Upload
vuduong
View
215
Download
0
Embed Size (px)
Citation preview
2
IMPACTO DE DIFERENTES FORMAS DE MALTRATO EN EL DESARROLLO PSÍQUICO DEL NIÑO VÍCTIMA DE VIOLENCIA
INTRAFAMILIAR
Trabajo de Grado para optar al Título de MSc. en Psicología Clínica
Línea de Investigación en Desarrollo Psíquico
Psic. Blanca Alicia Sanguino Calderón.
Co-autora (s) de la Investigación:
Nubia Esperanza Torres Calderón.
Maggui Gutiérrez de Salamanca (†).
PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA
FACULTAD DE PSICOLOGÍA
Maestría en Psicología Clínica – Enfoque Psicoanalítico
Bogotá, Enero de 2011
3
RESUMEN
El maltrato infantil ha sido un campo problema de
investigación durante las últimas décadas, a partir de la
profundización, supervisión y análisis de 3 casos clínicos de
pacientes menores de edad se puede apreciar y comprender el
impacto de diferentes formas de maltrato en el desarrollo psíquico del
niño víctima de violencia intrafamiliar desde una perspectiva
psicoanalítica. El enfoque teórico de esta investigación, como lo es el
psicoanálisis, permitió vislumbrar y entender funcionamientos
individuales, familiares, institucionales y sociales que promueven o
frenan el desarrollo psíquico de los pacientes y el desarrollo de sus
procesos psicoterapéuticos. A partir de comprensiones realizadas de
dinámicas institucionales de los pacientes en situación de refugio, se
emiten especificaciones a modo de recomendación con la finalidad de
promover el crecimiento y mejoras a nivel institucional que permitan
a las personas que ingresen, encontrar espacios propicios para la
recuperación de sus malestares y desarrollo personal. Este trabajo se
encuentra inscrito dentro de la línea de investigación en Desarrollo
Psíquico de la Maestría en Psicología Clínica de la Pontificia
Universidad Javeriana de Bogotá.
Palabras claves: maltrato infantil, desarrollo psíquico, estado
mental de supuesto básico, splitting forzado, reverie,
dimensionalidad, configuración continente-contenido.
4
TABLA DE CONTENIDO
INTRODUCCIÓN Y JUSTIFICACIÓN DE LA INVESTIGACIÓN 6
1. OBJETIVOS Y METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN 15
1.1. Objetivo general 15
1.2. Objetivos específicos 15
1.3. Metodología de la investigación 15 2. MARCO TEÓRICO REFERENCIAL DE LA INVESTIGACIÓN 21
2.1. El maltrato infantil en la actualidad 22
2.2. Referentes conceptuales y teóricos psicoanalíticos 28
2.3. Organización y funcionamiento de la personalidad 33
2.4. Modelo de organización familiar 36
2.5. Estado mental de Supuesto básico 39
2.6. La dimensionalidad como un parámetro del funcionamiento
mental 43
2.7. La configuración continente-contenido 47
2.8. La función de Reverie 48
2.9. El Splitting forzado 49
2.10. Antecedentes investigativos y teóricos sobre el maltrato
infantil y abuso sexual desde la perspectiva psicoanalítica de
otros autores 51
5
3. MATERIAL CLÍNICO: ELEMENTOS DE ANÁLISIS Y
REFLEXIÓN 66
3.1. Estrella, un mundo externo decorado para la fiesta familiar 66
3.2. Carlos, el súper héroe de un mundo apuñalado 99
3.3. Daniel, el crecimiento psíquico a partir de la experiencia
emocional 132
4. REFLEXIONES FINALES 151
4.1. La condición del desarrollo psíquico y el maltrato 151
4.2. Situaciones que promueven el desarrollo de la psicoterapia y sus
limitaciones 159
4.3. Recomendaciones finales 163
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 167
6
INTRODUCCIÓN Y JUSTIFICACIÓN DE LA INVESTIGACIÓN
El maltrato puede ser considerado como la actuación de una
conducta violenta y abusiva ejercida por una persona hacia otra
persona en situación de minusvalía, indefensión o debilidad.
Cuando se habla de maltrato intrafamiliar, este es considerado
como cualquier tipo de abuso de poder por parte de un miembro de la
familia sobre otro. Este abuso puede incluir maltrato físico,
psicológico o de cualquier otro tipo. La víctima de violencia
intrafamiliar puede ser cualquier persona considerada cónyuge del
agresor o que haya convivido de alguna manera con él. Así, podría ser
hacia un conviviente actual o ex pareja, entre padres de un hijo
común, o hacia un pariente consanguíneo hasta el tercer
grado. Además, es importante destacar que dentro de la violencia
intrafamiliar están considerados el maltrato infantil, la violencia
hacia el adulto mayor, hacia minusválidos y entre cónyuges. En este
último tipo de maltrato el más común es de parte de los hombres
hacia las mujeres. (Sevilla Villalta, 2008)
Los tipos de actos considerados como parte de la violencia
intrafamiliar son golpes o incidentes graves, insultos, manejo
económico, amenazas, chantajes, control de actividades, abuso
sexual, aislamiento, prohibición de trabajar fuera de casa, abandono
afectivo, humillación y no respeto de opiniones. Todos estos tipos de
maltratos se pueden clasificar en físicos, los cuales son considerados
actos que atentan o agreden el cuerpo de la persona tales como
empujones, bofetadas, golpes de puño, golpes de pies, etc.
Psicológicos, cuando hay actitudes que tienen por objeto causar
temor, intimidar, y controlar las conductas, sentimientos y
7
pensamientos de la persona a quién se está agrediendo como las
descalificaciones, insultos, control, etc. Sexuales, cuando existe una
imposición de actos de carácter sexual contra la voluntad de la otra
persona, como por ejemplo exposición a actividades sexuales no
deseadas, o la manipulación a través de la sexualidad. Y económicos,
cuando no se cubren las necesidades básicas de la persona y se
pretende ejercer control a través del manejo de recursos económicos.
(Sevilla Villalta,. 2008)
El maltrato intrafamiliar puede ser estudiado desde varias
perspectivas como la biológica, donde en algunos casos con lesiones
en el sistema límbico, en los lóbulos frontales y temporales o
anormalidades en el metabolismo de la serotonina pueden
predisponer a la agresión. Desde la perspectiva del contexto
específico, se plantea que hay diferencias en la expresión de la
violencia en medios rurales y en medios urbanos debido a que los
factores estresantes que las generan en dichos ambientes son
distintos. Desde la perspectiva social, que según sus investigaciones
demuestran con evidencia que los aspectos sociales juegan papeles
importantes en la expresión de las conductas violentas, uno de ellos
es la trasmisión intergeneracional de la violencia. Desde la
perspectiva psiquiátrica, se explican las altas tasas de depresión y
estrés post-traumático que presentan los testigos y víctimas de
violencia. Igualmente establece que el abuso de sustancias y de
alcohol, así como los trastornos de personalidad limítrofe o antisocial
incrementan de manera considerable el riesgo de violencia. Y desde
una perspectiva psicológica, se ha demostrado, según resultados de
investigaciones realizadas, que los padres que más maltratan son
aquellos que poseen baja autoestima, tienen antecedentes de
maltrato, están deprimidos, tienen baja tolerancia a la frustración y
8
son dependientes al alcohol y sustancias psicoactivas. (Sevilla
Villalta, 2008)
El maltrato intrafamiliar es el contexto donde se vivencia el
maltrato. En las familias donde existe maltrato se ven afectados de
una u otra manera los niños del núcleo conyugal. En muchas
ocasiones la violencia no solo es ejercida entre los conyugues sino
recae sobre los hijos y los hijastros. Surge entonces el maltrato
infantil, considerado como cualquier acción (física, sexual o
emocional) u omisión no accidental en el trato hacia un menor, por
parte de sus padres o cuidadores, que le ocasionan daño físico o
psicológico y que amenaza su desarrollo físico y psicológico.
El maltrato a los niños es un problema universal que ha
existido desde tiempos remotos, sin embargo es en el siglo XX con la
declaración de los derechos del niño (O.N.U. 1959), cuando se le
considera como un delito y un problema de profundas repercusiones
psicológicas, sociales, éticas, legales y médicas.
El maltrato infantil no se puede definir de una sola manera,
pues no existe un límite claro y preciso sobre la forma en que se
presenta. En la actualidad el maltrato infantil se define como todas
aquellas acciones que van en contra de un adecuado desarrollo físico,
cognitivo y emocional del niño, cometidas por personas, instituciones
o incluso la propia sociedad. Supone la existencia de maltrato físico,
abandono, maltrato psicológico o abuso sexual. Esta definición está
relacionada con la existente en el manual de psiquiatría DSM-IV.
(Hernández, 2005)
Según Hernández (2005), en la actualidad se ha presta mayor
importancia al maltrato institucional, ejercido por cualquier
9
legislación, programa o procedimiento, que por acción o por omisión,
ejerzan los poderes públicos o privados, y los profesionales que al
amparo de la institución, vulnere los derechos básicos del menor, con
o sin contacto directo con el niño.
Partiendo de las definiciones que se han dado por muchos
investigadores, tras el estudio de situaciones de violencia y maltrato
infantil a lo largo de las últimas décadas, se puede ver que lo común
encontrado es que los niños suelen ser objetos de mal trato. La
mayoría de los datos históricos que existen sobre el respeto a los
derechos de los niños por parte de muchas culturas de la antigüedad,
corroboran esta situación. La atención jurídica y médica de los
menores maltratados empezó a surgir a mediados del siglo XIX.
(Arruabarrena & De Paúl, 2005)
Médicos como el francés Tardieu y el estadounidense
Silverman, fueron pioneros en publicar estudios realizados sobre el
maltrato infantil. Fue Silverman quien demostró, con estudios
radiológicos, las consecuencias no visibles de los maltratos. Sin
embargo, el primer proceso judicial que defendió a una menor por el
maltrato recibido por su propia madre, tuvo lugar en 1874 en
Estados Unidos. La acusación fue realizada por la Sociedad
Protectora de Animales, por cuanto no existía ley alguna que
amparase a los menores, aunque sí a los animales en general. Estas
labores pioneras dieron como resultado que antes de que acabase el
siglo se creasen dos sociedades pro derechos de los niños: The Society
for the Preventión of Cruelty to Children, en Nueva York, y The
National Society for the Prevention of Cruelty to Children, en Londres.
(Arruabarrena & De Paúl, 2005)
10
A partir de la segunda mitad del siglo XX, a raíz del
reconocimiento del ser humano como sujeto de derecho, empezó a
prestársele la debida atención a los derechos de los niños. Con la
atención focalizada en estos problemas de tipo legal, surgió también
el interés por la atención y prevención del fenómeno de maltrato
infantil. Uno de los primeros trabajos realizados fue publicado en el
año 1962, y llevaba por título “El síndrome del niño apaleado”, lo que
incentivó una especial atención a las víctimas del maltrato infantil y
una reformulación de las medidas legislativas y de sensibilización de
la opinión pública sobre el problema. (Arruabarrena & De Paúl, 2005)
A través de los estudios realizados sobre el maltrato infantil, se
ha intentado explicar sus causas a partir de diferentes modelos.
Desde el modelo sociológico, se considera que el abandono físico es
consecuencia de situaciones de carencia económica o de situaciones
de aislamiento social. Desde el cognitivo, se lo reconoce como una
situación de desprotección originada como consecuencia de
distorsiones cognitivas, expectativas y percepciones inadecuadas de
los progenitores o cuidadores en relación a los menores bajo su
protección. Desde el modelo psiquiátrico, se considera que el maltrato
infantil es consecuencia de la existencia de estados psicopatológicos
en los padres. Desde el modelo del procesamiento de la información,
se plantea la existencia de un estilo peculiar de procesamiento en las
familias con menores en situación de abandono físico o negligencia
infantil, y desde el modelo de afrontamiento del estrés, se establecen
maneras de evaluar y percibir las situaciones o sucesos estresantes
vividos en las familias. (Hernández González, s.f.)
Según un comunicado ofrecido por la UNICEF (2009), cientos
de menores en América Latina y El Caribe sufren cotidianamente
11
maltrato físico o psicológico, y un gran porcentaje de adultos piensa
que se trata de una práctica normal de educación y socialización. Se
llegó a obtener estos resultados tras un estudio de recolección de
información en 16 países de la región, donde hasta un 80% de los
adultos encuestados, consideraba natural recurrir al maltrato
infantil, incluido el castigo corporal, para imponer disciplina.
En Colombia, según cifras reveladas por el estudio, un 42 % de
mujeres afirmó que sus parejas o esposos castigaban a sus hijos e
hijas con golpes. (Unicef 2009, citado en El Universal 2009). Según
las cifras ofrecidas por el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar,
el maltrato infantil se ha incrementado en Colombia. Al 16 de junio
del presente año se habían registrado 29.700 casos. (ICBF, citado en
Caracol 2008).
Las estadísticas ofrecidas por el Instituto de Bienestar familiar
en Colombia, indican que el maltrato infantil sigue en aumento.
Entre enero y abril del 2008, se presentó un incremento del 18%, con
relación al mismo periodo del año 2007. Pese a los esfuerzos
desplegados por los gobiernos, en Colombia no se ha desarrollado
aún una respuesta eficaz contra el maltrato infantil y una de las
principales dificultades es el bajo registro de información sobre su
real dimensión y características. (ICBF, citado en Caracol, 2008).
“En Colombia actualmente se intenta promover la prevención
de la violencia intrafamiliar, según lo informó la señora Blacina
Hurtado Hurtado” (Citado en Parra Tobón, 2010), trabajadora social
del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, ICBF. Actualmente
desde esa institución se adelantan campañas de capacitación para
los agentes educativos, las familias y las madres comunitarias con el
12
objetivo de evitar dicho flagelo. De igual manera se realizan talleres
lúdico-pedagógicos con los niños, en sectores vulnerables de
Medellín, como la Comuna 13, en donde este proyecto se ejecuta en
todos los hogares comunitarios, los jardines infantiles y cinco
instituciones educativas. En los talleres se trabajan temas claves en
la prevención de la violencia como, la solución pacífica de los
conflictos, el desarrollo de habilidades sociales para interactuar con
los demás y enfrentar, de manera positiva, las dificultades que se
presenten al interior del núcleo familiar. (Parra Tobón, 2010)
La categorización y cuantificación del maltrato sirve para
ubicarlo dentro de un contexto social, pero no es posible dejar de lado
la significación individual de este acto en quien lo ejerce y quien lo
padece, que sin duda alguna desencadena o instaura una serie de
funcionamientos, procesos mentales y vinculares inadecuados.
La mayoría de las investigaciones sobre el maltrato familiar se
centran en las causas y consecuencias legales, físicas y psicológicas
de la mujer víctima del maltrato ejercido por el hombre. Sin embargo
en estas situaciones de violencia intrafamiliar, aparecen, en la
mayoría de los casos, evidencias de funcionamientos familiares donde
parece desaparecer o invisibilizarse a los hijos de estas mujeres
víctimas, quienes también han sido víctimas de uno o varios tipos de
maltrato, pero que han vivido de manera diferente el impacto
emocional ante esa situación. En ellos no solo se dio el golpe o la
agresión verbal, sino el derrumbe de la construcción de familia buena
o mala que había en su psiquismo.
Pensar acerca de las consecuencias del maltrato infantil en el
psiquismo de las víctimas, se puede intentar desde la perspectiva
psicoanalítica, bajo la premisa planteada por Meltzer (1990), de la
13
familia conyugal, cuya descripción de organización plantea dos
sentidos, como un estado momentáneo y como una tendencia
general. Cuando la familia es presidida por una pareja (no
necesariamente los padres verdaderos), se considera que en esta
combinación, ambos desempeñaran las funciones de generar amor,
promover esperanza, contener el dolor depresivo y pensar, así como
contener la expresión negativa de estas. Los otros miembros
dependerán de ellos para estas funciones. Visto desde esta
perspectiva, a partir de las construcciones de vivencias y
observaciones de las relaciones madre-padre, madre-hijo, padre-hijo,
se intentará comprender el funcionamiento y estado mental del
paciente.
Desde la concepción de familia planteada por Meltzer (1990), en
su libro Familia y comunidad, se puede ver que las funciones de ésta
se desarrollan de manera que la madre y el padre son en pareja esa
figura que determina funcionamientos, pensamientos, sentimientos
en el niño. Así pues, cuando un niño es bien sostenido y contenido en
una atmósfera en la cual las funciones parentales se realizan
positivamente, éste crecerá y se desarrollará con el sentid de
seguridad y confianza necesarias para el desenvolvimiento de sus
aptitudes individuales, para su crecimiento físico y sus logros
intelectuales. (Botero, 2008)
Es innegable la existencia de múltiples esfuerzos para la
comprensión del fenómeno del maltrato, sin embargo la dimensión
del problema sigue en aumento, lo que justifica que continúe su
investigación desde distintos vértices, apuntando a comprensiones e
intervenciones para ayudar a la disminución del problema. Es por
estas razones que el presente proyecto dirige su atención
14
específicamente en el psiquismo de niños maltratados, desde las
compresiones que permiten los acercamientos psicoterapéuticos.
El presente trabajo se inscribe en los esfuerzos que desde la
Maestría de Psicología Clínica desarrollamos profesores y estudiantes
con el objetivo de comprender el fenómeno del maltrato desde la
atención a mujeres maltratadas y a sus hijos en una institución
creada para este fin. Surge entonces la necesidad de conocer y
explorar la situación psíquica de sus hijos, que son en quienes
enfocamos nuestro trabajo psicoterapéutico.
Se pretende en este proyecto explorar minuciosamente el
material recopilado en protocolos de sesión, a lo largo de un proceso
psicoterapéutico de tiempo limitado (15 sesiones), de corte
psicoanalítico, con el que se intentará comprender: ¿Cómo afronta el
psiquismo del niño el maltrato?, Así mismo, ¿Cuáles son los efectos
psíquicos que se producen tras la presencia, atención o intervención de
la terapeuta durante el proceso psicoterapéutico?. Ésta pregunta es
abordada desde una metodología de investigación cualitativita, de
investigación – intervención, método propio de la Psicología Clínica y
se inscribe el Grupo de Investigación “Sujeto y Relaciones”, en su
Línea “Desarrollo Psíquico”.
15
1. OBJETIVOS Y METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN
1.1. Objetivo General
A partir de un proceso de psicoterapia de orientación
psicoanalítica, explorar la manera cómo repercute en el psiquismo
del niño el maltrato del cual ha sido víctima.
1.2. Objetivos Específicos
1. Explorar el estado mental y el funcionamiento psíquico de
niños que han sido víctimas de diferentes tipos de maltrato.
2. Reconocer y comprender los movimientos psíquicos que se
dan durante el proceso psicoterapéutico.
3. Generar a partir de esta exploración, recomendaciones
terapéuticas y de atención que favorezcan la condición de las
personas inmersas en situaciones de maltrato.
1.3. Metodología de la investigación
1.3.1.
Esta investigación se realizó desde la metodología de
investigación cualitativa, modalidad de investigación-intervención, a
partir del estudio de tres casos clínicos. Con la investigación
cualitativa se trata de identificar la naturaleza profunda de las
Tipo de investigación
16
realidades, su sistema de relaciones, su estructura dinámica. (Pita
Fernández & Pértegas Díaz, s.f.)
La investigación cualitativa, en sus diversas modalidades:
investigación-intervención, investigación de campo, participación
etnográfica, estudio de casos, entre otros tiene como característica
común referirse a sucesos complejos que tratan de ser descritos en
su totalidad, en su medio natural. No existe una abstracción de
propiedades o variables para analizarlas mediante técnicas
estadísticas apropiadas para su descripción y la determinación de
correlaciones. (Pita Fernández & Pértegas Díaz, s.f.)
En la investigación cualitativa se estudia la realidad en su
contexto natural, tal como sucede, intentando sacar sentido de, o
interpretar, los fenómenos de acuerdo con los significados que tienen
para las personas implicadas. Así mismo, la investigación cualitativa
no es un trabajo que se asocie a un momento dado en el desarrollo
del estudio. Es el fruto de toda la investigación. En ocasiones el
problema de investigación se define tras haber completado uno o
varios ciclos de preguntas, respuestas y análisis de esas respuestas.
(Rodríguez Gómez, & otros, 1996)
Según Lewin (1946), la investigación acción es aquella en la
que los participantes del proceso investigativo se cuestionan y
reflexionan constantemente sobre el mismo, con la finalidad de
mejorar la coherencia e imparcialidad de situaciones de la práctica
social educativa, con el firme propósito de mejorar el conocimiento de
la práctica y las acciones ejecutadas.
El estudio se hizo con el trabajo conjunto de psicoterapia e
investigación. Donde cada caso clínico fue abordado y analizado bajo
17
la supervisión de psicoanalistas docentes de la facultad. Así mismo se
hizo el análisis y discusión de cada caso en el grupo de trabajo
investigativo sobre el maltrato, que se lleva a cabo en la universidad,
lo cual enriqueció el análisis y comprensión de cada uno de ellos.
Para el desarrollo del proyecto, fue necesaria la trascripción en
protocolos clínicos de las sesiones completas del proceso
psicoterapéutico realizado con cada uno de los niños que tenían como
antecedente vivencias de algún tipo de maltrato. Así mismo se
estudio el material recopilado para ubicar y comprender la estructura
de cada caso, con la finalidad de poder ubicar constructos teóricos a
partir de los cuales se pudiera analizar, profundizar y argumentar
correctamente cada uno de ellos.
1.3.2.
El proyecto se desarrolló durante tres semestres, en los cuales
el primero fue de recolección de la información teórica y las
intervenciones realizadas, en el segundo y tercer semestre se realizó
Diseño
El desarrollo del proceso de investigación-intervención se
planteó a partir del estudio de 3 casos clínicos de menores de edad
con antecedentes de algún tipo de maltrato, con quienes se trabajó
individualmente.
El material clínico recopilado se trabajó desde el caso por caso,
en primer lugar se realizó una matriz en la que se establecieron
categorías descriptivas e interpretativas que permitieron el análisis y
comprensión de cada caso.
18
el análisis y reflexiones a la luz de las teorías, tomando en cuenta la
experiencia como un nuevo aporte sobre el cual poder construir
nuevos planteamientos teóricos.
1.3.3.
1.3.4.
Participantes
El grupo con el que se trabajó, se conformó por 3 menores de
edad; una niña de 10 años, y dos adolescentes (hombres) de 13 y 16
años de edad.
La niña de 10 años y el adolescente de 13 años, se encontraban
en situación de refugio, en una organización no gubernamental en la
ciudad de Bogotá, donde fueron atendidos en psicoterapia individual
en el consultorio destinado para el área de psicología por la
institución. El adolescente de 16 años es procedente de Bogotá, y
llega a consulta por requerimiento del departamento de psicología del
colegio donde estudia, su proceso de psicoterapia se realizó en
consultorio privado.
Se hicieron registros del material a través de la transcripción de
protocolos clínicos de cada sesión. Estos se supervisaron
detalladamente por dos psicoanalistas durante un año, con quienes
se exploró exhaustivamente el contenido y los movimientos del
discurso y expresión de lo que se presentaba en cada sesión de
psicoterapia con cada uno de los pacientes y la psicoterapeuta.
Herramientas: Técnicas y material
19
Paralelamente se realizaron lecturas de los protocolos en reuniones
del grupo investigación, conformado por profesores (Cecilia Muñoz y
Nubia Torres) y estudiantes de la Maestría, donde se discutían
puntos de vista desde una perspectiva psicoanalítica y social acerca
del material de la paciente mujer con el fin de lograr puntos de
encuentro para su comprensión. Con los otros dos casos se siguió el
mismo procedimiento bajo la supervisión de la directora de tesis.
Durante el desarrollo del proyecto se realizaron lecturas de
textos de diferentes autores que han abordado situaciones similares a
las pensadas en la investigación, a través de los cuales se logró la
construcción de un marco teórico referencial, que permitió el análisis
y comprensión de la fenomenología expuesta como eje principal de la
investigación.
1.3.5.
Al finalizar el análisis y la reflexión acerca de cada caso clínico,
se presenta a modo de conclusión todo lo encontrado durante el
proceso, con la finalidad de exponer de manera definitiva los
Procedimiento
Se tomaron todos los protocolos de cada uno de los pacientes y
se hizo la primera categorización de tipo descriptivo. Las categorías
elegidas fueron: la narración sobre su madre, la narración sobre el
agresor, la narración de sí mismo, la narración sobre la institución, la
narración sobre el dibujo o los cuentos. Posteriormente a esto se
determinaron las categorías interpretativas del material, sobre las
cuales se realizó el análisis y discusión de lo que se encontró en cada
uno de los pacientes a la luz de constructos teóricos psicoanalíticos.
20
resultados encontrados durante las intervenciones, análisis y
discusiones con fundamentos teóricos.
1.3.6.
Aspectos éticos
Este proyecto investigación-intervención está estructurado
dentro de los marcos legales expuestos en la Resolución No. 008430
de 1993 y de la Ley 84 de 1989 del Ministerio de Salud, en las cuales
se deja explícito que en toda investigación donde el ser humano sea
sujeto de estudio se garantizará el respeto a su dignidad, la
protección a sus derechos y su bienestar. Así mismo, el material
clínico que se presenta fue utilizado con la mayor prudencia,
responsabilidad y delicadeza con el fin de proteger la identidad y
privacidad de los pacientes, por tanto, no presenta ningún tipo de
riesgo para ellos.
21
2. MARCO TEÓRICO REFERENCIAL DE LA INVESTIGACIÓN
Durante la realización del presente trabajo investigativo, desde
un principio se empezó a hacer una recolección de material
bibliográfico, con el cual hacer una profundización en el tema del
maltrato intrafamiliar. Frente a esta problemática social, se inició la
búsqueda constante de autores que desde el psicoanálisis hubieran
trabajado sobre el tema.
Desde el vértice psicoanalítico, encontramos un gran bagaje
teórico, el cual nos sirvió de guía, para lograr poco a poco la
comprensión de la temática y en especial de los casos clínicos con los
que estábamos trabajando. Sin embargo, durante el análisis y
discusión de los casos aquí propuestos, se hará mención
específicamente sólo a ciertos referentes teóricos que en lo que sigue
serán presentados.
A continuación se expondrá en primer lugar un marco
referencial sobre el maltrato infantil en la actualidad. En segundo
lugar, la compilación de conceptos y teorías psicoanalíticas más
importantes utilizadas en la investigación, necesarias para poder
hacer un adecuado seguimiento al análisis y discusión del material
clínico, y por último, se hará una presentación de diferentes autores,
que desde una postura psicoanalítica, han realizado estudios y hecho
propuestas de teorías acerca de las consecuencias, estados mentales,
y tipos de funcionamientos individuales y familiares existentes en
situaciones donde se encuentra presente el maltrato y el abuso
sexual infantil.
22
2.1. El maltrato infantil en la actualidad
El maltrato infantil (OMS, 2010) se define como los abusos y la
desatención de la que son objeto los menores de 18 años, e incluye
todos los tipos de maltrato físico o psicológico, abuso sexual,
desatención, negligencia y explotación comercial o de otro tipo que
causen o puedan causar un daño a la salud, desarrollo o dignidad del
niño, o poner en peligro su supervivencia, en el contexto de una
relación de responsabilidad, confianza o poder.
Según las Leyes internacionales de protección a la infancia, un
menor de 18 años de edad, se considera maltratado o abusado en el
momento en que su salud física, mental o su seguridad se
encuentran en riesgo, bien sea por acciones u omisiones llevadas a
cabo por la madre, padre u otras personas responsables de sus
cuidados.
Según Pérez (s.f.), el maltrato a los niños es una problemática
de índole social, que puede originarse en familias sin discriminar su
nivel, económico o educativo. En el estudio bibliográfico realizado por
Pérez, acerca del maltrato infantil, expone que el origen de la
crueldad hacia los menores de edad se puede dividir en cuatro
categorías, las cuales se presentan a continuación:
1. - Crueldad inspirada en conceptos exagerados de disciplina y
desempeño de sus funciones. El maltratador resulta ser un sujeto
profundamente irresponsable: alcohólico, drogadicto, criminal o
delincuente.
2. - Actos de violencia o negligencia cometidos por cuidadores
llevando a cabo rígidas interpretaciones de la autoridad, normas y
reglas de comportamiento.
23
3. - Crueldad patológica cuyos oscuros orígenes mentales o
psicológicos son muy difíciles de identificar.
4. - La crueldad oficial u organizada, cometida por ignorancia,
insensibilidad o por omisión en la forma de falta de legislación o de
cumplimiento de la misma que proteja adecuadamente al menor.
(Pérez, s.f. Capítulo I, párr. 5)
Así mismo, en el estudio, Pérez (s.f.), ofrece una categorización
del fenómeno del maltrato infantil, donde se encuentra que el
maltrato se puede clasificar por acción y por omisión. En cuanto al
maltrato por acción se puede ubicar dentro de esta clasificación al
maltrato físico, abuso fetal, maltrato psicológico o emocional y al
abuso sexual. Y en el maltrato por omisión, se ubicaría el abandono o
la negligencia por parte de los cuidadores. A continuación se hará
una descripción de los tipos de maltrato infantil que categoriza el
autor.
2.1.1.
Siguiendo a Pérez, (s.f.), el maltrato físico es definido como
“cualquier lesión física infringida al niño o niña (hematomas,
quemaduras, fracturas, lesiones oculares, lesiones cutáneas)
mediante pinchazos, mordeduras, golpes, estirones de pelo,
torceduras, puntapiés u otros medios con los que se lastime al niño”
(Pérez, s.f. Capítulo I, párr. 15). Así el cuidador no tenga intenciones
de ocasionar daño al niño, se considera maltrato a cualquier lesión
Maltrato físico infantil
24
física originada por el uso de algún castigo inapropiado para la edad
del niño.
2.1.2.
2.1.3.
Abuso fetal
Es ocasionado en el momento en que la madre en período de
gestación consume, alcohol u otras drogas, produciendo así, un parto
complejo, niño con problemas, malformaciones u otras
complicaciones de salud. (Pérez, s.f. Capítulo I, párr. 16)
Maltrato psicológico infantil
Está presente en menores de edad cuyos cuidadores insultan,
regañan o menosprecian. Así mismo, aquellos niños a quienes se
somete a presenciar situaciones de violencia física o verbal hacia
otras personas. Aunque la ley no defina el maltrato psíquico, éste es
entendido como cualquier acción u omisión que tenga como
consecuencia una lesión mental o emocional en el niño, originando
perturbaciones que afecten su dignidad, alterando su bienestar físico
y emocional. (Pérez, s.f. Capítulo I, párr. 17)
2.1.4.
Según Arruabarrena y De Paúl (2005), este se define como
“cualquier clase de contacto sexual con una persona menor de 18
Abuso sexual infantil
25
años por parte de un adulto desde una posición de poder o autoridad
sobre el niño”. (Arruabarrena y De Paúl, 2005, p.4)
El abuso, según Arruabarrena y De Paúl, se puede categorizar
de la siguiente manera:
1. Incesto. Si el contacto físico sexual se realiza por parte de
una persona de consanguinidad lineal o por un hermano, tío o
sobrino. También se incluye el caso en que el adulto esté cubriendo
de manera estable el papel de los padres.
2. Violación. Cuando la persona adulta es otra cualquiera no
señalada en el apartado anterior.
3. Vejación sexual. Cuando el contacto sexual se realiza por el
tocamiento intencionado de zonas erógenas del niño o por forzar,
alentar o permitir que éste lo haga en las mismas zonas del adulto.
4. Abuso sexual sin contacto físico. Se incluirían los casos de
seducción verbal explícita de un niño, la exposición de los órganos
sexuales con el objeto de obtener gratificación o excitación sexual con
ello, y la masturbación o realización intencionada del acto sexual en
presencia del niño con el objeto de buscar gratificación sexual.
(Arruabarrena y De Paúl, 2005, p.5)
2.1.5. Abandono o Negligencia infantil
Según Arruabarrena y De Paúl (2005), el abandono o
negligencia infantil, se puede definir como la situación en que las
necesidades físicas primordiales del menor y cognitivas no se
encuentran satisfechas o atendidas de manera temporal o
permanente por ningún miembro del grupo que convive con el niño.
Según los autores los indicadores que sirven para la detección de
situaciones de abandono o negligencia infantil son:
26
1. Alimentación: no se le proporciona la alimentación adecuada.
2. Vestido: vestuario inadecuado al tiempo atmosférico.
3. Higiene: constantemente sucio, escasa higiene corporal.
4. Cuidados médicos: problemas físicos o necesidades médicas no
atendidas o ausencia de cuidados médicos rutinarios.
5. Supervisión: un niño que pasa largos períodos de tiempo sin la
supervisión y vigilancia de un adulto, que facilitan accidentes
domésticos claramente debidos a la negligencia por parte de los
padres o cuidadores del niño.
6. Condiciones higiénicas y de seguridad del hogar que son peligrosas
para la salud y seguridad del menor.
7. Área educativa: inasistencia injustificada y repetida a la escuela.
8. Estimulación cognitiva: ausencia de estimulación suficiente para la
edad, demandas y necesidades del niño/a. El criterio para señalar la
existencia de negligencia viene determinado en gran medida por su
cronicidad. (Arruabarrena y De Paúl, 2005, p.1)
2.1.6.
Según la OMS (2010), el maltrato infantil es una causa de
sufrimiento para los niños y las familias, y puede tener
consecuencias a largo plazo. El maltrato genera estrés y se encuentra
íntimamente asociado a trastornos del desarrollo cerebral temprano.
Los casos extremos de estrés pueden alterar el desarrollo de los
sistemas nervioso e inmunitario. Como consecuencia, según estudios
revelados, los adultos que han sufrido maltrato en su infancia tienen
una mayor predisposición a sufrir problemas conductuales, físicos y
mentales, tales como:
Consecuencias del maltrato infantil
27
• Actos de violencia (como víctimas o perpetradores)
• Depresión
• Consumo de tabaco
• Obesidad
• Comportamientos sexuales de alto riesgo
• Embarazos no deseados
• Consumo indebido de alcohol y drogas
(OMS, 2010, párr. 9)
2.1.7. Estadísticas e información sobre el maltrato infantil a nivel
mundial según la OMS (2010)
• Aproximadamente un 20% de las mujeres y un 5 a 10% de los
hombres manifiestan haber sufrido abusos sexuales en la infancia,
mientras que un 25 a 50% de los niños de ambos sexos refieren
maltratos físicos.
• Entre las consecuencias del maltrato infantil se encuentran
problemas de salud física y mental para toda la vida, y efectos
sociales y laborales negativos que pueden retrasar el desarrollo
económico y social de los países.
• Es posible prevenir el maltrato infantil antes de que se
produzca, y para ello es necesario un enfoque multisectorial.
• Los programas preventivos eficaces prestan apoyo a los padres
y les aportan conocimientos y técnicas positivas para criar a sus
hijos.
• La atención continua a los niños y a las familias puede reducir
el riesgo de repetición del maltrato y minimizar sus consecuencias.
(OMS, 2010, párr. 1)
28
2.2. Referentes conceptuales y teóricos psicoanalíticos
2.2.1.
La naturaleza de la transferencia, para Freud (s.f.), en un
principio, no es más que un desplazamiento del afecto de una
representación a otra. Esta repetición no debe tomarse en un sentido
realista limitante de la actualización a relaciones efectivamente
vividas. Se transfiere en su esencia, la realidad psíquica, siendo así
las manifestaciones transferenciales equivalente simbólicos de lo
Transferencia
Según Laplanche y Pontalis (1996), la transferencia desde el
psicoanálisis, “es el proceso en virtud del cual los deseos
inconscientes se actualizan sobre ciertos objetos, dentro de un
determinado tipo de relación establecida con ellos y, de un modo
especial, dentro de la relación analítica.” (pág. 439.) Así mismo, el
autor, explica que la transferencia, es una repetición de prototipos
infantiles, que es vivenciada con un evidente sentimiento de
actualidad. Ésta es reconocida básicamente como el espacio donde se
desarrolla la cura psicoanalítica, y que posee características
particulares, como su instauración, modalidades, interpretación y
resolución de la transferencia.
Existen dificultades en el momento de definir conceptualmente
la transferencia, ya que es un término muy variable y extenso para
otros autores, donde se la llega a designar como el conjunto de
fenómenos que conforman la relación del paciente con el
psicoanalista, por lo que representa el conjunto de las concepciones
de cada analista acerca de la cura, su objeto, su dinámica, su táctica,
sus metas, entre otros elementos del proceso psicoanalítico.
(Laplanche & Pontalis, 1996)
29
transferido. Se trata de afectos que habrán estado orientados
originalmente hacia los padres, hermanos u otras personas
significativas en la infancia y que en la vida adulta mantienen su
presencia y efectividad psíquica, de modo que es posible transferirlos
a escenarios actuales. Freud señala que este fenómeno ocurre de
manera completamente espontánea en las relaciones entre seres
humanos, pero cobran una relevancia especial en la relación
terapéutica, convirtiéndose en su instrumento principal, para el
cambio psíquico del analizante. (Laplanche & Pontalis, 1996)
2.2.2. Contratransferencia
Según Laplanche y Pontalis (1996), es el conjunto de
reacciones de tipo inconsciente de parte del analista hacia el
analizado, y principalmente a la transferencia de éste. Desde Freud
(s.f.), la contratransferencia, ha adquirido especial atención por parte
de los psicoanalistas, en la medida que la cura se ha comenzado a
interpretar y describir mayormente como una relación.
Algunos autores reconocen como contratransferencia a todo
aquello de la personalidad del analista, que puede interferir en el
proceso de curación. Otros autores, hacen referencia a la
contratransferencia como los procesos inconscientes que la
transferencia del analizado provoca en el analista. (Laplanche &
Pontalis, 1996)
2.2.3.
En psicoanálisis, la Resistencia, es todo lo que en actos y
palabras del paciente, se opone al acceso de su inconsciente. Freud
(s.f.), hace referencia a la Resistencia y lo designa como la actitud
opositora a sus descubrimientos, ya que estos revelaban los deseos
Resistencia
30
inconscientes e infligían al hombre una vejación psicológica. La
Resistencia se descubrió como obstáculo al esclarecimiento de
síntomas y progresión de la cura. (Laplanche & Pontalis, 1996)
2.2.4. Trauma
El trauma hace referencia principalmente a un acontecimiento personal de la historia del sujeto, cuya fecha puede establecerse con exactitud, y que resulta subjetivamente importante por los afectos penosos que puede desencadenar. No puede hablarse de acontecimientos traumáticos de un modo absoluto, sin tener en cuenta la susceptibilidad propia del sujeto. Para que exista trauma en sentido estricto, es decir, falta de abreacción de la experiencia, la cual persiste en el psiquismo a modo de un cuerpo extraño, deben darse determinadas condiciones objetivas. Ciertamente, el acontecimiento, por su misma naturaleza, puede excluir la posibilidad de una abreacción completa (por ejemplo, pérdida de un ser querido, aparentemente insustituible); pero, aparte de este caso extremo, lo que confiere al acontecimiento su valor
En psicoanálisis para definir Trauma, se han utilizado términos
de la medicina, trasponiéndolos al plano psíquico y significándolos
como un choque violento, una perforación, y al traumatismo como
las consecuencias sobre el conjunto de la organización psíquica. Éste
último alude sobre todo, según Freud (s.f.), a una concepción
económica, es decir, a una experiencia vivida que a corto plazo,
produce un aumento de excitación a la vida psíquica, tan elevado,
que hace que fracase su elaboración por medios normales y
habituales, generando trastornos duraderos en el funcionamiento
psíquico.
Según Laplanche y Pontalis (1996):
31
traumático son determinadas circunstancias específicas: condiciones psicológicas en las que se encuentra el sujeto en el momento del acontecimiento (“estado hipnoide”, de Breuer), situación efectiva (circunstancias sociales, exigencias de la tarea que se está efectuando) que dificulta o impide una reacción adecuada (retención) y finalmente, sobre todo, según Freud, el conflicto psíquico que impide al sujeto integrar en su personalidad consciente la experiencia que le ha sobrevenido (defensa). (Laplanche & Pontialis, 1996. p. 448).
Freud, en “Más allá del principio del placer” (1920), explicó el
traumatismo, a través de la relación elemental entre un organismo y
su medio ambiente: la “vesícula viva”, al mantenerse resguardada de
las excitaciones externas por una capa protectora contra las
excitaciones, que deja pasar cantidades de excitación tolerables. Al
perforarse esta capa, experimenta el trauma. Entonces, la labor del
aparato es movilizar las fuerzas disponibles, con la finalidad de fijar
sobre el terreno las cantidades de excitación aferentes y restablecer
así las condiciones de funcionamiento del principio de placer.
En la presente investigación consideramos pertinente
profundizar sobre el término Trauma, para poder utilizarlo
eficazmente en la comprensión del caso de la paciente Estrella, donde
el abuso sexual parece no haber dejado una huella en el psiquismo
de la paciente, por lo que constantemente surge la pregunta: ¿En
dónde está la experiencia de terror que necesariamente significa la
violación?.
En “Inhibición, síntoma y angustia”, Freud (1925) expresa que
en el psiquismo, las experiencias que puedan ocasionar daño y
amenaza al yo, tienden a ser expulsadas de la conciencia a través de
32
la represión, olvidando parcialmente dicho acontecimiento. Así
mismo, Freud plantea que todo el proceso y los elementos implícitos
para procurar la adaptación del niño al mundo es lo que contribuye a
este olvido intencionado, para salvaguardar de alguna manera el
equilibrio mental del niño, apartando lo que para éste no tiene
sentido, significación, comprensión, lo innombrable.
Ferenczi (1932), acerca del abuso sexual infantil plantea que
jamás se le otorgará la suficiente importancia al traumatismo
ocasionado por el abuso sexual como un factor patógeno. Así mismo
explica el ciclo habitual del abuso sexual, donde expone como en la
situación en la que está presente un adulto y un niño que se quieren,
puede en éste último existir fantasías lúdicas, como la representación
del papel de la madre del adulto, este juego puede cambiar de sentido
y tomar carácter erótico, sin perder la ternura. Este autor plantea,
que en los adultos con predisposiciones psicopatológicas no ocurre lo
mismo, ya que estos pueden confundir la actividad lúdica con los
deseos de una persona madura sexualmente, permitiendo llevarse a
abusar sexualmente sin pensar en las consecuencias.
El lenguaje de la sexualidad en el niño es la ternura y el
lenguaje de la sexualidad adulta es la pasión. Las situaciones de
abuso sexual son el resultante de una confusión de lengua, en la que
el adulto abusador ha interpretado como pasión aquello que era
ternura. El niño en la relación con el abusador se encuentra en
desventaja, por la dependencia e indefensión que percibe al estar
frente al adulto, quien asigna el compromiso de hacer silencio. Con
esto se suma a lo traumático de la situación, un sentimiento de
responsabilidad y la obligación de guardar silencio, lo que
33
probablemente conduce al niño a olvidar o reprimir los recuerdos
acerca del hecho. (Ferenczi, 1932)
2.3. Organización y funcionamiento de la personalidad
Meltzer (1973), plantea que la estabilidad de la organización de
la personalidad es un estado relativo, puesto que hay
constantemente, un flujo y reflujo, una escisión interna-
reintegración, ocurriendo en diversos niveles de la mente.
Posteriormente, Meltzer, ilustra uno de los aportes realizados por
Melanie Klein (s.f.), el proceso de escisión e idealización, los cuales
permiten que el bebé durante los primeros meses de vida pueda
desarrollarse. Tomando como referente a Klein, Meltzer plantea que,
según sea la forma y la amplitud de la escisión, pueden ocurrir
alteraciones en ese proceso estructural básico causando patologías.
Así mismo, cuando esos mecanismos ocurren adecuadamente, las
partes malas del self (yo) y del objeto escindidas y proyectadas para
fuera se unen formando al objeto persecutorio; así como las partes
buenas se unen formando al objeto idealizado. Meltzer, sugiere que:
...la combinación de la bondad en el self y en el objeto da lugar a la posición depresiva. Cuando esa combinación se vuelve más fuerte y la posición depresiva más estable, escindir hacia afuera de si lo malo queda menos intenso o se modifica. Poco a poco, les es permitido a los aspectos malos del yo y del objeto regresar a la familia (Meltzer, 1998, p.79, citado en Dorneles de Oliveira, Guedes Juarez, & otros. s.f.)
Meltzer (1973), plantea que el proceso es interminable puesto
que jamás se conseguirá reintegrar completamente “lo malo”
34
escindido en el yo, tampoco en los objetos. Así mismo, agrega que el
desarrollo de la mente depende de la actitud del psiquismo hacia el
dolor mental. Destaca que la confianza favorece la integración, lo que
influye también sobre la actitud mental hacia el dolor. A su vez, trae
a colación el estudio realizado por Klein sobre la confianza en los
objetos buenos, haciendo referencia a la conclusión a la que llegó
Klein en su momento:
“...la operación de la proyección y de la introyección del bebé, modificada por las reales cualidades de la madre externa al cuidarlo, construye internamente un lecho idealizado como siendo centro de la dependencia y el amago de la esperanza”. (Meltzer, 1973, p.111, citado en Dorneles de Oliveira, Guedes Juárez, & otros, s.f.).
Según Meltzer (1973), en la fantasía inconsciente, la confianza
es producto de la relación con el objeto y la cualidad de los objetos
que en primer lugar genera confianza es la belleza, la bondad y la
fuerza se suman más adelante. Así mismo, Meltzer, aprecia que los
objetos internos buenos y confiables, que son bellos, bondadosos y
fuertes, son también justos y disponibles. El bebé con ellos
introyectados, siente que sus padres reales lo aceptan y lo preservan,
consiguiendo naturalmente echar mano de sí mismos
temporariamente para dedicarle los cuidados que necesita, de la
misma manera pueden los pacientes esperar lo mismo de sus
terapeutas. Las cualidades de justicia y disponibilidad de buenos
objetos internos, permiten la integración de las estructuras infantiles
y con ello el desarrollo de la capacidad real de compartir. (Dorneles de
Oliveira, Guedes Juárez, & otros, s.f.)
Basándose en la idea de Meltzer (1973) de que la creatividad es
una función de los padres-objetos internos, es que se crea la
35
concepción de preservación de los hijos por los padres reales, y no su
creación. Éste expone que ese algo creativo que habita al ser humano
es un objeto interno primario combinado, el cual transmite al yo la
creatividad a través de la inspiración. Ese objeto interno inspirador,
equivalente en el decir de Meltzer, a un ideal del superego, auxilia al
ego a desarrollar capacidades. Al mismo tiempo en que el mismo está
en proceso constante de enriquecimiento, ya que va asimilando
dichas capacidades que ayudaron al ego a desarrollarse.
Meltzer (1988) da cuenta del planteamiento de Bion, con el cual
presenta la noción de que una nueva idea es lo que se abate sobre la
mente como experiencia catastrófica, desencadenando la función
cognitiva. Esta nueva idea se constituye, como una experiencia
emocional de la belleza del mundo y de su maravillosa organización.
Meltzer describe el encuentro de la mirada del bebé con la de su
madre como una experiencia de rara belleza. El rostro de la madre,
sus senos, sus ojos, son para el bebé una belleza externa que va,
poco a poco, haciéndosele conocida. Pero no todo es bello y
tranquilizador, puesto que el bebé debe lidiar con lo no conocido. La
manera de comportarse de la madre puede estar llena de muchos
significados, a los que él bebé aún no tiene acceso: su rostro aparece
y desaparece, su sonrisa es incomprensible. La madre, aunque a
veces ausente es la encargada de presentar el mundo al niño. Ella da
y se retira, el mensaje es que proporciona lo bueno y lo malo. Este es
el conflicto estético, definido más precisamente como “...el impacto
estético del exterior de la linda madre, disponible a los sentidos, y el
enigmático interior que necesita ser construido por la imaginación
creativa” (Meltzer y Williams, 1988, p.22, en Dorneles de Oliveira,
Guedes Juárez, & otros, s.f.). En el conflicto estético se encuentra la
36
capacidad de tolerar la incertidumbre, el no saber, aspectos
persistentes en la pasión de las relaciones íntimas.
En Metapsicología Ampliada, Meltzer (1986), plantea dichas
concepciones con la idea de que la función alfa y la
bidimensionalidad se encuentran en estrecha relación con el enigma
del interior y del exterior del objeto estético. El cual tiene el poder de
evocar emocionalidad, generando de igual forma angustia, duda y
desconfianza. El autor ayuda a pensar sobre cómo ese dilema se
presenta al ser humano en el crecer de su desarrollo:
Si las cualidades sensuales del objeto estético pueden ser aprehendidas con cierto grado de confianza, sus cualidades internas, debido al hecho de ser infra o supra sensoriales, no tienen la misma facilidad. Aquí la observación debe venir acompañada por el pensamiento y por el juicio y este último, para que sea firme, depende en gran medida de la experiencia. Porque tanto en la conjunción como en la disparidad entre el exterior y el interior del objeto de temor reverente y admiración está, seguramente, su valor para el bien o para el mal. Sin embargo, la experiencia que el bebé tiene del mundo es casi nula. ¿Cómo entonces irá ejercer tal juicio? No puede; puede solamente esperar para ver qué ocurrirá después. (Meltzer, 1986, p.236, en Dorneles de Oliveira, Guedes Juárez, & otros, s.f.)
2.4. Modelo de organización familiar
Harris-Meltzer (1990), realizan una descripción del modelo de
organización familiar, donde hacen referencia a las funciones
educacionales y roles de los integrantes de los tipos de familias que
pueden encontrarse dentro de una comunidad. Estos autores hacen
énfasis, en que ésta categorización se encuentra basada en el
37
resultado de investigaciones psicoanalíticas sobre la estructura
interna de la personalidad descrita por Klein y colaboradores.
Según el modelo, Harris-Meltzer (1990), se describen varias
categorías de organización familiar, como lo son, la familia conyugal,
La familia de “casa de muñecas”, la familia matriarcal, la familia
patriarcal, la familia pandilla y la familia invertida. De las dos
últimas, haremos la descripción a continuación, que son las que nos
competen para el análisis y comprensión de la investigación. Según
los autores, las descripciones de los tipos de familia deben ser
tomadas como una descripción de estados momentáneos y como una
tendencia general de funcionamiento.
2.4.1.
Para la descripción de este tipo de organización familiar, hay
que tener en cuenta que se encuentra formada por individuos que
consideran que una o ambas figuras parentales son inadecuadas,
malas o utilizan métodos inadecuados para la crianza de ellos, por lo
cual establecen una independencia temprana de ellos. Dentro de la
atmósfera de la familia pandilla, las funciones introyectivas más que
ejecutadas, se encuentran disimuladas. Los sentimientos de amor se
encuentran reemplazados por sentimientos de seducción, caricias e
indulgencias. Su actitud es de “pillaje de desperdicios”. La relación
La familia pandilla
La organización de la familia matriarcal y patriarcal cuando el
equilibrio de la persona dominante oscila entre la madurez y la
pseudomadurez, puede moverse a un estado de formación de
pandilla. Donde la propiedad más característica, de la familia
pandilla, es que sus figuras parentales se encuentran impulsadas
por la identificación negativa. (Harris-Meltzer, 1990)
38
con la comunidad es voraz, ambigua, confusa, de poco equilibrio, y
hay una tendencia a que se desarrolle una folie a deux (locura de
dos). (Harris-Meltzer, 1990)
2.4.2.
Dentro de este tipo de organización familiar, los roles
nominales son una especie de parodia, ya que sus funciones son
desempeñadas de manera desordenada y sin sentido. El caos
predomina en el momento en que se sienten amenazados por la
comunidad, al reaccionar o ponerse en contra de sus acciones
desafiantes y actitudes criminales. Esta manera de funcionar,
La familia invertida
Puede surgir cuando alguna de las personas parentales son
psicóticas, tienen tendencias criminales y/o sexualmente perversas.
Hay una inversión de valores, en donde lo bueno se vuelve malo y
viceversa. Hay una tendencia a que la economía familiar sea ilegal: la
prostitución, el mundo criminal o la política corrupta. La atmósfera
está llena de juego, bebida, promiscuidad, drogas, perversiones
sexuales, incesto y agresión. (Harris-Meltzer, 1990)
Las funciones introyectivas no están presentes: el pensar y
planificar no están presentes. El dolor mental es, en su mayor parte,
persecutorio. Existe la identificación proyectiva, la confusión, la
desconfianza, y la ansiedad persecutoria como consecuencia del
orden tiránico. A nivel del pensamiento predomina la confusión
bueno/malo, adulto/niño, femenino/masculino, lo cual determina el
predominio de la promiscuidad y el abuso sexual. Las clases sociales
en donde se puede dar este funcionamiento es muy variable: de la
aristocracia hasta los gitanos no tradicionales. (Harris-Meltzer, 1990)
39
determina que sus integrantes, en especial los hijos no se adapten a
la escuela o comunidad. (Harris-Meltzer, 1990)
2.5. Estado mental de Supuesto básico.
Wilfred Bion, dirigió grupos de investigación en Londres, en la
clínica Tavistock, los cuales sirvieron de base para el análisis y
conceptualización de nuevas teorías que son de gran utilidad para el
trabajo en instituciones, pues formulan procesos psicológicos de
grupos en términos integrativos. Para Bion (1961), la gente debe
juntarse en grupo para que puedan demostrarse y dilucidarse los
fenómenos de grupo, pero esto no es necesario para que el grupo
exista, esto particularmente es similar a la situación psicoanalítica,
en la que el paciente tiene que entrar en una relación terapéutica con
el analista, para que éste último pueda demostrar y analizar la
transferencia, pero no para que exista el fenómeno transferencial. Así
mismo, Bion, considera que el grupo es esencial para que un hombre
pueda llevar una vida plena. Así como también, ningún individuo
existe sin referencia a un grupo. (Pinzón, 2001)
Según Pinzón (2001), los supuestos básicos constituyen la
fantasía inconsciente de las personas en los grupos. Son supuestos
implícitos que predominan en los grupos y demandan complacencia
instantánea. Así mismo, para Bion (1961), los supuestos básicos en
el grupo permitían observar réplicas de las emociones con las que el
infante se relacionaba con la madre y posteriormente, con la familia.
En los grupos se observa a menudo conflicto entre el deseo de
expresar los sentimientos de manera irresponsable y el deseo de ser
maduro y considerar las consecuencias. Cuando el grupo funciona
40
bajo un supuesto básico, no aprende ni se adapta a partir de la
experiencia, sino que realmente se resiste al cambio, aunque puede
cambiar muy rápidamente de un supuesto básico a otro. Entonces,
se puede ver que los supuestos básicos representan una interferencia
con la tarea, de la misma manera que los impulsos primitivos pueden
interferir con el trabajo de una persona madura y bajo su influencia
sus miembros se encuentran confusos, tienen mala memoria y se
encuentran desorientados en el tiempo. El lenguaje no se desarrolla
como un método para pensar, sino como una forma de actuar.
Bion (1961) citado en Muñoz (2008), definió tres estados
mentales que pueden surgir en los grupos, como lo son en el que rige
el supuesto básico de Lucha y fuga, en el cual dentro de un grupo en
tal estado se aceptará a aquel líder capaz de obtener del grupo que
aproveche la oportunidad para escapar o agredir. Este grupo se
caracteriza por el predominio de los sentimientos de odio, destrucción
y desesperación. Este grupo requiere un líder que les permita agredir
al enemigo o escapar de él, que los cohesione y organice para
lograrlo. Estas dos estrategias son alternantes, no simultáneas: o hay
ataque o hay fuga.
El grupo de dependencia se encuentra caracterizado por el
predominio de una persona en quien los otros miembros del grupo
delegan las funciones de cuidar y resolver problemas. Los individuos
que conforman el grupo bajo supuesto básico de dependencia, tienen
temor a alejarse del líder, permaneciendo a su lado, con la sensación
de recibir de todo y no dar nada. Éste es un grupo donde en el que el
dogma es aceptado, y las herejías perseguidas. Bajo este supuesto
básico, el grupo no logra desarrollo individual, ni grupal, solo
41
sentimientos de seguridad en la omnipotencia y omnisciencia del
líder, con constantes sentimientos de inadecuación y frustración.
(Muñoz, 2008)
El supuesto básico de apareamiento, se encuentra presente en
grupos, que no tienen líder, viven siempre con la expectativa de que
llegará uno a su rescate. El líder puede aparecerse en forma de bebé,
facsímil o representación de un bebé, así mismo, puede ser una idea,
lugar, o emprendimiento. (Harris-Meltzer, 1990)
Las emociones asociadas con el supuesto básico pueden ser
descritas con los términos usuales: ansiedad, temor, odio, amor y
otros similares. Pero las emociones comunes a cualquiera de los
supuestos básicos se influencian entre sí en forma sutil como si
constituyeran una combinación peculiar del supuesto básico en
actividad. Es decir, que la ansiedad se manifiesta en el grupo de
apareamiento, y lo mismo ocurre con otros sentimientos. (Bion, 1961)
Todos los supuestos básicos incluyen la existencia de un líder,
aunque, como Bion (1961), planteó, en el grupo apareado el líder sea
no-existente, es decir, no haya nacido. Este líder no necesita
identificarse con ningún individuo del grupo; no necesita en absoluto
ser una persona, sino que puede estar identificado también con una
idea o un objeto inanimado. En el grupo dependiente el lugar del líder
puede ser ocupado por la historia del grupo.
En el funcionamiento de supuesto básico, el tiempo es una
función de la dimensión mental no reconocida, por tanto, todas las
actividades que reclaman conciencia del tiempo son captadas
imperfectamente y tienden a provocar sentimientos de persecución.
Las interpretaciones de la actividad en el nivel de los supuestos
42
básicos revelan una relación distorsionada con el tiempo. Otra
característica de este funcionamiento mental consiste en la ausencia
de todo proceso de evolución como parte de la mentalidad del
supuesto básico, donde los estímulos para el desarrollo reciben una
respuesta hostil. La hostilidad engendrada tiende a determinar que la
reacción ante la aparición de la persona o idea mesiánica tome una
forma aberrante, y no que evolucione cíclicamente de un supuesto
básico a otro. Porque, si un grupo desea impedir el desarrollo, la
manera más simple de lograrlo es abandonarse a la mentalidad del
supuesto básico, y acercarse así al tipo de vida mental que no
requiere capacidad de desarrollo. (Bion, 1961)
Grinberg (1972), los grupos de supuesto básico, pueden tener
varias propiedades características como, el funcionamiento psíquico
primitivo que se encuentra alejado de la realidad, viéndose esto en su
lenguaje, el cual no es utilizado como una cualidad comunicativa,
sino como manera de actuar, por esto se puede pensar que existe un
empobrecimiento en la capacidad de simbolización. En el grupo de
supuesto básico, existe una gran resistencia y hostilidad hacia
cualquier noción que implique desarrollo o crecimiento representado
por insight. Esto debido a la constelación de emociones y
sentimientos que se encuentran en juego y a los mecanismos de
identificación proyectiva implementados para defender contra las
ansiedades psicóticas. Por último, el contenido-continente de los
grupos de supuesto básico no favorece el pensar sobre las
experiencias emocionales de sus miembros.
43
2.6. La dimensionalidad como un parámetro del funcionamiento
mental.
Meltzer, en su libro Exploración del Autismo (1975) plantea:
En tanto pueda decirse de un organismo que tiene vida mental, y no meramente que existe en un sistema de respuestas neurofisiológicas a los estímulos provenientes de fuentes externas e internas, es porque vive en el mundo, y este mundo debe estar estructurado en diversas formas. Tal vez uno se ha acostumbrado a pensar “el mundo” como tetradimensional y constituyendo el “espacio vital” (Kurt Lewin) del organismo. Desde el punto de vista psicoanalítico, puede decirse que este espacio vital comprende varios compartimientos de la geografía de la fantasía y se mueve en la dimensión temporal. Esta geografía está de ordinario organizada en cuatro compartimientos: dentro del self, fuera del self, dentro de los objetos internos, dentro de los objetos externos. (Meltzer, 1975, p. 197)
Así mismo, Meltzer (1975) plantea que la dimensión del tiempo
tiene un desarrollo que va de la circularidad a la oscilación y
finalmente al tiempo lineal del tiempo de vida para el individuo,
desde la concepción hasta la muerte. Desde el punto de vista
evolucionista de la dimensionalidad se describen varios niveles de
organización mental, a partir de hallazgos clínicos, los cuales se
denominan Unidimensionalidad, Bidimensionalidad,
Tridimensionalidad y Tetradimensionalidad.
2.6.1.
En esta dimensión se pueden apreciar la fuente, tendencia y
objetos de los modelos de impulsos (drive) genética y
Unidimensionalidad
44
neurofisiológicamente determinados. Existe una relación lineal de
tiempo-distancia entre self y objeto que da lugar a un mundo con un
centro fijo en el self y con un sistema de rayos en dirección y a
distancia de los objetos, concebidos como potencialmente atractivos o
repelentes. Se puede decir, que en ésta dimensión se encuentra
ubicado el autismo, como un mundo unidimensional, sin mente,
donde no existe la disponibilidad de los eventos para la memoria o el
pensamiento. (Meltzer, 1975)
2.6.2. Bidimensionalidad
Cuando la significación de los objetos se vivencia como inseparable de las cualidades sensuales que pueden captarse de sus superficies, la concepción del self debe ser por fuerza limitada. El self también va a ser vivenciado como una superficie sensible, una visión no significativamente distinta de la visión del yo que Freud presentó en “El yo y el ello”. Esta superficie sensible puede ser maravillosamente inteligente en la percepción y apreciación de las cualidades de la superficie de los objetos, pero sus objetivos van a ser necesariamente cercenados por una empobrecida imaginación, dado que carece de medios para construir en su pensamiento objetos o hechos distintos de aquellos experimentados de manera concreta. En el lenguaje de Bion, el yo no tendría medios para distinguir entre un objeto bueno ausente y la presencia de un objeto ausente persecutorio. La razón para esta limitación del pensamiento y la imaginación residiría en la carencia de espacio interno dentro de la mente, en el cual pudiera tener lugar la fantasía como una acción de ensayo y, por ende cómo un pensamiento experimental… Más aún, y por la misma razón, el self que está viviendo en un mundo bidimensional va a quedar disminuido tanto en memoria
45
como en deseo, o en previsión. Sus experiencias no podrán resultar en la introyección de objetos o en la modificación introyectiva de los objetos ya existentes.” (Meltzer & otros, 1975, p. 199)
Siguiendo la idea presentada por Muñoz (1995), se puede decir
que cuando la mente funciona bajo el parámetro de la
bidimensionalidad, “…se pierde el contacto con el hecho psíquico,
con la cualidad psíquica otorgada por la reacción emocional frente a
la realidad material y la simbolización llevada a cabo por los objetos
internos de la realidad psíquica.” (Muñoz, 1995, Pág. 6).
Cuando la realidad psíquica es construida con base en
experiencias emocionales que se tienen con los objetos tanto internos
como externos, con estos últimos en la bidimensionalidad la relación
es puramente sensorial. En el funcionamiento bidimensional, no
existe diferenciación entre los procesos concientes e inconscientes,
así como las funciones yoicas se encuentran indiferenciadas lo que
hace que las expresiones sensoriales son copias, repeticiones de
estados mentales y funcionamientos de otros objetos. (Muñoz, 1995)
2.6.3. Tridimensionalidad
Forma de funcionamiento mental, donde la visión del mundo es
percibido por la profundidad de los objetos y del self por
identificación, como continentes de espacios potenciales. La
potencialidad de un espacio, y por ende, de un continente, solo puede
tener lugar una vez que se ha hecho efectiva la función de esfínter.
46
El interior de un objeto también persiste en tener el significado
de un estado anterior de la mente, ya que el sentimiento de ser
adecuadamente contenido es una precondición para la experiencia de
ser un continente capaz de contener, los movimientos en la fantasía
de entrar y salir de un objeto tienen necesariamente significación con
respecto a la concepción del tiempo. El tiempo, que no se podía
diferenciar de la distancia en la Unidimensionalidad de la
desmentalización y que había adquirido cierta vaga continuidad o
circularidad al moverse de un punto a otro en la superficie del mundo
bidimensional, comienza ahora a tener una tendencia direccional
propia, un movimiento inexorable de adentro hacia afuera del objeto.
Pero la operación continúa de la omnipotencia da forma a la fantasía
de identificación proyectiva. Surge el tiempo oscilatorio en las
concepciones mentales “del mundo” y, para llegar a ser
unidireccional, tendrá que esperar a que se cumpla el proceso
doloroso y nunca totalmente completo de renunciar a la identificación
proyectiva. (Meltzer, 1975)
2.6.4.
Es solamente una vez que se ha montado la lucha contra el narcisismo y ha disminuido la omnipotencia que imponen la intrusión y el control sobre los objetos buenos en los mundos interno y externo, que puede comenzar la formación de un mundo tetradimensional. Al surgir trae la visión del desarrollo como una posibilidad. Donde la envidia y los celos no podían hallar otro alivio que la afirmación de la voluntad del individuo, puede ahora surgir una nueva esperanza. Y ésta nueva esperanza inspira el proceso de un nuevo tipo de identificación, que Freud descubrió y describió en “El yo y el ello”. (Meltzer y otros, 1975, p. 200)
Tetradimensionalidad
47
2.7. La configuración continente-contenido
Bion (1962) en Aprendiendo de la experiencia, describe la
relación dinámica contenido-continente, partiendo de la relación
madre-bebé. Posteriormente en Elementos del psicoanálisis y Atención
e interpretación hace acercamientos a esta propuesta teórica e intenta
aplicarla a funcionamientos grupales, al enfrentar ideas nuevas, a las
reacciones de individuos que rechazan funcionamientos rutinarios e
institucionalizados dentro de los grupos. En Memorias del futuro
(1991), amplió este concepto, al utilizarlo para profundizar en la
relación masculino-femenino del ser humano, en la realidad externa,
multiestructural y multifuncional de las partes de la mente. El
estudio de Bion sirvió para pensar en las múltiples formas mentales
complejas y dinámicas que hasta el momento no habían sido
exploradas, del continente y del contenido al ponerse en contacto.
(Muñoz, 2008)
Bion (1980), abstrae de la teoría propuesta por Melanie Klein;
sobre la identificación proyectiva relacionada con los miedos
infantiles, y utiliza como modelo, la idea del continente en el que se
proyecta un objeto y dicho objeto que se proyecta, lo designa
contenido. Estos términos designados como continente-contenido, se
vuelven susceptibles de unirse o impregnarse de emoción. En ese
estado cambiante al unirse, puede ocurrir su crecimiento. Cuando se
encuentran separados y vacíos de emocionalidad, se acercan a
objetos inanimados, disminuyendo su capacidad vital.
La configuración de continente y contenido de Bion (1962),
expresa claramente la relación tan primitiva y concreta que tiene el
niño con el pecho de la madre. “Cuando el niño tiene hambre, el niño
48
busca algo que alivie su malestar y el pecho resulta ser el continente
donde puede volcar esa ansiedad y del cual puede recibir leche y
amor, a la par de significación, en forma tal que esa situación sea
modificada.”(Bion, 1962 citado en Etchegoyen, 1986. p. 632.)
Bion (1962), afirma que se nace con una preconcepción del
pecho, y explica que es algo que liga el sentir hambre con la
capacidad para saciarla. El pecho alcanza su significación y
concepción en el momento que se da la experiencia real, la
satisfacción del hambre en la realidad física del lactante. Sin
embargo, esta explicación va desarrollándose y surge la explicación
de lo que sucede cuando el pecho no le ha dado alimento al niño,
cuando se encuentra ausente. A lo que Bion, explica que la madre
poco a poco va desilusionando al bebé, frustrándole, para que vaya
comprendiendo que él no crea al pecho o lo controla totalmente de
manera omnipotente, lo que a su vez ayuda al desarrollo de la mente
del bebé. A este intento de modificar la frustración y angustia
sentido por el lactante, Bion lo denomina pensamiento.
Todo este proceso, ocurrido entre la madre y el bebé, donde
están presentes las preconcepciones, concepciones, lo innato,
experiencia, fantasía, realidad, frustración, satisfacción, de maneras
primitivas, dan cuenta de la teoría de la relación de objeto en la raíz
del pensamiento.(Etchegoyen, 1986)
2.8. La función Reverie
Bion (1980), plantea que aparte de los canales físicos de
comunicación, el amor se expresa a través del reverie. A través de la
investigación de la función de reverie en el adulto, deduce que ésta es
49
la fuente psicológica que satisface las necesidades del niño de amor y
comprensión.
La capacidad de reverie de la madre es considerada como el
estado anímico que se encuentra abierto a la recepción de cualquier
manifestación de existencia del objeto amado, siendo capaz de recibir
las identificaciones proyectivas del lactante, ya sean sentidas por el
lactante como buenas o malas. (Bion, 1980)
El concepto de reverie materno se encuentra vinculado con los
mensajes que envía el bebé a la madre, ubicando en ella, mediante
identificación proyectiva, sus angustias y temores. (Etchegoyen,
1986)
La palabra reverie, proviene del francés y viene de sueño,
significando el estado en el que el espíritu se deja llevar por sus
recuerdos e imaginaciones. En español lo más semejante seria
ensoñar, y nos ubica en la manera en como la madre responde a su
hijo, como si lo ensoñara, como si flotara con sus sueños arriba de la
realidad. Bion, prefiere utilizar la palabra reverie a otras más
usuales, como cuidados maternos, porque pretende alcanzar otro
nivel, de mayor abstracción, subjetividad y nivel psicológico. Lo que el
autor desea acentuar con este término, es el contacto emocional
intersubjetivo que dota de significado a la relación madre-niño.
(Etchegoyen, 1986)
2.9. El Splitting forzado
Bion (1980), en su libro aprendiendo de la experiencia, hace
una descripción del splitting forzado, donde expresa, que se
50
encuentra asociado a una relación perturbada con el pecho materno
o sus sustitutos. Bion destaca que el lactante puede recibir del pecho
la leche y demás bienestares corporales, como el amor y la
comprensión, cuando la iniciativa del pecho de dar, es obstruida por
temor a la agresión, propia o de otros, se inhibe el impulso del
lactante para recibir el alimento. Así mismo, el lactante por temor a la
muerte por inanición lo obliga a succionar, a tomar el alimento,
produciéndose en esa escena una división entre la satisfacción
material y la psíquica.
Posteriormente ésta división, el lactante desvía su necesidad de
amor, comprensión y desarrollo mental hacia la búsqueda de
satisfacciones de tipo material. La necesidad de amor al estar siempre
insatisfecha promueve grandes deseos de captación de objetos
materiales, inanimados, que le provean comodidades físicas,
convirtiéndose poco a poco en una voracidad excesiva y mal dirigida.
(Bion, 1980)
Este split (división) impuesto por una parte por la inanición y el temor a la muerte por inanición y, por la otra, por el amor y el temor a la envidia criminal asociada al odio, produce un estado mental en el cual el paciente persigue vorazmente toda forma de comodidad material; es al mismo tiempo insaciable e implacable en su búsqueda de saciedad. …Este estado implica la destrucción de su interés en la verdad. …Se siente rodeado de objetos extraños, de modo que aún las comodidades materiales son insuficientes e incapaces de satisfacer sus necesidades. Pero carece del aparato, la función alfa, que le permitiría comprender su dificultad. (Bion, 1980, p. 38-39)
51
El propósito del splitting forzado seria separar el bienestar
material del psíquico como un escape al temor y a la envidia propia o
de un tercero. (Bion, 1980)
2.10. Antecedentes investigativos y teóricos sobre el maltrato
infantil y abuso sexual desde la perspectiva psicoanalítica de
otros autores
En Junio de 2010, Nicolás Ignacio Uribe, publica en la edición
No. 19 de la Revista electrónica de psicología social Poiésis, su
artículo: “Consideraciones psicoanalíticas sobre el abuso sexual y el
maltrato infantil”, donde haciendo alusión a los estudios acerca de
las repercusiones psíquicas de las situaciones de abuso sexual en la
infancia, reales o fantaseadas, realizados por Freud (1895), plantea
como se descubrió que la etiología de las afecciones neuróticas
comportaba situaciones cargadas de agresividad, tales como el
maltrato, las cuales adquirían un estatuto sexual en el psiquismo,
por medio de falsos enlaces simbólicos los cuales eran creados
cuando situaciones erótico-agresivas eran objeto de procesos
psíquicos defensivos, tales como la represión. (Uribe, 2010)
Así mismo, el autor, al hablar de consecuencias psicológicas
del niño que ha sido abusado sexualmente o maltratado, se debe
enfatizar el hecho de que estas situaciones generan un dilema moral
para el niño, que puede llegar a ser traumático. Según Freud, el
concepto de trauma implica el campo de la sexualidad debido a que
las situaciones sexuales hacen operar el mecanismo psíquico de la
represión, por medio del cual reaccionan los seres humanos ante
vivencias traumáticas, cuando está excluida la posibilidad de
52
reaccionar de forma normal. Así pues, la relación entre sexualidad y
represión permitió que Freud destacara esta forma de defensa como
un proceso psíquico patológico el cual dificulta la reacción apropiada
ante las situaciones traumáticas, ya que deriva en la retención de la
reacción y su posterior tramitación vía la formación de los síntomas
neuróticos. (Uribe, 2010)
Uribe (2010), explica cómo partiendo de la conceptualización de
la represión, Freud elabora una teoría del trauma centrada en la
sexualidad. Dicha teoría, le permite a Freud explicar por qué los
síntomas neuróticos no se producen seguidamente después de que
ocurren las escenas traumáticas, sino después de un tiempo o
período, que llama “incubación” o “elaboración psíquica”.
Con esto se pudiera entonces afirmar, que las situaciones de
abuso sexual son traumáticas porque el recuerdo de las mismas
entra en conflicto con la conciencia moral de la víctima, generando
así una inclinación represiva por parte del yo. Debiéndose esto a la
moral inculcada en instituciones sociales básicas, como la familia y la
escuela, censurando toda manifestación de los impulsos sexuales en
la infancia, lo cual genera en el yo una tendencia a autocensurar sus
propias vivencias sexuales. Esto se puede observar en el quehacer
clínico, donde se ve cómo, aunque el niño sea la víctima del abuso
sexual, existen sentimientos de culpa y malestar con el mismo. Al
respecto Bernal (2009) destaca el hecho de que en estos casos: “la
culpa recae más sobre la víctima, que sobre el victimario, es decir,
que más fácilmente se siente culpable el niño objeto de abuso y
explotación sexual, que el proxeneta y el paidófilo” (Bernal, 2009,
citado en Uribe, 2010). Así mismo, se tiene que en los casos de
53
maltrato infantil el niño también experimenta un sentimiento de
culpa. (Uribe, 2010)
Vivencias sexuales como el abuso, son difíciles de relacionar
con los rasgos de la vida anímica regido por los valores morales,
siendo entonces reprimidas. Así entonces que para Freud la represión
implica “el interés voluntario de regocijarse con la propia
personalidad, de estar contento con ella” (Freud, 1895, citado en
Uribe, 2010). Es más claro entonces, por qué cuando el niño es
abusado sexualmente, aparece un dilema moral, ya que en la parte
del psiquismo donde estaban los valores o preceptos morales es
totalmente rechazado y reprochado este tipo de actos sexuales,
originando un conflicto entre las instancias psíquicas ello, yo y
superyó. (Uribe, 2010)
Con la participación del yo en la represión lo central es que
sucumbe al proceso represivo todo lo que en el progreso hacia fases
evolutivas posteriores, debe ser relegado por inconciliable con lo
nuevo y perjudicial para él. En este mismo sentido, Freud planteó
que a la conciencia de culpa le escandaliza tanto el sadismo como la
elección incestuosa de objeto. Por ello, al hablar de la represión como
el proceso por el cual se omite la reacción ante un estímulo psíquico
de naturaleza sexual, plantea Freud que lo mismo ocurre en esencia
con la emoción producida por la pulsión de venganza que se
desencadena ante las situaciones de maltrato físico o psicológico. No
obstante, sería un gran error que Freud plantee que la sexualidad
infantil, sucumbida por la represión, no aceptara que las pulsiones
sexuales sean objeto privilegiado del proceso represivo, ya que
esencialmente son estas pulsiones las que hacen fracasar la
54
represión al conquistar una relevación en los síntomas. De esto que
es la principal fuerza pulsional de la formación de síntoma y por eso
la pieza clave de su contenido. Así pues, las escenas sexuales son
traumáticas no sólo por ser contradictorias con los preceptos
morales, sino que a su vez generan en el niño niveles de excitación
muy altos, que no pueden ser asimilados en ese momento por la
inmadurez del aparato genital, trayendo como consecuencia cargas
energéticas constantes, que al no poder ser evacuadas producen
alteraciones en el psiquismo. (Uribe, 2010)
En 2002, Carolina Ferreira, publica en el portal electrónico
Galeon, su artículo: “Enfoque psicoanalítico sobre el maltrato
infantil”, en el cual expresa algunas ideas planteadas por la Lic. Nur
Abdel-Masih sobre la violencia, donde sostiene que la agresividad
tiene como base una raíz pulsional, sostenida en la dualidad Eros-
Tánatos, donde se inhibe la finalidad directa de la agresividad y su
fuerza queda al servicio del yo y del nosotros. Cuando se enfrenta la
violencia, se está ante la manifestación más primitiva de la agresión,
ante la ruptura del ordenamiento producido por el desarrollo social.
Así pues, la violencia implica una regresión al narcisismo primitivo y
su omnipotencia. Se regresa desde la posibilidad de utilizar las
palabras como medio de comunicación, hasta situaciones donde ésta
no tiene lugar y es reemplazada por acciones sin sentido o por
palabras manipuladas a modo de actos. (Abdel-Masih, s.f., citado en
Ferreira, 2002)
Según la propuesta realizada por Abdel-Masih (s.f.), las
manifestaciones de violencia producen rupturas libidinales en
distintos ámbitos como se presenta a continuación:
55
1. Las que marcan directamente al sujeto desde su advenimiento al
mundo, provenientes de la estructura y funcionamiento familiar,
de los modos vinculares de los progenitores para con el niño.
El abandono emocional por ejemplo se vive como una catástrofe y
configura un trauma narcisista que conlleva la pérdida de amor y la
imposibilidad de construir el sentido de su ser y significación de los
elementos externos y de su vida pulsional. Estas experiencias quedan
en el inconsciente como agujeros psíquicos; van a mimetizarse con el
objeto liberándose grandes montos de agresión que repetirá en sus
vínculos de adulto, tomando a los otros como aquel objeto anhelado y
alguien en quien vengarse. Bajo la presión de la compulsión de
repetición operante, buscará objetos y situaciones con los cuales
reeditar el vínculo decepcionante primario. Siendo todas estas
modalidades las que van a erotizarse en las futuras relaciones con los
otros.
2. Los factores que provienen del medio social en forma de modelos
o ideales de la cultura.
Cuando se habla de Edipo desde el psicoanálisis, se hace
referencia a las múltiples formas de organización llamadas familia,
donde se consideran diversas las expresiones de conflicto sobre las
cuales se gesta y difunde la pulsión, el deseo, el narcisismo, la
elección de objeto. Lo que se encuentra como antecedentes de
conductas violentas (golpes y otros modos graves de manifestaciones
de la violencia en la familia), son situaciones de abandono o
dificultades en la constitución de la subjetividad, en la constitución
narcisística del yo y de identificaciones que otorguen una filiación,
56
pertenencia y sean marcas de diferencias de las generaciones así
como de la diferencia de los sexos. Lo que hace referencia a
experiencias de privaciones vividas con mucho dolor u horror que no
tuvieron registro psíquico. Con esto se puede decir que la
problemática de violencia familiar no necesariamente remite a una
estructura psicopatológica. (Ferreira, 2002)
Entonces se haría alusión a lo que se llaman actos
psicopáticos, como un paso a la acción. Conductas como estas son
conocidas como “acting” y se encuentran relacionadas con la
transferencia, en el sentido freudiano del poner en acto, mostrar,
actuar, en lugar de verbalizar algo. Es un hacer en lugar de decir.
(Ferreira, 2002)
Según Ferreira (2002), toda situación vivencial humana con
posibilidades o potencialidad traumática, va a implicar por los menos
2 tiempos:
1. El momento del acontecimiento.
2. El momento de la significación a posteriori. Se trata del tiempo
que impone el trabajo del inconsciente.
Cuando se habla de golpes físicos reales, se tiene que estos
serían maneras de lograr de algún modo la inscripción de la pulsión
en el registro real del cuerpo del otro. Lo que retorna
compulsivamente es aquello que no cesa de escribirse, pues la
función homeostática se encuentra ligada a la repetición simbólica.
(Ferreira, 2002)
Nombrar algo como Siniestro, implica pensar también en lo
familiar, pues cuando se está ante la presencia de maltrato familiar o
infantil, se puede ver la marca de aquello que debía permanecer en
57
secreto, pero que al ser descubierto, no puede ser tapado por un velo,
por lo tanto para disimular lo siniestro, se debe recurrir al secreto. Lo
siniestro, hace referencia a aquello que excita, que angustia y
produce horror, y que pertenece al orden de lo terrorífico, son
procesos que despiertan sospecha de ser automáticos (De Bonansea,
s.f., citado en Ferreira, 2002).
Freud (1919) citado en Ferreira (2002), "es sólo el factor de
repetición no deliberada el que vuelve ominoso algo en sí inofensivo y
nos impone la idea de lo fatal, inevitable, donde de ordinario
habríamos hablado de casualidad.” (párr. 16)
Ferreira (2002) afirma que padres maltratantes pueden serlo
desde personas en estado de extremo estrés hasta las más graves
patologías, produciendo esto diferentes niveles y formas de maltratar.
Dejando así el niño de ser visto por sí mismo, para entrar a encarnar
personajes internos del adulto, implicando con esto, que su presencia
como otro en el narcisismo paterno no es soportada, resistiéndose así
al abandono de su posición infantil.
"Lo siniestro es que los padres, gestadores y primeros
cuidadores de la vida del niño, se conviertan en amenaza o peligro
para el mismo" (De Bonansea, s.f. citado en Ferreira, 2002, párr. 23).
Lo siniestro es aquello que rompe el narcisismo abruptamente
dejando al yo incipiente desamparado, puesto a merced de sus
pulsiones sin la posibilidad de hacer discriminaciones.
Freud (1920) expresa: "El estado narcisista primitivo no podría
seguir su desarrollo si cada individuo no pasase por un período de
indefensión y cuidados, durante el cual son satisfechas sus
necesidades por un auxilio exterior y contenido así su desarrollo".
(Freud, 1920 citado en Ferreira, 2002, párr. 25). A través de las
58
distintas experiencias de violencia se produce la libidinización de lo
hostil, del dolor. Traumático es cuando el niño se encuentra sometido
a constantes e imprevisibles descargas agresivas que no puede
significar.
En el niño víctima de situaciones de violencia, se pueden
generar descargas a manera de tensiones como el llanto incesante,
irritabilidad, constantes demandas, agresión, etc. no logrando la
integración paulatina con los aspectos del amor. Así pues, el
desborde compulsivo lleva a la angustia de pérdida de límites,
surgiendo lo confusional para el niño de la incertidumbre de lo vivido,
sobre quién le pegó, la causa, que puede llevar al total sometimiento
al estilo de "por mi culpa", "porque fui malo", "por lo que deseé", "por lo
que hice o no hice". Son intentos por preservar la bondad de los
objetos, a costa de asumir como propios los aspectos terribles. Este
sometimiento puede dejar de serlo ante cualquier incidente,
apareciendo como desafío activo o pasivo, o como identificación. (De
Bonansea, s.f. en Ferreira, 2002).
Entonces, lo siniestro se da cabida cuando el niño piensa que
no reconoce en ese acto brutal a quien lo quiere y tiene que reconocer
los impulsos destructivos de sus padres y de sí mismo. Una persona
que ha sido humillada, sometida, desvalorizada, la mayoría de las
veces por una persona muy cercana, a la que también puede amar,
va a valorar de manera muy significativa los pequeños gestos de
consideración, afecto y respeto. (Ferreira, 2002).
En 2000, María L. Kuperman de Kuitca, publica en la Revista
de Psicoanálisis ApdeBA, Vol. XXII - Nº 2, su artículo: “Violencia
familiar y abuso sexual infanto-juvenil”, en el cual expone que el
59
estudio de la problemática del maltrato infantil fue impulsado en la
Argentina y en gran parte de Latinoamérica por Diana Becher de
Goldberg (1999) con quien Kuperman de Kuitca, ha trabajado desde
el enfoque psicoanalítico la problemática de abuso y entre las dos
han planteado un esquema fundamental con el cual aproximarse al
tema a través de los siguientes pasos:
1. la seguridad del niño para que las acciones abusivas se suspendan
inmediatamente.
2. que se realice el diagnóstico psiquiátrico-psicoanalítico lo más
exhaustivo posible de las personas allegadas para localizar los
factores de riesgo y comenzar a la brevedad los tratamientos
psicoanalíticos.
3. estudiar las posibilidades de obtener un reconocimiento mínimo de
las acciones por parte de los adultos transgresores.
4. que el niño se contacte con los adultos intervinientes en el
problema hasta donde lo permita su seguridad física y emocional.
5. que el niño reciba la explicitación de la verdad, del grado de su
implicancia personal o sea de la diferencia entre la responsabilidad
de las acciones de los adultos y de las fantasías y accionar propios.
6. recibir las disculpas del grupo transgresor.
7. estudiar las posibilidades mínimas de recuperación (promoción
desde lo legal) de la familia abusiva. Se utiliza la expresión
“posibilidades mínimas” debido a que, por la dificultad del cuadro, la
expectativa de recuperación es mínima pero no por eso menos
importante; es decir que en relación al daño que se produce en los
vínculos más significativos consideramos que la más mínima
recuperación toma una gran envergadura para el niño en lo
individual. (Kuperman de Kuitca, 2000, p. 353-354)
60
La Justicia, refiriéndose a la legalidad de una sociedad,
encuentra también enormes dificultades y es motivo permanente de
estudio la aplicación de las leyes existentes y la investigación sobre
nuevas leyes para estos casos. Otra dificultad es la de la situación
social en que se vive, donde algunos padres afirman que si se
animarán a denunciar a ciertas personas, que parecieran tener
poder, correrían peligro sus vidas. No se puede desconocer que en
algunos casos han existido diferencias en cuanto a esto, pero
comúnmente en la clínica se puede apreciar como muchos de los
temores expresados como riesgo de muerte escondían la fuerza de la
fantasía universal de la realización proyectiva de los deseos
incestuosos inconscientes de los adultos a través de los niños.
(Kuperman de Kuitca, 2000)
En el abuso sexual, la motivación puede estar ligada a una
situación dada en una etapa de la vida de una persona, comúnmente
a raíz de una pérdida importante, que lleva al sujeto a un estado
depresivo severo, hasta una compulsión ritualizada en una
personalidad psicopática grave, diferenciándose en un principio por el
tipo de coerción, castigo y perversión impuesta sobre el niño. Así, el
paidofílico es una persona que permanece ligada a una elección
primaria de objeto pregenital, lo que prácticamente imposibilita que
pueda establecer vínculos sexuales maduros una vez pasada la
pubertad. (Kuperman de Kuitca, 2000)
Según Kuperman de Kuitca (2000), el paidofílico fijado es la
persona que generalmente se encuentra en los hechos de violación;
el cual posee un núcleo delirante que expresa en términos de “querer
salvar a los niños de los horrores de la vida sexual adulta”; Así
mismo, estos constituyen un peligro social y las acciones se
61
caracterizan más por su perversidad que por la búsqueda de un
objeto amoroso.
Durante la escena de abuso, se puede encontrar otro agresor,
conocido como el abusador regresivo, el cual puede tener mejor
pronóstico si acepta tratamiento y es la personalidad que en
ocasiones se encuentra en la dinámica familiar incestuosa, donde el
niño abusado es significativo para ese adulto. Se relaciona con el
niño como si éste fuera adulto y espera reconocimiento amoroso y
validación, es decir que no busca gratificación genital per se, sino,
aporte libidinal; suele actuar, desde una situación emocional basada
en un severo estado depresivo; no buscan relaciones amorosas
adultas fuera del hogar mientras dura la organización endogámica
incestuosa dentro de la familia. La preferencia de amor está colocada
en los niños ya que éstos pueden por necesidad, curiosidad, amor y
sin quejas llegar a establecer dicho tipo de relación. Recién cuando
esta situación se prolonga por largo tiempo se agregan,
secundariamente, situaciones de violencia por el temor de los adultos
a las consecuencias en la develación. (Kuperman de Kuitca, 2000)
En cada situación de maltrato infantil se puede ver
comprometida potentemente al profesional que lleva el caso, pues
cada situación deja un nuevo conocimiento y al entrarnos en estos
temas debemos revisar permanentemente el Horror al Incesto, o sea
agregar al diagnóstico el estudio de la contratransferencia, pues
situaciones como estas generan en los profesionales un sentimiento
de identificación con la desprotección del niño, que se encuentra muy
claramente descripto por Roland Summit en 1983, y que se
denomina “Síndrome de acomodación”. (Kuperman de Kuitca, 2000).
62
Summit (1983), plantea que el Síndrome de Acomodación
consta de cinco características: 1) carácter secreto; 2) desprotección;
3) acomodación; 4) denuncia tardía y poco convincente; 5) retracción
de la denuncia. Éste utiliza en su descripción, el abuso sexual del
padre sobre una hija, el cual propone como modelo de estudio.
A continuación la descripción que hace Summit acerca de las
características del síndrome de acomodación.
Secreto: los niños mantienen el secreto del abuso sexual por
vergüenza y culpa. Temen el castigo y desaprobación por parte de la
madre; venganza o pérdida del afecto por parte del padre o familiar
(ofensor) y sobre todo temen la ruptura y pérdida del hogar.
Cuando el niño proporciona señales de la situación, el énfasis
en el secreto y el temeroso aislamiento por parte de la madre, definen
a la actividad sexual como algo malo y peligroso aun cuando el niño
fuese muy pequeño para entender el valor social del incesto. También
los temores del niño se ven reforzados y sugeridos por las amenazas
directas del agresor.
Desprotección: el niño en situación de abuso se siente obligado
y avasallado por la autoridad inherente a la figura paterna. A medida
que va descubriendo el significado de lo que está ocurriendo,
sentimientos de profunda desprotección lo paralizan. Esta
incapacidad natural de pedir ayuda o resistirse provee la esencia
misma del rechazo de lo sucedido y el prejuicio en el mundo adulto.
“¿Cómo fue posible que no gritó, pateó o se defendió del ataque?”; se
espera del niño una reacción normal adulta a la intrusión. El niño se
encuentra tan indefenso frente a dicho adulto como éste se
encontraría en una situación de violación a punta de cuchillo. Ante la
63
paralización frente al ataque, el niño no tiene otro recurso que
culparse a sí mismo como parte del proceso. Es necesario un experto
testimonio en estos puntos para reivindicar la credibilidad del niño y
ayudar a prevenir la continuidad de la auto condena.
No se puede sentir mayor desprotección que la que hay cuando
se es abusado por una persona de la cual se espera protección. Esto
supera las defensas y conduce a la desilusión, a la inseguridad y a
un proceso de victimización; este proceso desesperanzado lleva al
niño a exagerar su propia responsabilidad y eventualmente a
despreciarse por su debilidad.
Acomodación: el niño se encuentra ante un callejón sin salida
confrontado con dos realidades contradictorias; 1) o el padre es una
figura llena de maldad, incapaz de quererlo y preservarlo o 2) él o ella
misma es la figura sucia, maligna, merecedora de tales castigos.
La elección inevitable, si quiere asegurarse la supervivencia
emocional, es la de aceptar la culpabilidad y responsabilidad con la
esperanza de encontrar el camino para merecer el cariño y la
aprobación parental. Para lograr tal objetivo y recibir una imagen
buena de sí mismo debe estar siempre disponible a las exigencias
sexuales del adulto. De esta manera si es una niña “suficientemente
buena” salvará a la familia de amenazadoras desgracias; aquí se
produce la inversión de roles tan típicos del abuso. Al niño le es
conferido todo el poder para destruir a la familia y toda la
responsabilidad de mantenerla unida. Es el niño y no el adulto el que
debe acudir al auto sacrificio y al altruismo para asegurar la
supervivencia de los otros; la niña asume así muchos de los roles
previamente asignados a su madre. Se produce una vez más una
escisión en la formación de valores: mantener la mentira para
64
preservar el secreto es la más preciada virtud, mientras que ofrecer la
verdad es el más alto pecado. (Kuperman de Kuitca, 2000, p. 361)
Los mecanismos que aseguran una “efectiva acomodación” en
el momento de la agresión son los que impiden una efectiva
integración psíquica en la adultez o madurez; si el niño logra una
efectiva economía psíquica que contenga su alienación y
desesperación entonces estamos en presencia del niño autómata,
obediente y complaciente. Si falla en lograr este equilibrio, conductas
de autodestrucción, automutilación, promiscuidad sexual, fenómenos
histéricos, delincuencia, sociopatías, etc. forman el número de
estrategias de supervivencias a la situación incestuosa.
Denuncia tardía y conflictiva: la ruptura del silencio ocurre
solamente cuando alguno de los mecanismos de acomodación
implementados por el niño dejan de ser efectivos, por lo general esto
pasa después de un prolongado tiempo y aún años de abuso
continuado. Es común que la víctima permanezca silenciosa hasta
entrada en la adolescencia donde los patrones de interrelación suelen
cambiar: el padre se vuelve más posesivo, celoso y va perdiendo el
control sobre la hija que comienza a reclamar una vida más libre; en
estas circunstancias se rompe el secreto después de reyertas y
rebelión hacia el padre y acusaciones hacia la madre; pero la
adolescente busca ayuda en el momento en que es menos probable
que obtenga comprensión adulta pues es posible creer que todas sus
acusaciones son nada más que una venganza retaliativa a los
intentos de control parental. La típica reacción materna al alegato de
victimización sexual es de descreimiento ya que su propio
sentimiento de autoestima está íntimamente ligado al vínculo de
65
dependencia con su pareja y la aceptación de la denuncia implicaría
la aniquilación de la familia y de parte de su identidad.
Retracción de la denuncia: ante las consecuencias de la
denuncia, el niño, confronta como reales los tan imaginados miedos;
la realidad se hace terrorífica, tal como fueron las amenazas; el niño
puede ser alejado de su casa y ambiente; en muchos casos hay
repetición del maltrato pero esta vez a niveles institucionales. El
padre puede ser condenado; la madre oscila entre la incredulidad y la
desesperación; la familia se fragmenta y la niña es culpada de esta
fragmentación familiar; si la intervención terapéutica no se produce
rápidamente (y a veces aún así) la niña tratará de deshacer lo que
provocó y se retractará de su acusación. (Kuperman de Kuitca, 2000,
p. 362)
66
3. MATERIAL CLÍNICO: ELEMENTOS DE ANÁLISIS Y REFLEXIÓN
En este capítulo, se hará una descripción sobre cada uno de
los pacientes con los que se trabajó durante el proyecto, sobre los
datos relevantes de su vida que fueron recogidos durante el proceso,
lo cual es fundamental para conocer el terreno donde se han dado
todas las vivencias y experiencias emocionales de cada uno de ellos.
Esto con la finalidad de mostrar sus estados mentales,
funcionamientos y como su psiquismo de alguna manera u otra se ha
movido tras el trabajo psicoterapéutico realizado. Esta descripción de
cada uno de los pacientes, va entrelazada con viñetas del material
clínico, seguidamente de un contraste teórico con el cual se
argumenta y analiza con la finalidad de comprender la forma,
contenido del discurso y forma de intervención psicoterapéutica con
la que se trabajo en cada sesión y con cada paciente particularmente.
3.1. Estrella, un mundo externo decorado para la fiesta familiar
Estrella es la hija mayor de una mujer de 30 años de edad,
tiene 10 años y una hermana menor de 2 años. Inicia psicoterapia
dentro de una institución de protección a la mujer maltratada, en la
cual se encuentra junto a su madre y hermana en situación de
refugio.
Llegan a la institución tras denuncia puesta por la madre, ante
las autoridades, por el abuso al cual había estado sometida su hija
durante tiempo desconocido, pero el cual según su sospecha, podrían
ser varios años.
67
El abuso al cual se encontraba expuesta la niña, provenía de
su tío (hermano de su madre), quién era protegido por la abuela de la
niña, que de alguna u otra manera solapaba estos hechos, a los
cuales había sido expuesta su nieta y probablemente otros niños de
la familia.
Tomando como referencia la historia clínica de la paciente, se
aprecia que en la familia, a raíz del descubrimiento por parte de la
madre del abuso sexual, se desató una situación de desprecio y
rechazo por parte de cada uno de sus miembros. La madre de
Estrella y dos de sus hermanos rechazaban y pedían justicia ante los
actos ocurridos con los niños. La abuela, por otro lado, rechazaba y
despreciaba lo que estas hacían, alegando que su hijo estaba
enfermo, que no era consciente de lo que hacía y que seguramente
eran mentiras de sus otros hijos.
El informe institucional, tenía registrado como motivo de
ingreso a la institución, violencia sexual e intrafamiliar. El verbatum
de la niña expuesto como motivo de consulta, fue: “Mi papá nos
pegaba cuando yo era chiquita, por eso se supone que estamos acá,
además a mi mamá le dijeron que cuando necesitará trabajar viniera
a este lugar…”.
Mientras en la atmósfera familiar se vivía una ruda situación
por el descubrimiento del abuso sexual, Estrella era aparentemente
una niña normal en todos los aspectos, físicos y cognitivos. Durante
los primeros encuentros en sesión se podía apreciar a una niña
saludable, con disposición a trabajar con la terapeuta. Durante las
primeras sesiones de psicoterapia, nunca hizo referencia
directamente al abuso sexual.
68
Estrella, cursaba cuarto grado de primaria, donde, según
referencias encontradas en la historia clínica, se desempeñaba de la
mejor manera posible. Durante la estancia en la institución, se
encontraba detenido el curso de sus estudios, sin embargo, se podía
apreciar un constante deseo e interés en ella por aprender, leer,
escribir y demás actividades que permiten desarrollar la capacidad
intelectual.
Con este caso pretendo explorar la percepción de los objetos
más significativos para Estrella, su vivencia y los efectos del abuso
sexual en el psiquismo de la niña.
A continuación se presentarán de manera ilustrativa viñetas
del material clínico de la paciente, seguidas de una reflexión y
análisis de primer orden de las estrategias a las que un niño recurre
para sobrevivir a un trauma como el abuso sexual, permitiendo así,
la comprensión de lo experimentado por la niña, en un contexto
familiar donde el abuso, la violencia y la sexualidad son
constantemente evitadas, en una suerte de ocultamiento, que es en
realidad un funcionamiento familiar.
3.1.1.
A lo largo del proceso psicoterapéutico de Estrella, se pudo
apreciar la percepción de sus objetos, su relación con ellos, así como
algunos de los elementos del funcionamiento de su familia, como la
conversión de lo malo en bueno, la complicidad como forma de
funcionamiento, el silencio frente a la trasgresión de los límites de los
cuerpos, la valoración del dinero sobre todo; sin tener en cuenta su
procedencia o el costo de conseguirlo. Y la “fiesta” aparente, vivida
Estrella y sus objetos
69
por la abuela, la madre y Estrella, utilizada con el fin de disfrazar y
disimular las experiencias desagradables.
La madre:
A continuación, me limito a utilizar los elementos del trabajo
psicoterapéutico con Estrella, donde se puede ver la relación que ella
tenía con su madre, apreciándose una confusión en las funciones
madre-hija, inversión que va a ser motivo de desarrollo en lo que
sigue.
En la siguiente viñeta extraída de la sesión No.3, se muestra
como la paciente expresa una queja por la manera en que su mamá
utiliza sus pertenencias: “es que mi mamá se me está acabando los
colores, ya no tengo con que colorear y pues yo jugaba con esas cosas
y ella las utiliza para dibujar y hacer cosas con foami y ya les dejó la
punta chiquitica…”. En este fragmento, se puede percibir como prima
en la niña momentos de inconformidad, percibiendo a su madre como
una hermana más, su par, teniendo que luchar por los objetos
materiales con ella. La paciente siente que su madre le quita sus
cosas, para hacer otras que no son de su interés, dejándola a ella con
poquito.
Durante ésta misma sesión expone también como su madre le
ofrece cosas, que son percibidas por ella como bondades del objeto
(madre). Esto sucede, cuando la terapeuta indaga sobre que
actividades le gusta realizar, expresando la paciente lo siguiente:
Me gusta jugar con papel y flores… Así hago a veces con mi mamá, ella me hace ropa, y me hace muchas cosas. Aunque no tengamos dinero, yo siempre tengo cosas bonitas, pues ella me hace ropa y busca la manera de conseguirnos a mi
70
hermanita y a mí cosas. Y pues cuando más o menos tiene dinero salimos a un parque o algo así.
Con esto nos expone que comparte tiempo con su madre,
tiempo que le agrada, pues ésta le brinda por momentos diversión, al
hacerle juegos. Es una madre con cualidades superficiales,
proveedora de bienes materiales, juegos, diversión, en contraposición
con otras funciones o tareas de orden más simbólico.
Durante la sesión No. 5, Estrella continúa exponiendo las
cualidades bondadosas que ella percibe de su madre, como se puede
apreciar en la siguiente viñeta:
Mi mami, siempre me habla bonito, ella es muy linda. Ella siempre ha trabajado, y cuando no, pues ve cómo consigue cositas para nosotras, ella siempre hace cosas lindas para mi hermanita y para mi… ella me dijo que estaríamos por poco tiempo aquí y ya van dos meses. Pero pues yo creo que ya no queda mucho, pues mi mamá está buscando trabajo.
En esta sesión, se puede ver el gran esfuerzo que hace la niña
por presentar una imagen coherente de la madre, a pesar que deja
entrever aspectos de desconfianza, seguido de un trabajo de huida
del tema. La desconfianza se puede ver en relación con el trabajo,
pero inmediatamente surge la necesidad de justificarla, lo que pone
de relieve el mecanismo de ocultamiento como modo de funcionar.
En la siguiente viñeta del material clínico se puede apreciar que
Estrella percibe a la madre como un objeto confiable, tras la
indagación de la terapeuta sobre el significado de la confianza para
ella, ésta expresa lo siguiente: “Pues ya sabes…. Poder contar con esa
persona, que pueda uno decirle las cosas, que uno sepa que esa
71
persona no le va a hacer daño… sino más bien uno se puede sentir
mejor con esa persona… por lo menos en mi mamá confió…”.
Explicando lo que significa confiar en una persona y lo que puede
esperar de ella, hace referencia a la madre, de quien espera bienestar
y protección.
Durante el proceso psicoterapéutico de Estrella, se pudo
apreciar que existían cambios en la relación con su madre, los cuales
eran incomprensibles para la niña, puesto que la madre no expresaba
claramente lo que estaba sucediendo en sus vidas, las causas
verdaderas de su partida de la casa de los abuelos. Así mismo, se
puede ver cómo Estrella, al no entender completamente la situación
vital que pasan, expone una vez más el elemento de ocultamiento y
manera de disfrazar las situaciones del funcionamiento familiar. Esto
se puede observar cuando en la sesión No. 13, Estrella hace
referencia a lo difícil que es jugar y compartir con su madre, lo cual
era común entre ellas antes de llegar a la institución, para ilustrar
esto, el siguiente fragmento de sesión: “Y yo creo que con mi mamá es
difícil hacer esas cosas, ella es muy buena y linda, pero siento que ha
cambiado, pues ahora solo piensa en conseguir trabajo y sacarnos a
mi hermanita y a mí de aquí”. Los cambios de la madre a pesar de no
ser comprendidos por Estrella, no son percibidos por ella como
malos, si no que son justificados y recibidos como sacrificios y cosas
buenas.
Durante el trabajo realizado con Estrella se evidenciaron
aspectos de la madre para aplacar las ansiedades de la niña, a través
de satisfacciones de orden material o sensorial, que tienen como
propósito evitar el malestar, al tiempo que evitan que los
72
acontecimientos se conviertan en una experiencia emocional. Son
básicamente acciones de la madre que buscan calmar la angustia.
Figuras masculinas:
A continuación se mostrará la percepción de las figuras
masculinas más representativas en el psiquismo de Estrella, como lo
son su padre, su abuelo y sus tíos.
El padre:
En primer lugar mostraremos la relación con el padre, de quién
no tiene buenos recuerdos, y las veces que lo nombra, expresa un
gran descontento por la manera de comportarse con ella durante el
poco tiempo que vivió con él.
Para ilustrar esto, se muestran a continuación fragmentos de la
sesión No. 3 donde la paciente hace referencia a su padre:
P: mi papá nos dejaba sin comer. El no se preocupaba por mí. Yo me acuerdo que cuando yo estaba chiquita, que vivíamos los tres, mi mami, salía a trabajar a la 1 de la mañana y nos dejaba un pan para cada uno y él se levantaba y se los comía y me dejaba a mi sin comida y pues era la comida que teníamos para el día... el pan, y más nada y él se lo comía y no le importaba nada. Él era muy malo… Mi mamá conoció está casa por él. T: ¿cómo así que la conoció por él? P: pues, él le pegaba a ella. Ella cuando yo era chiquita vino para acá.
73
Aquí se puede ver la concepción del padre para Estrella, como
un ser voraz, violento, un objeto frente al cual la niña siente que se
queda sin nada. Así mismo, la terapeuta al expresar que su padre era
al parecer una persona de la cual no se podía esperar nada, Estrella
confirma esta idea o juicio planteado por la terapeuta y manifiesta
olvido de él, como se puede ver a continuación: “Si, por eso yo ya me
olvide de él… no quiero saber de él, ya no confió en el…”. Aquí se
puede ver nuevamente como aparece el “olvido”, ocultamiento en
realidad, como forma de enfrentarse a lo difícil y doloroso.
El abuelo y el tío Manuel:
Estrella a lo largo del proceso, hizo referencia a dos figuras
masculinas, de las que según refiere recibe cosas materiales y
demostraciones de afecto, como lo son su abuelo materno y uno de
sus tíos, quien refiere como “Manuel el que no”, acotando que es
homosexual. Estas dos personas, se puede decir que son los únicos
objetos masculinos de le brindan satisfacciones materiales y a su vez
le demuestran sus afectos, de una manera distinta a los demás
hombres que conoce. A continuación se intentará mostrar esto a
través de las siguientes viñetas clínicas:
P: me hace falta mi casa de antes, no la casa de mis papis, sino mi tío, sabe el que es chef… él se portaba muy bien conmigo… y mi abuelito, yo se que le debo hacer falta porque yo lo consentía. P: Mi abuelito es muy bueno, el siempre nos regala cositas lindas, mi abuelito me compra cosas, nos saca a pasear… bueno, ya no, eso era cuando estábamos allá. P: mi tío Manuel, el que no, me escribe en facebook que me extraña… Yo también lo extraño a él mucho, el me hacía reír mucho.
74
P: Mi abuelito, él es muy bonito. Es bueno y bondadoso conmigo… lo extraño mucho.
En estos fragmentos de sesión se puede apreciar la importancia
que tienen estas dos personas para Estrella. A quienes reconoce
como personas bondadosas, buenas, especiales con ella, que la
divierten y que la quieren sinceramente. Aparentemente son las dos
únicas figuras masculinas de las que recibe cosas buenas y
verdaderas.
El tío abusador:
En contraste con las anteriores figuras masculinas, se puede
observar claramente como la percepción de su tío, el abusador
sexual, aparentemente es la de una persona normal, común y
corriente de su familia, que según su propia referencia, es alguien de
quien se dice no hizo cosas buenas, pero hasta ahí, no hay una
ubicación o significación propia de la niña sobre él. La manera en que
Estrella nos permite pensar en la significación que tiene para ella, el
tío abusador, se pone de manifiesto a través del juego y la música,
donde se convierte en un personaje juguetón que introduce a la niña
en un espacio de erotismo y exaltación de la sexualidad genital.
Durante las sesiones realizadas con la paciente, en muy pocas
ocasiones se puede apreciar la percepción de ella sobre el abusador.
Incluso, en los momentos donde se abre el tema, se puede ver la
repetición de lo que le dice su madre acerca de él, como si en ella
realmente no existiera un reconocimiento de la situación de abuso, o
recuerdo perturbador alguno como consecuencia de ello. En el
siguiente fragmento, extraído de la sesión No. 8, se puede ver
75
ilustrada la resistencia a hablar sobre el tío “abusador” y en los
momentos en que lo hace, se aprecia un discurso cortado e
influenciado por la madre.
P: ahhhh también, se me olvido, Julio, el es un tío… Julio. T: de él no me habías hablado… ¿por qué será que no me habías hablado? (Hace silencio y baja la cabeza) T: ¿quieres hablar de él? (Mueve su cabeza muy lentamente expresando que no) T: me parece que tienes pena de contarme. P: si, es que mi mamá dice que mi tío no es bueno… T: ¿y tú qué crees de él? P: es que él no se porto bien. T: ¿y con quién no se porto bien? P: con nosotros… T: quieres contarme… P: es que el nos ponía a mis primos y a mí a hacer cosas que no se hacen… T: ¿y tú como te sentías? (Me mira y arruga su cara de una manera como si estuviera confundida.) T: es como si no quisieras recordar lo que paso… (Asienta su cabeza) T: a veces pasan cosas que no nos gustarían que pasaran, sin embargo pasan sin poder evitarlo, pero lo que si podemos hacer es pensar en ello y entender que eso no debió pasar y que esa persona que se porto de la manera que no era, no debió hacerlo, sin embargo, lo importante es que esas cosas paren, y podamos tener la capacidad de hablar para que no sigan pasando. Esa es una manera de defendernos. P: si, yo le conté a mi mamá, y yo creo que por eso nos fuimos…
En este fragmento, se pudo ver cómo en el momento que
menciona al tío, hace referencia a lo que su madre expresa de él, no
76
pudiendo ella reconocer claramente un significado de éste a partir del
conocimiento y experiencias vividas con él. Así mismo, queda claro
que ella sabe lo que pasó, pero en su incapacidad para hablar sobre
lo sucedido, expresa que son cosas que le han dicho que no están
bien. Se puede apreciar un rastro de vergüenza en su actitud durante
la sesión, sentimiento que la terapeuta evita, y que sin duda alguna,
hubiera podido conectarse con la experiencia, con lo que la paciente
sabe y recuerda, la excitación, el juego y la seducción. Lo que no se
percibe nunca es el sentimiento de terror, comúnmente generado en
situaciones de abuso sexual.
La revisión sobre la relación de Estrella con sus objetos más
importantes permitió observar y comprender el entorno en el que ha
vivido la niña. Ésto, abre paso para realizar un acercamiento al
abusador y todos los elementos lúdicos, que utiliza, cambiando su
significado, como trampa para captar la atención de Estrella,
volviéndola partícipe del acto, con la finalidad de apropiarse
perversamente de su cuerpo.
3.1.2.
En la sesión No. 4 se puede apreciar la primera situación
donde la niña le muestra simbólicamente a la terapeuta, a través del
dibujo y el cuento, como su tío “el abusador” la seducía a través de la
música. En esta sesión, la paciente se remite a una experiencia
La seducción como forma de apropiación del otro
Durante la revisión del material clínico recopilado durante todo
el proceso de Estrella, se puede apreciar en tres momentos
específicos la puesta en escena de la situación de abuso sexual vivida
por ella.
77
perdida, algo que se acabó. A continuación el dibujo realizado por
Estrella y la sesión no. 4, por medio de la cual se hará un análisis de
lo que la paciente nos recreó a través de su discurso y lo expuesto en
ese momento:
Sesión No.4: Llego al consultorio y me doy cuenta que la niña estaba sentada afuera viendo tv, me ve entrar y se me acerca y me dice, ya es nuestra hora. T: si Estrella, ya puedes entrar. (Se sienta y se queda mirando mientras saco la carpeta donde tengo todos los materiales con los que siempre trabajo.) P: Hoy quiero con payasito. T: ¿payasito? P: si… con esas temperas payasito… Me gustan mucho… Antes cuando era chiquita tenía unas, pero se me acabaron. T: ok, entonces hoy trabajaremos con payasito. (Le saco las temperas y le doy hojas blancas.) P: ¿qué hago? T: lo que tú quieras.
78
P: es que no sé… porque las personas no me saldrían bonitas con tempera. T: a mí me parece que sí…. ¿Por qué no intentas a ver que sale?…. No siempre te tienen que salir igual las personas… pues no todas las personas son iguales.
La paciente en este momento se siente insegura e incapaz de
poder hacer algo bien, una demostración de que en su pensamiento
lo que no es bonito no tiene lugar para existir, o no puede ser
expresado. Sin embargo, la terapeuta la tranquiliza y reasegura e
intenta introducir diferenciaciones entre objetos.
Continuación de la sesión No. 4: P: ¡ah ya sé! T: entonces comienza… Agarra las temperas y las ubica arriba de una hoja blanca, las coloca en una hilera y las destapa todas, me dice que si les puede echar agua pues están muy espesas, a lo que le digo que por supuesto. Empieza a dibujar con rojo y hace un corazón. Luego le hace los brazos con amarillo y me dice que quiere mezclarlos, para obtener nuevos colores, que la ayude. Entonces mezcla el verde con el blanco, el azul con el rojo, y cada vez que mezcla me pide que la ayude a limpiar el pincel, lo cual hacemos juntas. Le digo que muy bonito el corazón, y me dice: shhh ya va… Empieza a dibujar letras musicales alrededor del corazón, el cual tiene lazos arriba piernas, brazos y rostro… Y le digo nuevamente, ¿y ese corazón? A lo que me dice: shhh… Ahora le cuento… Ya va… con lo que realmente hago silencio y dejo que continúe por largo rato. Realmente esta actividad nos llevó prácticamente toda la sesión. Al final del dibujo, cuando está terminando de dibujar las notas musicales, me dice, P: son las blancas… notas blancas… como tú. Al terminar de dibujar me dice, ya… casi no me sale. Yo le respondo: a mí me parece que lo hiciste muy bien.
79
Me mira, mira el corazón, me sonríe y dice pues sí… Se ríe y dice: es un loco corazón… Está loco… jejeje… Baila, y es lo que más le gusta. T: ¿Y qué le gusta a ese corazón? P: Bailar, bailar esa música de mecano… está un poco loco… T: ¿Y por qué estará loco? P: Quizás porque ya no lo quieren… T: ¿Y quién lo dejo de querer? P: No sé… la gente, pero ahora está feliz… Está feliz porque hace lo que le gusta… y lo que le gusta es bailar… y escuchar mecano… esa música, ¿cómo se llama? T: pop… creo que es pop… P: si, esa, esa… Le encanta sobre todo la canción de hijo de la luna… T: te gusta esa canción, ¿la luna tiene un hijo en esa canción? P: claro… se ríe, y dice… se llama casi como yo… Luna… T: si, la canción habla de que la luna tuvo un hijo y quizás es de ese corazón… P: ese es el corazón de la luna… T: ¿así como el tuyo? P: si, es un corazón feliz, como yo, aunque mi mamá dice que un poco loca… Pero no, jajaja… Me gusta pintar. ¿Le pongo un nombre? T: si quieres. Le paso una ficha y me dice: se va a llamar florecita… empieza a escribir en la ficha: florecita es una niña feliz, que le gusta bailar como una bailarina a la que le gusta mecano en especial la canción hijo de la luna. P: ¿Y qué hacemos con esto? T: ¿qué quieres que hagamos? P: la pegamos atrás de la hoja. T: Ok, entonces la pegaremos atrás y la guardaremos para recordar a florecita… por ahora hemos terminado… Nos vemos, que estés bien. P: Bueno, chao.
80
En esta sesión se puede apreciar una paciente con mucha
actividad motora, con un estado de ánimo expansivo. La terapeuta
realiza indagaciones sobre lo que la paciente le habla sobre el dibujo
y ésta al terminarlo le responde mostrándole como la locura se
encuentra unida a la tristeza, por la pérdida de afecto. Así como la
felicidad a la locura. Por momentos la paciente nombra la tristeza, al
tiempo que aparece en ella un discurso con tonalidades de
exaltación. Frente a este fenómeno nos preguntamos todo el tiempo
en dónde está la experiencia de terror que necesariamente significa la
violación, si consideramos la diferencia física entre el abusador y la
niña. Cómo podemos tener noticia de la existencia o no de este
aspecto de la seducción y la violación. La hipótesis que vamos a
presentar es que en este caso se expresa en la vivencia de terror de la
terapeuta y su dificultad, su decisión de no ver, no saber, no poder
tolerar el relato de esta experiencia.
En el fragmento presentado, cuando la paciente expresa que la
música favorita del “loco corazón” es la música del grupo musical
Mecano, en especial la canción hijo de la luna, se ve como está
envuelta por una elaboración y sensualidad presentada por el
abusador, en el que presenta la posibilidad de un hijo, producto de
este estado de ánimo exaltado y loco. Al momento de terminar la
sesión, de nuevo hace referencia a la ilación que une al corazón
florecita - feliz - bailar - hijo de la luna. Pensando en esto, como la
demostración de una atmósfera de encantamiento que incluye el
tema del hijo de la luna, es un ambiente en el que prima la
sensualidad, una voz dulce que se introduce por el oído, llenando el
espacio interior de dulzura y armonía, al tiempo que contiene la
apropiación del cuerpo del otro, seducción, exaltación, sensualidad,
81
hilaridad, sin reflexión o pensamiento alguno. Lo anterior ilustra la
manera en que el abusador convierte la canción y el juego en una
trampa, logrando así hacer partícipe a la niña de su acto perverso.
La paciente y principalmente la terapeuta, pasan por encima
del tema, evitando entrar en contacto con esa experiencia.
Especialmente la terapeuta, que es quien siente el terror, quien
deliberadamente evita el contacto con la experiencia, como si en la
contratransferencia se hiciera visible el mecanismo de huída y
enmascaramiento de la experiencia de horror. La terapeuta siente lo
que la niña no puede sentir, pero como no puede contener la
experiencia, huye de ella. Esta huída pone de manifiesto un
mecanismo que dificulta el tomar contacto con experiencias difíciles
por el desborde que producen, y por tanto, la imposibilidad de
elaborar en el curso del trabajo terapéutico estas situaciones.
En la sesión No. 8 se puede apreciar de nuevo como surge la
recreación del encuentro con el abusador y su percepción de éste. Así
mismo, se repite la acción de la terapeuta que no permite que la
paciente se exprese libremente sobre el abuso sexual.
En la siguiente página se puede ubicar el dibujo realizado por
la niña durante la sesión No. 8 y un fragmento de la misma, donde se
puede ver ilustrado lo expuesto en el párrafo anterior.
82
Sesión No. 8:
T: (saco poco a poco de la carpeta los materiales y los voy colocando en la mesa, agarra la hoja rosada donde intentó dibujar la vez pasada la casa de sus abuelos) P: ay!, Ya sé… ahora si se cómo hacerla… T: ¿quieres dibujar la casa de tus abuelos? P: si!, Ya sé cómo hacerla. Pero deme otra hoja… ésta está muy sucia… T: (le doy una hoja nueva y comienza a hacer una casa… pero muy diferente a la que estaba dibujando la vez pasada… esta vez se veía como en plano… mientras dibujaba me explicaba cual era la habitación de sus abuelos, cual era la puerta, todo detalladamente.) P: ésta es la puerta, tiene unas rayitas dibujadas. Arriba unas ventanitas pero no son ventanas, por ahí se puede ver… ésta es la cosita para abrir, es como un ganchito y aquí está donde se mete la llave… luego es un pasillo, ésta casa es muy grande… por fuera parece chiquita, pero es que es muy larga, en este cuarto de aquí duermen papi y mami, ésta es una cosita de papi y una cosita de mami (mesas), allí papi guarda sus materiales y herramientas,
83
aquí mami pone las revistas y las cosas que se gana, porque ella se gana cosas vendiendo en las revistas. Ésta es la puerta del cuarto, aquí está el apagador de la luz del cuarto de ellos. En este otro cuarto está la mesa, un sofá grandote, aquí hay unas sillas, una cama hay muchos cuadros con fotos de mi tía y mis primos, aquí está otra cosita, es como una muñeca negra con cosas arriba de la cabeza, es muy bonita, pero está dañada, se ha caído y la han intentado arreglar, se ve bonita pero si uno la detalla tiene muchas fracturas (Muy detalladamente explicaba que arreglos habían, sin embargo la manera en que contaba la organización de las cosas y como las iba dibujando era muy confusa y desordenada.) P: Luego sigue el pasillo y aquí está la cocina. De este lado está la cocina, estas son las estufas y aquí una mesa con un florero, aquí una mesa, éste es el lavaplatos, de aquí se apaga la luz, aquí es la puerta para entrar a la cocina, aunque ya no hay puerta, o sea por aquí se entra. Luego en este lado de aquí está el cuarto de Víctor… ésta es la puerta, este es el apagador de la luz, todo aquí es de millonarios (equipo de fútbol), todo, la cama, los afiches, tiene muchos pegados en las paredes… aquí una mesa y un computador. Aquí se abre la casa, no me va a alcanzar… T: quieres otra hoja… P: si, por favor… (Saco otra hoja y se la doy) P: ¿tienes cinta?, ¿Me ayudas a pegarla? T: claro… (Pegamos juntas la hoja y continúa dibujando el resto de la casa) P: este de aquí es un cuarto de basura, aquí se guarda la basura… Ésta es la puertita… T: basura… P: pues las cosas que ya no sirven, cosas viejas… mi abuela no bota nada. Todo se va guardando aquí… hay muchos cuartos de basura…
84
T: aquí hay un pote… aquí otro cuarto de basura, más grande… aquí en este cuarto de aquí duerme mi tío Manuel, el que no… ésta es su cama, aquí tiene una mesa con sus cosas, el cuelga en la puerta carteras, el usa carteras… (Se ríe) Aquí esta otro cuarto de basura… Huy! es que son muchos… Aquí están las bicicletas también… Este de aquí es un baño que no sirve para nada, está podrido, nadie lo puede usar… Aquí hay un jardín, con varias florecitas y cositas que le pone mi abuela. Aquí al lado hay una escalera en espiral que lleva al techo y allí uno sube y puede ver lejos… Aquí abajo hay un baño, esta es la ducha, la taza, aquí se ponen los jabones… T: es una casa muy grande… ¿Dónde dormías tú cuando vivías allá? P: aquí, donde esta mi tío Víctor… el que le dije que jugaba conmigo… T: ¿El dormía con ustedes? P: no, el dormía aquí donde estaban antes mis abuelitos, es que la casa desde que nos fuimos, se modificó, porque se cambiaron los cuartos… T: entonces, ¿quién quedó viviendo allí? P: mi mami, mi papi, mi tío Víctor, mi tío Manuel…. Mas nadie… T: (Se queda pensando y mirando el dibujo) P: ah también, se me olvido, Julio, el es otro tío… Julio…. T: de él no me habías hablado… ¿y por qué será que no me habías hablado? (Hace silencio y baja la cabeza) T: ¿quieres hablar de él? (Mueve su cabeza muy lentamente y me mira) T: me parece que tienes pena de contarme… P: si, es que mi mamá dice que mi tío no es bueno… T: ¿y tú qué crees de él? P: es que él no se porto bien. T: ¿Con quién no se porto bien? P: con nosotros…
85
T: ¿quieres contarme? P: es que el nos ponía a mis primos y a mí a hacer cosas que no se hacen… T: ¿y tú como te sentías? (Me mira y arruga su cara de una manera como si estuviera confundida.) T: es como si no quisieras recordar lo que pasó… (Asienta con su cabeza) T: a veces pasan cosas que no nos gustarían que pasaran, sin embargo pasan y no se pudo evitarlo, pero lo que si podemos hacer es pensar en ello y entender que eso no debió pasar y que esa persona que se portó de la manera que no era, no debió hacerlo; sin embargo, lo importante es que esas cosas paren, y podamos tener la capacidad de hablar para que no sigan pasando, pues esa es la manera que tenemos de defendernos. P: si, yo le conté a mi mamá, y yo creo que por eso nos fuimos… T: de esa manera tu mamá te está defendiendo, fíjate que el cambio de casa es con un fin. Con el fin de protegerte y de cuidar de ti y de tu hermana… así como se fueron tus primos… P: si yo sé… ah… el duerme aquí (señala el dibujo y me muestra la primera habitación) antes dormía aquí…. (Señala el cuarto de la basura) T: en el cuarto de la basura… P: si… allí… T: allí en ese cuarto se ubicaba la basura y las cosas que no eran buenas, como tu tío… (Se ríe) P: si, eso (dibuja un muñeco al lado del cuarto encerrado. Baja la cabeza lentamente) T: no tiene por qué darte pena conmigo, a mí no me interesa saber que pasó exactamente, a mí me interesa que entendamos que esto no pasó por tu culpa… porque somos personitas y sentimos cosas, y quizás a veces esas cosas que sentimos son ricas, así como cuando te da un besito el niño que te gustaba en el colegio. Solo que a veces pasan
86
cosas con otras personas, y no es lo mismo, ya que las cosas deben pasar cuando tú lo desees y tengas la responsabilidad para hacerlo.
En esta sesión, se pueden apreciar diversos elementos que nos
permiten comprender la percepción de la niña del abusador y del
entorno en el que vivía en la casa de sus abuelos y en el cual fue
víctima de abuso sexual por parte de su tío. Parece sugestivo que el
corazón dibujado por la niña se ubique precisamente en el lugar
donde dibuja la muñeca, que a pesar de ser muy bonita, está dañada,
y que a pesar de que la han tratado de arreglar superficialmente, si se
detalla bien, se pueden ver sus fracturas. Así mismo, los lugares que
el abusador habitaba dentro de la casa, siempre son confundidos con
lugares donde se deposita la basura y las cosas que ya no sirven en
la casa.
En el momento que dibuja la casa, según refiere la terapeuta,
lo hace de manera muy desordenada y confusa, pudiendo significar
esto una actualización de los sentimientos de confusión presentes en
la niña al recordar la casa de sus abuelos. Unido a esto, encontramos
la información recogida en el grupo de investigación de maltrato a la
mujer, donde al analizar el proceso psicoterapéutico de la madre de
Estrella, llevado por una psicóloga de la maestría, se pudo observar
en otra dimensión, la manera en que los miembros de la familia,
permanentemente se encuentran tapando, huyendo y disfrazando
sus sentimientos y acciones. La madre, por referencia propia, ejerce
la prostitución como consecuencia de ser violada por su abuelo. En el
proceso psicoterapéutico de ella, se pudieron ver elementos
relevantes, característicos de su familia, como la promiscuidad, el
juego, la bebida, la ingestión de drogas, las perversiones sexuales, el
87
incesto y la agresión, lo que nos permite comprender en qué
atmósfera familiar vivieron tanto la madre, como Estrella. Estos son
elementos que nos ilustran un funcionamiento familiar donde prima
el desorden, el amontonamiento de basura, la trasgresión de los
límites entre las personas, donde el daño y el abuso conviven
solapados, como si no fueran visibles para algunos integrantes de la
familia. Meltzer (1990) al hacer una descripción sobre los tipos de
familia, nos permite comprender este funcionamiento familiar, al que
denomina invertido. Como él lo plantea en su publicación, estas son
familias que son regidas por padres psicóticos, perversos sexuales o
con tendencias criminales, donde los valores se encuentran en contra
de los socialmente aceptados. Los niveles de pensamiento que
predominan en la mayoría de los integrantes de estas familias son la
confusión de lo bueno-malo, adulto-niño, femenino-masculino, lo
cual trae como consecuencia la promiscuidad y el abuso sexual.
Como se pudo apreciar anteriormente, durante esa sesión,
surge la oportunidad de que la paciente hable sobre la situación de
abuso. Tras la indagación de la terapeuta sobre quienes habitaban la
casa, aparece el “olvido” del tío abusador, sin embargo al final de la
sesión lo recuerda y comienza a hablar sobre él. En ese momento la
angustia de la terapeuta o el afán por no tocar ese tema, no permite
que la niña entre en el tema, obturando nuevamente la comunicación
abierta sobre el asunto. La terapeuta vive la angustia, el terror, el
afecto que no aparece en el contenido de las sesiones de la niña. No
lo puede escuchar y en lugar de recibir el relato es invadida por
emociones intensas y desbordantes.
88
En la siguiente sesión la paciente llega al consultorio con un
estado de ánimo alegre, con mucha energía y ganas de estar allí.
Durante la realización de esta sesión se puede observar la secuencia
del trabajo que se realizó en la anterior, en donde se abrió el camino
para hablar sobre el abuso al que fue sometida, y a través del juego
durante la sesión, se puede apreciar de nuevo la característica de lo
perverso, disfrazado entre un juguetón, alegre y loco muñeco. A
continuación se expone la sesión completa, con el fin de ilustrar esto.
Sesión No. 9:
Llego al consultorio y saco los materiales y los coloco arriba de la mesa... T: Hola Estrella… P: Hola, ya sé que quiero hacer hoy… T: cuéntame, ¿qué quieres hacer? P: necesito tu ayuda… T: ok, claro… yo te puedo ayudar… P: bueno, con esto (agarra la lana) vamos a hacer un monstruito… agarra aquí este lado y yo voy enredando… ya verás.
89
(Agarra la lana y empieza a darle vueltas, se la va enrollando en la mano) P: es un monstruito T: ¿un monstruito? P: es un monstruito loco… ya verás… T: (Repite varias veces las vueltas con la lana, me pide ayuda para que las corte por la mitad, luego me pide ayuda para que sostenga mientras ella amarra los brazos y piernas del muñeco, me dice que le hará los ojitos al muñeco con papel seda, que ella los corta y los enreda y que yo coloque el pegante, ella me señala donde debo colocar el pegante y ella los pega. Termina el muñeco) P: míralo, es lindo, quedó muy cómico, es que es un monstruito loco… está loco (lo mueve y se ríe) T: ¿y a quién se parecerá ese monstruito loco? P: jejeje no sé… Es un muñeco… se puede llamar saltarín… T: o sea que le gusta saltar, parece que es un monstruito que a pesar de lo loco y de lo monstruo es feliz… P: si, eso, él es feliz, a pesar de estar tan loco. T: ¿y por qué estará loco? P: por la vida… (Ríe) como dice mi mamá! (Ríe) T: como te dice a ti tu mamá, que estás un poco loca… P: si… jejeje… T: y a pesar de haber pasado por cosas que no han sido agradables para ti, sigues feliz… (Asienta con su cabeza) P: voy a escribirle algo, ¿me ayudas a pegarlo? T: (Lo pegamos en una hoja azul, la cual escoge para que combine con el color del muñeco. Me dice que coloque el pegante y ella lo pega. Escribe arriba el nombre que le coloco al muñeco “saltarín”, y al lado escribe: saltarín era un monstruito feliz, peludo y juguetón. Es un monstruo rosado que siempre saltaba muy alegre”. Se termina la sesión y me dice que espere a que se seque para guardar al saltarín, porque si me lo llevo así se puede dañar… a lo que le respondo que sí… que tendré mucho cuidado con él, para que no se vaya a dañar.
90
En esta sesión se puede ver que la niña tiene en cuenta a la
terapeuta y le solicita ayuda para hacer el “monstruito”, sin embargo
ella asume el rol de dirigir a la terapeuta en lo que debe hacer,
señalándole la mayoría de las veces: “poner pegante”, como sí solo
para unir las partes del “monstruito” es que necesitara su ayuda.
En la elaboración de este muñeco, es importante resaltar, la
conjunción de significados que hace la niña, al nombrar el estado
emocional, que combina la felicidad con la locura. Así mismo, se
puede apreciar el tono diferente de significación adjudicado al
monstruo, el cual generalmente es calificado como un objeto que
produce temor, miedo, susto y cosas malas. Ella le asigna
características a este personaje, como “lindo, cómico, loco, feliz,
peludo, juguetón, rosado, saltarín, alegre y frágil, ya que se puede
dañar”, las cuales posiblemente, fueron frases utilizadas por el tío,
para enmascarar la seducción, con la finalidad de acercarse a ella y
violarla. El muñeco saltarín, es entonces, una manera simbólica de
hacer alusión al órgano sexual masculino del abusador, a través del
cual escenifica y recrea en sesión lo vivido con el tío.
Esta atmósfera emocional de la “fiesta sexual”, donde se
encuentra la locura, la diversión, es la escena que crea el abusador
para introducir a Estrella en la excitación, llevándola a experiencias
tempranas, que se convierten en formas de satisfacción, que
probablemente se buscarán en lo sucesivo. Esta atmósfera se vuelve
contagiosa, y se convierte en algo deseado, que busca repetirse,
llevándonos a recordar la escena del prostíbulo de la madre, relatada
por ella en su psicoterapia, y la cual planteamos anteriormente, al
hacer mención sobre lo que la llevó a convertirse en prostituta.
91
El relato y elaboración acerca del monstruo, permite ilustrar la
manera en que el abusador, es percibido por la niña, apreciándose la
confusión en los significados y características que se le adjudican a
éste.
Los relatos de la paciente en los momentos señalados, nos
llevan a plantear el paso a continuación, para la comprensión de los
efectos y las consecuencias en el psiquismo de Estrella, lo que nos
permite pensar en el impacto que tiene la excitación sexual en un
niño que no está en capacidad de comprender o soportar lo que está
pasando y sintiendo.
3.1.3. Efectos del abuso sexual en el psiquismo de Estrella
Generalmente cuando pensamos sobre niños que son abusados
sexualmente, de inmediato viene a nuestra mente una imagen de
destrucción, caos, confusión, terror y demás cosas que no tienen
nombre para calificar, lo que nos lleva a creer que existe en estos
niños una fractura o lesión psíquica, que comúnmente es
denominada trauma.
Autores como Freud (1925) y Ferenczi (1932), en sus
publicaciones han profundizado sobre situaciones traumáticas y el
impacto que tienen en el psiquismo del sujeto que las vivenció.
Durante todo el proceso de psicoterapia de Estrella, se pudo
apreciar un funcionamiento mental evasivo, de ocultamiento y
enmascaramiento sobre sus sentimientos y pensamientos, de igual
manera al funcionamiento de su familia, como vimos anteriormente.
92
En la introducción de este caso clínico se pudo apreciar cómo
la terapeuta hace referencia sobre los primeros encuentros con la
paciente, donde no existían indicios de malestar alguno o
incomodidad por haber sido víctima de abuso sexual. Quizás sean
juicios o prejuicios sobre el impacto y lo terrorífico que debe ser vivir
una experiencia de esta índole. Sin embargo durante lo largo de todo
el proceso de Estrella, ésta siempre mantuvo la misma actitud
empática con la terapeuta, demostrando un estado de ánimo alegre,
donde no había cabida alguna para las cosas malas, siempre que
aparecían cualidades negativas en las cosas, situaciones u objetos, se
distanciaba de ella y las acomodaba en su discurso como buenas.
Ésta constante en el funcionamiento de la paciente nos permitió ver
como esto era la herencia de los patrones de relación familiar en su
vida cotidiana, donde todo el funcionamiento familiar era de igual
forma al expuesto por Estrella, donde lo malo era encubierto y
escondido con celo, porque si se llegase a conocer a nivel de la
comunidad, provocarían el sancionamiento legal, pudiendo verse
afectados. Esto nos lleva a los planteamientos de Meltzer (1990) en
cuanto a la familia invertida, mencionada anteriormente, donde los
roles familiares se invierten y se trastocan.
En primer lugar expondré un análisis del funcionamiento de
Estrella, en el que prima la negación de su malestar o confusión,
originado por la situación de abuso sexual de la que fue víctima.
Esto, retomando a Freud (1925), con la finalidad de resguardar su
bienestar mental y apartar aquello que ella no podía comprender, ni
soportar.
93
En diferentes ocasiones del proceso se puede apreciar cómo le
adjudica cualidades buenas a los personajes que trae a sesión,
alejando las cualidades negativas de los mismos, escindiéndolos, no
apreciándolos como un objeto total conformado por cualidades
buenas y malas. Para ilustrar esto, a continuación un fragmento
extraído de la sesión No. 2, donde relata un cuento que manifiesta
haber leído:
P: Era un Diablo que vivía en un botella, sabe, el no era malo, era muy bueno, vivía en una botella redondita y el era como una manchita gris, la botella tenía un tubo largo y abajo era redonda y arriba un taponcito. Una vez, un señor llamado X se encontró al Diablo de la botella y él le concedió deseos, pero deseos buenos, nada malo, pues el solo concedía deseos buenos.
En este fragmento se puede ver como propone un “Diablo
Angelical”, transformando lo malo en bueno, negando la existencia
del mal.
En la sesión No. 7 la paciente nos permite observar su temor a
equivocarse, a exponer cosas que no puedan agradar a los demás, en
este caso a la terapeuta. Durante esta sesión la terapeuta indagando
sobre el cuidado de ella hacia su hermana menor, surge la aclaración
por parte de la niña sobre, la casa de sus abuelos, donde antes, no
tenía que cuidar a su hermanita, con lo que se abre paso a explicar e
intentar mostrarle a la terapeuta lo bueno que era todo antes de
llegar a la institución. Para ilustrar esto, a continuación un
fragmento de esta sesión:
94
P: pues jugaba con mis primos, ella nos cuidaba a todos, y pues estábamos allá… allá vivíamos y teníamos juguetes y cosas con que divertirnos… T: o sea que vivía mucha gente en la casa de tus abuelitos… P: si, uff, mi primito, mi prima, mi tío, mi tía, mi otro tío, mi papi, mami, mi mamá… humm (se queda pensando) es que es una casa muy grande… no sé como describírsela… T: que te parece si la dibujamos… P: si, mejor… vamos a ver cómo me sale (se ríe) T: (Le entrego la carpeta de las hojas y agarra una hoja rosada) P: en esta rosada... con lápiz por si hay que borrar T: (Empieza a dibujar una casa y de frente y borra, hace muchos intentos y la borra hasta dejar la hoja limpia de nuevo) T: parece que hacer esa casa es muy difícil… P: si, es que no se cómo hacerla.
En este fragmento podemos apreciar que las cosas malas que
sucedieron en esa casa, como el abuso, están borradas de la mente
de la niña, manifestando que recuerda y extraña estar allá, donde se
sentía cuidada y querida. Así mismo, la negación aparece cuando
ésta intenta dibujar la casa de sus abuelos, donde la inseguridad
sobresalta en ella, no permitiendo que se exprese a través del dibujo,
porque quizás en él se expongan cosas malas, o no tan bonitas como
las que ella quiere mostrar sobre la casa de sus abuelos. Haciendo
énfasis en que lo hará con lápiz porque quizás hay cosas que se
deben borrar, porque no salen como ella desea.
El funcionar de Estrella en todo momento, evadiendo sus
sentimientos y exponiéndose de una manera ficticia para agradar a
los demás, ocultando su tristeza o pensamientos confusos sobre su
situación, son el indicador principal de que ha existido algo en la vida
de ella que no ha podido comprender, ni soportar, y por esto se cubre
95
con una investidura superficial que le permite no llamar la atención
de los demás, rechazando la experiencia de abuso sexual, y evitando
que otras personas puedan interesarse en saber que pasó. Esta
necesidad imperiosa del yo por ocultarse, se puede ver claramente
ilustrada en el siguiente fragmento extraído de la sesión No. 12,
donde se dibuja ella en una hoja, y a su alrededor dibuja como se va
a disfrazar para la fiesta de halloween:
(Toma papel y lápiz y comienza a dibujar su disfraz) P: es de maga… T: ¿maga? P: si, de las que desaparecen cosas y gente… T: ¿a quién te gustaría desaparecer? P: jajaja… a nadie, las magas se desaparecen ellas mismas… (Se queda mirando el dibujo)
96
T: ¿y esa eres tú?, sin sonrisa, sin ojos, sin nariz, solo vestida con tu disfraz… P: ¡ay si! se me olvido pintarlos… Pero mejor dejémoslo así… total es un disfraz…
Se puede ver claramente como Estrella utiliza el disfraz como
un medio para tapar lo que existe, sus sentimientos, emociones, con
la finalidad de evadir la realidad y el contacto con los objetos, para no
vincularse con ellos.
Al observar el enmascaramiento utilizado por la paciente
constantemente, surgió la hipótesis de la forma aprendida y
adquirida a través de las relaciones con su familia, lo que sin duda
alguna se confirma al analizar detenidamente el discurso de Estrella,
sus predicamentos y acciones durante las sesiones. Esta dinámica
familiar donde prima la confusión, el enredo y lo oculto, queda
expuesta en diferentes momentos del proceso. Uno de estos, se puede
apreciar en la sesión No. 11, cuando la paciente trae recuerdos de
antes de llegar al refugio, idealizando la situación pasada en la que
vivía en la casa de sus abuelos, mencionando la nostalgia por saber
que nunca será igual y la preocupación porque no sabe cómo será su
fiesta de cumpleaños sin su familia. Para ilustrar esto, a
continuación presentamos el dibujo realizado por la niña y un
fragmento de la sesión donde se ve como la terapeuta, al tratar de
indagar sobre los deseos de la paciente, la invita a dibujar lo que no
puede nombrar.
97
Sesión No. 11
(Empieza a dibujar una torta, luego, una jarra, la cual me dice que es Helado, luego me dice que hay sorpresas, que llevan adentro caramelos, dibuja una piñata, la cual me dice que es una muñeca Puka, luego a su lado dibuja a su prima, a su mama, a su primo, a su abuela, abuelo, tía y a su tío miguel…) P: estos, todos estos, son las personas que quiero invitar a mi cumpleaños… T: es como si solo quisieras que estuviera muy poca gente de tu familia… P: si, ellos… T: son quienes quizás has sentido más unidos contigo y que de alguna manera, quisieras que formarán parte de tu fiesta…. Pero allí en esa fiesta no estás tú… (Se ríe) P: no, no llegué… T: ¿y por qué será que no llegaste a tu fiesta? P: no sé…. (Hace silencio) T: ¿será que alguien no te dejó disfrutar o quizás no te dejó llegar a tu fiesta? P: puede ser, aunque no he llegado porque me estoy arreglando…
98
T: ¿y qué estarás arreglando? P: mi disfraz… porque es de disfraces… T: quizás tus pensamientos y lo que sientes por tu fiesta es lo que tardas tanto en arreglar y debes colocarte un disfraz para que los demás no noten lo que sientes… (Hace silencio y me mira. Mueve su cabeza suavemente como si estuviera digiriendo lo que le acabo de decir.) P: es que quiero estar con ellos en mi fiesta… T: y ellos, porque de alguna manera saben que te ha pasado y han pasado por las mismas cosas que tu, y de alguna manera todos se disfrazan para que no los reconozcan… como si se escondieran de algo, o algo… P: todos escondemos cosas…
En este fragmento de la sesión, se puede apreciar, cómo a
través de los disfraces todos los miembros de su familia esconden
cosas, incluyendo allí el predicamento “todos escondemos cosas”, que
muy seguramente es la repetición de lo que ha escuchado en su
familia. En el dibujo no se encuentra ella, lo cual justifica con la
frase: “debo estarme arreglando”, disfrazándose y encubriendo sus
sentimientos y lo que todo el mundo sabe de ella y de los demás
miembros de su familia que fueron víctimas de abuso sexual, pero
que todos callan.
Las vivencias de abuso sexual de Estrella, unidas a la dinámica
de funcionamiento de su familia, han sido determinantes en el estado
mental de ésta. Han originado en la paciente una manera de
funcionar regida por el rechazo del malestar y las cualidades
negativas de los objetos que pudieran alterar su equilibrio mental.
Esta defensa de Estrella, permite ver cómo las experiencias no son
asimiladas realmente, incapacitando su análisis y reflexión sobre
ellas. Se puede pensar en estas experiencias como imágenes captadas
99
superficialmente, sobre las que no se permite pensar, porque no
existe un aparato mental que las pueda asimilar y soportar.
En este caso, se pudo observar una atmósfera familiar, en la
que predomina la seducción y la vivencia permanente de un estado
de excitación, a la manera de una “orgía” permanente, donde
predomina lo sensorial, dejando imposibilitada la función de
pensamiento, porque no existe la capacidad de diferenciar las cosas,
objetos y acciones. Ésta atmósfera por ser realmente lo único
conocido, atrapa y no permite pensar en otras opciones para vivir,
que no sea en ella.
3.2. Carlos, el súper héroe de un mundo apuñalado
Carlos, es un adolescente de 13 años de edad, el mayor de 4
hermanos y un bebé en gestación. El paciente inicia psicoterapia
dentro de una institución de protección a la mujer maltratada, en la
cual se encuentra junto a su madre y sus hermanos en situación de
refugio, tras haber sido referidos por violencia intrafamiliar.
Carlos, llega a la institución tras varios días de hospitalización,
por haber sido víctima del ataque de su padrastro. En una discusión
que sostenía este señor con la madre de Carlos, por la constante
demanda de comida de su hijo, agredió física y verbalmente a la
madre de Carlos, quien inmediatamente intentó defender a su madre
de los golpes de su padrastro, y en ese momento fue apuñalado
varias veces en el estómago hasta dejarlo inconsciente.
El registro de ingreso a la institución fue: “Agresión
intrafamiliar a madre e hijo. Menor hospitalizado por graves lesiones
100
físicas, herida con arma blanca”, siendo esto congruente con el relato
ofrecido por el paciente en las primeras sesiones de entrevista.
Con este caso pretendo ilustrar en primer lugar el estado
mental característico en Carlos y su forma de relacionarse con los
demás, observada durante diferentes momentos de las sesiones, lo
cual nos abrió un espacio para pensar en la predominancia de un
tipo especifico de organización psíquica bidimensional, tal cual como
lo describe Donald Meltzer en su libro Exploración del Autismo (1975).
Por otra parte, el análisis del material nos permite plantear la
hipótesis sobre el funcionar de Carlos correspondiente, por su forma
de organización, al de los Supuestos Básicos descritos por Wilfred
Bion (1961), en su publicación Experiencias en grupos, que como se
va a ilustrar, adquiere una forma particular que hemos de llamar la
de súper héroe, tema en el que se ahondará más adelante.
También se pudo apreciar a través del proceso psicoterapéutico
que en momentos se producía un movimiento hacia una organización
tridimensional, donde se puede decir se vislumbran esbozos de un
espacio mental, generado por el genuino sentimiento de preocupación
por su hermano menor y por la experiencia de contención encontrado
en la terapeuta, lo que le permitía pensar, hablar y sentir una forma
distinta de vinculación con los otros. Estos momentos donde se
puede apreciar esta aparición genuina de la capacidad de sentir y
pensar en el otro, se pueden ver en momentos de las sesiones donde
se relaciona con su preocupación por el hermanito menor.
Para ilustrar lo anteriormente expuesto presento en viñetas del
material, las características del estado mental que predominó en
Carlos a lo largo del proceso, a la vez que las que sustentan la
101
formulación de la hipótesis del Supuesto Básico que hemos
denominado de Súper Héroe.
3.2.1.
Así mismo, la cualidad de objeto protector, era percibida por
momentos en la madre, quien se enfrentaba con el padrastro de
Características de los objetos y la relación que Carlos establece
con ellos
En lo que sigue vamos a hacer la presentación de los objetos
más importantes para Carlos y la relación que tiene con ellos.
Durante diferentes momentos del proceso, Carlos se refirió a su
madre, lo cual nos permitió reconocer diferentes elementos que
demuestran la cualidad y calidad del vínculo que existe con ella, sus
características y sus demandas hacia ésta.
La Madre:
En las siguientes viñetas se puede apreciar que Carlos percibe
a su madre como un ser indefenso, atacada por su padrastro, lo cual
según su verbatum, le genera un sentimiento de rabia, al tiempo que
durante las sesiones lo que se percibía era realmente un
aplanamiento emocional contrastante con su discurso. Esto se puede
mostrar en el siguiente fragmento: “porque la agarraba con ella y eso
no me gustaba, me daba mucha rabia que se metiera con ella y
conmigo…”. Esta falta de coherencia entre lo expresado verbalmente
y lo transmitido de forma emocional, nos deja frente a la pregunta
sobre el lugar o destino de los afectos en Carlos. ¿Qué ha pasado con
ellos?, ¿Han desaparecido de la escena psíquica o se han reprimido?.
102
Carlos tratando de evitar más agresiones físicas: “a mi mamá le
pegaba cuando se metía a defenderme.”
Tras la indagación por parte de la terapeuta acerca de qué lo
hacía pensar o sentir el hecho de que su mamá lo defendiera de los
golpes y maltratos de su padrastro, Carlos responde lo siguiente: “mi
mamá es muy buena”, esta frase y lo que el paciente constantemente
refiere de su madre, permite pensar que este objeto es percibido como
bondadoso, por momentos protector y contenedor de las cosas que le
pasaban a Carlos: “Yo le cuento mis cosas a mi mamá, ella siempre
me escucha, y me dice que le cuente las cosas”.
A pesar de lo anterior, la madre de Carlos es vista como alguien
a quien hay que estar atento, puesto que refiere: “Mi mamá a veces es
muy dura conmigo, me regaña y me puede pegar”. Así mismo,
pareciera que esta consecuencia de sus actos no se relaciona con un
juicio o una reflexión sobre los mismos. Es simplemente un asunto
para tener en cuenta y evitar pero que no involucra una dimensión
moral. Carlos dice que esto ocurre tras la demanda de sus amigos del
barrio de ir a robar, frente a lo que manifiesta que no lo hará
pensando en las consecuencias que le traerá con su mamá el hacerlo.
Varias sesiones después, aparece la confesión de que él robaba
en supermercados comestibles, cosa que él no creía que fuera algo
malo, ya que simplemente lo hacía con el fin de obsequiarlos a otras
personas. Durante este momento aparece cómo la mamá de alguna
forma buscaba reprenderlo por estos hechos, aunque sin hacer una
referencia directa al hecho: “Yo me sentía mal, por eso yo creo que mi
mamá me regañaba, ella se daba cuenta de lo que yo hacía…”. En el
103
sentimiento de malestar referido tras ser descubierto robando no se
puede ver un reconocimiento verdadero del acto como tal, sino es
más un malestar generado por defraudar el objeto o por molestia al
regaño, más no una consideración por la persona a la que se roba o
por un reconocimiento del límite entre lo ajeno y lo propio: “… pues si
mi mamá me lo dice debe ser por algo, por eso trato de hacerle caso y
ayudándola así sea estando aquí con mis hermanos, yo sé que eso a
ella la deja tranquila.”
Se puede observar que las demandas de la madre son recibidas
y satisfechas por Carlos, con un afecto que corresponde a la forma de
apego superficial-dependiente-complaciente, pero sin capacidad para
pensar en ello, haciéndolo para que ni él ni su madre se sientan mal,
tratando de ofrecer un tipo de satisfacción y cuidado invertido.
Esto se puede apreciar de igual forma cuando Carlos comenta:
“mi mamá me dice que yo soy el hombre de la casa ahora…”.
Indudablemente la madre ha depositado en Carlos su función de
apoyo y protección de la familia, invirtiéndose las funciones familiares
y poniendo en Carlos obligaciones que él no está en capacidad de
cumplir plenamente, sin poder tampoco reconocer sus limitaciones,
ya que éstas no están a su alcance.
Así mismo, se pueden apreciar ocasiones en las que al parecer
el discurso de la madre es doble y contradictorio en relación a las
demandas de ésta hacia Carlos, pues así como le exige que debe
tomar las riendas, cuidar y velar por la familia, siendo ahora el
hombre de la casa, le dice en otras ocasiones que él no puede ayudar,
104
ya que le falta crecer. Esto se puede ver en el siguiente fragmento de
sesión:
Y yo sé que mi mamá me quiere y quiere lo mejor para nosotros y para mí… pero yo sé que ella siente que le queda muy duro… y yo quisiera poder ayudar pero ella me dice que ahorita no, que aún me falta mucho y que tengo que crecer.
Esto nos hace pensar en una demanda de crecimiento confusa
para Carlos, es una demanda paradójica, ya que de ninguna manera
logrará complacer a la madre, planteando ésta lo malo qué es si crece
y cuida a la familia y lo malo qué es si no lo hace.
En las demandas o sobre exigencias invertidas que hace la
madre con Carlos, se puede apreciar, cómo estas situaciones de gran
confusión para él, lo llevan a actuar y pretender cumplir el rol de
padre, adulto y hombre de la casa:
P: claro, porque ella está embarazada, y no sería bueno dejarla sola. T: te sientes como un protector de ella también… P: claro, yo soy el hombre mayor, el hijo varón más grande, esta mi chiquito Enmanuel (hermanito menor), él es muy indefenso todavía.
Esta exigencia materna unida con la incapacidad de Carlos
para cumplirla debido no solo a que no tiene las condiciones de
desarrollo para cumplirlas, ni un espacio mental interno para
pensarlas ni elaborarlas, lleva a que el niño sea vea impulsado en sus
acciones cierta forma de funcionamiento poco reflexivo y primario que
tiene una imagen de sí mismo omnipotente y alterada, como copia e
105
imitación de figuras e historias de su ambiente cercano, de los
“machos” que centran su poder en la “fuerza física primitiva” y en
“hazañas” de justicia.
El Padrastro:
A continuación se mostrará el tipo de relación que Carlos
estableció con su agresor, quién es también su padrastro.
En los siguientes fragmentos de sesión se puede apreciar como
para Carlos, su padrastro es un objeto que pudiera ser bueno, pero
no se sabe cómo, ni cuándo podría apreciarse en él esta cualidad
bondadosa, única referida en un momento de nuestro trabajo. Así
mismo lo percibe como un objeto desvalorizado, vicioso, dañino,
también envidioso, como se puede apreciar cuando expresa:
Si, él a veces era bueno, pero pues casi siempre se vivía metiendo cosas. …Es que él no puede entender que yo tenía cosas buenas y bonitas. …Si, él es así, como yo trabajaba y lograba ayudar a mi mamá y comprar cositas, eso a él le daba mucha rabia y por eso se metía conmigo, solo conmigo.
Pasa de bueno a envidioso y peligroso de manera secuencial sin
establecer nexos entre ambas características y sin poder entender
tampoco ésta variación. Solo queda una sensación de que es un
objeto que hay que observar, que no es confiable, con quien se
establece una lucha y rivalidad por un territorio.
Durante el trabajo en una sesión, tras la lectura del cuento del
gato con botas, se puede apreciar la dificultad de Carlos para dibujar
el cuerpo del Marqués de Carabas, donde sólo dibuja una cara,
106
frente a lo cual la terapeuta dice lo siguiente: “T: y por qué será que
cuando tratas de dibujar a este personaje no lo puedes completar….”.
Carlos responde: “porque no me sale el cuerpo… ese señor era malo
también…” la terapeuta indaga: “y quién era ese señor….” Y este
responde “pues el Marqués de Carabas, quién también maltrataba al
gato con botas… porque el también quería que él engañara y mintiera
para conseguir cosas…”. Seguidamente la terapeuta interpreta lo
siguiente: “así como tu padrastro, que te maltrataba a ti… el marqués
era un hombre malo, del cual solo puedes recordar su cara…”. En ese
momento de la sesión “el paciente hace silencio… mira la hoja… y
dice…. así son los árboles en el bosque...”, haciéndose notoria una
ansiedad generada tras tratar de pensar en los maltratos de su
padrastro, de manera que niega, evade y se resiste por completo a
pensar en esa situación, desviándose su atención del tema, y
mostrando interés aparente en los árboles del bosque del cuento.
Se puede pensar que la percepción del objeto agresor de Carlos
es alguien que no tiene contornos ni definiciones claras; lo único que
parece permanecer es la forma violenta e inesperada de responder.
En la indagación inicial que hace la terapeuta sobre las razones por
las cuales Carlos estaba en la institución, el niño dice: “ese señor nos
maltrataba, a mi mamá y a mí nos pegaba…”. Pareciera entonces que
se configura en Carlos las cualidades de bondad y agresión, que
producen a su vez que no se pueda establecer claramente una
distinción entre estas dos condiciones y que solamente se responda
reactivamente frente a ellas, lo que dificulta tener claridad sobre la
bondad o la maldad de una situación o de un objeto. Hay entonces
que estar alerta pues no es posible anticipar cómo va a actuar
alguien, pues no se sabe con cierta claridad quién, ni cómo es, lo que
107
a su vez también deja al sujeto sin referentes para entender las
situaciones. Así como se ubica en el lugar del padre, el padrastro,
quien es su agresor, perseguidor y casi lo mata.
La Institución:
Durante el proceso psicoterapéutico emergió un tipo de relación
proveniente del encuentro con la terapeuta y el mundo privado de
Carlos y un tipo de relación con la Institución y el entorno que lo
rodeaba al estar interno en ese lugar. Este tipo de relación pone en
escena lo que psicoanalíticamente se conoce como Transferencia, la
cual hace referencia, según Freud (1910), a la función psíquica
mediante la cual el paciente transfiere inconscientemente y revive en
sus vínculos nuevos, sus antiguos vínculos, sentimientos, afectos,
expectativas o deseos reprimidos o no conscientes. Así mismo,
cuando hablamos del tipo de relación que estableció Carlos con la
institución, se puede apreciar claramente su descontento, cuando
este expresaba sus necesidades, carencias, asi como las constantes
demandas y reproches sobre la situación que vive y que percibe como
amenazante en muchas ocasiones. Esto se puede observar cuando
Carlos, demanda más comida, haciéndose evidente una incapacidad
para saciarse y satisfacerse con lo que el otro le da: “La comida es
muy poquita, y uno no puede decir nada…”, en estos momentos de
queja, se puede pensar en cómo se repiten las escenas vividas en su
casa, donde tampoco se le satisfacía nunca, lo cual era el motivo
principal de las constantes peleas y luchas con su padrastro, las
cuales lo llevaron casi a la muerte.
Se puede pensar que si bien es una percepción de Carlos
acerca de lo que recibe por parte de la institución, también se pone
108
en evidencia de manera literal lo que su madre le expresa a él cuando
le pone en manifiesto sus deseos de obtener más comida: “Le cuento
eso a mi mamá. Pero ella me dice que no se puede hacer mas nada
por ahora”, de nuevo se pone en evidencia la impotencia propia y del
objeto para satisfacer sus necesidades urgentes de aplacar el dolor,
angustia o incertidumbre, como si tuvieran que resignarse a no
esperar nada por parte del objeto, pues estamos frente a la
impotencia del objeto o frente a un objeto impotente. Lo anterior nos
lleva a pensar en lo que Bion (1962) en su libro Una teoría del
pensamiento denomina Conciencia, como el órgano sensorial para la
percepción de las cualidades psíquicas. En Carlos lo que se observa
es la primacía de las cualidades físicas, lo que nos lleva a
preguntarnos por la amplitud de la función de la conciencia.
En las sesiones con Carlos durante la permanencia dentro de
la institución, se pudo observar, por momentos, una aparente
sumisión, al tiempo que su percepción de sentimientos de
desconsideración y amenaza por parte de otras personas que vivían
allí mismo, lo cual nos hace pensar que son también la manifestación
de sentimientos y pensamientos que ya habían existido cuando
estaba en su casa, fuera de la institución. Carlos manifiesta:
Es que a veces siento que aquí nos faltan muchas cosas y que incluso cositas que hemos traído cuando nos vinimos para acá, nos han sido quitadas, como por ejemplo, a mi hermanito, a él le trajimos unos muñequitos y aquí se los quitaron y uno no puede decir nada, porque si uno dice de paso lo regañan.
Se puede pensar que sus inconformidades y quejas constantes,
son la expresión repetida de las situaciones donde se sentía carente
109
de cosas materiales y afectos, despojado de sus cosas, como cuando
su padrastro le quitaba cosas para venderlas y comprar droga.
La terapeuta: proceso transferencia – contratransferencia
Como se expuso anteriormente, en el proceso psicoterapéutico
se pudo apreciar una experiencia compartida, en la que se
manifiestan diferentes elementos característicos de su estado mental,
tales como la voracidad, la envidia, el maltrato, cualidades curativas
y cuidadoras que le asigna a la persona del terapeuta, así como la
emergencia de una estructuración en la relación de la función
continente-contenido que permitió en Carlos un espacio para pensar.
Al inicio del proceso, tras la indagación de la terapeuta sobre la
razón de asistir a psicoterapia, Carlos expresa: “Pues más o menos…
como para que usted sepa cómo fueron las cosas…”. Esta respuesta
muestra que para el paciente este trabajo no es una acción que le
vaya a generar algún beneficio o efecto; por el contrario, siente que lo
que él diga es tomado para beneficio de la terapeuta, con la finalidad
de conocer y extraer la información necesaria para ella y para cumplir
requisitos institucionales.
Este tipo de respuesta es frecuente entre las personas que
reciben atención y refugio en la institución, cuando después de la
inclusión en ella, por un hecho de violencia, Carlos ha sido puesto a
hablar sobre la situación de agresión de la que fue víctima, muchas
veces, donde probablemente en lugar de sentirse escuchado y
legítimamente comprendido, ha sido objeto de investigación, que dará
información para proceder legalmente, donde quizás no haya sentido
consideración por parte del otro sobre lo que pudo haber sentido y
110
significado la agresión de su padrastro y el cambio de estilo de vida al
que fue sometido con la finalidad de resguardarlo de la muerte física.
En la relación con la terapeuta, se puede apreciar que en las
primeras sesiones el paciente no nombraba de ninguna manera, ni
por su nombre, ni con el prefijo “doctora” que comúnmente suele
utilizarse, simplemente era reconocida como una persona más a la
que debía contar su historia. Poco a poco fue cambiando y empezó a
ser percibida como una persona a la que debía obedecer y acatar sus
mandamientos y normas: “Si señora…” expresión que se acompañaba
de una actitud corporal donde se podía apreciar una aparente
sumisión, que corresponde más a una forma de evitar
inconvenientes, aceptando obedientemente los mandatos y lo que
dice, ya que si bien no tiene claro quién es el objeto que tiene al
frente, sí sabe que éste ocupa un lugar de poder dentro de la
institución. La aparente sumisión es entonces una estrategia de
supervivencia frente a objetos (madre y su padrastro) de los cuales no
sabe que esperar, si cosas buenas o cosas que lo dañarán, objetos
que no son estables, ni consistentes emocionalmente. Una reedición
de esta forma defensiva de relación con el objeto se produce frente al
funcionamiento autoritario de la terapeuta que le demanda que
continúe en el proceso con ella, porque eso será de alguna manera lo
mejor que le pudiera pasar: “T: por ahora debes estar aquí. Y
continuar aquí conmigo para tratar de pensar y entender eso que te
pasa por la cabecita y que a veces parece que no se pudiera
controlar…”. Tras esta intervención autoritaria, la terapeuta se
transforma en una aliada más de la institución, haciendo una
reedición de los objetos amenazantes, frente a los cuales asiente,
ubicándose en un lugar distante de aparente sumisión y de respeto:
“Sí, si señora…”.
111
A medida que pasan las sesiones, Carlos va percibiendo a la
terapeuta como un objeto con cualidades distintas a los demás de los
que percibe amenaza. Esto se puede apreciar en la forma como llega
al consultorio, sin necesidad de ir a buscarlo, tal y como se observa
en el siguiente fragmento de sesión:
T: Llego al consultorio y detrás mío llega el paciente, le digo que ya iba a ir por él… y me dice, no yo la vi subir y por eso me vine rapidito… en ésta sesión estaba bastante activo. O por lo menos esa era mi apreciación.
Aquí se puede apreciar cómo el vínculo con la terapeuta va
cambiando; se observa la transición hacia el reconocimiento del
objeto, como un objeto confiable, donde su relación con éste es una
experiencia nueva, en la que aparece en el paciente un deseo genuino
del encuentro con la terapeuta, así como una agradable sensación de
lo que pasa al trabajar con ella. Se puede pensar que se da una
experiencia emocional verdadera en el paciente, contrastante con la
relación que ha tenido hasta ahora con sus objetos.
El cambio en la relación con la terapeuta es evidente a partir de
la sesión No. 10. Carlos empieza a tener actitudes diferentes, en el
ambiente en sesión se sentía que se había abierto un espacio donde
trataba por momentos pensar y rescatar sus objetos internos, así
como su disposición para ayudar y cuidar de manera efectiva a su
hermanito menor. En la sesión No. 13, Carlos empieza a llamar
“Doctora” a la terapeuta, giro en el discurso que nos lleva a pensar el
reconocimiento de un lugar de capacidad, adjudicándole de cierta
forma rasgos curativos.
112
En los siguientes fragmentos de sesión se puede ver como
repetidamente el paciente encuentra en la terapeuta un continente,
haciéndose evidente que a pesar de que el dar quejas y reclamos de la
institución han sido siempre su manera de funcionar, ahora se
permite expresarlos verbalmente y son escuchados por alguien y no
tiene que reaccionar como antes lo hacía, golpeando o discutiendo.
Carlos dice:
Mire, aquí nos maltratan. Yo sé que eso es maltrato. Uno se viene para acá porque supuestamente aquí lo van ayudar a uno y lo van a cuidar y lo que hacen es maltratarlo más a uno. … Hola, mire, estoy aquí porque me regañaron… y me siento mal.
La terapeuta es ahora un objeto de confianza, en el cual puede
depositar sus malestares y angustias sobre la situación que vive en la
institución, haciendo de esto una experiencia nueva, que empieza a
abrir un pequeño espacio interior que le permite ampliar sus
posibilidades de simbolización y comprensión, que hasta el momento
eran rudimentarios.
Conforme avanzó el proceso con Carlos, la terapeuta pudo
apreciar que progresivamente iban apareciendo ciertos momentos de
integración, al tiempo que momentos de mayor capacidad para
pensar y reconocer sus emociones antes de actuar. En la última
sesión se da cuenta de lo nuevo en esa experiencia compartida en las
sesiones; realiza un dibujo libre sobre una hoja azul, en la cual hace
unos puntos y luego los une, formando una figura. Al principio la
terapeuta no lo comprende y tras indagar resulta ser una lancha.
113
Arriba de la lancha dibuja unos triángulos, los cuales explica
que son las montañas que se ven desde la lancha, arriba dibuja un
sol, al que le hace ojos, nariz y boca. La terapeuta seguidamente a la
realización del dibujo pregunta:
T: ¿y ese dibujo?, y el paciente responde: “es que es una lancha…. está en el agua… sabe… toda esta hoja azul es el agua y arriba el cielo… claro que ese si está en el cielo, que también es azul…”. La terapeuta le hace el señalamiento siguiente: “están todos unidos… como uno solo…”, a lo cual el paciente asienta: “sí, claro así es… la tierra está unida… todo es separado pero unido a la vez… así como nosotros… Que somos uno solo pero también estamos unidos a otras personas.
En este fragmento se puede ver el movimiento psíquico de
Carlos, claramente, cuando ahora puede dibujar libremente sin tener
que esforzarse por hacer alguna imitación. Aparecen contenidos de
orden simbólico, en el que se reconoce al otro, a la relación con los
demás y a las diferencias entre los objetos. Seguidamente la
terapeuta le pregunta a Carlos: “¿Y a quién te sientes unido tú?”, y
Carlos responde: “pues a mi familia… somos una familia… a mis
hermanitos y a mi mamá… y cuando vengo aquí, a usted… que
hablamos y usted habla conmigo y me escucha…”.
Se puede ver como siente que con la terapeuta se ha creado un
vínculo estable, que lo hace ubicarla al lado de su familia; representa
un continente donde se le permitió dar forma a su malestar.
114
3.2.2
Su incapacidad de quedar satisfecho lo lleva a querer más y
más satisfacciones de tipo físico, en este caso comida o acción,
asuntos que se ven restringidos en el refugio y que lo llenan de
insatisfacción y malestar. ¿Qué significa está necesidad imperiosa de
Movimiento de los estados mentales durante el proceso
psicoterapéutico
A continuación se mostrará cómo, durante el proceso
psicoterapéutico con Carlos, se vieron expuestos diferentes estados
mentales, así mismo cómo la emergencia hipotética-deductiva de un
tipo de funcionamiento mental al cual hemos denominado el
Supuesto Básico del Súper Héroe.
Una característica importante y predominante en la manera de
funcionar de Carlos, es la voracidad, aumentada cuando las
privaciones intensifican las pulsiones agresivas, acrecentando así la
frustración y la ansiedad persecutoria. La voracidad es un deseo
vehemente, impetuoso e insaciable que excede lo que el sujeto
necesita y lo que el objeto es capaz y está dispuesto a dar. Se trata
del deseo de vaciar, es decir, predomina la introyección destructiva.
(Klein, 1957). Se puede apreciar esta condición en el paciente cuando
hace referencia a sus sentimientos al estar dentro de la institución,
tal cual como se puede observar en la siguiente viñeta clínica: “Pero
igual a veces me siento mal aquí sin hacer nada. Me aburro mucho y
siento que yo pudiera ayudar… pues como hay que dar de comer,
porque aquí eso me tiene aburrido también, siempre quedo con
hambre…”.
115
comer que no se sacia, o que se activa cuando Carlos no puede andar
libremente y siente la restricción motora?.
Esta Voracidad se puede apreciar también en la segunda
sesión con Carlos. Durante esta sesión, Carlos dibuja en una hoja
blanca una casa, a su lado dibuja un carrito. Tras la indagación de
la terapeuta sobre su dibujo, éste responde:
P: es una casa, grande, como ésta, lejos, como ésta… T: que a veces parece como una cárcel… P: pues si y no, porque yo me puedo ir. Pero no se puede hacer aquí nada. No hay libros, no hay nada que hacer, te regañan, no te dan mucha comida.
En estos fragmentos de sesión se puede ver como se encuentra
insatisfecho de su estancia en la institución, insatisfacción que repite
respecto a situaciones que ha vivido, con un discurso que contiene
una queja persistente de la situación que vive y en la constante
demanda de cosas.
La voracidad se puede observar de nuevo en relación a la
institución y los sentimientos que se despiertan al vivir en ella, donde
además de su vehemente deseo por tener cosas se manifiestan ciertos
rasgos de envidia hacia lo que los demás tienen y que él carece. “P: es
que es por el dinero, digo yo, porque vale, aunque por lo menos aquí,
a veces hay unos que ni se la acaban y a mí no me dan suficiente
comida….”. Si bien, aquí se puede pensar que hay un elemento
importante institucional, lo que principalmente llama la atención es
la emergencia de él por el alimento, lo que se encuentra en total
relación con las discusiones que mantenía con su padrastro y las
cuales fueron el motivo de la agresión que casi lo lleva a la muerte.
116
Esto nos pone en evidencia en Carlos un rasgo importante con
el cual el funciona en su cotidianidad: primacía de la voracidad y
acompañado de un sentimiento constante de insatisfacción, como si
lo que se le ofreciera como satisfacción no alcanzará a alimentarlo, y
de la misma manera como si lo que llegase se esfumara, como si no
hubiese un continente que permitiera su almacenamiento y digestión
apropiada.
Esta condición característica de Carlos nos lleva a pensar en el
funcionamiento bidimensional descrito por Meltzer y otros (1975), en
Exploración del Autismo, funcionamiento que se relaciona con
dificultades en la constitución de la fantasía de un espacio interno o
mental y de su equivalente en los objetos, careciendo entonces de
interioridad.
Cuando decimos que Carlos opera bajo un funcionamiento
Bidimensional, nos referimos al predominio de la copia en detrimento
de la imaginación o la fantasía. Encontramos los siguientes
elementos que lo sustentan:
• Carlos repite en su accionar y en su discurso, escenas de
historias del contexto social en el que vive de personajes que
representan súper héroes.
• En el funcionamiento Bidimensional, el mecanismo utilizado es
la Identificación Adhesiva, la cual se relaciona con los
fenómenos de imitación que toman en consideración elementos
formales y superficiales de los objetos.
• Este mecanismo tiene relación con la dificultad para la
construcción de un objeto continente, registrado en su lugar
117
sólo sensorialmente; se toma como modelo las experiencias de
la piel (Bick, 1968) tanto en su función de registro como de
límite.
• Se puede apreciar la aparición de pensamientos concretos, que
reflejan la no elaboración, ni reflexión acerca de la tarea que
realizará.
Pareciera que el fin de su necesidad apremiante es en sí misma
una forma de apaciguar otras urgencias y otros sentimientos de
malestar que no remiten otra significación sino que denuncian su
falta. En la tercera sesión en relación con un dibujo que realizó
donde dice “Me quedó raro” y tras la indagación de la terapeuta
acerca de la rareza de dicho dibujo, éste responde: “no sé, debe ser
porque no estaba viéndolo en ningún lado…”. Lo raro se refiere a que
no tuvo un objeto para copiar y para saber si estaba o no estaba bien
elaborado, quedando solo una sensación de rareza que no puede
explicar plenamente. Raro porque no puede estar seguro de lo que
realiza si no tiene el modelo para poder contrastar, lo que hace
pensar que lo raro proviene de sí mismo.
Se pueden apreciar características del funcionamiento
bidimensional cuando Carlos relata la historia pre-fabricada del
dibujo de Mickey Mouse que realizó durante la sesión No. 3: “no sé,
quizás para pedirle ayuda. Porque se le accidentó el carro, como ellos
tienen un carrito… o por lo menos así dice en la televisión cuando
salen ellos”. Esto muestra nuevamente la falta de imaginación de
Carlos y que en su lugar recurre a la copia de retazos de historias de
la televisión, las cuales no tienen ninguna elaboración, ni una clara
conexión entre sí.
118
El modo de funcionar de Carlos, se encuentra determinado por la
imitación y repetición de conductas y expresiones verbales, como las
de la madre, las cuales repite constantemente. Esto se puede apreciar
en la siguiente viñeta: “por lo menos aquí tengo a mi familia… y es
que debemos mantenernos unidos para poder salir adelante”. Este
eslogan de pensamiento, nos indica como en lugar de pensar y
reflexionar acerca de su situación en la institución y de ellos como
familia, se refugia de alguna manera en la copia de expresiones
verbales de su madre.
3.2.3.
A continuación se presentarán fragmentos de las sesiones de
Carlos, donde se pueden apreciar características del funcionamiento
mental que se han establecido como supuesto básico descritos en el
marco teórico referencial. Así mismo, se puede observar que si bien
Carlos funciona con ciertos rasgos específicos, que definen los
supuestos básicos tradicionales planteados por Bion (1961), como el
Supuesto Básico de Dependencia, de Ataque y Fuga y el de
Apareamiento, durante el análisis del material de Carlos aparecen
nuevas características que configuran una condición diferente, que se
basa en la utilización de construcciones fantásticas de situaciones y
personajes, los cuales crea con la finalidad de salvar al mundo, a sus
objetos, con características irreales y míticas. Para este fin vamos a
establecer una diferenciación entre lo que hemos de llamar
construcciones imaginarias de lo que sería propiamente la fantasía.
Éstas últimas suponen una identificación y elaboración de los
objetos, del sí mismo, de la relación con el objeto y de su respuesta,
para lo que se requiere la existencia de un espacio interno,
El líder estereotipado del Súper Héroe
119
característico de un funcionamiento tridimensional y
tetradimensional.
Las construcciones fantásticas a las que hacemos referencia,
como principal característica de las elaboraciones que hace Carlos en
sus cuentos e historias, surgen de la copia, imitación y repetición de
imágenes y expresiones verbales que él observa y oye en su entorno,
más claramente tomadas de eventos de su contexto, de historietas y
cuentos infantiles de la televisión, donde sus protagonistas son
personajes con poderes especiales con los cuales se defiende e
intenta alejarse y alejar a los suyos del mal. Esto mismo, que Carlos
observa a su alrededor lo utiliza sin elaboración alguna en su
discurso y en su hacer en las sesiones, donde utiliza el dibujo y las
expresiones fantásticas de los personajes como si fuesen suyas,
imitándolas y repitiéndolas, lo cual nos permite hacer el
planteamiento de la hipótesis sobre un nuevo supuesto básico, al que
denominamos el del Súper Héroe.
Con las características de funcionamiento mental bajo
supuesto básico y de funcionamiento bajo la bidimensionalidad,
anteriormente descritos, surge nuestra hipótesis sobre la
construcción de un líder especial, donde predominan los rasgos de
pensamiento o acción ya mencionados, y a su vez se suman a ellos,
las construcciones fantásticas donde no hay ningún tipo de
elaboración real, que tenga como esencia una verdadera elaboración
de pensamiento, sino que se queda en lo superficial, la copia e
imitación, por momentos tomando elementos reales de su vida y
añadiéndolos a las historias, haciéndose evidente la repetición de este
esquema de funcionamiento en Carlos, donde a lo largo del proceso,
se expuso a través de cuentos, historias, dibujos y relatos de su
120
cotidianidad, grandes montos de omnipotencia, falta de imaginación,
superficialidad y apiñamiento de ideas que distan de un pensamiento
reflexivo y analítico.
En la sesión No. 10, se puede apreciar la característica del
supuesto básico de apareamiento, tras las indagaciones sobre el
dibujo de un paisaje con una casa a la orilla del mar en Cartagena.
Carlos percibe que él y su familia se encuentran potencialmente
amenazados, de manera que se produce la esperanza mesiánica de
que el aislamiento geográfico será una manera de salvar a su familia.
Esto se puede apreciar cuando plantea que se quiere ir a vivir allá, y
la terapeuta le señala que es como si el cambio de ubicación
geográfica al parecer seria lo único que realmente pudiera generar un
cambio real y beneficioso para su vida. Carlos responde
afirmativamente lo siguiente: “es que eso es muy importante para
mí… yo sé que si quizás nos alejamos de aquí, no nos veremos con lo
mismo que hemos pasado…”, poniendo en evidencia sus ideas de
cambio de ubicación geográfica, huida, como lo único que pudiera
salvarlos del persecutorio entorno en el que vive el con su familia. Su
mente se ocupa de repetir de manera incoherente historias
fantásticas salvadoras, sin un reconocimiento real de lo que el salvar
implica.
Las construcciones fantásticas consisten básicamente en la
elaboración superficial de historias y cuentos a partir de la copia de
imágenes visuales y cuentos infantiles, a los cuales le añade en
ocasiones ideas de forma desordenada y sin conexión alguna de
situaciones de su vida. Estas construcciones siempre tienen como
protagonista un personaje, líder u objeto con súper poderes, el cual
se encarga de salvar a su gente, venciendo a los malvados y villanos
121
que tienen como propósito, matar, robar, pelear y hacer en general el
mal.
Como características más relevantes en las historias, siempre
se tiene la firme convicción de que existe un enemigo, al que se debe
atacar o huir de él, el mal o malo siempre es externo y la única
actividad defensiva frente a dicho objeto es la destrucción o su
evitación, característica propia del supuesto básico de Ataque y fuga.
En la forma de funcionamiento que estamos describiendo, este
ataque y huída se produce de la reproducción imaginaria sin
elaboración de los roles, acciones y tareas que los superhéroes de las
caricaturas o de los villanos de su barrio, de la TV, llevan a cabo. Así
mismo, se encuentra inmersa en la trama de sus historias, la
creencia de que sin importar cual fuere el problema y las condiciones
de vida, algún hecho futuro o un ser con súper poderes los resolverá,
él encarna a este personaje.
Se presentan a continuación fragmentos de sesiones donde se
puede apreciar, en el relato de cuentos e historias creadas por él, la
ficción y superficialidad de las que dota el contenido de las mismas:
Érase una vez una ciudad donde reinaba la enemistad. Era gobernada por un rey malévolo llamado Malog. En la búsqueda de la felicidad aparece un hombre poderoso llamado Ninja gayden, quien esperaba hacer justicia y liberar a la ciudad del mal, mientras tanto en la ciudad de noche robaban tesoros guardados por el rey y los demás habitantes de la ciudad vivían asustados temiendo que los robaran o maltrataran. Los dos hombres que la gente tanto temía se hacían llamar los hermanos trinca, eran dos jóvenes que habían crecido en su vicio de hurto. Querían las cosas de manera fácil. Mientras tanto en la ciudad luchando un
122
hombre poderoso y bueno que se llamaba Ninja gayden que en su pasado había vivido algo espantoso como el maltrato y el robo, el robo hecho por los hermanos trinca. Un día los hermanos trinca salieron en búsqueda de lo que necesitaban y nuestro superhéroe los cachó robando y les dijo que no hicieran eso, porque es malo quitarle las pertenecías a otras personas y estos respondieron, no sea metido, váyase o si no lo chuzo. Entonces Ninja gayden utilizó la fuerza bruta y arremetió contra ellos dejándolos inconscientes y desde ese día nadie los volvió a ver y la ciudad volvió a la normalidad. Fín.
En el anterior fragmento se pone en evidencia la inversión de
los valores morales o socialmente aceptados, cuando expone a los
hermanos trinca, viciosos y ladrones a los que la gente temía y
quienes conseguían las cosas fácilmente. Y la omnipotencia del líder
que puede con todo solo y que es más fuerte que todos. Estas son
escenas fantásticas tomadas de los dibujos animados, mezcladas con
eventos de su entorno.
Posteriormente en otra sesión, se trabaja con Carlos en la
elaboración de un rompecabezas. Este inicia con el dibujo de un
paisaje citadino. En el relato sobre lo que había dibujado, expresa:
“pues es un país…. Es un país soñado… es muy bonito… todo es
bello, limpio, ordenado, no hay robos… todo es como una
maravilla…”. Así mismo, la terapeuta le dice: “como si fuera el país
que tu tanto deseas”, a lo cual este responde: “si… así, con una casa
como esa… para mi mamá y mis hermanos… donde ellos puedan
tener las cosas buenas que quieran y puedan jugar, salir, aprender
sin peligros… sin gente mala…”. A lo que la terapeuta expresa: “sin
gente mala como la que te tocó enfrentar a ti…”, y el paciente
123
seguidamente asienta: “claro… no debe haber gente así, porque si no
se daña la maravilla… y se dañan las cosas…”.
En el anterior relato de sesión se puede apreciar, como es la
idea fantástica en el paciente, de obtener cosas, y situaciones nuevas,
pero lo que prima en él, es la omnipotencia y el no reconocimiento de
sus capacidades y de su situación emocional, intentando a través de
la imaginación concreta negar su realidad. Más claramente en esta
sesión se puede ver la omnipotencia del objeto, cuando tras la
intervención de la terapeuta, al hacer el señalamiento de que ese se
parecía al país después del rescate del súper héroe Ninja gayden, este
contesta: “pues así debió quedar después de que él los libró del mal
de las ratas…es como cuando uno vence obstáculos… para lograr lo
que uno quiere…”.
En las historias expuestas por Carlos, por momentos se puede
apreciar la desconexión entre los hechos y la historia, característica
propia del funcionamiento bidimensional y de las construcciones
fantásticas. Esto se puede ver claramente en una sesión en la que
Carlos plantea que su situación de vida es pasajera, como si no
tuviese relevancia o significación alguna lo que sucedió y el estar
ahora viviendo en la institución. Aparece de nuevo el pensamiento
mágico-omnipotente de que luego las cosas van a ser mejores, sobre
todo si continúa unido a su familia. Es claro en que Carlos no hay un
pensamiento reflexivo que le permita pensar en soluciones reales
sobre lo que vendrá después, y sobre cómo conseguir las cosas: lo
que aparece son ensoñaciones o sueños diurnos que carecen de
sustento y que por tanto no enriquecen la vida que le ha tocado vivir.
(Winnicott, 1971)
124
En el siguiente fragmento se puede apreciar como Carlos,
dibuja una lancha y en su relato de nuevo se repite la característica
de una construcción fantástica, en la creación de una historia con la
cual explica lo que dibujo:
Era una lancha de los deseos. Una lancha transformers que viajaba de país en país, le gustaba llevar personas a bordo y se divertía llevando turistas, visitando países como Brasil, Berlín, España, Toscana, lo que la lancha no sabía era que era mágica, y podía cumplir deseos como riqueza o felicidad, la lancha le regalaba cosas y dinero a las personas, compraban lo que querían y eran felices comprando y regalando, siempre estaban contentas, porque tenían las cosas que querían, y por eso eran muy felices.
En ese momento la terapeuta le dice si le podía contar más
sobre la lancha, a lo que este responde: “no, más nada… es que era
así… mágica y poderosa, solo quería hacer el bien y hacer felices a las
personas.”, contenido que es totalmente una copia y repetición de
una imagen fantástica sobre el bien y la riqueza, donde de nuevo se
ve la ausencia de una capacidad de reflexión sobre lo que puede
pasar o sobre lo que significa el bien en sí, solo poniéndolo como algo
externo y lo único por lo que hay que vivir. El tiempo es oscilatorio,
siempre girando en torno a un eje temático central incoherente y sin
reflexión alguna sobre el desarrollo de la historia.
Otra producción dentro de una de las sesiones de Carlos, es
cuando este le dice a la terapeuta que quiere dibujar un Winnie Pooh,
un oso de los dibujos animados. La terapeuta le pone a disposición
los materiales necesarios para dibujar, y este le dice que desea
125
hacerlo diferente, que quiere hacerlo distinto. Después de que
termina de dibujarlo, le explica a la terapeuta, que lo dibujó con una
cometa, la cual se puede apreciar como la única diferencia existente,
entre el oso de este dibujo y el simple oso sin objetos al que se puede
ver en la realidad. Así mismo, en torno a este dibujo se suscita un
diálogo con la terapeuta donde el paciente dice lo siguiente:
P: está en una cometa, sabe… como las que se vuelan en Agosto… T: y pooh a donde irá en esa cometa… P: está volando… vuela… quizás a conseguir miel… dulce miel, el come miel, y es lo que más le gusta… T: o sea que pooh vuela para poder conseguir su alimento… ¿y adonde tiene que ir a conseguirlo? P: pues al bosque… T: ¿y cómo es ese bosque? P: ¡huy!… es bien lejos de donde estaba… Pero es bello, aunque hay animales que no son los amigos de él, y también esta Christopher Robin que es un amigo de él, y lo puede ayudar a conseguir la miel… T: ¿Dónde estaba entonces pooh? P: pérdido, se había pérdido en el bosque… por andar buscando miel…
En lo expresado por el paciente en el diálogo con la terapeuta,
se pueden apreciar varios momentos que permiten ver el
funcionamiento de Carlos bajo supuesto básico. Esta creación por
parte de él, aparentemente diferente de un oso, no es otra cosa que la
simple copia del dibujo animado original, adherida al contexto del
tiempo de cuando se realizó la sesión. Ésta sesión se realizó cerca al
mes de Agosto, mes en el que comúnmente se vuelan cometas,
colocando su deseo de este tipo de acciones en el dibujo del oso, la
repetición de las historias de la vida de Winnie Pooh en los cuentos
126
de televisión. Así mismo, la aparente elaboración que pudiera haber
en el contenido de la historia, no deja apreciar profundidad alguna,
ya que son situaciones de su cotidianidad y de la realidad en las
historias de televisión que están pegadas al cuento, donde no existe
reflexión o análisis alguno para su elaboración.
Con lo expuesto anteriormente se pretendió sustentar con
bases en los relatos y elaboraciones del paciente durante el proceso,
como predominó en él un funcionamiento bidimensional y estados
mentales bajo supuesto básico, donde los impulsos emocionales se
pueden ver expresados como construcciones fantásticas, mágicas y
omnipotentes, caracterizándose por sus contenidos irreales e
irracionales, elaboradas con la finalidad de evitar la frustración,
originada por las experiencias vividas, las cuales al intentar
contactarse con ellas se producía dolor, esfuerzo y malestar real. Así
mismo, la hipótesis se deriva del análisis y reflexión sobre la
construcción de un líder estereotipado que surge de la observación y
análisis del funcionamiento mental de Carlos, donde predominan las
características de estados mentales de supuesto básico de
apareamiento, dependencia ataque y fuga, descritos anteriormente,
incluyendo como rasgo principal diferenciador de los demás, las
construcciones fantásticas, donde predominan constante y
repetidamente el elemento mágico, sin elaboración, sin reflexión e
internalización, de lo que acontece en su realidad, sino que se
producen imitaciones, copias y repeticiones de realidades de su
entorno y el mundo.
127
3.2.4. En el portal del funcionamiento tridimensional
A continuación se va a exponer el movimiento psíquico en
Carlos de un funcionamiento bidimensional a la entrada por
momentos al portal de la tridimensionalidad, producto del trabajo
psicoterapéutico de contención por parte de la terapeuta y de la
genuina preocupación y amor de éste por su hermanito menor.
En el funcionamiento psíquico de Carlos, puede verse la
necesidad de cuidar, como característica relevante, y se puede
apreciar esto en los momentos en que manifiesta que su hermano
necesita de él, de su protección, cuando le explica a la terapeuta
sobre su llegada tarde a la sesión, donde expresa:
Llegué tarde porque estaba con mi hermanito. Me tocó cuidarlo a mí, pues mi mamá salió a trabajar, y él es muy apegado conmigo. El se pone a verme dibujar y yo lo dejo que haga cositas, el es tranquilo cuando está conmigo… es muy bonito. La terapeuta pregunta sobre cómo se siente cuando está con él, a lo que Carlos responde: bien, es mi hermanito, y sé que debo cuidarlo… además aquí tengo que cuidarlo porque hay otros niños como Tomas que son muy groseros y me le pueden hacer daño… además tengo que tenerlo alejado de él, porque no quiero que me aprenda esas cosas malas de Tomas.
En estos fragmentos de sesión se permite apreciar el genuino
sentimiento de pensar en el bienestar del otro, haciéndose evidente
en el cuidado de su hermanito menor, lo que psíquicamente nos hace
referencia a cómo se abre el espacio mental en donde se permite
pensar y sentir cosas genuinas por el otro, en este caso, su
hermanito.
128
A partir de la décima primera sesión se puede apreciar un
movimiento hacia un funcionamiento tridimensional, donde Carlos,
manifiesta verbalmente su preocupación por su hermanito, al
querer protegerlo de otros niños dentro de la institución. Se percibe
como genuino el deseo de proteger a su hermanito de la hostilidad y
violencia. Esto es un indicio del movimiento psíquico que se ha dado
en Carlos, donde presuntamente la necesidad de contener y
resguardar a su hermano posibilitan un pensamiento y reflexión por
momentos. Estas características psíquicas de ser un objeto que
puede contener se dan cuando en el psiquismo han sido
experimentadas vivencias de ser contenido y reconocido
legítimamente por otro objeto, función que ha cumplido en este caso
la terapeuta. Así pues, se puede observar en la interrupción de una
sesión con Carlos, a la cual entra el hermanito, el tipo de vínculo que
existe entre ellos. En la siguiente viñeta de sesión se puede apreciar
más claramente esto: “T: se oye un fuerte golpe en la puerta del
consultorio y un llanto… a lo que respondo abriendo la puerta y era
el hermanito menor de Cristian… se mete al consultorio y se lanza en
los brazos de Cristian…”. La terapeuta como reacción tras la
interrupción de la sesión plantea que si desea se puede terminar con
la sesión por ese día, a lo cual el paciente responde: “no, él se queda
tranquilo… mire…” y así mismo comienza a jugar y hablar con el
pequeño, poniendo en evidencia la buena relación que tienen, y como
realmente se encuentra interesado en su hermanito. Esto se puede
demostrar con los siguientes fragmentos de la sesión narrados por la
terapeuta:
Carlos agarra unas ranas que estaban puestas sobre el mesón, y se los pasa a su hermanito. Se pone a jugar con
129
él. Le muestra a su hermano las ranas y les pone nombres a cada una de ellas, Pedrito, Juanito, Pepito. El bebé respondía cuando su hermano le hablaba. Me limité por un rato a observar lo que estos hacían. De alguna manera Carlos funcionaba en el juego con el papel de moderador de las ranas, donde las llevaba al cuerpo de su hermanito y hacia cosquillas, este se reía y se lanzaba en sus brazos. Durante estos momentos no hice intervención alguna. Solo me pude detener lentamente a admirar cuan buena era la relación de estos dos hermanos, donde sin duda alguna Carlos es una figura muy importante y de amor para su hermanito.
En Carlos se puede, apreciar en otros momentos del proceso,
ese movimiento psíquico donde genuinamente disfruta colaborar,
interesándose en los demás y sintiéndose útil, ya que se siente capaz
de ofrecer su ayuda de forma tal que ya no es una obediencia a las
ordenes y mandamientos de su madre o de la institución. Esta
manera de colaborar, refleja la capacidad de reconocer al otro,
sintiendo un genuino interés por lo que hacen y son realmente las
otras personas, disfrutando el contacto con otros niños, cuidándolos
y jugando con ellos, de manera que se siente un objeto confiable,
bondadoso y capaz de cuidar al otro, tal como lo hace con su
hermanito. Este movimiento evidenciado en Carlos, es un avance
importante en su manera de vinculación con los objetos, pudiendo
ver sus necesidades, reconocerlas y atenderlas de forma apropiada,
demostrando claramente la importancia de las relaciones
significativas que permiten ver en el otro algo de sí mismo, unidas a
experiencias repetidas de contención y de un objeto que presta
atención. Esto se puede apreciar claramente en una sesión donde la
terapeuta llega a la institución y lo encuentra con un bebé en los
brazos, a lo que éste le comenta que es el bebé de una señora que
también vive allí, y que se lo estaba ayudando a cuidar, pero que
130
igualmente se lo va a entregar para poder subir al consultorio.
Posteriormente a esto, la terapeuta indaga sobre lo que le hace sentir
el estar con los otros niños, a lo que él responde: “Pues, no sé… es
rico, porque también estoy ayudando y eso me hace sentir bien…”
haciéndose con esto evidente de alguna manera, como se va sintiendo
capaz de ayudar y abrir un espacio dentro de él donde los demás
también puedan encontrar alguien con quién contar al menos para
jugar o recibir cuidados y protección.
A diferencia de las primeras sesiones, al final del proceso, se
puede ver como Carlos puede reconocer el dolor y la fragilidad del
otro, lo que nos permite pensar en que existe por momentos la
capacidad de sentir y contactar aspectos suyos dolorosos y su
capacidad de iniciar alguna reparación en los demás. Uniendo esto al
cambio que se percibe en él, donde se siente más energía y vitalidad
en su discurso y comportamientos. Esto se hace evidente al mostrarle
a la terapeuta dibujos que realizó, que si bien seguían siendo copias
de imágenes, en estas había un tono diferente en su significado,
donde se podían ver rasgos que las diferenciaban como el color,
movimientos y expresiones faciales de sentimientos.
En los siguientes extractos de sesiones finales del proceso de
psicoterapia con Carlos se puede apreciar la capacidad de expresar
claramente lo que siente, a través del lenguaje escrito. En la primera
viñeta, se expresa cómo la respuesta a la rabia y sentimientos de
malestar tras sentirse atacado dentro de la institución, ahora es
expresada de una manera distinta a como quizás hubiera respondido
en otras ocasiones, donde probablemente no lo hubiera manifestado
o se hubiera dejado llevar por sus impulsos (golpes, insultos). Carlos
redacta una carta donde pone de manifiesto sus sentimientos y lo
131
que piensa acerca de la situación actual que se vive dentro de la
institución.
¡Ya sé! Señores del Club Michin: el motivo de esta carta es para que sepan lo que sucede en el hogar casa Leonor. El maltrato que se está dando, que nos prometieron que llegando al Hogar Michin no habría maltrato y no se está cumpliendo. Por ejemplo: en una casa con una familia hay maltrato, uno de sus acudientes de la familia lo habla con la policía y la policía ordena protección a la familia. Los mandan a un hogar y en ese hogar también hay maltrato por decir los hermanos de esa familia son maltratados física y verbalmente por otros niños del hogar. Les pegan y hay palabras obscenas y no les dicen nada, ni la mamá, como si uno estuviera jugando. Atentamente: Carlos.
Posteriormente la terapeuta indaga sobre lo que él cree que
pasará tras la escritura de dicha carta y Carlos refiere que quizás no
se den cambios, pero se expresa de tal manera que se puede pensar
que en su pensamiento empieza a existir la reflexión, cuando dice lo
siguiente:
Claro, es que es muy difícil, pues yo no quiero que pasen por lo que yo pasé, y por eso trato de aguantarme y controlarme para no responder con violencia, pero es que se que va a llegar un punto donde quizás no me aguante y vaya y le caiga a golpes a ese niño, además es que es un mal ejemplo, es grosero, yo a veces le digo las cosas y me hace gestos con las manos y me dice palabras obscenas. Es difícil aguantarme eso, por eso prefiero encerrarme en mi cuarto.
Para finalizar se puede decir que en Carlos durante el proceso
de psicoterapia, se pudo apreciar un movimiento en su manera de
132
funcionar bidimensional hacia la entrada a un espacio
Tridimensional, esto generado por dos elementos fundamentales en el
proceso, los cuales fueron en primer lugar, la experiencia con la
terapeuta de la cual recibe una mirada distinta y un reconocimiento
genuino. Siendo ésta a su vez contenedora, brindándole a Carlos un
espacio terapéutico en el cual poder hablar, depositar sus ansiedades
y contenidos, y por momentos elaborar sus experiencias vividas,
generándose una atmósfera nueva de protección y contención que le
permitió pensar sobre sus actos y experiencias pasadas. Y en
segundo lugar, la relación de Carlos con su hermano menor, donde
éste buscaba genuinamente protegerlo y brindarle los cuidados
necesarios, de manera que no corriera el peligro al cual él estuvo
sometido.
3.3. Daniel, el crecimiento psíquico a partir de la experiencia
emocional
Daniel es un paciente de 16 años, alto, de contextura gruesa,
piel trigueña, ojos y pelo color marrón, su vestimenta durante el
proceso psicoterapéutico casi siempre fue con el uniforme escolar,
siempre impecable. Durante los primeros meses, aproximadamente 6,
siempre estaba cubierto de una chaqueta enorme, que daba la
impresión de estar adherida a su cuerpo. El paciente, asiste a
psicoterapia por remisión de la psicóloga de su colegio. El motivo de
consulta que expone en la entrevista es: “La psicóloga del colegio me
dijo que tenía que venir para que me trataran mi timidez”, “es que no
quiero ser tan tímido, quiero poder exponer en clase, los días que me
toca exponer no voy a clase”.
133
Daniel es el menor de tres hermanos. Vive desde hace 5 años
con su hermano Manuel, quien tiene 19 años. Su padre vive en
Bogotá, con él no sostiene una relación muy cercana, Daniel
escasamente se comunica con éste cuando necesita dinero, pedido al
que su padre casi nunca responde. Su madre vive en Estados Unidos
desde hace 5 años, durante este tiempo ha venido a Colombia una
sola vez durante 15 días, el año pasado en Diciembre. Su hermano
mayor, vive desde hace 8 años en Estados Unidos, con él no hay casi
ningún tipo de contacto.
La madre de Daniel siempre ha sido el sostén económico de la
casa, ya que el padre nunca se ha ocupado de los gastos y
necesidades de sus hijos. Los tres hermanos son de la misma mamá
y el mismo papá.
La madre de Daniel decide irse a vivir en Estados Unidos,
cuando éste tenía 11 años, porque su pareja (papá de sus hijos) la
maltrataba, la golpeaba y la agredía verbalmente. Después de la
partida de la madre, durante un año, el padre continúa viviendo con
Daniel y con Manuel por petición de la madre, a cambio de pasarle
dinero mensualmente para cubrir todos los gastos y necesidades de
la casa, incluidos los de él.
Al año, empiezan grandes discusiones entre Manuel y su padre,
debido a reproches constantes por parte de Manuel hacia éste, por no
trabajar ni aportar nada para el sostenimiento de la casa. Por las
constantes agresiones y discusiones, el padre se va de la casa sin
avisar y deja solos a sus dos hijos menores de edad en ese momento.
134
Durante los cinco años de ausencia física de la madre, ella se
comunica vía telefónica casi todos los días con sus hijos. Las
actividades cotidianas de Daniel son asistir al colegio, asistir a
ensayos de piano, música y a psicoterapia. El proceso de psicoterapia
con Daniel, se interrumpe por su partida a vivir en Estados Unidos
con su madre.
Al inicio del proceso, se puede ver en Daniel, a un niño juicioso,
puntual en el horario de las citas. En la mayoría de las sesiones se
sentaba, colocaba a un lado de la silla su maleta escolar y sacaba
una agenda, la cual abría y pasaba sus páginas recordando y
puntualizando notas que había hecho durante la semana.
La elección de este caso clínico dentro del marco de esta
investigación, se hace por tener como base, en primer lugar un
paciente con una madre que ha sido maltratada por su pareja, en
segundo lugar, y por ello no menos importante, un adolescente que
ha vivido alejado de su madre por 5 años, quien ha estado presente
económicamente y un padre presente por momentos física y
totalmente ausente en sus funciones paternas, tanto físicas como
emocionales.
En el proceso psicoterapéutico de Daniel, nos enfocaremos en
dos momentos específicos, que permiten ilustrar el movimiento
psíquico que se evidenció durante el trabajo con la terapeuta. En un
primer momento se ilustrará a través de la utilización de viñetas
clínicas de las primeras sesiones del paciente, el estado mental y la
percepción de los objetos más significativos de éste. Y en el segundo
momento, se hará énfasis en la transición del paciente de la
dependencia e indiferenciación con el objeto materno hacia la
135
autonomía e independencia, donde se reconoce como sujeto, logrando
a partir de una experiencia emocional verdadera con la terapeuta,
contactar sus sentimientos y expresarlos.
A continuación, se dará inicio al análisis resultante de la
revisión del material clínico de Daniel, durante las primeras sesiones
de trabajo psicoterapéutico. Durante éste apartado se hará énfasis en
la relación que tiene con sus padres y el estado mental predominante
en el paciente.
3.3.1.
A partir de la separación de Daniel con su madre, su relación
se ha regido por el seguimiento y cumplimiento de un patrón de
reglas, normas y órdenes impuestos por la madre y que Daniel debe
Percepción de Objetos y Estado mental de Daniel
Durante las primeras sesiones de psicoterapia, Daniel a través
de la narración de sus experiencias, puso en evidencia la percepción
que tiene del objeto materno. Con el cual se pudo apreciar la escisión
de las cualidades de los objetos, producto de la separación entre sus
padres y con él. Esta escisión nos hace referencia a la creencia y
percepción de que cada objeto es representante único de cualidades
buenas o inservibles para el sujeto. Un ejemplo claro de ello en este
caso, es la percepción que tiene el paciente de su madre, como un
objeto bueno en su totalidad, idealizado, visto como el único objeto
benefactor y proveedor de las cosas materiales que necesita para la
sobrevivencia, donde no hay cabida para descalificativo alguno o
rasgo negativo que indique lo contrario. Mientras que del padre,
Daniel, percibe un objeto en su totalidad inútil, inservible para él,
que no hace falta, del que en muy pocas ocasiones hace referencia.
136
cumplir en su totalidad para el adecuado funcionamiento de la casa.
Durante los 5 años de ausencia física de la madre, Daniel se ha
encargado por completo del manejo de la casa, como la realización de
pagos, limpieza, compra de alimentos, entre otros. Esta función es
delegada por la madre, en el momento en que, según refiere Daniel,
su hermano no mostraba signos de responsabilidad alguna, y él, con
la finalidad de no causarle problemas y aliviarle la carga desde la
distancia a su madre, empezó a desempeñar dichas tareas.
Se puede pensar en Daniel, como un adolescente obediente,
sumiso, tranquilo y atento a los mandatos de su madre. Los cuales
cumple con firmeza por la dependencia a la satisfacción material que
ella le provee. El paciente, constantemente en su discurso, expresa
que su madre es quién se encarga de que no haga falta nada en la
casa, ya que les proporciona el dinero necesario para sus gastos, así
mismo, en los momentos en que la terapeuta hace señalamientos
sobre sus sentimientos al estar lejos de su madre, este siempre
rechaza el malestar, tristeza, o cualquier sentimiento que pudiera
haber sentido frente a la ausencia de su madre.
La sensación de la terapeuta en las sesiones, es de estar frente
a un niño, que se encuentra adherido a las cualidades superficiales
de su madre. Que no existe diferenciación alguna entre ellos, ya que
por momentos el refiere no sentirse separado de su madre, y hace
alusión a lo que ella manifiesta “siempre estamos unidos”. En la
relación con la madre, Daniel, solo reconoce y admira las cualidades
buenas y la satisfacción material, dejando de lado su emocionalidad,
no reconociendo sus necesidades psíquicas. Esta característica del
paciente en relación con su madre, se puede ver ilustrada en las
siguientes viñetas, extraídas del material clínico de las sesiones
137
realizadas con él. Esto puede ser una estrategia para conservar el
objeto a costa de la anulación de dimensiones importantes del sí
mismo.
“P: pues que no, mi mamá se fue porque se tenía que ir… ella es muy buena mamá… solo que las circunstancias la llevaron a irse de la casa… pues no quedaba de otra…”
P: pues bien… solo que no creo que estemos separados del todo… así como ella dice, siempre estamos unidos y por eso nos llama y nos cuida, incluso desde allá…
“P: no nos podía llevar, ella se fue y luego nos llamó y habló con nosotros… nosotros la entendimos…”
“P: pues no sé… pero ella nos manda el dinero que se necesita en la casa… nos llama… está pendiente de que no nos haga falta nada…”
“P: ella vive en New York, vive allá con mi hermano mayor, o bueno, viven en la misma ciudad, pero no juntos…. El se fue un año antes que ella… yo creo que él le contó cómo eran las cosas y por eso ella decidió irse para allá, porque allá todo es muy bueno…”
“P: si, es que pobrecita mi mamá, yo no sé cómo se aguantó a mi papá.”
“P: es que el estar allá era para mantenernos a Manuel y a mí… y bueno a mi papá en algún tiempo…”
“P: por el colegio, ellos se dieron cuenta hace dos años que yo vivía solo, y entonces me iban a mandar con el bienestar, y mi mamá llamo a mi tía y le dio plata para que se hiciera cargo…”
“P: Jaja… pues, es que ella siempre nos ha dicho que no le ocultemos las cosas, y pues solo nos pregunta y no veo por qué mentirle u ocultarle algo…”
138
Se puede apreciar el significado que tiene para Daniel, su
madre, de quién se expresa constantemente haciendo referencia a
todo lo material que provee y necesidades físicas que satisface. Así
mismo, el paciente hace grandes esfuerzos por defender al objeto en
todo momento, negando la tristeza y soledad, que siente a veces, al
vivir separado de la madre, a quien a parte de buena y bondadosa, la
percibe como una mujer fuerte, por haber estado al lado de un
hombre como su padre, objeto que pasaremos a describir a
continuación.
En los pocos momentos que Daniel hace alusión a su padre,
deja ver el concepto en el cual lo tiene, como un hombre que aunque
no es malo, no tiene ninguna cualidad buena, viéndose como no
espera nada de él; lo percibe como un objeto inservible, inútil e
insignificante. Para ilustrar esto, a continuación se exponen tres
fragmentos extraídos del material de las sesiones en donde se hace
evidente la relación con su padre.
“T: ¿qué circunstancias fueron esas que llevaron a tu mamá a irse? P: pues las peleas con mi papá, ellos vivían peleando, era muy molesto… siempre vivían bravos… ¡Mi mamá se canso y lo dejo!”
“P: pues es que, quizás el no sea malo… pero si es la embarrada… el no trabaja casi nunca, le salen cosas de vez en cuando, y no vive bien, no está pendiente de el mismo, y pues así como pedirle que esté pendiente de nosotros. T: cosa que quizás te hubiera gustado. P: no, así hemos estado mejor… con él, el tiempo que estuvimos fue peor, pues se lo pasaba metiéndose con mi hermano y conmigo. T: ¿por qué crees que pasaba eso? P: mi mamá decía que era por desquitarse con nosotros el que ella se había ido… que no le paráramos… pero bueno, en realidad conmigo no se metía,
139
vivía era peleando con Manuel, hasta se cayeron a golpes un día… solo veía…”
“P: no, no es eso… o quizás sí, porque me molestan, me ponen a llevarle eso a mi papá para que los firme, y pues imagínate, conseguirlo a él es una mamera. T: es como un papá que está perdido… P: el siempre está ocupado…. mi representante legal es mi tía, pero ella siempre trabaja, y pues ni para qué decirle, con sus cosas ella tendrá, además eso es solo un papel que se firmó para que no me metieran en bienestar familiar.”
Con estos fragmentos, se puede ver claramente, el significado
que tiene para Daniel, su padre. Él sabe que es su progenitor, pero
no siente nada por él, así como tampoco siente que le haya dado algo,
es la concepción en el psiquismo de un “padre inútil”, una persona
ausente, desinteresado, desentendido de todo lo que tenga que ver
con sus hijos. La percepción que Daniel, muestra de su padre es de
ser una persona indiferente, incapaz de luchar por el bienestar de
sus hijos, un objeto parásito.
En la relación entre Daniel y sus padres, se puede apreciar el
lugar en el queda un adolescente tras el desencuentro con el objeto
materno y paterno, uno presente psíquicamente pero ausente
físicamente y otro, presente físicamente y ausente psíquicamente, con
cualidades extremas, pero que de igual forma, no reciben nada de su
hijo, por la incapacidad que tienen de contener sentimientos.
Aparentemente, no existen espacios mentales en los padres, en los
cuales poder recibir o pensar en las emociones.
Para comprender el efecto ocasionado por ese encuentro, en el
psiquismo de Daniel, es pertinente hacer alusión a la característica
del objeto materno, que probablemente es la determinante de la
manera de funcionar del paciente.
140
A través del discurso de Daniel y su análisis del material
clínico, actualmente se puede apreciar en la relación de Daniel con su
madre, la función de Reverie parcial del objeto materno, la cual es
planteada por Bion (1962), ejemplificada al mostrar la relación de la
madre con su bebé, haciendo referencia a la capacidad de ésta al
devolverle a su hijo la experiencia emocional sin metabolizar
(elementos beta) en forma de pensamientos adecuados para ser
contenidos y pensados por él (elementos alfa). Bion, la llama reverie
en alusión al estado mental requerido en la madre para estar en
sintonía con las necesidades del bebé. El autor plantea que sí
existiese una falla en la madre para cumplir esta función, siendo
incapaz de metabolizar la experiencia emocional, es decir
devolviéndola en forma beta, la madre produciría un bebé psicótico.
Por supuesto, en este caso solo utilizamos esta función descrita por
Bion, actualizándola al momento en el que el paciente se distancia de
su madre, no implicando que su madre no haya cumplido esta
función en los primeros años de vida del niño.
Bion (1962), prefiere utilizar la palabra reverie en lugar de otras
más usuales, como cuidados maternos, porque con su elaboración
pretende alcanzar un nivel más abstracto, mas subjetivo. Ya que la
expresión “cuidados maternos” sugeriría los aspectos facticos de la
crianza, carente de resonancia emocional; y lo que Bion desea
enfatizar es ese aspecto, el contacto emocional intersubjetivo que da
significado a la relación madre/niño. (Etchegoyen, 1986)
Tomando como punto de partida la carencia de la función de
reverie en la madre, para el análisis del funcionamiento de Daniel,
podemos continuar el camino desde la perspectiva de Bion (1962), al
explicar algunos cambios que se pueden generar en el psiquismo del
141
niño, cuando en la relación madre-bebé falla la función de
contención.
En cuanto al problema de las relaciones objetales, Bion,
haciendo referencia a sus componentes, es decir, el contacto con lo
material y la relación emocional con la madre, plantea la existencia
de una disociación entre dichos componentes, en donde se suprime
la relación emocional con el objeto y persiste lo material concreto,
fáctico, la cosificación del vínculo, a lo que Bion (1962) denomina
"splitting forzado".
En la vivencia de splitting forzado, el niño acepta el alimento de
la madre, pero niega la experiencia emocional, por eso es que, hemos
unido la carencia de la capacidad de contención en la madre de
Daniel, con la vivencia en el niño del splitting forzado de manera
pasiva, ya que la madre es quien realiza el splitting e introduciéndolo
en el niño, al darle cosas materiales, dinero y satisfaciendo sus
necesidades físicas, negando la necesidad de afecto. El paciente
rechaza todos los afectos para poder existir. La escisión se puede ver
en el predominio de la acción versus el predominio del vínculo
afectivo.
Bion (1962) planteó, que el splitting forzado, puede apreciarse
en adultos voraces, insatisfechos generalmente, insaciables, sólo
afectos a lo material, características principales que nos conducen a
ilustrar cómo en Daniel se puede ver la vivencia de un splitting
forzado.
A continuación unos fragmentos del material clínico de Daniel,
en los cuales se puede observar cómo en él, no existe un
reconocimiento de las emociones, solo percepciones corporales o
142
superficiales de las cosas y objetos, predominando en él la
importancia de la satisfacción de las cosas materiales, unido esto a
las cualidades que percibe de su madre, descritas anteriormente,
como el objeto bondadoso, que llena de cosas, satisface sus
necesidades físicas y por eso es tan importante y significativo para él.
T: es como si estuvieras un poco triste. P: ¿Triste?... no… es más bien como acalorado, ahogado, ¡me duele la espalda! T: sí Juan David, aparte de poder observar que te sientes mal por la gripa, que sientes al saber que nadie se puede ocupar de tí, y cuidarte mientras estas enfermo… P: pues que nadie me cuide no me importa, eso no me da tristeza, ya que siempre ha sido así… mi mamá se fue desde hace mucho tiempo, y pues el tiempo que tuvimos a mi papá, el no estaba en la casa y siempre cada quien tuvo que ocuparse de sus cosas… es costumbre. T: Sin embargo, ¿te hubiera gustado que alguien se ocupara más de tí? P: Es que, sí, mi mamá ha estado pendiente de nosotros, nunca ha dejado de llamarnos, ella siempre nos pregunta que como estamos, y nos manda el dinero.
Aquí se puede apreciar la negación o rechazo al planteamiento
de la terapeuta sobre la tristeza que percibe en él, volcándose a
hablar sobre las sensaciones corporales que tiene al estar enfermo.
Así mismo, se puede ver como se manifiesta la costumbre de recibir
cuidados y atenciones, donde el objeto paterno inútil, no cumple sus
funciones y la función de la madre se encuentra disociada.
En los siguientes fragmentos, se ilustrará la importancia de lo
material para Daniel, así como la cualidad de complacencia física,
superficial que éste recibe de su madre.
“T: ¿qué es el todo que te ha dado tu mamá? P: Pues todo… estudio, hogar, vivienda, comida, salud (eps), y un perrito”
143
“P: Pues yo quisiera ser administrador de un equipo de fútbol o administrador de empresas, aunque también pensé en finanzas… pero no sé, es que de lo que sí estoy seguro es que quiero ser mi propio jefe, no quiero andar dependiendo de nadie, eso me parece tenaz… ¡algo que me de mucho dinero!”
“P: jajaja… es que quizás sí, pues ya estaba bueno de que todo fuera yo… pero pues la canción me emociona mucho… a veces pienso si la música es lo que quiero para mi vida, pero pensándolo mejor, no, es muy duro… por lo menos mis pensados son algo que tenga que ver con la platica directamente. T: ¿qué significa la platica para ti? P: Pues mucho, el dinero es muy importante, ya que con dinero uno puede lograr muchas cosas… sin dinero no hubiera podido estudiar, ni tener lo que tenemos… mi hermano y yo somos los que mejor estamos de la familia, ¡eso por el dinero!”
“P: mi mamá no nos ha dejado faltar nada.”
“P: si, allá en Usa hay muchas oportunidades de hacer dinero…”
“P: pues sabe que desde el otro día que hablamos sobre las cosas a las que tendría que regirme por mi mamá si me voy a Usa, me puse a pensar que quizás siguiendo aquí las cosas no son tan malas… pues igual me seguiría enviando dinero para cumplir y yo estaría en la universidad”
Se puede apreciar la evitación de los afectos en Daniel como
mecanismo de defensa para preservar al objeto materno. Así mismo,
la percepción de Daniel de sus padres, escindidos totalmente, una
madre buena y un padre malo, inútil, lo que sin duda es una realidad
presente en el funcionar de ellos, llevando a que Daniel tenga muchas
dificultades para construir un objeto integrado, surgiendo en él
notablemente lo que planteamos hipotéticamente como la vivencia
144
pasiva de un splitting forzado realizado por la madre, ya que es el
único objeto realmente presente y que no lo dejará morir de hambre,
porque el padre desaparece por completo en la realidad y en el
psiquismo del paciente, volcándose a la sumisión de lo que diga la
madre, para no quedar desamparado.
Con esto, damos cierre al primer momento de análisis del caso
de Daniel, donde vimos la relación con sus padres, la percepción que
tiene de ellos y como la presencia de la función de reverie-parcial en
la madre, quien solo concibe la necesidades materiales de los hijos y
a partir de esta mirada parcial de la madre se da la acción del
splitting forzado pasivo que recae sobre el niño.
La vivencia pasiva del splitting forzado en el niño hace que éste,
al igual que la madre, rechace la capacidad de sentir y tener una
experiencia emocional verdadera, evidenciando en él, como la
insatisfacción de la necesidad de amor, comprensión y desarrollo
mental se desvían hacia deseos de bienestar material intensificado,
que se convierten en una excesiva y mal dirigida voracidad. A
continuación, en el segundo momento de desarrollo analítico del
caso, se explicará el movimiento psíquico que tuvo Daniel, a partir del
trabajo psicoterapéutico, donde encontró en la terapeuta la función
continente, un espacio terapéutico donde depositar sus ansiedades,
angustias y pensamientos, diferenciándose del objeto materno, lo que
lo llevó a lograr la autonomía e independencia, donde se reconoce
como sujeto, logrando a partir de una experiencia emocional
verdadera con la terapeuta, contactar sus sentimientos,
expresándolos, posibilitando el crecimiento psíquico.
145
4.3.2. La función continente de la terapeuta como posibilitadora del
crecimiento psíquico
En el inicio del proceso psicoterapéutico de Daniel, la terapeuta
veía en él a un adolescente muy tranquilo, sumiso y lleno de una
gran inseguridad, que aunque él la manifestara como timidez, era
algo que la terapeuta podía percibir. Durante las primeras sesiones la
terapeuta se encontraba muy inquieta porque sentía que a pesar de
que Daniel asistía a las sesiones como una tarea más que le habían
asignado, era curioso no encontrar en su discurso malestar alguno,
ante una vida tan solitaria, aburrida y cargada de responsabilidades,
como la que él le había relatado. La terapeuta en este caso sentía el
malestar que el niño no aceptaba sentir. Sin duda alguna, se pone en
evidencia la creencia y juicio de valor de la terapeuta, de que la
madre al estar lejos, abandonó en parte a su hijo, lo cual implicaría
que el paciente sintiera malestar. En muchas ocasiones la terapeuta
intenta mostrarle estas percepciones que ella tenía, indagando sobre
sus sentimientos, malestares, o angustias ante el hecho de vivir solo
porque su madre se había ido, lo cual el paciente siempre rechazaba.
Entonces surgió la inquietud sobre hasta qué punto solo debía
limitarse a escuchar, ya que en el mundo del paciente no había
cabida para cuestionar las acciones de la madre, que era quizás de
una manera incierta, el único objeto bueno que este tenía, entonces,
decidió continuar escuchando, siguiendo un poco los preceptos de
Bion, de no memoria, no deseo, simplemente con la actitud de
acompañarlo en las sesiones y permitir que hablara. Cosa que
comúnmente se le dificultaba con las personas en su entorno.
146
La función de la terapeuta, que intento mostrar es aquella a la
cual Meltzer hace referencia, cuando habla sobre la función del
analista, durante el proceso psicoanalítico. Esta función que cumple
la terapeuta, es la de contener, la de ser un continente modulador de
las ansiedades y contenidos del paciente.
La actitud de receptividad y disponibilidad de la terapeuta
durante el proceso psicoterapéutico con Daniel, permitió que surgiera
la posibilidad de expresión emocional, ya que el paciente contó con
un objeto disponible para que lo no dicho, lo no expresado y muchas
veces no sentido, tuviera lugar. Es básicamente la presencia de
alguien, que se encontró dispuesto a brindar la posibilidad de pensar
y de ofrecerse además como un modelo para ser introyectado en
términos de la posibilidad de cumplir la función de procesar la
experiencia emocional.
Durante la psicoterapia de Daniel, se puede decir que él siente
que la terapeuta deja que se vayan dando las cosas, que siempre está
ahí, dispuesta a escucharlo. Se puede decir que el paciente por
primera vez se siente reconocido. Hay alguien al otro lado capaz, de
escucharlo, mirarlo y por momentos de comprenderlo, que no se
asusta con su dolor y que no espera de él un comportamiento de
adulto. El simple hecho de sentirse escuchado, le ofrece un vínculo
que en ese momento no tenía y que había perdido, vínculo necesario
para el crecimiento psíquico.
La actitud de la terapeuta de apertura y respeto de lo propio del
paciente, permite que lo genuino de él emerja, llevando a que se diera
lugar, poco a poco a lo que Meltzer (1986) describe como experiencia
emocional, como el encuentro con la belleza y misterio del mundo que
genera conflicto entre L, H y K y –L, H y –K, es decir el encuentro con
147
posibilidades para generar sentido coherente a las relaciones intimas
o destruir su significado.
En los fragmentos de material clínico, expuestos a
continuación son apartes de las últimas sesiones de psicoterapia con
Daniel que dan cuenta de la condición psíquica que queremos
señalar.
P: Pues, ésta es la canción que me toca ensayar, para ver si incluimos a un primo en el grupo… ahhh, es que se me había olvidado contarle, ayer nos levantamos bien temprano y nos fuimos a casa de mi abuela, allá estábamos todos los nietos, mis tías, tíos y mis primos, entre todos preparamos un desayuno enorme… ella estaba en misa y al llegar se emocionó toda… estuvimos allá todo el día, y pues en la tarde nos pusimos a ensayar con la banda, y un primo nos dijo que quería también entrar, vamos a hacerle algunas pruebas… jajaja… T: ¿Y por qué te causa tanta gracia el hecho de hacerle pruebas? P: Pues porque lo que vamos es a mamarle gallo un ratico, porque pues igual vamos a dejarlo que entre, pues es de la familia.
En este fragmento, se pudo apreciar una mayor integración con
su familia, a la cual rechazaba y con quienes anteriormente no tenía
casi ningún tipo de contacto. Por otra parte, vemos a un joven en
tareas de joven y no de adulto, lleno de responsabilidades. Se
divierte, juega, hace música con gusto, bromea…
“P: yo reconozco que a veces he sentido mucha rabia porque mi mamá no está…” “P: me gusta la libertad que poco a poco he ido consiguiendo con mi mamá… ya no es como antes que tenía que hacer todo yo solo… eso me molestaba mucho… ahora siento que la responsabilidad al hacer las cosas es solo mía,
148
y el hacerlas o no, solo es mi decisión y no afecta a nadie mas que a mí lo que decida.”
“P: sí… aún a veces pienso en esas cosas, pero me gusta más cómo poco a poco he logrado zafarme de mi mamá, porque aunque no lo quise ver, siempre estuvimos pegados, si bien ella mandaba todo y nunca nos ha faltado nada, siempre estuvimos aquí solos, con ella desde allá tratando de que estuviéramos bien… T: siempre estuviste solo aquí, pero aun así, al estar tu mamá desde allá dirigiendo, fuiste muy responsable. P: si, es así, tu sabes que es mi súper mamá, porque aunque no logro por momentos entender por qué no regresó, sé que en el fondo solo quería que no nos faltara nada…” “T: He estado practicando lo que haré o diré a mi mamá cuando venga a mi graduación. T: y… ¿para que practicar?, ¿acaso tendrías algo específico que decirle? P: pues no… pero…. ó si… ¡que me hizo falta! que me gusta que esté aquí para poder abrazarla… la quiero abrazar, porque el año pasado que vino a visitarnos, no me dio un abrazo… T: le vas a demostrar cuánto la has echado de menos…. siendo expresivo con ella, quizás como ella no lo fue contigo… P: es que ella es así… sabe, yo no recuerdo ningún abrazo ni nada cariñoso así de ella, ni de nadie.”
En estos fragmentos de sesión con Daniel, se puede ver cómo la
madre le ha negado la posibilidad de expresar el afecto, quizás
porque siente que el afecto los destruiría, pero especialmente es como
si el expresar el afecto fuera demasiado para ella, lo cual se puede
inferir por la incapacidad de abrazar a su hijo en la visita que le hizo
un año atrás.
La tarea de la terapeuta fue ayudarle a experimentar cómo las
emociones no lo destruyen sino que lo liberan, permitiéndole hacer
una integración entre lo afectivo y el cuidado material.
149
Al final del proceso psicoterapéutico se puede apreciar cómo
Daniel reconoce en él sentimientos de malestar, como la rabia que
refiere sentir por la separación de su madre. Así mismo, reflexiona
sobre la diferenciación y autonomía que ha logrado con su madre, a
quién reconoce ahora como un objeto protector pero distante a él. A
pesar del reconocimiento de la distancia física de su madre,
manifiesta sentir gratitud hacia ella por las cosas materiales que le
ha dado. En el último fragmento, se puede apreciar la expresión de
su necesidad de contacto físico afectivo.
Estos movimientos hacia el reconocimiento y diferenciación de
sus sentimientos, se pudieron lograr gracias a la experiencia
emocional vivida por Daniel, en el encuentro con la terapeuta, como
objeto continente, lo que permitió la transición de la dependencia
hacia la independencia, autonomía verdadera, del objeto materno,
logrando la diferenciación con éste. Esta independencia o
desligamiento de la madre, no es literalmente de manera absoluta y
extrema, sino es la nueva experiencia dentro de él, de tener un objeto
vivo, con cualidades buenas y no tan buenas, pero que puede aceptar
y tolerar. No la percibe entonces, como en momentos anteriores,
perseguidora, coartadora de su libertad, o idealizada, a la que no
puede decepcionar y que tiene que cuidar, como el único objeto
posible, sino como una madre con la que puede dialogar, sin temor, a
ser juzgado o a causar algún tipo de incomodidad.
Para Bion (1974), el crecimiento de la mente depende de la
capacidad de pensar acerca de las experiencias emocionales. Con
esta premisa planteada por el autor acerca del crecimiento psíquico,
es que se puede decir que Daniel, a partir de la experiencia emocional
150
vivida en el trabajo con la psicoterapeuta, logró el reconocimiento de
sus emociones y sentimientos, pudiendo pensar en ellos y expresarlos
sin dificultad, lo cual es un indicador de crecimiento psíquico.
151
4. REFLEXIONES FINALES
4.1. La condición del desarrollo psíquico y el maltrato
El presente trabajo se inscribió dentro de la línea de
investigación en Desarrollo Psíquico porque se considera de gran
importancia dar a conocer el impacto que tiene en el psiquismo de
niños y adolescentes el maltrato, la manera cómo los hechos de
violencia inciden en el funcionamiento psíquico y generan una
alteración en el desarrollo normal del sujeto.
Durante la realización del proyecto, se exploró la manera cómo
el psiquismo de niños afronta el maltrato del cual han sido víctimas,
a través del análisis de los protocolos recogidos en sesiones de
trabajo psicoterapéutico. Se partió inicialmente de la inquietud y
necesidad de aclarar el fenómeno del maltrato por parte de la
institución que acoge a las mujeres y a sus hijos y por parte de
profesores y estudiantes de la Maestría en Psicología Clínica, que
tenían a su cargo la atención psicológica, interesados en crear, con
los participantes, comprensiones sobre sus vivencias de maltrato.
Finalmente se buscaba explorar las condiciones psíquicas de los
niños, con la finalidad de pensar, ampliar y ajustar las formas de
acercamiento a estos fenómenos y a las personas que lo sufren.
Al momento de iniciar las sesiones con los niños remitidos a
psicoterapia, se encontró que no solo han sido espectadores de
situaciones de violencia contra sus madres, sino que han sido
152
víctimas de maltrato y abuso por parte de personas de su misma
familia.
En los tres casos de estudio de esta investigación, se
encontraron tres situaciones distintas de maltrato infantil. En ellas
se puede observar que dependiendo de la magnitud o dimensión de la
agresión y la estructura mental de la víctima, las reacciones frente al
maltrato y sus consecuencias son diferentes.
En las tres experiencias, el trabajo psicoterapéutico giró en el
ofrecimiento de un campo propicio para que los niños pudieran
construir, reconstruir recuerdos, expresar fantasías y desarrollar
formas expresivas creativas sobre sus experiencias. Sin embargo, este
trabajo mostró que en ciertas ocasiones el impacto de las
experiencias traumáticas producidas por distintas formas de maltrato
al menor dificultan e inclusive impiden su reconocimiento, ya sea
porque de manera inconsciente se evita el contacto con las mismas,
porque tales elementos traumáticos profundos no son verbalizables, o
porque el impacto sobre la mente del terapeuta le dificulta captar de
manera completa las vivencias y eso hace que el terapeuta se quede
en un plano superficial. Por el contrario, si el material y contenido de
lo que presenta el paciente en sesión puede ser aprovechado y
comprendido por el terapeuta, con el apoyo de las supervisiones, es
posible realizar una intervención que le permita al niño comprender y
elaborar sus experiencias de manera que pueda lograrse desentrabar
el desarrollo psíquico del infante agredido.
El trabajo terapéutico realizado con estos pacientes y el análisis
posterior del material clínico, muestra claramente que a partir de una
experiencia emocional de contención, se abre un espacio para pensar
de manera diferente la violencia y el maltrato, ubicando la
153
responsabilidad en el objeto maltratante y liberando al niño de
miedos invasivos y culpabilidades persecutorias.
En el caso de abuso sexual de un infante, se pudieron observar
las estrategias a las que el niño recurre con la finalidad de sobrevivir
al trauma ocasionado por el abuso sexual ocurrido dentro de un
contexto social que sin duda alguna, propicia situaciones de esta
índole. Se puede apreciar en la experiencia de Estrella, al ser
abusada por su tío, como este hecho no ha causado aparentemente
ningún tipo de sufrimiento o queja derivada de tal experiencia,
mostrando de manera superficial un funcionamiento que no parece
llamativo de ninguna forma. Lo anterior se enmarca en el hecho de
que la forma de responder a estos hechos por parte de la niña es
producto de un tipo de funcionamiento más general de todos los
miembros de la familia, donde la transgresión, el abuso, la violencia y
la sexualidad perversa están presentes de forma cotidiana en la
atmósfera familiar, al tiempo que se ocultan de la luz pública. Se
comenten acciones perversas e indebidas socialmente, pero todo esto
queda tapado, ocultado, por el temor quizás a ser penalizados o
socialmente rechazados, o simplemente para proteger el adulto
agresor.
Como se mencionó en los resultados presentados sobre
Estrella, este tipo de funcionamiento familiar corresponde al descrito
por el modelo Harris-Meltzer (1990), lo que muestra la necesidad de
entender la problemática del abuso desde un marco social y cultural
más amplio y no sólo desde el problema de un abusador y un
abusado o víctima, introduciendo las dinámicas de funcionamiento
familiar y de los esquemas socio-culturales que favorecen y fomentan
estos comportamientos. Harris-Meltzer consideran que la familia
154
invertida se caracteriza por el rechazo a las emociones, al
reconocimiento de los sentimientos y al pensamiento reflexivo, al
tiempo que se ocultan las cosas que suceden, se disfraza la verdad,
prima el desorden, el amontonamiento de basura, la trasgresión de
los límites entre las personas, donde el daño y el abuso conviven
solapados, como si no fueran visibles por algunos integrantes de la
familia.
En ambientes familiares confusos, donde predomina como
funcionamiento la inversión de los roles y valores sociales en sus
miembros, como en el caso de la familia de Estrella, se utiliza el
acercamiento afectivo como puerta de entrada para seducir al otro,
produciendo una gran confusión en la persona que es introducida en
esta dinámica de relaciones, valores, formas de satisfacción, que bajo
la máscara de diversión esconden el abuso y el maltrato.
Cuando el maltrato ocurre de manera consecutiva y violenta y
el sujeto cuenta con pocas posibilidades de recurrir a un objeto
protector, es corriente encontrar un daño en el aparato anímico que
como en el caso de Carlos, se aplana el espacio psíquico, con la
consecuente limitación de las posibilidades de intercambio fructífero
entre el adentro y el afuera del sujeto. Esta forma de funcionamiento
acarrea limitaciones importantes sobre la manera como se concibe el
tiempo, y las características que rigen a las relaciones y al mundo en
que se habita. Lo más llamativo es el trastorno en el pensar y en la
construcción de pensamientos, que hace que en lugar de darse
elaboraciones reflexivas sobre el sí mismo, los demás y lo que
acontece, toman prestado historias del entorno y de caricaturas,
elementos con características omnipotentes que permiten la
sobrevivencia utilizándola para recubrirse con estas construcciones
155
fabulizadas que esconde la ausencia de un sí mismo estructurado, tal
como se ve en el caso de Carlos.
El estrechamiento del psiquismo en Estrella también está
presente, pero en este caso debido a la forma como la niña fue
introducida en la atmósfera de excitación sin límite por un sujeto
adulto abusador, que produce en ella una incapacidad de diferenciar
entre lo bueno y lo malo, lo permitido y lo prohibido, lo adulto y lo
infantil, creando una escena de confusión, que lleva a Estrella a la
repetición de la forma de engaño del funcionamiento familiar. Esta
condena es producto de la dinámica familiar en la que Estrella es un
nuevo personaje que se une a la trágica comedia del abuso y el
maltrato.
Se puede ver en esta historia una muestra de formas de
organización familiar y social en las que predomina la transgresión, la
mentira, el disimulo, el hacerse el “de la vista gorda” con tal de
obtener alguna ganancia personal. Prima el individualismo sobre el
“social-ismo”, asunto que nos hace pensar en funcionamientos muy
primarios y precarios que se reproducen y repiten de forma
progresiva en este tipo de familia.
Sin embargo, en los casos clínicos estudiados, como el de
Estrella y Carlos, se encontró un elemento esperanzador: la alarma y
búsqueda de ayuda de las madres, que si bien están atrapadas por
dinámicas de sometimiento y funcionamiento similares, ante el
sufrimiento del hijo o la hija, parecieran descubrir la necesidad y la
posibilidad de salvar al menos a su prole. Como si el fuerte vínculo de
amor materno, ante el peligro de sus hijos, hiciera surgir una fuerza
156
de oposición y búsqueda de salida que habría que favorecer. Es
también claro que los recursos maternos en estas condiciones son
efímeros y que si no se les ofrece un apoyo concreto al mismo tiempo
que simbólico, el regreso a esta condición sea el camino repetido que
se recorre por ser el único que se tiene y se conoce.
Todo esto nos hace enfrentar la tragedia de la repetición,
tragedia que pareciera ser el destino que una y otra vez se traga todos
los esfuerzos. Es por esta razón que el elemento de protección y
cuidado presente en madres hacia sus hijos, tras haber vivenciado
situaciones de maltrato, abandono o abuso sexual, puede tomarse
como un factor importantísimo para trabajar, ya que este punto
sería de gran ayuda para comprender y rescatar las partes buenas y
no tan afectadas o perturbadas de estas madres y sus hijos.
En el análisis de los casos clínicos revisados en esta
investigación, se encontró como consecuencia del maltrato físico, una
manera de defensa del psiquismo a la cual recurre un niño con la
finalidad de sobrellevar al dolor y defenderse de la angustia y
perturbación que causa la desprotección física y sensación de peligro
constante con la que viven. Esto se pudo apreciar claramente en el
caso del paciente Carlos, donde se encontró un tipo de
funcionamiento y estado mental cargado de defensas, generado por
las experiencias vividas en su entorno familiar, donde
constantemente era víctima de agresiones por parte de su padrastro y
era un espectador de las agresiones del mismo hacia su madre, lo
que generaba en él grandes sentimientos de impotencia y malestar.
Generalmente el material de las sesiones de Carlos, estaba
constituido por cuentos, historias y relatos cargados de contenidos y
157
personajes fantásticos en los que no existía elaboración alguna, solo
eran repeticiones de imágenes y frases encontradas en su entorno, en
su mayoría, eran relatadas con la finalidad de demostrar o lograr
obtener triunfos, riquezas, bienestar por parte de los personajes
protagonistas de las historietas. A medida que iba pasando el tiempo,
estas historietas y relatos contados una y otra vez, por momentos
iban transformando su significación, y se pudo apreciar el tono
reflexivo y a veces no tan imitativo de los relatos presentes en las
primeras sesiones. Los relatos al final del proceso y la actitud
observada por la terapeuta permitieron pensar en cómo el tono de
queja constante de su discurso había cambiado, a una queja
reflexiva, donde se permitía pensar, por momentos, en las
consecuencias y las acciones que podrían generar. Este movimiento
de gran importancia observado en el funcionamiento de Carlos al
final de las sesiones, es lo que nos permite pensar en cómo la
psicoterapia es un elemento valioso con el cual se puede lograr una
manera de pensar en nuevas formas de actuar en situaciones de
peligro y en nuevas posibilidades para afrontar la vida aterradora que
muchas veces les toca afrontar a estos niños.
En relación con la situación de abandono, como en el caso de
Daniel, se pudo encontrar un funcionamiento de características
distintas a las mencionadas anteriormente. Con el caso de este
paciente se pudo comprender el impacto que tiene en el psiquismo la
experiencia de tener unos padres que al mantener una relación de
lucha constante, opositora e indiferenciada, generan en el
adolescente una incapacidad para hacer integraciones entre los
objetos, debido al funcionamiento tan disociado entre sus padres. En
la actualidad es frecuente que en las formas de socialización se haga
158
énfasis en las satisfacciones físicas, con detrimento de las
emocionales. En estos casos lo emocional se satisface con objetos de
carácter físico. Se observan entonces las dificultades que estos niños
tienen para entender la dimensión emocional propia y ajena, la
expresión de los afectos. Durante la investigación se utilizaron las
ideas de Bion (1980), acerca del splitting forzado, como modelo de
funcionamiento y relación de la madre con su hijo, en la que se
puede ver la relación perturbada con el pecho materno o sus
sustitutos, para la comprensión de la relación de la madre-hijo, en el
caso de Daniel. Bion destaca que el lactante puede recibir del pecho
la leche y demás bienestares corporales, como el amor y la
comprensión, y señala que cuando la iniciativa del pecho de dar es
obstruida por temor a la agresión, propia o de otros, se inhibe el
impulso del lactante para recibir el alimento. Así mismo, el lactante
por temor a la muerte por inanición se ve obligado a succionar, a
tomar el alimento, produciéndose en esa escena una división entre la
satisfacción material y la psíquica.
El movimiento apreciado en pacientes que encuentran en la
terapeuta una persona que escucha y recibe atentamente sus
contenidos es de vital importancia en casos de abandono emocional
como el vivido por Daniel, donde al encontrar la actitud de interés y
receptividad en la terapeuta, se generó en él la vivencia de una
experiencia emocional, donde se sintió reconocido y libre al poder
expresar sus malestares y sintiéndose comprendido por otro que lo
escucha sin juzgarlo ni pretender cambiar o demandar sus actos.
La experiencia compartida con la terapeuta permitió que
Daniel, poco a poco, logrará la diferenciación del objeto materno,
159
reconociendo aspectos propios y de su madre, que en algún momento
no había sido capaz de tolerar, como la rabia o tristeza al sentirse
solo. Se permitió paulatinamente defender y reconocer sus
sentimientos y pensamientos, sin temor a ser juzgado por
expresarlos. Así mismo, reconoció y defendió en todo momento el
objeto materno, sintiendo gratitud por las cosas que le ha dado y
permitiéndose pensar acerca de las razones y posibilidades que
llevaron a su madre a partir.
4.2. Situaciones que promueven el desarrollo de la psicoterapia y
sus limitaciones
En relación con el trabajo psicoterapéutico realizado, se puede
decir que el movimiento, crecimiento, desarrollo o transformación
psíquica se posibilita en psicoterapias a pacientes bajo condiciones
de maltrato, abuso sexual o abandono emocional, donde la labor
requerida, y que es responsabilidad de la terapeuta, de actuar como
receptora de las ansiedades y angustias del paciente, permite hablar
y desahogarse de la rabia, malestar o contenidos no expresados en su
vida.
A lo largo de todo el desarrollo de este trabajo investigativo, se
recorrió un camino en el que constantemente se hicieron
planteamientos y conforme pasaba el tiempo maduraban ideas y
surgían nuevas preguntas, las cuales llevaron nuevamente a
reformular hipótesis y maneras de pensar acerca del funcionamiento
de cada uno de los pacientes atendidos en el marco de esta
investigación.
Algunas veces no es fácil reconocer los errores que se cometen
cuando se hace un trabajo que implica el desarrollo y ejecución de los
160
conocimientos y experiencia adquirida a lo largo de la formación
profesional, sin embargo cuando la experiencia demuestra que el
punto central del verdadero aprendizaje se encuentra en el
reconocimiento, es sumamente importante detenerse en el camino y
revisar detalladamente la labor como terapeutas, reconocer el trabajo
realizado, sin caer en justificaciones, mirando objetivamente los
errores, la forma del trabajo, las limitaciones, los riesgos y las
fortalezas que se tienen para enfrentar un proceso psicoterapéutico
en el que se adentró para explorar y vivir una experiencia con el
paciente, con la finalidad de encontrar junto a él, algo que hasta ese
momento no ha sido descubierto, ha sido rechazado o simplemente
no ha sido comprendido.
Al pensar en las implicaciones del trabajo terapéutico, se
enfatizó en las funciones que debe cumplir la terapeuta en la relación
con el paciente. Las funciones a las que se hace referencia son la
capacidad de contención, la capacidad de comprensión y la capacidad
de interpretación con las cuales la terapeuta metaboliza el material y
contenido de cada paciente en sesión. (Etchegoyen, 1986)
En el desarrollo como profesionales de la psicología, pueden
presentarse situaciones o casos de pacientes que por más que se
intente y se tenga la mejor disposición de trabajo, existen limitaciones
en el psiquismo que impiden realizar un adecuado trabajo
terapéutico.
Cuando se trabaja con sujetos, con historias de vida cargadas
de situaciones intolerables o incomprensibles para el terapeuta se
hace frente a un gran riesgo, como lo es el poder dañar al otro,
dañarse a sí mismo o en el menor de los casos que simplemente no
suceda nada en el paciente, que se pase por encima de los contenidos
161
manifiestos y latentes ocupando simplemente un lugar en el afuera,
sin cumplir realmente una función terapéutica. Cuando se enfrentan
situaciones como éstas con pacientes, y se decide continuar porque el
deseo así lo demanda, en lugar de procurar una transformación,
generalmente lo que se hace es mantener el discurso y las
incapacidades tanto de terapeuta como de paciente en una dimensión
superficial, promoviendo y enseñando maneras de defensa de aquello
que es necesario conocer y comprender, aunque sea difícil, pero que
al final llevaría a una verdadera transformación del pensamiento y
reconocimiento del mundo interno.
En los casos clínicos revisados en este trabajo se pudieron
apreciar, por momentos, las limitaciones con las que se enfrenta la
terapeuta en el caso de Estrella, como el mantenimiento en el plano
superficial, el trabajo de lo externo, donde no se logró ninguna
elaboración psíquica, ni movimiento psíquico verdadero. Sin embargo
en este caso, a pesar del impasse en la psicoterapia, por la dificultad
de acercarse al contenido sobre el abuso sexual, por el terror sentido
por la terapeuta, al sentirse invadida por un material tan difícil de
comprender, se pudo apreciar cómo la empatía y el acompañamiento
a la paciente y por momentos a la madre, permitió abrir espacios
donde se podía demostrar el interés mutuo entre la madre y sus
hijas, lo que hace pensar que posiblemente este espacio llevará, poco
a poco, al reconocimiento y reflexión sobre nuevas posibilidades de
enfrentar la vida.
Así como en la cotidianidad, en las consultas se encuentran
constantemente diferentes estados mentales y personajes, lo que
permite cuestionarse sobre las certezas de las que se hablan cuando
se hace referencia al psiquismo humano. Si bien es cierto, que existe
162
un bagaje inmenso de teorías sobre funcionamientos y estructuras
mentales, cada vez es más claro que como terapeutas se debe estar
en constante análisis personal, ya que en la medida que se tenga un
conocimiento de lo propio y sean enfrentados temores, angustias,
dificultades y capacidades, se podrá ser mejor terapeuta, ser humano
y convertir en un ser responsable y comprometido con la profesión.
Es por esto, que el trabajo realizado con los tres pacientes, aparte de
haber sido una gran experiencia por el aprendizaje que ha dejado y la
labor cumplida con ellos, fue una clara demostración de lo que
constantemente inculcan en la formación en la maestría, ya que
permitió reflexionar sobre ese gran elemento que como personas con
la clara función de ayudar a los demás, se debe cumplir, como lo es el
psicoanálisis del terapeuta.
En el análisis de los tres casos clínicos abordados en esta
investigación, se pudo dar cuenta acerca del impacto en el psiquismo
de los niños del fenómeno del maltrato, si bien cada caso con
especificaciones muy distintas y manifiesto de diferentes formas, en
todos ellos se pudo apreciar que, sin duda alguna, las consecuencias
de vivencias de violencia, abuso y agresión son determinantes para la
alteración del normal proceso de desarrollo psíquico, esto se pudo
apreciar claramente en todo el proceso psicoterapéutico con los
pacientes Estrella, Carlos y Daniel.
Si bien en el caso de Estrella no se pudieron dar, por las
limitaciones de tiempo y la dificultad de la terapeuta en acercarse
abiertamente al fenómeno observado, los momentos necesarios para
un abordaje adecuado de su vivencia de abuso sexual, sí se
produjeron en la relación terapéutica elementos de gran importancia,
como la empatía y receptividad. Estos elementos de vital importancia
163
dentro de una psicoterapia, fueron claves en los procesos de Carlos y
Daniel, con quienes se logró una mayor comprensión de las vivencias
y la función de la terapeuta se encaminó, en mayor medida, hacia el
reconocimiento de sus vivencias, emociones y poco a poco pudo
lograr un pensamiento reflexivo y abrir nuevas posibilidades de sentir
y existir fuera de la violencia y los sentimientos de rabia y abandono.
A partir de los análisis de contenidos encontrados en esta
investigación, como el impacto en el psiquismo de niños y niñas de la
violencia, abandono y abuso sexual y la manera en que a partir de la
inclusión de los infantes afectados en programas psicoterapéuticos,
se abren espacios en el psiquismo, en los que se permiten nuevas
posibilidades de pensamiento o acción, se puede llegar a la
conclusión que en situaciones de maltrato es posible, a través del
abordaje psicoterapéutico, lograr movimientos significativos a nivel
psíquico, de manera que a partir de trabajos de contención, donde se
encuentren los lugares y personas apropiados para sentir, expresar y
por momentos pensar, se logrará un verdadero reconocimiento de la
experiencia y de manera significativa se podrá empezar a pensar en
nuevas formas de actuar en la vida, por supuesto, implicando esto un
aprendizaje a partir de la experiencia.
4.3. Recomendaciones finales
Con el desarrollo de este proyecto investigativo han surgido
hipótesis conceptuales y evidencias clínicas del impacto psíquico
producidas por situaciones de violencia, abuso sexual o abandono
emocional. El material y la reflexión de lo acontecido durante todo el
proceso psicoterapéutico con los pacientes han sido piezas claves
para afirmar que la psicoterapia en dichos casos es fundamental para
164
la recuperación de esas partes que han sido fracturadas en el
psiquismo y en la realidad física de los afectados directa e
indirectamente.
Como se expuso anteriormente, la labor terapéutica es de gran
importancia cuando se trabaja en lugares como refugios, hogares e
instituciones de cuidado a la mujer maltratada, como en el caso de
dos de los pacientes con los que trabajamos, sin embargo, hay que
dejar claro que el trabajo que se realiza dentro de las instituciones
debe ser un elemento más de todo un sistema terapéutico y
asistencial que busque la rehabilitación y la verdadera recuperación
del paciente y de su familia, ya que comúnmente entra todo el grupo
familiar a protección.
Los grupos de familias en situaciones de desamparo tanto físico
como psicológico, llegan a estos lugares huyendo de situaciones
tortuosas, de las que han salido con suerte vivos, en la mayoría de los
casos. Es realmente difícil encontrarse con un mundo diferente,
donde se encuentran expuestos y generalmente son manipulados por
los entes institucionales con la supuesta finalidad de resolver
aspectos legales, que a la final, en muy pocas ocasiones realmente
tienen una solución legal a su favor.
Al pensar en la forma de hacer llegar de la mejor manera las
recomendaciones que se consideran necesarias, es difícil construir
las críticas de forma que la subjetividad no sobrepase los límites de lo
que pueda ser comprendido realmente por los lectores
institucionales. Sin embargo, es nuestro deseo y obligación exponer
las experiencias y el conocimiento que se consideran necesarios para
el crecimiento y desarrollo eficaz de los programas a familias de
mujeres maltratadas en situación de refugio.
165
A continuación se enumerarán algunas recomendaciones
específicas para las instituciones, con las que se esperan mejoras en
el sistema de ayuda y protección, lo que seguramente tendrá un
impacto en la vida y rehabilitación de las personas que se encuentren
en situaciones de refugio tras haber sido agredidas.
1. Llevar a cabo actividades que fomenten el desarrollo de procesos
que permitan al habitante de la institución el encuentro consigo
mismo, que faciliten la reflexión sobre sus experiencias de vida, y
en lo posible, permitan construir formas de ser genuinas, que
favorezcan la diferenciación, la claridad y conexión con formas de
relación legitimas. Esto se puede lograr a través de la habilitación
y acondicionamiento de espacios dentro de la institución en los
que se posibilite el surgimiento de la creatividad, con materiales
didácticos, lúdicos, libros de cuentos, poesía, literatura, a los que
los habitantes puedan recurrir en los momentos libres.
2. Promover la actividad laboral como una forma de conexión con el
mundo, lo que permite tener la experiencia de ser útil, de restituir
capacidades y confiar en sí mismo. Esto se puede hacer
habilitando lugares donde se puedan desarrollar oficios como la
jardinería, el cuidado de mascotas, lo cual a su vez permitirá
despertar en los habitantes de la institución deseos hacia el
cuidado del otro y de las cosas que los rodean.
3. Realizar actividades grupales, guiadas por un psicólogo clínico
capacitado, con el fin de abrir el espacio adecuado para exponer
ideas, manifestar inquietudes, desacuerdos y realizar propuestas,
lo que posiblemente facilite la convivencia entre todos los
habitantes de la institución.
166
Las especificaciones realizadas aquí a modo de recomendación se
hacen con la finalidad de promover el crecimiento y mejorar la
atmósfera institucional, con el firme propósito de que las personas
que ingresen a estos lugares en situación de refugio realmente
encuentren espacios propicios para la recuperación de sus
malestares y el desarrollo personal. Así mismo, la adecuación de las
instituciones bajo estas recomendaciones promoverá el adecuado
desarrollo de los profesionales y del personal de servicio que labora
en ellas, pues al adecuar los espacios en los que se trabaja se hará
más amable y eficaz la realización de la labor, procurando así que el
impacto de cada uno de los logros que se tengan sea mayor.
167
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Abdel-Masih, N. (S.f.) en Ferreira, C. (2002). Enfoque psicoanalítico del maltrato infantil. Violencia: una aproximación psicoanalítica. Victimología. Nº13. Pág. 113-118. Recuperado el 12 de Agosto de 2010. En
Dorneles de Oliveira, A., Guedes Juárez, C., & otros. (s.f.). Donald Meltzer – (des)cubriendo el corazón. Desarrollos Meltzerianos. Recuperado el 10 de Febrero de 2011. En:
http://www.galeon.com/caroferreira/maltrato3.htm
Arruabarrena, M. I & De Paúl, J. (2005). Maltrato a los niños en la familia, evaluación y tratamiento. Madrid – España. Ediciones Pirámide.
Bick, E. (1968). The experience of the skin in early object relations. International Journal of Psychoanalysis.
Bion, W.R. (1961). Experiencias en grupos. Barcelona, Paidos. Botero, H. (2008). Cuando papá no está, la ausencia del padre como un
factor generador de violencia. En Revista de la asociación psicoanalítica colombiana. Volumen XX. No.1. Bogotá - Colombia.
De Paul, J. Arruabarrena, Ma. I.. (1999). Maltrato a los niños en la familia: evaluación y tratamiento. Madrid: Ediciones Pirámide.
Ferreira, C. (2002). Enfoque psicoanalítico sobre el maltrato infantil. Recuperado el 25 de Febrero de 2011. En:
http://www.meltzer.com.ar/biblioteca10.html
Etchegoyen, H. (1986). Los Fundamentos de la Técnica Psicoanalítica. Buenos Aires, Amorrortu Editores, 1999.
Ferenczi, S. (1932). Confusión de lengua entre los adultos y el niño. El lenguaje de la ternura y de la pasión. En ‘Psicoanálisis’, Obras Completas, tomo IV: 1927-1933. Edición en español de 1984. Madrid: Espasa-Calpe.
http://www.galeon.com/caroferreira/maltrato3.html
Francia, Maria E. (2003). Maltrato infantil, un problema de todos. Revista Cubana de Medicina General Integral. Vol. 19. No. 1. Versión impresa ISSN 0864-2125. Recuperado el 24 de Septiembre de 2010. En:
http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0864-21252003000100009&lng=es&nrm=iso
Harris, M. & Meltzer, D. (1990). Familia y comunidad. Buenos Aires, Spatia.
168
Hernández, E. (2005). Maltrato infantil. Espacio Logopedico. Recuperado el 21 de Agosto de 2010. En: http://www.espaciologopedico.com/articulos/articulos2.php?Id_articulo=866
Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (2008). Crece el maltrato infantil en el país. Caracol. Junio 24 de 2008. Recuperado el 2 de Febrero de 2011. En: http://www.caracol.com.co/nota.aspx?id=620502
Klein, M. (1957) Envidia y Gratitud. Obras Completas. Tomo IV. Editorial Paidós, Buenos Aires.
Kuperman de Kuitca, M. L. (2000). Violencia familiar y Abuso Sexual infanto-juvenil. Psicoanálisis APdeBA - Vol. XXII - Nº 2. Recuperado el 21 de Enero de 2011. En:
Leal Rubio, J. (2009). Violencia, maltrato y sufrimiento en las instituciones. Recuperado el 15 de Marzo de 2011. En:
http://apdeba.aulainstitucional.com.ar/file.php/1/022000kuitca.pdf
Laplanche, J. & Pontalis, J. (1996). Diccionario de Psicoanálisis, Paidos
Ibérica. Buenos Aires.
Muñoz, C. (1995). La conciencia y la realidad interna construyen el hecho psíquico. Trabajo presentado como ponencia central en las Jornadas psicoanalíticas de la Sociedad Colombiana de Psicoanálisis. Bogotá. Noviembre de 1995.
http://documentacion.aen.es/pdf/libros-aen/coleccion-estudios/violencia-y-salud-mental/parte4-violencias-del-presente--efnermo-mental-como-victima-de-la-violencia-colectiva/159-violencia-maltrato.pdf
Lewin, K. (1946). Action research and minority problems. Journal of Social Issues 2 (4): 34-46.
Meltzer, D. y otros (1975) Exploración del Autismo. Editorial Paidos, 1984. Meltzer, D. (1986) Metapsicología ampliada. Buenos Aires – Argentina.
Spatia Editorial.
Muñoz, C. (1995). Algunas reflexiones sobre la realidad psíquica. Revista de la sociedad colombiana de psicoanálisis. X jornadas psicoanalíticas. Vol 20. No. 1. ISSN 0120-0445. 1995. Bogotá.
169
Muñoz, C. (2008) Grupo de trabajo y de supuesto básico en niños callejeros. Revista de la sociedad colombiana de psicoanálisis. Vol 33 No. 1. 2008. Bogotá.
Muñoz, C. (2008). ¿Identificación adhesiva en la pared del espacio vacío del
interior de la madre? La masculinidad aplanada. Revista de la asociación psicoanalítica de Colombia. XX (2); 9-20. 2008.
Organización Mundial de la Salud (2010). Maltrato infantil. Nota descriptiva No. 150. Centro de prensa. Recuperado el 29 de Abril de 2011. En:
Parra Tobón. A. M. (2010). Menos silencio frente a la violencia. Recuperado el 15 de Diciembre de 2011. En:
http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs150/es/index.html
Pérez, R. (S.f) Maltrato infantil. Recuperado el 25 de Mayo de 2011. En:
http://www.elmundo.com/sitio/noticia_detalle.php?idedicion=1909&idcuerpo=2&dscuerpo=La%20Metro&idseccion=54&dsseccion=Primera%20P%C3%A1gina&idnoticia=163568&imagen=&vl=1&r=la_metro.php
http://www.monografias.com/trabajos12/invnimalt/invnimalt.shtml
Pinzón, S. (2001). Contribuciones de W. R. Bion a la Psicoterapia de Grupo. Artículos clínicos del Instituto de Desarrollo Psicológico, Indepsi. Recuperado el 12 de Octubre de 2010. En:
Pita Fernández, S. & Pértegas Díaz, S. (s.f.). Metodología de la Investigación. Recuperado el 20 de Abril de 2011. En:
http://www.indepsi.cl/indepsi/Servicios%20Indepsi/arti-bionpsico.html
Ramírez, E. (2004). La investigación Clínica en Psicoanálisis. Affectio Societatis. Nro. 7/Marzo. Recuperado el 5 de Junio 2010. En:
http://www.fisterra.com/mbe/investiga/cuanti_cuali/cuanti_cuali.asp
http://antares.udea.edu.co/~psicoan/ARTICULOS7/la%20investigacion%20clinica%20en.pdf
Rodríguez Gómez, G. & otros. (1996). Metodología de la investigación
cualitativa. Recuperado el 3 de Junio de 2010. En: http://metodoinvestigacion.wordpress.com/2008/02/29/investigacion-cualitativa/
170
Sevilla Villalta, A. (2008). Causas, efectos y fases de la violencia intrafamiliar. Recuperado el 8 de Febrero de 2011. En: http://www.monografias.com/trabajos34/violencia-intrafamiliar/violencia-intrafamiliar.shtml
Sminkey, L. (2006). La violencia contra los niños puede y debe prevenirse, dice la Organización Mundial de la Salud. Recuperado el 17 de Febrero de 2011. En:
http://www.who.int/mediacentre/news/releases/2006/pr57/es/index.html
Unicef (2009). Maltrato infantil, tolerado en América latina. El universal. Ciudad de México. Lunes 10 de agosto de 2009. Recuperado el 12 de Enero de 2011. En:
Unicef. By Internacionales. (2011). Recuperado el 15 de octubre de 2010. En:
http://www.eluniversal.com.mx/notas/618290.html
http://www.nu.org.bo/NoticiasONU/Buscarnoticias/tabid/162/articleType/ArticleView/articleId/434/Segun-UNICEF-el-maltrato-infantil-es-casi-normal-en-America-Latina.aspx
Uribe, N. I. (2010). Consideraciones Psicoanalíticas Sobre El Abuso Sexual Y El Maltrato Infantil. Revista Electrónica de Psicología Social. «Poiésis» Nº 19 – Junio de 2010. Recuperado el 19 de Julio de 2010. En: http://www.funlam.edu.co/poiesis
Winnicott D. (1971) Realidad y juego. Barcelona, Gedisa, 1978
World Health Organization and International Society for Prevention of Child Abuse and Neglect. (S.f.). Preventing Child Maltreatment: a guide to taking action and generating evidence. Recuperado el 29 de Junio de 2011.En:http://www.who.int/violence_injury_prevention/violence/activities/child_maltreatment/en/index.html