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Revista Mexicana de Física 35 Suplemento (l9S9) S103-S106 Sobre la inconmensurabilidad de teorías* En los últimos años se ha puesto de moda una concepclOn de la relación entre teoría científica y experimento, según la cual los términos en que se describen los resultados experimentales están a tal punto "cargados de teoría" que su significado esta ineludiblemente ligado a la teoría por examinarse: por lo tanto los resultados experimentales no pueden constituir una prueba decisiva de la teoría. y -aún má.s- son irrelevantes en el marco de cualquier otra formulación teórica. Diferentes teorías, se concluye, son inconmensurables y no podemos establecer que una es más válida que otra. Esta concepción ha sido severamente criticada, principalmente porque se presta a un relativismo inaceptable, en donde la selección de una teoría científica más bien que otra sería cuestión de factores extracientíficos, desde la "estética" de la teoría y las presiones socioculturales hasta el gusto personal. Este relativismo proviene de que según esta concepción ya no podemos hablar de que una teoría se &Cercamás a la verdad --es una mejor representación de la realidad- que otra. Tales críticas intentan, pues, rebatir la tesis de que los criterios empleados para juzgar una teoría, es decir los datos experimentales, están intimamente ligados a la teoría y cambian con ella. Criticar la tesis "inconmensurabilista" por su relativismo me parece enteramente justificado; pero tenemos que empujar el análisis más lejos, ya que no se puede impunemente recaer en una posición de total independencia y rigurosa objetividad de los datos experimentales, posición que de hecho es incompatible con la actividad crítica que la investigación científica requiere en la práctica. No hay que olvidar, en otros términos, que la tesis de que diferentes teorías no son conmensurables fue erigida en contraposición a las ideas del positivismo lógico, según las cuales la ciencia, concebida estáticamente como una serie de proposiciones, se dividía en proposiciones observacionales (únicas dotadas en forma directa de significado) y proposiciones teóricas que reciben significado sólo en la medida que se les puede reinterpretar como consecuencias de proposiciones observacionales. Hoy en día no creo necesario ya comentar lo inadecuado y falaz de tales nociones, las cuales deforman de manera absurda la realidad. La situación recuerda un poco la que reinó cuando Descartes planteó su método de la duda general, en contraposición a las concepciones oficiales de la época que no aceptaban duda alguna. Es decir que se comprende que haya habido una reacción casi violenta contra la dominación de ideas filosóficas muy rígidas, muy inadecuadas para reflejar una realidad complicada y movediza, muy absurdas¡ pero esta reacción •Contribución a un Simp08io de la Asociación Mexicana de Epillemología, MarIO de 1978.

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Revista Mexicana de Física 35 Suplemento (l9S9) S103-S106

Sobre la inconmensurabilidad de teorías*

En los últimos años se ha puesto de moda una concepclOn de la relación entreteoría científica y experimento, según la cual los términos en que se describen losresultados experimentales están a tal punto "cargados de teoría" que su significadoesta ineludiblemente ligado a la teoría por examinarse: por lo tanto los resultadosexperimentales no pueden constituir una prueba decisiva de la teoría. y -aún má.s-son irrelevantes en el marco de cualquier otra formulación teórica. Diferentes teorías,se concluye, son inconmensurables y no podemos establecer que una es más válidaque otra.

Esta concepción ha sido severamente criticada, principalmente porque se prestaa un relativismo inaceptable, en donde la selección de una teoría científica más bienque otra sería cuestión de factores extracientíficos, desde la "estética" de la teoríay las presiones socioculturales hasta el gusto personal. Este relativismo proviene deque según esta concepción ya no podemos hablar de que una teoría se &Cercamása la verdad --es una mejor representación de la realidad- que otra. Tales críticasintentan, pues, rebatir la tesis de que los criterios empleados para juzgar una teoría,es decir los datos experimentales, están intimamente ligados a la teoría y cambiancon ella.

Criticar la tesis "inconmensurabilista" por su relativismo me parece enteramentejustificado; pero tenemos que empujar el análisis más lejos, ya que no se puedeimpunemente recaer en una posición de total independencia y rigurosa objetividadde los datos experimentales, posición que de hecho es incompatible con la actividadcrítica que la investigación científica requiere en la práctica.

No hay que olvidar, en otros términos, que la tesis de que diferentes teorías noson conmensurables fue erigida en contraposición a las ideas del positivismo lógico,según las cuales la ciencia, concebida estáticamente como una serie de proposiciones,se dividía en proposiciones observacionales (únicas dotadas en forma directa designificado) y proposiciones teóricas que reciben significado sólo en la medida quese les puede reinterpretar como consecuencias de proposiciones observacionales. Hoyen día no creo necesario ya comentar lo inadecuado y falaz de tales nociones, lascuales deforman de manera absurda la realidad.

La situación recuerda un poco la que reinó cuando Descartes planteó su métodode la duda general, en contraposición a las concepciones oficiales de la época que noaceptaban duda alguna. Es decir que se comprende que haya habido una reaccióncasi violenta contra la dominación de ideas filosóficas muy rígidas, muy inadecuadaspara reflejar una realidad complicada y movediza, muy absurdas¡ pero esta reacción

•Contribución a un Simp08io de la Asociación Mexicana de Epillemología, MarIO de 1978.

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cartesiana falló su tiro. El método de la duda general no podia sino llevar a su V('Z

a un idealismo bastante estéril; y de hecho Descartes mismo no lo utilizó en sustrabajos científicos. Análogamente podemos ahora simpatizar con los que entran ('ncólera contra la rigidez estéril de los planteamientos positivistas; pero no podemosaceptar sus planteamientos de oposición pura y sencilla.

La consideracían del cartesianismo viene al e<\.....;o también en otro sentido. Losdos puntos de vista que allí se oponían eran los dos extremos del todo o nada: o bienninguna duda o bien dudar todo a la vez. El método científico que ofreció finalmcntela salida podría de hecho concebirse como el método de dudar en 1111 punto preciso,escogido mediante el criterio muy práctico de que la duda fuera fructífera, y de nodudar (por el momento) todo lo demás, cuyo turno vendrá en su momento. Corres-pondientemente la manera de dudar también es otra, es experimental y teórica, .Yno procede por la vía de la especulación intelectual.

En forma análoga, en la discusión sobre la distinción entre teoría y observaciónlos dos bandos han errado, tanto los que buscan una distinción ab:->oluta y universalcomo los que la niegan por completo. lIay una distinción; y consultando la lecciónde Descartes, podemos sospechar que es una distinción práctica que cambia decaso en caso. Así sucede, como nos pucde convencer el estudio de lo que realmcntesucede en la investigación. Lo propiamente dicho experimental es lo que toca alexperimento que se está llevando al cabo; cualquier otra información ~collcepto,ecuación, dato- es "teórica" at'ul si proviene de otro experimento. Tampoco noscausa problema que los términos oe la descripción experimental L'Stén "cargados deteoría" .

En primer lugar, una buena parte de la carga proviene de otras teorías y noviene afedada porque aceptamos o rechazamos la. teoría bajo prueba. En segundolugar, lo que nos interesa para juzgar la objetividad dd criterio experimental 110

es tanto el significado de los conceptos, sino los valores numéricos que para ellosarroja el experimento. Haber efectuado el experimento y haber obtenido tales ytales Illímeros es un hecho, inamovihlc por cualquier teoría. Toda teoría relevantepodrá proponer una. illlerpreiació71 de los datos; el significado de los conceptos quese relaciona.n con los da.tos numéricos será difercnt{~ seglÍn la teoría.; pero no plH'dehaber sino dos posibilidades: una. teoría logra mejor que sus competidores rendircuenta de los datos experimentales, en cual caso es preferible, o todas las teoríasexplican los datos en forma má.., o menos similarmente aceptable, en cual caso elexperimento no pudo lograr una decisión. Ninguno dc los dos bandos parece habersedado cuenta de estos puntos, presumiblemente porquc no se les ocurrió verificar susideas en el laboratorio científico: allí hubieran hallado que esta forma práctica dedistinguir entre teoría y experimento es bien conocida y de hccho tieTlf' su hase enciertas partes importantes de la. teoría estadística.. la cual trató el problema y loresolvió mucho antes de que los filósofos se intereseran por él.

Quisiera para (x>ocluir señalar otro problema que crea la concepción incoll-mensurabilista. En la ciencia las relaciones entre {¡irerentes t{'Orías son mtÍltiples.Existen básicamente porque las teorías describen diferentes aspectos de una mismarealidad. Se manifiestan estáticamcnte en los muchos conceptos que compartcII lasteorías y que a veces se extienden sobre regiones vastas de teorización ~no sin sufrir

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ciertos cambios en el proceso. También hay relaciones dinámicas: se utilizan u~as aotras, se complementan y en ocasiones se unen. ~,'malmenteencu:ntran ~onexlOnesexperimentales, ya que un experimento requiere generalmente vaflas teonas, a vecescontradictorias. Estas relaciones entre teorías constituyen una problemática impor-tante y de gran interés para la filosofíade la ciencia; pero de aceptar"e las posicionesde la inconmensurabilidad, este campo nos quedaría completamente vedado.

Notas

1. La noción de inconmensurabilidad se debe a P.K. Feyerabend, Problems of Empiricism,in R.G. Colodny, ed., Beyond the Edgc 01 Certainty, Prentice Hall, 1965, y otros ensayosposteriores; también se expresan ideas análogas en T.S. Kuhn, The StructuT'C oi ScientijicRevo/utions, Chicago University Press, 1962. El concepto de que los términos en que des-cribimos los resultados experimentales vienen "cargados de teoría" (theory-laden) parecedeberse a N.R. Hanson, Pattcrns DI Discovery, Cambridge University Press, 1958.

2. Para las posiciones del positivismo lógico hay mútliples referencias, desde MoritzSchlick, Allgemeine Erkernntnislehre, Kreissverlag, Wien, 1918, hasta A.J. Ayer, ed.,Logica/ Positivism, Macmillan, 1959.

:3. La carga teórica de los términos experimentales contiene muchísimos elementos queprovienen de otras teorías que la examinada, debido a que se requeire una multiplicidadde diversas técnicas experimentales, basadas en tantas teorías, para. lograr el control de lasvariables experimentales no sujetas a medirión y para la medición de las variables selec-cionadas. Esta carga por lo tanto frecuentemente incluye una teoría opuesta a la que estáa prueba. Un típico ejemplo lo constituye un famoso experimento llevado a cabo en el año1919 para comprobar la predicción de la relatividad general de que el campo gravitacionaldel sol debía desviar los rayos luminosos: allí se emplearon la óptica (tanto geomética comofísica) para la construcción de telescopios y su operación; la termodinámica, para corregirpor las expansiones térmicas de los instrumentos y placas fotográ.ficas; la cronometría,escencial para coordinar las mediciones hechas en varios puntos de la tierra; la astronomíaposicional; y la mecánica de Newton, la base tanto de la astronomía empleada como delas técnicas de construcción instrumental. De tomar en serio las posiciones discutidas, larelatividad general quedaría comprobada, pues, en la medida que es válida la mecánicancwtoniana ...

4. Para condensar y simplificar, he discutido el significado que pueden tener respecto a unateoría los resultados de un experimento como si (a) no intervinieran otras suposicionesteóricas, y (b) se tratara definitivamente de rechazar o aceptar la teoría. En realidadninguna de estas condiciones se cumple. Las suposiciones adicionales que se requierenson precisamente aquellas que generan la "carga teórica" de los términos descriptivosdel experimento; el resultado experimental por lo tanto es relevante al conjunto de estassuposiciones más la teoría bajo prueba, y si hay discrepancia sólo se puede concluir quealgún elemento en este conjunto no es correcto, mientras en el caso de acuerdo no se puedeexcluir la posibilidad de defectos teóricos que se compensan. Tampoco se trata de aceptaro no la teoría, sino de definir su alcance; por lo tanto una falla no la rinde necesariamentefalsa o inútil, como tampoco un éxito le da validez definitiva. Lo que es más, que setrate del alcance teórico explica porqué es posible utilizar dos teorías aparentementecontradiCtorias para conformarse "mutuamente": por ejemplo, la astronomía posicional

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y la. construcción de instrumentos están dentro del alcance de la mecá.nica newtoniana,mientras el comportamiento de la luz al pasar por el limbo solar que se estudia medianteestas teorías queda fuera del él. Para mayores detalles ver T.A. Drody. "Induction andthe Scope oC theories".

5,'En la. estadística matemá.tica, la distinción entre teoría y experimento toma la formade la. distinción entre variables que caracterizan la población y las que caracterizan lamuestra; ésta última se define como los valores numéricos obtenidos en el experimentobajo consideración. La.s conclusiones obtenidas pueden servir a su vez como parámetrosde población (es decir, teóricos) para otro experimento. La distinción en el sentido quehe citado se hace pa.rticula.rmente notable en la determinaicón de ciertos parámetros dedistribución; un buen ejemplo es la distribución de X2, la cuaJ se utiliza frecuentementecomo prueba de bondad de adaptación. Esta distribución depende de una cantidad lla-mada Iolnúmero de grad06 de libertad", en cuya determina.ción interviene directamenteel número de parámetros que hemos calculado a partir de los datos experimentales bajoestudio; pero no interviene el número de pará.metros que hemos obtenido de otra fuente,ya sean teóricas o experimentaJes. Para mayores detalles ver p. ej. M.G. Kendall y A.Stuart, The Advanced Theory o/ Statistics, 3 vols., Griffin, Londres, 1958-1966.