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Lic. Patricio Brodsky (sociólogo – Prof. A cargo de la materia Genocidio y Memoria en la Facultad de Derecho de la UBA) El 9 de diciembre de 1948 la III Asamblea General de la ONU aprobó, mediante la resolución N° 260 A, el texto definitivo de la Convención para la Prevención y Sanción del Delito de Genocidio, la que entró en vigencia a partir del 12 de enero de 1951. La resolución de la ONU, fruto de una negociación política, restringe la comisión de aquel delito a cuatro categorías de víctimas: grupos nacionales, étnicos, religiosos o raciales dejando afuera la posibilidad de proteger a otros grupos identitarios que sufran ese delito. Particularmente el genocidio por motivos políticos o politicidio el que, según Gurr y Harff, es la forma estatal de crimen de masas más frecuente durante la segunda mitad del siglo XX (De 44 episodios acontecidos en el período 1945 y 1988 sólo 6 son genocidios, los otros 38 son politicidios). Esta definición de la ONU tiene un carácter paradojal ya que al tratarse de un crimen perpetrado por un Estado (o un grupo hegemónico), necesariamente se tratará de un crimen político, debido a que es perpetrado con la intención de establecer o sostener una dominación hegemónica. El 5 de octubre de este año se cumplieron 50 años del comienzo de la matanza de los comunistas de Indonesia (se estima que entre 500.000 y 1.000.000 de comunistas y simpatizantes fueron asesinados entre 1965 y 1966). Luego de la Guerra de Independencia de Holanda (1945-49), en pocos años el Partido Comunista Indonesio (PKI) creció de 7.000 miembros a casi 3.000.000,. El PKI se transformó en tamaño en el tercer Partido Comunista del mundo (tras el de China y el de la URSS). Esto despertó la preocupación de EE.UU. Los EE.UU. con ayuda de sectores derechistas del ejército indonesio prepararon una “acción de falsa bandera” que consistió en el secuestro y asesinato de varios generales culpabilizando de esta acción a los comunistas (los EE.UU. aplicaron este tipo de técnicas para justificar, por ejemplo, la invasión a Cuba de 1898, la invasión a Vietnam, etc.). Lo ocurrido allí, según documentos desclasificados en 2001, fue un episodio instigado por los EE.UU. Con la participación

Sobre el Genocidio de Comunistas en Indonesia

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Artículo publicado en Tiempo Argentino el lunes 9 de noviembre de 2015 sobre el genocidio de comunistas indonesios en 1965/6

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Page 1: Sobre el Genocidio de Comunistas en Indonesia

Lic. Patricio Brodsky (sociólogo – Prof. A cargo de la materia Genocidio y Memoria en la Facultad de Derecho de la UBA)

El 9 de diciembre de 1948 la III Asamblea General de la ONU aprobó, mediante la resolución N° 260 A, el texto definitivo de la Convención para la Prevención y Sanción del Delito de Genocidio, la que entró en vigencia a partir del 12 de enero de 1951.

La resolución de la ONU, fruto de una negociación política, restringe la comisión de aquel delito a cuatro categorías de víctimas: grupos nacionales, étnicos, religiosos o raciales dejando afuera la posibilidad de proteger a otros grupos identitarios que sufran ese delito. Particularmente el genocidio por motivos políticos o politicidio el que, según Gurr y Harff, es la forma estatal de crimen de masas más frecuente durante la segunda mitad del siglo XX (De 44 episodios acontecidos en el período 1945 y 1988 sólo 6 son genocidios, los otros 38 son politicidios).

Esta definición de la ONU tiene un carácter paradojal ya que al tratarse de un crimen perpetrado por un Estado (o un grupo hegemónico), necesariamente se tratará de un crimen político, debido a que es perpetrado con la intención de establecer o sostener una dominación hegemónica.

El 5 de octubre de este año se cumplieron 50 años del comienzo de la matanza de los comunistas de Indonesia (se estima que entre 500.000 y 1.000.000 de comunistas y simpatizantes fueron asesinados entre 1965 y 1966). Luego de la Guerra de Independencia de Holanda (1945-49), en pocos años el Partido Comunista Indonesio (PKI) creció de 7.000 miembros a casi 3.000.000,. El PKI se transformó en tamaño en el tercer Partido Comunista del mundo (tras el de China y el de la URSS). Esto despertó la preocupación de EE.UU.

Los EE.UU. con ayuda de sectores derechistas del ejército indonesio prepararon una “acción de falsa bandera” que consistió en el secuestro y asesinato de varios generales culpabilizando de esta acción a los comunistas (los EE.UU. aplicaron este tipo de técnicas para justificar, por ejemplo, la invasión a Cuba de 1898, la invasión a Vietnam, etc.).

Lo ocurrido allí, según documentos desclasificados en 2001, fue un episodio instigado por los EE.UU. Con la participación directa de la delegación diplomática de EE.UU. que confeccionó listas de comunistas y simpatizantes y se las entregó a los escuadrones de la muerte.

Lo sucedido en Indonesia debe ser inscripto en el seno de las políticas de Contrainsurgencia aplicadas por dicha potencia en el marco de la guerra fría. Políticas que pueden asimilarse a la Doctrina de la Seguridad Nacional aplicada en nuestra región. Como en Guatemala en 1954, en Chile en 1973, en El Salvador en 1980 y tantos otros lugares del mundo, lo ocurrido se inscribe en las políticas de desestabilización y el terrorismo de estado consecuente que los EE.UU. avalaron, impulsaron, financiaron y entrenaron como política global de acuerdo a sus intereses particulares en todo el globo; y que, lejos de haber acabado con esas prácticas, hoy sigue impulsando.