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SECCIÓN DE PRIMERA INSTANCIA PARA CASOS DE AUSENCIA DE RECONOCIMIENTO DE VERDAD Y RESPONSABILIDAD EXPEDIENTE No. 1500072-04.2020.0.00.000 REPÚBLICA DE COLOMBIA JURISDICCIÓN ESPECIAL PARA LA PAZ TRIBUNAL ESPECIAL PARA LA PAZ SECCIÓN DE PRIMERA INSTANCIA PARA CASOS DE AUSENCIA DE RECONOCIMIENTO DE VERDAD Y DE RESPONSABILIDAD SAR ST-002-2021 Bogota, cinco (05) de febrero de 2021 Expediente No. 1500268-71.2020.0.00.0001 Accionante: DIÓGENES CÁRDENAS CAMACHO Asunto: Decisión sobre la impugnación del fallo proferido el 14 de diciembre de 2020 por la Sección de Revisión del Tribunal para la Paz Magistrada sustanciadora: REINERE DE LOS ÁNGELES JARAMILLO CHAVERRA I. ASUNTO POR RESOLVER La Sección de Primera Instancia para casos de Ausencia de Reconocimiento de Verdad y Responsabilidad del Tribunal Especial para la Paz (en adelante SAR o Sección), en ejercicio de sus competencias constitucionales, legales y reglamentarias, procede a resolver la impugnación presentada por DIÓGENES CÁRDENAS CAMACHO en contra de la Sentencia SRT-ST-306 del catorce (14) de diciembre de dos mil veinte (2020), proferida por la Sección de Revisión del Tribunal para la Paz (en adelante SR). II. ANTECEDENTES 2.1. Proceso en la justicia ordinaria 1

relatoria.jep.gov.co · Web view2021/02/05  · SECCIÓN DE PRIMERA INSTANCIA PARA CASOS DE AUSENCIA DE RECONOCIMIENTO DE VERDAD Y RESPONSABILIDAD EXPEDIENTE No. 1500072-04.2020.0.00.000

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SECCIÓN DE PRIMERA INSTANCIA PARA CASOS

DE AUSENCIA DE RECONOCIMIENTO DE

VERDAD Y RESPONSABILIDAD

EXPEDIENTE No. 1500072-04.2020.0.00.000

REPÚBLICA DE COLOMBIA

JURISDICCIÓN ESPECIAL PARA LA PAZ

TRIBUNAL ESPECIAL PARA LA PAZ

SECCIÓN DE PRIMERA INSTANCIA PARA CASOS DE AUSENCIA DE RECONOCIMIENTO DE VERDAD Y DE RESPONSABILIDAD

SAR ST-002-2021

Bogota, cinco (05) de febrero de 2021

Expediente No.

1500268-71.2020.0.00.0001

Accionante:

DIÓGENES CÁRDENAS CAMACHO

Asunto:

Decisión sobre la impugnación del fallo proferido el 14 de diciembre de 2020 por la Sección de Revisión del Tribunal para la Paz

Magistrada sustanciadora:

REINERE DE LOS ÁNGELES JARAMILLO CHAVERRA

I. ASUNTO POR RESOLVER

La Sección de Primera Instancia para casos de Ausencia de Reconocimiento de Verdad y Responsabilidad del Tribunal Especial para la Paz (en adelante SAR o Sección), en ejercicio de sus competencias constitucionales, legales y reglamentarias, procede a resolver la impugnación presentada por DIÓGENES CÁRDENAS CAMACHO en contra de la Sentencia SRT-ST-306 del catorce (14) de diciembre de dos mil veinte (2020), proferida por la Sección de Revisión del Tribunal para la Paz (en adelante SR).

II. ANTECEDENTES

2.1. Proceso en la justicia ordinaria

1. Refirió el accionante que fue condenado por el Juzgado Penal del Circuito de Ubaté (Cundinamarca) por los delitos de homicidio y otras conductas punibles, mediante sentencia del 19 de mayo de 2004. Dicha decisión fue objeto de apelación por parte del “censor” y el ad quem la revocó parcialmente y la adicionó, imponiéndole la pena de 37 años y 8 meses de prisión.

2. Indicó, también, que el proceso penal fue surtido en “estado de contumacia” y que nunca ha tenido la oportunidad de esclarecer los hechos que dieron origen a su condena y que fue colaborador de las antiguas FARC-EP.

3. Actualmente el señor DIÓGENES CÁRDENAS CAMACHO se encuentra privado de la libertad en el Establecimiento Penitenciario y Carcelario de Cómbita (Boyacá).

2.2. Actuaciones ante la Jurisdicción Especial para la Paz.

2.2.1. Trámite ante la Sala de Amnistía o Indulto (SAI).

4. El 9 de mayo de 2018, DIÓGENES CÁRDENAS CAMACHO, solicitó la concesión de beneficios transicionales ante la JEP. Allí mismo, afirmó ser colaborador de las antiguas FARC-EP y para acreditar tal condición allegó declaración extraproceso ante notario.

5. La SAI avocó el trámite de su petición mediante Resolución SAI-ALC-PMA-002 del 11 de julio de 2018 y ordenó ampliar información para determinar si era viable conceder la libertad condicionada a quien hoy funge como accionante.

6. El 18 de septiembre de 2018, luego del recaudo probatorio, la SAI negó el beneficio de libertad condicionada al señor CÁRDENAS CAMACHO a través de Resolución SAI-RLC-PMA-082, aduciendo que si bien podía inferirse que el actor fungió como colaborador de las antiguas FARC-EP, no se acreditó para el caso concreto el criterio material de aplicación de dicho beneficio provisional, en tanto no pudo determinarse que la conducta se hubiera cometido por causa o con ocasión del conflicto armado no internacional. Como argumentos adicionales la SAI indicó:

6.1. Que no se acreditó que DIÓGENES CÁRDENAS CAMACHO hubiese sido investigado, procesado o condenado por pertenecer a las FARC-EP. Por el contrario, del relato de hechos probados, se estableció que se presentó una riña en la cual perdieron la vida dos personas y otras resultaron heridas, que tuvo su génesis en un cruce de palabras ofensivas entre alguien que se encontraba en el camión del hoy accionante y un habitante del municipio de Cucunubá (Cundinamarca).

6.2. Que en medio de la pelea, el señor CÁRDENAS CAMACHO sacó un arma de fuego y la accionó en contra de algunas personas que se encontraban en el lugar de los hechos, sin que existiera prueba de que la reyerta o la agresión se desarrollara en el contexto o por causa del conflicto armado, ni mucho menos que alguno de los involucrados perteneciera a algún grupo armado ilegal o a las fuerzas estatales, que permitiera establecer una confrontación entre organizaciones antagónicas.

6.3. No obstante, en dicha providencia, la SAI indicó que, en todo caso, lo decidido no constituía una determinación final sobre la situación jurídica de quien depreca el amparo, en tanto que “si resulta que en el trámite de la solicitud de amnistía se encuentran elementos de prueba suficientes para decretar dicho beneficio, la Sala de Amnistía o Indulto actuará en consecuencia”[footnoteRef:1]. [1: Jurisdicción Especial para la Paz. Sala de Amnistía o Indulto. Resolución SAI-RLC-PMA-082 del 18 de septiembre de 2018.]

7. El señor CÁRDENAS CAMACHO interpuso recurso de reposición en contra de la Resolución SAI-RLC-PMA-082 de 2018, cimentando su disenso en que fue condenado en la justicia ordinaria como persona ausente y que por ello, los hechos que se tuvieron en cuenta en el trámite penal no concuerdan con lo realmente ocurrido.

8. Adicionalmente, solicitó la aplicación del principio de favorabilidad y que se valorara que el arma que utilizó el día de los hechos le fue entregada por las antiguas FARC-EP, lo que daba cuenta de la relación de la conducta con el conflicto armado. Sostuvo también que actuó como reacción al ataque que sufrieron su esposa, su hija y él, y que, además, se encontraba en estado de alicoramiento en el momento de los hechos.

9. La SAI resolvió no reponer la decisión que le negó libertad condicionada. Mediante la Resolución SAI-RR-PMA-219 del 4 de diciembre de 2018. Como sustento de lo anterior, adujo que no era una instancia de revisión de las decisiones proferidas por la justicia ordinaria y por ello no era competente para pronunciarse sobre los cuestionamientos formulados a la sentencia condenatoria.

10. Adicionalmente, afirmó que no habían elementos de convicción que acreditaran que el arma que usó el solicitante le hubiera sido entregada por las FARC-EP y que la prueba aportada con el recurso –una declaración extra juicio rendida por el padre de la menor víctima del homicidio- reforzaba la hipótesis de la decisión recurrida, en el sentido de descartar la conexidad de la conducta con el conflicto armado no internacional.

11. Posteriormente, la Secretaría Judicial de la SAI repartió una nueva solicitud de libertad condicionada elevada por DIÓGENES CÁRDENAS CAMACHO, reiterando los argumentos que esgrimió en el año 2018.

12. No obstante, dado que se encontraba pendiente la emisión de un pronunciamiento en relación con la posibilidad de otorgar amnistía, esta segunda solicitud fue acumulada con el trámite del beneficio definitivo, en tanto existía identidad en cuanto al fallador, hechos y personas involucradas en los hechos.

13. Así, la Sala expidió la Resolución SAI-LC-RC-PMA-738 del 4 de septiembre de 2019, en donde hizo el estudio conjunto de las peticiones de amnistía y libertad condicionada y dispuso el rechazo de las solicitudes por falta de competencia. Lo anterior, pues estableció que no se acreditaba el cumplimiento de los factores personal y material de competencia de la Jurisdicción.

14. La anterior decisión fue objeto de recurso de reposición y en subsidio apelación por parte del ciudadano CÁRDENAS CAMACHO, quien adujo que la SAI erró al hacer una ponderación solamente de lo que fue plasmado en la sentencia condenatoria y reiteró que colaboró con las FARC-EP desde finales de los años 90, cuando comenzó a sembrar papa para apoyar a dicha agrupación; así mismo, insitió en que aquella le suministró el arma con la cometió las conductas por las cuales fue llamado a responder penalmente[footnoteRef:2]. [2: Auto TP-SA-612 del 30 de septiembre de 2020. Párrafo 5.]

15. Mediante Resolución SAI-RC-DR-PMA-205 del 28 de enero de 2020, la SAI desestimó el recurso interpuesto, aduciendo que “el contenido que reprocha el ciudadano en mención ya ha sido expuesto en otras decisiones [,] como aquella que negó su libertad condicionada, la que incluso fue confirmada en segunda instancia por la Sección de Apelación del Tribunal para la Paz”[footnoteRef:3]. Finalmente, concedió la alzada. [3: Expediente Legali No. 1500268-71.2020.0.00.0001. F. 73.]

2.2.2. Ante la Sección de Apelación.

16. A través de Auto TP-SA-612 del 30 de septiembre de 2020, la SA revocó parcialmente la Resolución SAI-LC-RC-PMA-738 del 4 de septiembre de 2019 proferida por la SAI, en lo que atañe a la decisión de negar la libertad condicionada para en su lugar, estarse a lo resuelto en la Resolución SAI-RLC-PMA-082 de 2018 (que conoció la primera solicitud de libertad condicionada elevada por CÁRDENAS CAMACHO) y confirmó lo relativo a no avocar conocimiento del trámite de amnistía. Como fundamentos de su decisión, sostuvo los siguientes:

16.1. En primer lugar, indicó que no se acreditó del factor personal de competencia. Así, arguyó que la decisión de la SAI que negó en un primer momento la libertad condicionada habría hecho tránsito a cosa juzgada, respecto de ese beneficio provisional y, por ello, respecto de esta solicitud correspondía estarse a lo resuelto, en tanto las dos peticiones compartían objeto, pretensión, hechos, fundamentos y partes[footnoteRef:4]. [4: Jurisdicción Especial para la Paz. Tribunal para la Paz. Sección de Apelación. Auto TP-SA-612 del 30 de septiembre de 2020. Párr. 7.1.]

16.2. En efecto, el ad quem señaló que la forma de acreditar a una persona como integrante o colaboradora de las FARC-EP se halla regulada en la Ley 1820 de 2016 y que allí no se contempla la posibilidad de que las afirmaciones del propio interesado o aquellas provenientes de otras personas, integrantes de la extinta guerrilla, sean mecanismos conducentes para demostrar esta calidad[footnoteRef:5]. Así mismo, indicó que el hoy accionante no cumplió con los presupuestos legales para acreditar su condición de colaborador, además que, en el proceso penal, ni el ente acusador ni los jueces de conocimiento señalaron que él perteneciera o colaborara con las FARC-EP. Igualmente, no se le procesó o condenó por delitos políticos o conexos, como aquellos de los que tratan los artículos 15 y 16 de la Ley 1820 de 2016 y tampoco fue acreditado por la Oficina del Alto Comisionado para la Paz (OACP) como miembro de ese grupo armado al margen de la ley. [5: Ibídem. Párr. 7.2.]

16.3. Sumado a lo anterior, la SA señaló que no hay motivos para discutir en este caso la presunción de legalidad y acierto de la que está revestida la sentencia condenatoria proferida en dos instancias contra CÁRDENAS CAMACHO. Por lo tanto, concluyó que no hay la más mínima indicación de que el factor personal de competencia se hubiera configurado si la condena no se hubiere proferido en su contra como persona ausente[footnoteRef:6]. [6: Ibídem. Párr. 7.3.]

2.3. La Acción de Tutela.

17. DIÓGENES CÁRDENAS CAMACHO interpuso acción de tutela en contra de la Secretaría Ejecutiva de la Jurisdicción Especial para la Paz y de las tres Salas de Justicia, aduciendo que le fueron violados sus derechos al debido proceso, a la libertad y a la paz, afirmando que en las decisiones adoptadas por la JEP se habría incurrido en una vía de hecho y en un defecto fáctico, por lo cual solicitó: a) conceder el amparo; b) dejar sin efecto la Resolución SAI-RLC-PMA-082 del 18 de septiembre de 2018; c) dejar sin efecto la Resolución SAI-LC-RC-PMA-738 del 4 de septiembre de 2019; d) dejar sin efecto el Auto TP-SA-612 del 30 de septiembre de 2020; e) se decrete su libertad inmediata; y f) se conmine a las “autoridades censuradas” a proferir un pronunciamiento de fondo respecto de su situación[footnoteRef:7]. [7: Expediente Legali No. 1500268-71.2020.0.00.0001. F. 6. ]

18. Los hechos en los que sustentó la acción se resumen así:

a. Fue procesado ante la justicia ordinaria en estado de contumacia y nunca tuvo la oportunidad de esclarecer los hechos, indicando que fue colaborador de las antiguas FARC-EP.

b. Ha solicitado beneficios ante la JEP, pero las salas de justicia han argumentado que no se cumplen los factores de competencia material, en tanto no se vislumbra relación de su condena con el conflicto armado.

c. Mencionó que es una persona de origen campesino y colaboraba con las FARC-EP sembrando papa, con recursos que dicha agrupación le suministraba; así mismo, indicó que el arma que tenía en su poder fue entregada por esa guerrilla, para proteger el pago de sus trabajadores.

d. Afirmó el accionante que “dichas pruebas fueron desconocidas por las diferentes salas” y que al ser condenado en estado de contumacia, era imposible que “quedara dicho argumento en la sentencia condenatoria”.

e. Arguyó que no se hizo una “ponderación a fondo de estas precisiones”.

f. Después de indicar que bajo la égida de la Ley 906 de 2004 se surte un proceso de corte adversarial, señaló que se le está negando el derecho a esclarecer todos los pormenores de su condena.

g. Agregó que se le están haciendo exigencias que no están dentro de la ley como “acreditaciones o que la sentencia diga que yo fui colaborador de las FARC-EP”, en tanto es un tercero civil y no un combatiente.

19. El accionante no adjuntó documentación alguna a su acción de tutela.

III. ACTUACIÓN PROCESAL

3.1. Trámite de la acción de tutela en primera instancia

20. Mediante Auto del 30 de noviembre de 2020, la Sección de Revisión avocó el trámite de la acción de tutela propuesta por DIÓGENES CÁRDENAS CAMACHO, corrió traslado de la misma a las accionadas, vinculó a la Sección de Apelación del Tribunal para la Paz, a las Secretarías Judiciales de las Salas de Justicia y de dicha Sección y solicitó a todas ellas informar:

(i) Si conocen sobre las actuaciones relativas al sometimiento ante la Jurisdicción Especial para la Paz por parte del señor DIÓGENES CÁRDENAS CAMACHO.

(ii) En caso positivo, informar y remitir a esta Subsección la totalidad de la actuación surtida en relación con dicho trámite, con especial indicación de: (a) la fecha de radicación; (b) la dependencia a la que se repartió el asunto; (c) el trámite impartido; (d) las respuestas o decisiones que se hayan dictado, en concreto si se conoce de decisiones de fondo de las siguientes fechas 18 de septiembre de 2018; 04 de septiembre de 2019; y el auto TP-SA 612 de 2020.

(iii) Precisar el estado del trámite de sometimiento del señor DIÓGENES CÁRDENAS CAMACHO y, en caso de que no se le haya dado trámite o respuesta de fondo, indicar las razones.

3.2. Respuesta de las accionadas.

21. La Sala de Amnistía o Indulto dio respuesta[footnoteRef:8] a la acción de tutela solicitando denegar el amparo por las siguientes razones: [8: Oficio suscrito por el Magistrado Pedro Julio Mahecha Ávila. ]

a. Informó el trámite dado a las peticiones del señor CÁRDENAS CAMACHO, así como las resultas de cada una de ellas.

b. Agregó que la nugatoria del beneficio de libertad condicionada, en las dos oportunidades que fue solicitada, obedeció a una valoración ponderada de las pruebas aportadas y practicadas en su trámite, ajustándose al marco jurídico aplicable para la materia.

c. Indicó que la relación de las conductas con el conflicto armado no fue descartada solamente con fundamento en las sentencias condenatorias, por cuanto también fue considerada la manifestación del accionante acerca de que fueron las antiguas FARC-EP las que le suministraron el arma que utilizó para cometer los punibles que dieron origen a su condena, advirtiendo que lo manifestado frente a ese particular por CÁRDENAS CAMACHO no permitó acreditar la relación de los tipos penales en que incurrió con el conflicto armado, sobre todo porque no se aportó prueba siquiera sumaria que demostrara lo alegado.

d. Puso de presente que en la decisión que resolvió el recurso de reposición interpuesto en contra de la Resolución SAI-RLC-PMA-082-2018 (que resolvió la primera solicitud de libertad condicionada elevada por el hoy accionante) se confirmó la hipótesis planteada, en tanto el recurrente allegó una declaración juramentada del padre de la menor víctima del homicidio, la cual daba cuenta que el accionante disparó en medio de la riña, cuando se sintió herido.

e. Respecto de la Resolución SAI-LC-RC-PMA-738-2019, señaló que allí se hizo un análisis similar, arribando a la misma conclusión, motivo por el cual, además de rechazar por competencia la nueva solicitud de libertad condicionada, la SAI decidió no avocar conocimiento de la amnistía.

f. Agregó que en esta última decisión se indicó que, aparte del dicho del accionante, no había ningún elemento que corroborara la concreción del ámbito material de competencia, en tanto el solicitante adujo que el arma que portaba en el momento de los hechos le fue entregada por las FARC-EP, sin soporte alguno.

g. En lo que atañe al defecto alegado por el accionante, indicó que las conclusiones a las que arribó la SAI se derivaron de la valoración de las pruebas practicadas oficiosamente y las que fueron allegadas por el mismo peticionario, de modo que la razonabilidad con la cual fueron ponderadas descarta la configuración del defecto fáctico alegado.

h. Frente a lo esbozado por el accionante respecto de la exigencia de requisitos no previstos en la normativa, adujo que las decisiones adoptadas por la SAI tuvieron sustento en el ordenamiento jurídico transicional que determina la competencia de la JEP y que regula lo relativo a la concesión de beneficios.

i. Finalmente, respecto a la acreditación de la OACP y la falta de mención a las FARC-EP en la sentencia condenatoria aludida por el accionante como no previstas en la ley señaló que, por el contrario, ambos son medios para demostrar el ámbito personal de competencia de la Jurisdicción para el acceso a beneficios como la libertad condicionada y la amnistía, y por esa razón no puede catalogarse tal exigencia como arbitraria o ajena al marco transicional que guiaba el examen de las peticiones.

j. Adicionalmente, allegó con su contestación, copia de las Resoluciones Nos. SAI-RLC-PMA-082-2018 y SAI-LC-RC-PMA-738-2019.

22. La Sala de Reconocimiento de Verdad, Responsabilidad y Determinación de los Hechos y Conductas[footnoteRef:9] (SRVR) dio respuesta a la acción de tutela solicitando su desvinculación del trámite constitucional, alegando falta de legitimación por pasiva, en tanto la SRVR no ha conocido directamente de solicitudes elevadas por el señor CÁRDENAS CAMACHO, motivo por el cual no le era posible remitir las actuaciones adelantadas ni informar de los trámites que se hubiesen adelantado para resolverlas. En el mismo sentido respondieron la Secretaría Judicial de la SRVR[footnoteRef:10] y la Secretaría Judicial de la Sala de Definición de Situaciones Jurídicas[footnoteRef:11]. [9: Oficio firmado por quien para la época fungía como presidente de esa sala, Magistrado Iván González Amado.] [10: Expediente Legali. F. 40-41.] [11: Expediente Legali. F. 68-69.]

23. Dando respuesta a la acción de amparo, la Secretaría Judicial de la SAI relató las gestiones adelantadas frente al reparto de las solicitudes de beneficios elevadas por el accionante y solicitó la desvinculación de la acción de tutela, en tanto estimó que no se han vulnerado derechos fundamentales del señor CÁRDENAS CAMACHO.

24. La Secretaría Judicial de la Sección de Apelación, al dar respuesta a la acción de amparo, realizó un recuento sobre el reparto del recurso vertical promovido por DIÓGENES CÁRDENAS CAMACHO en contra de la Resolución SAI-LC-RC-PMA-738-2019, indicando que el Auto TP-SA-612 de 2020, en donde se resolvió lo pertinente, se encuentra debidamente ejecutoriado. Finalmente, señaló que ni la SA ni esa dependencia conocen o han conocido otro asunto diferente al expresado, en el cual intervenga el accionante.

25. La Secretaría Ejecutiva de la Jurisdicción Especial para la Paz (SE) se opuso a la prosperidad de la acción, indicando que esa dependencia no incurrió en acciones u omisiones que dieran lugar a la lesión de prerrogativas fundamentales del actor.

26. Para el efecto, realizó un recuento de las gestiones adelantadas frente a los radicados Nos. 20171510154622[footnoteRef:12], 20181510063152[footnoteRef:13], 20181510215262[footnoteRef:14] y 20181510407012[footnoteRef:15] y manifestó que se dio respuesta oportuna e integral a las solicitudes elevadas por el actor, a la luz de sus competencias. [12: La Oficina del Alto Comisionado para la Paz (OACP) remitió la solicitud de acta de compromiso – Ley 1820 de 2016, presentada por varias personas entre quienes se encontraba el hoy accionante.] [13: La abogada Claudia Angélica Parra, actuando como apoderada del accionante y otros, presentó la solicitud de sometimiento ante la JEP, de sus representados, en calidad de colaboradores de las FARC-EP.] [14: Solicita se le asigne un defensor público.] [15: Allega certificación del señor Norberto Ramírez López que lo relaciona como miembro de las FARC-EP y presenta sometimiento como tercero civil]

27. Frente a las decisiones judiciales que se cuestionan en sede del presente trámite, respondió que escapaba a su esfera el emitir un pronunciamiento. Finalmente, pidió la desvinculación de la acción y anexó los soportes de las actuaciones adelantadas frente a los escritos previamente reseñados.

28. En su calidad de vinculada al presente trámite, la Sección de Apelación (SA)[footnoteRef:16] solicitó negar el amparo solicitado, señalando que no existía una manifiesta vía de hecho ni se vulneraron las garantías fundamentales del actor, en tanto el Auto TP-SA-612 de 2020 ofrece una interpretación razonable del órgano de cierre hermenéutico de la JEP, específicamente sobre la forma de acreditar a una persona como integrante o colaboradora de las antiguas FARC-EP. [16: Escrito firmado por el Magistrado Eduardo Cifuentes Muñoz.]

29. Adicionalmente, señaló que los cuestionamientos específicos planteados por el accionante no están llamados a prosperar, en tanto la SA no incurrió en defecto fáctico, pues para decidir la alzada en contra de la Resolución SAI-LC-RC-PMA-738-2019, se basó en las pruebas provenientes de la jurisdicción penal ordinaria y las aportadas por el interesado, valorándolas dentro de los cauces racionales.

30. Aunado a ello, estimó que no es un defecto analizar los elementos presentados conforme a la normatividad y la jurisprudencia para concluir que las meras afirmaciones del interesado o declaraciones extrajuicio de algunos integrantes de la referida agrupación subversiva no son mecanismos conducentes para demostrar la pertenencia a aquella; además, que las decisiones atacadas no se fundamentaron en ninguna norma inconstitucional.

31. Agregó que la acción de tutela no debe ser utilizada para reabrir controversias ya resueltas y que no basta expresar un desacuerdo con la decisión para privar a una providencia de última instancia de su validez en un trámite de tutela, pues aducir que existe una interpretación que una persona u otro juez consideran más razonable o un poco mejor, constituiría una afectación de los principios constitucionales del juez competente, autonomía e independencia judiciales y el diseño constitucional de la JEP, en tanto equivaldría a hacer de esta acción una tercera instancia que el sistema no contempla.

32. Finalmente, sostuvo que para que proceda la tutela en sede transicional debe tratarse de una decisión que objetivamente suponga apartarse de manera objetiva, real e irrazonable del ordenamiento jurídico, lo cual no puede predicarse, según, del Auto TP-SA-612 de 2020, en el cual, la SA descartó que una declaración juramentada fuera un elemento idóneo para acreditar el factor personal para la concesión de libertad condicionada, a partir de las normas aplicables al caso concreto y de la reiterada jurisprudencia de esa Sección sobre el particular.

3.3. El Fallo de primera instancia

33. La Subsección Quinta de Tutelas de la Sección de Revisión del Tribunal para la Paz profirió la Sentencia de primera instancia No. SRT-ST-306 del 14 de diciembre de 2020, en la cual declaró improcedente la acción de tutela respecto del derecho fundamental a la libertad[footnoteRef:17] y no concedió el amparo respecto del debido proceso y acceso a la administración de justicia del señor DIÓGENES CÁRDENAS CAMACHO[footnoteRef:18]. Así mismo, dispuso la desvinculación del trámite constitucional de la SE, SRVR y la SDSJ, , así como de sus respectivas Secretarías Judiciales. [17: Respecto de la Resolución SAI-RLC-PMA-082 del 18 de diciembre de 2018, proferida por la SAI.] [18: En relación con el Auto TP-SA-612 del 30 de septiembre de 2020, proferido por la SA.]

34. Para adoptar su decisión, la SR se ocupó de resolver si se configuró o no un defecto fáctico en las Resoluciones SAI-RLC-PMA-082 del 18 de septiembre de 2018 (mediante la cual se negó el beneficio de libertad condicionada), SAI LC-RC-PMA-738 del 4 de diciembre de 2019 (que rechazó una nueva solicitud de libertad condicionada elevada por el accionante y no avocó conocimiento de la amnistía) y el Auto TP-SA-612 del 30 de septiembre de 2020 (que resolvió el recurso de alzada contra la Resolución SAI LC-RC-PMA-738-2019), en relación con una posible falta de valoración de pruebas reclamada por el señor CÁRDENAS CAMACHO[footnoteRef:19], específicamente referida a una declaración extrajuicio de un ex integrante de las FARC-EP que lo certifica como colaborador[footnoteRef:20]. [19: Sentencia de tutela de primera instancia, párrafo 55.] [20: Ibídem. Párrafo 86.]

35. La SR estimó que se cumplió el requisito de subdiariedad respecto de la Resolución SAI LC-RC-PMA-738 del 4 de diciembre de 2019 y el Auto TP-SA-612 del 30 de septiembre de 2020, considerando sin embargo que, en relación con el derecho a la libertad reclamado por el accionante, la acción de tutela es improcedente para analizar su alegada trasgresión, por cuanto, en su criterio, estaría la posibilidad de invocar el habeas corpus[footnoteRef:21]. Respecto de la Resolución SAI-RLC-PMA-082 del 18 de septiembre de 2018, estimó que no se satisfizo esta exigencia, en tanto DIÓGENES CÁRDENAS CAMACHO contaba con los recursos de reposición y apelación para cuestionar lo pertinente, sin que hubiera procedido a ello[footnoteRef:22], motivo por el cual, frente a esta decisión, estimó que no era pertinente efectuar análisis de forma o de fondo[footnoteRef:23]. [21: Ibídem. Párrafos 49 y 51.] [22: Ibídem. Párrafo 98.] [23: Ibídem. Párrafo 99. ]

36. Respecto del requisito de inmediatez, lo encontró cumplido en tanto para el caso concreto transcurrieron cerca de dos meses entre la emisión de la providencia de la SA y la interposición de la acción de amparo.

37. Consideró la SR, además, que se acreditó en debida forma la legitimación por activa y pasiva; que los derechos invocados por el accionante tienen relevancia constitucional en tanto se refieren a la acreditación de las personas que pueden someterse ante la JEP y solicitar beneficios y que la decisión accionada no se trata de una sentencia de tutela, por lo cual concluyó que se encontraban satisfechos los requisitos generales de procedencia.

38. Con relación a los requisitos específicos de procedibilidad de la acción de tutela, la SR se ocupó de verificar si en efecto se configuró o no el defecto fáctico alegado por DIÓGENES CÁRDENAS CAMACHO, precisando que al juez constitucional no le corresponde realizar un nuevo examen del material probatorio, sino verificar que la solución del caso sea coherente con la valoración ponderada de las pruebas recaudadas por el juez y aquellas allegadas por las partes, motivo por el cual, su análisis debía circunscribirse a la providencia de segunda instancia, esta es, el Auto TP-SA-612 de 2020, respetando la autonomía del fallador.

39. Así, encontró, conforme a lo regulado por el artículo 22 de la Ley 1820 de 2016 y en jurisprudencia transicional, que el análisis del factor personal de competencia respecto de los colaboradores debe realizarse en dos niveles, a saber: i) la revisión de elementos de convicción disponibles para verificar los supuestos de que tratan los numerales 1 y 4 del artículo 22 ejusdem; y ii) constatar si se configuró la conexidad contributiva, esto es, que el interesado hubiera cometido las conductas como consecuencia de su vinculación –en este caso- como colaborador de la agrupación rebelde, sirviendo a sus propósitos y necesidades.

40. En virtud de lo anterior, el a quo consideró que, para el caso concreto, el juez no se separó de los hechos debidamente probados contra CÁRDENAS CAMACHO en la justicia ordinaria; y fundamentó su decisión en pruebas lícitas obrantes en el expediente, las cuales valoró atendiendo los supuestos legales y jurisprudenciales establecidos para la configuración del factor personal de competencia para el otorgamiento de la libertad condicionada. A partir de lo cual concluyó que el accionante no satisfizo lo pertinente, en tanto la declaración extrajuicio aportada no es un mecanismo para acreditar su calidad de colaborador, de modo que la SA no le confirió mérito demostrativo, por no ser un medio conducente para tal fin.

41. En conclusión, estimó que no se configuró el defecto fáctico alegado por el actor, encontrando que la interpretación de la autoridad judicial para el caso concreto no fue arbitraria o caprichosa, sino acorde con el ordenamiento jurídico y constitucional transicional.

3.4. La impugnación del fallo.

42. Al ser notificado de la decisión de primera instancia, el accionante impugnó el fallo. Como fundamento de su disenso, adujo que se debía haber llamado al excombatiente que certificó su condición de colaborador, este es, Norberto Ramírez, alias “Carcajada”, para que aquel compareciera “de forma oral y confrontarlo con la declaración en texto, ampliar con detalles en otros (sic)”, de modo que su eventual testimonio es una prueba legal admisible.

IV. CONSIDERACIONES DE LA SALA

4.1. COMPETENCIA

43. El artículo 8 transitorio del Acto Legislativo 01 de 2017 establece que la acción de tutela “procederá contra las acciones u omisiones de los órganos de la Jurisdicción Especial para la Paz, que hayan violado, violen o amenacen los derechos fundamentales”. Asi mismo, conforme al Acto Legislativo mencionado, el Tribunal para la Paz de la JEP es el encargado de conocer las acciones de tutela.

44. De acuerdo con lo establecido en los arts. 145 y 147 de la Ley 1957 de 2019, “Ley Estatutaria de la Administración de Justicia en la Jurisdicción Especial para la Paz”, la Corte Constitucional ha reiterado que el Tribunal para la Paz tiene competencia para conocer acciones de tutela que se presenten “en contra de i) alguno de los órganos que componen la jurisdicción especial para la paz o ii) Las providencias judiciales que ésta profiera”.

45. De conformidad con lo ordenado en el segundo inciso del artículo 53 de la Ley 1922 de 2018, la segunda instancia en materia de acción de tutela corresponde a la Sección de Primera Instancia para casos de Ausencia de Reconocimiento de Verdad y Responsabilidad (SAR), en las eventualidades en que la SA esté impedida, lo que ocurre cuando, como en este caso, es la parte accionada.

46. Como quiera que la SA fue vinculada en este trámite, al haber adoptado en Sala Plena el Auto TP-SA 612 del 30 de septiembre de 2020, esta Sección es competente para conocer del trámite de segunda instancia de la acción de amparo promovida por DIÓGENES CÁRDENAS CAMACHO, en virtud de lo previsto por el artículo 53 de la Ley 1922 de 2018, el cual señala que corresponde “La segunda instancia, a la Sección de Primera Instancia para Casos de Ausencia de Reconocimiento de Verdad y Responsabilidad en la eventualidad de que la Sección de Apelación se encontrare impedida”.

4.2. PROBLEMAS JURÍDICOS

47. Para efectos de resolver la impugnación sub examine, la SAR se ocupará de resolver los siguientes problemas jurídicos:

a) Si en las decisiones adoptadas por la SAI y la SA, se incurrió en el defecto fáctico alegado por el accionante.

b) Si en la decisión mediante la cual se resolvió en primera instancia el amparo constitucional de la referencia, se atendieron de manera acertada los reclamos del tutelante y, en consecuencia, si ésta debe confirmarse o, por el contrario, revocarse total o parcialmente y, por tanto, si se impone amparar los derechos fundamentales que DIÓGENES CÁRDENAS CAMACHO estima conculcados.

48. Resulta necesario aclarar que la SAR se abstendrá de reiterar los precedentes que ha construido sobre la excepcionalidad de la acción de tutela contra decisiones judiciales de la JEP y sus requisitos de procedibildad, por cuanto dichos tópicos fueron abordados adecuadamente en su contexto natural que es el de la primera instancia, en análisis que no será materia de cuestionamiento en esta decisión; de manera que se afrontarán directamente los aspectos del disenso formulados por el apelante.

4.3. Análisis del caso concreto.

4.3.1. Defecto Fáctico

49. Frente al defecto fáctico alegado por el accionante, el cargo se concreta en que no se valoró en su favor la declaración extrajuicio aportada en el trámite de beneficios, mediante la cual Norberto Ramírez López, quien según lo informado por el accionante respondía al alias de “Carcajada”, supuestamente “certificó” su condición de colaborador de las antiguas FARC-EP.

50. Al efecto, conviene precisar que un defecto fáctico se configura cuando[footnoteRef:24]: i) existe una omisión en el decreto de pruebas que eran necesarias en el proceso; ii) se verifica una valoración caprichosa y arbitraria de las pruebas presentadas; o iii) no se valora en su integridad el material probatorio. [24: Corte Constitucional. Sentencia SU - 004 de 2018.]

51. Así mismo, la Corte Constitucional ha puntualizado que el defecto estudiado tiene dos dimensiones, una positiva[footnoteRef:25] y otra negativa[footnoteRef:26]. [25: Cfr., entre otras, Corte Constitucional SU-159 de 2002 y T-041 de 2018. Se presenta cuando el juez efectúa una valoración por “completo equivocada”, o fundamenta su decisión en una prueba no apta para ello. Esta dimensión implica la evaluación de errores en la apreciación del hecho o de la prueba que se presentan cuando el juzgador se equivoca: i) al fijar el contenido de la misma, porque la distorsiona, cercena o adiciona en su expresión fáctica y hace que produzca efectos que objetivamente no se establecen de ella; o ii) porque al momento de otorgarle mérito persuasivo a una prueba, el juez se aparta de los criterios técnico-científicos o los postulados de la lógica, las leyes de la ciencia o las reglas de la experiencia, es decir, no aplica los principios de la sana crítica, como método de valoración probatoria] [26: Cfr., entre otras, Corte Constitucional T-442 de 1994 y SU-159 de 2002. Se produce cuando el juez omite o ignora la valoración de una prueba determinante o no decreta su práctica sin justificación alguna.]

52. El defecto fáctico, “se erige sobre la malinterpretación de los hechos expuestos en un proceso, la cual deviene de una inapropiada valoración probatoria, bien porque el juez no contaba con pruebas para sustentar sus afirmaciones, ora porque al estimar su valor demostrativo fue arbitrario”[footnoteRef:27]. [27: Corte Constitucional, Sentencia SU 072 de 2018. ]

53. En la jurisprudencia constitucional también se ha dicho que, para efectos de que se configure este defecto, tal arbitrariedad debe ser “de tal magnitud que pueda advertirse de manera evidente y flagrante, sin que quepa margen de objetividad alguno que permita explicar razonablemente la conclusión a la cual llegó el juez”[footnoteRef:28]. En otras palabras, para edificar el yerro es necesario que aquel “tenga una trascendencia fundamental en el sentido del fallo, de manera que si no se hubiera incurrido en él, el funcionario judicial hubiera adoptado una decisión completamente opuesta”[footnoteRef:29]. [28: Corte Constitucional, Sentencias SU 632 de 2017 y SU 072 de 2018.] [29: Ibidem ]

54. Dicho lo anterior, procede la SAR a revisar si se presentó o no el defecto alegado por el accionante en alguna de sus dimensiones, para lo cual, conforme se expresó al plantear el problema jurídico, primero se habrán de verificar los criterios legales y jurisprudenciales a partir de los cuales puede predicarse el cumplimiento del ámbito personal de competencia para la concesión del beneficio de libertad condicionada.

4.3.2. Del ámbito personal de competencia.

55. El criterio personal de competencia está dirigido a precisar las personas a las cuales están dirigidos los tratamientos transicionales que, de acuerdo a lo expresado en el artículo 5º del Acto Legislatito 01 de 2017, se aplica “a quienes participaron de manera directa o indirecta en el conflicto armado interno mediante la comisión de las mencionadas conductas. Respecto de los combatientes de los grupos armados al margen de la ley, el componente de justicia del Sistema solo se aplicará a quienes suscriban un acuerdo final de paz con el Gobierno Nacional. La pertenencia al grupo rebelde será determinada, previa entrega de listados por dicho grupo tras la llegada a las Zonas Veredales Transitorias de Normalización (ZVTN) y a los Puntos Transitorios de Normalización (PTN), a través de un delegado expresamente designado para ello […] La JEP también ejercerá su competencia respecto de las personas que en providencias judiciales hayan sido condenadas, procesadas o investigadas por la pertenencia a las FARC-EP, dictadas antes del 1º de diciembre de 2016, aunque no estuvieren en el istado de dicho grupo”.

56. Dicho ámbito personal fue posteriormente regulado por el legislador en los artículos 15, 16, 17, 22, 23, 24 y 29 de la Ley 1820 de 2016, en concordancia con el artículo 3º ibidem, así como con el artículo 6º del Decreto Ley 277 de 2017, a efectos de aplicar diversos beneficios a quienes se encuentren privados de la libertad, tanto nacionales como extranjeros, que sean o hayan sido autores o partícipes de los delitos políticos o conexos a estos, siempre que tales personas sean:

a. Condenadas, procesadas o investigadas por pertenencia o colaboración con las FARC-EP.

b. Integrantes de las FARC-EP de conformidad con los listados entregados por representantes designados por dicha organización y verificados conforme a lo establecido en el Acuerdo Final de Paz (personas acreditadas OACP).

c. Condenadas y que en la sentencia se indique su pertenencia a las FARC-EP, aunque no se les condene por un delito político. Esto, siempre que el punible por el cual se imponga la pena cumpla con los requisitos de conexidad establecidos en la Ley 1820 de 2016.

d. Investigadas, procesadas o condenadas por delitos políticos y conexos, cuando se pueda deducir de las investigaciones judiciales, fiscales, disciplinarias, providencias judiciales u otras evidencias, que fueron investigadas o procesadas por su presunta pertenencia o colaboración con las FARC-EP.

e. Procesadas o condenadas por delitos políticos o conexos, vinculados a la pertenencia o colaboración con las FARC-EP, sin que se reconozcan como parte de la organización.

f. Procesadas o condenadas por los delitos cometidos en el marco de disturbios públicos o el ejercicio de la protesta social, siempre y cuando sean conexos al delito político conforme a los criterios establecidos en el artículo 23 de la Ley 1820 de 2016.

57. La Corte Constitucional, en la Sentencia C-007 de 2018, señaló que la relación de destinatarios contenida en el artículo 17 de la Ley 1820 de 2016, corresponde a la misma del artículo 22 de la misma, y encuentra respaldo constitucional en el artículo transitorio 5º del artículo 1º del Acto Legislativo 01 de 2017. En este sentido, estableció en la Sentencia C-674 de 2017 que:

“5.3.2.4.2. […] los artículos transitorios 5, 16, 17 y 18 del Acto Legislativo 01 de 2017 establecen las reglas para fijar el alcance del sistema en relación con los sujetos destinatarios del mismo, y en particular, la competencia subjetiva de la Jurisdicción Especial para la Paz, así: (i) en primer lugar, con respecto a los combatientes de los grupos armados al margen de la ley, el artículo transitorio 5 establece que las reglas del sistema de justicia son aplicables a los miembros de los grupos que suscriben un acuerdo de paz con el Gobierno Nacional, teniendo en cuenta las listas que estos grupos entregan al Gobierno Nacional y valoradas a partir de los principios de buena fe y de confianza legítima, aunque sin perjuicio de las verificaciones a que haya lugar, así como a las personas que en providencias judiciales hayan sido condenadas, procesadas o investigadas por su pertenencia a las FARC, aunque no estuvieren en el listado oficial de dicho grupo.” (énfasis fuera del texto original)

4.3.3. La prueba del factor personal de competencia a partir de otras evidencias y la figura del colaborador.

58. La SA ha sostenido que la prueba del ámbito personal de competencia debe acreditarse bajo los parámetros de la Ley 1820 de 2016 en la modalidad de “integrante, colaborador o encausado judicialmente por una presunta pertenencia o colaboración a las FARC-EP”[footnoteRef:30]. Así mismo ha decantado lo que entiende la Jurisdicción por “otras evidencias”, en los términos del numeral 4 de los arts. 17 y 22 de la Ley 1820 de 2016; excluyendo de dicha categoría las declaraciones extrajuicio. En sus propias palabras: [30: Tribunal para la Paz, Auto TP-SA 564 de mayo 28 de 2020, párr. 11]

“Tal como ha sido entendida por la SA, la expresión ‘otras evidencias’ hace referencia a elementos probatorios de actuaciones judiciales, fiscales o administrativas, falladas o en curso, de los que se pueda inferir la relación entre tales investigaciones o condenas y la presunta colaboración con las FARC-EP del solicitante. Este entendimiento excluye como medio para acreditar el factor de competencia personal las declaraciones o certificaciones notariales firmadas por ex miembros de las FARC-EP o por los propios interesados en recibir el beneficio transicional. En cambio, sí valen como evidencia de la calidad de colaborador las providencias judiciales que otorgan beneficios transicionales, provisionales o definitivos, a miembros acreditados de la antigua guerrilla que hayan sido condenados por el mismo delito. Sin embargo, debe precisarse que este tipo de evidencias son apenas indicativas de la alegada condición, y no bastan por sí mismas para acreditarla, por lo que en cualquier caso es necesario verificar si existen otros elementos que permitan ‘reforzar la deducción o inferencia relacionada’. Lo mismo cabe decir respecto de las llamadas, insignias o panfletos, entre otros elementos, que vinculan una determinada conducta delictiva con las FARC-EP. El hecho de que alguien se presente ante sus víctimas como integrante de este grupo armado ilegal o aduzca esta condición para cometer el delito no es en sí mismo demostrativo de que la pertenencia o colaboración exista en realidad, pues el recurso de ser integrante de las FARC-EP puede ser utilizado por otro tipo de delincuentes con el fin de amedrentar a sus víctimas y facilitar la consecución del resultado lesivo. Por ello, estas evidencias deben estar acompañadas de otros elementos que permitan corroborar en cada caso que se cumple el factor de competencia personal”.[footnoteRef:31](Destacado al citar) [31: Tribunal para la Paz, Sección de Apelación, TP-SA-362 del 18 de diciembre de 2019.]

59. Dos conclusiones relevantes para el caso materia de estudio emergen a partir de lo anterior: i) las “otras evidencias “distintas a las decisiones que ordenaron la privación de libertad de una persona pueden encontrarse en otro tipo de actuaciones judiciales donde de manera clara aparezca una inferencia de colaboración con las FARC-EP; y ii) en relación con las declaraciones notariales de ex miembros de dicha organización, estas no son medio de prueba del factor personal de competencia.

“Igualmente, desde el Auto TP-SA 024 de 2018, la Sección de Apelación ha negado que la pertenencia a las FARC-EP se pueda probar con una declaración juramentada extrajuicio de un excomandante insurgente. En dicha oportunidad, consideró la Sección que ese tipo de documentos no son conducentes para probar el factor personal. Esta regla ha sido reiterada en Autos TP-SA 025 de 2018; TP-SA 039 de 2018; TP-SA 067 de 2018 y TP-SA 173 de 2019. La SA también reiteró esta regla en los Autos TP-SA 112 de 2019; TP-SA 119 de 2019; TP-SA 120 de 2019; TP-SA 121 de 2019; TP-SA 139 de 2019; TP-SA 129 de 2019; TP-SA 136 de 2019”[footnoteRef:32]. [32: JEP. Tribunal para la Paz. Sección de Apelación. Autos TP-SA 121 de 2018 y TP-SA 224 de 2019. ]

60. La SA ha sentado reglas a partir de las cuales, interpretando el contenido normativo arriba señalado, ha precisado que quienes no son miembros certificados de las FARC-EP, pero hayan sido sus colaboradores, pueden eventualmente acceder a la jurisdicción, para lo cual se han establecido varias categorías y modalidades de ingreso, voluntario o forzoso según corresponda. Así, en el Auto TP-SA-362 de 18 de diciembre de 2019, se indicó que:

“(…) para efectos de definir las condiciones de su sometimiento a la JEP, interesan solo dos: los subordinados y los no subordinados. Los primeros son aquellos que responden de manera voluntaria, consciente y frecuente –vale decir, no continua, pero tampoco esporádica– a las directrices y órdenes impartidas por los líderes y comandantes de la organización, esto es, actúan bajo el principio de subordinación. Este tipo de colaboradores deben ser tratados como comparecientes obligatorios y no voluntarios porque obraban de forma habitual bajo el mando de la antigua guerrilla y, por lo tanto, se asume que quedaron vinculados por la decisión de sus voceros y representantes de dejar las armas y suscribir el Acuerdo Final de Paz.

29. Junto con este grupo de colaboradores, existen otros que se caracterizan no solo por no formar parte de la organización o grupo armado, sino porque no actúan bajo el principio de subordinación, bien sea porque responden a sus propios intereses o a los de un tercero distinto a la antigua guerrilla o porque su colaboración es el resultado de la presión, la coacción o la intimidación. Estos son los colaboradores no subordinados.

30. Puede haber un tipo de colaborador que en algún momento o para un único evento actuó bajo las directrices de la organización. Sin embargo, esta circunstancia no lo convierte en un colaborador subordinado pues esta categoría –según ya se dijo– solamente incluye a quienes se sujetan de manera frecuente, voluntaria y consciente al mando de la organización. Entonces, para todos los efectos, estos colaboradores que rara o infrecuentemente actúan bajo el principio de subordinación serán tratados como colaboradores no subordinados “[footnoteRef:33]. [33: Tribunal para la Paz TP-SA_362 de 18 de diciembre de 2019, párrafos 28 a 30 ]

61. Así mismo, se tiene por sentado que los colaboradores no subordinados con tal organización, cumplen algunos requerimientos con miras a la obtención de beneficios:

“En relación con los colaboradores no subordinados esta Sección ha determinado que el plan de aportes reflejado en la presentación de un CCCP constituye una condición de acceso a la JEP y, por ende, prerrequisito de cualquiera de los demás beneficios derivados de la comparecencia, tal como lo es el de LC”[footnoteRef:34]. [34: Tribunal para la Paz, Auto TP-SA 564 de mayo 28 de 2020, párr. 14]

62. Se concluye en consecuencia que, en efecto, algunos colaboradores de las FARC-EP, bajo los presupuestos antes señalados, pueden voluntariamente acceder y obtener beneficios transicionales en la JEP.

63. De igual forma, la SA, en Auto TP-SA 350 de 2019, señaló que quien acredite que contribuyó al esfuerzo general de guerra de las FARC-EP de forma subordinada y, además, permanente, deberá ser tratado, no como colaborador, sino como integrante de dicha organización.

64. Adicionalmente, ha sido pacífica la jurisprudencia transicional (y de hecho constituye doctrina probable al tenor de lo establecido en el artículo 25 de la Ley 1957 de 2019) no reconocer valor probatorio a las declaraciones extraproceso o notariales para acreditar el ámbito personal de competencia. En efecto, la Sección de Apelación ha sostenido la línea argumentativa según la cual no es posible acreditar el ámbito de competencia personal a partir de declaraciones extraprocesales, no solamente en este asunto[footnoteRef:35]. [35: El Tribunal para la Paz. Sección de Apelaciones se ha pronunciado de manera uniforme negando la posibilidad de acreditar el factor personal con declaraciones notariales. Ver entre otras las decisiones TP-SA-145/2019 asunto de Juan Carlos Ruiz Severiche; TP -SA- 67/2018 asunto Vargas Correa; TP-SA-129/ 2019 asunto Álvarez Noguera; TP-SA 132/ 2019 asunto Rivera Correa; TP- SA-136 / 2019 asunto Llori Rivadeneira, entre otras.]

65. El argumento a partir del cual se ha construido esa línea jurisprudencial reiterada, es justamente que la SA:

“(…) considera que los documentos aportados por el solicitante no ofrecen ningún fundamento para acreditar el factor personal de competencia, según las exigencias taxativas de la Ley 1820 de 2016 y el Decreto Ley 277 de 2017. No es suficiente aseverar la pertenencia al grupo guerrillero, puesto que esta se debe demostrar de acuerdo con los preceptos legales indicados, y aunque el solicitante aduzca que puede probar su pertenencia a las FARC-EP por medio de “reconocimiento suscrito ante notario”, lo cierto es que, de acuerdo con el ordenamiento transicional que hoy reitera la SA, este no es un mecanismo conducente para la validación del factor personal de competencia”[footnoteRef:36]. [36: TP- SA-136 / 2019 asunto Llori Rivadeneira, entre otras. ]

66. Emerge de lo anterior, que el defecto fáctico alegado por el impugnante en cuanto a una falta de valoración de la declaración extraproceso allegada para soportar su dicho, no se encuentra presente. Por el contrario, la línea pacífica que niega valor probatorio a tales mecanismos es el reconocimiento de la reserva legal, en virtud de la cual fue el legislador quien definió los medios de prueba idóneos para acreditar el ámbito de competencia personal para la concesión de beneficios transicionales.

67. De igual manera, no puede pretenderse configurar un defecto fáctico alegando que no se confirió valor probatorio a un documento que carece de aptitud demostrativa del factor personal de competencia, pues si bien es cierto que no existe una tarifa legal para ello, también lo es que no es idóneo cualquier medio de acreditación; no en vano, el legislador previó los escenarios que harían posible la concesión de beneficios transicionales.

68. Bajo esa óptica, se observa que la SAI arribó a la misma conclusión, esto es, a la consideración de que no se acreditó el factor personal de competencia con fundamento en las evidencias que recaudó, en conjunto con los medios de convicción obrantes en el expediente y aquellos arrimados por el condenado; en aplicación adecuada del ordenamiento jurídico llamado a regular el caso. Así mismo, se observa que la SA efectuó un análisis de la situación fáctica en igual sentido, arrojando una interpretación que, si bien no es compartida por el actor, quien considera que la actividad de ponderación de los elementos que pretendía hacer valer para soportar sus dichos efectuada en el seno de la justicia transicional respecto de sus peticiones debía enfocarse de otra manera, tampoco se aleja de los postulados constitucionales, legales y jurisprudenciales aplicables al asunto.

69. En el caso bajo estudio, se tiene que le fue negada la libertad condicionada en dos oportunidades al señor DIÓGENES CÁRDENAS CAMACHO, en ambas echando de menos la acreditación del ámbito de competencia personal. A pesar de los esfuerzos realizados por la SAI, del contenido del expediente y de la investigación surtida en contra del accionante, no se precisó con claridad su condición de colaborador de las FARC-EP. De hecho, la sentencia condenatoria ni siquiera menciona dicha organización, sino que ambienta los hechos en una riña entre pobladores del municipio de Cucunubá (Cundinamarca).

70. Ante la falta de acreditación por la OACP, las debilidades de la narrativa fáctica de la sentencia y la falta de aptitud probatoria de la declaración juramentada ante notario efectuada por alias “Carcajada” respecto de la calidad de colaborador del actor, no podían las accionadas adoptar decisiones distintas de las que finalmente emitieron, lo que de suyo implica que no exista un defecto fáctico, como erradamente lo pretende hacer ver el actor.

4.3.4. El Hábeas Corpus como mecanismo de amparo de la libertad personal ante la JEP

71. El Hábeas Corpus es el mecanismo directo de protección del derecho a la libertad. Según el artículo 30 de la Constitución Política, desarrollado por la Ley 1095 de 2006, dicha acción procede cuando alguien es privado de la libertad con violación de las garantías constitucionales o legales.

72. El Art. 6 del Decreto 2591 de 1991 establece como causal de improcedencia de la acción de tutela, la situación en la que cuando para proteger el derecho se pueda invocar el recurso de habeas corpus.

73. Por su parte, el artículo 1º del Decreto Ley 700 de 2017[footnoteRef:37] precisa la posibilidad de interponer habeas corpus en casos de prolongación indebida de la privación de la libertad derivados de la no aplicación oportuna de la Ley 1820 de 2016 y el Decreto ley 277 de 2017. [37: Norma declarada exequible a través de Sentencia C 038 de 2018.]

74. Al realizar el control de constitucionalidad de dicha norma se precisó su finalidad:

“(…) En este caso, el artículo 1, con el fin de enfrentar una situación de incumplimiento de los términos para resolver las solicitudes de libertad condicional que a juicio de la Presidencia de la República podía minar la confianza en el cumplimiento del Acuerdo Final y anular la efectividad de las disposiciones adoptadas, no estableció el alcance de enunciados oscuros, vagos o imprecisos, sino que reiteró un contenido ya vigente en el ordenamiento (…) “

“(…) es indispensable insistir en que el artículo 1 bajo examen no establece una regla autónoma de procedencia de la acción de habeas corpus. Ello se explica por la remisión que hace a la Ley 1095 de 2006, con el objeto de identificar el supuesto de hecho que, configurado, hace posible acudir a esa acción constitucional. Con esta disposición o sin ella, los jueces tienen el deber de resolver oportunamente las solicitudes de libertad. De no proceder así, se siguen las consecuencias previstas en el ordenamiento, entre otras la posibilidad de interponer habeas corpus (…)”[footnoteRef:38]. [38: Sentencia C-038 de 2018. ]

75. La Corte Constitucional ha reiterado[footnoteRef:39] que, incluso en supuestos en que existan otros medios de defensa judicial, operan dos excepciones que justifican su procedibilidad cuando: (i) el mecanismo de defensa judicial dispuesto por el ordenamiento jurídico para resolver las controversias no es idóneo y eficaz conforme a las especiales circunstancias del caso estudiado (procede el amparo como mecanismo definitivo); y (ii) pese a existir un medio de defensa judicial idóneo, éste no impide la ocurrencia de un perjuicio irremediable (caso en el cual la acción de tutela deriva como mecanismo transitorio).  [39: Sentencias: T-225 de 1993 y T-789 de 2003, entre otras]

76. Con fundamento en lo anterior, en el caso concreto, la Sección disiente del a-quo cuando afirma que en virtud de lo establecido en el artículo 8º transitorio del Acto Legislativo 01 de 2017, en casos como el que ahora se analiza, es improcedente la tutela porque la libertad se podría proteger por la vía del habeas corpus: Por el contrario, esta instancia lo encuentra inapropiado e inadecuado para controvertir las providencias judiciales de la JEP que resolvieron desfavorablemente peticiones sobre la libertad condicionada del accionante.

77. De acuerdo con lo anterior, en el caso concreto la acción de tutela -y no la de habeas corpus-, resulta ser el medio idóneo de protección, pues no se predica dilación u omisión en resolver la libertad condicionada del actor[footnoteRef:40]. [40: En ese sentido, esta Sección también se ha pronunciado, entre otras, en la Sentencia SAR-ST-016 del 26 de noviembre de 2020.]

78. En consecuencia, concluye SAR que en las decisiones adoptadas por la SAI y la SA, no se incurrió en un defecto fáctico ni se ha presentado una vía de hecho que hiciera prosperar el amparo solicitado.

79. Como se ha expresado en precedencia, las decisiones adoptadas tanto por la SAI como por la SA se ajustaron al principio de legalidad y a las líneas jurisprudenciales que han interpretado las normas que gobiernan la JEP y, en específico, aquellas relativas a la concesión o no de beneficios transicionales; y con fundamento en los medios de prueba disponibles, sin que ello descarte que, en el futuro, el solicitante pueda eventualmente acceder a esta Jurisdicción, si cuenta con los elementos de prueba necesarios para acreditar su calidad de colaborador, de conformidad con los postulados constitucionales y legales, advirtiendo en todo caso que no es la acción de tutela el mecanismo idóneo para lograrlo.

80. Conforme a lo anterior, la SAR comparte los criterios del a-quo para negar la tutela del señor DIÓGENES CÁRDENAS CAMACHO, salvo el referente a la utilización del habeas corpus como mecanismo para cuestionar lo referente al derecho a la libertad reclamado por el accionante, pues como se expresó líneas atrás, éste no es el medio idóneo. Pese a ello, del análisis surtido respecto del disenso formulado frente a la sentencia de primer grado, no se observan elementos que hagan meritorio conceder el amparo deprecado.

81. En ese orden de ideas, se revocará el numeral primero de la decisión de primera instancia y se negará el amparo frente al derecho a la libertad reclamado por DIÓGENES CÁRDENAS CAMACHO, por las consideraciones aquí desarrolladas.

82. De otra parte, estima la SAR que el análisis en el cual se enfocó la SR no debía limitarse únicamente a la decisión proferida por la SA, pues la SAI, en la Resolución SAI-LC-RC-PMA-738-2019 también efectuó valoración de los elementos de convicción obrantes en la actuación para arribar a la conclusión de que era inviable conceder el beneficio deprecado por DIÓGENES CÁRDENAS CAMACHO, en tanto no se concretó el factor personal de competencia. Por ello, se adicionará el numeral tercero de la parte resolutiva en lo pertinente.

83. Por último, estima la SAR que no hay motivos para no desvincular del presente trámite a las Secretarías Judiciales de la SAI y de la SA, en tanto no se observó incidencia en el trámite de las decisiones que pretendió reprochar el accionante en sede de tutela, en tanto sus gestiones se encaminaron al reparto de las mismas y sus notificaciones, mas no a valoraciones de otra índole. En consecuencia, se adicionará el numeral cuarto de la sentencia de primer grado, en el sentido de desvincular también a dichas dependencias.

84. Finalmente, se confirmará la sentencia de primer grado, en aquello que no fue modificada.

De conformidad con lo expuesto, la Sección de Primera Instancia para Casos de Ausencia de Reconocimiento de Verdad y Responsabilidad,

RESUELVE:

PRIMERO: REVOCAR el numeral primero de la sentencia SRT-ST-306 del 14 de diciembre de 2020, proferida por la Subsección Quinta de Tutelas de la Sección de Revisión del Tribunal para la Paz, por las razones contenidas en la presente decisión.

SEGUNDO: NEGAR el amparo del derecho fundamental a la libertad reclamado por el ciudadano DIÓGENES CÁRDENAS CAMACHO.

TERCERO: ADICIONAR el numeral tercero de la sentencia SRT-ST-306 del 14 de diciembre de 2020, en el sentido de indicar que el amparo solicitado por DIÓGENES CÁRDENAS CAMACHO no se concede respecto de la Resolución SAI-LC-RC-PMA-738-2019 y el Auto TP-SA-612 de 2020, por las razones expuestas en esta providencia.

CUARTO: ADICIONAR el numeral cuarto de la Sentencia SRT-ST-306 del 14 de diciembre de 2020, en el sentido de desvincular del presente trámite a las Secretarías Judiciales de la SAI y la SA, conforme lo expresado en esta decisión.

QUINTO: CONFIRMAR en los demás aspectos la sentencia SRT-ST-306 del 14 de diciembre de 2020, proferida por la Subsección Quinta de Tutelas de la Sección de Revisión del Tribunal para la Paz, por las razones contenidas en la presente decisión.

SEXTO: NOTIFICAR a las partes y COMUNICAR a la Procuraduría General de la Nación Delegada ante la JEP esta decisión.

SÉPTIMO: Una vez en firme esta providencia, REMITIR el expediente a la Corte Constitucional para su eventual revisión.

Notifíquese y cúmplase,

ALEJANDRO RAMELLI ARTEAGA

Presidente

GUSTAVO SALAZAR ARBELÁEZ

Vicepresidente

REINERE DE LOS ÁNGELES JARAMILLO CHAVERRA

Magistrada

RAÚL EDUARDO SÁNCHEZ SÁNCHEZ

Magistrado

MARÍA DEL PILAR VALENCIA GARCÍAMagistrada

Salvamento de voto

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