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Facultad de Odontología Escuela de Graduados Especialidad de Endodoncia Seminario Anatomía de Molares Alumno: Felipe Aguilera Muñoz. Postgrado Especialidad en Endodoncia 2013, Universidad de Valparaíso Docente coordinador: Dra. Alicia Caro Fecha: 20 de Mayo 2013

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Facultad de Odontología

Escuela de Graduados

Especialidad de Endodoncia

Seminario

Anatomía de Molares

Alumno: Felipe Aguilera Muñoz.

Postgrado Especialidad en Endodoncia 2013, Universidad de Valparaíso

Docente coordinador: Dra. Alicia Caro

Fecha: 20 de Mayo 2013

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Índice

Introducción ............................................................................................................. 3 Generalidades ......................................................................................................... 4 Anatomía de Molares .............................................................................................. 6

Primer Molar Superior .......................................................................................... 6 Segundo Molar Superior .................................................................................... 10 Primer Molar Inferior .......................................................................................... 13 Segundo Molar Inferior ...................................................................................... 16 Tercer Molar Superior ........................................................................................ 22 Tercer molar Inferior .......................................................................................... 23

Conclusiones ......................................................................................................... 24 Bibliografía ............................................................................................................ 25

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Introducción

Junto con el diagnóstico y la planificación del tratamiento, el conocimiento de la morfología más común de los conductos radiculares y sus variaciones frecuentes, es un requisito básico para el éxito de la endodoncia. El significado de la anatomía del conducto, ha sido subrayado por estudios en los que se demostró que las variaciones de la geometría del conducto antes de la conformación y limpieza, tenían mayor efecto sobre los cambios ocurridos durante la preparación que las técnicas de la instrumentación (Peters OA, 2001).

Desde los primeros trabajos de Hess & Zurcher. 1925, hasta estudios más recientes (Sert S & Bayirli GS, 2004) que han demostrado las complejidades anatómicas del sistema de conductos radiculares, se sabe desde hace tiempo que la raíz con un conducto cónico y un solo foramen constituye la excepción más que a la regla.

Los investigadores han encontrado múltiples forámenes, conductos accesorios, deltas, conexiones entre conductos, conductos en forma de C, furcaciones y conductos laterales en la mayoría de los dientes (Kenneth M, 2011). Así pues, cuando se trata un determinado diente, el clínico debe asumir que la anatomía compleja ocurre con frecuencia suficiente para considerarla normal. Por lo mencionado anteriormente, es de suma importancia conocer la anatomía normal, cuáles son sus configuraciones más frecuentes y como esta puede variar, por lo que el objetivo de este seminario es conocer la anatomía de molares tanto en su configuración externa como interna.

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Generalidades

En la arcada dental existen 12 dientes molares en una persona adulta,

incluyendo la presencia de los terceros molares. Estos cumplen la función principalmente de moler el alimento para crear el bolo alimenticio.

En el ámbito de la endodoncia, una visión detallada de la cavidad pulpar es

condición imprescindible para el estudio y aprendizaje práctico de esta rama. La cavidad pulpar es un espacio localizado en el interior del diente,

ocupado por la pulpa dental, limitado en toda su extensión por dentina, excepto en la porción del foramen apical.

Topográficamente, la cavidad de divide en dos porciones: a) Porción coronal – Cámara pulpar b) Porción radicular – Conducto radicular

Camara pulpar: Es la porción de la cavidad pulpar que alberga la pulpa coronal y presenta las siguientes partes: Pared oclusal, pared incisal o techo: Es la porción que limita la cámara

en dirección oclusal. Esta pared presenta saliente y concavidades que corresponden a los surcos y a los lóbulos del desarrollo (cuerpos pulpares).

Pared cervical o piso: Es la pared opuesta y más o menos paralela a la pared oclusal. Esta pared visualizada en un corte transversal de diente, a la altura del cuello dental, presentara nichos de forma cónica que corresponden a las entradas de los conductos radiculares.

Pared mesial, distal, vestibular y lingual: Corresponde a la dentina de la cámara pulpar adyacente a las caras de la corona dental. Estas paredes, especialmente las mesiales de los molares, son convexas, siendo muchas veces difícil encontrar la entrada a los conductos radiculares.

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Conducto radicular: Es el espacio ocupado por la pulpa radicular, y que representa aproximadamente la forma externa de la raíz pero no mantiene la misma regularidad, en razón de la formación de dentina secundaria y/o reaccional. Se inicia a la altura del piso de la cama pulpar y termina en el foramen apical. El conducto radicular se presenta constituido por dos conformaciones cónicas, que representan el conducto dentinario y el conducto cementario. El conducto dentinario que alberga la pulpa radicular es el “campo de acción de endodoncista”, mientras el conducto cementario que alberga el muñon pulpar, en casos de biopulpetomias, no debe ser manipulado por el profesional sino respetado, pues su preservación creará condiciones fisiológicas para la reparación postratamiento.

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Anatomía de Molares

Primer Molar Superior

Es el diente en la arcada de mayor volumen, y tiene una de las más

complejas anatomías en cuanto a conductos y raíces. La corona del primer molar superior es tetracuspídea (mesiovestibular (MV),

distovestibular (DV), mesiopalatina (MP) y distopalatina (DP)). Presenta tres raíces bien definidas, la MV es ovoide y presenta una

curvatura hacia distal, la DV es la de menores dimensiones, es circular y recta, y la P es la más grande, presenta una forma piramidal y puede curvarse hacia V.

La cronología de erupción ocurre entre los 6 y 7 años, y su rizogénesis se completa aproximadamente entre los 9 y 10 años. Longitudes medias

La raíz palatina mide en promedio 21, 3 mm, y las raíces MV y DV 19 mm. La longitud máxima promedio es de 25, 5 mm y la mínima de 18 mm (Leonardo MR, 2005). Cámara pulpar

La cámara pulpar es de sección trapezoidal, es más ancha en dirección V-P, existiendo cuatro cuernos pulpares. El contorno cervical de la cámara pulpar tiene una forma romboidal, a veces con esquinas redondeadas. El ángulo MV es agudo; el ángulo DV es obtuso, y los palatinos son básicamente rectos.

El orificio del conducto palatino está centrado en sentido palatino; el orificio del DV se encuentra cerca del ángulo obtuso del piso de la cámara pulpar, y el orificio del conducto MV ocupa una posición vestibular y mesial respecto al orificio DV, y se encuentra dentro del ángulo agudo de la cámara pulpar. El orificio del conducto MV2 ocupa una posición palatina y mesial respecto al MV. La línea que conecta los tres orificios principales (MV, DV y P) forman un triángulo conocido como triángulo molar.

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Figura 3. Las dos localizaciones del orificio del conducto MV2 en un primer molar superior. Conductos Radiculares

El primer molar superior ha sido extensamente estudiado por su variada presencia de conductos radiculares.

Generalmente presenta cuatro conductos, el MV, DV, P y MV2 que se encuentra en un 95,2% de los casos (Kulild y Peters, 1990). En una sección transversal se aprecia que en la porción más cervical posee forma ovalada y se hacen más redondeados al aproximarse a la porción más apical.

Figura 4. Cortes transversales en la zona cervical (1), media (2) y apical (3)

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La raíz más amplia es la P, en general contiene un solo conducto (Vertucci FJ, 1984), plano, acintado, de mayor amplitud en sentido MD, y presenta una entrada de fácil acceso, pero existen reportes de dos (Wasti F et al, 2001) e incluso tres conductos (Sert & Bayirli, 2004). La raíz DV es estrecha, cónica, puede tener uno (Vertucci FJ, 1984) o dos conductos (Wasti F et al, 2001) y curvarse en apical hacia distal. La raíz MV ha generado más estudios e investigación clínica que cualquier otra raíz de la boca (Kenneth M et al, 2011). Esta puede tener uno, en el 82% de los casos (Vertucci FJ, 1984), dos (Wasti F et al, 2001) o tres conductos radiculares (Neaverth EJ, 1987). Cuando existe un solo conducto MV, es oval o más amplio en sentido VL; cuando existen dos o tres conductos estos son mas circulares. Generalmente se observa una concavidad en la superficie distal de la raíz MV, que convierte a esa pared en una muy fina. Es importante tener en cuenta esta característica ya que el clínico puede instrumentar excesivamente esta pared y producir una perforación.

Figura 5. Se observa la convexidad en la pared mesial. (Leonardo MR, 2005)

El conducto MV2 tiene una ubicación muy variable; en general, este conducto tiene una posición mesial respecto a una línea dibujada entre el orificio MV y P, a menos de 3,5 mm en sentido P y a 2 mm en sentido mesial del orificio MV. Autores encontraron que no todos los orificios MV2 conducían a un conducto verdadero, solo en el 84% de los molares se identifico un segundo conducto (Stabholz A et al, 1984 citado por Kenneth M et al, 2011). La instrumentación del conducto MV2 suele ser difícil, ya que el orificio tiene una inclinación MV sobre el suelo cameral, y el recorrido del conducto describe con frecuencia una o dos curvas bruscas en la parte coronal de la raíz.

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Figura 6. Se aprecian las entradas a los cuatro conductos radiculares del primer molar superior. Complicaciones anatómicas

Las raíces del primer molar maxilar suelen estar próximas al seno maxilar, lo que hace difícil el diagnostico radiográfico de estas, para evitar este problema se sugiere la técnica de Le-Master. También, complica la cirugía paraendodóntica, y las sinusitis con repercusión en el seno y dolores reflejos, pueden confundirse con pulpitis aguda irreversible y dificultar el diagnóstico.

La raíz palatina generalmente presenta una curvatura hacia V, por lo que quizás no se aprecie en una radiografía pariapical estándar.

La raíz y el conducto MV presenta curvatura hacia distal acentuada en el 78% de los casos en el tercio apical, lo que dificulta el tratamiento, pues a la altura del tercio cervical y medio se dirige desde distal hacia mesial (Leonardo MR, 2005).

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Figura 7. Curvatura distal (78%) en conducto mesiovestibular dificultando la instrumentación (Leonardo MR, 2005).

Segundo Molar Superior

El segundo molar superior, es muy similar al primero en cuanto a la corona,

y puede variar entre tetra y tricuspidea. La anatomía de las raíces y conductos también es similar a las del primer molar, aunque existen diferencias. La característica distintiva del segundo molar superior es que presenta sus raíces menos separadas, e incluso pueden estar total o parcialmente fusionadas. Además, generalmente son más cortas y no tan curvadas como las del primer molar. Suele tener un conducto en cada raíz; sin embargo, puede mostrar dos o tres conductos mesiovestibulares, uno o dos distovestibulares, o dos palatinos (Kenneth M et al, 2011).

La cronología erupción del segundo molar superior es entre los 12-13 años y su rizogénesis completa es a los 14-16 años. Longitudes

La raíz palatina del segundo molar superior mide 21 mm en promedio, la raíz mesio vestibular y distovestibular tienen un promedio de 19 mm. La longitud máxima es de 27 mm y la mínima 17, 5 mm (Leonardo MR, 2005). Cámara Pulpar

La cámara pulpar es de forma triangular a trapezoidal, similar y más pequeña que el primer molar. El piso de la cámara pulpar es marcadamente

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convexo y mas aplanado en sentido MD, lo que proporciona a los orificios de los conductos una ligera forma de embudo.

Los orificios principales son tres (MV, DV y P) y suelen formar un triangulo plano y a veces casi en una línea recta (Kenneth M et al, 2011).

El orificio del conducto MV está localizado más hacia los lados M y V que el primer molar; el orificio DV se aproxima al punto medio entre los orificios MV y P, y el orificio P suele estar localizado en el aspecto más palatino de la raíz. En general los orificios de los conductos del segundo molar superior se encuentran más próximos entre sí en dirección mesial que los del primer molar superior.

Figura 8. A, tres orificios de conductos en un segundo molar superior. B, dos orificios de conductos.

Conductos Radiculares

En ocasiones, los dientes con raíces fusionadas solo tienen dos conductos y en casos raros solo uno. Los dientes con dos conductos suelen tener un conducto V y otro P con la misma longitud y el mismo diámetro. Esos conductos radiculares paralelos se superponen con frecuencia en las radiografías pero se pueden visualizar mediante exposición de la radiografía desde una angulación distal. Para mejorar la visibilidad radiográfica especialmente cuando se produce interferencia con la apófisis malar, se puede hacer una radiografía más perpendicular y más distoangular. Si existen dos raíces, cada una puede tener un conducto, o en la raíz V puede tener dos conductos que se unen antes de alcanzar un solo foramen. La presencia de un cuarto conducto puede presentarse en el caso de tener tres raíces separadas. Un estudio encontró dos raíces palatinas y dos conductos palatinos en el 1,47% de esos dientes (Peikoff MD et al, 1996).

Cuando existen cuatro conductos, la preparación de la cavidad de acceso del segundo molar inferior tiene una forma romboidal, y representa una versión más pequeña de la cavidad de acceso del primer molar superior. Si solo existen tres conductos la cavidad de acceso es un triangulo redondeado con la base hacia

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el lado V como en el primer molar superior, no se debe invadir la cresta marginal mesial. Dado a la tendencia de los segundo molares superiores a que el orificio DV esté situado más cerca de una línea que conecte los orificios MV y P, el triangulo se convierte en uno más obtuso y la cresta oblicua no suele ser invadida.

Si solo existen dos conductos la forma de contorno de acceso es oval y más ancha en la dimensión VL. Su anchura corresponde al ancho MD de la cámara pulpar, y el ovalo suele estar centrado entre la fosa medial y el borde M de la cresta oblicua.

Figura 9. Cortes transversales a nivel cervical (1), medio(2) y apical(3). Complicaciones anatómicas Como la cámara es más aplanada en sentido MD, hace que la entrada del conducto DV se localice frecuentemente en las proximidades del MV, en comparación con el primer molar superior. En las tentativa de localizar la entrada de este conducto, mas hacia distal, muchas veces el profesional termina trepanando el piso de la cámara pulpar (Leonardo MR, 2005). El conducto P suele ser curvado hacia V, por lo que complica la instrumentación y el diagnóstico.

Figura 10. Segundo molar superior. El mayor achatamiento de la cámara pulpar aproxima la entrada del conducto DV al centro del piso.

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Primer Molar Inferior

El primer molar inferior es penta cuspídeo. Presenta dos raíces en el 92%

de los casos, una M y otra D, la M es curva gradualmente curvada hacia distal y la D es recta o curvada en apical, ambas aplanadas en sentido MD.

Una variación morfológica de la raíz es la presencia de una raíz extra DL (Sperber GH & Moreau JL, 1998), que suele ser más pequeña y curva que la DV.

La cronología erupción es entre los 6-7 años y su rizogénesis se completa entre los 9-10 años. Longitudes

La longitud promedio del primer molar inferior es de 21,9 mm. La longitud máxima es de 27 mm y la mínima de 19 mm (Leonardo MR, 2005). Cámara Pulpar

Este diente tiene una cámara pulpar con forma más o menos cúbica, aunque tiende a ser triangular a medida que uno se aproxima al piso de la cámara. El techo de la cámara posee varias convexidades que son producto de las cúspides tanto vestibulares como linguales. De modo habitual existen cuatro cuernos pulpares (MV, ML, DV, DL).

La pared mesial, es acentuadamente convexa, y dificulta muchas veces la localización de los conductos mesiales. Durante el acceso coronal es preciso remover esta convexidad. Como se dijo anteriormente, el piso de la cámara tiene forma triangular con vértice hacia distal donde se encuentra la entrada del conducto distal. Su base mayor, orientada hacia mesial, presenta en sus ángulos concavidades que corresponden a la entra de los conductos radiculares, o sea, el MV debajo de la cúspide correspondiente y el ML, que corresponde aproximadamente al surco central.

Figura 11. Cavidades de acceso para primer molar inferior. A, Tres orificios de conductos mesiales y uno distal. B, Dos orificios de conductos mesiales y dos distales.

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Conductos Radiculares

El primer molar inferior presenta dos raíces diferenciadas y separadas (aunque esto puede variar como se dijo anteriormente). De acuerdo con Hess citado por Leonardo, MR. (2005), en el 78% de los casos, este diente tiene tres conductos, siendo dos mesiales y uno distal. La variable anatómica más común es la presencia de un cuarto conducto en la raíz distal, que se aprecia entre el 6,4% al 57,8% de los casos (de Pablo OV, 2010), aunque también se han reportado casos en el cual existe la presencia de cinco conductos (tres mesiales y dos distales). Cuando nos encontramos en estos casos de cinco conductos, en la raíz mesial puede existir un tercer conducto denominado MM (medio mesial) o MC (mesio central). La indicencia de un conducto MM oscila entre el 1% y el 15% (Baugh D & Wallace J, 2004).

Los conductos de las raíces distales son el conducto distal (si sólo existe un conducto) y los conductos DV, DL y distal central (DC) (si existen varios conductos) (Ghoddusi J et al, 2007)

Cuando existe un solo conducto distal, el orificio es oval en sentido VL. Éste orificio puede explorarse con una lima K pequeña, si esta describe un curva en dirección DV o DL, el clínico debe buscar otro orificio más.

Si existen tres conductos (MV, ML y D) en este diente, todos ellos son ovales en los tercios cervical y medio de la raíz, y redondos en el tercio apical. Si se encuentran dos conductos en la raíz distal (DV y DL), suelen ser más redondos que ovales en toda su longitud. Figura 12. Primer molar inferior: A, vista vestibular; B, vista mesial de la raíz mesial; C, vista dista de la raíz distal. Costes transversales en el nivel de los tercios coronarios (1), medio (2) y apical (3).

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En una revisión sistemática publicada por, de Pablo OV et al. 2010, se concluyo que:

1.- El número de raíces en el primer molar inferior esta directamente relacionado con la etnia en la población estudiada. En los Mongolíes, nativos Americanos, Esquimales y población China, la presencia de una tercera raíz puede ser considerada una variabilidad anatómica normal.

2.- La raíz mesial usualmente presenta dos canales. El tipo IV y II son las configuraciones más frecuentes. La presencia de un tercer canal, conocido como canal medio mesial, se encontró que tenía una incidencia de 2,6%. Muchos autores sugieren modificaciones en la preparación del acceso para mejorar el diagnóstico y exposición de este canal.

3.- La configuración radicular más común en la raíz distal es la tipo I con 62,7%, seguido por la tipo II con un 14,5% y la tipo IV con 12,4%

4.- La presencia de itsmos en el canal radicular tiene un promedio de 55% en la raíz mesial y 20% en la raíz distal. Esta configuración anatómica del canal debe ser considerada durante el tratamiento endodóntico no quirúrgico y quirúrgico.

Figura 13. Clasificación de Vertucci. 1984 y otras. Tipo de canales existentes Complicaciones anatómicas

Puede presentar conductos cavo interradiculares en un 32- 60% de los casos, los cuales pueden ser detectados solo con microscopia electrónica. Estos pueden causar problemas endoperiodontales los cuales son difíciles de tratar.

La raíz mesial presenta una concavidad a la altura del tercio cervical, la cual es delgada con lo cual existe un riesgo de causar una perforación a ese nivel.

En caso de existir la raíz DL, esta tiene con frecuencia una curvatura abrupta hacia el lado vestibular que no se aprecia en las radiografías.

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Segundo Molar Inferior

El segundo molar inferior es algo más pequeño en cuanto a la corona que el

primer molar, y tiende a ser más simétrico, presentando cuatro cúspides. Se caracteriza por la proximidad de sus raíces. Las dos raíces suelen extenderse frecuentemente en dirección distal en una curva gradual, con los ápices juntos. En algunos casos existe una sola raíz.

Las raíces son aplanadas en sentido MD, la raíz mesial presenta una curvatura gradual hacia distal, y la raíz distal es recta o con una leve curvatura apical hacia distal. Los ápices de éste diente están con frecuencia muy cerca del conducto mandibular; por lo tanto, el clínico debe tener cuidado en que los instrumentos o el material de obturación invadan ese especio, debido a que se pueden producir parestesias.

La cronología de erupción es entre los 11-13 años y su rizálisis completa termina entre los 14-15 años. Longitudes

La longitud promedio es de 22,4 mm, la longitud máxima alcanza un promedio de 26 mm y la mínima de 19 mm (Leonardo MR, 2005). Cámara Pulpar

La cámara pulpar es similar a la del primer molar, pero de menores dimensiones. El piso es de forma convexa hacia el interior.

Figura 14. Cavidad de acceso para un segundo molar inferior. A, Dos conductos radiculares (mesial y distal). B, tres orificios de conductos (mesiovestibular, mesiolingual y distal). C, Cuatro orificios de conductos radiculares (mesiovestibular, mesiolingual, distovestibular y distolingual). Conductos radiculares

El segundo molar inferior, en generar presenta tres conductos, dos mesiales, curvados gradualmente hacia distal y uno distal relativamente recto.

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Puede haber fusión completa de las raíces y pueden presentar un único conducto en pocas ocasiones. Complicaciones anatómicas

Los conductos mesiales pueden fusionarse a la altura del tercio apical terminando en un foramen único, siendo la raíz distal portadora de un único conducto.

Sin embargo, ocasionalmente podemos detectar dos conductos radiculares, uno mesial y otro distal, cada uno de ellos situado en el centro de cada raíz. No resulta raro encontrar en estos dientes la cámara pulpar en forma de C.

El segundo molar inferior es el diente más expuesto a la fractura vertical. Dientes con sistema de conductos radiculares en forma de C o C-Shaped Etiología

La principal causa de raíces y conductos en forma de C es el fallo de la vaina epitelial de Hertwig de fusionarse con la superficie radicular vestibular o lingual (Manning SA, 1990) Clasificación

Se han propuesto varios tipos de clasificaciones para los conductos en forma de C.

Melton et al. 1991 propuso una clasificación de los conductos en forma de C basado en su forma tranversal.

1.- Categoría I: Canales en forma de C que recorren la cámara pulpar de forma continúa hasta el ápice definiendo una forma en C sin separación.

2.- Categoría II: El orificio en forma de semicolon en donde la dentina separa un conducto en forma de C principal de un canal mesial.

3.- Categoría III: Se refiere a aquellos con dos o más canales discretos y separados: Subdivisión I, el foramen en forma de C en el tercio coronal se divide en dos o más canales separados y discretos que se juntan apicalmente; Subdivisión II, foramen en forma de C en el tercio coronal que se divide en dos o más canales discretos y separados en el tercio medio hacia el ápice; y Subdivisión III, el orificio en forma de C se divide en dos o más canales discretos y separados en el tercio coronal hacia el ápice.

En esta clasificación, no existe una descripción clara de las diferencias

entre las categorías II y III como de la significancia clínica. Sin embargo, ellos examinaron tres niveles arbitrarios de la raíz, y obtuvieron una pequeña información donde se describe como la forma del canal podría cambiar a través de su longitud. También, se dieron cuenta que el segundo tipo de canal en forma de C es el más común.

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Fan et al. 2004, modificaron el método referido por Melton´s, y los clasificó en las siguientes categorías:

1.- Categoría I (C1): La forma del conducto en C no se interrumpe sin ninguna división o separación.

2.- Categoría II (C2): La forma del canal es similar a un semicolon resultante de una discontinuidad del conducto en C, pero cada ángulo alfa o beta no debe ser menor que 60°. (Figura. 16)

3.- Categoría III (C3): 2 o 3 canales separados y ambos ángulos alfa y beta fueron menor de 60°. (Figura. 17)

4.- Categoría IV (C4): Un solo canal redondeado u oval en la sección transversal. (Figura 15. e).

5.- Categoría V (C5): No se observa el lumen de un canal (lo cual es usualmente observado cercano al ápice) (Figura.15 f).

Figura 15. Clasificación de los conductos en C, según Fan et al.2004

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Figura 16. Medición de los ángulos para el canal C2. Ángulo beta es mayor a 60º. (A y B) terminan en un canal desde una sección transversal, (C y D) terminan en la otra sección del canal; M es el punto medio de la línea AD; alfa es el ángulo entre la línea AM y BM; beta es el ángulo entre las líneas CM y DM.

Figura 17. Medición de los ángulos para el canal C3. Ambos ángulos alfa y beta son menores a 60º. (A y B) terminan en un canal desde una sección transversal; (C y D) terminan en otra sección transversal del canal; M es el punto medio de la línea AD; alfa es el ángulo entre la línea AM y BM; beta es el ángulo entre las líneas CM y DM.

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Clasificación Radiográfica

Fan et al. Clasificaron las raíces en forma de C de acuerdo a su apariencia radiográfica en 3 tipos:

1.- Tipo I: raíz cónica o cuadrada con una vaga línea radiolúcida longitudinal separando la raíz en una parte mesial y otra distal. Hay un canal mesial y otro distal que se fusionan en uno solo antes de salir por el foramen apical (foramina) (Fig. 18 a).

2.- Tipo II: raíz cónica o cuadrada con una vaga línea radiolúcida longitudinal separando la raíz en una parte mesial y otra distal. Hay un canal mesial y otro distal, y los dos canales parecen continuar su propio camino hacia el ápice (Fig. 18 b).

3.- Tipo III: raíz cónica o cuadrada con una vaga línea radiolúcida longitudinal separando la raíz en una parte mesial y otra distal. Hay un canal mesial y otro distal, un canal curvado y superpuesto en la línea radiolúcida mientras se dirige hacia el ápice, y el otro canal parece continuar su propio camino al ápice (Fig. 18 c).

Figura 18. Tipo radiográfico. (a) Tipo I, (b) Tipo II, y (c) Tipo III.

La mayoría de los conductos en forma de C ocurren en el segundo molar inferior, pero también se han descrito en el primer molar inferior, el primer y segundo molar superior y el primer premolar inferior (Tabla 1) (Jafarzadeh H & Wu YN, 2007)

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Tabla 1. Prevalencia de conductos en "C" – Estudios disponibles.

Los molares inferiores en forma de C reciben ese nombre debido a la morfología transversal de sus raíces y conductos radiculares. En lugar de tener varios orificios discretos, la cámara pulpar de un molar con sistema de conductos en “C” tiene un solo orificio con forma acintada, que describe un arco de 180° o más. Comienza en el ángulo de la línea ML y se extiende alrededor de la cara vestibular o lingual para terminar en la porción distal de la cámara pulpar.

Figura 19. Anatomía del conducto en forma de C.A, Segundo molar inferior. B, Primer molar superior.

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Tercer Molar Superior

Los terceros molares son los dientes con menor frecuencia de tratamiento,

pero la pérdida del primer y segundo molar superior hace que a veces este diente se deba tener en consideración como soporte estratégico.

La anatomía de este diente es totalmente impredecible, presenta frecuentemente sus raíces fusionadas, cortas, curvas o mal formadas. Cuando son bien formados pueden tener una anatomía similar a las del primer o segundo molar superior.

Este diente puede tener entre una y cuatro raíces y entre uno y seis conductos, y además conductos en forma de C. El tercer molar superior, suele tener tres raíces y tres conductos radiculares.

Tabla 2. Configuraciones apicales de los conductos del tercer molar superior.

Este diente puede estar significativamente inclinado en sentido distal y/o

vestibular, lo que crea un problema aún mayor para el acceso comparado con el segundo molar.

Los orificios MV, DV y P están situados casi en línea recta, ya que el orificio DV se sitúa aún más cerca de la línea que conecta los orificios MV y P, la cavidad de acceso final es oval o en forma de triángulo muy obtuso.

En el caso de realizar el tratamiento de endodoncia se debe realizar un examen muy cuidadoso de la morfología radicular y el pronóstico debe ser reservado.

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Tercer molar Inferior

Anatómicamente es impredecible y debe evaluarse sobre la base de su

formación radicular. Las raíces fusionadas, cortas e intensamente curvas o mal formadas soportan con frecuencia coronas bien formadas. Este diente puede tener de una a cuatro raíces y de uno a seis conductos.

Tabla 3. Configuraciones apicales del tercer molar inferior. También podemos encontrar conductos en forma de C. La mayoría de estos

dientes pueden someterse con éxito al tratamiento endodóntico; sin embargo, el pronóstico a largo plazo está determinado por el volumen de superficie radicular en contacto con el hueso. El clínico debe sopesar el beneficio del tratamiento frente al pronóstico.

Como la anatomía es impredecible, la cavidad de acceso puede adoptar cualquier variedad. Cuando existen tres o más conductos, es típica la forma tradicional de triangulo redondeado o romboidal. Cuando existen dos conductos se usa una forma rectangular y la oval es acostumbrada para molares con un solo conducto.

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Conclusiones

El conocimiento de la morfología dental, la planificación del tratamiento, un acceso y exploración adecuada de los conductos, son requisitos esenciales para un tratamiento exitoso.

La anatomía de molares es sumamente compleja, ya que puede presentar muchas variaciones tanto en su forma externa como interna.

En lo que respecta al ámbito endodóntico es importante que el clínico tenga claro, que en estos dientes la morfología del sistema de conductos radiculares puede variar muchas veces, por tanto de deben conocer dichas variaciones para conseguir el éxito clínico.

Es importante recalcar que el conducto mesio vestibular dos (MV2), del primer molar superior, suele aparecer en la mayoría de los casos y por tanto hay que buscarlo para poder realizar el tratamiento de éste conducto.

Los conductos en “C” suelen aparecer en la mayoría de los casos en los segundos molares inferiores, aunque también los podemos encontrar en otros dientes, por tanto el clínico debe conocer esta variedad de conductos, su morfología y variedades anatómicas para proceder a realizar el tratamiento endodóntico.

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Bibliografía

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