LA ÚLTIMA LÁGRIMA de Lauren Kate – Primer capítulo

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Existe una antigua leyenda, hoy casi olvidada, que habla de una joven cuyas lágrimas de desamor hundieron un continente entero. Ahora Eureka tiene en sus manos un libro que cuenta esa fascinante historia: lo ha heredado de su madre, quien desapareció arrollada por una ola gigantesca. Poco a poco, a través de sus páginas, descubrirá que las coincidencias entre su vida y la leyenda son demasiadas para ser fruto del azar... Además, la inesperada llegada de Ander, el extraño chico de ojos turquesa que huele a mar y lo sabe todo sobre ella, le enseñará que las casualidades raramente existen y que su llanto tiene un poder capaz de cambiar el curso de la humanidad.

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  • 1. 1EurekaEn la calma de la pequea sala de espera beige, a Eureka le zum-babael odo malo. Se lo masaje, una costumbre desde el acci-dente,que la haba dejado medio sorda. No sirvi de nada. En el otroextremo de la habitacin, giraron la perilla de la puerta. Una mujer conuna blusa blanca de gasa, una falda verde oliva y un magnfico pelorubio, recogido, apareci en el espacio iluminado por una lmpara.Eureka?Su voz baja competa con el burbujeo de un acuario que tenadentro un buzo de plstico fluorescente arrodillado en la arena, perono haba seal de que contuviera peces.Eureka le ech un vistazo al vestbulo vaco, deseando invocar auna Eureka invisible que ocupara su lugar en ese momento.Soy la doctora Landry. Entra, por favor.Desde que su padre se haba vuelto a casar haca cuatro aos,Eureka haba sobrevivido a una armada de terapeutas. Una vida con-troladapor tres adultos que no se ponan de acuerdo en nada resul-tabamucho ms complicada que una dirigida por dos. Su padre habadudado del primer psicoanalista, un freudiano de la vieja escuela, casitanto como su madre haba odiado al segundo, un psiquiatra de pr-21

2. pados pesados que reparta atontamiento en pastillas. Luego Rhoda, lanueva esposa del padre, entr en escena y lo intent con el orientadorde la escuela, con un acupuntor y con clases de control de la ira. PeroEureka se haba puesto firme en la eleccin de la condescendiente te-rapeutafamiliar, en cuyo despacho su padre nunca se haba sentidomenos de la familia. En realidad, le haba medio gustado el ltimo lo-quero,que haba propuesto un lejano internado en Suiza, hasta que sumadre se enter y amenaz con demandar al padre.Eureka se fij en los zapatos marrones, de piel y sin cordones, desu nueva terapeuta. Ella ya se haba sentado en el divn enfrentede muchos pares de zapatos similares. Las doctoras tenan aquel tru-quito:se quitaban sus zapatos planos al principio de la sesin y vol-vana ponrselos para indicar que haban terminado. Todas debande haber ledo el mismo artculo aburrido sobre que el Mtodo delZapato era una manera ms delicada de decirle al paciente que se ha-baacabado el tiempo.La consulta era expresamente tranquilizante: un largo divn depiel granate apoyado contra la ventana de postigos cerrados, dos sillastapizadas enfrente de una mesa de centro con un cuenco lleno de esoscaramelos de caf con el envoltorio dorado y una alfombra bordadacon huellas de distintos colores. Un ambientador elctrico haca quetodo oliera a canela, lo que a Eureka no le importaba. Landry se sen-ten una de las sillas. Eureka tir al suelo su bolsa, que cay con ungolpe fuerte (los libros de las clases avanzadas eran ladrillos) y se des-lizen el divn.Bonito sitio dijo. Debera comprar uno de esos pndulososcilantes de bolas plateadas. Mi ltima doctora tena uno. O tal vezuna fuente con grifos para agua caliente y fra.22 3. Si quieres agua, hay una jarra junto al lavabo. No me importaraNo se preocupe.Eureka ya haba dejado escapar ms palabras de las que pretendapronunciar en toda la hora. Estaba nerviosa. Respir hondo y volvia levantar sus muros. Se record a s misma que era una estoica.Landry liber uno de los pies de los zapatos marrones y luego usla punta de ese pie enfundado en la media para quitarse el otro za-patopor el taln y revelar unas uas rojas. Con los dos pies metidosbajo los muslos, Landry apoy la barbilla en la palma de la mano.Qu te trae aqu?Cuando Eureka se vea atrapada en una mala situacin, su mentevolaba a destinos disparatados que no intentaba evitar. Se imaginuna caravana pasando por un desfile triunfal en medio de New Ibe-ria,escoltndola a lo grande hasta su terapia.Pero Landry pareca sensata, interesada en la realidad de la queEureka ansiaba escapar. Lo que la haba llevado all era su Jeep rojo.El tramo de veintisiete kilmetros entre aquella consulta y su escuelala haba llevado all, y cada segundo llevaba a otro minuto que noestaba en la escuela calentando para la carrera a campo traviesa deaquella tarde. La mala suerte la haba llevado all.O era la carta del hospital Acadia Vermilion, donde afirmabanque debido a su ltimo intento de suicidio la terapia no era opcionalsino obligatoria?Suicidio. Aquella palabra sonaba ms violenta que el intentocometido en realidad. La noche antes de que empezara su ltimo aode escuela, Eureka haba abierto la ventana y dejado que las difanascortinas blancas se inflaran hacia ella mientras estaba tumbada en la23 4. cama. Trat de pensar en algo bueno que le deparara el futuro, perosu mente no dejaba de retroceder a los momentos de alegra perdidosde los que jams volvera a disfrutar. No poda vivir en el pasado, asque decidi que no poda vivir. Encendi el iPod y se trag las ltimaspastillas de oxicodona que su padre tena en el botiqun para el dolorque le provocaba el disco fusionado de la columna vertebral.Ocho, quiz nueve pastillas; no las cont mientras descendan porsu garganta. Pens en su madre. Pens en Mara, la madre de Dios,de la que haba credo que rezaba por todas las personas en el mo-mentode su muerte. Eureka conoca las enseanzas catlicas sobre elsuicidio, pero crea en Mara, cuya misericordia era inmensa, crea queentendera que Eureka haba perdido tanto que ya no haba nadaque hacer salvo rendirse.Se despert en una fra sala de urgencias, atada con correas a unacamilla y atragantndose con el tubo de una bomba estomacal. Oya su padre y a Rhoda discutir en el pasillo mientras una enfermera laobligaba a beber un horrible carbn vegetal lquido para que se unie-raa los venenos que no haban podido expulsar de su organismo.Puesto que no conoca las palabras que la habran sacado de allantes Quiero vivir, No volver a intentarlo, Eureka pasdos semanas en un psiquitrico. Jams olvidara lo absurdo que fuesaltar a la cuerda junto a una enorme mujer esquizofrnica durantelos ejerciciosde calistenia, o comer avena con el universitario que nose haba cortado las muecas con suficiente profundidad y que escu-paen la cara de los celadores cuando intentaban darle las pastillas.De cualquier modo, diecisis das ms tarde, Eureka caminaba condificultad hacia la misa de la maana, antes de la primera clase en elinstituto Evangeline Catholic, donde Belle Pogue, una estudiante de24 5. segundoprocedente de la ciudad de Opelousas, la detuvo en la puer-tade la capilla con un Debes sentirte afortunada por estar viva.Eureka lanz a los ojos claros de Belle una mirada de odio quehizo que la chica ahogara un grito, antes de persignarse y escurrirseal banco ms cercano. En las seis semanas tras su vuelta al Evangeline,Eureka dej de contar cuntos amigos haba perdido.La doctora Landry se aclar la garganta.Eureka se qued mirando fijamente el falso techo.Ya sabe por qu estoy aqu.Me encantara orlo con tus propias palabras.Por la mujer de mi padre.Tienes problemas con tu madrastra?Rhoda concierta las citas. Por eso estoy aqu.La terapia de Eureka se haba convertido en una de las causas dela esposa de su padre. Primero haba sido para enfrentarse al divor-cio,luego para llorar la muerte de su madre y ahora para descargar elintento de suicidio. Sin Diana, no haba nadie que intercediera enfavor de Eureka para hacer una llamada y despedir al matasanos.Eureka se imaginaba a s misma atrapada en las sesiones con la doc-toraLandry a los ochenta y cinco aos, igual de fastidiada que en la25actualidad.S que ha sido duro perder a tu madre dijo Landry. Cmote sientes?Eureka se concentr en la palabra perder, como si Diana y ellase hubieran separado sin querer en medio de una muchedumbre ypronto fueran a reencontrarse, a tomarse de la mano para pasear ha-ciael restaurante ms prximo en el muelle, comer unas almejas fritasy continuar como si nunca se hubieran separado. 6. Aquella maana, desde el otro extremo de la mesa del desayu-no,Rhoda le haba enviado a Eureka un mensaje: Doctora Landry,15.00. Haba un hipervnculo para que enviara la cita al calendariode sutelfono. Cuando Eureka hizo clic en la direccin de la consulta, un ban-dernen el mapa marc la localizacin de Main Street en New Iberia.New Iberia? dijo con voz quebrada.Rhoda le dio un sorbo a un jugo verde de aspecto repugnante.Pens que te gustara.New Iberia era la ciudad donde Eureka haba nacido y se habacriado. Era el lugar que todava consideraba su hogar, donde haba vividocon sus padres durante el perodo no hecho aicos de su vida,hastaque se separaron y su madre se mud, y su padre, que antescaminaba con paso seguro, comenz a arrastrar los pies hasta pareceruno de esos cangrejos de pinzas azules del Victors, donde haba tra-bajado26como chef.Eso fue cuando el Katrina, y el Rita vino justo despus. La antiguacasa de Eureka segua all haba odo que ya viva otra familia enella, pero tras los huracanes, su padre no quiso dedicarle el tiemponi los sentimientos necesarios para repararla. As que se mudaron aLafayette, a veinticuatro kilmetros y treinta aos luz de casa. Su pa-dreconsigui trabajo de cocinero en el Prejeans, que era ms grandey mucho menos romntico que el Victors. Eureka cambi de colegio,lo que fue un embrollo. Antes de que Eureka supiera siquiera que supadre haba superado lo de su madre, ya se haban mudado a unacasa grande en Shady Circle. Perteneca a una seora autoritaria lla-madaRhoda. Estaba embarazada. La nueva habitacin de Eureka seencontraba al final del pasillo, ms all de la habitacin del beb queestaban preparando. 7. As que no, Rhoda, a Eureka no le gustaba que aquella nueva te-rapeutaviviera en New Iberia. Cmo se supona que iba a conducirhasta la consulta y llegar a tiempo a la carrera?El encuentro deportivo era importante, no slo porque el Evan-gelinecorra contra su rival, el instituto Manor, sino porque Eurekale haba prometido a la entrenadora que ese da decidira si se queda-baen el equipo.Antes de que Diana muriera, haban nombrado a Eureka capitanajefe. Tras el accidente, cuando estuvo lo bastante fuerte fsicamente,sus amigas le pidieron que corriera unas cuantas carreras en verano,pero la nica en la que haba participado le haba dado ganas de gri-tar.Los alumnos de cursos inferiores le tendan vasos de agua conlstima. La entrenadora achac la lentitud de Eureka a las muecasenyesadas, pero era mentira. Ya no tena el corazn en la carrera. Noestaba con el equipo. Su corazn se hallaba en el ocano con Diana.Despus de las pastillas, la entrenadora le haba llevado unosglobos, que quedaban ridculos en la estril habitacin del ala psi-quitrica.Ni siquiera le permitieron quedrselos al finalizar las horas27de visita.Lo dejo le dijo Eureka. La avergonzaba que la vieran atada ala cama por las muecas y los tobillos. Dgale a Cat que puedequedarse con mi casillero.La triste sonrisa de la entrenadora sugera que, tras un intento desuicidio, las decisiones de una chica tenan menos peso que los cuer-posen la luna.He pasado por dos divorcios y la batalla de una hermana contrael cncer explic la entrenadora. No estoy diciendo esto porqueseas la ms rpida de mi equipo. Te lo digo porque tal vez correr sea 8. la terapia que necesitas. Cuando te encuentres mejor, ven a verme yhablaremos de ese casillero.Eureka no saba por qu haba accedido a hacerlo. Quiz no que-radefraudar a otra persona. Haba prometido intentar ponerse enforma antes de la carrera contra el Manor, volver a probar. Antes leencantaba correr. Le encantaba el equipo. No obstante, eso pertene-caal pasado.Eureka, puedes contarme algo que recuerdes del da del acci-dente?la anim la doctora Landry.Eureka estudi el lienzo blanco del techo, como si fuera a apare-cerpintada una pista. Recordaba tan poco del accidente que no me-recala pena abrir la boca. Un espejo colgaba de la pared al otro ladodel despacho. Eureka se levant y se coloc delante de l.Qu ves? pregunt Landry.Retazos de la chica que era antes: las mismas pequeas orejas desoplillo detrs de las que se meta el pelo, los mismos ojos azul oscurode su padre, las mismas cejas asilvestradas si no las domaba a diarioTodo segua all. Y aun as, justo antes de aquella cita, dos mujeres dela edad de Diana haban pasado por su lado en el estacionamiento yhaban susurrado: Ni su propia madre la reconocera.Era una forma de hablar, como el montn de cosas que decansobre Eureka en New Iberia: Podra discutir con la muralla China yganar, No tiene odo ni para tocar el timbre, Corre ms rpidoque una hormiga pisoteada en las Olimpiadas. El problema de aque-llasexpresiones era lo fcil que salan de la boca de la gente. Esasmujeres no pensaban en la realidad de Diana, que habra reconocidoa su hija en cualquier lugar, en cualquier momento, sin importar lascircunstancias.28 9. Trece aos de escuela catlica hicieron creer a Eureka que Dianaestaba mirndola desde el cielo y la reconoca en aquel mismo ins-tante.No le importara la camiseta rota del rbol de Josu debajo delsuter del colegio de su hija, las uas mordidas o el agujero en el dedogordo izquierdo de sus zapatos deportivos de pata de gallo. Peropuede que le molestara cmo llevaba el pelo.En los cuatro meses desde el accidente, el pelo de Eureka habapasado de un rubio oscuro virgen a un rojo chilln (el tono natural desu madre), un blanco de bote (idea de su ta Maureen, propietaria de unsaln de belleza) y un negro azabache (que finalmente pareca quedarlebien) y ahora estaba creciendo con un interesante estilo ombr. Eurekaintent sonrer a su reflejo, pero se vea la cara rara, como la mscarasonriente colgada en la pared de su clase de teatro el ao anterior.Cuntame tu recuerdo positivo ms reciente dijo Landry.Eureka se puso cmoda en el divn. Deba de ser aquel da. Debade ser el cd de Jelly Roll Morton que sonaba y ella y su madre canta-bancon su horrible tono de voz mientras avanzaban con las ventani-llasbajadas por un puente que nunca terminaran de cruzar. Recor-dabaque se haba redo por una letra graciosa mientras se acercabanal centro del puente. Recordaba ver la seal blanca, oxidada, del ki-lmetro29seis.Despus: el olvido. Un enorme agujero negro hasta que desperten el hospital de Miami, con el cuero cabelludo lacerado, un tmpanoreventado que nunca se curara completamente, un tobillo torcido,dos muecas gravemente rotas, miles de moretonesY sin madre.Su padre estaba sentado en el borde de la cama. Llor cuando lamuchacha volvi en s, lo que le puso los ojos ms tristes. Rhoda le 10. tendi unos pauelos. Sus hermanastros, de cuatro aos, William yClaire, la tomaron de la mano con sus deditos suaves, por la parte queno tapaba el yeso. Haba olido a los mellizos incluso antes de abrir losojos, antes de saber que haba alguien all o si estaba viva. Olan igualque siempre: a jabn Ivory y noches estrelladas.La voz de Rhoda fue firme cuando se inclin sobre la cama y secoloc las gafas rojas encima de la cabeza.Tuviste un accidente. Vas a ponerte bien.Le contaron que una ola gigantesca haba salido del ocano comoun mito y haba arrastrado el Chrysler de su madre hasta sacarlo delpuente. Le dijeron que unos cientficos haban buscado en el agua unmeteorito que pudiera haber provocado aquella ola. Le hablaron delos obreros y le preguntaron a Eureka si saba cmo o por qu su co-chehaba sido el nico al que haban permitido cruzar el puente.Rhoda mencion demandar al condado, pero su padre le pidi quelo dejara con un gesto. Le preguntaron a Eureka por su milagrosasupervivencia y esperaron a que despejara las incgnitas sobre cmohaba terminado en la orilla ella sola.Al ver que no poda hacerlo, le contaron lo de su madre.No escuch, la verdad es que no oy nada de aquello. Agradecaque el tinnitus en el odo ahogara casi todos los sonidos. A veces inclu-sole gustaba que el accidente la hubiera dejado medio sorda. Se quedmirando la dulce cara de William, luego la de Claire, pensando que esola ayudara. Pero pareca que tuvieran miedo de ella y eso le doli msque los huesos rotos. As que clav la vista ms all, la relaj sobre lapared blanquecina y la dej all durante los siguientes nueve das. Siem-preles deca a las enfermeras que su nivel de dolor era de siete sobrediez para asegurarse que le administraran ms morfina.30 11. Puede que sientas que el mundo es un lugar muy injusto pro-bLandry.Segua Eureka en aquella habitacin con esa mujer condescen-dientea la que pagaban para que no la comprendiera? Eso s era in-justo.Se imagin que los gastados zapatos marrn topo de Landry selevantaban mgicamente de la alfombra, flotaban en el aire y girabancomo las manecillas de un reloj hasta que se acababa la hora y Eurekasala corriendo hacia la competencia.Los gritos de ayuda como el tuyo a menudo son el resultado de31sentirse incomprendido.Grito de ayuda era un eufemismo para intento de suicidio. Noera un grito de ayuda. Antes de que Diana muriera, Eureka creaque el mundo era un lugar increblemente emocionante. Su madre erapura aventura. Perciba cosas en un camino normal por el que la ma-yorade la gente pasaba miles de veces. Se rea ms fuerte y con msfrecuencia que nadie que Eureka conociera. Haba ocasiones en lasque incluso haba avergonzado a Eureka, pero en ese momento echa-bade menos la risa de su madre ms que nada.Haban ido juntas a Egipto, Turqua y la India, en barco por lasislas Galpagos, todo como parte del trabajo arqueolgico de Diana.Una vez, cuando Eureka fue a visitar a su madre a una excavacin enel norte de Grecia, perdieron el ltimo autobs de Trikala y pensaronque no les quedaba ms remedio que quedarse all a pasar la noche,hasta que Eureka, con catorce aos, le hizo seas a un camin de acei-tede oliva y pidieron aventn para regresar a Atenas. Se acord quesu madre la rode con el brazo mientras iban sentadas en la partetrasera del camin, entre las cubas acres y agujereadas de aceite deoliva, y en voz baja murmur: Sabras cmo salir hasta de una madri- 12. guera en Siberia, nia. Eres genial como compaera de viaje. Era elcumplido preferido de Eureka. Pensaba en l a menudo cuando sehallaba en una situacin de la que necesitaba escapar.Estoy intentando conectar contigo, Eureka insisti la docto-raLandry. Las personas ms cercanas a ti estn intentando conec-tarcontigo. Les ped a tu madrastra y a tu padre que anotaran algunaspalabras que describieran los cambios que han notado en ti alargla mano para tomar un cuaderno marmolado de la mesita auxiliarjunto a la silla. Quieres orlas?Claro Eureka se encogi de hombros. Siga jugando.Tu madrastraRhoda.Rhoda te llam fra. Dice que el resto de la familia va conpies de plomo contigo, que eres cerrada e impaciente con tus her-manastros.Eureka hizo un gesto de dolor.Eso no es ciertoA quin le importaba si era cerrada? Pero que no tena pacien-ciacon los mellizos? Era verdad? O era otro de los trucos de32Rhoda?Y qu dice mi padre? Djeme adivinarlo Distante, ta-citurna?Landry pas una pgina.Tu padre te describe como s, distante, estoica y di-fcil.Ser estoica no es malo.Desde que haba estudiado el estoicismo griego, Eureka aspira-baa controlar sus emociones. Le gustaba la idea de conseguir la liber- 13. tad mediante el dominio de sus sentimientos, de contenerlos para queslo ella pudiera verlos, como una mano de cartas. En un universo sinRhodas ni Landrys, que su padre la llamara estoica tal vez sera uncumplido. l tambin era estoico.Pero eso de que era difcil le molestaba.Qu clase de suicida se iba a dejar tratar? mascull.Landry baj el cuaderno.Has vuelto a pensar en el suicidio?Me estaba refiriendo a difcil dijo Eureka, exasperada.Si fuera una loca suicida no habra Da igual.Pero era demasiado tarde. Haba dejado escapar la palabra quecomenzaba con ese, que era como decir bomba en un avin. Habasaltado la alarma dentro de Landry.Pues claro que Eureka segua pensando en el suicidio. Y s, habacontemplado otros mtodos, aunque saba sobre todo que no podaintentar ahogarse; no despus de lo que le haba sucedido a Diana.Una vez haba visto un programa sobre cmo a las vctimas de ahoga-mientose les llenan los pulmones de sangre antes de morir. A veceshablaba del suicidio con su amigo Brooks, la nica persona en quepoda confiar que no la juzgara, que no se lo contara a su padre oalgo peor. Se sentaba en silencio a escuchar cada vez que ella llamabaa su lnea directa. Le haba hecho prometer que hablara con l encuanto pensara en ello, as que hablaban mucho.Pero segua all, no? Las ganas de abandonar este mundo no erantan atroces como cuando se trag aquellas pastillas. El letargo y laapata haban reemplazado el deseo de morir.Le mencion mi padre por casualidad que siempre he sido33as? pregunt. 14. Landry dej el cuaderno sobre la mesa.Siempre?Eureka apart la mirada. Quiz no siempre. Por supuesto que nohaba sido siempre as. Haba sido alegre algn tiempo. Pero cuandotena diez aos sus padres se separaron y despus de eso una no sequeda alegre.Hay alguna posibilidad de que podamos ir directamente a lareceta de Xanax? el tmpano izquierdo volva a zumbarle. Todoesto me parece una prdida de tiempo.No necesitas frmacos. Necesitas abrirte a los dems y no en-terraresta tragedia. Tu madrastra dice que no hablas con ella ni con tupadre. Tampoco has mostrado inters en conversar conmigo. Y contus amigos de la escuela?Cat dijo Eureka automticamente y Brooks.Hablaba con ellos. Si alguno de los dos estuviera sentado en lasilla de Landry, Eureka quiz hasta estara rindose en ese momento.Bien la doctora Landry quera decir Por fin. Cmo te34describiran desde el accidente?Cat es la capitana del equipo de campo traviesa respondiEureka, pensando en la incontrolada mezcla de emociones refleja-dasen el rostro de su amiga cuando Eureka le dijo que lo dejaba y lecedael puesto de capitana. Dira que me he vuelto ms lenta.Cat estara en el campo con el equipo en aquellos momentos. Sele daba bien hacerles repasar los ejercicios, pero no era muy brillantedando nimos, y el equipo necesitaba motivacin para enfrentarse alManor. Eureka ech un vistazo a su reloj. Si sala pitando en cuantoaquello terminara, quiz llegara al colegio a tiempo. Eso era lo quequera, no? 15. Al alzar la vista, vio que Landry tena el entrecejo fruncido.Sera un poco duro decirle eso a una chica que est llorando laprdida de una madre, no crees?Eureka se encogi de hombros. Si Landry hubiera tenido sentidodel humor, si hubiera conocido a Cat, lo habra entendido. Su amigabromeaba la mayor parte del tiempo. No pasaba nada. Se conocandesde siempre.Qu hay de Brooke?Brooks la corrigi Eureka.Tambin lo conoca desde siempre. Se le daba mejor escuchar quea ninguno de los psiquiatras en los que se gastaban el dinero Rhoda ysu padre.Brooks es un chico? Landry volvi a tomar el cuaderno yapunt algo. Son algo ms que amigos?Qu importa eso? le solt Eureka.Antes del accidente haban salido una vez, en quinto ao. Peroeran unos nios. Y ella estaba destrozada porque sus padres iban asepararseyUn divorcio a menudo provoca cierto comportamiento en los hi-josque les dificulta continuar con sus propias relaciones sentimentales.Tenamos diez aos. No funcion porque yo quera ir a nadarcuando l quera montar en bici. Cmo hemos empezado a hablarde esto?Dmelo t. Quiz puedas hablarle a Brooks de tu prdida. Pa-receser alguien que podra llegar a importarte mucho si te permitie-rassentir.Eureka puso los ojos en blanco.Vuelva a ponerse los zapatos, doctora.35 16. Tom el bolso y se levant del divn.Tengo que ir a correr.Iba a salir corriendo de aquella sesin. Correra de vuelta a la es-cuela.Correra por el bosque hasta que estuviera tan cansada que nole doliera. Puede que incluso corriera de vuelta al equipo que tanto legustaba. La entrenadora tena razn en una cosa: cuando Eureka esta-babaja de nimos, correr la ayudaba.Te veo el prximo martes? pregunt Landry. Pero para en-toncesla terapeuta estaba hablando a una puerta cerrada.36 17. Ms sobre el libro que acabas de leer:LA LTIMA LGRIMAMs sobre nuestros libros:www.megustaleer.com.mxSguenos en redes sociales:Recibe novedades y exclusivas: