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"UN MAL SUEÑO" Por: Joset Medina

UN MAL SUEÑO Por: Joset Medina - javeriana.edu.cojaveriana.edu.co/biblos/tesis/psicologia/tesis177.pdf · IMPACTO DE DIFERENTES FORMAS DE MALTRATO EN EL DESARROLLO PSÍQUICO DEL

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"UN MAL SUEÑO" Por: Joset Medina

2

IMPACTO DE DIFERENTES FORMAS DE MALTRATO EN EL DESARROLLO PSÍQUICO DEL NIÑO VÍCTIMA DE VIOLENCIA

INTRAFAMILIAR

Trabajo de Grado para optar al Título de MSc. en Psicología Clínica

Línea de Investigación en Desarrollo Psíquico

Psic. Blanca Alicia Sanguino Calderón.

Co-autora (s) de la Investigación:

Nubia Esperanza Torres Calderón.

Maggui Gutiérrez de Salamanca (†).

PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA

FACULTAD DE PSICOLOGÍA

Maestría en Psicología Clínica – Enfoque Psicoanalítico

Bogotá, Enero de 2011

3

RESUMEN

El maltrato infantil ha sido un campo problema de

investigación durante las últimas décadas, a partir de la

profundización, supervisión y análisis de 3 casos clínicos de

pacientes menores de edad se puede apreciar y comprender el

impacto de diferentes formas de maltrato en el desarrollo psíquico del

niño víctima de violencia intrafamiliar desde una perspectiva

psicoanalítica. El enfoque teórico de esta investigación, como lo es el

psicoanálisis, permitió vislumbrar y entender funcionamientos

individuales, familiares, institucionales y sociales que promueven o

frenan el desarrollo psíquico de los pacientes y el desarrollo de sus

procesos psicoterapéuticos. A partir de comprensiones realizadas de

dinámicas institucionales de los pacientes en situación de refugio, se

emiten especificaciones a modo de recomendación con la finalidad de

promover el crecimiento y mejoras a nivel institucional que permitan

a las personas que ingresen, encontrar espacios propicios para la

recuperación de sus malestares y desarrollo personal. Este trabajo se

encuentra inscrito dentro de la línea de investigación en Desarrollo

Psíquico de la Maestría en Psicología Clínica de la Pontificia

Universidad Javeriana de Bogotá.

Palabras claves: maltrato infantil, desarrollo psíquico, estado

mental de supuesto básico, splitting forzado, reverie,

dimensionalidad, configuración continente-contenido.

4

TABLA DE CONTENIDO

INTRODUCCIÓN Y JUSTIFICACIÓN DE LA INVESTIGACIÓN 6

1. OBJETIVOS Y METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN 15

1.1. Objetivo general 15

1.2. Objetivos específicos 15

1.3. Metodología de la investigación 15 2. MARCO TEÓRICO REFERENCIAL DE LA INVESTIGACIÓN 21

2.1. El maltrato infantil en la actualidad 22

2.2. Referentes conceptuales y teóricos psicoanalíticos 28

2.3. Organización y funcionamiento de la personalidad 33

2.4. Modelo de organización familiar 36

2.5. Estado mental de Supuesto básico 39

2.6. La dimensionalidad como un parámetro del funcionamiento

mental 43

2.7. La configuración continente-contenido 47

2.8. La función de Reverie 48

2.9. El Splitting forzado 49

2.10. Antecedentes investigativos y teóricos sobre el maltrato

infantil y abuso sexual desde la perspectiva psicoanalítica de

otros autores 51

5

3. MATERIAL CLÍNICO: ELEMENTOS DE ANÁLISIS Y

REFLEXIÓN 66

3.1. Estrella, un mundo externo decorado para la fiesta familiar 66

3.2. Carlos, el súper héroe de un mundo apuñalado 99

3.3. Daniel, el crecimiento psíquico a partir de la experiencia

emocional 132

4. REFLEXIONES FINALES 151

4.1. La condición del desarrollo psíquico y el maltrato 151

4.2. Situaciones que promueven el desarrollo de la psicoterapia y sus

limitaciones 159

4.3. Recomendaciones finales 163

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 167

6

INTRODUCCIÓN Y JUSTIFICACIÓN DE LA INVESTIGACIÓN

El maltrato puede ser considerado como la actuación de una

conducta violenta y abusiva ejercida por una persona hacia otra

persona en situación de minusvalía, indefensión o debilidad.

Cuando se habla de maltrato intrafamiliar, este es considerado

como cualquier tipo de abuso de poder por parte de un miembro de la

familia sobre otro. Este abuso puede incluir maltrato físico,

psicológico o de cualquier otro tipo. La víctima de violencia

intrafamiliar puede ser cualquier persona considerada cónyuge del

agresor o que haya convivido de alguna manera con él. Así, podría ser

hacia un conviviente actual o ex pareja, entre padres de un hijo

común, o hacia un pariente consanguíneo hasta el tercer

grado. Además, es importante destacar que dentro de la violencia

intrafamiliar están considerados el maltrato infantil, la violencia

hacia el adulto mayor, hacia minusválidos y entre cónyuges. En este

último tipo de maltrato el más común es de parte de los hombres

hacia las mujeres. (Sevilla Villalta, 2008)

Los tipos de actos considerados como parte de la violencia

intrafamiliar son golpes o incidentes graves, insultos, manejo

económico, amenazas, chantajes, control de actividades, abuso

sexual, aislamiento, prohibición de trabajar fuera de casa, abandono

afectivo, humillación y no respeto de opiniones. Todos estos tipos de

maltratos se pueden clasificar en físicos, los cuales son considerados

actos que atentan o agreden el cuerpo de la persona tales como

empujones, bofetadas, golpes de puño, golpes de pies, etc.

Psicológicos, cuando hay actitudes que tienen por objeto causar

temor, intimidar, y controlar las conductas, sentimientos y

7

pensamientos de la persona a quién se está agrediendo como las

descalificaciones, insultos, control, etc. Sexuales, cuando existe una

imposición de actos de carácter sexual contra la voluntad de la otra

persona, como por ejemplo exposición a actividades sexuales no

deseadas, o la manipulación a través de la sexualidad. Y económicos,

cuando no se cubren las necesidades básicas de la persona y se

pretende ejercer control a través del manejo de recursos económicos.

(Sevilla Villalta,. 2008)

El maltrato intrafamiliar puede ser estudiado desde varias

perspectivas como la biológica, donde en algunos casos con lesiones

en el sistema límbico, en los lóbulos frontales y temporales o

anormalidades en el metabolismo de la serotonina pueden

predisponer a la agresión. Desde la perspectiva del contexto

específico, se plantea que hay diferencias en la expresión de la

violencia en medios rurales y en medios urbanos debido a que los

factores estresantes que las generan en dichos ambientes son

distintos. Desde la perspectiva social, que según sus investigaciones

demuestran con evidencia que los aspectos sociales juegan papeles

importantes en la expresión de las conductas violentas, uno de ellos

es la trasmisión intergeneracional de la violencia. Desde la

perspectiva psiquiátrica, se explican las altas tasas de depresión y

estrés post-traumático que presentan los testigos y víctimas de

violencia. Igualmente establece que el abuso de sustancias y de

alcohol, así como los trastornos de personalidad limítrofe o antisocial

incrementan de manera considerable el riesgo de violencia. Y desde

una perspectiva psicológica, se ha demostrado, según resultados de

investigaciones realizadas, que los padres que más maltratan son

aquellos que poseen baja autoestima, tienen antecedentes de

maltrato, están deprimidos, tienen baja tolerancia a la frustración y

8

son dependientes al alcohol y sustancias psicoactivas. (Sevilla

Villalta, 2008)

El maltrato intrafamiliar es el contexto donde se vivencia el

maltrato. En las familias donde existe maltrato se ven afectados de

una u otra manera los niños del núcleo conyugal. En muchas

ocasiones la violencia no solo es ejercida entre los conyugues sino

recae sobre los hijos y los hijastros. Surge entonces el maltrato

infantil, considerado como cualquier acción (física, sexual o

emocional) u omisión no accidental en el trato hacia un menor, por

parte de sus padres o cuidadores, que le ocasionan daño físico o

psicológico y que amenaza su desarrollo físico y psicológico.

El maltrato a los niños es un problema universal que ha

existido desde tiempos remotos, sin embargo es en el siglo XX con la

declaración de los derechos del niño (O.N.U. 1959), cuando se le

considera como un delito y un problema de profundas repercusiones

psicológicas, sociales, éticas, legales y médicas.

El maltrato infantil no se puede definir de una sola manera,

pues no existe un límite claro y preciso sobre la forma en que se

presenta. En la actualidad el maltrato infantil se define como todas

aquellas acciones que van en contra de un adecuado desarrollo físico,

cognitivo y emocional del niño, cometidas por personas, instituciones

o incluso la propia sociedad. Supone la existencia de maltrato físico,

abandono, maltrato psicológico o abuso sexual. Esta definición está

relacionada con la existente en el manual de psiquiatría DSM-IV.

(Hernández, 2005)

Según Hernández (2005), en la actualidad se ha presta mayor

importancia al maltrato institucional, ejercido por cualquier

9

legislación, programa o procedimiento, que por acción o por omisión,

ejerzan los poderes públicos o privados, y los profesionales que al

amparo de la institución, vulnere los derechos básicos del menor, con

o sin contacto directo con el niño.

Partiendo de las definiciones que se han dado por muchos

investigadores, tras el estudio de situaciones de violencia y maltrato

infantil a lo largo de las últimas décadas, se puede ver que lo común

encontrado es que los niños suelen ser objetos de mal trato. La

mayoría de los datos históricos que existen sobre el respeto a los

derechos de los niños por parte de muchas culturas de la antigüedad,

corroboran esta situación. La atención jurídica y médica de los

menores maltratados empezó a surgir a mediados del siglo XIX.

(Arruabarrena & De Paúl, 2005)

Médicos como el francés Tardieu y el estadounidense

Silverman, fueron pioneros en publicar estudios realizados sobre el

maltrato infantil. Fue Silverman quien demostró, con estudios

radiológicos, las consecuencias no visibles de los maltratos. Sin

embargo, el primer proceso judicial que defendió a una menor por el

maltrato recibido por su propia madre, tuvo lugar en 1874 en

Estados Unidos. La acusación fue realizada por la Sociedad

Protectora de Animales, por cuanto no existía ley alguna que

amparase a los menores, aunque sí a los animales en general. Estas

labores pioneras dieron como resultado que antes de que acabase el

siglo se creasen dos sociedades pro derechos de los niños: The Society

for the Preventión of Cruelty to Children, en Nueva York, y The

National Society for the Prevention of Cruelty to Children, en Londres.

(Arruabarrena & De Paúl, 2005)

10

A partir de la segunda mitad del siglo XX, a raíz del

reconocimiento del ser humano como sujeto de derecho, empezó a

prestársele la debida atención a los derechos de los niños. Con la

atención focalizada en estos problemas de tipo legal, surgió también

el interés por la atención y prevención del fenómeno de maltrato

infantil. Uno de los primeros trabajos realizados fue publicado en el

año 1962, y llevaba por título “El síndrome del niño apaleado”, lo que

incentivó una especial atención a las víctimas del maltrato infantil y

una reformulación de las medidas legislativas y de sensibilización de

la opinión pública sobre el problema. (Arruabarrena & De Paúl, 2005)

A través de los estudios realizados sobre el maltrato infantil, se

ha intentado explicar sus causas a partir de diferentes modelos.

Desde el modelo sociológico, se considera que el abandono físico es

consecuencia de situaciones de carencia económica o de situaciones

de aislamiento social. Desde el cognitivo, se lo reconoce como una

situación de desprotección originada como consecuencia de

distorsiones cognitivas, expectativas y percepciones inadecuadas de

los progenitores o cuidadores en relación a los menores bajo su

protección. Desde el modelo psiquiátrico, se considera que el maltrato

infantil es consecuencia de la existencia de estados psicopatológicos

en los padres. Desde el modelo del procesamiento de la información,

se plantea la existencia de un estilo peculiar de procesamiento en las

familias con menores en situación de abandono físico o negligencia

infantil, y desde el modelo de afrontamiento del estrés, se establecen

maneras de evaluar y percibir las situaciones o sucesos estresantes

vividos en las familias. (Hernández González, s.f.)

Según un comunicado ofrecido por la UNICEF (2009), cientos

de menores en América Latina y El Caribe sufren cotidianamente

11

maltrato físico o psicológico, y un gran porcentaje de adultos piensa

que se trata de una práctica normal de educación y socialización. Se

llegó a obtener estos resultados tras un estudio de recolección de

información en 16 países de la región, donde hasta un 80% de los

adultos encuestados, consideraba natural recurrir al maltrato

infantil, incluido el castigo corporal, para imponer disciplina.

En Colombia, según cifras reveladas por el estudio, un 42 % de

mujeres afirmó que sus parejas o esposos castigaban a sus hijos e

hijas con golpes. (Unicef 2009, citado en El Universal 2009). Según

las cifras ofrecidas por el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar,

el maltrato infantil se ha incrementado en Colombia. Al 16 de junio

del presente año se habían registrado 29.700 casos. (ICBF, citado en

Caracol 2008).

Las estadísticas ofrecidas por el Instituto de Bienestar familiar

en Colombia, indican que el maltrato infantil sigue en aumento.

Entre enero y abril del 2008, se presentó un incremento del 18%, con

relación al mismo periodo del año 2007. Pese a los esfuerzos

desplegados por los gobiernos, en Colombia no se ha desarrollado

aún una respuesta eficaz contra el maltrato infantil y una de las

principales dificultades es el bajo registro de información sobre su

real dimensión y características. (ICBF, citado en Caracol, 2008).

“En Colombia actualmente se intenta promover la prevención

de la violencia intrafamiliar, según lo informó la señora Blacina

Hurtado Hurtado” (Citado en Parra Tobón, 2010), trabajadora social

del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, ICBF. Actualmente

desde esa institución se adelantan campañas de capacitación para

los agentes educativos, las familias y las madres comunitarias con el

12

objetivo de evitar dicho flagelo. De igual manera se realizan talleres

lúdico-pedagógicos con los niños, en sectores vulnerables de

Medellín, como la Comuna 13, en donde este proyecto se ejecuta en

todos los hogares comunitarios, los jardines infantiles y cinco

instituciones educativas. En los talleres se trabajan temas claves en

la prevención de la violencia como, la solución pacífica de los

conflictos, el desarrollo de habilidades sociales para interactuar con

los demás y enfrentar, de manera positiva, las dificultades que se

presenten al interior del núcleo familiar. (Parra Tobón, 2010)

La categorización y cuantificación del maltrato sirve para

ubicarlo dentro de un contexto social, pero no es posible dejar de lado

la significación individual de este acto en quien lo ejerce y quien lo

padece, que sin duda alguna desencadena o instaura una serie de

funcionamientos, procesos mentales y vinculares inadecuados.

La mayoría de las investigaciones sobre el maltrato familiar se

centran en las causas y consecuencias legales, físicas y psicológicas

de la mujer víctima del maltrato ejercido por el hombre. Sin embargo

en estas situaciones de violencia intrafamiliar, aparecen, en la

mayoría de los casos, evidencias de funcionamientos familiares donde

parece desaparecer o invisibilizarse a los hijos de estas mujeres

víctimas, quienes también han sido víctimas de uno o varios tipos de

maltrato, pero que han vivido de manera diferente el impacto

emocional ante esa situación. En ellos no solo se dio el golpe o la

agresión verbal, sino el derrumbe de la construcción de familia buena

o mala que había en su psiquismo.

Pensar acerca de las consecuencias del maltrato infantil en el

psiquismo de las víctimas, se puede intentar desde la perspectiva

psicoanalítica, bajo la premisa planteada por Meltzer (1990), de la

13

familia conyugal, cuya descripción de organización plantea dos

sentidos, como un estado momentáneo y como una tendencia

general. Cuando la familia es presidida por una pareja (no

necesariamente los padres verdaderos), se considera que en esta

combinación, ambos desempeñaran las funciones de generar amor,

promover esperanza, contener el dolor depresivo y pensar, así como

contener la expresión negativa de estas. Los otros miembros

dependerán de ellos para estas funciones. Visto desde esta

perspectiva, a partir de las construcciones de vivencias y

observaciones de las relaciones madre-padre, madre-hijo, padre-hijo,

se intentará comprender el funcionamiento y estado mental del

paciente.

Desde la concepción de familia planteada por Meltzer (1990), en

su libro Familia y comunidad, se puede ver que las funciones de ésta

se desarrollan de manera que la madre y el padre son en pareja esa

figura que determina funcionamientos, pensamientos, sentimientos

en el niño. Así pues, cuando un niño es bien sostenido y contenido en

una atmósfera en la cual las funciones parentales se realizan

positivamente, éste crecerá y se desarrollará con el sentid de

seguridad y confianza necesarias para el desenvolvimiento de sus

aptitudes individuales, para su crecimiento físico y sus logros

intelectuales. (Botero, 2008)

Es innegable la existencia de múltiples esfuerzos para la

comprensión del fenómeno del maltrato, sin embargo la dimensión

del problema sigue en aumento, lo que justifica que continúe su

investigación desde distintos vértices, apuntando a comprensiones e

intervenciones para ayudar a la disminución del problema. Es por

estas razones que el presente proyecto dirige su atención

14

específicamente en el psiquismo de niños maltratados, desde las

compresiones que permiten los acercamientos psicoterapéuticos.

El presente trabajo se inscribe en los esfuerzos que desde la

Maestría de Psicología Clínica desarrollamos profesores y estudiantes

con el objetivo de comprender el fenómeno del maltrato desde la

atención a mujeres maltratadas y a sus hijos en una institución

creada para este fin. Surge entonces la necesidad de conocer y

explorar la situación psíquica de sus hijos, que son en quienes

enfocamos nuestro trabajo psicoterapéutico.

Se pretende en este proyecto explorar minuciosamente el

material recopilado en protocolos de sesión, a lo largo de un proceso

psicoterapéutico de tiempo limitado (15 sesiones), de corte

psicoanalítico, con el que se intentará comprender: ¿Cómo afronta el

psiquismo del niño el maltrato?, Así mismo, ¿Cuáles son los efectos

psíquicos que se producen tras la presencia, atención o intervención de

la terapeuta durante el proceso psicoterapéutico?. Ésta pregunta es

abordada desde una metodología de investigación cualitativita, de

investigación – intervención, método propio de la Psicología Clínica y

se inscribe el Grupo de Investigación “Sujeto y Relaciones”, en su

Línea “Desarrollo Psíquico”.

15

1. OBJETIVOS Y METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN

1.1. Objetivo General

A partir de un proceso de psicoterapia de orientación

psicoanalítica, explorar la manera cómo repercute en el psiquismo

del niño el maltrato del cual ha sido víctima.

1.2. Objetivos Específicos

1. Explorar el estado mental y el funcionamiento psíquico de

niños que han sido víctimas de diferentes tipos de maltrato.

2. Reconocer y comprender los movimientos psíquicos que se

dan durante el proceso psicoterapéutico.

3. Generar a partir de esta exploración, recomendaciones

terapéuticas y de atención que favorezcan la condición de las

personas inmersas en situaciones de maltrato.

1.3. Metodología de la investigación

1.3.1.

Esta investigación se realizó desde la metodología de

investigación cualitativa, modalidad de investigación-intervención, a

partir del estudio de tres casos clínicos. Con la investigación

cualitativa se trata de identificar la naturaleza profunda de las

Tipo de investigación

16

realidades, su sistema de relaciones, su estructura dinámica. (Pita

Fernández & Pértegas Díaz, s.f.)

La investigación cualitativa, en sus diversas modalidades:

investigación-intervención, investigación de campo, participación

etnográfica, estudio de casos, entre otros tiene como característica

común referirse a sucesos complejos que tratan de ser descritos en

su totalidad, en su medio natural. No existe una abstracción de

propiedades o variables para analizarlas mediante técnicas

estadísticas apropiadas para su descripción y la determinación de

correlaciones. (Pita Fernández & Pértegas Díaz, s.f.)

En la investigación cualitativa se estudia la realidad en su

contexto natural, tal como sucede, intentando sacar sentido de, o

interpretar, los fenómenos de acuerdo con los significados que tienen

para las personas implicadas. Así mismo, la investigación cualitativa

no es un trabajo que se asocie a un momento dado en el desarrollo

del estudio. Es el fruto de toda la investigación. En ocasiones el

problema de investigación se define tras haber completado uno o

varios ciclos de preguntas, respuestas y análisis de esas respuestas.

(Rodríguez Gómez, & otros, 1996)

Según Lewin (1946), la investigación acción es aquella en la

que los participantes del proceso investigativo se cuestionan y

reflexionan constantemente sobre el mismo, con la finalidad de

mejorar la coherencia e imparcialidad de situaciones de la práctica

social educativa, con el firme propósito de mejorar el conocimiento de

la práctica y las acciones ejecutadas.

El estudio se hizo con el trabajo conjunto de psicoterapia e

investigación. Donde cada caso clínico fue abordado y analizado bajo

17

la supervisión de psicoanalistas docentes de la facultad. Así mismo se

hizo el análisis y discusión de cada caso en el grupo de trabajo

investigativo sobre el maltrato, que se lleva a cabo en la universidad,

lo cual enriqueció el análisis y comprensión de cada uno de ellos.

Para el desarrollo del proyecto, fue necesaria la trascripción en

protocolos clínicos de las sesiones completas del proceso

psicoterapéutico realizado con cada uno de los niños que tenían como

antecedente vivencias de algún tipo de maltrato. Así mismo se

estudio el material recopilado para ubicar y comprender la estructura

de cada caso, con la finalidad de poder ubicar constructos teóricos a

partir de los cuales se pudiera analizar, profundizar y argumentar

correctamente cada uno de ellos.

1.3.2.

El proyecto se desarrolló durante tres semestres, en los cuales

el primero fue de recolección de la información teórica y las

intervenciones realizadas, en el segundo y tercer semestre se realizó

Diseño

El desarrollo del proceso de investigación-intervención se

planteó a partir del estudio de 3 casos clínicos de menores de edad

con antecedentes de algún tipo de maltrato, con quienes se trabajó

individualmente.

El material clínico recopilado se trabajó desde el caso por caso,

en primer lugar se realizó una matriz en la que se establecieron

categorías descriptivas e interpretativas que permitieron el análisis y

comprensión de cada caso.

18

el análisis y reflexiones a la luz de las teorías, tomando en cuenta la

experiencia como un nuevo aporte sobre el cual poder construir

nuevos planteamientos teóricos.

1.3.3.

1.3.4.

Participantes

El grupo con el que se trabajó, se conformó por 3 menores de

edad; una niña de 10 años, y dos adolescentes (hombres) de 13 y 16

años de edad.

La niña de 10 años y el adolescente de 13 años, se encontraban

en situación de refugio, en una organización no gubernamental en la

ciudad de Bogotá, donde fueron atendidos en psicoterapia individual

en el consultorio destinado para el área de psicología por la

institución. El adolescente de 16 años es procedente de Bogotá, y

llega a consulta por requerimiento del departamento de psicología del

colegio donde estudia, su proceso de psicoterapia se realizó en

consultorio privado.

Se hicieron registros del material a través de la transcripción de

protocolos clínicos de cada sesión. Estos se supervisaron

detalladamente por dos psicoanalistas durante un año, con quienes

se exploró exhaustivamente el contenido y los movimientos del

discurso y expresión de lo que se presentaba en cada sesión de

psicoterapia con cada uno de los pacientes y la psicoterapeuta.

Herramientas: Técnicas y material

19

Paralelamente se realizaron lecturas de los protocolos en reuniones

del grupo investigación, conformado por profesores (Cecilia Muñoz y

Nubia Torres) y estudiantes de la Maestría, donde se discutían

puntos de vista desde una perspectiva psicoanalítica y social acerca

del material de la paciente mujer con el fin de lograr puntos de

encuentro para su comprensión. Con los otros dos casos se siguió el

mismo procedimiento bajo la supervisión de la directora de tesis.

Durante el desarrollo del proyecto se realizaron lecturas de

textos de diferentes autores que han abordado situaciones similares a

las pensadas en la investigación, a través de los cuales se logró la

construcción de un marco teórico referencial, que permitió el análisis

y comprensión de la fenomenología expuesta como eje principal de la

investigación.

1.3.5.

Al finalizar el análisis y la reflexión acerca de cada caso clínico,

se presenta a modo de conclusión todo lo encontrado durante el

proceso, con la finalidad de exponer de manera definitiva los

Procedimiento

Se tomaron todos los protocolos de cada uno de los pacientes y

se hizo la primera categorización de tipo descriptivo. Las categorías

elegidas fueron: la narración sobre su madre, la narración sobre el

agresor, la narración de sí mismo, la narración sobre la institución, la

narración sobre el dibujo o los cuentos. Posteriormente a esto se

determinaron las categorías interpretativas del material, sobre las

cuales se realizó el análisis y discusión de lo que se encontró en cada

uno de los pacientes a la luz de constructos teóricos psicoanalíticos.

20

resultados encontrados durante las intervenciones, análisis y

discusiones con fundamentos teóricos.

1.3.6.

Aspectos éticos

Este proyecto investigación-intervención está estructurado

dentro de los marcos legales expuestos en la Resolución No. 008430

de 1993 y de la Ley 84 de 1989 del Ministerio de Salud, en las cuales

se deja explícito que en toda investigación donde el ser humano sea

sujeto de estudio se garantizará el respeto a su dignidad, la

protección a sus derechos y su bienestar. Así mismo, el material

clínico que se presenta fue utilizado con la mayor prudencia,

responsabilidad y delicadeza con el fin de proteger la identidad y

privacidad de los pacientes, por tanto, no presenta ningún tipo de

riesgo para ellos.

21

2. MARCO TEÓRICO REFERENCIAL DE LA INVESTIGACIÓN

Durante la realización del presente trabajo investigativo, desde

un principio se empezó a hacer una recolección de material

bibliográfico, con el cual hacer una profundización en el tema del

maltrato intrafamiliar. Frente a esta problemática social, se inició la

búsqueda constante de autores que desde el psicoanálisis hubieran

trabajado sobre el tema.

Desde el vértice psicoanalítico, encontramos un gran bagaje

teórico, el cual nos sirvió de guía, para lograr poco a poco la

comprensión de la temática y en especial de los casos clínicos con los

que estábamos trabajando. Sin embargo, durante el análisis y

discusión de los casos aquí propuestos, se hará mención

específicamente sólo a ciertos referentes teóricos que en lo que sigue

serán presentados.

A continuación se expondrá en primer lugar un marco

referencial sobre el maltrato infantil en la actualidad. En segundo

lugar, la compilación de conceptos y teorías psicoanalíticas más

importantes utilizadas en la investigación, necesarias para poder

hacer un adecuado seguimiento al análisis y discusión del material

clínico, y por último, se hará una presentación de diferentes autores,

que desde una postura psicoanalítica, han realizado estudios y hecho

propuestas de teorías acerca de las consecuencias, estados mentales,

y tipos de funcionamientos individuales y familiares existentes en

situaciones donde se encuentra presente el maltrato y el abuso

sexual infantil.

22

2.1. El maltrato infantil en la actualidad

El maltrato infantil (OMS, 2010) se define como los abusos y la

desatención de la que son objeto los menores de 18 años, e incluye

todos los tipos de maltrato físico o psicológico, abuso sexual,

desatención, negligencia y explotación comercial o de otro tipo que

causen o puedan causar un daño a la salud, desarrollo o dignidad del

niño, o poner en peligro su supervivencia, en el contexto de una

relación de responsabilidad, confianza o poder.

Según las Leyes internacionales de protección a la infancia, un

menor de 18 años de edad, se considera maltratado o abusado en el

momento en que su salud física, mental o su seguridad se

encuentran en riesgo, bien sea por acciones u omisiones llevadas a

cabo por la madre, padre u otras personas responsables de sus

cuidados.

Según Pérez (s.f.), el maltrato a los niños es una problemática

de índole social, que puede originarse en familias sin discriminar su

nivel, económico o educativo. En el estudio bibliográfico realizado por

Pérez, acerca del maltrato infantil, expone que el origen de la

crueldad hacia los menores de edad se puede dividir en cuatro

categorías, las cuales se presentan a continuación:

1. - Crueldad inspirada en conceptos exagerados de disciplina y

desempeño de sus funciones. El maltratador resulta ser un sujeto

profundamente irresponsable: alcohólico, drogadicto, criminal o

delincuente.

2. - Actos de violencia o negligencia cometidos por cuidadores

llevando a cabo rígidas interpretaciones de la autoridad, normas y

reglas de comportamiento.

23

3. - Crueldad patológica cuyos oscuros orígenes mentales o

psicológicos son muy difíciles de identificar.

4. - La crueldad oficial u organizada, cometida por ignorancia,

insensibilidad o por omisión en la forma de falta de legislación o de

cumplimiento de la misma que proteja adecuadamente al menor.

(Pérez, s.f. Capítulo I, párr. 5)

Así mismo, en el estudio, Pérez (s.f.), ofrece una categorización

del fenómeno del maltrato infantil, donde se encuentra que el

maltrato se puede clasificar por acción y por omisión. En cuanto al

maltrato por acción se puede ubicar dentro de esta clasificación al

maltrato físico, abuso fetal, maltrato psicológico o emocional y al

abuso sexual. Y en el maltrato por omisión, se ubicaría el abandono o

la negligencia por parte de los cuidadores. A continuación se hará

una descripción de los tipos de maltrato infantil que categoriza el

autor.

2.1.1.

Siguiendo a Pérez, (s.f.), el maltrato físico es definido como

“cualquier lesión física infringida al niño o niña (hematomas,

quemaduras, fracturas, lesiones oculares, lesiones cutáneas)

mediante pinchazos, mordeduras, golpes, estirones de pelo,

torceduras, puntapiés u otros medios con los que se lastime al niño”

(Pérez, s.f. Capítulo I, párr. 15). Así el cuidador no tenga intenciones

de ocasionar daño al niño, se considera maltrato a cualquier lesión

Maltrato físico infantil

24

física originada por el uso de algún castigo inapropiado para la edad

del niño.

2.1.2.

2.1.3.

Abuso fetal

Es ocasionado en el momento en que la madre en período de

gestación consume, alcohol u otras drogas, produciendo así, un parto

complejo, niño con problemas, malformaciones u otras

complicaciones de salud. (Pérez, s.f. Capítulo I, párr. 16)

Maltrato psicológico infantil

Está presente en menores de edad cuyos cuidadores insultan,

regañan o menosprecian. Así mismo, aquellos niños a quienes se

somete a presenciar situaciones de violencia física o verbal hacia

otras personas. Aunque la ley no defina el maltrato psíquico, éste es

entendido como cualquier acción u omisión que tenga como

consecuencia una lesión mental o emocional en el niño, originando

perturbaciones que afecten su dignidad, alterando su bienestar físico

y emocional. (Pérez, s.f. Capítulo I, párr. 17)

2.1.4.

Según Arruabarrena y De Paúl (2005), este se define como

“cualquier clase de contacto sexual con una persona menor de 18

Abuso sexual infantil

25

años por parte de un adulto desde una posición de poder o autoridad

sobre el niño”. (Arruabarrena y De Paúl, 2005, p.4)

El abuso, según Arruabarrena y De Paúl, se puede categorizar

de la siguiente manera:

1. Incesto. Si el contacto físico sexual se realiza por parte de

una persona de consanguinidad lineal o por un hermano, tío o

sobrino. También se incluye el caso en que el adulto esté cubriendo

de manera estable el papel de los padres.

2. Violación. Cuando la persona adulta es otra cualquiera no

señalada en el apartado anterior.

3. Vejación sexual. Cuando el contacto sexual se realiza por el

tocamiento intencionado de zonas erógenas del niño o por forzar,

alentar o permitir que éste lo haga en las mismas zonas del adulto.

4. Abuso sexual sin contacto físico. Se incluirían los casos de

seducción verbal explícita de un niño, la exposición de los órganos

sexuales con el objeto de obtener gratificación o excitación sexual con

ello, y la masturbación o realización intencionada del acto sexual en

presencia del niño con el objeto de buscar gratificación sexual.

(Arruabarrena y De Paúl, 2005, p.5)

2.1.5. Abandono o Negligencia infantil

Según Arruabarrena y De Paúl (2005), el abandono o

negligencia infantil, se puede definir como la situación en que las

necesidades físicas primordiales del menor y cognitivas no se

encuentran satisfechas o atendidas de manera temporal o

permanente por ningún miembro del grupo que convive con el niño.

Según los autores los indicadores que sirven para la detección de

situaciones de abandono o negligencia infantil son:

26

1. Alimentación: no se le proporciona la alimentación adecuada.

2. Vestido: vestuario inadecuado al tiempo atmosférico.

3. Higiene: constantemente sucio, escasa higiene corporal.

4. Cuidados médicos: problemas físicos o necesidades médicas no

atendidas o ausencia de cuidados médicos rutinarios.

5. Supervisión: un niño que pasa largos períodos de tiempo sin la

supervisión y vigilancia de un adulto, que facilitan accidentes

domésticos claramente debidos a la negligencia por parte de los

padres o cuidadores del niño.

6. Condiciones higiénicas y de seguridad del hogar que son peligrosas

para la salud y seguridad del menor.

7. Área educativa: inasistencia injustificada y repetida a la escuela.

8. Estimulación cognitiva: ausencia de estimulación suficiente para la

edad, demandas y necesidades del niño/a. El criterio para señalar la

existencia de negligencia viene determinado en gran medida por su

cronicidad. (Arruabarrena y De Paúl, 2005, p.1)

2.1.6.

Según la OMS (2010), el maltrato infantil es una causa de

sufrimiento para los niños y las familias, y puede tener

consecuencias a largo plazo. El maltrato genera estrés y se encuentra

íntimamente asociado a trastornos del desarrollo cerebral temprano.

Los casos extremos de estrés pueden alterar el desarrollo de los

sistemas nervioso e inmunitario. Como consecuencia, según estudios

revelados, los adultos que han sufrido maltrato en su infancia tienen

una mayor predisposición a sufrir problemas conductuales, físicos y

mentales, tales como:

Consecuencias del maltrato infantil

27

• Actos de violencia (como víctimas o perpetradores)

• Depresión

• Consumo de tabaco

• Obesidad

• Comportamientos sexuales de alto riesgo

• Embarazos no deseados

• Consumo indebido de alcohol y drogas

(OMS, 2010, párr. 9)

2.1.7. Estadísticas e información sobre el maltrato infantil a nivel

mundial según la OMS (2010)

• Aproximadamente un 20% de las mujeres y un 5 a 10% de los

hombres manifiestan haber sufrido abusos sexuales en la infancia,

mientras que un 25 a 50% de los niños de ambos sexos refieren

maltratos físicos.

• Entre las consecuencias del maltrato infantil se encuentran

problemas de salud física y mental para toda la vida, y efectos

sociales y laborales negativos que pueden retrasar el desarrollo

económico y social de los países.

• Es posible prevenir el maltrato infantil antes de que se

produzca, y para ello es necesario un enfoque multisectorial.

• Los programas preventivos eficaces prestan apoyo a los padres

y les aportan conocimientos y técnicas positivas para criar a sus

hijos.

• La atención continua a los niños y a las familias puede reducir

el riesgo de repetición del maltrato y minimizar sus consecuencias.

(OMS, 2010, párr. 1)

28

2.2. Referentes conceptuales y teóricos psicoanalíticos

2.2.1.

La naturaleza de la transferencia, para Freud (s.f.), en un

principio, no es más que un desplazamiento del afecto de una

representación a otra. Esta repetición no debe tomarse en un sentido

realista limitante de la actualización a relaciones efectivamente

vividas. Se transfiere en su esencia, la realidad psíquica, siendo así

las manifestaciones transferenciales equivalente simbólicos de lo

Transferencia

Según Laplanche y Pontalis (1996), la transferencia desde el

psicoanálisis, “es el proceso en virtud del cual los deseos

inconscientes se actualizan sobre ciertos objetos, dentro de un

determinado tipo de relación establecida con ellos y, de un modo

especial, dentro de la relación analítica.” (pág. 439.) Así mismo, el

autor, explica que la transferencia, es una repetición de prototipos

infantiles, que es vivenciada con un evidente sentimiento de

actualidad. Ésta es reconocida básicamente como el espacio donde se

desarrolla la cura psicoanalítica, y que posee características

particulares, como su instauración, modalidades, interpretación y

resolución de la transferencia.

Existen dificultades en el momento de definir conceptualmente

la transferencia, ya que es un término muy variable y extenso para

otros autores, donde se la llega a designar como el conjunto de

fenómenos que conforman la relación del paciente con el

psicoanalista, por lo que representa el conjunto de las concepciones

de cada analista acerca de la cura, su objeto, su dinámica, su táctica,

sus metas, entre otros elementos del proceso psicoanalítico.

(Laplanche & Pontalis, 1996)

29

transferido. Se trata de afectos que habrán estado orientados

originalmente hacia los padres, hermanos u otras personas

significativas en la infancia y que en la vida adulta mantienen su

presencia y efectividad psíquica, de modo que es posible transferirlos

a escenarios actuales. Freud señala que este fenómeno ocurre de

manera completamente espontánea en las relaciones entre seres

humanos, pero cobran una relevancia especial en la relación

terapéutica, convirtiéndose en su instrumento principal, para el

cambio psíquico del analizante. (Laplanche & Pontalis, 1996)

2.2.2. Contratransferencia

Según Laplanche y Pontalis (1996), es el conjunto de

reacciones de tipo inconsciente de parte del analista hacia el

analizado, y principalmente a la transferencia de éste. Desde Freud

(s.f.), la contratransferencia, ha adquirido especial atención por parte

de los psicoanalistas, en la medida que la cura se ha comenzado a

interpretar y describir mayormente como una relación.

Algunos autores reconocen como contratransferencia a todo

aquello de la personalidad del analista, que puede interferir en el

proceso de curación. Otros autores, hacen referencia a la

contratransferencia como los procesos inconscientes que la

transferencia del analizado provoca en el analista. (Laplanche &

Pontalis, 1996)

2.2.3.

En psicoanálisis, la Resistencia, es todo lo que en actos y

palabras del paciente, se opone al acceso de su inconsciente. Freud

(s.f.), hace referencia a la Resistencia y lo designa como la actitud

opositora a sus descubrimientos, ya que estos revelaban los deseos

Resistencia

30

inconscientes e infligían al hombre una vejación psicológica. La

Resistencia se descubrió como obstáculo al esclarecimiento de

síntomas y progresión de la cura. (Laplanche & Pontalis, 1996)

2.2.4. Trauma

El trauma hace referencia principalmente a un acontecimiento personal de la historia del sujeto, cuya fecha puede establecerse con exactitud, y que resulta subjetivamente importante por los afectos penosos que puede desencadenar. No puede hablarse de acontecimientos traumáticos de un modo absoluto, sin tener en cuenta la susceptibilidad propia del sujeto. Para que exista trauma en sentido estricto, es decir, falta de abreacción de la experiencia, la cual persiste en el psiquismo a modo de un cuerpo extraño, deben darse determinadas condiciones objetivas. Ciertamente, el acontecimiento, por su misma naturaleza, puede excluir la posibilidad de una abreacción completa (por ejemplo, pérdida de un ser querido, aparentemente insustituible); pero, aparte de este caso extremo, lo que confiere al acontecimiento su valor

En psicoanálisis para definir Trauma, se han utilizado términos

de la medicina, trasponiéndolos al plano psíquico y significándolos

como un choque violento, una perforación, y al traumatismo como

las consecuencias sobre el conjunto de la organización psíquica. Éste

último alude sobre todo, según Freud (s.f.), a una concepción

económica, es decir, a una experiencia vivida que a corto plazo,

produce un aumento de excitación a la vida psíquica, tan elevado,

que hace que fracase su elaboración por medios normales y

habituales, generando trastornos duraderos en el funcionamiento

psíquico.

Según Laplanche y Pontalis (1996):

31

traumático son determinadas circunstancias específicas: condiciones psicológicas en las que se encuentra el sujeto en el momento del acontecimiento (“estado hipnoide”, de Breuer), situación efectiva (circunstancias sociales, exigencias de la tarea que se está efectuando) que dificulta o impide una reacción adecuada (retención) y finalmente, sobre todo, según Freud, el conflicto psíquico que impide al sujeto integrar en su personalidad consciente la experiencia que le ha sobrevenido (defensa). (Laplanche & Pontialis, 1996. p. 448).

Freud, en “Más allá del principio del placer” (1920), explicó el

traumatismo, a través de la relación elemental entre un organismo y

su medio ambiente: la “vesícula viva”, al mantenerse resguardada de

las excitaciones externas por una capa protectora contra las

excitaciones, que deja pasar cantidades de excitación tolerables. Al

perforarse esta capa, experimenta el trauma. Entonces, la labor del

aparato es movilizar las fuerzas disponibles, con la finalidad de fijar

sobre el terreno las cantidades de excitación aferentes y restablecer

así las condiciones de funcionamiento del principio de placer.

En la presente investigación consideramos pertinente

profundizar sobre el término Trauma, para poder utilizarlo

eficazmente en la comprensión del caso de la paciente Estrella, donde

el abuso sexual parece no haber dejado una huella en el psiquismo

de la paciente, por lo que constantemente surge la pregunta: ¿En

dónde está la experiencia de terror que necesariamente significa la

violación?.

En “Inhibición, síntoma y angustia”, Freud (1925) expresa que

en el psiquismo, las experiencias que puedan ocasionar daño y

amenaza al yo, tienden a ser expulsadas de la conciencia a través de

32

la represión, olvidando parcialmente dicho acontecimiento. Así

mismo, Freud plantea que todo el proceso y los elementos implícitos

para procurar la adaptación del niño al mundo es lo que contribuye a

este olvido intencionado, para salvaguardar de alguna manera el

equilibrio mental del niño, apartando lo que para éste no tiene

sentido, significación, comprensión, lo innombrable.

Ferenczi (1932), acerca del abuso sexual infantil plantea que

jamás se le otorgará la suficiente importancia al traumatismo

ocasionado por el abuso sexual como un factor patógeno. Así mismo

explica el ciclo habitual del abuso sexual, donde expone como en la

situación en la que está presente un adulto y un niño que se quieren,

puede en éste último existir fantasías lúdicas, como la representación

del papel de la madre del adulto, este juego puede cambiar de sentido

y tomar carácter erótico, sin perder la ternura. Este autor plantea,

que en los adultos con predisposiciones psicopatológicas no ocurre lo

mismo, ya que estos pueden confundir la actividad lúdica con los

deseos de una persona madura sexualmente, permitiendo llevarse a

abusar sexualmente sin pensar en las consecuencias.

El lenguaje de la sexualidad en el niño es la ternura y el

lenguaje de la sexualidad adulta es la pasión. Las situaciones de

abuso sexual son el resultante de una confusión de lengua, en la que

el adulto abusador ha interpretado como pasión aquello que era

ternura. El niño en la relación con el abusador se encuentra en

desventaja, por la dependencia e indefensión que percibe al estar

frente al adulto, quien asigna el compromiso de hacer silencio. Con

esto se suma a lo traumático de la situación, un sentimiento de

responsabilidad y la obligación de guardar silencio, lo que

33

probablemente conduce al niño a olvidar o reprimir los recuerdos

acerca del hecho. (Ferenczi, 1932)

2.3. Organización y funcionamiento de la personalidad

Meltzer (1973), plantea que la estabilidad de la organización de

la personalidad es un estado relativo, puesto que hay

constantemente, un flujo y reflujo, una escisión interna-

reintegración, ocurriendo en diversos niveles de la mente.

Posteriormente, Meltzer, ilustra uno de los aportes realizados por

Melanie Klein (s.f.), el proceso de escisión e idealización, los cuales

permiten que el bebé durante los primeros meses de vida pueda

desarrollarse. Tomando como referente a Klein, Meltzer plantea que,

según sea la forma y la amplitud de la escisión, pueden ocurrir

alteraciones en ese proceso estructural básico causando patologías.

Así mismo, cuando esos mecanismos ocurren adecuadamente, las

partes malas del self (yo) y del objeto escindidas y proyectadas para

fuera se unen formando al objeto persecutorio; así como las partes

buenas se unen formando al objeto idealizado. Meltzer, sugiere que:

...la combinación de la bondad en el self y en el objeto da lugar a la posición depresiva. Cuando esa combinación se vuelve más fuerte y la posición depresiva más estable, escindir hacia afuera de si lo malo queda menos intenso o se modifica. Poco a poco, les es permitido a los aspectos malos del yo y del objeto regresar a la familia (Meltzer, 1998, p.79, citado en Dorneles de Oliveira, Guedes Juarez, & otros. s.f.)

Meltzer (1973), plantea que el proceso es interminable puesto

que jamás se conseguirá reintegrar completamente “lo malo”

34

escindido en el yo, tampoco en los objetos. Así mismo, agrega que el

desarrollo de la mente depende de la actitud del psiquismo hacia el

dolor mental. Destaca que la confianza favorece la integración, lo que

influye también sobre la actitud mental hacia el dolor. A su vez, trae

a colación el estudio realizado por Klein sobre la confianza en los

objetos buenos, haciendo referencia a la conclusión a la que llegó

Klein en su momento:

“...la operación de la proyección y de la introyección del bebé, modificada por las reales cualidades de la madre externa al cuidarlo, construye internamente un lecho idealizado como siendo centro de la dependencia y el amago de la esperanza”. (Meltzer, 1973, p.111, citado en Dorneles de Oliveira, Guedes Juárez, & otros, s.f.).

Según Meltzer (1973), en la fantasía inconsciente, la confianza

es producto de la relación con el objeto y la cualidad de los objetos

que en primer lugar genera confianza es la belleza, la bondad y la

fuerza se suman más adelante. Así mismo, Meltzer, aprecia que los

objetos internos buenos y confiables, que son bellos, bondadosos y

fuertes, son también justos y disponibles. El bebé con ellos

introyectados, siente que sus padres reales lo aceptan y lo preservan,

consiguiendo naturalmente echar mano de sí mismos

temporariamente para dedicarle los cuidados que necesita, de la

misma manera pueden los pacientes esperar lo mismo de sus

terapeutas. Las cualidades de justicia y disponibilidad de buenos

objetos internos, permiten la integración de las estructuras infantiles

y con ello el desarrollo de la capacidad real de compartir. (Dorneles de

Oliveira, Guedes Juárez, & otros, s.f.)

Basándose en la idea de Meltzer (1973) de que la creatividad es

una función de los padres-objetos internos, es que se crea la

35

concepción de preservación de los hijos por los padres reales, y no su

creación. Éste expone que ese algo creativo que habita al ser humano

es un objeto interno primario combinado, el cual transmite al yo la

creatividad a través de la inspiración. Ese objeto interno inspirador,

equivalente en el decir de Meltzer, a un ideal del superego, auxilia al

ego a desarrollar capacidades. Al mismo tiempo en que el mismo está

en proceso constante de enriquecimiento, ya que va asimilando

dichas capacidades que ayudaron al ego a desarrollarse.

Meltzer (1988) da cuenta del planteamiento de Bion, con el cual

presenta la noción de que una nueva idea es lo que se abate sobre la

mente como experiencia catastrófica, desencadenando la función

cognitiva. Esta nueva idea se constituye, como una experiencia

emocional de la belleza del mundo y de su maravillosa organización.

Meltzer describe el encuentro de la mirada del bebé con la de su

madre como una experiencia de rara belleza. El rostro de la madre,

sus senos, sus ojos, son para el bebé una belleza externa que va,

poco a poco, haciéndosele conocida. Pero no todo es bello y

tranquilizador, puesto que el bebé debe lidiar con lo no conocido. La

manera de comportarse de la madre puede estar llena de muchos

significados, a los que él bebé aún no tiene acceso: su rostro aparece

y desaparece, su sonrisa es incomprensible. La madre, aunque a

veces ausente es la encargada de presentar el mundo al niño. Ella da

y se retira, el mensaje es que proporciona lo bueno y lo malo. Este es

el conflicto estético, definido más precisamente como “...el impacto

estético del exterior de la linda madre, disponible a los sentidos, y el

enigmático interior que necesita ser construido por la imaginación

creativa” (Meltzer y Williams, 1988, p.22, en Dorneles de Oliveira,

Guedes Juárez, & otros, s.f.). En el conflicto estético se encuentra la

36

capacidad de tolerar la incertidumbre, el no saber, aspectos

persistentes en la pasión de las relaciones íntimas.

En Metapsicología Ampliada, Meltzer (1986), plantea dichas

concepciones con la idea de que la función alfa y la

bidimensionalidad se encuentran en estrecha relación con el enigma

del interior y del exterior del objeto estético. El cual tiene el poder de

evocar emocionalidad, generando de igual forma angustia, duda y

desconfianza. El autor ayuda a pensar sobre cómo ese dilema se

presenta al ser humano en el crecer de su desarrollo:

Si las cualidades sensuales del objeto estético pueden ser aprehendidas con cierto grado de confianza, sus cualidades internas, debido al hecho de ser infra o supra sensoriales, no tienen la misma facilidad. Aquí la observación debe venir acompañada por el pensamiento y por el juicio y este último, para que sea firme, depende en gran medida de la experiencia. Porque tanto en la conjunción como en la disparidad entre el exterior y el interior del objeto de temor reverente y admiración está, seguramente, su valor para el bien o para el mal. Sin embargo, la experiencia que el bebé tiene del mundo es casi nula. ¿Cómo entonces irá ejercer tal juicio? No puede; puede solamente esperar para ver qué ocurrirá después. (Meltzer, 1986, p.236, en Dorneles de Oliveira, Guedes Juárez, & otros, s.f.)

2.4. Modelo de organización familiar

Harris-Meltzer (1990), realizan una descripción del modelo de

organización familiar, donde hacen referencia a las funciones

educacionales y roles de los integrantes de los tipos de familias que

pueden encontrarse dentro de una comunidad. Estos autores hacen

énfasis, en que ésta categorización se encuentra basada en el

37

resultado de investigaciones psicoanalíticas sobre la estructura

interna de la personalidad descrita por Klein y colaboradores.

Según el modelo, Harris-Meltzer (1990), se describen varias

categorías de organización familiar, como lo son, la familia conyugal,

La familia de “casa de muñecas”, la familia matriarcal, la familia

patriarcal, la familia pandilla y la familia invertida. De las dos

últimas, haremos la descripción a continuación, que son las que nos

competen para el análisis y comprensión de la investigación. Según

los autores, las descripciones de los tipos de familia deben ser

tomadas como una descripción de estados momentáneos y como una

tendencia general de funcionamiento.

2.4.1.

Para la descripción de este tipo de organización familiar, hay

que tener en cuenta que se encuentra formada por individuos que

consideran que una o ambas figuras parentales son inadecuadas,

malas o utilizan métodos inadecuados para la crianza de ellos, por lo

cual establecen una independencia temprana de ellos. Dentro de la

atmósfera de la familia pandilla, las funciones introyectivas más que

ejecutadas, se encuentran disimuladas. Los sentimientos de amor se

encuentran reemplazados por sentimientos de seducción, caricias e

indulgencias. Su actitud es de “pillaje de desperdicios”. La relación

La familia pandilla

La organización de la familia matriarcal y patriarcal cuando el

equilibrio de la persona dominante oscila entre la madurez y la

pseudomadurez, puede moverse a un estado de formación de

pandilla. Donde la propiedad más característica, de la familia

pandilla, es que sus figuras parentales se encuentran impulsadas

por la identificación negativa. (Harris-Meltzer, 1990)

38

con la comunidad es voraz, ambigua, confusa, de poco equilibrio, y

hay una tendencia a que se desarrolle una folie a deux (locura de

dos). (Harris-Meltzer, 1990)

2.4.2.

Dentro de este tipo de organización familiar, los roles

nominales son una especie de parodia, ya que sus funciones son

desempeñadas de manera desordenada y sin sentido. El caos

predomina en el momento en que se sienten amenazados por la

comunidad, al reaccionar o ponerse en contra de sus acciones

desafiantes y actitudes criminales. Esta manera de funcionar,

La familia invertida

Puede surgir cuando alguna de las personas parentales son

psicóticas, tienen tendencias criminales y/o sexualmente perversas.

Hay una inversión de valores, en donde lo bueno se vuelve malo y

viceversa. Hay una tendencia a que la economía familiar sea ilegal: la

prostitución, el mundo criminal o la política corrupta. La atmósfera

está llena de juego, bebida, promiscuidad, drogas, perversiones

sexuales, incesto y agresión. (Harris-Meltzer, 1990)

Las funciones introyectivas no están presentes: el pensar y

planificar no están presentes. El dolor mental es, en su mayor parte,

persecutorio. Existe la identificación proyectiva, la confusión, la

desconfianza, y la ansiedad persecutoria como consecuencia del

orden tiránico. A nivel del pensamiento predomina la confusión

bueno/malo, adulto/niño, femenino/masculino, lo cual determina el

predominio de la promiscuidad y el abuso sexual. Las clases sociales

en donde se puede dar este funcionamiento es muy variable: de la

aristocracia hasta los gitanos no tradicionales. (Harris-Meltzer, 1990)

39

determina que sus integrantes, en especial los hijos no se adapten a

la escuela o comunidad. (Harris-Meltzer, 1990)

2.5. Estado mental de Supuesto básico.

Wilfred Bion, dirigió grupos de investigación en Londres, en la

clínica Tavistock, los cuales sirvieron de base para el análisis y

conceptualización de nuevas teorías que son de gran utilidad para el

trabajo en instituciones, pues formulan procesos psicológicos de

grupos en términos integrativos. Para Bion (1961), la gente debe

juntarse en grupo para que puedan demostrarse y dilucidarse los

fenómenos de grupo, pero esto no es necesario para que el grupo

exista, esto particularmente es similar a la situación psicoanalítica,

en la que el paciente tiene que entrar en una relación terapéutica con

el analista, para que éste último pueda demostrar y analizar la

transferencia, pero no para que exista el fenómeno transferencial. Así

mismo, Bion, considera que el grupo es esencial para que un hombre

pueda llevar una vida plena. Así como también, ningún individuo

existe sin referencia a un grupo. (Pinzón, 2001)

Según Pinzón (2001), los supuestos básicos constituyen la

fantasía inconsciente de las personas en los grupos. Son supuestos

implícitos que predominan en los grupos y demandan complacencia

instantánea. Así mismo, para Bion (1961), los supuestos básicos en

el grupo permitían observar réplicas de las emociones con las que el

infante se relacionaba con la madre y posteriormente, con la familia.

En los grupos se observa a menudo conflicto entre el deseo de

expresar los sentimientos de manera irresponsable y el deseo de ser

maduro y considerar las consecuencias. Cuando el grupo funciona

40

bajo un supuesto básico, no aprende ni se adapta a partir de la

experiencia, sino que realmente se resiste al cambio, aunque puede

cambiar muy rápidamente de un supuesto básico a otro. Entonces,

se puede ver que los supuestos básicos representan una interferencia

con la tarea, de la misma manera que los impulsos primitivos pueden

interferir con el trabajo de una persona madura y bajo su influencia

sus miembros se encuentran confusos, tienen mala memoria y se

encuentran desorientados en el tiempo. El lenguaje no se desarrolla

como un método para pensar, sino como una forma de actuar.

Bion (1961) citado en Muñoz (2008), definió tres estados

mentales que pueden surgir en los grupos, como lo son en el que rige

el supuesto básico de Lucha y fuga, en el cual dentro de un grupo en

tal estado se aceptará a aquel líder capaz de obtener del grupo que

aproveche la oportunidad para escapar o agredir. Este grupo se

caracteriza por el predominio de los sentimientos de odio, destrucción

y desesperación. Este grupo requiere un líder que les permita agredir

al enemigo o escapar de él, que los cohesione y organice para

lograrlo. Estas dos estrategias son alternantes, no simultáneas: o hay

ataque o hay fuga.

El grupo de dependencia se encuentra caracterizado por el

predominio de una persona en quien los otros miembros del grupo

delegan las funciones de cuidar y resolver problemas. Los individuos

que conforman el grupo bajo supuesto básico de dependencia, tienen

temor a alejarse del líder, permaneciendo a su lado, con la sensación

de recibir de todo y no dar nada. Éste es un grupo donde en el que el

dogma es aceptado, y las herejías perseguidas. Bajo este supuesto

básico, el grupo no logra desarrollo individual, ni grupal, solo

41

sentimientos de seguridad en la omnipotencia y omnisciencia del

líder, con constantes sentimientos de inadecuación y frustración.

(Muñoz, 2008)

El supuesto básico de apareamiento, se encuentra presente en

grupos, que no tienen líder, viven siempre con la expectativa de que

llegará uno a su rescate. El líder puede aparecerse en forma de bebé,

facsímil o representación de un bebé, así mismo, puede ser una idea,

lugar, o emprendimiento. (Harris-Meltzer, 1990)

Las emociones asociadas con el supuesto básico pueden ser

descritas con los términos usuales: ansiedad, temor, odio, amor y

otros similares. Pero las emociones comunes a cualquiera de los

supuestos básicos se influencian entre sí en forma sutil como si

constituyeran una combinación peculiar del supuesto básico en

actividad. Es decir, que la ansiedad se manifiesta en el grupo de

apareamiento, y lo mismo ocurre con otros sentimientos. (Bion, 1961)

Todos los supuestos básicos incluyen la existencia de un líder,

aunque, como Bion (1961), planteó, en el grupo apareado el líder sea

no-existente, es decir, no haya nacido. Este líder no necesita

identificarse con ningún individuo del grupo; no necesita en absoluto

ser una persona, sino que puede estar identificado también con una

idea o un objeto inanimado. En el grupo dependiente el lugar del líder

puede ser ocupado por la historia del grupo.

En el funcionamiento de supuesto básico, el tiempo es una

función de la dimensión mental no reconocida, por tanto, todas las

actividades que reclaman conciencia del tiempo son captadas

imperfectamente y tienden a provocar sentimientos de persecución.

Las interpretaciones de la actividad en el nivel de los supuestos

42

básicos revelan una relación distorsionada con el tiempo. Otra

característica de este funcionamiento mental consiste en la ausencia

de todo proceso de evolución como parte de la mentalidad del

supuesto básico, donde los estímulos para el desarrollo reciben una

respuesta hostil. La hostilidad engendrada tiende a determinar que la

reacción ante la aparición de la persona o idea mesiánica tome una

forma aberrante, y no que evolucione cíclicamente de un supuesto

básico a otro. Porque, si un grupo desea impedir el desarrollo, la

manera más simple de lograrlo es abandonarse a la mentalidad del

supuesto básico, y acercarse así al tipo de vida mental que no

requiere capacidad de desarrollo. (Bion, 1961)

Grinberg (1972), los grupos de supuesto básico, pueden tener

varias propiedades características como, el funcionamiento psíquico

primitivo que se encuentra alejado de la realidad, viéndose esto en su

lenguaje, el cual no es utilizado como una cualidad comunicativa,

sino como manera de actuar, por esto se puede pensar que existe un

empobrecimiento en la capacidad de simbolización. En el grupo de

supuesto básico, existe una gran resistencia y hostilidad hacia

cualquier noción que implique desarrollo o crecimiento representado

por insight. Esto debido a la constelación de emociones y

sentimientos que se encuentran en juego y a los mecanismos de

identificación proyectiva implementados para defender contra las

ansiedades psicóticas. Por último, el contenido-continente de los

grupos de supuesto básico no favorece el pensar sobre las

experiencias emocionales de sus miembros.

43

2.6. La dimensionalidad como un parámetro del funcionamiento

mental.

Meltzer, en su libro Exploración del Autismo (1975) plantea:

En tanto pueda decirse de un organismo que tiene vida mental, y no meramente que existe en un sistema de respuestas neurofisiológicas a los estímulos provenientes de fuentes externas e internas, es porque vive en el mundo, y este mundo debe estar estructurado en diversas formas. Tal vez uno se ha acostumbrado a pensar “el mundo” como tetradimensional y constituyendo el “espacio vital” (Kurt Lewin) del organismo. Desde el punto de vista psicoanalítico, puede decirse que este espacio vital comprende varios compartimientos de la geografía de la fantasía y se mueve en la dimensión temporal. Esta geografía está de ordinario organizada en cuatro compartimientos: dentro del self, fuera del self, dentro de los objetos internos, dentro de los objetos externos. (Meltzer, 1975, p. 197)

Así mismo, Meltzer (1975) plantea que la dimensión del tiempo

tiene un desarrollo que va de la circularidad a la oscilación y

finalmente al tiempo lineal del tiempo de vida para el individuo,

desde la concepción hasta la muerte. Desde el punto de vista

evolucionista de la dimensionalidad se describen varios niveles de

organización mental, a partir de hallazgos clínicos, los cuales se

denominan Unidimensionalidad, Bidimensionalidad,

Tridimensionalidad y Tetradimensionalidad.

2.6.1.

En esta dimensión se pueden apreciar la fuente, tendencia y

objetos de los modelos de impulsos (drive) genética y

Unidimensionalidad

44

neurofisiológicamente determinados. Existe una relación lineal de

tiempo-distancia entre self y objeto que da lugar a un mundo con un

centro fijo en el self y con un sistema de rayos en dirección y a

distancia de los objetos, concebidos como potencialmente atractivos o

repelentes. Se puede decir, que en ésta dimensión se encuentra

ubicado el autismo, como un mundo unidimensional, sin mente,

donde no existe la disponibilidad de los eventos para la memoria o el

pensamiento. (Meltzer, 1975)

2.6.2. Bidimensionalidad

Cuando la significación de los objetos se vivencia como inseparable de las cualidades sensuales que pueden captarse de sus superficies, la concepción del self debe ser por fuerza limitada. El self también va a ser vivenciado como una superficie sensible, una visión no significativamente distinta de la visión del yo que Freud presentó en “El yo y el ello”. Esta superficie sensible puede ser maravillosamente inteligente en la percepción y apreciación de las cualidades de la superficie de los objetos, pero sus objetivos van a ser necesariamente cercenados por una empobrecida imaginación, dado que carece de medios para construir en su pensamiento objetos o hechos distintos de aquellos experimentados de manera concreta. En el lenguaje de Bion, el yo no tendría medios para distinguir entre un objeto bueno ausente y la presencia de un objeto ausente persecutorio. La razón para esta limitación del pensamiento y la imaginación residiría en la carencia de espacio interno dentro de la mente, en el cual pudiera tener lugar la fantasía como una acción de ensayo y, por ende cómo un pensamiento experimental… Más aún, y por la misma razón, el self que está viviendo en un mundo bidimensional va a quedar disminuido tanto en memoria

45

como en deseo, o en previsión. Sus experiencias no podrán resultar en la introyección de objetos o en la modificación introyectiva de los objetos ya existentes.” (Meltzer & otros, 1975, p. 199)

Siguiendo la idea presentada por Muñoz (1995), se puede decir

que cuando la mente funciona bajo el parámetro de la

bidimensionalidad, “…se pierde el contacto con el hecho psíquico,

con la cualidad psíquica otorgada por la reacción emocional frente a

la realidad material y la simbolización llevada a cabo por los objetos

internos de la realidad psíquica.” (Muñoz, 1995, Pág. 6).

Cuando la realidad psíquica es construida con base en

experiencias emocionales que se tienen con los objetos tanto internos

como externos, con estos últimos en la bidimensionalidad la relación

es puramente sensorial. En el funcionamiento bidimensional, no

existe diferenciación entre los procesos concientes e inconscientes,

así como las funciones yoicas se encuentran indiferenciadas lo que

hace que las expresiones sensoriales son copias, repeticiones de

estados mentales y funcionamientos de otros objetos. (Muñoz, 1995)

2.6.3. Tridimensionalidad

Forma de funcionamiento mental, donde la visión del mundo es

percibido por la profundidad de los objetos y del self por

identificación, como continentes de espacios potenciales. La

potencialidad de un espacio, y por ende, de un continente, solo puede

tener lugar una vez que se ha hecho efectiva la función de esfínter.

46

El interior de un objeto también persiste en tener el significado

de un estado anterior de la mente, ya que el sentimiento de ser

adecuadamente contenido es una precondición para la experiencia de

ser un continente capaz de contener, los movimientos en la fantasía

de entrar y salir de un objeto tienen necesariamente significación con

respecto a la concepción del tiempo. El tiempo, que no se podía

diferenciar de la distancia en la Unidimensionalidad de la

desmentalización y que había adquirido cierta vaga continuidad o

circularidad al moverse de un punto a otro en la superficie del mundo

bidimensional, comienza ahora a tener una tendencia direccional

propia, un movimiento inexorable de adentro hacia afuera del objeto.

Pero la operación continúa de la omnipotencia da forma a la fantasía

de identificación proyectiva. Surge el tiempo oscilatorio en las

concepciones mentales “del mundo” y, para llegar a ser

unidireccional, tendrá que esperar a que se cumpla el proceso

doloroso y nunca totalmente completo de renunciar a la identificación

proyectiva. (Meltzer, 1975)

2.6.4.

Es solamente una vez que se ha montado la lucha contra el narcisismo y ha disminuido la omnipotencia que imponen la intrusión y el control sobre los objetos buenos en los mundos interno y externo, que puede comenzar la formación de un mundo tetradimensional. Al surgir trae la visión del desarrollo como una posibilidad. Donde la envidia y los celos no podían hallar otro alivio que la afirmación de la voluntad del individuo, puede ahora surgir una nueva esperanza. Y ésta nueva esperanza inspira el proceso de un nuevo tipo de identificación, que Freud descubrió y describió en “El yo y el ello”. (Meltzer y otros, 1975, p. 200)

Tetradimensionalidad

47

2.7. La configuración continente-contenido

Bion (1962) en Aprendiendo de la experiencia, describe la

relación dinámica contenido-continente, partiendo de la relación

madre-bebé. Posteriormente en Elementos del psicoanálisis y Atención

e interpretación hace acercamientos a esta propuesta teórica e intenta

aplicarla a funcionamientos grupales, al enfrentar ideas nuevas, a las

reacciones de individuos que rechazan funcionamientos rutinarios e

institucionalizados dentro de los grupos. En Memorias del futuro

(1991), amplió este concepto, al utilizarlo para profundizar en la

relación masculino-femenino del ser humano, en la realidad externa,

multiestructural y multifuncional de las partes de la mente. El

estudio de Bion sirvió para pensar en las múltiples formas mentales

complejas y dinámicas que hasta el momento no habían sido

exploradas, del continente y del contenido al ponerse en contacto.

(Muñoz, 2008)

Bion (1980), abstrae de la teoría propuesta por Melanie Klein;

sobre la identificación proyectiva relacionada con los miedos

infantiles, y utiliza como modelo, la idea del continente en el que se

proyecta un objeto y dicho objeto que se proyecta, lo designa

contenido. Estos términos designados como continente-contenido, se

vuelven susceptibles de unirse o impregnarse de emoción. En ese

estado cambiante al unirse, puede ocurrir su crecimiento. Cuando se

encuentran separados y vacíos de emocionalidad, se acercan a

objetos inanimados, disminuyendo su capacidad vital.

La configuración de continente y contenido de Bion (1962),

expresa claramente la relación tan primitiva y concreta que tiene el

niño con el pecho de la madre. “Cuando el niño tiene hambre, el niño

48

busca algo que alivie su malestar y el pecho resulta ser el continente

donde puede volcar esa ansiedad y del cual puede recibir leche y

amor, a la par de significación, en forma tal que esa situación sea

modificada.”(Bion, 1962 citado en Etchegoyen, 1986. p. 632.)

Bion (1962), afirma que se nace con una preconcepción del

pecho, y explica que es algo que liga el sentir hambre con la

capacidad para saciarla. El pecho alcanza su significación y

concepción en el momento que se da la experiencia real, la

satisfacción del hambre en la realidad física del lactante. Sin

embargo, esta explicación va desarrollándose y surge la explicación

de lo que sucede cuando el pecho no le ha dado alimento al niño,

cuando se encuentra ausente. A lo que Bion, explica que la madre

poco a poco va desilusionando al bebé, frustrándole, para que vaya

comprendiendo que él no crea al pecho o lo controla totalmente de

manera omnipotente, lo que a su vez ayuda al desarrollo de la mente

del bebé. A este intento de modificar la frustración y angustia

sentido por el lactante, Bion lo denomina pensamiento.

Todo este proceso, ocurrido entre la madre y el bebé, donde

están presentes las preconcepciones, concepciones, lo innato,

experiencia, fantasía, realidad, frustración, satisfacción, de maneras

primitivas, dan cuenta de la teoría de la relación de objeto en la raíz

del pensamiento.(Etchegoyen, 1986)

2.8. La función Reverie

Bion (1980), plantea que aparte de los canales físicos de

comunicación, el amor se expresa a través del reverie. A través de la

investigación de la función de reverie en el adulto, deduce que ésta es

49

la fuente psicológica que satisface las necesidades del niño de amor y

comprensión.

La capacidad de reverie de la madre es considerada como el

estado anímico que se encuentra abierto a la recepción de cualquier

manifestación de existencia del objeto amado, siendo capaz de recibir

las identificaciones proyectivas del lactante, ya sean sentidas por el

lactante como buenas o malas. (Bion, 1980)

El concepto de reverie materno se encuentra vinculado con los

mensajes que envía el bebé a la madre, ubicando en ella, mediante

identificación proyectiva, sus angustias y temores. (Etchegoyen,

1986)

La palabra reverie, proviene del francés y viene de sueño,

significando el estado en el que el espíritu se deja llevar por sus

recuerdos e imaginaciones. En español lo más semejante seria

ensoñar, y nos ubica en la manera en como la madre responde a su

hijo, como si lo ensoñara, como si flotara con sus sueños arriba de la

realidad. Bion, prefiere utilizar la palabra reverie a otras más

usuales, como cuidados maternos, porque pretende alcanzar otro

nivel, de mayor abstracción, subjetividad y nivel psicológico. Lo que el

autor desea acentuar con este término, es el contacto emocional

intersubjetivo que dota de significado a la relación madre-niño.

(Etchegoyen, 1986)

2.9. El Splitting forzado

Bion (1980), en su libro aprendiendo de la experiencia, hace

una descripción del splitting forzado, donde expresa, que se

50

encuentra asociado a una relación perturbada con el pecho materno

o sus sustitutos. Bion destaca que el lactante puede recibir del pecho

la leche y demás bienestares corporales, como el amor y la

comprensión, cuando la iniciativa del pecho de dar, es obstruida por

temor a la agresión, propia o de otros, se inhibe el impulso del

lactante para recibir el alimento. Así mismo, el lactante por temor a la

muerte por inanición lo obliga a succionar, a tomar el alimento,

produciéndose en esa escena una división entre la satisfacción

material y la psíquica.

Posteriormente ésta división, el lactante desvía su necesidad de

amor, comprensión y desarrollo mental hacia la búsqueda de

satisfacciones de tipo material. La necesidad de amor al estar siempre

insatisfecha promueve grandes deseos de captación de objetos

materiales, inanimados, que le provean comodidades físicas,

convirtiéndose poco a poco en una voracidad excesiva y mal dirigida.

(Bion, 1980)

Este split (división) impuesto por una parte por la inanición y el temor a la muerte por inanición y, por la otra, por el amor y el temor a la envidia criminal asociada al odio, produce un estado mental en el cual el paciente persigue vorazmente toda forma de comodidad material; es al mismo tiempo insaciable e implacable en su búsqueda de saciedad. …Este estado implica la destrucción de su interés en la verdad. …Se siente rodeado de objetos extraños, de modo que aún las comodidades materiales son insuficientes e incapaces de satisfacer sus necesidades. Pero carece del aparato, la función alfa, que le permitiría comprender su dificultad. (Bion, 1980, p. 38-39)

51

El propósito del splitting forzado seria separar el bienestar

material del psíquico como un escape al temor y a la envidia propia o

de un tercero. (Bion, 1980)

2.10. Antecedentes investigativos y teóricos sobre el maltrato

infantil y abuso sexual desde la perspectiva psicoanalítica de

otros autores

En Junio de 2010, Nicolás Ignacio Uribe, publica en la edición

No. 19 de la Revista electrónica de psicología social Poiésis, su

artículo: “Consideraciones psicoanalíticas sobre el abuso sexual y el

maltrato infantil”, donde haciendo alusión a los estudios acerca de

las repercusiones psíquicas de las situaciones de abuso sexual en la

infancia, reales o fantaseadas, realizados por Freud (1895), plantea

como se descubrió que la etiología de las afecciones neuróticas

comportaba situaciones cargadas de agresividad, tales como el

maltrato, las cuales adquirían un estatuto sexual en el psiquismo,

por medio de falsos enlaces simbólicos los cuales eran creados

cuando situaciones erótico-agresivas eran objeto de procesos

psíquicos defensivos, tales como la represión. (Uribe, 2010)

Así mismo, el autor, al hablar de consecuencias psicológicas

del niño que ha sido abusado sexualmente o maltratado, se debe

enfatizar el hecho de que estas situaciones generan un dilema moral

para el niño, que puede llegar a ser traumático. Según Freud, el

concepto de trauma implica el campo de la sexualidad debido a que

las situaciones sexuales hacen operar el mecanismo psíquico de la

represión, por medio del cual reaccionan los seres humanos ante

vivencias traumáticas, cuando está excluida la posibilidad de

52

reaccionar de forma normal. Así pues, la relación entre sexualidad y

represión permitió que Freud destacara esta forma de defensa como

un proceso psíquico patológico el cual dificulta la reacción apropiada

ante las situaciones traumáticas, ya que deriva en la retención de la

reacción y su posterior tramitación vía la formación de los síntomas

neuróticos. (Uribe, 2010)

Uribe (2010), explica cómo partiendo de la conceptualización de

la represión, Freud elabora una teoría del trauma centrada en la

sexualidad. Dicha teoría, le permite a Freud explicar por qué los

síntomas neuróticos no se producen seguidamente después de que

ocurren las escenas traumáticas, sino después de un tiempo o

período, que llama “incubación” o “elaboración psíquica”.

Con esto se pudiera entonces afirmar, que las situaciones de

abuso sexual son traumáticas porque el recuerdo de las mismas

entra en conflicto con la conciencia moral de la víctima, generando

así una inclinación represiva por parte del yo. Debiéndose esto a la

moral inculcada en instituciones sociales básicas, como la familia y la

escuela, censurando toda manifestación de los impulsos sexuales en

la infancia, lo cual genera en el yo una tendencia a autocensurar sus

propias vivencias sexuales. Esto se puede observar en el quehacer

clínico, donde se ve cómo, aunque el niño sea la víctima del abuso

sexual, existen sentimientos de culpa y malestar con el mismo. Al

respecto Bernal (2009) destaca el hecho de que en estos casos: “la

culpa recae más sobre la víctima, que sobre el victimario, es decir,

que más fácilmente se siente culpable el niño objeto de abuso y

explotación sexual, que el proxeneta y el paidófilo” (Bernal, 2009,

citado en Uribe, 2010). Así mismo, se tiene que en los casos de

53

maltrato infantil el niño también experimenta un sentimiento de

culpa. (Uribe, 2010)

Vivencias sexuales como el abuso, son difíciles de relacionar

con los rasgos de la vida anímica regido por los valores morales,

siendo entonces reprimidas. Así entonces que para Freud la represión

implica “el interés voluntario de regocijarse con la propia

personalidad, de estar contento con ella” (Freud, 1895, citado en

Uribe, 2010). Es más claro entonces, por qué cuando el niño es

abusado sexualmente, aparece un dilema moral, ya que en la parte

del psiquismo donde estaban los valores o preceptos morales es

totalmente rechazado y reprochado este tipo de actos sexuales,

originando un conflicto entre las instancias psíquicas ello, yo y

superyó. (Uribe, 2010)

Con la participación del yo en la represión lo central es que

sucumbe al proceso represivo todo lo que en el progreso hacia fases

evolutivas posteriores, debe ser relegado por inconciliable con lo

nuevo y perjudicial para él. En este mismo sentido, Freud planteó

que a la conciencia de culpa le escandaliza tanto el sadismo como la

elección incestuosa de objeto. Por ello, al hablar de la represión como

el proceso por el cual se omite la reacción ante un estímulo psíquico

de naturaleza sexual, plantea Freud que lo mismo ocurre en esencia

con la emoción producida por la pulsión de venganza que se

desencadena ante las situaciones de maltrato físico o psicológico. No

obstante, sería un gran error que Freud plantee que la sexualidad

infantil, sucumbida por la represión, no aceptara que las pulsiones

sexuales sean objeto privilegiado del proceso represivo, ya que

esencialmente son estas pulsiones las que hacen fracasar la

54

represión al conquistar una relevación en los síntomas. De esto que

es la principal fuerza pulsional de la formación de síntoma y por eso

la pieza clave de su contenido. Así pues, las escenas sexuales son

traumáticas no sólo por ser contradictorias con los preceptos

morales, sino que a su vez generan en el niño niveles de excitación

muy altos, que no pueden ser asimilados en ese momento por la

inmadurez del aparato genital, trayendo como consecuencia cargas

energéticas constantes, que al no poder ser evacuadas producen

alteraciones en el psiquismo. (Uribe, 2010)

En 2002, Carolina Ferreira, publica en el portal electrónico

Galeon, su artículo: “Enfoque psicoanalítico sobre el maltrato

infantil”, en el cual expresa algunas ideas planteadas por la Lic. Nur

Abdel-Masih sobre la violencia, donde sostiene que la agresividad

tiene como base una raíz pulsional, sostenida en la dualidad Eros-

Tánatos, donde se inhibe la finalidad directa de la agresividad y su

fuerza queda al servicio del yo y del nosotros. Cuando se enfrenta la

violencia, se está ante la manifestación más primitiva de la agresión,

ante la ruptura del ordenamiento producido por el desarrollo social.

Así pues, la violencia implica una regresión al narcisismo primitivo y

su omnipotencia. Se regresa desde la posibilidad de utilizar las

palabras como medio de comunicación, hasta situaciones donde ésta

no tiene lugar y es reemplazada por acciones sin sentido o por

palabras manipuladas a modo de actos. (Abdel-Masih, s.f., citado en

Ferreira, 2002)

Según la propuesta realizada por Abdel-Masih (s.f.), las

manifestaciones de violencia producen rupturas libidinales en

distintos ámbitos como se presenta a continuación:

55

1. Las que marcan directamente al sujeto desde su advenimiento al

mundo, provenientes de la estructura y funcionamiento familiar,

de los modos vinculares de los progenitores para con el niño.

El abandono emocional por ejemplo se vive como una catástrofe y

configura un trauma narcisista que conlleva la pérdida de amor y la

imposibilidad de construir el sentido de su ser y significación de los

elementos externos y de su vida pulsional. Estas experiencias quedan

en el inconsciente como agujeros psíquicos; van a mimetizarse con el

objeto liberándose grandes montos de agresión que repetirá en sus

vínculos de adulto, tomando a los otros como aquel objeto anhelado y

alguien en quien vengarse. Bajo la presión de la compulsión de

repetición operante, buscará objetos y situaciones con los cuales

reeditar el vínculo decepcionante primario. Siendo todas estas

modalidades las que van a erotizarse en las futuras relaciones con los

otros.

2. Los factores que provienen del medio social en forma de modelos

o ideales de la cultura.

Cuando se habla de Edipo desde el psicoanálisis, se hace

referencia a las múltiples formas de organización llamadas familia,

donde se consideran diversas las expresiones de conflicto sobre las

cuales se gesta y difunde la pulsión, el deseo, el narcisismo, la

elección de objeto. Lo que se encuentra como antecedentes de

conductas violentas (golpes y otros modos graves de manifestaciones

de la violencia en la familia), son situaciones de abandono o

dificultades en la constitución de la subjetividad, en la constitución

narcisística del yo y de identificaciones que otorguen una filiación,

56

pertenencia y sean marcas de diferencias de las generaciones así

como de la diferencia de los sexos. Lo que hace referencia a

experiencias de privaciones vividas con mucho dolor u horror que no

tuvieron registro psíquico. Con esto se puede decir que la

problemática de violencia familiar no necesariamente remite a una

estructura psicopatológica. (Ferreira, 2002)

Entonces se haría alusión a lo que se llaman actos

psicopáticos, como un paso a la acción. Conductas como estas son

conocidas como “acting” y se encuentran relacionadas con la

transferencia, en el sentido freudiano del poner en acto, mostrar,

actuar, en lugar de verbalizar algo. Es un hacer en lugar de decir.

(Ferreira, 2002)

Según Ferreira (2002), toda situación vivencial humana con

posibilidades o potencialidad traumática, va a implicar por los menos

2 tiempos:

1. El momento del acontecimiento.

2. El momento de la significación a posteriori. Se trata del tiempo

que impone el trabajo del inconsciente.

Cuando se habla de golpes físicos reales, se tiene que estos

serían maneras de lograr de algún modo la inscripción de la pulsión

en el registro real del cuerpo del otro. Lo que retorna

compulsivamente es aquello que no cesa de escribirse, pues la

función homeostática se encuentra ligada a la repetición simbólica.

(Ferreira, 2002)

Nombrar algo como Siniestro, implica pensar también en lo

familiar, pues cuando se está ante la presencia de maltrato familiar o

infantil, se puede ver la marca de aquello que debía permanecer en

57

secreto, pero que al ser descubierto, no puede ser tapado por un velo,

por lo tanto para disimular lo siniestro, se debe recurrir al secreto. Lo

siniestro, hace referencia a aquello que excita, que angustia y

produce horror, y que pertenece al orden de lo terrorífico, son

procesos que despiertan sospecha de ser automáticos (De Bonansea,

s.f., citado en Ferreira, 2002).

Freud (1919) citado en Ferreira (2002), "es sólo el factor de

repetición no deliberada el que vuelve ominoso algo en sí inofensivo y

nos impone la idea de lo fatal, inevitable, donde de ordinario

habríamos hablado de casualidad.” (párr. 16)

Ferreira (2002) afirma que padres maltratantes pueden serlo

desde personas en estado de extremo estrés hasta las más graves

patologías, produciendo esto diferentes niveles y formas de maltratar.

Dejando así el niño de ser visto por sí mismo, para entrar a encarnar

personajes internos del adulto, implicando con esto, que su presencia

como otro en el narcisismo paterno no es soportada, resistiéndose así

al abandono de su posición infantil.

"Lo siniestro es que los padres, gestadores y primeros

cuidadores de la vida del niño, se conviertan en amenaza o peligro

para el mismo" (De Bonansea, s.f. citado en Ferreira, 2002, párr. 23).

Lo siniestro es aquello que rompe el narcisismo abruptamente

dejando al yo incipiente desamparado, puesto a merced de sus

pulsiones sin la posibilidad de hacer discriminaciones.

Freud (1920) expresa: "El estado narcisista primitivo no podría

seguir su desarrollo si cada individuo no pasase por un período de

indefensión y cuidados, durante el cual son satisfechas sus

necesidades por un auxilio exterior y contenido así su desarrollo".

(Freud, 1920 citado en Ferreira, 2002, párr. 25). A través de las

58

distintas experiencias de violencia se produce la libidinización de lo

hostil, del dolor. Traumático es cuando el niño se encuentra sometido

a constantes e imprevisibles descargas agresivas que no puede

significar.

En el niño víctima de situaciones de violencia, se pueden

generar descargas a manera de tensiones como el llanto incesante,

irritabilidad, constantes demandas, agresión, etc. no logrando la

integración paulatina con los aspectos del amor. Así pues, el

desborde compulsivo lleva a la angustia de pérdida de límites,

surgiendo lo confusional para el niño de la incertidumbre de lo vivido,

sobre quién le pegó, la causa, que puede llevar al total sometimiento

al estilo de "por mi culpa", "porque fui malo", "por lo que deseé", "por lo

que hice o no hice". Son intentos por preservar la bondad de los

objetos, a costa de asumir como propios los aspectos terribles. Este

sometimiento puede dejar de serlo ante cualquier incidente,

apareciendo como desafío activo o pasivo, o como identificación. (De

Bonansea, s.f. en Ferreira, 2002).

Entonces, lo siniestro se da cabida cuando el niño piensa que

no reconoce en ese acto brutal a quien lo quiere y tiene que reconocer

los impulsos destructivos de sus padres y de sí mismo. Una persona

que ha sido humillada, sometida, desvalorizada, la mayoría de las

veces por una persona muy cercana, a la que también puede amar,

va a valorar de manera muy significativa los pequeños gestos de

consideración, afecto y respeto. (Ferreira, 2002).

En 2000, María L. Kuperman de Kuitca, publica en la Revista

de Psicoanálisis ApdeBA, Vol. XXII - Nº 2, su artículo: “Violencia

familiar y abuso sexual infanto-juvenil”, en el cual expone que el

59

estudio de la problemática del maltrato infantil fue impulsado en la

Argentina y en gran parte de Latinoamérica por Diana Becher de

Goldberg (1999) con quien Kuperman de Kuitca, ha trabajado desde

el enfoque psicoanalítico la problemática de abuso y entre las dos

han planteado un esquema fundamental con el cual aproximarse al

tema a través de los siguientes pasos:

1. la seguridad del niño para que las acciones abusivas se suspendan

inmediatamente.

2. que se realice el diagnóstico psiquiátrico-psicoanalítico lo más

exhaustivo posible de las personas allegadas para localizar los

factores de riesgo y comenzar a la brevedad los tratamientos

psicoanalíticos.

3. estudiar las posibilidades de obtener un reconocimiento mínimo de

las acciones por parte de los adultos transgresores.

4. que el niño se contacte con los adultos intervinientes en el

problema hasta donde lo permita su seguridad física y emocional.

5. que el niño reciba la explicitación de la verdad, del grado de su

implicancia personal o sea de la diferencia entre la responsabilidad

de las acciones de los adultos y de las fantasías y accionar propios.

6. recibir las disculpas del grupo transgresor.

7. estudiar las posibilidades mínimas de recuperación (promoción

desde lo legal) de la familia abusiva. Se utiliza la expresión

“posibilidades mínimas” debido a que, por la dificultad del cuadro, la

expectativa de recuperación es mínima pero no por eso menos

importante; es decir que en relación al daño que se produce en los

vínculos más significativos consideramos que la más mínima

recuperación toma una gran envergadura para el niño en lo

individual. (Kuperman de Kuitca, 2000, p. 353-354)

60

La Justicia, refiriéndose a la legalidad de una sociedad,

encuentra también enormes dificultades y es motivo permanente de

estudio la aplicación de las leyes existentes y la investigación sobre

nuevas leyes para estos casos. Otra dificultad es la de la situación

social en que se vive, donde algunos padres afirman que si se

animarán a denunciar a ciertas personas, que parecieran tener

poder, correrían peligro sus vidas. No se puede desconocer que en

algunos casos han existido diferencias en cuanto a esto, pero

comúnmente en la clínica se puede apreciar como muchos de los

temores expresados como riesgo de muerte escondían la fuerza de la

fantasía universal de la realización proyectiva de los deseos

incestuosos inconscientes de los adultos a través de los niños.

(Kuperman de Kuitca, 2000)

En el abuso sexual, la motivación puede estar ligada a una

situación dada en una etapa de la vida de una persona, comúnmente

a raíz de una pérdida importante, que lleva al sujeto a un estado

depresivo severo, hasta una compulsión ritualizada en una

personalidad psicopática grave, diferenciándose en un principio por el

tipo de coerción, castigo y perversión impuesta sobre el niño. Así, el

paidofílico es una persona que permanece ligada a una elección

primaria de objeto pregenital, lo que prácticamente imposibilita que

pueda establecer vínculos sexuales maduros una vez pasada la

pubertad. (Kuperman de Kuitca, 2000)

Según Kuperman de Kuitca (2000), el paidofílico fijado es la

persona que generalmente se encuentra en los hechos de violación;

el cual posee un núcleo delirante que expresa en términos de “querer

salvar a los niños de los horrores de la vida sexual adulta”; Así

mismo, estos constituyen un peligro social y las acciones se

61

caracterizan más por su perversidad que por la búsqueda de un

objeto amoroso.

Durante la escena de abuso, se puede encontrar otro agresor,

conocido como el abusador regresivo, el cual puede tener mejor

pronóstico si acepta tratamiento y es la personalidad que en

ocasiones se encuentra en la dinámica familiar incestuosa, donde el

niño abusado es significativo para ese adulto. Se relaciona con el

niño como si éste fuera adulto y espera reconocimiento amoroso y

validación, es decir que no busca gratificación genital per se, sino,

aporte libidinal; suele actuar, desde una situación emocional basada

en un severo estado depresivo; no buscan relaciones amorosas

adultas fuera del hogar mientras dura la organización endogámica

incestuosa dentro de la familia. La preferencia de amor está colocada

en los niños ya que éstos pueden por necesidad, curiosidad, amor y

sin quejas llegar a establecer dicho tipo de relación. Recién cuando

esta situación se prolonga por largo tiempo se agregan,

secundariamente, situaciones de violencia por el temor de los adultos

a las consecuencias en la develación. (Kuperman de Kuitca, 2000)

En cada situación de maltrato infantil se puede ver

comprometida potentemente al profesional que lleva el caso, pues

cada situación deja un nuevo conocimiento y al entrarnos en estos

temas debemos revisar permanentemente el Horror al Incesto, o sea

agregar al diagnóstico el estudio de la contratransferencia, pues

situaciones como estas generan en los profesionales un sentimiento

de identificación con la desprotección del niño, que se encuentra muy

claramente descripto por Roland Summit en 1983, y que se

denomina “Síndrome de acomodación”. (Kuperman de Kuitca, 2000).

62

Summit (1983), plantea que el Síndrome de Acomodación

consta de cinco características: 1) carácter secreto; 2) desprotección;

3) acomodación; 4) denuncia tardía y poco convincente; 5) retracción

de la denuncia. Éste utiliza en su descripción, el abuso sexual del

padre sobre una hija, el cual propone como modelo de estudio.

A continuación la descripción que hace Summit acerca de las

características del síndrome de acomodación.

Secreto: los niños mantienen el secreto del abuso sexual por

vergüenza y culpa. Temen el castigo y desaprobación por parte de la

madre; venganza o pérdida del afecto por parte del padre o familiar

(ofensor) y sobre todo temen la ruptura y pérdida del hogar.

Cuando el niño proporciona señales de la situación, el énfasis

en el secreto y el temeroso aislamiento por parte de la madre, definen

a la actividad sexual como algo malo y peligroso aun cuando el niño

fuese muy pequeño para entender el valor social del incesto. También

los temores del niño se ven reforzados y sugeridos por las amenazas

directas del agresor.

Desprotección: el niño en situación de abuso se siente obligado

y avasallado por la autoridad inherente a la figura paterna. A medida

que va descubriendo el significado de lo que está ocurriendo,

sentimientos de profunda desprotección lo paralizan. Esta

incapacidad natural de pedir ayuda o resistirse provee la esencia

misma del rechazo de lo sucedido y el prejuicio en el mundo adulto.

“¿Cómo fue posible que no gritó, pateó o se defendió del ataque?”; se

espera del niño una reacción normal adulta a la intrusión. El niño se

encuentra tan indefenso frente a dicho adulto como éste se

encontraría en una situación de violación a punta de cuchillo. Ante la

63

paralización frente al ataque, el niño no tiene otro recurso que

culparse a sí mismo como parte del proceso. Es necesario un experto

testimonio en estos puntos para reivindicar la credibilidad del niño y

ayudar a prevenir la continuidad de la auto condena.

No se puede sentir mayor desprotección que la que hay cuando

se es abusado por una persona de la cual se espera protección. Esto

supera las defensas y conduce a la desilusión, a la inseguridad y a

un proceso de victimización; este proceso desesperanzado lleva al

niño a exagerar su propia responsabilidad y eventualmente a

despreciarse por su debilidad.

Acomodación: el niño se encuentra ante un callejón sin salida

confrontado con dos realidades contradictorias; 1) o el padre es una

figura llena de maldad, incapaz de quererlo y preservarlo o 2) él o ella

misma es la figura sucia, maligna, merecedora de tales castigos.

La elección inevitable, si quiere asegurarse la supervivencia

emocional, es la de aceptar la culpabilidad y responsabilidad con la

esperanza de encontrar el camino para merecer el cariño y la

aprobación parental. Para lograr tal objetivo y recibir una imagen

buena de sí mismo debe estar siempre disponible a las exigencias

sexuales del adulto. De esta manera si es una niña “suficientemente

buena” salvará a la familia de amenazadoras desgracias; aquí se

produce la inversión de roles tan típicos del abuso. Al niño le es

conferido todo el poder para destruir a la familia y toda la

responsabilidad de mantenerla unida. Es el niño y no el adulto el que

debe acudir al auto sacrificio y al altruismo para asegurar la

supervivencia de los otros; la niña asume así muchos de los roles

previamente asignados a su madre. Se produce una vez más una

escisión en la formación de valores: mantener la mentira para

64

preservar el secreto es la más preciada virtud, mientras que ofrecer la

verdad es el más alto pecado. (Kuperman de Kuitca, 2000, p. 361)

Los mecanismos que aseguran una “efectiva acomodación” en

el momento de la agresión son los que impiden una efectiva

integración psíquica en la adultez o madurez; si el niño logra una

efectiva economía psíquica que contenga su alienación y

desesperación entonces estamos en presencia del niño autómata,

obediente y complaciente. Si falla en lograr este equilibrio, conductas

de autodestrucción, automutilación, promiscuidad sexual, fenómenos

histéricos, delincuencia, sociopatías, etc. forman el número de

estrategias de supervivencias a la situación incestuosa.

Denuncia tardía y conflictiva: la ruptura del silencio ocurre

solamente cuando alguno de los mecanismos de acomodación

implementados por el niño dejan de ser efectivos, por lo general esto

pasa después de un prolongado tiempo y aún años de abuso

continuado. Es común que la víctima permanezca silenciosa hasta

entrada en la adolescencia donde los patrones de interrelación suelen

cambiar: el padre se vuelve más posesivo, celoso y va perdiendo el

control sobre la hija que comienza a reclamar una vida más libre; en

estas circunstancias se rompe el secreto después de reyertas y

rebelión hacia el padre y acusaciones hacia la madre; pero la

adolescente busca ayuda en el momento en que es menos probable

que obtenga comprensión adulta pues es posible creer que todas sus

acusaciones son nada más que una venganza retaliativa a los

intentos de control parental. La típica reacción materna al alegato de

victimización sexual es de descreimiento ya que su propio

sentimiento de autoestima está íntimamente ligado al vínculo de

65

dependencia con su pareja y la aceptación de la denuncia implicaría

la aniquilación de la familia y de parte de su identidad.

Retracción de la denuncia: ante las consecuencias de la

denuncia, el niño, confronta como reales los tan imaginados miedos;

la realidad se hace terrorífica, tal como fueron las amenazas; el niño

puede ser alejado de su casa y ambiente; en muchos casos hay

repetición del maltrato pero esta vez a niveles institucionales. El

padre puede ser condenado; la madre oscila entre la incredulidad y la

desesperación; la familia se fragmenta y la niña es culpada de esta

fragmentación familiar; si la intervención terapéutica no se produce

rápidamente (y a veces aún así) la niña tratará de deshacer lo que

provocó y se retractará de su acusación. (Kuperman de Kuitca, 2000,

p. 362)

66

3. MATERIAL CLÍNICO: ELEMENTOS DE ANÁLISIS Y REFLEXIÓN

En este capítulo, se hará una descripción sobre cada uno de

los pacientes con los que se trabajó durante el proyecto, sobre los

datos relevantes de su vida que fueron recogidos durante el proceso,

lo cual es fundamental para conocer el terreno donde se han dado

todas las vivencias y experiencias emocionales de cada uno de ellos.

Esto con la finalidad de mostrar sus estados mentales,

funcionamientos y como su psiquismo de alguna manera u otra se ha

movido tras el trabajo psicoterapéutico realizado. Esta descripción de

cada uno de los pacientes, va entrelazada con viñetas del material

clínico, seguidamente de un contraste teórico con el cual se

argumenta y analiza con la finalidad de comprender la forma,

contenido del discurso y forma de intervención psicoterapéutica con

la que se trabajo en cada sesión y con cada paciente particularmente.

3.1. Estrella, un mundo externo decorado para la fiesta familiar

Estrella es la hija mayor de una mujer de 30 años de edad,

tiene 10 años y una hermana menor de 2 años. Inicia psicoterapia

dentro de una institución de protección a la mujer maltratada, en la

cual se encuentra junto a su madre y hermana en situación de

refugio.

Llegan a la institución tras denuncia puesta por la madre, ante

las autoridades, por el abuso al cual había estado sometida su hija

durante tiempo desconocido, pero el cual según su sospecha, podrían

ser varios años.

67

El abuso al cual se encontraba expuesta la niña, provenía de

su tío (hermano de su madre), quién era protegido por la abuela de la

niña, que de alguna u otra manera solapaba estos hechos, a los

cuales había sido expuesta su nieta y probablemente otros niños de

la familia.

Tomando como referencia la historia clínica de la paciente, se

aprecia que en la familia, a raíz del descubrimiento por parte de la

madre del abuso sexual, se desató una situación de desprecio y

rechazo por parte de cada uno de sus miembros. La madre de

Estrella y dos de sus hermanos rechazaban y pedían justicia ante los

actos ocurridos con los niños. La abuela, por otro lado, rechazaba y

despreciaba lo que estas hacían, alegando que su hijo estaba

enfermo, que no era consciente de lo que hacía y que seguramente

eran mentiras de sus otros hijos.

El informe institucional, tenía registrado como motivo de

ingreso a la institución, violencia sexual e intrafamiliar. El verbatum

de la niña expuesto como motivo de consulta, fue: “Mi papá nos

pegaba cuando yo era chiquita, por eso se supone que estamos acá,

además a mi mamá le dijeron que cuando necesitará trabajar viniera

a este lugar…”.

Mientras en la atmósfera familiar se vivía una ruda situación

por el descubrimiento del abuso sexual, Estrella era aparentemente

una niña normal en todos los aspectos, físicos y cognitivos. Durante

los primeros encuentros en sesión se podía apreciar a una niña

saludable, con disposición a trabajar con la terapeuta. Durante las

primeras sesiones de psicoterapia, nunca hizo referencia

directamente al abuso sexual.

68

Estrella, cursaba cuarto grado de primaria, donde, según

referencias encontradas en la historia clínica, se desempeñaba de la

mejor manera posible. Durante la estancia en la institución, se

encontraba detenido el curso de sus estudios, sin embargo, se podía

apreciar un constante deseo e interés en ella por aprender, leer,

escribir y demás actividades que permiten desarrollar la capacidad

intelectual.

Con este caso pretendo explorar la percepción de los objetos

más significativos para Estrella, su vivencia y los efectos del abuso

sexual en el psiquismo de la niña.

A continuación se presentarán de manera ilustrativa viñetas

del material clínico de la paciente, seguidas de una reflexión y

análisis de primer orden de las estrategias a las que un niño recurre

para sobrevivir a un trauma como el abuso sexual, permitiendo así,

la comprensión de lo experimentado por la niña, en un contexto

familiar donde el abuso, la violencia y la sexualidad son

constantemente evitadas, en una suerte de ocultamiento, que es en

realidad un funcionamiento familiar.

3.1.1.

A lo largo del proceso psicoterapéutico de Estrella, se pudo

apreciar la percepción de sus objetos, su relación con ellos, así como

algunos de los elementos del funcionamiento de su familia, como la

conversión de lo malo en bueno, la complicidad como forma de

funcionamiento, el silencio frente a la trasgresión de los límites de los

cuerpos, la valoración del dinero sobre todo; sin tener en cuenta su

procedencia o el costo de conseguirlo. Y la “fiesta” aparente, vivida

Estrella y sus objetos

69

por la abuela, la madre y Estrella, utilizada con el fin de disfrazar y

disimular las experiencias desagradables.

La madre:

A continuación, me limito a utilizar los elementos del trabajo

psicoterapéutico con Estrella, donde se puede ver la relación que ella

tenía con su madre, apreciándose una confusión en las funciones

madre-hija, inversión que va a ser motivo de desarrollo en lo que

sigue.

En la siguiente viñeta extraída de la sesión No.3, se muestra

como la paciente expresa una queja por la manera en que su mamá

utiliza sus pertenencias: “es que mi mamá se me está acabando los

colores, ya no tengo con que colorear y pues yo jugaba con esas cosas

y ella las utiliza para dibujar y hacer cosas con foami y ya les dejó la

punta chiquitica…”. En este fragmento, se puede percibir como prima

en la niña momentos de inconformidad, percibiendo a su madre como

una hermana más, su par, teniendo que luchar por los objetos

materiales con ella. La paciente siente que su madre le quita sus

cosas, para hacer otras que no son de su interés, dejándola a ella con

poquito.

Durante ésta misma sesión expone también como su madre le

ofrece cosas, que son percibidas por ella como bondades del objeto

(madre). Esto sucede, cuando la terapeuta indaga sobre que

actividades le gusta realizar, expresando la paciente lo siguiente:

Me gusta jugar con papel y flores… Así hago a veces con mi mamá, ella me hace ropa, y me hace muchas cosas. Aunque no tengamos dinero, yo siempre tengo cosas bonitas, pues ella me hace ropa y busca la manera de conseguirnos a mi

70

hermanita y a mí cosas. Y pues cuando más o menos tiene dinero salimos a un parque o algo así.

Con esto nos expone que comparte tiempo con su madre,

tiempo que le agrada, pues ésta le brinda por momentos diversión, al

hacerle juegos. Es una madre con cualidades superficiales,

proveedora de bienes materiales, juegos, diversión, en contraposición

con otras funciones o tareas de orden más simbólico.

Durante la sesión No. 5, Estrella continúa exponiendo las

cualidades bondadosas que ella percibe de su madre, como se puede

apreciar en la siguiente viñeta:

Mi mami, siempre me habla bonito, ella es muy linda. Ella siempre ha trabajado, y cuando no, pues ve cómo consigue cositas para nosotras, ella siempre hace cosas lindas para mi hermanita y para mi… ella me dijo que estaríamos por poco tiempo aquí y ya van dos meses. Pero pues yo creo que ya no queda mucho, pues mi mamá está buscando trabajo.

En esta sesión, se puede ver el gran esfuerzo que hace la niña

por presentar una imagen coherente de la madre, a pesar que deja

entrever aspectos de desconfianza, seguido de un trabajo de huida

del tema. La desconfianza se puede ver en relación con el trabajo,

pero inmediatamente surge la necesidad de justificarla, lo que pone

de relieve el mecanismo de ocultamiento como modo de funcionar.

En la siguiente viñeta del material clínico se puede apreciar que

Estrella percibe a la madre como un objeto confiable, tras la

indagación de la terapeuta sobre el significado de la confianza para

ella, ésta expresa lo siguiente: “Pues ya sabes…. Poder contar con esa

persona, que pueda uno decirle las cosas, que uno sepa que esa

71

persona no le va a hacer daño… sino más bien uno se puede sentir

mejor con esa persona… por lo menos en mi mamá confió…”.

Explicando lo que significa confiar en una persona y lo que puede

esperar de ella, hace referencia a la madre, de quien espera bienestar

y protección.

Durante el proceso psicoterapéutico de Estrella, se pudo

apreciar que existían cambios en la relación con su madre, los cuales

eran incomprensibles para la niña, puesto que la madre no expresaba

claramente lo que estaba sucediendo en sus vidas, las causas

verdaderas de su partida de la casa de los abuelos. Así mismo, se

puede ver cómo Estrella, al no entender completamente la situación

vital que pasan, expone una vez más el elemento de ocultamiento y

manera de disfrazar las situaciones del funcionamiento familiar. Esto

se puede observar cuando en la sesión No. 13, Estrella hace

referencia a lo difícil que es jugar y compartir con su madre, lo cual

era común entre ellas antes de llegar a la institución, para ilustrar

esto, el siguiente fragmento de sesión: “Y yo creo que con mi mamá es

difícil hacer esas cosas, ella es muy buena y linda, pero siento que ha

cambiado, pues ahora solo piensa en conseguir trabajo y sacarnos a

mi hermanita y a mí de aquí”. Los cambios de la madre a pesar de no

ser comprendidos por Estrella, no son percibidos por ella como

malos, si no que son justificados y recibidos como sacrificios y cosas

buenas.

Durante el trabajo realizado con Estrella se evidenciaron

aspectos de la madre para aplacar las ansiedades de la niña, a través

de satisfacciones de orden material o sensorial, que tienen como

propósito evitar el malestar, al tiempo que evitan que los

72

acontecimientos se conviertan en una experiencia emocional. Son

básicamente acciones de la madre que buscan calmar la angustia.

Figuras masculinas:

A continuación se mostrará la percepción de las figuras

masculinas más representativas en el psiquismo de Estrella, como lo

son su padre, su abuelo y sus tíos.

El padre:

En primer lugar mostraremos la relación con el padre, de quién

no tiene buenos recuerdos, y las veces que lo nombra, expresa un

gran descontento por la manera de comportarse con ella durante el

poco tiempo que vivió con él.

Para ilustrar esto, se muestran a continuación fragmentos de la

sesión No. 3 donde la paciente hace referencia a su padre:

P: mi papá nos dejaba sin comer. El no se preocupaba por mí. Yo me acuerdo que cuando yo estaba chiquita, que vivíamos los tres, mi mami, salía a trabajar a la 1 de la mañana y nos dejaba un pan para cada uno y él se levantaba y se los comía y me dejaba a mi sin comida y pues era la comida que teníamos para el día... el pan, y más nada y él se lo comía y no le importaba nada. Él era muy malo… Mi mamá conoció está casa por él. T: ¿cómo así que la conoció por él? P: pues, él le pegaba a ella. Ella cuando yo era chiquita vino para acá.

73

Aquí se puede ver la concepción del padre para Estrella, como

un ser voraz, violento, un objeto frente al cual la niña siente que se

queda sin nada. Así mismo, la terapeuta al expresar que su padre era

al parecer una persona de la cual no se podía esperar nada, Estrella

confirma esta idea o juicio planteado por la terapeuta y manifiesta

olvido de él, como se puede ver a continuación: “Si, por eso yo ya me

olvide de él… no quiero saber de él, ya no confió en el…”. Aquí se

puede ver nuevamente como aparece el “olvido”, ocultamiento en

realidad, como forma de enfrentarse a lo difícil y doloroso.

El abuelo y el tío Manuel:

Estrella a lo largo del proceso, hizo referencia a dos figuras

masculinas, de las que según refiere recibe cosas materiales y

demostraciones de afecto, como lo son su abuelo materno y uno de

sus tíos, quien refiere como “Manuel el que no”, acotando que es

homosexual. Estas dos personas, se puede decir que son los únicos

objetos masculinos de le brindan satisfacciones materiales y a su vez

le demuestran sus afectos, de una manera distinta a los demás

hombres que conoce. A continuación se intentará mostrar esto a

través de las siguientes viñetas clínicas:

P: me hace falta mi casa de antes, no la casa de mis papis, sino mi tío, sabe el que es chef… él se portaba muy bien conmigo… y mi abuelito, yo se que le debo hacer falta porque yo lo consentía. P: Mi abuelito es muy bueno, el siempre nos regala cositas lindas, mi abuelito me compra cosas, nos saca a pasear… bueno, ya no, eso era cuando estábamos allá. P: mi tío Manuel, el que no, me escribe en facebook que me extraña… Yo también lo extraño a él mucho, el me hacía reír mucho.

74

P: Mi abuelito, él es muy bonito. Es bueno y bondadoso conmigo… lo extraño mucho.

En estos fragmentos de sesión se puede apreciar la importancia

que tienen estas dos personas para Estrella. A quienes reconoce

como personas bondadosas, buenas, especiales con ella, que la

divierten y que la quieren sinceramente. Aparentemente son las dos

únicas figuras masculinas de las que recibe cosas buenas y

verdaderas.

El tío abusador:

En contraste con las anteriores figuras masculinas, se puede

observar claramente como la percepción de su tío, el abusador

sexual, aparentemente es la de una persona normal, común y

corriente de su familia, que según su propia referencia, es alguien de

quien se dice no hizo cosas buenas, pero hasta ahí, no hay una

ubicación o significación propia de la niña sobre él. La manera en que

Estrella nos permite pensar en la significación que tiene para ella, el

tío abusador, se pone de manifiesto a través del juego y la música,

donde se convierte en un personaje juguetón que introduce a la niña

en un espacio de erotismo y exaltación de la sexualidad genital.

Durante las sesiones realizadas con la paciente, en muy pocas

ocasiones se puede apreciar la percepción de ella sobre el abusador.

Incluso, en los momentos donde se abre el tema, se puede ver la

repetición de lo que le dice su madre acerca de él, como si en ella

realmente no existiera un reconocimiento de la situación de abuso, o

recuerdo perturbador alguno como consecuencia de ello. En el

siguiente fragmento, extraído de la sesión No. 8, se puede ver

75

ilustrada la resistencia a hablar sobre el tío “abusador” y en los

momentos en que lo hace, se aprecia un discurso cortado e

influenciado por la madre.

P: ahhhh también, se me olvido, Julio, el es un tío… Julio. T: de él no me habías hablado… ¿por qué será que no me habías hablado? (Hace silencio y baja la cabeza) T: ¿quieres hablar de él? (Mueve su cabeza muy lentamente expresando que no) T: me parece que tienes pena de contarme. P: si, es que mi mamá dice que mi tío no es bueno… T: ¿y tú qué crees de él? P: es que él no se porto bien. T: ¿y con quién no se porto bien? P: con nosotros… T: quieres contarme… P: es que el nos ponía a mis primos y a mí a hacer cosas que no se hacen… T: ¿y tú como te sentías? (Me mira y arruga su cara de una manera como si estuviera confundida.) T: es como si no quisieras recordar lo que paso… (Asienta su cabeza) T: a veces pasan cosas que no nos gustarían que pasaran, sin embargo pasan sin poder evitarlo, pero lo que si podemos hacer es pensar en ello y entender que eso no debió pasar y que esa persona que se porto de la manera que no era, no debió hacerlo, sin embargo, lo importante es que esas cosas paren, y podamos tener la capacidad de hablar para que no sigan pasando. Esa es una manera de defendernos. P: si, yo le conté a mi mamá, y yo creo que por eso nos fuimos…

En este fragmento, se pudo ver cómo en el momento que

menciona al tío, hace referencia a lo que su madre expresa de él, no

76

pudiendo ella reconocer claramente un significado de éste a partir del

conocimiento y experiencias vividas con él. Así mismo, queda claro

que ella sabe lo que pasó, pero en su incapacidad para hablar sobre

lo sucedido, expresa que son cosas que le han dicho que no están

bien. Se puede apreciar un rastro de vergüenza en su actitud durante

la sesión, sentimiento que la terapeuta evita, y que sin duda alguna,

hubiera podido conectarse con la experiencia, con lo que la paciente

sabe y recuerda, la excitación, el juego y la seducción. Lo que no se

percibe nunca es el sentimiento de terror, comúnmente generado en

situaciones de abuso sexual.

La revisión sobre la relación de Estrella con sus objetos más

importantes permitió observar y comprender el entorno en el que ha

vivido la niña. Ésto, abre paso para realizar un acercamiento al

abusador y todos los elementos lúdicos, que utiliza, cambiando su

significado, como trampa para captar la atención de Estrella,

volviéndola partícipe del acto, con la finalidad de apropiarse

perversamente de su cuerpo.

3.1.2.

En la sesión No. 4 se puede apreciar la primera situación

donde la niña le muestra simbólicamente a la terapeuta, a través del

dibujo y el cuento, como su tío “el abusador” la seducía a través de la

música. En esta sesión, la paciente se remite a una experiencia

La seducción como forma de apropiación del otro

Durante la revisión del material clínico recopilado durante todo

el proceso de Estrella, se puede apreciar en tres momentos

específicos la puesta en escena de la situación de abuso sexual vivida

por ella.

77

perdida, algo que se acabó. A continuación el dibujo realizado por

Estrella y la sesión no. 4, por medio de la cual se hará un análisis de

lo que la paciente nos recreó a través de su discurso y lo expuesto en

ese momento:

Sesión No.4: Llego al consultorio y me doy cuenta que la niña estaba sentada afuera viendo tv, me ve entrar y se me acerca y me dice, ya es nuestra hora. T: si Estrella, ya puedes entrar. (Se sienta y se queda mirando mientras saco la carpeta donde tengo todos los materiales con los que siempre trabajo.) P: Hoy quiero con payasito. T: ¿payasito? P: si… con esas temperas payasito… Me gustan mucho… Antes cuando era chiquita tenía unas, pero se me acabaron. T: ok, entonces hoy trabajaremos con payasito. (Le saco las temperas y le doy hojas blancas.) P: ¿qué hago? T: lo que tú quieras.

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P: es que no sé… porque las personas no me saldrían bonitas con tempera. T: a mí me parece que sí…. ¿Por qué no intentas a ver que sale?…. No siempre te tienen que salir igual las personas… pues no todas las personas son iguales.

La paciente en este momento se siente insegura e incapaz de

poder hacer algo bien, una demostración de que en su pensamiento

lo que no es bonito no tiene lugar para existir, o no puede ser

expresado. Sin embargo, la terapeuta la tranquiliza y reasegura e

intenta introducir diferenciaciones entre objetos.

Continuación de la sesión No. 4: P: ¡ah ya sé! T: entonces comienza… Agarra las temperas y las ubica arriba de una hoja blanca, las coloca en una hilera y las destapa todas, me dice que si les puede echar agua pues están muy espesas, a lo que le digo que por supuesto. Empieza a dibujar con rojo y hace un corazón. Luego le hace los brazos con amarillo y me dice que quiere mezclarlos, para obtener nuevos colores, que la ayude. Entonces mezcla el verde con el blanco, el azul con el rojo, y cada vez que mezcla me pide que la ayude a limpiar el pincel, lo cual hacemos juntas. Le digo que muy bonito el corazón, y me dice: shhh ya va… Empieza a dibujar letras musicales alrededor del corazón, el cual tiene lazos arriba piernas, brazos y rostro… Y le digo nuevamente, ¿y ese corazón? A lo que me dice: shhh… Ahora le cuento… Ya va… con lo que realmente hago silencio y dejo que continúe por largo rato. Realmente esta actividad nos llevó prácticamente toda la sesión. Al final del dibujo, cuando está terminando de dibujar las notas musicales, me dice, P: son las blancas… notas blancas… como tú. Al terminar de dibujar me dice, ya… casi no me sale. Yo le respondo: a mí me parece que lo hiciste muy bien.

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Me mira, mira el corazón, me sonríe y dice pues sí… Se ríe y dice: es un loco corazón… Está loco… jejeje… Baila, y es lo que más le gusta. T: ¿Y qué le gusta a ese corazón? P: Bailar, bailar esa música de mecano… está un poco loco… T: ¿Y por qué estará loco? P: Quizás porque ya no lo quieren… T: ¿Y quién lo dejo de querer? P: No sé… la gente, pero ahora está feliz… Está feliz porque hace lo que le gusta… y lo que le gusta es bailar… y escuchar mecano… esa música, ¿cómo se llama? T: pop… creo que es pop… P: si, esa, esa… Le encanta sobre todo la canción de hijo de la luna… T: te gusta esa canción, ¿la luna tiene un hijo en esa canción? P: claro… se ríe, y dice… se llama casi como yo… Luna… T: si, la canción habla de que la luna tuvo un hijo y quizás es de ese corazón… P: ese es el corazón de la luna… T: ¿así como el tuyo? P: si, es un corazón feliz, como yo, aunque mi mamá dice que un poco loca… Pero no, jajaja… Me gusta pintar. ¿Le pongo un nombre? T: si quieres. Le paso una ficha y me dice: se va a llamar florecita… empieza a escribir en la ficha: florecita es una niña feliz, que le gusta bailar como una bailarina a la que le gusta mecano en especial la canción hijo de la luna. P: ¿Y qué hacemos con esto? T: ¿qué quieres que hagamos? P: la pegamos atrás de la hoja. T: Ok, entonces la pegaremos atrás y la guardaremos para recordar a florecita… por ahora hemos terminado… Nos vemos, que estés bien. P: Bueno, chao.

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En esta sesión se puede apreciar una paciente con mucha

actividad motora, con un estado de ánimo expansivo. La terapeuta

realiza indagaciones sobre lo que la paciente le habla sobre el dibujo

y ésta al terminarlo le responde mostrándole como la locura se

encuentra unida a la tristeza, por la pérdida de afecto. Así como la

felicidad a la locura. Por momentos la paciente nombra la tristeza, al

tiempo que aparece en ella un discurso con tonalidades de

exaltación. Frente a este fenómeno nos preguntamos todo el tiempo

en dónde está la experiencia de terror que necesariamente significa la

violación, si consideramos la diferencia física entre el abusador y la

niña. Cómo podemos tener noticia de la existencia o no de este

aspecto de la seducción y la violación. La hipótesis que vamos a

presentar es que en este caso se expresa en la vivencia de terror de la

terapeuta y su dificultad, su decisión de no ver, no saber, no poder

tolerar el relato de esta experiencia.

En el fragmento presentado, cuando la paciente expresa que la

música favorita del “loco corazón” es la música del grupo musical

Mecano, en especial la canción hijo de la luna, se ve como está

envuelta por una elaboración y sensualidad presentada por el

abusador, en el que presenta la posibilidad de un hijo, producto de

este estado de ánimo exaltado y loco. Al momento de terminar la

sesión, de nuevo hace referencia a la ilación que une al corazón

florecita - feliz - bailar - hijo de la luna. Pensando en esto, como la

demostración de una atmósfera de encantamiento que incluye el

tema del hijo de la luna, es un ambiente en el que prima la

sensualidad, una voz dulce que se introduce por el oído, llenando el

espacio interior de dulzura y armonía, al tiempo que contiene la

apropiación del cuerpo del otro, seducción, exaltación, sensualidad,

81

hilaridad, sin reflexión o pensamiento alguno. Lo anterior ilustra la

manera en que el abusador convierte la canción y el juego en una

trampa, logrando así hacer partícipe a la niña de su acto perverso.

La paciente y principalmente la terapeuta, pasan por encima

del tema, evitando entrar en contacto con esa experiencia.

Especialmente la terapeuta, que es quien siente el terror, quien

deliberadamente evita el contacto con la experiencia, como si en la

contratransferencia se hiciera visible el mecanismo de huída y

enmascaramiento de la experiencia de horror. La terapeuta siente lo

que la niña no puede sentir, pero como no puede contener la

experiencia, huye de ella. Esta huída pone de manifiesto un

mecanismo que dificulta el tomar contacto con experiencias difíciles

por el desborde que producen, y por tanto, la imposibilidad de

elaborar en el curso del trabajo terapéutico estas situaciones.

En la sesión No. 8 se puede apreciar de nuevo como surge la

recreación del encuentro con el abusador y su percepción de éste. Así

mismo, se repite la acción de la terapeuta que no permite que la

paciente se exprese libremente sobre el abuso sexual.

En la siguiente página se puede ubicar el dibujo realizado por

la niña durante la sesión No. 8 y un fragmento de la misma, donde se

puede ver ilustrado lo expuesto en el párrafo anterior.

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Sesión No. 8:

T: (saco poco a poco de la carpeta los materiales y los voy colocando en la mesa, agarra la hoja rosada donde intentó dibujar la vez pasada la casa de sus abuelos) P: ay!, Ya sé… ahora si se cómo hacerla… T: ¿quieres dibujar la casa de tus abuelos? P: si!, Ya sé cómo hacerla. Pero deme otra hoja… ésta está muy sucia… T: (le doy una hoja nueva y comienza a hacer una casa… pero muy diferente a la que estaba dibujando la vez pasada… esta vez se veía como en plano… mientras dibujaba me explicaba cual era la habitación de sus abuelos, cual era la puerta, todo detalladamente.) P: ésta es la puerta, tiene unas rayitas dibujadas. Arriba unas ventanitas pero no son ventanas, por ahí se puede ver… ésta es la cosita para abrir, es como un ganchito y aquí está donde se mete la llave… luego es un pasillo, ésta casa es muy grande… por fuera parece chiquita, pero es que es muy larga, en este cuarto de aquí duermen papi y mami, ésta es una cosita de papi y una cosita de mami (mesas), allí papi guarda sus materiales y herramientas,

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aquí mami pone las revistas y las cosas que se gana, porque ella se gana cosas vendiendo en las revistas. Ésta es la puerta del cuarto, aquí está el apagador de la luz del cuarto de ellos. En este otro cuarto está la mesa, un sofá grandote, aquí hay unas sillas, una cama hay muchos cuadros con fotos de mi tía y mis primos, aquí está otra cosita, es como una muñeca negra con cosas arriba de la cabeza, es muy bonita, pero está dañada, se ha caído y la han intentado arreglar, se ve bonita pero si uno la detalla tiene muchas fracturas (Muy detalladamente explicaba que arreglos habían, sin embargo la manera en que contaba la organización de las cosas y como las iba dibujando era muy confusa y desordenada.) P: Luego sigue el pasillo y aquí está la cocina. De este lado está la cocina, estas son las estufas y aquí una mesa con un florero, aquí una mesa, éste es el lavaplatos, de aquí se apaga la luz, aquí es la puerta para entrar a la cocina, aunque ya no hay puerta, o sea por aquí se entra. Luego en este lado de aquí está el cuarto de Víctor… ésta es la puerta, este es el apagador de la luz, todo aquí es de millonarios (equipo de fútbol), todo, la cama, los afiches, tiene muchos pegados en las paredes… aquí una mesa y un computador. Aquí se abre la casa, no me va a alcanzar… T: quieres otra hoja… P: si, por favor… (Saco otra hoja y se la doy) P: ¿tienes cinta?, ¿Me ayudas a pegarla? T: claro… (Pegamos juntas la hoja y continúa dibujando el resto de la casa) P: este de aquí es un cuarto de basura, aquí se guarda la basura… Ésta es la puertita… T: basura… P: pues las cosas que ya no sirven, cosas viejas… mi abuela no bota nada. Todo se va guardando aquí… hay muchos cuartos de basura…

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T: aquí hay un pote… aquí otro cuarto de basura, más grande… aquí en este cuarto de aquí duerme mi tío Manuel, el que no… ésta es su cama, aquí tiene una mesa con sus cosas, el cuelga en la puerta carteras, el usa carteras… (Se ríe) Aquí esta otro cuarto de basura… Huy! es que son muchos… Aquí están las bicicletas también… Este de aquí es un baño que no sirve para nada, está podrido, nadie lo puede usar… Aquí hay un jardín, con varias florecitas y cositas que le pone mi abuela. Aquí al lado hay una escalera en espiral que lleva al techo y allí uno sube y puede ver lejos… Aquí abajo hay un baño, esta es la ducha, la taza, aquí se ponen los jabones… T: es una casa muy grande… ¿Dónde dormías tú cuando vivías allá? P: aquí, donde esta mi tío Víctor… el que le dije que jugaba conmigo… T: ¿El dormía con ustedes? P: no, el dormía aquí donde estaban antes mis abuelitos, es que la casa desde que nos fuimos, se modificó, porque se cambiaron los cuartos… T: entonces, ¿quién quedó viviendo allí? P: mi mami, mi papi, mi tío Víctor, mi tío Manuel…. Mas nadie… T: (Se queda pensando y mirando el dibujo) P: ah también, se me olvido, Julio, el es otro tío… Julio…. T: de él no me habías hablado… ¿y por qué será que no me habías hablado? (Hace silencio y baja la cabeza) T: ¿quieres hablar de él? (Mueve su cabeza muy lentamente y me mira) T: me parece que tienes pena de contarme… P: si, es que mi mamá dice que mi tío no es bueno… T: ¿y tú qué crees de él? P: es que él no se porto bien. T: ¿Con quién no se porto bien? P: con nosotros…

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T: ¿quieres contarme? P: es que el nos ponía a mis primos y a mí a hacer cosas que no se hacen… T: ¿y tú como te sentías? (Me mira y arruga su cara de una manera como si estuviera confundida.) T: es como si no quisieras recordar lo que pasó… (Asienta con su cabeza) T: a veces pasan cosas que no nos gustarían que pasaran, sin embargo pasan y no se pudo evitarlo, pero lo que si podemos hacer es pensar en ello y entender que eso no debió pasar y que esa persona que se portó de la manera que no era, no debió hacerlo; sin embargo, lo importante es que esas cosas paren, y podamos tener la capacidad de hablar para que no sigan pasando, pues esa es la manera que tenemos de defendernos. P: si, yo le conté a mi mamá, y yo creo que por eso nos fuimos… T: de esa manera tu mamá te está defendiendo, fíjate que el cambio de casa es con un fin. Con el fin de protegerte y de cuidar de ti y de tu hermana… así como se fueron tus primos… P: si yo sé… ah… el duerme aquí (señala el dibujo y me muestra la primera habitación) antes dormía aquí…. (Señala el cuarto de la basura) T: en el cuarto de la basura… P: si… allí… T: allí en ese cuarto se ubicaba la basura y las cosas que no eran buenas, como tu tío… (Se ríe) P: si, eso (dibuja un muñeco al lado del cuarto encerrado. Baja la cabeza lentamente) T: no tiene por qué darte pena conmigo, a mí no me interesa saber que pasó exactamente, a mí me interesa que entendamos que esto no pasó por tu culpa… porque somos personitas y sentimos cosas, y quizás a veces esas cosas que sentimos son ricas, así como cuando te da un besito el niño que te gustaba en el colegio. Solo que a veces pasan

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cosas con otras personas, y no es lo mismo, ya que las cosas deben pasar cuando tú lo desees y tengas la responsabilidad para hacerlo.

En esta sesión, se pueden apreciar diversos elementos que nos

permiten comprender la percepción de la niña del abusador y del

entorno en el que vivía en la casa de sus abuelos y en el cual fue

víctima de abuso sexual por parte de su tío. Parece sugestivo que el

corazón dibujado por la niña se ubique precisamente en el lugar

donde dibuja la muñeca, que a pesar de ser muy bonita, está dañada,

y que a pesar de que la han tratado de arreglar superficialmente, si se

detalla bien, se pueden ver sus fracturas. Así mismo, los lugares que

el abusador habitaba dentro de la casa, siempre son confundidos con

lugares donde se deposita la basura y las cosas que ya no sirven en

la casa.

En el momento que dibuja la casa, según refiere la terapeuta,

lo hace de manera muy desordenada y confusa, pudiendo significar

esto una actualización de los sentimientos de confusión presentes en

la niña al recordar la casa de sus abuelos. Unido a esto, encontramos

la información recogida en el grupo de investigación de maltrato a la

mujer, donde al analizar el proceso psicoterapéutico de la madre de

Estrella, llevado por una psicóloga de la maestría, se pudo observar

en otra dimensión, la manera en que los miembros de la familia,

permanentemente se encuentran tapando, huyendo y disfrazando

sus sentimientos y acciones. La madre, por referencia propia, ejerce

la prostitución como consecuencia de ser violada por su abuelo. En el

proceso psicoterapéutico de ella, se pudieron ver elementos

relevantes, característicos de su familia, como la promiscuidad, el

juego, la bebida, la ingestión de drogas, las perversiones sexuales, el

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incesto y la agresión, lo que nos permite comprender en qué

atmósfera familiar vivieron tanto la madre, como Estrella. Estos son

elementos que nos ilustran un funcionamiento familiar donde prima

el desorden, el amontonamiento de basura, la trasgresión de los

límites entre las personas, donde el daño y el abuso conviven

solapados, como si no fueran visibles para algunos integrantes de la

familia. Meltzer (1990) al hacer una descripción sobre los tipos de

familia, nos permite comprender este funcionamiento familiar, al que

denomina invertido. Como él lo plantea en su publicación, estas son

familias que son regidas por padres psicóticos, perversos sexuales o

con tendencias criminales, donde los valores se encuentran en contra

de los socialmente aceptados. Los niveles de pensamiento que

predominan en la mayoría de los integrantes de estas familias son la

confusión de lo bueno-malo, adulto-niño, femenino-masculino, lo

cual trae como consecuencia la promiscuidad y el abuso sexual.

Como se pudo apreciar anteriormente, durante esa sesión,

surge la oportunidad de que la paciente hable sobre la situación de

abuso. Tras la indagación de la terapeuta sobre quienes habitaban la

casa, aparece el “olvido” del tío abusador, sin embargo al final de la

sesión lo recuerda y comienza a hablar sobre él. En ese momento la

angustia de la terapeuta o el afán por no tocar ese tema, no permite

que la niña entre en el tema, obturando nuevamente la comunicación

abierta sobre el asunto. La terapeuta vive la angustia, el terror, el

afecto que no aparece en el contenido de las sesiones de la niña. No

lo puede escuchar y en lugar de recibir el relato es invadida por

emociones intensas y desbordantes.

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En la siguiente sesión la paciente llega al consultorio con un

estado de ánimo alegre, con mucha energía y ganas de estar allí.

Durante la realización de esta sesión se puede observar la secuencia

del trabajo que se realizó en la anterior, en donde se abrió el camino

para hablar sobre el abuso al que fue sometida, y a través del juego

durante la sesión, se puede apreciar de nuevo la característica de lo

perverso, disfrazado entre un juguetón, alegre y loco muñeco. A

continuación se expone la sesión completa, con el fin de ilustrar esto.

Sesión No. 9:

Llego al consultorio y saco los materiales y los coloco arriba de la mesa... T: Hola Estrella… P: Hola, ya sé que quiero hacer hoy… T: cuéntame, ¿qué quieres hacer? P: necesito tu ayuda… T: ok, claro… yo te puedo ayudar… P: bueno, con esto (agarra la lana) vamos a hacer un monstruito… agarra aquí este lado y yo voy enredando… ya verás.

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(Agarra la lana y empieza a darle vueltas, se la va enrollando en la mano) P: es un monstruito T: ¿un monstruito? P: es un monstruito loco… ya verás… T: (Repite varias veces las vueltas con la lana, me pide ayuda para que las corte por la mitad, luego me pide ayuda para que sostenga mientras ella amarra los brazos y piernas del muñeco, me dice que le hará los ojitos al muñeco con papel seda, que ella los corta y los enreda y que yo coloque el pegante, ella me señala donde debo colocar el pegante y ella los pega. Termina el muñeco) P: míralo, es lindo, quedó muy cómico, es que es un monstruito loco… está loco (lo mueve y se ríe) T: ¿y a quién se parecerá ese monstruito loco? P: jejeje no sé… Es un muñeco… se puede llamar saltarín… T: o sea que le gusta saltar, parece que es un monstruito que a pesar de lo loco y de lo monstruo es feliz… P: si, eso, él es feliz, a pesar de estar tan loco. T: ¿y por qué estará loco? P: por la vida… (Ríe) como dice mi mamá! (Ríe) T: como te dice a ti tu mamá, que estás un poco loca… P: si… jejeje… T: y a pesar de haber pasado por cosas que no han sido agradables para ti, sigues feliz… (Asienta con su cabeza) P: voy a escribirle algo, ¿me ayudas a pegarlo? T: (Lo pegamos en una hoja azul, la cual escoge para que combine con el color del muñeco. Me dice que coloque el pegante y ella lo pega. Escribe arriba el nombre que le coloco al muñeco “saltarín”, y al lado escribe: saltarín era un monstruito feliz, peludo y juguetón. Es un monstruo rosado que siempre saltaba muy alegre”. Se termina la sesión y me dice que espere a que se seque para guardar al saltarín, porque si me lo llevo así se puede dañar… a lo que le respondo que sí… que tendré mucho cuidado con él, para que no se vaya a dañar.

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En esta sesión se puede ver que la niña tiene en cuenta a la

terapeuta y le solicita ayuda para hacer el “monstruito”, sin embargo

ella asume el rol de dirigir a la terapeuta en lo que debe hacer,

señalándole la mayoría de las veces: “poner pegante”, como sí solo

para unir las partes del “monstruito” es que necesitara su ayuda.

En la elaboración de este muñeco, es importante resaltar, la

conjunción de significados que hace la niña, al nombrar el estado

emocional, que combina la felicidad con la locura. Así mismo, se

puede apreciar el tono diferente de significación adjudicado al

monstruo, el cual generalmente es calificado como un objeto que

produce temor, miedo, susto y cosas malas. Ella le asigna

características a este personaje, como “lindo, cómico, loco, feliz,

peludo, juguetón, rosado, saltarín, alegre y frágil, ya que se puede

dañar”, las cuales posiblemente, fueron frases utilizadas por el tío,

para enmascarar la seducción, con la finalidad de acercarse a ella y

violarla. El muñeco saltarín, es entonces, una manera simbólica de

hacer alusión al órgano sexual masculino del abusador, a través del

cual escenifica y recrea en sesión lo vivido con el tío.

Esta atmósfera emocional de la “fiesta sexual”, donde se

encuentra la locura, la diversión, es la escena que crea el abusador

para introducir a Estrella en la excitación, llevándola a experiencias

tempranas, que se convierten en formas de satisfacción, que

probablemente se buscarán en lo sucesivo. Esta atmósfera se vuelve

contagiosa, y se convierte en algo deseado, que busca repetirse,

llevándonos a recordar la escena del prostíbulo de la madre, relatada

por ella en su psicoterapia, y la cual planteamos anteriormente, al

hacer mención sobre lo que la llevó a convertirse en prostituta.

91

El relato y elaboración acerca del monstruo, permite ilustrar la

manera en que el abusador, es percibido por la niña, apreciándose la

confusión en los significados y características que se le adjudican a

éste.

Los relatos de la paciente en los momentos señalados, nos

llevan a plantear el paso a continuación, para la comprensión de los

efectos y las consecuencias en el psiquismo de Estrella, lo que nos

permite pensar en el impacto que tiene la excitación sexual en un

niño que no está en capacidad de comprender o soportar lo que está

pasando y sintiendo.

3.1.3. Efectos del abuso sexual en el psiquismo de Estrella

Generalmente cuando pensamos sobre niños que son abusados

sexualmente, de inmediato viene a nuestra mente una imagen de

destrucción, caos, confusión, terror y demás cosas que no tienen

nombre para calificar, lo que nos lleva a creer que existe en estos

niños una fractura o lesión psíquica, que comúnmente es

denominada trauma.

Autores como Freud (1925) y Ferenczi (1932), en sus

publicaciones han profundizado sobre situaciones traumáticas y el

impacto que tienen en el psiquismo del sujeto que las vivenció.

Durante todo el proceso de psicoterapia de Estrella, se pudo

apreciar un funcionamiento mental evasivo, de ocultamiento y

enmascaramiento sobre sus sentimientos y pensamientos, de igual

manera al funcionamiento de su familia, como vimos anteriormente.

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En la introducción de este caso clínico se pudo apreciar cómo

la terapeuta hace referencia sobre los primeros encuentros con la

paciente, donde no existían indicios de malestar alguno o

incomodidad por haber sido víctima de abuso sexual. Quizás sean

juicios o prejuicios sobre el impacto y lo terrorífico que debe ser vivir

una experiencia de esta índole. Sin embargo durante lo largo de todo

el proceso de Estrella, ésta siempre mantuvo la misma actitud

empática con la terapeuta, demostrando un estado de ánimo alegre,

donde no había cabida alguna para las cosas malas, siempre que

aparecían cualidades negativas en las cosas, situaciones u objetos, se

distanciaba de ella y las acomodaba en su discurso como buenas.

Ésta constante en el funcionamiento de la paciente nos permitió ver

como esto era la herencia de los patrones de relación familiar en su

vida cotidiana, donde todo el funcionamiento familiar era de igual

forma al expuesto por Estrella, donde lo malo era encubierto y

escondido con celo, porque si se llegase a conocer a nivel de la

comunidad, provocarían el sancionamiento legal, pudiendo verse

afectados. Esto nos lleva a los planteamientos de Meltzer (1990) en

cuanto a la familia invertida, mencionada anteriormente, donde los

roles familiares se invierten y se trastocan.

En primer lugar expondré un análisis del funcionamiento de

Estrella, en el que prima la negación de su malestar o confusión,

originado por la situación de abuso sexual de la que fue víctima.

Esto, retomando a Freud (1925), con la finalidad de resguardar su

bienestar mental y apartar aquello que ella no podía comprender, ni

soportar.

93

En diferentes ocasiones del proceso se puede apreciar cómo le

adjudica cualidades buenas a los personajes que trae a sesión,

alejando las cualidades negativas de los mismos, escindiéndolos, no

apreciándolos como un objeto total conformado por cualidades

buenas y malas. Para ilustrar esto, a continuación un fragmento

extraído de la sesión No. 2, donde relata un cuento que manifiesta

haber leído:

P: Era un Diablo que vivía en un botella, sabe, el no era malo, era muy bueno, vivía en una botella redondita y el era como una manchita gris, la botella tenía un tubo largo y abajo era redonda y arriba un taponcito. Una vez, un señor llamado X se encontró al Diablo de la botella y él le concedió deseos, pero deseos buenos, nada malo, pues el solo concedía deseos buenos.

En este fragmento se puede ver como propone un “Diablo

Angelical”, transformando lo malo en bueno, negando la existencia

del mal.

En la sesión No. 7 la paciente nos permite observar su temor a

equivocarse, a exponer cosas que no puedan agradar a los demás, en

este caso a la terapeuta. Durante esta sesión la terapeuta indagando

sobre el cuidado de ella hacia su hermana menor, surge la aclaración

por parte de la niña sobre, la casa de sus abuelos, donde antes, no

tenía que cuidar a su hermanita, con lo que se abre paso a explicar e

intentar mostrarle a la terapeuta lo bueno que era todo antes de

llegar a la institución. Para ilustrar esto, a continuación un

fragmento de esta sesión:

94

P: pues jugaba con mis primos, ella nos cuidaba a todos, y pues estábamos allá… allá vivíamos y teníamos juguetes y cosas con que divertirnos… T: o sea que vivía mucha gente en la casa de tus abuelitos… P: si, uff, mi primito, mi prima, mi tío, mi tía, mi otro tío, mi papi, mami, mi mamá… humm (se queda pensando) es que es una casa muy grande… no sé como describírsela… T: que te parece si la dibujamos… P: si, mejor… vamos a ver cómo me sale (se ríe) T: (Le entrego la carpeta de las hojas y agarra una hoja rosada) P: en esta rosada... con lápiz por si hay que borrar T: (Empieza a dibujar una casa y de frente y borra, hace muchos intentos y la borra hasta dejar la hoja limpia de nuevo) T: parece que hacer esa casa es muy difícil… P: si, es que no se cómo hacerla.

En este fragmento podemos apreciar que las cosas malas que

sucedieron en esa casa, como el abuso, están borradas de la mente

de la niña, manifestando que recuerda y extraña estar allá, donde se

sentía cuidada y querida. Así mismo, la negación aparece cuando

ésta intenta dibujar la casa de sus abuelos, donde la inseguridad

sobresalta en ella, no permitiendo que se exprese a través del dibujo,

porque quizás en él se expongan cosas malas, o no tan bonitas como

las que ella quiere mostrar sobre la casa de sus abuelos. Haciendo

énfasis en que lo hará con lápiz porque quizás hay cosas que se

deben borrar, porque no salen como ella desea.

El funcionar de Estrella en todo momento, evadiendo sus

sentimientos y exponiéndose de una manera ficticia para agradar a

los demás, ocultando su tristeza o pensamientos confusos sobre su

situación, son el indicador principal de que ha existido algo en la vida

de ella que no ha podido comprender, ni soportar, y por esto se cubre

95

con una investidura superficial que le permite no llamar la atención

de los demás, rechazando la experiencia de abuso sexual, y evitando

que otras personas puedan interesarse en saber que pasó. Esta

necesidad imperiosa del yo por ocultarse, se puede ver claramente

ilustrada en el siguiente fragmento extraído de la sesión No. 12,

donde se dibuja ella en una hoja, y a su alrededor dibuja como se va

a disfrazar para la fiesta de halloween:

(Toma papel y lápiz y comienza a dibujar su disfraz) P: es de maga… T: ¿maga? P: si, de las que desaparecen cosas y gente… T: ¿a quién te gustaría desaparecer? P: jajaja… a nadie, las magas se desaparecen ellas mismas… (Se queda mirando el dibujo)

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T: ¿y esa eres tú?, sin sonrisa, sin ojos, sin nariz, solo vestida con tu disfraz… P: ¡ay si! se me olvido pintarlos… Pero mejor dejémoslo así… total es un disfraz…

Se puede ver claramente como Estrella utiliza el disfraz como

un medio para tapar lo que existe, sus sentimientos, emociones, con

la finalidad de evadir la realidad y el contacto con los objetos, para no

vincularse con ellos.

Al observar el enmascaramiento utilizado por la paciente

constantemente, surgió la hipótesis de la forma aprendida y

adquirida a través de las relaciones con su familia, lo que sin duda

alguna se confirma al analizar detenidamente el discurso de Estrella,

sus predicamentos y acciones durante las sesiones. Esta dinámica

familiar donde prima la confusión, el enredo y lo oculto, queda

expuesta en diferentes momentos del proceso. Uno de estos, se puede

apreciar en la sesión No. 11, cuando la paciente trae recuerdos de

antes de llegar al refugio, idealizando la situación pasada en la que

vivía en la casa de sus abuelos, mencionando la nostalgia por saber

que nunca será igual y la preocupación porque no sabe cómo será su

fiesta de cumpleaños sin su familia. Para ilustrar esto, a

continuación presentamos el dibujo realizado por la niña y un

fragmento de la sesión donde se ve como la terapeuta, al tratar de

indagar sobre los deseos de la paciente, la invita a dibujar lo que no

puede nombrar.

97

Sesión No. 11

(Empieza a dibujar una torta, luego, una jarra, la cual me dice que es Helado, luego me dice que hay sorpresas, que llevan adentro caramelos, dibuja una piñata, la cual me dice que es una muñeca Puka, luego a su lado dibuja a su prima, a su mama, a su primo, a su abuela, abuelo, tía y a su tío miguel…) P: estos, todos estos, son las personas que quiero invitar a mi cumpleaños… T: es como si solo quisieras que estuviera muy poca gente de tu familia… P: si, ellos… T: son quienes quizás has sentido más unidos contigo y que de alguna manera, quisieras que formarán parte de tu fiesta…. Pero allí en esa fiesta no estás tú… (Se ríe) P: no, no llegué… T: ¿y por qué será que no llegaste a tu fiesta? P: no sé…. (Hace silencio) T: ¿será que alguien no te dejó disfrutar o quizás no te dejó llegar a tu fiesta? P: puede ser, aunque no he llegado porque me estoy arreglando…

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T: ¿y qué estarás arreglando? P: mi disfraz… porque es de disfraces… T: quizás tus pensamientos y lo que sientes por tu fiesta es lo que tardas tanto en arreglar y debes colocarte un disfraz para que los demás no noten lo que sientes… (Hace silencio y me mira. Mueve su cabeza suavemente como si estuviera digiriendo lo que le acabo de decir.) P: es que quiero estar con ellos en mi fiesta… T: y ellos, porque de alguna manera saben que te ha pasado y han pasado por las mismas cosas que tu, y de alguna manera todos se disfrazan para que no los reconozcan… como si se escondieran de algo, o algo… P: todos escondemos cosas…

En este fragmento de la sesión, se puede apreciar, cómo a

través de los disfraces todos los miembros de su familia esconden

cosas, incluyendo allí el predicamento “todos escondemos cosas”, que

muy seguramente es la repetición de lo que ha escuchado en su

familia. En el dibujo no se encuentra ella, lo cual justifica con la

frase: “debo estarme arreglando”, disfrazándose y encubriendo sus

sentimientos y lo que todo el mundo sabe de ella y de los demás

miembros de su familia que fueron víctimas de abuso sexual, pero

que todos callan.

Las vivencias de abuso sexual de Estrella, unidas a la dinámica

de funcionamiento de su familia, han sido determinantes en el estado

mental de ésta. Han originado en la paciente una manera de

funcionar regida por el rechazo del malestar y las cualidades

negativas de los objetos que pudieran alterar su equilibrio mental.

Esta defensa de Estrella, permite ver cómo las experiencias no son

asimiladas realmente, incapacitando su análisis y reflexión sobre

ellas. Se puede pensar en estas experiencias como imágenes captadas

99

superficialmente, sobre las que no se permite pensar, porque no

existe un aparato mental que las pueda asimilar y soportar.

En este caso, se pudo observar una atmósfera familiar, en la

que predomina la seducción y la vivencia permanente de un estado

de excitación, a la manera de una “orgía” permanente, donde

predomina lo sensorial, dejando imposibilitada la función de

pensamiento, porque no existe la capacidad de diferenciar las cosas,

objetos y acciones. Ésta atmósfera por ser realmente lo único

conocido, atrapa y no permite pensar en otras opciones para vivir,

que no sea en ella.

3.2. Carlos, el súper héroe de un mundo apuñalado

Carlos, es un adolescente de 13 años de edad, el mayor de 4

hermanos y un bebé en gestación. El paciente inicia psicoterapia

dentro de una institución de protección a la mujer maltratada, en la

cual se encuentra junto a su madre y sus hermanos en situación de

refugio, tras haber sido referidos por violencia intrafamiliar.

Carlos, llega a la institución tras varios días de hospitalización,

por haber sido víctima del ataque de su padrastro. En una discusión

que sostenía este señor con la madre de Carlos, por la constante

demanda de comida de su hijo, agredió física y verbalmente a la

madre de Carlos, quien inmediatamente intentó defender a su madre

de los golpes de su padrastro, y en ese momento fue apuñalado

varias veces en el estómago hasta dejarlo inconsciente.

El registro de ingreso a la institución fue: “Agresión

intrafamiliar a madre e hijo. Menor hospitalizado por graves lesiones

100

físicas, herida con arma blanca”, siendo esto congruente con el relato

ofrecido por el paciente en las primeras sesiones de entrevista.

Con este caso pretendo ilustrar en primer lugar el estado

mental característico en Carlos y su forma de relacionarse con los

demás, observada durante diferentes momentos de las sesiones, lo

cual nos abrió un espacio para pensar en la predominancia de un

tipo especifico de organización psíquica bidimensional, tal cual como

lo describe Donald Meltzer en su libro Exploración del Autismo (1975).

Por otra parte, el análisis del material nos permite plantear la

hipótesis sobre el funcionar de Carlos correspondiente, por su forma

de organización, al de los Supuestos Básicos descritos por Wilfred

Bion (1961), en su publicación Experiencias en grupos, que como se

va a ilustrar, adquiere una forma particular que hemos de llamar la

de súper héroe, tema en el que se ahondará más adelante.

También se pudo apreciar a través del proceso psicoterapéutico

que en momentos se producía un movimiento hacia una organización

tridimensional, donde se puede decir se vislumbran esbozos de un

espacio mental, generado por el genuino sentimiento de preocupación

por su hermano menor y por la experiencia de contención encontrado

en la terapeuta, lo que le permitía pensar, hablar y sentir una forma

distinta de vinculación con los otros. Estos momentos donde se

puede apreciar esta aparición genuina de la capacidad de sentir y

pensar en el otro, se pueden ver en momentos de las sesiones donde

se relaciona con su preocupación por el hermanito menor.

Para ilustrar lo anteriormente expuesto presento en viñetas del

material, las características del estado mental que predominó en

Carlos a lo largo del proceso, a la vez que las que sustentan la

101

formulación de la hipótesis del Supuesto Básico que hemos

denominado de Súper Héroe.

3.2.1.

Así mismo, la cualidad de objeto protector, era percibida por

momentos en la madre, quien se enfrentaba con el padrastro de

Características de los objetos y la relación que Carlos establece

con ellos

En lo que sigue vamos a hacer la presentación de los objetos

más importantes para Carlos y la relación que tiene con ellos.

Durante diferentes momentos del proceso, Carlos se refirió a su

madre, lo cual nos permitió reconocer diferentes elementos que

demuestran la cualidad y calidad del vínculo que existe con ella, sus

características y sus demandas hacia ésta.

La Madre:

En las siguientes viñetas se puede apreciar que Carlos percibe

a su madre como un ser indefenso, atacada por su padrastro, lo cual

según su verbatum, le genera un sentimiento de rabia, al tiempo que

durante las sesiones lo que se percibía era realmente un

aplanamiento emocional contrastante con su discurso. Esto se puede

mostrar en el siguiente fragmento: “porque la agarraba con ella y eso

no me gustaba, me daba mucha rabia que se metiera con ella y

conmigo…”. Esta falta de coherencia entre lo expresado verbalmente

y lo transmitido de forma emocional, nos deja frente a la pregunta

sobre el lugar o destino de los afectos en Carlos. ¿Qué ha pasado con

ellos?, ¿Han desaparecido de la escena psíquica o se han reprimido?.

102

Carlos tratando de evitar más agresiones físicas: “a mi mamá le

pegaba cuando se metía a defenderme.”

Tras la indagación por parte de la terapeuta acerca de qué lo

hacía pensar o sentir el hecho de que su mamá lo defendiera de los

golpes y maltratos de su padrastro, Carlos responde lo siguiente: “mi

mamá es muy buena”, esta frase y lo que el paciente constantemente

refiere de su madre, permite pensar que este objeto es percibido como

bondadoso, por momentos protector y contenedor de las cosas que le

pasaban a Carlos: “Yo le cuento mis cosas a mi mamá, ella siempre

me escucha, y me dice que le cuente las cosas”.

A pesar de lo anterior, la madre de Carlos es vista como alguien

a quien hay que estar atento, puesto que refiere: “Mi mamá a veces es

muy dura conmigo, me regaña y me puede pegar”. Así mismo,

pareciera que esta consecuencia de sus actos no se relaciona con un

juicio o una reflexión sobre los mismos. Es simplemente un asunto

para tener en cuenta y evitar pero que no involucra una dimensión

moral. Carlos dice que esto ocurre tras la demanda de sus amigos del

barrio de ir a robar, frente a lo que manifiesta que no lo hará

pensando en las consecuencias que le traerá con su mamá el hacerlo.

Varias sesiones después, aparece la confesión de que él robaba

en supermercados comestibles, cosa que él no creía que fuera algo

malo, ya que simplemente lo hacía con el fin de obsequiarlos a otras

personas. Durante este momento aparece cómo la mamá de alguna

forma buscaba reprenderlo por estos hechos, aunque sin hacer una

referencia directa al hecho: “Yo me sentía mal, por eso yo creo que mi

mamá me regañaba, ella se daba cuenta de lo que yo hacía…”. En el

103

sentimiento de malestar referido tras ser descubierto robando no se

puede ver un reconocimiento verdadero del acto como tal, sino es

más un malestar generado por defraudar el objeto o por molestia al

regaño, más no una consideración por la persona a la que se roba o

por un reconocimiento del límite entre lo ajeno y lo propio: “… pues si

mi mamá me lo dice debe ser por algo, por eso trato de hacerle caso y

ayudándola así sea estando aquí con mis hermanos, yo sé que eso a

ella la deja tranquila.”

Se puede observar que las demandas de la madre son recibidas

y satisfechas por Carlos, con un afecto que corresponde a la forma de

apego superficial-dependiente-complaciente, pero sin capacidad para

pensar en ello, haciéndolo para que ni él ni su madre se sientan mal,

tratando de ofrecer un tipo de satisfacción y cuidado invertido.

Esto se puede apreciar de igual forma cuando Carlos comenta:

“mi mamá me dice que yo soy el hombre de la casa ahora…”.

Indudablemente la madre ha depositado en Carlos su función de

apoyo y protección de la familia, invirtiéndose las funciones familiares

y poniendo en Carlos obligaciones que él no está en capacidad de

cumplir plenamente, sin poder tampoco reconocer sus limitaciones,

ya que éstas no están a su alcance.

Así mismo, se pueden apreciar ocasiones en las que al parecer

el discurso de la madre es doble y contradictorio en relación a las

demandas de ésta hacia Carlos, pues así como le exige que debe

tomar las riendas, cuidar y velar por la familia, siendo ahora el

hombre de la casa, le dice en otras ocasiones que él no puede ayudar,

104

ya que le falta crecer. Esto se puede ver en el siguiente fragmento de

sesión:

Y yo sé que mi mamá me quiere y quiere lo mejor para nosotros y para mí… pero yo sé que ella siente que le queda muy duro… y yo quisiera poder ayudar pero ella me dice que ahorita no, que aún me falta mucho y que tengo que crecer.

Esto nos hace pensar en una demanda de crecimiento confusa

para Carlos, es una demanda paradójica, ya que de ninguna manera

logrará complacer a la madre, planteando ésta lo malo qué es si crece

y cuida a la familia y lo malo qué es si no lo hace.

En las demandas o sobre exigencias invertidas que hace la

madre con Carlos, se puede apreciar, cómo estas situaciones de gran

confusión para él, lo llevan a actuar y pretender cumplir el rol de

padre, adulto y hombre de la casa:

P: claro, porque ella está embarazada, y no sería bueno dejarla sola. T: te sientes como un protector de ella también… P: claro, yo soy el hombre mayor, el hijo varón más grande, esta mi chiquito Enmanuel (hermanito menor), él es muy indefenso todavía.

Esta exigencia materna unida con la incapacidad de Carlos

para cumplirla debido no solo a que no tiene las condiciones de

desarrollo para cumplirlas, ni un espacio mental interno para

pensarlas ni elaborarlas, lleva a que el niño sea vea impulsado en sus

acciones cierta forma de funcionamiento poco reflexivo y primario que

tiene una imagen de sí mismo omnipotente y alterada, como copia e

105

imitación de figuras e historias de su ambiente cercano, de los

“machos” que centran su poder en la “fuerza física primitiva” y en

“hazañas” de justicia.

El Padrastro:

A continuación se mostrará el tipo de relación que Carlos

estableció con su agresor, quién es también su padrastro.

En los siguientes fragmentos de sesión se puede apreciar como

para Carlos, su padrastro es un objeto que pudiera ser bueno, pero

no se sabe cómo, ni cuándo podría apreciarse en él esta cualidad

bondadosa, única referida en un momento de nuestro trabajo. Así

mismo lo percibe como un objeto desvalorizado, vicioso, dañino,

también envidioso, como se puede apreciar cuando expresa:

Si, él a veces era bueno, pero pues casi siempre se vivía metiendo cosas. …Es que él no puede entender que yo tenía cosas buenas y bonitas. …Si, él es así, como yo trabajaba y lograba ayudar a mi mamá y comprar cositas, eso a él le daba mucha rabia y por eso se metía conmigo, solo conmigo.

Pasa de bueno a envidioso y peligroso de manera secuencial sin

establecer nexos entre ambas características y sin poder entender

tampoco ésta variación. Solo queda una sensación de que es un

objeto que hay que observar, que no es confiable, con quien se

establece una lucha y rivalidad por un territorio.

Durante el trabajo en una sesión, tras la lectura del cuento del

gato con botas, se puede apreciar la dificultad de Carlos para dibujar

el cuerpo del Marqués de Carabas, donde sólo dibuja una cara,

106

frente a lo cual la terapeuta dice lo siguiente: “T: y por qué será que

cuando tratas de dibujar a este personaje no lo puedes completar….”.

Carlos responde: “porque no me sale el cuerpo… ese señor era malo

también…” la terapeuta indaga: “y quién era ese señor….” Y este

responde “pues el Marqués de Carabas, quién también maltrataba al

gato con botas… porque el también quería que él engañara y mintiera

para conseguir cosas…”. Seguidamente la terapeuta interpreta lo

siguiente: “así como tu padrastro, que te maltrataba a ti… el marqués

era un hombre malo, del cual solo puedes recordar su cara…”. En ese

momento de la sesión “el paciente hace silencio… mira la hoja… y

dice…. así son los árboles en el bosque...”, haciéndose notoria una

ansiedad generada tras tratar de pensar en los maltratos de su

padrastro, de manera que niega, evade y se resiste por completo a

pensar en esa situación, desviándose su atención del tema, y

mostrando interés aparente en los árboles del bosque del cuento.

Se puede pensar que la percepción del objeto agresor de Carlos

es alguien que no tiene contornos ni definiciones claras; lo único que

parece permanecer es la forma violenta e inesperada de responder.

En la indagación inicial que hace la terapeuta sobre las razones por

las cuales Carlos estaba en la institución, el niño dice: “ese señor nos

maltrataba, a mi mamá y a mí nos pegaba…”. Pareciera entonces que

se configura en Carlos las cualidades de bondad y agresión, que

producen a su vez que no se pueda establecer claramente una

distinción entre estas dos condiciones y que solamente se responda

reactivamente frente a ellas, lo que dificulta tener claridad sobre la

bondad o la maldad de una situación o de un objeto. Hay entonces

que estar alerta pues no es posible anticipar cómo va a actuar

alguien, pues no se sabe con cierta claridad quién, ni cómo es, lo que

107

a su vez también deja al sujeto sin referentes para entender las

situaciones. Así como se ubica en el lugar del padre, el padrastro,

quien es su agresor, perseguidor y casi lo mata.

La Institución:

Durante el proceso psicoterapéutico emergió un tipo de relación

proveniente del encuentro con la terapeuta y el mundo privado de

Carlos y un tipo de relación con la Institución y el entorno que lo

rodeaba al estar interno en ese lugar. Este tipo de relación pone en

escena lo que psicoanalíticamente se conoce como Transferencia, la

cual hace referencia, según Freud (1910), a la función psíquica

mediante la cual el paciente transfiere inconscientemente y revive en

sus vínculos nuevos, sus antiguos vínculos, sentimientos, afectos,

expectativas o deseos reprimidos o no conscientes. Así mismo,

cuando hablamos del tipo de relación que estableció Carlos con la

institución, se puede apreciar claramente su descontento, cuando

este expresaba sus necesidades, carencias, asi como las constantes

demandas y reproches sobre la situación que vive y que percibe como

amenazante en muchas ocasiones. Esto se puede observar cuando

Carlos, demanda más comida, haciéndose evidente una incapacidad

para saciarse y satisfacerse con lo que el otro le da: “La comida es

muy poquita, y uno no puede decir nada…”, en estos momentos de

queja, se puede pensar en cómo se repiten las escenas vividas en su

casa, donde tampoco se le satisfacía nunca, lo cual era el motivo

principal de las constantes peleas y luchas con su padrastro, las

cuales lo llevaron casi a la muerte.

Se puede pensar que si bien es una percepción de Carlos

acerca de lo que recibe por parte de la institución, también se pone

108

en evidencia de manera literal lo que su madre le expresa a él cuando

le pone en manifiesto sus deseos de obtener más comida: “Le cuento

eso a mi mamá. Pero ella me dice que no se puede hacer mas nada

por ahora”, de nuevo se pone en evidencia la impotencia propia y del

objeto para satisfacer sus necesidades urgentes de aplacar el dolor,

angustia o incertidumbre, como si tuvieran que resignarse a no

esperar nada por parte del objeto, pues estamos frente a la

impotencia del objeto o frente a un objeto impotente. Lo anterior nos

lleva a pensar en lo que Bion (1962) en su libro Una teoría del

pensamiento denomina Conciencia, como el órgano sensorial para la

percepción de las cualidades psíquicas. En Carlos lo que se observa

es la primacía de las cualidades físicas, lo que nos lleva a

preguntarnos por la amplitud de la función de la conciencia.

En las sesiones con Carlos durante la permanencia dentro de

la institución, se pudo observar, por momentos, una aparente

sumisión, al tiempo que su percepción de sentimientos de

desconsideración y amenaza por parte de otras personas que vivían

allí mismo, lo cual nos hace pensar que son también la manifestación

de sentimientos y pensamientos que ya habían existido cuando

estaba en su casa, fuera de la institución. Carlos manifiesta:

Es que a veces siento que aquí nos faltan muchas cosas y que incluso cositas que hemos traído cuando nos vinimos para acá, nos han sido quitadas, como por ejemplo, a mi hermanito, a él le trajimos unos muñequitos y aquí se los quitaron y uno no puede decir nada, porque si uno dice de paso lo regañan.

Se puede pensar que sus inconformidades y quejas constantes,

son la expresión repetida de las situaciones donde se sentía carente

109

de cosas materiales y afectos, despojado de sus cosas, como cuando

su padrastro le quitaba cosas para venderlas y comprar droga.

La terapeuta: proceso transferencia – contratransferencia

Como se expuso anteriormente, en el proceso psicoterapéutico

se pudo apreciar una experiencia compartida, en la que se

manifiestan diferentes elementos característicos de su estado mental,

tales como la voracidad, la envidia, el maltrato, cualidades curativas

y cuidadoras que le asigna a la persona del terapeuta, así como la

emergencia de una estructuración en la relación de la función

continente-contenido que permitió en Carlos un espacio para pensar.

Al inicio del proceso, tras la indagación de la terapeuta sobre la

razón de asistir a psicoterapia, Carlos expresa: “Pues más o menos…

como para que usted sepa cómo fueron las cosas…”. Esta respuesta

muestra que para el paciente este trabajo no es una acción que le

vaya a generar algún beneficio o efecto; por el contrario, siente que lo

que él diga es tomado para beneficio de la terapeuta, con la finalidad

de conocer y extraer la información necesaria para ella y para cumplir

requisitos institucionales.

Este tipo de respuesta es frecuente entre las personas que

reciben atención y refugio en la institución, cuando después de la

inclusión en ella, por un hecho de violencia, Carlos ha sido puesto a

hablar sobre la situación de agresión de la que fue víctima, muchas

veces, donde probablemente en lugar de sentirse escuchado y

legítimamente comprendido, ha sido objeto de investigación, que dará

información para proceder legalmente, donde quizás no haya sentido

consideración por parte del otro sobre lo que pudo haber sentido y

110

significado la agresión de su padrastro y el cambio de estilo de vida al

que fue sometido con la finalidad de resguardarlo de la muerte física.

En la relación con la terapeuta, se puede apreciar que en las

primeras sesiones el paciente no nombraba de ninguna manera, ni

por su nombre, ni con el prefijo “doctora” que comúnmente suele

utilizarse, simplemente era reconocida como una persona más a la

que debía contar su historia. Poco a poco fue cambiando y empezó a

ser percibida como una persona a la que debía obedecer y acatar sus

mandamientos y normas: “Si señora…” expresión que se acompañaba

de una actitud corporal donde se podía apreciar una aparente

sumisión, que corresponde más a una forma de evitar

inconvenientes, aceptando obedientemente los mandatos y lo que

dice, ya que si bien no tiene claro quién es el objeto que tiene al

frente, sí sabe que éste ocupa un lugar de poder dentro de la

institución. La aparente sumisión es entonces una estrategia de

supervivencia frente a objetos (madre y su padrastro) de los cuales no

sabe que esperar, si cosas buenas o cosas que lo dañarán, objetos

que no son estables, ni consistentes emocionalmente. Una reedición

de esta forma defensiva de relación con el objeto se produce frente al

funcionamiento autoritario de la terapeuta que le demanda que

continúe en el proceso con ella, porque eso será de alguna manera lo

mejor que le pudiera pasar: “T: por ahora debes estar aquí. Y

continuar aquí conmigo para tratar de pensar y entender eso que te

pasa por la cabecita y que a veces parece que no se pudiera

controlar…”. Tras esta intervención autoritaria, la terapeuta se

transforma en una aliada más de la institución, haciendo una

reedición de los objetos amenazantes, frente a los cuales asiente,

ubicándose en un lugar distante de aparente sumisión y de respeto:

“Sí, si señora…”.

111

A medida que pasan las sesiones, Carlos va percibiendo a la

terapeuta como un objeto con cualidades distintas a los demás de los

que percibe amenaza. Esto se puede apreciar en la forma como llega

al consultorio, sin necesidad de ir a buscarlo, tal y como se observa

en el siguiente fragmento de sesión:

T: Llego al consultorio y detrás mío llega el paciente, le digo que ya iba a ir por él… y me dice, no yo la vi subir y por eso me vine rapidito… en ésta sesión estaba bastante activo. O por lo menos esa era mi apreciación.

Aquí se puede apreciar cómo el vínculo con la terapeuta va

cambiando; se observa la transición hacia el reconocimiento del

objeto, como un objeto confiable, donde su relación con éste es una

experiencia nueva, en la que aparece en el paciente un deseo genuino

del encuentro con la terapeuta, así como una agradable sensación de

lo que pasa al trabajar con ella. Se puede pensar que se da una

experiencia emocional verdadera en el paciente, contrastante con la

relación que ha tenido hasta ahora con sus objetos.

El cambio en la relación con la terapeuta es evidente a partir de

la sesión No. 10. Carlos empieza a tener actitudes diferentes, en el

ambiente en sesión se sentía que se había abierto un espacio donde

trataba por momentos pensar y rescatar sus objetos internos, así

como su disposición para ayudar y cuidar de manera efectiva a su

hermanito menor. En la sesión No. 13, Carlos empieza a llamar

“Doctora” a la terapeuta, giro en el discurso que nos lleva a pensar el

reconocimiento de un lugar de capacidad, adjudicándole de cierta

forma rasgos curativos.

112

En los siguientes fragmentos de sesión se puede ver como

repetidamente el paciente encuentra en la terapeuta un continente,

haciéndose evidente que a pesar de que el dar quejas y reclamos de la

institución han sido siempre su manera de funcionar, ahora se

permite expresarlos verbalmente y son escuchados por alguien y no

tiene que reaccionar como antes lo hacía, golpeando o discutiendo.

Carlos dice:

Mire, aquí nos maltratan. Yo sé que eso es maltrato. Uno se viene para acá porque supuestamente aquí lo van ayudar a uno y lo van a cuidar y lo que hacen es maltratarlo más a uno. … Hola, mire, estoy aquí porque me regañaron… y me siento mal.

La terapeuta es ahora un objeto de confianza, en el cual puede

depositar sus malestares y angustias sobre la situación que vive en la

institución, haciendo de esto una experiencia nueva, que empieza a

abrir un pequeño espacio interior que le permite ampliar sus

posibilidades de simbolización y comprensión, que hasta el momento

eran rudimentarios.

Conforme avanzó el proceso con Carlos, la terapeuta pudo

apreciar que progresivamente iban apareciendo ciertos momentos de

integración, al tiempo que momentos de mayor capacidad para

pensar y reconocer sus emociones antes de actuar. En la última

sesión se da cuenta de lo nuevo en esa experiencia compartida en las

sesiones; realiza un dibujo libre sobre una hoja azul, en la cual hace

unos puntos y luego los une, formando una figura. Al principio la

terapeuta no lo comprende y tras indagar resulta ser una lancha.

113

Arriba de la lancha dibuja unos triángulos, los cuales explica

que son las montañas que se ven desde la lancha, arriba dibuja un

sol, al que le hace ojos, nariz y boca. La terapeuta seguidamente a la

realización del dibujo pregunta:

T: ¿y ese dibujo?, y el paciente responde: “es que es una lancha…. está en el agua… sabe… toda esta hoja azul es el agua y arriba el cielo… claro que ese si está en el cielo, que también es azul…”. La terapeuta le hace el señalamiento siguiente: “están todos unidos… como uno solo…”, a lo cual el paciente asienta: “sí, claro así es… la tierra está unida… todo es separado pero unido a la vez… así como nosotros… Que somos uno solo pero también estamos unidos a otras personas.

En este fragmento se puede ver el movimiento psíquico de

Carlos, claramente, cuando ahora puede dibujar libremente sin tener

que esforzarse por hacer alguna imitación. Aparecen contenidos de

orden simbólico, en el que se reconoce al otro, a la relación con los

demás y a las diferencias entre los objetos. Seguidamente la

terapeuta le pregunta a Carlos: “¿Y a quién te sientes unido tú?”, y

Carlos responde: “pues a mi familia… somos una familia… a mis

hermanitos y a mi mamá… y cuando vengo aquí, a usted… que

hablamos y usted habla conmigo y me escucha…”.

Se puede ver como siente que con la terapeuta se ha creado un

vínculo estable, que lo hace ubicarla al lado de su familia; representa

un continente donde se le permitió dar forma a su malestar.

114

3.2.2

Su incapacidad de quedar satisfecho lo lleva a querer más y

más satisfacciones de tipo físico, en este caso comida o acción,

asuntos que se ven restringidos en el refugio y que lo llenan de

insatisfacción y malestar. ¿Qué significa está necesidad imperiosa de

Movimiento de los estados mentales durante el proceso

psicoterapéutico

A continuación se mostrará cómo, durante el proceso

psicoterapéutico con Carlos, se vieron expuestos diferentes estados

mentales, así mismo cómo la emergencia hipotética-deductiva de un

tipo de funcionamiento mental al cual hemos denominado el

Supuesto Básico del Súper Héroe.

Una característica importante y predominante en la manera de

funcionar de Carlos, es la voracidad, aumentada cuando las

privaciones intensifican las pulsiones agresivas, acrecentando así la

frustración y la ansiedad persecutoria. La voracidad es un deseo

vehemente, impetuoso e insaciable que excede lo que el sujeto

necesita y lo que el objeto es capaz y está dispuesto a dar. Se trata

del deseo de vaciar, es decir, predomina la introyección destructiva.

(Klein, 1957). Se puede apreciar esta condición en el paciente cuando

hace referencia a sus sentimientos al estar dentro de la institución,

tal cual como se puede observar en la siguiente viñeta clínica: “Pero

igual a veces me siento mal aquí sin hacer nada. Me aburro mucho y

siento que yo pudiera ayudar… pues como hay que dar de comer,

porque aquí eso me tiene aburrido también, siempre quedo con

hambre…”.

115

comer que no se sacia, o que se activa cuando Carlos no puede andar

libremente y siente la restricción motora?.

Esta Voracidad se puede apreciar también en la segunda

sesión con Carlos. Durante esta sesión, Carlos dibuja en una hoja

blanca una casa, a su lado dibuja un carrito. Tras la indagación de

la terapeuta sobre su dibujo, éste responde:

P: es una casa, grande, como ésta, lejos, como ésta… T: que a veces parece como una cárcel… P: pues si y no, porque yo me puedo ir. Pero no se puede hacer aquí nada. No hay libros, no hay nada que hacer, te regañan, no te dan mucha comida.

En estos fragmentos de sesión se puede ver como se encuentra

insatisfecho de su estancia en la institución, insatisfacción que repite

respecto a situaciones que ha vivido, con un discurso que contiene

una queja persistente de la situación que vive y en la constante

demanda de cosas.

La voracidad se puede observar de nuevo en relación a la

institución y los sentimientos que se despiertan al vivir en ella, donde

además de su vehemente deseo por tener cosas se manifiestan ciertos

rasgos de envidia hacia lo que los demás tienen y que él carece. “P: es

que es por el dinero, digo yo, porque vale, aunque por lo menos aquí,

a veces hay unos que ni se la acaban y a mí no me dan suficiente

comida….”. Si bien, aquí se puede pensar que hay un elemento

importante institucional, lo que principalmente llama la atención es

la emergencia de él por el alimento, lo que se encuentra en total

relación con las discusiones que mantenía con su padrastro y las

cuales fueron el motivo de la agresión que casi lo lleva a la muerte.

116

Esto nos pone en evidencia en Carlos un rasgo importante con

el cual el funciona en su cotidianidad: primacía de la voracidad y

acompañado de un sentimiento constante de insatisfacción, como si

lo que se le ofreciera como satisfacción no alcanzará a alimentarlo, y

de la misma manera como si lo que llegase se esfumara, como si no

hubiese un continente que permitiera su almacenamiento y digestión

apropiada.

Esta condición característica de Carlos nos lleva a pensar en el

funcionamiento bidimensional descrito por Meltzer y otros (1975), en

Exploración del Autismo, funcionamiento que se relaciona con

dificultades en la constitución de la fantasía de un espacio interno o

mental y de su equivalente en los objetos, careciendo entonces de

interioridad.

Cuando decimos que Carlos opera bajo un funcionamiento

Bidimensional, nos referimos al predominio de la copia en detrimento

de la imaginación o la fantasía. Encontramos los siguientes

elementos que lo sustentan:

• Carlos repite en su accionar y en su discurso, escenas de

historias del contexto social en el que vive de personajes que

representan súper héroes.

• En el funcionamiento Bidimensional, el mecanismo utilizado es

la Identificación Adhesiva, la cual se relaciona con los

fenómenos de imitación que toman en consideración elementos

formales y superficiales de los objetos.

• Este mecanismo tiene relación con la dificultad para la

construcción de un objeto continente, registrado en su lugar

117

sólo sensorialmente; se toma como modelo las experiencias de

la piel (Bick, 1968) tanto en su función de registro como de

límite.

• Se puede apreciar la aparición de pensamientos concretos, que

reflejan la no elaboración, ni reflexión acerca de la tarea que

realizará.

Pareciera que el fin de su necesidad apremiante es en sí misma

una forma de apaciguar otras urgencias y otros sentimientos de

malestar que no remiten otra significación sino que denuncian su

falta. En la tercera sesión en relación con un dibujo que realizó

donde dice “Me quedó raro” y tras la indagación de la terapeuta

acerca de la rareza de dicho dibujo, éste responde: “no sé, debe ser

porque no estaba viéndolo en ningún lado…”. Lo raro se refiere a que

no tuvo un objeto para copiar y para saber si estaba o no estaba bien

elaborado, quedando solo una sensación de rareza que no puede

explicar plenamente. Raro porque no puede estar seguro de lo que

realiza si no tiene el modelo para poder contrastar, lo que hace

pensar que lo raro proviene de sí mismo.

Se pueden apreciar características del funcionamiento

bidimensional cuando Carlos relata la historia pre-fabricada del

dibujo de Mickey Mouse que realizó durante la sesión No. 3: “no sé,

quizás para pedirle ayuda. Porque se le accidentó el carro, como ellos

tienen un carrito… o por lo menos así dice en la televisión cuando

salen ellos”. Esto muestra nuevamente la falta de imaginación de

Carlos y que en su lugar recurre a la copia de retazos de historias de

la televisión, las cuales no tienen ninguna elaboración, ni una clara

conexión entre sí.

118

El modo de funcionar de Carlos, se encuentra determinado por la

imitación y repetición de conductas y expresiones verbales, como las

de la madre, las cuales repite constantemente. Esto se puede apreciar

en la siguiente viñeta: “por lo menos aquí tengo a mi familia… y es

que debemos mantenernos unidos para poder salir adelante”. Este

eslogan de pensamiento, nos indica como en lugar de pensar y

reflexionar acerca de su situación en la institución y de ellos como

familia, se refugia de alguna manera en la copia de expresiones

verbales de su madre.

3.2.3.

A continuación se presentarán fragmentos de las sesiones de

Carlos, donde se pueden apreciar características del funcionamiento

mental que se han establecido como supuesto básico descritos en el

marco teórico referencial. Así mismo, se puede observar que si bien

Carlos funciona con ciertos rasgos específicos, que definen los

supuestos básicos tradicionales planteados por Bion (1961), como el

Supuesto Básico de Dependencia, de Ataque y Fuga y el de

Apareamiento, durante el análisis del material de Carlos aparecen

nuevas características que configuran una condición diferente, que se

basa en la utilización de construcciones fantásticas de situaciones y

personajes, los cuales crea con la finalidad de salvar al mundo, a sus

objetos, con características irreales y míticas. Para este fin vamos a

establecer una diferenciación entre lo que hemos de llamar

construcciones imaginarias de lo que sería propiamente la fantasía.

Éstas últimas suponen una identificación y elaboración de los

objetos, del sí mismo, de la relación con el objeto y de su respuesta,

para lo que se requiere la existencia de un espacio interno,

El líder estereotipado del Súper Héroe

119

característico de un funcionamiento tridimensional y

tetradimensional.

Las construcciones fantásticas a las que hacemos referencia,

como principal característica de las elaboraciones que hace Carlos en

sus cuentos e historias, surgen de la copia, imitación y repetición de

imágenes y expresiones verbales que él observa y oye en su entorno,

más claramente tomadas de eventos de su contexto, de historietas y

cuentos infantiles de la televisión, donde sus protagonistas son

personajes con poderes especiales con los cuales se defiende e

intenta alejarse y alejar a los suyos del mal. Esto mismo, que Carlos

observa a su alrededor lo utiliza sin elaboración alguna en su

discurso y en su hacer en las sesiones, donde utiliza el dibujo y las

expresiones fantásticas de los personajes como si fuesen suyas,

imitándolas y repitiéndolas, lo cual nos permite hacer el

planteamiento de la hipótesis sobre un nuevo supuesto básico, al que

denominamos el del Súper Héroe.

Con las características de funcionamiento mental bajo

supuesto básico y de funcionamiento bajo la bidimensionalidad,

anteriormente descritos, surge nuestra hipótesis sobre la

construcción de un líder especial, donde predominan los rasgos de

pensamiento o acción ya mencionados, y a su vez se suman a ellos,

las construcciones fantásticas donde no hay ningún tipo de

elaboración real, que tenga como esencia una verdadera elaboración

de pensamiento, sino que se queda en lo superficial, la copia e

imitación, por momentos tomando elementos reales de su vida y

añadiéndolos a las historias, haciéndose evidente la repetición de este

esquema de funcionamiento en Carlos, donde a lo largo del proceso,

se expuso a través de cuentos, historias, dibujos y relatos de su

120

cotidianidad, grandes montos de omnipotencia, falta de imaginación,

superficialidad y apiñamiento de ideas que distan de un pensamiento

reflexivo y analítico.

En la sesión No. 10, se puede apreciar la característica del

supuesto básico de apareamiento, tras las indagaciones sobre el

dibujo de un paisaje con una casa a la orilla del mar en Cartagena.

Carlos percibe que él y su familia se encuentran potencialmente

amenazados, de manera que se produce la esperanza mesiánica de

que el aislamiento geográfico será una manera de salvar a su familia.

Esto se puede apreciar cuando plantea que se quiere ir a vivir allá, y

la terapeuta le señala que es como si el cambio de ubicación

geográfica al parecer seria lo único que realmente pudiera generar un

cambio real y beneficioso para su vida. Carlos responde

afirmativamente lo siguiente: “es que eso es muy importante para

mí… yo sé que si quizás nos alejamos de aquí, no nos veremos con lo

mismo que hemos pasado…”, poniendo en evidencia sus ideas de

cambio de ubicación geográfica, huida, como lo único que pudiera

salvarlos del persecutorio entorno en el que vive el con su familia. Su

mente se ocupa de repetir de manera incoherente historias

fantásticas salvadoras, sin un reconocimiento real de lo que el salvar

implica.

Las construcciones fantásticas consisten básicamente en la

elaboración superficial de historias y cuentos a partir de la copia de

imágenes visuales y cuentos infantiles, a los cuales le añade en

ocasiones ideas de forma desordenada y sin conexión alguna de

situaciones de su vida. Estas construcciones siempre tienen como

protagonista un personaje, líder u objeto con súper poderes, el cual

se encarga de salvar a su gente, venciendo a los malvados y villanos

121

que tienen como propósito, matar, robar, pelear y hacer en general el

mal.

Como características más relevantes en las historias, siempre

se tiene la firme convicción de que existe un enemigo, al que se debe

atacar o huir de él, el mal o malo siempre es externo y la única

actividad defensiva frente a dicho objeto es la destrucción o su

evitación, característica propia del supuesto básico de Ataque y fuga.

En la forma de funcionamiento que estamos describiendo, este

ataque y huída se produce de la reproducción imaginaria sin

elaboración de los roles, acciones y tareas que los superhéroes de las

caricaturas o de los villanos de su barrio, de la TV, llevan a cabo. Así

mismo, se encuentra inmersa en la trama de sus historias, la

creencia de que sin importar cual fuere el problema y las condiciones

de vida, algún hecho futuro o un ser con súper poderes los resolverá,

él encarna a este personaje.

Se presentan a continuación fragmentos de sesiones donde se

puede apreciar, en el relato de cuentos e historias creadas por él, la

ficción y superficialidad de las que dota el contenido de las mismas:

Érase una vez una ciudad donde reinaba la enemistad. Era gobernada por un rey malévolo llamado Malog. En la búsqueda de la felicidad aparece un hombre poderoso llamado Ninja gayden, quien esperaba hacer justicia y liberar a la ciudad del mal, mientras tanto en la ciudad de noche robaban tesoros guardados por el rey y los demás habitantes de la ciudad vivían asustados temiendo que los robaran o maltrataran. Los dos hombres que la gente tanto temía se hacían llamar los hermanos trinca, eran dos jóvenes que habían crecido en su vicio de hurto. Querían las cosas de manera fácil. Mientras tanto en la ciudad luchando un

122

hombre poderoso y bueno que se llamaba Ninja gayden que en su pasado había vivido algo espantoso como el maltrato y el robo, el robo hecho por los hermanos trinca. Un día los hermanos trinca salieron en búsqueda de lo que necesitaban y nuestro superhéroe los cachó robando y les dijo que no hicieran eso, porque es malo quitarle las pertenecías a otras personas y estos respondieron, no sea metido, váyase o si no lo chuzo. Entonces Ninja gayden utilizó la fuerza bruta y arremetió contra ellos dejándolos inconscientes y desde ese día nadie los volvió a ver y la ciudad volvió a la normalidad. Fín.

En el anterior fragmento se pone en evidencia la inversión de

los valores morales o socialmente aceptados, cuando expone a los

hermanos trinca, viciosos y ladrones a los que la gente temía y

quienes conseguían las cosas fácilmente. Y la omnipotencia del líder

que puede con todo solo y que es más fuerte que todos. Estas son

escenas fantásticas tomadas de los dibujos animados, mezcladas con

eventos de su entorno.

Posteriormente en otra sesión, se trabaja con Carlos en la

elaboración de un rompecabezas. Este inicia con el dibujo de un

paisaje citadino. En el relato sobre lo que había dibujado, expresa:

“pues es un país…. Es un país soñado… es muy bonito… todo es

bello, limpio, ordenado, no hay robos… todo es como una

maravilla…”. Así mismo, la terapeuta le dice: “como si fuera el país

que tu tanto deseas”, a lo cual este responde: “si… así, con una casa

como esa… para mi mamá y mis hermanos… donde ellos puedan

tener las cosas buenas que quieran y puedan jugar, salir, aprender

sin peligros… sin gente mala…”. A lo que la terapeuta expresa: “sin

gente mala como la que te tocó enfrentar a ti…”, y el paciente

123

seguidamente asienta: “claro… no debe haber gente así, porque si no

se daña la maravilla… y se dañan las cosas…”.

En el anterior relato de sesión se puede apreciar, como es la

idea fantástica en el paciente, de obtener cosas, y situaciones nuevas,

pero lo que prima en él, es la omnipotencia y el no reconocimiento de

sus capacidades y de su situación emocional, intentando a través de

la imaginación concreta negar su realidad. Más claramente en esta

sesión se puede ver la omnipotencia del objeto, cuando tras la

intervención de la terapeuta, al hacer el señalamiento de que ese se

parecía al país después del rescate del súper héroe Ninja gayden, este

contesta: “pues así debió quedar después de que él los libró del mal

de las ratas…es como cuando uno vence obstáculos… para lograr lo

que uno quiere…”.

En las historias expuestas por Carlos, por momentos se puede

apreciar la desconexión entre los hechos y la historia, característica

propia del funcionamiento bidimensional y de las construcciones

fantásticas. Esto se puede ver claramente en una sesión en la que

Carlos plantea que su situación de vida es pasajera, como si no

tuviese relevancia o significación alguna lo que sucedió y el estar

ahora viviendo en la institución. Aparece de nuevo el pensamiento

mágico-omnipotente de que luego las cosas van a ser mejores, sobre

todo si continúa unido a su familia. Es claro en que Carlos no hay un

pensamiento reflexivo que le permita pensar en soluciones reales

sobre lo que vendrá después, y sobre cómo conseguir las cosas: lo

que aparece son ensoñaciones o sueños diurnos que carecen de

sustento y que por tanto no enriquecen la vida que le ha tocado vivir.

(Winnicott, 1971)

124

En el siguiente fragmento se puede apreciar como Carlos,

dibuja una lancha y en su relato de nuevo se repite la característica

de una construcción fantástica, en la creación de una historia con la

cual explica lo que dibujo:

Era una lancha de los deseos. Una lancha transformers que viajaba de país en país, le gustaba llevar personas a bordo y se divertía llevando turistas, visitando países como Brasil, Berlín, España, Toscana, lo que la lancha no sabía era que era mágica, y podía cumplir deseos como riqueza o felicidad, la lancha le regalaba cosas y dinero a las personas, compraban lo que querían y eran felices comprando y regalando, siempre estaban contentas, porque tenían las cosas que querían, y por eso eran muy felices.

En ese momento la terapeuta le dice si le podía contar más

sobre la lancha, a lo que este responde: “no, más nada… es que era

así… mágica y poderosa, solo quería hacer el bien y hacer felices a las

personas.”, contenido que es totalmente una copia y repetición de

una imagen fantástica sobre el bien y la riqueza, donde de nuevo se

ve la ausencia de una capacidad de reflexión sobre lo que puede

pasar o sobre lo que significa el bien en sí, solo poniéndolo como algo

externo y lo único por lo que hay que vivir. El tiempo es oscilatorio,

siempre girando en torno a un eje temático central incoherente y sin

reflexión alguna sobre el desarrollo de la historia.

Otra producción dentro de una de las sesiones de Carlos, es

cuando este le dice a la terapeuta que quiere dibujar un Winnie Pooh,

un oso de los dibujos animados. La terapeuta le pone a disposición

los materiales necesarios para dibujar, y este le dice que desea

125

hacerlo diferente, que quiere hacerlo distinto. Después de que

termina de dibujarlo, le explica a la terapeuta, que lo dibujó con una

cometa, la cual se puede apreciar como la única diferencia existente,

entre el oso de este dibujo y el simple oso sin objetos al que se puede

ver en la realidad. Así mismo, en torno a este dibujo se suscita un

diálogo con la terapeuta donde el paciente dice lo siguiente:

P: está en una cometa, sabe… como las que se vuelan en Agosto… T: y pooh a donde irá en esa cometa… P: está volando… vuela… quizás a conseguir miel… dulce miel, el come miel, y es lo que más le gusta… T: o sea que pooh vuela para poder conseguir su alimento… ¿y adonde tiene que ir a conseguirlo? P: pues al bosque… T: ¿y cómo es ese bosque? P: ¡huy!… es bien lejos de donde estaba… Pero es bello, aunque hay animales que no son los amigos de él, y también esta Christopher Robin que es un amigo de él, y lo puede ayudar a conseguir la miel… T: ¿Dónde estaba entonces pooh? P: pérdido, se había pérdido en el bosque… por andar buscando miel…

En lo expresado por el paciente en el diálogo con la terapeuta,

se pueden apreciar varios momentos que permiten ver el

funcionamiento de Carlos bajo supuesto básico. Esta creación por

parte de él, aparentemente diferente de un oso, no es otra cosa que la

simple copia del dibujo animado original, adherida al contexto del

tiempo de cuando se realizó la sesión. Ésta sesión se realizó cerca al

mes de Agosto, mes en el que comúnmente se vuelan cometas,

colocando su deseo de este tipo de acciones en el dibujo del oso, la

repetición de las historias de la vida de Winnie Pooh en los cuentos

126

de televisión. Así mismo, la aparente elaboración que pudiera haber

en el contenido de la historia, no deja apreciar profundidad alguna,

ya que son situaciones de su cotidianidad y de la realidad en las

historias de televisión que están pegadas al cuento, donde no existe

reflexión o análisis alguno para su elaboración.

Con lo expuesto anteriormente se pretendió sustentar con

bases en los relatos y elaboraciones del paciente durante el proceso,

como predominó en él un funcionamiento bidimensional y estados

mentales bajo supuesto básico, donde los impulsos emocionales se

pueden ver expresados como construcciones fantásticas, mágicas y

omnipotentes, caracterizándose por sus contenidos irreales e

irracionales, elaboradas con la finalidad de evitar la frustración,

originada por las experiencias vividas, las cuales al intentar

contactarse con ellas se producía dolor, esfuerzo y malestar real. Así

mismo, la hipótesis se deriva del análisis y reflexión sobre la

construcción de un líder estereotipado que surge de la observación y

análisis del funcionamiento mental de Carlos, donde predominan las

características de estados mentales de supuesto básico de

apareamiento, dependencia ataque y fuga, descritos anteriormente,

incluyendo como rasgo principal diferenciador de los demás, las

construcciones fantásticas, donde predominan constante y

repetidamente el elemento mágico, sin elaboración, sin reflexión e

internalización, de lo que acontece en su realidad, sino que se

producen imitaciones, copias y repeticiones de realidades de su

entorno y el mundo.

127

3.2.4. En el portal del funcionamiento tridimensional

A continuación se va a exponer el movimiento psíquico en

Carlos de un funcionamiento bidimensional a la entrada por

momentos al portal de la tridimensionalidad, producto del trabajo

psicoterapéutico de contención por parte de la terapeuta y de la

genuina preocupación y amor de éste por su hermanito menor.

En el funcionamiento psíquico de Carlos, puede verse la

necesidad de cuidar, como característica relevante, y se puede

apreciar esto en los momentos en que manifiesta que su hermano

necesita de él, de su protección, cuando le explica a la terapeuta

sobre su llegada tarde a la sesión, donde expresa:

Llegué tarde porque estaba con mi hermanito. Me tocó cuidarlo a mí, pues mi mamá salió a trabajar, y él es muy apegado conmigo. El se pone a verme dibujar y yo lo dejo que haga cositas, el es tranquilo cuando está conmigo… es muy bonito. La terapeuta pregunta sobre cómo se siente cuando está con él, a lo que Carlos responde: bien, es mi hermanito, y sé que debo cuidarlo… además aquí tengo que cuidarlo porque hay otros niños como Tomas que son muy groseros y me le pueden hacer daño… además tengo que tenerlo alejado de él, porque no quiero que me aprenda esas cosas malas de Tomas.

En estos fragmentos de sesión se permite apreciar el genuino

sentimiento de pensar en el bienestar del otro, haciéndose evidente

en el cuidado de su hermanito menor, lo que psíquicamente nos hace

referencia a cómo se abre el espacio mental en donde se permite

pensar y sentir cosas genuinas por el otro, en este caso, su

hermanito.

128

A partir de la décima primera sesión se puede apreciar un

movimiento hacia un funcionamiento tridimensional, donde Carlos,

manifiesta verbalmente su preocupación por su hermanito, al

querer protegerlo de otros niños dentro de la institución. Se percibe

como genuino el deseo de proteger a su hermanito de la hostilidad y

violencia. Esto es un indicio del movimiento psíquico que se ha dado

en Carlos, donde presuntamente la necesidad de contener y

resguardar a su hermano posibilitan un pensamiento y reflexión por

momentos. Estas características psíquicas de ser un objeto que

puede contener se dan cuando en el psiquismo han sido

experimentadas vivencias de ser contenido y reconocido

legítimamente por otro objeto, función que ha cumplido en este caso

la terapeuta. Así pues, se puede observar en la interrupción de una

sesión con Carlos, a la cual entra el hermanito, el tipo de vínculo que

existe entre ellos. En la siguiente viñeta de sesión se puede apreciar

más claramente esto: “T: se oye un fuerte golpe en la puerta del

consultorio y un llanto… a lo que respondo abriendo la puerta y era

el hermanito menor de Cristian… se mete al consultorio y se lanza en

los brazos de Cristian…”. La terapeuta como reacción tras la

interrupción de la sesión plantea que si desea se puede terminar con

la sesión por ese día, a lo cual el paciente responde: “no, él se queda

tranquilo… mire…” y así mismo comienza a jugar y hablar con el

pequeño, poniendo en evidencia la buena relación que tienen, y como

realmente se encuentra interesado en su hermanito. Esto se puede

demostrar con los siguientes fragmentos de la sesión narrados por la

terapeuta:

Carlos agarra unas ranas que estaban puestas sobre el mesón, y se los pasa a su hermanito. Se pone a jugar con

129

él. Le muestra a su hermano las ranas y les pone nombres a cada una de ellas, Pedrito, Juanito, Pepito. El bebé respondía cuando su hermano le hablaba. Me limité por un rato a observar lo que estos hacían. De alguna manera Carlos funcionaba en el juego con el papel de moderador de las ranas, donde las llevaba al cuerpo de su hermanito y hacia cosquillas, este se reía y se lanzaba en sus brazos. Durante estos momentos no hice intervención alguna. Solo me pude detener lentamente a admirar cuan buena era la relación de estos dos hermanos, donde sin duda alguna Carlos es una figura muy importante y de amor para su hermanito.

En Carlos se puede, apreciar en otros momentos del proceso,

ese movimiento psíquico donde genuinamente disfruta colaborar,

interesándose en los demás y sintiéndose útil, ya que se siente capaz

de ofrecer su ayuda de forma tal que ya no es una obediencia a las

ordenes y mandamientos de su madre o de la institución. Esta

manera de colaborar, refleja la capacidad de reconocer al otro,

sintiendo un genuino interés por lo que hacen y son realmente las

otras personas, disfrutando el contacto con otros niños, cuidándolos

y jugando con ellos, de manera que se siente un objeto confiable,

bondadoso y capaz de cuidar al otro, tal como lo hace con su

hermanito. Este movimiento evidenciado en Carlos, es un avance

importante en su manera de vinculación con los objetos, pudiendo

ver sus necesidades, reconocerlas y atenderlas de forma apropiada,

demostrando claramente la importancia de las relaciones

significativas que permiten ver en el otro algo de sí mismo, unidas a

experiencias repetidas de contención y de un objeto que presta

atención. Esto se puede apreciar claramente en una sesión donde la

terapeuta llega a la institución y lo encuentra con un bebé en los

brazos, a lo que éste le comenta que es el bebé de una señora que

también vive allí, y que se lo estaba ayudando a cuidar, pero que

130

igualmente se lo va a entregar para poder subir al consultorio.

Posteriormente a esto, la terapeuta indaga sobre lo que le hace sentir

el estar con los otros niños, a lo que él responde: “Pues, no sé… es

rico, porque también estoy ayudando y eso me hace sentir bien…”

haciéndose con esto evidente de alguna manera, como se va sintiendo

capaz de ayudar y abrir un espacio dentro de él donde los demás

también puedan encontrar alguien con quién contar al menos para

jugar o recibir cuidados y protección.

A diferencia de las primeras sesiones, al final del proceso, se

puede ver como Carlos puede reconocer el dolor y la fragilidad del

otro, lo que nos permite pensar en que existe por momentos la

capacidad de sentir y contactar aspectos suyos dolorosos y su

capacidad de iniciar alguna reparación en los demás. Uniendo esto al

cambio que se percibe en él, donde se siente más energía y vitalidad

en su discurso y comportamientos. Esto se hace evidente al mostrarle

a la terapeuta dibujos que realizó, que si bien seguían siendo copias

de imágenes, en estas había un tono diferente en su significado,

donde se podían ver rasgos que las diferenciaban como el color,

movimientos y expresiones faciales de sentimientos.

En los siguientes extractos de sesiones finales del proceso de

psicoterapia con Carlos se puede apreciar la capacidad de expresar

claramente lo que siente, a través del lenguaje escrito. En la primera

viñeta, se expresa cómo la respuesta a la rabia y sentimientos de

malestar tras sentirse atacado dentro de la institución, ahora es

expresada de una manera distinta a como quizás hubiera respondido

en otras ocasiones, donde probablemente no lo hubiera manifestado

o se hubiera dejado llevar por sus impulsos (golpes, insultos). Carlos

redacta una carta donde pone de manifiesto sus sentimientos y lo

131

que piensa acerca de la situación actual que se vive dentro de la

institución.

¡Ya sé! Señores del Club Michin: el motivo de esta carta es para que sepan lo que sucede en el hogar casa Leonor. El maltrato que se está dando, que nos prometieron que llegando al Hogar Michin no habría maltrato y no se está cumpliendo. Por ejemplo: en una casa con una familia hay maltrato, uno de sus acudientes de la familia lo habla con la policía y la policía ordena protección a la familia. Los mandan a un hogar y en ese hogar también hay maltrato por decir los hermanos de esa familia son maltratados física y verbalmente por otros niños del hogar. Les pegan y hay palabras obscenas y no les dicen nada, ni la mamá, como si uno estuviera jugando. Atentamente: Carlos.

Posteriormente la terapeuta indaga sobre lo que él cree que

pasará tras la escritura de dicha carta y Carlos refiere que quizás no

se den cambios, pero se expresa de tal manera que se puede pensar

que en su pensamiento empieza a existir la reflexión, cuando dice lo

siguiente:

Claro, es que es muy difícil, pues yo no quiero que pasen por lo que yo pasé, y por eso trato de aguantarme y controlarme para no responder con violencia, pero es que se que va a llegar un punto donde quizás no me aguante y vaya y le caiga a golpes a ese niño, además es que es un mal ejemplo, es grosero, yo a veces le digo las cosas y me hace gestos con las manos y me dice palabras obscenas. Es difícil aguantarme eso, por eso prefiero encerrarme en mi cuarto.

Para finalizar se puede decir que en Carlos durante el proceso

de psicoterapia, se pudo apreciar un movimiento en su manera de

132

funcionar bidimensional hacia la entrada a un espacio

Tridimensional, esto generado por dos elementos fundamentales en el

proceso, los cuales fueron en primer lugar, la experiencia con la

terapeuta de la cual recibe una mirada distinta y un reconocimiento

genuino. Siendo ésta a su vez contenedora, brindándole a Carlos un

espacio terapéutico en el cual poder hablar, depositar sus ansiedades

y contenidos, y por momentos elaborar sus experiencias vividas,

generándose una atmósfera nueva de protección y contención que le

permitió pensar sobre sus actos y experiencias pasadas. Y en

segundo lugar, la relación de Carlos con su hermano menor, donde

éste buscaba genuinamente protegerlo y brindarle los cuidados

necesarios, de manera que no corriera el peligro al cual él estuvo

sometido.

3.3. Daniel, el crecimiento psíquico a partir de la experiencia

emocional

Daniel es un paciente de 16 años, alto, de contextura gruesa,

piel trigueña, ojos y pelo color marrón, su vestimenta durante el

proceso psicoterapéutico casi siempre fue con el uniforme escolar,

siempre impecable. Durante los primeros meses, aproximadamente 6,

siempre estaba cubierto de una chaqueta enorme, que daba la

impresión de estar adherida a su cuerpo. El paciente, asiste a

psicoterapia por remisión de la psicóloga de su colegio. El motivo de

consulta que expone en la entrevista es: “La psicóloga del colegio me

dijo que tenía que venir para que me trataran mi timidez”, “es que no

quiero ser tan tímido, quiero poder exponer en clase, los días que me

toca exponer no voy a clase”.

133

Daniel es el menor de tres hermanos. Vive desde hace 5 años

con su hermano Manuel, quien tiene 19 años. Su padre vive en

Bogotá, con él no sostiene una relación muy cercana, Daniel

escasamente se comunica con éste cuando necesita dinero, pedido al

que su padre casi nunca responde. Su madre vive en Estados Unidos

desde hace 5 años, durante este tiempo ha venido a Colombia una

sola vez durante 15 días, el año pasado en Diciembre. Su hermano

mayor, vive desde hace 8 años en Estados Unidos, con él no hay casi

ningún tipo de contacto.

La madre de Daniel siempre ha sido el sostén económico de la

casa, ya que el padre nunca se ha ocupado de los gastos y

necesidades de sus hijos. Los tres hermanos son de la misma mamá

y el mismo papá.

La madre de Daniel decide irse a vivir en Estados Unidos,

cuando éste tenía 11 años, porque su pareja (papá de sus hijos) la

maltrataba, la golpeaba y la agredía verbalmente. Después de la

partida de la madre, durante un año, el padre continúa viviendo con

Daniel y con Manuel por petición de la madre, a cambio de pasarle

dinero mensualmente para cubrir todos los gastos y necesidades de

la casa, incluidos los de él.

Al año, empiezan grandes discusiones entre Manuel y su padre,

debido a reproches constantes por parte de Manuel hacia éste, por no

trabajar ni aportar nada para el sostenimiento de la casa. Por las

constantes agresiones y discusiones, el padre se va de la casa sin

avisar y deja solos a sus dos hijos menores de edad en ese momento.

134

Durante los cinco años de ausencia física de la madre, ella se

comunica vía telefónica casi todos los días con sus hijos. Las

actividades cotidianas de Daniel son asistir al colegio, asistir a

ensayos de piano, música y a psicoterapia. El proceso de psicoterapia

con Daniel, se interrumpe por su partida a vivir en Estados Unidos

con su madre.

Al inicio del proceso, se puede ver en Daniel, a un niño juicioso,

puntual en el horario de las citas. En la mayoría de las sesiones se

sentaba, colocaba a un lado de la silla su maleta escolar y sacaba

una agenda, la cual abría y pasaba sus páginas recordando y

puntualizando notas que había hecho durante la semana.

La elección de este caso clínico dentro del marco de esta

investigación, se hace por tener como base, en primer lugar un

paciente con una madre que ha sido maltratada por su pareja, en

segundo lugar, y por ello no menos importante, un adolescente que

ha vivido alejado de su madre por 5 años, quien ha estado presente

económicamente y un padre presente por momentos física y

totalmente ausente en sus funciones paternas, tanto físicas como

emocionales.

En el proceso psicoterapéutico de Daniel, nos enfocaremos en

dos momentos específicos, que permiten ilustrar el movimiento

psíquico que se evidenció durante el trabajo con la terapeuta. En un

primer momento se ilustrará a través de la utilización de viñetas

clínicas de las primeras sesiones del paciente, el estado mental y la

percepción de los objetos más significativos de éste. Y en el segundo

momento, se hará énfasis en la transición del paciente de la

dependencia e indiferenciación con el objeto materno hacia la

135

autonomía e independencia, donde se reconoce como sujeto, logrando

a partir de una experiencia emocional verdadera con la terapeuta,

contactar sus sentimientos y expresarlos.

A continuación, se dará inicio al análisis resultante de la

revisión del material clínico de Daniel, durante las primeras sesiones

de trabajo psicoterapéutico. Durante éste apartado se hará énfasis en

la relación que tiene con sus padres y el estado mental predominante

en el paciente.

3.3.1.

A partir de la separación de Daniel con su madre, su relación

se ha regido por el seguimiento y cumplimiento de un patrón de

reglas, normas y órdenes impuestos por la madre y que Daniel debe

Percepción de Objetos y Estado mental de Daniel

Durante las primeras sesiones de psicoterapia, Daniel a través

de la narración de sus experiencias, puso en evidencia la percepción

que tiene del objeto materno. Con el cual se pudo apreciar la escisión

de las cualidades de los objetos, producto de la separación entre sus

padres y con él. Esta escisión nos hace referencia a la creencia y

percepción de que cada objeto es representante único de cualidades

buenas o inservibles para el sujeto. Un ejemplo claro de ello en este

caso, es la percepción que tiene el paciente de su madre, como un

objeto bueno en su totalidad, idealizado, visto como el único objeto

benefactor y proveedor de las cosas materiales que necesita para la

sobrevivencia, donde no hay cabida para descalificativo alguno o

rasgo negativo que indique lo contrario. Mientras que del padre,

Daniel, percibe un objeto en su totalidad inútil, inservible para él,

que no hace falta, del que en muy pocas ocasiones hace referencia.

136

cumplir en su totalidad para el adecuado funcionamiento de la casa.

Durante los 5 años de ausencia física de la madre, Daniel se ha

encargado por completo del manejo de la casa, como la realización de

pagos, limpieza, compra de alimentos, entre otros. Esta función es

delegada por la madre, en el momento en que, según refiere Daniel,

su hermano no mostraba signos de responsabilidad alguna, y él, con

la finalidad de no causarle problemas y aliviarle la carga desde la

distancia a su madre, empezó a desempeñar dichas tareas.

Se puede pensar en Daniel, como un adolescente obediente,

sumiso, tranquilo y atento a los mandatos de su madre. Los cuales

cumple con firmeza por la dependencia a la satisfacción material que

ella le provee. El paciente, constantemente en su discurso, expresa

que su madre es quién se encarga de que no haga falta nada en la

casa, ya que les proporciona el dinero necesario para sus gastos, así

mismo, en los momentos en que la terapeuta hace señalamientos

sobre sus sentimientos al estar lejos de su madre, este siempre

rechaza el malestar, tristeza, o cualquier sentimiento que pudiera

haber sentido frente a la ausencia de su madre.

La sensación de la terapeuta en las sesiones, es de estar frente

a un niño, que se encuentra adherido a las cualidades superficiales

de su madre. Que no existe diferenciación alguna entre ellos, ya que

por momentos el refiere no sentirse separado de su madre, y hace

alusión a lo que ella manifiesta “siempre estamos unidos”. En la

relación con la madre, Daniel, solo reconoce y admira las cualidades

buenas y la satisfacción material, dejando de lado su emocionalidad,

no reconociendo sus necesidades psíquicas. Esta característica del

paciente en relación con su madre, se puede ver ilustrada en las

siguientes viñetas, extraídas del material clínico de las sesiones

137

realizadas con él. Esto puede ser una estrategia para conservar el

objeto a costa de la anulación de dimensiones importantes del sí

mismo.

“P: pues que no, mi mamá se fue porque se tenía que ir… ella es muy buena mamá… solo que las circunstancias la llevaron a irse de la casa… pues no quedaba de otra…”

P: pues bien… solo que no creo que estemos separados del todo… así como ella dice, siempre estamos unidos y por eso nos llama y nos cuida, incluso desde allá…

“P: no nos podía llevar, ella se fue y luego nos llamó y habló con nosotros… nosotros la entendimos…”

“P: pues no sé… pero ella nos manda el dinero que se necesita en la casa… nos llama… está pendiente de que no nos haga falta nada…”

“P: ella vive en New York, vive allá con mi hermano mayor, o bueno, viven en la misma ciudad, pero no juntos…. El se fue un año antes que ella… yo creo que él le contó cómo eran las cosas y por eso ella decidió irse para allá, porque allá todo es muy bueno…”

“P: si, es que pobrecita mi mamá, yo no sé cómo se aguantó a mi papá.”

“P: es que el estar allá era para mantenernos a Manuel y a mí… y bueno a mi papá en algún tiempo…”

“P: por el colegio, ellos se dieron cuenta hace dos años que yo vivía solo, y entonces me iban a mandar con el bienestar, y mi mamá llamo a mi tía y le dio plata para que se hiciera cargo…”

“P: Jaja… pues, es que ella siempre nos ha dicho que no le ocultemos las cosas, y pues solo nos pregunta y no veo por qué mentirle u ocultarle algo…”

138

Se puede apreciar el significado que tiene para Daniel, su

madre, de quién se expresa constantemente haciendo referencia a

todo lo material que provee y necesidades físicas que satisface. Así

mismo, el paciente hace grandes esfuerzos por defender al objeto en

todo momento, negando la tristeza y soledad, que siente a veces, al

vivir separado de la madre, a quien a parte de buena y bondadosa, la

percibe como una mujer fuerte, por haber estado al lado de un

hombre como su padre, objeto que pasaremos a describir a

continuación.

En los pocos momentos que Daniel hace alusión a su padre,

deja ver el concepto en el cual lo tiene, como un hombre que aunque

no es malo, no tiene ninguna cualidad buena, viéndose como no

espera nada de él; lo percibe como un objeto inservible, inútil e

insignificante. Para ilustrar esto, a continuación se exponen tres

fragmentos extraídos del material de las sesiones en donde se hace

evidente la relación con su padre.

“T: ¿qué circunstancias fueron esas que llevaron a tu mamá a irse? P: pues las peleas con mi papá, ellos vivían peleando, era muy molesto… siempre vivían bravos… ¡Mi mamá se canso y lo dejo!”

“P: pues es que, quizás el no sea malo… pero si es la embarrada… el no trabaja casi nunca, le salen cosas de vez en cuando, y no vive bien, no está pendiente de el mismo, y pues así como pedirle que esté pendiente de nosotros. T: cosa que quizás te hubiera gustado. P: no, así hemos estado mejor… con él, el tiempo que estuvimos fue peor, pues se lo pasaba metiéndose con mi hermano y conmigo. T: ¿por qué crees que pasaba eso? P: mi mamá decía que era por desquitarse con nosotros el que ella se había ido… que no le paráramos… pero bueno, en realidad conmigo no se metía,

139

vivía era peleando con Manuel, hasta se cayeron a golpes un día… solo veía…”

“P: no, no es eso… o quizás sí, porque me molestan, me ponen a llevarle eso a mi papá para que los firme, y pues imagínate, conseguirlo a él es una mamera. T: es como un papá que está perdido… P: el siempre está ocupado…. mi representante legal es mi tía, pero ella siempre trabaja, y pues ni para qué decirle, con sus cosas ella tendrá, además eso es solo un papel que se firmó para que no me metieran en bienestar familiar.”

Con estos fragmentos, se puede ver claramente, el significado

que tiene para Daniel, su padre. Él sabe que es su progenitor, pero

no siente nada por él, así como tampoco siente que le haya dado algo,

es la concepción en el psiquismo de un “padre inútil”, una persona

ausente, desinteresado, desentendido de todo lo que tenga que ver

con sus hijos. La percepción que Daniel, muestra de su padre es de

ser una persona indiferente, incapaz de luchar por el bienestar de

sus hijos, un objeto parásito.

En la relación entre Daniel y sus padres, se puede apreciar el

lugar en el queda un adolescente tras el desencuentro con el objeto

materno y paterno, uno presente psíquicamente pero ausente

físicamente y otro, presente físicamente y ausente psíquicamente, con

cualidades extremas, pero que de igual forma, no reciben nada de su

hijo, por la incapacidad que tienen de contener sentimientos.

Aparentemente, no existen espacios mentales en los padres, en los

cuales poder recibir o pensar en las emociones.

Para comprender el efecto ocasionado por ese encuentro, en el

psiquismo de Daniel, es pertinente hacer alusión a la característica

del objeto materno, que probablemente es la determinante de la

manera de funcionar del paciente.

140

A través del discurso de Daniel y su análisis del material

clínico, actualmente se puede apreciar en la relación de Daniel con su

madre, la función de Reverie parcial del objeto materno, la cual es

planteada por Bion (1962), ejemplificada al mostrar la relación de la

madre con su bebé, haciendo referencia a la capacidad de ésta al

devolverle a su hijo la experiencia emocional sin metabolizar

(elementos beta) en forma de pensamientos adecuados para ser

contenidos y pensados por él (elementos alfa). Bion, la llama reverie

en alusión al estado mental requerido en la madre para estar en

sintonía con las necesidades del bebé. El autor plantea que sí

existiese una falla en la madre para cumplir esta función, siendo

incapaz de metabolizar la experiencia emocional, es decir

devolviéndola en forma beta, la madre produciría un bebé psicótico.

Por supuesto, en este caso solo utilizamos esta función descrita por

Bion, actualizándola al momento en el que el paciente se distancia de

su madre, no implicando que su madre no haya cumplido esta

función en los primeros años de vida del niño.

Bion (1962), prefiere utilizar la palabra reverie en lugar de otras

más usuales, como cuidados maternos, porque con su elaboración

pretende alcanzar un nivel más abstracto, mas subjetivo. Ya que la

expresión “cuidados maternos” sugeriría los aspectos facticos de la

crianza, carente de resonancia emocional; y lo que Bion desea

enfatizar es ese aspecto, el contacto emocional intersubjetivo que da

significado a la relación madre/niño. (Etchegoyen, 1986)

Tomando como punto de partida la carencia de la función de

reverie en la madre, para el análisis del funcionamiento de Daniel,

podemos continuar el camino desde la perspectiva de Bion (1962), al

explicar algunos cambios que se pueden generar en el psiquismo del

141

niño, cuando en la relación madre-bebé falla la función de

contención.

En cuanto al problema de las relaciones objetales, Bion,

haciendo referencia a sus componentes, es decir, el contacto con lo

material y la relación emocional con la madre, plantea la existencia

de una disociación entre dichos componentes, en donde se suprime

la relación emocional con el objeto y persiste lo material concreto,

fáctico, la cosificación del vínculo, a lo que Bion (1962) denomina

"splitting forzado".

En la vivencia de splitting forzado, el niño acepta el alimento de

la madre, pero niega la experiencia emocional, por eso es que, hemos

unido la carencia de la capacidad de contención en la madre de

Daniel, con la vivencia en el niño del splitting forzado de manera

pasiva, ya que la madre es quien realiza el splitting e introduciéndolo

en el niño, al darle cosas materiales, dinero y satisfaciendo sus

necesidades físicas, negando la necesidad de afecto. El paciente

rechaza todos los afectos para poder existir. La escisión se puede ver

en el predominio de la acción versus el predominio del vínculo

afectivo.

Bion (1962) planteó, que el splitting forzado, puede apreciarse

en adultos voraces, insatisfechos generalmente, insaciables, sólo

afectos a lo material, características principales que nos conducen a

ilustrar cómo en Daniel se puede ver la vivencia de un splitting

forzado.

A continuación unos fragmentos del material clínico de Daniel,

en los cuales se puede observar cómo en él, no existe un

reconocimiento de las emociones, solo percepciones corporales o

142

superficiales de las cosas y objetos, predominando en él la

importancia de la satisfacción de las cosas materiales, unido esto a

las cualidades que percibe de su madre, descritas anteriormente,

como el objeto bondadoso, que llena de cosas, satisface sus

necesidades físicas y por eso es tan importante y significativo para él.

T: es como si estuvieras un poco triste. P: ¿Triste?... no… es más bien como acalorado, ahogado, ¡me duele la espalda! T: sí Juan David, aparte de poder observar que te sientes mal por la gripa, que sientes al saber que nadie se puede ocupar de tí, y cuidarte mientras estas enfermo… P: pues que nadie me cuide no me importa, eso no me da tristeza, ya que siempre ha sido así… mi mamá se fue desde hace mucho tiempo, y pues el tiempo que tuvimos a mi papá, el no estaba en la casa y siempre cada quien tuvo que ocuparse de sus cosas… es costumbre. T: Sin embargo, ¿te hubiera gustado que alguien se ocupara más de tí? P: Es que, sí, mi mamá ha estado pendiente de nosotros, nunca ha dejado de llamarnos, ella siempre nos pregunta que como estamos, y nos manda el dinero.

Aquí se puede apreciar la negación o rechazo al planteamiento

de la terapeuta sobre la tristeza que percibe en él, volcándose a

hablar sobre las sensaciones corporales que tiene al estar enfermo.

Así mismo, se puede ver como se manifiesta la costumbre de recibir

cuidados y atenciones, donde el objeto paterno inútil, no cumple sus

funciones y la función de la madre se encuentra disociada.

En los siguientes fragmentos, se ilustrará la importancia de lo

material para Daniel, así como la cualidad de complacencia física,

superficial que éste recibe de su madre.

“T: ¿qué es el todo que te ha dado tu mamá? P: Pues todo… estudio, hogar, vivienda, comida, salud (eps), y un perrito”

143

“P: Pues yo quisiera ser administrador de un equipo de fútbol o administrador de empresas, aunque también pensé en finanzas… pero no sé, es que de lo que sí estoy seguro es que quiero ser mi propio jefe, no quiero andar dependiendo de nadie, eso me parece tenaz… ¡algo que me de mucho dinero!”

“P: jajaja… es que quizás sí, pues ya estaba bueno de que todo fuera yo… pero pues la canción me emociona mucho… a veces pienso si la música es lo que quiero para mi vida, pero pensándolo mejor, no, es muy duro… por lo menos mis pensados son algo que tenga que ver con la platica directamente. T: ¿qué significa la platica para ti? P: Pues mucho, el dinero es muy importante, ya que con dinero uno puede lograr muchas cosas… sin dinero no hubiera podido estudiar, ni tener lo que tenemos… mi hermano y yo somos los que mejor estamos de la familia, ¡eso por el dinero!”

“P: mi mamá no nos ha dejado faltar nada.”

“P: si, allá en Usa hay muchas oportunidades de hacer dinero…”

“P: pues sabe que desde el otro día que hablamos sobre las cosas a las que tendría que regirme por mi mamá si me voy a Usa, me puse a pensar que quizás siguiendo aquí las cosas no son tan malas… pues igual me seguiría enviando dinero para cumplir y yo estaría en la universidad”

Se puede apreciar la evitación de los afectos en Daniel como

mecanismo de defensa para preservar al objeto materno. Así mismo,

la percepción de Daniel de sus padres, escindidos totalmente, una

madre buena y un padre malo, inútil, lo que sin duda es una realidad

presente en el funcionar de ellos, llevando a que Daniel tenga muchas

dificultades para construir un objeto integrado, surgiendo en él

notablemente lo que planteamos hipotéticamente como la vivencia

144

pasiva de un splitting forzado realizado por la madre, ya que es el

único objeto realmente presente y que no lo dejará morir de hambre,

porque el padre desaparece por completo en la realidad y en el

psiquismo del paciente, volcándose a la sumisión de lo que diga la

madre, para no quedar desamparado.

Con esto, damos cierre al primer momento de análisis del caso

de Daniel, donde vimos la relación con sus padres, la percepción que

tiene de ellos y como la presencia de la función de reverie-parcial en

la madre, quien solo concibe la necesidades materiales de los hijos y

a partir de esta mirada parcial de la madre se da la acción del

splitting forzado pasivo que recae sobre el niño.

La vivencia pasiva del splitting forzado en el niño hace que éste,

al igual que la madre, rechace la capacidad de sentir y tener una

experiencia emocional verdadera, evidenciando en él, como la

insatisfacción de la necesidad de amor, comprensión y desarrollo

mental se desvían hacia deseos de bienestar material intensificado,

que se convierten en una excesiva y mal dirigida voracidad. A

continuación, en el segundo momento de desarrollo analítico del

caso, se explicará el movimiento psíquico que tuvo Daniel, a partir del

trabajo psicoterapéutico, donde encontró en la terapeuta la función

continente, un espacio terapéutico donde depositar sus ansiedades,

angustias y pensamientos, diferenciándose del objeto materno, lo que

lo llevó a lograr la autonomía e independencia, donde se reconoce

como sujeto, logrando a partir de una experiencia emocional

verdadera con la terapeuta, contactar sus sentimientos,

expresándolos, posibilitando el crecimiento psíquico.

145

4.3.2. La función continente de la terapeuta como posibilitadora del

crecimiento psíquico

En el inicio del proceso psicoterapéutico de Daniel, la terapeuta

veía en él a un adolescente muy tranquilo, sumiso y lleno de una

gran inseguridad, que aunque él la manifestara como timidez, era

algo que la terapeuta podía percibir. Durante las primeras sesiones la

terapeuta se encontraba muy inquieta porque sentía que a pesar de

que Daniel asistía a las sesiones como una tarea más que le habían

asignado, era curioso no encontrar en su discurso malestar alguno,

ante una vida tan solitaria, aburrida y cargada de responsabilidades,

como la que él le había relatado. La terapeuta en este caso sentía el

malestar que el niño no aceptaba sentir. Sin duda alguna, se pone en

evidencia la creencia y juicio de valor de la terapeuta, de que la

madre al estar lejos, abandonó en parte a su hijo, lo cual implicaría

que el paciente sintiera malestar. En muchas ocasiones la terapeuta

intenta mostrarle estas percepciones que ella tenía, indagando sobre

sus sentimientos, malestares, o angustias ante el hecho de vivir solo

porque su madre se había ido, lo cual el paciente siempre rechazaba.

Entonces surgió la inquietud sobre hasta qué punto solo debía

limitarse a escuchar, ya que en el mundo del paciente no había

cabida para cuestionar las acciones de la madre, que era quizás de

una manera incierta, el único objeto bueno que este tenía, entonces,

decidió continuar escuchando, siguiendo un poco los preceptos de

Bion, de no memoria, no deseo, simplemente con la actitud de

acompañarlo en las sesiones y permitir que hablara. Cosa que

comúnmente se le dificultaba con las personas en su entorno.

146

La función de la terapeuta, que intento mostrar es aquella a la

cual Meltzer hace referencia, cuando habla sobre la función del

analista, durante el proceso psicoanalítico. Esta función que cumple

la terapeuta, es la de contener, la de ser un continente modulador de

las ansiedades y contenidos del paciente.

La actitud de receptividad y disponibilidad de la terapeuta

durante el proceso psicoterapéutico con Daniel, permitió que surgiera

la posibilidad de expresión emocional, ya que el paciente contó con

un objeto disponible para que lo no dicho, lo no expresado y muchas

veces no sentido, tuviera lugar. Es básicamente la presencia de

alguien, que se encontró dispuesto a brindar la posibilidad de pensar

y de ofrecerse además como un modelo para ser introyectado en

términos de la posibilidad de cumplir la función de procesar la

experiencia emocional.

Durante la psicoterapia de Daniel, se puede decir que él siente

que la terapeuta deja que se vayan dando las cosas, que siempre está

ahí, dispuesta a escucharlo. Se puede decir que el paciente por

primera vez se siente reconocido. Hay alguien al otro lado capaz, de

escucharlo, mirarlo y por momentos de comprenderlo, que no se

asusta con su dolor y que no espera de él un comportamiento de

adulto. El simple hecho de sentirse escuchado, le ofrece un vínculo

que en ese momento no tenía y que había perdido, vínculo necesario

para el crecimiento psíquico.

La actitud de la terapeuta de apertura y respeto de lo propio del

paciente, permite que lo genuino de él emerja, llevando a que se diera

lugar, poco a poco a lo que Meltzer (1986) describe como experiencia

emocional, como el encuentro con la belleza y misterio del mundo que

genera conflicto entre L, H y K y –L, H y –K, es decir el encuentro con

147

posibilidades para generar sentido coherente a las relaciones intimas

o destruir su significado.

En los fragmentos de material clínico, expuestos a

continuación son apartes de las últimas sesiones de psicoterapia con

Daniel que dan cuenta de la condición psíquica que queremos

señalar.

P: Pues, ésta es la canción que me toca ensayar, para ver si incluimos a un primo en el grupo… ahhh, es que se me había olvidado contarle, ayer nos levantamos bien temprano y nos fuimos a casa de mi abuela, allá estábamos todos los nietos, mis tías, tíos y mis primos, entre todos preparamos un desayuno enorme… ella estaba en misa y al llegar se emocionó toda… estuvimos allá todo el día, y pues en la tarde nos pusimos a ensayar con la banda, y un primo nos dijo que quería también entrar, vamos a hacerle algunas pruebas… jajaja… T: ¿Y por qué te causa tanta gracia el hecho de hacerle pruebas? P: Pues porque lo que vamos es a mamarle gallo un ratico, porque pues igual vamos a dejarlo que entre, pues es de la familia.

En este fragmento, se pudo apreciar una mayor integración con

su familia, a la cual rechazaba y con quienes anteriormente no tenía

casi ningún tipo de contacto. Por otra parte, vemos a un joven en

tareas de joven y no de adulto, lleno de responsabilidades. Se

divierte, juega, hace música con gusto, bromea…

“P: yo reconozco que a veces he sentido mucha rabia porque mi mamá no está…” “P: me gusta la libertad que poco a poco he ido consiguiendo con mi mamá… ya no es como antes que tenía que hacer todo yo solo… eso me molestaba mucho… ahora siento que la responsabilidad al hacer las cosas es solo mía,

148

y el hacerlas o no, solo es mi decisión y no afecta a nadie mas que a mí lo que decida.”

“P: sí… aún a veces pienso en esas cosas, pero me gusta más cómo poco a poco he logrado zafarme de mi mamá, porque aunque no lo quise ver, siempre estuvimos pegados, si bien ella mandaba todo y nunca nos ha faltado nada, siempre estuvimos aquí solos, con ella desde allá tratando de que estuviéramos bien… T: siempre estuviste solo aquí, pero aun así, al estar tu mamá desde allá dirigiendo, fuiste muy responsable. P: si, es así, tu sabes que es mi súper mamá, porque aunque no logro por momentos entender por qué no regresó, sé que en el fondo solo quería que no nos faltara nada…” “T: He estado practicando lo que haré o diré a mi mamá cuando venga a mi graduación. T: y… ¿para que practicar?, ¿acaso tendrías algo específico que decirle? P: pues no… pero…. ó si… ¡que me hizo falta! que me gusta que esté aquí para poder abrazarla… la quiero abrazar, porque el año pasado que vino a visitarnos, no me dio un abrazo… T: le vas a demostrar cuánto la has echado de menos…. siendo expresivo con ella, quizás como ella no lo fue contigo… P: es que ella es así… sabe, yo no recuerdo ningún abrazo ni nada cariñoso así de ella, ni de nadie.”

En estos fragmentos de sesión con Daniel, se puede ver cómo la

madre le ha negado la posibilidad de expresar el afecto, quizás

porque siente que el afecto los destruiría, pero especialmente es como

si el expresar el afecto fuera demasiado para ella, lo cual se puede

inferir por la incapacidad de abrazar a su hijo en la visita que le hizo

un año atrás.

La tarea de la terapeuta fue ayudarle a experimentar cómo las

emociones no lo destruyen sino que lo liberan, permitiéndole hacer

una integración entre lo afectivo y el cuidado material.

149

Al final del proceso psicoterapéutico se puede apreciar cómo

Daniel reconoce en él sentimientos de malestar, como la rabia que

refiere sentir por la separación de su madre. Así mismo, reflexiona

sobre la diferenciación y autonomía que ha logrado con su madre, a

quién reconoce ahora como un objeto protector pero distante a él. A

pesar del reconocimiento de la distancia física de su madre,

manifiesta sentir gratitud hacia ella por las cosas materiales que le

ha dado. En el último fragmento, se puede apreciar la expresión de

su necesidad de contacto físico afectivo.

Estos movimientos hacia el reconocimiento y diferenciación de

sus sentimientos, se pudieron lograr gracias a la experiencia

emocional vivida por Daniel, en el encuentro con la terapeuta, como

objeto continente, lo que permitió la transición de la dependencia

hacia la independencia, autonomía verdadera, del objeto materno,

logrando la diferenciación con éste. Esta independencia o

desligamiento de la madre, no es literalmente de manera absoluta y

extrema, sino es la nueva experiencia dentro de él, de tener un objeto

vivo, con cualidades buenas y no tan buenas, pero que puede aceptar

y tolerar. No la percibe entonces, como en momentos anteriores,

perseguidora, coartadora de su libertad, o idealizada, a la que no

puede decepcionar y que tiene que cuidar, como el único objeto

posible, sino como una madre con la que puede dialogar, sin temor, a

ser juzgado o a causar algún tipo de incomodidad.

Para Bion (1974), el crecimiento de la mente depende de la

capacidad de pensar acerca de las experiencias emocionales. Con

esta premisa planteada por el autor acerca del crecimiento psíquico,

es que se puede decir que Daniel, a partir de la experiencia emocional

150

vivida en el trabajo con la psicoterapeuta, logró el reconocimiento de

sus emociones y sentimientos, pudiendo pensar en ellos y expresarlos

sin dificultad, lo cual es un indicador de crecimiento psíquico.

151

4. REFLEXIONES FINALES

4.1. La condición del desarrollo psíquico y el maltrato

El presente trabajo se inscribió dentro de la línea de

investigación en Desarrollo Psíquico porque se considera de gran

importancia dar a conocer el impacto que tiene en el psiquismo de

niños y adolescentes el maltrato, la manera cómo los hechos de

violencia inciden en el funcionamiento psíquico y generan una

alteración en el desarrollo normal del sujeto.

Durante la realización del proyecto, se exploró la manera cómo

el psiquismo de niños afronta el maltrato del cual han sido víctimas,

a través del análisis de los protocolos recogidos en sesiones de

trabajo psicoterapéutico. Se partió inicialmente de la inquietud y

necesidad de aclarar el fenómeno del maltrato por parte de la

institución que acoge a las mujeres y a sus hijos y por parte de

profesores y estudiantes de la Maestría en Psicología Clínica, que

tenían a su cargo la atención psicológica, interesados en crear, con

los participantes, comprensiones sobre sus vivencias de maltrato.

Finalmente se buscaba explorar las condiciones psíquicas de los

niños, con la finalidad de pensar, ampliar y ajustar las formas de

acercamiento a estos fenómenos y a las personas que lo sufren.

Al momento de iniciar las sesiones con los niños remitidos a

psicoterapia, se encontró que no solo han sido espectadores de

situaciones de violencia contra sus madres, sino que han sido

152

víctimas de maltrato y abuso por parte de personas de su misma

familia.

En los tres casos de estudio de esta investigación, se

encontraron tres situaciones distintas de maltrato infantil. En ellas

se puede observar que dependiendo de la magnitud o dimensión de la

agresión y la estructura mental de la víctima, las reacciones frente al

maltrato y sus consecuencias son diferentes.

En las tres experiencias, el trabajo psicoterapéutico giró en el

ofrecimiento de un campo propicio para que los niños pudieran

construir, reconstruir recuerdos, expresar fantasías y desarrollar

formas expresivas creativas sobre sus experiencias. Sin embargo, este

trabajo mostró que en ciertas ocasiones el impacto de las

experiencias traumáticas producidas por distintas formas de maltrato

al menor dificultan e inclusive impiden su reconocimiento, ya sea

porque de manera inconsciente se evita el contacto con las mismas,

porque tales elementos traumáticos profundos no son verbalizables, o

porque el impacto sobre la mente del terapeuta le dificulta captar de

manera completa las vivencias y eso hace que el terapeuta se quede

en un plano superficial. Por el contrario, si el material y contenido de

lo que presenta el paciente en sesión puede ser aprovechado y

comprendido por el terapeuta, con el apoyo de las supervisiones, es

posible realizar una intervención que le permita al niño comprender y

elaborar sus experiencias de manera que pueda lograrse desentrabar

el desarrollo psíquico del infante agredido.

El trabajo terapéutico realizado con estos pacientes y el análisis

posterior del material clínico, muestra claramente que a partir de una

experiencia emocional de contención, se abre un espacio para pensar

de manera diferente la violencia y el maltrato, ubicando la

153

responsabilidad en el objeto maltratante y liberando al niño de

miedos invasivos y culpabilidades persecutorias.

En el caso de abuso sexual de un infante, se pudieron observar

las estrategias a las que el niño recurre con la finalidad de sobrevivir

al trauma ocasionado por el abuso sexual ocurrido dentro de un

contexto social que sin duda alguna, propicia situaciones de esta

índole. Se puede apreciar en la experiencia de Estrella, al ser

abusada por su tío, como este hecho no ha causado aparentemente

ningún tipo de sufrimiento o queja derivada de tal experiencia,

mostrando de manera superficial un funcionamiento que no parece

llamativo de ninguna forma. Lo anterior se enmarca en el hecho de

que la forma de responder a estos hechos por parte de la niña es

producto de un tipo de funcionamiento más general de todos los

miembros de la familia, donde la transgresión, el abuso, la violencia y

la sexualidad perversa están presentes de forma cotidiana en la

atmósfera familiar, al tiempo que se ocultan de la luz pública. Se

comenten acciones perversas e indebidas socialmente, pero todo esto

queda tapado, ocultado, por el temor quizás a ser penalizados o

socialmente rechazados, o simplemente para proteger el adulto

agresor.

Como se mencionó en los resultados presentados sobre

Estrella, este tipo de funcionamiento familiar corresponde al descrito

por el modelo Harris-Meltzer (1990), lo que muestra la necesidad de

entender la problemática del abuso desde un marco social y cultural

más amplio y no sólo desde el problema de un abusador y un

abusado o víctima, introduciendo las dinámicas de funcionamiento

familiar y de los esquemas socio-culturales que favorecen y fomentan

estos comportamientos. Harris-Meltzer consideran que la familia

154

invertida se caracteriza por el rechazo a las emociones, al

reconocimiento de los sentimientos y al pensamiento reflexivo, al

tiempo que se ocultan las cosas que suceden, se disfraza la verdad,

prima el desorden, el amontonamiento de basura, la trasgresión de

los límites entre las personas, donde el daño y el abuso conviven

solapados, como si no fueran visibles por algunos integrantes de la

familia.

En ambientes familiares confusos, donde predomina como

funcionamiento la inversión de los roles y valores sociales en sus

miembros, como en el caso de la familia de Estrella, se utiliza el

acercamiento afectivo como puerta de entrada para seducir al otro,

produciendo una gran confusión en la persona que es introducida en

esta dinámica de relaciones, valores, formas de satisfacción, que bajo

la máscara de diversión esconden el abuso y el maltrato.

Cuando el maltrato ocurre de manera consecutiva y violenta y

el sujeto cuenta con pocas posibilidades de recurrir a un objeto

protector, es corriente encontrar un daño en el aparato anímico que

como en el caso de Carlos, se aplana el espacio psíquico, con la

consecuente limitación de las posibilidades de intercambio fructífero

entre el adentro y el afuera del sujeto. Esta forma de funcionamiento

acarrea limitaciones importantes sobre la manera como se concibe el

tiempo, y las características que rigen a las relaciones y al mundo en

que se habita. Lo más llamativo es el trastorno en el pensar y en la

construcción de pensamientos, que hace que en lugar de darse

elaboraciones reflexivas sobre el sí mismo, los demás y lo que

acontece, toman prestado historias del entorno y de caricaturas,

elementos con características omnipotentes que permiten la

sobrevivencia utilizándola para recubrirse con estas construcciones

155

fabulizadas que esconde la ausencia de un sí mismo estructurado, tal

como se ve en el caso de Carlos.

El estrechamiento del psiquismo en Estrella también está

presente, pero en este caso debido a la forma como la niña fue

introducida en la atmósfera de excitación sin límite por un sujeto

adulto abusador, que produce en ella una incapacidad de diferenciar

entre lo bueno y lo malo, lo permitido y lo prohibido, lo adulto y lo

infantil, creando una escena de confusión, que lleva a Estrella a la

repetición de la forma de engaño del funcionamiento familiar. Esta

condena es producto de la dinámica familiar en la que Estrella es un

nuevo personaje que se une a la trágica comedia del abuso y el

maltrato.

Se puede ver en esta historia una muestra de formas de

organización familiar y social en las que predomina la transgresión, la

mentira, el disimulo, el hacerse el “de la vista gorda” con tal de

obtener alguna ganancia personal. Prima el individualismo sobre el

“social-ismo”, asunto que nos hace pensar en funcionamientos muy

primarios y precarios que se reproducen y repiten de forma

progresiva en este tipo de familia.

Sin embargo, en los casos clínicos estudiados, como el de

Estrella y Carlos, se encontró un elemento esperanzador: la alarma y

búsqueda de ayuda de las madres, que si bien están atrapadas por

dinámicas de sometimiento y funcionamiento similares, ante el

sufrimiento del hijo o la hija, parecieran descubrir la necesidad y la

posibilidad de salvar al menos a su prole. Como si el fuerte vínculo de

amor materno, ante el peligro de sus hijos, hiciera surgir una fuerza

156

de oposición y búsqueda de salida que habría que favorecer. Es

también claro que los recursos maternos en estas condiciones son

efímeros y que si no se les ofrece un apoyo concreto al mismo tiempo

que simbólico, el regreso a esta condición sea el camino repetido que

se recorre por ser el único que se tiene y se conoce.

Todo esto nos hace enfrentar la tragedia de la repetición,

tragedia que pareciera ser el destino que una y otra vez se traga todos

los esfuerzos. Es por esta razón que el elemento de protección y

cuidado presente en madres hacia sus hijos, tras haber vivenciado

situaciones de maltrato, abandono o abuso sexual, puede tomarse

como un factor importantísimo para trabajar, ya que este punto

sería de gran ayuda para comprender y rescatar las partes buenas y

no tan afectadas o perturbadas de estas madres y sus hijos.

En el análisis de los casos clínicos revisados en esta

investigación, se encontró como consecuencia del maltrato físico, una

manera de defensa del psiquismo a la cual recurre un niño con la

finalidad de sobrellevar al dolor y defenderse de la angustia y

perturbación que causa la desprotección física y sensación de peligro

constante con la que viven. Esto se pudo apreciar claramente en el

caso del paciente Carlos, donde se encontró un tipo de

funcionamiento y estado mental cargado de defensas, generado por

las experiencias vividas en su entorno familiar, donde

constantemente era víctima de agresiones por parte de su padrastro y

era un espectador de las agresiones del mismo hacia su madre, lo

que generaba en él grandes sentimientos de impotencia y malestar.

Generalmente el material de las sesiones de Carlos, estaba

constituido por cuentos, historias y relatos cargados de contenidos y

157

personajes fantásticos en los que no existía elaboración alguna, solo

eran repeticiones de imágenes y frases encontradas en su entorno, en

su mayoría, eran relatadas con la finalidad de demostrar o lograr

obtener triunfos, riquezas, bienestar por parte de los personajes

protagonistas de las historietas. A medida que iba pasando el tiempo,

estas historietas y relatos contados una y otra vez, por momentos

iban transformando su significación, y se pudo apreciar el tono

reflexivo y a veces no tan imitativo de los relatos presentes en las

primeras sesiones. Los relatos al final del proceso y la actitud

observada por la terapeuta permitieron pensar en cómo el tono de

queja constante de su discurso había cambiado, a una queja

reflexiva, donde se permitía pensar, por momentos, en las

consecuencias y las acciones que podrían generar. Este movimiento

de gran importancia observado en el funcionamiento de Carlos al

final de las sesiones, es lo que nos permite pensar en cómo la

psicoterapia es un elemento valioso con el cual se puede lograr una

manera de pensar en nuevas formas de actuar en situaciones de

peligro y en nuevas posibilidades para afrontar la vida aterradora que

muchas veces les toca afrontar a estos niños.

En relación con la situación de abandono, como en el caso de

Daniel, se pudo encontrar un funcionamiento de características

distintas a las mencionadas anteriormente. Con el caso de este

paciente se pudo comprender el impacto que tiene en el psiquismo la

experiencia de tener unos padres que al mantener una relación de

lucha constante, opositora e indiferenciada, generan en el

adolescente una incapacidad para hacer integraciones entre los

objetos, debido al funcionamiento tan disociado entre sus padres. En

la actualidad es frecuente que en las formas de socialización se haga

158

énfasis en las satisfacciones físicas, con detrimento de las

emocionales. En estos casos lo emocional se satisface con objetos de

carácter físico. Se observan entonces las dificultades que estos niños

tienen para entender la dimensión emocional propia y ajena, la

expresión de los afectos. Durante la investigación se utilizaron las

ideas de Bion (1980), acerca del splitting forzado, como modelo de

funcionamiento y relación de la madre con su hijo, en la que se

puede ver la relación perturbada con el pecho materno o sus

sustitutos, para la comprensión de la relación de la madre-hijo, en el

caso de Daniel. Bion destaca que el lactante puede recibir del pecho

la leche y demás bienestares corporales, como el amor y la

comprensión, y señala que cuando la iniciativa del pecho de dar es

obstruida por temor a la agresión, propia o de otros, se inhibe el

impulso del lactante para recibir el alimento. Así mismo, el lactante

por temor a la muerte por inanición se ve obligado a succionar, a

tomar el alimento, produciéndose en esa escena una división entre la

satisfacción material y la psíquica.

El movimiento apreciado en pacientes que encuentran en la

terapeuta una persona que escucha y recibe atentamente sus

contenidos es de vital importancia en casos de abandono emocional

como el vivido por Daniel, donde al encontrar la actitud de interés y

receptividad en la terapeuta, se generó en él la vivencia de una

experiencia emocional, donde se sintió reconocido y libre al poder

expresar sus malestares y sintiéndose comprendido por otro que lo

escucha sin juzgarlo ni pretender cambiar o demandar sus actos.

La experiencia compartida con la terapeuta permitió que

Daniel, poco a poco, logrará la diferenciación del objeto materno,

159

reconociendo aspectos propios y de su madre, que en algún momento

no había sido capaz de tolerar, como la rabia o tristeza al sentirse

solo. Se permitió paulatinamente defender y reconocer sus

sentimientos y pensamientos, sin temor a ser juzgado por

expresarlos. Así mismo, reconoció y defendió en todo momento el

objeto materno, sintiendo gratitud por las cosas que le ha dado y

permitiéndose pensar acerca de las razones y posibilidades que

llevaron a su madre a partir.

4.2. Situaciones que promueven el desarrollo de la psicoterapia y

sus limitaciones

En relación con el trabajo psicoterapéutico realizado, se puede

decir que el movimiento, crecimiento, desarrollo o transformación

psíquica se posibilita en psicoterapias a pacientes bajo condiciones

de maltrato, abuso sexual o abandono emocional, donde la labor

requerida, y que es responsabilidad de la terapeuta, de actuar como

receptora de las ansiedades y angustias del paciente, permite hablar

y desahogarse de la rabia, malestar o contenidos no expresados en su

vida.

A lo largo de todo el desarrollo de este trabajo investigativo, se

recorrió un camino en el que constantemente se hicieron

planteamientos y conforme pasaba el tiempo maduraban ideas y

surgían nuevas preguntas, las cuales llevaron nuevamente a

reformular hipótesis y maneras de pensar acerca del funcionamiento

de cada uno de los pacientes atendidos en el marco de esta

investigación.

Algunas veces no es fácil reconocer los errores que se cometen

cuando se hace un trabajo que implica el desarrollo y ejecución de los

160

conocimientos y experiencia adquirida a lo largo de la formación

profesional, sin embargo cuando la experiencia demuestra que el

punto central del verdadero aprendizaje se encuentra en el

reconocimiento, es sumamente importante detenerse en el camino y

revisar detalladamente la labor como terapeutas, reconocer el trabajo

realizado, sin caer en justificaciones, mirando objetivamente los

errores, la forma del trabajo, las limitaciones, los riesgos y las

fortalezas que se tienen para enfrentar un proceso psicoterapéutico

en el que se adentró para explorar y vivir una experiencia con el

paciente, con la finalidad de encontrar junto a él, algo que hasta ese

momento no ha sido descubierto, ha sido rechazado o simplemente

no ha sido comprendido.

Al pensar en las implicaciones del trabajo terapéutico, se

enfatizó en las funciones que debe cumplir la terapeuta en la relación

con el paciente. Las funciones a las que se hace referencia son la

capacidad de contención, la capacidad de comprensión y la capacidad

de interpretación con las cuales la terapeuta metaboliza el material y

contenido de cada paciente en sesión. (Etchegoyen, 1986)

En el desarrollo como profesionales de la psicología, pueden

presentarse situaciones o casos de pacientes que por más que se

intente y se tenga la mejor disposición de trabajo, existen limitaciones

en el psiquismo que impiden realizar un adecuado trabajo

terapéutico.

Cuando se trabaja con sujetos, con historias de vida cargadas

de situaciones intolerables o incomprensibles para el terapeuta se

hace frente a un gran riesgo, como lo es el poder dañar al otro,

dañarse a sí mismo o en el menor de los casos que simplemente no

suceda nada en el paciente, que se pase por encima de los contenidos

161

manifiestos y latentes ocupando simplemente un lugar en el afuera,

sin cumplir realmente una función terapéutica. Cuando se enfrentan

situaciones como éstas con pacientes, y se decide continuar porque el

deseo así lo demanda, en lugar de procurar una transformación,

generalmente lo que se hace es mantener el discurso y las

incapacidades tanto de terapeuta como de paciente en una dimensión

superficial, promoviendo y enseñando maneras de defensa de aquello

que es necesario conocer y comprender, aunque sea difícil, pero que

al final llevaría a una verdadera transformación del pensamiento y

reconocimiento del mundo interno.

En los casos clínicos revisados en este trabajo se pudieron

apreciar, por momentos, las limitaciones con las que se enfrenta la

terapeuta en el caso de Estrella, como el mantenimiento en el plano

superficial, el trabajo de lo externo, donde no se logró ninguna

elaboración psíquica, ni movimiento psíquico verdadero. Sin embargo

en este caso, a pesar del impasse en la psicoterapia, por la dificultad

de acercarse al contenido sobre el abuso sexual, por el terror sentido

por la terapeuta, al sentirse invadida por un material tan difícil de

comprender, se pudo apreciar cómo la empatía y el acompañamiento

a la paciente y por momentos a la madre, permitió abrir espacios

donde se podía demostrar el interés mutuo entre la madre y sus

hijas, lo que hace pensar que posiblemente este espacio llevará, poco

a poco, al reconocimiento y reflexión sobre nuevas posibilidades de

enfrentar la vida.

Así como en la cotidianidad, en las consultas se encuentran

constantemente diferentes estados mentales y personajes, lo que

permite cuestionarse sobre las certezas de las que se hablan cuando

se hace referencia al psiquismo humano. Si bien es cierto, que existe

162

un bagaje inmenso de teorías sobre funcionamientos y estructuras

mentales, cada vez es más claro que como terapeutas se debe estar

en constante análisis personal, ya que en la medida que se tenga un

conocimiento de lo propio y sean enfrentados temores, angustias,

dificultades y capacidades, se podrá ser mejor terapeuta, ser humano

y convertir en un ser responsable y comprometido con la profesión.

Es por esto, que el trabajo realizado con los tres pacientes, aparte de

haber sido una gran experiencia por el aprendizaje que ha dejado y la

labor cumplida con ellos, fue una clara demostración de lo que

constantemente inculcan en la formación en la maestría, ya que

permitió reflexionar sobre ese gran elemento que como personas con

la clara función de ayudar a los demás, se debe cumplir, como lo es el

psicoanálisis del terapeuta.

En el análisis de los tres casos clínicos abordados en esta

investigación, se pudo dar cuenta acerca del impacto en el psiquismo

de los niños del fenómeno del maltrato, si bien cada caso con

especificaciones muy distintas y manifiesto de diferentes formas, en

todos ellos se pudo apreciar que, sin duda alguna, las consecuencias

de vivencias de violencia, abuso y agresión son determinantes para la

alteración del normal proceso de desarrollo psíquico, esto se pudo

apreciar claramente en todo el proceso psicoterapéutico con los

pacientes Estrella, Carlos y Daniel.

Si bien en el caso de Estrella no se pudieron dar, por las

limitaciones de tiempo y la dificultad de la terapeuta en acercarse

abiertamente al fenómeno observado, los momentos necesarios para

un abordaje adecuado de su vivencia de abuso sexual, sí se

produjeron en la relación terapéutica elementos de gran importancia,

como la empatía y receptividad. Estos elementos de vital importancia

163

dentro de una psicoterapia, fueron claves en los procesos de Carlos y

Daniel, con quienes se logró una mayor comprensión de las vivencias

y la función de la terapeuta se encaminó, en mayor medida, hacia el

reconocimiento de sus vivencias, emociones y poco a poco pudo

lograr un pensamiento reflexivo y abrir nuevas posibilidades de sentir

y existir fuera de la violencia y los sentimientos de rabia y abandono.

A partir de los análisis de contenidos encontrados en esta

investigación, como el impacto en el psiquismo de niños y niñas de la

violencia, abandono y abuso sexual y la manera en que a partir de la

inclusión de los infantes afectados en programas psicoterapéuticos,

se abren espacios en el psiquismo, en los que se permiten nuevas

posibilidades de pensamiento o acción, se puede llegar a la

conclusión que en situaciones de maltrato es posible, a través del

abordaje psicoterapéutico, lograr movimientos significativos a nivel

psíquico, de manera que a partir de trabajos de contención, donde se

encuentren los lugares y personas apropiados para sentir, expresar y

por momentos pensar, se logrará un verdadero reconocimiento de la

experiencia y de manera significativa se podrá empezar a pensar en

nuevas formas de actuar en la vida, por supuesto, implicando esto un

aprendizaje a partir de la experiencia.

4.3. Recomendaciones finales

Con el desarrollo de este proyecto investigativo han surgido

hipótesis conceptuales y evidencias clínicas del impacto psíquico

producidas por situaciones de violencia, abuso sexual o abandono

emocional. El material y la reflexión de lo acontecido durante todo el

proceso psicoterapéutico con los pacientes han sido piezas claves

para afirmar que la psicoterapia en dichos casos es fundamental para

164

la recuperación de esas partes que han sido fracturadas en el

psiquismo y en la realidad física de los afectados directa e

indirectamente.

Como se expuso anteriormente, la labor terapéutica es de gran

importancia cuando se trabaja en lugares como refugios, hogares e

instituciones de cuidado a la mujer maltratada, como en el caso de

dos de los pacientes con los que trabajamos, sin embargo, hay que

dejar claro que el trabajo que se realiza dentro de las instituciones

debe ser un elemento más de todo un sistema terapéutico y

asistencial que busque la rehabilitación y la verdadera recuperación

del paciente y de su familia, ya que comúnmente entra todo el grupo

familiar a protección.

Los grupos de familias en situaciones de desamparo tanto físico

como psicológico, llegan a estos lugares huyendo de situaciones

tortuosas, de las que han salido con suerte vivos, en la mayoría de los

casos. Es realmente difícil encontrarse con un mundo diferente,

donde se encuentran expuestos y generalmente son manipulados por

los entes institucionales con la supuesta finalidad de resolver

aspectos legales, que a la final, en muy pocas ocasiones realmente

tienen una solución legal a su favor.

Al pensar en la forma de hacer llegar de la mejor manera las

recomendaciones que se consideran necesarias, es difícil construir

las críticas de forma que la subjetividad no sobrepase los límites de lo

que pueda ser comprendido realmente por los lectores

institucionales. Sin embargo, es nuestro deseo y obligación exponer

las experiencias y el conocimiento que se consideran necesarios para

el crecimiento y desarrollo eficaz de los programas a familias de

mujeres maltratadas en situación de refugio.

165

A continuación se enumerarán algunas recomendaciones

específicas para las instituciones, con las que se esperan mejoras en

el sistema de ayuda y protección, lo que seguramente tendrá un

impacto en la vida y rehabilitación de las personas que se encuentren

en situaciones de refugio tras haber sido agredidas.

1. Llevar a cabo actividades que fomenten el desarrollo de procesos

que permitan al habitante de la institución el encuentro consigo

mismo, que faciliten la reflexión sobre sus experiencias de vida, y

en lo posible, permitan construir formas de ser genuinas, que

favorezcan la diferenciación, la claridad y conexión con formas de

relación legitimas. Esto se puede lograr a través de la habilitación

y acondicionamiento de espacios dentro de la institución en los

que se posibilite el surgimiento de la creatividad, con materiales

didácticos, lúdicos, libros de cuentos, poesía, literatura, a los que

los habitantes puedan recurrir en los momentos libres.

2. Promover la actividad laboral como una forma de conexión con el

mundo, lo que permite tener la experiencia de ser útil, de restituir

capacidades y confiar en sí mismo. Esto se puede hacer

habilitando lugares donde se puedan desarrollar oficios como la

jardinería, el cuidado de mascotas, lo cual a su vez permitirá

despertar en los habitantes de la institución deseos hacia el

cuidado del otro y de las cosas que los rodean.

3. Realizar actividades grupales, guiadas por un psicólogo clínico

capacitado, con el fin de abrir el espacio adecuado para exponer

ideas, manifestar inquietudes, desacuerdos y realizar propuestas,

lo que posiblemente facilite la convivencia entre todos los

habitantes de la institución.

166

Las especificaciones realizadas aquí a modo de recomendación se

hacen con la finalidad de promover el crecimiento y mejorar la

atmósfera institucional, con el firme propósito de que las personas

que ingresen a estos lugares en situación de refugio realmente

encuentren espacios propicios para la recuperación de sus

malestares y el desarrollo personal. Así mismo, la adecuación de las

instituciones bajo estas recomendaciones promoverá el adecuado

desarrollo de los profesionales y del personal de servicio que labora

en ellas, pues al adecuar los espacios en los que se trabaja se hará

más amable y eficaz la realización de la labor, procurando así que el

impacto de cada uno de los logros que se tengan sea mayor.

167

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