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Sistematización del proceso de rehabilitación del edificio patrimonial de Valparaíso
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Primera EdiciónXXXXXXXX
Registro de Propiedad IntelectualXXXXXXXXXXXX
Inscripción I.S.B.N.N°XXXXXXXXX
MandantePrograma de Recuperación y Desarrollo Urbano de Valparaíso (P.R.D.U.V.)Subsecretaría de Desarrollo Regional y Administrativo (SUBDERE)Ministerio del Interior, Gobierno de Chile.
Directorio P.R.D.U.V.Claudia Serrano Madrid, Subsecretaria de Desarrollo Regional y Administrativo, Ministerio del Interior, Gobierno de ChileAldo Cornejo González, Alcalde de Valparaíso.Alberto Arenas de Mesa, Director de Presupuesto, Ministerio de Hacienda, Gobierno de Chile.
Directora del P.R.D.U.V.Ana María Icaza PérezCoordinadora del Proyecto P.R.D.U.V.Mónica Telias De Mayo
RealizadoresRodrigo Núñez AntoineMarcelo González CisternasElizabeth Jorquera MoralesErnesto Pérez ArocasMaurico Rubio ValverdeYasna Amarales ValenzuelaMario Maldonado González
Fifty-Fifty Studiowww.fifty-fifty.cl
Impresión
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Prólogos
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A mediados del siglo XX comenzó a evidenciarse el deterioro de la construcción,
proceso ligado a los avatares de la historia social del país y la decadencia de Valparaí-
so. Muchos pensaron que el edificio estaba condenado a muerte, como ha sucedido,
por desgracia, con tantos recintos que formaban parte del patrimonio histórico de
nuestra ciudad-puerto. Pero una afortunada constelación de factores se conjugaron
para hacer posible el salvataje, entre los cuales resultó clave la intervención respe-
tuosa de los vecinos, pero motivadora y esclarecedora, de los integrantes del Taller
de Acción Comunitaria. Ella permitió desencadenar el potencial de la participación
ciudadana y articularlo con la capacidad técnica y voluntad política de los organis-
mos del Estado de Chile, así como con la solidaridad internacional.
La crónica de cómo se gestó y concretó este milagro podría servir de argumento
a una teleserie de elevada sintonía. Nuestra mayor aspiración, sin embargo, es que
ayude a otros colectivos de ciudadanos a descubrir tanto sus derechos como sus ca-
pacidades si actúan en forma creativa, esforzada y solidaria. Todavía más importante
es que los actuales propietarios del edificio adquieran cabal conciencia de la mag-
nífica aventura que protagonizaron y extraigan de ella las lecciones y fuerza interior
necesarias para perseverar esta propiedad y la vida comunitaria, en favor tantos de
sus descendientes como de Valparaíso, patrimonio de la humanidad.
Aldo Cornejo González
Alcalde de ValparaísoAgosto de 2008
Esta es la crónica de un pequeño gran milagro: la rehabilitación del más que cen-
tenario edificio de La Población Obrera de la Unión, en el populoso Cerro Cordille-
ra. Después de haberse degradado hasta un extremo que parecía irreversible, en
vísperas del Bicentenario de Chile el edificio luce renovado y las 34 familias que lo
tienen como su hogar se muestran orgullosas del protagonismo que le cupo en este
proceso que, por otro lado, permite a Valparaíso recuperar una construcción que
enriquece su patrimonio histórico.
El edificio fue construido, en efecto, en plena revolución industrial en Europa, cuando
se estaba incubando la revolución social y un filósofo llamado Carlos Marx acababa
de publicar el primer tomo de su obra El Capital. En Chile se iniciaba ya la migración,
que habría de ir en sostenido ascenso, de campesinos hacia las ciudades, los cuales,
en su mayor parte, pasarían a engrosar el proletariado, habitantes de misérrimas vi-
viendas que empezaron a trepar por los cerros de Valparaíso o se fueron hacinando
en los conventillos de Santiago.
Al interior de la Iglesia Católica y la Masonería surgieron por entonces personas dota-
das de sensibilidad y espíritu visionario que se volcaron a procurar alivio a las víctimas
del capitalismo salvaje. Sensibilizada por la primera encíclica social (la Rerum Nova-
rum de León XIIII) Juana Ross, acaudalada dama de la sociedad porteña, compra en
1894 este edificio de singular arquitectura, construido un cuarto de siglo antes, a un
destacado masón, don Carlos Lorca, y lo dona para materializar un proyecto revolu-
cionario para la época: servir de habitación digna a un grupo de familias obreras.
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Cuando el 10 de julio la Presidenta Michelle Bachelet inauguró la completa recupera-
ción del edificio Unión Obrera -uno de los inmuebles patrimoniales más emblemáti-
cos del puerto de Valparaíso- culminó un proceso de trabajo comunitario y comple-
mentariedad pública desarrollado intensamente durante los últimos diez años.
He conocido la experiencia de trabajo en conjunto desde la gestión pública, primero
como Director Regional del Fondo de Solidaridad e Inversión Social, y luego, en los
últimos meses, como Secretario Regional Ministerial de Vivienda y Urbanismo.
Desde el año 2001 conocí el trabajo de los vecinos – en especial de sus jóvenes diri-
gentes - para mantener y conservar el edificio, con una constante preocupación por
involucrar a las entidades públicas en el proceso, apreciándose una gran capacidad
de unir voluntades, fuerza y sacrificio, pero también por confiar en el trabajo, en el
diálogo y en la acción conjunta.
El trabajo desarrollado desde la Secretaria Regional Ministerial del Ministerio de Vi-
vienda y Urbanismo se orientó a tareas de coordinación en el proceso de postula-
ción al Fondo Solidario de Vivienda como en el desarrollo de un proceso de diseño
participativo. Parte integrante de la mesa de trabajo en donde participaba la comu-
nidad y el sector público, el MINVU tuvo un rol importante en la obtención de apor-
tes adicionales y el involucramiento activo de la Junta de Andalucía y del Programa
de Recuperación y Desarrollo Urbano de Valparaíso (PRDUV).
Este proceso que hoy se corona con la recuperación del edificio y el retorno de las fa-
milias a sus viviendas recuperadas, es la culminación de una labor que en los últimos
años contó con hitos relevantes: el aporte del Taller de Acción Comunitaria, ONG
que trabaja desde los años 80 con la comunidad del cerro para la recuperación de las
quebradas y organiza trabajos colectivos de niños y jóvenes para mejorar y optimizar
la habitabilidad del lugar; el trabajo realizado por la propia comunidad para enfrentar
el deterioro del edificio, destacándose en ello el aporte del FOSIS, entre otras iniciati-
vas, con su escuela taller en oficios; la posterior obtención de los títulos de dominio;
el reconocimiento oficial al valor patrimonial del edificio a través de la entrega del
sello bicentenario el año 2005.
Vaya un reconocimiento a las familias habitantes de la Población y a sus jóvenes
dirigentes por su capacidad de conformar redes y rescatar permanentemente su
memoria. Destacar a todos aquellos profesionales del sector público, a la Junta de
Andalucía y a las diversas autoridades que en estos años comprendieron el valor no
sólo histórico y patrimonial del edificio, sino también de la comunidad que lo habi-
taba y su lucha por tener una vida mejor.
Esta obra es un símbolo de lo podemos hacer conjuntamente tras un objetivo de in-
tegración social, de construcción de una mejor calidad de vida y la capacidad que te-
nemos para rescatar nuestra historia e identidad, con participación de las personas.
Cesar Barra Rozas.
Secretario Regional Ministerial de Vivienda y Urbanismo.
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Hoy, en América Latina, asistimos al creciente interés por parte de los gobiernos na-
cionales y locales de preservar, recuperar y realzar en su valor el patrimonio urbano
de las ciudades. Desde esta perspectiva, el Programa de Recuperación y Desarrollo
Urbano de Valparaíso considera esta acción como uno de sus ejes fundamentales,
invirtiendo parte importante de sus recursos en ello.
A la base del Programa hay cuatro pilares: Comunicación y Participación, Desarrollo
Económico y Sociocultural, Desarrollo Institucional del Municipio de Valparaíso y Re-
cuperación Urbana.
En este último componente contamos con dos estilos de intervención: por un lado
inversiones transversales que se muestran en toda la ciudad (plan de recolección de
residuos sólidos, control de plagas urbanas, mejoramiento de iluminación pública,
entre otras); y por otra parte acciones sobre los denominados Entornos Patrimonia-
les Integrados (EPI), es decir, espacios físicos delimitados en los que invertimos, tanto
en espacios públicos, como en la recuperación de inmuebles públicos y privados.
Sabemos que cuando concentramos inversiones en áreas delimitadas ganamos una
evidente masa crítica de obras de recuperación y rehabilitación que permiten re-
vertir el proceso de deterioro y, a la vez, detonamos el proceso de recuperación.
También sabemos que destinar los bienes patrimoniales a usos con demanda social
o ponerlos en el mercado inmobiliario es, por lejos, la mejor solución para detener
su deterioro, convirtiéndose así en una inversión destinada a proteger y recuperar la
trama urbana.
Dentro de esta recuperación se contemplan tres dilemas. Uno: mejorar viviendas
unifamiliares en elementos que ponen en riesgo su permanencia en la trama (es-
tructura, techumbre, instalaciones eléctricas y sanitarias) así como sus fachadas (ele-
mento conformador del espacio público per se). Dos: recuperación de “conventillos”
a través de la subdivisión y habilitación de viviendas unifamiliares en edificaciones
compartidas. Tres: reciclar gran cantidad de sitios eriazos generados por el derrumbe
o deterioro progresivo y a los frecuentes incendios de edificaciones en Valparaíso.
Dentro de este marco se inscribe la rehabilitación del Edificio de la Población Obrera
de La Unión, que cumple con todas las características de una edificación que contri-
buye a conformar la trama urbana de la ciudad, pero además suma un atributo de
gran importancia: la permanencia a través de los años y el paso de las generaciones,
de las familias originarias que ese 11 de enero de 1898 unieron sus destinos en torno
al edificio, manteniendo así los rasgos identitarios relacionados al barrio y al edificio.
Los constantes vaivenes y tranformaciones que afectan a una ciudad han sabido ser
sobrellevados por los vecinos de Población Obrera de La Unión, quienes nacidos en
un contexto de candentes conflictos sociales, supieron vivir en un Valparaíso vertigi-
noso y siempre cambiante.
El caso de este emblematico edificio refleja que el nivel de participación y de apro-
piación que hace una comunidad de su espacio, incide en la sustentabilidad a través
del tiempo del patrimonio de la edificación en la que habitan. Los residentes se co-
hesionan bajo una misma identidad social y fortalecen su comunidad.
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Parte importante de esta cohesión la logra el Taller de Acción Comunitaria (TAC),
ONG que desde la década del ’80 trabaja en el Cerro Cordillera. Tampoco es gra-
tuito que los actuales dirigentes de la población surgen de aquí, como tampoco es
casualidad que gracias a TAC la curva de progresivo deterioro del edificio comienza
a debilitarse.
Cerremos esta reflexión confirmando la importancia que reviste la participación ciu-
dadana en los procesos urbanos y forjando una cadena virtuosa de trabajo que tome
como ejemplo la experiencia de Edificio Unión Obrera.
Ana María Icaza Perez
DirectoraPrograma de Recuperación y Desarrollo Urbano de Valparaíso
La rehabilitación de viviendas es un componente fundamental de la recuperación de
los centros históricos, ya que es clave para evitar el exilio de los residentes tradicio-
nales. Estas intervenciones, unidas a otras de reciclaje y a promociones inmobiliarias
privadas generan la pluralidad deseable en nuestras ciudades, haciendo de sus cen-
tros, ejemplos de integración y cohesión social. Para ello es fundamental la localiza-
ción de la vivienda social en lugares de interés patrimonial y la puesta en valor de la
residencia como elemento principal de un tejido urbano que dota a ciudades como
Valparaíso de carácter patrimonial, y de singularidad tipológica y cultural.
El proceso vivido en la Unión Obrera ha sido un extraordinario ejemplo de participa-
ción ciudadana y de coordinación entre administraciones.
La colaboración entre la Municipalidad, y el Ministerio ha sido fundamental para el
éxito de esta intervención y es un vínculo a fortalecer para la viabilidad de una políti-
ca de rehabilitación del tejido residencial a largo plazo, tanto en Valparaíso como en
otras ciudades chilenas. La participación de Andalucía, a través de la Consejería de
Vivienda y Ordenación del Territorio, ha sido también un factor enriquecedor para
ambas partes que debe servirnos de modelo en el futuro.
Porque el Programa de Recuperación y Desarrollo Urbano de Valparaíso está siendo
el detonante imprescindible de un largo proceso de revitalización. La definición de
planes integrales de intervención y la instalación de oficinas de gestión bien dotadas
técnicamente y tuteladas por las administraciones responsables garantizan la soste-
nibilidad de las acciones a la vez que generan el marco de confianza para implicar a
otros organismos destinados a promover la dinamización económica, el empleo, la
cultura y la seguridad ciudadana, entre otros.
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La recuperación de los centros históricos plantea un reto para Chile similar al que se
está abordando con el programa de Mejoramiento de Barrios. En este programa se
está desarrollando una experiencia y una metodología de participación ciudadana
de gran valor y que puede ser de gran utilidad a la hora de plantear una política de
intervención en centros históricos, teniendo en cuenta que ellos definen la identidad
de las ciudades y es el espacio de representación de todos sus habitantes.
En Andalucía, la profundización en distintas prácticas rehabilitadoras y la mejor com-
prensión de la ciudad como fenómeno complejo, llevó a una formulación de las
Áreas de Rehabilitación Concertadas (definidas contando con acuerdos entre la Ad-
ministración pública, los residentes y la iniciativa privada). Es un modelo de gestión
que opera en unas 40 ciudades y pueblos andaluces y que ha ido actualizándose
desde su formulación en 1996. Por ello es para nosotros una valiosa experiencia la
colaboración en proyectos de rehabilitación en países de Latinoamérica y del norte
de África, ya que nos permite contrastar las políticas de vivienda, los sistemas de
participación, reflexionar sobre los criterios de actuación y establecer vínculos insti-
tucionales y humanos de gran valor.
Juan Espadas Cejas
Consejero de Vivienda y Ordenación del TerritorioJunta de Andalucía
“Conoce tu aldea y serás universal.” León Tolstoi
“Era la vida, era su rudeza y eran sus compensaciones.” La sangre y la esperanza
Nicómedes Guzmán
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Indice
Prólogos.
Presentación.
Capítulo 1 Reseña Histórica de la Población Obrera de La Unión 1898 – 2007.
Capítulo 2 Sistematización de la Experiencia de Rehabilitación de la Población
Obrera de La Unión.
1. Antecedentes Generales.
2. Justificación y Objetivos de la Sistematización.
3. Sistematización de la Experiencia de Rehabilitación.
3.1 Análisis de la Experiencia Organizativa Interna.
3.2 Proceso de Saneamiento Jurídico de la Propiedad.
3.3 Gestión de Redes y Recursos.
3.3.1 Primer Período 1998-2003.
3.3.2 Segundo Período 2003-2007.
4. Conclusiones.
5. Notas y Referencias.
6. Bibliografía.
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Capítulo 1
RESEÑA HISTORICA DE LA POBLACION OBRERA DE LA UNION VALPARAISO 1898-2007
Presentación
El presente documento da cuenta pormenorizada del proceso de rehabilitación
que ha sido desarrollado en el Edificio de la Población Obrera de La Unión, tanto en
sus aspectos técnicos, como en aquellos ámbitos humanos que han posibilitado
tan profundo proceso de transformación.
El primer capítulo, narra la historia del edificio y de la comunidad residente desde
su fundación, pasando por sus más importantes hitos, hasta la década de los 90, al
final de la cual se inicia el proceso de rehabilitación de gran envergadura que por
estos días se cierra, y que es descrito y analizado detalladamente en el segundo
capítulo.
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Hace ciento cincuenta años, una generación después de los
acontecimientos que marcaron el fin del dominio español sobre sus
colonias americanas, Europa, con Inglaterra a la cabeza de proceso, asistía a
la emergencia del maquinismo y de la era industrial, que vendrían a cambiar
decisivamente el aspecto y el funcionamiento de la civilización occidental.
El advenimiento de nuevas fuentes de energía como el carbón, la electricidad
y más tarde el petróleo, sumados a la aparición de las cadenas de montaje
y a la serialización de la producción económica, comenzaban a dibujar en
la fisonomía del Viejo Mundo los rasgos del mundo moderno tal y como
lo conocemos hoy día: un mundo intrínsecamente humano y secular, caracterizado por las grandes
aglomeraciones urbanas hechas de acero, vidrio y cemento, y arrojado a una répida progresión de
su dinámica histórica impulsado por la aparición de nuevos y poderosos medios de transporte y
comunicación, entre los que descolla, como símbolo de la pujanza de la época, el ferrocarril.
El acelerado crecimiento de la producción económica generado entonces en las grandes ciudades
requería, para mantener la dinámica creciente de su actividad, el funcionamiento de una fuerza de
trabajo permanente que la sustentara. El rítmo cíclico y cansino de los ciclos estacionales, típicos
del trabajo agrícola, perdía terreno. En el viejo mundo el imperativo era producir sin descanso, y
la mano de obra necesaria iba a provenir del mundo campesino. Este segmento de la población,
alentado por la promesa de mejores condiciones de vida, inicia, en el último tercio del siglo XIX,
un éxodo sistemático desde el mundo rural hacia las ciudades en las que se localizan los centros
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de producción. Allí venderán su fuerza de trabajo a cambio del pago regular de un
salario. Las esperanzas de mejoras en el nivel de vida de estas masas de trabajadores
trasplantados no tardan en marchitarse en medio de las condiciones infrahumanas
de vida que reinaban en los cinturones de marginalidad proliferantes en torno a
las ciudades, en los cuales la naciente clase obrera urbana había hecho su espacio.
Desde aquellos tiempos, no tan lejanos, la afluencia de la población campesina a los
grandes centros industriales manufactureros no se detendrá, y tanto ésta como las
condiciones que le dieron origen serán exportadas e imitadas en vastas regiones del
planeta ligadas por tradición a la cultura occidental, o vinculadas a ella por nexos
económicos.
En los países de América del Sur estas condiciones se reprodujeron con rapidez,
estimuladas por la necesidad de sus élites gobernantes de imprimir una dirección
clara a los procesos políticos y
sociales arrancados de sus respectivas
revoluciones de independencia, y
en igual medida gracias al arribo de
capitales extranjeros en proceso de
expandir sus redes de negocios. No
menos importante era también para
las clases dirigentes latinoamericanas
darle a los procesos políticos de sus países, que al menos en teoría apuntaban
a la igualdad social, una base económica sustentable, poniéndose a tono con
las tendencias económicas de la época que apuntaban al desarrollo de una
economía capitalista de alcance planetario.
En el último cuarto del siglo XIX Chile se incorporaba también aceleradamente
a este proceso de integración a la economía mundial. Al mismo tiempo que se
organizaba la explotación del salitre en el Norte Grande, la ciudad de Valparaíso
cobraba protagonismo como el principal puerto de la región y como una
importante base de operaciones del intercambio comercial de nuestro país
con el resto del mundo.
A nivel local, la ciudad puerto vería aumentar considerablemente su población,
alimentada tanto por la incorporación de contingentes de inmigrantes
extranjeros vinculados al mundo de los negocios, que pasarían a conformar
la aristocracia porteña, como por numerosos aventureros venidos de distintos
puntos de la geografía nacional, atraídos por la efervescente actividad que allí
se desplegaba.
Cerca del cambio de siglo se hizo evidente, tanto en nuestro país como en
el resto del mundo integrado al capitalismo en marcha, el estado lamentable
de postergación y marginalidad en que habían devenido las masas de nueva
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En 1894, Juana Ross de Edwards, acaudalada dama de
la sociedad porteña ligada a la beneficencia católica,
adquirió en el populoso cerro de La Cordillera de
Valparaíso, sede de numerosas asociaciones sindicales y
mutuales obreras, un inmueble singular. Se trataba de un
edificio atípico de tres pisos hecho de ladrillo, de aspecto
sólido y macizo. Este había sido construido en 1870
por Carlos Lorca, perteneciente a la Logia Masónica de
Valparaíso. Los planos de este inmueble fueron diseñados
por el arquitecto Fermín Vivaceta. En 1894 el edificio
fue adquerido por la señora Juana Ross con el objeto
de acondicionarla para ser usada como habitación por
familias obreras. Para tal propósito se creó también una
asociación que se haría cargo de su administración y que
sería instituida con el nombre de Sociedad de Orden y
Trabajo. Cuatro años más tarde, el 11 de enero de 1898, se
inauguraba oficialmente el edificio Población Obrera de La
Unión, cuya administración estaría a cargo de un consejo
directivo bajo la tutela del Obispado de Valparaíso.
La singular morfología del edificio, con un patio e
instalaciones sanitarias de uso común, tenía una torre
central en la cual, además de ubicarse los lavaderos y
baños comunes, se producía el contacto diario de los
moradores. Allí se socializaba mientras los hijos de los
inquilinos correteaban y jugaban. El carácter popular
y organizado de su entorno y la intensidad histórica
de esos años, marcados por el cambio y los conflictos
sociales, favorecieron entre la comunidad de vecinos de
la población el cultivo de los valores sociales y la forja de
un carácter comunitario definido, aún cuando el consejo
directivo siguió bajo la tutela del Obispado porteño hasta
los años cincuenta; no obstante, en el curso de los años
treinta la Sociedad de Orden y Trabajo, originalmente
encargada de la administración del lugar, parece haberse
disipado paulatinamente y sin demasiadas complicaciones,
habiendo constatado una funcionamiento administrativo
regular del ya viejo inmueble dejado en manos de un
encargado. Por entonces, y en las décadas del cuarenta
y del cincuenta, la población y sus habitantes vivirían
población urbana desplazadas por el
proceso de la revolución industrial.
Las condiciones de insalubridad,
hacinamiento y promiscuidad
reinantes en los barrios obreros
estimularon, entonces, la preocupación de las clases dirigentes, tanto por
la suerte de los involucrados como por la propia, toda vez que el fantasma
de las ideas socialistas y libertarias rondaban Europa y se difundían rápida y
sigilosamente también dondequiera que existiesen las condiciones sociales
que sus doctrinas aspiraban a cambiar.
En este contexto, y a tenor de la creciente importancia de la “cuestión social”,
ya instalada en el debate público, aparecen en Chile las primeras iniciativas
oficiales para poner remedio a los problemas que venían aquejando a la clase
obrera nacional, materializadas en principio en los intentos de resolver la
acuciante necesidad de viviendas que contaran con las condiciones mínimas
para una existencia humana digna. Estas iniciativas serían llevadas adelante
por los sectores más acomodados de la sociedad, en el seno de los cuales
campeaban dos tendencias políticas que si bien no eran las únicas en boga
por entonces, se erigían como las principales: la masonería laica liberal y el
conservadurismo católico. Ambos sectores abordarían el problema desde la
perspectiva de la beneficencia, actividad en relación con la cual se venían
creando agrupaciones en Chile desde hacía algunas décadas, concretamente
desde los años treinta de ese siglo.
UNEDIFICIO PARA LA POBLACION OBRERA DE LA UNION
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sus años dorados, según lo relatan hoy sus vecinos más antiguos. También
mientras corrían los años cincuenta, los vecinos tuvieron que hacerse cargo de
la gestión de los asuntos del edificio, tras la muerte del encargado del
arriendo y la administración. Los vínculos que aun se mantenían con
el Obispado y la administración original llegaban a su fin.
La tarea no era sencilla pues a la falta de experiencia se sumaban
problemas derivados de la antigüedad de la construcción, que
para esa época cargaba ya con ochenta años. Una de las faenas
más urgentes era la demolición de la torre central, evidentemente
deteriorada, que se materializaría el año sesenta, y en cuyo reemplazo
se implementaría un sistema de pilones por piso que cumplían las
funciones de surtidores de agua, lavadero, desagüe y receptor de
aguas servidas, a los que se sumaba la construcción de baños y duchas
comunes en el primer piso. A partir de ese momento y en repetidas
ocasiones durante los años venideros, la comunidad de la población
se vería en la necesidad de organizarse para hacer frente a diversos
intentos de desalojo y remate del edificio por parte de las autoridades
del gobierno local, las que, invocando razones relacionadas con el
deterioro del edificio, lo consideraban un lastre cuya solución más expedita era
el recurso a la demolición.
Estas tentativas cohesionaron a la comunidad de la
población, cuya directiva, paralelamente, se enteró de
la historia del inmueble mientras se ocupaba en llevar a
cabo las pesquisas conducentes a la regularización de los
títulos de dominio de sus inquilinos. Este hecho estimuló
la toma de conciencia del valor histórico que tenía el lugar
al que ya se sentían estrechamente vinculados por cuanto
había sido el escenario familiar de sus propias historias de
vida.
A pesar de ello, en el curso de los años setenta el deterioro
del edificio continuó y empezó a afectar algunas estructuras
del mismo, de suerte que durante la década siguiente la
comunidad de la Población Obrera de La Unión tuvo que
soportar con frecuencia la amenaza de remates, los que
siempre lograron ser detenidos judicialmente gracias a
la buena voluntad de abogados comprometidos con la
población y su gente.
Pero eso no fue suficiente para
anular la tendencia involutiva
del nonagenario microcosmos
enclavado en el cerro Cordillera. Con
el tiempo el corte de los servicios
básicos se transformó en moneda corriente, el tejido social
comunitario acusó los efectos del desgaste y la venta de
drogas hizo su espacio. Estos factores contribuyeron a
minar la reputación de la población, que de tradicional y
digno barrio obrero pasó a ser asociada, injustamente casi
siempre, a actividades delictivas y a ser vista como un sitio
eventualmente peligroso.
A fines de la década de los ochenta, llega al cerro
Cordillera el Taller de Acción Comunitaria TAC, grupo de
acción social, articulado a partir de la disolución de una
ONG que se encontraba operando en Chile durante los
años de la vuelta a la democracia, denominada Centro
de Estudios, Capacitación y Asesoría Poblacional (CECAP).
Una de sus líneas principales de trabajo está centrado en
la recuperación de la confianza y el fortalecimiento de las
organizaciones locales a través del trabajo comunitario,
teniendo como actores principales a los niños. Su
EN LAS DECADAS DEL CUARENTA Y DEL CINCUENTA, LA POBLACIÓN Y SUS HABITANTES VIVIRIAN SUS AÑOS DORADOS
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objetivo de fondo apunta al rescate y la reconstrucción de las relaciones sociales,
visible y sistemáticamente deterioradas durante los años de gobierno militar, y a la
recuperación de la capacidad política de organización comunitaria. La llegada del
TAC marca el inicio de otro capítulo en la historia de ‘la pobla’, nombre familiar con
que se refieren a ella sus moradores.
Desde su llegada y durante el curso de los años noventa hasta la fecha, las actividades
del TAC han contribuido de forma decisiva a rearticular el tejido social y el sentido de
identidad de la comunidad del viejo edificio que a la sazón se acerca al siglo y medio
de existencia, motivando el protagonismo de la generación de recambio, cuyas
energías, canalizadas positivamente por el trabajo del taller, han sido invertidas en la
toma de conciencia y en la acción efectiva y organizada en pro de la mejora de las
condiciones de vida del lugar y de su entorno, dando origen a una nueva generación
de líderes comunitarios locales.
La apertura de nuevas posibilidades durante los últimos años en el ámbito de la
gestión y la disponibilidad de fondos destinados a la rehabilitación de inmuebles
históricos en Valparaíso, han jugado también un papel importante en traer nuevos
aires al viejo lugar.
Las iniciativas, en este sentido, se han nutrido del logro de objetivos modestos para
pensar en grande y atreverse a tentar metas más ambiciosas. El año 2003 vio gestarse
la conformación de la mesa técnica para la rehabilitación del edificio, instancia de
cooperación que une el esfuerzo de los vecinos con el de organismos del aparato
público estatal, y cuyo trabajo despunta hoy en el logro y ejemplo que representa la
rehabilitación y reacondicionamiento efectivo del edificio.
Tras la obtención de los fondos necesarios esto ha sido posible gracias
al trabajo organizado y sistemático de toda la comunidad vinculada a
la población. Este hecho, sencillo en apariencia, brilla como muestra de
inteligencia y espíritu gregario en medio de la hoy imperante e imperativa
uniformización de los estilos de vida. Brilla porque desafía la vorágine del
individualismo rampante que campea en nuestra sociedad mediatizada y
desdramatizada, y también porque rescata valores hoy por hoy extraviados,
como la solidaridad y el sentido de pertenencia a una comunidad.
Hoy el centenario edificio de La Población Obrera de La Unión muestra
otra vez una cara amable y renovada, y se yergue como ejemplo de lo
que puede conseguir una comunidad cuando aúna sus fuerzas en torno a objetivos
TENIA UNA TORRE CENTRAL EN LA
CUAL, ADEMAS DE UBICARSE LOS
LAVADEROS Y BAÑOS COMUNES, SE PRODUCIA EL
CONTACTO DIARIO DE LOS
MORADORES
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Capítulo 2
SISTEMATIZACION DE LA EXPERIENCIA DE REHABILITACION DE LA POBLACION OBRERA DE LA UNION
en los que se reconoce y fortalece. No obstante la materialización de estos
hechos, como puede anticiparse, no ha sido fácil. Los numerosos obstáculos
que han tenido que ser salvados en el proceso contemplan años de esfuerzos
en pos de ir superando las distintas etapas por las que necesariamente había
que pasar para llegar a lo que ya hemos descrito como un logro. Obstáculos
que han pasado por la paciente y lenta labor de educación popular previa a
cualquier acción, por la no menos lenta tarea de acercar posiciones entre los
involucrados, así como de echar a andar un proceso de saneamiento jurídico
de una propiedad tan antigua, a la vez que de naturaleza colectiva. Y, por
último, de posicionar con éxito la causa en el ámbito público para obtener los
imprescindibles fondos necesarios que permitieran concretar la iniciativa.
Visto esto, se ha considerado que la experiencia de rehabilitación del edificio
ameritaba su registro sistematizado para la difusión y ejemplificación de la
misma. Este volumen relata y explica la forma y las etapas del proceso de esta
modesta victoria de lo humano, y la pormenorización y el análisis de los hechos
que la han hecho posible conforman el tema de la sección que sigue.
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Tal y como se mencionó al final del apartado anterior
– que permite entender el contexto histórico que enmarca
el nacimiento y construcción del edificio – el objetivo
central de esta sistematización es describir los hechos,
situaciones y experiencias que forman parte del proceso
de rehabilitación experimentado dentro del edificio de la
Población Obrera de La Unión (POU o Población Obrera
de La Unión, indistintamente).
Dicho proceso de rehabilitación se ubica temporalmente
entre los años 1998 y 2007. El punto de inicio se puede
asociar con las primeras labores realizadas en el año
98 por los propios habitantes del inmueble, donde
los trabajos ejecutados corresponden a mejoras
en espacios comunes como baños, pasillos y
escaleras.
Por su parte, el hito que sirve para definir el cierre
de esta sistematización corresponde al proceso de
organización y posterior salida de los habitantes
del edificio, tras lo cual se daría paso al inicio de los
trabajos de rehabilitación de mayor envergadura
y nivel de complejidad, todo ello durante al año
2007.1
Para describir esta experiencia de rehabilitación el análisis
se presentará ordenado acorde con 3 ejes o criterios. Cada
uno de ellos representa y agrupa hechos, situaciones
y procesos que en conjunto permiten comprender la
experiencia vivida dentro de la POU. Estos ejes son los
siguientes:
i) Análisis de la experiencia organizativa interna de la POU.
ii) Proceso de saneamiento jurídico de la propiedad.
iii) Gestión de redes y recursos.
En primer lugar, se analizarán los procesos de organización interna de los habitantes
de la POU. En dicho análisis se detallarán algunos hechos y situaciones que dan
cuenta de las formas que ha adoptado el proceso de organización, destacando los
hitos más importantes y los obstáculos que se fueron sucediendo en el transcurso
del tiempo.
El segundo eje se enfoca en el proceso de saneamiento jurídico de la propiedad,
hito que juega un papel importante en el proceso de rehabilitación del edificio, por
cuanto sirve de requisito fundamental en lo que respecta a la gestión y obtención de
recursos técnicos y económicos para ejecutar las acciones de rehabilitación. Junto
con ello, contar con los títulos de propiedad, servía como elemento de contención
frente a las distintas incertidumbres y desconfianzas que se habían creado en el seno
de los habitantes de la población. Dejar sus hogares, para dar pie al inicio de los
trabajos con los títulos de propiedad correspondientes en poder de cada habitante
era fundamental, sobre todo, frente al antecedente de anteriores intentos de remate
del inmueble.
Finalmente, el tercer eje abordará la gestión de redes y de recursos que posibilitaron
el proceso de rehabilitación, dividiendo este análisis en dos períodos. El primero
de ellos se desarrolla desde el año 1998 al 2003 y se caracteriza por la autogestión
de recursos y la articulación de redes conformadas sólo por actores directos y
pertenecientes al cerro. El segundo período, comprendido entre los años 2003 y
2007, se caracteriza por una ampliación de las redes hacia instituciones externas al
entorno directo del Cerro Cordillera. Dichas redes son principalmente de carácter
3� ��
dado pie a la generación de importantes procesos de
empoderamiento de las personas, sean estos a nivel de
países, ciudades o grupos específicos.
Dichos conceptos, al parecer, nacen como respuesta frente
a un panorama cada vez menos alentador respecto a los
frutos y beneficios que el sistema económico actual ofrece
a la comunidad mundial. La existencia e identificación
de acciones relacionadas con la democratización de los
procesos de desarrollo, donde el individuo y su entorno
social aparecen como fundamentales, vienen a demostrar
que cuando las personas (entendidas como comunidad)
son conscientes de sus derechos, se organizan, se educan,
participan, son capaces de
decidir y trabajar en pos de
un mejoramiento de sus
condiciones y calidad de
vida, junto con la existencia
de políticas públicas
eficientes, los resultados
pueden ser exitosos. Al
parecer la combinación de
dichos elementos da lugar
a soluciones y respuestas
concretas frente a las distintas problemáticas económicas
y sociales que hoy enfrenta nuestra sociedad global.
Experiencias como el Movimiento de los Sin Tierra (MST)
en Brasil, en el ámbito internacional, o lo acontecido en
la Población Obrera de La Unión en el Cerro Cordillera de
Valparaíso, en el contexto chileno 3, son una demostración
de que cuando confluyen los elementos y factores
dinamizadores de cambio social señalados en el párrafo
anterior, los resultados que se pueden lograr son de una
dimensión que incluso exceden los objetivos iniciales.
En este contexto, la presente sistematización busca
destacar y abordar los elementos y conceptos hasta
ahora enunciados. Más específicamente, busca analizar
y describir cómo un grupo de habitantes que comparte
un espacio común logra revertir un sinnúmero de
condiciones adversas – que abarcan desde condiciones
habitacionales deficientes, grandes restricciones
económicas, hasta problemáticas relacionadas, por ejemplo,
con la estigmatización de los sectores de bajos ingresos
– transformándose en actores clave en el mejoramiento
de sus estándares de vida.
público, llegando incluso a recibir aportes de la Junta
de Andalucía, específicamente de los fondos que esta
comunidad autónoma de España destina para acciones
de cooperación internacional. En cuanto a los recursos
involucrados durante este período, el nivel de éstos
aumentó, tanto en los montos comprometidos como
también en la complejidad de su funcionamiento y
gestión.
De esta forma, se espera que del análisis conjunto de los
elementos enunciados se obtengan los conceptos que
permitan entender los procesos y experiencias vividas al
interior de la población durante el desarrollo del proceso
de rehabilitación. Especialmente, entender de qué manera
y por qué un grupo de jóvenes habitantes de la Población
Obrera de La Unión logran motivar y generar confianzas,
no sólo entre las propias personas que habitan el edificio,
sino también con todo un conjunto de instituciones
principalmente de carácter público-estatal, consiguiendo
con ello la puesta en marcha y la materialización de
un proyecto cuya envergadura difícilmente se puede
encontrar en el contexto de la región de Valparaíso, tanto
en su sentido y alcance social como en la preservación del
componente patrimonial que el conjunto arquitectónico
representa.
1. Antecedentes Generales.
En la etapa actual del proceso de globalización en la que
nos desenvolvemos, caracterizada entre otros factores
por una profundización de las ideologías que sustentan el
modelo económico vigente2, los conceptos de sociedad
civil, participación ciudadana, identidad y desarrollo local,
se han posicionado con fuerza tanto en la conciencia
colectiva como también en los ámbitos de debate de
la institucionalidad nacional e internacional. Ello ha
3� ��
�. Justificación y Objetivos de la Sistematización.
Al reflexionar sobre los elementos que justifican esta
sistematización y sobre los objetivos de la misma
van apareciendo una serie de factores que de una u
otra forma dan cuenta de una profundización de la
democracia y sus efectos en el desarrollo del país, y que
por tanto, son importantes de analizar y exponer. La
conjugación de distintos elementos (empoderamiento,
participación ciudadana, etc.), organizados éstos en pos
de la consecución de mejores niveles y calidad de vida,
refleja y permite visualizar una utilización efectiva de
las herramientas que como sociedad se han generado
para buscar el bien común. El proyecto de rehabilitación
que han llevado a cabo los habitantes de la POU, en
este sentido, tiene en su génesis y desarrollo todos los
elementos ya mencionados.
Haciendo uso de las mismas definiciones que ha utilizado
la Comisión Bicentenario4 para destacar los proyectos y
experiencias más relevantes de nuestro país, se puede
afirmar con toda propiedad que la experiencia de la
Población Obrera de La Unión de Valparaíso representa
lo siguiente:
a.- Es un aporte a la construcción de nuestra identidad,
ya que:
- Preserva el patrimonio histórico y cultural adscrito al
lugar.
- Preserva el patrimonio histórico y cultural intangible,
centrado en la oralidad, arte y cotidianeidad populares.
b.- Es un aporte a la construcción de un país libre y
democrático, ya que:
- Promueve valores ciudadanos de libertad y participación;
actitudes y prácticas democráticas en la convivencia
ciudadana.
- Promueve formas o procesos de organización que
facilitan la participación ciudadana, como también
la representación de la comunidad para ampliar y
consolidar los derechos y responsabilidades ciudadanas
y la democratización de la sociedad.
c.- Es un aporte a la construcción
de un país diverso e integrado, ya
que:
- Promueve la participación
social y el empoderamiento de
las comunidades minorizadas o
discriminadas. Además promueve
la organización para construir
demandas, gestión y propuestas por
parte de los actores de la diversidad
social y cultural.
d.- Es un aporte a la construcción
de un país socialmente equitativo,
ya que:
- Contribuye a la satisfacción de
necesidades básicas (vivienda, salud,
alimentación). Superando además
los principales riesgos a los que
personas de escasos recursos son
más vulnerables.
- Promueve la igualdad de acceso a
las oportunidades y al fortalecimiento
de las capacidades para realizarlas.
- Promueve la participación y el
empoderamiento de la comunidad
local, al instruir en la autonomía y
habilidad para gestionar proyectos
propios.
e.- Es un aporte a la construcción
de un país en crecimiento, ya
que:
- Fomenta la cooperación entre
los sectores privados y público,
para que ambos elaboren visiones,
estrategias y planes de acción
conjuntos, estimulando la confianza
y colaboración entre ambos al
mismo tiempo que pone a prueba
y distingue las modificaciones
necesarias al marco institucional de
regulaciones e incentivos de este
tipo de iniciativas, lo que mejora
las condiciones generales para el
crecimiento conjunto.
- Es una experiencia que plantea
desafíos excepcionales para
la creatividad, perseverancia,
disposición a asumir riesgos y
capacidad para resolver problemas
por parte de sus ejecutores. De
esta manera se motiva al resto
A FINES DE LA DECADA DE LOS OCHENTA LLEGA AL CERRO CORDILLERA EL TALLER DE ACCION COMUNITARIA, TAC
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de las personas que los conocen,
transmitiendo la sensación de que
es posible acometer empresas
ambiciosas y tener éxito.
Estos cinco puntos permiten
dimensionar la importancia
de la experiencia vivida en la
población, justificando además la
sistematización del proyecto.
En este sentido, desde el análisis
recién expuesto, van perfilándose de
manera implícita los objetivos que
se pretenden alcanzar al realizar esta
sistematización:
En primer lugar, el objetivo
de significar socialmente. Más
específicamente, de socializar las
distintas situaciones que se han
enfrentado en este proceso de
rehabilitación. Se concluye por lo
tanto, que la experiencia es, en sí
misma, un hecho social importante
de registrar y difundir, siendo
esto último uno de los principales
objetivos.
En segundo lugar, la sistematización
de esta experiencia pretende
demostrar a grupos o comunidades,
que existen ciertas problemáticas
comunes (como por ejemplo las
relacionadas con la habitabilidad)
que pueden ser solucionadas
cuando se logra llevar a cabo una
experiencia como esta. En definitiva,
la difusión de la experiencia puede
servir de base para su replicabilidad.
Finalmente, se busca motivar y dar
a conocer a todos los actores de la
institucionalidad pública lo que es
posible lograr cuando se pone a
disposición de los habitantes de un
lugar las herramientas disponibles
para apoyar y potenciar procesos
de desarrollo - en lo que respecta a
recursos y apoyo técnico - es decir, se
busca demostrar que el Estado puede
y debe estar presente en la búsqueda
de soluciones a problemáticas
sociales.
3. Sistematización de la Experiencia de
Rehabilitación.
Durante el proceso de rehabilitación del edificio de la
Población Obrera de La Unión, comprendido entre los
años 1998 y 2007, es decir, durante casi toda una década,
tendrían lugar distintas situaciones y hechos cuyo
corolario sera la implementación y posterior ejecución
de la rehabilitación del edificio, con la complejidad que
representaba además tener que organizar la salida de las
personas que habitaban el inmueble para poder llevar a
cabo los trabajos.
En este contexto, es necesario referirse a algunos
elementos anteriores al período definido (1998-2007), que
permiten entender de mejor forma los distintos caminos y
cauces que fue tomando la rehabilitación.
El trabajo desarrollado por el Taller de Acción Comunitaria
del Cerro Cordillera (TAC) es posiblemente uno de los
factores que gatilla de manera directa los cambios que se
han producido dentro de la población, al mismo tiempo
que ha influido en los cambios que se pueden observar
en el entorno del cerro.
Se puede fechar 1989 como el año de inicio de los trabajos
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del TAC en el Cerro Cordillera y su
entorno5. Nuestro país se acercaba a
la recuperación de la democracia, y
el trabajo llevado a cabo por las ONG
en diversos lugares y ámbitos había
ganado paulatinamente un espacio
en el desarrollo y la vida cotidiana
de los barrios donde se ubicaban.
Es así como en el Cerro Cordillera
comienza a funcionar una ONG
denominada Centro de Estudios,
Capacitación y Asesorías Poblacional
(CECAP). El objetivo era “…crear
un espacio para la participación
comunitaria que fortaleciera
las propias capacidades de los
pobladores en pro del mejoramiento
de su entorno y calidad de vida”6.
Dicha manifestación de intenciones
deja claramente esbozados los
fundamentos que guiarán el accionar
de la institución recién instalada en
el cerro.
Por su parte, la definición del Cerro
Cordillera como espacio físico para
desarrollar el trabajo del TAC se
sustenta en ciertas características
propias del lugar. En primer lugar,
aunque se podían evidenciar
niveles de pobreza en el sector,
no se trataba de una pobreza dura
o extrema. En segundo lugar, no
se trataba de un cerro con niveles
altos de politización. El tercer factor
que hizo decidir por la instalación
del TAC en el cerro dice relación
con el tejido social existente que
detentaba una historia e identidad
propia. Finalmente, se trataba de
un espacio de fácil acceso, al cual
se podía llegar caminando desde el
plan de Valparaíso y desde los cerros
y barrios aledaños.
La vuelta de los procesos
democráticos a la vida política
y social de Chile (1990), trae
consigo una reestructuración de
las herramientas financieras que
la comunidad internacional utiliza
para intentar apoyar procesos de
desarrollo en los países menos
adelantados. El financiamiento ya
no sería canalizado por medio de
las ONG que funcionaban durante la
dictadura, sino que ahora, la relación
será directa entre las instituciones
donantes y el Estado chileno. Es
así como la ONG CECAP, producto
de esta disminución y posterior
eliminación de los aportes recibidos
principalmente desde el extranjero,
deja de funcionar bajo la forma jurídica
de organización no gubernamental
pasando a transformarse en el
año 1997 en una organización
comunitaria (organización
funcional). Era el nacimiento del
Taller de Acción Comunitaria del
Cerro Cordillera (TAC), y desde ese
momento el financiamiento que
va a hacer posible el proceso de
rehabilitación de la POU impulsado
por esta organización sería obtenido
principalmente desde: i) el trabajo
voluntario, ii) el apoyo permanente
de las mismas personas del barrio, y
iii) desde fondos concursables. Y con
DURANTE LOS AÑOS VENIDEROS, LA COMUNIDAD DE LA POBLACION SE VERIA EN LA NECESIDAD DE ORGANIZARSE PARA HACER FRENTE A DIVERSOS INTENTOS DE DESALOJO Y REMATE DEL EDIFICIO
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el aporte del grupo de fundadores
del taller.
Comienza así un trabajo directo con
las personas y actores presentes en
el cerro. Serán los jóvenes, niños y
niñas del sector el foco de atención
del TAC, logrando involucrar en sus
actividades a otros actores del barrio,
tales como la Parroquia de Nuestra
Señora del Perpetuo Socorro, Juntas
de Vecinos, Clubes Deportivos,
Colegios y Consultorios. Todo ello,
conjugado además con la historia y
la identidad característica y propia
del Cerro Cordillera, comienza a
sentar las bases de lo que se podría
denominar desarrollo comunitario,
dentro del cual, el proceso de
rehabilitación de la población es
un resultado concreto del trabajo
desarrollado por el TAC.
El trabajo llevado a cabo por el TAC
está sustentado en los siguientes
fundamentos7:
“Niños y jóvenes se constituyen en
protagonistas de los cambios en sus
sectores.
La conciencia ambiental se construye
a partir de acciones concretas de
mejoramiento.
La asociatividad permite potenciar el
trabajo, representar distintos sectores
de la comunidad y sostener la
experiencia en el tiempo.
Nadie sobra, sólo juntos podemos
construir una vida mejor.
La educación se hace posible en
la acción, pues en ella se tejen y
construyen relaciones que lo hacen ser
permanentes.”
Paulatinamente, el TAC se transforma en uno de los espacios de encuentro
comunitario más importante del sector. Las actividades de recuperación de
espacios públicos (entre ellos la quebrada que fue transformada de basural a
espacio habitable que hoy utiliza el TAC para su funcionamiento, proceso en el cual
participaron más de 600 personas), pinturas de murales, recolección de basuras y
otros, van constituyendo un proceso de educación popular, basado principalmente
en el aprender haciendo, volviendo cotidiana la experiencia educativa. Junto con
representar, para los niños y niñas del cerro un espacio lúdico y de compañerismo,
se va desarrollando entre ellos una preocupación por las condiciones del entorno y,
sobre todo, la demostración palpable de que las herramientas con las que contaban
para mejorar sus condiciones de vida eran sus propias manos y motivaciones.
En definitiva, se transforman en individuos que se hacen conscientes del papel
activo que es necesario adoptar cuando se desea realizar cambios y mejoras en las
condiciones y calidad de vida, sean estas personales o comunitarias, potenciando
además el sentido de identidad que hasta hoy sigue caracterizando a los habitantes
del Cerro Cordillera. Así, se va generando en el ideario social, especialmente entre los
niños y niñas, la idea de que es posible cambiar la realidad.
En este contexto, la POU y sus habitantes pasan a formar parte del trabajo comunitario
liderado por el TAC.
NIÑOS Y NIÑAS DE LA POBLACIÓN, CON EDADES ENTRE 8 A 15
AÑOS, COMIENZAN A SER ACTORES DEL
TRABAJO QUE EL TAC ESTABA
DESARROLLANDO.
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En este trabajo encontramos a los habitantes de la
población, que en su vivir cotidiano enfrentaban los
beneficios y complicaciones de la vida en comunidad. El
espacio arquitectónico creado dentro del edificio, donde
su patio interior jugaba un papel central como escenario de
esta vida comunitaria, definía en cierta medida la dinámica
de las relaciones humanas. La proximidad de las casas, el
uso de baños comunes durante un largo período y los
lazos familiares existentes, entre otros elementos, generan
relaciones que definen una forma de vivir determinada,
donde cohabitaban por un lado los problemas propios
de espacios con algún nivel de hacinamiento, y por otro,
problemáticas comunes características de nuestra época,
especialmente la habitual estigmatización de los sectores
pobres y las necesidades básicas insatisfechas, donde
las condiciones de habitabilidad aparecen entre las más
deficientes.
Finalizaba la década de los años noventa, cuando un
grupo de niños y niñas de la población, con edades entre
8 a 15 años, comienzan a ser actores del trabajo que el
TAC estaba desarrollando. Un trabajo que los niños y
niñas, de corta edad aún, no lograban comprender de
manera consciente. Como lo explica hoy uno de ellos:
“…En los inicios, no entendía bien de qué se trataba, iba más
bien porque los niños de la pobla y del barrio asistían, y sobre
todo, porque se pasaba bien o incluso se podía comer”8.
Sólo ahora, al momento de mirar la historia, los niños que
hoy son jóvenes, han logrado comprender y dimensionar
la experiencia de vida en la que han participado y las
consecuencias concretas en sus caminos personales. No
es difícil por tanto, entender cómo este grupo de niños y
niñas, apoyados por el TAC, y con la colaboración de buena
parte de los propios habitantes de la POU, comienzan a
replicar dentro del edificio el trabajo que venían realizando
a nivel de barrio; la limpieza de quebradas, los murales
y mantención de los espacios comunes comienzan a
producirse, esta vez, dentro del edificio. Sin embargo el
inmueble poseía problemas estructurales un tanto más
complejos, y los trabajos que hasta ese momento habían
desarrollado los pobladores no bastaban.
Los principales problemas que presentaba el edificio están
bien detallados por el arquitecto Juan Mastrantonio9:
Se observa un total aplome de la estructura principal, con separación en los encuentros superiores
del muro norte con los muros oriente y poniente; grietas debidas a esfuerzos de corte entre
las ventanas de los extremos y de los pisos superiores de la fachada de Calle Castillo, entre las
ventanas superiores y del extremo oriente de la fachada de Camino Cintura y entre las ventanas
superiores y del extremo norte de la fachada de Calle Eyzaguirre.
Respecto de la estructura secundaria y en el lugar destinado originariamente a los servicios
higiénicos generales, se produjo un desplome localizado de los pisos dos y tres, debido a la
pudrición de los envigados de madera, provocada por la humedad permanente de los mismos
recintos debida, muy probablemente, a pérdidas de agua no reparadas. El resto de la misma
estructura está en perfectas condiciones, en los muros interiores y en regular estado los muros
exteriores.
La estructura metálica y de madera que constituye los accesos está en malas condiciones y
requiere de una urgente reparación.
Recomendaciones:
En resumen, el edificio tiene daños estructurales menores y reparables en su estructura principal.
Se aconseja un recálculo de la misma, con el objeto de agregar los elementos resistentes a la
tracción necesarios para dejar a la estructura bajo las normas actuales. La estructura de tabiquería
que permanece en pié está en buenas condiciones y requiere de tratamientos localizados, el
sector desplomado es reconstruible tomando las medidas constructivas necesarias para evitar
las condiciones de humedad que permitan la pudrición de las maderas. Los pasillos de acceso
requieren una reparación urgente, debido al uso. El edificio debe repararse adecuando el diseño a
su funcionalidad actual, es necesario y urgente dar una solución distinta a los servicios higiénicos
y adecuar el edificio a las normas actuales de seguridad sísmica y contra el fuego.
Se debe aprovechar esta oportunidad para efectuar un desarrollo integral y participativo
del conjunto, tanto físico como social, el que por su naturaleza, en cuanto a su antigüedad y
concepción arquitectónica, se constituye en una pieza de valor para la ciudad de Valparaíso.
JUAN MASTRANTONIO
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La descripción supracitada puso de relieve la necesidad
y la importancia de la materialización de un profundo
proceso de rehabilitación, el cual es a su vez registrado y
expuesto en esta sistematización.
A continuación se procederá a describir de manera
detallada dicho proceso, considerando para ellos los tres
criterios10 mencionados en el inicio de este documento:
i) análisis de la experiencia organizativa interna de la POU,
ii) proceso de saneamiento jurídico del inmueble, y iii)
gestión de redes y recursos.
3.1 Análisis de la Experiencia Organizativa Interna de
la Población.
Por medio del análisis de la experiencia organizativa
de la población se pretende describir las formas de
organización interna que han tenido lugar en el desarrollo
de la experiencia, aspectos determinantes en el adelanto
del proceso de rehabilitación.
Este aspecto es importante de destacar, en cuanto es
posible identificar una proactividad y empoderamiento
comprometido de los responsables y gestores de la
experiencia. Aunque existieron diversos actores externos
que, de diversas formas y en distintas dimensiones,
apoyaron y posibilitaron el desarrollo exitoso de todo el
proceso de rehabilitación, en buena medida dicho éxito
se debe a que la gestación, fundamentación y en muchos
casos la ejecución de las tareas y actividades han sido
lideradas por los directivos de la población. Se puede
decir, por lo tanto, que este eje es el que en definitiva
logra articular los dos ejes posteriores.
Es en la descripción de este ámbito es donde se vuelve
relevante el trabajo del TAC, ya que es en esa instancia
donde el grupo de jóvenes que ha empujado este proceso
adquiere las competencias y herramientas necesarias para
llevar a cabo con éxito esta empresa.
Durante gran parte de la existencia
de la población (con niveles
diferentes de éxito, organización
y transparencia) ha existido una
directiva que se ocupa de los temas
comunitarios, tales como el cobro y
administración de gastos comunes,
reparaciones de espacios de uso
colectivo, etc. Como se mencionó al
principio de este documento, en los
inicios esta labor de administración
era efectuada por un consejo
directivo bajo la tutela del Obispado.
Luego, durante los años cincuenta
y tras la muerte del encargado
de arriendos y administración y la
desvinculación con el Obispado,
son los propios habitantes de la
población los que llevan a cabo esta
labor.
A mediados de los años noventa se
cruzan y suceden dos procesos que
tienen como punto de intersección
el funcionamiento interno de la
población. Por un lado, los niños,
niñas y jóvenes de entre
8 y 15 años, habitantes de
la población que habían
comenzado a participar de los
trabajos que el TAC llevaba a
cabo en el entorno del Cerro
Cordillera, comienzan poco a
poco a utilizar (casi de manera
inconsciente) el espacio
generado por el edificio como
escenario para poner en práctica
los valores y formas de trabajo
interiorizadas gracias al trabajo en
el TAC. Poco a poco se suceden
a suceder con mayor frecuencia
actividades de reacondicionamiento
espacial y ambiental.
Por otro lado (y de manera paralela)
la dirigencia oficial y los pobladores
adultos llevan a cabo el proceso
de administración del edificio. Por
diversas razones, entre las cuales
destacan las desconfianzas internas,
el desinterés por la mantención
de los espacios comunes, serias y
profundas limitaciones económicas,
problemas en la transparencia en
la gestión de los recursos, etc., las
distintas directivas enfrentaban
cada vez mayores problemas para
LA DIRIGENCIA OFICIAL Y LOS POBLADORES
ADULTOS LLEVAN A CABO EL PROCESO
DE ADMINISTRACION DEL EDIFICIO.
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llevar a acabo un trabajo eficiente. El edificio presentaba un continuo deterioro y las
limitaciones económicas de una parte de los pobladores no contribuían a generar
un ambiente propicio para hacer fluidas las relaciones internas.
Habidas tales circunstancias, desde el año 1996 aproximadamente, se puede
visualizar al interior de la población la existencia de una dirigencia oficial liderada por
los adultos y de una generación de jóvenes que se comenzaba a preocuparse por las
condiciones de vida generadas al interior del edificio. Cabe aclarar que no había una
situación conflictiva entre los dirigentes oficiales y el grupo de jóvenes, más bien, se
podría decir que existía un espíritu de cooperación y respeto entre ambos grupos.
Paulatinamente las distintas acciones que se realizan, especialmente las lideradas
por el grupo de jóvenes, inciden en que este grupo vaya ganando un espacio y
reconocimiento dentro del colectivo. Sus logros eran concretos y reales, fáciles
de constatar y representaban beneficios para toda la comunidad. Es así como de
manera posterior al logro de algún objetivo, iban naciendo nuevos y cada vez
más ambiciosos proyectos, tanto por los obstáculos técnicos, como también por
los recursos económicos involucrados para concretarlos. A la limpieza de lugares
comunes, se fueron sucediendo tareas de mejoras estructurales en baños, pilares,
escaleras y techumbre, llegando incluso, en al año 1998, a la rehabilitación de un
espacio en desuso transformado en sede social para el funcionamiento del grupo
de jóvenes, que por ese tiempo se autodenominaban “Los chicos y chicas de la
pobla”.11
Es en el año 2000 cuando un hecho
puntual consolida a los jóvenes
como actores fundamentales en
la vida interna del recinto. Durante
este año, y por más de siete meses,
el suministro de agua potable se
mantuvo cortado. Nuevamente,
y como venía sucediendo desde
hace bastante tiempo, diversos
factores, como por ejemplo los
problemas económicos de una
parte importante de los pobladores,
la despreocupación por el pago de
estos servicios de otro segmento,
el hecho de contar con un solo
medidor de agua que no permitía
prorratear de manera eficiente el
consumo, y los desordenes internos
propios de la administración
– donde incluso se extraviaron
dineros que se habían recaudado
para regularizar el suministro por
medio de un convenio de pago con
la empresa proveedora – hacen que
la deuda acumulada genere el corte
del suministro de agua para toda la
población.
Con el suministro de agua cortado
y el dinero del convenio extraviado,
el clima interno de la población se
iba complejizando progresivamente.
Paralelamente, el grupo de jóvenes
organizaba por esos días una peña
folclórica para financiar distintos
arreglos a realizar en la población. Es
así como, en conjunto con la directiva
oficial, deciden destinar todos los
recursos generados por la peña al
pago de la primera cuota de un
convenio que se debería firmar con
la empresa que proveía el suministro
de agua. Sin embargo, para realizar
la peña era necesario contar con el
suministro funcionando. Entonces,
un representante del grupo de
jóvenes, además de la directiva oficial
y algunos pobladores, acuden a la
empresa para plantear la situación y
solicitar la regularización del servicio,
dejando como garantía el dinero
CON EL SUMINISTRO DE AGUA CORTADO Y EL DINERO DEL CONVENIO EXTRAVIADO, EL CLIMA INTERNO DE LA POBLACION SE IBA COMPLEJIZANDO PROGRESIVAMENTE.
50 ��
que se generaría en la peña, es decir, “se empeña la peña”.
Todo lo anterior quedó respaldado por un convenio
que debió firmar el representante del grupo de jóvenes
frente a la empresa proveedora del suministro de agua.
En dicho documento se estipulaba que la empresa se
comprometía a regularizar el suministro inmediatamente,
a cambio del pago de $250.000 por parte de los vecinos
con posterioridad al desarrollo de la peña.12
De esta forma, el dinero recaudado en la peña, más la venta
de empanadas realizadas al día siguiente, permitieron
reunir la cantidad de dinero comprometido salvando
la compleja coyuntura, cumpliendo el compromiso
adquirido con la empresa.
Sin embargo, ahora se debía enfrentar un nuevo desafío:
el pago del consumo mensual, más el pago del convenio
generado para
amortizar la deuda
total comienzan
a ser los siguiente
problemas que debe
subsanarse. Esos
serán los objetivos
que desde ese
momento asumen
los jóvenes de la POU, pero esta vez, en calidad de Directiva
Oficial13, cargo que comenzaron a ejercer a petición
de los pobladores, quienes al ver muestras reales de la
capacidad y motivación por el bienestar de la comunidad
que mostraban estos jóvenes dirigentes, deciden poner la
representación de la comunidad en sus manos.
La situación señalada anteriormente puede ser cosiderada
como hito importante que diferencia dos formas y estilos
de gestionar la vida comunitaria. A modo de resumen
podemos señalar que antes de este hecho coexistían a lo
menos dos grupos activos compuestos por los habitantes
de la población14. Por una parte estaban los dirigentes
oficiales que se ocupaban de temas relacionados con la
administración del edificio en general, y por otra, el grupo
de jóvenes que había decidido ocuparse de ejecutar las
mejoras en el edificio, siempre contando con el apoyo de
los habitantes de la población como también con el apoyo
de personas del entorno del cerro. Una vez solucionado el
problema del agua dejan de existir dos grupos de trabajo
dentro de la población, manteniéndose solo el grupo de
jóvenes.
Como ya se mencionó, dicho grupo se transforma en el
equipo directivo oficial sin mediar para ello elecciones
formales, sino más bien un espacio ganado producto
1998 RehabilitaciOn de un espaciO en desusO tRansfORmadO en sede cOmunitaRia.
AñO ActIvIdAd
1999-2000 RepaRaciOn de la techumbRe de lOs espaciOs cOmunes.
2001 RemOdelaciOn y RehabilitaciOn de espaciOs cOmunes. cOnstRucciOn de diez pilaRes de hORmigOn aRmadO en ReemplazO de lOs existentes en el pRimeR nivel.
2001-2002 RemOdelaciOn y cambiOs de pasillOs y pilaRes del segundO y teRceR nivel.
2003 cOnstituciOn de mesa tecnica. iniciO del pROcesO de saneamientO juRidicO de la pROpiedad. acueRdO ORganizaciOnes publicas cOmpROmetidas.
2004 saneamientO juRidicO de la pROpiedad y RepaRaciOn de techumbRe y bajadas de agua, limpieza de pueRtas inteRiORes y pintuRa del inteRiOR del edificiO.
2005 ObtenciOn del sellO bicentenaRiO.
2006 ObtenciOn de subsidiOs habitaciOnales.
2007 ORganizaciOn de la salida de lOs pObladORes e iniciO de lOs tRabajOs de RehabilitaciOn16
de acciones concretas. Este equipo estaba conformado por un presidente, un vicepresidente, tesorero y secretario y,
aunque existían asambleas oficiales, la cercanía que significa vivir en la población hacía de las reuniones de trabajo algo
permanente entre los jóvenes, en cuyo estilo de trabajo un elemento central ha sido la labor orientada siempre en pos
de un objetivo claro y específico.
A continuación se señalan algunos de los hitos más importantes logrados gracias a la organización interna de la población
y a la colaboración de actores del entorno, tales como el TAC, vecinos del Cerro Cordillera e instituciones públicas.15
5� ��
En el marco del contexto descrito anteriormente, aparece
un último elemento importante a considerar en esta
etapa del análisis de la experiencia, esto es, dar cuenta de
los principales obstáculos enfrentados por los pobladores
y sus representantes para llegar a cumplir el objetivo de
rehabilitar el edificio. A continuación se detallan algunos:
- La desmotivación y desconfianza de un segmento
de pobladores respecto a la culminación exitosa de la
experiencia. La forma de abordar e intentar salvar este
obstáculo se llevo a cabo mediante la ejecución de obras
concretas y que representaban beneficios tangibles para los
pobladores. Además, se contó con el apoyo de estudiantes
universitarios17 en práctica que realizaron algunos trabajos
de contención emocional durante el proceso de organización
y salida efectiva de los pobladores del edificio.
- Problemas de desempleo y bajo nivel de recursos económicos
(individuales y colectivos).
- Dichos problemas económicos y una serie de otros factores
favorecen la aparición, dentro de la POU, de problemáticas
relacionadas con el microtráfico de drogas y todo lo que ello
conlleva.
- Quiebres internos entre los pobladores.
- Atrasos en el inicio y finalización de los trabajos de
rehabilitación.
- Cierto nivel de rigidez y ralentización burocrática de los
procedimientos y funcionamiento de las instituciones
públicas y de las leyes pertinentes.
Finalmente, en lo que respecta a la organización interna
de la población, se debe señalar que para llevar a cabo
las labores de administración del edificio una vez
finalizados los trabajos de rehabilitación, y con la vuelta
y normalización de la vida dentro de la POU, se ha
estructurado un Comité Administrativo integrado por los
habitantes de la POU, todo ello, al amparo de la Ley de
Copropiedad.
3.� Proceso de Saneamiento Jurídico de la Población
Obrera de La Unión.
En relación al proceso de saneamiento jurídico del edificio
es importante señalar que el inicio de dicho proceso se
estima – no existen registros oficiales – en la década de los
sesenta, sin presentar resultados positivos y concretos
hasta el año 2004, año en el cual se entregan los títulos de
dominio a nombre de una organización comunitaria que
servía de figura jurídica para representar a la POU. Dicha
organización fue la responsable de solicitar oficialmente
la posesión del edificio.
En total se entregaron cuatro títulos de propiedad a
nombre de la Organización Comunitaria Edificio Unión
Obrera, formada por los habitantes de la POU. Bajo dicha
organización se consideró la figura de la comunidad
en la tenencia del edificio; posteriormente será esa
organización comunitaria la que transferirá a cada uno
de sus integrantes (los mismos pobladores) el título de
propiedad individualizado, una vez finalizado el proceso
de rehabilitación y despús de la vuelta de los pobladores
a sus hogares.
Ahora bien, es necesario destacar la importancia de llevar
a cabo esta regularización jurídica de la propiedad. Dos
son los factores que sustentan lo anterior:
i) La idea de rehabilitar el edificio contemplaba que una de
las fuentes principales de financiamiento que se podrían
obtener, provenía del Fondo Solidario de Vivienda (FSV)
del Ministerio de Vivienda y Urbanismo18. Uno de los
requisitos básicos para postular a dichos fondos era
acreditar la propiedad del terreno donde se realizarían los
trabajos.
ii) Para poder llevar a cabo los trabajos de rehabilitación,
era necesario desocupar el edificio. Frente a este hecho
–complejizado además por intentos de remate que se habían
sucedido con anterioridad – existía una desconfianza
de parte de los pobladores por dejar sus viviendas. Por
tanto, poseer los títulos de propiedad representaba una
garantía de que efectivamente podrían volver a vivir en
sus hogares.
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Será en el año 2003, cuando las
instituciones públicas relacionadas
de alguna u otra forma con la POU,
y la propia directiva19, constituyen
una mesa técnica de trabajo de la
cual nace un primer documento
denominado “Compromiso de
Acciones Conjuntas. Proyecto
Recuperación Edificio Población
Obrera de la Unión Comuna de
Valparaíso”20, donde quedan
establecidos las actividades y
responsabilidades de cada actor. Esta
mesa de trabajo estaría conformada
por los siguientes actores:
- Directiva Población Obrera de La
Unión.
- Secretaría Regional Ministerial del
Ministerio de Bienes Nacionales.
- Secretaría Regional Ministerial del
- Ministerio de Vivienda y Urbanismo
(MINVU).
- Fondo de Solidaridad e Inversión
Social (FOSIS).
- Servicio de Vivienda y Urbanismo
Región de Valparaíso (SERVIU,
dependiente del MINVU).
- Subsecretaría de Desarrollo Regional
y Administrativo (SUBDERE).
- Programa Integral para la Superación
de la Pobreza Urbana, PPU21.
- Gobernación Provincial de
Valparaíso.
El objetivo de esta instancia de
trabajo era abordar el conjunto de
temas relacionados con el ambicioso
proyecto de rescatar el edificio, uno
de los cuales era el saneamiento
jurídico de la propiedad, objetivo
en el cual se centrarían los primeros
esfuerzos del proceso.
En relación con este punto, el
Ministerio de Bienes Nacionales
jugaba un papel central, ya que es
la única institución u organismo
que oficialmente puede reconocer
la calidad de poseedores regulares
de un inmueble, para que la o las
personas involucradas puedan
adquirir el dominio del inmueble
por prescripción de acuerdo al
procedimiento definido en el D.L.
2.695/1979, tal y como sucedió con
los habitantes de la POU.
La primera acción que se llevó a
cabo en el marco de esta mesa
técnica fue la contratación de un
estudio denominado22:“Levantamie
nto Catastral para el Saneamiento de
la Propiedad de la Población Obrera
de La Unión”. Los resultados de este
estudio sentaron las bases acerca de
las posibilidades reales de llevar a
cabo el saneamiento, como también
de las alternativas jurídicas que
aparecían como más expeditas.
En el se incluía que la aplicación del D.L 2.695 era la opción que permitiría
solicitar los títulos de dominio a nombre de los habitantes de la POU23, pues
en términos generales, este Decreto de Ley es el que fija las normas para la
regularización de la posesión de una propiedad24.
Para que el Ministerio de Bienes Nacionales aprobara el saneamiento de la
propiedad a favor de los habitantes de la POU utilizando este decreto, era
necesario que los solicitantes demostraran: i) estar en posesión del inmueble
por un período no menor a cinco años (Artículo 2 N°1), ii) dicha posesión,
además, debe ser ejercida de manera continua y exclusiva, sin violencia ni
clandestinidad y iii) se debía acreditar la no existencia de juicios que reclamaran
el dominio o posesión del inmueble (Artículo 2 N°2). Todas estas condiciones se
cumplían en el caso de la Población.
Existía, no obstante, un requisito contenido en el D.L. 2.695 que la POU no
cumplía. Según este Decreto de Ley, el avalúo fiscal de la propiedad no debía
sobrepasar las trescientas ochenta unidades tributarias25 (Artículo 1) para
poder reclamar la posesión regular del inmueble. Sin embargo, el avalúo fiscal
del edificio era de $42.253.44126 , sobrepasando en 4 veces aproximadamente
el límite definido por dicho Decreto de Ley.
Frente a esta problemática la mesa técnica de trabajo decide subdividir el
edificio en cuatro partes y solicitar la aplicación del Decreto de Ley por cada
una de las partes. De esta forma la organización funcional constituida dentro de
la POU reclama la propiedad de las cuatro partes del edificio.
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De esta forma, y con los títulos
de propiedad en manos de la
organización comunitaria del
edificio, estaba todo preparado para
enfrentar la etapa final del proyecto
de rehabilitación. Se estaba por tanto,
en condiciones de postular al Fondo
Solidario de Vivienda del MINVU y de
manera paralela se disminuía el nivel
de incertidumbre de los pobladores
respecto a todo el proceso.
3.3 Gestión de Redes y Recursos.
Al igual que los conceptos
relacionados con la organización
interna de la POU y el proceso de
saneamiento jurídico, la generación
y gestión de redes29 y recursos
aparece como un tercer elemento
fundamental en el éxito logrado en
esta experiencia de rehabilitación.
Las distintas relaciones que se van
articulando, primero entre la POU y
el entorno del Cerro Cordillera y más
tarde, con las distintas instituciones
públicas, permiten generar la base
de información que pondrá en
marcha las acciones necesarias para
el logro de los objetivos planteados.
Para realizar el análisis de los
conceptos que se desarrollarán en
este apartado (redes y recursos),
se han estructurado dos etapas. La
primera, comprendida entre los años
1998 y 2003, y la segunda entre los
años 2003 y 2007.
3.3.1 Primer Período 199�-�003.
Este período, que se inicia con los
primeros trabajos de limpieza y
acondicionamiento de espacios
comunes y termina con la generación
de la mesa técnica conformada
por instituciones públicas y los
representantes de los pobladores,
se caracteriza por una generación
de redes conformadas por grupos,
personas e instancias que se da
especialmente dentro del espacio
físico correspondiente al barrio.
Por su parte, la gestión de recursos
estaba basada, principalmente, en
actividades de autogestión.
Finalizado el estudio ya mencionado, durante los años
2003 y 2004, el Ministerio de Bienes Nacionales en
conjunto con la Municipalidad de Valparaíso lleva a cabo
un Programa de Gestión Territorial27. Dicho programa
consideraba que ambas instituciones
dispondrían de los recursos
necesarios (principalmente trabajo
profesional) para regularizar 147
casos de propiedades de la comuna
de Valparaíso, entre los cuales están
considerados las 4 porciones que
corresponde al edificio de la POU.
Una vez finalizados los trabajos del Programa de Gestión
Territorial, y con fecha 29 de abril del año 2004, el
Ministerio de Bienes Nacionales ordena oficialmente la
inscripción del inmueble en el Registro de Propiedad del
Conservador de Bienes Raíces de Valparaíso a nombre de
la Organización Comunitaria Edificio Unión Obrera28.
Finalmente, y con fecha del día 15 de septiembre del
año 2004 la organización comunitaria de la POU aparece,
según el Conservador de Bienes Raíces, como propietaria
de las cuatro partes en las que se subdividió el inmueble.
En relación al proceso de saneamiento jurídico descrito
anteriormente, es importante hacer mención que este
no estuvo exento de problemas y situaciones que se
debieron sortear. Las distintas soluciones que se fueron
encontrando para poder culminar con éxito este proceso,
estaban sustentadas por una demostración de interés
real de parte de los pobladores y la directiva respecto a
la rehabilitación del edificio. Cada una de las acciones
ejecutadas permitieron ir salvando uno a uno los distintos
obstáculos que el ordenamiento jurídico presentaba, todo
ello, poniendo por delante un criterio y sentido común en
la interpretación jurídica de las leyes respectivas por parte
de los profesionales que se relacionaron con el proceso.
En este sentido, el apoyo y criterio de los profesionales
del Ministerio de Bienes Nacionales jugaron un papel
fundamental.
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En lo que respecta a las redes generadas, éstas proveían especialmente apoyo técnico
profesional en las distintas etapas y actividades llevadas a cabo en el contexto de
la rehabilitación del edificio. Los montos involucrados en cada acción de mejora,
estaban determinados por la complejidad de la intervención; mientras más compleja
era la intervención: mientras más compleja era la cantidad de recursos que se debían
generar30. A continuación se presentarán de manera separada los antecedentes
relacionados con la gestión de redes y de recursos durante esta primera estapa.
i) Gestión de Redes en el período 199� – �003.
La creación de redes, sean estas formales o informales, aparece como uno de los
factores necesarios e importantes al momento de pensar en proyectos de desarrollo
exitosos. Durante el primer período definido, las redes en las que participa y se
desenvuelven los habitantes de la población y sus representantes están compuestas
por actores pertenecientes al Cerro Cordillera. El Taller de Acción Comunitaria
aparece como un actor importante al momento de articular redes y generar
trabajos colectivos con los demás actores, como la parroquia, el club deportivo,
la Sociedad Protectora de Obreros, centros de madres, juntas de vecinos y la
propia población. Estas redes estaban basadas en la relación cotidiana que
sostenían los pobladores en cuanto habitantes del mismo espacio urbano, en
el cual compartían y enfrentaban problemas similares. En este contexto, son los
vecinos más próximos del cerro los que colaboran en los trabajos realizados en
este período (limpieza y arreglos menores en los espacios comunes).
En relación a la generación de redes fuera del entorno directo de la población,
durante este período se comienza a mantener una relación con el Fondo
de Solidaridad e Inversión Social (FOSIS) y la Gobernación Provincial de
Valparaíso.
El siguiente cuadro muestra los actores que integraban la red de la Población
Obrera de La Unión en esta etapa.
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ii) Gestión de Recursos en el
período 199� – �003
La gestión y generación de recursos
durante este período se basa, en gran
parte, en acciones de autogestión.
Peñas folclóricas, platos únicos,
completadas, rifas, etc. aparecen
como las estrategias más usadas para
obtener medios económicos cuyo
fin será realizar mejoras en el recinto.
En la realización de estos eventos
participan los propios habitantes
de la población, produciendo y
comercializando (generalmente al
interior del edificio) los productos
antes mencionados, y serán ellos
mismos y los vecinos del sector
los que asistirán a los eventos, y
aportarán, por medio del consumo
realizado, a la generación de
entradas.
Además de estos fondos que nacen
a partir de la autogestión, es posible
identificar aportes del FOSIS y la
Gobernación. Se trataba de recursos
que provenían de los programas
de empleo, mediante los cuales los
propios habitantes de la población
eran capacitados en el desarrollo de
las mejoras efectuadas en el edificio,
recibiendo además un salario por
este trabajo.
En el caso de la Gobernación
Provincial de Valparaíso, el apoyo
ha sido principalmente técnico y de
respaldo oficial. Destacan en esta
etapa, por ejemplo, las gestiones
realizadas para que la Aduana de
Valparaíso donara planchas de zinc
en buen estado que los pobladores
de la POU reutilizaron en la reparación
de la techumbre del edificio.
3.3.� Segundo Período �003-
�007
Durante este período se alcanza el
punto más alto tanto, tanto en la
cota de complejidad técnica de las
reparaciones , como en los niveles
de recursos requeridos para lograr
los objetivos planteados, siendo el
principal de estos llevar a cabo un
gran proceso de rehabilitación del
edificio.
i) Generación de Redes en el
período �003 – �007.
Sin dejar de participar en las redes
mencionadas en el período anterior,
los ambiciosos objetivos planteados
durante este período, entre los cuales
destaca el proceso de saneamiento
jurídico de la población y la
rehabilitación profunda del edificio,
traen aparejada una ampliación
paulatina de las redes en las cuales
se va moviendo la comunidad,
especialmente sus dirigentes.
La relación de los dirigentes con los
Ministerios de Bienes Nacionales,
de Vivienda, la Subsecretaría de
Desarrollo Regional, Municipalidad
de Valparaíso e instituciones
internacionales como la Junta de
Andalucía van adquiriendo formas de
relación y de participación un tanto
más complejas. Las oficializaciones
de acuerdos y su implementación
y desarrollo, van acompañados
ahora de una serie de documentos,
contratos y códigos formales que
dan lugar a redes más estructuradas.
Un aspecto importante a señalar es
la incorporación de la Universidad
Católica de Valparaíso a la red de
acción relacionada con la población.
Estudiantes de Trabajo Social
comienzan a realizar prácticas
profesionales dentro de la POU.
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ministeRiO de bienes naciOnales
instituciOn publica. la mateRializaciOn de lOs apOyOs se da pOR mediO de la secRetaRia RegiOnal ministeRial de valpaRaisO, pRincipalmente. ademas, se debe RegistRaR la paRticipaciOn del depaRtamentO juRidicO del ministeRiO del nivel centRal (naciOnal).
paRticipaciOnactORes detalle
instituciOn RespOnsable de RegulaRizaR y entRegaR lOs titulOs de pROpiedad a lOs habitantes de la pOu.
ministeRiO devivienda y uRbanismO
instituciOn publica. la mateRializaciOn de lOs apOyOs se da pOR mediO de la secRetaRia RegiOnal ministeRial de valpaRaisO y del seRviciO de vivienda y uRbanismO RegiOn de valpaRaisO (seRviu).
pOR mediO del fsv, el minvu es una de las instituciOnes que apORta la mayOR pROpORciOn de lOs RecuRsOs ecOnOmicOs necesaRiOs paRa la RehabilitaciOn.
pROgRama de RecupeRaciOn y desaRROllO uRbanOde valpaRaisO (pRduv)
cReadO a paRtiR de lOs apORtes de la subsecRetaRia de desaRROllO RegiOnal y administRativO (subdeRe) y el bancO inteRameRicanO de desaRROllO, tiene cOmO pRincipal misiOn cOntRibuiR a la RevitalizaciOn de la ciudad, pOniendO en valOR el patRimOniO uRbanO de la ciudad cOmO fundamentO de nuevas actividades ecOnOmicas, cultuRales y sOciales que beneficien a la pOblaciOn.
paRticipa cOmO cOlabORadOR en aspectOs tecnicOs y apORtes financieROs paRa llevaR a cabO el pROcesO de RehabilitaciOn del edificiO.
cOmisiOn bicentenaRiO cReada mediante decRetO supRemO n° 176 de fecha 16 de OctubRe de 2000, tiene pOR misiOn asesORaR a la pResidenta de la Republica en tOdO cuantO diga RelaciOn cOn el diseñO, pROgRamaciOn y cOORdinaciOn de las pOliticas, planes, pROgRamas, pROyectOs y actividades que peRmitan al pais alcanzaR el maximO de sus pOsibilidades paRa la cOnmemORaciOn de lOs dOscientOs añOs de su independencia.
el sellO bicentenaRiO, entRegadO pOR esta cOmisiOn, cOnfieRe a la expeRiencia de la pOu un RecOnOcimientO a nivel naciOnal juntO cOn daR un RespaldO Oficial al pROyectO.
Ellos juegan un papel importante en la sistematización de experiencias,
levantamiento y clasificación de información primaria y apoyo en la persuasión
de los habitantes cuando las relaciones entre ellos, y también entre los
dirigentes, comienzan a ser más complejas, una vez que se presentan los
primeros problemas relacionados con la salida de los habitantes del recinto.
En este sentido, es importante señalar que desde el punto de vista individual de
los dirigentes, como también desde el punto de vista colectivo, la experiencia de
la población comienza a ser conocida a nivel nacional. Es así como el presidente
de la directiva es considerado en la lista de los 100 jóvenes líderes de nuestro
país elaborada por el diario El Mercurio el año 2005. Por su parte, la población
es destacada en el mismo año con el sello Bicentenario, que busca distinguir
y entregar un respaldo oficial desde el Estado a proyectos emblemáticos para
nuestro país. La postulación de la Población Obrera de La Unión fue articulada
desde la Fundación para la Superación de la Pobreza. Estos hechos, sin lugar a
dudas, amplían y enriquecen las posibilidades de desarrollo y profundización
del proyecto.
Los actores posibles de identificar en esta etapa y sus roles en el proceso (lo que
no significa que los actores mencionados en el punto anterior desaparezcan),
están identificados en el cuadro a continuación.
�� 6�
municipalidad de valpaRaisO
instituciOn publica.
paRticipaciOnactORes detalle
paRticipa activamente, en cOnjuntO cOn el ministeRiO de bienes naciOnales en el pROcesO de RegulaRizaciOn juRidica del edificiO.
junta de andalucia instituciOn RepResentante de la cOmunidad autOnOma de andalucia, españa. pOsee expeRiencia en la ejecuciOn de pROyectOs de cOnseRvaciOn patRimOnial.
la paRticipaciOn de la junta de andalucia se enmaRca dentRO de un cOnveniO de cOlabORaciOn establecidO cOn el minvu. en este cOntextO, apaRece cOmO dOnante de RecuRsOs ecOnOmicOs.
pOntificia univeRsidad catOlica de valpaRaisO. escuela de tRabajO sOcial
univeRsidad tRadiciOnal peRteneciente al cOnsejO de RectORes y dependiente de la iglesia catOlica.
ha paRticipadO de maneRa peRmanente en lOs pROcesOs inteRnOs de la pOu pOR mediO de alumnOs en pRactica de la caRReRa de tRabajO sOcial.
ii) Gestión de Recursos en el período �003 – �007.
Como antes se mencionó, dos son los hitos importantes
a destacar durante este período: i) el proceso de
saneamiento jurídico de la población y ii) la rehabilitación
del edificio. Objetivos ambos, que requieren de un nivel
importante de recursos económicos para llevarlos a cabo.
Las instituciones y organizaciones que participan en estos
procesos son:
Fondo de Solidaridad e Inversión Social, FOSIS.
En esta etapa los proyectos del FOSIS comienzan a
extenderse por más de tres meses (esa era la duración de
los proyectos en las etapas anteriores), elevando además
el monto de los recursos traspasados a la población. Para
el arreglo de puertas y ventanas se recibió un monto
cercano a los 14 millones de pesos.
La modalidad de trabajo denominada Escuelas Taller, que
el FOSIS llevaba a cabo juega un papel importante. La idea,
basada en la experiencia española acerca de reconversión
laboral, promovía la capacitación en distintos oficios de
personas desempleadas, para que desarrollaran ellas
mismas las labores de mejoras dentro del edificio. En el
caso de la POU, se capacitó a pobladores para realizar
trabajos relacionados con carpintería, albañilería, etc. Tal
y como ya se mencionó anteriormente, es dentro de la
metodología de la Escuela Taller (metodología utilizada
por FOSIS) donde se genera la Mesa Técnica de Trabajo
y los Compromisos de Acciones Conjuntas, que, a su
vez, dieron el punto de inicio al proceso de saneamiento
jurídico explicado en el segundo criterio que ordena esta
sistematización.
En el marco de la Mesa Técnica de Trabajo generada, el
FOSIS aportó los fondos necesarios para llevar a cabo el
informe pre-jurídico que sentó las bases acerca de los
pasos a seguir dentro del proceso de saneamiento jurídico
de la propiedad.
Ministerio de Bienes Nacionales y Municipalidad de
Valparaíso.
El Ministerio de Bienes Nacionales y la Municipalidad
de Valparaíso, en el contexto de esta etapa, dispusieron
los recursos necesarios para llevar a cabo el proceso de
regularización de los títulos de propiedad. Dichos recursos
son principalmente de carácter técnico-profesional.
Ministerio de Vivienda y Urbanismo.
En lo que respecta a la gestión de recursos es el Ministerio
de Vivienda y Urbanismo, por medio del Fondo Solidario
de Vivienda (FSV), uno de los actores que aporta la
mayor cantidad de recursos financieros para llevar a
cabo el proceso de rehabilitación. Según la información
entregada por el MINVU, el FSV es: “…un nuevo programa
del Ministerio de Vivienda y Urbanismo destinado a familias
que no tienen posibilidad de endeudarse. Este programa
entrega subsidios a familias que postulan en grupos,
organizadas por una entidad y que presentan un proyecto
habitacional”. En este sentido, el FSV y su estructura, busca
generar una nueva política habitacional en Chile, donde
no sólo se aumentaron los niveles de recursos entregados
por medio de los subsidios, sino que además se diseña
un instrumento que permite una mayor participación
de la comunidad en su gestión y mayor flexibilidad en
�� 6�
su funcionamiento, permitiendo la articulación y complementación de otros
recursos e instituciones, todo ello con el objeto de brindar mejores soluciones
habitacionales.
Los requisitos que se exigieron en su momento, para postular al subsidio son
los siguientes:
- Estar constituido, como mínimo, por 10 familias que no hayan recibido
subsidio habitacional o vivienda, y estén inscritas en el SERVIU.
- El grupo debe tener personalidad jurídica y acreditar propiedad del terreno.
- Cada familia debe tener abierta una cuenta de ahorro y un plan para reunir
10 U.F.
- Justificar situación de pobreza con Ficha CAS II al día.*
- No ser propietaria de vivienda.
- Presentar un proyecto habitacional aprobado por la municipalidad y estar
patrocinado por una entidad organizadora (municipalidad, fundación,
corporación, entre otras).
* Tal ficha ha sido reemplazada en la actualidad por la Ficha de Protección Social.
En lo que respecta a los tipos de proyectos que se pueden
postular al FSV, se pueden mencionar los siguientes:
- Construcción de viviendas nuevas.
- Compra y rehabilitación de cités o edificios antiguos.
- Compra de viviendas usadas.
- Construcción en el fondo del patio.
El monto total del aporte del MINVU es de 15.460 U.F.
Dicho monto, dividido entre las 34 familias (y por tanto
en igual número de departamentos) corresponde a
454,7 U.F. cada una. Es importante destacar, además,
que la rehabilitación del edificio de la POU es la primera
experiencia de rehabilitación patrimonial financiada por
el FSV.
En lo que respecta a la necesidad de contar con una
personalidad jurídica para postular al FSV, en el caso de
la POU se contaba con la organización funcional que
se había formado para solicitar al Ministerio de Bienes
Nacionales el saneamiento jurídico de la propiedad. Dicha
instancia, en virtud de la postulación al FSV, pasa a ser
un Comité de Vivienda, que es la persona jurídica que
finalmente es receptora de los recursos.
Sin embargo, los recursos provenientes desde el
MINVU no permitían cubrir todos los costos asociados
a la rehabilitación, por lo que se debieron gestionar
otros fondos para finalizar la rehabilitación del edificio.
A continuación, se mencionan las instituciones que
complementaron los fondos entregados por el FSV.
Programa de Recuperación y desarrollo Urbano de
valparaíso (PRdUv).
Como mencionamos, el PRDUV está financiado por medio
de los aportes del la Subsecretaría de Desarrollo Regional
y Administrativo, además por el Banco Interamericano
de Desarrollo. Todo ello en el contexto de la declaración
de Valparaíso como Patrimonio de la Humanidad por la
UNESCO. En total, el aporte del PRDUV fue de 7.544 U.F.
y significa un total de 221,8 U.F por cada departamento.
Su participación se origina frente a la necesidad de contar
con nuevos recursos para poder finalizar los trabajos de
rehabilitación.
70 ��
Junta de Andalucía.
La Junta de Andalucía, por medio
de un trabajo conjunto que venía
desarrollando con el MINVU, aportó
un total de 3.564 U.F, representando
un aporte de 104,8 U.F por cada
departamento.
Es importante destacar que la Junta
de Andalucía participa de este
proyecto de rehabilitación, gracias
a la gestión directa del MINVU que,
por medio de un convenio entre
ambas instituciones, logra ejecutar
tres proyectos de conservación
patrimonial: las iglesias de Chiloé,
Lota y sus pabellones y el edificio de
la POU.
Pobladores Población Obrera de
La Unión.
Según lo definido en la estructura de
funcionamiento del FSV, se requiere
de un aporte mínimo de 10 U.F por
cada familia que desee postular a
dicho fondo.
En el caso de los habitantes de la
POU, y como una forma de demostrar
un interés real en la ejecución
del proceso de rehabilitación, se
comprometen a aportar 20 U.F. por
cada familia. Estos recursos serán
logrados por medio de autogestión
y créditos obtenidos desde el Banco
del Desarrollo. En total, el ahorro del
comité de vivienda de la Población
Obrera de la Unión aportó 680 U.F.
A modo de resumen, en la siguiente tabla se presentará cada uno de los
aportes económicos que permitieron llevar a cabo la rehabilitación.
minvu 15.460 u.f.
paRa vivienda
actOR O instituciOn apORte tOtaledificiO pOu
pRduv 7.544 u.f.
junta de andalucia 3.564 u.f.
ahORRO cOmite pOu 680 u.f.
tOtal 27.248 u.f.
paRa ciRculaciOn
paRa equipamientO
apORte paRa RehabilitaciOn, pOR depaRtamentO segun destinO de lOs RecuRsOs 31
361,5 u.f.
176,3 u.f.
83,3 u.f.
15,9 u.f.
637 u.f.
39,6 u.f.
19,3 u.f.
9,1 u.f.
1,8 u.f.
69,8 u.f.
53,6 u.f.
26,1 u.f.
12,4 u.f
2,4 u.f.
94,5 u.f
Fuente: Elaboración propia en base a antecedentes oficiales del PRdUv
7� ��
Además de los recursos económicos ya mencionados, existe una serie de
recursos extra que fue necesario gestionar para llevar a cabo con éxito el
proceso de rehabilitación. Los costos relacionados con el arriendo de las
viviendas temporales y el traslado hacia las casas donde se ubicaron las familias,
en su gran mayoría, fueron asumidos por cada familia. Se debe recordar que
el pago de arriendo mensual no era un desembolso incorporado en los
presupuestos de cada una de las familias, ya que en la población no pagaban
arriendo. Lo anterior representa un tema importante a señalar, sobre todo por
que cualquier retraso en los trabajos significaría una extensión de dicho gasto
en los presupuestos familiares.
�. cONcLUSIONES
La experiencia del proceso de rehabilitación llevada a cabo en el edificio de
la Población Obrera de La Unión confirma, por una parte, la importancia que
tienen los conceptos relacionados con la partcicipación ciudadana en la
puesta en marcha de estrategias de desarrollo; por otra, el empoderamiento y
el compromiso de los habitantes de un espacio determinado en relación con
la búsqueda de soluciones a problemáticas socioeconómicas, y, por último,
la importancia de una articulación y coordinación eficiente de los recursos y
políticas públicas orientados a estos fines.
Una característica que destaca en este proceso es la posición activa y
demandante de los pobladores en lo que respecta a la búsqueda de mejoras
en sus condiciones de vida, que contrasta fuertemente con una actitud más
bien pasiva, donde los involucrados tienen una visión de sí mismos solo com
beneficiarios de una política pública.
Desde otro punto de vista, esta experiencia pone de relieve la importancia del
trabajo que se debe realizar con los niños y niñas de un entorno determinando,
por cuanto es en ellos donde se pueden introducir las motivaciones,
conocimiento y actitudes (en muchos casos representando cambios radicales)
que permitan mejorar su calidad de vida y las de sus familias y el entorno más
cercano.
7� ��
Así, aparece como central el trabajo realizado por el Taller de Acción Comunitaria
en el Cerro Cordillera. La existencia de una metodología de trabajo clara; con
objetivos y actividades bien definidas; jerarquizadas y ordenadas; permitieron
sembrar las semillas que con el transcurso del tiempo dieron nacimiento a la
experiencia en que se centra esta sistematización.
Desde otra óptica, un tema central en el contexto de estas conclusiones dice
relación con la importancia de dar a conocer e interiorizar en los habitantes
de toda comunidad cuáles son los ámbitos de actuación de las distintas
instituciones públicas existentes en el territorio, sea éste a nivel nacional o
regional; específicamente en lo que respecta a las responsabilidades, funciones
e instrumentos de apoyo de cada una de ellas. En el caso recogido en esta
sistematización la difusión y aplicación de este conocimiento, especialmente
en relación a identificar las instituciones pertinentes donde buscar el apoyo y
respuestas para las distintas acciones y estrategias que la Población Obrera de
La Unión iba decidiendo ejecutar, fue fundamental.
El nivel de conocimiento existente en el ámbito comunal acerca de cuál es la
responsabilidad y el ámbito de acción de las instituciones públicas existentes,
permite orientar los pasos necesarios a seguir si se ha identificado una
problemática y se busca su solución. En el caso de la experiencia de la POU, se
puede advertir que el apoyo recibido desde el TAC, en un comienzo, sumado
al trabajo de distintos profesionales, va generando el conocimiento que en
definitiva permite planificar, dimensionar y ejecutar cada uno de los pasos que
eran necesarios para lograr la rehabilitación del edificio.
Independientemente desde dónde se haya generado el lazo entre la POU y la
red de trabajo que se creó en torno al proceso de rehabilitación32, cada acción
llevada a cabo respondía a labores, responsabilidades y motivaciones propias
de cada actor. Ejemplo de ello es el caso de la Escuela Taller del FOSIS, donde
el objetivo del instrumento coincidía precisamente con los requerimientos
de la POU, o cuando se analizan las responsabilidades y ámbitos de acción
de la Subsecretaría de Bienes Nacionales y la Municipalidad, que permite la
aplicación de un Decreto de Ley específico y de esta forma sanear jurídicamente
la propiedad.
Aunque pueda sonar un tanto obvio, cada puerta que fue abriendo la POU
(siempre con la colaboración de más actores) fue posible sólo por medio del
conocimiento adquirido acerca de las estrategias correctas a implementar.
Saber qué es el Ministerio de Bienes Nacionales y sus respectivas Subsecretarías
Regionales los responsables de aplicar las leyes relacionadas con la propiedad
de espacios urbanos determinados, o que existe un decreto de ley que permite
regularizar propiedades cuando se cumplen ciertas condiciones, son ejemplos
de un nivel y tipo de conocimiento que debe estar a disposición de cada
comunidad.
Lo anterior da pie para incorporar otro aspecto señero en el contexto de la
experiencia de la POU, y es el que tiene relación con la coordinación y articulación
de distintas políticas públicas. Es fundamental que en la puesta en marcha de
cualquier acción de desarrollo exista una coordinación y articulación eficiente
de cada uno de los instrumentos disponibles. Una muestra clara de ello es, por
7� ��
ejemplo, la conformación de la mesa técnica de trabajo que se constituyó para
llevar a cabo el proceso. En el documento que se generó es posible identificar
los alcances de la participación de cada actor (aportes, responsabilidades,
etc.). La explicitación y ordenamiento de estos aspectos permitió coordinar de
buena forma cada una de las etapas.
Por ejemplo, con el estudio que el FOSIS financia para hacer un levantamiento
catastral útil al saneamiento jurídico de la propiedad, sumado al programa de
regularización que el Ministerio de Bienes Nacionales y la Municipalidad
llevaron a cabo, se logra finalmente sanear la propiedad, lo que, a su vez,
permitíó la entrada del Ministerio de Vivienda y Urbanismo y el SERVIU (por
medio del FSV especialmente) para articular los recursos necesarios, que
complementados por la SUBDERE (por medio del PRDUV) permitieron
finalmente llevar a cabo el proyecto.
Sobre este punto, debe resaltarse que el funcionamiento de las instituciones y
grupos está materializado por el actuar de los profesionales y personas que en
cada una de ellas se desempeña y participa. Son las motivaciones, actitudes,
aptitudes y conocimientos técnicos de cada individuo las que facilitan y
posibilitan llevar a cabo con éxito esta experiencia de rehabilitación. Esto no
hace más que confirmar la importancia de contar con profesionales idóneos y
con motivaciones por desempeñarse en instituciones públicas que tienen
como misión el desarrollo de estructuras, procesos y proyectos cuyo fin sea la
preocupación por el nivel y calidad de vida de las personas.
Finalmente, es importante dejar planteados los desafíos (y en algunos casos los
riesgos) que los habitantes de la Población Obrera de La Unión y las respectivas
dirigencias que vendrán más adelante deberán enfrentar.
Como se mencionó en el desarrollo del documento, el proceso de rehabilitación
del edificio es el primer proyecto de rehabilitación patrimonial que opera por
medio del FSV. Ello lleva a la necesidad de hacer un seguimiento en el tiempo
a esta experiencia, con el objeto de rescatar los aspectos positivos y negativos
que se puedan generar a medida que transcurren los años. Si se analiza la
situación creada en el contexto del proceso de rehabilitación, se puede advertir
que, por medio de este proceso, personas y familias que con anterioridad al
desarrollo de cada una de las etapas de la rehabilitación no eran propietarios,
pasan a tener bajo su dominio la propiedad de los respectivos departamentos.
Es decir, poseen ahora un bien y, en la calidad de bien o activo, puede ser
transado y comercializado en el mercado. Si bien es cierto, existen ciertas
restricciones a la venta de los departamentos (los departamentos no se pueden
vender dentro de un plazo menor a 5 años y 15 años en el caso del terreno) ello
no asegura que en un futuro las habitaciones puedan ser transadas como todo
bien o activo. Si eso ocurriera, sería el sector inmobiliario el que se beneficiaría
de todos los aportes realizados desde las distintas instituciones.
Considerando el valor patrimonial e histórico de los departamentos los
inversionistas del sector inmobiliario pueden ver una oportunidad de negocios
(basada en muchos casos en la especulación), y, aprovechando la situación
7� ��
económica precaria que enfrentan gran parte de los habitantes de la POU, pueden
propiciar procesos de venta incluso a precios que nada tienen que ver con el valor
real del inmueble.
Ahora bien, intentar impedir la venta de inmuebles en esta etapa del proceso es
inviable, por tanto, sólo la motivación de los propios pobladores y la valoración de la
experiencia que llevaron a cabo puede impedir que los resultados exitosos de esta
experiencia terminen en manos de especuladores.
Para terminar, la vuelta de los pobladores a sus respectivos hogares y al edificio trae
consigo un desafío que éstos deberán enfrentar desde este momento en adelante.
La administración del edificio, y sobre todo la mantención y cuidado, requieren
mantener y fortalecer el capital social característico de esta experiencia. Solo así
el valor social y patrimonial de esta experiencia seguirá enriqueciendo el acerbo
cultural de la ciudad de Valparaíso, como hasta ahora lo ha hecho.
A modo de síntesis, la siguiente tabla contiene los elementos que esta sistematización
ha podido identificar como fundamentales en la realización de esta experiencia de
rehabilitación, y que en definitiva explican el cómo y el por qué del éxito de este
proceso.
La importancia de generar entre los habitantes de un lugar determinado conceptos
relacionados con identidad, trabajo comunitario, empoderamiento y sobre todo, la
idea de que es posible cambiar la realidad en pos de mejoras en la calidad de vida de
las personas. En este aspecto, fue el trabajo del TAC el que propició la incorporación
de estos temas (por medio de la educación popular), tanto dentro de la POU como
en el entorno del Cerro Cordillera, enfocando su trabajo especialmente en los niños
y niñas del sector, transformándolos en agentes de cambio.
En el éxito de la experiencia de rehabilitación, influyó de manera importante el
nivel de conocimiento e información generada y estructurada, respecto a las
responsabilidades y ámbitos de actuación de la institucionalidad pública-estatal
que se necesitaba convocar. Ello permitió identificar y estructurar un programa de
trabajo específico, identificando los pasos a seguir y las instituciones a las que se
debía incorporar. En este sentido, es necesario socializar dentro de toda comunidad
estos antecedentes, con el objeto de canalizar por los canales correctos las distintas
demandas que una comunidad puede requerir.
Relacionado con lo anterior, la coordinación eficiente de las políticas públicas jugó
y juega un papel fundamental para la puesta en marcha de proyectos de carácter
social.
Es necesario considerar posibles amenazas para el futuro de este tipo de experiencias:
las posibilidades de la intervención del sector inmobiliario. Las presiones económicas
y las formas de actuar de un segmento del mercado inmobiliario, por un lado, y la
existencia de necesidades económicas por parte de los habitantes, por otro, pueden
generar una situación de vulnerabilidad en la permanencia en el tiempo de esta
experiencia.
�0 8�
4 La Comisión Bicentenario es una Comisión Asesora Presidencial para el
Bicentenario de la República (el bicentenario de Chile se cumple el 18 de septiembre
del año 2010). Está compuesta por un grupo heterogéneo de personas. Entre sus
miembros se cuentan autoridades y líderes de los sectores público y privado; así
como representantes del mundo empresarial, de las etnias, de la política; de las artes,
de las comunicaciones, del deporte y de las ciencias. Presidida por el Ministro del
Interior, la “Comisión Bicentenario” es la responsable de proponer al Presidente(a)
de la Nación, un programa de políticas, planes, medidas, proyectos y actividades
que permitan alcanzar el objetivo planteado para el 2010: llegar a ser una nación
plena y justamente desarrollada e integrada en nuestra diversidad. Está constituida
por catorce representantes de importantes instituciones del país. Para mayores
detalles visitar la página web de la comisión en http://www.bicentenario.gov.
cl/. Es importante mencionar que la experiencia de rehabilitación de la POU fue
galardonada con el Sello Bicentenario que otorga esta comisión. Lo anterior será
presentado con mayor detalle en el apartado correspondiente a la gestión de redes
del presente documento.
5 La intervención realizada por el TAC en el Cerro Cordillera, es una intervención
mucho más compleja y profunda de lo que se pueda señalar en este documento. Sin
duda alguna, se trata de un proceso de desarrollo que en sí mismo es un proceso que
amerita un análisis, sobre todo, para comprender de buena forma los resultados que
hoy se pueden observar dentro del marco de acción del TAC, donde la experiencia
de la Población Obrera de La Unión es una más, quizás la más importante, de las
experiencias donde directa o indirectamente ha participado esta institución. Para
mayor información sobre el TAC ver: 1.- Evans, Tatiana: Tesis de grado académico:
“Educación Popular y Construcción Social de Identidad: Interacción entre la Población
5. NOtAS Y REFERENcIAS
1 Los trabajos de rehabilitación finalizaron durante el primer semestre del año 2008,
permitiendo con ello la vuelta de los habitantes a sus respectivos departamentos.
2 Esta profundización de las ideologías económicas liberales, puede estar ubicada
temporalmente desde la década de los años 80 en adelante. Debido a los problemas
económicos posibles de identificar en gran parte de los países de América Latina,
producidos principalmente por el aumento de la deuda externa, las instituciones
creadas en el Conferencia de Bretton Woods, Banco Mundial (BM) y el Fondo
Monetario Internacional (FMI) deciden intervenir las economías latinoamericanas
implantando un fuerte y estricto Programa de Ajuste Estructural. Dicho programa
de ajuste, en su esencia, obligaba a los países a: i) disminuir el tamaño y los ámbitos
de actuación económica de los Estados (procesos de privatización y disminución del
gasto fiscal) y ii) liberalizar el comercio y el mercado financiero. En este contexto, la
situación económica y social que actualmente enfrenta América Latina, no puede
ser entendida ni analizada sin considerar la imposición de estos procesos de ajuste
estructural.
3 Ambas experiencias, guardando las proporciones en el nivel de envergadura y
alcance, tienen ciertos elementos en común que las hacen comparables: i) en ambos
casos existe una problemática relacionada con la propiedad de la tierra, en ambas
experiencias se está reclamando los derechos de posesión de un espacio específico,
ii) ambas experiencias buscan generar una mejora en las condiciones de vida de
las personas, iii) en ambos casos la participación activa de los integrantes de dichos
grupos es fundamental y iv) la acción de los integrantes ha motivado la participación
de personas e instituciones ajenas al grupo.
3 Ambas experiencias, guardando por cierto las proporciones en el nivel de
�� 8�
Obrera de La Unión y el Taller de Acción Comunitaria (TAC), Valparaíso 1980-2005”.
Universidad de Chile, Capítulo 3: El Cruce de Dos Mundos, pág 29-63. Diciembre
2005. 2.- Sepúlveda Leandro: “Lo esencial es Invisible a los Ojos”. Taller de Acción
Comunitaria TAC-Cordillera. Programa Ciudadanía y Gestión Local – Ciclo 1990-2000,
Zona Centro.
6 En www.taccordillera.portalciudadano.cl
7 Idem
8 Cristian Amarales. Integrante del grupo de niños de la población que participan en
el TAC y que luego se transformarán en la Directiva de la POU. Entrevista realizada en
el contexto de esta sistematización.
9 Evans, Tatiana: Tesis: “Educación popular y construcción social de identidad:
interacción entre la población obrera de La Unión y el Taller de Acción Comunitaria
(TAC), Valparaíso 1980-2005”. Universidad de Chile. Pág 34
10 Los tres ejes definidos para la presentación de los antecedentes nacen de un
grupo focal aplicado como herramienta de levantamiento de información. En él
participaron pobladores, representante de las instituciones públicas y un profesional
vinculado de alguna forma al TAC.
11 Es importante destacar que hasta ese momento no se contaba con un espacio
destinado a la organización interna, y las reuniones de la directiva eran realizadas en
las propias casas de los dirigentes.
12 Peñas, completadas, empanadas, rifas, cuotas, etc, eran las formas más comunes
de gestión de recursos internos de la población. En el tercer eje se entregarán
mayores detalles acerca de las formas de financiamiento.
13 Según la información recopilada, desde ese momento, la POU no ha presentado
cortes de suministros de agua.
14 No se consideran grupos más bien informales existentes al interior de la población,
y que tienen que ver más con una relación personal que con un grupo de trabajo
que comparte un objetivo determinado, que se reúne periódicamente y posee un
plan de trabajo. Bajo esas características, sólo el grupo de jóvenes y la directiva oficial
son posibles de identificar.
15 En el eje denominado Gestión de Redes y Recursos de este documento, se
abordarán los aspectos relacionados con los apoyos que fue recibiendo la POU los
que colaboraron en el éxito que hasta este momento experimenta la población.
16 Sobre este último hito, es importante destacar que debido a los distintos lugares
donde se fue estableciendo cada uno de los habitantes para enfrentar el proceso
de rehabilitación, la organización interna se ha visto un tanto obstaculizada. Sin
embargo, no se han dejado de realizar reuniones informativas o asambleas (donde el
tema central es conocer la fecha exacta para la entrega del edificio). Paralelamente,
la configuración de comités que se encargarán de distintos aspectos relacionados
con la administración y la redacción de un renovado reglamento interno son
herramientas que se han generado para organizar el proceso de retorno y la
mantención del edificio.
�� 8�
17 Grupo de estudiantes de Trabajo Social de la Pontificia Universidad Católica de
Valparaíso.
18 En el apartado correspondiente al análisis de la gestión de recursos, se presentarán
mayores antecedentes acerca del Fondo Solidario de Vivienda (FSV).
19 Es importante destacar que este proceso de saneamiento encuentra a una
dirigencia de jóvenes ya empoderada en el desarrollo organizativo dentro de la
población y con toda la experiencia acumulada producto de las actividades hasta
ese momento implementadas.
20 La Mesa Técnica de Trabajo y la generación del documento “Compromisos de
Acciones Conjuntas” son estrategias o instrumentos de trabajo definidos por el FOSIS
en el marco del programa denominado Escuelas Taller, es decir, corresponden a una
metodología que existe con anterioridad al proyecto de la POU y que se aplica como
punto de inicio en este proyecto. Por su parte, las Escuelas Taller, es una metodología
que FOSIS toma desde la experiencia española para enfrentar temas de pobreza,
específicamente en lo que respecta a la formación para el trabajo de personas que
viven en situación de pobreza. Partiendo de esta experiencia española, FOSIS adapta
su metodología a la realidad chilena, donde la Mesa Técnica y los Compromisos de
Acciones Conjuntas, son dos innovaciones que FOSIS incorpora en el marco de las
Escuelas Taller versión chilena.
21 El Programa Integral para la Superación de la Pobreza PPU, es un programa
financiado por medio de un convenio de cooperación entre la Unión Europea y el
Ministerio de Planificación y Cooperación de Chile, donde además se cuenta con el
apoyo del Ministerio de Vivienda y Urbanismo y el Fondo de Solidaridad e Inversión
Social. Su objetivo central es intervenir en espacios geográfico con pobreza dura.
22 Muñoz, Rubén: “Levantamiento Catastral Para el Saneamiento de la Propiedad
de la Población Obrera de La Unión”. Informe Final. Fondo de Solidaridad e Inversión
Social. Valparaíso, Abril de 2003.
23 Es importante destacar que, según la información levantada por el estudio ya
citado, desde el Conservador de Bienes Raíces de Valparaíso no era posible establecer
quién era el dueño oficial del inmueble, por cuanto, posterior a la donación del edificio
desde Juana Ross a la Sociedad Unión Social de Orden y Trabajo (1898), esta última
dejo de funcionar en la década de los 50 no existiendo antecedentes sobre su cese
de funcionamiento, por tanto, no es posible establecer cómo operaron las cláusulas
relacionadas con la disolución de la sociedad y el consiguiente traspaso del dominio.
Adicionalmente, existían problemas relacionados con las exigencias previstas en la
Ley 6.071, puesto que la construcción del edificio se efectúo con anterioridad a la
promulgación de dicha ley, lo que significaba que esta debía ser aplicada de manera
retroactiva. Finalmente, otro aspecto que entorpecía este proceso de saneamiento
era la desaparición de algunas páginas de la escritura de la propiedad.
24 Para mayor información acerca de los contenidos y alcances de este decreto
revisar directamente el D.L. 2.695. En la página web de la Biblioteca del Congreso
Nacional (www.bnc.cl) es posible encontrar este decreto fácilmente.
25 Según los registros oficiales del Banco Central, el valor de la Unidad Tributaria en
el mes de febrero de 2003 era de $29.243. Por lo tanto, para reclamar la propiedad de
un inmueble según el D.L. 2.695 el avalúo no debía sobrepasar los $11.112.340.-
26 Los valores oficiales mencionados, constan en el documento “Certificado de
Avalúo Fiscal” emitido por el Servicio de Impuestos Internos el día 6 de febrero de
2003.
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27 El 1 de agosto del año 2003, la Secretaría Regional Ministerial de Bienes Nacionales
y la Municipalidad de Valparaíso firman un Convenio de Cooperación por medio
del cual se realizarían acciones de apoyo y trabajos preparativos para regularizar
la posesión de 147 casos urbanos (cuatro de ellos correspondientes a la POU). La
participación de ambas instituciones era necesaria, por cuanto, es el Ministerio
de Bienes Nacionales el responsable de la aplicación de las leyes relacionadas,
entre ellas, la aplicación del D.L 2.695, el cual, a su vez, se identificó como el D.L.
que permitiría regularizar el terreno de la POU. Por su parte, la participación de la
Municipalidad de Valparaíso se sustenta en la responsabilidad de ésta institución en
lo que respecta al apoyo en la satisfacción de las necesidades de la comunidad local
y el aseguramiento de la participación de la comunidad en el progreso económico,
social y cultural de las respectivas comunas.
28 Respecto a esto último, se debe señalar que no existe claridad acerca del por
qué con el transcurso del tiempo el nombre de la POU ha ido cambiando. Existen
registros que la denominan como Población Obrera de La Unión, otros, como
el de la organización funcional, la denominan Unión Obrera. Además de estas
denominaciones más bien oficiales, existe la denominación de “la pobla”, utilizada
por los habitantes de la POU y las personas del Cerro Cordillera.
29 La Fundación para la Superación de la Pobreza, define redes sociales como : “…
un espacio de diálogo y coordinación a través del cual se vinculan organizaciones
sociales e instituciones públicas y privadas en función de un objetivo común y sobre
la base de normas y valores compartidos. Las redes pueden ser definidas también
como un conjunto de personas que representan a organizaciones e instituciones
que establecen relaciones y producen intercambios de manera continua, con el
fin de alcanzar metas comunes en forma efectiva y eficiente. Las redes sociales han
permitido generar relaciones de colaboración, poner en común recursos, desarrollar
actividades en beneficio de los participantes, ampliar y estrechar vínculos, crear
sentido de pertenencia, socializar conocimientos, experiencias y saberes, reconstituir
la confianza social y establecer relaciones de intercambio y reciprocidad.”
en http://www.fundacionpobreza.cl
30 Por ejemplo, actividades relacionadas con la limpieza de baños, se diferencian,
tanto en su complejidad técnica como en la cantidad de recursos requeridos, de
tareas como la construcción de pilares de concreto o cambio de techumbre.
31 Los aportes recibidos desde los actores señalados, deben individualizarse,
considerando que el destino de estos estaba orientado a tres aspectos distintos.
Por un lado, están los aportes recibidos para la rehabilitación de cada uno de los
departamentos (vivienda) que representan el 79,8% del total de la inversión.
En segundo lugar, el 11,79% de los recursos se utilizaron en la rehabilitación de
pasillos y escaleras (circulación).Finalmente, el 8,71% de los recursos se utilizaron
en la rehabilitación de los locales que se pretenden arrendar para costear los
gastos comunes del edificio, la sala destinada a reuniones y el equipamiento para
los procesos educativos que se tiene planificado desarrollar dentro de la POU. Los
porcentajes asignados a cada ámbito están calculados según la superficie que cada
uno de ellos representa dentro del edificio.
32 Los distintos apoyos que la experiencia de la POU fue generando, en algunos
casos, provenía de la acción de un actor determinado que ponía a disposición de un
grupo de personas sus recursos técnicos y económicos, y de los cuales estas personas
se veían beneficiadas, por ejemplo, la llegada del TAC. En otros casos, es la directiva
de la población, que de manera individual o con otros actores, solicita un apoyo
específico transformándose en demandante de colaboración, diferenciándose del
caso anterior en que es sólo receptora.
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FONDO DE SOLIDARIDAD E INVERSION SOCIAL
MINISTERIO DE BIENES NACIONALES
MINISTERIO DE VIVIENDA Y URBANISMO
1898-2008
ciudad de valparaíso / chile
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