin castigos ni gritos. En el juego, Volodia pone todo su entusiasmo... Cuando hacen

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    estudiante de los Cursillos Femeninos, Ana Ulinova. La madre de los Ulinov es ta carnal de mi esposa. Siendo, pues, el pariente ms cercano de ellos, me tomo el atrevimiento de rogar en su defensa. . . Ulinov es una persona muy trabajadora y sensata. . . Se ha ganado fama con su brillante xito cient ico, posee dos medallas de oro: una en el colegio y otra en la Universidad. En lo tocante a la seorita Ulinova es una doncella en el mejor sentido de la palabra. . . Los Ulinov son una digna familia, donde las relaciones entre padres e hijos son ejemplares y slidas. . . " Pero esta carta en nada ayud. Peskovski tena afecto por Mara Alexndrovna y admiraba altamente su digna conducta. Por eso en tal caso pensaba que vala la pena hacer todo para salir del trance. Un buen abogado, quizs?. . . Apelar al monarca . . . Pero Sasha se neg rotundamente a ello. Peskovski ya no poda aprobar tal tenacidad. Ante todo haba que salvar a Sasha, costase lo

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    las ciencias naturales. A pesar de todo, los nios le preocupaban a Ili Nikolievich. Por qu Sasha es tan pensativo? Ser cient ico?... Hace experimentos con las ranas. Escribe. Y Ana?.. Es demasiado susceptible... Olia en todo imita a su hermano Volodia y si pudiera sera un chico como l. Mitia, es callado y obediente y cuando se emociona habla tan de prisa, que tartamudea... La ms pequea, Masha, es todava un osito. Y Volodia?... Es un apasionado por la discusin. De quin le viene? En qu se funda? Es muy capaz, lo capta todo al vuelo. Muy inteligente, demasiado... Las lecciones las aprende al instante, despus baja al comedor y arma la de San Quintn, molestando a los mayores. Ha roto la regla de Ana y hubo que castigarlo, aunque ambos han tomado por norma de conducta in luir en los hijos moralmente, sin castigos ni gritos. En el juego, Volodia pone todo su entusiasmo... Cuando hacen

  • 26

    batallas con los soldaditos, vuelan las balas guisantes por todas partes y se oyen las voces discutiendo frenticas. . Una vez, los chicos se entusiasmaron gritando tanto que el padre sali del despacho y dijo: - Imposible trabajar... Pero de nuevo Volodia hizo algo. Ili Nikolievich, sin perder la tranquilidad, contenindose, se lo llev al despacho y lo sent en el "silln negro", que signi icaba el mayor castigo. - Vas a estar sentado una hora. El padre acostumbraba a conversar con los "delincuentes" de las lecciones y del colegio. Era frecuente en esos casos que Ili Nikolievich en el "silln negro" comprobara cmo se saban lo aprendido. Volodia siempre saba lo que le preguntaban y an ms. Pero ese da el padre no habl con l. Mara Alexndrovna llam a tomar el t. Al entrar despus en el despacho junto con su esposa,

    71

    acompaaba a todas partes a Mara Alexndrovna. La esperaba en la calle mientras ella haca antesala en el Comisariado de Polica Durnov, donde el iscal donde el ministro del Interior. Nada consigui. La ltima esperanza que le quedaba era apelar a su Alteza el zar. Los Peskovski tomaban a pecho su pena. . . Tenan un afecto franco por los Ulinov, sentan orgullo por los xitos de Sasha en su carrera universitaria. Y el hecho de que el joven cient ico hubiera dado al traste con aquella vida iniciada tan afortunadamente, le pareca a Matvi Peskovski, antes pedagogo y miembro del zemstvo, una imbecilidad sin lmites. Cuando se enter de la detencin, haba enviado la carta siguiente al jefe del Comisariado de Polica: " . . .en la noche del 1 al 2 de marzo del ao en curso fueron detenidos los estudiantes del 4 curso de la Facultad de sica y matemticas de la Universidad de San

    Petersburgo, Alexandr Ulinov y su hermana,

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    batallas con los soldaditos, vuelan las balas guisantes por todas partes y se oyen las voces discutiendo frenticas. . Una vez, los chicos se entusiasmaron gritando tanto que el padre sali del despacho y dijo: - Imposible trabajar... Pero de nuevo Volodia hizo algo. Ili Nikolievich, sin perder la tranquilidad, contenindose, se lo llev al despacho y lo sent en el "silln negro", que signi icaba el mayor castigo. - Vas a estar sentado una hora. El padre acostumbraba a conversar con los "delincuentes" de las lecciones y del colegio. Era frecuente en esos casos que Ili Nikolievich en el "silln negro" comprobara cmo se saban lo aprendido. Volodia siempre saba lo que le preguntaban y an ms. Pero ese da el padre no habl con l. Mara Alexndrovna llam a tomar el t. Al entrar despus en el despacho junto con su esposa,

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    acompaaba a todas partes a Mara Alexndrovna. La esperaba en la calle mientras ella haca antesala en el Comisariado de Polica Durnov, donde el iscal donde el ministro del Interior. Nada consigui. La ltima esperanza que le quedaba era apelar a su Alteza el zar. Los Peskovski tomaban a pecho su pena. . . Tenan un afecto franco por los Ulinov, sentan orgullo por los xitos de Sasha en su carrera universitaria. Y el hecho de que el joven cient ico hubiera dado al traste con aquella vida iniciada tan afortunadamente, le pareca a Matvi Peskovski, antes pedagogo y miembro del zemstvo, una imbecilidad sin lmites. Cuando se enter de la detencin, haba enviado la carta siguiente al jefe del Comisariado de Polica: " . . .en la noche del 1 al 2 de marzo del ao en curso fueron detenidos los estudiantes del 4 curso de la Facultad de sica y matemticas de la Universidad de San

    Petersburgo, Alexandr Ulinov y su hermana,

  • 70

    letra de la cancin. -"Y el pobre cautivo en su mazmorra". . . -dijo Mara Alexndrovna sin expresin en la voz-. El saba lo que le esperaba. - Peda que cantramos "Sufriendo el tormentoso cautiverio". . . -a irm Ekaterina con desaliento-. En aquel entonces Matvi dijo que era una marcha fnebre. . . Y asustada aadi-: Qu estoy diciendo. . . -Si le dan cadena perpetua me ir con l -dijo de repente Mara Alexndrovna-. Los mayores ya pueden valerse por s solos y a los pequeos los llevar conmigo.

    Volodia se pasaba los das estudiando. De la noche a la maana se haba vuelto serio y sombro. No obstante, cuando iba donde los pequeos bromeaba, les haca juguetes, juntos adivinaban las charadas y los rompecabezas, jugaba con ellos a la lotera. En Petersburgo, Mark Timofievich

    27

    vieron que el "delincuente" dorma como un tronco. -Masha, qu vamos a hacer con l? La madre siempre tiene an ms preocupaciones con los hijos. Recordaron cuntos sinsabores les caus Sasha cuando empez a ir a la preparatoria. Para aquel nio serio y de vastos conocimientos el ambiente y la moral de seminario eran insufribles, e incluso se avergonzaba de saber ms... Y cuando le lleg la hora a Volodia, Sasha protestaba vivamente para que no fuera a la preparatoria. -No saben qu estupideces y formalismos reinan all... El que nuestros conocimientos sean superiores a los dems slo lo perjudicarn a l, que es tan seguro de s. Saben cmo llaman al director Vishnievski?: polizonte y ladrn ... Y los padres siguieron el consejo de aquel nio de doce aos. - Te acuerdas?

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    letra de la cancin. -"Y el pobre cautivo en su mazmorra". . . -dijo Mara Alexndrovna sin expresin en la voz-. El saba lo que le esperaba. - Peda que cantramos "Sufriendo el tormentoso cautiverio". . . -a irm Ekaterina con desaliento-. En aquel entonces Matvi dijo que era una marcha fnebre. . . Y asustada aadi-: Qu estoy diciendo. . . -Si le dan cadena perpetua me ir con l -dijo de repente Mara Alexndrovna-. Los mayores ya pueden valerse por s solos y a los pequeos los llevar conmigo.

    Volodia se pasaba los das estudiando. De la noche a la maana se haba vuelto serio y sombro. No obstante, cuando iba donde los pequeos bromeaba, les haca juguetes, juntos adivinaban las charadas y los rompecabezas, jugaba con ellos a la lotera. En Petersburgo, Mark Timofievich

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    vieron que el "delincuente" dorma como un tronco. -Masha, qu vamos a hacer con l? La madre siempre tiene an ms preocupaciones con los hijos. Recordaron cuntos sinsabores les caus Sasha cuando empez a ir a la preparatoria. Para aquel nio serio y de vastos conocimientos el ambiente y la moral de seminario eran insufribles, e incluso se avergonzaba de saber ms... Y cuando le lleg la hora a Volodia, Sasha protestaba vivamente para que no fuera a la preparatoria. -No saben qu estupideces y formalismos reinan all... El que nuestros conocimientos sean superiores a los dems slo lo perjudicarn a l, que es tan seguro de s. Saben cmo llaman al director Vishnievski?: polizonte y ladrn ... Y los padres siguieron el consejo de aquel nio de doce aos. - Te acuerdas?

  • 28

    - Cmo no! Volodia es indomable, travieso, brusco, pero jams obra a la chita callando. Y es muy ingenioso. Cuando viajaban a Kokshkino en el vapor y lo reprendi su madre dicindole: "No grites as", l le contest: "Pero si el vapor tambin grita". La madre era la que primera se levantaba, sala al jardn y regaba los arriates, las plantas, arreglaba las matas de fresones en la huerta. El jardn se extenda ante sus ojos y all, al fondo, el "lamo tembln" de Ana. Nada molestaba el curso de sus pensamientos. Respiraba a pleno pulmn... Vio que se acercaba uno de sus hijos al jardn por un desvo del camino, dando un rodeo por la alameda que llamaban "El Bosque sucio", porque los vecinos echaban all la basura. Tambin haba otros: "El Bosque negro", con lilas espesas, "El Bosque rojo", cuajado de espino majuelo y "El amarillo", de acacias gualdas. ... Alguien corra dndose prisa para

    69

    - Volodia, te quedas como jefe de familia. Viera Vaslievna vendr de vez en cuando. Estoy segura de que no abandonars las clases. Escribir, quizs haga falta tu ayuda.

    En Petersburgo, Mark Timofievich fue a recibirla a la estacin: - Ya ve, me despidieron del trabajo -dijo con una sonrisa de amargura-, bueno, otra cosa no esperaba. -Despus le cont de-talladamente sobre el atentado contra el zar. Ekaterina Peskvskaia, queriendo distraer a su ta de sus dolorosos pensamientos, le contaba que Sasha les visitaba. - Le gusta cantar. Mara Alexndrovna se asombr: - Pero si no tiene ni odo ni voz... - Te equivocas, Masha, en una velada cant con todos canciones rusas, entre ellas "Campito" "Lleg el tiempo cuando las aves cantan". Seor! -pens ella, recordando la

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    - Cmo no! Volodia es indomable, travieso, brusco, pero jams obra a la chita callando. Y es muy ingenioso. Cuando viajaban a Kokshkino en el vapor y lo reprendi su madre dicindole: "No grites as", l le contest: "Pero si el vapor tambin grita". La madre era la que primera se levantaba, sala al jardn y regaba los arriates, las plantas, arreglaba las matas de fresones en la huerta. El jardn se extenda ante sus ojos y all, al fondo, el "lamo tembln" de Ana. Nada molestaba el curso de sus pensamientos. Respiraba a pleno pulmn... Vio que se acercaba uno de sus hijos al jardn por un desvo del camino, dando un rodeo por la alameda que llamaban "El Bosque sucio", porque los vecinos echaban all la basura. Tambin haba otros: "El Bosque negro", con lilas espesas, "El Bosque rojo", cuajado de espino majuelo y "El amarillo", de acacias gualdas. ... Alguien corra dndose prisa para

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    - Volodia, te quedas como jefe de familia. Viera Vaslievna vendr de vez en cuando. Estoy segura de que no abandonars las clases. Escribir, quizs haga falta tu ayuda.

    En Petersburgo, Mark Timofievich fue a recibirla a la estacin: - Ya ve, me despidieron del trabajo -dijo con una sonrisa de amargura-, bueno, otra cosa no esperaba. -Despus le cont de-talladamente sobre el atentado contra el zar. Ekaterina Peskvskaia, queriendo distraer a su ta de sus dolorosos pensamientos, le contaba que Sasha les visitaba. - Le gusta cantar. Mara Alexndrovna se asombr: - Pero si no tiene ni odo ni voz... - Te equivocas, Masha, en una velada cant con todos canciones rusas, entre ellas "Campito" "Lleg el tiempo cuando las aves cantan". Seor! -pens ella, recordando la

  • 68

    de los Ulinov la mantena ella, pero ella viva resguardada por Ili Nikolievich. Cuando era di cil, l estaba a su lado, entraable, seguro, como una roca... Ahora haba llegado el momento de ser ella la defensora. Ser necesario buscar a los amigos de verdad y pedir ayuda... Katia Peskvskaia?... Pero en qu puede ella?... Su esposo es periodista, s... bueno, "folletinista". Mara Alexndrovna hizo un gesto de disgusto por aquello que pensaba... Markl Mark Elizrov! Sasha y Ana hablaban tanto de l. .. Le pareci a ella incluso que Ana hablaba de l Ton un inters particular. Lo mejor sera consultar con l. Habr que andar por los ministerios. Y si en Simbirsk le salan al encuentro con reverencias, all no habra nada de eso. Deba coger las tarjetas de visita... sac un paquetito de la mesa. Sobre las lminas amarillentas que parecan mar il: "Mara Alexndrovna Ulinova viuda del consejero de Estado".

    29

    recoger las manzanas cadas y llevrselas a los que an dorman. Ella saba que entre los chicos en eso se hacan la competencia. Quin sera? Volodia... - Mira, mam, qu grandes son las del "sacristn" (as llamaban a unos manzanos silvestres) . Los nios crecan: ojal encontrasen su lugar en la vida... y con vocacin se entregaran por completo a lo que eligiesen... Los padres rememoraban, conversaban, pensando a veces si haban sido demasiado severos con ellos ... Mara Alexndrovna saba que a su esposo le disgustaba cuando ella era "indul-gente" con Ana, permitindole no ir al cole-gio cuando se encontraba mal; pero se daba cuenta de que la nia esos das estudiaba an mejor en casa y se esmeraba ms. El colegio la ataba. Ili Nikolievich siempre elogiaba las composiciones de Ana por su profundidad, su anlisis, su esencia potica. Pero por qu no

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    de los Ulinov la mantena ella, pero ella viva resguardada por Ili Nikolievich. Cuando era di cil, l estaba a su lado, entraable, seguro, como una roca... Ahora haba llegado el momento de ser ella la defensora. Ser necesario buscar a los amigos de verdad y pedir ayuda... Katia Peskvskaia?... Pero en qu puede ella?... Su esposo es periodista, s... bueno, "folletinista". Mara Alexndrovna hizo un gesto de disgusto por aquello que pensaba... Markl Mark Elizrov! Sasha y Ana hablaban tanto de l. .. Le pareci a ella incluso que Ana hablaba de l Ton un inters particular. Lo mejor sera consultar con l. Habr que andar por los ministerios. Y si en Simbirsk le salan al encuentro con reverencias, all no habra nada de eso. Deba coger las tarjetas de visita... sac un paquetito de la mesa. Sobre las lminas amarillentas que parecan mar il: "Mara Alexndrovna Ulinova viuda del consejero de Estado".

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    recoger las manzanas cadas y llevrselas a los que an dorman. Ella saba que entre los chicos en eso se hacan la competencia. Quin sera? Volodia... - Mira, mam, qu grandes son las del "sacristn" (as llamaban a unos manzanos silvestres) . Los nios crecan: ojal encontrasen su lugar en la vida... y con vocacin se entregaran por completo a lo que eligiesen... Los padres rememoraban, conversaban, pensando a veces si haban sido demasiado severos con ellos ... Mara Alexndrovna saba que a su esposo le disgustaba cuando ella era "indul-gente" con Ana, permitindole no ir al cole-gio cuando se encontraba mal; pero se daba cuenta de que la nia esos das estudiaba an mejor en casa y se esmeraba ms. El colegio la ataba. Ili Nikolievich siempre elogiaba las composiciones de Ana por su profundidad, su anlisis, su esencia potica. Pero por qu no

  • 30

    se lo deca a ella, quizs hubiera sido necesa-rio?... Eso la hubiera estimulado, pues la incer-tidumbre es mala cosa. Navidad tradicionalmente segua siendo la iesta preferida de la familia. Los nios no sospechaban lo que haba signi icado para sus padres en sus das de juventud. Los alegraba ver a todos reunidos a la mesa. Todos preparaban regalos para todos y en secreto unos de otros, confeccionndolos ellos mismos. Se apagaba la luz y se encenda el rbol... Quedaban en silencio un segundo y ante los nios surga la dicha de aquel crculo inseparable, de estrecha afeccin. Los padres, t